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y Política Social
Este artículo explora en las relaciones concep- Entendemos el Trabajo Social como una profe-
tuales entre Movimientos Sociales, Territorio y Tra- sión de intervención social articulada a partir de
bajo Social: se trata de una tríada que cobra espe- dos conceptos claves: derechos y vínculos. Es de-
cial interés en los tiempos que corren. La acción cir, por un lado tiene su horizonte en la garantía
política de los sujetos se desarrolla ‘enganchada’ de los derechos reconocidos por una comunidad
al territorio, donde esa acción colectiva tiene efec- política, bien por la distribución o bien por la crea-
tos en la reconstrucción de vínculos con la comu- ción –participada– de provisiones que permitan el
nidad de referencia y con la sociedad política de ejercicio de las titularidades a las que dan acceso
adscripción, que configura en buena medida la estos derechos y que son legítimamente reclama-
dimensión comunitaria de la intervención de Tra- bles; por otro lado, incide en la creación o recons-
bajo Social. trucción de vínculos sociales entre los individuos,
del individuo con la comunidad y de ésta con la
Estos fueron los conceptos sobre los que se tra- sociedad. En este espacio se localiza la acción po-
bajó en el I Workshop Internacional ‘Movimientos lítica de las personas y los movimientos sociales
Sociales Emergentes: Una mirada desde el Trabajo como sujetos colectivos con los que intervenimos
Social’2 que se celebró en Sevilla en Julio de 2016. (De Robertis, 2006). En este marco, el Trabajo So-
Este evento tenía previsto un espacio de reflexión cial participa por un lado de una práctica social
teórica con investigadoras de diferentes universi- distributiva, en términos de distribución de valores
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de uso entre individuos y grupos; y por otro de una de construcción de ciudadanía (Aquín, 2013, Mar-
práctica cultural, en la medida que participa en chioni, 2004; 2013; Pastor, 2013a; 2013b).
la producción, reproducción o transformación de
símbolos y formas culturales. En definitiva, Trabajo Ahora bien, cabe destacar que la profundización
Social opera sobre aspectos materiales y simbóli- de la crisis que hemos detectado desde 2008 y
cos que intervienen en la reproducción social de la sus consecuencia en el plano social, tales como la
existencia de los sujetos (Aquin, 2001). fragilidad de las condiciones de vida y la profun-
dización de los procesos de vulnerabilidad social,
Ahora bien, la esfera comunitaria del Trabajo So- viene mostrando una mayor dificultad por parte de
cial se construye, tal como nos enseña Nora Aquin, la ciudadanía para acceder a bienes y servicios
a partir de ‘la imposibilidad de resolución indivi- que provean un estándar de vida ajustado a las
dual de ciertas necesidades, lo que determina la ‘promesas’ del Estado de Bienestar en Europa. Es
creación de un espacio social donde las dimensio- este contexto de privación y fragmentación el que
nes de lo público, lo privado y lo estatal se entre- ha sido un importante motor de acciones colecti-
cruzan de distintos modos y con distintos grados vas y de participación en el ámbito de lo público,
de formalización’ (Aquin, 2003, p.124). Y es esta dando lugar a la creación de monedas sociales,
dimensión colectiva de los procesos reproductivos bancos del tiempo, organizaciones de ocupación
que implican lucha por derechos y provisiones la de viviendas, asambleas barriales, ágoras ciuda-
que garantiza su efectivo ejercicio, bien en el or- danas, microemprendimientos productivos, coo-
den material (vivienda, infraestructuras, servicios, perativas de consumo, huertas urbanas y otras
etc.) o bien en el simbólico (participación, forma- experiencias que dan cuenta de que, a pesar del
ción, empoderamiento, etc.), donde Trabajo Social retraimiento del Estado de Bienestar, la ciudadanía
contribuye fortaleciendo a las organizaciones so- está dispuesta a cooperar para colectivizar la re-
ciales de distintos tipos y grados de formalización producción de la existencia (Alberich, 2016).
que tienen un claro enclave territorial (Pastor,
2010; 2013a ; Pastor y Torralba, 2015). Es en este nuevo contexto en el que los movi-
mientos sociales se presentan como un objeto de
En este sentido la intervención de Trabajo Social especial interés para el Trabajo Social, al menos por
con sujetos colectivos puede estar orientada, entre dos razones: por un lado, porque en última instancia
otros propósitos, a promover la constitución de son un input que configura el campo profesional:
actores sociales, esto es: a) fortaleciendo sus ca- 1
Las autoras desean agradecer las observaciones y sugeren-
notas
pacidades de lectura e interpretación del contexto, cias realizadas por quienes efectuaron las revisiones anónimas.
b) de identificación y representación de intereses Sin duda la incorporación de las recomendaciones ha conseguido
colectivos y c) de interlocución con el Estado. En un trabajo mejor acabado y más claro.
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Movimientos sociales y territorio: una mirada desde el trabajo social
“la historia enseña que no hay política social sin les, ambientales, económicos, administrativos,
un movimiento social capaz de imponerla” (Bour- legales y comunitarios. Por lo tanto, el territorio es
dieu, 1999). Por otro lado, porque en la dimensión una realidad que adquiere diferentes significados
comunitaria, de necesaria revitalización para la pro- para los sujetos en la medida en que sus cotidia-
fesión, se tejen estos espacios ciudadanos y de re- nidades son atravesadas por este constructo y
ciudadanización (Pastor y Herrera, 2016). condicionan relaciones e intereses (Rojas, 2013).
Más aún, es en la brecha de tensión abierta por La forma en que el sujeto se apropia del territo-
la interrelación siempre conflictiva entre la mo- rio, o la función que adquiere el territorio para el
vilización popular organizada promoviendo de- sujeto, redefine los espacios y lo que allí ocurre.
mandas colectivas y el Estado como ámbito de Es posible profundizar en esta categoría analítica
negociación y producción de decisiones públicas, a través del concepto de necesidades; se trata de
donde se configura el campo profesional de Traba- preguntarnos acerca de cuáles son las necesida-
jo Social. Pero también esun ámbito la innovación des que el individuo satisface en un espacio de-
social donde se van trazando los nuevos contornos terminado. La apropiación que haga del territorio
del espacio de la intervención social. vendrá condicionado por las necesidades que en
él decide satisfacer (la de habitación, la de ocio, la
En definitiva, las transformaciones materiales de participación, etc.).
(bienes y servicios que el Estado provee, o son au-
toproducidos por las organizaciones en el territo- En todo caso el territorio está atravesado por
rio) y simbólicas (modificaciones en las relaciones el conflicto que se teje a partir de la definición y
sociales y los imaginarios), que son producto de la búsqueda de satisfactores para las necesidades
acción colectiva de diversos movimientos socia- sociales de los/as vecinos/as y en el contexto de
les, son aspectos relevantes para el Trabajo Social crisis se producen nuevos objetos de disputa y
y sobre los que interesa construir conocimiento. nuevos actores, así como novedosas formas or-
ganizativas que emergen y se consolidan en el
Así, los movimientos sociales, sus demandas, espacio público societal4. Lo que re-configura la
sus estrategias, la construcción identitaria, su in- infraestructura de movimientos sociales, diversi-
tervención en el territorio, su impacto en la cultura, ficando familias de movimientos y orientaciones
su capacidad de construir o deconstruir significa- organizacionales (Kriessi, 1999).
dos sociales, son de interés para la agenda de Tra-
bajo Social. En este sentido acordamos con Nora Aquin en
que las crisis estructurales, como la que se vie-
ne viviendo en España desde 2008, producen un
2. Movimientos sociales y territorio3 fenómeno de territorialización de la conflictividad
social. Esto en parte responde a la pérdida de cen-
Para entender la comunidad debemos profundi- tralidad del mundo del empleo como espacio de
zar en la noción de territorio. Entendemos el terri- expresión de demandas, lo que genera una revita-
torio como un constructo social, cuyas fronteras lización de la condición de vecindad como atributo
están marcadas por elementos culturales, socia- de identidad (Aquin 2003).
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Así pues, observamos una redefinición del terri- re-ciudadanización que ha llevado a los sujetos a
torio a partir del repliegue al barrio como producto intervenir en el espacio sociopolítico más allá del
de la crisis, una problematización colectiva y resig- ámbito electoral. Así pues, y de forma paradójica
nificación del conflicto, una emergencia de nuevas surgen nuevos actores y novedosas formas or-
lógicas de acción colectiva y de redes organizati- ganizativas para dar respuesta a las necesidades
vas que la canalizan. Todo ello tiene un impacto en colectivas5 y, en sentido amplio, los contextos de
la noción de ciudadanía (Marchioni, 2013). fragmentación del vínculo con la comunidad polí-
tica de referencia y la fragilización social, producto
Podemos pensar que la ciudadanía se teje en del adelgazamiento del Estado de Bienestar.
relación a dos ejes: por un lado el eje de los de-
rechos y la pertenencia a una comunidad política, En este sentido cabe profundizar en los contor-
es decir las titularidades reconocidas y las provi- nos de este proceso de re-ciudadanización, pues
siones que garanticen el efectivo acceso al dere- visibilizando estas organizaciones (y/o reacciones)
cho, y ello además consolida la pertenencia a una de la sociedad civil es también como el Trabajo
comunidad que es quien reconoce la legítima pre- Social aporta a la construcción de la ciudadanía en
tensión de acceso a los bienes materiales o inma- el espacio territorial. Y para ello entendemos que
teriales sobre los que se puede ejercer titularidad; debemos analizar las nuevas lógicas de acción co-
por otro, el eje de la participación y la pertenencia lectiva y la objetivación de las redes de solidaridad
a una comunidad social, es decir el protagonismo que se tejen en el territorio y que van dando lugar
en la construcción del espacio público societal, el a los nuevos movimientos sociales o resignifican-
desarrollo de una identidad colectiva y, en sentido do los existentes.
amplio, los contornos mismos de la democracia a
partir del trabajo en los espacios colectivos.
3. Dimensiones de análisis para el
A partir de la fuerte crisis que venimos soportan- estudio de los movimientos sociales
do, nos encontramos en un escenario en el que
cabe reflexionar respecto a dos tendencias con- Para adentrarnos en estas realidades urbanas
trapuestas en ambas dimensiones de la ciudada- en particular y realizar una exploración descripti-
nía: por un lado un proceso de retraimiento en el va de las organizaciones que habitan el territorio
eje de derechos-pertenencia, o si se prefiere de y lo transforman, es un buen ejercicio responder
des-ciudadanización caracterizada por la pérdida a algunas de las preguntas clásicas sobre las que
de titularidades pero sobre todo por el deterioro 3
Aunque el interés de este articulo versa en torno a los Mo-
not as
en las provisiones, ya sea por las dificultades eco- vimientos Sociales con enclave en el territorio no podemos obviar
nómicas para acceder a ellas vía mercado, ya sea realidades muy plurales en las que las redes de movimientos no
por los ajustes realizados por el Estado en mate- tiene como referentes el barrio.
ria social, lo que inevitablemente arroja profundas 4
Una interesante reflexión sobre este aspecto, aunque sobre
consecuencias en las condiciones objetivas de un territorio diferente, se halla en Aquin (2003).
vida.Y por otro lado, en contraposición, observa- 5
En Herrera (2012) se puede hallar una buena reflexion acer-
mos una expansión del eje participación-perte- ca del proceso de politización de las necesidades sociales.
nencia comunitaria o, si se prefiere, un proceso de
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Movimientos sociales y territorio: una mirada desde el trabajo social
versan los estudios de movimientos sociales: el construyen un diagnóstico (la situación de injus-
porqué; el cómo y el para qué del movimiento so- ticia que sostiene la demanda, los responsables
cial (Calle, 2007). de esa situación y las víctimas) y el pronóstico
(qué pasará si no intervenimos, cómo debemos
3.1.- ¿Por qué?: Las razones y demandas del actuar para cambiar la situación) (Zald, 1999). En
movimiento social. cuanto a la primera dimensión, la creciente y ver-
tiginosa densificación de la infraestructura orga-
Dar respuesta a la primera cuestión supone in- nizativa de los nuevos movimientos nos presenta
dagar en los asuntos que aborda la organización, un escenario de emergencias, diversificación y
los problemas sobre los que pretende intervenir, redes de cooperación casi inusual; para abordar-
es decir las razones por las que surge un movi- la resultan de interés las aportaciones de Kriessi
miento social, o en otras palabras la agenda del (1997) que permiten aclarar la compleja expan-
movimiento (Navarro y Herrera, 2016). Desde una sión reticular de la acción colectiva ciudadana a
perspectiva del Trabajo Social, podríamos decir partir de los escenarios de crisis. Así pues ayuda
que se trata de indagar en las necesidades socia- a la clasificación de estos fenómenos preguntar-
les que el movimiento construye como problemas nos por dos dimensiones: a) la orientación a las
de agenda pública, instalándolas en el espacio bases o a la autoridad y b) la participación de
público comunitario y/o político, esto es explorar las bases.La primera supone identificar cuál es el
en las razones que se hallan en el origen de la target hacia el que el movimiento orienta su ac-
movilización y que supone identificar la demanda ción, esto es el Estado mediante tácticas de con-
colectiva (Aquin, et al. 2002; Herrera, 2012). La frontación política como la protesta, o bien hacia
demanda puede ser clasificada, según el tipo de un colectivo, mediante estrategias de autoayuda
bien o provisión que se reclama, bien atendien- o prestación de servicios a una población ob-
do a criterios clásicos que propusiera Maslow en jetivo. La segunda supone la identificación de
las categorías de: a) manutención, b) seguridad, c) los niveles de participación que la organización
socio-políticas y d) autorrealización; o bien agru- reclama a sus bases sociales, eso es: participa-
pándolas desde una perspectiva culturalista, en la ción esporádica y delegada mediante sistemas
línea del trabajo desarrollado por Inglehart, en la de representación, o implicación directa en las
dimensión materialista/pos-materialista (Herrera, acciones desarrolladas.
2012; Herrera y Navarro 2017).
3.3.- ¿Para qué? El impacto del movimiento.
3.2.- ¿Cómo? Las estrategias del movimiento social.
Esta dimensión supone explorar en el impacto
Profundizar en esta dimensión supone recons- que puede producirse en, al menos, tres ámbitos:
truir aspectos que tienen que ver con la estrategia uno en el interior de la organización, es decir el
del movimiento y los elementos simbólico-cog- que se refiere a la propia reproducción organiza-
nitivos que elabora el movimiento. En relación a tiva en términos de estructuras de participación y
esto último se trata del análisis de la construc- de ciclos de movilización; otro en el ámbito so-
ción de marcos interpretativos, es decir el pro- cio-político, es decir los efectos de la acción de
ceso de ‘framing’ mediante el cual los activistas la organización en términos de políticas públicas
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y agendas mediáticas; y finalmente en el ámbi- El otro espacio, más innovador y de gran riqueza,
to cultural, es decir la incidencia en las transfor- que generó el Workshop (taller) fue el ‘Recorrido
maciones operadas en el orden de los valores, por la Sevilla de los Movimientos Sociales’6; esta
las formas de vida y la cultura política de la ciu- actividad ha tenido como objetivo mirar la ciudad
dadanía (Calle, 2007). Otro modo de entrar en el como espacio de reivindicación y acción colectiva
análisis del impacto supone indagar en el carácter y producir un encuentro dialógico con las perso-
del mismo, esto es si se trata de un efecto a nivel nas que dan vida a algunos de los movimientos
procedimental o sustantivo. Por impactos procedi- sociales de Sevilla7.
mentales entendemos “las consecuencias de los
movimientos sociales sobre los modelos y canales La actividad llevó al personal investigador impli-
de interacción social, sobre las prácticas organi- cado hasta el corazón de la ciudad donde tuvieron
zativas con el establecimiento de nuevos lazos lugar diferentes encuentros con activistas en los
sociales, formación de nuevos grupos, creación de territorios emblemáticos de los movimientos so-
redes de comunicación o la formación de coali- ciales de los que forman parte. Así pues, se produ-
ciones entre grupos” (Kitschelt, 1992,p.122). Ello cían encuentros en los sitios programados donde
supone apertura de nuevos canales, legitimación algún/a activista esperaba a los/as investigadores/
de los asuntos que reivindican, constitución de ac- as para exponer las reseñas básicas del movi-
torías en la medida que la organización se consti- miento social y luego acompañar al grupo hacia
tuye en portador de la demanda de un colectivo e la próxima ‘parada’. De este modo se van produ-
interlocutor autorizado. Mientras que por impactos ciendo presentaciones en las paradas y diálogos
sustantivos entendemos “los cambios producidos abiertos a lo largo del recorrido que han permitido
en la política como respuesta al desafío” (Kitschelt, explorar en las experiencias de los movimientos
1992,p.122), lo que lleva a modificar la situación sociales, contrastar marcos teóricos y hasta abrir
de desventaja de los miembros y seguidores de un nuevas preguntas de investigación.
movimiento social (Sztompka, 1995).
Con este artículo se pretende explorar en los
rasgos básicos de los movimientos sociales que
4. Aproximaciones a la metodología intervienen en el territorio. Más concretamente se
de trabajo: trata de responder a las dimensiones básicas de
los procesos de movilización social, esto es las
El encuentro con activistas de movimientos so-
ciales de Sevilla contó con dos momentos clara- 6
Las autoras desean agradecer a Juan Jesús Noval Delgado
not as
mente identificados. Uno, más clásico, el espacio por su implicación desde el inicio de la actividad en los aspec-
de reflexión y debate en el que se pudoponer a tos logísticos del Recorrido por la Sevilla de los Movimientos
Sociales, sin su inestimable colaboración la actividad no hubiera
dialogar los marcos teóricos desde los que es- sido igual.
tamos mirando el fenómeno de la movilización 7
Participaron de la experiencia activistas de Asamblea Local
popular y discutir los modelos analíticos que ve- del 15M Montequinto. Ágora Montequinto. Corrala Utopía y Mo-
nimos utilizando, así como debatir acerca de las vimiento de Corralas, El Pumarejo y Plataforma 7N. Nuestro más
estrategias metodológicas con las que llevamos profundo agradecimiento a todos y todas.
adelante nuestras investigaciones.
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Movimientos sociales y territorio: una mirada desde el trabajo social
razones, las estrategias y el impacto de los mo- acción colectiva y la otra la estructura organizati-
vimientos sociales, o de otro modo, el ‘por qué’ va. En relación a la primera cabe identificar: a) si el
surgen, el ‘cómo’ lo hacen y el ‘para qué’ se mo- movimiento orienta, fundamentalmente, su actua-
vilizan. Siguiendo el planteamiento expuesto en el ción a las bases mediante bien la provisión de bie-
apartado anterior, se dará cuenta de las razones nes materiales o inmateriales o bien desarrollando
indagando en las demandas centrales que repre- estrategias de autoayuda para la producción par-
senta el movimiento, atendiendo más concreta- ticipada de bienes y servicios que resuelvan las
mente en el tipo de necesidad/es que dan lugar a necesidades detectadas; o por el contrario b) si
esa lucha (Herrera, 2010; 2012; Herrera y Navarro orientan su actuación a las autoridades mediante
2017). la acción contenciosa y la movilización política. La
otra dimensión de la estrategia da pautas sobre
En cuanto a las estrategias, hemos pretendido aspectos de la estructura organizativa, esto es los
reconstruir dos decisiones que se toman en el niveles de participación que le requiere al colecti-
interior del movimiento social, y que de alguna vo identificado como base social. Así pues, cabe
manera influyen en la identidad colectiva de esa indagar si se requerirá una participación activa en
organización, una tiene que ver con el target de la todos los procesos internos, o bien se trata de una
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Necesidades manutención
¿Por qué? Razones Demandas Necesidades seguridad
Necesidades sociopolíticas
Necesidades autoexpresión.
Participación directa
Reclutamiento
Participación delegada
¿Cómo? Estrategias Estado
Orientación
Bases sociales
Cambios en los procesos de
Procedimental representación de interés y
¿Para qué? Impactos
demandas
Sustantivo Cambios en políticas
participación delegada en estructura representati- estudio y las redes sociales de las diferentes or-
va (Kriessi, 1999). ganizaciones.
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tidismo y a los partidos políticos, reclamar nuevos las Asambleas de Barrios y Pueblos del 15M que
espacios de participación directa de la ciudadanía permite una mayor descentralización de las deci-
y reivindicar una democracia integral que permita siones y por lo tanto “favorece la participación y
la autogestión y democratización de otras esferas el control desde la base. Del mismo modo, facilita
de la vida económica y social (García, 2012). el trabajo sobre los problemas, necesidades y el
territorio más inmediato” (García, 2012, p.296).
Con una mirada puesta en el territorio y su En el caso de la Asamblea 15M Montequinto, se
gestión, cabe destacar que el epicentro del 15M articula en torno al trabajo en comisiones alrede-
(metropolitano) no ha estado exento de polémica dor de temáticas-necesidades que la Asamblea ha
desde el 2006 –por el alto coste de ejecución, la identificado (desempleo, vivienda, huerta urbana,
descontextualización respecto a su entorno, la cultura…) aunque el eje vertebrador de la acti-
mercantilización, etc.– y a pocos días de la in- vidad de la asamblea, al menos en sus primeros
auguración del proyecto, el movimiento 15M se momentos, se sitúa en las actuaciones contra el
apropia de este espacio dándole un nuevo sentido, cierre de la Residencia de Asistidos de Montequin-
“las Setas, recientemente inauguradas, pasan a to, una de las pocas de titularidad pública.
ser reapropiadas por un conjunto de personas que
reescriben su organización funcional para espa- Los impactos
cializar el conflicto que da sentido a sus protestas”
(Maya y Hernández, 2013, p.471). Podemos considerar en cuanto a los impactos
del 15M que se ha producido un importante cam-
Los por qué iniciales ya comentados que dan bio que afecta a lo procedimental en cuanto a la
sustento al 15M dejan pronto paso a otras razo- consideración de la cultura de protesta, la cultura
nes que tienen más que ver con la cobertura de política y de participación ciudadana. Calle (2016)
necesidades de la población y que encuentra considera que aunque estemos en un momento de
su espacio natural en el vecindario, en el barrio lo que llama agotamiento de la protesta pública,
(Díaz-Parra, 2013). En el caso de la Asamblea 15M su mensaje y estrategia ha generado, en lo co-
Montequinto, surgida entre los meses de mayo-ju- tidiano, el surgimiento de múltiples iniciativas de
nio de 2011, el punto de encuentro en el territorio consumo colaborativo, participación colectiva en
es el Mercado de Abastos de Montequinto. asambleas, comisiones y grupos de trabajo.
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Participantes del encuentro dialógico en las Setas. Dialogo con activistas del 15M y las Corralas.
nuevos canales de acceso al sistema político (…) ciones del barrio, con el objetivo de salvaguardar
las demandas expresadas por el movimiento no tanto el edificio como la identidad del vecindario,
se han visto reflejadas en nuevos textos legales, ya que la idea de los propietarios era expulsar a
actuaciones parlamentarias o alteraciones del las personas que vivían allí, y vender para hacer un
modelo político en vigor” (Romanos y Sádaba, hotel, o sea, pura especulación inmobiliaria (Pozo,
2015, p.21). Estos autores reconocen algunos im- 2006; García Guerrero, 2009).
pactos en dos procesos legislativos (en la llamada
ley de Transparencia y en la Iniciativa Pública Po- Históricamente ha tenido una utilidad social y
pular para frenar los desahucios) e identifican un familiar: hospicio, cárcel, escuela y últimamente
impacto de consecuencias negativas en la Ley de albergaba usos habitacionales, comerciales, arte-
Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza). sanales y asociativos.
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Estrategias desde el 2000 a nuestros días Conseguir la compra en 2006 del 50% de la Casa
del Pumarejo por parte del Ayuntamiento de Sevilla
Una de las primeras estrategias fue la de pro- la sitúa en una posición de excepcionalidad, ya que
tección del edificio y sus vecinas, para lo cual se el otro 50% es de la empresa Q Hoteles; pero la
empeñaron en conseguir que la Casa se declarara lucha que no ceja consigue que a finales de 2009
Bien de Interés Cultural (BIC). el ayuntamiento adquiera el otro 50% del inmueble.
Otra estrategia fue el uso de lenguajes comunes, Consideran importante que las administraciones
tomando conciencia de la necesidad de autoex- participen en el proceso creativo, pero no entren
presión. Consensuaron conceptos que les dieron en el organismo vivo de la comunidad. Por ello en
vida propia y que consiguieron articular unos con 2012 se inicia la campaña “lo hacemos nosotras”,
otros: las culturas, la participación, las comunida- campaña de crowdfunding. Se recaudaron 20.000
des creativas: un nuevo modelo de fusión entre lo euros, acentuando el sentimiento de comunidad
personal y lo colectivo, fruto de un aprendizaje a afectiva para asegurar la prolongación de la Plata-
través de la experiencia. forma en el tiempo. No se trata de “contar con” la
ciudadanía sino de “construir con” la ciudadanía.
Como estructura organizativa, la Plataforma in-
tervino directamente en la defensa activa, con- Impacto socio-político y personal
servación y divulgación, y todo ello mediante ac-
tividades colectivas de denuncia. La estrategia de Observando el tejido social que se ha ido con-
lucha tuvo mucha repercusión mediática en pren- figurando en torno a la Casa Palacio Pumare-
sa, televisión y redes sociales, frente a la falta de jo, podemos medir el impacto desde diferentes
respuesta institucional. perspectivas: (1) La composición heterogénea
de la plataforma y su diversidad de saberes; (2)
Las estrategias de participación directa van com- El sentimiento de comunidad afectiva, que es im-
binando las reivindicaciones habituales (escritos, prescindible tenerlo en cuenta a la hora de anali-
ruedas de prensa, manifestaciones, concentracio- zar las interrelaciones sociales y la generación de
nes, pancartas...) con propuestas novedosas: un vínculos para prolongar en el tiempo la actividad
Rey Mago lleva carbón al Delegado de Urbanismo, de la Plataforma; (3) De la defensa de un espacio
se acarrean hasta el Ayuntamiento cubos de agua concreto a la creación de un referente para la ciu-
provenientes de las “goteras del Pumarejo”, etc. dad: con sus acciones se contribuyó a visibilizar
(Pozo, 2006). el problema de los desalojos que mucha gente
estaba padeciendo en Sevilla; (4) Hacer sin pedir
Otra estrategia interesante ha sido la generación permiso: el Centro Vecinal Pumarejo y la habilita-
de nodos con movimientos sociales cercanos a ción de nuevos espacios de la Casa.
la Casa: Ateneo Verde, Casa de la Paz, y con ins-
tituciones públicas, que poco a poco tienen que Se han renovado las relaciones sociales tradi-
reaccionar: las Consejería de Obras Públicas y la cionales, características de una casa de vecinos,
de Cultura, el Defensor del Pueblo, la Gerencia de insertándolas en un contexto de redes de vecindad
Urbanismo. plenamente actuales. Además, se ha puesto en
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Movimientos sociales y territorio: una mirada desde el trabajo social
Infinidad de iniciativas sociales dan respuesta a Las razones del surgimiento de la corrala
diferentes fenómenos que inciden en la población:
la Oficina de Derechos Sociales; el taller de danza El término corrala hace referencia a los antiguos
contemporánea; la Bibliopuma, el Coro Domingue- patios de vecinos en Sevilla. En el caso de la Co-
ro, la Moneda Social Puma, la Asociación de Muje- rrala la Utopía, se trata de la toma colectiva por
res Supervivientes; la Plataforma de afectadas por parte de 38 familias de cuatro edificios deshabita-
la hipoteca (PAH), la Red de Decrecimiento9. dos en la Avenida de las Juventudes Musicales de
Sevilla, que se produce en mayo de 2012.
Hablar del Pumarejo no es sólo referirse a la
Casa Palacio en sí, ni a la plaza, ni tampoco a la Díaz-Parra (2013) analiza los antecedentes del
Plataforma, sino que ese nombre está empezando fenómeno, y al margen de referentes de larga tra-
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yectoria como el movimiento okupa, el Movimiento sin casas, no más casas sin gente”. Paralelamente
por una Vivienda Digna y otros más recientes como se desarrollan estrategias para visibilizar la cues-
la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Bar- tión, así “se han desplegado diversas performances
celona, analiza el marco de referencia desde el que contenciosas, ocupaciones simbólicas de la sede
surge la Corrala Utopía en Sevilla. Para ello identi- de Ibercaja, bloqueo intermitente del servicio, es-
fica al Movimiento 15M, que es capaz de acoger a craches, obstrucciones pacíficas y manifestaciones
los activistas tradicionales en torno a la vivienda y más tradicionales como marchas y concentracio-
más concretamente a la Intercomisión de Vivienda, nes”. (Herrera y Díaz, 2015, p.253). Todas estas
que aglutina a distintos movimientos sociales que estrategias acaban por situar el tema de la vivienda
desde una perspectiva u otra están trabajando en como problema social en el ámbito público.
la temática. Por último, a la posterior formación de
los Puntos de Información de Vivienda y Encuentro Por otro lado se desarrollan una serie de estrate-
(PIVEs) vinculados a distintas Asambleas de Barrio gias orientadas a las bases, se despliega un traba-
del 15M. En este contexto la Corrala Utopía es un jo en asambleas y comisiones con la participación
referente de una forma de intervención sobre las directa de las personas afectadas y orientadas a lo
necesidades de vivienda que contiene una impor- que Herrera y Díaz (2015) han denominado ges-
tante cuota de innovación. Esta experiencia estuvo tión interna.
apoyada principalmente por la asamblea del 15M
del distrito Macarena de Sevilla. Los impactos
Las estrategias
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Para más información de cada una de las organizaciones
http://www.pumarejo.es/es/colectivos
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Movimientos sociales y territorio: una mirada desde el trabajo social
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como cuando son requeridas por otras entidades Enfocando esta situación desde la mirada disci-
para participar en diferentes eventos contra las plinar podemos decir que la densificación de las
violencias. redes de colaboración entre los diversos movi-
mientos ha ido produciendo un proceso de em-
Impactos poderamiento colectivo con profundo impacto en
los territorios de intervención pero también en las
El espacio socio-político es la razón de ser de instituciones, lo que ha promovido la ecología de
la Plataforma a nivel estatal, pero además sirve saberes entre los diversos actores involucrados en
como espacio de reflexión y debate sobre los dife- estos procesos.
rentes enfoques que existen sobre este problema
social. Al aglutinar a organizaciones con diferentes Por otro lado, estos procesos constituyen una
ideologías y lógicas de funcionamiento, las deci- riqueza que reconfigura el campo profesional. Se
siones y acuerdos que se toman han pasado antes tratará pues, de reforzar, desde el Trabajo Social,
por plenarios y discusiones profundas en donde ese entramado de vínculos que se viene trenzan-
se analizan de raíz los elementos sustanciales de do y apostar por fortalecer las organizaciones te-
cada medida a tomar. rritoriales como motores de las transformaciones
sociales.
Se denuncia que el silencio nos hace cómplices,
para sacar las violencias de la esfera privada y En definitiva el contexto social actual en el que
convertirlas en un problema social y político. las relaciones sociales cada vez son más frag-
mentadas y el desarrollo individual se basa en
la soledad de las nuevas tecnologías, estos mo-
6. Conclusiones vimientos sociales suponen una práctica sobre el
refuerzo de los lazos vecinales y sociales para el
La crisis multidimensional que ha dado la cara enriquecimiento del sujeto.
en España en 2008 ha provocado un repliegue al
barrio desde donde se vienen tejiendo estrategias
para dar respuestas a las necesidades sociales,
instalar los temas en las agendas públicas e influir
en el ámbito de la política. Ello rompe la tendencia 11
http://marcha7nmadrid.org/manifiesto/
notas
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