Está en la página 1de 8

EXPRESIÓN DE EMOCIONES Y AUTISMO

Jimena Olate - Ghilian Navea

Planea Comunidad Autista

Resumen:

El autismo se considera un síndrome conductual, de base biológica, producto de una


afectación en la socialización, la interacción social, la comunicación y el lenguaje,
asociado a conductas estereotipadas e intereses restringidos. Son numerosas las teorías
que buscan dar respuestas científicas y experimentales a la experiencia de vivir con la
condición del espectro autista o TEA según el DSM5 (2013) y todas convergen en un
punto: las personas autistas muestran evidencias de una clara dificultad a la hora de
comprender, gestionar y reconocer emociones.
En esta investigación de recopilación bibliográfica se someterá a estudio la hipótesis de
que las personas autistas tienen deficiencias significativas en el desarrollo
afectivo-emocional con la intención de actualizar los conocimientos que conectan el
Autismo con el mundo de las emociones.

Palabras Clave: Amígdala - Autismo - Emociones - Empatía - Expresión - Neuronas


espejo - Teoría de la mente.
1. Introducción

Las personas son capaces de comprender los estados emocionales, mentales y afectivos de
sus pares, lo que les permite actuar de determinadas maneras frente a determinadas
situaciones para, así, inferir sentimientos, emociones y modificaciones de conducta. Esta
información innata se conoce como la capacidad de empatizar que es la base de la conducta
prosocial.

Entendemos las emociones como eventos psicológicos que tienen directa influencia en
nuestra conducta y, por ende, la capacidad de relación con nuestras propias emociones y las
de otras personas resultando fundamental a la hora de establecer relaciones sociales a través
reacciones de comportamiento y expresión facial.

De acuerdo con las investigaciones de Firth, las personas autistas tienen dificultades a la hora
de distinguir lo que está dentro de su propia mente y lo que está en el interior de la mente de
los demás. Por otra parte, Ana María Miguél (2006) comienza su estudio sobre el mundo de
las emociones en los Autistas diciendo que “los autistas presentan un gran déficit en la
percepción de las emociones, que constituye un elemento esencial para contribuir al
desarrollo afectivo y emocional del sujeto.”

Darwin indicó que el ser humano está dotado de una capacidad innata de imitar y reconocer
expresiones faciales mientras que Walker Andrew (1986) agrega que hacia el año de vida
una persona desarrolla noción de aquellas acciones que provocan determinadas emociones y
hacia los dos años pueden identificar reacciones que preceden de esas emociones, sin
embargo, en el caso de las personas en el Espectro Autista, la imitación de expresiones no es
innata y resulta más bien aprendida, entrenada y no siempre con éxito o al menos eso se
puede desprender desde las conclusiones de diversas investigaciones experimentales a lo
largo de la historia.

El propósito de esta investigación es generar un compilado de argumentación, contenidos


teóricos y hallazgos experimentales que nos permitan generar un nexo entre el autismo y el
mundo de las emociones para identificar cuáles son las reales dificultades de la población
Autista a la hora de expresar o comprender emociones.
Hablar de la identificación y, sobre todo, de la experiencia de emociones en las personas
Autistas es fundamental a la hora de generar espacios que visibilicen a una parte de la
población que por décadas fue tildada de “personas sin posibilidad de empatía”

La motivación inicial es propiciar un encuentro de revisiones bibliográficas que nos permitan


identificar y actualizar los conocimientos sobre las emociones en las personas Autistas con el
propósito de reconocer aquellas teorías que tienen sustento científico y aquellos
conocimientos que, debido a su desactualización, hoy pertenecen al mundo de los “mitos
sobre autismo”

2. Materiales y Métodos

Para realizar esta investigación recurrimos a recomendaciones de literatura de parte del


equipo de la Fundación Autismo Puente Alto y a investigaciones con respaldo científico de
Google Académico.

Durante nuestra búsqueda identificamos aquella bibliografía que conectara el Autismo con el
mundo de las emociones, las neuronas espejo y la teoría de la mente.

Como equipo decidimos abordar el Autismo de forma respetuosa con el propósito de


humanizar la condición, entendiéndolo como una condición diferente del neuro-desarrollo,
más, evitando el lenguaje patológico. Hemos dado preferencia a la literatura que comprende
que el Autismo no es una enfermedad por lo que su entendimiento se basa en un análisis
bio-psico-social desde un paradigma de acompañamiento y no de “rehabilitación”
3. Resultados y Discusión
El DSM-5 enmarca el espectro autista (TEA) dentro de los “trastornos” del desarrollo
neurológico, cuyo rasgo más característico son las alteraciones de la conducta social, que
incluyen afectaciones en prosocialidad y empatía.

Según el mismo manual diagnóstico actualizado en el año 2013 la persona Autista se


caracteriza por sus dificultades persistentes en la comunicación e interacción social en
diversos contextos, las deficiencias en la reciprocidad socioemocional, desde el acercamiento
social anormal hasta la disminución de intereses, emociones o afectos compartidos, la
deficiencia en las conductas comunicativas no verbales, patrones repetitivos de
comportamiento, intereses o actividades.

En esta investigación bibliográfica nos centraremos en el desarrollo de las emociones pues,


se debe considerar que tanto el área de la integración e interacción social, la reciprocidad en
la comunicación y las dificultades en el ámbito socioemocional pueden tener incidencia
directa con las dificultades que presentan las personas EA a la hora de manifestar o
reconocer emociones y es que algunas investigaciones como la de María Miguel en el año
2006 indican que las personas Autistas presentan un déficit en la percepción de las
emociones que constituye un elemento esencial a la hora de contribuir al desarrollo afectivo
y emocional de la persona en cuestión.

Entonces ¿Qué son las emociones?

Según María Miguel (2006) las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso,
hilos que mantienen unida la vida mental entendidas como imágenes esquemáticas de
situaciones que confluyen en diversas definiciones.

Un niño o niña con un desarrollo normo-tipo puede reconocer determinadas emociones y


cómo estas son causadas frente a determinadas situaciones. La evidencia dice que desde los 3
o 4 años los niños pueden explicar sus emociones y las emociones ajenas en relación a sus
deseos personales.
Según Hobson (1991) las personas nacen con “propensiones afectivo-perceptivas” que
facilitan la interacción innata lo que se sustenta en múltiples investigaciones sobre
expresiones faciales de emociones en niños y primates no humanos que preparan al sujeto
para el reconocimiento de emociones mediante la actividad mayor del hemisferio cerebral
derecho.

Existen múltiples investigaciones que pretenden sustentar teorías para dar respuesta a la
problemática de las emociones en las personas dentro del espectro Autista:

● Teoría de la mente: Frith y Leslie Cohen plantearon que la problemática de las emociones
en las personas Autistas se basa en la dificultad a la hora de “pensar sobre los
pensamientos” o “leer mentes”, compartir atención y la expresión de emociones que
tuviesen relación con estados mentales como la vergüenza, el consuelo o la buena
voluntad.
● Teoría sobre el déficit en la teoría de la mente o “ceguera mental”: Que se refiere a la
habilidad automática de reconocer o atribuir deseos, intenciones o emociones de otras
personas, identificando que son desde “otro”, mientras la persona Autista es incapaz de
reconocer “otro pensar”. Es decir, la imposibilidad de reconocer lo que está en la mente
propia y la mente de los demás
● Teoría del déficit afectivo – social: Rusell propone que las personas autistas son
incapaces de desprenderse del “objeto” por lo que los fracasos en las evaluaciones sobre
“teoría de la mente” son en realidad una dificultad específica de pensarse en el mundo
real.
● Teoría de la coherencia central: Frith (1989) teoría que plantea que las personas autistas
presentan dificultades en algunas funciones ejecutivas y la solución está en la integración
de estímulos en determinado contexto.
● Teoría de la hiperselectividad: Establece que la dificultad de comprender emociones se
basa en las dificultades existentes para mantener la atención en una determinada
actividad imposibilitándole a la hora de discriminar categorías
● Teorías neuropsicológicas y emoción: Se cree que la emoción hace referencia a diversos
componentes. Según William James (1984) la emoción era una función de áreas motoras
y sensoriales del neocórtex.
Actualmente se considera que las emociones son gobernadas por la amígdala y los
lóbulos frontales. Esta teoría establece que la ausencia de neuronas espejo podrían ser
responsables de las dificultades emocionales de las personas autistas.

Investigaciones de las últimas décadas establecen que las dificultades de las personas
Autistas a la hora de comprender o expresar las emociones no tienen relación con la
“imposibilidad de emoción” sino con la necesidad de educar las emociones para poder ser
reconocidas e interpretadas correctamente.

Kanner indica explícitamente que el Autismo es una discapacidad que genera dificultades a
la hora de establecer lazos emocionales con otras personas.

Dentro de las primeras investigaciones sobre Autismo se establecía que la dificultad de las
personas Autistas a la hora de reconocer emociones se basaba en la incomprensión de
expresiones faciales, sin embargo, un estudio de Hobson indicó que las dificultades reales
se presentan a la hora de “leer” los sentimientos de otras personas o tonalidades orales,
mientras que son capaces de identificar expresiones faciales (aunque en un mayor tiempo)

Un estudio de Josefina Lozano (2010) sobre “La enseñanza de emociones y creencias a


alumnos con trastornos del espectro autista” establece que al enseñar de forma concreta y
específica las emociones a un grupo de estudiantes Autistas su rendimiento de comprensión
de emociones y creencias mejoró significativamente.

Este estudio realizó un trabajo metodológico y personalizado que comprendió las


características específicas de las personas Autistas mediante la utilización de pictogramas y
comunicación aumentativa, el cuadro anterior hace referencia al aumento en la evaluación
intersubjetiva luego de la intervención, dando especial énfasis al desarrollo de las
habilidades que comprenden la comprensión de emociones y teoría de la mente.

Conclusiones

Finalmente, desde la evidencia es necesario establecer que las personas Autistas no tienen
“ausencia de emociones” sino “dificultades de la comunicación”. Es fundamental acabar
con el mito que posiciona a la persona Autista como un ser con carencia absoluta de
empatía para reconocerle como una persona con dificultades de la expresión y comprensión
del lenguaje no verbal.

Fue complejo recolectar información basada en la evidencia que fuese respetuosa con la
identidad de las personas Autistas y desde ahí también se comprende, aún más, las
dificultades que tienen las personas autistas a la hora de expresar sus emociones y cualquier
otra perspectiva sobre su propia identidad.

Al indagar sobre “Emociones y Autismo” se observan frases como “Autismo y ausencia de


emociones - empatía” y diversas expresiones que aluden al prejuicio sobre lo que un ser
humano puede sentir versus lo que puede expresar sobre lo que siente.

Finalmente, el estudio deja en evidencia que la posibilidad de expresión de emociones de


las personas en el espectro Autista no acontece mediante un procedimiento del “todo o
nada”, más bien, son una adquisición y aprendizaje continuo de habilidades concretas que
permitan potenciar y reconocer la experiencia de mundo de otro.

Las habilidades propias de “la teoría de la mente” deben ser enseñadas metodológicamente
desde la práctica puesto que un Autista que recibe educación emocional con empatía
probablemente aprenderá a gestionar y reconocer emociones. Educar las emociones en las
personas con Autismo es tan fundamental como educar la conciencia medioambiental en las
personas normo – tipo.
Bibliografía
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios diagnósticos
del DSM-5. Arlington, VA: Asociación Americana de Psiquiatría.

Autismo Diario. (2011). El método TEACCH. Recuperado el 1 de junio de 2018 de:


https://autismodiario.org/wp-content/uploads/2011/03/resumenTEACCH.pdf (s.f.).
Emociones y Autismo: Respuesta educativa a sus necesidades.

Chin, H.Y. by Bernard-Opitz, V. (2000). Teaching conversational skills to children with


autism: Effect of the development of a Theory of Mind. Journal of Autism and
Develo-pmental Disorders, 30(6), 569-583.

García Villamisar, D. (2020). El autismo y las Emociones. Valencia : Promolibro, 2000


Valencia : Promolibro, 2000.

Nuñez, A. H. (2020). Emociones y Autismo: Respuesta educativa a sus necesidades.


Salamanca.

Ruggieri VL. Empatía, cognición social y trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2013;
56 (Supl 1): S13-21.

También podría gustarte