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DEUTERONOMIO 21 

– LEYES
VARIADAS
A. La ley de los asesinatos sin resolver.
1. (1) La presencia de un asesinato sin resolver.

Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto,
tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató,

a. Fuere hallado alguien muerto: Presuntamente, se habría descartado la muerte por


causas naturales y sería evidente que el occiso había sido asesinado; sin embargo, no
se supiere quién lo mató.

b. No se supiere quién lo mató: Esto era importante basado en un principio


establecido en Números 35:33-34. Este pasaje muestra que la sangre de asesinatos no
resueltos y no vengados profanan y contaminan la tierra. Por lo tanto, si hay un
asesinato sin vengar, es necesario algún tipo de purificación, para que la tierra no sea
profanada.

2. (2-6) El procedimiento para expiar la tierra contaminada por asesinatos.

Entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que
están alrededor del muerto. Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde
fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya trabajado, que
no haya llevado yugo; y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle
escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra
allí en el valle. Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió
Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la
palabra de ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. Y todos los ancianos de la ciudad
más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus manos sobre la becerra
cuya cerviz fue quebrada en el valle;

a. Los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el


muerto: Primero, el asunto de la jurisdicción tenía que ser resuelto.
Estos ancianos eran responsables de hacer el sacrificio para expiar y purificar la tierra
contaminada por asesinatos.

b. Una becerra que no haya trabajado: Entonces, se tenía que hacer el sacrificio
apropiado. Esta becerra era sacrificada por los hijos de Leví en presencia de los
ancianos de la ciudad, quienes se lavaban las manos sobre el animal sacrificado.

i. Este lavado de manos, hecho en presencia de los hijos de Leví, quienes por la


palabra de ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa, era una poderosa
proclamación de los ancianos: “Hemos hecho todo lo posible para resolver este
caso, pero no se puede. Estamos limpios de toda culpa en el asunto de este hombre
asesinado”.

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ii. Por supuesto, esta ceremonia de lavarse las manos sobre el animal sacrificado
no significaba nada si los ancianos realmente no hubieran hecho lo que podían
para vengar el asesinato; aparte de eso, este lavado de manos era un gesto tan
vacío como el lavado de manos de Pilato en el juicio de Jesús (Mateo 27:24).

3. (7-9) La oración dicha por los ancianos mientras se lavaban las manos.

Y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos
lo han visto. Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de
sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. Y tú quitarás la culpa
de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de
Jehová.

a. Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová: Una vez más, Números
35:33-34 aclara el principio de que los asesinatos no vengados profanan y contaminan
la tierra y que se debe hacer expiación por la tierra misma.

b. No culpes de sangre inocente: Cuando Israel seguía las instrucciones de Dios para
la expiación, Él honraba su palabra al quitar su culpa. Pero la eliminación de la culpa
siempre se basaba en el sacrificio de sangre, en una expiación sustitutiva – esperando
la obra de Jesús en la cruz por todo el mundo.

B. Leyes pertinentes a situaciones de familia y hogar.


1. (10-14) Leyes con respecto a tomar una esposa de los pueblos
conquistados.

Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu
mano, y tomares de ellos cautivos, y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y
la codiciares, y la tomares para ti por mujer, la meterás en tu casa; y ella rapará su
cabeza, y cortará sus uñas, y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu
casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y
tú serás su marido, y ella será tu mujer. Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la
venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.

a. Y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares: En el mundo
antiguo, no era raro que un hombre tomara esposa de entre los cautivos,
especialmente si era una mujer hermosa. Sin embargo, obviamente, esto estaba
abierto a un gran abuso, por lo que Dios dio pautas específicas para dirigir esta
práctica en Israel.

b. Ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas: Primero, la mujer cautiva tenía que
ser purificada y humillada. Esto denotaba una ruptura total con su pasado y la
voluntad de comenzar de nuevo, humildemente como un niño.

c. Se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa: Segundo, la mujer


cautiva tenía que mostrar un cambio de lealtad. Esto mostraba que la mujer cautiva ya
no tenía en cuenta a su antigua nación ni a su antigua familia; ahora ella era ciudadana
de Israel.
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d. Llorará a su padre y a su madre un mes entero: Tercero, la mujer cautiva tenía
que llorar sus asociaciones pasadas. Este sería el tiempo en que ella podría resolver los
problemas de su corazón con respecto a su familia, y cuando su futuro esposo podría
vivir con ella un mes sin relaciones íntimas – para que él pudiera ver si realmente
quería tomar a esta mujer como esposa y para asegurarse de que no estaba tomando
una decisión basada solo en la apariencia física o el atractivo.

e. No la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava: Después del mes de luto, el
esposo potencial era libre de casarse con la mujer cautiva – sin embargo, no tenía que
hacerlo. Pero si decidía no hacerlo, tenía que dejarla en libertad con dignidad. Esta era
una notable protección de los derechos de una mujer cautiva.

2. (15-17) La protección de los derechos de heredad.

Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la


aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; en el día
que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura
al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; mas al
hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que
correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el
derecho de la primogenitura.

a. Si un hombre tuviere dos mujeres: Obviamente, habrá problemas en un hogar como
este, especialmente si hay una amada y la otra aborrecida. Sin embargo, Dios ordenó
que se respetaran los derechos de heredad del hijo primogénito, incluso si era el hijo
de la esposa aborrecida.

b. El doble de lo que correspondiere a cada uno: Este era el derecho de la


primogenitura en el antiguo Israel; el hijo primogénito recibiría el doble de la heredad
que cualquier otro hijo. Por ejemplo, si hubiera tres hijos, la herencia se dividiría en
cuatro partes, el primogénito recibiría dos partes y los otros tres hijos recibirían cada
uno una parte.

3. (18-21) El castigo para un hijo rebelde.

Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a


la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su
padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar
donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde,
no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su
ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y
temerá.

a. Un hijo contumaz y rebelde: Esto no se refiere a un niño pequeño, ni siquiera a un


joven adolescente, sino a un hijo que ha pasado la edad de responsabilidad, que se
rebela con determinación contra su padre y su madre.

b. Habiéndole castigado, no les obedeciere: Los padres deben haber hecho un buen
trabajo criando al hijo, llamándolo a la obediencia, y castigándolo apropiadamente
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delante del Señor.

c. Lo sacarán ante los ancianos de su ciudad: Un hijo tan contumaz y rebelde debía ser
juzgado ante los ancianos de la ciudad. Si determinaban que era crónicamente
rebelde, entonces el hijo debía ser apedreado hasta la muerte.

i. Es importante señalar que los padres no pueden, por sí solos, ejecutar esta pena.
Tenían que llevar al hijo a juicio ante jueces imparciales. Esto contrasta con la
antigua ley griega y romana, que otorgaba a los padres el derecho absoluto de vida
o muerte sobre sus hijos. Este era un control sobre la autoridad de los padres más
que un ejercicio de la misma.

ii. Los padres debían llevar al hijo a los ancianos de la comunidad; no sólo porque la
decisión de vida o muerte debía estar fuera de sus manos directas, sino porque la
culpa del hijo contumaz y rebelde no era sólo contra sus padres, sino contra toda la
comunidad. Sembraba las semillas del suicidio cultural en Israel.

d. Y todo Israel oirá, y temerá: Esta ley claramente tenía la intención de proteger el
orden social del antiguo Israel. Ninguna sociedad puede soportar que a los jóvenes se
les permita hacer la guerra a los viejos.

i. Quizás la simple presencia de esta ley fue lo suficientemente disuasoria; nunca


vemos un ejemplo en las Escrituras de un hijo que fuera apedreado hasta la muerte
porque ser un hijo contumaz y rebelde.

ii. “Sin embargo, los judíos dicen que esta ley nunca se puso en práctica y, por lo
tanto, podría estar hecha para el terror y la prevención, y para hacer que la
autoridad de los padres sea más sagrada y poderosa”. (Poole)

iii. “La lapidación era el castigo señalado para los blasfemos e idólatras; lo cual, si
parece severo, se ha de considerar que los padres están en el lugar de Dios, y se les
ha confiado en buena medida su autoridad sobre los hijos; y que las familias son el
asunto y el fundamento de la iglesia y la comunidad, y aquellos que son miembros
malcriados y niños rebeldes en ellas, comúnmente resultan ser la ruina y la plaga
de estas, y por lo tanto no es de extrañar que sean cortados de raíz”. (Poole)

iv. “Si tal ley estuviera en vigor ahora, y debidamente ejecutada, ¡cuántas muertes
de niños desobedientes y libertinos habría en todos los rincones de la tierra!”.
(Clarke)

4. (22-23) La maldición sobre el que cuelga de un madero.

Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo


colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin
falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no
contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

a. Y lo colgareis en un madero: En el pensamiento del antiguo Israel había algo peor
que ser condenado a muerte. Peor que eso era ser condenado a muerte y dejar tu
cadáver expuesto a la vergüenza, la humillación y los animales y pájaros carroñeros.
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i. Colgareis en un madero no tiene la idea de ser ejecutado por estrangulamiento;
sino de tener el cadáver montado en un árbol u otro lugar prominente, para
exponer al ejecutado a la deshonra y a los elementos.

b. No dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el
mismo día: Por lo tanto, si alguien era ejecutado y considerado digno de tal deshonra
(y lo colgareis en un madero), la humillación a su memoria y a la de su familia no debe
ser excesiva. Esta era una manera de templar hasta el juicio más severo con
misericordia.

i. “Es digno de mención que en la imposición del castigo prescrito por la ley
mosaica, siempre encontramos que la Misericordia camina de la mano con
el Juicio”. (Clarke)

c. Porque maldito por Dios es el colgado: El castigo de ser colgado de un madero, y


dejado a la vista, se pensaba que era tan severo, que estaba reservado solo para
aquellos de los que se debía declarar: “este es un maldito por Dios.”

i. Pablo expone sobre Deuteronomio 21:23 en Gálatas 3:13-14: Cristo nos redimió


de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito:
Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la
bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos
la promesa del Espíritu. Jesús no solo murió en nuestro lugar; sino también tomó el
lugar como el maldito por Dios, siendo colgado en un “madero” en abierta
vergüenza y degradación. Él recibió esta maldición, que nosotros merecíamos y Él
no, para que nosotros pudiéramos recibir la bendición de Abraham, la cual Él
merecía, y nosotros no.

ii. Somos redimidos de la maldición de la ley por la obra de Jesús en la cruz por


nosotros. Ya no tenemos que temer que Dios quiera maldecirnos; Él quiere
bendecirnos, no por lo que somos o por lo que hemos hecho, sino por lo que
Jesucristo ha hecho por nosotros.

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik –


 ewm@enduringword.com 

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