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Korn/Ferry International, Juan Valles

Prepárate para la competencia de tu vida. La carrera de los 42 años.

Mi experiencia me dice que nada te puede preparar lo suficientemente para tu carrera profesional, pero lo
que sí es claro es que debes esperar la competencia de tu vida. Cada uno de los graduados del Tec y de las
universidades de México y el mundo quieren lo mismo que tú: éxito y trascendencia. ¡En el mundo laboral vas
a competir en todo y con todos!

Todos recordamos muy bien la fecha de nuestra graduación. Estamos felices y tenemos muy altas
expectativas de nosotros mismos y del mundo que nos espera; deseamos contribuir en él y queremos
transformarlo en un lugar mejor. Ansiamos tener una posición de liderazgo en alguna empresa, o tener una
propia y dar empleo a mucha gente. Y la verdad es que toda esa determinación es importantísima, porque si
no tenemos altas expectativas y propósitos trascendentes en nuestros planes simplemente no llegamos a
ningún lado.

Sin embargo, a pesar de que esas expectativas nos hacen sentir que la carrera profesional es una carrera de
velocidad como la de los 100 metros planos, la verdad es que se parece mucho más a una carrera de
resistencia. Si, en promedio, las personas se gradúan a los 23 años y se jubilan a los 65, entonces se cuenta
con 42 años de carrera profesional que, casualmente, es la misma cantidad de kilómetros que tiene un
maratón o 42K. Sólo que en el maratón profesional hay algunas diferencias cruciales. Primero, esta no es
una carrera que escoges correr o no; esta es una carrera que VAS a correr porque de algo tienes que vivir los
siguientes 42 años (42A)…. y la pregunta es: ¿cómo la quieres correr? Segundo, es una carrera donde no
hay caminos trazados ni rutas, cada quien hace la suya y es como a campo traviesa, con obstáculos,
espinas, arbustos, piedras y alimañas. Tercero, no se trata de llegar primero, el tiempo avanza igual para
todos y te vas a jubilar más o menos al mismo tiempo que toda la gente de tu época; más bien es cuestión de
ver quién llega en mejor forma a la meta,... porque es un hecho que te vas a caer algunas veces y te vas a
raspar. En 42 años a campo traviesa todo puede y va a pasar. ¡Es una carrera en la que se trata de ver quien
llega menos raspado al final!

Para tener éxito en la competencia de tu vida, primeramente es necesario entender un concepto de dualidad
muy importante. ¿Cuántas veces has visto un gran esfuerzo que fracasa por falta de planeación? como aquel
relato de unas vacaciones que terminaron en historia de terror por falta de un organizado y efectivo plan, o
¿Cuántas veces has visto un plan perfecto que falla en la ejecución? como esa gente que hace un plan de
dieta y ejercicio fenomenal, se inscribe en un gimnasio muy moderno, agenda toda su dieta y sus rutinas de
ejercicio en su calendario y al final su figura no mejoró porque nunca lo llevó a cabo de manera adecuada y
consistente. Estas situaciones también se repiten en los negocios de manera frecuente. Mucha gente tiende
a exagerar lo uno o lo otro y en general es difícil encontrar personas que sea muy buenas en ambas cosas.
Bueno, pues para tener éxito en el maratón profesional, al igual que en las demás cosas importantes de la
vida, tendrás que hacer ambas partes bastante bien, por un lado el plan y por el otro la forma de ejecutarlo, a
menos claro está, que no te importe llegar arrastrándote y muy raspado al final.

Hablemos primero del plan. A lo largo de mi carrera de profesionista he podido identificar que los 42A tienen
4 etapas, que se pueden estimar en 10 años cada una.

Etapa 1: Los primeros 10 años de tu carrera son para que encuentres tus ventajas competitivas, aquellas 2 ó
3 cosas que tú haces mejor que todos, aquellas en las que nadie te gana. Y aunque parezca fácil, no lo es
tanto, así que primero trataré de explicarlo con una analogía. Cuando nos anuncian un automóvil en la
televisión por ejemplo, nos dicen que tiene la cajuela más amplia, o el motor con más caballos de fuerza, o el
mejor precio, etc., es decir, nos dicen qué es lo que lo distingue de los demás.
Korn/Ferry International, Juan Valles

En el caso de un profesionista, las ventajas competitivas son aquellos problemas que esa persona resuelve
mejor que los demás, o las decisiones o el tipo de análisis que hace mejor. Es responder a preguntas como:
¿Para que soy realmente bueno? ¿Qué tipo de encomiendas me encarga siempre mi jefe porque sabe que
las realizo mejor? ¿Qué es lo que mis compañeros identifican muy bien de mí? ¿Qué me hace diferente y
único? Es muy importante aclarar que las ventajas competitivas NO son el ser honesto, responsable, puntual,
orientado a resultados, etc.; esas son las conductas mínimas esperadas de un profesional y esos hábitos no
lo hacen realmente diferente. ¡Sería como decir que un automóvil se distingue porque tiene ruedas, motor,
acelera y frena!

Bueno, ¿y porqué toma 10 años darse cuenta de nuestras ventajas competitivas? En realidad puede tomar
menos tiempo o incluso más, porque la verdad es que no existe otra manera de saber cuales son tus mejores
habilidades o ventajas competitivas más que trabajando. Puedes hacer exámenes psicométricos y otras
muchas técnicas que te pueden dar indicadores y ciertamente ayudan, pero no vas a saber con certeza hasta
que no hagas “la prueba de laboratorio”. Por ejemplo, puedes leer un manual para andar en bicicleta y
puedes ver videos de cómo hacerlo, pero no vas a saber hasta que no te subas y le des. Así es, tienes que
pedalear porque se aprende haciendo. Así como en la escuela, donde al tomar clases puedes visualizar
conceptos y entender, pero realmente aprendes hasta que haces la tarea, en el mundo laboral es igual; tienes
que pasar algunos años “haciendo” para que te des cuenta de lo que te hace único. Los estudios de la firma
en la que laboro y las de muchos otros estudiosos del tema indican que el 10% de lo que uno aprende es vía
cursos de capacitación o salón de clases, 20% es a través de la guía y consejos de la gente que te rodea y
70% es porque lo hiciste tú (o lo hiciste junto con la gente que te rodea).

Y así como cada uno de nosotros cuenta con ciertas ventajas competitivas, también tenemos desventajas;
hay cosas en las que la mayoría de la gente es mejor que tú y debes conocerlas para saber como
compensarlas. Te puedo dar miles de libros, cursos, tips, páginas web y cosas sofisticadas para mejorar tus
áreas de oportunidad, pero no te van a servir de mucho. ¿Por qué? Porque 70+20 =90. El 90% se aprende
haciendo o a través de los demás. Mejor te doy el siguiente consejo: Júntate con la gente que es contraria a
ti. Si eres introvertido, júntate con los extrovertidos. Si no eres analítico, júntate con el que toma decisiones
hasta que reunió toda la información y estudió cada ángulo del problema. Si no eres bueno con la gente,
júntate con alguien muy popular. Al rodearte de la gente cuyas ventajas competitivas son precisamente tus
áreas de oportunidad poco a poco vas a adquirir habilidades y conductas que no son comunes en ti, hasta el
punto en que llegarán a ser normales. Está bien tener áreas de oportunidad y de hecho siempre las tendrás,
pero lo importante es entender que nadie alcanza la perfección por si solo, únicamente se alcanza en grupo,
cuando sumamos nuestras ventajas y contrarrestamos nuestras desventajas. ¿De quién te quieres rodear en
la competencia de tu vida? ¿De gente igual que tú, o de gente que te complementa y que te puede ayudar a
ser mejor?

Etapa 2: Una vez que encuentras tus ventajas competitivas, que por cierto no son más de 2 ó 3, porque
simplemente no se puede ser bueno más que para unas cuantas cosas, estás listo para la siguiente etapa:
moverte y colocarte en aquella industria o giro y en aquel departamento o función en la que precisamente
esas ventajas competitivas son la diferencia entre un ejecutivo exitoso y uno que no lo es. Para todos los
trabajos normalmente hay 2 ó 3 cosas que hacen la diferencia. Por ejemplo, tomando de nuevo el automóvil,
es para todos claro que al conducir un vehículo con niños abordo, además de saber conducir y respetar el
reglamento de tránsito y las reglas de urbanidad, son necesarias algunas habilidades esenciales: paciencia,
mesura, alta capacidad de concentración, etc. y son precisamente esas competencias las que pueden hacer
la diferencia entre un conductor de camión escolar exitoso y uno promedio. Digamos pues que en esta etapa
de tu carrera ya eres conductor con algo de experiencia, pero ahora debes encontrar que tipo de vehículos,
con que pasajeros y bajo que circunstancias requieren precisamente de tus ventajas competitivas. Esto
también puede tomar tiempo porque los cambios de puesto o promociones pueden tomar algunos años. Es
necesario esperar las oportunidades adecuadas y no olvidar que las etapas pueden ser más cortas o más
largas de 10 años. No hay reglas fijas ni caminos trazados.
Korn/Ferry International, Juan Valles

Etapa 3: Cuando ya tienes unos 20 años de graduado (y aproximadamente 43 de edad) y ya sabes muy bien
cuales son tus ventajas competitivas y estás en aquella empresa y en aquel departamento o función en la
que esas competencias hacen la diferencia del éxito, felicidades; ahora sí puedes cobrar buen dinero y
puedes tener las prestaciones ejecutivas. Estás en la parte más alta de tu carrera y tienes 10 años para
disfrutarlo y sacarle el máximo provecho. De nuevo felicidades, aprendiste, te posicionaste en el mejor lugar,
ejecutaste con éxito tu estrategia y ya estás en primer lugar del maratón.

Etapa 4: Si te mantuviste actualizado y joven de mente, al llegar los últimos 10 años podrás aguantar el paso
de los jóvenes que vienen atrás de ti a quitarte tu primer lugar; y está bien, es su derecho porque es una
competencia. Muchos de nosotros cometemos el error de quedarnos en nuestra zona de confort cuando
estamos en ese primer lugar de la carrera; después de todo, ¿Porqué cambiar si lo que hemos hecho ha
resultado ser efectivo? ¿Para que entrar en algo nuevo si ya sé todo lo que hay que saber de mi negocio?
¿Para qué crecer y buscar esa promoción si con lo que gano tengo para vivir muy bien? La verdad es que no
se trata de dinero, se trata de tomar nuevos retos para continuar equivocándote y aprendiendo y que el
cerebro nunca deje de hacer ejercicio. La mejor manera de mantenerse activo durante todo el trayecto de los
42A es atacando la mente con retos constantes para no dejarla descansar. Es necesario forzarla a aprender
cosas nuevas y entre más diferentes sean de tu experiencia, mejor. Si eres del giro humanista estudia
ciencia, si tu carrera ha sido en el área de ingeniería estudia arte y así por el estilo. Atácala con cosas que
nunca ha visto. No tengas piedad de ella.

Pero eso no es todo, porque lo que no he mencionado todavía es que esta estrategia de las 4 etapas es
cambiante y muy dinámica. Tus ventajas competitivas cambian con el tiempo. Las competencias o
habilidades que vas adquiriendo durante los 42A inevitablemente te cambian. Es imposible no hacerlo,
porque simplemente eso es aprender. Los ejecutivos maduros suelen ser muy buenos en áreas en las que
eran bastante malos al iniciar la carrera. Es un campo de batalla dinámico y por lo tanto es necesario estar en
constante evaluación de nuestras ventajas competitivas con relación a los demás competidores y ajustar
nuestra estrategia de competencia acorde a las circunstancias. Todos hemos visto historias de alguien que
llevaba ventaja y que su descuido y confianza fue aprovechada por un competidor para tomar la delantera, lo
cual nos lleva precisamente a la segunda parte de la dualidad. Hablemos ahora de la forma de ejecutar el
plan, en donde analizar los 5 factores que los profesionistas exitosos tienen en común puede ser de gran
ayuda.

Primero, saben en donde están parados. La gente exitosa sabe muy bien cuales son sus ventajas
competitivas y las está evaluando y comparando a lo largo de todos los 42A.

Segundo, saben a donde quieren ir. Entienden que es una larga competencia y toman sus decisiones
pensando siempre en el largo plazo. Los profesionistas exitosos nunca cambian de trabajo sólo por dinero,
sino que siempre lo hacen por razones estratégicas y, como consecuencia de sus buenas decisiones, el
dinero llega después. El dinero no es el éxito, sino una consecuencia del éxito.

Tercero, entienden que hay que pagar un precio por ser exitosos y se levantan más temprano, se acuestan
más tarde y hacen más tarea que los demás. Aunque siempre hay excepciones, el deportista que gana el
torneo normalmente es el que entrenó más y el alumno que se saca 10 normalmente es el que hace la tarea
y estudia más. Mucho se ha escrito sobre las grandes diferencias entre la universidad y el mundo laboral,
pero basado en mi experiencia, la de mayor importancia es esta: Mientras que en la universidad se compite
básicamente contra uno mismo porque una vez al mes los profesores juzgan el desempeño y esa calificación
no tiene efecto en los demás alumnos, en el mundo laboral lo que hagas o dejes de hacer y todas y cada una
de tus acciones afectan y son observadas por tus compañeros, superiores, subordinados, proveedores,
clientes, competidores, todos. Y por eso precisamente la gente exitosa trabaja más duro, porque entienden
que aquí no puedes decir que no hiciste tu tarea, porque no sólo te afecta a ti, sino también a los que te
rodean. En el mundo laboral, hacer la tarea implica la responsabilidad propia y la responsabilidad hacia los
demás.
Korn/Ferry International, Juan Valles

Cuarto: son unos maestros de la percepción. Volviendo a la escuela, ahí las cosas son bastante objetivas, si
te ponen un examen con 10 preguntas y las contestas todas bien, te sacas 10, independientemente de que el
maestro piense que eres bueno o que tuviste suerte. Pero en el mundo laboral, a pesar de que puedas ser
muy bueno en lo que haces, si tu jefe o tu cliente tienen otra percepción, estás en serios problemas. El
profesionista exitoso es muy bueno para entender a la gente y darle a su cliente o a sus superiores más de lo
que esperan y sabe que el trabajo bien realizado no sirve, a menos que el cliente interno o externo lo
perciban como tal.

Quinto, siempre tienen propósitos trascendentes que se originan en sus altos valores. Creo que un ejemplo
lo ilustrará muy bien. No es lo mismo decir: trabajo en una compañía que fabrica bolsas de aire, que decir:
nos dedicamos a salvar vidas y por ello tenemos que ser los mejores. Busca siempre la trascendencia de tu
trabajo.

Ahora; la verdad es que todos los 5 conceptos anteriores se reducen a lo siguiente: 1) saber donde estás
parado, 2) hacia donde vas, 3) estar dispuesto a caminar, 4) entender muy bien al cliente y 5) hacer todo con
los más altos valores. No conozco una junta de planeación estratégica que no contenga esos elementos
básicos. ¿Pero porqué es tan fácil de entender y tan difícil de llevar a cabo? Bueno, pues por la misma razón
que cualquier persona te puede decir como llevar una vida saludable: haz ejercicio, no tomes, no te desveles,
no fumes, come balanceado y a tus horas, etc.; eso lo sabemos todos, pero también sabemos lo difícil que
puede ser llevarlo a cabo. Es importante tener un plan de carrera a largo plazo, pero una vez que estás en la
competencia en medio del campo y vas abriéndote camino entre los arbustos puede tornarse difícil ejecutarlo
y ajustarlo, pero es ahí en donde reside el arte del profesionista exitoso. Es de gente inteligente y prudente
saber hasta donde planear y cuando empezar a ejecutar aunque el plan no esté perfecto. Es de sabios
cambiar de opinión y ajustar el plan según los imprevistos del camino y es de aguerridos tener la
determinación de lograr los objetivos a pesar de los errores del plan, de los imprevistos y de los obstáculos.

Hemos hablado ya de lo importante de tener un plan de carrera. Si no te gusta el de las 4 etapas que
describí, no importa, modifícalo y ten uno propio. Y también hemos hablado de lo importante que es
ejecutarlo y si tampoco te gusta la manera en la que lo he descrito también puedes hacer una propia, pero lo
que sí es importante es que tengas un plan y que sepas cuando y como ejecutarlo, cuando y como
modificarlo y que tengas el ingrediente final: la determinación para hacerlo realidad. En los 42A, o en la
competencia que sea, la determinación es la que hace la diferencia entre el primer lugar y los demás
competidores.

Los profesionistas que llegan en mejor forma al final de los 42A son aquellos que constantemente se están
evaluando contra los demás y saben muy bien en qué tienen ventaja. Aquellos que además de tener un plan
lo aplican y llevan a cabo día con día. Aquellos que saltan los obstáculos y que modifican su plan de acuerdo
al entorno, pero que siempre tienen clara una meta fundamentada en sus valores y con propósitos
trascendentes. Aquellos aguerridos que no tienen miedo a caerse y rasparse porque saben que se van a
levantar. Aquellos que se exigen ser mejores y no aceptan que un americano, un europeo o un chino les
gane. Aquellos que son de verdad competitivos.

Si todo esto te parece exagerado, o sientes que la vida no es así, o que tú no eres, o no te gusta ser tan
competitivo; piensa en lo siguiente: la concepción misma de un ser humano implica una carrera que muchos
millones de células tienen que librar, y que por cierto es maratónica y hostil. Tú ganaste esa carrera. Naciste
competitivo y por eso estás aquí…. Bienvenido a los 42A.

Juan.valles@kornferry.com

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