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My Fifo y Lifo
My Fifo y Lifo
En el caso de los productos perecederos como los alimentos, aplicar bien este
sistema (en vez del sistema LIFO) es imprescindible para no incurrir en pérdidas
asociadas a la caducidad de los productos. Esta situación es también extrapolable a
otros productos que no sean inmunes al paso del tiempo, como la moda, los
productos farmacéuticos, etc.
Conocer esta fecha, evita dejar ese producto en el olvido y su consecuente pérdida
de valor. Sin embargo, no es el único proceso a implementar para que el FIFO se
realice de forma correcta. La utilización de estanterías dinámicas, por ejemplo,
permite introducir los últimos productos recibidos por un extremo de la estantería y
sacar los más antiguos por el otro, consiguiendo de esta manera el objetivo
primordial del FIFO.
No obstante, otros puntos clave como el ordenador de mano empleado por los
operarios son vitales por diferentes motivos entre los que destaca la capacidad de
emitir una alarma al trabajador si el producto que está leyendo y cogiendo para
llevar a picking no es el más antiguo. Este aviso se produce gracias a la gestión que
hace el SGA (Sistema de Gestión del Almacén) de todos los productos mediante la
lectura de los código de barras, como hemos visto, o por radiofrecuencia para
indicar dónde colocar el producto dentro del almacén y saber que el producto que ha
entrado primero, debe salir primero evitando, por tanto, el grave coste de la
obsolescencia.
El sistema LIFO es mucho menos utilizado que el FIFO. El motivo principal es que el
sistema LIFO no es aplicable a la mayoría de productos y solo algunos
imperecederos o que no pierden valor con el paso del tiempo pueden adoptar este
sistema. Por ejemplo, en el caso del cemento, los ladrillos, el trigo a granel… se
suele emplear este tipo de sistema LIFO para conseguir una simplificación en
la gestión del almacén y una mayor rapidez sin preocuparse de si el producto ha
entrado el primero.