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A l sur de China y al este de la India, hay diez países repartidos en dos zonas, la

continental y la insular, que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste


Asiático (ASEAN), creada en 1967 y cuyos principales objetivos son el crecimiento
económico, la paz y la estabilidad regional. Uno de los cinco países fundadores de
la ASEAN, Singapur, forma parte también del grupo de los llamados Tigres
Asiáticos, junto con Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong, vecinos de la zona, que
alcanzaron un espectacular crecimiento económico a partir de los años setenta.
Todos ellos responden a un modelo de industrialización basado en la exportación
manufacturera, propio de las sociedades industriales, y con una notable capacidad
competitiva en los mercados mundiales. Se caracterizaban por su elevado
crecimiento (7 % anual entre 1965 y 1990), su creciente participación en las
exportaciones mundiales (9,2% en 1992), un mercado interior no muy grande y unos
indicadores sociales más altos que los de algunos estados miembros de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Detrás de
ellos, se perfiló una segunda generación de economías emergentes: Tailandia,
Indonesia, Malasia y Filipinas. La crisis financiera de 1997-1998 enfrió el milagro de
los Tigres. Pero la región Asia-Pacífico no dejó de ganar peso hasta convertirse en
un nuevo eje de poder mundial. El foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(APEC), compuesto por 21 países de la zona, se reveló como un organismo de gran
importancia.
En el sudeste asiático, marcado por la explosión demográfica, la economía de la
mayoría de estos países era eminentemente agrícola, basada sobre todo en el
cultivo del arroz, aunque Singapur, Indonesia, Tailandia y Malasia destacaron
también por su industrialización y desarrollo a la sombra de sus poderosos vecinos
del norte: China y Japón. A este grupo de economías emergentes había que añadir
en primer término a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán, quienes, junto a Singapur,
formaron lo que se dio en llamar los cuatro Tigres Asiáticos

LA LEY DE LA JUNGLA
La mayoría de los países del sudeste asiático mantenían una estrecha vinculación
con Estados Unidos, cuya ayuda económica a la zona sustentaba una política
anticomunista en tiempos de la Guerra Fría, sobre todo tras el enfrentamiento
armado entre Corea del Norte y Corea del Sur. El proceso de descolonización y el
fracaso de los intentos de modernización habían dado paso a situaciones
conflictivas, sistemas políticos represivos y prácticas corruptas. En la parte
continental, Birmania se mantuvo al margen, encerrada en su mundo campesino,
sujeta a una larga dictadura militar, mientras que en Tailandia, firme aliado
estadounidense, no dejaron de sucederse los golpes militares. Camboya, Laos y
Vietnam empezaron a emprender reformas de libre mercado a finales de los años
ochenta.
En el sudeste insular, Singapur se separó de Malasia en 1965 para convertirse en
una república independiente. Ambos países protagonizaron una etapa de gran
desarrollo económico, con unas tasas de crecimiento industrial y un volumen de
inversión notable. En Indonesia, el general anticomunista Suharto implantó un
régimen dictatorial de 1966 a 1998, liberalizó la economía y enca- bezó la lista de
los diez dirigentes más corruptos del mundo al amasar unos 35.000 millones de
dólares tras su paso por el poder. En Filipinas, el dictador Ferdinand Marcos, que
gobernó de 1972 a 1986, fue acusado de robar entre 5.000 y 10.000 millones de
dólares, y otro presidente filipino, Joseph Estrada, elegido en junio de 1998 con una
mayoría sin precedentes en la historia del país, fue depuesto de su cargo y detenido
en 2001 acusado de un delito de saqueo de las arcas públicas por valor de 80
millones de dólares.
A partir de los años setenta, Singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur iniciaron
el despegue económico apoyándose en las industrias manufactureras, la
construcción naval y la metalurgia ligera. En Hong Kong, región administrativa
especial de China desde 1997, y en Singapur, el cuarto puerto del mundo, el
comercio, las finanzas y el sector servicios fueron determinantes a la hora de saltar
a la fama como Tigres Asiáticos. Corea del Sur, la decimotercera economía del
mundo, destacaba en la construcción de buques y en las industrias de alta
tecnología. Taiwán se mostró también eficiente en el sector agrícola. Pero la crisis
financiera regional de 1997 a 1998 pareció frenar el irresistible ascenso de un
sistema económico basado en salarios e impuestos bajos, extrema laboriosidad,
inversiones extranjeras y libre comercio, entre otras cosas.

TIGRES DE PAPEL
El 2 de julio de 1997, el gobierno de Tailandia, una vez agotadas las reservas del
Banco Nacional que habían servido para mantener fija la paridad de su divisa con el
dólar, dejó que las fuerzas del mercado determinarán el valor del baht, su moneda
nacional. Ello produjo el estallido de una crisis financiera que golpeó duramente a
los cuatro Tigres Asiáticos (Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Taiwán) y a otros
países emergentes de la región, como Filipinas, Indonesia y Malasia.. El tipo de
cambio de sus monedas sufrió una tremenda presión especulativa que tuvo como
efecto una devaluación superior al 10% en el caso de estos tres últimos países y
Tailandia. El nuevo marco económico de la región obligó a los bancos centrales de
cada país, obsesionados por la estabilidad monetaria, a tratar de adaptar se a la
libre fluctuación de las divisas frente al dólar y convivir con la volatilidad.
Sin dejar de lado la corrupción y el nepotismo reinantes, la causa fundamental de la
crisis se debió, según la mayoría de los analistas económicos, a la excesiva y
precipitada política de liberalización financiera de los países de la región impuesta
por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Como consecuencia medida, hubo un
enorme flujo de capitales especulativos desde comienzos de los años noventa, que
generó una "economía de burbuja" con sobrevaluaciones de bienes inmobiliarios y
títulos negociados en las bolsas de la región, al mismo tiempo que se multiplicaban
los déficits de cuenta corriente ante las insuficiencias del sector productivo real. La
súbita retirada de capitales dio comienzo cuando los inversores se dieron cuenta de
aquel descubierto, que se había ido acumulando desde 1994, lo que determinó la
crisis generalizada.

Estas economías emergentes registraron un altísimo crecimiento sin inflación, pero


los superávits fiscales y las elevadas tasas de ahorro interno no fueron suficientes
para financiar las mayores necesidades de inversión privada de los últimos años.
Todo esto redundó en un elevado endeudamiento externo del sector privado, en
forma de préstamos o inversiones de cartera. Algunos economistas atribuyeron
parte de este proceso a las debilidades estructurales de las economías de la región,
así como al proteccionismo comercial de Japón, Estados Unidos y la Unión
Europea, lo que se manifestó en una acción de los mercados exteriores a partir de
1996.

En resumidas cuentas, la crisis del sudeste asiático fue más financiera que de
competitividad industrial y tecnológica. El estadounidense Paul Krugman (1953),
Premio Nobel de Economía en 2008, retomando a su manera la dialéctica maoísta
calificó a los Tigres Asiáticos de Tigres de Papel, porque su crecimiento parecía
estar impulsado por un desarrollo extraordinario del trabajo y el capital en lugar de
por la eficiencia.

EL EJE PACÍFICO DEL COMERCIO


La crisis financiera puso freno al imparable crecimiento económico del sudeste
asiático y al de sus vecinos regionales del norte, como Corea del Norte, Hong Kong
y Taiwán. Las virtudes de inspiración neoconfuciana del trabajo, la disciplina y la
meritocracia quedaron en suspenso, aunque no tardarían en volver a ser parte
importante del motor de la recuperación económica en el siglo XXI. La Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), creada el 8 de agosto de 1967 en
Bangkok, y cuyos primeros socios comerciales eran Estados Unidos y Japón, vio
emerger a China como su más poderoso rival. Sin embargo, la apertura del propio
mercado chino ofreció una nueva vía de distribución para los productos de los diez
países miembros de la ASEAN: Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos,
Malasia, Myanmar (Birmania), Singapur, Tailandia y Vietnam.

En 1999, la ASEAN, junto a China, Japón y Corea del Sur, estudió, aunque sin éxito,
la posibilidad de la creación de una unión aduanera, un mercado común y una
moneda única para competir con Estados Unidos y la Unión Europea. En 2002, la
ASEAN y China -país que tenía un fuerte déficit con el sudeste asiático a causa de
las compras de materias primas- lanzaron el proyecto de crear la mayor zona de
libre comercio del mundo, con una población conjunta de 1.800 millones de
personas y un PIB de 2,1 billones de dólares. Desde el punto de vista de la ASEAN,
el refuerzo de los vínculos con el gigante asiático era la única opción posible para
adaptarse a una competencia en la que llevaban las de perder, y para intentar así
atraer inversiones a sus países miembros. Un año antes, ambos habían firmado el
Acuerdo Estratégico para la Paz y la Prosperidad, que contemplaba la cooperación
tanto política como social y de seguridad.

La región Asia-Pacífico como nuevo eje de poder económico mundial empezó a


dibujarse en 1989 con la creación del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(APEC), impulsado por el ex primer ministro australiano Bob Hawke e integrado
originalmente por Australia, Brunéi, Canadá, Estados Unidos, Indonesia, Japón,
Corea del Sur, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur y Tailandia. Sujeto a una
moratoria para el ingreso de nuevos miembros desde 1998, quedó formado por
Australia, Brunéi, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas,
Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva
Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Tailandia, Taiwán y Vietnam. Todo un poderoso
bloque de 21 países, comprometido con el libre mercado, el libre comercio y el
crecimiento a largo plazo, que evitaba levantar barreras a la inversión o al
intercambio de bienes y servicios, favoreciendo las exportaciones mediante la
reducción de barreras arancelarias.

1. ¿Cuándo comienza el desarrollo de los nuevos países industriales del sudeste


asiático y qué características tuvo?
2. ¿Cuándo se creó y cuáles son los principales objetivos del ASEAN?
3. ¿A qué le adjudica el autor la crisis asiática de 1997?
4. ¿Qué es APEC? ¿Cuándo se creó? ¿Cuál es su objetivo? Investigar lo sucedido
con el tratado y los Estados Unidos.

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