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PLANTAS DE INTERIOR

Manual para re-habitar un espacio.


Isabel Rodríguez.
Esta es la historia de las plantas que crecen al interior de un lugar hasta convertirse en
parte de él, está es la historia que da cuenta de cómo de tanto habitar un espacio me
convertí en una planta de interior, haciéndome de una circunferencia con tierra suficiente
para desplazarme por la casa, esto sobre todo es un manual, una guía de instrucciones
para re ha bitar un interior, para moverme de lugar con la intención de florecer.
Esta escritura es un dispositivo, depende de la participación del lector, una indagación
para regresar el gozo a cada rincón del espacio que habitamos. Esto es para ti, está es mi
voz, pero también la voz de mi casa, de mis plantas.
Por último, esta escritura está diseñada para ser leída y ejecutada en el espacio que
habitas, por lo tanto, no obtendrás los mismos resultados si la lees en otro espacio.

A partir de aquí las instrucciones se marcarán con números o negritas. Bienvenida.


Casa

Plantas de interior

Voz de la autora
Casa: Nombre femenino. Construcción cubierta destinada a ser habitada. Una casa es un refugio.

La primera construcción de este tipo era tan sólo un refugio temporal de ramas y arbustos
elaborado hace trescientos mil años, una construcción de paso para cazadores, después las
estructuras se hicieron un poco más elaboradas.

Todo comenzó cuando dejamos de ser nómadas, de la recolección pasamos al cultivo, la


agricultura fue el acontecimiento que nos arraigó, las plantas nos asentaron, nos convirtieron en
campamentos, poblados, emplazamientos cada vez más grandes, hasta llegar aquí, a este lugar en
el que estás leyendo esto, un complejo arquitectónico diseñado para actividades tan diversas que
nuestros antepasados agrícolas no hubieran imaginado.

Esta es la voz de un conjunto habitacional destinado a resguardar, el sonido de las paredes, las
tuberías llenas de agua, los ductos de gas, el cableado de electricidad, el agua acumulándose en el
techo cuando llueve, la humedad metiéndose en las paredes, el viento golpeando las ventanas, la
estructura y las entrañas.
Se nos denomina plantas de interior a cualquier especie vegetal cultivada en lugares bajo techo,
pero en realidad somos variedades de plantas de climas tropicales que nos aclimatamos con
relativa facilidad a entornos geográficos ajenos al nuestro.

Las plantas no nos movemos, por algo echamos raíces, así que fuimos colocadas en recipientes de
barro para nuestra crianza.

El registro más antiguo de plantas en macetas procede del palacio de la reina Hatshepsut, que
reinó en Egipto de 1503 a 1482 a. de C. el deseo de la reina era tener incienso que se obtiene del
árbol Boswellia localizado en África Oriental, así que envió una expedición para buscar estos
árboles y traerlos en recipientes de barro.

Las plantas tenemos un sistema de memoria muy complejo, necesario para sobrevivir, en el
interior de nuestro cuerpo vegetal recordamos el momento en el que se nos depositó por primera
vez en una maceta.

Con esa acción comenzó la jardinería. Si antes crecíamos en el exterior para el abasto de la
población, ahora podíamos crecer en interiores y ser cuidadas y reguladas para el placer (plantas
ornamentales, medicinales y culinarias), así hasta replicarnos poco a poco en todas las
civilizaciones antiguas.

Comunidades vegetales creciendo entre las mismas paredes que resguardaban a los humanos.

Sin embargo no podíamos crecer en cualquier lugar, pues los paraísos vegetales eran exclusivos de
los grupos poderosos y estaba prohibido que un hombre común criara plantas para su deleite
personal.

A nosotras las plantas, nos parece curiosa la estrecha relación que tenemos con ese ser
denominado mujer. Desde los primeros cultivos de trigo y arroz, la contemplación de los campos,
los ciclos lunares, pasando por el deseo de la reina egipcia, hasta el tiempo que compartimos al
interior de la casa para el deleite y gozo de los otros.
Me di cuenta que me estaba convirtiendo en una planta de interior cuando comencé a salir de
casa cada vez menos, comencé a planear mi día para hacer todo lo que necesitaba en el exterior
en un solo paseo, inevitablemente debía sacar al perro, así que antes del paseo revisaba muy bien
mi refrigerador para hacer un inventario de si había o no lo necesario para comer durante el día,
también daba un vistazo profundo de si faltaba algún producto de limpieza para comprar lo
fundamental de regreso del paseo, así garantizaba salir una sola vez al día y no volver a asomarme
al exterior. Mis paseos se hacían cada vez más eficientes y cortos, había localizado los lugares de
compras en la ruta adecuada para no desviarme mucho de regreso, el tiempo comenzó a
reducirse, si antes tardaba una hora, hacía lo posible para acortarlo hasta que llegué a demorar
entre treinta y cuarenta y cinco minutos cuando mucho, midiendo las conversaciones con el señor
de la tienda o algún paseante ocasional de perros en el parque.

Había colocado mi escritorio al lado de la ventana para recibir luz solar adecuada y calentarme en
los momentos en que la temperatura comenzaba a descender, si el sol aumentaba bastaba con
mover mi computadora a la mesa del comedor o incluso a la cama o al sofá, de modo que mi
ubicación iba cambiando conforme al clima y a mi estado de ánimo, igual que una planta que se
pone enferma y hay que cambiarla varias veces durante el año para que no muera. Empecé a
escuchar música para plantas cuando me sentía intranquila y de golpe mi estado de ánimo se
apaciguaba.

La relación con mi casa sin duda se había hecho más estrecha, la cosa se dificultaba si tenía alguna
reunión y hacia lo posible por concretarla en casa o vía Skype aunque estuviera en la misma
ciudad, incluso a veinte minutos de distancia de mí. A veces me sentía enferma justo antes de salir
por segunda ocasión, comenzaban los mareos, me faltaba el aire, me embargaban unas ganas
tremendas de tomar agua como si llevará horas bajo el sol o semanas sin probar líquido, la idea de
salir de nuevo me parecía inconcebible, me preguntaba si acaso ese sentir se asemejaba a cuando
arrancan una planta y su raíz se expone fuera de la tierra.

Aun teniendo en cuenta las complicaciones para salir, mi nueva condición de planta de interior me
gustaba, pero ¿De dónde venía este gusto secreto?
Instructivo 1: Aproximación al interior.

1. Colócate en el exterior de tu casa.


2. Respira profundamente, date unos segundos para contemplar lo que te rodea
3. Responde en tu mente:

¿De qué color es la puerta de la entrada?

¿Qué textura tiene?

4. Con la palma extendida de la mano recorre la puerta del extremo izquierdo al derecho

¿Cuánto tiempo tardaste en recorrerla de extremo a extremo?

¿Cómo es el picaporte de la puerta?

¿Qué temperatura tiene?

5. Abre la puerta despacio

¿Cuál es el primer olor que llega desde el interior?

¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que atravesaste esa puerta?

¿Imaginas lo que sentirás cuando tengas que salir por última vez?

6. Dibuja un mapa de tu casa en este trozo de papel en blanco

7. Traza en el mapa el recorrido que haces al llegar


¿Cómo te hace sentir ese recorrido?

Usualmente lo haces ¿lento o rápido?

Si lo haces lento intenta hacerlo rápido

Si lo haces rápido hazlo lo más lento que puedas

¿Qué sonidos te hacen sonreír cuándo llegas a casa?

¿Cuál es el primero objeto qué ves al entrar?

¿Cuál es tu parte favorita de tu recorrido dentro de casa?

8. De este recorrido elige un lugar que te parezca cómodo


9. Dirígete hacia ahí

¿Cómo es este lugar?

¿Qué habitación es?

¿Cómo te hace sentir esa habitación?


Aunque intentaba pensar en otra cosa mi nueva condición de planta de interior me envolvía,
descubrir en qué momento había comenzado a convertirme en planta se volvió una necesidad,
tanto que por las noches me embargaba el mismo sueño. En él mi cuerpo temblaba y no podía
moverme, intentaba hablar pero en lugar de palabras, grandes exhalaciones salían por mis brazos
hasta inundar mi tronco tembloroso, en ese momento abría los ojos.

Al despertar del sueño le seguían grandes lapsos de letargo donde me movía con dificultad o más
bien con una lentitud inaudita que me acompañaba durante gran parte del día, las actividades más
sencillas me tomaban tres veces lo normal, así que el paseo que debía hacer irremediablemente
con mi perro se recorrió hasta entrada la tarde, a veces no tenía muchas ganas de hacer las
compras y reducía mi ingesta de alimentos a lo que encontraba en el refrigerador.

El sueño acudía a mí todas las noches hasta que una vez, fuera de lo habitual apareció la imagen
de mi abuela, mi abuela hablando a sus plantas, mi abuela vaciando recipientes de agua, mi abuela
arrancando con extremada delicadeza hojas secas de los tallos, mi abuela cantando canciones a
rosales, teresitas, fresas, helechos, violetas, anturios, mi abuela en el centro de la casa, todo lleno
de hojas, tallos, flores, botones, una habitación repleta de plantas, llenándolo todo de oxígeno, yo
observando todo desde abajo, de pronto mi abuela me toma entre sus manos y mi cuerpo
comienza a temblar, no puedo moverme, intento hablar pero en lugar de palabras, grandes
exhalaciones salen por mi cuerpo, estoy enterrada hasta el tronco, soy una planta. Despierto.

En la mañana transcurre todo muy lento, abro los ojos y no puedo dejar de pensar en las manos de
mi abuela removiendo mi tierra.

Mi apetito se ha ido, en su lugar imágenes de mi abuela.

¿Mi condición de planta de interior siempre había estado ahí y comenzaba a identificarla? o ¿todo
comenzó cuando mi abuela se depositó en la tierra como si fuera una semilla?
Instructivo 2: Anotaciones sobre la infancia.

10. Piensa en un lugar de tu casa que te recuerde a tu niñez


11. Ve hacia allá
12. Dibuja el trayecto que haces para llegar ahí

¿Qué de este lugar te recuerda a tu niñez? ¿Es un olor? ¿Es una sensación? ¿Es un objeto? ¿Es la
actividad qué haces cuándo estás ahí?
Mi abuela se llamaba María y había sido parte importante de mi niñez, aún conservo en casa
algunas de las plantas que dejó tras su muerte.

Recordaba sus últimos días, al igual que un árbol mi abuela se movía casi imperceptiblemente
depositada en una cama cómo si estuviera plantada en la tierra, sin embargo, no recordaba
exactamente cuando había llegado a habitar nuestro hogar convirtiéndolo inevitablemente en un
jardín.

Estos son los intentos por recordar su llegada: comenzaré describiendo el primer lugar que habité
puesto que la llegada de mi abuela fue una modificación al espacio de mi niñez.

Mi niñez puede contenerse en un pequeño recuadro dentro de un edificio.

El edificio es de un amarillo deslavado, a sus pies un pequeño jardín en el que crece un árbol de
cónicas flores amarillas, en la fachada el número diez tallado en bajo relieve, la entrada es una reja
gris cuya cerradura nunca funcionó, la reja produce un rechinido al entrar, entro al edificio, giro a
la derecha y subo las escaleras de concreto de tamaño bajo e irregular, cuento dieciocho
escalones, doy vuelta a la derecha, otra pequeña reja de color blanco, introduzco la mano entre
los barrotes, jalo el pasador, un pequeño pasillo se antepone a la puerta (en mi memoria este
pasillo siempre estuvo habitado por plantas, pero ahora estoy segura de que esas plantas no
estaban antes de la llegada de mi abuela). La puerta del departamento es de madera pintada de
café, el interior es muy pequeño una habitación donde conviven sala, comedor y una cocina
diminuta al fondo, después de la cocina, que es más bien un pasillo estrecho con estufa, alacena,
tarja y refrigerador, un pequeño cuartito donde apenas cabe una lavadora y un lavadero (mi
abuela se encargó de llenar este lugar con las plantas que pudo en rincones impensables), las
otras habitaciones son dos alcobas pequeñas y un baño.

Los olores en mi memoria cambian según la época. Antes de la llegada de mi abuela recuerdo muy
poco, tenía cinco años y vivía con mi madre, mi padre y mi hermana, de la convivencia con mi
padre recuerdo un olor a madera proveniente de los muebles y los adornos rústicos (fue el
acuerdo de decoración principal entre mis padres) sobre todo el olor de un crucifijo colocado
entre los dos dormitorios.

Mamá + Papá + Hermana = olor a madera.

Cuando mi padre dejó de habitar la casa lo remplazó mi abuela. Su ausencia se materializó en olor
a orégano y rosal, la casa se llenó de un día para otro de todo tipo de plantas, sobre todo flores y
por las noches olor a té de canela.

Mamá + Papá + Hermana + Abuela = olor a madera + orégano + rosal + canela

La llegada de mi abuela es un listado de plantas, mi infancia está contenida en ellas:


Teresitas
Anturios
Claveles
Rosas
Geranios
Ave del paraíso
Margaritas
Violetas
Hortencias
Ciclamen
Planta de chile
Planta de fresas
Orégano
Romero

¿Cuál es tu lista?
Instructivo 3: Del mundo vegetal.

13. Coloca todas las plantas que tienes en tu casa en una misma habitación
14. Continuar la lectura hasta terminar con la instrucción anterior
Tenemos un sistema de memoria muy complejo, recordamos con todo nuestro cuerpo vegetal.
Sabemos muy bien como comienza todo:

Obscuridad.

Nacemos de una semilla que es noventa por ciento agua, semillas despojadas de nuestras plantas
madre por el viento y llevadas a la tierra.

Aunque este no fue nuestro caso, en nosotras vive esa memoria, nosotras fuimos plantadas en
recipientes con tierra y traídas a esta casa, pequeños agujeros hechos con los dedos, huecos
diminutos para resguardarnos.

Obscuridad. Humedad.

Tierra.

Una serie de reacciones químicas: rompemos la membrana de la semilla, nos convertimos en


brotes que se abren paso perforando la tierra, llegando a la superficie.

Oxígeno.

Luz.

La primera vez que recibimos luz solar es como si abriéramos los ojos, todo nuestro cuerpo se
abre.

Imagina a cualquier animal abriendo los ojos por primera vez, eso somos, nuestro cuerpo se retrae
y se abre cómo la retina del ojo que se excita ante el primer contacto con el sol.

Aquel día que abrimos los ojos la vimos por primera vez, ya habíamos tenido contacto con sus
manos cuando nos depositó en la tierra, ya conocíamos las vibraciones de su voz, somos capaces
de reconocer la voz de los seres con los que compartimos el espacio.

Nos gustaría decir esta es nuestra historia, pero preferimos decir nosotras contenemos la historia,
hemos estado aquí desde el comienzo de todo.
Dejar de ser nómadas trajo muchos cambios y las características de las construcciones también
empezaron a cambiar, el concepto de refugio también cambió.

Casa un espacio para resguardarnos de la rutina feroz del afuera que nosotros mismos creamos.

Tipos de viviendas:

Casa formal. Es todo recinto separado e independiente que ha sido construido, adaptado o
dispuesto al alojamiento de uno o más hogares y que no se utiliza totalmente para otros fines. La
construcción se encuentra rodeada de paredes divisorias, muros, cercas, jardines o terrenos que
separan una casa de otra y tiene una entrada independiente.

Tienen un techo único para dos o más viviendas contiguas, y que asimismo cuentan con servicios
exclusivos de agua, electricidad y servicio sanitario.

Apartamento. Es un cuarto o conjunto de cuartos que forman parte de un edificio de dos o más
pisos, que fue construido con la finalidad de servir como edificio de apartamentos y se encuentra
separado de otros apartamentos similares por paredes divisorias que van desde el piso hasta el
techo. Se caracteriza por tener acceso independiente a través de un área común y cuenta con
servicios exclusivos de agua, electricidad y servicio sanitario.

Cuarto en Casa de vecindad. Es un local de habitación construido, adaptado o dispuesto, para el


alojamiento de tantos hogares como cuartos tenga dicha construcción. Cada cuarto se caracteriza
por tener una entrada directa desde un pasillo, patio, corredor etc. Generalmente cada habitación
no cuenta con servicio exclusivo de agua, servicio sanitario y baño. Un hogar puede ocupar uno
más de estos cuartos, en cuyo caso se considera al conjunto de cuartos ocupados por este hogar,
como una sola vivienda.

Rancho. Es una construcción habitacional con uno o más cuartos que generalmente ha sido
construido con materiales naturales de la región, las paredes son de bajareque; barro, paja, palo o
caña y el techo de paja, palma o similares no importando el material del piso. Se destina al
alojamiento de uno o más hogares.

Casa improvisada. Se define como tal aquella construcción independiente de carácter provisional,
elaborado con materiales de desecho (plástico, cartón lámina) sin un plan preconcebido para
servir de habitación a uno o más hogares.

Otro Tipo. Tipo de vivienda que no clasifica en ninguna de las categorías anteriores, ejemplo: local
no construido para vivienda pero usado como tal, cómo garaje, granero, depósito, vagón, cueva,
etc.

Casa es igual al refugio que cada quién dentro de sus posibilidades pueda habitar. Una casa es una
construcción pero ¿Qué tipo de relacione s se pueden construir en su interior?
Hasta ahora he habitado diez estructuras: siete departamentos, tres casas, he vivido en cuatro
ciudades distintas dentro de tres países diferentes.

Ninguno de esos lugares ha sido mío y aunque siempre ha existido un contrato de por medio que
me recuerda que tarde o temprano tendré que despedirme he desarrollado cierto tipo de
pertenencia.

Mi manera de adaptarme es relativamente sencilla, acomodo las plantas que he acumulado a


través de los años hasta que estoy satisfecha, esa es mi manera de decir “estoy en casa”.

¿Cuál es tu manera de apropiarte de tu espacio?

Cuando he vivido en otras ciudades mi ritual se modifica un poco, localizo el mercado o vivero más
cercano, elijo una planta y la llevo a casa aunque tenga la certeza de que al marcharme tendré que
dejarla cómo parte de la decoración del lugar, regalarla o depositarla en el parque más cercano.

Cuando estoy en una ciudad o país que no es el mío siempre elijo una planta con flores, una
manera de materializar el primer hogar que habité con mi abuela.

La relación hogar-plantas la heredé de ella. La infancia de mi abuela fue dura, su madre se fue
cuando tenía seis años dejándola al cuidado de su padre. Mi abuela llenó ese hueco sembrando
flores, mientras su padre y sus hermanos sembraban maíz para sobrevivir ella cultivaba flores,
“plantas improductivas” según su abuelo, porque las plantas que sólo dan flores no sirven para
comer y sólo distraen de las obligaciones que debía cumplir cómo única mujer de su casa. Sin
saberlo mi abuela había encontrado la jardinería, una actividad que le daba placer y llevó esa
actividad cómo una forma de vida, una manera de contagiar de gozo los espacios que habitó.

El hueco que dejó mi padre y la llegada de mi abuela comenzaron a transformarlo todo, hasta que
un día mi mamá comenzó a moverse también cómo una planta, cada vez salía menos de la casa, se
había depositado en la habitación y le costaba salir de la cama, mi abuela le llevaba comida y agua,
hasta que comenzó a moverse a otros lugares del departamento, cuando tenía ganas de llorar
regresaba a su cuarto o se encerraba en el baño, mi abuela comenzó a moverla a otras
habitaciones para ver si se animaba, al igual que una planta que hay que moverla de lugar para
que no muera, hasta que poco a poco comenzó a florecer de nuevo.

¿Qué tipo de planta seré yo? ¿Es mi casa el jardín adecuado para florecer?

Me muevo de habitaciones para encontrar el gozo que mi abuela contagio en ese primer hogar
hasta convertirlo en un jardín con flores.

¿Cuánto tardarán en aparecer mis primeros botones?


La última vez que estuve con mi abuela me pareció que se convertía en un árbol, mientras
transcurrían los días la vi transformarse de a poco en una planta, comenzó a moverse de manera
casi imperceptible depositada en la cama hasta que finalmente un día la depositamos en la tierra
cómo si se tratara de una semilla.

¿Seré yo una planta de flores?


Violeta africana.
Saint Paulia
Es una de las plantas de interior más resistentes. No se debe regar mucho. Se sugieren
lugares oscuros y cálidos.
Recomendaciones para ubicarla: El baño, la cocina.
Cosas que tu planta presenciará si la colocas en el baño: tu pequeña violeta te verá tomar
una ducha, lavarte los dientes, lavarte la cara, ponerte una mascarilla, hacer pipí, defecar,
cantar, escuchará el sonido del agua en las tuberías, te verá pellizcarte la cara frente al
espejo, peinarte, rasurarte, depilarte, recortarte el cabello, leer sentada en el escusado,
contestar mensajes en tu celular, recortarte las uñas, teñirte el cabello, escucharte cantar
debajo de la regadera, masturbarte, llorar porque en el baño nadie te ve.
Instructivo:
15. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en el baño
16. Pon la lista en el baño, puedes pegarla en la puerta, en el espejo, etc.
17. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar
Si la colocas en la cocina tal vez te vea tomar agua, lavar las frutas y verduras, cortar
alimentos, calentar agua, preparar bebidas, encender el horno, encender la estufa,
cocinar, lavar trastes, desinfectar alimentos, preparar café, infusionar té, probar lo que
cocinas, moler pimienta, tomar la sal con los dedos, abrir el refrigerador, meter el dedo en
los recipientes o en las ollas y llevártelo a la boca, encender un cerillo, tirar basura,
acumular basura, entrar a media noche y comer un refrigerio nocturno, licuar, abrir la
alacena, sacar todo tipo de utensilios para cocinar, abrir una botella de vino, destapar una
cerveza, ordenar los platos, el olor del ajo a fuego lento.
Instructivo:
18. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en la cocina
19. Pon la lista en la cocina
20. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar

Lengua de suegra.
Sansevieria.
Sobrevive en condiciones extremas. Requiere casi nulos cuidados. En invierno no necesita
riego. Puede estar en cualquier lugar de la casa. Resiste poca o mucha luz.
Sugerencia de espacio: la entrada, la sala.
Desde ahí tu planta puede presenciar cómo abres la puerta de la casa, el sonido de la llave
al cerrar con llave, cómo recibes a tus visitas, cómo te despides de ellas, cómo abrazas y
besas al saludar o al despedirte, salir de prisa, entrar de prisa, buscar tus llaves en el
bolsillo, colgar las llaves o dejarlas en la entrada, revisar tu bolso para saber si tienes todo
lo necesario para salir, como te alegras al llegar, te quitas los zapatos, saludas a tu perro,
suspiras al llegar.
Instructivo:
21. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en la entrada
22. Pon la lista en la entrada
23. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar
Anturio Rojo.
Anthurium.

Florece todo el año. Requiere luz indirecta, mantener la tierra humedecida, pulverizar
agua sobre las hojas.
Sugerencia de espacio: Sala al lado de una ventana, le dará vida a la habitación.
Si la colocas aquí tu anturio podrá observar tu lado más sociable, te verá escuchar música,
convivir con tus amigos y familia, leer, bailar, cantar, sentarte en el piso, mirar por la
ventana, recostarte sobre el piso, compartir una caguama, ver una película, hablar por
teléfono, jugar juegos de mesa, compartir una pizza, te verá limpiar el piso, desde ahí te
verá pasar a otros lugares de la casa
Se sentirá bien de estar en la estancia principal, diferenciará tu voz entre la voz que usas
cuando estás sola y cuando estás acompañada.
Instructivo:
24. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en la sala
25. Pon la lista en la sala, donde puedas verla
26. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar
Potus.
Epipremnum aureum.

No sólo no se requiere casi nada de cuidado, sino que incluso puede sobrevivir solo con
agua.
Sombra y luz media.
Sugerencia de espacio: en botellas de agua en la alcoba.

Lo que tu planta te verá hacer: dormir, ver una serie, tomar una siesta, vestirse,
masturbarte, leer en la cama, estirarte en la cama, dormir, despertar, pintarte las uñas,
peinarte frente al espejo, vestirte, desvestirte, ponerte la pijama, tener sexo, doblar la
ropa, quitarte los zapatos, ordenar los zapatos, verte frente al espejo, tenderte sobre la
cama, ver una película, comer en la cama, apilar ropa sobre la cama, tender la cama,
destender la cama, secarte el cabello, dar vueltas en la cama, sufrir insomnio, mirar el
techo, ordenar mentalmente tu día (desde la cama).
Instructivo:
27. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en la alcoba
28. Pon la lista en la alcoba
29. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar
Palmera de salón.
Chamaedorea.

Palmera pequeña, fácil de mantener.


Aguanta exposición solar, media sombra y total interior. Riego moderado, dejar secar la
capa superior de la tierra entre riegos.
Sugerencia de espacio: sala o comedor.

Si la colocas está pequeña palmera en el comedor ella podrá observarte comer sola o
acompañada, escribir, mandar mail, leer, golpear la mesa con los dedos, derramar comida,
limpiar la mesa, recoger los platos, poner flores en un florero, poner la mesa para una
cena especial, debatir con tus amigos mientras comes, arrojar agua por la boca porque te
reíste mientras dabas un gran trago, llorar frente a un plato lleno, llorar frente a un plato
vacío.
Instructivo:
30. Escribe las actividades que realizas cotidianamente en el comedor
31. Pon la lista en el comedor
32. Cómo encabezado escribe la emoción que te provoca este lugar
Instructivo:

33. Intercambia las listas de lugares: la del baño colócala en la alcoba, la de la alcoba en la
sala
34. Imagina cómo sería cambiar la lógica de tus actividades
35. Intenta hacer una actividad de la lista cada día en un espacio que no corresponde
36. Trata de adoptar el estado de ánimo de la habitación por la que hiciste el cambio durante
cinco minutos al día
Colócate frente a la superficie más cercana y pon tu oído sobre ella

37. Escucha con detenimiento los sonidos que provienen de ahí


¿Qué escuchas?

Presta atención a cada sonido, crujen las paredes, siente la vibración de la estructura, la
temperatura que se abre para ti, cómo te toca la textura de su superficie, la voz de tu casa
intenta decirte algo ¿Qué es? Abre tus sentidos, escucha, pasa los dedos, suave, siente,
apoya todo el cuerpo.
¿Tu hogar recordará la primera vez que llegaste a habitarlo?
Observa a tu alrededor, mira que huellas has dejado, la pared está un poco sucia ¿Cuándo
fue la última vez que pintaste? Se nota
¿Qué ha cambiado?
¿Observas el polvo en las esquinas?
¿Percibes ese olor?
Mira el techo, observa sus pliegues ¿Qué forma tienen?
¿En qué época del año llegaste aquí a habitar?
¿Cómo se escucha cuándo llueve?
¿Te resguarda de los ruidos del exterior?
¿Qué escuchas justo ahora?
No te muevas, siente
¿Cómo es recostarse sobre el piso?
¿Hace calor?
¿Está fresco el piso?
¿Te gustaría quitarte los zapatos?
Quítatelos
¿Cómo te sientes?
¿Cómo es la luz de la habitación?
¿Te gusta?
¿Cómo te hace sentir?
¿Recuerdas qué es lo que tienes en el refrigerador?
¿Cuál es tu olor preferido de la cocina?
¿Cuándo fue la última vez que te reíste hoy adentro de este lugar?
¿En qué estabas pensando?
¿Cuándo hiciste una cena con amigos?
¿Has bailado intensamente en alguna habitación de esta casa?
¿Cómo te hace sentir?
Si tuvieras que elegir una canción que describa la relación que tienes con este lugar ¿Cuál
sería?
¿Puedes buscarla y reproducirla?
Reprodúcela
Sube el volumen
Baila
Baila
Baila en tu casa
Baila por toda tu casa
Baila con tu casa
Baila para ti
Baila para tu casa
Baila siendo tu casa
Sé una con tu casa
Sé tu casa
Desplázate
Florece

Mi hogar es lo que me rodea, rodearme de tierra suficiente en una circunferencia


adecuada para poder moverme a dónde desee sin abandonar mi casa, no olvidar regar,
podar, tomar sol suficiente, extirpar las plagas, mover si es necesario, mantenerse llena de
vida.

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