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Políticas Culturales Pablo Mendes Calado

CLASE 11 – LAS POLÍTICAS CULTURALES DURANTE EL KIRCHNERISMO

Los objetivos de la clase son:

 Repasar las políticas culturales del kirchnerismo


 Analizar la perspectiva institucional de las políticas del período

El lapso histórico que en esta clase presentamos es el que transcurre durante el mandato
presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007) y los dos mandatos de Cristina Fernández (2007-
2011 y 2011-2015). Este es un momento particularmente interesante para analizar el tema de
la institucionalidad de las políticas culturales, es decir, para pensar ¿por dónde pasaron las
políticas culturales gubernamentales de esos años?

El affaire Di Tella

Néstor Kirchner nombró como Secretario de Cultura de la Nación a Torcuato Di Tella, un


sociólogo, muy destacado intelectual, quien en los años ’60 había dirigido junto a su hermano el
Instituto Di Tella del que ya habláramos. En mayo de 2004, a un año de asumir su cargo, Di Tella
hacía estas declaraciones a la prensa:

La verdad, dentro de todos los problemas por los que atraviesa el país, la Cultura, con C
mayúscula, no tiene prioridad. No tiene prioridad para el Gobierno y tampoco la tiene
para mí. Con respecto a otros temas, la cultura es el gallinero de una casa que se quema.

Las declaraciones de Di Tella generaron un gran revuelo, y en no poca medida condujeron a su


abandono del cargo unos meses después. Resulta interesante destacar que sus declaraciones
generaron “horror”, sea sincero o simulado para conseguir más rating, en los medios de
comunicación, pero en círculos intelectuales lo tomaron como un desafío a pensar en esta
situación, más allá de lo políticamente incorrecto de su afirmación, nos invita a reflexionar si la
cultura era o no una prioridad para el gobierno en cuestión, si en realidad lo ha sido para algún
gobierno y si en realidad debiera de serlo, preguntas desde ya todas ellas totalmente válidas. En
lo personal adhiero a la idea de sincericidio que por entonces plantearon algunos para referirse
a las declaraciones de Di Tella, que todo gobierno tiene que encontrar una escala de prioridades
es un hecho, que la cultura, “con C mayúscula”, como diría Di Tella, claramente refiriéndose a lo
que acá planteamos como concepción humanista ilustrada, no esté entre las prioridades no me
parece una mala posición cuando en agenda hay cuestiones como el hambre, la pobreza, el
desempleo, la violencia de género, y un larguísimo etcétera, pero obviamente, esta es una
posición política.

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Comentado el muy interesante caso del sincericidio de Di Tella volvamos a nuestra pregunta
¿por dónde pasaron las políticas culturales del kirchnerismo? Analicemos en primer lugar
algunas de las líneas que surgen de la Secretaría de Cultura de la Nación, el primer espacio
institucional desde el que uno pensarían surgen y se concretan las políticas culturales.

Las políticas culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación

Un rasgo característico de la época fue un importante respeto por la autonomía de los


organismos sectoriales, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto
Nacional del Teatro (INT), el Fondo Nacional de las Artes (FNA), o la Comisión Nacional de
Bibliotecas Populares (CONABIP). Otros organismo también ganaron un grado de autonomía
importante, como por ejemplo la Biblioteca Nacional o el Museo Nacional de Bellas Artes, en
donde tras varios años de una gestión turbulenta se logró el hecho histórico de concursar a su
Director. Esto posibilitó que mucho de la política cultural no transitara por la Secretaría en sí
misma, sino por los organismos descentralizados, a modo de indicador podemos pensar que
aproximadamente el 50% del presupuesto del área de cultura es ejecutado por estos
organismos.

Otra de las iniciativas muy relevantes en esos años ha sido el Mercado de Industrias Culturales
de la Argentina (MICA), creado en el 2011, el MICA se propone como un espacio para que los
productores de las industrias industriales y creativas se encuentren con potenciales
distribuidores y comercializadores de sus producciones. La propuesta claramente responde al
problema estructural del sector, esto es la dificultad de distribución de las producciones, que sin
lugar a dudas exceden con creces a aquellas que consiguen espacios de exhibición, muchas
producciones cinematográficas, por ejemplo, apenas si logran estar una semana exhibidos en
los cines. Otra de las estrategias muy interesantes que se desarrollaron desde este mismo
espacio fue el alentar el asociativismo entre los propios productores.

El Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA) es otra iniciativa realmente


importante que tiene su origen en aquellos años (2006). Partiendo de otros diagnóstico muy
acertado al igual que el MICA, esto es la falta de generación de información necesaria para la
gestión de las políticas culturales y la gestión cultural en general. El SINCA generó sistematizó y
reelaboró a partir, por lo general, de fuentes secundarias importante información sobre el sector
cultural. Hasta entonces existían algunos organismos sectoriales como la Cámara del Libro o
AADI-CAPIF (música) que generaban algún tipo de información, pero otros que no, el SINCA
congregó mucho de esta información y el dio una coherencia interna para su lectura de
conjunto.

En el campo de la música es de desataca la sanción de la Ley Nacional de la Música en 2012 y la


consecuente creación del Instituto Nacional de la Música (INAMU), existían por entonces y de
larga data en algunos casos, Institutos para los sectores audiovisual, del teatro, las bibliotecas o
las artes visuales, pero no específico para la música.

En el año 2012 el área de cultura de la nación pasa de ser Secretaría de Estado a ser Ministerio
y es nombrada como Ministra Teresa Parodi. La creación de un Ministerio de Cultura representó
un hecho histórico para nuestro país, las lecturas sin embargo de este hecho pueden diferir, es
cierto que el rango ministerial supone un peso mayor en la agenda gubernamental, una

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jerarquización del área, pero no es menos cierto que el presupuesto histórico del área
(históricamente en el orden del 0,3% del nacional) no refleja tal importancia y no se modificó
sustancialmente tras la creación del Ministerio.

Muy importante en estas gestiones fue el desarrollo de infraestructuras culturales, es


importante porque en los hechos significó dotar a la ciudadanía de espacios para la circulación
de las producciones culturales, pero también es importante en términos de nuestro análisis
porque comienza a verse cómo mucho de las políticas culturales no pasa exclusivamente por el
accionar de Secretaría, esto es así porque muchas de estas iniciativas fueron desarrolladas en
forma conjunta con otras agencias gubernamentales no culturales.

La participación de otros organismos gubernamentales en las políticas culturales

Las Casas del Bicentenarios con un claro ejemplo de los antes dicho, coincidente con el
bicentenario de la Revolución de Mayo el proyecto proponía la construcción de 200 centros
culturales a lo largo y ancho del país. No se llegaron a construir 200, algunas han tenido un rol
muy importante en el desarrollo cultural de sus comunidades y otras, en cambio, son hoy
espacios casi abandonados, sin embargo, de conjunto el proyecto ha sido muy significativo. De
las construcción de las Casas participaban la Secretaría de Cultura de la Nación, el INCAA y el INT
que aportaban al equipamiento técnico de las salas, los gobiernos provincial municipal (la
gestión de los espacios correspondía e este último), la Secretaría de Presidencia de la Nación y
el Ministerio de Trabajo, si bien todas las instituciones participaban en alguna medida de su
construcción era fundamentalmente este último, el Ministerio de Trabajo era el actor principal,
para este era una estrategia de generación de empleo y de cooperativas de trabajo en los lugares
en los que se emplazaban.

Por esos mismos años se desarrolla el Centro Cultural del Bicentenario en Santiago del Estero,
el cual es uno de los corolarios de la Intervención Federal de la Provincia, además de los aspectos
institucionales de la provincia, que era el motivo principal de la intervención, por esos años se
origina un fuerte desarrollo de infraestructura en Santiago del Estero, y entre ellos el Centro
Cultural del Bicentenario. Obviamente de este desarrollo no tiene participación la Secretaría de
Cultura de la Nación, sino el Ministerio del Interior.

Otro espacio icónico de la gestión kirchnerista son los denominados Espacios de la Memoria, en
la ex ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), donde había habido espacios de detención
clandestina durante la última dictadura. Es este otro caso en donde la Secretaria de Cultura tiene
una participación bastante menor, su concreción debe atribuirse fundamentalmente al
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que lo impulsa desde el año 2000 y
finalmente desde nación quien tiene participación activa es directamente Presidencia.

El Centro Cultural Néstor Kirchner, creado en el edificio del correo, fue otro espacio emblemático
de la gestión, y una vez más con una participación marginal de la agencia de cultura, en este
caso fundamentalmente fue un trabajo de Presidencia de la Nación el que llevó a su concreción.

Otras iniciativas de la época muy relevantes en el campo cultural tampoco tienen la firma de la
Secretaría de Cultura de la Nación. Los festejos del bicentenario, muy relevantes por entonces,
fueron el resultado del trabajo de una Unidad Ejecutora especialmente creada en la que tenía
un peso específico muy grande la Secretaría de la Presidencia. La Ley de Servicios de

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Comunicación Audiovisual, otro hito histórico, fue impulsada fundamentalmente desde


Presidencia, pero intelectualmente tenía por detrás el trabajo de años de la que se denominaba
Coalición por una Radiodifusión Democrática, una organización de la sociedad civil. Tecnópolís
fue otro muy relevante desarrollo de la época, en este caso estaban por detrás la Unidad
Bicentenario y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. El canal Encuentro es un caso muy
interesante, porque logra instalar una señal con contenidos educativos y culturales que
realmente logro buenos niveles de audiencia; tomando como parámetro el éxito de audiencia,
mayor aun es el éxito del canal infantil Paka Paka, que lograra competir de igual a igual con las
señales internacionales, ambos casos dependientes del Ministerio de Educación.

Un último comentario en relación a la controversia que suscitara parte de la programación de


Paka Paka, la cual fuera acusada de ideológica, sobre todo la tira Zamba fue acusada de filtrar
contendidos ideológicos. Es esta un afirmación con la que coincido, pero porque considero que
probablemente la totalidad de los discursos audiovisuales trafiquen con este tipo de contenidos.
Y para quienes se preocupaban porque esto sucediera con los niños les recuerdo que un, en
apariencia inocente divertimento, como es La casa de Mickey Mouse, que se ve (o veía) por
Disney Junior, también lo hace. En un capítulo de esa tira, a modo de ejemplo lo menciono, se
da una discusión por la receta de unas galletas, un personaje, Pedro el Gato, se robó la receta
porque le gustaban las galletas y no podía comprarlas, después de unas peripecias se descubre
la situación, Pedro es reconvenido y se le dice que podrá tener galletas, que no es necesario
robarla. El contenido claramente tiene reminiscencias, y es formador de opinión en tal sentido,
a las disputas por las patentes, por ejemplo medicinales.

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