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ALTERIDADES, 2020, 30 (60): Págs.

51-65
www.doi.org/10.24275/uam/izt/dcsh/alt/2020v30n60/Peters

Espacios culturales y museos


bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile:
experiencias, lecciones y proyecciones*
Cultural spaces and museums
under the October 2019 Chilean social boom:
experiences, lessons, and projections
TOMÁS PETERS**

Abstract Resumen
This article analyses how museums and cultural cen- Este artículo analiza cómo los museos y espacios cul-
ters based close to the “zone 0” of the Chilean Spring of turales aledaños a la zona cero del estallido social de
2019-2020, responded in its organizational operability octubre de 2019 en Chile respondieron en su opera-
and decision-making during the first months (from 18 tividad organizacional y toma de decisiones durante
October 2019 until February 2020). Considered as public los primeros meses (18 de octubre de 2019 a febrero
and cultural deliberative spheres, this article analyses de 2020). Consideradas como esferas públicas y
how these organizations acted during the development culturales deliberativas, este artículo examina cómo
of the marches, protests and events of the revolt in its estas organizaciones actuaron frente al desarrollo de
territories and communities. In doing so, this research las marchas, protestas y acontecimientos de la revuelta
developed a number of semi-structured interviews en sus territorios y comunidades. Para ello, se reali-
(N: 13) to members of the museums and cultural cen- zaron entrevistas semiestructuradas a trece encarga­-
ters based in the more conflictive and violent area. The das/os de los espacios culturales y museos alojados
results show that the museums and cultural centers en el área de mayor conflicto y violencia. Los resul­-
with public and hierarchical dependency tended to sta- tados demuestran que los museos y espacios culturales
blish a distant relationship during the Chilean Spring, de dependencia pública tendieron a establecer una
meanwhile the privates and independent ones promoted mayor distancia frente al estallido social, mientras que
a territorial link as well as a collaborative and creative los independientes y privados promovieron un vínculo
one with the protesters and contingent communities. tanto territorial como colaborativo y creativo con los
Key words: Chilean Spring, public sphere, cultural manifestantes y comunidades contingentes.
centers, museums, territory Palabras clave: estallido social, esfera pública, espacios
culturales, museos, territorio

* Artículo recibido el 27/03/20 y aceptado el 08/05/20.


** Universidad de Chile, Instituto de la Comunicación e Imagen. Avenida Capitán Ignacio Carrera Pinto 1045, Ñuñoa, Región
Metropolitana, Chile <tpeters@uchile.cl>. orcid: 0000-0002-0765-917X.
Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

Introducción total del entorno urbano –literalmente se transformó


en un campo de batalla–, sino también en las lógi-

E l 18 de octubre de 2019 se ha inscrito en la his-


toria reciente de Chile como el día que se inició el
estallido social. Desde ese día se desencadenaron ac­-
cas de desplazamiento y uso del espacio público. Al
igual que negocios, restaurantes, bancos y servicios
públicos, los museos y espacios culturales vieron
tos de violencia urbana, saqueos a tiendas y comer- afectados su funcionamiento y misión en esa zona. El
cios, desobediencia civil, ataques incendiarios a bienes presente artículo se propone explorar y analizar cómo
públicos y otros hechos caracterizados por la rebe- los museos y espacios culturales aledaños a la zona
lión social. La respuesta política no se dejó esperar. cero respondieron en su operatividad y programación
Mediante decretos y acciones de fuerza, el gobierno cultural durante los primeros meses del estallido so­cial.
encabezado por Sebastián Piñera dio paso a una mi- En específico, lo que busca dilucidar es cómo estos
litarización del país y a la restricción de las garantías espacios, considerados esferas públicas y culturales
constitucionales, lo que tuvo como consecuencia un deliberativas, actuaron frente al desarrollo de las mar­
número indeterminado de actos de violaciones a los chas, protestas y acontecimientos de la revuelta en
derechos humanos por parte de agentes del Estado, sus territorios. Dentro de la delimitación geográfica
así como también una acelerada ola de hechos de vio­- de la zona cero se identificaron 19 espacios cultura-
lencia en el país en respuesta al actuar político del les y se entrevistó a trabajadores, representantes o
gobierno. directivos de 13 de ellos entre marzo y abril de 2020.
Ese día, sin embargo, es el resultado de una historia Los resultados demuestran que los museos y espacios
mayor. El malestar ciudadano frente a una serie de culturales de dependencia jerárquica pública tendieron
prácticas sistemáticas de abusos, exclusión social y a establecer una mayor distancia frente al estallido
distribución desigual de la riqueza –una desigualdad es- social, mientras que los independientes y privados
tructural naturalizada–, se había acumulado por años promovieron un vínculo territorial y colaborativo con
en las estructuras de sentimiento de las/os chilenos. los manifestantes y comunidades contingentes.
Las manifestaciones de la crisis habían sido evidentes Este texto expone, en primer lugar, las principa-
desde hace años. Lo que ocurrió en la semana del 14 al les tesis y diagnósticos esbozados para “explicar” la
18 de octubre fue la exposición explícita de una lucha emergencia del estallido social de Chile en octubre de
histórica, liderada por estudiantes secundarios, por 2019. A continuación, se analizan los espacios cul­-
radicalizar las contradicciones sociales, económicas turales y museos como esferas públicas y cultura-
y culturales de un modelo neoliberal instaurado por les deliberativas. Después se alude brevemente a la
la fuerza durante la dictadura militar de Augusto Pi­- metodología de la investigación y, a continuación, se
nochet. Si bien las movilizaciones de esa semana sur- examinan los principales hallazgos del estudio a partir
gieron por el alza del valor del boleto de metro, lo cierto de seis dimensiones de análisis: 1) acciones inmedia-
es que pueden comprenderse por una acumulación tas-contingentes al inicio del estallido; 2) vínculos de
histórica de frustración y rabia. La recuperación de- apoyo y protección institucional-pública al espacio;
mocrática en 1990 construyó un imaginario nacional 3) relaciones laborales internas y cambios organiza-
sustentado por el éxito económico que, luego de treinta cionales; 4) vínculos entre manifestantes, públicos y
años de políticas de fomento empresarial y financiero, comunidad del espacio durante el estallido (comuni-
llevó a Chile a ser considerado uno de los países con dades contingentes); 5) uso y estrategia comunicacio­-
la mayor desigualdad social del mundo. nal del espacio cultural; y 6) imaginarios y perspectivas
A partir del 18 de octubre, Chile experimentó todos futuras de los espacios culturales posestallido. Por
los días marchas, movilizaciones y actos de violencia, último, se elaboran algunas líneas de análisis y con-
concentrándose en especial en las principales ciudades clusiones para pensar los aprendizajes y desafíos que
del país, pero sobre todo en la Plaza Italia, renombra- las políticas culturales tienen en un contexto de crisis.
da por las/os ciudadanos como Plaza de la Dignidad.
Esta plaza, lugar tradicional de celebraciones depor­
tivas y políticas, se convirtió en la zona cero del esta- Diagnósticos e historia
llido social. En sus alrededores, durante cinco meses del estallido social de octubre de 2019
se confrontaron diariamente carabineros y militares
con manifestantes, ciudadanos y “encapuchados” El origen del estallido social de octubre de 2019 en
–también conocidos como “la primera línea”: aquellos Chile tiene, al menos, medio siglo de historia. No es
que enfrentan de manera directa a la fuerza pública. posible comprender las raíces de la historia presente
Como secuela de esto, no sólo se produjo un deterioro del país sin considerar la emergencia de la Unidad

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Popular en 1970 bajo el liderazgo de Salvador Allende sino también obstaculizar por la vía legal cualquier
(Collier y Sater, 2004). Desde su llegada al poder, y mecanismo de cambio o reformulación profunda de
conforme los principios de la “vía chilena al socia­ ese modelo social (Uggla, 2005). Sin embargo, con la
lismo”, se desencadenaron procesos políticos, sociales, caída simbólica de Pinochet en 2006 y el surgimiento
económicos y culturales que tuvieron consecuencias de nuevas demandas sociales y políticas, Chile se pre-
estructurales e inéditas para la sociedad chilena. paraba para un nuevo capítulo en su historia (Collins,
Durante los tres años de gobierno de Allende se cons­ Hite y Joignant, 2013).
truyó un proyecto revolucionario que definió un nuevo Entre la década de 2000 y 2010 el modelo económico
horizonte de expectativas para los segmentos sociales de libre mercado logró una fuerza inusitada en el país.
pobres e históricamente excluidos, pero que chocaba Durante esos años Chile vivió un “milagro” económico
de manera directa con los intereses y modelos de so- que se vio reforzado y legitimado políticamente por
ciedad de las clases productivas y oligarcas del país reformas constitucionales y sociales (Sehnbruch y
(Haslam, 2005; Qureshi, 2009). Siavelis, 2014). Esta “tesis exitosa” revelaba que la
Con el derrocamiento de Allende en septiembre de integración social se lograría mediante la ampliación
1973 (Guardiola-Rivera, 2013) y la posterior instau- del consumo de la población. En otros términos, que, a
ración de la dictadura militar de Augusto Pinochet, través del crédito y el aumento de los niveles de ingreso
el proyecto revolucionario de la Unidad Popular se vio y educación, sería posible establecer en las/os chilenos
por completo desechado y reemplazado por un nuevo un principio de autorresponsabilidad y autocuidado
modelo societario inédito en la historia moderna: la financiero. Como han mostrado algunos autores (La-
economía neoliberal (Taylor, 2006). Bajo los principios rraín, 2001; Moulian, 1997), la sociedad chilena se
de Milton Friedman –y sus seguidores locales, los de- autodescribió como formada por consumidores libres,
nominados Chicago boys–, la economía chilena definió competitivos y autónomos. No obstante, este triunfo
un contrato social basado en los principios de la libre individual se develaría como una apariencia.
competencia y el mínimo rol del Estado. Este modelo El plan de los gobiernos democráticos era implantar
económico logró una institucionalidad política con la un neoliberalismo con rostro humano, a pesar de las
nueva Constitución de 1980 (Barros, 2002). Valida­ evidentes desigualdades y exclusiones sociales que
da en un plebiscito caracterizado por irregularidades el modelo estaba generando (Taylor, 2006; Solimano,
jurídicas y nula participación de la oposición, en ella 2012). Como han señalado variados estudios y revi-
no sólo se establecieron los principios y bases legales siones históricas (pnud, 2020), Chile se inscribió en el
para sostener un Estado subsidiario y reducido frente ámbito mundial como una economía ascendente –en
al mercado, sino también un resguardo estructural del 2010 Chile se convirtió en el primer país latinoame-
régimen militar: la presencia de Pinochet como líder ricano en ingresar a la Organización para la Coo­
del ejército si se lograba la democracia, la presencia de peración y el Desarrollo Económicos, ocde–, pero con
senadores designados por el régimen y el sistema uno de los índices de desigualdad social más alto y
de elecciones parlamentario binominal, entre otros. mala distribución de ingresos. Pese a las políticas de
En su conjunto, la ciencia política denominó estas superación de la pobreza surgidas desde 1990, las
herencias constitucionales como enclaves autoritarios clases pobres y medias tuvieron que desarrollar es-
(Garretón, 2003). trategias de sobrevivencia bajo un modelo económico
Con el plebiscito de 1989 –y la caída del régimen excluyente e inequitativo (Han, 2012; Araujo, 2009),
dictatorial un año después–, Chile vivió la materiali- lo que fue acumulando una sensación de desprotec-
zación de una política de los acuerdos entre el mando ción y frustración. En efecto, los logros económicos
militar saliente y el cuerpo civil entrante (Garretón, alcanzados y la estabilidad política de estas décadas
1996; Jocelyn-Holt, 2001). La Concertación de Par- no fueron suficientes para detener el malestar social
tidos por la Democracia –coalición gobernante inin- que emergió desde mediados de la década de 2000.
terrumpidamente hasta 2009– tuvo que convivir con Esta tesis del malestar ha sido expuesta con mayor
esta condición paradójica: reconstruir un proyecto de­- claridad por las/os investigadores de la sede chilena
mocrático con base en principios redistributivos y
­ del Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
de justicia social (enfocados en memoria y derechos rrollo (pnud, 2020). Ya en los primeros informes de
humanos), pero arrastrando y prolongando las bases desarrollo humano se ponía de manifiesto la parado­-
económicas y políticas fundamentales del régimen ja de la modernización en el país: por un lado, un país
militar. A partir de una democracia protegida no sólo en creciente complejización capitalista y, por otro, una
se buscó priorizar una estabilidad política y económica sociedad que no logra constituirse como plenamente
sustentada en principios neoliberales y autoritarios, en desarrollo. Después, los enfoques se concentraron

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Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

en explicar los desafíos de los individuos para mejorar desestabilizar las estructuras de poder hegemónicas
su vida diaria y apropiarse/definir su propia trayectoria heredadas de la dictadura militar. Pero, al mismo
biográfica (pnud, 2002). Estas conclusiones, sobre todo tiempo, promueven la emergencia de nuevas formas
culturales, revelaron la dificultad de las/os chilenos de participación política y ciudadana inéditas para un
para construir sus proyectos biográficos en una so- país como Chile. El estallido social de octubre de 2019
ciedad cada vez más individualizada. es la culminación –o inicio– de este proceso histórico
Entre las primeras manifestaciones de la crisis del de casi medio siglo. Una crisis de legitimación de un
“modelo chileno” estuvieron los movimientos estudian- modelo impuesto en dictadura y fortalecido durante
tiles de 2006 y 2011 (Donoso, 2013; Bellei y Cabalin, 30 años en democracia.
2013 y Cabalin, 2012). Enfocados en la gratuidad y Varios han sido los diagnósticos que han expuesto
calidad de la educación pública, estas movilizaciones esta crisis y malestar social (Mayol, 2012; Ruiz, 2015;
llegaron a ser nombradas como el Chilean winter Garretón, 2016; Araujo, 2016; pnud, 2020; Somma
(Villalobos-Ruminott, 2012) y significaron una señal et al., 2020). Empero, desde el estallido de octubre de
clara del descontento estructural de la población so- 2019, ha habido consenso en que uno de los motivos
bre el modelo económico neoliberal. Estos tiempos de principales ha sido la desigualdad estructural de la
la politización en Chile (pnud, 2015) demarcaron un sociedad chilena y la acumulación de abusos y alzas
nuevo trazado social. Al finalizar la presente década, en los servicios básicos (salud, educación, agua, luz,
otros movimientos sociales se sumaron al estudian­ transporte, medicamentos) (Garcés, 2020 y 2019). De
til, unos antiguos otros emergentes: luchas mapuche igual forma, el estallido no se explica sin las actuales
(surgidas en la década de 1990), rebelión feminista, luchas feministas (Zerán, 2019) y los variados mo­
nuevas formas de reconocimiento y disidencia sexual, vimientos sociales históricos (estudiantiles, ecológi-
movimientos ecologistas, etcétera. En todos ellos se cos, sexuales, por previsión social digna, entre otros).
reconoce como denominador común la lucha por Todo esto ha llevado a cuestionar las estructuras

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institucionales que permitieron la ampliación de la asignados bajo el propósito de civilizar a la pobla­ -


desigualdad y los abusos: la Constitución política de ción como un todo. En su investigación, Bennett descri-
1980. Esta carta magna “tramposa” (Atria, 2017) ha be cómo estas esferas, en sus inicios, eran útiles como
sido destacada como el eje del problema político y escenarios de diferenciación entre las elites de cada
económico del Chile actual, y los actores políticos con país, pero que, con el pasar los años, esa disposición
representación parlamentaria decidieron llamar a un pública de alta cultura servía para transformar los
plebiscito para derogar esa Constitución y generar modos de vida privados y públicos de los ciudadanos.
una nueva mediante una convención constituyente. En este sentido, tanto los museos como las bibliotecas
El estallido social ha posibilitado una reactivación tenían los mismos propósitos que una plaza o parque
democrática (Garcés, 2020) y un escenario deliberativo en la ciudad: al caminar por ellos no sólo se lograba
inédito en espacios culturales, centros comunitarios y contemplar la naturaleza ordenada, sino también se
plazas públicas: pero también ha generado un paisaje paseaba por los senderos donde la civilización había
urbano caracterizado por actos de violencia, violación dominado la naturaleza salvaje (lo bárbaro). Los museos
a derechos humanos por parte del Estado y un cente- servían entonces para el gobierno de sí. Con su dis­
nar de marchas y manifestaciones urbanas que han posición en la ciudad podía controlarse el alcoholismo,
cambiado el diario vivir de una zona: la Plaza Italia o fomentar la ética del trabajo individual así como reducir
Plaza Dignidad. Entendidos como esferas deliberativas los riesgos de nuevas revueltas sociales.
por excelencia, los espacios culturales, museos, cines, Durante los siglos xviii y xix, el Estado soberano com-­
bibliotecas y teatros se vieron expuestos a estos actos prendió los espacios culturales como instancias dis­
y sus consecuencias territoriales, políticas y culturales. ciplinarias. Bennett aclara que la organización y dispo-
En otros términos, por la revuelta, se vieron interpe- sición de los cuadros, esculturas y libros fue pensada
lados e interrogados a actuar y discutir su misión. para enseñar con mayor facilidad el patrimonio de
cada nación: al establecer los tiempos de observación,
obras destacadas y secciones especiales, los Estados
Museos y espacios culturales inscribían el modo de enseñanza “correcto” de la his­
como esferas públicas deliberativas toria de cada pueblo. De esta forma, los museos fueron
entendidos en cuanto espacios culturales deliberati-
Luego de los procesos revolucionarios en Europa en vos. Al ser descritos como lugares de representación
el siglo xix, los museos –y espacios culturales en ge- y despliegue de discursos, Bennett advierte que estos
neral, tales como salas de concierto, teatro, danza y espacios sirvieron como plataformas de apoyo para la
bibliotecas– han desempeñado un papel clave en la naciente esfera pública burguesa.
reflexividad política y cultural de las sociedades mo- Apoyándose en la teoría de la esfera pública de
dernas. Estos lugares, herederos de colecciones monár­- Jürgen Habermas, Bennett apunta que los museos
quicas, religiosas y burguesas, sirvieron como depó- surgieron y crecieron a la par de los debates sociales y
sitos de conocimientos, objetos patrimoniales, relatos político-críticos del siglo xix. Las galerías de arte, mu-
históricos, representaciones visuales y, sobre todo, seos, salones de música, teatros y cafés florecieron con
discursos de poder. La historia de la cultura ha demos- la crítica cultural y artística de la vida urbana parisina,
trado cómo estos espacios, pensados en un principio berlinesa y londinense. Al mismo tiempo, y gracias a la
como zonas de distinción y exclusión social y, poste- mercantilización de los productos culturales –prensa,
riormente, como lugares de esparcimiento y civiliza- fotografía, literatura de bajo costo, etcétera–, la esfera
ción, sirvieron como plataformas de regulación social. pública comenzó a ganar un terreno político inédito.
Tony Bennett (1995) ha expuesto con claridad cómo En su conjunto, y con la deselitización de los espacios
la formación de los museos no puede comprenderse culturales, se logró una separación-liberación de la
de modo adecuado sin incluirlos en un proceso cul- tradición cultural hegemónica y se constituyó una
tural más complejo de gubernamentalidad: es decir, esfera pública moderna. Sin embargo, y a pesar del
como un espacio útil para el ejercicio de nuevas for- progresivo ingreso de las mujeres y las diversas cla-
mas de poder. Siguiendo los postulados teóricos de ses sociales a museos, bibliotecas, teatros y salones
Michel Foucault, Bennett precisa que los museos, en las décadas siguientes, estos espacios mantuvieron
además de ser pensados como lugares útiles para la un rol pedagógico y formativo, antes que transforma-
vida urbana, servían para la salud mental y moral dor y social. Ese rol apenas llegaría a cumplirse en la
de los ciudadanos. Considerados tan importantes segunda mitad del siglo xx.
como la distribución de agua, las luces callejeras y las En Culture and the Public Sphere, Jim McGuigan
veredas, estos espacios denominados culturales fueron (1996) explora con profundidad este problema. En él

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Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

puntualiza que desde la década de 1960 las políticas torios científicos, destaca que los primeros despliegan
culturales se conectan con la esfera pública en su los conocimientos experimentados directamente en la
sentido más general: en los choques de ideas, luchas sociedad, produciendo nuevas realidades y relaciones
institucionales y relaciones de poder en la producción imaginables y perceptibles. Así, al ser espacios epis-
y circulación de significados-bienes simbólicos. Desde temológicos y públicos –donde se establecen ensam-
su surgimiento como acciones gubernamentales, las blajes entre personas-públicos, objetos-culturales y
políticas culturales son parte del debate político y no espacios expositivos-experimentales–, los museos se
materia de administración técnica. En cuanto tales, constituyen como dispositivos de intervención en lo
advierte McGuigan, deben ser tratadas en relación con social. Con los resultados de cada nueva exposición
las determinaciones económicas y políticas de cada pueden producirse cambios en las formas de ver,
sociedad y época. Ellas son parte de la discusión crítica percibir y regular tanto una sociedad específica (las
y racional de la esfera pública. Si bien esta última es identidades locales y territoriales) como las otredades
fragmentada, múltiple y diversa, es en los espacios (diversidades culturales).
culturales donde pueden generarse instancias para Jennifer Barrett (2012) y Clive Gray (2015) han se-
que todos tengan la posibilidad de participar de for- guido esta discusión en años recientes. Por una parte,
ma equitativa en ella. Y es justamente en este punto Barrett afirma que los museos contemporáneos son
donde McGuigan se enfoca. Siguiendo los postulados espacios abiertos, instituciones democráticas para y
de Michel Foucault, Jürgen Habermas y Raymond de la gente. Gracias a la experiencia acumulada en las
Williams, en su libro refuerza la idea de que las insti- últimas décadas, los museos y espacios culturales han
tuciones culturales producen y circulan significados y inscrito en sus misiones y objetivos a sus comunidades
prácticas simbólicas como ninguna otra esfera. En la y territorios como agentes de interés, pues son tanto
segunda mitad del siglo xx, estos espacios no pueden productores de cultura como renovadores activos del
pensarse sólo como escenarios de control, restricción rol público de ellos. En la actualidad, explica Barrett,
y regulación social, sino como generadores de contro- los museos han alcanzado un compromiso crítico en el
versias públicas. discurso público. Al ser espacios públicos y democráti-
McGuigan afirma que en las sociedades democráti- cos, los museos e instituciones culturales han perdido
cas las políticas culturales deben ser entendidas como la histórica jerarquía de poder que poseían. Junto
reflejo de la voluntad pública, es decir, como instancias con ello, se han descrito como espacios de represen-
que influyen en las instituciones culturales para lo- tación de la diversidad cultural y como generadores
grar cambios sociales. Es en los museos, bibliotecas, de conocimientos compartidos con sus territorios y
teatros, salas de concierto, galerías, etcétera, donde comunidades. Lo interesante al respecto, especifica
deben reducirse las diferencias e inequidades de poder. Barrett, es que los museos y espacios culturales de
Esos espacios, entendidos como públicos y “abier­ - hoy en día son comprendidos como escenarios de con­
tos para todos”, deben funcionar entonces como es- troversias y debates crítico-culturales. En este sentido,
cenarios donde la razón y los acuerdos comunicativos los museos y espacios culturales no son plataformas
operen en igualdad de condiciones. de apoyo a la esfera pública: son ellos mismos una
Al profundizar en estos debates, Tony Bennett (2005) esfera pública. Como indica Barrett, son esferas pú-
ha señalado que, a finales del siglo xx y comienzos del blicas culturales de deliberación social y política; están
xxi, los museos e instituciones culturales pueden ser pensados para que las personas tengan la oportunidad
comprendidos como laboratorios cívicos. En efecto, de participar en los procesos democráticos generados
luego de los ecomuseos y las nuevas tendencias en simbólicamente en sus paredes y pasillos. En su inte-
museología surgidas desde la década de 1970, los mu­ rior no sólo se disponen obras que reflexionan sobre
seos funcionaron como instrumentos para la promo- lo social, sino que, al ser exhibidas ahí, producen dis­
ción de la diversidad cultural y esto generó una nueva cursos públicos. Si los museos no fueran accesibles
forma de ser pensados. Con base en la metáfora de para todos, entonces sería evidencia de una falta de
los laboratorios de ciencias, Bennett piensa los mu- cohesión social, o, en otras palabras, la democracia
seos como espacios donde se manipulan y experimen- en sí estaría en riesgo.
tan subjetividades, objetos culturales y regulaciones Por su parte, en The politics of museums Gray se
sociales. En su conjunto, y como lo hicieron en los enfoca en entender los museos como agentes políticos.
siglos pasados, pueden promover saberes inéditos y Ellos están involucrados tanto en su relación con el
crear nuevos regímenes de verdad. mundo globalizado como con los conflictos poscolonia-
Si bien Bennett habla de la dificultad de comparar les; tanto en las decisiones internas de poder entre los
los museos con el funcionamiento real de los labora- profesionales como en las formas de pensar e influir en

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Tomás Peters

la concepción de museo en general. Lo llamativo Metodología


de la aproximación de Gray es su interés por com-
prender el papel que cumplen los individuos concretos Para dar respuestas a las preguntas aquí planteadas
en la gestión de los museos (directores, curadores, se identificaron los principales espacios culturales
conservadores, encargados de educación y mediación, (museos, bibliotecas, teatros, cines, etcétera) geográ-
profesionales, técnicos), además de las influencias ficamente cercanos a la denominada zona cero del
y presiones externas (públicos, agentes estatales o mi- estallido (Plaza Italia-Dignidad). Esta zona comprende
nisteriales, vecinos, comunidades y territorios, no-pú- un área de diez kilómetros cuadrados y se ubica, sobre
blicos). En su conjunto, Gray señala que lo político de todo, en el centro de la ciudad; la avenida Libertador
los museos no sólo se da en su capacidad de ejercer Bernardo O’Higgins –entre el Palacio de La Moneda
poder, legitimidad cultural, preferencias hegemónicas por el oeste y Salvador por el este– fue el eje principal
o fomentar ideologías específicas en la sociedad, sino de las protestas entre el 18 de octubre de 2019 y ene­
también en las decisiones, racionalidades, influencias y ro de 2020, pero la zona puede ampliarse por el lado
prácticas políticas que se crean en el interior de ellos norte hasta avenida Costanera Norte y el lado sur hasta
y entre ellos. En este sentido, el ejercicio de poder en Francisco Bilbao-Curicó. Sin duda, esta delimitación
los museos y espacios culturales es una experiencia es arbitraria y no se condice con los territorios propios
sistémica: genera acciones políticas para el entorno (la de la revuelta (ésta se desarrolló en variadas zonas de
sociedad), pero el entorno asimismo produce presiones la ciudad y del país, pero es en esta área de la capital
en su interior. Para Gray, los museos son espacios donde se produjeron los mayores enfrentamientos
donde se producen acuerdos y desacuerdos entre entre manifestantes y fuerzas policiales). Dentro de
los agentes intervinientes (directores, profesionales, esa delimitación geográfica se identificaron 19 espacios
vecinos, públicos, políticos, evaluadores, etcétera) y culturales,1 13 de los cuales se tomaron en cuenta
los resultados de esas negociaciones pueden ser in- como muestra y donde se entrevistó a trabajadores y
sospechados y con consecuencias involuntarias. Al representantes o directivos entre marzo y abril de 2020.
pensar el rol de los museos y espacios culturales hay Las entrevistas fueron semiestructuradas, duraron
que tener en cuenta tanto el equipo interno de esos es­- aproximadamente 30 minutos y se enfocaron en las
pacios como los públicos potenciales o los grupos seis dimensiones de análisis ya mencionadas. Con el
excluidos de la sociedad (y todos los agentes que están fin de mantener el anonimato de los entrevistados, no
en medio de ambos). se indican ni nombran los espacios culturales. Además
En definitiva, y a pesar de que los espacios cultura- del análisis cualitativo de las entrevistas, se revisaron
les y museos tienen relativamente poco impacto en la reportajes de prensa, memorias y documentos oficiales
“gran política”, su misión es ser esferas que fomenten, de los espacios.
cuestionen y refuercen los imaginarios –históricos y
en curso– de las sociedades. Y este aspecto ha sido
fundamental para comprender su situación en América Espacios culturales en la zona cero:
Latina (Castilla, 2010; Pinochet, 2016). respuestas, acciones y vínculos
¿Cómo responder a esa misión en un estado de bajo el estallido
excepción? Si la significancia política de los museos
y espacios culturales es servir como esferas públicas Los museos y espacios culturales situados alrededor
culturales deliberativas, ¿cómo actuar frente al de- de la zona cero poseen características organizacionales
sarrollo de marchas, protestas y acontecimientos de e institucionales particulares (dependencias públicas,
una revuelta social en sus territorios? En definitiva, privadas e independientes), distintos niveles de com-
en un contexto de rupturas y cuestionamiento a la plejidad según su tamaño, y su misión depende de
sociedad chilena, ¿qué medidas, acciones y respuestas su área artística específica de trabajo (véase anexo 1).
dieron los museos y espacios culturales cercanos a la Históricamente, los museos y espacios culturales
Plaza Italia-Dignidad luego del 18 de octubre de 2019? han desempeñado un papel decisivo en el proceso de

1
Centro Cultural Palacio de La Moneda, Galería bech, Teatro del Puente, Centro Cultural Gabriela Mistral, Museo de Arte
Contemporáneo sede Parque Forestal, Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Química y Farmacia, Centro Cultural
de España, Museo Violeta Parra, Museo Benjamín Vicuña Mackenna, Cine Arte Alameda, Museo de Artes Visuales, Cine
El Biógrafo, Biblioteca de Providencia –sedes Parque Bustamante y Parque Balmaceda–, Cine Arte Normandie, Museo de
Arte Colonial, Teatro de la Universidad de Chile, Galería Gabriela Mistral y Biblioteca Nacional.

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Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

democratización cultural en Chile (Subercaseaux, Acciones inmediatas-contingentes


2011). Si durante el inicio de la república, en los siglos al inicio del estallido
xix y xx, cumplieron un rol clave para la construcción
de la identidad nacional (Urizar, 2012; Alegría, 2019), La semana del 14 de octubre se produjeron diversas
a finales del siglo pasado enfrentaron un proceso de acciones de evasión del pago en el transporte públi-
reconfiguración estructural con base en la nueva co. Durante esos días, las fuerzas policiales fueron
institucionalización cultural en el contexto posdictato- desplegadas a lo largo de las estaciones de la red de
rial. Este devenir de los museos y espacios culturales metro con el fin de evitar estas acciones realizadas,
por constituirse en espacios abiertos y vinculados con principalmente, por estudiantes secundarios. El vier-
sus comunidades y públicos se ha acrecentado duran­- nes 18 culminaba una semana caracterizada por el
te los últimos años (Subdirección Nacional de Museos, aumento progresivo de las evasiones masivas –tanto
2015) debido, en parte, a los desafíos generados por la de estudiantes como de ciudadanos comunes– y
reducción de sus públicos y la necesidad de evaluar el llamado a huelga de gremios de trabajadores por el
sus gestiones (Ministerio de las Culturas, las Artes y alza del valor de los pasajes del transporte público. Con
el Patrimonio de Chile, 2019; Observatorio de Políticas el objetivo de desincentivar la evasión, ese día el go-
Culturales, 2019). bierno redujo de manera sustantiva la frecuencia de
En este escenario, los museos y espacios cultura- buses y metros, lo que generó una crisis de movilidad
les en Chile han debido sobrevivir mediante aportes de las personas por la ciudad. Debido a este escenario
públicos y acciones concretas para revertir el distan- crítico, en la principal vía de la capital –la “Alameda”
ciamiento de sus visitantes, y durante el “estallido Libertador Bernardo O’Higgins–, empezó a reunirse
social” se ponían a prueba los postulados discursivos un número creciente de personas en dirección a Plaza
de apertura y lógica democrática. Si bien las expe- Italia para protestar por la situación. A partir de esa
riencias, decisiones y acciones tomadas por cada tarde comenzó el estallido social de octubre.
espacio durante el estallido fueron disímiles entre sí, Los museos y espacios culturales cercanos a la
existen elementos compartidos que permiten dilucidar zona cero estaban en medio de diversas actividades y
tendencias comunes. A partir de las dimensiones de programaciones. En Chile, la primera quincena de oc­-
análisis definidas para esta investigación, fue posible tubre se distingue por el retorno de vacaciones de
establecer líneas interpretativas que contribuyen a las fiestas patrias y por la mejora del clima (inicio
la comprensión del fenómeno y dan respuestas a las de la primavera). Durante el jueves y el viernes de esa
preguntas formuladas en este estudio. Dicha siste- semana, la mitad de los espacios habían programado
matización ofrece una cartografía analítica aún en inauguraciones de exposiciones o inicios de ciclos de
construcción. programaciones. Todos los espacios culturales y mu-
seos estaban abiertos y atentos a los problemas de
transporte en la capital, así que habían tomado pro-
videncias con sus trabajadores y públicos. Aquellos
que no tenían programada alguna actividad esa tarde
cerraron sus puertas con anticipación a fin de facilitar
el desplazamiento de sus trabajadores a sus hogares.
Desde las 18 horas, la concentración de personas en
la zona cero creció de manera exponencial y, de acuerdo
con las/os entrevistados, en los equipos se generó un
monitoreo permanente de la situación. Esto tenía como
objetivo ir evaluando en línea los acontecimientos “de
la calle” para tomar decisiones sobre cerrar los espacios
o mantener la programación definida. Sin embargo, en
las horas siguientes, se iniciaron los primeros enfren-
tamientos entre la fuerza pública y los manifestantes,
lo que desencadenó una reacción masiva de los espa-
cios por cerrar sus puertas, evacuar a sus públicos y
asegurar las condiciones de sus trabajadores. Según
las/os entrevistados, el nivel de violencia era inusitado
de acuerdo con sus experiencias previas: además de las
tradicionales piedras y destrozos de bienes públicos,

58
Tomás Peters

se incendiaron edificios aledaños, se hicieron barri- sus actividades (si surgían problemas en el exte-
cadas en las calles y se desató una fuerte represión rior, debían evacuar a su público por vías seguras).
policial. Esto llevó a los espacios y museos a cerrar por Además, se “camuflaban” apagando las luces para
completo y, los que poseían equipos de guardias, a aparentar estar cerrados o instalando protecciones
reforzar su presencia. Junto con ello, y según se seña­- poco evidentes. Otros espacios más institucionales,
ló en las conversaciones, entre los equipos se produjo debido a las manifestaciones y acciones que ocurrían
una sensación de “perplejidad”, “incertidumbre”, “te­- a las afueras de sus puertas, optaron por reforzar sus
mor” y “desorientación”, pero, al mismo tiempo, un acce­sos y colocaron muros de fierro (tipo bunkers). En
“entusiasmo”, “emoción” y “optimismo” por los aconte- general, las/os entrevistados dijeron que, durante las
cimientos en curso. Las primeras impresiones de esas primeras semanas, se determinó no eliminar ni borrar
horas eran que esto duraría “la noche” y se volvería a los rayados realizados en las paredes de los museos
la “normalidad” en unas cuantas horas. y espacios. Existió un reconocimiento amplio de que
El 19 de octubre, y al evaluar el escenario político servían como soportes de expresiones del movimiento:
y de movilización de la ciudad, la totalidad de los mu­ por tal razón, se registraron (fotografiaron), archivaron
seos y espacios culturales cerraron durante ese fin y sistematizaron como “documentos históricos”.
de semana. Como indicaron las conversaciones, el mo­ Los espacios culturales privados e independien-
nitoreo de los acontecimientos era permanente y las tes, al mantener cierta apertura, lograron seguir con
decisiones fueron claras: mantener cerrados hasta que exposiciones o presentaciones artísticas, pero éstas
el territorio permitiera la llegada segura de los traba- sufrieron cambios en sus horarios, títulos y formatos.
jadores, y no hubiera riesgo de amenazas físicas para Sin embargo, todos los espacios y museos analizados
ellos ni para los edificios (en especial por incendios). precisaron –o es posible leer en sus memorias del año–
En el transcurso de los días posteriores, los espacios que la asistencia de públicos se redujo a niveles críti-
dependientes de organismos públicos recibieron tanto cos e inexistentes en su historia. Salvo algunos casos
directrices de autoridades ministeriales y estatales de –donde se llevó a cabo una inauguración de exposi-
mantener cerrados como ayuda para reforzar medidas ción–, el resto de los espacios casi no recibió públicos
de seguridad de la infraestructura y de guardias –con durante los meses de octubre, noviembre y diciembre.
acceso sólo a trabajadores–, mientras que los espacios
privados e independientes abrieron de manera parcial,
debido, en parte, a las exigencias de seguridad de su Vínculos de apoyo
edificación y equipo. En el primer caso, a las afueras y protección institucional-pública
de los espacios y museos de dependencia pública se al espacio
realizaron intervenciones por parte de los trabajadores
(como colgar lienzos para unirse a la protesta o pre- Durante el estallido social, los museos y espacios cul-
sentaciones artísticas que respaldaban las movilizacio­- turales no sólo debieron sortear el cambio radical de
nes). En el segundo caso, fueron los mismos equipos sus programaciones y establecer nuevos protocolos
de trabajo los que se mantuvieron en su interior con el de funcionamiento y seguridad, también enfrentaron
fin de proteger, cuidar y resguardar las instalaciones. exigencias organizacionales y crisis de financiamien-
Varios de estos espacios independientes, al estar en to-operación. Al consultarles a las/os entrevistados
zonas estratégicas, sirvieron como puntos de resguardo sobre los niveles de apoyo o protección de las insti-
de los manifestantes y de primeros auxilios, lo que tuciones culturales públicas, es decir, del Ministerio
generó un vínculo de cuidado mutuo entre ellos y el de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile,
espacio cultural. las respuestas varían significativamente según el tipo
Durante las semanas sucesivas los museos y espa- de espacio. Los museos y espacios culturales de de-
cios culturales debieron suspender y/o reprogramar pendencia pública recibieron, desde los primeros días
su calendario de actividades. Debido a los aconteci- del estallido, apoyo económico y protección mediante
mientos que se estaban desarrollando –en especial de el reforzamiento de guardias privados. En la mayoría
enfrentamientos con alto nivel de violencia, saqueos e de estos casos, la comunicación fue directa con los
incendios en edificios aledaños, como farmacias, ban­- agentes ministeriales. No obstante, en los espacios cul­-
cos y oficinas públicas– algunos museos públicos de­ turales de dependencia universitaria, el vínculo con la
cidieron proteger sus obras en depósitos especiales institucionalidad pública cultural fue más débil. Algo
o trasladaron objetos valiosos patrimoniales hacia parecido se observó en los espacios independientes y
áreas sin riesgo. Otros espacios culturales privados privados: según las/os entrevistados, casi no hubo
abrieron sus puertas “cuando se podía” y repusieron vínculos de cooperación y trabajo con el ministerio –ni

59
Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

en reuniones ni en comunicaciones– y la situación eliminaron a profesionales por honorarios externos.


dependió de la administración de contactos de cada Sólo los equipos permanentes mantuvieron sus cargos.
equipo. Uno de los puntos clave de discusión entre las/os
Otros nexos identificados por las/os entrevistados entrevistados fue el surgimiento de ciertas tensio­ -
fueron con carabineros (policía) y autoridades muni- nes entre los trabajadores de museos y espacios cultu-
cipales, pero se trató de colaboraciones esporádicas y rales de dependencia pública y sus equipos directivos,
en situaciones concretas, aunque en general estas respecto de la forma de tematizar o actuar durante
conexiones fueron percibidas más bien como problemá­ el estallido social. En otras palabras, emergió una
ticas: es más, muchas veces se comprendieron como discusión interna entre los trabajadores –que sentían
agentes en directa contradicción o rechazo con la mi­- afinidad por el movimiento y veían la necesidad de
sión del espacio. participar como agentes culturales desde el espacio
Uno de los vínculos reconocidos por las/os entre- cultural o museo público– y los directivos –quienes
vistados se generó entre los mismos museos y espacios recibían directrices desde agentes públicos guberna-
culturales. Entre los más claros al respecto están una mentales jerárquicos de no actuar ni involucrarse en
experiencia previa denominada “Barrio Arte” –que la movilización. Según algunas/os entrevistadas/os,
reunía a un grupo específico de espacios– y “Barrio los trabajadores organizaron encuentros, reuniones
en Diálogo” que, durante el estallido, logró ampliar y reflexiones sobre el papel de los museos y los espa-
su campo de acción con otros espacios culturales, la cios culturales de dependencia pública en el contexto
comunidad y otras organizaciones territoriales (como del estallido –así como por sus propias condiciones
cafés, restaurantes, negocios) en vistas a discutir los laborales precarias–, pero no fueron promovidas ni
acontecimientos acaecidos durante el estallido. Este reforzadas por los directivos. Para estos últimos, apo-
tipo de espacios de colaboración entre los museos y yar el movimiento iba en contra de sí mismos, pues
espacios culturales fue percibido por las/os entrevis- eran parte de “lo criticado”. En este sentido, salieron
tados como una instancia que redujo la incertidumbre a la luz tensiones en las “estrategias del tratamiento”
y permitió establecer líneas de trabajo colaborativa y del conflicto social entre trabajadores y directivos. Por
de protección mutua durante esos meses. su parte, en los espacios culturales independientes o
privados la situación fue distinta, aunque se dieron de-
bates internos sobre “la forma” de expresar el respaldo.
Relaciones laborales internas No obstante, en las entrevistas se evidenció un trabajo
y cambios organizacionales en bloque de apoyo tanto a la movilización como a la
labor realizada en el interior de los espacios. En este
Según las entrevistas, durante el estallido social los sentido, el trabajo de compromiso estaba fortalecido
museos y espacios culturales tanto públicos como por todos los estamentos, aunque esto ocurrió sobre
privados e independientes no realizaron cambios sus- todo en espacios culturales independientes.
tantivos en los equipos de trabajo. Por el contrario,
al margen del tipo de espacio y museo, se evidenció
una preocupación constante por resguardar la inte- Vínculos entre manifestantes,
gridad física de los trabajadores durante sus horas públicos y comunidad del espacio
laborales, así como también por su salud mental (de durante el estallido
“contención”, “cuidado emocional”, “carga negativa”). Al (comunidades contingentes)
mismo tiempo, según las/os entrevistados, los equipos
y trabajadores de los espacios y museos fueron de- Una de las dimensiones centrales de los museos y es-
terminantes durante el estallido, ya que apoyaron la pacios culturales es su relación con el territorio donde
misión histórica de ellos además de las necesidades se sitúa. Desde el 18 de octubre, en el contexto del
emergentes que surgían cada día por causa de las estallido, el territorio de esos espacios se convirtió en
movilizaciones (se redistribuyeron las funciones). Con una zona de enfrentamientos entre manifestantes y
todo, al finalizar 2019, algunos espacios culturales in- fuerzas públicas, y esto tuvo consecuencias para los
dependientes debieron prescindir de algunos servicios museos y espacios culturales.2 Los manifestantes,
profesionales y los museos de dependencia pública considerados comunidades contingentes, utilizaron

2
El viernes 27 de diciembre de 2019 uno de los espacios culturales independientes, el Centro Arte Alameda, sufrió un in-
cendio –por razones que se investigan– que destruyó gran parte de su infraestructura. Dos meses después, el viernes 28

60
Tomás Peters

ese espacio público como un territorio resignificado: la crimógenas, lanzaaguas, represión directa de fuerzas
zona cero se transformó en Plaza Dignidad y día tras policiales–, también fueron espacios de atención mé-
día se apropiaron, en diversas formas, de ese espacio, dica a heridos durante las protestas. En cuatro casos,
siendo los viernes el día de mayor afluencia y conflicto dentro de estos espacios se implementaron pique­ -
barrial. tes de salud de la Cruz Roja o de estudiantes-profesio-
Las entrevistas permitieron advertir, principalmen- nales de la salud, lo que significó un involucramiento
te, tres tipos de relación de los museos y espacios directo con el territorio y la contingencia del estallido.
culturales en sus territorios: a) con los manifestantes, Al disponer de dispositivos de salud y resguardo, las/os
b) con los públicos tradicionales y c) con las comuni- entrevistados narraron que los manifestantes se sin­
dades circundantes (vecinos). Los museos y espacios tieron amparados y protegidos. De hecho, estos espa­
culturales de dependencia pública mantuvieron una cios culturales y museos programaron actividades
relación “distante” con los tres tipos identificados, en artísticas vinculadas a la protesta social y efectuaron
especial con los manifestantes (en particular por el te- conversatorios con los públicos y artistas luego de
mor a saqueos, protección a los edificios patrimoniales, funciones y exposiciones. A pesar del riesgo de esta
robos de documentos, etcétera). Si bien en ocasiones situación, en las entrevistas se comentó la percepción
se pusieron a disposición salas de reuniones para de que el vínculo y el reconocimiento del territorio, los
encuentros con los vecinos y comunidades, las/os en­- públicos y las comunidades sobre estos espacios se
trevistados de algunos museos de dependencia pública vio fortalecido y ampliado.
y tamaño pequeño reconocieron que fueron instan-
cias de rendimiento contextual, es decir, no siempre
se lograba una asistencia importante y dependía de Uso y estrategia comunicacional
muchas variables (seguridad, horario, día, calidad del del espacio cultural
aire, etcétera). Los ejemplos exitosos de encuentros con
vecinos y comunidades se realizaron en especial afuera Las redes sociales y las estrategias comunicacionales
de las entradas principales de los espacios cultura­ fueron una dimensión emergente durante el estalli-
les y museos (por ejemplo, “Coloquio de perros”). Los do, la cual fue reconocida como clave por parte de
mayores encuentros, cabildos y reuniones masivas de todas/os las/os entrevistadas/os. Desde el 18 de octu-
artistas, gestoras/es culturales, investigadoras/es, bre, y a causa de los cierres y cambios de programación
comunidades vinculadas al mundo artístico y públicos por parte de los museos y espacios culturales, la vía de
tuvieron lugar en espacios culturales independientes comunicación con sus comunidades, públicos y so-
alejados de la zona cero. En el caso de museos de ciedad en general fue a través de las redes sociales
mayor tamaño, y aun cuando mantenían fuertes lazos (Facebook, Twitter, Instagram). Según quedó en evi-
históricos con sus comunidades y vecinos, debieron dencia en las entrevistas, en los primeros días estos
suspender sus trabajos territoriales y enfocarse en si­- medios fueron utilizados para informar el cierre o
tuaciones contingentes, donde los vínculos se restrin- los cambios de horarios de la programación. Sin em-
gieron a solicitudes específicas (por ejemplo, mayor bargo, a los pocos días, algunos museos y espacios cul­-
seguridad durante la noche por miedo a incendios o turales fueron increpados –“funados”– por usuarios
peticiones de modificación de inmobiliario público per­- tanto por el uso de ciertos términos como por la falta de
teneciente a los museos). De la misma forma, a veces, referencias al estallido social. Por ejemplo, en un caso,
y según dicen las/os entrevistados, los museos de la frase “volveremos cuando se regrese a la normalidad”
dependencia pública y algunos espacios culturales recibió críticas de los usuarios debido a que, luego del
recibieron amenazas de ataques y robos. estallido, ya nada volvería a la normalidad. Con base
A diferencia de los museos y espacios culturales en ese tipo de experiencias, las comunicaciones co-
públicos, los espacios independientes sostuvieron una menzaron a ser más cuidadas y reflexionadas.
política de apertura y apoyo a los manifestantes y, “en Si en un comienzo las comunicaciones se enfocaron
la medida de lo posible”, mantuvieron su programa- en informar los cambios de horarios y programacio-
ción. Además de servir como refugio para personas nes, en el transcurso de las semanas subsecuentes
huyendo de diversas formas de represión –bombas la­- se gestaron diversas estrategias: por una parte, los

de febrero, ocurrió lo mismo con el Museo Violeta Parra, espacio cultural privado, sin fines de lucro. En ambos casos, fue
patente cómo la vinculación y tratamiento con sus territorios jugó un rol clave en su función y devenir en cuanto espacios
culturales y museos.

61
Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

museos y espacios culturales de dependencia pública y museos, sino de la sociedad en su conjunto. Además,
universitaria se mantuvieron difundiendo sus horarios se requería superar el muy extendido imaginario de
de funcionamiento y decisiones contingentes. No obs- que la cultura y las artes son un espacio privilegiado
tante, en algunos de ellos, se utilizaron obras de sus para un segmento de la sociedad, y que, en cambio, son
colecciones para fomentar y ampliar el debate sobre un derecho de todos.
los acontecimientos sociales. Por otra parte, algunos Finalmente, fue posible identificar discursos especí-
espacios culturales tomaron una “posición de apoyo” a ficos: las/os entrevistados indicaron que la emergen­cia
la movilización social, lo que implicó críticas y respal- de las comunicaciones y la digitalización de las colec-
dos al mismo. Incluso, en uno de ellos, los directivos y ciones y acciones de los museos y espacios culturales
equipo profesional recibieron amenazas por parte de será un escenario futuro real. Asimismo, las entrevis-
grupos contrarios a la movilización. Finalmente, otros tas refuerzan las dudas sobre el rol que los museos y
espacios culturales independientes, además de noti- espacios culturales cumplirán como esferas públicas
ficar sobre sus actividades, solicitaron en sus redes en un escenario de nuevos cierres y suspensión de la
sociales ayuda en materiales de primeros auxilios, programación anual. Sumado a lo anterior, se mencio­
alimentos, profesionales de la salud, etcétera. En su na la inseguridad que han alcanzado los museos y
conjunto, las/os entrevistados manifestaron que la co­ espacios culturales por el financiamiento futuro y la
municación a través de las redes sociales sirvió como necesidad de reconstruir tanto la infraestructura da-
un termómetro o indicador para la toma de decisiones ñada de algunos de ellos, como la urbanidad misma
en los museos y espacios culturales. Pero, de manera de la zona cero.
simultánea, contribuyeron a que los espacios y mu-
seos comenzaran a ser conocidos y reconocidos tanto
por los públicos y comunidades históricas como por Conclusiones: apuntes
la sociedad en general. para pensar las políticas culturales
en contextos de crisis

Imaginarios y perspectivas futuras A partir del 18 de octubre la sociedad chilena ha vivido


de los espacios culturales posestallido un concatenamiento de sensaciones contradictorias y
el surgimiento de imaginarios inéditos de sociedad. El
Luego de cinco meses de haber comenzado el estallido, estallido social significó una demostración explícita de
las/os entrevistados señalaron que la incertidumbre y malestares históricos de gran parte de la población.
complejidad acumulada hacían difícil establecer una Además de poner en crisis los esquemas tradicionales
hoja de ruta posible para sus museos y espacios cul- de la sociedad, introdujo en el continuum de la his­
turales. Empero, fue dable identificar tres grandes re­- toria la exigencia de pensar una sociedad otra basada
latos. Por una parte, entre los museos y espacios cul­- en principios de equidad, dignidad y justicia. Pese
turales independientes, universitarios y privados a ello, esto ha tenido fuertes costos: violaciones a
surgió un discurso orientado a la necesidad de cons- los derechos humanos, mutilaciones oculares a cien-
truir un nuevo trato con los territorios, comunidades y tos de manifestantes, heridos diarios por las fuerzas pú­-
públicos. En varias ocasiones se mencionó, por ejem- blicas y enfrentamientos cotidianos, entre otros. Por lo
plo, la “Declaración de Córdoba” de 2017, haciendo anterior, este artículo se preguntó cómo reaccionaron
referencia al papel social y político de los museos en el los museos y espacios culturales cercanos a la zona
contexto del estallido. Las lógicas participativas de la cero –en términos de medidas, acciones y respues-
cultura fueron vistas como una exigencia real para el tas– frente al desarrollo de las marchas, protestas y
futuro de las políticas culturales: es decir, restable- acontecimientos del estallido social en sus territorios.
cer las confianzas y afectos entre los territorios y los Con el fin de establecer insumos críticos para pensar
espacios y museos. las políticas culturales en tiempos de crisis, aquí se
En segundo lugar, y debido a la alta incertidum- propuso sistematizar los aprendizajes organizacionales
bre que generó el estallido y a las relaciones inéditas y discursivos de ellos durante ese escenario.
que se suscitaron entre cultura y sociedad, hubo quie­ En cuanto esferas culturales deliberativas, los mu-
nes hablaron de la urgencia de establecer políticas cul­- seos y espacios culturales cumplen un papel clave
turales que produjeran un fuerte quiebre a los modelos en la autodescripción y reflexión de las sociedades. A
económicos dominantes y propiciaran una democra- pesar de los aspectos críticos del concepto de esfera pú­-
cia cultural efectiva; pero que, sin embargo, alcanzar blica (Hofmann, 2017) –debido a su normatividad po-
esa meta no dependía de los espacios culturales y lítica y la complejidad de la exigencia de reciprocidad

62
Tomás Peters

igualitaria en entornos de alta desigualdad como en Atria, Fernando


Chile y, en general, en América Latina–, nos ayuda 2017 La constitución tramposa, Lom, Santiago de
Chile.
a pensar la deliberación pública desde la ciudadanía Barrett, Jennifer
en contextos de crisis. Y esto quedó en evidencia en 2012 Museums and the Public Sphere, Wiley-Black-
este estudio. A partir del estallido social de octubre de well, Oxford.
Barros, Robert
2019, y con base en las dimensiones definidas en
2002 Constitutionalism and Dictatorship: Pinochet,
la investigación, las respuestas y acciones de estos the Junta, and the 1980 Constitution, Cam-
espacios culturales fueron disímiles según sus pecu- bridge University Press, Cambridge.
liaridades, tamaños y dependencias administrativas. Bellei, Cristián y Cristian Cabalin
2013 “Chilean student movements: Sustained
Con todo, se pudo advertir que los espacios culturales struggle to transform a market-oriented edu-
y museos de dependencia pública experimentaron un cational system”, en Current Issues in Compar-
desfase de sus capacidades de procesar su entorno/ ative Education, vol. 15, núm. 2, pp. 108-123.
Bennett, Tony
territorio. Aunque los trabajadores y equipos profesio­ 1995 The Birth of the Museum. History, Theory, Pol-
nales expresaron apoyo y soporte al estallido social, itics, Routledge, Londres.
las autoridades superiores favorecieron una posición Bennett, Tony
2005 “Civic laboratories. Museums, cultural ob-
de neutralidad y clausura operativa. Por el contrario, jecthood and the governance of the social”,
los espacios culturales independientes y los museos en Cultural Studies, vol. 19, núm. 5, pp. 521-
privados lograron un trabajo territorial y creativo de 547, doi: 10.1080/09502380500365416.
Cabalin, Cristian
mayor profundidad y vinculación con sus comunidades
2012 “Neoliberal education and student move-
históricas (públicos) y con los habitantes-manifestan- ments in Chile: inequalities and malaise”, en
tes contingentes del territorio. Policy Futures in Education, vol. 10, núm. 2,
Por último, fue posible concluir que los distintos pp. 219-228.
Castilla, Américo (comp.)
museos y espacios culturales cumplen su función de 2010 El museo en escena. Política y cultura en Amé-
esferas culturales deliberativas en diferentes formas: rica Latina, Paidós, Buenos Aires.
unos estableciendo un vínculo directo con el territo­- Collier, Simon y William Sater
2004 A History of Chile, 1808-2002, Cambridge
rio y la resistencia, algunos resguardando los rayados University Press, Cambridge.
como discursos de la resistencia y otros como espa­- Collins, Cath, Katherine Hite
cios tradicionales de resguardo del patrimonio. En su y Alfredo Joignant
2013 The Politics of Memory in Chile. From Pinochet
diversidad de acciones, todos se inscribieron como es- to Bachelet, Lynne Rienner, Colorado y Lon-
feras públicas deliberativas, pero con márgenes disími­- dres.
les de rendimiento político-cultural. La lección principal Donoso, Sofía
2013 “Dynamics of change in Chile: Explaining the
de esta investigación apunta que, en un contexto de
emergence of the 2006 ‘Pingüino’ movement”,
crisis social, como el estallido social de octubre de 2019, en Journal of Latin American Studies, vol. 45,
los museos y espacios culturales pueden servir como núm. 1, pp. 1-29.
agentes reflexivos y patrocina­dores de las demandas Garcés, Mario
2019 “October 2019: Social uprising in neoliberal
sociales. Pero también pueden operar como agentes Chile”, en Journal of Latin American Cultur-
aparentemente neutrales que los hacen distanciarse al Studies, vol. 28, núm. 3, pp. 483-491, doi:
del conflicto contingente. Y, por ende, alejarse de su 10.1080/13569325.2019.1696289.
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63
Espacios culturales y museos bajo el estallido social de octubre de 2019 en Chile

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64
Tomás Peters

Anexo 1
Museos y espacios culturales de la muestra

Tamaño según equipo de trabajo


Dependencia
Número (pequeña, menos de 5 personas; media- Principal área
administrativa del espacio
identificador na, entre 5 y 20 personas; grande, de trabajo cultural
cultural y/o museo
20 personas o más)

1 Pública del Estado Grande Miscelánea (cine, artes


visuales)

2 Independiente - Organización Pequeña Artes visuales


de derecho privado sin fines de
lucro

3 Independiente - Organización Pequeña Teatro


de derecho privado sin fines de
lucro

4 Pública del Estado Pequeña Artes visuales

5 Independiente - Organización Grande Miscelánea (teatro,


de derecho privado sin fines de danza, artes visuales,
lucro música)

6 Universitaria pública Mediana Artes visuales

7 Universitaria pública Pequeña Histórico

8 Universitaria pública Grande Música

9 Pública del Estado Grande Artes visuales

10 Pública del Estado Mediana Histórico

11 Independiente - Organización Mediana Artes visuales


de derecho privado sin fines de
lucro

12 Pública del Estado Grande Histórico

13 Independiente - Organización de Mediana Cine


derecho privado

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