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Diez Distracciones Peligrosas para un

Pastor
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Yo encuentro muchos pastores luchadores. Desafortunadamente, conozco muchos


que son pastores, pero no mantienen su posición.
La causa de esto puede ser un pecado evidente o un evento desencadenante por
haber hecho lo que sabían que era correcto, pero que terminó en una tragedia. Un
pastor amigo mío dice con frecuencia. “Necesitamos iglesias saludables y
necesitamos pastores saludables”.
Amén. Concuerdo. Debemos estar atentos.
¿A qué debemos estar atentos?
No simplemente tratar de ser perfectos. Obviamente pecamos, pero no puedo abordar
todo lo que abarca ser un pastor saludable. Solo puedo hacer una lista de lo que es
más común en mi experiencia.
A continuación, encontrarán diez distracciones peligrosas para
un pastor:
Descuidar su alma. Uno de mis consejeros siempre me recuerda: “Ron, no olvides
de alimentar tu propia alma”. Casi es como la escancia de nuestra discusión. Pero es
muy valiosa. Uno de los mayores peligros para el pastor es cuando comienza a obrar
sin nutrirse del conocimiento de una experiencia con Dios. Necesitamos nuevos
encuentros con la verdad y con su gloria.
Sacrificar la familia. Las familias aprenden a resentirse en contra del ministerio
cuando él siempre les falla. Las familias del ministro están acostumbradas a las
interrupciones. Esto es parte de la tarea como lo es de muchas vocaciones. Pero la
familia tiene la esperanza de estar sin que nadie más esté alrededor. El ministro
cambia de lugar pero la familia no, por esto no debemos descuidarla. Estuve sentado
con un hombre que perdió el respeto de su familia. Conozco incontables pastores
cuyos hijos adultos ya no desean tener nada con la iglesia. Aparentemente, por lo que
yo he percibido, no hay mayor sufrimiento para alguien quien dedica su vida al
ministerio.
Jugar con los números. Si ponemos el énfasis en los números siempre nos
desilusionaremos. Ellos nunca serán suficientemente elevados. Dios se encarga de
los números. Nosotros estamos ocupados con lo que él nos encargó, pero no son los
números. Debemos ser cuidadosos y concentrarnos en hacer discípulos, y los
números llegarán solos.
Comparación de ministerios. Siempre esperamos ser un “gran” ministro. Algunos
siempre quieren escribir el mejor tweet, o el mejor libro, o el mejor registro en un blog,
predicar el mejor sermón. Cuando nosotros comenzamos a hacer comparaciones nos
distraemos del ministerio que Dios nos dio para liderar.
 
Encontrar afirmación entre los rebeldes.  Es algo que me preocupa entre los
rebeldes cuando les señalo algo a los pastores. Pero debemos ser cuidadosos de no
distraernos por gente que desea reclamar independientemente de la decisión que
tomamos. Sí, la forma en que algunas personas hablan al pastor, son como aguijones.
Y, con seguridad no siempre manifiesta piedad la manera como algunos se expresan
en la iglesia. Pero, ¿y si Josué hubiera escuchado a los opositores? ¿Qué hizo
Nehemías?  ¿Y si Moisés se hubiera rendido todo el tiempo a las fuertes protestas de
lo que deseaba seguir el pueblo? Bien, él probablemente estuvo dispuesto a ceder un
par de veces, pero se mantuvo firme. Si usted es líder siempre encontrará algunos
que no están contentos con las decisiones que toma. La gente es propensa a agradar
a otros, más que agradar a Dios, es un tiempo muy difícil para encontrar paz y
satisfacción en el ministerio.
Sacrificar la verdad por la popularidad. Es fácil predicar de cosas fáciles. Los
mensajes de la gracia son mensajes placenteros de compartir y populares de
recibirlos. Y nosotros los necesitamos. Cuando el pecado aumenta la gracia aumenta
más. Pero, nosotros necesitamos la verdad. Aun cuando no sea popular. Hacer
discípulos se hace imposible cuando sacrificamos una cosa o la otra, verdad o gracia.
Robar gloria. Mi mamá solía decir: “Este muchacho es demasiado grande para esos
pantalones”. Esto puede suceder también en el ministerio. Muchos pastores luchan
con problemas de ego. Dios no es honrado cuando nos atribuimos algo que es para
glorificarlo a él. Esto es una realidad para todos, pero podría estar escrita en la
descripción de nuestro trabajo.
Límites personales deficientes. El enemigo aprovecha la puerta de la oportunidad.
Yo conozco muchos pastores que cayeron en la trampa porque no tenían los límites
saludables. Esto es especialmente una realidad en el trato con el sexo opuesto.
Descuidar las amistades. La mayoría de los pastores luchan por saber quién es
confiable, pero por esto ellos tienen poca gente que realmente logra conocerlos. Por
lo tanto, a menudo no tienen nadie con quien hablar de los momentos problemáticos y
oscuros de su vida. Y los pastores también los tienen. Así, ellos presentan una buena
imagen, pero por dentro luchan solos. Esto es peligroso.
Abuso de poder. El pastor mantiene cierta cantidad de poder justamente basada en
su posición. Se dice que, “el poder ilimitado puede corromper la mente de quienes lo
poseen”. Una de las cosas más peligrosas que veo en las iglesias en estos días es
dar al pastor demasiado poder, sin desarrollar suficiente responsabilidad individual.
(Esto proviene de un plantador de iglesias, y aquel que es propenso a tener un
liderazgo fuerte). De paso, yo no estoy para controlar al pastor o forzar su
responsabilidad relacional, y no he descubierto el sistema perfecto, pero se necesita
alguien que equilibre la autoridad pastoral y la responsabilidad personal. Yo no sé
cómo sistematizarlo, pero demasiado poder puede ser una distracción poderosa. El
último desafío puede ser que el pastor o ministro líder construya su propio sistema de
responsabilidad en su vida.
Estas son algunas situaciones que he visto. Estas distracciones se presentan de
diferentes formas, y no todas son fatales, afortunadamente, pero todas son reales. Y
todas son peligrosas.

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