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1.Juegos de sostén
Así como en los juegos de ocultamiento se elabora la pérdida de la referencia visual, en los
juegos de sostén la disminución, variación y/o pérdida de la referencia táctil es el elemento
dominante, junto con la afirmación de la confianza en el cuerpo que sostiene y apoya.
Dice Winnicott: Para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no solo pensar o
desear, y hacer cosas lleva tiempo. Jugar es hacer.
Lineamientos generales
Podemos caracterizar por lo menos tres formas diferentes de sostén que conllevan
modificaciones en la posición del cuerpo del niño:
El temor a caer
Habíamos dicho que con relación al cuerpo, un miedo básico puede reunirse en el temor a la
pérdida de la referencia táctil, temor puesto en juego sobre todo en el temor a caer. Durante
los juegos de sostén este temor puede hacerse presente en forma no lúdica, por lo cual la
temática requiere de una reflexión que excede el desarrollo particular de cada juego.
Sara Paín describe tres tipos de miedo, de los cuales dos son de utilidad para la temática que
nos ocupa, uno de ellos es provocado por un cambio en la situación objetiva, y que no interesa
a la constitución del pensamiento por encontrarse en el plano de los reflejos reguladores
biorreguladores. Luego tenemos un miedo generado y buscado sea en el plano exterior del
espectáculo, sea en el interior de los propios presentimientos. Este miedo está emparentado
con el placer e impregna las fantasías de seducción y muerte en un juego excitante de trampas
y peligros. En los juegos de sostén estos dos miedos tienen una gran importancia pues este
juego excitante de trampas y peligros tiene a un mismo tiempo la impronta, la marca de los
reflejos biorreguladores.
Caer tiene una orientación que marca la gravedad. Caer: ser arrastrado un cuerpo de arriba
abajo por su propio peso. La gravedad es el peso elemental.
En Estudios psicoanalíticos, donde dedica un capítulo a Winnicott, Beatriz Grego dice Primero
el niño anida en la madre, antes en el útero, luego en los brazos. Acudir a la metáfora del nido
para hablar del sostén no es una elección desacertada. Posicionando en el nido que se
construye en el pecho, el niño escucha el arrullo de su madre, el ro-ro, el arrorró, término que
proviene del canto del pájaro. Anidar en los brazos nos remite a la gestación. El término
gestación (gestare: llevar) se refiere al tiempo durante el cual las hembras llevan a sus
pequeños, luego tomó el sentido actual del embarazo. En el caso de un bebé pequeño el apoyo
y el sostén están amalgamados, por eso es más pertinente hablar de un sostén de apoyo. El
bebé no puede sostenerse por sus propios medios en posiciones donde se reduzcan los
apoyos.
En cuanto al lenguaje, encontramos que el término aterrar quiere decir echar por tierra.
Primero tuvo la acepción de derribar, luego de abatir, consternar, y solo desde el siglo XVI,
aterrorizar por influjo tardío de terror, aterrador. Al decir que la espalda es el lugar del peligro
remarcamos su simbología negativa: …
No conocemos nuestra espalda, la percibimos como eje del cuerpo. Como sabemos, Wallon la
define como el lugar de la postura, es decir, el campo donde vienen a inscribirse las
modificaciones tónicas en la relación con el mundo externo
Llamaré juegos de ocultamientos a aquellos cuya característica radica en que una o varias
personas se esconden y otra debe descubrirlas. También puede incluir el ocultamiento de
objetos para ser descubiertos. El ocultamiento crea una distancia entre los cuerpos y también
la mayoría de las veces nos introduce en la oscuridad. En los juegos de ocultamiento se
extrema la capacidad de atención, ubicada principalmente en la visión y la escucha.
La sabanita. En este juego la tela que cubre el rostro del niño cumple una doble función. Por
un lado su materialidad no permite visualizar al otro pero, por otro, del lado del niño se
produce un fenómeno particular, que es la invención de un lugar, de un espacio donde
ocultarse y tomar una distancia con el otro. El niño se cubre para descubrir, o sea, para
inventar un espacio que lo separa visualmente del otro.
El escondite Juego que el niño utiliza como una curiosa forma de pasaje, de entrada a un lugar,
a muchos niños les asegura un tiempo intermedio de volver sin estar del todo (por ej. Cuando
el niño llega por primera vez a la escuela y se esconde detrás del adulto que lo trae. Ante la
pregunta de la maestra ¿dónde está?, el niño sale y se deja ver. El juego del escondite en
muchas ocasiones no es fácil de jugar: el niño vive la contradicción de seguir escuchando, de
seguir esperando escondido, o de salir al encuentro; de esperar que lo descubran o
descubrirse e ir hacia el otro. En las primeras situaciones del escondite predomina la acción de
ocultarse por entero, aunque esto no siempre se logra. El segundo momento, salir del lugar,
requiere de un aprendizaje posterior.
En los primeros años de vida, podemos llamar escondite al juego de esconderse, una forma
primaria de los que después llamaremos escondida.
La escondida
La escondida es jugada en grupos y con reglas comunes, aparece juntamente con los primeros
agrupamientos escolares. Los juegos de ocultamiento generan y recrean ansiedades que
deben ser controladas para que el juego pueda llevarse a cabo con éxito.
El cuerpo, el movimiento, los sonidos, la visión, el espacio y el tiempo, son variables que se
redimensionan en los juegos de ocultamiento.
EL CUERPO
Para esconderse en un lugar hay que tener una mínima conciencia del cuerpo que se va a
esconder, de la dimensión y el perímetro del propio cuerpo. Las primeras veces que el niño se
oculta, cuando es pequeño, debe hacer un aprendizaje particular que consiste en elegir un
lugar que pueda albergar al cuerpo en forma total y que no queden partes sin ocultar que lo
delaten frente a la mirada atenta de quien lo busca.
Previo a la escondida, en el juego del escondite esta acción es la que caracteriza el juego.
EL MOVIMIENTO
produce la quietud, se trata de una inmovilidad en tensión, de una inhibición forzada del
movimiento que espera para abrirse en forma explosiva corriendo a salvar su situación,
sorprendiendo al niño que intenta descubrirlo. No se trata de quien descansa sino de quien
espera alerta para salir corriendo.
LOS SONIDOS
Cuerpo inmóvil y en silencio. Todo ruido que se produzca puede ser usado por el buscador
para orientarse en el espacio y descubrir a quién se oculta.
LA VISIÓN
Para el buscador, la escondida implica una pérdida de control visual del otro, de quien se
esconde; su tarea es encontrarlo sin alejarse mucho de la piedra, el lugar donde ha contado;
en cualquier momento y desde cualquier dirección puede aparecer el otro para cantar el salvo.
EL ESPACIO
Las escondidas redimensiona el espacio. No son ingenuas las puertas ni los rincones,el niño
busca en qué lugar tendrá cabida su existencia pronta a ser descubierta. La elección del
espacio es parte esencial de la estrategia.
EL TIEMPO
3.Juegos de persecución
En su origen, para que se constituya en un juego, el perseguidor debe ser reconocido por el
niño como una persona confiable y de confianza; una persona desconocida no puede
protagonizarlo con éxito. Esta confianza en la persona que protagoniza el rol de perseguidor le
garantiza al niño que nada malo va a suceder y que puede aceptar la amenaza como una
ficción, reduciendo la sensación de incertidumbre.
Los juegos de persecución son diferentes de los juegos de confrontación, con los cuales se los
suele confundir. La persecución se lleva a cabo en la medida en que los cuerpos mantienen una
distancia. Si esta distancia se anula, tal tipo de juego llega a su fin. Jugar a la persecución
implica dos acciones básicas: perseguir y escapar; ambos roles son complementarios. El
comienzo de la actividad se dispara ante la puesta en juego de uno de los personajes,
persecución se provoca. Como ya dijimos, en los juegos de crianza el cuerpo es el objeto de
juego. En el caso particular de la persecución, la distancia corporal constituye una clave del
jugar.
https://www.youtube.com/watch?v=RWj_XaCxNKM