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El origen de la noche

Esta historia sucedió hace mucho tiempo. La tierra brillaba


a la luz del sol todo el día sin interrupción. En ese entonces
no existía la noche. Tampoco existían los animales. Sólo los
dioses habitaban la tierra.
Uno de ellos, llamado Gran Serpiente, vivía en la selva. Su
palacio era enorme, pero tenía sólo tres habitaciones. La
primera era para el propio dios, Ia segunda era para el uso
de Ia hija de Gran Serpiente, y la tercera habitación estaba
reservada para los tesoros del dios.
Un día, la hija de Gran Serpiente conoció a un joven que
vivía del otro lado del Gran Río, en la tierra de los hombres.
Se enamoraron y se casaron. Y ella se fue a vivir con él, en
un lugar nuevo y desconocido. Su marido no tenía un
palacio, pero a ella no le importó porque eran muy felices.
Hasta que un día, la joven comenzó a sentir una pena que
la tenía callada y pensativa:
-¿Qué te sucede? Parece que esperas algo que no llega.
-Sí, espero la noche.
-¿Qué es eso?
La hija de Gran Serpiente miró extrañada a su marido.
¿Podía ser, acaso, que ellos no conocieran la noche? Con
paciencia, intentó explicar de qué se trataba:
-Es una sombra oscura que lo cubre todo.
-Ah, entonces no debe ser agradable.
-No, es realmente bella: hay una luna y muchas estrellas.
También animales que cantan...
El hombre no comprendía, por más que ella se esforzaba
con sus palabras.
-Mi padre la tiene guardada en su sala de tesoros, dentro
de una caja de nuez de coco.
-¿Es un tesoro?
-Sí. A veces, en ocasiones especiales, solíamos disfrutar de
la noche como si fuera un regalo. Mi padre abría muy
despacio la caja. ¡Era tan hermoso! Primero, veíamos el
atardecer y después, el lucero del alba que anunciaba la
noche.
-Si es algo tan lindo, podríamos pedírsela prestada.
Hija de Gran Serpiente estuvo de acuerdo. Seguramente
esa posibilidad les daría mucha alegría a todos. El marido
llamó a sus tres sirvientes más fieles y les dijo:
-Deben pedir prestada la caja de nuez de coco a Gran
Serpiente.
Los tres sirvientes partieron enseguida. Cruzaron el gran río
en una canoa y llegaron a la selva donde estaba el palacio
del dios. Le explicaron que llevaban un pedido de su hija.
Gran Serpiente se alegró mucho al tener noticias de ella.
Les dijo que esperaran y fue a la habitación de los tesoros.
Al rato regresó con Ia pequeña caja marrón:
-La noche está aquí dentro -les dijo-. Solamente mi hija
debe abrir esta caja, si dejan escapar la noche, todo estará
perdido.
Los tres sirvientes hicieron una gran reverencia y
prometieron cuidar el encargo con esmero. Enseguida
subieron a la canoa y se apresuraron a zarpar. Pero
sucedió que, cuando atravesaban por el medio el Gran Río,
escucharon unos ruidos llamativos: “cri-cri-cri”, “chist-chist-
chist”.
AI principio se quedaron sorprendidos y dejaron de remar.
Pero después se dieron cuenta de que el sonido venía de la
caja. Acercaron sus oídos y escucharon con más atención:
“cri-cri-cri”, “chist-chist-chist". Los tres hombres se miraron
intrigados. En fin, uno de ellos dijo:
- Deberíamos abrir la caja.
- Buena idea -dijo el otro.
- Pero ¿recuerdan lo que nos advirtió Gran Serpiente? Si la
abrimos, todo estará perdido... -alcanzó a decir el más
prudente.
Sin embargo, la curiosidad pudo más y muy pronto
descubrieron que la cajita tenía una cera que sellaba su
interior. Desembarcaron y con fuego la derritieron. Entonces
ocurrió algo extraordinario. De adentro de la caja salió una
nube muy oscura que subió hasta el cielo en una espiral
interminable. A medida que subía, la sombra se hacía cada
vez más ancha. Pronto cubrió la selva, el río, las montañas,
el campo, las playas y el mar. Era la noche que se
desparramaba por el mundo y cubría la mitad de la tierra.
Los sirvientes se dieron cuenta de que los sonidos que
salían de la caja eran los del grillo y la lechuza, pero
inmediatamente pagaron por su imprudencia y fueron
convertidos en monos. Muchos hombres fueron
transformados en nuevos animales. El pescador que iba
con su canoa se convirtió en pato. Las cosas también se
transformaron: la brasa del fuego se hizo jaguar y de una
piedra surgió un coatí.
Hija de Gran Serpiente y su marido comprendieron sin
tardanza lo que había sucedido:
- Es necesario separar el día de la noche – dijo la hija del
dios.
Fue a buscar una madeja de hilo marrón. Lo espolvoreó con
ceniza y le dijo al ovillo:
-Tú serás el nhambú. Tú silbarás de noche y andarás
siempre con todos los pájaros nocturnos.
Y el ovillo se convirtió en una avecilla parecida a la perdiz.
Después, Hija de Gran Serpiente buscó más hilos de
colores y los fue uniendo. Cuando apareció el lucero del
alba juntó el rojo, el amarillo, el verde, el azul y el negro.
Entonces, los enrolló en un ovillo y repitió su conjuro:
-Tú serás el cujubín.  Tú cantarás para anunciar la llegada
del sol. Cantarás muchas veces para espantar la noche...
Desde entonces, existió el día y la noche, y cada pájaro
cantó a su hora para diferenciarlas.
Autor: Dubovoy Silvia y Rivera Ferner Marta:

A origem da noite
Essa história aconteceu há muito tempo. A terra
brilhava à luz do sol o dia todo sem interrupção.
Naquela época não havia noite. Também não havia
animais. Somente os deuses habitavam a terra.

Um deles, chamado Grande Serpente, vivia na selva.


Seu palácio era enorme, mas tinha apenas três quartos.
O primeiro era para o próprio deus, o segundo era para
uso da filha da Grande Serpente, e o terceiro quarto era
reservado para os tesouros do deus.

Um dia, a filha da Grande Serpente conheceu um jovem


que morava do outro lado do Grande Rio, na terra dos
homens. Eles se apaixonaram e se casaram. E ela foi
morar com ele, em um lugar novo e desconhecido. Seu
marido não tinha um palácio, mas ela não se importava
porque eles eram muito felizes.

Até que um dia, a jovem começou a sentir uma tristeza


que a manteve calada e pensativa:
-O que acontece? Parece que você espera algo que não
vem.

- Sim, espero pela noite.

-O que é isso?

A filha da Grande Serpente olhou para o marido de


forma estranha. Será que eles não conheciam a noite?
Pacientemente, ele tentou explicar do que se tratava:

-É uma sombra escura que cobre tudo.

-Ah, então não deve ser agradável.

-Não, é muito bonito: há uma lua e muitas estrelas.


Também os animais que cantam...

O homem não entendeu, não importa o quanto ela


tentasse com suas palavras.

-Meu pai o guarda na sala do tesouro, dentro de uma


caixa de coco.
-É um tesouro?

-Sim. Às vezes, em ocasiões especiais, aproveitávamos


a noite como se fosse um presente. Meu pai abriu a
caixa bem devagar. Foi tão bonito! Primeiro, vimos o
pôr do sol e depois a estrela da manhã que anunciava a
noite.

-Se for algo tão fofo, podemos pegar emprestado.

A Filha da Grande Serpente concordou. Com certeza


essa possibilidade daria muita alegria a todos. O marido
chamou seus três servos mais fiéis e disse-lhes:

-Você deve pegar emprestado a caixa de coco da


Grande Serpente.
na origem da noite
Essa história vem acontecendo há muito tempo. Uma
terra brilhava à luz do sol ou o dia todo sem
interrupção. Naquela época não havia noite. Também
não havia animais. Somente vocês deuses habitavam a
terra.

Um deles, chamado Grande Serpente, morava na selva.


Seu palácio era enorme, mas tinha apenas três quartos
de idade. Ou o primeiro era para os próprios deuses, ou
o segundo era para uso do arquivo da Grande Serpente,
e o terceiro quarto era reservado para os tesouros dos
deuses.

Um dia, no final da Grande Serpente, conheci um jovem


que morava do outro lado do Grande Rio, na terra de
dois homens. Eles vão se apaixonar e se casar. E ela
estava morando com ele, em um lugar novo e
desconhecido. Seu marido não tinha palácio, mas ela
não se importava porque eles eram muito felizes.

Amarrei que um dia, um jovem começou a sentir uma


tristeza que o manteve calmo e pensativo:

-Ou o que acontece? Parece que você espera algo que


não vemos.

- Sim, espero pela noite.

-O que é isso?

Um arquivo da Grande Serpente olhou para o marido de


uma forma estranha. Será que eles não sabem à noite?
Pacientemente, ele tentou explicar do que se tratava:
-É uma sombra escura que cobre tudo.

-Ah, então não deve ser legal.

-Não, é muito bonito: tem lua e muitas estrelas. Você


também é incentivado a cantar...

Ou o homem não entendeu, não importa o quanto ela


tentou com suas palavras.

-Meu pai ou guarda na sala do tesouro, dentro de uma


caixa de coco.

-E um tesouro?

-Sim. Às vezes, em ocasiões especiais, aproveitamos a


noite para fazer um presente. Meu pai abriu uma caixa
bem devagar. Foi tão bonito! Primeiro, vimos ou por do
sol e depois uma estrela da manhã que anunciava uma
noite.

-Se for algo tão fofo, podemos acertar emprestado.


A Filha da Grande Serpente concordou. Com certeza,
essa possibilidade traria grande alegria a todos. O
marido chamou seus três servos mais e disse-lhes:

-Você deve colar emprestado da caixa de coco da


Grande Serpente.

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