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La identidad personal es la identidad única de

una persona a lo largo del tiempo (meses, años,


etc). Las discusiones sobre la identidad personal
típicamente apuntan a determinar las condiciones
necesarias y suficientes bajo las cuales se puede
decir que una persona en un momento y una
persona en otro momento son la misma persona,
persistiendo en el tiempo.
En filosofía, el problema de la identidad personal
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tiene que ver con cómo uno es capaz de
identificar a una sola persona durante un
intervalo de tiempo, tratando preguntas como,
"¿Qué hace que sea cierto que una persona sea
la misma que una persona en otro momento? " o
"¿Qué tipo de cosas somos las personas?"
En la metafísica contemporánea, la cuestión de
la identidad personal se conoce como el
problema diacrónico de la identidad personal. El
problema sincrónico se refiere a la cuestión de
qué características y rasgos caracterizan a una
persona en un momento dado. Tanto la filosofía
analítica como la filosofía continental indagan
sobre la naturaleza de la identidad. La filosofía
continental se ocupa de mantener
conceptualmente la identidad cuando se enfrenta
a diferentes proposiciones filosóficas, postulados
y presuposiciones sobre el mundo y su
naturaleza.
Un concepto de la persistencia personal a lo
largo del tiempo es simplemente tener una
existencia corporal continua. Sin embargo, como
ilustra el problema de la Nave de Teseo, incluso
para los objetos inanimados hay dificultades para
determinar si un cuerpo físico en un momento es
lo mismo que un cuerpo físico en otro momento.
Con los humanos, con el tiempo, nuestros
cuerpos envejecen y crecen, perdiendo y
ganando materia, y durante suficientes años ya
no constará de la mayor parte de la materia en la
que alguna vez estuvieron formados. Por tanto,
resulta problemático basar la persistencia de la
identidad personal a lo largo del tiempo en la
existencia continua de nuestros cuerpos. Sin
embargo, este enfoque tiene sus partidarios que
definen al ser humano como un organismo
biológico y afirma la proposición de que una
relación psicológica no es necesaria para la
continuidad personal. Esta ontología de identidad
personal asume la teoría relacional de los
procesos que sustentan la vida en lugar de la
continuidad corporal.
Continuidad psicológica
En psicología, la continuidad personal, también
llamada persistencia personal o auto-continuidad,
es la conexión ininterrumpida de una persona en
particular con su vida privada y su personalidad.
La continuidad personal es la unión que afecta a
los aspectos derivados de la personalidad con el
fin de evitar discontinuidades de un momento de
tiempo a otro momento de tiempo.
La continuidad personal es una parte importante
de la identidad; este es el proceso de asegurar
que las cualidades de la mente, como la
autoconciencia, la sensibilidad, la sapiencia y la
capacidad de percibir la relación entre uno mismo
y el entorno, sean consistentes de un momento a
otro. La continuidad personal es propiedad de un
período de tiempo continuo y conectado y está
íntimamente relacionada con el cuerpo o el ser
físico de una persona en un único continuo de
cuatro dimensiones.
El asociacionismo, una teoría de cómo las ideas
se combinan en la mente, permite que los
eventos o puntos de vista se asocien entre sí en
la mente, lo que conduce a una forma de
aprendizaje. Las asociaciones pueden resultar de
contigüidad, similitud o contraste. A través de la
contigüidad, se asocian ideas o eventos que
suelen ocurrir al mismo tiempo. Algunos de estos
eventos forman una memoria autobiográfica en la
que cada uno es una representación personal de
los eventos generales o específicos y de los
hechos personales.
La integridad del ego es el concepto psicológico
de la seguridad acumulada por el ego de su
capacidad de orden y significado. La identidad
del ego es la confianza acumulada en que la
igualdad y la continuidad internas preparadas en
el pasado van acompañadas de la igualdad y
continuidad del significado de uno para los
demás. El cuerpo y el ego controlan las
expresiones de los órganos y de los otros
atributos de la dinámica de un sistema físico para
enfrentar las emociones de la muerte del ego en
circunstancias que pueden convocar, a veces, el
auto-abandono antiteonimista
Continuidad de la identidad
Se ha argumentado a partir de la naturaleza de
las sensaciones y las ideas que no existe una
identidad permanente. Daniel Shapiro afirma que
uno de los cuatro puntos de vista principales
sobre la identidad no reconoce una "identidad
permanente"

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