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Cuando un virus toma el control de la célula que infecta, la obliga a producir más virus.
Algunas veces la célula a la que atacan puede perder el control de su proceso normal de
división y convertirse en una célula cancerosa.
Se diagnostican por los médicos basándose en los síntomas que presentan los pacientes
o los exámenes y análisis que se pudieran realizar, cumpliendo además con la definición
de infección intrahospitalaria.
En este caso en particular, es importante recalcar las formas en que se realiza la limpieza
en un hospital, se pueden resaltar unos puntos importantes como: es necesaria la fricción
a la hora de limpiar para remover la suciedad y microorganismos que están conllevan,
siempre se debe limpiar desde las áreas menos sucias a las más sucias, algunas veces
se opta por desinfectantes de superficies a vapor, las superficies altamente tocadas
(principalmente la unidad del paciente o todo lo que lo rodea) deben ser sometido a una
rigurosa limpieza. Todo esto deberá ser realizado por personal capacitado.
Claro está que un hospital debe ser totalmente higiénico; la responsabilidad no solo recae
en el hospital, pero si es el deber del personal de salud, promover la higiene para prevenir
complicaciones y no llegar a situaciones de impacto epidemiológico.
Las ventajas que podemos resaltar de una limpieza hospitalaria bien organizada son:
aumentar la productividad y eficacia, ahorrar tiempo y recursos, disminuye la frecuencia
de ineficiencias y sobre todo garantiza la calidad y la salud. Porque como menciona el
Manual de control de infecciones y epidemiología hospitalaria:
“La limpieza ambiental hospitalaria es algo más que pisos brillantes. Es seguridad
para los pacientes, empleados y visitas.”