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Clínica y Salud, 2006, vol. 16 n.° 3 - Págs. 69-89.

ISSN: 1135-0806

ARTÍCULOS

Perspectivas actuales en el tratamiento


del trastorno de estrés postraumático
en la población infantil: Análisis
bibliométrico
Current approaches to post-traumatic
stress disorder among children:
A biblimetric analysis
PILAR BAS SARMIENTO1
MARTINA FERNÁNDEZ GUITIÉRREZ1
AINHOA BARBACIL VICARIO2
CELIA-VICTORIA GUITIÉRREZ VÁZQUEZ2
Fecha de Recepción: 14-09-2005 Fecha de Aceptación: 21-04-2006

RESUMEN

El Trastorno de Estrés Postraumático en la población pediátrica, ha sido


poco investigado. Así, hasta 1987 no se reconoce, en los criterios diagnósti-
cos, que las reacciones de los niños al trauma pueden diferir de la de los adul-
tos. Teniendo en cuenta estas diferencias en cuanto a la semiología del Tras-
torno de Estrés Postraumático, es lógico pensar que la evaluación e interven-
ción de estos pacientes no puede plantearse de igual modo que en el caso de
la población adulta.
Por todo ello, el objetivo del presente artículo es describir la evolución de la
literatura científica, en los últimos 10 años, y establecer el estado actual de la
cuestión, determinando las deficiencias y necesidades a considerar para desa-
rrollar vías de estudio en futuras investigaciones.

1 Profesora Titular de Escuela Universitaria. E.U. Enfermería de Algeciras. Universidad de Cádiz.


2 Alumna Colaboradora del Departamento de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Cádiz.

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 1 69


Perspectivas actuales en el tratamiento del trastorno de estés postraumático en la población infantil: Análisis bibliométrico

ABSTRACT

Very little attention has been paid by researchers to post-traumatic stress


disorder (PTSD)in the paediatric population. Not until 1987 the fact that child
reaction to trauma may differ from adult reaction is reflected in diagnostic cri-
teria. Bearing these differences in mind with regard to the PTSD semiology, we
may think that planning of assessment and intervention must differ in the case
of children.
Therefore, the aim of this paper is to follow the evolution of literature during
the last 10 years, and to establish the current state of the art of PTSD in chil-
dren. Deficiencies and needs will be remarked in order to develop future rese-
arch lines.

PALABRAS CLAVE

Trastorno Estrés Postraumático en niños, Tratamiento, Revisión, Análisis


Bibliométrico.

KEY WORDS

Posttraumatic Stress Disorder in Children; Treatment; Review; Bibliometric


Analysis.

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P. Bas, M. Fernández, A. Barbacil y C. V. Gutiérrez

INTRODUCCIÓN trauma debe incluir la presencia de


reexperimentación persistente del
Las personas que son víctimas de acontecimiento traumático, evita-
sucesos aversivos inusuales de ción persistente de los estímulos
forma brusca tales como, las conse- asociados a él, embotamiento de la
cuencias de la guerra o de un aten- capacidad de respuesta del indivi-
tado, las agresiones sexuales, los duo, y de síntomas persistentes de
accidentes o las catástrofes natura- activación (arousal). El cuadro sinto-
les, responden, generalmente, con mático completo debe estar presen-
una reacción de estrés adaptativa, te más de un mes y provocar un
pudiendo sufrir, en última instancia, malestar clínicamente significativo o
un Trastorno de Estrés Postraumáti- deterioro social, laboral o de otras
co (TEP). En general, el trastorno áreas importantes de la actividad
tiende a ser más grave y más dura- del individuo (López Ibor y Valdés,
dero cuando el suceso sufrido es 2003).
más intenso y cuando las causas
son obra del ser humano y no acci- Ya en el DSM-IV, y a diferencia
dentales. del DSM-III-R, se pone énfasis en la
reacción de la persona y no tanto en
Para el DSM-IV-TR (American el tipo de acontecimiento traumáti-
Psychiatric Association, 2000) el co y se incluyen criterios distintos
TEP aparece cuando la persona ha de inclusión como agente inductor,
sufrido “o ha sido testigo de” un tal es el caso del diagnóstico de
acontecimiento estresante y extre- enfermedad potencialmente mortal.
madamente traumático, y donde el Del mismo modo, el suceso vivido
individuo se ve envuelto en hechos no tiene por qué encontrarse fuera
que representan un peligro real para del marco habitual de la experiencia
su vida o cualquier otra amenaza humana. Se distingue entre tres
para su integridad física; el individuo subtipos –agudo, crónico y de inicio
es testigo de un acontecimiento demorado- (American Psychiatric
donde se producen muertes, heri- Association, 1994).
dos, o existe una amenaza para la
vida de otras personas; o bien, En el DSM-IV-TR, se ha actualiza-
conoce, a través de un familiar o do la información sobre síntomas
cualquier otra persona cercana, asociados, co-morbilidad con otros
acontecimientos que implican muer- trastornos mentales, asociación con
tes inesperadas o violentas, daños enfermedades médicas y curso
serios o peligro de muerte o heridas (reactivación de síntomas en res-
graves. La respuesta del sujeto a puesta a recuerdos del aconteci-
este acontecimiento debe incluir miento traumático, estresores de la
temor, desesperanza y horrores vida o nuevos acontecimientos trau-
intensos (o en los niños, un compor- máticos). Se describen evidencias
tamiento desestructurado o agita- de un componente hereditario en la
do). El cuadro sintomático caracte- transmisión del trastorno, así como
rístico secundario a la exposición al la relación entre antecedentes de

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depresión en familiares de primer estómago y/o cabeza (American


grado y un aumento de la vulnerabi- Psychiatric Association, 2000).
lidad a presentar trastorno por
estrés postraumático (López Ibor y Con el absoluto convencimiento
Valdés, 2003). de que el TEP se manifiesta de
forma diferente a lo largo de las dis-
Los cambios en la conceptualiza- tintas etapas del desarrollo nos
ción del diagnóstico, las diferentes planteamos, entre otros, una serie
explicaciones acerca de la naturale- de interrogantes que motivaron la
za del cuadro, la naturaleza del pro- presente revisión: ¿Es más o menos
pio acontecimiento traumático (que probable que los niños se adapten a
determina, en cierta medida, la estos tipos de acontecimientos
heterogeneidad de la sintomatolo- traumáticos? ¿influye la edad en el
gía) así como, la misma heteroge- desarrollo del TEP y, en el modo de
neidad entre los que buscan trata- responder a un tratamiento? ¿es
miento y las dificultades metodoló- adecuado para un niño revivir (aun-
gicas que entrañan estos estudios que sea a nivel cognitivo) el aconte-
de investigación, han influido en el cimiento traumático? ¿de qué
curso de la intervención terapéutica. manera influye, en la adaptación del
niño, la reacción de los padres?
La ambigüedad conceptual y etio-
lógica que rodea este síndrome se Para intentar dar respuesta a las
acrecienta cuando nos centramos cuestiones anteriormente plantea-
en la población infantil. Así, no es das, nuestro objetivo ha sido descri-
hasta la versión revisada del DSM-III bir la evolución de la literatura cien-
(American Psychiatric Association, tífica, respecto a la intervención en
1987) cuando se considera que las el TEP infantil, en los últimos 10
reacciones de los niños al trauma años y establecer el estado actual
pueden diferir de la de los adultos. de la cuestión, determinando las
En el DSM-IV-TR aparece un aparta- deficiencias y necesidades a consi-
do específico donde se señalan derar para desarrollar vías de estu-
aspectos semiológicos en función dio en futuras investigaciones.
de la edad: los niños no suelen tener
la sensación de revivir el pasado, la
reexperimentación del trauma puede METODOLOGÍA
reflejarse en juegos de carácter
repetitivo. La sensación de un futuro Para ello, se ha realizado una
desolador puede traducirse en la revisión bibliográfica mediante el
creencia de que su vida no durará sistema digitalizado PROQUEST de
tanto como para llegar a adulto. la Biblioteca de la Universidad de
También pueden generar la creencia Cádiz, servicio global de publicacio-
de una especial capacidad para pro- nes electrónicas que nos permite
nosticar acontecimientos desagra- recoger y analizar información
dables. Los niños pueden presentar documental en las siguientes bases
síntomas físicos como dolor de de datos:

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PsycARTICLES RESULTADOS. ANÁLISIS


BIBLIOMÉTRICO
Búsquedas en la base de datos
principal de la American Psychologi- ANÁLISIS DE PRODUCTIVIDAD:
cal Association. Acceso a casi 50
publicaciones principales de texto A continuación se exponen los
completo sobre Psicología. resultados relativos al análisis de
productividad: anual, por países y
autores.
ProQuest Psychology Journals
Producción anual: el primer artí-
Con cobertura completa de texto culo aparece en 1989 (Pattern,
completo de publicaciones principa- Gatz, Jones y Thomas, 1989) tras el
les sobre Psicología y temas rela- cual ha de transcurrir un periodo de
cionados. tres años para que se produzca una
nueva y única publicación – en
1992-, una revisión empírica sobre
Proquest Medical Library la eficacia de los tratamientos para
el TEP hasta esa fecha (Solomon,
Búsquedas en una completa base Gerrity y Muff, 1992). Tras otros dos
de datos que combina el índice años de espera, se publican dos
MEDLINE con imágenes para más nuevos artículos en 1994 y 1995,
de 200 títulos médicos clave. Ofrece respectivamente. A partir de 1997
cobertura de todas las principales se observa una tendencia ascen-
especialidades sanitarias, incluyen- dente con un incremento sustancial
do: enfermería, pediatría, psiquia- a partir de 2002. Como aparece en
tría, farmacología y terapia física la figura 1, la mayor parte de los tra-
entre otras. bajos aparecen en los últimos cinco
años (38 artículos, 64,40%). Los
dos últimos años, es decir, 2003 y
Proquest Research Library- 2004 son los más productivos, con-
Health Module centrando el 44,06% de los traba-
jos, observándose un progresivo
Búsquedas en publicaciones incremento en la frecuencia de
periódicas sobre temas de salud publicaciones en el periodo 2002-
tales como condiciones médicas, 2004.
consumo de drogas, seguros, políti-
ca de salud, etc. Producción por países: Estados
Unidos es el país más productivo
Con este criterio y utilizando los (96,2%) con una diferencia significa-
descriptores “posttraumatic stress tiva respecto al resto de países pro-
disorder + children + treatment” se ductores. En otro bloque se encuen-
obtuvo un total de 59 artículos de tran dos países, pertenecientes al
los que se obtienen los siguientes continente europeo, concretamente,
resultados: Holanda e Inglaterra, con un 3,7%

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de la producción (1 artículo cada vo es JA. Cohen con cuatro artícu-


uno). los: dos de ellos dedicados, específi-
camente, a niños afectados de sín-
Productividad por autores: en la tomas de TEP a causa del dolor o de
revisión han aparecido un total de, abusos sexuales (Cohen, Mannarino
aproximadamente, 185 autores, de y Knudsen, 2004; Cohen, Deblinger,
los cuales dos son anónimos. Tal y Mannarino y Steer, 2004) y el resto
como se detecta habitualmente en son consideraciones ge-nerales para
los estudios de bibliometría, el el tratamiento de este tipo de desór-
91,3% de los autores han publicado denes (Cohen y Mannarino, 1996;
un único artículo sobre el tema, Cohen, 1998). Otros autores produc-
frente al 2,7% que han producido, al tivos, con un máximo de tres artícu-
menos, tres trabajos. Siguiendo la los son: A.P. Mandarino, C.M. Chem-
estructura de Ortigosa, Quiles y tob, N. Kassan-Adams, Kazak,
Méndez (2002), se pueden estable- Barakat y Meeske.
cer cuatro categorías según la canti-
dad de producción: grandes pro- Autores significativos en el estu-
ductores (con más de 10 artículos), dio del TEP en niños, como es el
productores moderados (entre 5 caso de Pynoos, Vernberg, Goen-
y 9), aspirantes (entre 2 y 4) y jian, Pfefferbaum, o el mismo Yule,
transeúntes (1 artículo). Siguiendo muestran en este caso, una escasa
esta clasificación, los autores se productividad científica, probable-
distribuyen entre las dos últimas mente debido al descriptor utilizado
categorías de la siguiente forma: en el presente trabajo (“posttrauma-
8,6% de aspirantes y 91,6% de tic stress disorder+children+treat-
transeúntes. El autor más producti- ment”). Si ampliamos el descriptor a

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aspectos generales, semiológicos o Productividad por áreas temáti-


de evaluación, estos autores apare- cas: con el fin de realizar el análisis
cerán como grandes productores. de las materias se han distribuido
las temáticas en dos grandes gru-
pos: modelos teóricos de interven-
ANÁLISIS POR MATERIAS: ción y patologías tratadas.

Productividad por revistas: el Con respecto a la primera cate-


análisis muestra que los 59 trabajos goría, sólo aparecen 3 artículos rela-
localizados se distribuyen, en su cionados directamente con la tera-
totalidad, en publicaciones periódi- pia cognitivo-comportamental indi-
cas. A su vez, éstos se dividen en: vidual; 5 artículos que desarrollan
27 estudios de tratamiento del TEP estrategias de tratamiento enfoca-
infantil en situaciones concretas; 9 das a los niños afectados y a sus
consideraciones generales del trata- padres y 2 artículos destinados a la
miento del estrés postraumático en intervención cognitivo-conductual
la población infantil; 6 revisiones de índole grupal.
teóricas; 5 trabajos enfocados en
las medidas y procedimientos de El principal tema específico trata-
evaluación; 3 estudios aleatorios do, en el total de las 59 publicacio-
controlados; 2 estudios longitudina- nes, es el abuso sexual en los niños,
les; 2 estudios piloto; 2 comentarios con un total de 13 estudios. Le
de autores y el resto de las publica- sigue el análisis de las patologías
ciones se distribuyen entre editoria- mentales como factor de riesgo de
les, estudios de caso único y una un posible estrés postraumático
réplica. (con 6 artículos) y el tratamiento del
TEP en niños víctimas de cánceres
De las 31 revistas en las que se (con 5 artículos). El resto de las
han publicado estos trabajos, la áreas temáticas contempladas
más productiva, con diferencia, es abarcan desde los accidentes de
Journal of the American Academy of tráfico, hospitalización en general,
Child and Adolescent Psychiatry, otras patologías orgánicas y desas-
que representa el núcleo de las tres provocados por el hombre
publicaciones específicas en este (como las guerras o atentados terro-
ámbito con 14 artículos. Las ristas…).
siguientes son: con un total de 6
artículos, la revista Pediatrics; con 5
artículos, Journal of Consulting and APORTACIONES DE LA
Clinical Psychology; con un total de LITERATURA ACTUAL EN TORNO
4 artículos, Child Abuse and AL TEP EN LA POBLACIÓN
Neglect; con 3 artículos, American INFANTIL
Journal of Psychiatry y con dos,
Archives of Pediatrics and Adoles- Como hemos podido ver en el
cent Medicine y The Journal of the análisis bibliométrico y de acuerdo
American Medical Association. con Foa (2000), existe muy poca

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Perspectivas actuales en el tratamiento del trastorno de estés postraumático en la población infantil: Análisis bibliométrico

investigación de intervención en tados informaban haber experi-


niños con TEP. De hecho, las altas mentado algún suceso traumático
tasas de exposición a sucesos de alta intensidad en sus primeros
traumáticos (por ejemplo abuso 16 años de vida (Costello, Erkanli,
sexual, accidentes de tráfico gra- Fairbank y Angold, 2002). Particu-
ves, desastres naturales, violencia larmente interesante resulta las
familiar...) entre niños y el impacto altas tasas de exposición a trau-
psicológico de estas exposiciones mas entre jóvenes hospitalizados
ha sido foco de atención, por parte con serios trastornos emocionales,
de investigadores y clínicos en el siendo de hasta un 93% (Lipschitz,
ámbito de la salud mental, sólo Winegar, Hartnick, Foote y South-
recientemente. wick, 1999). En este mismo senti-
do, un reciente metaanálisis del
abuso sexual, realizado por Pao-
ASPECTOS lucci, Genuis y Violato (2001) nos
EPIDEMIOLÓGICOS: revela como este problema se
encuentra en un 36% de la pobla-
Los estudios basados en la ción infantil.
población general de EE.UU. reve-
lan tasas de prevalencia para el A raíz de estos porcentajes,
TEPT, de aproximadamente, un 8% algunos autores han coincidido en
de la población adulta. No existe sugerir que la exposición a sucesos
actualmente información disponible traumáticos puede conducir a
referente a la prevalencia de la serios trastornos de estrés postrau-
población general en nuestro país. mático, con tasas que oscilan entre
Los estudios realizados en indivi- el 10-100% de probabilidad (Stu-
duos en situación de riesgo ber, Nader, Yasuda, Pynoos y
(expuestos a acontecimientos trau- Cohen, 1991; Sauter y Franklin,
máticos específicos) arrojan resulta- 1998). En definitiva, la variedad de
dos variables, con los porcentajes las tasas de prevalencia dependen
más elevados observados entre los de determinados factores de riesgo
supervivientes a violaciones, com- como la exposición a sucesos trau-
bates militares, cautividad, interna- máticos, la severidad del suceso
mientos por causas étnicas o políti- traumático, el procesamiento cog-
cas y genocidio (American Psychia- nitivo del trauma (Brown, 2003), las
tric Asociation, 2000). características del niño/adolescen-
te, la historia del trauma e historia
En los niños y concretamente en psiquiátrica, la influencia familiar
muestras escolares, algunos estu- (Buka, Stichick, Birdthistle y Earls,
dios han determinado tasas de 2001; Fletcher, 2003; Fremont,
exposición al trauma, entre el 40- 2004) o los criterios diagnósticos
70% (Jenkins y Bell, 1994; Giaco- utilizados (Ej.: los criterios diagnós-
nia, Reinherz, Silverman, Pakiz, ticos del DSM-III presentan cifras
Frost y Cohen, 1995). En otro estu- más altas que los criterios del
dio, el 25% de los jóvenes entrevis- DSM-III-R).

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EVALUACIÓN: Tal y como nos sugiere el estudio


de Feeny, Treadwell, Foa y March
Existen serias dificultades meto- (2004), una de las herramientas de
dológicas a la hora de evaluar evaluación de este trastorno más
determinados factores en el TEP en útil para los clínicos, junto con la
niños, tales como: entrevista estructurada, en la po-
blación infantil, pueden ser los
• Los niños tienen, especialmente, autoinformes. Éstos son utilizados
dificultades en contar la experien- como medidas de screening cuan-
cia subjetiva. do no hay suficientes criterios clíni-
cos para evaluar individualmente a
• Los criterios diagnósticos para el los niños, o cuando el número de
TEP pueden no estar bien formu- niños afectados por un suceso
lados para su aplicación en niños traumático (ej: víctimas de un terre-
(Tierney, 2000). moto) es muy amplio. El problema
surge cuando comprobamos que
• La evaluación del trauma carece de existen muy pocas medidas de
medidas psicométricas refinadas. autoinforme de síntomas infantiles
de TEPT que hayan sido validadas
• Las características de los sínto- psicométricamente e incluidas en
mas del TEP pueden afectar a la los criterios del DSM-IV-TR (Saigh,
certeza y validez de las medidas 2004).
estimadas del trauma (por ejem-
plo, las oscilaciones en la expre- En la siguiente tabla se resumen
sión de los síntomas). algunas de las principales medidas
diagnósticas, incluyendo cuestiona-
• Muchos estudios se han llevado a rios destinados a los padres y/o cui-
cabo con poblaciones psiquiátri- dadores partiendo del análisis reali-
cas, en cambio muy pocos han zado por Cook-Cottone (2004) (ta-
utilizado un grupo control e, igual- bla 1 en página 78).
mente, los estudios específicos
relacionados con el trauma han La Academia Americana de Psi-
valorado los efectos en muestras quiatría Infantil y Adolescente
pequeñas, que hacen difícil la (AACAP, 1998), ha proporcionado
generalización de los resultados guías para la evaluación y trata-
(McCloskey, 2000). miento del TEP infantil. Esta eva-
luación consta de dos fases:
• Finalmente, pocos estudios incor- a) recopilación de la historia trau-
poran en sus diseños el rigor empíri- mática (a través de la entrevista
co necesario para explorar la diagnóstica semiestructurada,
influencia de posibles variables como puede ser The Saigh and
moduladoras (por ejemplo, la edad Bremner´s Children´s PTSD Inven-
o el género) o efectos mediadores tory) y b) evaluación de la severi-
(por ejemplo, el apoyo de la familia) dad, duración y frecuencia de los
(Cohen, Berliner y Mannarino, 2000). síntomas (Brown, 2003).

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Tabla 1
Medidas diagnósticas del TEP

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No podemos olvidar, desde el mientos y sentimientos o conversa-


punto de vista de la evaluación y ciones sobre el evento- (Salmon y
diagnóstico del trastorno, que la Bryant, 2002). En estos casos, los
respuesta al trauma, en niños, requerimientos de evitación y lap-
puede ser, algo desorganizada y/o sus de memoria deben obviarse y
se acompaña de un comportamien- que jueguen un papel fundamental
to agitado. Para los niños, los sínto- los síntomas conductuales, la
mas característicos del TEP pueden ansiedad de separación, pesadillas
aparecer como juegos repetitivos y agresiones (Scheeringa, Zeanah,
sobre el suceso traumático o como Drell y Larrieu, 1995; Yule, 2001).
pesadillas generalizadas (sueños En el caso de los preadolescentes
específicamente relacionados con el y adolescentes, éstos pueden pro-
suceso traumático). Por otro lado, cesar cognitivamente la experien-
los síntomas psicosomáticos son cia vivida e integrarla en un contex-
comunes entre los niños más jóve- to. De este modo, a partir de esta
nes. Los síntomas deben provocar edad los síntomas pueden llegar a
un deterioro significativo en el área ser cada vez más similares a las
social, escolar y/o familiar (Brown, manifestaciones adultas. Sin
2003). embargo, para esta población
aspectos tales como la identidad,
Por otro lado, es probable que el el futuro y la seguridad son fácil-
Trastorno de Estrés Postraumático mente vulnerables (Johnson, 1998;
se manifieste de forma diferente a Cook-Cottone, 2000).
lo largo de las distintas etapas del
desarrollo al igual que la capacidad
para controlar el propio funciona- TRATAMIENTO:
miento psicosocial, factores, por
tanto, que hay que tener en cuenta El consenso clínico sugiere que el
a la hora de evaluar e intervenir. tratamiento debería implicar explo-
Así, los niños en edad preescolar, ración directa del trauma (cuando se
expresan los síntomas mediante discute el incidente con el niño es
canales no verbales. Esta caracte- importante que se reconozcan los
rística específica dificulta el diag- elementos del acontecimiento que
nóstico, ya que más de la mitad de causaron miedo, el restarle impor-
los criterios diagnósticos del DSM- tancia al peligro no elimina las preo-
IV-TR requieren de una descripción cupaciones del niño), técnicas de
verbal del estado subjetivo (Schee- manejo del estrés, identificación y
ringa, Peebles, Cook y Zeanah, corrección de atribuciones inade-
2001). Por otra parte, los niños de cuadas sobre el trauma y compro-
edad escolar, parecen que presen- miso de los padres (American Aca-
tan menos síntomas cognitivos - demy Child and Adolescent Psy-
mínima reexperimentación de lo chiatry, 2002).
sucedido- y poca evitación -inca-
pacidad para recordar un elemento Se realizaron cuatro estudios
del trauma y evitación de pensa- (Chemtob, Nakashima y Hamada,

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2002; Goenjian et al., 1997; March, niños pequeños. Es probable que,


Amaya-Jackson, Murray y Shulte, dependiendo del nivel de desarro-
1999; Stein et al., 2003), desde llo, los niños puedan:
1997 a 2003, donde se analiza la
eficacia de los tratamientos cogniti- • Tener dificultad en comprender
vo-conductuales aplicados a grupos la exposición.
de jóvenes. Las técnicas más
ampliamente utilizadas en éstos • Tener dificultad en mantener la
son: terapia de exposición al trauma atención durante un tiempo sufi-
e inoculación al estrés, psicoeduca- ciente.
ción, resolución de problemas, rela-
jación y reestructuración cognitiva. • Ser adicionalmente traumatiza-
Los resultados apoyan la utilidad de dos por focalizar imágenes
las terapias cognitivo-conductuales traumáticas, por un período
administradas en grupo para el ali- prolongado de tiempo, si tienen
vio de los síntomas del TEP. No pocos recursos para controlar
obstante, cabe destacar la necesi- la ansiedad asociada y son
dad de incluir largos periodos de incapaces de indicar su nivel
seguimiento, en estos grupos, para de estrés a los adultos.
examinar la estabilidad de los resul-
tados. Igualmente, sería intertesan- • No tienen suficiente control de
te, también, interesante que se in- sus procesos cognitivos que
cluyesen medidas de la adaptación les permita usar estrategias con
de estos niños y no sólo centrarse el fin de modificar las creencias
en la reducción de los síntomas psi- en relación a las imágenes. La
copatológicos. investigación que trata el de-
sarrollo de los niños y la habili-
Los estudios de caso único, con dad para manejar sus pensa-
niños mayores y adolescentes, mientos sugiere que la terapia
indican que la inundación imagina- cognitiva no debe ser usada en
da se asocia con la reducción de niños en la primera mitad de la
algunos síntomas del TEPT (Saigh, infancia (Weisz y Weiss, 1989),
Yule e Inamdar, 1996). La limitada aunque algunos estudios si-
evidencia sobre la eficacia de este guen esta línea (March et al.,
tipo de intervención proviene, 1999).
como ya hemos comentado, de
una serie de estudios de caso Con respecto a la intervención de
único de una muestra de niños niños con TEPT a través de la Des-
libaneses víctimas de la guerra ensibilización de Movimientos Ocu-
(Saigh, 1987a; 1987b; 1987c; lares (EMDR), sólo existe publicado
1989). Sin embargo, se requiere un estudio controlado que analiza la
cierta cautela a la hora de extrapo- eficacia de esta terapia (Chemtob et
lar las asunciones sobre interven- al., 2002). Los niños que fueron
ciones basadas en la exposición en sometidos a los grupos de trata-
adultos a niños, particularmente en miento de EMDR presentaron mejo-

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Perspectivas actuales en el tratamiento del trastorno de estés postraumático en la población infantil: Análisis bibliométrico

ras en la reducción de los síntomas importantes problemas metodológi-


de TEP, ansiedad y depresión. Seis cos como empleo de muestras pe-
meses después, estas mejoras conti- queñas y dificultad de manipular
nuaban. Lo más interesante de este aleatoriamente las variables.
estudio es la utilización de medidas
de evaluación en el periodo de pos- Finalmente, no podemos olvidar
tratamiento y seguimiento. que la terapia debe dirigirse, tam-
bién, a los padres para darles el
Desde el punto de vista de los soporte adecuado, lo que requiere
tratamientos farmacológicos, las que lleguen a convertir discusiones
últimas evidencias neurobiológicas, en charlas acerca del trauma, que
(Cohen, Mannarino y Rogal, 2001) sepan interpretar la conducta del
sugieren que los niños que sufren niño, ayudarles a manejar sus emo-
TEP pueden experimentar ciertos ciones y reforzar las respuestas
desórdenes neurofisiológicos como: adaptativas. Otra razón para impli-
una sobrereactividad en la amígda- car a los padres en el tratamiento
la; baja reactividad del cortex pre- es que tienen un papel importante
frontal; elevados niveles de dopami- en la adopción, por parte de los
na; incremento de la actividad de niños, de estrategias de afronta-
los sistemas adrenérgicos (norepi- miento adecuadas, tal y como se
nefrina/epinefrina); niveles elevados manifiesta en los resultados obteni-
de endorfinas y bajos niveles de dos del estudio de Melnyk, Alpert-
serotonina. A partir de estos hallaz- Gillis, Feinsteins, Crean et al.
gos, podemos aventurarnos a con- (2004), en donde una amplia mues-
cluir que los niños con TEP pueden tra de padres recibió una interven-
beneficiarse de las intervenciones ción psicosocial dirigida a fomen-
farmacológicas centradas en la dis- tarles estrategias de afrontamiento
minución de la transmisión adrenér- para hacer frente a la hospitaliza-
gica (fármacos beta-bloquenates, ción de sus hijos. Los resultados
tales como el propanolol y clonidina) obtenidos muestran cómo el grupo
y en el aumento de dopamina y de padres que participaron como
serotonia (inhibidores de la recapta- grupo experimental, desarrollaron
ción de serotonina como el citalo- menos síntomas de estrés e influye-
pram) (Seedat, Lockhat, Kaminer, ron positivamente en la adaptación
Zungu Dirwayi y Stein, 2001; See- de sus hijos, desarrollando éstos
dat, Stein, Ziervogel, et al., 2002). últimos menos síntomas de estrés
En resumen, la investigación en el postraumático (Melnyk et al., 2004).
uso de medicación como tratamien- En este mismo sentido, el estudio
to del TEPT infantil está emergiendo de Cohen y Mannarino (1996) ha
y es esperanzadora. De hecho, los tratado de evaluar la importancia
nuevos fármacos cada vez generan relativa de la implicación del cuida-
menos efectos adversos. Sin dor (padres, profesores, tutores…)
embargo, a pesar del imparable tra- en el tratamiento y mejora del niño.
bajo en este campo, todavía los Extendiendo este estudio Deblinger,
estudios de investigación presentan Lippmann y Steer (1996), compara-

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P. Bas, M. Fernández, A. Barbacil y C. V. Gutiérrez

ron la eficacia de la terapia cogniti- (imaginada y en vivo) para el tra-


vo-comportamental en función de tamiento del TEPT en jóvenes
los participantes al tratamiento, es (Feeny et al., 2004), teniendo en
decir, niñas víctimas de abusos cuenta el nivel de desarrollo cog-
sexuales tratadas solas o con sus nitivo y el riesgo de ser adicional-
cuidadores. Los resultados mostra- mente traumatizados.
ron como las niñas que fueron
asignadas al grupo de intervención 3. Se necesita probar la eficacia de
cognitivo-comportamental en el aproximaciones de tratamiento y
cual sus cuidadores participaban evaluar sistemáticamente los
directamente, presentaron una mecanismos que median en la
mayor reducción de sintomatología recuperación de los niños (por
TEPT y depresión que aquellas ejemplo cogniciones, conductas
niñas que fueron asignadas al y emociones) en las diferentes
grupo control. etapas del desarrollo.

4. Las intervenciones farmacológi-


CONCLUSIONES cas tienden a ser utilizadas, con-
juntamente con la terapia com-
1. Aunque en los últimos años han portamental, para controlar sínto-
proliferado los estudios respecto mas incapacitantes o para el tra-
al estrés postraumático en niños, tamiento de los trastornos
aún es escasa la productividad comórbidos. Aunque la inves-
científica sobre el tema, los tigación en este campo, y en
pocos estudios existentes care- concreto, como tratamiento del
cen en su mayoría de rigor meto- TEPT infantil está emergiendo y
dológico; las técnicas aplicadas es esperanzadora.
no están adaptadas al nivel de
desarrollo del niño y las muestras 5. Por otro lado, el tratamiento del
no son representativas. TEPT en niños debe tener en
cuenta los efectos a largo plazo
2. La utilidad de la terapia cogniti- del trauma que solamente pue-
va-conductual no ha sido evalua- den ser observados en estadios
da adecuadamente en el caso de desarrollo posterior.
del TEPT en niños, a pesar de
ser el único tipo de intervención 6. La revisión de la literatura indica,
que ha sido objeto de estudio y a modo general, que al tratar
de publicaciones (American Aca- niños traumatizados deberían
demy of Child and Adolescent tenerse en cuenta que (Salmon y
Psychiatry, 1998; Cohen, Berliner Bryant, 2002):
y Mannarino, 2000). Especial-
mente, se necesitan más estu- • Los niños entiendan la razón y
dios controlados que determi- las técnicas de cualquier estra-
nen, de forma empírica, la efica- tegia, antes de comenzar la
cia de la terapia de exposición intervención. En particular, los

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 1 83


Perspectivas actuales en el tratamiento del trastorno de estés postraumático en la población infantil: Análisis bibliométrico

niños pequeños, necesitarán • La falta de resultados de estu-


explicaciones de la terapia cog- dios controlados remarca la
nitiva o de exposición que se necesidad de que los clínicos
ajusten al nivel de desarrollo controlen cuidadosamente la
del niño. respuesta al tratamiento, ya que
una intervención elegida puede
• La complejidad de cualquier ser modificada en el contexto de
intervención debería modificar- las capacidades emocionales y
se de forma que no exceda las cognitivas del niño.
capacidades cognitivas o emo-
cionales de los niños. Por 7. Finalmente, dada la alta preva-
ejemplo, se necesita una cuida- lencia de exposiciones a sucesos
dosa valoración de la capaci- traumáticos entre la población
dad del niño para controlar las infantil y adolescente, y el consi-
emociones antes de proceder guiente riesgo de desarrollar un
con algún protocolo de inter- TEP, sería beneficioso, desde el
vención. Igualmente, la rees- punto de vista psicológico, bioló-
tructuración cognitiva necesita gico y socioeconómico, poten-
ser conducida de forma con- ciar la investigación centrada en
sensuada con las habilidades estrategias de prevención y valo-
meta-cognitivas del niño. rar la eficacia de las mismas.

84 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 1


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