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2º CONGRESO NACIONAL y REGIONAL DE PSICOLOGIA JURIDICA y FORENSE

“El sujeto de (la) Técnica Forense”


4, 5 Y 6 de Septiembre de 2012 // Puerto Madryn (Chubut) Argentina
Universidad Nacional de la Patagonia – San Juan Bosco – Sede Puerto Madryn

II Congreso del Asociación Argentina de Psicología Jurídica y Forense

Culpa y responsabilidad
Por Juan Pablo Mollo

Las nociones de culpa y responsabilidad permiten diversas conceptualizaciones según


la disciplina o los saberes desde donde se intente una aproximación: existen
perspectivas históricas, jurídicas, filosóficas, psicoanalíticas, religiosas, antropológicas y
sociales que convergen y se interpelan. Un modo de simplificar la temática al ámbito
práctico que anima este Congreso, consiste en ubicar el binomio culpa y
responsabilidad en relación con la pena desde la siguiente pregunta: ¿El castigo penal
puede conducir a la responsabilidad por el acto de un sujeto culpable?

1- Sí.

El asentimiento subjetivo

Si se pretende evitar una explicación positivista del acto delictivo y el delincuente, no es


posible concebirlos fuera de su referencia sociológica basada en la implicación
dialéctica entre el individuo que transgrede y el Otro cultural donde se inserta. La
realidad sociológica del crimen y la ley supone que imputación del crimen, la
identificación del criminal y las nociones de responsabilidad, pena, castigo y culpa son
relativos al contexto cultural y varían con las sociedades. En efecto, la ley como
semblante de las reglas sociales constituye el nudo entre ambos campos y mantiene
una relación correlativa con la época y el lazo social.
Además, Siguiendo un informe elaborado por J. Lacan en colaboración con M. Cénac,
en 1950, la vinculación entre el crimen y la ley a través de castigos, sea cuales fueren
sus modos, exige un “asentimiento subjetivo”. La significación misma del castigo se
modifica según las creencias e instituciones que sostienen el Otro cultural, e indica el
modo de interrogar a la sociedad, la cultura de un país o una subjetividad determinada
con respecto a la responsabilidad. Sin embargo, la perspectiva culturalista que subyace
a esta concepción implica la responsabilidad del sujeto por sus actos y del Otro social al
mismo tiempo; es decir: la convergencia de una perspectiva clínica de cada caso y un
abordaje de lo social, a través del anudamiento del sujeto y la ley. El asentimiento
subjetivo es lo que articula el castigo emanado de la sociedad, como sanción del lado
del Otro, y la responsabilidad como una decisión, del lado del sujeto culpable.
Cuando el castigo penal y social se vincula a la falta cometida por un sujeto culpable
(deudor) que acepta el precio del daño cometido a la sociedad (acreedor), entonces, el
asentimiento del castigo significa la responsabilidad por el acto. En otros términos, si
hay asentimiento subjetivo, la legalidad social se cumplimenta en la culpabilidad del
sujeto que puede aceptar el castigo respondiendo por su acto transgresor. Y el castigo
penal mediado por un sujeto culpable puede significar el pasaje a la responsabilidad
operando una rectificación subjetiva. Así, el condenado es quien se vuelve ejecutor de
su propio castigo transformado por el derecho penal en el precio de su falta.

La función clínica del derecho


2º CONGRESO NACIONAL y REGIONAL DE PSICOLOGIA JURIDICA y FORENSE
“El sujeto de (la) Técnica Forense”
4, 5 Y 6 de Septiembre de 2012 // Puerto Madryn (Chubut) Argentina
Universidad Nacional de la Patagonia – San Juan Bosco – Sede Puerto Madryn

Con un basamento antropológico la obra de Pierre Legendre propone una continuidad


válida entre el orden jurídico y la constitución subjetiva, haciendo del Padre un principio
universal para Occidente. El anudamiento del sujeto a la Ley implica una estricta
conjunción entre la causalidad psíquica y una causalidad de orden institucional. En otros
términos, la función de la Ley es instituir la vida: se nace a la ley como montaje
institucional y este segundo nacimiento se inscribe en una dimensión jurídica de la vida.
Desde esta perspectiva, el sistema jurídico es ante todo una técnica social de
comunicación, la única que puede obtener la entrada de los seres humanos a la Ley;
pues entrar en el discurso fundador es tener acceso a los montajes normativos de una
sociedad. La ciencia del lecho del nacimiento produce un discurso legalista, a través de
escrituras e interpretaciones, donde la criatura humana es hablada como sujeto por las
filiaciones familiares: no sólo se nace biológicamente sino también en virtud de la
institución social del nacimiento. En definitiva, el Padre es un concepto tributario de la
legalidad y una función lógica; un artificio viviente, una instancia jurídica necesaria para
la constitución subjetiva e institucional. Desde la perspectiva del hijo y la deuda
simbólica, la culpabilidad del sujeto remite a su ligadura genealógica y establece un
puente con el orden social de la normatividad. No hay culpabilidad sin sujeto instituido y
por el oficio del padre, cada sujeto en cada generación está en condiciones o no de
emerger del nudo familiar.
Se trata de una concepción que supone una nueva forma de contractualismo basado en
la función simbólica como instancia jurídica funcionando en el sujeto culpable y la
noción de culpabilidad como constituyente del montaje institucional de lo prohibido.
Ahora bien, si la Ley está en el centro de la cuestión al imponerse como lazo y como
lectura (lex es a la vez leer y elegir), entonces, el juez como intérprete de la Ley puede
ejercer, con su acto jurídico, lo que Legendre ha denominado: “función clínica del
derecho”, en referencia a lectura del caso particular y un uso de la sanción penal que
apunta al asentimiento subjetivo.

Respuesta: Sí, porque el castigo social que emana del juez admite la inclusión y el
reconocimiento de un sujeto en el Imperio de la Ley, que puede responder frente al Otro
social por su infracción desde su propia culpabilidad. El asentimiento subjetivo del
castigo social emanado de la Ley tiene como efecto la responsabilidad por el acto del
sujeto. Por ende, cuando se anuda la culpabilidad subjetiva con la normatividad social,
el castigo es la responsabilidad.

2- No

Culpabilidad y responsabilidad en el derecho penal

La parte especial de cualquier código penal señala un número de acciones conflictivas,


de gran heterogeneidad en cuanto a su significado social; sin embargo, en la práctica, el
sistema penal no interviene en la mayoría de delitos catalogados. El discurso jurídico-
penal proporciona un concepto “unitario” del delito mediante una compleja teorización
denominada: “teoría del delito”, que lo define en términos de acción típica, antijurídica y
culpable. Cuando se cumplen los dos primeros requisitos, clásicamente, se produce un
“injusto penal”; que no implica necesariamente la respuesta judicial, pues aún resta el
nivel correspondiente a la culpabilidad. Desde la teoría normativa, la culpabilidad es la
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expresión del “reproche” por la infracción de una norma; es decir: la culpabilidad es


reprochabilidad jurídica. Por ende, la pauta de culpabilidad por el injusto, teóricamente
purificada de la moral, resulta necesaria para la respuesta judicial.
Ahora bien, la culpabilidad es la forma privilegiada que elige el derecho penal para
nombrar los factores o elementos subjetivos de la acción delictiva. Y la exigencia de la
culpabilidad como índice subjetivo se basa en el requisito de la comprensión del hecho
por parte del autor del mismo, que se ordena por la presencia de la conciencia “al
momento del acto”; es decir, al momento de ejecutarse el acto delictivo. En resumen, el
derecho penal establece una correlación entre delito, culpabilidad, responsabilidad y
castigo, que se conforma a condición de constatar mencionada culpabilidad para luego
determinar la responsabilidad y el castigo.
Ahora bien, según Raúl Zaffaroni, la culpabilidad es una noción que posee una extensa
biblioteca jurídica donde la doctrina contemporánea, en su propio derrotero por los
viejos argumentos, demuestra el mayor desconcierto ético y antropológico frente al cual
la culpabilidad misma termina en un específico criterio político-criminal: la peligrosidad.
En efecto, la culpabilidad supone que “se debe algo”; y en la dogmática legitimante del
sistema penal se considera que ese “algo” es el injusto y que se “cobra” con el castigo.
Sin embargo, si bien el injusto se ha cometido, el sistema penal no “cobra” nada por él,
porque la pena no resuelve el conflicto que genera la lesividad de la acción y, por ende,
no está legitimada (el acreedor del bien afectado y del “pago” está ausente). La
selectividad operativa del sistema penal como un ejercicio del poder mucho más amplio
y ajeno al poder de los juristas, verifica que la pena queda deslegitimada siendo su
conceptualización un pretexto jurídico. No obstante, el tribunal o juzgado debe
responder consintiendo o negando la posibilidad de seguir adelante con la causa en
curso del individuo procesado; es decir, debe responder ante el procesado y la
sociedad.

La legalidad injustificable

La legitimidad no puede ser suplida por la legalidad, que en su definición formal alude a
la producción de normas mediante procesos previamente fijados. Sin embargo, las
teorías de legalidad formal, para no quedar suspendidas en el vacío, ha deducido la
producción normativa desde la idea de “soberano” en J. Austin, la presupuesta “norma
fundamental” de H. Kelsen o en la “regla última de reconocimiento” de L. A. Hart. Lo
mismo vale para legalidad estructural y abstracta del Nombre del Padre, que no puede
trasladarse al Código penal ni a la sentencia de un juez, ya que no es la prevención
general punitiva la que disuade a las personas y conserva la sociedad; de lo contrario
se caería en una errónea identificación de la ley penal y el poder punitivo con el orden
simbólico y la cultura.
Si la legalidad formal se plantea simbólica y universal como “Imperio de la ley”,
entonces, el sistema penal debería ejercer su poder de criminalización sobre todos los
autores de acciones típicas, antijurídicas y culpables; sin embargo, al sólo alcanza a
siempre los mismos autores, no puede ser legitimado a partir de abstracciones
normativas. Sería una ingenuidad considerar que el poder del sistema penal se ejerce
cuando detiene, procesa y condena a una persona siguiendo los principios de legalidad
estricta. Inversamente, de la legalidad formal, pura y prístina como el cielo kantiano, no
surge la operatividad real del sistema penal basado en la marcación y el encierro de
personas al margen de cualquier legalidad jurídica. A lo sumo, el saber jurídico-penal se
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ocupa de la legalidad dentro de su reducido ámbito judicial, dejando un espacio de


ejercicio de poder a través del control social punitivo que no tiene en cuenta la función
garantizadora de los tipos penales pero que se realiza dentro de un marco de
arbitrariedad concebido por la propia ley. En definitiva, la selectividad del sistema penal
es la más elemental demostración de que la ley no es igual para todos y de la falsedad
de la legalidad procesal proclamada por el discurso jurídico-penal.

Respuesta: No, porque el castigo penal es injustificable, la culpabilidad un pretexto y la


cárcel deshumanizante e inútilmente aflictiva. Culpa y responsabilidad subjetivas no
interesan al selectivo sistema penal que carece de igualdad y legitimidad. Por ende, en
la práctica concreta del sistema penal no hay posibilidad para el asentimiento subjetivo
del detenido, condenado o encerrado, ni función clínica del derecho que pueda operar el
juez; aunque, el derecho penal y el psicoanálisis racionalicen en abstracto las nociones
de culpa y responsabilidad en relación con el sujeto y la pena.

Bibliografía:

Durkheim, Émile. La división del trabajo social. Ed. Libertador. Bs. As. 2004
Kozicki, Enrique. Hamlet, el padre y la ley. Ed. Gorla. Bs. As. 2004.
Lacan Jacques, Cénac Michel. Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en
criminología. En Escritos I. Ed. Siglo XXI. Bs. As 1992
Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Ed. Siglo XXI, Madrid 1998.
Legendre, Pierre El crimen del cabo Lortie. Tratado sobre el Padre. Ed. Siglo XXI.
México. 1994
Legendre Pierre. El inestimable objeto de la transmisión. Ed. Siglo XXI. México 1996.
Mollo, Juan Pablo. Psicoanálisis y criminología. Estudios sobre la delincuencia. Ed.
Paidós. Bs. As. 2010
Mollo, Juan Pablo. Variantes del asentimiento subjetivo. Rev. Virtualia N°18 Bs. As.
2008
Mollo, Juan Pablo. Restricciones del psicoanálisis frente al poder punitivo. Rev. Virtualia
N° 24 Bs. As. 2012
Zaffaroni, Raúl. En busca de las penas perdidas. Desligitimación y dogmática jurídico-
penal. Ed. Ediar. Bs. As. 2003

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