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ESCUELA SUPERIOR DE BELLAS ARTES.

DR. JOSÉ FIGUEROA ALCORTA.


UNIVERSIDAD PROVINCIAL DE CÓRDOBA.
FACULTAD DE ARTE Y DISEÑO.
Profesorado Superior en Artes Visuales

DIBUJO IV
Profesor: Andrés Martín Gigena.
Alumna: Basualdo Bodart, Cristina.

IEFI

Skin Shadow Archetype


Una mirada de la Sombra desde la literatura, el cine y los videojuegos.

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SOMBRA (también conocido como A.L.T.E.R). La fotografía del comienzo representa al
arquetipo de sombra de Fornite.
Fortnite es el nombre de un videojuego creado por Epic Games, una compañía estadounidense,
fue presentado en 2017 y dispone de diversas modalidades cuyo formato responde al mismo
motor: Salvar al mundo (o, en inglés, Fornite: Save the world). Es un personaje, con un
trasfondo sumamente interesante, el cual se trata en un agente adiestrado en diferentes áreas de
combate y con una carrera militar impecable, destacándose en el combate cuerpo a cuerpo,
combate armado y especialista en bombas. El arquetipo se presenta en esta oportunidad con un
traje oscuro y rodilleras que cuidan puntos claves en su cuerpo, además de este al personaje le
acompaña un conjunto de camiseta negra y una chaqueta muy a la moda. Más interesante aún es
que tiene una mochila llamada Paradigma Oscuro que combina y contrasta con una
mascarilla militar de visión nocturna que le permite al personaje, tener ventaja en la
oscuridad.(1) Extraño mundo el de los videojuegos…

En el caso de la Literatura, encontramos un lazo más cercano con el cine cuyo primer ejemplo
clásico nos llega con la adaptación de la obra de Robert Louis Stevenson El Dr. Jekyll y Mr.
Hyde. En esta novela, Stevenson trae al típico personaje victoriano a la usanza de la época que
percibe en su interior otra personalidad más instintiva y amoral que también forma parte de él.

EL ARQUETIPO DE LA SOMBRA es donde voy a ahondar invocando una poesía del


poeta mexicano Jaime Sabines titulada: SOMBRA

Sombra. No sé. La sombra


herida que me habita,
el eco.
(Soy el eco del grito que sería.)
Estatua de la luz hecha pedazos,
desmoronada en mí;
en mi la mía,
la soledad que invade paso paso
mi voz, y lo que quiero, y lo que haría.
Este que soy a veces,

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sangre distinta,
misterio ajeno dentro de mi vida.
Este que fui, prestado
a la eternidad,
cuando nací moría.
Surgió, surgió dentro del sol
Al efímero viento
en que amanece el día.
Hombre. No sé. Sombra de Dios
pérdida.
Sobre el tiempo, sin Dios,
sombra, su sombra todavía.
Ciega, sin ojos, ciega
—no busca a nadie,
espera—,
camina.

Que fantástico poema a la hora de describir La Sombra, confirmando una vez más como la
sensibilidad poética nos acerca mucho mejor a la emoción de los conceptos que la palabra
científica o psicológica. La sombra representa un problema ético, que desafía a la entera
personalidad del yo, pues nadie puede realizar (hacer consciente) la sombra sin
considerable dispendio de decisión moral. En efecto, en tal realización se trata de
reconocer como efectivamente presentes los aspectos oscuros de la personalidad. Este acto
es el fundamento indispensable de todo acto de conocimiento de sí y, consiguientemente,
encuentra, por reglas general, resistencia considerable… en palabras del autor.(2)

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En el mismo texto, Jung nos da una de las pistas fundamentales para identificar y poder
trabajar con nuestra sombra, así como también en algunas de sus dificultades más extremas:

- Aunque la sombra puede, en cierta medida, y con penetración y buena voluntad,


- Al ser incorporada a la personalidad consciente, la experiencia enseña que existen sin
embargo ciertos rasgos tozudamente resistentes al control moral, sobre los cuales por
ende se muestra prácticamente imposible ejercer ningún influjo.

Estas resistencias están ligadas estrechamente a proyecciones que, en cuanto a tales, no son
reconocidas, y cuyo reconocimiento significa una empresa moral muy por encima de las
posibilidades comunes. Mientras que los rasgos propios de la sombra pueden ser reconocidos
sin excesivo esfuerzo como características de la personalidad, en el caso de estos rasgos falla
tanto la voluntad como la penetración, porque el fundamento de la emoción parece sin lugar a
dudas situado en el otro.

Al adaptarse al mundo y lidiar con él, el yo inadvertidamente hace uso de la sombra para
realizar aquellas operaciones deshonrosas e imposibles de llevar a cabo sin caer en un conflicto
moral. Sin el conocimiento del yo, estas actividades protectoras y autoindulgentes son llevadas
a cabo en la oscuridad. La sombra opera de manera similar al servicio de espionaje de una
nación: sin conocimiento efectivo del Jefe de Estado, el cual puede negar entonces toda
culpabilidad.

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James Hollis destaca que la psicodinámica de la sombra tiene cuatro niveles a destacar y que
denomina de la siguiente manera:

1. La sombra inconsciente. Aquella que está constituida inconscientemente por aquellos


elementos negados o reprimidos de nuestra personalidad y que se manifiestan en nuestra
vida como actos aparentemente fuera de la voluntad.
2. La sombra proyectada. O su proyección desde nuestro mundo psíquico interno hacia el
mundo externo.

Es por ello que continuamente nos encontramos con nuestra sombra alrededor de nosotros, en
el mundo exterior, proyectada sobre el otro. Cada proyección de la sombra aumenta nuestra
alienación de la realidad y, cuanta más porquería vertemos sobre los demás, más distorsionada
resulta nuestra visión de la realidad.(3)

Especialmente sugerente es el siguiente comentario de Jung: El proyectante no es el sujeto


consciente, sino el inconsciente. Por lo tanto, uno no hace la proyección: la encuentra hecha.
El resultado de la proyección es un aislamiento del sujeto respecto del entorno, en cuanto
que se establece con éste una relación no real sino ilusoria. Las proyecciones transforman
el entorno en el propio pero desconocido rostro del sujeto. Llevan, pues, en última
instancia, a un estado autoerótico o autístico, donde se sueña un mundo cuya realidad
permanece empero inalcanzable.

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El “sentimiento de incompletud” que así surge y, el sentimiento, peor aún, de esterilidad se
interpretan y, a su vez, por proyección, como malevolencia del entorno, y por medio de este
círculo vicioso, se acrece el aislamiento.

En la pantalla del cine, las transformaciones de los hombres en lobos son variantes de la
sombra tambien asi como la transformación de Jack Nicholson en El resplandor constituyen
buenos ejemplos de la posesión ciega por parte de la sombra, la identificación momentánea con
el arquetipo que lleva a la manifestación de sus aspectos inconscientes – por reprimidos - más
destructivos y malignos. Muchos crímenes pasionales y muchos crímenes aparentemente sin
sentido tienen que ver con esa dimensión de la posesión de la sombra.

El anticristo (el equivalente satánico de Jesús como hijo de dios), también llevado a las
pantallas (por ejemplo en la saga de La profecía) sería uno de sus correlatos característicos del
apocalipsis cristiano. Personajes como Hitler – o Franco -, Stalin, el mismo Vlad Tepes – el
correlato histórico de Drácula -, o la historia de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta,
narrada en un extenso estudio (1962) por Valentine Penrose, y especialmente conocida por el
pequeño ensayo que de ella hizo Alejandra Pizarnik se ajustarán a esta sombra ideológica.

En todo caso, todos estos ejemplos, ponen de relieve una característica básica de la posesión
por identificación, y es que bajo la posesión de la sombra se sufre una fuerte inyección de
energía que se manifiesta como una determinación ciega que se dirige hacia la consecución de
sus objetivos, aunque en este caso sean al servicio de la destrucción.(4)

Por último quiero nombrar la integración de la sombra en la conciencia, obviamente se trata


aquí de la dimensión positiva derivada de la integración de los contenidos de la sombra a la luz
de la consciencia.

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“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”
Carl Jung

El arquetipo de la sombra: el lado oscuro del ser humano que puede girar hacia la luz.

El arquetipo de la sombra se relaciona mucho con el concepto de inconsciente formulado por


Freud. No obstante, contiene matices únicos que lo diferencian de un modo considerable y que
lo enriquecen. No podemos olvidar que lo que empezó siendo un idilio intelectual entre Freud y
Jung terminó enfriándose, hasta el punto de que este último llegó a decir del padre del
psicoanálisis que era “una figura trágica, un gran hombre, pero alguien con cuyo método
terapéutico no comulgaba”.(5)

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“Desafortunadamente no puede haber ninguna duda de que el hombre es, en general,
menos bueno de lo que se imagina a sí mismo o quiere ser. Todo el mundo tiene una
sombra, y cuanto más oculta está de la vida consciente del individuo, más negra y más
densa es. En todo caso, es uno de nuestros peores obstáculos, puesto que frustra nuestras
intenciones más bien intencionadas”
Carl Jung

Es muy posible que la teoría del arquetipo de la sombra de Jung nos resulte atrapante a nivel
teórico, que tenga su encanto, su esencia metafórica y misticismo. Todos vemos en esta figura
la representación más clásica del tabú, de la maldad y de esa dimensión tenebrosa de la
personalidad humana que siempre suscita un alto interés. Es por ello que materializamos la
sombra en una representación performática de la misma…

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CITAS
1. La definición de aspecto o skin es muy sencilla: básicamente se trata de un traje que
cambia el aspecto por defecto del personaje que controlamos. Es decir, nos modifica
visualmente ante el resto de jugadores. Es como llamar skin al atuendo o conjunto que
llevamos a una boda, a una cena con amigos o a la indumentaria que usamos para
practicar deporte. Pero va más allá, porque hay varias categorías de skins o aspectos.
2. ¿Qué es la sombra para Jung? Jung utilizó este término de dos modos diferentes: Por
un lado, se puede definir como la totalidad de lo inconsciente. En segunda instancia, la
sombra designa al aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y
actitudes que el yo consciente no reconoce como propios. Lo que hace preguntarse,
¿cuáles son mis sombras? Para identificar cuál es tu sombra puedes hacer lo siguiente:
Fíjate en lo que más te molesta de los demás; lo que realmente te altera. Esos son
aspectos de tu lado oscuro proyectados al exterior. Presta atención a todo aquello que te
causa dolor, que te hiere de verdad y no entiendes muy bien el porqué.
3. ¿Qué es integrar la sombra? Integrar la sombra implica reconocer y trabajar ambos
lados: aceptar las cualidades de las cuales no nos enorgullecemos y, por otro lado,
reconocer aquellas cualidades que nos abren nuevas posibilidades de ser y que no
sabíamos que teníamos. El que podamos integrar nuestra sombra es una cuestión de amor
y aceptación.
4. ¿Qué es la proyección de la sombra? Si por definición la sombra es inconsciente
quiere decir que estamos sometidos a ella. Jung define el arquetipo sombra como el
aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo
Consciente no reconoce como propios.
5. La sombra, una presencia conocida, pero reprimida. La “sombra” fue un término que
Jung tomó de Friedrich Nietzsche. Esta idea representaba la personalidad oculta que tiene
toda persona. A simple vista, la mayoría de nosotros aparentamos (y nos percibimos)
como seres buenos y nobles. Sin embargo, en nuestro interior hay ciertas dimensiones
reprimidas, instintos heredados donde a veces se esconde la violencia, la rabia, el odio…
El arquetipo de sombra no habita únicamente en cada persona. En ocasiones, también
está presente en “grupos de personas”, en sectas, en algunos tipos de religiones o incluso

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en partidos políticos. Son organizaciones que pueden, en un momento dado, sacar su
sombra a la luz para justificar actos violentos contra la propia humanidad.
La sombra es más destructiva, insidiosa y peligrosa cuando más la “reprimimos”. Es
entonces cuando “se proyecta” apareciendo así, y según Carl Jung, perturbaciones como
la neurosis o la psicosis. Asimismo, Jung diferenció en su arquetipo de la sombra dos
tipologías. La primera es la sombra personal, la que llevamos todos con nuestras
pequeñas frustraciones, miedos, egoísmos y dinámicas negativas más comunes. Sin
embargo, también estaría la sombra impersonal, esa que contendría la esencia de la
maldad más arquetípica, la que acompaña a los genocidas, asesinos despiadados, etc.

BIBLIOGRAFÍA
- Bauman, Z. (2003). Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil.
Madrid: Siglo XXI. - Beck, U. (2003). Sobre el terrorismo y la guerra.
Barcelona: Paidós.
- Benjamin, W. (1999). Para una crítica de la violencia y otros ensayos.
Iluminaciones IV. Madrid: Taurus.
- Borradori, G. (2003). La filosofía en una época de terror. Diálogos con Jürgen
Habermas y Jacques Derrida. Madrid: Taurus.
- Deleuze, G. y Parnet, C. (1997) Diálogos. Valencia: Pre-Textos. Falk, R. (2004).
- Giddens, A. (2000). Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en
nuestras vidas. Madrid: Taurus.
- Gil Calvo, E. (2003). El miedo es el mensaje. Riesgo, incertidumbre y medios
de comunicación. Madrid: Alianza
- Sontag, S. (2003). La enfermedad y sus metáforas, en Debolsillo.
- DELUMEAU, Jean. El miedo en occidente. Siglos XIV -XVIII. Taurus, Madrid,
1989.
- DUBY, George. Año 1000, año 2000. La huella de nuestros miedos.
Andrés Bello, Santiago de Chile, 1995.
- FORD, Aníbal. La marca de la bestia. Identificación, desigualdades e 13
infoentretenimiento en la sociedad contemporánea. Norma, Argentina, abril de

10
1999.
- FOUCAULT, Michel. Microfísica del poder. Endymion, Madrid, 1991.

ENLACES
- https://elpais.com/cultura/2018/12/18/actualidad/1545120499_209563.html
- https://triadaprimate.org/de-camino-a-lo-invisible-en-la-obra-de-paul-klee-fragmentos-de
-líneas-fantasmagóricas-08/
- http://www.psicopsi.com/nelson-goodman-los-simbolos-del-arte/
- http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/goodmanart.pdf
- Carl Jung: Archetypes and Analytical Psychology.
https://www.psychologistworld.com/cognitive/carl-jung-analytical-psychology
- https://www.psicoactiva.com/blog/los-arquetipos-de-jung/

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