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INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA
EN
PSICOLOGÍA
RUMBOS Y DESAFÍOS

FERNANDO LUIS GONZÁLEZ REY

INTERNATIONAL THOMSON EDITORES

Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos


2000 por International Thomson Editores, S.A de C.V.
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CAPÍTULO I1
(Pp. 16 – 24)
UNA REFLEXIÓN EPISTEMOLÓGICA ACERCA DEL DESARROLLO DE LA
INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN PSICOLOGÍA
Cuando presentamos por primera vez nuestra comprensión de lo cualitativo,
esencialmente como definición epistemológica, teníamos plena conciencia de que la
definición de lo cualitativo en la investigación psicológica no era cuestión instrumental, ni
tampoco una cuestión definida por el tipo de datos que deben incluirse, sino que se define
esencialmente por los procesos implicados en la construcción del conocimiento; en la forma
que se produce el conocimiento.
La definición de una “epistemología cualitativa”, expresión que puede parecer
rotundamente ante el hecho de que toda epistemología como construcción de los procesos de
conocimiento es cualitativa, cobra significación ante la necesidad de especificar
epistemológicamente lo cualitativo, necesidad compartida de forma creciente por diferentes
investigadores, pero que no ha encontrado un marco explícito entre las opciones
metodológicas actuales de las ciencias sociales, lo cual es precisamente uno de mis objetivos.
Rodríguez Sutil, investigador español dedicado al tema de la investigación cualitativa,
escribe:
Pues la diferenciación tecnológica o instrumental en los procesos de investigación social concreta entre el
enfoque cuantitativo versus el cualitativo no es más que la consecuencia de una previa y más fundamental
diferenciación metodológica, determinada por la existencia y exigencias específicas de dimensiones y
problemas epistemológicos de naturaleza heterogénea (1994: 92).

Todavía la reflexión acerca de la naturaleza epistemológica de las contradicciones entre


lo cualitativo y lo cuantitativo se ha extendido entre los investigadores sociales, en parte por
el carácter dominante de la epistemología positivista en qué está basado el uso de métodos
cualitativos.
El planteamiento de una epistemología cualitativa tiene antecedentes importantes en el
marxismo, la epistemología histórica francesa, la teoría de la complejidad y los trabajos de
P. Feyerabend. Diferentes filósofos han subrayado la importancia de la filosofía para el
desarrollo de epistemología particulares de cada ciencia (Bachelard, G.; Seve, L.). L. Seve
escribió:
En otra palabras, si el nacimiento de la filosofía marxista pone fin a la quimera de un conocimiento
filosófico de los objetos científicos, señala, al mismo tiempo, la aparición de un conocimiento científico
de los objetos filosóficos; esta es otra faz de la filosofía materialista dialéctica. Y esto sitúa en un plano
superior la especificidad de la filosofía y su responsabilidad en relación con las ciencias particulares-
por ejemplo, la psicología- esta vez, según vemos, ya no en el sentido inaceptable de un intento
encaminado a deducir o construir a priori su contenido concreto, a partir de los principios de una

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Extracto del libro Investigación Cualitativa en Psicología, de González Rey, F. (2000), México, International
Thomson Editores.
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concepción general del mundo, sino en el muy distinto de una ayuda aportada a la ciencia para la solución
de los problemas epistemológicos que se le planteen (1972:49).

La construcción de las cuestiones epistemológicas implicadas en las ciencias particulares,


tiene estrecha relación con las cuestiones epistemológicas generales tratadas por la filosofía:
Esta relación, sin embargo, no descansará en la importancia directa de lo elaborado en la
filosofía al campo de las ciencias particulares, sino que será un permanente intercambio
recíproco que garantiza el desarrollo simultáneo de la epistemología a ambos niveles.
El carácter ontológico diferente de los objetos de estudio de las ciencias particulares,
estimula construcciones teóricas que, aunque susceptibles de complementarse entre sí en las
elaboraciones teóricas, más universales, de la filosofía conduce a la elaboración de
epistemologías diferentes, cuestión que ha sido poco desarrollada en campos particulares de
la investigación científica. En relación con esto, el sociólogo español J. Ibáñez expresa:
El pensamiento objetivista que más o menos se inspira en la epistemología de Newton, tenía sentido para
este porque los objetos del sistema solar que en el investigaba son muy pocos objetivos, y la investigación
de Newton los afecta muy poco también: la luna no ha cambiado nada por el hecho de que Newton le
investigará. Es lógico que alguien que investiga sistemas muy objetivos (en el sentido clásico de esta
palabra) implícitamente sigue el principio de objetividad. Pero los investigadores sociales, los sociólogos,
los psicólogos, los lingüistas, los psicoanalistas, los semióticos, se encuentra con objetos que son sujetos
con la misma capacidad distinción al y objetivadora que ellos mismos (1994: xi-xii).

Sin embargo, el desarrollo de la metodología en la psicología, no ha sido asociado a una


reflexión epistemológica alternativa que explique los procesos implicados en la metodología
asumida. En este momento histórico, cuando son descubiertas nuevas dimensiones del objeto
de estudio de la psicología, así como nuevas concepciones del proceso de conocimiento que
afectan de forma general el desarrollo de las ciencias, la reflexión epistemológica resulta
insoslayable.
El rescate de lo individual y la dimensión constructiva del conocimiento adquieren
significación esencial para la psicología. El desarrollo de una epistemología para los procesos
implicados en la construcción teórica de las formas más complejas que hoy se integran a la
representación del objeto de la psicología, entre ellas la subjetividad, exige identificar y
satisfacer las necesidades epistemológicas subyacentes a esta construcción, lo que implica
una referencia epistemológica en el desarrollo de alternativas metodológicas que, de forma
integral, respondan a una manera diferente de hacer ciencia.
La metodología cualitativa ha soslayado los principios epistemológicos básicos a la
producción científica, y eso ha llevado a producir alternativas, que han que-dado dentro de
los límites epistemológicos de aquellas opciones a las que pretendía superar. Ése ha sido el
caso de muchos de los intentos cualitativos que han caracterizado la investigación social, los
cuales no han podido superar la epistemología positivista, la base del desarrollo de los
métodos cuantitativos (Bogdan y Taylor, Strauss, Glasser, Lincoln, Guba, y otros).
La epistemología aplicada a las ciencias sociales tiene que asumir con todas Sus
consecuencias el carácter histórico-cultural de su objeto y del conocimiento como
construcción humana. En las palabras de Morin:
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Así, el conocimiento está ligado, por todos los lados, a la estructura de la cultura, a la organización social,
a la praxis, histórica. El no es sólo condicionado, determinado y producido, sino que es también
condicionante, determinante y productor (lo que demuestra de manera evidente la aventura del
conocimiento científico) (1998:31).

Esta concepción del conocimiento, comienza a extenderse entre los científicos y permite
salir del principio estrecho de la "objetividad" adoptado como pretensión de relación
biunívoca entre realidad y conocimiento.
La cita de Morin tiene estrecha relación con autores que han tenido una visión crítica de
la epistemología positivista tradicional (Cavailles, Canguilhen, Bachelard y Feyerabend entre
otros). Feyerabend, quien ha sido criticado por la radicalidad de su planteamiento, opone una
visión humana de la constricción del conocimiento, en todo lo que ella tiene de irregular,
singular, casual y subjetivo, a la visión rígida, despersonalizada y determinista que
caracteriza al positivismo. Sin embargo, en nuestra opinión, cometió el error de proclamarse
anarquista, y por el carácter ideológico de la propia definición, introdujo a los fantasmas del
caos y la irresponsabilidad al ámbito históricamente ascéptico dé la ciencia. Feyerabend
expresa:
No hay una "racionalidad científica" que pueda considerarse como guía para cada investigación; pero hay
normas obtenidas de experiencias anteriores, sugerencias heurísticas, concepciones del mundo, disparates
metafísicos, restos y fragmentos de teorías abandonadas, y de todos ellos hará uso el científico en su
investigación (1993:1).

Ésta es una idea esencial para abandonar las creencias que en relación con la ciencia
generó la epistemología positivista.
En primer lugar, la ciencia no es sólo racionalidad, es subjetividad en todo lo que este
término implica, es emoción, individualización, contradicción, en fin, es expresión íntegra
del flujo de la vida humana, que se realiza a través de sujetos individuales, en los que su
experiencia se concreta en la forma individualizada de su producción. Lo social aparece en
la ruta única de los individuos constituidos en una sociedad y una cultura particular. La
representación de la ciencia como actividad supraindividual, que supone la no participación
del investigador y el control de su subjetividad, soslaya el carácter interactivo y subjetivo de
nuestro objeto, el cual es condición de su expresión comprometida. Sin la implicación
subjetiva del sujeto investigado, la información producida en el curso de su estudio pierde
significación y, por lo tanto, objetividad, en el sentido más amplio de la palabra. Comprender
a la ciencia como producción diferenciada de individuos con trayectorias individuales únicas,
presupone recuperar el lugar central del científico como sujeto y, con ello, el lugar central de
lo teórico en la producción científica, que es uno de los principios de lo que hemos definido
como epistemología cualitativa. E. Morin escribe:
Al considerar hasta qué punto el conocimiento es producido por una cultura, dependiente
de una cultura, integrado a una cultura, se puede tener la impresión de que mida sería
capaz de liberarlo.
Pero sería ignorar las potencialidades de autonomía relativa, de los espíritus
individuales en todas las culturas (…) Y, siempre, en todas partes, el conocimiento transita
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por los espíritus individuales, que disponen de autonomía potencial, la cual puede, en
ciertas condiciones, actualizarse y tornarse pensamiento personal (1998:30-31).
Proponemos la epistemología cualitativa como forma de satisfacer las exigencias
epistemológicas inherentes al estudio de la subjetividad corno parte constitutiva del individuó
y de las diferentes formas de organización social. La subjetividad no es producto de la cultura
es, en sí misma, constitutiva de la cultura, no puede ser considerada como resultado subjetivo
de procesos objetivos externos a ella, sino como presión objetiva de una realidad subjetivada.
Como señala P. Demo:
Somos objetivos como hecho social. Quiero decir, nuestra Subjetividad es un hecho ro la expresamos de
modo subjetivo, a nuestra manera (1995: 14).

La subjetividad, cómo hemos afirmado en otras obras”, presupone superar un conjunto de


dicotomías que han caracterizado la producciones teórica en las ciencias humanas, como son
las dicotomías entre lo social-individual, lo interno-externo, lo afectivo-cognitivo, lo
intrapsíquico-interactivo.
La subjetividad forma parte de las realidades complejas que la epistemología de la
complejidad ha legitimado como representaciones del pensamiento, científico, y su
comprensión exige la liberación de ataduras de nuestro pensamiento para acceder a formas
de representación diferentes a aquellas en las que descansa la comprensión de lo psíquico, a
pesar de haber existido no pocos antecedentes de pensamiento complejo en’ el desarrollo de
nuestra ciencia. La complejidad, sin embargo, no se puede asumir como una moda que nos
lleve a incorporar conceptos de otras epistemologías o de la filosofía. Ella abre una visión
del mundo que debe encontrar sus formas de expresar e1pensamiento psicológico.
La epistemología cualitativa es un esfuerzo en la búsqueda de formas diferentes de
producción de conocimiento en psicología que permitan la creación teórica acerca de la
realidad plurideterminada, diferenciada, irregular, interactiva e histórica, que representa la
subjetividad humana. En correspondencia con ello, pretendemos presentar en este libro las
consecuencias metodológicas de esta concepción a través de la presentación de una
alternativa de investigación cualitativa comprometida de forma explícita con una
epistemología y una representación teórica del objeto de estudió.
La idea de convertirlo cualitativo en un paradigma que se afirme a sí mismo como unidad
de un referente metodológico para las diferentes ciencias sociales, no me parece la mejor vía
para la defensa de una forma alternativa de construcción del conocimiento frente a la
epistemología positivista y sus diferentes y sutiles derivados metodológicos, pues implicaría
la estandarización de procedimientos que no responden a una metodología abstracta, sino a
las consecuencias epistemológicas de representaciones teóricas diferentes. La contradicción
entre lo cualitativo y lo cuantitativo no se constituye en contradicción metodológica, ella sólo
aparece en su carácter contradictorio en el campo epistemológico. La contradicción entre lo
cualitativo y lo cuantitativo no se expresa instrumentalmente, sino en los procesos centrales
que caracterizan la producción de conocimiento. La epistemología positivista, una de cuyas
expresiones en psicología es cuantitativa, la denominada por Cronbach investigación
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correlacional, ha sido un recurso para producir conocimiento a través de la simplificación


del objeto en variables, las cuales se convierten en productos de conocimiento por su
correlación con otras variables.
La llamada investigación correlacional dio lugar a un modelo ascéptico, despersonalizado,
regular y cuantitativo de producir conocimiento, que hasta hoy es considerado equivalente a
la llamada metodología científica. En este modelo se excluían de la condición de sujetos
pensantes tanto al investigador como al sujeto investigado, y eran sustituidos por
instrumentos validados y confiables, considerados como vía idónea para producir
conocimientos “objetivos” sobre el problema investigado. Esa obsesión por la objetividad se
completaba con la presentación de los resultados en formas estadísticas. El número devino
así en entidad reificada, portadora de la “verdad científica”. En una crítica al uso de las
matemáticas en la sociología, el sociólogo J. Ibáñez ha escrito:
Para analizar los datos producidos por la encuesta se suele acudir a las ramas de las matemáticas más
constriñentes: álgebra lineal, cálculo, estadística. Lo usual es que se acuda al análisis de regresión, al análisis
multivalente por mínimos cuadrados, al análisis factorial o de senderos., etc. (…) Y de este punto arranca
el análisis factorial, operando sobre una matriz de coeficientes de correlación lineal, que son el resultado de
haber sido_ exprimida y derramada fuera, por la aplicación lineal, la mayor parte de la información de los
datos originales (1994: 139).

A este tipo de número se opone la epistemología cualitativa, pues el número es parte de


un lenguaje del pensamiento para alcanzar formas complejas de definición cualitativa de lo
estudiado, lo que incluso se expresa de forma nítida en la llamada matemática cualitativa. De
hecho, ésta es la matemática que han utilizado las llamadas “ciencias duras”, en que las
construcciones matemáticas son un momento del proceso constructivo general del
pensamiento y no una manera de limitarlo”. Las ciencias de modelos matemáticos nunca han
sustituido la construcción teórica por la producción de números, al contrario, los números
han pasado a ser un momento esencial de la construcción teórica.
La epistemología cualitativa se apoya en tres principios que tienen importantes
consecuencias metodológicas. Estos son:
El conocimiento es una producción constructiva-interpretativa, es decir, el conocimiento
no es una suma de hechos-definidos por constataciones inmediatas del momento empírico.
Su carácter interpretativo es generado por la necesidad de dar sentido a expresiones del sujeto
estudiado, cuya significación para el problema objeto de estudio es sólo indirecta e implícita.
La interpretación es un proceso en el que el investigador integra, reconstruye y presenta en
construcciones interpretativas diversos indicadores obtenidos durante la investigación, los
cuales no tendrían ningún sentido si fueran tomados en forma aislada, como constataciones
empíricas.
El uso y definición de los indicadores como categorías a ser usadas en los procesos de
construcción de información en la investigación cualitativa, será presentado de forma
exhaustiva más adelante. La interpretación es un proceso constante de complejidad
progresiva, que se desarrolla a través de la significación de diversas formas de lo estudiado,
dentro de los marcos de la organización conceptual más compleja del proceso interpretativo.
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La interpretación, como hemos planteado en trabajos anteriores, no es un proceso de


reducción de la riqueza y diversidad de lo estudiado a categorías preestablecidas, que dan
significación a las manifestaciones singulares de lo estudiado en los términos de las
categorías invariables de los marcos teóricos asumidos. Esto, que ha sido práctica frecuente
en la interpretación psicoanalítica, ha. Motivado se-veras críticas de psicoanalistas brasileños
destacados (Mezán, R., Figueredo, L. C.). Mezán ha afirmado al respecto:
¿Dónde está entonces la universalidad del Complejo de Edipo y de La ley de deformación? Podemos
percibir ahora que afirmarlas a priori no se justifica: en esta forma general y asertiva, tal afirmación tiene
valor como condensación de innumerables psicoanálisis, pero sólo puede ser psicoanalíticamente
sustanciada si fuera reinventada y redescubierta en cada caso. Y sólo puede ser reinventada y redescubierta
si no quisiera fingir de científica y definitiva ilustración ad nauseara de un principio establecido de una
vez y por todas, desciframiento aparentemente objetivo, pero en verdad malandro de un sentido que ya se
conoce antes de comenzar (1983: 73).

La interpretación es un proceso diferenciado que da sentido a diferentes manifestaciones


de lo estudiado y las convierte en momentos particulares del proceso general, orientado a la
construcción teórica del sujeto, sea en su condición de sujeto social, como puede ser la
familia, la comunidad, la escuela, o de sujeto individual.
La interpretación no está referida a ninguna categoría universal e invariable del marco
teórico asumido, es un proceso que se realiza a través de la unicidad y complejidad del sujeto
estudiado. La teoría está presente como instrumento al servicio del investigador en todo el
proceso interpretativo, pero no como conjunto de categorías a priori capaces de dar cuenta
de los procesos únicos e imprevistos de la investigación: sólo influye en el curso de las
construcciones teóricas del investigador sobre el objeto. La teoría es un momento de sentido
en el proceso de producción teórica, no el esquema general al que se debe subordinar este
proceso.
Aunque toda interpretación es una construcción, hay construcciones que se generan por
el curso de las ideas que se combinan en el pensamiento del investigador, que tienen una
relación más indirecta e implícita con el problema estudiado que aquella que caracteriza a la
interpretación. Estas construcciones, de naturaleza teórica, no pueden ser seguidas por el
investigador en el momento empírico, que pasa a ser una referencia indirecta y mediata en
relación con aquellas. El investigador, como sujeto, produce ideas a lo largo de la
investigación., en un proceso permanente que logra momentos de integración y continuidad
dentro de su pro-pio pensamiento, sin referentes identificables en el momento empírico. Este
nivel teórico de la producción científica ha sido soslayado por la epistemología positivista,
en la cual el escenario de la ciencia es definido por lo empírico.
Un elemento esencial para distinguir la metodología cualitativa que proponemos de la
mayoría de los enfoques reconocidos dentro del llamado paradigma cualitativo, es que para
nosotros, no obstante lo que muchos autores sostienen (Taylor y Bogdan, Glasser y Strauss,
Guba y Lincoln, Creswell y otros), las modalidades cualitativas producen estructuras teóricas
que van más allá de cualquier criterio actual de confirmación en el plano empírico. Estas
construcciones se convierten en recursos indispensables para entrar a zonas de sentido ocultas
por la apariencia.
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Este principio tiene diferentes repercusiones a nivel metodológico, entre las cuales están
el lugar activo del investigador y del sujeto investigado como productores de pensamiento.
Cuando afirmamos el carácter constructivo-interpretativo de la producción de conocimientos,
no lo contraponemos al carácter descriptivo, que es otra forma de producción de
conocimiento, no sólo compatible con la construcción teórica, sino frecuentemente momento
necesario de aquella.
Carácter interactivo del proceso de producción del conocimiento. Este segundo atributo
de la epistemología cualitativa enfatiza que las relaciones, investigador-investigado son
condición para el desarrollo de las investigaciones en las ciencias humanas, y que lo
interactivo es una dimensión esencial del proceso de producción de conocimientos, atributo
constitutivo del proceso para el estudio de los fenómenos humanos.
Este principio orientará la resignificación de los procesos de comunicación en el nivel
metodológico, y cambiará mucho de lo implantado en los proyectos para investigación
realizados bajo el influjo positivista. Desde esta perspectiva epistemológica, el principal
escenario de la investigación son la relación investigada y las relaciones de los sujetos
investigados entre sí en las diferentes formas de trabajo grupal que la investigación
presupone.
La consideración de la naturaleza interactiva del proceso de producción del conocimiento
implica comprender a éste como proceso que asimila los imprevistos de todo sistema de
comunicación humana, y que, incluso, utiliza estos imprevistos como situaciones
significativas para el conocimiento. Otro resultado importante de aceptar la naturaleza
interactiva del conocimiento es la aceptación de los momentos informa es que surgen durante
la comunicación, como productores de información relevante para la producción teórica.
La consideración del carácter interactivo de la producción de conocimientos otorga valor
especial a los diálogos, que en ella se desarrollan y, en los cuales los sujetos se implican
emocionalmente y comprometen su reflexión en un proceso en el que se producen
informaciones de gran significado para la investigación. Aceptar el curso de los diálogos
abiertos entre los participantes la investigación, presupone supone estimular la discusión de
los sujetos estudiados entre sí, en un proceso por el cual el interlocutor facilita ideas y
emociones que sólo surgen al calor de la reflexión conjunta y espontánea donde se desarrolla
la vida cotidiana de los protagonistas (Billig, M., 1997).
El carácter interactivo del conocimiento conduce a reivindicar la importancia del contexto
y de las relaciones entre los sujetos que intervienen en la investigación (entre ellos la del
investigador y el investigado), como momentos esenciales para la cualidad del conocimiento
producido.
Significación de la singularidad como nivel legítimo de la producción del conocimiento.
La singularidad fue históricamente desconsiderada en cuanto a su legitimidad como fuente
de conocimiento científico; pero en la investigación de la subjetividad reviste importante
significación cualitativa, que impide identificarla con el concepto individualidad. La
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singularidad se constituye como realidad diferenciad en la historia de la constitución


subjetiva del individuo.
Así, cuando trabajamos con el sujeto como singularidad, lo identificamos como forma
única y diferenciada de constitución subjetiva/ lo que marca una diferencia esencial con la
investigación experimental conductista, la cual trabaja con individuos a partir de la premisa
de que no existen entre ellos diferencias que influyan sobre el comportamiento estudiado. En
este sentido, la investigación conductista usa al individuo como entidad objetivada, mientras
que nosotros utilizamos la singularidad como momento diferenciado y subjetivado, el cual
aparece como individualidad en condición de sujeto.
El conocimiento científico, desde este punto de vista cualitativo, no se legitima por la
cantidad de sujetos estudiados, sino por la cualidad de su expresión. El número de sujetos a
estudiar responde a un criterio cualitativo, definido esencialmente por las necesidades del
proceso de conocimiento descubiertas en el curso de la investigación.
La expresión individual del sujeto adquiere significación conforme al lugar que puede
tener en un determinado momento para la producción de ideas por parte del investigador. La
información expresada por un sujeto concreto puede convertirse en un momento significativo
para la producción de conocimiento, sin que tenga que repetirse necesariamente en otros
sujetos. Por el contrario, su lugar dentro del proceso teórico puede legitimarse de múltiples
formas en el curso de la investigación. La legitimación del conocimiento se produce por lo
que significa una construcción o un resultado en relación con las necesidades actuales del
proceso de investigación.
El número de casos a considerar en una investigación tiene que ver ante todo, con las
necesidades de información que se van definiendo en el curso de aquélla. En ocasiones, es
necesario abrir nuevas zonas de sentido del problema estudiado, sobre las cuales tenemos
diferentes hipótesis elaboradas en el curso de la investigación, las cuales, sin embargo, no se
han podido confrontar con la expresión de los sujetos estudiados.
Los tres principios generales de la epistemología cualitativa presentados, conducen a
diferentes formas de producción de conocimiento, cuyo desarrollo metodológico es uno de
los principales desafíos para la psicología. En los capítulos que siguen, profundizaremos en
las definiciones metodológicas que hemos ido produciendo en este camino, dentro del cual
los momentos teóricos, metodológicos y epistemológicos se han ido sucediendo de diferentes
formas en un mismo proceso.

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