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Trastorno de consumo de drogas:   

Ocurre cuando el consumo de alcohol u otra sustancia (droga) de una persona lleva a que se
presenten problemas de salud o en el trabajo, escuela o casa.

Este trastorno también se denomina abuso de sustancias.

Causas

La causa exacta del consumo de drogas se desconoce. Los genes de una persona, la acción de las
drogas, la presión de compañeros, el sufrimiento emocional, la ansiedad, la depresión y
el estrés ambiental pueden ser todos factores intervinientes.

. Muchas personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias


tienen depresión, trastorno de déficit de atención, trastorno de estrés postraumático u otro
problema de salud mental. Un estilo de vida estresante y caótico y la baja autoestima son también
comunes.

. Es posible que los niños que crezcan viendo a sus padres consumiendo drogas tengan un mayor
riesgo de presentar un problema de consumo de sustancias más adelante en la vida tanto por
razones ambientales como genéticas.

Entre las sustancias más comúnmente consumidas se encuentran:

. Los opiáceos y otros narcóticos son calmantes muy potentes que pueden causar somnolencia y
algunas veces sentimientos intensos de bienestar, regocijo, euforia, entusiasmo y júbilo. Entre
ellos se encuentran la heroína, el opio, la codeína y los analgésicos narcóticos que pueden ser
recetados por el médico o se pueden comprar de manera ilícita.

. Los estimulantes son medicamentos que estimulan el cerebro y el sistema nervioso. Ellos
incluyen cocaína y anfetaminas, como las drogas utilizadas para tratar el trastorno de
hiperactividad con déficit de atención (THDA) (el metilfenidato o la Ritalina). Una persona puede
empezar a necesitar cantidades mayores de ellas con el tiempo para sentir el mismo efecto.

. Los depresivos causan somnolencia y reducen la ansiedad. Ellos incluyen alcohol, barbitúricos,


benzodiazepinas (Valium, Ativan, Xanax), hidrato de cloral y paraldehído. El uso de estas sustancias
puede llevar a que se desarrolle adicción.

. El LSD, la mescalina, la psilocibina ("setas u hongos") y la fenciclidina (PCP o "polvo de ángel")


pueden hacer que las personas vean cosas que no existen (alucinaciones) y pueden llevar a
dependencia psicológica.

La marihuana (cannabis o hashish).

Hay varias etapas del consumo de drogas que pueden llevar a la adicción. Las personas jóvenes
parecen pasar más rápidamente a través de las etapas que los adultos. Las etapas son:

Consumo experimental -- típicamente involucra a los compañeros, se hace para uso recreativo; el
consumidor puede disfrutar del hecho de desafiar a los padres u otras figuras de autoridad.
Consumo regular -- el consumidor falta cada vez más a la escuela o al trabajo; le preocupa perder
la fuente de droga; utiliza las drogas para "remediar" sentimientos negativos; empieza a apartarse
de los amigos y la familia; puede cambiar los amigos por aquellos que son consumidores regulares;
muestra aumento de la tolerancia y capacidad para "manejar" la droga.

Consumo problemático o riesgoso -- el consumidor pierde cualquier motivación; no le importa la


escuela ni el trabajo; tiene cambios de comportamiento obvios; pensar acerca del consumo de
drogas es más importante que todos los otros intereses, incluso las relaciones interpersonales; el
consumidor se torna reservado; puede comenzar a vender drogas para ayudarse a sostener el
hábito; el consumo de otras drogas más fuertes puede aumentar; se pueden incrementar los
problemas legales.

Adicción -- no puede enfrentar la vida diaria sin las drogas; niega el problema; el estado físico
empeora; pierde el "control" sobre el consumo; puede volverse suicida; los problemas financieros
y legales empeoran; puede haber roto los lazos con los miembros de la familia o los amigos.

Síntomas

Algunos de los síntomas y comportamientos del consumo de drogas pueden incluir:

Confusión

Continuar consumiendo drogas incluso cuando la salud, el trabajo o la familia están siendo
afectados

Episodios de violencia

Actitud hostil cuando se le confronta acerca de la dependencia de las drogas

Falta de control sobre el consumo excesivo de drogas, ser incapaz de parar o reducir la ingesta de
alcohol

Inventar excusas para consumir drogas

Faltar al trabajo o a la escuela, o disminuir el rendimiento

Necesidad de consumir la droga de manera diaria o regular para poder funcionar

Descuidar la alimentación

No preocuparse por la apariencia física

No volver a tomar parte en actividades debido a la drogadicción

Comportamiento reservado para ocultar el consumo de drogas

Consumir drogas incluso estando solo

Pruebas y exámenes

Los exámenes para drogas (exámenes toxicológicos) realizados sobre muestras de orina y sangre
pueden revelar la presencia de numerosas drogas y sustancias químicas en el organismo. La
sensibilidad del examen depende de la sustancia misma, de cuándo se tomó y del laboratorio que
realiza los análisis. Es más probable detectar una droga en exámenes de sangre que en exámenes
de orina; sin embargo, los exámenes de detección en orina se practican con más frecuencia.

Tratamiento

El trastorno del uso de sustancias es una enfermedad seria y no es fácil de tratar. La mejor
atención y tratamiento involucran profesionales expertos.

El tratamiento comienza con el reconocimiento del problema. Aunque la negación es un síntoma


común de adicción, las personas adictas exhiben mucha menos negación si se les trata con
empatía y respeto, antes que decirles qué hacer o confrontarlos.

El consumo de la sustancias se puede suspender ya sea de manera gradual o abrupta. El apoyo


para los síntomas físicos y emocionales al igual que permanecer libre de la droga (abstinencia) son
también claves para el tratamiento.

Las personas con sobredosis de drogas pueden necesitar un tratamiento de emergencia en el


hospital. El tratamiento exacto depende de la droga consumida.

La desintoxicación consiste en la abstinencia abrupta de la sustancia que se consume en un


ambiente donde haya buen apoyo. La desintoxicación se puede manejar como paciente
ambulatorio u hospitalizado.

Algunas veces, se administra otra droga que tenga una acción o efecto similar en el cuerpo a
medida que la dosis se disminuye lentamente para reducir los efectos secundarios y los riesgos de
la abstinencia. Por ejemplo, para la adicción a los narcóticos se puede usar la metadona o
medicamentos similares para prevenir la abstinencia y el consumo continuado.

Los programas de tratamiento residencial monitorean y abordan los posibles síntomas y


comportamientos de abstinencia. Estos programas emplean técnicas para hacer que los
consumidores reconozcan sus comportamientos y enseñan maneras de evitar volver al consumo
(recaída).

Si la persona también presenta depresión u otro trastorno de salud mental, este se debe tratar. En
muchos casos, una persona comienza a consumir drogas en un esfuerzo por autotratarse una
enfermedad mental.

Grupos de apoyo

Hay muchos grupos de apoyo disponibles en la comunidad. Estos incluyen:

Narcóticos Anónimos (NA) -- www.na.org

Alateen -- al-anon.org/for-members/group-resources/alateen

Al-Anon -- al-anon.org

La mayoría de estos grupos siguen el programa de los 12 pasos utilizado en los grupos de
Alcohólicos Anónimos (AA) www.aa.org.

SMART Recovery www.smartrecovery.org y LifeRing lifering.org son programas que no utilizan el


método de los 12 pasos. Usted puede encontrar otros grupos de apoyo en Internet.
Expectativas (pronóstico)

El abuso de drogas puede conducir a una sobredosis mortal de la droga. Algunas personas
comienzan a tomar las drogas de nuevo después de haberlas suspendido (recaída).

Las complicaciones del consumo de drogas incluyen:

Depresión

Cáncer, por ejemplo, los cánceres de boca y estómago están asociados con el consumo excesivo y
la dependencia del alcohol

Infección por VIH o hepatitis B o C por compartir agujas

Pérdida del trabajo

Problemas con la memoria y la concentración, por ejemplo, con el consumo de alucinógenos,


incluso la marihuana (THC)

Problemas legales

Ruptura de relaciones

Prácticas sexuales inseguras, las cuales pueden derivar en embarazos no deseados, enfermedades
de transmisión sexual, VIH o hepatitis B

Cuándo contactar a un profesional médico

Solicite una cita con su proveedor de atención médica si usted o un miembro de la familia está
abusando de una sustancia y quiere detenerse. De igual manera llámelo si se le ha suspendido el
suministro de drogas y está en riesgo de sufrir un síndrome de abstinencia. La mayoría de los
empleadores ofrecen servicios de remisión para los empleados que tengan problemas de consumo
de sustancias.

Prevención

Los programas educativos contra las drogas pueden ser de ayuda. Los padres pueden tener una
fuerte influencia en sus hijos enseñándoles acerca del daño del consumo de sustancias.

Nombres alternativos

Abuso de sustancias; Consumo de sustancias químicas; Abuso de sustancias químicas; Adicción a


drogas; Adicción - drogas; Dependencia de drogas; Consumo de drogas ilícitas; Consumo de
narcóticos; Consumo de alucinógenos

Problemas familiares: Ninguna familia es perfecta, y sin embargo esto no es del todo malo. Como
dice Tolstoi, "todas las familias dichosas se parecen, pero cada familia infeliz es desdichada a su
manera". Si bien es frecuente que las familias se enfrenten a innumerables problemas que se
acumulan, y que causan estrés, tensión e incluso trastornos en sus integrantes, estas dificultades y
estos problemas son también grandes oportunidades de crecimiento. Los problemas frecuentes en
una familia son: peleas entre hermanos, problemas de adolescente, diferencia de opiniones y
desacuerdos en la pareja, pérdida de la tranquilidad debido a conflictos entre padres, problemas
de educación, problemas financieros, pérdida de trabajo, divorcio, adicción enfermedad mental o
física, etc. Afortunadamente ,  los problema de familia tienen solución.

Conflictos con familia política y familiares

En ocasiones los padres de los esposos (los suegros) y otros familiares suelen interferir en
ecisiones que deben tomarse en la familia, como por ejemplo respecto a las finanzas, los negocios,
la educación de los hijos, etc. Resolver estos problemas no es fácil. Es necesario que marido y
mujer actúen en bloque y encuentren una salida a sus desacuerdos. La decisiones respecto a la
educación de los hijos, las finanzas, etc., tiene que hacerlas los esposos juntos y en común
acuerdo. Es importante, entonces, que la intervención de terceros sea puesta bajo control ambos.
Este trabajo de la pareja de compartir el control prepara el terreno para otras tareas que son igual
de importantes, como el respeto mutuo en la pareja, la educación de los hijos (que requiere que
ambos actúen también en bloque).

Desacuerdos respecto a problemas de dinero

En muchas familias, el dinero es una causa importante de los conflictos. Debido a que el dinero
está presente en muchas de las decisiones que toma la familia, los conflictos por dinero también
suelen ser frecuentes. Una consecuencia del mal manejo de este tema, es que quien gane más
dinero en la pareja tiende a tener más poder en la relación. Es importante manejar la situación de
tal forma que el dinero no sea una fuente de poder en las familias. El poder de decisión tiene que
ser algo compartido, de lo contrario se incurre en relaciones desiguales que dan pie al abuso, el
maltrato y otros tipos de violencia.

Elección de la carrera de los hijos

Muchas veces los padres presentan dificultad en aceptar las decisiones de sus hijos sobre qué
carrera estudiar, e incurren en coaccionar a sus hijos. Evidentemente esto es problemático, pues
es un intento de limitar su libertad y su seguridad en general. En ocasiones los hijos tienden a
oponerse y a generar conflicto al respecto (lo cual es muy saludable), y sin embargo existe el
riesgo para muchos hijos de querer evitar confrontación con sus padres, y acceder sin mayor
problema, y sin ver que subordinar una decisión así de importante en sus vidas tendrá
consecuencias negativas en el futuro. Aquellos hijos que han adoptado una forma de ser con la
cual se le da prioridad a no confrontar a sus padres, a hacer sentir bien a los demás, a erigir una
imagen positiva a ojos del otro, estas personas tienen que tener especial cuidado de no terminar
complaciendo una necesidad de los padres de querer tener la razón y creer que saben lo que es
mejor para sus hijos por siempre. Porque para un hijo estar de acuerdo con eso supone que él
mismo está retrasando la tarea de conquistar una seguridad y una autoestima propia. Es
importante que los padres respetan las decisiones de sus hijos adultos y los apoyen
incondicionalmente.

Problemas de la adolescencia

El periodo de la adolescencia de los hijos es un reto para ambas partes, tanto para los hijos como
para los padres. Los hijos experimentan por primera vez la necesidad de independizarse de sus
padres, de querer explorar el mundo. Sin embargo, no se percatan de que no cuentan todavía con
los recursos suficientes para enfrentar el mundo de forma conveniente (quieren salir y correr sin
tener en cuenta que han pasado los últimos 10 años o más sentados, y tienen las piernas
adormecidas). Evidentemente, los padres se percatan de esto y se alarman, lo cual dificulta las
cosas. Pues al ver que los hijos adolescentes no tienen "los pies en la tierra" y quieren conquistar
el mundo, redoblan sus esfuerzos de dominar la voluntad rebelde de sus hijos. El riesgo es que los
padres se enojen constantemente y estas dificultades se agraven y ocasionen complicaciones
innecesarias, que dañan la relación padres-hijos y se interrumpe la oportunidad de los padres de
ayudarles a los hijos en su construcción de una seguridad y autoestima estables.  La adolescencia
es un reto tanto para los hijos como para los padres, pues los hijos tienen que experimentar los
límites de que todavía viven con sus padres y que realmente son dependientes, y los padres tienen
que tener hacerles ver a sus hijos con claridad estos límites, pero cuidando de no aplastar este
ímpetu que surge en la voluntad de sus hijos. Si lo ponemos en palabras, este ímpetu tiene que ver
con el inicio una lucha por conquistar la convicción de que ellos pueden saber en primer lugar lo
que es conveniente para ellos. Hasta ahora, eran sus padres quienes ocupaban este lugar (lo cual
es natural): antes de la adolescencia son los padres (idealmente) los que saben qué es mejor para
sus hijos. Los hijos dependen completamente de ellos, hasta que cuenten con un criterio suficiente
para tomar las decisiones importantes en su vida..

Peleas entre hermanos

Las peleas entre hermanos son normales y frecuentes y en ocasiones pueden producir un
ambiente tenso en la familia. Los padres tienen que ser capaces de intervenir en estas peleas
cuidando de no tomar partido con ninguno de sus hijos. Una intervención que puedan percibir
justa los hijos ayuda a que el problema se mantenga siempre bajo control, y no rebase líneas que
lleven la situación a más complicaciones innecesarias. Una mala intervención de los padre puede
resultar en resentimientos de parte de uno de los hijos hacia los padres, o bien puede confundir a
un hijo haciéndole creer que está en lo correcto cuando en realidad no es así.

Problemas financieros

En ocasiones no está en manos de los padres el poder evitar problemas financieros (un despido,
falta de trabajo, crisis económica), y a veces es la falta de planeación y buena administración que
ocasionan constantes problemas económicos en la familia. En ambos casos, es importante que
este problema se mantenga lo más posible no visible para los hijos. Evidentemente, los hijos
tienen que saber que no existen recursos en tal momento para adquirir ciertas cosas, y tienen que
aprender a asimilarlo. Sin embargo es importante que los padres no les transmitan que es un
"grave problema" el que están atravesando como familia, porque esto ocasiona inevitablemente
que ellos se preocupen e intenten resolver un problema al que no pueden realmente ayudar. Es
importante simplemente que los padres tengan claro que este tipo de problemas es un problema
de los padres, y que los hijos tienen que conservar cierta tranquilidad de sentir que los padres
saben lo que hacen. En todo momento (incluso cuando se pueden equivocar), los padres deben
transmitirle a sus hijos que ellos son pilares y que pueden apoyarse en ellos. Comunicarles a sus
hijos que tienen problemas y no saben qué hacer, es hacer que ellos se involucren en problemas
que no son de ellos y que no sabrán como ayudar (generando así frustración innecesaria en los
hijos). Mantener estos problemas relativamente invisibles a los hijos es algo que ayuda a que los
hijos crezcan con mejor seguridad y autoestima.

Divorcio e hijos
La separación o el divorcio de los padres puede ser una experiencia muy dolorosa inclusive
traumática para la familia. Tanto los esposos como los hijos experimentan mucho sufrimiento por
los cambios que supone la ruptura de una relación. Es importante tener presentes varios puntos
para que pueda haber un manejo adecuado de un divorcio o una separación, y evitar que las
consecuencias repercutan durante años en los miembros de la familia. En primer lugar es muy
importante nunca perder de vista que tras un divorcio la familia permanece completa,
desintegrada pero completa. Es decir, seguirá existiendo un padre, una madre y los hijos
(dependerá del buen manejo de la situación para que se logre una convivencia armoniosa entre
todos). Evidentemente ya no será lo mismo, es decir, la experiencia de una familia desintegrada no
es la misma, y los padres tienen que trabajar para que los hijos logren vivirlo como la mejor opción
para todos. ¿Por qué? Porque de lo contrario, si los padres no se esfuerzan en que los hijos
acepten la nueva forma de vida (familia desintegrada), para ellos será más difícil dejar atrás los
daños que recibieron en este momento, y aumentarán los riesgos de que los arrastren a la edad
adulta. Es importante que los hijos confíen y asimilen que esta decisión que toman los padres es
por el bien de todos. Y para que esto se consiga, los padres también tienen que ser capaces por su
parte de decirse a sí mismos que si se toma la decisión del divorcio, es por el bien de todos en la
familia. Tal vez el esposo pueda decir, pero la decisión no la tomo yo, ella ha sido quien ha querido
el divorcio. Incluso en ese caso, hay que estar de acuerdo en que solo falta una persona para
romper con la relación. Es decir, si la decisión de la persona es no continuar más, por desamor por
ejemplo, con la relación, basta para que no tenga sentido continuar juntos. Pues, de lo contrario,
le estaríamos dando el ejemplo a los hijos de que a pesar de que no existe el amor se va a
continuar juntos, tal vez por ellos, se va a sacrificar la felicidad, tal vez por los hijos. Y esto directa
o indirectamente los hijos lo van a percibir. Van a sentir que es por culpa de ellos que los padres
decidieron estar juntos, a pesar de que no se amaban. Y esta culpa los puede hacer sentir muy mal
en adelante.

En segundo lugar, es importante hacer una diferencia clara entre lo que son problema de familia
(padres e hijos) y problemas de pareja. El divorcio es necesariamente un problema de pareja,
entre marido y mujer, no de familia. El divorcio deshace una relación que se creó antes de la
aparición de los hijos. Y esto tiene consecuencias importantes. Evidentemente es algo muy duro
para los hijos, pero ellos tienen que tener claro este límite, para evitar que se involucren en el
problema y se carguen sobre sí problemas que no son suyos. Por ejemplo, puede existir un
impulso espontáneo de los hijos (o de uno) a tomar partido por alguno de los dos padres. Es
importante que ambos padres interrumpan este impulso, y no permitan que, por ejemplo,
defienda a la madre y ataque al padre. Todo esto a veces es inevitable que suceda. Lo importante
es que los padres no se queden con los brazos cruzados. Es decir, que le hagan saber que no es
necesario que defienda a la madre, o que ataque al padre. Hacerle ver de alguna u otra forma que
este problema no le incumbe. Que ellos son los encargados de resolverlos, que no necesitan de su
ayuda. Las consecuencias de esto son muy importante. De esto depende incluso que los hijos no
lleguen a "comprar" un problema que no es suyo, y que lo carguen consigo hasta su vida adulta, y
tengan por lo tanto mayor probabilidad de repetir este problema en su vida, es decir revivir este
problema ya no de espectador sino de actor.

Leer más sobre divorcio y los niños.

Adicción o alcoholismo de uno de los padres


La adicción a alguna droga o el alcoholismo tiene consecuencias muy destructivas en toda la
familia. De hecho, el alcoholismo se conoce como una enfermedad de familia. Una persona con
alcoholismo puede quebrantar totalmente la vida de la familia y causar daños que pueden durar
toda la vida. El alcoholismo es responsable de más problemas de familia que cualquier otra causa.
Los hijos de padres con alcoholismo, por ejemplo, tienden a presentar baja autoestima, culpa,
sentimiento de desesperanza, miedos de abandono y depresión crónica. Los niños de padres con
alcoholismo pueden sentirse responsable por los problemas de la persona alcohólica y pueden
pensar que ellos crearon el problema. Esto puede llevarlos a desarrollar codependencia emocional
en la vida adulta. Los hijos adolescentes de padres alcohólicos también pueden desarrollar fobias.
Además, presentan problemas en la escuela. El ambiente estresante que viven en casa les impide
estudiar adecuadamente. También presentan problemas de conducta: como engañar, pelar,
robar. La esposa de un hombre alcohólico también tiende a desarrollar co-dependencia (en
muchas casos ya estaba presente antes de la relación).

Es importante recibir tratamiento, mediante el programa que ofrecen Alcohólicos Anónimos, que
ayuda a dejar de tomar y mejora los estilos de vida, y también asistir a terapia de pareja, terapia
de pareja, y a grupos de apoyo (terapia de grupo). Los familiares de la persona alcohólica
necesitan tratamiento tanto como los alcohólicos.

Padres abusivos

Todos los padres son humanos, es decir que tienen defectos, pero algunos tienen problemas
psicológicos profundos que los llevan a dañar a sus hijos en la forma en que los tratan. Existen
muchos tipos de acciones o actitudes abusivas de parte de los padres. El rechazo hacia un hijo, de
parte un padre o un tutor, es una forma en la que se le comunica, de muchas formas, que no es
deseado. Puede tratarse de críticas crueles, llamar por apodos, gritos, humillaciones o bromas
humillantes, burlarse de capacidades mentales o apariencia física, rehusar amor, atención o tacto
y abandono físico o emocional.  El ignorar a los hijos. Los adultos que han sufrido, cuando niños,
de carencias emocionales usualmente son incapaces de atender las necesidades de sus hijos.
Muchas veces el padre está físicamente ahí, pero no está disponible
emocionalmente. Aterrorizar mediante amenazas, gritos o insultos causan serios daños
psicológicos a los niños. Aislar a los niños, dejarlos desatendidos por periodos de tiempo, no
permitirles relacionarse con otros niños, encerrarlos, todo esto es un abuso que les impide que
desarrolle habilidades para relacionarse con los demás, lo que ocasiona miedos e inseguridades. El
abuso emocional tiene como consecuencia un daño en la autoestima y el bienestar psicológico del
niño. Estas familias pueden beneficiarse principalmente de terapia familiar, terapia de grupo. La
terapia individual puede ayudar a los niños que han devenido adultos.

Padres sobreprotectores

Cuando los padres sobreprotegen a sus hijos, en ese momento se entorpece la educación que se
les quiere dar. La razón es que mediante la sobreprotección los padres le comunican
constantemente a sus hijos de que no confían en sus capacidades. Al asumir las responsabilidades
de sus hijos, al supervisarlos constantemente, al resolverle sus problemas, al cobijarlos
excesivamente del frío, etc., los padres les transmiten a sus hijos constantemente que no confían
en que puedan relacionarse adecuadamente con el mundo.  Por tanto, los niños que crecen con
padres sobrerprotectores tienen dificultades para tomar decisiones, enfrentar frustraciones y
carecen de la seguridad para tener una vida de éxito.

La causa profunda de que los padres sean sobreprotectores tiene que ver con un problema no
resuelto que vienen arrastrando de su pasado. Veamos este caso. María, una mujer con hijos que
de niña sufrió de abandono emocional de parte de sus padres, puede tender, ya siendo madre, a
esforzarse en no ser como sus padres. Y por tratar de no ser como sus padres, puede de manera
general a nunca dejar solos ni descuidar un instante a sus hijos. Con esto, la madre realmente no
actúa en función de un cuidado hacia sus hijos, de un peligro real que los hijos puedan ver o al que
estén expuestos, sino que actúa en función de sus propios miedos y fantasmas. ¿Son los hijos que
van a sufrir si ella no está con ellos un instante, o ella que sigue sufriendo de que sus padres no
estuvieran ahí como ella quería? Es claro que la madre no ha sabido resolver un problema no
resuelto, que sufre desde la infancia, y que esto interfiere con la educación a sus hijos (pues de
esta forma hereda este problema a sus hijos).

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