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DRAGONES BIEN INTENCIONADOS

INTRODUCCION: Los dragones son animales reptiles monstruosos con garras de león,
cola de serpiente, alas de murciélago y piel escamosa. Muchos existen en la
imaginación. Pero hay dragones de otra clase, que si son reales. En la mayoría de los
casos, aunque no siempre, no intentan ser siniestros, incluso, hasta pueden ser
amigables. Pero su encanto encubre su poder para destruir. Me refiero a “dragones”
dentro de la iglesia.

A menudo son creyentes sinceros con buenas intenciones, pero dejan ulceras,
relaciones tensas y sentimientos negativos en sus lugares. No se consideran personas
dificultosas. No se desvelan pensando en cómo causar daño. Frecuentemente son
columnas de la comunidad con talentos, habilidades, personalidades fuertes que
merecen respeto, pero por alguna extraña razón se prestan para minar la efectividad
del Ministerio en la iglesia. No son naturalmente rebeldes ni patológicos. A veces son
miembros leales que están convencidos que le están sirviendo a Dios, pero terminan
haciendo más mal que bien. A veces casi logran enloquecer a un pastor o que, termine
yéndose.

Algunos “dragones” abiertamente critican. Ellos son los que te acusan de ser (escoge
uno) demasiado espiritual, poco espiritual, muy dominante, muy relajado, o suave,
demasiado estricto, demasiado libertino, demasiado estructurado, no organizado, que
tiene propósitos ulteriores, o que no planea, etc. Esas críticas son dolorosas porque
casi no tienen respuesta.

¿Cómo puede defenderse uno y mantener un espíritu de paz? ¿Cómo puedo uno
probar la pureza de sus motivos e intenciones?

Relaciones humanas son muy importantes para un Pastor. Llevarse bien con la
congregación es una parte esencial de cualquier ministro. Y cuando esas relaciones
son saboteadas por “dragones” criticones, muchos Pastores sienten que han fracasado.
Los políticos se satisfacen con tener solo la mayoría (51%) de la gente a su favor, pero
los pastores y ministros se sienten mal con que solo hay un miembro en contra. La
presencia de estos “dragones” bien intencionados es muy frecuente. Como dijo un
Ministro veterano: “Cualquiera que ha estado en el Ministerio más de hora y media ya
conoce la ira de un dragón” o como dijo otro: “Dondequiera que hay luz, habrá
insectos”. (Romanos 16:17).

En una encuesta que se hizo entre Pastores, el 80% pedían ayuda y asesoría con
gente dificultosa en su congregación. Sin embargo, la mayoría entran al Ministerio sin
tener la preparación contra esos ataques. Es importante aprender que, en el Ministerio,
ser criticado es parte “del paquete” parte es merecida, parte es injusta, pero toda es
devastadora para un individuo que ama la gente y quiere ministrarles. Debemos
aprender a ministrar bajo ataque. Veamos algunos casos:

I.- HAY DRAGONES BIEN INTENCIONADOS QUE SIEMPRE LE ESTAN DANDO QUE
HACER AL PASTOR

Tal vez siempre le están diciendo al Pastor de alguien que hay que ir a visitar o, le traen
una persona a la que le han hablado que el Pastor la termine de evangelizar. No se
ponen a pensar que, el Pastor tiene sus propias responsabilidades que debe atender. A
veces le dicen al Pastor cosas como: “Si yo fuera Ud. Iría a visitar al hermano fulano de
tal que está teniendo problemas con su esposa…” O, “Necesitamos más actividades
para los jóvenes…” o “¿Por qué es que la Iglesia no hace algo para…? “Algunos
ministros responden diciendo: “El Señor no me ha señalado nada a mi acerca de esto,
pero me parece una buena idea. Obviamente Ud. Esta interesado y eso puede ser una
señal que Dios le está diciendo que haga algo acerca de ello”. Con eso algunos se
desaniman y no dicen más, o si realmente hay un interés harán algo.

II.- TAMBIEN EXISTEN LOS QUE PLANTEAN SUS PROPUESTAS EN FORMA SUPER-
ESPIRITUAL, DEJANDOLO AL PASTOR SINTIENDOSE INDEFENSO Y NO ESPIRITUAL

“El Señor me ha mostrado que debemos estar orando mas por la Iglesia” ¿Quién va a
discutir eso? O “Debemos procurar mayor madurez dentro de la congregación…” Les
gusta dar la impresión que son más espirituales que los demás. Es más irritante que
amenazador, pero, conmueve la confianza del Pastor. Algunos Ministros pueden
terminar cuestionando si tienen la mente de Cristo o si están cumpliendo con sus
deberes Pastorales.

III.- LUEGO, HAY AQUELLOS QUE TIENEN SU PROPIA OPINION DE LO QUE DEBE SER
HACER EL PASTOR

Tal vez ese concepto no es bíblico, sino el resultado de ideas colectivas que existen a
su alrededor o, de lo que vio en otro Pastor. Luego lo juzgan a ese Pastor en base a
esa imagen mental que ellos tienen del Ministerio aunque equivocada. Nunca se
detienen para evaluar esa idea y ver si es la correcta. Asumen muchas cosas del
Ministerio que tal vez no son así.

IV.- HASTA HAY AQUELLOS QUE CREEN TENER LA RESPONSABILIDAD DE ESTAR


JUZGANDO TODO LO QUE HACE EL PASTOR

Desde lo que compra, la ropa que viste, el auto que maneja, hasta la cantidad de
himnos y coros que cantan en un culto, lo largo o corto del sermón, etc. (II Corintios
4:8-13).

V.- TODA LA CONGREGACION TIENE ESOS “DRAGONES”

Que siempre están en contra de todo nuevo que se propone. Tienen una disposición
negativa que es contagiosa.

VI.- TAMBIEN HAY AQUELLOS QUE, NO TIENEN EL VALOR DE DECIRLE ALGO AL


PASTOR DIRECTAMENTE

Pero si les gusta ser “francotiradores”, que siempre andan insinuando cosas: “Oremos
por nuestro Pastor, tiene problemas…” o, “Debemos orar por los problemas que hay en
la iglesia…” ¿Qué Iglesia no tiene problemas? Pero de la manera que lo plantea es
como que son graves, especiales, de urgencia.
RECONOCIENDO A LOS “DRAGONES”

Cualquiera de estos “dragones” puede habitar en la congregación. Pero, ¿Cómo puede


uno reconocer un dragón?. No se puede notar con la mirada puesto que por fuera se
ven igual y hasta pueden ser personas aparentemente buenas y encañadoras. Incluso,
no se puede saber con solo oírlos al principio. Lo que más los distingue no es lo que
dicen sino como lo dicen. No están con el Pastor. Frecuentemente se nota en ellos un
deleite en ser adversario en vez de aliada. Se especializan en llamar la atención a lo
insignificante mientras ignoran el cuadro completo, o lo de más valor. Son rápidos para
atacar pero lentos para pedir perdón. No quieren admitir responsabilidad por algo que
salió mal.

Tal vez el efecto más dañino de “dragones” no es tanto su oposición directa, sino lo que
indirectamente logran. Destruyen el entusiasmo, la moral tan necesaria para la salud y
el crecimiento de la congregación. Causan que la atención de la mayoría este enfocada
en distracciones y cosas que le roban el ánimo al Pastor y a los demás miembros. No
se está planeando y pensando en el futuro, sino solo intentando sobrevivir el último
ataque o distracción.

Frustran al Pastor y lo provocan a estar constantemente reaccionado a diferentes


cosas. Cuando el Pastor se ve obligado a estar apagando fuegos, en vez de estar
motivando a la Iglesia a ganar más almas, y los “dragones” han ganado y el Ministerio
ha perdido (Hechos 20:28-30).

¿DE DONDE SALEN ESTOS “DRAGONES”? ¿DE DONDE APARECEN?

Analicemos algunas áreas en las que debemos cuidarnos.

I.- A veces los peores “dragones” para un Pastor son los que más lo apoyaron al
principio. Un Pastor de muchos años de experiencia y varios pastorados dijo: “Los que
a menudo se convierten en sus peores críticos son los que primeros con quienes tuviste
que ver cuando primero llegaste a ese lugar. Hasta, tal vez, el primero que te abrió la
puerta del templo”. Tal vez sea porque sus expectaciones son mayores. Tal vez se
sienten dueños de la congregación. Tal vez sienten su liderazgo amenazado por el
nuevo Pastor. Tal vez son las personalidades más fuertes.

También puede ser que, por ser los primeros en mostrarse amigables con el nuevo
Pastor, entonces él se “abre” demasiado, “baja la guardia” y se familiariza mucho con
ellos. O puede que, ellos sienten cierto derecho sobre el Pastor más que los demás y
luego se resienten cuando el Pastor les dedica menos tiempo al tener que ir atendiendo
el grupo mayor y los nuevos que se van ganando.

II.- “Dragones” a menudo hacen un esfuerzo especial para amistarse con el Pastor al
principio. Si hace una lista de los que insistieron en estar con el Pastor y tenerlo de
visita durante el primer mes y luego una lista de los descontentos un año más tarde,
estará sorprendido de los mismos nombres en ambas listas. Tal vez, porque al principio
buscaban la alianza del Pastor para el interés especial que ellos tienen en la Iglesia.
Ahora, hay aquellos que sinceramente quieren la amistad del Pastor, pero, otras veces,
solo quieren ser parte del “circulo íntimo” de ganar mayor influencia en la Iglesia local.

Algunos hasta pueden ser muy generosos con cosas que le dan al Pastor, pero,
cuidado después va a sentir que les debe algo que le van a querer “cobrar” con algo
que no es material.

III.- “Dragones” casi siempre lo comparan a su Pastor anterior, o a algún otro Ministro
de renombre que los conocen queriendo que su Pastor haga, predique y enseñe como
lo hace ese otro individuo. Casi siempre, ya han tenido alguna experiencia sea en otra
Iglesia o, en ese mismo lugar con otro Pastor.

La experiencia señala que, casi no existen “dragones” entre aquello para quienes Ud.
Es su primer Pastor. La experiencia previa de una congregación afecta toda la Iglesia,
no importa su tamaño. Sea que amaban o estaban descontentos con el Pastor anterior,
esa congregación ha sido afectada de alguna manera por él. Algunos miembros van a
querer una imitación, otros van a querer un contraste. El hecho que alaban y hablan
bien de su Pastor anterior no es algo malo, sino bueno. Más bien, están demostrando
su respeto para la posición de Pastor. Los que hay que temer son los que abiertamente
critican al anterior. Frecuentemente, el sentir hacia su Pastor anterior será transferido al
nuevo Pastor.

IV.- A veces “dragones” son “criados” a través de consejos. A los que ha aconsejado (o
a los miembros de su familia) frecuentemente llegan a estar eternamente agradecidos
con el Pastor o internamente en contra de él por saber demasiado acerca de ellos. A
menudo las personas tienen resentimientos contra los que se familiarizan demasiado
con sus problemas íntimos. Aconsejar a miembros en la Iglesia con sus problemas
personales puede ser un campo lleno de minas.

V.- Personas que un día sintieron un llamamiento al Ministerio pero no obedecieron,


frecuentemente se sienten frustrados y vierten su descontento sobre el Pastor. A veces,
la solución consiste en hallar la manera de canalizar esa frustración, de tal manera, que
esa persona sienta que está sirviendo.

COMPRENDIENDO A LOS DRAGONES

¿Cómo llegan a ser así las personas? Como regla general, no representa una decisión
consciente de molestar, ni ellos se ven como “dragones” consideremos algunos
motivos:

I.- A veces personas se convierte en oponentes por convicción. O sea, ellos están
completa y sinceramente convencidos que están en los cierto y que tienen la razón, hay
que recordar que, ha menudo las emociones son más fuerte que la lógica. Callar o
dominar a personas así por la fuerza, solo hará que hagan un problema por otro lado.

II.- Tal vez tienen problemas en otra área de su vida (su hogar o el trabajo) y sin darse
cuenta se vienen a desahogar con el Pastor y en la Iglesia. Y como creen que el Pastor
no debe defenderse con la misma fuerza que los del mundo, entonces lo ven como
figura más débil sobre la que si pueden ejercer dominio. Como dijo un Pastor: “Los
problemas más grandes los tengo con aquellos que siempre se resisten a la autoridad
en general, no solo la del Pastor, sino de su jefe, su maestro, sus padres, etc.”
III.- A pesar de su sinceridad, la mayoría no pueden vencer su naturaleza humana. O
sea que, algunos sencillamente tienen un carácter belicoso, contencioso. La Iglesia no
tiene el lujo, como otras instituciones, de escoger a sus miembros. La Iglesia
prácticamente tiene que recibir a todo el que se acerca. Dentro de ese variado grupo
hay toda clase de personalidades. Ministrar representa el compromiso de ayudar a
todos los miembros del Cuerpo. Incluso aquellos cuyo aliento huele a “humo de
dragones”.

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