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INTRODUCCIÓN:
El presente trabajo se centra en analizar las distintas ideas que se han obtenido de los
materiales aportados sobre el primer acercamiento de la práctica etnográfica. Las cuestiones
que se plantean fueron analizadas desde la reflexión y crítica teórica argumentativa. El primer
acercamiento al trabajo de campo etnográfico, problemas de planificación y planteamiento, el
posicionamiento identitario, el lenguaje, las consideraciones éticas y la exposición de
resultados, son cuestiones clave que se han trabajado. Se hizo el esfuerzo por aproximarse a
la propuesta de acciones que considero posibles tras la realización de los ejercicios
argumentativos de los diferentes dilemas que se ha podido recabar.
Considero que una fuente etnográfica tiene valor científico incuestionable siempre que
podamos hacer una clara distinción entre, por una parte, lo que son los resultados de
la observación directa y las exposiciones e interpretaciones del indígena y, por otra
parte, las deducciones del autor basadas en su sentido común y capacidad de
penetración psicológica. (Malinowski, 1922, pp. 21).
El sentido principal de esta afirmación que a primeras puede resultar ambiciosa, no hace más
que justificar el trabajo laborioso por comprender y diferenciar las cuestiones mínimas y
complejas de una sociedad absolutamente desconocida para un académico proveniente de un
contexto radicalmente distinto. Si bien considero que es considerablemente loable la
intención por alcanzar un mayor grado de adaptabilidad que permita relacionarse y
comprender mejor una comunidad de personas, me resulta cuestionable el uso de la palabra
“incuestionable” cuando se habla de un trabajo científico que trata de personas. Así mismo la
mencionada capacidad de: “penetración psicológica” me resulta difícil de abordar sin pensar
en una actitud que pretende definir características de una identidad partiendo de preceptos
propios, así mismo me resulta más complejo aún la intención de asignar una definición de
identidad, partiendo de la pretensión de olvidar quien es uno y su contexto previo.
Para realizar un trabajo de campo es posible encontrarse con problemas de arranque, para
comprender las directrices de un trabajo de campo clásico utilizaré los apuntes del trabajo
metodológico de Malinowski, el cual consta de tres características principales que él mismo
menciona y que iré citando para poder analizarlas. En primer lugar nos menciona: “Los
principios metodológicos pueden agruparse bajo tres epígrafes principales; ante todo, el
estudioso debe albergar propósitos estrictamente científicos y conocer las normas y los
criterios de la etnografía moderna”. 1922 “Los argonautas del Pacífico occidental” (pp. 24).
¿Es posible realizar un trabajo de campo sin mantener algún grado de cercanía con los
locales? Muchas veces el hecho de instalarse en el campo de estudio conlleva adoptar una
posición con respecto a los locales, lo cual, si se realiza de manera óptima puede significar un
estudio con mayor grado de fiabilidad o todo lo contrario. Con respecto a esta idea el análisis
de Álvarez al respecto resulta útil para entender el “éxito” de Malinowski: “Cuando
Malinowski instaló su tienda en el poblado, se situó en las mejores circunstancias para
penetrar una forma de vida completamente diferente de la suya propia, pero obviamente
permaneció siendo un miembro de su propia cultura. Su acercamiento a los trobriandeses fue
cognitivo, pero no afectivo”. 1994 “La invención del método etnográfico” (pp. 1-2). Es
probable que en muchos trabajos de campo la labor del etnógrafo se vea influenciada por el
grado afectivo que se puede adoptar con los informantes, si bien uno reconoce y se “refugia”
en su su propia cultura e identidad para sostener maneras de establecer distancia, me parece
una tarea altamente laboriosa la necesidad de siempre establecer una clara diferencia o
distancia con respecto a lo que se aprende y se hace (sin embargo no imposible) todos los
días desde que se inicia el trabajo de campo. Así mismo me resulta de suma importancia el
hecho de dar a conocer a los locales las intenciones y el alcance de las labores que se llegue a
realizar tanto afectivas como cognitivas, si bien ahora no abordaré la ética profesional del
trabajo de campo (sino más adelante), me resulta de suma importancia esta aclaración para
realizar un trabajo de campo correcto. Malinowski específica la segunda condición: “En
segundo lugar, debe colocarse en buenas condiciones para su trabajo, es decir, lo más
importante de todo, no vivir con otros blancos, sino entre los indígenas”. 1922 “Los
argonautas del Pacífico occidental” (pp. 24). Otro aspecto a tener en cuenta antes de iniciar un
trabajo de campo tiene que ver con la decisión de dónde ubicarse para vivir antes de iniciar la
investigación. Se debe tener en cuenta que la información que se pueda obtener puede verse
afectada si las intenciones se confunden con impertinencia o agresividad provocando
diferenciación de los informantes hacía nuestra persona. Considero pertinente tener en cuenta
que el trabajo de campo se realiza para aproximarse lo máximo posible a los colaboradores,
aprender y no necesariamente enseñar, aunque este último es parte de todo intercambio.
Malinowski aclara la tercera condición: “Por último, tiene que utilizar cierto número de
métodos precisos en orden a recoger, manejar y establecer sus pruebas”. 1922 “Los
argonautas del Pacífico occidental” (pp. 24). Será necesario ahondar más en el trabajo que se
realizó en las islas Trobriand para el cual me apoyaré en el comentario de Álvarez: “En las
Islas Trobriand, por el contrario, observó la sociedad nativa desde un punto de vista
sincrónico y funcionalista. En mi opinión, este cambio en la manera de mirar a la realidad
etnográfica le condujo a aprender la lengua vernácula y a observar la conducta nativa”.
1994 “La invención del método etnográfico” (pp. 6). Este comentario sirve para aproximar el
análisis a la metodología que se utilizó. Observar no es una herramienta sencilla que se tiende
a olvidar y por la cual no se deba trabajar, más aún adoptar una perspectiva o posición puede
permitir trabajar desde una mirada concreta. Dependiendo del tipo de enfoque con el cual se
aborde la situación puede darse o no la posibilidad de aprender una lengua nueva, en este
caso podría ser de ayuda saber las implicaciones de la iniciativa, si es de ayuda aprenderla
según los motivos de la investigación, tanto como si el hecho de omitir el aprendizaje cuenta
como metodología. Sobre este apunte, podría ser que tener clara la intención y los pasos que
se seguirá para alcanzar los objetivos facilite el trabajo siempre y cuando se haya establecido
cierto acuerdo previo con los locales y que ambas partes hayan acordado una reciprocidad
justa, más adelante realizaré el análisis ético de esta práctica y del primer contacto con los
informantes.
En el caso de Malinowski la necesidad de aprender el idioma local no sucedió de manera
recíproca y mucho menos respetuosa, —tal como relata en su trabajo etnográfico, siempre se
logra percibir la clara distancia entre el “indígena” y el “blanco”, principalmente porque las
intenciones que se logran percibir en sus escritos eran principalmente epistemológicas; no
residía un atisbo de interés real en las condiciones de vida de tales habitantes sino se partía
del hecho de que las diferencias eran “naturales” y por tanto permanentes (1922 pp.24) —.
Bajo esta premisa se debe tener en cuenta que en ocasiones el primer contacto con una
sociedad ajena puede causar un extrañamiento identitario, sin embargo esto no tiene porqué
suponer una necesidad de posicionamiento estrictamente diferencial, bien puede realizarse
una reflexión sobre el sentimiento de soledad o bien afrontar el problema con un
procedimiento distinto, incluso considerar una mayor implicación que no debería suponer
enajenamiento. Por este motivo cabe considerar que Malinowski probablemente aprendió la
lengua local primordialmente para ahorrar tiempo y perfeccionar sus métodos.
Existe una serie de problemáticas que pueden surgir cuando se realiza un trabajo de campo
etnográfico, en este caso me propongo analizar dos que me parecen propicias para el
propósito del trabajo: la versión final de la investigación y las interpretaciones que puedan
surgir al respecto, para ello me apoyaré en el trabajo de Eleder Piñeiro y Carlos Diz quienes
comentan: “Uno de los consejos que muchos antropólogos les dan a los que se inician en la
disciplina es evitar adjetivos en los enunciados, pues la carga emotiva, sentimental o los
juicios de valor dados pueden perjudicar la calidad de las investigaciones”. 2018 "El trabajo
de campo cómo abandono: una reflexión sobre la metodología de la observación
participante”. (pp. 67). Esta aclaración resulta útil conocerla principalmente porque las
implicaciones subjetivas que se generan en cada archivo mental o material siempre puede
estar cargado de ciertas connotaciones positivas, neutras o negativas. Me apoyo en el
siguiente ejemplo (ficticio) para ilustrar: “Los vecinos del distrito de Horta -Guinardó de
Barcelona se muestran enojados cuando se comenta algo sobre la independencia de
Cataluña”. Resulta inevitable ignorar la carga negativa del comentario, en primer lugar
porque se hace énfasis en un aspecto que puede ser o no verdad, la veracidad de la afirmación
no reside en el juicio del etnógrafo sino en la intención o premisa del enunciado. Por este
motivo resulta pertinente mencionar que el uso del lenguaje tiene una influencia directa en el
mensaje final que termina produciéndose. Al respecto Karl Heider nos menciona: “Lo que
estos desacuerdos revelan sobre los etnógrafos individuales es de importancia etnográfica en
la medida en que los desacuerdos surgen como resultado de la pertenencia del etnógrafo a
un grupo (como representante de su propia cultura, escuela teórica, o similares)”. 1988 “The
Rashomon Effect: When Ethnographers Disagree” (pp. 74). En el momento que se realiza el
trabajo etnográfico no siempre es posible tener en cuenta todas las repercusiones que puedan
surgir del mismo, me refiero a que cuando se establece una posición clara para afrontar un
trabajo de investigación a la vez nos exponemos hacía otros académicos que piensan realizar
o realizaron el trabajo de campo en la misma ubicación que elegimos o con las mismas
personas. Tal como ocurrió en el primer ejemplo que propuse, el mensaje que se emite puede
o no puede ser interpretado desde distintas perspectivas y sesgos, lo cual no es malo si no más
bien depende de como se lo reciba, podría significar una posibilidad de evaluar el propio
trabajo y también una evaluación de uno mismo, ¿Hasta qué punto la investigación habla de
nosotros mismos? Si tenemos en cuenta que cada investigación contiene información que
puede estar teñida de cierta predisposición a ideas o ideologías en el peor de los casos la
imparcialidad queda en segunda instancia relegada. El esfuerzo por esconder estas ideas no
garantiza que no influyan en el contenido final, por tanto como primera constatación
considero que un trabajo de investigación etnográfico inicia en el propio desenvolvimiento
ciudadano de cada individuo en su vida personal, sobre todo porque las redes sociales a dia
de hoy cuentan con la capacidad de almacenar toda la información personal y profesional de
nuestras cuentas y además porque la opinión pública sobre cada uno puede ser heterogénea.
En relación a la interpretación ajena de nuestro trabajo resulta imposible influir en el
pensamiento de las personas que realicen un trabajo equivalente al nuestro, ya sea en
condiciones, ubicación, temporalidad, etc… Además que no debería significar un problema el
hecho de que otras personas alcancen a investigar desde otras perspectivas y con resultados
contradictorios o equiparables a nuestra investigación, es por ello que considero que la
opinión ajena de nuestro trabajo siempre puede considerarse como una posibilidad antes que
un obstáculo.
POSICIONAMIENTO ÉTICO
Se ha realizado el análisis del abordaje del trabajo etnográfico y su alcance, sin embargo
ningún tema resulta especialmente tan controvertido e importante como lo es la ética de
cualquier trabajo de investigación. Por ello trataré de realizar el análisis desde una
perspectiva imparcial y orientada a la reflexión. Es importante tener en cuenta que cuando se
plantea una cuestión de tal relevancia no siempre se puede dejar en claro una posición
específica sin tener en cuenta la opinión e intereses de las personas involucradas. Para inciar
me apoyaré en el comentario de Eduardo Restrepo sobre la idea de ética etnográfica
contemporánea:
¿Una investigación puede verse influenciada por las personas que financian dicha actividad?
Me parece pertinente analizar esta cuestión que puede ser un tema de debate sobre todo
porque la retribución económica siempre puede condicionar las decisiones en cualquier
aspecto de la vida, no en vano es el medio de subsistencia principal para sobrevivir en las
ciudades. Por este motivo primero analizaré el siguiente comentario de Restrepo:
“Un aspecto importante que no debemos olvidar es que debe quedar claro no solo lo que nos
interesa investigar y los motivos que nos llevan a esto, sino también si hemos sido
contratados para hacer el estudio y, en caso tal, por quiénes. No es adecuado ocultar
las entidades que financian nuestro trabajo ya que las personas deben saber, si es el
caso, quiénes están detrás de nosotros y de nuestra propuesta de investigación”.
(Restrepo, 2015, pp. 164).
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Alvarez Roldán, ARTURO. (1994) "La invención del método etnográfico. Reflexiones
sobre el trabajo de campo de Malinowski en Melanesia", Antropología 7:83-100.
Heider, Karl. G. (1988) “The Rashomon Effect: When Ethnographers Disagree”, American
Anthropologist 90 (1):73-81.