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MANUAL DEL SISTEMA NACIONAL

DE PENSIONES

PRIMERA EDICIÓN
NOVIEMBRE 2014
3,800 EJEMPLARES

© César Abanto Revilla


© Gaceta Jurídica S.A.

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822

HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA


BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ
2014-16755

LEY Nº 26905 / D.S. Nº 017-98-ED


ISBN: 978-612-311-187-8

REGISTRO DE PROYECTO EDITORIAL


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DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero

DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Miguel Ángel Salinas Arica

Gaceta Jurídica S.A.


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Impreso en:
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto 201–Surquillo
Lima 34–Perú
A mi amada esposa Liz y mis hijos Álvaro y Diego,
por ser el estímulo permanente de mi vida. Espero
que este esfuerzo valga todo el tiempo que les robé.
INTRODUCCIÓN

La seguridad social es un componente trascendental en la estructura política,


social, económica y jurídica de todos los países(1), a tal punto que las decisiones
que tomen los gobernantes, con relación al sistema que adoptarán en determina-
do momento histórico, pueden originar un ahorro considerable de los recursos
del Estado, o, por el contrario, reclamos sociales, derivados del descontento por
prestaciones insuficientes, que a su vez tendrán un impacto negativo en el Teso-
ro Público.
Dentro de un modelo tradicional de seguridad social, se brinda una aten-
ción prioritaria a las prestaciones de salud y pensiones, sin embargo, en las déca-
das pasadas, es el tema pensionario el que mayores reformas ha experimentado
en el Perú –y en el mundo–, como consta de las últimas campañas presidencia-
les, en las cuales constituyó una de las principales propuestas de los candidatos
que finalmente vencieron: la libre desafiliación del Sistema Privado de Pensiones
(SPP), en el 2006, y la creación de un régimen no contributivo (Pensión 65), en
el 2011.
A lo largo de nuestra historia, el tema pensionario se ha ido desarrollando
gradualmente, desde 1850, en que se brindó protección solamente a los funcio-
narios públicos, a través de la Ley General de Jubilación, Cesantía y Montepío,
pasando luego hacia 1936, en que la Ley Nº 8433 amplió la tutela al incluir a los
obreros particulares, hasta que recién en 1946 y 1962 se completó la regulación
pensionaria del ámbito privado, cuando se prevé prestaciones para los empleados,
primero, a cargo del propio empleador (Ley Nº 10624) y, luego, por la Caja de
Pensiones del Seguro Social del Empleado (Ley Nº 13724). Se aprecia entonces
que antes de la creación del Sistema Nacional de Pensiones (SNP) por el Decreto
Ley Nº 19990, existía una regulación previsional diferenciada para cada una de
estas categorías ocupacionales.

(1) En igual sentido: GRZETICH LONG, Antonio. Derecho de la seguridad social. Parte general,
p. 9.

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César Abanto Revilla

Los regímenes pensionarios de los funcionarios públicos, los obreros y los


empleados particulares coexistían con otros de carácter especial, que protegían a
grupos laborales específicos, como la Caja de Asistencia Social de los vendedo-
res callejeros de diarios, revistas y billetes de lotería, la Caja de Beneficios Socia-
les de las empresas eléctricas, el Fondo de Previsión Social de los servidores del
Jockey Club del Perú, la Caja de Beneficios y Seguridad Social del pescador, el
Fondo de Retiro del chofer profesional independiente, entre otros.
Dentro del proceso de reforma estructural económica y social dispuesta por
el Gobierno Revolucionario del General Juan Velasco Alvarado, tras el golpe mi-
litar del 3 de octubre de 1968, se propuso –entre otros aspectos– unificar progre-
sivamente a las instituciones de la seguridad social(2), y en este escenario, el 24
de abril de 1973 es promulgado el Decreto Ley Nº 19990, por el cual se creó al
SNP(3) con la finalidad de consolidar las pensiones de los trabajadores públicos(4)
y particulares, sean estos obreros o empleados, dependientes o independientes, en
un solo cuerpo normativo, acorde a la tendencia jurídica de la época.
El SNP estuvo inicialmente a cargo del Seguro Social del Perú, hasta el 28 de
diciembre de 1987, que fue creado el IPSS (Ley Nº 24786), entidad que asumió
la administración de las atenciones por salud y pensiones hasta el 19 de diciem-
bre de 1992 –formalmente, hasta el 31 de mayo de 1994–, en que las prestaciones
pensionarias pasan a la Oficina de Normalización Previsional (ONP), creada por
el Decreto Ley Nº 25967. A diferencia de sus antecesoras, que estaban vincula-
das a los Ministerios de Trabajo y de Salud, la nueva entidad se adhiere al Sector
Economía y Finanzas, lo cual nos demuestra la importancia que el Estado asigna
al manejo ordenado de las pensiones y ratifica el nexo inescindible entre lo previ-
sional y la sostenibilidad financiera.
Si bien el régimen financiero del SNP debía operar sobre la base de un siste-
ma de prima escalonada, que conlleva a la actualización periódica del porcenta-
je de aportación o del monto de la remuneración imponible, y a la formación de
reservas previsionales, la falta de adecuación y ajustes requeridos –entre otros–
por los cambios demográficos, originó que el régimen deviniera deficitario y
se convierta en un sistema de reparto simple(5), a lo cual se sumó –en los años

(2) Como consta en los numerales 22.b.2 y 22.c.6 y 7 del Plan “Inca”.
(3) Modificado por la Ley Nº 20604, atendiendo a los reclamos de las organizaciones sindicales.
(4) Por Decreto Supremo s/n del 11 de julio de 1962, que aprobó el Estatuto de la Caja de Pensiones
del Seguro Social del Empleado, se dispuso que quienes ingresen al servicio del Estado –a
partir del 12 de julio de 1962– se incorporarían a dicho régimen, luego absorbido por el SNP.
(5) Si deja de reajustarse la tasa de aporte, llega un momento en que se produce una situación
en que los ingresos se equiparan a los egresos, rompiéndose el esquema de capitalización, al
desaparecer los excedentes previstos.

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Sistema Nacional de Pensiones

ochenta– una inadecuada política en el manejo de las inversiones de sus fondos(6),


la hiperinflación, el cambio sucesivo de moneda nacional –y su pérdida de va-
lor–, el desempleo y la informalidad laboral, el incremento de la morosidad en el
pago de los aportes, por parte de los empleadores(7), la utilización –por los gobier-
nos de turno– de sus fondos, para financiar proyectos ajenos al tema previsional,
y la creación del SPP, que derivó en el traslado masivo de sus asegurados hacia
el nuevo sistema.
En la actualidad(8), el SNP tiene 3’269,152 asegurados (1’395,511 aportan-
tes), 475,797 pensionistas e ingresos por S/. 6,073 millones, lo cual nos demues-
tra la importancia que representa dicho régimen en el plano económico, social y
jurídico, sin embargo, existe aún un elevado índice de morosidad –aporte reteni-
do por el empleador a sus trabajadores, pero que no es pagado al sistema–, pese
a que la recaudación está desde 1999 a cargo de la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (Sunat), lo cual origina que el tesoro público tenga que
asumir (subsidiar) –mes a mes– una parte del pago de sus planillas de pensiones,
recursos que deberían ser utilizados para atender otros sectores, como educación,
salud, infraestructura, etc.
Pese a ello, consideramos –contrariamente a lo que sostienen algunos au-
tores(9), e incluso, magistrados del Tribunal Constitucional(10)– que el SNP debe
subsistir, como un sistema paralelo al SPP, pues, sin perjuicio de los ajustes le-
gislativos y financieros que deberían practicarse para mejorar los parámetros que
originan montos de pensión por debajo de otros regímenes estatales, es una al-
ternativa válida para los trabajadores que perciben ingresos bajos y medios, para
quienes el mecanismo de capitalización de las AFP –y el ahorro en cuentas in-
dividuales, cuyos fondos determinarán el monto de su pensión– no resulta una
solución adecuada, por tanto, corresponde al Estado, como último garante de la

(6) Para el periodo 1981-1988, el Perú registró la rentabilidad real más baja del mundo (-37.4 %),
en cuanto a las inversiones de su plan público de pensiones, como consta en: BANCO MUN-
DIAL. Envejecimiento sin crisis. Políticas para la protección de los ancianos y la promoción
del crecimiento, p. 110 (Gráfico 3.7).
(7) Dentro de los cuales, el Estado figuraba como uno de los principales deudores. El 15 de enero
de 1999, se publicó en el diario oficial El Peruano el Decreto de Urgencia Nº 067-98, norma
que aprobó la valorización del saldo de la reserva del SNP, precisando en su sexto considerando
que, por el periodo de enero 1988 hasta diciembre 1996, los organismos del Sector Público
tenían una deuda pendiente –por pago de aportaciones– ascendente a S/. 551’337,115.87.
(8) Al 31 de diciembre de 2012 (Memoria Institucional 2012). <www.onp.gob.pe/inicio.do>.
(9) MORÓN, Eduardo y CARRANZA, Eliana. Diez años del Sistema Privado de Pensiones.
Avances, retos y reformas, p. 62.
(10) Numeral 6 del Fundamento de voto del magistrado Álvarez Miranda en el Expediente
Nº 00013-2012-PI/TC, fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 31 de mayo de 2013.

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seguridad social, asumir la dirección de un régimen público que les permita acce-
der a una prestación digna.
Desde finales de 1992, con la creación del SPP, existe una dicotomía en nues-
tro sistema previsional, pues a partir de esa fecha tenemos un modelo formado
por dos regímenes, el público, a su vez compuesto por tres subregímenes: el de
las fuerzas armadas y policiales (Decreto Ley Nº 19846), el de los servidores pú-
blicos (Decreto Ley Nº 20530), y el SNP (Decreto Ley Nº 19990), y –en parale-
lo– el privado (SPP). Esto origina que cuando un trabajador inicia su actividad
laboral para un empleador público o privado, o como independiente(11), tenga que
elegir por afiliarse entre el SNP o el SPP, a efectos de aportar para una futura pen-
sión, por tanto, resulta indispensable que exista –cuando menos– dos opciones
que se adecuen a las particularidades de nuestros diferentes grupos sociales.
Pese a las dudas que subsisten respecto a la eficiencia del Estado como admi-
nistrador de derechos pensionarios, lo cierto es que el SNP cumple este año cua-
tro décadas, desde su creación en 1973, y el objetivo de este libro –con ocasión de
este acontecimiento– es dar una mirada a la evolución legislativa y jurispruden-
cial de la aplicación e interpretación –en la práctica– del Decreto Ley Nº 19990,
su Reglamento y las normas complementarias que lo conforman, para lo cual he-
mos dividido nuestro estudio en seis capítulos.
En el primer capítulo, revisaremos la evolución de los mecanismos de pro-
tección, desde el ahorro individual hasta la seguridad social, analizando dicha fi-
gura desde diversas ópticas, y estudiaremos sus principios fundamentales, cote-
jando las disposiciones que –con relación a la misma– contempla la Constitución
de 1993, constatando la autonomía que, en las últimas décadas, ha adquirido el
Derecho pensionario o previsional.
En el segundo capítulo, retrocederemos a los orígenes del SNP, pasando del
seguro social de los obreros particulares a las normas que regularon las prestacio-
nes de los empleados, hasta llegar al proceso de integración de 1973, iniciando la
revisión del Decreto Ley Nº 19990 a través de tópicos como las modalidades de
aseguramiento y la problemática referida al reconocimiento administrativo y ju-
dicial de los aportes previsionales.
En el tercer capítulo, daremos cuenta de las prestaciones pensionarias que
regula el SNP para el asegurado –invalidez y jubilación– y sus derechohabientes
-sobrevivientes (viudez, orfandad y ascendientes); asimismo, analizaremos as-
pectos complementarios de dichos beneficios, como la evolución de la fórmula de

(11) De acuerdo a los parámetros establecidos por la Ley Nº 29903.

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Sistema Nacional de Pensiones

cálculo de la prestación, la regulación de las pensiones mínima y máxima (tope),


y el pago de los devengados e intereses legales.
En el cuarto capítulo, estudiaremos los regímenes especiales del SNP, con-
formados tanto por los grupos incorporados –por mandato legal expreso– bajo su
tutela, como aquellos a los cuales se les ha beneficiado con la reducción de los re-
quisitos pensionarios (edad y/o años de aportación); además, revisaremos la evo-
lución de la regulación de la jubilación minera y la reciente creación del Fondo
Complementario de Jubilación Minera.
En el quinto capítulo, analizaremos la regulación procesal, administrativa y
judicial de las pretensiones pensionarias, revisando las reglas aplicables en el trá-
mite ante la ONP y las particularidades de los reclamos en la vía constitucional,
contencioso-administrativa y laboral; asimismo, los principales temas penales en
materia de derechos previsionales, como el delito de apropiación ilícita de los
aportes y el requisito de procedibilidad que ha impuesto la Ley Nº 28040.
En el sexto capítulo, presentaremos un resumen de las conclusiones a las que
estamos arribando, con ocasión del presente estudio, así como algunas recomen-
daciones que –en nuestra opinión– deberían ser implementadas a la brevedad, no
solo para perseguir una mejora en el SNP, sino para procurar una adecuada inte-
rrelación con el SPP, formando un amalgama previsional que permita proteger a
un mayor número de trabajadores. Esto debería ir de la mano, con una reestructu-
ración de los procesos internos de la ONP.
Estamos convencidos, igual que otros autores(12), que son dos los principa-
les objetivos de un sistema previsional. En primer lugar, lograr el máximo grado
de cobertura posible, es decir, que la mayor cantidad de población trabajadora –o
no– posea un plan de pensiones para la jubilación, invalidez o muerte, obtenida
luego de sumar una cantidad razonable de años de aportaciones. En segundo lu-
gar, que dichas prestaciones sean suficientes para cubrir un nivel mínimo de con-
sumo en la vejez, etapa en la que –generalmente– se deja de trabajar y se incurre
en mayores gastos de salud, por tanto, se requiere sustituir adecuadamente los in-
gresos percibidos hacia el final de la vida laboral activa para atender las necesida-
des básicas esenciales de toda persona.
El sistema previsional enfrenta actualmente problemas complicados, por
las limitaciones y circunstancias –algunas imprevisibles– que se irán mani-
festando a lo largo de los años, sin embargo, es necesario implementar –desde

(12) BERNAL, Noelia et ál. Una mirada al Sistema Peruano de Pensiones. Diagnóstico y pro-
puestas, p. 61.

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ahora– medidas correctivas que permitan lograr una protección adecuada para la
mayor cantidad de personas, en especial, para los grupos de bajos ingresos, histó-
ricamente excluidos de los beneficios pensionarios. Dejar de lado las mejoras que
se requiere puede resultar más oneroso, en el tiempo, tanto para el Estado como
para la sociedad, pues originará la transferencia de una mayor parte del costo so-
cial a las futuras generaciones.

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CAPÍTULO I
Evolución, concepto, principios y regulación
constitucional de la seguridad social

La autonomía del
Derecho Pensionario o Previsional
Evolución, concepto, principios y regulación
constitucional de la seguridad social

La autonomía del
Derecho Pensionario o Previsional

I. EVOLUCIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Para comprender el concepto de seguridad social será necesario revisar sus


antecedentes históricos, que están ligados a la evolución misma del ser humano,
teniendo presente que dicha institución es el punto más avanzado en el desarro-
llo de las respuestas de los individuos, las sociedades y el Estado, a las situacio-
nes de necesidad que se presentan en el desarrollo de nuestra vida (accidentes,
enfermedades, desempleo, vejez, muerte, etc.) que nos impiden proveernos de
los recursos materiales suficientes que nos permitan sufragar nuestras necesida-
des básicas.

1. El ahorro individual

En la Edad Antigua, el apoyo grupal, el acceso directo a los frutos de la


naturaleza y una menor exposición del individuo a situaciones riesgosas en la
realización del trabajo –que se limitaba a la manutención personal y familiar–,
eran elementos que hacían innecesaria la existencia de una previsión social
formal.
La solución a los estados de necesidad pasaba por el esfuerzo individual o
el ahorro privado, pues cada persona –de acuerdo a sus necesidades y posibilida-
des– se procuraba los recursos para atender los problemas que se presentaban a
lo largo de su vida.

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César Abanto Revilla

Como se aprecia, esta era una medida voluntaria y carente de un respaldo


organizativo, dificultada por la necesidad del individuo de atender las urgencias
diarias con aquellos recursos y bienes que recolectó con la intención inicial que
le sirvieran para cubrir un evento dañoso, futuro e incierto.
En la medida que se trataba de un fondo que debía servir para todo tipo de ne-
cesidades, era común que resultase insuficiente para afrontar contingencias one-
rosas o prolongadas, como las graves enfermedades, la vejez o el desempleo(13).
Es recién en el tránsito a la edad media que las ciudades cobran mayor im-
portancia, y en este escenario, la familia tradicional (grupal) es sustituida por
la familia nuclear (padres e hijos). Esto origina una doble consecuencia: por un
lado, el espacio urbano determina una dependencia del dinero –como medio de
subsistencia–, mucho más marcada que en las sociedades tradicionales de arraigo
rural; por el otro, la sociedad industrializada trae consigo situaciones de mayor
exposición riesgosa.
La futura mecanización de las tareas y labores será una fuente importante de
accidentes que afectarán a los trabajadores.

2. El asistencialismo y la beneficencia

El asistencialismo, que empieza a manifestarse en plena edad media, es en-


tendido como la caridad privada –respaldada por la labor de la Iglesia– a favor de
la gente con menores recursos (indigentes). Es la moneda entregada al mendigo,
la ropa usada o el alimento que se da al necesitado. Era un sistema voluntario y
espontáneo, que ayudó a disminuir la miseria en cierto grado, pero sin una con-
cepción institucionalizada.
La caridad privada recién adquiere relevancia, como una etapa evolutiva de
la seguridad social, cuando empieza a organizarse, sea mediante instituciones
preexistentes –como la iglesia– o a través de grupos de personas de espíritu al-
truista unidas para tal efecto, que formaban fondos privados de ayuda para los
necesitados.
Por muchos años fue el principal mecanismo de ayuda a los indigentes. Des-
de el siglo XVI hasta la actualidad subsiste como una de las funciones primordia-
les de la mayoría de organizaciones religiosas.
Conforme crecían las ciudades y se iban formando –y separando– las clases
sociales, los indigentes también aumentaban, originando problemas a los Estados

(13) FAJARDO CRIVILLERO, Martín. Teoría general de la seguridad social, pp. 57-58.

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Sistema Nacional de Pensiones

incipientes, que no podían solucionarlos a través de mecanismos previsionales


librados a la voluntariedad, razón por la cual fueron asumiendo dicha labor, me-
diante normas que disponían tanto el registro de los beneficiarios –para su aten-
ción gratuita–, como la creación de impuestos y contribuciones forzosas a los ha-
bitantes de las ciudades.
Estos programas de asistencia estatal, que aparecen en Europa a fines de la
Edad Media, alcanzarían su máximo desarrollo en Inglaterra, con la dación de la
“Ley de los Pobres” (1601), también conocida como “42 Isabel”, que unificó to-
das las normas de dicho país sobre la asistencia a los indigentes.
En el momento en que el Estado asume formalmente la tarea de brindar re-
cursos básicos para la subsistencia de los indigentes, complementando la labor
de la asistencia privada, se construyen los cimientos de la beneficencia, transitan-
do así de los aportes voluntarios (caritativos) a una contribución obligatoria por
mandato legal(14).

3. El mutualismo

También durante la Edad Media, paralelamente al ingreso del Estado en la


atención de los necesitados a través de la beneficencia, se va desarrollando una fi-
gura de protección organizada denominada mutualismo, por la cual personas vin-
culadas por lazos comunes de oficio, religión o nacionalidad, se unen para soco-
rrerse de manera conjunta.
Sus antecedentes podemos encontrarlos en la Europa antigua, en las hetairias
griegas, las collegias romanas y las cofradías españolas(15).
Bajo este mecanismo, los integrantes de la mutua asumían la contingencia
padecida por alguno de sus integrantes, sobre una base solidaria y distributiva.
En un inicio, juntaban sus aportes solo para apoyarse ante un hecho dañoso es-
pecífico, pero en una etapa más avanzada, formaron fondos comunes a las cuales
aportaban con una periodicidad fija, siendo administrativos de forma rotativa en-
tre sus miembros. Con dichos recursos se atendían las necesidades que a lo lar-
go del tiempo se fueran dando en detrimento de sus integrantes. En esta segunda

(14) Estas medidas también se habrían aplicado en el Perú, como consta en las Ordenanzas de
1545, dictadas por Carlos V, para la construcción de hospitales para “los pobres enfermos, en
ejercicio de la caridad cristiana”.
(15) GRZETICH LONG, Antonio. Ob. cit., pp. 83-85. En el Perú, los estibadores del Callao for-
maron en 1858 la “Sociedad Filantrópica Democrática”, y en 1860 los sastres la “Sociedad
de Artesanos y Auxilios Mutuos”.

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etapa podemos ver, por ejemplo, a las Friendly Societies de la Inglaterra de fina-
les del siglo XVIII.
Como se aprecia, esta figura introdujo una serie de elementos que posterior-
mente se tomarían en cuenta al construir el concepto de seguridad social: la dilu-
ción del riesgo en un ente colectivo, la idea de solidaridad que subyace en el mo-
delo, y la existencia de un derecho subjetivo a obtener una cobertura.

4. El seguro social

A finales del siglo XIX, de la mano con las revoluciones libertarias –en Fran-
cia y los Estados Unidos de Norteamérica– y el desarrollo de la denominada Re-
volución Industrial, algunos empleadores empezaron a asumir directa y volunta-
riamente el pago de rentas e indemnizaciones para sus trabajadores accidentados.
Con el paso de los años su decisión espontánea se tornó obligatoria –por mandato
legal–, cuando asumieron responsabilidad objetiva frente a los riesgos laborales.
El incremento de los accidentes de trabajo, así como el surgimiento de las
enfermedades laborales, aunado a la formación del pensamiento socialista en Eu-
ropa, dio origen a una serie de reclamos que propugnaban una mayor protección
para los trabajadores.
En dicho escenario, nació en Prusia –antigua Alemania– la idea de una es-
tructura estatal organizada para la atención de las contingencias de los trabaja-
dores y sus dependientes, con base en el aporte obligatorio y tripartito de los
empleadores, el Estado y los trabajadores a un fondo común, administrado esta-
talmente, del cual se atenderían las contingencias laborales. A este sistema se le
denominó “seguro social”.
Este régimen contributivo, que solamente protegía al trabajador que aporta-
ba, fue creado en 1883 por el Canciller Otto Von Bismarck –por insistencia del
Rey Guillermo I–, al ser aprobada la Ley del Seguro Obligatorio por Enferme-
dad, complementada luego por la Ley de Accidentes de Trabajo (1884) y la Ley
del Seguro por Invalidez (1889)(16).
Si bien el seguro social constituía un paso importante en el objetivo de tute-
lar los riesgos labores y las contingencias previsionales, también resultaba insufi-
ciente, pues al tratarse de un régimen contributivo solamente amparaba a quienes
tenían la condición formal de trabajadores, excluyendo a quienes no aportaban a
dicho sistema.

(16) Desde una perspectiva crítica: RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Derecho de la seguridad social,
pp. 32-35.

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Sistema Nacional de Pensiones

5. La seguridad social

La necesidad de ampliar la cobertura subjetiva prevista por el seguro social,


impulsó a algunos países a ensayar fórmulas alternas, como es el caso de Dina-
marca, que en 1891 introdujo las denominadas pensiones no contributivas –pres-
taciones a favor de quienes nunca habían cotizado–, modelo que fuera asimilado
por otros países: Nueva Zelanda (1898), Australia (1901), Francia (1905), incluso
en nuestra región (Uruguay, 1919).
Sin embargo, fue en Inglaterra, con el informe de William Beveridge (Segu-
ro social y servicios afines, 1942)(17), elaborado –como reconoce– tomando de re-
ferencia el modelo de Nueva Zelanda (1938), que nace el concepto moderno de
seguridad social(18), al concebir un sistema estatal organizado, basado en la uni-
versalidad y solidaridad, que permita el otorgamiento de cobertura a todos los
ciudadanos –trabajadores y no aportantes– frente a todas las contingencias, bus-
cando proteger al individuo “desde la cuna hasta la tumba”.
Las recomendaciones de este informe y de uno posterior de 1944 –Pleno em-
pleo en una sociedad libre– se plasmaron en normas legales expresas entre los
años 1945 a 1948.
El informe de Beveridge comienza con una crítica al sistema de los seguros
sociales, al estilo alemán, y plantea un modelo global que libere al hombre de ne-
cesidades, a través de la redistribución de la renta, proponiendo la unificación y
homogeneización de los seguros –antes desconectados entre sí–, incluyendo to-
dos los riesgos posibles, ampliando así la cobertura hacía todas las personas, sin
excepciones.
Desde su perspectiva, el aporte debía ser único, para garantizar simplicidad
en los planos económico y administrativo, y su base también sería un monto fijo,
previsto de acuerdo a criterios racionales, como las necesidades de la seguridad
social y las posibilidades del cotizante, debiendo cubrir el Estado –mediante im-
puestos– cualquier déficit que suceda.
En tal sentido, la protección de todos frente a las necesidades promove-
ría el desarrollo personal y, con ello, el bienestar social. Asociaba su idea a la

(17) La versión en español: BEVERIDGE, William. Seguro social y servicios afines. Informe de
Lord Beveridge, 1989.
(18) Aunque para algunos autores dicho concepto fue citado previamente por Simón Bolívar, John
M. Keynes, también en las leyes de seguridad social de los EE.UU. (1935) y Nueva Zelanda
(1938), y el Preámbulo de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo - OIT
(1919), fue la estructura orgánica que utilizó Beveridge la que nos sirve de base para su defi-
nición moderna, como correctamente señala GRZETICH LONG, Antonio. Ob. cit., p. 11.

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redistribución de la renta, como un mecanismo solidario que permita el financia-


miento de los gastos que implican estos sistemas, que no pueden ser afrontados
por los destinatarios de sus beneficios, por tanto, corresponderá al Estado –y a la
sociedad en conjunto– asumir dicha inversión.

II. CONCEPTO Y PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

1. El concepto de seguridad social

La seguridad social se empieza a gestar, como hemos visto al revisar su evo-


lución, con la finalidad de constituir un mecanismo de protección al individuo
cuando se presentan a lo largo de su vida circunstancias que afectarán –de forma
transitoria o permanente– su capacidad para trabajar, impidiendo que asuma por
sí mismo sus necesidades básicas (alimento, salud, educación, vivienda, etc.) y
las de sus dependientes.
En efecto, hechos cotidianos de la vida como un embarazo, la vejez, una en-
fermedad, un accidente o la muerte, originan que la capacidad para laborar de una
persona disminuya o se extinga –en el caso del fallecimiento–, ante lo cual tene-
mos en las prestaciones de la seguridad social el medio a través del cual se provee
un apoyo tanto en el plano sanitario (asistencia médica) como en el económico
(subsidios y pensiones).
Sin embargo, la seguridad social es un concepto complejo, pues al tener aris-
tas sociales, económicas, políticas y jurídicas, admite diversas definiciones, de-
pendiendo del ángulo concreto desde el cual sea analizada, y todas estas –de una
u otra forma– resultan válidas.
El ejemplo perfecto nos lo muestra Martí(19), al referir que la seguridad social
es, para el hombre, un derecho; para la sociedad, un factor de solidaridad; para la
administración, un servicio público; y para la economía, un factor de redistribu-
ción de riqueza.
En tanto nuestro enfoque es jurídico, la definición que utilizaremos partirá
desde dicho ángulo, razón por la cual tomaremos el concepto esbozado por Fajar-
do(20), quien considera a la seguridad social como un sistema de protección frente
a las contingencias humanas, que procura elevar el nivel de vida del individuo –y
el bienestar colectivo– a través de la redistribución de la renta.

(19) MARTÍ BUFFIL, Carlos. Derecho de la seguridad social. Las prestaciones, p. 25.
(20) FAJARDO CRIVILLERO, Martín. Ob. cit., p. 21.

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Sistema Nacional de Pensiones

2. Los principios fundamentales

Los principios son líneas directrices que informan e inspiran, directa o indi-
rectamente, a las futuras leyes, orientan la interpretación de las existentes y sir-
ven para resolver los casos no previstos en estas. Son valores anteriores y supe-
riores que complementan a las normas. Constituyen, por tanto, la base dogmática
de todo sistema jurídico.
La idea de seguridad social que estamos desarrollando se sustenta en una se-
rie de pilares o principios. Si bien no existe un consenso pleno –en doctrina– res-
pecto a sus principios generales, sí existe cierta coincidencia respecto a sus cinco
pilares básicos(21):
a) Principio de universalidad
La universalidad subjetiva es una de las características que identifi-
can a la seguridad social, diferenciándola de otros mecanismos que la
precedieron.
Este principio postula que todos los individuos –sin distinción alguna–
deben integrar el sistema de seguridad social, contribuyendo –directa o
indirectamente– al sostenimiento financiero del mismo; por tanto, com-
prenderá tanto a los trabajadores asalariados, sean dependientes o inde-
pendientes, como a sus derechohabientes, a los empleadores y a los des-
ocupados, hayan o no cotizado.
Tal precepto está contemplado en diversos documentos internacionales,
tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948),
el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Cultura-
les (1966), la Declaración de Querétaro (1974), y el Código Iberoameri-
cano de Seguridad Social (1995).
Cabe recordar, sin embargo, que la seguridad social forma parte de los
denominados derechos económicos, sociales y culturales, por tanto,
para que sus prestaciones puedan ser viables –y este principio se con-
crete– será necesaria previamente la existencia de los recursos financie-
ros suficientes que permitan su otorgamiento formal, razón por la cual la
universalidad tiene un carácter progresivo o gradual.

(21) El Tribunal Constitucional ha reconocido la existencia de principios implícitos de la seguridad


social en la Constitución de 1993, como el de dignidad, igualdad, progresividad y solidaridad,
en los fallos recaídos en los Expedientes Nº 00010-2012-AI/TC, Nº 00008-2003-AI/TC,
Nº 00050-2004-AI/TC, Nº 00001-2003-AI/TC y Nº 00048-2004-PI/TC, como da cuenta:
MONTOYA CHÁVEZ, Victorhugo. El principio previsional de sostenibilidad financiera en
la jurisprudencia constitucional, pp. 315-316.

21
César Abanto Revilla

En nuestra historia puede constatarse la aplicación de la gradualidad,


pues si recordamos, en 1850 la Ley General de Jubilación, Cesantía y
Montepío, solamente reconoció como beneficiarios a los funcionarios
públicos, siendo recién en 1936 (Ley Nº 8433) que se amplió la tutela
a los trabajadores particulares (obreros), y, en 1962 (Ley Nº 13724), a
los empleados; sin embargo, la universalidad siguió avanzando, pues en
1987 fueron incorporadas al SNP las amas de casa (Ley Nº 24705),
pese a que formalmente no son trabajadoras; más recientemente, en
el año 2009, se aprobó la Ley del Aseguramiento Universal en Salud
(Ley Nº 29344) y en el 2011, fue creado un régimen no contributivo de-
nominado “Pensión 65”(22).
Esto nos demuestra que hasta el 2009 –en salud– y el 2011 –en pensio-
nes–, en el Perú se aplicó un modelo previsional basado en el seguro so-
cial prusiano (régimen contributivo), no en uno de seguridad social.
El principio de universalidad y su carácter progresivo están contem-
plados en el artículo 10 de la Constitución de 1993, precepto que se
complementa –en materia pensionaria– con su Segunda Disposición
Final.
b) Principio de solidaridad
La solidaridad, en seguridad social, supone la participación de toda la
población en el financiamiento del sistema, directa o indirectamente, se-
gún sus posibilidades, sin que exista más expectativa que el recibir pro-
tección cuando ocurra una contingencia.
Esto significa que se destierra toda noción de contraprestación y se la
sustituye por la de participación. Se aporta y recibe por pertenecer al sis-
tema, no en función de una cláusula o garantía contractual. Es la preva-
lencia de lo colectivo sobre lo individual.
Es una característica esencial para la seguridad social, no se trata de un
factor opcional, que puede o no estar presente, sino del elemento indis-
pensable para que sea considerada como un mecanismo de protección
social(23).

(22) Creado por el Decreto Supremo Nº 081-2011-PCM, publicado en el diario oficial El Peruano
el 19 de octubre de 2011, este programa asistencial –de aplicación gradual– otorga una pres-
tación dineraria a favor de las personas mayores de 65 años en estado de pobreza extrema.
(23) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Estudios de la seguridad social, pp. 407-417.

22
Sistema Nacional de Pensiones

En tal sentido, cabe destacar lo expuesto –desde un enfoque económi-


co– por Valdés(24), quien señala que si bien cada incremento de solidari-
dad forzada tiene un costo creciente en términos de riqueza o eficiencia
perdidas, ello no debe significar que la solidaridad sea eliminada, pues
los ciudadanos pueden preferir asumir ese precio con tal de expresar su
solidaridad o de obtener algún grado de seguridad.
En un sistema de reparto, la solidaridad se manifiesta a través de dos
mecanismos:
b.1. Solidaridad intergeneracional
Este modelo funciona bajo la premisa “pay as you go”, lo que im-
plica que los aportes de los trabajadores en actividad (asegurados)
servirán para el pago de las pensiones de los actuales pensionistas,
de la misma forma en que las suyas serán atendidas con las cotiza-
ciones de los futuros asegurados, produciéndose así un recambio
generacional.
El aporte o contribución exigida a los integrantes del sistema, para
financiar la seguridad social, es obligatoria, y se efectúa con inde-
pendencia del beneficio que pueda obtenerse en el presente, pues el
ahorro previsional tiene para el asegurado un destino a futuro.
Cabe precisar que si bien el modelo de recambio intergeneracional
se vio afectado en las últimas décadas debido a problemas como
la longevidad, la informalidad del mercado laboral y la evasión
en el pago de las cuotas de la seguridad social, se debió evaluar
con mayor detenimiento la conveniencia de implementar un siste-
ma capitalización individual como el SPP, en el cual la presencia
de una solidaridad (intrínseca) es discutible, como veremos más
adelante.
En teoría, la etapa de madurez de los sistemas de reparto se pre-
senta cuando tienen más de 40 años de antigüedad, pero el SNP la
alcanzó cuando apenas tenía 17 años, pues de un coeficiente de 14
trabajadores por cada pensionista, en 1990, se cayó a 9, en 1991(25),
como consecuencia de los despidos masivos que se produjeron de
esa época, dentro del marco del proceso de estabilización del pro-
grama económico impuesto por el gobierno.

(24) VALDÉS PRIETO, Salvador. Políticas y mercados de pensiones, p. 37.


(25) MONTORO, Carlos. Costo de la reforma del Sistema Nacional de Pensiones: Una adaptación
del modelo de generaciones traslapadas, p. 61.

23
César Abanto Revilla

Dicho escenario, aunado al descalabro administrativo y financiero


del IPSS, así como el aumento de la informalidad, justificó la im-
plementación del nuevo modelo (SPP), que, sin un análisis técnico
previo de su impacto, ni un debate tripartito –Estado, empleadores
y trabajadores–, implicó el reemplazo del sistema tradicional (co-
lectivo) por uno que se sustentaba en la individualidad.
b.2. Solidaridad intrageneracional o intrínseca
En el modelo de reparto, todos los asegurados aportan a un fondo
común, del cual se extraen los recursos para pagar las pensiones de
los actuales beneficiarios. La aportación es un porcentaje de la re-
muneración que los trabajadores perciben mensualmente.
Si bien la tasa de aportación aplicada a todos los trabajadores es la
misma(26), el monto de la cotización no será igual, pues un alto di-
rectivo de una empresa o entidad no pagará la misma cantidad que
un trabajador que percibe la Remuneración Mínima Vital (RMV).
Por ello, este sistema prevé la aplicación de montos máximos de
pensión (o topes), para que con el diferencial que correspondería a
quienes aportaron más –en cantidad–, pueda existir una pensión mí-
nima que le permita, a aquellos que aportaron menos, percibir una
suma con la cual atender sus necesidades básicas esenciales.
Por ejemplo, si Juan Pérez tuviera, de acuerdo a las reglas del SNP,
una remuneración de referencia de S/. 5,000.00, se le otorgaría la
pensión máxima (tope) de S/. 857.36; pero si, por el contrario, su
remuneración de referencia fuera de S/. 200.00 y él tuviera 20 o
más años de aportaciones al citado régimen, se le otorgaría la pen-
sión mínima de S/. 415.00(27).
La presencia de pensiones mínimas y máximas (topes) implica la acep-
tación implícita de un mecanismo de solidaridad al interior del sistema,
que permite equilibrar –en parte– las diferencias económicas existentes
entre sus integrantes(28).

(26) La tasa de aportación mensual en el SNP es del 13%, desde el 1 de enero de 1997, que en su
integridad está a cargo del asegurado. La Ley Nº 29903 permite la aplicación gradual de tasas
menores para algunos trabajadores independientes, como veremos en el quinto capítulo.
(27) De acuerdo con la Ley Nº 27655 y la Resolución Jefatural Nº 001-2002-JEFATURA/ONP, la
pensión mínima va de S/. 270.00 a S/. 415.00, dependiendo de los años de aportes.
(28) En el SNP y en el Decreto Ley Nº 20530 existen normas que regulan expresamente el tema
de la pensión mínima y máxima (tope), con sus particularidades: en el primero, el tope actual

24
Sistema Nacional de Pensiones

Estamos en el terreno de la justicia distributiva y no en el de la justicia


conmutativa, por tanto, un asegurado no puede reclamar que le sea de-
vuelto –en dinero o prestaciones– un beneficio equivalente al monto que
cotizó durante cierto periodo, pues en el sistema de reparto se pierde la
individualidad de la contribución.
c) Principio de integralidad(29)
También denominado principio de suficiencia, postula que todas las
contingencias que le puedan ocurrir a un individuo durante el desarrollo
de su vida –desde la cuna hasta la tumba– estén cubiertas por la seguri-
dad social, y que sean atendidas de manera oportuna y eficiente, satisfa-
ciendo adecuadamente el estado de necesidad padecido.
En la mayoría de contingencias resulta necesario cubrir cuando menos
dos aspectos: uno monetario y otro en especies. En la jubilación, por
ejemplo, está el pago dinerario, que será complementado con prestacio-
nes médicas o sanitarias.
Este principio –que es más bien una aspiración u objetivo– difícilmen-
te se materializará a cabalidad en países con escasos recursos, por tanto,
en la actualidad, su aplicación está limitada a la cobertura de las contin-
gencias más recurrentes y esenciales: los accidentes, las enfermedades,
la maternidad, la vejez y la muerte.
Esta cobertura restringida, supeditada a la capacidad económica de cada
país, nos remite a un principio operativo que en las últimas décadas ha
logrado una mayor relevancia: el de sostenibilidad financiera(30).
Recordemos como ejemplo a la Constitución de 1979, que en su artículo
13 estableció la lista de contingencias que pretendía atender, incluyendo
entre ellas al desempleo, que hasta el día de hoy no forma parte de nues-
tra seguridad social(31).

es de S/. 857.36, mientras en el segundo, asciende a dos UIT. En el SPP no existe un tope
máximo, pero desde el 2002 se dictaron normas operativas para aplicar la pensión mínima.
(29) Para algunos autores, la integralidad forma parte de los principios aplicables al financiamiento
y las prestaciones, bajo los conceptos “eficiencia” y “calidad”. TOYAMA MIYAGUSUKU,
Jorge. Principios de la seguridad social, pp. 600-601.
(30) Este principio se relaciona con el equilibrio presupuestario, que se sustenta en criterios
técnicos como los de exactitud, anticipación, anualidad, programación, estructuración y no
afectación, al tener correspondencia directa con la garantía del ahorro público, sin embargo,
tampoco puede aceptarse que la escasez de recursos importe una inacción del Estado, como
indica MONTOYA CHÁVEZ, Victorhugo. Ob. cit., pp. 317-318.
(31) Como precisa NEVES MUJICA, Javier. La seguridad social en la Constitución, p. 203.

25
César Abanto Revilla

Cabe precisar que la regulación de pensiones máximas (topes) no resul-


ta incompatible con este principio, pues la “suficiencia” alude a un es-
tándar medio, y no a la situación particular de las personas con ingresos
más altos, que podrán complementar el monto de su pensión de la segu-
ridad social con la utilización de mecanismos voluntarios, como el aho-
rro personal o la contratación de un seguro privado.
d) Principio de unidad
Este principio se refiere a la estructura orgánica y a la gestión de la se-
guridad social, y lo que procura es una centralización normativa y ope-
rativa del sistema.
En la mayoría de países existe una diseminación de las entidades
que la conforman, así como una dispersión legislativa, lo que origi-
na diversos problemas en el otorgamiento de las prestaciones, deri-
vando en un descontento innecesario de los beneficiarios y en una
sobrecarga de la burocracia, ocasionando gastos excesivos para la
administración.
El objetivo final es lograr una estructura reducida, que si bien puede es-
tar compuesta por varias entidades, deberá estar conectada bajo una sola
dirección rectora, que aproveche al máximo los recursos humanos y ma-
teriales, bajo criterios de simplificación y eficacia(32).
Para verificar la aplicación de este principio en el Perú, cabe recordar
que a inicios de los noventa la calificación de los derechos pensionarios
del régimen estatal (Decreto Ley Nº 20530) estaba a cargo de cada en-
tidad pública que tuviera registrados beneficiarios de este régimen, por
tanto, existían 500 unidades ejecutoras con criterios distintos sobre el
mismo tema. Para solucionar este problema, evitando otorgamientos y
denegatorias de derechos sin el sustento debido, se dictó el Decreto Le-
gislativo Nº 817(33), que centralizó en una sola entidad estatal (ONP) la
administración de dicho régimen.
e) Principio de internacionalidad
Desde hace muchos años vivimos los efectos de una economía globali-
zada y una de sus características es la rotación internacional de los tra-
bajadores, lo que implica su traslado de país en país, originando que en
cada uno generen relaciones laborales que conllevan al nacimiento de

(32) FAJARDO CRIVILLERO, Martín. Ob. cit., pp. 32-33.


(33) Ley del Régimen Previsional del Estado, publicada en el diario oficial El Peruano el 23 de
abril de 1996.

26
Sistema Nacional de Pensiones

derechos que deberían ser reconocidos –y sumados– al final de la vida


activa del trabajador(34).
El objetivo de este principio es fomentar mecanismos que permitan el
reconocimiento de los derechos –en este caso, de seguridad social– que
los trabajadores generaron durante su vida laboral, independientemente
del país en el cual se encuentren.
Para ello, será necesario recurrir a las reglas del Derecho internacional
público, en tanto se tendrá que establecer un sistema legal que permita
armonizar las reglas de los países involucrados, siendo indispensable la
celebración de tratados y convenios.
En efecto, sea por la suscripción de acuerdos bilaterales o multilaterales
entre estados, o por la aceptación de las recomendaciones de entidades
internacionales especializadas a las que estos pertenezcan, el objetivo de
este principio será obtener el reconocimiento de los mayores beneficios
posibles para el trabajador.
El Perú tiene suscritos acuerdos bilaterales de seguridad social con Ar-
gentina(35), Chile(36), Ecuador(37) y España(38), también forma parte del
acuerdo multilateral del Pacto Andino(39), asimismo, está adscrito –par-
cialmente– a las recomendaciones del Convenio Nº 102 de la OIT, sobre
Normas Mínimas de Seguridad Social (1952)(40).
En cuanto al SPP, por Decreto Supremo Nº 155-2001-EF y, poste-
riormente, por Ley Nº 27883(41) –Reglamentada por Decreto Supremo
Nº 154-2003-EF–, se permite transferir al exterior el fondo depositado
en la CIC de una AFP local hacia una entidad o institución previsional
del país donde vaya a residir de modo permanente, previo cumplimiento
de determinados requisitos.

(34) En ese sentido: OIZ MÁRQUEZ, Rosario. La seguridad social internacional, pp. 139-167.
(35) Suscrito en junio de 1979. El Acuerdo Administrativo para su aplicación recién fue aprobado
el 22 de marzo de 2010.
(36) Aprobado por Resolución Legislativa Nº 28067, publicada en el diario oficial El Peruano el
6 de setiembre de 2003.
(37) El Estatuto Migratorio Permanente Peruano - Ecuatoriano, ratificado por el Decreto Supremo
Nº 100-2010-RE, fue publicado en el diario oficial El Peruano el 15 de julio de 2010.
(38) Aprobado por Resolución Legislativa Nº 28158, publicada en el diario oficial El Peruano el
11 de diciembre de 2003. Este convenio se complementa con el suscrito el 24 de julio de 1964.
(39) Instrumento Andino de Seguridad Social (Decisión Nº 583) del 7 de mayo de 2004.
(40) Ratificado por la Resolución Legislativa Nº 13284 del 15 de diciembre de 1959.
(41) Publicada en el diario oficial El Peruano el 15 de diciembre de 2002.

27
César Abanto Revilla

III. REGULACIÓN CONSTITUCIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL

De acuerdo con la Real Academia Española, se entiende por fuente al funda-


mento u origen de algo(42). Cuando hablamos del origen de la norma jurídica, nos
referimos a los hechos que le dan nacimiento, a las manifestaciones de voluntad
humana y las prácticas sociales que la generan. El término fuente del derecho de-
signa todo lo que contribuye a crear el conjunto de reglas jurídicas aplicables en
un país en determinado momento histórico.
En tanto suscribimos una tradición de Derecho romano germánico, siguien-
do las pautas de la pirámide de Kelsen, consideramos a la Constitución como la
norma principal, pues, a pesar de tener una finalidad política –definir las reglas
que serán aplicadas en los temas centrales de la Nación, dependiendo de la ten-
dencia económica del gobierno–, es la que determinará las bases sobre las cuales
se desarrollará nuestra seguridad social(43).
La Constitución de 1979 tenía un contenido proteccionista, derivado de su
esencia social demócrata, mientras que la de 1993 –con una orientación neoli-
beral– desarrolla de forma flexible esta materia, en cinco disposiciones expresas
que analizaremos a continuación.

1. El derecho universal y progresivo a la seguridad social

Artículo 10.- El Estado reconoce el derecho universal y progresivo de


toda persona a la seguridad social, para su protección frente a las contin-
gencias que precise la ley y para la elevación de su calidad de vida.
Como hemos señalado, al revisar los principios de universalidad e integrali-
dad, el fin de la seguridad social es –en teoría– proteger a todas las personas fren-
te a toda contingencia, desde la cuna hasta la tumba.
Este objetivo, sin embargo, se desarrolla de forma gradual o progresiva, pues al
tratarse de un derecho fundamental de segunda generación, que se ubica dentro del ám-
bito de los derechos económicos, sociales y culturales, también denominados “pres-
tacionales”, está sujeto o condicionado, en cuanto a su materialización, a la existencia
de los recursos de carácter financiero que permitan su reconocimiento y otorgamiento.
En efecto, dependiendo de la capacidad económica de cada país, la seguridad
social será reconocida a una mayor cantidad de personas y otorgará más y mejo-
res prestaciones, sin embargo, de carecer de recursos dinerarios suficientes, tanto

(42) En: <www.rae.es>.


(43) SÁNCHEZ-URÁN, Yolanda. Seguridad social y Constitución, p. 30.

28
Sistema Nacional de Pensiones

el número de beneficiarios como de derechos serán menores, de ahí que se aluda


expresamente a la progresividad(44).
La aplicación de la universalidad –y progresividad– se constata en nuestra
historia, pues de una protección inicial –en 1850– limitada a los funcionarios pú-
blicos, se amplió luego a los trabajadores particulares (obreros) –en 1936–, luego
a los empleados –en 1962–, para tutelar posteriormente incluso a personas que
no laboran, como las amas de casa (1987), llegando, en la actualidad, a incluir a
quienes nunca cotizaron (2011, “Pensión 65”).
En ese mismo sentido, la norma comentada hace una precisión sumamen-
te relevante, al indicar que las contingencias (riesgos cubiertos por la seguridad
social) serán precisadas por ley, para evitar –como ocurrió con la Constitución
de 1979– enumerar supuestos que, al final, no puedan serlo, como el desempleo.
Con un mejor criterio técnico, el legislador deja abierta la posibilidad de in-
corporar –de lege ferenda– mayores prestaciones, en tanto se cuente con los re-
cursos financieros que habiliten su materialización.
Finalmente, se indica que este reconocimiento conllevará a la elevación de
la calidad de vida de todas las personas, pues al brindar la seguridad social meca-
nismos que permitan enfrentar contingencias que afectan nuestra capacidad para
laborar, ello evitará que sea alterado el nivel socioeconómico que alcanzamos,
para no afectar nuestro statu quo.

2. El libre acceso a prestaciones de salud y pensiones


Artículo 11.- El Estado garantiza el libre acceso a prestaciones de salud
y a pensiones, a través de entidades públicas, privadas o mixtas. Super-
visa asimismo su eficaz funcionamiento.
La ley establece la entidad del Gobierno Nacional que administra los regíme-
nes de pensiones a cargo del Estado(45).
En primer lugar, la norma prevé la posibilidad que las prestaciones de salud
y pensiones sean brindadas por entidades públicas, privadas o mixtas, a diferen-
cia de la Constitución de 1979, que en su artículo 14 permitía dicha coexistencia

(44) Según expuso la mayoría parlamentaria que integró el Congreso Constituyente Democrático
de 1992, el carácter progresivo fue tomado de las constituciones de Colombia, Honduras,
Paraguay, República Dominicana, Venezuela y otros países, como consta en: CCD. “Debate
Constitucional”, p. 444.
(45) Segundo párrafo agregado por el artículo 1 de la Ley Nº 28389, publicada en el diario oficial
El Peruano el 17 de noviembre de 2004.

29
César Abanto Revilla

solamente si las prestaciones privadas eran complementarias –y de carácter vo-


luntario– a las del IPSS.
Esta habilitación expresa permitió la implementación del SPP, bajo las reglas
fijadas a finales de 1992, existiendo actualmente una dicotomía público-privada
en pensiones.
Cuando la administración de dichas prestaciones está a cargo de entidades
privadas, el Estado deberá supervisar el eficaz funcionamiento de los regímenes
correspondientes, lo que implica no solo una labor de fiscalización, sino también
de carácter normativo, pues será el responsable de la estructura legislativa de di-
chos sistemas. Esta función la lleva a cabo a través de entidades denominadas
“superintendencias”(46).
La norma añade –en su segundo párrafo– que por ley se determinará a la en-
tidad estatal que administrará los regímenes pensionarios públicos, agregado que
resulta concordante con el principio de unidad y tiene por finalidad elevar a rango
constitucional la facultad de establecer –mediante normas legales– la dirección
rectora del tema previsional.
Antes de la reforma de inicios de los noventa, la calificación de los derechos
derivados del Decreto Ley Nº 20530 estaba a cargo de cada entidad que tuviera
servidores públicos registrados como beneficiarios de dicho régimen, lo que –en
la práctica– significaba que más de 600 unidades ejecutoras podían resolver so-
bre dicha materia, originando no solo criterios variados y cambiantes sobre temas
idénticos, sino reconocimientos indebidos e irregulares que afectaban al Tesoro
Público.
En 1996 (Decreto Legislativo Nº 817) y 1997 (Ley Nº 26835), se intentó cen-
tralizar la administración de dicho régimen, designando a la ONP como entidad
calificadora con competencia exclusiva y excluyente, sin embargo, ambas nor-
mas fueron mediatizadas por el Tribunal Constitucional, por tanto, era necesario
que a nivel constitucional fuera reconocida la posibilidad que –en vía legal– se
determine a la entidad rectora.
Si bien la Ley Nº 28449 ha designado como administrador del citado régi-
men estatal al Ministerio de Economía y Finanzas, sin pronunciarse sobre los
otros regímenes públicos, la norma comentada deja abierta la posibilidad de una
regulación de este tema a futuro.

(46) En pensiones, por la SBS, que reemplazó a la extinta SAFP, y, en salud, por la Superintendencia
Nacional de Aseguramiento en Salud (Sunasa), que antes era la Superintendencia de EPS.

30
Sistema Nacional de Pensiones

3. La intangibilidad de los fondos y reservas previsionales

Artículo 12.- Los fondos y las reservas de la seguridad social son intan-


gibles. Los recursos se aplican en la forma y bajo la responsabilidad que
señala la ley.
La finalidad de la norma es evitar la utilización indebida de los recursos de la
seguridad social en objetivos distintos a la atención de las prestaciones de sa-
lud y pensiones, pues, como es de conocimiento público, en los años ochenta
–durante la gestión del IPSS– el Estado recurrió sistemáticamente a dichos fon-
dos para cubrir el financiamiento de la caja fiscal y para la realización de obras
públicas, lo que –sumado a los manejos irregulares e ineficientes de dicha insti-
tución, la hiperinflación y el cambio monetario– determinó la crisis del sistema
previsional en el Perú
La Constitución precisa que los fondos y reservas de la seguridad social son in-
tangibles, lo cual implica que no podrán ser utilizados para fines distintos a los que
corresponden a la atención de las prestaciones mencionadas, asumiendo los funcio-
narios y particulares, a cargo de administrar los regímenes correspondientes, la res-
ponsabilidad “que señala la ley” por la forma en que estos sean aplicados.
El tratamiento relativo a los fondos y reservas de la seguridad social está di-
rectamente relacionado a la financiación del sistema, puesto que para la imple-
mentación y posterior mantenimiento del mismo, serán necesarias sumas de di-
nero considerables que permitan la atención de las prestaciones, así como de los
gastos de administración.
Cuando hablamos de fondos, nos referimos al conjunto de ingresos desti-
nados para la atención de las prestaciones(47), mientras que las reservas serían
las masas económicas que se constituyen para cubrir las futuras emergencias
financieras.
El Decreto de Urgencia Nº 067-98 precisa que las “reservas” pueden ser de
dos tipos:
a) Reserva actuarial: El valor a fecha determinada de las obligacio-
nes previsionales resultantes del cálculo actuarial que se efectúe para
un régimen específico, que comprende a las prestaciones económicas
pensionarias, a las no pensionarias, a los gastos administrativos y a
las contingencias judiciales, hasta la total extinción de las respectivas
obligaciones.

(47) Por ejemplo, el Fondo Consolidado de Reservas Pensionarias (FCR), que se creó por el Decreto
Legislativo Nº 817 (artículo 16) para respaldar el pago de las obligaciones de la ONP.

31
César Abanto Revilla

b) Reserva pensionaria: Parte de la reserva actuarial, referida solamente


al valor de las prestaciones económicas pensionarias, a una fecha deter-
minada, dentro de un régimen previsional específico.
El tema pendiente de desarrollo es el relativo al nivel de responsabilidad
aplicable para el uso indebido de los fondos y reservas de la seguridad social,
pues no se ha precisado –en una norma posterior y expresa– si esta será adminis-
trativa, civil y/o penal, por lo cual, tendríamos que remitirnos a las sanciones pre-
vistas para supuestos generales, cuando –lo adecuado– era que estos casos repre-
senten una circunstancia agravante.

4. Las nuevas reglas de los regímenes pensionarios públicos

Primera(48).- Declárase cerrado definitivamente el régimen pensionario


del Decreto Ley Nº 20530. En consecuencia, a partir de la entrada en vi-
gencia de esta reforma constitucional:
1. No están permitidas las nuevas incorporaciones o reincorporacio-
nes al régimen pensionario del Decreto Ley Nº 20530.
2. Los trabajadores que, perteneciendo a dicho régimen, no hayan
cumplido con los requisitos para obtener la pensión correspondien-
te, deberán optar entre el Sistema Nacional de Pensiones o el Siste-
ma Privado de Administradoras de Fondos de Pensiones.
Por razones de interés social, las nuevas reglas pensionarias establecidas
por ley se aplicarán inmediatamente a los trabajadores y pensionistas de
los regímenes pensionarios a cargo del Estado, según corresponda. No
se podrá prever en ellas la nivelación de las pensiones con las remunera-
ciones, ni la reducción del importe de las pensiones que sean inferiores
a una Unidad Impositiva Tributaria.
La ley dispondrá la aplicación progresiva de topes a las pensiones que
excedan de una Unidad Impositiva Tributaria.
El ahorro presupuestal que provenga de la aplicación de nuevas reglas
pensionarias será destinado a incrementar las pensiones más bajas, con-
forme a ley. Las modificaciones que se introduzcan en los regímenes
pensionarios actuales, así como los nuevos regímenes pensionarios que

(48) Sustituida por el artículo 3 de la Ley Nº 28389.

32
Sistema Nacional de Pensiones

se establezcan en el futuro, deberán regirse por los criterios de sosteni-


bilidad financiera y no nivelación(49).
Autorízase a la entidad competente del Gobierno Nacional a iniciar las
acciones legales correspondientes para que se declare la nulidad de las
pensiones obtenidas ilegalmente, salvo los casos definidos por senten-
cias con carácter de cosa juzgada que se hayan pronunciado expresa-
mente sobre el fondo del asunto o que las respectivas acciones hubieran
prescrito.
En su texto original, regulaba el respeto a la teoría de los derechos adqui-
ridos a favor de los trabajadores públicos que pertenecían a los Decretos Le-
yes Nº 19990 y Nº 20530, por tanto, la norma bajo la cual nacieron sus derechos
continuaría rigiéndolos mientras surta efectos, pese a que –con el transcurso del
tiempo– sea derogada o modificada, pues una vez incorporada en su patrimonio
no podría ser afectada por una ley posterior. Su redacción, antes de la reforma del
2004, era la siguiente:
Primera.- Los nuevos regímenes sociales obligatorios, que sobre mate-
ria de pensiones de los trabajadores públicos se establezcan, no afectan
los derechos legalmente obtenidos, en particular el correspondiente a los
regímenes de los decretos leyes Nºs 19990 y 20530 y sus modificatorias.
La aplicación prevalente de este principio, respecto de las modificatorias le-
gales que se intentaron en los noventa, originó –por un cuestionado fallo del
Tribunal Constitucional, relativo al régimen pensionario estatal(50)– que el Poder
Ejecutivo solicitará la reforma de la Constitución, a efectos de establecer nuevas
reglas para el Decreto Ley Nº 20530.
En la medida que este libro está dedicado al estudio del SNP y que las pau-
tas señaladas en esta disposición se refieren casi en su totalidad al régimen de
los servidores públicos, solo vamos a precisar que las principales modificaciones
fueron las siguientes:
• Se dispuso el cierre definitivo del régimen del Decreto Ley Nº 20530.

(49) De acuerdo al numeral 4 de la parte resolutiva del fallo recaído en el Expediente Nº 00050-
2004-AI/TC, se interpretó que el cuarto párrafo de la Primera Disposición Final tiene el sentido
de que la totalidad del ahorro proveniente de la aplicación de las nuevas reglas pensionarias,
debe ser destinado a mejorar el sistema de seguridad social, lo cual supone, entre otros muchos
aspectos, gastos en infraestructura y logística de salud, compra de medicamentos, capacitación
del personal de salud, entre otros. Fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 12 de junio
de 2005.
(50) Expediente Nº 00156-2001-AA/TC, proceso de amparo seguido por Rosa Medina Pantoja
contra Instituto de Salud del Niño, fallo publicado en su página web el 3 de junio de 2003.

33
César Abanto Revilla

• Se suprimió la nivelación (efecto espejo) como mecanismo de reajuste.


• Se ordenó la aplicación progresiva del tope (máximo legal) para las pen-
siones cuyos montos fueran superiores a una UIT.
• Se precisó que las futuras modificaciones a los regímenes pensionarios
deberían regirse por criterios de sostenibilidad financiera.
• Se autorizó el inicio de acciones legales de declaración de nulidad en
contra de las pensiones obtenidas ilegalmente.
Cabe precisar que tanto la reforma constitucional (Ley Nº 28389) como las
nuevas reglas del régimen previsional de los servidores públicos (Ley Nº 28449)
fueron sometidas a demandas acumuladas de inconstitucionalidad, rechazadas
por la sentencia recaída en el Exp. Nº 00050-2004-AI/TC, luego de lo cual –ante
una denuncia contra el Estado peruano– la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos ratificó su legalidad, como consta en el Informe Nº 38/09, que consoli-
dó la validez de dicho proceso.

5. El condicionamiento del pago y reajuste de las pensiones

Segunda.- El Estado garantiza el pago oportuno y el reajuste periódi-


co de las pensiones que administra, con arreglo a las previsiones presu-
puestarias que este destine para tales efectos, y a las posibilidades de la
economía nacional.
Esta norma garantiza el pago y el reajuste periódico únicamente de las pen-
siones que administra el Estado, por tanto, no resulta aplicable ni a las prestacio-
nes de salud ni a las pensiones del SPP(51).
En la medida que el verbo “garantizar” alude al compromiso o garantía de
cumplir una obligación, existiría un aparente mandato ineludible para el Estado,
sin embargo, al condicionarse dicha garantía a las “previsiones presupuestarias”
y a las “posibilidades de la economía nacional”, se habilita de forma implícita un
eventual incumplimiento.
En cuanto al “reajuste”, el Tribunal Constitucional ha efectuado una inter-
pretación de la norma(52), al señalar que la referencia al “reajuste periódico” no se

(51) Como hemos señalado anteriormente en: ABANTO REVILLA, César. Pago oportuno y
reajuste periódico de las pensiones (La seguridad social en la Constitución), p. 1168.
(52) Fundamento 14 de la sentencia del Expediente Nº 00002-2003-AI/TC, proceso de inconsti-
tucionalidad en contra de la Ley Nº 27617, publicada en el diario oficial El Peruano el 21 de
setiembre de 2003.

34
Sistema Nacional de Pensiones

puede entender como una autorización para disminuir las pensiones de quienes
tienen ya el derecho adquirido, sino, por el contrario, para incrementarlas, a fin de
garantizar el derecho a una vida digna del beneficiario y sus familiares.
Precisa el Tribunal, que dicha interpretación es concordante con la Décimo
Primera Disposición Final de la Constitución, que prevé la aplicación progresi-
va de las normas constitucionales –como la comentada– que requieren nuevos o
mayores gastos, máxime si la “progresividad”, en materia de pensiones, no pue-
de ser interpretada como sinónimo de “regresividad”, ni siquiera como manteni-
miento de un statu quo.
De acuerdo al artículo 77 de la Constitución, la administración económica y
financiera del Estado se rige por el presupuesto que anualmente es aprobado por
el Congreso de la República, con base en el proyecto remitido por el Poder Ejecu-
tivo. En dicho documento se asignan equitativamente los recursos públicos, pro-
gramándolos y ejecutándolos a partir de los criterios de eficiencia, de necesidades
sociales básicas y de descentralización.
En tal sentido, se entiende por “previsión presupuestaria” a la programación
de los gastos que se deberá efectuar en materia de pensiones (estatales) para cada
periodo fiscal, sin embargo, este no es el único factor condicionante para el pago
y el reajuste previsional, pues un requisito adicional concurrente es la existencia
de “posibilidades económicas” para atender dichos requerimientos.
Lo expuesto, nos demuestra que para garantizar tanto el pago oportuno como
el reajuste periódico de las pensiones de los regímenes a cargo del Estado, se re-
quiere un análisis previo de la situación económica y financiera del país, que de-
termine la posibilidad real de proceder con dichas obligaciones.

IV. LAAUTONOMÍA DEL DERECHO PENSIONARIO O PREVISIONAL

Si bien, como hemos precisado anteriormente, la seguridad social se mani-


fiesta a través de diversas prestaciones (sanitarias, pensiones, subsidios, etc.), en
la medida que –desde hace unos treinta años– asistimos a una evolución acele-
rada y diferenciada de las normas, los principios y la doctrina relativa al campo
pensionario, podemos afirmar que –durante dicho periodo, y, hasta la actualidad–
se ha ido gestando su autonomía científica.
Esta independencia o separación fáctica y teórica de la seguridad social,
como conjunto, se debe a la relevancia que en las últimas décadas ha adquirido
la administración y tutela de los fondos pensionarios, al constituir la garantía de
su financiamiento en el tiempo, lo cual ha determinado la elaboración de diversas
propuestas para reformar el tradicional modelo de reparto, variando sus paráme-
tros con miras a una gestión eficiente.

35
César Abanto Revilla

La suma de una serie de factores paralelos de diversa índole –a nivel mun-


dial–, como la longevidad, la reducción de la tasa de natalidad, el aumento de la
informalidad laboral, la evasión del pago de los aportes previsionales, o la jubi-
lación de los baby boomers(53), ha originado un desfase financiero en los sistemas
de reparto, sustentados en los aportes de los trabajadores en actividad, tanto por
su reducción cuantitativa, como por el hecho que ahora carecen de una protección
formal, en situaciones como la informalidad, lo que origina una disminución de
los beneficiarios de la seguridad social.
En este escenario, fue Chile el primer país que se arriesgó en 1980 –median-
te el Decreto Ley Nº 3,500– a implementar, dentro de un proceso de reforma in-
tegral de su economía, un modelo en el cual las pensiones de la seguridad social
fueran administradas por la empresa privada a través de cuentas de capitalización
individual, relegando al Estado a una función de supervisión y atención de deter-
minados beneficios complementarios. Este modelo fue implementado en el Perú
en 1991, aunque luego fuera reformulado, a finales de 1992.
La idea que se postulaba era que, a diferencia del aporte al fondo común, ca-
racterístico del sistema de reparto, cada asegurado tendría una cuenta que sería
administrada por una empresa privada, la cual invertiría sus fondos en el mercado
financiero y bursátil, tanto interno como externo, procurando una mayor rentabi-
lidad a la obtenida por la gestión estatal, generando no solo una mayor pensión
para sus afiliados, sino también la reactivación de la economía del país.
Lamentablemente, el tiempo y las crisis financieras internacionales nos han
demostrado que condicionar la rentabilidad de las pensiones del SPP al resultado
de las inversiones puede generar considerables pérdidas económicas a los asegu-
rados, lo cual ha llevado a que, en el 2008, Chile haya reestructurado su modelo
(Ley Nº 20,255), tomando como base el sistema multipilar propuesto por el Ban-
co Mundial(54).
Por tanto, queda claro que el desarrollo del tema pensionario ha adquirido,
tanto en el nivel normativo como en el teórico, una autonomía e independencia
particular, con relación al estudio de la seguridad social, lo que justifica el aná-
lisis de su problemática de forma diferenciada a través del denominado Derecho
previsional o pensionario.

(53) Así se denomina a quienes nacieron en la etapa de aumento de la tasa de natalidad posterior a
la Segunda Guerra Mundial –periodo de 1946 a 1950–, que hacia la primera década del nuevo
siglo están alcanzando masivamente la edad jubilatoria: en promedio, 60 a 65 años.
(54) BANCO MUNDIAL. Obra citada. Este modelo fue reformulado en el 2001 y 2005, para
incluir el “Pilar Cero” (régimen solidario obligatorio, no contributivo).

36
Sistema Nacional de Pensiones

1. Hacia una definición del concepto “pensión”

A diferencia del concepto “seguridad social”, que –como hemos visto– ad-
mite una variedad de definiciones, difícilmente encontraremos un autor que ex-
plique el concepto “pensión”(55), o nos precise los elementos que lo conforman,
pues la mayoría tan solo se limita al estudio individualizado de sus modalidades:
cesantía, jubilación, invalidez, etc.
Para quien suscribe(56), la pensión es –independientemente de la contingencia
que la origine (enfermedad, accidente, vejez, muerte, etc.)– una suma dineraria,
generalmente vitalicia(57), que sustituirá los ingresos percibidos por una persona,
cuando se presente un estado de necesidad, permanente o transitoria(58), permi-
tiéndole cubrir sus necesidades básicas, y se otorgará siempre que ésta cumpla
todos los requisitos previstos legalmente.
En la medida que no existe una fórmula única o perfecta que resulte aplica-
ble a todos los ordenamientos legales del mundo, los aspectos relativos a la regu-
lación específica de los requisitos y particularidades de las pensiones deben ser
evaluados tomando en cuenta las características demográficas, sociales, económi-
cas y políticas de cada país.
Finalmente, en la medida que a partir de un fallo del Tribunal Constitucional,
emitido al resolverse el proceso de inconstitucionalidad iniciado contra las leyes
que aprobaron la reforma constitucional previsional del 2004, se han determinado
los elementos que forman tanto el contenido esencial como el contenido constitu-
cionalmente protegido del derecho fundamental a la pensión, será necesario darle
una mirada a ambos conceptos para verificar su relación con el SNP.

2. El contenido esencial del derecho a la pensión

En la doctrina constitucional se acepta que los derechos fundamentales no


son absolutos, por tanto, pueden estar sujetos a límites legales, sin embargo, la

(55) Desde una perspectiva económica, Valdés la define como “un monto relativamente constante
de dinero pagado periódicamente (mensualmente), que se inicia cuando el causante tiene una
edad relativamente avanzada o cuando queda inválido o muere, y continúa hasta la muerte
del causante y sus beneficiarios”. VALDÉS PRIETO, Salvador. Ob. cit., p. 24.
(56) ABANTO REVILLA, César. El contenido esencial y el contenido constitucionalmente pro-
tegido del derecho fundamental a la pensión, pp. 416-417.
(57) Existen supuestos en que la pensión tiene carácter temporal, como la cesantía por disponibi-
lidad, prevista por el Decreto Ley Nº 19846, Ley de Pensiones Militar Policial.
(58) Por ejemplo, la caducidad de la pensión de invalidez, por recuperar la capacidad física o
mental, regulado por el literal a del artículo 33 del Decreto Ley Nº 19990.

37
César Abanto Revilla

facultad del legislador de restringir estos derechos tiene como barrera infranquea-
ble al “contenido esencial”.
La garantía del contenido esencial, que para la mayoría de autores tiene su
origen en Alemania, en la Ley Fundamental de Bonn de 1949, alude a la limi-
tación que tendrá el legislador ordinario –incluso el constituyente–, al elaborar
normas referidas a derechos fundamentales, de no poder afectar el núcleo de
los elementos mínimos que identifican a un derecho, sin los cuales perdería su
identidad.
El contenido esencial de cada derecho fundamental deberá ser determinado
–caso por caso– por el Tribunal Constitucional. Dicha labor conllevará a un análi-
sis de su origen y sustento constitucional, como de su desarrollo legislativo, doc-
trinario y jurisprudencial, a lo largo del tiempo.
Si bien en el Perú la Constitución de 1993 no hace referencia expresa a la ga-
rantía del contenido esencial, el Tribunal Constitucional ha recurrido a dicha téc-
nica –en algunas ocasiones– para evaluar la constitucionalidad de determinadas
leyes, como se aprecia en el fundamento 11 del fallo recaído en el Expediente
Nº 01593-2003-HC/TC(59), en el cual se declaró textualmente lo siguiente:
11. (…) aunque la Constitución de 1993 no tenga una cláusula semejan-
te a la que existe en los ordenamientos de España o Alemania, por man-
dato de las cuales se exige al legislador que respete el contenido esencial
de los derechos, es claro que se trata de un límite implícito, derivado de
la naturaleza constituida de la función legislativa (…).
En ese sentido, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre el conte-
nido esencial de algunos derechos fundamentales(60) y, en el caso de la pensión,
en el fundamento 107 de la sentencia recaída en el citado Expediente Nº 00050-
2004-AI/TC ha establecido que su contenido esencial está compuesto por tres
elementos, a saber:

(59) Publicado en el diario oficial El Peruano el 30 de enero de 2004.


(60) Por ejemplo: Expediente Nº 01124-2001-AA/TC, proceso de amparo seguido por la Federa-
ción y el Sindicato de Trabajadores de Telefónica del Perú contra Telefónica del Perú S.A.A.,
al determinar el contenido esencial del derecho a la libertad sindical; Expediente Nº 00010-
2001-AI/TC, acción de inconstitucionalidad formulada por el Defensor del Pueblo contra la
Ordenanza Nº 290 de la Municipalidad de Lima, para evaluar al derecho a la pluralidad de
instancia como un elemento del contenido esencial del derecho al debido proceso adminis-
trativo; Expediente Nº 00004-2004-AI/TC (acumulados), acción de inconstitucionalidad
planteada por el Colegio de Abogados de Cusco y otros contra los Decretos Legislativos
Nº 939, Nº 947 y la Ley Nº 28194, para establecer los componentes del contenido esencial
del derecho a la libertad contractual y descartar el derecho al secreto bancario como parte
integrante del contenido esencial del derecho a la intimidad personal.

38
Sistema Nacional de Pensiones

a) El derecho de acceso a una pensión.


b) El derecho a no ser privado arbitrariamente de la pensión.
c) El derecho a una pensión mínima vital.
Estos tres elementos constituyen el “núcleo duro” del derecho fundamental
a la pensión, por tanto, el legislador no podrá emitir norma alguna que limite su
correcto ejercicio.
Cabe precisar que en los fundamentos 107 y 108 del fallo, el Tribunal Cons-
titucional reconoce la existencia de otros elementos que también formarían parte
del derecho a la pensión, agrupándolos de manera complementaria en: no esen-
ciales (reajustes y topes) y adicionales (pensiones de sobrevivientes). Estos sí
podrán ser revisados y regulados por el legislador para su libre configuración
normativa.

3. El contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión

Los derechos fundamentales requieren de un instrumento que les brinde tu-


tela ante una vulneración o amenaza inminente de agresión, por ello, el Derecho
Constitucional prevé la jurisdicción constitucional: procesos judiciales ad hoc
mediante los cuales, a través de pretensiones diferenciadas según el derecho pro-
tegido, podrá recurrirse al Poder Judicial para reclamar frente a un derecho afec-
tado: acción de amparo, hábeas corpus, etc.
El contenido constitucionalmente protegido de un derecho fundamen-
tal está constituido por los supuestos que –al derivarse de su contenido esen-
cial– merecen ser tutelados en la sede judicial a través del proceso de amparo
constitucional.
Con esto, se busca restringir el acceso a la vía del amparo constitucional, re-
servándola solo para aquellas pretensiones en que el Derecho Constitucional sea
la esfera subjetiva afectada, mas no para los casos en los cuales se busca prote-
ger derechos legales que, por mas que estén relacionado al derecho en cuestión,
deban ser reclamadas en sede judicial ordinaria (civil, penal, laboral, etc.), al no
derivar directamente del contenido esencial.
En el fallo recaído en el Expediente Nº 01417-2005-PA/TC(61), el Tribunal
Constitucional –tomando como referente los elementos que conforman su conte-
nido esencial– definió el contenido constitucionalmente protegido del derecho a

(61) Publicado en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005. Proceso de amparo seguido
por Manuel Anicama Hernández contra ONP.

39
César Abanto Revilla

pensión, al precisar (fundamento 37) los reclamos que podrían ser planteados a
través del proceso de amparo:
a) Los supuestos en que, habiendo la persona cumplido los requisitos lega-
les para iniciar el periodo de aporte al SNP(62), se deniegue el acceso a la
seguridad social.
b) Los supuestos en los que se deniegue a una persona el reconocimiento
de una pensión de cesantía, jubilación o invalidez, pese a haber cumpli-
do los requisitos legales para obtenerla (edad, años de aportación, etc.).
c) Los supuestos en que la pretensión esté relacionada con el monto espe-
cífico de la pensión, del sistema previsional público o privado, cuando
esté comprometido el derecho al mínimo vital(63).
d) Los supuestos en los que se deniegue a una persona el reconocimien-
to de una pensión de sobrevivencia (viudez, orfandad o ascendiente)(64),
pese a haber cumplido los requisitos legales para obtenerla.
e) Los supuestos en que se afecte el derecho a la igualdad, cuando ante
la ausencia de bases razonables, proporcionales y objetivas, se brinde
un tratamiento disímil –en el libre acceso a prestaciones pensionarias–
a personas que se encuentren en situación idéntica o sustancialmente
análoga.
Los reclamos pensionarios que no estén relacionados con dichos supuestos
tendrán que ser formulados en la vía judicial ordinaria, que de acuerdo al funda-
mento 51 del fallo mencionado será el proceso contencioso-administrativo.

(62) Este supuesto aludió inicialmente solo al SNP, pues en el Expediente Nº 00050-2004-AI/TC
se precisó (fundamento 140) que el SPP no formaba parte de la seguridad social, sin embargo,
en un fallo posterior (Expediente Nº 01776-2004-AA/TC, fundamentos 6, 20 y 21), el Tribunal
amplió dicho criterio e incluyó al SPP dentro del ámbito de la seguridad social, para habilitar
su cambio de postura sobre la desafiliación de las AFP.
(63) Tomando como referente objetivo el monto más alto de la pensión mínima (S/. 415.00), fi-
jado por la Ley Nº 27617, podrán acudir a la vía judicial del amparo constitucional aquellas
personas cuya pensión sea menor a dicho monto. Quienes perciban un monto igual o mayor
deberán recurrir a la vía judicial ordinaria, a menos que, por las objetivas circunstancias del
caso, resulte urgente su solución en vía constitucional para evitar consecuencias irreparables,
por ejemplo: los supuestos acreditados de graves estados de salud. En esta excepción se incluyó
posteriormente a las personas de edad avanzada: 80 años o más.
(64) De acuerdo al propio Tribunal, las pensiones de sobrevivencia no formarían parte del contenido
esencial del derecho a la pensión, sino de su contenido adicional, por tanto, no deberían ser
parte del listado de reclamos incluidos en su contenido constitucionalmente protegido. Cree-
mos que el acceso a la tutela en la sede constitucional del amparo obedece a la necesidad de
brindarles una protección urgente a los derechohabientes, en la presunción que la prestación
del causante sería, posiblemente, el principal –sino el único– ingreso familiar.

40
Sistema Nacional de Pensiones

Este fallo redujo la cantidad de demandas en materia pensionaria, interpues-


tas en la vía del amparo, pero no los reclamos judiciales en sí, que representan la
principal carga del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional(65), pues ahora son
formulados masivamente en la vía contencioso-administrativa.

(65) Cerca del 60 %, según las Memorias Institucionales del 2011 y 2012. Cabe recordar que
con la antigua Ley de Hábeas Corpus y Amparo (Ley Nº 23506) la mayoría de litigantes
recurrían al Poder Judicial a través de procesos constitucionales, por celeridad y restringido
cotejo probatorio, pese a que debían formular sus reclamos en las vías ordinarias. La causal de
improcedencia del inciso 1 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional (Ley Nº 28237)
pretende reducir este fenómeno (amparización), pero para ello se requiere que el Tribunal
Constitucional delimite el contenido esencial y el contenido constitucionalmente protegido
de cada derecho fundamental.

41
CAPÍTULO II
El origen del Sistema Nacional de Pensiones

Las modalidades de aseguramiento


y la problemática del reconocimiento
de los aportes previsionales
El origen del Sistema Nacional de Pensiones

Las modalidades de aseguramiento


y la problemática del reconocimiento
de los aportes previsionales

I. EL ORIGEN DEL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES

1. Los inicios: Seguro social de los obreros (1936)

Como ya hemos señalado en el primer capítulo de este libro, al estudiar el


principio de universalidad, en el Perú se ha transitado –en materia de pensiones–
desde una protección restringida –solo para servidores públicos, en 1850– hacia
una seguridad social incipiente –con un régimen no contributivo gradual, en el
2011–, pero la mayor parte de la historia previsional republicana se ha desarrolla-
do bajo el modelo del seguro social.
Si bien a inicios del siglo pasado, las Leyes Nº 1378 y Nº 4916 regularon
mecanismos de protección frente a determinados riesgos laborales, cuya atención
fuera asignada a los propios empleadores, con resultados –por decir lo menos–
cuestionables, la concepción de un régimen de pensiones al estilo de Bismarck
(seguro social) recién se produjo el 12 de agosto de 1936, al promulgarse la Ley
Nº 8433, que creó el Seguro Social Obrero.
Esta norma, que se dictó durante el gobierno del General Óscar R. Bena-
vides, con base en el proyecto elaborado por Edgardo Rebagliati(66), creaba un
seguro obligatorio para todos los obreros cuyo salario anual no excediera los
S/. 3,000.00 Soles Oro al año, para los aprendices –aunque no recibieran sueldo–,

(66) ALCÁNTARA, Elsa. La seguridad social en el Perú, p. 8.

45
César Abanto Revilla

para los trabajadores a domicilio (domésticos) y para los independientes(67), cu-


briendo los riesgos de enfermedad, maternidad, vejez, invalidez y muerte, a tra-
vés de la –también creada– Caja Nacional del Seguro Social.
Para Rendón(68), la norma no incluyó a los empleados para no juntarlos con
los obreros, a quienes consideraban un estrato social inferior, y fue dictada –junto
a las Leyes Nº 8435(69) y Nº 8439(70)– con un efecto propagandístico, para favore-
cer a los candidatos del gobierno (Jorge Prado y Manuel Villarán), sin embargo,
al comprobar que la ventaja la tenía Luis Eguiguren, candidato del APRA y del
partido Socialdemócrata, Benavides dispuso que el Congreso Constituyente anu-
le las elecciones. En cumplimiento de esta orden, se aprobó la Ley Nº 8463, que
prorrogó su mandato –como presidente– por tres años más.
Como indica Tesch(71), una de las omisiones de la norma era que no definía
la categoría de “obrero”, que debía realizarse excluyendo a aquellos comprendi-
dos en la Ley Nº 4916 y sus ampliatorias. Dicho autor considera que este con-
cepto comprende a los trabajadores en cuya labor predomina la actividad ma-
nual, mientras que “empleados” son aquellos en cuya labor predomina el carácter
intelectual.
El régimen se financiaba con un aporte tripartito mensual, dividido entre el
trabajador, el empleador y el Estado, que varió en el tiempo de acuerdo al siguien-
te cuadro:
Ley Nº 8433 Ley Nº 8509 Ley Nº 11321
Aportante
(1936) (1937) (1950)

Trabajador 2.5% 1.5% 3%

Empleador 4.5% 3.5% 6%

Estado 1% 1% 2%

Total 8% 6% 11%

(67) Los trabajadores domésticos y los independientes fueron excluidos posteriormente –23 de
febrero de 1937– por la Ley Nº 8509, dejándoles la posibilidad que se aseguren facultativa-
mente. Los trabajadores domésticos fueron incluidos nuevamente como asegurados obligatorios
mediante el Decreto Supremo Nº 002-70-TR, del 10 de marzo de 1970.
(68) RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit., pp. 64-65.
(69) Que extendió el régimen de cesantía, jubilación y montepío a todos los funcionarios, empleados
y profesionales de la Administración Pública.
(70) Que dispuso que las empresas con un capital mayor a S/. 500,000.00 Soles Oro pagarían como
indemnización a sus empleados –por tiempo de servicios– un sueldo por año laborado, y, a
sus obreros, 15 días por cada año de servicios.
(71) TESCH, Wálter. Política social del Estado: La seguridad social en el Perú, pp. 8-9.

46
Sistema Nacional de Pensiones

Los aportes se realizaban tomando como referente la remuneración del tra-


bajador y se acreditaban con timbres (estampillas) del Seguro Social que eran co-
locados en la Libreta de Cotización que tenía cada asegurado.
La pensión de vejez se otorgaba a los asegurados con 60 años de edad y un
mínimo de 1,040 imposiciones semanales (20 años). En este caso, el monto de
la prestación sería el 40 % del salario promedio de los últimos cinco años, con
aumentos del 2 % por cónyuge y cada hijo. De haber ingresado al seguro con 40
–o más– años de edad, se reconocía una pensión reducida, proporcional al perio-
do de sus aportes, pero, si al llegar a los 60 años el asegurado no tenía como mí-
nimo 260 imposiciones semanales (5 años), no accedía a pensión alguna, pero se
le devolvían sus aportes, con un interés anual del 5 %(72).
Cabe indicar, como veremos más adelante, que si bien la Primera y Cuarta
Disposiciones Transitorias de la citada ley preveían una aplicación casi inmedia-
ta de la norma, en la práctica, la implementación del nuevo régimen no se ma-
terializó en los plazos fijados, sino en fechas posteriores específicas, que fueron
compiladas por el IPSS en la Tabla de Referencia de Inicio de Aportaciones por
Zonas(73).
Casi un cuarto de siglo después, el 21 de abril de 1961, fue promulgada la Ley
Nº 13640, que creó el Fondo de Jubilación Obrera, introduciendo diversas mo-
dificaciones en el régimen existente, dentro de las cuales destacan las siguientes:
• Para acceder a la pensión de vejez se exigía 60 años de edad y 30 de
aportación(74).
• Se fijó como tope máximo el equivalente al cuádruple de la remunera-
ción mínima.
• Se regularon pensiones de sobrevivencia(75) para la viuda e hijos
(orfandad).
Dicha reforma no introdujo variaciones en la pensión de invalidez, que se
otorgaba al asegurado con un mínimo de 200 imposiciones semanales, pero no

(72) DESCO. La jubilación en el Perú, p. 20.


(73) Por ejemplo: La Oroya, 10 de junio de 1953, Cerro de Pasco, 10 de marzo de 1958, Casapalca,
25 de junio de 1961, Cajamarca, 24 de agosto de 1964, Huancayo, 26 de octubre de 1964, etc.
(74) Si al llegar a los 60 años no se contaba con 1560 contribuciones se podía postergar el retiro
hasta alcanzar los 65 años y aumentar los aportes o, alternativamente, acceder a una pensión
de vejez proporcional: 1/30 ava parte de la pensión mensual por cada 52 contribuciones
realizadas.
(75) La Ley Nº 8433 solo preveía los beneficios de Asignación de sepelio y Capital de defunción.

47
César Abanto Revilla

menos de 100 en los cuatro años anteriores a la declaración de incapacidad(76).


El monto de dicha prestación era el equivalente al 40 % del salario medio de los
dos últimos años, que se aumentaba en 2 % por cada 100 imposiciones, hasta un
máximo de 60 % del citado referente.
Para acceder a la pensión de viudez se exigía un requisito temporal: que en-
tre el deceso (del asegurado o pensionista) y el matrimonio, hubieran transcurri-
do –cuando menos– un año, plazo que no era exigible si tenían hijos en común, la
cónyuge estaba embarazada, o el fallecimiento era por causa accidental.
La pensión de orfandad se otorgaba a los hijos –legítimos o ilegítimos(77)–
menores de 18 años de edad, y a los mayores con incapacidad física o mental.

2. El desarrollo: Seguro social de los empleados (1961)

La protección de los empleados particulares –frente a la vejez– se inició el


10 de julio de 1946, cuando fue promulgada la Ley Nº 10624, que estableció en
su artículo único el derecho al pago –por cuenta del empleador– de una pensión
de jubilación, equivalente a un sueldo íntegro, para los empleados con 40 años
de servicio en entidades bancarias, comerciales, industriales, agrícolas y mine-
ras, con capital mayor a dos millones de Soles Oro(78). Tal medida excluía implí-
citamente a la mayoría de empleados, que trabajaban en pequeñas y medianas
empresas(79).
Posteriormente, el Decreto Ley Nº 11013(80) y las Leyes Nº 15114(81) y
Nº 15542(82) lograron reducir los años de servicios exigidos para acceder a dicha
jubilación, quedando en 25 para el hombre y 20 para la mujer.
En la medida que el derecho a la pensión –por cuenta del empleador– se ori-
ginaba en un contrato de trabajo, la terminación del vínculo laboral conllevaba a
la pérdida del tiempo de servicios acumulados, y ya que en esa época regía el des-
pido sin causa justificada –era suficiente un aviso del empleador con 90 días de

(76) No incluía a los estados de invalidez derivados de accidentes de trabajo y enfermedades


laborales que se encontraban cubiertos por la Ley Nº 1378.
(77) Léase, matrimoniales o extramatrimoniales.
(78) Los beneficiarios de la norma fueron los empleados del comercio que estaban comprendidos en
la clasificación prevista en el Reglamento de la Ley Nº 4916, aprobado por resolución suprema
s/n del 22 de junio de 1928, como señala: LÓPEZ TRIGOSO, Edwin. El régimen pensionario
de los empleados particulares y los pronunciamientos del Tribunal Constitucional, p. 285.
(79) ALCÁNTARA, Elsa. Ob. cit., p. 9.
(80) Promulgado el 6 de junio de 1949.
(81) Promulgada el 7 de setiembre de 1964.
(82) Promulgada el 29 de abril de 1965.

48
Sistema Nacional de Pensiones

anticipación–, fueron muchos los casos de trabajadores cesados antes de alcanzar


dicho mínimo, razón por la cual, el Ministerio de Trabajo emitió un Decreto Su-
premo s/n el 4 de noviembre de 1958, precisando que no sería reconocida la res-
cisión de contratos de trabajo de empleados con 20 o más años de servicios, si no
existía una justificación válida debidamente comprobada.
Con relación a este tema, como justificación de la desconfianza de los traba-
jadores en el SPP, Gordillo(83) nos recuerda que la historia laboral del país regis-
tra que algunas de las empresas que se caracterizaron por conculcar los derechos
jubilatorios de sus propios trabajadores –en obvia alusión a la Ley Nº 10624–, se
han convertido hoy en accionistas importantes de las principales AFP.
Paralelamente, el 25 de febrero de 1947 fue creado –por Ley Nº 10807– el
Seguro Social del Empleado Público y Particular, nombrándose una comisión en-
cargada de elaborar el proyecto de ley orgánica correspondiente, sin embargo, no
cumplió su objetivo, pues –en palabras de Rendón(84)– existió oposición por par-
te de los médicos, que consideraban que su clientela se reduciría. Esto llevó a la
formación de la Federación Médica Peruana.
El 19 de noviembre de 1948, luego del golpe de Estado del General Manuel
Odría, se dictó el Decreto Legislativo Nº 13, que dispuso la creación del Seguro
Social Obligatorio del Empleado, que, complementado por los Decretos Leyes
Nº 10902(85) y Nº 10941(86), puso en funcionamiento dicho régimen, pero limitan-
do sus labores a las atenciones de orden sanitario (médico), maternidad y benefi-
cios específicos en caso de muerte.
Si bien el 18 de noviembre de 1961 se promulgó la Ley Nº 13724, que
(re)creó el Seguro Social del Empleado, asumiendo los riesgos de enfermedad,
maternidad, invalidez, vejez y muerte, constituyendo las Cajas de Enfermedad
Maternidad y de Pensiones, esta última recién entró en funcionamiento el 1 de
octubre de 1962, de acuerdo a lo establecido en el artículo IV de las Disposicio-
nes Generales del Estatuto de la citada Caja de Pensiones, aprobado por Decreto
Supremo s/n del 11 de julio de 1962 –emitido al amparo de la Ley Nº 14069–, por
tanto, los aportes para pensiones de los empleados recién se computarían desde la
fecha señalada, como fuera avalado por el Tribunal Constitucional(87).

(83) GORDILLO TORDOYA, Eduardo. Apuntes sobre los argumentos a favor de la privatización:
Los grandes engaños colectivos, p. 98.
(84) RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit., p. 67.
(85) Promulgado el 7 de diciembre de 1948.
(86) Promulgado el 1 de enero de 1949.
(87) Por todos, el Expediente Nº 05299-2009-PA/TC, proceso de amparo seguido por Felipe
Guerrero Adrianzén contra ONP, publicado en su página web el 10 de agosto de 2010.

49
César Abanto Revilla

Las prestaciones reconocidas bajo dicho régimen tenían las siguientes


características:
• Pensión de invalidez, se otorgaba al asegurado que –a consecuencia de
un accidente o enfermedad– no podía percibir más de la tercera parte del
sueldo de otro empleado de la misma categoría, siempre que tuviera un
mínimo de 36 meses de cotizaciones.
• Pensión de vejez, se reconocía al asegurado que cumplía 60 o 55 años de
edad(88), según fuese hombre o mujer, que tuviera –cuando menos– 180
cotizaciones (15 años). Era incompatible con la realización de otro em-
pleo lucrativo, y se abonaba hasta un tope equivalente al 80 % del sueldo
máximo asegurable (S/. 12,000.00 Soles Oro).
• Pensión de sobrevivientes, que se otorgaba al fallecer un pensionis-
ta o asegurado –con derecho a pensión– a favor del cónyuge (viudez)
e hijos (orfandad), menores de 18 años y mayores de edad, inválidos
o que cursaran estudios técnicos o superiores, pero solo hasta los 21
años.
Cabe precisar, que la Ley Nº 13724 no modificó ni derogó a la Ley Nº 10624,
situación que originó –en ciertos casos– la percepción de dos prestaciones pen-
sionarias paralelas, una a cargo del Seguro Social del Empleado y otra por cuenta
del empleador, quien tuvo que asumir el pago de la pensión directa y, a la vez, la
contribución al régimen estatal.
Para tratar de regularizar dicha situación, el 29 de noviembre de 1969 fue
promulgado el Decreto Ley Nº 17262, norma que creó el Fondo Especial de Ju-
bilación de Empleados Particulares (Fejep), con la finalidad que el Seguro Social
del Empleado acogiera a los trabajadores comprendidos por la Ley Nº 10624(89),
entre otras razones, para protegerlos frente el incumplimiento sistemático de al-
gunos empleadores.
Este régimen previsional –paralelo al de la Ley Nº 13724– quedó derogado
con la dación del Decreto Ley Nº 19990, que preveía supuestos de opción respec-
to al nuevo sistema(90), que –a nuestro entender– perdieron eficacia a partir del 26
de diciembre de 1979, al entrar en rigor el Decreto Ley Nº 22847, que dispuso

(88) El empleado podía seguir trabajando –y aportando– hasta los 65 años de edad, correspondién-
dole una pensión que se incrementaría 2 % por cada año adicional de cotización.
(89) Para ampliar sobre este régimen, ver: HEREDIA MENDOZA, Pilar. Sobre el régimen del
Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares, pp. 47-58.
(90) Como consta en su Décimo Primera Disposición Transitoria.

50
Sistema Nacional de Pensiones

que los pensionistas del Fejep pasarían al SNP al cumplir 60 o 55 años de edad,
según se tratase de hombres o mujeres(91).
Dejamos constancia que –como indica Alcántara(92)– estos regímenes coexis-
tían con otros de carácter especial, que comprendían a grupos laborales especí-
ficos, como la Caja de Asistencia Social de los vendedores callejeros de diarios,
revistas y billetes de lotería(93), la Caja de Beneficios Sociales de las empresas
eléctricas(94), el Fondo de Previsión Social de los servidores del Jockey Club del
Perú(95), la Caja de Beneficios y Seguridad Social del pescador(96), el Fondo de Re-
tiro del chofer profesional independiente(97), entre otros.

3. La unificación: Sistema Nacional de Pensiones (1973)

Como se aprecia, existía una regulación normativa diferenciada –en materia


pensionaria– entre los trabajadores particulares obreros y empleados, que carecía
de sustento alguno, a la luz del principio de igualdad, razón por la cual, resultaba
indispensable que fueran integrados en un solo cuerpo legal ambos ordenamien-
tos jurídicos.
Dentro del proceso de reforma estructural económica y social dispuesta por
el Gobierno Revolucionario del General Juan Velasco Alvarado, tras el golpe mi-
litar del 3 de octubre de 1968, se propuso –entre otros aspectos– unificar progre-
sivamente a las instituciones de la seguridad social, como consta en los numerales
22.b.2 y 22.c.6 y 7 del Plan “Inca”(98).
En tal sentido, se nombraron comisiones reorganizadoras de la Caja Nacio-
nal del Seguro Social y del Seguro Social del Empleado, creando posteriormen-
te un Consejo Directivo Único para ambas entidades, formándose así una nueva

(91) Esta norma fue promulgada el 26 de diciembre de 1979, sin embargo, la vigencia del Fejep fue
reestablecida el 4 de junio de 1985 por la Ley Nº 24245, que introdujo además una variación
a la fórmula de cálculo de la pensión. Si bien dicha ley fue derogada el 14 de mayo de 1988,
originó un periodo de tiempo en el cual algunos trabajadores se beneficiaron con una pensión
–a cargo del empleador– equivalente a ocho RMV, como consta del fallo recaído en el Expe-
diente Nº 09606-2005-PA/TC, proceso de amparo seguido por Eugenio Ibáñez Incháustegui
contra Interbank, publicado en el diario oficial El Peruano el 26 de noviembre de 2006.
(92) ALCÁNTARA, Elsa. Ob. cit., pp. 23-27.
(93) Ley Nº 10674, promulgada el 5 de octubre de 1946.
(94) Ley Nº 10772, promulgada el 9 de octubre de 1946.
(95) Ley Nº 15224, promulgada el 23 de noviembre de 1964.
(96) Decreto Supremo Nº 01, promulgado el 22 de enero de 1965.
(97) Ley Nº 16124, promulgada el 6 de mayo de 1966.
(98) Como consta en el “Plan Nacional de Desarrollo 1971-1975”, aprobado por el Decreto Supremo
Nº 015-71-PM, del 28 de mayo de 1971.

51
César Abanto Revilla

institución –el Seguro Social del Perú–, a la vez que se proyectaba un sistema in-
tegrado para atender las prestaciones de vejez, invalidez y supervivencia(99).
En este escenario, el 24 de abril de 1973 es promulgado el Decreto Ley
Nº 19990, por el cual se creó el SNP, luego modificado –atendiendo a los recla-
mos de las organizaciones sindicales– por la Ley Nº 20604, y complementado por
el Decreto Ley Nº 20808(100), que estableció un sistema de pago único de aporta-
ciones y cuentas corrientes, tanto para los trabajadores (asegurados) como para
los empleadores.
La norma fue reglamentada por el Decreto Supremo Nº 011-74-TR(101), y,
ante los diversos cambios introducidos al esquema original, el Poder Ejecutivo
aprobó la publicación de un Texto Único Concordado, contenido en el Decreto
Supremo Nº 014-74-TR(102).
El SNP estuvo inicialmente a cargo del Seguro Social del Perú, hasta el 28 de
diciembre de 1987, que fue creado el IPSS (Ley Nº 24786), entidad que asumió la
administración de las prestaciones de salud y pensiones hasta el 19 de diciembre
de 1992 –formalmente, hasta el 31 de mayo de 1994(103)–, en que a la ONP se le
asignó dicho régimen, reservando para su antecesora únicamente la atención de
las prestaciones médicas.
A diferencia del Seguro Social del Perú y el IPSS –EsSalud, desde 1999(104)–,
entidades que estaban vinculadas a los Ministerios de Trabajo y de Salud, la ONP
es una institución pública descentralizada del Sector Economía y Finanzas, lo
que –a nuestro entender– nos demuestra no solo la importancia que el Estado le
asigna a un manejo ordenado de las prestaciones pensionarias, sino que ratifica el
nexo inescindible entre lo previsional y la sostenibilidad financiera, al tratarse de
un derecho económico, social y cultural.
En el SNP se regulan tres prestaciones pensionarias, a saber:
• Invalidez, frente a supuestos de incapacidad física o mental del asegura-
do, declarada por una Comisión Médica.

(99) Sobre el particular, ver los Decretos Supremos Nº 005-70-TR y Nº 008-72-TR, y los Decretos
Leyes Nº 18830, Nº 19515 y Nº 20212.
(100) Promulgado el 26 de noviembre de 1974.
(101) Promulgado el 31 de julio de 1974.
(102) Promulgado el 7 de agosto de 1974. Como precisa Rendón, los cálculos matemáticos-actuariales
de sustento del SNP fueron realizados por José Gómez Sánchez, y verificados por los actua-
rios –consultores de la OIT–, Antonio Zelenka y Peter Tullen. RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge.
Ob. cit., p. 269.
(103) Por mandato de la Ley Nº 26323.
(104) Ley Nº 27056, publicada en el diario oficial El Peruano el 30 de enero de 1999.

52
Sistema Nacional de Pensiones

• Jubilación, ante la vejez del asegurado, siempre que acredite –además–


un mínimo de años de aportación, que varían según la modalidad.
• Sobrevivientes, a favor de determinados familiares del pensionista o
asegurado –con derecho a pensión– que fallece. Pueden ser de viudez,
orfandad o ascendientes.
El régimen financiero del SNP –de acuerdo al artículo 19– operaría con base
en el sistema de prima escalonada, que –según Fajardo(105)– es una solución inter-
media entre el reparto y la capitalización, que implica una actualización periódi-
ca del porcentaje de aportación o del monto de la remuneración imponible, y la
formación de reservas previsionales, sin embargo, como anota Bernal(106), la falta
de adecuación y ajustes requeridos a consecuencia –entre otros– de los cambios
demográficos, originó que deviniera deficitario, además de convertirlo en un sis-
tema de reparto simple(107).
Como hemos mencionado anteriormente, a dicha situación debe sumarse la
inadecuada política en el manejo de las inversiones de los fondos del SNP(108), la
hiperinflación –de finales de los ochenta–, el cambio sucesivo de moneda nacio-
nal –y su pérdida de valor–, el desempleo y la informalidad laboral, el incremen-
to de la morosidad en el pago de los aportes por parte de los empleadores(109), el
hecho que los fondos fueran utilizados por los gobiernos de turno para financiar
proyectos ajenos al tema previsional, y la creación del SPP, que derivó en el tras-
lado masivo de sus asegurados hacia el nuevo sistema.
Si bien el artículo 6 precisa que constituyen fuentes de financiamiento del
SNP, además de las aportaciones de los asegurados, las multas por infracciones,
el rendimiento de sus inversiones, los intereses de sus reservas y las donaciones

(105) FAJARDO CRIVILLERO, Manuel. Ob. cit., pp. 147-148.


(106) BERNAL, Noelia (et ál). Ob. cit., p. 30. Dichos autores toman de referencia lo expuesto en
el numeral 5.1 del acápite I del Informe Final de la Comisión Especial creada por el Decreto
Supremo Nº 003-2001-TR, para estudiar la situación de los regímenes pensionarios de los
Decretos Leyes Nº 19990, Nº 20530 y otros a cargo del Estado.
(107) Si deja de reajustarse la tasa de aporte, llega un momento en que se produce una situación
en que los ingresos se equiparan a los egresos, rompiéndose el esquema de capitalización,
al desaparecer los excedentes previstos. GORDILLO TORDOYA, Eduardo. Ob. cit., p. 100.
(108) Para el periodo 1981-1988, el Perú registró la rentabilidad real más baja del mundo (-37.4 %),
en cuanto a las inversiones de su plan público de pensiones, como consta en: BANCO MUN-
DIAL. Ob. cit., p. 110 (Gráfico 3.7).
(109) Dentro de los cuales, el Estado figuraba como uno de los principales deudores. El 15 de enero
de 1999, se publicó en el diario oficial El Peruano el Decreto de Urgencia Nº 067-98, norma
que aprobó la valorización del saldo de la reserva del SNP, precisando en su sexto considerando
que, por el periodo de enero 1988 hasta diciembre 1996, los organismos del Sector Público
tenían una deuda pendiente –por pago de aportaciones– ascendente a S/. 551’337,115.87.

53
César Abanto Revilla

que reciba, tratándose de un régimen sujeto –en la práctica– al modelo de repar-


to, las cotizaciones deberían ser la base principal de su sustento económico, pero
–como veremos más adelante– para acceder a la pensión basta con que el traba-
jador acredite haber laborado, independientemente de si su empleador efectuó –o
no– el pago de la cotización correspondiente (ver: artículo 70).
En la actualidad, el SNP tiene registrados 1’395,511 asegurados (aportan-
tes), 474,797 pensionistas y un Fondo Consolidado de Reservas Previsionales
de US$ 4,054 millones(110), lo cual nos muestra la importancia que en el plano
económico, social y jurídico representa dicho régimen, sin embargo, existe aún
un elevado índice de morosidad –aporte retenido por el empleador a sus traba-
jadores, pero que no es pagado al sistema–, a pesar de que la recaudación se en-
cuentra desde 1999 a cargo de la Sunat(111), lo cual origina que el tesoro público
tenga que asumir (subsidiar) –mes a mes– una parte del pago de su planilla de
pensiones.

II. LAS MODALIDADES DE ASEGURAMIENTO

El SNP es un seguro social, por tanto, para ser beneficiario de sus presta-
ciones resulta indispensable que el trabajador se registre en dicho régimen como
asegurado.
Dependiendo de la naturaleza de la prestación que desarrolla el trabajador,
los artículos 3 y 4 del Decreto Ley Nº 19990 prevén la existencia de tres clases
de asegurados:
a) Obligatorios: trabajadores dependientes, subordinados a un empleador(112).
b) Facultativos: trabajadores que realizan una actividad económica
independiente(113).
c) De continuación facultativa: trabajadores, con un mínimo de 18 me-
ses de aportes, que al momento de cesar –como asegurados obligato-
rios– no reunían aún los años mínimos de cotización para jubilarse, y

(110) Al 31 de diciembre de 2012. <www.onp.gob.pe>.


(111) Ley Nº 27038, promulgada el 30 de diciembre de 1998.
(112) Como señala Cruz, son trabajadores que forman parte del régimen por un mandato o disposición
legal, sin necesidad de su consentimiento. CRUZ GALLO, Guillermo. El Sistema Nacional
de Pensiones, p. 16.
(113) De acuerdo a la definición del artículo 6 del Reglamento.

54
Sistema Nacional de Pensiones

en los seis meses posteriores al último de aportación, se inscriben como


facultativos(114).
En el primer caso, el aporte –porcentaje de la remuneración mensual del ase-
gurado(115)– es descontado y pagado a la ONP –a través de la Sunat (ente recau-
dador)– por el empleador, que actúa como agente de retención, mientras que en
los supuestos facultativos, será el propio trabajador quien realice la declaración y
abono correspondiente.
En el pasado, la Resolución Jefatural Nº 113-98-JEFATURA/ONP(116) apro-
bó el proceso para la inscripción y permanencia en el SNP, cuestionado –entre
otros aspectos– porque señalaba (numerales 3, 12 y 16) que el trabajador tenía
un plazo improrrogable de diez días hábiles –a partir del inicio de labores para su
empleador– para ser registrado, y los pagos realizados por asegurados inscritos
vencido dicho término serían inválidos, por lo que no generarían derecho a pres-
tación alguna(117).
En la actualidad, el registro se sujeta a lo dispuesto por la Ley Nº 28991 (ar-
tículo 16) y el pago se realiza a través del Programa de Declaración Telemática
(PDT).
Con relación a los asegurados facultativos, debe tenerse en cuenta que es
necesario contar con una resolución administrativa que, de conformidad con el
proceso aprobado por la Resolución Jefatural Nº 010-2007-JEFATURA/ONP, re-
gistre su inscripción como tal, y precise el monto y mes a partir del cual podrán
iniciar sus aportaciones(118).
La condición de asegurado facultativo o de continuación facultativa caduca,
según sea el caso, en los siguientes supuestos:
• Dejar de abonar aportaciones correspondientes a doce meses.
• Cesar en su actividad económica independiente.

(114) También se encuentran en dicho supuesto los trabajadores cuya relación laboral se extinguió
por causal no imputable a estos, que hayan contratado una póliza de seguro de protección
al aporte, conforme al artículo 14-A del Reglamento, incorporado por Decreto Supremo
Nº 015-2007-TR.
(115) Decreto Ley Nº 19990, artículo 7.
(116) Publicada en el diario oficial El Peruano el 2 de enero de 1999.
(117) En la sentencia recaída en el Expediente Nº 00002-2001-AA/TC, proceso de amparo seguido
por Roberto Cornejo Marques contra ONP, publicada en el diario oficial El Peruano el 11
de octubre de 2001, el Tribunal Constitucional precisó que dicha disposición atentaba contra
el más elemental sentido de protección de la seguridad social, pues las aportaciones tienen
permanencia intangible en el tiempo de la vida laboral de los trabajadores (fundamento 3).
(118) Conforme al artículo 7 del Reglamento. El aporte se calcula aplicando el 13 % de tasa por-
centual sobre la remuneración declarada, que no puede ser menor a una RMV.

55
César Abanto Revilla

• Obtener la calidad de trabajador dependiente.


• Adquirir el derecho a una pensión de invalidez o jubilación.
• Obtener la calidad de asegurado en el SPP.
Con relación a este tema y a la interpretación que se ha dado, en la ley y ju-
risprudencia, al momento que se inicia el pago de la pensión (contingencia), así
como a la situación de los trabajadores independientes, a partir de la aplicación
de la Ley Nº 29903, realizamos las siguientes observaciones:

1. El momento de pago de la pensión: contingencia (artículo 80)

Se entiende por contingencia, en términos comunes(119), a la posibilidad que


algo suceda o no. En materia previsional, es el hecho futuro que afectará la ca-
pacidad de un individuo (enfermedad, vejez, muerte, etc.), por tanto, requiere de
una cobertura o protección.
En el SNP, se aplica dicho nombre al momento en que se inicia el pago de
la prestación, que –de acuerdo al artículo 80– se produce cuando, teniendo dere-
cho(120) a pensión:
a) El asegurado obligatorio cesa en el trabajo para acogerse a la jubilación.
b) El asegurado facultativo deja de percibir ingresos afectos.
c) El asegurado de continuación facultativa solicita pensión, al no percibir
ingresos por trabajo remunerado.
La contingencia activa el pago de la pensión, pero no es necesariamente un
hecho que coincida con el momento de adquisición del derecho mismo.
En efecto, si para acceder a una pensión jubilatoria un asegurado debe cum-
plir una edad determinada –por ejemplo, 65 años– y acreditar un mínimo de apor-
taciones –20 años–, el derecho lo pudo adquirir en el 2010, pero si decide seguir
laborando tres años más, fecha en la cual deja de laborar –con 68 años de edad
y 23 de aportación–, será en el 2013, no en el 2010, que recién se produciría la
contingencia.
Si bien la Resolución Jefatural Nº 032-96/ONP-JEFATURA señalaba, inter-
pretando el artículo 80, que a efectos de pensionarse en el SNP los requisitos de-
bían cumplirse en el momento de la contingencia, lo que –en la práctica– conllevó

(119) Diccionario de la Real Academia Española (<www.rae.es>).


(120) Ha cumplido a cabalidad los requisitos previstos por ley, dependiendo de la pensión solicitada,
por ejemplo, en la jubilación, la edad y los años de aportación.

56
Sistema Nacional de Pensiones

exigir a los asegurados que a la fecha precisa de cese o al dejar de percibir ingre-
sos afectos estuvieran cotizando, tesis avalada por el Tribunal Constitucional(121)
y algunos autores(122), la Resolución Jefatural Nº 123-2001-JEFATURA/ONP(123)
modificó dicho criterio administrativo.
La citada resolución establece que cuando el asegurado cesa en el trabajo an-
tes de haber cumplido con el requisito de edad establecido por ley para alcanzar
el derecho a pensión de jubilación, la “contingencia” se producirá cuando este
cumpla tal edad, sin necesidad que ello se dé concurrentemente con el requisito
de los años de aportación y/o que deba producirse antes de la fecha de cese(124).
Si bien resulta discutible sostener que un asegurado que ha cumplido los
años de aportes mínimos –pero no la edad– deba seguir cotizando hasta alcanzar-
la, también lo es alegar, ante un régimen previsional estructuralmente desfinan-
ciado, que no deba exigirse dicho aporte, pues –bajo el nuevo criterio– un traba-
jador que empezó a laborar a los 20 años de edad tendría 20 de aportaciones a los
40 años y podría dejar de cotizar durante un cuarto de siglo, apersonándose en ese
momento a la ONP para solicitar se le otorgue la pensión de jubilación que le co-
rresponde. Creemos que debió buscarse una solución intermedia.
Cabe precisar, además, que la interpretación es restrictiva, pues un análisis
literal de esta resolución muestra que alude solo a los supuestos de “cese”, por
tanto, solo comprende a los asegurados obligatorios (trabajadores dependientes),
excluyendo implícitamente a los facultativos y de continuación facultativa, con-
traviniendo el principio de igualdad.

2. La afiliación obligatoria de los trabajadores independientes

Hasta la dación de la Ley Nº 29903(125), la afiliación de los independientes


era voluntaria, lo cual se reflejaba en un porcentaje mínimo de asegurados en di-
cha condición (11 %).
La citada norma prevé la afiliación obligatoria de los independientes meno-
res de 40 años –al 1 de agosto de 2013– con ingresos mayores a una RMV(126)– a

(121) Por todos, el Expediente Nº 00600-2000-AA/TC, proceso de amparo seguido por Néstor
Yumbato Shupingahua, publicado en su página web el 7 de febrero de 2001.
(122) CALDERÓN VERA, Víctor. “Consideraciones para determinación del origen del derecho a
la pensión de jubilación. Evaluación del concepto contingencia”, p. 74.
(123) Publicada en el diario oficial El Peruano el 8 de julio de 2001.
(124) A favor de esta tesis: GORDILLO TORDOYA, Eduardo. Contingencia y jubilación en el
Sistema Nacional de Pensiones, pp. 59-64.
(125) Publicada en el diario oficial El Peruano el 19 de julio de 2012.
(126) Equivalente en la actualidad a S/. 750.00.

57
César Abanto Revilla

un sistema de pensiones, sea el público (SNP) o el privado (SPP). Esta medida


debería generar dos consecuencias positivas:
• Incrementar la cobertura subjetiva, por una mayor cantidad de personas
afiliadas a la seguridad social que podrán gozar en el futuro de una pen-
sión de jubilación, invalidez o sobrevivientes.
• Aumentar la recaudación, pues en este grupo se incluye a profesionales,
técnicos y personas naturales con negocios (empleadores) con ingresos
considerables.
De acuerdo a su texto original, el monto de los ingresos mensuales totales
del asegurado determinaría la aplicación de una tasa de aporte creciente gradual
desde el 2013 hasta el 2016, conforme al siguiente cuadro:
Ingresos de 1 RMV hasta 1 y 1/2 RMV SNP SPP

Desde 01/08/2013 hasta 31/12/2014 7% 5%

Desde 01/01/2015 hasta 31/12/2015 10 % 7%

Desde 01/01/2016 en adelante 13 % 10 %

Quienes percibían más de una y media RMV –S/. 1,125– aportarían desde el
1 de agosto de 2013 la tasa regular de 10 % (SPP) o 13 % (SNP). De optar por el
SPP, a dicho descuento habría que agregar el porcentaje por el pago de la comi-
sión de la AFP y el de la prima del seguro previsional.
Los trabajadores que al 31 de julio de 2013 cumplieron 40 años y quienes
perciben un ingreso mensual total por un monto inferior a una RMV, no están
obligados a afiliarse.
Al momento de aplicar la norma se presentaron reclamos de las agrupacio-
nes políticas y los trabajadores, pues un número considerable de independientes
afrontaría –a partir del mes de agosto– un descuento de hasta el 23 % mensual de
sus ingresos mensuales totales, a lo cual se sumaban problemas operativos que
hasta ese momento no habían tenido: el cambio de recibos de honorarios profe-
sionales, la determinación de las tasas aplicables de acuerdo al monto de sus in-
gresos, la declaración y pago de aportaciones, etc.
Frente a esta presión política y social, el Poder Ejecutivo tuvo que dar mar-
cha atrás en la ejecución de la norma, suspendiendo el pago del aporte(127) –no de
la afiliación– por un año, hasta el 2014, con la implementación de tasas de aporte
creciente gradual:

(127) Ley Nº 30082, publicada en el diario oficial El Peruano el 22 de setiembre de 2013.

58
Sistema Nacional de Pensiones

Periodo SNP SPP

Desde 01/08/2014 hasta 31/07/2015 5% 2.5 %

Desde 01/08/2015 hasta 31/07/2016 7.5 % 5%

Desde 01/08/2016 hasta 31/07/2017 10 % 7.5 %

A partir del 01/08/2017 en adelante 13 % 10 %

La mayoría coincide que es indispensable que el independiente se afilie obli-


gatoriamente a un régimen pensionario, público o privado, pues debe contar con
un fondo previsional que lo proteja no solo en la vejez, sino también ante la inva-
lidez o la muerte. Ninguna medida que en temas de seguridad social se haya so-
metido a la voluntad de las personas ha tenido éxito, pues –por ausencia de cultu-
ra previsional– se prioriza el gasto presente.
Desde nuestra perspectiva, a los independientes se les debería aplicar una
tasa de aporte diferenciado, dependiendo de sus ingresos mensuales totales,
que no sea modificada en el tiempo, por la cual accederían a un porcentaje del
tope de la pensión mínima del SNP (S/. 415.00), dependiendo del monto de su
cotización:
Ingreso total 1-3 RMV 4-6 RMV 7-9 RMV + 10 RMV

Tasa aplicable 6% 7% 8% 10 %

Beneficio 50 % PM 70 % PM 80 % PM 100 % PM

En tanto los independientes perciben ingresos variables, en monto y tiempo,


es razonable que las tasas de aporte sean distintas a las aplicadas a los dependien-
tes, y, por ello, que el beneficio que reciban también sea proporcional a dicha co-
tización menor.
El problema de los independientes, sin embargo, no se agota en la decisión
de afiliarse –o no– a un sistema previsional, pues tiene raíces de carácter social,
económico y jurídico, que lo vinculan a un fenómeno más profundo y complejo,
el de la informalidad.
A efectos de este estudio, consideraremos como independientes, suscepti-
bles de ser sometidos a una afiliación obligatoria previsional, a los siguientes(128):

(128) Algunos autores los clasifican en: profesionales (abogados, arquitectos, etc.), cuenta propia de
oficio (mecánicos, electricistas, etc.) y cuenta propia de subsistencia. LANZILOTTA, Bibiana.
El empleo por cuenta propia y la cobertura de seguridad social en Uruguay, p. 40.

59
César Abanto Revilla

• Trabajadores independientes formales.


• Trabajadores independientes informales.
• Trabajadores dependientes que no están en planillas.
• Empleadores –personas naturales– que no están en planillas.
Si bien dentro de este grupo podría incluirse –en teoría– a quienes laboran en
el comercio ambulatorio, lo más adecuado es excluirlos de dicha obligatoriedad,
pues sus ingresos –irregulares, por naturaleza– no suelen superar la RMV, sin em-
bargo, al ser precisamente quienes necesitan de una mayor protección, el Estado
debería prever mecanismos –tipo regímenes no contributivos o micropensiones–
que les permita acceder a una prestación.
Determinado el ámbito de obligatoriedad hacia los independientes con ingre-
sos medios y altos, más fáciles de fiscalizar por el circuito tributario, habría que
abocarse de manera previa a la reducción de la informalidad, de lo contrario, solo
terminará afiliándose a los independientes formales, que –en la práctica– consti-
tuyen el 50% de los destinatarios de esta medida. Por ello, resulta indispensable
que antes y/o en paralelo a su aplicación, se proceda a un saneamiento del mer-
cado laboral, de lo contrario, el impacto final en la cobertura subjetiva no será
significativo.
Para la implementación de la afiliación obligatoria de los independientes en
el Perú, la Comisión Técnica constituida por la Ley Nº 28991(129), planteó –en el
2007– las siguientes propuestas, que coinciden con las que –en 1999– formuló la
Superintendencia de AFP(130), a saber:
i) Programa de aportaciones diferenciadas. Mediante tasas de aportes es-
calonadas que se incrementarían o reducirían en función de la edad y de
los ingresos.
ii) Beneficios colaterales. Facilitando el acceso a atenciones de salud, para
captar el interés de los informales: podrán crearse uno o más planes o
capas de cobertura, dependiendo del nivel de cotización, pero todos los
afiliados deben tener acceso a una prestación sanitaria.
iii) Facilidades operativas. Orientadas a mejorar el pago del aporte y reducir
los costos de operación y transacción (declaraciones virtuales o pagos
por celular, en especial, en zonas rurales), utilizando un solo formulario
que unifique los aportes de salud y pensiones.

(129) <www.mef.gob.pe/contenidos/documentos/Informe_final_comision_tecnica_Ley28991_pdf>.
(130) SAFP. Ampliación de la cobertura previsional en el SPP: El caso de los trabajadores inde-
pendientes, pp. 87-95.

60
Sistema Nacional de Pensiones

En lo que respecta a la dificultad en la recaudación, podrían evaluarse los me-


canismos aplicados en otros países de la región, como Uruguay(131), donde rigen
tres modalidades de cobro de las contribuciones –régimen general, monotributo y
cajas de previsión para universitarios y notarios–, o como Chile(132), que tiene un
mecanismo gradual de tasas de aportes diferenciados, diferida en el tiempo, que
fue utilizado como referente –en parte– por el Perú al elaborar la Ley Nº 29903.
El compromiso de la reforma es crear conciencia en la población, especial-
mente en los jóvenes, de la necesidad de formar parte de un régimen pensionario
desde el inicio de su vida laboral, pero para ello, resulta fundamental implementar
–a nivel básico y superior– un plan nacional de cultura y educación previsional.
Consideramos que los independientes tendrían la disposición de formalizar-
se y cumplir las disposiciones previsionales, siempre que obtengan condiciones
y plazos especiales, más accesibles, además del reconocimiento a atenciones de
salud con costos más bajos.

III. LA PROBLEMÁTICA DEL RECONOCIMIENTO DE LOS APOR-


TES PREVISIONALES

1. Evolución legislativa de la regulación de los aportes

Las aportaciones, según establece el artículo 7 del Decreto Ley Nº 19990,


constituyen un porcentaje de la remuneración asegurable que percibe el trabaja-
dor(133), y, dentro de la estructura del SNP, representan no solo uno de los requisi-
tos básicos para acceder a una pensión, sino, además, una de sus fuentes princi-
pales de financiamiento.
También son relevantes en el SPP, al ser requeridas para el otorgamiento de
beneficios como el bono de reconocimiento, la pensión mínima y la desafiliación.
Para acceder a alguna de las pensiones reguladas en el SNP, sea invalidez,
jubilación o sobrevivientes(134), es necesario que el asegurado –o causante– cum-
pla los requisitos fijados por ley, dentro de los cuales se incluye necesariamente
la acreditación de una cantidad específica de años de aportación, por tanto, resulta

(131) LANZILOTTA, Bibiana. Ob. cit., pp. 35-83.


(132) CIFUENTES LILLO, Hugo. Afiliación obligatoria de los trabajadores independientes,
pp. 69-81.
(133) Desde el 1 de enero de 1997 la tasa de aporte en el SNP es de 13 % mensual, asumida totalmente
por el asegurado. En el pasado, era pagada entre el empleador (2/3) y el trabajador (1/3).
(134) Pues el goce de tal prestación dependerá del hecho que el asegurado tuviera derecho a pensión.

61
César Abanto Revilla

fundamental analizar el desarrollo legal y jurisprudencial que ha tenido este tema


en las pasadas cuatro décadas.
Como señalamos anteriormente, el texto original del artículo 70(135) indicaba
que para los asegurados obligatorios eran periodos de aportación los meses, se-
manas o días en que hubieran prestado servicios, aun cuando su empleador no hu-
biese efectuado el pago de dichas cotizaciones, por tanto, el trabajador solo tenía
que probar sus labores, sin que se exigiera el aporte efectivo –al fondo del SNP–
de las mismas. Su derecho a una pensión estaba garantizado, independientemente
del pago de sus cotizaciones.
Si bien esta norma fue modificada por la Cuarta Disposición Transitoria Fi-
nal de la Ley Nº 28991, precisándose –en la parte final del segundo párrafo– que
para el otorgamiento del derecho a pensión la ONP debería verificar el apor-
te efectivo, dicho precepto fue dejado sin efecto por el Tribunal Constitucional,
como veremos más adelante.
Para acreditar los periodos de aportación, el artículo 54 del Reglamento es-
tablecía –en el pasado– que se tendría en cuenta cualquiera de los siguientes
documentos:
• La cuenta corriente individual del asegurado,
• Las boletas de pago de remuneraciones, conforme al Decreto Supremo
Nº 015-72-TR(136),
• Los libros de planillas de pago de remuneraciones, y
• Los demás libros y documentos llevados por los empleadores o empre-
sas, y los que presenten el asegurado o sus derechohabientes.
Este precepto fue reformulado por el Decreto Supremo Nº 122-2002-EF(137),
agregándose un párrafo que precisaba –respecto a las empresas que ya no estuvie-
ran operando– que si las planillas de pago estaban en custodia de persona o enti-
dad no autorizada para ello, la ONP no estaba obligada a tener por cierto lo que
en dichos documentos se expresaba.
La acreditación de las aportaciones, sin embargo, se dificultaba por el hecho
que el IPSS no había llevado un manejo adecuado de los documentos de registro

(135) La norma fue modificada por Ley Nº 28991 (Cuarta Disposición Transitoria Final), precisándose
que para el otorgamiento de la pensión debería verificarse el aporte efectivo, sin embargo,
dicho precepto fue soslayado por el Tribunal Constitucional (Expediente Nº 04762-2007-
PA/TC).
(136) Posteriormente, el Decreto Supremo Nº 001-98-TR.
(137) Publicado en el diario oficial El Peruano el 14 de agosto de 2002.

62
Sistema Nacional de Pensiones

de las cotizaciones, lo cual originó un problema paralelo: la falsificación de di-


chos medios de prueba.
En efecto, al trasladarse la administración del SNP –del IPSS a la ONP– se
constató(138) que la Oficina de Registro de Cuentas Individuales Nacional de Em-
pleadores y Asegurados (Orcinea) tenía unos 40 millones de documentos pen-
dientes de ingresar en su base de datos, por tanto, la información de las aportacio-
nes anteriores a la década de los noventa estaba incompleta, dificultándose de esta
manera el proceso de calificación(139), lo cual ha llevado a algunos asegurados a
recurrir a tramitadores para fraguar documentos con los cuales realizaron sus trá-
mites –administrativos y judiciales– de otorgamiento de pensión.
Para mediatizar dichos trámites irregulares, el citado artículo 54 fue modi-
ficado por el Decreto Supremo Nº 063-2007-EF(140), precisando los documentos
con los cuales podrían acreditarse las aportaciones, de acuerdo a tres periodos
temporales específicos:
a) Para aportaciones comprendidas entre julio de 1999 hasta marzo de
2007, con el Sistema de la Cuenta Individual de la Sunat.
b) Para aportaciones anteriores a julio de 1999, con los libros de planillas
de pago de remuneraciones, llevados de acuerdo con las disposiciones
legales aplicables, declarados por el asegurado al inicio del trámite de
pensión. De no contarse con los mencionados libros o de contarse solo
con parte de ellos, se consideraría, supletoriamente, además de la ins-
cripción del asegurado en Orcinea, el Sistema de Cuenta Individual de
Empleadores y Asegurados (SCIEA), el Sistema de Cuenta Individual
de la Sunat o en registros complementarios establecidos por la ONP,
cualquiera de los siguientes documentos:
• Las boletas de pago de remuneraciones, debidamente firmadas y/o
selladas por el empleador;
• La liquidación de beneficios sociales, debidamente firmada y/o se-
llada por el empleador;

(138) Revisar la edición del diario oficial El Peruano del 22 de octubre de 2001.
(139) En el fallo recaído en el Expediente Nº 03746-2011-PHD/TC, proceso de hábeas data seguido
por Carlos Ojeda Ruíz contra ONP, publicado en su página web el 18 de enero de 2013, el
Tribunal Constitucional ha establecido –en tutela del derecho a la autodeterminación infor-
mativa– que la entidad previsional estatal tiene el deber de conservar toda la documentación
referida a las aportaciones, incluso la correspondiente a la Caja Nacional del Seguro Social,
y, en todo caso, deberá agotar los medios para recabar o reconstruir dicha información, al ser
indispensable para la realización del derecho fundamental a la pensión.
(140) Publicado en el diario oficial El Peruano el 29 de mayo de 2007.

63
César Abanto Revilla

• La declaración jurada del empleador, solo para el caso de per-


sona jurídica o sucesión indivisa, suscrita por el representante
legal, condición que se acreditaría con la copia literal de la co-
rrespondiente ficha emitida por Registros Públicos, en la que se
señale que existió la correspondiente retención al SNP a favor del
asegurado;
• Los informes de verificación de aportaciones emitidos por la ONP
dentro del proceso de otorgamiento de pensión;
• La declaración jurada del asegurado, de acuerdo con las condicio-
nes previstas en el Decreto Supremo Nº 082-2001-EF;
• Los documentos probatorios de aportaciones emitidos por el IPSS o
EsSalud.
c) Para aportaciones efectuadas a partir de abril de 2007, la información
obtenida del Sistema de Cuenta Individual de la Sunat o registros com-
plementarios que estableciera la ONP. Solo se consideraría aquellos pe-
riodos con aportes efectivos al SNP, es decir, que hubieran sido cancela-
dos en su totalidad.
La documentación supletoria mencionada debía presentarse en original, y de
verificarse que era falsa, adulterada o contenía datos inexactos, se atribuía res-
ponsabilidad penal y administrativa al solicitante y quienes corresponda, quedan-
do facultada la ONP a revisar –en virtud del principio administrativo de control
posterior (Ley Nº 27444)– los derechos pensionarios otorgados, suspendiéndolos
de constatarse indicios de irregularidad(141).
El problema del reconocimiento de las aportaciones no se limita a los casos
en que no han podido ser acreditadas documentalmente, sino también a recla-
mos vinculados con los regímenes que antecedieron al SNP y otros temas parale-
los, que en su mayoría generaron pronunciamientos del Tribunal Constitucional
que han sido recogidos por normas legales expresas, como las Leyes Nº 28407 y
Nº 29711. Ello ratifica la influencia –como fuente del derecho– que ha tenido la
jurisprudencia en las últimas décadas en lo pensionario.

(141) El Tribunal Constitucional ha reconocido en el Expediente Nº 05985-2008-PA/TC, proceso


de amparo seguido por Alfredo Peña Calderón contra ONP, publicado en su página web el 14
de abril de 2010, que dicha medida será válida, en tanto la resolución administrativa –por la
cual se anula o suspende el derecho pensionario– esté debidamente motivada y fundamentada.

64
Sistema Nacional de Pensiones

2. Principales reclamos administrativos y judiciales

a) La pérdida de validez de las aportaciones de los obreros


A inicios del siglo pasado, la seguridad social –y la pensión– eran dere-
chos comunes a los cuales se les aplicaba gravámenes y/o plazos que, en
la actualidad, serían impensables, en tanto se trata de derechos funda-
mentales, intangibles e inalienables.
En dicho escenario, tanto la Ley Nº 8433 (artículo 23) como el Regla-
mento de la Ley Nº 13640(142) (artículo 95), en su momento, fijaron pe-
riodos de validez para los aportes de los trabajadores particulares en
condición de obreros.
Estas normas señalaban que si un obrero dejaba de laborar por un perio-
do igual o mayor a la tercera parte –o la mitad– del anteriormente coti-
zado, sus aportaciones primigenias no tendrían validez. Por ejemplo, si
Juan Pérez laboraba desde 1940 hasta 1946 (seis años) y dejaba de tra-
bajar –y cotizar– por tres años, sus aportes iniciales perdían validez.
La posibilidad de establecer plazos de validez a las aportaciones, que
como indicamos– en la actualidad resultaría inaudito, era plenamente
aceptado en esa época, tanto es así, que estas normas eran coinciden-
tes con el criterio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
contenido en los Convenios Internacionales Nº 35 a Nº 40, incorpora-
dos a nuestra legislación por las Resoluciones Legislativas Nº 10195 y
Nº 13284.
Este criterio fue aplicado por el IPSS y la ONP a los asegurados que
habían aportado en fechas previas al 1 de mayo de 1973, en calidad de
obreros, sujetos a las Leyes Nº 8433 y Nº 13640, ante lo cual los recla-
mantes recurrieron ante el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional,
obteniendo fallos favorables(143) que –reiterados en el tiempo– origina-
ron la emisión de la Ley Nº 28407(144), norma que obligó al Estado al re-
conocimiento –en sede administrativa– de los años de aportación san-
cionados con pérdida de validez.
La ONP sostenía que las citadas normas –y sus efectos– operaron de
pleno derecho en el momento que los asegurados (obreros) dejaron de

(142) Aprobado por Decreto Supremo del 7 de agosto de 1961.


(143) Por todos, el Expediente Nº 00377-2001-AA/TC, proceso de amparo seguido por José Cigueñas
Sandoval contra ONP, publicado en el diario oficial El Peruano el 26 de febrero de 2002.
(144) Publicada en el diario oficial El Peruano el 2 de diciembre de 2004.

65
César Abanto Revilla

aportar por el periodo a que se hacía referencia, mientras el Tribunal


Constitucional recurría al artículo 57 del Reglamento del Decreto Ley
Nº 19990, que precisa que los aportes no pierden validez, a menos que
haya sido declarada su caducidad por resoluciones consentidas antes
del 1 de mayo de 1973, que en ningún caso existen. Las denegatorias de
pensión fueron rechazadas.
Este reclamo ha sido resuelto en sede legal, por imposición jurispru-
dencial.
b) El inicio de aportación para pensiones de los empleados
Como precisamos al inicio de este capítulo, si bien en 1946 la Ley
Nº 10624 reguló el otorgamiento de una pensión de vejez –por parte del
empleador– para ciertos empleados particulares, fue recién con la Ley
Nº 10807 (1947) que se creó el Seguro Social para el Empleado Públi-
co y Particular, a cargo del Estado, que no entró en funcionamiento, por
lo que fue recién a fines de 1948, con el Decreto Legislativo Nº 13 y los
Decretos Leyes Nº 10902 y Nº 10941, que se iniciaron sus labores, pero
solo para atenciones sanitarias (médicas), maternidad y beneficios espe-
cíficos en caso de muerte.
En tal sentido, fue el 18 de noviembre de 1961, con la promulgación de
la Ley Nº 13724, que se reformula este régimen, al constituirse las Ca-
jas de Enfermedad Maternidad y de Pensiones, sin embargo, esta última
recién entró en funcionamiento el 1 de octubre de 1962, de acuerdo a lo
establecido en el artículo IV de las Disposiciones Generales del Estatuto
de la citada Caja de Pensiones, aprobado por Decreto Supremo s/n del
11 de julio de 1962, emitido al amparo de la Ley Nº 14069, que señalaba
lo siguiente:
Artículo IV
Las cotizaciones que se establece en la presente Ley se devenga-
rán a partir del primer día del tercer mes siguiente al de su promul-
gación y las prestaciones se otorgarán a partir de la misma fecha,
con excepción de aquellas para las que esta Ley establece plazos
determinados.
En este sentido se pronuncia el fallo recaído en el Expediente Nº 05299-
2009-PA/TC, que en su fundamento 15 reconoce expresamente que la
fecha de inicio de aportaciones para pensiones de los empleados es el 1
de octubre de 1962, validando así el carácter progresivo de la regulación
del tema pensionario en nuestro país:

66
Sistema Nacional de Pensiones

15. En consecuencia, en atención a la implementación progresiva


de la seguridad social en su expresión de prestaciones pensionarias
y a la configuración legal del derecho a la pensión, no es posible, en
la realidad peruana afirmar que el actor ha realizado aportaciones
con fines pensionarios del 22 de setiembre de 1952 al 15 de junio de
1957, pues estas recién empezaron a cotizarse desde el 1 de octubre
de 1962 (…),
Dejamos constancia que en el Expediente Nº 04762-2007-PA/TC este
tema no ha sido resuelto, pero si bien hasta la fecha no existe un prece-
dente en contra del criterio –a favor del Estado– expuesto en el párrafo
anterior, en el Expediente Nº 06120-2009-PA/TC(145) el Tribunal ha de-
sarrollado una (nueva) posición encontrada:
14. (…) la posibilidad de desconocer los aportes efectuados, en
contra de la doctrina jurisprudencial y con el argumento del desti-
no que tuvieron los aportes, o de la finalidad que persiguieron los
mismos, no recoge en lo absoluto los alcances del principio de so-
lidaridad; muy por el contrario, lo excluye del análisis, sin adver-
tir que el Sistema Nacional de Pensiones ahora, y en su momento
el Seguro Social del Empleado, la Caja Nacional del Seguro Social
Obrero y el Fondo Especial de Empleados Particulares respondie-
ron a un sistema contributivo que tuvieron como fuente generadora
los aportes efectuados por los trabajadores, los empleadores y tam-
bién por el propio Estado. Esto se corrobora del artículo 1 del De-
creto Ley 10941 que señala que: “El Seguro Social del Empleado se
financiará con las contribuciones del Estado, los empleadores y los
empleados”. En tal medida, no resulta constitucionalmente legítimo
negar el acceso a la pensión desconociendo aportes efectuados a la
luz del principio de solidaridad y que, tal como se ha precisado, en
su momento correspondió a trabajadores, empleadores y al Estado,
este último, como obligado a brindar las prestaciones previsionales
derivadas de la edad, desocupación, enfermedad y muerte, según la
Carta Constitucional de 1933, y cuya posición como destinatario
del derecho fundamental a la pensión se ha acentuado en las Cons-
tituciones de 1979 y 1993, como se advierte del tratamiento juris-
prudencial que este Colegiado le ha dado al derecho a la pensión y
a la seguridad social.

(145) Proceso de amparo seguido por Manuel Tapia Yauyo contra ONP, publicado en su página web
el 28 de febrero de 2011.

67
César Abanto Revilla

Este reclamo no ha sido aún resuelto en sede legal, ni por un precedente


vinculante.
c) La Tabla de Referencia de Inicio de Aportación por Zonas
La Primera Disposición Transitoria de la Ley Nº 8433 precisó que el Po-
der Ejecutivo determinaría las provincias y departamentos en los cuales
sería aplicado –de manera inmediata– el seguro social obligatorio de los
obreros. La Cuarta Disposición Transitoria, complementando lo indica-
do y reconociendo que la implementación del nuevo régimen sería gra-
dual, autorizó a la Caja de Depósitos y Consignaciones la cobranza tran-
sitoria de los recursos y rentas de la Caja Nacional del Seguro Social.
El mismo día en que se dictó la citada norma –12 de agosto de 1936–,
fueron emitidas las Disposiciones Provisionales para su aplicación in-
mediata en los departamentos de Lima, Piura, Áncash, Arequipa, Cus-
co, Huancavelica, Ica, Junín, Lambayeque, La Libertad y Puno, y en las
provincias de Callao y el litoral de Tumbes.
Si bien en dichas normas se estableció que la recaudación de las impo-
siciones obreras y patronales serían efectivas a partir del 1 de setiembre
de 1936, un decreto supremo s/n del 2 de setiembre de 1936 indicó que
“por razón de dificultades de orden material no ha sido posible organi-
zar debidamente el servicio de recaudación de las cuotas patronales y
obreras del Seguro Social Obligatorio en los departamentos y provincias
enumerados en el artículo 1 del Decreto Supremo del 12 de agosto últi-
mo”, razón por la cual tuvo que ser diferida su implementación hasta el
1 de noviembre de dicho año.
Ello nos demuestra que si bien existió un mandato a partir del cual se
podría considerar la aplicación casi inmediata de la Ley Nº 8433, la im-
plementación del nuevo régimen no se materializó en los plazos fijados,
sino en fechas posteriores específicas que fueron compiladas por el IPSS
en la Tabla de Referencia de Inicio de Aportaciones por Zonas, que –en-
tre otros– consigna los siguientes datos de locación temporal:
• La Oroya, 10 de junio de 1953.
• Cerro de Pasco, 10 de marzo de 1958.
• Casapalca, 25 de junio de 1961.
• Cajamarca, 24 de agosto de 1964.
• Huancayo, 26 de octubre de 1964.
El Tribunal Constitucional no se había pronunciado –de manera ex-
presa– respecto a la aplicación de la Tabla Referencial, limitándose a

68
Sistema Nacional de Pensiones

declarar fundadas las demandas bajo los mismos fundamentos utiliza-


dos en los casos de pérdida de validez de los aportes de los obreros, pre-
tensión distinta a la analizada, como consta –por todos– en el Expedien-
te Nº 02469-2007-PA/TC(146), sin embargo, el literal e del fundamento
26 del Expediente Nº 04762-2007-PA/TC ha zanjado la discusión, al
inaplicar dicho documento.
d) La doble condición del reclamante como asegurado y empleador
El criterio administrativo de interpretación de la Cuarta Disposición
Complementaria del TUO de la Ley de Fomento del Empleo (Decreto
Supremo Nº 005-95-TR), establecía que la prestación de servicios del
cónyuge y parientes consanguíneos –hasta el segundo grado– para el
propietario de una persona jurídica, o titular de una empresa individual
de responsabilidad limitada –conduzca o no el negocio personalmente–,
o para una persona jurídica cuyo socio mayoritario sí conduzca directa-
mente el negocio, no genera relación laboral, por tanto, los aportes se-
rían inválidos y se reputaban como pagos indebidos.
En efecto, el numeral 4.1 de la Directiva Nº 001-97/GG-ONP, aproba-
da por Resolución de Gerencia General Nº 010-97/GG-ONP, de fecha
17 de marzo de 1997, estableció que una persona no podría reunir en sí
misma las cualidades de trabajador y empleador, a la vez, por tanto, no
le correspondería percibir prestación alguna del SNP por los periodos
que hubiera laborado en tal condición.
Fallos reiterados del Tribunal Constitucional resolvieron en contrario,
como consta en el Expediente Nº 02150-2005-AA/TC(147), que –citando
una sentencia previa– señalaba:
6. (…) en la sentencia del Expediente Nº 05711-2005-PA/TC se de-
terminó que, estando acreditadas las aportaciones efectuadas, la ne-
gativa de la administración de otorgarle pensión al demandante se
motivaba en una interpretación sin sustento legal y constitucional
de las normas precitadas, ya que estas no establecen como requisi-
to que el empleador deba estar constituido como persona jurídica.
Es decir, la convergencia de la figura del empleador y del trabajador
en una persona no implica que, necesariamente, los aportes realiza-
dos por dicha persona tengan que ser declarados inválidos. Con ello

(146) Proceso de amparo seguido por Gerónima Cornejo de Castillo contra ONP, publicado en su
página web el 28 de setiembre de 2007.
(147) Proceso de amparo seguido por Urbano del Pino Gálvez contra ONP, publicado en el diario
oficial El Peruano el 6 de noviembre de 2006.

69
César Abanto Revilla

debe comprenderse que se pretende resguardar los aportes efectiva


y acreditadamente efectuados por una persona asegurada. (…)
Cabe precisar que este supuesto –doble condición de asegurado y em-
pleador– es distinto al caso de quien presta servicios para su cónyuge,
en que se aplica la Ley Nº 26513, que en su Artículo Único precisaba
que, en dicho supuesto, no existe relación laboral. Sobre este tema se ha
pronunciado el Tribunal Constitucional(148), indicando que solo podrán
ser reconocidos como válidos los periodos laborados en dicha condición
hasta el 29 de julio de 1995, es decir, hasta un día antes de la entrada en
vigencia de la norma citada.
El literal e del fundamento 26 del Expediente Nº 04762-2007-PA/TC ha zan-
jado toda discusión sobre el tema comentado, rechazando el criterio administra-
tivo denegatorio.

3. El caso Tarazona: Acreditación documentaria de las aportaciones

Si bien los reclamos mencionados representan un serio problema en lo pre-


visional, en la actualidad, el principal escollo para acceder a una pensión es acre-
ditar documentalmente las labores realizadas, para que estas sean computadas
como aportes en el SNP.
Como consecuencia de la informalidad que caracteriza al mercado laboral
peruano desde hace varias décadas, un número considerable de empleadores
realizó sus actividades sin un manejo adecuado de su información y documen-
tación laboral, lo que, unido a la falta de control y fiscalización de las autorida-
des administrativas previsionales, ha originado que los trabajadores no cuenten
con el respaldo tangible que corrobore todos los años de labores –y aportes–
que realizaron.
Es decir, que cuando un asegurado del SNP se apersona a la ONP para solici-
tar pensión al haber trabajado –y aportado– cumpliendo el periodo fijado por ley
para acceder a una pensión, a veces se encuentra con que resulta materialmente
imposible la comprobación de su declaración, pues su empleador ya no existe, o
nunca llevó el registro documental de las labores de sus trabajadores, por tanto,
si el asegurado no ha tenido la diligencia de conservar –si le entregaron– sus bo-
letas de pago de remuneración, certificado de trabajo, liquidación de beneficios

(148) Por todos, el Expediente Nº 01143-2004-AA/TC, proceso de amparo seguido por Prudencio
Arboleda Cortez contra ONP, fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 23 de marzo
de 2005.

70
Sistema Nacional de Pensiones

sociales, etc., es probable que su pedido de otorgamiento de una prestación pen-


sionaria le sea denegado.
Este escenario, que –como hemos mencionado en los puntos precedentes– ha
originado la existencia de procesos administrativos y judiciales irregulares, ba-
sados en documentos e información falsa o adulterada, es una de las principales
causas de la denegatoria de las solicitudes de pensión presentadas a la ONP, tanto
para acceder a prestaciones del SNP, como a ciertos beneficios del SPP (bono de
reconocimiento, pensión mínima, etc.). Ello deriva, paralelamente, en un incre-
mento desmesurado de la carga del Poder Judicial.
Durante muchos años, la tendencia jurisprudencial –en el Poder Judicial y
el Tribunal Constitucional– se inclinaba por rechazar las demandas formuladas a
través del proceso de amparo(149), al ser una vía carente de estación probatoria, por
tanto, el reclamo debía ser formulado en la sede contencioso-administrativa, que
–como es de conocimiento público– es uno de los procesos más prolongados(150),
lo cual resulta incongruente si se pretende dar solución a los requerimientos de
tutela de personas de la tercera edad.
Es así que, a pesar que en el Expediente Nº 01417-2005-AA/TC (fundamen-
to 37, literal f) el Tribunal Constitucional había precisado que “para que quepa un
pronunciamiento de mérito en los procesos de amparo, la titularidad del derecho
subjetivo concreto de que se trate debe encontrarse suficientemente acreditada”,
a finales de 2008 se emitió la sentencia recaída en el Expediente Nº 04762-2007-
PA/TC(151) (Caso Tarazona), en la cual no solo se permite recurrir a la vía cons-
titucional del amparo para el reconocimiento de las aportaciones previsionales,
sino que se incluye –como medios probatorios– a algunos documentos que, por
su incidencia en los casos de falsificación, habían sido suprimidos del listado del
artículo 54 del Reglamento del Decreto Ley Nº 19990.
Corresponde entonces analizar no solo los criterios fijados en el caso Tara-
zona, sino las pautas adicionales previstas en su Resolución Aclaratoria(152), así
como los requisitos que en fallos posteriores y complementarios a dicho prece-
dente han sido impuestos para que se otorgue validez formal a los documentos
–medios probatorios– con los cuales podrán ser acreditadas las aportaciones del

(149) Por todos, el Expediente Nº 00030-2002-AA/TC, proceso de amparo seguido por Yolanda
Landa Soto contra ONP, fallo publicado en su página web el 7 de marzo de 2003.
(150) Informe Defensorial Nº 121, “Propuestas para una reforma de la Justicia Contencioso-Admi-
nistrativa desde la perspectiva del acceso a la justicia”, aprobado por la Resolución Defensorial
Nº 024-2007/DP, publicada en el diario oficial El Peruano el 30 de mayo de 2007.
(151) Proceso de amparo seguido por Alejandro Tarazona Valverde contra ONP, publicada en el
diario oficial El Peruano el 10 de octubre de 2008.
(152) Publicada en la página web del Tribunal Constitucional el 16 de octubre de 2008.

71
César Abanto Revilla

SNP, en la vía del proceso constitucional de amparo, parámetro que resultará tam-
bién de aplicación para la justicia ordinaria (contencioso-administrativa, laboral,
etc.), por mandato del Expediente Nº 01417-2005-AA/TC(153).
Dejamos constancia que las reglas establecidas en el citado precedente,
así como en su Resolución Aclaratoria y fallos posteriores y complementa-
rios, han sido recogidas en la Ley Nº 29711(154) y su Reglamento (Decreto Su-
premo Nº 092-2012-EF)(155), lo cual ratifica la importancia de la jurisprudencia en
materia previsional.
Considerando lo extenso del citado precedente y la variedad de temas desa-
rrollados, nos limitaremos a efectuar observaciones puntuales con relación a los
aspectos que –a juicio del autor– pueden resultar discutibles.
a) La excepción probatoria en el proceso de amparo previsional
La sentencia desarrolla, en los fundamentos 6 a 12, lo relativo a la prue-
ba en el proceso constitucional de amparo, reconociendo la ausencia de
dicha etapa en esta vía(156).
Hubiera sido conveniente que se justifique la aplicación de una excep-
ción a dicha regla general para las demandas relativas al reconocimien-
to de las aportaciones previsionales, pues posteriormente se reconoce la
existencia de procesos en los cuales se presentaron documentos falsifi-
cados (fundamento 22).
Consideramos que la alternativa adecuada hubiera sido dejar abierta la
opción de recurrir a la vía procesal constitucional del amparo –en esta
pretensión– solo para aquellos casos en que el demandante padeciera un
grave estado de salud o tuviera una edad muy avanzada, superior a los
70 años.
En tanto se dispone la remisión del expediente administrativo del de-
mandante, se estaría convirtiendo al proceso de amparo –sobre recono-
cimiento de aportaciones del SNP– en uno de carácter ordinario, y –en
virtud del principio de igualdad de condiciones– debería permitirse al
demandado (ONP) que ofrezca la actuación de determinadas pruebas

(153) Fundamento 60: “Es preciso enfatizar que los criterios uniformes y reiterados contenidos en
las sentencias expedidas por el Tribunal Constitucional, en materia pensionaria, mantienen
sus efectos vinculantes. En consecuencia, a pesar de que determinadas pretensiones sobre la
materia no puedan en el futuro ser ventiladas en sede constitucional, la judicatura ordinaria se
encuentra vinculada por las sentencias en materia pensionaria expedidas por este Colegiado”.
(154) Publicada en el diario oficial El Peruano el 18 de junio de 2011.
(155) Publicado en el diario oficial El Peruano el 16 de junio de 2012.
(156) Ley Nº 28237 - Código Procesal Constitucional, artículo 9.

72
Sistema Nacional de Pensiones

por las cuales se constaten las afirmaciones del accionante, sobre todo
en aquellos casos en que se adjunta a la demanda documentos que no fi-
guran en su legajo administrativo.
El juzgador debe tener presente que no toda la documentación relati-
va a la vida laboral del asegurado obra en el expediente administrativo,
sino únicamente aquella presentada por este ante el IPSS y la ONP, y
la recabada durante las inspecciones practicadas por dichas entidades,
por tanto, existe información y/o documentos que figuran en poder del
trabajador que no obran en su legajo, sea porque fueron redactados con
posterioridad al pronunciamiento de la autoridad administrativa, o por-
que fueron emitidos por su(s) exempleador(es) antes y/o durante la tra-
mitación del propio proceso judicial.
Si bien, como precisan algunos autores(157), no puede atribuirse al ase-
gurado la obligación de conservar los documentos que deberían ser lle-
vados por sus empleadores, así como el destino final que estos deberían
darles, entregándolos a sus liquidadores, al Ministerio de Trabajo o la
ONP, ello no puede llevarnos a reconocer todo reclamo administrativo
o demanda a la cual se adjunte un certificado de trabajo, una liquidación
de beneficios sociales o una boleta de pago de remuneraciones, pues la
entidad previsional tiene la obligación constitucional de resguardar los
fondos y reservas pensionarias (artículo 12), lo cual la lleva a agotar los
medios para constatar la veracidad –y existencia– de la documentación
e información que sustenta cada solicitud de pensión.
b) La interpretación flexible de las normas modificatorias
En los fundamentos 13 a 20 del citado precedente, el Tribunal procede a
interpretar la modificación del artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990 por
la Ley Nº 28991, en el que se disponía que –a partir de la reforma– solo
se considerarían aportes aquellos que fueran efectivamente pagados, lo
que –considerando el alto porcentaje de morosidad en el SNP– de segu-
ro habría reducido el número de pensionistas.
En el fallo se precisa que la obligación de pago de las aportaciones, así
como el deber de conservar y/o entregar la documentación laboral de
sus trabajadores correspondería –en primer lugar– al empleador, en su
calidad de agente retenedor de las cotizaciones, y –en segundo orden– al

(157) PILOTTO CARREÑO, Luigino. El reconocimiento de años de aportación dentro del régimen
del Decreto Ley Nº 19990. Comentarios a un reciente precedente del Tribunal Constitucional,
p. 30.

73
César Abanto Revilla

Estado, a través de la entidad previsional (IPSS u ONP), por tener la res-


ponsabilidad de fiscalizar el cumplimiento de las normas pensionarias
y poseer la facultad para exigirlas y ejecutarlas, en sede administrativa,
coactiva y/o judicial, ante la naturaleza jurídica tributario-laboral de las
aportaciones.
Tal interpretación conlleva a una modificación de la reforma del artícu-
lo 70, que no nos parece adecuada, pues fue realizada para reducir los
casos de procesos irregulares, pero, para algunos autores(158) constituye
una medida positiva, pues origina la supresión de la “prueba diabólica”
que se le imponía al asegurado, al exigirle que presente documentos que
no tenía la obligación legal de tener en su poder.
c) Las reglas para acreditar aportaciones en el amparo previsional
En la parte medular del precedente, el fundamento 26(159) establece –a
partir de soslayar la modificatoria del artículo 54 del Reglamento– que
constituyen instrumentos de prueba que pueden adjuntarse a las deman-
das de amparo sobre reconocimiento de aportes, entre otros (númerus
apertus), los siguientes documentos:
• Los certificados de trabajo,
• Las boletas de pago de remuneraciones,
• Los libros de planillas,
• Las liquidaciones de tiempo de servicios o de beneficios sociales,
• Las constancias de aportaciones de Orcinea, el IPSS o EsSalud, en-
tre otros documentos.
La precisión inicial del Tribunal, era que dichos documentos debían ser
presentados en original, copia legalizada o fedateada, no en copias sim-
ples –pues reconocía la existencia de procesos irregulares–, sin embar-
go, ajustando posteriormente este criterio, el literal a del numeral 7 de la
Resolución Aclaratoria del precedente, efectuó el siguiente añadido:
a) Cuando en el fundamento 26.a, se precisa de manera enunciati-
va que los documentos allí mencionados pueden ser presentados
en original, copia legalizada o fedateada, este Tribunal no está

(158) DE LA PUENTE PARODI, Jaime. El precedente constitucional vinculante, la tutela de urgen-


cia y el amparo previsional. A propósito de los nuevos precedentes en materia pensionaria.
pp. 394-395.
(159) Declarado precedente vinculante en el numeral 3 de la parte resolutiva de la citada sentencia.

74
Sistema Nacional de Pensiones

estableciendo que en el proceso de amparo no se puedan presentar


los mismos documentos en copia simple, sino que la sola presen-
tación de dichos documentos en copia simple no puede generar en
el juez suficiente convicción sobre la fundabilidad de la pretensión,
razón por la cual se le solicita al demandante que, en principio, los
presente en original, copia legalizada o fedateada. Por tanto, en el
proceso de amparo sí pueden presentarse, conjuntamente con los
documentos en original, copia legalizada o fedateada o documentos
en copia simple, los cuales han de ser valorados conjuntamente por
el juez.
Esto implica, que los demandantes podrán presentar copias simples,
pero estas no serán prueba suficiente de su pretensión, pues –comple-
mentando esa precisión–, el literal b del numeral 7 de la citada Resolu-
ción Aclaratoria agrega a continuación:
b) (…) teniendo presente que una de las justificaciones para esta-
blecer el precedente sobre las reglas de acreditación ha sido la
presentación de documentos falsos para acreditar años de aporta-
ciones, este Tribunal considera oportuno precisar que en aquellos
casos en los que el demandante presenta tan solo un certificado de
trabajo en original, copia legalizada o fedateada como único me-
dio probatorio, el juez con la finalidad de generarse convicción
suficiente sobre la veracidad de lo alegado, le deberá solicitar que
en un plazo de 15 días hábiles presente documentación adicional
que puede ser en original, copia legalizada, fedateada o simple a
efectos de corroborar el periodo que se pretende demostrar con el
certificado de trabajo.
Dentro de la opción de incorporar en el amparo previsional la actuación
de pruebas, esta resulta una precisión pertinente, para evitar que el juz-
gador estime una demanda sobre la base de un certificado de trabajo,
pues le fija como obligación –al utilizar el término “deberá”– que se re-
quiera al accionante la presentación de documentación complementaria:
boletas de pago de remuneraciones, libros de planillas, liquidación de
beneficios sociales, etc.
d) La valoración conjunta de las pruebas y las actuaciones de oficio
En la medida que estamos frente a un proceso de amparo con “actua-
ción probatoria”, se deberá permitir al juzgador que haga uso de las fa-
cultades que rodean a la Teoría General de la prueba, en particular, los
artículos 194 y 197 del Código Procesal Civil, que son fundamentales
para cotejar los documentos aparejados a la demanda, sea para confir-
mar su validez o para desenmascarar su falsedad.

75
César Abanto Revilla

Es de conocimiento público que –desde hace muchos años– existen en


el Perú “fábricas” de documentos falsos para la tramitación administra-
tiva y judicial de las solicitudes de pensión, sean evaluaciones médicas
–para las pensiones de invalidez–, o certificados de trabajo, boletas de
pago de remuneraciones, libros de planillas y demás documentos que
probarían la existencia de una relación laboral, para acceder a una pen-
sión de jubilación.
En tal sentido, consideramos que los jueces deberían cursar oficios a Re-
gistros Públicos, la Sunat, el Ministerio de Trabajo y/o EsSalud, no solo
para corroborar si quienes suscriben esos documentos eran los represen-
tantes legales de los empleadores a la fecha de su redacción, sino tam-
bién para verificar la fecha de inicio y conclusión de labores de los mis-
mos, así como la cantidad de trabajadores registrados ante la autoridad
laboral, a fin de evitar empleadores “de fachada” o “fantasma”: personas
jurídicas que tuvieron en la realidad cinco, diez o veinte trabajadores,
pero que repentinamente originan cientos o miles de solicitudes de pen-
sión ante la ONP.
Las respuestas a dichos oficios, junto con la documentación presentada
con la demanda y la que figura en el expediente administrativo del ac-
cionante, deberán ser valoradas de forma conjunta por el juzgador, to-
mando en cuenta el principio de unidad de la prueba y los sistemas de
valoración aceptados (libre apreciación y prueba legal)(160).
En el supuesto que los documentos adjuntos con la demanda no figuren
en el expediente administrativo del asegurado, debería procederse con
el cotejo judicial, pues si lo que se cuestiona es la decisión administra-
tiva de ONP de denegar el otorgamiento de pensión, no debería tomarse
como referente un documento que no fue actuado oportunamente en el
proceso administrativo.
e) La revisión de las pruebas complementarias y adicionales
En cuanto a la nueva documentación que puede presentar el accionante,
se deberán tener presente los requisitos establecidos en las normas lega-
les que se encontraban vigentes al momento de su redacción. Por ejem-
plo, tratándose de los libros de planillas, el Decreto Supremo Nº 015-
72-TR –sustituido por el Decreto Supremo Nº 001-98-TR– establecía

(160) La sana crítica no es un sistema de valoración, sino una modalidad de apreciación de las
pruebas que se expresa en la apreciación en conciencia, la íntima convicción, la persuasión
racional y la apreciación razonada.

76
Sistema Nacional de Pensiones

en sus artículos 2 y 6 la obligación de registrarlos ante la Autoridad Ad-


ministrativa de Trabajo y la Caja Nacional del Seguro Social, asimismo,
su artículo 3 precisaba que la autoridad laboral debía numerar, sellar y
rubricar cada hoja de las planillas, por tanto, el juzgador debería verifi-
car el cumplimiento de las formalidades legales correspondientes, antes
de validar dichos documentos –como medios de prueba– al interior del
proceso.
En el mismo sentido, el artículo 12 de la norma citada señalaba que el
empleador debía entregar a cada trabajador –al momento de pagar sus
remuneraciones– una boleta sellada y firmada por este o por un repre-
sentante autorizado. Dicho dato es importante, pues –en muchos casos–
algunos accionantes adjuntan boletas sin sellos, ni firmas, sino con vis-
tos buenos y/o rúbricas, incluso –pese a corresponder a los setenta y
años anteriores– algunas confeccionadas en impresoras láser o de inyec-
ción de tinta, y otras que citan conceptos remunerativos que no existían
en la fecha de su elaboración.
Cabe precisar, en todo caso, que en el numeral 5 de la Resolución Acla-
ratoria se indica que si el juzgador constata la presentación de documen-
tos respecto de los cuales existe un indicio razonable de falsedad, estará
obligado a aplicar el artículo 3 del Código de Procedimientos Penales, lo
cual implica suspender el proceso constitucional y remitir copia de los
actuados a la Fiscalía Provincial Penal, para los fines correspondientes.
f) La presentación del expediente administrativo
En cuanto a la presentación del legajo administrativo, resulta excesivo
lo señalado en el literal d del fundamento 26 del precedente, en el sen-
tido que si la ONP no cumple con presentar el expediente, el juez apli-
cará el principio de prevalencia de la parte quejosa (accionante) o el
artículo 282 del Código Procesal Civil –conclusiones en contra de los
intereses de la demandada–, pues es de público conocimiento que dicha
entidad afronta una sobrecarga laboral derivada justamente del incre-
mento de demandas en su contra, lo que dificulta una pronta ubicación,
fotocopiado y fedateado de los files administrativos, que en casos como
la aplicación de la Ley Nº 23908 o el pago de intereses legales de los
devengados, sobre los cuales existen precedentes vinculantes, resultan
innecesarios(161).

(161) A ello debe agregarse el incendio del Archivo Externo de la entidad, ocurrido el 3 de diciembre
de 2009 en uno de los depósitos de Ransa Comercial S.A., siniestro en que se incineraron
cientos de legajos, que se encuentran en proceso de reconstrucción.

77
César Abanto Revilla

El segundo párrafo del numeral 2 de la Resolución Aclaratoria precisa


–con relación al plazo de remisión del expediente– lo siguiente:
(…) el plazo para la remisión de los actuados administrativos debe
ser fijado por los jueces, caso por caso. Para ello, los jueces deben
tener presente que el plazo que establezcan para la remisión de los
actuados administrativos no puede generar la lentitud procesal (…)
en el fundamento 26 de la sentencia de autos no se estableció plazo
alguno porque se consideró que los jueces, atendiendo a los crite-
rios antes expuestos, son los que deben evaluar las particularidades
de cada caso concreto para determinar cuál es el plazo que conside-
ran conveniente para la remisión de los actuados administrativos y
la realización de los fines del proceso.
Cabe señalar que al haberse dispuesto la remisión del expediente admi-
nistrativo para los casos de reconocimiento de aportaciones del SNP, al-
gunos jueces han extendido –sin la justificación debida– dicha medida
para reclamos pensionarios de otros regímenes.
Finalmente, debe tenerse presente que no será exigible la presentación
del expediente en dos supuestos, detallados en los literales e y f del fun-
damento 26, a saber:
i) Cuando la demanda sea manifiestamente fundada, porque la pre-
tensión se refiere a la pérdida de validez de las aportaciones de los
obreros, a la doble condición de asegurado y empleador, o a la apli-
cación de la Tabla Referencial del IPSS.
ii) Cuando la demanda sea manifiestamente infundada, porque no se
adjunta prueba alguna que sustente la pretensión, los medios pro-
batorios no acreditan el mínimo de años de aportación para acceder
a la jubilación, o se presentan certificados de trabajo suscritos por
terceras personas, no por el empleador.

4. Los requisitos formales en fallos posteriores complementarios

Como hemos señalado, el Expediente Nº 04762-2007-PA/TC permite la in-


terposición de demandas de amparo para obtener el reconocimiento judicial de
las aportaciones del SNP, lo que también aplica para ciertos beneficios del SPP,
sin embargo, existen fallos posteriores en los cuales se fijan los requisitos forma-
les que los jueces –constitucionales y ordinarios– deberán exigir para que los do-
cumentos presentados con dichas demandas sean calificados positivamente como
un medio de prueba idóneo.

78
Sistema Nacional de Pensiones

En efecto, partiendo de un análisis formal riguroso de dicha documenta-


ción –en tanto se ha reconocido la existencia de procesos irregulares– se han
ido delineando los requisitos mínimos exigibles a los certificados de trabajo
y los demás documentos presentados por los asegurados y pensionistas, los
cuales deberán ser cotejados con los que figuran en el expediente administra-
tivo para ser evaluados –de manera conjunta– por el juzgador antes de emitir
sentencia.

a) Las formalidades exigibles a los certificados de trabajo

Tratándose del medio documental que ha tenido una mayor incidencia


en los casos de falsificación, el Tribunal ha previsto ciertas exigencias
para validar su idoneidad como prueba de la relación laboral, precisando
–por ejemplo– que debe exigirse la acreditación de la identidad (nombre
completo, firma y cargo) de quien lo suscribe.

Expediente Nº 02324-2008-PA/TC(162)

9. A efectos de sustentar su pretensión, el demandante ha presentado


la siguiente documentación:

9.1 Copias certificadas de los certificados de trabajo expedidos por la


Empresa Negociación Agrícola “El Almendral y Tabacal S.A.”, en
el que se indica que el recurrente laboró desde el 24 de enero de
1959 al 30 de noviembre de 1964; y por el Fundo “Las Palmas”
(…). No obstante, cabe señalar que los mencionados certificados no
generan convicción en este Colegiado, dado que no se acredita la
identidad de las personas que los expidieron, ni tampoco que dichas
personas cuenten con los poderes para tales efectos, no existien-
do ningún otro documento que sustente las aportaciones efectuadas
durante los referidos periodos.
De manera complementaria a dicha exigencia, adjunto al certificado se
deberá anexar la constancia de Registros Públicos que acredite que el
firmante era –a la fecha de emisión o redacción– representante legal au-
torizado del empleador.

(162) Proceso de amparo seguido por Pedro Cachay Sales contra ONP, publicado en su página web
el 29 de mayo de 2009.

79
César Abanto Revilla

Expediente Nº 01393-2008-PA/TC(163)
10. Para acreditar las aportaciones referidas en los fundamentos prece-
dentes y el cumplimiento de los requisitos legales que configuran el
derecho, el demandante ha adjuntado a su demanda:
- Un certificado de trabajo, obrante a fojas 11, que indica que el
actor trabajó para la Agrícola Monte Señor S.A., desde el 23 de
enero de 1962 hasta el 30 de octubre de 1965, (…) que no ge-
nera convicción por no estar acreditado que quien emitió el cer-
tificado tenga facultades para expedirlo.
También se ha establecido que entre el cese laboral del asegurado y la
fecha de emisión del certificado debe existir coetaniedad (inmediatez),
por tanto, que no serían válidos los suscritos con fecha posterior a este
hecho.
Expediente Nº 03628-2008-PA/TC(164)
9. Al respecto, para acreditar las aportaciones adicionales reclama-
das, el recurrente ha presentado los siguientes documentos, en co-
pia simple:
9.1 Certificados de trabajo (ff. 4, 5 y 7 ) emitidos por la Constructora
Muro S.A. y la Inmobiliaria Marbel S.A.C., los cuales no producen
certeza para acreditar aportaciones adicionales (…) cuando fueron
expedidos 26, 22 y 29 años después de su cese, respectivamente
(…).
9.2 Constancia de trabajo (f. 6) expedida por Marcelo Elejalde Var-
gas, la cual tampoco genera suficiente convicción para acreditar los
aportes alegados, dado que dicho documento es suscrito por una
persona distinta a la consignada como empleadora y ha sido emiti-
do 31 años después de su cese.
Cabe precisar, que el Tribunal ha sido enfático al señalar que la informa-
ción consignada en los certificados no puede ser contradictoria respecto
a otros documentos adjuntos a la demanda, asimismo, que los datos con-
signados en estos deberán ser legibles(165).

(163) Proceso de amparo seguido por Juan Castillo Astudillo contra ONP, publicado en su página
web el 29 de mayo de 2009.
(164) Proceso de amparo seguido por Juan Flores Vizarreta contra ONP, publicado en su página web
el 31 de julio de 2009.
(165) Al respecto, revisar los fundamentos 21 al 25 de la STC Exp. Nº 04762-2007-PA/TC.

80
Sistema Nacional de Pensiones

Expediente Nº 04779-2008-PA/TC(166)
7. En tal sentido el demandante, a efectos de probar las aportaciones
a la que hace referencia en su escrito de demanda, ha presentado la
siguiente documentación:
- A fojas 34, obra en copia certificada un certificado de trabajo de An-
tonio Biondi Barnales (contratista), donde se señala que el accio-
nante laboró como chofer del 13/09/1974 al 30/06/1976, con lo cual
acredita 1 año 9 meses y 17 días; sin embargo, en este documento se
señala como edad del recurrente 54 años, lo cual no coincide con el
año en que se emitió este certificado, que fue el 13 de setiembre de
1980, para lo cual, el actor debería tener la edad de 50 años; por lo
tanto, este documento no produce convicción en este Colegiado.
- A fojas 37, obra en copia certificada un certificado de trabajo de
Bioselva S.A., donde se señala que el accionante laboró como ope-
rario del 05/03/1984 al 03/07/1988, con lo cual acredita 4 años, 3
meses y 28 días; sin embargo, en este documento se señala como
edad del recurrente 51 años, la cual no coincide con el año en que
se emitió este certificado, que fue el 10 de julio de 1988, para lo
cual el actor debería tener la edad de 58 años; además se aprecia la
ilegibilidad de la firma, así como el cargo y el nombre de la perso-
na que emite este documento, por lo cual no produce certeza a este
Tribunal.
Finalmente, en una revisión extrema, tampoco concede validez probato-
ria a certificados de una persona jurídica emitidos en un papel que care-
ce de membrete y sellos.
Expediente Nº 04321-2008-PA/TC(167)
7. El recurrente para que se le reconozcan los años de aportaciones
que la ONP no le ha reconocido para su jubilación adjunta la si-
guiente documentación: (…)
- A fojas 49, en copia simple un certificado de trabajo, donde se
señala que el recurrente laboró en la obra de Kamel Mitre Ho-
daly como operario carpintero del 05/10/1989 al 03/12/1989,
con lo cual acredita 1 mes y 28 días de aportes; sin embargo, no

(166) Proceso de amparo seguido por Sabino Corbacho Bojorquez contra ONP, publicado en su
página web el 29 de mayo de 2009.
(167) Proceso de amparo seguido por Fortunato Ayala Castro contra ONP, publicado en su página
web el 7 de agosto de 2009.

81
César Abanto Revilla

aparece el cargo ni el nombre de quien suscribe el documento,


que a su vez ha sido emitido sin papel membretado ni sellos,
por lo que no genera certeza.
b) Los expedientes administrativos y la carga de la prueba
Como hemos señalado, el Tribunal ha dispuesto como nueva regla la
presentación –por parte de la ONP– del expediente administrativo del
asegurado o pensionista accionante, a fin de que su revisión permita al
juzgador evaluar las pruebas presentadas en sede judicial con aquellas
actuadas en la vía administrativa, cotejándolas para generar convicción
con relación al pronunciamiento, sin embargo, vemos que –en la prác-
tica– las pruebas que se presentan con la demanda en ocasiones son las
mismas que obran en el legajo, por tanto, se estaría duplicando la eva-
luación y revisión que se practicó en sede administrativa.
Expediente Nº 00015-2009-PA/TC(168)
(...)
6. Que mediante escrito del 16 de setiembre de 2009, obrante a fojas
13 y siguientes, el demandante señala que no cuenta con los origi-
nales de los documentos solicitados, por lo que se solicitó a la ONP
que entregue copia fedateada de estos dado que obran en el expe-
diente administrativo Nº 12100140696. (…)
7. Que mediante escrito de fecha 12 de enero del año en curso, la
emplazada remite copia fedateada del expediente administrativo de
otorgamiento de pensión de jubilación efectuada por el demandan-
te. De los documentos obrantes en este se concluye que no coadyu-
van a generar convicción sobre el período adicional de aportes que
–según el demandante– faltaría reconocer, es decir, el período entre
1954 y 1968.
8. Que no debe dejar de precisarse que la carga de la prueba corres-
ponde al demandante y que éste, conforme a los parámetros estable-
cidos en la sentencia y Aclaración Nº 4762-2007-PA/TC, no ha lo-
grado acreditar las aportaciones adicionales que reclama, por lo que
la demanda deberá ser declarada improcedente; quedando expedita
la vía para que acuda al proceso a que hubiera lugar.

(168) Proceso de amparo seguido por Manuel Cotos Moreno contra ONP, publicado en su página
web el 25 de marzo de 2010.

82
Sistema Nacional de Pensiones

El juzgador debe tener presente que no toda la documentación referida


a la vida laboral del asegurado figura en el legajo administrativo, sino
únicamente aquella presentada por este y la recabada durante las inspec-
ciones practicadas por el IPSS y la ONP.
En tal sentido, partiendo del principio de la carga de la prueba, recogi-
do por el artículo 196 del Código Procesal Civil, que resulta aplicable
también en sede constitucional de amparo previsional, y establece que
“quien afirma un hecho que sustenta su pretensión, deberá probarlo”, en
aquellos casos en los cuales el accionante no adjunte a su demanda do-
cumentos adicionales a los que figuran en su expediente administrativo,
la pretensión debería ser declarada infundada.
c) Particularidades requeridas a los libros de planillas
En la modificación que el Decreto Supremo Nº 063-2007-EF realizó al
artículo 54 del Reglamento, en cuanto a los documentos con los cuales
se podrían acreditar los aportes anteriores a julio de 1999, los libros de
planillas fueron considerados la prueba capital.
En dicho escenario, es necesario revisar las precisiones que respecto a
este documento han establecido los fallos posteriores y complementa-
rios del Caso Tarazona, como aquel que señala que deben verificarse
mes a mes el periodo declarado por el accionante, pues existen lapsos en
los cuales el asegurado dejó de laborar, que no deberán ser incluidos en
el cómputo de las aportaciones para pensión.
Expediente Nº 00296-2008-PA/TC(169)
11.4 (…)
En suma se aprecia que según los documentos (número 11.1) la ac-
tora trabajó de modo ininterrumpido, pero según los libros de pla-
nillas presentados existen meses donde no figura el actor (números
11.2 y 11.4). Tal circunstancia determina, en este caso concreto, que
la presunción utilizada por este Tribunal quede desvirtuada con la
información obtenida de los libros de planillas, que demuestra que
la demandante no se encuentra registrada en algunos meses, situa-
ción que no ha sido justificada en autos por la demandante.

(169) Proceso de amparo seguido por Hilda Altamirano Abregú contra ONP, publicado en su página
web el 31 de julio de 2009.

83
César Abanto Revilla

De la misma manera, se desconoce la validez de las planillas que han


sido presentadas con la demanda en copias certificadas notarialmente,
si la constancia de legalización es de fecha posterior a la entrega de las
mismas a la ONP, como indica el acta respectiva, pues deviene impo-
sible que un notario certifique el original de un documento que ya no
está en poder del empleador o la persona autorizada legalmente para su
tenencia.
Expediente Nº 02883-2009-PA/TC(170)
7. Al respecto, cabe señalar lo siguiente: a) a fojas 9 figura copia le-
galizada del acta de entrega y recepción de planillas de la Hacienda
Luperdi Villarreal José Andrés a la ONP, de fecha 31 de octubre de
2006, mientras que las copias legalizadas tanto de esta acta como
de los libros de planillas son de fecha 13 de agosto de 2007 y 17 de
diciembre de 2007, respectivamente (…).
8. El hecho de que la fecha de legalización de las copias sea posterior
a la entrega de los originales de los libros de planillas a la ONP ge-
nera dudas acerca de su verosimilitud puesto que la legalización de
copias se hace en base a los originales, los cuales ya habían sido en-
tregados a la emplazada. (…).
En cuanto a los documentos certificados, el Tribunal ha establecido en el
Expediente Nº 02298-2009-PA/TC(171) (fundamento 8) que aquellos le-
galizados por un notario al cual se le canceló previamente el título, son
irregulares y no califican como medio de prueba.
Consideramos que, independientemente de dichas situaciones par-
ticulares, el juzgador debería cotejar la legalidad de los libros de
planillas y los demás documentos mediante los cuales se pretende
acreditar las aportaciones, exigiendo el cumplimiento de todas las
formalidades previstas en las normas vigentes al momento de su
elaboración.

(170) Proceso de amparo seguido por Orlando Leyva Castañeda contra ONP, publicado en su página
web el 7 de octubre de 2009.
(171) Proceso de amparo seguido por Susana Jara Aragón contra ONP, publicado en su página web
el 11 de setiembre de 2009.

84
Sistema Nacional de Pensiones

Por ello, conforme a lo dispuesto por los artículos 2(172) y 6(173) del Decre-
to Supremo Nº 015-72-TR, debería verificarse que conste el registro de
las planillas ante la Autoridad Administrativa de Trabajo y la Caja Na-
cional del Seguro Social, y la numeración, sello y rúbrica –de cada hoja–
por la entidad laboral, para calificarlo como prueba idónea.
Para la entrega de planillas a la ONP existe un procedimiento aprobado
por Resolución Jefatural Nº 135-2002-JEFATURA/ONP(174).
d) Las liquidaciones de beneficios sociales y las boletas de pago
En lo que respecta a las liquidaciones, documento entregado al trabaja-
dor al concluir su relación laboral, precisando –entre otros– datos rela-
tivos a la fecha de ingreso, condición (obrero o empleado), etc., el Tri-
bunal ha considerado pertinente exigir –al igual que en el caso de los
certificados de trabajo– una constancia de los Registros Públicos que
acredite que el firmante era representante legal del empleador al mo-
mento de su redacción.
Expediente Nº 06171-2008-PA/TC(175)
8. Adicionalmente la recurrente anexa al cuadernillo del Tribunal
Constitucional la siguiente documentación:
- A fojas 9, obra la Liquidación de Beneficios emitida por la Clí-
nica A. Bedoya, donde se señala que la recurrente laboró desde
el 1 de setiembre de 1970 hasta el 4 de mayo de 1978, con lo
que acredita 7 años, 8 meses y 3 días, sin embargo, no se ob-
serva el cargo ni la representación de la persona que lo suscri-
be, además no obra en autos documento que acredite que di-
cha persona cuente con los poderes o representación para tales
efectos, por lo que no produce convicción a este Tribunal.

(172) Artículo 2.- Las planillas serán autorizadas por las Autoridades Administrativas de Trabajo
del lugar donde se encuentra situado el centro de trabajo.
Con tal fin el empleador presentará a dichas Autoridades una solicitud con los datos señalados
en el inciso b) del artículo siguiente acompañando los libros de planillas o las planillas en
hojas sueltas y, si el empleador es una persona jurídica, un testimonio de la escritura pública
de constitución con la indicación del tomo y folio de los Registros donde está inscrita. Las
planillas deberán estar en blanco.
(173) Artículo 6.- Las planillas, luego de haber sido autorizadas deberán ser registradas por la Caja
Nacional de Seguro Social o por el Seguro Social del Empleado, según corresponda.
(174) Publicada en el diario oficial El Peruano el 13 de setiembre de 2002.
(175) Proceso de amparo seguido por Esther Mena Navarro contra ONP, publicado en su página
web el 30 de julio de 2009.

85
César Abanto Revilla

En sentido similar se pronuncia el Tribunal respecto a las boletas


de pago, al exigir los requisitos previstos en los Decretos Supre-
mos Nº 015-72-TR y Nº 001-98-TR, es decir, el sello y la firma del em-
pleador o un representante.
Expediente Nº 04321-2008-PA/TC
7. El recurrente para que se le reconozcan los años de aportaciones
que la ONP no le ha reconocido para su jubilación adjunta la si-
guiente documentación:
- De fojas 23 a 32, en copia simple boletas de pago emitidos
por M. De Muro S.A. correspondientes a los periodos del
19/1/84 al 25/1/84; del 29/1/84 al 4/2/84; del 9/2/84 al 15/2/84;
del 23/2/84 al 29/2/84; del 8/3/84 al 14/3/84; del 15/3/84 al
23/3/84; del 24/3/84 al 28/3/84; del 5/4/84 al 11/4/84; del
25/4/84 al 31/4/84; con lo cual acredita 2 meses y 7 días de
aportes; sin embargo, no han sido suscritos por el empleador ni
lleva sello de la empresa, por lo cual no genera certeza. (…)
En efecto, con relación a las boletas de pago el artículo 12(176) del Decre-
to Supremo Nº 015-72-TR precisaba que los empleadores estaban obli-
gados a entregar a cada trabajador una boleta sellada y firmada por este
o por un representante.
El juzgador debe tener cuidado, como se ha indicado en puntos anterio-
res, pues existen casos en que se adjuntan boletas confeccionadas en im-
presoras láser o de inyección de tinta, o que incluyen conceptos remune-
rativos que no existían legalmente a la fecha de la presunta emisión de la
boleta.
e) El límite probatorio de las declaraciones juradas
La declaración jurada es una manifestación suscrita por el asegurado o
su empleador.

(176) Artículo 12.- El empleador está obligado a entregar a cada trabajador, al momento de pagarle
sus remuneraciones o las sumas correspondientes a otros derechos sociales, una boleta con-
teniendo los mismos datos que figuren en las planillas y la fecha de ingreso del trabajador, la
misma que será sellada y firmada por el empleador o por un representante suyo. El trabajador
firmará un duplicado de esta boleta en dicho acto o imprimirá en ella su huella digital si no
supiere firmar, debiendo quedar dicho duplicado en poder del empleador.
La firma en el duplicado de esta boleta no implicará renuncia por el trabajador a cobrar las
sumas que este considere no figuran en la boleta.
No será necesaria la firma de los trabajadores en las planillas.

86
Sistema Nacional de Pensiones

En el primer caso, por mandato del Decreto Supremo Nº 082-2001-TR


–derogado por el Reglamento de la Ley Nº 29711– se permitía al traba-
jador acreditar hasta cuatro años de aportaciones realizadas como ase-
gurado obligatorio, siempre que cumpla los parámetros y requisitos for-
males establecidos por la citada norma(177).
En cuanto a las declaraciones juradas del asegurado, el Tribunal ha re-
saltado su falta de idoneidad como medio de prueba de las aportaciones,
al ser un documento elaborado de forma unilateral por el accionante,
cuya objetividad es relativa, en tanto no se encuentre acompañado por
otros elementos complementarios que corroboren su información:
Expediente Nº 00270-2009-PA/TC(178)
9. Al respecto, para acreditar las aportaciones adicionales reclamadas,
el recurrente ha presentado cuatro Declaraciones Juradas emitidas
por él mismo (fojas 2 a 5), sin embargo, al no constituir prueba idó-
nea suficiente para demostrar los periodos aportados, pues no se
encuentran corroboradas con otros medios probatorios adicionales,
como certificados de trabajo, boletas de pago, liquidación de tiem-
po de servicios, resumen de aportaciones, entre otros, corresponde
desestimar la presente demanda.
En lo que respecta a las declaraciones juradas del empleador, se precisa
que solo podrán ser consideradas medio probatorio adicional e idóneo,
si son suscritas por representante legal debidamente acreditado, y, ade-
más, se afirma que se procedió con la retención –de manera efectiva– de
las aportaciones del asegurado al SNP.
Expediente Nº 04449-2009-PA/TC(179)
5. Que, sobre el particular, conviene mencionar que para sustentar lo
precisado en los referidos certificados de trabajo, el recurrente úni-
camente ha presentado las Declaraciones Juradas del empleador
(fojas 8 y 9), las cuales no constituyen documentación adicional
idónea que sustente los periodos de aportaciones alegados, pues-
to que conforme al artículo 54 del Reglamento del Decreto Ley

(177) Con relación a los criterios para la aplicación de esta norma, ver el Expediente Nº 02844-
2007-PA/TC, proceso de amparo seguido por Sofía Aclari de Quispe contra ONP, publicado
en su página web el 18 de marzo de 2008.
(178) Proceso de amparo seguido por Bernardo Chafalote Champa contra ONP, publicado en su
página web el 21 de mayo de 2009.
(179) Proceso de amparo seguido por Práxedes Cornejo López contra ONP, publicado en su página
web el 26 de marzo de 2010.

87
César Abanto Revilla

Nº 19990, la declaración jurada del empleador solo podrá ser toma-


da en cuenta cuando esté suscrita por el representante legal, debién-
dose acreditar tal condición con la copia literal de la ficha emitida
por Registros Públicos, en la que se señale que existió la correspon-
diente retención al Sistema Nacional de Pensiones a favor del ase-
gurado, lo cual no ocurre en el presente caso.
Resulta discutible que se exija una afirmación de retención de las apor-
taciones, en tanto se contravendría lo dispuesto en el artículo 70 del De-
creto Ley Nº 19990, interpretado por el Tribunal precisamente en el pre-
cedente del caso Tarazona.
f) La falta de idoneidad de otros documentos complementarios
El SNP unificó a los antiguos regímenes pensionarios de los obreros y
empleados, cada uno de los cuales contaba con una caja de pensiones en
la que se registraba y depositaba las cotizaciones derivadas de los servi-
cios prestados a favor de determinado empleador.
El trabajador se inscribía en dichas cajas, a través de la suscripción de la
ficha o cédula correspondiente, documentos que consignaban los datos
básicos del asegurado y de su empleador, así como el sello y la firma de
este último.
Con relación de estas fichas o cédulas de inscripción, el Tribunal señala
que se trata de documentos que solo dan cuenta del registro del trabaja-
dor como asegurado obligatorio de determinado empleador, pero no re-
sultan idóneos para acreditar los años laborados y aportados a los regí-
menes que antecedieron al SNP.
Expediente Nº 04619-2008-PA/TC(180)
7. El recurrente, para que se le reconozcan los años de aportaciones
que la ONP le ha desconocido y así poder acceder a una pensión de
jubilación adjunta la siguiente documentación:
- A fojas 10, en copia simple una ficha emitida por la Caja Na-
cional de Seguro Social del Obrero, donde se señala al deman-
dante como asegurado obligatorio, cuyo exempleador es la Li-
brería e Imprenta Rirene; sin embargo, al no acreditarlo con
otros documentos, además de no señalarse el tiempo que laboró
con su exempleador, no otorga certeza en este Tribunal.

(180) Proceso de amparo seguido por Joel Asurza Olaechea contra ONP, publicado en su página
web el 6 de agosto de 2009.

88
Sistema Nacional de Pensiones

El mismo criterio se aplica en el referido fallo para rechazar –como me-


dio de prueba de una relación laboral y/o aportes– los Reportes de Vín-
culo Laboral emitidos por la ONP, con la información obrante en su base
de datos (SCIEA).
Expediente Nº 04619-2008-PA/TC
(…)
- A fojas 12, en copia simple un Reporte Vínculo Laboral emiti-
do por Sistema de Consulta Individual de Empleadores y Ase-
gurados de la ONP, donde se señala como empleador del recu-
rrente a El Virrey Industrias Musicales, teniendo como fecha
de inicio el 11 de marzo de 1970; sin embargo, al no acredi-
tarlo con otros documentos, además de no señalarse el tiem-
po que laboró con su exempleador, no otorga certeza en este
Colegiado.
También se recurre a este criterio para rechazar las constancias de
Orcinea –a cargo de la ONP, desde 1994–, al no acreditar periodos espe-
cíficos de aporte. Debe tenerse en cuenta la poca confianza que brinda
la información de esa base de datos, ante la cantidad de documentos que
no fueron registrados oportunamente.
Expediente Nº 02036-2008-PA/TC(181)
9. A fojas 5 de autos obra la Carta 12096-2005-ORCINEA/GO/ONP,
emitida por ORCINEA - ONP, en la que se indica que el recurrente
laboró para la Compañía Agrícola Lercari Lummis S.A. y que estu-
vo inscrito en el Fondo de Retiro del Chofer Profesional. No obs-
tante, cabe señalar que dicho documento no es idóneo para acredi-
tar periodo de aportación alguno, toda vez que en el mismo no se
ha consignado un periodo laboral cierto que permita determinar si
reúne los aportes necesarios para acceder a la pensión que reclama.
Finalmente, tampoco se admite como medio probatorio idóneo para
acreditar aportes la copia certificada de denuncia policial que informa
la “destrucción” de la documentación del empleador, pues resultaría im-
posible cotejar de manera directa la existencia de una relación laboral,
lo que es fundamental en la actualidad, ante la existencia de cientos de
empleadores “de fachada” o “fantasma”.

(181) Proceso de amparo seguido por Julio Aylas Oriundo contra ONP, publicado en su página web
el 20 de octubre de 2009.

89
César Abanto Revilla

Expediente Nº 02991-2009-PA/TC(182)
5. Que en el cargo de notificación de fojas 14 del cuaderno del Tribunal,
consta que la actora (…) presentó un escrito con fecha 18 de noviem-
bre de 2009 (fs. 6 del cuaderno del Tribunal), habiéndose limitado a
adjuntar la documentación que obra en autos, entre la que se encuen-
tra la copia certificada de una denuncia policial (fs. 13) que demues-
tra la destrucción de la documentación de su empleadora, por lo que
no es posible acreditar las aportaciones; (…) la demanda debe ser
declarada improcedente, sin perjuicio de lo cual queda expedita la
vía para que acuda al proceso a que hubiere lugar.
g) La acreditación de los aportes de los asegurados facultativos
Como hemos señalado anteriormente, asegurado facultativo es el traba-
jador que realiza actividad económica independiente y decide inscribir-
se en el SNP, siendo responsable de la declaración y pago de sus aporta-
ciones, de forma directa y personal.
En tal sentido, sobre la acreditación de las cotizaciones de dichos asegu-
rados, el Tribunal ha precisado que solo podrán validarse judicialmente
las aportaciones acreditadas con las boletas, vouchers o formularios de
pago en el banco de todas las cuotas declaradas.
Expediente Nº 04916-2008-PA/TC(183)
8. Para el reconocimiento de los años de aportaciones la recurrente ad-
junta la siguiente documentación:
- A fojas 5 obra en copia simple la Resolución Nº 0100-CEN-
70 emitida por el Seguro Social del Empleado, que señala que
la demandante se inscribió en la Continuación Facultativa del
Seguro Social del Empleado a partir de diciembre de 1969; sin
embargo, no se adjunta las boletas de pago correspondientes a
las aportaciones, único medio de acreditación.
Este criterio también se aplica para los asegurados de continuación
facultativa.

(182) Proceso de amparo seguido por Juana Arce Chalco contra ONP, publicado en su página web
el 30 de marzo de 2010.
(183) Proceso de amparo seguido por Cecilia Abarca Castillo contra ONP, publicado en su página
web el 16 de junio de 2009.

90
CAPÍTULO III

Las prestaciones del Sistema Nacional


de Pensiones: invalidez, jubilación
y sobrevivientes
Las prestaciones del Sistema Nacional
de Pensiones: invalidez, jubilación
y sobrevivientes

I. PENSIÓN DE INVALIDEZ: SUPUESTOS Y CALIFICACIÓN

Como reconocen algunos autores(184), la pensión de invalidez es posiblemen-


te la menos jurídica de las prestaciones del SNP, pues la evaluación de la pérdida
de la capacidad de trabajo es un proceso médico-administrativo previsto por ley,
y quienes tienen derecho a percibir esa pensión serán solo aquellas personas que
son declaradas incapacitadas para laborar mediante una constatación clínica. Sin
un pronunciamiento médico favorable, la ONP no puede otorgar dicha pensión.
En el Decreto Ley Nº 19990, se considera inválido al asegurado que:
(i) Se encuentra en un estado de incapacidad física o mental prolongada o
presumida permanente, que le impide ganar más de la tercera parte de la
remuneración o ingreso asegurable que percibiría otro trabajador de la
misma categoría, en una labor igual o similar en la misma región; o,
(ii) Habiendo gozado del subsidio por enfermedad durante el plazo máximo
señalado por la ley(185), continúa incapacitado para el trabajo.
En tal sentido, puede afirmarse que la pensión de invalidez es la prestación
otorgada con una declaración de incapacidad física o mental emitida por una co-
misión médica, sujeta a los parámetros establecidos por el Decreto Ley Nº 19990,
su Reglamento y las normas complementarias, en tanto el asegurado acredite
–además– los años de aportación fijados bajo los supuestos previstos en los
artículos 25 y 28.

(184) AGUIRRE, Hernán (et ál). Pensión de invalidez. Proceso de evaluación y calificación de la
pérdida en la capacidad de trabajo, p. 178.
(185) De acuerdo con la Ley Nº 26790, el plazo máximo es de 11 meses y 10 días.

93
César Abanto Revilla

El Tribunal Constitucional ha establecido la obligatoriedad de cumplir el re-


quisito de los años de aportación para acceder a una pensión de invalidez, como
se precisa en el Expediente Nº 04442-2005-PA/TC(186), por tanto, si bien la de-
claración de incapacidad es el punto de partida para solicitar dicha prestación, el
otorgamiento final está supeditado a cumplir ambos requisitos.
Si el asegurado, al producirse la invalidez, contaba con 15 o más años de
aportes, no será necesario que esté cotizando a la fecha de contingencia, pero si
tenía más de 3 y menos de 15 años aportados, deberá acreditar 12 meses de apor-
tes en los 36 anteriores al hecho.
Junto con la solicitud de pensión se presenta un certificado médico de inva-
lidez emitido por una comisión médica de EsSalud, el Ministerio de Salud o una
Entidad Prestadora de Salud (EPS). Dicho documento deberá cumplir los requi-
sitos establecidos por el Decreto Supremo Nº 166-2005-EF(187) y la Resolución
Ministerial Nº 478-2006-MINSA(188), por la cual se aprobó la Directiva Sanitaria
Nº 003-MINSA/DGSP-V.01.
Si efectuada la verificación posterior se comprobara que el certificado médi-
co es falso o contiene datos inexactos, serán responsables de ello –administrati-
va, civil y penalmente– el médico que lo emitió, cada uno de los integrantes de la
comisión médica, el solicitante y quienes sean identificados como partícipes, en
la investigación correspondiente.
Para Almansa(189), las situaciones de necesidad que deben considerarse como
merecedoras de protección –por dicha prestación– serían las siguientes:
• La incapacidad laboral, que se traduce en defecto de ingresos, provoca-
do por la pérdida del salario a que da lugar la incapacidad provisional y
permanente;
• La necesidad de recuperar la validez psicofísica; y,
• La necesidad del inválido de reinsertarse en la vida laboral, para lo cual
el Estado deberá recurrir a medidas de empleo selectivo.
Cabe precisar que la fecha de incapacidad del asegurado (contingencia)
será la señalada en el certificado médico. Si no figura una fecha exacta en dicho

(186) Proceso de amparo seguido por Jacinto Dávalos Campos contra ONP, fallo publicado en su
página web el 14 de marzo de 2006.
(187) Publicado en el diario oficial El Peruano el 7 de diciembre de 2005.
(188) Promulgada el 18 de mayo de 2006.
(189) ALMANSA PASTOR, José. Derecho de la Seguridad Social, p. 416.

94
Sistema Nacional de Pensiones

documento, se tendrá en cuenta –como fecha de inicio– la de emisión del referi-


do certificado(190).
De igual manera, si el certificado médico no indica el porcentaje del me-
noscabo, pero sí señala que la incapacidad es total, no será necesaria una nueva
evaluación.
El porcentaje que corresponde al asegurado por el otorgamiento de pensión
de invalidez equivale al 50 % de la remuneración de referencia (artículo 27). En-
tendemos que ello es así, porque esta prestación se paga ante supuestos de incapa-
cidad para trabajar que –en la práctica– implican una interrupción del ciclo labo-
ral regular de una persona, por tanto, el monto de la pensión solo es una porción
de lo que pudo percibir en un escenario normal.
Resulta pertinente recordar, que si el inválido requiriera del cuidado perma-
nente de otra persona para efectuar los actos ordinarios de la vida (alimentarse,
trasladarse, bañarse, etc.), lo que –en la práctica– se conoce como “gran invali-
dez”, tendrá derecho al pago de una bonificación mensual –adicional a la pen-
sión–, cuyo monto será igual a una RMV: la suma de ambos conceptos no podrá
exceder del monto máximo (tope).
En los últimos diez años, se presentaron a nivel nacional muchos casos de
falsificación, adulteración y sustitución en la expedición de certificados médicos,
lo que llevó no solo a las reformas legislativas antes mencionadas, sino también a
la ejecución de acciones en sede administrativa –en atención al control posterior–
para verificar el verdadero estado de salud de los beneficiarios, citándolos para la
realización de nuevas evaluaciones, a las que algunos no asistían –conscientes de
la irregularidad– o que confirmaban la falsedad.
Cuando los pensionistas no se presentaban para que se les practique la nueva
evaluación, el pago de la prestación era suspendido, en cumplimiento de lo dis-
puesto por el artículo 35, que precisa que si un beneficiario dificulta o impide su
tratamiento, negándose –en forma expresa o tácita, como en estos casos– a cum-
plir con las prescripciones médicas, a someterse a comprobaciones de su estado,
o a observar las medidas de recuperación, rehabilitación o reorientación profesio-
nal. Esta medida se mantiene, en tanto se persista en dicha actitud, perdiéndose el
derecho al reintegro de las pensiones no pagadas.
De comprobarse que el pensionista no padecía un estado de invalidez o que el
porcentaje verdadero era insuficiente para acceder a esta prestación, se declaraba

(190) De acuerdo a lo dispuesto en el fallo del Expediente Nº 02513-2007-PA/TC, proceso de


amparo seguido por Ernesto Hernández Hernández contra Rímac Internacional Compañía
de Seguros y Reaseguros, fallo publicado en su página web el 8 de enero de 2009.

95
César Abanto Revilla

la caducidad de la pensión, conforme al literal a del artículo 33. La norma prevé


los siguientes supuestos:
a) Por haber recuperado el pensionista la capacidad física o mental o
por haber alcanzado una capacidad, en ambos casos, en grado tal que
le permita percibir una suma equivalente al monto de la pensión que
recibe;
b) Por pasar a la situación de jubilado, a partir de los 55 años de edad los
hombres y 50 las mujeres(191), siempre que tenga los años de aportes ne-
cesarios para acceder a este derecho y el beneficio –monto de la pen-
sión– sea mayor;
c) Por fallecimiento del beneficiario.
La caducidad de la pensión se establece a partir de la fecha de expedición del
certificado médico emitido como consecuencia del control posterior de la ONP.
Estas medidas administrativas –suspensión y caducidad– han sido va-
lidadas en sentencias del Tribunal Constitucional, como consta –por todos–
en los Expedientes Nº 04640-2008-PA/TC(192) y Nº 04722-2009-PA/TC(193),
respectivamente.

II. PENSIÓN DE JUBILACIÓN: REQUISITOS Y EVOLUCIÓN LEGAL

1. Requisitos de la pensión jubilatoria: edad y aportación

El envejecimiento es un hecho natural que tiene consecuencias jurídicas. Se-


gún el Banco Mundial(194), en 1990 unas 500 millones de personas –casi el 10%
de la población mundial– tenían más de 60 años. Para el 2030, el número de an-
cianos se triplicará. En el Perú, existen en la actualidad unas 2 millones de perso-
nas mayores de 65 años.
Al llegar a una edad avanzada, las facultades físicas y mentales disminuyen,
por tanto, sería injusto obligar a una persona a que continúe laborando, por ello,
es necesario contar con un reemplazo de sus ingresos. Esta es la preocupación
que inspiró la creación de la pensión de jubilación.

(191) Sin el descuento establecido por el artículo 44 (4 % por año adelantado).


(192) Proceso de amparo seguido por Miguel Taboada Chapa contra ONP, publicado en su página
web el 19 de octubre de 2009.
(193) Proceso de amparo seguido por Lucio Ramos Anco contra ONP, publicado en su página web
el 17 de mayo de 2010.
(194) BANCO MUNDIAL. Ob. cit., p. 1.

96
Sistema Nacional de Pensiones

La vejez es una contingencia que ha ido en aumento en las últimas décadas,


debido –en especial– el avance de la ciencia, que ha permitido prolongar la vida
humana más allá de los parámetros históricos, convirtiendo a la senectud en un
problema de financiamiento –a largo plazo– de los sistemas de pensiones, pues
los recursos aportados durante la vida laboral activa de los trabajadores resultan
cada vez más insuficientes para el pago de una pensión adecuada, tanto para el
afiliado como para sus derechohabientes.
La palabra “jubilación” deriva del hebreo “yobel” (jubileo o alegría), que era
el nombre de una fiesta solemne que los antiguos israelitas celebraban cada 50
años –siguiendo una ley de Moisés–, en que los campos no se cultivaban, los es-
clavos recuperaban su libertad y las tierras expropiadas retornaban a sus dueños.
Paradójicamente, se relaciona esta festividad con un momento penoso, pues al ju-
bilarse una persona deja de ejercer una actividad remunerada y se retira del mer-
cado laboral para percibir una prestación que –con suerte– representará el 45%
de sus ingresos(195).
En teoría, existen dos sistemas de jubilación: por edad y por años de servi-
cios. En el Perú, se utiliza el modelo de la edad en el SPP, mientras que el de años
de servicios se aplica en los Decretos Leyes Nº 19846 y Nº 20530, en los cuales
se denomina “pensión de cesantía”(196). En el SNP se utiliza un esquema mixto,
pues se exige una edad mínima y una cantidad específica de aportes, dependiendo
de la modalidad que corresponda(197).
En un modelo de reparto, como el SNP, los aportes de los asegurados –traba-
jadores en actividad– debería ser el sustento financiero para pagar las pensiones
de los actuales pensionistas, al igual que las pensiones de los hoy trabajadores
serán pagadas por los futuros asegurados, sin embargo, cada día existen menos
aportantes (morosidad)(198), lo que obliga al Estado a destinar mensualmente del
Tesoro Público un subsidio cercano a los US$ 50 millones, afectando el desarro-
llo de otros sectores.

(195) Tasa de retorno promedio del SNP al 31 de diciembre de 2011, según se indica en: MEN-
DIOLA, Alfredo (et ál). Análisis del Sistema Privado de Pensiones: Propuesta de reforma y
generación de valor, p. 49.
(196) En estos regímenes no se exige una edad mínima a los servidores para acceder a la
pensión.
(197) En el mismo sentido: ANACLETO GUERRERO, Víctor. Manual de Seguridad Social,
p. 121.
(198) En el SNP existe actualmente un millón de asegurados, sin embargo, solo se reciben los
aportes de un 50 %, pues los empleadores retienen la cotización pero no la entregan a la
Sunat.

97
César Abanto Revilla

La jubilación puede ser voluntaria u obligatoria(199). En este estudio, nos re-


feriremos a la primera –voluntaria–, supuesto en el cual el trabajador decide con-
cluir sus actividades laborales para iniciar su trámite ante la ONP.
Como se aprecia, la edad no solo constituye un requisito para acceder a una
pensión de jubilación, sino que la determinación del mínimo legal puede tener un
impacto negativo en el costo financiero del sistema previsional y de la economía
misma(200).

2. La determinación de la edad mínima

Uno de los principales objetivos de los sistemas de pensiones es suministrar


protección en la vejez, por tanto, una cuestión de primera importancia en los re-
gímenes que prevén la jubilación consiste en determinar la edad mínima en que
reconocerán dicha pensión.
Como precisa Gerig(201), la edad mínima que se fije puede tener repercusio-
nes en un país, pues condiciona el grado de satisfacción del régimen para los afi-
liados, al garantizar que cobrarán su prestación a partir del momento en que ya
no puedan trabajar; también influye en costo del sistema y en las cargas que este
impone a los trabajadores activos y los contribuyentes. El problema decisivo con-
siste en determinar dicha edad. Para este autor, los dos factores principales a to-
mar en cuenta son la pérdida de la capacidad para trabajar y la imposibilidad de
encontrar un nuevo empleo.
Si bien no todos los individuos envejecen al mismo ritmo, pues para algunos
llegará a los 50 años, mientras que para otros recién a los 70 u 80, dependiendo
de su condición física, razones hereditarias, entre otras causas, debe dejarse de
lado los casos específicos para establecer una edad referencial. Nunca podrá de-
terminarse con precisión la edad en que empieza a registrarse un fuerte índice de
incapacidad; en consecuencia, la decisión a tomar al fijarse la edad mínima será
arbitraria.

(199) Según el artículo 21 de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral (Decreto Supremo


Nº 003-97-TR), la jubilación es obligatoria y automática cuando el trabajador cumple 70 años
de edad. Sobre este tema, ver: CARRILLO CALLE, Martín. La jubilación obligatoria como
causa de extinción del contrato de trabajo, pp. 92-114.
(200) GILLION, Colin (et ál). Pensiones de seguridad social. Desarrollo y reforma. p. 635, en igual
sentido: ALMANSA PASTOR, José. Ob. cit., p. 453.
(201) GERIG, Daniel. “La edad de pensión en los regímenes de pensiones de vejez”, p. 4.

98
Sistema Nacional de Pensiones

Para Grzetich(202), además del problema demográfico (senectud), existen


otros factores que también afectan la base de los sistemas jubilatorios, como el
descenso de la tasa de natalidad, el impacto tecnológico (automatización) y la in-
formalidad laboral, lo cual ha originado una drástica disminución de los trabaja-
dores en actividad que sostenían la pirámide del modelo de reparto de recambio
generacional (pay as you go), en proporción inversa al incremento de la cantidad
de pensionistas.
Rendón(203) considera que la determinación de la edad mínima para jubilarse
debe resultar de la confluencia de los siguientes factores:
• La capacidad real de la persona para continuar trabajando.
• El costo de las pensiones.
• La necesidad de emplear a los desocupados y a los jóvenes.
• Los efectos sicológicos derivados del retiro del trabajo.
Con relación a este tema, deberán considerarse las recomendaciones que la
OIT expuso en el Convenio Nº 102 - Normas Mínimas sobre Seguridad Social
(artículo 26), y en el Convenio Nº 128 - Normas sobre prestaciones de Invali-
dez, Vejez y Sobrevivientes(204) (artículo 15), en los que se precisa que la vejez
es una contingencia cubierta a partir de la edad prescrita por la legislación de
cada país.
Ambos convenios prevén, sin embargo, una cláusula de flexibilidad, que
permite fijar una edad superior a los 65 años, cuando existan ciertos motivos
particulares, a saber:
• Teniendo en cuenta la capacidad de trabajo de las personas de edad
avanzada en el país de que se trate (Convenio Nº 102); o,
• Considerando criterios demográficos, económicos y sociales apropia-
dos, justificados por datos estadísticos (Convenio Nº 128).
Contradiciendo la tendencia mundial de elevar la edad jubilatoria, en el Perú
se discute cada cierto tiempo la posibilidad de reducir la edad mínima de 65
años a 60 y 55, según se trate de un asegurado hombre o mujer(205). Estos pro-
yectos legislativos carecen de un estudio actuarial que los respalde y parten de la

(202) GRZETICH LONG, Antonio. Concepto e importancia del régimen jubilatorio, pp. 19-20.
(203) RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit., p. 286.
(204) Aprobado el 29 de junio de 1967, y que aún no ha sido ratificado por el Perú.
(205) Por todos, puede verse el Proyecto de Ley Nº 354/2001-CR, presentado por la congresista
Dora Núñez Dávila.

99
César Abanto Revilla

premisa errada de que nuestra esperanza de vida es apenas 69 años –periodo


2000-2005–, con lo cual solo se percibiría la pensión de jubilación por cuatro
años; sin embargo, dicha cifra corresponde a la esperanza de vida “al nacer”,
cuando la variable que debe tenerse en cuenta es la esperanza “a los 65 años”, que
para los hombres es 80 años y para las mujeres 83(206), con tendencia a incremen-
tarse 2.5 años por quinquenio, a partir del 2015.
El Tribunal Constitucional ha señalado –en el Expediente Nº 07873-2006-
PA/TC(207)– que los ancianos forman parte de la política estatal de salvaguardia a
los más desprotegidos, de ahí la necesidad de realizar una protección particular y
diferenciada de las personas que están en la etapa de vida de la senectud. Tal pre-
cisión la efectuó al habilitar el acceso al amparo previsional de las personas ma-
yores de 90 años, aun en los supuestos de que sus reclamos no formen parte del
contenido esencial del derecho a pensión.

3. La evolución de las modalidades jubilatorias en el tiempo

El texto original del Decreto Ley Nº 19990 regulaba cuatro modalidades ju-
bilatorias, cada una de las cuales establecían diferentes requisitos de edad y apor-
tación, según se tratase de un asegurado hombre o mujer. Los supuestos eran los
siguientes:
Modalidad Años de edad Años de aportación

Régimen General 60 hombre 15 hombre


(artículos 38 y 41) 55 mujer 13 mujer

Régimen Especial 60 hombre +5


(artículos 47 a 49) 55 mujer

Pensión Reducida 60 hombre + 5 - 15 hombre


(artículo 42) 55 mujer + 5 - 13 mujer

Pensión Adelantada 55 hombre 30 hombre


(artículo 44) 50 mujer 25 mujer

En el Régimen Especial se exigían solo cinco años de aportaciones, pues es-


taba prevista para los asegurados de edad avanzada, razón por la cual se estable-
cía de forma adicional los siguientes requisitos concurrentes:

(206) Según datos del INEI al 31 de julio de 2013.


(207) Proceso de cumplimiento seguido por Juan Tueros del Risco contra ONP, fallo publicado en
su página web el 20 de agosto de 2007.

100
Sistema Nacional de Pensiones

• Haber nacido antes del 1 de julio de 1931 (hombres) o 1936 (mujeres).


• Haber estado inscrito en la Caja de Pensiones del obrero o del empleado.
La modalidad de Pensión Adelantada favorecía a aquellos asegurados que
iniciaron su actividad laboral en la juventud (18 a 25 años de edad), pues permi-
tía que se jubilen a partir de los 55 o 50 años, sin embargo, conlleva una reduc-
ción del 4 % por cada año de adelanto respecto a la edad del Régimen General.
En este supuesto existe un beneficio de reducción de años de aporte –15 o
13, según sea hombre o mujer– cuando el cese se produce por reducción o despe-
dida total del personal, conforme al Decreto Ley Nº 18471(208), circunstancia que
deberá acreditarse presentando una resolución emitida por la Autoridad Adminis-
trativa de Trabajo –o quien haga sus veces– calificando el cese del asegurado bajo
dicho circunstancia específica(209).
Al inicio de la década los noventa, el Estado dispuso una reforma económica
dentro de la cual se incluía la reestructuración del sistema de pensiones. Se im-
plementó el régimen privado paralelo (SPP), y, con la finalidad de desincentivar
la permanencia en el SNP y permitir la viabilidad financiera del régimen estatal,
se dictaron una serie de normas a efectos de regularizar el otorgamiento de sus
prestaciones.
En dicho escenario, el 19 de diciembre de 1992 fue publicado en el diario
oficial El Peruano el Decreto Ley Nº 25967, que entre otros aspectos dispuso que
para jubilarse en el SNP el mínimo de aportaciones sería 20 años, modificó la fór-
mula de cálculo de la remuneración de referencia –base para establecer el monto
final de la pensión–, y varió el esquema para determinar el tope máximo. De esta
manera quedaron derogadas las modalidades jubilatorias del Régimen Especial y
la Pensión Reducida.
Si bien resulta plenamente viable que un país pueda reformular las reglas
pensionarias según los requerimiento sociales y sus posibilidades económicas,
ello no puede darse a partir de contravenir preceptos constitucionales, y, en este
caso, la Única Disposición Transitoria de la citada norma establecía que las mo-
dificaciones deberían ser aplicadas incluso a las solicitudes en trámite, conllevan-
do a una aplicación retroactiva peyorativa, pues las nuevas reglas establecían re-
quisitos mayores a los fijados por el texto original del Decreto Ley Nº 19990, lo

(208) Supuestos regulados actualmente por el Decreto Supremo Nº 003-97-TR, Texto Único Orde-
nado del Decreto Legislativo Nº 728.
(209) En ese sentido –por todos–, el Expediente Nº 04861-2009-PA/TC, proceso de amparo seguido
por Víctor Vera Huachaca contra ONP, fallo publicado en su página web el 29 de enero de
2010.

101
César Abanto Revilla

que originó que muchos asegurados no pudieran acceder a una pensión jubilatoria
–al no contar con 20 años de aportación– u obtuvieran un monto menor de presta-
ción, por la variación en el cálculo de la remuneración de referencia(210).
La norma fue sometida a un proceso de inconstitucionalidad, que concluyó
el 26 de abril de 1997, al ser publicada en el diario oficial El Peruano la sentencia
recaída en el Expediente Nº 00007-96-I/TC, que si bien no declaró inconstitucio-
nal dicha norma, estableció en sus fundamentos 10 a 12 –en base a la teoría de los
derechos adquiridos(211)– que las nuevas reglas no podrían ser aplicadas a los ase-
gurados que al 18 de diciembre de 1992 –un día antes de entrar en vigencia dicha
norma– contaban con los requisitos de edad y años de aportación previstos en las
modalidades jubilatorias originales, aunque continuasen trabajando.
Por ejemplo, si Juan Pérez cumplió los requisitos antes del 19 de diciem-
bre de 1992, pero continuó laborando hasta 1998, la edad y aportaciones a exi-
gir serían las del texto original –sin modificación– y su pensión se determina-
ría en base al promedio de las doce remuneraciones asegurables previas a su
contingencia.
Posteriormente, el 18 de julio de 1995, fue publicada en el diario oficial El
Peruano la Ley Nº 26504, que fijó la edad jubilatoria –para hombres y mujeres–
en 65 años, en la modalidad del Régimen General(212), quedando a la fecha los si-
guientes supuestos:
Modalidad Años de edad Años de aportación

Régimen General 65 hombre / mujer 20 hombre / mujer

55 hombre 30 hombre
Pensión Adelantada
50 mujer 25 mujer

Cabe destacar que, como consecuencia del número considerable de pro-


cesos que fueron resueltos –por el Poder Judicial y el Tribunal Constitucio-
nal– a favor de los asegurados, invocando la aplicación indebida del Decre-
to Ley Nº 25967, en base a los fundamentos del Expediente Nº 00007-96-I/TC,

(210) Cabe recordar que la norma entró en vigencia el mismo día de su publicación; asimismo, que
en su artículo 10 se señalaba que no procedería ninguna acción de amparo dirigida a cuestio-
nar –directa o indirectamente– los efectos de su aplicación.
(211) Prevista por la Primera Disposición Final de la Constitución, que fuera modificada a partir
del 18 de noviembre de 2004, con la reforma aprobada por la Ley Nº 28389. Con relación a
dicho fallo: NEVES MUJICA, Javier. Los derechos adquiridos en materia pensionaria en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, pp. 165-186.
(212) El último párrafo del artículo 9 precisó que los 65 años no serían aplicables a los asegurados del
SNP que al 19 de julio de 1995 reunían la edad y años de aportación necesarios para jubilarse,
lo que constituía un respeto implícito de sus derechos adquiridos.

102
Sistema Nacional de Pensiones

se tuvo que dictar la Ley Nº 27561(213), que dispuso la revisión de oficio –y la


rectificación– de los expedientes administrativos que cumplieran los paráme-
tros jurisprudenciales. Este mandato alcanzó también a los procesos judiciales
en trámite(214).
Dejamos constancia, que la modalidad jubilatoria que corresponde al asegu-
rado se va a determinar de acuerdo con los requisitos que este cumpla a la fecha
de la contingencia, conforme al artículo 80 del Decreto Ley Nº 19990, por tanto,
el llegar a los 65 años de edad con posterioridad al otorgamiento de una Pen-
sión Adelantada no va a originar que el beneficiario pueda variar dicha mo-
dalidad –sustrayéndose de la reducción del 4 %– y acceda al Régimen General,
invocando supuestos de jubilación “definitiva” o “normal”, que nunca han estado
previstos en las normas del SNP(215).
Finalmente, precisamos que en el segundo párrafo del artículo 38 del Decre-
to Ley Nº 19990 se prevé la posibilidad que por Decreto Supremo(216) se fijen eda-
des de jubilación inferiores –hasta en 5 años– a las señaladas, para los trabajado-
res que realizan labores en condiciones particularmente penosas o que implican
un riesgo para la vida o la salud.
Dicho precepto permitió la creación de regímenes especiales que favore-
cieron a ciertos sectores ocupacionales, como los trabajadores mineros (Decre-
to Supremo Nº 001-74-TR y Ley Nº 25009), los aviadores comerciales (Decreto
Supremo Nº 006-78-TR), los de construcción civil (Decreto Supremo Nº 018-82-
TR), entre otros, sobre los cuales se ampliará en el cuarto capítulo de este libro.

4. Los supuestos especiales de jubilación

a) Ley Nº 27803: Pensión jubilatoria adelantada


Uno de los principales efectos negativos de la reforma estructural de los
noventa fue el despido masivo –y en muchos casos irregular– de traba-
jadores del Estado. Posteriormente se nombraron comisiones encarga-
das de revisar la legalidad de estos ceses colectivos, lo que originó la

(213) Publicada en el diario oficial El Peruano el 25 de noviembre de 2001.


(214) Como se aprecia de la Resolución Suprema Nº 392-2001-EF, publicada en el diario oficial
El Peruano el 28 de julio de 2001.
(215) En ese sentido –por todos–, el Expediente Nº 01112-2002-AA/TC, proceso de amparo seguido
por Oswaldo García López contra ONP, fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 3 de
junio de 2003.
(216) Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, previo informe del Consejo Directivo Único
de los Seguros Sociales y los Estudios Técnicos y Actuariales correspondientes.

103
César Abanto Revilla

implementación de una serie de recomendaciones a través de la Ley


Nº 27803(217), que dispuso –entre otros aspectos– formar una Comisión
Ejecutiva para evaluar las solicitudes sobre ceses irregulares en el Sec-
tor Público y Gobiernos Locales.
Quienes obtuvieron una opinión favorable de la Comisión Ejecutiva
fueron inscritos en el Registro Nacional de Trabajadores Cesados Irre-
gularmente (RNTCI), e incluidos en una de las cuatro listas que –hasta
la fecha– han sido publicadas en el diario oficial El Peruano. De acuer-
do con los parámetros establecidos en dicha norma, los trabajadores po-
drían elegir entre uno de los siguientes beneficios:
• Reincorporación o reubicación laboral.
• Compensación económica.
• Capacitación y reconversión laboral.
• Pensión jubilatoria adelantada.
Para ser beneficiarios de esta pensión jubilatoria adelantada, solo ten-
drían que acreditar 20 años de aportación –no 30, ni 25–, además, de
manera excepcional se les reconocería hasta 12 años de cotización, por
el periodo comprendido desde la fecha efectiva de cese hasta la entrada
en vigencia de la citada ley, en tanto no hubieran reiniciado actividad la-
boral directa con el Estado.
Cabe precisar que los años adicionales se reconocen en tanto sean nece-
sarios para que el trabajador alcance los 20 años mínimos de aportación.
Por ejemplo, si Juan Pérez tiene 13 de cotización, de los 12 años excep-
cionales solo se le otorgarán 7 años de aportes.
A efectos de determinar la fecha de la contingencia se tendría en cuenta
los siguientes referentes, dependiendo de la lista en la cual estuvo inclui-
do el trabajador:
• Primera, Segunda y Tercera Lista: 2 de octubre de 2004.
• Ley Nº 29059(218): 6 de julio de 2007.
• Decreto de Urgencia Nº 025-2008(219): 25 de junio de 2008.
• Cuarta Lista: 5 de agosto de 2009.

(217) Publicada en el diario oficial El Peruano el 29 de julio de 2002.


(218) Publicada en el diario oficial El Peruano el 6 de julio de 2007, esta norma, entre otros aspec-
tos, permite el cambio de opción, del beneficio de reincorporación o reubicación laboral al de
pensión de jubilación adelantada (Tercera Disposición Complementaria, Transitoria y Final).
(219) Publicado en el diario oficial El Peruano el 24 de junio de 2008.

104
Sistema Nacional de Pensiones

La edad que el asegurado tuviera en las fechas señaladas es la que se


toma de referencia para el descuento del 4 % por cada año adelantado.
La remuneración de referencia para obtener el monto de la pensión
inicial de la pensión jubilatoria adelantada se determina de acuerdo
a lo dispuesto en el Decreto Supremo Nº 013-2007-TR y sus normas
complementarias.
b) Ley Nº 29451: Pensión jubilatoria conyugal y para las uniones de
hecho
Como hemos señalado en el capítulo anterior, en la actualidad, el prin-
cipal escollo para que los asegurados del SNP accedan a pensión es la
acreditación de los años aportados.
Para tratar de solucionar –en parte– este problema, la Ley Nº 29451(220)
ha incorporado en el Decreto Ley Nº 19990 el artículo 84-A, que crea
un régimen especial de jubilación a favor de las sociedades conyugales
y las uniones de hecho, cuyos miembros –asegurados ambos al SNP–
no tengan, por separado, los años mínimos de aportación, pero juntos sí
puedan originar una prestación previsional que los pueda beneficiar.
De acuerdo a lo establecido por la citada ley y su Reglamento, aprobado
por el Decreto Supremo Nº 116-2010-EF(221), los requisitos exigidos son
los siguientes:
• Ambos asegurados deben tener una edad mínima de 65 años.
• La suma de los aportes de ambos asegurados debe sumar como mí-
nimo 20 años.
• Para las sociedades conyugales, un matrimonio civil con una anti-
güedad mayor a 10 años.
• Para las uniones de hecho, una convivencia permanente y estable
de más de 10 años, que será acreditada mediante sentencia judicial
firme.
• Los asegurados no deben percibir pensión jubilatoria de algún régi-
men previsional u otro que otorgue prestaciones económicas perió-
dicas del Estado.

(220) Publicada en el diario oficial El Peruano el 20 de noviembre de 2009.


(221) Publicado en el diario oficial El Peruano el 23 de mayo de 2010.

105
César Abanto Revilla

Esta prestación es considerada un bien social: los beneficiarios deberán


constituir una cuenta mancomunada. El monto de la pensión se determi-
nará en base al promedio de las remuneraciones de ambos cónyuges o
convivientes y se le aplicará el mínimo del SNP.
De fallecer uno de los beneficiarios –sea cónyuge o conviviente– el so-
breviviente recibirá una pensión de viudez en un porcentaje equivalente
al 50%. Solo se origina pensión de orfandad –la norma no alude a la de
ascendientes– tras la muerte de ambos miembros.

5. La diferencia de requisitos por razón de género(222)

Como hemos visto, al analizar la determinación de la edad mínima y los años


de aporte, el legislador ha previsto rangos diferentes para los asegurados hom-
bres y mujeres.
El trato diferenciado por razón de género posiblemente tuvo por sustento el
hecho de que al dictarse las normas pensionarias de los regímenes públicos, a me-
diados de los setenta, el acceso de la mujer al mercado laboral era restringido, por
la prevalencia de la ideología entonces imperante, sin embargo, en la actualidad
no tendría justificación y –a nuestro entender– debería ser suprimido, en concor-
dancia con el principio de igualdad, fijándose en las normas previsionales requi-
sitos idénticos para ambos géneros.
El Tribunal Constitucional, con ocasión de analizar los requisitos adicionales
que se le exigían al hombre –respecto de la mujer– para acceder a una pensión de
viudez, en el régimen del Decreto Ley Nº 20530, ha señalado en los fundamen-
tos 144 a 146 de la sentencia recaída en el Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, los
siguientes argumentos:
a) La diferencia de trato que usualmente los regímenes pensionarios dis-
pensan a los hombres y a las mujeres, no debe ser enfocada desde la
perspectiva formal del derecho a la igualdad en la ley, sino que debe ser
abordada bajo la directriz material que informa al derecho a la igualdad,
según la cual el Estado está obligado a adoptar medidas (legislativas)
para compensar jurídicamente a grupos marginados económica, social o
culturalmente, a través de mecanismos como la “acción positiva” o “dis-
criminación inversa” (fundamento 144).

(222) Sobre este tema nos hemos pronunciado anteriormente: ABANTO REVILLA, César. Criterios
jurisprudenciales relevantes sobre la acreditación de requisitos pensionarios, pp. 39-40.

106
Sistema Nacional de Pensiones

b) Para analizar la razonabilidad de las reglas de acción positiva, se debe


recurrir a la presunción de exclusión social contra determinados co-
lectivos que por su historia de subyugación y minusvaloración social
a la que han sido sometidos, no pertenecen al grupo dominante que
participa, debate y crea las normas jurídicas, existiendo un amplio
margen de presunción de constitucionalidad en las medidas a favor
de los colectivos minoritarios y socialmente postergados, que pue-
dan considerarse dentro de estos criterios específicos. Por ejemplo,
las mujeres, determinados grupos étnicos, religiosos, etc. (fundamen-
to 145).
c) Si bien en años recientes ha existido un importante grado de incorpo-
ración de la mujer en tareas de orden social en las que nunca debió es-
tar relegada (acceso a puestos laborales, participación política, etc.),
no puede considerarse que en la realidad peruana dicha tarea se en-
cuentre consolidada. Las medidas que exigen menos años de edad o
de aportaciones a la mujer para acceder a una pensión se encuentran
estrictamente orientadas –a través de disposiciones ponderadas– a fa-
vorecer al colectivo femenino, en el entendido que la realidad social
impone concederles un mayor apoyo para asegurarles una vida acorde
al principio de dignidad, por tanto, es una auténtica “acción positiva”
en favor de la mujer.

III. PENSIÓN DE SOBREVIVIENTES: MODALIDADES Y REFORMAS

Es la prestación otorgada a determinados derechohabientes o dependientes


del asegurado o pensionista que fallece, en tanto cumplan –a la fecha del deceso–
los requisitos previstos por la ley. Constituye un sustituto del ingreso que perci-
bía el causante.
Las modalidades de pensión de sobrevivientes reconocidas en el SNP son las
siguientes:
• Viudez
• Orfandad
• Ascendientes
El derecho a una pensión de sobrevivientes no se adquiere por el solo he-
cho de tener un nexo filial o sanguíneo con el causante, sino que es indispensable
cumplir los requisitos previstos en la norma previsional.

107
César Abanto Revilla

Esto nos demuestra que los beneficios derivados de las prestaciones para so-
brevivientes se someten a las reglas del Derecho previsional, no a las del Dere-
cho civil (sucesorio)(223).

1. Pensión de viudez

Tiene derecho a esta pensión el (la) cónyuge sobreviviente, siempre que el


matrimonio (civil) se hubiera celebrado por lo menos un año antes del falleci-
miento del causante. En el supuesto que el asegurado o pensionista tuviera 60 o
50 años, según fuera hombre o mujer, al momento de la celebración del matrimo-
nio, se exigirá un plazo de dos años.
Este requisito temporal no será exigible en los siguientes casos de excepción:
a) Que el fallecimiento del causante se haya producido por accidente;
b) Que tengan o hayan tenido uno o más hijos comunes; y
c) Que la viuda se encuentre embarazada a la fecha del fallecimiento.
Si el cónyuge sobreviviente fuera hombre, además del supuesto temporal se
le exigen los siguientes requisitos adicionales:
(i) Que sea inválido o mayor de 60 años; y
(ii) Que haya estado a cargo de la asegurada o pensionista.
El hecho de que el legislador imponga cargas adicionales al hombre para ac-
ceder a pensión de viudez –en palabras del Tribunal(224)– no es inconstitucional,
pero sí desproporcionado el que se le apliquen copulativamente, por tanto, estos
requisitos deberían ser considerados como criterios de evaluación a utilizarse in-
dependientemente en cada caso concreto, con una interpretación siempre en be-
neficio del reclamante, no de modo peyorativo.
En cuanto a la condición jurídica del beneficiario, la norma alude al térmi-
no “cónyuge”, lo que implica la existencia de un matrimonio civil, por tanto, le-
galmente está excluido el integrante de una unión de hecho; sin embargo, en un
fallo previo(225) –que no constituye precedente vinculante– el Tribunal interpretó
el artículo 53, considerando al conviviente beneficiario de la pensión de viudez,

(223) En el mismo sentido: ALONSO OLEA, Manuel. Instituciones de Seguridad Social, p. 229.
(224) Expediente Nº 00050-2004-AI/TC (fundamentos 147 y 148), proceso de inconstitucionalidad
en contra de las Leyes Nº 28389 y Nº 28449, fallo publicado en el diario oficial El Peruano
el 12 de junio de 2005.
(225) Expediente Nº 06572-2006-PA/TC, proceso de amparo seguido por Janet Rosas Domínguez
contra ONP, publicado en su página web el 14 de marzo de 2008.

108
Sistema Nacional de Pensiones

siempre que se acredite la existencia de la unión por medio de pruebas idóneas


para ello.
Esta sentencia, partiendo de un concepto amplio y moderno del instituto fa-
milia, que –en su opinión– trasciende al matrimonio, considera que las normas
sobre viudez previstas en el Decreto Ley Nº 19990 incurren en una inconstitucio-
nalidad sobreviviniente, pues en la época en que fueron elaboradas (1973) la figu-
ra de la unión de hecho no existía aún en nuestro ordenamiento nacional, siendo
incluida recién con la Constitución de 1979 y el Código Civil de 1984, razón por
la cual –por ejemplo– sí se reconoce al conviviente como beneficiario de la pen-
sión de viudez en el SPP; por ello, al existir una incompatibilidad temporal, esta
norma deberá interpretarse bajo la configuración constitucional de 1993.
En nuestra opinión, la unión de hecho es una relación que –entre otros aspec-
tos– da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de sociedad de ganan-
ciales, lo cual muestra que el legislador la equipara al matrimonio en cuanto a la
protección patrimonial(226), pero en la medida que la pensión es un derecho distin-
to al de propiedad y que las prestaciones de sobrevivientes –como la viudez– for-
man parte de su contenido adicional(227), será este –y no el juzgador– el que deter-
mine sus particularidades, por tanto, una reforma del citado artículo debe gestarse
necesariamente en el Congreso de la República.
Cabe señalar que el artículo 51 (inciso a) y el artículo 46 del Reglamento del
Decreto Ley Nº 19990 prevén el acceso a pensión de sobrevivientes para los ca-
sos de asegurados que fallecen sin contar con los requisitos para jubilarse, pero
sí con los años de aportes a que hacen referencia los artículos 25 (de 3 a 15) y 28
(mínimo un año). Es decir, que la norma considera –en mérito a una presunción–
que el causante tenía derecho a pensión de invalidez, si –a la fecha del deceso–
cumplía los parámetros previstos por los citados artículos, aunque el fallecimien-
to no hubiere sido antecedido de una invalidez real.
El monto máximo de la prestación de viudez es igual al 50 % de la pen-
sión de invalidez o jubilación que percibía o hubiera tenido derecho a percibir el
causante.
Dejamos constancia que, de contraer matrimonio, al pensionista de viu-
dez se le otorgará –por una sola vez– una asignación final equivalente a doce

(226) En el mismo sentido: GONZÁLES, César y ÁNTOLA, Mariella. “La seguridad social en
las uniones de hecho. Comentarios a propósito de recientes pronunciamientos del Tribunal
Constitucional respecto de la pensión de viudez de la conviviente”, pp. 293-294. A favor del
reconocimiento de una pensión de viudez para los convivientes, con anterioridad al fallo citado:
MARCOS RUEDA, Eduardo. “Las uniones de hechos en los sistemas de pensiones”, p. 12.
(227) Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, fundamento 108.

109
César Abanto Revilla

mensualidades de la pensión que percibía, sin que dicha asignación exceda el do-
ble del máximo mensual (tope)(228).

2. Pensión de orfandad

Tienen derecho a esta pensión los hijos del asegurado o pensionista fallecido:
a) Menores de 18 años.
b) Mayores de 18 años, incapacitados para el trabajo.
c) Mayores de 18 años, que sigan en forma ininterrumpida estudios del ni-
vel básico o superior de educación(229).
Para que subsista el derecho a pensión, el beneficiario debe haber estado es-
tudiando o en condición de inválido antes de los 18 años, a menos que al cumplir
dicha edad el centro educativo hubiera estado dentro de su periodo vacacional.
Para el otorgamiento de este supuesto es necesario que los estudios se efec-
túen de forma satisfactoria, término subjetivo que –en la práctica– implica que
los cursos asignados al pensionista en cada ciclo educativo (semestral o anual)
sean aprobados.
El beneficio de la pensión de orfandad no procede para estudios de idiomas,
posgrado, segunda profesión o segunda carrera técnica.
Como precisa el Tribunal, en el expediente antes citado (fundamento 154),
el deber del Estado de promover la educación, coadyuvando económicamente
al permitir el goce de una pensión de orfandad a los hijos mayores de edad,
exige –como contrapartida– el deber del beneficiario de mostrar un especial es-
fuerzo en culminar exitosamente sus estudios, de ahí que se exija que estos se si-
gan de forma ininterrumpida –dentro del periodo regular lectivo– y de manera
satisfactoria.
El texto original del artículo 57 señalaba que el monto máximo de esta pres-
tación sería –para cada hijo– el 20 % de la pensión de invalidez o jubilación
que percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante; sin embargo, el

(228) Decreto Ley Nº 19990, artículo 66.


(229) El texto original de la norma señalaba que este beneficio solo se otorgaba hasta los 21 años,
pero el literal b del numeral 2 de la parte resolutiva del fallo del Expediente Nº 00050-2004-AI/
TC ha declarado –por conexidad– la inconstitucionalidad del parámetro temporal, pues –para
el Tribunal– el referente para su extinción debe ser el momento en que el hijo culmina sus
estudios, no la edad.

110
Sistema Nacional de Pensiones

Expediente Nº 00050-2004-AI/TC ha declarado inconstitucional(230) –por conexi-


dad– dicho referente, incrementando a 50 % el porcentaje que corresponde en el
SNP a cada hijo con derecho a pensión de orfandad.
El sustento de dicha modificación está detallado en el fundamento 151 del
mismo fallo, si bien para el régimen del Decreto Ley Nº 20530, también es apli-
cable para el SNP:
• La pensión de jubilación es, por lo general, el único ingreso percibido
por el pensionista, y –en el común de los casos– los hijos menores de
edad y los mayores que siguen estudios básicos o superiores, no se en-
cuentran en capacidad plena para subsistir por sus propios medios, por
tanto, debe presumirse que en dichos supuestos la pensión representa un
ingreso indispensable para su subsistencia.
• El legislador se encuentra obligado a considerar que dicha presunción
es iure et de iure, pues el artículo 6 de la Constitución reconoce el dere-
cho y el deber de los padres de alimentar, educar y dar seguridad a sus
hijos.
• La norma permite que al fallecimiento del padre y/o la madre se sume
un perjuicio adicional al hijo, a saber, la reducción sustancial del monto
económico que resulta indispensable para su manutención, lo que im-
plica una afectación manifiesta del derecho fundamental a la pensión,
pues lejos de “elevar la calidad de vida” del sobreviviente (Constitución,
artículo 10), lo condena a ver seriamente mellada su capacidad econó-
mica de subsistencia.
• La disposición –de asignar un 20 % de porcentaje a la pensión de orfan-
dad– da lugar a un grave atentado contra el derecho del padre de tener la
certeza de que, incluso después de su muerte, su pensión podrá coadyu-
var en la educación, alimento y seguridad de sus hijos.
• La pensión de orfandad no debe ser menor a la de viudez, pues no exis-
te base razonable y objetiva que permita presumir que los hijos sobrevi-
vientes quedan en menor grado de necesidad que la viuda(o), tras el fa-
llecimiento del causante.
Cabe señalar, sin embargo, que el Tribunal incurre en error –u omisión– en
dicho fallo, en cuanto al SNP, pues si bien incrementó el porcentaje de la pen-
sión de orfandad de 20 a 50 % –medida positiva–, no modificó el supuesto de la
“doble orfandad” –huérfanos de padre y madre asegurados–, que continúa con un

(230) Literal d del numeral 2 de la parte resolutiva del citado fallo.

111
César Abanto Revilla

porcentaje de 40 %. Es decir, que un hijo podría tener un mayor monto de pen-


sión al fallecer uno de sus padres (50 %), respecto al hecho que murieran ambos
(40 %). Esto nos parece incongruente.
Dejamos constancia que, de concurrir un beneficiario de pensión de viudez
con hijos con derecho a orfandad, corresponderá el 50 % de la prestación del cau-
sante al cónyuge, y el 50 % restante se dividirá a prorrata –en partes iguales– en-
tre los hijos. De reducirse o aumentar el número de beneficiarios, el monto de las
prestaciones se reajustará en forma proporcional, sin exceder el porcentaje máxi-
mo que se puede percibir por cada pensión.

3. Pensión de ascendientes

Tienen derecho a esta pensión el padre o la madre del asegurado o pensio-


nista fallecido que, a la fecha del deceso de este, cumplan los siguientes requisi-
tos concurrentes:
a) Ser inválido o tener 60 –el padre– o 55 años de edad, la madre;
b) Depender económicamente del causante;
c) No percibir rentas superiores al monto de la pensión que le corresponde-
ría; y
d) No existir beneficiarios de pensión de viudez y orfandad, o, en el caso de
existir estos, quede saldo disponible de la pensión del causante, deduci-
das las pensiones de viudez y/u orfandad.
El monto máximo de la prestación de ascendientes será, para cada uno
de ellos, igual al 20 % de la pensión que percibía o hubiera podido percibir el
causante.
Dejamos constancia que el ascendiente que a la fecha del deceso del causan-
te no tenía derecho a una pensión de sobrevivientes, no lo adquirirá con poste-
rioridad a esa fecha, aunque se reduzca el número de beneficios de pensiones de
viudez y/u orfandad.

4. El capital de defunción

Como hemos señalado, las reglas aplicables a las pensiones de sobrevivien-


tes no se rigen por los criterios del Derecho civil (sucesorio), por tanto, existen
casos en los cuales, al fallecer un pensionista o asegurado con derecho a pensión
de jubilación o invalidez, sus familiares (derechohabientes) no cumplen todos los
requisitos legales para acceder a las prestaciones de viudez, orfandad y/o ascen-
dentes. No habría pensiones derivadas.

112
Sistema Nacional de Pensiones

En dicha circunstancia, se otorgará a favor de los familiares una asignación


equivalente a seis remuneraciones de referencia –sin exceder el monto de la
pensión máxima mensual, vigente a la fecha de fallecimiento del causante–, de
acuerdo con los parámetros previstos en los artículos 67 a 69 del Decreto Ley
Nº 19990 y la Ley Nº 28071(231).
La asignación se otorgará, en orden excluyente, a los siguientes familiares:
• Al cónyuge;
• A los hijos;
• A los padres; y
• A los hermanos menores de 18 años.
En caso de existir beneficiarios con igual derecho, el capital de defunción se
distribuirá en forma proporcional al número de ellos.
Si el monto de la asignación fuera menor al valor de la pensión mínima que
le hubiera correspondido al causante al momento de su fallecimiento, será nive-
lado a dicha suma.

IV. ASPECTOS COMPLEMENTARIOS DE LAS PENSIONES

1. La evolución de la fórmula de cálculo de la pensión

En el SNP, la base para determinar el monto de la pensión es la remunera-


ción o ingreso de referencia. La fórmula para calcular estos conceptos ha variado
a lo largo del tiempo.
En el texto original del Decreto Ley Nº 19990, se encontraba regulado en
los artículos 73 al 77, posteriormente modificados por el Decreto Ley Nº 25967
y la Ley Nº 27617, normas que fueran complementadas por el Decreto Supremo
Nº 099-2002-EF(232), que se aplica actualmente para determinar el monto de las
pensiones.
El artículo 73 señalaba que para el asegurado obligatorio y de continuación
facultativa la remuneración de referencia era igual al promedio mensual que re-
sultase de dividir entre doce el total de remuneraciones asegurables percibidas en
los últimos 12 meses consecutivos inmediatamente anteriores al último de apor-
tación, salvo que el promedio de los últimos 36 o 60 meses fuese mayor.

(231) Publicada en el diario oficial El Peruano el 26 de setiembre de 2003.


(232) Publicado en el diario oficial El Peruano el 13 de junio de 2002.

113
César Abanto Revilla

Para los asegurados facultativos, de acuerdo al artículo 74, se determinaría


en base al promedio de los ingresos asegurable de los últimos 60 meses.
El Decreto Ley Nº 25967 (artículo 2) estableció, a partir del 19 de diciembre
de 1992, que la remuneración de referencia se calcularía de la siguiente forma:
a) Para los asegurados que hubieran aportado durante 30 o más años, sería
igual al promedio mensual que resulte de dividir entre 36 el total de las
remuneraciones asegurables percibidas en los 36 meses consecutivos in-
mediatamente anteriores al último de aportación.
b) Para los asegurados que hubieran aportado durante 25 años completos
y menos de 30, sería igual al promedio mensual que resulte de dividir
entre 48 el total de las remuneraciones asegurables percibidas en los 48
meses consecutivos inmediatamente anteriores al último de aportación.
c) Para los asegurados que hubieran aportado durante 20 años completos
y menos de 25, sería igual al promedio mensual que resulte de dividir
entre 60 el total de las remuneraciones asegurables percibidas en los 60
meses consecutivos inmediatamente anteriores al último de aportación.
Esta variación de la fórmula de cálculo se aplicaría a los asegurados obliga-
torios y a los de continuación facultativa, pues no reformuló lo dispuesto por el
artículo 74.
El fallo recaído en el Expediente Nº 00007-96-I/TC estableció que esta mo-
dificatoria no se aplicaría a los asegurados que al 18 de diciembre de 1992 –un día
antes de entrar en vigencia la norma cuestionada– ya habían cumplido los requi-
sitos establecidos por el texto original para acceder a una pensión de jubilación.
En la actualidad, sin perjuicio que puedan aplicarse las reglas de los Decre-
tos Leyes Nº 19990 o Nº 25967 a algunos asegurados, dependiendo de la fecha
en que adquirieron su derecho a pensión, por cumplir los requisitos de edad y
aportación, se aplica el Decreto Supremo Nº 099-2002-EF, que establece –para
los asegurados nacidos con posterioridad al 1 de enero de 1947, obligatorios o
facultativos– que la remuneración de referencia será igual al promedio mensual
que resulte de dividir entre 60 el total de remuneraciones o ingresos asegurables
percibidos durante los 60 meses consecutivos inmediatamente anteriores al últi-
mo de aportación.
Cabe señalar que en todas estas normas se prevé que si durante los meses es-
pecificados –12, 36, 48 o 60– no se hubiese aportado por falta de prestación de
servicios por razón de accidente, enfermedad, maternidad, licencia con goce de
haber o paro forzoso, dicho periodo se sustituirá por igual número de meses con-
secutivos inmediatamente anteriores a dicha situación. Estos serían los únicos

114
Sistema Nacional de Pensiones

supuestos de sustitución, como ha reconocido el Tribunal Constitucional –por to-


dos– en el Expediente Nº 02082-2004-AC/TC(233).
Una vez determinada la remuneración o ingreso de referencia, al monto re-
sultante se le aplicará la pensión mínima o la máxima (tope), según corresponda,
pues estos son los extremos o parámetros entre los cuales fluctúa el valor de las
prestaciones en el SNP.
Para Rendón(234), la inflación hace indispensable actualizar el valor de las re-
muneraciones o ingresos percibidos por los trabajadores antes de su jubilación,
para conservar –dentro de lo posible– su valor real, proceso que, al igual que en
otros países, tendría que hacerse sobre la base de índices oficiales, mensuales o
por promedio anual.

2. La regulación de las pensiones mínima y máxima

a) La evolución de la pensión mínima


El texto original del Decreto Ley Nº 19990 no hace mención alguna al
concepto pensión mínima. Fue recién con la Ley Nº 23908, publica-
da el 7 de setiembre de 1984, que se introdujo dicha figura en el SNP,
precisándose (artículo 1) que sería equivalente a tres sueldos mínimos
vitales(235).
En 1984, la remuneración mínima –RMV, como la conocemos ahora–
se conformaba por tres elementos remunerativos(236), uno de los cuales
era el sueldo mínimo vital (Decreto Supremo Nº 018-84-TR), por tan-
to, podemos afirmar que la pensión mínima nunca fue igual a tres ve-
ces el ingreso del trabajador en actividad, sino que el legislador tomó
uno de sus componentes como referente –y lo multiplicó por tres– para
determinarla.
Si bien en un inicio la postura del Tribunal Constitucional se inclina-
ba por rechazar las demandas que reclamaban la aplicación de la Ley
Nº 23908(237), a inicios del 2003 emitió un fallo en el cual señalaba que

(233) Proceso de cumplimiento seguido por Luis Alfaro Avilés contra ONP, fallo publicado en su
página web el 6 de junio de 2005.
(234) RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit., p. 330.
(235) En el artículo 3 se establecían ciertas exclusiones de dicho beneficio, por ejemplo, para quienes
percibieran pensión de invalidez o de jubilación reducida (artículos 28 y 42).
(236) Bonificación suplementaria, bonificación por costo de vida y sueldo mínimo vital.
(237) Por todos, el Expediente Nº 00398-99-AA/TC, proceso de amparo seguido por José Moya
Aldana contra ONP, fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 19 de mayo de 2000.

115
César Abanto Revilla

tendrían derecho a una pensión mínima, bajo las reglas fijadas por di-
cha norma, quienes obtuvieron pensión hasta el 23 de abril de 1996, en
que el Decreto Legislativo Nº 817 estableció nuevos parámetros para su
determinación.
La escueta y cuestionada decisión, contenida en el Expediente
Nº 00703-2002-AC/TC(238), originó –entre el 2003 y 2006– la interposi-
ción de unas setenta mil demandas judiciales.
Pronunciamientos posteriores(239) determinaron que el beneficio solo al-
canzaría a quienes obtuvieron su pensión hasta el 18 de diciembre de
1992, pues el Tribunal consideró que el Decreto Ley Nº 25967, al modi-
ficar el cálculo de la remuneración de referencia, había variado también
–de manera implícita– la determinación de la pensión mínima, e incluso
se señaló expresamente que dicha prestación nunca fue igual a tres ve-
ces la RMV(240).
Pese a estas aclaraciones, algunos pensionistas solicitaban el recálculo
de su prestación –en aplicación de la Ley Nº 23908–, en la creencia que
sería fijada en tres RMV, lo que, en ejecución de sentencia, en ocasio-
nes originaba la reducción de la pensión otorgada, al ser menor el va-
lor de tres sueldos mínimos vitales –a la fecha de contingencia– respec-
to del monto de la pensión que percibían al momento de interponer su
demanda.
Para solucionar estos problemas, el Tribunal precisó –en el Expe-
diente Nº 05189-2005-PA/TC(241)– que para reclamar la aplicación de
la citada norma, el juzgador debía verificar si la condición de pensio-
nista se adquirió hasta el 18 de diciembre de 1992 (requisito temporal),
y si el monto de la pensión otorgada era menor a tres sueldos mínimos
vitales (requisito cuantitativo), de lo contrario, la demanda debería ser
rechazada.

(238) Proceso de cumplimiento seguido por Asociación Nacional de Obreros Municipales Pensio-
nistas contra ONP, fallo publicado en el diario oficial El Peruano el 20 de enero de 2003. Una
crítica detallada de esta decisión puede verse en: PARÉDEZ, Iván y ABANTO, César. “Ley
Nº 23908: Pensión mínima e indexación en el Sistema Nacional de Pensiones a partir de una
sentencia del Tribunal Constitucional”, pp. 11-15.
(239) Expediente Nº 01816-2002-AA/TC, proceso de amparo seguido por Rómulo Castillo Soto-
mayor contra ONP, publicado en el diario oficial El Peruano el 11 de marzo de 2004.
(240) Expediente Nº 00198-2003-AC/TC, proceso de cumplimiento seguido por Carlos Briones
Vigo contra ONP, publicado en su página web el 22 de noviembre de 2004.
(241) Proceso de amparo seguido por Jacinto Gabriel Angulo contra ONP, fallo publicado en el
diario oficial El Peruano el 13 de octubre de 2006.

116
Sistema Nacional de Pensiones

Con posterioridad a la Ley Nº 23908, la pensión mínima ha sido re-


gulada por el Decreto Legislativo Nº 817, el Decreto de Urgencia
Nº 105-2001, las Leyes Nº 27617 y Nº 27655 y la Resolución Jefatu-
ral Nº 001-2002-JEFATURA/ONP, que han establecido el monto de di-
cha prestación de acuerdo a la cantidad de años de aportación del ase-
gurado y el tipo de pensión. Los valores vigentes actualmente son los
siguientes:
Para pensionistas de jubilación
• Con 20 o más años de aportación S/. 415
• Con 10 años y menos de 20 de aportación S/. 346
• Con 6 años y menos de 10 de aportación S/. 308
• Con 5 años o menos de 5 de aportación S/. 270
Para pensionistas de invalidez S/. 415
Para pensionistas sobrevivientes S/. 270
Cabe precisar que la Ley Nº 27617 establece que los incrementos a la
pensión mínima –en el SNP– estarán a cargo del Tesoro Público.
Para Portal(242), el hecho de que la pensión mínima del SNP sea equi-
valente a un monto fijo de dinero, se aparta del criterio previsto por
el Convenio Nº 102 de la OIT, que indica que –para las prestaciones
de vejez– debería ser un porcentaje del total de las ganancias del be-
neficiario, anteriores a la contingencia; por tanto, la regulación actual
–validada por la jurisprudencia– constituiría una lesión al bloque de
constitucionalidad.
b) La evolución de la pensión máxima (tope)
El monto máximo de la pensión mensual (tope) está previsto como un
instituto de orden financiero, para atender la naturaleza solidaria (intrín-
seca) del sistema, que está basado en el reparto (fondo común), con la
finalidad de facilitar el pago de una pensión mínima a aquellos cuyos
aportes e ingresos les impediría acceder a una prestación digna.
En su texto original, el artículo 78 señalaba que el Consejo Directivo de
los Seguros Sociales, previo estudio actuarial, propondría al ministro de

(242) PORTAL GALDÓS, Alfredo. “La pensión mínima en los fallos del TC”. En: Diario oficial El
Peruano, edición del 7 de setiembre de 2005, p. 20.

117
César Abanto Revilla

Trabajo el monto máximo de las pensiones del SNP, que sería fijado por
decreto supremo, con la aprobación del Consejo de Ministros(243).
Dicho mecanismo fue utilizado los primeros años, fijándose la pensión
máxima en cifras específicas, hasta que el Decreto Ley Nº 22847(244) es-
tableció que a partir del 1 de enero de 1980 la pensión máxima sería
equivalente al 80 % de cinco RMV(245).
A partir del 19 de diciembre de 1992, el Decreto Ley Nº 25967 determi-
nó que la pensión máxima mensual sería un monto fijo(246), que podría
ser modificado por decreto supremo –con el voto aprobatorio del Con-
sejo de Ministros–, a propuesta del Consejo Directivo del IPSS.
Entendemos que el cambio se produjo para desvincular a la pensión
máxima de la RMV, no solo para separar lo previsional de lo laboral,
sino principalmente para evitar que cada vez que el ingreso mínimo fue-
ra aumentado, ello incidiera en el valor del tope del SNP.
Fue incrementada por los Decretos Supremos Nº 106-97-EF y Nº 056-
99-EF. Desde el 2001 asciende a S/. 857.36 (Decreto de Urgencia
Nº 105-2001).
En el pasado, algunos pensionistas pretendieron que se traslade la fór-
mula vigente antes del 19 de diciembre de 1992 (80 % de diez RMV)
para determinar su prestación, por la aplicación ultractiva del Decreto
Ley Nº 19990, en mérito al Expediente Nº 00007-96-I/TC, pero toman-
do en cuenta el valor de la RMV vigente a la fecha de su contingencia, lo
cual originó –en sede judicial– el otorgamiento de pensiones por encima
del tope, sin embargo, a partir del criterio establecido en el Expediente
Nº 01294-2004-AA/TC(247), ese reclamo carece de sustento.

(243) Según el inciso b de la Sexta Disposición Transitoria del Decreto Ley Nº 19990, el primer
tope del SNP ascendió a S/. 30,000 Soles Oro.
(244) Promulgado el 26 de diciembre de 1979.
(245) Dicho referente fue incrementado a siete y media RMV (Decreto Supremo Nº 078-83-PCM)
y, posteriormente, a diez RMV (Decreto Supremo Nº 077-84-PCM), parámetro vigente hasta
el 18 de diciembre de 1992.
(246) S/. 600 Nuevos Soles (artículo 3). En la medida que la RMV vigente en esa fecha ascendía a
S/. 72 Nuevos Soles (Decreto Supremo Nº 003-92-TR), el valor de la pensión máxima al 18
de diciembre de 1992 era S/. 576, monto menor al fijado por dicha modificatoria.
(247) Proceso de amparo seguido por Andrés Justiniano Llamogtanta contra ONP, fallo publicado
en su página web el 18 de enero de 2005. Si bien la sentencia no indica que se trate de un
precedente, este pronunciamiento ha sido utilizado como referente en el 2007 (2063 casos),
2008 (299 casos), 2009 (110 casos), 2010 (27 casos), 2011 (9 casos) y 2012 (6 casos), incluso
en el Expediente Nº 03130-2007-PA/TC (fundamento 8) se señala que sí sería jurisprudencia
vinculante.

118
Sistema Nacional de Pensiones

En efecto, en el fundamento 15 de dicha sentencia, el Tribunal precisa


que el beneficio de los derechos adquiridos –en el SNP– alcanzaría a la
aplicación de los requisitos (edad y años de aportación) y a la fórmula
de cálculo de la remuneración de referencia fijada por el Decreto Ley
Nº 19990, sin la modificación de 1992; sin embargo, no puede ser uti-
lizado al establecerse el mínimo o el máximo, que se rigen por las nor-
mas vigentes al momento de ser presentada la solicitud de otorgamiento
de pensión.
El Tribunal ha señalado(248), con relación al establecimiento de los
topes pensionarios, que su existencia obedece a razones esenciales,
a saber:
i) La disponibilidad económica del sistema de seguridad social; y
ii) El principio de solidaridad.
Dicho criterio no solo ratifica la pertenencia de la institución del tope al
principio de la solidaridad, sino el vínculo de la pensión –y sus varia-
bles– a la sostenibilidad financiera.
Cabe precisar, que la suma total que por concepto de pensión de jubi-
lación se otorgue a un asegurado, incluidos los incrementos por cónyu-
ge e hijos y la bonificación por edad avanzada(249), no podrán exceder el
monto máximo de pensión vigente a esa fecha, como señala el Decreto
Supremo Nº 099-2002-EF (artículo 4).
Dejamos constancia que algunos pensionistas han reclamado el otorga-
miento de pensión sin topes, invocando los Decretos Supremos Nº 140-
90-PCM y Nº 179-91-PCM, que en su momento fijaron los criterios de
cálculo de los aportes mensuales de los empleadores y trabajadores, dis-
positivos que –por su carácter remunerativo (tributario) y ser decretos
supremos– no podrían modificar al Decreto Ley Nº 19990, como reco-
noce el Tribunal Constitucional en el Expediente Nº 02746-2004-AA/
TC(250).

(248) Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, fundamento 100.


(249) Incremento del 25 % de la pensión a los beneficiarios –por derecho propio– al cumplir los 80
años de edad, dispuesto por la Ley Nº 26769, publicada en el diario oficial El Peruano el 9 de
abril de 1997. Esta norma ratificó el beneficio otorgado por la Resolución Nº 615-GG-IPSS-81.
(250) Proceso de amparo seguido por Fredeslinda Gadea Yerén contra ONP, fallo publicado en su
página web el 26 de enero de 2005.

119
César Abanto Revilla

3. El pago de los devengados e intereses legales

a) Devengados y reintegros: Evolución y fraccionamiento


Se consideran pensiones devengadas a las que deben ser pagadas desde
el día siguiente en que el asegurado adquiere la condición de pensionis-
ta (contingencia), incluyendo en dicho adeudo las generadas durante el
tiempo que dure el proceso administrativo –y, de ser el caso, el judicial–
de otorgamiento de pensión.
Por reintegro, entendemos al diferencial existente entre lo que se pagó
al pensionista y el monto que este considera que en realidad le corres-
pondería percibir por su prestación. Por ejemplo, Juan Pérez tiene una
pensión de S/. 500, pero –en mérito a su interpretación de las normas y
jurisprudencia pertinente–, entiende que su pensión debe ser S/. 800: en
este caso, existiría a su favor una eventual diferencia de S/. 300.
Para ambos casos resulta de aplicación el artículo 81, que establece que
solo se abonarán pensiones devengadas correspondientes a un periodo
no mayor de doce meses anteriores a la presentación de la solicitud del
beneficiario. Por ejemplo, Juan Pérez ha cesado en el 2008, con la edad
y años de aportación para jubilarse, sin embargo, recién solicita su pen-
sión el 1 de enero de 2013: solo tendría derecho a las pensiones deven-
gadas generadas a partir del 1 de enero de 2012, doce meses antes de
presentada su solicitud.
El derecho a solicitar el otorgamiento de una pensión es imprescripti-
ble, pero el pago de los devengados –y reintegros– sí está supeditado a
la presentación de la solicitud, lo cual implica que no existe necesaria-
mente una identidad entre ambas fechas.
La validez de ese criterio ha sido reconocida por el Tribunal Consti-
tucional –entre otros– en el Expediente Nº 02187-2003-AA/TC(251), al
señalar que la aplicación del artículo 81 para calcular los devengados,
como consecuencia de la demora en la presentación de la solicitud, no
implica la vulneración del derecho a pensión.
Cabe señalar que, como consecuencia del incremento de los procesos
judiciales contra la ONP –a finales de los noventa–, se dictaron nor-
mas que habilitaron el pago fraccionado de los devengados y reinte-
gros, mecanismo que aún se aplica en la actualidad, como se aprecia

(251) Proceso de amparo seguido por María Arroyo Cobián contra ONP, fallo publicado en su página
web el 31 de octubre de 2003.

120
Sistema Nacional de Pensiones

en la Ley Nº 28978(252). Esta modalidad de cancelación gradual de las


deudas del Estado ha sido reconocida como válida por el Tribunal Cons-
titucional(253), en mérito a lo establecido por la Segunda Disposición Fi-
nal y Transitoria de la Constitución.
b) Intereses legales: Obligación con origen jurisprudencial
En el Decreto Ley Nº 19990, su Reglamento y/o en sus normas com-
plementarias, no se hacía referencia a obligación alguna –por parte de
la administración previsional– de pagar intereses legales por los deven-
gados o reintegros de pensiones. Este derecho ha nacido a partir de un
mandato jurisprudencial.
En efecto, hasta la emisión del fallo recaído en el Expediente Nº 00065-
2002-AA/TC(254), a nivel judicial se discutía si era procedente el pago
de intereses legales –un concepto de naturaleza patrimonialista– en las
obligaciones de origen previsional, en las cuales prima el beneficio co-
lectivo respecto del individual. En apariencia, existía incompatibilidad
en el reconocimiento de dicha institución en el terreno pensionario.
El Tribunal dispuso, sin mayor precisión, que debía aplicarse el Código
Civil, pero dicha norma comprende –por su finalidad– intereses com-
pensatorios(255) o moratorios(256), y –por su origen– convencionales(257) o
legales. En materia pensionaria, solo podía referirse al interés moratorio
legal, pues no existe entre la ONP y los beneficiarios una contrapresta-
ción –a compensar– o un convenio privado.
Si bien hacia finales del 2008 no existía discusión respecto a la obliga-
ción del Estado en cuanto al pago de intereses legales por los devengados
de pensiones, en el SNP y demás regímenes previsionales, pues la Casa-
ción Nº 1128-2005-La Libertad(258) y el Expediente Nº 05430-2006-PA/

(252) Publicada en el diario oficial El Peruano el 21 de julio de 2006.


(253) Por todos, el Exp. Nº 00840-2004-AA/TC, proceso de amparo seguido por Pablo Gonzáles
Reyes contra ONP, fallo publicado en su página web el 15 de diciembre de 2004.
(254) Proceso de amparo seguido por Álvarez Príncipe de la Cruz contra ONP, fallo publicado en
su página web el 21 de abril de 2003. El Tribunal señaló –de manera escueta (fundamen-
to 3)– que la petición de pago de intereses legales debería estar amparada según lo expuesto
por los artículos 1242 y siguientes del Código Civil.
(255) Contraprestación por el uso del dinero o cualquier otro bien ajeno.
(256) Como indemnización por la demora en el pago de la obligación al acreedor.
(257) Cuando ha sido pactado por las partes intervinientes en un acuerdo.
(258) Sentencia de la Sala Transitoria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema,
fallo de fecha 6 de setiembre de 2006, recaído en el proceso contencioso seguido por Augusto
García Sandoval contra ONP.

121
César Abanto Revilla

TC(259) constituían precedentes vinculantes –del Poder Judicial y del Tri-


bunal Constitucional–, la duda se centraba en determinar la tasa a apli-
car: la efectiva –con capitalización– o la laboral(260).
Por un lado, la capitalización (anatocismo) está prohibida para obligacio-
nes que no sean cuentas mercantiles, bancarias o similares (Código Civil,
artículo 1249), pero, por el otro, tampoco podía utilizarse la tasa laboral, pues
en el Decreto Supremo Nº 070-98-EF (Sexta Disposición Transitoria, Com-
plementaria y Final) se precisaba que los aspectos relativos a los regímenes
previsionales en general, no eran de naturaleza laboral, sino de seguridad so-
cial(261). La discusión ha sido zanjada por la Ley Nº 29951(262).
Efectivamente, la Nonagésimo Sétima Disposición Complementaria de
esta norma prevé –con relación al pago de los intereses legales por adeu-
dos previsionales– lo siguiente:
“Dispóngase, a partir de la vigencia de la presente Ley, que el in-
terés que corresponde pagar por adeudos de carácter previsional es
el interés legal fijado por el Banco Central de Reserva del Perú. El
referido interés no es capitalizable de conformidad con el artícu-
lo 1249 del Código Civil y se devenga a partir del día siguiente de
aquel en que se produjo el incumplimiento hasta el día de su pago
efectivo, sin que sea necesario que el acreedor afectado exija ju-
dicial o extrajudicialmente el incumplimiento de la obligación o
pruebe haber sufrido daño alguno. Asimismo, establézcase que los
procedimientos administrativos, judiciales en trámite o en etapa de
ejecución, o cualquier adeudo previsional pendiente de pago a la fe-
cha, se adecuará a lo establecido en la presente disposición”.
En la medida que se está disponiendo la aplicación de una especie de
tasa mixta, pues no es efectiva, pero tampoco capitalizable –condición
inherente a dicha modalidad–, queda en manos de la jurisprudencia,
nuevamente, la definición final de este tema.

(259) Proceso de amparo seguido por Alfredo de la Cruz Curasma contra ONP, fallo publicado en
el diario oficial El Peruano el 4 de noviembre de 2008.
(260) Regulado por el Decreto Ley Nº 25920.
(261) Pese a ello, en el punto III del Tema Nº 1 del Pleno Jurisdiccional Distrital Civil de la Corte
Superior de Lima, celebrado el 13 de noviembre de 2009, se concluyó que los intereses legales
de las pensiones devengadas debían ser pagados con la tasa no capitalizable, aludiendo de
forma implícita a la laboral.
(262) Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2013, publicada en el diario oficial
El Peruano el 4 de diciembre de 2012.

122
CAPÍTULO IV

Los regímenes especiales del


Sistema Nacional de Pensiones

Evolución de la regulación
de la jubilación minera
Los regímenes especiales del
Sistema Nacional de Pensiones

Evolución de la regulación
de la jubilación minera

I. LOS REGÍMENES ESPECIALES DEL SNP

El SNP está conformado por los asegurados a que se hace referencia en los
artículos 3 y 4 del Decreto Ley Nº 19990, pero también por determinados grupos
de personas que –a lo largo del tiempo– han sido comprendidas dentro de dicho
régimen –por mandato legal expreso–, en mérito a lo dispuesto por el inciso f) de
su artículo 3, y por trabajadores que realizan labores en condiciones particular-
mente penosas o que implican un riesgo para la vida o la salud, a los cuales se les
ha fijado una edad y/o años de aportación inferiores a los previstos por la citada
norma para que accedan a una pensión de jubilación.
A ambos colectivos se les denomina regímenes especiales de pensión del
SNP.
En la medida que las reglas generales(263) del Decreto Ley Nº 19990 se apli-
can de forma supletoria en los regímenes especiales, se entiende que a partir
del 19 de diciembre de 1992 también se les exigirá 20 años mínimos de aportes
para acceder a una pensión de jubilación, según lo dispuesto por el Decreto Ley
Nº 25967.

(263) Para el cálculo de la remuneración o ingreso de referencia, pensión mínima y máxima (tope),
entre otros aspectos.

125
César Abanto Revilla

1. Grupos incorporados dentro del SNP

Si bien con anterioridad a la creación del SNP existían –de forma paralela a
las normas sobre pensiones de los funcionarios públicos y de los obreros y em-
pleados particulares– regímenes previsionales que protegían a grupos laborales
específicos, como la Caja de Asistencia Social de los vendedores callejeros de
diarios, revistas y billetes de lotería, la Caja de Beneficios Sociales de las empre-
sas eléctricas, el Fondo de Previsión Social de los servidores del Jockey Club del
Perú, la Caja de Beneficios y Seguridad Social del pescador, el Fondo de Retiro
del chofer profesional independiente, entre otros, algunos de estos no han sido
validados como tales por el Decreto Ley Nº 19990.
Por ejemplo, tenemos a los artistas, que contaban con un Fondo de Dere-
chos Sociales, creado por el Decreto Ley Nº 19479, quienes fueron incorporados
como asegurados obligatorios en el SNP por el inciso e del artículo 3, mientras
que –por el contrario– los vendedores callejeros de diarios, revistas y billetes de
lotería, fueron excluidos como régimen especial, como ha reconocido el Tribu-
nal Constitucional en el Expediente Nº 05017-2008-PC/TC(264), al rechazar la de-
manda mediante la cual exigían al Estado el cumplimiento de la Ley Nº 10674,
que debía incorporarlos dentro de los beneficios del Seguro Social, al tratarse de
una norma derogada.
En muchos casos, esta protección directa surge del hecho de que, por la na-
turaleza de la labor que desarrollan, no estaría plenamente identificada su condi-
ción formal como trabajadores, o no se podría precisar quién actúa como su em-
pleador, lo que impide o dificulta la asignación de una categoría (modalidad) de
aseguramiento, sea como obligatorios o facultativos.
Entre los regímenes más representativos, podemos mencionar a los siguientes:
a) A quienes ocupan cargos públicos, que –por mandato del Decreto Su-
premo Nº 046-86-PCM(265)– han sido incorporados como asegurados
obligatorios.
Bajo dicha definición se comprende a los representantes ante las Asam-
bleas Constituyentes(266), al Presidente de la República –en cuan-
to a las prestaciones de salud–, los Ministros de Estado, Senadores,
Diputados, Prefectos, Sub-Prefectos, Alcaldes, miembros del Jurado

(264) Proceso de cumplimiento seguido por la Federación Nacional de Vendedores de Diarios, Re-
vistas y Loterías del Perú contra EsSalud, fallo publicado en su página web el 12 de noviembre
de 2009.
(265) Publicado en el diario oficial El Peruano el 11 de setiembre de 1986.
(266) Con retroactividad al 28 de julio de 1978, a manera de regularización.

126
Sistema Nacional de Pensiones

Nacional de Elecciones, Ministerio Público y del Tribunal de Garantías


Constitucionales.
La norma no se aplica a quienes, por encontrarse en el régimen del De-
creto Ley Nº 20530 u otro, pudieran acumular su tiempo de servicios a
dichos regímenes.
b) A las amas de casa, que –por mandato de la Ley Nº 24705(267)– fueron
incorporadas como aseguradas facultativas.
Si bien a este grupo no se les considera formalmente como “trabajado-
ras”, no se puede negar, por un lado, la importancia de su labor en el sos-
tenimiento de la familia, que es uno de los elementos estructurales esen-
ciales de la sociedad; asimismo, el hecho de que –en el pasado– muchas
amas de casa dejaban de lado la realización de una vida laboral a fin de
abocarse plenamente al hogar, quedando desprotegidas –frente a una se-
paración o divorcio– al llegar a la vejez, de ahí la justificación de dicha
inclusión previsional.
c) A los choferes profesionales independientes, que –por mandato de la
Ley Nº 24827(268)– fueron incorporados como asegurados obligatorios.
Como anota Falcón(269), antes de la creación del SNP, la Ley Nº 16124
creó el Fondo de Retiro del Chofer, que fuera administrado por el Fondo
de Jubilación Obrera previsto por la Ley Nº 13640, al que debían inscri-
birse obligatoriamente, sea individualmente o a través de instituciones
gremiales. Dicho régimen fue absorbido por el SNP recién en 1988.
Están bajo la tutela de la norma los conductores debidamente autori-
zados que trabajan por cuenta propia en un vehículo, sea o no de su
propiedad.
Cabe señalar que, en su redacción, existiría una contradicción teórica,
pues el artículo 1 precisa que se les considera asegurados obligatorios;
sin embargo, el artículo 2 se indica que el pago de los aportes correspon-
dientes al empleador y asegurado estarían íntegramente a cargo de los
choferes; por tanto, los derechos y obligaciones que generen serán los
que rigen para los asegurados facultativos independientes.

(267) Publicada en el diario oficial El Peruano el 25 de junio de 1987. Para complementar los cri-
terios de aplicación de esta norma, se emitió la Directiva Nº 007-PEIPSS-87 del 16 de julio
de 1987.
(268) Publicada en el diario oficial El Peruano el 3 de junio de 1988.
(269) FALCÓN GÓMEZ-SÁNCHEZ, Francisco. Manual de Seguridad Social, pp. 72-73.

127
César Abanto Revilla

d) A los estibadores terrestres, que –por mandato de la Ley Nº 25047(270)–,


son incorporados como asegurados facultativos.
De acuerdo al artículo 1 de la norma, beneficiarios de este régimen son
los estibadores terrestres, transportistas manuales en carretillas y trici-
clos, que laboran en mercados, terminales terrestres o establecimientos
análogos, que no dependan exclusivamente de un solo empleador, quie-
nes aportarían al régimen de pensiones del IPSS.
A pesar de que la norma señalaba que los aportes se efectuarían al IPSS,
en el Reglamento(271) se ha precisado que el derecho a pensión de invali-
dez, jubilación y sobrevivencia, puede ser cubierto por el SNP o SPP, a
elección del trabajador.
Sin perjuicio de dicha observación, cabe indicar que también se dispo-
ne que los empleadores cuenten con un registro de información de los
trabajadores que les prestan servicios como estibadores y transportistas
manuales, en el cual se consignará:
• El nombre completo y el número del documento de identidad.
• Las horas trabajadas y la retribución percibida.
• El monto pagado por concepto de descanso vacacional de un mes.
• El monto mensual depositado en la cuenta del sistema financiero
por concepto de compensación por tiempo de servicios.
• El monto pagado por concepto de aporte a la seguridad social.
e) A los socios trabajadores de las cooperativas, que –por mandato del De-
creto Supremo Nº 030-91-TR(272)–, son incorporados como asegurados
obligatorios.
Esta norma tuvo como antecedente a los Decretos Supremos Nº 021-91-
TR y Nº 026-91-TR, que regularon las prestaciones de los trabajadores
de cooperativas, en los regímenes administrados por el IPSS, habiéndo-
se precisado –mediante el Decreto Supremo Nº 013-91-TR– que los so-
cios son trabajadores independientes, por tanto, tenían la calidad de pro-
pietarios-trabajadores, dueños de la empresa y su propia fuerza laboral,
razón por la cual debían ser considerados asegurados facultativos.

(270) Publicada en el diario oficial El Peruano el 16 de junio de 1989.


(271) Aprobado por el Decreto Supremo Nº 010-2011-TR.
(272) Publicado en el diario oficial El Peruano el 11 de setiembre de 1991.

128
Sistema Nacional de Pensiones

Pese a dicha precisión, la norma sustitutoria señala que se considerará


–a partir del 10 de marzo de 1991– a los socios trabajadores de coopera-
tivas, incorporados al SNP, como asegurados obligatorios, con los dere-
chos y obligaciones que les corresponden bajo dicha categoría.
Aunque la norma comentada no lo indica de manera expresa, las coope-
rativas asumirían la función de empleadores(273).
Dejamos constancia que algunos regímenes especiales, previstos con poste-
rioridad a la creación del SNP (1973) han sido derogados en el tiempo, como el
de los deportistas profesionales, regulado por el Decreto Ley Nº 21241(274), o el
de los trabajadores de servicios múltiples (hospedajes, casinos de juego, bingo,
bares, chifas, centros nocturnos, clubes sociales y ramos similares), previsto por
la Ley Nº 24896(275).
En el caso de los trabajadores del campo, regulado por la Ley Nº 24645(276),
cabe precisar que solo les reconoció el derecho de acceder al régimen de presta-
ciones de salud.

2. Grupos beneficiados con la reducción de los requisitos pensionarios

De acuerdo a lo establecido en el segundo párrafo del artículo 38, por decre-


to supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, previo informe del
Consejo Directivo Único de los Seguros Sociales y los estudios técnico y actua-
rial correspondientes, podía fijarse, en las condiciones que en cada caso se esta-
blezca, edades de jubilación inferiores hasta en 5 años a la señalada en el régimen
general (65 años), para aquellos grupos de trabajadores que realizan labores en
condiciones particularmente penosas o que implican un riesgo para la vida o la
salud, proporcionalmente creciente a la mayor edad de los trabajadores.
Desde la creación del SNP se han dictado normas que prevén el acceso a
pensión de jubilación para determinados colectivos laborales, en muchas opor-
tunidades con una reducción de la edad por encima del parámetro antes señalado
(hasta 5 años).

(273) FALCÓN GÓMEZ-SÁNCHEZ, Francisco. Ob. cit., p. 81.


(274) Publicado en el diario oficial El Peruano el 13 de agosto de 1975. Norma derogada por el
Decreto Legislativo Nº 328 - Ley General del Deporte.
(275) Publicada en el diario oficial El Peruano el 16 de octubre 1988. Norma derogada por el De-
creto Ley Nº 25988 - Ley de racionalización del sistema tributario nacional y eliminación de
sobrecostos.
(276) Publicada en el diario oficial El Peruano el 9 de enero de 1987.

129
César Abanto Revilla

Para Almansa(277), el establecimiento de jubilaciones especiales y anticipa-


das, que tienen de común denominador la antelación de la edad mínima de jubi-
lación, constituye un instrumento de políticas de empleo, mediante el cual se per-
sigue paliar la intensidad de la demanda de colocación, existente en el marco de
una economía con repliegue de sus índices de desarrollo.
En sede nacional, Romero(278) considera que el fundamento de reducción
de la edad jubilatoria está dado por el hecho de que el asegurado ya contribu-
yó económicamente, en forma suficiente, al margen de que tendrá una pensión
reducida, por tanto, el sistema no va a sufrir un desmedro económico financie-
ro de cuidado.
Potozén(279) precisa que la situación de la jubilación adelantada se debe ana-
lizar desde las vertientes de los interesados.
i) Respecto del Estado, no solo implica pagar pensiones a una edad menor
a la ordinaria, sino que –en el caso peruano– al haberse aumentado la
edad de jubilación, conlleva a que se abone –antes y por un plazo ma-
yor– dichas prestaciones, a pesar de la situación deficitaria en que se en-
cuentra el sistema público de pensiones, como consecuencia de los efec-
tos demográficos y el envejecimiento de la población.
ii) Respecto del asegurado, quien con el incremento de edad de jubila-
ción –a 65 años– y la reducción porcentual del monto de pensión por
el adelanto mismo –sobre 10 años, en lugar de los 5 que la norma ori-
ginal establecía–, se verá perjudicado en la determinación inicial de su
pensión.
Actualizando los parámetros establecidos en el texto original del artículo 38,
este autor indica(280) que los requisitos formales para implementar un régimen es-
pecial de pensión en el SNP serían los siguientes:
• La identificación del grupo de trabajadores vulnerables.
• La aprobación mediante norma expresa.
• El sustento o informe técnico, emitido por la ONP.
• La elaboración de los estudios técnicos y actuariales que respalden la
viabilidad de la propuesta.

(277) ALMANSA PASTOR, José. Ob. cit., p. 469.


(278) ROMERO MONTES, Francisco. La jubilación en el Perú, p. 181.
(279) POTOZÉN BRACO, Boris. La jubilación adelantada en el sistema de pensiones peruano.
pp. 329-330.
(280) Ibídem, p. 336. En sentido similar: RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge. Ob. cit., pp. 309-310.

130
Sistema Nacional de Pensiones

Entre los regímenes más representativos podemos mencionar a los


siguientes:
a) Trabajadores marítimos, fluviales y lacustres
De acuerdo con la Recomendación Nº 145 de la Conferencia Interna-
cional de Trabajo, celebrada en Ginebra (1973), y considerando que los
factores derivados de la crisis económica mundial repercutieron en el
ámbito portuario, disminuyendo las oportunidades de trabajo, fue dic-
tado el Decreto Ley Nº 21952(281), norma que permite a los trabajadores
marítimos, fluviales y lacustres –del Primer Grupo del país(282)– a jubi-
larse a partir de los 55 años de edad.
En la Ley Nº 27866 se señala que “trabajo portuario” es la actividad eco-
nómica que comprende el conjunto de labores efectuadas en los puertos
privados de uso público y en los puertos públicos de la República, para
realizar faenas de carga, descarga estiba, desestiba, trasbordo o movili-
zación de mercancías, desde o hacia naves mercantes, entre bodegas de
la nave y en bahía, incluyendo el consolidado y desconsolidado de con-
tenedores, efectuados dentro del área operativa de cada puerto.
Precisa dicha norma que el trabajador portuario es la persona natural
que, bajo relación de subordinación al empleador portuario, realiza un
servicio específico destinado a la ejecución de labores propias del tra-
bajo portuario, tales como, estibador, tarjador, winchero, gruero, porta-
lonero, levantador de costado de nave y las demás especialidades según
las particularidades de cada puerto.
Si bien el Decreto Supremo Nº 21, que aprobó el Reglamento de Capi-
tanías y de la Marina Mercante Nacional, fue derogado por el Decre-
to Supremo Nº 02-87-MA, y este –a su vez– por el Decreto Supremo
Nº 28-DE/MGP, estas normas no contemplan una clasificación de los
trabajadores marítimos en dos grupos, como sí lo establecía la primera
de las citadas.
En tal sentido, la inclusión de los trabajadores marítimos en dichas ca-
tegorías rige únicamente para aquellos que –dentro de la vigencia de
la norma– ingresaron a trabajar bajo este tipo de actividad, que son los
mismos a los que resultan de aplicación la Ley Nº 23370 y el Decre-
to Ley Nº 21952, por tanto, de acuerdo a los artículos 505 y 790 del

(281) Publicado en el diario oficial El Peruano el 5 de octubre de 1977. Norma modificada por la
Ley Nº 23370.
(282) Nacidos antes del 1 de junio de 1931.

131
César Abanto Revilla

Decreto Supremo Nº 21, consideramos que estos trabajadores se clasifi-


carían en dos grupos, a saber:
i) Primer grupo, conformado por el personal que se ocupa en la carga
y descarga de los buques, así como de las mercaderías en el mue-
lle: fleteros o balseros, lancheros, estibadores, acarreadores, guar-
dianes, patrones y motoristas de bahía, tarjadores, pescadores y
medidores.
ii) Segundo grupo, constituido por operarios de astilleros, diques y va-
raderos: calafates, carpinteros de ribera, mecánicos, caldeleros y
herreros.
La matrícula del personal es obligatoria, por tanto, constituye un requi-
sito indispensable para el desempeño de sus funciones o actividades.
De acuerdo con Potozén(283), los requisitos exigibles para jubilarse serían
los siguientes:
- Edad: 55 años
- Años de aportaciones:
• 5 años, los nacidos antes de julio de 1931
• 15 años, los nacidos después de julio de 1931
- Cálculo de la pensión: Se otorga el 50 % de la remuneración de re-
ferencia por los 5 primeros años. Este porcentaje se incrementará en
1.2 %, si exceden a los años indicados anteriormente. A los nacidos
con posterioridad a julio de 1931, se les otorga el 50 % de la remu-
neración de referencia por los 15 primeros años y el 2 % por cada
año que exceda a los indicados.
Si los 55 años de edad se cumplieron con posterioridad al 18 de diciem-
bre de 1992, se exigirá un mínimo de 20 años de aportaciones, de acuer-
do al Decreto Ley Nº 25967.
b) Pilotos y copilotos de la aviación comercial
Si bien es cierto el número de accidentes aéreos –por año– es considera-
blemente menor a los que se presenta en las carreteras(284), no cabe duda

(283) POTOZÉN BRACO, Boris. Ob. cit., pp. 338-339.


(284) La Oficina de Registro de Colisiones Aéreas - ACRO, por sus siglas en inglés (Aircraft Crashes
Record Office), indica que en el 2011 se suscitaron –a nivel mundial– 117 accidentes, mien-
tras que en el 2012, solo en el Perú, se registraron 95,692 accidentes de tránsito (<www.mtc.
gob.pe>).

132
Sistema Nacional de Pensiones

de que la profesión de piloto entraña, por sí misma, un riesgo que es in-


herente al ámbito en el cual se desarrolla.
Por ello, el Decreto Supremo Nº 004-78-TR(285) establece que los pilotos
y copilotos de la aviación comercial pueden jubilarse en los siguientes
supuestos:
• A los 55 años, los que hayan trabajado 5 años o más en esa condición.
• A los 56 años, los que hayan trabajado 4 años o más en esa condición.
• A los 57 años, los que hayan trabajado 3 años o más en esa condición.
• A los 58 años, los que hayan trabajado 2 años o más en esa condición.
• A los 59 años, los que hayan trabajado un año o más en esa condición.
Los años de labores antes señalados constituyen un requisito adicional a
las aportaciones exigibles, que son las correspondientes al Régimen Ge-
neral del Decreto Ley Nº 19990.
Se excluye tácitamente del régimen a otros trabajadores que prestan ser-
vicios en las aeronaves comerciales, como los sobrecargos, aeromozas,
pursers, etc.
c) Trabajadores de construcción civil
Las labores desempeñadas por estos trabajadores, por su naturaleza y
características, entrañan un permanente riesgo para la salud y la vida, al
originar un mayor desgaste físico, con relación a otras actividades, a lo
cual se suma el carácter eventual de dichos servicios, que se prestan en
dependencia múltiple, para diversos empleadores.
Por estas razones se dictó el Decreto Supremo Nº 018-82-TR(286), norma
que redujo la edad para acceder a jubilación de dichos trabajadores a 55
años, siempre que acreditasen haber aportado al menos 15 años en dicha
actividad o un mínimo de 5 años en los últimos 10 años anteriores a la
contingencia. A partir del 19 de diciembre de 1992, se les exige un mí-
nimo de 20 años de aportación.
Para Falcón(287), los trabajadores que se dedican a esta labor dependen
del grado de actividad en el ramo de la construcción, siendo, además
de eventual, un trabajo itinerante, pues –al igual que los agricultores de

(285) Publicado en el diario oficial El Peruano el 31 de marzo de 1978.


(286) Publicado en el diario oficial El Peruano el 23 de julio de 1982.
(287) FALCÓN GÓMEZ-SÁNCHEZ, Francisco. Ob. cit., p. 96.

133
César Abanto Revilla

temporada– están sujetos a la existencia de edificaciones y obras que ne-


cesiten de su concurso, de ahí su naturaleza esporádica.
El carácter eventual de las labores de construcción civil ha sido re-
conocido de manera expresa, como consta en la Resolución Jefatural
Nº 161-2001-JEFATURA/ONP(288), por la cual se exoneró a dichos tra-
bajadores del antiguo Procedimiento de Inscripción y Permanencia en el
SNP, pues al prestar servicios en diversas obras, tenían que informar de
forma periódica y reiterada del cambio de empleador, lo que justificaba
que se les brinde un tratamiento de excepción.
d) Periodistas profesionales, reporteros gráficos y camarógrafos
El periodismo es una profesión que cumple una de las funciones más
importantes dentro de la sociedad, al informar los hechos que constitu-
yen noticia, además, en las últimas décadas se ha posicionado como un
elemento fundamental en los acontecimientos políticos y económicos de
cada país; sin embargo, también conlleva una dosis de riesgo en su rea-
lización, pues –como se recordará(289)– muchos han sacrificado incluso
su vida, en el cumplimiento de dicha labor.
De acuerdo con la Ley Nº 24527(290), los periodistas profesionales, re-
porteros gráficos y camarógrafos, que laboren en forma permanente en
empresas periodísticas, radiales, de televisión o en agencias noticio-
sas, pueden acceder a pensión de jubilación si cumplen los siguientes
requisitos:
• Acreditar como mínimo de 55 o 50 años, según sea hombre o mujer.
• Haber aportado un mínimo de 15 años o 13 años, según sea hombre
o mujer. A partir del 19 de diciembre de 1992 se exigen 20 años.
• Acreditar 15 o más años –en la profesión– a la fecha de jubilación o
5 años continuos como periodistas, inmediatamente anteriores a esa
fecha.
También podrán jubilarse bajo la modalidad del Régimen Especial,
en tanto cumplan los requisitos previstos en el Decreto Ley Nº 19990
(artículos 47 a 49) antes del 19 de diciembre de 1992.

(288) Publicada en el diario oficial El Peruano el 5 de setiembre de 2001.


(289) Matanza de Uchuraccay (Ayacucho), del 26 de enero de 1983, en la que ocho periodistas y
un guía fueron asesinados por un grupo de comuneros, al ser confundidos con terroristas.
(290) Publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de junio de 1986. Norma modificada por
la Ley Nº 24795 y el Decreto Supremo Nº 022-86-TR.

134
Sistema Nacional de Pensiones

Como precisa Marcos(291), si el periodista ha trabajado en otras labo-


res, ajenas a su profesión, el tiempo cotizado puede ser acumulado para
cumplir el requisito de los 20 años de aportes, pero para acceder al ade-
lanto de la edad, bajo este régimen especial, deberá cumplir necesaria-
mente los supuestos antes mencionados.
En el caso de los reporteros gráficos y camarógrafos, no es indispensa-
ble que presenten título profesional o colegiatura, al ser considerados
periodistas por la norma comentada.
e) Trabajadores de la industria del cuero
Las labores con pieles de animales, para fines industriales, pueden divi-
dirse en tres fases:
• Preparación del cuero para el curtido, que incluye procesos como la
eliminación del pelo y la carne adherida
• Proceso de curtido, y
• Proceso de acabado, que incluye tareas mecánicas para dar forma y
alisar la piel, y métodos químicos para colorear, lubricar, suavizar y
aplicar un acabado superficial.
En la primera fase, existe riesgo de infección por zoonosis, proceden-
te de los cueros en bruto (ántrax). En la segunda, antes de curtirlas, las
pieles suelen tratarse con cloruro de zinc, clorofenoles y otros agentes
desinfectantes químicos, lo cual demuestra que en las labores de cur-
tiembre los trabajadores ponen en peligro manifiesto su salud.
De acuerdo con la Ley Nº 25173(292), los trabajadores de la industria del
cuero, comprendidos en el grupo ocupacional primario de curtidores y
pellejeros, pueden jubilarse a partir de los 55 o 50 años de edad, según
sean hombres o mujeres.
Los años de aportación exigibles son los que corresponden al Régimen
General del Decreto Ley Nº 19990.
Con relación a los regímenes especiales de pensiones, la OIT(293) expresa su
preocupación por los efectos negativos que las disposiciones sobre jubilación an-
ticipada pueden tener en el empleo, así como en los costos de las pensiones, pues
si bien son mecanismos que se introdujeron durante periodos de gran desempleo,

(291) MARCOS RUEDA, Eduardo. Los periodistas y la seguridad social, p. 17.


(292) Publicada en el diario oficial El Peruano el 5 de enero de 1990.
(293) OIT. Seguridad social: Un nuevo consenso, pp. 57-58.

135
César Abanto Revilla

para beneficiar a los trabajadores de avanzada edad, con la esperanza de crear ma-
yores posibilidades de empleo para los trabajadores más jóvenes, al haber dismi-
nuido el nivel de desempleo, son disposiciones que se han vuelto más restrictivas
en muchos sistemas de seguridad social o incluso han sido suprimidas. Esta situa-
ción paradójica se explica por una serie de factores:
i) La proporción de trabajadores de edad avanzada que perciben prestacio-
nes de desempleo sigue siendo relativamente alta, y esto incluye a mu-
chos trabajadores que, de hecho, no van a volver a trabajar.
ii) Los regímenes de jubilación a cargo de los empleadores contienen, a
menudo, fuertes incentivos para facilitar la jubilación anticipada.
iii) Incluso los trabajadores sin prestaciones de desempleo o derecho a per-
cibir jubilaciones privadas, dejan la población activa antes de haber al-
canzado la edad normal de jubilación; muchos de ellos son trabajadores
manuales para los cuales hay poca demanda y que tienen a menudo pro-
blemas de salud.
Pese a dichas observaciones, algunas de las cuales no se aplican a nuestra
realidad –por ejemplo, la referencia a las pensiones jubilatorias a cargo de los em-
pleadores–, creemos que los mecanismos de jubilación anticipada por edad para
los trabajadores sujetos a determinadas condiciones riesgosas para su vida y sa-
lud, que disminuyen su capacidad –física y/o mental– con mayor celeridad, res-
pecto a otras actividades laborales regulares, está plenamente justificada, como
en el caso de los trabajadores mineros, que vamos a desarrollar en el siguiente
acápite.

II. EVOLUCIÓN DE LA REGULACIÓN DE LA JUBILACIÓN


MINERA

1. El origen de la pensión de jubilación minera

La minería y la agricultura han sido, por décadas, los ejes principales de la


economía de nuestro país, sin embargo, como anota Marcos(294), escribir sobre el
aspecto social de las condiciones en que laboran los mineros, es más difícil que
difundir solamente los datos estadísticos y financieros de dicha actividad.
La situación laboral y previsional de los trabajadores mineros, en cualquier
parte del mundo, es sumamente complicada, pues las bajas remuneraciones y

(294) MARCOS RUEDA, Eduardo. Jubilación de los mineros peruanos, p. 23.

136
Sistema Nacional de Pensiones

el ambiente en que desarrollan sus actividades, muchas veces en condiciones


infrahumanas, conllevan a un acelerado deterioro físico y mental, que requiere un
tratamiento legislativo especial(295).
Como hemos señalado en el tercer capítulo de este libro, la pensión de jubi-
lación es una prestación económica que se otorga a causa de decaimiento de la
capacidad para laborar, originada en la edad avanzada (vejez) del asegurado; sin
embargo, en la medida que existen actividades cuya naturaleza implica un ries-
go para la vida y la salud, el legislador estableció en el artículo 38, antes mencio-
nado, que se podrían dictar normas que permitieran acceder a la jubilación con
una edad que fuera inferior –hasta en 5 años– a la estipulada para las modalida-
des regulares.
En atención a esta norma habilitante, se dictó el Decreto Supremo Nº 001-
74-TR, que permitía la jubilación de los trabajadores de las minas metálicas sub-
terráneas a partir de los 55 años de edad, de acuerdo con la siguiente escala:
• A los 55 años de edad, los que hubieran trabajado en dicha modalidad
por 5 años o más;
• A los 56 años de edad, los que hubieran trabajado 4 años;
• A los 57 años de edad, los que hubieran trabajado 3 años;
• A los 58 años de edad, los que hubieran trabajado 2 años; y
• A los 59 años de edad, los que hubieran trabajado por lo menos 1 año.
Sin embargo, en la medida que en la actividad minera existen modalida-
des que no se agotan en la prevista por dicha norma –minas metálicas subterrá-
neas–, el 25 de enero de 1989 fue publicada en el diario oficial El Peruano la Ley
Nº 25009 - Ley de Jubilación Minera, que contempla los siguientes supuestos:

Modalidad Edad Aportación Labor mínima

Mina subterránea 45 20 10

Mina de tajo abierto 50 25 10

Centro de producción 50 a 55 30 15

(295) Con relación a las condiciones en que se desarrolla la actividad minera, tomando como referente
el Informe sobre las condiciones de trabajo, seguridad y salud ocupacional en la minería del
Perú elaborado por el Equipo Técnico Multidisciplinario para los Países Andinos de la OIT
(2002), el Tribunal Constitucional se ha manifestado en el Exp. Nº 04635-2004-AA/TC.

137
César Abanto Revilla

Si bien esta norma prevé una reducción de la edad jubilatoria por encima
del parámetro establecido en el artículo 38 –hasta 5 años, respecto a la edad ge-
neral–, algunos autores opinan que dicha distorsión nunca ha sido mejor aplica-
da(296), considerando la naturaleza y condiciones de las labores que desarrollan los
trabajadores mineros.
A diferencia de la pensión de jubilación del SNP, en este régimen se exige,
además de la edad y años de aportación, un periodo mínimo laborado bajo la mo-
dalidad minera.
Para determinar la edad aplicable a la modalidad de centro de producción (50
a 55), debe recurrirse a la escala de exposición riesgosa contenida en el artículo 4
del Reglamento(297), que establece los siguientes criterios referenciales:

Tiempo de Tiempo de
Edad Riesgos profesionales
trabajo efectivo exposición riesgosa
50 años 15 años 7 años Neumoconiosis causada por polvos minerales y sílico-
tuberculosis.
Enfermedades causadas por el mercurio.
51 años 15 años 6 años Enfermedades causadas por intoxicación por plomo.
Enfermedades causadas por el berilio.
52 años 15 años 5 años Enfermedades causadas por intoxicación por fósforo.
Enfermedades causadas por el benceno u homólogos.
53 años 15 años 4 años Enfermedades causadas por derivados de nitrato y amó-
nicos tóxicos u homólogos.
Enfermedades causadas por el manganeso y cromo.
54 años 15 años 3 años Enfermedades causadas por radiaciones ionizantes.
55 años 15 años 2 años Enfermedades causadas por el sulfuro de carbono o el
arsénico, y otros como los traumas acústicos y la hipoa-
cusia definida.

En el concepto “centro de producción” se incluyen a los centros mineros, me-


talúrgicos y siderúrgicos, que –de acuerdo al Reglamento– son definidos como:
a) Centros mineros, lugares o áreas en que se realizan actividades directa-
mente vinculadas al proceso de extracción, beneficio, transformación,
fundición y refinación de los minerales (artículo 16).

(296) MARCOS RUEDA, Eduardo. Ob. cit., p. 23.


(297) Aprobado por el Decreto Supremo Nº 029-89-TR, publicado en el diario oficial El Peruano
el 24 de agosto de 1989.

138
Sistema Nacional de Pensiones

b) Centros metalúrgicos, lugares o áreas en que se realizan el conjunto de


procesos físicos, químicos o físico-químicos requeridos para concentrar
y/o extraer la sustancia valiosa de los minerales (artículo 17).
c) Centros siderúrgicos, lugares o áreas en que se realizan las actividades
de reducción de los minerales de hierro hasta su estado metálico en for-
ma de hierro cochino (artículo 18).
En la medida que los centros de producción son, en muchas ocasiones, lo-
cales en los que se desarrollan, en paralelo, las actividades vinculadas al proce-
samiento de los minerales y las labores de carácter operativo o administrativo,
constituye requisito indispensable –adicional a la edad, los años de aporta-
ción y el periodo mínimo en la modalidad– que el trabajador acredite de ma-
nera fehaciente que laboró expuesto a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e
insalubridad.
En ese sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, en el siguien-
te caso:
Expediente Nº 00386-2001-AA/TC(298)
5. De autos resulta que (…) trabajó como obrero, habiendo ocupado
los puestos de mozo, oficial, ayudante y almacenero en su primera eta-
pa laboral, y posteriormente como empleado, habiéndose desempeñado
como despachador de materiales, repuestos e insumos del almacén San
Juan, dependiente del Departamento de Control de Materiales de la Ge-
rencia de Materiales, labores que no acreditan fehacientemente que haya
estado expuesto a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad
(…).
Como se verifica, el solo hecho de haber laborado en un centro de produc-
ción no basta para acceder a los beneficios de la Ley Nº 25009, que está diri-
gida exclusivamente a los trabajadores que desarrollan una actividad minera
directa(299).
De lo expuesto en los puntos precedentes, se aprecia que existen particulari-
dades propias del régimen especial de jubilación minera, sin embargo, nos referi-
remos a continuación solo a aquellas que generan controversia en sede adminis-
trativa y judicial.

(298) Proceso de amparo seguido por Epifanio Huallpa Atocsa contra ONP, publicado en el diario
oficial El Peruano el 26 de febrero de 2002.
(299) En ese sentido nos pronunciamos anteriormente en: ABANTO REVILLA, César. La evolución
de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en el tratamiento de la pensión de jubilación
minera, p. 249.

139
César Abanto Revilla

2. La acreditación de labores en la actividad minera

Conforme a lo establecido por el artículo 196 del Código Procesal Civil(300),


la carga de probar corresponde a quien afirma un hecho que configura su preten-
sión; por tanto, un primer tema fundamental –en cuanto al régimen especial de
jubilación minera– será la exigencia de acreditar –por parte del accionante– que
las labores cuya tutela se pretende se encuentran dentro de los supuestos previs-
tos por la Ley Nº 25009.
En efecto, no es suficiente elemento de prueba la alegación del accionante,
en el sentido que habría laborado en una empresa minera, sino que debe acredi-
tarse documentalmente dicha afirmación, de manera tal que la titularidad del de-
recho invocado no deje –a vista del juzgador– margen alguno de duda, pues exis-
ten casos en que trabajadores vinculados a áreas operativas o administrativas de
una mina pretenden obtener una pensión –con los requisitos de edad y aportación
reducidos– al amparo de dicha norma.
El Tribunal Constitucional ha establecido este criterio desde hace casi una
década, como consta en el siguiente caso, en que un trabajador que se desempeñó
como mecánico para la Empresa Minera del Centro del Perú S.A., reclamó una
pensión jubilatoria:
Expediente Nº 03379-2004-AA/TC(301)
2. (…) para acceder a la pensión de jubilación minera no basta haber la-
borado en una empresa minera, sino acreditar encontrarse comprendi-
do en los supuestos del artículo 1 de la Ley Nº 25009, de jubilación mi-
nera, y de los artículos 2, 3 y 6 de su Reglamento, D.S. Nº 029-89-TR
(…), hecho que no ha sido demostrado con la documentación presenta-
da por el actor, más aún teniendo en cuenta que del certificado de traba-
jo obrante a fojas 3 se desprende que el demandante se desempeñó en el
cargo de mecánico II, no encontrándose, por lo tanto, comprendido en
los supuestos anteriormente mencionados.
En un caso similar, aunque relacionado con el mozo del restaurante del Depar-
tamento de Administración de un centro minero, el Tribunal señaló lo siguiente:

(300) Principio aplicable supletoriamente en el proceso constitucional y el contencioso-administra-


tivo, de acuerdo a lo establecido en las Leyes Nº 28237 y Nº 27584, respectivamente.
(301) Proceso de amparo seguido por David Meza Sedano contra ONP, publicado en el diario oficial
El Peruano el 1 de julio de 2005.

140
Sistema Nacional de Pensiones

Expediente Nº 09719-2006-PA/TC(302)
4. Se acredita con el certificado de trabajo de fojas 2, así como de la
cuestionada Resolución Nº 0000059028-2002-ONP/DC/DL 19990, que
el demandante laboró en la empresa minera Centromín Perú del 7 de
enero de 1965 al 23 de mayo de 1995; es decir, reúne un total de 30 años
de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, habiendo sido su úl-
timo cargo el de Mozo en el Departamento de Administración - Sección
Club Pas. (…)
Los fallos glosados ratifican que, tanto en la ley como en la jurisprudencia,
queda claro que corresponde al trabajador acreditar que desarrolló una actividad
minera directa.

3. La aplicación del Decreto Ley Nº 25967

Como hemos señalado en el tercer capítulo de este libro, el 19 de diciembre


de 1992 fue publicado –y entró en vigencia– el Decreto Ley Nº 25967, norma que
introdujo una serie de modificaciones en el SNP, que también resultan aplicables
al régimen especial de los trabajadores mineros, de acuerdo al artículo 5 de la Ley
Nº 25009, que dice:
Artículo 5.- Las normas del Sistema Nacional de Pensiones contenidas
en el Decreto Ley Nº 19990, sus ampliatorias, modificatorias y regla-
mentarias, serán aplicadas en todo aquello que no se oponga a lo dis-
puesto en la presente Ley.
En ese sentido, de acuerdo al criterio establecido en el Expediente Nº 00007-
96-I/TC, la norma modificatoria solo se aplicaría a los trabajadores mineros que
al 19 de diciembre de 1992 no hubieran cumplido los requisitos de edad, años de
aportación y el periodo mínimo de labores en la modalidad, establecidos por la
norma especial.
Esta afirmación resulta particularmente relevante respecto al tema de la pen-
sión máxima (tope), pues partiendo de una interpretación aislada del artículo 20
del Reglamento, que establece que los trabajadores de la actividad minera que pa-
dezcan el primer grado de silicosis –o su equivalente– tienen derecho a una pen-
sión completa de jubilación, algunos beneficiarios consideran que dicho concepto
les genera el derecho a reclamar el pago de una prestación sin topes, soslayando
lo establecido por el artículo 9, que dice:

(302) Proceso de amparo seguido por Pedro Canchán López contra ONP, publicado en su página
web el 16 de octubre de 2007.

141
César Abanto Revilla

Artículo 9.- La pensión completa de jubilación a que se refiere el artícu-


lo 2 de la Ley Nº 25009, será equivalente al 100 % del ingreso o remu-
neración de referencia del trabajador, sin que exceda del monto máximo
de pensión establecida en el Decreto Ley Nº 19990.
Es decir, que a la pensión jubilatoria minera se aplica también la pensión
máxima (tope) prevista por el Decreto Ley Nº 19990 y sus normas modificatorias,
dentro de las cuales se encuentra el Decreto Ley Nº 25967, como ha reconocido
el propio Tribunal.
Expediente Nº 07635-2005-PA/TC(303)
5. (…) Ello significa que a los trabajadores mineros que adquieran
dicha enfermedad profesional deberá, por excepción, otorgárseles la
pensión de jubilación como si hubieran acreditado los requisitos pre-
vistos legalmente; pero, igualmente, el monto de la pensión correspon-
diente se encontrará sujeto al tope máximo señalado en el Decreto Ley
Nº 19990. (…)
7. Es menester aclarar que el régimen de jubilación minera no está ex-
ceptuado del tope establecido por la pensión máxima, pues el Decreto
Supremo Nº 029-89-TR, reglamento de la Ley Nº 25009, ha señalado
que la pensión completa a que se refiere la Ley Nº 25009 será equiva-
lente al íntegro (100 %) de la remuneración de referencia del trabajador,
sin que exceda del monto máximo de pensión dispuesto por el Decreto
Ley Nº 19990.
8. Por consiguiente la imposición de topes a las pensiones de jubila-
ción minera, aun en el caso de los asegurados que hubieran adquirido
la enfermedad de neumoconiosis (silicosis), no implica vulneración de
derechos.
Las reglas generales del SNP también se aplicarán en el régimen especial
minero para el cálculo de la remuneración de referencia, base para determinar
el monto de la pensión, cuya fórmula –como señalamos en el tercer capítulo
de este libro– ha sido regulada, a lo largo del tiempo por los Decretos Leyes
Nº 19990 y Nº 25967, la Ley Nº 27617, y –en la actualidad– por el Decreto Supremo
Nº 099-2002-EF.

(303) Proceso de amparo seguido por Agapito Ramírez Lucana contra ONP, publicado en su página
web el 25 de mayo de 2007.

142
Sistema Nacional de Pensiones

4. Los trabajadores mineros con silicosis

Otro de los temas que generan confusión, en el plano administrativo y ju-


dicial, es el del tratamiento de los trabajadores mineros que adolecen el primer
grado de silicosis –o su equivalente en la tabla de enfermedades profesionales–,
a efectos de determinar si les resulta aplicable el beneficio de exoneración de
los años de aportación, previsto por el artículo 6, para acceder a una pensión de
jubilación.
Artículo 6.- Los trabajadores de la actividad minera (que), en el examen
anual que (se) deberá practicar obligatoriamente en los Centros Mineros
el Instituto Peruano de Seguridad Social o el Instituto de Salud Ocupa-
cional, adolezcan el primer grado de silicosis o su equivalente en la ta-
bla de enfermedades profesionales, igualmente se acogerán a la pensión
de jubilación, sin el requisito del número de aportaciones que establece
la presente ley.
La silicosis –causada por la exposición al sílice libre, entre 6 a 8 años– es una
de las formas más comunes de la neumoconiosis, que es una enfermedad pulmo-
nar producida por la inhalación de partículas de polvo mineral que originará al-
teraciones en el alvéolo pulmonar de tipo irreversible. Otra de sus formas de pre-
sentación es la asbestosis, que se produce por la exposición al asbesto, amianto,
silicato de magnesio, etc.
Los lineamientos para la evaluación y diagnóstico de la neumoconiosis se
realizan con base en la Clasificación Radiográfica Internacional de la OIT, que
fuera adoptada en el Perú mediante la Resolución Suprema Nº 014-93-TR(304),
en la cual se prevé la siguiente escala de profusión de imágenes radiográficas:

Sospecha de
Sin neumoconiosis Con neumoconiosis
neumoconiosis
0/0 1/0 1/1 1/2 2/1 2/2 2/3 3/2 3/3 3/+ 4A - 4B = 4C
Cero Uno Dos Tres Cuatro

Pese a la claridad de la norma comentada, en el sentido que solamente se


exonerará del cumplimiento del requisito de los años de aportación, algunos ac-
cionantes –que padecen la enfermedad profesional referida– solicitan en sede
administrativa y judicial que se les otorgue una pensión jubilatoria minera con
la exoneración de todos los requisitos (edad, aportaciones y periodo mínimo),

(304) Publicada en el diario oficial El Peruano el 28 de agosto de 1993.

143
César Abanto Revilla

pretensión acogida –aunque no como precedente– por el Tribunal Constitucional,


como consta en el siguiente caso:
Expediente Nº 02599-2005-PA/TC(305)
11. (…)
Es así como resulta consecuente con una adecuada protección para los
que tienen afectada su salud debido a una enfermedad profesional, como
presupuesto extraordinario de la pensión de jubilación minera, que se
pueda tener acceso a ella sin la exigencia de años de aportes (y) de edad
mínima.
Por ello, si se tiene en consideración que el padecimiento de silicosis en
primer estadio o su equivalente en otras enfermedades profesionales se
produce por la exposición a factores de riesgo durante la prestación del
trabajo minero, y por cuya razón desde que se detecta el padecimiento
no se exige una cantidad específica de tiempo de trabajo, con su corre-
lato en aportes; entonces se torna menos que contradictoria la exigencia
del cumplimiento de una edad determinada, pues es harto evidente que
bajo esas circunstancias el afectado no puede seguir desempeñando sus
labores ordinarias. Es irrazonable, conviene reiterar nuevamente, que se
tenga que obligar a cumplir la edad prevista cuando, por efecto directo
del trabajo realizado, se ha perdido la fuente de ingresos.
Compartimos la opinión de López(306), en el sentido que con este criterio ya
no estaríamos ante un supuesto de jubilación, sino de invalidez, en la medida que
se está suprimiendo el requisito de la edad, que resulta esencial para acceder a
una prestación por vejez, que es precisamente la modalidad de pensión regulada
por la Ley Nº 25009.
Cabe tener presente, además, que desde hace muchos años existen proce-
sos irregulares, administrativos y judiciales, en los cuales se adjunta como prue-
ba del padecimiento de la silicosis exámenes médicos realizados por institu-
ciones privadas(307) y otras adscritas al Ministerio de Salud(308), cuya eficacia ha

(305) Proceso de amparo seguido por Félix Sánchez Samata contra ONP, publicado en su página
web el 17 de mayo de 2007.
(306) LÓPEZ TRIGOSO, Edwin. Régimen minero y Sistema Nacional de Pensiones, p. 271.
(307) Por todas, el Instituto de Investigación de Enfermedades Profesionales Mineras (Invepromi).
(308) Entre otras, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), el Centro Nacional de Salud
Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud (Censopas) y el Instituto Nacional de
Salud Ocupacional (Inso).

144
Sistema Nacional de Pensiones

sido relativizada por el Tribunal Constitucional, como consta en el Expediente


Nº 02513-2007-PA/TC(309), al señalar lo siguiente:
14. (…) la enfermedad profesional únicamente podrá ser acreditada con
un examen o dictamen médico emitido por una Comisión Médica Eva-
luadora de Incapacidades del Ministerio de Salud, de EsSalud o de una
EPS, conforme lo señala el artículo 26 del Decreto Ley Nº 19990. De-
biéndose tener presente que si a partir de la verificación posterior se
comprobara que el examen o dictamen médico de incapacidad o invali-
dez es falso o contiene datos inexactos, serán responsables de ello penal
y administrativamente, el médico que emitió el certificado y cada uno
de los integrantes de las Comisiones Médicas de las entidades referidas,
y el propio solicitante.
Por tanto, el certificado médico que declare la existencia de silicosis debe-
rá ser emitido por una comisión médica, y tendrá que cumplir los requisitos es-
tablecidos por el Decreto Supremo Nº 166-2005-EF y la Resolución Ministerial
Nº 478-2006-MINSA.
Cabe precisar, en todo caso, que este criterio había sido previsto anterior-
mente por el Reglamento del TUO de la Ley General de Minería, aprobado por el
Decreto Supremo Nº 003-94-EM, que en su artículo 298 señaló que “la evalua-
ción de las incapacidades resultantes de las enfermedades profesionales y acci-
dentes de trabajo será realizada por la Comisión Evaluadora de Incapacidades del
IPSS”. Lamentablemente no fue utilizado en su momento ni por el Poder Judicial
ni por el Tribunal Constitucional(310).
El padecimiento de silicosis no es tan fácil como se cree. Las enfermedades
del aparato respiratorio –con incidencia ocupacional– se originan por los siguien-
tes mecanismos:
i) Polvos minerales (inorgánicos), que provocan fibrosis o depósitos con
reacción celular limitada, entre los cuales se incluye los humos y polvos
metálicos. En este supuesto está incluida la neumoconiosis.
ii) Polvos orgánicos, que pueden provocar asma o neumonía por hiper-
sensibilidad.

(309) Si bien este proceso de amparo está relacionado a las prestaciones del Seguro Complementario
de Trabajo de Riesgo (Decreto Ley Nº 18846 y Ley Nº 26790), consideramos que este criterio
es aplicable también para el SNP, en tanto se alude expresamente al Decreto Ley Nº 19990.
(310) Aunque fallos anteriores al precedente comentado, como el Expediente Nº 01763-2005-PA/
TC, proceso de amparo seguido por Guillermo Oyague Galarza contra ONP, publicado en su
página web el 31 de agosto de 2006, habían tomado medidas de constatación de la veracidad
del examen médico, al ordenar la presentación de la historia clínica del demandante.

145
César Abanto Revilla

iii) Gases y vapores químicos, que pueden causar lesiones agudas y cró-
nicas en el alveolo y las vías aéreas por un mecanismo imitativo o por
asma laboral.
Para que afecten al organismo, debe existir una exposición-efecto, que de-
penderá de tres factores, a saber:
• La concentración de polvo en el aire,
• El contenido de sílice libre en las partículas de polvo, y
• La dosis de exposición acumulada: suma de la duración de la exposición
del trabajador y la concentración de polvo en el aire.
Pese a que el Tribunal Constitucional ha establecido que si la neumoconiosis
es padecida por un trabajador de mina subterránea o tajo abierto, el nexo de cau-
salidad se presume, al tratarse de una enfermedad irreversible y degenerativa ori-
ginada por la exposición a polvos minerales esclerógenos(311), consideramos que
debería mantenerse el criterio de la remisión de la historia clínica, para constatar
la realización de las siguientes pruebas:
a) Anamnesis y cuadro clínico. Historia clínica con especial incidencia en
la labor que desarrolló el asegurado, en el pasado y en la actualidad, y
su relación con los síntomas que se examinan, a efectos de establecer el
tiempo transcurrido entre la exposición y la aparición de estos para va-
lorar la gravedad de la enfermedad.
Debe establecerse la relación entre las labores del trabajador y la posibi-
lidad de inhalar el polvo inorgánico capaz de producir la enfermedad, en
la medida que al contacto con el aire las partículas se difuminan, siendo
inocuas.
b) Diagnóstico por imágenes. La radiografía de tórax postero-anterior es
condición indispensable para el diagnóstico de la neumoconiosis, pues
de no existir lesiones radiológicas no puede alegarse la existencia de di-
cha enfermedad: es necesaria la verificación de opacidades reticulono-
dulares en la radiografía, que se inician en los lóbulos superiores y se
derivan a los hilios.
Es necesario confirmar que el asegurado se sometió personalmente al
examen, ya que existen numerosos procesos penales por suplantación
en dichas pruebas.

(311) Expediente Nº 02513-2007-PA/TC, fundamento 26.

146
Sistema Nacional de Pensiones

c) Prueba funcional (espirometría). En un inicio, la neumoconiosis es asin-


tomática, por tanto, no afecta en forma significativa la función pulmo-
nar, lo cual varía una vez que ha evolucionado a los niveles II y III, por
ello, el trabajador se someterá a esta prueba, que mide su capacidad res-
piratoria a partir del soplido a través de un espirómetro, homologado y
calibrado.
d) Laboratorio (análisis de gases arteriales). La principal función de los
pulmones es el intercambio gaseoso, por ello, debe evaluarse el grado
de dificultad respiratoria (disnea) por la alteración en los niveles de O2,
CO2, pH y HCO3, cuya variación deberá correlacionarse con las pruebas
espirométricas.
La constatación de la realización de estos exámenes –en la historia clínica–
servirá para diferenciar la existencia real de una neumoconiosis en relación a ano-
malías en la función respiratoria como el asma laboral, la bronquitis por exposi-
ción al polvo, entre otras.

III. FONDO COMPLEMENTARIO DE JUBILACIÓN MINERA

Por Ley Nº 29741(312), Reglamentada por el Decreto Supremo Nº 006-2012-


TR, se creó el Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Si-
derúrgica (FCJMMS), que es un beneficio complementario o adicional –no pen-
sionario(313)– que se otorga a los trabajadores de la actividad minera(314) –afiliados
al SNP o SPP– cuando se jubilen, y a los pensionistas de las Leyes Nº 25009 y
Nº 27252(315).
Desde nuestra perspectiva, el FCJMMS tiene carácter privado, desde el mo-
mento que su fuente de financiamiento –aporte originario– lo constituyen el 0.5%
de la renta anual de las empresas mineras, metalúrgicas y siderúrgicas, y el 0.5%
de la remuneración bruta mensual de los trabajadores de dicho sector, sin hacerse
mención alguna a contribución o aporte del Estado. Estamos ante un fondo o ré-
gimen complementario, similar a la Caja de Electrolima o la Caja de Beneficios
y Seguridad Social del Pescador (CBSSP).

(312) Publicada en el diario oficial El Peruano el 9 de julio de 2011.


(313) De acuerdo a lo señalado en la Exposición de Motivos de su Reglamento. No publicada.
(314) Metalúrgica y siderúrgica.
(315) Publicada en el diario oficial El Peruano el 7 de enero de 2000, esta norma establece el de-
recho de jubilación anticipada para los trabajadores afiliados al SPP que realizan labores que
implican riesgo para la vida o la salud.

147
César Abanto Revilla

Los regímenes complementarios nacen con la finalidad de crear un beneficio


adicional a la pensión otorgada por el régimen previsional ordinario existente a
favor de sectores laborales específicos, como un mecanismo –derivado del prin-
cipio de integralidad– que permite un acercamiento entre la pensión y el nivel de
vida alcanzado por el trabajador, en la medida que el porcentaje (tasa de retorno)
de las pensiones es insuficiente(316).
Con relación a los regímenes complementarios que, a diferencia del
FCJMMS, fueron administrados por entidades privadas, el Tribunal Constitucio-
nal se ha pronunciado –en el Expediente Nº 00011-2002-AI/TC(317)–, precisando
la función del Estado.
2. (…) aun cuando, en efecto, es el derecho privado el que, en principio,
rige la vida institucional de la entidad, el interés público que denota su
finalidad, hace de ella una de tipo especial, vinculada de modo intrínse-
co al derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad so-
cial, reconocido en el artículo 10 de la Constitución y, por ende, de nin-
gún modo ajena al deber del Estado de garantizar el libre acceso a las
prestaciones de salud y pensiones, establecido en su artículo 11. (…)
10. (…) en el caso de los derechos sociales, la incidencia estatal no solo
resulta recomendable, sino, en determinados casos, medular y obligato-
ria (…).
11. Así pues, aunque es perfectamente posible la intervención de entes
privados en el otorgamiento de servicios de salud y seguridad social,
también es inherente al Estado, cuando menos como supervisor perma-
nente, la prestación de estos derechos sociales, manteniéndose siempre
latente la posibilidad de su participación directa cuando se quebranten
los mínimos presupuestos que aseguren la idoneidad del servicio. (…)
Corroborando la participación activa del Estado, como supervisor, el Tribu-
nal señaló en el Expediente Nº 01473-2009-PA/TC(318), lo siguiente:
11. (…) los adscritos a la Caja tienen asegurada la salvaguardia del de-
recho a la pensión y, por lo tanto, están sujetos a la protección estatal de
sus facultades. (…)

(316) Como señalan: FAJARDO CRIVILLERO, Martín. Ob. cit., pp. 165-166; y, ROMERO MON-
TES, Francisco. Ob. cit., pp. 36-37.
(317) Proceso de inconstitucionalidad contra la Ley Nº 27766, fallo publicado en su página web el
21 de julio de 2003.
(318) Proceso de amparo seguido por Austral Group S.A.A. y otros contra la CBSSP, fallo publicado
en su página web el 28 de enero de 2010.

148
Sistema Nacional de Pensiones

14. (…) es deber del Estado proporcionar los mecanismos necesarios para
lograr progresivamente mayor cobertura pensionaria a los ciudadanos
pero los costes que ello genere no necesariamente deben ser cubiertos
por el presupuesto. En ese sentido, la solidaridad juega un papel pre-
ponderante ante regímenes sui géneris como el del trabajador pesca-
dor. (…)
19. (…) En este caso, el rol que compete al Estado en la promoción del ejer-
cicio de este instituto no puede ser subestimado ni mucho menos desco-
nocido”. (…) se trata de “aportaciones especiales” con plena protección
constitucional.
En tal sentido, incluso en el supuesto de regímenes complementarios admi-
nistrados por entidades privadas, el Tribunal asigna al Estado una función intrín-
seca de supervisión, que en casos como el de las Cajas mencionadas conllevó a la
posterior intervención y/o administración de sus fondos(319). El FCJMMS es ad-
ministrado por la ONP y supervisado por la Superintendencia de Banca, Seguros
y Administradoras Privadas de Pensiones (SBS)(320), por tanto, tiene un carácter
privado, pero bajo responsabilidad estatal directa.
Dejamos constancia que la suma del monto a otorgarse más la pensión de ju-
bilación que perciba el beneficiario no podrá ser mayor a una Unidad Impositiva
Tributaria (UIT).
La Sunat es la encargada de realizar la labor de recaudación a las empresas
citadas, proceso que concluye el 30 de abril de cada año.
Los titulares de las pensiones de invalidez, viudez y orfandad tienen derecho
a percibir el beneficio complementario, regulado por la citada ley, en el porcenta-
je previsto por las normas previsionales correspondientes.
Para el cálculo del monto del beneficio, se llevan a cabo los siguientes pasos:
• Se debe determinar el promedio de las 12 remuneraciones anteriores al
cese del trabajador.
• Se debe identificar la UIT vigente a la fecha de la presentación de la so-
licitud del beneficio complementario, pues se considera a este concepto
como el monto máximo para establecer todo cálculo de beneficios.
Durante el proceso de cálculo, se pueden presentar las siguientes situaciones:

(319) Mediante Decreto de Urgencia Nº 126-92, se encargó a la ONP la administración del pago a
los pensionistas de la Caja de Electrolima. De manera similar, la Ley Nº 27766 transfirió a
EsSalud las prestaciones de salud de los beneficiarios de la CBSSP.
(320) De conformidad a lo dispuesto por la Ley Nº 26516.

149
César Abanto Revilla

i) Si el promedio de las 12 últimas remuneraciones anteriores al cese es


mayor a la UIT, al monto de dicho concepto (UIT) se restará la pensión
que recibe el jubilado. El resultado será el beneficio mensual que corres-
ponda al pensionista.
ii) Si el promedio de las 12 últimas remuneraciones anteriores al cese es
menor a la UIT, al promedio señalado se le restará la pensión que recibe
el jubilado. Este resultado será el monto del beneficio que le correspon-
da al pensionista.
iii) En los casos en que el promedio de las 12 últimas remuneraciones sea
menor a la RMV vigente a la fecha de presentación de la solicitud, se
adoptará el valor de la misma para el cálculo del beneficio.
Los pensionistas tienen plazo hasta el 31 de diciembre de cada año para
solicitar su inscripción al FCJMMS. El goce del derecho al beneficio comple-
mentario se adquiere al 1 de enero del año siguiente a la presentación de dicha
solicitud.
El fondo es intangible y aplica única y exclusivamente para pensiones. Son
recursos del FCJMMS los siguientes:
• El aporte de las empresas;
• El aporte de los trabajadores;
• Las donaciones;
• El rendimiento de sus inversiones;
• Los intereses y multas generados por el incumplimiento de los aportes;
y,
• Cualquier otro ingreso que se disponga por ley.
Como indicamos anteriormente, la ONP se encarga de la administración
del beneficio del FCJMMS. En el caso de los pensionistas del SPP, las AFP
remitirán la información necesaria a la citada entidad estatal, para el cálculo
correspondiente.
La Sunat administra los aportes a que se refiere la ley, los cuales serán
transferidos al FCR para integrar el fondo, luego de deducir la comisión de di-
cha entidad y la que le corresponde a la ONP, para la atención de los gastos
administrativos.
Según el cálculo realizado por la ONP, para pagar el total del beneficio com-
plementario se requería un fondo cercano a los S/. 123 millones; sin embargo, el
monto recaudado ascendió solo a S/. 64’407,000, por tanto, no fue posible cubrir
al 100 % el valor calculado para cada trabajador minero.

150
Sistema Nacional de Pensiones

Ante dicha circunstancia, la ONP procedió –conforme al Reglamento


(artículo 9)– a repartir el fondo de manera proporcional entre el número de bene-
ficiarios, sin generar deuda –por el diferencial que resultó– al importe íntegro del
beneficio complementario(321).
Este pago benefició a más de 13 mil pensionistas del SNP y SPP. El 18 % de
los recursos provinieron de los aportes realizados por 112 mil 682 trabajadores
mineros, y el 82 % se recaudó de 764 empleadores del referido sector.

(321) En: <www.onp.gob.pe/inicio.do>.

151
CAPÍTULO V

La regulación procesal administrativa


y judicial de las pretensiones pensionarias

Temas penales en materia


de derechos previsionales
La regulación procesal administrativa
y judicial de las pretensiones pensionarias

Temas penales en materia


de derechos previsionales

I. LA REGULACIÓN PROCESAL ADMINISTRATIVA

1. Aspectos generales

La ONP, como hemos señalado en el segundo capítulo, fue creada por el De-
creto Ley Nº 25967, modificado por la Ley Nº 26323, con la finalidad de que ad-
ministre el SNP en reemplazo del IPSS, así como otros regímenes previsionales
del Estado que le sean encargados. Es una institución pública descentralizada del
Sector Economía y Finanzas, que –por los continuos cuestionamientos a su accio-
nar– fue reestructurada en el 2005, por la Ley Nº 28532(322).
En la medida que es una entidad que forma parte de la Administración Públi-
ca, sus actos y procedimientos están regulados por la Ley Nº 27444(323), su Texto
Único de Procedimientos Administrativos (TUPA), aprobado por el Decreto Su-
premo Nº 251-2012-EF(324), las normas previsionales –correspondientes a los re-
gímenes que tiene a su cargo–, y las reglas fijadas en los precedentes vinculantes
del Tribunal Constitucional.

(322) Publicada en el diario oficial El Peruano el 26 de mayo de 2005.


(323) Ley del Procedimiento Administrativo General, publicada en el diario oficial El Peruano el
11 de abril de 2001.
(324) Publicado en el diario oficial El Peruano el 14 de diciembre de 2012.

155
César Abanto Revilla

El proceso administrativo de otorgamiento de un derecho pensionario debe


considerarse dentro del ámbito de los procedimientos de evaluación previa con
silencio negativo, de acuerdo con la Primera Disposición Transitoria, Comple-
mentaria y Final de la Ley Nº 29060(325), pues de resolverse la solicitud a favor del
asegurado, se generará una obligación de dar o hacer al Estado.
En un proceso regular(326), la ONP tiene un plazo de 30 días hábiles para re-
solver la solicitud del administrado, vencidos los cuales –sin pronunciamiento
expreso– este debe considerar denegado su pedido (silencio negativo), a efectos
de interponer, dentro del plazo de 15 días hábiles, recurso de reconsideración(327)
o de apelación(328). Con la resolución administrativa o el silencio producido con
motivo de la interposición de una apelación, quedará agotada la vía administrati-
va, y el asegurado o pensionista podrá recurrir ante el Poder Judicial(329).
Como veremos más adelante, el Tribunal Constitucional ha precisado en el
fundamento 59 del fallo recaído en el Expediente Nº 01417-2005-AA/TC, que la
Administración no puede rechazar los reclamos o recursos –en materia previsio-
nal– argumentando el vencimiento de plazos prescriptorios o de caducidad, por
tanto, los recursos de reconsideración o apelación –en el proceso administrativo–
no estarían sujetos al término de 15 días antes mencionado.
Dejamos constancia que las entidades administrativas pueden declarar la nu-
lidad de oficio de sus actos y/o resoluciones, en tanto estén inmersos en alguno
de los supuestos previstos por el artículo 10(330), facultad que prescribe al año,

(325) Ley del Silencio Administrativo, publicada en el diario oficial El Peruano el 7 de julio de
2007.
(326) Ley Nº 27444, artículo 35. Existen plazos mayores para ciertos reclamos, por ejemplo, hasta
un año para el otorgamiento de la pensión definitiva, de acuerdo al Decreto Supremo Nº 057-
2002-EF (artículo 5).
(327) Que deberá sustentarse en nueva prueba. Será resuelto por el mismo órgano que dictó el primer
acto materia de la impugnación (artículo 208).
(328) Cuando la impugnación se sustente en diferente interpretación de las pruebas producidas o se
trate de cuestiones de puro derecho. Se presenta ante la misma autoridad que expidió el acto
impugnado, para que eleve lo actuado al superior jerárquico (artículo 209).
(329) Ley Nº 27444, artículo 218.2, literal b. Como señalamos en el primer capítulo de este libro, si
existe afectación al contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión, podrá
recurrirse al proceso constitucional de amparo, en caso contrario, deberá utilizarse el proceso
contencioso-administrativo. Ello no impide que, dependiendo de la naturaleza del reclamo,
pueda demandarse a través del proceso de cumplimiento o del hábeas data.
(330) Artículo 10.- Causales de nulidad
Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno
de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el artículo 14.

156
Sistema Nacional de Pensiones

contado a partir de la fecha en que hayan quedado consentidos(331). Transcurrido


este plazo sin que fuera declarada la nulidad, tendrán dos años adicionales –con-
tados desde la fecha en que prescribió dicha facultad– para poder recurrir al Poder
Judicial, a través del proceso contencioso-administrativo(332).
En efecto, como precisa Danós(333), los actos emitidos por la autoridad admi-
nistrativa se presumen legítimos, en tanto su invalidez o disconformidad con el
ordenamiento jurídico no sea expresamente declarada en sede administrativa o
judicial, por tanto, debe existir una vía por la cual puedan ser anulados sus pro-
pios pronunciamientos. Los actos que se emiten en materia previsional no esca-
pan a ello, máxime, si consideramos que está en discusión el otorgamiento de de-
rechos respaldados por fondos colectivos.
Como señala el Informe Defensorial Nº 135(334), diariamente, un número sig-
nificativo de personas acude a la ONP para realizar algún trámite vinculado al re-
conocimiento de su derecho a pensión. La mayoría son adultos de avanzada edad
que, luego de muchos años de labores, esperan recibir una prestación que les per-
mita vivir con dignidad los últimos días de su vida. Sin embargo, estas visitas se
convierten en largas esperas sin resultado, trámites engorrosos y respuestas dene-
gatorias que les cuesta comprender.
En dicho informe, la Defensoría del Pueblo identifica cinco puntos críticos
en el proceso de calificación de los derechos pensionarios:
a) La inexistencia de un registro actualizado e individualizado de aportes,
lo que implica revisar 40 millones de documentos –sin digitalizar– que
el IPSS entregó a la ONP; además, los verificadores deben cotejar docu-
mentos –como las planillas– que se encuentran en poder de empresas en
funcionamiento, liquidadores, expropietarios, contadores, etc. Esto de-
mora el proceso de acreditación.

3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por
silencio administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son
contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentación
o trámites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma.
(331) Es decir, transcurridos los 15 días hábiles posteriores a la notificación del acto o resolución.
(332) En el Derecho administrativo comparado, la demanda de nulidad planteada por el Estado recibe
el nombre de “proceso de lesividad”, como indica: DANÓS ORDÓÑEZ, José. Régimen de la
nulidad de los actos administrativos en la nueva Ley Nº 27444, pp. 267.
(333) Ibídem, p. 228.
(334) Informe Defensorial Nº 135, “Por un acceso justo y oportuno a la pensión. Aportes para una
mejor gestión de la ONP”, aprobado por la Resolución Defensorial Nº 020-2008/DP, publicada
en el diario oficial El Peruano el 15 de julio de 2008.

157
César Abanto Revilla

b) El traslado de la carga de la prueba de los años de aportación a los afi-


liados, pues si durante el proceso de verificación no se encontró toda la
documentación, o el empleador está fuera del mercado y –durante su
existencia– no tuvo la diligencia de llevar y/o entregar al trabajador la
documentación laboral que le correspondía (boletas de pago, certifica-
dos de trabajo, liquidación de beneficios sociales, etc.), será el asegura-
do quien tendrá que buscar dichas pruebas, para presentarlas en el pro-
ceso administrativo y, de ser el caso, judicial.
c) La escasa motivación de las resoluciones administrativas de la ONP, que
genera dificultades al administrado en el ejercicio de su derecho de de-
fensa, pues –para poder impugnarlas– deben contener, en detalle, las ob-
servaciones que originaron la denegatoria de su pedido. Esta deficiencia
impide que el afiliado pueda plantear un recurso (reconsideración o ape-
lación) que le permita levantar a cabalidad y de manera adecuada todos
los cuestionamientos, sean formales o de fondo.
d) La utilización de procesos complejos para el otorgamiento de pensiones,
pues la entidad cuenta con un sistema de once etapas(335), que si bien está
detallado en su página web, no consigna la norma ni el detalle del ser-
vicio y el tiempo necesario que cada etapa supone dentro del proceso,
lo que impide que el afiliado conozca anticipadamente las gestiones que
dicha etapa implica, o el tiempo necesario que el expediente permane-
cerá en esta.
e) La insuficiente supervisión que se ejerce sobre el proceso de terceriza-
ción de las diferentes etapas del proceso de otorgamiento de pensiones,
por parte de las empresas privadas o consorcios contratados por la ONP.
Si bien la Defensoría no cuestiona la utilización de dicho mecanismo,
para optimizar recursos y obtener mejores niveles de competitividad, lo
que discute es que si –para el caso concreto de un servicio referido a de-
rechos previsionales– ha sido la mejor alternativa, y si es lo adecuada-
mente eficiente.
Si bien se reconoce que –en el 2007– el 82 % de los expedientes fueron re-
sueltos en los primeros 90 días, con pensiones provisionales, definitivas o con
denegatorias, una de las variables más importantes que se debe tener en cuen-
ta al medir el nivel de insatisfacción del usuario es el número de resoluciones

(335) Inicio del trámite; Control de calidad de los documentos presentados; Impresión de plantillas
de verificación; Verificación de los años de aportación; Anexado de documentos al expediente;
Precalificación; Calificación; Control de calidad; Programación de pago; Envío de resultados
por mensajería; y, Archivo. <www.onp.gob.pe/inicio.do>.

158
Sistema Nacional de Pensiones

impugnadas en la vía administrativa, que entre el 2007 y 2008 fueron casi el


30 % del total, lo que originó posteriormente un número significativo de procesos
judiciales, que en su mayoría tardan largos periodos, lo que ha contribuido a una
percepción de crisis del sistema previsional. Por ello, la ONP es una de las enti-
dades con más quejas registradas ante la Defensoría.

2. Aspectos particulares

Como hemos señalado, si bien los actos y procedimientos de la ONP se re-


gulan por la Ley Nº 27444, su TUPA, las normas previsionales –correspondien-
tes a los regímenes que tiene a su cargo–, y las reglas fijadas en los precedentes
vinculantes del Tribunal Constitucional, internamente existen procesos sujetos a
las pautas de dicha entidad.
Por ejemplo, tenemos al Proceso de Pensionamiento que, de acuerdo a la pá-
gina web de la ONP, está compuesto por once etapas, a saber:
a) Inicio del trámite. Que puede realizarse en cualquiera de las 29 Plata-
formas de Atención al Público –descentralizadas– de la ONP en Lima
y provincias (PLAP). Se revisan los documentos del asegurado en la
ventanilla de atención para validar si son los requeridos para el trámi-
te correspondiente. De ser conforme, se le dará una cita, a la que de-
berá acudir con toda la documentación que tenga disponible, se pro-
cede al llenado del formato (solicitud) aprobado por la entidad y se
abrirá un expediente administrativo asignándole el correspondiente
número.
b) Control de calidad de los documentos presentados. Esta etapa se desa-
rrolla en el Área de Precalificación del Proceso de Orientación y Re-
cepción. Se revisarán los documentos recibidos para detectar la exis-
tencia de errores o alguna deficiencia, y se procederá a su registro en el
sistema.
c) Impresión de plantillas de verificación. Este proceso se realiza en un
área interna de la entidad, en la cual se determina en qué empresas y/o
instituciones se hará la verificación propiamente dicha.
d) Verificación de los años de aportación. Se realiza mediante un trabajo de
campo a cargo de los verificadores, quienes acuden a las empresas y/o
instituciones para constatar los años de aportación declarados en el ini-
cio del trámite. Luego, el expediente se irá al Archivo Temporal, donde
se mantendrá mientras se realiza el proceso de verificación.

159
César Abanto Revilla

e) Anexado de documentos al expediente. Esta etapa se desarrolla en la


Central de Anexado. Los expedientes, que vienen del Archivo Tempo-
ral, son recibidos y registrados para que se les anexen otros documentos,
que pueden ser solicitudes o las plantillas de verificación, para luego pa-
sar a ser foliados.
f) Precalificación. Los expedientes de pensionistas y no pensionistas se
descargan en el sistema. Una vez precalificados, son derivados a las lí-
neas de calificación que correspondan, según el caso, a uno de los gru-
pos señalados.
g) Calificación. Los expedientes son asignados al equipo de calificadores,
quienes determinan si los documentos reúnen los requisitos para que
sean atendidos. El subproceso de calificación cuenta con equipos de ca-
lificadores para expedientes del tipo “pensionistas” y “no pensionistas”.
Estos últimos son los que corresponde a las personas que están solicitan-
do por primera vez una pensión.
h) Control de calidad. Al terminar la atención de los expedientes en el sub-
proceso de calificación “no pensionistas”, pasan por un riguroso control
de calidad, que consiste en revisar la calificación realizada al expediente
por el proveedor del servicio de calificación, con base en la normativi-
dad legal vigente. Si fue correcta, se firman los documentos a remitir al
administrado.
i) Programación de pago. Luego de firmados los documentos se envían al
domicilio del administrado, y, de ser el caso, se programa el pago de la
pensión.
j) Envío de resultados por mensajería. En el subproceso de mensajería se
reciben los documentos que han sido firmados y visados por la ONP,
para remitirlos a los asegurados. Luego se procede a la generación de la
esquela, que acompañará al documento resultante de la calificación (re-
solución o notificación). Todo ello va en un sobre al que se denomina
“kit de mensajería”.
Aquellos documentos que no pudieron ser entregados al administrado,
estarán disponibles en la Plataforma de Atención al Público –más cer-
cana a su domicilio– por un plazo máximo de 30 días hábiles. Luego, se
publicará una lista de los documentos “no recogidos”, tanto en el diario
oficial El Peruano como en uno de circulación nacional.
k) Archivo. Una vez culminado el proceso de calificación del derecho pen-
sionario, el expediente administrativo del administrado es remitido al
archivo de la ONP.

160
Sistema Nacional de Pensiones

De igual manera, también se sujeta a reglas especiales el proceso de otorga-


miento de la pensión provisional, regulado por la Ley Nº 27585(336) y su Regla-
mento, aprobado por el Decreto Supremo Nº 057-2002-EF(337), que establecen lo
siguiente:
i) Sí dentro de los 90 días calendario, posteriores a la presentación de la
solicitud de pensión, la ONP no se ha pronunciado, reconociendo o re-
chazando el pedido, está obligada a otorgar una pensión provisional.
ii) El monto de la misma será equivalente al de la pensión mínima vigente
a la fecha de su otorgamiento, dependiendo de la prestación: invalidez,
jubilación o sobrevivientes.
iii) En ningún caso se pagarán devengados hasta el otorgamiento definitivo
de la prestación.
Para efectos del otorgamiento de la pensión provisional, son requisitos
indispensables:
• Cumplir todos los requisitos legales dispuestos en el Decreto Ley
Nº 19990, normas modificatorias y complementarias, para acceder a una
de sus prestaciones: invalidez, jubilación o sobrevivientes;
• Que la entidad no se haya pronunciado, reconociendo o rechazando la
solicitud de prestación; y
• Que haya transcurrido el plazo establecido en la Ley Nº 27585.
• Que la solicitud a través de la cual se inicia el procedimiento adminis-
trativo para obtener el derecho a una prestación, contenga –como míni-
mo– la documentación que la ONP establezca en su TUPA.
El trámite relativo a la pensión definitiva continuará de oficio, sin mediar in-
terrupción, debiendo expedirse la resolución correspondiente en el plazo máximo
de un año(338).
Otro procedimiento administrativo previsional diferenciado de la ONP, es el
previsto en el último párrafo del artículo 80 del Decreto Ley Nº 19990, modifi-
cado por la Ley Nº 27562(339), que indica que el asegurado podrá iniciar el trámi-
te para obtener la pensión de jubilación un año antes de reunir los requisitos para

(336) Publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de diciembre de 2001.


(337) Publicado en el diario oficial El Peruano el 6 de abril de 2002.
(338) Si la pensión definitiva es denegada, la ONP podrá demandar al asegurado la devolución de
las pensiones provisionales pagadas, a través de una demanda civil de “Obligación de Dar
Suma de Dinero”.
(339) Publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de diciembre de 2001.

161
César Abanto Revilla

jubilarse (edad y años de aportes), aun cuando no haya cesado en el trabajo o de-
jado de percibir ingresos asegurables; sin embargo, el pago de la pensión solo co-
menzará cuando se produzca la contingencia, y el asegurado pase a la condición
de pensionista.
Revisadas las características generales y particulares de los procesos admi-
nistrativos en la ONP, veamos ahora las vías judiciales a las cuales puede recurrir
el asegurado –o el pensionista– para solicitar el reconocimiento de sus derechos
previsionales.

II. LA REGULACIÓN PROCESAL JUDICIAL

1. Proceso constitucional previsional

a) Las reglas en el proceso de amparo


Si bien en el artículo 148 de la Constitución se establece que las resolucio-
nes administrativas que “causan estado”(340) son susceptibles de impugnación
mediante la acción contencioso-administrativa, al tratarse de un derecho fun-
damental, las pretensiones pensionarias también pueden ser tuteladas a tra-
vés del proceso de amparo constitucional.
Como se precisa en el inciso 2 del artículo 200 de la Constitución, y recono-
cen la mayoría de autores(341), la acción de amparo procede contra el hecho u
omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera
o amenaza los derechos reconocidos por la Carta Magna, con excepción de
los tutelados por el hábeas corpus y el hábeas data.
De acuerdo a lo previsto, en sentido contrario, por el inciso 1 del artículo 5 de
la Ley Nº 28237 - Código Procesal Constitucional, los procesos constitucio-
nales proceden cuando los hechos y el petitorio de la demanda están referi-
dos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado.
Esta medida se tomó porque, en el pasado, abusando de la Ley Nº 23506 -
Ley de Hábeas Corpus y Amparo, la mayoría de litigantes recurrían al Po-
der Judicial a través de los procesos constitucionales, por su celeridad y un
restringido cotejo probatorio, a pesar de que debían formular sus reclamos

(340) Quedan firmes, al haberse agotado la vía administrativa.


(341) Por todos: ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo, p. 93.

162
Sistema Nacional de Pensiones

en las vías ordinarias, lo que originó una sobrecarga de dicha vía, conocida
como la “amparización”.
Por tanto, para que podamos determinar qué pretensiones pensionarias pue-
den ser formuladas en la vía constitucional del proceso amparo, pues los
hechos y el petitorio se refieren en forma directa al contenido constitucio-
nalmente protegido del derecho a la pensión, era necesario que el Tribunal
Constitucional definiera qué elementos conformaban dicho concepto.
En tal sentido, como hemos detallado en el primer capítulo de este libro, el
12 de junio de 2005 es publicada en el diario oficial El Peruano la sentencia
recaída en el Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, en cuyo fundamento 107 se
determinan los elementos que conforman el contenido esencial del derecho
fundamental a la pensión, y, a partir de dicha definición, el 12 de junio es pu-
blicada la sentencia del Expediente Nº 01417-2005-AA/TC, que precisa las
pretensiones que –al ser parte del mismo– pertenecen a su contenido consti-
tucionalmente protegido:
i) Los supuestos en los que, habiendo la persona cumplido los requisitos
legales para iniciar el periodo de aporte al SNP(342), se deniegue el acce-
so a la seguridad social.
ii) Los supuestos en los que se deniegue a una persona el reconocimiento
de una pensión de cesantía, jubilación o invalidez, pese a haber cumpli-
do los requisitos legales para obtenerla (edad, años de aportación, etc.).
iii) Los supuestos en los que la pretensión esté relacionada con el monto es-
pecífico de la pensión, del sistema previsional público o privado, cuando
esté comprometido el derecho al mínimo vital.
iv) Los supuestos en los que se deniegue a una persona el reconocimiento
de una pensión de sobrevivencia (viudez, orfandad o ascendiente), pese
a haber cumplido los requisitos legales para obtenerla.
v) Los supuestos en los que se afecte el derecho a la igualdad, cuando ante
la ausencia de bases razonables, proporcionales y objetivas, se brinde
un tratamiento disímil –en el libre acceso a prestaciones pensionarias– a

(342) Este supuesto aludió inicialmente solo al SNP, pues en el Expediente Nº 00050-2004-AI/TC
se precisó (fundamento 140) que el SPP no formaba parte de la seguridad social, sin embargo,
en un fallo posterior (Expediente Nº 01776-2004-AA/TC, fundamentos 6, 20 y 21), el Tribunal
amplió dicho criterio e incluyó al SPP dentro del ámbito de la seguridad social, para habilitar
su cambio de postura sobre la desafiliación de las AFP.

163
César Abanto Revilla

personas que se encuentren en situación idéntica o sustancialmente


análoga.
Los reclamos pensionarios que no estén relacionados a dichos supuestos, ten-
drán que ser formulados en la vía judicial ordinaria, que –de acuerdo al fun-
damento 51 del fallo mencionado– es el proceso contencioso-administrativo.
El literal f del fundamento 37 de dicho fallo establece –como parámetro adi-
cional– que, para que quepa un pronunciamiento favorable al demandante,
la titularidad del derecho invocado debe encontrarse suficientemente acredi-
tada, sin embargo, en materia de pensiones este requisito suele aplicarse de
manera flexible.
Asimismo, el literal g precisa que las pretensiones sobre el reajuste pensio-
nario o el tope máximo deben ser ventiladas en la vía judicial ordinaria, y
que aquellas en las que se alegue la aplicación de los derechos adquiridos no
serán susceptibles de protección, al haber sido proscrita constitucionalmente
dicha institución.
Si bien este fallo tuvo como efecto positivo la restitución del carácter resi-
dual al proceso de amparo, reduciendo el número de demandas incoadas en
dicha vía, el efecto negativo –al momento de su emisión– fue que los proce-
sos en trámite se remitieron directamente a la mesa de partes de los juzgados
contenciosos, lo que originó una sobrecarga de procesos que forzó la crea-
ción de órganos transitorios y subespecialidades previsionales paralelas –ci-
viles y laborales– que convirtieron a esta vía procesal en una de las más pro-
longadas del Poder Judicial.
b) Las reglas en el proceso de cumplimiento
De acuerdo con el inciso 6 del artículo 200 de la Constitución, la acción de
cumplimiento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a
acatar una norma legal o un acto administrativo.
Si bien es cierto algunos autores(343) cuestionan su inclusión dentro de las ga-
rantías constitucionales, e incluso postulan su eliminación de la Carta Mag-
na, lo cierto es que en la actualidad subsiste como un mecanismo procesal
para acceder a la jurisdicción constitucional para reclamar derechos en ma-
teria pensionaria, frente al incumplimiento de un mandato legal o de un acto
administrativo.

(343) Por todos: CARPIO MARCOS, Edgar. El proceso de cumplimiento: ¿Redimensionamiento o


crónica de una muerte anunciada? p. 139.

164
Sistema Nacional de Pensiones

El Tribunal Constitucional ha establecido en el fallo recaído en el Expedien-


te Nº 00191-2003-AC/TC(344), que el cumplimiento es un proceso “constitu-
cionalizado”, que no tiene por objeto la protección de derechos constitucio-
nales, sino la de los derechos legales y de orden administrativo, mediante el
control de la inactividad material de la administración, derivada del incum-
plimiento de mandatos nacidos de un deber relacionado con sus competen-
cias naturales.
Por tanto, tratándose de un proceso en el que no se resolverán controversias
sobre materia constitucional, la posibilidad de que las pretensiones plantea-
das dentro del mismo sean objeto de un pronunciamiento sobre el fondo es-
tará condicionada a que el demandante satisfaga los presupuestos procesales
y las condiciones de la acción que la ley prevea.
En este escenario, la sentencia recaída en el Expediente Nº 00168-2005-PC/
TC(345) establece los requisitos mínimos que serán exigibles para la proceden-
cia de las demandas incoadas en dicha vía (fundamento 14), al precisarse que
el mandamus de la norma legal o acto administrativo incumplido deberá:
i) Ser un mandato vigente.
ii) Ser un mandato cierto y claro, que debe inferirse indubitablemente de la
norma legal o del acto administrativo.
iii) No estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares.
iv) Ser de ineludible y obligatorio cumplimiento.
v) Ser incondicional. Excepcionalmente, podrá ser un mandato condicio-
nal, siempre que su satisfacción no sea compleja y no requiera de actua-
ción probatoria.
Adicionalmente, para el cumplimiento de actos administrativos, además
de los requisitos señalados, en dichos actos se deberá:
vi) Reconocer un derecho incuestionable del reclamante.
vii) Permitir individualizar al beneficiario.
En la Resolución Aclaratoria del fallo se ha precisado que su ámbito ob-
jetivo no se limita a la materia pensionaria, siendo aplicable al proceso de

(344) Proceso de cumplimiento seguido por la Asociación Nacional de ex servidores del IPSS contra
EsSalud, publicado en el diario oficial El Peruano el 26 de noviembre de 2003.
(345) Proceso de cumplimiento seguido por Maximiliano Villanueva Valverde contra ONP, publicado
en el diario oficial El Peruano el 7 de octubre de 2005.

165
César Abanto Revilla

cumplimiento en general. Las demandas que no cumplan los requisitos mencio-


nados, deberán ser formuladas en los juzgados contenciosos administrativos.
En la medida que la mayoría de pretensiones sobre derechos pensionarios es-
tán sujetas a interpretaciones dispares, consideramos que no procede recurrir
a la vía del proceso de cumplimiento para reclamar el cumplimiento de un
mandato legal o un acto administrativo con incidencia previsional.
c) Las reglas en el proceso de hábeas data
De acuerdo con el inciso 3(346) del artículo 200 de la Constitución, el hábeas
data procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad,
funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refieren
los incisos 5 y 6 del artículo 2 de la Carta Magna(347).
Esta garantía constitucional, que tiene de antecedente extranjero a la Consti-
tución brasileña de 1988, ha sido cuestionada por la mayoría de autores(348),
en la medida que carece de suficiente justificación, pues no pasa de ser una
suerte de “amparo especializado” para la defensa de ciertos derechos antes
tutelados por el amparo.
En la medida que para acceder a una pensión u obtener su recálculo o rea-
juste, el administrado –asegurado o pensionista– necesita verificar los do-
cumentos con base en los cuales formulará su solicitud, reclamo, recurso o
demanda, requerirá de los antecedentes que la ONP tiene en su poder, con
relación a su vida laboral.
Toda persona tiene derecho a solicitar y recibir información de cualquier en-
tidad de la Administración Pública, sin embargo, como todo derecho funda-
mental, este también está sujeto a determinados límites.

(346) Modificado por la Ley Nº 26470 (Artículo Único), publicada en el diario oficial El Peruano
el 12 de junio de 1995.
(347) Artículo  2.- Toda persona tiene derecho: (…)
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier
entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las infor-
maciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por
razones de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del juez, del Fiscal de
la Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se
refieran al caso investigado.
6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren
informaciones que afecten la intimidad personal y familiar. (…)
(348) Por todos: EGUIGUREN PRAELI, Francisco. El hábeas data y su desarrollo en el Perú,
p. 308.

166
Sistema Nacional de Pensiones

En efecto, si bien en el artículo 10 del Decreto Supremo Nº 043-2003-


PCM(349) se establece que las entidades de la Administración Pública tienen
la obligación de proveer la información requerida, si se refiere a la conteni-
da en documentos escritos, fotografías, grabaciones, soporte magnético o di-
gital, o cualquier otro formato, siempre que haya sido creada u obtenida por
ella o que se encuentre en su posesión o bajo su control, en el artículo 13 se
precisa que una solicitud de (acceso a la) información no las obliga a crear o
producir información con la que no cuenten o no tengan obligación de con-
tar al momento de efectuarse el pedido; tampoco está permitido que los soli-
citantes les exijan a las entidades que efectúen evaluaciones o análisis de la
información que posean.
Esta precisión es relevante en materia pensionaria, pues muchos administra-
dos le solicitan a la ONP no solo el acceso a documentación de su expediente
o aquella relacionada con las planillas de sus empleadores o el registro de sus
aportes, sino que en oportunidades requieren, indebidamente, la elaboración
de informes sobre la base de dicha información, que –como vemos– carecen
de sustento jurídico.
Pese a la claridad de la citada norma, en el sentido de que las entidades no
estarían obligadas a entregar información con la que no cuenten y que, como
señalamos en el segundo capítulo, Orcinea tenía 40 millones de documentos
pendientes de ingresar en su base de datos, respecto a los aportes de los ase-
gurados en las décadas previas a la creación de la ONP, en que el SNP estuvo
administrado por el Seguro Social y el IPSS, el Tribunal Constitucional ha
señalado lo siguiente:
Expediente Nº 07440-2005-PHD/TC(350)
9. (…) como lo alega la demandada, la información solicitada no se en-
cuentra en su poder, sino más bien la tiene Orcinea, motivo por el cual
no podría exigírsele datos de tal magnitud. (…) en caso de que la infor-
mación solicitada hubiese sido entregada por la demandada a un terce-
ro, es razonable entender que una copia de dicha información obre en
sus archivos, pues se trata de información que, por su propia naturaleza
y las funciones que cumple, tiene el deber de conservar. Además, estima
que si físicamente no la tuviera, puede perfectamente solicitarse o, en su
defecto, ordenar su entrega.

(349) Texto Único Ordenado de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, publi-
cado en el diario oficial El Peruano el 7 de octubre de 2005.
(350) Proceso de hábeas data seguido por Juan Olivares Torres contra ONP, publicado en su página
web el 18 de agosto de 2006.

167
César Abanto Revilla

10. (…) la ONP sostiene que existe imposibilidad material de cumplir


con la solicitud del demandante, arguyendo que la información que con-
tienen sus registros es escasa respecto al detalle requerido (…) Sin em-
bargo, ello no es lo que corresponde a una entidad de tipo previsional,
pues, como ya se ha indicado, una de sus funciones –y quizá la de ma-
yor importancia– es, según el artículo 4,  inciso f, de su Estatuto, la rea-
lización de las acciones de control, revisión, verificación y fiscalización
de aportes y derechos pensionarios, motivo por el cual la información
requerida debería estar en su poder. Es decir, si no la tiene, debió tenerla
(…) no es aceptable ni razonable suponer que la ONP, con esta función
asignada, no tenga la información requerida o no pueda acceder a ella
con mayor facilidad y celeridad que el demandante, sobre todo cuando
ella  ha sido la encargada de procesar la información en el caso concre-
to, y según el artículo 61, inciso 1, del Código Procesal Constitucional,
está plenamente obligada a la entrega de la información. (…)
Expediente Nº 03746-2011-PHD/TC(351)
6. (…) no puede admitirse que se alegue que dicha documentación no
pueda ser proporcionada, so pretexto de que la misma no obra en poder
de la Oficina de Normalización Previsional pues la Caja Nacional de Se-
guro Social fue absorbida, en su momento, por el Sistema Nacional de
Pensiones de la Seguridad Social, el mismo que, en la actualidad, es ad-
ministrado justamente por la emplazada.
7. (…) no resulta razonable excusar a la Oficina de Normalización Pre-
visional (ONP) de dicha falta de diligencia en la conservación de dicha
documentación, máxime cuando de acuerdo a su propia naturaleza y a
las funciones que cumple, tiene el imperativo deber de conservarla. (…)
En la actualidad –y desde hace algunos años– el hábeas data es utilizado por
los asegurados y pensionistas para solicitar la copia fedateada de la totalidad
de sus expedientes administrativos, sea para contar con la documentación
para iniciar la demanda de reconocimiento de aportaciones o para contar con
la liquidación de devengados para reclamar el pago de los intereses legales;
sin embargo, en ambos supuestos se reclama accesoriamente los costos del
proceso(352), que –en la práctica– sería el petitorio oculto, pues solo un por-
centaje menor –30 a 40 %– de demandas origina procesos posteriores sobre

(351) Proceso de hábeas data seguido por Carlos Ojeda Ruíz contra ONP, publicado en su página
web el 18 de enero de 2013.
(352) Pago de los honorarios del abogado (Código Procesal Civil, artículo 411).

168
Sistema Nacional de Pensiones

las citadas pretensiones, lo que demuestra que fueron interpuestas solo para
obtener dicho pago, ajeno a lo pensionario(353).

2. Proceso contencioso-administrativo previsional

Si bien, como hemos señalado anteriormente, para recurrir al Poder Judi-


cial ante el cuestionamiento de un acto administrativo que ha “causado estado”,
la vía que prevé la Constitución es la contencioso-administrativa(354), pero, en
tanto se admite en materia previsional que algunas pretensiones, por su vincula-
ción al contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión, puedan
ser formuladas a través del proceso constitucional de amparo, en la vía conten-
cioso-administrativa solo se reclamarán aquellas que no forman parte de dicho
contenido.
Esta, sin embargo, no es la principal alteración del proceso contencioso en
temas pensionarios, pues lo realmente discutible es la supresión y flexibilización
de los dos requisitos de procedencia legal exigidos para acceder a dicha vía:
• El cumplimiento del plazo de caducidad, y
• El agotamiento de la vía administrativa.
En efecto, sobre la base de criterios impuestos por el Tribunal Constitucio-
nal, a partir de la interpretación y aplicación de excepciones previstas en la anti-
gua Ley de Hábeas Corpus y Amparo (Ley Nº 23506), y su norma complemen-
taria (Ley Nº 25398)(355), se ha previsto –como veremos– un proceso contencioso
paralelo, en el cual no solo son soslayados sus requisitos esenciales, sino que,
además, se ha previsto una vía ad hoc (proceso urgente) en que se acelere la solu-
ción de ciertos reclamos pensionarios.

(353) El Tribunal Constitucional, aplicando de manera preferente el artículo 56 de la Ley Nº 28237,


ha estimado el pago de costos en los procesos de hábeas data sobre este tema, a pesar de que
la ONP se allanó a la demanda dentro del plazo legal, pues considera que fue su inacción la
que obligó al administrado a recurrir al Poder Judicial, generándole gastos que deberá asumir
la entidad; como consta –por todos– en el Expediente Nº 02805-2012-PHD/TC, seguido por
Nicomedes Herrera Linares contra ONP, fallo publicado en su página web el 18 de enero
de 2013.
(354) Regulada por el Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS, Texto Único Ordenado de la Ley del
Proceso Contencioso Administrativo, publicado en el diario oficial El Peruano el 29 de agosto
de 2008. Su antecedente inmediato fue el proceso de impugnación de acto administrativo, que
estaba previsto en los artículos 540 al 545 del Código Procesal Civil, derogados por la Ley
Nº 27584.
(355) Por todos, ver la sentencia recaída en el Expediente Nº 00153-1997-AA/TC, proceso de amparo
seguido por Pedro Mamani Choque contra ONP, publicada en el diario oficial El Peruano el
17 de setiembre de 1997.

169
César Abanto Revilla

a) El cumplimiento del plazo de caducidad


El artículo 19 del Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS establece los plazos
de caducidad en los cuales se deberá incoar la demanda contencioso-admi-
nistrativa, dependiendo del acto o resolución –expresa o ficta– materia de
impugnación.
De igual manera, en la vía administrativa previa, la Ley Nº 27444 determina
los plazos en los cuales se interpondrán los recursos de reconsideración, ape-
lación y revisión, que permiten el reexamen del acto que es materia de cues-
tionamiento y, posteriormente, el agotamiento de la sede prejudicial.
En relación con el requisito del cumplimiento del plazo de caducidad el Tri-
bunal ha señalado, desde finales de los noventa, que en materia de pensiones
estamos ante un acto lesivo de naturaleza continuada, por tanto, al repetirse
la agresión mes a mes, el término se actualiza de forma permanente, pudien-
do recurrirse a la sede judicial en cualquier momento.
Ratificando dicho criterio, en el Expediente Nº 01417-2005-AA/TC (funda-
mento 59) se ha establecido la siguiente regla:
59. Todos los poderes públicos, incluida la Administración Pública,
deberán tener presente, tal como lo ha precisado este Colegiado de ma-
nera uniforme y constante –en criterio que mutatis mutandis es apli-
cable a cualquier proceso judicial o procedimiento administrativo que
prevea plazos de prescripción o caducidad– que las afectaciones en
materia pensionaria tienen la calidad de una vulneración continuada,
pues tienen lugar mes a mes, motivo por el cual no existe posibilidad
de rechazar reclamos, recursos o demandas que versen sobre materia
previsional, argumentando el vencimiento de plazos prescriptorios o
de caducidad.
En tal sentido, en los casos de demandas contencioso administrativas
que versen sobre materia pensionaria, el juez se encuentra en la obli-
gación de considerar el inicio del cómputo de los plazos de caducidad
previstos en el artículo 17 de la Ley Nº 27584, a partir del mes inme-
diatamente anterior a aquel en que es presentada la demanda, lo que
equivale a decir, que, en ningún caso, podrá declararse la improce-
dencia de tales demandas por el supuesto cumplimiento del plazo de
caducidad.
No estamos de acuerdo con este criterio interpretativo, no solo en la medida
que crea un ordenamiento administrativo y procesal paralelo para las preten-
siones en materia pensionaria, sino porque se aplica a todos los supuestos,

170
Sistema Nacional de Pensiones

a pesar de que –en muchos casos– no se reclama una denegatoria de pensión,


sino el reajuste de la misma o el pago de intereses legales, con base en reso-
luciones administrativas que fueron emitidas en los ochenta y noventa.
Si el accionante percibe una pensión, no está desamparado económicamen-
te, por tanto, debería aplicarse un plazo de caducidad, tal vez mayor al fija-
do por ley, pero debería existir un término. La exoneración se reservaría solo
para los casos en los que el asegurado no tiene una pensión (resoluciones
denegatorias).
b) El agotamiento de la vía administrativa previa
El artículo 20 de la norma adjetiva precisa que es requisito para la proceden-
cia de la demanda contenciosa el agotamiento de la vía administrativa, con-
forme a las reglas establecidas en la Ley del Procedimiento Administrativo
General.
La Ley Nº 27444 establece en sus artículos 186 y 218 los supuestos para que
se declare el fin del procedimiento y se considere agotada la vía administra-
tiva, sin embargo, el artículo 21 de la norma adjetiva algunas excepciones, a
saber:
Artículo 21.- Excepciones al agotamiento de la vía administrativa
No será exigible el agotamiento de la vía administrativa en los siguien-
tes casos:
1. Cuando la demanda sea interpuesta por una entidad administrativa
en el supuesto contemplado en el segundo párrafo del artículo 13 de
la presente Ley.
2. Cuando en la demanda se formule como pretensión la prevista en el
numeral 4 del artículo 5 de esta Ley. En este caso el interesado de-
berá reclamar por escrito ante el titular de la respectiva entidad el
cumplimiento de la actuación omitida. Si en el plazo de quince días
a contar desde el día siguiente de presentado el reclamo no se cum-
pliese con realizar la actuación administrativa el interesado podrá
presentar la demanda correspondiente.
3. Cuando la demanda sea interpuesta por un tercero al procedi-
miento administrativo en el cual se haya dictado la actuación
impugnable.
4. Cuando la pretensión planteada en la demanda esté referida al con-
tenido esencial del derecho a la pensión y haya sido denegada en la
primera instancia de la sede administrativa.

171
César Abanto Revilla

Como se aprecia, si bien el cuarto supuesto de exoneración alude expresa-


mente a las pretensiones referidas al contenido esencial(356) del derecho a la
pensión, se le exige al accionante que su reclamo administrativo haya sido
denegado –de forma expresa o tácita (silencio negativo)– al menos en la pri-
mera instancia de la ONP, lo cual implica un agotamiento parcial de la vía
previa.
En el pasado, el Tribunal Constitucional exoneraba totalmente de este requi-
sito a los asegurados o pensionistas, pues remitiéndose a lo dispuesto en el
inciso 2 del artículo 28 de la Ley Nº 23506, consideraba que no resultaba exi-
gible agotar la vía previa (administrativa), pues dicho tránsito forzado por el
proceso prejudicial podría convertir en irreparable la agresión (acto lesivo);
sin embargo, este criterio ha sido superado en el Expediente Nº 01417-2005-
AA/TC (fundamentos 54 a 56) que sigue implícitamente lo previsto por la
norma adjetiva vigente, al exigir que se verifique que la Administración se
haya ratificado –expresa o tácitamente– en torno a la validez del acto consi-
derado atentatorio del derecho previsional.
Dejamos constancia que algunos autores(357) son de la opinión que un régi-
men más acorde con el respeto al derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,
sería aquel en el cual se otorgue al ciudadano la facultad de acudir al ente ad-
ministrativo o al Poder Judicial –de forma alternativa– sin imponerle la obli-
gación de agotar la vía previa administrativa.
c) Las características del proceso urgente
El 28 de junio de 2008 fue publicado el Decreto Legislativo Nº 1067, norma
que modificó diversos artículos de la Ley del Proceso Contencioso Adminis-
trativo, entre las cuales, una de las principales novedades fue la creación del
denominado “proceso urgente”, recogido por el artículo 26 del Decreto Su-
premo Nº 013-2008-JUS en los siguientes términos:
Artículo 26.- Proceso Urgente
Se tramita como proceso urgente únicamente las siguientes pretensiones:

(356) Como hemos señalado en el primer capítulo de este libro, los elementos que forman el contenido
esencial han sido determinados en el Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, y sirven como límite
al legislador cuando se regulan derechos fundamentales. Entendemos que la referencia en la
norma comentada es, en realidad, al contenido constitucionalmente protegido del derecho a
la pensión.
(357) Por todos: PRIORI POSADA, Giovanni. Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso
Administrativo, p. 201.

172
Sistema Nacional de Pensiones

1. El cese de cualquier actuación material que no se sustente en acto


administrativo.
2. El cumplimiento por la administración de una determinada actua-
ción a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud
de acto administrativo firme.
3. Las relativas a materia previsional en cuanto se refieran al conteni-
do esencial del derecho a la pensión.
Para conceder la tutela urgente se requiere que del mérito de la demanda
y sus recaudos, se advierta que concurrentemente existe:
a) Interés tutelable cierto y manifiesto,
b) Necesidad impostergable de tutela, y
c) Que sea la única vía eficaz para la tutela del derecho invocado.
Como hemos señalado al comentar el artículo 21, el inciso 3 también alude
a las pretensiones en materia previsional referidas al contenido esencial del
derecho a la pensión, cuando lo correcto sería referirse al contenido cons-
titucionalmente protegido, pues el primero, es el límite que se impone al
legislador para que no se afecte el núcleo duro (elementos mínimos) al re-
gular derechos fundamentales –un supuesto ajeno a lo procesal–, mientras
el segundo, se refiere a las pretensiones que pueden ser tuteladas a través
del amparo.
Por tanto, si una demanda es incoada en la vía contencioso-administrativa
con base en alguno de los cinco supuestos establecidos por el Expediente
Nº 01417-2005-AA/TC (fundamento 37), que mencionamos en el literal a
del numeral 2.1 del presente capítulo, el juez podría admitirla en la vía del
proceso urgente, en tanto se cumplan –además– los tres requisitos adiciona-
les que señala el artículo 26.
A diferencia del proceso especial, en esta vía no se celebra audiencias, y el
plazo para contestar la demanda es breve (3 días). Con o sin la absolución de
la misma, el juez emitirá sentencia.
Entendemos que la finalidad del legislador ha sido la de implementar, den-
tro de la vía contencioso administrativa, un proceso célere, sin embargo, en
la práctica, esta medida no ha surtido el efecto deseado, en primer lugar, por
el número aún reducido de juzgados contenciosos, y, en segundo lugar, por
la ausencia de una capacitación permanente a los magistrados en materia
previsional.

173
César Abanto Revilla

3. Proceso laboral previsional

El 15 de enero de 2010 fue publicada en el diario oficial El Peruano la Ley


Nº 29497, nueva Ley Procesal del Trabajo, que ha variado la estructura misma
de dicho proceso, al transitar de prevalencia de los actos escritos a la oralidad y
la concentración de la litis en una audiencia única, para reducir el plazo de dura-
ción de estos litigios.
Previamente, el Congreso de la República había introducido una variable
–que luego fue incorporada en la norma adjetiva(358)– que, desde nuestra pers-
pectiva, no solo origina que se incremente la carga procesal de los jueces labo-
rales, sino que les asigna competencia en una materia que no forma parte de su
especialidad.
En la nueva ley, el juez de trabajo deberá conocer los conflictos laborales
bajo las reglas de la oralidad y, en paralelo, para resolver la mayoría de reclamos
pensionarios, utilizará los parámetros formales establecidos en la ley del proceso
contencioso-administrativo, a pesar de que quienes solicitan tutela previsional –
en su mayoría, adultos mayores– requieren una atención preferente y urgente res-
pecto de los demás litigantes.
a) ¿Incompatibilidad por especialidad?
La jurisdicción es el poder-deber que ostenta el Estado de administrar jus-
ticia, que es ejercido a través de los órganos especializados que aplican
el derecho que corresponde al caso concreto, con la finalidad de resolver
conflictos de intereses e incertidumbres jurídicas que se presenten en una
sociedad.
Si bien la jurisdicción confiere a estos órganos dicha potestad, ello no signi-
fica que pueda ser ejercida en cualquier ámbito, pues si bien un juez –por el
hecho de serlo– tiene función jurisdiccional, su ejercicio se encuentra limita-
do legalmente, con base en determinados criterios.
Este límite al ejercicio de la función jurisdiccional se denomina competen-
cia, y será en virtud de ello que un juez podrá –o no– conocer válidamente
una causa en particular, pues las reglas de la competencia tienen por finali-
dad establecer ante qué juez debe ser propuesta determinada pretensión, sea
por especialidad (civil, penal, laboral, etc.), territorio, cuantía, turno, u otros
criterios.

(358) Ley Nº 29497, inciso 4, artículo 2.

174
Sistema Nacional de Pensiones

Al publicarse la Ley Nº 29364(359), norma que –entre otros aspectos– mo-


dificó a la Ley Orgánica del Poder Judicial (inciso l, artículo 51) para que
los juzgados de trabajo conocieran las demandas contencioso-administra-
tivas en lo laboral y de seguridad social, no solo se soslayó lo dispuesto en
el Decreto Supremo Nº 070-98-EF(360), sino que se retomó una coexisten-
cia de competencia contenciosa que en su momento fuera resuelta por la
Sala Transitoria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
(Consulta Nº 1618-2003 Lima), al fijar los periodos de aplicación de la Ley
Nº 26636 con relación a la Ley Nº 27584 y al Código Procesal Civil, así
como la actividad válida de los jueces y Salas laborales, los jueces civiles y
los contenciosos administrativos(361).
Desde 1996, el Decreto Legislativo Nº 817 había determinado expresamente
una distinción de regulación normativa entre lo laboral y lo previsional, reco-
gida de forma textual por el Decreto Supremo Nº 070-98-EF, en los siguien-
tes términos:
Sexta.- Precísase que los aspectos relativos a los regímenes previsiona-
les en general, no son de naturaleza laboral, sino de seguridad social.
Si las pretensiones previsionales (pensionarias) forman parte del derecho de
la seguridad social y, por tanto, son distintas a la problemática laboral, la in-
clusión de esta materia en la competencia de los jueces de trabajo obedece
a una decisión política, que fuera asumida mientras el Poder Judicial estaba
implementando una reorganización de los juzgados contenciosos y civiles,
y ha sido interrumpida con una medida que es incompatible –no legal, sino
teórica y operativamente– con los objetivos que la Ley Procesal del Trabajo
propone, en cuanto a la celeridad.
En tanto no sea derogada esta norma, reconociendo la competencia exclusi-
va del tema pensionario a la justicia constitucional y contencioso-administra-
tiva, debería evaluarse la implementación de una subespecialidad previsio-
nal dentro de los juzgados de trabajo, capacitando adecuadamente a dichos
magistrados.

(359) Publicada en el diario oficial El Peruano el 28 de mayo de 2009.


(360) Texto Único Ordenado de la Ley del Régimen Previsional del Estado, publicado en el diario
oficial El Peruano el 10 de julio de 1998.
(361) Si bien la Ley Nº 26636 –antigua Ley Procesal del Trabajo– también había previsto que los
jueces y Salas Laborales conocieran las demandas contenciosas en materia de seguridad
social, la Corte Suprema precisó que dicha facultad estuvo vigente solo hasta el 16 de abril
de 2002, en que esta materia sería de competencia exclusiva de los jueces contenciosos (Ley
Nº 27584). En esa época también existían juzgados previsionales, lo que complicaba aún más
el tema de la competencia.

175
César Abanto Revilla

b) Regulación en la Ley Nº 29497


La nueva Ley Procesal del Trabajo asigna competencia en materia previsio-
nal en los siguientes casos:
(i) A los jueces de paz letrado laborales, para conocer los procesos con títu-
lo ejecutivo de cobranza de aportes previsionales del SPP, retenidos por
el empleador, con prescindencia de la cuantía(362).
Si bien no es materia del presente libro el estudio del SPP, cumplimos
con dejar constancia de nuestra crítica a la ausencia de cuantía para for-
mular estas demandas, que incrementan desmesuradamente la carga de
dichos juzgados. Debería fijarse una cuantía mínima –por ejemplo, 10
URP– para que las AFP puedan recurrir ante el Poder Judicial. Por mon-
tos menores, se debería preveer un mecanismo previo para que las AFP
–o la entidad centralizadora– puedan realizar un cobro de tipo coactivo
o similar.
Otro aspecto que no ha sido definido es el tema del plazo de prescripción
de estos cobros, pues si bien algunos juzgados han decidido aplicar el de
10 años, previsto para la acción personal en el inciso 1 del artículo 2001
del Código Civil, al haberse atribuido a los aportes el carácter de tributo
–al menos a los de EsSalud y ONP–, es opinable si resultan aplicables
los 4, 6 o 10 años del Código Tributario, dependiendo de la interpreta-
ción dada.
(ii) A los jueces especializados de trabajo, para conocer, en la vía del proce-
so ordinario, las pretensiones relacionadas a:
a) El cumplimiento de las pensiones de invalidez, a favor de los ase-
gurados o los beneficiarios, exigibles a las aseguradoras(363).
En el SPP, dichas prestaciones son pagadas por aseguradoras,
por tanto, estamos ante un reclamo vinculado a la seguridad so-
cial.
b) El Sistema Privado de Pensiones(364).
Si bien el Tribunal Constitucional, en un inicio(365), consideró que el
SPP no era parte de la seguridad social, fallos posteriores emitidos

(362) Artículo 1, inciso 2.


(363) Artículo 2, inciso 1, literal i.
(364) Artículo 2, inciso 1, literal j.
(365) Expediente Nº 00050-2004-AI/TC, fundamento 140.

176
Sistema Nacional de Pensiones

desde el 2007(366) han variado dicho criterio, y señalan expresamen-


te que el régimen privado pertenece a lo previsional, por tanto, es un
reclamo vinculado a dicha materia.
(iii) A los jueces especializados de trabajo, para conocer, en la vía del proce-
so contencioso-administrativo, pretensiones de seguridad social, de de-
recho público(367).
Este es el aspecto que discutimos, pues si el Tribunal Constitucional ha esta-
blecido en el Expediente Nº 01417-2005-AA/TC que las pretensiones pen-
sionarias pueden reclamarse –como regla general– en lo constitucional, si se
afecta el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión,
o en lo contencioso administrativo, cuando no se afecta dicho contenido, re-
sultaba innecesario ampliar el ámbito de órganos judiciales con competencia
para resolver dichas demandas, más aún si existe una distinción normativa
entre lo laboral y lo previsional desde 1997.
A ello, debe sumarse la incongruencia entre la competencia asignada entre
el literal j del inciso 1 del artículo 2 y su propio inciso 4, pues si estamos
–por ejemplo– ante una demanda de otorgamiento o recálculo de un bono
de reconocimiento, pretensión relacionada al SPP, pero el acto cuestionado
está contenido –por mandato legal– en una resolución administrativa de la
ONP, ¿debe ser tramitada en la vía del proceso ordinario laboral o en la del
contencioso-administrativo?
En el literal j del inciso 1 se debió precisar que se alude a las pretensiones re-
lacionadas al SPP “que no obren en acto o resolución administrativa”.

III. TEMAS PENALES EN MATERIADE DERECHOS PREVISIONALES

1. El delito de apropiación ilícita de los aportes previsionales

Para acceder a una pensión en el SNP –sea de jubilación, invalidez o sobre-


viviente– o a ciertos beneficios en el SPP –como el bono de reconocimiento, la
pensión mínima, o la desafiliación–, el asegurado debe acreditar una cantidad de-
terminada de años de aportes; por tanto, cuando el empleador retiene la cotiza-
ción para pensiones pero no cumple con pagarla a la Sunat, se afecta el engranaje
financiero que permite al trabajador acceder a una futura pensión, vulnerando su
derecho constitucional a la seguridad social.

(366) Por todos, el Expediente Nº 01776-2004-AA/TC, fundamentos 20 y 21.


(367) Artículo 2, inciso 4.

177
César Abanto Revilla

El artículo 70(368) del Decreto Ley Nº 19990 establece que se consideran


años, meses y días aportados aquellos trabajados por el asegurado, por tanto, este
solo estaría obligado a demostrar que laboró, aunque su empleador no haya paga-
do (nunca) dicho concepto.
El empleador tiene la obligación de retener el aporte al trabajador y el Es-
tado la facultad de cobrarle dicha deuda, incluso en la vía coactiva, por tanto, el
incumplimiento de estas partes no tiene porqué perjudicar el acceso al derecho
previsional del asegurado.
La morosidad –presente y pasada– ha generado que mensualmente se tenga
que recurrir al Tesoro Público para cubrir –mediante subsidios– el pago de la pla-
nilla de pensionistas del SNP, además de reconocer pensiones a asegurados que
seguramente laboraron, pero cuyo empleador no entregó un sol al Estado, lo cual
produce un forado financiero en los fondos previsionales que debe cubrirse con
los impuestos de la colectividad, que podrían destinarse a otras necesidades del
país (salud, educación, infraestructura, etc.).
a) Las características de un tipo penal especial
Como se aprecia de lo expuesto en los puntos precedentes, la tutela de los
fondos de seguridad social en pensiones no solo constituye un bien jurí-
dico de carácter individual –en tanto permite al asegurado acceder a una
prestación– sino también supraindividual(369), pues los impagos generan una
afectación global a un grupo de trabajadores –asegurados del SNP– cuyas
prestaciones tendrán que ser subsidiadas por el Estado, con cargo al Tesoro
Público, afectando de esta manera (indirectamente) a toda la colectividad.
Tanto en el SNP, en el pasado, como en el SPP, desde su origen y hasta la ac-
tualidad, se ha contemplado al delito de apoderamiento de la cuota o aporta-
ción a la seguridad social en pensiones, dentro del ámbito de la apropiación
ilícita.
En el SNP, el Decreto Ley Nº 20604 desarrolló –a mediados de los setenta–
un tipo penal especial para la apropiación ilícita de los aportes, en los térmi-
nos siguientes:
Artículo 4.- Constituye delito de apropiación ilícita la falta de pago
por el empleador al Seguro Social del Perú de las aportaciones co-
rrespondientes al Sistema Nacional de Pensiones y a los regímenes

(368) Norma modificada por la Ley Nº 28991, pero cuya interpretación original se mantiene, a partir
del fallo del Tribunal Constitucional recaído en el Expediente Nº 04762-2007-AA/TC.
(369) Como precisa: BRANDARIZ GARCÍA, Ángel. La protección penal de la seguridad social,
p. 614.

178
Sistema Nacional de Pensiones

de prestaciones de salud, retenidas a los asegurados obligatorios


que no fueran abonadas dentro de los 60 días contados a partir del
vencimiento del término para hacerlo. La sanción será en este caso
la señalada en la primera parte del artículo 240 del Código Penal. El
pago de las aportaciones retenidas, dentro de los 30 días de iniciada
la acción penal, producirá la extinción de la misma, salvo que hu-
biere reincidencia en el delito.
Al ser promulgado el Código Penal de 1991, la ausencia de regulación de di-
cho ilícito nos lleva a concluir que existió una derogación tácita, optando el
legislador por la figura genérica de la apropiación ilícita (artículo 190), de-
cisión que nos parece inadecuada, pues existen ciertos rasgos inherentes al
apoderamiento de las aportaciones de la seguridad social en pensiones que
no comparten otros ilícitos, como veremos más adelante.
En el SPP, el Decreto Supremo Nº 054-97-EF - Texto Único Ordenado (TUO)
de la Ley del SPP, establece lo siguiente:
Artículo 35.-(370) (…)
Sin perjuicio de las sanciones, multas o intereses moratorios que pu-
dieran recaer sobre el empleador por la demora o el incumplimiento de
su obligación de retención y pago, el trabajador, la AFP y/o la Superin-
tendencia pueden accionar penalmente por delito de apropiación ilícita
contra los representantes legales del empleador, en el caso de que en for-
ma maliciosa incumplan o cumplan defectuosamente con su obligación
de pagar los aportes previsionales retenidos. (…)
El apoderamiento de las aportaciones de la seguridad social en pensiones es
un ilícito con caracteres específicos, por tanto, no puede ser subsumido o asi-
milado a otros delitos previstos por el Código Penal o en normas especiales.
Veamos:
a.1 Delito de apropiación ilícita. Este ilícito se configura cuando el agente
introduce dentro de su esfera de dominio un bien mueble, una suma de
dinero o un valor que ha recibido de manera lícita, negándose a proce-
der a la entrega, devolución o utilización preestablecida del mismo, ge-
nerando un provecho propio o a favor de un tercero.
El Código Penal regula este delito en los siguientes términos:
Artículo 190.- El que, en su provecho o de un tercero, se apropia
indebidamente de un bien mueble, una suma de dinero o un valor

(370) Modificado por la Primera Disposición Final de la Ley Nº 27130.

179
César Abanto Revilla

que ha recibido en depósito, comisión, administración u otro títu-


lo semejante que produzca obligación de entregar, devolver o hacer
uso determinado, será reprimido con pena privativa de la libertad no
menor de dos ni mayor de cuatro años. (…)
Más allá del análisis de los elementos objetivos de este delito, que es
parte del presente estudio, para su consumación resulta indispensable
–dentro del ámbito subjetivo– que se constate la existencia del animus
rem simi habendi, esto es del deseo o intención del agente de incorporar
en su patrimonio un bien ajeno(371), lo que no se presenta en el delito de
apoderamiento de los aportes de la seguridad social en pensiones.
En efecto, es común dentro de la irregularidad en la productividad y
beneficios del mercado comercial y económico nacional, que un em-
pleador retenga pero no pague las aportaciones por seguridad social en
pensiones, frente a circunstancias transitorias de crisis financiera –que
luego pueden ser permanentes–, por tanto, estamos ante una imposibili-
dad material –que debe ser acreditada– de realizar el pago, y no necesa-
riamente ante una intención del empleador de apropiarse de las cotiza-
ciones(372). Ante la ausencia del animus –núcleo subjetivo del delito– no
se podría tipificar este hecho como una apropiación ilícita genérica.
Tampoco se estaría ante el tipo básico de la apropiación ilícita, en la me-
dida que el empleador no tiene la obligación de devolver, sino de remitir
las aportaciones al ente recaudador, por lo que no estaría actuando en ca-
lidad de propietario, sino tan solo de intermediario, careciendo del dolo
de apropiarse.
Finalmente, para que se consuma el tipo básico de la apropiación debe
aparejarse un provecho para el agente o para un tercero, pues no basta la
simple tenencia del bien para imputar este ilícito(373).
a.2 Delito de violación de la libertad de trabajo. De acuerdo con el texto ori-
ginal del segundo párrafo del artículo 168 del Código Penal, incurría en

(371) Es necesaria la presencia del elemento subjetivo adicional (animus rem simi habendi), pues de
lo contrario, si fuera penalizado el solo uso de un bien o una suma de dinero, se colisionaría
con las reglas del Derecho Civil patrimonial.
(372) Una ejecutoria del Supremo Tribunal Español, del 22 de junio de 1979, si bien referida a
adeudos laborales, indica que no existe delito de apropiación cuando el impago es conse-
cuencia inevitable de una crisis económica. Este criterio también aplicaría para los adeudos
previsionales.
(373) Ejecutoria Suprema del 8 de enero de 1998, recaída en el Expediente Nº 327-97.

180
Sistema Nacional de Pensiones

este delito quien no entregase la retención efectuada a la remuneración


o indemnización derivada de un mandato legal o judicial(374).
Por mandato legal, el empleador debe retener un porcentaje de la remu-
neración del trabajador para entregarlo a la entidad recaudadora de pen-
siones (Sunat), y de no cumplir con dicho mandato, se habría incurrido
en el delito comentado, de acuerdo a lo señalado por algunos autores(375).
Contrariamente a dicha postura, en la medida que legalmente se preci-
sa que los aspectos relativos a pensiones no forman parte del Derecho
Laboral sino de la seguridad social –en específico, al Derecho previsio-
nal–(376), el ilícito regulado por la norma citada –durante el tiempo en
que estuvo vigente– no podía aplicarse, de manera extensiva, al delito
de apoderamiento de las aportaciones.
El concepto remuneración o indemnización aludía expresamente a be-
neficios de naturaleza laboral, por tanto, no eran equiparables a las pres-
taciones pensionarias.
a.3 Delito de defraudación tributaria. En el Decreto Legislativo Nº 813 -
Ley Penal Tributaria (LPT), se encuentran tipificadas las modalida-
des de este delito, y en el inciso b del artículo 2 se prevé el siguiente
supuesto:
Artículo 2.- Son modalidades de defraudación tributaria reprimidas
con la pena del artículo anterior: (…)
b) No entregar al acreedor tributario el monto de las retenciones o
percepciones de tributos que se hubieren efectuado, dentro del
plazo que para hacerlo fijen las leyes y reglamentos pertinentes.
A partir de la modificación de la Norma II del Título Preliminar del Có-
digo Tributario, por el artículo 2 de la Ley Nº 27038, algunos autores(377)
consideran que los aportes para pensiones del SNP han adquirido expre-
samente la calidad de tributo:
Norma II
Las aportaciones que administran el Instituto Peruano de Seguridad
Social - IPSS y la Oficina de Normalización Previsional - ONP se

(374) Supuesto derogado por el Decreto Supremo Nº 001-97-TR.


(375) Por todos: CARO CORIA, Carlos. El Derecho Penal Laboral en el Perú, p. 238.
(376) Decreto Supremo Nº 070-98-EF, Sexta Disposición Complementaria.
(377) TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge. La sunatización de las aportaciones de la seguridad social,
pp. 186-187.

181
César Abanto Revilla

rigen por las normas de este Código, salvo aquellos aspectos que
por su naturaleza requieran normas especiales (…).
No compartimos esa tesis, pues consideramos que las pensiones son
prestaciones que no reúnen todas las características de los tributos, cons-
tituyéndose así en un elemento singular que –a partir de su configura-
ción legal– tiene particularidades propias y distintas, lo que le da una
autonomía e individualidad diferenciada.
En la teoría –y la práctica– los tributos se dividen en: impuestos, con-
tribuciones y tasas. Los impuestos son tributos de carácter general que
paga el contribuyente sin que exista una proporción respecto del bene-
ficio (por ejemplo: el Impuesto General a las Ventas, el Impuesto a la
Renta, etc.). Las contribuciones son tributos cuya obligación tiene como
hecho generador beneficios derivados de la realización de obras públi-
cas o actividades estatales (por ejemplo: Fonavi, Senati, Sencico, etc.).
Las tasas son tributos cuya obligación tiene de hecho generador la pres-
tación efectiva por el Estado de un servicio público individualizado a
favor del contribuyente (por ejemplo: arbitrios, licencias de funciona-
miento, etc.).
A los aportes de la seguridad social se les ubica dentro de las contribu-
ciones, y a su vez, dentro de dicho concepto, en el ámbito de la denomi-
nada parafiscalidad.
La contribución parafiscal ha generado diversas opiniones doctrinarias,
respecto a su naturaleza jurídica, al punto que se niega su carácter tribu-
tario, sin embargo, se acepta que comparten las características que dis-
tinguen a los otros tributos(378):
• Se establecen por mandato legal,
• Son exigibles coactivamente, y,
• Deben ser cumplidas por los sujetos determinados.
Pese a lo expuesto, considero –partiendo de la autonomía legislativa y
científica del Derecho previsional– que los aportes al SNP, si bien son
fijados por ley y son exigibles en sede coactiva, generan a favor del
asegurado la posibilidad de acceder a una prestación económica (pen-
sión) que solo lo beneficiará a él y a sus derechohabientes; por tanto, la

(378) Por todos: MARTÍN, José María. Introducción a las finanzas públicas, p. 225. Este autor
precisa que la parafiscalidad escapa del control público, como ocurrió en Argentina, con el
descalabro financiero generado por la Caja de Previsión Social.

182
Sistema Nacional de Pensiones

referida modalidad de defraudación tributaria de la LPT, no podría apli-


carse al apoderamiento de los aportes previsionales.
El hecho de que la Sunat sea el ente que las recauda es un mecanismo
operativo o funcional que no afecta la naturaleza previsional de las coti-
zaciones del SNP.
b) La necesidad de una ley de delitos previsionales
Como hemos referido en los puntos precedentes, no existe discusión respec-
to a la necesidad de regular tipos penales específicos para tutelar los fondos
de la seguridad social –en este caso, en materia de pensiones–, sin embargo,
tenemos serias dudas de la existencia de una voluntad política respecto a la
aprobación de sanciones en sede penal para dichos supuestos.
En efecto, a pesar de que el artículo 12 de la Constitución señala que los fon-
dos y las reservas de la seguridad social son intangibles –es decir, que no
pueden ser utilizadas para un fin distinto, ni ser materia de medidas cautela-
res o ejecución forzada–, y que su aplicación se sujeta a la responsabilidad
señalada por ley, han pasado veinte años desde la promulgación de la Carta
Magna y, hasta la fecha, no se dictado la ley de desarrollo que determine la
naturaleza de tal responsabilidad, es decir, si será administrativa, civil o pe-
nal, resultando una norma declarativa, sin contenido ni eficacia práctica.
Corroborando lo expuesto, cabe recordar que el 24 de octubre de 2001 se
presentó en el Congreso de la República el Proyecto de Ley Nº 1067/2002-
CR –reforzado posteriormente por catorce iniciativas legislativas adiciona-
les, que proponía la incorporación del Título V-A (“De los Delitos Previ-
sionales”) al Libro Segundo del Código Penal, para regular cuatro figuras
delictivas que sancionen supuestos de afectación a los fondos pensionarios,
en los términos siguientes:

LEY QUE MODIFICA EL CÓDIGO PENAL


PARA CALIFICAR Y SANCIONAR
LOS DELITOS PREVISIONALES
Artículo 1.- Incorpórese el Título V-A “De los Delitos Previsionales” en
el Libro Segundo del Código Penal, el mismo que queda redactado de la
siguiente forma:
TÍTULO V-A
DELITOS PREVISIONALES
Artículo 208-A.- El que se apropia, sustrae, dispone o desvía los
aportes, en todo o en parte, destinados a la constitución, formación,

183
César Abanto Revilla

consolidación o desarrollo de un Fondo Pensionario, será reprimido con


pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de ocho años.
El que actuando en cumplimiento de una orden emanada de un superior
jerárquico incurre en el delito referido en el párrafo anterior será repri-
mido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro
años.
Artículo 208-B.- El que se apropia o dispone indebidamente de las re-
tenciones sociales destinadas a una entidad recaudadora en materia pen-
sionaria será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres
ni mayor de seis años.
Artículo 208-C.- El que, abusando de sus atribuciones, comete u ordena
el no reconocimiento de un derecho pensionario en el plazo establecido
en la ley de la materia, o indebidamente niega este derecho al titular del
mismo, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres
ni mayor de cinco años.
Artículo 208-D.- El que en infracción de la obligación de conservar las
planillas u otros documentos que acrediten el abono de los aportes pre-
visionales dentro de los plazos previstos en la ley, permite su destruc-
ción o desaparición, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de dos ni mayor de cuatro años.
DISPOSICIONES COMUNES
Artículo 208-E.- Los delitos previstos en este Título quedarán consti-
tuidos luego de vencido el plazo de 15 días calendario para el cumpli-
miento del acto debido que deberá otorgarse al funcionario concernido,
por vía notarial, antes de la formalización de la denuncia respectiva.
El 3 de marzo de 2003, la Comisión de Seguridad Social del Congreso de la
República formuló el siguiente texto sustitutorio, proponiendo que se agre-
guen un cuarto y quinto párrafo al texto del artículo 190 del Código Penal
(Delito de Apropiación Ilícita), regulando solamente dos tipos penales con
relación al tema previsional:

LEY QUE MODIFICA EL CÓDIGO PENAL


Y ESTABLECE LA TIPIFICACIÓN
Y SANCIÓN DE DELITOS PREVISIONALES
Artículo 1.- Modificación del artículo 190 del Código Penal
Modifíquese el artículo 190 del Código Penal en los siguientes términos:

184
Sistema Nacional de Pensiones

“Artículo 190.- (…)


Si el agente se apropia, sustrae, dispone o desvía las aportaciones,
en todo o en parte, destinados a la constitución, formación, conso-
lidación o desarrollo de un Fondo Pensionario o de prestaciones de
salud, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
cinco ni mayor de ocho años.
Cuando el agente se apropia o dispone indebidamente de las aporta-
ciones sociales destinadas a una entidad administradora en materia
pensionaria, de salud o de seguros será reprimido con pena privati-
va de libertad no menor de tres ni mayor de seis años”.
Artículo 2.- Sobre los derechos pensionarios
El que, abusando ilegítimamente de sus atribuciones, comete u ordena
el no reconocimiento de un derecho pensionario en el plazo establecido
en la ley de la materia, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de dos ni mayor de cuatro años.
La misma pena se aplicará al que incumple dolosamente las resolucio-
nes consentidas o ejecutoriadas dictadas por la autoridad competente.
Artículo 3.- Sobre los tenedores de las planillas de pago
El que en infracción de la obligación de conservar las planillas de pago
u otros documentos que acrediten el pago de los aportes previsionales
dentro de los plazos previstos en la ley, permite su destrucción o desapa-
rición, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni
mayor de cuatro años.
Artículo 4.- Agotamiento de la vía administrativa
La interposición de la denuncia penal correspondiente en el caso del ar-
tículo 2 estará sujeta al agotamiento de la vía administrativa estableci-
da por la Ley del Procedimiento Administrativo General señalado en
la Ley Nº 27444 o por el Decreto Supremo Nº 002-94-JUS, y demás
disposiciones modificatorias, complementarias y reglamentarias, según
corresponda.
Más allá de las críticas de técnica legislativa jurídico-penal, en la redac-
ción de los delitos, y su posible coincidencia con otros tipos comunes, ya
contemplados por el Código Penal, el proyecto tenía como principal valía
el hecho de ser el punto de partida para iniciar el debate sobre una regu-
lación específica de los ilícitos en materia pensionaria, como ocurre en la

185
César Abanto Revilla

mayoría de países cuya legislación penal nos ha influenciado, como Espa-


ña(379) (380).
Lamentablemente, como suele suceder en los temas en que los responsa-
bles son grupos que pueden influenciar en nuestros legisladores, el Proyec-
to de Ley Nº 1067/2002-CR terminó siendo la base para la dación de la Ley
Nº 28470, que se limitó a la modificación de los artículos 37 y 38 del T.U.O.
de la Ley del SPP, en aspectos relativos a la liquidación de cobranza de adeu-
dos previsionales a las AFP y algunas precisiones respecto al proceso judi-
cial especial de ejecución para el cobro civil de los mismos. La máxima san-
ción impuesta por dicha norma fue la supresión de la exoneración del pago
de aranceles judiciales para las AFP.

(379) (Código Penal de 1995) artículo 307.- Delito contra la seguridad social
1. El que, por acción u omisión, defraude a la Seguridad Social eludiendo el pago de las cuotas
de esta y conceptos de recaudación conjunta, obteniendo indebidamente devoluciones de las
mismas o disfrutando de deducciones por cualquier concepto asimismo de forma indebida,
siempre que la cuantía de las cuotas defraudadas o de las devoluciones o deducciones indebidas
exceda de 120.000 euros será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años y multa
del tanto al séxtuplo de la citada cuantía.
Las penas señaladas en el párrafo anterior se aplicarán en su mitad superior cuando la defrau-
dación se cometa concurriendo alguna de las circunstancias siguientes:
La utilización de persona o personas interpuestas de manera que quede oculta la identidad del
verdadero obligado frente a la seguridad social.
La especial trascendencia y gravedad de la defraudación atendiendo al importe de lo defraudado
o a la existencia de una estructura organizativa que afecte o pueda afectar a una pluralidad de
obligados frente a la seguridad social.
2. A los efectos de determinar la cuantía mencionada en el apartado anterior, se estará a lo
defraudado en cada liquidación, devolución o deducción, refiriéndose al año natural el importe
de lo defraudado cuando aquellas correspondan a un periodo inferior a doce meses.
3. Quedará exento de responsabilidad penal el que regularice su situación ante la seguridad
social, en relación con las deudas a que se refiere el apartado primero de este artículo, antes de
que se le haya notificado la iniciación de actuaciones inspectoras dirigidas a la determinación
de dichas deudas o, en caso de que tales actuaciones no se hubieran producido, antes de que
el Ministerio Fiscal o el letrado de la seguridad social interponga querella o denuncia contra
aquel dirigida.
La exención de responsabilidad penal contemplada en el párrafo anterior alcanzará igualmente
a dicho sujeto por las posibles falsedades instrumentales que, exclusivamente en relación a
la deuda objeto de regularización, el mismo pudiera haber cometido con carácter previo a la
regularización de su situación.
(380) Con anterioridad al Código Penal de 1995, la protección de los intereses de la seguridad social
en España se derivaba a los clásicos delitos patrimoniales y falsarios, en aplicación del mandato
establecido por la Ley General de Seguridad Social (artículo 68), como indican: BAYLOS,
Antonio y TERRADILLOS, Juan. Derecho Penal del Trabajo, pp. 167-168.

186
Sistema Nacional de Pensiones

En definitiva, para evitar que el manejo irregular de los fondos y las reservas
de la seguridad social –en pensiones y salud– se repitan, es necesario que se
elabore una ley de delitos previsionales, que contemple los siguientes aspec-
tos mínimos:
i) Un delito de apropiación específica para empleadores que no entreguen
los aportes de seguridad social –en pensiones y salud– que hayan reteni-
do a sus trabajadores.
ii) Un delito que sancione a los funcionarios públicos y empresarios priva-
dos que utilicen de manera indebida los fondos y reservas previsionales.
La norma se aplicaría a los regímenes pensionarios públicos y privados, y
a la par se crearía un registro de empleadores morosos –entre los cuales, el
Estado es uno de los principales– para ejecutar las medidas coactivas y los
procesos civiles que permitan una pronta recuperación de los adeudos por
aportaciones.

2. Requisito de procedibilidad: informe técnico jurídico

El 26 de julio de 2003, hace más de diez años, entró en vigencia el artículo


3 de la Ley Nº 28040, norma que establece –de manera expresa– como requisi-
to de procedibilidad, previo a la incoación válida de la formalización de una de-
nuncia penal en contra de los funcionarios o servidores de las entidades adminis-
tradoras en materia previsional, el requerimiento que el Ministerio Público –o la
Policía Nacional– deberá efectuar a dichos órganos, para que elaboren y remitan
un informe técnico jurídico relativo a los hechos y la responsabilidad de aquellos
–entiéndase, participación administrativa–, vinculados al hecho imputado en su
contra(381).
Pese a la claridad –y antigüedad– de esta norma, aún existen jueces y fisca-
les que, en la mayoría de casos, por desconocimiento, vienen dando trámite a de-
nuncias penales que, generalmente, implican un ejercicio abusivo del derecho a
la tutela judicial efectiva –en sede penal– de los asegurados o pensionistas que
obtienen un pronunciamiento contrario a sus intereses, en la vía administrativa y

(381) Artículo 3.- De la defensa de los funcionarios competentes en materia previsional. En toda
denuncia de carácter penal, la autoridad que conozca de ella deberá solicitar un informe técnico
jurídico emitido por la respectiva entidad competente en materia previsional, sobre los hechos
y la responsabilidad de sus funcionarios y servidores públicos de la entidad, incluso cuando
estos hubieran cesado. A tales efectos, el Ministerio Público o la Policía Nacional que conozca
de estas denuncias, requerirán el citado informe a dichas entidades dentro de los quince (15)
días hábiles de conocida la misma, para efectos de la calificación o archivo de la denuncia.

187
César Abanto Revilla

judicial, y pretenden una “rápida atención” de sus reclamos –válidos o no– a tra-
vés de la imputación de ilícitos, que van desde el abuso de autoridad y la omisión
de deberes funcionales, hasta la apropiación ilícita.
En efecto, soslayando el principio de mínima intervención (última ratio) y
el carácter subsidiario del Derecho Penal, los asegurados o pensionistas dejan de
lado los recursos que la Ley Nº 27444 les concede para la defensa de sus recla-
mos, y, en vez de recurrir a un proceso contencioso-administrativo o ante la ju-
risdicción constitucional, interponen una denuncia en sede penal para que les re-
conozcan una pensión de invalidez, jubilación o sobrevivientes; se les reajuste o
incremente sus pensiones; se ordene a la autoridad la emisión de una resolución
administrativa; se restituya el pago de sus prestaciones; entre otros cuestiona-
mientos que, por su naturaleza, deberían formular en sede administrativa o en la
vía judicial extrapenal correspondiente.
Para aclarar los alcances de la norma bajo comentario y, a la vez, repasar el
fundamento de su aplicación obligatoria, por parte del Ministerio Público, la Po-
licía Nacional y el Poder Judicial, revisaremos las características de este mecanis-
mo de defensa previa, así como los alcances de la Ley Nº 28040.
a) La naturaleza del requisito de procedibilidad
Como coinciden los autores nacionales(382), se llama requisito de procedibili-
dad a la condición establecida por ley para el inicio y prosecución válida del
ejercicio de la acción penal. Su inobservancia acarrea la nulidad del proceso
persecutorio.
Para Mixan(383) es una de las formas más antiguas de autolimitar el poder
punitivo estatal, al establecer un obstáculo o presupuesto procesal previo al
ejercicio de la acción penal, respecto a determinados delitos.
En efecto, entre los poderes represivos que el Estado ejerce está el puniti-
vo, que a su vez genera la potestad persecutoria del delito, la misma que se
concreta en el ejercicio de la acción penal y la subsiguiente aplicación de la
pena, si es el caso.
En este escenario, el requisito de procedibilidad es una condición de obser-
vación obligatoria para el Ministerio Público –titular de la acción penal– y
para el Poder Judicial. El defecto en su cumplimiento origina una relación
jurídica procesal penal inválida, que no debe –ni puede– concluir en una
sentencia.

(382) Por todos: MIXÁN MASS, Florencio. Cuestión previa, cuestión prejudicial y excepciones,
pp. 15-19.
(383) Ibídem, pp. 10-11.

188
Sistema Nacional de Pensiones

En definitiva, quien ejercita la acción penal –o dicta un auto de apertura– sin


antes haber verificado la satisfacción del requisito que la ley impone, da lu-
gar a un proceso penal viciado de nulidad en su totalidad.
En el supuesto de que un juez penal reciba una denuncia formalizada sin
cumplir el requisito de procedibilidad respectivo, debe devolverla al Minis-
terio Público para que subsane dicha omisión(384). De haber emitido el auto de
apertura de instrucción debe declarar fundada –de oficio o a pedido de parte–
la cuestión previa de rigor.
La presencia de los requisitos de procedibilidad obedece a un criterio de po-
lítica criminal, que impide la inmediatez de las denuncias, evitando la preci-
pitación del ejercicio de la acción penal respecto a ciertos ilícitos selectiva-
mente previstos.
Estos requisitos se prevén de manera excepcional para algunos tipos penales,
sin embargo, no forman parte de sus elementos constitutivos, por ser condi-
ciones de orden estrictamente procesal. Basta con que la ley prevé el requi-
sito para que se genere la condición de obligatorio cumplimiento para el Mi-
nisterio Público antes de ejercitar la acción penal en contra de determinados
delitos, generalmente de naturaleza eminentemente técnica.
No se les debe confundir con los elementos del tipo y/o las condiciones ob-
jetivas de punibilidad(385), que pertenecen al campo del Derecho Penal.
Los requisitos de procedibilidad se pueden manifestar de la siguiente manera:
i) Delitos perseguibles a instancia privada. Supuesto en el cual la ley pe-
nal señala que el ejercicio de la acción penal deberá ser ejercitado por el
agraviado, de manera directa o por representación. La actividad procesal
penal estará condicionada a la voluntad de la víctima de querer iniciar la
persecución del delito. Por ejemplo, delitos contra el honor, la intimidad
personal, entre otros.
ii) Delitos que requieren autorización previa. Existen ciertos ilícitos en los
cuales la persecución penal está condicionada a la existencia de una au-
torización previa de la víctima o determinada autoridad. Tal es el caso,
por ejemplo, de delitos cometidos por altos funcionarios, en los cuales la
autoridad política debe emitir la resolución de acusación constitucional
o desafuero (Constitución, artículos 93 y 99).

(384) Código de Procedimientos Penales, artículo 77 (tercer párrafo).


(385) Se conoce como tales a los hechos o condiciones que forman parte del tipo penal, cuya ausencia
afecta la existencia material del delito. Por ejemplo, el requerimiento –por escrito– del pago
del cheque, en el delito de libramiento indebido (Código Penal, artículo 215).

189
César Abanto Revilla

iii) Delitos que requieren un pronunciamiento técnico previo. Existen deli-


tos en los cuales la ley exige que una autoridad administrativa –vincu-
lada con el hecho materia de la denuncia– emita un pronunciamiento,
resolución o informe, en el cual precise las particularidades del objeto
de imputación. Hasta el 2008 este requisito se consignaba antes de la
formalización de la denuncia en los delitos ecológicos (Ley Nº 26631),
contra la competencia desleal (Ley Nº 26122), contra los derechos de
autor (Decreto Legislativo Nº 822), entre otros, sin embargo, con la mo-
dificación del proceso penal, se ha variado el momento en que deberá
requerirse dicho informe.
La Ley Nº 26702(386) sí mantuvo el requisito de procedibilidad en su texto
original, al señalar que en toda denuncia penal que se interponga contra una
empresa del sistema financiero y de seguros, o sus representantes, así como
cualquier otra supervisada –por ejemplo, las AFP–, la autoridad que conozca
la denuncia deberá solicitar el informe técnico a la SBS, tan pronto llegue a
su conocimiento la denuncia, bajo responsabilidad.
Dentro de este último grupo encontramos al supuesto de la Ley Nº 28040,
pues se establece que el Ministerio Público –o la Policía Nacional– deberá
requerir a la entidad competente en materia previsional –al calificar la de-
nuncia– un informe técnico jurídico de los hechos y responsabilidad de sus
funcionarios o servidores, incluso en el caso que estos ya hubieran cesado en
sus labores.
b) El análisis del artículo 3 de la Ley Nº 28040
La norma bajo comentario establece expresamente un requisito de procedibi-
lidad aplicable a todas las denuncias penales en que se impute la comisión de
hechos vinculados a la actividad administrativa o judicial en lo previsional.
En efecto, considerando que el tema pensionario tiene particularidades de or-
den técnico (operativo y legal), el legislador consideró conveniente estable-
cer como un requisito previo a la formalización de una denuncia penal por
el Ministerio Público, que tenga alguna vinculación con dicha materia, el
que se deba requerir un informe técnico jurídico a la entidad administrativa
competente.
La ley impone un mandato de obligatorio cumplimiento, tanto a los ciudada-
nos como a las autoridades, en todos sus estamentos. Por ello, a partir del 26
de julio de 2003 –fecha de entrada en vigencia de la Ley Nº 28040–, resulta
de exigencia ineludible para el Ministerio Público, Policía Nacional y Poder

(386) Ley General del Sistema Financiero, Cuarta Disposición Final y Complementaria.

190
Sistema Nacional de Pensiones

Judicial, acatar lo dispuesto en dicha norma, antes de verificar el ejercicio de


la acción penal.
Esta obligación emana del mandato constitucional contenido en el artículo
109 de la Carta Magna, por tanto, no puede dejar de ser aplicada por aprecia-
ciones discrecionales del Ministerio Público y/o del Poder Judicial.
Si bien existen casos en los que el legislador estableció dicho requisito en re-
lación directa a ilícitos específicos, como los delitos ecológicos, cabe indicar
–en primer lugar– que en materia previsional no se han regulado tipos pena-
les especiales, y –en segundo lugar– que para el supuesto de la Ley Nº 26702
la norma tiene un contenido similar, que viene siendo aplicado desde hace
diecisiete años.
La emisión del informe técnico jurídico en las denuncias penales vinculadas
a la actividad administrativa o judicial previsional es necesaria, en la medi-
da que existen una diversidad de normas especiales en materia de pensiones,
tanto en lo sustantivo como en lo adjetivo, que no son necesariamente de
conocimiento del Ministerio Público y/o el Poder Judicial, cuya aplicación
preferente –respecto de las normas generales– deberá ser tomada en cuenta
antes de ejercitarse la acción penal o, una vez formulada esta, al resolver la
cuestión previa correspondiente.
Una muestra de lo expuesto, por ejemplo, es el caso de la imputación del
delito de omisión o incumplimiento de deberes funcionales (Código Penal,
artículo 377) al no emitir una resolución administrativa en el término de 30
días, previsto por el artículo 35 de la Ley Nº 27444, cuando existen nor-
mas pensionarias –Ley Nº 27585 y Decreto Supremo Nº 057-2002-EF–
que permiten que la resolución de pensión definitiva puede emitirse hasta
en un plazo de un año, originando así la atipicidad de la conducta delictiva
imputada.
También es importante la emisión del informe técnico jurídico para conocer
los pormenores administrativos internos en los cuales se han producido los
hechos, a fin de determinar el área y/o al funcionario o servidor al cual se
atribuiría, por ejemplo, la demora del trámite, pues es de conocimiento pú-
blico, que desde hace varios años el incremento de reclamos administrativos
y demandas judiciales ha originado una sobrecarga laboral a las entidades
previsionales –en especial, a la ONP–, por tanto, la demora en la emisión de
una resolución y/o el envío de cierta información o documentación, no pue-
de calificarse de dolosa, máxime si en la norma procesal administrativa (Ley
Nº 27444) se prevé el silencio negativo para acceder al Poder Judicial en la
vía constitucional o contencioso-administrativa.

191
César Abanto Revilla

Estos casos deben ser considerados supuestos de imposibilidad material


de una atención célere, y no pueden ser calificados como ilícitos dolosos
punibles.
En tal sentido, pese a que los delitos denunciados sean ilícitos especiales
–abuso de autoridad, omisión o incumplimiento de deberes funcionales,
etc.– o comunes –apropiación ilícita, etc.–, deberá cumplirse el requisito de
procedibilidad previsto por la Ley Nº 28040, pues el informe técnico jurídico
no solo es un presupuesto para el ejercicio de una acción penal válida, sino
que resulta necesario para que el Ministerio Público y/o el Poder Judicial to-
men conocimiento de la legislación pensionaria –sustantiva y adjetiva– y las
particularidades excluyentes de dolo que rodean a la actividad administrativa
y judicial en lo previsional.

192
CAPÍTULO VI

Conclusiones y recomendaciones
Conclusiones y recomendaciones

I. CONCLUSIONES

a) El SNP es un mecanismo previsional asimilable al seguro social, no a


la seguridad social, pues solo reconoce prestaciones a quienes aportaron
a su fondo (régimen contributivo). La Constitución de 1993 contempla
hasta cinco preceptos referidos a la seguridad social: los artículos 10, 11
y 12, así como la Primera y Segunda Disposiciones Finales.
Desde los años ochenta, la pensión es la prestación de la seguridad so-
cial que ha tenido un mayor desarrollo científico, por tanto, puede ale-
garse que ha adquirido autonomía para ser estudiada a través del Dere-
cho pensionario o previsional. La configuración jurisprudencial de su
contenido esencial y del constitucionalmente protegido, permiten esta-
blecer un límite al legislador –en cuanto a su núcleo duro– y determinar
qué pretensiones pueden ser formuladas en la vía del amparo.
b) En el Perú se ha transitado –en materia pensionaria– de una protección
restringida –solo para servidores públicos (1850)– hacia una seguridad
social incipiente –con un régimen no contributivo gradual (2011)–, pero
la mayor parte de la historia de nuestra República se ha desarrollado
bajo el modelo del seguro social. En 1936, la Ley Nº 8433 creó el Segu-
ro Social Obrero, para proteger a los trabajadores particulares bajo dicha
condición laboral; en 1946, la Ley Nº 10624 amplió la tutela a los em-
pleados, con una prestación de vejez a cargo del empleador, pero fue re-
cién en 1962, con la Ley Nº 13724, que el Estado asumió a dicho grupo.
En 1973, con la creación del SNP, se unificaron ambos regímenes pre-
visionales, de los obreros y empleados. El Decreto Ley Nº 19990 prevé
tres modalidades de aseguramiento (obligatorios, facultativos y de con-
tinuación facultativa), cada una con sus particularidades, pero el princi-
pal problema en materia pensionaria es la acreditación y reconocimiento
de los aportes previsionales, requisitos necesarios a efectos de acceder

195
César Abanto Revilla

a las prestaciones reguladas por esta norma. La jurisprudencia ha tenido


un criterio cambiante en esta materia.
c) En cuanto a las pensiones reconocidas por el Decreto Ley Nº 19990, ve-
mos que a la de invalidez se accede ante una declaración médica de in-
capacidad, física o mental, en tanto el asegurado cumpla, además, con
cierta cantidad de años de aportes; para la jubilación, independiente de
la modalidad a la que se aplique, se debe contar con una edad avanzada
y los años de aportes correspondientes, que en el tiempo han sido mo-
dificados e interpretados por la ley y la jurisprudencia; en cuanto a la de
sobrevivientes (viudez, orfandad y ascendientes), también pasó por al-
gunos ajustes realizados por el Tribunal Constitucional.
Aspectos complementarios como la evolución de la fórmula de cálculo
de la pensión, la regulación de las pensiones mínima y máxima (tope), y
el pago de los devengados e intereses legales han pasado por regulacio-
nes normativas sucesivas que han merecido una definición variada por
la jurisprudencia.
d) El SNP está conformado por los asegurados a que hacen referencia los
artículos 3 y 4 del Decreto Ley Nº 19990, pero también por determina-
dos grupos de personas que –en el tiempo– han sido comprendidas den-
tro de dicho régimen –por mandato legal expreso–, y por trabajadores
que realizan labores en condiciones particularmente penosas o que im-
plican un riesgo para la vida o la salud, a los cuales se les ha fijado una
edad y/o años de aportación inferiores a los previstos por la citada nor-
ma para que accedan a una pensión de jubilación. A ambos colectivos se
les denomina regímenes especiales de pensión del SNP.
Dentro de los primeros, encontramos a quienes ocupan cargos públicos,
las amas de casa, los choferes profesionales independientes, los estiba-
dores terrestres, y a los socios trabajadores de las cooperativas. En los
segundos, a los trabajadores marítimos, fluviales y lacustres, los pilotos
y copilotos de la aviación comercial, los trabajadores de construcción ci-
vil, los periodistas profesionales, reporteros gráficos y camarógrafos y a
los trabajadores de la industria del cuero
En la medida que el régimen especial de los trabajadores mineros es
el que tiene mayores reclamos en sede administrativa y judicial, resul-
ta fundamental revisar su evolución legislativa y jurisprudencial. Se ha
realizado también un análisis del Fondo Complementario de Jubilación
Minera creado por la Ley Nº 29741.
e) La regulación procesal administrativa para acceder a prestaciones pen-
sionarias en el SNP se sujeta a las disposiciones establecidas por la Ley

196
Sistema Nacional de Pensiones

Nº 27444, el TUPA de la ONP, las normas previsionales –correspon-


dientes a los regímenes que tiene a su cargo–, y las reglas establecidas
en los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional. La entidad
cuenta con un proceso de pensionamiento interno que está dividido en
once etapas, asimismo, procedimientos con reglas especiales.
En el plano procesal judicial, las pretensiones pensionarias pueden for-
mularse en la sede constitucional del amparo, si se afecta el contenido
constitucionalmente protegido del derecho a pensión, sin perjuicio de
recurrir –según el caso– a la vía del proceso de cumplimiento o al há-
beas data; asimismo, a la sede contencioso-administrativa, e inclusive
ante los jueces de trabajo, a pesar de que existe una incompatibilidad por
la especialidad, reconocida en norma expresa.
Finalmente, en el terreno del Derecho Penal, hemos verificado que el
delito de apropiación ilícita de los aportes previsionales requiere un tra-
tamiento especial, pues sus características difieren de otros tipos penales
a los cuales se le pretende asimilar. En el plano procesal penal, subsiste
el requisito de procedibilidad que estableció en el 2003 –hace diez años–
la Ley Nº 28040, por tanto, antes de que el Ministerio Público ejercite la
acción penal, debe requerirse a la ONP la emisión de un informe técnico
jurídico sobre los hechos que originaron la denuncia.

II. RECOMENDACIONES

Efectuada una revisión teórica, legal y jurisprudencial del funcionamiento


del SNP, a lo largo de cuatro décadas (1973-2013), y, sobre la base de los temas
tratados en los cinco capítulos previos de este libro, nos permitimos formular las
siguientes propuestas:
a) Ampliar la cobertura subjetiva
El problema principal de la seguridad social, en nuestro país y en el
mundo, es la cobertura subjetiva. Hay millones de personas en el Perú
que no tienen pensión y otros tantos que nunca la tendrán, en especial,
en la zona rural. Tampoco tienen acceso a atenciones de salud. No tienen
nada de nada, por tanto, nos les preocupa la estructura del SNP, ni el im-
pacto de las crisis financieras internacionales en el fondo de pensiones,
sin embargo, colaboran –sin saber y sin querer– al sistema, a través del
pago del impuesto a las ventas y otros gravámenes.

197
César Abanto Revilla

Como precisan Morón y Carranza(387), en el Perú un gran sector de la


economía se encuentra no regulado, lo que permite a los trabajadores es-
capar fácilmente de la obligación del ahorro previsional. Las caracterís-
ticas del mercado laboral tienen un rol fundamental en el éxito o fracaso
de la reforma del sistema de pensiones, por tanto, la afiliación de perso-
nas con bajos ingresos e informales es el desafío a vencer para ampliar
el número de personas protegidas por la seguridad social
No solo corresponde al Estado combatir la informalidad laboral; los em-
pleadores y trabajadores también deben asumir su responsabilidad en el
cumplimiento de las obligaciones, tanto en el campo del Derecho Labo-
ral, como en lo previsional. En tal sentido, junto a la implementación de
las medidas de inspección laboral, deberían llevarse a cabo campañas –a
cargo del Ministerio de Trabajo, la ONP, la SBS y las AFP– para crear
conciencia de la importancia tanto de la afiliación a un sistema de pen-
siones como del pago de los aportes de la seguridad social.
Cualquier propuesta de reforma del modelo previsional debe incorporar
una solución al problema de la informalidad, de lo contrario, la cober-
tura subjetiva de nuestro país seguirá siendo una de las más bajas de la
región.
b) Implementar una cultura previsional
La seguridad social no solo se refiere al pago de las pensiones, ni tam-
poco es un tema que recién nos deba preocupar en la vejez, pues com-
prende a todas las prestaciones que se nos otorgan para cubrir necesida-
des que se producen a lo largo de nuestras vidas. Desde la cuna hasta la
tumba, como postulaba William Beveridge.
Es la atención médica que recibimos al nacer, los subsidios por mater-
nidad o enfermedad, las rentas vitalicias por accidentes de trabajo, la
pensión de cesantía o jubilación, o las prestaciones de nuestros derecho-
habientes, cuando fallecemos, por tanto, nos deberá acompañar desde
el nacimiento hasta la muerte, de ahí la importancia que cada persona
comprenda –desde la infancia– que este descuento que sufre –o aparen-
temente se impone– constituye la base para el financiamiento de dichos
beneficios y la garantía de un fondo que le permitirá contar con un in-
greso –aunque sea mínimo– al llegar la vejez.
El Estado debe entender que la cultura previsional es parte de la políti-
ca nacional de educación, por tanto, tendría que ser incluida en el plan

(387) MORÓN, Eduardo y CARRANZA, Eliana. Ob. cit., pp. 83-84.

198
Sistema Nacional de Pensiones

o currícula regular del nivel básico y superior, pues los niños y adoles-
centes deben interiorizar –desde la primera infancia– la importancia y
la necesidad de aportar a la seguridad social –pública o privada–, pues
ello permitirá que cada año más personas formen parte del sistema regu-
lar, reduciendo el número de beneficiarios de programas sociales como
“Pensión 65” o el Seguro Integral de Salud (SIS), que deberían favore-
cer únicamente a los grupos de edad avanzada en situación de pobreza
extrema.
c) Evaluar la implementación de micropensiones
Tomando como base la propuesta de algunos autores(388), que plantean la
creación de planes de pensiones de S/. 1.00 y S/. 2.00 diarios, pero va-
riando el factor de referencia a un porcentaje de la RMV, pues, si bien
atravesamos en la actualidad una bonanza económica, la historia nos
muestra una tendencia a las fluctuaciones financieras derivadas de in-
debidos manejos políticos, que inciden en el cambio de moneda y en su
pérdida de valor, las micropensiones pueden ser una alternativa para re-
ducir el porcentaje de pobreza en el país.
En efecto, aprovechando el programa de afiliación obligatoria de inde-
pendientes, previsto en la Ley Nº 29903, o en paralelo al mismo, pueden
fijarse prestaciones equivalentes a un porcentaje de la pensión mínima
–dependiendo del aporte– para las personas con ingresos mensuales to-
tales inferiores a una RMV.
Bajo esta modalidad, el trabajador –independiente o informal– aportaría
al mes el equivalente de un 5 % a 10 % de la RMV, reajustable cada vez
que este concepto sea incrementado. Esta cotización le daría derecho,
dependiendo de los años de aportación, a un porcentaje de la pensión
mínima –S/. 415.00–, que para el primer caso, estaría entre el 40 % y
50 %, y, en el segundo, podría fluctuar entre el 60 % y 70 %.
Plan de micropensión Nº 1
Tasa de aporte 5% 6% 7%
% Pensión mínima 40 % 45 % 50 %

Plan de micropensión Nº 2
Tasa de aporte 8% 9% 10 %
% Pensión mínima 60 % 65 % 70 %

(388) BERNAL, Noelia et ál. Ob. cit., pp. 113-116.

199
César Abanto Revilla

d) Suprimir la inafectación de las aportaciones en las gratificaciones y


aguinaldos
La Ley Nº 29351(389) dispuso que las gratificaciones y aguinaldos estén
inafectos –entre otros gravámenes– a las aportaciones previsionales. Esta
medida, que ha sido prorrogada en su vigencia hasta el 31 de diciembre
de 2014, por Ley Nº 29714, y seguramente –por su corte populista– lo
será nuevamente en el futuro, debe ser derogada, pues está produciendo
un impacto negativo en los fondos del SNP.
Como señala Mendiola(390), una medida coyuntural se está volviendo
permanente, estimulando el reemplazo del ahorro para el futuro por el
consumo presente, que afectará la calidad de vida que tendrán en su ve-
jez millones de afiliados.
e) Reestructurar el sistema pensionario con base en el modelo
multipilar
Las reformas del sistema pensionario que se han realizado en las últi-
mas décadas se han enfocado en los trabajadores dependientes formales,
excluyendo de este beneficio a los independientes e informales, que no
solo constituyen la mayor porción del mercado laboral, sino que –por
sus bajos e irregulares ingresos– son quienes requieren de mayor pro-
tección. Ello nos muestra que es necesario variar las reglas estructurales
de nuestro modelo previsional.
En tal sentido, siguiendo las pautas previstas por el Banco en 1994, que
fueran reformuladas posteriormente en el 2001 y 2005, y tomando como
ejemplo las recientes reformas de países vecinos, que deberán ser eva-
luadas y adecuadas a la realidad del Perú, tendríamos que implementar
un sistema multipilar, que reúna un primer piso –sustentado en el repar-
to– para garantizar una pensión mínima, un segundo piso –con base en
la capitalización individual– para complementar dicha prestación esen-
cial, y, un tercer piso, que regule una pensión no contributiva.
El SNP es un régimen previsional conveniente para cierto grupo de tra-
bajadores, al igual que el SPP lo es para otros, sin embargo, el sistema
pensionario –en su conjunto– es excluyente para la mayor parte de la po-
blación; a ello, se suman una serie de dudas con relación a su sostenibili-
dad financiera en el tiempo, pues en ambos regímenes el Estado asumió

(389) Publicada en el diario oficial El Peruano el 1 de mayo de 2009.


(390) MENDIOLA, Alfredo (et ál). Ob. cit., p. 120.

200
Sistema Nacional de Pensiones

obligaciones que viene –y seguirá– pagando con cargo al Tesoro Públi-


co, afectando proyectos e inversiones en todo el país.
Si el gobierno nos recuerda todos los meses que atravesamos una eta-
pa favorable con un crecimiento sostenido de varios años consecutivos,
es el momento en que se deben cimentar las bases de una reforma pre-
visional integral, propuesta que se viene formulando desde hace mu-
cho tiempo(391), pero para la cual es indispensable una decisión política
y económica, pues, de lo contrario, seguiremos asistiendo al lento pero
consistente resquebrajamiento de nuestro sistema pensionario.
Será la historia la que juzgue estas omisiones, pero seremos nosotros,
nuestros hijos y nuestros nietos, quienes las tengamos que padecer.

(391) Por todos, el Proyecto de Ley Nº 1929/2007-CP, presentado al Congreso de la República el


3 de diciembre de 2007 por el Colegio de Abogados de Arequipa, sobre la base del informe
elaborado por los Drs. Javier Neves Mujica, César Gonzáles Hunt y Christian Sánchez Reyes.

201
ANEXOS LEGISLATIVOS

Principales normas legales y reglamentarias


relacionadas al Sistema Nacional de Pensiones
Sistema Nacional de Pensiones
01 APRUEBAN EL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES DE LA
SEGURIDAD SOCIAL (24/04/1973)

DECRETO LEY Nº 19990


CONSIDERANDO:
Que es política del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada asegurar el bienestar de la
comunidad;
Que la Seguridad Social constituye uno de los principales instrumentos para alcanzar tal
objetivo;
Que el Plan Nacional de Desarrollo establece como uno de sus objetivos de política de Seguri-
dad Social a mediano plazo la unificación de los diversos regímenes de seguridad social existentes;
Que es necesario establecer un sistema que, además de eliminar injustas desigualdades, corrija
las deficiencias en las prestaciones y en el financiamiento de los distintos regímenes de pensiones,
con miras a brindar una protección más amplia y adecuada a los trabajadores;
Que es igualmente necesario posibilitar la incorporación a los beneficios del sistema de pen-
siones de aquellos trabajadores independientes que no tenían acceso al mismo.
En uso de las facultades de que está investido; y
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
Ha dado el Decreto Ley siguiente:

SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL

TÍTULO I
DE LA CREACIÓN
ARTÍCULO 1
Créase el Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social, en sustitución de los sistemas de
pensiones de las Cajas de Pensiones de la Caja Nacional de Seguro Social y del Seguro Social del
Empleado y del Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares.

ARTÍCULO 2
El Seguro Social del Perú es el organismo central del Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad
Social.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

207
César Abanto Revilla

TÍTULO II
DE LOS ASEGURADOS

ARTÍCULO 3

Son asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social, con la
excepción a que se refiere el artículo 5, los siguientes:
a) Los trabajadores que prestan servicios bajo el régimen de la actividad privada a empleadores
particulares, cualesquiera que sean la duración del contrato de trabajo y/o el tiempo de trabajo
por día, semana o mes;
b) Los trabajadores al servicio del Estado bajo los regímenes de la Ley Nº 11377 o de la actividad
privada; incluyendo al personal que a partir de la vigencia del presente Decreto Ley ingrese a
prestar servicios en el Poder Judicial, en el Servicio Diplomático y en el Magisterio;
c) Los trabajadores de empresas de propiedad social, cooperativas y similares;
d) Los trabajadores al servicio del hogar;
e) Los trabajadores artistas; y
f) Otros trabajadores que sean comprendidos en el Sistema, por Decreto Supremo, previo informe
del Consejo Directivo de Seguro Social del Perú.
Inciso modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 4

Podrán asegurarse facultativamente en el Sistema Nacional de Pensiones en las condiciones que fije
el reglamento del presente Decreto Ley:
a) Las personas que realicen actividad económica independiente; y
b) Los asegurados obligatorios que cesen de prestar servicios y que opten por la continuación
facultativa.

ARTÍCULO 5

No están comprendidos en los alcances del presente Decreto-Ley los trabajadores del Sector Público
Nacional que al entrar en vigencia el mismo se hallen prestando servicios sujetos al régimen de
cesantía, jubilación y montepío.
La presente exclusión no es aplicable a los indicados trabajadores en el caso de que por prestar o haber
prestado servicios en otro u otros empleos en la forma indicada en el artículo 3 tengan también la
calidad de asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones o de asegurados a facultativos
que se refiere el inciso b) del artículo 4, respectivamente. En estos casos se podrá obtener pensión
o compensación, según corresponda, bajo el régimen del Decreto Ley Nº 20530 y los derechos que
acuerda el presente Decreto Ley.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

208
Sistema Nacional de Pensiones

TÍTULO III
DE LA ORGANIZACIÓN FINANCIERA
ARTÍCULO 6
Constituyen fuentes de financiamiento del Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social:
a) Las aportaciones de los empleadores y de los asegurados;
b) El producto de las multas y recargos por las infracciones a este Decreto Ley y su Reglamento;
c) El rendimiento de sus inversiones;
d) Los intereses de sus capitales y reservas; y
e) Las donaciones que por cualquier concepto reciba.

ARTÍCULO 7
Las aportaciones a que se refiere el inciso a) del artículo anterior equivalen a un porcentaje del mon-
to de la remuneración asegurable que percibe el trabajador, porcentaje que se fijará, en cada caso,
por Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, a propuesta del Consejo
Directivo de Seguro Social del Perú y previo estudio actuarial. Dicho porcentaje será abonado en
la forma siguiente:
a) Dos terceras partes por el empleador o la empresa de propiedad social, cooperativa o similar,
según el caso; y
b) Una tercera parte por el asegurado.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 8
Para los fines del Sistema se considera remuneración asegurable el total de las cantidades percibidas
por el asegurado por los servicios que presta a su empleador o empresa, cualquiera que sea la deno-
minación que se les dé, con las excepciones que se consignan en el artículo siguiente.

ARTÍCULO 9
Para los fines del Sistema no forman parte de la remuneración asegurable, únicamente las cantidades
que perciba el asegurado por los siguientes conceptos:
a) Gratificaciones extraordinarias;
b) Asignación anual sustitutoria del régimen de participación en las utilidades;
c) Participación en las utilidades;
d) Bonificación por riesgo de pérdida de dinero;
e) Bonificación por desgaste de herramientas; y
f) Las sumas o bienes entregados al trabajador para la realización de sus labores, exigidos por la
naturaleza de estas, como los destinados a movilidad, viáticos, representación y vestuario.

ARTÍCULO 10
La remuneración máxima asegurable sobre la que se pagará aportaciones, por cada empleo, será fijada
por Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, a propuesta del Consejo
Directivo de Seguro Social del Perú y previo estudio actuarial.

209
César Abanto Revilla

Si la remuneración percibida superara dicha suma, el asegurado pagará, además, por el exceso, hasta
una suma igual a la mitad de la remuneración máxima asegurable, el porcentaje que le corresponde
sobre dicho exceso, por cada empleo.
El monto de la remuneración máxima asegurable deberá reajustarse en la proporción que se reajuste
el monto de la pensión máxima que otorga la Caja a que se refiere el artículo 78.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 11
Los empleadores y las empresas de propiedad social, cooperativas o similares, están obligados a
retener las aportaciones de los trabajadores asegurados obligatorios en el montepío del pago de sus
remuneraciones y a entregarlas a Seguro Social del Perú, conjuntamente con las que dichos emplea-
dores o empresas deberán abonar, por el término que fije el Reglamento, dentro del mes siguiente a
aquel en que se prestó el trabajo. Si las personas obligadas no retuvieren en la oportunidad indicada
las aportaciones de sus trabajadores, responderán por su pago, sin derecho a descontárselas a estos.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 12
Los empleadores y las empresas de propiedad social, cooperativas y similares obligados al pago de
las aportaciones de los asegurados obligatorios y de las que les corresponda, que incurran en mora,
pagarán un recargo del dos por ciento del valor de dichas aportaciones por cada mes calendario o
fracción, sin perjuicio de las sanciones a que hubiere lugar.

ARTÍCULO 13
Las aportaciones, recargos y multas adeudadas darán lugar a cobranza coactiva, salvo el caso de
aportaciones impagas de asegurados facultativos, que solo estarán afectas al recargo a que se refiere
el artículo anterior.
El procedimiento coactivo, bajo responsabilidad de la autoridad competente, se iniciará en el término
de treinta días contados a partir de la fecha en que el empleador y las empresas de propiedad social,
cooperativas o similares obligados al pago de las aportaciones no cumplan con efectuar dicho abono.
Para el cumplimiento de lo dispuesto en este artículo se organizará y mantendrá actualizado el
Registro de Cuentas de Empleadores.

ARTÍCULO 14
Las aportaciones de los asegurados facultativos a que se refiere el inciso a) del artículo 4, se pagarán
sobre la base del ingreso asegurable mensual.
Se considera ingreso asegurable mensual la doceava parte del ingreso anual que perciban por su tra-
bajo personal en actividad económica independiente, según declaración jurada de pago del impuesto
a la renta del año anterior al cual corresponde el periodo de aportación.
Si no hubiera obligación de presentar declaración jurada de impuesto a la renta o si el trabajador
iniciara actividad económica independiente y no hubiera estado obligado, con anterioridad, a la pre-
sentación de la misma, las aportaciones serán establecidas según declaración jurada que hará a la Caja.
En todo caso, la base para el cálculo de estas aportaciones no podrá ser inferior a una remuneración
mínima vital del lugar de su trabajo habitual.

210
Sistema Nacional de Pensiones

Las aportaciones de estos asegurados no podrán ser carga de la empresa.


La Caja podrá verificar los ingresos del asegurado facultativo.

ARTÍCULO 15
Las aportaciones de los asegurados facultativos a que se refiere el inciso b) del artículo 4 se pagarán
teniendo como base el promedio de la remuneración asegurable mensual percibida durante el último
año de servicios.
El Consejo Directivo de Seguro Social del Perú podrá reajustar la base para el pago de dichas apor-
taciones, a fin de mantener el valor real de las prestaciones que pudieran corresponder.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 16
La aportación de los asegurados facultativos es de su cargo exclusivo, y equivale al porcentaje global
a que se refiere el artículo 7, de su remuneración o ingreso asegurables hasta un monto igual a una
remuneración máxima asegurable señalada en el primer párrafo del artículo 10.
Si su remuneración o ingreso superara dicha suma, los asegurados facultativos pagarán:
a) Por la suma máxima asegurable el porcentaje global señalado en el artículo 7; y,
b) Por el exceso de la suma máxima asegurable y solo hasta un cincuenta por ciento de la misma,
la tercera parte del porcentaje global a que se refiere el artículo 7.

ARTÍCULO 17
El pago de las aportaciones de los asegurados facultativos se efectuará de conformidad con lo que
establezca el Reglamento dentro del término que fije el mismo.

ARTÍCULO 18
La obligación de pago de las aportaciones propias de los empleadores o empresas a que se refiere el
artículo 7, prescribe a los quince años.
Es imprescriptible la obligación de pagar las aportaciones retenidas o que debió retenerse a los
trabajadores.

ARTÍCULO 19
El régimen financiero del Sistema Nacional de Pensiones operará en base al sistema de prima es-
calonada.
Bajo responsabilidad del Gerente General de la Seguro Social del Perú, en periodos no mayores
de cinco años, se efectuará obligatoriamente estudios actuariales para determinar si los ingresos y
reservas del Sistema Nacional de Pensiones garantizan su equilibrio financiero.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 20
Si por causas imprevisibles el total de los egresos de un año calendario superara a los ingresos, pro-
duciendo un déficit que pudiere ser evaluado como permanente, las aportaciones serán aumentadas

211
César Abanto Revilla

por Resolución Ministerial a propuesta del Consejo Directivo de Seguro Social del Perú, en uno
y medio por ciento de las remuneraciones o ingresos asegurables, distribuyéndose el pago de este
porcentaje en la forma prevista en el artículo 7.
En la fecha en que entre en vigencia el aumento a que se refiere el párrafo anterior, el Gerente General
dispondrá la realización de un estudio actuarial con el objeto de que en un plazo no mayor de seis
meses se ratifique o reajuste la tasa de incremento de conformidad con el artículo 7; en este último
caso, el nuevo porcentaje de aportación no se aplicará a los periodos devengados.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 21
El Fondo de Reserva estará constituido por el monto capitalizado de los saldos líquidos de los ejer-
cicios anuales, deducidos los gastos de prestaciones y administración.
El Fondo de Reserva no será destinado a atender el pago de prestaciones ni los gastos de adminis-
tración del Seguro Social del Perú.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 22
El Fondo de Reserva se invertirá teniendo en cuenta, en forma concurrente, las siguientes normas:
a) La seguridad de su valor real;
b) La garantía del equilibrio financiero del Sistema;
c) La mayor rentabilidad posible;
d) La liquidez; y,
e) La contribución al desarrollo socioeconómico del país, de conformidad con los planes nacionales
de desarrollo.
Cuando las inversiones tengan por finalidad el beneficio común de los asegurados, no será de apli-
cación el inciso c) del presente artículo, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente.

ARTÍCULO 23
Las inversiones del fondo de reserva solo podrán realizarse si los estudios y proyectos demuestran
para cada una de ellas una rentabilidad efectiva neta no menor que la tasa de interés de depósito
bancario a plazo fijo, luego de deducidos los gastos de administración que requiere cada inversión.

TÍTULO IV
DE LAS PRESTACIONES

CAPÍTULO I
PENSIÓN DE INVALIDEZ
ARTÍCULO 24
Se considera inválido:
a) Al asegurado que se encuentra en incapacidad física o mental prolongada o presumida per-
manente, que le impide ganar más de la tercera parte de la remuneración o ingreso asegurable

212
Sistema Nacional de Pensiones

que percibiría otro trabajador de la misma categoría, en un trabajo igual o similar en la misma
región; y
b) Al asegurado que, habiendo gozado de subsidio de enfermedad durante el tiempo máximo
establecido por la Ley continúa incapacitado para el trabajo.

ARTÍCULO 25
Tiene derecho a pensión de invalidez el asegurado:
a) Cuya invalidez, cualquiera que fuere su causa, se haya producido después de haber aportado
cuando menos 15 años, aunque a la fecha de sobrevenirle la invalide no se encuentre aportando;
b) Que teniendo más de 3 y menos de 15 años completos de aportación, al momento de sobrevenirle
la invalidez, cualquiera que fuere su causa, contase por lo menos con 12 meses de aportación
en los 36 meses anteriores a aquel en que produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se
encuentre aportando;
c) Que al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que fuere su causa, tenga por lo
menos 3 años de aportación, de los cuales por lo menos la mitad corresponda a los últimos 36
meses anteriores a aquel en que se produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre
aportando; y
d) Cuya invalidez se haya producido por accidente común o de trabajo, o enfermedad profesional,
siempre que a la fecha de producirse el riesgo haya estado aportando.
En ningún caso el pensionista de jubilación tendrá derecho a pensión de invalidez.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 26
El asegurado del Sistema Nacional de Pensiones que solicite pensión de invalidez presentará junto
con su Solicitud de pensión, un Certificado Médico de Invalidez emitido por el Instituto Peruano de
Seguridad Social, establecimientos de salud pública del Ministerio de Salud o Entidades Prestadoras
de Salud constituidas según Ley Nº 26790, de acuerdo al contenido que la Oficina de Normalización
Previsional apruebe, previo examen de una Comisión Médica nombrada para tal efecto en cada una
de dichas entidades.
En caso de enfermedad terminal o irreversible, no se exigirá la comprobación periódica del estado
de invalidez.
Si efectuada la verificación posterior se comprobara que el Certificado Médico de Invalidez es
falso o contiene datos inexactos, serán responsables de ello penal y administrativamente, el médico
que emitió el certificado y cada uno de los integrantes de las Comisiones Médicas de las entidades
referidas, y el propio solicitante.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 27023 publicada el 24/12/1998.

ARTÍCULO 27
El monto de la pensión mensual de invalidez, en los casos considerados en el artículo 25, será igual
al cincuenta por ciento de la remuneración o ingreso de referencia.
Cuando el total de años completos de aportación sea superior a tres el porcentaje se incrementará en
uno por ciento por cada año completo de aportación que exceda de tres años.

213
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 28
También tiene derecho a pensión el asegurado que, con uno o más años completos de aportación
y menos de tres, se invalide a consecuencia de enfermedad no profesional, a condición de que al
producirse la invalidez cuente por lo menos con doce meses de aportación en los treintiséis meses
anteriores a aquel en que sobrevino la invalidez. En tal caso, la pensión será equivalente a un sexto
de la remuneración o ingreso de referencia por cada año completo de aportación.

ARTÍCULO 29
Si al producirse la invalidez el asegurado tuviera cónyuge a su cargo y/o hijos en edad de percibir
pensión de orfandad, el monto de la pensión de invalidez se incrementará en un porcentaje com-
prendido entre el 2 y el 10 por ciento de la remuneración o ingreso de referencia por el cónyuge,
y entre el 2 y el 5 por ciento por cada hijo. El Reglamento fijará las tasas diferenciales según las
remuneraciones o ingresos de referencia, de modo de beneficiar en particular a los de menor monto.
Dichos incrementos se mantendrán en tanto subsistan las causas que les dieron origen.
En todo caso, la suma total que por concepto de pensión se otorgue no podrá exceder de la remune-
ración o ingreso de referencia, ni del monto máximo a que se refiere el artículo 78.I
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 30
Si él inválido requiriera del cuidado permanente de otra persona para efectuar los actos ordinarios
de la vida, se le otorgará, además de la pensión, una bonificación mensual, cuyo monto será igual a
una remuneración mínima vital correspondiente al lugar de su residencia.
Esta bonificación seguirá siendo otorga si el inválido Luego transferido a jubilación pero no se tomará
en cuenta para el cálculo de las pensiones de sobrevivientes ni del capital de defunción.
La suma de la pensión de invalidez o la de jubilación en el caso de transferencia y de bonificación
mencionada, podrá exceder de la remuneración o ingreso de referencia pero no del monto máximo
a que se refiere el artículo 78.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 31
El derecho a la pensión de invalidez se iniciará al día siguiente del último día de goce del subsidio
de enfermedad, o, si el asegurado no tuviere derecho a dicho subsidio, en la fecha en que se produjo
la invalidez.

ARTÍCULO 32
Si el pensionista de invalidez percibiere remuneración o ingresos, el monto de la pensión se reducirá
en forma tal que, sumadas ambas cantidades, la que resulte no exceda de la remuneración o ingreso
que sirvió de referencia, que para este efecto se estimarán actualizados considerando que la pensión
reajustada continúa siendo equivalente al porcentaje que sirvió de base, para determinarla, de con-
formidad con los artículos 27, 28 y 29, según corresponda. En ningún caso dicho total será superior
al monto de la pensión máxima mensual a que se refiere el artículo 78.

ARTÍCULO 33
Caduca la pensión de invalidez en cualesquiera de los siguientes casos:

214
Sistema Nacional de Pensiones

a) Por haber recuperado el pensionista la capacidad física o mental o por haber alcanzado una
capacidad, en ambos casos, en grado tal que le permita percibir una suma cuando menos equi-
valente al monto de la pensión que recibe;
b) Por pasar a la situación de jubilado a partir de los cincuenticinco años de edad los hombres
y cincuenta las mujeres, siempre que tengan el tiempo necesario de aportación para alcanzar
este derecho y el beneficio sea mayor; sin la reducción establecida en el artículo 44; y
c) Por fallecimiento del beneficiario.

ARTÍCULO 34
A partir de la fecha de declaración de caducidad de la pensión de invalidez conforme a lo dispuesto
en el inciso a) del artículo 33, y siempre que el pensionista no tengan remuneración o ingreso el
pago de aquella se extenderá por un periodo de tres meses, conforme a los siguientes porcentajes
del monto de la pensión.
Primer mes: Cien por ciento.
Segundo mes: Setenticinco por ciento.
Tercer mes: Cincuenta por ciento.

ARTÍCULO 35
Si el pensionista de invalidez dificultase o impidiese su tratamiento, se negase a cumplir las pres-
cripciones médicas que se le impartan se resistiese a someterse a las comprobaciones de su estado o
a observar las medidas de recuperación, rehabilitación o reorientación profesional, se suspenderá el
pago de la pensión de invalidez mientras persista en su actitud, sin derecho a reintegro.

ARTÍCULO 36
Cuando la invalidez sea provocada por un acto intencional del asegurado o por su participación en
la comisión de un delito, procederá el pago de pensión de invalidez únicamente en los casos de los
incisos a), b) y c) del artículo 25 y siempre que tenga cónyuge a su cargo y/o hijos en edad de percibir
pensión de orfandad en cuyo caso la pensión será pagada a dichos beneficiarios. Si el cónyuge o los
hijos mayores de dieciocho años hubiesen participado en el delito, no se otorgará pensión a estos.

ARTÍCULO 37
El Seguro Social del Perú coordinará con la rama de prestaciones de Salud de las Instituciones
de Seguridad Social el otorgamiento de los servicios de rehabilitación y reorientación profesional
necesarios para la recuperación de sus pensionistas de invalidez.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

CAPÍTULO II
PENSIÓN DE JUBILACIÓN
ARTÍCULO 38
Tienen derecho a pensión de jubilación los hombres a partir de los sesenta años de edad y las mu-
jeres a partir de los cincuenticinco a condición de reunir los requisitos de aportación señalados en
el presente Decreto Ley.

215
César Abanto Revilla

Por Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, previo informe del Con-
sejo Directivo de Seguro Social del Perú y los estudios técnico y actuarial correspondientes, podrá
fijarse, en las condiciones que en cada caso se establezca, edades de jubilación inferiores hasta en
cinco años a las señaladas en el párrafo anterior, para aquellos grupos de trabajadores que realizan
labores en condiciones particularmente penosas o que implican un riesgo para la vida o la salud
proporcionalmente creciente a la mayor edad de los trabajadores.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974. El artículo
9 de la Ley Nº 26504, publicada el 18/07/1995, establece que la edad de jubilación es de 65 años.

ARTÍCULO 39
La suma total que por concepto de pensión de jubilación se otorgue, incluidos los incrementos a que
se refiere el artículo 43, no podrá exceder de la remuneración o ingreso de referencia ni del monto
máximo a que se refiere el artículo 78.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

SECCIÓN I
A. RÉGIMEN GENERAL DE JUBILACIÓN
ARTÍCULO 40
Están comprendidos en el régimen general de jubilación:
a) Los asegurados inscritos a partir de la fecha de vigencia del presente Decreto Ley;
b) Los asegurados obligatorios nacidos a partir del primero de julio de mil novecientos treintiuno
si son hombres, o a partir del primero de julio de mil novecientos treintiseis si son mujeres;
c) Los asegurados facultativos a que se refiere el inciso a) del artículo 4; y
d) Los asegurados facultativos a que se refiere el inciso b) del artículo 4 nacidos a partir del pri-
mero de julio de mil novecientos treintiuno si son hombres, o a partir del primero de julio de
mil novecientos treinta y seis si son mujeres.

ARTÍCULO 41
El monto de la pensión que se otorgue a los asegurados que acrediten las edades señaladas en el
artículo 38 será equivalente al cincuenta por ciento de su remuneración o ingreso de referencia
siempre que tengan:
a) Los hombres quince años completos de aportación; y
b) Las mujeres trece años completos de aportación.
Dicho porcentaje se incrementará en dos por ciento si son hombres y dos y medio por ciento si son
mujeres, por cada año adicional completo de aportación.

ARTÍCULO 42
Los asegurados obligatorios, así como los asegurados facultativos a que se refiere el inciso
b) del artículo 4, que acrediten las edades señaladas en el artículo 38, que tengan cinco o más
años de aportación pero menos de quince o trece años según se trate de hombres o mujeres,
respectivamente, tendrán derecho a una pensión reducida equivalente a una treintava o una

216
Sistema Nacional de Pensiones

veinticincoava parte respectivamente, de la remuneración o ingreso de referencia por cada año


completo de aportación.
Para los asegurados que al momento de su inscripción tengan sesenta o más años de edad si
son hombres y cincuenticinco o más años si son mujeres, la pensión a que se refiere el párrafo
anterior será determinada sobre una base que no podrá exceder de tres veces la remuneración
mínima vital mensual del lugar de su trabajo habitual, cualesquiera que sean las remuneracio-
nes o ingresos que efectivamente hubieran percibido y sobre la totalidad de las cuales deberán
haber aportado.

ARTÍCULO 43
Si al momento de producirse la contingencia, según el artículo 80, el beneficiario de una pensión
de jubilación tuviera cónyuge a su cargo y/o hijos en edad de percibir pensión de orfandad, el
monto de la pensión se incrementará en un porcentaje comprendido entre el 2 y el 10 por ciento de
la remuneración o ingreso de referencia por el cónyuge y entre el 2 y el 5 por ciento por cada hijo.
El Reglamento fijará las tasas diferenciales según las remuneraciones o ingresos de referencia, de
modo de beneficiar en particular a los de menor monto. Dichos incrementos se mantendrán en tanto
subsistan las causas que les dieron origen.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 44
Los trabajadores que tengan cuando menos 55 o 50 años, de edad y 30 o 25 años de aportación, según
sean hombres o mujeres, respectivamente, tienen derecho a pensión de jubilación.
Asimismo, tienen derecho a pensión de jubilación en los casos de reducción o despedida total del
personal, de conformidad con el Decreto Ley Nº 18471, los trabajadores afectados que tengan
cuando menos 55 o 50 años de edad, y 15 o 13 años de aportación, según sean hombres o mujeres,
respectivamente.
En los casos a que se refieren los 2 párrafos anteriores, la pensión se reducirá en 4 por ciento por
cada año de adelanto respecto de 60 a 55 años de edad, según se trate de hombres o mujeres, res-
pectivamente.
En ningún caso se modificará el porcentaje de reducción por adelanto en la edad de jubilación ni se
podrá adelantar por segunda vez esta edad.
Si el pensionista a que se refiere el presente artículo reiniciare actividad remuneraria, al cesar esta
se procederá a una nueva liquidación de la pensión de conformidad con lo establecido en el quinto
párrafo del artículo 45.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 45
El Pensionista que se reincorpore a la actividad laboral como trabajador dependiente o independiente
elegirá entre la remuneración o retribución que perciba por sus servicios prestados o su pensión
generada por el Sistema Nacional de Pensiones. Al cese de su actividad laboral percibirá el monto
de su pensión primitiva con los reajustes que se hayan efectuado, así como los derechos que hubiera
generado en el Sistema Privado de Pensiones, la misma que se restituirá en un plazo no mayor a
sesenta (60) días.

217
César Abanto Revilla

Excepcionalmente, el pensionista trabajador podrá percibir simultáneamente pensión y remunera-


ción o retribución, cuando la suma de estos conceptos no supere el cincuenta por ciento (50%) de
la UIT vigente.
La ONP mediante acción coactiva recuperará las sumas indebidamente cobradas, en caso de que
superen el cincuenta por ciento (50%) de la UIT y no se suspenda la pensión por el Sistema Nacio-
nal de Pensiones. Para tal caso pueden también ser compensadas las sumas que se le adeudare por
tal concepto, reteniendo una suma igual al sesenta por ciento (60%) de las pensiones que pudieran
corresponder al pensionista cuando cese en el trabajo, hasta cubrir el importe de las prestaciones
cobradas indebidamente.
El aporte de los trabajadores pensionistas será tanto en la pensión como en la remuneración de
acuerdo al porcentaje estipulado en la ley para cada uno de estos ingresos.
Artículo modificado, a partir del 02/05/2006, por el artículo 1 de la Ley Nº 28678 publicada el
03/03/2006.

ARTÍCULO 46
La pensión de jubilación caduca por fallecimiento del pensionista.

SECCIÓN II
B. RÉGIMEN ESPECIAL DE JUBILACIÓN
ARTÍCULO 47
Están comprendidos en el régimen especial de jubilación los asegurados obligatorios y los faculta-
tivos a que se refiere el inciso b) del artículo 4, en ambos casos, nacidos antes del primero de julio
de mil novecientos treintiuno o antes del primero de julio de mil novecientos treintiseis, según se
trate de hombres o mujeres, respectivamente, que a la fecha de vigencia del presente Decreto Ley,
estén inscritos en las Cajas de Pensiones de la Caja Nacional de Seguro Social o del Seguro Social
del empleado.

ARTÍCULO 48
El monto de la pensión que se otorgue a los asegurados comprendidos en el artículo anterior, que
acrediten las edades señaladas en el artículo 38, será equivalente al cincuenta por ciento de la re-
muneración de referencia por los primeros cinco años completos de aportación. Dicho porcentaje
se incrementará en uno punto dos por ciento si son hombres y uno punto cinco por ciento si son
mujeres, por cada año completo adicional de aportación.

ARTÍCULO 49
Son aplicables a los pensionistas del Régimen Especial de Jubilación los artículos 43, 44, 45 y 46.

CAPÍTULO III
PENSIONES DE SOBREVIVIENTES
ARTÍCULO 50
Son pensiones de sobrevivientes las siguientes:
a) De viudez;

218
Sistema Nacional de Pensiones

b) De orfandad; y
c) De ascendientes.

ARTÍCULO 51
Se otorgará pensión de sobrevivientes:
a) Al fallecimiento de un asegurado con derecho a pensión de jubilación o que de haberse inva-
lidado hubiere tenido derecho a pensión de invalidez;
b) Al fallecimiento de un asegurado a consecuencia de accidente común estando en periodo de
aportación;
c) Al fallecimiento de un asegurado a consecuencia de accidente de trabajo o enfermedad profe-
sional si los riesgos no se encuentran cubiertos por el Decreto Ley Nº 18846; y
d) Al fallecimiento de un pensionista de invalidez o jubilación.
Si el causante hubiese tenido derecho indistintamente a dos pensiones de sobrevivientes se tomará
en cuenta la de mayor monto.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 52
Se otorgará también pensión de sobrevivientes, de conformidad con lo dispuesto en el presente Decreto
Ley, al fallecimiento de un beneficiario de pensión por incapacidad permanente o gran incapacidad,
concedida conforme al Decreto Ley Nº 18846.
En este caso el monto de las pensiones será calculado sobre la base de la pensión otorgada de con-
formidad con el Decreto Ley Nº 18846 o de la que le pudiera corresponder con sujeción al presente
Decreto Ley, si esta fuese mayor.

SECCIÓN I
PENSIÓN DE VIUDEZ
ARTÍCULO 53
Tiene derecho a pensión de viudez la cónyuge del asegurado o pensionista fallecido, y el cónyuge
inválido o mayor de sesenta años de la asegurada o pensionista fallecida que haya estado a cargo de
esta, siempre que el matrimonio se hubiera celebrado por lo menos un año antes del fallecimiento
del causante y antes de que este cumpla sesenta años de edad si fuese hombre o cincuenta años si
fuese mujer, o más de dos años antes del fallecimiento del causante en caso de haberse celebrado el
matrimonio a edad mayor de las indicadas.
Se exceptúan de los requisitos relativos a la fecha de celebración del matrimonio los casos siguientes:
a) Que el fallecimiento del causante se haya producido por accidente;
b) Que tengan o hayan tenido uno o más hijos comunes; y
c) Que la viuda se encuentre en estado grávido a la fecha de fallecimiento del asegurado.

ARTÍCULO 54
El monto máximo de la pensión de viudez es igual al cincuenta por ciento de la pensión de invalidez
o jubilación que percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante.

219
César Abanto Revilla

Frase “de viudez” declarada inconstitucional por el inciso D) del Resolutivo Nº 2 de la Sentencia
del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 050-2004-AI-TC, publicada el 12/06/2005.

ARTÍCULO 55
El viudo y la viuda inválidos con derecho a pensión, que requieran del cuidado permanente de otra
persona para efectuar los actos ordinarios de la vida, percibirán además, la bonificación mensual a
que se refiere el artículo 30, en las condiciones señaladas en dicho artículo.

SECCIÓN II
PENSIÓN DE ORFANDAD
ARTÍCULO 56
Tienen derecho a pensión de orfandad: los hijos menores de dieciocho años del asegurado o pen-
sionista fallecido.
Subsisten el derecho a pensión de orfandad:
a) Hasta que el beneficiario cumpla veintiún años, siempre que siga en forma ininterrumpida
estudios del nivel básico o superior de educación
Frase ‘Hasta que el beneficiario cumpla veintiún años’ declarada inconstitucional por
el inciso B) del Resolutivo Nº 2 de la Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el
Expediente Nº 050-2004-AI-TC, publicada el 12/06/2005.
b) Para los hijos inválidos mayores de dieciocho años incapacitados para el trabajo.

ARTÍCULO 57
En caso de huérfanos de padre y madre, la pensión máxima es equivalente al cuarenta por ciento. Si
el padre y la madre hubieren sido asegurados o pensionistas, la pensión se calculará sobre la base
de la pensión más elevada.
En su caso, los huérfanos a que se refiere el inciso b) del artículo anterior tendrán derecho a la bo-
nificación señalada en el artículo 30.
Oración ‘El monto máximo de la pensión de orfandad de cada hijo es igual al veinte por ciento
del monto de la pensión de invalidez o jubilación que percibía o hubiera podido percibir el cau-
sante’ declarada inconstitucional por el inciso C) del Resolutivo Nº 2 de la Sentencia del Tribunal
Constitucional Expediente Nº 050-2004-AI-TC, publicada el 12/06/2005.

SECCIÓN III
PENSIÓN DE ASCENDIENTES
ARTÍCULO 58
Tienen derecho a pensión de ascendiente, el padre y/o la madre del asegurado o pensionista fallecido
siempre que, a la fecha del deceso de este, concurran las condiciones siguientes:
a) Ser inválido o tener sesenta o más años de edad el padre y cincuenticinco o más años de edad
la madre;
b) Depender económicamente del causante;
c) No percibir rentas superiores al monto de la pensión que le correspondería; y

220
Sistema Nacional de Pensiones

d) No existir beneficiarios de pensión de viudez y orfandad, o, en el caso de existir estos, quede


saldo disponible de la pensión del causante, deducidas las pensiones de viudez y/u orfandad.

ARTÍCULO 59
El monto máximo de la pensión de ascendientes será, para cada uno de ellos, igual al veinte por
ciento de la pensión que percibía o hubiera podido percibir el causante.

CAPÍTULO IV
DISPOSICIONES GENERALES SOBRE PENSIONES DE SOBREVIVIENTES
ARTÍCULO 60
Se otorgará pensiones de sobrevivientes, únicamente cuando a la fecha del fallecimiento del causante,
el beneficiario reúna las condiciones establecidas en el presente Decreto Ley para el goce de este
derecho. Las pensiones de sobrevivientes se generan en dicha fecha.

ARTÍCULO 61
Para los efectos del otorgamiento de las pensiones de sobrevivientes, se considera inválido al so-
breviviente que en razón de su estado físico y/o mental se encuentra permanentemente incapacitado
para trabajar. La invalidez será declarada conforme al artículo 26.

ARTÍCULO 62
Cuando la suma de los porcentajes máximos que corresponden al cónyuge y a cada uno de los huér-
fanos de conformidad con los artículos 54 y 57, respectivamente, excediese al cien por ciento de la
pensión de invalidez o de jubilación que percibía o hubiere tenido derecho a percibir el causante,
dichos porcentajes se reducirán, proporcionalmente de manera que la suma de todos los porcentajes
así reducidos no exceda del cien por ciento de la referida pensión. En tal caso, las pensiones de
viudez y orfandad equivaldrán a los porcentajes que resulten. Para la suma indicada no se tomará
en cuenta la bonificación a que se refieren los artículos 55 y 57.

ARTÍCULO 63
De aumentar o reducirse el número de beneficiarios los montos de las pensiones se reajustarán en
forma proporcional, sin que en ningún caso se sobrepase el porcentaje máximo que se puede percibir
por cada pensión.
Si como resultado de haber aumentado el número de beneficiarios desapareciera el saldo que dio
origen a pensión de ascendientes, se extinguirá el derecho a esta.

ARTÍCULO 64
Se suspende el pago de la pensión de sobrevivientes sin derecho a reintegro, según el caso, por:
a) No acreditar semestralmente su supervivencia el beneficiario que no cobra personalmente su
pensión;
b) No someterse el pensionista inválido a la evaluación de su estado en las oportunidades que se
le indique;
c) No acreditar anualmente el beneficiario que se refiere el inciso a) del artículo 56 su derecho a
continuar percibiendo la pensión; y

221
César Abanto Revilla

d) Percibir el beneficiario, con excepción de la viuda, remuneración o ingreso asegurables supe-


riores a dos remuneraciones mínimas vitales del lugar de su trabajo habitual.

ARTÍCULO 65
Caduca la pensión de sobrevivientes según el caso, por:
a) Contraer matrimonio el beneficiario;
b) Recuperar el beneficiario inválido la capacidad laboral;
c) Alcanzar el huérfano la edad máxima para el goce del beneficio o interrumpir sus estudios; y
d) Fallecimiento del beneficiario.

ARTÍCULO 66
En caso de contraer matrimonio el pensionista de viudez, se le otorgará por una sola vez una asig-
nación equivalente a doce mensualidades de la pensión que percibía, sin que tal asignación pueda
exceder del doble de la pensión máxima mensual a que se refiere el artículo 78.

CAPÍTULO V
CAPITAL DE DEFUNCIÓN
ARTÍCULO 67
Al fallecimiento de un asegurado que percibía o hubiera tenido derecho a percibir pensión de
jubilación o de invalidez, de acuerdo al presente Decreto Ley, y únicamente en caso que no deje
beneficiarios con derecho a pensión de sobrevivientes, se otorgará capital de defunción en orden
excluyente a las siguientes:
a) Al cónyuge;
b) A los hijos;
c) A los padres; y
d) A los hermanos menores de 18 años.

ARTÍCULO 68
En caso de existir beneficiarios con igual derecho, el capital de defunción será distribuido en forma
proporcional al número de ellos.

ARTÍCULO 69
El Capital de Defunción no podrá exceder del monto de la pensión máxima mensual a que se refiere
el Sistema Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº 19990, vigente al momento del fallecimiento,
dicho Capital de Defunción será equivalente a seis remuneraciones o ingresos de referencia.
De tratarse del fallecimiento de un pensionista que percibía pensión de jubilación o invalidez, y en
caso de que el Capital de Defunción resulte menor al monto que como pensión mínima le corres-
pondía al momento de su fallecimiento y teniendo en cuenta los años de aportación reconocidos, el
Capital de Defunción será nivelado a dicho monto.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 28071 publicado el 26/09/2003.

222
Sistema Nacional de Pensiones

CAPÍTULO VI
DISPOSICIONES GENERALES RELATIVAS A LAS PRESTACIONES
ARTÍCULO 70
Los aportes, periodos de aportaciones y obligaciones del empleador
Para los asegurados obligatorios, son periodos de aportaciones los meses, semanas o días que presten
o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones a que se refieren
los artículos 7 al 13. Son también periodos de aportaciones las licencias con goce de remuneracio-
nes otorgadas por ley o por el empleador, así como los periodos durante los que el asegurado haya
estado en goce de subsidio.
Corresponde al empleador cumplir con efectuar la retención y el pago correspondiente por concepto
de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones (SNP) de sus trabajadores. Sin embargo, es su-
ficiente que el trabajador pruebe adecuadamente su periodo de labores para considerar dicho lapso
como periodo de aportaciones efectivas al SNP. De la misma forma, las aportaciones retenidas que
no hayan sido pagadas al SNP por el empleador son consideradas por la Oficina de Normalización
Previsional (ONP) en el cómputo del total de años de aportación, independientemente de las acciones
que realice la ONP para el cobro de las mismas, conforme a ley
Son medios probatorios idóneos y suficientes para demostrar periodos de aportaciones, los certificados
de trabajo, las boletas de pago de remuneraciones, la liquidación de tiempo de servicios o de benefi-
cios sociales, las constancias de aportaciones de la Oficina de Registro y Cuenta Individual Nacional
de Empleadores Asegurados (ORCINEA), del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS) o de
EsSalud y cualquier documento público conforme al artículo 235 del Código Procesal Civil. Carece
de sustento el no reconocimiento por parte de la ONP de periodos de aportaciones acreditados con
los medios antedichos, argumentando que estos han perdido validez, que hay una doble condición
de asegurado y empleador, o que, según la Tabla Referencial de Inicio de Aportaciones por Zonas,
establecida por el IPSS, en esa zona aún no se empezaba a cotizar.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 29711 publicada el 18/06/2011.

ARTÍCULO 71
Para los asegurados facultativos se considera como periodos de aportación los meses por los que
paguen aportaciones. Para estos asegurados se considera, además, los periodos durante los cuales
hubiesen sido asegurados obligatorios.
No serán consideradas para el otorgamiento y cálculo de las prestaciones, las aportaciones de los
asegurados facultativos correspondientes al periodo anterior a la fecha en que se produjo el riesgo,
que hubiesen sido abonadas con posterioridad a dicha fecha.

ARTÍCULO 72
Las semanas o meses de prestación de servicios como asegurado de la Caja de Pensiones de la Caja
Nacional de Seguro Social y de la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado, se compu-
tarán, sin excepción, como semanas o meses de aportación al Sistema Nacional de Pensiones, para
los efectos de las prestaciones que este otorga, aun cuando el empleador o la empresa de propiedad
social, cooperativa o similar no hubiere efectuado el pago de las aportaciones.
En el caso de que un asegurado haya sido remunerado semanalmente y luego mensualmente, o a la
inversa, se entenderá que cuatro y un tercio semanas de aportación equivalen a un mes aportado, no
debiendo contarse para esta equivalencia las fracciones.

223
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 73
El monto de las prestaciones, para los asegurados obligatorios y los facultativos a que se refiere
el inciso b) del artículo 4, se determinará en base a la remuneración de referencia.
La remuneración de referencia es igual al promedio mensual que resulte de dividir entre 12 el total
de remuneraciones asegurables, definidas por el artículo 8, percibidas por el asegurado en los últimos
12 meses consecutivos inmediatamente anteriores al último mes aportación, salvo que el promedio
mensual de los últimos 36 o 60 meses sea mayor, en cuyo caso se tomará en cuenta el más elevado.
Si durante dichos 12, 36 o 60 meses no se hubiese aportado por falta de prestación de servicios en
razón de accidente, enfermedad, maternidad, licencia con goce de haber de conformidad con la Ley
Nº 11377, o paro forzoso, se sustituirá dichos periodos por igual número de meses consecutivos
inmediatamente anteriores.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974

ARTÍCULO 74
El monto de las prestaciones para los asegurados facultativos a que se refiere el inciso a) del artículo
4 se determinará en base al ingreso de referencia, que es igual al promedio de los ingresos asegurable
de los últimos sesenta meses y por los que se hubiese pagado aportaciones.

ARTÍCULO 75
Cada remuneración o ingreso asegurable mensual que se tome en cuenta para establecer la remu-
neración o ingreso de referencia será considerado hasta el límite máximo a que se refiere el primer
párrafo del artículo 10.

ARTÍCULO 76
Si el total de meses aportados fuera inferior a doce, o a 60 en el caso de asegurados facultativos a que
se refiere el inciso a) del artículo 4, el promedio se calculará sobre la base de las remuneraciones o
ingresos asegurables percibidos desde el primer mes hasta el último de aportación. En caso de que el
riesgo se hubiere producido antes de tener el asegurado un mes de aportación, se considerará como
remuneración o ingreso de referencia, el que hubiera podido percibir en ese mes.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974

ARTÍCULO 77
Si en los últimos cinco años anteriores a la fecha de ocurrida la contingencia, hubiera incremento
excesivo de las remuneraciones o de los ingresos asegurables, tendientes a aumentar indebidamente
el monto de las prestaciones, el cálculo de las mismas se efectuará sin considerar dicho incremento.
El Reglamento determinará los criterios que se tomarán en cuenta para calificar el carácter excesivo
de los incrementos que hubieran tendido a aumentar indebidamente el monto de las prestaciones.

ARTÍCULO 78
El Consejo Directivo de Seguro Social del Perú previo estudio actuarial propondrá al Ministro de
Trabajo el monto máximo de las pensiones que otorga el Sistema Nacional de Pensiones el que
será fijado por Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

224
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 79
Los reajustes de las pensiones otorgadas serán fijados por Resolución Ministerial a propuesta del
Consejo Directivo de Seguro Social del Perú, previo estudio actuarial que tenga en cuenta, las va-
riaciones en el costo de vida. Dichos reajustes se efectuarán por tasas diferenciales según el monto
de las pensiones de modo de beneficiar en particular a las menores.
No podrá sobrepasarse el límite señalado en el artículo anterior, por efecto de uno o más reajustes,
salvo que dicho límite sea a su vez reajustado.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 80
El derecho a la prestación se genera en la fecha en que se produce la contingencia, sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 31.
Para los efectos de las pensiones de jubilación, se considera que la contingencia se produce cuando,
teniendo derecho a la pensión:
a) El asegurado obligatorio cesa en el trabajo para acogerse a la jubilación;
b) El asegurado facultativo comprendido en el inciso a) del artículo 4 deja de percibir ingresos
afectos; y
c) El asegurado facultativo comprendido en el inciso b) del artículo 4, solicita su pensión no
percibiendo ingresos por trabajo remunerado.
El asegurado podrá iniciar el trámite para obtener la pensión de jubilación antes de cesar en el trabajo
o de dejar de percibir ingresos asegurables. Sin embargo, el pago de la pensión solo comenzará cuando
cese en el trabajo o deje de percibir ingresos asegurables, pasando a la condición de pensionista.

ARTÍCULO 81
Solo se abonarán las pensiones devengadas correspondientes a un periodo no mayor de doce meses
anteriores a la presentación de la solicitud del beneficiario.

ARTÍCULO 82
Prescribe la obligación del Seguro Social del Perú de efectuar el pago de las mensualidades
correspondientes a las pensiones otorgadas, así como de las demás prestaciones, a los tres años
contados a partir de la fecha en que debieron ser cobradas.
No corre el término para la prescripción:
a) Contra los menores o incapaces que no estén bajo el poder de sus padres, o de un tutor o curador;
y,
b) Mientras sea imposible reclamar el derecho en el país, salvo que el pensionista se encuentre
prófugo de la justicia.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 83
Cuando el beneficiario tenga derecho a una o más pensiones otorgadas de acuerdo al presente De-
creto Ley la suma de todas no podrá exceder de la pensión máxima a que se refiere el artículo 78.

225
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 84
Las pensiones del Sistema Nacional de Pensiones de la seguridad Social serán embargables hasta el
50 por ciento por deudas provenientes de pensiones alimenticias.
Serán también embargables hasta el 60 por ciento para el pago de la reparación civil por delitos contra
el patrimonio en agravio del Estado o el que incluye el del Sector Público Nacional. Si concurrieran
embargos por ambas causes tendrán prioridad los de alimentos.
En ningún caso se podrá embargar más del 60 por ciento de la pensión.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos anteriores y en el cuarto párrafo del artículo 45 Seguro
Social del Perú podrá retener hasta el 20 por ciento de la pensión por adeudos provenientes de pres-
taciones pagadas en exceso por causas no imputables al pensionista. La retención y los embargos
no podrán exceder del 70 por ciento de la pensión.
Seguro Social del Perú descontará del capital de defunción el importe de las pensiones pagadas en
exceso al pensionista fallecido.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 84-A
Régimen Especial de Jubilación para la Sociedad Conyugal y las Uniones de Hech
1. Créase el Régimen Especial de Jubilación para la Sociedad Conyugal y las Uniones de Hecho,
para las sociedades conyugales o uniones de hecho, cuyos miembros, mayores de sesenta y cinco
(65) años de edad, con más de diez (10) años de relación conyugal o convivencia permanente
y estable y que no perciban pensión de jubilación alguna, acrediten aportaciones conjuntas al
Sistema Nacional de Pensiones por un periodo no menor de veinte (20) años y cumplan con
los requisitos señalados en la presente Ley.
2. La pensión especial de jubilación conyugal o de uniones de hecho tiene la condición de
bien social de la sociedad conyugal, acreditada con la partida de matrimonio civil con una
antigüedad no mayor de treinta (30) días o la sentencia firme de declaración judicial de unión
de hecho.
3. El monto de la pensión especial de jubilación conyugal o de uniones de hecho no es menor
al de la pensión mínima establecida en el Sistema Nacional de Pensiones, y la remuneración
o ingreso de referencia para el cálculo de la pensión es el promedio de las remuneraciones
percibidas por ambos cónyuges o miembros de la unión de hecho.
4. El beneficio de jubilación especial es percibido por ambos cónyuges o miembros de la unión
de hecho.
5. En caso de fallecimiento de uno de los cónyuges o miembros de la unión de hecho, el supérs-
tite percibe el cincuenta por ciento (50%) de la pensión especial de jubilación y, en caso de
pensión de orfandad, es calculada sobre la base de la pensión especial de jubilación a que hace
referencia esta norma.
6. Esta pensión especial de jubilación caduca por la invalidación del matrimonio, disolución
del vínculo matrimonial o disolución de la unión de hecho por sentencia judicial corres-
pondiente.
Artículo incorporado por el artículo 1 de la Ley Nº 29451 publicada el 20/11/2009.

226
Sistema Nacional de Pensiones

CAPÍTULO VII
DE LAS PRESTACIONES DE SALUD PARA PENSIONISTAS
ARTÍCULO 85
Los pensionistas de invalidez o jubilación del Sistema Nacional de Pensiones que hubieren sido ase-
gurados de las Cajas de Enfermedad Maternidad de la Caja Nacional de Seguro Social y del Seguro
Social del Empleado solo tienen derecho a las prestaciones de salud por el sistema de prestación
directa, y no así a los subsidios en dinero, que otorgan dichas Cajas.

ARTÍCULO 86
Las aportaciones de los pensionistas de invalidez o jubilación para cubrir el seguro de salud serán
equivalentes al cuatro por ciento del monto de la pensión, que les será retenido por el Seguro Social
del Perú y entregado a las Cajas de Enfermedad-Maternidad del Seguro Social del Empleado o de
la Caja Nacional de Seguro Social, según corresponda.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 87
Si los pensionistas de invalidez o jubilación radicasen en zonas en las que no sea factible el otorga-
miento de prestaciones asistenciales directas, podrán recibirlas en los lugares en que sea factible el
otorgamiento de las mismas, salvo que decidan renunciar a este derecho, en cuyo caso se suspenderá
el descuento a que se refiere el artículo anterior.

TÍTULO V
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
ARTÍCULO 88
Seguro Social del Perú podrá aplicar multas por infracciones al presente Decreto Ley y a su Re-
glamento hasta por una suma equivalente a cinco veces el monto máximo señalado en la primera
parte del artículo 10.
Artículo sustituido por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 89
Todo asegurado tiene derecho a formular ante el Seguro Social del Perú las denuncias o reclamaciones
que crea necesarias en relación a sus derechos, así como a hacer las declaraciones que, siendo obliga-
ción de empleadores, empresas de propiedad social, cooperativas o similares, sean omitidas por estos.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

ARTÍCULO 90
No están comprendidos en el régimen del presente Decreto Ley los accidentes de trabajo y enfer-
medades profesionales cubiertos por el Decreto Ley Nº 18846.

ARTÍCULO 91
El Reglamento del presente Decreto Ley establecerá las normas para la inscripción, forma de pago
de aportaciones, y demás disposiciones necesarias para la aplicación del presente Decreto Ley.

227
César Abanto Revilla

TÍTULO VI
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA
El Sistema Nacional de Pensiones entrará en vigencia a partir del primero de mayo de mil nove-
cientos setentitrés.

SEGUNDA
Los asegurados y pensionistas de las Cajas de Pensionistas de la Caja Nacional de Seguro Social
y del Seguro Social del Empleado o así como los pensionistas de invalidez del régimen de la Ley
Nº 8433 quedarán integrados, a partir del 1 de mayo de 1973, al Sistema Nacional de Pensiones,
siéndoles aplicables todas las disposiciones del presente Decreto Ley.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

TERCERA
La obligación de pago de las aportaciones al presente Sistema se genera a partir del primero de
mayo de mil novecientos setentitrés. En tanto se establece el modo de pago de las aportaciones a
que se refiere el artículo 11, estas serán pagadas en la forma en que se han venido abonando las
aportaciones a las Cajas de Pensiones de la Caja Nacional de Seguro Social y del Seguro Social del
Empleado, según corresponda.

CUARTA
Las prestaciones que acuerda el presente Decreto - Ley se otorgarán por contingencias ocurridas a
partir del 1 de mayo de 1973.
Las prestaciones por contingencias ocurridas con anterioridad al 1 de mayo de 1973, se otorgarán de
conformidad con las disposiciones vigentes al momento en que se produjeron, siendo de aplicación
lo dispuesto en el artículo 72 en los casos en que a dicha fecha no hubiera resolución consentida o
ejecutoriada relativa a las prestaciones correspondientes.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

QUINTA
Se fija los siguientes porcentajes iniciales para las aportaciones a que se refiere el artículo 7:
a) Desde el primero de mayo de mil novecientos setentitrés hasta el treintiuno de diciembre de
mil novecientos setenticuatro, el seis por ciento; y,
b) Desde el primero de enero de mil novecientos setenticinco, el siete y medio por ciento.

SEXTA
Se fija a partir del primero de mayo de mil novecientos setentitrés los siguientes montos máximos
iniciales:
a) Como remuneración máxima asegurable mensual a que se refiere el primer párrafo del artículo
10, la suma de treinta y siete mil quinientos soles; y,
b) Como pensión máxima mensual a que se refiere el artículo 78, la suma de treinta mil soles.

228
Sistema Nacional de Pensiones

SÉTIMA
Al fallecimiento de los actuales pensionistas cuyas pensiones de invalidez o jubilación fueron otor-
gadas por la Caja Nacional de Seguro Social, sus sobrevivientes con derecho a pensión percibirán,
además de las pensiones que les correspondan, el capital de defunción a que tenían derecho de
conformidad con la Ley Nº 8433.

OCTAVA
Las prestaciones de vejez a que se refieren los artículos 46 y 47 de la Ley Nº 8433 continuarán siendo
abonadas por Seguro Social del Perú a los asegurados que ya gozaren de ellas.
Estas pensiones serán también otorgadas a los asegurados inscritos antes del 7 de agosto de 1961 que
al 1 de mayo de 1973 tuvieren la edad y el número de aportaciones señaladas por dichos artículos, y
solicitaren dichas pensiones hasta 30 días útiles después de la fecha de publicación del Reglamento.
En ambos casos, se aplicará a estas pensiones las normas pertinentes en vigencia antes del 1 de
mayo de 1973.
En los casos previstos en la presente disposición transitoria no será de aplicación el artículo 45. De
este Decreto - Ley.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

NOVENA
Las pensiones de jubilación de los trabajadores obreros del Régimen Especial de Jubilación en ser-
vicio al 1 de mayo de 1973 o de los que se los hubieren acogido a la jubilación con anterioridad a
dicha fecha, no podrán ser inferiores a las que resultarían de no aplicarse la fórmula de cálculo que
a la misma fecha aplicaba la Caja Nacional de Seguro Social en interpretación en los artículos 84
y 85 Del Reglamento de la Ley Nº 13640 que se deroga por el presente Decreto Ley.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMA
El pago de las pensiones a los empleados jubilados con anterioridad al 1 de mayo de 1973 bajo el
régimen del Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares, será asumido por Seguro Social
del Perú en las mismas condiciones en que fueron concedidas, siendo de aplicación lo dispuesto en
el artículo 84 del presente Decreto Ley. Corresponde a los empleadores, en su caso, la obligación
de continuar abonando la parte complementaria de la pensión a que se refiere el segundo párrafo del
artículo 16 y el artículo 18 del Decreto Ley Nº 17262.
El pensionista del régimen del Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares, que al 1
de mayo de 1973 goce, además de dicha pensión, de pensión de vejez, invalidez o jubilación de la
Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado, o hubiese a dicha fecha obtenido el derecho a
ella, podrá percibir ambas pensiones hasta una suma total de 36 mil soles. En cualquier otro caso,
será incompatible el goce simultáneo de las pensiones de invalidez o jubilación establecidas en el
presente Decreto Ley con aquellas que provengan del Decreto Ley Nº 17262; pudiendo el beneficiario
optar por la que le convenga.

DÉCIMO PRIMERA
Los empleados en actual servicio, comprendidos en el Fondo Especial de Jubilación de
Empleados Particulares, que al 1 de mayo de 1973 cuenten con 20 o más años de servicio

229
César Abanto Revilla

o 15 o más años de servicios, en caso de hombres o mujeres, respectivamente, prestados


al mismo empleador, o a dos empleadores, si fuese el caso del artículo 6 del Decreto Ley
Nº 17262, podrán optar entre acogerse al régimen del presente Decreto Ley o solicitar su jubilación
según el Decreto Ley Nº 17262, hasta 30 días útiles después de la fecha de publicación del Regla-
mento. En este último caso, si el tiempo de servicios fuera menor de 30 o 25 años, según se trate de
hombres o mujeres, respectivamente, la pensión será igual a tantas treintavas o veinticincoavas partes
como años completos de servicios tengan acumulados a la fecha de, presentación de la solicitud a
que se refiere el quinto párrafo de la presente disposición.
Si el trabajador optase por acogerse a la jubilación según el Decreto Ley Nº 17262, podrá cesar o
continuar en el trabajo, lo que deberá indicar en la solicitud de opción a que se refiere el quinto párrafo
de la presente Disposición Transitoria. En caso de que decidiese continuar en el trabajo, la pensión
según el Decreto Ley Nº 17262 le será computada sobre la base del número de años de servicios
que tuviese a la fecha de presentación de la referida solicitud, quedando en suspenso su pago; al
cesar en el trabajo podrá elegir entre la pensión según el Decreto Ley Nº 17262 cuyo pago quedó en
suspenso, o la pensión que le correspondería por el Sistema Nacional de Pensiones.
Las pensiones otorgadas de acuerdo a lo dispuesto en el párrafo anterior serán de cargo de Seguro
Social del Perú.
Subsiste para los empleadores la obligación de pago de la parte complementaria de la pensión a
que se refiere el segundo párrafo del artículo 16 y el artículo 18 del Decreto Ley Nº 17262, siempre
que el empleado tenga cuando menos 25 o 20 años de servicios prestados a un mismo empleador
tratándose de hombres o mujeres respectivamente.
Si estos trabajadores optasen por jubilarse de conformidad con el Decreto Ley Nº 17262 deberán
presentar al Gerente de Pensiones y otras Prestaciones Económicas de Seguridad Social del Perú
una solicitud con firma legalizada por notario público, o donde no lo hubiere, por juez de paz. Si no
ejercitarán dicha opción dentro del término señalado, quedarán automáticamente comprendidos en
el Sistema Nacional de Pensiones, y se considerará como periodo de aportación únicamente el que
hubieren, aportado a cualquiera de las Cajas de Pensiones de la Caja Nacional de Seguro Social y/o
del Seguro Social del Empleado y al Sistema Nacional de Pensiones.
Los trabajadores del ex - FEJEP que estuvieron sujetos a la Ley Nº 4916 y que al 1 de abril de 1973
pasaron a prestar servicios al Seguro Social del Empleado bajo el régimen de la Ley Nº 11377,
podrán también acogerse a la opción que establece la presente disposición transitoria a condición
de que reúnan los requisitos exigidos, y presentar la correspondiente solicitud dentro del término
que ella establece.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO SEGUNDA
Es incompatible, a partir del l de mayo de 1973, la percepción de pensión bajo el régimen del
Decreto Ley Nº 17262, con el desempeño por el pensionista de trabajo remunerado para un em-
pleador o empresa de propiedad social, cooperativa o similar. Si lo hiciera, se le suspenderá el
pago de la pensión y estará obligado a devolver el importe de las pensiones durante el tiempo
que duró el desempeño del trabajo remunerado debiendo Seguro Social del Perú proceder en este
caso, según lo establecido en el cuarto párrafo del artículo 45 del presente Decreto Ley. Al cesar
el trabajo remunerado el pensionista podrá optar entre continuar recibiendo la pensión del régimen
del Decreto Ley Nº 17262 a que tenía derecho o la pensión que le corresponderá por el Sistema
Nacional de Pensiones.

230
Sistema Nacional de Pensiones

Se exceptúa de esta disposición al pensionista del régimen del Decreto Ley Nº 17262 que al 1 de
mayo de 1973 se encontraba trabajando, quien solo podrá continuar haciéndolo en el mismo empleo
sin que se le suspenda el pago de la pensión; esta se reducirá, sin embargo, de manera que la suma de
la pensión y la remuneración no exceda al monto de la pensión máxima fijada por la primera parte
del artículo 16 del Decreto Ley Nº 17262, o sea de 36 mil soles oro por mes.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO TERCERA
Podrán continuar como asegurados facultativos solo para la obtención de pensiones de sobrevivientes:
a) Los pensionistas bajo el régimen del Decreto Ley Nº 17262 que a la fecha de promulgación
del presente Decreto Ley sean asegurados facultativos del Seguro Social del Empleado para
el goce de prestaciones por riesgos diferidos; y
b) Los asegurados que habiéndose acogido al régimen del Decreto Ley Nº 17262, opten, al cesar
en el trabajo, por percibir la pensión de dicho régimen, los mismos que solo podrán dejar
pensiones de sobrevivientes en las condiciones que fija la presente disposición transitoria.
En ambos casos dichos pensionistas pagaran como aportación el 3 por ciento de la última; remu-
neración que perciban hasta un máximo de 12 mil soles, debiéndose otorgar y pagar las pensiones
de sobrevivientes de conformidad con el artículo 102 de la Ley Nº 13724 que para este solo efecto
continuará en vigencia, y de conformidad con el presente Decreto Ley.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO CUARTA
Los empleados comprendidos en el Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares, que
al 1 de mayo de 1973 se encuentren en actividad y tengan aportaciones a una o ambas Cajas de
Pensiones de los Seguros Sociales cuando menos durante 10 años, y que queden incorporados al
Sistema Nacional de Pensiones por no haber optado por acogerse al Decreto Ley Nº 17262, según lo
establecido en la décimo primera disposición transitoria del presente Decreto Ley tendrán derecho,
además de la pensión liquidada conforme a los artículos: 31, 43, 44 o 48 del presente Decreto Ley,
según el caso, a una bonificación complementaria equivalente al 20 por ciento de la remuneración
de referencia, si, al momento de solicitar pensión de jubilación acreditan cuando menos 25 o 20 años
de servicios, tratándose de hombres o mujeres, respectivamente, a un mismo empleador o a dos si
fuese el caso del artículo 6 del Decreto Ley Nº 17262. En todo caso, se considerará como periodo
de aportación anterior al 1 de mayo de 1973, únicamente el que tuvieran en cualquiera de las Cajas
de Pensiones, y la pensión no podrá exceder del monto máximo a que se refiere el artículo 78.
Disposición sustituida por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO QUINTA
Los empleados públicos en actual servicio que estuvieron comprendidos en el régimen de cesantía,
jubilación y montepío y que con anterioridad al primero de mayo de mil novecientos setentitrés
fueron incorporados por mandato legal en el Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particu-
lares, se regirán por la décima primera disposición transitoria de este Decreto Ley, salvo que opten
expresamente por reincorporarse al régimen de cesantía, jubilación y montepío.

231
César Abanto Revilla

DÉCIMO SEXTA
La opción a que se refiere la disposición anterior se ejercitará en el término de treinta días útiles
computados a partir del primero de mayo de mil novecientos setentitrés, mediante cartas notariales
dirigidas al Gerente General del Seguro Social del Perú y al titular del pliego presupuestario co-
rrespondiente.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO SÉTIMA
En el caso a que se refiere la décimo quinta disposición transitoria, si el trabajador optare por su
incorporación al Sistema Nacional de Pensiones se acumularán los periodos trabajados bajo ambos
regímenes para el cómputo del tiempo de aportación siempre que no sean simultáneos.
Las entidades en que dichos trabajadores hubieren prestado servicios bajo el régimen de cesantía,
jubilación y montepío, abonarán al Seguro Social del Perú, sin recargo por mora, las aportaciones que
hubieran debido pagar a la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado incluso para periodos
anteriores al primero de octubre de mil novecientos sesentidos; y a la Caja de Pensiones de la Caja
Nacional de Seguro Social; según el caso.
Asimismo, dichas entidades reintegrarán a los trabajadores, en el plazo que señale el Reglamento,
la diferencia que resulte entre las sumas descontadas a los trabajadores y las que abonen al Seguro
Social del Perú.
Si el trabajador se reincorporase al régimen de cesantía jubilación y montepío, se acumularán los
periodos trabajados bajo ambos regímenes, siempre que no sean simultáneos, para el cómputo del
tiempo de servicios, y al Seguro Social del Perú entregará al Fondo de Pensiones las cantidades apor-
tadas por aquel y sus empleadores a las Cajas de Pensiones de los Seguros Sociales, y el trabajador
reintegrará a dicho Fondo, en el plazo que señale el Reglamento, la diferencia entre dicha suma y la
que debió ser descontada para el régimen de cesantía, jubilación y montepío durante el periodo en
que estuvo fuera de dicho régimen.
Artículo modificado por el artículo 7 del Decreto Ley Nº 20604 publicado el 07/05/1974.

DÉCIMO OCTAVA
Las pensiones de jubilación otorgadas de conformidad con la Ley Nº 10624 y disposiciones modi-
ficatorias y ampliatorias, continuarán siendo abonadas solo por las personas naturales o jurídicas
obligadas a su pago y únicamente hasta por el monto mensual de cuarentiocho mil soles de oro,
monto máximo que señalaba el artículo 16 del Decreto Ley Nº 17262.

DÉCIMO NOVENA
La compensación por tiempo de servicios de los trabajadores empleados que hubieren ingresado a
prestar servicios con posterioridad al once de julio de mil novecientos sesentidos, seguirá siendo
computada hasta un máximo de doce mil soles en tanto se legisla específicamente sobre la materia;
cantidad que no incluye el 30% a que se refiere la Ley Nº 11725.

VIGÉSIMA
El Ministerio de Trabajo reglamentará el presente Decreto Ley dentro del término de noventa días
computados a partir de la fecha de su promulgación.

232
Sistema Nacional de Pensiones

TÍTULO VII
DISPOSICIÓN FINAL
Derógase a partir del primero de mayo de mil novecientos setentitres, los artículos 39 al 50 y
52, 53 y 54 de la Ley Nº 8433 la Ley Nº 13640; los artículos 79 al 13 y el capítulo VIII del Título
IV de la Ley Nº 13724, el Decreto Ley Nº 17262 y su Reglamento, las ampliatorias y modificatorias
de las mismas, y las demás disposiciones que se opongan al presente Decreto Ley.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veinticuatro días del mes de abril de mil nove-
cientos setentitrés.
General de División EP. JUAN VELASCO ALVARADO,
Presidente de la República.

02 REGLAMENTO DEL DECRETO LEY Nº 19990, RELATIVO AL SISTEMA


NACIONAL DE PENSIONES DE SEGURIDAD SOCIAL (03/08/1974)

DECRETO SUPREMO Nº 011-74-TR


CONSIDERANDO:
Que es necesario dar las normas reglamentarias del Decreto Ley Nº 19990, que crea el Siste-
ma Nacional de Pensiones de la Seguridad Social;
DECRETA:

ARTÍCULO ÚNICO
Apruébase el adjunto Reglamento del Decreto Ley Nº 19990 relativo al Sistema Nacional de Pensiones
de la Seguridad Social, el mismo que consta de cuatro Títulos y noventitrés artículos.
Lima, 31 de julio de 1974
Gral. de Div. EP. Juan Velasco Alvarado,
Presidente de la República.
Tnte. Gral. FAP. Pedro Sala Orosco,
Ministro de Trabajo.

REGLAMENTO DEL DECRETO LEY Nº 19990

TÍTULO I
DE LOS ASEGURADOS

CAPÍTULO I
ASEGURADOS OBLIGATORIOS
ARTÍCULO 1
Los trabajadores al servicio del Estado que tienen la calidad de asegurados obligatorios, de confor-
midad con el artículo 3 inciso b) del Decreto Ley Nº 19990, son los siguientes:
a) Los ingresados a prestar servicios al Estado sujetos a la Ley Nº 11377, a partir del 12 de julio
de 1962, sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos c) y d) del presente artículo;

233
César Abanto Revilla

b) Los que hubieran reingresado a prestar servicios al Estado, sujetos a la Ley Nº 11377,
con posterioridad al 12 de julio de 1962 y no hayan sido comprendidos en el régimen de
cesantía, jubilación y montepío; así como los que habiendo estado sujetos a este régimen,
hubieren reingresado o reingresen a prestar servicios, con posterioridad al 28 de febrero
de 1974;
c) Los ingresados a prestar servicios como docentes sujetos a la Ley Nº 15215 o como docentes
de Universidades del Estado a partir del 1 de mayo de 1973;
d) Los ingresados a prestar servicios en el Poder Judicial o en el Servicio Diplomático a partir
del 1 de mayo de 1973; y
e) Los que presten servicios bajo el régimen laboral de la actividad privada, cualquiera que fuese
la fecha de ingreso.

ARTÍCULO 2
Trabajadores del hogar son aquellos que se dedican en forma habitual y continua a labores de lim-
pieza, cocina, asistencia a la familia y demás, propias de la conservación de una casa-habitación y
del desenvolvimiento de la vida de un hogar, que no importen lucro o negocio para el empleador o
sus familiares, y con un mínimo de cuatro horas diarias y veinticuatro semanales.

ARTÍCULO 3
Son trabajadores artistas, aquellos a que se refiere el Decreto Ley Nº 19479.

CAPÍTULO II
ASEGURADOS FACULTATIVOS
ARTÍCULO 4
Las personas a que se refiere el inciso a) del artículo 4 del Decreto Ley Nº 19990 podrán asegurarse
a partir de los 90 días útiles de publicado el presente Reglamento.

ARTÍCULO 5
Las personas indicadas en el artículo anterior deberán presentar la solicitud de inscripción conjunta-
mente con una copia de la declaración jurada de pago del impuesto a la renta del año inmediatamente
anterior o, en su caso, con la que deberá formularse a Seguro Social del Perú. En lo sucesivo, la
declaración correspondiente deberá presentarse anualmente, dentro del término de 10 días útiles
computados a partir de la fecha de vencimiento del plazo señalado por la administración tributaria
para la presentación de la declaración jurada de pago del impuesto a la renta.

ARTÍCULO 6
Se considera actividad económica independiente aquella que genera un ingreso económico por la
realización de trabajo personal no subordinado.

ARTÍCULO 7
La obligación de pago de las aportaciones se generan en la fecha de la resolución consentida o
ejecutoriada admitiendo como asegurado facultativo al solicitante.
El pago de las aportaciones se efectuará mensualmente.

234
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 8
El ingreso asegurable mensual se determinará sobre la base de los datos consignados en los docu-
mentos a que se refiere el artículo 5 del presente Reglamento.

ARTÍCULO 9
Se entiende por ingreso anual a efectos de la determinación del ingreso asegurable mensual a
que se refiere el artículo 14 del Decreto Ley Nº 19990, la renta bruta por el trabajo personal
independiente.

ARTÍCULO 10
En ningún caso, el ingreso asegurable mensual podrá ser inferior a una remuneración mínima vital
del lugar de trabajo habitual del asegurado.
Si el asegurado facultativo tuviere a su cargo trabajadores comprendidos en el inciso a) del artículo
3 del Decreto Ley Nº 19990, su ingreso asegurable mensual no podrá ser inferior a la remuneración
promedio mensual más elevado percibida por cualquiera de sus trabajadores en el año calendario
anterior.

ARTÍCULO 11
El Seguro facultativo caduca si el asegurado:
a) Deja de abonar aportaciones correspondientes a 12 meses;
b) Cesa en su actividad económica independiente;
c) Obtiene la calidad de asegurado obligatorio; o
d) Adquiere derecho a una pensión de invalidez o jubilación del Sistema Nacional de Pensiones.

ARTÍCULO 12
Es incompatible la calidad de asegurado obligatorio, en forma simultánea, con la de asegurado
facultativo que realiza actividad económica independiente.

ARTÍCULO 13
No podrán asegurarse facultativamente los pensionistas de invalidez o jubilación.

CAPÍTULO III
ASEGURADOS FACULTATIVOS
ARTÍCULO 14
Los asegurados que al cesar en la actividad que da lugar al seguro obligatorio tengan por lo menos
dieciocho meses calendarios de aportación, podrán acogerse a la continuación facultativa prevista
en el inciso b) del artículo 4 del Decreto Ley Nº 19990, debiendo en tal caso presentar su solicitud
dentro del término de 6 meses contados a partir del último mes de aportación.
Si el asegurado hubiere estado percibiendo subsidios de enfermedad o maternidad, el término se
computará a partir del día siguiente al último de goce de subsidio.

235
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 14-A
También podrán acogerse a la continuación facultativa los asegurados cuya relación laboral se
haya extinguido por causal no imputable a estos y que hayan contratado una póliza de seguros
de protección a la aportación al Sistema Nacional de Pensiones, siempre que tengan por lo me-
nos dieciocho (18) meses calendarios de aportación al seguro obligatorio, no siendo necesaria
la presentación de la solicitud a que se refiere el primer párrafo del artículo 14 precedente. La
aportación será calculada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 15 del Decreto Ley Nº
19990 y pagada directamente por la Compañía de Seguros por el plazo que establezca la póliza
de seguros respectiva, siendo inaplicable para estas aportaciones lo regulado en el artículo 17 del
presente Reglamento.
A efectos de la probanza de la causal no imputable al asegurado en los casos de extinción de los
contratos de trabajo por las causas objetivas previstas en el artículo 46º del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado mediante
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, y de despido arbitrario, el asegurado deberá comunicar tales
supuestos a la Compañía de Seguros dentro de los sesenta (60) días posteriores a la ocurrencia
de los mismos, acompañando a su comunicación la copia simple de la Carta de Despido o del
informe expedido por la Autoridad de Trabajo que acredite tal situación, según corresponda. Para
el supuesto del despido injustificado, tal circunstancia deberá ser declarada en sede judicial, en
cuyo caso se deberá comunicar a la Compañía de Seguros la sentencia que declara tal situación
dentro de los sesenta (60) días posteriores a que la misma adquiera la calidad de firme; ello se
efectuará mediante comunicación que incluya copia simple de la citada sentencia y de la resolu-
ción que la declara firme.
Para todos los supuestos, luego de recibida la comunicación aludida, la Compañía de Seguros pro-
cederá al pago de las aportaciones sin trámite previo, entendiéndose que dicho pago se efectuará
desde el momento en que se produjo la extinción del vínculo laboral del asegurado.
Artículo incorporado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 015-2007-TR publicado el
18/07/2007.

ARTÍCULO 15
Es incompatible la calidad de asegurado obligatorio con la de asegurado de continuación facultativa,
en forma simultánea.

ARTÍCULO 16
No podrán acogerse a la continuación facultativa los pensionistas de invalidez o jubilación.

ARTÍCULO 17
La continuación facultativa caduca si el asegurado:
a) Deja de abonar aportaciones correspondientes a doce meses;
b) Obtiene la calidad de asegurado obligatorio; o
c) Adquiere derecho a una pensión de invalidez o jubilación del Sistema Nacional de Pen-
siones.

236
Sistema Nacional de Pensiones

TÍTULO II
DE LA ORGANIZACIÓN FINANCIERA
ARTÍCULO 18
Las aportaciones de los asegurados obligatorios que fueren pensionistas del régimen del Decreto
Ley Nº 20530 y que al reingresar a prestar servicios en el Sector Público Nacional hubiesen optado
por continuar recibiendo su pensión, en lugar de la remuneración, serán pagadas sobre la base de la
pensión de dicho régimen, que para este efecto tendrá el carácter de remuneración asegurable según
el Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 19
Para el cálculo de la remuneración asegurable a que se refiere el artículo 8 del Decreto Ley Nº 19990,
se tendrá también en cuenta las remuneraciones en especie, cuya equivalencia en dinero se establecerá
de conformidad con las disposiciones legales de orden laboral sobre la materia.

ARTÍCULO 20
Se considerarán gratificaciones extraordinarias las que no hayan sido pactadas con carácter perma-
nente ni concedidas con el mismo carácter, así como aquellas que no se hayan otorgado por dos
años consecutivos.

ARTÍCULO 21
Las aportaciones correspondientes a los asegurados obligatorios y a sus empleadores, así como a los
asegurados facultativos, deberán ser abonadas dentro del mes siguiente al que corresponda dicho
pago de conformidad con las disposiciones relativas al sistema de recaudación de aportaciones a
Seguro Social del Perú.

ARTÍCULO 22
La dependencia de Seguro Social del Perú encargada de la recaudación de las aportaciones está
obligada, bajo responsabilidad, a comunicar mensualmente a la Oficina Legal, la falta de pago opor-
tuno por el empleador o empresa de las aportaciones que hubieren sido retenidas a los asegurados
obligatorios, a efectos de que dicha Oficina igualmente bajo responsabilidad, formule las denuncias
penales para la aplicación del artículo 4 del Decreto Ley Nº 20604, sin perjuicio de que la depen-
dencia pertinente siga las acciones coactivas correspondientes para el cobro de las aportaciones no
pagadas, con los recargos y multas a que hubiere lugar.

ARTÍCULO 23
El pago de aportaciones de los asegurados facultativos, con los recargos por mora, si fuese el caso,
se aplicará al mes o a los meses inmediatamente siguientes a aquel por el cual haya sido abonada
la última aportación.
Se exceptúa de esta disposición el caso de pérdida y sucesiva recuperación del seguro facultativo a
que se refieren los artículos 11, 17 y 25 del presente Reglamento.

ARTÍCULO 24
La remuneración asegurable señalada por el artículo 15 del Decreto Ley Nº 19990 será igual al pro-
medio mensual de las remuneraciones asegurables percibidas en los últimos doce meses consecutivos

237
César Abanto Revilla

anteriores a la fecha en que cesó el asegurado, siendo de aplicación en su caso la última parte del
artículo 73 del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 25
El asegurado facultativo cuyo seguro hubiere caducado por la causal prevista en el inc. a) de los
artículos 11 y 17 del presente Reglamento, podrá recuperar dicha calidad, debiendo manifestar en
su solicitud si opta por abonar las aportaciones impagas correspondientes al período anterior a su
reincorporación, con los recargos a que hubiere lugar, o por reanudar el pago a partir de la fecha de
reincorporación.
El derecho que establece el presente artículo podrá ser ejercido solamente dos veces.

ARTÍCULO 26
A efectos del artículo 23 del Decreto Ley Nº 19990, la rentabilidad efectiva neta anual de cada
inversión real se calculará dividiendo el rendimiento total proyectado para el periodo en que debe
recuperarse el capital, entre el número de años de dicho periodo.
Al finalizar cada ejercicio contable se verificará si el resultado en ese ejercicio se ajusta a lo pre-
visto en los estudios que sirven de base a la inversión. Si no se obtuviere el resultado previsto en el
ejercicio, el Consejo Directivo de Seguro Social del Perú adoptará las medidas pertinentes, previo
informe del Gerente General.

ARTÍCULO 27
La rentabilidad efectiva neta anual de cada inversión financiera se verificará anualmente, debiendo
el Consejo Directivo de Seguro Social del Perú adoptar, previo informe del Gerente General, las
medidas pertinentes si aquella no se ajustare a lo previsto en los estudios que sirven de base a la
inversión.

TÍTULO III
DE LAS PRESTACIONES

CAPÍTULO I
PENSIÓN DE INVALIDEZ
ARTÍCULO 28
A los efectos del otorgamiento de pensión de invalidez, se considera accidente común todo evento
producido directa y exclusivamente por causa externa, independiente de la voluntad del asegurado,
que ocasione en forma violenta o repentina, lesión que invalide u origine la muerte.

ARTÍCULO 29
Para los trabajadores no comprendidos en el Decreto Ley Nº 18846, los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales se determinarán de conformidad con los artículos 7, 8 y 60 del Decreto
Supremo Nº 002-72-TR, del 24 de febrero de 1972.

ARTÍCULO 30
El Sub-Gerente de Pensiones de Seguro Social del Perú declarará la invalidez mediante resolución
expedida en primera instancia, previo informe de la comisión médica correspondiente. El, o los

238
Sistema Nacional de Pensiones

Gerentes de Prestaciones de Salud de Seguro Social del Perú, en forma conjunta, designarán las
comisiones médicas pertinentes.
Artículo derogado por el artículo 2 de la Ley Nº 27023 publicada el 24/12/1998.

ARTÍCULO 31
La comprobación del estado de invalidez se efectuará con la periodicidad que se fije en el informe
de la comisión médica que establece el referido estado. Dicha periodicidad no será menor de seis
meses ni mayor de cinco años.

ARTÍCULO 32
En el caso de asegurados facultativos, se reputará que estaban aportando, si, no existiendo aporta-
ciones pendientes de pago por periodos anteriores, el riesgo se produce antes de haberse vencido
la fecha señalada para el abono oportuno de la aportación correspondiente al mes en que aquel
se produjo.

ARTÍCULO 33
El pago de la pensión se iniciará el día siguiente a aquel en que venza el plazo máximo establecido
por la Ley para el goce de subsidios, salvo que el asegurado sea declarado inválido antes del ven-
cimiento de dicho plazo.

ARTÍCULO 34
En el caso de asegurados sin derecho a goce de subsidios, se considerará como fecha de inicio de la
invalidez la que establezca la comisión médica en su informe.

ARTÍCULO 35
El nacimiento de hijos vivos dentro de los 180 días de producida la contingencia según los artículos
31 y 80 del Decreto Ley Nº 19990 da lugar al incremento de la pensión a que se refiere el artículo
29 de dicho Decreto Ley.

ARTÍCULO 36
Se considera que el inválido requiere del cuidado permanente de otra persona cuando se encuentra
en el estado de gran incapacidad definido en el artículo 43 del Decreto Supremo Nº 002-72-TR del
24 de febrero de 1972.

ARTÍCULO 37
La bonificación por gran incapacidad a que se refiere el artículo 30 del Decreto Ley Nº 19990 será
pagada, de ser procedente, a partir de la fecha en que se solicita, o de la fecha en que se requirió el
informe de la comisión médica, en el caso de que el trámite se inicie de oficio.
Esta bonificación se pagará mientras subsista el estado de gran incapacidad a que se refiere el
artículo precedente.

239
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 38
El monto de la bonificación por gran incapacidad se reajustará en el mismo monto en que se incre-
mente la remuneración mínima vital del lugar de residencia del beneficiario, entrando en vigencia a
partir del semestre siguiente a aquel en que dichas variaciones se produjeren.

ARTÍCULO 39
Los pensionistas de invalidez están obligados a informar al Seguro Social del Perú el reinicio de
actividad lucrativa, en el término de 30 días útiles, debiendo indicar, en el mismo término, cualquier
variación que registren sus remuneraciones o ingresos.
Al cesar el pensionista en la actividad lucrativa, no se efectuará una nueva liquidación de su pensión.

ARTÍCULO 40
En el caso de que un pensionista de invalidez perciba, además, remuneraciones o ingresos, al reajus-
tarse su pensión se considerará automáticamente reajustado en el mismo porcentaje, la remuneración
o el ingreso de referencia que sirvió de base para el cálculo de la pensión.

ARTÍCULO 41
El paso a la situación de jubilado, conforme al inciso b) del artículo 33 del Decreto Ley Nº 19990
se efectuará a solicitud del beneficiario o de oficio, continuando el pago de la pensión de invalidez
hasta que se otorgue la de jubilación.
El Seguro Social del Perú reintegrará la diferencia entre una y otra pensión.

ARTÍCULO 42
La bonificación señalada en los artículos 55 y 57 del Decreto Ley Nº 19990, se otorgará si la necesidad
del cuidado permanente de otra persona existe a la fecha de fallecimiento del causante.

CAPÍTULO II
PENSIÓN DE JUBILACIÓN
ARTÍCULO 43
Las tasas diferenciales de incremento del 2 por ciento al 10 por ciento por cónyuge y del 2 por
ciento al 5 por ciento por hijo, contempladas en los artículos 29 y 43 del Decreto Ley Nº 19990, se
aplicarán de manera que las tasas del 10 por ciento o del 5 por ciento, según el caso, correspondan a
remuneraciones o ingresos de referencia inferiores o equivalentes a una remuneración mínima vital
de la zona urbana de Lima, y se vayan reduciendo progresivamente conforme aumenta la cuantía de
dichas remuneraciones o ingresos, sin que puedan ser inferiores al 2 por ciento.
Al efecto, para las remuneraciones o ingresos de referencia mayores a la mínima vital de la zona
urbana de Lima, se aplicarán las fórmulas siguientes:
1. Para determinar el incremento por cónyuge:
Monto del 0,02 S - 0,1 r incremento = O,1 r + (R - r)
S-r

240
Sistema Nacional de Pensiones

2. Para determinar el incremento por cada hijo:


Monto del 0,02 S 0,05 r
incremento = 0,05 r + (R - r)
S-r
En las fórmulas que anteceden, los símbolos equivalen a:
r = remuneración mínima vital de la zona urbana de Lima, cualquiera que sea el lugar de residencia
del asegurado.
R = remuneración o ingreso de referencia del asegurado.
S = remuneración máxima asegurable.

ARTÍCULO 44
Si el asegurado facultativo a que se refiere el inciso a) del artículo 4 del Decreto Ley Nº 19990,
que tuviere aportaciones como asegurado obligatorio con anterioridad al primero de mayo de 1973,
volviera a adquirir esta última calidad, podrá acogerse al régimen especial de jubilación, siempre
que reúna los requisitos establecidos en el artículo 47 del indicado Decreto Ley y tenga como
asegurado obligatorio un mínimo de 36 meses de aportación inmediatamente anteriores a la fecha
de su jubilación.

ARTÍCULO 45
El pensionista de jubilación está obligado a comunicar por escrito a Seguro Social del Perú, dentro
del término de 30 días, la reiniciación de cualquier trabajo remunerado, o en su caso, de actividad
económica independiente debiendo devolver las órdenes de pago que tenga en su poder, dentro del
mismo término.

CAPÍTULO III
PRESTACIONES DE SOBREVIVIENTES
ARTÍCULO 46
A efectos de generar prestaciones de sobrevivientes, de acuerdo al artículo 51 del Decreto Ley
Nº 19990, se considera que el asegurado fallecido tenía derecho a pensión de invalidez, si a la fecha
del deceso, reunía las condiciones a que se refieren los artículos 25 o 28 del referido Decreto Ley,
aunque el fallecimiento no hubiere sido antecedido de invalidez.
Para el mismo efecto, se considera que el asegurado fallecido tenía derecho a pensión de jubilación
si cumplía con los requisitos de edad y aportación establecidos para el goce de esta prestación en
el régimen general o en el especial, así como en los casos previstos en los artículos 38 y 44 del
Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 47
Para los efectos de los artículos 29, 43 y 53 del Decreto Ley Nº 19990, se considera que una persona
está a cargo del asegurado, cuando este proporciona los medios de subsistencia de dicha persona y
esta última reside en el país y no percibe remuneración o ingresos superiores a media remuneración
mínima vital anual correspondiente a la zona urbana de Lima, cualesquiera fueren el origen y la
época del año que las obtuviera y el lugar del país donde se encuentre.

241
César Abanto Revilla

Dichas circunstancias se acreditarán mediante una declaración jurada que el interesado presentará
conjuntamente con su solicitud.
En el caso de los artículos 29 y 43 las referidas declaraciones juradas deberán ser presentadas
anualmente.

ARTÍCULO 48
Las comprobaciones periódicas del estado de invalidez de los beneficiarios de pensiones de so-
brevivientes que fueren inválidos, se efectuarán en la forma prevista en el artículo 31 del presente
Reglamento.

ARTÍCULO 49
La excepción a que se refiere el inciso a) del artículo 53 del Decreto Ley Nº 19990, se refiere tanto
a accidentes comunes como de trabajo.

ARTÍCULO 50
Las pensiones de viudez y orfandad se otorgarán por el monto máximo señalado en los artículos 54
o 57 del Decreto Ley Nº 19990, según el caso, salvo que en aplicación del artículo 62 del mismo,
deban ser reducidas. Igual criterio rige las pensiones de ascendientes, sin perjuicio de lo dispuesto
en el inciso d) del artículo 58 del referido Decreto Ley.

ARTÍCULO 51
Tendrá derecho a pensión de orfandad el hijo mayor de 18 años del asegurado fallecido, que a la fecha
del deceso del causante esté incapacitado para el trabajo, o siga estudios de nivel básico o superior.
Se entiende por estudios de nivel básico o superior los establecidos como tales en la Ley General
de Educación. El carácter ininterrumpido de los mismos se acreditará con las constancias anuales
expedidas por el correspondiente centro de estudios.

ARTÍCULO 52
Los ascendientes que a la fecha de fallecimiento del causante no tengan derecho a pensión de so-
brevivientes, no lo adquirirán con posterioridad a esa fecha, aún cuando se reduzca el número de
beneficios de pensiones de viudez y/u orfandad.

CAPÍTULO IV
DISPOSICIONES GENERALES RELATIVAS A LAS PRESTACIONES
ARTÍCULO 53
La prestación de servicios remunerados para uno o más empleadores dentro de un mes calenda-
rio, cualquiera que sea su duración se considerará como un periodo mensual de aportación. Doce
periodos mensuales de aportación, aun cuando no fueren consecutivos, hacen un año completo
de aportación.

ARTÍCULO 54
Para acreditar los periodos de aportación de conformidad con el artículo 70 del Decreto Ley
Nº 19990, la Oficina de Normalización Previsional tendrá en cuenta lo siguiente:

242
Sistema Nacional de Pensiones

a) Para los periodos de aportaciones devengados hasta el mes de marzo de 2007: Los periodos
de aportación se acreditarán con el Sistema de la Cuenta Individual de la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria (Sunat), por periodos comprendidos a partir de julio de
1999, mientras que los periodos anteriores, se acreditarán con los libros de planillas de pago
de remuneraciones de los empleadores, llevados de conformidad con las disposiciones legales
aplicables, declarados por el asegurado al inicio del trámite de pensión. De no contarse con
los mencionados libros o de contarse solo con parte de ellos, se considerará, supletoriamen-
te, además de la inscripción del asegurado en ORCINEA, Sistema de Cuenta Individual de
Empleadores y Asegurados (SCIEA), Sistema de Cuenta Individual de la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria (Sunat) o registros complementarios que establezca la
ONP, por el empleador declarado; cualquiera de los siguientes documentos:
Las boletas de pago de remuneraciones, debidamente firmadas y/o selladas por el empleador;
Liquidación de Beneficios Sociales, debidamente firmada y/o sellada por el empleador;
Declaración Jurada del Empleador, solo para el caso de persona jurídica o sucesión indivisa,
suscrita por el Representante Legal, condición que se acreditará con la copia literal de la
correspondiente ficha emitida por Registros Públicos, en la que se señale que existió la corres-
pondiente retención al Sistema Nacional de Pensiones a favor del asegurado;
Informes de verificación de aportaciones emitidos por la ONP dentro del proceso otorgamiento
de pensión;
Declaración Jurada del asegurado, de acuerdo con las condiciones previstas en el Decreto
Supremo Nº 082-2001-EF;
Documentos probatorios de aportaciones emitidos por el ex - IPSS o ESSALUD.
Para el caso de las planillas de pago de empresas que ya no estén operando y las cuales no
se encuentren en custodia de persona o entidades, que por norma expresa estén autorizados a
custodiar dichos documentos, la ONP no se encontrará obligada a tener por cierto lo que en
dichos documentos se exprese.
b) Para los periodos de aportaciones devengados a partir del mes de abril de 2007: La información
obtenida del Sistema de Cuenta Individual de la Superintendencia Nacional de Administración
Tributaria (Sunat) o registros complementarios que establezca la ONP. Solo se considerarán
aquellos periodos con aportes efectivos al SNP, es decir, que hayan sido cancelados en su
totalidad.
Toda la documentación supletoria a que se hace referencia en el párrafo a) del presente artículo,
deberá ser presentada en original ante la ONP.
Si efectuada la verificación posterior se comprobara que los documentos presentados por el
asegurado y/o su representante son falsos, adulterados o contienen datos inexactos, serán
responsables de ello penal y administrativamente, el propio solicitante y/o quien corresponda,
según sea el caso.
Asimismo, y en función a la aplicación del Principio de Privilegio de Controles Posteriores,
lo establecido precedentemente, resulta aplicable sin perjuicio de las restantes acciones que la
Administración pudiera implementar y/o derivar de lo establecido en el artículo 32 de la Ley
Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.
En todos los casos que la ONP compruebe que existen indicios razonables de falsedad,
adulteración y/o irregularidad en la documentación y/o información a través de la cual se ha

243
César Abanto Revilla

reconocido derechos pensionarios, esta queda facultada para suspender los efectos de los actos
administrativos que los sustentan.
Artículo derogado por la única disposición derogatoria del Decreto Supremo Nº 92-2012-EF,
publicado el 16/06/2012.

ARTÍCULO 55
A petición del asegurado o de sus derecho-habientes, Seguro Social del Perú, devolverá, sin intereses,
las aportaciones a que se refiere la segunda parte del artículo 71 del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 56
Se considerarán como periodos de aportación al Sistema Nacional de Pensiones los de prestación de
servicios con anterioridad al 1 de mayo de 1973 que generaron la obligación de pagar aportaciones
por riesgos diferidos a la ex-Caja Nacional de Seguro Social y a la ex-Caja de Pensiones del Seguro
Social del Empleado, aun cuando no se hubiere efectuado el pago de las mismas.

ARTÍCULO 57
Los periodos de aportación no perderán su validez, excepto los casos de caducidad de las aportacio-
nes, declaradas por resoluciones consentidas o ejecutoriadas de fecha anterior al 1 de mayo de 1973.

ARTÍCULO 58
Los periodos de paro forzoso se acreditarán necesariamente con resolución consentida o ejecutoriada
de la Autoridad Administrativa de Trabajo, expedida en el procedimiento a que se refiere el artículo
5 del Decreto Ley Nº 18471; o con las resoluciones ministeriales o de nivel más elevado señalando
los periodos de inactividad forzosa cuando el trabajo es permanente pero discontinuo; o disponiendo
otro tipo de paralización.

ARTÍCULO 59
A efectos del artículo 77 del Decreto Ley Nº 19990, no se considerarán excesivos los incrementos,
producidos por cualquier concepto, en los 60 meses consecutivos anteriores a la fecha de ocurrida
la contingencia, cuando la suma de los mismos no supere, en más de un 50 por ciento, la de los
incrementos obtenidos en el país por negociaciones colectivas en los últimos cinco años calendarios
anteriores a dicha fecha. A tal fin, la Oficina de Remuneraciones del Ministerio de Trabajo, elaborará
en enero de cada año, la tabla de aumentos máximos de remuneraciones representativas en cada
sector de actividad económica obtenidos mediante negociación colectiva.
Para establecer el monto total de los incrementos según la indicada tabla, se aplicará el aumento
del quinto año calendario anterior a aquel en que se produjo la contingencia, incrementado en un
50 por ciento, a la remuneración o ingreso promedio mensual de los 12 meses de aportación inme-
diatamente anteriores a los referidos 60 meses. A la cantidad así obtenida se adicionará el aumento
del año siguiente, más un 50 por ciento, y así sucesivamente hasta llegar al año calendario anterior
a aquel en que se produjo la contingencia.
Si los incrementos excedieran del monto resultante según el párrafo anterior y no provinieran de
servicios prestados en el Sector Público Nacional, deberá determinarse si han tenido por finalidad
aumentar indebidamente el monto de las prestaciones. A tal efecto, se considerará que los incremen-
tos de los sesenta meses consecutivos anteriores a la fecha de producida la contingencia han sido
excesivos y tendientes a aumentar indebidamente el monto de las prestaciones, si la remuneración o

244
Sistema Nacional de Pensiones

ingreso de referencia resultante no corresponde al cargo o a la función ejercida, o a cargos o funciones


similares en la empresa, o si dichos incrementos provienen de cambios de cargo o promociones que
el Seguro Social del Perú no encuentre debidamente justificados.
En estos casos, la remuneración o ingreso de referencia se calculará en la forma prevista en los dos
primeros párrafos del presente artículo.

ARTÍCULO 60
La suma total que el Sistema Nacional de Pensiones destine al reajuste de las pensiones será equi-
valente a la cantidad que resulte de aplicar las cifras oficiales sobre el porcentaje de elevación de
los precios al consumidor en el periodo comprendido desde el último reajuste, a la suma que haya
abonado Seguro Social del Perú por concepto de pensiones del Sistema, correspondientes al mes
inmediato anterior a aquel en que se otorgue el nuevo reajuste.
El porcentaje de elevación de los precios será el correspondiente a la zona urbana de Lima.

ARTÍCULO 61
La suma total que se obtenga según el artículo precedente, será distribuida en la siguiente forma: un
25% en partes iguales entre el número de pensiones a reajustarse teniendo presente la proporciona-
lidad legal entre los distintos tipos de pensiones; y el 75% en forma directamente proporcional al
monto de cada pensión.

ARTÍCULO 62
Solo se reajustarán las pensiones otorgadas con fecha anterior al reajuste precedente.

ARTÍCULO 63
El reajuste de las pensiones no implicará el reajuste de las bonificaciones establecidas en el artículo
30 y en la décimo cuarta disposición transitoria del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 64
El informe actuarial dispuesto por el artículo 79 del Decreto Ley Nº 19990 deberá especificar la
suma total destinada al reajuste y analizar su efecto en el equilibrio financiero del Sistema Nacional
de Pensiones.

ARTÍCULO 65
El Seguro Social del Perú no está obligado a otorgar prestaciones del Sistema Nacional de Pensiones
a personas no comprendidas en el mismo ni a sus familiares, aun cuando aquellas hubieren estado
inscritas y/o se hubiere pagado aportaciones. En este caso, se anulará la inscripción y/o se efectuará
la devolución del íntegro de las aportaciones sin intereses.
Si se hubieran otorgado prestaciones, quienes las percibieron devolverán el importe de las mismas,
con descuento de las aportaciones que se hubieren abonado.

ARTÍCULO 66
La entrega y el pago de las órdenes de pago de las pensiones de cargo del Instituto Peruano
de Seguridad Social se efectuará en el tiempo, modo y forma que esta institución determine.

245
César Abanto Revilla

Solo los beneficiarios o sus representantes legales podrán hacer efectivas dichas órdenes
de pago.
Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 007-84-PCM publicado el 09/02/1984.

ARTÍCULO 67
Las órdenes de pago de pensiones del Instituto Peruano de Seguridad Social se harán efectivas en
sus propias oficinas, en las del Banco de la Nación o en las de las demás entidades del Sistema
Bancario.
Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 007-84-PCM publicado el 09/02/1984.

ARTÍCULO 68
Las órdenes de pago correspondientes a las prestaciones económicas diferidas podrán recibirse y
cobrarse mediante apoderado solo en casos de ausencia del país o incapacidad temporal del benefi-
ciario, debidamente acreditadas.
Si el monto mensual de la pensión fuere de diez mil soles o más, se requerirá poder por escritura
pública.
Si dicho monto fuera inferior a la suma indicada, se podrá nombrar apoderado para cada oportunidad
de entrega de las órdenes de pago, mediante carta poder con firma legalizada por Notario Público o
donde no lo hubiere por Juez de Paz.

ARTÍCULO 69
Si el pensionista cambiare de lugar de residencia deberá comunicar este hecho a Seguro Social del
Perú dentro de los 30 días de producido.

ARTÍCULO 70
El Seguro Social del Perú señalará los documentos que deberán ser presentados con las solicitudes
de prestaciones. Si la documentación estuviera incompleta la Sección u Oficina Regional corres-
pondientes indicarán por escrito al asegurado los documentos que faltan.
Las solicitudes y los recursos en el procedimiento para el otorgamiento de prestaciones no requerirán
de firma de abogado.

ARTÍCULO 71
El asegurado podrá iniciar el trámite para el otorgamiento de la pensión de jubilación, desde seis
meses antes de la fecha en que desee jubilarse, siempre que a esta última fecha reúna las condiciones
necesarias para obtener este derecho.
Artículo derogado por el artículo 2 de la Ley Nº 27562 publicada el 25/11/2001.

ARTÍCULO 72
El término de tres años a que se refiere el artículo 82 del Decreto Ley Nº 19990 se contará
a partir del primer día del mes siguiente a aquel en que debió ser cobrada la prestación
correspondiente.

246
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 73
La supervivencia del beneficiario que no cobra personalmente su pensión, se acreditará semestral-
mente con un certificado domiciliario extendido por la autoridad correspondiente.
Si el pensionista se encontrare en el extranjero, acreditará semestralmente su supervivencia mediante
certificado expedido por el cónsul del lugar de su residencia o tránsito.

ARTÍCULO 74
El Seguro Social del Perú otorgará pensiones provisionales. A tal fin, bastará acreditar los requisitos
mínimos de aportación, así como la edad y el vínculo familiar si fuere el caso; debiendo liquidarse
la pensión provisional en base a los periodos de aportación acreditados y a los incrementos a que
hubiere lugar.
Si se tratase de un asegurado o sobreviviente inválido que se encontrare en la situación
prevista en los artículos 30, 55 y segundo párrafo del artículo 57 del Decreto Ley Nº 19990,
se le otorgará, conjuntamente con la pensión provisional, la bonificación señalada por el
referido artículo 30.
El trámite para la pensión definitiva continuará de oficio, sin mediar interrupción, se otorgue o no la
pensión provisional, debiendo expedirse la resolución correspondiente dentro de un término máximo
de un año contado a partir del otorgamiento de la pensión provisional.
Artículo derogado por el artículo 5 de la Ley Nº 27585 publicada el 12/12/2001.

ARTÍCULO 75
El otorgamiento de las prestaciones del Sistema Nacional de Pensiones se efectuará teniendo en cuenta
los datos consignados en la correspondiente cédula de inscripción. Y en su caso, en las partidas de
matrimonio y de nacimiento del cónyuge y los hijos.

ARTÍCULO 76
El Seguro Social del Perú no considerará las fracciones de sol a efectos de los pagos correspondientes
a las prestaciones que otorgue.

ARTÍCULO 77
Podrá interponerse recurso de revisión, contra las resoluciones consentidas o ejecutoriadas relativas
al otorgamiento de prestaciones, siempre que se sustente en nuevas pruebas no presentadas en su
oportunidad; sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 57 del presente Reglamento.
El indicado recurso de revisión solo podrá ser interpuesto una vez, y será resuelto en instancia única
por la autoridad que conoce en última instancia.
Artículo derogado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 129-97-EF publicado el 25/10/1997.

ARTÍCULO 78
No se admitirá ningún recurso contra las resoluciones acordando o denegando pensiones provi-
sionales o aquellas que hubieren quedado consentidas o ejecutoriadas con anterioridad al 1 de
mayo de 1973.

247
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 79
Los asegurados y sus empleadores o empresas son responsables de los perjuicios que ocasionen al
Seguro Social del Perú por proporcionar informaciones o documentos nulos o falsos, o por omitir o
falsear datos que puedan influir sobre el derecho o las prestaciones y/o su cuantía, igual responsa-
bilidad tienen en su caso, los derecho-habientes de los asegurados.
El Seguro Social del Perú está obligado a formular la denuncia penal correspondiente.

CAPÍTULO V
DE LAS PRESTACIONES DE SALUD PARA PENSIONISTAS
ARTÍCULO 80
Las prestaciones de salud a que se refiere el artículo 85 del Decreto Ley Nº 19990 serán otorgadas
por los servicios propios de Seguro Social del Perú o por aquellos con los que tengan contrato.

ARTÍCULO 81
La renuncia al derecho de gozar de prestaciones de salud contemplada en el artículo 87 del Decreto
Ley Nº 19990 solo será revocada si el pensionista estableciese su residencia en una zona en la cual
fuere factible el otorgamiento de prestaciones asistenciales directas, o si estas fueren extendidas
a la zona donde resida. En estos casos, el descuento de la aportación se efectuará de oficio, y el
otorgamiento de las prestaciones estará sujeto a los requisitos establecidos por el correspondiente
sistema de prestaciones de salud.
A los efectos de la primera parte del presente artículo, se considera que el pensionista establece su
residencia en un lugar si reside en el mismo cuando menos noventa días, lo que deberá acreditar con
la respectiva constancia domiciliaria.

TÍTULO IV
DE LAS DISPOSICIONES TRANSITORIAS DEL D.L. 19990
ARTÍCULO 82
A efectos de la aplicación de la Segunda y Cuarta Disposiciones Transitorias del Decreto Ley
Nº 19990, regirán las siguientes normas:
a) Las condiciones para el otorgamiento de las prestaciones, la determinación de la remu-
neración que servirá de base para fijar el monto de la prestación y la forma de calcular la
misma, serán las que establecieron las disposiciones vigentes al momento de producirse la
contingencia;
b) Las condiciones para la suspensión, caducidad y reanudación del pago de las prestaciones, así
como para la transferencia del pensionista de invalidez a jubilación son las establecidas por el
Decreto Ley Nº 19990, salvo que por aplicación de la Ley vigente al momento de producirse
la contingencia, el beneficio fuera mayor; y
c) La determinación de la remuneración de referencia y el cálculo para fijar el monto de la pensión
cuyo pago ha sido reanudado estarán referidas a la Ley vigente a la fecha de la contingencia,
salvo que hubieren nuevos periodos de aportación con posterioridad al 1 de mayo de 1973, en
cuyo caso se aplicarán las disposiciones del Decreto Ley Nº 19990.

248
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 83
A quien optase por acogerse al régimen, del Decreto Ley Nº 17262 de conformidad con la Décimo
Primera Disposición Transitoria del Decreto Ley Nº 19990, la pensión le será computada sobre la
base del número de años de servicios que tuviere a la fecha de presentación de la solicitud de opción,
ya decida cesar o continuar en el trabajo.

ARTÍCULO 84
La suspensión y, en su caso, la reducción previstas en la Décimo Segunda Disposición Transitoria
del Decreto Ley Nº 19990 se aplicarán únicamente a la pensión a cargo de Seguro Social del Perú.

ARTÍCULO 85
La suma de la pensión y la bonificación complementaria establecidas por la Décimo Cuarta Disposi-
ción Transitoria del Decreto Ley Nº 19990 no podrá exceder del 100% de remuneración de referencia
ni del monto máximo a que se refiere el artículo 78 del referido Decreto Ley. No se tomará en cuenta
esta bonificación para el cálculo de las pensiones de sobrevivientes.
La indicada bonificación solo se aplicará a la remuneración percibida del empleador o empresa que
se hubiere hallado afecto al régimen del Decreto Ley Nº 17262.

ARTÍCULO 86
El término para efectuar la opción prevista en la Décimo Sexta Disposición Transitoria del Decreto
Ley Nº 19990 se extenderá hasta treinta días útiles posteriores a la publicación del presente Regla-
mento, de conformidad con lo dispuesto en el Decreto Ley Nº 20015.
Si antes de haberse vencido el término para ejercitar la opción señalada en dicha Disposición Tran-
sitoria el asegurado hubiere fallecido, la misma podrá ser efectuada por sus derecho-habientes a los
representantes legales de estos.

ARTÍCULO 87
Los plazos a que se refiere la Décimo Sétima Disposición Transitoria, no serán mayores de tres años,
fijados por quien debe efectuar el reintegro y se contarán a partir de la fecha de la opción del asegurado.

ARTÍCULO 88
El término fijado en el artículo 15 del Decreto Ley Nº 20492 se calculará a partir de la fecha de
publicación del presente Reglamento.
OTRAS DISPOSICIONES
ARTÍCULO 89
Los asegurados a que se refiere la segunda parte de la Décimo Segunda Disposición Transitoria del
Decreto Ley Nº 19990 están obligados a presentar a Seguro Social del Perú, dentro de los 30 días
de publicado el presente Reglamento, constancia de la fecha de ingreso y remuneración actual; y a
comunicar, dentro de los 30 días de producida, cualquier variación de sus remuneraciones asegurables.

ARTÍCULO 90
Para el primer reajuste de las pensiones se tomará en cuenta la variación del costo de vida desde
enero de 1973.

249
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 91
En los casos en que se hubiere venido pagando pensiones con mayor adelanto que el señalado en la
segunda parte del artículo 66 del presente Reglamento, las fechas de los pagos mensuales sucesivos
se reajustarán progresivamente, de modo tal que el pago de la pensión correspondiente a enero de
1975 se efectúe en la oportunidad prevista en el indicado artículo.

ARTÍCULO 92
Los asegurados obligatorios de las ex-Cajas de Pensiones de los Seguros Sociales y de Seguro Social
del Perú que cesaron con anterioridad a la fecha de la publicación del presente Reglamento, podrán
acogerse a la continuación facultativa a que se refieren los artículos 14 a 17 del mismo, siempre
que al momento de su cese hubieran tenido por lo menos dieciocho meses calendario de aportación.
Esta facultad podrá ejercerse dentro de los seis meses de publicado el presente Reglamento.

ARTÍCULO 93
Si no coincidiesen los datos consignados en la cédula de inscripción del asegurado, relativos a su
identidad, con los que aparecen en el documento público que presenta, al solicitar una prestación, el
asegurado hará una declaración jurada ante Seguro Social del Perú ratificada por dos testigos bajo
responsabilidad, de que se trate de la misma persona. Las órdenes de pago serán expedidas con los
datos que figuren en el documento que se presente.
Si no hubiera coincidencia en los datos relativos a la edad se tendrá en cuenta la que figure en el
documento público presentado.

03 MODIFICAN EL GOCE DE PENSIONES DE JUBILACIÓN QUE


ADMINISTRAELINSTITUTO PERUANO DE SEGURIDAD SOCIAL- IPSS.
(19/12/1992)

DECRETO LEY Nº 25967


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional;
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
Ha dado el Decreto Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Ningún asegurado de los distintos regímenes pensionarios que administra el Instituto Peruano de
Seguridad Social podrá obtener el goce de pensión de jubilación si no acredita haber efectuado
aportaciones por un periodo no menor de veinte años completos, sin perjuicio de los otros requisitos
establecidos en la Ley.
El monto de la pensión que se otorgue a los asegurados que acrediten haber aportado veinte años
completos será equivalente al cincuenta por ciento (50%) de su remuneración de referencia.

250
Sistema Nacional de Pensiones

Dicho monto se incrementará en cuatro por ciento (4%) de la remuneración de referencia, por cada
año adicional completo de aportación hasta alcanzar como límite el cien por ciento (100%) de la
remuneración de referencia.

ARTÍCULO 2
La remuneración de referencia a los efectos del Sistema Nacional de Pensiones, se calculará única-
mente, de la siguiente manera:
a) Para los asegurados que hubieran aportado durante treinta o más años completos, es igual al
promedio mensual que resulte de dividir entre treinta y seis, el total de las remuneraciones
asegurables, percibidas por el asegurado en los últimos treinta y seis meses consecutivos in-
mediatamente anteriores al último mes de aportación.
b) Para los asegurados que hubieran aportado durante veinticinco años completos y menos de
treinta, es igual al promedio mensual que resulte de dividir entre cuarenta y ocho, el total de
las remuneraciones asegurables, percibidas por el asegurado en los últimos cuarenta y ocho
meses consecutivos inmediatamente anteriores al último mes de aportación.
c) Para los asegurados que hubieran aportado durante veinte años completos de aportación y
menos de veinticinco, es igual al promedio mensual que resulte de dividir entre sesenta, el
total de remuneraciones asegurables, percibidas por el asegurado en los últimos sesenta meses
consecutivos inmediatamente anteriores al último mes de aportación.
Si cualquiera de los casos mencionados en los incisos precedentes, durante los meses especificados,
no se hubiese aportado por falta de prestación de servicios, en razón de accidente, enfermedad ma-
ternidad, licencia con goce de haber o paro forzoso, se sustituirán dichos periodos por igual número
de meses consecutivos inmediatamente anteriores aportados.

ARTÍCULO 3
La pensión máxima mensual que abonará el Instituto Peruano de Seguridad Social, por cualquiera
de los regímenes pensionarios que administra, no podrá ser mayor de seiscientos y 00/100 nuevos
soles (S/. 600.00). Esta pensión máxima mensual podrá ser modificada por decreto supremo, con
voto aprobatorio del Consejo de Ministros, a propuesta del Consejo Directivo del Instituto Peruano
de Seguridad Social.

ARTÍCULO 4
Los reajustes de las pensiones a cargo del Instituto Peruano de Seguridad Social se efectuarán por
decreto supremo, con voto aprobatorio del Consejo de Ministros, a propuesta del Consejo Directivo
del Instituto Peruano de Seguridad Social, teniendo en cuenta la disponibilidad de los recursos
aportados por los asegurados activos y los años de aportación del pensionista.

ARTÍCULO 5
Interprétase las normas anteriores a la presente disposición sobre reajuste de pensiones, en el sentido
de que mientras han estado vigentes, y hasta la fecha de vigencia del presente Decreto Ley, tales
reajustes se efectúan dentro de las posibilidades financieras del Instituto Peruano de Seguridad Social
y en función de las aportaciones que real y efectivamente percibió. Asimismo, en todo cálculo que
se efectúe para determinar el cumplimiento de tales reajustes, deberá tomarse en consideración los
incrementos otorgados por ese instituto cualquiera fuera su forma o denominación.

251
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 6
El Consejo Directivo del Instituto Peruano de Seguridad Social está facultado para aprobar los
montos mínimos de aportación.

ARTÍCULO 7
Créase la Oficina de Normalización Previsional, ONP, la que a partir del 1 de junio de 1994 asumirá
la función de administrar el Sistema Nacional de Pensiones y el Fondo de Pensiones a que se refiere
el Decreto Ley Nº 19990.
Toda referencia al IPSS en relación con el régimen del Sistema Nacional de Pensiones deberá en-
tenderse como referida a la ONP, incluyendo lo relativo a las facultades de cobranza coactiva que
le corresponden de acuerdo a ley.
La ONP tendrá a su cargo la administración de los pagos de las pensiones de otros regímenes admi-
nistrados por el Estado, los cuales deben ser señalados expresamente mediante Resolución Suprema
refrendada por el Ministro de Economía y Finanzas.
La ONP se encargará del cálculo, emisión, verificación y entrega de los Bonos de Reconocimiento
a que hace referencia el artículo 9 del Decreto Ley Nº 25897.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 26323 publicada el 02/06/1994.

ARTÍCULO 8
Mediante decreto supremo se aprobará la transferencia que las entidades respectivas deben efectuar
a la ONP, en cuanto a personal, activos y sistemas necesarios para su funcionamiento.

ARTÍCULO 9
A partir del primero de enero de 1993 quedan derogados los artículos de la Ley Nº 24786 que se
refieren a la administración del Sistema Nacional de Pensiones. El IPSS debe formular un Proyecto
de Nueva Ley General en un plazo máximo de 120 días, contados a partir de la vigencia del presente
Decreto Ley.

ARTÍCULO 10
No es procedente ninguna acción de amparo dirigida a impugnar, directa o indirectamente, los efectos
de la aplicación del presente Decreto Ley.
Artículo declarado inconstitucional por la Sentencia del Tribunal Constitucional del Exp. Nº 007-
96-I/TC, publicada el 26/04/1997.

ARTÍCULO 11
Deróganse o déjanse en suspenso las disposiciones que se opongan al presente Decreto Ley.

ARTÍCULO 12
El presente Decreto Ley entrará en vigencia el día de su publicación en el diario oficial El
Peruano.

252
Sistema Nacional de Pensiones

DISPOSICIÓN TRANSITORIA
ÚNICA
Las solicitudes en trámite a la fecha de vigencia del presente Decreto Ley, se ceñirán a las normas
que este prescribe.
Disposición derogada por el artículo 4 de la Ley Nº 27561 publicada el 25/11/2001.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los siete días del mes de diciembre de mil novecientos
noventidós.
ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI
Presidente Constitucional de la República

04 MODIFICAN EL RÉGIMEN DE PRESTACIONES DE SALUD , EL


SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES, EL SISTEMA PRIVADO DE
FONDOS DE PENSIONES Y LA ESTRUCTURA DE CONTRIBUCIONES AL
FONDO NACIONAL DE VIVIENDA (FONAVI) (18/07/1995)

LEY Nº 26504
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso Constituyente Democrático
Ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO CONSTITUYENTE DEMOCRATICO;
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Los pensionistas de jubilación, invalidez y sobrevivencia del SPP señalados en el Decreto Ley Nº
25897 se encuentran comprendidos como asegurados obligatorios del Régimen de Prestaciones de
Salud, establecido por el Decreto Ley Nº 22482, en las mismas condiciones respecto a la tasa de las
aportaciones y a las prestaciones de salud que corresponden a los pensionistas del SNP.
La AFP o empresa de seguros que pague la pensión actuará como agente retenedor, procediendo a
efectuar la retención y el pago de dicha aportación al Régimen de Prestaciones de Salud que corres-
ponda, salvo medie solicitud por escrito del asegurado a la cual deberá acompañar la documentación
que acredite fehacientemente que este se encuentra cubierto por algún programa o régimen de salud
privado.

ARTÍCULO 2
Las aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990 ascienden
al 11% de la remuneración asegurable y son íntegramente de cargo del asegurado.
Este porcentaje podrá ser incrementado mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de
Economía y Finanzas con la opinión técnica de la Oficina de Normalización Previsional.

253
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 3
Derógase el inciso a) del artículo 2 del Decreto Ley Nº 22591 y el inciso b) del artículo 1 de la Ley Nº
26233, eliminándose la contribución de los trabajadores dependientes al Fondo Nacional de Vivienda.
La alícuota de la contribución de cargo de los empleadores al Fondo Nacional de Vivienda a que se
refiere el inciso a) del artículo 1 de la Ley Nº 26233 será de 9%.

ARTÍCULO 4
La contribución al Régimen de Prestaciones de Salud a que se refiere el Decreto Ley Nº 22482
correspondiente a los trabajadores dependientes será íntegramente de cargo del empleador.

ARTÍCULO 5
La remuneración de los trabajadores asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones a
que se refiere el Decreto Ley Nº 19990 se incrementará en un 3,3%.
Según lo establecido en la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Legislativo
Nº 1153, publicada el 12/09/2013, se dejan sin efecto las disposiciones relativas a las remuneraciones,
bonificaciones, servicio de guardia y otros beneficios del personal de la salud.

ARTÍCULO 6
Inclúyase en el artículo 2 del Decreto Legislativo Nº 775, como inciso j), el siguiente texto:
“j) Los servicios que presten las Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones y
las empresas de seguros a los trabajadores afiliados al Sistema Privado de Administra-
ción de Fondos de Pensiones y a los beneficiarios de estos en el marco del Decreto Ley
Nº 25897”.
El saldo del Impuesto General a las Ventas a favor de las AFP a la fecha de publicación de la presente
Ley podrá ser compensado en forma automática con las obligaciones tributarias a su cargo respecto
de cualquier tributo que sea ingreso del Tesoro Público.

ARTÍCULO 7
Derógase el inciso c) del artículo 30 del Decreto Ley Nº 25897, eliminándose la contribución de
solidaridad del 1% que afecta a los trabajadores incorporados al Sistema Privado de Administración
de Fondos de Pensiones.

ARTÍCULO 8
Derógase los incisos a), b) y c) del artículo 8 del Decreto Ley Nº 25897. En el caso de los trabaja-
dores que hayan optado por el incremento de remuneraciones que contemplaba el citado inciso c),
dicho incremento quedará sin efecto a partir de la fecha de entrada en vigencia del presente artículo,
renaciendo la obligación de los empleadores de efectuar el pago de la compensación por tiempo de
servicios según las normas del Decreto Legislativo Nº 650.

ARTÍCULO 9
La edad de jubilación en el Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990
es de 65 años.

254
Sistema Nacional de Pensiones

Por Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas podrá fijarse edades de
jubilación inferiores a la señalada en el párrafo anterior para aquellos grupos de trabajadores que
realizan labores en condiciones particularmente penosas que implican un riesgo para la vida o la salud
proporcionalmente creciente a la edad de los trabajadores, siempre que cumplan con los requisitos
de aportación establecidos por la ley.
De la misma forma se podrá modificar los regímenes de jubilación anticipada, aunque hubieran
sido establecidos por ley y se podrá fijar para los trabajadores beneficiados con ellos porcentajes
de aportación mayores a los aplicables a los demás asegurados del Sistema Nacional de Pensiones.
Lo dispuesto en este artículo no será de aplicación para los trabajadores incorporados al Sistema
Nacional de Pensiones que, a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley, cuenten con la edad
y con los periodos de aportación necesarios para jubilar.

ARTÍCULO 10
Las Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones podrán establecer mecanismos destinados a
fomentar el ahorro voluntario, incluyendo planes de pensión de costo fijo y fondos de inversión con
distintos niveles de riesgo y rentabilidad esperados de acuerdo con el reglamento que se aprobara
mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas.

ARTÍCULO 11
Modifíquese el artículo 6 del Decreto Ley Nº 25987 por el texto siguiente:
“Artículo 6.- El trabajador puede elegir libremente la AFP a la cual desea afiliarse.
Asimismo, puede cambiar de AFP siempre que cuente con seis o más cotizaciones consecuti-
vas en la AFP de la cual desea trasladarse. Para tal efecto, el afiliado informará, a la AFP que
abandona, su voluntad de traspasarse en la forma que establezcan los reglamentos y abonará el
importe por concepto de gastos de traspaso que establezca la Superintendencia. Los requisitos
indicados no son de aplicación cuando el trabajador desea traspasarse de la AFP elegida por el
empleador.
El trabajador, al ingresar a laborar a un centro de trabajo, en un plazo improrrogable de diez
(10) días naturales, procederá a informar a su empleador si se encuentra incorporado al SNP o el
SPP, y, en este último caso, la AFP a la que se encuentra afiliado. Caso contrario, el empleador
lo afiliará a la AFP en la que tenga más trabajadores afiliados”.

ARTÍCULO 12
Modifícase el último párrafo del artículo 25 del Decreto Ley Nº 25897 con el siguiente texto:
“Mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas con la opinión
técnica de la Superintendencia se podrá variar los límites de inversión señalados en el presente
artículo”.

ARTÍCULO 13
Por Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas se establecerán los requi-
sitos y condiciones que permitan al Sistema Privado de Pensiones garantizar una pensión mínima
de jubilación a sus afiliados.

255
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 14
Mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas se establecerá los
mecanismos necesarios para garantizar el derecho de los trabajadores pertenecientes a regímenes pre-
visionales distintos al Sistema Nacional de Pensiones a incorporarse al Sistema Privado de Pensiones.

ARTÍCULO 15
Sin perjuicio de su condición laboral los socios trabajadores de las cooperativas, incluyendo los de
las cooperativas de trabajadores, son considerados como trabajadores dependientes para efectos
del Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº
25897, el Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990 y el Régimen de
Prestaciones de Salud a que se refiere el Decreto Ley Nº 22482.

ARTÍCULO 16
Los subsidios de carácter temporal que perciba el trabajador, cualquiera sea su naturaleza, se en-
cuentran afectos a los aportes al Sistema Privado de Pensiones - SPP.

ARTÍCULO 17
Otórgase fuerza de ley al Estatuto de la Oficina de Normalización Previsional - ONP, aprobado por
Decreto Supremo Nº 61-95-EF.
Mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas se dictarán las
Disposiciones necesarias para concluir la transferencia plena del Sistema Nacional de Pensiones a
la Oficina de Normalización Previsional - ONP y para mejorar su administración.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA
A partir del 1 de agosto de 1995 y hasta el 31 de diciembre de 1996, el porcentaje a que se refiere el
inciso a) del artículo 30 del Decreto Ley Nº 25897 será de 8%.

SEGUNDA
A partir del 1 de enero de 1997 las aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere
el Decreto Ley Nº 19990 no serán menores a 13% de la remuneración asegurable.

TERCERA
Los trabajadores que ingresen por primera vez a la actividad laboral, para prestar servicios personales
de modo subordinado a cambio de una remuneración deberán informar a su empleador si optan por
incorporarse al Sistema Nacional de Pensiones - SNP o al Sistema Privado de Pensiones - SPP dentro
del plazo previsto en el artículo 6 del Decreto Ley Nº 25897, debiendo el empleador, en defecto de
ello, proceder conforme a lo preceptuado en el dispositivo antes mencionado.

CUARTA
La Oficina de Normalización Previsional ONP, podrá iniciar o proseguir las acciones legales
correspondientes, apersonándose en su caso, a los procedimientos en que fuera parte el Instituto
Peruano de Seguridad Social respecto a los bienes y derechos del Sistema Nacional de Pensiones,

256
Sistema Nacional de Pensiones

en el estado en que se encuentren. Asimismo, podrá apersonarse a los procedimientos relacionados


con otros regímenes de pensiones bajo su administración, iniciando o prosiguiendo las acciones
judiciales que corresponda.
A solicitud de la Oficina de Normalización Previsional - ONP de conformidad con lo establecido
en el artículo 320 del Código Procesal Civil, el Poder Judicial podrá suspender por noventa días el
trámite de dichos procesos.

QUINTA
La presente ley entrará en vigencia el día siguiente a su publicación en el diario oficial, con excepción
de los artículos 2, 3, 4, 5 y 7, que entrarán en vigencia el 1 de agosto de 1995.

DISPOSICIÓN FINAL
Deróganse todas las normas que se opongan a la presente Ley.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los ocho días del mes de julio de mil novecientos noventa y cinco.
CARLOS TORRES Y TORRES LARA
Primer Vicepresidente encargado de la Presidencia del Congreso Constituyente Democrático

05 LEY QUE PRECISA LA APLICACIÓN DEL DECRETO LEY Nº 19990


PARA EL OTORGAMIENTO DE LAS PENSIONES DE JUBILACIÓN
(25/11/2001)

LEY Nº 27561
POR CUANTO:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

LEY QUE PRECISA LA APLICACIÓN DEL DECRETO LEY


PARA EL OTORGAMIENTO DE LAS PENSIONES DE JUBILACIÓN
ARTÍCULO 1
Plazo para expedición de pensión de jubilación
La Oficina de Normalización Previsional, de oficio, resuelve las solicitudes de pensión de jubilación
presentadas hasta el 19 de diciembre de 1992, en el plazo no mayor de 60 (sesenta) días, contados
a partir de la vigencia de la presente Ley, a las que aplica lo dispuesto en el Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 2
Revisión de oficio de pensiones de jubilación
La Oficina de Normalización Previsional revisa de oficio los expedientes de jubilación a los que
correspondía la aplicación del Decreto Ley Nº 19990 y se les aplicó la fórmula de cálculo establecida
en el Decreto Ley Nº 25967.

257
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 3
Inclusión de trabajadores en el procedimiento del Decreto Ley Nº 19990
Los trabajadores que al 18 de diciembre de 1992, hubieran cumplido con los requisitos establecidos
en el Decreto Ley Nº 19990, tienen derecho a que se les otorgue una pensión de jubilación calculada
de conformidad con las normas establecidas en el referido Decreto Ley.

ARTÍCULO 4
Derogatoria
Derógase la Disposición Transitoria Única del Decreto Ley Nº 25967 y todas las disposiciones que
se opongan a la presente Ley.

ARTÍCULO 5
Reglamentación
Encárgase al Poder Ejecutivo la reglamentación de la presente Ley, en el plazo de 10 (diez) días
contados a partir de su publicación.
Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los treinta y un días del mes de octubre de dos mil uno.
CARLOS FERRERO
Presidente del Congreso de la República

06 LEY DE SIMPLIFICACIÓNADMINISTRATIVADE LAS SOLICITUDES DE


PENSIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES, REGULADO POR
EL DECRETO LEY Nº 19990 (12/12/2001)

LEY Nº 27585
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República
ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

LEY DE SIMPLIFICACIÓN ADMINISTRATIVA DE LAS SOLICITUDES


DE PENSIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES, REGULADO
POR EL DECRETO LEY Nº 19990
ARTÍCULO 1
Objeto de la ley
La entidad encargada de declarar y otorgar el derecho pensionario en el Régimen del Decreto Ley
Nº 19990, que dentro de los 90 (noventa) días calendario contados a partir de la presentación de la

258
Sistema Nacional de Pensiones

solicitud no se ha pronunciado reconociendo o rechazando la solicitud, está obligada a otorgar una


pensión provisional, la misma que será equivalente al monto mínimo de pensión establecido para
cada prestación, tales como invalidez, jubilación y sobrevivientes.

ARTÍCULO 2
De la solicitud con carácter de declaración jurada
El contenido de la solicitud de pensión tiene el carácter de Declaración Jurada, que en caso de fal-
sedad determina responsabilidad civil y penal del solicitante.

ARTÍCULO 3
De la verificación por parte de la administración
La administración debe verificar que en la solicitud se acredite que se ha cumplido con los requisitos
que señala la Ley para acceder a la pensión, con cargo a una posterior verificación.

ARTÍCULO 4
De la reglamentación
Encárgase al Poder Ejecutivo la reglamentación de la presente Ley en el plazo de 30 (treinta) días
calendario a partir de su publicación.

ARTÍCULO 5
De la derogatoria
Déjase sin efecto el artículo 74 del Decreto Supremo Nº 011-74-TR Reglamento del Decreto Ley
Nº 19990, y todas las disposiciones que se opongan a la presente Ley.

ARTÍCULO 6
De la vigencia
La presente Ley entrará en vigencia a partir del 1 de abril de 2002.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA
ÚNICA
De la adecuación de los expedientes en trámite
Los expedientes en trámite presentados a la Oficina de Normalización Previsional - ONP se adecuarán
a lo dispuesto en la presente Ley.
Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los veintinueve días del mes de noviembre de dos mil uno.
CARLOS FERRERO
Presidente del Congreso de la República

259
César Abanto Revilla

07 ESTABLECEN DISPOSICIONES PARA LA DETERMINACIÓN DEL


MONTO DE PENSIONES DE JUBILACIÓN EN EL SISTEMA NACIONAL
DE PENSIONES (13/06/2002)

DECRETO SUPREMO Nº 099-2002-EF


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO:
Que, mediante Ley Nº 27617 se estableció que por Decreto Supremo expedido con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros, se podrán modificar los criterios para determinar la remune-
ración de referencia, así como los porcentajes aplicables para la determinación del monto de la pen-
sión de jubilación en el Sistema Nacional de Pensiones;
Que, asimismo, en la indicada Ley se dispuso que las modificaciones a que se refiere el párra-
fo precedente deberán contar con informe previo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el
cual deberá contener además, el cálculo y proyección de reajustes periódicos de la pensión mínima
en el Sistema Nacional de Pensiones, con arreglo a las previsiones presupuestarias y a las posibili-
dades de la economía nacional;
Que, mediante Ley Nº 27655 se precisó el monto de la pensión mínima en el Régimen del
Decreto Ley Nº 19990 y por Decreto Supremo Nº 028-2002-EF se aprobó, en vía reglamentaria, la
escala de pensión proporcional en función a los años de aportación para efecto de la aplicación de
la pensión mínima mensual;
Que, mediante Informe Nº 271-2002-EF/65.01 del 7 de junio de 2002, hecho por el Ministe-
rio de Economía y Finanzas (MEF) con sujeción a lo prescrito en el numeral 1.2 del artículo 1 de
la Ley Nº 27617, se recomienda la modificación de los criterios aplicables para la determinación
del monto de la pensión de jubilación, sin modificar el requisito de periodo de aporte para acceder
a una prestación;
Estando de acuerdo con la recomendación contenida en el Informe referido en el consi-
derando precedente, en uso de las facultades conferidas por el numeral 8 del artículo 118 de la
Constitución Política del Perú y por el Decreto Legislativo Nº 560, Ley Orgánica del Poder Eje-
cutivo; y,
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Monto de la Pensión
Conforme a lo establecido en el artículo 6 del Decreto Supremo Nº 028-2002-EF, la pensión mínima
mensual que abona la Oficina de Normalización Previsional a los pensionistas de derecho propio
del Sistema Nacional de Pensiones con veinte (20) años o más de aportación es de S/. 415,00 (cua-
trocientos quince nuevos soles).
El monto de la pensión de los asegurados que a la fecha de entrada en vigencia de la Ley Nº
27617, independientemente de la fecha en que se afilien al Sistema Nacional de Pensiones, con-

260
Sistema Nacional de Pensiones

taban con las edades señaladas a continuación y que al momento de adquirir su derecho hayan
cumplido sesenticinco (65) años de edad de conformidad con lo establecido en la Ley Nº 26504,
y veinte (20) años completos de aportación al Sistema Nacional de Pensiones de conformidad
con el Decreto Ley Nº 25967, será equivalente al porcentaje de su remuneración de referencia,
según el detalle siguiente:
Rango de edad % por los primeros 20 años
Hasta 29 años 30%
De 30 a 39 años 35%
De 40 a 49 años 40%
De 50 a 54 años 45%
Dichos montos se incrementarán en dos por ciento (2%) de la remuneración de referencia, por cada
año completo de aportación que exceda a los veinte (20) años, hasta alcanzar como límite el cien
por ciento (100%) de la remuneración de referencia.
Tratándose de asegurados que soliciten pensión de jubilación al amparo de lo establecido en el
artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990, normas modificatorias y complementarias, el monto de la
pensión se reducirá en cuatro por ciento (4%) por cada año de adelanto respecto de los sesenticinco
(65) años de edad.

ARTÍCULO 2
Remuneración de referencia
La remuneración de referencia para los asegurados facultativos y obligatorios a los que se refieren
los incisos a) y b), respectivamente, del artículo 4 del Decreto Ley Nº 19990, es igual al promedio
mensual que resulte de dividir entre sesenta (60), el total de remuneraciones o ingresos asegurables,
percibidos por el asegurado durante los últimos sesenta (60) meses consecutivos inmediatamente
anteriores al último mes de aportación.
En caso de que durante los meses especificados no se hubiere aportado por falta de prestación de
servicios, en razón de accidente, enfermedad, maternidad, licencia con goce de haber o paro forzoso,
los referidos periodos serán sustituidos por igual número de meses consecutivos inmediatamente
anteriores.

ARTÍCULO 3
Incremento por cónyuge e hijos
En caso de que el beneficiario de una pensión de jubilación tuviera cónyuge a su cargo y/o hijos en
edad de percibir pensión de orfandad al momento de producirse la contingencia a que se refiere el
artículo 80 del Decreto Ley Nº 19990, la pensión se incrementará en la forma y criterios establecidos
en el citado Decreto Ley.

ARTÍCULO 4
Pensión máxima
La suma total que por concepto de pensión de jubilación se otorgue, incluidos los incrementos
a que se refiere el artículo precedente y la bonificación por edad avanzada que otorga la Ley
Nº 26769, no podrá exceder del monto máximo de pensión vigente a esa fecha.

261
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 5
Aplicación
Lo dispuesto en los artículos precedentes será de aplicación para la población afiliada al Sistema
Nacional de Pensiones que haya nacido con posterioridad al 1 de enero de 1947. Consecuen-
temente, los derechos legalmente obtenidos antes de la fecha de vigencia del presente Decreto
Supremo, serán otorgados con arreglo a las leyes que estuvieron vigentes en el momento en que
se adquirió el derecho.

ARTÍCULO 6
Requisitos para modificación de criterios
La modificación de los criterios para determinar la remuneración de referencia, así como de los
porcentajes que constituyen la tasa de reemplazo aplicable para la determinación del monto de
la pensión de jubilación en el Sistema Nacional de Pensiones establecidos en el presente Decreto
Supremo, requerirá necesariamente del Informe previo emitido por el Ministerio de Economía y
Finanzas, el cual deberá incluir el cálculo actuarial que para tal efecto elaborará la Oficina de Nor-
malización Previsional.
Adicionalmente, cuando la modificación implique un incremento en la tasa de reemplazo y/o una
reducción del periodo para el cálculo de la remuneración de referencia, se requerirá que el informe
del Ministerio de Economía y Finanzas demuestre una reducción del valor de los compromisos de
pago de pensiones netos de aportes, o que las posibilidades de la economía nacional evidencien
en todos los períodos las coberturas presupuestales que garanticen cualquier incremento en las
prestaciones

ARTÍCULO 7
Efectos y normas complementarias
Déjanse sin efecto las disposiciones legales que se opongan a lo establecido en el presente Decreto
Supremo.
La Oficina de Normalización Previsional (ONP), dictará las disposiciones administrativas que sean
necesarias para la aplicación del presente Decreto Supremo.

ARTÍCULO 8
Refrendo
El presente Decreto Supremo es refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros y por el
Ministro de Economía y Finanzas.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los doce días del mes de junio del año dos mil dos.
ALEJANDRO TOLEDO
Presidente Constitucional de la República

262
Sistema Nacional de Pensiones

08 DISPONE INCREMENTO DE PENSIONES MÍNIMAS COMPRENDIDAS


EN EL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES A QUE SE REFIERE EL
D. L. Nº 19990 (03/01/2002)

RESOLUCIÓN JEFATURAL Nº 001-2002-JEFATURA/ONP

Lima, 2 de enero de 2002


CONSIDERANDO:
Que, mediante Decreto de Urgencia Nº 105-2001, se estableció los niveles de pensión mínima
para los regímenes a cargo de la Oficina de Normalización Previsional - ONP;
Que, el artículo 7 del Decreto Legislativo Nº 817, establece que el reajuste de las pensiones
será aprobado por la ONP, de conformidad con los principios de equidad y equilibrio presupuestal,
contando para ello con la opinión favorable de la Dirección General de Presupuesto Público y de la
Dirección General de Tesoro Público;
Que, resulta conveniente mejorar el nivel de ingresos de la población de pensionistas de me-
nores recursos;
Que, el inciso 1.4 del artículo 1 de la Ley Nº 27617 establece que los incrementos en la pen-
sión mínima en el Sistema Nacional de Pensiones estarán a cargo del Tesoro Público;
Que, la Dirección Nacional del Presupuesto Público y la Dirección General del Tesoro Públi-
co han emitido opinión favorable a la solicitud de la ONP sobre la factibilidad de incrementar los
montos mínimos de las pensiones comprendidas en el Sistema Nacional de Pensiones a que se re-
fiere el Decreto Ley Nº 19990;
Que, los artículos 1 y 11 de la Ley Nº 27617 se refieren, entre otros, al incremento de la pen-
sión mínima en el Sistema Nacional de Pensiones, por lo que resulta necesario que esta entidad pro-
ceda a establecer los nuevos montos mínimos de las pensiones comprendidas dentro del Sistema
Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990;
Que, asimismo, es necesario señalar que el artículo 11 de la Ley Nº 27617 establece que el in-
cremento de la pensión mínima en el Sistema Nacional de Pensiones se hará efectivo una vez efec-
tuada la reestructuración dispuesta por la Ley antes referida;
De conformidad con lo establecido en los literales d) y f) del artículo 7 del Estatuto de la
ONP, aprobado por Decreto Supremo Nº 061-95-EF, con fuerza de ley por mandato expreso del
artículo 17 de la Ley Nº 26504, y de conformidad con lo establecido por la Resolución Suprema
Nº 129-2001-EF;
SE RESUELVE:

ARTÍCULO 1
Incrementar los niveles de pensión mínima mensual de las pensiones comprendidas en el Sistema
Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990, de conformidad a los montos que
se señalan a continuación:
a) Para pensionistas de Derecho Propio:
Con 20 años o más de aportación S/. 415.00

263
César Abanto Revilla

Con 10 años y menos de 20 años de aportación S/. 346.00


Con 6 años y menos de 10 años de aportación S/. 308.00
Con 5 años o menos de 5 años de aportación S/. 270.00
b) Para pensionistas por derecho derivado,se aplicará lo dispuesto por el Decreto Ley
Nº 19990, no pudiendo ser la suma total de las pensiones que el causantegenere por dicho
concepto inferior a S/. 270.00.
c) Para Pensionistas por Invalidez S/. 415.00

ARTÍCULO 2
La escala que incrementa los niveles de pensiones mínimas del Decreto Ley Nº 19990 a que se
refiere la presente Resolución, regirá a partir de la emisión de las Boletas de Pago que efectúe la
ONP con posterioridad a la vigencia de la norma que apruebe el reglamento de la reestructuración
del Sistema Nacional de Pensiones, de conformidad con lo dispuesto por los Artículos 11 y 12
de la Ley Nº 27617.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
GABRIEL AMARO ALZAMORA
Jefe

09 LEY DE CREACIÓN DEL TRIBUNALADMINISTRATIVO PREVISIONAL


(25/07/2003)

LEY Nº 28040
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
La Comisión Permanente del Congreso de la
República ha dado la Ley siguiente:
LA COMISIÓN PERMANENTE DEL
CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

LEY DE CREACIÓN DEL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO PREVISIONAL


ARTÍCULO 1
Instancias administrativas
Establécese que en primera instancia es el órgano que dictó el primer acto el que resuelve la materia
previsional impugnada, conforme lo establece el artículo 208 de la Ley Nº 27444. En caso de que
no existiera dicho órgano, la autoridad competente procederá a señalarlo.
Corresponde al Tribunal Administrativo Previsional, conocer en segunda y última instancia las
reclamaciones que versen sobre derechos pensionarios.

264
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 2
Vigencia del artículo 3 de la Ley Nº 27719
Precísase que la facultad establecida en el artículo 3 de la Ley Nº 27719 referida a los lineamientos
y directivas para la aplicación uniforme de lo establecido en el artículo 1 de la referida ley, tendrá
vigencia hasta la entrada en funcionamiento efectiva del Tribunal Administrativo Previsional.

ARTÍCULO 3
De la defensa de los funcionarios competentes en materia previsional
En toda denuncia de carácter penal, la autoridad que conozca de ella deberá solicitar un informe
técnico jurídico emitido por la respectiva entidad competente en materia previsional, sobre los hechos
y la responsabilidad de sus funcionarios y servidores públicos de la entidad, incluso cuando estos
hubieran cesado. A tales efectos, el Ministerio Público o la Policía Nacional que conozca de estas
denuncias, requerirán el citado informe a dichas entidades dentro de los quince (15) días hábiles de
conocida la misma, para efectos de la calificación o archivo de la denuncia.

ARTÍCULO 4
Norma derogatoria
Deróganse o déjanse sin efecto las disposiciones que se opongan a la presente Ley.

ARTÍCULO 5
Reglamento
Facúltase al Poder Ejecutivo reglamentar la presente Ley en un plazo no mayor de sesenta (60) días
hábiles.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA
ÚNICA
Precísase que, en tanto no entre en funcionamiento efectivo el Tribunal Administrativo Previsional,
las autoridades competentes en materia previsional continuarán ejerciendo las facultades de carácter
funcional que tienen en dicha materia, en especial las de conocer y resolver en segunda instancia
administrativa los asuntos que provengan de las dependencias correspondientes.
Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los tres días del mes de julio de dos mil tres.
CARLOS FERRERO
Presidente del Congreso de la República

265
César Abanto Revilla

10 LEY QUE DECLARA EXPEDITO EL DERECHO DE ACUDIR ANTE LA


OFICINA DE NORMALIZACIÓN PREVISIONAL (ONP) A SOLICITAR
LA REVISIÓN DE CUALQUIER RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA QUE
SE HUBIERE EXPEDIDO EN CONTRAVENCIÓN A LO DISPUESTO
EN LOS ARTÍCULOS 56 Y 57 DEL DECRETO SUPREMO Nº 011-74-TR,
REGLAMENTO DEL DECRETO LEY Nº 19990. (02/12/2004)

LEY Nº 28407
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

LEY QUE DECLARA EXPEDITO EL DERECHO A ACUDIR ANTE LA OFICINA


DE NORMALIZACIÓN PREVISIONAL - ONP A SOLICITAR LA REVISIÓN
DE CUALQUIER RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA QUE SE HUBIERE
EXPEDIDO EN CONTRAVENCIÓN A LO DISPUESTO EN LOS ARTÍCULOS
56 Y 57 DEL DECRETO SUPREMO Nº 011-74-TR, REGLAMENTO
DEL DECRETO LEY Nº 19990
ARTÍCULO 1
Objeto de la Ley
Declárase expedito el derecho de cualquier aportante a acudir ante la Oficina de Normalización
Previsional - ONP a solicitar la revisión de cualquier resolución administrativa que se hubiera
expedido en su contra, contraviniendo lo dispuesto en los artículos 56 y 57 del Decreto Supremo
Nº 011-74-TR, Reglamento del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 2
Ámbito de aplicación
La Oficina de Normalización Previsional - ONP procesará los pedidos de los aportantes que se en-
cuentren dentro de los alcances del artículo 1 de la presente Ley, que tengan como fin hacer efectivo
el reconocimiento de las aportaciones a que se contrae los artículos 56 y 57 del Decreto Supremo
Nº 011-74-TR, Reglamento del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 3
Derogatorias
Deróganse o déjanse sin efecto las normas que se opongan a los alcances de la presente Ley y a los
presupuestos contenidos en los artículos 56 y 57 del Decreto Supremo Nº 011-74-TR, Reglamento
del Decreto Ley Nº 19990.
Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación.
En Lima, a los diez días del mes de noviembre de dos mil cuatro.
ÁNTERO FLORES-ARÁOZ E.
Presidente del Congreso de la República

266
Sistema Nacional de Pensiones

11 DICTAN MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PARA APLICACIÓN DE


LA LEY N° 27023 REFERENTE A LA SOLICITUD DE PENSIÓN DE
INVALIDEZ Y LA PRESENTACIÓN DE CERTIFICADO MÉDICO DE
ESSALUD (07/12/2005)
DECRETO SUPREMO Nº 166-2005-EF
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA 
CONSIDERANDO: 
Que, mediante la Ley Nº 27023, se modifica el artículo 26 de la Ley del Sistema Nacional
de Pensiones –Decreto Ley Nº 19990–, estableciéndose en su artículo 1 que el asegurado del Sis-
tema Nacional de Pensiones que solicite pensión de invalidez presentará junto con su solicitud
de pensión, un Certificado Médico de Invalidez emitido por el Instituto Peruano de Seguridad
Social, establecimientos de salud pública del Ministerio de Salud o Entidades Prestadoras de Sa-
lud constituidas según Ley Nº 26790, de acuerdo al contenido que la Oficina de Normalización
Previsional apruebe, previo examen de una Comisión Médica nombrada para tal efecto en cada
una de dichas entidades; 
Que, el artículo 3 de la referida norma señala que el Poder Ejecutivo dictará las normas
complementarias;
Que, mediante el Decreto Supremo Nº 057-2002-EF se estableció la información mínima que
debía contener el Certificado Médico expedido por el Seguro Social de Salud - ESSALUD, el Mi-
nisterio de Salud y Entidades Prestadoras de Salud - EPS; 
Que, con la finalidad de dar una correcta aplicación a lo dispuesto por la Ley Nº 27023, es pre-
ciso dictar medidas complementarias que aseguren su correcta aplicación; y, 
De conformidad con el numeral 8 del artículo 118 de la Constitución Política del Perú, y el
Decreto Legislativo Nº 560; 
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Modifíquese el segundo y tercer párrafo del artículo 3 del Decreto Supremo
Nº 057-2002-EF, los cuales quedarán redactados de la siguiente manera: 
“Adicionalmente, para el caso de las prestaciones relacionadas con la invalidez, se deberá tener
en cuenta: 
- Certificado médico de invalidez expedido por el Seguro Social de Salud - ESSALUD, el
Ministerio de Salud o por las Entidades Prestadoras de Salud - EPS, debiendo contener como
mínimo la siguiente información: 
1. Fecha de emisión del Certificado Médico de Invalidez. 
2. Institución a la cual pertenece la Comisión que evalúa. 
3. Centro Asistencial. 
4. Servicio / Especialidad. 
5. Apellido Paterno del paciente solicitante. 
6. Apellido Materno del paciente solicitante. 

267
César Abanto Revilla

7. Nombres del paciente solicitante. 


8. Número de Documento de Identidad del paciente (D.N.I. / CE.). 
9. Sexo. 
10. Edad. 
11. Diagnóstico. 
12. Incapacidad: 
12.1. Temporal.
12.2. Permanente.
12.3. No Incapacidad. 
13. Grado: 
13.1. Parcial.
13.2. Total.
13.3. Gran Incapacidad 
14. Fecha de Inicio de la Incapacidad. 
15. Observaciones Adicionales. 
16. Firma y sello de cada uno de los miembros de la Comisión Médica que evalúa”. 
En el caso de los asegurados que hasta la fecha tienen en trámite su solicitud de prestaciones re-
lacionadas con la invalidez y que no hayan presentado la documentación señalada en el presente
artículo, podrán presentarla ante las Oficinas que la Oficina de Normalización Previsional - ONP
tiene a nivel nacional. 

ARTÍCULO 2
Dispóngase de acuerdo con el artículo 1 de la Ley Nº 27023, que el Seguro Social de Salud - ESSA-
LUD, los establecimientos de salud pública del Ministerio de Salud y las Entidades Prestadoras
de Salud - EPS, deberán conformar en un plazo máximo de 30 días hábiles contados a partir de la
publicación de la presente norma, sus Comisiones Médicas a fin de que estas emitan los correspon-
dientes Certificados Médicos de Invalidez, con la finalidad que el asegurado del Sistema Nacional
de Pensiones, pueda solicitar su prestación relacionada con la invalidez. 

ARTÍCULO 3
Una vez vencido el plazo establecido en el artículo precedente, las entidades deberán remitir a la
Gerencia de Operaciones de la ONP en un plazo no mayor de 15 días calendario, la relación de las
Comisiones Médicas conformadas así como los miembros que las integran. De allí en adelante,
cualquier modificación en la relación de los miembros de las Comisiones Médicas conformadas o
por conformarse, deberá ser comunicada a la ONP en un plazo no mayor de 15 días calendario de
producida la modificación o conformación. 
Asimismo, la Gerencia de Operaciones de la ONP podrá solicitar la información que estime conve-
niente a efectos de poder pronunciarse válidamente dentro de los procedimientos administrativos,
considerando especialmente los aspectos relacionados con la conformación de las Comisiones
Médicas y sus respectivos integrantes. 

268
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 4
Conforme a lo dispuesto por el tercer párrafo del artículo 26 del Decreto Ley Nº 19990, si efectuada
la verificación posterior se comprobara que el Certificado Médico de Invalidez es falso o contiene
datos inexactos, serán responsables de ello penal y administrativamente, el médico que emitió el
certificado, cada uno de los integrantes de las Comisiones Médicas de las entidades referidas el
propio solicitante y/o quien corresponda, según sea el caso. 
Asimismo, y en función a la aplicación del Principio de Privilegio de Controles Posteriores, lo
establecido precedentemente, resulta aplicable sin perjuicio de las restantes acciones que la Admi-
nistración pudiera implementar y/o derivar de lo establecido en el artículo 32 de la Ley Nº 27444,
Ley del Procedimiento Administrativo General. 
Por último, en caso el asegurado o pensionista dificulte las acciones de control posterior o no acuda
a las evaluaciones que con dicho fin se le programen, la ONP queda facultada a suspender la pensión
hasta que se cumplan los trámites solicitados. 

ARTÍCULO 5
Deróguese o modifíquese las disposiciones que se opongan al Decreto Supremo. 

ARTÍCULO 6
El presente Decreto Supremo, será refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas. 
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los treinta días del mes de noviembre del dos mil cinco. 
ALEJANDRO TOLEDO
Presidente Constitucional de la República 

12 LEY QUE MODIFICA EL DECRETO LEY Nº 19990, SISTEMA NACIONAL


DE PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL, Y ESTABLECE EL
RÉGIMEN ESPECIAL DE JUBILACIÓN PARA LA SOCIEDAD
CONYUGAL Y LAS UNIONES DE HECHO (20/11/2009)

LEY Nº 29451
EL PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

LEY QUE MODIFICA EL DECRETO LEY Nº 19990, SISTEMA NACIONAL


DE PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL, Y ESTABLECE
EL RÉGIMEN ESPECIAL DE JUBILACIÓN PARA LA SOCIEDAD
CONYUGAL Y LAS UNIONES DE HECHO
ARTÍCULO 1
Modificación del Decreto Ley Nº 19990
Adiciónase el artículo 84-A al Decreto Ley Nº 19990, Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad
Social, en los términos siguientes:

269
César Abanto Revilla

“Artículo 84-A.- Régimen Especial de Jubilación para la Sociedad Conyugal y las Uniones
de Hecho
1. Créase el Régimen Especial de Jubilación para la Sociedad Conyugal y las Uniones de
Hecho, para las sociedades conyugales o uniones de hecho, cuyos miembros, mayores
de sesenta y cinco (65) años de edad, con más de diez (10) años de relación conyugal o
convivencia permanente y estable y que no perciban pensión de jubilación alguna, acre-
diten aportaciones conjuntas al Sistema Nacional de Pensiones por un periodo no menor
de veinte (20) años y cumplan con los requisitos señalados en la presente Ley.
2. La pensión especial de jubilación conyugal o de uniones de hecho tiene la condición de
bien social de la sociedad conyugal, acreditada con la partida de matrimonio civil con
una antigüedad no mayor de treinta (30) días o la sentencia firme de declaración judicial
de unión de hecho.
3. El monto de la pensión especial de jubilación conyugal o de uniones de hecho no es
menor al de la pensión mínima establecida en el Sistema Nacional de Pensiones, y la
remuneración o ingreso de referencia para el cálculo de la pensión es el promedio de
las remuneraciones percibidas por ambos cónyuges o miembros de la unión de hecho.
4. El beneficio de jubilación especial es percibido por ambos cónyuges o miembros de la
unión de hecho.
5. En caso de fallecimiento de uno de los cónyuges o miembros de la unión de hecho, el
supérstite percibe el cincuenta por ciento (50%) de la pensión especial de jubilación y,
en caso de pensión de orfandad, es calculada sobre la base de la pensión especial de
jubilación a que hace referencia esta norma.
6. Esta pensión especial de jubilación caduca por la invalidación del matrimonio, disolución
del vínculo matrimonial o disolución de la unión de hecho por sentencia judicial corres-
pondiente”.

ARTÍCULO 2
De la reglamentación
El Poder Ejecutivo reglamentará la presente Ley en el plazo de sesenta (60) días, contados a partir
de su vigencia.

ARTÍCULO 3
Derogatoria
Deróganse o déjanse sin efecto, según corresponda, las disposiciones que se opongan a la presente Ley.
POR TANTO:
Habiendo sido reconsiderada la Ley por el Congreso de la República, insistiendo en el texto
aprobado en sesión del Pleno realizada el día veintitrés de abril de dos mil nueve, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 108 de la Constitución Política del Perú, ordeno que se publique y
cumpla.
En Lima, a los diecinueve días del mes de noviembre de dos mil nueve.
LUIS ALVA CASTRO
Presidente del Congreso de la República

270
Sistema Nacional de Pensiones

13 LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 70 DEL DECRETO LEY Nº 19990,


MODIFICADO POR LA CUARTA DISPOSICIÓN TRANSITORIA Y
FINAL DE LA LEY Nº 28991, SOBRE PROTECCIÓN DE APORTES EN EL
SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES (18/06/2011)

LEY Nº 29711
EL PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Modificación del artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990, modificado por la cuarta disposición tran-
sitoria y final de la Ley Nº 28991
Modifícase el artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990, modificado por la cuarta disposición tran-
sitoria y final de la Ley Nº 28991, Ley de Libre Desafiliación Informada, Pensiones Mínima y
Complementarias, y Régimen Especial de Jubilación Anticipada, en los términos siguientes:
“Artículo 70.- Los aportes, períodos de aportaciones y obligaciones del empleador
Para los asegurados obligatorios, son periodos de aportaciones los meses, semanas o días
que presten o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones
a que se refieren los artículos 7 al 13. Son también periodos de aportaciones las licencias
con goce de remuneraciones otorgadas por ley o por el empleador, así como los periodos
durante los que el asegurado haya estado en goce de subsidio.
Corresponde al empleador cumplir con efectuar la retención y el pago correspondiente por
concepto de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones (SNP) de sus trabajadores. Sin
embargo, es suficiente que el trabajador pruebe adecuadamente su periodo de labores para
considerar dicho lapso como periodo de aportaciones efectivas al SNP. De la misma forma, las
aportaciones retenidas que no hayan sido pagadas al SNP por el empleador son consideradas por
la Oficina de Normalización Previsional (ONP) en el cómputo del total de años de aportación,
independientemente de las acciones que realice la ONP para el cobro de las mismas, conforme
a ley.
Son medios probatorios idóneos y suficientes para demostrar periodos de aportaciones, los
certificados de trabajo, las boletas de pago de remuneraciones, la liquidación de tiempo de
servicios o de beneficios sociales, las constancias de aportaciones de la Oficina de Registro y
Cuenta Individual Nacional de Empleadores Asegurados (ORCINEA), del Instituto Peruano
de Seguridad Social (IPSS) o de EsSalud y cualquier documento público conforme al artículo
235 del Código Procesal Civil. Carece de sustento el no reconocimiento por parte de la ONP
de periodos de aportaciones acreditados con los medios antedichos, argumentando que estos
han perdido validez, que hay una doble condición de asegurado y empleador, o que, según la
Tabla Referencial de Inicio de Aportaciones por Zonas, establecida por el IPSS, en esa zona
aún no se empezaba a cotizar”.

271
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 2
Reglamentación
El Poder Ejecutivo reglamenta la presente Ley en el plazo no mayor de treinta días contado a partir
de su vigencia.

ARTÍCULO 3
Derogatoria
Deróganse o déjanse sin efecto, según corresponda, las disposiciones que se opongan a la presente
Ley.
POR TANTO:
Habiendo sido reconsiderada la Ley por el Congreso de la República, insistiendo en el tex-
to aprobado en sesión del Pleno realizada el día trece de octubre de dos mil diez, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 108 de la Constitución Política del Perú, ordeno que se publique y
cumpla.
En Lima, a los dieciséis días del mes de junio de dos mil once.
CÉSAR ZUMAETA FLORES
Presidente del Congreso de la República

14 APRUEBAN REGLAMENTO DE LA LEY Nº 29711 Y DICTAN OTRAS


DISPOSICIONES (16/06/2012)

DECRETO SUPREMO Nº 092-2012-EF


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO:
Que, de conformidad con la Ley Nº 28532, corresponde a la Oficina de Normalización Previ-
sional - ONP, la administración del Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley
Nº 19990, así como de otros regímenes previsionales a cargo del Estado;
Que, constituye un requisito indispensable para el reconocimiento del derecho pensionario,
la acreditación de los años de aportación al Sistema Nacional de Pensiones en el proceso de califi-
cación de solicitudes;
Que, se ha constatado que en la práctica existen solicitudes de reconocimiento de derechos
pensionarios presentadas por extrabajadores de empresas que en la actualidad no existen; asimis-
mo, que la custodia de las planillas de pago se encuentran en poder de personas o entidades que por
norma expresa no se encuentran autorizadas a custodiar dichos documentos, siendo estos factibles
de adulteración;
Que, mediante Ley Nº 29711 se modificó el artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990, regulan-
do dicho artículo los periodos de aportaciones de los asegurados obligatorios, así como los medios
probatorios idóneos y suficientes para demostrar periodos de aportaciones en el Sistema Nacional
de Pensiones;

272
Sistema Nacional de Pensiones

Que, es necesario reglamentar la Ley Nº 29711 y dictar otras disposiciones orientadas a garan-
tizar el adecuado acceso a una pensión en el Sistema Nacional de Pensiones;
De conformidad con lo dispuesto en el numeral 8) del artículo 118 de la Constitución Política
del Perú, la Ley Nº 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y la Ley Nº 29711;
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Aprobación de Reglamento
Apruébese el Reglamento de la Ley Nº 29711, Ley que modifica el artículo 70 del Decreto Ley Nº
19990, modificado por la Cuarta Disposición Transitoria y Final de la Ley Nº 28991, sobre protección
de aportes en el Sistema Nacional de Pensiones;
Que en Anexo forman parte integrante del presente Decreto Supremo.

ARTÍCULO 2
Refrendo
El presente Decreto Supremo será refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
DISPOSICIONES FINALES
PRIMERA
Remuneración asegurable
Se considerará como remuneración asegurable percibida para el cálculo de la pensión en el sistema
nacional de pensiones, la remuneración mínima vital vigente en cada periodo laborable acreditado,
en caso que de los documentos presentados en la solicitud de pensión dentro del régimen del Decreto
Ley Nº 19990, no resulte posible determinar dicha remuneración.

SEGUNDA
Documentación falsa o inexacta
En todos los casos que la Oficina de Normalización Previsional - ONP compruebe que existe fal-
sedad, adulteración y/o irregularidad en la documentación y/o información a través de la cual se
ha reconocido derechos pensionarios, esta queda facultada para suspender los efectos de los actos
administrativos que los sustentan, sin perjuicio de las acciones que la Administración pudiera imple-
mentar en observancia de lo establecido en el artículo 32 de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General.

TERCERA
Intervención de la Sunat
Sin perjuicio de las obligaciones de recaudación de aportes al Sistema Nacional de Pensiones, es-
tablecidas para la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria - SUNAT
en la Ley Nº 27334, en cualquier caso que la ONP detecte incumplimiento en el pago efectivo de las

273
César Abanto Revilla

aportaciones, lo comunicará a la mencionada entidad a fin de que efectúe las acciones de cobranza
en el marco de sus competencias fijadas por ley.

CUARTA
Aplicación de la norma a solicitudes en trámite
Las disposiciones contenidas en el presente Decreto Supremo y el Reglamento que lo aprueba, serán
de aplicación para todas las solicitudes de pensión en el Sistema Nacional de Pensiones regulado
por el Decreto Ley Nº 19990, que se encuentren en trámite a la fecha de la entrada en vigencia de
la presente norma.

DISPOSICIÓN DEROGATORIA
ÚNICA
Derogación
Deróguese el Decreto Supremo Nº 082-2001-EF; el artículo 54 del Reglamento del Decreto Ley Nº
19990, aprobado por Decreto Supremo Nº 011-74-TR y modificado por los Decretos Supremos Nºs
001-98-TR, 122-2002-EF y 063-2007-EF; y las demás disposiciones que se opongan a la presente
norma.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los quince días del mes de junio del año dos mil doce.
OLLANTA HUMALA TASSO
Presidente Constitucional de la República

REGLAMENTO DE LA LEY Nº 29711


ARTÍCULO 1
Acreditación de periodos de aportación al Sistema Nacional de Pensiones
La acreditación de periodos de aportación al Sistema Nacional de Pensiones deberá seguir las
siguientes reglas:
1.1 Para la acreditación de periodos de aportaciones, son medios probatorios idóneos y suficientes
los siguientes:
a) Certificados de trabajo.
b) Boletas de pago de remuneraciones.
c) Liquidación de tiempo de servicios o de beneficios sociales.
d) Constancias de aportaciones de la Oficina de Registro y Cuenta Individual Nacional de
Empleadores Asegurados (ORCINEA), del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS)
o de EsSalud.
e) Cualquier documento público conforme al artículo 235 del Código Procesal Civil.
1.2. En concordancia con el inciso e) del numeral 1.1 precedente, se consideran documentos públicos
para la acreditación de periodos de aportaciones, los siguientes:
a) Informe de verificación de libros de planillas del empleador, emitido por la Oficina de
Normalización Previsional - ONP. Para el caso de las planillas de pago de empresas que

274
Sistema Nacional de Pensiones

ya no estén operando, solo se considerarán los libros de planillas en la medida que la


información contenida en estos no hubiera sido adulterada.
b) Informe de aportaciones extractados del Sistema de Cuenta Individual de la Superinten-
dencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria – SUNAT, o del Sistema
de Cuenta Individual de Empleadores y Asegurados (SCIEA), o de la Constancia de
Aportaciones de la Oficina de Registro y Cuenta Individual Nacional de Empleadores y
Asegurados (ORCINEA), o de los registros complementarios que establezca la ONP y
que formen parte de las labores de verificación; emitidos por la ONP.
c) Otros informes emitidos por entidad pública, que prueben adecuadamente los periodos
de aportación efectuados.
1.3. Los documentos mencionados en el numeral 1.1 del presente artículo, deberán constar en
original, copia legalizada o copia fedateada. Asimismo, deberán ser legibles y contar con la
identificación fehaciente del firmante.
1.4. Los solicitantes podrán presentar otros documentos, en aplicación de lo dispuesto en el numeral
41.4 del artículo 41 de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, que
prueben adecuadamente los periodos de aportación efectuados.

ARTÍCULO 2
Valoración conjunta
Todos los medios probatorios que obren en el expediente deberán ser evaluados de manera conjunta
con la finalidad de acreditar los periodos de aportación declarados por el solicitante, de conformidad
con la motivación que deben contener los actos administrativos que en materia pensionaria emite
la ONP.

ARTÍCULO 3
Reconocimiento de periodos de aportación en caso de acreditación de vínculo laboral
3.1 Excepcionalmente, cuando no se contase con los documentos mencionados en el artículo 1 del
presente Reglamento, los asegurados obligatorios que hayan podido acreditar adecuadamente
la existencia del vínculo laboral con su empleador o sus empleadores, pero no el periodo de
aportación suficiente para acceder a una prestación económica en el Sistema Nacional de Pen-
siones regulado por el Decreto Ley Nº 19990, podrán tener derecho al reconocimiento de un
periodo máximo de cuatro (4) años completos de aportes, para cuyo efecto se tendrá en cuenta
la solicitud de prestaciones y/o declaraciones juradas presentadas por el asegurado.
3.2 Los años de aportación que se reconozcan en virtud a lo señalado en el numeral precedente no
podrán ser aquellos que se tomen en cuenta para calcular la remuneración de referencia, a menos
que el asegurado cuente con una cantidad igual al 30% de las boletas de pago correspondientes
a dicho periodo, dentro de las cuales deberá encontrarse necesariamente la del último mes de
labores.
3.3 En el supuesto previsto en el numeral precedente, solo se reconocerá los años anteriores a aque-
llos que se tomen en cuenta para calcular la remuneración de referencia, en tanto no excedan
el periodo máximo de reconocimiento de aportes señalado en el primer párrafo del presente
artículo.

275
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 4
Acreditación de periodos de aportaciones en supuestos específicos
Lo dispuesto en el presente Reglamento será de aplicación para acreditar los periodos de aportación
realizados en el Sistema Nacional de Pensiones, entre ellos los referidos a la emisión de los Bonos
de Reconocimiento, Bonos Complementarios, Pensiones Complementarias, y los beneficios creados
mediante la Ley Nº 28991, Ley de libre desafiliación informada, pensiones mínima y complemen-
tarias, y régimen especial de jubilación anticipada.

276
Regímenes Especiales de Pensión
GRUPOS INCORPORADOS DENTRO DEL SNP

01 COMPRENDEN COMO ASEGURADOS OBLIGATORIOS DEL SISTEMA


NACIONAL DE PENSIONES Y DEL RÉGIMEN DE PRESTACIONES DE
SALUD DEL IPSS,AVARIAS PERSONALIDADES QUE OCUPAN CARGOS
POLÍTICOS (11/09/1986)

DECRETO SUPREMO Nº 046-86-PCM


EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
CONSIDERANDO:
Que, el Decreto Ley Nº 19990 y Decreto Ley Nº 22482, Sistema Nacional de Pensiones y Ré-
gimen de Prestaciones de Salud respectivamente, no comprende como asegurados obligatorios al
Presidente de la República, Senadores, Diputados, Representantes ante Asambleas Constituyentes,
Ministros de Estado, Prefectos, Sub-Prefectos, Alcaldes, Miembros del Jurado Nacional de Elec-
ciones, Ministerio Público y del Tribunal de Garantías Constitucionales;
Que, si bien los citados cargos políticos no están regidos por la Ley Nº 11377 y Decreto Le-
gislativo Nº 276, tienen calidad de servidores del Estado e integran el Sistema Único de Remunera-
ciones a que se refiere el artículo 60 de la Constitución Política vigente;
Que, en algunos casos, a las personas que han ejercido los mencionados cargos, con dere-
cho a emolumentos o remuneraciones, se les han efectuado descuentos por aportaciones durante
el período de la Asamblea Constituyente y durante el ejercicio de los dos últimos Gobiernos De-
mocráticos, por lo que es necesario convalidar dichas aportaciones tanto para el Sistema Nacio-
nal de Pensiones como para el Régimen de Prestaciones de Salud a cargo del Instituto Peruano
de Seguridad Social;
Que, la Seguridad Social no puede desamparar o establecer diferencias por la naturaleza de
los cargos que ejerzan las personas;
Con el acuerdo de Directorio del Instituto Peruano de Seguridad Social;
De conformidad con los artículos 12, 60 y 187 de la Constitución Política del Perú; artículo 3
del Decreto Ley Nº 19990; artículo 2 del Decreto Ley Nº 22482; y
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Compréndase como asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones y del Régimen de
Prestaciones de Salud del Instituto Peruano de Seguridad Social, a partir del 28 de julio de 1978, a

279
César Abanto Revilla

los Representantes ante Asambleas Constituyentes, y a partir del 28 de julio de 1980 compréndase
al Presidente de la República, únicamente como asegurado obligatorio del Régimen de Prestaciones
de Salud, por estar ya comprendido en el Régimen de Pensiones en virtud de la Ley Nº 24248 y
como asegurados obligatorios de ambos regímenes a partir del 28 de julio de 1980, a los Ministros
de Estado, Senadores, Diputados, Prefectos, Sub-Prefectos, Alcaldes, Miembros del Jurado Nacional
de Elecciones, Ministerio Público y del Tribunal de Garantías Constitucionales con los deberes y
derechos que les corresponde como tales.
La presente inclusión no es aplicable a quienes, por encontrarse en el Régimen del Decreto Ley
Nº 20530 u otro, pudieran acumular su tiempo de servicios a dichos regímenes, de acuerdo al artículo
44 del mencionado dispositivo o los aplicables a cada caso.

ARTÍCULO 2
El presente Decreto Supremo será refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veintinueve días del mes de agosto de mil no-
vecientos ochentiséis.
Texto según fe de erratas publicada el 16/09/1986.
ALAN GARCÍA PÉREZ
Presidente Constitucional de la República.

02 RECONOCEN A LAS AMAS DE CASA Y/O MADRES DE FAMILIA LA


CALIDAD DE TRABAJADORAS INDEPENDIENTES (25/06/1987)

LEY Nº 24705
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ;
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Reconózcase a las amas de casa y/o madres de familia la calidad de trabajadoras independientes.

ARTÍCULO 2
Las personas referidas en el artículo anterior tienen, en consecuencia, derecho a ser incorporadas en
los regímenes de prestaciones de salud y de pensiones de sistema de seguridad social y se incorporarán
facultativamente, en cualesquiera o ambos de los regímenes de prestaciones de acuerdo al interés
del ama de casa. Asimismo, podrán asegurarse solo para las prestaciones asistenciales, sin derecho
a la prestación económica, en cuyo caso, aportarán solo el 5% de la remuneración que corresponda.

ARTÍCULO 3
Establézcase como base impositiva de aportación el equivalente no menor al mínimo asegurable que
se señala en las Leyes Nºs 19990 y 22482.

280
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 4
Para la inscripción de las amas de casa en las prestaciones de salud no existirá límite de edad.

ARTÍCULO 5
Las amas de casa que se incorporan dentro del régimen del Decreto Ley Nº 19990, se beneficiarán
con el régimen especial de jubilación, siempre que hayan nacido hasta el 30 de junio de 1936.

ARTÍCULO 6
Deróganse los dispositivos legales que se opongan a la presente ley.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, a los nueve días del mes de junio de mil novecientos ochentisiete.
ARMANDO VILLANUEVA DEL CAMPO
Presidente del Senado.

03 INCORPORAN AL RÉGIMEN DE PRESTACIONES DEL IPSS A


LOS CHOFERES PROFESIONALES INDEPENDIENTES Y A LOS
PENSIONISTAS DE LA LEY Nº 16124 (03/06/1988)

LEY Nº 24827
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ;
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Incorpóranse al Régimen de Prestaciones de Salud y al Sistema Nacional de Pensiones, adminis-
trados por el Instituto Peruano de Seguridad Social, en calidad de asegurados obligatorios, a los
Choferes Profesionales Independientes y a los Pensionistas de la Ley Nº 16124, quienes quedan
comprendidos dentro de los alcances de los Decretos Leyes Nºs 22482, 19990 y demás disposiciones
complementarias y conexas.

ARTÍCULO 2
El pago de las aportaciones correspondientes a empleador y asegurado en los porcentajes señalados
en los artículos 5 del Decreto Ley Nº 22482 y 7 del Decreto Ley Nº 19990, estará íntegramente a
cargo de los Choferes Profesionales Independientes. Los derechos y obligaciones que generan dichas
aportaciones serán los que rigen para los asegurados facultativos independientes.

ARTÍCULO 3
Las aportaciones abonadas por los Choferes Profesionales Independientes a las Cajas de Pensio-
nes de la ex-Caja Nacional del Seguro Social y ex-Seguro Social del Empleado, del ex-Fondo de

281
César Abanto Revilla

Jubilación Obrera y del Fondo de Retiro del Chofer Profesional Independiente, así como a los
actuales regímenes que administra el Instituto Peruano de Seguridad Social, serán acumulables
para los efectos del otorgamiento de prestaciones económicas diferidas bajo régimen del Decreto
Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 4
Para los efectos de la presente ley se considera Chofer Profesional Independiente al conductor
debidamente autorizado que trabaja por cuenta propia, en un vehículo sea o no de su propiedad.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA
A fin de establecer el soporte financiero inicial, para los efectos de la jubilación dentro del Sistema
Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº 19990, los Choferes Profesionales Independientes que
tuvieren 55 o más años de edad si son mujeres, o 60 o más si son varones, además de los requisitos
establecidos en la citada norma legal, deberán tener un mínimo de 60 aportaciones dentro de la vi-
gencia de la presente ley, computándose para ello las abonadas en aplicación del Decreto Supremo
Nº 005-85-TR.
Transcurrido el periodo al que corresponde las aportaciones mencionadas, el otorgamiento de las
pensiones se sujetarán a las disposiciones del Decreto Ley Nº 19990.

SEGUNDA
Los Choferes Profesionales Independientes que no acrediten las 60 aportaciones a que se refiere la
disposición precedente, podrán optar por acogerse a la jubilación. Para este efecto, las pensiones
se calcularán sobre la base de las aportaciones efectuadas bajo el régimen de la Ley Nº 16124 y su
reglamento, teniendo en cuenta, para el mismo el promedio de las aportaciones efectuadas durante
los últimos 60 meses anteriores a la fecha en que se optó por la jubilación, sin que en ningún caso
el monto de la pensión resultante sea inferior a la pensión mínima que otorga el Instituto Peruano
de Seguridad Social.
Transcurrido un año de la vigencia de la pensión, el monto de la misma se adecuará a lo dispuesto
por la Ley Nº 23908.

TERCERA
Otórgase un plazo de 90 días contados a partir de la fecha de la publicación de la presente Ley,
para el pago de las aportaciones adeudadas al mes de enero de 1985, al Fondo de Retiro del Chofer
Profesional Independiente, cuyo abono sufrirá un recargo del 8% sobre el monto total de la deuda,
conforme a las disposiciones legales vigentes sobre la materia.

DISPOSICIONES FINALES
PRIMERA
Los Choferes Profesionales en edad de jubilarse, o sea 55 años de edad las mujeres y 60 años de
edad los varones, por excepción, podrán continuar ejerciendo su actividad, siempre que acrediten
obligatoriamente cada dos años, mediante examen médico efectuado por el Instituto Peruano de
Seguridad Social, encontrarse en capacidad física y mental para conducir vehículos.

282
Sistema Nacional de Pensiones

SEGUNDA
En toda gestión que realice el Chofer Profesional Independiente ante las dependencias del Gobier-
no Central, Gobiernos Locales y otras entidades del Estado, por asuntos vinculados a su actividad
profesional, deberá acreditar que se encuentra al día en el pago de sus aportaciones al Seguro So-
cial. El funcionario que omita exigir el cumplimiento de esta obligación será posible de la sanción
administrativa correspondiente.

TERCERA
Las personas naturales o jurídicas que proporcionen vehículos en alquiler a Choferes Profesionales
Independientes, exigirán que estos se encuentren al día en el pago de sus aportaciones al Seguro Social.
El propietario que incumpla esta disposición, asumirá los gastos por enfermedad o accidentes que
sufra el Chofer durante o con ocasión del trabajo en el vehículo alquilado.

CUARTA
El Instituto Peruano de Seguridad Social dictará las normas necesarias para el cumplimiento de
esta ley.

QUINTA
Deróganse la Ley Nº 16124 y Disposiciones Complementarias y Conexas, así como todas aquellas
que se opongan a la presente ley.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, a los diecinueve días del mes de mayo de mil novecientos ochentiocho.
JORGE LOZADA STAMBURY
Presidente del Senado

04 OTORGAN BENEFICIOS A TRABAJADORES “ESTIBADORES


TERRESTRES”, “TRANSPORTISTAS MANUALES EN CARRETILLAS
Y TRICICLOS”, QUE LABORAN EN MERCADOS, TERMINALES
TERRESTRES O EN ESTABLECIMIENTOS ANÁLOGOS (16/06/1989)

LEY Nº 25047

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso ha dado la ley siguiente:
El Congreso de la República del Perú;
Ha dado la ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Los trabajadores denominados “estibadores terrestres”, “transportistas manuales en carretillas y
triciclos”, que laboran en los mercados, terminales terrestres de la República o en establecimientos
análogos, que no dependan exclusivamente de un solo empleador, tienen derecho a gozar, dentro

283
César Abanto Revilla

de las condiciones que establece la presente Ley, de un mes de descanso vacacional pagado dentro
de cada ciclo anual de trabajo y, asimismo, a una compensación por tiempo de servicios con valor
equivalente a la suma que perciban por un mes de descanso anual. Igualmente, tienen derecho a ser
beneficiarios del Instituto Peruano de Seguridad Social.

ARTÍCULO 2
El Poder Ejecutivo, dentro del Reglamento de la presente Ley, establecerá las pautas conforme a las
cuales se harán efectivos los derechos a los que se refiere el artículo 1 precedente, debiendo participar
en forma equitativa todos los empleadores o principales que ocupen los servicios de los trabajadores
a los que se refiere esta Ley, en la aportación de las sumas que deben pagarse a estos por concepto
de vacaciones y compensación por tiempo de servicios; asimismo, todos ellos aportarán en forma
equitativa al Instituto Peruano de Seguridad Social - IPSS, lo mismo que los trabajadores, con arreglo
a los porcentajes vigentes para este último.

ARTÍCULO 3
La presente Ley entra en vigencia al día siguiente de su publicación en el diario oficial El Peruano.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, al primer día del mes de junio de mil novecientos ochenta y nueve.
ROMUALDO BIAGGI RODRÍGUEZ,
Presidente del Senado.

05 LOS SOCIOS TRABAJADORES DE LAS COOPERATIVAS DE


TRABAJADORES QUE, HASTA EL 09/03/1991, ESTUVIERON
INCORPORADOS COMO ASEGURADOS OBLIGATORIOS
DEPENDIENTES DE REGÍMENES QUE ADMINISTRA EL IPSS,
TIENEN LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES DERIVADOS DE LOS
DD.LL. Nºs 18846, 19990 Y 22482 (11/09/1991)

DECRETO SUPREMO Nº 030-91-TR


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO:
Que, los socios de las Cooperativas de Trabajadores son trabajadores independientes asocia-
dos, teniendo la calidad de propietarios - trabajadores dueños de su empresa y de su propia fuerza
laboral;
Que, bajo tal principio se expidieron dispositivos legales tendentes a establecer el régimen de
su relación con el Instituto Peruano de Seguridad Social;
Que, resultando necesario uniformizar en un solo cuerpo orgánico las distintas normas así
como precisar sus alcances, se conformó una Comisión Multisectorial mediante Resolución Minis-
terial Nº 212-91-PCM, en la cual, en calidad de observadora participó la representación de la Fede-
ración Nacional de Cooperativas Agrarias Azucareras;
Que, la citada Comisión ha cumplido con emitir sus conclusiones y recomendaciones, consi-
derando en estas últimas la necesidad del reconocimiento por parte del Estado de las deudas de las
referidas cooperativas con el Instituto Peruano de Seguridad Social, que se asumiera en virtud de
determinada norma legal;

284
Sistema Nacional de Pensiones

De conformidad con los numerales 11, 20 y 26 del artículo 211 de la Constitución Política
del Perú;
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Los socios trabajadores de las Cooperativas de Trabajadores que, hasta el 9 de marzo de 1991, es-
tuvieron incorporados como asegurados obligatorios dependientes en los regímenes que administra
el Instituto Peruano de Seguridad Social, tanto ellos como sus Cooperativas, tienen los derechos y
obligaciones derivados de los Decretos Leyes Nºs 18846, 19990 y 22482.

ARTÍCULO 2
Considérase a partir del 10 de marzo de 1991 a los socios trabajadores de las Cooperativas de Tra-
bajadores incorporados al régimen de Accidentes de Trabajo y de Enfermedades Profesionales del
Decreto Ley Nº 18846; Sistema Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº 19990; y, Régimen de
Prestaciones de Salud del Decreto Ley Nº 22482, como asegurados obligatorios, en su calidad de
trabajadores independientes asociados, con las obligaciones que las referidas disposiciones contem-
plan y las particularidades normativas que establece el presente Decreto.

ARTÍCULO 3
Los socios trabajadores, por acuerdo de su Asamblea General, podrán excluirse de los alcances del
artículo anterior.

ARTÍCULO 4
Las cooperativas continuarán asumiendo por los socios el porcentaje del 6% sobre los ingresos regu-
lares de estos, tanto para el Sistema Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº 19990, como para el
Régimen de Prestaciones de Salud del Decreto Ley Nº 22482, y el aporte con la tasa que corresponde,
con el Régimen de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales del Decreto Ley Nº 18846.

ARTÍCULO 5
Las cooperativas de trabajadores asumirán por los primeros veinte (20) días de incapacidad temporal
de sus socios trabajadores el equivalente de sus ingresos regulares en dicho periodo, en concordancia
con el régimen de prestaciones de salud del Decreto Ley Nº 22482.

ARTÍCULO 6
Las cooperativas de trabajadores efectuarán la retención y pago del aporte del 3% sobre los ingresos
regulares mensuales del socio trabajador, para el Sistema Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº
19990 y para el Régimen de Prestaciones de Salud del Decreto Ley Nº 22482.

ARTÍCULO 7
Facúltase al Ministerio de Trabajo y Promoción Social, para que en coordinación con el Instituto
Peruano de Seguridad Social, dicte, mediante Resolución Ministerial, las disposiciones que resulten
necesarias para la mejor aplicación del presente Decreto Supremo.

285
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 8
Déjese sin efecto los Decretos Supremos Nºs 021-91-TR del 3 de abril de 1991, 026-91-TR del 22
de junio de 1991, 029-91-TR del 7 de agosto y las normas que se opongan a lo establecido en el
presente dispositivo legal.

ARTÍCULO 9
El presente Decreto Supremo entrará en vigencia a partir del día siguiente de su publicación.

ARTÍCULO 10
El presente Decreto Supremo será refrendado por los Ministros de Agricultura y de Trabajo y de
Promoción Social.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
PRIMERA
La deuda que las Cooperativas de Trabajadores comprendidas en el presente Decreto Supremo
tienen con el Instituto Peruano de Seguridad Social por concepto de aportaciones a los regímenes
de los Decretos Leyes Nº 18846, 19990 y 22482 será materia de regularización en las siguientes
condiciones:
a) Las Cooperativas de Trabajadores abonarán el monto total de los adeudos reajustados con la tasa
de interés compensatorio actualizado a la fecha de vigencia del presente Decreto Supremo, de
acuerdo con la evaluación de la capacidad de pago de cada cooperativa, el que será convenido
con el Instituto Peruano de Seguridad Social.
b) Los adeudos materia de regularización se encuentran liberados de multas e interés moratorios.
c) El plazo para acogerse a la regularización es de treinta (30) días hábiles, contados a partir de
la publicación del presente dispositivo.
d) La regularización de los adeudos será por las aportaciones correspondientes hasta el mes de
agosto de 1991.
e) Por el plazo de fraccionamiento se aplicarán los intereses compensatorios correspondientes.

SEGUNDA
Constitúyase una Comisión Multisectorial conformada por tres (3) representantes de la Presidencia
del Consejo de Ministros designados entre los funcionarios del Instituto Peruano de Seguridad
Social, dos (2) representantes del Ministerio de Trabajo y Promoción Social, un (1) representante
del Ministerio de Agricultura, y dos (2) representantes de la Federación Nacional de Cooperativas
Agrarias Azucareras.
La citada Comisión en un plazo de sesenta (60) días naturales a partir de su instalación, formulará las
alternativas de solución al problema de los adeudos de aportaciones a los regímenes de los Decretos
Leyes Nºs 18846 y 22482 de las Cooperativas que han otorgado prestaciones a sus trabajadores
socios, no socios y familiares, en su propia infraestructura asistencial.
Asimismo, la Comisión deberá proponer la modalidad de deducción por el costo de las prestaciones
asistenciales que otorgan las Cooperativas, en su propia infraestructura asistencial.

286
Sistema Nacional de Pensiones

La Comisión presentará su Informe Final debidamente fundamentado a la Presidencia del Consejo


de Ministros.
Las Autoridades Públicas se encuentran obligadas a prestar las facilidades necesarias a los miembros
de la Comisión para el mejor cumplimiento de sus funciones.

TERCERA
Las deudas de las Cooperativas Agrarias Azucareras con el Instituto Peruano de Segu-
ridad Social, asumidas por el Estado en virtud de lo dispuesto en el Decreto Supremo
Nº 049-88-AG deberán ser contempladas en los ejercicios presupuestales, para su abono.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA
En tanto se determine la modalidad de deducción de las aportaciones al Decreto Ley Nº 22482 las
Cooperativas que brindan prestaciones asistenciales a sus trabajadores socios, no socios y familiares,
en su propia infraestructura asistencial deducirán de las aportaciones del 6% que le corresponde
abonar a dicho régimen, el importe de las facturaciones por el costo de dichas prestaciones, según
tarifa del Instituto Peruano de Seguridad Social.

SEGUNDA
Los socios de las Cooperativas de Trabajadores que, a través de sus Asambleas Generales convocadas
expresamente para el fin que se refiere el artículo 3 del presente Decreto Supremo, opten por no
pertenecer a cualesquiera de los regímenes que se establece en este dispositivo, deberán comunicar
por escrito su determinación en el plazo de cuarentaicinco (45) días naturales al Instituto Peruano
de Seguridad Social.
Vencido el plazo a que se refiere el párrafo anterior, sin que se hubiera cursado la comunicación
correspondiente, se entenderá que los socios trabajadores se encuentran automáticamente compren-
didos en el régimen del artículo 2 del presente dispositivo legal

DISPOSICIONES FINALES
PRIMERA
En el caso de que las Cooperativas de Trabajadores se excluyeran del régimen a que se refiere el
artículo 2, sus socios trabajadores podrán incorporarse a la condición de asegurados de continuación
facultativa.

SEGUNDA
Las Cooperativas de Trabajadores que se excluyan total o parcialmente de los alcances del presente
Decreto Supremo, deberán crear sus propios organismos mutuales de seguro o contratar prestaciones
que cubran a sus socios con las prestaciones que brinda el Instituto Peruano de Seguridad Social,
en iguales o mejores condiciones.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los nueve días del mes de setiembre de mil novecientos
noventaiuno
ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI
Presidente Constitucional de la República

287
GRUPOS BENEFICIADOS CON LA REDUCCIÓN
DE LOS REQUISITOS PENSIONARIOS

01 FIJAN RÉGIMEN TRANSITORIO PARA JUBILACIÓN DE LOS


TRABAJADORES MARÍTIMOS, FLUVIALES Y LACUSTRES (05/10/1977)

DECRETO LEY Nº 21952


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Gobierno Revolucionario ha dado el Decreto Ley siguiente:
EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO
CONSIDERANDO:
Que la Conferencia Internacional de Trabajo, celebrada en Ginebra, en junio de 1973, en su
recomendación Nº 145 artículo 19.2 sección “D”, capítulo III considera la necesidad de tener en
cuenta la reducción de la edad de jubilación de los Trabajadores Marítimos entre otras medidas de
solución debido a la disminución de oportunidades de trabajo, y en atención a la especial modali-
dad del trabajo portuario;
Que los factores provenientes de la crisis económico-financiera mundial que repercuten en el
ámbito portuario del país afectan el movimiento de mercaderías de exportación e importación por
la mecanización de los puertos y la automatización de las naves haciendo que disminuyan las opor-
tunidades de trabajo;
Que, es preciso en consecuencia, fijar un régimen transitorio para los trabajadores Marítimos,
Fluviales y Lacustres del Primer Grupo del País que les permita percibir sus pensiones de jubila-
ción dentro de los lineamientos del Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social, materia
del Decreto Ley Nº 19990;
En uso de las facultades de que está investido; y,
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
Ha dado el Decreto Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
El Trabajador Marítimo, Fluvial y Lacustre del Primer Grupo del País, podrá jubilarse a los 55 años
de edad.
El trabajador percibirá el íntegro de la pensión que le correspondería de haber cumplido los 60 años
de edad en la forma siguiente:

289
César Abanto Revilla

a) Sistema Nacional de Pensiones: abonará la parte que le corresponda de los cálculos efectuados
en función de los artículos 47, 48 y 49 del Decreto Ley Nº 19990; y
b) La diferencia será abonada única y exclusivamente por los usuarios de los Puertos y de acuer-
do al Reglamento que se aprobará en el término de 30 días, a partir de la promulgación de la
presente ley.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 23370 publicada el 31/12/1981.

ARTÍCULO 2
Tendrán también derecho a la jubilación a que se refiere el artículo anterior todos los trabajadores
que no han concluído el vínculo laboral o que no hayan cobrado sus beneficios sociales.
Artículo modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 23370 publicada el 31/12/1981.

ARTÍCULO 3
El presente Decreto Ley solo será de aplicación para los trabajadores Marítimos, Fluviales y Lacus-
tres del Primer Grupo del País que habiendo nacido antes del primero de julio de mil novecientos
treintiuno, cuentan con 55 a más años de edad.
Artículo derogado por el artículo 2 de la Ley Nº 23370, publicado el 31/12/1981.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los cuatro días del mes de octubre de mil novecientos setentisiete.
General de División EP. FRANCISCO MORALES BERMÚDEZ CERRUTI
Presidente de la República.

02 AVIADORES COMERCIALES PODRÁN JUBILARSE ANTES DE


CUMPLIR 60 AÑOS (31/03/1978)

DECRETO SUPREMO Nº 04-78-TR


Lima, 28 de marzo de 1978
El Presidente de la República
CONSIDERANDO:
Que, el artículo 38 del Decreto Ley Nº 19990 dispone que podrán fijarse edades de jubilación
inferiores hasta en cinco años a las señaladas por dicho Decreto Ley, para los trabajadores que rea-
licen labores en condiciones particularmente penosas o que impliquen un riesgo para la vida o la
salud, proporcionalmente creciente a la mayor edad de los mismos;
Que, los trabajadores pilotos y copilotos de aviación comercial desarrollan su trabajo en con-
diciones de riesgo para su vida, el cual se agrava con la disminución de la capacidad física inheren-
te a la mayor edad;
Con las opiniones favorables de la Dirección de Programación y Racionalización y Ge-
rencia General de Seguro Social del Perú, emitidas mediante Carta Nº 142-78/DAE DPR-SSP,
de 15 de febrero último y Oficio Nº 233-GG-78, de 22 de febrero del presente año, respectiva-
mente; y,

290
Sistema Nacional de Pensiones

Estando a la petición de la Comisión de Reestructuración de Seguro Social del Perú, formula-


da en su 47 Sesión Ordinaria de fecha 9 de marzo de 1978:
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Los trabajadores pilotos y copilotos de aviación comercial podrán cesar en la actividad para obtener
pensión de jubilación antes de cumplir los 60 años de edad, con arreglo a la siguiente escala:
A los 55 años de edad, los que hayan trabajado en estas condiciones cinco o más;
A los 56 años de edad, los que hayan trabajado en estas condiciones cuatro años o más;
A los 57 años de edad, los que hayan trabajado en estas condiciones tres años o más;
A los 58 años de edad, los que hayan trabajado en estas condiciones dos años o más;
A los 59 años de edad, los que hayan trabajado en estas condiciones un año o más;

ARTÍCULO 2
Los tiempos de trabajo efectivos cumplidos en forma continua o alternativa en compañías de aviación
comercial, serán acumulados para obtener la pensión de jubilación, de acuerdo a la escala señalada
en el artículo anterior.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veintiocho días del mes de marzo de mil novecientos
setentiocho.
Regístrese y comuníquese.

03 REDUCEN LA EDAD DE JUBILACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE


CONSTRUCCIÓN CIVIL A 55 AÑOS DE EDAD (23/07/1982)

DECRETO SUPREMO Nº 018-82-TR


CONSIDERANDO:
Que, el Decreto Ley Nº 19990, en su artículo 38 ha previsto la posibilidad de otorgar pen-
sión de jubilación adelantada hasta en 5 años, a trabajadores que realizan actividades en condicio-
nes que impliquen un riesgo para la vida o la salud, proporcionalmente creciente a la mayor edad
de los mismos;
Que, las labores que desempeñan los trabajadores en Construcción Civil, por su naturaleza y
características, entrañan un permanente riesgo para la salud y la vida de dichos trabajadores, con el
consiguiente mayor desgaste físico en relación con otras actividades, lo que justifica un tratamiento
de excepción para el beneficio de la jubilación;
Que, asimismo dado el carácter eventual de la prestación de servicios en relación de depen-
dencia múltiple, es necesario dictar medidas que garanticen el pago oportuno de las aportaciones
mensuales por y a nombre de los mencionados trabajadores, así como la oportuna acreditación de
derechos para el goce de prestaciones asistenciales y en dinero;

291
César Abanto Revilla

Que, el Directorio del Instituto Peruano de Seguridad Social, previo el estudio actuarial co-
rrespondiente, en su XVI Sesión Ordinaria de fecha 15 de julio en curso, ha emitido pronuncia-
miento favorable respecto a la reducción de la edad de jubilación para los trabajadores en Cons-
trucción Civil; y,
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros.
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Reducir la edad de jubilación de los trabajadores de Construcción Civil a 55 años de edad, adquiriendo
derecho a pensión dentro de las condiciones establecidas por el Decreto Ley Nº 19990, siempre que
acrediten haber aportado cuando menos 15 años en dicha actividad o un mínimo de 5 años en los
últimos 10 años anteriores a la contingencia.
Las pensiones que se otorguen de conformidad con el presente Decreto Supremo, no estarán sujetas
a las reducciones a que se refiere el artículo 44 del mencionado Decreto Ley.

ARTÍCULO 2
Corresponde al Instituto Peruano de Seguridad Social, adoptar las medidas Técnico-Adminis-
trativas que estime convenientes, a los efectos de una adecuada implementación del Sistema de
Pago de Aportaciones y Acreditación de Derechos en los Regímenes de Prestaciones de Salud,
Pensiones y Accidentes de Trabajo, para los trabajadores en Construcción Civil.

ARTÍCULO 3
Los empleadores que utilicen los servicios de los trabajadores en Construcción Civil, están obligados
a proporcionar al Instituto Peruano de Seguridad Social, la información y documentación necesaria
para la implementación y aplicación del Sistema a que se refiere el artículo 2 del presente Decreto
Supremo en la forma y plazos que el mismo establece.
Lima, 22 de julio de 1982.
FERNANDO BELAUNDE TERRY
Presidente Constitucional de la República.

04 LOS PERIODISTAS QUE LABOREN EN LAS EMPRESAS


PERIODÍSTICAS, RADIALES, DE TELEVISIÓN O EN AGENCIAS
NOTICIOSAS, TIENEN DERECHO A PERCIBIR PENSIÓN DE
JUBILACIÓN, A PARTIR DE LOS 55 O 50 AÑOS DE EDAD, SEGÚN SE
TRATE DE VARONES O MUJERES (12/06/1986)

LEY Nº 24527
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso ha dado la Ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ;
Ha dado la Ley siguiente:

292
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 1
Los periodistas profesionales que laboren como tales en la administración pública, empresas pri-
vadas, de gestión no estatal y municipalidades, sujetos a los regímenes establecidos en las Leyes
Nºs 11377 y 4916, tienen derecho a percibir pensión de jubilación a partir de los 55 o 50 años de
edad, según se trate de varones o mujeres respectivamente, igualmente gozarán de estos beneficios,
los que ejerzan docencia periodística en los centros de formación y capacitación profesional, y los
periodistas profesionales independientes, siempre que se constituyan en empresas unipersonales.
La pensión de jubilación por rebaja de edad, será otorgada dentro de las condiciones establecidas en el
Decreto Ley Nº 19990, siempre que se acredite cuando menos 15 o 13 años, completos de aportación,
según se trate de varones y mujeres respectivamente, o de un mínimo de 5 años de aportación en los
últimos 10 años anteriores a la contingencia.
Artículo modificado por el Artículo Único de la Ley Nº 24795 publicada el 23/03/1988.

ARTÍCULO 2
Las pensiones que se otorguen de conformidad con la presente ley, no están sujetas a las reducciones
a que se refiere el artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990.

ARTÍCULO 3
El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en el plazo de 45 días.

ARTÍCULO 4
La presente ley entrará en vigencia a partir del día siguiente de su publicación.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, a los treinta días del mes de mayo de mil novecientos ochentiséis.
LUIS ALBERTO SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Presidente del Senado.

05 ESTABLECIERON EDAD DE JUBILACIÓN PARA TRABAJADORES DE


LA INDUSTRIA DE CUEROS (05/01/1990)

LEY Nº 25173
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO
EL CONGRESO HA DADO LA LEY SIGUIENTE
El Congreso de la República del Perú:
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Establécese la edad de jubilación para los trabajadores comprendidos bajo el régimen de jubilación
del Decreto Ley Nº 19990 “Sistema Nacional de Pensiones” de la Industria de Cueros comprendidos

293
César Abanto Revilla

en el grupo ocupacional primario de curtidores y pellejeros, en 55 años de edad para varones y 50


años de edad para mujeres.

ARTÍCULO 2
El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en un plazo de 180 días de su promulgación.

ARTÍCULO 3
Deróganse o modifícanse, en su caso, las disposiciones que se opongan a la presente ley.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, a los veintiún días del mes de diciembre de mil novecientos ochenta y nueve.
HUMBERTO CARRANZA PIEDRA
Presidente del Senado

06 LEY DE JUBILACIÓN DE TRABAJADORES MINEROS (25/01/1989)

LEY Nº 25009
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO
EL CONGRESO HA DADO LA LEY SIGUIENTE:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ;
Ha dado la ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Los trabajadores que laboren en minas subterráneas o los que realicen labores directamente extrac-
tivas en las minas a tajo abierto tienen derecho a percibir pensión de jubilación a los cuarenticinco
(45) y cincuenta (50) años de edad, respectivamente.
Los trabajadores que laboran en centros de producción minera, tienen derecho a percibir pensión de
jubilación entre los cincuenta (50) y cincuenticinco (55) años de edad, siempre que en la realización
de sus labores estén expuestos a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad, según la escala
establecida en el reglamento de la presente ley.
Se incluyen en los alcances de la presente ley a los trabajadores que laboran en centros metalúrgicos
y siderúrgicos.

ARTÍCULO 2
Para acogerse al beneficio establecido en la presente ley y tener derecho a pensión completa de
jubilación a cargo del Sistema Nacional de Pensiones, regulado por el Decreto Ley Nº 19990, se
requiere acreditar veinte (20) años de aportaciones cuando se trata de trabajadores que laboran
en minas subterráneas y, de veinticinco (25) años, cuando realicen labores en minas a tajo o cielo
abierto. En ambos casos diez (10) años deberán corresponder a trabajo efectivo prestado en dicha
modalidad.
Tratándose de los trabajadores de centros de producción, minera a los que se refiere el segundo párrafo

294
Sistema Nacional de Pensiones

del artículo 1, se requiere el número de años de aportación previsto en el Decreto Ley Nº 19990, de los
cuales quince (15) años corresponden a trabajo efectivo prestado en dicha modalidad.

ARTÍCULO 3
En aquellos casos en que no se cuente con el número de aportaciones referido en el artículo 2,
el Instituto Peruano de Seguridad Social abona la pensión proporcional que corresponde en base
a los años de aportación establecidos en la presente ley, que en ningún caso será menor de diez
(10) años.

ARTÍCULO 4
Los periodos de trabajo efectivos cumplidos en forma continua o alternada en las referidas activi-
dades, son acumulables a efectos de obtener pensión de jubilación, según las normas previstas en
la presente ley.

ARTÍCULO 5
Las normas del Sistema Nacional de Pensiones contenidas en el Decreto Ley Nº 19990, sus am-
pliatorias, modificatorias y reglamentarias, serán aplicadas en todo aquello que no se oponga a lo
dispuesto en la presente ley.

ARTÍCULO 6
Los trabajadores de la actividad minera, en el examen anual que deberá practicar obligatoriamente
en los centros mineros el Instituto Peruano de Seguridad Social o el Instituto de Salud Ocupacional,
adolezcan el primer grado de silicosis o su equivalente en la tabla de enfermedades profesionales,
igualmente se acogerán a la pensión de jubilación, sin el requisito del número de aportaciones que
establece la presente ley.

ARTÍCULO 7
A partir de la vigencia de esta ley, se establece una participación de 0.5% en la renta bruta que produce
la explotación minera, como ingresos suplementarios que fueren indispensables para contribuir a
financiar el nuevo régimen de jubilación de los trabajadores mineros.
El 50% de estos ingresos será destinado para la infraestructura de locales de esparcimiento de los
trabajadores mineros, el mismo que estará administrado por un Consejo de Prevención de Enferme-
dades Ocupacionales, Vacacional y Recreacional, integrado de la siguiente manera:
- Un representante del Ministerio de Trabajo y Promoción Social.
- Un representante del Instituto del Servicio Ocupacional.
- Un representante de la Sociedad Nacional de Minería; y
- Cinco representantes elegidos por los trabajadores.
Artículo derogado por el artículo 3 inciso b) del Decreto Ley Nº 25988 publicado 24/12/1992.

ARTÍCULO 8
El Ministerio de Vivienda y Construcción, queda facultado a expropiar los terrenos necesarios
para los fines a que se refiere el segundo párrafo del artículo anterior, exonerándose de todo tributo

295
César Abanto Revilla

creado y por crearse, como también el pago de alcabala, adicional de alcabala, y de todo otro tipo
de impuesto o gravamen municipal, así como de pago en los Registros Públicos.

ARTÍCULO 9
El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en el término de treinta (30) días.

ARTÍCULO 10
La presente ley entrará en vigencia al día siguiente de su publicación en el diario oficial El Peruano.
Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.
Casa del Congreso, en Lima, a los nueve días del mes de enero de mil novecientos ochentinueve.
ALFONSO RAMOS ALVA
Primer Vicepresidente del Senado

296
FONDO COMPLEMENTARIO DE JUBILACIÓN MINERA,
METALÚRGICA Y SIDERÚRGICA

01 LEY QUE CREA EL FONDO COMPLEMENTARIO DE JUBILACIÓN


MINERA, METALÚRGICA Y SIDERÚRGICA (09/07/2011)

LEY Nº 29741
EL PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO 1
Creación del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
(FCJMMS)
Créase el Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica (FCJMMS), el
mismo que se constituirá con el aporte del cero coma cinco por ciento de la renta neta anual de las
empresas mineras, metalúrgicas y siderúrgicas, antes de impuestos; y con el aporte del cero coma
cinco por ciento mensual de la remuneración bruta mensual de cada trabajador minero, metalúrgico
y siderúrgico; el mismo que constituirá un fondo de seguridad social para sus beneficiarios.
El porcentaje de los aportes de empleadores y trabajadores podrá ampliarse, por decreto supremo,
previo estudio actuarial. El FCJMMS es intangible y sus recursos se aplican única y exclusivamente
para pensiones.

ARTÍCULO 2
Ámbito de aplicación
Los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos afiliados al Sistema Nacional de Pensiones o al
Sistema Privado de Pensiones Administrado por las Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones
(AFP) que se jubilen de conformidad con lo dispuesto en la Ley Nº 25009, Ley de Jubilación de los
Trabajadores Mineros, y en la Ley Nº 27252, Ley que Establece el Derecho de Jubilación Anticipada
para Trabajadores Afiliados al Sistema Privado de Pensiones que Realizan Labores que Implican
Riesgo para la Vida o la Salud, tienen derecho a percibir el beneficio del fondo complementario
creado en el artículo 1. El beneficio se hará extensivo a los pensionistas mineros, metalúrgicos y
siderúrgicos que se hayan jubilado bajo el régimen de la Ley Nº 25009 y de la Ley Nº 27252. No
genera devengados hasta el vencimiento del plazo establecido en el artículo 8.

297
César Abanto Revilla

ARTÍCULO 3
Cálculo del beneficio
El beneficio complementario que regula la presente Ley se calcula de conformidad con las normas
vigentes del sistema pensionario al que haya aportado el solicitante. La diferencia que resulte entre
el monto pensionario obtenido aplicando las normas pertinentes de los sistemas previsionales y el
monto obtenido según el promedio de las remuneraciones percibidas por el trabajador en los doce
meses anteriores a la fecha de cese es cubierta por el Fondo Complementario de Jubilación Minera,
Metalúrgica y Siderúrgica (FCJMMS).
El monto del beneficio complementario a otorgarse más la pensión de jubilación que perciba el
beneficiario no podrá ser mayor a una Unidad Impositiva Tributaria (UIT).

ARTÍCULO 4
Acumulación de periodos de trabajo efectivo
Los periodos de trabajo efectivo cumplidos en forma continua o alternada en las actividades mine-
ras, metalúrgicas y siderúrgicas son acumulables a efectos de obtener el beneficio complementario
regulado por la presente Ley.

ARTÍCULO 5
Pensiones de invalidez, viudez y orfandad
Los titulares de las pensiones de invalidez, viudez y orfandad tienen derecho a percibir el beneficio
complementario regulado por la presente Ley en el porcentaje previsto en las normas previsionales
pertinentes.

ARTÍCULO 6
Administración del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
(FCJMMS)
El Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica (FCJMMS) será admi-
nistrado por una institución que tendrá a su cargo la aplicación del Régimen Complementario de
Pensiones para Trabajadores de la Actividad Minera, Metalúrgica y Siderúrgica, que se establecerá en
el reglamento de la presente Ley previa coordinación entre la Oficina de Normalización Previsional
(ONP), el Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo,
los cuales determinarán qué entidad se hará cargo de la administración del fondo complementario
de jubilación minera, metalúrgica y siderúrgica.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 1 de la Ley Nº 26516, el Fondo Complementario de Jubila-
ción Minera, Metalúrgica y Siderúrgica (FCJMMS) queda incorporado al control y supervisión de
la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Pensiones.

ARTÍCULO 7
Comisión mixta
Créase una comisión mixta, integrada por trabajadores y empleadores, que fiscalizará la gestión de
los recursos del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica (FCJMMS).
Su composición y funciones se establecerán en el reglamento.

298
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 8
Aplicación del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
(FCJMMS)
El goce del beneficio del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
(FCJMMS) se hará efectivo a partir de los dieciocho meses de vigencia de la presente Ley.

ARTÍCULO 9
Reglamentación
El Poder Ejecutivo reglamentará la presente Ley en un plazo no mayor de sesenta días, contado a
partir de su vigencia.
POR TANTO:
Habiendo sido reconsiderada la Ley por el Congreso de la República, aceptándose las obser-
vaciones formuladas por el señor Presidente de la República, de conformidad con lo dispuesto por
el artículo 108 de la Constitución Política del Perú, ordeno que se publique y cumpla.
En Lima, a los siete días del mes de julio de dos mil once.
CÉSAR ZUMAETA FLORES
Presidente del Congreso de la República

02 APRUEBAN REGLAMENTO DE LA LEY Nº 29741, LEY QUE CREA


EL FONDO COMPLEMENTARIO DE JUBILACIÓN MINERA,
METALÚRGICA Y SIDERÚRGICA (11/05/2012)

DECRETO SUPREMO Nº 006-2012-TR


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO:
Que, mediante la Ley Nº 29741, se creó el Fondo Complementario de Jubilación Minera, Me-
talúrgica y Siderúrgica, el que se constituye con el aporte del cero coma cinco por ciento de la renta
anual de las empresas mineras, metalúrgicas y siderúrgicas, antes de impuestos y, con el aporte del
cero coma cinco por ciento mensual de la remuneración bruta mensual de cada trabajador minero,
metalúrgico y siderúrgico, siendo un fondo de seguridad social de carácter intangible y sus recursos
se aplican única y exclusivamente para pensiones;
Que, asimismo, la Ley Nº 29741 creó un beneficio a otorgarse de forma complementaria a la
pensión de jubilación que perciban los pensionistas de la Ley Nº 25009, Ley de Jubilación de los
Trabajadores Mineros, y la Ley Nº 27252, Ley que Establece el Derecho de Jubilación Anticipada
para Trabajadores Afiliados al Sistema Privado de Pensiones que Realizan Labores que Implican
Riesgo para la Vida o la Salud;
Que, la citada norma legal señala que el Poder Ejecutivo se encarga de reglamentar su con-
tenido, en tanto que el control y supervisión del citado Fondo Complementario es efectuado por la
Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Pensiones;

299
César Abanto Revilla

Que, en tal sentido, es indispensable emitir la norma reglamentaria que regule el funciona-
miento del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica;
De conformidad con lo regulado en el numeral 8) del artículo 118 de la Constitución Política
del Perú, el literal e) del numeral 2) del artículo 8 de la Ley Nº 29158, Ley Orgánica del Poder Eje-
cutivo y, el numeral 5.1) del artículo 5 de la Ley Nº 29381, Ley de Organización y Funciones del
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo;
DECRETA:

ARTÍCULO 1
Aprobación del Reglamento de la Ley Nº 29741, Ley que crea el Fondo Complementario de
Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
Apruébese el Reglamento de la Ley Nº 29741, Ley que crea el Fondo Complementario de Jubila-
ción Minera, Metalúrgica y Siderúrgica, el cual consta de once (11) artículos, tres (3) Disposiciones
Complementarias Finales y cuatro (4) Disposiciones Complementarias Transitorias, cuyo texto forma
parte integrante del presente Decreto Supremo.

ARTÍCULO 2
Vigencia
La presente norma entra en vigencia al día siguiente de su publicación en el diario oficial El Peruano.

ARTÍCULO 3
Refrendo
El presente Decreto Supremo es refrendado por el Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, el
Ministro de Economía y Finanzas y el Ministro de Energía y Minas.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los once días del mes de mayo del año dos mil doce.
MARISOL ESPINOZA CRUZ
Primera Vicepresidenta de la República
Encargada del Despacho de la Presidencia de la República

REGLAMENTO DE LA LEY Nº 29741, LEY QUE CREA EL FONDO


COMPLEMENTARIO DE JUBILACIÓN MINERA, METALÚRGICA
Y SIDERÚRGICA
ARTÍCULO 1
De las Definiciones
Para los efectos del presente Reglamento, se entenderá por:
1. Aporte de la Empresa: Al aporte del cero coma cinco por ciento (0,5%) de la renta neta anual
antes de impuestos.
2. Aporte del Trabajador: Al aporte del cero coma cinco por ciento (0,5%) de la remuneración bruta
mensual de acuerdo con el Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad
Laboral aprobado por Decreto Supremo Nº 003-97-TR y el Texto Único Ordenado de la Ley

300
Sistema Nacional de Pensiones

de Compensación por Tiempo de Servicios, aprobado por Decreto Supremo Nº 001-97-TR o


las normas que las sustituyan.
Considérese que los trabajadores que se encuentran obligados a realizar aportes al Fondo son
aquellos trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos que laboren en minas subterráneas
o aquellos que realicen labores directamente extractivas en las minas a tajo abierto; así como
quienes laboren en centros mineros, metalúrgicos o siderúrgicos conforme a las definiciones
establecidas en el Decreto Supremo Nº 029-89-TR y el Decreto Supremo Nº 164-2001-EF y
sus normas modificatorias.
Numeral modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 001-2013-TR publicado el
26/04/2013.
3. Beneficio Complementario: Al beneficio creado por la Ley y cubierto por el Fondo Comple-
mentario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica, el cual es adicional a la pensión.
4. Beneficiario: Al pensionista que cumpliendo los requisitos señalados en el artículo 8 obtenga
el Beneficio Complementario.
5. Código Tributario: Al Texto Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por Decreto
Supremo Nº 135-99-EF y normas modificatorias.
6. Empresa: Para los efectos de la presente norma se define:
a. Empresa minera: Empresa que realiza actividades de la industria minera reguladas en
el Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería aprobado por Decreto Supremo
Nº 014-92-EM.
b. Empresa metalúrgica: Empresa que realiza el conjunto de procesos físicos, químicos
y/o físico-químicos, requeridos para concentrar y/o extraer las sustancias valiosas de
los minerales de acuerdo al numeral 2 del artículo 17 del Decreto Supremo Nº 014-
92-EM.
c. Empresa siderúrgica: Empresa que realiza el tratamiento del mineral de hierro hasta lograr
diferentes tipos de este o sus aleaciones, tales como: industrias básicas de hierro y acero,
fundición de metales, fundición de hierro y acero, y fundición de metales no ferrosos; de
acuerdo a la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU), Revisión 4.
7. FCR: Al Fondo Consolidado de Reservas Previsionales creado por el Decreto Legislativo
Nº 817, Ley del régimen previsional a cargo del Estado.
8. FCJMMS: Al Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica a que
se refiere la Ley Nº 29741.
9. La Comisión: A la Comisión Mixta creada por el artículo 7 de la Ley.
10. Ley: A la Ley Nº 29741, Ley que crea el Fondo Complementario de Jubilación Minera, Meta-
lúrgica y Siderúrgica.
11. MINEM: Al Ministerio de Energía y Minas.
12. MTPE: Al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
13. ONP: Oficina de Normalización Previsional.
14. Pensión: A la prestación económica que percibe el pensionista de jubilación bajo los alcances
de la Ley Nº 25009 (Sistema Nacional de Pensiones) y la Ley Nº 27252 (Sistema Privado de

301
César Abanto Revilla

Pensiones), originados en la actividad minera, metalúrgica o siderúrgica, y sujetos a los des-


cuentos de la Ley Nº 26790 (Ley de Modernización de la Seguridad Social en Salud); asimismo,
a las prestaciones que percibe el pensionista de invalidez, viudez y orfandad de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 7 de este reglamento.
Adicionalmente, entiéndase dentro del concepto de monto pensionario a que se refiere el
artículo 3 de la Ley, a las pensiones de jubilación o invalidez sumada a cualquier tipo de pen-
sión, pensión complementaria, o bono complementario de naturaleza pensionaria de acuerdo
a las normas del Sistema Nacional de Pensiones o Sistema Privado de Pensiones originadas
dentro del Régimen Minero, Metalúrgico o Siderúrgico y sujetos a los descuentos de la Ley
Nº 26790; dicho concepto no incluye los beneficios obtenidos bajo el alcance del Decreto Ley
Nº 18846 y del Seguro Complementario de Trabajo y Riesgo”.
Adicionalmente, entiéndase dentro del concepto de monto pensionario a que se refiere el
artículo 3 de la Ley a las pensiones de jubilación e invalidez sumada a la pensión de so-
brevivencia que perciba el beneficiario, según corresponda; así como todo tipo de pensión
complementaria y bono complementario de naturaleza pensionaria de acuerdo a las normas
del Sistema Nacional de Pensiones o Sistema Privado de Pensiones.
Numeral modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 001-2013-TR publicado el
26/04/2013.
15. Pensionista: Al trabajador que obtiene la condición de pensionista de jubilación bajo los alcances
de la Ley Nº 25009 y la Ley Nº 27252, así como el pensionista de invalidez, viudez y orfandad
de acuerdo a las normas previsionales pertinentes.
16. Promedio de Remuneraciones: Al promedio de las remuneraciones percibidas por el trabajador
en los doce (12) últimos meses anteriores a la fecha de cese
17. Remuneración: Es aquella en la cual se considera la remuneración básica y todas las cantidades
que regularmente perciba el trabajador, en especie como contraprestación de su labor, cualquiera
sea la denominación que se les dé, siempre que sean de su libre disposición, de conformidad
con lo establecido en el artículo 6 del TUO de la Ley de Productividad y Competitividad La-
boral, aprobado por el Decreto Supremo Nº 003-97-TR. Se incluye en este concepto el valor
de la alimentación principal cuando es proporcionada en especie y se excluye a los conceptos
contemplados en los artículos 19 y 20 del TUO de la Ley de Compensación por Tiempo de
Servicios, aprobado por el Decreto Supremo Nº 001-97-TR.
18. SBS: A la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de
Pensiones.
19. Sunat: A la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria.
20. SNP: Sistema Nacional de Pensiones.
21. SPP: Sistema Privado de Pensiones.
22. Trabajador: Al trabajador minero, metalúrgico y siderúrgico cuyas actividades se encuentren
comprendidas en el Decreto Supremo Nº 029-89-TR y el Decreto Supremo Nº 164-2001-EF
y sus normas modificatorias.
23. UIT: Unidad Impositiva Tributaria.
Asimismo, cuando se haga referencia a un artículo sin mencionar la disposición a la cual corresponde,
se entenderá referido al presente Reglamento.

302
Sistema Nacional de Pensiones

ARTÍCULO 2
De la constitución del FCJMMS
El FCJMMS está constituido por los aportes de los trabajadores y las empresas.

ARTÍCULO 3
De la Administración del FCJMMS
La ONP se encargará de la administración del Beneficio Complementario. En el caso de los pen-
sionistas del SPP, las AFP deberán remitirle a la ONP, la información necesaria para el cálculo del
beneficio complementario.
Los recursos del FCJMMS serán administrados por el FCR. Dichos recursos se contabilizarán en
forma independiente de los demás recursos a cargo del FCR. La administración de los recursos se
regirá por los lineamientos que para tal efecto establezca el Directorio del FCR.
La Sunat administra los aportes a que se refiere la Ley, los cuales serán transferidos al FCR para
integrar el FCJMMS, luego de deducir la comisión respectiva en favor de la Sunat y la comisión
correspondiente a la ONP para la atención del gasto de administración del beneficio complementario,
calculada esta última en el equivalente al tope del porcentaje previsto en el inciso a. del numeral 3
del artículo 12 del Reglamento de la Ley Nº 28532, aprobado por Decreto Supremo Nº 118-2006-
EF, aplicado sobre la suma de la recaudación, ingresos que constituyen Recursos Directamente
Recaudados para la ONP.

ARTÍCULO 3-A
De la fecha de corte para el acceso al Beneficio Complementario y de la obligación de infor-
mación
La fecha de corte para la determinación de pensionistas del SNP y SPP para acceder al Beneficio
Complementario será el día 31 de diciembre de cada año.
Al último día hábil de febrero de cada año, la información sobre beneficiarios, el importe de sus
pensiones, y promedio de sus remuneraciones durante los doce (12) meses anteriores al último mes
de aportación, será determinada por la ONP para los beneficiarios del SNP y entregada por las AFP
a la ONP para el caso de beneficiarios del SPP.
Artículo incorporado por el artículo 2 del Decreto Supremo Nº 001-2013-TR publicado el
26/04/2013.

ARTÍCULO 4
De los recursos del FCJMMS
Los recursos del FCJMMS son intangibles, es decir, no pueden ser donados, embargados, rematados,
dados en garantía, ni destinados para otro fin que no sea para el pago del beneficio complementario.
Son recursos del FCJMMS:
a) El aporte de las empresas;
b) El aporte de los trabajadores;
c) Las donaciones;

303
César Abanto Revilla

d) El rendimiento de sus inversiones;


e) Los intereses y multas generados por el incumplimiento de los aportes; y,
f) Cualquier otro ingreso que se disponga por Ley.

ARTÍCULO 5
Del pago de los aportes
Están obligados a retener el aporte, los sujetos que paguen o acrediten remuneraciones a los trabaja-
dores. Las retenciones deberán ser pagadas a la Sunat dentro de los plazos establecidos en el Código
Tributario para las obligaciones de periodicidad mensual.
Los aportes de la empresa deberán ser pagados a la Sunat dentro de los doce (12) primeros días
hábiles del mes siguiente de presentada la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta que
efectúen las empresas.

ARTÍCULO 6
Del incumplimiento del pago de los aportes
En caso de incumplimiento del pago de los aportes se aplicará los intereses de acuerdo a lo dispuesto
en el Código Tributario.

ARTÍCULO 7
Del Beneficio Complementario
El Beneficio Complementario, adicional a la pensión, será otorgado a los pensionistas de jubilación
bajo los alcances de la Ley Nº 25009 y la Ley Nº 27252.
El Beneficio Complementario también será otorgado a los pensionistas de invalidez, viudez y
orfandad, en el porcentaje previsto en las normas previsionales pertinentes. Se otorga a los titu-
lares de la pensión de viudez y orfandad, siempre que se deriven de una pensión de jubilación
al amparo de la Ley Nº 25009 y la Ley Nº 27252. En el caso de los titulares de las pensiones de
invalidez, el beneficio se otorgará siempre y cuando los aportes se hayan originado por labores
realizadas en las actividades minera, metalúrgica o siderúrgica a que se refieren la Ley Nº 25009
y la Ley Nº 27252.

ARTÍCULO 8
De los requisitos para el goce del Beneficio Complementario
Los requisitos para el goce del Beneficio Complementario son:
1. Presentar la solicitud de obtención del Beneficio Complementario ante la ONP o AFP en que
se haya obtenido el derecho pensionario originado en el Régimen Minero, Metalúrgico o Si-
derúrgico, según corresponda hasta el último día hábil de cada año.
2. Acreditar la condición de pensionista:
a) Para el caso del SNP: Contar con el acto administrativo que otorga la pensión al benefi-
ciario y/o estar percibiendo dicha pensión; y,
b) Para el caso del SPP: percibir pensión bajo cualquier modalidad.
3. La pensión no sea mayor a la UIT ni al promedio de las remuneraciones.

304
Sistema Nacional de Pensiones

Si con posterioridad a la obtención del beneficio complementario se pierde la condición de pensio-


nista, pero esta es luego recuperada, el beneficiario deberá solicitar nuevamente su inscripción, sin
que se pueda considerar que se ha generado devengados.
Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

ARTÍCULO 9
Del cálculo del Beneficio Complementario y pago
Para calcular el Beneficio Complementario, se considerará el siguiente procedimiento:
i) Determinar los beneficiarios que cumplen con los requisitos para el goce del Beneficio Com-
plementario para cada ejercicio fiscal, en base a la información de la ONP y AFP.
ii) Determinar el importe de los recursos del Fondo Complementario de Jubilación Minera, Me-
talúrgica y Siderúrgica efectivamente recaudados para cada ejercicio fiscal.
iii) Calcular el promedio de las remuneraciones percibidas por el trabajador en los doce (12) meses
anteriores a la fecha del cese de cada Beneficiario.
iv) Identificar la UIT vigente a la fecha de presentación de la solicitud de obtención del Beneficio
Complementario ante la ONP o AFP.
v) Establecer el importe de pensión de cada uno de los Beneficiarios para cada ejercicio fiscal en
base a la información de la ONP y AFP.
vi) El Beneficio Complementario de cada beneficiario, para cada ejercicio anual es el resultado
de la diferencia del Promedio de su remuneración menos el monto de su pensión, según la
información de la ONP o de la AFP hasta el límite establecido por la Ley.
vii) Si el promedio de las remuneraciones es mayor a la UIT, el beneficio complementario es el
resultado de la diferencia de la UIT menos el monto pensionario.
viii) Si el promedio de remuneraciones es menor a la UIT, el beneficio complementario es el resultado
del promedio de las remuneraciones menos el monto pensionario.
ix) El Beneficio Complementario obtenido según lo señalado anteriormente será multiplicado
por doce (12) a fin de obtener el monto anual que servirá para establecer el importe que le co-
rresponda a cada uno de los Beneficiarios en relación al Fondo Complementario de Jubilación
Minera, Metalúrgica y Siderúrgica para dicho año.
x) El pago del Beneficio Complementario Anual se realizará en una sola oportunidad al año,
conforme al cronograma que emitirá la ONP una vez efectuado el cálculo.
En el caso de que los recursos del fondo sean insuficientes, el pago se realizará de manera
proporcional al beneficio complementario de cada beneficiario según los recursos acumulados
en el fondo, sin generarse deuda por el diferencial que resulte del importe íntegro del beneficio
complementario.
Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

ARTÍCULO 10
De la Comisión
La Comisión a que se refiere el artículo 7 de la Ley estará conformada por tres (3) representantes
designados por los trabajadores y dos (2) representantes designados por las empresas.

305
César Abanto Revilla

Cualquier controversia por la designación de los representantes de los trabajadores y las empresas
será resuelta por el MTPE y el MINEM, respectivamente.
La acreditación de los representantes de los trabajadores y las empresas será realizada mediante
Resolución Ministerial del MTPE y el MINEM, respectivamente.
La Comisión tiene como función fiscalizar la gestión de los recursos del FCJMMS. Esta función
fiscalizadora consiste en:
1. Solicitar informes financieros contables mensualmente al FCR sobre sus actividades como
administrador de los recursos del FCJMMS; e,
2. Informar a la SBS respecto de irregularidades en la administración.
La Comisión está facultada para aprobar su Reglamento Interno en el marco de su función fiscali-
zadora.
La Comisión elegirá a su Presidente entre sus representantes de acuerdo a los criterios establecidos
en su Reglamento Interno.
El Presidente de la Comisión ejercerá la representación legal y tendrá las facultades que en forma
específica le otorgue la misma Comisión en el ámbito de la función fiscalizadora.
El mandato del presidente y sus representantes es de dos (2) años, el cual es de carácter improrrogable.
Las actividades de la Comisión no generan gastos al FCJMMS.

ARTÍCULO 11
De la Supervisión y Control del FCJMMS
La SBS tiene como función la supervisión y control del FCJMMS, pudiendo para tal efecto:
1. Solicitar informes al FCR sobre la administración de los recursos del FCJMMS.
2. Emitir informes trimestrales y recomendaciones sobre el funcionamiento del FCJMMS.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES


PRIMERA
Aplicación temporal de los aportes
Los aportes de los trabajadores devengados hasta la entrada en vigencia del presente Reglamento
serán pagados de manera fraccionada en el plazo de doce (12) cuotas mensuales.
El pago de dichas cuotas deberá efectuarse en el plazo previsto en el Código Tributario para las
obligaciones de determinación mensual.
La Sunat deberá emitir las normas correspondientes dentro del mes siguiente de la entrada en vigencia
del presente Reglamento.
Los aportes de las empresas correspondientes al periodo 2012, se efectuarán en el 2013, tenien-
do como referencia la Declaración Anual del Impuesto a la Renta correspondiente al ejercicio
gravable 2012.

306
Sistema Nacional de Pensiones

SEGUNDA
De los titulares de pensiones cuya remuneración de referencia ha perdido poder adquisitivo
por la inflación
Para el cálculo del Beneficio Complementario de los pensionistas mineros, metalúrgicos y side-
rúrgicos cuya remuneración de referencia ha perdido poder adquisitivo como consecuencia de la
inflación ocurrida entre los años 1989 a 1991, se adoptará como promedio de remuneraciones una
(1) Remuneración Mínima Minera regulada por el Decreto Supremo Nº 030-89-TR.
Disposición derogada por la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Supremo
Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

TERCERA
Normas para la aplicación del presente Decreto Supremo
El MTPE, el MINEM, la SBS, la SUNAT, la ONP y el FCR dictarán normas que resulten necesarias
para la implementación y el funcionamiento del FCJMMS.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS TRANSITORIAS


PRIMERA
Consultas sobre el FCJMMS
La ONP es el organismo encargado de absolver las consultas vinculadas al funcionamiento del
FCJMMS.

SEGUNDA
Cálculos Actuariales
Dentro de los noventa (90) días siguientes a la vigencia del presente Reglamento la ONP debe efectuar
un Cálculo Actuarial, para determinar los montos a pagar por concepto del Beneficio Complementario.
El citado cálculo se realizará cada año para actualizar los montos a pagar y contar con las estadísticas
para evaluar el funcionamiento del FCJMMS.
El MTPE, la SBS, las AFP y el FCR deberán remitir la información que solicite la ONP para la
realización del cálculo actuarial.
Disposición derogada por la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Supremo
Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

TERCERA
Fecha de inicio del pago del Beneficio Complementario
El pago del Beneficio Complementario se efectuará a partir del 11 de enero de 2013, siempre que se
haya presentado la solicitud correspondiente con anterioridad a dicha fecha.
El pago del Beneficio Complementario se efectuará a partir de la fecha de presentación de la solicitud,
cuando esta se presente desde la fecha mencionada en el párrafo anterior.
Disposición derogada por la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Supremo
Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

307
César Abanto Revilla

CUARTA
Del cálculo del beneficio complementario respecto a los aportes de los trabajadores al 30 de
abril de 2013
Para el cálculo del beneficio complementario a realizarse al 30 de abril de 2013, se tendrá en cuenta
los aportes de los trabajadores realizados durante los años 2011 y 2012, y el aporte anual de las
empresas a que se refiere el cuarto párrafo del artículo 9.
Disposición derogada por la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Supremo
Nº 001-2013-TR publicado el 26/04/2013.

308
ANEXOS JURISPRUDENCIALES

Principales precedentes jurisprudenciales


relacionados al Sistema Nacional
de Pensiones
01 DECRETO LEY Nº 25967: DERECHOS ADQUIRIDOS

EXPEDIENTE Nº 0007-96-I/TC-LIMA (ACUMULADO)


BERNARDO FERNÁNDEZ GIL, HERNÁN ESPINOZA SEGOVIA, XAVIER BARRÓN
CEBREROS Y FRANCISCO ERCILIO MOURA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los veintitrés días del mes de abril de mil novecientos noventisiete, el Tribunal
Constitucional, en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores Magistrados: Nu-
gent, Presidente; Acosta Sánchez, Vicepresidente; Aguirre Roca; Díaz Valverde; Rey Terry; Revo-
redo Marsano; García Marcelo; actuando como Secretario-Relator(e) el Dr. José Luis Echaíz Espi-
noza, emite la siguiente sentencia, en la acción de inconstitucionalidad Nº 007-96-I/TC, vista en la
sede institucional de la ciudad de Lima, el diez de marzo de mil novecientos noventisiete.
I. ASUNTO
Demanda de Inconstitucionalidad interpuesta por don Bernardo Fernández Gil, don Hernán
Espinoza Segovia, don Xavier Barrón Cebreros y don Francisco Ercilio Moura, contra los artí-
culos 7, 8, 9, 10 y la Disposición Transitoria Única del Decreto Ley Nº 25967, que modificó el
goce de pensiones de jubilación que administraba el Instituto Peruano de Seguridad Social, de-
manda que fue acumulada mediante Resolución de fecha veintisiete de diciembre del mismo año,
con la Demanda de Inconstitucionalidad interpuesta por más de cinco mil ciudadanos, represen-
tados por don Percy Rodríguez Mendoza, contra el artículo 7 del D.L. Nº 25967, sustituido por
el artículo 1 de la Ley Nº 26323, y el artículo 2 de la misma, por cuanto tales normas permiten
legalmente, que los pensionistas del régimen del D.L. Nº 20530, sean transferidos a la Oficina de
Normalización Previsional, liberando de la responsabilidad del pago de las pensiones a la enti-
dad en que los mismos prestaron servicios y cesaron, lo que afecta su derecho a una pensión de
cesantía nivelada.
II. ANTECEDENTES
Los demandantes amparan su pretensión, en los artículos 200 inciso 4), 202 inciso 1) y 203
inciso 5) de la Constitución, 1, 2, 20 inciso 1), 21, 23, 25 inciso 5), 26 y 29 de la Ley Nº 26435, Or-
gánica del Tribunal Constitucional.
Las demandas fueron admitidas a trámite por el Tribunal Constitucional, por resoluciones de
fecha siete de noviembre y veintisiete de diciembre de mil novecientos noventiséis, respectivamen-
te, por cuanto los demandantes cumplieron con los requisitos señalados por la Ley Orgánica de este
Tribunal, de estas demandas se corrió traslado a los demandados, quienes las contestaron absolvien-
do dicho trámite en el caso del Poder Ejecutivo, lo hizo el Procurador ad hoc designado mediante
Resolución Suprema Nº 240-96-JUS, del once de diciembre de mil novecientos noventiséis, don
Fernando de Trazegnies Granda, y en el del Congreso de la República, el señor Congresista doctor

311
César Abanto Revilla

Óscar Medelius Rodríguez, con fecha seis de enero y veinte de febrero de mil novecientos noven-
tisiete, quien fue nombrado apoderado por Acuerdo de la Mesa Directiva del Congreso de fecha
veinticinco de noviembre de mil novecientos noventiséis.
La demanda de inconstitucionalidad de los artículos referidos en el “Asunto” de la presente,
se fundamenta en lo siguiente:
a) La “inconstitucionalidad congénita” del D.L. Nº 25967
Los demandantes al fundamentar la interposición de la presente demanda de inconstituciona-
lidad, hacen una “simple acotación tangencial”, para precisar que entienden que dicho D.L. con-
traviene flagrantemente “no solo nuestro ordenamiento legal vigente, sino que también violentó el
ordenamiento constitucional vigente al momento de promulgarse la citada norma (en ese entonces
se encontraba vigente la Constitución de 1979)”.
Se trata de un Decreto Ley con efectos retroactivos malignos, que “ofende la conciencia na-
cional, y resiente los más elementales principios naturales y constitucionales de cualquier sociedad
civilizada”, el que además, al no haber sido promulgado por un Congreso regular y constitucional,
“presenta una grave inconstitucionalidad congénita”.
b) La creación e implementación de la Oficina de Normalización Previsional
El 12 de diciembre de 1992, el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional expidió el
D.L. Nº 25967, cuyo artículo 7 crea la Oficina de Normalización Previsional ONP, la que desde el 1
de enero de mil novecientos noventitrés, asumiría la función de administrar el Sistema Nacional de
Pensiones (en adelante SNP) a que se refiere el D.L. Nº 19990, así como otros regímenes pensiona-
rios administrados por el Estado, los que expresamente deberán ser señalados mediante resolución
suprema refrendada por el Ministro de Economía y Finanzas.
Este artículo del D.L. Nº 25967, posteriormente fue modificado por el artículo 1 de la Ley
Nº 26323, expedida por el Congreso Constituyente Democrático, el que dispuso que en rela-
ción al régimen del Sistema Nacional de Pensiones cualquier referencia que se haga al Instituto
Peruano de Seguridad Social, deberá entenderse como referida a la Oficina de Normalización
Previsional, y expresa además, que esta Oficina es la encargada del cálculo, emisión, verifica-
ción y entrega de los “Bonos de Reconocimiento” a que hace referencia el artículo 9 del D.L.
Nº 25897.
Los artículos 7 y 8 del D.L. Nº 25967 disponen, que mediante D.S. se aprobará la trans-
ferencia de personal, activos y sistemas necesarios, que las entidades respectivas deberán efec-
tuar a la ONP, así como la derogatoria de los artículos de la Ley Nº 24786 que se refiere al SNP,
respectivamente.
Los demandantes señalan que estas disposiciones legales, conllevan el “desgajamiento” del
Sistema Nacional de Pensiones, que hasta entonces se encontraba expresamente incluido dentro del
ámbito de administración del Instituto Peruano de Seguridad Social conforme a lo regulado por el
artículo 14 de la Constitución Política de 1979, que encargaba su administración a una institución
autónoma y descentralizada con personería de derecho público.
Es así, que al pasar el Sistema Nacional de Pensiones del IPSS hacia la Oficina de Normali-
zación Previsional (ONP), no solo significa un claro atentado contra su autonomía, porque la ONP
es un ente dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas sino que además conlleva una clara
y flagrante violación del mandato constitucional antes indicado.

312
Sistema Nacional de Pensiones

c) La improcedencia de las acciones de amparo contra los efectos del Decreto Ley Nº 25867
Afirman los demandantes, que el legislador, precaviendo la natural reacción de los afectados
ante la vulneración de sus derechos legales y constitucionales, dispuso en el artículo 10 del Decreto
Ley Nº 25967, que las acciones de amparo dirigidas a impugnar directa o indirectamente los efec-
tos de aplicación de dicho D.L., no son procedentes.
Esta disposición conlleva para los asegurados afectados en sus derechos, “una total indefen-
sión jurídica, ya que fueron ilegalmente privados del acceso a los recursos que (....) la Constitución
del Estado y otras normas internacionales aplicables, contemplan como derechos fundamentales de
toda persona”; es decir, “que no solo agravia y perjudica al interesado, sino, además se le prohíbe
que se defienda”.
La presencia de este artículo 10 prueba que el legislador sabía a plena conciencia de la ilega-
lidad e inconstitucionalidad de su norma, al extremo de prohibir las acciones de amparo, que es el
camino lógico para que los afectados protesten por el atropello.
d) Nuevas condiciones para acceder al goce de la pensión de jubilación
Para los demandantes, el D.L. Nº 25967, modificó el D.L. Nº 19990, estableciendo nuevas
condiciones para acceder al goce de la pensión de jubilación, disponiendo una “nueva modalidad
de cálculo para definir la Remuneración de Referencia, aplicable para los efectos previstos por el
Sistema Nacional de Pensiones regulado por el ya acotado D.L. Nº 19990.
Consideran que dicho cálculo es una nueva modalidad para reducir importante y sustancial-
mente la pensión final del interesado; si con el sistema vigente del D.L. Nº 19990 le correspondía
un determinado monto de pensión mensual “tomando como referencia la última remuneración de
los últimos doce (12) meses”, ahora con el nuevo sistema, se toma como referencia la remuneración
de los últimos 36, 48 o 60 meses, según sea el caso, con lo que “la pensión final del solicitante se
reduce hasta niveles vergonzosos”, por la inflación de esos periodos.
Además de las nuevas condiciones para el acceso y goce de los beneficios establecidos en el
Sistema Nacional de Pensiones, la Disposición Transitoria Única del D.L. Nº 25967 dispuso que
las solicitudes en trámite a la fecha de vigencia del presente D.L., deberán ceñirse a las normas que
este prescriba, es decir, imponiendo su aplicación retroactiva, “perjudicando con ello los derechos
espectaticios y reales de todos los asegurados que, cumplidos los requisitos de ley vigentes hasta
antes del 12/12/1992”, y que “en ese momento se encontraban tramitando el goce de una pensión
de jubilación, conforme a las normas originalmente establecidas por el Sistema Nacional de Pen-
siones regulado por D.L Nº 19990”.
Finalmente señalan que esta ley atenta contra el principio constitucional de la irretroactivi-
dad de las leyes consagrado en el artículo 103 de la Constitución Vigente, extendiendo sus efectos
al pasado, y perjudica a los ciudadanos que “al momento de renunciar a sus respectivos trabajos
para acogerse a la jubilación, lo hacían en cumplimiento de la legislación vigente ese momento”.
e) Derecho a la pensión nivelable
La Constitución vigente garantiza a toda persona el derecho universal y progresivo a la segu-
ridad social, en su artículo 10.
Este precepto asigna a la seguridad social, una doble finalidad: a) “proteger” a la persona fren-
te a las contingencias de la vida y b) “elevar su calidad de vida”; este es el contenido esencial del
derecho constitucional a la seguridad social, el que se concreta a través de los diferentes regímenes

313
César Abanto Revilla

que pudieran establecerse. Para los cesantes y jubilados, el medio para alcanzar dicho nivel de vida,
es la percepción de una pensión que guarde proporción con el costo de vida y no se torne diminuta
con el correr del tiempo.
En el caso de los servidores públicos que se encuentran en el régimen establecido por el D.L.
Nº 20530, la concreción de aquellas normas constitucionales reside en el derecho a percibir una
pensión de cesantía o jubilación renovable, para que haya igualdad con la remuneración que perci-
be el trabajador que desempeña igual labor o función a la que desempeñaba el cesante al concluir su
ciclo laboral. Este mecanismo de reajuste también conocido como “Cédula Viva”, fue consagrado
por la Octava Disposición Transitoria de la Constitución de 1979, y es posteriormente, que la Cons-
titución de 1993, dispuso en su Primera Disposición Final y Transitoria que los nuevos regímenes
sociales obligatorios que se establezcan en materia de pensiones, no afecta los derechos legalmen-
te obtenidos, en particular, los correspondientes a los regímenes de los D.L. Nºs 19990 y 20530, y
sus modificatorias.
De esta manera, la Constitución de 1993 concede ultractividad a la Octava Disposición Gene-
ral y Transitoria de la Constitución de 1979, garantizando la vigencia de las normas legales basadas
en esta, así como los derechos adquiridos bajo su imperio, las que han regulado de manera clara el
derecho de los cesantes sujetos a este régimen de pensión nivelada con el haber del servidor en ac-
tividad, lo que guarda relación con el artículo 50 del D.L. N 20530.
Posteriormente, la Ley Nº 23495, desarrolló el concepto de la Octava Disposición General y
Transitoria, señalando en su artículo 5, que con posterioridad a la nivelación de las pensiones con
los haberes, todo incremento que reciban los servidores públicos en actividad, en el desempeño del
cargo o similar al que ocupó el cesante o jubilado, originará el incremento de la pensión en el mis-
mo monto que el que corresponde al activo. El artículo 7 de la misma ley, concede a los servidores
con más de 30 años de servicios si es varón, o 25 años si es mujer, el derecho a percibir una pen-
sión en monto igual a las remuneraciones, bonificaciones y asignaciones que tuviese al cesar, es-
tableciendo “que la modificación de la escala de sueldos, bonificaciones y asignaciones da lugar a
expedición de nueva Cedula”.
El Reglamento de la Ley Nº 23495, aprobado por D.S. Nº 015-85-PCM, comprende en dicho
beneficio a todo servidor público con más de 20 años de servicio al Estado, otorgando una pensión
equivalente a una 30ava. o 25ava. parte de la remuneración referencial, se trate de hombres o mu-
jeres, por cada año de servicio.
Los demandantes, ponen como ejemplo el caso de los Pensionistas del Banco de la Nación.
En dicho caso señalan, como antecedente, que por disposición del D. Leg. Nº 339, se esta-
bleció en el Banco de la Nación, el régimen laboral de la actividad privada, reconociendo la Ley
Nº 26146 en su artículo 1, el derecho de los servidores de esta entidad, que a la fecha de promulga-
ción del D. Leg. Nº 339 se encontraban comprendidos en el régimen pensionario del D.L. Nº 20530
a continuar en dicho régimen.
El hecho de transferir a los pensionistas del Régimen del D.L. Nº 20530 a la ONP, significa
desvincularlos de la entidad en que laboraron y cesaron, la misma que estaba obligada al pago de
sus pensiones y a reajustarlas y nivelarlas cada vez que se produjera un incremento de las remu-
neraciones de los servidores en actividad, porque la ONP, conforme a lo normado por el artículo 4
de la Ley Nº 26323, es un pliego presupuestal y una institución pública descentralizada del Sector
Economía y Finanzas, con personería jurídica de derecho público interno, con fondos y patrimonio
propios y con autonomía funcional, administrativa, técnica, económica y financiera.

314
Sistema Nacional de Pensiones

Con esta transferencia, los cesantes del Banco de la Nación dependen ahora de una entidad
que es parte de la Administración Pública y pertenece al Sector Economía y Finanzas, resultando
evidente que al asumir la ONP la obligación del pago de las pensiones de los cesantes de una enti-
dad del sector público, no puede mantener el carácter homologado o nivelable de dichas pensiones,
con los haberes de los servidores públicos de las mismas categorías de la entidad en la que cesa-
ron, porque al desvincularse de esta, la entidad queda liberada de esa obligación. Así, el derecho a
la pensión nivelada, garantizado por la Octava Disposición General y Transitoria de la Constitu-
ción de 1979, y la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución vigente, es afectado
al transferirse el pago de una pensión a una institución ajena a aquella en la que sirvió el trabaja-
dor, como es el caso de la ONP. Por lo tanto, en el presente caso, la transferencia de los cesantes
del Banco de la Nación a la ONP, evidencia por ejemplo, que sus pensiones perderían el carácter
de nivelable; y esta medida, aparentemente de orden administrativo no puede vulnerar preceptos
constitucionales.
Consideran entonces, que el propósito de la transferencia del pago de las pensiones a la ONP,
es acabar con la nivelación de las pensiones, y no de tipo administrativo, como se ha afirmado, pre-
tendiendo terminar con el sistema de nivelación y homologación para separar y desvincular a los
cesantes de la entidad en la que laboraron. La Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema ha
sentado criterio jurisprudencial en vía de control difuso de la constitucionalidad, frente a intentos
legislativos similares para transferir el pago de las pensiones a entidades ajenas a las obligadas por
la Ley; Así ha declarado Fundada la acción de amparo interpuesta por la Asociación Nacional de
Cesantes y Jubilados de la Sunat, e inaplicable la 3ª Disposición Transitoria del D.Leg. Nº 673 que
dispuso la transferencia del Pago de pensiones de los cesantes del régimen del D.L. Nº 20530 de la
Sunat al Ministerio de Economía.
Conforme al criterio jurisprudencia de la Sala Constitucional y Social, la transferencia de los
pensionistas que prestaron servicios a la Sunat y al IPSS, al Ministerio de Economía y Finanzas,
“configura la violación de su derecho constitucional una pensión nivelada u homologada con los
haberes de los servidores activos de la entidad en que cesaron”.
f) Violación de los Derechos adquiridos de los Pensionistas
La 1ª Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993 consagra el respeto a los de-
rechos adquiridos en materia pensionaria, el que se aplica en los casos de sucesión normativa o de
derogación de una norma, a cuyo amparo se obtuvo la condición más beneficiosa que la estable-
cida o suprimida por una norma posterior, y “consiste en que el titular del derecho o beneficio ad-
quirido en virtud de aquella norma, lo conservará, no siendo aplicable la norma posterior menos
beneficiosa”.
La Constitución señala que la implantación de nuevos regímenes previsionales no implica el
desconocimiento de los derechos adquiridos por los pensionistas, pues por el contrario, obliga y ga-
rantiza su respeto, protegiéndolos frente a cualquier norma, acto o hecho que pueda afectarlos de
modo alguno.
El D.L. Nº 25967 y la Ley Nº 26323 vulneran el principio constitucional de respeto a los de-
rechos legalmente obtenidos en materia pensionaria, al posibilitar se transfiera a la ONP, la respon-
sabilidad de administrar el régimen del D.L. Nº 20530, y al afectar la nivelación de los haberes de
los cesantes con los de los servidores en actividad, de la misma categoría y entidad en la que pres-
taron servicios los cesantes.

315
César Abanto Revilla

La garantía de respeto a los derechos legalmente obtenidos consagrada por la 1ª Disposición


Final y Transitoria de la Constitución, supone entonces, la vigencia del régimen del D.L. Nº 20530
y sus normas modificatorias.
El artículo 13 del D.L. Nº 20530 señala que el pago de la pensión será efectuada por la enti-
dad en la que cesa el trabajador, no solo por razones de orden administrativo, sino también por la
naturaleza propia del régimen pensionario, al establecer la nivelación de las pensiones con los ha-
beres de los servidores en actividad, en donde se deben tomar como referencia, las remuneraciones
vigentes en la entidad en que cesaron los pensionistas; existe entonces, una conexión directa entre
el derecho a la pensión nivelada y la responsabilidad de que sea pagada por la entidad en que cesó
el pensionista, porque permite hacer efectiva la nivelación cuando se produzcan reajustes de remu-
neraciones en la entidad.
Tanto así, que el D.Leg. Nº 817 ha reiterado en su artículo 4 in fine, que cada entidad con-
tinúa manteniendo la responsabilidad del pago de las pensiones que le corresponde con arreglo
a Ley.
Entonces, el pago de la pensión le corresponde a la entidad en que laboró el pensionista, y
en caso de retirarle tal responsabilidad y transferirla a otra entidad pública, esta última no podrá
cumplir con la obligación de mantener niveladas dichas pensiones, salvo que tal entidad trans-
fiera a la ONP los recursos respectivos cuando disponga reajustes de remuneraciones de sus tra-
bajadores; además a decir de los demandantes, esto está expresamente previsto por la norma que
dispone la transferencia, lo que carece de sentido porque si la entidad en que cesaron los pensio-
nistas va a continuar obligada a sufragar las pensiones y actualizarlas con los aumentos de ha-
beres de los servidores activos, entonces ¿por qué no las paga directamente en lugar de hacerlo
mediante la ONP?
Finalmente, para los demandantes, “el derecho legalmente adquirido a que se refiere la Prime-
ra Disposición Final y Transitoria de la Constitución, comprende el régimen del D.L. Nº 20530 en
su conjunto, con los derechos que establece y las normas de administración, pago y aplicación de
las pensiones que son necesarias, y congruentes, para mantener la característica esencial de dicho
régimen: la pensión nivelada”.
Los representantes de los demandados, al absolver el traslado de la demanda señalaron:
a) La “inconstitucionalidad congénita” del D.L. Nº 25967
Los representantes de los demandados no se pronuncian concretamente sobre el particular, sin
embargo, genéricamente señalan que ninguna de las normas impugnadas viola precepto constitu-
cional alguno, puesto que el marco específico de la acción de inconstitucionalidad planteada es la
Constitución vigente.
b) La creación e implementación de la Oficina de Normalización Previsional
La Constitución de 1979, que es aquella en la que se basa la impugnación, dejó de estar vi-
gente cuando se promulgó la Constitución de 1993, conforme se expresa en la Disposición Final y
Transitoria Décimo Sexta de esta última. El artículo 10 de la actual Constitución, la única vigen-
te, legisla sobre la materia, y no contiene prescripción alguna sobre el tipo de institución que debe
administrar la seguridad social, ni tampoco limita esa administración a una sola institución. Así, la
presunta violación constitucional es ilusoria, “porque se basa en una pretendida contradicción con
una norma que ya no existe legalmente y con una Constitución que ya no es Constitución sino sim-
plemente una pieza de la historia jurídica del país”.

316
Sistema Nacional de Pensiones

El artículo 11 de la actual Constitución, prescribe que el Estado garantiza el libre acceso a las
Prestaciones de salud y a pensiones, a través de unidades públicas y privadas; Así, la propia Cons-
titución prevé la existencia de organismos de naturaleza diversa, los que tendrán a su cargo, la ad-
ministración del Sistema de Salud y de Pensiones. En ese contexto, la creación de la ONP, obedece
al desarrollo de una política por parte del Estado, en materia de Seguridad Social, la que se centra
en el paso de la administración del Sistema Nacional de Pensiones a una entidad distinta, lo que se
circunscribe a aspectos meramente administrativos, en donde las prestaciones que puedan ser otor-
gadas por el Sector Privado, son una alternativa moderna y responsable, siendo intangibles sus fon-
dos y reservas, como lo señala el artículo 12 de la propia Constitución; además, como afirma la pro-
pia parte demandante, “el acto mismo de la creación de la Oficina de Normalización Previsional no
comporta por sí misma una contravención constitucional”.
La creación de la ONP, es parte del cumplimiento de las obligaciones que todo Estado
miembro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asume al ratificar un convenio in-
ternacional, caso específico del Convenio OIT Nº 35, “relativo al seguro obligatorio de vejez de
los asalariados en las empresas industriales y comerciales, en las profesiones liberales, en el tra-
bajo a domicilio y en el servicio doméstico” y del Convenio Nº 36, sobre “seguro obligatorio
de vejez de los asalariados en las empresas agrícolas”, aprobados por Resoluciones Legislativas
Nºs 10195 y 13284.
En cuanto al artículo 8 del D.L. Nº 25967, debemos indicar que no contraviene disposición
constitucional alguna, puesto que es consecuencia del paso de la administración de un ente a otro,
el mismo que requiere implementaciones de toda índole, así, la ONP asume tanto el activo como
el pasivo del IPSS en materia de pensiones. Respecto de derogatoria de los artículos referidos a la
administración del SNP por el IPSS, dispuesta por el artículo 9 del referido D.L., los demandados
consideran que tal mandato es constitucional, “mas aún si tenemos en cuenta que uno de los princi-
pios generales del derecho glosa, que lo accesorio sigue la suerte del principal, siendo lo principal
la creación de la ONP, la que es titular de la administración del Sistema, y lo accesorio, el traspaso
de las facultades; “es aquí donde por seguridad jurídica y con la finalidad de que los usuarios ten-
gan la certeza y confiabilidad en el Sistema, es que derogan en forma expresa las facultades admi-
nistrativas del IPSS, para evitar la duplicidad de funciones”.
c) La improcedencia de las acciones de amparo contra los efectos del D.L. Nº 25967
Se denuncia como inconstitucional el artículo 10 del D.L. Nº 25967, porque los demandan-
tes consideran que dicha disposición “pretende privar al ciudadano de una garantía constitucional;
lo que resultaría inconstitucional”. Al respecto, consideran necesario precisar que el inciso 2) del
artículo 200 de la Constitución vigente dispone que no proceden las acciones de amparo contra nor-
mas legales, las que pueden ser impugnadas a través de la acción de inconstitucionalidad, que es lo
que se está ventilando ante el Tribunal Constitucional. El artículo 10 de la Ley Nº 25967, “se limita
a establecer lo que la Constitución establece”.
Además señalan los demandados, que la acción de amparo, por sí, no constituye un derecho,
sino un medio del que se valen las personas para recurrir al poder jurisdiccional, para que se les res-
tablezcan sus libertades o derechos violados o amenazados. El acto de recurrir al órgano jurisdic-
cional no es un derecho sustantivo sino procesal; en todo caso, “lo sustantivo está representado por
el derecho violado y lo procesal, por este camino particular de defensa”.
En todo caso, la acción de amparo no es el único medio para hacer valer los derechos, más aún
cuando se trata de una forma excepcional para ello, quedando subsistentes las formas convenciona-
les; así, no se ha recortado ni transgredido derecho alguno, máxime cuando el numeral 2 del artículo

317
César Abanto Revilla

200 de la Constitución prevé de manera expresa, que la acción de amparo no procede contra normas
legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de un procedimiento regular.
Es necesario recordar, que la acción de amparo procede cuando se han violado o amenazan
derechos constitucionales; en cuanto a lo primero, no se ha violado derecho alguno, y en cuanto a
la amenaza, los demandados citan al constitucionalista Alberto Borea, para quien esta debe estar
referida:
1.- a un derecho constitucional, 2.- debe ser real y concreta contra persona cierta que encuen-
tre en peligro el quebrantamiento de su derecho constitucional, 3.- debe ser inminente, es decir, en
vías de ejecución.
d) Nuevas condiciones para acceder al goce de la pensión de jubilación
La Disposición Transitoria dispone que las solicitudes en trámite a la fecha de entrada en vi-
gencia del Decreto Ley Nº 25967, se ceñirán a las normas que este prescribe.
Los demandantes estiman que ello implica retroactividad, la que se encuentra prescrita por el
artículo 187 de constitución derogada, y pretender darle nueva vida a ese texto legal para aplicarlo
ahora sobre el Decreto Ley cuya inconstitucionalidad se demanda. Además, una ley derogada, ya
no es una ley, aunque se trate de una Constitución;
Aún cuando los demandantes no lo han invocado –por lo que no puede ser aplicado a los mis-
mos por el Tribunal, porque no puede sustituirse a los demandantes–, tampoco el artículo 103 de la
actual Constitución podría servir como fundamento para considerar que la Disposición Transitoria
Única es retroactiva, y por lo tanto, inconstitucional.
Debe tenerse presente que las leyes son retroactivas, cuando se aplican hacia atrás, con el ob-
jeto de cambiar situaciones del pasado; “si esta ley pretendiera retirar los beneficios ya adquiridos
por alguien en el pasado, y los cuales se encuentra efectivamente gozando y le exigiera que devuel-
va lo recibido en el pasado, estaríamos claramente ante un caso de intolerable retroactividad. Pero
este no es el caso de la ley materia de esta acción de pretendida inconstitucionalidad. La Disposi-
ción Transitoria Única se limita a decir que la ley es aplicable de ahí en adelante, es decir, hacia
el futuro. De ninguna manera se pretende modificar el régimen de pensiones del pasado ni exigir
devolución de suma alguna: quienes están gozando de una pensión otorgada bajo la ley anterior,
continúan dentro de ese régimen. Pero a partir de la fecha de entrada en vigencia del nuevo Decre-
to Ley, todas las pensiones que se otorguen en el futuro deberán adecuarse a lo dispuesto por este
último. No hay, pues, aplicación hacia el pasado (retroactividad) sino aplicación inmediata y hacia
adelante de la nueva norma”.
La teoría de la intangibilidad de los derechos adquiridos se basa en la distinción entre lo que
es una mera expectativa y lo que es un derecho adquirido; el último es un derecho formalmente
constituido y en ejercicio, mientras que la expectativa es la situación en la que si se cumplen cier-
tas condiciones y formalidades, se adquirirá un derecho, pero como el derecho no se tiene aún, no
puede ser ejercido todavía.
El derecho adquirido es intocable por leyes posteriores, mientras que la expectativa tiene que
someterse y adaptarse a la nueva legislación.
Indican además, que la norma se refiere a “solicitudes en trámite” al 19 de noviembre de
1992, fecha de entrada en vigencia del Decreto Ley, lo que no contraviene derecho constitucional
alguno, más aún si tenemos en cuenta que se refiere a aquellas que no contaban con resoluciones

318
Sistema Nacional de Pensiones

administrativas que se pronuncian por el otorgamiento o no de la pretensión, y a diferencia de las


solicitudes que ya tuvieron pronunciamiento de las administración, en los que no corresponde la
aplicación del Decreto Ley Nº 25967, a diferencia de los que carecían del mismo.
La disposición transitoria hace referencia a solicitudes en trámite lo que se encuentra en el
ámbito de la mera expectativa, las que son atribuciones genéricas para actuar de acuerdo a derecho,
en la que si se cumplen ciertas formalidades y condiciones, se adquirirá el derecho; pero antes, el
derecho no se tiene y no puede ser ejercido todavía, y en tanto no son derechos adquiridos no en-
tran en nuestro dominio.
La Constitución de 1979, reconocía la teoría de los hechos cumplidos, la misma que se encon-
traba recogida en el artículo 187, el que tiene su norma reglamentaria en el Artículo III del Título
Preliminar del Código Civil, el mismo que recoge dicha teoría, al indicar que la ley se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.
e) Derecho a la pensión nivelable
El derecho a la nivelación de pensiones, en la actualidad tiene solo jerarquía legal, en tan-
to está contemplado para situaciones específicas en el D.L. Nº 20530. La Constitución de 1979
sí establecía con jerarquía constitucional, la nivelación de pensiones, la que fue regulada por Ley
Nº 23495 y por el D.S. Nº 015-83-PCM.
Al sustituirse la Constitución de 1979 por la actual, ya no se reconoce el derecho a la nivela-
ción, y en tal sentido, ya no puede ser objeto de referencia en una acción de inconstitucionalidad.
La actual Constitución, en la Segunda Disposición Final y Transitoria prescribe que: “El Estado ga-
rantiza el pago oportuno y el reajuste periódico de las pensiones que, administra con arreglo a las
previsiones presupuestarias que este designe para tales efectos, y a las posibilidades de la econo-
mía nacional”.
Señalan los demandantes que la “actual Constitución comenzó a regir los actos y he-
chos producidos a partir de su entrada en vigencia, en lo que respecta a las pensiones nive-
lables, estas dejaron de tener jerarquía constitucional al no haberse declarado su aplicación
ultractiva”.
Además, nuestro sistema jurídico no reconoce la teoría de los derechos adquiridos, sino la
aplicación inmediata de las normas, lo que significa, “que la nueva Disposición no afecta los dere-
chos materializados, sino los que se producen a partir de la fecha de la norma”.
f) Violación de los derechos adquiridos de los pensionistas
Para los demandantes, las normas materia de la presente acción, conllevan una violación al
mandato establecido en la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución, que condi-
ciona que los nuevos regímenes sociales obligatorios en materia de pensiones, no puede afectar los
derechos legalmente obtenidos, en particular, los existentes al momento de la promulgación de la
norma constitucional, esto es, los D.L. Nºs 19990 y 20530.
Este argumento no puede ser utilizado por la parte demandante para cuestionar la constitucio-
nalidad del artículo 2 de la Ley Nº 26323, que prescribe que “el objeto principal de la Oficina de
Normalización Previsional es la administración centralizada del Sistema Nacional de Pensiones y
el Fondo de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990 así como de otros sistemas de pen-
siones administrados por el Estado”.

319
César Abanto Revilla

Este dispositivo, contrariamente a lo sostenido no hace referencia a los derechos adquiridos,


sino a los legalmente obtenidos, lo que condiciona la validez de su otorgamiento al cumplimiento
de los requisitos señalados en la Ley.
La Constitución Política de 1979, reconocía, en su artículo 187, la teoría de los hechos cum-
plidos, lo cual se encontraba reglamentado en el artículo III del Título Preliminar del Código Ci-
vil, “al indicar que la ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
existentes”.
Además, de conformidad con lo prescrito por la Décimo Sexta Disposición Final y
Transitoria de la Constitución Política de 1993, una vez promulgada la misma, esta reem-
plaza a la de 1979, por lo que carece de objeto pronunciarse respecto de la constitucionali-
dad o inconstitucionalidad del D.L. Nº 25967 con relación a la Constitución de 1979, la que
está derogada.
Y, luego de los informes orales presentados por las partes demandantes y demandadas, y te-
niendo presente la documentación posteriormente anexada por el Procurador Ad hoc del Poder Eje-
cutivo, el Tribunal Constitucional está en la obligación de expedir sentencia.
III. FUNDAMENTOS
La “inconstitucionalidad congénita” del D.L. Nº 25967.
1. Aunque se trata de una simple acotación tangencial realizada por los demandantes, el Tribunal
Constitucional considera necesario pronunciarse sobre este extremo.
El D.L. Nº 25967, fue expedido el doce de diciembre de mil novecientos noventidós, por el
Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional, por tal razón, los demandantes lo acusan
de presentar “una grave inconstitucionalidad congénita”, por cuanto no ha sido promulgada
por un Congreso regular y constitucional. Además, señalan que el D.L. en análisis contravie-
ne “no solo nuestro ordenamiento legal vigente, sino que también violentó el ordenamiento
constitucional vigente al momento de promulgarse la citada norma”, esto es, la Constitución
de 1979.
Posteriormente, el Congreso Constituyente Democrático expidió la Ley del nueve de enero
de mil novecientos noventitrés, la que disponía en su artículo 2, que los Decretos Leyes expe-
didos por el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional, entre el cinco de abril y el
treinta de diciembre del mismo año, mantienen su vigencia, en tanto no sean revisados, modi-
ficados o derogados por el Congreso Constituyente Democrático.
2. Sobre el particular, este Tribunal considera, que la validez formal del Decreto Ley Nº 25967
ha sido convalidada por el Congreso Constituyente Democrático, depositario de la voluntad
popular, por lo que queda pendiente el pronunciamiento sobre la constitucionalidad o no
del contenido del mismo, lo que se desarrollará en los fundamentos siguientes, en cuanto al
fondo.
La creación e implementación de la Oficina de Normalización Previsional
3. El artículo 7 del D.L. Nº 25967, posteriormente fue sustituido por el artículo 1 de la Ley
Nº 26323, expedida por el Congreso Constituyente Democrático, el cual, además de lo estipu-
lado en el artículo 7 original, reguló sobre dos aspectos más en cuanto al régimen del Sistema
Nacional de Pensiones: 1) cualquier referencia que se haga al Instituto Peruano de Seguridad
Social, deberá entenderse como referida a la CNP; y, 2) que la ONP se deberá de encargar del

320
Sistema Nacional de Pensiones

cálculo, emisión, verificación y entrega de los “Bonos de Reconocimiento” a que hace refe-
rencia el artículo 9 del D.L Nº 25897. Esto es, modificó la norma, y complementándola ade-
cuó el Sistema Nacional de Pensiones a la ONP y encargó a esta última el trámite del “Bono
de Reconocimiento”.
4. Si bien es cierto, el artículo 14 de la Constitución de 1979, establecía que sería una institución
autónoma y descentralizada la que estaría a cargo de la seguridad social, institución que para
los demandantes no era otra que IPSS, también lo es que, dicha Constitución ha sido deroga-
da por la Constitución de 1993, tal como lo estipula la 16ª Disposición Final y Transitoria de
esta última. La Constitución en vigencia, en su artículo 10, no hace referencia alguna a la ins-
titución encargada de administrar las prestaciones de la seguridad social, ni la organización
de la misma o su administración, y mucho menos, condiciona tal administración a una sola
administración.
5. Los artículos 8 y 9 del D.L. Nº 25967 son acusados de inconstitucionalidad, porque conllevan
la desintegración de Sistema Nacional de Pensiones (SNP); sobre el particular, nos remitimos
a lo expresado en el primer fundamento de la presente sentencia, toda vez, que ya se ha acla-
rado la sucesión normativa de la Constitución de 1993, respecto de la de 1979, entendiendo
además que estos artículos, al ser confrontados con la Constitución vigente, no violentan man-
dato alguno o precepto de la misma, tratándose de normas que tienen por objeto viabilizar la
administración de la ONP la que en adelante se hará cargo de la administración de los sistemas
pensionarios que la ley establece.
Además, el referido artículo 14 de la Constitución de 1979, era implementado por la Ley
Nº 24786, que no es sino la Ley Orgánica del Instituto Peruano de Seguridad Social, cuyos ar-
tículos referidos a la administración del SNP, han sido derogados por el artículo 9 impugnado,
para evitar que exista un conflicto de normas con las del D.L. Nº 25967.
La improcedencia de las acciones de amparo contra los efectos del D.L. Nº 25967
6. El artículo 200, inciso 2) de la Constitución vigente, dispone que no proceden las acciones de
garantía contra normas legales, las que deberán ser impugnadas a través de la acción de in-
constitucionalidad; los demandados señalan que en todo caso, el artículo 10 del D.L. Nº 25967
limita el acceso a los recursos que la Constitución del Estado y otras normas internacionales
aplicables contemplan.
7. Si bien la acción de amparo no procede en contra de leyes, por mandato expreso de la propia
norma fundamental, la doctrina reconoce que si se puede interponer contra actos que en apli-
cación de una norma legal, vulneren un derecho susceptible de amparo constitucional; en este
caso, estamos frente a un caso de control de la aplicación de la norma, extremo que pretende
ser prohibido expresamente por el artículo 10 del Decreto Ley Nº 25967. Además, el inciso
2) del antes referido artículo 200 de la Constitución señala que no proceden las acciones de
garantía contra normas legales, pero el artículo 10 impugnado, va más allá del texto constitu-
cional, por cuanto prohíbe dichas acciones, contra los efectos del propio D.L., extremo este
que es inconstitucional, por cuanto ninguna autoridad puede impedir el ejercicio de tales ac-
ciones por los particulares, cuando se produzcan hechos que amenacen o violenten derechos
constitucionales de los ciudadanos, que puedan ser protegidos por medio de las acciones de
garantía.
Además, es importante recalcar que en todo momento los jueces al resolver, tienen la obliga-
ción constitucional de preferir la Constitución sobre cualquier otra norma de menor jerarquía,

321
César Abanto Revilla

tal como lo disponen los artículos 51 y 138 de la misma, dispositivos estos que tienen prima-
cía respecto de cualquier otra norma legal.
Nuevas condiciones para acceder al goce de la pensión de jubilación
8. Para los demandantes, el D.L. Nº 19990 fue modificado por el D.L. Nº 25967, en el extre-
mo de establecer nuevas condiciones (nuevo sistema de cálculo) para acceder al goce de la
pensión de jubilación, sobre la base de una nueva modalidad de cálculo, la que serviría para
definir la Remuneración de Referencia a aplicarse para los efectos del Sistema Nacional de
Pensiones; como la aplicación de la modificación es inmediata, conforme lo ha señalado la
Disposición Transitoria Única del antes referido D.L. Nº 25967, señalan que el mismo atenta
contra el principio constitucional de irretroactividad de las leyes, perjudicando los derechos
expectaticios de los asegurados que se encontraban tramitando, a la fecha de expedición de la
ley, el goce de su pensión de jubilación.
9. El Procurador Ad hoc del Poder Ejecutivo señaló al contestar la demanda, que este Tribunal
no podía pronunciarse sobre las nuevas condiciones para acceder al goce de la pensión de ju-
bilación aplicando el artículo 103 de la Constitución vigente, por cuanto no había sido invo-
cado expresamente en la demanda no pudiendo el Tribunal Constitucional sustituir a los de-
mandantes; cabe señalar, que el artículo 63 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional
dispone que supletoriamente a la misma “son de aplicación el Código Procesal Civil y la Ley
Orgánica del Poder Judicial”; y en este extremo, el Tribunal está obligado a aplicar el artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que prescribe que “el juez debe aplicar
el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya
sido erróneamente”.
10. La Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993, consagra a nivel cons-
titucional, el respeto de los derechos legalmente obtenidos en materia pensionaria, de los ju-
bilados y cesantes de los regímenes de los D.L. Nºs 19990 y 20530, entendiéndose por tales
derechos, a los que han sido incorporados en el patrimonio jurídico de los pensionistas.
Si la protección que la Constitución otorga a tales derechos opera ante la creación de nuevos
regímenes pensionarios, con mayor razón, cualquier regulación destinada a mejorar la admi-
nistración de los mismos, también debe respetarlos. Estamos ante una situación de excepción
que permite que un conjunto de normas sean aplicadas ultractivamente, por reconocimiento
expreso de la disposición constitucional, a un grupo determinado de personas, quienes man-
tendrán sus derechos nacidos al amparo de una ley anterior, aunque la misma haya sido dero-
gada o modificada posteriormente. Esta situación no significa que se esté desconociendo por
mandato de la propia Constitución, la obligatoriedad de la vigencia de las leyes, desde el día
siguiente de su publicación en el Diario Oficial, salvo disposición contraria de la propia ley,
que postergue su vigencia en todo o en parte, ya que la Constitución consagra la teoría de apli-
cación inmediata de la norma; nuestro sistema jurídico, complementando lo antes señalado, se
regula sobre la base de la teoría de los hechos cumplidos en los casos de conflicto de normas
en el tiempo, como lo consagra el artículo III de Título Preliminar del Código Civil. Se trata
en todo momento, de una situación excepcional de ultractividad de la norma, por disposición
expresa de la Constitución.
11. El D.L. Nº 19990, en su artículo 38 declara que tienen derecho a la pensión de jubilación, los
hombres a partir de los 60 años, y las mujeres, a partir de los 55, a condición de que reúnan
los requisitos de aportaciones señalados en el mencionado D.L., y conforme a las condiciones
que el mismo señala. Al permitirse la aplicación ultractiva de la norma, esta se aplicará solo

322
Sistema Nacional de Pensiones

a los trabajadores que, aun cuando se encuentren laborando, reúnan los requisitos señalados
por el D.L. Nº 19990 para obtener la pensión de jubilación, por cuanto han incorporado a su
patrimonio un derecho en virtud del mandato expreso de la ley, que no está supeditado al re-
conocimiento de la administración. De esta manera, los asegurados que se encuentran inscri-
tos en el D.L. Nº 19990, hasta antes de la vigencia del D.L. Nº 25967, y de la Ley Nº 26323, y
ya hubieran cumplido con los requisitos señalados por el D.L. Nº 19990, tendrán derecho a la
pensión correspondiente, en los términos y condiciones que el mismo establece, incluyéndose
los criterios para calcularla.
12. El nuevo sistema de cálculo, se aplicará solo y únicamente a los asegurados que con poste-
rioridad a la dación del D.L. Nº 25967, cumplan con los requisitos señalados por el régimen
previsional del D.L. Nº 19990, y no a aquellos que los cumplieron antes de la vigencia del ci-
tado D.L. Nº 25967, porque de hacerlo, se estaría violentando la Primera Disposición Final y
Transitoria de la Constitución de 1993.
13. La Disposición Transitoria Única es, por lo tanto concordante con la Constitución Política y
no contraria a la misma, por cuanto la aplicación inmediata de las normas prescritas por el
D.L. Nº 25967, para los nuevos casos de jubilación que se presenten desde el momento en que
se expidió la norma.
Derecho a la pensión nivelable y violación de los derechos adquiridos de los pensionistas
14. Ambos extremos, a criterio de los demandantes, liberan de la responsabilidad del pago de las
pensiones a la entidad en la que los pensionistas prestaron servicios y cesaron, lo que afecta
su derecho a la pensión de cesantía nivelada.
15. Este Tribunal, considera, de acuerdo a lo expresado en el fundamento 10), que los derechos
adquiridos por los pensionistas de los regímenes previsionales regulados por los Decretos Le-
yes Nºs 19990 y 20530, deben y tienen necesariamente que ser respetados por el legislador or-
dinario, por la sola voluntad del constituyente, quien así lo ha establecido en la Primera Dispo-
sición Final y Transitoria de la Constitución de 1993. En este extremo, el derecho adquirido de
los pensionistas a una pensión nivelada, también debe ser respetado, por cuanto los regímenes
previsionales de los Decretos Leyes Nºs 19990 y 20530, así como sus normas modificatorias
y complementarias son protegidas por la Primera Disposición Final y Complementaria de la
Constitución vigente.
16. El artículo 7 del D.L. Nº 25967, modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 26323, establece:
1) que la creación de la ONP, la que “asumirá la función de administrar el Sistema Nacional
de Pensiones y el Fondo de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990”; 2) que toda
referencia al IPSS en relación al Sistema Nacional de Pensiones “deberá entenderse como re-
ferida a la ONP, incluyendo lo relativo a las facultades de cobranza coactiva que le correspon-
den de acuerdo a Ley”; 3) que “la ONP tendrá a su cargo la administración de los pagos de las
pensiones de otros regímenes administrados por el Estado, los cuales deben ser señalados ex-
presamente mediante Resolución Suprema refrendada por el Ministro de Economía y Finan-
zas”; y, 4) que la ONP, es la encargada del cálculo, emisión, verificación y entrega de los “Bo-
nos de Reconocimiento” a que hace referencia el artículo 9 del Decreto Ley Nº 25897. Este
artículo, es complementado por el artículo 2 de la antes referida Ley Nº 26323, el que señala
que el objeto principal de la ONP es “la administración centralizada del Sistema Nacional de
Pensiones y Fondo de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990, así como otros sis-
temas de pensiones administrados por el Estado”.

323
César Abanto Revilla

Es así, que estos artículos establecen, como función principal de la ONP, la de “administrar”,
tanto el régimen del D.L. Nº 19990, como los otros sistemas de pensiones administrados por
el Estado, estos últimos a condición de que expresamente sean señalados por resolución su-
prema refrendada por el Ministro de Economía y Finanzas.
Las funciones administrativas de la ONP, respecto de los regímenes previsionales que se en-
cuentran bajo el ámbito de aplicación de su ley de creación, en ningún momento pueden le-
sionar los derechos adquiridos de los pensionistas, haciendo nuevamente la salvedad, que ello
no conlleva la desnaturalización de nuestro ordenamiento jurídico, en cuanto a que las normas
son de aplicación inmediata, puesto que se trata de una situación de excepción, amparada ex-
presamente por la Constitución del Estado.
17. Los demandantes arguyen que al pasar la administración del régimen previsional del D.L.
Nº 20530, a la Oficina de Normalización Previsional, perderán todo vínculo con la entidad en
la que laboraron y cesaron, la que debe transferir a dicha institución los recursos necesarios
para la atención de la planilla, dejando por tanto de tener una remuneración de referencia para
efectos de la correspondiente nivelación.
Teniendo los pensionistas del régimen del D.L. Nº 20530 derecho a una pensión nivelada, no
pueden ser privados de manera indirecta de la misma, lo que ocurriría si al trasladarlos a la
ONP, no se le provea a esta de los recursos necesarios para el pago de las pensiones a las que
está obligada. Esto ha sido interpretado correctamente por el Poder Ejecutivo, cuando dispone
en el último párrafo del artículo 4 del Decreto Legislativo Nº 817, que “cada entidad conti-
nua manteniendo la responsabilidad del pago de las pensiones que les corresponde conforme
a ley”, luego de señalar que le corresponde a la ONP, el reconocimiento y calificación de los
derechos pensionarios legalmente obtenidos al amparo del D.L. Nº 20530 y sus normas com-
plementarias y modificatorias, así como los derivados de otros regímenes previsionales a su
cargo.
Este Tribunal considera que de conformidad con el artículo 4 del Decreto Legislativo Nº 817
se está trasladando solo la administración de los diferentes regímenes pensionarios a cargo
del Estado a la ONP, pero la responsabilidad del pago oportuno y nivelado de las pensiones
continúa a cargo de las entidades en las que los pensionistas cesaron; debiéndose efectuar este
pago a los pensionistas con la sola base referencial del ingreso mensual del servidor en activi-
dad que desempeñe el último cargo en que cesó el pensionista, sin que la pensión nivelada así
resultante pueda ser alterada por ningún tipo de cálculo actuarial.
Además, el derecho de los pensionistas, es el de percibir de parte del Estado la pensión que
les corresponde, conforme al régimen previsional al que pertenecen, y no el de recibir la mis-
ma, de una entidad determinada; en este extremo, el régimen pensionario regulado por el D.L.
Nº 20530, ha sido modificado por el D.L. Nº 25967, sin que ello conlleve la desprotección de
los pensionistas frente al Estado, modificación que es perfectamente constitucional, toda vez,
que la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993, busca la protec-
ción de los pensionistas del régimen de los D.L. Nºs 19990 y 20530, debiendo entenderse que
ello se produce en cuanto al goce de la pensión, y no en cuanto a qué entidad es la responsa-
ble del pago de la misma.
Es así, que la nueva entidad encargada de administrar los regímenes pensionarios a cargo del
Estado, esto es, la Oficina de Normalización Previsional está obligada a efectuar las nivelacio-
nes de las pensiones, en las condiciones previstas por la ley, antes de la vigencia del Decreto
Ley Nº 25967 y de la Ley Nº 26323.

324
Sistema Nacional de Pensiones

18. En la medida que las transferencias de sistemas previsionales a la ONP, y el pago de las mis-
mas se desarrollen en los términos expresados en la presente fundamentación, este Tribunal
no considera que exista ninguna inconstitucionalidad; pero en el caso que las normas de crea-
ción implementación y funcionamiento de la ONP, se apliquen para violentar los derechos ad-
quiridos de los pensionistas, estamos ante violación flagrante de la Primera Disposición Final
y Transitoria de la Constitución.
El Tribunal Constitucional,
IV. FALLA
Declarando Fundada, en parte, la demanda de inconstitucionalidad interpuesta, y en conse-
cuencia inconstitucional, el artículo 10 del Decreto Ley Nº 25967, por contravenir lo dispuesto en
los artículos 51, 138 y 200 de la Constitución; e improcedentes en los demás extremos demanda-
dos. Dispusieron, además, la incorporación de los fundamentos jurídicos signados con los numera-
les 10,11,12, 15 y 17, a la parte resolutiva de esta sentencia, y ordenaron su publicación en el diario
oficial El Peruano.
SS.
NUGENT
ACOSTA SÁNCHEZ
AGUIRRE ROCA
DÍAZ VALVERDE
REY TERRY
REVOREDO MARSANO
GARCÍA MARCELO

02 RECONOCIMIENTOS DE APORTACIONES

EXPEDIENTE Nº 04762-2007-PA/TC-SANTA
ALEJANDRO TARAZONA VALVERDE

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de setiembre de 2008, el Tribunal Constitucional, en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Lan-
da Arroyo, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Alejandro Tarazona Valverde contra la
sentencia de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, de fojas 126, su fecha
12 de julio de 2007, que declara infundada la demanda de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 7 de julio de 2006 el recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofici-
na de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare inaplicable la Resolución
Nº 0000040058-2005-ONP/DC/DL 19990, de fecha 10 de mayo de 2005; y que en consecuencia se

325
César Abanto Revilla

le otorgue pensión de jubilación conforme al artículo 47 del Decreto Ley Nº 19990, con el abono de
las pensiones devengadas y los intereses legales correspondientes.
La emplazada contesta la demanda alegando que el demandante no reúne los requisitos esta-
blecidos en el artículo 47 del Decreto Ley Nº 19990 para tener derecho a una pensión del régimen
especial de jubilación, debido a que no ha nacido antes del 1 de julio de 1931.
El Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Chimbote, con fecha 5 de marzo de 2007, de-
clara fundada en parte la demanda, por considerar que el demandante ha cumplido con acreditar
que cuenta con los requisitos establecidos en el artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990 para acceder
a una pensión de jubilación adelantada.
La recurrida, revocando la apelada, declara infundada la demanda, por estimar que el deman-
dante pretende acreditar sus años de aportaciones con unos certificados de trabajo que no resultan
idóneos para el reconocimiento de años de aportaciones conforme al artículo 54 del Decreto Su-
premo Nº 011-74-TR.
III. FUNDAMENTOS
1. Procedencia de la demanda y delimitación del petitorio
1. En el fundamento 37 de la STC Exp. Nº 1417-2005-PA, publicada en el diario oficial El Pe-
ruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forma parte del contenido esencial
directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que
establecen los requisitos para su obtención, y que la titularidad del derecho invocado debe es-
tar suficientemente acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento de mérito.
2. El demandante alega que la resolución cuestionada vulnera su derecho fundamental a la pen-
sión, por cuanto no le reconoce sus aportaciones efectuadas desde el 21 de agosto de 1964
hasta el 22 de mayo de 1992, por Electro Cerámica Chimbote, por lo que solicita que se le re-
conozca dicho periodo de aportaciones y que se le otorgue pensión de jubilación conforme al
artículo 47 del Decreto Ley Nº 19990. En consecuencia, su pretensión está comprendida en el
supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por el cual correspon-
de analizar el fondo de la cuestión controvertida.
3. Por su parte la ONP aduce que existe la imposibilidad material de acreditar la totalidad de
aportaciones efectuadas desde el 21 de agosto de 1964 hasta el 22 de mayo de 1992, por Elec-
tro Cerámica Chimbote, debido a que de la revisión de sus planillas solo se ha podido consta-
tar y reconocer las aportaciones de 1971 a 1974, una semana de 1979, y varias semanas entre
1985 y 1992.
4. Delimitados de este modo los términos del debate, este Tribunal Constitucional, dada la
recurrencia creciente de este tema, considera conveniente revisar su jurisprudencia res-
pecto a los medios probatorios que permiten acreditar periodos de aportaciones que son
considerados por la ONP como años de aportaciones no acreditados, bajo el argumento
de que no han sido probados fehacientemente o de que existe la imposibilidad material de
acreditarlos.
Ello porque en un gran número de procesos de amparo que tienen por finalidad la tutela del
derecho fundamental a la pensión, la controversia se centra en determinar si el demandante
cuenta con el periodo de aportaciones que establece la ley para acceder a la pensión solicitada,
lo que comporta siempre la necesidad de evaluar la idoneidad, la probidad y la eficacia de los

326
Sistema Nacional de Pensiones

medios probatorios aportados por las partes para poder determinar si efectivamente el deman-
dante cumple o no con los años de aportaciones, ya que el derecho fundamental a la pensión
es de configuración legal.
5. Además, debe tenerse presente que el derecho fundamental a la pensión tiene naturaleza de
derecho social, que como tal impone a los poderes públicos la obligación de proporcionar las
prestaciones adecuadas con la finalidad de subvenir las necesidades mínimas y vitales de los
pensionistas para permitirles alcanzar y satisfacer adecuadamente el ejercicio del derecho a
una vida digna.
Para este efecto, se abordarán los siguientes temas:
a. La prueba en los procesos constitucionales y la ausencia de etapa probatoria
b. ¿Quién es responsable en la retención y pago de la aportación?
c. ¿Cómo se prueban los periodos de aportación?
d. Reglas para probar periodos de aportaciones
2. La prueba en los procesos constitucionales
6. La prueba en los procesos constitucionales, como en cualquier otra clase de proceso o de
procedimiento, se orienta a acreditar o a determinar la existencia o inexistencia de hechos
controvertidos o litigiosos que son relevantes para adoptar la decisión. La prueba debe estar
orientada hacia la búsqueda de decisiones que, para ser justas, deban fundarse sobre una deter-
minación verdadera de los hechos afirmados por las partes en el proceso, que, después de los
actos postulatorios (demanda y contestación), resulten controvertidos y relevantes para adop-
tar la decisión.
7. Así, en los procesos constitucionales la prueba tiene como función demostrar o acreditar que
la amenaza de vulneración alegada por el demandante es cierta y de inminente realización, o
que la vulneración del derecho fundamental alegado ha sido producida de manera real y efec-
tiva, o que se ha convertido en irreparable.
Ello con la finalidad de que el juez en la sentencia, cuando sea estimativa, pueda ordenar la
reposición de las cosas al estado anterior, o disponer que el emplazado no vuelva a incurrir en
las acciones u omisiones que motivaron la interposición de la demanda, y cuando sea desesti-
mativa, pueda condenar al demandante al pago de costas y costos en caso de que su actuación
haya sido manifiestamente temeraria.
8. En tal sentido son las partes las que deben aportar los hechos al proceso. Ello quiere decir que
sobre las partes, recae y se distribuye la carga de probar los hechos controvertidos en el proce-
so. De este modo el demandante tiene la carga de probar los hechos afirmados que sustentan
su pretensión, mientras que el demandado tiene la carga de probar los hechos que afirma y los
que contradice.
2.1. La ausencia de etapa probatoria en los procesos constitucionales
9. Conforme al artículo 9 del Código Procesal Constitucional (CPConst.), en los procesos cons-
titucionales no existe etapa probatoria. Solo son procedentes los medios probatorios que no
requieren actuación, lo que no impide la realización de las actuaciones probatorias que el juez
considere indispensables, sin afectar la duración del proceso.

327
César Abanto Revilla

10. La ausencia de etapa probatoria en el proceso de amparo se deriva de la finalidad y del obje-
to del proceso, ya que en él no se dilucida la titularidad de un derecho, como sucede en otros,
sino solo se restablece su ejercicio ante una afectación manifiestamente arbitraria o irrazona-
ble. Por ello, para que se pueda emitir un pronunciamiento de fondo, es preciso no solo que
no se encuentre en discusión la titularidad del derecho constitucional que se alega vulnerado,
sino, incluso, que quien sostiene que ha sido afectado en su ejercicio acredite la existencia del
acto reclamado. Ello quiere decir que la titularidad del derecho cuya vulneración o amenaza
de vulneración se alega debe ser cierta e indubitable, y no controvertida o dudosa.
11. De ahí que el amparo constituya un proceso en el que el juez no tiene, en esencia, que actuar
pruebas, sino solo juzgar la legitimidad o ilegitimidad constitucional del acto reputado como
lesivo, pues, en tanto vía de tutela urgente, este proceso requiere ser rápido, sencillo y efecti-
vo. Por ello, en el proceso de amparo se está a la prueba de actuación inmediata, instantánea
y autosuficiente que se adjunta cuando se demanda o se contesta.
12. Por ello es que, en los procesos de amparo no pueden dilucidarse pretensiones que tengan
como finalidad la restitución de un derecho fundamental cuya titularidad sea incierta o liti-
giosa, o que se fundamenten en hechos contradictorios, o controvertidos, o que requieran la
actuación de medios probatorios complejos. Sin embargo, ello no impide que el juez pueda
solicitar la realización de actuaciones probatorias complejas cuando las estime necesarias e
indispensables para determinar la ilegitimidad o legitimidad constitucional del acto reputado
como lesivo.
3. La responsabilidad en la retención y pago de las aportaciones
13. En cuanto a la responsabilidad de la retención y pago de aportación, debe destacarse que el
Decreto Ley Nº 19990 parte de la premisa de que el empleador actúa como agente de reten-
ción, es decir, como el que procede a retener el aporte que efectúa el trabajador y a entregarlo
a la entidad competente. Por ello, el artículo 11 del Decreto Ley Nº 19990 establece que:
Los empleadores y las empresas de propiedad social, cooperativas o similares, están obliga-
dos a retener las aportaciones de los trabajadores asegurados obligatorios en el montepío del
pago de sus remuneraciones y a entregarlas a Seguro Social del Perú, conjuntamente con las
que dichos empleadores o empresas deberán abonar, por el término que fije el Reglamento,
dentro del mes siguiente a aquel en que se prestó el trabajo. Si las personas obligadas no re-
tuvieren en la oportunidad indicada las aportaciones de sus trabajadores, responderán por su
pago, sin derecho a descontárselas a estos.
14. Asimismo, debe destacarse que el Decreto Ley Nº 19990 consideraba como periodos de apor-
tación los días, meses y semanas en que presten o hayan prestado servicios los trabajadores,
aun cuando el empleador no hubiese pagado las aportaciones a la entidad gestora, por tener
este la condición de agente retención. Así, en la redacción original del primer párrafo del
artículo 70 se establecía que:
Para los asegurados obligatorios son periodos de aportación los meses, semanas o días en que
presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones a que
se refieren los artículos 7 al 13, aún cuando el empleador, o la empresa de propiedad social,
cooperativa o similar, no hubiese efectuado el pago de las aportaciones (subrayado agregado).
Sin embargo, esta redacción original del primer párrafo del artículo 70 del Decreto Ley
Nº 19990 fue modificada por la Cuarta Disposición Transitoria y Final de la Ley Nº 28991,

328
Sistema Nacional de Pensiones

eliminándose la frase “aun cuando el empleador, o la empresa de propiedad social, coopera-


tiva o similar, no hubiese efectuado el pago de las aportaciones”, quedando redactado de la
siguiente manera:
Para los asegurados obligatorios son periodos de aportación los meses, semanas o días en que
presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones a que
se refieren los artículos 7 al 13.
15. Pues bien, teniendo en cuenta la nueva redacción del primer párrafo del artículo 70 del Decre-
to Ley Nº 19990 se impone determinar si la modificación referida ha suprimido la presunción
iuris et de iure de que se considere aportaciones efectivas a la retención del aporte efectuado
por el empleador a la remuneración del trabajador que no es pagada a la entidad gestora. Para
resolver esta cuestión debe tenerse presente la posición que ocupa el trabajador, el empleador
y la entidad gestora en la relación laboral-previsional de retención y pago de aportaciones al
Sistema Nacional de Pensiones.
16. Sobre el particular, este Tribunal considera que la modificación del artículo 70 del Decreto
Ley Nº 19990 en nada afecta la responsabilidad de los empleadores por la retención y pago de
las aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, pues si bien en la nueva redacción se ha
eliminado la frase “aun cuando el empleador, o la empresa de propiedad social, cooperativa o
similar, no hubiese efectuado el pago de las aportaciones”, ello no implica que las aportacio-
nes retenidas y no pagadas sean consideradas como aportaciones no efectuadas; por el contra-
rio, las aportaciones retenidas y no pagadas por los empleadores deben ser consideradas como
aportaciones efectivas, pues la modificación referida no enerva la calidad de los empleadores
como agentes de retención de las aportaciones de los trabajadores.
17. Asimismo, debe tenerse en cuenta que en la relación de retención y pago de aportaciones al
Sistema Nacional de Pensiones, el trabajador ocupa una posición de desventaja, pues si bien
él efectúa la aportación, es el empleador quien la retiene y la paga efectivamente ante la enti-
dad gestora, es decir, es el responsable exclusivo de que las aportaciones ingresen al fondo de
pensiones. Por su parte el empleador, al actuar como agente de retención, asume una posición
de ventaja frente al trabajador por recaer en su accionar la posibilidad de que las aportaciones
se realicen de manera efectiva, ya que puede retenerla de la remuneración del trabajador pero
no pagarla ante la entidad gestora, pues el trabajador, en calidad de asegurado obligatorio,
ocupa un rol de inacción y, por ello, está liberado de toda responsabilidad por el depósito de
las aportaciones ante la entidad gestora. Ello implica también que la entidad gestora frente al
empleador mantiene una posición de ventaja, ya que le puede imponer una multa por incum-
plimiento de pago de aportaciones retenidas o exigirle mediante los procedimientos legales el
cobro de las aportaciones retenidas.
18. Por lo tanto, los asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones nunca se encuen-
tran en la posibilidad efectiva de realizar directamente el pago de sus aportaciones a la entidad
gestora, razón por la cual las aportaciones retenidas pero no pagadas al Sistema Nacional de
Pensiones serán consideradas para determinar el total de años de aportaciones, pues su pago
es responsabilidad exclusiva del empleador.
19. Ello quiere decir que el incumplimiento de la obligación de abonar las aportaciones por el
empleador no puede perjudicar al trabajador, ya que si existe incumplimiento en este aspecto,
la ONP o la entidad gestora competente debe hacer uso de los procedimientos de cobranza y
de las sanciones previstas por la ley para cobrarle al empleador las aportaciones retenidas y
no pagadas. En consecuencia, en todos los casos en que se hubiera probado adecuadamente

329
César Abanto Revilla

la relación de trabajo, deberá equipararse el periodo de labores como periodo de aportaciones


efectivas al Sistema Nacional de Pensiones.
20. Además, debe considerarse que a partir de la fecha de entrada en vigencia de la Ley Nº 27334
y del Decreto Supremo Nº 039-2001-EF el incumplimiento del pago de las aportaciones cons-
tituye un problema de carácter tributario-laboral entre el ente recaudador de la ONP –ahora, la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria– y el mismo empleador.
Y es que, como lo señala la Defensoría del Pueblo, la no verificación del aporte efectivo es un
problema tributario entre el empleador y la Sunat, ajeno al trabajador, teniendo la entidad re-
caudadora sus propias herramientas para exigir su cobro(1).
4. La prueba de periodos de aportaciones en la jurisprudencia constitucional
21. Al respecto, el criterio sentado por este Tribunal Constitucional ha sido el de considerar a los
certificados de trabajo presentados en original, en copia legalizada o en copia simple, como
medios probatorios idóneos y suficientes para demostrar periodos de aportaciones que han
sido considerados por la ONP como aportaciones no acreditadas.
Ello debido a que, luego de una interpretación conjunta de los artículos 11 y 70 del Decreto
Ley Nº 19990 el Tribunal llegó a la conclusión de que, en el caso de los asegurados obligato-
rios, los meses, semanas o días en que presten, o hayan prestado servicios que generen la obli-
gación de abonar las aportaciones, son considerados como periodos de aportaciones efectivas,
aunque el empleador no hubiese efectuado el pago de las aportaciones, debido a que está obli-
gado a retenerlas de los trabajadores. Es más, dicha argumentación se ha visto reforzada con
la cita del artículo 13 del Decreto Ley Nº 19990, que dispone que la ONP se encuentra obliga-
da a iniciar el procedimiento coactivo si el empleador no cumple con efectuar el abono de las
aportaciones indicadas.
Esta línea jurisprudencial ha sido reiterada uniformemente por este Tribunal y es la que se
reafirma, luego de la modificación del artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990, tal como se ha
sustentado en los fundamentos precedentes.
22. Sin embargo, debe destacarse que a partir de este criterio jurisprudencial, durante el desarro-
llo de los procesos de amparo en materia pensionaria este Tribunal ha podido detectar, entre
otros casos, algunos en los cuales se han presentado documentos falsos para acreditar años de
aportaciones no reconocidos por la ONP.
Así, en la STC Exp. Nº 09560-2006-PA/TC el Tribunal Constitucional declaró infundada la
demanda interpuesta por don Róger Aguinaldo Cabeza Vera contra la ONP y ordenó remi-
tir copia de la sentencia y de los actuados pertinentes al Ministerio Público, porque los datos
consignados en uno de los certificados presentados por el demandante no eran ciertos. En este
sentido se señaló que:
En cuanto al primer certificado de trabajo, debe señalarse que los datos consignados en él
no pueden ser ciertos, puesto que el notario referido fue destituido mediante la Resolución
del Consejo del Notariado Nº 005-93-JUS/CN, de fecha 20 de julio de 1993. Por tanto, el

(1) Informe Defensorial Nº 135. “Por un acceso justo y oportuno a las pensión: Aportes para una mejor gestión
de la ONP”. Lima, 2008, p. 66.

330
Sistema Nacional de Pensiones

demandante no pudo trabajar en la notaría referida hasta el 30 de julio de 1995, porque don
Daniel Alejandro Céspedes Marín fue destituido del cargo de notario en el año de 1993.
23. De otro lado, también debe tenerse presente que durante el desarrollo de los procesos de am-
paro en materia pensionaria, el Tribunal ha podido detectar otros casos en los cuales el de-
mandante, para acreditar periodos de aportación, ha presentado certificados de trabajo que han
sido expedidos por terceros o certificados de trabajo que son contradictorios en su contenido.
En la STC Exp. Nº 4332-2005-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la demanda de amparo
interpuesta por don Heraclio Barranzuela Cienfuegos contra la ONP, debido a que los certi-
ficados de trabajo que presentó para acreditar que contaba con 20 años de aportaciones para
acceder a una pensión de jubilación, habían sido expedidos por terceras personas y eran con-
tradictorios. En tal sentido, para desestimar la demanda se precisó que:
(...) se advierte a fojas 65 del cuadernillo formado ante este Tribunal, un certificado de
trabajo firmado por Manuel Rangel Castro, sosteniendo ser ex empleado de la oficina de
la ex hacienda Yapatera, la misma que fue de propiedad de la señora Josefina Checa viu-
da de Mc Donald; certificado donde se afirma que el recurrente trabajó para la referida
hacienda desde 1950 hasta 1971; pero también obra en el expediente, a fojas 6, otro cer-
tificado de trabajo firmado por Miguel Torres Carrasco –adjuntado por el recurrente jun-
to con la presente demanda–, que tiene por fecha el mes de mayo de 2004, quien también
afirma ser ex empleado (apuntador general) de la ex hacienda Compañía Agrícola Yapa-
tera S.A. y que esta fue de propiedad de la señora Josefa Checa de Mc Donald. Según
este certificado, el recurrente trabajó para la referida hacienda desde 1953 hasta el 30 de
diciembre de 1957. Con estos documentos el recurrente pretende acreditar que reúne los
20 años de aportaciones necesarios para obtener su pensión de jubilación; sin embargo,
al estar firmados por terceros y no por su ex empleador, no podrían ser tomados como
medios de prueba para acreditar su relación laboral. Más aún, se advierte contradicción
entre ellos: mientras el documento que obra a fojas 6 sostiene que el recurrente laboró
desde el año 1953 hasta diciembre del año 1957 en la referida hacienda, el documento
que obra a fojas 65 del cuadernillo formado ante este Tribunal, sostiene que lo hizo des-
de el año 1950 hasta el año 1971. Es decir, no solo su validez está en cuestión, sino tam-
bién su veracidad, lo que hace imposible acreditar con ellos ni la relación laboral ni el
tiempo efectivamente laborado que determine los años de aportaciones que se le habrían
desconocido al recurrente (...).
24. Finalmente, debe destacarse que durante el desarrollo de los procesos de amparo en materia
pensionaria este Tribunal también ha podido detectar casos en los cuales el demandante soli-
cita el reconocimiento de años de aportaciones sin que presente algún medio probatorio que
los acredite.
Así, en la STC Exp. Nº 10465-2006-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la demanda de am-
paro interpuesta por don Edilberto Dueñas Coronado contra la ONP. En dicha causa, el de-
mandante solicitaba que se le reconociera un total de 33 años aportaciones, en vez de los 27
años de aportaciones que le había reconocido la ONP. Al analizar la controversia, el Tribunal
desestimó la demanda porque:
(...) para acreditar dichos años de aportaciones, el demandante no había adjuntado nin-
gún medio probatorio (certificados de trabajo, boletas de pago, liquidación de tiempo de
servicios, resumen de aportaciones, entre otros).

331
César Abanto Revilla

En igual sentido, en la STC Exp. Nº 00273-2006-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la de-


manda de amparo interpuesta por don Bernardo Isaac Leud Ku contra la ONP. En dicha causa,
la controversia se centraba en determinar si el demandante cumplía con los 20 años de apor-
taciones exigidos por el artículo 1 del Decreto Ley Nº 25967 para acceder a una pensión de
jubilación. Al analizar la controversia, se desestimó la demanda porque de la valoración con-
junta de los medios probatorios obrantes en el expediente, se llegó a la conclusión de que:
(...) no se puede verificar si efectivamente el recurrente tiene acreditado su derecho res-
pecto a dichos años de aportación por cuanto no ha presentado documentos con los que
al menos pruebe la relación laboral con sus distintos empleadores durante el referido
tiempo.
25. Por lo tanto, teniendo presente que el criterio reseñado ha sido aprovechado abusivamente por
los demandantes, el Tribunal Constitucional, en ejercicio de sus funciones de ordenación y de
pacificación, y haciendo uso de la facultad conferida por el artículo VII del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, estima pertinente establecer precedentes de observancia
obligatoria respecto de las reglas que deben observar los jueces que conocen procesos de am-
paro para la acreditación de periodos de aportaciones considerados como no acreditados por
la ONP.
Cabe destacar que estas reglas particulares que han de seguir los jueces que conozcan proce-
sos de amparo, para determinar cuándo un demandante ha acreditado fehacientemente perio-
dos de aportaciones, tiene su razón de ser no solo por la inexistencia de estación probatoria
en el proceso de amparo, sino también porque el criterio referido ha sido utilizado maliciosa-
mente por los demandantes.
5. Reglas para acreditar periodos de aportaciones en el proceso de amparo
26. De este modo, cuando en los procesos de amparo la dilucidación de la controversia conlle-
ve el reconocimiento de periodos de aportaciones, que no han sido considerados por la ONP,
para que la demanda sea estimada los jueces y las partes deben tener en cuenta las siguientes
reglas:
a. El demandante con la finalidad de generar suficiente convicción en el juez de la razona-
bilidad de su petitorio puede adjuntar a su demanda como instrumento de prueba, los si-
guientes documentos: certificado de trabajo, las boletas de pago de remuneraciones, los
libros de planillas de remuneraciones, la liquidación de tiempo de servicios o de benefi-
cios sociales, las constancias de aportaciones de Orcinea, del IPSS o de EsSalud, entre
otros documentos. Dichos instrumentos pueden ser presentados en original, copia lega-
lizada o fedateada, mas no en copia simple. El juez, de oficio o a pedido del demandan-
te, podrá solicitar el expediente administrativo a la ONP o copia fedateada de él, bajo
responsabilidad.
b. La ONP, cuando conteste la demanda de amparo, tiene la carga procesal de adjuntar
como medio probatorio el expediente administrativo de otorgamiento de pensión o co-
pia fedateada de este. Ello con la finalidad de poder determinar con certeza si la denega-
ción de otorgamiento o el desconocimiento de un mayor periodo de aportaciones ha sido
arbitraria o se encuentra justificada. Y es que, si se está cuestionando la presunta viola-
ción del derecho a la pensión, corresponde que la autoridad jurisdiccional tenga a la vis-
ta los mismos actuados o, cuando menos, los documentos presentados ante la autoridad

332
Sistema Nacional de Pensiones

administrativa, y aquellos en los que dicha autoridad funda su pronunciamiento, a fin de


determinar si se produjo o no la violación alegada.
c. La carga procesal de adjuntar el expediente administrativo de otorgamiento de pensión
o copia fedateada de este, es aplicable a los procesos de amparo en trámite cuando los
jueces lo estimen necesario e indispensable para resolver la controversia planteada.
d. En los procesos de amparo que se inicien con posterioridad a la publicación de esta sen-
tencia, la ONP, cuando conteste la demanda, tiene el deber de cumplir con presentar el
expediente administrativo de otorgamiento de pensión o copia fedateada de este. En
caso de que no cumpla con su carga procesal de adjuntar como medio probatorio el ex-
pediente administrativo, el juez aplicará el principio de prevalencia de la parte quejosa,
siempre y cuando los medios probatorios presentados por el demandante resulten sufi-
cientes, pertinentes e idóneos para acreditar años de aportaciones, o aplicará supletoria-
mente el artículo 282 del Código Procesal Civil.
e. No resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo de otorgamiento
de pensión o copia fedateada de este, cuando se está ante una demanda manifiestamente
fundada. Para estos efectos se considera como una demanda manifiestamente fundada,
aquella en la que se advierta que la ONP no ha reconocido periodos de aportaciones que
han sido acreditados fehacientemente por el demandante bajo el argumento de que han
perdido validez; que el demandante ha tenido la doble condición de asegurado y emplea-
dor; y que según la Tabla Referencial de Inicio de Aportaciones por Zonas, establecida
por el antiguo Instituto Peruano de Seguridad Social, en esa zona aún no se empezaba a
cotizar.
f. No resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo de otorgamiento
de pensión o copia fedateada de este, cuando se está ante una demanda manifiestamente
infundada. Para estos efectos, se considera como una demanda manifiestamente infun-
dada, aquella en la que se advierta que el demandante solicita el reconocimiento de años
de aportaciones y no ha cumplido con presentar prueba alguna que sustente su preten-
sión; cuando de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llega a la
convicción de que no acreditan el mínimo de años de aportaciones para acceder a una
pensión de jubilación; o cuando se presentan certificados de trabajo que no han sido ex-
pedidos por los ex empleadores sino por terceras personas.
6. Análisis de la controversia
27. Los artículos 47 y 48 del Decreto Ley Nº 19990, vigentes antes de la promulgación del De-
creto Ley Nº 25967, constituyen las disposiciones legales que configuran el derecho constitu-
cionalmente protegido para acceder a la pensión reclamada. En ellos se establece que tienen
derecho a pensión del régimen especial de jubilación los hombres que: a) cuenten 60 años
siempre que hayan nacido antes del 1 de julio de 1931; b) hayan estado inscritos en las Ca-
jas de Pensiones de la Caja Nacional de Seguro Social o del Seguro Social del Empleado; y,
c) acrediten, por lo menos, cinco años de aportaciones, siempre que sean asegurados obliga-
torios o que, habiéndolo sido, opten por la continuación facultativa.
28. En el caso de autos, según el Documento Nacional de Identidad obrante a fojas 36, el actor na-
ció el 25 de noviembre de 1949, es decir, con posterioridad a la fecha señalada en el artículo
47 del Decreto Ley Nº 19990 para tener derecho a adquirir una pensión de jubilación confor-
me al régimen especial, por lo que dicho régimen de jubilación no le resulta aplicable.

333
César Abanto Revilla

29. No obstante, este Colegiado considera que en atención al contenido de la resolución cuestio-
nada, procede la aplicación del principio iura novit curia, consagrado en el artículo VIII del
Código Procesal Constitucional. En consecuencia, en el presente caso la configuración legal
del derecho a la pensión del demandante se analizará según lo dispuesto por las normas que
regulan el régimen de jubilación adelantada establecido en el Decreto Ley Nº 19990, así como
por sus modificatorias.
30. Conforme al artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990, para tener derecho a una pensión de jubi-
lación adelantada se requiere tener, en el caso de los hombres, como mínimo, 55 años de edad
y 30 años completos de aportaciones.
31. De la Resolución Nº 0000053395-2006-ONP/DC/DL 19990 y del Cuadro Resumen de apor-
taciones, obrantes a fojas 2 y 7, se advierte que la ONP le denegó al demandante la pensión
de jubilación adelantada porque consideró que: a) solo había acreditado 17 años y 5 meses
de aportaciones; y b) existía la imposibilidad material de acreditar los 22 años y 10 meses de
aportaciones efectuados de 1965 a 1970, de 1975 a 1978 y de 1980 a 1984, así como los pe-
riodos faltantes de 1964, 1971, 1973, 1974, 1979, de 1985 a 1992 y de 1994 a 1996.
32. Para demostrar la titularidad del derecho a la pensión y el cumplimiento de los requisitos le-
gales que lo configuran, el demandante ha adjuntado a su demanda dos certificados de traba-
jo obrantes a fojas 9 y 14, y dos liquidaciones de beneficios sociales obrantes a fojas 10 y 11,
que acreditan que ha trabajado para Electro Cerámica Chimbote S.A. desde el 21 de agosto de
1964 hasta el 22 de mayo de 1992. Consecuentemente, en aplicación de los artículos 11 y 70
del Decreto Ley Nº 19990, dicho periodo deberá ser tomado en cuenta como periodo de apor-
taciones para efectos de otorgarle pensión de jubilación, aun cuando el empleador no hubiese
hecho el pago de las aportaciones correspondientes, toda vez que la demandada debe efectuar
la cobranza de las aportaciones indicadas de acuerdo con las facultades que le otorga la ley,
haciendo uso de los apremios que resulten necesarios para dicho fin.
33. Por tanto, tomando en cuenta la documentación mencionada, el actor acredita 21 años y 4 me-
ses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, los cuales, sumados a los 17 años y 5
meses de aportaciones reconocidos por la demandada, hacen un total de 38 años y 9 meses de
aportaciones. Asimismo, con el Documento Nacional de Identidad obrante a fojas 36, se acre-
dita que el demandante nació el 25 de noviembre de 1949, y que cumplió los 55 años el 25 de
noviembre de 2004.
34. Siendo así, el demandante reúne todos los requisitos legales exigidos para la percepción de la
pensión de jubilación adelantada; y, consiguientemente, se ha desconocido arbitrariamente el
derecho constitucional a la pensión que le asiste, por lo que la demandada debe abonarle las
pensiones devengadas de conformidad con el artículo 81 del Decreto Ley Nº 19990, para lo
cual deberá tener en cuenta la fecha de apertura del Expediente Nº 00900037205, en el que
consta la solicitud de la pensión denegada.
35. Adicionalmente se debe ordenar a la emplazada que efectúe el cálculo de los devengados co-
rrespondientes desde la fecha del agravio constitucional, así como el de los intereses legales
generados de acuerdo con la tasa señalada en el artículo 1246 del Código Civil, y que proceda
a su pago en la forma establecida por la Ley Nº 28798.
36. Habiéndose acreditado que la emplazada ha vulnerado el derecho constitucional a la pensión,
corresponde, de conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, ordenar

334
Sistema Nacional de Pensiones

a dicha entidad que asuma los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, NULAS las Resoluciones
Nºs 0000040058-2005-ONP/DC/DL 19990 y 0000053395-2006-ONP/DC/DL 19990.
2. Ordenar que la emplazada cumpla con otorgarle al recurrente una pensión de jubilación ade-
lantada con arreglo al artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990, y que le abone las pensiones de-
vengadas e intereses legales correspondientes, así como los costos procesales en la etapa de
ejecución de la sentencia.
3. Declarar que los criterios previstos en el fundamento 26, supra, constituyen precedente vin-
culante inmediato de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

EXP. Nº 04762-2007-PA/TC-SANTA
ALEJANDRO TARAZONA VALVERDE

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 16 de octubre de 2008


I. VISTA
La solicitud de aclaración de la sentencia de autos, su fecha 22 de setiembre de 2008, presen-
tada por la Oficina de Normalización Previsional (ONP); y,
II. ATENDIENDO A
1. Que de acuerdo con el artículo 121 del Código Procesal Constitucional, el Tribunal Consti-
tucional, de oficio o a instancia de parte, puede aclarar algún concepto o subsanar cualquier
error material u omisión en que hubiese incurrido.
2. Que la ONP solicita que se precise: i) si lo establecido en el fundamento 16 de la sentencia de
autos se aplica a los periodos anteriores a abril del 2007; ii) que los documentos establecidos
en el fundamento 26 de la sentencia de autos deben ser suscritos por el propio empleador o
sus sucesores, con derecho debidamente inscrito, en el caso de que estos sean personas natu-
rales o jurídicas, o por el representante legal si se tratase de una persona jurídica; iii) que en
el caso de los documentos públicos expedidos por Orcinea, IPSS o EsSalud, estos deben ser
expedidos por el funcionario expresamente facultado para tal fin; iv) que la expedición de los

335
César Abanto Revilla

documentos señalados en el fundamento 26 de la sentencia de autos debe ajustarse a la nor-


mativa legal e infralegal vigente al momento de su producción, pues en caso contrario no po-
drán acreditar periodos de aportación; v) que ante la presentación de documentos falsos o de
autenticidad manifiestamente dudosa el juez debe ordenar la remisión de copias de lo actuado
al Ministerio Público para el ejercicio de la acción penal; y, vi) que la remisión de actuados
administrativos debe atender al principio de razonabilidad en los plazos.
3. Que con relación al primer punto, debe recordarse que en el fundamento 16 de la sentencia de
autos se precisó que “la modificación del artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990 en nada afecta
la responsabilidad de los empleadores por la retención y pago de las aportaciones al Sistema
Nacional de Pensiones, pues si bien en la nueva redacción se ha eliminado la frase “aun cuan-
do el empleador, o la empresa de propiedad social, cooperativa o similar, no hubiese efectuado
el pago de las aportaciones”, ello no implica que las aportaciones retenidas y no pagadas sean
consideradas como aportaciones no efectuadas; por el contrario, las aportaciones retenidas y
no pagadas por los empleadores deben ser consideradas como aportaciones efectivas, pues la
modificación referida no enerva la calidad de los empleadores como agentes de retención de
las aportaciones de los trabajadores”.
Teniendo en cuenta el fundamento transcrito, este Tribunal considera que la precisión que se
solicita resulta desestimable, debido a que en el fundamento referido de manera clara se pre-
cisa que la modificación del artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990 en nada afecta la responsa-
bilidad de los empleadores por la retención y pago de las aportaciones al Sistema Nacional de
Pensiones.
4. Que con relación al segundo, tercer y cuarto punto, este Tribunal considera que lo solicitado
no tiene por finalidad la aclaración de algún concepto oscuro o la rectificación de alguna con-
tradicción manifiesta que se evidencie del propio texto del fundamento 26 de la sentencia de
autos. Por esta razón, resulta desestimable la precisión solicitada por la ONP, ya que como se
señaló en el fundamento 26 de la sentencia de autos, no existe ningún concepto oscuro, omi-
sión o error material o aritmético que aclarar o corregir.
Sin perjuicio de lo anterior, este Tribunal considera pertinente subrayar que las precisiones
solicitadas en el segundo, tercer y cuarto punto deben ser analizadas y evaluadas de manera
razonable por la administración y los jueces, caso o por caso, ya que cada petición de otorga-
miento de pensión entraña particularidades propias por la naturaleza del empleador o por la
zona de trabajo, razón por la cual lo solicitado no puede ser establecido de manera detallada
y precisa. Por ejemplo, este Tribunal considera que el hecho de que una boleta de pago de re-
muneraciones no esté llenada conforme a la normativa legal o infralegal vigente no la invalida
como medio probatorio ni le resta eficacia probatoria para demostrar periodos de aportación,
pues en principio el trabajador no es responsable de llenarla sino el empleador. Por esta razón
resultaría arbitrario e irrazonable desconocer una boleta de pago de remuneraciones cuando
esta no fue bien llenada por la irresponsabilidad del empleador, ya que ello entrañaría un per-
juicio carente de justificación en desmedro del trabajador. Cosa distinta es que se demuestre
que las boletas de pago de remuneraciones son falsas debido a que contienen conceptos remu-
nerativos que no se encontraban vigentes en el periodo que se pretende demostrar. Por estas
razones, este Tribunal reitera que las precisiones peticionadas en los puntos antes referidos
deben ser analizadas y evaluadas de manera razonable, caso por caso.
5. Que con relación al quinto punto este Tribunal estima que la precisión solicitada también re-
sulta desestimable debido a que los jueces, por imperio de la ley, tienen el deber de disponer

336
Sistema Nacional de Pensiones

la remisión de los actuados al Fiscal Penal cuando en un proceso que es de su conocimiento


exista causa probable de la comisión de un delito. Por esta razón no resulta viable que la pre-
cisión solicitada se concretice como precedente, ya que ello se encuentra previsto normativa-
mente como un deber de los jueces.
6. Que con relación al sexto punto, este Tribunal debe recordarle a la ONP que conforme al in-
ciso 12) del artículo 184 del Decreto Supremo Nº 017-93-JUS es deber de los jueces evitar la
lentitud procesal, sancionando las maniobras dilatorias así como todos aquellos actos contra-
rios a los deberes de lealtad, probidad, veracidad, honradez y buena fe, y que conforme al inci-
so 4) del artículo 185 del Decreto Supremo Nº 017-93-JUS, es facultad de los jueces solicitar
de cualquier persona, autoridad o entidad pública o privada los informes que consideren perti-
nentes para el esclarecimiento del proceso bajo su jurisdicción. El incumplimiento al manda-
to del juez se sanciona con multa no mayor del 5% de la Unidad de Referencia Procesal, sin
perjuicio de la acción penal que corresponda.
Dicho lo anterior, este Tribunal considera que el plazo para la remisión de los actuados ad-
ministrativos debe ser fijado por los jueces, caso por caso. Para ello, los jueces deben tener
presente que el plazo que establezcan para la remisión de los actuados administrativos no
puede generar la lentitud procesal ni maniobras dilatorias; asimismo, deben tener presente
que el proceso de amparo se caracteriza por ser un proceso rápido y sumario que no admi-
te dilaciones indebidas. Por estas razones el pedido de precisión carece de asidero pues en
el fundamento 26 de la sentencia de autos no se estableció plazo alguno porque se conside-
ró que los jueces, atendiendo a los criterios antes expuestos, son los que deben evaluar las
particularidades de cada caso concreto para determinar cuál es el plazo que consideran con-
veniente para la remisión de los actuados administrativos y la realización de los fines del
proceso.
7. Que no obstante lo anterior y a fin de despejar las inquietudes y dudas sobre la aplicación del
fundamento 26 de la sentencia de autos, mediante el cual se estableció como precedente vin-
culante la distribución de cargas probatorias en el proceso de amparo para acreditar periodos
de aportaciones y generar suficiente convicción en el juez, este Tribunal considera pertinente
realizar las siguientes precisiones:
a. Cuando en el fundamento 26.a, se precisa de manera enunciativa que los documentos
allí mencionados pueden ser presentados en original, copia legalizada o fedateada, este
Tribunal no está estableciendo que en el proceso de amparo no se puedan presentar los
mismos documentos en copia simple, sino que la sola presentación de dichos documen-
tos en copia simple no puede generar en el juez suficiente convicción sobre la fundabili-
dad de la pretensión, razón por la cual se le solicita al demandante que, en principio, los
presente en original, copia legalizada o fedateada. Por tanto, en el proceso de amparo sí
pueden presentarse, conjuntamente con los documentos en original, copia legalizada o
fedateada o documentos en copia simple, los cuales han de ser valorados conjuntamente
por el juez.
b. Pues bien, teniendo presente que una de las justificaciones para establecer el precedente
sobre las reglas de acreditación ha sido la presentación de documentos falsos para acre-
ditar años de aportaciones, este Tribunal considera oportuno precisar que en aquellos
casos en los que el demandante presenta tan solo un certificado de trabajo en original,
copia legalizada o fedateada como único medio probatorio, el juez con la finalidad de
generarse convicción suficiente sobre la veracidad de lo alegado, le deberá solicitar que

337
César Abanto Revilla

en un plazo de 15 días hábiles presente documentación adicional que puede ser en origi-
nal, copia legalizada, fedateada o simple a efectos de corroborar el periodo que se pre-
tende demostrar con el certificado de trabajo.
c. Finalmente debe precisarse cuál debe ser el sentido del fallo cuando el demandante en
el proceso de amparo no cumple con las reglas para acreditar periodos de aportaciones.
Sobre el particular este Tribunal considera que la demanda debe declararse improceden-
te debido a que el no cumplimiento de las reglas entraña la realización de una actividad
probatoria que no se puede realizar en el proceso de amparo por su carencia de estación
probatoria.
8. Que aplicando las anteriores consideraciones al fundamento 26.a de la sentencia de autos, este
Tribunal considera adecuado que en él se agreguen las siguientes precisiones:
Los documentos antes referidos también pueden ser presentados por el demandante en copia
simple cuando se haya adjuntado documentos en original, copia legalizada o fedateada, a fin
de, conjuntamente, lograr generar convicción en el juez. Ello quiere decir que los documen-
tos no pueden ser adjuntados en copia simple cuando sean los únicos medios probatorios que
pretendan acreditar periodos de aportaciones.
En el caso de que el documento presentado en original, copia legalizada o fedateada sea el úni-
co medio probatorio adjuntado para acreditar periodos de aportaciones, el juez deberá reque-
rir al demandante para que presente, en el plazo máximo de 15 días hábiles, documentación
adicional que corrobore lo que se pretende acreditar, pudiendo esta ser presentada en original,
copia legalizada, fedateada o simple.
En los procesos de amparo en que se haya solicitado al demandante documentación adicional
y esta no se presente dentro del plazo de 15 días hábiles, contados a partir de la fecha de re-
cepción del requerimiento, la demanda será declarada improcedente. Igualmente, la demanda
será declarada improcedente cuando el demandante no haya logrado generar en el juez la su-
ficiente convicción probatoria para demostrar los periodos de aportaciones alegados.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
III. RESUELVE
1. Declarar IMPROCEDENTE la solicitud de aclaración interpuesta.
2. INTEGRAR las consideraciones expuestas en el considerando 8, supra al fundamento 26.a
de la sentencia de autos.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

338
Sistema Nacional de Pensiones

03 PENSIÓN DE INVALIDEZ: SUSPENSIÓN DEL PAGO

EXPEDIENTE Nº 04640-2008-PA/TC-SANTA
MIGUEL TABOADA CHAPA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 6 días del mes de octubre de 2009, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos y Álvarez Miranda, pronuncia
la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Miguel Taboada Chapa contra la sen-
tencia expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, de fojas 182,
su fecha 22 de julio de 2008, que declara infundada la demanda de autos.
II. ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional
(ONP) solicitando que se declare inaplicable la Resolución Nº 0000002063-2006-GO.DP/ONP, de
fecha 19 de octubre de 2006, y que en consecuencia, se reactive su pensión de invalidez, y se or-
dene el pago de las pensiones devengadas más los intereses legales conforme al artículo 1242 del
Código Civil.
La emplazada contesta la demanda expresando que la suspensión de pago de la pensión de in-
validez del demandante se debió a que este no concurrió a la realización de un nuevo examen mé-
dico, el cual permitiría corroborar su estado de invalidez.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Chimbote, con fecha 21 de enero de 2008, de-
clara fundada la demanda por considerar que la suspensión de pensión de invalidez del actor reali-
zada por la emplazada constituye una decisión unilateral y arbitraria pues ha hecho caso omiso a lo
señalado en la Ley Nº 28110, con lo cual ha puesto en riesgo la salud y la vida no solo del titular de
dicho derecho sino también el de su familia.
La Sala Superior revisora, revocando la apelada declara infundada la demanda por estimar
que la suspensión de la pensión de invalidez del actor se ha realizado conforme a los artículos 26 y
35 del Decreto Ley Nº 19990, los cuales se complementan con lo dispuesto en el artículo 4 del De-
creto Supremo Nº 166-2005-EF.
III. FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda
1. El demandante solicita que se deje sin efecto la suspensión de su pensión de invalidez, y
que, en consecuencia, se le abonen las pensiones dejadas de percibir más los intereses lega-
les respectivos. Al respecto, este Tribunal considera pertinente señalar que la suspensión de
la pensión de la que ha sido objeto el demandante indubitablemente lo priva del mínimo vital
necesario para su subsistencia, lo que determina que se vea imposibilitado de cubrir sus nece-
sidades básicas, atentándose en forma directa contra su dignidad.

339
César Abanto Revilla

Por consiguiente, su pretensión se encuentra comprendida en el supuesto previsto en el funda-


mento 37.c) de la STC Exp. Nº 1417-2005-PA/TC, motivo por el cual corresponde analizar el
fondo de la cuestión controvertida.
Análisis de la controversia
2. De la Resolución Nº 0000081632-2005-ONP/DC/DL 19990, obrante a fojas 3, se desprende
que la ONP le otorgó la pensión de invalidez al demandante en merito al Certificado de Dis-
capacidad Nº 00000797, emitido por el Hospital La Caleta - Chimbote del Ministerio de Sa-
lud, de fecha 15 de julio de 2005, que indica que el asegurado se encuentra incapacitado para
laborar a partir del 1 de junio de 1996.
3. Por otro lado, de la resolución cuestionada obrante a fojas 5, se desprende que la ONP resol-
vió suspender el pago de dicha pensión, de conformidad con el artículo 35 del Decreto Ley
Nº 19990, al no haber cumplido el demandante con asistir a la Comisión Médica respectiva,
a fin de someterse a las evaluaciones médicas correspondientes para comprobar su estado de
invalidez.
4. Efectivamente, conforme lo dispone el artículo 35 del Decreto Ley Nº 19990, “Si el pen-
sionista de invalidez dificultase o impidiese su tratamiento, se negase a cumplir las pres-
cripciones médicas que se le impartan, se resistiese a someterse a las comprobaciones de su
estado o a observar las medidas de recuperación, rehabilitación o reorientación profesional,
se suspenderá el pago de la pensión de invalidez mientras persista en su actitud, sin derecho
a reintegro”.
5. En consecuencia, dado que el propio demandante afirma en su demanda que se le cursó la
notificación de fecha 18 de agosto de 2006, obrante a fojas 6, para que se realice una nueva
evaluación médica, y que al no cumplir con lo requerido se expidió la resolución cuestionada,
corresponde desestimar la presente demanda.
6. Este Tribunal considera pertinente señalar que la suspensión de la pensión se encuentra condi-
cionada a la evaluación médica a la que deberá someterse el demandante, la cual corresponde-
rá que sea llevada a cabo por la entidad médica competente, respetando las directivas técnicas
establecidas para el otorgamiento de pensión de invalidez.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
ÁLVAREZ MIRANDA

340
Sistema Nacional de Pensiones

04 PENSIÓN DE INVALIDEZ: CADUCIDAD DEL DERECHO

EXPEDIENTE Nº 04722-2009-PA/TC-LIMA
LUCIO ALBERTO RAMOS ANCO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 23 días del mes de abril de 2010, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Landa Arroyo, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguien-
te sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Lucio Alberto Ramos Anco contra la
sentencia expedida por la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 197,
su fecha 21 de octubre de 2008, que declaró improcedente la demanda de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 24 de enero de 2007, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi-
cina de Normalización Previsional (ONP) solicitando que se declare inaplicable la Resolución
Nº 80349-2006-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de 2006, que declaró caduca su pen-
sión de invalidez y que, consecuentemente, se le restituya la pensión de invalidez que se le otor-
gó mediante Resolución Nº 26192-2004-ONP/DC/DL 19990, de conformidad con el Decreto Ley
Nº 19990. Asimismo, solicita el abono de devengados e intereses legales desde el mes de octu-
bre de 2006.
La emplazada contesta la demanda y pide que se la declare improcedente considerando que la
vía del amparo no es la pertinente para dilucidar esta controversia ya que la pretensión no está in-
cluida en los supuestos de afectación al contenido esencial a la pensión. Por otro lado, alega que el
actor fue sometido a una nueva evaluación médica, en la que reconcluyó que presentaba una enfer-
medad distinta a la que generó la pensión, con un grado de incapacidad que no le impedía ganar un
monto equivalente al que venía percibiendo como pensión, por lo que se declaró caduca su pensión
de conformidad con el artículo 33 del Decreto Ley Nº 19990.
El Cuadragésimo Quinto Juzgado Civil de Lima, con fecha 8 de mayo de 2008, declara im-
procedente la demanda considerando que la decisión de declarar caduca la pensión de invalidez no
es arbitraria pues se sustenta en el artículo 33 del Decreto Ley Nº 19990 y en un informe médico;
además alega que para dilucidar la pretensión se requiere la actuación de medios probatorios.
La Sala Superior competente confirma la apelada alegando que el certificado médico justifica
la resolución cuestionada y goza de la presunción de legalidad, y que para declarar su invalidez se
requiere de un proceso judicial en la vía ordinaria.
III. FUNDAMENTOS 
Procedencia de la demanda 
1. En la STC Exp. Nº 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de ju-
lio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los

341
César Abanto Revilla

requisitos para el goce de tal derecho, y que la titularidad del derecho invocado debe estar su-
ficientemente acreditada para que sea posible emitir pronunciamiento.
Delimitación del petitorio
2. En el presente caso, el demandante solicita que se restituya la pensión de invalidez definitiva
que percibía conforme a la Resolución Nº 26192-2004-ONP/DC/DL 19990 y que fue decla-
rada caduca. En consecuencia, la pretensión del recurrente está comprendida en el supuesto
previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por el cual corresponde anali-
zar el fondo de la cuestión controvertida.
Análisis de la controversia
3. El inciso a) del artículo 24 del Decreto Ley Nº 19990 establece que se considera inválido: “Al
asegurado que se encuentra en incapacidad física o mental prolongada o presumida perma-
nente, que le impide ganar más de la tercera parte de la remuneración o ingreso asegurable
que percibiría otro trabajador de la misma categoría, en un trabajo igual o similar en la misma
región”.
4. Por otro lado, según el artículo 33 del Decreto Ley Nº 19990, las pensiones de invalidez ca-
ducan en tres supuestos: a) Por haber recuperado el pensionista la capacidad física o mental o
por haber alcanzado una capacidad, en ambos casos, en grado tal que le permita percibir una
suma cuando menos equivalente al monto de la pensión que recibe; b) Por pasar a la situación
de jubilado a partir de los 55 años de edad los hombres y 50 las mujeres, siempre que tengan
el tiempo necesario de aportación para alcanzar este derecho y que el beneficio sea mayor;
sin la reducción establecida en el artículo 44 de la misma norma; y c) Por fallecimiento del
beneficiario.
5. De la Resolución Nº 26192-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 15 de abril de 2004 (f. 2), se
evidencia que se le otorgó pensión de invalidez definitiva al demandante sobre la base del Cer-
tificado Médico de Invalidez, de fecha 25 de marzo de 2004, emitido por el Hospital El Car-
men de Huancayo, según el cual el actor presentaba incapacidad para el trabajo, a partir del 10
de agosto de 2004.
6. De otro lado, por Resolución Nº 80349-2006-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de
2006, obrante a fojas 20, se declara caduca la pensión de invalidez conforme a los artículos
24 y 33 del Decreto Ley Nº 19990, argumentándose que de acuerdo con el Dictamen de Co-
misión Médica el recurrente presenta una enfermedad distinta a la que generó el derecho a la
pensión otorgada con un grado de incapacidad que no le impide ganar un monto equivalente
al que percibe como pensión. Ello en virtud a que la ONP tomó conocimiento de hechos con-
tradictorios relacionados a los certificados médicos de invalidez, por lo que dispuso la realiza-
ción de acciones de verificación de la subsistencia del estado de incapacidad de las personas
que venían percibiendo pensión de invalidez, con el fin de determinar la existencia de benefi-
ciarios que hubieran accedido de modo irregular a este tipo de prestaciones, conforme al nu-
meral 14 del artículo 3 de la Ley Nº 28532, el artículo 1 de la Ley Nº 27023 y el artículo 4 del
Decreto Supremo Nº 166-2005-EF.
7. Asimismo, a fojas 96, la ONP ofrece como medio de prueba el Informe de Evaluación Médica
de Incapacidad, de fecha 2 de agosto de 2006, con el que demuestra fehacientemente lo argu-
mentado en la resolución que declara la caducidad de la pensión de invalidez según el cual el
demandante padece de dolor articular con 10% de menoscabo.

342
Sistema Nacional de Pensiones

8. Por otra parte, en autos no obra documentación alguna que desvirtúe los alegatos de la ONP,
de lo que se deduce que a lo largo del proceso no ha cumplido el demandante con acreditar su
alegada incapacidad ni que el proceder de la ONP haya sido arbitrario.
9. Por consiguiente, no se ha acreditado la vulneración de los derechos constitucionales invoca-
dos, por lo que la demanda debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda al no haberse acreditado la vulneración del derecho fun-
damental a la pensión.
Publíquese y notifíquese.
SS.
LANDA ARROYO
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

05 PENSIÓN DE VIUDEZ PARA CONVIVIENTES

EXPEDIENTE Nº 06572-2006-PA/TC-PIURA
JANET ROSAS DOMÍNGUEZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 6 días del mes de noviembre de 2007, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los Magistrados Landa Arroyo, Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pronuncia la
siguiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Janet Rosas Domínguez contra la sen-
tencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 95, su fecha 31 de
mayo de 2006, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
II. ANTECEDENTES
La recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional
(ONP), solicitando el otorgamiento de una pensión de viudez. Manifiesta tener una declaración ju-
dicial de unión de hecho con don Frank Francisco Mendoza Chang y que, su menor hija, en la ac-
tualidad, viene percibiendo pensión de orfandad, en virtud de ser hija del causante.
La emplazada contesta la demanda manifestando que la declaración judicial de la unión de
hecho no da derecho al otorgamiento de una pensión de viudez, ya que esta se otorga únicamente
cuando se cumplen con los requisitos expuestos en el artículo 53 del Decreto Ley Nº 19990. Es de-
cir, se requiere necesariamente que se acredite la celebración del matrimonio. En el presente caso,
no se ha acreditado la unión conyugal, por lo tanto la demanda debe ser desestimada.

343
César Abanto Revilla

El Quinto Juzgado Especializado Civil de Piura, con fecha 30 de diciembre de 2005, declara
improcedente la demanda considerando que, a través del presente proceso constitucional, no es po-
sible otorgar derechos, sino proteger el ya reconocido.
La recurrida confirma la apelada por el mismo fundamento.
III. FUNDAMENTOS
1. En el fundamento 37 de la STC Exp. Nº 1417-2005-PA, publicada en el diario oficial El Pe-
ruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que aun cuando, prima facie, las pen-
siones de viudez, orfandad y ascendientes no forman parte del contenido esencial del derecho
fundamental a la pensión, en la medida en que el acceso a las prestaciones pensionarias sí for-
ma parte de él, son susceptibles de protección a través del amparo los supuestos en que se de-
niegue una pensión de sobrevivencia, a pesar de cumplirse los requisitos legales.
§Delimitación del petitorio y de la cuestión constitucional suscitada
2. En el presente caso, la demandante solicita que se le otorgue una pensión de viudez, conforme
con el Decreto Ley Nº 19990, alegando tener una declaración judicial de unión de hecho con
quien fue su conviviente don Frank Francisco Mendoza Chang, ahora fallecido.
3. El problema a dilucidar en este caso es si procede reconocer la pensión de sobrevivientes a la
pareja de hecho supérstite. Ello implica determinar si es que a pesar de la omisión expresa del
Decreto Ley Nº 19990, procede el reconocimiento de tal beneficio a las parejas de hecho.
4. Debe recordarse que los pronunciamientos sobre la pensión de viudez entre parejas de hecho
ha merecido la atención de este Tribunal Constitucional. Si bien en un principio tal posibilidad
se encontraba implícita[1] Sentencia del Expediente Nº 02719-2005-PA/TC.48[1], por medio de
otra sentencia se rechazó tal supuesto[2] Sentencia del Expediente Nº 03605-2005-PA/TC.49[2],
aceptándose luego tal hipótesis[3] Sentencia del Expediente Nº 09708-2006-PA/TC.50[3].
Así, en la sentencia del Expediente Nº 02719-2005-PA/TC, este Colegiado desestimó la de-
manda interpuesta por la conviviente supérstite, que solicitaba una pensión de viudez, argu-
mentando que el causante no había cumplido con la edad requerida para obtener una pensión
de jubilación por lo que tampoco se había generado el derecho a la pensión de viudez. Por su
parte, en la sentencia del Expediente Nº 03605-2005-PA/TC se argumentó que; i) Puesto que
la Norma Fundamental quiere favorecer el matrimonio, al ser este presentado como una insti-
tución constitucional, no es posible tratar igual al matrimonio y a las uniones de hecho; ii) Si
no se puede obligar a nadie a casarse, tampoco se puede obligar a los integrantes de la unión
de hecho a asumir los efectos previsionales propios del matrimonio; iii) Solo podrían gene-
rarse derechos pensionarios entre las parejas de hecho si la norma específica así lo dispone;
iv) La Norma constitucional reconoce la relación concubinaria para efectos solo de naturaleza
patrimonial mas no se incluye dentro de él efectos de carácter personal, como son el derecho
alimentario y el de carácter pensionario.
Por último, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 09708-2006-PA/TC se esgrimió que
de acuerdo al artículo 5 de la Constitución así como el artículo 326 del Código Civil (CC),
la unión de hecho daba lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de
gananciales, pero al haberse comportado los convivientes como cónyuges, al asumir finalida-
des, obligaciones y deberes semejantes a los del matrimonio, la conviviente habría adquirido
el derecho a la pensión de viudez. Se consideró además que las pensiones tenían la calidad de
bienes que integran la sociedad de gananciales porque sirven para el sustento de la familia.

344
Sistema Nacional de Pensiones

En vista de lo expuesto, a continuación se procederá a confirmar el criterio ya asumido por


este Colegiado, argumentando de manera más profunda tal posición.
§ Tutela de la Familia en el Estado Democrático y Social de Derecho y pluralidad de estruc-
turas familiares
5. Fue el constitucionalismo de inicios del siglo XX el que por primera vez otorgó a la familia
un lugar en las normas fundamentales de los Estados. Precisamente fue la Constitución de
Wiemar (1919) en donde se reconoció expresamente el rol protector del Estado para con la
Familia[4] El artículo 119 de dicha Constitución indicaba: “El matrimonio como fundamento
de la vida de la familia, de la conservación y del crecimiento de la nación se pone bajo la pro-
tección especial de la Constitución”.51[4]. Sin embargo, es de precisar que en aquella época
se identificaba al matrimonio como único elemento creador de familia. Se trataba pues de un
modelo de familia matrimonial, tradicional y nuclear, en donde el varón era “cabeza de fami-
lia” dedicado a cubrir los gastos familiares y la mujer realizaba necesariamente las labores del
hogar. Dentro de esta tendencia de reconocimiento de protección de la familia, constituciones
posteriores a la Segunda Guerra Mundial fueron recogiendo dicha institución, conceptuándola
en muchos casos de manera muy similar.
6. A nivel de la región, los constituyentes se han referido a la familia como “núcleo fundamen-
tal de la sociedad”[5] artículo 42 de la Constitución de Colombia y artículo 1 de la Consti-
tución de Chile.52[5],  “elemento natural y fundamento de la sociedad”[6] artículo 51 de la
Constitución de Costa Rica.53[6], “fundamento de la sociedad”[7] artículo 49 de la Consti-
tución de Paraguay;  “La familia es el fundamento de la sociedad. Se promoverá y se garan-
tizará su protección integral. Esta incluye a la unión estable del hombre y de la mujer, a los
hijos y a la comunidad que se constituya con cualquiera de sus progenitores y sus descendien-
tes.”54[7], “asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarro-
llo integral de las personas” [8] artículo 75  de la Constitución de Venezuela. 55[8], “base de la
sociedad” [9] artículo 45 de la Constitución de Uruguay. 56[9], “célula fundamental de la so-
ciedad” [10] artículo 39 de la Constitución de Cuba. 57[10], por citar algunos. Por su parte, el
artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) conceptúa a la fa-
milia como “elemento natural y fundamental de la sociedad”, sujeta a la protección del Estado
y la sociedad. Conviene tener presente también, que el artículo 17 de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos (CADH) y el 23 del PIDCP establecen que la familia debe ser
protegida por la sociedad y el Estado.
7. En el caso peruano, es la Constitución de 1933 la que por primera vez dispone, de manera ex-
presa, la tutela de la familia. En su artículo 53 indicaba que: “El matrimonio, la familia y la
maternidad están bajo la protección de la ley”. La Constitución de 1979, por su lado, precep-
tuaba la protección que el Estado le debía a la familia que era referida como una “sociedad na-
tural y una institución fundamental de la Nación”. Mientras que la Constitución vigente, dis-
pone la protección de la familia, reconociéndola como un instituto natural y fundamental de
la sociedad. En virtud de ello, la carta fundamental consagra una serie de mandatos que bus-
can dotar al instituto de protección constitucional adecuada. Así se tutela la intimidad familiar
(artículo 2, inciso 7) y la salud del medio familiar (artículo 7). Ello se vincula a su vez, con
lo establecido en el artículo 24, que establece el derecho que tiene el trabajador de contar con
ingresos que le permitan garantizar el bienestar suyo y de su familia. De igual manera tendrá
que ser apreciado el artículo 13 que impone el deber de los padres de familia de educar a sus
hijos y elegir el centro de educación.

345
César Abanto Revilla

8. A pesar de esta gama de principios tendentes a la tutela integral de la familia, el texto cons-
titucional no abona en definir el concepto. Es claro entonces, que el texto constitucional no
pretendió reconocer un modelo específico de familia. Por consiguiente, el instituto de la fami-
lia no debe relacionarse necesariamente con el matrimonio, como ocurría con el Código Civil
de 1936, que manifestaba tal tendencia con la inconstitucional diferenciación de hijos “legíti-
mos” y “no legítimos”.
9. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha reconocido la amplitud del
concepto de familia, además de sus diversos tipos [11] Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas. Protección de la familia, derecho al matrimonio e igualdad de los esposos
(art. 23). 27/07/1990, Observación General 19. En el documento se indica: “En vista de la
existencia de diversos tipos de familia, como las de parejas que no han contraído matrimo-
nio y sus hijos y las familias monoparentales, los Estados Partes deberían también indicar en
qué medida la legislación y las prácticas nacionales reconocen y protegen a esos tipos de fa-
milia y a sus miembros”.58[11]. Ello es de suma relevancia por cuanto la realidad ha venido
imponiendo distintas perspectivas sobre el concepto de familia. Los cambios sociales genera-
dos a lo largo del siglo XX han puesto el concepto tradicional de familia en una situación de
tensión. Y es que al ser este un instituto ético-social, se encuentra inevitablemente a merced
de los nuevos contextos sociales. Por lo tanto, hechos como la inclusión social y laboral de
la mujer, la regulación del divorcio y su alto grado de incidencia, las migraciones hacia las
ciudades, entre otros aspectos, han significado un cambio en la estructura de la familia tradi-
cional nuclear, conformada alrededor de la figura del pater familias. Consecuencia de ello es
que se hayan generado familias con estructuras distintas a la tradicional como son las surgidas
de las uniones de hecho [12] Así lo ha explicitado este Tribunal en la sentencia del Expediente
Nº 03605-2005-AA/TC, fundamento 3, cuanto indica; “Y pese a la promoción del instituto del
matrimonio, se ha llegado a constitucionalizar una situación fáctica muy concurrente en el país
pues existen familias que están organizadas de hecho, sin haberse casado civilmente”.59[12], las
monopaternales [13] Reconocida por la Constitución Brasilera de 1988, artículo 226, numeral 4,
que explica: “Se considera, también, como entidad familiar la comunidad formada por cualquier
de los padres y sus descendientes”. Entenderse, também, como entidade familiar a comunidade
formada por qualquer dos pais e seus descendentes. 60[13] o las que en doctrina se han deno-
minado familias reconstituidas [14] Ver sentencia del Expediente Nº 9332-2006-AA/TC.61[14].
10. Bajo esta perspectiva la familia no puede concebirse únicamente como una institución en
cuyo seno se materialice la dimensión generativa o de procreación únicamente. Por cierto,
la familia también es la encargada de transmitir valores éticos, cívicos y culturales. En tal
sentido, “su unidad hace de ella un espacio fundamental para el desarrollo integral de cada
uno de sus miembros, la transmisión de valores, conocimientos, tradiciones culturales y lu-
gar de encuentro intra e intergeneracional”, es pues, “agente primordial del desarrollo social”
[15]
Plan Nacional de Apoyo a la Familia 2004-2011, aprobado mediante Decreto Supremo
Nº 004-2005-MIMDES. p. 16.
62[15]
11. De lo expuesto hasta el momento se deduce que, sin importar el tipo de familia ante la que se
esté, esta será merecedora de protección frente a las injerencias que puedan surgir del Estado
y de la sociedad. No podrá argumentarse, en consecuencia, que el Estado solo tutela a la fami-
lia matrimonial, tomando en cuenta que existen una gran cantidad de familias extramatrimo-
niales. Es decir, se comprende que el instituto familia trasciende al del matrimonio, pudiendo
darse la situación de que extinguido este persista aquella. Esto no significa que el Estado no

346
Sistema Nacional de Pensiones

cumpla con la obligación de la Constitución en cuanto promover la familia matrimonial, que


suponen mayor estabilidad y seguridad de los hijos.
§ Unión more uxorio (Unión de hecho)
12. Como es conocido, tradicionalmente la unión de hecho –también denominada concubinato o
unión extramatrimonial– concitaba una percepción negativa y de rechazo por parte de cier-
to sector de la sociedad, concibiéndola como una forma de vida inmoral, situación que no se
condecía  con la realidad, tradiciones y cultura de otro gran sector de la sociedad peruana. Re-
flejo de ello era la ausencia del reconocimiento de efectos legales a este tipo de uniones. No
obstante, el incremento de las prácticas convivenciales y la mayor secularización de la socie-
dad y del Estado (y su legislación) fue imponiendo un contexto a partir del cual se comenza-
ron a plantear respuestas –primero jurisprudencialmente y luego a nivel Constitucional– a esta
realidad social. Así, la Constitución de 1979 reconoce por primera vez a nivel constitucional
la unión de hecho. En la constituyente, se argumentó que tal incorporación se debió al reco-
nocimiento de una realidad social que involucraba a un gran número de peruanas y peruanos.
De otro lado, se anotó que al momento de la separación de las uniones libres se presentaban
situaciones inicuas. Y es que en muchas ocasiones una de las partes –en su mayoría el va-
rón– terminaba por apoderarse de los bienes adquiridos por la pareja durante la convivencia
[16]
Diario de Debates de la Comisión Principal de Constitución de la Asamblea Constituyente
1978-1979, Tomo I, Publicación oficial, Lima, pp. 326-340.63[16]. Si bien, tal problemáti-
ca ya había merecido la atención del órgano jurisdiccional, entendiendo que se estaba frente
a un enriquecimiento ilícito, el constituyente de 1979 optó por reconocer esta figura a fin de
brindar una solución a tal problemática. Razones similares justificaron que el constituyente de
1993 mantuviera la unión de hecho, por lo que se recogió en la Constitución vigente sin ma-
yores modificaciones. Con este reconocimiento constitucional se legitiman y se salvaguarda
la dignidad de aquellas personas que habían optado por la convivencia. Asimismo pasan a ser
considerados familia, por consiguiente merecedora de la protección del Estado.
13. Pero esta constitucionalización de la entidad, también implica el reconocer ciertos efectos ju-
rídicos entre quienes conforman la unión de hecho. Si bien se está ante una institución que se
fundamenta en la autonomía de la voluntad de quienes la integran y que en puridad se caracte-
riza por su informalidad en cuanto a su inicio y su desarrollo,  no es menos cierto que el Estado
puede intervenir y regular conductas a fin de evitar situaciones no deseadas en la sociedad. Así
pues, la Constitución reconoce una realidad pero al mismo tiempo, la encausa dentro de los
valores constitucionales a fin de hacerla compatible con el resto del ordenamiento. En tal sen-
tido, a fin de evitar que el aporte realizado por la pareja durante la convivencia sea apropiado
por uno de ellos, en desmedro del otro, la Constitución reconoció expresamente el régimen de
gananciales a estas uniones, en cuanto les sea aplicable. Con esto, fenómenos como el comen-
tado se verían refrenados, brindando una dimensión de equidad a las uniones fácticas. Pero
esta no sería la única obligación que se generaría entre los convivientes, como observaremos
más adelante, la propia dinámica de la convivencia encuadrada en la disposición constitucio-
nal, implica el cumplimiento de ciertas acciones, por parte de los integrantes de la unión.
14. Dicho esto, es pertinente analizar el artículo 5 de la Carta fundamental que recoge la unión de
hecho de la siguiente manera;
“La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que for-
man un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la so-
ciedad de gananciales en cuanto sea aplicable”.

347
César Abanto Revilla

15. Importante doctrina ha considerado que la unión de hecho puede distinguirse de la siguiente
manera; concubinato en sentido estricto (propio o puro) y concubinato en sentido amplio (im-
propio o concubinato adulterino). El primero de ellos supone que los individuos que  confor-
man las uniones de hecho no tienen impedimento alguno para contraer matrimonio. Es decir,
se encuentran aptos para asumir el matrimonio. En cambio, el segundo caso abarca a aquellas
parejas que no podrían contraer nupcias debido a que uno de ellos o los dos tiene ya un víncu-
lo matrimonial con tercera persona, o se encuentran impedidos de casarse por cualquier otra
causal. Estando a lo expuesto por la Constitución es claro que nos encontramos ante un con-
cubinato en sentido estricto, puro o propio.
16. De igual forma se observa, que se trata de una unión monogámica heterosexual, con vocación
de habitualidad y permanencia, que conforma un hogar de hecho. Efecto de esta situación ju-
rídica es que, como ya se expuso, se reconozca una comunidad de bienes concubinarios, que
deberá sujetarse a la regulación de la sociedad de gananciales.
17. Ahora bien, el formar un hogar de hecho comprende compartir habitación, lecho y techo. Esto
es, que las parejas de hecho lleven su vida tal como si fuesen cónyuges, compartiendo intimi-
dad y vida sexual en un contexto de un fuerte lazo afectivo. Las implicancias de ello se verán
reflejadas en el desarrollo de la convivencia, que deberá basarse en un clima de fidelidad y ex-
clusividad. Se excluye, por lo tanto, que alguno de los convivientes estén casado o tenga otra
unión de hecho.
18. La estabilidad mencionada en la Constitución debe traducirse en la permanencia, que es otro
elemento esencial de la unión de hecho. Siendo ello así, la unión de hecho, debe extenderse
por un periodo prolongado, además de ser continua e ininterrumpida. Si bien la Constitución
no especifica la extensión del periodo, el artículo 326 del CC sí lo hace, disponiendo como
tiempo mínimo 2 años de convivencia. La permanencia estable evidencia su relevancia en
cuanto es solo a partir de ella que se puede brindar la seguridad necesaria para el desarrollo
adecuado de la familia.
19. De otro lado, la apariencia de vida conyugal debe ser pública y notoria. No se concibe amparar
la situación en donde uno o ambos integrantes de la unión de hecho pretenden materializarla
soterradamente.
§Hogar de hecho
20. Tales son las consecuencias de la formación de un hogar de hecho entre personas con ca-
pacidad nupcial. De ahí que se generen vínculos patrimoniales otorgados expresamente por
el legislador constituyente. Así, el reconocimiento de la comunidad de bienes, implica que
el patrimonio adquirido durante la unión de hecho pertenecen a los dos convivientes. Con
ello se asegura que a la terminación de la relación, los bienes de tal comunidad pueda repar-
tirse equitativamente, con lo que se erradicarían los abusos e impediría el enriquecimiento
ilícito.
21. No obstante, es de resaltar que estos efectos patrimoniales surgen de la comunidad de vida que
llevan los convivientes. Esta comunidad debe ser comprendida como la coincidencia de fines,
objetivos, modos de apreciar el mundo y expectativas sobre futuro, substrato sobre el cual se
erige el aprecio y afecto que se proveen las parejas, precisamente por lo cual, comparten su
vida en un “aparente matrimonio”. De lo que se infiere que existe también ciertas obligaciones
no patrimoniales. Por ejemplo, como ya se observó, la configuración constitucional de esta
unión libre genera un deber de fidelidad entre quienes la conforman.

348
Sistema Nacional de Pensiones

22. De igual modo, sería una interpretación bastante constreñida de la Constitución el concebir
que en una unión de hecho no exista, por ejemplo, obligaciones de cooperación o de tipo ali-
mentaria. Contémplese sino la situación en que uno de los convivientes requiera los auxilios
pertinentes del otro por caer enfermo. Más aun, no debe dejarse de observar que frente a la
terminación de la unión, por decisión unilateral, la pareja abandonada puede solicitar indem-
nización o pensión alimenticia [art. 326 del CC]. Es decir, frente a la dependencia económica
generada, se deben plantear contextos jurídicos que viabilicen y materialicen el sentido mate-
rial y concreto de la Constitución.
23. En suma, debe enfatizarse que la unión de hecho genera una dinámica a partir de la cual se
originan dependencias entre los convivientes. Por ejemplo, es muy común que se dé el caso
en donde uno de ellos se ocupe de las labores que exige el hogar, dejando de lado el ámbito
laboral, mientras que la pareja, se desarrollará en el espacio profesional, cumpliendo la tarea
de brindar los medios económicos que sustenten la vida en comunidad. Esta sinergia incluye
pues un deber de asistencia mutua.
§Seguridad Social y Pensión de sobreviviente
24. El artículo 10 de la Constitución reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona
a la Seguridad Social, para hacer frente a las contingencias que la ley precise con la finalidad
de elevar su calidad de vida. Como ya lo ha expresado este Tribunal Constitucional, la Segu-
ridad Social: 
   “Se concreta en un complejo normativo estructurado –por imperio del artículo 10
de la Constitución– al amparo de la ‘doctrina de la contingencia’  y la calidad de
vida; por ello, requiere de la presencia de un supuesto fáctico al que acompaña una
presunción de estado de necesidad (cese en el empleo, viudez, orfandad, invalidez,
entre otras) que condiciona el otorgamiento de una prestación pecuniaria y/o asis-
tencial, regida por los principios de progresividad, universalidad y solidaridad, y
fundada en la exigencia no solo del mantenimiento, sino en ‘la elevación de la cali-
dad de vida’”.
En tal sentido, debe recordarse que a diferencia de los derechos fundamentales clásicos, la
Seguridad Social requiere de una configuración legal, estableciéndose esta como la fuente
normativa vital para delimitar su contenido protegido. De tal forma, por medio de las dispo-
siciones legales se establecen las condiciones para la obtención de un derecho subjetivo a una
determinada prestación. Esto es la manifestación de la “libre configuración de la ley por el le-
gislador” conforme a la cual se comprende que:
“[e]s el legislador el llamado a definir la política social del Estado social y democrático
de derecho. En tal sentido, este goza de una amplia reserva legal como instrumento de la
formación de la voluntad política en materia social. Sin embargo, dicha capacidad confi-
guradora se encuentra limitada por el contenido esencial de los derechos fundamentales,
de manera tal que la voluntad política expresada en la ley debe desenvolverse dentro de
las fronteras jurídicas de los derechos, principios y valores constitucionales”[17]. Senten-
cia del Expediente Nº 01417-2005-PA/TC, Fundamento 12.64[17]
25. De otro lado, este Colegiado ya ha establecido que el único titular de la pensión es quien reali-
za los aportes, siendo las pensiones de sobrevivientes, el derecho del propio titular proyectado
sobre la o las personas que cumplan con los requisitos para acceder a tales beneficios. De esta
manera la pensión de sobreviviente:

349
César Abanto Revilla

“Debe ser concebida como una garantía para velar por el mantenimiento de una vida
acorde con el principio de dignidad de aquellos que, en razón de un vínculo familiar di-
recto, dependían económicamente de parte de dicha pensión, es decir, como una garan-
tía derivada del reconocimiento de la familia como instituto fundamental de la sociedad
(artículo 4 de la Constitución).
En consecuencia, prima facie, la posibilidad de que el monto o parte del monto de la
pensión del causante se materialice en una pensión de sobrevivencia, debe encontrarse
condicionada a la dependencia económica en la que se encontraba el o los sobrevivientes
con relación a dicho monto”[18] Sentencia del Expediente Nº 0050-2004-AI/TC, Funda-
mento 143.65[18] (subrayado agregado).
§Decreto Ley Nº 19990 y unión de hecho
26. El Decreto Ley Nº 19990 regula el Sistema Nacional de Pensiones (SNP), disponiendo los
requisitos para que el titular acceda a una pensión de jubilación, de invalidez, así como los
requisitos que deben cumplir los sobrevivientes a fin de acceder a una pensión de viudez, or-
fandad o ascendentes. Debido a que el tema se plantea respecto a la pensión de viudez y su
relación la convivencia se analizará el artículo 53 del aludido decreto ley, que regula lo refe-
rente a la pensión de viudez, estableciéndose lo siguiente;
“Tiene derecho a pensión de viudez la cónyuge del asegurado o pensionista fallecido, y
el cónyuge inválido o mayor de sesenta años de la asegurada o pensionista fallecida que
haya estado a cargo de esta, siempre que el matrimonio se hubiera celebrado por lo me-
nos un año antes del fallecimiento del causante y antes de que este cumpla sesenta años
de edad si fuese hombre o cincuenta años si fuese mujer, o más de dos años antes del
fallecimiento del causante en caso de haberse celebrado el matrimonio a edad mayor de
las indicadas.
Se exceptúan de los requisitos relativos a la fecha de celebración del matrimonio los ca-
sos siguientes:
a) Que el fallecimiento del causante se haya  producido por accidente;
b) Que tengan o hayan tenido uno o más hijos comunes; y
c) Que la viuda se encuentre en estado grávido a la fecha de fallecimiento del
asegurado”.
Como es de apreciarse, no se contempla en lo absoluto referencia alguna a la pareja convi-
viente. La explicación debe encontrarse en la inexistencia de la unión de hecho en la legisla-
ción nacional de aquella época. Como ya se expresó, esta institución fue reconocida a nivel
constitucional recién con la Carta Fundamental de 1979, desarrollándose legalmente en el ar-
tículo 326 del CC, casi un lustro después. Así, de una simple lectura del ordenamiento jurí-
dico, podría concluirse que, puesto que no se contempla normativamente que las parejas de
hecho sobrevivientes accedan a una pensión de viudez, la presente demanda tendría que ser
desestimada. Y es que como ya se apreció, en el caso de la Seguridad Social, es el legislador
ordinario quien configura legalmente los supuestos por los cuales se accedería al derecho.
27. No obstante, el defecto de tal argumentación estriba en interpretar la pretensión de la actora
exclusivamente desde de la ley, cuando por el contrario, en el Estado Social y Democrático
de  Derecho, es a partir de la Constitución desde donde se interpretan las demás normas del

350
Sistema Nacional de Pensiones

ordenamiento jurídico. A propósito de ello, debe indicarse, como ya lo ha hecho este Tribunal
en otras ocasiones, que el transito del Estado Legal de Derecho al de Estado Constitucional de
Derecho supuso dejar de lado la tesis según la cual el texto fundamental era una norma caren-
te de contenido jurídico vinculante, compuesta tan solo por una serie de disposiciones orien-
tadoras de la labor de los poderes públicos.
“Es decir, significó superar la concepción de una pretendida soberanía parlamentaria,
que consideraba a la ley como la máxima norma jurídica del ordenamiento, para dar
paso –de la mano del principio político de soberanía popular– al principio jurídico de
supremacía constitucional, conforme al cual, una vez expresada la voluntad del Poder
Constituyente con la creación de la Constitución del Estado, en el orden formal y sustan-
tivo presidido por ella no existen soberanos, poderes absolutos o autarquías. Todo poder
devino entonces en un poder constituido por la Constitución y, por consiguiente, limita-
do e informado, siempre y en todos los casos, por su contenido jurídico-normativo”[19].
Sentencia del Expediente Nº 05854-2005-PA/TC, Fundamento 3.66[19].
§Inconstitucionalidad sobreviniente y legislación preconstitucional
28. En rigor, corresponde en este extremo apreciar que los alcances de este precepto legislativo
resultan ser una inconstitucionalidad sobreviniente[20]. Como ya lo expresó este Tribunal en
nuestro ordenamiento se han asumido las teorías de la continuidad y de la revisión (Senten-
cia del Expediente Nº 0010-2001-AI/TC, Fundamentos 10 al 16).67[20], fenómeno presenta-
do cuando una norma primigeniamente constitucional, deviene en inconstitucional porque no
compatibiliza con la vigente norma constitucional. En este caso, el Decreto Ley Nº 19990, fue
desarrollado bajo el marco de la Constitución de 1933. Actualmente, sin embargo, como ya se
tiene explicitado, debe interpretarse bajo los alcances de la configuración constitucional que
le otorga el texto fundamental de 1993.
29. En tal sentido, es de enfatizarse que el hecho de que el Decreto Ley Nº 19990 sea una nor-
ma preconstitucional, no significa que la Constitución vigente no sea el parámetro bajo el
cual se debe aplicar tal decreto ley. Todo lo contrario, tal norma, como cualquier otra, debe
ser interpretada y aplicada tomando en cuenta los derechos, principios y valores recogidos
en la Carta Fundamental vigente. En consecuencia, es la norma y específicamente su artícu-
lo 53, el que tendrá que interpretarse a la luz de los valores y principios materiales del texto
constitucional.
30. De esta manera, al haberse consagrado la protección de la familia como mandato constitucio-
nal, y siendo que la unión de hecho es un tipo de estructura familiar, queda por precisar las
concretizaciones de esta protección y si es que en el presente caso, la norma que regula el re-
conocimiento de la pensión de viudez se adecua a la Carta Fundamental.
31. La finalidad de la pensión de sobrevivientes es preservar y cubrir los gastos de subsistencia
compensando el faltante económico generado por la muerte del causante, y puesto que la pro-
pia convivencia genera una dinámica de interacción y dependencia entre los convivientes, la
muerte de uno de ellos legitima al conviviente supérstite a solicitar pensión de viudez. Más
aun cuando uno de ellos ha visto sacrificada sus perspectivas profesionales, debido a que tuvo
que dedicarse al cuidado de los hijos y del hogar, perjudicando su posterior inserción –o al
menos haciéndola más difícil– en el mercado laboral.
32. Pero  ¿implica ello que no se estaría materializando el deber del Estado de promover el
matrimonio? Tal argumentación parte de la errada premisa de que el otorgar pensión de

351
César Abanto Revilla

sobreviviente a las parejas de hecho supérstite supone promover el matrimonio. Ello equival-
dría a decir que desde que el Estado está obligado a promover el matrimonio, cierto número de
uniones de hecho han tomado la decisión de casarse para poder acceder a la pensión de viudez.
Lo cual resulta ilógico, atendiendo a la importancia institucional que el matrimonio tiene en
nuestra sociedad. En tal sentido, no es coherente alegar que las personas contraigan matrimo-
nio debido a que los convivientes no perciben pensión de sobrevivientes. Es otra la problemá-
tica y por tanto, otras las herramientas con las que el Estado promueve el matrimonio, como
las que se derivarían del artículo 2, inciso j) de la Ley del Fortalecimiento de la Familia (Ley
Nº 28542), que impulsa la unión marital de las uniones de hecho.
§Sistema Privado de Pensiones (SPP) y pensión de viudez
33. A mayor abundancia debe observarse la desigualdad plasmada entre una misma situación ju-
rídica y los distintos efectos que el ordenamiento propone. Como se ha observado, el SNP no
reconoce efectos jurídicos, al menos expresamente, a la situación que afrontan las parejas de
hecho sobrevivientes. Por el contrario, en el SPP las parejas de hecho sobrevivientes son be-
neficiadas con la pensión de viudez.
34. Ello ha sido recogido por el artículo 117 del Reglamento del Texto Único Ordenado de la Ley
del Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensiones (Decreto Supremo Nº 004-98-
EF) que establece:
“Tienen derecho a la pensión de sobrevivencia los beneficiarios del afiliado que no se
hubiere jubilado, siempre que su muerte no resulte consecuencia de accidentes de tra-
bajo, enfermedades profesionales, actos voluntarios o del uso de sustancias alcohólicas
o estupefacientes, o de preexistencias. El orden es el siguiente: El cónyuge o concubino
conforme a lo establecido en el artículo 326 del Código Civil; Los hijos que cumplan
con los requisitos previstos en el inciso e) del artículo 113 que antecede; (...)”. 
35. En consecuencia, a una misma situación se le da trato diferenciado, o puesto de otra forma,
se hace una diferenciación entre iguales. La situación para este caso concreto es equivalen-
te; la contingencia que implica la muerte del conviviente. Claramente, se está ante una vul-
neración del derecho-principio de igualdad. Esta diferenciación normativa no descansa so-
bre argumento objetivo y razonable que pueda justificar la diferencia de trato. La calidad y
naturaleza, así como los mecanismos del SPP (forma y determinación de los aportes y del
monto pensionario), en nada justifican que este reconocimiento sea legítimo y a nivel del
SNP no lo sea.
36. En definitiva, el artículo 53 del Decreto Ley Nº 19990, visto a la luz del texto fundamental,
debe ser interpretado de forma tal que se considere al conviviente supérstite como beneficiario
de la pensión de viudez. Ello desde luego, siempre que se acrediten los elementos fácticos y
normativos que acrediten la existencia de la unión hecho por medio de documentación idónea
para ello.
§Análisis del caso concreto
37. Una vez que se ha dilucidado el problema planteado, esto es, la procedencia de la pensión
de sobreviviente al conviviente, queda analizar si es que en el caso de autos la demandante
cumple con los requisitos para acceder a la pensión. Sobre tales requisitos debe interpretar-
se que estos son los mismos que los requeridos a las viudas en el artículo 53 del Decreto Ley
Nº 19990.

352
Sistema Nacional de Pensiones

38. En autos (fojas 5) obra copia de la sentencia del Segundo Juzgado de Familia de Piura, que
declara fundada la demanda que reconoce la unión de hecho entre doña Janet Rosas Domín-
guez y Frank Francisco Mendoza Chang.
39. Tomando en cuenta lo expuesto en los fundamentos precedentes, y al haberse acreditado la
unión de hecho, en virtud del artículo 5 de la Constitución, del artículo 326 del Código Civil,
así como del artículo 53 del Decreto Ley Nº 19990, cuya interpretación es efectuada a la luz
de la Constitución, le corresponde a la demandante la pensión de viudez.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
Declarar FUNDADA la demanda, ordenándose  a la ONP que, de acuerdo a la interpretación
del artículo 53 del Decreto Ley Nº 19990 realizada por este Colegiado, se abone la pensión de viu-
dez a doña Janet Rosas Domínguez.
Publíquese y notifíquese.
SS.
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ

06 LEY Nº 23908: PENSIÓN MÍNIMA

EXPEDIENTE Nº 5189-2005-PA/TC-JUNÍN
JACINTO GABRIEL ANGULO

 SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 6 días del mes de diciembre de 2005, reunido el Tribunal Constitucional en se-
sión de pleno jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bar-
delli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la si-
guiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jacinto Gabriel Angulo contra la sen-
tencia de la Primera Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Junín, de fojas 86, su fecha 26
de mayo de 2005, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 14 de setiembre de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra la
Oficina de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare inaplicable la Resolución
Nº 802-DDPOP-GDJ-IPSS-90, de fecha 23 de diciembre de 1990 y, en consecuencia, se actualice
y se nivele su pensión de jubilación con arreglo a la Ley Nº 23908, debiendo ordenarse el pago de
las pensiones devengadas que correspondan. Considera tener derecho al beneficio establecido en la
referida Ley, por haber adquirido su derecho pensionario antes del 23 de abril de 1996.

353
César Abanto Revilla

La emplazada solicita que la demanda se declare improcedente, señalando que esta no es la


vía idónea para solicitar el incremento de la pensión, toda vez que no se puede modificar los dere-
chos otorgados en un proceso que carece de estación probatoria. Agrega que la pensión mínima es-
tablecida por la Ley Nº 23908 es un beneficio establecido para aquellos pensionistas que acrediten
30 años de aportaciones, y que, por expreso mandato de su artículo 3, no es aplicable a quienes per-
ciben pensiones reducidas de invalidez o jubilación.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Huancayo, con fecha 27 de octubre de 2004,
declaró infundada la demanda, por considerar que el demandante no cumple con los requisitos para
adquirir el derecho a una pensión de jubilación.
La recurrida declaró improcedente la apelada por el mismo fundamento.
FUNDAMENTOS
1. De acuerdo con los criterios de procedencia establecidos en el fundamento 37 de la STC
Nº 1417-2005-PA, que constituyen precedente vinculante, y en concordancia con lo dispuesto
en el artículo VII del Título Preliminar y los artículos 5, inciso 1), y 38 del Código Procesal
Constitucional, se determina que en el presente caso, aun cuando la pretensión tiene por ob-
jeto cuestionar la suma específica de la pensión que percibe la parte demandante, resulta pro-
cedente que este Colegiado efectúe su verificación, toda vez que se encuentra comprometido
el derecho al mínimo vital.
2. El demandante pretende que se incremente el monto de su pensión de jubilación en aplicación
de la Ley Nº 23908 y se le abonen las pensiones dejadas de percibir por la inaplicación de la
dicha norma.
Criterios desarrollados por el Tribunal Constitucional en relación con la Ley Nº 23908
3. En la STC Nº 703-2002-AC, el Tribunal Constitucional interpretó que:
a) La determinación de la pensión inicial o mínima, con arreglo al criterio de la Ley
Nº 23908, desaparece a partir de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo Nº 817,
del 23 de abril de 1996, y que, tienen derecho al reajuste correspondiente aquellos recla-
mantes que hubiesen alcanzado el punto de contingencia antes de la entrada en vigencia
del dispositivo sustitutorio. Al efecto, señaló que se tomará en cuenta el sueldo mínimo
vital mencionado en la Ley Nº 23908 (o, en su caso, el de los mínimos vitales sustituto-
rios) vigente al momento de producirse la contingencia.
b) Tienen derecho a la indexación automática los que hubiesen alcanzado el punto de con-
tingencia antes de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo Nº 757, del 13 de no-
viembre de 1991, el cual puso fin, definitivamente, al régimen de indexación reclamado
en estos casos.
4. Posteriormente, en la STC Nº 198-2003-AC, el Tribunal determinó que:
a) La Ley Nº 23908, vigente desde el 8 de setiembre de 1984, fue tácitamente derogada por
el Decreto Ley Nº 25967, publicado el 18 de diciembre de 1992, por lo que el beneficio
de la pensión mínima establecido por la Ley Nº 23908 resulta aplicable a quienes hubie-
ran alcanzado la contingencia antes de dicha fecha.
b) Respecto del reajuste de las pensiones, señaló que se encuentra condicionado a factores
económicos externos y al equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones, y que
no se efectúa en forma indexada o automática. Todo ello, conforme a lo dispuesto en el

354
Sistema Nacional de Pensiones

artículo 79 del Decreto Ley Nº 19990, que establece que los reajustes de las pensiones
otorgadas serán fijados, previo estudio actuarial, considerando las variaciones en el cos-
to de vida, y que en ningún caso podrá sobrepasarse el límite señalado en el artículo 78,
por efecto de uno o más reajustes, salvo que dicho límite sea, a su vez, reajustado.
Aplicación de la Ley Nº 23908
5. Al establecer el nuevo criterio de aplicación de la Ley Nº 23908, así como la vigencia, aplica-
ción e interpretación de sus disposiciones, este Tribunal señaló lo siguiente:
a) La Ley Nº 23908 modificó el Decreto Ley Nº 19990, que en su diseño estableció la pen-
sión inicial como la resultante de la aplicación del sistema de cálculo previsto para las
distintas modalidades de jubilación, creando el concepto de pensión mínima, la que, in-
dependientemente de la modalidad y del resultado de la aplicación de los métodos de
cálculo, se convirtió en el monto mínimo que correspondía a todo pensionista del Siste-
ma Nacional de Pensiones, salvo las excepciones previstas en la propia norma.
b) La pensión mínima se estableció originalmente en un monto equivalente a tres suel-
dos mínimos vitales; pero, posteriormente, las modificaciones legales que regularon los
sueldos o salarios mínimos de los trabajadores la transformaron en el Ingreso Mínimo
Legal, el mismo que, sólo a estos efectos, debe entenderse vigente hasta el 18 de diciem-
bre de 1992.
c) La pensión mínima del Sistema Nacional de Pensiones nunca fue igual a tres veces la
remuneración de un trabajador en actividad; más bien, se determinó utilizando como
referente de cálculo el sueldo mínimo legal, que era uno de los tres componentes de la
remuneración mínima de los trabajadores.
d) El Decreto Ley Nº 25967, vigente desde el 19 de diciembre de 1992, modificó los requi-
sitos del Decreto Ley Nº 19990 para el goce de las pensiones, entendiéndose que, desde
la fecha de su vigencia, se sustituía el beneficio de la pensión mínima por el nuevo siste-
ma de cálculo, resultando, a partir de su vigencia –19 de diciembre de 1992–, inaplicable
la Ley Nº 23908.
e) Por tanto, la pensión mínima regulada por la Ley Nº 23908 debe aplicarse a aquellos
asegurados que hubiesen alcanzado el punto de contingencia hasta el 18 de diciembre
de 1992 (día anterior a la entrada en vigencia del Decreto Ley Nº 25967), con las limi-
taciones que estableció su artículo 3, y solo hasta la fecha de su derogación tácita por el
Decreto Ley Nº 25967.
f) Debe entenderse que todo pensionista que hubiese alcanzado el punto de contingencia
hasta antes de la derogatoria de la Ley Nº 23908, tiene derecho al reajuste de su pensión
en un monto mínimo equivalente a tres sueldos mínimos vitales o su sustitutorio, el In-
greso Mínimo Legal, en cada oportunidad en que estos se hubieran incrementado, no pu-
diendo percibir un monto inferior a tres veces el referente, en cada oportunidad de pago
de la pensión, durante el referido periodo.
g) A partir del 19 de diciembre de 1992 resulta de aplicación el Decreto Ley Nº 25967,
que establece el nuevo sistema de cálculo para obtener el monto de la pensión inicial de
jubilación del Sistema Nacional de Pensiones, hasta que el Decreto Legislativo Nº 817
(vigente a partir del 24 de abril de 1996), establece nuevamente un sistema de montos
mínimos determinados de las pensiones, atendiendo al número de años de aportaciones
acreditadas por el pensionista.

355
César Abanto Revilla

6. No obstante todo lo precisado, este Colegiado ha tomado conocimiento durante el proce-


so de evaluación jurisdiccional de los expedientes que ha revisado, que el cambio juris-
prudencial ha generado una confusión y despropósito en los justiciables y los operadores
judiciales:
a) En los demandantes, pues a partir de una inadecuada interpretación de la Ley Nº 23908,
pretenden percibir por concepto de pensión mínima una suma superior a la pensión
máxima vigente. Ello, porque consideran, erróneamente, que la pensión mínima estable-
cida por la Ley Nº 23908 es el resultado de multiplicar por tres la remuneración mínima
de un trabajador;
b) En la Oficina de Normalización Previsional (ONP), entidad que escudándose en el cum-
plimiento de las sentencias o con la clara intención de obtener la conclusión de los pro-
cesos de los mismos, ha encontrado la manera de reducir el monto de algunas pensiones
por aplicación de la Ley Nº 23908, expidiendo resoluciones que perjudican económi-
camente a los pensionistas cuando la norma solo se aplica en su beneficio y de ninguna
forma en su perjuicio; y,
c) En los operadores judiciales, porque en atención a la incorrecta pretensión de los deman-
dantes, amparan las mismas ordenando que se reajuste la pensión en el monto mínimo
vigente a la fecha de la contingencia, aun cuando ello importe la reducción del monto de
la pensión inicial del pensionista.
7. Por ello, este Tribunal, en sesión de pleno jurisdiccional, por las consideraciones de hecho y
de derecho antes expuestas, atendiendo a su función ordenadora y pacificadora, y en mérito
de lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional,
acuerda precisar los criterios adoptados en la STC Nº 198-2003-AC para la aplicación de la
Ley Nº 23908, durante su periodo de vigencia, y dispone su observancia obligatoria, en los si-
guientes términos:
La Pensión Mínima de la Ley Nº 23908
8. Al crearse el Sistema Nacional de Pensiones regulado por el Decreto Ley Nº 19990, se esta-
bleció que el monto de la pensión de jubilación se determinaría efectuando el cálculo estable-
cido en el artículo 73. El monto resultante se denominó pensión inicial.
9. El artículo 1 de la Ley Nº 23908 estableció un beneficio con la finalidad de mejorar el monto
de inicio –pensión inicial– de aquellas pensiones que resultasen inferiores a la pensión míni-
ma legal. Es decir, si efectuado el cálculo establecido en el Decreto Ley Nº 19990 se obtenía
un monto inferior a la pensión mínima legal, se debía abonar esta última.
10. En los casos en que se debió aplicar, conforme a ley, el beneficio de la pensión mínima legal,
esta equivalía y sustituía a la pensión inicial.
11. La pensión mínima legal es la base inicial mínima a partir de la cual comienza la percep-
ción de las pensiones de jubilación e invalidez beneficiadas con la aplicación de la Ley. Es
decir, esta base inicial es aplicable solo a aquellos pensionistas que, por los ingresos perci-
bidos durante su actividad laboral, no alcancen, por lo menos, el monto de la pensión míni-
ma legal.
12. La disposición contenida en el artículo 1 de la Ley Nº 23908, supuso el incremento de todas
aquellas pensiones que al 8 de setiembre de 1984, eran inferiores al mínimo legal (equivalente

356
Sistema Nacional de Pensiones

a tres sueldos mínimos vitales). Consiguientemente, en dicha fecha la pensión mínima quedó
establecida en S/. 216,000.00 (monto resultante de multiplicar tres veces el sueldo mínimo vi-
tal, de S/. 72,000.00, establecido por el Decreto Supremo Nº 018-84-TR, del 1 de setiembre
de 1984).
13. Como el monto de la pensión mínima regulada por la Ley Nº 23908 se determinaba en base
a uno de los tres componentes de la remuneración mínima de los trabajadores (denominado
Sueldo Mínimo Vital), durante su vigencia, su aumento o el aumento de su sustitutorio (el In-
greso Mínimo Legal), suponía el aumento de la pensión mínima legal y, por tanto, el aumento
de todas aquellas pensiones que, por efecto de dicho incremento, resultaran inferiores al nue-
vo monto mínimo de la pensión.
14. El beneficio de la pensión mínima legal establecido en la Ley Nº 23908 no resulta aplicable a
los pensionistas que hubieren percibido montos superiores al mínimo legalmente establecido
en cada oportunidad de pago.
15. Conforme al artículo 3 de la Ley Nº 23908, el beneficio de la pensión mínima legal no fue
aplicable para: a) Las pensiones que tuvieran una antigüedad menor de un año, computado
a partir de la fecha en que se adquirió el derecho a la misma, pensiones que se reajustarán al
vencimiento del término indicado; y, b) Las pensiones reducidas de invalidez y jubilación a
que se refieren los artículos 28 y 42 del Decreto Ley Nº 19990, así como las pensiones de so-
brevivientes que pudieran haber originado sus beneficiarios, las que se reajustarán en propor-
ción a los montos mínimos establecidos y al número de años de aportación acreditados por el
pensionista causante.
16. El monto de la pensión mínima legal establecida por la Ley Nº 23908 se incrementó posterior-
mente, cuando los Decretos Supremos Nºs 023 y 026-85-TR, del 1 de agosto de 1985, aumen-
taron el sueldo mínimo vital a S/. 135,000, quedando establecida una pensión mínima legal de
S/. 405,000, y así sucesivamente hasta que el sueldo mínimo vital fue incorporado y sustituido
por el Ingreso Mínimo Legal.
17. Se deberá tener en cuenta que, cuando la Ley Nº 23908 quedó tácitamente derogada por el
Decreto Ley Nº 25967, la pensión mínima legal vigente era de S/. 36.00 (treinta y seis nuevos
soles), importe equivalente a la suma de tres veces el Ingreso Mínimo Legal (sustitutorio del
sueldo mínimo vital) establecido por el Decreto Supremo Nº 03-92-TR.
18. Entre el 19 de diciembre de 1992 –fecha de vigencia del Decreto Ley Nº 25967– y el 23 de
abril de 1996 –fecha de publicación del Decreto Legislativo Nº 817–, la pensión inicial retor-
nó a ser el resultado del cálculo establecido por las disposiciones legales pertinentes según la
fecha de contingencia de la prestación, hasta que, a partir del 24 de abril de 1996, el Decreto
Legislativo Nº 817 establece nuevamente montos mínimos, determinados atendiendo al nú-
mero de años de aportaciones acreditadas en beneficio de los pensionistas del Sistema Nacio-
nal de Pensiones.
19. Ejemplificación de la aplicación del artículo 1 de la Ley Nº 23908
Con el objeto de aclarar cualquier duda respecto a la interpretación y aplicación señalada por
este Tribunal, resulta necesario resolver algunos casos hipotéticos que, de hecho y de manera
notoria, se presentaron al entrar en vigencia el beneficio de la pensión mínima legal, así como,
durante su vigencia, hasta el 18 de diciembre de 1992, siendo pertinente reiterar que con pos-
terioridad a dicha fecha la norma en cuestión no es aplicable.

357
César Abanto Revilla

CASO 1:
Al entrar en vigencia la Ley
Incremento del monto de la pensión percibida al monto mínimo
Pensión comprendida en la Ley Nº 23908 con un monto de S/. 200,000.00 al 1 de setiem-
bre de 1984
Por efecto de la Ley Nº 23908, la pensión mínima que debía percibir todo asegurado
comprendido en el beneficio era de S/. 216,000.00, por lo que la pensión de el pen-
sionista debía incrementarse hasta el monto mínimo a partir de dicha fecha y, de ser
el caso, de la misma manera, luego de los siguientes incrementos del referente de la
pensión mínima legal, salvo que, por efecto de otras disposiciones legales o adminis-
trativas, el monto de la pensión ya hubiera superado la mínima vigente en cada opor-
tunidad de pago.
CASO 2:
Al entrar en vigencia la Ley
Inaplicación de la pensión mínima
Pensionista del Sistema Nacional de Pensiones que percibía S/. 300,000.00 al 1 de se-
tiembre de 1984
Como el monto de la pensión supera el mínimo, el beneficio dispuesto en la Ley
Nº 23908 resulta inaplicable al caso concreto, pues su aplicación importaría la reducción
del monto de la pensión.
CASO 3:
Durante la vigencia de la Ley
Incremento del monto de la pensión percibida
Pensionista que a la fecha de vigencia de la Ley percibía un monto superior al mínimo,
por ejemplo de S/. 350,000.00.
Como se ha señalado, al caso concreto no era aplicable la pensión mínima porque no
beneficiaba al pensionista; sin embargo, cuando la pensión mínima aumentó a partir del
2 de agosto de 1985 a S/. 405,000.00 por efecto del incremento del sueldo mínimo vital
(Decretos Supremos Nºs 023 y 026-85-TR), correspondía aumentar el monto de la pen-
sión, pues a partir de dicho momento resultaba inferior a la pensión mínima legal, salvo
que, por efecto de otras disposiciones legales o administrativas, el monto de la pensión
ya hubiera superado la mínima vigente en cada oportunidad de pago.
El reajuste establecido en el artículo 4 de la Ley Nº 23908
20. Al respecto, este Tribunal reafirma lo establecido en los fundamentos 13, 14 y 15 de la STC
Exp. Nº 198-2003-AC, en el sentido de que se encuentra condicionado a factores económi-
cos externos y al equilibrio financiero del Sistema Nacional de Pensiones, y que no se efec-
túa en forma indexada o automática. Asimismo, que ello fue previsto de esta forma desde
la creación del Sistema Nacional de Pensiones y posteriormente recogido por la Segunda
Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993, que establece que el reajuste
periódico de las pensiones que administra el Estado se atiende con arreglo a las previsio-
nes presupuestarias.
21. Por lo tanto, el reajuste trimestral automático de las pensiones comprendidas en el Sistema
Nacional de Pensiones no resulta exigible.

358
Sistema Nacional de Pensiones

Análisis del agravio invocado


22. En el presente caso de la Resolución Nº 802-DDPOP-GDJ-IPSS-90 se evidencia que: a) se
otorgó al demandante la pensión del régimen especial de jubilación del Sistema Nacional de
Pensiones, regulado por los artículos 47 al 49 del Decreto Ley Nº 19990; b) como fecha de
contingencia se estableció el 2 de julio de 1990, día en que cumplió 60 años de edad; c) acre-
ditó 10 años de aportaciones; y, d) el monto inicial de la pensión otorgada fue de I/m. 1.88 in-
tis millón.
23. Respecto al monto inicial de la pensión, se debe precisar que a la fecha de inicio de la pensión
se encontraba vigente el Decreto Supremo Nº 040-90-TR, que estableció en I/. 700,000.00 el
sueldo mínimo vital, por lo que, en aplicación de la Ley Nº 23908, la pensión mínima legal se
encontraba establecida en I/. 2’100,000.00, equivalentes a I/m. 2.1 intis millón, monto que no
se aplicó a la pensión del recurrente.
24. De otro lado, fluye de la resolución cuestionada que, mediante la Carta Normativa
Nº 017-DNP-IPSS-90, por una liberalidad de la entidad encargada del pago de la prestación,
estableció el monto de la pensión mínima vigente en I/. 8´000,000.00, equivalentes a I/m. 8.00
intis millón, importe que tampoco se aplicó en favor del demandante.
25. Para justificar la inaplicación del monto de la pensión mínima legal, la ONP ha sostenido en
la contestación de la demanda que, conforme a la Ley Nº 23908, dicho beneficio no se aplica
al recurrente por pertenecer al régimen especial de jubilación regulado en los artículos 47 a 49
del Decreto Ley Nº 19990, hasta su derogación tácita por el Decreto Ley Nº 25967.
26. Al respecto, se reitera que, conforme se ha señalado en el fundamento 15 supra, el beneficio
de la pensión mínima legal excluyó expresamente, entre otras, a las pensiones reducidas re-
guladas en el artículo 42 del Decreto Ley Nº 19990, pero no a las comprendidas en el régi-
men especial de jubilación que se encontró regulado en los artículos 47 a 49 del Decreto Ley
Nº 19990.
27. En consecuencia, ha quedado acreditado que se otorgó al demandante la pensión por un monto
menor al mínimo establecido a la fecha de la contingencia, debiendo ordenarse que se regu-
larice su monto con aquel aprobado institucionalmente, por ser más beneficioso, y se abonen
las pensiones devengadas generadas hasta el 18 de diciembre de 1992, así como los intereses
legales correspondientes con la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil.
28. De otro lado, conforme a los criterios de observancia obligatoria establecidos en esta senten-
cia, se precisa y reitera que, a la fecha, conforme a lo dispuesto por las Leyes Nºs 27617 y
27655, la pensión mínima establecida para el Sistema Nacional de Pensiones está determinada
en atención al número de años de aportaciones acreditadas por el pensionista.
29. En ese sentido y en concordancia con las disposiciones legales, mediante la Resolución Je-
fatural Nº 001-2002-JEFATURA-ONP (publicada el 03/01/2002), se dispuso incrementar
los niveles de pensión mínima mensual de las pensiones comprendidas en el Sistema Na-
cional de Pensiones a que se refiere el Decreto Ley Nº 19990, en el monto de S/. 346.00
para los pensionistas que acrediten más de 10 pero menos de 20 años de aportaciones.
30. Por consiguiente, al constatarse, de la resolución cuestionada, que el demandante acredita 10
años de aportaciones y, de la boleta de pago de la pensión, que percibe S/. 346.53, se eviden-
cia que actualmente se encuentra percibiendo el monto que corresponde a los años de aporta-
ciones acreditadas al Sistema Nacional de Pensiones.

359
César Abanto Revilla

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
2. Declarar NULA la Resolución Nº 802-DDPOP-GDJ-IPSS-90.
3. Ordenar que la ONP expida en favor del demandante la resolución que reconozca el pago de
la pensión mínima y abone las pensiones devengadas e intereses correspondientes, conforme
al fundamento 27 supra.
4. Declarar que los criterios de interpretación y aplicación de la Ley Nº 23908, desarrollados en
los Fundamentos 5 y del 7 al 21 supra, constituyen precedente vinculante inmediato de obser-
vancia obligatoria, de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del Código Pro-
cesal Constitucional.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO

EXP. Nº 5189-2005-PA/TC-JUNÍN
JACINTO GABRIEL ANGULO

 RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 16 de octubre de 2006


I. VISTO
El pedido de corrección de la sentencia de fecha 6 de diciembre de 2005, presentado por la
Oficina de Normalización Previsional (ONP) el 11 de octubre de 2006; y,
II. ATENDIENDO A
1. Que el primer párrafo del artículo 121 del Código Procesal Constitucional establece que
“[c]ontra las sentencias del Tribunal Constitucional no cabe impugnación alguna. (...), el Tri-
bunal, de oficio o a instancia de parte, puede aclarar algún concepto o subsanar cualquier error
material u omisión en que hubiese incurrido”.
2. Que el fundamento 17 de la sentencia de autos dice “Decreto Supremo Nº 03-92-TR”, de-
biendo decir “Decreto Supremo Nº 002-91-TR”, por lo que debe efectuarse la subsanación
correspondiente.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú

360
Sistema Nacional de Pensiones

RESUELVE
SUBSANAR el fundamento 17 de la sentencia del 6 de diciembre de 2005, precisando que
donde dice “Decreto Supremo Nº 03-92-TR”, debe decir “Decreto Supremo Nº 002-91-TR”.
SS.
GARCÍA TOMA
GONZALES OJEDA
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO

En Lima, a los 6 días del mes de noviembre de 2007, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los Magistrados Landa Arroyo, Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pronuncia la
siguiente sentencia.

07 PENSIÓN MÁXIMA MENSUAL (TOPE)

EXPEDIENTE Nº 1294-2004-AA/TC-LAMBAYEQUE
ANDRÉS JUSTINIANO LLAMOGTANTA CHÁVEZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 30 días del mes de noviembre de 2004, la Sala Segunda del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los señores magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bardelli Lartirigoyen y
Revoredo Marsano, pronuncia la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Andrés Justiniano Llamogtanta Chávez contra la
sentencia de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 152, su
fecha 29 de enero de 2004, que declaró infundada la acción de amparo de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 26 de setiembre de 2002, el recurrente interpone acción de amparo contra la Ofici-
na de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declare inaplicable la Resolución
Nº 054058-98-ONP/DC, de fecha 22 de diciembre de 1998, que aplica a su caso, retroacti-
va e ilegalmente, el Decreto Ley Nº 25967, y se ordene que se calcule su pensión de jubi-
lación de acuerdo al Decreto ley Nº 19990, y se le abonen los reintegros e intereses legales
correspondientes.
Aduce que ya había adquirido su derecho pensionario al amparo del Decreto Ley Nº 19990,
antes de la entrada en vigencia del Decreto Ley Nº 25967, y que al aplicársele este se le ha otor-
gado una pensión diminuta y con un tope que no le corresponde, dado que en la fecha que alcan-
zó la contingencia el tope aplicable se encontraba establecido en S/. 2,760.00. Agrega que con-
forme a la sentencia del Tribunal Constitucional, recaída en el Expediente Nº 007-96-I/TC, las
disposiciones del Decreto Ley Nº 19990 resultan ultractivamente aplicables para el cálculo de
su pensión.

361
César Abanto Revilla

La ONP contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente, aduciendo que la


pensión de jubilación del recurrente ha sido liquidada conforme el Decreto Ley Nº 19990, y que no
ha acreditado vulneración alguna de sus derechos constitucionales.
El Quinto Juzgado Civil de Chiclayo, con fecha 18 de julio de 2003, declaró infundada la de-
manda, argumentando que de la resolución cuestionada se advierte que la pensión del demandante
se ha calculado y otorgado conforme a lo normado en el Decreto Ley Nº 19990.
La recurrida confirmó la apelada, por los mismos fundamentos, precisando que la resolución
administrativa impugnada únicamente hace referencia al artículo 7 del Decreto Ley Nº 25967, que
trata de la creación de la ONP y no de normas de cálculo.
III. FUNDAMENTOS
1. El demandante pretende que se le otorgue pensión de jubilación sin considerar la pensión
máxima establecida por el Decreto Ley Nº 25967, en razón de que, a tenor del Decreto Ley
Nº 19990, el tope aplicable a su caso es equivalente al 80% de la suma de las 10 remuneracio-
nes legales, vigentes a la fecha de contingencia.
2. Teniendo en cuenta lo señalado por el demandante, resulta conveniente realizar una reseña de
cómo se ha regulado el monto de la pensión máxima establecida por el Decreto Ley Nº 19990,
especialmente de las disposiciones pertinentes contenidas en sus artículos 10 y 78, a efectos
de determinar la legislación aplicable en la fecha de contingencia.
Pensión Máxima del Sistema Nacional De Pensiones
3. El Decreto Ley Nº 19990, vigente desde el 1 de mayo de 1973, crea el Sistema Nacional de
Pensiones, con el propósito de unificar los diversos regímenes de seguridad social existentes
y eliminar injustas desigualdades, entre otras consideraciones.
4. Con el artículo 78 se reguló el monto máximo de la pensión como un instituto de orden fi-
nanciero establecido para atender la naturaleza solidaria del Sistema, basado en el reparto del
fondo común, para el que se contribuye con la finalidad de pagar las pensiones sobre la base
de los aportes de los asegurados activos (trabajadores).
El texto original del artículo 78 señalaba que: “El Consejo Directivo Único de los Seguros
Sociales, previo estudio actuarial, propondrá al Ministro de Trabajo el monto máximo de las
pensiones que otorga el Sistema Nacional de Pensiones, el que será fijado por Decreto Supre-
mo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros”.
5. De otro lado, en el artículo 10 se indicó que: “La remuneración máxima asegurable sobre la
que se pagará aportaciones, por cada empleo, será fijada por Decreto Supremo con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros, a propuesta del Consejo Directivo Único de los Segu-
ros Sociales y previo estudio actuarial”.
6. Para una mejor lectura de los artículos transcritos, es preciso señalar que el artículo 8 define la
remuneración asegurable como el total de las cantidades percibidas por el asegurado por los
servicios que presta a su empleador o empresa, cualquiera que sea la denominación que se les
dé, con las excepciones señaladas por la propia norma; y que el artículo 79, –que no ha sido
objeto de modificación alguna hasta la fecha–, señala que no podrá sobrepasarse el límite se-
ñalado en el artículo 78 por efecto de uno o más reajustes, salvo que dicho límite sea a su vez
reajustado.

362
Sistema Nacional de Pensiones

7. En aplicación de la normativa vigente en aquella época, se reguló mediante Decretos Supre-


mos, de acuerdo a las posibilidades financieras del Sistema, el monto máximo de las pensio-
nes, en cifra determinada, hasta la publicación del Decreto Ley Nº 22847.
8. En efecto, el 31 de diciembre de 1979 se dictó el Decreto Ley Nº 22847, mediante el cual se
sustituyó el texto de los artículos 10 y 78 del Decreto Ley Nº 19990, con el objeto de reajus-
tar el monto de la remuneración máxima asegurable y el de las pensiones máximas, quedando
redactados de la siguiente manera:
Artículo 10.- “La remuneración máxima asegurable sobre la que se pagará aportaciones
por cada empleo, a partir del 1 de enero de 1980, será una suma igual a cinco remune-
raciones mínimas vitales señaladas para la Provincia de Lima, reajustadas, en su caso
al millar superior siguiente”.
Artículo 78.- “La pensión máxima mensual que abonará el Seguro Social del Perú a
partir del 1 de enero de 1980, será una suma equivalente al 80% de la cantidad fijada
en el artículo 10”.
9. Luego, el Decreto Supremo Nº 078-83-PCM dispuso un aumento a partir del 1 de octubre de
1983, incrementando la remuneración asegurable en una suma igual a siete y medio remu-
neraciones mínimas vitales, y la pensión máxima en el equivalente al 80% de dicha suma.
10. Posteriormente, el Decreto Supremo Nº 077-84-PCM, publicado el 30 de noviembre de
1984, señaló que la remuneración máxima asegurable, será igual a diez veces el monto de
la remuneración mínima mensual que perciba un trabajador no calificado de la provincia
de Lima.
Asimismo, que la pensión máxima mensual que abonará el Instituto Peruano de Seguridad
Social, sea el equivalente al 80% de la suma de 10 remuneraciones mínimas mensuales
asegurables, con arreglo a las normas contenidas en el Decreto Ley Nº 19990.
11. Finalmente, el Decreto Ley Nº 25967, modificatorio del Decreto Ley Nº 19990, estableció
nuevas condiciones para el goce de las pensiones, un nuevo sistema de cálculo, y reguló ex-
presamente en su artículo 3 el monto máximo de las pensiones que otorga el Instituto Peruano
de Seguridad Social, fijándolo en S/. 600.00.
12. El recuento de las disposiciones que han regulado la remuneración máxima asegurable y la
pensión máxima, nos permiten concluir lo siguiente:
a) Conforme al diseño original del Decreto Ley Nº 19990, el monto de la pensión otorga-
da por el Sistema Nacional de Pensiones era el resultante del sistema de cálculo esta-
blecido en cada modalidad de jubilación, el mismo que en ningún caso podía superar
el monto máximo fijado por Decreto Supremo, conforme a la propia norma rectora del
sistema.
b) El Decreto Ley Nº 22847 modificó al 19990 para cambiar el referente de la pensión
máxima de un monto fijo y determinado a otra variable y determinable en función a dis-
positivos legales que regulaban la remuneración de los trabajadores, quedando estable-
cida desde el 1 de enero de 1980 hasta el 30 de setiembre de 1983 en el 80% de 5 remu-
neraciones mínimas vitales (5 RM), incrementándose el monto de la pensión máxima
durante ese periodo de tiempo, en la medida que la remuneración mínima vital fuera
reajustada.

363
César Abanto Revilla

c) Adicionalmente, para un mayor aumento del monto máximo de las pensiones, median-
te decreto supremo, se modificó el número de remuneraciones mínimas referentes para
establecer el monto máximo de la pensión, incrementándose inicialmente al 80% de 7
½ RM, mediante el Decreto Supremo Nº 078-83-PCM vigente entre el 1 de octubre de
1983 y el 30 de noviembre de 1984; y, finalmente, en el 80% 10 RM, conforme a lo dis-
puesto por el Decreto Supremo Nº 077-84-PCM.
d) El referente de cálculo del monto de la pensión máxima –80% de 10 RM– no ha sido
modificado desde el 1 de diciembre de 1984, fecha de vigencia del Decreto Supre-
mo Nº 077-84-PCM; no obstante, la pensión máxima se ha incrementado indirecta-
mente, en la medida que la remuneración mínima de los trabajadores fue aumentando
progresivamente.
e) El Decreto Ley Nº 25967, vigente desde el 19 de diciembre de 1992, reguló el mon-
to máximo de las pensiones, retornando al método establecido por el Decreto Ley
Nº 19990, es decir, fijando un monto determinado que será reajustado periódicamente
mediante decreto supremo, en atención a las previsiones presupuestarias del Sistema.
f) A la fecha de vigencia del Decreto Ley Nº 25967, conforme al Decreto Supremo
Nº 03-92-TR, la remuneración mínima de un trabajador era S/. 72.00; por tanto, la pen-
sión máxima vigente a la fecha de dictarse esta norma sustitutoria era de S/. 576.00,
equivalentes al 80% de 10 remuneraciones mínimas (S/. 72 x 10RM x 80%).
g) Por tanto, la pensión máxima establecida en el 80% de 10 RM, debe aplicarse a aquellos
asegurados que hubieren alcanzado la fecha de contingencia entre el 1 de diciembre de
1984 y el 18 de diciembre de 1992, día anterior a la vigencia del Decreto Ley Nº 25967.
A partir del 19 de diciembre de 1992, resulta de aplicación el artículo 3 del Decreto Ley
Nº 25967 y los reajustes del monto de las pensiones establecidos por decreto supremo,
conforme a este dispositivo legal, según la fecha de contingencia.
h) Cabe precisar que, en todos los casos, independientemente de la fecha en la cual se haya
producido la contingencia y de las normas aplicables en función de ello, corresponde a
los pensionistas percibir los aumentos otorgados desde el 19 de diciembre de 1992 me-
diante cualquier tipo de dispositivo legal (entiéndase Decreto de Urgencia, Decreto Su-
premo, Resolución Jefatural de la ONP u cualquier otra norma); siempre y cuando el
nuevo monto resultante de la pensión no supere la suma establecida como pensión máxi-
ma por la normativa correspondiente, en cada oportunidad de pago, de conformidad a lo
dispuesto por el artículo 78 y 79 del Decreto Ley Nº 19990 y el artículo 3 del Decreto
Ley Nº 25967.
13. A la luz de las conclusiones precedentes, es pertinente recordar que, antes de la modificación
constitucional de la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política de
1993, este Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre la obligación de respetar los dere-
chos adquiridos de los pensionistas del Decreto Ley Nº 19990.
14. De igual forma ha precisado que, para la obtención del derecho a percibir pensión, se debe
aplicar la legislación vigente a la fecha en que el asegurado reúna los requisitos para acceder
a dicha pensión, independientemente del momento en que se solicite u otorgue, y que las nor-
mas conexas y complementarias que regulan instituciones vinculadas, tales como la pensión
mínima, pensión máxima, etc., deben aplicarse durante su periodo de vigencia.

364
Sistema Nacional de Pensiones

15. En ese sentido, habiéndose evidenciado que existen asegurados que deciden seguir trabajan-
do aun cuando tienen expedito su derecho para solicitar la pensión de jubilación, es pertinente
precisar que, en el momento de hacerse efectiva, se respetarán los requisitos y el sistema de
cálculo vigentes en la fecha en que adquirieron el derecho a la pensión.
No obstante, corresponderá aplicar para el cálculo de la pensión correspondiente las nor-
mas complementarias que regulan instituciones como la pensión mínima, pensión máxima,
etc., vigentes a la fecha de la solicitud, y las que resulten aplicables durante el periodo en
que deberán reconocerse las pensiones devengadas conforme al artículo 81 del Decreto Ley
Nº 19990.
16. En el presente caso, de la Resolución Nº 54058-98-ONP/DC se advierte que el demandante
percibe pensión de jubilación adelantada, según el Decreto Ley Nº 19990, desde el 5 de se-
tiembre de 1997. Asimismo, que a la fecha de contingencia, establecida el 4 de setiembre de
1997, la pensión máxima vigente se encontraba regulada por el artículo 3 del Decreto Ley
Nº 25967, y que el Decreto Ley Nº 25967 ha sido invocado solo para establecer la competen-
cia de la ONP.
17. En consecuencia, no se evidencia vulneración alguna de sus derechos constitucionales.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la Constitución Polí-
tica del Perú le confiere,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la acción de amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REVOREDO MARSANO

08 PAGO DE INTERESES LEGALES PREVISIONALES

EXPEDIENTE Nº 05430-2006-PA/TC-LIMA
ALFREDO DE LA CRUZ CURASMA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de setiembre de 2008, el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Lan-
da Arroyo, Beaumot Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Alfredo de la Cruz Curasma contra la
sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 109, su fecha 16
de marzo de 2006, que declara fundada en parte la demanda de autos.

365
César Abanto Revilla

II. ANTECEDENTES
Con fecha 13 de setiembre de 2004 el recurrente solicita que se declare inaplicable la Resolu-
ción Nº 0000049744-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 13 de julio de 2004, y que en consecuen-
cia se le otorgue pensión de jubilación minera conforme a la Ley Nº 25009. Asimismo solicita el
reintegro de los montos dejados de percibir, por haberse denegado el reconocimiento de su derecho
pensionario.
La emplazada contesta la demanda alegando que el recurrente no ha acreditado las aportacio-
nes efectuadas al Sistema Nacional de Pensiones, para lo cual se requiere de un proceso que cuente
con etapa probatoria.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 23 de junio de 2005, de-
clara improcedente la demanda, considerando que para afianzar la validez del certificado de tra-
bajo presentado se debió acompañar los documentos detallados en el reglamento del Decreto Ley
Nº 19990.
La recurrida, revocando la apelada, declara fundada en parte la demanda ordenando el recono-
cimiento de las aportaciones efectuadas en los años 1956 y 1957, e improcedente el reconocimiento
de las realizadas en el periodo 1958-1968, considerando que el amparo no es la vía idónea para ello
por carecer de etapa probatoria.
III. FUNDAMENTOS
§ Procedencia de la demanda
1. En la STC Nº 1417-2005-PA, publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005,
este Tribunal ha señalado que forma parte del contenido esencial directamente protegido por
el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos
para la obtención de tal derecho.
§ Delimitación del petitorio
2. En el presente caso el recurrente demanda el reconocimiento de la pensión de jubilación mine-
ra conforme a los artículos 1 y 2 de la Ley Nº 25009. En consecuencia la pretensión está com-
prendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por el
cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.
3. En sede judicial se ha determinado la validez de las aportaciones efectuadas durante el perio-
do 1956-1957 por un total de 1 año y 5 meses, y se ha desestimado el reconocimiento de las
aportaciones realizadas durante el periodo 1958-1968.
4. Por tanto este Tribunal se pronunciará respecto a las aportaciones no reconocidas durante el
periodo 1958-1968, para determinar si con estas el demandante alcanza el mínimo de años de
aportaciones requerido para acceder a la pensión reclamada.
§ Devengados e intereses
5. Antes del análisis de la controversia, este Colegiado considera necesario pronunciarse sobre
el precedente vinculante establecido en el fundamento 15 del Caso Sánchez-Lagomarcino
Ramírez (STC Nº 2877-2005-HC), publicado en el diario oficial El Peruano el 11 de julio
de 2006.

366
Sistema Nacional de Pensiones

6. En el referido precedente vinculante se desarrollan los supuestos de procedencia del Recurso


de Agravio Constitucional (RAC), además de los formales que se indican en el artículo 18 del
Código Procesal Constitucional.
7. En el literal d) del fundamento 15 se aborda el tema del “pago de accesorios”, detallándose
algunos casos en los que los demandantes acuden al amparo para cuestionar exclusivamente
pagos accesorios a la pensión o presentan un RAC con esta única finalidad, supuestos en los
que este Tribunal declaraba fundada las pretensiones.
8. Al respecto tomando como referencia lo dispuesto en el fundamento 37.g), sobre reajustes
pensionarios, del Caso Anicama (STC Nº 1417-2005-AA), en el párrafo final del fundamento
15 inciso d) se establece como precedente vinculante, lo siguiente:
(…) en la actualidad, la protección constitucional de intereses y reintegros ya no serán
materia de control constitucional concentrado, sino que serán derivados a vías igual-
mente satisfactorias para la persona. Por lo tanto, tampoco podrán ser ya materia de un
RAC, pese a que en el pasado sí lo eran (subrayado agregado).
9. Posteriormente, el 13 de setiembre de 2007, se publica en el diario oficial El Peruano el Caso
Dirección Regional de Pesquería de La Libertad (STC Nº 4853-2004-PA), estableciéndose
como precedente vinculante la procedencia del RAC a favor de los precedentes vinculantes
dictados por este Tribunal conforme al artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional.
10. A partir del precedente vinculante referido en el párrafo que antecede, la Oficina de Nor-
malización Previsional ha interpuesto RACs cuando en sede judicial se ha estimado el pago
de accesorios junto con la pretensión principal, y por su lado los demandantes han hecho lo
propio cuando no se ha estimado o se ha omitido el pronunciamiento sobre el pago de ac-
cesorios en los casos que han logrado pronunciamiento favorable respecto de la pretensión
principal.
11. Así las cosas este Colegiado advierte, luego de la revisión de su propia jurisprudencia en la
materia, que resulta necesario replantear su precedente sobre el pago de accesorios con la fina-
lidad de que los jueces constitucionales emitan pronunciamientos uniformes respecto de este
tema.
12. En consecuencia por la naturaleza restitutoria del amparo, este Tribunal considera que, verifi-
cada la vulneración del derecho fundamental a la pensión, corresponde ordenar la subsanación
de tal vulneración desde la fecha en que se produjo, con el consiguiente reintegro económico
de lo dejado de percibir por concepto de pensiones.
13. Por lo manifestado en el párrafo que antecede este Tribunal, en ejercicio de su función orde-
nadora y pacificadora, conviene en precisar el precedente que determinó la improcedencia
en la vía constitucional de las pretensiones sobre pago de intereses y derivados (STC Exp.
Nº 2877-2005-HC fundamento 15.d), en los términos que a continuación se indican:
Procederá demandar en la vía constitucional el pago de las pensiones devengadas, rein-
tegros e intereses, siempre y cuando la pretensión principal esté vinculada directamente
al contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión –acceso o recono-
cimiento, afectación del derecho al mínimo vital, tutela de urgencia o afectación del de-
recho a la igualdad con referente válido– delimitado por este Tribunal en el fundamento
37 del Caso Anicama (STC Exp. Nº 1417-2005-PA).

367
César Abanto Revilla

§ Precedentes constitucionales vinculantes


14. En consecuencia, en ejercicio de las funciones conferidas a este Colegiado, se establecen las
siguientes reglas:
Precedente vinculante 1: Reglas de procedencia para demandar el pago de pensiones de-
vengadas, reintegros e intereses
a. Regla procesal: El Tribunal Constitucional, en virtud del artículo 201 de la Constitución
y del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, tiene la fa-
cultad para establecer un precedente vinculante a través de sus sentencias que adquieren
la autoridad de cosa juzgada, precisando el extremo de su efecto normativo.
b. Regla sustancial: Cuando en un proceso de amparo la pretensión se ubique dentro del
contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión –acceso o reconoci-
miento, afectación del derecho al mínimo vital, tutela de urgencia o afectación del dere-
cho a la igualdad con referente válido– delimitado por este Tribunal en el fundamento
37 del Caso Anicama (STC Exp. Nº 1417-2005-PA), se observarán las siguientes reglas:
Regla sustancial 1: Reconocimiento de la pensión de jubilación o cesantía
Quien se considere titular de una pensión de jubilación o invalidez de cualquiera de los
regímenes previsionales existentes, podrá recurrir al amparo para demandar el reconoci-
miento de la pensión, el consiguiente pago de los montos dejados de percibir (devenga-
dos y reintegros) y los intereses generados conforme a la tasa establecida en el artículo
1246 del Código Civil. De estimarse la pretensión, el juez constitucional deberá orde-
nar el pago de los referidos montos dejados de percibir y los intereses, y de no haberse
demandado, de oficio, en aplicación del principio iura novit curia, se deberá ordenar el
pago de dichos conceptos, considerando la naturaleza restitutoria del amparo; sin perjui-
cio de lo dispuesto en el artículo 56 del Código Procesal Constitucional.
Regla sustancial 2: Reconocimiento de la pensión de sobrevivientes
Quien se considere titular de una pensión de sobrevivientes (viudez, orfandad o as-
cendientes) de cualquier régimen previsional, podrá recurrir al amparo para demandar
el reconocimiento de la pensión, el consiguiente pago de los montos dejados de percibir
(devengados y reintegros), derivados de su pensión, y los intereses generados conforme
a la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil. De estimarse la pretensión, el
juez constitucional deberá ordenar el pago de los referidos montos dejados de percibir
y los intereses, y de no haberse demandado, de oficio, en aplicación del principio iura
novit curia, se deberá ordenar el pago de dichos conceptos, considerando la naturaleza
restitutoria del amparo; sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 56 del Código Proce-
sal Constitucional.
Regla sustancial 3: Afectación al mínimo legal o necesidad de tutela urgente
Los titulares de una pensión de jubilación, invalidez o sobrevivientes de cualquier régi-
men previsional, podrán interponer un amparo, cuando se acredite una afectación al de-
recho al mínimo vital o la necesidad de tutela urgente, en los términos del fundamen-
to 37.c) del Caso Anicama, y solicitar la restitución de los montos dejados de percibir
(devengados y reintegros), derivados de su pensión, y los intereses generados conforme
a la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil. De estimarse la pretensión, el

368
Sistema Nacional de Pensiones

juez constitucional deberá ordenar el pago de los referidos montos dejados de percibir
y los intereses, y de no haberse demandado, de oficio, en aplicación del principio iura
novit curia, se deberá ordenar el pago de dichos conceptos, considerando la naturaleza
restitutoria del amparo; sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 56 del Código Proce-
sal Constitucional.
Regla sustancial 4: Afectación del derecho a la igualdad
Se procederá de la misma forma señalada en las reglas que anteceden, en los casos que
se demande la afectación del derecho a la igualdad en los términos del fundamento 37.e)
del Caso Anicama.
Regla sustancial 5: Procedencia del RAC para el reconocimiento de devengados e
intereses
Cuando en sede judicial se haya estimado una pretensión vinculada al contenido consti-
tucionalmente protegido del derecho a la pensión –acceso o reconocimiento, afectación
del derecho al mínimo vital, tutela de urgencia o afectación del derecho a la igualdad
con referente válido– delimitado por este Tribunal en el fundamento 37 del Caso Anica-
ma (STC Exp. Nº 1417-2005-PA) y no se hubiere ordenado el pago de los montos deja-
dos de percibir (devengados y reintegros) y/o los intereses generados conforme a la tasa
establecida en el artículo 1246 del Código Civil, este Tribunal, en atención al principio
de economía procesal previsto en el artículo III del Código Procesal Constitucional, co-
nocerá el RAC para ordenar su pago; sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 56 del
Código Procesal Constitucional.
Regla sustancial 6: Improcedencia del RAC para el reconocimiento de devengados
e intereses
El Tribunal no admitirá el RAC sobre pensiones devengadas, reintegros e intereses
cuando verifique que el demandante no es el titular del derecho o que la pretensión no
está directamente vinculada al contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
pensión.
Precedente vinculante 2 : Reglas procesales aplicables a todos los procesos de amparo
a. Regla procesal: El Tribunal Constitucional, en virtud del artículo 201 de la Constitución
y del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, tiene la fa-
cultad para establecer un precedente vinculante a través de sus sentencias que adquieren
la autoridad de cosa juzgada, precisando el extremo de su efecto normativo.
b. Regla sustancial: El criterio vinculante establecido en el Precedente 1 de esta sentencia
será de aplicación inmediata desde el día siguiente de su publicación en el diario oficial
El Peruano, a todos los procesos de amparo que se encuentren en trámite, precisándose
que no están incluidos aquellos que se encuentren en etapa de ejecución.
15. Asimismo, toda vez que el precedente referido en el fundamento 13 que antecede se relacio-
nó con el fundamento 37.g) del Caso Anicama (STC Exp. Nº 1417-2005-PA), este Colegiado
considera oportuno precisar que en esta disposición, a diferencia de los otros supuestos del
fundamento 37, se ha señalado prima facie qué pretensiones no forman parte del contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la pensión.

369
César Abanto Revilla

16. Consiguientemente, si bien el amparo no es la vía para reclamar montos dinerarios y/o reajus-
tes (devengados o reintegros), para determinar la procedencia de estas pretensiones accesorias
se deberá tener en consideración si se está ante un caso de afectación del mínimo vital o de
tutela urgente, en cuyo caso se habrá de analizar el fondo de la cuestión controvertida (preten-
sión principal) por encontrarse esta comprendida en el contenido esencial constitucionalmente
protegido del derecho a la pensión, tal como viene haciendo este Tribunal a partir del prece-
dente establecido en el Caso Anicama.
§ Análisis de la controversia de autos
17. Los artículos 1 y 2 de la Ley Nº 25009, de jubilación minera, preceptúan que la edad de jubi-
lación de los trabajadores mineros será de 45 años de edad cuando laboren en minas subterrá-
neas, siempre que hubieren acreditado 20 años de aportaciones, de los cuales 10 años deberán
corresponder a trabajo efectivo prestado en dicha modalidad.
18. Respecto a la edad de jubilación, de la copia del Documento Nacional de Identidad, de fojas
10, se desprende que el actor cumplió la edad mínima para tener derecho a percibir una pen-
sión de jubilación minera en la modalidad de mina subterránea (45 años) el 13 de noviembre
de 1995.
19. En cuanto a las aportaciones, a fojas 2 y 3 obra la resolución impugnada y el cuadro resumen
de aportaciones de los que se evidencia que la demandada no ha reconocido al actor 10 años y
7 meses de aportaciones efectuadas durante el periodo 1958-1968, por considerar que no han
sido fehacientemente acreditadas.
20. Respecto de la aportaciones de los asegurados obligatorios, los artículos 11 y 70 del Decreto
Ley Nº 19990 establecen, respectivamente, que: “Los empleadores (...) están obligados a re-
tener las aportaciones de los trabajadores asegurados obligatorios (...)”, y que: “Para los ase-
gurados obligatorios son periodos de aportación los meses, semanas o días en que presten, o
hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones a que se re-
fieren los artículos 7 al 13, aun cuando el empleador (...) no hubiese efectuado el pago de las
aportaciones”. Más aún, el artículo 13 de esta norma dispone que la emplazada se encuentra
obligada a iniciar el procedimiento coactivo si el empleador no cumple con efectuar el abono
de las aportaciones indicadas. A mayor abundamiento, el inciso d), artículo 7 de la Resolución
Suprema Nº 306-2001-EF, Reglamento de Organización y Funciones de la Oficina de Norma-
lización Previsional (ONP), dispone que la emplazada debe: “Efectuar la verificación, liqui-
dación y fiscalización de derechos pensionarios que sean necesarias para garantizar su otorga-
miento con arreglo a Ley”.
21. Para acreditar las aportaciones efectuadas en el periodo 1958-1968, el demandante ha re-
caudado a fojas 4 un certificado de trabajo original expedido por el Superintendente General
de la Corporación Minera Castrovirreyna S.A., en el que consta que laboró en mina subte-
rránea durante 20 años y 4 meses, tiempo en el cual están incluidos los 9 años y 6 meses ya
reconocidos.
22. En consecuencia se advierte que el demandante se desempeñó durante 20 años y 4 meses
como trabajador minero, con más de 10 años de servicio efectivo en la modalidad de mina
subterránea, estableciéndose la fecha de la contingencia el 13 de noviembre de 1995. Por
tanto, a la fecha de la presentación de su solicitud cumplía los requisitos (edad, aportes y
trabajo en la modalidad) para percibir una pensión de jubilación minera conforme a la Ley
Nº 25009.

370
Sistema Nacional de Pensiones

23. En cuanto al pago de las pensiones devengadas e intereses, habiéndose precisado el ámbi-
to de aplicación del fundamento 15 d) del Caso Sánchez-Lagomarcino Ramírez (STC Exp.
Nº 2877-2005-HC), este Tribunal ordena el pago de las pensiones devengadas conforme a lo
establecido en el artículo 81 del Decreto Ley Nº 19990 (desde 12 meses anteriores a la pre-
sentación de la solicitud a la ONP) y el pago de los intereses generados conforme a la tasa es-
tablecida por el artículo 1246 del Código Civil.
24. Adicionalmente, en atención a lo dispuesto por el artículo 56 del Código Procesal Constitu-
cional, la entidad demandada deberá cumplir con abonar los costos del proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
HA RESUELTO
1. REVOCAR la sentencia de autos.
2. Declarar FUNDADA la demanda por vulneración al derecho de acceso a la pensión; en con-
secuencia, NULA la Resolución Nº 49744-2004-ONP/DC DL 19990.
3. Ordenar que la Oficina de Normalización Previsional expida, en el término de 30 días de no-
tificada la presente, la resolución que reconozca el derecho del demandante a percibir pensión
de jubilación minera con arreglo a lo dispuesto en la Ley Nº 25009, en concordancia con el
Decreto Ley Nº 19990 y demás normas sustitutorias o complementarias, según los fundamen-
tos de la presente, bajo apercibimiento de pago de una multa acumulativa equivalente a 3 URP
por cada día de atraso.
4. Dispone[r] que la emplazada cumpla con establecer el monto de las pensiones devenga-
das desde los 12 meses anteriores a la presentación de la solicitud, liquidar los intereses le-
gales generados desde la fecha referida y abonarlos en los términos establecidos en la Ley
Nº 28798.
5. Conforme a lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Consti-
tucional, los precedentes vinculantes contenidos en los fundamentos 15.d) del Caso Sánchez-
Lagomarcino Ramírez (STC Exp. Nº 2877-2005-PA) y 37.g) del Caso Anicama (STC Exp.
Nº 1417- 2005-PA), quedan precisados tal como se señala en los fundamentos 13 y 15 de la
presente.
6. Establecer como precedente vinculante de observancia obligatoria, conforme a lo dispuesto en
el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, las reglas contenidas
en el fundamento 14.
7. Condena a la entidad emplazada al pago de los costos del proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ;
VERGARA GOTELLI;
LANDA ARROYO;
BEAUMONT CALLIRGOS;
CALLE HAYEN;
ETO CRUZ;
ÁLVAREZ MIRANDA

371
César Abanto Revilla

09 PENSIÓN DE JUBILACIÓN MINERA (SILICOSIS)

EXPEDIENTE Nº 02599-2005-PA/TC-LIMA
FÉLIX SÁNCHEZ SAMATA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 28 días del mes de marzo de 2007, la Sala Segunda del Tribunal Constitucio-
nal, integrada por los magistrados García Toma, Bardelli Lartirigoyen y Vergara Gotelli, pronuncia
la siguiente sentencia

I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Félix Sánchez Samata contra la sentencia
de la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 98, su fecha 4 de oc-
tubre de 2004, que declara improcedente la demanda de autos.

II. ANTECEDENTES
a. Demanda
Con fecha 10 de julio de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo con-
tra la Oficina de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare la
inaplicabilidad de la Resolución Nº 48219-98-ONP/DC, de fecha 18 de noviem-
bre de 1998, mediante la cual se le denegó la pensión de jubilación minera, pese a
padecer de la enfermedad profesional de silicosis que le ocasiona una incapacidad
del 75%.
Sostiene que se debe ordenar la expedición de una nueva resolución otorgándole la pen-
sión de jubilación minera completa de conformidad con el artículo 6 de la Ley Nº 25009,
concordante con el artículo 20 de su reglamento, que dispone que la pensión se conce-
derá sin exigir el requisito referido a los años de aportes; o, en todo caso, la pensión
proporcional prevista en el artículo 3, debiendo reconocérsele, en ambos supuestos, los
reintegros que le correspondan luego de efectuar su cálculo dentro de los alcances del
Decreto Ley Nº 19990, sin aplicación del Decreto Ley Nº 25967.
b. Contestación de la demanda
Con fecha 24 de julio de 2003, la emplazada contesta la demanda solicitando que sea
declarada improcedente, alegando que el demandante pretende el reconocimiento de un
derecho y no la protección y restitución de uno ya existente.
Solicita, asimismo, que la demanda sea declarada infundada indicando que el deman-
dante cuando cesó, 15 de diciembre de 1992, contaba con 42 años de edad y 18 años de
aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, por lo que no cumplía con el requisito
de edad previsto para la jubilación minera en la modalidad de mina subterránea, que es
de 45 años, ni con los aportes exigibles; y que, cuando cumplió la edad requerida, ya se
encontraba en vigencia el Decreto Ley Nº 25967, que estableció en 20 años el tiempo
mínimo de aportaciones.

372
Sistema Nacional de Pensiones

c. Resolución de primera instancia


Con fecha 28 de agosto de 2003, el Vigésimo Sexto Juzgado Civil de Lima declara im-
procedente la demanda por considerar que el demandante, cuando cesó, no cumplía los
requisitos previstos en la Ley Nº 25009, ni tampoco antes de la vigencia del Decreto Ley
Nº 25967, y no reúne los requisitos previstos en el Decreto Ley Nº 19990 para obtener
una pensión de jubilación, toda vez que, luego del 19 de diciembre de 1992, se estable-
ció que para obtener una pensión dentro de dicho régimen debería tenerse, como míni-
mo, 20 años de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.
De otro lado, señala que no existen motivos atendibles para la modificación de la resolu-
ción administrativa que deniega la pensión al actor mediante la acción de amparo, pues
no se ha vulnerado ningún derecho fundamental o afectado el procedimiento regular,
aunque dejando a salvo el derecho del demandante para que lo haga valer en un proceso
que cuente con estación probatoria.
d. Resolución de segunda instancia
Con fecha 4 de octubre de 2004, la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima confirma la apelada por los mismos fundamentos, indicando, además, que la
denegatoria de la pensión de jubilación no se sustenta en la aplicación del Decreto Ley
Nº 25967, sino en que el demandante no cumple los requisitos legales que demuestren
que es el titular del derecho pensionario constitucional invocado.
III. DATOS GENERALES
Violación constitucional invocada
La demanda de amparo es presentada por don Félix Sánchez Samata contra la Oficina de Nor-
malización Previ sional.
El acto lesivo denunciado se configura con la expedición de la Resolución Nº 48219-98-ONP/
DC, de fecha 18 de noviembre de 1998, que le deniega la pensión de jubilación minera.
Petitorio constitucional
El demandante alega que se han vulnerado los siguientes derechos:
- Derecho a la seguridad social (artículo 10 de la Constitución y artículo 9 del Pacto Inter-
nacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales).
- Derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución).
Atendiendo a ello, solicita que:
- Se expida una nueva resolución administrativa bajo los alcances del artículo 6 de la Ley
Nº 25009 y el Decreto Ley Nº 19990.
Materias constitucionalmente relevantes
Sobre la base del petitorio expuesto en la demanda, este Colegiado considera pertinente desa-
rrollar algunos temas importantes:
- ¿Es procedente la presente demanda a la luz de lo dispuesto por la STC Nº 1417-2005-PA?

373
César Abanto Revilla

- ¿Cuál es la configuración legal del derecho a la pensión en lo concerniente a la jubila-


ción de trabajadores mineros con silicosis en primer estadio de evolución?
- ¿Cómo compatibilizar el tenor del artículo 6 de la Ley Nº 25009 con lo dispuesto en la
Constitución?
IV. FUNDAMENTOS
§ Procedencia de la demanda
1. En la STC Nº 1417-2005-PA/TC, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido
esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones le-
gales que establecen los requisitos para su obtención, y que la titularidad del derecho invocado
debe estar suficientemente acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento sobre el
fondo de la controversia.
Cabe precisar, además, que el demandante acude en busca de tutela jurisdiccional a fin de evitar
consecuencias irreparables; al respecto, consta en autos (f. 18 del cuadernillo del Tribunal) que
padece de la enfermedad profesional de silicosis, por lo que la protección directa del derecho
fundamental invocado se ve reforzada por la tutela urgente que requiere su estado de salud. En
tal sentido, es menester indicar que el fundamento 37.c) de la STC Nº 1417-2005-PA señala que:
“(...) el derecho fundamental a la pensión tiene una estrecha relación con el derecho a
una vida acorde con el principio-derecho de dignidad, es decir, con la trascendencia vi-
tal propia de una dimensión sustancial de la vida, antes que una dimensión meramente
existencial o formal (...)”.
§ Delimitación del petitorio
2. En el presente caso, el demandante pretende que se le otorgue una pensión de jubilación mi-
nera completa de conformidad con el artículo 6 de la Ley Nº 25009, concordante con el artí-
culo 20 de su reglamento, Decreto Supremo Nº 029-89-TR, sin la aplicación del Decreto Ley
Nº 25967, aduciendo incapacidad para el trabajo por padecer la enfermedad profesional de si-
licosis. Asimismo, solicita el reconocimiento de los reintegros que le correspondan.
§ Derecho fundamental a la pensión como derecho de configuración legal
3. Cuando este Tribunal tuvo la oportunidad de desarrollar la naturaleza jurídica del derecho a la
pensión, dejó sentado que:
“[e]l artículo 11 de la Constitución no tiene la naturaleza de una norma jurídica tradicio-
nal, pues se trata de una disposición de textura abierta que consagra un derecho funda-
mental; en esa medida hace referencia a un contenido esencial constitucionalmente pro-
tegido, el cual tiene como substrato el resto de bienes y valores constitucionales; pero,
a su vez, alude a una serie de garantías que no conforman su contenido irreductible,
pero que son constitucionalmente protegidas y sujetas a desarrollo legislativo –en fun-
ción a determinados criterios y límites–, dada su naturaleza de derecho de configuración
legal”(1).

(1) Ver fundamento 73 de la STC Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-AI / 0007-2005-AI /


0009-2005-AI (acumulados).

374
Sistema Nacional de Pensiones

4. En virtud de ello este Colegiado ha señalado que la valoración de un derecho fundamental


como uno de configuración legal alude a que la ley constituye fuente normativa vital para de-
limitar el contenido directamente protegido por dicho derecho fundamental y dotarle de plena
eficacia.
5. La configuración legal del derecho a la pensión significa entonces que es el legislador ordina-
rio, dentro del marco de sus competencias, el encargado de regular, conforme al conjunto de
valores y principios que encierra la Constitución, los requisitos para el libre acceso a un régi-
men previsional y para la obtención del derecho a la pensión dentro del marco de la seguridad
social.
6. En el caso que ahora toca revisar, atendiendo a que el actor señala que le corresponde una
pensión de jubilación acorde con lo prescrito por el artículo 6 de la Ley Nº 25009 por haber
cumplido los requisitos legalmente previstos, este Colegiado considera pertinente evaluar el
tratamiento que el legislador ha dispensado a la jubilación de los trabajadores mineros, pues
solo verificando las condiciones establecidas para el acceso al derecho fundamental se podrá
verificar la compatibilidad de la regulación legal en materia pensionaria con los valores que
informan el texto constitucional, y por ende, con el contenido del derecho a la pensión.
7. Cuando el legislador ordinario establece los requisitos que deben cumplir los trabajadores mi-
neros para acceder a una pensión de jubilación, toma en consideración las mismas exigencias
básicas previstas en el Decreto Ley Nº 19990, vale decir los años de edad y el número de apor-
taciones, agregando otros requisitos que se relacionan directamente con la actividad que se
busca privilegiar con un tratamiento particular, dadas las especiales características del traba-
jo minero. Partiendo de dicha premisa, se fijan edades de jubilación inferiores a las previstas
en el régimen general de jubilación del Decreto Ley Nº 19990 y se establece un número me-
nor de años de aportaciones que los prescritos para el adelanto de pensión en el Decreto Ley
Nº 19990. Como se ha indicado, lo que se busca con esta medida legislativa es lograr una
protección superlativa a un grupo de trabajadores que realizan labores en condiciones par-
ticularmente penosas o que implican un riesgo para la vida o la salud, el cual es proporcio-
nalmente creciente mientras mayor edad sea la de los trabajadores, estableciendo requisitos
exclusivos para el acceso a una pensión de jubilación. En efecto, el artículo 1 de la Ley Nº
25009 establece:
Los trabajadores que laboren en minas subterráneas o los que realicen labores directamente
extractivas en las minas a tajo abierto tienen derecho a percibir pensión de jubilación a los
cuarenticinco (45) y cincuenta (50) años de edad, respectivamente.
Los trabajadores que laboran en centros de producción minera, tienen derecho a percibir pen-
sión de jubilación entre los cincuenta (50) y cincuenticinco (55) años de edad, siempre que en
la realización de sus labores estén expuestos a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalu-
bridad, según la escala establecida en el reglamento de la presente ley.
Se incluyen en los alcances de la presente ley a los trabajadores que laboran en centros me-
talúrgicos y siderúrgicos.
Por su parte, el artículo 2 consigna que:
Para acogerse al beneficio establecido en la presente ley y tener derecho a pensión comple-
ta de jubilación a cargo del Sistema Nacional de Pensiones, regulado por el Decreto Ley
Nº 19990, se requiere acreditar veinte (20) años de aportaciones cuando se trata de trabaja-
dores que laboran en minas subterráneas y, de veinticinco (25) años, cuando realicen labores

375
César Abanto Revilla

en minas a tajo o cielo abierto. En ambos casos diez (10) años deberán corresponder a trabajo
efectivo prestado en dicha modalidad.
Tratándose de los trabajadores de centros de producción, minera a los que se refiere el segun-
do párrafo del artículo 1, se requiere el número de años de aportación previsto en el Decreto
Ley Nº 19990, de los cuales quince (15) años corresponden a trabajo efectivo prestado en di-
cha modalidad.
8. Como se observa, en ambos dispositivos se establecen condiciones particulares para la jubi-
lación de los trabajadores mineros cuya finalidad es salvaguardar el derecho a la pensión de
este sector laboral, permitiéndoles el acceso a un beneficio pensionario con el cumplimiento
de requisitos menos gravosos que los estatuidos para el régimen general del Sistema Nacional
de Pensiones, originalmente fijados en 60 años de edad y 15 años de aportes. A ello debe agre-
garse que si bien para los trabajadores mineros se han establecido requisitos más dúctiles para
que accedan al derecho a la pensión, este derecho necesariamente habrá de materializarse en
los dos planos previstos como condicionantes por el Sistema Nacional de Pensiones, vale de-
cir años de edad y cantidad de aportes. Cabe, no obstante, enfatizar que la propia legislación
de jubilación de trabajadores mineros ha previsto la posibilidad de otorgar una protección aún
mayor a través de la exoneración de uno de los requisitos cuando la condición de riesgo, siem-
pre latente en el trabajo minero, se concreta con el padecimiento de una enfermedad profesio-
nal. Así, el artículo 6 de la Ley Nº 25009 establece lo siguiente:
Los trabajadores de la actividad minera, en el examen anual que deberán practicar obligato-
riamente en los Centros Mineros, el Instituto Peruano de Seguridad Social o el Instituto de
Salud Ocupacional, adolezcan el primer grado de silicosis o su equivalente en la tabla de en-
fermedades profesionales, igualmente se acogerán a la pensión de jubilación, sin el requisito
del número de aportaciones que establece la presente ley.
En concordancia con tal previsión, el artículo 20 del Decreto Supremo Nº 029-89-TR, Regla-
mento de la Ley Nº 25009 señala que:
“Los trabajadores de la actividad minera que padezcan el primer grado de silicosis o
su equivalente en la tabla de enfermedades profesionales tendrán derecho a la pensión
completa de jubilación”.
9. Queda así demostrado que en la configuración legal del derecho la exoneración de los años
de aportes permite a los trabajadores mineros, que padecen de la enfermedad profesional de
silicosis, acceder a una pensión de jubilación sin reunir dicho requisito legal; y esto es así
porque la exigencia de acumular años de aportes al Sistema Nacional de Pensiones se con-
vertiría en una condición de difícil cumplimiento si el trabajador se encuentra incapacitado
para el de-sempeño de sus labores habituales. Claro está que se puede efectuar un cambio
en las labores desempeñadas, con lo que se permitiría al trabajador extender su ciclo laboral
para que así reunan mayor número de aportes; sin embargo, ello dependerá exclusivamente
de las posibilidades que tenga el empleador dentro de la actividad que realiza y conforme a
sus facultades directrices, no pudiendo ser exigible, como derecho, el cambio de puesto de
trabajo.
La merma aflictiva de la salud disminuye ostensiblemente no solo la calidad de vida de los
trabajadores mineros, sino que la acorta dramáticamente; por ello es que se ha previsto la
dispensa de aportes para aquellos trabajadores afectados de silicosis en del primer estadio
o su equivalente en la tabla de enfermedades profesionales. Cabe, no obstante, preguntar si

376
Sistema Nacional de Pensiones

se logra una efectiva protección solo con la exoneración de aportes. Este Tribunal conside-
ra que no, pues parece irrazonable pretender franquear un pronto acceso a una pensión de
jubilación solo con la exención de aportaciones, si tal dispensa queda aún condicionada al
cumplimiento de la edad prevista en el artículo 1 de la Ley. En la práctica se sometería a los
trabajadores mineros afectados con la enfermedad profesional a una espera eventualmente
larga, hasta que se produzca la contingencia de la edad, cuando se sabe que no podrán se-
guir laborando, lo que atenta contra el propósito especialmente tuitivo de la norma y, fácti-
camente, desatiende la cobertura que se debe a la quebrantada salud del trabajador mediante
la prestación de la pensión.
10. No escapa a este análisis el hecho de que la Ley Nº 25009 regula pensiones de jubilación y,
por ello, teniendo en cuenta que la contingencia protegida es la vejez, es razonable que solo
se haya previsto la exoneración de aportes. Sin embargo, no puede dejar de advertirse que en
los supuestos de enfermedad profesional, como el que ahora se evalúa, ocurre, al igual que en
el periodo de jubilación, la anulación en la capacidad laboral antes de cumplirse la edad exigi-
da, lo que determina, de igual manera, una pérdida de ingresos. En tal sentido debe entenderse
que la regulación de la ley de jubilación minera, inclusive para los casos de incapacidad oca-
sionada por el primer grado de silicosis, establece medidas protectoras para la vejez en fun-
ción a la especialidad del trabajo minero y al particular y prematuro deterioro con el que se
llega a la vejez.
§ La interpretación del artículo 6 de la Ley Nº 25009 a la luz de la Constitución
11. Lo expuesto ha quedado plasmado en diversos pronunciamientos de este Tribunal(2) en los
que, a la luz de diversos principios constitucionales, se ha interpretado que la exoneración que
establece el artículo 6 de la Ley a los trabajadores afectados de silicosis en primer estadio de
evolución, comprende los requisitos legales de años de edad y aportes. La idea básica se apoya
en el argumento ad minoris ab maius, expuesto en el hecho de que, si no se exige a la persona
una cantidad de aportes mínimos para poder acceder a la pensión, es lógico que, de acuerdo
a la finalidad protectora del derecho a la seguridad social, tampoco se deba exigir una cierta
edad para que el acceso se logre adecuadamente. Este Tribunal estima que solo de esta forma
se optimiza la finalidad tuitiva del artículo 6 de la Ley Nº 25009 y se concretiza el derecho a
la prestación pensionaria previsto en el artículo 11 de la Constitución.
Además, no debe olvidarse que la tutela constitucional de la seguridad social, prevista en el
artículo 10 de la Norma Fundamental, se sustenta en:
“(...) su protección frente a las contingencias que precise la ley (...)”.
Es así como resulta consecuente con una adecuada protección para los que tienen afectada su
salud debido a una enfermedad profesional, como presupuesto extraordinario de la pensión de
jubilación minera, que se pueda tener acceso a ella sin la exigencia de años de aportes de edad
mínima.
Por ello, si se tiene en consideración que el padecimiento de silicosis en primer estadio o
su equivalente en otras enfermedades profesionales se produce por la exposición a factores
de riesgo durante la prestación del trabajo minero, y por cuya razón desde que se detecta el

(2) Ver STC Exp. Nº 1658-2005-PA y 1671-2005-PA.

377
César Abanto Revilla

padecimiento no se exige una cantidad específica de tiempo de trabajo, con su correlato en


aportes; entonces se torna menos que contradictoria la exigencia del cumplimiento de una edad
determinada, pues es harto evidente que bajo esas circunstancias el afectado no puede seguir
desempeñando sus labores ordinarias. Es irrazonable, conviene reiterar nuevamente, que se
tenga que obligar a cumplir la edad prevista cuando, por efecto directo del trabajo realizado,
se ha perdido la fuente de ingresos.
§ Análisis de la controversia
12. De la Resolución Nº 48219-98-ONP/DC, de fecha 18 de noviembre de 1998 (f. 3), se verifi-
ca que: a) el actor cesó en sus actividades laborales el 15 de diciembre de 1992; b) se calificó
la pensión en función de los requisitos para la jubilación minera en la modalidad de socavón;
y c) se ha denegado la pensión de jubilación minera porque el actor acreditó solo 18 años de
aportes al Sistema Nacional de Pensiones.
13. A fojas 4 obra la Hoja de Liquidación del Decreto Ley Nº 18846, de fecha 7 de diciembre de
1993, en la cual se advierte que mediante Dictamen Nº 92-CEATEP-HAI-HCA-IPSS-93 se
estableció que el demandante se encontraba incapacitado con un menoscabo del 75% por en-
fermedad profesional. Asimismo, a fojas 101 y 103 obran la Resolución Nº 2227-DP-SGO-
GDF-IPSS-94, de fecha 20 de enero de 1994, y el cupón de pago de fecha 18 de junio de 2004,
respectivamente, que demuestran que el demandante cesó el 15 de diciembre de 1992 y que
viene percibiendo una renta vitalicia.
De los documentos indicados fluye que el actor padece de una enfermedad profesional que lo
incapacita con un menoscabo del 75% percibiendo por ello una renta vitalicia por enfermedad
profesional, aunque no se puede verificar cuál es la dolencia que lo afecta. Sin embargo, en
la demanda y a lo largo de todo el proceso el accionante ha señalado que la enfermedad que
padece es neumoconiosis (silicosis), la cual fue recién acreditada en esta sede constitucional
(fojas 18 del cuaderno del Tribunal). En tal sentido, este Colegiado, en mérito a las pruebas
indicadas, comprueba que la enfermedad profesional diagnosticada y generadora de la inca-
pacidad laboral del demandante es, en efecto, la neumoconiosis.
14. En la STC Nº 1008-2004-AA/TC se ha precisado, entre otros, el criterio para otorgar la renta
vitalicia por enfermedad profesional, previa determinación del grado de incapacidad genera-
do por la enfermedad según su estadio de evolución. Como en este caso se ha acreditado que
la enfermedad que afecta al demandante es la silicosis, es pertinente establecer el grado de in-
capacidad conforme a los criterios establecidos en la citada jurisprudencia para la evaluación
del derecho pensionario. Así, al haber ocasionado la neumoconiosis un menoscabo del 75%,
la enfermedad corresponde cuando menos al segundo estadio de evolución.
15. Siendo así, en el presente caso debe aplicarse el artículo 6 de la Ley, pues ha comprobado que
el demandante padece de silicosis por lo menos en segundo estadio de evolución, correspon-
diendo que le sea otorgada una pensión de jubilación minera completa en concordancia con lo
estipulado por el artículo 20 de la norma reglamentaria, sin que le sean exigibles los requisitos
previstos legalmente, debiéndose estimar la demanda en este extremo.
Cabe agregar, sin perjuicio de lo indicado, que a la fecha de expedición de la resolución im-
pugnada el demandante contaba con 48 años de edad, por lo que también era de aplicación el
supuesto de la exoneración de los años de aportes previsto en el artículo 6 precitado.

378
Sistema Nacional de Pensiones

16. En cuanto a la inaplicación del Decreto Ley Nº 25967, debe indicarse que en la medida que el
diagnóstico de la enfermedad profesional se produjo el 7 de setiembre de 1993, conforme se
ha indicado en el fundamento 12, supra, corresponde que el cálculo de la pensión minera se
realice conforme al citado decreto ley.
17. En cuanto al pago de las pensiones devengadas, estas deben ser abonadas conforme lo esta-
blece el artículo 81 del Decreto Ley Nº 19990.
18. Con respecto al pago de intereses legales, este Tribunal, en la STC Nº 0065-2002-AA/TC, del
17 de octubre de 2002, ha precisado que corresponde el pago de los intereses legales gene-
rados por las pensiones de jubilación no pagadas oportunamente, razón por la cual se aplica
dicho criterio, debiéndose abonar los intereses legales a tenor de lo estipulado en el artículo
1246 del Código Civil.
19. En la medida en que, en este caso, se ha acreditado que la emplazada ha vulnerado el derecho
constitucional a la pensión de la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56
del Código Procesal Constitucional, ordenar que dicha entidad asuma el pago de los costos
procesales.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA, la demanda en LA PARTE QUE SOLICITA LA NULIDAD de la Re-
solución Nº 48219-98-ONP/DC.
2. Ordenar a la demandada la expedición de una nueva resolución otorgando pensión de jubila-
ción minera al demandante conforme a los fundamentos de la presente, más los devengados,
reintegros, intereses legales y costas procesales.
3. Declarar INFUNDADA la demanda en el extremo referido a la inaplicación del Decreto Ley
Nº 25967.
Publíquese y notifíquese.
SS.
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI

10 CONTENIDO CONSTITUCIONALMENTE PROTEGIDO DELDERECHOA


LA PENSIÓN
EXPEDIENTE Nº 1417-2005-AA/TC-LIMA
MANUEL ANICAMA HERNÁNDEZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 8 días del mes julio de 2005, el Tribunal Constitucional, en sesión de Pleno Ju-
risdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, presidente; Bardelli Larti-
rigoyen, vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia
la siguiente sentencia

379
César Abanto Revilla

I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel Anicama Hernández, contra la
sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 148, su fecha 6
de octubre de 2004, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 6 de mayo de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofici-
na de Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare la nulidad de la Resolución
Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL 19990, de fecha 2 de agosto de 2002, por considerar que vul-
nera su derecho fundamental a la pensión, toda vez que resolvió denegar su solicitud de pensión de
jubilación adelantada.
Manifiesta que cesó en sus actividades laborales el 25 de mayo de 1992 contando con más de
20 años de aportaciones, luego de que la Autoridad Administrativa de Trabajo autorizó a su empre-
sa empleadora a reducir personal; sin embargo, al calificar su solicitud de pensión de jubilación, la
entidad demandada consideró que las aportaciones efectuadas durante los años 1964 y 1965 habían
perdido validez conforme al Reglamento de la Ley Nº 13640, por lo que, incluso si realizara la ve-
rificación de las aportaciones efectuadas desde 1973 a 1992 no reuniría los 20 años de aportación
al Sistema Nacional de Pensiones que se requieren como mínimo para obtener el derecho a la pen-
sión de jubilación por reducción de personal. Agrega que el Tribunal Constitucional en reiterada
jurisprudencia ha señalado que los periodos de aportación no pierden validez, y que sumados sus
periodos de aportaciones, acredita los exigidos por la legislación vigente, razón por la que solicita
el reconocimiento de su derecho a la pensión, así como los devengados e intereses generados desde
la vulneración de su derecho fundamental.
La demandada deduce las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y de
caducidad, y solicita que se declare improcedente la demanda, por considerar que la vía del amparo
no es la adecuada para dilucidar la pretensión del recurrente, siendo necesario acudir a la vía judi-
cial ordinaria donde existe una estación probatoria.
El Décimo Cuarto Juzgado Civil de Lima, con fecha 8 de enero de 2003, declaró fundada la
demanda en el extremo en que se solicita la validez de las aportaciones efectuadas en los años 1964
y 1965, ordenando su reconocimiento y la verificación del periodo de aportaciones de 1973 a 1992,
respecto del cual no se ha emitido pronunciamiento administrativo.
La recurrida reformó la apelada declarándola improcedente, por estimar que es necesario que
la pretensión se ventile en la vía judicial ordinaria, toda vez que el proceso de amparo carece de es-
tación probatoria.
III. FUNDAMENTOS
1. El inciso 2) del artículo 200 de la Constitución, establece que el proceso de amparo procede
contra el acto u omisión, por parte de cualquier persona, que vulnera o amenaza los derechos
reconocidos por la Constitución, distintos de aquellos protegidos por el hábeas corpus (liber-
tad individual y derechos conexos) y el hábeas data (acceso a la información y autodetermi-
nación informativa). En tal sentido, es presupuesto para la procedencia del proceso de amparo
(y en general, de cualquier proceso constitucional) que el derecho que se alegue afectado sea
uno reconocido directamente por la Constitución.

380
Sistema Nacional de Pensiones

§1. Los derechos fundamentales de la persona humana


2. El concepto de derechos fundamentales comprende “tanto los presupuestos éticos como los
componentes jurídicos, significando la relevancia moral de una idea que compromete la dig-
nidad humana y sus objetivos de autonomía moral, y también la relevancia jurídica que con-
vierte a los derechos en norma básica material del Ordenamiento, y es instrumento necesario
para que el individuo desarrolle en la sociedad todas sus potencialidades. Los derechos funda-
mentales expresan tanto una moralidad básica como una juridicidad básica”. (PECES-BAR-
BA, Gregorio. Curso de Derechos Fundamentales. Teoría General. Universidad Carlos III de
Madrid. Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1999, p. 37).
Consecuentemente, si bien el reconocimiento positivo de los derechos fundamentales (co-
múnmente, en la Norma Fundamental de un ordenamiento) es presupuesto de su exigibilidad
como límite al accionar del Estado y de los propios particulares, también lo es su connotación
ética y axiológica, en tanto manifiesta concreciones positivas del principio-derecho de digni-
dad humana, preexistente al orden estatal y proyectado en él como fin supremo de la sociedad
y del Estado (artículo 1 de la Constitución).
3. Es por ello que el Capítulo I del Título I de la Constitución, denominado “Derechos Funda-
mentales de la Persona”, además de reconocer al principio-derecho de dignidad humana como
el presupuesto jurídico de los demás derechos fundamentales (artículo 1) y de enumerar a bue-
na parte de ellos en su artículo 2, prevé en su artículo 3 que dicha enumeración no excluye
los demás derechos reconocidos en el texto constitucional (vg. los derechos fundamentales
de carácter social y económico reconocidos en el Capítulo II y los políticos contenidos en el
Capítulo III), “ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en
los principios de soberanía del pueblo, del Estado Democrático de Derecho y de la forma re-
publicana de gobierno”.
4. De esta manera, la enumeración de los derechos fundamentales previstos en la Constitución,
y la cláusula de los derechos implícitos o no enumerados, da lugar a que en nuestro ordena-
miento todos los derechos fundamentales sean a su vez derechos constitucionales, en tanto es
la propia Constitución la que incorpora en el orden constitucional no solo a los derechos ex-
presamente contemplados en su texto, sino a todos aquellos que, de manera implícita, se de-
riven de los mismos principios y valores que sirvieron de base histórica y dogmática para el
reconocimiento de los derechos fundamentales.
5. Así, por ejemplo, con relación al derecho a la verdad el Tribunal Constitucional ha sostenido
que “[n]uestra Constitución Política reconoce, en su artículo 3, una ‘enumeración abierta de
derechos fundamentales que, sin estar en el texto de la Constitución, surgen de la dignidad del
hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado Democrático de Derecho o de
la forma republicana de gobierno.
Así, el derecho a la verdad, aunque no tiene un reconocimiento expreso en nuestro texto cons-
titucional, es un derecho plenamente protegido, derivado (...) de la obligación estatal de prote-
ger los derechos fundamentales y de la tutela jurisdiccional. (...) [E]l Tribunal Constitucional
considera que, en una medida razonablemente posible y en casos especiales y novísimos, de-
ben desarrollarse los derechos constitucionales implícitos, permitiendo así una mejor garantía
y respeto a los derechos del hombre, pues ello contribuirá a fortalecer la democracia y el Es-
tado, tal como lo ordena la Constitución vigente.

381
César Abanto Revilla

El Tribunal Constitucional considera que si bien detrás del derecho a la verdad se encuentran
comprometidos otros derechos fundamentales, como la vida, la libertad o la seguridad perso-
nal, entre otros, este tiene una configuración autónoma, una textura propia, que la distingue de
los otros derechos fundamentales a los cuales se encuentra vinculado, debido tanto al objeto
protegido, como al telos que con su reconocimiento se persigue alcanzar” (STC Exp. Nº 2488-
2002-HC/TC, fundamentos 13 a 15).
Consecuentemente, expresos o implícitos, los derechos fundamentales pertenecen al ordena-
miento constitucional vigente.
6. Por su parte, los derechos fundamentales, como objetivo de autonomía moral, sirven para “de-
signar los derechos humanos positivizados a nivel interno, en tanto que la fórmula derechos
humanos es la más usual en el plano de las declaraciones y convenciones internacionales”
(PÉREZ LUÑO, Antonio. Derechos Humanos. Estado de Derecho y Constitución. 4ª edición,
Tecnos, Madrid, 1991, p. 31).
7. A lo cual cabe agregar que, según la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución,
los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución, deben ser interpretados de con-
formidad con los tratados sobre derechos humanos ratificados por el Perú.
§2. Proceso de amparo y derechos fundamentales
8. Reconocer que el proceso de amparo solo procede en caso de afectación directa de los dere-
chos fundamentales (expresos o implícitos), implica, ante todo, determinar si la supuesta afec-
tación en la que incurre el acto u omisión reputada de inconstitucional, en efecto, incide sobre
el ámbito que resulta directamente protegido por dicho derecho.
Este presupuesto procesal, consustancial a la naturaleza de todo proceso constitucional, ha
sido advertido por el legislador del Código Procesal Constitucional (CPConst.), al precisar en
el inciso 1) de su artículo 5 que los procesos constitucionales no proceden cuando “[l]os he-
chos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al contenido constitucio-
nalmente protegido del derecho invocado”.
Asimismo, y con relación al proceso de amparo en particular, el artículo 38 del CPConst., es-
tablece que este no procede “en defensa de un derecho que carece de sustento constitucional
directo o que no está referido a los aspectos constitucionalmente protegidos del mismo”.
En estricto, pues, con los dispositivos citados, el legislador del CPConst. no ha incorporado al
ordenamiento jurídico una nueva regla de procedencia para los procesos constitucionales de
la libertad. Tan solo ha precisado legislativamente determinados presupuestos procesales que
son inherentes a su naturaleza. En efecto, en tanto procesos constitucionales, el hábeas corpus,
el amparo y el hábeas data, solo pueden encontrarse habilitados para proteger derechos de ori-
gen constitucional y no así para defender derechos de origen legal.
Sin embargo, es preciso que este Tribunal analice, de un lado, el sustento constitucional direc-
to del derecho invocado, y de otro, el contenido constitucionalmente protegido del derecho,
como presupuestos procesales del proceso de amparo.
§2.1 Los derechos de sustento constitucional directo
9. Existen determinados derechos de origen internacional, legal, consuetudinario, administrati-
vo, contractual, etc., que carecen de fundamento constitucional directo, y que, consecuente-
mente, no son susceptibles de ser protegidos a través del proceso de amparo.

382
Sistema Nacional de Pensiones

La noción de “sustento constitucional directo” a que hace referencia el artículo 38 del CP-
Const., no se reduce a una tutela normativa del texto constitucional formal. Alude, antes bien,
a una protección de la Constitución en sentido material (pro homine), en el que se integra la
Norma Fundamental con los tratados de derechos humanos, tanto a nivel positivo (artículo 55
de la Constitución), como a nivel interpretativo (Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución); y con las disposiciones legales que desarrollan directamente el contenido esen-
cial de los derechos fundamentales que así lo requieran. Tales disposiciones conforman el de-
nominado canon de control constitucional o “bloque de constitucionalidad”.
De ahí que el artículo 79 del CPConst. establezca que “[p]ara apreciar la validez constitucio-
nal de las normas el Tribunal Constitucional considerará, además de las normas constitucio-
nales, las leyes que, dentro del marco constitucional, se hayan dictado para determinar (...) el
ejercicio de los derechos fundamentales”.
10. Un derecho tiene sustento constitucional directo cuando la Constitución ha reconocido, ex-
plícita o implícitamente, un marco de referencia que delimita nominalmente el bien jurídico
susceptible de protección. Es decir, existe un baremo de delimitación de ese marco garantista,
que transita desde la delimitación más abierta a la más precisa.
Correspondiendo un mayor o menor desarrollo legislativo, en función de la opción legislativa
de desarrollar los derechos fundamentales establecidos por el constituyente.
§2.2 Los derechos fundamentales de configuración legal
11. La distinta eficacia de las disposiciones constitucionales, da lugar a que estas puedan ser di-
vididas entre “normas regla” y “normas principio”. Mientras que las primeras se identifican
con mandatos concretos de carácter autoaplicativo y son, consecuentemente, judicializables,
las segundas constituyen mandatos de optimización, normas abiertas de eficacia diferida, que
requieren de la intermediación de la fuente legal, para alcanzar plena concreción y ser suscep-
tibles de judicialización.
En tal perspectiva, existen determinados derechos fundamentales cuyo contenido constitucio-
nal directamente protegido, requiere ser delimitado por la ley, sea porque así lo ha previsto la
propia Carta Fundamental (vg. el artículo 27 de la Constitución en relación con el derecho a
la estabilidad laboral. Cfr. STC Exp. Nº 0976-2001-AA, fundamento 11 y ss.) o en razón de
su propia naturaleza (vg. los derechos sociales, económicos y culturales). En estos casos, nos
encontramos ante las denominadas leyes de configuración de derechos fundamentales.
12. Los derechos fundamentales cuya configuración requiera de la asistencia de la ley no carecen
de un contenido per se inmediatamente exigible a los poderes públicos, pues una interpreta-
ción en ese sentido sería contraria al principio de fuerza normativa de la Constitución. Lo úni-
co que ello implica es que, en tales supuestos, la ley se convierte en un requisito sine qua non
para la culminación de la delimitación concreta del contenido directamente atribuible al dere-
cho fundamental.
Y es que si bien algunos derechos fundamentales pueden tener un carácter jurídico abierto,
ello no significa que se traten de derechos “en blanco”, es decir, expuestos a la discrecional
regulación del legislador, pues el constituyente ha planteado un grado de certeza interpretativa
en su reconocimiento constitucional directo.
Aquí se encuentra de por medio el principio de “libre configuración de la ley por el legisla-
dor”, conforme al cual debe entenderse que es el legislador el llamado a definir la política

383
César Abanto Revilla

social del Estado Social y Democrático de Derecho. En tal sentido, este goza de una amplia
reserva legal como instrumento de la formación de la voluntad política en materia social.
Sin embargo, dicha capacidad configuradora se encuentra limitada por el contenido esen-
cial de los derechos fundamentales, de manera tal que la voluntad política expresada en la
ley debe desenvolverse dentro de las fronteras jurídicas de los derechos, principios y valores
constitucionales.
§2.3 La distinta eficacia de los derechos fundamentales
13. De esta manera, la distinta eficacia que presentan los derechos fundamentales entre sí, no solo
reposa en cuestiones teóricas de carácter histórico, sino que estas diferencias revisten signifi-
cativas repercusiones prácticas. En tal sentido, cabe distinguir los derechos de preceptividad
inmediata o autoaplicativos, de aquellos otros denominados prestacionales, de preceptividad
diferida, progresivos o programáticos (STC Exp. Nº 0011-2002-AI, fundamento 9).
A esta última categoría pertenecen los derechos fundamentales económicos, sociales y cul-
turales (DESC) que, en tanto derechos subjetivos de los particulares y obligaciones mediatas
del Estado, necesitan de un proceso de ejecución de políticas sociales para que el ciudadano
pueda gozar de ellos o ejercitarlos de manera plena. Tal es el sentido de la Undécima Disposi-
ción Final y Transitoria (UDFT) de la Constitución, al establecer que “[l]as disposiciones de
la Constitución que exijan nuevos y mayores gastos públicos se aplican progresivamente”.
14. Si bien los DESC son derechos fundamentales, tienen la naturaleza propia de un derecho pú-
blico subjetivo, antes que la de un derecho de aplicación directa. Lo cual no significa que sean
“creación” del legislador. En tanto derechos fundamentales, son derechos de la persona reco-
nocidos por el Estado y no otorgados por este.
Sin embargo, su reconocimiento constitucional no es suficiente para dotarlos de eficacia ple-
na, pues su vinculación jurídica solo queda configurada a partir de su regulación legal, la que
los convierte en judicialmente exigibles. Por ello, en la Constitución mantienen la condición
de una declaración jurídica formal, mientras que la ley los convierte en un mandato jurídico
aprobatorio de un derecho social.
15. Lo expuesto significa que en determinadas circunstancias los DESC no pueden ser objeto de
una pretensión susceptible de estimación al interior del proceso de amparo (vg. la exigencia
judicial al Estado de un puesto de trabajo o una prestación de vivienda). Ello, sin embargo, no
puede ser considerado como una regla absoluta.
En efecto, tal como se ha precisado en otro momento, el principio de progresividad en el gasto
a que hace alusión la UDFT de la Constitución, “no puede ser entendido con carácter indeter-
minado y, de este modo, servir de alegato frecuente ante la inacción del Estado, pues para este
Colegiado la progresividad del gasto no está exenta de observar el establecimiento de plazos
razonables, ni de acciones concretas y constantes del Estado para la implementación de polí-
ticas públicas” (STC Exp. Nº 2945-2003-AA, fundamento 36).
En esa perspectiva, entre los deberes del Estado previstos en el artículo 44 de la Constitución,
no solo se encuentra el garantizar la plena vigencia de los derechos fundamentales, sino tam-
bién “promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral
y equilibrado de la Nación”.
16. Por ello, si bien es cierto que la efectividad de los DESC requiere la actuación del Estado a tra-
vés del establecimiento de servicios públicos, así como de la sociedad mediante la contribu-
ción de impuestos, ya que toda política social necesita de una ejecución presupuestal, también

384
Sistema Nacional de Pensiones

lo es que estos derivan en obligaciones concretas por cumplir, por lo que los Estados deben
adoptar medidas constantes y eficaces para lograr progresivamente la plena efectividad de los
mismos en igualdad de condiciones para la totalidad de la población.
17. Los DESC cumplen efectos positivos, vinculando al Estado y a los particulares en la promo-
ción de las condiciones para su cabal eficacia. Asimismo, generan efectos negativos, al pros-
cribir toda conducta gubernamental o particular que niegue u obstaculice su goce y ejercicio.
18. Debe recordarse que “toda política pública nace de obligaciones objetivas concretas que tie-
nen como finalidad primordial el resguardo de derechos tomando como base el respeto a la
dignidad de la persona, y que en el caso de la ejecución presupuestal para fines sociales, esta
no debe considerarse como un gasto sino como una inversión social.
Por esta razón, sostener que los derechos sociales se reducen a un vínculo de responsabilidad
política entre el constituyente y el legislador, no solo es una ingenuidad en cuanto a la exis-
tencia de dicho vínculo, sino también una distorsión evidente en cuanto al sentido y coheren-
cia que debe mantener la Constitución (MORÓN DÍAZ, Fabio. La dignidad y la solidaridad
como principios rectores del diseño y aplicación de la legislación en materia de seguridad
social. Anuario de Derecho Constitucional. Ciedla, Buenos Aires, 2000, p. 668).
En consecuencia, la exigencia judicial de un derecho social dependerá de factores tales como
la gravedad y razonabilidad del caso, su vinculación o afectación de otros derechos y la dispo-
nibilidad presupuestal del Estado, siempre y cuando puedan comprobarse acciones concretas
de su parte para la ejecución de políticas sociales” (STC Exp. Nº 2945-2003-AA, fundamen-
tos 18 y 33).
19. Así las cosas, en el Estado Social y Democrático de Derecho, la ratio fundamentalis no pue-
de ser privativa de los denominados derechos de defensa, es decir, de aquellos derechos cuya
plena vigencia se encuentra, en principio, garantizada con una conducta estatal abstencionista,
sino que es compartida también por los derechos de prestación que reclaman del Estado una
intervención concreta, dinámica y eficiente, a efectos de asegurar las condiciones mínimas
para una vida acorde con el principio-derecho de dignidad humana.
§2.4 El contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales
20. Tal como refiere Manuel Medina Guerrero, “en cuanto integrantes del contenido constitucio-
nalmente protegido, cabría distinguir, de un lado, un contenido no esencial, esto es, claudican-
te ante los límites proporcionados que el legislador establezca a fin de proteger otros derechos
o bienes constitucionalmente garantizados, y, de otra parte, el contenido esencial, absoluta-
mente intangible para el legislador; y, extramuros del contenido constitucionalmente prote-
gido, un contenido adicional formado por aquellas facultades y derechos concretos que el le-
gislador quiera crear impulsado por el mandato genérico de asegurar la plena eficacia de los
derechos fundamentales” (La vinculación negativa del legislador a los derechos fundamenta-
les. McGraw-Hill, Madrid, 1996, p. 41).
21. Así las cosas, todo ámbito constitucionalmente protegido de un derecho fundamental se re-
conduce en mayor o menor grado a su contenido esencial, pues todo límite al derecho funda-
mental solo resulta válido en la medida de que el contenido esencial se mantenga incólume.
Este Tribunal Constitucional considera que la determinación del contenido esencial de los
derechos fundamentales no puede efectuarse a priori, es decir, al margen de los principios,
los valores y los demás derechos fundamentales que la Constitución reconoce. En efecto,
en tanto el contenido esencial de un derecho fundamental es la concreción de las esenciales

385
César Abanto Revilla

manifestaciones de los principios y valores que lo informan, su determinación requiere un


análisis sistemático de este conjunto de bienes constitucionales, en el que adquiere participa-
ción medular el principio-derecho de dignidad humana, al que se reconducen, en última ins-
tancia, todos los derechos fundamentales de la persona.
En tal sentido, el contenido esencial de un derecho fundamental y los límites que sobre la base
de este resultan admisibles, forman una unidad (HÄBERLE, Peter. La libertad fundamental
en el Estado Constitucional. Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 1997, p. 117); por lo que, en
la ponderación que resulte necesaria a efectos de determinar la validez de tales límites, cum-
plen una función vital los principios de interpretación constitucional de “unidad de la Consti-
tución” y de “concordancia práctica”, cuyo principal cometido es opmitimizar la fuerza nor-
mativo-axiológica de la Constitución en su conjunto.
22. Si bien es cierto que la exactitud de aquello que constituye o no el contenido protegido por
parte de un derecho fundamental, y, más específicamente, el contenido esencial de dicho dere-
cho, solo puede ser determinado a la luz de cada caso concreto, no menos cierto es que existen
determinadas premisas generales que pueden coadyuvar en su ubicación. Para ello, es preciso
tener presente la estructura de todo derecho fundamental.
§2.5 La estructura de los derechos fundamentales: las disposiciones, las normas y las posicio-
nes de derecho fundamental
23. Tal como expresa Bernal Pulido, siguiendo la doctrina que Robert Alexy expone en su Teoría
de los derechos fundamentales (Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1997), “todo
derecho fundamental se estructura como un haz de posiciones y normas, vinculadas interpre-
tativamente a una disposición de derecho fundamental” (BERNAL PULIDO, Carlos. El prin-
cipio de proporcionalidad y los derechos fundamentales. Centro de Estudios Políticos y Cons-
titucionales, Madrid, 2003, p. 76).
De esta forma cabe distinguir entre las disposiciones de derecho fundamental, las normas de
derecho fundamental y las posiciones de derecho fundamental.
24. Las disposiciones de derecho fundamental son los enunciados lingüísticos de la Constitución
que reconocen los derechos fundamentales de la persona. Las normas de derecho fundamental
son los sentidos interpretativos atribuibles a esas disposiciones. Mientras que las posiciones
de derecho fundamental, son las exigencias concretas que al amparo de un determinado senti-
do interpretativo válidamente atribuible a una disposición de derecho fundamental, se buscan
hacer valer frente a una determinada persona o entidad.
25. Tal como refiere el mismo Bernal Pulido, “las posiciones de derecho fundamental son rela-
ciones jurídicas que (...) presentan una estructura triádica, compuesta por un sujeto activo,
un sujeto pasivo y un objeto. El objeto de las posiciones de derecho fundamental es siempre
una conducta de acción o de omisión, prescrita por una norma que el sujeto pasivo debe de-
sarrollar en favor del sujeto activo, y sobre cuya ejecución el sujeto activo tiene un derecho,
susceptible de ser ejercido sobre el sujeto pasivo”. (Ob. cit. p. 80. Un criterio similar, Cfr.
ALEXY, Robert. La institucionalización de los derechos humanos en el Estado constitucional
democrático. D&L, Nº 8, 2000, p. 12 y ss.).
Por ello, cabe afirmar que las posiciones de derecho fundamental, son los derechos fundamen-
tales en sentido estricto, pues son los concretos atributos que la persona humana ostenta al
amparo de las normas (sentidos interpretativos) válidas derivadas directamente de las dispo-
siciones contenidas en la Constitución que reconocen derechos.

386
Sistema Nacional de Pensiones

26. Estas atributos que, como se ha dicho, vinculan a todas las personas y que, por lo tanto, pue-
den ser exigidas al sujeto pasivo, se presentan en una relación jurídica sustancial, susceptibles
de ser proyectadas en una relación jurídica procesal en forma de pretensiones al interior de los
procesos constitucionales de la libertad (sea el amparo, el hábeas corpus o el hábeas data).
27. Así las cosas, la estimación en un proceso constitucional de las pretensiones que pretendan ha-
cerse valer en reclamo de la aplicación de una determinada disposición que reconozca un de-
recho fundamental, se encuentran condicionadas, cuando menos, a las siguientes exigencias:
a) A que dicha pretensión sea válida, o, dicho de otro modo, a que sea consecuencia de un
sentido interpretativo (norma) que sea válidamente atribuible a la disposición constitu-
cional que reconoce un derecho.
Por ejemplo, no sería válida la pretensión que amparándose en el derecho constitucional
a la libertad de expresión, reconocido en el inciso 4) del artículo 2 de la Constitución,
pretenda que se reconozca como legítimo el insulto proferido contra una persona, pues
se estaría vulnerando el contenido protegido por el derecho constitucional a la buena re-
putación, reconocido en el inciso 7 del mismo artículo de la Constitución.
En consecuencia, la demanda de amparo que so pretexto de ejercer el derecho a la liber-
tad de expresión pretenda el reconocimiento de la validez de dicha pretensión, será de-
clarada infundada, pues ella no forma parte del contenido constitucionalmente protegido
por tal derecho; o, dicho de otro modo, se fundamenta en una norma inválida atribuida
a la disposición contenida en el inciso 4) del artículo 2 constitucional.
b) A que en los casos de pretensiones válidas, estas deriven directamente del contenido
esencial de un derecho protegido por una disposición constitucional. En otras palabras,
una demanda planteada en un proceso constitucional de la libertad, resultará proceden-
te toda vez que la protección de la esfera subjetiva que se aduzca violada pertenezca al
contenido esencial del derecho fundamental o tenga una relación directa con él. Y, a con-
trario sensu, resultará improcedente cuando la titularidad subjetiva afectada tenga su ori-
gen en la ley o, en general, en disposiciones infraconstitucionales.
En efecto, dado que los procesos constitucionales de la libertad son la garantía jurisdic-
cional de protección de los derechos fundamentales, no pueden encontrarse orientados a
la defensa de los derechos creados por el legislador, sino solo aquellos reconocidos por
el Poder Constituyente en su creación; a saber, la Constitución.
En consecuencia, si bien el legislador es competente para crear derechos subjetivos a
través de la ley, empero, la protección jurisdiccional de estos debe verificarse en los pro-
cesos ordinarios. Mientras que, por imperio del artículo 200 de la Constitución y del
artículo 38 del CPConst., a los procesos constitucionales de la libertad es privativa la
protección de los derechos de sustento constitucional directo.
Lo expuesto no podría ser interpretado en el sentido de que los derechos fundamentales de
configuración legal, carezcan de protección a través del amparo constitucional, pues resulta
claro, en virtud de lo expuesto en el fundamento 11 y ss. supra , que las posiciones subjetivas
previstas en la ley que concretizan el contenido esencial de los derechos fundamentales, o los
ámbitos a él directamente vinculados, no tienen sustento directo en la fuente legal, sino, jus-
tamente, en la disposición constitucional que reconoce el respectivo derecho fundamental.
Sin embargo, es preciso tener presente que prima facie las posiciones jurídicas que se deriven
válidamente de la ley y no directamente del contenido esencial de un derecho fundamental, no

387
César Abanto Revilla

son susceptibles de ser estimadas en el proceso de amparo constitucional, pues ello implicaría
pretender otorgar protección mediante los procesos constitucionales a derechos que carecen
de un sustento constitucional directo, lo que conllevaría su desnaturalización.
Y si bien la distinción concreta entre aquello regulado por la ley que forma parte de la de-
limitación del contenido directamente protegido por un derecho fundamental y aquello que
carece de relevancia constitucional directa no es una tarea sencilla, los criterios de interpre-
tación que sirvan a tal cometido deberán encontrarse inspirados, en última instancia, en el
principio-derecho de dignidad humana, pues, como ha señalado Ingo Von Münch, si bien re-
sulta sumamente difícil determinar de modo satisfactorio qué es la dignidad humana, “ma-
nifiestamente sí es posible fijar cuándo se la está vulnerando” (VON MÜNCH, Ingo. “La
dignidad del hombre en el derecho constitucional”. En: Revista Española de Derecho Cons-
titucional. Centro de Estudios Constitucionales, Año 2, Nº 5, Madrid, mayo - agosto, 1982,
p. 21).
§3. La garantía institucional de la seguridad social
28. El artículo 10 de la Constitución reconoce “el derecho universal y progresivo de toda persona
a la seguridad social, para su protección frente a las contingencias que precise la ley y para la
elevación de su calidad de vida”.
Por su parte, el artículo 11 constitucional, estipula la obligación del Estado de garantizar y su-
pervisar eficazmente el libre acceso a prestaciones de salud y a pensiones, a través de entida-
des públicas, privadas o mixtas.
29. Tal como ha establecido el Tribunal Constitucional en el fundamento 54 de la STC Exps.
Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-AI / 0007-2005-AI / 0009-2005-AI
(acumulados).
“La seguridad social es la garantía institucional que expresa por excelencia la función
social del Estado. Se concreta en un complejo normativo estructurado –por imperio
del artículo 10 de la Constitución– al amparo de la ‘doctrina de la contingencia y la
calidad de vida; por ello, requiere de la presencia de un supuesto fáctico al que acom-
paña una presunción de estado de necesidad (cese en el empleo, viudez, orfandad, in-
validez, entre otras) que condiciona el otorgamiento de una prestación pecuniaria y/o
asistencial, regida por los principios de progresividad, universalidad y solidaridad, y
fundada en la exigencia no solo del mantenimiento, sino en ‘la elevación de la calidad
de vida’”.
La seguridad social “es un sistema institucionalizado de prestaciones individualizadas, basa-
do en la prevención del riesgo y en la redistribución de recursos, con el único propósito de
coadyuvar en la calidad y el proyecto de vida de la comunidad. Es de reconocerse el fuer-
te contenido axiológico de la seguridad social, cuyo principio de solidaridad genera que los
aportes de los trabajadores activos sirvan de sustento a los retirados mediante los cobros men-
suales de las pensiones” (STC Exp. Nº 0011-2002-AI, fundamento 14).
30. Su condición de sistema institucionalizado imprescindible para la defensa y desarrollo de di-
versos principios y derechos fundamentales, permite reconocer a la seguridad social como una
garantía institucional.
El Tribunal Constitucional español, en criterio mutatis mutandis aplicable al contexto cons-
titucional peruano, ha señalado que la seguridad social es una garantía institucional “cuya

388
Sistema Nacional de Pensiones

preservación se juzga indispensable para asegurar los principios constitucionales establecien-


do un núcleo o reducto indisponible por el legislador (...), de tal suerte que ha de ser preserva-
do en términos reconocibles para la imagen que de la misma tiene la conciencia social en cada
tiempo y lugar” (STC Exp. Nº 37/1994, fundamento 3).
§4. El derecho fundamental a la pensión
31. Tal como se ha precisado, los derechos fundamentales reconocidos por la Norma Fundamen-
tal, no se agotan en aquellos enumerados en su artículo 2, pues además de los derechos im-
plícitos, dicha condición es atribuible a otros derechos reconocidos en la propia Constitu-
ción. Tal es el caso de los derechos a prestaciones de salud y a la pensión, contemplados en el
artículo 11, y que deben ser otorgados en el marco del sistema de seguridad social, reconoci-
do en el artículo 10.
32. El Tribunal Constitucional ha referido que el derecho fundamental a la pensión “tiene la natu-
raleza de derecho social –de contenido económico–. Surgido históricamente en el tránsito del
Estado Liberal al Estado Social de Derecho, impone a los poderes públicos la obligación de
proporcionar las prestaciones adecuadas a las personas en función a criterios y requisitos de-
terminados legislativamente, para subvenir sus necesidades vitales y satisfacer los estándares
de la ‘procura existencial’. De esta forma se supera la visión tradicional que suponía distintos
niveles de protección entre los derechos civiles, políticos, sociales y económicos, atendien-
do al principio de indivisibilidad de los derechos fundamentales y a que cada uno formaba un
complejo de obligaciones de respeto y protección –negativas– y de garantía y promoción –po-
sitivas– por parte del Estado” (SSSTC Exps. Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-
AI / 0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados, fundamento 74).
“Este derecho es una concreción del derecho a la vida, en su sentido material, en aten-
ción al principio de indivisibilidad de los derechos fundamentales y al telos constitu-
cional orientado a la protección de la dignidad de la persona humana, consagrado en
el artículo 1 de la Constitución Política, en los siguientes términos: ‘(...) la defensa de
la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del
Estado’.
De esta forma, nuestro texto constitucional consagra la promoción de una digna calidad
de vida entre sus ciudadanos como un auténtico deber jurídico, lo que comporta al mis-
mo tiempo una definida opción en favor de un modelo cualitativo de Estado que encuen-
tre en la persona humana su presupuesto ontológico, de expreso rechazo a una forma de
mero desarrollo social y económico cuantitativo.
Es de esta forma como el derecho fundamental a la pensión permite alcanzar el desa-
rrollo de la dignidad de los pensionistas. De ello se deriva su carácter de derecho fun-
damental específico, que supera las posiciones liberales que no aceptan un concepto de
igualdad como diferenciación, pero que tampoco supone privilegios medievales que ten-
gan por objeto un trato diferenciado estático a determinado colectivo para conseguir y
mantener la desigualdad.
En la definición del contenido de este derecho fundamental es factor gravitante el es-
fuerzo económico que el proceso pensionario exige de los poderes públicos y de la ca-
pacidad presupuestaria” (STC Exps. Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-AI
/ 0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados, fundamento 76).

389
César Abanto Revilla

§4.1 El derecho fundamental a la pensión como derecho fundamental de configuración legal


33. Tal como ha referido este colegiado “[e]l artículo 11 de la Constitución no tiene la naturale-
za de una norma jurídica tradicional, pues se trata de una disposición de textura abierta que
consagra un derecho fundamental; en esa medida hace referencia a un contenido esencial
constitucionalmente protegido, el cual tiene como substrato el resto de bienes y valores cons-
titucionales; pero, a su vez, alude a una serie de garantías que no conforman su contenido irre-
ductible, pero que son constitucionalmente protegidas y sujetas a desarrollo legislativo –en
función a determinados criterios y límites–, dada su naturaleza de derecho de configuración
legal” (STC Exps. Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-AI / 0007-2005-AI / 0009-
2005-AI, acumulados, fundamento 73).
34. Referir que el derecho fundamental a la pensión es uno de configuración legal, alude a que la
ley constituye fuente normativa vital para delimitar el contenido directamente protegido por
dicho derecho fundamental y dotarle de plena eficacia.
En efecto, tal como ha establecido el Tribunal Constitucional, “si bien la expresión normati-
vo-constitucional de un derecho le confiere el sentido de jurídicamente exigible y vinculan-
te al poder político y a los particulares, no se puede soslayar que parte de la plena eficacia de
determinados derechos constitucionales se encuentra sujeta al desarrollo que de estos pueda
hacer el legislador, cuyo ámbito de determinación es amplio, sin que ello suponga la potestad
de ejercer arbitrariamente sus competencias.
En tanto que la plena exigibilidad de los contenidos del derecho fundamental a la pensión re-
sulta de su desarrollo legislativo, este es un derecho fundamental de configuración legal, y
por ello, dentro de los límites del conjunto de valores que la Constitución recoge, queda libra-
da al legislador ordinario la regulación de los requisitos de acceso y goce de las prestaciones
pensionarias.
Por otra parte, es preciso tener en cuenta que no todas las disposiciones de la legislación or-
dinaria que tienen por objeto precisar los beneficios o prestaciones relacionadas con mate-
ria previsional, dotan de contenido esencial al derecho fundamental a la pensión. Solo cum-
plen dicha condición aquellas disposiciones legales que lo desarrollan de manera directa
(tal como ocurre, por ejemplo, con las condiciones para obtener una pensión dentro de un
determinado régimen). Por el contrario, las condiciones indirectas relativas al goce efectivo
de determinadas prestaciones, como por ejemplo, asuntos relacionados al monto de la pen-
sión (en la medida que no se comprometa el mínimo vital), topes, mecanismos de reajuste,
entre otros, no podrían considerarse como componentes esenciales del derecho fundamen-
tal referido, sino como contenidos no esenciales y, en su caso, adicionales, y, en tal medi-
da, tampoco como disposiciones legales que lo configuran” (STC Exps. Nºs 0050-2004-AI
/ 0051-2004-AI / 0004-2005-AI / 0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados, fundamento
120).
35. Así las cosas, cuando el inciso 20) del artículo 37 del CPConst. establece que el amparo pro-
cede en defensa del derecho a la pensión, ello no supone que todos los derechos subjetivos
que se deduzcan de las disposiciones contenidas en el régimen legal relacionado al sistema
previsional público o privado, habilitan un pronunciamiento sobre el fondo en un proce-
so de amparo, pues un razonamiento en ese sentido apuntaría a una virtual identidad entre
derecho legal y derecho constitucional de configuración legal, lo que a todas luces resulta
inaceptable.

390
Sistema Nacional de Pensiones

§4.2 Determinación del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión


36. El análisis sistemático de la disposición constitucional que reconoce el derecho fundamental a
la pensión (artículo 11) con los principios y valores que lo informan, es el que permite deter-
minar los componentes de su contenido esencial. Dichos principios y valores son el principio-
derecho de dignidad y los valores de igualdad material y solidaridad.
37. Con base en dicha premisa, sobre la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal y de lo expuesto a propósito del contenido esencial y la
estructura de los derechos fundamentales, este colegiado procede a delimitar los lineamientos
jurídicos que permitirán ubicar las pretensiones que, por pertenecer al contenido esencial di-
cho derecho fundamental o estar directamente relacionadas a él, merecen protección a través
del proceso de amparo:
a) En primer término, forman parte del contenido esencial directamente protegido por
el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los re-
quisitos del libre acceso al sistema de seguridad social consustanciales a la actividad
laboral pública o privada, dependiente o independiente, y que permite dar inicio al
periodo de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones. Por tal motivo, serán ob-
jeto de protección por vía del amparo los supuestos en los que habiendo el demandan-
te cumplido dichos requisitos legales se le niegue el acceso al sistema de seguridad
social.
b) En segundo lugar, forma parte del contenido esencial directamente protegido por el de-
recho fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requisitos
para la obtención de un derecho a la pensión. Así, será objeto de protección en la vía de
amparo los supuestos en los que, presentada la contingencia, se deniegue a una persona
el reconocimiento de una pensión de jubilación o cesantía, a pesar de haber cumplido los
requisitos legales para obtenerla (edad requerida y determinados años de aportación), o
de una pensión de invalidez, presentados los supuestos previstos en la ley que determi-
nan su procedencia.
Tal como ha tenido oportunidad de precisar la Corte Constitucional colombiana, en cri-
terio que este colegido comparte, el derecho a la pensión “adquiere el carácter de fun-
damental cuando a su desconocimiento sigue la vulneración o la amenaza de derechos o
principios de esa categoría y su protección resulta indispensable tratándose de la solici-
tud de pago oportuno de las pensiones reconocidas, ya que la pensión guarda una estre-
cha relación con el trabajo, principio fundante del Estado Social de Derecho, por derivar
de una relación laboral y constituir una especie de salario diferido al que se accede pre-
vio el cumplimiento de las exigencias legales” (Cfr. Corte Constitucional colombiana.
Sala Tercera de Revisión. Sentencia T-608 del 13 de noviembre de 1996. M.P. Dr. Eduar-
do Cifuentes Muñoz).
c) Por otra parte, dado que, como quedó dicho, el derecho fundamental a la pensión tiene
una estrecha relación con el derecho a una vida acorde con el principio-derecho de dig-
nidad, es decir, con la trascendencia vital propia de una dimensión sustancial de la vida,
antes que una dimensión meramente existencial o formal, forman parte de su contenido
esencial aquellas pretensiones mediante las cuales se busque preservar el derecho con-
creto a un “mínimo vital”, es decir, “aquella porción de ingresos indispensable e insus-
tituible para atender las necesidades básicas y permitir así una subsistencia digna de la
persona y de su familia; sin un ingreso adecuado a ese mínimo no es posible asumir los

391
César Abanto Revilla

gastos más elementales (...) en forma tal que su ausencia atenta en forma grave y direc-
ta contra la dignidad humana” (Cfr. Corte Constitucional colombiana. Sala Quinta de
Revisión. Sentencia T-1001 del 9 de diciembre de 1999. M.P. José Gregorio Hernández
Galindo).
En tal sentido, en los supuestos en los que se pretenda ventilar en sede constitucional
pretensiones relacionadas no con el reconocimiento de la pensión que debe conceder el
sistema previsional público o privado, sino con su específico monto, ello solo será pro-
cedente cuando se encuentre comprometido el derecho al mínimo vital.
Por ello, tomando como referente objetivo que el monto más alto de lo que en nuestro
ordenamiento previsional es denominado “pensión mínima”, asciende a S/. 415.00 (Dis-
posición Transitoria de la Ley Nº 27617 e inciso 1 de la Cuarta Disposición Transitoria
de la Ley Nº 28449), el Tribunal Constitucional considera que, prima facie, cualquier
persona que sea titular de una prestación que sea igual o superior a dicho monto, deberá
acudir a la vía judicial ordinaria a efectos de dilucidar en dicha sede los cuestionamien-
tos existentes en relación a la suma específica de la prestación que le corresponde, a me-
nos que, a pesar de percibir una pensión o renta superior, por las objetivas circunstancias
del caso, resulte urgente su verificación a efectos de evitar consecuencias irreparables
(vg. los supuestos acreditados de graves estados de salud).
d) Asimismo, aun cuando, prima facie, las pensiones de viudez, orfandad y ascendientes,
no forman parte del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión, en la me-
dida de que el acceso a las prestaciones pensionarias sí lo es, son susceptibles de pro-
tección a través del amparo los supuestos en los que se deniegue el otorgamiento de una
pensión de sobrevivencia, a pesar de cumplir con los requisitos legales para obtenerla.
e) En tanto el valor de igualdad material informa directamente el derecho fundamental a la
pensión, las afectaciones al derecho a la igualdad como consecuencia del distinto trata-
miento (en la ley o en la aplicación de la ley) que dicho sistema dispense a personas que
se encuentran en situación idéntica o sustancialmente análoga, serán susceptibles de ser
protegidos mediante el proceso de amparo, siempre que el término de comparación pro-
puesto resulte válido.
En efecto, en tanto derecho fundamental relacional, el derecho a la igualdad se encon-
trará afectado ante la ausencia de bases razonables, proporcionales y objetivas que jus-
tifiquen el referido tratamiento disímil en el libre acceso a prestaciones pensionarias.
f) Adicionalmente, es preciso tener en cuenta que para que quepa un pronunciamiento de
mérito en los procesos de amparo, la titularidad del derecho subjetivo concreto de que
se trate debe encontrarse suficientemente acreditada. Y es que como se ha precisado, en
el proceso de amparo “no se dilucida la titularidad de un derecho, como sucede en otros,
sino solo se restablece su ejercicio. Ello supone, como es obvio, que quien solicita tu-
tela en esta vía mínimamente tenga que acreditar la titularidad del derecho constitucio-
nal cuyo restablecimiento invoca, en tanto que este requisito constituye un presupues-
to procesal, a lo que se suma la exigencia de tener que demostrar la existencia del acto
[u omisión] cuestionado” (STC Exp. Nº 0976-2001-AA, fundamento 3).
g) Debido a que las disposiciones legales referidas al reajuste pensionario o a la estipula-
ción de un concreto tope máximo a las pensiones, no se encuentran relacionadas a as-
pectos constitucionales directamente protegidos por el contenido esencial del derecho

392
Sistema Nacional de Pensiones

fundamental a la pensión, prima facie, las pretensiones relacionadas a dichos asuntos


deben ser ventiladas en la vía judicial ordinaria.
Las pretensiones vinculadas a la nivelación como sistema de reajuste de las pensiones
o a la aplicación de la teoría de los derechos adquiridos en materia pensionaria, no son
susceptibles de protección a través del amparo constitucional, no solo porque no forman
parte del contenido protegido del derecho fundamental a la pensión, sino también, y fun-
damentalmente, porque han sido proscritas constitucionalmente, mediante la Primera
Disposición Final y el artículo 103 de la Constitución, respectivamente.
§5. Determinación de la procedencia de la pretensión en la presente causa
38. Analizados los componentes que por derivar directamente del contenido constitucionalmente
protegido por el derecho fundamental a la pensión, merecen protección a través del proceso
de amparo, corresponde analizar si la pretensión en el presente caso se encuentra referida a al-
guno de dichos ámbitos y si, en consecuencia, corresponde expedir un pronunciamiento sobre
el fondo del asunto.
39. En el presente caso el demandante pretende el reconocimiento de la pensión de jubilación ade-
lantada por reducción de personal, que le fue denegada porque a juicio de la ONP no reunía
el mínimo de aportaciones necesarias para obtener el derecho. En consecuencia, al recurrente
le ha sido denegada la pensión, a pesar de que, según alega, cumple con los requisitos legales
para obtenerla. Consecuentemente, la pretensión del recurrente ingresa dentro del supuesto
previsto en el fundamento 37.b, motivo por el cual este colegiado procede a analizar el fondo
de la cuestión controvertida.
§6. Análisis del agravio constitucional alegado
40. El segundo párrafo del artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990, el artículo 1 Decreto Ley
Nº 25967 y el artículo 17 de la Ley Nº 24514, constituyen las disposiciones legales que con-
figuran el derecho constitucionalmente protegido para acceder a la pensión reclamada. En
ellos se establece que en los casos de reducción o despido total del personal, tienen derecho
a pensión de jubilación los trabajadores afectados que: i) tengan cuando menos 55 o 50 años
de edad, según sean hombres o mujeres; ii) acrediten por lo menos 20 años de aportaciones;
y, iii) el empleador haya sido autorizado por el Ministerio de Trabajo para despedir a su per-
sonal luego de seguir el procedimiento previsto en la Ley Nº 24514, sustitutoria del Decreto
Ley Nº 18471.
41. Este Tribunal ha precisado en reiteradas ejecutorias, que constituyen precedentes de observan-
cia obligatoria, que para la calificación de las pensiones se debe tener en cuenta que:
a) A tenor del artículo 57 del Decreto Supremo Nº 011-74-TR, Reglamento del Decreto
Ley Nº 19990, los periodos de aportación no pierden su validez, excepto en los casos de
caducidad de las aportaciones declaradas por resoluciones consentidas o ejecutoriadas
con fecha anterior al 1 de mayo de 1973. En ese sentido, la Ley Nº 28407, vigente desde
el 3 de diciembre de 2004, recogió este criterio y declaró expedito el derecho de cual-
quier aportante para solicitar la revisión de cualquier resolución que se hubiera expedido
contraviniendo lo dispuesto en los artículos 56 y 57 del decreto supremo referido, Regla-
mento del Decreto Ley Nº 19990.
b) En cuanto a las aportaciones de los asegurados obligatorios, los artículos 11 y 70 del
Decreto Ley Nº 19990 establecen, respectivamente, que: “los empleadores (...) están

393
César Abanto Revilla

obligados a retener las aportaciones de los trabajadores asegurados obligatorios (...)”,


y que “Para los asegurados obligatorios son periodos de aportación los meses, sema-
nas o días en que presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de abo-
nar las aportaciones a que se refieren los artículos 7 al 13, aun cuando el empleador (...)
no hubiese efectuado el pago de las aportaciones”. Más aún, el artículo 13 de esta nor-
ma dispone que la emplazada se encuentra obligada a iniciar el procedimiento coactivo
si el empleador no cumple con efectuar el abono de las aportaciones indicadas. A ma-
yor abundamiento, el inciso d), artículo 7 de la Resolución Suprema Nº 306-2001-EF,
Reglamento de Organización y Funciones de la Oficina de Normalización Previsional
(ONP), dispone que la emplazada debe: “efectuar la verificación, liquidación y fiscaliza-
ción de derechos pensionarios que sean necesarias para garantizar su otorgamiento con
arreglo a Ley”.
42. En ese sentido, para acreditar la titularidad de derecho a la pensión y el cumplimiento de los
requisitos legales que configuran el derecho, el demandante ha acompañado una serie de do-
cumentos, respecto de los cuales este Tribunal determina lo siguiente:
42.1. Edad
1) Copia de su Documento Nacional de Identidad, con el cual se constata que nació el
16 de junio de 1945, y que, por lo tanto, cumplió la edad requerida para la pensión
reclamada el 16 de junio de 2000.
42.2. Años de aportaciones
1) Copia de la Resolución Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL 19990 (Expediente
Nº 01300311802) y del Cuadro de Resumen de Aportaciones, de donde se eviden-
cia que en aplicación del artículo 95 del Decreto Supremo Nº 013-61-TR, Regla-
mento de la Ley Nº 13640, la ONP desconoció la validez de las aportaciones rea-
lizadas durante 1 año y 1 mes en los años 1964 y 1965, y decidió no continuar su
labor inspectiva porque presumió que el demandante no acreditaría el mínimo de
años de aportaciones requeridos.
2) Copia de dos Certificados de Trabajo expedidos por Motor Perú S.A. en el año
1992, en papel membretado y en formato del IPSS, y adicionalmente, otro Certi-
ficado de Trabajo otorgado en el año 1994 por Motor Perú S.A. en liquidación, en
todos los cuales se certifica que el demandante trabajó en la empresa desde el 5 de
marzo de 1973 hasta el 25 de mayo de 1992, es decir, por un periodo de 19 años, 2
meses y 20 días.
42.3. Autorización de la autoridad de trabajo y afectación por reducción de personal
1) Copia de la Resolución Subdirectoral Nº 018-92-1SD-NEC y la Resolución Di-
rectoral Nº 046-92-DR-LIM, del 21 de febrero y 24 de marzo de 1992, respectiva-
mente, en las que consta la autorización de la autoridad de trabajo para que Motor
Perú S.A. reduzca personal al haber acreditado causal económica conforme a lo
señalado en la Ley Nº 24514.
2) Copia del Acta de Extraproceso de fecha 3 de julio de 1992, suscrita ante el
Director Regional de Trabajo de Lima, por los representantes de Motor Perú S.A.
y el Sindicato de Trabajadores de la empresa, en la cual se transcribe la relación
del personal afectado por la reducción de personal, entre los que se encuentra el

394
Sistema Nacional de Pensiones

demandante. Asimismo, el cronograma de pago de los beneficios sociales que se


entregará conjuntamente con el certificado de trabajo, previa presentación de las
cartas de renuncia de los trabajadores con fecha 25 de mayo de 1992.
43. En consecuencia, el Tribunal Constitucional considera que aun cuando en el proceso de ampa-
ro no se encuentra prevista una etapa probatoria, el demandante ha presentado suficiente me-
dios probatorios que no requieren actuación (artículo 9 del CPConst.), que demuestran: i) que
cumple con el requisito de edad exigido para obtener la pensión solicitada; ii) que fue cesado
en el empleo por causal de reducción de personal; y, iii) que teniendo en cuenta su tiempo de
servicios en Motor Perú S.A. –corroborados previamente por la autoridad de trabajo– y las
aportaciones realizadas durante el periodo cuya validez indebidamente no se reconoció, acre-
dita por lo menos 20 años de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.
En tal sentido, ha acreditado que reúne todos los requisitos legales exigidos para la percepción
de la pensión de jubilación adelantada por reducción de personal reclamada, y consiguiente-
mente, que se ha desconocido arbitrariamente el derecho constitucional a la pensión que le
asiste, por lo que la demandada debe reconocer su derecho a la pensión de jubilación y dispo-
ner su percepción desde la fecha en que se verifica el agravio constitucional, es decir, en la fe-
cha de la apertura del Expediente Nº 01300311802 en el que consta la solicitud de la pensión
denegada.
Adicionalmente, se debe ordenar a la ONP que efectúe el cálculo de los devengados corres-
pondientes desde la fecha del agravio constitucional, así como el de los intereses legales gene-
rados de acuerdo a la tasa señalada en el artículo 1246 del Código Civil, y proceda a su pago,
en la forma y modo establecido por el artículo 2 de la Ley Nº 28266.
§7. Precedente vinculante
44. Es evidente que con relación al derecho fundamental a la pensión reconocido en el artículo 11
de la Constitución, en la jurisprudencia de este Tribunal ha existido un criterio de procedibi-
lidad más flexible que aquel desarrollado en el fundamento 37 supra . Ello, en su momento,
se encontraba plenamente justificado en aras de proyectar desde la jurisprudencia de este co-
legiado las pautas de interpretación que permitan convertir al sistema de seguridad social, y,
concretamente, al derecho fundamental a la pensión, en uno plenamente identificado con los
principios constitucionales que lo informan (dignidad, igualdad y solidaridad).
45. Las materias que son competencia de la jurisdicción constitucional no se desarrollan sobre un
espectro rígido e inmutable. Por el contrario, la incuestionable ligazón existente entre reali-
dad social y Constitución en los Estados Sociales y Democráticos de Derecho, imponen un
margen de razonable flexibilidad al momento de decidir las causas que merecen un pronun-
ciamiento por parte de la jurisdicción constitucional, sobre todo en aquellas latitudes en las
que esta tiene reciente data. Solo así es posible sentar por vía de la jurisprudencia las bases
mínimas para una verdadera identidad constitucional en cada uno de los ámbitos del derecho,
y solo así es posible que este Tribunal mantenga incólumes sus funciones de valoración, orde-
nación y pacificación.
46. El Tribunal Constitucional considera que dicho cometido ha sido cubierto con la abundan-
te jurisprudencia emitida en materia pensionaria, motivo por el cual considera pertinente, a
partir de la presente sentencia, restringir los criterios de procedibilidad en dicha materia so-
bre la base de pautas bastante más identificadas con la naturaleza de urgencia del proceso de
amparo.

395
César Abanto Revilla

47. En tal sentido, este Tribunal advierte que los criterios jurídicos contenidos en el fundamento
37 supra para determinar la procedencia de demandas de amparo en materia pensionaria, a
partir de la determinación del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión, reco-
nocido en el artículo 11 de la Constitución, constituyen precedente vinculante, de conformi-
dad con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.
48. Por lo demás, dicho cambio de precedente se encuentra amparado por el principio de autono-
mía procesal que informa a las funciones de valoración, ordenación y pacificación de este Tri-
bunal, conforme al cual, dentro del marco normativo de las reglas procesales que le resultan
aplicables, este goza de un margen razonable de flexibilidad en su aplicación, de manera que
toda formalidad resulta finalmente supeditada a la finalidad de los procesos constitucionales:
la efectividad del principio de supremacía de la Constitución y la vigencia de los derechos
fundamentales (artículo II del Título Preliminar del CPConst.).
El artículo III del Título preliminar del CPConst. establece la obligación del juez constitucio-
nal de “adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este Código al logro de los fines
de los procesos constitucionales”, por lo que goza de cierto grado de autonomía para estable-
cer determinadas reglas procesales o interpretar las ya estipuladas, cuando se trate de efectivi-
zar los fines de los procesos constitucionales.
En efecto, mediante su autonomía procesal el Tribunal Constitucional puede establecer re-
glas que tengan una pretensión de generalidad y que puedan aplicarse posteriormente a
casos similares, siempre que estas reglas tengan como finalidad perfeccionar el proceso
constitucional, y se encuentren limitadas por el principio de separación de poderes, la ya
mencionada vigencia efectiva de los derechos fundamentales y los principios de razonabi-
lidad y proporcionalidad.
49. El precedente sentado es de vinculación inmediata, motivo por el cual a partir del día siguien-
te de la publicación de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano, toda demanda de
amparo que sea presentada o que se encuentre en trámite y cuya pretensión no verse sobre
el contenido constitucional directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión
(fundamento 37 supra ), debe ser declarada improcedente.
§8. Vía jurisdiccional ordinaria para la dilucidación de asuntos previsionales que no versen
sobre el contenido directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión
50. No obstante, en atención a su función de ordenación, el Tribunal Constitucional no puede li-
mitarse a precisar los criterios de procedibilidad del amparo constitucional en materia pen-
sionaria, sino que, a su vez, debe determinar la vía judicial en las que deban ventilarse la pre-
tensiones sobre dicha materia que por no gozar de protección constitucional directa, no son
susceptibles de revisarse en sede constitucional. Asimismo, debe determinar las reglas necesa-
rias para encausar las demandas de amparo en trámite cuya improcedencia debe ser declarada
tras la publicación de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano.
51. La vía idónea para dilucidar los asuntos pensionarios que no versen sobre el contenido direc-
tamente protegido por el derecho fundamental a la pensión, es el proceso contencioso-admi-
nistrativo. En efecto, en tanto que es la Administración Pública la encargada de efectuar el
otorgamiento de las pensiones específicas una vez cumplidos los requisitos previstos en la ley,
es el proceso contencioso-administrativo la vía orientada a solicitar la nulidad de los actos ad-
ministrativos que se consideren contrarios a los derechos subjetivos que a pesar de encontrar-
se relacionados con materia previsional, sin embargo, no derivan directamente del contenido

396
Sistema Nacional de Pensiones

constitucionalmente protegido por el derecho fundamental a la pensión. Así lo estipula el ar-


tículo 1 de la Ley Nº 27584.
“La acción contencioso-administrativa prevista en el artículo 148 de la Constitución Po-
lítica tiene por finalidad el control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la
Administración Pública sujetas al Derecho Administrativo y la efectiva tutela de los de-
rechos e intereses de los administrados (...)”.
52. Por ende, en los supuestos en los que se pretenda la estimación en juicio de pretensiones que
no se encuentren relacionadas con el contenido directamente protegido por el derecho funda-
mental a la pensión, los justiciables deberán acudir al proceso contencioso-administrativo a
efectos de dilucidar el asunto controvertido.
En tal perspectiva, el artículo 3 de la Ley Nº 27584 establece, de conformidad con el princi-
pio de exclusividad, lo siguiente: “las actuaciones de la Administración Pública solo pueden
ser impugnadas en el proceso contencioso-administrativo, salvo en los casos en que se pueda
recurrir a los procesos constitucionales”, es decir, salvo en los casos en los que la actuación (u
omisión) de la Administración Pública genere la afectación del contenido directamente prote-
gido por un derecho constitucional.
53. De conformidad con los artículos 8 y 9 de la Ley Nº 27584 es competente para conocer la de-
manda el juez especializado en lo contencioso-administrativo (o el juez civil o mixto en los
lugares en que no exista juez especializado en lo contencioso-administrativo), del lugar del
domicilio del demandado o del lugar donde se produjo la actuación impugnable, a elección
del demandante.
§9. Reglas procesales aplicables a las demandas de amparo en trámite que sean decla-
radas improcedentes como consecuencia del precedente vinculante contenido en esta
sentencia
54. Las demandas de amparo en trámite que, en aplicación de los criterios de procedibilidad
previstos en el fundamento 37 supra, sean declaradas improcedentes, deberán ser remiti-
das al juzgado de origen (juez civil encargado de merituar el proceso de amparo en pri-
mera instancia), quien deberá remitir el expediente judicial al juez especializado en lo
contencioso-administrativo (en los lugares en los que estos existan) o deberá avocarse al
conocimiento del proceso (en los lugares en los que no existan jueces especializados en lo
contencioso-administrativo).
Una vez que el juez competente del proceso contencioso-administrativo se avoque al conoci-
miento de la causa, deberá entenderse presentada y admitida la demanda contencioso-admi-
nistrativa, y, en aplicación del principio de suplencia previsto en el inciso 4) del artículo 2 de
la Ley Nº 27584, se otorgará al demandante un plazo razonable a efectos de que adecúe su
demanda conforme a las reglas previstas para la etapa postulatoria del proceso contencioso-
administrativo. Transcurrido dicho plazo sin que el demandante realice la respectiva adecua-
ción, procederá el archivo del proceso.
Estas reglas son dictadas en virtud del principio de autonomía procesal del Tribunal Constitu-
cional al que se ha hecho alusión en el fundamento 48 supra.
55. Por otra parte, en aplicación del principio pro actione que impone al juez intepretar los re-
quisitos de admisibilidad de las demandas en el sentido de que más favorezca el derecho de
acceso a la jurisdicción, en los supuestos en los que en el expediente de amparo obre escrito

397
César Abanto Revilla

en el que la Administración contradiga la pretensión del recurrente, el juez del contencioso-


administrativo, no podrá exigir el agotamiento de la vía administrativa.
En efecto, dado que la finalidad de la interposición de los recursos administrativos de im-
pugnación consiste en darle la oportunidad a la propia Administración de revisar su actua-
ción o reevaluarla y, en su caso, disponer el cese de la vulneración del derecho, sería mani-
fiestamente contrario al principio de razonabilidad y al derecho fundamental de acceso a la
jurisdicción, exigir el agotamiento de la vía administrativa en los casos en los que resulta
evidente que la propia Administración se ha ratificado en la supuesta validez del acto con-
siderado ilegal.
56. Por el contrario, los expedientes de amparo en los que no sea posible verificar si la Adminis-
tración se ha o no ratificado en torno a la supuesta validez del acto considerado atentatorio de
los derechos previsionales que no configuran el contenido directamente protegido por el dere-
cho fundamental a la pensión, no serán remitidos al juez del contencioso-administrativo, pues
dado que en estos supuestos es plenamente exigible el agotamiento de la vía administrativa
prevista en el artículo 18 de la Ley Nº 27584, los recurrentes deberán agotarla para encontrar-
se habilitados a presentar la demanda contencioso-administrativa.
57. En todo caso, es deber del juez del contencioso-administrativo aplicar el principio de favore-
cimiento del proceso, previsto en el inciso 3) del artículo 2 de la Ley Nº 27584, conforme al
cual: “Principio de favorecimiento del proceso.- El juez no podrá rechazar liminarmente la de-
manda en aquellos casos en los que por falta de precisión del marco legal exista incertidumbre
respecto del agotamiento de la vía previa.
Asimismo, en caso de que el juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la procedencia o
no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma”.
58. Por otra parte, dado que en los asuntos previsionales, es la Administración o, en su caso,
la entidad en la que prestó servicios el extrabajador, las que se encuentran en mayor capa-
cidad de proveer al juez de los medios probatorios que coadyuven a formar convicción en
relación con el asunto controvertido, el hecho de que el recurrente no haya presentado los
medios probatorios suficientes que permitan acreditar su pretensión, en principio, no pue-
de considerarse como motivo suficiente para desestimar la demanda. En tales circunstan-
cias, es obligación del juez recabar de oficio los medios probatorios que juzque pertinentes;
máxime si el artículo 22 de la Ley Nº 27584, establece que: “Al admitir a trámite la deman-
da el juez ordenará a la entidad administrativa que remita el expediente relacionado con la
actuación impugnable.
Si la entidad no cumple con remitir el expediente administrativo el órgano jurisdiccional
podrá prescindir del mismo o en su caso reiterar el pedido bajo apercibimiento de poner el
hecho en conocimiento del Ministerio Público para el inicio del proceso penal correspon-
diente (...).
El incumplimiento de lo ordenado a la entidad administrativa no suspende la tramitación
del proceso, debiendo el juez en este caso aplicar al momento de resolver lo dispuesto en el
artículo 282 del Código Procesal Civil”.
Dicho artículo del Código Procesal Civil, establece que: “El juez puede extraer conclusiones
en contra de los intereses de las partes atendiendo a la conducta que estas asumen en el proce-
so, particularmente cuando se manifiesta notoriamente en la falta de cooperación para lograr

398
Sistema Nacional de Pensiones

la finalidad de los medios probatorios, o con otras actitudes de obstrucción. Las conclusiones
del juez estarán debidamente fundamentadas”.
Por su parte, el artículo 29 de la Ley Nº 27584, dispone: “Cuando los medios probatorios ofre-
cidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el juez en decisión motivada e
inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que conside-
re convenientes”.
§10. Vulneración continuada y ausencia de plazos de prescripción en asuntos que versen so-
bre materia pensionaria
59. Todos los poderes públicos, incluida la Administración Pública, deberán tener presente, tal
como lo ha precisado este colegiado de manera uniforme y constante –en criterio que mutatis
mutandis es aplicable a cualquier proceso judicial o procedimiento administrativo que prevea
plazos de prescripción o caducidad– que las afectaciones en materia pensionaria tienen la ca-
lidad de una vulneración continuada, pues tienen lugar mes a mes, motivo por el cual no existe
posibilidad de rechazar reclamos, recursos o demandas que versen sobre materia previsional,
argumentando el vencimiento de plazos prescriptorios o de caducidad.
En tal sentido, en los casos de demandas contencioso-administrativas que versen sobre mate-
ria pensionaria, el juez se encuentra en la obligación de considerar el inicio del cómputo de los
plazos de caducidad previstos en el artículo 17 de la Ley Nº 27584, a partir del mes inmedia-
tamente anterior a aquel en que es presentada la demanda, lo que equivale a decir, que, en nin-
gún caso, podrá declararse la improcedencia de tales demandas por el supuesto cumplimiento
del plazo de caducidad.
§11. Jurisprudencia vinculante y exhortación
60. Es preciso enfatizar que los criterios uniformes y reiterados contenidos en las sentencias expe-
didas por el Tribunal Constitucional en materia pensionaria, mantienen sus efectos vinculan-
tes. En consecuencia, a pesar de que determinadas pretensiones sobre la materia no puedan en
el futuro ser ventiladas en sede constitucional, la judicatura ordinaria se encuentra vinculada
por las sentencias en materia pensionaria expedidas por este colegiado.
61. Finalmente, el Tribunal Constitucional exhorta al Poder Judicial a aumentar el número de
Juzgados Especializados en lo Contencioso-administrativo en el Distrito Judicial de Lima y a
crearlos en el resto de Distritos Judiciales de la República, a efectos de atender con diligencia
y celeridad las pretensiones que correspondan ser dilucidadas por la jurisdicción ordinaria,
como consecuencia de la expedición de la presente sentencia.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional con la autoridad que le confiere la Cons-
titución y su Ley Orgánica,
IV. HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda.
2. Declarar la NULIDAD de la Resolución Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL 19990.
3. Ordena que la entidad demandada cumpla con reconocer la pensión de jubilación adelanta-
da por reducción de personal que corresponde al demandante, y abone las pensiones deven-
gadas, reintegros e intereses legales correspondientes, conforme a los fundamentos 40 a 43
supra.

399
César Abanto Revilla

4. Declarar que los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo que versen sobre ma-
teria pensionaria, previstos en el fundamento 37 supra, constituyen precedente vinculante in-
mediato, de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.; motivo por
el cual, a partir del día siguiente de la publicación de la presente sentencia en el diario oficial
El Peruano, toda demanda de amparo que sea presentada o que se encuentre en trámite y cuya
pretensión no verse sobre el contenido constitucional directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, debe ser declarada improcedente.
5. Declarar que las reglas procesales de aplicación a las demandas de amparo que a la fe-
cha de publicación de esta sentencia se encuentren en trámite, previstas en los fundamen-
tos 54 a 58 supra, resultan vinculantes tanto para los jueces que conocen los procesos
de amparo, como para los jueces que resulten competentes para conocer las demandas
contencioso-administrativas.
6. Se EXHORTA al Poder Judicial, para que, de conformidad con el Fundamento 61 supra, au-
mente el número de Juzgados Especializados en lo Contencioso-administrativo en el Distrito
Judicial de Lima y los cree en el resto de Distritos Judiciales de la República.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO

11 REGLAS DEL PROCESO DE CUMPLIMIENTO PREVISIONAL

EXPEDIENTE Nº 0168-2005-PC/TC-SANTA (EL PERUANO, 13 DE OCTUBRE DE 2005)


MAXIMILIANO VILLANUEVA VALVERDE

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 29 días del mes de setiembre de 2005, el Tribunal Constitucional en sesión de
Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los magistrados Alva Orlandini, presidente; Bardelli Larti-
rigoyen, vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia
la siguiente sentencia.
I. ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Maximiliano Villanueva Valverde contra la sen-
tencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, de fojas 110, su fecha 4 de noviem-
bre de 2004, que declaró improcedente la demanda de cumplimiento de autos.
II. ANTECEDENTES
Con fecha 1 de octubre de 2003, el recurrente interpone acción de cumplimiento contra la Ofi-
cina de Normalización Previsional (ONP) solicitando que se cumpla con determinar y ejecutar el
pago de su pensión inicial de conformidad con lo dispuesto por la Ley Nº 23908, que establece una

400
Sistema Nacional de Pensiones

pensión mínima no menor de tres remuneraciones mínimas vitales, así como que se ordene el rein-
tegro de las pensiones devengadas y sus respectivos intereses legales.
La ONP contesta la demanda solicitando que sea declarada improcedente. Alega que la Ley
Nº 23908 estableció el monto mínimo de la pensión en tres sueldos mínimos vitales, pero no
dispuso que fuera, como mínimo, tres veces más que el básico de un servidor en actividad, el
cual nunca llegó a ser igual al Ingreso Mínimo Legal, que estaba compuesto por el Sueldo Míni-
mo Vital más las bonificaciones por costo de vida y suplementaria. Añade que dicha norma fue
derogada.
El Primer Juzgado Civil de la Corte Superior del Santa, con fecha 5 de abril de 2004, decla-
ró fundada la demanda estimando que el recurrente adquirió los derechos reconocidos por la Ley
Nº 23908, puesto que se encontraba vigente cuando aquel obtuvo su pensión.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda, argumentando que el
recurrente no alcanzó el punto de contingencia antes del 19 de diciembre de 1992, fecha en que se
derogó la Ley Nº 23908.
III. FUNDAMENTOS
1. Considerando que, de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del Código Pro-
cesal Constitucional, mediante el presente caso el Tribunal Constitucional establecerá prece-
dentes de carácter obligatorio para la procedencia de los procesos de cumplimiento, con ca-
rácter previo a la resolución del caso concreto se fundamentarán las razones que sustentan la
adopción de los nuevos criterios que se tomarán en cuenta a partir de la fecha.
Carácter normativo de la Constitución y procesos constitucionales
2. Desde el punto de vista doctrinario, es posible considerar que existen temas de naturaleza pro-
piamente constitucionales y otros que, sin tener tal condición, son incorporados a la Constitu-
ción por el constituyente. Sin embargo, desde la perspectiva de la justicia constitucional, que
es la que le compete al Tribunal Constitucional, y a fin de preservar la supremacía jurídica de
la Constitución, con arreglo a los artículos 45 y 51 de la Carta Magna, es indispensable reite-
rar el carácter normativo de la Constitución en su conjunto que, obviamente, abarca todas las
materias que ella regula.
3. La Constitución es un ordenamiento que posee fuerza normativa y vinculante; por ende, la
materia constitucional será toda la contenida en ella, y “lo constitucional” derivará de su in-
corporación en la Constitución. Así lo ha entendido el Tribunal Constitucional, a lo largo de
su funcionamiento, en la resolución de los diferentes casos que ha tenido oportunidad de co-
nocer (no solo en los procesos de inconstitucionalidad y en los procesos competenciales, sino
también en los procesos constitucionales de protección de los derechos fundamentales), donde
ha evaluado vulneraciones a la Constitución de la más diversa índole y en las cuales el único
requisito para tal examen consistía en que la controversia se fundara en una violación de algún
principio, valor o disposición de la Constitución.
El proceso de cumplimiento en el modelo de jurisdicción constitucional de la Constitución de
1993
4. Atendiendo a las consideraciones expuestas es que debemos interpretar las normas contenidas
en el Título V de la Constitución, relativas a las garantías constitucionales o procesos consti-
tucionales. En efecto, el planteamiento descrito líneas arriba se confirma con el artículo I del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, relativo a los alcances de dicho cuerpo

401
César Abanto Revilla

legal, que señala que tal Código “(...) regula los procesos constitucionales de hábeas corpus,
amparo, hábeas data, cumplimiento, inconstitucionalidad, acción popular y los conflictos de
competencia, previstos en los artículos 200 y 202 inciso 3) de la Constitución”. Consiguien-
temente, el Código Procesal Constitucional acatando el mandato constitucional, reconoce al
proceso de cumplimiento su carácter de proceso constitucional.
5. Ahora bien, conforme al artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucio-
nal, los procesos constitucionales tienen, entre sus fines esenciales, los de garantizar la su-
premacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales que son
posibles, o se concretizan, a través de las finalidades específicas de cada uno de los procesos
constitucionales. Por lo tanto, para configurar el perfil exacto del proceso de cumplimien-
to, garantizando la autonomía de cada uno de los procesos constitucionales que protegen
derechos constitucionales (amparo, hábeas corpus y hábeas data), debemos precisar, dentro
del marco del artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, como
es que mediante el proceso de cumplimiento se alcanzan los fines comunes a los procesos
constitucionales.
6. Para ello, es necesario tener presente que el artículo 3, concordante con el artículo 43 de la
Constitución, dispone que la enumeración de los derechos establecidos en su capítulo I del
Título I no excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o
que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Es-
tado Democrático de Derecho y de la forma republicana de gobierno (véase Exp. Nº 2488-HC,
fundamento 12).
7. En efecto, conforme a los principios de soberanía del pueblo (artículo 45 de la Constitución) y
de forma republicana de gobierno, al carácter social y democrático de nuestro Estado (artículo
43 de la Constitución), y al principio de jerarquía normativa (artículo 51 de la Constitución),
el respeto al sistema de fuentes de nuestro ordenamiento jurídico, donde se incluyen las de-
cisiones de este Tribunal Constitucional, constituye uno de los valores preeminentes de todo
sistema democrático por donde los poderes públicos y los ciudadanos deben guiar su conducta
por el derecho.
8. Por lo tanto, el control de la regularidad del sistema jurídico en su integridad constituye un
principio constitucional básico en nuestro ordenamiento jurídico nacional que fundamenta la
constitucionalidad de los actos legislativos y de los actos administrativos (ambos en su dimen-
sión objetiva), procurándose que su vigencia sea conforme a dicho principio. Sin embargo, no
solo basta que una norma de rango legal o un acto administrativo sea aprobado cumpliendo los
requisitos de forma y fondo que le impone la Constitución, las normas del bloque de consti-
tucionalidad o la ley, según sea el caso, y que tengan vigencia; es indispensable, también, que
aquellas sean eficaces.
9. Es sobre la base de esta última dimensión que, conforme a los artículos 3, 43 y 45 de la Cons-
titución, el Tribunal Constitucional reconoce la configuración del derecho constitucional a
asegurar y exigir la eficacia de las normas legales y de los actos administrativos. Por lo tanto,
cuando una autoridad o funcionario es renuente a acatar una norma legal o un acto adminis-
trativo que incide en los derechos de las personas o, incluso, cuando se trate de los casos a que
se refiere el artículo 65 del Código Procesal Constitucional (relativos a la defensa de los de-
rechos con intereses difusos o colectivos en el proceso de cumplimiento), surge el derecho de
defender la eficacia de las normas legales y actos administrativos a través del proceso consti-
tucional de cumplimiento.

402
Sistema Nacional de Pensiones

10. En efecto, el inciso 6 del artículo 200 de la Constitución establece que el proceso de cumpli-
miento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o
un acto administrativo, sin perjuicio de las responsabilidades de ley. Como hemos expuesto
precedentemente, el acatamiento de una norma legal o un acto administrativo tiene su más im-
portante manifestación en el nivel de su eficacia. Por lo tanto, así como el proceso de hábeas
data tiene por objeto esencial la protección de los derechos a la intimidad, acceso a la infor-
mación pública y autodeterminación informativa, el proceso de cumplimiento tiene como fi-
nalidad proteger el derecho constitucional de defender la eficacia de las normas legales y actos
administrativos.
11. Con este proceso constitucional el Estado Social y Democrático de Derecho que reconoce la
Constitución (artículos 3 y 43), el deber de los peruanos de respetar y cumplir la Constitución
y el ordenamiento jurídico (artículo 38) y la jerarquía normativa de nuestro ordenamiento ju-
rídico (artículo 51) serán reales, porque, en caso de la renuencia de las autoridades o funciona-
rios a acatar una norma legal o un acto administrativo, los ciudadanos tendrán un mecanismo
de protección destinado a lograr su acatamiento y, por ende, su eficacia.
Requisitos comunes de la norma legal y del acto administrativo para que sean exigibles a tra-
vés del proceso de cumplimiento
12. Es así que desde la línea argumental descrita en el artículo 66 del Código Procesal Constitu-
cional, el objeto de este tipo de procesos será ordenar que el funcionario o autoridad públi-
ca renuente: 1) dé cumplimiento, en cada caso concreto, a una norma legal, o ejecute un acto
administrativo firme; o 2) se pronuncie expresamente cuando las normas legales le ordenan
emitir una resolución o dictar un reglamento. En ambos casos, el Tribunal Constitucional con-
sidera que para la procedencia del proceso de cumplimiento, además de acreditarse la renuen-
cia del funcionario o autoridad pública, deberán tenerse en cuenta las características mínimas
comunes del mandato de la norma legal, del acto administrativo y de la orden de emisión de
una resolución o de un reglamento, a fin de que el proceso de cumplimiento prospere, puesto
que de no reunir tales características, además de los supuestos contemplados en el artículo 70
del Código Procesal Constitucional, la vía del referido proceso no será la idónea.
13. Sobre las características mínimas comunes de la norma legal o del acto administrativo cuyo
cumplimiento se exige, este Colegiado ha afirmado que “(...) debe tratarse de un mandato que
sea de obligatorio cumplimiento, que sea incondicional y, tratándose de los condicionales, que
se haya acreditado haber satisfecho las condiciones; asimismo, que se trate de un mandato
cierto o líquido, es decir, susceptible de inferirse indubitablemente de la ley o del acto admi-
nistrativo que lo contiene y, (...) que se encuentre vigente”. (Exp. Nº 0191-2003-AC, funda-
mento 6).
14. Para que el cumplimiento de la norma legal, la ejecución del acto administrativo y la orden de
emisión de una resolución sean exigibles a través del proceso de cumplimiento, además de la
renuencia del funcionario o autoridad pública, el mandato contenido en aquellos deberá con-
tar con los siguientes requisitos mínimos comunes:
a) Ser un mandato vigente.
b) Ser un mandato cierto y claro, es decir, debe inferirse indubitablemente de la norma le-
gal o del acto administrativo.
c) No estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares.
d) Ser de ineludible y obligatorio cumplimiento.

403
César Abanto Revilla

e) Ser incondicional.
Excepcionalmente, podrá tratarse de un mandato condicional, siempre y cuando su sa-
tisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria.
Adicionalmente, para el caso del cumplimiento de los actos administrativos, además de
los requisitos mínimos comunes mencionados, en tales actos se deberá:
f) Reconocer un derecho incuestionable del reclamante.
g) Permitir individualizar al beneficiario.
15. Estos requisitos mínimos se justifican porque el proceso de cumplimiento, diseñado por
nuestra Constitución y el Código Procesal Constitucional, dado su carácter sumario y bre-
ve, no es el adecuado para discutir los contenidos de normas generales cuyos mandatos no
tienen las características mínimas a que hemos hecho referencia, o de normas legales su-
perpuestas que remiten a otras, y estas a su vez a otras, lo cual implica una actividad inter-
pretativa compleja que, en rigor, debe llevarse a cabo a través de las vías procedimentales
específicas.
16. Del mismo modo, en este tipo de procesos el funcionario o autoridad pública tiene un deber
absoluto de acatamiento de la norma legal o del acto administrativo, no siendo posible nin-
gún tipo de discrecionalidad de su parte. Asimismo, en ellos los derechos del demandante son
prácticamente incuestionables, de modo que, comprobada la renuencia y el incumplimiento
de la norma legal o el acto administrativo conforme a las pautas descritas, de ineludible cum-
plimiento, corresponderá amparar la demanda.
17. De no ser así, el proceso de cumplimiento terminaría convirtiéndose en un proceso declara-
tivo, o de conocimiento, con abundancia de medios probatorios y en cuyo seno se discutan
controversias propias de este tipo de procesos. Por el contrario, si tal proceso conserva su
carácter especial (ser un proceso de condena, de ejecución, breve, sumario, donde la activi-
dad probatoria es mínima), bastará que se acredite el incumplimiento de la norma legal, la
inejecución del acto administrativo, el incumplimiento de la orden de emisión de una reso-
lución o de un reglamento y la renuencia, consiguiéndose un proceso rápido y, sobre todo,
eficaz.
18. Por lo tanto, para el Tribunal Constitucional las características básicas del proceso de cumpli-
miento diseñado por la Constitución y el Código Procesal Constitucional, son las reseñadas
precedentemente.
Análisis del presente caso
19. En el caso Manuel Anicama Hernández (Exp. Nº 1417-2005-AA/TC), este Colegiado estable-
ció que “(...) los criterios uniformes y reiterados contenidos en las sentencias expedidas por el
Tribunal Constitucional en materia pensionaria, mantienen sus efectos vinculantes. En conse-
cuencia, a pesar de que determinadas pretensiones sobre la materia no puedan en el futuro ser
ventiladas en sede constitucional, la judicatura ordinaria se encuentra vinculada por las sen-
tencias en materia pensionaria expedidas por este Colegiado” (fundamento 60).
20. En tal sentido, es claro que los criterios interpretativos que bajo el marco de la Constitu-
ción establecimos para la aplicación de la Ley Nº 23908, deben servir para resolver los ca-
sos originados por dicha ley en la vía jurisdiccional ordinaria y en la vía administrativa. Del
mismo modo debe procederse respecto a los criterios relativos a otras normas legales sobre
pensiones. Por ejemplo, los criterios interpretativos desarrollados en el caso Briones Vigo

404
Sistema Nacional de Pensiones

(Exp. Nº 0198-2003-AC/TC), fundamentos 2 a 15, relacionados con la aplicación de la Ley


Nº 23908, constituirán precedentes de observancia obligatoria para las controversias deri-
vadas de tal ley.
21. En dicha sentencia se precisó que “el Decreto Ley Nº 25967, vigente desde el 19 de diciem-
bre de 1992, modificó los requisitos del Decreto Ley Nº 19990 para el goce de las pensio-
nes, entendiéndose que, desde la fecha de su vigencia, se sustituía el beneficio de la pensión
mínima por el nuevo sistema de cálculo, resultando, a partir de su vigencia –19 de diciem-
bre de 1992–, inaplicable la Ley Nº 23908 (...). Por lo tanto, la pensión mínima regulada por
la Ley Nº 23908 debe aplicarse a aquellos asegurados que hubiesen alcanzado el punto de
contingencia hasta el 18 de diciembre de 1992 (día anterior a la entrada en vigencia del De-
creto Ley Nº 25967), con las limitaciones que estableció su artículo 3, y solo hasta la fecha
de su derogación tácita por el Decreto Ley Nº 25967” (caso Briones Vigo, Exp. Nº 0198-
2003-AC/TC, fundamento 10).
22. En el presente caso, de la Resolución Nº 0000050737-2002-ONP/DC/DL 19990, de fecha 20
de setiembre de 2002, que obra a fojas 2 de autos, se advierte que al demandante se le recono-
ció su pensión de jubilación a partir del 1 de diciembre de 1994. En consecuencia, habiéndose
verificado la contingencia con posterioridad al 18 de diciembre de 1992 (fecha en que entró
en vigencia el Decreto Ley Nº 25967), no le corresponde el beneficio de la pensión mínima
establecido por la Ley Nº 23908, conforme a los criterios reseñados en el fundamento anterior.
Razón por la cual la demanda debe ser desestimada. Del mismo modo, habiéndose desestima-
do la pretensión principal, la subordinada corre la misma suerte, por lo que el pedido de pago
de devengados e intereses debe también desestimarse.
Precedente vinculante
23. La resolución del presente caso en la vía de cumplimiento, teniendo como base los preceden-
tes del Caso Briones Vigo (Exp. Nº 0198-2003-AC/TC, fundamento 10), demuestra cómo
hasta ahora los criterios de la jurisdicción constitucional han sido bastante flexibles y amplios
para evaluar normas legales y actos administrativos cuyo cumplimiento se exige en la presen-
te vía constitucional. Sin embargo, y dentro del marco de la función de ordenación del Tribu-
nal Constitucional, se hace indispensable, para los casos futuros que se tramiten en la vía del
proceso de cumplimiento, la aplicación estricta de los requisitos mínimos comunes a los man-
datos contenidos en las normas legales y actos administrativos cuyo cumplimiento se exige,
que han sido desarrollados a través de la jurisprudencia de este Tribunal Constitucional y que
se resumen en la presente sentencia, a fin de no desnaturalizar el carácter breve y expeditivo
del proceso de cumplimiento.
24. Por ello, de conformidad con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional, los criterios contenidos en los fundamentos 14, 15 y 16 su-
pra, constituyen precedente vinculante para todos los procesos de cumplimiento, puesto que
son indispensables para determinar la procedencia de la vía del proceso constitucional de
cumplimiento.
25. Con ello el Tribunal Constitucional busca perfeccionar el proceso de cumplimiento a fin de
que sea realmente eficaz y expeditivo. Por lo tanto, el precedente establecido en el párrafo an-
terior será de vinculación inmediata a partir del día siguiente de su publicación en el diario
oficial El Peruano, de modo que toda demanda que sea presentada y que no reúna las condi-
ciones del precedente, o las que se encuentren en trámite y adolezcan de ellos, deberán ser de-
claradas improcedentes.

405
César Abanto Revilla

Vía procedimental específica y reglas procesales aplicables a los procesos de cumplimiento en


trámite que no cumplan con los requisitos
26. A partir de la expedición de la sentencia del caso Manuel Anicama Hernández (Exp. Nº 1417-
2005-AA/TC), el Tribunal Constitucional estableció que los derechos pensionarios de orden
legal, entre otros, por ejemplo los derivados de la Ley Nº 23908, deberán ser conocidos en la
vía del contencioso-administrativo y no mediante el proceso de amparo, salvo las excepcio-
nes que se establecieron en la misma sentencia, encauzándose las demandas que se declarasen
improcedentes, conforme a los nuevos criterios, a la vía contencioso-administrativa.
27. Consecuentemente, y aplicando similares criterios, las demandas de cumplimiento que no cum-
plan con los requisitos de procedibilidad descritos en la presente sentencia, deberán tramitarse
por la vía específica para las controversias derivadas de las omisiones de la Administración Pú-
blica sobre materia pensionaria que, conforme a los artículos 4 (inciso 2) y 24 (inciso 2) de la
Ley Nº 27584, será el proceso contencioso-administrativo a través de la vía sumarísima.
28. Por lo tanto, a la luz de las funciones de ordenación y pacificación inherentes a este Tribunal
Constitucional las demandas de cumplimiento sobre materia pensionaria que, en aplicación
de los criterios de procedibilidad previstos en los fundamentos 14, 15, 16 supra de la presen-
te sentencia sean declaradas improcedentes, deberán seguir las reglas procesales establecidas
en los fundamentos 53 a 58 y 60 del caso Manuel Anicama Hernández (Exp. Nº 1417-2005-
AA/TC), con las adaptaciones necesarias relativas al proceso sumarísimo a que se refiere el
artículo 24, inciso 2 de la Ley Nº 27584.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
IV. HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA la acción de cumplimiento.
2. Declarar que los criterios de procedibilidad de las demandas de cumplimiento, previstos en
los fundamentos 14, 15 y 16, supra, constituyen precedente vinculante inmediato, de confor-
midad con el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.; motivo por el cual, a partir del
día siguiente de la publicación de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano, toda
demanda de cumplimiento que sea presentada o que se encuentre en trámite y que no cumpla
con tales condiciones, debe ser declarada improcedente.
Declarar que las reglas procesales de aplicación a las demandas de cumplimiento que a la fe-
cha de publicación de esta sentencia se encuentren en trámite, serán las previstas en los fundamen-
tos 53 a 58 y 60 del caso Manuel Anicama Hernández (Exp. Nº 1417-2005-AA/TC), de modo que
serán vinculantes tanto para los jueces que conocen los procesos de cumplimiento, como para los
jueces que resulten competentes para conocer las demandas contencioso-administrativas, en la vía
del proceso sumarísimo a que se refiere el artículo 24, inciso 2 de la Ley Nº 27584.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO

406
Sistema Nacional de Pensiones

12 OBLIGACIÓN DE CONSERVAR INFORMACIÓN PREVISIONAL

EXPEDIENTE Nº 07440-2005-PHD/TC-HUAURA
JUAN DE DIOS OLIVARES TORRES

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 7 días del mes de diciembre de 2005, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, con la asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, García Toma y Vergara Gotelli,
pronuncia la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan de Dios Olivares Torres contra la
sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 98, su fecha 26
de agosto de 2005, que declara fundada, en parte, la demanda de autos.
II. ANTECEDENTES
a) Demanda
Con fecha 13 de setiembre de 2004 el recurrente interpone demanda de hábeas data con-
tra la Oficina de Normalización Previsional (ONP), con objeto, según fluye del requeri-
miento notarial, que se le entregue información “acerca del estado del cobro de las apor-
taciones” de sus antiguas empleadoras: Estructuras Unión (años 1957 y 1958); Martínez
y Linares (año 1965); Huarcaya (año 1969); SIMA (del año 1970 a 1976); Cosapi (años
1977, 1980 y 1981), y Sinsa (años 1980 y 1981).
De otro lado, manifiesta que en tanto la empresa Instalaciones y Mantenimiento Contra-
tistas Generales presenta saldos por regularizar respecto de los aportes que debió hacer,
desea conocer si estos fueron cancelados o, en su defecto, si se cursaron órdenes de pago
o qué medidas se tomaron al respecto.
b) Contestación de la demanda
Con fecha 17 de diciembre de 2004, la emplazada deduce la excepción de falta de legitimi-
dad para obrar pasiva señalando que la encargada de administrar el archivo de datos referi-
dos a empresas, empleadores y aportes que estén vinculados al tema previsional es la Ofici-
na de Registro Nacional de Cuentas Individuales de Empleadores y Asegurados (Orcinea).
Asimismo contesta la demanda contradiciéndola en todos sus extremos por ser Orcinea
la central de información de los aportes de más antigüedad.
c) Sentencia de primer grado
Con fecha 28 de abril de 2005, el Tercer Juzgado Civil de Huaura declara fundada la de-
manda, considerando que si bien es cierto que Orcinea se encuentra hoy bajo dependen-
cia de EsSalud, esta solo es una dependencia de información de archivos, careciendo de
funciones de fiscalización y recuperación de aportes pensionarios.
d) Sentencia de segundo grado
La recurrida, revocando la apelada, declara fundada en parte la demanda, arguyendo
que es razonable que al tratarse de datos y hechos producidos antes de la creación de la

407
César Abanto Revilla

demandada, esta no tenga disponible toda la información requerida por el demandante.


De otro lado, ordena que la ONP entregue toda la información que tenga disponible y
que, de no contar con ella, indique qué entidad cuenta con tal información.
III. DATOS GENERALES
Violación constitucional invocada
El proceso constitucional de hábeas data fue presentado por don Juan de Dios  Olivares To-
rres contra la ONP. El supuesto acto lesivo fue producido por la negativa de la ONP en contestar el
pedido de información del recurrente con el fin de conocer el destino de las aportaciones que sus
anteriores empleadoras retuvieron en su oportunidad.
Petitorio constitucional
El demandante considera que se ha quebrantado el derecho fundamental de acceso a la infor-
mación pública (artículo 2, inciso 5, de la Constitución).
Alegando tal acto vulneratorio, solicita:
- Información acerca del estado del cobro de las aportaciones efectuadas por sus anterio-
res empleadoras.
- Información respecto de la existencia de saldos por regularizar de su antigua empleadora
Instalaciones y Mantenimiento Contratistas Generales y, respecto de los aportes que esta
debió hacer, si las canceló o, en su defecto, si se cursaron órdenes de pago o qué medidas
se tomaron.
Materias constitucionales relevantes
Sobre la base de la reclamación del recurrente, este Colegiado estima pertinente desarrollar
los siguientes aspectos:
- ¿Qué se debe entender por el derecho a la información pública?
- ¿Es responsable la ONP de la negativa de entregar la información solicitada?
IV. FUNDAMENTOS
1. Antes de ingresar al estudio del fondo del asunto, este Colegiado considera necesario pronun-
ciarse  respecto al cuestionamiento efectuado por la ONP sobre su falta de legitimidad para
obrar. En tal sentido, recogiendo lo anotado en la apelada y en la recurrida, es evidente que
sobre la demandada recaen atribuciones que no reposan en otra entidad, dada su función ex-
clusiva y excluyente como administrador del sistema previsional regulado por el Decreto Ley
19990 y del fondo de pensiones derivado del citado régimen, razones por las cuales conclui-
mos que la relación jurídico-procesal es válida; en consecuencia, la excepción propuesta por
la demandada debe rechazarse, máxime si el argumento de la excepción no cuestiona la vali-
dez de la relación procesal sino el fondo de la pretensión.
§1. Delimitación de la pretensión impugnatoria materia del recurso de agravio constitucional
2. Cabe resaltar que la competencia del Tribunal Constitucional respecto a los procesos de li-
bertad, entre los que se encuentra el hábeas data, surge del inciso 2 del artículo 202 de la
Constitución, sometiendo a su conocimiento en última y definitiva instancia las resoluciones
denegatorias.

408
Sistema Nacional de Pensiones

En el caso de autos, el ad quem declara fundada, en parte, la demanda y ordena que la ONP
cumpla con entregar toda la información que tenga disponible relacionada con el pago de las
aportaciones de los antiguos empleadores del demandante, y que, de no contar con ella, indi-
que qué entidad posee la referida información. Ello no permite restituir de manera íntegra el
derecho fundamental  del demandante; más bien, permite que la demandada determine, por
último, si tiene o no lo solicitado. Tal situación no satisface plenamente el goce del derecho
lesionado máxime cuando lo pretendido lleva a que justamente por esta vía se determine si la
referida entidad se encuentra obligada o no a entregar la información requerida o parte de ella,
verificando para ello su competencia, funciones y a partir de ahí evaluar la posibilidad de que
efectivamente la posea, la procese o esté bajo su control.
Conforme a lo indicado, debe considerarse que la recurrida aparece como un fallo denegato-
rio, al haber declarado fundada, en parte, la demanda en los términos resaltados en el segundo
párrafo, cuando la demandada ha aseverado durante la secuela procesal que la información
está en poder de Orcinea y más aún cuando no dio respuesta a la carta notarial del recurrente.
Por ello, atendiendo a la finalidad de los procesos constitucionales, como lo señala el artículo
1 del Código Procesal Constitucional, y al haberse declarado  fundada, en parte, la demanda,
debió señalarse qué información se encuentra obligada a entregar la ONP, dejando así a salvo
el derecho que le asistiría al demandante, por lo que al no haberse efectuado el análisis sal-
vaguardando el derecho del demandante, corresponde  analizar cómo se configura el hábeas
data en el caso concreto para determinar si la entrega de información le alcanza a otra entidad,
además de la demandada, y cuál es la información que debe ser entregada.  
§2. La naturaleza del derecho de acceso a la información pública
3. Estrechamente relacionado con el derecho a la información que tiene toda persona, previsto
en el artículo 2, inciso 4, de la Constitución, el inciso 5 del mismo artículo prevé el acceso a
esta información, pero en un ámbito específico, cual es la Administración Pública.
Así, toda persona tiene derecho
A solicitar, sin expresión de causa, la información que requiera y a recibirla de cualquier
entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por
ley o por razones de seguridad nacional. El secreto bancario y la reserva tributaria pue-
den levantarse a pedido del juez, del fiscal de la nación, o de una comisión investigadora
del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran al caso investigado.
Un derecho como este nos permite monitorear y controlar la gestión pública, más aún cuan-
do según el artículo 39 de la Norma Fundamental, todos los funcionarios y servidores están al
servicio de la nación, obligación de la cual no pueden sustraerse quienes laboran en la ONP.
La información pública es necesaria para la formación de la opinión y la construcción de un
debate informado, lo cual redunda en la posibilidad de la participación ciudadana en los asun-
tos públicos y en el fomento de la transparencia en la gestión del Estado, mejorando la calidad
de sus instituciones y contribuyendo a su eficiencia.
4. El derecho de acceso a la información pública debe ser concretizado. Por ello, este Colegia-
do, en la sentencia recaída en la STC Exp. Nº 007-2003-AI, consideró que este derecho tiene
dos manifestaciones correlativas. Por un lado, significa un atributo por el cual toda persona o
ciudadano puede solicitar ante cualquier entidad u órgano público la información que requiera
sin que para ello tenga que justificar su pedido. En un segundo extremo, facilita que el órgano
o dependencia estatal requerido proporcione la información solicitada en términos, mínima o

409
César Abanto Revilla

elementalmente, razonables, lo que supone que esta deberá ser cierta, completa, clara y, ade-
más, actual.
Por otro lado, tal como lo tiene dicho este Tribunal, a través de los fundamentos 10 y 11 de la
STC Exp. Nº 1797-2002-HD, el derecho de acceso a la información pública tiene una doble
dimensión. Por una parte, se trata de un derecho individual, en el sentido de que garantiza que
nadie sea arbitrariamente impedido de acceder a la información que guarden, mantengan o
elaboren las diversas instancias y organismos que pertenezcan al Estado, sin más limitaciones
que aquellas que se han previsto como constitucionalmente legítimas. A través de este derecho
se posibilita que los individuos, aisladamente considerados, puedan trazar, de manera libre,
su proyecto de vida, pero también el pleno ejercicio y disfrute de otros derechos fundamenta-
les. Desde esta perspectiva, en su dimensión individual, el derecho de acceso a la información
se presenta como un presupuesto o medio para el ejercicio de otras libertades fundamentales,
como puede ser la libertad de investigación, de opinión o de expresión. En segundo lugar, el
derecho de acceso a la información tiene una dimensión colectiva, ya que garantiza el dere-
cho de todas las personas de recibir la información necesaria y oportuna, a fin de que puedan
formarse una opinión pública, libre e informada, presupuesto de una sociedad auténticamente
democrática.
Pero hay algunos aspectos que merecen que este Tribunal siga insistiendo en su configuración
para que el derecho a la información pública pueda ser lo más real y efectivo para la protec-
ción del ciudadano.
5. Así, con relación a uno de los rasgos que delimitan el derecho de acceso a la información, cabe
señalar que la Constitución es muy genérica respecto del obligado a entregar la información
pública, al consignar escuetamente que lo es ‘cualquier entidad pública:
Sin embargo, en el Código Procesal Constitucional se han precisado los alcances  del término
‘cualquier entidad pública’. Tal como lo señala el artículo 61, inciso 1, de dicho código, el ac-
ceso a la información pública que obra en poder de una entidad pública se realiza:
“(...) ya se trate de la que generen, produzcan, procesen o posean, incluida la que obra en
expedientes terminados o en trámite, estudios, dictámenes, opiniones, datos estadísticos,
informes técnicos y cualquier otro documento que la administración pública tenga en su
poder, cualquiera que sea la forma de expresión, ya sea gráfica, sonora, visual, electro-
magnética o que obre en cualquier otro tipo de soporte”.
Es más, según el artículo 8, en concordancia con el artículo 2 de la Ley Nº 28706 (Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública), están obligadas a entregar información las
entidades previstas en el artículo I del Título Preliminar de la Ley Nº 27444 (Ley del Procedi-
miento Administrativo General), según el cual pertenecen a la Administración Pública:
1. El Poder Ejecutivo, incluyendo Ministerios y Organismos Públicos Descentraliza-
dos; 2. El Poder Legislativo; 3. El Poder Judicial; 4. Los Gobiernos Regionales; 5. Los
Gobiernos Locales; 6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y
las leyes confieren autonomía. 7. Las demás entidades y organismos, proyectos y pro-
gramas del Estado, cuyas actividades se realizan en virtud de potestades administrati-
vas y, por tanto se consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo
mandato expreso de ley que las refiera a otro régimen; y, 8. Las personas jurídicas bajo
el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen función administrativa, en
virtud de concesión, delegación o autorización del Estado, conforme a la normativa de
la materia.

410
Sistema Nacional de Pensiones

Sobre la base de tales dispositivos, este Colegiado determinará si la ONP es la entidad encar-
gada de otorgar la información requerida por el recurrente en el presente caso, o si dicha res-
ponsabilidad debe ser compartida con otra entidad.
6. Con el hábeas data, una persona inquiere los datos que necesita o desea conocer, siempre con
el fin de contener los abusos que puedan derivarse de la manipulación de información o la ne-
gativa de su entrega, tal como lo estipula el artículo 200, inciso 3, de la Constitución, consti-
tuyéndose este proceso constitucional en la forma de reparar una violación del derecho funda-
mental explicado.
Por tal razón, ante la configuración de la vulneración del derecho fundamental, es adecuado
que el recurrente haya utilizado esta vía ante la falta de respuesta por parte de la ONP respec-
to al pedido efectuado referido a las aportaciones realizadas bajo el régimen del Decreto Ley
Nº 19990 para la calificación de su derecho a una pensión.
§3. La responsabilidad de la ONP ante la negativa de la información requerida
7. El demandante acude a la vía constitucional solicitando que la demandada informe detallada-
mente, conforme a lo requerido por carta notarial, alegando que al administrar esta entidad el
sistema pensionario, la atribución le corresponde en forma exclusiva y excluyente, pese a que,
por razones de antigüedad, Orcinea pueda poseer también la información solicitada.
Por tanto, es importante dilucidar si la ONP está obligada a entregar la información que, sin
poseerla físicamente, le es atribuible por razón del desempeño propio de sus funciones o de su
posición privilegiada frente al requerimiento que se le hace.
De tal premisa se desprende que a priori no se puede denegar información por el hecho de que
la misma no obre en los archivos, encontrándose obligada la entidad a un mínimo comporta-
miento diligente y respetuoso del derecho fundamental que ejerce quien así lo requiere, indi-
cando, bajo responsabilidad, qué entidad posee la información por haberla procesado o por ser
de conocimiento público donde se encuentra.
Es de verse que en el caso concreto la información solicitada cobra importancia para el recu-
rrente en tanto mediante la Resolución Nº 0000051120-2004-ONP/DC/DL19990 le fue otor-
gada una pensión de jubilación con arreglo al régimen del Decreto Ley Nº 19990, verificándo-
se, previamente, el cumplimiento de los requisitos relacionados con la edad y los aportes. Para
calificar  un derecho pensionario –de forma similar a lo realizado por el Instituto Peruano de
Seguridad Social (IPSS) cuando desempeñaba función análoga– la demandada debe apoyarse
tanto en información que pueda generar en uso de sus atribuciones conforme a lo previsto en
su Estatuto, aprobado por Decreto Supremo Nº 61-95-EF, como en la elaborada por la entidad
encargada de registrar información relativa a los asegurados del sistema de seguridad social a
cargo de EsSalud.
Así, de la referida resolución fluye que la ONP, en mérito de la  Constancia Nº 840-OR-
CINEA-GOP-GOP-GCRM-IPSS-97, tuvo por acreditadas las aportaciones de los periodos
1945-50 y 1954-56, desconociendo luego su validez, lo que evidencia el manejo respecto de
la información generada por Orcinea encontrándose, en consecuencia, posibilitada –cuando
menos– a solicitarla con objeto de fiscalizar y/o corroborar  el cumplimiento del pago de los
aportes, tanto de trabajadores como de los empleadores, cuando se solicite una pensión del
Sistema Nacional.
Resulta pertinente, y no por ello necesario, evaluar el actuar del demandante al requerir la in-
formación a la ONP. Al respecto, debe tenerse en consideración que mediante la Resolución

411
César Abanto Revilla

Nº 0000051120-2004-ONP/DC/DL19990 se le desconocen años de aportes por pérdida de


validez sin pronunciarse respecto de los periodos cuya información es solicitada mediante el
presente proceso a pesar de que está demostrado (f.17-23) que el actor inició un procedimien-
to administrativo  con anterioridad a la expedición de la resolución citada con la finalidad de
que se revisaran los aportes efectuados por sus empleadores, adjuntando para ello diversos 
documentos derivados de su vinculación laboral. En este contexto, se torna coherente la nece-
sidad de requerir información a la misma entidad que le reconoce su derecho, lo cual respon-
de a un accionar normal, esto es, requerir la información de quien al calificar el otorgamiento
de la pensión y verificar el cumplimiento de requisitos decide respecto de su derecho funda-
mental a través de la calificación de la pensión de jubilación que le corresponde, sin reparar
en la exigencia de tomar en cuenta todos los documentos aportados por el demandante con tal
propósito.
8. Cabe recordar que en la década pasada se delegó en la ONP la función de administrar el Sis-
tema Nacional de Pensiones del Decreto Ley Nº 19990.  En este marco, la ONP es la entidad
responsable de la calificación, reconocimiento, otorgamiento y pago de los derechos pensio-
narios, y de realizar las acciones de control, revisión, verificación y fiscalización de aportes
con fines previsionales que sean necesarias para garantizar su cumplimiento, todo ello con
arreglo a ley, según lo señala su Estatuto en el artículo 4, incisos a y f. Estas atribuciones y
competencias hacen viable el ejercicio del derecho fundamental a la pensión, previsto en el
artículo 11 de la Constitución.
9. Ahora bien, como lo alega la demandada, la información solicitada no se encuentra en su po-
der, sino más bien la tiene Orcinea, motivo por el cual no podría exigírsele datos de tal magni-
tud. En tal sentido, como se ha precisado supra, es imprescindible dejar establecidos los alcan-
ces de la obligación que le corresponde a la ONP respecto de la información requerida, toda
vez que su deber de entregar la información tiene que enmarcarse dentro de lo estipulado por
el inciso 1 del artículo 61 del Código Procesal Constitucional.
Por ello, respecto de la posibilidad de que sea la propia ONP la que otorgue la información
requerida, aun cuando ella se encuentre efectivamente en los archivos de Orcinea, debemos
recordar que este Tribunal, en la STC Exp. Nº 1219-2003-HD, señaló que no considera que la
información solicitada en ejercicio del derecho de acceso a la información pública no pueda
ser proporcionada, so pretexto de que esta ya no obre en poder de la demandada. Entonces, en
caso de que la información solicitada hubiese sido entregada por la demandada a un tercero,
es razonable entender que una copia de dicha información obre en sus archivos, pues se tra-
ta de información que, por su propia naturaleza y las funciones que cumple, tiene el deber de
conservar. Además, estima que si físicamente no la tuviera, puede perfectamente solicitarse o,
en su defecto, ordenar su entrega.
10.  En el presente caso, la ONP sostiene que existe imposibilidad material de cumplir con la soli-
citud del demandante, arguyendo que la información que contienen sus registros es escasa res-
pecto al detalle requerido (f. 3, cuaderno del TC). Sin embargo, ello no es lo que corresponde a
una entidad de tipo previsional, pues, como ya se ha indicado, una de sus funciones – y quizá
la de mayor importancia– es, según el artículo 4,  inciso f, de su Estatuto, la realización de las
acciones de control, revisión, verificación y fiscalización de aportes y derechos pensionarios,
motivo por el cual la información requerida debería estar en su poder. Es decir, si no la tiene,
debió tenerla, pues queda claro que para haber emitido la Resolución Nº 0000051120-2004/
DC/DL19990, que reconoce el derecho del demandante, tuvo que contar con los datos nece-
sarios para que un derecho fundamental sea plenamente respetado.

412
Sistema Nacional de Pensiones

Con lo dicho, no es aceptable ni razonable suponer que la ONP, con esta función asignada, no
tenga la información requerida o no pueda acceder a ella con mayor facilidad y celeridad que
el demandante, sobre todo cuando ella  ha sido la encargada de procesar la información en el
caso concreto, y según el artículo 61, inciso 1, del Código Procesal Constitucional, está ple-
namente obligada a la entrega de la información.
V. FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Cons-
titución Política del Perú
VI. HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA la excepción de falta de legitimidad para obrar y FUNDADA la de-
manda en el extremo materia del recurso de agravio constitucional.
2. Ordena que la Oficina de Normalización Previsional entregue al recurrente la información
requerida conforme a la carta notarial de fecha 17 de agosto de 2004, obrante a fojas 9,
para cuyo efecto debe tener en cuenta la carta de fecha  24 de mayo de 2004, cuya copia obra
a fojas 17, 18 y 19 y la comunicación de fecha 7 de julio de 2004, obrante en copia a fojas
21 y 22.
3. Dispone el pago de costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI 

413
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ÍNDICE GENER AL
Índice general
Introducción................................................................................................................. 7

CAPÍTULO I
Evolución, concepto, principios y regulación
constitucional de la seguridad social
La autonomía del Derecho Pensionario o Previsional
I. Evolución de la seguridad social.......................................................................... 15
1. El ahorro individual..................................................................................... 15
2. El asistencialismo y la beneficencia............................................................. 16
3. El mutualismo.............................................................................................. 17
4. El seguro social............................................................................................ 18
5. La seguridad social....................................................................................... 19
II. Concepto y principios fundamentales.................................................................. 20
1. El concepto de seguridad social................................................................... 20
2. Los principios fundamentales...................................................................... 21
III. Regulación constitucional de la seguridad social................................................ 28
1. El derecho universal y progresivo a la seguridad social.............................. 28
2. El libre acceso a prestaciones de salud y pensiones..................................... 29
3. La intangibilidad de los fondos y reservas previsionales............................. 31
4. Las nuevas reglas de los regímenes pensionarios públicos.......................... 32
5. El condicionamiento del pago y reajuste de las pensiones.......................... 34
IV. La autonomía del Derecho Pensionario o Previsional................................................... 35
1. Hacia una definición del concepto “pensión”.............................................. 37
2. El contenido esencial del derecho a la pensión............................................ 37
3. El contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
pensión......................................................................................................... 39

425
César Abanto Revilla

CAPÍTULO II
El origen del Sistema Nacional de Pensiones
Las modalidades de aseguramiento y la problemática
del reconocimiento de los aportes previsionales
I. El origen del Sistema Nacional de Pensiones...................................................... 45
1. Los inicios: Seguro social de los obreros (1936)......................................... 45
2. El desarrollo: Seguro social de los empleados (1961)................................. 48
3. La unificación: Sistema Nacional de Pensiones (1973)............................... 51
II. Las modalidades de aseguramiento..................................................................... 54
1. El momento de pago de la pensión: contingencia (artículo 80)................... 56
2. La afiliación obligatoria de los trabajadores independientes....................... 57
III. La problemática del reconocimiento de los aportes previsionales....................... 61
1. Evolución legislativa de la regulación de los aportes.................................. 61
2. Principales reclamos administrativos y judiciales....................................... 65
3. El caso Tarazona: Acreditación documentaria de las aportaciones................ 70
4. Los requisitos formales en fallos posteriores complementarios.................. 78

CAPÍTULO III
Las prestaciones del Sistema Nacional de Pensiones:
invalidez, jubilación y sobrevivientes
I. Pensión de invalidez: supuestos y calificación.................................................... 93
II. Pensión de jubilación: requisitos y evolución legal............................................. 96
1. Requisitos de la pensión jubilatoria: edad y aportación............................... 96
2. La determinación de la edad mínima........................................................... 98
3. La evolución de las modalidades jubilatorias en el tiempo......................... 100
4. Los supuestos especiales de jubilación........................................................ 103
5. La diferencia de requisitos por razón de género.......................................... 106
III. Pensión de sobrevivientes: modalidades y reformas........................................... 107
1. Pensión de viudez......................................................................................... 108
2. Pensión de orfandad..................................................................................... 110
3. Pensión de ascendientes............................................................................... 112
4. El capital de defunción................................................................................. 112
IV. Aspectos complementarios de las pensiones....................................................... 113
1. La evolución de la fórmula de cálculo de la pensión................................... 113

426
Sistema Nacional de Pensiones

2. La regulación de las pensiones mínima y máxima...................................... 115


3. El pago de los devengados e intereses legales............................................. 120

CAPÍTULO IV
Los regímenes especiales del Sistema Nacional de Pensiones
Evolución de la regulación de la jubilación minera
I. Los regímenes especiales del SNP...................................................................... 125
1. Grupos incorporados dentro del SNP........................................................... 126
2. Grupos beneficiados con la reducción de los requisitos pensionarios......... 129
II. Evolución de la regulación de la jubilación minera............................................. 136
1. El origen de la pensión de jubilación minera............................................... 136
2. La acreditación de labores en la actividad minera....................................... 140
3. La aplicación del Decreto Ley Nº 25967..................................................... 141
4. Los trabajadores mineros con silicosis......................................................... 143
III. Fondo Complementario de Jubilación Minera..................................................... 147

CAPÍTULO V
La regulación procesal administrativa
y judicial de las pretensiones pensionarias
Temas penales en materia de derechos previsionales
I. La regulación procesal administrativa................................................................. 155
1. Aspectos generales....................................................................................... 155
2. Aspectos particulares................................................................................... 159
II. La regulación procesal judicial............................................................................ 162
1. Proceso constitucional previsional............................................................... 162
2. Proceso contencioso-administrativo previsional.......................................... 169
3. Proceso laboral previsional.......................................................................... 174
III. Temas penales en materia de derechos previsionales.............................................. 177
1. El delito de apropiación ilícita de los aportes previsionales........................ 177
2. Requisito de procedibilidad: informe técnico jurídico................................. 187

CAPÍTULO VI
Conclusiones y recomendaciones
I. Conclusiones........................................................................................................ 195
II. Recomendaciones................................................................................................ 197

427
César Abanto Revilla

ANEXOS LEGISLATIVOS
Principales normas legales y reglamentarias relacionadas
al Sistema Nacional de Pensiones
Sistema Nacional de Pensiones
01. Aprueban el Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social
Decreto Ley Nº 19990.......................................................................................... 207
02. Reglamento del Decreto Ley Nº 19990, relativo al Sistema Nacional de
Pensiones de Seguridad Social
Decreto Supremo Nº 011-74-TR.......................................................................... 233
03. Modifican el goce de pensiones de jubilación que administra el Instituto Perua-
no de Seguridad Social - IPSS
Decreto Ley Nº 25967.......................................................................................... 250
04. Modifican el régimen de prestaciones de salud, el Sistema Nacional de Pensio-
nes, el Sistema Privado de Fondos de Pensiones y la estructura de contribucio-
nes al Fondo Nacional de Vivienda (Fonavi)
Ley Nº 26504....................................................................................................... 253
05. Ley que precisa la aplicación del Decreto Ley Nº 19990 para el otorgamiento
de las pensiones de jubilación
Ley Nº 27561....................................................................................................... 257
06. Ley de simplificación administrativa de las solicitudes de pensión del Sistema
Nacional de Pensiones, regulado por el Decreto Ley Nº 19990
Ley Nº 27585....................................................................................................... 258
07. Establecen disposiciones para la determinación del monto de pensiones de ju-
bilación en el Sistema Nacional de Pensiones
Decreto Supremo Nº 099-2002-EF...................................................................... 260
08. Dispone incremento de pensiones mínimas comprendidas en el Sistema Nacio-
nal de Pensiones a que se refiere el D. L. Nº 19990
Resolución Jefatural Nº 001-2002-JEFATURA/ONP.......................................... 263
09. Ley de creación del Tribunal Administrativo Previsional
Ley Nº 28040....................................................................................................... 264
10. Ley que declara expedito el derecho de acudir ante la Oficina de Normalización
Previsional (ONP) a solicitar la revisión de cualquier resolución administrativa
que se hubiere expedido en contravención a lo dispuesto en los artículos 56 y
57 del Decreto Supremo Nº 011-74-TR, Reglamento del Decreto Ley Nº 19990
Ley Nº 28407....................................................................................................... 266

428
Sistema Nacional de Pensiones

11. Dictan medidas complementarias para aplicación de la Ley Nº 27023 referente


a la solicitud de pensión de invalidez y la presentación de certificado médico
de EsSalud
Decreto Supremo Nº 166-2005-EF...................................................................... 267
12. Ley que modifica el Decreto Ley Nº 19990, Sistema Nacional de Pensiones de
la seguridad social, y establece el régimen especial de jubilación para la socie-
dad conyugal y las uniones de hecho
Ley Nº 29451....................................................................................................... 269
13. Ley que modifica el artículo 70 del Decreto Ley Nº 19990, modificado por la
cuarta disposición transitoria y final de la Ley Nº 28991, sobre protección de
aportes en el Sistema Nacional de Pensiones
Ley Nº 29711....................................................................................................... 271
14. Aprueban Reglamento de la Ley Nº 29711 y dictan otras disposiciones
Decreto Supremo Nº 092-2012-EF...................................................................... 272

Regímenes especiales de pensión


Grupos incorporados dentro del SNP

01. Comprenden como asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones


y del Régimen de Prestaciones de Salud del IPSS, a varias personalidades que
ocupan cargos políticos
Decreto Supremo Nº 046-86-PCM...................................................................... 279
02. Reconocen a las amas de casa y/o madres de familia la calidad de trabajadoras
independientes
Ley Nº 24705....................................................................................................... 280
03. Incorporan al Régimen de Prestaciones del IPSS a los choferes profesionales
independientes y a los pensionistas de la Ley Nº 16124
Ley Nº 24827....................................................................................................... 281
04. Otorgan beneficios a trabajadores “estibadores terrestres”, “transportistas ma-
nuales en carretillas y triciclos”, que laboran en mercados, terminales terrestres
o en establecimientos análogos
Ley Nº 25047....................................................................................................... 283
05. Los socios trabajadores de las Cooperativas de Trabajadores que, hasta el
09/03/1991, estuvieron incorporados como asegurados obligatorios dependien-
tes de regímenes que administra el IPSS, tienen los derechos y obligaciones
derivados de los DD.LL. Nºs 18846, 19990 y 22482
Decreto Supremo Nº 030-91-TR.......................................................................... 284

429
César Abanto Revilla

Grupos beneficiados con la reducción de los requisitos pensionarios


01. Fijan régimen transitorio para jubilación de los trabajadores marítimos, fluvia-
les y lacustres
Decreto Ley Nº 21952.......................................................................................... 289
02. Aviadores comerciales podrán jubilarse antes de cumplir 60 años
Decreto Supremo Nº 04-78-TR............................................................................ 290
03. Reducen la edad de jubilación de los trabajadores de construcción civil a 55
años de edad
Decreto Supremo Nº 018-82-TR.......................................................................... 291
04. Los periodistas que laboren en las empresas periodísticas, radiales, de televi-
sión o en agencias noticiosas, tienen derecho a percibir pensión de jubilación,
a partir de los 55 o 50 años de edad, según se trate de varones o mujeres
Ley Nº 24527....................................................................................................... 292
05. Establecieron edad de jubilación para trabajadores de la Industria de Cueros
Ley Nº 25173....................................................................................................... 293
06. Ley de jubilación de trabajadores mineros
Ley Nº 25009....................................................................................................... 294

Fondo complementario de jubilación minera, metalúrgica y siderúrgica


01. Ley que crea el Fondo Complementario de Jubilación Minera, Metalúrgica y
Siderúrgica
Ley Nº 29741....................................................................................................... 297
02. Aprueban Reglamento de la Ley Nº 29741, Ley que crea el Fondo Comple-
mentario de Jubilación Minera, Metalúrgica y Siderúrgica
Decreto Supremo Nº 006-2012-TR...................................................................... 299

ANEXOS JURISPRUDENCIALES
Principales precedentes jurisprudenciales relacionados
al Sistema Nacional de Pensiones
01. Decreto Ley Nº 25967: Derechos adquiridos
Expediente Nº 0007-96-I/TC-Lima (acumulado)................................................ 311
02. Reconocimienton de aportaciones
Expediente Nº 04762-2007-PA/TC-Santa............................................................ 325
03. Pensión de invalidez: suspensión del pago
Expediente Nº 04640-2008-PA/TC-Santa............................................................ 339

430
Sistema Nacional de Pensiones

04. Pensión de invalidez: caducidad del derecho


Expediente Nº 04722-2009-PA/TC-Lima............................................................ 341
05. Pensión de viudez para convivientes
Expediente Nº 06572-2006-PA/TC-Piura............................................................ 343
06. Ley Nº 23908: Pensión mínima
Expediente Nº 5189-2005-PA/TC-Junín.............................................................. 353
07. Pensión máxima mensual (Tope)
Expediente Nº 1294-2004-AA/TC-Lambayeque................................................. 361
08. Pago de intereses legales previsionales
Expediente Nº 05430-2006-PA/TC-Lima............................................................ 365
09. Pensión de jubilación minera (Silicosis)
Expediente Nº 02599-2005-PA/TC-Lima............................................................ 372
10. Contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión
Expediente Nº 1417-2005-AA/TC-Lima............................................................. 379
11. Reglas del proceso de cumplimiento previsional
Expediente Nº 0168-2005-PC/TC-Santa......................................................................... 400
12. Obligación de conservar información previsional
Expediente Nº 07440-2005-PHD/TC-Huaura .................................................... 407

Bibliografía.................................................................................................................. 417
Índice general............................................................................................................... 425

431

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