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Angustia después del confinamiento sanitario.

La ansiedad es una de las manifestaciones clínicas más comunes en la vida del


ser humano, donde el carácter adaptativo de ciertas emociones son transformadas
en problemas que interfieren y generan malestar clínicamente significativo en
ciertas esferas en la vida del ser humano, como lo pueden ser lo social, educativo,
familiar o laboral en todas las edades cronológicas del individuo.
Las conceptualizaciones de estrés y ansiedad, para ciertos autores pueden ser
iguales, aunque es importante considerar las diferencias que ciertas similitudes
entre ambas, la primera considerada al conjunto de cambios que se observan en
el organismo ante una sobre exigencia real del medio, como la segunda es un
desorden psicofisiológico que se experimenta ante la anticipación de una situación
amenazante, sea esta más o menos posible, en donde el miedo es la emoción
activadora de procesos cognitivos irracionales, al igual que otras emociones como
serian la ira, sorpresa y el asco ante ciertos estímulos en una persona.
Para Piqueras Et. Alt. (2008), considera una conceptualización eficiente y clara
sobre la ansiedad, al ser una respuesta del organismo que se desencadena ante
una situación de amenazante o peligro o psíquico, cuyo objetivo es dotar al
organismo de energía para anular o contrarrestar el peligro mediante una
respuesta (conducta de agresión o de huida), dicho mecanismo funciona de forma
adaptativa y que pone dispositivos de alerta ante estímulos o situaciones que son
potencialmente agresoras o amenazantes, dicho proceso se considera como una
afectación clínica al cumple ciertas situaciones en un individuo.
Se deben de considerar como alarmas en una persona las siguientes
características en primer lugar cuando el estímulo presentado es inofensivo y
conlleva una respuesta compleja de alerta, en segunda instancia el padecimiento
es persisten en el tiempo, superando lo meramente adaptativo y los niveles de
alerta persistentes normales, por ultimo cuando los niveles de alerta y la ansiedad
interrumpen el rendimiento del individuo y las relaciones sociales, dando la
asociación de otras más padecimientos médicos o psicológicos en la vida del ser
humano.
Aunque la ansiedad se ha considerada como una situación deficiente que
perjudica en la vida del ser humano, se debe de replantear dicha postulación ya
que existe, la ansiedad adaptativa y la ansiedad clínica ambas cuentan con la
misma fenomenología; cogniciones, neurofisiologías y respuestas motoras de
atacaque, la ansiedad ( adaptativa) existe una relación simétrica ante la
motivación y un rendimiento en la persona al ser un elemento significativo para
una calidad de vida en el ser humano, pero si este elemento empieza a llevarse a
niveles altos se considerara la ansiedad (clínica), al llevar limites, aislamiento y
reacción inadecuada de estímulos no reales en la persona.
Como menciona Piqueras Et. Alt. (2008), se debe de llevar el análisis de la
ansiedad como una emoción negativa que implica un triple nivel de respuesta
como son lo fisiológico, cognitivo y motor, el primero esta mediada por dos
sistemas interrelacionados como son el sistema nervios autónomo y el sistema
endocrino. El SNA es el primero en activarse en cuestión de segundos, ya que una
vez identificada cualquier amenaza, siendo capaz de responder a las exigencias
del medio de un modo prácticamente e involuntario, estimulando las gandulas
suprarrenales liberando adrenalina al torrente sanguíneo, llegando a un ritmo
cardiaco rápido. Por su parte SNE tiene el objetivo de relajar los músculos en
general produciendo un estado de relajación. El bienestar de la persona se basa
en que ambos sistemas están en equilibrio u homeostasis.
La corriente cognitiva desde la psicología, considera dicho padecimiento como una
preocupación, anticipación, hipervigilancia, temor, inseguridad, sensación de
pérdidas de control y la percepción de cambios fisiológicos (cardiacos,
respiratorios, etc.). Para Lazarus y Faulkman (1986) va a depender de tres
procesos, la evaluación primaria, el cual corresponde como el primer mediador
psicológico del estrés y daría lugar a evoluciones del tipo de amenaza,
daño/perdida o beneficio), la evaluación secundaria, en donde se consideran los
recursos propios para afrontar una situación y que sería determinante ya que
dependerá de la persona al sentirse desafiado, asustado u optimista de alguna
emoción negativa y por último la re-evolución, son procesos que acontecen
cuando se ponen en marcha alguna de las soluciones a los problemas
presentados.
Mientras que las respuestas motoras son aquellas conductas orientadas hacia el
afrontamiento de una situación determinada para conseguir mayor bienestar,
algunas respuestas en común en la persona que lleva acabo la ansiedad en
niveles altos es la confrontación inadecuada, el distanciamiento, el autocontrol y la
búsqueda del apoyo social, dichas conductas pueden tener consecuencias como
beber, fumar o llevar una mala dieta, etc.
Ante el surgimiento de un nuevo confinamiento sanitario como fue el Sars Cov-2,
se produjeron ciertas problemáticas a nivel general en la sociedad mundial, un
sector con mas agraviantes observables en la actualidad fue la población
estudiantil de cualquier edad, como Sigüenza y Vilchis (2021), los niños y
adolescentes ante el reingreso escolar experimentan temor por su salud personal
y de sus familiares, incertidumbre, falta de sueño, pesadillas, reducción de apetito,
malestar físico, agitación, falta de atención, dando el incremento despuntado de la
ansiedad clínica, mientras que a los egresados a nivel superior los estudiantes
presentan estrés por la cancelación de eventos anticipados, como graduaciones,
intercambios, ceremonias y la disminución de conocimientos adquiridos ante el
proceso enseñanza-aprendiza en línea, generando a un más la incertidumbre del
mercado laboral de muchos licenciados e ingenieros.
Entre las principales consecuencias de los estudiantes en general y en particular
de los universitarios, se encuentran el impacto psicológico critico generador de
incertidumbre, relación con la ausencia de comunicación interpersonal, el nivel de
ingresos de los figuras de autoridad o el temor o miedo al vivir cerca de un
paciente o asintomático con dicha condición.
Para rubalcava Et. Alt. (2021), debido al aislamiento surgieron efectos negativos
en la salud mental, como lo es la paranoia y el miedo en aumento, dando así la
aparición de ciertas patologías como lo es la ansiedad, psicosis o ideas suicidas,
siendo estas últimas la correlación con desinformación en todos los niveles ante
una nueva anormalidad prevista en la actualidad.
Dichas situaciones masivas como fue la aparición del sars-covid-2, han podida dar
la facilidad de entender la teoría del estrés y del riesgo percibido al mencionar que
las emergencias de la salud desencadenan emociones negativas durante y el
post de evento mundial, en este caso el confinamiento sanitario y el aislamiento en
todos las esferas del individuo de todas las edades cronológicas (adultos, jóvenes,
adolescentes y niños), lo cual a la vez puede romper dicha situación en la función
inmune y el romper el balance fisiológico en el individuo y generando la ansiedad
clínica.
Ante ciertas investigaciones realizadas en la actualidad hacia estudiantes
mexicanos, ante el regreso a la nueva normalidad educativa, se encontraron
síntomas moderados y severos de estrés, problemas para dormir, disfunciones
sociales, principalmente en el género femenino, en cuanto a los niveles de
ansiedad ante la asistencia hibrida educativa( casa/hogar) ante las clases y en
personas de la población estudiantil con poca inestabilidad económica, para
quienes viven solitos y los que tienen algún familiar con dicha condición sanitaria.
Para Sainz (2021), menciona que tras vivir un largo confinamiento el estudiante
ante el regreso eminente en el ámbito educativo presento niveles altos de
ansiedad, ya que cierto porcentaje de la población tuvo el deseo y anhelo de
asistir, mientras que por otro lado un porcentaje más alto de dicha población
miedo de contagiarse y llevar la enfermedad hacia su hogar y sus familiares
cercanos, es importante también determinar que la ansiedad no es una
condicionante negativa, ya que su función u objetivo es la adaptación de la
persona y la formulación correcta de ciertos soluciones cognitivas adecuadas para
sobrepasar ante sucesos negativos, pero si puede ser un foco de alerta cuando la
persona presenta niveles altos de ansiedad llevando una situación clínica a tratar
en un tiempo determinado.
Al igual el impacto psicológico en la población de niños, niñas, jóvenes y
universitarios deberán ser por varios factores como el miedo a infectarse, llevar la
frustración de eventos o sucesos planeados, aburrimiento una disminución de
interacción social con sus semejantes, desinformación ante ciertos efectos en el
individuo con dicho padecimiento sanitario, , estrés económico y familiar,
generando así una inestabilidad emocional e irracional ante sucesos de ciertos
contextos, y llevando irritabilidad emocional, animo bajo, insomnio, síntomas de
despersonalización y agotamiento emocional según Sainz (2021).
En nuestro país ciertas investigaciones han determinado un numero alto en los
niveles de ansiedad de leve a severa, en el sexo femenino y principalmente en
menores de 18 años, como menciona Saravia et Alt. (2020), el aislamiento, la
cuarentena y el distanciamiento obligatorio generaron un impacto poco favorable
en la salud mental de los ciudadanos, llevando a enfermedades de índole
psiquiátrica como la depresión y la ansiedad en la población mundial y nacional.
Es necesario priorizar la perspectiva de la salud mental en la pandemia vivida con
gran magnitud, en los estudiantes desde la perturbación psicosocial sufrida al
exceder la capacidad de ciertas tensiones y angustias a mayor medida, como
considera Reyes y Trujillo (2020) por el pánico social, la desinformación difundida,
el aislamiento social (sentimientos frustración, angustia, ira y miedo), perspectivas
irracionales ante algún tipo de contacto con miembros del servicio médico y la
perdida de familiares dieron paso a la angustia clínica.

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