Está en la página 1de 193

CENTROSUPERIOR

DE ESTUDIOS
DE LA DEFENSA
NACIONAL

CIQN

Febrero 1973 71
SUMARIO

1. ORGANIZACION

— La organizaciónde la defensa en Italia


1a Parte: Las Fuerzas Armadás.

IV. ESTUDIOS ESTRATEGICOS

— La Moderna Guerra Pequefia (5•a 6•a partes)

XI. ACTIVIDADES DEL CESEDEN

— Conmemoración del IX Aniversario de la


Fundación del CESEDEN
— Otras conferencias

SECCION BIBLIOGRAFICA

1
CESEDEN Boletín
mensual0:7/
Dpt° de información

•0 ORGANIZAC10N1

— LA ORGANIZACIONDE LA DEFENSA EN iTALIA


i PARTE LAS FUERZAS ARMADAS.

1
CESEDEN

ORGANIZACON DE LA DEFENSA EN TALA

1 Parte»L.AS FUERZAS ARMADAS’

BOLETEN DE NFORMACON NUM 71—1


Febrero, 1973
La undad de Italia fue conseguida hace tan sblo un siglo, por lo
que esté país puede ser cons!derado como uno de los más j6venes de Europa
en lo que respecta a su carácter nacionaL Empero, por su situac6n y coni
guraci6n geográficas, la península Itálica ha poseido siempre una importan
cia estratágica considerable, ya sea por su posici6n clave en el Mediterr’á-
neo o como pro!ongaci6n de! continente europeo0

Desde & punto de vista de a OTAN, Italia constituye un exten


so y vital lazo de unión entre los paises de la alianza atlántica frente a! blo
qüe orienta!0 Dos de los puntos más dáblies del dispositivo defensivo de la
OTAN son la zona comprendida entre el su de Alemania y el norte de Italia,
y e! espacio aáreo y marítimo que separa el sur de Italia de Grecia y Tur —

quía. A diferencia de las fuerzas del Pacto de Varsovia, las de la OTAN de


penden grandemente de las rutas marítimas y aáreas para su abastecimiento:
en los casos precisos de Italia, Grecia y Turquía, tales rutas se extienden
a travás de todo el Mediterráneo0 Si por añadidura se tienen en cuenta fac—
tores tales como: la debilidad del flanco oriental de la OTAN a causa de la
neutralidad de Austria, la posibilidad de la adhesión de Yugos!avia al Pacto
de Varsovia después de la desaparición de! presidente Tito, la gran poten
cia aérea de los países meridionales miembros de ese pacto, el notable au
mento desde 1967 de las unidades de superficie y submarinas de la escuadre
soviética de! MediterráneO, así como el nC.mero de bases navales y aéreas —

(pese a que ahora haya disminuido) de que disponen los soviéticos en Siria y
en la costa norteafricana, resulta evidente que la potencia de Italia constit
ye la piedra angular de la estructura defensTv de la OTAN en el sur de Eu
ropa0

Incluyendo Sicilia y Cerdeña, Italia tiene una superficie de


324 000 Km2 y unos 75OO Km. de litoraL La mayor parte de su población—
de 54 millones de habitantes está concentrada en las cuencas fluviales y en
las tierras bajas costeras de la península. La mayor densidad de población
se registra en el valle del Po, en la próspera región septentrional, donde
prácticamente se hallan instaladas todas las industrlas de gran importancia
—no obstante, se hacen esfuerzos notables pare crear zonas industriales en
las regiones subdesarrolladas del sur de Nápoles0
Una unidad de infantería mecanizada de “bersaglieri” se lanza al asalto apo
yada por sus vehículos blindados. Las tropas han abandonado ya sus VTT M
133 (al fondo, a la izquierda). El carro de combate de la fótograf(aes un
M47, del que siguen en servicio unos 800 ejemplares.

TopogrMicamente, los Apeninos forman el espinazo divisoriode


la península, mientras qu.e al norte los Alpes delimitan las fronteras con. -

Francia, Suiza, Austria y Yugoslavia.

Bien que las invasiones de la península ltlica hayan sido efec


tuadas tradicionalmente a trav€s de los pasos alpinos o, desde Yugóslavia,
aprovechando tas llanuras costeras. del noreste del país, las operacionesbé
licas llevadas a cabo &irante la segunda guerra mundial demostraron la difÍ
cultad de defender todo Italia contra los ataques aéreos y l.os desembarcos
anfibios. La necesidad de utilizar las rutas marítimas para transportar gran
parte de los productos esenciales, así como el mantenimiento del orden inte
rior,. constituyen otros tantos puntos vulnerables. A este último respecto, —

ciertos, observadores extranjeros han considerado á rnenu.do al importante —

partido. comunista ¡tal iano. como una fuente en potencia de insurrección en fa


vor del Pacto de Varsovia., particularmente en tiempo de guerra. Saliendo—
al paso a estos rumores, tos medios autorizados italianos han declarado a
Revista Internacional de Defens&ue la popularidad de que goza el partido
comunista reside esencialmente en su promesa de eféctuar profundas refor
mas sociales en beneficio de las. clases obreras, que los, miembros del parti
do se. consideran ante tódo italianos y están orgullosos de serlo y, finalmen
te, que los militantes comunistas se hallan dIvididos en varias facciones de
oposición. Empero, existen motivos para creer qtse las preocupaciones de —

orden social pudieran ser deliberadamente fomentada.s y explotadas por ele


mentos extremistas del partido comunista, con objeto de distraer la atenci6n
de las fuerzas armadas inmeditamente antes de que esta.Hara una crisis, o
durante ésta, precisamente en & momento en que tales fuerzas serÍan nece
sanas para contribuir a rechazar una agresin inesperada procedente del
exterior (por ejemp!o unas ¡!maniobrasI del Pacto de Varsovia a proximidad
de la frontera que de repente se convirtieran en un ataque real)0

Un factor político que influye también lo suyo en la situacibn de


la defensa de Italia. es que los sucesivos gobiernos nunca se han atrevido a
debatir abiertamente sobre la política de defensa, por temor a perder su pre
cania mayoría En os informes oficiales del gobierno los nombre de la
Uni6n Soviética y el Pacto de Varsovia (como la Mafia) jamés han sido men—
cionados como representantes de una amenaza tal ia nunca ha publicado un
Llbro Blanco de la Defensa; finalmente, en el Plan quinquenal de 1971 no se
hace nnguna referencia a la defensa,

No obstante todas estas dificultades, y pese a la aparente igno


rancia del público de tales amenazas y de ¡a necesidad de una pronta progra
mación presupuestaria para contrarrestar las, las fuerzas de defensa itali
nas dan la impresién de estar generalmente bien equipadas y de ser aptas pa
ra llevar a cabo las misiones que les sor confiadas,

Misionesdelasfuerzasanmadas

Italia es uno de los miembros fundadores de la OTAN y, aunque


no hay fuerzas italianas estacionadas fuera del territorio nacional, su polí
tica de defensa obedece esencialmente a los intereses de la alianza0 El Ejér
cito proporciona virtualmente a totalidad de las tropas asignadas a! mando
LANDSOUTH de las fuerzas aIjadas del sur de Europa (AFSOUTH), cuyo -.

cuartel general se encuentra en Bagnoli, cerca de Népo!es0 Las Fuerzas —

Aéreas suministran técitamente todos los efectivos que forman la 5 fuerza


aérea téctica aliada (5 ATAF), que depende del mando AIRSOUTH de las
AFSOUTH0 La Marina esté encargada principalmente de la proteccién coste
ra, de la cotocacibn y drgado de minas y de la lucha ASM (al igual que as
de Grecia y Turquía), dejando así libre a la Sexta Flota estadounidense pa
ra su importante misibn de disuasién como fuerza móvil de ataque de las AF
SOUTH,

El ministerio de Asuntos Exteriores italiano ha definido las —

principales misiones de las fuerzas armadas de su país, en colaboraci6n con


la OTAN, del modo siguiente:
- 4—

del ensa de la frontera noreste;


— proteccn de las vías marrtimas de cornunicaci.6n;
defensa del espacio areó nacional y de los mares adyacentes;
defensa interior del territorio nacional.

La defensa de la frontera noreste de italia tiene como objeto ini


pedir que las fuerzas agresoras procedentes dé! este se apoderen de la par
te septentrional de! país, donde se hallan los rns impórtantes recursos dela
nación.
La coordinaci6n de las operaciones navales y areas est& desti
nada a garantizar a proteccin de !as vías marítimas deQomunicaci6n (mi—
si&n que corresponde pNncpalmente a la Marina), las cuales revsten una
importancia capital para tali ya que casi todos los productos de primera —

necesidad han de ser transportados por mar.

La defensa del espacio aireo nacional y de s mares adyacentes


está confiada a la Aviacibn, apoyada por las fuerzas terréstreS y navales,
que tiene la misibn de rechazar cualquier clase de amenaza aárea. En la de
fensa del territorio nacional el cuerpo de iICarabinierit,que en tiempo de
paz cuida de! mantenimiento del orden en col aboracin con otros cuerpos ar
mados del Estado, tiene reservado un papel de suma importancia.

El tratado de Paz firmado por Ita! ia en 1945 !.e prohibe la fabri—


caci6n, pruebas y posesión de armas nucleares, pero los tres Ejárcitos ita
llanos disponen de sistemas de arma capaces de llevar cbezas de combate—
nucleares, Tales cabezas de combate permanecen bajo control norteamerica
no, pero se hallan almacenadas en Italia,

Efectivos

Según los datos más recientes facilitados por el ministerio de —

Defensa, e! efectivo total de las fuerzas armadas itaÍianas asciende ala can
tidad de 422.976 hombres, distribuidos como sigue: Ejárcito, 303,395; Man
na, 45.179; Fuerzas Aáreas, 72.402. En este número no están incluidos el
personal del cuerpo del Ilcarabinierili (80, 700 hombres que dependen nomi
nalmente del Ejárcito y constituyen una fuerza distinta de la Polícía) ni tos
reservistas entrenados sujetos a movilizacibn urgente (6Q 000 indivIduos).

Aunque la mayor parte de oficiales y suboficiales de los tres —

Ejárcitos son profesionales, y existe cierto número de voluntarios —de los


que proceden los suboficiales profesionales— que sientan plaza por períodos
de tiempo no muy prolongados (la duraci6n máxima del alistamiento de volun
tarios es de seis años en la Marina), la inmensa mayoríú del personal de las
fuerzas armadas está compuesto de mozos de los respectivpS reemplazos.

El servicio militar es obligatorio para todos os ciudadanos va


rones de 21 años de edad, si bien pueden ser concedidas r6rrogas en deter
minados casos, La duraci6r% del servicio es de 15 meseé .eh el Ejárcito y la
Aviaci6n, y de 24 meses en la Marina.
Los reservistas permanecen disponibles hasta la edad de 45aFios
y siguen periódicamente cursillos de repetición con armas y equipo; tambión
tornan parte en maniobras reincorporados en las respectivas unidades a las
que fueron destinados como reclutas., al final izar el periodo de instrucción —

inkfal de 28 semanas de duración.

Antes de entrar en detalles, sobre la organzaci6n y equipo de las


fuerzas armadas italianas, es conveniente examinar de qu& modo dependen s

El caza bombardero F-104S, producido con licencia .por Aeritalia para las
Fuerzas, A&reas italianas, os la versión m&s reciente del “Starfighter11: Ee
aparato,. que aícanza la velocidad de Mach 2,2, seguirá probablemente en ser
vicio hasta el. próximo décenio. Para las misiones de ásalto sér& reemplazado
por un centenar de aviones “Panavia 200 MRCA: tarnbi€n es posible que sea —

adqúirida una versión del MRCA para las misiones. de intercepción.

tas de las autoridades civiles, así corno fa estructura básica del miñisteriode
Defensa (vase. cuadro de la pgina siguiente).’

ElEjórcito

Las fuerzas terrestres están organizadas. en dos agrupaciónes —

principales; el Ejórc ito..de çámpaña, encargado le ‘.dfénder el país contra —

los ataques prodedentes del exterior, y el Ej&rcito territorial.


—7—

Estructura del Alto Mando neamiento operacional, los programas técnico-


económicos, la organización de las fuerzas arma-
El jefe supremo de las fuerzas armadas italianas es das, etc. Por mediación del Secretario General de
el Presidente de la República, aunque el mando civil Defensa, esta Junta ejerce su autoridad sobre 19
efectivo es ejercido por mediación del gobierno. Direcciones generales encargadas de- satisfacer
La Junta Suprema de Defensa es un cuerpo con las demandas de los Estados Mayores en lo que se
sultivo que se reúne dos veces cada año como refiere a personal y equipos. Las actividades de es
mínimo. Está presidida por el Jefe del Estado y sus tas Direcciones pueden ser definidas como sigue:
miembros ordinarios son: el Primer ministro, los administración del personal (militar y civil), sumi
ministros de Asuntos Exteriores, Gobernación, In nistro de equipos y responsabilidad de las cons
dustria y Comercio. Hacienda y Defensa, así como trucciones y trabajos. Esa Junta tiene su pareja
el Jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa (ac ejecutiva en la Oficina Suprema de las Fuerzas
tualmente el almirante Eugenio Henke). Armadas. encargada de asesorar al ministro en la
El Jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa éjecución de sus funciones. Esta Oficina está divi
(JAEMD) es el principal asesor militar del ministro dida en secciones del Ejército, la Marina y las Fuer
de Defensa, a la vez que es responsable de la coor zas Aéreas, que pueden ser convocadas separa
dinación total del sistema defensivo de la nación. damente -o en asamblea plenaria, según la orden
Dispone de su propio estado mayor, al que incum del día se refiera a uno o a más de ellos. Los miem
ben las cuestiones relacionadas con: la situación bros ordinarios de esta Oficina son los jefes de es
estratégica, el planeamiento de las operaciones y tado mayor de los tres Ejércitos, el Secretario Ge
programas, la organización de las instituciones de neral de Defensa, dos generales de cada Ejército y
la OTAN y de las fuerzas nacionales, la instrucción varios oficiales informadores. Los miembros extra
de estas últimas, los reglamentos de las mismas y ordinarios son convocados en función de los temas
los problemas logísticos. Sus responsabilidades tratados, y el ministro, sus subsecretarios de Es
comprenden también el Servicio de información de tado y el JAEMD están habilitados a asistir a estas
la Defensa,la Oficina de planificación de materiales. sesiones.
la Oficina de programas y presupuestos, la Oficina La segunda estructura de mando, de carácter pu
de telecomunicaciones y la Secretaría General del ramente administrativo, se extiende desde el mi
ministerio de Defensa. nistro, a través del Secretario General de Defensa,
Dentro del ministerio de Defensa, existen dos es hasta cinco Oficinas Centralesencargadas de los
tructuras de mando distintas que dependen del mi asuntos jurídicos y legislativos, de los presupuestos
nistro, y hacienda, de la organización y métodos, de la mo
La primera de ellas es puramente militar y tiene a vilización nacional y de las inspecciones adm,inistra
su frente al JAEMD y a la Junta de Jefes del Alto tivas. -

Estado Mayor. Esta Junta está formada por el La administración y coordinación del propio mi
JAEMD, los jefes de los Altos Estados Mayores de nisterio de Defensa corre a cargo del Secretario
los tres Ejércitos y el Secretario General de De General de Defensa, que es directamente res
fensa (actualmente el general Andrea Cucino). Este ponsable ante el ministro de su gestión, mientras
es el cuerpo consultivo más importante cerca del que el mando de las fuerzas armadas pasa del mi
ministro de Defensa, y es responsable de las cues nistro, a través del JAEMD, a los Altos Estados
tiones militares más delicadas, tales como: el pla Mayores de cada Ejército.

• Este último está -dividido éri seis Comandancias r’egioríates(No—


roeste, Noreste, Emilia—Toscana, Central y Cerdeía, Sur y Sicilia), sub
divididas a su vez en 21 Zonas militaresy 65 Distritos militares. El Ej6rci
to territorial es responsable del reclutamiento, de la movilizac(6n de urgen
cía en condiciones de mixima eficacia, de prestar el debido apoyo al Ejrci
to de campafia y, sobre todo, de la defensa interior del pais. En tiempo de—
paz, dispone de cuatro brigadas de infantera estacionadas en Dan, Mesina,
Florencia y Bolonia. En tienpo de guerra, estas unidades son reforzadas —

con el potente y eficacísimo cuerpo de “Carabinieri”, capaz de entrar en ac


clón en todo momento —incluido su regimiento mecanizado provisto de carros
de combate M47 y de VTT Ml 13—, y con los reservistas movilizados para for
mar otras brigadas de infantería y unidades de exploradores.
El Ejército de campaña, consta de cuatro cuerpos de ejrcito,cu
ya constjtucj6n réspectva esta dictada por el carácter particular de la ame
naza externa cernida sobre cada una de las zonas cuya defensa tienen enco
mendada. De este modo, el 3er, cuerpos basado en Mi!.,’çomprende una di
visión blindada, dos divisiones de infanteria y una brigada de tropas alphas;
el 42 cuerpo alpino, estacionado en Bolzano, que protege la región central
de la frontera septentrional alrededor del paso de Brennero consiste en —

tres brigadas alpinas; el 59 cuerpo, basado en Vittorio Véneto, que tiene a


su cargo la defensa de la vulnerable frontera noreste y de la zona costera,
consta.de una división blindada, dos divisiones de infantería y una brigada—
de tropas alpinas; finalmente, & 62 cuerpo, estacionado en Bolonia al sur —

del valle del Po comprende una brigada de infantería y cierto número de uni
dades de apoyo0

Ademas de estos cuatro cuerpo;s, el Ejército de campaña dispone


de las siguientes unidades especiales independientes: una brigada paracai
dista con base en Liorna, cerca de Pisa; una brigada de cabal lería mecani
zada en Go-izia, al noreste del país; una brigada armada con misiles antia
reos Hawkt estacionada en Porrogruaro, también en la región noreste; y
el regimiento ULagunari , compuesto de dos batallones, especialmente equi-’
pado para operar en las lagunas y zonas pantanosas de los alrededores de
Venecia, Estas tres últimas unidades prestan apoyo a menudo al 52 cuerpo—
que guarnece la frontera noreste.

De esta, descripci6n se desprende que el grueso de las fuerzas


del Ejército de campaña esta concentrado en la frontera septentrional, so
bre todo en el noreste, y que e! único cuerpo (ei 6_) apostado algo hacia e
interior, para respaldar la acción de las tropas desplegadas a lo largo de —

ese extenso frente, es relativamente débil (empero, debe tenerse presente—


que son los 32 y 42 cuerpos los que han de prestar el prncipal apoyo enpro
fundidad al 52 cuerpo para rechazar un ataque lanzado desde Yugoslavia),No
obstante, en The Military.Balance 97i—72, el International Institute for
Strategic Studies manifiesta que, de hecho’, las fuerzas terrestres italiaias
se hállan Ua cierta distancia de las zonas de posible confrontación entre el
Pacto’de Varsovia y la OTAN, Según este razonamiento, parece rnuy’prob
ble que la primera unidad del Ejército italiano que entraría en acción cortra
las fuerzas del Pacto de Varsovia sería el balal lón de tropas alpinas inte —

grado en la fuerza móvil ACE de la OTAN, creada para intervenir rápida—


mente en cualquier punto amenazado de los expuestos flancos norte y sures
te de la alianza.

A.ntes de describir algunos de los principales materiales actua


les y futuros del Ejército, ser útil tratar brevemente de a organización ge
—o

neral de las organizaciones ms importantes. Por razones de segur idad,re—


sulta imposible ofrecer un informe detallado sobre laorganizaçióflaCtUal, —

pero los datos que faclU tamos a continuación se refieren a 1970 y han sufrE-
do escasas modificaciones desde entonces.

1 T

—- .. .,. ..

- _%.. __•z.’ ••‘•

Borsaglicri saltando desde un helic&ptero AB-205 del Ejórcito. La movili


dad del Ejórcito itahano ha sido aumentada considerablemente gracias a la
compra de nuevos helicp.teróS de transporte de tropas.. El pedido ms recién
tese refiere a 24 CH—47C IiChinook’, del que han sido recibidos ya los. pr—
meros ejeniplarS. .

La divísifl blindada comprende tas unidades siguientes: el estado mayor


y una conpafía do plana mayor, un batatÍbn do transmisiones, un batallón —

blindado do reconocimiento; un batallón do Ingenieros; una unidad do Ja avía.


ción ligera del Ejrcito; dos. brigadas blindadas (compuesta cada una dcolls.
-- de: dós batallones acorazados,
un batl1bn de bersaglieri” mecanizados,
urja dompaSía de transmisioneS, una compaa acorazada de ingeniorós y —

tropas de apoyo lógstico); una brigada mecanizada (do composición arloga


a lá brigada blindada, poro con dos batallones de Ilbersag.ljerjii mecanizados:
y un sojo bataH6n acorazado); una brigada de arti ería.bndada (orm.ada
por tres grupos de, artifiería dotados de cañones M107 de 75mm0 y M55 de
203 mm. y un grupo armado con rnisiies antiaéreos Hawk),’

La divisi6n de; infantería consta de los elementos siguiéhtes: & estado


ryor’y una compaMa de plane mayor’:.un bataii&- de t’raismisiones; un beta
lón de reconocimiento un bataHn de ngeneros ua unded de aviaci6n ft-
gera del Ejército; dos regimientos de infantería (cada uno compuesto de una
compañía de morteros de 120 mm. y tres bataHones de infantería, uno de —

ellos meçanizado);un regimiento mecanizado (con un bat&Ión acorazado9 un


batal !6n de infanterÍa mecen izada y una compaña contra carros); un reginien
to de artillerÍa (con dos grupos de obuses de 105 mm0 un grupo de obuses —

•de 155 mm. y un grupo de cañones antiaéreos)0

o La brigada independiente de caballerj’a mecán!zada comprende tres bata


llones bIindados de recor,ocimiento organzados de modo análogo a los de a
diisin blindada, Cada, batalin consta de tres escuadrQnes provistos de
carros de combate o VTT Ml 139 o de mateniai mixto.

o La brigada, de infanterÍa fue rnodern izada recientemente y le nueva UBr


gada de infantería 65 está formada por e estado mayor y una compañía de
pana- mayor; una compañía de transmisiones; unregirnieto de infantería de
dos batallones (una sola compñía, provista de VTT M113);un batallan acoa
zado de dos compañías de carros de combate; una unidad de la avia.cibn lige
ra d& Ejército; un grupo de artiHera dotado de 18 obuses de 05 mm, trans
portados a lomo; una compañía de ingenieros; y diferentes servicios. Las
brigadas de infantería constituyenH as fuerzas de choque del Ejército terri
tonaL Su nueva organiza,ci6n (con a incor’poraci6n de unidades bl indada,s9
meçanizadas y aeroportadas) ha permitido aumentar con’ su mo
vilidad para hacer frente e cuaiquier amenaza en & inteÑor de ltaÍia9 inciui
das la invasiones por fuerzas de paracaidistas enemigos0

La brigada a!pina esté compuesta de: & estado mayor y una cómpañía de
la.namayor; una compañía alpiná de transmisiones; una co-npañía alpina de
ingererós; une compañía mecanizada con carros de combate y VTT; una uni
dad de aaviaci6nigera del Ejército; una sección de parac&distas; un regi
miento de tropas, alpinas de tres o cuatro batallones con acémilas; un regi
mientod.e artillería de montaña de cuatro grupos9 dotados de obuses a lomo
dé 105 mm y de, obuses de 155 mm, Diversas unidades de ‘apoyo logístico
— 11 —

• La brigada de paracaidistas esté. organizada de modo similar a la.de ín.—


fantería, pero coi unidádes aeroportadas en vez de acorazadas. El regirnien
to do paracaidistas consta dé dos a tre.s batallones, y el grupo de artillerfa
a.eroportada dispone de 13 obuses a lomo de 105 mm.

Los 200 carros IiLeopardH construidos en. Alemania para el Ejército italiano
han sido entregados a la brigada independiente de cabalierfa mecanizada. —.

Otros 600 de estos carros (producidos con licenciaéfl Italia) han d.e ser pues
tos en
rrósM47. servicio en 1974,
El Ejército permitiendo as retircr unos 000
dispone también de 200 carros de combatede los viejoS ca—
nortearnerj

cahós. M6OAI. . . .

• La brÍgada armada con misiles superficie—superficie es la principal uni


dad de artulleria nucleár del Ejército italiano, perolas cabezas. de combate
nucleares permanecen bajo & control de Ejército norteamericano, y sélo po
drfan ser util izadas do mutuo acuerdo entre ambos interesados. La brigada.
consta del correspondiente cuartel géner&, unidadeS de transmisiones y de
servicios,
de artillérfa dos batalionesarmadOs con misiles Honest Johp, un
de dos grupos dotados de cañones automotores MSS do 203 mm., regimiento —

y un btall6n deinfanterfa para la protoccién de i.a unidad. Por otra parte,


las armas autopropulsedas (cñoncS M109, M55 y MIO?) de las brigadas de
artíllerfa acorazadas pertenecientes a la divisién blindada son capáces de —

dipárar proyectilesnuc.learoS.
—12

Los carros de combate de! Ej&rclto italiano es tal vez el rnate


rial ms importante de! que aún no se ha tratado con detaHe, Unos 800 ca
rros M47 siguen en servicio desde que fueron dados de alta en 1954, La pri
mera tentatva, para reemp!azar!os fue hecha en 1965 en que fue encargado
el carro norteamericano M6OA1, No obstante este pedido qued6 reducido ms
tarde a 200 ejemplares de! M60 (todos eHos suministrados ya) y & mismo —

tiempo se concluy6 un ecuerdo que autoriz6 a Oto Melare a fabricar con Ii—
cencia VTT Ml 13 para el Ejército italiano y los de otros paises europeos,
Finalmente, en 1970 fue formulado un pedido de 800 carros HLeopardfl, acor
dándose que los 200 primeros ejemplares serían producidos en Alemania y
los restantes serían fabricados con licencio en Italia por Oto MeiaraKrauss
Maffei ha suministrado ya los 200 Leopard9 que han sido entregados a. la
brigada independiente de caballería mecanizada, y se espera que los prime
ros I!L,eopard de construcción nacional podrán er puestos en servicio en
1974.

La substituci6n de misil no guiado Honest John esta siendo apl


da desde hace mucho tiempo (en las declaraciones hechas a nuestros redac
tores por !as autoridades del ministerio de Defensa, este misil fue califica
do de !ir1servib!eu), y es sabido que el Ejército pide con urgencia e! LTV
Lance, misil guiado de mor alcance y carga explosiva. En lo que se refie
re a los misiles anticarro, el Ejército dispone del Mo.squito suizo, el UC0
bra’ alemán y e! SS 1 frances, todos ellos relativamente anticuados0 Es ca
si seguro que, en una primera fase, estas armas empezarán a ser substitui
das por el misil TOW, de Hughes, del que se esperaba que fuera formulado
un pedido para entrega inmediata en el momento de dar este artículo a la irr
prenta, Por otro lado, la industria italiana prosigue normalmente e! desa
rrollo de sus propios sitemas perfeccionados de misiles anticarro destina
dos al Ejército.

Casi todas las piezas de artillería ctedas anteriormente han de


ser reemplazadas, y con este objeto italia participe activamente, en colabo
raci6n con Gran Bretaña y Aemania en los programas de desarrollo FH7O,
SP7O y SPBO, de os que trataremos en a segunda parte de nuestro estudio.

Lo Aviación Ligera del Ejército (ALE) esté cobrando creciente


importancia, ya que la puesta en servicio de he! icópteros de transporte y de
asalto ha permitido aumentar considerablemente la movilidad táctica y la cfi
cacia del fuego de apoyo cercano, Un total de 21 unidades de la ALE, cada
una de ellas compuesta de aparatos de alas fijas y de heiiçópteros, está a
disposición de los cuarteles generales, cuerpos de ejército, divisiones y —

br.igadas Además, cada uno de los segundos cuenta con una escuadrilla de
10 a 18 he! ic6pteros para múltiples misiones.
13

En la categoría de aviones ¡geros de observaci6n y enlace9 a


ALE tiene actualmente en servicio 100 Cessna OE !Bird Dog’ y 50 Pl
per L18/L_21u0 Hace poco fueron encargados 100 aviones SIAl Marchetti
SM1019B y un pequeño número de Aerita!ia AM3C0 La ALE posee rns
de 250 he! ic6pteros cada secçión de estos aparatos comprende cuatroAgus
taBeH AB—47G 6 -47J y debe ser completada con una segunda seccibn de he
iic6pteros para múltiples misiones AB204B y AB205»Huey Para las ope
raciones de reconocimiento armado la ALE ha recibido ya unos 50 de os 84
aparatos AB—206A y A1 JetRangerH encargados; también le han sido entre
gados los primeros ejemplares de un pedido de 26 he! ic6pteros de transporte
MeridionateBOeifl9 CH47C !Chinookfl0 Por otra parte9 se prosiguen las
pruebas de diversos armamentos para hUc6pteroS0 AsÍ por ejemplos ha sido
realizado un montajedoble de ametralladoras ning de 762 mm0 para el
AB47G, mienwas que los sistemas desarrollados para e! AB-205 compren
den: el M21, consistente en un montajedoble de pequeños cañones M27 y en
dos recepta&ulos con 7 tubos lanzacohetes de 50. 8 mm0 el sistema M23, com
puesto de dos ametralladoras gemelas MG42 6 M6OEi; un sistema combinado
el M23 con dos lanzacoheteS y un sistema con sóio un montaje doble de tubos
lanzacohetes0 También se procede a las pruebas de cierto número de misiles
anticarro disparados desde he!ic6PterOS entre ellos e T0W9 pese a que to
davia no ha sido encargado oficialmente0

EJERCiTO (efectivos: 3050 395 hombres)

-2 divisiones blindadas
— 5 divisiones de infantería,
— 1 brigada independiente de caballería mecanizada
4 brigadas independientes de infantería
— 5 brigadas alpinas
— 1 brigada aeroportada
— 1 brigada armada con misiles tierratierra !Honest John
4 batallones armados con misiles antiaéreoS IHawkU
— 800 carros de combate M47 200 M60 y 200 pardU (el suministro de
otros 600 ILeopardU dar comienzo en 1974)3 300 VTT Ml 13; cañones
automotores de 155 mm0 175 mm0 y 203 mm0 obuses a lomo de 105 mm0
modelo 56; cañones antiaéreos automotores M420
14

AVIAC ION LGERA DEL EJERCTQ

HeUcbpteros A8-47 204. 205 y 206A (han .sdo suministrados los prime
‘ros ejemplares de os 26 CH47C C’nookP encargados); 150 av!ones lige
ros.

CARABNERlti(efecívos: 800 700 hombres)

— 3 di’vi.sones’
9 brigadas
24 legiones
1 regimiento bndado pr’ovsto de caros’ M47 y VTTM’ i3
3 regmentos de infantera
2 batahones de guar’da.s fronterizos
1 batallon aeroporrado

MARiNA (efectivos: 45, 179 hombres)

9 submarinos de ataque de propi’ sión diesel


3 cruceros
— armados con mis1es ant ia&reos TerrierM y hel ‘cópteros de
lucha ASM (una undd provista del ASROC)
3 destructores armados con mi’sies antiareos Tar’tar y helicópteros
de lucha ASM,
5 destructores
1 destructor e:perimenta!
—11 fragatas (6 con heicópterosde lucha ASM)
11 corbetas
4 dragaminas de altura
1 patruHero
37 dragaminas costeros
—5 caonerasrpdas(’ armada con mi’siies Sea KHierMki)
—7 torpederos
—20 dragaminas de estuario,
—3 transportes (1 logístico)
—1 büque de desembarco
—4 buques escuela
—5 caonerag de apoyo
—115 unidades menores auxiliares
—2 bataifones de infantería de Marina
ARMA AEREA DE LA FLOTA

— 3 escuadrillas de aviones de patru a.rnarítma provistas de unos


30 5—2 Tracker (han sido recibidos ms de la mirad de los 18
Breguet Atlantic encargados);
— Hidroaviones HU—16A !Albatros 9 helic6pteros SH—34, 30 AB—
204B y 12 AB—47 (han sido recibidos los prTmeros ejempares de
los 24 SH—4D HSea KTngU pedidos)0

FUERZAS AEREAS (efectivos: 72402 hombres)

3 grupos de caza bombarderos F—104G


— 1 grupo de caza bombarderos F-104S
— 1 grupo de caza bombarderos G91Y
4 grupos ligeros de asalto G—91R
— 1 grupo de intercepci6n en todo tiempo provisto de F—104G
—4 grupos de ntercepcin en todo iempo provisto de F—1 04S
— 1 grupo de intercepcn en todo tiempo, provisto de F—86K
— 3 grupos de reconocimiento, provistos de 27 RF—84F y 20 RF—104G
— 3 grupos de transportes provistos de 0—119 (dos grupos serán dota
dos de aviones C—130E a mediados de 19739 lospri.meros aparatos han
sido ya suministrados; el tercer grupo será equipado con aviones G0222)
— 12 unidades armadas con misiles antiaéreos Nike—Hercu!eS0

Nota: Un grupo de combate se compone de 12 a. 8 aparatos y un grupo


de transporte consta de 16 aviones0

Reserva de los tres Ejércitos: unos 66O 000 hombres0

LOSCARABlNER

El cuerpo de ICarabinieriU, que es sin duda el elemento ms ini


portante del Ejército, fue creado en l814 Su misión consiste en salvaguar
•dar a seguridad del Estado y en ejercer las funciones de polca militar den
tro de as fuerzas armadas0 Este cuerpo, que dispone de un efectivo de
8O 700 hombres, se halla dividido en los siguientes servicios; administrati
vo9 territorial mbvil y policfa militar9 colocados bajo las brdenes de una Co
mandancia general central0
El servicio administrativo se compone de: una Escuela de Perfect
cionamiento para oficiales (Roma), un cuerpo de inspectores de os Establ
cimientos de adiestramiento y de as unidades especiales de’Carabinierifl
(Roma), y una brigada de instrucción (Roma) de a que dependen una Escue
la de suboficiales (Florencia) dos Escuelas de instrucción de reclutas (Ro
ma y Turín) y un Centro de entrenamiento psico’ógico.

El servicio territorai consta de 3 divisiones cuyos cuarteles


generales respectivos se haian en Mi1án Roma y Nápoles; dispone de 9 bri
gadas, basadasen Turín, Mi1n Padua, Bolonia, Florencia, Roma, Npo-
les, Bari y Palermo; y de 24 legiones. subdivididas en grupos provinciales,
Cada grupo provincial esta organizado en compañías repartidas en una den
sa red de puestos que cubre tódo el territorio nacional, y que constituye la
estructura básica del sistema de seguridad interor,

El servicio territorial cuenta rambin con patrullas motorizadas


(provistas de autom6viles Alfa Romeo GiuNa y motocicletas Guzzi V7), cu
yos movimientos son dirigidos por radio desde os puestos centrales de man
do; secciones de guardias fronterizos; unidades agregadas a las autoridades
judiciales; escuadronesde montaña en servicio en Sicilia, Óerdeña, os Al
pes Dolomíticos y Calábria; puestos de vigilancia para impedir el robo de ga
nado y secciónes móviles provistasde he1 lc6pteros en Cerdeña.

El servicio rn6v!l se compone de 3 regimientos de infanterÍa (On


ce batallones en total), dos batal Iones de guardias fronterizos, un batallón
de paracaidistas y un regimiento blindado de dos escuadrones, con base en
Roma, dotados de carros de combate M47 y VTT Ml 13,

E! servicio de policÍa militarejerce sus funciones entre as uni


dades del Ej&rcito, a Marina y las Fuerzas Aóreas; un grupo especial se
halla a disosición de la OTAN.

Así pues, las nisiones de los Carabinieri se dividen en dosca


tegorías principales: servicios de policía militar y civil, Las misiones mili

tares consisten en: toda clase de servicios de policía; participar con sus pro
pias unidades en ceremonias oficiales, maniobras y operaciones militares;
proporcionar escoltas de honor y guardias de seguridad a las autoridades y
a las instaladones militares.
- 17 —

Las misiOneS civiles de tos CarabifllC.ri”S0I velar por [a ségu


ridad de los ciudadanos y proteger la propiedad privada, perseguir a los un
fractores del c6digo penal, dispósic iones y ordenanzas de las autoridades —

1

Fuerzas del rogi:.liünto ‘ILaguflarit’ desembarcan de un vehículo anfibio LVT—


4. Los dos batafloflos de IILagunari han sido croados especialmente para —

operar en las lagunas y zOflQS pcntanosQS de la regibn de Venecia. El LVT—A


fue puesto en servicio en ¡tal ¡3 en 1950 y aCm no ha sido reemplazado, CSC
a los satisfactorios resultados obtenidOS en las pruebas efectuadas COfl el —

vehíCUlO britániCO do sustentacibn por cojín de aire SR.N6 Mk2.

centrales y locales; y prestar asistencia inmediata en caso de desastre púUi


co o privado.

Para prestar apoyo directo a los serviCioS territorial y mbvil,


los IlCarabiniCri disponen de ciertas unidades ospeCiaICS un grupo central
de hclicPteroS, un crviCiO marítimo, un grupo para operaCiOflc5 submari—
- nas, un grupo provisto de perros amaestrados, una oficina de higiene pcbU—
ca, un servicio para la represi6fl del trafico do estupefacientes, un servicio
- para la proteCCibfl do las obras do arte, un centro de invostigaCi6n ci&tfICO
- y una oficina de ¡nvcSti9aCi1 laboral con inspecciones provinciales.
—18—

En general, el equipo de los “Carabinierpi corresponde al de las


unidades análoga del Ejército, si bien las unidades especiales estn eq.uipa
das on material adecuado para sus diversas misiones.

LAMARINA

La Marina, que.cuenta con unos efectivos de 45. 179 hombres, es.


el menos numeroso de los tres Ej€rcitos italianos. No obstante, desempeña —

4
El crucero Andrea Doria (al fondo), de 6.500 toneladas do desplazamiento, y
su geneio el Ciao Duilio pueden llevar cada uno 4 bel icpteros de lucha ASM
AB—2048 (en primer tármi.no). En 1970 fueron efectuadas pruebas con el avión
VTOL Harrier a bordo del Andrea Doria, pero pese a los resultados satis
factorios parece difÇcil que la Marina italiana adquiera el Harrier.

un papel de mayor importancia, especialmente en vistá del aumento de las fuer


zas navales y aóreas sovi6ticas en el Mediterrneo, A este respecto, se ha
declarado que la inseguridad en las comunicaciones marítimas pudiera dar mo
tívo a que las fuerzas aijadas empeñadas en una batalla terrestre defensiva en
la zona de las AFSOUTH, rápidamente privadas de suministros, se vieran obli
gadas a abandona.r sus posiciones y exponerse a los desembarcos enemigos —

efectuados a su retaguardia.

Por ello, la Marina ¡tal iana tiene como misión primordial defen
der contra los ataque8 aóreos., submarinos y de superficie las líneas de nave
gación vitales para e) país y sus fuerzas defensivas. Tales líneas compren—
— ib-

den las rutas que siguen los petroleros desde las bocas de carga de ios oleo
ductos situadas en las costas mediterr&neas de los paises &rabes, así como
otras rutas marítimas y costeras de comunicación y abastecimiento. La se
gunda misión encomendadaa la Marina es l protección del estenso litoral its
liano, con las consiguientes tareas auxiliares: rastreo de minas sumarinas,!
ministro de agua a las pequeñas Islas, operaciones de búsqueda y salvamento,
protección de caladeros, etc.

Para cumplir estas miiones, la Marina est& organizada en Man


dos centrales, Mandos operacionales, Mandos costeros y establecimientos de
instrucción.

Los mandos costeros constan de unidades que, bajo las órdenes


de los Mandos centrales, tienen a su cargo la defensa total de las bases tia—
vales, zona de comunicaciones adyacente e Instalaciones terrestres esencis
les. En consecuencia, esas unidades son responsables de la defensa terret
tre, antla&reo y contra armas NBQ.

Los seis Mandos operacionales cómprenden buques de combate


(repartidos en 4 dIvisiones de superficIe y un grupo de submarinos), buques.
de apoyo logístico, unidades de rastreo de minas y helicópteros de lucha —-

a.
Los Mandos operacionales tienen encomendadala defensa de los
diferentes ¡ectores navales, cuyas bases principales son las siguientes: La
Spezia (norte del mar Tirreno), N&poles (sur del mar Tirreno), Ancona(nor
te del mar MiI&t(co), Tarento (mar Jónico y sur dei Adri&tico), Mesina(Si—
cilia) y Caguen (Cerdeña). Otras bases navales importantes se hallan en —

Venecia, Brindisi, Augusta y la MaddaIena.


Las bases navales de mayor importancia son las de Tarento y —

La Spezia. En la prImera est& instalado el cuartel general de Mando respofl


sable de la defensa del vulnerable espacio marítimo y aéreó que separa el —

sur de italia de Grecia, mientras que la segunde es la base principal de las


unidides que ptotegen la zona noreeste del Mediterr&neo y lgs importantes —

puertos comerciales de la costa occidental de italia, tales como Génova. En


La Spezia se hallan también el principal centro y la escuela de perfeccion&
miento de los famosos comandos de hombres—ranaitalianos. Por añadldura,en
La Spezia y Tarento se encuentran los dos arsenales més importantes dé la
Marina de guerra italiana.
A efectos administrativos, las 4 divisiones de superficie est&r
integradas por 9, 10, 6(comprendidas 3 unidades anfibias de desembarco)y 8
buques, respectivamenteel único grupo de submarinos consta de 9 unidades;
—20—

los seis grupos de dragaminas costo


ros y de altura comprenden unos O
buques cada uno; y al grupo do apo
yo logi’stico consta de 5 barcos. En
I practica, los conjuntos operacio
nales cstn generalmente formados—
con buques de diferentes tipos, toma
dos de las divisiones y grupos cnpo
porc ibnes adecuadas a las caractcrs
ticas do cada misión.

En tiempo de paz, los


grandes eiicpteros de lucha ASt’1
pertenecientes a la flota operan nor
mairnente desde las bsés costeras
de Fontana Rossa (cerca de Catania,
en Sicilia), Luni (carca de La Spo—
zia) y Grottaglie (Tarento); a su voz,
los aviones de patrullamarfflmay de
lucha ASM do la Armada (S—2F Tra—
ckor que estin siendo reemplazados
gradualmente por’ aviones Dreguet —

Atlantjc) tienen sus bases en Fonta


L::l crucero Vittorio Venoto, do 9.000 na Rossa y Sinoghella (Catania. Du
toneladas, es la mayor unidad docom rente las maniobras y cnaso do in—
bato do la Marina italiana. Fue pues tervencibnes de urgencia, unos y o—
to en servicio en 1060, y su arrnamen tros pueden utilizar las basesdo las
to consiste en: un lanzamisiles Te— Fuerzas Aorc:as mas proximas al tea
rrier/ASROC montado a proa, ocho tro de operaciones.
caÇionos do ‘/6 mm. , dos r.ontujos tri
pies de tubos lanzatorpedos ASM y O En lo que se refiero a
helicópteros AD—2040 do lucha ASM. sus buques y equipos, la Marina ita
El buque alcanza una velocidad mx liana es relativamente moderna y es
ma do 32 nudos. El ‘iittorio Veneto — t bien proporcionada. La última cdi
es la unidad de la OTAN que, por su ción del JCne?s Fi’ghti’ng Ships pone
concepción, nis se parece a los por de rol icvc la ingoniosiciaddemostra—
taheIicbptoro sovióticos Moscú y Lo da por los proyectistas navales ita
ningrado, con la salvedad de que lianos al producir cruceros do mo—
tos son mucho mayores. desto desplazamiento pero capaces
de transportar un número considera
blo do helic&ptoros. El crucero Vi—
—21 -

ttorio Veneto, de 9OOO tone!adas y puesto en servicio en 1969 puede llevar


9 hiicbptero.s de ‘ucha ASM AB-205B; los cruceros de escolta Andrea Dor!.a
yCiSoDuilio de 65OO toneladas, llevan cuatro AB2OLiBcada: uno; los nue
vos destructores Audace y Ardito (el primero de & los recientemente armado)
Uevan dos:heUc6pteros ligeros; los destructores irnpavido e Intrepido llevan
un helicóptero ligero de .ucha ASM las fragatas Aioino y Carabiniere llevan
dos AB—204B; y as cuatrofragatas m&s antiguas de la clase Bergamini He-
van un AB—47J3 cada una. Todas estas unidades han sido puestas en servicio
desde principios del decenio 1960—69, La MarIna de otros buques mo
demos: cuatro corbetas de la clase De Cristofaro, as cañoneras. rápidas —

Freccia y Saetta, las lanchas rápidas convertibles’ cañoneras— torpederas


Lampo y Baleno, y os cuatro pequeños submarinos de la clase Toti,

Los actuales programas de construciones navales comprenden: —

el destructor Ardito, gemelo del Audaces cu•ya entrega está prevista para fe
.brero próximo; dos submarinos de la clase Sauro, encargados er. 1970 para
ser suministrados en 1976 y 1977; un Tercer aljibe de 1,200 toneladas de la
clase Bradano que será entregado en marzo de 1973; finalmente el prototi
po de una embarcación dé hidroplaneo (denominado 928-22A) del consorcio
Alinavi, que ha de ser botado en febrero próximo y entregado a la Marina —

dentro del mes de junio,

En lo que respecta. al armamento, la flota itaHana cuenta actual


mente con mjsiles mar—aire norteamericanos y torpedos y artiHer’a de. con
cepcj6n nacionaL Casi todos los torpedos son producidos por Whitehead Mo—
to—Fides, mientras que los cañones Son fabricados por Breda Meccanica y —

Oto Me!ara, Esta última empresa está obteniendo gran xito con sus monta
jes “compactos’ de 127 mm0 y 76 mm. ;los primeros han sido instalados en
los destructorés Aúdace y Ardito, y los segundos han sido encargados por —

la Marina italiana y, en grandes cantidades, por otros países,

Los principales sistemas de misiles,ántiaáreos de que dispone la


Armada italiana son el Terrier y el Tartar, de fabricac?ón norteamericana;
el crucero Vittorio Veneto está armado con un sistema combinado Terrier/A
SROC. El sistema antia&reo italiano Albatros que utiliza el misil Sea Spa-’
rrow, se halla en la fase de prototipo; por su parte el misil antiaáreo de
concepción nacional Sea Indigo, desarrollado hace ya varios años no ha si
do adquirido0

Habida cuénta del gran número de misiles mar—mar desa.rrolla


dos en Italia, no deja de ser curioso que la Marina italiana posea una sola —

unidad dotada de tales armas la cañonera rápida Saetta, provista de un lan



22

zador mciltiple experimental para el misil de corto alcance Sea Kilier Mk: L
Los únicos misiles mar—mar actualmente encargados por la Marina son unos
cuantos Otornal destinados al hidroplano Alinavi,

Han sido desmentidos los rumores acerca deun supuesto encar


go del Sea KilIer Mk 2. así corno de un pedido de misiles Otomat por valor
de 10 millones de d6lares destinados a las futuras anchas rápidas La Ma
rina tiene realmente necesidad de ambos ssternas de misil y si no han sido
formulados os pedidos correspondientes no es por falta de confianza en la
habilidad y capacidad de los fabricantes italianosde misiles sinoacausa de
una grave penuria de fondos.

En el programa 1969-70 de Hnuevas construcciones, a Marina.


había previsto incluir cinco anchas répidas que debían ser armadas con el
misil Otomat, Empero las reducciones presupuestarías obligaron a !apla_
zara la construcc!6n de esas cinco unidades, y de ahí que el pedido de Oto—
mat quedara sin objeto. Tales reducciones impidieron t’mbi’én la.adquisi6n
del Sea KiHer Mk 2, y es probable que’obliguen a renunciar ala futura corn
pra de la versión naval dd avión VTOL Ha.rrier, que operaría desde los cru
ceros Vittorio Veneto, Andrea Doria y Ciao Duilio. a pesar de.los excelen
tes resultados obtenidos en as pruebas. La carencia de fondos ha repercu
tido también en otros programas y en enero de 1972 obligó incluso a retirar
del servicio el crucero reconstruido Giuseppe Garibaldi, antes de la fecha
prevista Sin embargos se cree que esta, situación puede cambiar en breve,
gracias al nombramiento de un almirante como Jefe del Alto Estado Mayor de
la Defensa, con lo que la Mariná tendrá dos representantes en la Junta de
Jefes del Altó Estado Mayor —hasta ahora dominada por tres generale,s del
Ejército incluidos el propio Jefe del Alta Estado Mayor & Secretario Ge
neral de Defensa—, que colaboran con dos generales del Ejército y uno de
as Fuerzas Aéreas.

Por su parte, el arma aérea de la Marina recibí6 en junio de —

1972 los primeros ejemplares de su pedido de 8 aviones’Brguet Atlantic —

de patrulia marítima y de lucha ASM; los restantes on suministrados a razón


de tres aparatos bimestrales. También han sido recibidos os primeros ejem
pIares de un lote de 24 helicópteros de lucha ASM Sikorsky SH—3DSeang
(para reemplazar seis SH—34 actualmente en servicio), así ¿orno parte deun
pedido de 28 helic6pte-os de lucha ASM AB—204. En cuanto a la previstasubs
titución de los, die± anticuados helicópteros ligeros AB47.J/G por el nuevo
monoplaza AB—106, concebido para la lucha ASM, se ha vistp retrasada por
ciertas dificultades t€cncas. Sólo han sido construidos dos prototipos del
AB—106, os cuales, según se comunicó a la Revista Internacional de Defen
—23—

sa en el Centro Experimental de Vuelo italianno satisfacen de momento las


exigencias operacionales y de manejabilidad,

La descripci6n de la Marina italiana sería incompleta si no se -

- hiciera mencién de sus fuerzs especiales consistentes er:.ónce lanchas ré


pidas (6 torpederas y 5 cañoneras), un cuerpo de infantería de Marina en es
tado embrionario y el grupo de comandos de hombres—rana0 El número de lan
chas répidas es considerd insuficiente, y los aplazamientos impuestos a —

la construcci6n de nuevas unidades y al programa de rearme de las lanchas


existentes con misiles Sea Killer Mk 2 han despertado profundo malestar en
la Marina0. Un nuevo programa para la construcción de dos lanchas répidas
armadas con misiles y cañones, las Dardo y Strale, no hapasado de la fase
de proyecto. Los efectivos del cuerpo de infantería de Marina 115an Marco
pasaron recientemente de uno a dos batallones, con un totaÍ de 1 200 hom—
bres, que disponen de los buques de transporte Andrea .Baf’ile y Etna (anti—
gúas unidades de la Marina norteamericana), así como del búque de desembar
co Quarto, de 1 .000 toneladas de desplazamiento y de construcción ital ¡ana0
El Etna, de 14 200 toneiadas, es un carguero armado de la segunda guerra
mundial transformado, y el Andrea Bafile es un buque auxiliar de hidroavio
nes modificado como transporte de tropas y unidades. de mando0 El Andrea —

Bafil sirve también de buque nodriza a los comandos de hombres—rana0

LASFUERZASAEREAS

Las Fuerzas Aéreas asumen la entera responsabilidad del con


junto de operaciones aéreas militares italianas, incluidas las llevadas a ca
bo por la aviación ligera del Ejército y el arma aérea de la Marina0 Las —,

Fuerzas Aéreas propiamente dichas disponen actualmente de unos 320 apar


tos de combate, destinados a la defensa aérea del país.

El 10 de mayo de 1962, la Junta militar de la OTAN aprobé la —

integración del sistema defensivo aéreo italiano en la estructura general de


defensa aérea de la OTAN0 Como resultado de ello, las fuerzas aéreas de—
fensivas ¡tal lanas y sús instalaciones pasaron bajo el control operacional —

permanente del comandante del dispositivo aéreo de las AFSOUTH0 Esta un


ción fue posteriormente asumida por el comandante de la 5 fuerza aérea té
tica aijada (un teniente general de la Aviación italiana, secundado por un —

subjefe procedente de la USAF .y un jefe de estado mayor de la Aviación ita


liana), que se convirtió en responsable de la defensa aérea de la península,
Sicilia9 Cerdeia y las aguas territoriales0 El AIRSOUTH dispone de todas
las unidades operaciones de las fuerzas aéreas italianas, ademés de una es
—24—

Ei Fiat G92 es probablemente el avión, de combate de concepción italiana que


mayór’ éxitoha alcanzado después de la segunda guerra mundial Hansido .. —

vendidos numerosos ejemplares de este aparato, particularmente en Alema


nia. Actualmente se hallan, en. servicio en las fuerzas aéreas italianas la.er
sión. monorreactor (—R) y la versión. birreactor. (—Y), que es la més reciente
(fotografía); e! G91 es utilizado como caza bombardero’ y para las: misiones —

de reconocimiento téctico. Este aparato, cuya velocidad méxima es aproxl—


madarnente de Mach 0,95, esté armado de dos cationes DEFA de 30 mm. mon
tados en eF. morro, donde también se hallan instaladas las cépara tomavis
tas; tiene cuatro fijaciones debajo de las alas que permiten llevar gran vá—
riedad. de bombas y de cohetes. ‘ ‘

cuadrilla ambulante de la. LJSAF compuesta de avIones F—4 Phantori.

No obstante, según los principios de la fuerza de integraciónde


la OTAN, cada nación cónserva su soberanía y es respónsable de la seguri
dad de su propio territorio. En consecuencia, la Aviación italiana asume la
responsabilidad fina! del sistema defensivo aéreo nacióiial, así como’ del pla.
neamiento, modernización y reforzamiento de sus componentes. Estos con
sis.ten en una organización de Mando e Inspección; un servicio ramificado de
Observación, Información y Verificación; y unidades de intercepéión (mísi
les antiaéreos) de mando manual o autométices.

L.azona sujeta ala autoridad de la organización de la defénsa—


aérea és exactamente la mism,a confiada a. la protécción. de las fUerzas aé—
reas italianas, y ‘se halla dividida en tres sectóres aéreos que corresponden
también a los de los tres Mandos Operacionales Regionales (MOR), cuyos —
— 2.5 —

Li.1 4

Las fuerzas afreas encargaron recientemente 44 aviones STOL de tranor


te Aerital.ia—Fiat G.222.,. 32 de los cuales serén destinados a una escúadra—
de transporte téctíco con base en Pisa. Los 1.2 aparatos restantes serán re
servados para otras misiones, especialmente para las de contramedidadec
trnicas.. Dos prototipos acaban de. comp1e.tar sus pruebas en vuelo oficfes,
cuyos resultadoshan sido particularmente buenos.

cuartelas generales respectivos estén Lnstalado.s en Milén, Roma y Népoles..


El jefe de cada MOR de las fuerzas aéreas italianas es asimismo el jefe del
respectivo sector de la defensa aérea, y ejerce esta última funci6n por me—
dio de. un Centro de Operaciones del Sector (COS),. que coordi.na y vi:ila. las
operacIones de todas Jas fuerzas aéeeas defensivas y grupos que se ha! lan en
su sector.

El servicio de Observaci6n, Informacién y Vef4ficacibn dispone


de una red adecuada de estacionesde radar, debidamentediseminadasy co
ordinadas, que permiteque los COS puedan vigilarla totalidad del espacio
aéreo de sus respectivossectoresy mantener bajocontrola todoslosapara
tos para obtener los mejores resultados operacionales. Ademés, gracias a
procedimientos de coordinacién especiales concertados con la Marina, es po
sible extender la coberturaradéricade la red a las zonas marí timas que ofre
cert un interés spectal, así como emplearla para la protecci6n de los buques
italianos y de la OTAN por medio de estaciones de radar instaladas en los
puertos y a bordo de navios.
—26--

‘J.

Un F—104S despega cargado de bombas de 340 Kg. Este aparato es el suce


sor del F—104G, pero su sistema de postcornbustión ha sido modificado para
obtener un empuje estático. de 8.000 Kg. Gracias a nueve fijaciones exter —

nas, el avión puede llevar bombas, cohetes, depósitos de combustible en los


extremos de las alas o misiles de corto alcance Sid’ewinder. El F—104S es
esencialmente un avión de intercepción, por lo que su armamento principal —

consiste en misiles aire—aire de largo alcance Sparrow.

Las principales unidades de combate de las. fuerzas aóreas ita


lianas son: su brigada, armada con mis.ile.s antiaóreos de mediana/gran &ti—
tud.Nike Ajax/Hercules, cuyos tres batel Iones están basados al noreste del
país., alrededor de Padua.; cinco escuadras de interceptores. (mayormente —

provistos de aviones F—lO4G/S Starfighters, cuyas versiones rns rocien—


tos substituyeii progresivamente a los ms viejos G—84F y F—06K Sabre) dis
tribuidos en bases. situadas por todo e.l territorio nacional, pero p:referente
mente en la zona noreste; cuatro escuadras de asalto. (dotadas de avIones —

F-104G y G91V, y algunos F—84 que han de ser reemplazados) basadas en


el nórte y noreste,; y tres oscuadrGs de reconoi:miehto ticticó (equipadas -

con aviones G—g1R y’ FR—104G, los cutimos están reemplazando 16 RF—84F


Thunderchiefs), dos de ellas basadas en el noreste y la otra en el sureste.

Dentro ‘del sistema defensivo a&roo general, las fuerzas aireas


cuidan de coordinar la acción de la brigada de misiles tierra—aire Hawk. y de
ms armas antia&reas.cls’icas del ‘Ej€rcito, as corno de las desplegadas por
los. mandos costeros de l Marina en torno de los puertos y a lo largo de la.
27

costa0 Las unidades Hawk y las armas clásicas tienen asignada la defensa
antiaérea a mediana y baja altitud dentro del dispositivo defensivo aireo ge
neraL

Para las operaciones de transporte9 !as fuerzas aireaS dispo


nen de media’ brigada basada en pisa, que también ha sido destinada a la 5
ATAF0 Esa unidad consta de tres escuadras dotadas prmcipalmeflte de avio
nesde transporte Ci19 F!ying Boxcars algunos de los cuales están sien
do reemplazados0 Así9 dosde las escuadras han sido remozadas con 14 avio
nes adicionales de transporte logístico Ci3OH Hercules, mientras que la ter
cera escuadra es reequipada con 32 de io 44 nuevos aviones de transporte
táctico Aerital la/Fiat G0 222 encargados

La unidad operacional de he! icópteros de las fuerzas aireas tie.


ne su base en Pratica di Mare, cerca de Roma, y dispone de aparatos AB
2043 lroquois, AB206A JetRanger y AB-’47J/G. Si a éstos se aF.aden. los
utilizados en el centro de entrenamiento de Frosinone, e! número tota! debe
icópteros de las fuerzas aireas es de:. 60 AB204B, 90 AB205 y 2.AB-206A0

Para los vuelos de entrenamiento con aviones de reacción se em


plea principalmente el MB0 .32 para el entrenamiento superior se utiliza el
Fiat G091T; y para a conversi6n al pilotajedel Starfigh ter se dispone del
TF104G0 El entrenamiento con aviones de hélice se efectÚa con e! monom
tor Pia.ggip P0 146 y el bimotor Piaggio P0 166, que tambin es empleado pa.
ra misiones de enlace0 El birreactor P,D0 806 es otro aparato de enlace,
igualmente util izado para la ca!ibracin de equipos de radio y para misiones
de contramedidas electrónicas0 Los ejercicios de tiro con armas areas son
efectuados en el centro de adiestramiento de Cerdeña; el entrenamiento con
misiles antiaéreoS es realizado en e! polígono de tiro de Salto di Quirra, —

donde son utilizados blancos volantes tales corno el Ryan Firebee 2 supers6
nico0

Lo que antecede proporc!ona una idea bastante compieta acerca


de la organización9 misiones y equipos de las fuerzas armadas italianas, y
permitehegar a la conclusí6n de que, en general, .sas son capaces de He—
var a bien las misiones que tienen encomendadas, pese a ia dificu!tades de
orden económico con que tropiezan, especialmente para la adquisición de nue
yo matérial0 El presupuesto de la Defensa para 1972 asciendea,1,89 biHo—
nes de liras, o que supone un aumento del 9,9% con respecto al ejercicio
precedente, pero sólo d 15% de ese total esta destinado a la compra de ma—
28

terial. Esta insuficiencia de fondos da origen a una áspera rivalidad entre


las dstInts fuerzas armadas a propbsito de as adquisiciones, par’t!cular—
mente dentro del ministerio de Defensa,

El peligro de que italia sea víctima de una agresi6n con armas—


clsicas o nucleares es mucho menor que a creciente amenaza que sobre su
seguridad interna hacen pesar los grupos terroristas pertenecientes .a for
maciones políticas extremistas, Aunque los UCarabinienlU constituyen proba
blemente una de las organizaciones paramilitares ms eficaces del mundo, —

los sucesos acaecidos recientemente evidenciaron su incapacIdad actual pa


ra asestar un golpe decisivo a los grupos terroristas c!andestinos. Por elIS
puede suponerse que los Carabinieri, como las fuerzas de seguridad de -

otras naciones europeas déberían disponer de nuevas unidades espéciales


para luchar eficazmente contra el terrorismo.

Finaimente no cabe duda de que el público está mal informado —

acerca de la utilidad de las fuerzas armadas. Los problemas sociales yeco


n6rnicos de Italia son realmente graves y es justo que se les preste la mayor
atenci6n, pero al mismo tiempo es necesario que el público conozca los peli
gros que están llamadas a conjurar as fuerzas armadas, con objeto de con
seguir el apoyo popular y econrnco indspensabíe para la brganizacin de
la defensa en tiempo de paz,
CESEDEN Boletín
mensualfl?;7
Dpi? de Información

ESTU DIOS
ESTRATEGICOS

— LA MODERNA
GUERRAPEQUEÑA
(59 y 6 PARTES)

Iv
CESEDEN

LA MODERNA GUERRA PEQU E ÑA

CO1O fen6merio rnWtar y potcornWtar

por Fredrkh August Barón de Heydte

(prohibida la reproducci6n total o parciaL


Traducido y editado exclusivamente para
uso didácticO de este Centro)

Febrero. 1973 BOLEflN DE INFORMACON NUM. 7J -V


INDICE

Quintaparte: LA LUCHA ENCUBIERTA 143 ,

X1110—Queslalucha encubierta , , , , , , , , , , , , 145

1. Fundamentos , , oo o 145

2. Los medios de la lucha clandestina encubierta 148

3. La propaganda en la lucha clandestina o encubierta0 150

XIV0- Problemas delmando 154

1. Cualidades de los jefes o o o o 154

2. Organos demando oo oooo 157

3. Enlace por medio de personas encargadas de

establecer contacto , 161

4, Comunicaciones o enlace por otros medios 164

5. Exploraci6n o reconocimiento 166

6. Los “terceros interesados” 168

XV. — Terrorismoysabotajeenlalucha clandestinaoencubierta 171

1. El acfo terrorista , , , 171

2. La escalada del terrorismo0 174

3 incendios y robo de bancos 177

4. El rapto . 1

5 El sabotaje . 18

6. Objetivos del sabotaje 185


1

XVI. - Atentados y golpes de mano en la


lucha clandestina o encubierta, , , , , , , , , 191

1. El atentado , . 19]
2, La importancia del golpe de mano en la
ldcha clandestina o encubierta , , , , , , , , , , , 195
3. Condc iones previas para el golpe de mano armado o asalto 198
4. La ejecución del golpe de mano o asalto 200

5, Observaciones marginales sobre cuest iones


tdctica5 y medios utilizados en el combate 203

SéxtóParte: EL ‘PASO A LA LUCHA ABIERTA , , , , 205

XVII. - Luchasubversi,jjuchaabierta 2

1. Fundamentos , 207
2. La creaci6n de las unidades mayores 209
3. Algunas premisas para el paso a la lúcha abierta 212
4. El combate de la guerrilla .., 214
5. La coordinaci6n operativa de guerrillas . 217

XVIIL— Problemassinresolverenelpasoalaluchaabierta 219

1. La probIemtica del derecho de gentes 219


2, Zonas liberadas 221
3. El tercer interesado en el paso a lucha abierta 224
4. El comportamiento del enemigo de los guerrilleros. 227

Epilogo , . ,. , . , . . .‘.... 230

* * *
QUINTA PARTE

LA LUCHAENCUBIERTA
X . QUE ES LA LUCHA CLANDESTNA (ENCUBiERTA)

1 Fundamentos

Con anterioridad ya que se ha indicado que en la guerra de guerrfllas moderno


existen dversas fases Cada una de ellas e caracteriza por el hecho de que se hace más
destacado una determnada conducto de los guerrilleros, es decir, que se adoptan medi
das yformas de combate determinadas.

En la guerra de guerrfl las aislada(J), y en a que precede a una guerra grande


la fase preparatoria —de la quehasta ahora se ha hablado, va seguida por otra de
lucha clandestina, al final de la cual se pasa, como norma, a una nueva y tercera fase:la
de la lucha abierta (2).

Las actitudes características de ia dversas fases individuales de la guerra degué


rriflas, no ofrecen solucián de continuidad; cada una de estas tres fases (preparación, lu’
cha clandestina y paso a la lucha abierta) 519n?ficasólamente una escaloda de la que
le antecede. En cada nueva fase, se aprecio una forma de proceder de los guerrilleros que
se añade a la observada hasta el momento, y se agregan nuevos métodos a os que se

(1) Ver parte primera, III, apartado 3. pág. 32,


(2) Si la guerra de guerrillas tiene ugar’ en conuncin con una guerra grande, sepro’
ducirán, simultáneamente, la lucha candestina y la lucha abierta0 Este fue el pro
blema con que tuvo que enfrentarse, constantemente, e mando alemán en la URSS,
durante ¡a Segunda Guerra Mundial0 De otra parte, se puede pasar de una lucha abier
fa, cuyos características vengan determinadas por la guarra de gurrilias, a la lucha
exclusivamente clandestina; esto sucederá si la guerrilla sucede a una guerra conven
cionol en la que el bahdo de los guerrfl leras haya sdo derrotado.
-146-

venían empleando8 sin que por ningtn concepto se supendan, o descuidei, las acciones y
actividades caracte ísticas de la fase precedente 3)

La segunda fase de una guerrillas —esdecir, la fase de la lucha clandestina co


mienza con los primeros actos violentos. Una caracteriHca comtndé la nueva forma de
actuar de los guerrilleros en la fase de la lucha clandestina, y caraçterfstica específica
de las actividades que comienzan en esta fase, es el empleo de lav:ióiencia en todas’sus
formas, sin limitarse a violencias de un tipo determinado, como, por eemplo, de tipo mr
litar, La lucha clandestina no es, en sí, una lucha de caróctei- militar, Los actos de vio
lencia que se producen en el marco de esta lucha no pueden ser calJfkados, en la mayo—
ria de los casos, corno 1’ combates

La forma exterior de las acciones de volencia, que tienen lugar en la lucha clan
destina, viene sensiblemente condicionada por las características concretas de la situaci&,,
Por el contrario, su “contenido” típico es siempre el mismo, Se trata de luchas “desde la
oscuridad” y, también “en la oscuridad”,

Con frecuencia, una u otra de las partes contendientes, trata incluso de encubrir
el hecho de que se está luchando, Como indica acertadamente EnetGrimmel 4), “la -

existencia de luchas de esta clase -o, al menos muchas de sus consecuencias-U suele ser
desmentida, es decir “encubierta”, por, al menos, uno.de los principales bandos involu
crados en ellas”, En ocasiones, este proceder tiene por objeto enmascarar la agresi6n que
se oculta tras la guerrilla:; en otras, -segGn Grimmel ‘1puede tratarse de una medida de
fensiva adoptada por Gobiernos faltos de solidez en el terreno constitucional o en el de 1
poder político; cabe pensar que un Gobierno e difícil posición niegue la existencia de
cualquier lucha clandestina dirigida contra él, aunque los dirigentes de este Gobierno se
encuentren en una posición de impotencia. Cabe pensar que, al mismo tiempo, sea preci
so mantener relaciones diplomáticas muy correctas con el Gobierno del país que apoya la
lucha clandestina, o en cuyo beneficio se desarrolla tal actividad, Pero —siempre segGn
Grimmel— la palabra “clandestino” tiene también un significado preciso desde el punto —

de vista de lafermi.nológ(a militar, especialmente por lo que afecta a la inclinación del


agresor a buscar el “enmascaramiento’ en muy diversas formas. En todo caso, cabe decir
que la lucha clandestina es una auténtíca lucha, Como indica la publicación de la Aca—

(3) La publicación de la Academia de Mandos de la “Bundeswehr” que trata sobre la “lu


cha clandestina” (1967) habla de “un paso, casi sin solución de continuidad, de una
forma de lucha a otra, es decir, de los métodos de lucha psicológica a la lucha clan’
destina, y de ésta, a la guerra limitada o total, siendo de noa.r que siempre, la for
ma mds’levada”es decir, la más “aguda” de la lucha anglobaa;las de menor intensi’
dad”,
(4) Ernest Grimmel: “Partisanen im Schwarzwald?” (“ ¿ Partisanos en la Selva Negra?”),
Bremen, 1964, págs lOy siguientes.
47

demia de Mandos de la “BundesWehr” a,emana ao 1967): “se trata, proEablemente,del


mós antigua de todas as formas y clases de guerra00. Con la lucha clandestina se inicia.
la violencia en el escalón mós bajo” En todo caso, cabé decir, que puede aplicarse pIe’
namente a la lucha clandestina lo que l-Ieinz Khnrich (5) indica, en general para lo que
l llama “guerra de partisanos”: “Como norma, se trata del escalón que precede al levarr
tamiento armado, es decir, comienzo del iévantamiefltO armado, y tiende a desembocar —

en la guerra regular”

Con la lucha clandestina, los guerrilleros persiguen un doble objetivo0 En primer


lugar, se pretende agotar y desmoralizar al adversario hasta tal punto, que no esté en cor
dic knes de afrontar con ¿xito la lucha abierta que pueda seguir a la fase clandestina. Las
actividades de los guerrilleros en la fase preparatoria de una guerra de guerrillas, pueden
debilitar moralmente al enemigo, pero la lucha clandestino persigue,ademós, el debitita
miento material del adversario, la dispersión de sus fuerzas, la fijación de estas fuerzas,
durante largos períodos, en lugares diversos, y su aislamiento de sus bases, mediante una
continua amenaza sobre las líneas de comunicación adversarias y el repetido corte de las
mismas, realizado en acciones breves y frecuentes0 Lo dispersión y fijación de las fuerzas
enemigas, unidas al entorpecimiento de sus vías de enlaces con sus bases, llevaró a estas
fuerzas al aislamiento. El “aislamiento”, de la clase que sea, es la “palabra mógica” de
la guerra de guerrillas o

La segunda misión de la lucha clandestina, no menos importante que la primera,


es separar psicológicamente al adversario de la población civil en la zona de operaciones.
Mediante la lucha clandestina, los guerrilleros pretenden inclinar a la mayoría de la po
blación residente en la Zona de operaciones en contra del adversario y en pro de la causa
propia . Si antes del comienzo de la lucha clandestina, los guerrilleros son algo así como
piezas de caza perseguidas, al final de esta fase, e pretende que desempeñen el doble
pel de cazadores y ojeadores o

Por su parte, el adversario, si ha reconocido la naturaleza e importancia de 1a


guerra de guerrillas moderna, procuraró precisamente en esta fose de la lucha clandesti
no, aislar a los guerrilleros de la mayoría de la población residente en la zona de opera
clones0 Primero, psicológicamente, y después materialmente, .aI objeto de llevarlo o la
“inanición” material y psicológica . En la lucho clandestina, la cuestión decisiva es:
¿‘Quin aislo a quien, material y psicológicamente?”.

(5) Heinz KJhnrich, en su obra citada, póg. 20.


148

2, L)smedo5 cJe la lucha clandesflna encu berta

Duran+e la Fasede a lucha clandestina,, el guerrf Hero. que, a! menosforma Imen’


te, es siempre el atacante (6), se lmta a emprender accones asladas, Estas acciones
pueden revestir la forma de atentados terroristas d’rgdo5 contra las personas o las cosas a!
objeto de crear nsegurdad en e! cdversaro o en la ob!acn civil neutral0,, o bien pue
den ser actos de sabotae contra objetivos que,, por a!guna razón, tengan importancia pa’
ro el adversario, Pueden tanbi& adoptar la Formade lo. que en argot de los guerriHe—
ros se caiifca corno ejecuciQiesU es decir, atentados contra personalidades dirigentes
del adversario. o contra so!dado o civiles aislados, sospechososde traición,, denuncias o
espionaje, ‘En el curso de la lucha clandestina, aparecerón, previamente, en forma cada
vez mósdestacada. los asaltos a mano armada contra poskiones o grupos enemigos asiia
dos (puestos de policra. ceninela,, depóstosy povorines aislados, vehículos, y peque
ños grupos o columnas en marcha etc,), Si el adversario al que se trata de atacar se halla
en marcha, el ataque se hara partiendo de una emboscada, Los actos de vo!encia de la
lucha clandetina, no se producen. segGnse ha indkado con anterioridad, en lugar de11
las acciones preparatoros. sino ademós de ó3tas,

E terrorismo, e! sabotaje, las 11ejecucione y lo 11golpesde nano0 no signifi


can el fin de la conspfración. la labor de zapa11y e! acopio de armas,, cuya niciación
se sitúa en la fase preparatoria, En la fase de la lucha clandestina continúan —conrna>r
intensidad aun, si es posibie, las acciones caracteriticas de la fase preparatoria, Lo5
guerrilleros procuran, durante esta fase, integrar constantemente la conspiración del pri
mer momento en las acciones de la lucha clandestina, A5(, pormedio de la lucha clandes
tina se procura ganar’ nuevos adeptos; la llamada propaganda armada debe explotar el —

impacto producido por los actos violentos y obtener resultados positivos para los guerrfl1e
ros, Finalmente, las experiencias obtenidas en la lucha clandestina, deben servirparaper
feccionar la organización y e! adiestramiento delos grupos de acción. y mejorar su arma
mento con el material conseguido como .bín en el curso de la lucha,

(6) Ver Pavie Jaksic,, obra citada,, g. 269 sabido, que si las fuerzas de guerrille
ros pretenden sobrevivj y ievar adelante la guerra con éxito, debern estar siempre
a la ofensiva, Esta actitud viene determinada por la forma misma de la guerra de par
tisanas, que es ofensiva, en tanto que la forma defensiva estó asignada al bando arr
tipartisano, Tal asignación es justa, ya que la duración de la acción oFensiva de
los partisanos, es incomparablemente mayor que los breves períodos en 103 que l a
fuerzas enemigas intentan, mediante acciones estratégicas ofensivas, espectaculares
y de gran envergadura, liquidar al movimiento partisano y a sus fuerzas de combate11.
- 149

En este contexto, si lo guerrilleros desean obtener el éxito, deberán dtribuir


cuidadosamerte las misiones entre io distintos grupos. La lucha clandestina la realizan -

los grupos de accin, especialmente se!ecconados, adiestrados y equipados para losa6


- tos de terrorismo, el sabotaje, las ejecuciones o los goipes de mano y que, durante la fase
de la lucha clandestina que se desarrolla en el morco de una guerra de guerrillas, no tie
nen ninguna otra misi6ni:7).Pori parte, la direccin de la lucha psicolgka —es.decir, el
reclutamiento de nuevos adictos y lo labor de zapa se encomienda a otras personas o
grupos, quines, a ser posible, notendrn ninguna relacin con los actos violentos que —

acompañan a la lucha clandestina, Finalmente, corresponderá al mando de los guerrfller


ros la tarea —nada f6cil por cierto- de coordinar estas actividades.

Esta necesidad practica de mantener separada a la !guerI.illa ciudadana (dedi


cada esencialmente a la acci6n violenta) de la labor de baseH, de tipo propagandístico,
viene indicada, entre otras, en unas !nstrucciones aparecidas hace poco en idiomaale
mn en Amsterdam, y destinadas a la Fraccin del Ejército Rojo’ de la ReptbUca Fede
ral Alemana(8). En dichas lnstrucciones se dice Se ha demostrado que no es posible
que cada uno de nosotros colabore, simultneamente, en los grupos socialistas existentes
en el barrio o la empresa, que contribuyo a influir en el proceso de las discusiones, que
haga experiencias y aprenda. Se ha demostrado, que es tal el control que tiene la policía
política sobre estos grupos, sobre sus reuniones, calendarios’ de sus programas y conten
do de sus discusiones, que, si se desea estar libre de control, es preciso no hacer acto de.
presencia en estos grupos. Es decir que no cabe, para el individup, realizar simultdnea —

mente un trabajo legal y otro ;iegaP. Las acciones de los guerrilleros durante la lucha
clandestina, tienen la apariencia de una serie de actos aislados, realizados contra objeti
vos que, casualmente, ofrecen circunstancias favorables para el ataque, Mientras la lu
cha sea clandestina, los guerrilleros, se esforzar6n al mximo en evitar que el adversario
sospeche siquiera que entre las diversas accios, o entre los autores de las mismas, eXis
te la menor relacién.

Sin embargo,. de. hecho, cada acción aislada debe constituir una parte de un pn
de operaciones cuidadosamente elaborado, que e baseen una n6lisis detallado, y someti
do a constante revisién, tanto de la situackn del enemigo como de la propia. Cualquier
acción, tanto las acciones frustradas como las que se hayan visto coronadas por el éxito,
pueden producir daños irreparables si, en el marco del. pián general de operaciones, resul
tan ser innecesarias o inGtiles. Hay que tener presente que, en la lucha clandestina, ¡n
cluo las acciones llevadas a cabo con éxito, pueden proporcionar al enemigo datos impor
tantes acerca de la fuerza, objetivos, métodos de lucha y otros detalles relativos a los —

guerrilleros. Por ello, solamente la importancia que pueda tener la accén en el morco —

del plan de operaciones, justifica los riesgos ajenos a la misma.

(7) Ver Georgios GrivasDighenis, obra cirada, p6gs. 51 y siguientes, y pág. 76.
(8) Fracci6n del Ejército RoIo, obra citada, pg, 12,
150

proganda en la lucha dandestina o encubierta

Una de las actividades que deben proseguir los guerrilleros con mayor vigor, s i
desean tener éxito en la lucha clandestina, es la propaganda, ya iniciada en la fase pre
paratoria. La lucha clandestina, correctamente interpretada, es también siempre una lu
cha psicológica. Por medio de ella: se trata de atraer nuevos adictos a la causadelosgue
rrflleros y aportar a las guerrillas nuevos combatientes y auxiliares; se pretende1, adem6s,
disuadir y atemorizar a aquellos que no se dejan ganar para la causa de los guerrilleros, y
hacerles dudar, y desesperar, de sí mismosy de la causa por la que luchan.

Al principio de la. lucha clandestina, es usual que la mayoría de la población to


davía no esta dispuesta a prestar un apoyo activo a los guerrilleros, pero si así fuese, es
decir, si se pudiera contar con este apoyo mayoritario, la duración de la fase de la IucIx
clandestina ser6 breve, y la guerra de gierrfl las podría pasar —tras la adecuada prepara
ción y partiendo de un levantamiento armado— a la fase de la lucha abierta, aunque,, en
un principio, asta tenga todavía las características de una acción retardatriz” (9).

Al caso extremo que acabamos de citar, en el que se supone que la mayoría de


la población est6 dispuesta, desde el principio, a prestar apoyo activo a. los guerrilleros,
cabe oponer el otro caso extremó., en el que la mayoría de la población. rechace enérgica
mente tanto los objetivos como lo forma de actuar de los guerrilleros. En este.último ca
-so, el libro roo elaborado por el ‘colectivo (es decir, grupo de autores) de la Frac—
ción del Ejército Rojo” indica que la unidad de partisanosnace de la nada”..,; ...“los
verdaderos iniciadores serón sólamente algunas docenas de combatientes”, Sin embargo,
en la opinión de -losautores del citado “libro rojo”, estos guerrilleros, escasosen nrnero
pero.decididos, “podrían desencadenar un alud. En la primera Fase, el único objetivo se
ría —siempresegún el libro antedicho— demostrar que pueden.formarse grupos armados y
que ¿stos pueden hacer frente a la organización estatal; se pretende probar que los a.ta
ques armados por sorpresa pueden ser un medio de imponer, conxito, ciertos intereses le
gítimos frente a un régimen represivo. En resumen: los medios de la lucha armada habr6 —

descubrirlos. “Sería falso” indka el “libro rojo”


— demorar la aplicación de estos. me
dios, hasta que se tenga la seguridad de contar con. la aprobación de las-masas”, ya que,

(9) Ya se ha indicado que, en la. fase de la lucha abierta, prosiguen las actividades ca
racterísticas de la lucha clandestina, aunque pasen’un tanto a. segundo plano. Como
ejemplo de un rópido paso a la lucha abierta, prosiguiendo, al mismo tiempo, la lu
cha clandestina, cabe citar la guerra’ de guerrillas emprendida por los partisanos ita
lianos contra las tropas alemanas desde el otoño de 1943.
131 -

en opinién de los autores, la aprobación de las masas slamente puede lograrse median
te la luchaU(10).

Hemos expuesto los cosos extremos,que son una verdadera excepci& en la histo
ria de las guerras de guerrilla0 Lo usual es que, al comienzo de la lucha clandestina, la
mayoría de la poblaci6n se muestre, o bien indiferente frente a los hechos que llega a co
nocer -ya que su único deseo es mantenerse al margen de la iucha armada que comienza—
b; a la expectativa, por parecerle igualmente dudosas las probabifidades de éxito de
ambas partes contendientes, y sus respectivos objefivos0 En este último caso, la poblacién
permanece a la espera a fin de determinar cuando debe apoyar a los guerrWeros, u oponei
se a ellos0 La misién de la propaganda realizada mediante la accién es, precisamente, in
teresar al burgués indiferente y captarlo para la causa de los guerilleros En otras pa
labras: dar la seguridad a io que dudan e infundirles el valor preciso para queadopten
uno decisién0

El secreto de los éxitos obtenidos por numerosos ¡efes de guerrilleros, ha con


sistido siempre en que, antes de emprender una accién de gran envergadura en el morco
de la lucha clandestina (actos terroristas o de sabotaje, atentados o golpes de mano), se
ha analizado la forma en que reaccionodan aquellos grupos a los que se trataba de atraer
a una causa propia, a la par que se ponderaba la influencia que las acciones previstas eler
cérían sobre el adversario0 No es esencial que en el acto terrorisa7 o de sabotaje, esta
Ile la bomba, ni que en el atentado muera la víctima y pueda huk el autor; tampoco es
fundamental el número de adversarios que hayan podido caer, y el botín de armas que se
haya podido recoger en un asalto por sorpresa0 Pesea los éxitos materiales que se hayan
podido cosechar, las acciones antedichas habré que considerarlas como auténticos fracc
sos, si, como consecuencia de ellas, e unen a las filas del enemigo grupos de personas —

que podrían haber sido ganadas para la causa de los guerrIieros Igualmente e estimarén
tales acciones como un fracaso si llaman la atencién del adversario sobre errores que ve
nía cometiendo y de los que todavía no se había apercibido0 El haber 5abido ponderarsie
pre con acierto las reacciones que cabía esperar, tanto en las filas propias como en 1as
del adversario, ante las acciones que se pensaba emprender, y no considerar nunca como
posible lo improbable, son caracteritiCas de los jefes natos de guerrilleros, tales corno
Tito y GrivasDighenis0 Por el contrario, el mando alemén, demostré durante la Segun
da Guerra Mundial una totql ignorancia de lo naturaleza de la guerra de guerrillas, ya
que, al hacer pagar a gente inocente por las acciones de los guerrilleros, se enajené 1a
voluntad de aquellas personas que quizés hubiesen estado dispuestas a colaborar, pero que4
a la vista de las represalias, acabé 5intiéndose indignada contra los alemanes0 Otro tanto
cébe decir de los ingleses dwante la guerra de guerrillas en Chipre, durante los años cm—
cuenta0 Al propésito, escribe Grivas—Digheflis lo siguiente: Durqnte el tiempo que duré

(10) “Colectivo Rojo, obra citada


del Ejército pég0 43o
152

esta lucha de cuatro años, tuvo lugar, en paralelo con la lucha armada, una pugna pa ra
conseguir el favor de la población, Cada cual quería ganarse la voluntad de la población.
Los ingleses lo intentaron mediante demostraciones de fuerza empleando el terror, las de
tenciones, los campos de internamiento, la trtura, la destrucci6n de las propiedades, el
asesinato de inocentes y las ejecuciones, Sin embargo, puede constatar, que cuanto ms
dura era la política de los ingleses, ms se distanciaba la poblaci6n de ellos y se acerca—
boa nosotros. Nadie se gana la voluntad de un pueblo mediante la violencia; sino me
diante una actitud correcta y un ejercicio del mando en que prevalezca la justicia y el
afecto. Las autoridades inglesas de Chipre, tanto miUtares como civiles, se enfrentaron —

con la pob!acin en forma casi apasionada, en lugar de proceder con habilidad. Por el
contrario, nosotros ernplebamos métodos fundados, esencialmente1, en la psicología de las
masas: convencíamos mediante argumentos s6fldos, y d6bamos ejemplo, en orden a aguantar
peligros y privaciones:.. Pero, sobre todo, robustecíamos la fé de la población en cuanto a
la justicia de su causa. Durante todo el tiempo que dura la lucha,.. trabajé sin descanso,
y con éxito, para ganarme los corazones de los hombres’, (11)

Desde el punto de vista de la propaganda, son particularmente decisivas las pri


meras acciones de la lucha clandestina, En realidad, estas primeras acciones perfilan ya
.l sittkicJán, Si la mayoría de la poblacn la recibe con satisfacci6n, o, al menos, las
acepta, puede decirse que se ha ganado la primera batalla para conseguirel favor de las
masas, Si, por el contrario, las rechaza, puede considerarse que se ha dado el primer pa
so hacia el aislamiento; un aislamiento del que cabe hacer responsable a quien ha empren
dido tales acciones,

De especial importancia para el mando de la lucha clandestina,, es la imagen que


se forje la mayoría de la poblac6n respecto a la peronaiidad de los jefes de los guerrille
ros, Tito y Grivas—Dighenis lograron rodearse de un nimbo de heroismo, misterio yéxito,
a cuya fuerza atractiva nada pudieron oponer los alemanes en Yugoslavia, o los ingleses
en Chipre, respectivamente, incluso el simple soldado, alemdn o inglés, que luchabacon
fra los guerrilleros en Yugoslavia y Chipre, no podía evitar sentir una cierta adrniracin

por los jefes enemigos,

En el marco de la poblaci6n civil que se trata de captar en la lucha clandestina,


corresponde un papel especial a la juventud, A esta juvent. se dirigirá con preferencia
la propaganda de los guerrilleros, Citaremos de nuevo a Grivas—Dighenis: Entre la juven
tud se encuentra fuerza arrolladora, el amor al peligro y el impulso hacia la realizaci6n
de grandes hechos, A ella me dirigí, ante todo, para poner al servicio de la lucha todas
las capacidades que posee la juventud. Si en situaciones parecidas, la juventud nodemLios
fra interés alguno, cabe decir que el país al que pertenece esta juventud se halla abocá

(1]) Georgios GrivasDighenis, en su obra citada, págs,33 y siguiente,


153

do al hundimiento0.. La juventud fue el jardín en el que busqué los mejores combatientes


para los grupos de partisanos y para los grupos de sabotajeH (12).

Si la lucha clandestina e desarrolla en un moderno país industrial, se presenta


r6n problemas especiales a la propaganda de los guerrilleros. Hay que tener en cuenta
que, en un “teatro de operaciones11de este tipo, los efectos de la lucha clandestina sobre
la sensible estructura econ6mica, y el complicado mecanismo de los suminsitros de lo po—
blaci6n, son mucho m6ssensibles que en zonas menosdesarrolladas, La lucha clandestina
puede producir, en un lapso de tiempo relativamente corto la paralizaci6n de la econo
mía y de los suministros0 Si el adversario consigue convencer a la opini6n pública de que•
los guerrilleros son los responsables de la situaci6n ca6tica producida por la paralizaclún,
cabe pensar que la mayoría de la poblaci6n se muestre hostil a los guerrilleros y los lleve
al aislamiento psicol6gico y social, a menosque, mediante una hdbil propaganda, logren
los guerrilleros hacer cambiar de nuevo —siquiera sea temporalmente la opini6n popular,
y explotar el caos para la ¡niciaci6n de la lucha abierta, a fin de derrotar a las fuerzas
adversarias (muRares y fuerzas de orden público), mediante una serie de golpes r6pidos y
enérgicos, llevados a efecto en el marco de un ataque concentrado. Si el ciudadano no
se ve enfrentado a una situaci6n de este tipo, en la que no puede contar con la protecciún
de las fuerzas militares, ni las de orden público, se mostrar6 dispuesto a ceder, a fin de
sobrevivir (13).
* * *

(12) Ibid. p6gina 370 Parece que los autores del “Calendario Rojo 1972 para apren
dices y escolares11parten de este mismo punto de vista0

(13) Ver “Fracci6n colectiva del EjércRo Rojo11, p6gina 32: “Si el explotador ¡ndivi
dual, comprende que el Estado ya no puede garantizar su seguridad, puede hacér
sele entender, mediante una política adecuada, que tos asalariados est6n dispu
tos, bajo ciertas condiciones, y a través de sus organizaciones políticas, a garan
tizar su seguridad personal, en general, y su actividad científica en particular;
todo ello con ciertas limitacionesg y durante el período de transici6n preciso para
alcanzar el sistema socialista de producci6n y dstribuci6n’,

Nota del autor: En el “libro rojo” de que dispone el autor, se habla de “actividad
científica”, aunque parecería rn6s natural hablar de “actividad econ6mica”. Exis
te la dda de si se tratard de una errata de imprenta o si, al hablar de dctii
dades “científicas11, los autores estarían pensando en las U n ve rs ida des ale
manas.
XIV. - PROBLEMAS DEL MANDO

1 Cualidades de los jefes

Cada acci6n llevada a cabo en a guerra, y, por supuesto, las acciones de la


guerra de guerrillas, son una labor de equpo’. Tales acciones se materializan en una
colaboracin basada en la mutua comprensn y en la identidad de objetvos entre los
que mandan y los que obedecen, entre aquellos que elaboran los planes y los que los lle
van a efecto en la realidad. Por muy capaz que sea un ¡efe, fracasare si las fuerzas que
manda Fállan, o le fallan a l, personalmente, es decir cuando el lefe no tiene la cuali—
dad Ucongénita de la que habla Clausewitz al tratar del genio guérreroH, De otra parre,
el adiestramiento, armamento, elevado espíritu y valor de las tropas, de nada servirán si
les fa Ita el efe capaz de ponderar acertadamente las características y cualidades concie—
tas de sus fuerzas, y utilizarlas en. forma óptima en la lucha contra el enemigo. Esta coñi
penetración entre el mando, y los que ejecutan sus órdenes, debe crearse ya en la prepa
ración de la guerra incluída la guerra deguerrillas —y debe continuar durante todo e 1
tiempo que dure la contienda.

La parte ms impresionante del libro de Thayer sobre las guerrfl las y los partisa
nos, es la que describre el encuentro de Mijailovich y Tito durante Id Segunda Guerra
Mundial. Thayer utfl izo este episodio —del que fue testigo presencial para describirdos

tipos distintos de ¡efes de guerrilleros: el procedente de una conspiración fraguada desde


arrfba (ya que a Mijailovich le había encomendado el rey que organizase una fuerza de
guerrillas contra los alemanes) y el procedente de una conspiración fraguadadesde abajd!,
ya que si bien Tito era el presidente electo del Partido Comunista yugoslavo, parece ser
menos seg5n Thayer- que incluso el Kremlin pareció dudar en reconocerlo como
agente (1)

(1) Charles W. Thayer, obra citada póg. 78; ver también Vladimir Didijer; ‘Tito; biogra
fía autorizadail, Berlín, 1953, pógs. 136 y 165.
55

• : Pra nosotros, lo másinteresantees.lo que indica Thayer acerca de las caracterí


ticas c decomón,
las dosdentro
personalidades citadas. Segn Thayer,
y la confarnbos hombres poseÍan
un encanto poco de su carácter reservado, lanza en sí mismos de
• quien consideranaturql atraerseadeptos.einspirar respeto. Ambosposeíanlas caracterís
ticas del ¡efe nato, carismático, y eran reverenciados, en forma fanática, por sus hombres.
La consideraçiánque se tenía a Mijailovich entre los Chetniks, ero casi tan grande comq
la que se señtía por el propio monarca. Porsu parte, Tito9 gozaba entre los comunistaiyLi
goslavos de tal reputacián que, segónparece, flegá a preocupar hastacierto punto a Sra
lin, padredel comunismo(2).

La imagenque nos da Thayer al hablar dé Mijailovich. concuerdoplenamentecon


lo que indica el Comandantesuizo von Dach (3) al describir la persona dadquedebetener
un jefe de guerrilléros: Es condicián previa indispensableque cuente con el respetoy re’
conocimiento, de todós sushombres,ya que, detr6s de las Ineas enemigas, no existirá
uno PolicfaMilitar & ConsejosdeGuerra que le ayuden a. mantener la disçiplina y eler
fritu combativo. La graduacián.militar desempeñaun papelsecundario. El tipo deslurr
branteil es inadecuado. Estetipo de personaquizá pueda mantenersealgón tiempo en el
marco de las fuerzas regulares9ya que cuenta con el apoyo de la organizacián mi i ita r,
pero jamás en la guérra de.guerrillas9 en la que sáb los jefes con auténticas cualidades
para el mandode fuerzas, esdecir aquellos que.saben tratar con los hombresy mariejar
.:lós, ienen posibilidades de imponerse.

Con lo antedicho9 parece que el Comandantevon.Dach estima haber expuestoto’


do cuanto cabe decir de.lbs jefes de guerrilleros, en general, y solamenteañade algunas
consideracionesacerca de las condiciones que deben reunir çiertos ¡efesde los gru.posde
accián”,(pertenecientes, por tanto a los escalonesbajo y, a lo sumo, “medio del man’
do).

• •Es de suponer que Thayer no se hubiera conformadocon una descripcián tansorne’


ra de lo que es un jefe de guerrilleros. Dicho autor se pregunta por qué fracasá un hombre
como Milaibovich, que parecía poseeren alto grado todas las cualidades referidas, y lle
ga a. las conclusionessiguientes 4): Al parecer, un jefe.de guerrilleros con.éxito debe
poseerlas cualidades que precisa tener un jefe en todos los terrenos:Fuerza suficientepa’
ra atraerseadeptosy conservarlos;capacidad organizadoray, sobre todo, una decisián a
ultranza en ordena mantenerla disciplina entre los suyos, e imponer la disciplina entre
los que no son elementosactivos, En cierto sentido, cabe decir que un jefe de.guerrille
ros es algo más incluso muchomás que un simple jefe militar. De hecho es un dictador

político en las zonas en que se acata su autoridad, un gobernadorde la AdrninistraciánÇj’

• (2) Charles W. Thayer, obra citada, pág. 79.


(3) H. von:Dach, obra citada, pág. 32.
4). Charles W. Thayer, obra citada, págs. 90ysiguientes.
156

vil, k Polkra y la Justkk, que toma decones y juzga a su arbtro. Adern6s ndka
Thayer hab que notar otras dos cuaUdade3 específ kas del jefe de guerrflleros En pri
mer lugar, su conocrniento del terreno y su capacidad de aprovecharlo en forma óptima
para sus fines. Hob6 que notar que, a hablar del Uterreno, no hay que pensar sólamen
te en el aspecto gecgrdflco del mismo, sino, particularmente, en sus caractertkas socia
les, econmka y, sobre todo, políticas. Lo5 conocimientos del jefe de guerrilleros van
nucho mósolió de los caminos y veredas de las zonas montañosas, que se reseñan en los
planos de Estado Mayor. Conoce también las opiniones de la población en materia polítf
ca religiosa y racial, los Tab&s, las supersticiones y creencias, y las circunstancias
particularmente desfavorables, que reinan en algunas regiones y estractos sociales, Cono
ce tornbin a la5 personalidades políticas, sos amistades y rivalidades, sus puntos fuertesy
su debilidades, Y, por supuesto,. conoce las lenguas y dialectos correspondientes’, Ade
mós, según Thayer. debe concurrir en el efe de guerrilleros otra cualidad Saber explo
tar, en forma ópflma, las caracteriticas sociales y políticas del terreno”.

Thayer no investiga rn6s profundamente7 a fin de determinar de dónde proceden


estas capacidades de los jefes de guerrilleros, ue, para l, son las característkas que di
ferencian a las guerrillas victoriosas de aquellas que son derrotadas, La respuesta a esta
cuestión, que Thayer deja sin contestar, la encontramos, sin embargo, en Clausewitz,
cuando habla del ‘genio guerrero (5) al que exige “aquella fuerza del espíritu que Ma
mamos imagiiaciónu, Un jefe de guerrilleros sin imaginación fracasaró siempre. En una
guerra convencional, es posible que lo aprendido acerca del arte mflitar, el razonamien
to maternótko y la experiencia, pueden suplir, hasta cierto punto, la falta de imagina
cn. Sin embargo, e5to no ocurre en la guerra de guerrillas, en la que sigue teniendo vi
gencia lo que dijo Jomini hace mósde 150 años ‘Para un jefe militar, el saber no ocupa
sino el tercer puesto en la escala de prioridades’ (6).

Por supuesto, no es preciso insistir en que una imaginación desenfrenada puede


perjudcar a lo guerrilleros, por lo que seró necesario, para el jefe de estas fuerzas que
su imaginación vaya siempre regida por la razón, Solamente despuésde un examen críti
co informado por la fría razón, y del anólisis objetivo de las probabilidades de un proyec
to ideado por la imaginación, calculando ponderadamente los pros y los contras, deberó
ponerse en próctica tal proyecto.

(5) Carl von Clcusewftz, obra citada, póg. 47


(6) Antonie Henri Jomini “Esbozo del arte de la Guerra”, traducido por A, von Bogus’
lawski; Berlín, 1883, póg. 60,
157 -

2 Lo36rganosdemando

El mando de lo lucha clandestina no corresponde, necesariamente, a los conspi


radores del primer momento0 Los conspiradores suelen ser —asu modo y manera polítcos;
por su parte, los mandos, en la lucha, incluso en la lucha claridestina son .otambinasu
modo y manera soldados, o, en todo caso, guerreros0 Rara vez coinciden, en una mis

ma persona, ¡os cualidades del buen político y del buen soldado0

Si la guerra de guerrillas comienza bajo los auspicios de una conspiraci6n hdes


de arriba’, los jefes de la guerrfl las serán, normalmente, designados y pustas en accián
por los conspiradores, cuya misión no es actuar como ¡efes en la lucha propiamente di
cha, sino s6lamente elegr a los designados para tal misin0

Si, por el contrario, la guerra de guerrlilas comienza bato los auspicios de una
conspiración ‘desde abajo, el mando de la lucha clandestina suele recaer en personas —

que acierten a tomar iniciativas en el círculo de los conspiradores del primer momento,
e incluso actuar contra ellos. La elección de ¡os mandos la realizan, en este caso —almé
nos en parte sustancial aquellos que van a ser mandados por los jefes que eligen0 Enes
te contexto, pueden darse desavenencias y duras luchas por el poder.

En primer caso, los escalones jerárquicos del mando se forman de arribo hacia
abajo; en el segundo caso, de abajo hacia arriba Tanto en un caso como en tro, las
(7)0

características de estas jerarquías del mando son diferentes a la usuales en ¡os mandos mi
litares normales en una guerra convencional. Como indica von Dach (8) en su breve exa
men del mando en la resistencia total el mando de las guerrillas es mucho más indeperi
diente, y tiene una libertad de acción incomparablemente mayor que el escalón jerárqul—

(7) Ver Fracci6n colectiva del Ejército Rojo’, g0 31, donde se dice °En la fose mi
cial e forman grupos de partisanos en forma descentralizada e independiente; Estos
grupos emprenden acciones de cornand E5 necesario desarrollar estos grupos en to
dos los ‘céntros de concentración de la actividades a fin de obligar al enemigo a
dispersar sus fuerzas desde la fase inicial, y sobrecargar su organizac6n logística.
Al mismo tiempo, los grupos, deberán establecer comunicaciones entre sí y coordinar
sus acciones, a fin de poder emplear ss fuerzas en forma más efectiva y orientada0
Estas comunicaciones son la condición previa necesaria para la formación de centros
de resistencia locales0 Si por medio de esta táctica, se consigue diluir a las fuerzas
enemigas, podrían crearse, contando con circunstanciasfavorables, grupos secretos-
locales de milicias0
(8) Hans von Dach, obra citada, pág. 32.
-‘158

co correspondiente en la guerra regular. La guerra de guerrillas, colocará a muchos marr


dos de los escalones inferiores en situaciones en las que deberán actuar, con plena inde—
pendencio, en todos los sentidos’,

Siendo la guerra de guerrillas, por naturaleza, una guerra de movimientos, se


comprende que el mando sea, también, lo m6s mvfl posible. En la guerra de guerril las
no cabe pensar en Cuarteles Generales fijos o en puestos de mando1,en Estados Mayores
numerosos y pocos m6vfles; en resumen, no deberán existir ms servicios ni ¿rganos de
mando de los que sean estrictamente indispensables para el combate. De otra porte, el je
fe debe mantenerse siempre en el centro de 1asactividades de los combatientes que manda,
y permanecer en este centro, lo que obliga a frecuentes cambios del escondite, Prescin
diendo del hecho de que el verdadero mando apenas puede proceder de otro modo, hay
que tener en cuenta que ia noticia de su presencia ejerce un efecto psicológico favorable
—y a veces decisivo-’ tanto entre !o guerrilleros como entre la población.

Una de las causas del éxito de los partisanos gregos en Chipre, bajo el mando
de Grivas—Dighenis, es, sin duda, el hecho de que este jefe sigui6, durante toda la lucl-o,
las dos normasde conducta antedichas. Respecto a estos dos normas de conducta, el pro
pio Grivas—Digheñs (9) escribe lo siguiente: La concentración de gran cantidad de per
sonas en un lugar, hubiera favorecido su descubri miento. Adern6s, hubiera precisado me
didas suplementarias de enmascaramiento, Siemprefue peligroso poro un Estado Mayor
que, para cumplir con su misi6n, precisaba contar con cierta cantidad de personas, esta
blecer un Puesto de Mando en un lugar determinado (10).

(9) Georgios Grivas-’Dighenis. obra citada, pág. 49.


(10) También el segundo principio —o norma de conducta-’ del mando fue siempre seguido
por Grivas—Dighenis. En la p6g. 89 de su obra, manifiesta que no habra dudado en
asumir personalmente el mando del mcisfuerte, de los grupos de partisanos,. a fin de
dar ejemplo en la lucha común y enseñar los métodos de combateu. También Tito se
mantuvo durante la fose de la lucha clandestina, casi permanentemente en el centro
de las actividades de sus partisanos. Su bi6grafo, Vladimir Dedijer, cuenta que cuan
do las tropos alemanas penetraron en Zagreb, permanecic, de momento, en dicha lo
calidad. De allí parti6 a primeros de Mayo de 1941, valiéndose de documentos falsi
ficados hacia Belgrado, donde viv en el arrabal de Dedinje, estableciendo su resi
dencia inicialmente en el n2 16 de la calle Rumunskaya, y después en la callé Gla
tone, cercanas ambas al lugar en que se hallaba la Comandancia Militar alemana,
Tito se hallaba en Belgrado cuando, después del 22 de junio de 1941, comenzc -

la lucha clandestina en dicha ciudad,


159

Por su parte, Tito, estuvo en dos ocasiones a punto de caer en manosdel enerni
go, a causa de tener un Estado Mayor excesivamente grande0 La primera ocasi6 fue en
enero 1944, cuando fuerzas motorizadas alemanas penetraron en la localidad de Jaice,
en la que Tito había instalado su puesto de mando en las noves de una f6brica .de produc
tos químicos (11). Lasegunda fue en mayo de 1944, en la localidad de Dvar, durante la.
operaci6n alemana R&selsprun9 ocasi6n an lo que Tito consigui6 escapar por eca5o
margen, en tanto que fueron capturadas personas de cierta importancia, que ejercía misio
nes de enlace con los ingleses y americanos, así como algunos jefes deguerriflerOs, yn
tena1 importante0 Ello dio lugar a que el Estado Mayor de Tito precisase bastante tiempo
para estar de nuevo en condicones de efectividad (12).

Mientras existieron en las fuerzas armados regulares de Europa unidades monta


das, se considera que el secreto de su éxito consistía en que no solamente podían moverse
con máyor rapidez que el enemigo, sino que también eran capaces de pensar m6s rapida
mente que ste; Este principio sigue rigiendo, actualmente, para los guerrilleros. En la
guerra de guerrillas, el éxito del mando depende de la rapidez de los movimiento propios,
de la rapidez de la reacci6n ante el comportamiento del enemigo y de lo rapidez en la d
cisi6n y en la ejecuci6n.

(li) l-lelmuth Rentsch,, obra citada, pcg. 85. Vladimir Dedijer, en u biografío de Tito,
nada indica acerca del pelgro que corri&el Çuartel General de.ste. Por el contra
rio, en la pg. 166 de su obra, indico que el 9de diciembre de 194.1, Tito estuvo
a punto de perecer, en un combate contra los italianos, Un grupo de choque itatia
no, atac6, an Drenovo, la casa de labradores en que se hallaba Tito con.algunos
miembros de su Estado Mayor y detuvo al radiotelegrafista y o dos o tres hombresde
su guardia personal. “Tito indica Dedije reconocia a los italianos y dio inmeda’
tarnente orden de llevarse los documentos y e. transmisor radiotelegr6fiC0. seguida
mente cog6• su metralleta, y sali6 corriendo de lo casa, ¡unto con.aigunos de sus ca
maradas, a fin de poder cubrir el transporte de los archivos y el equipo de transmisio
nes desde un montículo situado a unosdiez metros,
Cuando los italianos penetraron en la casa, lo único que hallaron fue la máquina fo
tográfica de Tito, que éste había. olvidado en su precipitada escapada”.
(12) Helmuth Rentsch, obra citada, pág. 86. Rentsch cita erréneamente el mesde agosto
como fecha de estos hechos; Sin embargo, el ataque al Cuartel General deTito, en
Drvar, tuvo lugar el 25 de mayo, fecha del cumpleaños de Tito, quien, por escaso. —

margen, pudo escapar de la cueva en la que se había refugiado, a través de un pasa


dizo descubierto por casualidad. Vladimir Dedijer observa acertadamente. ‘El ataque
estuvo mal planeado. Si los paracaidistas se hubieran lanzado sobre la meseta silua
da encima de la cueva, es difícil que Tito hubiera podido escapar”.
160 -

En la guerra de guerriHa, el mando rara vez se organiza sistemdticamente; en ge’


neral, se improvisa. No existe nn9una norma para la estructuraci6n de los ¿rganos de
mando en cualquiera de sus niveles. De acuerdo con la situación, y los planes para el fi.r
turo, el efe Ilamard a los colaboradores que uzgue oportuno. Según indica GrivasD
ghenis, cuando, en cierta ocasi6n, le fue necesario trasladar su I!piana mayor de las mon’
tañas a una pequeña ciudad, se vio obligado, por razones de seguridad, a realzar, con
la ayuda de un solo colaborador, toda la tarea correspondiente al Mando y al Estado Ma
yor (13), Si cambia la situaci6n, ose ha llevado a cabo la accidn para cuya preparación
se había requerido la ayuda de un coiaborador, es norma que todos lo ayudantes,, cuyos
servicios ya no se precisen, se separen del efe, Al mismo tiempo, éste, rrasladard su
apuesto de mando a otro lugar, cuya posicrn no se dard a conocer a los ayudantes cuyos
serv ic los ya no se precisen.

En la guerra convencional, el mando militar da a conocer, en cada Orden de


Operaciones, el lugar donde se halla, Por el contrario, en la guerra de guerrillas, el je
fe procura -y estd obligado a ello ocultar, en la mayor medida posible, el lugar en que
se encuentra, incluso a sus.propios guerrilleros (14). Solamente sus subordinados m6smme’
diatos, y unos cuantos contactos —que asumen la misidn que, en la guerra convencional
corresponde a los eniace conocen, en cada ocasidn, el lugar en que puede hallarse
al ¡efe, Las discusiones sobre la situacn no tienen lugar en el puesto de rnand&°, ni se
imparten la drdenes desde é para este propósito se elige un lugar previamente exploro
do, que se rodea de las adecuadas-medidas de seguridad y que, como norma, no vuelve a
utilizarse como lugar de reunión, Con un instinto casi animal, el guerrillero percibe el pe
ligro que le amenaza en tal o cual lugar,

(13) Georgios Grivas—Dighenis, obra citada, pdg, 50,


(14) El proporcionar seguridad a las instalaciones de mando y a las bases logísticas es

una de las tareas mds importantes, de todo los escalones del Mando, en la guerra de
guerrillas, Estas medidas de seguridad deben ser, de una parte, efeçtivas, y, de—
otra parte, llamar la atención lo menos posible, Lo5 guerrilleros irlandeses del IRA.
rodean sus instalaciones de mando y abastecimiento de dos o tres Ucinturones de se—
guridad formados por simpatizantes açtivo, que no tienen otra mii6n que oerr
los movimíentosde las fuerzas militares y de orden piblico del adversario en la zo
na que se pretende asegurar, y dar la alarma en caso oportuno, Yladimir Dedijer,
indica, en la pdgina 144de su libro, que, en cierta ocasión, en que se celebró una
reLinión de la Upiana mayor de los partisanos yugoslavos, se recurrió al expediente
de que los participantes penetrasen, en el edificio convenido, individuaImente y
con intervalos de un cuerto de hora a fin de no llamar la atención de la po
licía,
ó1

3. Enlace por rnéd’o de prsonas enCar99as de establecercoatos

La labor de equipo que deben desarrollar los que mandan y los que son manda
dos, en relaci6n con las acciones que tienen 1uga en el marco de la lucha, exige una co
municaci&1 lo ms estrecha posible, entre unos y otros La comunicacin ms sencflla,
en genera’, la ms segura, es el contacto personaL La oervacin personal, o, al m
nos,, los informes recibidos directamente de quien ‘ha sido testigo presencial de los oconte’
cimientos, son la’ base mds segura para las decisiones del Mando El Mondo mediante el
ejemplo, o mediante un gesto de la mano, o bien mediante 6rdenes.verbales, resulta ser,
especial mente en mqmentos críticos, mucho ms efectivo que cualquier otra fórma de man’
dar’, por perfecta queseo en el orden tcnTco0 Este contacto directo resulta, sin embargo,
difícil de conseguir, incluso en la guerra de guerrfllas0 Cabe pensar que resulte fa’ctible
en los escalones inferiores del mando, pero er una rara excepción en los niveles superio’
res0 Si la comunicácin directa no resulta posible, será preciso que el mando haga usode
ciertos medios de enlace que sustituya al contacto personal Sin estos elementos de .enla
ce,no resulta posible.desernpeñar las funciones del mando, incluso en la guerra de guerrf
Has0 De su perfecto funcionamiento, depende e! éxito de cada acci6n0 En todo caso,el
mando no deber6 olvidar nunca que todos estos medios de comunicacin no son sino un sus’
tituHvo y a veces, especialmente en momentosde crisis, un deficiente sustitutivo del
contacto personal0

Con anterioridad, ya hemos hecho constar que, en la guerra de guerrillas, se en’


frentan grupos de naturaleza diferente0 El guerrillero no lucha contra otrosguerrilleros si
no, en general, contra tropas regulares o contra la policía0 En esta lucha, utiliza medios
distintos de los que emplea su adversarios ya que no dispone de una serie de elementosge
el enemigo emplea8 o puede emplear0 Dicho en forma grfica, su Hvista y su ‘oído son
distintos que lo del adversario0

En la guerra de guerrillas, el guerrillero dispone de una serie de medios paro es


tablecer comunicación entre los distintos grupos de acción, entre los órganos de mando, y
entre los grupos de acción y los 6rganos de mando0 Con la ayuda de estos medios de enla’
ce, los guerrilleros, acaban por establecer una red de comunlcaçiones tan tupida, que no
solamente permite al mando ejercer un control personal, y que llega al detalle, respecto
a los grupos de acción, sino que, al mismo tiempo, permite avisar a cada grupo, con la —

antelacin suficiente, acerca de las acciones emprendidas por el enemigo, o de alguna


traición comprobada etç.

• ., Comomedios de enlace en la guerra de guerrillas, habró que citar, en primert&’


mino, a las personasencargadas de establecer contacto, cuya misión consiste en comuni
car informes, directivas, órdenes etc0 El contacto es un simpatizante activo, que no
• participo en la guerra de guerrillas, ni como propagandísta ni como combatiente0 Su úni
ca misión consiste en. mantener los enlaces necesarios, y esta misión’ solamente podre des—
162=

empeñarla mientras no se descubra su carácter de simpatizante y no inspire sospe


chas.

Las personas previstas para actuar como contactos deben ser seleccionadas e
• ¡nstruídas acerca de su misi6n, durante la fase pr’eparatoria, es decir, antes de que co
mience la lucha clandestina propiamente dicha. Durante la lucha clandestina, habrd que
elegir, adiestrar y tener dispuestos, a nuevos contactos que ocupen el lugar de las ba
¡asil que, por una u otra causa, hayan podido producirse.

Para comunicar informes sencil los, u 6rdenes, los contactos, pueden emplear
determinadas señas, Estasseñas son particularmente adecuadas cuando se trata de avisar
oportunamente a los grupos de acci&, Como indica von Dach (15): Las señales lumino
sas, o de humo, o el agitar alguna tela, resultan procedimientos demasiad llamativos, y
encierran un riesgo para quien los utiliza. M5 adecuado resulta, durante el día, la aper’
tura o cierre de determinados postigos, o colgar la ropa, o la presencia u ausencia de —

vehículos en un lugar dado, etc. Por la noche, se puede recurrk a tener iluminados u os’
curecidos- determinados tragaluces; abiertas, o cerradas, las puertas de una cuadra etc.

Por supuesto que, mediante estos procedimientos sencillos solamente s podri


comunicar informes muy breves tales como ¡Atencin! Peligro.l,. ¡Enemigo en el pobla
do!, o ¡El pyeblo est6 libre de enemigosi Las señales deben hacerse en forma tal, que
puedan ser vistas desde el límite de aigtn bosque pr6ximo, mediante el émpleo de prisrn6-
ticoS!

Lo que von Dach indica para el caso de un pueblo, es v6lido tarnbén para las
ciudades, teniendo en cuenta ciertas diferencias ambientales, Así, podrán emplearse co
mo señales las persianas (total o parcialmente baiadas), o la ausencia de la placa existen
te en una puerta, o la presencia, en el escaparate de la tienda perteneciente al contac—
to, de determinados géneros o determinados precios etc,

Si, debido a su extensi6n, es preciso poner por escrito alguna irforrnacin, debe’
r6 ‘enmascararse11el escrito, empleando para ello un C6digo de cifrado, que establez-’
ca ciertas equivalencias convencionales, Así, limonadau, puede significar°enemigo
u1beber puede equivaler a retirarse etc, (16). El enmascaramiento debe elegirse en for’

(15) H, von Dach, obra citada, g. 59,


(16) Ver Robert F, William, obra citada, pág. 15.1, en la que se dice: El primer requisi
to con que debe cumplir una guerrilla que quiera actuar en una gran ciudad, es dfs
ner de Ufl: sistema de enlaces ampliamente ramificado y un planeamiento centralizado.
Adem6s,’ los que combaten por la libertad, preçisarn disponer de un Código de cla
ves para sus comunicaciones, por primitivo que steseaU,
163

ma adecuada para que no pueda ser reconoçdo como tal; la fras debe tener.sempre u n
sgnfcado razonable, & msmo hempo, riocente. Durante la Segunda Guerra Mun—
dal se do el caso de que uno Fraseen clave1 uhhzada por los parhscnosyugoslavos
(El arzobspo bola en la badal resultaba tan anorma! que llamá la arencián de un i efe
alemán —muy poco suspicaz, por cierto y la cueshán do lugar al descf rodo del C6dr’
go de cifrado de los rtisanos. Algunos gupos de. la Resistencia francesa emplearón un
procedimiento que, al parecer, permaneciá sin descubrir por los alemanes hasta el final —

• de la guerra en las cartas que escrbían,.sálo las palabras que ocupaban un lugar múltiplo
de un cierto número, estaban escritas en clave. Para averiguar cuáles eran estas palabras,
era preciso sumarlas cifras que indicaban el día y el mes de la fecha; es decir que en una
• carta en la que la fecha fuese el 3 de marzo, las palabras en çlave seríar. los mitiplosde
6. Pr supuesto, no siempre era fácil encontrar un contenido razonable e inocente para —

tales cartas, perose consigulá,

Para el cifrado y’ descifrado se utilizan, corno ya se ha indicado, uCádigos.de.ci


- frado, (convenidos por los grupos o publicados por el mando) de los quese deduce el sia
nificado de ciertas palabras Estos cádigos deben a.mbiarse de cuando en cuando17ya que,
aparte de la po5ibilidad de una troiqián, existe el peligro de que el contraespionaje ene
migo logre descifrar el significado de ciertas palabras de uso frecuenté Si en la zona de
operaciones de los guerrilleros funciona el correo, podrán utilizar este medio las personas
encargadas de los contactos, En este caso, resultan particularmente odáneas las personas
que, como norma, tienen un gran volumen de correspondencia, como por ejemplo,çiertos
•hombrs de negocios.

Si el servicio de correos estuviese interrumpido en la zona de operaciones, o tu


viese retrasoso limitaciones, osi se estimase peligroso enviar ciertos informes por correo
pese a estar escritos en clave, se podrán utilizar los llamados buzones muertosie, Se gú.n
SgurCabanac (17), reciben esta denominaciáfl los lugares en que se depositan mensajes,
y que están compuestos por el buzán propiamente dicho (que puede ser, por ejemplo un
bol, una hendidura -deuna tapia, un montún de lea, etc.) y una señal para indicar que
sé recoja el mensaje, o bien, que existe peligro. De esta forma, la persona encargada de
recoger la correspondencia, podrá apercibirse, a cierta distancia, de si debe retirarla o
• sile amenaza algún peligro. Debido al peligro de ser descubierto, los mensales que se
• depositen en estos buzones muertos deberán estar siempre escritos en, clave. Si faltasé —

una de las personasencargadas de establecer contacto, o si la persona que debe actuar se


hallasobrecargada de trabajo, o en peliro, puede aceptarse, como soiucián temporqi, y
hasta cierto punto, su sustitucián por un buzán muerto. Para prevenir el peligro de una
delacián, oque las personesencargadas del contacto sean oervadas, deberá cambiárse
el emplazamiento de los ubuzones rnuertos con la mayor frecuencia posible.

(17) August Sgur—Cabanac, obra citada, pág. 16.


164 -

La comunicaci&n personal de un mensaje s6lo se realizard en casos excepciono


les, tales como los que requieran gran urgencia y tengan singular importancia, pero5 en
estos casos, la comunicacin será siempre de tipo verbal. Por ningún concepto debér6 el
contacto” ser portador de cualquier tipo de escrito que proporcione indicios sobre susac—
tividades, en general y sobre la naturaleza del mensaje que debe transmitir, en particu
lar.

4.Comunicac ionesoenláceporotrosmedios

En la guerra de guerrillos, al igual que en la guerra convencional, una parte irn


portante de los mensajes y6rdenes se comunican por radiotelegrafía. En este aspecto, ca
be Considerar dos casos, siendo el primero de ellos aquél en.que los guerrilleros disponen
de las instalaciones de alguna emisora, pGblicao privada. Este caso se presentar6,en par
ticular, cuando la guerra de guerrillas se ha producido a causa de una conspiraci6n fragua
da “desde arriba”, o cuando un tercero pone sus instalaciones a disposición de los guerri
lleros. En tales circunstancias, cabe insertar en los programas normales de la radio unase
rie de mensajes, directivas u rdenes en clave, que se emitir6n en lugares determinados o
a horas determinadas. En opfni6n de Ségur—Cabanac.(18), éste es uno de los procedimen
tos ms destacados para establecer comunicaciones en la guerra de guerrillas, ‘ya que es
difícil interferir la emsi6n de las diversas emisoras que poseen el alcance apropiado, y,
de otra parte, la recepción queda pr6cticamente asegurada en cualquier lugar, mediante
el empleo de equipos transistorizados, modernosy eficaces. El Gnico inconveniente de es
te procedimiento es su carcter unilateral, ya que permite impartir 6rdenes, pero no ofre
ce posibilidades a los grupos de acción para informar a la superioridad’.

En consecuencia, en el caso de que la transmisn de mensajes, rdenes y direc


tivas, tenga lugar a través de emisoras ptbUcas, habr6 que arbitrar los medios necesarios
para que pueda tener lugar la comunfcacicn “de abajo arriba” y entre los grupos de ac
cian. Para ello habra que contar con equipos rediotelegrficos, maviles o Fijos, proceden
tes de las fuerzas armadas o de construccf6n propia. Si la guerra de guerrillas comienza a
causa de una conspiracian fraguada “desde arriba”, los guerrilleros se hallaran en elsegun
do de los casosa que se ha hecho referencia, y se ver5n obligados, en general, a recurrir
a equipos de construcci6n propia, tanto para el enlace entre sí como con el mando. Por
ello, en la mayoría de las construcciones —publicas o confidenciales— que se distribuyen
para la preporaci6n de una guerra de guerrillas, se hace constar la necesidad de que los
futuros miembros de los grupos de accin conozcan la construcci6n de equipos radio-

(18) Ibid., pcgina 22.


165

telegrMicos receptores y transmisores11su manejo (especialmente la utilizaci6n del alfabe


to Morse) y la reparación de averías (19).

En todo caso el guerrillero salo utilizare estas comunicaciones en caso de verda


dera necesidad, ya que la escucha del enemigo podre localizar r6pidamente el lugar de
- donde proceda La emisi6n, y el descifrado de mensajes radiotelegrMicos en clave es ms
sencillo que el de palabras de significado convencional que pueden insertarse, con apa
rienda totalmente ¡nocente11en cartas, programas pbUcos de la radio etc. Con roz6n,
indica SégurCabanac que las comunicaciones radiotelegrMicas son sumamente pellgro
say su empleo se presta a la duda11 por ¡o que s6lo deberán utilizarse en caso de extrerrc
necesidad. La posibilidad de ser descubierto, casq de emplear este medio de comunica
ci6n en la zona de operaciones, puede poner en gravísimo peligro a los grupos de guerri
lleros(20).

Finalmente,cabramencionar otrasdos Formasde transmisi6n de mensales


en lo
guerra de guerrillas: la palomasmensajeras y ¡osperros.Elya citado SégurCabanac(21),
¡ndicá lo siguiente acerca de1 empleo de palomas para la transmisi6n de mensajes de los
grupos de acción al mondo:Numerosas experiencias de la ltirna guerra, así como recien
tes ejercicios11 han demostrado plenamente la ¡dóneidad de este procedimiento de enlace.
No existe otro que pueda ser menos obstaculizado por el enemigo. Ademas, hay que te
ner presente que el adiestramiento de palomasmensajeras, y la puesta a punto de un
ma de comunicación Losado en su empleo11puede emprenderse, sin peligro alguno11duran’
te la fase preparatoria de la guerra de guerrillas. El inconveniente de este sistema es que
la paloma vuela siempre siguiendo un trayecto determinado, por lo que habrá que estable
cer una terminai de informes en algGn lugar Fijo. Esta terminaP podre establecerla
— mediando circunstancias favorables el mando de los guerrilleros, pero no cabe suponer
que cada grupo de acci6n pueda hacer otro tanto, por lo que la paloma mensajera noresul
ta un medio idneo para las comunicaciones de arriba hacia abajo.

El enlace entre personasencargadas de establecer contacto11y, en ocasiones11 en


tre grupos de puede mantenerse también mediante perros especialmente
adiestrados, El perro es relativamente f6cil de adiestrar11y esta tarea no implica el riesgo
de ser descubierto, El inconveniente de este procedimiento es que hay que habituar al pa
rro a recorrer el trayecto previsto. Normalmente11a tal Fin, se arroja a lo largo del cam

(19) Ver en Hans von Dach, obra citada11 p6g. 35; también Ça ira31, pág. 36. Parecidas
tendencias se observan en el Calendario Rojo para aprendices y escoIares, pg.BS
en el que se dice El ser radiotelegrafista aficionado no es, ni muy difícil ni muy ca
ro. Los equipos receptores11transmisores, y las antenas, las puede contruir uno his—.
mo . .
, -

(20) August SgurCcbanac, obra citada, pg. 23.


(21) Ibid., pág. 23.
166

no alguna sustancia cuyo olor no sea perceptible para el olfato humano. Por lo dems, el
perro lleva el mensaje oculto en un collar, y es f6cil conseguir que ofrezca una en&gica
resistencia frente a terceras personas que ntenten quitdrselo (22).

5. 6noeconocmiento

La.condicin previa para tener éxito, especialmente en la guerra de guérrifias,


es el exacto Conocimiento de las condiciones que reinan en el campo enemigo. Entre los
medos de que puede valerse el guerrillero, para realizar una labor de reconocimiento, hd’
br6 que citar, en primer término, al uinformador11, o Uinformante, Estas personas tienen,
con vistas al reconocimiento, la misma importancia que los 11contactos11 en relacin con
las comunicaciones, También el informador es un simpatizante activo, al que no hay que
emplear en misiones de propaganda, ni como combatiente, ya que su utilidad es nula des
de el momento que el enemigo conozca su postura política. Durante los Gltimos treinta-U
años, se ha comprobado que, dondequiera que se haya preparado una guerra de guerrillas,
se han realizado intentos para situar informadores en los puesrosc!ave11 del enemigo. —

En ocasiones, esto se consigui infiltrando a los informadores mediante la ayuda de terce


ras personas, interesadas en.favor de la causa de los guerrilleros (usualmente llamadas 11ter
ceros interesados11);en otras, fue posible atraerse a algtn funcionario del enemigo que
ocupaba el puesto que interesaba. En general, se encomienda al informante que comprue
be cuestiones concretas, que sern transmitidas, en la mayoría de los casos por contac
tosH. y, en ocasiones, mediante buzones muertos. Con Frecuencia, el informante sumL
nistra fotografías que, en principio, no llaman la atenci6n del guerrillero que la recibe
(23) e incluso son desconocidas para el informante, quien fotografía todo lo que se le or
dena, sin saber, ni preguntar, porqué debe hacerlo.

Habida cuenta de que el informante corre constantemente el peligro de verse des


enmascarado, deber6 saber lo menos posible de la composickn y número de las fuerzas de
guerrilleros, sus intenciones y planes, y del lugar d6nde se hallan sus jefes.

(22) Tanto las unidades alemanas que combatieron contra los partisanos, en la Segunda
Guerra Mundial, como los cazadores paracaidistas portugueses que combatieron en
Angola contra los guerrilleros infiltrados desde el Congo y Zambia, emplearon con
éxito— perros adiestrados para mantener los enlaces.

(23) El Calendario Rojo para aprendices y escolares, 197211,recomienda en su p6g. 99,


‘fotografiar los puntos neurálgicos del proceso de la producciSn.
167

Habida cuenta de que el informante corre constantemente el peligro de verse de


senmascarado, deberá saber lo menos posible de la cornposici6n y número de las fuerzas de
guerrileros, sus intenciones y planes, y del lugar dónde se hallan sus jefes0

Apartedel infornnte, habrá que citar, como elemento que ayuda a los guerrilleros,
desde la fase preparatoria, a realizar rareas de reconocimiento, al agente provocadora
Este tipo de personas procuran establecer contacto con miembros de las fuerzas armadas y
policía del enemigo, e incluso con la población civil, y mediante conversaciones aparen
temente ¡ntranscendentes en cafés, hospederías, en el tren, o en el campo de fútbol, ad
quieren conocimiento de ciertos detalles que pueden ser de interés para los guerrflleros0

A estos elementos informativos, habré que añadir las observaciones que pueda ha
cer, casualmente, tal o cual guerrillero, y que haya comunicado al mando0

El problema que se presenta, respecto a las informaciones, en la guerra de gue-


rrillas, no es tanto su adquisicn como su evaluación0 En general, el mando de los gue
rrilleros, no suele disponer de un equipo de evaluadores adiestrados, por lo que correspon
derá a los propios jefes de las guerrillas examinar y evaluar las noticias que reciban0 En
este aspecto, tanto Tito como Grivas-Dighenis desmostraron ser verdaderos maestros, y de
ben a este hecho una buena parte de su éxito0

No parece preciso insistir en el hecho, evidente a todas luces, de que, siempre


que le sea posible, el guerrillero establecerá una derivación para escuchar las conversa
Clones telefónicas del enemigo, y que organizará un servicio de escucha de sus emisiones
radiotelegráficas0 Para estos fines, ‘os guerrilleros seleccionarán, y adiestrarán a una se
rie de especialistas durante la fase preparatoria0

La imagen del enemigo que adquiere por estos procedimientos el mando de los
guerrilleros, se completará por medio de las noticias de la prensa y la radio, por discursos
y manifestaciones de los dirigentes enemigos, e incluso por ciertas medidas con que el ad
versario amenace a los guerrilleros0

El reconocimiento, debe proporcionar al guerrillero, en principio, una imagen


bastante completa del enemigo. El ¡efe de los guerrilleros no debe limitarse a conocer en
detalle la cuantía de la fuerzas enemigas, su capacidad para el combate, sus posiciones,
almacenes y depósitos, alojamientos, dóctrina y forma de actuar, movimientos y capad -

dad de movimiento0 Tampoco deberá limitarse a intentar: conocer, con la mayor antela-
ción posible, las intenciones y planes del adversario0 Además de todo esto, y de acuerdo
con los resultados del reconocimiento, deberá hallarse en condiciones de penetrar en la
forma de pensar del enemigo, hasta el punto de poder prever ¡a forma en que, probable —

mente, reaccionará ante una acción de los guerrilleros, e introducir esta previsión en sus
planes. Quien no se plantee la cuestión de las reacciones probables del adversario, o no
pueda asegurar que sus previsiones al respecto serán bastantes exactas, tiene pocas proba
168 -

bilidades de xito como ¡efe en la guerra de guerrillas. Especial atenci6n se presta, enel
marco de la labor de reconocimiento que realizan los guerrilleros, a las circunstancias per
sonales de las personalidades dirigentes del enemigo, sus relaciones.econ6micas, sus incU
naciones políticas y sus actividades. Los resultados obtenidos en stas investigaciones pue
den ser explotados, dado el caso, como material de propaganda, la cual, como es sabido,
desempeña un papel de suma importancia en la lucha.

Finaimente el guerrillero precisa estar continuamente informado de la actitud —

de la poblackn civil residente en la zona de operaciones. Como indica H0 von Dach (24
“Se trata de saber qu personas son plenamente dignas de confianza; quienes de los que
merecen confianza están dispuestos a ayudar activamente, suministrando, por ejemplorali
mentos y noticias, u ocultando heridos o enfermos y cuidndolos, o. colocando minas etc.;
y, finalmente, quienes simpatizan con el enemigo, o colaboran ón.l de alguna forma
(simpatizantes, oportunistas, delatores, etc.). Cabe citar que, a juzgar por los datos re
cogidos en los últimos 25 años, en la guerra de guerrillas ha aparecido, con mayor frecueri
cia que en las ‘grandes guerras”, un tipo de personas conocidas por “corredores del fren
te”, es decir, informadores que consideran su actividad, en cierto modo, como una profe
si6n, y que suministran informes a ambos bandos, Este fen6rneno puede ser consecuencia —

de la gran extensi6n del ámbito geogrófico en que suelen desarrollarse la mayoría de las
guerras de guerrillas.

6 Los‘tercerosinteresados’
,

En repetidas ocasiones, se ha hecho constar la importancia de los “terceros inte


resados”. Sin duda, tiene importancia que un Estado extranjero, o una organizacn esta
blecida en un Estado extranjero. sin participar directamente en la guerra de guerrillas,——
preste, sin embargo, su ayuda a los guerrilleros, en forma encubierta o póblica. Estas for
mas de ayuda pueden ser de diversos tipos, siendo uno de el los el poner a disposición de
los guerrilleros los medios de comunicación, y, en particular, los llamados “mass media
o “medios de comunicación con las masas”. En este contexto, cabe pensar en que el “ter
cero interesado” haga uso de tales medios de divulgación popular para defender la ccusa
de los guerrilleros, oque permita a los propagandistas de los guerrilleros manifestar sus
opiniones a través de estos medios, o bien, que utilicé sus emisiones de radio para d?fun
dir consignas y comunicados de lc ¡efes de los guerrilleros. Otra forma de ayuda, es que
el “tercero interesado” permita a los guerrilleros establecer bases—enmascaradas o póbl
cas— en su territorio, y que proporcione el material necesario para equipar estas bases

(24) H, von Dach. obra citada, póg. 32.


- 169

Finalmente, puede prestarse ayuda a los guerrilleros entregándoles, o prestándo


les, armas, equipos y muniCiones, o enviándoles consejeros militares, instructores indivi
duales o equipos de instructores0 Además, el “tercero interesado’ puede realizar, en be
neficio de los guerrilleros, reconocimientos aéreos, e incluso asumir la tarea del apoyo a
- reo armado. Se comprende que de estas últimas modalidades de ayuda! a la intervencián
declarada, no hay másque un paso0

En el presente contexto habrá que citar, siquiera sea marginalmente, el caso de


la infiltración de guerrifleros procedentes de una país (del que son súbditos) en el territo
rio de otro país extranjero, al cual se pretende convertir en teatro de operaciones0 Estas
infiltraciones a través de las fronteras, suelen ir acompañadas, frecuentemente, del esta
blecimiento de bases, en territorio del tercero interesado”, para uso de lc guerrilleros
procedentes del palis al que se proyecta convertir en teatro de operaciones0 La reacci6n-
del país 11invadido11por estos guerrilleros qué, al menos en parte, son extraneros, tendrá
que limitarse mientrasla lucha clandestina no pase a ser lucha abierta y dedarada a
una serie de protestas, represalias de tipo económico, o medidas similares, y o extrernar
la vigilancia y el control que ejercen en las fronteras las fuerzas militares y de orden pú
blico. Asu vez, el Estado que actúa como “tercero interesado11, podrá explotar estas re
presa has y controles en el terreno de la propaganda.

De todos modos, habrá que notar que, en el curso de la lucha clandestina, este
tipo de infiltraciones a través de las fronteras, solamente es ventajoso para los guerrilleros
si las personasque residen a ambos lados de la línea fronteriza pertenecen a un grupo ét
nico igual o parecido, ya que solamente en tales circunstancias podrán contar los guerrH
hieros con suficiente número de simpatizantes en las zonas de operaciones, y poder confun
dirse con la población sin llamar la atención.

Las infiltraciones a través de las fronteras la planeo el “tercero interesado11, du


rante la fase preparatoria, en estrecha cooperación con los uconspiradores! del poíis q u e
habrá de ser zona de operaciones0 Los grupos de acción, cuyas misiones con vista a la lu
cha clandestina suelen estar ya fijadas, se establecen en el territorio del “tercer interesa
do” disimulados como grupos deporHvos, equipos de leñadores, miembros de patronatos de
obras etc. Por este procedimiento, pueden recibir un adiestramiento adecuado, posando
más o menosdesapercibidos0 Aunque, en general, la ayuda que recibe del “tercero inte
resado” es muy útil para el mondo de los guerrilleros, puede darse el caso de que le cree
problemas, ya que,. a lo largo de la contienda, los guerrilleros podrían llegar a depender,
en medida creciente, de la ayuda que les proporcione el “tercero interesado”. Esta de
pendenca, podría dar origen al peligro de que el “tercero interesado” pretenda convertir
a los guerrilleros en instrumento de sus propios fines, y decido, a su arbitrio, sobre e 1 —

porvenir de éstos0
170 -

Un ejemplo cl6sic de un tercero interesado que entregó a los guerrilleros a su


suerte, es el de la Unión Soviética, que nada hizo para impedir el aniquilamiento, en el
verano de 1944, de los guerrilleros polacos que luchaban en Varsovia a las órdenesdel ge
neral Bohr’-Kornorowski. Thdyer, nos describe detaliadarnente la desesperada lucha, y el
aniquilamiento, de este valeroso Ejército de la Patrian polaco,

También para Tito fue un problema esta dependencia del tercero interesado’,
durante todo el tiempo de su lucha, El capítulo, en el que Vladimir Dedijer describe la
primera fase de la guerra de guerrfl las de los partisanos yugoslavos, estó encabezado por
dos manifestaciones, bastante significativas, hechas por Tito en 1942: O tsi no nos que
ris ayudar, al menos, no nos creéis dificultadesu Habíamos luchado durante veinte me
ses, sin recibir de nadie Va menor ayuda material,

Con toda intención, se han citado conjuntamente a Tito y a Bohr—Komorowski,


ya que suponen casos típicos totalmente opuestos. Tito, pudo prescindir, al menos al prin
cipio, de la ayuda de terceros ¡nteresados, ya que inició la lucha contando contado el
territorio yugoslavo como teatro de operaciones, lo cual le permitió eludir los efectos de
la superioridad del enemigo en hombres y material, Por el contrario, Bohr-Komorowski,
disponía de una zona de operaciones reducida a la ciudad de Varsovia, que si bien sepr
tabo para llevar a cabo acciones aisladas,, acabó por convertirse en una trampa mortal. —

En otro aspecto, es de notar que Tito comenzó por dirigirse al pueblo yugoslavo, en su to
talidad, y encontró eco entre las masas, en tanto que Bohr—Komorowskiapeló inicialmen
te al tercero interesados!, por lo que;. cuando estalló la lucha, se encontró en Varsovia
con una población totalmente impreparada, que, si bien sentía gran simpatía por su perso
no fue incapaz de prestarle el apoyo necesario. A ello se debió que permaneciese aislado
y fuese aniquilado por razón de este aislamiento, La ayuda del tercero interesado no
puede sustituir nunca a la aprobación y a la colaboración —activa o pasiva de la pobla
ción; de ahí que el ganarse la voluntad de la población sea la primera cuestión que debe
plantearse el mando de los guerrfl Veros.

Por las razones antedic.hó5, se comprende, que lo primero que intentar conseguir
el enemigo (a menosque quiera verse abocado, de antemano, al fracaso) es aislar a los
guerrilleros de la población, dando prioridad a este problema sobre el de aislar a los gue
rrilleros de los terceros interesados’,

Uno de los numerososerrores estratégicos que cometió la ilWehrmacht alemana


durante la Segunda Guerra M undial, fue no reconocer la importancia de este problema y
no intentar siquiera aislara los guerrilleros de la población civil, en la URSSy en Yugos
lavia,, durante la guerra de guerrillas que tuvo lugar en estos pafses

* * *
XV, TERRORISMO
Y SABOTAJEEN LA LUCHA
CLANDESTlNA O ENCUBIERTA

1 , El acto terrista

En el acto terrorista, el delito se transforma en acci6n de guerra0 En la guerra


de guerrillas, se entiende por acto terrorista, una acci6n violenta castigada por as leyes
del país en que tiene lugar, y cuyo objeto es sembrar el terror entre la personas afecta
das, directa o indirectamente, por la acción (1),

Mediante el acto terrorista se persigue, de uno parte, inq.iietar al enemigo, ate


morizarlo y tenerlo en permanente zozobra; de otra parte, se pretende convencer o la po
blaci6n cvil (cuya voluntad se pretende captar) de la debilidad del enemigo y su incapa
cidad para impedir los movimientos de los guerrilleros0 Como indica el “Fracci6n colecti

(1) Martín Oppenheimer, obra citada, pg0 32, El autor establece certos paralelismos
entre los terroristas y los ‘bandidos sociales’, de los que,siguiendo a E0 Hobshagen,
da la siguiente définici6n “Un hombre se convierte en bandido cuando hace algo —

que, de acuerdo con las opiniones convencionales de quienes le rodean, no es un


acto criminal, pero que el Estado, o las autoridades locales, consideran un acto
criminal’

En el presente contexto, habr6; que notar que el “Calendario Rojo para aprendices y
escolares, 1972”, en su pgina 50, cita los siguientes p&rafos de un escrito deMarí
ghelia: ‘La acusación de ser un bandido o un terrorista, no tiene ya e! mismo carác
ter peyorativo que tuvo antaño0 El calificativo de bandido, o de terrorista, honra a
cualquier persona honrada, toda vez que define la postura de revolucionario, que
combate a los enemigos del pueblo con las armas en la mano
172

va del Ejército Rojo’ (2) se pretende demostrar, de hecho8 y en forma que produzca im—
presián, que la organizacián opresiva estarai no se halla en situacián de proteer ios inte
reses de los propretarros en deremnadas zonas, con caracter permanente yen omaef
caz,

Finalmente, los actos de terrorismo de los guerrilleros, pretenden desencadenar


acciones ant i—terroHstaspor’ parte del enemigo, y que éste adopte medidas punitivas q u e
akancen, o a toda la pobiacin. o, por lo menos, a elementos inocentes, sin participa
cián alguna en los actos terroristas. Con ello, se conseguirá que ias medidas de represalia
— por otra parte Ineficaces creen un ambiente de resentimiento entre la poblac ion, a la
par que suponen un material útil a efectos de propaganda,

Las consecuencias materiales del acto terrorista, es decir, el daño material inflin
gido al enemigo, son secundarias, en comparaci6n con los resultados psicolágkos que de
se esperen, Estos últimos son de dos clases: de una parte, se persiguen éxitos propagan
dísticos, y, de otra, se preende atemorizar y disuadir (3). Como indica MartÍn Oppen’

(2) Fraccin colectiva del Ercito Rojo. obra citada, pág31 El rrafo que se cita
figura al final de una serie de consideraciones sobre el proceder tácticamente acer—
fadoU de los grupos terroristas, En estas consideraciones, se dice lo siguiente ‘i los
comandos proceden en forma tácticamente acertada, conseguirán que as fuerzas de l
represián, y en particular la policía, tengan que suspender el sistema de patrullasais
ladas en los barrios9 y que solamente puedan moverse formando grupos de combate.
Esto significa, que el enemigo deberá renunciar, en parte, a la dispersin de susfuer
zas, lo que le impedirá e’ercer una proteccián y control de todas las zonas, a todas
horas8 ya que tendrá que retirarse de ciertas zonas, al menos temporalmente yconcie
fa frecuencia, Para reducir al mínimo esta pérdida de control, deberá procurar que
las patrullas tengan la entidad mínima indispensable, a fin de poder mulrilksunúrné
ro.. En éstas condiciones, las guerrillas estarán en stuacián de concentrar sus fuerzas
—provistas de armas automáticas— y utiiizarla, de acuerdo con las conveniencias c
ficas, en formaque puedan derrotar a las patrullas enemigas. Este proceder obliga
rá al enemigo a aumentar los efectivos de sus unidades de patrulic, y, al mismo tiem
po, a limitar las zonas de patrulla, evitar zonas en las que el terreno sea desfavora’
ble, concentrar sus fuerzas en determinados puntos, desatendiendo otros, etc, Enes—
tas condiciones las guerrillas podrán demostrar, de hecho y en forma que produzca ini
presián, que la organización opresiva estatal no se halla er situación de proteger los
intereses de los Propietarios, en determinadas zonas, con carácter permanente y e n
forma eficaz’,

(3) En esto se diferencia el acto terrorista del acto de sabotaje, Ver 5, pág. 182,
- 173

heimer (4) el terrorismo, puede también tener por objetivo el hacer tan costosas las con—
tramedidas, ue el Gobierno (por ejemplo en & caso de una potencia colonial), prefiera
ret,iarse, antes que contuiuar ocupando el pa( El terrorismo indscnmrnado, produce0en
general, un desorden que çrea confusionismo, en tonto que el terorisino organizado, es
ms representativo desde el punto de vista político, y su obetivo es rns bien atraersealia’
dos que disuadir a la potencia ocupante0 A veces, la raz&’ principal del terrorismo orga
nizado, puede ser el provocar un antiterrorismo, que har6 víctiras de sus medidas de re
presi6n a una serie de personaselegidas, probablementé, en forma indiscriminada, entre
las cuales, parece natural que los guerrilleros puedan hallar aliados, a causa del arbitrd
rio trato sufrido0 Esto ha ocurrido con frecuencia, y por ello, el terrorismo suele ser uti-
lizado, con frecuencia, como un elemento en que se apoya la palanca de la subversi&’

En la guerra de guerrillas, el acto terrorista no es sino un rnedio, que se emplea


en conjunci6n con otros0 Como observ6. a principios de los años 60, un dirigente del mo
vimiento guerrillero guatemalteco M 13 5) el terrorismo, jamds ha destruido a una clase
social ni derribado un Gobierno0 Solamente debe emplearse como actividad complemento
ra para apoyar a otros tipos de accknes0

Thayer (6) que investigo el papel que desempeña el terrorismo en lo guerra de”
guerrillas (aunque, al igual que Martín Oppenheimer, no distingue con suficiente claridd
los actos de terrorismo de los de sabotaje), llama & terrorismo la Forma limitada delague
rra de guerrillas En su opini6n, !la guerrillas, suelen emplear, en general, esta forma
de la violencia, soamente en el caso de que no les sea posible hacer uso de otras formas
de la guerra irregular, debido a Falta de partidarios! o de arrnamento0 A juicio de Tha—
yer: cuando el movimiento guerrillero aumenta en extensién y fuerza, el papel del terro
rismo se hace cada vez menos importante0 Puede emplearse el terrorismo para doblegar la
moral del adversario, pero ante un enemigo decidido, suele tener poco éxito, comopr
do comprobar Grivas e incluso puede robustecer su moral combativa, debido al horror
que inspiran los actos terroristas0 Sin embargo, empleado en uni•Snde otros métodos, pue
de proporcionar el éxito deseado, como lo demuestra el caso de los ingleses en Palestina,
en 1947, o la accién en la zona del canal de Suez, en 1954, ocasiones en que el precio

4) Martín Oppenheimer, obra citada, 95o 76 y siguientes0


5) Richard Gott. obra citada, g. 368v Richard Gatt hace esta oervaci6n en cone
xin con la irnpresin de la llamada prirnera declaración de la Sierra de las Minas
de diciembre i964, en la que dice: la lucha en la ciudad, no debe Urnitarse a los —

actos de terrorismo0 El M 13 y el MAR de la capital, son lo Gnicos movimientos que


han asumido, en nombre propio, la responsabilidad de todas las acciones emprendidas
contra el enemigo, en la ciudad y en la montañas0 Pero su objetivo no es derribar a
los gobiernos mediante el simp1 terrorismo ya que éste es un método de lucha que
ejerce escasa influencIa sobre el Estado burgués y la dictadura capitalista— sino corn
binarias acciones militares con la lucho social0
(6) Charles W. Thayer, obra citada; g. 61.
-174

que había que pagar por mantener e! dominio de los territorios en litigio, comenz6 o ser
demasiado e!evado

E! arma c!6sica de! terrorismo es la bomba. Este artefacto, se ha convertido, en


los (timos cian años, en e! símbolo de esta forma de la lucha clandestina, cuyo objetivo
es sembrar e! terror (7), Durante bastante tiempo, el ser terrorista o dedicarse a co!ocar
bombas, fueron expresi6n sinnirnas, En este contexto, la bomba aparece en muy dversas
formas: unas veces, se trata de un petardo relativamente inofensivo, relleno de ho!lín,tai
como lo emplearon los nacional socialistas en Austria, antes de l938.y que, colocado en
cafés, cines, o salas de espera de las estaciones de Ferrocarril, envolvía en una nube de
hollín a las personas próximas al lugar de la explosión; otras veces, se trata de cargas ex
plosivas, colocadas en los postes de! telégrafo o de los cables de alta tensión, tal como
las empleadas por los Bumser (residentes de origen alemán) en e! Tiro! meridional duran
te los años 60, con la intención de llamar la atención del mundo sobre la suerte de su pa
tria; finalmente, puede tratarse de peligrosos artefactos explosivos, como los empleados—
por los guerrilleros de Grivas—Dighenis en Chipre, para volar los puestos de policía y ed
ficios publicos, a fin de obligar a los ingleses a abandonar la isla0

El terrorismo, persigue el que las personas, y grupos de personas, adopten una oc


titud determinado. E! terrorismo. deberá demostrar que, quienes lo emplean, poseen una
influencia determinada, Visto así, habrá que considerarlo como una demostración de po—
dér, es decir, del poder de una minoría activa y dispuesto a todo.

2. La escalada del terrorismo

Los actos terroristas se dirigen contra personas o cosas, En el primer caso, la ac


ción comienza por e! insulto p6blico, el atropello de los adversarios políticos o el griteri
contra ellos, la perturbación de las clases en escuelas o escuelas superiores, las amenaza5
anónimas y la calumnia organizada. La escalada progresiva del terrorismo puede llevar
al rapto, la tortura y el asesinato, como CaSOSextremos. Bajo el título de cuantas co-’
sas pueden hacerseV, el Calendario Rolo para aprendices y escolares, 1972, (8)presen
fa una lista de posibes acciones terroristas, que ocupa una página completo. Entre otros,

(7) Es significativo que, en la página 22 del Calendario Rojo para aprendices y escola-’
res, 1972, aparezca la siguiente cita: h16 de marzo 1968, Primer atentado con bom
bas contra un tribuna! de justicia de lo criminal (Berlín).
(8) bid,, página 95. Ya en la página 4, se habla en el Calendario Rojo, de accione,
eventualmente ilegales. Por medio de estas acciones se obliga a los capitalistas a
- 175 -

- el “Calendario Rojo” cita los siguientes ejemplos: “lnterrupci6n de sermonesde todo tipo
(aunque sean de tendencia izquierdista); empleo de petardos, bombasasfixiantes y pintu
ra, con objetivos determinados; envío, por correo8 de basuras,a idistria les importantes,
etc. Los “revolucionarios”, en los que pretende convertir el “Calerdario Rojo”a los apren
dices y escolares, “deberán comportarse, frente a la burocracia, como tontos o como per
sonas excesivamente minuciosas, que pregunten sin cesar acerca de los motivos cuando se
les da alguna orden y que acaben agotando a la personas que odan mediante llamadas te
lefnicas, cartas, llamadas al tmbre, rnca “a todo volumen”, o seguimentos que resu!
ten molestos”

En el presente contexto, se mencionan también “la astuta inserci6n, en los perío


dicos, de noticias sobre defunciones, bodas y bancarrotas que no han tenido lugar” e1 ro
bo, o deterioro, de “instrumento de dominio”8 tales corno libros de texto, llaves, dinero
etc

La misma “escalada” que existe en las acciones contra las personas, se oerva
también en las acciones contra las cosas La “e5ck” de accione puede comenzar con
la crernaci6n de cruces, colocaci6n de señales de advertencia8 o símbolos de lucha, “en
el cesped, delante de las casas de los adversarios políticos’ (9); puede consistir’ también—
en ensuciar las paredes de los edificios o ensuciar, hasta dejarlos inservibles, toda clase
de locales, ayuntamientós, juzgados (10), escuelas, escuelas superiores y otros edificios
p6blicos0 Las acciones pueden proseguir su escalada, mediante la destrucci6n de instala
ciones, la destrucci6n de actas, la destrucci6n de postes telegr6ficbs o de alta tensi6n,la
ocupacn violenta de edificios etc0 hasta llegar al incendio:y ál robo de bancos0

Una forma del terrorismo, bastante extendida en Europa occidental, que cita tam
bién el “Calendario Rojo” (11) es la llamada “ocupaci& de casas. praderas, playas yolras
propiedades privadas (12)

:iacer concesiones o ve»se desúbirtcs,. Cabe citar corno elemplos: acciones realiza
das mediante octavillas o carteles, ocupación de viviendas, acciones contra propieta
nos de casas o especuladores en terrenos, contra explotadores de hoteles de lujo,con’
tra los bur6cratas de la Administraci6n, contra propietarios de viviendas de alquiler,
y, de otra parte, contra edificos o propiedades de explotadores o sus adlteres0 En re
laci6n con todas estas acciones, es indispensable realizar: el an6lisis de la situaci6n;
la determinaci6n de los objetivos políticos; el calculo de las consecuencias; el plan
miento del curso que hadeseguinlaacci6n, y la informaci6n a la población”
(9) Charles W, Thayer, obra citada, p6g1 161
(10) En la p6g. 65, el “Calandario Rojo para aprendices y escolares, 1972”, hace la si
guiente cita: “5 de septiembre 1968: Karl Heinz Pawla hace sus necesidades en el -

Juzgado de Berlín”0
(11) Ibid,, pgina 95
(12) “Frcci6 oIetiva del Ejército Rojo” cita en la p6g0 44, corno ejemplo típico de
- 176 -

Marighella (13)distingue entre la ‘penetraci6n” en un edificio y su ‘ocupacin’,


La diferencia sería la siguiente: “El asalto, y la penetraci6n en determinadas casas, des
pachos, archivos u oficinas ptblicas tiene por obieto la búsqueda y apropaci& de escri
tos confidenciales o documentos que prueben la corrupci6n de peroriás del régimen, para
lo cual, hay que poner en evidencia las relaciones existentes entre sus ingresos y sus nego
CioS sucios y transacciones criminales”.

Sobre la ocupación forzosa de edificios, Marighella (14) indica lo siguiente”Las


ocupaciones son ataques que se realizan cuando las guerrillas ck,dadanas se instalen en
determinados edificios y lugares, o f.inde ofecer resistencia al enemigo durante algón ——

tiempo, con fines propagandísticos. La ocupacién de escuelas y fabricas, realizada, por


ejemplo, durante una huelga, es una forma de protesta, o bien, se lleva a cabo para dis
traer la atenci6n del enemigo. La ocupaci6n de emisoras, se realiza con fines propagan-’
dísticos”. Con carácter general, Marighella establece que “la ocupación es un tipo de
accién muy efectivo, pero para evitar pérdidas de hombres y material en nuestras filas, es
preciso incluir en el planeamiento un estudio detallado de las posibilidades de retirada, y
llevarlas a efecto en el momento oportuno; hay que tener en cuenta, que la ocupación es
una acci6n de durac6n limitado, y cuanto menor sea esta duraci6n, tanto meIor.

En lás precitadas consideraciones de Marighella acerca de la ocupaci&i, por la


fuerza, de edificios, existen tres aspectos que cabe destacar: En primer lugar, y en rela
cian con la ocupacin de Universidades e irstitutos, que, en el marco de la lucha cland
tina, es una cuestién que comienza a desempeñar un papel especiql, es de notar que Ma
righella no se muesfTaexplícito, sino que se limita a hablar, en general, de la “ocupaci&i
de escuelas”; de otra parte, nada dice acerca de la ocupación de casas, o viviendas va
cías, que podría suponer una protesta contra los alquileres demasiado elevados, u otras —

circunstancias opuestas a la justicia social; finalmente, destaca la importancia de que sea


breve la ocupacién.

A diferencia de Marighella, el autor anónimo de un folieto clandestino, —edita


do en lengua francesa (15)— que trata de la lucha de ¡as guerrillas ciudadanos, subraya la
importancia, tanto de la ocupaci6n de Escuelas Superiores y otros centros de enseñanza p
blica, como de las vivier das vacías en barrios habitados por personas púdientes. De otra
parte, el autor del antedicho folleto, no parece dar gran valor a una ocupación de corta

una acCión de la guerra de guerrillas revolucionaria, el siguiente: ‘Cuando las gue


rrillas han malogrado, en forma ejemplar, algunos intentos de desalojamientos, y, en
lo sucesivo, estos intentos solamente pueden llevarse a cabo con el apoyo de vehícu
los blindados y ametralladoras”.
(13) Carlos Marighella, obra citada, póg. 48.
(14) lbd, p6g. 49
(15) “ça ira”, obra citada, pdg. 79
177 -

duraci6n, sino que, por el contrario, subraya la importancia de que la ocupaci6n dure has
ta haber logrado los efectos apetecidos en orden a la disuasi6n, la aternorizaci6n y la pro
paga nda.

La ocupación de centros de enseñanza superior, pretende,, entre otras cosas, que


no se enseñen determinados materias que están.en contraposici6n con las opiniones de 1os
guerrilleros0 El objetivo que persiguen, con frecuencia, ciertos actos terroristas, es impe
dir al enemigo polffico que exprese publicamente sus opiniones, y que pueda influenciar
a la poblaci6n civil a través de la propaganda difundida de palabra, por escrito, o a tra
vs de los medios de informaci6n p6blica A este fin, se recurre, en ciertas ocasiones, a
impedir, disolver, o entorpecer, las reuniones pbUcas del enemigo; en otras,, se recurre
a impedir el reparto y venta de peri6dicos, revistas y otras publicaciones del enemigo (16),
pudiéndose llegar hasta la destrucci6n de las imprentas correspondientes; finalmente,, tam
bin puede tener lugar la ocupación temporal de las emisoras de radio y televisi6n, y la
inutilizaci6n de sus instalaciones0 Estosactos de terrorismo, pueden inhibir la manifesto
cian de opiniones en pafses donde están autorizadas. En otros casos, es decir, cuando e 1
enemigo de los guerrilleros ejerce un riguroso control de la manifestac6n de opiniones
(cosa que suele hacer el ocupante de un país, en caso de guerra), los citados actos terro
ristas pueden servir como “válvula de escape” de la opini6n pGblica sojuzgada, en cuyo
caso, el efecto propag6ndístico, favorable a los guerrilleros, suele ser considerable0 La
guerra de guerrillas de los partisanos yugoslavos contra 1osalemanes, comenz6,en Beigra
do, por el asalto, organizado y sTmuitneo, de ms de cien puestos de venta de peri6di
cos, y, en el curso de esta acci6n, los peri6dicos edtados, o autorizados, por los alema
nes, fueron quemados por pequeños grupos de tres o cuatro jóvenes partisanos0 en medio —

del júbilo de la poblaci6n0

3oincendiosyrobodebancos

La precitada publicaciún an6nima, dedicada a las guerrillas ciudadanos, e ocu


pa extensamente del incendio como medio eficaz de terrorismo0 En este sentido, la pubU
cacin hace constar, en las llamadas instrucciones (17) que: ‘Es preciso tener especialmen

(16) El “Calendario Rojo para aprendices y escolares, 1972”, en su pág. 29, indica: 12
de abril 1968 Se ¡mpidi la distribución de la prensa editada por la ‘cadena Sprin
ger” en Berlín, Frankfurt, Hamburgo, Hannover, Munich, Esseny Esslingen”0
(17) “ça ira, 9o SL
Ver Robert F. WilIlams, obra citada, pago 182: ‘El arma ofensiva m6s peligrosa de
las guerrillas son sus Divisiones Incendiarias0 Trabajan, org6nicamente hablando, —
1 7
— I/ —

te en cuenta dos aspectos: el gran efecto de la acc6n y la escasa probabilidad de que —-

sean descubiortos lc autores, El incendio debe producir daFíosa la persona dkectamente


afectada, y crear un ambiente de p6nico entre las masas.del enemio. Sin embargo, sería
perjudicial para la causa revolucionaria que las sospechas recayerdn sobre un miembrodel
movimiento revolucionarios’, En opini6n del folleto annirno, los grandes establecímien—
tos comerciales (almacenes) se prestan muy particularmente para este fin, pues es fácil que
se produzcan grandes pérdidas y que cunda el pánico, a la vez que es difícil que los auto
res sean descubiertos, De hecho, como indica Hermann Gebhardt.(18), los almacenes co—
merc jales suelen ser un objetivo preferido de las guerrfl las ciudadanas latino—americanas
con vistas a la provocacién de incendios,

con plena independencia de las restantes unidades, En los EstadosUnidos,sc constitu


yen millares de estos grupos, cuya misin principal es el sabotaje; están compuestos
por tres o cuatro personas, que solamente conocen a los miembros de su grupo Aefed
tos exteriores, se presentan como valerosos defensores de los dérechos cívicos, aparer
tan plena indiferencia por la causa revolucionaria e incluso se comportan como autéri
tlco superpafriotasI3, dispuestos a cooperar con la policía. Nunca se reunen, nidis—
cuten entre sí, a menosque así lo exija la misión que se les ha encomendado, o en ca
sos de emergencia. Sus incendios se ajustan a in plan. Viajan de ciudad en ciudad,y
encienden velas, escondidas en grandes sacos de papel de forma tal, que el aire sea
suficiente para que el fuego alcance a las hojas y hierbas secas contenidas en los sa
cos, El tamaño de las velas dependerc del tiempo que se estime necesario para poder
huir impunemente. Por la noche, el saco oculta el brillo de lavela Tales Uantorch
se colocan —en la ciudad y en el campo— para provocare1 incendio de cuanto perfe
nece al enemigo. La actividad de los incendiarios en las zonas rurales, persigue una
doble finalidad: De una parte, el enemigo deber dispersar sus fuerzas; de otra, debe—
r retirar fuerzas de los centros urbanos, Con ello, acabar6 por no contar con efecti
vos suficientes para actuar, masivamente, en los ghettos (barrios bajos, sospechosos)
de las diversas localidades, Hay que tener en cuenta que la forma de proceder de los
incendiarios, produce una dispersi6n de fuerzas debido a que,en primer lugar,el calor
y el humo de los incendios —quese extienden a lo largo de kil6metros hacen intran

sitables las carreteras para los transportes de tropas, y, en segundo lugar, la gran ex
tensi6n de las zonas rurales americanns haría necesario el empleo de fuertes contin—

gentes de tropas y mucho material, si se quisiera garantizar su seguridad. Sin embar


go, América n puede permitir que el fuego consuma sus riquezas forestales y agríco
las, y por ello adoptar6 medidas, aunque estas supondr6n —comose ha indicado—una
dispersin de fuerzas y una retirada de efectivos de las ciudades, A la vista de estas
circunstancias, parece imposible evitar la presencia, en las zonas rurales, de los gru
pos de incendiarios que se desplazan en automóvil,
(18) Hermann Gebhardt, obra ctada, pg 85,
179 -

Otros objetivos que se citan en el folleto ça ira”, son aquellos edificios e los—
talaciones cuyo incendio haga recaer sobre cÍrculos fascistas las sospechasde la policfa0
En términosgenerales, esto quiere decTr que, al provocar los incendios, hay que intentar
hacer recaer las sospechas sobre el enemigo0

En tanto que Marighella trata del incendio en forma marginal y breve, limitndo
se a decir que ha provocaci6n de incendios y la fabrTcacin de bombasincendiarias, son
sumamente importantes para la técnica del terrorismo revolucionario (19), sus cornentari
acerca del robo de bancos s’n mucho ms extensos. Cabe citar, textualmente (20) 1osH
guiente “El ejemploms populardelataque,es elasalto a un banco;en el Brasfl, las gue
rrillas ciudadanas han desarrollado el asalto organizado a los bancos como una operación
de la guerra de guerrillas, Actualmente, se emplea mucho esta modalidad ofensiva, que
constituye una especié de examen previo de la guerrillas ciudadanas durante su adiestra
miento en la técnica de la guerra revolucionaria, Se han desarrollado innovaciones impar
tantes en esta técnica ofensiva, que garantizan la huída, el llevarse el dinero y el anon
mato de los autores. Se ha demostrado la inutilidad de los esfuerzos de los bancos para evi
tar los asaltos (recurriendo a nuevas instalaciones de alarma, sistemas de vigilancia, equi
pos electrénicos y otros inventos norteamericanos) si éstos se realizan sohe base política
y aplicando la técnica de la guerra de guerrillas en las ciudades

Para Marighella, el asalto a los bancos no es tanto un acto terrorista corno una
“expropiaci6n típica” (21) En este sentido, manifiesta que”la capacidad del revolucio
nario, se ve mermada, en toda la expropiaclén armada, por una doble concurrencia (o
l!competencia).

12 La concurrencia de los delincuentes


(bandidos)
y
22, La concurrencia de lo contra—revolucionarios “de derechas”0

Esta ‘competencia’ crea confusi6n, lo que se traduce en una actItud de duda e


inseguridad en la poblacién civil0Corresponde a la guerrilla ciudadana evitarseginM
rigbella que ésto suceday, para ello, deber empleardos métodos

(19) CarlosMarighellaobracitada,pág 64

(20) Jbid,gs. 46y siguientes


(21) Ver “Fraccióncolectiva delEjército Rojo”,g, 32, en la que e díce “LasOrga
nizaciones proletarias pueden imponer al propietario laobligacién de realizar cer
tas entregas. Es misi6n de los ‘Grupos de la Milicia” hacer cumplir estas obligado
nes, y desarrollar, en colaboracin con los “comandos” los “medios de convccién”
adecuados, y utilizarlos contra los explotadores que se resistan0
- 180

a). Se evitará emplear la técnica de los !bandidos delincuentes), es decir que no


se incurrirá en violencias innecesarias, ni tendrán lugar apropiaciones de bienes
pertenecientes al pueblo (22).

b) Se utilizará el asalto para fines de agitacián. Para ello, se distribuirán octavi


Has, u otros elementos de propaganda, antes y después deL asalto11a fin de poner
de relieve los motivos y principios que mueven a las guerrillas a realizar un acfo
de apropiación de bienes del Gobierno,, de las clases dirigentes y del mperiaiis
mo (23),

4.Elrapto

Entre las acciones terroristas contra las personas, corresponde al rapto un papel
esencial, similar al de la caprura de rehenes en la guerra de guerrillas. Mediante el rap
fo de conocidas personalidades, se pretende obligar al enemigo a ddoptar una postura de-’
terminada, que puede consistir en el pago de un rescate (que pasaEáa engrosar los Fondos
de los guerrilleros), o bien en la Uberaciónde guerrilleros que se hallen presos, o bien,

(22) Ver Martín Oppenh&hier, obra citada, pág. 68, que cita a Liddell B. Hart, hacieri
do constarlo.siguiente: Los movimientos armados de resistencia, han atrado a mu
chas personasde vida dudosa. Bajola capa de estos movimientos, les era posible en
tregarse a sus vícios y dar rienda suelta a sus resentimientos. El resultado era un des
precio por todo lo que significase ley y orden, desprecio que perduraba incluso des
pus de la partida de óstos intrusos, Oppenheimer, agrega lo siguiente al citado-’
párrafo de Liddell Hart: SegGn Sanon, la serie de agresionesque sé desarrollandu—
rante las revoluciones, y que son aprobadas en el curso de astas,tienen un efecto-’
saludable, Sin embargo, en nuestra opinián, tales actos no tiene valor terapáúrico
alguno, ya que el sentimiento de que la violencia está permif ida, no desaparece al
terminar la revoluciónR,

(23) Ver Martín Oppenheimer, obra citada, pág. 53: uSeg6n Debray, la propaganda no
precede a las acciones militares, sino que, más bien, sigue a las acciones militares
de los IfocosH, o centros del ejército de guerrilleros. Al principio de toda propa
ganda se halla la propaganda realizada con hechos, como, por ejemplo, el terroris
mo’. Con ello —segin Debray— las guerrillas dan un paso atrás en la Historia,
volviendo al bandidaje, al que solamente más tarde seguirá la labor ¡deokigica’.
En otras palabras: La propagandaarmada sigue a la acción militar; la forma más
destacada de la propaganda es la accin miUtar coronada por el ¿xito
— 181 -

en la suspensi6n de determinadas medidas de persecucicSn. Según Marighella (24) el sgni


ficado del rapto es el siguiente: ‘El rapto, sgnifica el apresamiento, y retenci6n en un lu’
gar secreto, de agentes de poUcía, espías de los EstadosUnidos, personalidades polítkas
o enemigos, notorios y peligrosos, del movimiento revolucionario;Lcs personas raptadasse
- utilizan para el intercambio, o la iiberacin, de revolucionarios encarcelados, o para sus
pender las torturas que aplica la dictadura militar, El rapto de persoraidades c.lebres,no
implicadas en actividades políticas. t&e como artístas, deportistas u hombres de ciencia,
puede suponer una propaganda de los principios, revolucionarios y patrit’lcos, de las gue
rril las ciudadanos Este tipo de rapto” —añade Marighella
— debe ponderarse cuidadosa’
mente, y debe ser llevado a cabo en forma tal, que merezca la aprobación de la pobla—
cian” (25),

En cierto modo, la contrapartida del rapto, es la liberacn de prisioneros,, que


es, también, una acción terrorista típica de la fase de ¡a lucha clandestina, Al propósito,
el ya citado Marighella (26) indica lo siguiente: “El miembro de la guerrilla ciudadana -

que se halle preso, debe considerar la prisión como un terreno que debe conocer, ydorni—

(24.) Carlos Maighella, obra citada, gs. 59 y siguientes. E5 notable que, en el”Calen
dario Rojo para aprendices y escolares, l972’, se hagan constar, en determinadas fe
chas, los anwersarios de raptos realizados por guerrilleros. A5Í, en el día 31 de mar
zo se hace constar el rapto del Embajador alemón en Guatemala, Conde de Spreti,.
raptado en 1970, y, en ¡a fecha 12 de junio, el rapto del Embajador alemón en Bra—
sil, que tuvo lugar e mismo aNo. No se cita el hecho de que el Conde Spreti fue ase’
sinado, pero, en cambio, se hace constar que el Embajador en el Brasil fue intercorn
biado por presos políticos.
(25) El elemento propaganditico, como parte anexa al rapto,. lo cita tambin el Fr’aó
Colectiva del Ejército Rojo, g. 44, en la que se cita, como ejemplo hipotético,
un rapto en el que “un comando de partisanos apresa al jefe de un complejo industrial,
que ha despedido a algunos obreros, con el resultado de que se anulan las órdenes de
despido”.
Ver también Manfred Neuber, en ‘Die Weit’ del 16.4.1970, g. 2, en la quesedi
ce: ‘si los arganismos estatales acceden a las exigencias de los raptores, en el senti
do de liberar presos políticos o pagar un rescate, mostraran en pGblico su impotencia,
y se esfumaró su autoridad, Si, por el contrario, rechazan estos exigencias, recaeró
sobre ellos al menos en el caso de que los raptados sean diplomóticos extranjeros) la
protesta de la opinión p6blica mundial y se intensificaró. en el propio país, el am
bíente revolucionario”.
(26) Carlos Marighella, obra citada, póg. 58. En el Calendario Rojo para aprendices y
escolares, 1972u, se hace en la pógina 53, la siguiente cita: ‘29 de julio 1971: Al
grito de ¡Viva la Revolución!”, el carcelero Iguala (Méjico) liberó a 125 presos.
182 -

narq a fin de poderse liberar mediante uno acción. A su vez, el miembro de la guerriliao
ciudadana que se haila en libertad, considera los establecimientos penitenciarios del ene
migo como un objetivo de sus accones, con vistas a liberar a sus hermanos ideológkos
El guerrillero de ciudad preso, y el que estó en libertad, forman uná combinación sobre
la que e basan las acciones guerrilleras de liberación0 En relación con esta cuestión, in
dica Marighella que no hay ninguna prisión, bien se halle en una isla, en uno ciudad o
en el campo, que pueda resistir a la astucia, habilidad y potencia de fuego de lo revr3lu
cionarios

Al comienzo de la lucha clandestina de los partisanos de Tito, tuvo lugar la Ube


ración de Alexander Rancowich, detenido en el hospital para presospolíticos, de Belgra
do0 La acción tuvo lugar el 29de julio de 1941, una semana después de lO proclamación
de la guerra de guerrillas por los comunistas yugoslavos0 Fue una empresa extraordinuria
mente audaz que, según afirma Vladimir Dedijer (27) (y confirman soldados alemanes que
se hallaban en Belgrado en aquella época), despertó un enorme entusiasmo en la capital
yugoslava0 Según Dedijer, pocos días después, una importante unidad de partisanos, ata’
có la córcel de la ciudad serviá de Sabac, y pudo liberar a 80 camaradas, También en es
te último caso, fue grande el éxito propagandístico conseguido por los partisanos(28),

5Elsabotaje

El sabotaje se halla en el centro de las actividades de la lucha clandestina0 No


cabe decir que la lucha clandestina signifique exclusivamente acciones de sabotaje, pero
si puede decirse que éstas ocupan un primer plano0 Usualmente, se entiende por sabotaje
el entorpecimiento, la perturbación o la paralización de las actividades de una empresa,
una fóbrica o un servicio (transportes, aprovisionamiento, teléfonos, etc0) mediante accio
nes voluntariamente opuestas al funcionamiento normal0 En muchos casos, aunque no Siem

3O de julio de 1971: 39 miembros femeninos de los Tupamaros, escapan de la prisión


de mujeres de Montevideo, a través de un túnel construído por ellas misrnas En la
póg0 63, se dice: 13 de septiembre de 1971: Los Wheatermen liberan de la pri
sión a Th0 Leary0
(27) Vladimir Dedijer, obra citada, póg0 150
Ver también A0 Neuberg, obra citada, póg0 219, en la que se dice:L,a liberación—
de presos políticos, es un acción que hay qúe considerar, desde el primer momentode
la sublevación, siempre que seaprecie la mós mínima probabilidad de llevarla a efectd.
(28) En el fondo, la liberación de Mussolini por los paracaidistas alemanes, fue también—
un acto típico de la lucha clandestina, aunque se desarrolló en el marco de ma gue
rra clósica,
- 183 —

pre, se recurre a la violencia para tal fin. Desde el punto de vista de las leyes imperan
tes en el país, el sabotaje es, al igual que el acto trrorsta,un delito. Lo que distingue
al acto de sabotaje del acto terrorista, no es tanto su aspecto exterior, sino su objetivo
En el sabotaje, lo importante son los efectos materiales, es decir, los daños producidos al
enemigo. En cuanto a los efectos pscolgicos temor y disuasi6n, de una parte, y efec

tos propagandfsticos, de otra— que en el acto terrorista eran el objetivo principal, resul
tan secundarios en el acto de sabotaje, en el cual, ocupan el pnmer plano los daños ma
teriales causados

La cantidad de variantes del acto de sabotaje, es tan grande como la del acto te
rrorista. Cualquier intento de enumerar estas variantes, en forma sistemátzada, estaría
llamado de antemano al fracaso.

El sabotaje es una continuacén de la propaganda subversiva, con mayor intensi


dad y utilizando otros medios. Ya se ha indicado que eh el sabotaje no siempre se emplea
la violencia, aunque usualmente sea así. Oppenheimer describe una serie de actos desa
botaje en los que no se emplea la violencia (29): ‘Intentos de mantener en estado de ¡n
quietud a ciertos organismos del gobierno, mediante acusaciones falsas, o de campañasr
lizadas a través del correo, o del teléfono; perturbacién del funcionamiento de la produc’
cién industrial, mediante datos falsos, o Falsasalarmas; lentitud intencionada en el traba’
¡o; ausencia de trabajo por razán de enfermedades fingidas; intercambio de placas con e.
nombre de las calles; y lentitud intencionada de cualquier trámite, haciendo excesiva re
ferencia a las prescripciones legales, y haciéndolas observar con excesiva minuciosidad”.

Lo5 ejemplos citados por Oppenheimer, y otros a los que hace alusión (30), tie
nen una clara semejanza con las “propuestas” que hace el “Calendario Rojo para aprendi
ces y escolares, 1972”, (31) que, en su lista de actividades subversivas, indica que “1 os
aprendices pueden equivocarse, al mcnejar máquinas costosas’ (32). Tanto las indicacio
nes de Oppenheimer, como las del “Calendario Rojo”, ponen dencnifiesto que tanto la
propaganda subversiva, como las acciones terroristas de menor “virulencia” pueden desem’
bocar en el sabotaje, sin soluci6n de continuidad (33).

(29) Martín Oppenheimer, obra citada, pág. 76.


(30) Ibid, págs. 86, 137-149.
(31) Ver 2, págs. 174 ysiguiente.
(32) “Calendario Rojo para aprendices y escolares, 1972”, pág. 95.
(33) Ver “FraccicSn colectiva del Ejército Rojo’, pág. 32, en la que se dice: “Los grupos
autéctonos, deben estar en condiciones de reaccionar, en forma inmediata y escalo
- nada,contra las infracciones cometidas por los explotadores respecto a las líneas de
conducta decididas por las masas, comenzando por acciones de propaganda (octavi —
-184-

Marighella (34), Hamo sabotaje uno forma especialmente desrructva del ataquefl
en la guerra de guerrillas, y hace constar lo siguiente: para los actos de sabotaje, se pre
cisan muy pocas personasa véces bosta con una sola persona para obtener los resultados
apetecidos. Cuando la guerrilla ciudadana precisa realizar actos de sabotaje, suele co
menzar por actos aislados, individuales; adeante, tendr6 lugar e sabotaje general,
realizado por el pueblo. Un sabotaje bien realizado, requiere investigación, planeamien
fo y una ejecucf6n cuidadosa. Un poco de arena, pequeñísimas cantidades de líquidos in
flamables. mai engrase, tornillos qutados de su sitio, cortocircuitos, o algunos trozos de
madera o hierro, colocados en el lugar adecuado, pueden causar daños irreparables

Una de las primeras misiones del mando regional de los guerrilleros,, en la fase
de la lucha clandestina, consiste en seleccionar los objetivos desabotaje en una zona de
terminada, y coordinar las acciones de tal forma, que el conjunto de las mismassea lom
eficaz posible, es decir, que el daño que se cause al enemigo, sea lo mayor y lo mdsdu
rodero posible. Heinz Khnrich (35)quebatratadoampliarnente lo actividad de lo partiso
nos comunistas durante la Segunda Guerra Mundial, cita una serie de ejemplos, que ilus
tran la forma en que el mando de los partisanos comunistas resolvi6 este problema

Salvo raras excepciones, ni el acto terrorista, ni el sabotaje, persiguen, como


objetivo inmediato, la destrucci6n de vidas humanas, En ambos casos, e! guerrillero pro
curará, ante todo, evitar el choque armado con el enemigo, rehuir lo lucha obierta,, Sin
embargo, tanto en el coso de los actos ferrorstas, como en los sabotaes, el guerrillerode
be ser consciente de que, como consecuencia de sus acciones, se producir6n pérdidas de
vidas humanas, Debe aceptar, conscientemente, el riesgo de matar, o de perecer, en e!
curso de sus acciones, que podrán consistir en asaltar a vigilantes o centinelas, o en abrir
se paso a tiros, o en eliminar a personas inocentes que se hallan, por casualidad, en su ca
mino; tarnbin puede suceder que personas que nada tienen que ver con lo acci6n, sufran
las consecuencias,como sería el caso de un fallo en una pieza mecdnica saboteado de’
1 iberadamente,

Resulta interesante citar la limitaci6n que impone Marighella en e! caso de sobo


tajes dirigidos contra ferrocarriles (36). En este aspecto manifiesta que ‘gen este tipode sa
botaje, existe solamente un hecho que es preciso tomar en consideracn los viajeros, y
especialmente ¡os que por su profesi6n son vialeros habituales de los trenes de suburbios..
no deben ser heridos o muertos’,

llas, carteles, etc,) hasta llegara los actos de sabotaje, de forma tal, que los autn
ticos comandos de las guerrillas, solamente deban intervenir en casos excepcionales,
con e! fin de realizar acciones de castigo en el dmbito local,
(34) Carlos Marighella, obra citada, págs. 60 y siguientes.
(35) Heinz KGhnrch, obra citada, págs. 58 y Siguientes.
(36) Carlos Marighefla, obra citada, p6g. 62.
- 185 -

6jetivosdelsabotaje

El objetivo principal, de todas las operaciones de los partisanos durante laSejn


da Guerra Mundial fue —segin Heinz KJhnrich (37) ‘la lucha contra las vías de cornun
ccc ión del enemigo, o sea, contra sus servicios de transporte y abastecimiento’

De las vías de comunicación, la mds vulnerable es el ferrocarril, SegGnindica


VIadimir Dedijer, ‘las acciones de los partisanos de Tito, comenzaron con un acto de sa
botaje, realizado contra la vía ferrea Belgrado—Zagreb, en la noche del 23 al 24 de junio
1941” (38).

Marighella (39), por su parte, indica que la otwcci6n de un túnel mediante


una barrera producida por una voladura, o la colocación de un vagón que obstaculice la
vía pueden tener enormes consecuencias”

En su Manual de la guerra de guerrillas, el comandante suizo von Dach (40) pre


senta algunas normas t6cticas para el corte o interrupción de las vías ferreas, basadas

en experiencias de la Segunda Guerra MundiaL Textualmente, von Dach indica lo siguien


te: “El problema, es hacer imposible un servicio regular de los ferrocarriles, y prolongar—
al móximo la duración de las interrupciones Estose consigue, hacendo que el servicio
de reparaciones se vea obligado a activar, una y otra vez, a todos sus elementos Ko ea,
dar la alarma a los equipos de trabajo, formar los trenes de auxilio, etc0), Una catóstro—
fe ferroviaria al mes, exige menos esfuerzo por parte del enemigo que la reparacióncon—
tinua y diaria, de daños menores La voladura de una vía, produce una interrupción de
5 a 6 horas, Un descarrilamiento, produce una interrupción de 12 a 13 horas. Como con—
framedida, el enemigo estableceró una reducción de la velocidad de los trenes, con
cual, sólo descarrilar6n los 3 c 4 primeros vagones0 Sin embargo, esta reducción de ve
locidad mermaró considerablemente el rendimiento de la línea0 De otra parte, hay que
notar, que incluso las voladuras mós concienzudas, sirven de poco si las zonas voladas
pueden evitarse, dando un rodeo Por ello, 5i,,por ejemplo, dos lugares estón enlazados
por medio de tres líneas ferreas, deberón cortarse las tres líneas, bien sirnultaneamente, o
con cortos intervalos”0

(37) Heinz KJhnr’ch, obra citada, pg 287,


(38) Vladimir Dedijer, obra citada, póg. 142.
(39) Carlos Marighella, obra citada, póg. 62
(40) M. von Dach, obra citada, póg. l05.
-136-

El medio mó eficaz para interrumpir el fr6ico por carretera, durante algón tiem
po, es la voladura de puentes0 Sin embargo, von Dachr(41) advierte, con razón, que no
hay que hacerse demasiadas Husionçs respecto a los efectos de estas voladuras. por ello
- indica von Dach es mós importante el cuandou que el corriou de la voladura0 Una
destrucción primitiva desde e punto de vista técnico, pero realizada con clara visión tóc
tica, poco antes del comienzo de la acción decisiva, es de mayor valor militar que otra,
técnicamente muy perfecta, pero realizada en un momento en que el enemigo no depende
decisivamente de sus comunicac iones

Otras posibilidades citadas por von Dach (42) en orden al sabotaje de la ed de


carreterasff son las siguientes: Quitar, o cambiar los postes indicadores; sembrar clavos,
o tachuelas, en cantidades masivas; colocar cables tensos, u otros obst6cu!os, que crucen la
la carretera, y, finalmente, colocación de minas fabricadas con medios de fortuna0 Las
barreras colocadas en las carreteras y las ca Hes desempeñan un importante papel desde el
comienzo de la lucha clandestina. La publicación U Lucha de las Escuelas Superiores: ho—
ja de combate del Comité de iniciativas de las células rolas en Berlín Oeste, hace alu
sión a estas barreras, en relación con una demostración que tuvo lugar en el Kurfirsten -

dammU a mediados de mayo 19710 En una especie dejuicio crítico de esta demostración,
se dice: UFue una buena idea el entorpecer el trófica mediante obstócu los formadospor au
tomóviks y materiales de construcción, ya que los dogos (la pollera) dependen de sus
coches. Por ello, el bloqueo de la calles y la creación del caos en el trófico, nos dan
mayor libertad de acción que cualquier otra medida,

Durante la época de la Segunda Guerra Mundial —de la que von Dach deci’i ce
sus consecuencias— los elementos principales del trófico por tierrab, eran el ferrocarril y
las carreteras, tanto en la guerra clósica como en la de guerrillas. Sin embargo, en laac
tualidad, hay que añadir a estos elementos el tráfico aéreo, utilizado para sus desplaza
mientas tanto por las fuerzas militares como por el personal civil. Los grandes a.’iones de
transporte, pueden paliar, considerablemente, los efectos de una interrupción del trófica
rodado, tanto por ferrocarril como por carretera. De otra parte, los helicópteros, pueden
transportar, rópidamente y por sospresa, fuerzas ligeras del enemigo al lugarque se esti-
me oportuno, particularmente desde el momento en que la lucha clandestina se haya trans
formado en lucha abierta. Todo ello hace que el trófico aéreo del enemigo (o sea, sus
aviones y sus instalaciones de tierra) se haya convertido en un objetivo importante de los
guerrilleros, tanto con vistas al sabotaje como con vistas a la realización de golpes de ma
no0 El ya citado von Dach, no trata del sabotaje del trófico aéreo, pero toma en conside

(41) lbid0, pógina 113.


(42) Ibid,, pógina 59,
43) Véase el artículo ‘Solidaridad con los compañeros encarceladosu, en la publicación
Lucha de las Escuelas Superiores: hoja de combate del Comité de iniciativas de la
célu las rojas de Berlín OesteU, n2 /1O del 24 de mayo 19710
187

raci6n el golpe de mano, y, en este sentido, habla de sorprender al personal de vuelo yal
personal de tierra de los servicios aéreos; en el orden material, cita los siguientes objeti
vos, que deben ser destruídos: a) Equipos pesados rnviles,. de radio; b) Equipos mvflésde
radar; c) Aviones colocados aparte 44).

Von Dach solamente habla de los aviones que se hallan separados del resto0 Sin
embargo, Marighella (45) bas6ndoseen la experiencias de los años 6O va rn6sall& En
el capítulo que dedica al ataque durante la lucha clandestina, manifiesta lo siguiente:
Los aviones situados en las pistas, pueden ser capturados, y las tripulaciones pueden ser
dominadas, En el aire, pueden ser secuestrados los aviones, u obligados a cambiar deru—
ta, bien mediante una operaci6n de guerrillas, o bien por una sola persona’ El secuestro
de aviones, se ha convertido, en los Gitimos años, en una modalidad especial del sabota
¡e contra el tráfico aéreo c46)0

(44) Hansvon Dach,obracitada,


pág0 114
(45) Carlos obracitada, pág0 46
Marighella,
(46) V&se loque diceEdwardMcWhinney,autorde lacornpilaci6n Aer?alPiracyand
International .Law’ (Leiden, 1971), en las páginas 16 y siguientes, sobre el terna!ln
fernatonal Problern solving, and the practica 1 Dilema of Hijacking: uLos secuestros
de aviones por elementos cubanos, comenzaron, en forma bastante inofensiva, duran
te los años 60, Al principio, todo se Umit a imponer cambio de rumbo a pequeños
aviones y buques, a los que se oblig6 a dirigirse de Cuba a lo EE0UU0 Los autores,
eran elementos anti’Castristós que querían huir de Cuba0
Cuando poco después, fue secuestrado el primer avién civil de los EE,UU, y obliga
do a aterrizar en Cuba, el gobierno de Castro aprovech6 la oportunidad para acordar
un intercambio, según el cual, los aviones y buques cubanos secuestrados, deberían
regresar a su pa, y, de otra parte, se dejaría en libertad a los aviones nortearnerica
nos secuestrados que se hallaban en Cuba0 Este sistema de canjeu, parece haber fun
donado bastante bien,
‘En el ámbito del Maditerráneo, y en el Cercano Oriente, el secuestro de aviones pa
rece haberse desarrollado especialmente después de la reanudación del conflicto
-

árabe-sraelí en 1967— como un medio, entre otros, para lograr objetivos políticos —

sin tener que recurrir a acciones, o confrontaciones, de tipo militar, que encierran —

el riesgo de una nueva y desastrosa derrota. La ventaja de tos secuestros de aviones,


como ‘crma para lograr importantes objetivos políticos con medios no militares, es
que exige mucho nienos dinero, esfuerzo, y prdidas de vidas humanas, de lo que pare
cía: implicar una acci6n de este tipo. A ello, cabe añadir la relativa facilidad con
que se llevan a cabo estas acciones, y la publicidad que suponen, en el mundo ente
ro, para el programa político de los secuestradores.
Finalmente, habrá que notar que estas acciones despiertan ciertos sentimientos de —

simpatía un tanto perversa, cuyo origen habrá que buscarlo en el efecto que produce
188 —

La misma importancia que el sabotaje contra las líneas de comunicación puede


tener, en la guerra de guerrillas, el sabotaje contra las líneas telefónicas y telegr6ficas,
A prncpos de sephembre 1943, en la época en que medió entre el armshco itahano y
el desembarco aia’do en Salerno, los partisanos italianos interrumpiéron todas la comuni—
cac iones, telefónicas y telegráficas, en el territorio al Sur de Roma, en el que habitan es
tablecido su Cuartel General el mando alemán de la zona Sur y en el que se hallaba la ma’
yor parte de las tropas alemanas estacionadas en Italia (47). Cabe citar también que en la
noche del 6 de junio 1944, los partisanos franceses destruyeron, pocas horas antes del de
sembarco aliado en Normandía, todas las comunicaciones telefónicas de la penísula de
Contentin, En ambos casos, las acciones de sabotaje, no tuvieron una ¡mportancia decisi
va para el conjunto de las operaciones, pero supusieron una ayuda para las fuerzas alio —

das, ayuda que, en el caso de Francia, no careció de cierta influéncia sobre la batalla —

que tuvo lugar poco después

La perturbación de las comunicaciones inalámbricas sinhilos) del enemigo,noes


tarea Fácil para los guerrilleros, que carecen usualmente de emisoras perturbadoras. Las
emisoras de radio sólo pueden ser neutralizadas mediante acciones violentas, y por poco—
tiempo. Sin embargo, estas acciones violentas no son raras. Así por ejemplo, según ind
ca Hermann Gebhardt t48), en 1968, los tupamaros uruguayos realizaron un atentado,
con explosivos, contra la emisora C X 10 (uRadio Ariel”), durante la retransmisión de un

la comparación —bastante superficial— de la debilidad de los secuestradores (en par


ticular los comandos femeninos palestinos) de una parte, y la fuerza que representan,
de otra parte, los ‘jts’ y los “jumbojets’ secuestrados, Cabe notar, en relación con
lo antedicho, la cita del “Calendario Rojo para aprendices y escolares, 1972!, en su
pág. 52: 23 de julio 1968: Primer secuestro aéreo’. (Por supuesto, se trata de un
avión abligado a aterrizar en Cuba).

(47) Véase Josef Schrder, Italia abandona la guerra, 1943”. Las contramedidas alema
nas en el territorio italiano: “Caso Alarich” y “Caso Achse”; estudios y documentos-
relacionados con la historia de la Segunda Guerra Mundial, tomo 10, (Góttingen ——

1969), pág. 297. En esta página, se dice los siguiente acerca de las contrarnedidas
alemanas tras el desembarco aliado en Salerno: El Mando Supremo de la zona Sur, el
Mando del 102 Ejército y el del 14 Cuerpo de Ejército Blindado, hicieron constar,en
las órdenes que publicaron el 9 de septiembre, su firme decisión de aniquilar la cabe
za de puente anglo-americana. Sin embargo, el intento de desplazar las fuerzas a
los puntos cruciales de la acción, se vió notablemente entorpecido por el hecho de
estar cortadas las líneas de comunicaciones (hilos telefónicos y telegráficos) entre el
Mando Supremo de la zona Sur yel 102 Ejército, y entre éste último y sus unidades—
subordinadas”,
(48) Hermann Gebhardt, obra citada, pág. 118.
189

dscurso. del Presidente .deiUruguay, Jorge Arecco0. La emisora pertenecía -at.Dr, •Jo’rg
Baifie, quefr en aqueliq época,.’era:unpde l:os pr cipalespuntqles del régimen En
- otra ocasi6n, los tupamaros “penetraron en la emisora CX 8(RçoSarandi)durante:la
retransmisión de un partido de fLtboi, escuchada por centenares d miles de radio—oyentes,
- y transmitieron repetidos veces una cinta magnetofnka, que contenía una proclarna revo
1ucionari&

Las instalaciones de suministro (de energía, agua etc0) suelen ser, con frecuen
cia, objetivos de los actos de sabotaje durante la guerra de guerrillas0 Dos hechos de es
ta naturaleza llamaron la atencián de la prensa mundial, en la época en que tuvieron 1u
gar; uno de ellos fue la inutilizaci6n de la red de energía eléctrka de Nicosia, el 29 de
marzo 1955, acción con la que Georgios Grivas—Dighenis pretendió iniciar la guerro de
uerrillas en Chipre 49); la otra acci6n tuvo lugar a primeros de octubre 1971, cuando
los guerrilleros de Irlanda del Norte, pusieron fuera de servicio el servicio de distribucin
de aguas en Belfast 5O)

Aparte de las vías de comunicacin,• las líneas telefónicas y las instalaciones de


suministro, suelen ser objetivos del sabotaje, en la guerra de guerrillas, los lugaresocen
tros de producc6n agrícola e industwiaL indica Marighella (51) que ‘los actos de sabota
¡e dirigidos contra la produccián agrícola o industrial, son difícile de impedir, habida
cuenta del conocimiento que tienen los guerrflieros de las circunstancias Iocales Losobre
ros industriales, pertenecientes a las guerrillas ciudadanas, son los mejores saboteadores
de la industria; conocen, mejor que cualquier otro el proceso de producci6n y los elernen

49) Charles W Thayer, obra citada, g0 15&

(50) Véase Carl Schrnidt, Conversaciones con los partisanos” en Joachim Schickek, obra
citada, pág. 16, en la que se dice Puedo imaginarme, que aquí, en el Sauerland
-donde mantenernosnuestra conversacián caso de que concurriesen las adecuadas

posibilidades táctico—nucleares, podría darse el caso de que un auténtico partisano —

disfrazado de médico de niños, subiera al monte máscercano y destruyese los embal


ses del Sauerland y de sus alrededores, con el resultado de que toda la zona del RLjhr
se convertiría en un pantano” Cabe citar también a Robert Williarns, obra citada
pág. 184, que habla de los incendios provocados por los guerrilleros negros, y aade,
a continuacián: ‘Cuando la ofensiva ha alcanzado su punto cukninante, los automo
vilistas se reparten por toda la ciudad, provistos de pesadas llaves inglesas, y abren,
por doquiera que sea posble, las bocas de riego0 Se quitan las tapas, se inutilizan
las roscas, y se abren los grifos al máximo. Con ello, se quita al enemigo la posibili
dad de combatir el fuego, y hay que tener en cuenta que el fuego es el arma más efi
caz de los negros0

(51) Carlos Marighella, obra citada, págs0 61 y siguientes0


- 190 -

tos fundamentales que son f6cIes de destruk; están en condicknes de perturbar a totaU—
dad de la producci6n, —y causar daños mucho mayores que los legos en la materia, esca
samente ¡nformados de la cuestT6n.

* * *
XV 1. ATENTADOS Y GOLPES DE MANO EN LAS
LUCHA CLANDESTINA O ENCUBiERTA

1 El atentado

En el atentado, o —empleando el lenguaje de los guerrilleros en la ejecuciód.


el objetivo de la acc6n, en el marco de la lucha clandestina, es la desl’rucción de vkks
humanas (1), Para Lenín, las ejecucioneseran el objetivo primordial de la guerra de——
guerrfllas’ (2). La ueIecuci6n, se dirige contra los traidores y otros rnalhechores pro

(1) Véase “Fracción colectiva del Ejército Rojo”, obra citada póg. 4, en la que se di
ce: ‘En 1857, Engels discutió, en un artículo sobre la guerra anglo—china, el clamo
reo hipócrita de los liberales contra los métodos de la guerra de partisanos0 Destocó
que, con la guerra de guerril las, el pueblo chino había descubierto un método que,
caso de continuar siendo aplicado, haría imposible una victoria ¡nglesa Actualmen
te —decía Engels la masadd pueblo participo activamente, incluso con fanatismo,
en la lucha contra los extranjeros: Enveneno masivamente, y con frio cólculo el pa n
de la colonia europea de Honkong; con armas ocultas, los chinos suben a bordo de los
buques mercantes, y, durante lo travesía, matan a las tripulaciones y a los pasajeros
europeos, y se apoderan de los barcos; raptan y matan a todo extranjero del que pue
den apoderar’se En una guerra popular, los medios empleados por los subievados,
no pueden ¡uzgarse según las normasque rigen en la guerra regular, ni conforme a -

cualquier otro módulo abstracto0

(2) W. 1, Lenín, “Guerra de Partisanos”, en F. M, Osanka, obra citada, g. 117: “La


lucha armada persigue dos tipos de objetivos que hay que diferenciar claramente, El
primer tipo de objetivos consiste en matar a ciertas personas, tales como altos funcio
nonos y membros de poco graduación de la Policía y del Ejército0 El segundo tipo
- 192 -

cedentes de las propias Filas de los guerrilleros. A lo largo de los documentos publicados
por Heinz Khnrich (3) durante la Segunda Guerra, Mundial acerca de los movimientos de
partisanos comunistas en dicha contienda, se oerva, con carácter. constantee invariable,
la idea de que — como se indica en el ‘Compromiso de honor de los francotiadores >‘
tisanos (4) franceses— °los traidores, puede decirse que pronuncian su propia sentencia
de muerte, y asta debe ejecutarse a la mayor brevedad y sin apelación posible. Toda
persona que se oponga a la aplicación de la pena a un traidor ‘sigue diciendo el prec ita
do Compromiso de honor— ser6 considerada corno soUdaria con l, y castigada en canse’
cuenciaH

Varios movimientos de partisanos de la Segunda Guerra Mundial ta les como,


por ejemplo, las Asociaciones de Combates eslovacas, dirigidas ppr Janosik- tenían sus
propios tribunales revolucionarios, que emitían e veredkto acerca de los casos de traici&,
actuando en forma parecido a la de un Consejo de Guerra0 Si estos trbuna les no queda
ban convencidos de la inocencia del acusado, la sentencia era, corno norma, la pena de
muerte, Esto se desprende, entre otros, de la Directiva del Mando Central del Ejrcito

de objetivos es conseguir dinero, tanto del gobierno corno de los particuares. El —

“Fracción colectiva del Ejrcto Rojo’, presenta, en la página 38, otras citas de Le
nín cuyo sentido es el mismoo parecido. También Carlos Marigheila se muestra fiel
discípulo de Lenín cuando, en la página 15 de su obra citada, dice: La lucha arma
da de las guerrillas ciudadanos se orienta hacia dos objetivos Fundamentales a) La li
quidación fica de los jefes y ayudantes de lo verdugos’, de las fuerzas armadas y
la policía, y b) la apropiación de capitales y medios de producción pertenecientes al
gobierno, los capitalistas, grandes propietarios de fincas e irnperialistas’.
(3) Heinz Kihnrich, obra citada, pág. 434. Wase también Bróoks Mc Clure, “El EjrcU
fo oculto de Rusia en F.,M, Osanka, obra citada, pág. 134, que dice lo siguiente
acerca de un grupó de partisanos soviticos “La menor contravención de la prescria
ciones del “regfmiento, era motivo de una ejecución inmedcta,segGn se desprede
de las siguientes 6rdenes. promulgadas por Grishin, jefe del grupo; 13 de octubre de
1943: El jefe del grupo Wbacharev debe ser fusilado, po haber abandonado su posi
ción por propia iniciativa- 19 de enero 1943: E! espía André Jenkowa. al servicio
de los partisanos, debe ser fusilado, por no haber cumplido, en varia Ocasiones, las
órdenes de reconocimiento que se le habían dado,’ 11 de mayo 1943; Cierras irregu
laridades han dado lugar a que siete mujeres hayan quedado embarazadas; estas muje.
res son una carga para el “regimientos’, y deben ser fusilada— 2 de septiembre de
1943: El jefe de sección Lukianov se ha apoderado de aguardiente y se ha dedicadoa
“copear” con el personal de su sección. Debe ser fusilado0— Pese a la severa disci-
plina de Grishin, acudían continuamente o su ‘regirniento’ nuevos voluntarios.

4) Heinz Khnrich, obra citada, pág. 491.


193 —

de lberacin popular de Bulgaria, promulgada a principios de i943 y que trata del ca—
r6cter. organizad ión y misiones del Movimiento de Partisanos (5).

Incluso a los delatores, y otros traidores, que no pertenezcan a las filas de 1os
guerrilleros, se les castiga con la muerte0 Al propósito, indica Marighella (6) que ‘los
que, por propia inkiativa. acuden a la Policía para denunciar, o los que transmiten infor
mes e indicios, o los que espían a las personas, deben ser ejecutados, si son apresadospor
las guerrillas ciudadanas”. La “ejecuci6n”, puede transformarse en castigo (7) y alcan
zar a ciertos miembros de grupos especialmente odiados o especialmente peligrosos, o a mi’
litantes de organizaciones enemigas0 Entre los últimos estdn los agentes de los servicios
de inteligencia enemigos, y las personas a las que corresponde interrogar a los guerrille
ros apresados, o han realizado ya interrogatorios de esta especie0 Estas personas, a las
que suele llamarse “verdugos” o “ayudantes del verdugo”, figuran en cabeza de la lis
ta de los que hay que “e jecurarU

(5) Ibid. póg. 468. SegGnZajarchenco, obra citada, los espías, traidores y provocado
res, deben ser desenmascaradospúblicamente, para que sean conocidos por los elemeñ
tos de la población civil partidarios de los guerrilleros. Estas personasdebieron com
parecer ante un Consejo de Guerra, y tener la oportunidad de defenderse, a fin de
evitar que se condene a personas que, en virtud de órdenes secretas recibidas del al
to mando, actúan en las filas enemigas.
(6) Carlos Marighelia, obra citada, póg. 59.
(7) Véase “Fracción colectiva del Eército Rojo”, obra citada, póg. 34, en la que se di
ce: “Los guerrilleros procederón según la siguiente norma: castigar a uno y educar a
cientos. El poder de opresión estatal se basaen la condescendencia de los oprimidos
en los puestos neurólgicos de la organización opresora. Asu vez, esta condescenden
cia, se basa en el miedo de quienes han elegido, como profesón, una carrera en el
seno de esta organización. No cabe pensar en el dominio del capital, si no contase
con este ejrcito de miedosos0 Por ello, las fuerzas revolucionarias les hacen per
sonalmente responsables de toda acción en contra del pueblo, de toda traición a los
intereses de la población trabajadora0 Seróa ellos a quienes se exijan estrechascuen
tas de sus delitos, en forma selectiva y escalonada0 De este modo, su cobar’dla, se
convertir6 en una palanca para acelerar la descomposición del poder enemigo”0
Es típico de esta modalidad de la lucha clandestinalo que informa Vladimir Dedijer
en su obra citada, póg. 144, y que se refiere al verano de 1944: “El Mando alemón—
había impuesto limitaciones de salida de los domicilios0 En ciertas partes de la ciu
dad, se repetían continuamente los registros de casas y viviendas0 Como represalia,
los partisanos, decidieron castigar con la muerte a todos los policías yugoslavos que
colaborasen con los alemanes. Se disparaba sobre ellos en plena calle, y unos cuan
tos fueron muertos a tiros’.
- 194 -

Desde el punto de vista atico los guerrilleros justifican su actitud —casodeque,


en realidad, lleguen a preocuparse por esta cuesti6n diciendo que el atentado es un a
-

consecuencia de la situaci6n ilegal en que se hallan, la cual les impide someter a ciertas
personas, que, desde su punto de vista, son criminale al juicio de un tribunal ‘iegal”,
ya que dudan que un tribunal de esta clase hicese realmente 1usticia. Por ello, consi
derando que no están en condiciones de recurrir a un tribunal que.les haga justki’a, seto—
man esa justicia por su mano (8).

Grivas—Dighenis (9) describe extensamente las actividades dé sus Hgruposde eje—


cuci6nu en Chipre: ‘Se compnían —dice Grivas de dos o tres personas, destacadas por
su decisi6n e inteligencia, y po su habilidad como tiradores. Su Forma de actuar respon
día a los principios que inforban el Plan General de actividades, es decir, convencer
al enemigo de que no estaba seguro en ninguna parte; de otra parte, procuraban eliminar
a ciertas personas peligrosas... Como armas, l-levdban usualmente pistolas, aunque oca —

sionalmente iban armados de metralletas y granadas de mano. Estos grupos, desplegaban —

su actividad principalmente en las ciudades, donde era usual que se presentasen objetivos
convenientes, Los miembros de los grupos no debían ser personas buscadas por la policía,
a fin de que estuviesen en condiciones de actuar en pleno día, y en plena calle. Ladifi—
cultad de su misicn, la comprende cualquiera. Para tener éxito,. era preciso poseer auda
cia, iniciativa, agilidad mental y fortaleza fica, E ejecutor, no debe llevar armas so
bre su persona. Lo indicado es que reciba el arma de alguna persona que pueda llevarla
sin inspirar sospechas(niños pequeños, mujeres viejos etc)

No se sabe si Marighella conocía el libro de Grivas—Dighenis, pero, en todo ca


so, lo completa —consciente o inconscientemente cuando afirrna En muchos casos, la
ejecución puede realizarla un tirador excepcionalmente bueno, solitario y desconocido,—
que opera en Formarigurosamente secreta, armado de paciencia y sangre fria (10).

Es, en particular, en Latinoamérica, donde la lucha clandestina se caracteriza


por una cadena, prácticamente ininterrumpida, de ejecucfones de traidores o de perso—

(8) Este modo de pensar coincide, hasta cierto punto, con las prescripciones que existen
en los ejárcitos de una serie de países, y, seg6n las cuales, si el jefe de un batallón,
o de un regimiento, se encuentra ante una situación en la que es preciso imponer u n
castigo con carácter inmediato, por razones de disciplina o como consecuencia de una
acción de guerra, podrá convocar un Consejo de Guerra adhoc si no le es posible
recurrir inmediatamente a un Tribunal competente. La sentencio del Consejo de Gue
rra se podrá ejecutar sin dilación, una vez ratificada por el jefe correspondiente.

(9) Georgios Grivas—Dighenis, bra citada, págs. 100 y siguientes.

(10) Carlos Marighella, obra citada, pág. 59


195 -

nos especialmente temidas, especialmente odiadas, o que son consideradas como particu
larmente importantes0 En este sentido, Guatemala y Colombia han llegado a adquirir una
fama parhcularmente macabra Cabe catados como ejemplos de una situacún que ,aunque
en menor escala, existe también en otros países latinoamericanos0 ‘Sún Hermann Geb—
hardt (11), en Guatemala, la cantidad de asesinatos po ticos, desde 1957, asciende a
unas 2,000 personas anuales, cifra que el propio Gebhardt estima probablemente’ exagera
da, En todo caso, en 1967, se anuñciaron “of?ciaimente 307 muertos en seis meses,y,en
nero de 1968, 26 asesinatos en un plazo de dos semanas0 Por lo que se refiere a Colorn
bia, indica Rkhard Gorr (12) que, durante el decenio de la violencia’ la lucha clan
destina produjo 135,000 víctimas, de los que ms de 3500 eran policías “Más de la mi
tad de los muertos se considera que fueron víctimas de las ejecuciones de los guerrifle
ros. Uno de los ¡efes de los guerrilleros colombianos tenía el apodo de tiro fijo’, y, en
cuanto a las modalidades de las eiecuc iones? cabe decir que recuerdan, por su sadismo, a
las descripciones de la Edad MecHo o de la guerra de los treinta aos.

2. La importancia del gote manoenlaluchaclandestina oencubierta

El golpe de mano en la lucha clandestino, es uno acción armada, en lO que los


guerrilleros atacan a una unidad, o instalación del enemigo, que, por razones de número
de hombres, armamento, escasa preparación para el combate, o terreno desfavorable, se
halla en nferioridad de condiciones El obetivo de golpe de mano es eliminar a la cita
da unidad o instalación, es decir, dar muerte, o aprisionar a las personasde! bando ene’
migo, y destruir o capturar el material, Lo que caracteriza al golpe de mano es un ataque
por sorpresa, una breve lucha (13) y una rópida retirada de los guerrilleros0 También es

(11) Hermann Gebhardt, obra citada, póg0 770

(12) Richard Gott, obra citada, póg0 171,


(13) Georgios GrivasDighenis, en su obra citada, póg 94, subraya que, en el golpe de
mano, ‘el choque con el enemigo, debe durar solamente unos pocos minutos
Si, al describir el golpe de mano en el curso de la lucha clandestina, se habla de un
hlataquel, habró que tener présente la salvedad de que no se trata de un ataque en el
sentido clósco, es decir, lo contrario de la defensa, desde el punto de vista tóctico0
Tales conceptos son ajenos a la propia naturaleza de. la lucha clandestina En franc,
cabe distinguir entre ‘agresión y ataque’, pero el idioma alemán sólo posee la.pa
labro “Angriff” que puede encerrar’ varios significados0 En ocasiones, se deberó en
tender por Angriffb un proceder agresivo que resultará ser cuaiquiera que sea sufor
ma lo contraio de una actitud pasiva y de espera; en otras ocasiones, el ‘AngrifF es
196 -

caractarístko de estos golpes de mano el presentar innumerables variantes, El golpe de ma


no se diferencia del acto terrorista y del sabotaje, en que, en esta ocasi6n, los guerrifle—
ros aceptan el combate y se enfrentan con unrenemigo armado, en tanto que el bito del
acto terrorista o del sabotaje depende, cosi siempre, de que el guerrillero se encuentre
con su enemigo en un momento en que éste último esta indefenso0 Desde el punto de vista
del Derecho, tonto el acto terrorisfa, como el sabotaje y el atentado, son actos punibles
en un sentido objetivo, aunque, desde el punto sibjetivo y exclusivamente moral, puedan
existir ciertas justificaciones. Por el contrario, el golpe de mano puedeser considerado
—mediando ciertas circunstancias— corno una accn de guerra, desde el punto de vista
objetivo y conforme a Derecho0 Su carcter punible, solamente puede ser decidido consi
derndole a la luz de la probiem6tica general de la responsabilidad de los actos cometidos
en la guerra y para fines de la guerra. Podría llamarseal acto terrorista, al sabotaje y al
atentado, hacciones paracriminalesu de la lucha clandestina, en tanto que el golpe denia
no armado, sería una ‘acci6n paramilitar de esta lucha.

El golpe de mano armado persigue cinco finalidades, En primer lugar, se trata


de perjudicar al enemigo, causndole (al igual que el sabotaje y el atentado) daños mote
ria les en sus puntos vulnerables. En todo caso, habrá que hacer constar que los dañospro
duc idos por un golpe de mano aislado serán limitados, y resultarn soportables para el ene
migo. Esto es especiaHenie cierto cuando el golpe de mano tene por objetivo el ataque
a vehículos aislados o pequeñas columnas de vehículos, puestos de vigilancia o avanzadi—
e incluso pequeñas unidades enemigas alojadas en lugares poco protegidos0 En este
caso, los daños causados al enemigo, sio serán sensibles si se producen en con juncin con
otras acciones de la lucha clandestina. E5 decirque, el golpe de mano aislado, solamen
te adquiere importancia en el marco d un plan mdsamplio, que prevea un conjunto de
acciones.

En segundo lugar, el golpe de mano, persigue la finalidad de Facilitar a los gue


rrilleros que lo llevan a cabo la continuaci6n de la lucha clandestina, En este aspecto,
cabe considerar que incluso el golpe de mano aislado tiene su importancia. Si se conside
ra desde este punto de vista, el objetivo del golpe de mano podría tener por objeto impe
dir, temporalmente, la contramed ¡das del enemigo, o eliminar, por cierto tiempo, algún
puesto, o centro, desde el cual, el enemigo pueda actuar contra lo guerrilleros, Ejem
plos de estos golpes de mano son lo que puedan flevarse a cabo contra un puesto de poli
cía, una plana mayor o una estafeta del enemigo, contra centros de suministros (poivori
nes, almacenes de vÍveres. depósitos de combustibles), centrales telef6nicas, emplazarnien

lo contrario de una postura defensiva, y, por tanto, significar un actitud ofensiva,


destinada a desafiar al enemigo para que acepte el combate; Finalmente, cabe inter
pretar el Angrfff en el sentido de la tdctica militar, y en este caso sería lo contra
rio de la defensiva, es decir, una acción de ataque4, caracterizada por el movimien
to hacia adelante y el choque ármado,
197 -

tos de equipos electr6nicos, aviones aparcados aparte de los dem6s, o instalaciones dese
guridad del vuelo0

En tercer lugar, yen el aspecto puramente material, la finálidad del golpe de


mano puede consistir en apoderarse de explosivos, armas, carburantes o municiones, de las
que los guerrflleros suelen estar, con frecuencia, muy necesitados, yde las que no pue
den disponer con facflidad0 Marighelia (14) da tal importancia a esta finalidad del golpe
de mano (es decir, a la captura de elementos para el combate) que la incluye en la défini
ci6n del golpe de mano realizado por las guerrillas ciudadanos0

En cuarto lugar —y a semejanza del acto terrorista y del atentado el golpe de


mano persigue la finalidad de crear un clima de zozobra, y demostrar la ornnipresenc Tau
de los guerrilleros0 En este sentido, se pretendes de una parte, contribuir al aislamiento
material del enemigo, obiig6ndole a adoptar amplias medidas de defnsa y guridcd, que
absorber6n una cierta cantidad de hombre y material que, por tanto, no podrán ser utiliza
dos para otros fines0 De otra parte, se pretende desmoralizar, individualmente, a los func.
cionarios, policías y soldados del enemigo, poniendo en evidencia que, en cualquier lu
gar de la zona de operaciones de los guerrilleros en que se hallen, les amenazar6 un cons
tante peligro0

Por tltimo, el golpe de mano, persigue una quinta finalidad, que consiste en ha
cer propaganda en pro de la causa de los guerrilleros0 Cada golpe de mano llevado a ca
bo con éxito, atrae a sus filas a nuevos adeptos, especialmente si el golpe ha sdo dirigi
do contra organizaciones, o personas impopulares0

De las cinco finalidades citadas, prevalecer6 una u otra, segt5nlos casos0 La de


terminaci6n del objetivo del golpe de mano, se realiza en funci6n de la finalidad que se
persigue0 Los objetivos pueden ser tanto civiles como militares0 Entre los primeros, e ita
Marighella (15) los sguientes: Sociedades bancarias o de cr6dito; empresascomerciales; —

prisiones; propiedades del gobierno y medios de informaci6n p6blica (prensa, radio y tele
visi6n). Entre los segundos, cabe citar: centros, o puestos de la policía y de las autorida
des extranjeras de ocupaci6n0 A su vez estos objetivos pueden ser fijos o m6viles0

Los actos terroristas, y los atentados, son acaecimientos que, según se desprende
del examen hist6rico, han acompañado siempre a la lucha clandestina0 En opinión d.e los
guerrilleros, es posible que incluso se considere que son hechos que tiene que acompañar,
forzosamente, a esta lucha0 Sin embargo, no ponen de relieve el car6cter de la lucha ——

clandestina en la misma medida que lo hacen el sabotaje y el golpe de mano0 En teoría,

(14) Carlos Marighella, obra citada, p6g0 44

(15) lbid0, p6g0 45


- 198-

cabe ¡maginarse una lucha clandestina sin actos terroristas ni atentados, pero nunca sin so
botajes y golpes de mano0

3.Condicionespreviasraelgolpedemanoarmado,oasalto

Un elemento esencial para llevar a cabo, con éxito, un golpe de mono, es la sor
presa0 Si se consigue sorprender al enemigo, podre compensarse, hasta cierto punto (que
no debe sobreestimarse) la inferioridad del atacante en hombres y/o en armamento0 Si par
cualquier raz6n (delaciones, o acertado an6lisis de la situacin) el enemigo esta apercibi
doy espera el ataque, el golpe de mano fracasar0

Como indica Sgur—Cabanac (l6). Se logra la sorpresa, atacando en el mornen


to en el que el enemigo menos lo espera; por eemplo, aprovechando la oscuridad, la nie
bla, la lluvia o una nevada, o bien, realizando el ataque en una direccin inesperada. —

Esto Gltimo se facilita aproximndose al enemigo a través de terrenos que parezcan muydi
fícilmente viableso atacando desde la retaguardia del enemigo0.

Para Marighella (17), el lograr la sorpresa depende de cuatro condiciones previas.


La primera sería el perfecto conocimiento, por el atacante, de la situacin en que se ha
lla el atacado, y, de otra parte, el desconocimiento del atacado, respecto a la situacin
en que se halla el atacante. La segunda condici6n, estrechamente vinculada a la primera,
sería el conocimiento de la fuerza del atacado, por parte del atacante, y, de otra parte,
el desconocimiento del atacado respecto a la fuerza del atacante0 Estas dos condiciones
dan lugar a la tercera, que consiste en que el atacante podrd economizar sus fuerzas, dr
cunstacia que no concurre en el atacado0 Finalmente, la cuarta condición es que el ata
cante puede elegir el momento, lugar, y objetivo del ataque0

En realidad, las cuatro condiciones antedichas, pueden resumirse diciendo que


el atacante debe tener plena libertad de acci6n, en tanto que la forma de actuar del ata
cado viene condicionado por el ataque.

Ademas de las condiciones precitadas, exige Marighella -sin manifestarlo explf


citamente— que los guerrilleros tengan una idea exacta de la situacin política y militar
del enemigo0 Esto presupone una minuciosa labor de reconocimiento, realizada mediante
la oervacin personal y la cuidadosa evaluación de las noticias e informes que recibe el
mando de los guerrilleros,

(16) August Sgur—Cabanac, obra citada, p6g 26,


(17) Carlos Marighella, obra citada, pg 45
- 199 —

Este reconocimiento minucioso, es ademas indispensable, si, aparte de lograr la


- sorpresa, se pretende conseguir que el ataque se dirija contra los puntos efectivamente d
bfles del enerngo, lo cual constituye un segundo elemento necesario para obtener el xi—
to. Ya se ha indicado que el golpe de mano debe dirigirse contra puntos relativamented’
bfles del adversario, toda vez que una superioridad excesiva del enemigo en hombreso ma
terial, no podre ser plenamente compensada por la sorpresa, ni por el mayor arrojo y va —

lentía de los guerrilleros0 Un golpe de mano de los guerrilleros contra un enemigo despro
porcionadarnente superior, esta llamado al fracaso, a menos que este último corneta graves
errores. Sin embargo, & planear la operación, no puede admidre, a priori, que el ene
migo vaya o cometer tales errores0 En consecuencia, el golpe de mano, presupone el cono
cimiento, lo m6s exacto que sea posible, de los puntos débiles del adversario0

La debflidad del enemigo puede consistir en el hecho de estar acampado en gru


pospequeños y vulnerables, o en una insuficiencia de las medidaslocalesde seguidad, o
eh medidas de seguridad converidas en hábitos rígidos y rutinarios, o bien, pueden con
sistir en un trafico excesivamente rígido, y falto de protecci6n, de los servicios de surni
nistro o de enlace, o en la falta de protección y medidas de seguridad en los servicios te—
lefónicos0 Finalmente, pueden existir también puntos débiles en la estructura interna ene
miga, tales como deficiente disciplina, mal ambiente, o falta de interés por entrar en ac
ción. Corresponde al Mando responsable del golpe de mano determinar si concurre alguna
de las circunstancias antedichas, y decidir cuál es el punto que cabe considerar corno más
débiL El éxito, dependerá de la acertada elección de este punto más vulnerable0 Una —

vez que el reconocimiento ha constatado la existencia de un punto vulnerable del enemi


go, deberá explorarse cual es el terreno másadecuado para llevar a cabo el golpe de ma
no. Como dice Marigheila (18), ‘gel terreno es el mejor aliado del guerrillero0 Debe co
nocerlo como la palma de la mano, y estar al corriente de todos sus detalles: callejones —

sin salida y lugares estrechos; desfiladeros; lugares en que tienen lugar reparaciones de ca
rreteras o calles; puestos de control de policía; zonas militares, carreteras o calles cerra
das al tráfico; entradas y salidas de túneles; posibilidades que tiene la polía de cerrar el
paso por un lugar; desviaciones que pueden utilizarse; esquinas de calles que están vigilo
das controladas; semáforos; señales de circulación etc, etc0 Todos estos detalles debe—
rá estudiarl y conocerlos el guerrillero, si no quiere cométer errores fatalesU,

El reconocimiento y la exploración son las bases para el planeamiento del golpe


de mano, En el plan, habrá que fijar, en primer lugar, el objetivo concreto que se va a
atacar, el lugar y el momento del golpe de mano, y la entidad del grupo de acción que —

debe intervenir0 Como norma, en cada caso, es e Mando responsable del golpe de mano
quien fija la Composición del grupo de acción0 Este suele estar formado por varios plo
tones11, o pequeños subgrupos, con misiones específicas exactamente definidas, y el con-’
junto no debe ser mayor de lo estrictamente necesario para el cumpftrniento de la misión,

(18) lbd,, pág0 32.


- 200

Seg6n Sgur—Cabanac (19), en todo grupo de acción que debo ejecutar un gope de manp,
debern existir, aparte del mando un elemento de choque, que realiza la misión concre
ta prevista; un elemento de apoyo y un elemento de seguridad0 Corno ejemplo, se cita el
caso de un grupo de acc6n que tenga por misión la destrucción de una instalación enemi
go. Este grupo, deberfa estar integrado por cinco pelotone un pelotón de asalto que-
se apodere del objetivo; un pelotón de voladuras11encargado de la destrucción del objeti—
yo; un pelotón de apoyo, que proporcione apoyo mediante el fuego de sus armas; un pelo—
tón encargado de eliminar obstóculos, y un pelotón de lucha cuerpo a cuerpo, encargado
de eUninar. silenciosamente a los vigilantes o centinelas0 Caso de que se estime necesa—
rio, se agregarán al grupo uno o más pelotonesU de tiradores particularmente diestros. La
misión de poner a buen recaudo el material capturado al enemigo (especialmente armas y
municiones) puede encargorse a alguno de los pelotones que ya haya cumplido su misión,
aunque también puede encomendarse esta tarea a un pelotón especial0

Citaremos de nuevo a Ségur-Cabanac (20) que dice: Aunque elaborado con to


do detalle, el plan de operaciones para un golpe de mano debe ser flexible, sencillo, y
no depender de demasiadas circunstancias0 La organización de la fuerza, y el plan deo
raciones, deben garantizar una ejecución rápida y sin dificultades de la acción. Para el
caso de que se produzcan acaecimiento imprevistos, que hagan imposible la ejecución del
plan inicial, deberá tenerse un plan altemativo0

4. Laejecución delgolpedemanooasalto

Para atacar por sorpresa a un enemigo que se halla en movimiento (y especialmen


te si ste no ha adoptado suficientes medidas de seguridad. o depende de las carreteras pa
ro su desplazamiento) los guerrilleros suelen emboscarse previamente0 En los demós casos,
el ataque tiene lugar a partir del movimiento de infiltración que es caracterfstico de estas
fuerzas. El lugar elegido para la emboscada, y su enmascaramento, deben ser tales, que
las posibilidades de que los guerrilleros sean descubiertos por el enemigo, antes de tiempo,
sean muy reducidas. Otro tanto cabe decir de la aproximación al adversario en el curso
de los movimientos de infiltración, que deberán realizarse con el máximo cuidado, Prin
cipalmente en el golpe de mano, el guerrillero debe formar parte del terreno en el combo
te, fundirse con l y aprovechar hasta la más mínima ventaja que le ofrezcan, tanto el
propio terreno, como las condiciones de luz las condiciones meteorológicas0

(19) August Sgur—Cabanac, obra citada, págs0 22 y siguientes

(20) Ibid0. págs. 30ysiguientes.


201

El golpe de mano suele ¡niciarse, corno norma, con un fuego concentrado, de


corta duración, y realizado por sorpresa, desde muy corta distancia0 Los efectos de este
fuego mprevisto dependerón de que previamente se haya establecido una clara distribu
cón de los blancos, ya que, el tiempo disponible, aparte de otras razones, es escaso (21)
Si este fuego imprevisto’ se convierte en un tiroteoU entre los guerrilleros y sus enemi
gos, es de temer que toda la acción corra peligro dé fracasar, El abrir el fuego antes de
tiempo, no solamente compromete el éxito, sino que expone a todo ei grupo de acción a
ser destruido por el enemigo0 El efecto de sorpresa que produce el fuego imprevisto, debe
ró ser explotado por los demós pelotones para realizar sus misiones respectivas (incendos,
voladuras, aniquilamiento de enemigos, captura de armas, municiones y equipos, etc0) lo
m6s rópidamente posible, aunque también con lo mayor exactitud posible.

En determinados casos, ser6 preferible, o necesario, realizar el golpe de manosi


lenciosamente, empleando exclusivamente el arma blanca (22). TambIén en estos casás ha
bró que conseguir que el enemigo quede paralizado por la sorpresa en los primeros momen
tos a fin de dar tiempo a los guerrilleros para cumplir su misión fundamental0 Con frecuen
da, se dividiró el grupo de acción que ejecuto el golpe de mano, en dos o tres secciones,
que reaUzarón un movimiento de tenaza, y atacarón al enemigo desde distintas direcci
nes, bien simultóneamente, o bien en cortos intervalos0 Este ataque en tenaza, en el
que los ataques proceden de diversas direccones, es frecuente en los golpes de mano que
se realizan partiendo de una emboscada0 Tiene la ventaja de una mayor eficada, pero,—
de otra parte,tiéneel inconveniente de que resulta mós difícil el mando del grupo de ac
ción y encierra el peligro de que —especialmente de noche-’ las diferentes secciones se
ataquen m6tuamente0 Para su eecución, es preciso contar con guerrilleros bien adiestr
dós y veteranos0

En determinadas circunstancias, es preciso atraer al enemigo a la emboscada en


la que se pretende que caiga0 Si las fuerzas enemigas son policías, esto puede resjltar re
lativamente fócil0 Tanto Marigheila, como el autor anónimo de las ‘instrucciones pa ro
lbs guerrillas ciudadanas” (publicado en lengua francesa) indican que, por medio de infor
mac iones falsas (llamadas anónimas, o denuncias aparentes) es fácil hacer caer en lo trarn
paa la policía0 Más difícil resulta hacer caer en emboscada a las fuerzas del Ejército,
aunque los Viet Minh lo han conseguido, hasta cierto punto merced al establecimiento de
usistemasu de emboscadas, situadas una tras otra, y separadas por determinados intervalos,
a lo largo de las carreteras0 La ltima emboscada, que debía ser la primera que entrase -

en acción, contaba con efectivos relativamente sos. y solamente atacaba a vehículos


aislados o pequeñas columnas enemigas0 En estas acciones, no intervenían las fuerzas del

(21) H, von Dach., En la obra citada, págo 64, se destaca especialmente el hechocitádo
(22) Segón H, von Dach, obra citada, págs0 60 y siguientes, las armas de pequeño cali—
(por ejemplo el Flobert!) pueden incluírse entre las armas silenciosas0
- 202 —

V:iet Minh que ocupcban posiciones en las emboscadassituadas delente de la última, La


columna atacada solicitaba ayuda por radio, y las fuerzas de apoyo enviadas, eran ataca
das y destruidas, por los Viet Minh que ocupaban las dems emboscadas, Según indica Se
gur—Cabancc (23), la columna que caía en la primera emboscada, servía de cebo, a fin
de atraer refuerzos o a una columna de socorro, En lugar de utilizar una emboscada, pue
darse un golpe de mano contra una insta laci6n, o un puesto de vanguardia, que sern el
“cebo para atraer fuerzas de refuerzo o de socorro, a las que se hará caer en una embos
cada, en la que ser6n aniqulladas’.

SégurCabanac habla de un ‘úrea de ernboscada al tratar del antedicho con jun


fo de emboscadas, agrupadas en un sistema. El 6rea de ernboscadas no sirve solamente
para atraer a una emboscada a unidades enemigas de escasa entidad, sino que puede ser
utilizada también para la destrucci6n de unidades importantes del adversario, Este podría
ser eí caso si, por ejemplo, la conf igurac i6n del terreno fuese tal que, tras un primer go
pe de mano, los movimientos del enemigo se vieran ucanalizados, es decir, que el ad-
versario se viera forzado a moverse según un número reducido de direcciones determina
das, como ocurre en la jungla, en zonas pantanosas, o en ciudades o pueblos grandes cu
yas casas estén edificadas formando muros” que obliguen a segui un camino determinado
y fijo En el caso antedicho, se sitúa unaemboscada central’ en el centro del 6rea de
emboscadasil y —segúnSégur—Cabanac(24) se establece en torno a esta posici6n central
-

un cintur6n de emboscadasmenores,que cierran todos los caminos que pudieran utilizar


se para hufr, o desyiarse, Al aproximarse el enemigo se le deja pasara través de estas -—

“emboscadas-cerrojo”, y penetrar en la zona de aniquilamiento de la emboscada central,


Si logra desviarse, o huir, o bien ataca a los guerrilleros que ocupan la”ernboscada cen’—
tralu y los derrota, tropezare con el cinturón de Mernboscadas_cerrojo y sufrir pér’didas
Estas últimas s6!o entran en acci6n cuando el enemigo ha caído en la trampa que supone la
‘emboscada centraP’,

Es interesante hacer constar que los partisanos de Tito prefirieron siempre realizar
sus ataques por sorpresa partiendo del movimiento que hacer uso de emboscadas, Por el
contrario, Grivas-Dighenis (25) prefiriú siempre este último método de combate, ya qu,
corno el mismo indica, “este método (la emboscada) dernostr6 ser particularmente eficaz,
e hizo que, en todas las ocasiones, el enemigo fuese incapaz de hacer frente con éxito a
los guerrilleros, pese a todos los medios que despleg6 para derrotarlos”.

(23) August Ségur-Cabanac, obra citada, p6g 5L


(24) Ibid,, 5L
(25) Georgios Grivas-Dighenis1, obra citada, p6g 94
203

11ozadon&combate

GrivaDighenis nos describe en Formaclara y extensa la t6cflca empleada por


sus grupos de parHsanos y los medrosutflzados en el combate0 En este contexto, subraya
que, en el golpe de mano (26), los grupos de acci6n deben tener la enHdad mínima nds—
pensable, y que el reducdo numero de guerrifieros, debe compenae mediante una acer
tada selección y útUzacin de las armas,

Al igual que von Dach (27), Grivas es parrdark de coordinar el golpe de mano
con el sabotaje, ya que la coordinacin de ambas acciones se corsdera que aumenta sus
toncialmente la probabilidades de xiro de lo guerrilleros, Como ejemplo, el te& ico von
Dach, y el practico Grivas, citan el caso de la combinación del corte de una carretera -

con un golpe de mano, realizado a partir de una emboscada, Para cortar la carretera,van
Dach habla de barrera de rpida colocacin,, en tanto que Grvas considera el empleo
de minas de presi6n, o minas activadas a distancia, que explotarían debajo del primero,
o del último de los vehículos, ernbrando la conf usi6n y produciendo pérdidas al enemigo,
que se verú obligado a balar de los camiones°

En todas las acciones de lucha dandestina (acto terrorista, sabotaje, atentado o


golpe de mano), deben adoptarse medidas para que ios guerrilleros puedan romper el con
tacto y desaparecer, in que el enemigo se aperc iba de ello ni pueda seguir sus huellas,
Esta cuestión es importante, ya que no se rrata solamente de proporcionar la debida segu
ridad a los guerrilleros que han participado en la acci6n, Hay que tener presente, que si
el enemigo sigue sus huellas, cabe la posibilidad de quesean descubiertos otros grupos de
guerrilleros, lo cual podría tener serias consecuencias para la totalidad del movimiento
subversivo0 En consecuencia, solamente se puede afirmar que una acci6n de la lucha cian
destina ha sio llevada a cabo con éxito, cuando los guerrilleros que la han realizado,
han conseguido retirae y evitar ser perseguidos0 Cabe añadir que el movimiento de reti
rada es una parte sustancial de cualquier acciún de 10 lucha clandestina,

Las vías de retirada, y los eventuales lugares de concentraci6n, deben ser expio
radas, y designados, con todo detalle0 Los lugares que no ofrezcan la posibilidad de ret
rarse sin ser descubierto, no se prestan para llevar a cabo la accn prevista Tarnbin el
momento de la realizaclún de la acciún, debe elegirse en forma tal, que facilite la reti
rada de los guerrilleros0 Por ello, según informa GrivasDighenis (28), los guerrilleros

(26) Ibid,, g0 5’
(27) H, von Dach. obra citada, p6g0 60,
(28) Georgios Grivas—Digbenis, obra citada, g0 95
- 204 -

griegos de Chipre elegían. para llevar a cabo sus acciones, las horas del atardecer, —

poco antes de la puesta del sol

Si la accin la ejecuta un solo guerrillero, o un grupo muy reducido de guerrille


ros, se podr6 -si las circunstancias lo: permiten tener estacionado un vehículo en las —

proximidades del lugar de la acci6nff procurando que el vehículo sea totalmente ‘corrien
te”, para n,o Mamar la atención,

Este vehículo podre servir para recoger a los guerrilleros, una vez que estos ha
yan cumplido su misi6n, y deber6 aprovechar la primera oportunidad que se le presente, —

para incorporarse a una corriente de tr6fico denso. Para que se pierda su pista, los guerri
lleras recurrir6n a frecuentes cambios de vehículos4, de trajes etc,

Cuanto mayor sea ej. nrmero de guerrilleros que participen en una accf6n, m6s
difícil serc su retirada, Las guerrilleros har6n cuanto puedan para engañar al enemigo, y
retrasar sus movimientos de persecuci6n. En deterniinadas condicionés, el enemigo podr6
ser detenido, temporalrnenteq por uno o dos tiradores de gran precisi6n. Ségur—Cabanac
(29) aconseja que “si la situaci6n lo exige, l grupo de acci6n se dividirá en pequeños -

pelotones, que se retírar6n en direcciones distintas, y se reunir6n después en un punto pre


viamente acordado; en el curso de la ret!rada, puede tenderse una emboscada a las fuer
zas enemigas que realizan la persecuci6n”. Añade Ségur que “los pelotones que se vean
perseguidos muy de cerca, no intentar6n dirígirse al punto de reunién establecido, sino —-

que procurar6n separar al enemigo de la fuerza principal de los guerrilleros, y llevarlo ha


cia una zona en la que la naturaleza del terreno sea propicia para que el adversario pier
da sus huellas’, Si el enemigo emplea para la persecuci6n vehículos de ruedas, los guerri
Meros procurar6n, s no pueden hacer uso de las armas, detener los véhículos por medio de
los clavos o tachuelas “sembrados” a lo largo de la carretera,

Caso de que una acción se haya visto coronada por el éxito, la primera preocu—
paci6n del mando de los guerrilleros será su explotacién propagandística. La propaganda
de los guerrilleros deberc anticiparse a la del enemigo, ya que la noticia que produce ma
yor efecto es la que llega primero. De esta forma, se obligará al enemigo a colocarse a
la defensiva en el terreno de la propaganda, Tendrá que rectificar o desmentir, las noti
cias difundidas por los guerrilleros, y, en este sentido, cabe decir que no es fácil que sus
afirmaciones merezcan crédito,

* * *

(29) August SégurCabanac, obra citada, pág, 35.


/

SEXTA PARTE

EL PASO ALA LUCHA ABIERTA


XVI 1 - LUCHA SUBVERSIVA Y LUCHA ABIERTA

1 , — Fundamentos

La lucha subversiva desconoce la batalla, que por su esencia se extiende duran


te certo tiempo en el que los contrarios miden sus fuerzas y su saber en contacto inmedia
to. En la lucha abierta en cambio representa la batalla la acción centraL

En la batalla —comoexpone detalladamente Clausewitz (1)— asume cada pa rte


combativa el riesgo de pérdidas físicas y morales propias con la esperanza de poder inflin
gir al enemigo prd idas físicas y morales mucho ms transcendentes Junto a este Usenti —

do1! general de cada batalla —dañaral enemigo se encuentra el objetivo concretode ca


da batalla determinada el logro de una ventaja útil de cualquier claseg estratégica o tc

Cada batalla es por su esencia un conjunto del efecto de las armas y del movi
miento, El efecto de las armas propias debe anular en la batalla a las armas enernigcs,po
sibilitar los movimientos propios e impedir los del enemigo; de esta forma se pretende que
el enemigo no logre el objetivo al que aspira por medio de la batalla oque lo consiga Gni
camente con grandes pérdidas, frente a las que el valor y sentido de tal objetivo no sean
rentables El movimiento propio en la batalla debe privar de sentido al movimiento del
enemigo y de efecto a sus armas, en cambio se ha de aprovechar el efecto de las armas pr
pias de tal forma que el objetivo propuesto se logre con las menores pérdidas posibles.

Dado que la lucha subversiva de los guerrilleros desconoce la batalla, tcmbién


le resulta extraña la diferenciaci6n entre ataque y defensa. La lucha abierta en cambio
se compone de acciones de ataque o de defensa se pretende en la batalla que el enemigo,

(1) Carl von Clausewitz, en su obra citada, pág0 171,


208

de no ser aniquilado. es decir incapacitado a continuar la lucha, se vea obligado bien


po un ataque a perder venta en una retirada o huída y cedérselas al atacante, de for
ma que éstas —cualquiera que sea su índole— resulten transcendentales para la continua
cián de la lucha en ciertas circunstancias, o bien evitar eficazmente por la accián defen’
siva que el contario logre tales ventajas.

En ia actividades guerrilleros de la lucho subversiva no se trata del logro o la


pérdida de ventajas concretas del tipo indicado, sino de lb progresiva desmoralizacián
del enemigo, Las actividades guerrilleros durante la lucha encubierta ‘aunque sirvan con
carácter estratégico y operativo a una misián defensiva son desde el punto de vista tdc—

fico siempre ofensivas, Sin embargo incluso ci asalto no puede ser considerado tácticamen.
te como ataque en sentido táctico (2) ni siquiera corno ataque de misián limitada e1
ataque aunque pueda iniciarse en la lucha abierta con un. asalto, exÍge por su esencia su
continuacián mientras exista una posibilidad relativamente Fundada de lograr el objetivo
sin unas pérdidas tales queno ofrezcan suficiente justificación al sopersarias con la trans’
cendencia del objetivo. Si se suspendeel ataque por desvanecerse las posibflidades de —

éxito, procurará el atacante en la mayoría de los casos de lucha abierta, mantener al me


nos la posición alcanzada

El asalto en la lucha subversiva, en cambio, es sólo una cuestión de unos pocos


y cortos minutos. Dada su naturaleza no puede ser continuado si fracasa en el primer in
tento, Tras el asalto, con éxito o sin él, siempre abandonarán los guerrilleros el lugar de
la lucha a la mayor premura, sin tan siquiera intentar mantener una posición por muy trar
cendente que resulte para el enemigo. Aunque en la lucha abierta exista un ataque con
carácter de asato, ¡amóShabrá en la lucha subversiva !!U asalto con carácter de fq
que”

Sólo en casos excepcionales conduce por sí misma la lucha subversiva a ‘os gue
rrilleros al éxito deseado. Normalmente se desarrolla la lucha encubierta, en la que 1os
guerrilleros eluden el combate con el enemigo, durante el transcurso de la guerrilla en——
una especie de lucha abierta en la que los guerrilleros se enfrentan en combate al enemi
go, e incluso buscan tal combate 5i están en posición ventajosa.

El paso a la lucha abierta no implica el final de la subversiva Los guerrilleros,


que aceptan o provocan el combate con el enerngo, continuan independientemente y s n
tregua la lucha subversiva con terror, atentados, sabotajes y asaltos, Resulta característ
co para esta nueva fase de la guerrilla, que normalmente ya comienza con el primer enfren
tamiento entre los guerrilleros y unidades de las fuerzas enemigas de combate y del orden
y que es provocada conscientemente por los guerrilleros, que la lucha se desarrolla sobre

(2) Confróntese parte quinta, XVI, 2 págs. i95ysiguiente, cita


2C9

dos niveles distintos unas veces corno lucha abierta y otras como subversiva Unas ver
ces se antepone la lucha abierta y otras la subversiva. El encuentro de los guerrflleroscon
su enemigo semeja en esta fase al del iceberg con un barco. La mayor parte del iceberg
queda oculta balo el mar; s6lo se ve una pequeña parte. La lucha subversiva se desarrolla
bajo la superficie en profundidades invisibles para el enemigo8 la lucha abierta en cambio
en espacios visibles también al enemigo.

2.La creac jasúnidamaores

La actividad de la lucha subversiva es desarrollada por grupos de acci6n, que se


mantienen numerícamente lo menor posibles. El exceso de un solo hombre puede poner en
peligro el éxito. La cifra de ocho adiez hombres para composici6n de un grupo no suele
ser ¡ncreméntada. En ataques actuan frecuentemente varios grupos de acci6n cojuntam
te, pero terminado el asalto se separan inmediatamente.

En el combate de la lucha abierta se procura aumentar en lo posible la cornposi


ci6n num&ica de la unidad o agrupaci6n que vaya a emplearse. Unos pocos combatientes,
que falten a unas de la partes en un momento decisivo del combate,, pueden ser la causa
de que este se decido a favor del contrario. La premisa para que los guerrilleros puedan
pasar a la lucha abierta es la formaci6n de unidades y agrupaciones, creadas en parte por
medio de, o paralelas a, los grupos de accl6n,, que continuan existiendo independiente —

mente9 y compuestas por especialistas de lucha subversiva que han de continuar con esta
forma de lucha. La composici6n mínima de una unidad que sea capaz de desarrollar en
cha subversiva un corto combate es la de una seccSn de las Fuerzas Armados,, o sea de
25 a 30 hombres0 Pero normalmente se baten incluso en combates de lucha subversiva unU
dades y agrupaciones mayores encuadradas en compañías, batallones e incluso brigadas.

H. von Dach indica la necesidad de hallar para estas agrupaciones ‘una equilH
brada relacin de fuerzas. Contintia diciendo H. von Dach que unidades reducidas de
guerrillas del ti po de ecuadra o secci6n permiten al enemigo distraer salo reducidos des.—
tacamentos y eliminar una fuerte reserva central de contrapartida. Los destacamentos re
ducidos permiten la colocación de muchos puestos de guardia individuales. Estosa su vez
dan lugar a una red de observaci6n y vigilancia muy tupida.... Agrupaciones fuertes de
guerrillas con armas pesadasobligan al enemigo a la creaci6n de fuertes guarniciones de
combate. Se tiene que limitar a ocupar los puntos y los enlaces ms importantes y no es
capaz de mantener una reserva central de contrapartida. Todo los puestos reducidos en zo
nos intermedias tienen que ser retirados, al resultar una presa segura de ia agrupaciones
fuertes de guerrilleros... Pocos puestos de guardia dan lugar a una exigua red de observa
ci6n y vigilancia. La libertad de movimiento de la guerrillas aumenta de esta formo.,..,
- 2O -

Lo más ¡doneo son agrupaciones del tipo de batallán con algunas armas padas (morteros,
cañones sin retroceso), Estasson suficientemente fuertes para poder atacar con éxto inclu
so a destacamentos mayores enemigos (compañía).. Cuando se logra crear guerrillas del
tipo de Eitallones con armamento pesado, no es capaz el enemigo de ocupar eficazmente
la mayor parte del pais

La creación de agrupaciones, capaces de desarrolar una lucha abierta, presenta


exigencias extraordinarias a la capacidad organizadora de los ¡efes guerrilleros. Tiene-—
que llevarse a cabo durante la lucha subversiva -‘frecuentemente en una zona ocu páda
aún parcialmente por el enemigo o controlada por éste en cierta medida sin conocimien

to del enemigo yen el menor tiempo posible,, es decir bajo limitaciones de tiempo tan —.

arriesgada para la guerrilla. Resulta por tanto para los guerrilleros siempre un lapsode de
bilidad, Si el enemigo es capaz de apercíbirse con tiempo de las intenciones del mando—
de los guerrilleros, respecto a la creación de unidades y agrupaciones con potencia com
bativa, podrá aprovechar la consecuente debilidad de los guerrilleros para descargarsobre.
ellos un golpe eficaz, Una actividad reforzada de la lucha subversiva, durante la crea
ción de las citadas agrupaciones, puede servir en ocasiones para ocultar estas frente al
enemigo.

Resulta un difícil problema para el mando de las guerrillas la selección de la: zo


na en la que se han de agrupar las primeras unidades de guerrilleros, para emplearlas no
sólo en la lucha subversiva, sino también en la lucha abierta. A tal fin sólo se pueden
usar zonas, cuya cobertura natural facilite la ocultación y que por el contrario pu éda n
mantenerse fácilmente vigiladas frente a apariciones enemigas repentinas, de forma.que la
alarma que de un centinela logre que se anticipen las contramedidas propias, al enemigo
en aproximación. Por último estas zonas deberán tener tan poca población o un exceso Ial
de habitantes que la concentración de un grupo mayor de guerrilleros no llame la atención,
Tanto Tito como Giap dispusieron de tales zonas.

A veces se tendrá que efectuar la concentración de tales agrupaciones de guerri


lleras en bases exteriores al país en el que se está operando en territorio de ‘ n tercero
-

interesado-, Las agrupaciones son entonces introducidas en la zona de operaciones por


medio de un lentísimo movimiento de infiltración. Es posible que Hitler, al crear la lla
mada “Legión Austriaca” sobre suelo alemán, pensara en una guerrilla de este estilo con
una escalada artificialmente escenificada,

Entre la creación de unidades de guerrilleros apropiadas para la lucha abierta y


el tránsito real a esta en su primer combate con fuerzas enemigas, siempre habrá un lapso
de tiempo en el que se habrán de agrupar unidades, habrán de ser sometidas a un adiestra
miento al menos rudimentario y habrán de ser utilizadas únicamente como guerrillas (3).

(3) Así, se agruparon en Francia en la Segunda Guerra Mundial “las distintas agrupacio
nes de guerrilleros” el 1 de febrero 1944 “bajo un mando único, creándose pues las
211 —

Se trata de esperar a una ocasi6n propicia para enfrentarse al enemigo con probabilidades
dexito en el primer combate0 El resultado de este primer combate es de un valor decsi
yo para la moral combativa de las agrupaciones recien formadas0

Un problema de difícil soiuci6n para los guerrilleros es la adecuada eiecci6n de


los puestos de mando. Un lefe acreditado en lucha subversiva no est6 siempre capacitado
a dirigir una agrupaci6n mayor en lucha abierta0 Entre los guerrilleros pueden surgir vio
lentas luchas por los nombramientos de puestos de mando, que puede incluso poner en po
Ugro lo unidad del movimiento subversivo0

El que tanto Tito, corno 10 años después Giap, fueran capaces de crear agrupa
ciones mayores como primer paso para la lucha abierta de los guerrilleros, represent6 en
ambos casos un esfuerzo digno de admiraci6n, aunque la labor tanto de Tito como de Giap
fue sensiblemente Favorecida por la existencia de una rígida organizaci6n de partisanos).

La eficacia cornbava de las agrupaciones de guerrilleros creadas para la lucha


abierta ser6 muy diversa, especialmente al principio de esta lucha0 Por eso es recomenda
ble, crear agrupaciones seleccionadas de gran eficacia combativa para misiones determi
nadas de combate, como hizo Tito a fines de diciembre de 1941 con la creaci6n de las lid
madas Brigadas Poletarias, que, como informa Viadimir Dedijer (5), eran unidades espe
ciales de partisanos destacadas por su disciplina extremadamente rigida y la forma en que
eran empleadas, ya que no debían quedar limitadas a su regi6n de origen,sino utilizadas
en toda Yugoslavia0 Las unidades proletarias se transformaron, pues,en cierto aspecto7co
mo continúa diciendo DediIer, en el símbolo de la lucha de todos los pueblos yugoslavc&
Durante los primeros combates de la Primera Brigada Proletaria, destacada en Bosnia, estu
va Tito personaimente presente pára subrayar su importania0 Posiblemente, las Brigadas
Proletarias de Tiro inspiraron a Regis Debray la creaci6n de una especie de ejército inter
nacional revolucionario como agrupación escogida, que, pasando de país a pars, habría
de ayudar a los guerrilleros en la fase del cambio a la lucha abierta0

La agrupación de guerrilleros se compiementa por los voluntarios que recluta o—


que se presentan por propia iniciativa0 Estos aspfrantes han de ser adiestrados a la ma
yor brevedad por la agrupaciún, y repartidos entre las unidades especializadas según sus
cualidades. Hay que desarrollar programas de instrucción apropiados, dentro del adiestro’

FF1 Forces Françaises intérieurs)0 Toda Francia se dividió en 12 regiones militares; se


nombraron mandos militares y se agruparon las tropas de partisanos a semejanza de un
ejército regular (Werner Hahlweg, obra citada póg 139) Sin embargo no se enfri
tan las FF1 en combate abierto a las tropas alemanas hasta agosto de 1944v
4) Conf róntese la conocida frase de Giap, citada por Werner Hahlweg, obra citadag0
166: Cada célula del Partido, cada comité municipal administravo era un puesto de
mando
(5) Vladimir Dedijer, obra citada, d9o 166V
— 212 -

miento general, sobre temas de t6ctica, doctrina política y propaganda. Valdis Redelis—
(6) muestra, en su libro sobre la guerra de partisanos, ejemplos interesantes y claros de la
Segunda Guerra Mundial,

3.Algunaspremisasparaelpasoalaluchaabierta

En la guerra subversva lucha en la oscuridad, en cobertura,. en el anonimato, —

Guerrilleros destacados se mantienen desconocidos por sus enemigos y por la opini6n públi
ca durante toda la lucha subversiva, siendo para ambos invisibles (7) inalcanzables. El
descubrimiento —descubrimiento individual en su calidad de guerrillero— suele ser, en lq
lucha subversiva, equivalente al total fracaso del guerrillero. Con tal descubrimiento ter
minan sus esperanzas y frecuentemente también su libertad o su vida, Es característico, en
el anonimato consciente y pretendido de os guerrilleros, el que, én gran número de gue-.
rrfllas modernas, escojan los jefes en todos los niveles de la lucha subversiva udhimos,
“noms de guerre”, que —en caso de éxito— continúan utilizando, a veces también en la
vida civil, tras la terminaci6n de la guerra.

Los aparatos fotográficos de las fuerzas del orden (8), que materializan en foto
grafías manifestaciones y excepcionalmente algún asalto, representqn para los guerrilleros
en lo lucha subversiva una temible “arma” del enemigo, ya que facilita, a veces, su iden
tificación

Con el paso a. la lucha abierta sale el guerrillero de la oscuridad, de la cober


fura y del anonimato, en la medida que ha de encararse al enemigo en el combate, Campo

(6) Valdis Redelis, obra citada, pgs 74 y 8l


(7) Por esta simple causa no se puede realizar en la lucha subversiva la exigencia de la
Ordenaci6n Bélica de La Haya, y de las convenciones de Ginebra, de que los guerri
lleros y miembros de organizaciones de resistencia porten insignias en lugar visible,
(8) Véase el’Calendario Rojo 1972 para aprendices y alumnosi, p6g. 21: ‘Un ejemplo es
colar: El director ordena fotografiar a los alumnos que se encuentren en el “rincón de
los fumadores” (ilegal) tras la escuela, y envía estas fotografías a los padres. Ténga
se presente: con tales medidas se acostumbra a los alumnos prematuramente a las prc
ticas de la policía política en la República Federal Alemana y Berlín Oeste, Tales
medidas pueden resultar ineficaces dejándose fotografiar gran número de alumnos, —-

Así procedieron los alumnos con aufoacusaciones contra la justicia política. Un me


dio eficaz para evitar el aislamiento (individualizácin) de alumnos con vistas a san—
c iones”,
— 23 —

ree. la confrontaci6n de los guerrilleros con el encuentro entre un iceberg y un barco en


alta mar. La conf igurai6n y el tamaño del iceberg salo se puede deducir pticamente por
lo que emerge de la superficie del mar, En forma similar se descubre la forma y amplitud
de un movimiento de guerrillas al pasar a la lucha abierta sMo en la medida en que los
- guerrifieros ‘sobr’esalen de su cobertura, desde la que han estado hostigando y se mues’
tran en combate al enemigo y al público” La teoría de guerra yugoslava describe, con
una expresión gráfica muy oportuna, el paso de la lucha subversiva a la abierta como una
transformaci6n ascendent?. Apoyándonos en la expresi6n de “descamuf!aje, podríamos
hablar de un “desencubrimiento de guerrilleros en la lucha abierta

La determinación del momento en que los guerrilleros deben pasar a la lucha —

abierta es decisiva para el xto y fracaso de la guerrilla en general. Esta decisi6n depen
der ¡nicalmente de ccmo considera el mando guerrillero la situaci6n del enemigo, su P2’
tencia ofensiva, su moral combativa y el poder de decisi6nde sus mandos, sin olvidar la
informacn que posea sobre el movimiento guerrillero, También queda esencialmente con’
dicionado el momento del paso a la lucha abierta, por la probable reacci6n de la poblar—
ci6n —supuestao confirmada por el mando guerrillero.

En la guerrilla —comoya insistimos en capítulos precedentes resulta esencialel


aislamiento del enemigo. Si las Fuerzas del Orden y las Fuerzas A modas logran separara
los guerrilleros, en sentido psicológico e idealista, de la masa de la población antes de
que pasen a la lucha abierta, hay bastante probabilidad de que se diluya lentamente la lu’
cha subversiva con la disminuci6n de simpatizantes a lo largo de los a?os, Si, por el con’
trario, son capaces los guerrilleros de aislar psicológicamente a las fuerzas armadas y a —

las del orden enemigas, de forma que dependan de una minoría de colaboradores, des
preciada por la mayoría de la poblaclin, lograrcn los guerrilleros el paso a la lucha abier
‘ta ms tarde o m6s temprano —a no ser que el enemigo se retire, como en Chipre, para ce
der conscientemente a los guerrilleros una pequeña victoria, evitando definitivamente la
gran victoria deseada,

Dada la importancia de la postura que adopte la masade la población en estos —

momentos, procederá con frecuencia al cambio de guerrilla a lucha abierta una última ——

campaña, para captarse las simpatías de esta poblaci6n, utilizando todos los mediosde o:
paganda. Los guerrilleros y su enemigo —en cuanto reconozca el peligro— ¡ntentarcn, en
forma similar, presentar lo ms atractivamente posible el ideal por el que luchana

Tras la “dialéctica de voluntades, que utiliza el poder para la solución de sus —

conflictos” (9), se encuentra —aquí con especial evidencia— el contraste de ideales que
captan por completo al hombre y quieren ser vividos conscientemente por l: la controver’
sia psicol6gka inicia la lucha abierta, La decisin inicial de la guerrilla, glosando una

(9) André Beaufre, obra citada, pg 2&


214

idea de Beaufre se busca en una reaccn psicol6gica, que no se provoca inicialmenteen


el enemigo, sno en un tercero —asaber la mayoría de la poblaci6n Áquí también po
—.

dríamos hablar de una estrategia del proceso indirecto.,,

A menudo se nclinan determinados sectores populares a favor de una u otra par


te combatiente, Tanto para los guerrilleros como para sus enemigos, se trata de atraerse a
estos sectoresff que siempre est6n dispuestos a simpatizar con ellos, Los guerrilleros y sus
enemigos prometerán, especialmente a estossectores, la libertad y la seguridad, Lo5 gue
rrilleros, antes de iniciar la lucha abierta, repartir6n armas entre los simpatizantes que
sean aspirantes en potencia para las agrupaciones que han. de constituir con vistas a esta
lucha abierta, y dado que, como afirma con burla la Fracci6n colectiva del EjérctoRo—
(10), el Estado no es capaz de proteger a cada capitalista, funcionario, oficial,etc,,
con un centinela armado, no puede el enemigo de los guerrilleros poner en manos. de
aquellos con cuya simpatía cuenta los medios apropiados para poder defenderse por sírnis—
mos contra el terror, si fuera preciso(i 1),

Durante la controversia psicológica que precede inmediatamente al paso.a la lu


cha abierta procuraran, tanto lo guerrilleros como sus enérnigos, provocar acciones impru
dentes de la parte contraria los guerrilleros forzando, por medio de la intensificaci6n de
la lucha subversiva, a represalias, a prohibkin de circulaci6n y a controles y castigos
colectivos, que son considerados por la población como vejaciones; las Fuerzas armadas y
del orden destacadas contra los guerrilleros, forzandó, a su vez, un combate tras alguna
acción de lucha subversiva, antes de que los guerril leras están preparados para ello. Una
¡niciaci6n prematura de la lucha abierta puede dar lugar a la aniquilaci6n de los guerri
lleras,

4, El combate de Ja guerrilla

El combate de la guerrilla e, por esencia, una conf rontac i6n de unidades lige’’
ras que operan con, independencia. Losguerrilleros no disponen, en la mayoría de losca
sos, incluso tras haber adoptado la lucha abierta, de artillería que apoye su ataque o que,
a la defensiva, pueda desbaratar el ataque enemigo ante sus posiciones. Lasarmas que,
en el mejor de los casos, pueden utilizar en lugar de artillería son armas pesadas de infan

(10) Kollektiv R(ote)—A (rmee)—F(raktion), p6g. 32.


(11) C,A, Fraser, p6gs. 20 y siguiente, es uno de los pocos te6ricos que exponen yfun
damentan claramente esta necesidad,
215

tería, que11corno indica H0 von Dach (12), pueden ser arrastrados por fuera de carreteras
o caminos,desniontadas
sifueroprecisó0

El. aprovechar convenientemente la movilidad que en combate proporciona este


hecho a lo guerrilleros es tan importante, para ellos, corno el correcto empleo tctkode
estas armas de apoyo, cuyo efecto debe lievarse a un rnxirno de eficacia por una inteIk
gente asignación. de blancos, buena seleccín de posiciones principales y alternativcs,cui
dadoso camuflaje, sorpresa en la iniciaci6n del fuego, utiiizacin de armas silenciosas y
una planificación previsora de abastecimientos de municknes, Los guerrilleros no pueden
impresionar con sus armas en combate, lo que le obliga a no desperdiciar nada de su po
tendal, Unos pocos tiradores de precisi&i repartidos en el campo con mira telesc6pica,
que no pueda localizar el enemigo, deben, y pueden, suplir, a veces, una concenfrcci6n
de fuego inaccesible para los guerrilleros0 Que la del terreno es también el
mejor aliado de los guerrilleros no precisa de ms comentario tras lo que se ha expuesto0

Los guerrilleros casi nunca combaten encuadrados en grandes agrupaciones0 Sus


unidades, que han de operar en zonas ocupadas o controladas por el enemigo, desarrollan
su lucha independientemente como !lgrupos perdidos H. von Dach (13) recalco que, a
diferencia con la gran guerra. no pueden esperar refuerzos, socorros o ayuda0 La agru
pacin de guerrilleros depende casi sempre de sí misma, Salo cuenta con sus propios co
nocirnientos t6ctico, su eficiencia combativa, sus propias armas y ¡05 rnunicones que por
te consigo o que capture El combate de la agrupadi6n de guerrilleros se parece, en este
aspecto, al de una unidad de paracaidistas que es lanzado en terreno dominado por el ené
migo a gran distancia del frente0

Similar al combate de tal unidad de paracaidistas, resulta el de los guerrilleros—


una lucha desde el caldero, que exige, en e! ataque, continua observacién y cobertu
ro en los flancos y retaguardia, y en la defensa, una especie de defensa circular, aunque
no se renuncie a la formaci6n de un claro centro defensivo0

El combate de la guerrilla se distingue en varios aspectos del de la gran gue’


rra, Desconoce todo sistema, no sigue principios cl6sicos salvo evitar, siempre que ea
posible, el choque Frontal con el enemigo (14), que le supera en nrnero y técnica,o ea
la “batallafl cl6sica, como la describe Ciausewitz al comenzar su cuarto torno sobre la —

guerra (15),

(12) H. von Dach, pg0 3O


(13) Idem,pág. 72,
(14) Véase lo que informa Werner Hahweg, obracitada,p6g 129, sobrela guerrade par
tisanasen laSegunda Guerra Mundial,
(15) Carl von Clausewitz,
obracitada,pg0 i66
-216-

Para lograr esta norma, tendr6 que ser la agrupaci6n de guerrilleros m6s flexible
y mdvii que el enemigo que se encuentra frente a ella. Esta movilidad irnperati’va repre-
ta grandes exigencias de resistencia física para cada guerrillero; para cumplir estas exigen
cias se precisa de una moral combativa muy elevada.

Precisamente para e) combate de la guerrilla tiene especia) significado la frase


que expuso Petan en 1911. en una alocucin a la Escuela de Guerra -aunque se referi
a otro tipo de guerra- 9La guerra se basa en o mora!, y su expresián insuperada se en
cuentra en la movilidad, mientras que la potencia material, incluso la más perfecta, sáb
puede ser considerada como un medio auxiliar del elemento moral, o sea del rnovimiento
(16).

Que se deba conducir el ataque de la agrupacián de guen’fl leras con la mayor —

movilidad posible resulta evidente. Los guerrilleros prefieren entonces, al menosdurante


su aproxirnacián e incluso frecuentemente en la irrupcián, 1a infiltraclán en lugar del clá
sico ataque. Pero incuso la defensa se desarrolla normalmente por los guerrilleros con mo
vilidad. Valdis Redelis (17) informa gráficamente sobre una defensa móvil de este ‘ti po
—comparable a un combate de distraccínen una gran guerra de una agrupacián mayor
de partisanos en el bosque de Je)insk, en Ucrania, el 23 de marzo de 1942, Además, sue
len reforzar las agrupaciones de guerrilleros su zona defensiva por medio de instalaciones
artificiales, como buenos !bunkeri! de madera hundidos en & suelo, y bien camuflados con
piestos para fusileros que escalonados en profundidad se comunican entre sí por me
— —

dio de sendas tarnbin camufladas.

La peculiaridad del combate en guerrilla obliga a los guerrilleros, más ain que
a las fuerzas combativas de una ‘gran guerra, a aprovechar todo punto débil del enemi
go, para lanzarle un ataque por sorpresa. La sorpresa es, tarnbin en lucha abierta, el ar
ma de los guerrilleros, por la que pueden suplir en cierto grado su inferioridad material,

igual que la lucha subversiva, se caracteriza la lucha abierta de los guerrilleros


por una cornbinacián de misiones bálicas y políticas (18) Si una agrupacián de guerrille
ros tiene éxiti en un combate, lo aprovechará inmediatamente, en sentido psico!ágico y
político, para atraer a su causa a la poblacián de la zona en que se desarrollá la accián.
El correspondiente aparato propagandístico forma parte de la agrupacián de guerrilleros,—
igual que sus armas y equipo de campaña.

(16;) Pierre Bourget, Der Marschall Petain zwischen Ko!laboration und Rsistance, ——

Berlín, 1968, pág. 40


(17) Va)dis Redelis, págs. 60 y siguiente.
(18) Esto lo subraya, entre otros. Valdis Redelis, pág. 91.
- 217 -

5 La coordinación operativadeguerrillas

El mando superior de los guerrilleros se tiene que limitar, en su relación con las
distintas unidades de guerrifleros.a impartirles instrucciones generales para la lucha, aosig
nación de determinadas zonas de operaciones y a objetivos de carócter general, referidos
exclusivamente al enemigo, de’óndo a la iniciativa de cada unidad la Formade cumplirla
misión. El objeto de tal mando a rienda sueltafl sólo puede ser, y deberó ser, el asegurar
una coordinación, en tiempo y espacio, de las acciones de las distintas agrupaciones de
guerrilleros. En casosexcepcionales puede concentrar el alto mando agrupaciones aisladas
que operan con independencia, para formar una potente tropa de asalto, caso de verse —

obligado a dar una gran batalla, como se previó, por ejemplo, en septiembre de 1941,por
el mando de partisanos de rito, en una junta en Stolica, para casos extremos, segGn infor
me de Dedijer (19).

incluso sin tal concentración masiva de agrupaciones de guerrilleros, tan arries


gada y poco frecuente, da lugar la coordinación de acciones de las distintas agrupaciones,
que es planeada, provocada y dirigida por e! mando superior normalmente tanto en accio

nes de lucha abierta como subversiva a una interacción sistemótica de numerosas manio
—,

bras b!icasde guerrilla a distinto nivel, que se pueden designar como “coordinación ope
rativa de guerrillas!!. Tal coordinación tiene tanto mós probabilidad de ¿xito cuanto me-
nos pueda ser reccnocida por e! enemigo la interdependencia de las acciones y, por tan
to, el mando unificado—e

La !coordinación operativa de guerrilias resulta, para el enemigo, c;omoelasat


to de un enjambre de insectos venenosos a una persona aislada. En vano intenta defender
se dando golpes de íego Los insectos evitansus golpes. para volver atacar inmeditamen—
te, La coordinación de guerrillas incito a! enemigo al contragolpe; pero este golpe, si la
coordinación operativa de guerrillas ha sido planeada y ejecutada acertademente, suele
descargar su centro de gravedad en el vacío,

En principio, consiste el objetivo de cada “coordinación operativa de guerriilas’


en el desgaste de las Fuerzasenemigas, con reducida exposición de las propias Cada coor
dinación operativa de guerrillas es, a su vez, un eslabón de una cadena de operaciones,
que, por la forma de su ejecución, plantea al enemigo continuas nuevas sorpresas y. pro
blemas, Como objetivo final, se pretende el aislamiento geogróico del enernigo Debido
a una larga serie de guerrillas coordinadas, debe quedar el enemigo relegado a unaspocas
- !Iislasl! de la zona de operaciones, que, rodeadas por la marea de guerriilas sólo puedan
- sermantenidas a costa de elevados sacrificios y por un tiempo limitado, Cuando al iniciar

(19) Vladirnir Dedijer. obra citada, pógs0 152 y siguientes


— 218 -

se el paso a la lucha abierta se cuenta, como condición previa, con el aislamiento psico—
lógico del enemigo -de separaci6n de la poblaci6n se logra al final de esta fase el ais
—,

lamento geogrcfico del enemigo en las citadas ‘islas

La a&quilaci6n política o miiitar de estas islas es la meta primordial de una nue


va y iltirna Fasede la guerrilla, Los guerrflleros utilizaran, a tal fin1 ampliamente lospit
cedimientos de la gran política o de la gran” guerra., En este 6ltimo caso, para termi
nar con éxito la Glt?ma fase de la guerrilla —utilizando la terminología de la teoría mili
tar yugoslava-, Hegardn al peldaño final de una rnutaciún ascendente’: las agrupacio—’
nes de guerrilieros se transforman en fuerzas armadas convencionales. Como fenémenopo—
lítico y militar, no muestra esta última fase de la guerrilla —si es que se llega a ella yno
ha cedido antes uno de los contrincantes ningún aspecto que haga patente una clara di-’
ferenciaci6n entre guerrilla y gran” guerra Para esta última fase resulta acertado lo
dicho por Werner Hahlweg (20), en su extraordinario libro sobre la guerrilla, respecto al
paso entrelazado de guerrilla a ‘gran’ guerra y respecto al alcance de la guerra pura de
guerrillas. En el marco de este estudio, que analiza la peculiaridad de la guerrilla como
hecho político y militar -y sélo en tal extremo-, se infiere, por tanto, la necesidad de
insistir en esta última de la guerrilla desarrollada con éxito por los guerrilleros

* *

(20) Werner Hahiweg, obra citada, gs, 223 y siguiente,


Xviii — PROBLEMAS SiN RESOLVEREN EL PASO A LA LUCA ABiERTA

1 Laprobiemtica
, delderecho de gentes

Partiendo de la prohibicí6n general de comportamiento inhumano frente a inde-


fensos prohibici6n de carácter tanto de derecho de gentes como de ley natural
— —, se en
cuentra la lucha subversiva al margen de la normativa internacional, Paa la Puchaabier’
fa, en carnbio ha desarrollado el derecho internacional principios y normas que se pue
den aplicar a la guerra desarrollada por guerrillerosy siempre que se trate de lucha abier
ta, En este margen limitado podría incluirse te&ricamente la guerrilla der.tío del derecho
¡nternacionai y sus convenciones,

Perrnftaseno’snuevamente utilizar el repetido ejemplo del keberg en ata mart —

Tal como el iceberg s6io es visible al marino en su parte emergente, se encuentra el gue
rrillero en un dmbito regulado normalmente por’ el der’echo internacional salo en la parte
de su actividad que corresponde a! enfrentamiento en lucha abierta con el enemigo; tanto
la Ordenaci6n Bélica de La Haya como las convencknes de Ginebra de 1949. se refieren
salo a la lucha abierta cuando exigen de los francotiradores o de miembros de resistencias
organizadas que, caso de querer’ disfrutar de los derechos de combatientes legh irnos, ob
serven las leyes y usos de la guerra0

¿Pero se puede diferenciar tan claramente la lucha subversivo de la abierta, en


la fase de transito, como sería preciso, para subordinar a las normas del derecho de gen
tes acciones que se incluyen en la lucha abierta —y salo éStas—?o no es más cierto que
ambos tipos de luchas forman un complejo inseparable incluso en la citada fase? La coor
dinaci6n operativa de guerrillas de la que acabamos de tratar y a la que corresponde u n
- - valor crucial en la fase de paso a Palucha abierta? suele abarcar también acciones de lu
cha subversiva. ¿Pero 5i existe esta r’elacián esencial entre lucha subversiva y’ abierta,no
esta el guerrillero atado aquí a las normas de derecho internacional —y no se evade, al mé
- 220

e •
nos aqu, del abismo’ de la legahdad para penetrar en ei espaco’vshle de la legah—
dad al enfrentarse al enemigo en lucha abierta?

Prima facie se tiende o aceptado como taL Pero de inmediato surge una segurda
da pregunta la del efecto legal de semejante subordinacián parcial de los guerrillero a
la norma internacional ¿Le da derecho esta voluntaria evasi6r. parcial de la legaIF
‘-

dad a ser tratado como combatiente legítimo, en sentido de la Ordenaci6n de La Haya o


de las convenciones de Ginebra, mientras se encuentre en lucha abierta, y sáb entonces?
Tal reconocimiento implicarra que la situacián legal de guerrflFero ‘sirnflar al color del
carnaleán está en continua rnutacán, seg6n la clase de accián guerrillera que ejecute5

obligado por las circunstcncia o el momentos ncbuso aceptando tal supuesto, surge en se
guido otra pregunta: ¿Puede exigirse responsabilidad a un guerrillero capturado en lucha
abierta, desarrollada con observancia de todas las normas internacionales, por acciones
de lucha subversiva contraria al derecho de gentes y en las que hayan participado sáb——
unos pocos días antes de su capturo?.

Pero i el guerrillero que mientras se presente en lucha abierta observa todas


- -

la reglas de derecho internacional no es, no obstante5 considerado por el enemigo como


combatiente legal, porque la unidad a que corresponde está simultáneamente desarrollan
do una guerra subversva. fuera de los lírnite trazados por el. derecho i’rnaciónal, porque
posiblemente el propio guerrillero haya participado activamente en la lucha subversiva, —

¿quá le habrá de impulsar a este guerrillero a someterse a la normas de derecho interna


cional con la autolimi’tacián que le representa lo lucha abierta y que nadie valorará a su
favor? ¿Su anhelo de legalidad o su conciencia. quizás?

La conciencia en tales casos resultará un consejero poco seguro, y generalmente


silencioso Quizás impulsará al guerrillero a mostrarse generoso frente a los indefensos,
tanto en lucha abierta como en subversiva; pero poco másse podrá esperar en la guerrilla
de la tah citada “voz de la conciencia’.

Toda guerra endurece al que participo en ella como combatiente; pero ninguna—
guerra da lugar a tal endurecimiento como la guerra moderna -por las acciones caracteri
ticas de la lucha subversiva La legisiacián internacional actual no es capaz de frenar
este endurecimiento. Esto se evidencia por las luchas de guerrillas desencadenadas en tres
continentes tras la Segunda Guerra Mundial, sin olvidar las dos guerras “sucias de Yiet
nam, Las normas del derecho internacional actual fallan en la guerrilla, aunque teárica
mente podrían ser aplicadas circunstancialmente a cada parte de guerrilla que e librada
en lucha abierta.

El intento de encuadrar la guerrilla en el derecho de gentes actual, por’ penetrar


parcialmente en el dmbito del derecho internacional legado, termina forzosamente en esr
calada de contramedidas y repr’esallas, que hacen dudosa la capacidad, en general, de di’
cho derecho para evitar o, al menos, humanizar violentas confrontaciones. Tanto los gue’
— 22 —

rrilleros corno sus enemigos no dudaran de explicar en la fase de paso a la lucha abierta
que se sienten ligados a las viejas reglas del derecho internacional. Pero como no se pue
de separar la lucha abierta de la ubve;íva, acuscirdn tanto los guerrilleros como sus ene
migos a la porte contraria de haber vulnerado mtltiples veces dichas normas intemaciona
les, y ambos —estoqueda también demostrado en la Segunda Guerra de Vietnam- utiliza
rn medios combativos cuya lega1idad, al menos, no gozar de un reconocimiento general.

Es rnii6n del derecho internacional del mañana desarrollar reglas nuevos y apro
piadas para la lucha de guerrila, concibiendo a asta corno un todo sin considerar si se
libra en lucha abierta o subversiva0

Acabo de mencionar las guerra sucias. Se han designado así, porque en estas
guerras ya no rigi6 la idea, que desde hace do siglos fue la base de la hidaiguía guerre
ra”, de que frente al enemigo había que obrar de buena fe,

!Etiam hosti fides servando est est5gnifca por de pronto, que las reglases
tableddas por el derecho internacional habían de ser observadas tarnbin respecto al ene-
migo; pero srnultdnearnente significa que hay qt.e presumir queel enemigo también cum
plir estas normas y que se atendrd a las reglas de1 juego, en el íuego mds cruel que fue
capaz de inventar el hombre (1

Esta confianza en el enemigo no existe en la guerrflia0 no puede exsiir, pu es,


nuevamente al margen de la prohibicin de r’ato inhumano de indefensos, el juego de da-
mas no sigue las normasdel ajedrez, ni viceversa. Todo intento en este sen’ido fracasaría,
aunque se utiUce el mismo tablero y los movimientos de 1ospeones en ajedrez sean iguales
a los de las fichas de damas. De igual manera, no se pueden aplicar a l guerrilla normas
desarrolladas para la ‘gran’ guerra, aunque la lucha abierta de la guerrilla tenga movi
mientos similares a los de la ‘gran” guerra0 En la guerrilla forr..a una sola unidad la iu-
cha subversiva y la abierta como ya dijimos, y para esta unidad hoy que buscar nuevas -

normaz ¡nternacionais —no nos cansaremosde repetirlo— antes de que sea dernasiadotar—
de para nuestra generacin y nuestra patria Europa.

2. Zonas liberadas

Normalmente, los guerrilleros no pueden pensar en tomar terreno’ al enemigo,


- ensu sentido apropiado, hasta que no hayan iniciado la lucha abierta0 Zonas infestadas
se transforman paulatinamente en 1iberadas En 2onas infestad intenta el enemigo man

(1) Friedrich August Frhr. i. d. Heydte, Die bona fides und die einzelne Rechtsnorm’,
publicado en:Osterr. Zeitschrift fiir ffentl. Rechl tomo Xl (1961), pgs03ó4ysig
tenerse por un sistema de puntos de apoyo ligados entre sí; la zona “liberada”, en cambiq,
está efectivamente Ubre del enemigo, es decir, ha sido evacuada por éste y cedida por
completo, ni menos temporamente, a los guerriileros.

Cuanto mássea sorprendido el enemigo por e! paso de los guerrileros a la lucha


ab?erta, tanto más perfecto será su aislamiento de la poblacián, y cuantas menos tropas ten’
ga disponibles a efectos de ocupacián, tanto antes lograrán los guerrilleros crear zonas
beradas

Durante la fase de cambio a lucha abierta existen simultáneamente zonas infes


tadas y “liberadas”. El cambio de zona infestada a liberada” es tan fluido como la sepa
racián de una zona “liberada”. Viadimir Dedijer (2) informa cámo durante la ofensiva ale’
mana contra los partisanos de Tito carnEiaron de dueño una serie de pueblos yugoslavos0 En
lacft,dads,iade Foca se ercontrá con e! propietario de una pequeña tienda Queguardaba
una provisián de banderas bajo el rnostrador una alemana4 una italiana, una ustaschi’y—
una yugoslava con la estrella partisana. Cada vez que se iniciaban de noche Ia luchas
por lo ciudad, escuchaba atentarnente. y sacaba después la bandera correspondiente.

Una zona1ibéradde encontrará frecuentemente rodeada por zonas infestadas, —

que tendrán que ser atravesadas por el enemigo para atacar la zona “liberada”. Esto oblV
ga prematuramente o! enemigo o desplegar sus fuerzas de ataque0 El impulso de su golpe
ya es absorbido en 10 zona infestada por la intensidad de la lucha subversiva sin enfren
tarse con unidades guerrilleros en lucha abierta. El enemigo se asemela, en este caso de
ataque para reconquisto de zonas liberada”, a un nadador al que le separa una profunda
ciénaga del agua que desea alcanzar.

Tan pronto quede “liberada” una zona? crearán en ella los guerrilleros und iii—
fraestructura que les sirva por igual a sus fines militares y políticos. La zona “liberada”
será reorganizada por los guerrilleros en todos los ámbitos de la adminisfracián oficial. En
la “gran” guerra se observa en zonas ocupadas tal reorganizacián total “desde arriba has
ta abajo” solamente cuando paralelamente a dicha guerra se resuelve una pugna ideolág
ca. Para la guerrilla, en cambio, resulta caracterísitica la total modificacián de toda in
fraestructura de la zona “liberada”

(2) Vladimir Dedijer, obra citada, pág. 168; consGltese también H. von Dach, pág. 19:
“La mentalidad bélica de la guerrilla tiende a mantener en toda la zona ocupada la
lucha de resistencia por el movimiento civil regional de resistencia (resistencia pasi—
va, sabotale, contra-propaganda. etc) y simultáneamente pretende crear “zonas libe’
radas” por cdio de pequeñas unidades guerrilleras. Las zonas liberadas no tienen di
mensiones fijas. Pueden ser de unas docenas de kilámetros cuadrados, pero también —

pueden abarcar cantones o provincias enteras. Las zonas liberadas s6lo se suelen man
tener unas semanaso meses, hasta que el enemigo se decida a operaciones de limpie
za, las que son eludidas”.

La guerrilla, por una porte, desconoce lá diferenciacir. entre pobiaclún e iv ¡


que interviene activamente en el estado de guerra lo que se aprecio por los uniformes
e insignias y la que sio se interesa en fo-rna pasi’a en el desarrollo de la carnpaña,co—

mo se da en la gran’ guerra; en la guerrilla todo hombres es, al menos, un combatiente


en potencia0 Por otra parte, resulta la guerrilla primordialmente una lucha por la adhesii
-por el alma- de la masa de la poblacin, de forma que la accin biica y política han
de fundirse aquí con mayor intimidad que en la grar! guerra0 Estos dos puntos claves de
la esencia de la guerrilla obligan a1 guerrillero —sino quiere sucumbir— a reorganizar por
completo la infraestructura de la zona “liberada.

Dediler descihe detalladamente esta reorganizacin en las zonas ‘0iiberadas yu


goslavas durante la SegundaGuerra Mundal0 L0 que cuenta es característico para laun
ciún de poder y recuperaci6n de condiciones sI no normales, al menosordenadas en u n a
zona liberada por guerrilleros. Se encuentran hoy informes casi iguales en su contenH
do respecto. zonas dininadas po e1 Vietcong en Vietnam del Sur.
.

Comits populares sustituían a las autoridades locales que se habían puestoal s


vicio del enemigo.0 Eran elegidos por la propia pobiacin en reuniones locales.00, En Ser
via se crea un cornit.. nacional de liberacin para toda Servia, que resulta la célula ini
cial del futuro gobierno. lncluo la asistencia a escuelas resultaba, al poco tiernpo, posi
ble en las zonas liberadas. El peri6dico ‘Borba’ aparec tres veces po semana en Uz.i —

ce (3). Se disponía de una línea de Ferrocarril de los partisanos de unos 150 kilmetrosde
longitud, y se pusoen marcha el servicio postal(4).Parasellos, utílizúbamos los antigu
sellos yugoslavos que estaba,n sobrecargados con el lema de Pavelic Estado Autnorno de
Croacia. Ahora se añad el emblema de los partisanos, la esrrella de cinco puntas0 Se
tendieron líneas telefónicas por toda la zona liberack’ 5).

No merece especial mención el que los guerrilleros, en la fase del paso a la lu


cha abierta, desarrollardn ciertas zonas tliberadas, geogr6fica y econ6micamente id
neas, como basesen la continuación de la guerrilla o que trasladardn bases existentes en
tales zonas, Dedijer (6) informa que lo partisanos de Tito crearon una base tal en la z.o
na de Uzice, tras la evacuaci6n de las tropas alemanas, en otoño de 19410 L.aciudadse
transformú en una especie de símbolo de la primera zona liberada en Yugoslavia. que era
llamada por el pueblo la República de Uzice, Durante la evacuacn, había tenido que
dejar la guarnici6n alemana en esta ::ludad una fbríca de fusles, de una capacidad dia
ria de 400 fusiles y gran cantidad de mur.:iories,0 Los obreros de lO fabrica se recJperaron
rpidarnente0 Las mdquinas se transportaron a un refugio próximo a Uzice, donde se iniciú

(3) VladlmirDedijer,cbra citada,pg0 154,


4) Ibid.
(5) Ibid,, pg8 169.
(6) Ibid,, pdg0 153.
la acelerado Fabricackn de fusfles, con el propio emblema de los partisanos, con lo que
éstos adquirron especial imporfancia.

Tales bases tienen un valor decisivo en zonas mberadas al preparar la 6ltima fa


se de ia guerrilla, en la que se trata de transformar agrupacones de guerrilleros en granr-
des unidades militares, que casi no se distinguen de las fuerzas de combate regulares en
su estructura, armamento y procedimiento de lucha. Su misin es, como ya dijimos, Uqul
dar lasúltimas ‘is!as de la zona de operaciones en las que se ha refugiado el enemigo
La c.onstitucin de tales grandes unidades sio se puede Hevar a cabo en zonas libres de
enemigo

3 El tercer interesado en el paso a luia abierta

La dependencia de las guerrillas frente a terceros interesados, de los qúe ya he


mos tratado repetidas veces en este estudio, es uno de los problemas principales de tipo
bélico y político en la direccin de una moderna guerrilla. Werner Hahlweg, al que de
bemos la mejor descrípcír histérica del desarrollo de la mentalidad de guerrilla a través
de los siglos hasta el presente, determina, con razén, que la suerte de los guerrilleros que
en la Segunda Guerra Mundial lucharon en todos los frentes contra las tropas alemanas ——

quedé ampliamente determinada por los conceptos bélicos y políticos de Gran Bretaña y
—en la última fase de ¡a guerra de los EstadosUnidos, por un lado, >‘ por el otro, la
— —

URSS. uLa guerrilla en la Segunda Guerra Mundial, capté en medida imprevista a la ma


sa popular, adquirié un elevado valor político-estratégico en el 6rnbito de la lucha total
1939-1945 y se desarrollé en forma creciente corno potencia de valor propio, se mantuvo,
al fin; como objetivo de decisiones de política mundial al rn&ximo nivelo (7)

La dependencia de guerrilleros de terceros interesados no suele disminuir a lo lar


go de la guerrilla, aumentando normalmente, por el contrario, de fase en fase, Dedijer—
(8) informa de las desesperadasdemandas de auxilío que Tito dirigié a la Unién Soviética
al pasara la lucha abierta,

Aunque, con visién rerospectiva, resultara una suerte no sélo para Yugoslavia,
sino para toda Europa, que estas demandas no fueran atendidas al principio y que Tt0, —

por tanto, se viera forzado a imponer a Alemania por esfuerzo propio, muestra, sin embar
go, el informe de Dedjer claramente cémo se consideraba Tito dependienté del auxilio -

del tercer interesado,

(7) Werner Hahlweg, obra citada, pég. 140.


— ,. —
(O) Viadimir Dedijer, obra citada, pags. 169—175y 185 y sig.
- 22.5

En las dernanadasde auxilio de Tito ¡ugaba un importante papel tanto el proble


ma del abastecimiento por aire como el desarrollo de una imperativa, aunque limitada, —

campaña aérea0 En efecto, se evidencia la dependencia de los guerrilleros de terceros


teresados, especialmente en la lucha aérea0

Desde el momento en que los guerrilleros forman agrupaciones mayores para la lu


cha abierta, se transforma el arma aérea contraria en su mayor enemigo0 Un grupo deac
cién de cinco hombres no puede ser localizado ni por un heUcáptero0 En cambio, una ——

agrupacián de guerrilleros, denirnensiones de batailán que no ençuentre cobertura comple


ta contra observación desde el aire o que se vea forzada a abandonarla será descubierta
por cualquier avién de exploracián; y resultará presa fácil de todo aparato de combate,
que a la mássimple sospecha ataca toda concentracián en zona infestada de guerrilleros o
que contra el derecho de gentes, pero con eficacia
— borra toda vida en una superficie
de 1000 metros cuadrados o máscon sus bombas0

El problema que a este respecto surge con los guerrilleros es complejo0 De una
parte, interesa al guerrillero profeccién contra ob’servacién desde el aire y contra el efec
to de ataquesaéreos;de otra parte, se trata de la posibilidad de disponer de una defensa ac
tiva contra aviones enernigos así como intimarnente ligado a esto de una compensaci
-

por la Falta de aviacién prcpia para la exploracién. caza y combate0

La proteccién contra la observacién aérea es lo másfácil de lograr0 El guerrdle


ro está tan hecho al buen camuflaje corno al movimiento en la oscuridad de la oche0 Cor
tra ataques aéreos enemigos se consigue cierta defensa por medio de lnstacciones subterrá
neas, De éstas ya tratamos en otro sentido; son características para algunas guerrillas que
se libraron Iras laSegundaGuerra Mjndal —y quizás cierta conFirmacién a la tesis de Carl
Schimttsobre el carácter telúrico de los guerrilleros0

Mucho másdiffcU resulta para los guerrilleros una defensa aérea activa (9), La
técnica moderna ha desarrollado últimamente una serie de armas antiaéreas ligeras portá
tiles, aunque muy costosas, para las tropas de montaña y alta montaña. que también, ypre
cisamente, son aplicables para su utilizacién en la guerrilla0 En caso de una con jura de
alto nivelI, tales armas se pueden tener preparadas previsoramente en puntos de apoyo
grsticos. ¿Pero cérno podrán conseguir los guerrilleros, en una conspiracién de balo ni—
veV?, tales armas en cantidad suficiente, salvo a través de tercer interesado? Aunque en
algún que otro ataque se logre quitárselas & enemigo, será dicil que los guerrilleros, s
lo por este procedimiento, lleguen a poseer la cantidad necesaria de equipos completos —

que necesitan tras haber pasado a la lucha abierta, y mucho menos aún que logren la pre
cisa cantidad de municiones0

(9) Véase Viadirnir Dedijer, obra citada, pág. 209, donde informa que en la isla Vis, en
la que se hallaba el cuartel general de Tito, se estacioné una unidad británica para -

dotar las piezas antiaéreas0


La creacián de un arma aérea propia. por muy reducida que sea, no puede ser lo
grada por los guerrilleros sin una ayuda intensa del tercer interesado, aunque1 tras haber.
pasado a la lucha abierta, caigan en sus manosalgunos aviones enemigos indemnesyse en
cuentre en sus filas suficiente número de pilotos adiestrados. No basta con aviones y pilo
tos. La disponibiUdad segura de suflciente mantenimiento, la precisa cantidad de combus
tibie y pistas rle aterrizaje apropiadas crean probernas adicionales, que, sin ayuda del ter
cer interesado, sáb son difíRilmente solubles a la larga (lo).

Además, no precisa el guerrillero al menos, para reconocimiento y combate—


aviones costosos de último modelo, como los que suden estar a dsposicíán de las fuerzas
armadas regulares en la ‘gran” guerrcl. Para sus cines, sirven incluso avionetas deportivr,
oportunamente transformadas

Para lasúltimasfasesde la guerrilla, sirven, junto a los helicúpteros, incluso hoy


en día para expboracién y ataque, aviones de hélice rápidos, ligeros, con cohetes y ame
tralladoras fijas, que “en vuelo rasante, gracias a su agilidad, pueden evodirse de las ar
mas enemigas, no precisan sobrevolar sus blancos y son prácticamente inatacables por 1 os
cazas a reaccián” (11).

La dependencia, cada vez más evidente a lo largo de la guerrilla, entre los gue
rrilleros y el tercer interesado se plasmará, no sáb en sentido bélico y también político,
sobre las relaciones entre e. enemigo de los guerrilleros y dicho tercero, sino también so
bre las de los guerrilleros y su potente auxiliar. El creciente apoyo del tercer interesado
a favor de los gierrilleros dará lugar a una creciente tensián entre el enemigo de los gu
rrilleros y este tercero. tensián que puede descargarse súbitamente, de una forma ‘r ótra
- política o bélica cuando la ayuda prestada a los guerrilleros adquiera las proporciones

de “ataque indirecto”, El apoyo a guerrilleros bosnios por el gobierno servio fue el re—
texto inmediato para la iniciacián de la Primera Guerra Mundial.,,

También pueden resultar una pesada carga las relaciones entre guerrilleros y ter
ceros interesados por la creciente dependencia de aquéllos con respecto a sw aliado. Los
guerrilleros no luchan durante años por su libertad para, al final, cambiar un yugo por ——

otro. La historia de la guerrilla de nuestro siglo nos da bastantes ejemplos de cámo los —

guerrilleros, por miedo a esto, cambiaron de tercero interesado, igual que se cambia de
caballo, continuando la guerrilla contra la nacián que les apoyá en la primera fase,

(10) Vladimir Dedijer, obra citada, pág. 208, informa que, por primera vez., acudieron—
aviones aliados en auxilio de los partisanos yugoslavos en junio de 1944, durante la
octava ofensiva alemana.
(11) Horst Ginther Tolmein,. “Kanman de Zonengrenzemit JgertruDps decken’?”, publi’
cado en: ‘Die Welt”, 15 de enero 1972,pág. 3.
0)) -
LI..

4. Comportamiento del enemigodélosguerrilleros

El enemigo de los guerrilleros tomar6, para combatirlos, medidas informativas,


preventivas, represivas y constructivas. Las medidas del servicio de informaci6n deber6n
poner lo antes posible en conocimiento del enemigoia creaci6n o existencia dei movimien
to guerrillero, sus obletivos, planes e intenciones0 Las medidas preventivas —defensa de
objetivos, vigilancia de personaso grupos sospechososy otras previsiones de seguridad —

deben impedir las acciones de guerrilla planeadas por los guerrilleros; las medidas represi
vas localizar huellas en ludio encubierta, pesquisas policiacas, detenci6n de sospecho

sos y condena de culpables, peinar en la lucha abierta zonas infestada& y liberadas


por francotiradores y destruccin de unidades guerrilleras en defensa ofensiva deben ani
-

quilar a los guerrilleros que se hayan batido en guerrillas, es decir, incapacitarlos en per
manencia para continuar la lucha o reanudarla (12); las medidas constructivas, al fm —con
finua informacin a la poblaci&i sobre e! peligro latente que entrañan los guerrilleros,o
pagando eficaz sobre la ideología nacional o social combatida por los guerrilleros, eleva
ci6n del nivel socia!, especialmente de os estrats que, por causas econ6micas o sociales,
muestren simpatra frente a los guerrilleros—, tienden a aislar a stos (l3) Las contramedi
das de informaci6n, preventivas, represivas y constructivas se complementan; todo descui
do en alguna de estas medidas brinda posibilidades favorables a los guerrilleros0

El enemigo s6lo podrd combatir con xitoa los guerrilleros cuando adquiera una
clara imagen, lo antes posb!e —esdecir, ya duranté la fase preparatoria de ,a guerrilla—,
respecto a objetivos, planes y posibilidades de 6stos; por tanto, ter!drán prioridad las me
didas de informaci6n en esta fase (14) Pero sirnultdneamente a astas iniciar6 el enemigo
de los guerrilleros medidas preventivas y, ante todo, constructivas. Estas ltimas no pro
ducen efecto hasta pasado cierto tiempo0 Cuanto antes se inicien y cuanto m6sacertadas
sean, mayores probabilidades de xito tendr6n0 Las medidas constructivas que se hayan -

adoptado demasiado tarde o que se dirijan insuficientemente al aislamiento psicol6gicode

(12) H. von Dach, obra citada, p6gs. 221—275, muestra detalladamente el procederde
la fuerza de ocupac6n al combatir guerrilleros y la lucha contra la resistencia ci
vila; pero se limita a medidas represivas, y alguna. preventiva-. No comenta ni las
contramed idas del servicio de informaci6n ni las constructivas.0

(13) Véase ,Joséf S. Roucek, obra citada, p6g. 76: Mientras no se pueda inçitar a la po
blaci6n civil a colaborar activamente con a tropas y los organismos estatales, re
sulta lo misi6n de pacificaci6n casi siempre un camino largo, penoso y lleno de re
trocesos”.
(14) Vase Josef S. Roucek, obra citada, p6g. 78: Como premisa primordial para vencer
a un movimiento de partisanos se precisa un eficaz servicio de informaci6n sobre e 1
— ‘)‘_) e-’ -

los guerrilleros serán anuladas por los guerrilleros en su lucha psicológica. Las medidas—

constructivas no son matafuegos, con los que puedan combatir eficazmente incendios que
ya se hayan extendido,

En la fase de la guerrilla ocupanel primer lugar las medidas preventivas y repres


vas que adopte el enemigo de los guerrilleros. Sin embargo, si el enemigo tiene voluntad
firme de destrucci6n de los guerrflleros, mantendrd con mayor vigor as contramedidas in
formativas y constructivas que haya puesto én marcha la fase inicial, En las medidas rep’e
sivas se limifar el enemigo del guerrillero al empleo de fuerzas del orden durante la fase
de guerra subversiva. Sería un grave error el utilizar ya durante esta fase a unidades de—
las fuerzas armadas para combatir a los guerrilleros. Las fuerzas armadas se limitan, dutn
te la lucha subversiva, a medidas de inforrnaci6n y preventivas para su propia seguridad.

Durante la fase de la lucha subversiva, no le resultara siempre fácil al enemigo


de ‘os guerrilleros coordinar, por un lado, medidas constructivas y, por otro, represivas.
Sin embargo, necesita imperativamente, y precisamente durante esta fase, de una tal co
ordinacin íntima y sin fricciones, Por culpa de medidas represivas precipitadas, o inopor
tunas, o por medidas preventivas impopulares, sobre todo si abarcan grandes grupos de po—
blacin, con lo que también caern “inocentes’, pueden perder de hoy a mañana” todo
su efecto y valor las contramedidas constructivas que se hubieran iniciado con grandes — —

efectivos y planeado con sumo cuidado. Un enemigo que sepa lo que se persigue con 1a
guerrilla, jamas perder de vista l objetivo de aislamiento psicol6gico de los guerrilleros
al tomar sus medidas preventivas y represalias1 y examinar, antes dé adoptarlas, cada
una que se proponga respecto al efecto que pueda producir en la poblacn. Hahlwegafir
ma que ei intentar vencer la guerrilla como lucha total por la existencia con medios mi
litares, o políticos, o peor aGn, con violentas medidas de terror es uno de los mayores err
res cometidos por el mando supremo alemán político y militar durante la Segunda Guerra-
Mundial” (15),

Hasta la fase del paso a la lucha abierta no utilizará el enemigo unidades de sus
fuerzas armadas para combatir a los guerrilleros. Estas fuerzas utilizaran ampliamente los
mtodos de los guerrilleros al enfrentarse con ellos, Las unidades ligeras que combatan a
los guerrilleros tendr-n ¡a misma movilidad que éstos. Por medio de una ‘irregularidad sis
tem6tica” de sus acciones utilizarcn, igual que los guerrilleros, tanto la sorpresa operati
va como la táctica corno medio para lograr el éxito. Los principios tdcticos que sigue el

enemigo, ademas de un cuerpo de policía bien adiestrado y la eliminación de refuer


zos provinentes del extranjero”.
(15) Werner Hahlweg, obra citada, pág. 148, H. von Dach, obra citada, pg 250, dis
tingue en la lucha contra la poblacin civil acciones que ka de tomar la policía por
si sola, otras que ha de desarrollar la policía con ayuda del ejército y medidas que
ha de adoptar el ejrcíto con ayuda de la policía.
- 229 -

enemigo al enfrentarse, con unidades de sus fuerzas armadas, a los guerrilleros en la fase
de paso a la lucha abierta son, por lo demás, como indican las instrucciones de 1967 de
la academia de mandosdel ejército ajem6n, similares a los principios de lucha defensiva
bajo amenaza at6mica,.0 La mayor diferencia la ofrece la movilidad de la lucha indivi
dual de unidades esencialmente menores, y con ello una mayor dispersn de la lucha en
el espacio, subordinéndose la fuerza numérica, composicién y equipo de tal unidad de —

combate a la supuesta fuerza y potencia combaNva de la agrupacin guerrllera contra la


que ha de luchar Hay que superarla o emularla, en todo caso, en nimero, armamento —

apropiado e incluso en espíritu combativo0

La utilizacn de fuerzas armadas contra guerrilleros tras el paso a la lucha


abirta, tiene que efectuarse en el 6mbito de la planificacin general de todas las medH
das adoptadas contra los guerrilleros0 Esta operacin no obstante su car6cter secreto y
el cuidado por lograr la sorpresa ha de ser preparada indirectamente con tal sentido d e
-

propaganda, y acompañada de medidas constructivas inmediatas tan eficaces, que la po


blacin no la considere como un impacto, sino como el comienzo de tiempos mejores, en
los que se asegura la tranquilidad, el orden y la seguridad0

La distraccin de una parte de las fuerzas arrradas del enemigo de os guerrille


ros puede ser, a veces,, utiizada por el tercer interesado para, a suvez, intervenir en la
guerrilla con sus propias fuerzas, intervencin que caUficar pol’ticamente corno ayuda
admisible, o incluso obligada., que ha de prestar a los guerrilleros como víctimas de un ata
que bélico0

Con semejante intervenci6n termina la guerrilla aislada0 Comienza una Ugran


guerra, pasando ahora 1aguerrilla a la sombra0 Si se contntc la guerrilla, ya no apare
cera como una modaldad de guerras sino como una tdctica especia’ dentro de la ‘gran
guerra

El enemigo de los guerrilleros deber estar preparado paraa ‘degenerac?6n de


la guerrilla teniendo dsponibles refuerzos que le posibiliten batirse también en esta ‘gran’
guerra limitada que comienza A veces, es suficiente el efecto intimidante de la disponi
bilidad de suficientes reservas estratégicas para una’granguer’ra para evitar una interven
cién armada en la guerrilla del tercer interesado y lograr, por tanto, al menos, un aisla
miento limitado de los guerrilleros en relacién con el tercer interesado0 Esto representaríd
un éxito psicológico —y los éxitos psicolégicos deciden la guerrilla —. La estrategia de la
guerrilla ha de ser estrategia psicol6gica. La lucha encubierta o abierta, as’ c o mo .:
simple amenaza- no es mds que un medio0
EPILOGO

El estudio que precede describe la moderna guerrilla corno modelo esfratgico——


—como modelo de una violenta conflagracin total de gran duración, que implique a unes
fado y un pueblo completo, desarrollada con todos los medios posibles, de poca intensidad
bélica inicial, pero con la tendencia de una progresiva escalada En esta confrontacin —

resulta vencedora la parte combativa que logre, con tiempo, aislar ‘l enemigo a lo largo
de la lucha en sentido psicok;gico y geogrfico y reducirle moralmente de tal forma que
admito todas ias condiciones que se le impongan.

Nuestro estudio froto de un empleo colectivo de potoncial armado, que vita la


amenaza atmica igual que la prohibicion de utilizar fuerza combativa o amenazar son su
empleo en as relac?ones entre naciones.

No hemos descrio la secuencia de estos histdricos concretos que ya han pasado


Basados en tales sucesos, expusrnos ms bien una guerra del futuro, En clara oposici&-1 a
las teorías de la extrema izquierda, no consideramos esta guerra como imperativo hst&i—
co, sino, utilizando un concepto filosófico, corno un hecho contingenciaL A la vi5ta de
sucesos que conocemos, se estudiaron posibiUdades que pueden producirse. Con esto no —

pretendemos enjuiciar la posibilidad, a posteriori, de que rns farde o mds temprano, y so


bre todo en Europa, se pueda o tenga que llegar a tal sjtuaci6n considerada como posible.

Este estudio trata de una guerra que se inicia inadvertida y que normalmente no
se reconoce durante largo tiempo, de una guerra en la que el atacante se disf raza de Ii—
bertador mientras que el atacado prefiere mecerse en la seguridad de poder continuar vH
viendo en paz.

Nuestro andlisis ha demostrado que la guerrilla moderna tiene cabeza bicfala.


Por su esencia, suele ser cosí’ siempre una guerra sucia, una guerra que hacia fuera se—
arropo con el manto de la ¡uticia, engañando así al hombre de buena fe; pero que en a
mayoría de los casos no reconoce ni fe ni ley Esto no excluye que la guerrilla moderna —
231

surja, a veces, tambin como 6ltima rato como medio de legítima defensa-O del d
bu, que súio se puede defender con ella contra el fuerte agresor0 El crédito o descrédito
ético de la guerrflia queda determinado por el Fin persegudo0 Esta afirmacin abstracta—
no es un intento de justificar el empleo de la fuerza ni siquiera en forma de guerrilla0 E 1
autor de este estudio no tiene nada en común con los eruditos que, en teoría y pr&tica,
se esfuerzan en introducir el concepto positivo de paz —asídesignado por ellos— que
podría sancionar, e incluso exigir, el propio empleo de ¡a fuerza, cuya ausencia en el
concepto negativoh de paz enmienda el estado de paz

Profundizar en la esencia de la paz y hacerla realidad hc et nunc es la gran


mislún del derecho internacionaL A tal fn se ha de dedicar también a Fenúmenosde la —

guerra0 La teoría y la prctka del derecho internacional se han interesado hasta ahora de
masiado poco por los fenmenos de la guerrilla moderna0 Un fin y no el menosimportan
te de los que persigue nuestro an6 lisis consistía en mostrar un camino para el desarrollo
de normasde derecho de gentes aplicadas a ¡a guerrilla del mañana0 Estas normas no se -

pueden orientar a base de ¡a guerra convencional; sus usuales términos diferenciativos, co


mo, por ejemplo, estado de guerra y poblacn civil, ya no son aplicables aquÍ0 Hay que
encontrar nuevos conceptos y nuevos valores que puedan formar la basede una normativa
legal nueva. Nuestro estudio pretendía ofrecer también tal modelo y nada rn6s para la
teori y la prúctica del moderno derecho internacional0 Queríamos mostrar problemas, no
soluciones0 Si el lector, al apartar este libro, se siente impulsado a meditar un poco so
bre ¡o que ha leído, habr6 cumplido su misin nuestro estudio, en el que se habla tanto de
distensún, distensin que no suele significar ms que la continuación de la tensi6n con
otros medios0

* * *
CE SEDEN Boletín
mensualn?71
Dpt? de Información

• ACTIVIDAPES
DELCESEDEN

— CONMEMORACI°NDEL IX ANIVERSARIO DE LA
FtJNDACI0N DEL CESEDEN

—OTRAS CONFERENC

XI
CESED

ACTIVIDADES DEL CESEDEN

IX ANIVERSARIO DE LA CREACION DEL CENTRO SUPERIOR DE


ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

Febrero, 1973 BOLETIN DE INFORMACION NUM 71-X


El di’a 30 de enero se celebr6 el IX aniversario de la creacibfl—
de este Centro con el siguiente programa de actos:

A las 100 horas: Misa en la Capilla del Centro, por los falle
cidos del CESEDEN y Colaboradores.

A las 1 1,00 horas: Acto Académico en el Paraninfo con arreglo


al siguiente orden:
,Apertura por el Excmo. Sr, Almirante Direc
tor,
• Conferencia a cargo del Excmo. Sr0 Teníen
te General D. Manuel Diez—Alegría, Jefe del
Alto Estado Mayor.

A las 12,00 horas, se sirvi6 una copa de vino espaFiolpara mvi


tados y todo el personal del Centro.

A continuaci6n reproducimos las palabras pronunciadas por el —

Almirante Director D. IgnacioMartel Viniegra y las del Teniente General D,


Manuel Diez—Alegría y Carta del Teniente General GonzleZ de Mendoza.
PALABRAS DEL ALMIRANTE DIRECTOR

Si donde hay patrón no manda marinero, tampoco debiera hadar


el marinero cuando va a hablar el patr6n.

El patr’6n1 en este caso, el Teniente Genera1 Diez—Alegría, del


que depende directamente este Centro y que es por consiguiente su Jefe Su
perior; el flmariflerou aunque timonel, pues es a ése a quien corresponde
mantener el rumbo que le señale el patrón, el que tiene e! honor de dirigiros
a paÍabra rompiendo la norma, pues no sería lógico y hasta resultaría des—
cortés que permaneciera en silencio en ocas in tan señalada como éstas

Ante todo quiero expresar en nombre del CESEDEN y en el mío


propio nuestro més profundo agradecrmiefltO por vuestra Presencia que tanto
nos honra y llena de gozo y, desde el puesto en que estoy, quisiera también
enviar la més cél ¡da, la més cariñosa fel ¡citaci6n a todos los que componen
esta gran famili del CESEDEN, empezando por esas personalidades civiles
que han venido colaborando con liosotroS, que han venido asistiendo a nues
tros cursos y que estoy seguroSegUirén haciéndolo con el mismo admirable
interés, dedicac!n y cariño al que correspondemos de todo coraz6n, y con
llos a todos los que, empezando por el General Galarza Jefe de Estudios
de ALEM!, y terminando por el Cltimo de los soldados o marineros —sin ol—
vidar, obvio es decirlo con el mayor acento, a ese personal femenino que —

tantos y señalados servicios nos presta—, constituyen lo militar de la gran—


familia.

Voy a hacer unos brevísimoS comentarios en relacibn con esta—


celebraci6fl quisiera empezarloS con la lecturade lo que es sin duda o pu
de ser en todo caso el acto fundacional del Centro: el acta de la reuni6n que
se celebr6 el 11 de Agosto de 1964 en el solar de COTUBIN, lugar de ESLES,
valle de CAYON, de la provincia de SANTANDER, pero circunstancias im
penosas de tiempo me impiden llevarlo a cabo.(l) Sin embargo quisiera con la
simple menci6n de sus nombres —a los que hay que anteponer los de aquéllos
que concibieron la idea y ordenaron su ejecuci6n, e! Capitén General Muñoz
Grandes (q.e0p,d.) y el Teniente General Diez—Alegría, I!Padres’, por lo

(1) Al final figura el acta fundacional a que hace referencia en sus palabras
el Almirante Director y el Teniente General Gonzélez de Mendoza.
tanto de esta crtura cuyo cump!eaños hoy ceebramós9 trbutaHes e ho
menaje sncero y reverenc.oso de los hombrs que hoyformarnos en ja fas
d& CESEDEN, como qusera gua!mente decrLes que aqu& lo que ehos em
pezaron a p!asmar en realidades se ha venido cumpi endo con todo el entu
siasmo que siempre ha animado a sUs suçesores y en la plenitud esplendor
Sa que las circunstancias han permitdo0 Son susnombres Gonz&íes de Men
doza y Gonz ezCarnino Teifientes Generales, y Sancho Sopranis y De Be-
nito, Coroneles0

E CESEDEN cumple hoy nueve años de su eistencia0 Obligado


es y no menos grato, presentarlo ante Vds0 y ante la comunidad naconal
en la rnedda que o que aquí se diga y haga pueda llegar a ella, con sus rne
jores gaas que son sus realIzaciones,

La premura de tiempo me impide describirlas en detaHes; he de


imitarme, pus, a enunciarlas, Son éstas9 producto de las Escuelas de Al
tos Estudios Militares y de Estados Mayores Conjuntos, las siguientes:

“Estudio Estratégico del Reducto del NoroesteU


“Estudio .de as Bases para la Doctrina y Estructuraci6n de la De—
fensa Nacional”
“España ante a Comunidad Aténtica y el Movimiento de ntegraci6n

Europea”
“Estudio de algunos compromisos internacionales suscrito.s por Espa
ña
!!Política de Defensa y Seguridad Nacional”,

Todos eHos llamados Ciclos de Defensa0

Ademés9 y como cursos monogréficos se han realizado:

-‘ “Aplicací6n de la Electr6nica a la Guerra”


“Las Armas Modernas, la Movilizacibn y la Logístic&
“La Investigación CientífIca Militar en España
—3—

Defensa Nacional y los Transportes1’


— 1La Defensa Nacional y las Tel ecomUnTcaci0nes”..;.

— La Energía Nuclear y la Defensa Naciofla Epála’


— “La Defensa Nacional y el DesarroflO EcoflbrfliC&’

A esto hay que añadir unos cursos netamente de Aitos Estudios


Militares, que han sido estudios de la Naclfl de partiCUlar.iflterá9 bara la
Defensa Nacional, estudios de los problemas de todo orden: que contiene la—
Defensa Nacional en atención a las Fuerzas Armadas y estúdios tambián de
mando en apIicaClfl de la doctrina de la Acci6n Conjunta0

Por otro lado hay que citar tambián, seis cursós de EMACON0

Por su parte, el instituto Español de EstudioS.:EStrat€9o


nuestro benjamín, ha realizado y está realizando tambián una labor muy irn
portante0 Como la luz potente de los medios de comunicaCifl social se viene
proyectando sobre sus actividades, ahorro el enunciarlas Me limitará a de
dr que a traváS de sus conferencias, seminariO y actividades de’ diversa,
índole ha venido actuando, como decimos aquí en nuestro lnguajefarniliar,
de columna motorizada que, penetrando en la comunidad nacional, trata de
llevar a ella la conciencia nacional de defensa y el conocirrIiento de lo que —

somos y aspiramos a ser0

El CESEDEN, repito, celebra hoy su noveno aniversarioo

Es un día en el que tiene.derecho —siguiendo costumbre ya bas


tante gneralizada— a un pastel con nueve velas0

Tanto el uno como as otras 6on expresiones cárgadaS para no


sotros de significados, consignas y esperaflzaso

El
pastel es mezcla de ngredienfe5 de distntaS procedenca5 y
características que, al efectUarSe, constituyen un conjufltQ arm6nico en él —

que, conservando cada una, en la medida de lo converente, su propia per


sonalidad”, aparecen como un agradable a la vistáal paladar y cier
tamente deseado y eficaz en su funci6n0
El CESEDEN v!ene.a ser eso: un pastel en e! que se mezclan
los colores de d!st!ntos uniformes y en e! que, conservando !os que con ellos
se honran»as particularidades propias de su Ejército, llegana const:ituir un
conjunto arrn6nico que pretendemos sea, como e! pastel, no sólo grato a la
vista, sino también & paladar, que es sensibilidad para aficionarse a a!gu
na cosa, en la cuarta acepción del término, segin e! Diccionario de la Len
gua, Y afición9 s!empre segCn e! Diccionario, es incUnación, amor hacia al
guna persona o cosa,

Dicho en otras palabras que pretendemos despierte interés,sim


patas, afectos y e! convencimiento de nuestra profunda voluntad de servicio
y por qué no decirlos aunque sea pecar de inrnodestos? de nuestra efica
cia,

Y el paste! tiene nueve velas,

Vela y vigilia, términos sinónimos que encierran muchos signifi


cados,

Vela —sigo siempre e! Diccionario, aunque no en sus palabras


exactas— es permanecer despierto dürante parte de ¡a noche9 o toda ella, pa
ra prolongar la jornada de trabajo o para proteger a otros en su sueño,

Vela es la que montaba el centinela en la torre de su nombre, en


la torre de la vela, erguida en lo alto de la fortaleza, a mitad de camino en
tre latierral!ena de negruras y acechanzas y del cielo estrellado de donde
viene toda luz y toda esperanza. El soldado, en esas noches, permanecra —

a!e.rta, sóñaba, se daba cuenta desu responsabilidad, de la trascendencia —

de su mIsión y gozaba pensando que sobre él reposabala confianza de sus


compañeros.

Vela es la que realiza la Adoración Nocturna acompañando du


rante la noche al Hijo Sacramentado del Señor de los Ejércitos y hay que re
cordar que el Señor sigue siendo Señor de los Ejércitos, aunque algunos de
fuera de las Fuerzas Armadas pretendan que ha dejado de serlo,

Vela es cuidar so! icitarnente una cosa,


—5—

Vela es romería, peregrinac16n, concurrencia de fieles a un tu


gar para rendir culto a una imagen venerada.

Veía es tambibn velaci6n, uni6n indisoluble.

Vela es escollo que aflore, delatando. bajos amenazantes y pJi—


grosos.

• Vela es el elemento que impulsa a le nave al recibir la acci&n —

del viento, l1evndoIe al rumbo que le seate el patr&.

• Vela tiene muchos otros significados, pero nos quedarnos con


tos, para terminar diciendo que vela es también la Vela Marfa del Tenebra—
riurn, no en este caso para iluminar tinieblas, que no las hay, sino —como —•

diÍe ei mi toma de posesi6n, recordando la frase evangbgliça— para sacarla


de debajo del cetemÇn y ponerla encima de Ia.mesa para que ilumine las bue—
6

nas obras de las Fuerzas Armadas, que son obras de am or y entrega, por
que son obras de servicio, de servicio militar, & Servido por antonomasia,
servicio a !a Comunidad9 servicio a España0

E! tiempo no nos permite analizar todas y cada una de estas ver


siones proyecténdoias sobre el CESEDEN, pero recorreré fugazmente &gu
nas0

Nosotros no prolongamos la jornada de trabajo més all. de lo


establecido en Dependencias anélogas a la nuestra —si por t:a! se entiende e!
permanecer físicamente en e! Centro aunque9 naturalmente, o hacemos cuan
do las circunstancias o aconejan o exigen. Pero si se entiende por tal nues
tra preocupación, o actividad previa a la ocupación, nuestra dedicación9
nuestro entusiasmo, nuestra consagración, nuestro vivir con y para e! CE
SEDEN, entonces no cabe duda que nosotros prolongamos la jornada de tr
bajo permanentemente, que no existen ni las horas del reloj ni las hojas del
calendario ni las campanadas que desgranan todos os años el correr de los
mismos0

Como so!dados,nosotros también montamos guardia. En la, parte


de esa nobilísima misión que define el Profesor Muñoz Alonso a! decir que
alas Fuerzas Armadas no son un sector de la yida nacional sino la propia —

vida nacional en alerta y vigilia permanentes y que pueda correspondernos,


corno centro de actividad intelectual y de formación superior de las Fuerzas
A.rmadas y la Defensa Nacional, cirtamente nosotros permanecernos vigilan.
tes, en alerta yv igilia permanentes. Y, como soldados, sentirnos la gratís
ma carga de nuestra responsabilidad y la trascendencia de nuestra misión, —

a! par que gozamos al ver la confianza depositada en nosotros por nuestros


compañeros y superiores, confianza que esperamos no

Velación es unión indisoluble, nuestra unión indisoluble a la Pa


tria espaoia,

Pomería, es también figura que nos cuadre y que sobre todo de—
seamos ser, encuanto queremos, anhelamos que afluyan a nuestras aulas en
concurrencia tan elevadá como las circunstancias lo permitan, alegres y —

rientes, hombres y mujeres de! sector civilde la vida nacional que, uniéndo
—7—

se con nuestros compañeros de las Fuerzas Armadas en un solo conjunto9 —

rindan culto a -esta imagen, también venerada en el orden humano, que es la


imagén de España, rindan culto a las garantías de supervivencia que es la —

Defensa NacionaL

Vela es también cuidar solícitamente una cosa0

Nosotros cuidamos amorosamente el tesoro de ser el brgano de


EnseFanZa Superior de. as Fuerzas Armadas y el rns elevado Centro de Es.
tudios de laDefensa NacionaL,

Y en nuestra actividad no perdemos de vista loque vela, reve


lando escolios profundos y peligrosos, para sortearlos y seguir nuestra fe—.:
hz navegaci&n impulsados por las velas de nuestro entusiasmo a rumbo siem
pre que nos señala o señale eh Mando0 A toda vela, si eh viento de las circuns
tancias coincide con el rumbo dado, dando las bandadas necesarias para.man
tenerlo por encima de todo si se debilita o desaparece la coincidencia0

Voy a terminar, penetrando también fúgazmente en el campo de—


la Mitología, para sacar de ella y presentaHa ante Vds.0 proyectndole la fi
guradel CESEDEN, laarchiconocida leyenda degmali6n

El Rey escultor, Pigmalibn, esculpe suestatia, beHísma esta


tua, se enamora de ella, siente verdaderas ansias de posesi6n, a quiere y
pide a Afrodita que le dvida0 Afrodita le complace0 .Ha nacido Galata0

Nosotros hemos esculpido también, a lo largo de estos nueve —

aíos de nuestra existencia, una estatua, estatua bellísima, porque es la es


tatua de la conjunci6n, de ha uni6n, y unirse para lo bueno.es siempre bello0
Nuestra estatua est hech,a, se llama Accibn Conjunta0 Pero le falta una ba—
sede ley y con ella el.bplo que le d vida0 Nosotros, como Pigmahi6n, an
siamós que tal suceda0 Porque la queremos, en su doble. acepci6n volitiva y
afécti’Ia, que es ms que amarla, ms que desearla y porque creemos —mejor
dicho, no es creencia sino verdad apodíctica— que es absolutamente necesa
rio, plenamente convencidos que sin ella no podremos rematar una de las mi
siones fundamentales que nos ha sido encomendada: la difusión de la doctri
na de acción conjunta, pues mal podremos difundir lo que no tiene la vida —

que ha de darle la sanci6n oficial0


—o—

Sabemos que no es fácil a empresa, como prueba el hecho de —

haber transcurrido ms de seis años desde que se estudiaron y propusieron


al Mando las bases en que había necesariamente de apoyarse la Acción Con—
junta. Y es l6gico que tal suceda. No s6lo por la dificultad que en sí entra—
fía, sino tariibin porque ha de tropezar con nuestra diosincrasia española,
con nuestro feroz individualismo que hace de cada uno de nosotros un casti-
lb roquero.

Siempre he dicho, y lo repito aquí, que a la par que esa maravi


llosa “Asociaci6n de Amigos de los Castillos”, cuidadores amorosos de esos
hitos mudos de nuestra gloriosa historia, debieru haberse creado otra de —

“enemigos de los castil los formidables de nuestro individual srno que, si nos
ha servido en la defensa de lo nuestro para poder hablar de una Numancia,
un Sagunto, un Belchite, un Alcázar, una Santa María de la Ceza,
también nos ha servido y sirve para que, como dice JuUén Marías, estemos
dispuestos a vender nuestra vida de una vez, pero no a plazos, a darlo todo
sin vacilar pero a resistirnos al méximo a ceder un épice de nyestros privi
legios o derechos adquiridos por un cargo o un puesto, Y así, no hay duda,
es ciertamente difíciltodo lo que sea dar plena vida a la estatua de a accíbn
conjunta, porque conjuntar es unir y ello presupone que las partes que se
unen en un todo común han de ceder cada una algo de lo suyo, porque en to
do lo que se une hay siempre, necesariamente, una zona común, la que cons.
tituye precisamente la juntura o uni6n en a que las partes han de perder su
personalidad para confundirse en una unidad que ha de mantener la estructu
ra y solidez del conjunto,

Somos, pués, plenamente conscientes de la dificultad que la em


presa entraña, pero lo somos an més de su absoluta necesidad, de que es
algo verdaderamente fundamehtal, no salo para el pleno cumplimiento de las
misiones de este Centro, sinó incluso para la eficacia de la Defensa Nacio
nal.

De ahí que en este día en que celebramos el cumpleaños del CE—


SEDEN EXPRESEMOS NUESTROS MAS FERVIENTES VOTOS DE QUE -

COMO CON PIGMALION LA DIOSA VENUS AFRODITA, CON NOSOTROS -

SU HERMANA MINERVA, LA DIOSA DE LA:SABIDURIA, encienda tres ve—


ces el pebetero, por Tierra, por Aire y por Mar, para que la estatua cobre
répidamente esa plenitud de vida que tanto deseamos y que tanto necesitamos,
—9—

Hasta entonces, obvio es decirlo, nosotros seguiremos cumplien


do nuestro deber con la mayor satisfacci6n, que esperarnos sea también !a de
nuestros Jefes, pero hasta que tal no suceda, hasta que laestatua cobre vi—
- da, no podremos decir que sentimos a satisfacci6n del deber cumplido0
CONFERENCIA DEL. TENIENTE GENERAL DJEZ-ALEGRIA

Señores, compaieros y amigos:

Es ya acto habitual en esta Casa el ce!ebrar durante este mes


el correspondiente aniversario de la fundaci6n, en 16 de enero de 1964, del
Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, Y ciertamente, aurque
parezca inmodestia lo que digo en atenci6n a mis circunstancias personales,
resulta una fecha digna de ser conmemorada, Sinceramente hablando, nadie
podré discutir que os frutos obtenidos son, por lo menos, dignos de consi
deracién, y ello no s6lo en e campo de la unién íntima y en e! de la coope
ración de las Fuerzas Arm adas, sino, y yo lo considero més importante, en
el de fomentar e! interés de una parte importante y muy apreciable de las cia
ses directivas de la Naci6n por e! problema de su Defensa, y en el desarr
Ho de as relaciones que deben ser, no s6io excelentes, sino íntimas, entre
las Fuerzas Armadás y el país rea!, personalizado como mínimo por su.s ele.
mentos més desarroHados,

Este ao nos reunimos nuevamente oara este acto familiar de


conmemorar el IX de esos felices aniversarios, y subrayo la palabra fami—
lar porque si bien eriel fondo éste ha sido e! carécter dominante de nuestra
fiesta, otras circunstancias de la conmemoraci6n ¡e daba un aire de mayor
importancia y solemnidad por a catEegorfa de las personas que se encarga—
ron dedirigirnos las palabras, Han sido éstas, habitualmente, Ministros
de! Gobierno, que desárroHaron puntos de vista interesantísimos sobre
cuestiones de candente actualidad, Hoy, en este punto, la conmemoraciénes
mucho més modesto, El afecto de! actual director del Centro, Almirante Mar
tel, me ha requerido para que ocupe yo esta tribuna, ya tan prestiiosa, en
el acto que hoy nos reune, Ni mi preparación, ni e! agobio de los encargos
que se me asignan, permitirían el que desarrollase ante vosotros cualquier
clase de conferencia comparable con aquéllas, He preferido, pues, enfocar
el problema de forma més sencilla, amparado ante todo en vuestra benevden
cia, y aprovechando una efemérides, a mi juicio considerable, que se diodu
rante el pasado aflo, y que ha transcurrido, o a! menos así lo creo, totalrnen
te inadvertida en los medios militares españo!es
12-

El 6 de julio de 1872 falleci6 en Madrid & Comandante Don Fran


cisco Villamartín, modesto Jefe de lnfantería honorable oficial consagrado
con exclusi6n de cualquier otra idea al servido de !as armas9 inteligencia
tan privilegiada como poco valorada, y distinguido escritor milita,r digno de
mayor estudio y conocimiento ms apurado Aunque con impuesto retraso9 el
CESEDEN no querría sumarse a esa corriente de indferencia y ast me pr
puso que evocare ante vosotros una figura que bien merece ser destacada

Raro puede parecer’ el que en un Centro dedicado a la altas es


peculaciones de la direcci6n de la Defensa y a las relaciones extrarnilitares
de todo género que la misma comporte, se venga a hablar de persona perte
neciente simplemente a un Arma singular del Ejército y cuya obra, en lectu
ra s6lo superficial9 parece referirse exclusivamente al de Tierra, con la
mentalidad dominante en los aflos 62 al 66 en que fueron publicadas las cua
tro obras que durante su no larga vida escribi6 el Comandante VitlamartÍn

No es asfF sin embargo, si se someten esos Ubros a un examen


ms profundo0 De l resultaría que ese ilustre escritor militar pueda consi
derarse en realidad, permit7dme la palabra, como un Cesediano precursor0
A i sería aplicable, en efecto, la mayoría de as características que hemos
venido señalando como propias de la labor de este Centro0 No naturalmente
aquéllas como la cortinuidad o el ya que le es
tamos calificando de precursor, pero aun en relación con ellas, hemos de
señalar, .c6mo propugria repetidamente la necesidad de recurrir al estudio
para completar, con una adecuada preparación, los conocimientos que en el
curso de una vida profesional se van adquíriendo Así señala, por ejemplo,
que IIs6io la desaplicaci6n, la indolencia y presunci6n, que también la expe
riencia es presuntuosa, puede pronunciarse contra la teoría, declarndola
inútil, cuando ella es la practica de toda la humanidad ante la de un hombre1
Propugne ms adelante la creaci6n de escuelas militares que “destruyan pe
ra siempre el error funesto de que para la guerra no se necesita ciencia, si
no fortuna y valorH. El es un ejemplo, durante toda su vida, de continuidad
en el estudio, de profundo sentido de perfeccionarniento

Otra característica qué sealbamos como propia del CESEDEN


es la moderaci6n, y debe sealarse cómo ésta resplandece de modo singular
en el personaje que nos ocupa0 Ya desde la primera página del pr6logo de
su obra nos dice c6mo “situarse en los extremos es abdicar de la raz6n”; y
hemos de ver en lo que sigue nuevos ejemplos de esta virtud.
-13-

Villamartín es un modelo de sinceridad, En un momento en que


las pasiones políticas influían considerablemente sobre la organización y la
vida militar, ól se atreve, en consonancia con la valiente exposición conque
comunmente expone sus ideas, a escribir en la 1tHistoria de la Orden de San
Fernando: ‘Progresistas y moderados se disputaban el poder apelando a to
da clase de medios y entre otros,, la cooperación activa del ejército en la
política... De aquí resultóel desprestigio de todas las instituciones milita
res, y aun de las personas y clases’. Esa misma sinceridad en el sentido
en que nosotros la mencionébamos, le lleva a reconocer que “la experiencia
nos da las lecciones aposteriori, después del error.

¿Qué hemos de decir de la laboriosidad del Comandante Villa—


martín? En medio de una vida de servicio activo, que hemos de exponer a—
continuación, acn encuentra tiempo para desarrollar una tarea de publicista,
director y redactor de algunos de los perfódicos militares característicos —

de la época, para colaborar extraoficialmente en trabajos de alto nivel pro


fesional y para publicar obras que a través del tiempo ac4nperduran.

E! es también una muestra de esa unión que nos lleva a consid


rar como un todo los asuntos de la Defensa Nacional y a que todos los esfuer
zos aislados converjan en esa dirección ünica Es cierto que un examen su
perficial de su libro puede llevar a pensar, de un modo simplista, que sólo
se ocupa de o que atañe al Ejército de Tierra, y aun esto, desde un punto—
de vista més bien restringido. Pero si la lectura se realiza meditando sobre
lo mucho que sus obras encierran, pronto se ve que ese concepto primario
es seguramente equivocado. “Més que el estudio concreto del arte militar”
—nos dice— “hemos querido hacer e! de sus relaciones con la política y las
ciencias del siglo”, puesto que “abrigarnos el convencimiento de que éste es
e! Cinico medio de analizar la guerra”, Para concluir de una manera definiti
va “que han de satisfacerse tas exigencias políticas y las conveniencias tc
ticas, y como por desgracia, no siempre estén acordes, prefiriendo aquéllas
a éstas, en cuanto sea posibleu. y si bien es cierto que en su libro capital
“Nociones del arte militar”, se refiere con preferencia al Ejército de Tie
rra, en el mismo se incluye un atisbo feliz y hasta profético sobre el cambio
que el vapor ha producido en la guerra marítima y las perspectivas que a la
misma se abren con el desarrollo de las ciencias, incluyendo entre las pre
vistas los corolarios de la navegación submarin&. Igualmente se ocupa de —

operaciones en que concUrren Ejército y Armada, tales como los desembar


co s,
- i4

TambénJa apertura més aJié de !os Lmtes d& érnbto profeslo


na! es una propiedad de VWarnartín0 Constantemente nos menciona que
opin6n púbHca ejerce una infJuenca decisiva en eJ éxto de a guerra Que
existen ‘poderes sociales de gran fuerza extraños a a m cia, pero quein
fluyen sobre eHa de un modo directo0 Señalando c6mo eJ General0 que
ignore las relaciones íntimas que existen hoy entre los ejércitos y los pue
bIos, no sabe apreciar. e! suyo, y en su mano seré un arma intiH0 Es
notab!e, por ejempio, lo repetidamente que nuestro autor señala Ja rnportan
cia que el desarrollo científico de su tiempo tiene en Ja guerra, extremo &
que llega a dedicar numerosas péginas,

Creemos con todo eNo justificada nuestra teoría de que el tratar


hoy aquí del Comandante ViNarnartín no es s6Jo Ja reparaci6n del descuido —

cometido, ignorando la fecha del centenario de su muerte9 sino que, al mis


mo tiempo, constNuye una especie de reivindicaci6n Csediana, que aspira a
traer a su seno a un personaje cuya valía tantos quilates ostenta, invitando
a profundizar en sus obras para extraer de ellas hasta !a última gota de Ja
mucha substancia, que contienen0

Las repetidas y profundas sacd idas que caracl:er izan la vida


española en Ja primera mitad del siglo XIX traen como consecuencia para sus
Ejércitos una actividad permanente que díficu!ta en extremo una ordenadaor
ganizacj6n0 Por ello no se ofrecen entonces en nuestra Patria mentes distin
guidas que resplandezcan hacia el exterior, en una época llena de nombres
ilustres, corno los de Lloyd, -el Archiduque Carlos de Austria, Clausewitz,
Jomini, Marmont, WiNisen, y los tratadistas militares Jacquinot de Presle
y Rocquancourt, Ja mayor parte de ellos, traducidos en esos años a nuestro
idioma. Apenas podríamos acercar a nombres tan eximios los ‘Elernen tosdd
arte de la guerra, que publica’ durante su emiraci6n en Londres, en 1829,
E! General Don Eiaristo San Miguel, tal vez a sola obra militar española
que podría presentar méritos para ser incluida en la relaci6n que menciona
mos, pero, por la circunstania señalada, de no muy gr ande divulgaci6r. en
España,

Por contraste, durante la segunda mitad del mismo siglo, la 1!—


teratura militar española atraviesa una época de gran florecimiento0 Ge6gra.
fos e historiadores, como Gmez de Arteche, con su !Geogrefía H istrica
—1s —

tv1ilitar de España y Pórtugal”, publicada en 1059, y, sobre todo, con sud


cfsiiaHistoria. de la Guerra de la independencia”, cuya publicación sede—
sarrolla entre los años 1868 y 1099, sin contar con sus otros trabajos liisto
ricos y geogrficos y su actuación como Acadómico de la Historia. Polígra
fos de la estatura de Almirante, con su “Guía del Oficial de Campaña, en —

1880, El Insuperable “Diccionario Militar”, del afSosiguiente, y la exhaustL


va “Bibliografía Militar”, de 1876, para mencionar sólo aquellas obras que

dejó publicadas durante su vida. Estudiósos del terreno yla fortificación,


como Rodríguez de. .iijanó. y Arroqula, con “la Fortificación, en 1867”, pu—.
-- blicada én el ao si.guienté, “1_a Guerra y la Geología.”, de 1871, y sobre ,to
do I’E[ terreno, los hombres y las. armas en Ea guerra”, de. 1892, obras todas
ellas traducidas al francs. Tratadistas corno Bnú;s, que publicó en Barco
lóná sus “Estudios de Arte.e Historia Militar”, entre 1880 y 1804, o su”Taç
tica Eleménta’l”, en 1885. jnvesti.dadores fncaflSables corno Barado, con sus
obras’capitales, “Museó Militar”, que se publicó entre 1883 y 1886, y sutiLi
teratura Militar EspaFiola”, qué también ve l.a luz en este último año.
Estos, por citar s6Io los que se me ocurren ahora corno rn&s
destacados., ponen muy alta a cultura de nuestros elementos armados, con
tribuyen & renombre de nuestra Patria & ver sus obras traducidas a ¡dio
mas extranjeros, y son una muestra clara del amor a! estudio y de la contri
bución a la ilustraci6n de sus compañeros de armas que se manifiestan en es
te período para compensar otras tristezas de nuestra historia militar.

Pues bien, en esta pléyade también figura Don Francisco Villa


martín corno adelantado de esta legión de la cultura0 Dejando aparte los nu-
merosos artículos en periódicos y revistas, a que y a nos hemos referido,
produce en 1862, su obra capital, Nociones de! Arte MWtar, verdadera —

enciclopedia de la teoría militar en su tiempo. En 1864, motivado por la ne


gativa del instituto de Francia a crear una Sala de Ciencia Militar, aparece
un folleto que se titula UNapoleón III y la Academia de Ciencias en el que
nuestro autor justifica, muy brillantemente y con profunda erudición, la ca
tegoría científica de los conocimientos militares. A! año siguiente, en la
obra “Historia de las Ordenes de CaballerÍa y de las condecoraciones esp
ñolas, publicada por el editor Dorregaray, se trata de la. Historia de la
Orden de San Fernando”, escrita asimismo, con su brillante y elevado esti
lo, por Villamartín,

Acn puede citarse otra pequeña obrita, que no he llegado a en•


contrar, publicada en 1866 y traducida al francés, que se titula “SanLoren
zo de El Escorial” y que constituye una guía de este célebre Monaster io En
ella brilla el talento e instrucción de su autor y da, éste nuevas pruebas de—
su certero ymodérado espíritu c:rítico. L.a temprana muerte de Viliamartín,
ocurrida cuando aCn no habfa cumplido los 39 años, priv6 a la posteridad de
otros frutos sazonados de tan notable ingenio0

Creo que h llegado ya la hora de que nos preguntemos quién era


este Comandante Villamartín, del que repetidamente venimos ocupéndonos,
sin haber entrado todavía a diseñar su figura.

Nuestro héroe, de familia militar, nace en Cartagena, en 1833,


!ngresa a los catorce años en el Colegio General Militar, y es promovido a
Subteniente de!nfantera en 1850, Cuatro años més tarde ocurre el levant
miento de Espartero y ODonnel!, que da lugar al llamado bienio progresis
ta, cuyas torpezas y errores provocan en i856 el que el segundo de los Je
fes citados se alce con el poder no sin resistencia por parte del partido des
poseído, resistencia que se hace más áspera en BarceIon,, dónde Vfllama
tín resulta herido a! defender va,lerosamente, con veinté1ldados, el Cuar
tel de San Pablo, hecho de armas que le vale el ascenso a Capitán.

Sirve tres años en Cuba, regresando a. la Península cuando su


salud se resiente con el duro clima y las condiciones del servicio en aquella
isla0 Vuelto a Madrid, continúa destinado en Cuerpos Arrn,os hasta 1864,-
en que pasa a desempeñar un puesto en la Administración C:entral, y poste—
riormente como Jefe de Detall, en la Escuela de Tiro0

Probablemente durante este tiempo escribe pub!íca las Nodo


nes del arte militar’, a !a vez que de un modo no formal pasa a depender de!
Capitán General Marquás del Duero, empleado en los trabajos militares que
tanto ocupaban a ese ¡lustre tratadista de la táctica de ls tres armas0 L.a
valía de su obra hace que se le conceda la Cruz de Carlos lii, y algo más
tarde —segCn una anécdota de la época, gracias a los elogios que de ella es
cuchó el Rey Francisco de Asís, en una. visita a. Francia,, -de labios de Napo
león III— el empleo de Comandante0

En estos trabajos se hallaba, destinado como Ayudante de órde


nes del Capitán General Don Manuel Pavía y Lacy, Marqués de Novaliches,
cuando est&la en España la revoluci6n de 1868’ Su General, como es bien
sabido, es nombrado Jefe del Ejército destinado a combatirla y pierde la ba
talla de Alcolea, con lo que cae e! trono de Isabel IL En estas circunstan
cias, Villamartín obra de acuerdo con lo que él mismo había propugnado al’
decir que los ayudantes deben ser adictos personalmente al General, inte
resados en su gloria y escogidos entre sus más íntimas afecciones, porque
les ha de unir a su Jefe, no la. subordinación, sino el afecto han de saber
sacrificarse por él, noble y dignamente, si con..viene; leer su pensamiento y
secundarle con arrojo, seguirle en la desgracia y en el peligro y tener pre
sente que si la ingratitud es odiosa en todas las clases, en ninguna tanto co
mo en el Ejército

De la conducta de Vil amartín en la batal a puede ser muestra


suficiente el ascenso a Teniente Coronel, que Noval iches ! otorga en e!
campo del honor, ascenso que la revolución triunfante no reconoce0 De su
adhesión al Jefe, el que le acompañe en su caída, permaneciendo a su lado
cuidando de la cuí’acibn de la grave herida que Noval iches allí recibió0 Has
ta que privado el Capitán General de su grado, por negarse a prestar el ju
ramento político decretado por las Constituyentes, queda Villamartín en .si
tuación de reemplazo, llegándole la muerte en el ambiente de modestia y de
pobreza que había caracterizado toda su vida0
—18—

Todo ¡o hasta aquí relatado hace por sí solo bien interesante,


simpática y digna de imitaci6n la figura voluntariamente modesta, introverti
da y dedicada del abnegado soldado que fue durante toda su vida Don Fran—
cisco Villamartín. Como bien decía en la época I!El Correo Militar: ‘Don —

Francisco Villamartín fue un escritor militar de gran ta!ento y de una gran


modestia; un. amigo leal y cariñoso; fue un compañero de Armas que honraba
a la profesi6n y deseaba el enaltecimiento de lamisma, Muri6 muy pobre, —.

suerte que generalmente corresponde a los Oficiales de análogas o paredi—


das condiciohes a las suyastr. Hay una carta que dirige al Coronel Casama—
yor, en ¡a que senos muestra bastante la intimidad de Vilamartín cuando —

nos dice: !Ique le ha sucedido una gran desgraci&, He perdido a mi hija Cni—
ca y este golpe, por razones especiales, ha sido para mí mucho ms cruel —

que lo hubiera sido para otros padres, No era feliz, pero yo creía serlo, —

porque toda mi vida se concentraba en el afecto de mi familia;y el vacío, de


hoy ha descubierto otros, pues lo que antes no me dejaba ver mi niña con —

sus juegos, ahora lo veo, Veo mi pobreza, mis apuros, los atrasos queme
ha proporcionado mi obra, la escasís!ma protecci6n que se me ha.dadoY.’Y
Bien es verdad que yo valgo poco para solicitar!I’.

En esta misma carta reconoce haber recibido ya como premio la


Cruz de Carlos iii, por influencia Real, y posteriormente el Gobierno le re
compens6 ms eficazmente en la forma que ya dijimos, Pero la verdadera re
compensa de Villamartín, el reconocimiento de sus m&ritos, lieg6,, como en
EspaPía es frecuente, despus de su muerte, Su pobreza impidi6 que recibie
ra sepultura adecuada y s6lo cuatro años después de aqulla,cuando se vie
ne en conocimiento de que sus restos estn a punto de pasar a la fosa común,
se desencadena una corriente de reconocimiento.

Su antiguo General, el Marqús de Novaliches, costea inmedia


tamente la perpetuidad de! nicho en que yace, y por impulso del publicista y
antiguo Oficial Don Luis Vidart, se abre una suscripción predominantemen
te militar, patrocinada por el Gobierno, para erigirle honrosa sepultura’, —

Aunque la cuota pára la suscripción estaba limitada a la cantidad rnxima de


un duro, el Rey Don Alfonso XJI se honra en engrosar la con 1 000 pesetas,
y contribuyen a ella también ilustres figuras militares, hasta alcanzar la su
ma, para el tiempo’ muy ‘apreciable, de 3OO0 duros’. Al mismo tiempo el Es
tado costea una nueva edición de su obra capital, acompañada ón un mismo —

volumen por el Napole6n III y la Academia de Ciencias”, con el título de


“Obras selectas de Don Francisco.Vjllamartín , Comandante de (nfanterí&’.

Pero aún se agrandar& nuestra estima por las virtudes de Don—


Francisco Villamartín, si consideramos de cerca su carácter y las ideas que
—19--

animaban a tan singular personaje. Es la primera que le mueve su patrioti


mo, sentido calladamente pero con eficaz hondura. En ese patriotismo ——

estla raz6n única que le mueve a escribir su obra fundamental. En la dccli


cetona de la misma, al General Don Manuel Gutirrez de la Concha., Marqus
del Duero, dice expresamente lo que lamenta el que nuestra cultura militar
esta inspirada siempre en fu-eñtes extranjeras,. en las que “se nos deprime
muchas veces y se nos olvida otras; plagadas de errores de escuela yde —

erróres:hijos del espíritú patrio, basadas en principios y reglas aplicables


a esos.países y esos ejrcitos, pero de ningún modo a los nuestros11,.

Elio le ha héchó sentir ms cada día la necesidad de ‘aun curso


completo de arte militar, pero escrito para 1spafi.a, con la historia de nues
tças guérras glorioas en la mano,. con presencia de las cual idades ffsicas
y morales de nuestros soldados, la caracter(stica general de nuestra raza,.
la forma política y las necesidades de nuestra Sociedad”. Añadiendo ms —

adelante “A pesar del convencir,iento de nuestra (del Autor) debilidad para


tratar cuesti6ni tan difícil, el despecho que nos han causado las apreciac.io—i
nes que escritores extranjeros hacen sobre nuestro país y nuestro ejército,
nos han impulsado a tomar la pluma arrastrados por & amor .patrio Este
patriotismo resplandece en el conjunto de las.obras:deVillarnartín y sería la
bor ardua,., no completamente jusHflcada ahora, el conflnuar’ profundizando
sobre ello

A ms de un gran patriota, es ViUarnartín. un amante rendido y


convencido de las glorias y de la necesidad de suprofesí6n a pesar de con
siderar &sta dentro de los límites que le son propios. Así dice, por ejemplo:
‘Que un pueblo no debe estar sometido a la espada, es verdad; mas tampoco
a la.toga, ni ,a la banca, ni al clero, ni a nada delo que .constituye.el cuerpo
sociali, Continuardo a seguir quela salud de las naciones no esta en la sa
biduríat!, que ‘tel primer deber del estado es establecer (su) fuerza con la que
satisfagacumplidarnente .la rnisi6n de defender la Patria de ataques extranje
ros y de perturbaciones interioresIr Ello no quiere decir que sea un bel ico
so, antes al contrarío, considera con respecto a la guerra que los militares
profesionales ‘no la desean, la aceptan, comoun deber-U0

Su entusiasmo por la profesi6n se expresa claramente en este


párrafo tomado de la UHistoría de la Orden de San Fernando, en el que
nos, dice c6mo ‘1aparece siempre fascinadora, con su inrnacu!ado brlllo la
Cruz Laureada, esesigno,. esa ideal idad del guerrero español, ese honor
purísimo que, por llegar a merecerle, ha traído a nuestras.piayas muchos
hijos de..la orgullosa Inglaterra, que han muerto al pie de nuestra Bander&1,
refirindose sin duda a los, que sirvieron con Wellington, .o con la Legión
Brítnica de Sir Lacy Evans ‘que lucindola fue comandante posteriorrner
te, de una de las dívisiónes inglesas ‘en la guerra de Cr imea

Mucho, y a mi juicio con error, se ha especulado sobre ciertas


pretendidas ideas políticas del Comandante Villarnar(n En la introducción
de sus ‘Obras selectas’, escrita por el mencionado Don Luis Vidart, senos
dice que aqullas eran en extremo avanzadas, cal íficndole de republicano
por convicción y algún tanto socialista, aunque sin sentirse nunca libert&or
‘de su patria, ni salvador de la sociedad Es cierto que si ello hubiese sido
así, si nuestro hroe, en uso de su libertad íntima para discurrir acerca de
la organización que debía tener el ‘Estado y las instituciones sociales, hubie
ra alimentado tales sentimientos, habría dado una prueba de sus altas dotes
morales al comportarse corno lo hizo en ocasión de la revolución de septiem..
bre, entendiendo que su deber militar consistía en obedecer al gobierno cone
tituido, cualquiera que fuese su significación y su tendencia polític&
2

Pero de! examen de toda. su obra. no resulta en ningún caso, a


nuestro entender, que tales fueran os pensamientos que en su interior ,&i-
mentaba Vfllamartín, con respecto a la organizaciÓn política de Espaa Na
turalmente, era un hombre de su tiempo, que entendía, refiriéndose ala in
ciada en Francia en 1879, que podía cogerse ya el fruto bueno de la revolu
ción, distinguiéndose el malo, para rechazarlo; que la lucha materia! de! an
tíguo y e! nuevo régimen iba siendo menos cruda porque el primero abdicaba
de sus errores, a! paso que el segundo se purificaba de sus extravíos, .y que
las naciones de cada bando iban a reunirse en un mismo punto para crear la
Éuropa consfltucionaP, conforme nos expone en su obra capital’

También es cierto que estimaba que e! exclusivismo de las dife.


rentes clases sociales desarmoniza sus intereses, cuando en la armonía de
ellos es d6nde estriba la fue .za de las naciones y la vida de estas mismas —

clases”, condenando la influencia excesiva de cualquiera de ellas en los des


tinos del Estado, que lleva a las dem&s a la postraciÓn, a la degradaci6n o
la violencia, quedando la sociedad heridade muerte0

Pero ninguna de esas ideas puede tacharse de radical, y encon


tramos muchas otras en sus escritos que demostrarén una vez més la mode
raciÓn de juicio de su autor Así éste expresa con toda claridad en la UHis
toria de la Orden de San Fernando los reparos que le merece una buena.
parte de la labor de las Cortes de Cédiz y no menos templado es en los jLii—
dos que expone con motivo del subsiguiente retorno a las formas absoluti
tas de gobierno’0

En la misma obra nos dice que la guerra civil de los a.os treinta
no esté aún juzgada, admirando tanta bravura en uno y otro partido, juicio—
que completa en las 1ociones del arte militarH escribiendo: que dicen
que esa guerra nada ha podido ensear, los que desprecian a esos héroes —

infortunados, luchando contra el destino, y los que se burlan de ellos dicien


do que todos se apellidaban invenciblés, no han juzgado la cuestiÓn a su ver
dadera altura. Por nuestra parte ‘—aade—” siempre que hablamos cara a ca
ra con un veterano de esos tiempos, cualquiera que sea supartido, ya. perte
nezca a los vencedores de Hernani o a los vendecores de Mendigorría, no
podernos menos de saludarles con profundo respeto0

Por último, bien a las claras muestra su pensamiento íntimo en


el juicio que en la de la Orden deSan Fernando” estaece sobre
nuestra antigua América, diciendo que el mundo americano, mayor de.edad,
parece ir en busca, corno soluciÓn definitiva de la monarquía
Por si todo ello fuera aür. poco9 era ‘Villarnartín un espíritu pro
fundamente regioso, siquiera no fanático ni clercaiEn no menos que en
tres ocasiones diferentes de sus Nociones nos habla de lo necesarias
que son & soldado las virtudes morales basadas en la fe religiosa, sostie
ne paladinament&0 Más adelante añade ser necesario dar al soldado la fuer
za espiritual que !so se halla en las creencias puras, en la fe religiosa,
en el culto a Dios, :único ser que sabe e1 nombre del ¡nfellz héroe an6nimo,
que muere. ignorado de todos Curiosa anticipaci6n ésta del. ideario tr
djcionalista Por último9 dice textualmente: !La religión, de la que nunca
prescinden en sus máximas los militares antiguos9 :como Santa Curz o Monte
cucolli, esté muy olvidada por los modernos, y nosotros no queremos ser de
ese número, porque ella9 cualquiera que sea el estado de conciencia en un
país, es la única fuerza moral del mayor número Hay peligros en que no
basta para afrontarlos el amor a la gloria o el amor a la Patria9 y se nece
ta despertar la fe dorrnida

Difícil resulta, a la luz de lo dicho, sostener que un Oficial que


en lo sagrado de su conciencia pensaba de la, manera que se hace público en
los párrafos que se mencionan, y en otros muchos qué pudieran añadirse,
fuera un hombre de ideasavanzadas en aquella época, republicano y socia-U
lista. No queda ello contradicho por la carta que Vidart dice haber leído, en
la que, entre otras cosas y para terminarla, Villarnertín no se sentiría dis
gustado por el resultado de la batalla de Alcolea; Era dífícil realmente sen
tir mucha tristeza por el derrocamiento del régimen que personalizaba Doña
Isabel U, aunque por lealtad se le hubiera defendido Y es indudable que de
haber profesado tales opiniones9 no obstante haber hecho.arrnas contra 1!La
GIoriosa’, no hubiera dejado de encontrar algún destino en los más de tres
años que permaneció en situación de reemplazo, antes del día de su muerte0
A nuestro juicio, Villarnartín era solamente un puro militar profesional, —

nero bien raro entonces, que vivía consagrado a, su vida ‘castrense, y cuyos
pensamientos de otro tipo, como podía esperarse de su preclara inteligencia,
estánsie.mpre caracterizados por su rectitud y ternplanza

Otro aspecto que debernos destacar en el carácter de nuestro


personaje es la amplitud de su cultura Conoce todas las obras publicadas.—
en España y las extranjeras traducidas,a nuestro idioma, y discurre por
cuenta propia, con total independencia de el las cosa .entonces bastante rar&
Unicamente puede señalarse una laguna en su amplia basede conocirnientos.
La que resulta de que entre sus fuentes no parece figurar’ ninguna obra de
la naciente escuel.a prusiana, representada primordialmente por la obra de
Clausewjtz’. El ser el alemán un idioma no extendido por España, el llegara
nuestra Patria las manifíestac iones de otras culturas a través principalmen
—23—

te de Francia, que hasta Foch permaneci6 cerrada a la cultura militar ale


mana, puede ser la causa que explique esta carencia, pero que, al mismo —

tiempo, hace aun ms notable & que, en muchos puntos, la obra deVillamar
tín ofrezca coincidencias notables que a aproximan a la del insigne pensador
&emn,

Como el objeto que me había fijado para esta charla envolvía mas
bien el presentar la figura de Villamartín, .que un examen de su obra, ya que
éste, aun si s6lo consider&semos las mudanzas que el mucho tiempo impone,
sería forzosamente demorado, en este punto podría dar por terminada mi di
sertaci6n Pero aún, a pesar de lo dicho, no quiero dejar de hacer algún co
mentario sobre la valía de nuestro personaje como escritor, y muy singular
mente, como escritor miUtar

Es Villamartín, ante todo, un fil6sofo, no s6lo por la admiraci6n


que siente por esta disciplina y quehace bien explícita en todas ocasiones,—
sino porque posee en alto grado una facultad tan rara como envidiabl&. Es —

un intuitivo de primera magnitud, y esta intuic6n es, más que otra cosa, la
que le permite formular juicios certeros y muy avanzados respecto a las dr
cunstancias de la ápoca en que escrib Acaso a travás de las ideas que ex
pone en su Napole6n lll 00 podría tachársele de un cierto determinismo0

Su estilo literario, bastante peculiar, es fluido y brillante, aun


que con arreglo a los gustos de la ápoca pueda motejársele de un tanto decla
matorio, sus escritos se leen fácilmente y con agrado0 Su ¡maginaci6n es —

brillante y viene a menudo en ayuda de su ¡ntuici6n filos6fica,

En cuanto al valor tácn ido de su obra, hemos de repetir que re


sulta hoy un tanto empañado por el paso del tiempo, que en materia militar —

ha hecho evolucionar el arte militar en os últimos cien años en una formain


comparable con la tota’idad del período anterior de la humanidad. Repito que
el entrésacar de toda la obra de Villamartín las innumerables y hermosas —

perlas que aún contiene, sería tarea. de mucho más fuste que la que puede rea
lizarse en una exposici6n como ásta, que además se ha extendido ya demasia
do,

Pero no querría cerrarla sin señalar a vuestra consideraci6n —

algunos de los puntos capitales que se contienen en su obra, Define la gue—


—24 —

rra como “el choque material de los elementos dp daño.y defensa de que dis
ponen dos poderes sociales que se hallan en oposición de Com—
pérese esta definición con la que, por ejemplo, se inçiuye,en la Encicope—
dia;Brit&niça, original de Hoffman Nickerson: “La guerra esel uso de l, —

fuerza organizada entre dos sociedades, humanasque persiguen poj iticas con
tradiçtorias, butaendo ca4a una Imponer la,suyaLsobre la’otrat’ El coriteni—
do de las mismas s evidentemente muy semqante, y la’ distañcia que las se—
tara.es superior al siglo.

Pero también nos deja entender en su Napoleón iii... “que la


ciencia militar ha de.estar sometida a la politice. Como nos indica poco des
pués “que la guerra es un fenómeno naturál a, la vez qüe social”, y “que es
violenta como la naturaleza”. Su fin seria “la destrucción del enemigo”. Eh
cierto modo se adelanta considerablemente a las nociones que entonces dom!
naban independiz&pdciseen su estudio hasta aproximarse a las modernas co
rrientós de la polemología. De una manera no muy definida, pero cierta,atri
buye la dirección de la guerra al Gobierno, asistido por lo que él llama una
Sala de Ciencia Militar, cuyas funciones vendrían a ser reunidas las de un
Consejo de Qefensa y un Estado Mayor Genera1.

Hace una distinción entre muchis ciases de guerra: de conquis


ta, de propaganda, din&sticas civiles.... , con. lo cual sóló consigue .in

troducir una cierta sonfusl*n ei 5j! CorICept?s. Pero examinad m&s de ce,’
ca la cupstión, la verdadera diferencia estriba, en realidad, entre la gue——
rr que podríamos llamar regular, a la que Intuye para el futu,’o un ,car&c;er
øoninental, y Ia’deguerriílas, que en cierto modo involucra con la demon—
taña’.’ En.este último punto suscita ideas felices que coinciden en un todo con
las que hoy se tienen por correctas. Particularmente brillantes son las con
diciones que detalla para la contraguerrilla, y en otro.lgar rio deja de des
tacar la importancia decisiva que supone en estas luchas “el Impuiso moral
de la causal!

Dejando aparte la política militar, que ve con toda claridad, de


un modo raro para aquel los años en nuestra Patria, con factura muy moder
na, distingue como,constituyentes fundamentales del Arte Militar a la organi.
zacibn, la logfstica la estrategia y la téctica.

Los conceØtos estratégicos que desarrolla son aún valederos y


llegan hasta vislumbrar la que.se ha llamado “estrategia de aproximación in
directç”, que tanta fama dio al tratadista inglés Liddle Hart. Abundando en
su criterro de úer necesario en la guerra atender al sentir nacional, .propu
na que en el establecimiento del Plan de Campaña se debe, dos opera
ciones para conseguir el mismo resultado preferir aquál!a que aunque no
tan clásica, según los Jefes militares, satisfaga más el espíritu de !a opini6n”0

En táctica,. naturalmente, os cambios son mayores, pero aún así


adelanta criterios increibémente avanzados para su ápoca0 Por el mayor vi
gor que atribuye a la defensiva, entiende se retrocede a la guerra de posi
ciones, por lo que se hace necesario buscar otros medios de carácter ofen
sivo “que vuelvan a a guerra el equilibrio perdido En el examen que hace
de la história militar destaca la necesidad de que un orden de batalla correc
to se adapte perfectamente al terreno0

En materia de organizaci6n estima que asiendo el combate el ún


co m6vil de las tropas., debe aquélla adaptarse a ál y ninguna de sus bases
ha de ser opuesta a un principio táctico!0 Di6curre largamente sobre las —

cualidades del General y sus relaciones con el Jefe de Estado Mayor0 “Es
tos dos hombres” —dice- “deben estar unidos por lazos de cariño más que
por los del deber, y nada más fácil porque la amistad, como todos los afec
tos humanos se funda en los contrastes morales, y a. un General en Jefe nun
ca se le debe imponer un segundo que no sea de su agrado Si necesaria es
la armonía entre todos los individuos de un ejárcito, en nadie tanto como en
esos dos, que llevan sobre sus hombros todo el peso de la guerra0

Al desarrollar las funciones propias del Estado Mayor, y a pe


sar de que en su tiempo la norma general era la existencia de un Cuerpo es
pedal y cerrado, a ellas dedicado, llega a vislumbrar la necesidad de pro-
pugnar la conveniencia de organizarlo en forma de Servicio abierto0

Se muestra partidario de los ejárcitos pequeños: Pocs tropas


de todas las armas y bien organizadas; cuadros instruidos, leyes militares
en armonía con los tiempos y con la forma política; fácil y onmica adminis
traci6n; equitativo sistema de reemplazos; material de guerra abundante; —

educaci6n belicosa del pueblo000 y, sobre todo, prestigio al elemento militar”


No cabe exponer mejor los fundamentos de una sana y juiciosa organizaci6n
para un ejárcito0 Tambián es notable !a teoría básica que en la “Historia de
la Orden de San formula sobre las recompensas0

Modernísimas son sus ideas sobre la Logística, rama de la cien


cia apenas mencionada en su ápoca0 Considera incluida en ellas todo lo ne
sano para el conocimiento del territorio y del pueblo enemigo, lo referente
a estacionamientos y a la administraci6n que sustenta y provea al Ejárcito —

de todo lo necesario. Para ál, “la administraci6n de! Ejárcito en campaña —

es la base de la guerra”, y da excelentes reglas para el despliegue logísti—


—26 —

co en todas as situaciones que pueden considerarse, Con notable ciarivi—


dencia, señala la necesidad de especialistas, de dar a o que él llama “los
oficios en el Ejércitoti, una importancia que —nos dice— hoy nos lamentamos
de que no se conceda.

A pesar de todo lo dicho, la repercusién de la obra de Viliarnar


tín en España fue mas bien reducida. Después de la edici6n de 1883, no vol
vié a publicarse otra hasta que en J943, la Editorial Ejército, en una md—
piente colección de clásicos militares, da a la luz pública una seleccién de
la misma, a mi juicio pobre de método y muy restrictiva. Ello contrasta con
la resonancia inmediata en el tiempo que tuvo la obra que examinamos allen
de el Pirineo. Podernos citar al respecto que ya en 1864, es decir, recien
publicada, aparece en juicio crítico de las “Nociones de Arte Militar en
el “Spectateur militaire”, en que propugna la traducci6n del libro al francés
Tratadistas militares de esta nacién mencionan con respeto a Villarmarfín, y
aún en 1876, e! Boletín de la Reunién de Oficiales, publicado en París, se
ocupaba de ella con elogio.

Raro es que en cualquier obra profesional española se haga a!—


guna cita de este autor, que no por remoto en el tiempo, deja de ser actual,
por lo menos en sus criterios estratégicos y morales.

Quisiera haber sido lo bastante feliz en mi exposicién para ha


ber despertado en mi culto auditorio el interés que exige la consideracién —

de una obra tan clásica de unode nuestros más eminentes tratadistas miUta
res,

si eso no hubiera alcanzado la pobreza de mis condiciones,sí


desearía que ejemplos como el de Villamartín puedan servir de faros, de —

normas de conducta que despierten el interés y la emulaci6n de cuan tos ves-


timos el honroso uniforme de a Patria, y de todos aquellos amigos que corr
prenden nuestros sentimientos, Con las palabras del Señor al escriba, tras
la parábola del Buen Samaritano: “Vete, y haz tú otro tanto”.
CARTA DEL TENIENTE GENERAL. GONZALEZ DE MENDOZA

En este noveno aniversario de la craci6n efectiva del CESEDEN,


no puedo menos de hacer constar la añoranza que me produce a presentaci6n
del acta de Esles, o de la ‘Carta de Esles11 como farnil larmente a hemos 1la-U
mado, verdadera partida de nacimiento del Centro Super’ior de Estudios de la
Defensa Nacional0

Añoranza semejante a la que puede producir la lectura del acta


de nacimiento de un hijo que ya ha entrado en la adolescencia, y marcha por
su pi por los intrincados senderos de la enseñanza, y v su camino cada
vez ms abierto, pese a los pequeños tropiezos que alguien trate de ponerle.

De ese acta que presentamos, y que contiene varios auguríos, —

unos se han cumplido y otros no, Entre los primeros9 han tenido plena reaU
dad, los de G, Camino, Sancho—Sopranis, y de Benito,

De entre los segundos, de las premisas por mi recordadas, s6—


lo falta por adquirirplentud, la relativa al Cuerpo de Doctrina, pues inclu
so el objetivo de la colaboraci&n de personalidades civiles es hoy una plena
y venturosa realidad, con la consecucí6n, incluso, de una verdadera menta
lidad de Defensa Nacional.

Ello, y el reconocimiento que particular y verbalmente, me hizo


presente S.E. el Generalísimo con ocasión de una visitaal Centro, cuando
ya no era yo el Director, de haber sido el alma de él, me disculpa de pre
sentar su partida de nacimiento, con un cierto orgullo de padre0

Madrid, 1 de Febrero de 1973


ACTA FUNDACIONAL DEL CENTRO

Teniente General Excrno, Sr, En el Solar de Cotubin, u


D. Angel GONZÁLEZ DE MENDQ gar de Esles, valle de Cayón, provin
ZA y DORVIER, Director del Cen cia de Santander, se reunen a las do-
tro Superior de Estudiosde la De ce horas del día once de agosto de mil
fensa Nacional, novecientos sesenta y cuatro los exce
General de Brigada de Estado Ma lentísimos señores y los señores que
al margen se relacionan convocados
yor, Excrno.Sr, .D0FernandoGON
por el Excmo. Sr, Teniente General —
ZALEZ-CAMINO y AGUlRRE Je
GONZALEZ DE MENDOZA con objeto
fe de la Tercera Sección de a Es
cuela Superior del Ejército, de oir las síntesis de los estudios que
habi’a encomendado acerca del desarro
Teniente Coronel de Ingenieros Ho de la funci6n y de as misiones del
diplómdo de Estado Mayor D. Centro Superior de Estudios de la De
Juan SANCHO SOPRÁNIS y FA fensa Nacional, del que ha sido nombra
VRAUD, Profesor de la Tercera do Director.
Sección de la Escuela SuperiorH
del Ejórcito. CreacióndelCentroSuperiordeEstu
diosdelaDefensaNacional(CESEDEN)
Teniente Coronel deArtillería,.di
plomado de Estado Mayor, D, Gon Manifiesta el Teniente Ge
z&o DE BENITO y DE SOLA,Pro neral Director su deseo de iniciar la
fesor de la Tercera Sección de la labor del Centro en el plazo msbre—
Escuela Superior del Ejército, ve posible, ya que en fecha diez y seis
de enero del año en curso fueron fir
mados los Decretos 69/1964 y 70/1964,
ambos publicados en el B,O, n2 22 de 1964, creando el CESEDEN, LaOr
den Comunicada de la Presidencia del Gobierno, de fecha 31 de julio de 1964
amplía lo dispuesto en el Cltimo Decreto,

Man ifiesta asímismo que para acortar el período de prepara


ción y facilitar a labor de la Comisión Organizadora prevista en a citada
Orden Comunicada, ha querido rodearse de un equipo de colaboradores de
su m&xima confianza, integrado inicialmente por los convocados por l a es..
ta reunión, a los que ya había ofrecido los puestos de Profesor Principal y
de ProfesoresAuxiliares a que se refiere el Decreto 70/1964 en sus açtícu
—29-’

los quinto y sexto; que habiendo sido aceptado su ofrecimiento por todos los
presentes, tiene a seguridad de conseguir de! Ministro de! Ejército la, acep
taci6n de sus candidatos para cada puesto.

Exposici6ndelosestudiosrealizados0 E! Excmo0 Sr, Genera’ de Brigada


GONZALEZ CAMINO presenta un documento cuyo contenido es el siguiente:
Jo — Clasificaci6n de las misiones de! Centro Superior de Estudios de la De
fensa Nacional.

II.— Premisas para formular los programas de estudios de las Escuelas de


Altos Estudios Militares y de Estados Mayores Conjunto0
lii. — Esquema de un programa de la Escuela de Altos Estudios Militares.

IV, — Esquema de un programa de la Escuela de Estados Mayores Conjuntos.

El Teniente Corone! SANCHO SOPRANIS lee las notas que ha


redactado acerca de! CESEDEN;

Naturaleza de os Cursos.
Concurrentes.
— Moda! idades de ejecuci6n.
— Misi6n del Cuadro Permanente.
— Actividades de ambas Escuelas.
Materias de estudio para a Escuela de Altos Éstudios Militares,
Cursos: articulaci6n y duraci6n,
— Propuesta de desarrollo de un curso de la Escuela de Altos EstudIos Mili
tares.
— Cuestiones diversas relativas al funcionamiento de! futuro CESEDEN,

E! Teniente Corone! de BENITO trata a continuaci6n de los —

mi s mo s puntos, centrados en la funci6n específica de la, Escuela de Es


tados Mayores Conjuntos.

Síntesisdelasexposiciones. E! Teniente General Director expresa su s


tisfacci6n al comprobar la coincidencia prácticamente tota! de los criterios
expuestos, evidencia de una unidad de doctrina que es un buen augurio para
la eficacia del CESEDEN.

EnmTenda a cada uno de los presentes el desarrollo con todo


el detalle posible de los programas por ellos sornetidos con las premisas
aceptadas;
— creaci6n de una base de principios y de conoáimientosmunes,
— estrecho enlace entre las dosEscuelas,
— la misí6n del profesorado permanente no consiste en i:énseñanza de as
materias Consiste en ensePíar a trabajar, en encauzar yirigir los trabe
josyen aportar a los concurrentes los medios de toda íhoie necesarios pa
ra él desarrollo de sus estudíos,
— elaboraci6n de un cuerpo de doctrina y difusion del mismo, una vez apro
bado por el Alto Estado Mayor
— los cursos del CESEDEN no serán condici6n necesaria para el ascenso
ni imp’icarfrensí una ventaja sobre quienes no los hayanseguido0 Los con
currentes serán llamados en atencibn a sus condiciones personales y a su
competencia en materias relacionadas con la Defensa Nacional9
— reducir al estricto mínimo las conferencias expositivá’éh beneficio de
los trabajos én comisión,
— buscar soluciones constructivas de síntesis, colocandoios problemas en
su merco general y enfocndolos con vista real y prospectiia,
— la plena Ubertad de exposición y de expresión ser& regía general de tra—

ObjetivodelCESEDEN. El Tenlenté General Director mehifiesta que indu


dablemente la labor ms interesante del Centro consistirá :én reunir, en ha
cer colaborar personalidades civilés y militares llamadasa participar enla
dirección de los asuntos nacionales, en hacer que se conozcan personas
procedentes de sectores muy dversos, en derribar paredés hoy día estan
cas y en estrechar y mantener los contactos establecidos0

El mCituoconocimiento de necesidades, de problemas , de aspi


raciones y de posibilidades creará el espíritude DefensaÑacional,

Apunto la idea de la creación de una Asocia6lón de Concurren


tes que, ademas de conseguir estoe fines, podría ser un valioso auxiliardd
Centro, aportándole las experiencias, as ensePíanzas las sugestiones de
sus miembros

Finalde¡asesión El Teniente General Director cita a LQ5 presentes para


la reunión de la Comisión Organizadora, prevista para eldía uno de sep—
tiembre próximo en su despacho en MADRD

Y no habiendo ms asuntos que tratar, ¡evart a las diez y nue


ve horas quince minutos la sesión que había sido interrumpida entre las ca
torce y las quince horas treintaminutos.
CESEDEN

OTRAS CONFERENC lAS

— iSignificaci6fl y características de la industria de Bienes de Equ ipo

Por D. Gregorio Milln BarbanY

— “Algunos objetivos de la Política Nacional

Por el Excmó. Sr. D. José Luis Meilin Gil

— “El concepto de equilibrio en la reducci6fl de fuerzas”

Por el ExcmoSr. D. Miguel Cuartero L.arrea

— ICharla sobre temas de actualidad”

Por D0 Federico Quintero Morente

Febrero, 1973 DE INFORMACION


BOLETIN NUM. 71-XI
El día 24 de enero, tuvo lugar en el Aula Magna de este
Centro una Conferencia a cargo del Sr D Gregorio MIilfl Bar—
bany, ConseJerO Delegado de BabcoCk & WilcoX, C A sobre el
tema 1tSGNlFiCAC0N Y CARÁCTER TAS DE LA NDUSTRlA
DE BIENES DE. EQUlPO, cuyo texto es el siguiente:

No me parece exagerado decir que un indicador altamente ex’pr


sivo del grado de madurez industrial alcanzado por un país es precisamente
el nivel de desarrollo a que ha llegado su industria de Bienes de Equipo

Lo cual confiere a este Sector un.a significaci6fl muy cal ¡fiçada,


que resulta de éombinar el peso especÍfico que le corresponde por su contri
bucibn al producto industrial, con el que le añaden algunas características —

peculiares, a las cuales se debe que su grado de desarrollo propio sea en


cierto modo sin6nmO del desarrollo industrial del país en un sentido gen&ri—
co
El objeto de mi exposici6fl es desarrollar este punto de vista pr
mero por lo que respécta a la Industria de Bienes de Equipo en general, pa
ra hacer aplicaci6fl m5 tarde al caso de España, con el prop6sitO de llegar
a lo largo de ella, en la medida posible, a algunas concluSicOnes concreta5

Para lo cual vamos a comenzar por fijar el peso específico de las


industrias de Bienes de Equipo, dentro del Sector Industrial de un país desa
rrollado, mediante un par de datos globales que nos permitan centrar su di
menS ion

Recordando, a este prop6sitO, que la FormaCifl Bruta de Capi


tal, la cual, como se sabe, es un factor básicO para. e! desarrollo de un país,
se sitcia en torno al 25Ç del Producto Nacional Bruto en las naciones induS
triaHzadas (1)

Tambifl en nuestro país se sitCa dicho porcentaje en torno al va


br indicado, lo que nos coloca, en est.e aspecto, dentro del ámbito de los —

países industrialiZad05

(1) En Jap6n, caso excepcional, pero que explica mucho su dicha


cifra es de! 37’7
—2—

De aquel porcentaje, algo más de un 40% se invierte en Bienes


de Equipo, lo que fija el nivel de la demanda de estos productos para aten -

der a las exigencias de la propia inversn en un país industrializado,

Por otra parte, tales paises son los proveedores naturales de


Bienes de Equipo para el resto del mundo, así como entre ellos mismos,es—
to cjltimo por razones de especial ización y competividad (i), con la doble
consecuencia de que los países avanzados destinan una fracción importante
de su propia producción de Bienes de Equipo al abastecimiento de los menos
desarrollados y de que el tráfico internacional de estos productos represen
te una fracción importante del comercio mundial total0

Puesto en cifras, lo que ocurre es que algo así como un 30%de


la producción total de Bienes de Equipo de los países industrializados se —

destina a los menos desarrollados y que el comercio internacional de estos


productos, que en estos momentos alcanza un valor del orden de los 85. 000
millones de dólares, representa nada menos que un 25% del tota! de las tran
sacciones comerciales internacionales

Finalmente y por lo que respecta al peso específico de la Indus


tria de Bienes de Equipo dentro del propio Sector Industrial en un país in—
dustrializado, el valor de su producción representa un 10% de! producto in
dustrial global, valor que tambián se alcanza en nuestro país, confirmando,
al igual de lo que ocurría con la Formación Bruta de Capital, el grado de
madurez industrial que estamos alcanzando ya en España (2),

Centrada con estos breves datos la dimensión económica de la.


Industria de Bienes de Equipo, pasemos a considerar seguidame algunas
de sus características peculiares, comenzando por analizar las que resul
tan de la utilización del producto.

En el sentido que aquí nos interesa, un Bien de Equipo es, por


definición, una máquina, instalación o producto que se distina a fines de —

producción, sobre todo en el Sector Industrial, pero tambián en el de Ser—

(1) No es raro, por ejemplo, que de determinadas máquinas y equipos espe—


ciales, dos o tres fabricantes surtan virtual mente a todo e! mundo,

(2) Excluída la Construcción, solamente las Industrias Textiles y las de la


Alimentación se sitúan en España por encima de la de Bienes de Equipo,
cuya contribución al Producto Industrial duplica aproximadamente por
ejemplo, la del Sector Siderúrgico,
—3—

vicios, bien sea, en este caso, para la Defensa o para algunas otras de as
atenciones de la Sociedad, tales como la Sanidad, la Educación, la Informa
ción, el Transporte, etc0

Una primera consecuencia de todo ello es que, por razón de su


uso y a diferencia de lo que ocurre con otros tipos de productos, como son,
por ejemplo, muchos de los bienes de consumo o de consumo.duradero, es
evidente que los Bienes de Equipo tienen una fuerte incidencia en la produc
tividad del sistema económico del país. Esta circunstancia impone a los mis
mos unas exigéncias muy severas de diseño, de ejecución y de funcionarnie
to, cuyo cumplimento demanda un nivel tecnológico muy elevado en el Sec
tor, para hacer posible el difÍcil compromiso que resulta de combinar un —

funcionamiento que ha de ser por necesidad muy seguro, es decir, con un —

índice de fiabilidad muy alto, junto con la incorporación al equipo de los


más avanzados desarrollos dé la Tecnología en cada momento, obligada pa
ra optimizar la economía de adquisición yfunciona’mieflto0

Piánsese, como ejemplo más representativo de esta situación,


en casos tales como los de la Electrónica profesional, la Aeronáutica, a
Astronáutica o la Energía Nuclear, bien sea para la propulsión de buques,
para la generación de energía eláctrica o para fines militares, etc

Es aquel la exigencia derivada de la incidencia de estos equipos


en la productividad del sistema, la que hace imperativo que cuando se mon
te, por ejemplo, una nueva Siderúrgica como la de Sagunto; una Refinería
como la de Tarragona o una Central Nuclear como las que se están constru
yendo en Almaraz, Lemoniz y Asc6 se incorporen a ellas los más avanza
dos desarrollos do las réspectivas Tecnologías, de tal modo que las nuejas
plantas resulten de un nivel y características rigurosamente internaciona
les, es decir, análogas a las que al mismo tiempo se están construyendo en
otros muchos países0

Porque lo contrario equivaldría a penalizar la productividad —

del sistema en tárminos incompatibles con las exigencias de competividad —

internacional propia de las actuales relaciones económicas entre los países0

Esta situación explica algunas medidas tan radicales como, por


ejemplo, la reciente reconversión, en algún país vecino, de su sistema pr’o
pio de generación de energía nuclear, a pesar del esfuerzo económico que
hizo para su puesta a punto, sustituyóndolo por el de uranio enriquecido y
agua ligera, de disePo norteamericano, que en el actual estado de la Tecno
logía Nuclear, consituye la solución más competitiva0
—4 —

• Considcraci6n que, traducida a otros aspectos de la actividad -

del país, tales como, por ejemplo, al do la Defensa que aquí interesa de mo
do especial, conduce a resultados id&ticos, como os bien conocido

Una consecuencia básica de esta situaci6n es que la Industria de


Bienes de Equipo ost obi igada a operar en la frontera del conocimiento tec

nol6gico; es decir, que se trata de un Sector de vanguardia, al menos para


sus productos ms represcntatívos.e importantes., ¡oque le obliga a llevara
cabo un continuo esfuerzo de lnvestigaci&n y Desarrol lo de gran intensidad.

Lo que trae como. consecuencia, a su vez, que sus propios pro


ductos evolucionen muy rápidamente, convirti.ndo1o en un Sector muy d?n—
mico., donde la obsolescencia t&cnic.a controla el ritmo de reovaciÓn, rodu
ciendo cspectacularmente íos plazos de amortizbci6n de numerosos equipos,
como ocurre, por ejemplo, con algunas plantas químicas o con el Armamorto.
—5—

Por otra parte, su propia exigencia tecnol6gica encuentra refle


jo en otros muchos Sectores Industriales, cuyo propio desarrollo se ve fuer
temente estimulado por los requerimientos del de Bienes de Equpo. Tal esd
caso, por ejemplo, de sus proveedores de materias primas o de productos
intermedios, tales como aceros especiales, etc.

Dentro de este orden de ideas y como consecuencia de la forma


propia de operar de las Industrias de Bienes de Equipo, un elemento espe
cialmente característico de las mismas es, precisamente, su capacidad de —

proyecto la cual, unida a la de innovaci6n que acabamos de aludir, constitu


ye sin duda el ms valioso patrimonio de este tipo de Empresas.

Las Sociedades de Ingeniería a nivel de proyecto de planta o —

proceso y los Departamentos Técnicos de las propias Fabricas del Sector,


al de dise?io de componente, equipo o sistema, constituyen la expresi6n tfp—
ca de aquel la capacidad, reuniendo unos planteles de personal técnico alta
mente capacitado, que no tienen parangbn en ningún otro campo industrial.

Por otra parte, si las exigencias a nivel de diseño.son tan ele


vadas como acabamos de indicar, las qu.e se requieren en la fase de ejecu—
ci6n material del equipo alcanzan un nivel comparable, lo que, a su vez, —

obliga al establecimiento de unos controles de calidad muy rigurosos que cu


bran las sucesivas etapas del proceso de fabricaci6n, desde el acopio de los
materiales de proveedores, hasta las pruebas de funcionamiento finales, pa
sando por todas las fases críticas intermedias. De ello son expresi6n típica,
a su vez, las normas oficiales de calidad, de validez , a menudo, internado
nal, así como las entidades públicas o privadas, también de carécter•intern
cional muchas veces, tales como el Lloyds, el Bureau Ventas, etc0, que —

asumen la responsabilidad de efectuar las inspecciones por cuenta del clien


te, ‘a causa del elevado nivel de especial izaci6n técnica que se requiere pa
ra ello.

Como resumen de este breve anélisis podemos concluir, pues, —

que la capacidad de proyecto y la garantía de calidad son, indudablemente,—


los dos factores més altamente representativos de una Industria de Bienes —

de Equipo debidamente desarrollada y los que mejor expresan, al mismo tiem


po, el fuerte contenido tecnol6gico que le es propio.

Por ello, el dominar satisfactoriamente estos factores propor


ciona a los países que los poseen un grado de solidez industrial muy seguro,
frente a la peligrosa debilidad de quienes, por no tenerlos, son obligadanen
te tributarios
de aquellos;de donde se sigueel gran interéspor adquirirsu
dominio, en una política industrial de largo alcance.
‘&i diedo diftCpf& ema de poíf
fJa ¡idút r1 P, díi& C)j ‘iiy

l’2 l err oq
:cq’s :O3 36 omm ,2ob9rnofr1
Ocurre, en efecto, que los requerimientos de estos productos y
bParíoh1á mayor
fa de
d’eun’-desarroI-lotecnol-ogtco au’tonomb saivo.T n
k • -

s O3I ? ‘r
aTI t r íénIb
lá Aeronut ¡
frecuentemente es obligado apelar, ademas, a f6rmulas decooperací6n re
gional-, antela naTgnitud dlesftierzoeqJe?’ido y dlá n’fraestructura de —

med’F6sÇ’ d €hi6 üé’ V6 kJé lé-


pefos. ‘-° 6 (1E3’, 1d2 o ocipe v1snoqrno3 eb oFeeb eb ‘s
jt 9O b s iflE beb ae a oups ob s:
PÑo éhb ¡ d tt’ íf6&i 6 Ct óF6P
sea suficiente para las necesidades del Sector, el prob!ema radica, en pri—
Puár0én’aT r &intl de ‘T: tndE6gi ue no pena—
1R lWditid Biehé de EJió ,

res dé-ótróspafss / i336 OCtiipo ob i ‘s.sm n:


bL; ob •:no ob a •m3oldoe o O2 do.
a
exc$es ¡ vo i’6i 6’t’rb l6á’; q dcaii° í& i Fn
diti-ia Jh dé é%b &1o3dé.’
sarrollos m r’ íeitesde Üien pr!eta Iá é blf l’6q la!hdus
.riaT bfrécér

16 que reduóir :éÍ cádo’d 1óni bld dii’-P, 1 efi/idad r’4tée


% c
so de Empresas con infraestructuras caras, como suelen ser las de
de Equipo.
- 2ornocq ie aL oru’o’-1 c:no)
el ¿ i e lidHe 1i
?ia0 6nté ‘l °tió i&H
r-- .-‘ i<-i}’1 Ir’1 J’ $l-lc-ç ; -.--:. 0f
l.os acuerdos de asistencia- tecnica,y los—criterioscÓn-que ‘a’en’e---operando’
desde hace unos años cor{tqf tih ld
esta delicada materia.
-» .6d oia oriem ‘ordmob ! oI - ,
aouh ab OE O’j í1ee’oa 6o OL!p e66Q 6O 5 .6flO3

o í36 5iD ar 1oc! eceiup ob h6Udeb eooip eq sI s eJne’


.:a-on n.:. a 00p12 o. bçiob ob ;oi leupo ob ooii udlii o!
.o:su 5 ops: ah SHTOlJbflj siJfloq oau rio roinlmob
Una segunda cuesti6n, tambin de la mayor importancia para el
futuro de! Sector; es la relativa al uso que se haga por parte de a Industria
de Bienes de Equipo, de a Tecnología que se ve obligada a adquirir0

Hay que señalar a este respecto, que resulta indispensable ope


rar en términos que permitan en un plazo lo ms breve posible una asirnila—
ci6n suficiente deuella Tecnología por parte de las Empresas en cuesti6n,
para que astas se coloquen cuanto antes en condiciones de actuar en el mer
cado de sus productos con la mxTma independencia0

Lo cual tampoco es fácil de lograr en muchos casos rnportanteS,


porque, a menos que se opere con una amplia vísi6n de futuro, pueden con—
certarse los intereses de quién presta la Tecnología, del cliente y del pro
pio fabricante, en favor de que la iniciativa tecnol6gica continúe en las ma
nos del que la ha desarrollado; ello por razones fciles de ¡maginar y que se
refieren al control de la situaci6n, a la garantía del suministro y a a econo
mía de costo, respectivamente, por parte de os tres participantes en a ope
racion0

Si se logra la debida asimilaci6n de la Tecnología adquirida, lo


que obliga a contar con cuadros t&cnicos bien preparados, la experienciade
muestra que con una políticaadecuada, algunos de cuyos aspectos considera
remos después, es posible poner en marcha el desarrollo de una Tecnología
propia de peso creciente y que se combine con aqu&!la, o que a la larga pro
porciona una soluci6n muy efectiva y de gran soiidez La experiencia del Ja
p6n a este respecto muestra un modelo ejemplar0

En España, concretamente, es hoy bien patente la preocupaci6fl


por estimular el desarrollo de este factor tecnol6gico de tan gran importan
cia en el Sector de Bienes de Equipo, como lo acredita el hecho de que la
Investigaci6n y el Desarrbllo Tecnolbgico se inscriban como uno de los Gran
des Temas del III Plan,

Los estímulos fjscales, la, ¡ntigaci6n concertada en las Empr


sas, la puesta en ejecuci6n de los llamados grandes proyectos y de los pro
yectos sectoriales, la cooperación internacional,como por ejemplo, en el —

caso del AerobÚs o en el de la Investigaci&n Aeroespacial y la adquisici6n —

de prototipos, por parte de las Empresas y Entidades Públicas, son las f6r
mulas propuestas, cuya eficacia real va a depender de la energía con que se
actúe y del acierto en la seleccibn y administraci6fl de los proyectos0
—a—

Digo esto, porque no hay que olvidar, aquí también, a natural


tendencia del cliente, en equipos de responsabilidad, a huir de innovaciaies
y descansar en soluciones garantizadas por la experieric de prestigiosas—
casas extranjeras, Pero debe t.; presente que r’esdttá. factiblecompatí—
bRizar esa prudencia con el desarrollo de prototipos, políticaen la que la
oportuna actuacién del Sector PClico, de gran capacidad adquisitiva,es —

ineludible,

Finalmente, una tercera cuestién que se plantea en la transferen


cia tecnolégica es la relativa a las posibles fbrrnulas de•Tcooperací6n entre
quienes ceden y reciben aquella Tecnología,

Los contratos de licencia o de asistenciatécnica constituyen el


uso més general izado, si bien otras férrnu!as de colaboiaci6n, tales como,
por ejemplo, la creaciSn de empresas mixtas, combinadas o no con aquellos
contratos, resultan soluciones muy atractivas, porque favorecen la asímila
cién tecnolégica, la continuidad de la cooperacién y su futuro desarrollo, al
aunar los intereses de ambos participantes en un vínculo més directo y per—
ma;onte.

La creaci6n de filiales, controladas por parte de la Empresa


que cede la Tecnología, si bien es un eficaz vehículo de transferencia tecno
légica, tiene en contra el riesgo grave de que la Empresa matriz supedite el
desarrollo de su filial a los intereses estrictos de ac:iéUa, con ignorancia
o menosprecio de. los que puedan convenir a la política i.dustrial del país —

donde radica la filial, Por lo que el desarrollo de esta frmula debe vigilar
se atentamente en cada caso concreto.

Por el contrario, la Industria de Bienes de Equipo se presta muy


bien, por su propia naturaleza, a la adopcíén de férmulas multinacionales, —

siempre y cuc.:ndo éstas lo sean auténticamente y tengan debidamente en cuen


ta, tanto el interés del Grupo, como los de los países en que se radican las
diversas Empresas integrantes del mismo; asignando a cada una de ellas las
misiones que resulten de la inteligente ponderaci6n de ambos factores, con
objeto de prevenir el riesgo a que acabamos de ciudir en el casó de las filia
les,

Finalmente, un aspecto importante de la polítiça tecnolégica se


refiere a la necesidad de controlar la fluencia, en ocasiones la aval;::ncha,
de las múltiples Tecnologías extranjeraa para un mismo producto que tierden
a volcarse sobre un país tributario de aquéllas, atraídas por el estímulode
conquistar i mercado,
—9—

Esta situación, que nuestro país está viviendo claramente en es


tos anos, si no se controla debidamente puede introducir un amentable fac—
tor de distorsi6n que afecte gravemente al desarrollo normal del Sectorode
algunas de sus ndustrias0

No se trata tanto aquí del desplilfar’ro que pueda suponer el mul


tiplicar innecesariamente la adquisiciín de demasiadas Tecnologías simila
res para un mismo producto, corno del obstáculo que ello representa para o
grar una adecuada estructura de los fabricantes de ese producto, factor -

esencial para la cornpetividad0

Es bien sabido, en efecto, que una de las más serias dificulta


des de hecho, para lograr ¡a reestructuraci6n industrial es precisamente,
en situaciones como la que estamos describiendo, la que resulta de vincula
ciones empresariales, tácnicas o financieras, con casas extranjeras que —

sean competidoras entre sL,

Ante una situaci6n como la que acabamos de describir cabría —

pensar que sería muy difícil, si no imposible, escapar de una estricta y su


bordinada dependencia tecnol6gica, lo que harfa poco menos que inviable un
desarrollo adecuado de la Industria de Bienes de Equipo en paises que no
poseen en grado suficiente una Tecnología propia0

La cuestibn básica a resolver para desarrollar tal Industria ra


dica en proporcionar al cliente una opci6n suficiente entre diseños de cali
dad internacional,incluidomuchas veces el posible acceso a tales mercados0
Y en que el suministro de los equipos nacionales se llevea cabo en condicio.
nes econ6micas que no penalicen su propia inversi6n con respecto a lasde —

sus competidores de los países industrializados,en tárminos que sean ina


ceptables con los requerimientos de competividad0

Por lo que respecta al primer punto, el factor que hace posible


la adquisiciónen condiciones favorables de la Tecnología extranjera necesa
ria para garantizar la calidad internacional del producto, es precisamente
el mercado potencial que ofrece la demanda de Bienes de Equipo del propio
país, para atender a sus exigencias de Formacibn Bruta de Capital0

Creo poder asegurar que la experiencia disponiblea este res—


pecto no ofrece ningún gánero de dudas0 En efecto; la inteligente util izaci6n
de la gran capacidad adquisitiva de Bienes de Equipo de los Sectores Públi
co y Privado, en un país como el nuestro, proporciona una base de negocie
.ci6n suficientemente atractiva como para asociarla a una transferencia de —

Tecnología que permita desarrollar una Industria propia de gran solidez0


—0—

En cuanto al otro factor, no menos importante, de que el produc


to nacional resulte a un precio competitivo, el problema consiste en actuar —

con la necesaria selectividad para concentrar el esfuer;oen aquellos seçto—


res y productos donde la dimensión del mercado potenciar justifique abordar
su fabricación sobre bases económicas, Y en combinar adecuadamente a fa—
bricación de componentes nacionales con la incorporacjória ellos de materia
les, partes o equipos de procedencia exterior, cuando y én la medida én que
resulte necesario, bajo el doble criterio de la economicidad y de la garantía
tácnica.

Con lo que, a menudo, se puede ofrecer al cliente el producto —

que desea, a un precio competitivo e incluso con la garántía expresa de la


firma exterior que se responsabjliza del diseño.

A título de ejemplo de una solución original para esta situación,


nuestra Administración ha puesto en práctica, hace unos años, un régimen —

de fabricaciones mixtas de Bienes de Equipo, que está permItiendo hacer —

efectiva esta política, con resultados que estimo altamente satisfactorios en


algunos sectores especiales, de los que l más importante es el de los equi
pos para la producción de energía eléctrica,

Con objeto de pasar por unos momentos del terreno de las abs—
traccionesa de los casos concretos, permitanme describiries brevemente —

un ejemplo reciente, que estimo importante y que estoy viviendo como expe
riencia personal en la Empresa que dirijo: se trata de la fabricación nacio
nal de Equipos para Centrales Nucleares,

El rápido aumento de la demanda energética del país obligaa las


Empresas Eléctricas a ejecutar un programa de inversiones del orden de los
50. 000 millones de pesetas anuales, cifra que coloca a este Sector en cabe
za de la inversión industrialy que constituyeun poderoso atractivopara la
Industria de Bienes de Equipo de todo el mundo,

En especial, tantopor su volumen como por su continuidad y por


el alto nivel tecnológicode los equipos, este programa de inversiones eléc
tricas ofrece, evidentemente, un interésmuy especial para los fabricantes
nacionales de Bienes de Equipo, Esta Industriaviene participando por ello
en la ejecución de aquel programa de inversiones, con porcentajes de sumi
nistro nacional importantes y crecientes, sobre todo durante los últimos —

años, Esta situaciónha sido posible merced a la colaboración desarrollada


entre la Administración, el Sector Eléctrico y el de Bienes de Equipo.
—11—

Un aspecto muy importante del probiama es el de una planific—


ción de las inversiones requeridas, que proporcione con antelaciónsuficien
te un conocimiento a medio y largo plazo del volumen de la demanda para los
diversos tipos de Centrales0

La cuestión aparece resuelta por los Pianes EléctricoS Naciona


les de diez años de duración que viene promulgando la Administración0 En —

ellos se contiene información sobre la clase de Centrales, tanto hidr&ul icas


como tórmicas, así como sobre el volumen de a potencia a instalar de cada
clase en intervalos parciales de tiempo; sobre la tipificación de unidades —

productivas y sobre las condiciones y porcentajes mínimos de participación


nacional en el proyecto y construcción de los diversos equipos

Participación que, para los ms importantes, tales como turbi


nas, calderas, generadores, etc, se desarrolla en las correspondientes —

disposiciones tipode fabricaciónmixta.

Como ya hemos dicho que la evolución tecnológica constituyeun


imperativo ineludible,los Planes se revisan cada dos años para efectuarlas
adaptaciones necesarias, tantoen este aspecto como en el de necesidades —

de potencia o en el de posibilidades de suministro nacional.

Por ejemplo; entre las novedades tecnológicasincorporadas en


los ms recientes, se cuentan las centrales de bombeo para las hidrulicaS,
los grupos electrógenos de turbina de gas para las tórmicas y, sobre todo
la incorporación de la Energía Nuclear, como una de las fuentes fundament
les del futuro, aparte del aumento de tamaño unitario de los equipos, como
consecuencia de la gran influencia económica del efecto de escala en este tL
po de instalaciones0

El último de tales Planes data del año pasado y cubre un perío


do de diez años, que se iniciará en primero de enero de 1974

Según este Plan, la potencia elóctrica total instalada en el país


a fin del presente año ser de 22.500 MW a la que, a o largo de los próxi
mos diez años, se incorporaran otros 26.200 MW ms, con lo que se va a du
plicar largamente dicha potencia en el corto intervalo de una dócada,

Pero, lo ms importante de este Plan, a los efectos que aquí nos


interesan, es precisarTrte la incorporación de la Energía Nuclear como nue
yo componente bsico del sistema de Centrales del futuro.
—12—

En efecto, de la nueva potencia prevista en el Plan, algo ms —

del 50% será de origen nuclear, en grupos de un tamaño unitario del orden
de los 900 MW por lo menos, es decir, de dimensio’n internacional y que du—
plica aproximadamente la de las mayores centrales convéncionales construi
das en el país hasta el momento,

Todo esto representa un espectacular saltotecnol6gico, del ti—


po de los que citábamos al comienzo, el cual esta motivado porque la Tecno
logía nuclear ha alcanzado ya un nivel de fiabilidad operativa, de seguridad
y de economjcjdad (esto último en tamaños grandes), que la hacen claramen
te competitiva, frente a las centrales convencionales de carb6n y de fuet,so
bre todo después de las elevaciones de precio experimentadas por estos corn
bustibles en los últimos años,

Y esta situaci6n confronta a su vez a la Industria Española de —

Bienes de Equipo con un difícil problema de reconversi6n de sus productos,


el cual implica dos aspectos igualmente importantes.

En primer lugar hay que resolver a asimilaci6n de una Tecnolo


gía nueva y tan delicada y severa como es la nuclear.

A este respecto hay que distinguir tres escalones tecnol6gicos


diferentes. El primero se refiere al de diseño de la Central, el cual, por el
momento es inabordable en nuestro país,

El segundo, al proyecto de algunos componentes principales de


la Central, el ms representativo de los cuales es la vasija a presi6n que —

contiene al reactor, pieza que pesa hasta unas 700 Tm,; con una longituddd
orden de hasta 20 m.; con un diámetro de m&s de 6 m, y con un espesor corn
prendido entre 150 y 250 mm.,, revestida interiormente de acero inoxidáble,

Como se comprueba por lo ocurrido en otros países, la Tecnolo


gía para el calculo de estas vasijas es asimilable en un plazo de pocos años,
en que se llega a adquirir completa autonomía,

Finalmente, el tercer escal6n corresponde ala Tecnología de


fabricación de los componentes y de los procedimientos de control de calidad,
también asimilable por transferencia, en un plazo de tiempo razonable, si —

bien para algunos de los componentes puede ser necesario obtener una licen
cia del diseñador de la Central,
—13—

La otra cuesti6n a solucionar para resolver el. problema, es la


de desarrollar las capacidades de fabricación requeridas por los nuevos —

equipos, con la inversi6n que lleva consigo la fabricacibn de componentes co


mo el que acabamos de citar y bajo condiciones de control de calidad de nivel
nuclear0

La posible solucibn estriba aquí en un gimen de fabricaci6n —

mixta del tipo antes citado0

Todo ello, ademas, preservando la libertad de dcisi6n del clien


te, es decir, de la Empresa Eléctrica, en cuanto al diseño de Central que —

considere necesario elegir en cada caso, entre los que se ofrecen en el mer
cado ¡nternaconal de estos equipos, así como ofreciendo el producto en con
diciones econ6rnicas competitivas por lo que respecta a la participacibn na
cional en su fabricaci6n,

Pues bien; la garantía de continuidad en el suministro que pro


porciona la existencia de una planificaci6n a largo plazo y el nivel alcanza
do por nuestra Industria de Bienes de Equipo, han permitido a la Administra
ci6n y a las Empresas poner en ejecuci6n un programa para que la Industria
española del Sector alcance un elevado nivel de participaci6n en el suminis
tro de equipos para Centrales Nucleares, en forma que sea compatible con
las premisas que acabamos de enunciar0

Por ejemplo, por lo que respecta al llamado sistema nuclear, se


ha comprobado que el volumen de la demanda prevista justifica econ6micame
te la instalaci6n de una planta, y solamente de una por ahora, para la fabri—
caci6n parcial de las cinco compónentes básicas posibles en esta clase de —

Centrales, a saber: la vasija, ya citada; sus partes internas; los presiona—


dores; los generadores de vapor y la tubería primaria.

Por lo cual, la Administraci6n convoc6 el año pasado un concur


so para la ¡nstalaci6n de una Planta de esta naturaleza, cuya construcci6n-
va a llevar a cabo una agrupación de Empresas españolas de Bienes deEqu
po, en la Bahía de Santander. El proyecto representará una inversi6n del
orden de los 2.000 millones de pesetas; la construcci6n se ¡niciar en 1973
y la nueva Empresa estará en funcionamiento en un plazo máximo de tres —

años, que es el que se requiere técnicamente para ponerla en orden de pro—


ducci6n.

Finalmente, se ha asegurado la transferencia tecnolgíCa reque


rida para la construcci6n de la planta, así como para la fabricaci6n y el ci
—14—

culo de componentes y para la formaci6n de personal a todos los nivel es0For


maci6n que, dicho sea de paso, constituye uno de los factores. críticos del pro
yecto,

Por lo demás, podría citar numerosos ejemplos simflares perte


necientes a diversos Sectores, de la forma en que se ha tratado y resuelto
en nuestro país la fabricaci6n de Bienes de Equipo para os mismos, pero no
voy a hacerlo para no prolongar excesivamente nii exposicf6n.

Sí quisiera mencionar, en cambio, por el irtér&s que presenta


en esta ocasi6n, el caso del suministro de Bienes de Equipo para las necesi
dades de nuestras Fuerzas Armadas,

Y ello no s6lo porque la ocasi6n resulte muy adecuada sino tam


bin y, sobre todo, porque el momento es particularmente oportuno a la vis—
ta del programa de inversiones para las Fuerzas Armadas:que establece y —

regula la Ley nC.imero 32 de 1971.

Efectivamente; al igual de lo que ocurre con el Plan Eléctrico —

Nacional, esta reciente Ley contiene las bases para unaprogramaci6n de


adquisiciones que por su volumen econ6mico y por su continuidad, en este —

caso de ocho aflos, así como por su nivel tecnol6gíco también, tiene que ser
de gran interés para la Industria nacional de Bienes de Equipo, cuya partici
paci6n prevé el propio texto de la Ley, ya desde su pre&mbu!o,

Interés que ee une al que sin duda han de compartir las propias
Fuerzas Armadas por asegurarse un suministro auténomo en el país, unido
a la transferencia de Tecnología exterior que se necesite, siempre y cuan
do este suministro se lleve a cabo en forma compatible con os reuerimien—
tos especiales de las Fuerzas Armadas en materia de diseño, de calidad y
de costo, como ocurría en el ejemplo eléctrico que hemos expuesto0

Para ello, tomando como punto de partida dicha Ley, lo que se


guramente procede es analizar los programas específicos que de la misma —

se derivan para los diversos equipos, con objeto de determinar la posible —

participaci6n de la Industria nacional en su suministro, así como as accio—


nes que hayan de emprenderse en materia de anificaci6n de adquisiciones y
de equipamento, tanto material como tecnol6gico, con objeto de llevar aquel
programa a la préctica.
—15—

EntendifldOlO así, la Adminístraci6fl ha incorporado a la Comi—


si6n de Construccibn de Maquinaria y Bienes de Equipo del Plan de Desarro
lo una Subcomisi6n de Industrias para la Defensa, en donde, bajo la presi
dencia del Almirante ervera y con la participaci6n de representantes de
las Fuerzas Armadas y de las Empresas del Sector, se estudian as posibi—
lidádes de aquella. participaci6n, en términos en los que todos los interesa
dos tenemos puestas nuestras mejores esperanzas0

Esperanzas que quisiéramos ver convertirse en realidades con


cretas cuanto antes, porque e! asunto lo merece y nos sentimos capaces de
ofrecer una respuesta satisfactoria al reto que ello significa, como estamos
haciendo en el caso de la Energía Nuclear0

Pero pongamós con esto punto final a la cuestión, para pasar a


considerar por un momento, antes de terminar, un último aspecto de nuestro
tema0

En lo que precede creo que hemos puesto de manifiesto algunas


razones que justifican el interés estratégico por desarrollar una s61 ida In—
dustria de Bienes de Equipo en nuestro país.

Pero, para completar el panorama habría que agregar a tales —

razones algunas otras, también de mucho peso, que no se han considerado —

todavía.

Por ejemplo, en el aspecto social, el valor aFadido por el traba


jo humano es mayor en este Sector que en la mayoría de los restantes y ello
se hace, ademas, a través de un personal altamente cualificado en todos los
niveles profesionales. Lo cual significa que el Sector posee una elevada ca
pacidad de absorci6n de mano de obra, de gran valor en un país con fuertes
transferencias entre sectores, así como que ofrece excelentes posibilidades
de promoción profesional.

Por ejemplo, en otro orden de ideas, la demanda interior de Bie


nes de Equipo se sitúa actualmente en el nivel de los 4.300 millones de d6la
res, de modo que, si una parte muy considerable de ella no se atendiese con
la producci6n nacional (én realidad esta cubre un 62) las posibilidades de
equipamiento de nuestras industrias aparecerían controladas por las exigen
cias del equilibrio de la Balanza de Pagos, como ocurría en el pasado.
—16—

Aun así y como consecuencia de que la produccí6n nacional de —

Bienes de Equipo no puede cubrir nunca toda la demanda’(por las razones de


selectividad ya citadas), la importación de Bienes de qt,(po es en estos mo
mentos de 1,600 millones de ‘d6lares al ai9o, Dicho de o’t- modo: una cuartá
parte de nuestras importaciones totales son hoy Bienes Je Equipo, porcenta
je que coloca a este Sector holgadamente en primer luga’r, entre os que in
tegran el volumen total de nuestro comercio de importación,,

En contrapartida hay que decir que también nuestra exportacbn


de Bienes de Equipo, por un total de 800 millones de dólares anuales, color
ca al Sector en el primer lugar de nuestro comercio de exportaci6n, cubrien
do con ello una quinta parte del total de nuestras ventas al e>terior,

Debiendo agregarse que no hay mejor piedraJG toque para juz—


gar del grado de desarrollo alcanzado por una ¡ndustria’d:é Bienes de Equi—
po, que su nivel de competividad en el mercado internaciónal que constituye
el ámbito natural de transacción de estos productos.

Por lo que, al alcanzar nosotros un porcentáJe de exportación —

de Bienes de Equipo que es casi la cuarta parte de nuestra producción total,


es claro que la madurez que expresa esta cifra resulta muy digna de consi—
deración.

Por último, quisiera señalar que la lndustria’Española de Bie—


nos de Equipo ha dado muestras de un gran dinamismo en la última d6cada y
ello en el doble sentido de mantener un elevado índice decrecimiento anual
y de llevar a cabo una rápida adaptación de la oferta a las cambiantes exigen
cias de una demanda también muy dinámica, como han podido ver Vds. en el
ejemplo de la Energía Nuclear.

Evolución que le proporciona una sólida base de partida sobre —

(a que instrumentar la nueva etapa que ahora se inicia y algunos de cuyos as


pectos se ha tratado de recoger en el Horizonte 1980 dél UI Piar, de Desa
rrollo,

Si bien lo que en definitiva vaya a resultar entonces pertenece,


por el momento, al fascinante juego empresarial de la anUcipación del futuro,
El día 31 de enero, tuvo lugar en el Aula Magna de este
Centro una Conferéncia a cargo del Excmo0 Sr. D. JOSE LUIS

MElLAN GIL, Secretario General T&cnico de la Presidencia —

del Gobierno, sobre el tema UALGUNOS OBJETIVOS DE LA -

POLITICA NACJONAL cuyo resumen fue el siguiente:

Ante todo, subrayó que os objetivos de la política nacional se


reducen a la real izacíón de los Principios del MovimTento0 En ellos, están
resumidos, como tarea permanentemente tnquietante e incitadora, los ‘que
han de ser los afanes de todo el que en España se ocupe de la acción pCb!i—
ca0

Al reerirse a los Principios Fundamentales y su real izaci6n,


puso de relieve que no basta con tener’ claros los Principios; es preciso
traducirlos en real idades concretas cuyo beneficio sea sentido por cada ——

uno de los españoles, lo que hace de la política una tarea de dimensión au—
tnticamente nacional0 No es que los Principios se justifiquen por sus con
secuencias operativas; pero sin ástas, aquáilos no cumplen con su misión,
que es orientar,dar sentidoal desarro1lo de ¡a sociedad0

Respecto a a forma de luchar para convertir los Principios en


realidades, se refirió a que era imprescindible poner en juego lealtad, pru
dencia, valentía y autenticidad.

A continuación, anai izó con detalle los siguientes temas: ¡os


objetivos del desarrollo español; dos instrumentos de justicia social: la re
forma fiscal y el desarrollo regional; y la participación dentro del orden —

instifticional0

En relación con el primer tema, subrayó que sí vale la pena !u


char por os objetivos del desarrollo, es porque hay que concebirlo como—
—18—

la creación de aquellas condiciones de vida que permitan a los ¡ndivi’duos ya


fas colectividades el despliegue de todas sus posibilidades, él aprovecharnien
tode todas las facetas de ! personalidad individual y colectiva,

Analizó luego algunos aspectos de la sociedad renovada qu.e se—


rEsp&a en el hórizonte de 1980,

No se trata sólo de aumentar el bienestar, sino de mejorar su —

distribución, facilitar la promoción social fundamentalmentea travós de una


aut&ntica igualdad deopor’tunjdades en el acceso,a la ensei’ianza; de liberar,
en definitiva, al hombre del determinismo que próporciona la ignoranciá, la
incultura, Ja escasez.

Ptanteó luego la necesidad de impulsar la reforma fiscal y el de


sarrollo regional corno instrumentos de justiciasociaJ.
—19—

El desarrollo econ6mico necesita mayores ingresos fiscales pe


ro, sobre todo, mplica una buena distribuci6n de os frutos del progreso, a
lo que el sistema tributario debe colaborar eficaz y decididamente. La refor
ma fiscal se plantea por razones de justicia distributiva y tambián porque es
indispensable para atender a las demandas crecientes de inversiones pCibli-
cas indispensables para que las conquistas sociales que suponen muchos de
los objetivos del desarrollo —educaci6n, vivienda, seguridad social, etc0 —

no se vean en peligro ni de retroceso relativo ni de estancamiento.

Abordó luego el tema del desarrollo regional. Cuando se acentúa


la preocupaci6n por los aspectos cualitativos, es evidente que el territorio
adquiere papel de protagonista del desarrollo. Salo una expansn equilibra
da puede evitar los inconvenientes y las injusticias que producen las excesi
vas diferencias entre las distintas zonas de nuestro país. Pero más aún, úni
camente desde unpunto de vista territorial —local— es posible crear y resoH
ver los problemas que plantea la mejora de la calidad de la vida.

Quizá el objetivo más urgente —aparte de adecuar el sistema fi—


nanciero— sea el de la real puesta en práctica de una inteligente ordenaci6n
del territorio, simplémente enunciada en el lii Plan, que con la ayuda de las
Cooperaciones Locales contribuya a descubrir .a vocaci6n de cada zona, evi
te además la descoordinaci6n entre las distintas acciones públicas y convier
ta realmente a los habitantes de las zonas con indudables posibilidades y re
cursos en protagonistas de su propio desarrollo0

A continuaci6n, se refiri6 al objetivo de a participaci6n dentro


del orden institucionaL,

lndic6 que dicho objetivo está claramente recogido en el punto —

VIII de los del Movimiento Nacional, Cit6 despuás las palabras del Jefe del —

Estado en su Mensaje de fin de aflo: “El Movimiento Nacional acentuará tapar


ticipaci6n de todos los españoles en las tareas políticas, abriendo cauces ca
da vez más anchos para la incorporaci6n de cuantos sienten inquietudes por a
cosa pública..... Nuestro Movimiento está abierto a todos los espaFioles.,

Ante todo, indic6 que la participaci6n no puede plantearse en —

abstracto, de manera intemporal. En modo alguno debe abordarse de espal—


das a la realidad. La España de 1973 permite y reclama unas intensidades —

de participaci&n diferentes a las de hace 20 6 30 años. Por eso el Caudillo—


puede afirmar legítimamente al filo del nuevo aFio que “hoy todo hombre tiene
conciencia de su fuerza y de su derecho de Intervenir en las tareas públicasi’
—20

Aclaró luego que la participación no es patrimonio exclusivo de


una determinada forma de democracia, Por el contrario, la participación es
algo que tiene. va!or en si mismo y cuya convenienc!a y necesidad no se di
cuten, Lo cuestionable es su instrumentación.

Se refirió a la necesidad de comprobar la medida real de la, par


ticipación, La política de realidades en este aspecto ha de consistir en lo——
grar el máximo de participación del pueblo en las tareas legislativas y en las
dems funciones de interés general, lo cual implica la participaciór-’ de cada
uno de los miembros que componen la comunidad nacional. En este punto, ex
puso la necesidad de no identificar la particpción con elección, No sólo se
participa votando, Existen otros muchos supuestos de participa.ci6n, además
de los electorales,

En cuanto a la necesidad de W»iza.r adecuadamente los actuales


mecanismos de participación existentes, afirmó que se impone una acción Mu
sionante que remueva, el escepticismo de unos y el recelo de otros respecto
al autntico valor de las instituciones, tal como se definen en la Ley Orgn
ca del Estado, de modo que no sean consideradas ni como algo extraño, ni’
como patrimonio exçy..2,

Afirmó luego que hay otros aspectos en los que es necesario per’
feccjonar los mecanismos de participación para satisfacer las nuevas exi —

gencias que están surgiendo como consecuencia de la evolución social, Todo


lo que se haga en este terreno ha de respetar la coherencia del sistema A
un sistema hay que pedirle que sea auténtico, que sea completo y que sea co
herente, que sea vél ido para e! despliegue de los derechos y deberes ciuda
danos; no que coincida con otras versiones históricas, Un falso plantamiento
sería intentar completar el sistema con piezas que no encajan por muy bien —

que vayan en otro, Si nuestro sistema no es el par’lamentarisrno, es inútil e


improcedente cualquier nostalqa de alguno de sus mecanismos como tampoco
lo tendría cualquier intento de introducir la, mecénica del partido único Pe
ro el rechazo de fórmulas incompatibles con nuestro sistema no exime de! de
ber de encontrar las soluciones que sean adecuadas para mejorar la partici
paci6n
Al final izar, puso de relieve que es imprescindible cara a! futu
ro garantizar la continuidad del sistema que ha hecho posible el resurgimien
to y el desarrollo de España, fruto de la unidad, de’ trabajo y de la. paz, L.a
continuidad institucional y jurÍdica, esta avalada, también, por la realida
des que en este caso, son las personas, El Príncipe de.Espáña, a través
de su ejecutoria de los últimos años tal y como ha puesto de relieve el Jefe
del Estado en su Mensaje de fin de año, ha demostrado con la claridad de os
hechos lo adecuado de su designación,
El mircoles día 14 de febrero tuvo lugar en el Aula Mag

na de este Centro una Conferencia a cargo del Excmo Sr’ Ge

neral de Brigada de Artillería D0 MIGUEL CUARTERO LARREA


Secretario Permanente del Instituto Español de Estudios Estra-
tgicos, sobre ‘EL CONCEPTO DE EQUILIBRIO EN LA REDU

C!bN DE FUERZAS’

El jueves, da 15 de febrero en la Sala de Proyecciones,


pronunci6 una charla sobre temas de actualidad el Teniente Co

ronel de Caballería (DEM) b FEDERICO QUINTERO MORENTE,


Jefe Superior de Policta de Madrid
CESEDEN Boletín
mensualn?71
Dpt°de Información

.SECCION
BI BLIOGRAFICA
CESEDEN

BI BL IOGRAF lA

(LibrOS y revistas ingresados en la


Biblioteca de este Centro desde la pu—
bicacifl del BoletÇfl de lnformaCibfl—

núm’ 70)

BOLETIN DE iNFORMAC NUM 70


Febrero, i973
LI BROS

TITULO AUTOR

Teoria de la Libertad Rosales, Luís


Roland Oliver, J,D.
Breve historia de Africa
Lingistca interacción comunitaria, Tomo Líberman
David

id, íd. íd. Tomo Ii íd.


íd.

íd. íd. íd. Tomo ifi id.


id.
Paul Weyne
Como se escribe la Historia
Libro del año 1972 SalvatEditores
BovvieW. D.
Historia y estructura de la poblaci6n mundial
La violencia en el mundo actual Centro de E5t. Civil Contempor6neo

RevoluciSn y rebeliones de. la Europa moderna Elliot,J.M. y otros


Medio siglo de cultura española Tuñn de Lara,Manuel

Presencia española en EE.UU0 FernndezShaW, C0M,

EconomyPolítka del pe+rleo Sanz Hurtado,


Emilio
Guía de Hoteles de España 1972 M2 de Inforrnací6n
y Turismo
CarrascoBeünchan,J.
Manu& de Organízacin y Métodos
Truyoi, Antonio
La ¡ntegraci6n Europea
Dobb, Maurice
El desarrollo de la economía soviética desde 1917
Valluy, J0F. General
La 1 Guerra Mundial
Id. íd. id íd.

Fighting, Ships 7273 Jane s

Aerospace Glossary Heflin Wood FordA,


Montenegro, C.
lntroducci6n al Management
‘Journal Off,de la Rep. francesa
Code du Service National
Memoria y resumen de actividades 1971 1. tl, 1.
M2 del Aire
Calendario Meteorofenol6g ¡co 1973
Departament of the Army
Spanísh Military dítcionary tm 30—500¡ulio 1950
Mara6n, Luís
Latinoamérica en la Ciencia revolucionaria
Lacouture,Jean
Nasser
La Sociedad sn Fronteras
Ponce, Fernando
El fenmeno reUgoso en España
lnt2 de to Políticos
Ensayos Po!rtfcos
Moreno y de Herrera, Francisco
&rgodas fnternaconales
Mart(nez Bánde, Josa Manuel
Peto y Po!mka de España
Migue!, Antonio de
Geografl’a de España, Tomo 1
Arija Rivares, Emilio
Livre b’anc
Ministre détat Charge de la
Def, Natioñale
E! Gobierno de a U,R.S0S,
Z,
MouskhelyM, ‘Jedrika,
Quíen es quien en la Iglesia Española
Vzquez, Armando
Anuario Español y Amerkano de! gran mundo
Espejo, Gr6fica

* * *
—3--

REVISTAS

ESPAÑA

LaActualidadEspañola, núm0 1.099 —25 de enero de 1973.— Las negociac


nes de paz en Vietnam. Los extertores
— de una guerra. Un BrezneV desco

nocido, preocupado por la cordialidad0— La violencia en los EE.UU.— Lon


dres: Pb! ida femenina para la lucha callejera0 —

La Açtual ¡dad Espaol, núm. 1. 100 1 de febrero de 1973. Vietnam:


— — Lo —

que dejan los americanos. Opini6n pública: El documento de los obispos es


pañoles sobre la Iglesia y comunidad política. —Chmas de opini6n: El sentido
del desarrollo. Nixon,
— el Presidente de la paz.— Vietnam: Fotos para la. his
tori&. — Lo que ha quedado de la guerra vietnamita’.— E.! largo secuestro de —

don Felipe Huarte. — Alejandro Onassis: La muerte del heredero de un impe


rio econ6mico, Renace la amistad franco—alernafla’o
— La España de la, posgu

rra.— C6mo lleg6 Hitler al poder hace cuarenta añoS.

LaActualid Española, núm. 1’. 101 O defebrerd


— de 1973.— Climas de opi
ni6n: AnálisiS de la semana política La batalla de Stalíngrado, treintaañOs
después.— ¿Se marchitar la flor de la paz en Vietnam?0 La confusi6n de —

los primeros días de alto el fuego. El Concorde,


— avi&n político’1, en dificu
tades. La España de la posguerra.
— Capítulo V: Exilio, muerte y entierro de
Alfonso XIII. El incendiode Santander,— Hitler: ¿como pudo ocurrir?.

RevistaAeronUticayAstronutic, núm. 306 enero de 19730— Aviaci6fl


— y
contaminaci6fl atmosfricQ Dimensi6fl real del problema y soluciones. —El
A—7D tlCorsair II, caza táctico,— L.a responsabilidad del porteador aéreo —

en los casos de retraso (II).— Balance militar (it).

Revista Africa, núm. 372— diciembre de 1972.— El hombre que escogi6 Occi
H.Burguiba, obsesionado por la presencia soviética en el Mediterr
neo. — Características econmica5 y sociales del ilpoder” del mundo africano. —

primeras relaciones hist6riC0_P0lít entre Marruecos Y los Estados Uni—


4 —

dos de Amúrica (Participación espaF,ola en las mismas). España y Marrue —

cos inician una nueva experiencia de cooperación agropecuaria0— Nuevo Go


bierno en Marruecos, Rodesia y sus relaciones
— con Inglaterra. El Oriente —

arabe y la conferencia de Kuwait, La renovada amistad egipcio—sovtca,


— —

Comunicado conjunto hispano—turco, Los Bancos africanos de desarrollo,


RevistaAfrica, núm. 373 enero de 1973,— Un enigma llamado Jorno Kenya-


tta: ¿Qué ms quer&is de Kenia, hermanos?, España y el Islam: El castillo
de Luque. — Dahomey no encuentra la calma, Otra propuesta de Gadafi: La— —

unión ibio—tunecína. Alarma en Tarnatave,


— Ruptura entre Chad e Israel.— —

Los acuerdos del doble Yemen y el futuro del mar Rojo, El petróleo puede —

forzar una Solución en Oriente Medio, Jrn’ se interesa por el golfo Parsi—

co. — Los problemas egipcios de esta hora. Hacia a confusi6n, La Unión


- — —

Monetaria del Oeste Africano.

BoletíndedifusióndelEstadoAire, núm. 373 enero de 1973,— —

EE. UU,: El futuro de la Fuerza Aérea, EE. UU,: El programa UUTTASn,


— —

El viejo enemigo0— >KT—CH—1A(Entrenamiento),— Falcón 10 (Transporte)


Modernizacíón de la Fuerza nuclear francesa0 Sea Dart (Superficie—Aire)— —

¿Reducción de Fuerzas

22,yentaci6n espai9o, núm. 55 — diciembre de 1972,.- La inflación en Eu


ropa,

Documentaciónespao núm. 56 — enero de 1973, — Proyecto de reforma de


la Ley del Suelo,

gpa enta Prensa Mundi&, núm. 306—25 de enero de 1973,— López 3ra—
yo presidente del Consejo de Ministros de la OCDE. Acuerdo comercial y —

económico hispano—indo. Acuerdo


— comercial hispano—soviótico Relaciones —

hispano—griegas, —E.spaa en Europa, España y la EFTA.


— Amistad hispano —

—norteamericana, — Espaia y os árabes, El Gobierno de Franco.


— El gran —

fraude de Guernica.— Elevación del nivel dé vida obrero,— Desarrollo econ5


mico, Atracción
— turística de Espafia,

Flaps, núm. 153 noviembre de i972—Fuerza


— aórea espaFíola,1972,— La—
Regia aeronutica: Alas italianasen la Segunda Guerra Mundial (XIII),— El
satól ite “Prósperofl, Las fotos de Marte,
— UI Concurso Nacional de radio— —

control.
—,)—

FuerzaNueva, núr. 315 —20 de enero de 1973.— Perfeccionar, sí; marcha —

atras, no. Socialismo


— ms comunismo, igual e frente popular0 Retribución —

de las Fuerzas Armadas (II). Hanoi, al servicio


— de la revolución mundiaL—
La Iglesia espai9oía ¿se desenganche del Régimen de Franco?. Propaganda
anticató!ica: ¿Esta permitida?0— Ayer y hoy de la, democracia0— La Conferen
cia de Seguridad y las Naciones cautivas.

FuerzaNueva, núm0 316 —27 de enero de 1973.— Futuro y Ejército.— Los hom
bres de la política exterior de la Alemanía comunista0 El Centro español de
Munich. Subversión sin fronteras. ¿A donde va a Compafífa de Jesús?.
— —

La guerra psicológica. Votos,— vetos y derecho natura!. ¿Confusionismo.. —?


!No,.

FuerzaNueva, núm. 317 —3 de febrero de 1973,— ¿Paz o capitulación en —

Vietnam?. Cate a un intelectual


— tonto, De Ía “Tierra de Santos’ a la pre—
evangelización, Carlismo
— y Falange. Falange y Carlismo, Antidesinforma —

ción.— La asignatura de religión, hoy: entre el error y la vulgaridad.— Aquí


Nueva York: La Asamblea Conjunta espafiola sigue siendo noticia, La paz — -

fue posible, pero... El famoso documento,


,— Ha emprendido el vuelo con —

mucho plomo en las alas.

FuerzaNueva, ¿Será en territorio de la R, Argentina? E! Plan HAndiniatl._


El asunto de Santa Coloma de Gramanet, ¿ lntervendr& la Santa Sede?, Gi —

braltar, hoy: El ingresa en el Mercado Común0 Roma y España: ln —

gratitud.— Italia: Subversión y debilidad del Gobierno0— Se hace urgente0 —

Acción Sindical,

GacetaIlustrada, núm. 851 —28 de enero de 1973.— La entrevista Pablo VI—


López Bravo, La ofensiva China para seducir a Europa0
— Del incuencía: La —

batalla de Nueva Or!eans. La guerra de Vietnam, El piloto dijo no, La ma


— —

fia en guerra (y 2),

GacetaIlustrada, núm. 852 4 de febrero de 1973.


— Huarte en manos de la

E.. T. A. Vietnam: Paz en la guerra.


— Odessa. Nuevo Nueva York,
— — Dubai: —

Trafico de oro. El mundo que nos viene,


— La fe cristiana y los cambios s

dales.— J.M. Pemn: ¿Será pacífica la paz?

GacetaIlustrada, núm. 853 11 de febrero de 1973, Nueva Ley Básica del


— —

Trabajo. EE.UU.:
— El caso Watergate, El diario de Salornn
— Tauber (2 —

parte).
—6—

GacetaIlustrada, núm, 854 18 de febrero de 1973,— Vietnam después de la


guerra. —Supersecreto: El rayo de la muerte. Los ‘B—521 ya no son intoca —

bies. —

IglesiaMundo, núm. 43 1 de febrero de 1973,— Exito sustancial


‘- de la vlsi
ta del ministro de A. Exteriores a 5,5, el Papa. TRiPTICO DEL DOCU — ——

MENTO EPISCOPAL, —Cambios en el texto, Proceso de beatificación


— de Isa
bel la Cat6!ica.— La Paz de Vietnam puede convertirse en el genocidio deiS
millones de seres,- El caso Washington (ll)— Renuncia del Clero a sus pri
vilegios,— Cincuenta y seis días en el espacio podrán permanecer los cosmo
nautas, LEEMOS.
— —Los errores de la HAsamblea Conjunta” analizados en
Norteamrica, Noticias
— internacionales, La UComjsión Episcopal para
— la
Doctrina de la Fe” señaló los errores del “MISAL DE LA COMUNIDAD”. —

Iglesia—Mundo,ncjm, 44 15 de febrero de 1973.— Presentación


— de Creden
ciales del Embajador don Juan Pablo de Lojendio a S.S, el Papa, Dos nue —

vos cardenales españoles,— La sequía en 1973 y la nueva política china y so


viética. Estimar
— nociva la presencia de la Iglesia en los organismos del Es
tado, contrario a a doctrina del Vaticano II. Lucha contra el aborto, — Po— —

blación, hambre y reservas del mundo (Agencia C. 1, 0.). Las consecuen——


cias del Documento Episcopal, según algunas interpretaciones oficiosas.

Indice, núm. 321—322 1 y 15 de enero de 1973.— Las Fuerzas Armadas y


— —

los lCflO5 de sirena”. Que reformismo,


— Antes y hoy, Un Igirol
- de digni
dad,— El estallido hist6rico del socialismo y la democracia,— Una mutación,
La crisis de la empresa, Francia.— La alternativa, La crisis de la “Con—— —

testación”, — La prensa francesa de izquierdas. (2) La prensa comunista, —

E! Komintern fracasó en Alemania, El SI y el NO del divorcio,


— L.a “irre— —

Iigibn convencional. — ¿Universidad abierta o universidad cerrada?, La — —

Educación. —El consenso español, Visto desde fuera.


— Bomba, no—violencia —

y — Desarro!lo NO, cambio SI. (3) Fanón y el racismo.


— Historia —

de la IretaguardjaI, — La política universitaria,

BoletíndeInformaciónComercialEspañoia, núm. 1347 25 de enero de 1973, —

Estimación. del cuadro macroeconómico del año 1972. Perspectivas económí —

cas mundiales: ¿Boom”?. El sistema bancario checoslovaco


— y las próximas
reformas monetarias del CAEM. El papel de nuestras fuerzas armadas,
— — —

RU: Política de rentas y lucha contra Ja inflación, Alemania oriental: El — —

precio de la admisión. Una política de rentas ms restrictiva


— en Yugoslavia,

BoletíndeInformaciónComercialEspañola, núm. 1348 1 de febrero de1973. —

El comercio exterior en 1972.— El acercamiento global entre los paises medi


terrneos. Expansi6n
— coyunturai inflacionista, en la Comunidad Europea. — —

Doble mercado para la lira,— Ni guerra ni paz.— Reuni6n del Comité de los—
Veinte. —

Boletíndelnformaci6nComercialEspañola, nCm. 1349 —8 de febrero de 1973.


Cuatro medidas de política monetaria. —La producci6n industrial, —Mercados
de productos básicos. De los 23 países de a OCDE, España es el que tiene
menor presi6n fiscal. —El primer ministro británico en EE, UU, —Alemania,—
control de cambios; Italia flotacibn. —CEE: probables reducciones arancela
rios temporales. —USA: Presentaci6n a Congreso del nuevo presupuesto. —
Tiempos difíciles para el FMI.— Discusión acerca de la política agraria en —
Dinamarca,

BoletíndeInformaciónComercialEspañ&a, núm, 1350—15 de febrerode1973.


El acuerdo de la CEE con los cinco de la EFTA. — Los acuerdos de libre carn
bio entre la CEE y los Cinco países de a EFTA, - Sector Exterior y Desarro
lb. Discurso del ministro de Comercio en la Academia de Doctores de Madrid.
FMI: El principal culpable de la crisis monetaria es Japón.— Francia: El pre
sidente denuncia la oposición izquierdista. —Dificultades para las entregas —
de trigo americano a Rusia. —CEE: Armonización de a imposición indirecta. —
IRumanía y la. economía Occidental.

Rc’ideInformaciónComercialEpañola, nCm,47i —noviembre de 1972.—


De Washington a Nairobi,— Reunión Fondo—Banco 1972.- El Comité de los —
veinte. —Discurso de Giscard DtEstaign, —Declaraciones de G. Shulz. El —
papel del oro en el futuro SMI.

R.deInformaciónComercialEspañola, n(im, 472 —Diciembre de 1972.— El —


final de un principio. — Hungría. —El comercio exterior de la URSS, —La RD.
de Alemania, —Relación de empresas de comercio exterior de los países del
Este. — Comercio intraeuropeo. — El grupo andino y la inversión extranjera. —
La participación financiera de España en el desarrollo de Iberoamérica, —La
exportación española ante la creación de normas internacionales de calidad, —
Misión textil española a Australia y Nueva Zelanda. —Las características del
sector químico, con especial referencia al caso español, —Proteccionismo y
política comercial jnternaciona1, —

PresupuestosGeneralesdelEstadoparaelañoEconómico1973.

RevistaGeneraldeMarina, febrero de ‘1973.— ¿Ha cambiado la doctrina de—


la Iglesia sobre la guerra?.— La desconcentración de facultades para la con
tratación administrativa en la Armada, — La defensa Nacional y la informética.
Canales de sonido en los océanos.,
—8—

RevistadePolíticaInternacional, núm. 124 noviembre—diciembre


— de 1972,—
La trayectoria internacional norteamericana. Malandanzas
— y bienandanzas
de las relaciones sovieticoniponas. Ideología y realidades
— en la dinámica
de la OUA (u).— El Vietnam tierra de sangre (1).— Cincuenta aíos de !a UR
SS y autodeterminacj6n, Los estados arabes ante Europa Occidental,
— La —

pertinaz inestabilidad política del Dahomey.— Diario de acontecimientos refe


rentes, .
, Diario de acontecimientos
, — mundiales,

SábadoGrifico,, núm. 821 24 de febrero de 1973.— Los herederos forzosos.


Consumismo. Informe: Gas natural.


— Historia y actual ¡dad, Francia y a nue
va sociedad”. Democracia,
— Prensa y Ayuntamientos. Relaciones — con la —

Uni6n Sovitjca. IEjrctos


— en la tormenta”. Una gran medida de gobierno:
La revaluaci6n parcial de la peseta. Washington—La
— Hábana: Primer dílogo,
primer acuerdo,. Italia: Hacia la resurreccibn
— del “Centro—Siniestran. —Mao—
Kissinger: Dos horas de conversación, “De aguas territoriales,,,
— ytambien
de Chile: Elecciones y peligro en marzo.—Francia: 800,000 —

abortos clandestinos
al aFio,

ALEMANIA

Pubiicaci6nalemana!!SoldatundTechnik”, enero de 1973. El Eurogroup de—

cidió un programa de fortalecimiento europeo. La Comisi6n de estructura


— —

de la defensa presenta el informe 1972, Aviones de combate de Europa Oc


cidental. El empleo de los medios rusos para paso de cursos de agua,


— La —

localizaci6n de misiles con dispositivos pasivos de radio.— Lanchas rápidas


dotadas de proyectiles dirigidos pertenecientes a a Marina Israel ita. Tec— —

nica de construcci6n naval: (9 Parte),

Publicaci6nalemana“SoldatundTechniku, febrero de 1973.— Sobre la racio,


nal izaci6n del entretenimiento del material, —Los carros del presente y del
futuro,— Aterrizajeautomáticosin visibilidad
(estudiocompletÍsimo),—
El S
korsky 5—67 Blackhawk, — La motocicleta en el ejército de tierra,

Pubi icaci6nalemanaWehrkundeI, enero de 1973. Crítica al informe sobre


la estructura de la defensa. Defensa total.


— Oriente —Pr6ximo ¿alto el fuego
o crisis?.— La proyecci6n de objetivos militares y civiles,

Publicaci6nalemana“Wehrkunde”,febrero de 1973,— La defensa total (2par


te).— La escalada y la lucha encubierta, La forrnaci6n política en la Bundes

wehr y la responsabilidad del oficial, —TUnocontra tres’,


-9—

BELGIC

RevueGenerale, núm, 1 de 1973 — E! que salvó a Europa, Harry Truman0

FRANCJA

LesCahiersAtJantique,noviembre de 1972v— El jaón y e! mundo atlntico0—


Entre el aislacionismo y e! compromiso0 Opciones y dilemas de la Política

Japonesa0 *Estados Unidos y e! Jap6n el fin de una era0 Relaciones — que —

empiezan: Europa frente al Japón0 3ruselas


— y Tokio: d!!ogo entre dos gi
gantes de a economía.0- E! Ja6n en un mundo Triangular0

RevuedeDefenseNiona, Enero de 1 973, C!ausewitz — y la guerra popu —

lar0 — La victoria de! Presidente Nixon; el triunfo de una política extranjera. —

La descentralización en los ejrc:itos0 Opinión libre: Por una revisión


— del
concepto del empleo de fuerzas0 El modelo dernocrtico suizo y sus princi—
pios.— Desde que ha aparecido L.ibia- Problemas demogrfico5 de la Unión
Sovitica.— De Pakistan Orienta! a Bangladesh0— PolÍtica y diplomacia:La —

Alemania de Brandt.0 Ciencias


— humanas: El test»; moda o mótodo,

RevuedeDefenseNata!e febrero de 973, Educación permanente y de—


-

mocrtica, El control de las industrias


— de armamento, Las telecomunica

ciones y la dirección de la defensa0— La política exterior de lnglaterra0—PO


lítica y diplomacia: Helsinki y depuós0— Actualidad económica: Expansión,—
desempleo e inflación0 Ciencia y técnicoS: el aser: presente y futuro0

ForcesArmeesFrançaisç. febrero de i973 Reflexiones


— sobre la organi
zación de las fuerzas terrestres0 — Los ejóritos y la ¡nformtica, — L,a es——
cuela de operaciones aóreas combinadas0

Francia—lnformacIPs, ncm. 40 diciembre


-, de 1972, La caza en Francia:

Una encrucijada0- El complejo de FOS y la Europa Occidental,- L.os France


ses y la misión de Francia en el mundo, La industria farmacóutica
— en Fran
cia. —La ayuda bilateral francesa a los Estados francófonos de Africa Negra0

FuerzEs Armadas FranceSa enero de i973 A propósito del Servicio


— Mili
tar, — El Humanismo y la condición militar0-’ Infantería y la movilidad, Una —

introducción a la guerra de minas navál,— El ruido en los medios militares0’-


Profilaxis individual del traumatismo sonoro, Instrucción — y adiestramiento
de la tripulación en un C—135—F.
—10—

RevuedeDefenseNationa, dicernbre de 1972,— La Defçnsa y Seguridad —

de Europa. La investigación
— y los estudios para la defsa, Los construc

tores de aviones y de los transportes aireos en la encrujada, La Unión — —

Sovitpca en 1985 E! modelo democrit,co


— suzo y sus nst,tuc,ones El Pe —

ronismo, — PolítIca y dlplomaca un otoFíoeuropeo Acta!idad económica


Europa contra a inflacón. Ciencias


— y tócnicas: Peri u?çios y discursos de
los resultados.

RevueFrancaisedeSociolo, octubre-diciembre de 197. Acerca del


— —

buen empleo de la crisis,- Gabriel Tarde y la psico!ogíásocial,_ Como se


reclutan los efectivos de los partidos políticos franceses»— Tentativa de cons
truccjón y de ut,lpzac6n de un modelo de convers,6n reliosa según el ejem
pb de Constantino, — El anl isis causal frente a los efeds de interacción: —

nuevo examen del mótodo de dependencia de Raymond Bóudon,

Strategie, núm. 30, Ofensiva y defensiva,


- La confer’enja europea sobre —

segur idad. De la estrategia. Refexiónes


— — sobre la estrtegia total en un
mundo multipolar,

iNGLATERRA

AdelphiPapers, núm. 91,— “Asia Oriental y e! Sistema Mundial II, Primera


parte: Las super potencias y e! contexto mundial: Las super potencias en —

Asia, La Unión Soviética en Asia, La doctrina de Nixon en Asia. El fin de


Oipolaridad.

AdelphisPapers, núm. 92,— “Asia Orienta! y el Sistema Mundial”0 Segunda


parte: Las potencias regiona!es: La aparición de China, La poLítica exterior
China. La seguridad de Japón en un mundo multipo!ar, Las estrategias de —

Seguridad Nacional Japonesas e Indias en Asia de los aFos setenta,

Defence, enero de 1973, Armas modernas para las fuerzas de la NATO.


— —

La amenaza del poderío naval soviótico, Credibilidad


— disuatoria en las —

SALT 110—El memorandum de las SALT 1. Las armas y.eI hombre, Equipo
- -

automático para as radios El ejórcito inglés de voluntarios,


Survival, enero y febrero de 1973. Consecuencias


— estratégicas de la Comu
nidad Europea Ampliada. Petróleo: cooperación o conf!ito. La políticano
— —

nuclear del Japón.— Las ruinosas formas de la NATO.


— 11 —

ITALIA

RivistaAeronáutica Astronáutica—MiSiliStiCa,PubUcaci6nItaHana,
— noviem
bre de 1972. La exposicn
— europea aérea de Farnborough Europa 72. EvO —

luci6n e importaci6n de la informaci6n militar,— El Servicio del Material Es


pecial Aeronáutica. Aviones italianos (1914—1918) 2 parte,— Notas breves0—
Bibi ¡ografía.

RivistaAeronutica Astronuça—JJflStica
— Pubi ¡caci6n Italiana, dic iern-
bre de 1972.—Actualidad del aspecto humano en la organizacíbn miUtar.— Es
tudio del proyecto para la realizacbn del simulador para un avi6n en descen
so vertical. — Consideraciones sobre as “rélaciones pciblicas” en las FA s. —

Aviones italianos: 19 14—1918,— Notas breves. Bibliografía.


RivistaMaríttima, enero de 1973.— Restructuraci6fl de las Fuerzas Armadas


italianas.— 1973 — Evoluci6n de la Marina en el mundo.— Poder miLitar en el
mundo pentapolar (2 parte).

RívistaMarittim, febrero de 1973,— El fondo marino y los hidrocarburos,—


La fuerza oceánica estratágica francesa0

Rivista_t.lHlture9 noviembre de 1972v— El empleo de los helic6pteros en more


tana en 35 diversas fases de la ofensiva y eh a. defensiva, La Aviaci6n Ii’—

gera del Ejército de Tierra en el ámbito de la ün.idad acorazada— Utilízacibn


del método costo/eficacia en la planificacin0 Reflexiones y consideraciones

sobre la política del personal.— Sobre os O.V.N. L,s, actualidad y realidad


del fen6meno de los O. V. N. l , s, Bibliografía0

IIPcIitico, septiembre de 1 972, El problema monetario internacional


— es una
perspectiva comunitaria, La estrategia
— internacional del desarrollo. Las —

fuerzas armadas en la economía de Nigeria. Un punto de vista socioloico. —

Thíerry, Saint—Simon y la teoría de la lucha de clases en Francia. Un pun —

to de vista inglás sobre Europa y la Alianza Atlántica,

PolíticaEconomica, noviembre de 1972,— Los incentivos de la hacienda enla


economía hCingara.— ReseFias y notas bibliográficas.

RivistadePolíticaEconomic, diciembre de 1972,— El problema de educa——


ci6n de capitales en los Seguros de Vida. —
12—

RivistadiStudiPolitíciInternacionali, octubre—noviembre de 1972.— La se


guridad internacional y Europa, — Hacia una garantía internacional de la in—
formaci6n, —

PORTUGAL

RevistaMilitar,Publicaci6nportugues, diciembre de 1972,— La política ex


tenor contemporánea y la coyuntura africana, — Portugal en Africa.

OTAN

Nouvelles de LOTAN, noviembre y diciembre de 1972. ¿Son las relaciones


Este—Oeste principio de una nueva era ? Dieciochoava
— reuni6n de la asam
blea del Atlntjco Norte. La seguridad y la cooperacibn europea en la encru
cijada.— LIBROS INTERESANTES: Limitaci6n de las armas estratégicas, 1
y 2 parte. Los pr6ximos paises nucleares y a NPT, publicados por SIPRI.

RevueMilitaireGenerale,publicaciÓndelaNATO, enero de 1973.— Geoestra


tegia y Geopolítica mundial; Balanza y perspectivas,— Europa y el S,E, Asi—
tico en el equilibrio global de potencias, Los suboficiales
— en las fuerzas ar—
madas sovitjcas, —Francia, su defensa, El militar profesional y el estado
absolutista: el ejemplo de los Habsburgo, Las constantes de la política nor

teamericana en Indochina, (1954—1972) 1 parte,

ReiueMilitaireGnrale,publicacióntrilingüe, diciembre de 1972,— Los —

acuerdos de SIMLA (28 de junio al 3 de julio de 1972),— L.a “teoría del domi—
n1o11.— El peligro aireo,— El trato con la poblaciÓn civil,— E Servicio Mili
tar. — La prol ¡feraci6n de armas nucleares en Asia, Reflexiones
— sobre el
mando territorial,— Bibliografía.

SUIZA

BoletíndeTeleconnunicaciones, febrero de 1973.

Interavia,enero de 1973.— El presupuesto militar de EE,UU, para 1973,—


El mercado de aviones de reacci6n para entrenamiento. El Alpha Jet fran
— —

co—alemán, — El HS—1 182 britníco, Aviones de entrenamiento, ¿Corren —


—13—

las compañíaS a€reas a su perdici6n?. El porvenir


— del. transporte por avio
nos. — Privilegios del transportista aéreo en caso de accidente de aeronave. —

La situacicn del transporte aireo regular. Formaci6fl del personal navegafl


te técnIco de Air France El rec’o
— de la undad ReconsderaCI6fl
— de los
proyectos de aviones STOL de transporte en EE. UU, en servicio de
un sistema automátiCo para medir el alcance visual en las pistas. — Equipo auto
mático de verificaci6n. Sistema de control de vuelo para aviones STOL0 Sem
blanza del Centro Nacional de Estudios Espaciales francS, — Desarrollo del
programa del transbordador espacial.

Interavia, febrero de 1973 El transporte


— de mercanCíS plurimodaí y las
compaÍías aireaS La aerostac!6fl de flete automatzada de Air France en
Paris—OrlY — Los serv!coS Sea Jet Ono para transporte combinado de mor—
cancías por mar y aire, — CaracterístiCaS básicas del a6n de caza. El

F—15 Eagle en su primera fase de desarrollo0 El AV_a4Harrier


— al servi——
do de la Infantería de Marina de EE.UU.— La rivalidad.COmercial entre EE.
UU. y Europa en el sector aeronáutico ir en aumento0 RB0 211: informe
de los seis primeros meses de utilizaci6fl, El DC—1O Twin.
— — Beechcraft —

Cessna — Piper. Perspectivas para 1973.- ¿Contribuirá Europa a la realiza


ci6n del Space LaboratorY?. El grupo KSSU y el DC—1O. El transporte —

aéreo de mercancías en los países de COMECON. 1 parte.— Dificultades pa


ra el aterrizaje automético en el aeropuerto de Ginebra.

RevueMilitpire Suisse, núm. 1 enero de 1973.— ObligacioneS


— técticas de
una tropa estacionada, Tésis sobre nuestro ejército.
— El deber cívico fren
te al Estado. Pienso,
— luego existo. La aproximadi6fl
— en el combate
cuela de Mando.

USA

AirForce, noviembre de 1972.— Volando en el Phantom. Punto de vista de —

un piloto del F—4E, sobre dicho caza.— Aprovisionamiento mediante lanzamiefl


tos aéreos de AN LOC,— SCAD, el versatil, misil ingenio simulador, que
tiene un radio de acci6n de varios centenares de millas y aparece ante los —

radars enemigos como si fuese un B—52,SU misi6n es confundir al enemigo y


saturar sus pantallas de radar, ‘El TRIAD...
— més uno ‘, El mando de de
fensa Aeroespacial , componente del NORAD, Informe sobre la defensa aérea

de los Estados Unidos,


14-

TieJournalofPolitics, volumen 34, núm. 4, noviembre de 1972.—. La crrcra.


co las armas estratégicas 1957—61. La guerra civil corno fuente de la violen

cia internacional —

MarineCorpsGazette, diciembre de 1972,— Educaci6npra el mando,— Unidade


acorazadas: un análisis sincero.— Aspectos legales del buso de las drogas, —

Dos generales.

MiütaryRevjew, noviembre de 1972,— Las F0E0A, según los franceses,—


¿Maldici6n o bendicj6n para el Medio Oriente?. La disuasi6n y las potencias

intermedias0 — ¿Qué es la ciencia mH itar?, Africa en los aios 1970. Nue


vo Programa MAP para Latinoam&rica, Seguridad


- asiática, El ¡der profe

sional, Un modelo personal, El proceso de desarroho,- La OTAN y el Pac


to de Varsovia.

Proceedings, diciembre de 1972,— Nuevas Realidades en los Asuntos Nava—


¡os y Exteriores,

U.S,NewsandWorldReport, 22 de enero de 1973.— Reto por Nixon: La Po


da de los compromisos en el extranjero, Auge mundial en a venta de armas.
— —

Donde se prohibe la venta de armas por los Estados Unidos,

U. 5. News and World Report, 5 de febrero de 1973,— Estadísticas de varias


Para indochina, la guerra esta lejos de haberse acabado,—pres
puesto 1973/74 Americano, Texto ofÍcial del acuerdo de cese el fuego en
— —

Vietnam.

U.S,NewsandVorldReport, 14 de febrero de 1973,— ¿Ayudaras EE. UU.


a Vietnam del Norte?. — intranquilidad racial en la Marina, fanatizada por —

hábiles agitadores.

También podría gustarte