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GRACIELA LLARULL1
Desde la Psicología Jurídica se propone pensar en los operadores jurídicos entre los
que se encuentran los psicólogos.
Ante la hegemonía del modelo medico nos ha costado pelear por el lugar de
reconocimiento, falta aun invertir un buen tiempo de nuestras prácticas para demostrar
y delimitar nuestro espacio profesional que aun se sustenta en la intención de utilizar
nuestro decir para sostener dichos jurídicos.
De todas formas hoy podemos hablar de interdisciplinariedad como una de las
perspectivas ineludibles ante la complejidad de los fenómenos sociales, por lo menos
1
Perito Psicóloga de Oficio del Departamento Judicial de Mar del Plata Pcia. de Bs.As. Profesora regular
exclusiva de Psicología Jurídica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del
Plata. Profesora titular del Seminario de Orientación “La Practica Forense del Psicólogo
Jurídico”..Directora del grupo de Investigación en Psicología Jurídica GIPJURI y Directora. del grupo de
Extensión GIES de la Universidad Nacional de Mar del Plata .Profesora Titular de Psicología Forense de
la Facultad de Psicología de la Universidad Atlántida Argentina .Docente Responsable cel curso la
Intervención Comunitaria del Psicólogo Forense de la carrera de de Especialización en Forense de la
UBA
Asociación Argentina de Psicología Jurídica y Forense – Pers. Jur. 3608
Prilidiano Pueyrredón Nº 823
Playa Unión – Rawson (Chubut) CP. 9103 - Tel. 0054 280 4469299 Martes y Jueves de 14:00 a 17:00 horas
aapjyf@gmail.com // http://aapjyf.blogspot.com.ar/
2º CONGRESO NACIONAL y REGIONAL DE PSICOLOGIA JURIDICA y FORENSE
“El sujeto de (la) Técnica Forense”
4, 5 Y 6 de Septiembre de 2012 // Puerto Madryn (Chubut) Argentina
Universidad Nacional de la Patagonia – San Juan Bosco – Sede Puerto Madryn
el intento, ya que todavía falta reconocer en mucho el cómo. Sobre todo cuando
somos convocados en asimetría de poder.
La realidad demuestra que cada disciplina en particular se desborda, debido a la
complejidad de la problemática que deben asumir, esto hace a la necesidad de un
encuentro entre disciplinas para su propio crecimiento, desarrollo y evolución.
Es importante ante el riesgo que implica una sola mirada, integrarla con la de
profesionales tanto de la misma disciplina, como de otras, agrupados en una suerte de
multidisciplina. El enriquecimiento en las intervenciones es innegable siempre y
cuando evitemos en dichas practicas, la repetición que nos aleja del caso único y
generan efectos desubjetivantes en la realidad psíquica de cada uno de los interdictos
La interdisciplina, exige un encuentro entre profesionales en paridad con una apertura
y postura crítica, autocrítica y problematizadora.
Dicha postura implica repensar la problemática del poder tanto entre las disciplinas,
como dentro de cada una de ellas, y sobre todo en el seno de los mismos equipos
interdisciplinarios.
Trabajar como profesional del ámbito psicojurídico en un contexto social que evidencia
el efecto de políticas neoliberales que degradan la condición humana y contribuyen a
la caída de la ley paterna, la perdida de la solidaridad y la incentivación del
individualismo, donde el tener para ser es el imperativo, nos coloca enfrentados con
nuevas o viejas formas del malestar, pero con una demanda de urgencia que afecta
nuestra labor.
Surgen tensiones propias del ámbito por un lado, pero acrecentadas por los medios de
comunicación por el otro, que obligan a una implicación subjetiva profesional mayor.
Implicación declarada como necesaria para los sujetos interdictos, pero que se hace
imprescindible por el juego de tensiones para el profesional.
Pensar sobre la tarea psicojurídica implica poner en crisis aquellos supuestos que la
sustentan.
Por ejemplo,
analizar el concepto de mantenerse “objetivo y neutral” en la intervención
profesional; utilizando escalas internacionales
o que se tiende a la patologizacion como justificación a la impunidad por un
lado como critica
y por otro como demanda subliminal jurídica en la necesidad de objetivar a
través de categorizaciones .
Reconocer esto como escollo es importante para la tarea, con el riesgo ético que
implica desidealizar modelos que nos proponen y re-construir los propios con el
consecuente rechazo de características y conductas que conducen hacia la
estigmatización de las personas. Y también reconocer a ciertos operadores como
ejecutores de modelos estereotipados que anulan la intervención especialmente en
nuestra disciplina del ver pensar y actuar.
Las “enfermedades profesionales” no son ajenas a todo esto y nos enteramos de altos
índices de colegas “quemados”, que darán tema para otro trabajo.
Cada intervención deberá ser muy cuidadosa y especifica para el caso particular,
evitando mostrar posturas propias que generen efectos iatrogénicos en el sujeto,
diferenciar muy bien los espacios reconociendo los limites de cada intervención, para
no generar desbordes que por el tipo de practica no podrán ser contenidos en el
espacio propuesto. (Pulh S. e Izcurdia M .2012)
En la asistencia nuestra intervención será para que el sujeto algo se pregunte, y logre
resignificar el acto, y se produzca el movimiento necesario para evitar la repetición.
En las instituciones
Los interrogantes;
¿Qué queda del profesional con ideales de cumplir con la misión de ser agente
de cambio?,
Para que esto se logre debemos reconocer que no estamos ajenos, ni mirando por un
ventana de cristal que nos hace impermeables.
Bibliografia;