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NUTRICION, DESARROLLO MENTAL,

CONDUCTA Y APRENDIZAJE

Joaquin Cravioto ., M.D., M.P .H., D. Sc.


Ramiro Arrieta., MD.

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a- ^0^^- (2)
NUTRICION , DESARROLLO MENTAL, CONDUCTA Y APRENDIZAJE

. AUTORES : Dr. Joaquín CRAVIOTO , Director Científico del Instituto


Nacional de Ciencias y Tecnología de la Salud del Niño - D.I.F.,
de México , en colaboración con el Dr . Ramiro ARRIETA.

. DOCUMENTO 1/85

. Este trabajo ha sido galardonado con el Premio Reina Sofía 1984,


de Investigación en materia de Prevención de la Subnormalidad.

. EDITA : Secretaría Ejecutiva del Real Patronato de Educación


Atención a Deficientes.

CONFECCION y DISTRIBUCION : Centro de Documentación sobre Deficie n


cias . S.I.I.S. - Delegación de Madrid . ( Concertado con el Real Pa
tronato de Educación y Atención a Deficientes).

IMPRIME: Rali.

De este Documento se editan 350 ejemplares.

. Mayo, 1985.

DISEÑO CUBIERTA: Javier González Solas.

Este Documento es una reproducción del texto reprograflado presentado por


los autores al Premio Reina Sofía 1984. Dada la deficiente calidad de im-
presión del original , ha resultado inevitable en las sucesivas reproducci o
nes la aparición de algunos defecctos.
Por retroalimentar el estress
que lleva a mayor dedicación
y a no abandonar lo emprendido.

Por las horas robadas a la presencia


física.

Por las alegrías y nuevas perspectivas


vislumbradas.

Joaquín Cravioto Ramiro Arrieta


dedica este esfuerzo dedica este esfuerzo

a a

Su Esposa María Cristina su Esposa Adela


Sus Hijos Alejandro y Patricia. Sus Hijos
Sus Nietos Miguel (Alegrías) Be- Adelita
tancourt y María Cristina (Cris- Claudia
ty) Cravioto Marcela
Tonatlúh
Luis Gilberto
Donahi

Sus maestros
José Joaquín Izquierdo
Leonel Fierro del Río
Federico Gómez Santos
Jesús Lozoya Solís
Rafael Cravioto Muñoz

Se agradece a la Nutrition Foundation Inc., a la Foundation for Child Development (anteriormente Association for Aid
of Cripple Children), a la Fundación von Monell y a la Fundación van Ameringen , la ayuda financiera que proporcionaron
durante la etapa de recolección de los datos del Estudio Longitudinal del "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

En este programa longitudinal han participado decenas de profesionales en los diversos campos de la pediatría (médi-
cos residentes del Hospital Infantil de México , Federico Gómez. de la Intitución Mexicana de Asistencia a la Niñez, IMAN
y del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia , DIF), la psicología, el trabajo social , la ecgnomía, la
antropología y otras disciplinas . Esperamos que todos ellos se identifiquen en las referencias bibliográficas , en las Ilustra-
ciones , en los cuadros y particularmente en el texto. A todos, nuestro más profundo deseo de que sepan que han
contribuido no sólo a la Investigación Científica de un programa , sino a plantear a quien corresponda la Imperiosa necesi-
dad de adquirir el conocimiento que permita cambiar los aspectos negativos de un funcionamiento social Inadecuado.
SUMARIO

Página

PREFACIO XIII

CAPITULO I.- ALGUNOS PROBLEMAS EN LA INTERPRETACION DE LA ASO-


CIACION ENTRE DESNUTRICION, DESARROLLO MENTAL,
CONDUCTA Y APRENDIZAJE 1

CAPITULO II.- HERENCIA, GRUPO ETNICO, CLASE SOCIAL, EXPERIENCIA


PREVIA, DESARROLLO MENTAL, CONDUCTA Y APRENDIZAJE 11

CAPITULO III.- EFECTOS DE LA DESNUTRICION EN EL FUNCIONAMIENTO


SENSORIMOTOR 29

CAPITULO IV.- ESTUDIO LONGITUDINAL DEL LUGAR SOBRE LA TIERRA


BLANCA 61

CAPITULO V.- DESARROLLO DEL LENGUAJE 89

CAPITULO VI.- DESARROLLO DE HABILIDADES MOTORAS 105

CAPITULO VII.- FUNCIONAMIENTO NEUROINTEGRATIVO 125

CAPITULO VIII.- ESTILOS DE RESPUESTA ANTE DEMANDAS COGNOSCITIVAS 179

CAPITULO IX.- EFECTOS SOBRE EL NIVEL DE EJECUCION EN LA EDAD


ESCOLAR 195

CAPITULO X.- A MANERA DE POSTFACIO 205


LISTA DE CUADROS

CAPITULO 1.- ALGUNOS PROBLEMAS EN LA INTERPRETACION DE LA ASOCIACION ENTRE DESNUTRICION,


DESARROLLO MENTAL, CONDUCTA Y APRENDIZAJE.

Cuadro Número:

1.1 Dimensiones de los alimentos.

CAPITULO II.- HERENCIA, GRUPO ETNICO, CLASE SOCIAL, EXPERIENCIA PREVIA, DESARROLLO MENTAL, CON-
DUCTA Y APRENDIZAJE.

Cuadro Número:

2.1 Porcentaje de la varianza en las calificaciones de las aptitudes no verbales , para gemelos de sexo di-
ferente , por raza y clase social.

2.2 Porcentaje de la varianza en la calificación de aptitud total para gemelos de diferente sexo , por raza y
clase social.

CAPITULO III.- EFECTOS DE LA DESNUTRICION EN EL FUNCIONAMIENTO SENSORIMOTOR.

Cuadro Número:

3.1 Nivel de significación estadística de las diferencias en conducta exhibida por madres de niños con o
sin desnutrición avanzada . "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

3.2 Nivel de significación estadística de las diferencias en conducta exhibida por madres de los niños
con o sin desnutrición avanzada. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

3.3 Conducta exhibida por madres de niños con o sin desnutrición avanzada. "Lugar Sobre la Tierra
Blanca". Reacción de la madre cuando la ejecución del niño fue adecuada y fácil.

3.4 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca". Respuesta a la entrevista.

3.5 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca". Sensibilidad hacia el niño.

3.6 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada. "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Interés de ejecución del niño.

3.7 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . " Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Cantidad de comunicación verbal.

3.8 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición. "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Respuesta a las necesidades del niño.

3.9 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . " Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Como ve la madre su rol.

3.10 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Relación emocional.

3.11 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada. "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Expresiones de afecto hacia el niño.

3.12 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada. "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Reacción de la madre cuando la ejecución del niño es excelente.

3.13 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . "Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Conciencia de su status.

3.14 Conducta exhibida por madres de niños con y sin desnutrición avanzada . " Lugar Sobre la Tierra Blan-
ca." Cooperación con el examinador.

1
niños menores de seis meses de
3.15 Valor promedio de las pendientes ( desarrollo /días de tratamiento ) de
edad , recuperados de desnutrición clínica grave.
TIERRA BLANCA.
CAPITULO IV.- ESTUDIO LONGITUDINAL bEL LUGAR SOBRE LA

Cuadro Número:

4.la Mortalidad de la falange de nacimientos durante los primeros 5 años del estudio.

4.1b Mortalidad de la falange de nacimientos durante los primeros 5 años del estudio.

4.2 Tiempo en el estudio antes de la emigración del poblado.

4.3 Tamaño al nacimiento en niños que sufrieron desnutrición postnatal, y en la falange total. "Lugar
Sobre la Tierra Blanca".

4.4 Intercorrelaciones producto x momento entre ciertas medidas de tamaño corporal al nacimiento, en
niños que sufrieron desnutrición postnatal , y en la falange total . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

CAPITULO V.- DESARROLLO DEL LENGUAJE.

Cuadro Número:

5.1 Desarrollo del lenguaje en niños con desnutrición grave presente o pasada y controles apareados al
nacimiento . ( días equivalente).

5.2 Distribución del desarrollo del lenguaje de niños que padecieron desnutrición grave y de niños
controles a los 1080 días de vida.

5.3 Conceptos biporales incluidos en la prueba.

5.4 Promedio de conceptos bipolares en función de edad e historia de desnutrición clínica severa. "Lu-
gar Sobre la Tierra Blanca".

5.5 Incremento en el promedio.de conceptos bipolares encontrado en niños con desnutrición clínica se-
vera presente o pasada y en niños testigo. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.6 Calificación total en estimulación en el hogar de niños con desnutrición clínica severa presente o pa-
sada y niños testigo . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.7 Promedio de talla (cros.) en niños con desnutrición clínica severa presente o pasada y niños testigo.
"Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.8 Correlaciones parciales entre número de conceptos bipolares , talla del niño y calificación total en es-
timulación en el hogar. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.9 Cociente intelectual total (WPPSI) obtenido en niños con antecedentes de desnutrición clínica severa
y niños testigo por tamaño al nacimiento a los 5 años de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.10 Interrelaciones entre estimulación , nivel de ejecución y número de conceptos bipolares en niños ru-
rales . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.11 Correlaciones parciales entre talla, ejecución mental y número de conceptos bipolares a los 4 años
de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.12 Interrelaciones talla, estimulaclón en el hogar y nivel de ejecución mental . " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".
CAPITULO VI.- DESARROLLO DE HABILIDADES MOTORAS.
Cuadro Número:
6.1 Proporción de niños con desnutrición clínica severa , presente o pasada y niños testigo que tienen di-
ferentes calificaciones totales en estimulación 'en el hogar a los 6 meses de edad . " Lugar Sobre la
Tierra Blanca".

11
6.2 Comparación de las proporciones de niños con desnutrición severa (MALNUT), testigos
por condición económica (SIMEC) y estimulación en el hogar (SIMEST), y testigos apareados
tomados al azar
(RANDOM ),^que muestran diferentes calificaciones en coordinación a los 75 meses
de edad. "Lugar
Sobre la Tierra Blanca".

6.3 Comparación de las proporciones de niños con desnutrición severa (MALNUT ),


testigos apareados
por condición económica ( SIMEC) y estimulación en el hogar ( SIMEST), y testigos
tomados al azar
(RANDOM ), que muestran diferentes calificaciones en fuerza a los 75 meses de edad
. " Lugar Sobre
la Tierra Blanca".

6.4 Comparación de las proporciones de niños con desnutrición severa (MALNUT ), testigos
apareados
por condición económica (SIMEC) y estimulación en el hogar (SIMEST), y testigos
tomados al azar
(RANDOM) que muestran diferentes calificaciones en agilidad a los 75 meses de edad
. " Lugar Sobre
la Tierra Blanca''.

.6.5 Comparación de las proporciones de niños con desnutrición severa (MALNUT), testigos apareados
por condición económica (SIMEC) y estimulación en el hogar (SIMEST) y testigos tomados al azar
(RANDOM) que muestran diferentes calificaciones en equilibrio a los 75 meses de edad. " Lugar
Sobre la Tierra Blanca".

6.6 Comparación de las proporciones de niños con desnutrición severa (MALNUT), testigos apareados
por condición económica (SIMEC) y estimulación en el hogar (SIMEST) y testigos tomados al azar
(RANDOM), que muestran diferentes calificaciones en flexibilidad a los 75 meses de edad . "Lugar
Sobre la Tierra Blanca".

6.7 Análisis de covarianza de las calificaciones en habilidades motoras en niños de 75 meses de edad,
con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apareados por igualdad de condi-
ciones económicas (SIMEC) y por estimulación en el hogar (SIMEST) " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

CAPITULO VII.- FUNCIONAMIENTO NEUROINTEGRATIVO.

Cuadro Número:

7.1 Orden de presentación de los estímulos estándar y variables para cada condición experimental.
7.2 Relación porcentual entre el número de errores observados y el número teórico máximo posible en
juicios de equivalencia y no-equivalencia, en niños escolares rurales , agrupados de acuerdo a la
talla.
7.3 Promedio y rango de la talla, en centímetros, de niños rurales de edad escolar en los extremos de di-
ferencias en estatura.
7.4 Promedio y rango de la talla, en centímetros , de los grupos de niños escolares de la clase social alta
urbana evaluados en organización intersensorlal.
7.5 Análisis de varianza por edad y modalidad sensorial.
7.6 Intercorrelaciones de competencia intra e Intersensorial en niños de ocho y nueve años de edad.
7.7 Promedio de errores de equivalencia en laintegración cinestésica-visual en función de edad y antece-
dentes de desnutrición clínica severa . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".
7.8 Integración cinestésica-visual a los 66 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutri-
ción clínica severa . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".
7.9 Integración cinestésica-visual obtenida a los 73 meses de edad en niños con y sin antecedentes de
desnutrición clínica severa . " Lugar Sobre la Tierra Blanca."
7.10 Integración cinestésica-visual a los 78 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutri-
ción clínica severa . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".
7.11 Integración cinestésica -visual a los 86 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutri-
ción clínica severa . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".
7.12 Integración auditiva-visual a los 73 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutrición
clínica severa. " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

111
7.13 Integracion auditiva-visual a ros 78 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutrición
clínica severa. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.14 Integración auditiva - visual a los 86 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutrición
clínica severa "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.15 Integración cinestésica -visual obtenida a los 73 meses de edad en niños con y sin antecedentes de
desnutrición severa apareados por calificación total en estimulación en el hogar . ( Formas no-
idénticas). "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.16 Integración cinestésica - visual en formas no-idénticas a los 73 meses de edad.

7.17 Integración cinestésica - visual obtenida a los 78 meses de edad en niños con y sin antecedentes de
desnutrición severa apareados por calificación total en estimulación en el hogar . ( Formas no-
idénticas). "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.18 Integración cinestésica - visual en formas no-idénticas a los 78 meses de edad . " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

7.19 Integración auditiva - visual a los 73 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutrición
clínica severa apareados por calificación total en estimulación en el hogar . " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

7.20 Integración auditiva -visual a los 78 meses de edad en niños con y sin antecedentes de desnutrición
clínica severa apareados por calificación total en estimulación en el hogar . " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

7.21 Integración auditiva - visual a los 86 meses de edad en niños con y sin antecedenes de desnutrición
clínica severa apareados por calificación total en estimulación en el hogar . " Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

CAPITULO Vltl.- ESTILOS DE RESPUESTA ANTE DEMANDAS COGNOSCITIVAS.

Cuadro Número:

8.1 Cocientes intelectuales totales (WPPSI) obtenidos en sobrevivientes de desnutrición clínica severa y
niños controles a los 5 años de edad . "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.2 Cociente intelectual verbal (WPPSI ) obtenido en sobrevivientes de desnutrición clínica severa y niños
controles a los 5 años de edad. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.3 Cociente intelectual de ejecución ( WPPSI ) obtenido en sobrevivientes de desnutrición clínica severa
y niños controles a los 5 años de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.4 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y dos tipos de niños controles . Proporción de respuestas de trabajo . " Lugar Sobre
la Tierra Blanca".

8.5 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y dos tipos de niños controles . Proporción del total de respuestas expresadas ver-
balmente . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.6 Estilos de respuesta' inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y dos tipos de niños controles . Proporción de respuestas de trabajo expresadas
verbalmente . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.7 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y en dos tipos de niños controles . Proporción de respuestas de no trabajo expre-
sadas verbalmente . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.8 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y en dos tipos de niños controles . Proporción de respuestas de trabajo verbal con
extensión espontánea . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.9 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-

IV
ción clinica severa y en dos tipos de ninos controles . Proporción de respuestas no verbales de traba-
jo con extensión espontánea . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.10 Estilos de respuesta Inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y en dos tipos de niños controles . Principales estilos de respuesta de no trabajo
verbal . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.11 Estilos de respuesta inicial a una demanda cognoscitiva observados en sobrevivientes de desnutri-
ción clínica severa y en dos tipos de niños controles . Principales estilos de respuesta de no trabajo
jo no verbal. " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

8.12 Distribución de niños de acuerdo a principales estilos de respuesta a una demanda cognoscitiva.
" Lugar Sobre la Tierra Blanca".

V
LISTA DE FIGURAS
CAPITULO 1 .- ALGUNOS PROBLEMAS EN LA INTERPRETACION DE LA ASOCIACION ENTRE DESNUTRICION,
DESARROLLO MENTAL, CONDUCTA Y APRENDIZAJE.

Figura Número:

1.1 Interrelación entre factores biosociales y baja ganancia de peso (1/.).

1.2 Interrelación entre factores biosociales y baja ganancia de peso (z/.).

1.3 Interrelación entre factores biosociales y baja ganancia de peso (3/.).

1.4 Interrelación entre factores biosociales y baja ganancia de peso ('/.).

CAPITULO II.- HERENCIA , GRUPO ETNICO , CLASE SOCIAL , EXPERIENCIA PREVIA , DESARROLLO MENTAL, CON-
DUCTA Y APRENDIZAJE.

Figura Número:

2.1 Ventaja ambiental como determinante de las diferencias del cociente intelectual (C.I.) entre grupos.

2.2 Las diferencias genéticas como las principales determinantes de las diferencias del cociente intelec-
tual (C.I.) entre grupos.

2.3 Influencia del refuerzo al azar en las estrategias de aprendizaje de niños de distinta clase social.

2.4 Estilos de respuesta a una demanda cognoscitiva.

CAPITULO Iil.- EFECTOS DE LA DESNUTRICION EN EL FUNCIONAMIENTO SENSORIMOTOR.

Figura Número:

3.1 Relación entre días de hospitalización y desarrollo motor, en niños durante la recuperación de la des-
nutrición avanzada.

3.2 Relación entre días de hospitalización y desarrollo adaptativo en niños durante la recuperación de la
desnutrición avanzada.

3.3 Relación entre días de hospitalización y desarrollo del lenguaje en niños durante la recuperación de
la desnutrición avanzada.

3.4 Relación entre días de hospitalización y desarrollo personal-social en niños durante la recuperación
de la desnutrición avanzada.

3.5 Relación entre días de hospitalización y desarrollo motor en niños durante la recuperación de la
desnutrición avanzada (niños menores de 6 meses de edad).

3.6 Relación entre días de hospitalización y desarrollo adaptativo en niños durante la recuperación de la
desnutrición avanzada (niños menores de 6 meses de edad).

3.7 Relación entre días de hospitalización y desarrollo del lenguaje en niños durante la recuperación de
la desnutrición avanzada (niños menores de 6 meses de edad).

3.8 Relación entre días de hospitalización y desarrollo personal-social en niños durante la recuperación
de la desnutrición avanzada (niños menores de 6 meses de edad).

3.9 Distribución de los valores de las pendientes del desarrollo motor contra días de tratamiento de niños
menores de seis meses de edad que recibieron o no estimulación sistematizada , durante la recupera-
ción de la desnutrición grave.

3.10 Distribución de los valores de las pendientes del desarrollo adaptativo contra días de tratamiento, de
niños menores de seis meses de edad que recibieron o no estimulación sistematizada , durante la re-
cuperación de la desnutrición grave.

VII
3.11 Distribución de los valores de las pendientes del desarrollo del lenguaje , contra días de tratamiento
de niños menores de seis meses de edad que recibieron o no estimulación sistematizada durante la
recuperación de la desnutrición grave.

3.12 Distribución de los valores de las pendientes del desarrollo personal -social contra días de tratamien-
to de niños menores de seis meses de edad que recibieron o no estimulación sistematizada durante
la recuperación de la desnutrición grave.

CAPITULO IV.- ESTUDIO LONGITUDINAL DEL LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA.

Figura Número:

4.1 Pirámide de edades de acuerdo al sexo.

4.2 Fuente principal de ingreso familiar en el poblado.

4.3 Porcentaje de individuos efectuando distintos tipos de trabajo agrícola.

4.4 Peso al nacimiento de los niños en la muestra.

4.5 Distribución del peso al nacimiento en función del sexo.

4.6 Distribución de talla al nacimiento en la muestra.

4.7 Distribución de la edad de las madres en la muestra.

4.8 Distribución de la talla de las madres en la muestra.

4.9 Distribución del peso de las madres en la muestra.

4.10 Distribución del número de embarazo en la muestra.

4.11 Alfabetismo y grado escolar de las madres en la muestra.

4.12 Contacto de las madres con medios de comunicación de masa.

4.13 Tamaño de las familias en la muestra.

4.14 Principales fuentes de Ingreso en la muestra.

4.15 Estructura sanitaria de la vivienda.

CAPITULO V.= DESARROLLO DEL LENGUAJE.

Figura Número:

5.1 Comparación de los promedios aritméticos del desarrollo del lenguaje de niños desnutridos de tercer
grado y controles apareados.

5.2 Distribución de las calificaciones en lenguaje en niños indice y controles.

5.3 Evolución del promedio de conceptos bipolares en función de la edad, en niños con desnutrición se-
vera , presente o pasada y en niños control . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

5.4 Incremento en el promedio de conceptos bipolares encontrados en niños con desnutrición clínica se-
vera presente o pasada y en niños testigo.

CAPITULO VI.- DESARROLLO DE HABILIDADES MOTORAS.

Figura Número:

6.1 Distribución de los " puntajes Z " (. en desarrollo psicomotor obtenidos en niños que presentaron
desnutrición clínica de tercer grado antes del tercer año de vida en el "Lugar Sobre la Tierra
Blanca".

VIII
6.2 Promedio de desarrollo psicomotor en función de la edad en niños severamente desnutridos y un gru-
po de niños tomados al azar de la falange de nacimientos. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.3 Promedio de desarrollo psicomotor en función de la edad en niños severamente desnutridos y un gru-
po control apareado por tamaño al nacimiento. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.4 Promedio de desarrollo psicomotor en función de la edad en niños severamente desnutridos y un gru-
po de niños control apareados por calificación total de estimulación en el hogar. "Lugar Sobre la
Tierra Blanca".

6.5 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y un grupo to-
mado al azar de la falange de nacimientos (RANDOM), que muestran diferentes calificaciones en co-
ordinación a los 75 meses de edad. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.6 Comparación de los % de los niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos
apareados por: igualdad de condiciones económicas (SIMEC), que muestran diferentes califica-
ciones en coordinación a los 75 meses de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.7 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por: calificación total en estimulación (SIMEST), que muestran diferentes calificaciones en
coordinación a los 75 meses de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.8 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por: igualdad de condiciones económicas (SIMEC), calificación total en estimulación
(SIMEST), y un grupo tomado al azar de la falange de nacimientos (RANDOM) que muestran diferen-
tes calificaciones de coordinación a los 75 meses de edad . "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.9 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por : Igualdad de condiciones económicas (SIMEC), calificación total en estimulación (SI-
MEST), y un grupo tomado al azar de la falange de nacimientos (RANDOM) que muestran diferentes
calificaciones en fuerza a los 75 meses de edad . " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.10 Comparación de los %, de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por: Igualdad de condiciones económicas (SIMEC) calificación total en estimulación
(SIMEST), y un grupo tomado al azar de la falange de nacimientos (RANDOM), que muestran diferen-
tes calificaciones en agilidad a los 75 meses de edad. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.11 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por: Igualdad de condiciones económicas (SIMEC), calificación total en estimulación (Si-
MEST), y un grupo tomado al azar de la falange de nacimientos (RANDOM) que muestran diferentes
calificaciones de equilibrio a los 75 meses de edad. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

6.12 Comparación de los % de niños con antecedentes de desnutrición severa (MALNUT) y testigos apa-
reados por: igualdad de condiciones económicas (SIMEC), calificación total en estimulación (SI-
MEST), y un grupo tomado al azar de la falange de nacimientos (RAN DOM), que muestran diferentes
calificaciones en flexibilidad a los 75 meses de edad. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

CAPITULO VII.- FUNCIONAMIENTO NEUROINTEGRATIVO

Figura Número:

7.1 Figuras geométricas empleadas en el estudio.

7.2 Proporción de niños rurales de talla alta y baja de 6 años de edad, que hacen errores de equivalencia
en el juicio háptico-visual.

7.3 Proporción de niños rurales altos y bajos de 8 años de edad que hacen errores de equivalencia en el
juicio háptico-cinestésico.

7.4 Proporción de niños rurales altos y bajos de 6 y 8 años de edad , que hacen errores de equivalencia
en el juicio cinestéslco-visual.

7.5 Comparación de las curvas de errores a edades especificas de la organización cinestésica-visual de


niños rurales y niños urbanos de la clase social alta.

IX
7.6 Comparación de las curvas de errores a edades especificas de la integración háptica-cinestésica, de
niños rurales y niños urbanos de la clase social alta.

7.7 Comparación de la actuación de niños urbanos altos y bajos en juicios de no equivalencia en la mo-
dalidad cinestésica- visual.

7.8 Integración auditivo-visual de niños rurales que difieren en talla.

7.9 Integración auditivo-visual en niños rurales de 10 años de edad.

7.10 Integración auditivo-visual en niños rurales de 12 años de edad.

7.11 Integración auditivo-visual como función de la edad y clase social.

7.12 Integración auditivo-visual en niños que previamente habían sufrido desnutrición y sus hermanos.

7.13 Integración auditivo-visual a los 7 años de edad de niños con antecedentes de desnutrición severa y
sus hermanos.

7.14 Errores de integración cinestésica-visual en niños rehabilitados de desnutrición y sus hermanos, aios
5 años de edad.

7.15 Errores de integración cinestésica -visual en niños rehabilitados de desnutrición severa y sus herma-
nos a los 6 años de edad.

7.16 Errores de integración cinestésica-visual en niños rehabilitados de desnutrición severa y sus herma-
nos a los 7 años de edad.

7.17 Desarrollo intrasensorial en función de la edad.

7.18 Comparación de los niveles de discriminación visual y auditiva a las edades de 9 y 10 años.

7.19 Integración auditivo-visual en función de la edad en niños urbanos.

7.20 Desarrollo intersensorial . Promedio de errores de equivalencia en la integración cinestésica-visual


en función de edad y antecedentes de desnutrición clínica severa . "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.21 Desarrollo intersensorial. Integración cinestésica-visual a los 66 meses de edad en niños corty sin
antecedentes de desnutrición clínica severa. (Formas no-idénticas). "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.22 Desarrollo intersensorial . Integración cinestésica - visual a los 73 meses de edad en niños con y sin
antecedentes de desnutrición clínica severa . ( Formas no-idénticas ). " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.23 Desarrollo intersensorial . Integración cinestésica-visual a los 78 meses de edad en niños con y sin
antecedentes de desnutrición clínica severa . ( Formas no-idénticas ). " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.24 Desarrollo intersensorial. Proporción de niños con y sin antecedentes de desnutrición clínica severa
que muestran diferente número de errores en la integración cinestésica -visual a los 86 meses de
edad . (Formas no-idénticas ). " Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.25 Desarrollo intersensorial . Integración auditivo-visual a los 78 meses de edad en niños con y sin ante-
cedentes de desnutrición clínica severa. "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.26 Desarrollo intersensorial. Integración auditivo-visual a los 86 meses de edad en niños con y sin ante-
cedentes de desnutrición clínica severa . "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.27 Desarrollo intersensorial. Integración cinestésica-visual a los 73 meses de edad en niños con y sin
antecedentes de desnutrición clínica severa apareados por calificación total en estimulación en el
hogar. (Formas no-idénticas). "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

7.28 Desarrollo intersensorial . Integración cinestésica-visual a los 78 meses de edad en niños con y sin
antecedentes de desnutrición clínica severa apareados por calificación total en estimulación en el
hogar . (Formas no-idénticas). "Lugar Sobre la Tierra Blanca".

x
CAPITULO VIII.- ESTILOS DE RESPUESTA ANTE DEMANDAS COGNOSCITIVAS.

Figura Número:

8.1 Estilo de respuesta a una demanda cognoscitiva.

8.2 Estilos de respuesta de no trabajo verbal a demandas cognoscitivas , en sobrevivientes de desnutri-


ción clínica severa y niños controles con la misma calificación en estimulación en el hogar . " Lugar
Sobre la Tierra Blanca".

CAPITULO IX.- EFECTOS SOBRE EL NIVEL DE EJECUCION EN LA EDAD ESCOLAR.

Figura Número:

9.1 Comparación del promedio de errores cometidos por niños previamente desnutridos y por sus her-
manos en el reconocimiento de formas geométricas.

9.2 Comparación del nivel' de ejecución en análisis de formas geométricas (triángulo) de niños con des-
nutrición previa y sus hermanos.

XI
PREFACIO

Este volumen debe su aparición a la iniciativa de la Oficina de Asuntos Internacionales del Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia ( DIF) y de la Representación de UNICEF en México, quienes convencieron a los autores
de la necesidad de disponer en idioma español de los resultados de sus investigaciones científicas relacionadas con la
influencia de la privación nutricional y ambiental en el desarrollo del niño , particularmente los hallazgos que señalan que
la desnutrición y la deficiente estimulación en el niño son factores significativos en la generación de problemas de apren-
dizaje.

Los resultados principales de muchos años de investigación , se han arreglado a modo de obtener un producto final,
que conservando en cierta forma la secuencia histórica , proporcione al lector una imagen del estado actual en que se en-
cuentra el conocimiento de las consecuencias que la desnutrición , particularmente la desnutrición calórica-proteica
avanzada , produce en el desarrollo mental , la conducta y el aprendizaje del niño , con énfasis en la cuestión de la influen-
cia de variables no nutricionales en la génesis de las secuelas , y de la reversibilidad o irreversibilidad de las alteraciones
en la esfera mental.

A lo largo del volumen el lector encontrará que en las investigaciones realizadas se han contemplado dos enfoques del
prbblema . En el primero , se ha tratado de identificar atributos o mediciones de desarrollo mental, conducta y/o aprendiza-
je que exhiban diferencias , estadísticamente significativas y biológicamente importantes, entre niños expuestos al riesgo
nutricional y niños , comparables en todo a los primeros , pero que no han sufrido el riesgo nutricional. El segundo enfoque
se ha dirigido a la identificación de los mecanismos de organización mental que pudieran ser específicamente influen-
ciados por la desnutrición, partiendo de la base de que los efectos del daño nutricional , o de otros insultos , pueden ser se-
lectivos , ya que el encontrar todas las funciones igualmente alteradas es excepcional ; lo habitual es que se produzca un
gradiente que va desde funciones severamente afectadas hasta funciones intactas.

Lo anterior llevó de necesidad al empleo de una gran variedad de pruebas que midan toda una serie de funciones, con
el objeto de examinar patrones de daño que pudieran relacionarse con antecedentes de insulto específico.

Desde el punto de vista pragmático , el problema ha sido estudiar cuáles son los moduladores ambientales que afectan
el curso del desarrollo mental del niño y cómo llegar a proteger , dentro del contexto de las condiciones económicas y so-
ciales actuales , que tardarán muchos años en modificarse, el equipo mental de millones de niños que seguirán sufriendo
desnutrición y privación ambiental.

Este volumen presenta los resultados de las inquietudes intelectuales y sociales de muchas decenas de profesionales
que han compartido y colaborado con los autores , en buscar la documentación científica que sirva de base a lac autorida-
des responsables para el establecimiento de acciones que permitan al niño desarrollar al máximo su potencial genético y
un día llegar a ser alguien que funcione intelectualmente al óptimo , para alcanzar lo que debe dar de creatividad para sí y
para sus semejantes.

XIII
ALGUNOS PROBLEMAS EN LA INTERPRETACION DE LA ASOCIACION ENTRE DESNUTRICION , DESARROLLO
MENTAL, CONDUCTA Y APRENDIZAJE.

Entre los muchos factores del ambiente del niño , la nutrición ha sido aceptada casi como un prerrequisito para el creci-
miento y el desarrollo óptimo. Actualmente , nadie puede negar que la ingestión de una dieta adecuada en cantidad y cali-
dad es un factor relevante en la vida del hombre desde su concepción hasta su muerte . La nutrición es quizá, el factor
más ubicuo que afecta al crecimiento , la salud y el desarrollo.

Aunque como ya se hizo notar las relaciones entre la nutrición y el desarrollo de los niños no son novedad, sólo hasta en
años recientes se ha enfocado la investigación en forma sistemática hacia la posibilidad de que la desnutrición en la vida
temprana pueda contribuir a un funcionamiento subóptimo y a problemas de aprendizaje , en edades posteriores.

A nivel individual, la desnutrición calórico-proteica es el nombre de un síndrome clínico que se presenta principalmente
en niños lactantes y preescolares , como consecuencia de una ingestión y/o utilización deficiente de alimentos de ori-
gen animal , acompañada de ingestiones variables de alimentos ricos en carbohidratos . Los términos " kwashiorkor" y
"marasmo " corresponden a las dos expresiones clínicas extremas del síndrome ; su presencia está condicionada por
una serie de factores que incluyen: edad del niño , edad del destete , edad de introducción de la alimentación suplementa-
ria, densidad calórica y concentración proteica de los suplementos que realmente ingiere el niño, así como a la frecuen-
cia•y gravedad de los episodios infecciosos.

La desnutrición proteica-calórica, es más frecuente en los lactantes destetados que reciben dietas marginales y que
sufren de Infección gastrointestinal intercurrente o de algún padecimiento acompañado de fiebre elevada .En términos
generales , el cuadro florido de kwashiorkor aparece solamente si el proceso intercurrente incrementa en forma repentina
la necesidad de proteínas del niño o si las proteínas no son completamente utilizadas debido a insuficiente ingestión caló-
rica.

Aunque los factores precipitantes pueden variar , el síndrome tiene las mismas características clínicas y de patología
bioquímica en todos los países . Las variaciones regionales que se han observado, se deben generalmente a la presencia
de otras deficiencias nutricionales prevalentes en el área , a los patrones del deteste y a la patología Infecciosa
característica de la región.

Es de fundamental importancia dejar sentado , que aun cuando apa,entemente la nutrición está primariamente rela-
cionada con factores del ambiente físico tales como el clima , las condiciones atmosféricas, la topografía y'estructura
geológica , así como con el componente biológico del ambiente humano representado principalmente por lastcadenas ali-
mentarias , el principal determinante del estado de nutrición de una población es el ambiente social.

A nivel comunal, la desnutrición calórico -proteica debe considerarse como un trastorno causado por el hombre, quien
al permitir el mantenimiento de un sistema social inadecuado , en forma consciente o inconsciente permite que :seproduz-
can individuos desnutridos, generación tras generación , mediante la interacción de una serle de mecanismos sociales
entre los que destacan: un acceso limitado a bienes y servicios, una movilidad social limitada y la restricción de oportuni-
dades experienciales en etapas cruciales de la vida (1).

La falta de adecuación nutricional en las sociedades preindustriales y en los segmentos marginados de las sociedades
afluentes , se manifiesta por una serie de padecimientos altamente prevalentes en los llamados grupos vulnerables: niños
lactantes y preescolares y mujeres que lactan o están embarazadas , cuyos requerimientos de nutrientes:porlrazonesfi-
siológicas son los mayores.

Para entender la desnutrición se requiere de una trama ecológica de referencia en la cual los aspectos sociales, psico-
lógicos y culturales de la conducta humana , sean apropiadamente relacionados con el ambiente físico en el que vive el
hombre.

Para ilustrar que la desnutrición calórico-proteica es un resultado ecológico hemos construido una serie de diagramas
de flujo , con datos obtenidos en varias comunidades de México , América Central , Sud-América y Al rica (2).

Como puede verse en la Figura 1.1, en una sociedad donde la aplicación sistemática de la tecnología moderna es
mínima o no existe, un gran sector de la población tendría bajo poder adquisitivo como resultado directo de un Ingreso li-
mitado.

Si se considera que el ingreso total, estimado como la conversión de energía (tiempo disponible) en bienes de consu-
mo, es apenas suficiente para cubrir las necesidades mínimas de la vida , la falta de superávit o reservas , limitará la inver-
sión que pudiera hacerse en saneamiento ambiental, lo que a su vez mantendrá en el grupo la concepción tradicional de
salud y enfermedad .. Estos conceptos :.precientificos acerca del papel que juega el alimento en la producción de las enferme-
28: 254 . 1975..
1— CraNOto, J. Nutrlllon in Eany CIIIIdhtod artd 0cm~ ol lb CAMapumncsc lo, iM Indlvldwl and IM Commmcdly ''. J. al Can DNI Nacc .
Bawl. 1970.
2 - Gaviolo. J. CanW., dty ol Faciora Involved In PrdNn C~0,11 Malnulddon" In: Malnutntlon e a Pr0olam o/ Ecalopy . BWI. Nulr . DNI. No. 1j: 7, 64,91,.

1
áades ( 1,2), constituyen uno de los principa (es determinantes del patrón de distribución intrafamiliar del alimento dispo-
hible, dando como resultado final una reducción en el tipo y cantidad de alimento que el adulto permite que el niño consu-
ma Este último eslabón de la cadena causal seria el re3ponsable de la aparición de la desnutrición, la cual está presenta-
da en el diagrama por uno de sus hechos más característicos en el lactante menor : ganancia insuficiente de peso.

En un segundo camino ( Figura 1 . 2), tratando de compensar el bajo poder adquisitivo , la sociedad genera una fuerte
presión para el abandono temprano de la escuela, ya que no existen reservas que pudieran ser invertidas en la educa-
ción. La consecuencia de este abandono precoz de la escuela contribuye al mantenimiento de una tasa alta de analfabe-
tismo y por lo menos disminuye la oportunidad para que el individuo reciba información adecuada durante la edad esco-
lar Esto establece un mecanismo de retroalimentación, tanto para la persistencia de conceptos primitivos de salud y en-
fermedad como para el atraso tecnológico.

El abandono precoz de la escuela para contribuir al presupuesto familiar, da por resultado que un gran número de indi-
viduos obtenga role y status de adulto a edades más tempranas de lo que seria el caso si hubieran permanecido en la es-
cuela como alumnos. Esta situación, conduce a un aumento de la probabilidad de unirse en matrimonio a edad más
temprana a un cónyuge también de poca educación formal, multiplicándose así el riesgo de tener un número mayor de
descendencia con menores oportunidades de cuidado general y de nutrición adecuados ( Figura 1.3). Debe recordarse a
este respecto , que en este tipo de sociedades hasta el 80% de la varianza en el número de embarazos puede ser explica-
do sobre la base del número de años de unión marital (3)

Finalmente, la figura 1.4 muestra otro camino que tiene por lo menos dos puntos de inicio. Uno de ellos, puede ser con-
siderado como una ramificación a n/vel de la persistencia de conceptos primitivos de salud y enfermedad, el cuaÍ-condu-
ce a una percepción insuficiente de las necesidades higiénicas del niño . Esta falta de percepción conduce a su vez, a tra-
vés de una cadena de condiciones de saneamiento inadecuado en el hogar y en la comunidad a mala higiene personal de la
madre y/o del substituto materno y a mayor frecuencia de procesos infecciosos en el niño, los cuales directa oindirectamente
contribuyen a la producción de desnutrición, debido a la reducción en el consumo de alimentos que el adulto impone al ni-
ño cuando éste presenta fiebre de cualquier origen (4). El otro punto inicial, es la unión entre el cuidado inadecuado que
tiene el niño en la familia de gran tamaño y poca educación y el ciclo de higiene defectuoso que se acaba de describir. El
incremento en morbilidad así, generado aumentaría los gastos en servicios de salud actuando como unlretroaliméntadordel
bajo poder adquisitivo.

Por supuesto que pueden identificarse otras series de vías, todas las cuales pueden dar como resultado el reforza-
miento para la persistencia de un estilo de vida cuya característica principal es la preindustrialización representada co-
mo una aplicación deficiente del conocimiento moderno , siendo su principal resultado las desventajas económicas y so-
ciales . La desnutrición en el niño preescolar constituye un índice indirecto de la calidad de la organización social de los
países . Así, mientras que en las naciones del Tercer Mundo es altamente prevalente , en los países con una organización
social adecuada no se encuentra en forma primaria.

Por otra parte, desde hace mucho tiempo se ha aceptado que para el humano el alimento representa algo más que los
nutrientes o principios alimentarios que contiene . En 1961 Ramos-Galván ( 5) hizo notar que 'la alimentación normal debía
considerarse como aquella que permite que los seres vivos perpetúen a través de las generaciones, los caracteres del in-
dividuo y la especie ', agregando que desde el punto de vista de la pediatría , la alimentación debería juzgarse por lo me-
nos desde tres ángulos:

1. El nutriológico , que comprendería el estudio de los nutrientes de la dieta;


2. El dietológico que sería el estudio de los alimentos que componen la dieta, y
3. El psicológico que comprendería la estimulación que para el desarrollo emocional debería ser efectuada por medio de
la dieta.

Además , Ramos -Galván señaló que la dieta al formar parte del contexto cultural del individuo y su grupo , viene a ser en
realidad un indicador de ese contexto cultural reflejando en particular la actitud del adulto frente a los alimentos.

El interés que en los últimos años se ha despertado por el conocimiento de los efectos que a largo plazo puede produ-
cir una alimentación deficiente consumida en la infancia , particularmente los efectos que puede tener sobre el desarrollo
intelectual y el aprendizaje del individuo , han llevado a considerar con mayor detalle los diferentes aspectos que para el
hombre tienen el alimento y la alimentación . Dentro de estan forma de abordaje se han llegado a definir las llamadas di-
mensiones del alimento y la alimentación para el niño.

Siendo el hombre primariamente una especie biológica, la primera dimensión del alimento y la alimentación vendría a
I -. r%ar,olo J . aryera L Parel.Navanale . J L . Goniala7 . J. Vllclw. A . and San0b.Aez . E.. 'Ti,. Popular Cdncapl el Cornmun,cable Ojease Bol 01o ,m Sarai Panenen.cana IPAHOI %,1 136

2 116,
Rosales 1 OuinMndle . C 1 y Cravlgo . J " Owraclon Nlm,pu ,palp iii.Epldeml logia Popular de les Enlermededes Prevalenles an el Meow n—1 de Gualemala Gua'-~W Peda, 4 59 1961
J - DeLIca , d,n E . Crav , olo J Y Carro . C -' FerliIEed y Ca,aclerisII as Blwociocullurabs de las Madres da una Comumwd Pre,nd,slnal Bol Mad Hpsp Inl Mee I ,T,q 911. 1973
Sanlur D C,av,olo J Rosales . l arld Van Veen . A "Inlanl Feed,np aM Waararq PraCh,ces In • Rubli Preinduslrlal Sel1,n9 Acta Paed , al Scand Suppbmenr 2 00 1970
5 - aamwGalvan a 'Redwr,menlw de NW ,anlei Su S1gM6cado an Ped,aula " E. SamlNno sobre la Alin enlacMn Normal wl N,rb Ed MBds Hosp ¡ni W M#, op 11.28 Merco. D F 196,

2
estar constituida por aquel conjunto de propiedades del alimento que lo hacen adecuado o inadecuado para la sobrevi-
vencia del individuo como tal. En forma sucinta, la dimensión fisiológica tendría por unidad de medida al nutriente (incluyen-
do la Caloría o el Julio) y por objetivo el proporcionar al individuo las substancias químicas necesarias para su crecimien-
to, mantenimiento y regulación metabólica . La aplicación de esta primera dimensión tiene su expresión más completa en
la llamada alimentación parenteral prolongada, que ha permitido no sólo mantener el funcionamiento del hombre, niño o
adulto , sino el de permitir el crecimiento somático adecuado de los niños sometidos a este procedimiento durante
periodos prolongados.

La segunda dimensión , llamada dietológica por Ramos-Galván , se ha transformado en una dimensión que podría denomi-
narse psicofísica ; la unidad de esta dimensión sería el alimento en sí, no en sus propiedades de ser vehículo de nutrientes
sino en la característica de ser vehículo de estímulos sensoriales a través de sus propiedades organolépticas. El niño en
el principio de su vida recibe estimulación básicamente a través del contacto físico, de movimiento y de excitación de sus
vías sensoriales . Es aparente que van a ser los alimentos y la alimentación directa o indirectamente , los que propor-
cionen las mejores y más frecuentes oportunidades para esta estimulación . Conviene recordar a este respecto que el sis-
tema nervioso central se estructura en el hombre precisamente por medio de la información que recibe a través de las
vías sensoriales . Aún aspectos tan básicos como la motilidad voluntaria , se conoce a la fecha que son promovidos y de-
sarrollados inicialmente por la información llevada a la corteza cerebral por las vías sensoriales.

Tomando en cuenta la segunda dimensión , dos alimentos o dos formas culinarias de un mismo alimento aun teniendo
el mismo contenido de nutrientes , son diferentes si las propiedades organolépticas ( consistencia , olor, color , sabor, tem-
peratura, etc.) son diferentes . Esto indica en términos prácticos la necesidad de una alimentación variada y de paso seña-
la también que si bien es cierto que a nivel subcelular da lo mismo que un aminoácido provenga de un alimento o de
otro, al nivel del individuo para propósitos de estimulación, es necesario variar la fuente del mismo nutriente.

Las dos dimensiones anteriormente citadas pueden considerarse básicamente como de carácter individual, es decir,
son acciones o interacciones entre el individuo y el alimento o la alimentación. La tercera dimensión es de interrelación
humana y comprende el uso de los alimentos y la alimentación como formas simbólicas de comunicación, primero entre
la madre y el niño y posteriormente entre el individuo y su sociedad . Es a través de esta dimensión psicosocial de la alimen-
tación, que se manifiesta a muy temprana edad la aceptación o el rechazo del nuevo miembro de la especie. De esta ma-
nera un buen número de investigadores han podido documentar patrones de maternaje y la influencia de éstos sobre el
desarrollo cognoscitivo del niño (1, 2).

A través de la interacción en la mesa el niño y el inmigrante aprenden y practican los patrones de conducta de la so-
ciedad en que viven y llegan a establecer un claro entendimiento del "role y status" (Jerarquía y Función) de los diversos
miembros que integran el grupo social . ¿Qué posición ocupan en la mesa los diferentes miembros de la familia (padre,
madre, hermanos que trabajan , hermanos que no trabajan , etc.)?, ¿Quién modula la conversación en la mesa?, ¿A quién
se permite transgredir las reglas del buen comer?, ¿A quién se sirve en primer lugar y cuál es el orden de servicio?; estas
y muchas otras situaciones que tienen lugar a la hora de la comida son ejemplos de lo que comprende esta dimensión,
cuya unidad no es el nutriente ni el alimento sino el tiempo de comida (desayuno, almuerzo, comida, merienda, etc.)
(Cuadro 1.1).

En las expresiones populares que las sociedades desarrollan como resúmenes de su experiencia secular, la
característica multifuncional de la alimentación ha quedado expresada diciendo que "no es lo mismo nutrirse que
comer". Esto traducido a un lenguaje más explícito indica claramente la separación de las funciones del alimento por lo
menos en dos: una, que provee al organismo de nutrientes y otra, encargada de proveer a los miembros del grupo cultural
oportunidades de socialización y de refuerzo de conductas aceptadas como deseables para todos.

De todo lo anterior se desprende la necesidad, particularmente en el terreno de la práctica pediátrica, de conocer los
distintos aspectos de la alimentación a fin de que al prescribir una dieta normal o terapéutica, no se conforme el médico
con señalar la cantidad de calorías, proteínas, vitaminas, etc., que debe llevar, sino también pueda enseñar a la madre la
importancia de las otras dos funciones, a fin de promover en el niño mejor desarrollo cognoscitivo y mejor socialización.

Ya que la desnutrición proteico-calórica del niño no se presenta en el vacío, sino que este proceso es un resultado eco-
lógico, es fácil comprender que la interpretación del papel que pueda jugar la desnutrición en la producción de altera-
ciones del desarrollo mental, la conducta y el aprendizaje, se complica por la presencia de un gran número de variables
que son capaces por sí mismas de producir estos transtornos

La desnutrición proteico-calórica del niño se encuentra asociada a toda una constelación de variables sociales. Analfa-
betismo o bajo nivel de educación formal, modos tradicionales e inadecuados de crianza, valores y actitudes hacia el
aprendizaje formal, bajo ingreso económico, pobre habitación con saneamiento inadecuado, hacinamiento y ausencia o
pobreza de experiencias que faciliten el desarrollo y crecimiento del niño, son algunas de las variables que en combina-
ciones múltiples se encuentran en el macro y microambiente de los grupos sociales donde la desnutrición es prevalente.
1 - Brody . S "Pallerne of Molnenng Malernal Inllueoce Du l 'ng Inlancy Inle,nal,onal Unlversilles Preso Inc New York, 1966.

Soma Conlamporary Pallerne of Mollwr - Inlanl Inleracllon nitro Feading Sliuaoorl In SIIm istion in Ea,Iy Inláncy ArWroee , A. (Ed) Academ ic Press Lon-
2.- Alnsworln . M D S. and 13611 , S M
don, New York, pp 133 - 163. 1963

3
Este arreglo ecológico es evidente que dificulta en sí, la evaluación del papel que pueda tener la nutrición deficiente en
las alteraciones del crecimiento y desarrollo de tos niños que sufren o han sufrido desnutrición.

El problema se vuelve aún más complicado en relación a las alteraciones del desarrollo mental, debido a la diferente
vulnerabilidad del sistema nervioso a diferentes edades.

Dobbing y Kersley (1) han puesto en perspectiva la supuesta invulnerabilidad del cerebro a la privación nutricional, de-
mostrando que la notable inmunidad del cerebro adulto a la inanición, medida dicha inmunidad tanto en términos de ta-
maño como de composición química, no es compartida por el cerebro en desarrollo, el cual en ciertos períodos de su ma-
duración podría ser afectado adversa y permanentemente por restricciones dietéticas de grado moderado.

A través de una brillante serie de investigaciones Dobbing (2) ha documentado que el cerebro durante su desarrollo
tiene por lo menos una fase post-embrionaria durante la cual el peso total del órgano pasa por un período de aceleración
(impulso del crecimiento cerebral). La importancia de esta etapa es muy grande porque da lugar a la consideración de
una patologia del desarrollo cerebral en la que el tiempo en que actúan los factores etiológicos en relación al período del
impulso del crecimiento cerebral, tiene mucha mayor importancia que la intensidad y duración de la agresión. De esta
manera, restricciones moderadas de crecimiento somático, de alta prevalencia en poblaciones humanas, si se presentan
durante esta fáse de aceleración del crecimiento cerebral, dan por resultado modificaciones estructurales y/o funciona-
les pérmanent@s . Deceleraciones o detenciones del crecimiento general conduración e.intensidad semejantes pero que
se presenten ántes o después del impulso de crecimiento cerebral , no se siguen de alteraciones permanentes. Estos
hallazgos de Dobbing y colaboradores , han completado , ampliado y explicado el mito de la supuesta invulnerabilidad del
sistema nervioso central a los agentes ambientales.

En la especie humana , el período de aceleración del crecimiento cerebral se extiende desde la trigésima semana de
gestación hasta , por lo menos , el final del segundo año de vida . Durante este lapso , si las condiciones no son adecuadas
para permitir el crecimiento y desarrollo normal del cerebro, existe alta probabilidad de riesgo de daño permanente. En
general, en los lugares donde la desnutrición es prevalente, el período de mayor riesgo para padecerla es el lapso
comprendido entre el destete y el final de los años preescolares. Los niños que sobreviven a la desnutrición adquieren un
patrón de alimentación que cada vez les permite mejores probabilidades de sobrevida y de crecimiento, con un estado
nutricional que aun siendo subóptimo, no es tan malo como lo fue en la fase anterior.

No únicamente por este mecanismo el factor tiempo está relacionado al problema de la nutrición y el desarrollo men-
tal. La evaluación de las consecuencias mentales de la desnutrición sufrida durante la lactancia y los años preescolares
sólo por rareza puede ser completamente obtenida en el momento en que está presente el proceso patológico nutri-
cional, particularmente la evaluación de funciones intelectuales, éxito escolar y eventualmente, la competencia económi-
ca y social. Para que esta evaluación pueda ser realizada de modo satisfactorio, debe transcurrir un lapso entre el período
de riesgo primario y el período en el cual estas funciones pueden ser medidas adecuadamente. Durante este intervalo,
muchos otros factores ambientales pueden influenciar el desarrollo de la competencia mental del niño. Para evaluar el
efecto de la variable nutricional es esencial entender e interpretar la contribución, aditiva o sinergística, de todas las
otras variables ambientales que actúen durante ese periodo intermedio.

Sería erróneo pensar que el lapso que tiene que transcurrir entre el período de desnutrición y el período en que pueden
medirse sus posibles consecuencias es solamente negativo. En realidad, el efecto que pueda tener la desnutrición sobre
el funcionamiento del sistema nervioso central es poco probable que se vaya a manifestar, excepto en casos excepciona-
les, en alteraciones de reflejos simples y conductas adaptativas. Hace ya más de 50 años que Lashley (3) informó que
podía extirparse hasta el 20% de la corteza cerebral de la rata sin encontrar consecuencias en el aprendizaje de laberin-
tos. Sin embargo, tres años más tarde, Maier (4) empleando la misma especie, mostró que bastaba destruir tan sólo el
3% de corteza para producir alteraciones francas en aprendizajes más complejos. Por consiguiente, debería esperarse
que los retardos en diferenciación o aún lesiones difusas, producidas en el sistema nervioso central por la desnutrición,
se hagan aparentes en tiempos diversos a partir de la edad en que se sufrió el insulto nutricional. En estas edades poste-
riores, donde se establecen demandas más complejas para la integración funcional, existen mayores oportunidades de
tener un aumento en la sensibilidad de los indicadores de disfunción.

Dentro del contexto de los problemas que hay que resolver para poder Interpretar la asociación entre desnutrición, de-
sarrollo mental, conducta y aprendizaje, conviene recordar que los resultados que se obtienen al aplicar pruebas psicoló-
gicas globales en la infancia, tienen un valor predictivo pobre o nulo para edades posteriores inmediatas; sin embargo,
cuando se correlacionan los cocientes intelectuales obtenidos en edades un poco mayores, por ejemplo entre el año y
medio y los dos,ly medio años de edad, con los cocientes obtenidos entre los 8 y los 18 años de edad, el valor predictivo
aumenta considerablemente. McCall y colaboradores (5), al buscar la asociación entre el Cociente Intelectual (C. l.) en la
edad escolar y las pruebas realizadas entre los 19 y 30 meses de edad , encontraron coeficientes de correlación de 0.49;
1.- Dabbino . J., and Neraley , JB.: 'Tha Vulne ,abalry o11ne Developing 8raln ''. Journal ol Phyalo1opy , 166 34. 1963.
2 - Dobbmp , J.. "Vulnerable Pellode In Bnm Growth ano Sornatlc Growlh ". In The Blobpy ol Human Fetal Grovnh Roberto , D F., and Thomson, AM. (ada . ). Taybr ano Franeh. LoMOn, 1975 , D. 137.
3- Lashby . N S B,aln Mechanlama ano Inlelllpanc !'. Chicago , IIL, Unrverolry of Chicago Preae. 1929.
a- Malo,, N RF The Epacta ol CarepaI Daofructlon on Reaeonlrq ano Learning In Rata J ol Comp Neurol 54. 45. 1932
5 - McCell , R.B, Ho9any , P S ano Hulbun, N.. 'Tanalllona In Inl4nt Senaorlnlotor DavelODmenl ano Iba PredICllon 01 ChlIdIlOcd 1 G." Am Psychol ., 27. 728. 1972.

4
lo cual quiere decir que casi el 25% de la varianza en los cocientes intelectuales obtenidos entre los 8 y 18 años de edad
podría explicarse por los resultados encontrados en la infancia . En contraste con lo anterior , el coeficiente de correlación
entre el C . I. obtenido entre los 8 a los 18 años y las pruebas realizadas entre 1 y 6 meses de edad fue 0.01, valor que ob-
viamente no tiene ninguna significación.

Un problema más en la interpretación de las posibles secuelas mentales de la desnutrición, se relaciona con las
pruebas a utilizar en las mediciones del desarrollo mental , la conducta y el aprendizaje . En una revisión magistral titulada:
"Desnutrición Proteico-Calórica y Conducta , desde el punto de vista de la Psicología", Pollitt y Thomson ( 1) hacen énfasis
en los problemas tanto conceptuales como metodológicos que se presentan al transferir pruebas de inteligencia a so-
ciedades o grupos en los cuales factores culturales o de otra índole , que modulan el desarrollo mental son diferentes de
los correspondientes a la sociedad o población para la cual la prueba fue diseñada . Existen en la actualidad datos sufi-
cientes para aceptar que actividades y comportamientos semejantes en gentes culturalmente diferentes pueden no ser
funcionalmente equivalentes; en tanto que , comportamientos y actividades diferentes pueden ser totalmente equivalen-
tes. Esto lleva a la consideración del cuidado que debe tenerse en diferenciar la validez normativa de la validez inherente
a la posición teórica en que se basa la prueba. Es decir , el obtener medidas tanto de estandarización de la prueba como
el conocer el grado en que las funciones a explorar (memoria , atención , percepción, etc.) explican la ejecución obtenida
en la prueba . Esto último es primordial , ya que las diferencias en ejecución que se pudieran encontrar en la nueva pobla-
ción bajo estudio y las encontradas en la población para las que se creó la prueba, podrían tener significados distintos en
términos de lo que se pretendió medir.

P$yNnlO9y ". In: Nullllbn .110 lhe B1Nn. Vol. 2. Wunrtun. R.C. NO Wun1M11 . J.J N4.1. Pa~ P~. New
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York. 1977. PP. 281-306.

5
CUADRO 1.1

DIMENSIONES DE LA ALIMENTACION

Dimensión Unidad Función

Fisiológica Nutriente Proveer al organismo de las sustancias


quimicas necesarias para su
crecimiento, mantenimiento y
regulación metabólica.

Psicofísica Alimento Proveer al organismo de estímulos


sensoriales ( consistencia , color, olor,
temperatura, sabor).

Psicosocial Tiempo de comida 1. Desarrollo de sistemas simbólicos.


2. Aprender, practicar y aclarar
"role y estatus".

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10
HERENCIA , GRUPO ETNICO , CLASE SOCIAL, EXPERIENCIA PREVIA, DESARROLLO MENTAL , CONDUCTA Y
APRENDIZAJE.

Consideraciones Generales.

A medida que el crecimiento de una sociedad se vuelve más dependiente de tecnologías científica e industrialmente
orientadas, y en la medida en que el prestigio y la jerarquía social y económica se identifican con el éxito escolar, los nive-
les de ejecución mental y de aprendizaje se vuelven de mayor interés tanto para la comunidad científica como para el
público en general. La voz potente y el peso político de los grupos minoritarios en las sociedades industrializadas y la per-
cepción de las deplorables condiciones en que vive la mayoría de la población del mundo actual, ha contribuido a mante-
ner el interés de los científicos en la búsqueda de las razones que expliquen las bien documentadas diferencias que en
conducta y éxito existen entre los individuos que crecen en condiciones privilegiadas y los que crecen en privación
continua. La necesidad de definir de una manera precisa los requisitos indispensables para el establecimiento e imple-
mentación de una buena política de desarrollo nacional, han llevado a considerar el "ambiente desfavorable" como un
factor importante en la vida del hombre desde el momento de su concepción hasta el momento de su aceptación de res-
ponsabilidad total como un adulto socialmente funcional.

La importancia de la nutrición ha sido reconocida, entre los muchos factores del ambiente del niño, como indispen-
sable para el crecimiento y desarrollo adecuados aun antes que el cuidado del niño se hiciera una disciplina científica.
Quizá el más grande impulso para el estudio de las relaciones entre nutrición, salud y desarrollo humano ha sido hecho
por Sir John Boyd Orr quien en su publicación clásica "Food, Health and Income" (1) analizó las relaciones entre nutri-
ción, desarrollo y estado de salud en la población de un país industrial. Dos decenios después Leitch (2) introdujo la di-
mensión genética en este contexto y puso de relieve que tanto en los países pre-industriales como en los industrializados
o en las clases sociales en cualquier país, siempre existe un gradiente en la calidad y cantidad de la dieta asociado a su
vez con gradientes paralelos en el crecimiento y estatura del adulto, condición física, habilidad mental y resistencia a la
enfermedad.

El empuje científico en el campo de la nutrición, desarrollo mental y aprendizaje ha progresado desde los estudios me-
ramente descriptivos de las diferencias en la actuación de niños bien nutridos y mal nutridos, hasta intentos para tratar
de identificar el papel de la variable nutricional al lado de cada una de las otras variables que casi siempre están presen-
tes en los ambientes en que ocurre la desnutrición.

Aprender a aprender parece ser una capacidad particular del ser humano. Esta habilidad se manifiesta en el niño por la
emergencia de las llamadas estrategias de aprendizaje, que en forma simplista podrían ser descritas como compuestas
por una serie de subrutinas o módulos y por las reglas que determinan la adecuación de sus combinaciones. La atención
a las diferencias en las estrategias de aprendizaje como una función de la clase social , ha introducido una nueva dimen-
sión cualitativa a los estudios de las influencias ambientales en el desarrollo mental, que con pocas excepciones se han
dedicado más a estudiar la magnitud de las diferencias, que el estilo de conducta. En esta misma categoría, podrían colo-
carse algunos estudios relacionados con aspectos cualitativos de la conducta que muestran niños criados en ambientes
diferentes.

Se dice que un niño tiene problema de aprendizaje cuando no aprende en circunstancias bajo las cuales la mayoría de
los niños de su misma cultura, sí son capaces de aprender. El aprendizaje se ha definido como cualquier cambio en la
conducta que no sea el resultado de la enfermedad o la fatiga (3).

En el campo de la psicología ya no existe discusión válida sobre la naturaleza genética o ambiental de la conducta y la
ejecución mental . Se acepta ampliamente que la herencia y el ambiente son factores interdependientes cuya acción inter-
activa determina el nivel de un nuevo logro y calidad de rendimiento . En cada estadio del desarrollo , el organismo huma-
no es el producto de su dotación genética individual y de la historia de su pasado ambiental. El ambiente del presente pro-
vee los estímulos inmediatos que determinan la conducta específica exhibida por el individuo en cada momento de su vi-
da. De esta manera, cada característica individual es el resultado de la combinación de influencias ambientales y condi-
ciones genéticas. Este concepto no implica que las diferencias especificas entre grupos o entre individuos no pueden ser
explicadas como debidas únicamente a factores genéticos o ambientales. Aún los conductistas más radicales (4,5) están
de acuerdo en qué las variables orgánicas, genéticas o adquiridas contribuyen a la conducta, dado que el ambiente no
actúa en el vacío y requiere de un organismo respondiente en término de cuyos efectos se expresa la efectividad del me-
dio ambiente.

Actualmente se acepta que la herencia y el ambiente no interactúan en combinaciones de tipo aditivo . El efecto cuanti-
tativo de cualquiera de los dos depende de la contribución dada por el otro factor. Así, la contribución de la herencia a la

1- O. JB "Food. Health and Inane" London : MaC,nlean. 1938.


2- Leitch, i "Growtn. hareddy ano nuu,uon Eugen Rev. ¿.l 155. 1959.

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5 - Ttnone. J M Genel.c SIIYCwrea n Mental Rela,dal,On A Radical BehavWrlal Po,nl of Aten Mental Retarda?~ 11 32 1972

11
varianza de un cierto rasgo o característica no es una constante sino una variable , cuya magnitud depende del locus am-
biental en el que se ha situado el individuo . En forma similar, bajo condiciones genéticas diferentes el mismo ambiente
puede contribuir en diferentes proporciones.

La pregunta fundamental que requiere actualmente de investigación , es la forma a través de la cual la herencia y el
ambiente influencian la conducta y el aprendizaje y no la contribución cuantitativa que puede hacer cada uno de ellos. Es-
ta alternativa en la investigación es importante porque abre la posibilidad de cambiar el aprendizaje y la conducta del ni-
ño, a través de la manipulación de variables genéticas y ambientales , ya sea solas o en combinaciones específicas, en
tiempos también específicos durante el desarrollo de los individuos . En términos más prácticos , éste es el punto de vista
de los conductistas radicales cuando dicen que los niños con incapacidades para aprender o con retardo mental, daño
cerebral, parálisis cerebral o en términos generales los niños con desventajas , responden con más éxito bajo condi-
ciones ambientales extraordinarias.

Precisamente es la necesidad de ambientes extraordinarios lo que distingue a estos niños de los niños normales. Dan-
do esos ambientes especiales a los niños con desventajas , éstos pueden funcionar más adecuadamente a pesar de su
estado orgánico (1).

Si se define operacionalmente a la inteligencia como el proceso a través del cual el niño aprende a usar los instrumen-
tos de su cultura a manera de conocer y manipular el medio ambiente , es fácil aceptar que para cada estadio del de-
sarrollo , la inteligencia estará directamente asociada tanto con la dotación genética individual como con las diferentes
condiciones ambientales en las que se ha desenvuelto la vida del niño. Los diferentes ambientes afectan también en for-
ma diferencial el desarrollo de la inteligencia y las proporciones relativas de contribución de las variables genéticas y am-
bientales en los puntajes obtenidos en las pruebas de inteligencia.

Las sociedades pre-industriales en las que se encuentran más de las dos terceras partes de la población mundial, se
caracterizan por la presencia de un gran sector de la población que no cuenta o tiene muy poco acceso sistemático a la
tecnología moderna y al pensamiento científico . Tales segmentos sociales y económicos bajos , difieren de los otros en
un gran número de variables : tienden a tener pobre habitación , alta morbilidad y mortalidad , bajos niveles de educación
formal , y un apego profundo a patrones tradicionales e inadecuados de crianza . En términos generales tienden a vivir en
circunstancias poco favorables para el desarrollo de la competencia tecnológica y educacional (2,3)

En estos segmentos de las sociedades el desarrollo cognoscitivo no se identifica como una herramienta activa y pode-
rosa para el éxito individual . Esto es más notorio durante la Infancia y los años preescolares . En presencia de un bajo po-
der de compra , resultante directo de la falta de una tecnología moderna y de información objetiva , los padres están pre-
ocupados con las necesidades más apremiantes de la existencia . Los problemas relacionados con la habitación , la comi-
da suficiente , el empleo , el transporte , la enfermedad , la energía física , los conflictos familiares y la seguridad económica
y física tienen las más altas prioridades.

Bajo estas circunstancias , frecuentemente existe negligencia o no se percibe la necesidad que tiene el niño , para de-
sarrollar las actividades de manipulación y exploración de su medio ambiente físico . Tampoco se le introduce por medio
del juego a los estímulos auditivos , visuales y tactiies que constituyen los precursores de los símbolos . Es poco frecuente
también que el adulto tenga tiempo para hablar , jugar o leerle al niño . En muchas de estas familias, hay falta de concien-
cia de la importancia de estas actividades para el desarrollo de las habilidades mentales.

Dado que los factores citados se encuentran en diversos grados en diferentes comunidades y también varían entre
familias de la misma comunidad , es posible Identificar varios patrones de estilo de vida, nutrición, salud y tipo de cuidado
del niño en los miembros poco privilegiados de la sociedad . El estudio del desarrollo del niño, su conducta y su aprendi-
zaje a través de un gradiente de desventajas , ha contribuido grandemente a la evaluación de los efectos ambientales y
genéticos sobre la inteligencia y el aprendizaje.

Clase Social y Desarrollo.


Scarr-Salapatek (4) considerando a la raza y clase social como variables dependientes, ha delineado conceptos y méto-
dos importantes en el estudio de la variación Individual y de grupo, y ha descrito un nuevo estudio sobre las varlanzas ge-
néticas y ambientales en los puntajes de aptitud en poblaciones de negros y blancos colocados en situaciones de ventaja
o desventaja. Esta autora ha propuesto dos hipótesis competitivas para predecir la relación entre clase social, raza y co-
ciente intelectual: La hipótesis de la desventaja ambiental y la hipótesis de la distribución del genotipo, ambas hipótesis
conducen a predicciones diferentes, acerca de las proporciones de varlanzas genéticas y ambientales en el cociente in-
telectual, entre los grupos de clase social baja y alta.
La hipótesis dé la desventaja ambiental presupone que los blancos de clase social baja y la mayoría de los negros, por

1 - ThrorM , J.M.. ' laarnln9 Dlnbkltn A Radlul Sallavlonal Pelnl 01 Vktw- JOurrW ol Laamlrq D~Hirra
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12
lo menos en los Estados Unidos . viven en condiciones " supresoras " para el desarrollo del cociente intelectual . Defimtrn-
do "ambientes supresores" como aquellos que no permiten se manifieste el desarrollo de una característica genética.La
hipótesis de la desventaja predice que los cocientes intelectuales dentro de los grupos en ventaja mostrarán propor-
ciones mayores de varianza genética y proporciones menores de varianza ambiental , que'la que muestran los cocientes
intelectuales de los grupos en desventaja.

La hipotésis de la distribución genotipica, presupone que las diferencias en cociente intelectual observadas en las.cla-
ses sociales son fundamentalmente de origen genético y son la consecuencia de la alta heredabilidad del cociente inte-
lectual en toda la población, de uniones selectivas por cociente intelectual y una pequeña contribución croveniente de las
ventajas educacionales que los padres brillantes pueden proveer para sus hijos brillantes. De acuerdo con esta hipótesis,
las diferencias ambientales entre grupos son vistas como insignificantes para determinar la varianza total tenotipica de
los puntales en las pruebas de inteligencia.

La predicción derivada de la hipótesis es que la proporción de varianza genética en los cocientes intelectuales será
igualmente alta para todas las clases sociales y para todas las razas. Las figuras 2.1 y 2.2 tomadas de Scarr-Salapatek,
ilustran las hipótesis aplicadas a la clase social. En el modelo 1, la presunción es de distribución igual de genotipos en to-
das las clases sociales. En el modelo 2, se presuponen distribuciones desiguales de genotipos para el cociente intelec-
tual, la clase social baja tendría proporcionalmente más genotipos para cociente intelectual bajo y la clase social alta
tendría proporcionalmente más genotipos para cociente intelectual alto. Los efectos del ambiente serian muy marcados
en el modelo 1 y mínimos en el modelo 2. En el primer modelo se predice que los factores ambientales reducirian el pro-
medio y la heredabilidad del cociente intelectual en los grupos de clase social baja y aumentarían promedio y tieredabili-
dad en los grupos de clase social alta. El modelo 2 predice que independientemente de la calidad de los ambientes e inde-
pendientemente de loc puntajes promedio , se presentaría igual heredabilidad alta en todas las clases sociales.

Aceptando que en los Estados Unidos de Norteamérica el grupo negro contenga una proporción grande de niños en
desventaja , la hipótesis de la desventaja ambiental debe predecir una proporción de varianza genética menor para expli-
car las diferencias en el cociente intelectual fenotipico entre negros que entre blancos , considerados ambos como pobla-
ciones totales . Por otra parte , la hipótesis de distribución genotipica predice la ausencia de diferencia en la proporción de
varianza genética para todas las clases sociales dentro de las razas . De aquí se deriva como corolario que, los blancos y
los negros deben tener las mismas proporciones de varianza genética.

A manera de contrastar las hipótesis se identificaron todos los gemelos que concurrían a las escuelas públicas de Fila-
delfia, Pennsylvania , en abril de 1968 . El número total de gemelos incluyó 493 pares de sexos diferentes y 1028 pares del
mismo sexo . La distribución racial de estos gemelos fue 36% de blancos y 59% de negros. Después de varias pérdidas
por diferentes razones, se estudiaron 635 pares de negros y 357 pares de blancos. Se tomó la información de los tractos
censales de 1960 para asignar los pares de gemelos a grupos con y sin desventaja . La clase social se determinó estable-
ciendo la mediana de las características educacionales y del ingreso para el número total de los tractos censales de don-
de se obtuvo la muestra de gemelos, independientemente de la raza. La tabulación de los datos por arriba y por abajo de
la mediana proporcionó tres grupos: uno por abajo de lá mediana para ingreso y educación. Otro arriba de la mediana pa-
ra ingreso y educación, y un tercer grupo abajo de la mediana en ingreso y arriba de la mediana en educación o vicever-
sa.
Sobre la base , los tres grupos se designaron como abajo de la mediana , arriba de la mediana e intermedio.
Se hicieron pruebas para logros y aptitudes en un total de 319 pares de negros y 163 pares de blancos. Se usó la
prueba de Habilidades Básicas de Iowa para medir los logros escolares , obteniéndose los puntajes en vocabulario , lectu-
ra, lenguaje total, aritmética total y puntuaciones compuestas . La prueba de aptitud incluyó en todos los casos 2 subtests,
uno verbal y el otro no verbal o numérico , además del puntaje total.
La heredabilidad se calculó por medio de técnicas estadísticas . Una vez conocida la heredabilidad de un rasgo, la va-
rianza total pudo ser prorrateada en 4 grandes componentes : varianza genética dentro de la familia , variariza ambiental
dentro la familia , varianza genética entre la familia y varianza ambiental entre la familia . Puede ser de interés recordar
que la heredabilidad de un rasgo es una expresión de la tasa o relación de la varianza genética total con la va: lanza total
del fenotipo.
Como puede verse en los cuadros 2.1 y 2. 2 tomados como ejemplos de los hallazgos principales , el porcentaje de la va-
rianza total atribuible a fuentes ambientales fue siempre más bajo en los grupos con ventaja , tanto para los negros como
para los blancos . En la mayoría de los casos , la variación genética no pudo ser estimada en las calificaciones de aptitud
de los niños de la clase socioeconómica baja. Aunque en los dos grupos de niños con y sin ventája, hubo aproximada-
mente varianzas iguales entre y dentro de las familias , se encontró una tendencia a que la variación entre las familias
fuera un poco más grande . El análisis de varianza,demostn} que los niños con ventajas y con desventajas difieren principalmente en L.
proporción de vartanza en los puntajes de aptitud que pueden ser atribuidos a las fuentes ambientales.
El análisis de los datos para los pares del mismo sexo dió correlaciones de igual magnitud . De esta rn^z•u:r-','e puede
concluir que el promedio bajo de la calificación de los niños en desventaja , independientemente de la ras a. se txr; iica en
una gran parte por una varianza genética menor en sus puntajes.

13
Otro analisis de los datos separando a los niños de acuerdo a su nivel de aptitud , démostró que los hermanos que se
encontraron por abajo del promedio de aptitud tienen consistentemente correlaciones más bajas entre sus calificaciones
que las de los hermanos que estuvieron por encima del promedio. Las correlaciones bajas entre hermanos con puntajes
bajos no fueron función de la clase social sino de la menor varianza entre pares . Los datos están en concordancia con la
idea de que los niños con cocientes intelectuales bajos son menos susceptibles a las diferencias ambientales entre las
familias, de lo que son los niños con cocientes intelectuales altos.

El resultado principal del estudio de Scarr-Salapatek revela que el promedio del cociente intelectual y el porcentaje de
la varianza genetica de los niños que se desarrollarán en ambientes desfavorables , son fundamentalmente función de las
condiciones de crianza de la población . En otras palabras, el estudio confirma el punto de vista de que dando a los niños
en desventaja un ambiente mejor, tendrán un promedio mayor de calificación y la varianza genética será también mayor.
De esta manera , los niños tendrían entonces la oportunidad de alcanzar su potencial genético.

A medida que el área de estudio se ha salido de la controversia " genética contra ambiente " como explicación de las
diferencias encontradas entre niños de clases sociales altas y bajas, el interés se ha centrado cada vez más , en la línea
de pensamiento de que la totalidad de la vida de un individuo es un proceso continuo de resolución de los problemas de
transacción entre el organismo y el medio ambiente.

Por lo tanto, desde la gestación el ser humano puede ser visto como un aprendedor, como un individuo respondiendo
selectivamente a los estímulos , y como un desarrollador de patrones de respuesta que influenciarán la conducta en
períodos posteriores de la vida . Es el estudio de estos mecanismos de intercambio entre el Individuo y el medio ambiente,
lo que ha motivado a los investigadores a preguntarse a sí mismos cómo es que la experiencia sociocultural se transfor-
ma en conducta corignoscitiva y logro académico.

Una manera de abordar el problema es a través de la conceptualización de la clase social como un arreglo de expe-
riencias y patrones de experiencias claramente identificables y que pueden ser sistemáticamente examinadas en rela-
ción a sus posibles efectos en la formación de la estructura cognoscitiva del niño a lo largo de las diferentes etapas de su
desarrollo . La pregunta puede entonces plantearse como sigue: ¿Qué es operacionalmente la privación ambiental y có-
mo actúa para modular y deprimir el potencial genético mental del Individuo?

Tratando de investigar esta cuestión , los investigadores han echado mano de 2 estrategias principales . Los estudios
multifactoriales y los de observación clínica y experimental con énfasis en factores individuales específicos . La primera
estrategia se basa en el concepto de que una Interacción compleja de factores biológicos , psicológicos y socio-culturales
puede estar involucrada en la etiología de la desadaptación psicosocial . Por lo tanto , si se estudia un gran número de ni-
ños en tales condiciones, relacionándolos con una gran cantidad de variables, puede ser posible determinar el papel que
juega cada variable en la muestra de la población de niños afectados . El mérito principal de este punto de vista es que
busca la generalización de los resultados a la población total de niños de donde se extrajo la muestra para su estudio. La li-
mitación de este tipo de investigaciones , es la frecuente falta de especificidad para definir una faceta particular del
problema bajo consideración.

El segundo enfoque metodológico -observación clínica y experimental- se confina más específicamente en las va-
riables que se van a estudiar . La selección de la muestra de la población se hace sobre la base de factores etiológicos
específicamente definidos o grupos de niños con problemas específicos asociados a una variable también específica,
considerada como importante por el investigador. Esta segunda estrategia puede proveer de un gran cuerpo de informa-
ción tanto de la población específica estudiada como de la variable específica Investigada . También ofrece la posibilidad
de identificar niños que se desvían muy tempranamente en la vida , enfocando la detección en aquellas poblaciones que
están a mayor riesgo para desarrollar tales desórdenes . La restricción principal en este caso es que entre más
específica sea la población estudiada y más específicas sean las variables seleccionadas , se limitan más las generaliza-
ciones que pueden hacerse respecto al total de la población de niños estudiados (1).

En relación con los llamados logros pobres o puntajes bajos o conductas no normales , es extremadamente importante
reconocer el contexto en el que se hacen estas categorizaciones . Como dice Rafferty (2): "Cada evento de la conducta
individual es simultáneamente un evento social en algún sistema multindividual tal como una familia, un salón de clase,
una escuela, un vecindario, un grupo étnico o una clase social. Dentro de este sistema la conducta se analiza como un
evento social y se le asigna un valor, que es un valor relativo al sistema social donde se hace la evaluación ; es muy pro-
bable que tal valor pueda ser diferente en otro sistema social. Este tipo de situación da lugar a que la normalidad o la des-
viación de una conducta, sea determinado por un proceso político y puede abrir el camino para la opresión de la gente
por otra gente que tenga el poder político suficiente para especificar qué es una desviación y cómo debe ser tratada".

Para explicar las diferencias en el funcionamiento cognoscitivo encontrado entre niveles socioeconómicos , una de las
hipótesis más antiguas propone que las tareas empleadas en esos estudios , evalúan más que nada la habilidad académi-
ca y contienen materiales y procedimientos a los cuales no están familiarizados la mayoría de los niños de las clases so-
ciales bajas.
1— W&IZiI . S., uM RIchn,c M . J.B.: "TM EDM9mkbgy 04 L-,M% q~d@,@ ". p 4,$ C Mk. 01 No,R1 P~W. J9: 599, 1973.
Z-- %11.,Iy . FT. '•Funclkn •I Li ,Wn9 DI90N.l, '. W Wtrk ONNC9 of Nw19 M* Ica 12: 953, 1973.

14
De acuerdo a esta hipótesis no es posible determinar si las diferencias en ejecución se derivan de diferencias en la fa-
miliaridad con los materiales de la prueba o con el nivel de cognición . Odom ( 1) evaluó esta divergencia haciendo una
prueba con tres opciones de discriminación , en la que una de las alternativas se recompensaba parcialmente, mientras
que las dos restantes no se recompensaban . Niños de 5 , 6 y 10 años de edad - fueron clasificados como de clase social
media o baja de acuerdo al puntaje de su familia en la Escala de Ocupación de los Padres de Minnesota (2). Según el
autor no había razones para pensar que los niños de cualquier nivel socioeconómico tuvieran familiaridad con el procedi-
miento de la situación de prueba.

Se seleccionó la prueba de tres opciones de discriminación porque un estudio previo de Weir (3) había mostrado que el
tipo de estrategias usado por individuos de tres a veinte años de edad , pertenecientes a las clases sociales media y alta,
fueron típicas de los diferentes grupos de edades . Así, una estrategia que comprende la selección del estimulo relevante
independientemente del resultado , estrategia ganancia-permanencia o pérdida-permanencia, se observó más frecuente-
mente en el grupo de tres a cinco años de edad.

Los niños de los siete a los once años de edad usaron un tipo de estrategia de búsqueda de patrones de respuesta izquier-
da, media , derecha , y derecha, media , izquierda . Ya que los patrones de respuesta se consideraron como indicadores del
ensayo de la hipótesis, se aceptó que la estrategia de búsqueda refleja un nivel más elevado de desarrollo congnoscitivo
que, la estrategia de ganancia-permanencia o pérdida-permanencia , que se asumió reflejaba una estrategia de maximiza-
ción e inhabilidad de parte del grupo más joven para formar hipótesis instrumentales más complejas.

Los resultados confirmaron que a medida que la edad aumenta , las estrategias tienden a reflejar un proceso cogno„ci-
tivo que también se incrementa . En forma similar, en la medida en que el nivel socioeconómico aumenta , también aumen-
tan las estrategias de orden más alto. Otro importante hallazgo del estudio de Odom, fue la falta de correlación entre Co-
ciente Intelectual , derivado de la Prueba de Maduración Mental de California o de la Prueba de Inteligencia de Lorge-
Thorndike, y las medidas de actuación en las cuatro edades mayores y grupos socioeconómipos . La falta de correlación
entre un aspecto cualitativo de desarrollo (tal como la estrategia para resolver problemas ) y una medida cuantitativa de la
inteligencia ha sido corroborada en otros estudios que relacionan la formación de conceptos con el Cociente Intelectual.
(4).

Los resultados de Odom hacen que se rechace que la diferencia en los niveles de ejecución entre los niños de distin-
ta clase social sea la poca familiaridad con los materiales y/o con los procedimientos de las pruebas. Es un hecho que de-
be aceptarse que hay diferencias reales en los niveles de actuación entre niños que viven en diferentes ambientes.

Dado que el concepto de clase social puede ser un término vago , los investigadores han intentado definir de una mane-
ra más específica algunos de los elementos más importantes del medio ambiente que se asocian a patrones identifi-
cables de conducta. Jacobson (5) por ejemplo, ha mostrado que la modificación sistemática ya sea motívacional o cog-
noscitiva , cambia el nivel de ejecución de los niños de.una clase social homogénea . Se observó un incremento marcado
en los puntajes de inteligencia de los niños de clase socioeconómica baja como resultado de la modificación sistemática
de factores relacionados con la cognición. Cuando se introdujeron factores motivacionales de naturaleza social, los cam-
bios.en el nivel de inteligencia se observaron solamente en aquellos niños cuyo C. I. estaba alrededor del promedio. Pare-
ce importante que en los niños de la clase socioeconorhica baja, un período de experiencias sistematizadas con duración
de sólo 24 horas fue suficiente para cambiar significativamente las calificaciones de inteligencia derivadas de la prueba
de Stanford-Binet.

Un procedimiento semejante fue utilizado por Beckwith (6), quien analizando el ambiente de 24 niños adoptados por fa-
milias de la clase media , encontró que la frecuencia de oportunidades que el niño tenía para explorar su hogar , el grado
de contacto con otros adultos además de la madre , y la cantidad de comunicación verbal entre . madre y niño fueron los
factores más poderosamente correlacionados con los puntajes de inteligencia en la prueba de Catell y con la ejecución
de habilidades motoras, medidas por la técnica de Gesell.

Uno de los estudios más impresionantes acerca de la relación entre calidad del ambiente y competencia mental es el
trabajo de Skeels (7) quien pudo seguir un grupo de 25 niños desde la edad de 12 meses hasta la edad adulta. Trece de es-
tos niños que tenían retardo mental fueron transferidos a la edad de dieciocho meses a una Institución donde la relación
entre la madre sustituta y el niño fue considerada como buena. Once de estos niños pasaron después a hogares sustitu-
tos. Los otros doce niños del grupo original de veinticinco tenían un promedio de 22 puntos por arriba del promedio del
Cociente Intelectual del grupo con retardo mental. Este grupo se mantuvo durante un período prolongado en un orfanato

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7.- Skasls, M.M .: " MalI Status of Chlldran wnh COntraatln9 Eary LIII Exp.r1$nca ". Mon09rapha ot ¡he SocIsy for Ralearon In CMW Derelopment ;: Sarta No . 105, 1988.

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no actuó como un grupo de
cuyo ambiente no era estimulante . Es necesario señalar que este grupo de comparación
modificar el
control en el sentido de un diseño experimental ; de acuerdo con Skeels lo que sucedió es que no fue posible
ambiente en que vivían estos doce niños.

Después de dos años de vivir en estos ambientes contrastantes, el grupo con mejor ambiente mostró incremento pro-
medio de 28 . 5 puntos en el C . I. mientras que el grupo de niños con un ambiente pobre , tuvo pérdida promedio de 26.2
puntos en la calificdción intelectual.

Después de veintiún años fue posible localizar todos los casos . Ambos grupos mantuvieron los patrones divergentes
de competencia intelectual Ninguno de los trece niños cuyos ambientes se modificaron a temprana edad vivían en insti-
sl aciones En contraste , de los doce niños en el grupo con ambiente pobre , uno había permanecido en una institución para
,ndividuos con retardo mental hasta la adolecencia , en que murió . Otros tres niños , estaban en instituciones para retarda-
dos mentales y otro más se encontraba en un hospital para enfermos mentales.

El nivel educacional de ambos grupos- tenia también diferencias marcadas ; el grupo sin modificación del ambiente a
edad temprana , tenía escolaridad media de tres grados , mientras que el grupo con modificaciones ambientales tenía una
mediana de escolaridad equivalente al doceavo grado . Cuatro de estos individuos tenían uno o más años del equivalente
a la secundaria y uno la había ! erminado . La ocupación del grupo al que se le cambió el ambiente se encontró en un nivel
muy semejante al de la población de los F'stados Unidos de Norteamérica . de acuerdo a los datos del censo de 1960. En
contraste , los individuos a quienes no se les pudo cambiar su ambiente estaban empleados como sirvientes o internados
en instituciones.

Aun cuando el estudio de Skeels tiene un buen número de fallas metodológicas y por tanto no puede ser aceptado en
forma literal, es indudable que muestra que al menos ciertos niños considerados como retardados mentales a edades
muy tempranas , pueden comportarse y actuar como adultos normales si son transferidos también tempranamente a un
mejor ambiente.

Kagan ( 1) ha propuesto que la dotación genética del individuo nc produce un nivel específico de habilidad mental, sino
que proporciona un rango dentro del cual se alcanza el nivel superior o interior, de acuerdo a la serie de experiencias am-
bientales que el niño tenga durante su existencia . Esta noción podría explicar por qué los niños de la clase media
muestran una gran plasticidad en el desarrollo de sus conductas . Este punto de vista se refuerza por los resultados de va
ríos estudios que han demostrado relación directa entre las características maternas o la personalidad del niño, y el nivel
de ejecución mental en niños normales (2-4).

En la búsqueda de semejanzas y diferencias que pueden ser atribuidas a la pertenencia a una clase social , se ha hecho
cada vez más notoria la necesidad de tomar en cuenta algunos hechos del microambiente , a manera de formar subgru-
pos que queden fuera del ordenamiento clásico dado por los indicadores tradicionales de clase social , tales como ocupa-
ción, educación e ingreso.

En una investigación exploratoria , Adler ( 5) estudió la relación entre las desviaciones para articular palabras y la perte-
nencia a una clase social , ampliando el criterio usual de clase social medida por educación y ocupación. En un intento de
separar la clase social baja en dos subgrupos , el oajo-bajo y el bajo-alto , mediante la inclusión de una evaluación psicoso-
ciológica del ambiente del hogar ; particularmente la presencia o ausencia de la figura paterna , la estabilidad del ambien-
te y la cronicidad de la ayuda económica para el bienestar social . Para el estudio se tomaron al azar las calificaciones de
las pruebas de articulación de un grupo de niños con pertenencia a distintas clases sociales , que estaban recibiendo te-
rapia del lenguaje en las escuelas públicas . Las respuestas incorrectas a los ítems 19 a 43 en la Prueba de Articulación
de Templin - Darley , previamente administrada por 10 correctores de lenguaje empleados en el sistema escolar , se rela-
cionaron con la clase social de los niños . Para evaluar la interacción entre clase social y raza , se Incluyeron en la compa-
ración dos grupos étnicos diferentes : negros y blancos.

Además de confirmar los hallazgos de Winitz ( 6), en el sentido de que los niños de la clase baja tienen el mayor número
de errores de articulación , y el reporte de Templin que señala que los niños que viven en la pobreza tienen una frecuencia
elevada de omisiones y sustituciones de consonantes en todas las posiciones , los datos de Adler mostraron diferencias
de acuerdo al grupo étnico y a la clase socieconómica . La importancia principal de este trabajo es la demostración clara
de la interacción raza-clase social , con la circunstancia de que si no se toma en cuenta el microambiente , las diferencias
socioeconómicas tienden a desaparecer . Por ejemplo , el análisis del porcentaje de réplicas incorrectas de fonemas de
acuerdo a la raza y la clase social mostraron que para ambos grupos, negros y blancos, el porcentaje de.desviaciones en
la vocalización y rto vocalización de th fue alto , independientemente de las diferencias por clase socioeconómica. Por
otra parte , la frecuencia de la pronunciación incorrecta de la r fue mucho más elevada en los niños blancos que en los

1- Ka~an , J.. "Inadequate EoWnce 3M llbplcel Conck.. n.. N6rg10 Edreallon Rev.ew
39 : 274, 1969.
2.- HM ,k , M P "EnWIGMMolal Correlalea of Men : el Growlh " Cloe DeveW~ ,-
14 L'. 215, 1957.
3.- Moee. HA . and K9an . J. "Malsrnal Infuso. on IO. Scone ". PeychobpfW Reporte 655, 1955.
s.- 61e1n , O. Celdweii . 8 M, Mereher , L. Llplon, E.. end Rlchrlono , J.B.'. "A Factor Anayoc
Sludy of lbe Molhsr - Inlant Oyen ". Child Deveippol.nl e0 163. 1959.
5.- AdN, . 6 "Art : cuéIo,y Davuncea and 5ocIw.C a, Memberehlp ". Journal ol
Le. 58119 Diublllt8 6: 650, 1973.
4- Wlndl , N "ArliCUIalory ACQUlallloo end Beh.NOr ". New York ' Appl.Ion'C
nwy C•one. 1969.

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negros. Las sibilantes mostraron otro patrón, siendo con más frecuencia articuladas diferencialmente por los niños blan-
cos de la clase social baja-baja que por los blancos de la clase social alta-baja.

El número pequeño de niños incluidos en el estudio , particularmente en el grupo negro, hace que se tome con precaución
cualquier conclusión, pero sin embargo el estudio muestra la importancia de una clasificación apropiada , que debe tomar
en cuenta tanto la cultura representada por los grupos étnicos, como la clase socia ! en niveles de macro- y micra
ambiente.

Quizá el más grande avance en nuestro conocimiento del papel que juega la clase social en el aprendizaje proviene de
los estudios de Bresnahan y cols. (1).

Estos investigadores enmarcaron el estudio de las diferencias conductuales entre las clases sociales preguntándose
a si mismos, cuáles son las condiciones ambientales suficientes o necesarias para el establecimiento de patrones de
conducta identificables . Para contestar esta pregunta . ios niños clasificados como pertenecientes a clase social alta y
baja, tomando como indicadores la ocupación, ingreso y educación de sus padres, fueron entrenados para seleccionar
uno de dos estímulos en función de tamaño o número. Se postuló que la discrepancia en el nivel de ejecución de los dos
grupos se reduciría si se utilizaran los esfuerzos y tareas apropiadas para el grupo bajo. Por lo tanto , los aparatos y
estímulos se escogieron o construyeron en un intento por maximizar la ejecución del grupo bajo , y las tareas e incentivos
se manipularon a manera de investigar el tipo de situación que produciría un éxito igual o diferencial entre grupos so-
ciales altos y bajos.

Definiendo la "formación de conceptos" como la adquisición de respuestas comunes a estímulos diferentes , los niños
se evaluaron para los conceptos de número y tamaño.

Se consideró que el tamaño es un concepto que todos los niños aprenden por sí mismos a edad muy temprana. Por
otra parte el número es un concepto que depende más de la enseñanza específica por otras personas o por lo menos, es-
tá más relacionado al entrenamiento previo . Se usaron botones coi'. o estímulos para las tareas experimentales . La selec-
ción se hizo tomando en cuenta la familiaridad de los niños con el objeto real y su uso y no con representaciones pictóri-
cas o pequeños facsímiles que podrían dar cierta ventaja a los niños de la clase socioeconómica alta. Las tareas para nú-
mero y tamaño difieren en dificultad en otro aspecto importante relacionado con la clasificación conceptual funcional. En
la infancia , el tamaño es una dimensión relevante y difundida para todos los niños. Es una variable que se encuentra a ca-
da momento , aún más , específicamente el atributo de " grande " por sí mismo tiene un valor positivo para el niño. Ya que
en el caso de los botones el tamaño puede ser considerado como la dimensión más obvia y funcional, se esperaba que
escoger el más grande de dos botones de diferente tamaño , sería tarea extremadamente fácil. En cambio , escoger el bo-
tón con el mayor número de agujeros tiene poca relevancia para la experiencia en un ambiente común , dado que el nú-
mero de agujeros respecto a la función usual de los botones es trivial. Cuando se contrasta el número de agujeros con las
dimensiones de tamaño y color, la importancia del número se vuelve casi insignificante.

Los incentivos incluidos en las pruebas con la idea que podrían dar como resultado niveles diferentes de ejecución
fueron: conocimiento de los resultados solamente ; conocimiento de los resultados más el reforzamiento social , y conoci-
miento de los resultados más el reforzamiento social más una recompensa tangible. Se estudiaron noventa y seis niñas
de primer grado administrándoseles la Prueba de Vocabulario y Figuras de Peabody . Inmediatamente después , se reali-
zaron los experimentos de adquisición de conceptos , en una situación que semejaba un juego.

El primer hallazgo de interés fue que aunque se encontró diferencia en el Cociente Intelectual promedio de las dos cla-
ses sociales , las correlaciones totales y parciales entre Cociente Intelectual y las tareas de formación de conceptos
dieron coeficientes insignificantes en todos los casos.

Las curvas de adquisición mostraron que como tareas el tamaño fue significativamente más fácil que el número. En la
tarea de número , el grupo perteneciente a la clase social alta tuvo menos errores , en cambio en la tarea del tamaño el
grupo de la clase social baja presentó menos errores. Este contraste se reflejó en una probabilidad de 0.06 para la inter-
acción entre estado socioeconómico y tarea.

Dado que el grupo de la clase socioeconómica baja presentó mejor nivel de ejecución en el problema de tamaño, sur-
gió la interrogante de que hasta donde este grupo estaba usando las diferencias en tamaño en se intento por resolver los
problemas de número . El diseño experimental permitió el análisis de las pruebas en que tamaño y número estaban rela-
cionados , y también de las pruebas en las cuales tamaño y número no tenían correlación . Los resultados mostraron que
los niños de la clase social baja mantenían hipótesis de tamaño parcialmente efectiva al tratar de resolver el problema de
número.

En general se acepta que , en un problema de formación de concepto , el sujeto selecciona una hipótesis y la retiene
hasta que hace una respuesta incorrecta , en cuyo momento el sujeto rechaza la hipótesis y rastrea una nueva. Si la
nueva hipótesis produce una respuesta correcta el sujeto la adopta , pero si la hipótesis produce la respuesta incorrecta,

1 - Broen.Mn. J L., nd Snap,,o , M.M. " Leammg SHII.9I~ in Cnitdmt f, Dl i u Socbecwiwnk L ~". Pdv~ n quid De s4opment W,td BiNMViw EdMd by M.M. %~J: 32, 1972.

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el sujeto cambia a otra nueva hipótesis . Esta estrategia es conocida como " ganancia-permanencia , pérdida-cambio"
Los niños de la clase social baja no exhiben este tipo de conducta, sino que continúan perseverando con una hipótesis
parcialmente reforzada. En la tarea de número, la hipótesis de tamaño produjo aproximadamente 75% del refuerzo y los
niños de la clase social baja persisten con la hipótesis de tamaño a pesar del hecho de que la hipótesis del número hu-
biera sido reforzada en el 100% de las veces . De manera opuesta , los niños de la clase social alta adoptan la estrategia
"ganancia - permanencia y pérdida-cambio" que al final de cuentas resultó en una ejecución casi perfecta, aun cuando la
hipótesis 100% reforzada correspondió a una dimensión baja dentro de su jerarquía.

Continuando la investigación , Bresnahan razonó que si la pobre ejecución de los niños de clase socioeconómica baja
era el resultado de sus experiencias de refuerzo inconstante, la introducción de refuerzo caótico en las historias de los ni-
ños de clase socioeconómica alta, daría lugar a un decremento comparable en su nivel de ejecución (1).

Treinta niños y treinta niñas con un promedio de edad de siete años sirvieron como sujetos experimentales ; la mitad de
los niños provenian de la clase socioeconómica alta y la otra mitad de la baja. El experimento señaló que la introducción
de refuerzo al azar produjo la conducta típica de la clase socioeconómica baja en los sujetos de clase socioeconómica al-
ta. Pudo mostrarse que estos resultados no fueron una simple consecuencia de que la adquisición de conceptos cayera a
un nivel dado por el azar . Puede verse en la figura 2 . 3 que el número de errores y pruebas para alcanzar el criterio revela
que la ejecución de los niños de clase social elevada se acerca progresivamente y al final se iguala con la ineficaz ejecu-
ción de los niños de clase social baja.

Los datos apoyan firmemente la hipótesis que las diferencias en nivel de ejecución están en función de la historia de
reforzamiento. La ejecución baja está asociada con historias de reforzamiento inconstante o caótico.

Dado que por una parte, los niños de la clase baja no cambiaron la hipótesis parcialmente reforzada que tiene un alto
valor en su jerarquía, y por otra parte, los niños de la clase alta después del reforzamientó azaroso mostraron una adquisi-
ción de conceptos inferior a la previa y similar a la exhibida por los sujetos de la clase baja, Bresnahan procedió a investi-
gar las condiciones bajo las cuales podrían o no cambiar de una hipótesis no confirmada como una función del grado de
aprendizaje original y de la frecuencia de la no confirmación.

Se escogieron al azar cuarenta y cinco niños y cuarenta y cinco niñas de escuelas en las cuales no predominara ni cla-
se alta ni clase baja. Los individuos seleccionados fueron evaluados en un laboratorio móvil estacionado fuera de cada
escuela.

La tarea empleada consistió simplemente en seleccionar una de dos claves. En cada intento se presentaron una luz ro-
ja y otra verde cuya posición tenía dimensiones irrelevantes. Se les mostró las dos luces a los niños y se les instruyó a
presionar una de las dos claves. Si el niño daba la respuesta correcta se le entregaba un dije por medio de un dispositivo
alimentador universal. Los dijes ganados por el niño estuvieron siempre en su campo de visión y se le Indicó que después
de completarllel juego podría llevarse todos los que hubiera ganado.

El experimento fue dividido en dos partes . En la primera , los niños recibieron dijes por cada una de las respuestas
correctas hasta que se completó una corrida . A una tercera parte de los sujetos , el criterio se definió como la obtención
sucesiva de seis respuestas correctas . Para el segundo tercio el criterio fue de doce respuestas correctas y para el tercio
restante , el criterio fue de 18 respuestas correctas. Una vez que se logró el criterio , se introdujo reforzamiento parcial pa-
ra las respuestas correctas sin indicaciones para el niño. El refuerzo parcial fue de 90 porciento para el primer tercio de
los niños , 80 porciento para el segundo tercio y 70 porciento para el último. Los esquemas de respuestas parciales se
corrieron para sesenta intentos.

Los resultados mostraron claramente que el número de pruebas requeridas para alcanzar el criterio, o sea el grado de
entrenamiento previo y el porcentaje del refuerzo parcial , ambos influenciaban significativamente el número de errores
cometidos por el niño . Entre más largo el criterio antes de cambiar al esquema de reforzamiento parcial , menor el núme-
ro de errores . En otras palabras , a mayor entrenamiento previo para alcanzar el criterio , menor tendencia del niño para
cambiar después de una no confirmación . Cuando el número de no confirmaciones se hizo significativamente elevado,
los niños aumentaron la tendencia a cambiar sus hipótesis de reforzamiento previo. Los sujetos continuaron conforman-
do a la estrategia general ganancia-permanencia y pérdida-cambio.

Si se toman juntas las series de experimentos , se hace aparente que los niños de la clase social baja no adoptan la
estrategia ganancia-permanencia , pérdida-cambio exhibida por los niños de la clase social alta y los adultos . Esta falla
puede ser el resultado de una historia de reforzamiento caótico más un alto grado de sobreaprendizaje, y la perseveran-
cia en una hipótesis incorrecta que puede hacer que el niño obtenga un nivel de reforzamiento más elevado que aquel al
que había estado acostumbrado . El resultado neto es que los niños de la clase social baja no solamente son lentos para
aprender soluciones nuevas , sino también lentos para abandonar soluciones viejas.

Otra estrategia para tratar de determinar el origen de las diferencias en ejecución , encontradas en niños escolares de

1 - B eenarnn, J L., en9 0 ¡^, W .L: " CMMC NMnIOrc~t A Socbsconank L.,*, DwM9pn,enul P11yoho1opy !: 99. 1971.

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diversos grupos étnicos y sociales , es la que utilizaron Hertzig y cols . ( 1) quienes en vende cuantificar los logros alcanza-
dos por los niños, se interesaron en conocer el estilo de respuesta de los preescolares ante una demanda cognoscitiva.

En un estudio de dos grupos de niños con diferentes expectativas educacionales, compararon y contrastaron las res-
puestas a demandas cognoscitivas en niños portorriqueños de 3 años de edad , de familias de obreros que vivían en la
ciudad de Nueva York y la respuesta a idénticas demandas en un grupo de niños de la misma edad , la misma ciudad pero
de clase media , cuyos padres eran gentes de negocios y profesionales . Los niños y sus familias en ambos grupos habían
sido seguidos desde la temprana infancia , como parte de una investigación en el desarrollo de la conducta (2).

Se estimó la inteligencia a la edad de tres años y la respuesta de los niños a la demanda cognoscitiva asociada con la
prueba empleada se evaluó en forma independiente . El grupo de niños de la clase media incluía 56 niños y 56 niñas. La
muestra de niños portorriqueños fue de 27 niños y 33 niñas . Ambos grupos eran comparables respecto a la estabilidad de
la familia , y la muestra se consideró suficiente para poder hacer comparaciones de los estilos de conducta después de
aparearese para el nivel de inteligencia general.

La información del estilo de la respuesta ante una demanda cognoscitiva se obtuvo observando la conducta y re-
gistrando las verbalizaciones del niño durante la administración de la prueba de inteligencia de Stanford- Binet, forma L.
En el momento en que los niños estaban siendo examinados, se registró por un observador independiente un protocolo
detallado del lenguaje y la conducta del niño y sus relaciones . El observador estaba sentado en una esquina del cuarto de
examen antes de que entraran el examinador y el niño y no participaba de ninguna manera en el procedimiento de la eva-
luación de la inteligencia . El examinador siguió el procedimiento estándar en la administración de la prueba de Stanford-
Binet. El observador registró por escrito la conducta del niño durante el examen . Este registro fue tomado en términos de
las respuestas explícitas que se usaron para cada una de las demandas específicas de funciones cognoscitivas en el
test. El observador describió simplemente la conducta del niño cuando era confrontado con una tarea . En ningún momen-
to el observador tenía interés en si la respuesta del niño era o no correcta . Independientemente de esta adecuación, se
hizo un registro completo del lenguaje y de toda la conducta observable . Se realizó un esfuerzo particular para obtener un
registro completo de todas las verbalizaciones del niño.

Para hacer el análisis, Hertzig y cols. idearon un método para clasificar los estilos de respuesta basado en las posibili-
dades objetivas de responder a una demanda.cognoscitiva. La representación esquemática del método corresponde a un
árbol lógico (Figura 2.4).

Cuando se confronta con una demanda el niño tiene la opción de trabajar o no trabajar. Esta bifurcación inicial puede
ser expresada a través de acción motora o verbalización. Si la resultante fue trabajar, ya sea verbalmente o en forma no
verbal, la respuesta puede ser delimitada (restringida a los requerimientos definidos de la tarea) o puede ser extendida
más allá de estos límites, en la forma de asociación espontánea, motora o de lenguaje. La decisión inicial de no trabajo,
puede también ser expresada en forma verbal o no verbal como negación simple, racionalización de competencia, ac-
ción o verbalización sustitutiva, solicitud de ayuda, o completa pasividad.

La respuesta inicial del niño puede permanecer igual o cambiar frente a la demanda reiterativa hecha por el examina-
dor. Así, la respuesta inicial de trabajo puede ser seguida por un rechazo al trabajo, la respuesta verbal por la acción o
por cualquier otro patrón de cambio o redundancia. El esquema de análisis hace posible clasificar las respuestas y si se
desea , engranarlas en forma secuencia ) de respuestas en cadena.

Es de primordial importancia el tener siempre presente el hecho de que las respuestas se clasifican en categorías que
corresponden a generalizaciones objetivas, derivadas de la conducta observada, en términos de estilos de respuestas
demandas cognoscitivas, sin intentar hacer inferencia alguna acerca de las razones subyacentes para la expresión
de los patrones de conducta observados.

Los resultados mostraron claramente que había diferencias marcadas en los estilos de conducta de los niños de la cla-
se media de los Estados Unidos de América y los niños portorriqueños de la clase trabajadora. Los niños de la clase me-
dia respondieron característicamente a las demandas con una mayor proporción de respuestas de trabajo que los niños
de Puerto Rico. Una de las más grandes diferencias entre los dos grupos, fue la tendencia de los niños de la clase media
a responder a las demandas cognoscitivas mucho más frecuentemente por medio de verbalizaciones que con gestos o
acciones puramente motoras.

La gran cantidad de verbalizaciones de los niños de la clase media ocurrió tanto en las respuestas de trabajo como en
las de no trabajo . Además de las diferencias en la cantidad total de verbalizaciones , también existieron diferencias en el
tipo de verbalizaciones cuando los niños tuvieron respuestas de no trabajo.

1.- Henzig, M.E. Birch , H.G Thornas. A, ano AránMéndez O.A.: "Clase and ethnlc dillerences In the responelveness ot preschool children lo cognilive demanda " Morogr Soc Bes CO,ld Den
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2.- Thonws . A.. Cheee , S., Blrch , HG., Henzig , M.E., ere Korn . S.: "Behaveral InOviduellry In Eerly Chlldhood". New York: New Yak Universlty Presa. 1963.

19
verbal de no trabajo fue la racionalización
,Mientras en íos niños oe la clase media el tipo mas frecuente de respuesta
competencia. en Íos niños portorriqueños el estilo tipo correspondió a sustitución
de
de las tareas demandadas. Los niños
Los estilos de conducta de los dos grupos fueron influenciados por la naturaleza
confrontados con demandas verbales
de la clase media dieron respuestas de trabajo con igual frecuencia cuando fueron
respuestas de trabajo a tareas que requieren ac-
o de ejecución. Los niños portorriqueños tuvieron mas frecuentemente
respuestas verbales.
ciones motoras y menor frecuencia de respuesta de trabajo para las tareas que requieren
después de ser examinados. Sin
Los niños portorriqueños tenían frecuentes intercambios verbales antes, durante y
embargo. difirieron significativamente de los de la clase media respecto a como usaron el lenguaje en respuesta a de-
lo mismo poseer el len-
mandas de funcionamiento cognoscitivo. Estas diferencias apoyan el punto de vista de que no es
de organización formal,
guaje que usarlo. En otras palabras, los niños cuyo lenguaje espontáneo mostró un nivel elevado
medido por el promedio de la longitud y la complejidad y madurez de la estructura de la oración, pueden ser incapaces de
usar esta herramienta en la solución de tareas cognoscitivas.

En vista de que el estudio de Hertzig incluye una serie de factores que previamente habían sido considerados como
fuentes potenciales de diferencias en habilidades entre grupos étnicos o sociales, fue posible para los autores evaluar la
asociación entre estos factores y el estilo de conducta.

Las diferencs encontradas entre los niños norteamericanos de la clase media y los niños portorriqueños de la clase
trabajadora, no pudieron ser explicadas sobre la base del tamaño de la familia , hacinamiento en el hogar, habitación por
debajo del promedio o estabilidad en el lugar de residencia. Tampoco se encontró asociación significativa del estilo de
respuesta a demandas cognoscitivas con la inestabilidad de la organización familiar, falta de cuidado materno, uso de
lenguaje poco familiar durante el examen, y falta de adecuación con el examinador.

Es de particular importancia la ausencia de relaciones entre el estilo de conducta, el nivel intelectual y la educación de
poca calidad en escuelas inferiores. Cuando se controlaron las diferencias en la ejecución en la prueba de Stanford-
Binet, permaneció la diferencia de estilo entre los dos grupos de niños. Consecuentemente , las diferencias observadas
no pueden ser explicadas por diferencias de nivel intelectual, sin embargo, el efecto del C. I. en el patrón de respuestas
en los dos grupos no fue idéntico.

En el grupo de la clase media, los niños con los más altos o mástajos coeficientes intelectuales no mostraron diferen-
cias marcadas en el estilo de conducta. Como contraste, en el grupo de portorriqueños los niños con más bajos niveles
de ejecución intelectual presentaron tendencia a responder más exageradamente en el estilo que caracterizó al grupo
como un todo.

Las diferencias encontradas entre los niños de la clase media y los portorriqueños no pueden ser atribuidas a los efec-
tos de la escolaridad o a poca preparación o desinterés de. los maestros, ya que los niños estudiados tenían 3 años de
edad y casi todos no habían entrado a la escuela o a la guardería . Los hallazgos de este estudio por lo tanto deben ser
explicados por acontecimientos en el desarrollo de los niños previos a su exposición al aprendizaje formal en la escuela o
bien a experiencias adquiridas en el hogar o durante su estancia en guarderías.

Con los datos presentados en la investigación de Hertzig y cols. no es posible evaluar en forma separada la influencia
de los factores étnicos y los sociales. ya que los niños estudiados eran diferentes tanto por grupo étnico como por clase
socia!. Nosotros hemos explorado este aspecto, examinando la respuesta a la demanda cognoscitiva en un grupo étnico
homogéneo pero socialmente diferente, en el primer año de la escuela . Esta investigación llevada a cabo por Guadalupe
Lugo (1) incluyó 100 niños mexicanos de 6 años de edad que concurrían a escuelas públicas y privadas de la Ciudad de
México. `

La clase social de los niños se definió con una escala que evaluó cuatro aspectos de las circunstancias sociales: ingre-
so mensual per cápita, ocupación del jefe de la familia, condición de la habitación y educación formal de la madre. Cada
una de estas características fue distribuida en una escala de ordinal de cinco rangos . El menor valor en cada escala es
de cinco puntos y el mayor de uno . Para ilustrar lo anterior en la escala de ocupación , una calificación de cinco , o sea el
rango o categoría más baja ( quinto lugar ), sería la que obtendría una trabajadora doméstica, un obrero no especializado o
un desempleado . Se califica con un punto ( rango óptimo o primer lugar ) a los padres que son profesionales , a los que se
dedican a un negocio mediano o grande o a los que ocupan puestos ejecutivos . De manera semejante , la madre recibe la
calificación de un punto en educación, si terminó una carrera universitaria y cinco puntos si tiene menos de 3 años de
educación formal. Las otras escalas tienen una distribución similar. La posición social del niño se define por la suma de
los puntos en las•cuatro escalas . Una calificación de veinte representa e! más bajo nivel de agregado social y una califi-
cación de cuatrarel más elevado . El análisis de las calificaciones en relación a los datos obtenidos para las familias por
medio de un estudio económico- social independiente , indicó que los niños con puntajes de cuatro a ocho se encuentran
claramente por encima de la clase media: de nueve a quince puntos en la escala media, y aquellos niños con puntajes de
dieciseis a veinte pertenecen a la clase socioeconómica baja.

1 - Lugo C, ,e a L,ase Srriei 350,0 el Esi,lo os Respuesta Anie una Demanda Cognoscil,va Tos,s. Facultad de Faosolla y Letras . UNAM , México . D.F 1971

20
A cada niño se le administró individualmente la versrorrde Terman-Merril de la prueba de inteligencia de Stanforcr
Binet, Forma L-M. Las tareas de esta prueba se usaron para obtener información acerca de la conducta exhibida por el ni-
ño frente a un conjunto estandarizado de demandas.cognoscitivas. El procedimiento de administración de la prueba de
inteligencia, el protocolo de registro de la conducta y el análisis en las respuestas fueron los descritos por Hertzig y cols.
(1).

La frecuencia de las respuestas de trabajo y no trabajo difirieron sistemáticamente por clase social . Los niños de la
clase social elevada dieron mayor número de respuestas de trabajo que los niños de los otros dos grupos sociales . Los ni-
ños de la clase social baja exhibieron pocas respuestas de trabajo y muy frecuentes de no trabajo . El grupo socioeconó-
mico medio tuvo una frecuencia intermedia en ambos tipos de respuesta. La diferencia entre los grupos fue significativa
a nivel de confianza de 0.001.

Cuando los niños no trabajaron en un ítem, su manera de rechazo se expresó en forma diferente en los niños de la cla-
se alta y en los de clase baja . Los primeros tendieron a expresar su respuesta de no trabajo en términos de racionaliza-
ciones de competencia en una proporción mucho mayor que los niños de clase baja. En contraste , estos últimos niños
expresaron mayor proporción de conducta sustitutiva que los de los otros dos grupos sociales.

No se encontraron diferencias en la proporción de respuestas expresadas como negaciones verbales, conductas de


no trabajo pasivas o de requerimiento de ayuda entre los diferentes grupos sociales . Como era de esperarse para la ele-
vada proporción de respuestas limitadas en todos los grupos , no se encontraron diferencias significativas respecto a
cualquiera de los aspectos de la extensión espontánea.

Por supuesto que se esperaba que la distribución de cocientes intelectuales fuera diferente en las distintas clases so-
ciales. Esto se confirmó al observarse que ninguno de los niños de la clase alta tuvo C . 1. por abajo de 91 y ninguno de los
niños de la clase baja tuvo C. 1. mayor que 120. En contraste , 12 de los niños de la clase social baja y 8 de los niños de la
clase social media tuvieron C. 1. por abajo de noventa.

Ya que el estilo de respuestas ante una demanda cognoscitiva puede ser influenciado por el nivel intelectual, las dife-
rencias entre los grupos pudieron haberse derivado de este factor , más que de las diferencias entre clases sociales. Para
aclarar este aspecto , se reexamineron los datos tomando sólo los niños con C. 1. entre 91 y 120. Todas las tendencias en
las diferencias que se habían encontrado entre los grupos alto y bajo se mantuvieron , pero se redujo el tamaño absoluto
de las diferencias . Los niños de la clase social alta respondieron con una proporción significativamente más elevada de
trabajo que de no trabajo que los niños de la clase social baja. Una vez más, todos los grupos tendieron a dar respuestas
limitadas a las demandas . Sin embargo , dentro de este mismo tipo de conducta los niños de la clase social alta, respon-
dieron más frecuentemente en forma verbal que los niños de la clase social baja. También se mantuvieron los estilos de
respuesta de no trabajo , con los niños de la clase social baja dando mayor proporción de respuestas sustitutivas que los
niños de las clases media y alta . La proporción de respuestas de no trabajo tipo racionalización por competencia , conti-
nuó siendo mayor en las clases media y alta.

Estos hallazgos indican que algunas de las diferencias encontradas por Hertzig y cols . como respuestas
características de la clase media norteamericana nativa y de la clase trabajadora de niños portorriqueños a los 3 años de
edad, se presentan en niños mexicanos , de diferentes niveles socioeconómicos, a los 6 años de edad . Los niños del gru-
po socioeconómico elevado respondieron característicamente a demandas de funcionamiento congnoscitivo dando ma-
yor proporción de respuestas de trabajo que de no trabajo. También en ambos grupos, la mayor proporción de respuestas
de trabajo las expresaron verbalmente los niños de un status socioeconómico elevado . Los estilos en las respuestas de
no trabajo fueron también similares en los 2 estudios : los niños de la clase social alta dieron mayor proporción de sus res-
puestas de no trabajo en términos de racionalizaciones de competencia y los niños de la clase social baja en forma de
respuesta de tipo substitución.

Estas diferencias de estilo entre las clases sociales alta y baja no son una función del nivel intelectual . Cuando se es-
tablece un rango de Cociente Intelectual común para todos los estratos socioeconómicos cambian los valores absolutos,
aunque la dirección de las diferencias se mantiene constante.

En el estudio de los niños norteamericanos se encontró que los niños de la clase media tendían frecuentemente a ha-
cer comentarios espontáneos extendiendo de esta manera sus respuestas de trabajo . Así, cuando a los niños de la clase
media se les daba una tarea tal como ensartar cuentas , completaban el trabajo y decían cosas tales como " yo puedo
usar ésto ", " yo tengo cuentas en mi casa ", y "mi mamá tiene un collar ". Los niños portorriqueños en contraste, tendían
mucho más frecuentemente a completar el trabajo y esperar el problema siguiente , sin presentar respuesta espontánea
de extensión . Casi todos los niños mexicanos de las tres clases sociales tendieron a dar respuestas explícitamente limita-
das a la tarea que se les presentó . En el rango de niños con Cociente Intelectual similar, aproximadamente el 99 por cien-
to de todas las respuestas de trabajo fueron delimitadas y no se manifestó ningún gradiente por clase social . Esta diferen-
cia puede ser una verdadera diferencia entre las distintas culturas , con respecto al grado en el cual los niños han sido en-

1.- Hertz 9. M.E.. Bnch, N.G.. Thomie. A., end ArNn ~Z. OA,:' O.ss Y10 ~ dlperwlcee k 1 tho reepone verose ol preecl e chlbnn lo cognitw de,o. ". Monopr. Soc. Rea Cood 0er 22:
117, 1968

21
explícitamente se les pide . Arternativamente,
señados a restringir sus respuestas a una demanda o a ir más allá de lo que
actitudes reflejen cambios con la edad y la extensión espontánea sea un atributo del funcionamiento
es posible que estas
más que de'los niños de edad escolar . Por supuesto que una consideración de este tipo
de los niños preescolares
requeriría una comparación entre grupos de la misma edad en las dos culturas.
encontradas previamente y
Puede inferirse claramente de todos los datos anteriores , que las diferencias
son las mismas que caracterizan
características de los niños que difirieron tanto por grupo étnico como por clase social,
en las respuestas de conducta a
a los niños de un grupo étnico homogéneo pero de diferente nivel social. Las diferencias
que como variable de tipo ét-
trabajo cognoscitivo se ven por lo tanto más adecuadamente como reflejo de la clase social
nico.
sociales diferenciados de 3
Es también aparente que las diferencias en estilo de respuesta que tipifica a los grupos
otra cultura . Sería interesante
años en una cultura, continúan asociadas a diferencias sociales en niños de más edad y de
diferencias a los 6 años
saber si los niños de los dos grupos estudiados por Hertzig y cols. mantienen o mantuvieron sus
persisten hasta
de edad . Nuestros hallazgos parecen sugerir que las diferencias en clase social en estilo de respuesta
por lo menos el inicio de la edad escolar . Esto sugeriría que los patrones de respuestas adquiridos tempranamente, per-
sisten cuando las circunstancias sociales permanecen relativamente estables.

En qué extensión los hallazgos de distintos estilos de respuesta a demandas cognoscitivas en las clases sociales, son
manifestaciones de las diferencias conocidas , y hasta donde las diferencias de estilo reflejan elementos adicionales de
diferencias funcionales entre las clases sociales, son aspectos que no pueden contestarse con los datos disponibles.

Numerosos estudios han señalado que la verbalización y en particular, la facilidad de expresión del lenguaje que
ocurre en relación a tareas cognoscitivas difiere entre las clases sociales . Nuestros hallazgos de una mayor proporción
de respuestas de forma verbal limitada en la clase social elevada comparada con la clase social baja , están de acuerdo
con los resultados de esos estudios y de hecho podrían haber sido anticipados.

La misma probabilidad de anticipación no puede ser aplicada a las otras diferencias encontradas . El grado en el que
los niños responden a demandas cognoscitivas en forma de trabajo más que en su forma opuesta puede ser considerado
en parte , como un reflejo de que el funcionamiento verbal frecuentemente esté envuelto en la respuesta . Sin embargo, tal
patrón no está restringido a las tareas verbales , también se encuentra en las respuestas a demandas no verbales.
En forma semejante , la tendencia de los niños de la clase baja a usar la substitución como una forma característica pa-
ra expresar sus respuestas de no trabajo , no puede ser explicada por diferencias en la facilidad de expresión verbal entre
los dos grupos, si bien es cierto que la tendencia para tener conducta sustitutiva generalmente se expresa en forma ver-
bal.

La racionalización de competencia se manifiesta con más frecuencia como una razón para no desarrollar alguna tarea
en los niños de clase social alta. Tales expresiones reflejan un reconocimiento de la relación entre el nivel de desarrollo y
la instrucción en la competencia de habilidades , más que la presencia de facilidades verbales por sí mismas . Tanto los ni-
ños de la clase social med` como los de la clase elevada verbalizan su negación a trabajar . Para un grupo sin embargo,
esta verbalización toma la forma de expresiones sin relación con el entrenamiento previo, edad y experiencia , mientras
en el otro toma la forma de una huída del requerimiento de la situación de demanda y su sustitución por otra actividad.

Existen razones para creer que estas diferencias en estilos de respuesta pueden tener implicaciones muy importantes
para el éxito de la educación formal . El niño con un nivel intelectual determinado , que da más respuestas de trabajo, que
reacciona a las dificultades evaluando su propia actuación en relación con la competencia que ha adquirido y con su
entrenamiento previo, está más preparado para un buen funcionamiento en la estructura educacional que aquel niño que
tiene una frecuencia muy elevada de respuestas de no trabajo y que cuando se confronta con dificultades opta por con-
ductas sustitutivas.
Aunque las diferencias sociales en estilo de respuesta y su contribución potencia[ para el curso de la educación son
claras , las fuentes de tales diferencias en el trasfondo de la vida del niño y su desarrollo permanecen obscuras . Hertzig y
cois. han relatado de manera anecdótica, que las diferencias observadas están relacionadas con aspectos del cuidado
del niño por los padres y particularmente con la manera como el niño ha sido instruido , tanto en el juego como en la ad-
quisición de niveles específicos de competencia y habilidades mentales . La observación sugiere que en la clase social
elevada el juego es para aprender tanto conceptos como habilidades. Más aún , los autores antes nombrados indican
que la enseñanza de destrezas acompañada por verbalizaciones caracteriza a los agrupamientos de las clases so-
ciales elevadas Mientras que en forma global las instrucciones orientadas hacia la acción son características de las cla-
ses sociales bajás. Estas observaciones e Inferencias de tipo anecdótico tienen cierto fundamento en el trabajo de Hess
y Shipman (1) acgrca de los estilos de trabajo cooperativo en pares de niños y sus madres , en las clases sociales baja y
media.
Todavía esta por confirmarse si estos factores de hecho se encuentran encubriendo o no las diferencias en estilo de

1.- HeI. R.. eM $i,Ipnwn . V.C.: " Eu1y ERperknce end iM Smistizalien 01 CopnilM Moda In C,1dm,,. ChIIC Mvelopmam 38' 889. 1985.

22
respuesta a demandas cognoscitivas en función de la clase social . En nuestro propio ambiente , las impresiones anecdóti-
cas no están de acuerdo con las descripciones de la cultura estadounidense y requieren de investigación futura para en-
contrar si en verdad son de importancia en ambos escenarios culturales.

Aunque tampoco se tiene una explicación acerca del por qué de las diferencias en estilo de respuesta a demanda cog-
noscitiva en los niños de 6 años de edad, entre clases sociales distintas , el fenómeno es tan claro y tiene tanta importan-
cia potencial para el funcionamiento mental , que amerita una consideración un poco más detallada de sus posibles con-
secuencias.

Si los patrones de estilo de respuesta continúan definiendo el curso del desarrollo de los grupos de niños en los estu-
dios respectivos , es notorio que los niños portorriqueños y los mexicanos de la clase social baja, puedan tener una eleva-
da tendencia a fracasar en la escuela y a tener menor cantidad de logros en el desarrollo.

La tendencia de estos grupos para responder con poco trabajo cuando se confrontan con una demanda y la casi total
falta de respuesta para una extensión espontánea , pueden mal interpretarse simplísticamente en términos de una moti-
vación pobre en el niño.

Los maestros entrenados en un contexto típicamente de la clase media , pueden juzgar a estos niños como desintere-
sados, sin deseos de aprender y desatentos . Otros hechos característicos del estilo de respuesta de los niños de la clase
social baja, tales como la pasividad , pueden ser considerados equivocadamente , como desobediencia , resistencia, irrita-
bilidad y en general , como una actitud negativa de parte del niño . Es probable que una interpretación similar pueda ser
asignada a la elevada frecuencia de respuestas verbales sustitutivas. El panorama total puede hacer que el maestro in-
fiera que la conducta del niño refleja inmadurez o actitudes negativas hacia el aprendizaje y no un estilo de conducta
característico de un grupo social diferente al que ellos están acostumbrados a tratar . El resultado neto de esta situación
puede ser una falta de alerta por parte de los maestros hacia la necesidad de encontrar lamanera de alterar este patrón
de respuestas , o la necesidad de cambiar la forma de presentación de la demanda a modó de hacerla más congruente
con el estilo que caracteriza a estos niños.

Dado que las diferencias en los estilos de respuestas se establece a una edad muy temprana y aparentemente persis-
ten hasta edades posteriores , pudiera ser que la sola exposición a las oportunidades suplementarias de educación fuera
un procedimiento insuficiente para motivar significativamente la función . Es imperativo encontrar los factores de más im-
portancia para la emergencia de un estilo particular de conductá a manera de exponer a los sujetos de la clase baja, a
muy temprana edad , a la influencia de esos factores , con el objeto de hacerlos que respondan de manera semejante al
estilo de los niños de la clase social media. Por supuesto , que este punto de vista asume que el estilo de los niños de la
clase media es mejor y más deseable para el funcionamiento futuro de la sociedad humana.

El trabajo de Hertzig y cols . abre la posibilidad para identificar grupos de niños en quienes debido a su pertenencia a
una clase social o grupo étnico, presentan estilos diferentes de conducta cuando se confrontan con una demanda cog-
noscitiva . De esta manera , pueden desarrollarse medidas para la instrucción apropiada a su estilo particular de respues-
ta y alcanzar por lo tanto el éxito educacional buscado.

23
CUADRO 2.1
NO VERBALES, PARA
PORCENTAJE DE LA VARIANZA EN LAS CALIFICACIONES DE LAS APTITUDES
SEXO DIFERENTE POR RAZA Y CLASE SOCIAL.
GEMELOS DE

En Desventaja Con Ventaja


Fuente
Entre Familia Dentro Familia Total Entre Familia Dentro Familia Total

Negros
Genética 35.4 29 0 64.4
Ambiental 52.3 47.7 8.3 27.3 35.6
Total 52.3 47.7 43.7 56.3 100.0
Blancos
Genética 2.3 1 9 4.2
Ambiental 61.9 38.1 60.2 35.6 95.8
Total 61.9 38.1 62.5 37.5 1.x;0.0

• No p10o Ser eolimade M Wnl.- ti. M*4 17 4 1.2és, 19 71

CUADRO 2.2

PORCENTAJE DE LA VARIANZA EN LA CALIFICACION DE APTITUD TOTAL PARA GEMELOS DE SEXO DIFE-


RENTE POR RAZA Y CLASE SOCIAL

En Desventaja Con Ventaja


Fuente
Entre Familia Dentro Familia Total Entre Familia Dentro Familia

Negros
Genética e 14.3 11.7 26.0
Ambiental 59.9 40.1 42.7 31.3 74.0
Total 59.9 40.1 57.0 43.0 100.0
Blancos
Genética 21.5 17.5 39.0
Ambiental 63.1 36.9 43.5 17.5 61.0
Total 63.1 36.9 65.0 35.0 100.0

. No - -r fumada
Fuente 5c nce 174 1 295.1971

24
Figura 2.1

MODELO 1: VENTAJA AMBIENTAL COMO DETERMINANTE DE LAS DIFERENCIAS EN COCIENTE INTELEC.


TUAL ENTRE GRUPOS.

PREMISAS:

1. No hay diferencia en la distribución genotipica por clase Social del Cociente Intelectual fenotípico.

100
Cociente Intelectual

2. Efecto marcado de la Clase Socioeconómica sobre el desarrollo del Cociente Intelectual.

Alto

Bajo
Baja Media Alta
CLASE SOCIAL

PREDICCION: Baja heredabilidad ( h2)* en los grupos con desventaja ambiental.


Alta t

SE Bajo SE Medio SE Alto

Baja
Bajo . Mediano Alto
Cociente Intelectual

• 112= hwroa9ellW . p pl,s gemelos.


SE= 9n0o Socoecondnlco.

Fusms : Scn 8~14l . S.: - ~u. SocW Chis, rW 1.0 ." S~ f7£ 1284. 1971

25
Figura 2.2

DE DIFERENCIAS EN COCIENTE:
MODELO 2: DIFERENCIAS GENETICAS COMO DETERMINANTE PRINCIPAL
INTELECTUAL ENTRE GRUPOS.

PREMISAS:

1. Existen grandes diferencias de acuerdo a clase social en la distribución genotipica del Cociente Intelectual fenotipico.

SE Bajo SE Medio SE Alto

85 100 115
Cociente Intelectual

2. Poco efecto de la clase socioeconómica sobre el desarrollo del Cociente Intelectual.

Alto

a) m
d U
o
a)
a) - - -- - Umbral
8
Bajo
Baja Media Alta
Clase Social

PREDICCION: Igual Heredabilidad ( h2)• en todos los grupos.

Alta

SE Bajo SE Medio SE Alto

Alta h2

Alta h2
Baja
Bajo Mediano Alto
Cociente Intelectual

•t12 = HEREOABIUIDAD PARA GEMELOS


SE = GRUPO SO CIOECONOMICO

F~te S—f.5.4W1. . S R.cu . Sacul Cuan . en010 Scrnce 714 7295. 1971

26
27
Figura 2.4

INFLUENCIA DEL REFUERZO AL AZAR EN LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE DE NIÑOS DE DISTINTA CLA.
SE SOCIAL.

25-

20-

15-

lo. a

5-^

T T 1
0 6 12

NUMERO DE REFUERZOS A L AZAR


PREVIOS

rue.,ra Breananar. J L. ano S fO. M M "L-n np Sr.MMQraa M C7e I*M t O fl D/1a.SM SOCIO.~ ,óc Le~ Mvanc., n CeeW D7v.4 ,n,,re ano Beflavgr EOIUd Oy H W Beeaat 32 q#72

ss
EFECTOSDE LA DESNUTRICION EN EL FUNCIONAMIENTO, SENSORIMOTOR
Estudios en animales experimentales han demostrado que la desnutrición , principalmente cuando ocurre a edad muy
temprana , produce modificaciones orgánicas permanentes , especialmente en ciertos atributos, tales como la longitud to-
tal del individuo, la longitud de los miembros Inferiores , la composición de la dentina y la proporción de tejido muscular
que se alcanza cuando el animal llega a su madurez.

Observaciones realizadas en niños recuperados del episodio agudo de la desnutrición crónica avanzada , parecen con-
firmar los resultados obtenidos en la experimentación animal . Estos niños continúan presentando durante largo tiempo
estatura menor y desarrollo retardado , en comparación con niños de la misma edad y grupo étnico que no han sufrido
desnutrición avanzada (1-4).

Los efectos de la desnutrición no quedan restringidos a la disminución del tamaño corporal o a la alteración de sus pro-
porciones . Existen numerosos ejemplos de alteraciones fisiológicas y bioquímicas en niños previamente desnutridos que
Indican que la desnutrición es capaz no sólo de retardar la maduración bioquímica , sino que también es capaz de produ-
cir regresiones a patrones de funcionamiento específico para edades mucho más tempranas . Por ejemplo, cuando el
contenido de agua y su distribución en el organismo del niño desnutrido se calculan no sobre la base de la edad cronoló-
gica sino de la edad indicada por el peso a la talla actuales , se hace aparente que tanto el contenido como la distribución
son "normales " para un niño sano que tuviera la misma talla o peso que el paciente desnutrido . Conclusiones semejan-
tes pueden obtenerse cuando se comparan contra la "edad de la talla" o la "edad del peso " del niño desnutrido , sus va-
lores encontrados para absorción de grasa , concentraciones de lípidos plasmáticos, cambios en las proporciones de alfa
y beta lipoproteinas en función de la edad , modificaciones en las concentraciones de colesterol sanguíneo y excreción
urinaria de creatinina (5).

Con los datos anteriores se consideró poco probable que el sistema nervioso central no'participara de esta decelera-
ción general del crecimiento y desarrollo , como producto de la desnutrición severa. Se propuso como hipótesis de traba-
jo, que el efecto de la desnutrición sobre el desarrollo Intelectual sería función de la edad del niño en el momento de la
desnutrición grave (6). Para sujetar a prueba la hipótesis anterior , se decidió estudiar niños hospitalizados por kwashior-
kor a distintas edades.

Inmediatamente después de la corrección de cualquier infección y/o el desequilibrio hidroelectrolítico agudo, con que
generalmente ingresan al hospital estos pacientes , se evaluó el desarrollo de la Inteligencia sensorimotora del niño apli-
cando la prueba de Gesell a Intervalos regulares de dos semanas , durante todo el tiempo que duró el Internamiento.
Fueron estudiados seis niños menores de seis meses de edad , nueve con edades comprendidas entre quince y veinti-
nueve meses , y cinco pacientes , entre treinta y cuatro y cuarenta y dos meses de edad.

En el primer examen todos los niños exhibieron coeficientes de desarrollo por debajo de 60, nivel muy Inferior a lo es-
perado como norma para su edad y clase social (7), confirmando observaciones previas realizadas en Africa (8).

A medida que los niños fueron mejorando de su desnutrición, sus niveles de ejecución en las diversas áreas del de-
sarrollo (motora, adaptativa, lenguaje y personal social) fueron aumentando en la mayoría de ellos, de manera que la dife-
rencia entre la conducta exhibida y la conducta esperada fue disminuyendo progresivamente (Figuras 3.1 a 3.5). En los ni-
ños mayores, aun cuando todas las conductas acusaron mejoría, la esfera del lenguaje , tal como es descrita por Gesell,
fue la que presentó la menor velocidad de recuperación. Los lactantes menores cuya edad en el momento de admisión
fue menor de seis meses, no mostraron tendencia a recuperar su déficit inicial, tal y como se muestra en las figuras 3.5 a
3.8

La comparación entre nivel de desarrollo y días de hospitalización reveló una asociación directa entre edad al momento
de la desnutrición crónica avanzada y tasa de recuperación del déficit inicial (9). Estos hallazgos han sido confirmados y/o
extendidos al cuadro clínico de marasmo por Pollitt y Granoff en niños peruanos ( 10), Monckeberg en niños chilenos (11),

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olor. MR Pmo . Cnnbrldpe . Mas.. 1960. pp 289.

29
Chase y Martin en niños norteamericanos (1), Barrera-Moncada en venenzoianos (2), Botha-Antoun, Babayan. y Har-
fouche (3), Yatkin y MClaren (4) en niños libaneses y Marcondes, Lefevre y Machado en Brasil (5). Estos estudios señalan
que la desnutrición proteico-calórica presente en el primer año de la vida,si es de suficiente severidad para producir re-
tardo marcado en el crecimiento físico y hacer que el niño tenga que hospitalizarse , puede tener . efectos adversos sobre
el desarrollo mental del niño. Si la duración del padecimiento es mayor de cuatro meses y estos meses son los primeros
de la vida, el efecto sobre la ejecución mental puede ser tan intenso que llegue a producir subnormalidad no completa-
mente corregida por la rehabilitación nutricional.

Pollitt y Granoff (6) contrastaron los niveles de ejecución en la Escala de Bayley para el desarrollo motor y mental de un
grupo de niños, menores de dos años de edad, que habían sufrido previamente de marasmo, con la ejecución de un grupo
de hermanos de edad similar que tenían peso, talla ycircunferencialcefálica dentro dedímitesnormales'y:quelnotenian'his-
toria médica fuera de lo común. Se encontró que mientras los hermanos se desarrollaban de acuerdo a lo esperado para
la edad, 17 de los 19 niños recuperados de marasmo tenían retardo mental o motor severo. Monckeberg (7) trabajando
con niños chilenos que habían padecido de marasmo llegó independientemente a la misma conclusión; encontrando tam-
bién que los niños que vivían en pobres condiciones nutricionales mostraban circunferencia cefálica menor que la normal
y correlación significativa entre los déficits de crecimiento craneal y la ejecución mental. Esta relación dejó de ser signifi-
cativa cuando el crecimiento del cráneo estaba dentro de limites normales.

Kardonsky y Cols. (8) también observaron reducción en el funcionamiento mental de niños preescolares chilenos, que
habían sido hospitalizados por desnutrición severa en el primer año de la vida. Cuando estos niños se reexaminaron entre
los tres y cuatro años de edad el promedio de su C.I. fue de 73, con marcado incremento en el nivel de ejecución para el
periodo comprendido entre los cinco y los seis años. Tomando los déficits de peso como criterio para definir el tiempo de
la vida en que la desnutrición se hizo aparente, aquellos niños cuya desnutrición ocurrió más tempranamente y cuya re-
cuperación fue más rápida tendieron a presentar déficits menos marcados en su C.I. Un hecho constante de su conducta
fue la reducción de la actividad exploratoria. Estos hallazgos están de acuerdo con todas las publicaciones acerca del
comportamiento de los niños desnutridos.

Para probar la hipótesis de que el efecto de la desnutrición es mayor a medida que el niño es más pequeño, Hoorverg y
Stanfield (9) seleccionaron de los registros de una clínica rural cercana a Kampala en Uganda, 60 sobrevivientes de des-
nutrición severa en edades comprendidas entre once y diecisiete años, que habían sido tratados de una combinación de
marasmo y kwashiorkor sufrida antes de los veintisiete meses de edad. El grupo fue dividido en tres subgrupos de acuer-
do a la edad en que habían sido hospitalizados por desnutrición. El primer subgrupo consistió de 20 casos tratados antes
de los dieciseis meses de edad. El grupo 2, estaba formado por los pacientes que habían sido admitidos a la edad de
dieciseis a veintiún meses y en el subgrupo 3 se colocaron los pacientes cuyas edades en el momento de la admisión
fluctuaban entre los veintidos y veintisiete meses.

La ejecución en las pruebas psicológicas se evaluó en términos de inteligencia general , habilidades verbales, habilida-
des espaciales y perceptuales, memoria visual, memoria inmediata, aprendizaje y aprendizaje incidental y desarrollo mo-
tor.

Se encontraron diferencias significativas en la memoria de figuras en la que el tercer subgrupo tuvo una mejor ejecu-
ción que las de los subgrupos 1 y 2 y en las tareas de aprendizaje en que el subgrupo 2 tuvo una mejor ejecución que el
subgrupo 1. En otras dos pruebas , aprendizaje incidental y memoria Inmediata , las diferencias en función de la edad en
que fue tratada la desnutrición alcanzaron diferencias significativas a nivel de confianza de 0.10 . Los hallazgos se mantu-
vieron en la dirección esperada ; aquellos niños que sufrieron la desnutrición a edad más temprana tuvieron una ejecu-
ción más pobre.

En un grupo de 14 sobrevivientes de desnutrición proteico- calórica sufrida en edades de tres a diecinueve meses,
Guillén-Alvarez ( 10) encontró correlación significativa entre la edad en que se presentó la desnutrición y el Cociente Inte-
lectual obtenido de una batería de pruebas , que incluyó las matrices progresivas de Raven , la prueba de Koch y la prueba
de Goodenough , aplicadas entre los diez y doce años de edad.

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30
Steln y cols. (1) en su magnifico estudio de la epidemia de hambre en Holanda en el invierno de 1944-1945, no en-
cohtraron relación entre la ejecución Intelectual de los jóvenes en el momento de la conscripción militar y su exposición
prenatal al hambre . Las medidas de ejecución mental Incluyeron las Matrices Progresivas de Raven, Comprensión del
Lenguaje , Aritmética , Aptitudes Administrativas , Prueba de Bennet de Comprensión Mecánica, y el puntaje combinado de
los resultados de todas las pruebas.

Ninguno de los resultados obtenidos pudieron mostrar efecto alguno de la hambruna sobre la ejecución mental en la
edad de la conscripción . Tampoco se encontraron evidencias de interacción entre la exposición prenatal al hambre y los
índices del ambiente social (clase social , afiliación religiosa , tamaño de la familia y ordinalidad) que pudieran haber
influenciado , en forma compensatoria,las oportunidades de aprendizaje y el desarrollo mental subsecuente . En forma si-
milar, no se encontró evidencia de que los sobrevivientes seleccionados pudieran haber enmascarado o distorsionado la
asociación de la exposición prenatal al hambre con la ejecución mental. Parece de Interés el hallazgo de una elevaca pre-
valencia de anomalías congénitas del sistema nervioso central relacionados con el hambre prenatal.

Hertzig y cols . (2) investigaron la relación entre edad y magnitud de ejecución mental buscando la correlación entre la
edad del niño al momento del tratamiento de la desnutrición severa y el cociente intelectual medido por la escala de
Wechsler en la edad escolar . Se calculó la correlación de Pearson para la escala total y los aspectos verbales y de ejecu-
ción del WISC. Los cocientes respectivos fueron -0 . 13, -0.13 y -0 . 14, que para 74 casos indica una relación al azar entre la
edad del niño al momento del tratamiento y el cociente Intelectual en la edad escolar.

Los coeficientes intelectuales de los 74 sobrevivientes de la desnutrición severa se dividieron en 3 subgrupos, en el


subgrupo 1 se agruparon los coeficientes intelectuales de los niños que tenían menos de ocho meses en el momento de
admisión para su tratamiento ; en el subgrupo 2, los coeficientes intelectuales de aquellos admitidos entre las edades de
ocho a doce meses y el subgrupo 3 comprendió los coeficientes intelectuales de niños entre los trece y los veinticuatro
meses . El análisis de varianza mostró que los promedios de los subgrupos no fueron diferentes a nivel de confianza
estadística de 0.05. .

Los datos de Hertzig muestran claramente que los valores promedio de los coeficientes intelectuales en los sobrevi-
vientes de desnutrición son engañosos, debido al número elevado de niños que puntearon en el piso de la prueba de
Wechsler . De acuerdo con lo anterior , antes de aceptar la no existencia de relación entre el tiempo en que ocurre la des-
nutrición severa y. el grado de afección mental , seria conveniente evaluar las diferencias de ejecución en los grupos de
edad utilizando técnicas no paramétricas.
Datos similares a los anteriores han sido publicados por Nwuga ( 3) quien no encontró relación sistemática durante los
tres primeros años de la vida en que los niños padecieron kwashiorkor y el nivel de ejecución mental en la edad escolar.
El autor ha señalado claramente , que no debe olvidarse que la aparición del kwashiorkor no siempre es sinónimo con la
admisión del niño al hospital . En nuestra experiencia , un niño con marasmo o kwashiorkor no se lleva al hospital hasta
que no padece de una infección aguda o muestra síntomas de alguna enfermedad que amenace su vida . Aun cuando la
desnutrición por sí misma sea severa , si no está complicada es una causa rara para que el niño sea llevado a consulta
médica.
Desde las descripciones clásicas de Meneghello 4) y de Clark (5) hasta las más recientes y semi-cuantitativas obser-
vaciones de Chávez pasando a través de las descripciones de Autret y Behar (7) y Gómez y cols. (8) la reducción
de la actividad exploratoria del ambiente , probablemente constituye la parte de la conducta que se encuentra más co-
múnmente en los niños desnutridos . Esta condición es tan marcada en los niños con desnutrición severa , que la renova-
ción del interés en el ambiente circundante se considera desde el punto de vista clínico como uno de los más Importantes
signos de mejoría " el niño que sonríe está en proceso de recuperación".
Seria i ngenuo por supuesto, pensar en la apatía como un resultado directo y simple de la desnutrición . Si se utiliza el In-
tento de Wilson (9) para distinguir 4 categorías de apatía (primariamente fisiológica , primariamente psicológica, apatía a
nivel comunitario y apatía como una característica de la cultura regional), la que se encuentra en la deficiencia proteico-
calórica puede ser vista como de tipo mixto. La privación nutricional por sí misma puede , y de hecho lo hace , contribuir a
la apatía y a la disminución de las respuestas , como en el caso de los animales experimentales alimentados con dietas
bajas en proteínas y altas en carbohidratos(t . Sin embargo , cuando esta característica se hace clínicamente notable, no
1.- SbM , L, Suasr . M.W., Saenpar. O., ano Mamila. F.:"Famine WW Hrmen Developrnent . The Dulce Hunger Wintsr 1944-194.5". LandOn: 0010E UnW*" Prees , Inc. 1975.
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9.- CWk, M .:"Kwaahbrkor ". Eap Al~ Medlul Joumal . 0: 299, 1951.
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31
puede ser separada de las posibles secuelas de la privación o pérdida emocional que pueden ser producidas por la sepa-
ración de la madre cuando los niños se hospitalizan . Se ha encontrado repetidamente que en la mayoría de las comunida-
des donde la desnutrición es altamente prevalente , la relación madre- hijo previa al destete es muy estrecha y frecuente.
mente la madre como está amamantando lleva a su niño a donde quiera que ella va . Este hecho , cuando se considera jun-
to con la observación de Geber y Dean (1) de que la recuperación es más rápida en aquellos niños cuyas madres muestran
mayor Interés se ha interpretado como una sugerencia , de que la separación de la madre puede ser una contribución im-
portante al trastorno de la conducta ; de cualquier manera , la conducta del niño desnutrido recuerda mucho la descrita
por Bowlby (2) en niños sanos con edades de quince a veinte meses , que fueron separados abruptamente de sus madres
para ser hospitalizados.

Si se toman en cuenta los aspectos psicológicos de la desnutrición severa, es importante hacer notar que en una ele-
vada proporción de casos la enfermedad se encuentra cercanamente relacionada con la época del destete . En las so-
ciedades preindustriales es frecuente la ausencia de un maternaje efectivo y continuado que se refleja por la ausencia de
una madre sustituta estable , o por cambios azarosos en las personas responsables del cuidado del niño destetado, lo que
puede en parte influenciar la presencia de apatía en aquellas comunidades en que ésta es una práctica común. Tal
complicación es particularmente notoria en el momento en que la madre comienza a mostrar signos evidentes del si-
guiente embarazo . Sin embargo, a pesar de la influencia de estos factores no nutricionales, como Meneghello lo ha
hecho notar , los cambios psicológicos en la desnutrición no son simplemente una respuesta a la hospitalización o a la pri-
vación materna en general , ya que se encuentran presentes aunque el niño permanezca en su hogar y sea cuidado afec-
tuosamente por una madre devota , aunque mal aconsejada nutricionalmente.

Independientemente de que la causa de la apatía sea simple o múltiple , es claro que durante el desarrollo de la des-
nutrición crónica desde las formas moderadas a las severas , la falla para responder apropiadamente a estímulos signifi-
cativos se refleja en un alejamiento progresivo del ambiente y también por la regresión progresiva de la conducta exhibi-
da. En último término , estos cambios producen reducción del número y período de experiencias . Es posible por lo tanto,
que aunque los signos físicos de consunción corporal sean quizás más dramáticos, los cambios en la conducta tengan
mayor importancia a largo plazo por su potencial para interferir con el curso del crecimiento cognoscitivo y actuar even-
tualmente como retroal¡mentado res de la desnutrición (3).

En los Estados Unidos de Norte-América, Chase y Martin (4) reportaron un estudio acerca de la influencia de la dura-
ción de la desnutrición temprana en el funcionamiento mental posterior . Diecinueve niños menores de un año de edad,
hospitalizados con diagnóstico de desnutrición primaria , se compararon tres y medio después de su ingreso con un gru-
po testigo apareado por fecha de nacimiento , peso, sexo , raza y estado socioeconómico.

El promedio del Coeficiente de Desarrollo ( Escala Revisada del Desarrollo de Yale) para el grupo testigo fue de 99.4
comparado con el promedio de 82 de los niños rehabilitados . Los casos índices se encontraron más bajos en todas las
áreas , particularmente en lenguaje.

Los niños que habían sufrido desnutrición severa de más de 4 meses de duración fueron los más severamente afecta-
dos tres y medio años después . La ejecución en todas las áreas del desarrollo examinadas , fue significativamente más
baja que la obtenida en los niños admitidos antes de la edad de cuatro meses . El desarrollo de los niños que padecieron
desnutrición de más corta duración , no difirió del encontrado en el grupo testigo . Todos los casos indices admitidos en los
primeros cuatro meses de vida tenían Coeficientes de Desarrollo por encima de 80 , mientras que 9 de cada 10 niños que
sufrieron desnutrición por periodos mayores de cuatro meses tenían coeficientes de desarrollo por abajo de 80. Estos ni-
veles bajos de ejecución fueron evidentes aún en aquellos niños que después del alta hospitalaria se pusieron en hogares
con ambientes más estimulantes . Debe mencionarse que los niños de esta investigación con promedio de hospitalización
de sesenta días no estaban tan severamente desnutridos como la mayoría de los niños incluidos en los estudios chilenos,
peruanos y mexicanos.

Dejando a un lado las medidas generales de desarrollo mental, Brockman y Rlcciuti ( 5) examinaron la conducta de ca-
tegorizaclón - que es una función cognoscitiva más especifica - en 20 niños marasmáticos cuyas edades fluctuaban
entre 11 . 8 a 43 . 5 meses y en 19 niños controles apareados por edad y sexo, sin historia de desnutrición y con peso por
encima de la percentila 10 de las normas de Boston.

Usando tareas sencillas de clasificación para evaluar la conducta de categorizaclón se encontró que los puntajes tota-
les de los niños desnutridos fueron significativamente más bajos que los obtenidos en los niños controles . En una reeva-
luación hecha doce semanas después del tratamiento, los niños desnutridos no mostraron incremento significativo en los
puntajes . El análisis de las diferencias individuales en las tareas de categorizaclón mostró que además de las bajas califi-
caciones del grupo , los niños con un período prolongado de tratamiento nutricional , con mayores ganancias en talla y cir-

1 - Deoer . ú, aro Dwn, NF . A " TM Peycnolopkel Che~ Accon wnyinp Kw&wh1"or" Courd., Q
3. 1956
2 - Bowby . J 'B.penlbn M[bty- " Intemelloo& Joumel 01 PeycMenely 1.* ' t 89, 1990.
3- Pd1111, E " Benevbr ol In1Ant b G--Albo o1 Nut11t~1 Harem!!!. ". Amencen Joo,nel ol plnlcel Nutrltlon 26 264, 1973
4 - C7nae and Manto . M PUndernulrltlon end d111d D.Hlopmanl " New Erg J Meo 282. 933. 1970
e- B,.o64,,. LM .. W 9106441, M.N.:"óewn PrdalnCelorb Melnulr9bn M Inlency end C1111~* 0 v.69 Mnlel Peycnplopy 4 312. 1971

32
cunferencia cefálica y con tasa mayor de recuperación nutricional tuvieron tendencia a resolver mejor las tareas cognos-
citivas.

De todos los datos mencionados anteriormente, es claro que aún después de un período de varios meses los niños que
han sido tratados exitosamente de la desnutrición severa y considerados como curados, mostraron defectos del de-
sarrollo , no sólo en la conducta motora sino en otras áreas que incluyen audición y lenguaje , conducta personal social,
habilidad para resolver problemas, coordinación ojo-mano y habilidad para categorizar.
Los datos de Chase y Martin muestran que los niños que aparentemente se desnutrían por un período no mayor que los
primeros cuatro meses de vida, presentarpn menor retardo de crecimiento físico y desarrollo mental, que aquéllos que
presumiblemente sufrieron desnútrición durante un tiempo más prolongado en la edad temprana . Estos hallazgos están
de acuerdo con el reporte de DeLicardie y cols. (1) que encontraron que un grupo de niños que sin ninguna razón aparen-
te a los quince días de edad tenían peso corporal inferior al peso al nacimiento , continuaron pesando menos que sus
controles durante todo el primer año de vida y permanecieron con menores valores en estatura , circunferencia cefálica,
circunferencia del brazo y pliegues cutáneos. El menor crecimiento somático no se acompañó de retraso en el desarrollo
evaluado por el método de Gesell a intervalos mensuales . El desarrollo motor , adaptativo y de lenguaje en el grupo de ni-
ños que perdieron peso fue indistinguible del de sus controles en las edades estudiadas . De esta manera, la pérdida de
peso inicial seguido por incrementos normales, no parece tener consecuencias significativas para el desarrollo sensori-
motor durante el primer año de vida.

Debe ser asentado claramente , que aun cuando en todos los estudios revisados se encuentra asociación entre los an-
tecedentes de desnutrición y la ejecución mental en el niño , de ninguna manera representa una relación causal. Hasta la
fecha , no se conoce si la desnutrición postnatal es la determinante primaria del funcionamiento mental subóptimo o có-
mo puede la desnutrición interactuar con otros factores de micro y macroambiente para producir tales efectos.

Tratando de evaluar la influencia del ambiente en la ocurrencia de la desnutrición severa, Cravioto y DeLicardie (2)
compararon una serie de características ambientales que se presentaron en un grupo de 22 niños que desarrollaron des-
nutrición proteico-calórica severa , diagnosticada clínicamente , y un grupo de niños seleccionados de la misma falange
de nacimientos que nunca padecieron de desnutrición severa y que fueron apareados al nacimiento por sexo , edad ges-
tacional, peso, talla, desarrollo psicomotor y estación del año.

Los factores del macroambiente se relacionan en primer término a los padres como organismos biológicos y sociales;
en segundo lugar a la estructura familiar , y en tercer lugar a circunstancias objetivas de la vida , tales como fuente de
ingreso familiar , ingreso per cápita y dotación sanitaria del hogar.

Las diferencias en edad , peso o talla de los progenitores , y las diferencias en número de embarazoso en número de hi-
jos vivos , no fueron lo suficientemente significativas para distinguir las familias de los testigos de las familias de los futu-
ros desnutridos . Tampoco se encontró asociación significativa entre la presencia o ausencia de desnutrición clínica
avanzada y las variables de higiene personal , alfabetismo y nivel educativo de padre o madre.

Ni el tamaño de familia, ni el tipo ( nuclear o extendida) fueron factores que permitieran diferenciar el grupo de hogares
con desnutridos y el grupo de hogares sin desnutridos.

El estado socioeconómico de las familias se estimó mediante el empleo de cuatro indicadores : fuente principal de
Ingreso familiar , facilidades sanitarias presentes en el hogar , ingreso anual per cápita y porcentaig del gasto total dedica-
do a la alimentación . Ninguno de estos cuatro indicadores se asocio significativamente con la prolpilcia en la familia de
niños con desnutrición avanzada.

El contacto con medios de comunicación masivos fue explorado entre los padres y madres alfabetos or medio de lec-
tura del periódico, y en ambos, alfabetos y analfabetos , por el uso sistemático de la radio. El número da,> nadres o padres
de futuros desnutridos considerados como lectores regulares de periódico , no fué significativamente ggtinto del número
encontrado en el grupo de los progenitores de los niños testigos . De manera semejante , el número de padres que es-
cucharon regularmente la radio fue igual en ambos grupos de niños.

En el caso de las madres la situación fue distinta . Mientras que en el grupo de futuros desnutridos hubo un número casi
igual de madres que escuchaban o no la radio, en el grupo control el número de radioescuchas superó en más de tres ve-
ces el número de madres que no escuchan radio de manera regular . La diferencia entre los grupos , es significativa al ni-
vel de confianza estadística de cinco por ciento.

En resumen , de todas las características del macroambiente que se estudiaron , la única diferencia entre niños con
desnutrición avanzada y testigos apareados al nacimiento por edad gestacional , peso corporal y talla total, fue el contac-
to de la madre con el mundo más allá del lugar de residencia , a través de escuchar sistemáticamente la radio.
-y. 249. 1971.
1.- OeUca,dle . E.A., Vege, L. Blren , M.O.. end Crevbto. J.:'?M Ellect ol We19M Lop Fmm Blnn to FIMeen Deys en Growtn erld Development In Ne FVal Veer ". Bldogy ol iM NedMte

2.- Cavbto , J. end DeLk e rda, E . R.:"EMlronmselel Caraalae ol Sevea Cllnlul Melnulrll 1 end LengueOS Develooment In Survlvore lrOm KwaShlorka or Mereenwe Bol Ome. Bll0lade Penemo
r~ (Engoen Edltlon ) 7 50, 1979.

33
Ninguna de las otras características de los progenitores (biológicas, sociales o culturales) o circunstancias familiares,
incluyendo ingreso per cápita, fuente principal de ingreso, dotación sanitaria de la vivienda, porcentaje del egreso gasta-
do en alimentación y tamaño y tipo de familia se encontraron significativamente asociadas con la ausencia o presencia
de desnutrición avanzada.

Dada la falta de asociación entre los factores del macroambiente y ¡a presencia de la desnutrición severa , la atención
se dirigió hacia el análisis del microambiente de los dos grupos de niños . Se seleccionaron como focos para el análisis el
potencial de estimulación en el hogar, como un indicador general de la calidad del cuidado del niño, y las características
psicológicas de la madre, como el principal agente estimulador del niño.

A partir del nacimiento y a intervalos mensuales , es decir , cada vez que el niño fue examinado para determinar su nivel
de ejecución sensorimotora, las respuestas de conducta de la madre se registraron de manera independiente por un ob.
servador debidamente entrenado ; todo esto, como parte del estudio longitudinal de crecimiento y desarrollo de niños ru-
rales en un poblado del centro de México (1).

El instrumento empleado para el registro y calificación de la conducta materna fue una adaptación del perfil de con-
ducta materna desarrollado por Nancy Bayley , en el laboratorio de psicología del Instituto Nacional de Salud Mental le
los E.U . A. Este instrumento fue diseñado para categorizar las reacciones de la madre ( o madre sustituta ) ante diversos
aspectos durante el examen del niño.

Después de 12 observaciones directas de las respuestas de la madre , todas las calificaciones fueron reanalizadas por
el examinador y observador , quienes independientemente habían calificado cada sesión, para llegar a un acuerdo. Las
calificaciones obtenidas en este acuerdo han sido las empleadas en el análisis . En términos de confiabilidad del instru-
mento, es de interés informar que las calificaciones dadas a la madre por los dos profesionales que independientemente
calificaron su conducta , no difirieron en más de un escalón , generalmente en el extremo superior de la escala.

El perfil de conducta mat rn a contiene 20 variables , que abarcan la mayoría de las transacciones que ocurren durante
la situación de examen . Caca variable consiste en siete pasos ordinales , cada uno designando un punto relativo del grado
o tipo de manifestación de esa variable . Cada paso está definido como una conducta declarada. La declaración que más
estrechamente describe la reacción de la madre en la situación de examen , se toma como la calificación en ese aspecto
particular de la conducta.

Los 20 aspectos de conducta materna incluidos en el perfil son los siguientes : 1. Respuesta a la entrevista ; 2. Impre-
sión que tiene el examinador de cómo ve la madre su papel en la situación de examen ; 3. Interés en la ejecución del niño
en el examen ; 4. Reacción de la madre cuando el niño tiene ejecución excelente ; S. Reacción de la madre cuando la reac-
ción del niño fue adecuada y fácil; 6 . Reacción de la madre cuando el niño tiene dificultad con algún ítem; 7. Cooperación
con el examinador ; 8. Control del niño durante el examen ; 9. Tolerancia a la conducta del niño durante el examen; 10.
Sensibilidad hacia el niño ; 11. Respuesta a las necesidades del niño; 12. Expresiones de afecto hacia el niño ; 13. Expre-
siones de hostilidad hacia el niño ; 14. Relación emocional con el niño ; 15. Cantidad de comunicación verbal hacia el niño;
16. Cantidad de contacto físico con el niño; 17. Tipo de contacto físico con el niño; 18. Conciencia de su status; 19. Eva-
luación global que tiene la madre acerca del niño ; 20. Respuesta afectiva de la madre hacia la situación total.

No existió ninguna ocasión en que se observaran expresiones de hostilidad hacia el niño , ni siquiera gestos ocasiona-
les de desaprobación . Por consiguiente , este aspecto no ha sido considerado en los análisis efectuados.

Como puede verse en los cuadros 3 .1 y 3.2, en 15 de los 19 aspectos del examen las respuestas de comportamiento de
las madres de los futuros niños desnutridos , fueron diferentes de las respuestas obtenidas de las madres de los niños tes-
tigo. Las diferencias más significativas , al nivel de confianza estadística del uno por mil, fueron obtenidas en la conducta
de la madre cuando su niño tuvo ejecución adecuada y fácil, en los signos obvios de sensibilidad hacia el niño yen la con-
ducta desplegada durante la entrevista . Diferencias significativas a nivel de confianza del uno por ciento , se obtuvieron
en las variables : Interés en la ejecución del niño ; respuesta a las necesidades del niño , papel de la madre en la situación
de examen y relación emocional entre la madre y su hijo . La cantidad de comunicación verbal y las expresiones de afecto
hacia el niño , fueron significativamente diferentes entre las madres de los niños testigo y las madres de los futuros des-
nutridos, al nivel de confianza del dos por ciento . La reacción de la madre cuando su hijo tuvo una ejecución extremada-
mente buena , la conciencia desu status y su cooperación con el examinador , dieron diferencias en respuestas de cpm-
portamiento a niveles menores del cinco por ciento.

La conducta de la madre cuando el niño tuvo dificultad en la ejecución, la respuesta afectiva de la madre y el control
que la madre tuvo del niño durante el examen, fueron diferentes entre el grupo de madres de futuros desnutridos y el gru-
po de madres de niños testigo a nivel de confianza del diez por ciento.

El tipo de contacto físico con el niño, la tolerancia hacia la conducta del niño durante el examen , la evaluación general

1 - Cre.aO, J. Blrcn, HG. OeLlurdlo. ER., ROeeeq , L. rand Vena, L. TM Ecobpy ol Growln erld Dewlopmenl rn • Meaken 7relndue1r1e1
Conwnunlly' Repon 1 ' M.Inoos end F,nd o . Irom Buln -
lo One Monto ol Ape" Mon Son RN Codo DewNdp
2 129. 1969.

34
que hizo la madre de su hijo y la cantidad de contacto físico con el niño , fueron tos cuatro aspectos del examen en los
cuales no se presentaron diferencias entre los dos grupos de madres.

No únicamente se encontraron diferencias en las respuestas promedio de conducta entre las madres de los testigos y
de los futuros desnutridos , también se encontraron marcadas diferencias en las proporciones con que se presentaron
conductas específicas dentro de cada variable.

El cuadro 3 . 3 muestra que en lo que respecta a las reacciones de las madres cuando el niño ejecutó con facilidad las
demandas que se le presentaron , cuatro de cada diez madres del grupo de futuros desnutridos mostraron pasividad
completa , poca reacción o aceptación moderada y ninguna de ellas mostró signos de apreciación o de orgullo ante la eje-
cución de sus hijos. En contraste, las madres de los niños testigo consideraron que por lo menos era normal que sus hijos
tuvieran ejecuciones adecuadas y fáciles, y 25 por ciento de estas madres estuvieron orgullosas de la ejecución de sus
hijos.

En la escala ordinal ascendente de respuestas de comportamiento a la entrevista, cinco de cada diez madres de niños
que posteriormente sufrieron desnutrición avanzada fueron caracterizadas como reservadas , defensivas o respondiendo
a las preguntas con elaboración mínima. En la escala de siete pasos ninguna de las madres de este grupo llegó al paso
seis. Por otra parte , las respuestas de conducta de las madres de los niños testigos se distribuyeron entre los pasos tres
a seis ; con una de cada diez madres en el paso tres ( ligera elaboración de respuestas) y tres de cada diez en el paso
seis; esto es , madres que contestaron voluntariamente y con entusiasmo proporcionando mucha información (cuadro
3.4).

El cuadro 3 . 5, presenta las proporciones de madres categorizadas en cada paso de la escala de sensibilidad hacia el
niño. Como puede verse , ninguna madre fue clasificada como insensible . Tres de cada diez madres de futuros desnutri-
dos no estaban conscientes de las necesidades de su hijo . La cifra correspondiente para las madres en el grupo testigo
fue solamente del seis por ciento . En el otro extremo de la escala , únicamente una de cada diez madres de futuros des-
nutridos calificó como siempre consciente y adecuada para atender a las necesidades del niño . En contraste , en el grupo
testigo cuatro de cada diez madres clasificaron en esta categoría.

La distribución de las madres de acuerdo al Interés manifestado en la ejecución que estaban teniendo sus hijos se
muestra en el cuadro 3 . 6. Puede fácilmente notarse que todas las madres de las futuros desnutridos quedaron agrupadas
en los cuatro escalones inferiores de la escala, con tres de cada diez madres mostrando ausencia de interés o interés
mínimo en la ejecución de sus hijos y otras tres de cada diez interesadas y atentas durante todo el examen . Este agrupa-
miento es marcadamente diferente del exhibido por las madres de los niños testigo , entre las cuales una de cada diez se
manifestó no sólo interesada en el nivel de ejecución de su hijo sino que también manifestó interés en la ejecución com-
parativa del niño con los otros niños de la comunidad.

La cantidad de comunicación verbal con el niño también fue contrastante entre los dos grupos de madres (cuadro 3.7).
De cada diez madres de los futuros desnutridos , dos exhibieron una mínima cantidad de comunicación verbal, otras
cuatro sólo ocasionalmente le hablaron a sus niños , tres más hablaron sólo cuando fue necesario , y únicamente una de
cada diez llevó a cabo una verdadera conversación de doble vía con su hijo . Por el contrario , la mínima calificación para
las madres del grupo testigo se encontró en la categoría tres (comunicación verbal ocasional), con una madre de cada
diez efectuando verdadera interacción verbal con su hijo.

Como puede observarse en los cuadros 3.8 a 3 . 14, las diferencias de conducta entre las madres de los futuros des-
nutridos y de los testigos siguen un patrón semejante en todos los aspectos estudiados . Las madres de los futuros des-
nutridos agrupándose en los escalones bajos de las escalas ordinales , en tanto que las madres de los testigos exhibiendo
una clara tendencia a agruparse en los escalones superiores.
La evaluación global de otro aspecto del microambiente del niño se hizo mediante el empleo del inventario de estimula-
ción en el hogar diseñado por Caldwell (1). Este instrumento permite muestrear ciertos aspectos de la cantidad y en cierto
modo también de la calidad , de la estimulación cognoscitiva , emocional y social disponible para el niño dentro del hogar.
El Inventario fue recolectado y calificado a intervalos de 6 meses durante los primeros tres años de la vida de la falange y
una vez por año hasta cumplir los niños siete años de edad . El psicólogo que calificó los inventarios no conoció si
pertenecían a niños bien nutridos o a desnutridos.
Excepto a los 18 meses, en todas las demás edades existió siempre una diferencia significativa en la estimu!ación en
el hogar favorable a los niños que nunca presentaron desnutrición avanzada . Aún a los seis meses de edad , cuando úni -
camente un niño ya tenía desnutrición avanzada , los puntajes de este grupo están por debajo del grupo testigo . En un ran-
go de 27 a 41 puntos de calificación , uno de cada cuatro futuros desnutridos . tiene treinta puntos o menos y ninguno
sobrepasa 36 puntos . Por el contrario , ninguno de los niños testigo tiene hogares con puntajes inferiores a 32 puntos, y
por lo menos uno de cada cuatro hogares califica por encima de 36 puntos.

Es aparente que ninguna de las características consideradas como partes del macroambiente fue de utilidad para pre-
+ - Cewrvll. B.M.:" DsanplWS Evslwno,, d Cl,W DsvelppnenI ena Dsvsbpmsmsl ssniny.". Psplsll" 12: 46, 1967.

35
decir la aparición de la desnutrición avanzada . En contraste con lo anterior. el escuchar radio por la madre , el nivel de es-
timulación disponible para el niño en el hogar y la conducta de la madre durante el examen , ayudaron substancialmente a
diferenciar familias con y sin niños severamente desnutridos . Estas características microambientales estuvieron presen-
tes antes de la aparición del episodio de desnutrición.

En un estudio previo sobre la ecología de la ganancia de peso en lactantes menores viviendo en un poblado prein-
dustrial bilingüe ( 1), se observó que además del escuchar radio por la madre el lenguaje con que ella le habló al niño en el
hogar , pudo separar Infantes con ganancias de peso significativamente diferentes en el primer semestre de su vida.
Aquellas madres que hablaban a sus hijos en el dialecto local del poblado, tenían infantes cuya ganancia de peso era sig-
nificativamente.menor que la que tuvieron niños de la misma edad cuyas madres les hablaban usando la lengua nacional.

Pudiera considerarse que el escuchar regularmente la radio al igual que el uso de la lengua nacional, en substitución
del dialecto local, son atributos de un agente socializador que ha dejado de ser tradicional en su comportamiento. Esta
clase de madre , pudiera estar más inclinada a proveer a su hijo un ambiente hogareño más estimulante y diversificado, y
a tomar su papel de madre como una serie continua de transacciones gratificantes y activas entre madres y niños y no
simplemente como un status tradicional y pasivo que no se busca sino que llega y se desempeña con un mínimo de in-
teracción y novedad.

El patrón de respuestas de conducta exhibido por la madre durante la situación de examen de su hijo , permite la identi-
ficación de diferentes estilos de cuidado del niño entre las familias que están con alto riesgo de desarrollar desnutrición
de tercer grado . Los datos del presente estudio sugieren fuertemente que la presencia de desnutrición de tercer grado
entre los niños de las familias con alto riesgo , está asociada con un microambiente francamente inadecuado . Un bajo ni-
vel de estimulación en el hogar y una madre tradicional , pasiva , que no parece percibir las necesidades de su hijo, y que
responde hacia él de una manera mínima , como si fuera incapaz de decodificar las señales de su hijo, son dos atributos
característicos de este microambiente pobre.

Se ha dicho con razón , que en la mayor parte de los estudios de interacción madre-niño se ha empleado , implícita o
explícitamente, un modelo teórico que evalúa la influencia de la conducta de la madre sobre la del hijo , sin tomar en
cuenta la influencia que la conducta del hijo pudiera tener sobre la conducta de la madre (2). En el campo de la nutrición,
Pollitt (3) ha hecho énfasis sobre este aspecto al discutir la etiología multifactorial de la desnutrición , señalando que el es-
tudio del huésped generalmente es superficial y fragmentario . El peligro de este enfoque unidireccional es la incapacidad
para juzgar la posibilidad de que la conducta socializante de los padres pueda ser parcialmente dependiente de las
características temperamentales o constitucionales del hijo , tal como ha sido descrito por Beil , entre otros (4-6)

En el trabajo que aquí se Informa , un análisis de las escalas empleadas muestra claramente que nuestro interés es preci-
samente la observación de la conducta materna durante la situación creada por el examen del niño . En otras palabras,
se desea analizar la reacción de la madre frente a la variación del estímulo reactivo , por ejemplo , al variar la eficiencia
con que el niño ejecuta la demanda que se le pide ; la reacción materna hacia las necesidades cambiantes del niño, tal co-
mo se presentan durante el examen ; su cooperación con el examinador para evaluar si su conducta es dependiente del
estímulo o si constituye un patrón de conducta poco dependiente del estímulo específico , tal como parece ser el caso en
los dos grupos de niños examinados , como tampoco hubo diferencia entre estos grupos y la falange total.

Es de interés en la interpretación de los datos presentados que el nivel de atención , la facilidad con la cual los niños se
interesaron en el manejo de los diferentes estímulos empleados en la prueba y las medidas somatométricas de ellos no
fueron diferentes al nacimiento (7) ni en ninguna otra época antes de la aparición de la desnutrición en los dos grupos de
niños examinados , como tampoco hubo diferencia entre estos grupos y la falange total.

Debe recordarse que el estudio que se informa en esta comunicación , se refiere a desnutrición clínica de tercer gra-
do, la cual se presentó con una sola excepción durante el segundo y tercer años de vida . Aun los casos de marasmo
fueron diagnosticados después de cumplir los niños su primer año de vida.

Es posible que para los casos de marasmo ' tipo Monckeberg ', es decir , lactantes menores que a los cuatro o seis me-
ses de edad tienen prácticamente las mismas medidas corporales que tuvieron al nacimiento , ciertos atributos maternos
tales como la edad , la muitiparidad , los embarazos a muy cortos intervalos , y ciertas características del niño como peso
bajo al nacimiento , destete temprano , conducta de succión inmadura y letargia puedan estar significativamente aso-
ciadas con el marasmo . A otras edades , estas asociaciones no se presentan y los niños no muestran diferencias en con-

1 - C,.Ngo, J., Blrch . NO, D~19 . E.R. y ROYIM . L.. '?6. Ectl097 d IM~ WM9M 0641 M . P~7401 SocMty " Acu PuWIM
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7 - C,ev4010. J.110 D.1-1U,010, ER ' 8110 et B1nh W P~04 Seven Uo8.IMlon . Apio P~1. S4nd . 63 577. 1974

36
ducta mientras no estén desnutridos . En contraste a lo anterior , el comportamiento materno hacia el niño y otros atribu-
tos del microambiente , muestran diferencias significativas mucho tiempo antes de la aparición de la desnutrición de ter-
cer grado . No es de sorprender tratándose de afecciones presentes en niños, que a determinada edad las características
del huésped sean las más Importantes mientras que en otra edad las características del ambiente puedan jugar un papel
mayor en la producción de la enfermedad.
Para evaluar el efecto de la estimulación agregada durante la rehabilitación de la desnutrición sufrida en etapas muy
tempranas de la vida , Cravioto y Arrieta ( 1) han conducido un estudio de 36 niños severamente desnutridos , todos ellos
menores de seis meses de edad en el momento de admisión a nuestra sala de nutrición . Al Ingresar , todos los niños
mostraron detención del crecimiento y desarrollo con pesos y tallas comparables a los de un recién nacido normal o
cuando mucho a un niño de dos meses de.edad . El nivel de desarrollo en el mejor de los casos, pudo ser estimado como
equivalente al 50% del promedio esperado para la edad . Inmediantamente después que se corrigieron los procesos In-
fecciosos y el desequilibrio hidroelectrolitico agudo motivo de su Internamiento, los niños se asignaron al azar a dos gru-
pos: uno con estimulación sistematizada y otro sin estimulación , evaluándose periódicamente el desarrollo de su conduc-
ta. Inicialmente el diseño del estudio incluía solamente los dos grupos de niños , uno de ellos con un programa sistemático
de estimulación cognoscitiva , emocional y de lenguaje , y el otro grupo con el manejo habitual de la sala. Sin embargo, se
observó que algunos niños de este último grupo en vez de mostrar la apatía , la inmovilidad y la falta de expresión
característica de la desnutrición severa , eran activos , sonrientes y frencuentemente solicitaban , a través de expresiones
faciales y movimientos de las manos y el cuerpo , la interacción con cualquier persona que pasaba cerca de ellos. El per-
sonal de la sala de nutrición no pudo escapar al encanto de estos niños , quienes por esta razón recibieron más estimula-
ción, aunque no de manera sistemática ni para conductas especificrs, que el grupo denominado ' sin estimulación'. Se
decidió llamar a este tercer grupo autoestimulado , para acentuar el hecho de que los niños por sí mismos Iniciaban la in-
teracción.

El programa de estimulaclón sistemática Incluyó los siguientes aspectos: primero: el aprendizaje por una psicóloga y
las enfermeras de los dos turnos diurnos de un modelo reproducible de interacción madre-hijo. El modelo se basa en las
escalas propuestas por Ainsworth, Bel¡ y Stayton para evaluar las transacciones madre-hijo durante el primer año de vi-
da.
Segundo : el microambiente de los niños estimulados se reconstruyó de tal manera que diera un elevado puntaje cual%
do se evaluara por el Inventario de estimulación en el hogar diseñado por Betty Caldwell.
Tercero : en base al registro de la ejecución de cada niño en las escalas del desarrollo de Gesell y Uzglrls-McHunt se dl.
señó un programa de estimulación Individual , mediante el cual la psicóloga y las enfermeras que actuaban como sustitu.
tas maternas , inducían al niño a adquirir el siguiente paso de la conducta en cada escala en particular.
Cuarto : la única recompensa que se dio a los niños y al personal fue el reforzamiento social . Las conductas no de-
seables no se reforzaron.

Para expresar la ganancia en ejecución durante el periodo de rehabilitación nutricional , los datos de cada niño se grafi-
caron contra los días en el programa . La forma de la curva sugirió que la relación podría ser representada por una serie
de funciones lineales . Los datos se ajustaron a la expresión algebraica Y = a f- bx. En esta ecúación Y representa la eje-
cución calculada como días de una conducta específica , equivalente a la edad a la que un niño normal presentaría la cali-
ficación encontrada ; x es el número de días en el programa y los términos a (intercepto ) y b (pendiente de la curva) son
constantes empíricas determinadas por los datos . La pendiente representa el Incremento de ejecución sobre el tiempo.
Por consiguiente , pendientes Igual a la unidad significan que el niño incrementa su función tanto como días de tratamien-
to hayan transcurrido; ni gana ni pierde eficiencia. Pendientes menores de 1.0 corresponden a disminución en la ejecu-
ción mental en tanto que pendientes mayores de 1.0 expresan ganancia o sea, verdadera recuperación del déficit Inicial.
La constante b se calculó por el método de los mínimos cuadrados para cada grupo de niños y para cada campc Je la
conducta.

Puede verse en el cuadro 3 . 15 que las pendientes de las cuatro áreas del desarrollo estudiadas , estuvieron sistemáti-
camente por encima de 1.0 en el grupo estimulado y por abajo de 1.0 en el grupo no estimulado . Los niños autoestimula
dos se colocaron en un nivel Intermedio coi pendientes mayores de 1.0 en las conductas motora , adaptativa y personal-
social . En las habiUdades del lenguaje , estos niños no alcanzaron valores de recuperación.

La distribución de los valores de los puntuajes obtenidos durante la rehabilitación nutricional se presenta en las figuras
3.9 a 3. 12. Puede verse que en cada área de la conducta estudiada , el grupo estimulado tiene la mayor proporción de ca-
sos de recuperación, el grupo no estimulado la menor proporción y al grupo autoestimulado séencontró con una propor-
ción mayor de recuperados que el grupo no estimulado, pero inferior a la observada en los niños sistemáticamente esti-
mulados . Parece Interesante señalar que para el desarrollo motor, el grupo autoestimulado tuvo una actuación del mismo
nivel que el grupo estimulado , mientras que para el desarrollo del lenguaje la proporción de niños autoestimulados que se
recuperaban (pendientes mayores que 1.0) fue tan pequeña como la obtenida en los lactantes que no recibieron estimula-
ción sistematizada.

1- Cm~. J., NANO. R.:'?* E4oa1 d AEMO @ ~ tic NNwMtlon On TM M~ A..vs.y el eMMy MONwwhMO fila LOM Thsn Il*Uonth pO". TM PMlINf1PYn, t941 (MI PM~1

37
Los resultados indican que la adición al manejo dietético de un programa de estimulación sistemática, dada en el con-
texto de una buena interacción madre-hijo, devuelve a la mdyoría de los lactantes rehabilitados de la desnutrición (7 a 9
de cada 10 ) a los niveles de ejecución esperados para la edad , en la escala de desarrollo de Geseli . Como contraste, sola-
mente 2 a 3 de cada 10 niños que recibieron el tratarftiento médico-dietético tradicional sin estimulación sistemática, al-
canzaron los niveles de ejecución aceptados como normales.

Los resultados preliminares del seguimiento de estos niños parecen indicar que su crecimiento físico y desarrollo men-
.lal, después del alta hospitalaria se encuentra en relación directa tanto con la calidad de la estimulación del microam-
biente del hogar como con la calidad de la interacción madre-hijo. Los puntajes mentales y las medidas físicas parecen
ser independientes de si recibieron o no estimulación durante su estancia hospitalaria.

El estudio de Yatkin y McLaren (1), contempló también el efecto de la estimulación agregada durante la recuperación
inicial. Dos grupos de niños severamente desnutridos fueron evaluados durante su recuperación, por medio de la escala
de Griffiths. A uno de estos grupos, apareados por sexo y edad, se le colocó en un ambiente donde hablé pinturas, dibu-
jos, juguetes y música y en el que las enfermeras jugaban con los niños y les cantaban , estableciendo relaciones de afec-
to. El grupo no estimulado permaneció en una sala de tamaño similar , pero descolorida , sin juguetes y sin música. El tra-
tamiento médico y dietético fue el mismo para ambos grupos. La diferencia inicial en el desarrollo mental no fue significa-
tivamente distinta. Con el tratamiento, ambos grupos aumentaron significativamente sus niveles de ejecución mental en
forma casi paralela y solamente hacia el finál del período de observación , que fue de 4 meses, el grupo estimulado
mostró cocientes más elevados, debido básicamente a una baja en el nivel de ejecución del grupo no estimulado. Ambos
grupos quedaron muy por debajo de los valores esperados para la edad, con el hecho interesante de que el déficit mayor
ocurrió, al igual que en los niños mexicanos, en el área del lenguaje y comunicación.

Tres a cuatro años después del alta hospitalaria los niños fueron reexaminados. Se incluyeron dos grupos más a mane-
ra de comparar la ejecución mental de los niños estimulados y sin estimulación con sus hermanos sanos y con otro grupo
control de la misma clase socioeconómica baja de niños también sanos.

La actuación mental se evaluó por medio de la prueba de inteligencia de Stanford-Binet. Los niños rehabilitados de la
desnutrición mostraron cocientes intelectuales significativamente más bajos que sus hermanos y que los niños sanos de
la misma clase social. Los niños que recibieron estimulación durante el período de hospitalización tuvieron un nivel más
bajo de ejecución que el grupo sin estimulación. McLaren y cois. consideraron que este nivel de ejecución baja del grupo
de niños previamente estimulados , puede estar en relación con sus condiciones socioeconómicas más bajas.

A través de la inclusión en el estudio de un quinto grupo de niños con desnutrición pero no de severidad suficiente co-
mo para recurrir a hospitalización, estos autores encontraron que la hospitalización juega un papel mínimo para deprimir
la función mental en la desnutrición.

En niños rehabilitados de desnutrición Klein y cols :(2) reportaron que el nivel de predicción de la función cognoscitiva
dado por factores socioculturales , tales como la calidad de la vivienda , la educación formal del padre , vestimenta de la
madre, limpieza personal de la madre , instrucción en tareas y conductas sociales, se incrementa significativamente
con la inclusión del peso corporal y la circunferencia cefálica.

De igual manera Richardsoñ ( 3) encontró que los cocientes intelectuales de niños jamaiquinos de edad escolar que
habían sufrido de desnutrición proteico-calórica severa en la infancia , tenían correlación con la presencia del episodio
agudo de desnutrición severa per se, con la talla al momento de la evaluación de la inteligencla , ly con las condiciones
socioeconómicas del niño . El porcentaje de varianza explicado fué mayor para los atributos sociales y bajo para el episo-
dio agudo de la desnutrición . El tamaño corporal dió un valor intermedio.

Srikantia y Sastry (4) han mostrado que las madres de los niños con y sin kwashiorkor, aun cuando se homogenicen
por variables tales como edad , paridad,, tamaño de la familia, ingreso , religión , casta , situación rural o urbana, difieren no
solamente en el conocimiento especifico del valor del alimento para el niño , en los conceptos acerca del destete y de la
alimentación suplementaria sino también en su actitud en el cuidado general de la salud del niño. Estas madres de niños
con kwashiorkor también tienen bajo nivel de ejecución en pruebas de Inteligencia . Un nivel bajo de inteligencia en
madres de niños mexicanos con desnutrición avanzada , había sido reportado en 1951 , por Martínez y cols. (5).

En un intento por separar la influencia del ambiente social de aquella que puede derivarse de la desnutrición por sí mis-
ma, parecen relevantes los estudios en niños de clases sociales media o elevada que sufrieron desnutrición secundaria
debido a estenosis congénita del píloro o a fibrosis quística.

La inteligencia general medida por medio de la prueba de Peabody y la de Matrices Progresivas de Raven se obtuvo en
I - Y.Ikin. U 5 y MacLaren, 0 S "TIN BeluwrUi Dawbpmanl 01 inlanio Recooering Irons Severo Melnulrillon J Menl Del¢ Ree L4 25. 1970
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3 - Rlchardaon, S A "TM ROI,C n 01 Secare rlalnulrllbn in Inlerrvy lo Ihe Inlelllpence 01 Sc9001 Ch,ldren Wnh Ddlennps Lne Misiones" Pedu ir,c Res S 57, 1976
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5 - jMenkr:. P 0 . RemOedlvan. R, y da la Fuenle. R "Los FeclorM ArM, enlalae an a Pelagra da lea Ni(~ de MealcO BOI. MOd Hoop Inlenl (Mea ) ¢ 743. 1951.

38
50 niños , 44 niños y 6 niñas , en edades comprendidas entre cinco a catorce años , que habían sido tratados de estenosis
congénita del píloro . Este padecimiento comprende un periodo corto de inanición mínima a severa , cuyo inicio va del na-
cimiento a los tres meses de vida. Casi inmediatamente después de la corrección quirúrgica, el niño es capaz de consu-
mir una dieta adecuada con una rápida recuperación a un estado nutricional normal. La severidad de la inanición se de-
terminó como el porcentaje de la diferencia entre el peso del niño al ingreso del hospital y el peso esperado para su edad,
extrapolado del peso al nacimiento . Se utilizaron dos grupos de niños para comparación . El primero , constituido por 44
hermanos de edades cercanas a las de los pacientes . El segundo grupo control, por 50 niños apareados , caso por caso,
con el niño indice por edad, sexo y nivel de educación del padre. Estos 50 niños se seleccionaron como una submuestra
de una muestra al azar representativa de la población del Condado en el que vivían los casos índice (1).

Se encontró correlación negativa significante entre el grado -de severidad de la inanición y el nivel de ejecución inte-
lectual (r = -0.323; p menor que 0:05), y también correlación significativa entre la severidad de la inanición y la califica-
ción obtenida en una escala que mide la evaluación que los padres hacen del desarrollo intelectual del niño y del poten-
cial educacional esperado (r= 0.367; p menor que 0 . 01), no se encontraron diferencias consistentes en la inteligencia
global entre los casos índices , sus hermanos y los controles apareados.

En un grupo de adultos suecos que habían sufrido de inanición en edades comprendidas entre los seis a los veinte días
de edad debido a estenosis pilórica , Berlung y Rabo (2) encontraron correlación significativa entre la talla alcanzada en la
adulfez y la pérdida de peso y duración del episodio de inanición . Sin embargo , la ejecución en una prueba de inteligen-
cia, administrada al ingreso de estos individuos al servicio militar , no se correlacionó con el antecedente de desnutrición
severa en la infancia temprana.

¡La ejecución intelectual , las habilidades sensorimotoras y la adaptación social fueron estudiadas por Lloyd -Still y
cots. (3) en un grupo de 41 pacientes con edades de dos a veintiún años , que habían sufrido desnutrición grave en los pri-
meros seis meses de vida . Treinta y cuatro tenían fibrosis qu i stica; tres habían padecido atresia ¡leal y los otros cuatro
diarrea intratable . No se encontró evidencia de privación socioeconómica . Cuando se evaluaron en sus actuaciones inte-
lectuales a las edades de 18 a 72 meses, los resultados en la prueba de Merril-Palmer fueron significativamente más ba-
jos en los pacientes que en un grupo de hermanos de edades similares . En los pacientes de cinco años o más, el prome-
dio de cociente intelectual en el WiSC o en el WAIS , no difirió significativamente entre los casos índices y los hermanos.
Tampoco las habilidades motoras o la adaptación social, evaluados por la prueba de Lincoin-Oseretzky y la escala de Vi-
neland respectivamente , dieron valores significativamente diferentes en los pacientes y sus hermanos.
Winick y cols . (4) han reportado el efecto del enriquecimiento del ambiente por medio de la adopción temprana , en tres
grupos de niños coreanos que fueron adoptados por familias norteamericanas antes de cumplir sus 3 primeros años de
vida. Etgrupo 1 estaba constituido por niñoscjyos pesos y tallas en el momento de la adopción se encontraban por deba-
jo de la percentila 3 de las normas coreanas . El grupo 2, que se llamó 'moderadamente nutrido ', eran niños colocados
entre las percentilas 3 y 25 para peso y talla . Los niños por encima de la percentila 25 fueron considerados como 'bien
nutridos' o niños testigo . Después de un periodo de cuatro a trece años se obtuvieron datos de peso, talla, cociente inte-
lectual y logros educacionales alcanzados.
No se encontraron diferencias en el peso entre los 3 grupos de niños . La talla sin embargo , fue significativamente más
pequeña en el grupo de niños desnutridos cuando se comparó con el de niños bien nutridos , pero no fue diferente de la
del grupo " moderadamente nutrido".
Este mismo patrón se repitió para el Coeficiente Intelectual y para los puntajes en logros ; con el hallazgo agregado de
diferencia significativa en los puntajes de logros entre los grupos desnutridos y "moderadamente nutridos ". Es de interés
mencionar que el Coeficiente Intelectual y los puntajes de.logros , en los 3 grupos dieron valores iguales o por encima que
los valores promedio de los niños norteamericanos . En forma semejante en términos de peso , los tres grupos tenían per-
centila promedio más elevada que la percentila 50 de los estándares coreanos.

Estos hallazgos muestran que un ambiente enriquecido puede minimizar o nulificar los efectos de la privación tempra-
na, pero también muestran que los niveles de ejecución y logros en niños que sufrieron privación a edad temprana, son"
inferiores a los que tienen niños que no sufrieron privación.
Barnes y cols . con fundamento en los resultados de una larga serie de estudios en animales experimentales , prefieren
hablar de la interacción entre la desnutrición y estimulación ambiental (5-9). Estos Investigadores han considerado que
1- Klein , P.S., Foros,, G.9. and Nade, , PR.:"Ellecls of Siervahon In Inlancy (Pykrlc Stenoels) co Subeaqusnl Learning Abilllles ". Pedletnce. tZ 8.1975.
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39
los mecanismos fisiológicos que pueden ser responsables de los efectos benéficos a largo plazo de la estimulación
temprana , pueden no ser operativos si coinciden con un estado concurrente de desnutrición durante un periodo crítico de
desarrollo . La desnutrición puede entonces cambiarla experiencia en la percepción del ambiente , haciendo al animal
menos capaz de recibir o integrar o ambas cosas a la vez , la información acerca de su medio. Aún en ausencia de altera-
ciones bioquímicas del cerebro , la desnutrición puede dar lugar a conductas que son incompatibles con la incorporación
de la información ambiental necesaria para un desarrollo cognoscitivo óptimo. La conducta expresada como apatía y
aislamiento social , son dos ejemplos de la clase de conductas exhibidas frecuentemente por los seres humanos que han
sobrevivido a la desnutrición temprana.

Recientemente Morgan y Winick (11) reportaron que la estimulación temprana de ratas durante las primeras tres sema-
nas de vida, reduce los cambios de la conducta causada por la desnutrición a los veintiún días postnatales . La mejoría de
la conducta se asocia significativamente a niveles más elevados de gangliosidos y Acido N-Acetilneuraminico en el ce-
rebro y el cerebelo . Después de seis meses de rehabilitación nutricional, la estimulación temprana continúa asociada
con mejor ejecución en un laberinto en Y. Los cambios bioquímicos en el cerebro persisten hasta la edad adulta.

Buscando la importancia de estos hallazgos bioquímicos , en un segundo estudio Morgan y Winick (2) inyectaron Acido
N-Acetllneuraminico (NANA) a crías de ratas , mientras que los controles recibieron inyecciones de glucosa.

La administración de NANA se asoció con incremento en lo$ gangliosidos cerebrales y cerebelares y con aumento en
la concentración de NANA. También hubo reducción de las anormalidades de conducta esperadas como secundarias a
la desnutrición, que se desarrolló concomitantemente en los animales durante las tres primeras semanas de vida. Des-
pués de seis meses de rehabilitación nutricional, . las ratas tratadas con NANA entre los 14 y 21 días de vida apren-
dieron a resolver el laberinto en Y más rapidamente que los controles; los cambios bioquímicos en el cerebro persis-
tieron . Los resultados señalan la posibilidad de que la estimulación temprana pueda afectar la conducta a través de la
concentración de NANA.

Las semejanzas de los cambios bioquímicos producidos en el cerebro; ya sea por la desnutrición o por la privación de
estímulos encontrados por Castilla y cols. (3 ) es de Importancia primaria , ya que da lugar a la consideración que lo más
probable es que ninguna desventaja por sí misma juegue el papel principal para disminuir el desarrollo humano en las
poblaciones desnutridas.

Como Dobbing (4) ha enfatizado , el ser humano tiene la capacidad de compensar una desventaja con una ventaja en
otra dirección. La pregunta fundamental para las investigaciones futuras en el campo de la nutrición, el desarrollo
mental, aprendizaje y conducta , deberá ser dirigida a la documentaó ión y descripción de los mecanismos de la desnutri-
ción por sí misma o en conjunción con otros factores del ambiente desfavorable en el que florece la desnutrición.

Afortunadamente el estudio de la desnutrición como una causa posible del desarrollo mental subóptimo, se ha mudado
del intento simplista de considerar al factor nutricional como la única causa de la baja ejecución y la conducta distor-
sionada que muestran los sobrevivientes de la desnutrición grave . Actualmente, la dirección del esfuerzo de la investiga-
ción es tratar de cuantificar los efectos de varios factores, ya sea solos o mejor aún en combinaciones interactivas, a ma-
nera de obtener una perspectiva clara del papel que cada uno de ellos pueda jugar y su control eventual a través de la in-
tervención.

Los hallazgos reportados hacen aparente la importancia de factores no nutricionales para promover el mejor de-
sarrollo del niño en condiciones de privación y la necesidad de transformar los hallazgos en técnicas para que sean
incluidas en programas comunitarios , cuyo principal objetivo seria la provisión de estimulación sistemática a lactantes
con alto riesgo de desnutrición grave , con el objeto de minimizar los efectos negativos de este síndrome en el desarrollo
mental y la actuación de los individuos afectados . La intervención en una variable no nutricional puede ayudar para pro-
veer a las familias y a las comunidades donde la desnutrición es altamente prevalente , de un método alterno para prote-
ger el equipo intelectual de los niños en presencia de una economía marginal tan dificil de modificar en las actuales cir-
cunstancias de desigualdad social.

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dN Slalom . N.rvlo.o Cono." G.O M.d MA. 115 225-
233, 1979

9.- Daódng , J 'YUlner .OM Po rlodf in 8— Gmwm Ud Somelk Growlh' In The Blology o1 Htmlan Fet . l Grownn 9090119 , 0 F , .n0 Tnomgon A M ledo London Toylor o nd Franela
) 1976

40
CUADRO 3.1
NIVEL DE SIGNIFICACION ESTADISTICA DE LAS DIFERENCIAS EN CONDUCTA-EXHIBIDA POR MADRES DE
NIÑOS 0 SIN DESNUTRICION AVANZADA-

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Conducta observada Prueba p

Reacción cuando el niño tiene una ejecución fácil 4.03 0.000


Respuesta a la entrevista 3.61 0.001
Sensibilidad hacia el niño 3.51 0.001
Interés en la ejecución del niño 3.19 0.003
Respuesta a las necesidades del niño 3.09 0.004
Cómo ve la madre su papel en el examen 2 . 92 0.008
Relación emocional con el niño 2 . 78 0.009
Cantidad de comunicación verbal con el niño 2 .57 0.015
Expresiones de afecto hacia el niño 2.54 0.016
Reacción cuando el niño tiene ejecución exelente 2 . 33 0.027
Conciencia de su status 2.18 0.036
Cooperación con el examinador 2.11 0.042

-CQ,ducb repletray preWemanls e le apericbn de la d.IaatncMn UNka de tercer grade.

CUADRO 3.2
NIVEL DE SIGNIFICACION ESTADISTICA DE LAS DIFERENCIAS EN CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRE DE NI-
ÑOS CON O SIN DESNUTRICION AVANZADA.-

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Conducta observada Prueba p

Reacción cuando el niño tuvo dificultad 1.81 0.079


Respuesta afectiva de la madre a la situación total 1.74 0.092
Control del niño durante el examen 1.70 0.098
Cantidad del contacto físico con el niño 1.59 0.121
Evaluación general que hace la madre de su hijo 1.34 0.192
Tolerancia hacia la conducta del niño 1 . 14 0.162
Tipo del contacto físico con el niño 0.34 0.736

-CAndYda reglar~ prav .mama a la apaF~ a la desa.lrkldn careo. de lacear ende.

41
CUADRO 3.3

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Reacción de la madre Desnutridos Controles al nacimiento


cuando la ejecución del niño Proporción Proporción
Proporción P roporción
es adecuada y fácil acumulada acumulada

1. Pasividad completa 0.111 0.111


2. Mínima reacción 0.167 0.278
3. Aceptación sin ninguna expresión 0.167 0.445
4. Considera que es lo normal 0.333 0.778 0.375 0.375
5. Evalúa la situación como positiva 0.222 1.000 0.375 0.750
6. Muestra signos de aprecio 0.000 0.750
7. Expresa su agrado y su orgullo por el niño 0 .250 1.000

CUADRO 3.4

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA


(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Respuesta a la entrevista
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Reservada 0.176 0.176


2. Defensiva 0.117 0.293
3. Elabora muy pocas respuestas 0.176 0. 469 0 .111 0.111
4. Responde rápidamente proporcionando buena 0.352 0.821 0.333 0.444
cantidad de detalles 0.176 0.997
5. Interesada , proporciona detalles y a veces voluntariamente 0.277 0.721
información pertinente
6. Entusiasta , da voluntariamente mucha información 0.277 0.998
7. Espontánea , deseosa de contestar expresa de manera
voluntaria sus sentimientos y opiniones

42
CUADRO 3.5

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Sensibilidad hacia el niño
Proporción Proporción
Proporción Proporción
acumulada acumulada

1. Insensible a las emociones y necesidades del niño.

2. No tiene conciencia de las necesidades del niño . 0.278 0.278 0 .059 0.059

3. Conciente de las necesidades sin atender a ellas . 0.389 0.667 0.176 0.235

4. Vigila tanto las necesidades que Interfieren . 0.000 0.667 0.059 0.294

5. Ansiosa y temerosa de que pueda sucederle al niño . 0.000 0.667 0. 000 0.294

6. A tono con las necesidades del niño y del examen . 0.277 0.944 0.353 0.647

7. Conciente de manera adecuada y continúa de las


necesidades y presencia del niño . 0.056 1.00 0.353 1.00

CUADRO 3.6

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Interés en el nivel de
ejecución del niño. Proporción Proporción Proporción Proporción
acumulada acumulada

1. Falta total de interés.


0.143 0.143
2. Poco interesada.
0.143 0.286
3. Interesada pero poniendo muy poca atención.
0.428 0. 714 0.375 0.375
4. Interesada y atenta.
0.286 1.000 0. 375 0.750
5. Interesada hasta los detalles del examen.
0.188 0.958
6. Interesada en el examen y un poco en la competencia
manifestada por el niño.
0.000 0.938
7. Muy interesada en el examen , en la competencia de su
hijo Ven la de otros niños.
0.062 1.000

43
CUADRO 3.7

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA


(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Cantidad de comunicación verbal
Proporción Proporción
con el niño. Proporción Proporción
acumulada acumulada

1. Ausente
2. Mínima 0.200 0.200

3. Esporádica 0.400 0.600 0.353 0.353

4. Constante al grado de Interferir con las actividades


del niño

5. Suficiente para cubrir necesidad o supuesto beneficio


para el niño. 0.118

6. Adecuada para tratar de conversar con el niño 0 .067 1.000 0.942

7. No se pierde oportunidad para hablar con el niño o


hacia el niño 0.058 1.000

CUADRO 3.8

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Respuesta a las necesidades del niño.
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. No percibe las necesidades 0.188 0.188


2. No está alerta y sólo responde de mínima manera 0.062 0.250 0.083 0.083
3. Sobrevigilante no deja al niño expresar sus necesidades 0.000 0.250 0.000 0.083
4. Responde adecuadamente pero con retardo 0.375 0.625 -0.166 0.249
5. Responde adecuadamente y con eficiencia 0.000 0.625 0.500 0.749
6. Responde rápidamente deseosa de cubrir cualquier 0.375 1.000 0.250 0.999
necesidad del niño

7. Vigilante de la aparición de pequeños signos de posibles


necesidades y responde de manera Inmediata.

44
CUADRO 3.9
CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Como ve la madre su rol ( Papel ) Desnutridos Controles al nacimiento


en la prueba Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Totalmente pasiva . 0.278 0.278

2. Es la figura principal al grado que Interfiere 0.000 0.278


las acciones del examinador.

3. Tráta de jugar el papel principal pero se controla 0.000 0.278 0.066 0.066
para no Intervenir.

4. No tiene el papel principal pero desearía tenerlo . 0.000 0.278 0.000 0.066

5. Es de participación activa atendiendo a la guía del 0.055 0 .333 0.200 0.266


examinador.

6. Su papel es guiar al niño si la situación se vuelve


extrema.

7. Ayudar de manera adecuada cuando es necesario 0.333 0. 999 0.400 0.999


o benéfico.

CUADRO 3.10

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Relación emocional
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Ausencia de Interacción . La madre no percibe la necidad.

2. Impersonal en su relación con el niño. 0. 154 0.154

3. Poca Interacción , ocasionalmente reaccionada al niño. 0.462 0.616 0.250 0.250

4. Relación emocional tan poderosa que no puede ser objetiva. 0.000 0 .616 0.083 0.333

5. Ligas emocionales muy poderosas . 0.076 0.692 0.000 0.333

6. Fuertes - ligas emocionales con respuesta mutua . 0.000 0 .692 0.167 00.500

7. Interacción con Interés y juicio objetivo . 0.308 1.000 0.500 1.000

45
CUADRO 3.11

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Expresiones del afecto hacia el niño
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. No se observan expresiones de afecto . 0.062 0.062

2. Pocos signos de afecto hacia el niño. 0.188 0.250 0.067 0.067

3 Excesivas muestras de afecto que limitan bastante las


actividades del niño. 0.000 0.250 0.067 0.134

4. Grandes muestras de afecto que limitan ligeramente las


actividades de niño . 0.000 0.250 0.000 0.134

5. Afecto con reserva 0 .375 0. 625 0 .266 0.400

6. Madre calurosa y libremente afectiva no interferente . 0.000 0.625 0.200 0.600

7. Madre afectiva, tierna aceptante y positiva. 375 1.000 0.400 1.000

CUADRO 3.12

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Reacción de la madre cuando la Desnutridos Controles al nacimiento


?,Jecución del niño es exelente Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Pasividad o indiferencia 0.062 0.062

2. Observación sin expresión 0.312 0.374 0.090 0.90


3. Moderada expresión de agrado 0.438 0.812 0.545 0.635
4. Verbaliza su agrado 0.188 1.000 - 0.090 0.725
5. Verbaliza y actua 0.181 0.906
6. Expresa franca admiración 0.000 0.906
7. Exuberante de alegría 0.090 0.996

46
CUADRO 3.13

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Conciencia de su status
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Siente tener alto status , racionaliza la ejecución del


niño para conservar su imagen.

2. Para guardar apariencias presiona al niño. 0.083 0.083


Es pretenciosa.

3. Tiene la preocupación de querer aparecer como 0.000 0.083


una buena madre.

4. Tranquilidad con interés real y no simulado 0.063 0.063 0.000 0.083

5. Se relaciona con el examiminador sin pretensiones 0.437 0.5000 0.250 0.333

6. Se interesa sin mayor preocupación en que el 0 .125 0.625 0.167 0.500


examen se realice sin problemas.

7. Conciente sin ansiedad desea que el niño realice 0.375 1.000 0.500 1.000
el examen lo mejor que pueda.

CUADRO 3.14

CONDUCTA EXHIBIDA POR MADRES DE NIÑOS CON Y SIN DESNUTRICION AVANZADA

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Desnutridos Controles al nacimiento


Cooperación con el examinador
Proporción Proporción
Proporción acumulada Proporción acumulada

1. Pasiva e indiferente 0.077 0.077

2. Interferente posesiva 0.000 0.077

3. Coopera sin entusiasmo 0.307 0. 384 0.154 0.154

4. Ansiedad por ayudar 0.000 0. 384 0 .000 0.154

5. Coopera si se le solicita y emplea su Iniciativa 0.462 0 . 846 0 . 461 0.615


para orientar al niño

6. Ofrece su cooperación durante todo el examen 0. 154 1 .000 0.231 0.846

7. Trata de ayudar y ofrece sugerencias 0.154 0.846

47
CUADRO 3.15
VALOR PROMEDIO DE LAS PENDIENTES ( DESARROLLOIDIAS DE TRATAMIENTO ) DE NIÑOS MENORES DE
SEIS MESES DE EDAD , RECUPERADOS DE DESNUTRICION CLINICA GRAVE.
V

MOTORA ADAPTATIVA LENGUAJE PERSONAL-SOCIAL

Estimulados 1.20±0.24 1.22.0.26 1.12±0.19 1.19±0.24

Autoestimulados 1.15±0.12 1.14±0.24 0.97±0.10 1.10±0.17

Sin Estimulacibn 0.83±0.22 0.79±0.22 0.80±0.24 0.78±0.19

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60
ESTUDIO LONGITUDINAL DEL LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA.

- Estrategia , El Poblado, La Falange de Nacimientos, Las Familias y su Ambiente, Los Niños con Desnutrición Clínica
Avanzada.

Altematlvas de Estrategia.- Las estrategias con que los investigadores han enfocado el estudio del efecto de la des-
nutrición sobre el desarrollo , se han derivado en primer lugar del punto de vista particular que tiene el investigador acerca
de la desnutrición humana . Un grupo ha sido influenciado en algunos aspectos por la experiencia de los estudios en India,
que han considerado a la desnutrición como un síntoma agudo de mayor o menor grado de severidad y delimitado en el
tiempo. Esta actitud ha dado lugar a estudios de campo y a experimentos agudos con voluntarios humanos.

Otra manera de conceptualizar la desnutrición es como un estado crónico que puede o no tener exacervaciones agu-
das, relacionándose tanto con las condiciones sociales como con la edad y el estado fisiológico del individuo a riesgo. Se
ha venido reconociendo cada vez más , que excepto bajo condiciones especiales tales como las catástrofes naturales o
la guerra , el problema principal de la desnutrición humana es de tipo crónico con exacervaciones agudas ocasionales.

Se han utilizado tres enfoques complementarios para aclarar los factores causales y las consecuencias asociadas con
la variedad más prevalente de desnutrición . En cada uno de ellos , existe consenso general que el organismo joven debe
ser el foco de estudio , tanto por lo transitorio de las consecuencias que se han observado en adultos aún en los grados
severos de desnutrición, como por los hallazgos que señalan la vulnerabilidad de los organismos jóvenes con efectos que
persisten después de la recuperación aparente . Las tres estrategias principales de investigación han sido: el modelo de pri-
vación, el modelo de intervención y el de historia natural o ecológico . Las Investigaciones dentro de estos contextos han incluido el
estudio de casos , la comparación de poblaciones y el análisis de las condiciones especiales de riesgo , recuperación y
rehabilitación.

Las investigaciones en animales son las más usuales en el modelo de privación. Los experimentos con animales se
han usado poco para reproducir condiciones humanas comunes de la privación crónica y moderada, y más para: examinar
los efectos de los grados severos de privación de alimento, como la que se encuentra en las condiciones de hambre epi-
sódica . Los animales han sido N.ivados nutricionalmente tanto en sentido cuantitativo como cualitativo . Las investiga-
ciones de este tipo han proporcionado evidencia clara por lo menos para tres consecuencias de la desnutrición severa en
el desarrollo . En primer lugar , los animales expuestos a las condiciones experimentales , particularmente cuando esta ex-
posición se produce tempranamente en la vida , exhiben fallas del crecimiento que no se recuperan totalmente con una
dieta adecuada , aún cuando esta se acompañe de suplementación . En segundo lugar, la desnutrición temprana y severa
resulta en retardo de la maduración acompañándose de la emergencia de patrones metabólicos y enzimáticos anorma-
les. En tercer lugar , en casi todos los casos en que tanto la estructura y composición del sistema nervioso central como la
conducta se han estudiado cuidadosamente , la exposición del animal a la desnutrición ha resultado en anormalidades en
el sistema nervioso central y en diversos grados de incompetencia en la conducta.

Las consecuencias dramáticas de la privación nutricional severa , han dado lugar para que varios grupos de investiga-
dores contemporáneos examinen las condiciones e;. animales que reproduzcan más cercanamente las condiciones hu-
manas prevalentes . Estos investigadores han desnutrido a los animales de manera moderada pero persistente y estu-
diado las consecuencias en forma intergeneracional . Algunas Investigaciones han mostrado que las crías de ratas que
fueron alimentadas con suficientes calorías , pero con proteínas de baja calidad nacieron pequeñas y permanecieron así
pequeñas, aun cuando se les dio dieta completa ad libitum después del destete. Otras investigaciones han producido evi-•
dencia que sugiere que tal tipo de privación , tiene efectos acumulativos en la capacidad de aprendizaje . Las ratas des-
nutridas en generaciones sucesivas , manifiestan grados de déficit en el aprendizaje . Además de los estudios en ratas se
han hecho experiencias desnutriendo otros mamíferos como los perros y los cerdos , que han mostrado también conse-
cuencias anatómicas , neurofisiológicas y de conducta asociadas con la desnutrición crónica.

Los estudios en animales basados en modelo de privación han sido de un gran valor . Han permitido el examen de los
efectos de la desnutrición en la biología del organismo bajo condiciones controladas , que no pueden lograrse con sujetos
humanos por imposibilidades morales y técnicas . También han generado datos acerca de qué órganos , sistemas y meca-
nismos de organiz1ción biológica tienen más riesgo de dañarse cuando se Instala la desnutrición ; además han Inspirado
estudios tan específicos como los que se han llevado a cabo usando bloqueadores metabólicos para estudiar los efectos
de la privación de elementos nutricionales en la memoria.

Sin embargo , los estudios en animales no han aportado una analogía completa que se acerque a las condiciones hu-
manas por varias razones . Primero : los organismos estudiados no tienen el substrato social en el que se produce la priva-
ción nutricional y con el cual interactúa. Segundo : los efectos sobre la conducta necesariamente han estado limitados a
los tipos más simples de conducta adaptativa de la cual es capaz el animal . Por lo tanto, el Impacto de la desnutrición en
la conducta compleja yen la función social no han podido ser estudiados . La analogla , aunque puede ser útil es Incomple-
ta y es más bien complemento que substituto para el estudio de los efectos de la desnutrición en el ser humano.

Con la excepción del estudio sobre la Influencia de la desnutrición subaguda en adultos humanos , casi todas las Inves-
tigaciones se han practicado en condiciones de desorden social , acompañados de desnutrición concurrente en si-

61
luaciones agudas o crónicas. Las poblaciones investigadas han ido desde una serie de casos hospitalizados por desnutri-
ción, hasta todo un conjunto de comunidades estugiadas por el método epidemiológico . Para evaluar los efectos de la
desnutrición tanto en el crecimiento físico como en el desarrollo de la conducta en este tipo de ambientes , se han emple-
ado dos enfoques generales el de intervención y el ecológico.

El punto de vista intervencionista representa el otro lado de la moneda del modelo de privación . A través de su uso, el
investigador busca evaluar conjuntamente los efectos de la desnutrición , infección o circunstancias familiares y so-
ciales, alterando sistemáticamente cada una de las variables consideradas por él como importantes . En la práctica, esto
ha significado la aplicación de programas de suplementación alimentaria , control de enfermedades infecciosas , mejora-
miento de la habitación , educación , ayuda económica e incremento de las oportunidades para el aprendizaje social, en
comunidades o muestras de población que presumiblemente han sido igualadas . El método es muy atractivo ya que apa-
rentemente separa las variables influyentes y las compara en forma cruzada , de manera similar a la usada en los experi-
mentos estandarizados . Sin embargo , la semejanza es quizás más formal que real . Es extremadamente dificil lograr la
comparatividad de grupos y prevenir efectos generalizados , cuando parte de una sola población ha sido suplementada en
forma diferencial . Por otra parte , cada vez que se afecta solamente una variable existe el peligro de un rearreglo ecológi-
co.

También hay problemas morales agregados al uso de la suplementación alimentaria en los estudios basados en el mo-
delo de intervención . Quizás el principal de ellos es el conocimiento de que esta suplementación , en la mayoría de los ca-
sos, terminará al final del estudio . El efecto de la suplementación en la ecología del alimento y sus consecuencias poten-
cialmente desastrosas a la terminación del estudio , no pueden ser vistos superficialmente . La consideración fundamen-
tal es claramente de orden moral , más que metodológica.

El punto crucial del problema metodológico en el modelo de suplementación , es el grado de comparación de los grupos
tratados en forma diferencial . Debe ser reconocido que para asegurar la comparatividad , particularmente cuando se está
considerando un fenómeno multicausal, debe llevarse a cabo un análisis ecológico de los grupos que van a ser estu-
diados . Puede argumentarse que tal análisis es capaz por sí mismo de convertirse en base adecuada para la identifica-
ción de variables determinantes , si existe una variabilidad natural suficiente intergrupo que permita hacer compara-
ciones cruzadas internas.

Este conjunto de consideraciones da lugar al modelo ecológico . Este enfoque es el que nosotros creemos esencial pa-
ra el estudio y por lo tanto lo hemos usado en la investigación presente.

Se seleccionó el enfoque ecológico por considerar que constituye una forma particular de la historia natural de un da-
ño, a través de la cual se busca determinar la naturaleza de las variables efectivas por medio del análisis de sus interrela-
ciones en una sola población.

Aplicado al problema de la desnutrición , el enfoque ecológico intenta definir patrones de causa y consecuencia , analizan-
do las interrelaciones que se presentan entre los factores sociales , de salud y nutricionales. Más aún , orientándose longi-
tudinalmente el enfoque ecológico puede identificar condiciones a riesgo especificas para cada edad , relacionar antece-
dentes a consecuentes en diferentes estadios del desarrollo , y es capaz de integrar escalas de tiempo , biológicas y so-
ciales.

Este enfoque toma en consideración tanto el macro como el microambiente del individuo en desarrollo y trabaja con la
interacción de las variables biológicas y sociales . Quizá lo más importante para su utilidad sea el hecho de que emplea la
variación no controlada como el elemento primordial del estudio . Por consiguiente, el requisito básico para el uso del mé-
todo ecológico es la existencia de variación suficiente en los atributos relevantes de la población estudiada. En presencia
de tal variación , los análisis de carácter asociativo pueden servir para identificar, separar e interrelacionar los factores
importantes que afecten las consecuencias que se trata de examinar.

Desde marzo de 1966 hemos venido conduciendo un estudio ecológico de una falange de nacimientos, ocurridos en
una comunidad donde la desnutrición en el niño preescolar es prevalente y en donde otros factores relacionados con la
vida de los niños tienen variaciones de amplitud suficiente para permitir que se efectúen análisis asociativos apropiados.

En resumen, el proyecto comprende el estudio del total de niños nacidos en una comunidad rural entre el primero de
marzo de 1966 y el 28 de febrero de 1967 . Estos niños y sus familias han sido detalladamente observados de manera co-
ordinada desde el punto de vista nutricional , pedlátrico , socioeconómico y de desarrollo físico, mental y social. Hasta
donde ha sido posible se han empleado instrumentos de investigación cuidadosamente validados ; un buen número de és-
tos fueron diseñados y evaluados por los propios investigadores , durante los diez años previos al inicio del estudio longi-
;ud.nal

E' cbie! vo dei estudio es el análisis de la relación entre las condiciones que definen el cuidado del niño, especialmente
a manera en que éstas afectan su nutrición y el curso de su desarrollo mental, su crecimiento físico, su conducta y su
aprenalzale

c'-
La principal hipótesis a ser investigada es que el desarrollo intelectual en todos los estadios y la ejecución en la edad
escolar estarán relacionados a las condiciones nutricionales y de salud a las cuales el niño haya estado expuesto.

Aunque el foco particular de la investigación es el estudio de la relación entre la nutrición y el desarrollo mental, debido
a la naturaleza de estas variables el diseño corres0onde al de un estudio ecológico de niños menores en sus ambientes
familiar y social.

Para analizar las relaciones entre las variables incluidas en el estudio , es necesario tener una idea clara del sitio don-
de éste se realiza y de la falange bajo observación.

El poblado.- Para examinar las interrelaciones con las cuales el estudio está interesado, fue indispensable seleccionar
una comunidad que tuviera las siguientes características:

1) Tamaño suficientemente grande para proveer un número adecuado de nacimientos anuales , que constituirían el uni-
verso del estudio longitudinal.

2) Fluctuación amplia en los niveles sociales de sus habitantes.

3) Una población con alto sentido de colaboración y deseosa de participar en la realización del estudio.

4) Una población relativamente estable , que permita con alta probabilidad que las familias y los niños que se Incluyan
en el estudio , continúen residiendo en el poblado durante todo el tiempo que dure la investigación.

El poblado escogido (" Lugar Sobre la Tierra Blanca ") tiene todas las características requeridas . La selección estuvo
basada en experiencias previas adquiridas en estudios transversales realizados en comunidades rurales. El pueblo selec-
cionado había participado activamente en uno de ellos y demostró alto grado de excelente colaboración , elevado nivel en
la estabilidad de su población y amplia fluctuación en los atributos sociales , económicos , familiares y de salud . Además
de poseer tamaño suficiente para esperar una serie anual de alrededor de 300 nacimientos y tener calificaciones en la
Mediana de la zona central de Mexico , en atributos demográficos, economía, educación , vivienda y salud , de acuerdo al
análisis de los datos disponibles en el área rural en el lapso 1934-1965.

El poblado está situado en una región poco húmeda, al suroeste de la ciudad de México ; en el centro de una zona pri-
mordialmente agrícola , rodeado de áridas colinas que se alternan con fértiles praderas y valles ; su altura oscila entre los
900 a 990 metros sobre el nivel del mar ; su clima es subtropical , modificado por la altura en que se encuentra ; la tempera-
tura media durante el año es de 23 a 25 grados centígrados a la sombra y posee variaciones climáticas que van desde in-
viernos bastante fríos hasta veranos en que es común la temperatura de 40° C. Está bordeado por un pequeño río cuyas
aguas son usadas en agricultura, lavado de ropa y otros beneficios generales.

Como es característico de los poblados rurales mexicanos de esa región , el trazo de esta comunidad tiene en el centro
una sombreada plaza central, partiendo de ella una serie de calles, sin pavimentar , que se vinculan para formar toscos
bloques cuadrangulares.

El área circundante es totalmente agrícola , constituyendo el cultivo de la caña de azúcar el renglón principal en el
comercio, seguido por la siembra de algodón y arroz cuya cosecha también es comercial . Intercaladas en los campos de
comercio agrícola se encuentran pequeñas parcelas de terreno que constituyen patrimonio familiar o son áreas ren-
tables ; en ambos casos son usadas por los habitantes de la población para la producción de cosechas de consumo pro-
pio o venta al menudeo . Los productos principales son: maíz, chile, tomate,.jícama , flores y frutas.

En el año de 1965, el grupo de investigadores realizó un censo de población , habiendo constatado que habitaban en el
pueblo 5 637 personas de 0 a 85 años de edad , organizadas en 1 041 familias . La distribución por edad y sexo se preser
ta en la figura 4.1. El número de 2 830 hombres es ligeramente mayor que el de 2 807 mujeres. El 50 por ciento de la
población es menor de 19 años y el 80 por ciento menor de 35. En una comunidad estable , estos datos reflejan reducica
esperanza de vida. Los datos del registro oficial de nacimientos durante los últimos veinte años, revelaron tasa de 55 poi
1000 habitantes, dando una cifra aproximada de 300 nacimientos anuales.

La agricultura es la ocupación principal de los habitantes del poblado. Un número relativamente pequeño de personas
se dedica a trabajar como obrercs y artesanos y un grupo todavía menor se ocupa en el comercio o se dedica al ejercic,c•
de una profesión (figura 4.2).

Hasta hace unos 50 años, el puedo presentara un carácter agrícola neto. A partir de esa época se ha modificado y en
la actualidad-se caracteriza por ser un pueble ce transición hacia una economía mixta, de niveles más avanzados en la
organización agricola y en .a tecnología industrial. El estatus socioeconómico de los agricultores no es homogéneo, como
puede verse en la figura 4.3. El pr;nc pio de este período de progreso fue marcado por la promulgación de leyes de carác-
ter nar.,a^ai cue autcrzaron y taci!;taron la formación y desarrollo de las uniones y cooperativas agrícolas . Poco tiempo
c s?^: ce que estas leyes `.,e ecretadas se es:aoleció, a solamente 17 km. de distancia del poblado, una gran co-

63
operativa. Hace aproximadamente unos treinta años se estableció una fábrica de colchones en el poblado, y hace unos
25 años, también se instaló una despepitadora de algodón.

Los cambios en la base de la economía del poblado fueron acompañados por transformaciones en otras áreas, tales
como mejoramiento y construcción de carreteras que incrementaron el Intercambio comercial del poblado con centros
urbanos y semiurbanos más avanzados económicamente.

Los adelantos tecnológicos también se asociaron al mejoramiento de diversos servicios para la comunidad, Incluyen-
do escuelas, Introducción de agua potable y la creación de un centro de salud y bienestar social. Actualmente el poblado
tiene un jardín de niños, 4 escuelas primarias, una más de enseñanza secundaria y en 1969 empezó a funcionar una es-
cuela de bachillerato. Es obligatoria la iniciación en la escuela primaria a la edad de siete años y obligatoria también su
continuidad durante seis años.

La Falange de Nacimlentos .- El universo seleccionado para el estudio incluye a todos los niños nacidos en el pobla-
do durante un período de doce meses, comprendido entre el primero de marzo de 1966 al 28 de febrero de 1967.

Todas las mujeres embarazadas que darían a luz durante ese tiempo fueron identificadas e invitadas a pertenecer al
estudio. La colaboración obtenida fue excelente y de las 300 mujeres embarazadas ninguna rehusó su participación acti-
va. Durante el período mencionado nacieron 300 niños en el poblado, habiéndose incluido todos en el estudio, constitu-
yendo la cohorte anual de nacimientos. El 50 por ciento de los sujetos pertenecían al sexo masculino y el 50 por ciento al
femenino.

El 80 por ciento de los 300 niños nacieron en sus propios hogares con atención de una partera adiestrada en esa prác-
tica profesional.

La distribución de los pesos al nacimiento se muestra en la figura 4.4. Entre los 291 niños que vivieron lo suficiente pa-
ra ser pesados , 8 de ellos pesaron entre 1500 a 1999 g.; 28 con peso de 2000 a 2499 g.; 147 entre 2500 a 2999 g.; 86 con
un peso de 3000 a 3499 g. y 22 entre 3500 a 3999 g. El peso promedio al nacimiento fue de 2898 f 444 g. Peso al naci-
miento menor de 2500 g . correspondió al 12.3 por ciento de la falange , mientras que solamente 7.6 por ciento de los ni-
ños pesaron más de 3500 g.

Como podría haber sido esperado de otros datos, el peso promedio al nacimiento de los varones fue significativamente
mayor que el de las niñas (figura 4.5). El peso promedio para los niños fue de 2977 f 394 g. y para las niñas de 2860 f
408 9. La diferencia de 117 9. fue significativa a nivel de confianza de 0.02. La media del peso alcanzado al nacimiento es
baja, comparándola con la de 3400 g. obtenida en niños suecos y .norteamericanos reportada por De Silva, Katagama y
Fernando ( 1), siendo bastante similar a los datos reportados en niños indios en Delhi , negros del Sudán francés e indios
de Singapur, por Achar y Yankahuer (2).

La distribución de la talla al nacimiento para los niños de la falange se presenta en la figura 4 . 6. El promedio de la esta-
tura fue de 48 . 5 cm; 25 por ciento de los niños con talla menor de 47 cm . y un porcentaje Igual con longitud corporal entre
49.5 y 53 cm. Como sucedió con el peso al nacimiento , la talla promedio fue significativamente mayor en los niños que en
las niñas . Los niños presentaron talla promedio de 48 .7 f 1.8 cm. y las niñas 48.0 2.0 cm. Aunque esta diferencia sea
de un valor absoluto muy pequeño tiene significancia estadística al nivel de 0.01.

Mortalidad.- De los 300 niños , 296 nacieron vivos y cuatro nacieron muertos . Los niños que nacieron muertos, no
pertenecían a familias de la misma o semejante ocupación . Uno de ellos provenía de una familia cuya principal fuente de
ingreso era la de jornalero . Otro a un arrendatario y 2 más a ejidatarios . De los 296 niños que nacieron vivos 7 murieron
rante la primera semana de vida, lo que dá una tasa de mortalidad de 23.6 x 1000 . Otros 3 niños más murieron durante et
primer mes de vida . Si se considera como muertes perinatales los niños que nacieron muertos y los que murieron durante
la primera semana de vida , la tasa para tales muertes es de 36 .7 x 1000. Si se combinan todas las muertes de los niños
nacidos vivos durante el primer mes , la tasa de mortalidad neonatal es de 33.8 x 1000.

La mayoría de los niños que nacieron muertos o que murieron durante el primer mes de la vida tienen bajo peso al naci-
miento. Desafortunadamente la costumbre en estos agrupamientos humanos impidió que los niños nacidos muertos o
que murieron en las primeras horas después del nacimiento , pudieran ser pesados. De siete niños muertos en quienes sí
se obtuvo el peso al nacer , cinco pesaron menos de 2300 9. Entre los niños que nacieron muertos y los muertos en el pe-
ríodo neonatal predominaron las niñas sobre los niños en proporción de 8 a 6.

Las tasas de mortinatos y de mortalidad neonatal en la falange, son relativamente bajas comparadas con muchas de
las reportadas para Africa e India. Nuestra tasa de mortinatos del 10 por mil es casi tres veces menor que las reportadas
por Gamble para Sierra Leona (3) Gordon y asociados para el Punjab (4) y Hanck para Lagos , Nigeria (5). Sin embargo,
1 - O. SM, CC. wlpram., L S, y FNIwnS. P vD.: ~~y n.ry rpori m" w~twlty ~ el IM 8~ M:ISrmry ~1.1 Co10obo . 1950-1957
2 - ACI.r, TS, y Ylnyhlw,, A Studrr0 M I5. 81,Ih W01 oi SMIO Ind , InfWIG ". Ind~n J. CM10 HMOS u: 157. 1902.
7 - G.n95.. DP "In1ml Mo11NI11Y R-1-9 In • Si—. LMn! U,Mf CommunIIy' (~) J. T,op. Mod. Ny9. ti. 192. 1901.
4 - Gordon, JE . Sin9h, 6 w,d Wyon, 18 'Daragr.6nk CMr.ctw* ie. of 0.6,5. In EMv~n Punu) ab V 4.pss " Ind J MN RN U: 900. 1965
n - MlMN H M CmNI MorwNly m Awo 0rrwmm1, Euwrn N19p1. J. OM Nnd GyII d IM 8,X110 Empn u7 1071 1963

64
nuestra tasa es mas del doble de la encontrada por Thomson para la ciudad industrial de Aberdeen (4). La mortalidad en
la primera semana de vida de la falange es casi igual a la encontrada en Sierra Leona y eh Lagos . Nuestra tasa de mortali-
dad neonata) de 33.8 por mil es francamente inferior a la de 60 para Sierra Leona y de 73.5 para los 11 poblados del Pun-
jab estudiados por Gordon; la tasa de Lagos de 30 por mil es prácticamente igual a la nuestra.

Las muertes neonatales y los mortinatos presentaron variación estacional, con 8 de ellas en el trimestre Enero-Marzo y
con el 9 del total en el primer semestre del año calendario. Como era posible que este patrón fuera por azar en el año de
la inducción de la falange, se analizaron los registros de mortalidad del poblado de los 5 años anteriores. El análisis con-
firmó la variación estacional; el coeficiente de correlación de Spearman entre mes calendario y frecuencia mensual de
mortinatos y muertes perinatales fué de 0.63. El menor número de nacimientos en la segunda mitad del año no explica la
variación estacional.

Nueve niños murieron durante el primer año de la vida, 7 de ellos entre el segundo y el sexto mes. Un niño murió antes
de los seis meses de edad por picadura de alacrán . En total 19 niños de la falange que nacieron vivos murieron durante el
primer año de la vida , dando una tasa de mortalidad infantil de 64 .2 x 1000.

Los niños que murieron no tuvieron distribución al azar en la falange con respecto al peso y la talla del nacimiento. El
promedio de peso en la falange fue de 2898 g. y el promedio de peso de los niños que murieron durante el primer año de
vida fue de 2536 g. En forma similar, el promedio de la talla de los niños que fallecieron fue de 45.8 cros. en contraste con
la longitudcorporal de casi 49 cros. en la falange como un todo. Los dos promedios son significativamente diferentes a ni-
vel de confianza de 0.01.

Por supuesto que estas diferencias pueden ser el resultado de un exceso de niños prematuros entre aquellos que na-
cieron muertos o que murieron durante el primer año de la vida. Tal probabilidad puede ser fundamentada por el hecho de
que 6 de los niños que murieron fueron prematuros ; la tasa resultante de prematurez es más de 2 veces la tasa de la fa-
lange . Considerando solamente aquellos infantes por encima de los 2500 g. al nacimiento, entre los nacidos muertos y
los niños que murieron posteriormente es notoria la preponderancia de niños con pobre crecimiento intrauterino . En total,
63 por ciento de los muertos tuvieron peso al nacimiento por abajo de la mediana de la falange y en los restantes el peso
fue apenas un poco mayor que la mediana.

Solamente 3 de los 23 niños muertos tenían al nacimiento tallas iguales o mayores que la mediana de la falange. Dos
estaban exactamente en la mediana y uno tenía 1 cm . más de talla. Todos los otros tenían entre 1.5 a 7.0 cm . por abajo de
la mediana de la longitud corporal de toda la falange . Parece por lo tanto , que aquellos niños que nacieron muertos o que
murieron durante el primer año de vida tuvieron menor desarrollo intrauterino que los sobrevivientes.

Después del primer año de vida fallecieron 10 niños más ; con excepción de 2 de ellos cuyas muertes se debieron a ac-
cidentes, 1 con quemaduras extensas y otro por broncoaspiración, y otro niño cuya muerte fue por púrpura con hi-
poprotrombinemia , todas las muertes estuvieron directamente relac i onadas con episodios infecciosos, acompañados en
la mayoría de los casos de desnutrición . En los cuadros 4.1 a y 4 . 1 b se muestra la edad, el sexo y la causa probable de la
muerte de cada uno de los niños que murieron durante los primeros 5 años de la vida de la falange.

Además de los 300 niños nacidos en el poblado, 12 familias llegaron a vivir en él durante el tiempo de inducción de la
falange . Estas familias tenían niños menores de 1 año de edad que fueron incluidos en el estudio longitudinal.

En los primeros 5 años del estudio 50 familias dejaron el poblado . Las razones que tuvieron para la emigración estu-
vieron principalmente relacionados con la búsqueda de mejores condiciones de trabajo en un pueblo más grande o en la
ciudad de México . En el cuadro 4.2 se muestra el tiempo que permanecieron en la falange los niños de estas familias.

Como puede verse en la columna de frecuencia acumulada , todos los 50 niños que dejaron el poblado fueron examina-
dos cuando menos durante los primeros días de vida . Se tienen datos de los 3 primeros meses de vida de 44 niños; para
los 6 primeros meses en 34 ; para el primer año completo en 22; para el segundo año 7 y para los 3 primeros años en 2 ni-
ños. Los datos familiares se encuentran disponibles para todos los niños que emigraron.

Las Familias y Su Ambiente.- Para poder relacionar el crecimiento y desarrollo con los antecedentes familiares y
sociales del niño, es indispensable examinar la distribución de algunos de éstos en los sujetos estudiados.

Considerando ampliamente los factores de la estructura familiar y social, se estimaron como los de mayor importancia
para el estudio los siguientes: a) la madre como unidad biológica y social; b) la estructura familiar y c) las circunstancias
objetivas de la vida familiar, incluyendo fuentes de ingreso y condiciones de la vivienda.
Es Importante iniciar el análisis, conociendo algunos rasgos de la madre como organismo biológico: edad, peso, esta-
tura y embarazos anteriores.

1.- Ttlorneon , A. M.: "Maternal Slature and Reproductlve Elllciency." Ewpenica Rev . 51: 157. 1959.

65
El rango de edad en las madres tue de 30 años , desde dos niñas que tuvieron su primer hijo a la edad de 13 años hasta
una mujer que dio a luz a la edad de 43 años . El promédio fue de 25 . 6 f 6.8 años , y la mediana de 24 años. El 75 por cien-
to de las madres tuvieron menos de 30 años de edad . La distribución de las edades tiende a ser bimodal con suficiente
amplitud para permitir la realización de análisis asociativos ( figura 4.7).

La estatura de las madres tiene variabilidad que va desde 133 hasta 165 cm. (figura 4.8). El valor del promedio es de
148.2 centímetros con desviación estándar de 2.8 cm . La distribución es relativamente normal , presentando una suave
tendencia hacia el incremento de frecuencias de baja estatura . El valor de la mediana es de 147.5 cm . con el 75 por cien-
to de las mujeres por debajo de los 153 cm. de estatura.

El peso de las madres está distribuido desde los 32 a los 86 kilogramos . El peso promedio fue de 53 kg ., con mediana
de 51 kg . ( figura 4 . 9). Tanto la distribución de los pesos como la de las tallas tiene suficiente amplitud para permitir reali-
zar también análisis asociativos.

El número de embarazos tiene distribución que parte desde un embarazo hasta más de otlce, siendo dieciséis el núme-
ro mayor de embarazos que se registró . Un número relativamente igual de nacimientos ocurrió en los embarazos primero
(14.1 por ciento ), segundo ( 14.1 por ciento ), tercero (12.7 por ciento ) y cuarto ( 13.0 por ciento ). A partir del cuarto embara-
zo la frecuencia tiende a disminuir en la serie, como puede verse en la figura 4.10.

Además de los rasgos biológicos existen otras características maternas que permiten la clasificación de las madres en
grupos . El estudio tomó en cuenta tres de estas características: a) higiene personal de la madre ; b) alfabetismo y nivel de
educación formal, y c) contacto con medios masivos de comunicación.

La distribución de los valores encontrados en higiene personal de la madre parte desde el 20 hasta el 100 por ciento de
un valor máximo numéricamente arbitrario . El puntaje medio obtenido fue de 56 .6, con tres cuartas partes de las madres
presentando pontajes por debajo de 76 por ciento.

El 46.4 por ciento de las madres fueron analfabetas , 10 por ciento aprendieron a leer en curso de alfabetización de
adultos o cursando el primer grado de primaria ; 6.4 por ciento completó la educación primaria aprobando el curriculum
de seis años ; únicamente 1.5 por ciento tuvo escolaridad después de la primaria (figura 4 . 11). Desde el punto de vista fun-
cional, la escolaridad es una escala ordinal ya que la distancia entre grado y grado no es constante . Por ejemplo , no es lo
mismo pasar de analfabeto a alfabeto que pasar de segundo a tercer grado ; o aprobar el sexto grado y terminar la prima-
ria que pasar del quinto al sexto grado. Por esta razón, para realizar análisis asociativos, se agruparon las madres en
cuatro niveles : 1) analfabetas , 2) las que completaron el primer y segundo grados de primaria y las alfabetas adultas, 3)
las que aprobaron del 20 . al 5o. grado de enseñanza primaria , y 4) las que completaron los seis años de educación prima-
ria o fueron más allá en sus estudios.

En la figura 4.12 puede apreciarse el contacto con medios masivos de comunicación . Muy pocas madres tienen
contacto con la televisión (9.8 por ciento). La mitad de la población tiene contacto con la radio y el 70 por ciento de las
madres no lee periódicos ni revistas . Si la lectura de prensa se limita al segmento de la población alfabeta , la proporción
de las que leen está por debajo de 50 por ciento . Debido a estos hallazgos , para fines del estudio se consideró a la radio
como el mejor medio de comunicación para buscar la relación entre las características del niño y el contacto materno
con medios masivos de comunicación.

El tamaño de la familia va desde el mínimo de tres miembros (padre, madre y recién nacido) hasta familias que tienen
doce o más miembros . La mediana es de 7 miembros, con 25 por ciento de las familias teniendo menos de cinco
miembros y un porcentaje igual que tiene más de nueve miembros por familia (figura 4.13).

En la figura 4 . 14 se pueden ver las principales fuentes de Ingreso . El 66 por ciento de las familias se sostienen básica-
mente del trabajo agrícola ; de este grupo , 75 por ciento son jornaleros , 13.5 por ciento se dedica al cultivo de parcelas fa-
miliares , 7 por ciento explotan tierras rentables y 4.5 por ciento son pequeños propietarios de áreas cultivables . De las fa-
milias que no derivan su ingreso de la agricultura , trabajan como obreros o artesanos , en proporción de 4 a 1. Se en-
contró proporción igual de comerciantes y profesionales en el 4 .5 por ciento de familias cuya fuente principal de
i ngresos proviene de estas actividades . Finalmente , 13 por ciento de los nacimientos tuvo lugar en familias que no tienen
una fuente definida de Ingreso.

La dotación de facilidades sanitarias de los hogares se cuantificó por medio de una escala que va de 0 a 100 y que
representa el procentaje acumulado de todas las facilidades sanitarias existentes . El 25 por ciento de los hogares calificó
abajo de 14 ; otro 25 por ciento por encima de 40 . La mediana para todo el grupo fue de 35. Puede verse en la Figura 4.15
que aun cuando las facilidades sanitarias distan mucho de ser adecuadas, existe no obstante, variabilidad suficiente para
permitir análisis asociativos de esta característica familiar con las características de desarrollo del niño.

Los Niños con Desnutrición Severa .- Durante los primeros cinco años de vida de la falange , veintidós niños, 14 del
sexo femenino y 8 del masculino, padecieron desnutrición clínica grave . Estos casos ocurrieron no obstante que todos
los niños en la falange estudiada fueron examinados cada dos semanas , sus fallas de crecimiento identificadas , sus en-

66
fermedades infecciosas tratadas , y a sus padres se les dieron consejos (los cuales no siguieron ) sobre la manera apro-
piada de alimentar y cuidar a sus hijos. En contraste con esta falta de influencia sobre la incidencia de desnutrición
clínica severa , el equipo de investigación fue capaz de reducir la tasa de mortalidad infantil de una cifra esperada de 96
por mil a una cifra de 46 , y de reducir también a la (pitad la tasa de mortalidad preescolar . Incidentalmente , estos datos
señalan , una vez más , que la atención médica tradicional puede influenciar grandemente la mortalidad con poco o nulo
efecto sobre la morbilidad en este tipo de enfermedades.

La edad en el momento del diagnóstico clínico varió entre 4 y 53 meses . Un caso fue menor de un año de edad, nueve
niños tenían entre uno y dos años, ocho pacientes padecieron la desnutrición entre el segundo y el tercer año de vida,
tres casos más tuvieron edades entre 3 y 4 años y , finalmente , el caso número 22 fue diagnosticado a los 53 meses de
edad.

Quince de los 22 casos correspondieron a la variedad clínica llamada kwashiorkor y los siete restantes fueron clasifi-
cados como marasmo (1). La proporción de femeninos a masculinos en los casos de marasmo fue de 4:3, mientras que
en el caso de kwashiorkor hubo dos veces más niñas que niños. Debido al pequeño número de casos, estas diferencias
en relación al sexo no llegan a ser estadísticamente significativas al nivel del 0.05.

Diez pacientes , seis de la variedad kwashiorkor y cuatro marasmáticos , fueron tratados en su domicilio ; los doce ca-
sos réstantes (nueve con kwashiorkor y tres con marasmo ) fueron tratados en el Hospital Infantil de México . De los 22 pa-
cientes tres fallecieron , correspondiendo dos de ellos a la variedad kwashiorkor y uno a la variedad marasmo ; sus eda-
des en el momento del diagnóstico fueron 12, 14 y 22 meses respectivamente. Todos ellos fueron tratados en su domici-
lio, presentándose la muerte dentro de un período de 15 a 60 días después del diagnóstico . Todos los casos tratados en el
hospital sobrevivieron.

Ausencia de Relación Entre Tamaño al Nacer y Presencia de Desnutrición Clínica Avanzada en la Edad Prees-
colar.- Existe la tendencia a considerar que en situaciones en las cuales la disponibilidad de alimento es marginal, los
niños constitucionalmente de mayor tamaño, quienes teóricamente tendrían requerimientos nutricionales mayores,
estarían a más alto riesgo de sufrir desnutrición severa (2). Desde el punto de vista de la salud pública, el análisis de la
relación entre tamaño al nacimiento y aparición posterior de desnutrición severa es importante, porque si el tamaño del
niño al nacer fuera un predictor de desnutrición severa en edades posteriores, este conocimiento podría permitir la iden-
tificación oportuna de los individuos a riesgo y la posible prevención de la desnutrición en ellos, considerando que la apli-
cación de los recursos disponibles sobre la base de la separación de grupos con riesgo diferente de llegar a padecer
desnutrición severa, se haría más racional.

Como puede verse en el Cuadro 4.3, los promedios de peso corporal, longitud total, circunferencias de la cabeza, tórax
y brazo, así como el grosor del panículo adiposo en la región del triceps son prácticamente iguales en los casos índice y
en la falange . Las varianzas en ambos grupos son también muy semejantes. Las diferencias entre promedios calculada
por medio de la prueba "d" de Fisher y Behrens, no es estadísticamente significativa.

Considerando la posibilidad de que aún en ausencia de diferencias en el crecimiento intrauterino alcanzado, las in-
terrelaciones entre las diversas medidas al nacimiento pudieran ser distintas en el grupo que posteriormente padeció
desnutrición clínica de tercer grado, se compararon dichas correlaciones con las encontradas en la falange total. Todas
las correlaciones fueron positivas y significativas, señalando asociación marcada tanto en casos índice como en contro-
les (Cuadro 4.4). La comparación de la magnitud de las correlaciones entre grupos se hizo transformando los coeficientes
producto por momento a valores "Z", y efectuando pruebas "d" con estas transformaciones; no se encontró diferencia
significativa al nivel de confianza del 5%.

En virtud de la posibilidad de que existieran diferencias en cuanto al sexo, se hicieron comparaciones específicas entre
masculinos y femeninos tanto para los valores promedios como para las asociaciones entre medidas corporales. Los
hallazgos en cada sexo duplicaron lo obtenido para el grupo total. Es decir, no hubo diferencia significativa cuando cada
sexo se trató por separado.

Si él tamaño al nacimiento fuera un factor importante como determinante de la vulnerabilidad hacia la desnutrición
avanzada, es muy probable que ésto se hubiera reflejado en aquellos niños que sufrieron desnutrición clínica de tercer
grado a temprana edad. Por consiguiente, se podría esperar el hallazgo de correlaciones más altas entre el crecimiento
alcanzado en la edad intrauterina y la presencia de desnutrición, en los niños que padecieron el síndrome a edad menor;
al mismo tiempo que se esperaría encontrar correlaciones de menor magnitud en el subgrupo que manifestó el proceso a
edad más tardía . Por esta razón , se analizaron las correlaciones en función de la edad al momento de establecerse el
diagnóstico de desnutrición clínica de tercer grado. Los resultados señalaron ausencia de relación sistemática entre ta-
maño del nulo al nacer y edad de presentación de la desnutrición avanzada.

Los hallazgos del presente estudio Indican claramente la ausencia de relación sistemática entre las medidas más co-
1.- Aulret . M. y Behar , M.: "Síndrome PN,Ice,enclel Inlanto- (kwaahlo,kor ) and ¡te pro-h- In Central Amence ' FAO nutr, oonal Senes No 13. Roma. 1954

1.- Garrow , J.S., and PIMe . M.C. 'The Long - lermn Prognoale of Serore Inlantlle Malnutrlllon " Lance ) i 1, 1967

67
munmente empleadas para evaluar tamaño corporal al nacimiento y desarrollo posterior de desnutrición clínica avanza-
da. Tampoco se encontraron diferencias sistemáticas entre tamaño al nacimiento y edad de presentación de la desnutri-
ción de tercer grado.

A nivel práctico , los datos sugieren que el tamaño al nacimiento no puede emplearse como predictor del riesgo para
desarrollar en la edad preescolar desnutrición clínica avanzada . Esto lleva a la hipótesis de que los factores que influen-
clan el crecimiento intrauterino , en el tipo de comunidad estudiada, pueden ser diferentes de aquéllos que influencian el
crecimiento y la nutrición en la vida postnatal.

A nivel teórico , los resultados obtenidos no ofrecen apoyo ni para la hipótesis de que los niños de mayor tamaño al na-
cimiento tuvieran mayor riesgo de llegar a padecer desnutrición avanzada , ni para la hipótesis de que el menor tamaño al
nacimiento sea parte de los procesos que contribuyen al desarrollo de la desnutrición clínica avanzada en los primeros
años de la vida extrauterina . Es decir, que el tamaño al nacimiento parece ser independiente de la aparición de la des-
nutrición de tercer grado en el período postnatal.

No debe derivarse de los resultados aquí presentados que otras condiciones pre o perinatales , distintas del tamaño al-
canzado al nacimiento no pudieran estar relacionadas con el desarrollo posterior de la desnutrición. Atributos de conduc-
ta del niño acompañados o no de alteraciones neurológicas, así como peculiaridades de la Interacción madre-niño pu-
dieran ser buenos predictores de estado nutricional deficiente a edad posterior . La relación entre estas características y
la aparición de desnutrición de tercer grado será motivo de comunicaciones posteriores.

68
CUADRO 4. 1 t

MORTALIDAD EN AL COHORTE-DURANTE LOS PRIMEROS 5 AÑOS DEL ESTUDIO

Pe r ( odo Número Clave Sexo Edad Causa de la Muerte


al
fallecer

1 13.12 M 0 Desconocida
N a c i d os 2 13.5 F 0 Desconocida
M u e r t o s 3 13.26 M 0 Desconocida
4 4.22 F 0 Desconocida

1 12.24 F 1 Hora Desconocida


2 13.28 F 1 Hora Desconocida
Primera 3 7.12 F 5 Horas Broncoaspiración
Semana de 4 9.18 M 5 Horas Prematurez
Vida 5 6.11 M 6 Horas Membrana hialina
6 8.24 M 2 Días Malformaciones congénitas y bronconeumonía
7 13.2 M 3 Días Bronconeumonía

4.23 F 9 Días Incompatibilidad ABO


8- 30 2 2.3 F 17 Días Desequilibrio electrolítico
D í a s 3 12.15 F 21 Días Prematurez

69
CúADR6 4.A1
MORTALIDAD EN LA COHORTE DURANTE LOS PRIMEROS 5 AÑOS DEL ESTUDIO

Pe rí od o Número Clave Sexo Edad Causa de la Muerte


al
fallecer

1 13.29 M 40 Días Desequilibrio electrolitico debido


a diarrea.
2 13.16 M 43 Días Pielonefritis
3 12.14 F 76 Días Desequilibrio electrolitico debido
a diarrea.
30 - 360 4 10.13 F 78 Días Septicemia
D1 a s 5 11 . 2 F 85 Días Bronconeumonía
6 11.27 F 130 Días Desequilibrio electrolítico debido
a diarrea.
7 12.17 F 139 Días Desequilibrio electrolitico debido
a diarrea
8 7.11 F 268 Días Picadura de alacrán
9 5.24 M 312 Días Desequilibrio electrolitico debido
a diarrea

1 _ 3.22 M 375 Días Desequilibrio electrolitico debido


a diarrea.
2 13.6 F 400 Días Bronconeumonía y Desnutrición
3 1.21 M 405 Días Broncoaspiración
4 11.6 F 435 Días Bronconeumonía y Desnutrición
1 - 5 5 4.19 M 654 Días Tuberculosis Miliar Aguda
Añ o s 6 2.22 F 737 Días Kwashiorkor y Amibiasis
7 11.20 M 1036 Días Kwashiorkor y Diarrea
8 3.1 M 1229 Días Desequilibrio electrolitico debido
a diarrea
9 9.13 M 1240 Días Quemaduras de Tercer Grado
10 8.22 F 1413 Días Kawashiorkor y Púrpura

70
CUADRO 4.-1
TIEMPO EN EL ESTUDIO ANTES DE LA EMIGRACION DEL POBLADO

Días de Número de Frecuencia


Observación Niños Acumulada

0 0 50
1 -3 0 50
4 - 15 1 49
16 - 30 1 48
31 - 90 4 44
91 - 180 10 34
181 -270 7 27
271 -360 5 22
361 -420 5 17
421 -540 3 14
541 -610 4 10
611 -720 3 7
721 -810 1 6
811 -900 2 4
901 -990 1 3
991 -1080 1 0
1081 - 1170 0 2
1171 - 1260 1 1
1261 - 1350 0 1
1351 - 1440 1 0

7T
L UAUMU 4.4

TAMAÑO AL NACIMIENTO EN NIÑOS QUE SUFRIERON DESNUTRICION POSNATAL, Y EN LA FALANGE


TOTAL
("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Casos Indice Falange

Desviación Desviación
Promedio Promedio p
Estándar Estándar t

Peso 417 407 0.45 N.S.


2855 2896
(gramos)

Talla
48.3 1.9 48.0 2.1 0.63 N.S.
(cros.)

Circunferencia
Cefálica 33.9 1.0 33.7 1.4 0.61 N.S.
(cros.)
Circunferencia
del Tórax 31.9 1.7 32.2 1.8 0.70 N.S.
(cros.)
Circunferencia
del Brazo 9.9 1.1 10.0 0.9 0.44 N.S.
(cros.)
Grosor del Panículo
Adiposo 4.3 1.3 4.4 1.0 0.38 N.S.
(mms.)

72
CUADRO 4.4

INTERCORRELACIONES PRODUCTO X MOMENTO ENTRE CIERTAS MEDIDAS DE TAMAÑO CORPORAL AL


NACIMIENTO, EN NIÑOS QUE SUFRIERON DESNUTRICION POSTNATAL, Y EN LA FALAf`'GE TOTAL.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Peso Talla Circ. Circ. Circ. Panículo


Cefálica Torácica de Brazo Adiposo

0.54 C•' 0.59 C 0.86 C 0.82 C 0.65 C


Peso
- - 1. 1 0.71 1 0.82 1 0.75 1 0.44

0.49 C 0.49 C 0.37 C 0.27 C


Talla
I 0.70 1 0.63 1 0.51 1 0.29

0 . 61 C 0.46 C 0.32 C
Circunferencia
Céfalica I 0.63 1 0.52 1 0.27

0.76 C 0.69 C
Circunferencia
Torácica 1 0.64 1 0.40

0.78 C
Circunferencia
de brazo 1 0.50

Panículo
Adiposo

l c N~ In~
• • C = F. snpa Tour

73
Figura 4.1

PIRAMIDE DE EDADES DE ACUERDO Al. SEXO

EDAD EN AÑOS

80 - 85

75 - 79

70 - 74

65- 69

60- 64

55- 59

50- 54 MASCULINOS 1 1 1 FEMENINOS

45- 49

40- 44

35- 39

30- 34

25- 29

20- 24

15- 19

lo- 14

5- 9

0-4

10 8 6 4 2 0 2 4 6 8 10

PORCENTAJE EN LA POBLACION

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88
DESARROLLO DEL LENGUAJE.

El desarrollo del lenguaje observado en los 19 niños que presentaron desnutrición clínica grave antes de la edad de
treinta y nueve meses , casos índice , ha sido comparado con el desarrollo del lenguaje que ha presentado un grupo de ni-
ños de la misma falange de nacimientos , que nunca han sufrido desnutrición grave y que fueron apareados caso por caso
al nacimiento , para edad gestacional , sexo , peso , talla, y nivel de ejecución en comunicación y lenguaje en la forma descri-
ta por Gesell (1).

Como puede verse en el cuadro 5. 1 y en la figura 5.1 el promedio de desarrollo del lenguaje evaluado por el método de
Gesell, es muy semejante en los casos índice yen los testigos en el curso de todo el primer año de vida, tiempo durant-4
el cual solamente se había presentado un caso de desnutrición avanzada.

A medida que el tiempo transcurre y mayor número de niños presenta desnutrición clínica grave se observa diferencia
creciente entre el lenguaje de los niños controles y el de los niños índice, diferencia siempre favorable a los niños que no
sufren desnutrición clínica grave. En la figura puede notarse que mientras que en los niños controles la relación entre de-
sarrollo del lenguaje y edad cronológica es definida por una sola línea recta , en los niños con desnutrición grave la rela-
ción entre desarrollo del lenguaje y edad necesita dos rectas para su definición: una primera del nacimiento a los diez
meses de edad (idéntica a la recta de los niños testigo) y una segunda línea, de mucho menor pendiente que define el
período de los once a los treinta y seis meses de edad.

No únicamente son los valores promedio del desarrollo del lenguaje significativamente inferiores en los casos índice,
también la distribución de las calificaciones individuales es marcadamente diferente de la que se obtiene en el grupo testi-
go. As! por ejemplo , a los tres años de edad ( figura 5 . 2), mientras que once niños del grupo control tienen calificaciones
superiores a 1021 días equivalente y solamente un niño tiene calificaciones por debajo de 720 días, ninguno de los casos
con antecedentes de desnutrición califica por encima de los 960 días equivalentes ; do„e de estos niños tienen valores
inferiores a 720 días y tres niños tienen lenguaje inferior en seis meses a! que muestran los niños controles de más baja
calificación en el lenguaje (cuadre 5.2). Quizá más demostrativo sea decir, que mientras aproximadamente la mitad de
los niños controles no difiere en más de dos meses de la norma para la edad , alrededor de la mitad de los niños con des-
nutrición actual o pasada , está por lo menos un año y dos meses por debajo de la calificación esperada para su edad.

El desarrollo de conceptos y especialmente la aparición de conceptualizaciones verbales, ha sido considerado desde


hace mucho tiempo como un factor básico en el desarrollo de la inteligencia humana . La aparición de conceptos antitéti-
cos representa una medida temprana y relativamente sencilla del desarrollo de conceptos en niños preescolares.

El instrumento empleado para la determinación del número de conceptos bipolares presentes a los 26 , 31, 34, 38, 46,
52 y 58 meses de edad en niños severamente desnutridos y testigos apareados, fue el ideado por Palmer (2), como parte
de un programa de intervención destinado a mejorarpor medio de instrucción Sistematizada , la comunicación del niño
particularmente del que vive en condiciones de desventaja social.

Si bien Palmer y colaboradores no vieron a su serie de conceptos bipolares como prueba de lenguaje, está Implícito en
sus protocolos que las series de adiestramiento con dificultad creciente constituyen per sé , sin instrucción sistemática
previa , una manera de evaluar la adquisición natural de conceptos bipolares en la edad preescolar.

Uno de los 23 conceptos empleados por Palmer se eliminó por ser extraño al lenguaje del poblado, quedando un total
de 22 cuyo conjunto constituye la prueba de conceptos bipolares empleada. No se consideró necesario que en la serie
empleada como prueba de competencia los conceptos quedaran escalados por grado de dificultad, ya que si los concep-
tos tienen en verdad distinto grado de dificultad , se puede anticipar que el incremento en el nivel de competencia se verá
reflejado en una calificación más alta. El único requisito es que el total de conceptos sea explorado cada vez. Por consi-
guiente , los 22 conceptos anotados en el cuadro 5. 3 representan una mezcla de dificultad variable y no una escala lineal
de dificultad. Los vocablos empleados corresponden a las expresiones más comúnmente usadas en la colectividad: así,
por ejemplo , en lugar de "húmedo" se empleó el vocablo "mojado ", en lugar de " lento" se usó " despacio " y en lugar de
" débil" (tratándose de sonido) se utilizó "quedo".

Los materiales empleados como estímulos en la prueba consistieron en juguetes familiares a los niños ; para cada con-
cepto se seleccionaron dos pares de juguetes , cada uno ilustrando los dos polos del concepto o requiriendo una acción
por parte del niño a través de la cual éste exprese la posesión o ausencia del concepto explorado. Por ejemplo, para
explorar el concepto " blanco-negro" se utilizaron dos caballos de juguete, uno blanco y otro negro , Idénticos en tama-
ño, consistencia y postura, y dos carretes de hilo que sólo difieren en que uno es blanco y el otro negro..

La técnica de administración y la calificación de la prueba se describen a continuación , usando como ilustración la


exploración del concepto " grande -pequeño". Los pares de juguetes empleados son dos caballos , uno grande y el otro
pequeño , y dos muñecas , una grande y una pequeña.
1 - GM~ . A.. y Mlalruda. C.. "DavIIOpmanlal DAQnoala . Normal and A8norrrlal CMId 0avabpnant". Nueva York, H0.Dar. 1947.

2.- P.Nrwr. F.M.: "Eany InlUlacl" Tralmng and SchOOI Performance". Progre.. Radon. N.IH. Grant H 0.02253. January 1968.

89
a) Grande : El examinador coloca ambos caballos sobre la mesa , equidistantes del plano medio del niño , asegurándose
que la atención esté enfocada a los juguetes estímulo ; en caso de que el niño no esté atento , se mueven los estímulos, se
les dan peimadltas , se les hace chocar entre sí o con la mesa , etcétera . Si el niño lo desea , se le permite jugar con los
estímulos usados en el concepto bajo exploración , teniendo cuidado de regresarlos a su posición frente al niño antes de
hacer la demanda del concepto.

Con el caballo grande colocado a su derecha , el examinador le dice al niño: "dame el caballo grande ". Se pueden usar
como demandas alternativas " hacer caminar o correr al caballo grande", "poner el caballo grande sobre o abajo del ob-
jeto preferido por el niño ", "dar el juguete preferido al caballo grande". Después de haber obtenido la respuesta , el exa-
minador toma nuevamente los caballos y los coloca cambiados de posición con el grande ahora a su izquierda, volviendo
a demandar el caballo grande por medio de la situación estándar o cualquier alternativa . Este modo de proceder permite
evaluar si la respuesta es o no función de la posición en que se ha colocado el estímulo.

b) Pequeño : Una vez que se ha explorado un polo de cada uno de los 22 conceptos incluidos en la prueba , se regresa al
primero (" grande-pequeño "), empleando nuevamente los caballos , pero en esta ocasión la demanda , controlando tam-
bién por posición , es por el caballo pequeño . Posteriormente , el procedimiento se repetirá empleando las muñecas para
cambiar los estímulos , solicitando primero el polo pequeño y por último el polo grande.
De la manera descrita , controlando por posición y características desconocidas de los estímulos, cada concepto es
explorado en un total de 4 ocasiones , 2 veces para cada polo . Por consiguiente , la respuesta máxima correcta es 4 acier-
tos de 4 presentaciones . Considerando que en cada presentación existe un control de posición , se pensó que un criterio
que particularmente en edades tempranas pudiera dar una mayor variabilidad en el número de conceptos presentes,
serla 3 aciertos en 4 presentaciones . Este criterio, automáticamente representa haber respondido correctamente por lo
menos una vez a ambos polos del concepto explorado con dos clases diferentes de estímulos.
El promedio de conceptos bipolares manifestado por el grupo de niños con desnutrición clínica severa, pasado o pre-
sente , y por el grupo testigo en las edades de 26, 31 , 34, 38 , 46, 52 y 58 meses se anota en el cuadro 5 . 4 y se Ilustra en la
figura 5.3, pudiendo observarse que los valores del grupo testigo son siempre superiores a los del grupo con desnutrición
presente o pasada . La diferencia en los promedios , excepto a la edad de 31 meses , es significativa al nivel de conflanza
de por lo menos 5%.
Los incrementos promedio de conceptos bipolares calculados para cada lapso entre dos edades de examen sucesi-
vas, se presentan en el cuadro 5.5 y se Ilustran en la figura 5.4. Es aparente que entre las edades de 26 a 38 meses en
que todavía aparecieron casos con desnutrición clínica severa, la curva de incrementos entre los testigos y los desnutri-
dos es contrastante , ya que partiendo de valores muy semejantes para el lapso 26-31 meses , el grupo testigo aumenta
un promedio de 3.5 conceptos en tanto que la cifra correspondiente para los desnutridos es solamente de 0.9 para el lap-
so de 31 a 34 meses de edad. En el lapso siguiente , 34 a 38 meses , el mismo fenómeno persiste , con los testigos incre-
mentando su número de conceptos en proporción de 3.7 a 1 respecto de los desnutridos.
A partir del momento en que ya todos los desnutridos han sido rehabilitados , los Incrementos promedio de este grupo
se hacen muy superiores a los de los niños testigo , 6.1 contra 3.5 y 3 . 2 contra 1 .5 para los lapsos de 38 a 46 y de 46 a 52
meses respectivamente. El Incremento promedio para el último periodo estudiado, es casi Igual en testigos y rehabilita-
dos de desnutrición severa , 1.7 y 1.9 respectivamente.

El comportamiento de los Incrementos en el número de conceptos bipolares hace que , en realidad , la curva de adquisi-
ción en función de la edad tenga forma muy semejante en ambos grupos de niños , sólo que las inflecciones y deflec-
ciones aparecen retardadas en el grupo de niños con desnutrición clínica severa , presente o pasada.

Es Importante recalcar que el nivel Inferior de competencia en la habilidad para manifestar la presencia de conceptos
bipolares, encontrado en los niños durante el periodo en que sufren desnutrición clínica severa , persiste aún después de
que han sido rehabilitados de la enfermedad , de manera que aún a los 58 meses de edad, es decir, veinte meses después
de la aparición del último desnutrido , la diferencia en el número de conceptos bipolares del grupo rehabilitado es signifi-
cativamente menor que la del grupo testigo. La prueba " d" de Behrens y Fisher ( 1) dio un valor de 3.66 , significante al ni-
vel de confianza del 0.01.

Los niños desnutridos no difieren únicamente de los testigos en el promedio de conceptos bipolares presentes en cada
edad. La distribución de los valores Individuales revela que los niveles superiores son obtenidos por mayor número de ni-
ños testigos que por niños con desnutrición clínica severa , presente o pasada . De manera inversa, una mayor proporción
de niños del grupo desnutrido muestra niveles bajos de competencia en la conceptualización bipolar . Así por ejemplo, a
los 26 meses de edad mientras que todos los niños testigos tienen por lo menos un concepto bipolar y uno de cada cuatro
manifiesta de 5 a 6 conceptos , uno de cada cinco niños del grupo desnutrido se califica con cero y ningún niño exhibe
más de cuatro conceptos.

Es Interesante hacer notar que al Igual que con los valores promedio , a los 31 meses de edad no existe diferencia sig-

1 - FIsaw, F A, W YMw . F. '$tNMWI T~ lu, BhMnpkM Aprlp *¡ Ud M. cal R~ch—. @d. d. W dn, PL« M* Co..1Mw Yo,R. 1953 .

90
nificativa en la distribución de la habilidad conceptual manifestada por el grupo de niños testigos y el grupo de niños con
desnutrición clínica severa , presente o pasada.

En todas las demás edades los niños rehabilitados de desnutrición severa continúan manifestando niveles de compe-
tencia Inferiores a los de los niños testigos . A los 46- meses de edad, casi uña cuarta parte de tos antiguos desnutridos
presenta solamente entre 6 y 9 conceptos bipolares , en tanto que ninguno de los niños testigos tienen menos de 10. De
manera semejante , a los 52 meses ningún niño con antecedentes de desnutrición clínica severa acusó la presencia de
más de 17 conceptos, mientras que cuatro de cada diez testigos alcanzaron entre 18 y 22 conceptos. Finalmente, el com-
portamiento a los 58 meses de edad señala claramente la superioridad de los testigos , quienes presentan un mínimo de
18 conceptos, con uno de cada cinco niños exhibiendo por lo menos 21 de los 22 comprendidos en la prueba . Estos valo-
res contrastan con los encontrados en sobrevivientes de desnutrición grave . De estos niños , solamente uno de cada cin-
co tiene 20 conceptos y la quinta parte del grupo queda entre 12 y 15 conceptos bipolares.

Cuando se considera que al parecer , el número de conceptos bipolares no es mayormente influenciado por las
características del macroambiente , parece necesario investigar qué otros factores más directamente relacionados con
la manera en que se desarrolla el lenguaje pudieran estar diferencialmente presentes en los niños con desnutrición pasa-
da o presente y en los testigos . A este respecto , es conveniente recordar que la desnutrición en el niño no se presenta en
el vacío. La desnutrición humana es un fenómeno ecológico, es la resultante de una manera de vivir y muchas de las con-
diciones que acompañan o intervienen en la producción de la desnutrición son factores que por sí solos son capaces de
producir alteraciones del desarrollo mental en general y del desarrollo del lenguaje en particular (1).

Al analizar el macroambiente de los niños con desnutrición clínica severa y el de los niños testigos , se observó que la
única diferencia significativa fue el contacto de la madre con un mundo más extenso que el local del poblado en que resi-
de, a través de escuchar regularmente la radio . Ninguna de las otras características de los orogenitores (sociales , cultu-
rales, o biológicas), ni las circunstancias familiares, incluyendo ingreso anual per cápita, porcentaje del egreso total gas-
tado en alimentación , fuente principal de ingreso familiar, tamaño y tipo de fam i lia y ordinalidad del niño , estuvieron aso-
ciadas significativamente con la presencia o ausencia de niños severamente desnutridos.

El encontrar que las madres en contacto con un ambiente más amplio que el del poblado fueron las que presentaron
menor riesgo de tener hijos severamente desnutridos , y los resultados de una investigación previa en la que se observó
marcada asociación entre crecimiento físico y amplitud del ambiente materno (2), llevaron a la necesidad de considerar
la influencia que las características del ambiente más cercano al niño pudieran tener, tanto sobre la desnutrición como
sobre el lenguaje bipolar . Se decidió principiar este análisis del microambiente , buscando la existencia de asociación sig-
nificativa entre la presencia o ausencia de niños con desnutrición clínica severa y la calidad y cantidad de estimulación
disponible para el niño en el hogar.

El instrumento empleado para calificar la estimulación disponible en el hogar fue el Inventario diseñado por Caldwell
(3), con el objeto de obtener Información sobre ciertos aspectos cuantitativos y algunos cualitativos de la estimulación
cognoscitiva , emocional y social disponible para el niño dentro del hogar. Se utilizaron dos formas del Inventario : una pro-
pia para niños menores de tres años de edad y la otra adecuada para niños entre 3 y 6 años . Las áreas comprendidas en
el Inventario son: 1. Organización de un ambiente predecible y estable ; H. Estimulación del desarrollo ; III. Calidad del am-
biente del lenguaje ; IV. Necesidad de gratificación y ausencia de restricción ; V. Fomentando la madurez y la independen-
cia; VI. Clima emocional ; VII. Amplitud de la experiencia ; VIII. Características del ambiente físico; IX. Materiales de juego.

El inventario de estimulación fue recolectado y calificado a intervalos de 6 meses , durante los primeros 3 años de vida
y a intervalos anuales en las edades subsecuentes . La psicóloga encargada de la recolección y calificación del inventario
no supo en ningún momento cuál era el estado nutricional de los niños bajo estudio.

En el cuadro 5.6 se presentan los promedios de calificación total en estimulación en el hogar, obtenidos en niños testi-
gos y en "desnutridos ". Puede apreciarse fácilmente que , excepto a los 18 meses, en todas las edades los niños testigos
tienen calificaciones significativamente superiores . Es de llamar la atención que aún a la edad de 6 meses , época en que'
solamente había aparecido un niño severamente desnutrido , los hogares de los niños llamados desnutridos son marca-
damente inferiores en sus características de estimulación , que los de los niños testigos.

No únicamente son los valores promedio diferentes en los dos grupos; la distribución de las calificaciones es también
distinta . Así por ejemplo, a los 6 meses de edad , mientras que ningún niño del grupo testigo tiene hogar con calificación
Inferior a 32 puntos , una tercera parte de los futuros desnutridos tenía menos de 31 puntos. Además, una cuarta parte de
los testigos calificó por arriba de 36 , que fue la cifra máxima alcanzada por los hogares de los niños con desnutrición pre-
sente o futura.

Después de la rehabilitación nutricional , las condiciones de estimulación de los hogares no se modificaron y las dife-
1 - c,. oto. J.: "Comr..Ily of Factwa Involw0 M Prol,nCabrn Malnutrltlon ; In M.Inal,lllm, lo a Prodam of Ecology. (KaIger. Basto) BIbIIhca Nulr Dlala. No. 14 7.22. 1970

1- Crwlolo. J , &rcn, NG. D.L car0,e, ER., y Rosales, L. "TM ocalopy M Infent Walphl GoM In a Prs.lnd stnal Soc1My- AMIa Pedal, Scano 2j 71. 1967

3.- Cok~w~l, BM: "Daacrgllw EvNwllon of CMM DeveSOpnM t and M Devtloplnan141 Balllnpa". Pada100, t2 46, 1967.

91
rencias entre niños con antecedentes de desnutrición severa y testigos persistieron. Ningún hogar de niños testigos tiene
calificación inferior a 100 puntos, en tanto que una tercera parte de los hogares de los sobrevivientes de desnutrición se-
vera califican por debajo de esta cifra y uno de cada cinco de estos hogares no llega más allá de los 84 puntos.

El hallazgo de estimulación marcadamente diferente en los hogares de los niños desnutridos y de los testigos, planteó
la alternativa de si el retardo en el desarrollo de conceptos bipolares observado en los niños con desnutrición es causado
por la desnutrición misma o si es debido a la deficiente estimulación disponible para los desnutridos en sus hogares. Esta
posibilidad alterna está basada en Informes que muestran la asociación significativa que tiene la provisión de experien-
cias adecuadas para el desarrollo mental del niño.

Para estimar la contribución de la desnutrición y de la estimulación sobre el desarrollo de conceptos bipolares se cal-
cularon en primer lugar , las asociaciones entre estas tres variables , tomando a la talla del niño como un indicador de su
estado nutricional . La selección de este indicador estuvo basada en el hecho de que los niños del grupo testigo y los del
desnutrido no acusaron diferencias de talla sino hasta que ya se había presentado un buen número de casos de desnutri-
ción severa . Después de la rehabilitación nutricional, los sobrevivientes continuaron mostrando talla significativamente
inferior a la de los niños testigos ( cuadro 5.7). Considerando que el número de casos con desnutrición severa es pequeño,
se decidió estudiar la interrelación talla, conceptos bipolares y estimulación a los 46 meses de edad en 229 niños de la fa-
lange de nacimientos . El método estadístico empleado fue el cálculo del coeficiente de correlación producto X momento.

La asociación entre calificación total en estimulación en el hogar y número de conceptos bipolares, dio coeficiente de
correlación de 0.20; para la asociación entre estimulación en el hogar y talla, el coeficiente fue 0.23. Un coeficiente de
correlación de 0.26 se obtuvo para la asociación entre talla del niño y número de conceptos bipolares. Los dos primeros
coeficientes son significativos al nivel de confianza estadística del 0.05, el tercero es significativo al nivel de 0.01.

En virtud de haber encontrado que las tres variables se relacionan entre si, se decidió recurrir a la técnica de la corre-
lación parcial por medio de la cual se pretende cuantificar el grado de asociación entre dos de las variables , " mantenien-
do constante " la influencia de la tercera . El cuadro 5 . 8 muestra que cuando la relación entre estimulación en el hogar y
número de conceptos bipolares se calcula " manteniendo constante " la influencia de la talla , el coeficiente desciende de
0.20 a 0 . 15, valor que de acuerdo al procedimiento de Hayes ( 1), sigue siendo significativo al nivel de 0.05. En el caso de
la relación entre talla y conceptos bipolares , la parcialización por estimulación en el hogar modifica el coeficiente tan só-
lo de 0 . 26 a 0 . 23, aumentando su valor de significación al 0.01 . Finalmente , al "controlar " los conceptos bipolares, la
correlación entre estimulación en el hogar y talla desciende de 0.23 a 0 . 19, cifras significativas al nivel del 0.01.

Los resultados de este análisis sugieren que la asociación entre estimulación en el hogar y número de conceptos bipo-
lares se realiza , al menos parcialmente , a través de uno o varios de los factores que modulan la talla del niño . Por otra
parte , la asociación entre talla y conceptos bipolares se realiza en grado muy poco dependiente de la estimulación en el
hogar . Dicho de otra manera , la estimulación en el hogar contribuirla más a la talla de lo que contribuye el número de con-
ceptos bipolares ; mientras que la talla corporal contribuye más al número de conceptos bipolares que la contribución da-
da por la estimulación en el hogar . Todo esto, por supuesto, en base a la varianza explicada por cada una de estas va-
riables.

Como ya se mencionó , la privación de estímulos en particular a temprana edad y por tiempo prolongado, trae asociada
disminución marcada en el nivel de ejecución intelectual. Por otro lado , en niños sobrevivientes de desnutrición clínica
severa se ha documentado también la presencia de niveles intelectuales inferiores a los que les corresponderían para su
edad cronológica y grupo socioeconómico (2). Como puede verse en el cuadro 5 . 9, la distribución de los cocientes inte-
lectuales obtenidos a los 3 años de edad en los sobrevivientes de desnutrición avanzada por medio de la Escala de
Wechsler para Niños Preescolares , difiere significativamente de la encontrada en los testigos , casi la mitad de los
cuales tiene cocientes intelectuales superiores a 89, cifra máxima alcanzada por sólo uno de cada diez sobrevivientes.
En el extremo inferior de la distribución ninguno de los testigos tiene cociente inferior a 75 puntos , en tanto que la mitad
de los sobrevivientes de desnutrición presenta valores Inferiores a 74 y dos de cada diez no llegan a 70 puntos.

El cuadro 5 . 10 señala , que el alto grado de correlación entre estimulación y ejecución mental es de la misma magnitud
que el observado entre ejecución mental y conceptos bipolares ; ambos coeficientes son muy superiores al encontrado
para la asociación entre estimulación y conceptos bipolares . Así, mientras que este último explicaría alrededor del 4 % de
la varianza en número de conceptos bipolares , cada uno de los otros alcanzaría a explicar el 25% de la varianza. Ade-
más, el procedimiento de correlación parcial sugiere fuertemente que la asociación estimulación -conceptos bipolares se
hace a través del nivel de ejecución mental, y que las asociaciones de la ejecución mental con la estimulación y con el
número de conceptos bipolares no parecen realizarse a través de la tercera variable en consideración , ya que la magni-
tud del coeficiente prácticamente queda igual, no obstante haberse parcializado . Las interrelaciones estimulación-
ejecución mental y cunceptos bipolares podrían esquematizarse como una secuencia:
Hey e, 1 W " SI.Ilal,cll IOI PeytndopwI. N6w York . N011. Rln&yrt e00 WIn.Ion, 1963

- &rcn, H G. PlOw,o C . Mcelds , E . Toca. 1 nrd C~1o. J " Relalbn o1 KWNnMr,O1 1n E.,1y C1,1oc, erd InI.IIlg.00. eI Scnm1 99. Pe04I Rae y5 : 579. 1911

92
Ejecución Mental
0.57
I Conceptos Bipolares
De manera semejante se puede hacer el análisis de las relaciones entre nivel de ejecución mental , número de concep-
tos bipolares y talla, tomada esta última como indicador del pasado nutricional del niño . El cuadro 5.11 muestra cómo al
"controlar " la variación del cociente intelectual , al calcular la relación entre talla y conceptos bipolares la magnitud del
coeficiente parcializado no es estadísticamente diferente de cero. En otras palabras, la rejación talla y número de con-
ceptos bipolares desaparece al cancelar el efecto del nivel de ejecución mental : la asociación entre talla y conceptos bi-
polares se realizaría a través de la ejecución mental:

Talla
10.34

Ejecución Mental
0.53

Conceptos Bipolares

Finalmente , la parcialización de la relación talla-estimulación en función del nivel de ejecución mental se presenta en
el cuadro 5 . 12, donde puede observarse que dicha correlación no parece ser directa , puesto que desaparece al "contro-
larse " estadísticamente la variáJón en la ejecución mental . Por el contrario, las relaciones de la talla y la estimulación
con la ejecución mental no sufren cambios significativos al parclalizarse el efecto de la tercera variable . Esquemática-
mente , la representación de estas parcializaciones sería:
Talla Estimulación

0.35 0.51
Ejecución Mental

Tomando las cuatro variables y empleando como medida de la fuerza de su asociación los respectivos coeficientes de
correlación parcial, sus interrelaciones quedarían expresadas por el siguiente diagrama:

Talla Estimulación

0.35 \-`0.51
Nivel de Ejecución Mental
0.153
Número de Conceptos Bipolares

En resumen , el análisis de los datos del presente estudio muestra que niños sobrevivientes de desnutrición clínica
avanzada sufren retardo en el desarrollo de la conceptualización ; parte de este retardo parece estar relacionado con ¡a
deficiente estimulación que reciben los niños en su hogar , y otra parte está asociada con aquellos factores , diferentes de
la estimulación , que modulan el crecimiento en talla . La estimulación y los modulares del crecimiento longitudinal no pa-
recen influenciar d e manera directa la adquisición de los conceptos bipolares . Su acción se ejercería a través de su rela-
ción con el nivel de ejecución intelectual, el que a su vez sería un determinante más cercano de la eficiencia con que el
niño adquiere la función de conceptualización bipolar.

Es obvio , que al examinar otras variables que influencian el crecimiento y desarrollo del niño , tales como las
características psicológicas de sus agentes socializadores y la historia de morbilidad, la magnitud de las asociaciones e
inclusive lo djrecto o indirecto de éstas, pudiera modificarse dando diferentes patrones de interacción. Los datos dispo-
nibles en el momento actual permiten asegurar que: 1) La talla y el lenguaje de los niños que posteriormente desarrollan
desnutrición clínicamente grave no difieren de las que presentan el resto de la falange de nacimientos sino hasta que la
desnutrición se hace presente . 2) Los niños sobrevivientes de la desnutrición manifiestan retardo marcado en el de-
sarrollo del lenguaje oral . Las condiciones precarias del microambiente , evaluadas como estimulación en el hogar. no
son suficientes para explicar por sí solas el retardo en esta forma de conducta.

93
CUADRO 5.1

DESARROLLO DEL LENGUAJE EN NIÑOS CON DESNUTRICION GRAVE PRESENTE O PASADA Y CONTROLES
APAREADOS AL NACIMIENTO (Dios equivalente).

Edad (días)
Nacimiento 180 360 540 720 900 1080

Desnutrición
presente o pa- 27.3.2 167.14.4 289.47.2 385.86.0 467.102.7 534.103.0 657.119.5
sada

Controles 28.1 177.21.2 334..55.4 490.± 73.3 633.93.4 785.143 .1 947.135.2

Prueba "t" 1.37 1.69 2.69* 3.90* 4.80* 5.80* 6.53•

• on...nw .gr.nca... . i 0.01.

CUADRO 5.2

DISTRIBUCION DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE DE NIÑOS QUE PADECIERON DESNUTRICION GRAVE Y
DE NIÑOS CONTROLES A LOS 1080 DIAS DE VIDA.

Lenguaje Proporción acumulada de niños


en dí as
equivalentes Desnutridos Controles

< 480 0.06

481 - 540 0.20

5411- 600 0.33

601 - 660 0.46

661 - 720 0.80 0.05


721 - 780 0.80 0.16

781 - 840 0.93 0.26


841 - 900 0.93 0.26

901- 960 1.00 0.42

9611- 1020 0.42

1021- 1080 1.00

94
CUADRO 5.3

CONCEPTOS BIPOLARES INCLUIDOS EN LA PRUEBA

1) Grande - Pequeño 12) Delgado - Grueso

2) Alrededor - A través de 13) Arriba - Abajo

3) Negro - Blanco 14) Fuerte - Ouedo

4) Dentro - Fuera 15) Aspero - Suave

5) Largo - Corto 16) Blando - Duro

6) Debajo - Sobre 17) Abierto - Cerrado

7) Círculo - Cuadrado 18) Sucio - Limpio

8) Alto - Bajo 19) Rápido - Despacio

9) Uno - Muchos 20) Vacío - Lleno

10) Encima de - Por abajo de 21) Mojado - Seco

11) Más grande - Más pequeño 22) Pesado - Ligero

CUADRO 5.4

PROMEDIO DE CONCEPTOS BIPOLARES EN FUNCION DE EDAD E HISTORIA DE DESNUTRICION CLINICA SE-


VERA.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Número de conceptos en niños con


Edad desnutrición severa Prueba
(meses) "d-
Pasada o presente Ausente

26 1.61 ± 1.26 3 . 54±2.11 2.68*

31 3.92±2 .65 5.46±2 .96 1.42

34 4.85±3 . 15 8.92±3 . 26 3.36

38 6.07±2.94 13 . 42±3.56 5.97

46 12.16±4.13 16 .92±3.26 3.23• *

52 15 . 35±3.05 18.42±3.29 2.57

58 17.21 _+_2.60 20 .07±1.38 3.66"

• o~-¡. ~"I>. m 0.06

• • 0*.r.nc4 &g&.1" .10 01

95
CUADRO 5.5

INCREMENTO EN EL PROMEDIO DE CONCEPTOS BIPOLARES ENCONTRADO EN NIÑOS CON DESNUTRI-


CION CLINICA SEVERA PRESENTE O PASADA Y EN NIÑOS TESTIGO.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Incremento en el número de conceptos


Lapso compren-
en niños con desnutrición clínica severa
dilo entre me -
ses de edad Pasada o Presente Ausente

26-31 2.31 1.92

31-34 0.93 3.46

34-38 1 .22 4.50

38-46 6.09 3.50

46-52 3 .19 1.50

52-58 1.86 1.65

CUADRO 5.6
CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HOGAR DE NIÑOS CON DESNUTRICION CLINICA SEVERA
PRESENTE O PASADA Y N)ÑOS TESTIGO.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Edad Promedio y desviación estándar en estimulación


cronológica
(Meses) N iños Niños Testigo Prueba
presentte o pasadaa n

6 32.37±2 . 57 35 . 35-.4.71 3.46••

12 36.51±3.44 39.83±4 .71 2.47•

18 39.68±4.89 42 .43±4.01 1.78

24 39 . 43±4.81 44.16±6.26 2.48'

26 39. 46±4.98 44.33±5.69 2.51

31 40.66±7.22 45 . 86±6.68 2.05•


34 44 .40±5.31 48.20±5 . 12 2.00•

38 44 .40±5.31 48 . 20±5.12 2.00'

46 88 .53±16.77 101. 40±10 . 62 2.51.

52 90 . 35±11.83 109 .86±6.38 2.88*

58 97 . 71_+_16.98 102.80± 11.38 2.52

•wpwuino .10 05
••&p...uuro . 00,

96
CUADRO 5.7

PROMEDIO DE TALLA (CMS.) EN NIÑOS CON DESNUTRICION CI,INICA SEVERA PRESENTE O PASADA Y NI.
ÑOS TESTIGO.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Niños con dsnutrición Prueba


Edad
clínica severa
(Meses ) Niños testigo o
presente o pasada

6 62.0±3.3 62.5±2.0 0.57

12 67.9±3 5 69.5±1.9 1.77

18 73.2±3.0 74.1_+_2.4 1.00


24 76.5±3.6 79.0±2.3 2.01
26 77.7±3.7 80.3±1.9 2.37'

31 79.7±3.5 84.1±2.1 4.24

34 81.4±3.2 85.8±2.1 4.50


38 83. 1±3.6 88 .3±3.1 4.27"
46 87.7±4.3 92.2±2.6 3.43-
52 91.3±4.3 95.7±2.8 3.25"
60 95.7±4.4 99.6±3.0 2.75'

•Sgrwlc .tn0.1005

• •SiprwIc .u o u 0 0+

CUADRO 5.8

CORRELACIONES PARCIALES ENTRE NUMERO DE CONCEPTOS BIPOLARES , TALLA DEL NIÑO Y CALIFICA.
CION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HOGAR.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Coeficiente Coeficiente
"Variable
Variables Correlacionadas de de correlación
Correlación controlada " parcial
Estimulación enel hogar
y conceptos bipolares 0.20' Talla 0.15 •

Talla y conceptos
bipolares 0.26' Estimulación 0.23"

Conceptos
Estimulaclón y talla 0.23' 0.19••
bipolares
• eq^wk.9.0 .10 os
• •$IpN11^.IWO .l 0 al

97
CUADRO 5.9

COCIENTE INTELECTUAL TOTAL (WPPSI) OBTENIDO EN NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION


CLINICA SEVERA Y NIÑOS TESTIGO POR TAMAÑO AL NACIMIENTO A LOS 5 AÑOS DE EDAD.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

C.I. Total Proporción acumulada de niños


puntaje Con antecedentes Sin antecedentes

60-64 0.071

65 - 69 0.214

70 - 74 0.571

75 - 79 0.714 0.071

80 - 84 0.928 0.214

85 - 89 1 .000 0.571

90 - 94 0.714

95 - 99 0.928

100 - 104 0.928


105 - 109 0.928
110-114 1.000

CUADRO 5.10
INTERRELACIONES ENTRE ESTIMULACION , NIVEL DE EJECUCION Y NUMERO DE CONCEPTOS BIPOLARES
EN NIÑOS RURALES.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Variable Correlación
Variables Correlación parcial
controlada

Estlmulaclón -Ejecución 0. 54 Conceptos bipolares 0.53


mental

Ejecución menta¡Con- 0.57 Estimulaclón 0.57


ceptos bipolares

EstimulaciónConceptos 0.20 Ejecución mental -0.14


bipolares

98
CUADRO 5.11

CORRELACIONES PARCIALES ENTRE TALLA, EJECUCION MENTAL Y NUMERO DE CONCEPTOS BIPOLARES


A LOS 4 AÑOS DE EDAD.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Sin Variable Coeficiente de


Variables parcializar controlada correlación parcial

0.34•
Talla y ejecución mental 0.41 Conceptos bipolares

Talla y conceptos bipolares 0 .26 Cociente intelectual 0.04

Ejecución mental y conceptos 0.57 Talla 0.53•


bipolares

Spmnc. Iwo H 0 001

CUADRO 5.12

INTERRELACIONES TALLA, ESTIMULACION EN EL HOGAR Y NIVEL DE EJECUCION MENTAL

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Variable Correlación
Variables Correlación parcial
controlada

Talla-Estimulación 0.23 Ejecución mental 0.01

Talla-Ejecución mental 0.41 Estlmulaclón 0.35*

Estimulación-Ejecución mental 0.54 Talla 0.51

~0-1- .10 .001

99
c,

(n
-_ a) Z Z 0 0 0 0
_ 0 0 0 0 0
c0 ^ i v iv v v v i
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O O) CD N Ñ R o) N t70D
(O

S31N31VAIf103 SVIa 3fVf 9N31 13a O11Od iVS3a


FIgura 5.2

DISTRIBUCION DE LAS CALIFICACIONES EN LENGUAJE EN NIÑOS INDICE Y CONTROLES.

20-1

18-1

16-

14-a

12.

10.

4-!

2-l
1 c,
>
<480 -540 -660 780 x-900 -1020 -1080

LENGUAJE (días equivalentes)

FUENTE. D.Lkardla, ER, y C.aMMo, .1. "Eatlmulacl0n, D.anubkIM C9nka Grara y D.urrollo del L~e en NIMa Ruglaa". Gaceta Mdd Ma.. 10S 333-355. 1973

101
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102
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103
DESARROLLO DE HABILIDADES MOTORAS

En varios países del mundo donde la desnutrición proteico-calórica es prevalente , investigadores interesados en el te-
ma no han enfocado sus estudios al conocimiento del daño o la interferencia que la desnutrición pueda producir en los
mecanismos de funcionamiento del sistema nervioso central , sino a la contestación de preguntas pragmáticas , entre las
que destacan dos:

1) ¿Las deceleraciones del crecimiento físico y del desarrollo bioquímico que caracterizan la desnutrición en el niño, se
acompañan de deceleraciones semejantes en el desarrollo mental, la conducta y el aprendizaje?

2) ¿Las asociaciones entre desnutrición avanzada y desarrollo mental retardado son de carácter transitorio o perma-
nente?

Uno de los obstáculos principales en la interpretación de los resultados obtenidos en la gran mayoría de los estudios
publicados es la escacez de datos pertinentes relacionados con el ambiente del niño y con el niño mismo , antes de que
se presente el episodio de desnutrición . Es dificil no aceptar a priori que la presencia de un niño desnutrido cambia algu-
nas de las actitudes y prácticas de la persona encargada de su cuidado, al igual que cambian otras características de su
ambiente , particularmente del microambiente del niño . En virtud de ésto, si los niños y su ambiente no han sido examina-
dos de manera longitudinal desde la etapa intrauterina , o por lo menos desde el momento de su nacimiento , a modo de te-
ner información contemporánea para cada evento en cada niño, la interpretación entre causas y efectos se vuelve muy
complicada , pudiendo inclusive carecer de validez científica.

En relación ala pregunta sobre la permanencia o transitorieda de las deceleraciones o alteraciones psicomotoraspre-
sentes en niños con desnutrición severa, se nos presentó una oportunidad excepcional para contribuir a,sucontestación,
cuando en el curso de una investigación longitudinal del crecimiento y desarrollo iniciado en la etapa intrauterina, de un
total de 300 nacimientos , 22 niños presentaron desnutrición severa en algún período de su infancia.

La presencia de desnutrición en este contexto, hace posible una serie de estudios en relación al agente , el huésped y
el ambiente . En esta comunicación nos hemos limitado al análisis del desarrollo psicomotor en la infancia y al examen de
ciertas habilidades motoras al inicio de la edad escolar , en los niños que sufrieron desnutrición severa y en grupos de ni-
ños testigo que contrasten en alguna o algunas de las características de su micro y/o macroambiente. Las
características biológicas y ambientales de la falange de nacimientos bajo estudio , así como las características de los ni-
ños con desnutrición severa, han sido previamente descritas en el capítulo titulado "El Estudio Longitudinal del Lugar
Sobre la Tierra Blanca"

Desde el nacimiento hasta los 1440 días de vida , todos los niños de la falange fueron evaluados en su desarrollo motor
cada 30 días, mediante la técnica de Gesell (1).

En la Figura 6.1 se ilustra la evolución del desarrollo motor de los niños que sufrieron desnutrición severa antes de los
36 meses de edad , en relación a la distribución de las calificaciones obtenidas en esta esfera en toda la falange. Como
puede observarse, partiendo de una distribución simétrica alrededor del promedio de la falange total (puntaje "Z" igual a
cero), los niños desnutridos van punteando cada vez más en valores inferiores al promedio , de tal manera que al llegar a
los 36 meses de edad , solamente uno de ellos tiene calificación motora un poco superior al promedio de la falange.

En la Figura 6.2, se presenta la comparación de los promedios de desarrollo motor encontrados en el grupo de sobrevi-
vientes de desnutrición y los promedios de un grupo de niños tomados al azar de la falange de nacimientos , perteneciente
al mismo sexo y que nunca llegaron a tener desnutrición severa . Se puede apreciar que mientras que en los niños testigo
la relación entre desarrollo motor y edad cronológica podría definirse prácticamente por medio de una línea recta, en los
sobrevivientes de desnutrición esta relación entre nivel de ejecución motora y edad necesitaría por lo menos tres líneas;.
una primera del nacimiento a los 360 días de edad cuya pendiente es igual a la del grupo testigo ; una segunda línea con
pendiente inferior, que la hace divergente respecto a la línea del testigo, y finalmente , una tercera con pendiente superior
que lleva tendencia a hacer que los promedios de los sobrevivientes tiendan a acercarse a los promedios testigo, quedan-
do sin embargo con diferencia media , inferior en 4 y medio meses al promedio de calificaciones finales del grupo de com-
paración . Esta diferencia es estadísticamente significativa al nivel de confianza del uno por mil.

En virtud de que el grupo de niños tomado al azar de la falange de nacimientos difiere del grupo de sobrevivientes no
solamente en el aspecto de no haber presentado desnutrición severa, sino también en tener diferente nivel socioeconó-
mico y mejor estimulación disponible en el hogar , se decidió comparar el desarrollo de los sobrevivientes de desnutrición
con la de dos grupos testigo , tomados de la misma falange de nacimientos.

El primer grupo testigo (SIMTAM ), estuvo formado por niños apareados al nacimiento , caso por caso , con los desnutri-
dos en función de sexo , edad gestacional , estación del año al nacer , peso , longitud corporal , perímetros cefálico'yltorácico,
1 - Cesad , A. ano Amalruda . C. Deveopmenlal DIa9rlos,e : Normal ano Abnormal Child Developmenl , Hoaber . New York, 1947.

105
circunferencia del brazo y grosor de panículo adiposo tricipital . Además los niños también se aparearon porcondiciones
económicas ( ingreso per cápita , porcentaje de egreso gastado en alimentación , y dotación sanitaria de la vivienda).

El segundo grupo de comparación (SIMEST), se buscó que tuviera la misma distribución de calificación totallen estimu-
lación en el hogar , medida por el Inventario diseñado por Caldwell , y el mismo nivel económico de los desnutridos.

En las figuras 6 . 3 y 6.4 se contrasta la evolución del promedio de desarrollo motor en función de la edad cronológica
de los sobrevivientes de desnutrición severa con los testigos . Es aparente la persistencia de las diferencias , prácticamen-
te de la misma magnitud que las observadas cuando la comparación se hizo entre desnutridos y grupo tomado al azar. La
forma de las curvas de desarrollo es la misma para los grupos testigo y muy diferente de la de los sobrevivientes : dedes-
nutrición.

Los resultados permiten aseverar que el nivel inferior de desarrollo motor encontrado en los niños desnutridos severa-
mente y en los sobrevivientes, no se manifiesta previamente al establecimiento de la desnutrición crónica , sino que va
apareciendo junto con los signos de ésta . La correlación producto por momento entre peso y desarrollo motor fue de 0.53
a los 360 días , y de 0 . 67 a los 720 días de vida . Es decir, que el 28 % de la varianza en desarrollo motor al año de edad y el
45°%o a los dos años de edad , podrían ser explicados en función del peso corporal alcanzado en esas edades. En lo que a
talla respecta , los coeficientes de correlación con desarrollo motor fueron 0.42 y 0.62 para los 360 y 720 días respectiva-
mente. Nuevamente , en términos de porcentaje de varianza explicada , las cifras serían de 18% para la primera y 38%
para la correspondiente al segundo año de vida.

Los datos también permiten decir, que la diferencia en el desarrollo motor entre desnutridos y testigos persiste prácti-
camente con la misma magnitud , no obstante cancelar las desigualdades de tamaño al nacer, nivel económico y estimu-
lac ión en el hogar.

El hecho de que la prueba de desarrollo motor utilizada tenga un techo de 1080 días equivalentes , impide explorar con
ella si las deficiencias encontradas en los niños del grupo desnutrido son transitorias o permanentes , ya que al alcanzar
los testigos la máxima calificación se anula la sensibilidad de la comparación . Lo que sí es claro , es que los desnutridos
continúan su desarrollo incrementando su calificación ; esto parece indicar que no existe una verdadera detención en su
desarrollo motor sino una deceleración , y que a una edad mucho mayor que la de los niños testigos también llegarán al
lecho de la prueba.

Con objeto de explorar si a edades posteriores los niños que sufrieron desnutrición severa continúan presentando ni-
veles inferiores de ejecución en habilidades motoras, se decidió hacer una comparación entre los mismos grupos de
sobrevivientes y testigos a los 75 meses de edad , es decir , entre 22 y 69 meses después de haber sido considerados co-
mo curados, clínica y bloqulmicamente , del episodio de desnutrición severa.

La batería de habilidades motoras con que se ha estudiado este aspecto del desarrollo en todos los niños de la falange
de nacimientos , como parte de nuestras investigaciones sobre la ecología del crecimiento encana sociedad preindustrial
(1), fue desarrollada por R .E. Orpet en la Clínica de Marianne Frostig , y gentilmente proporcionada a nosotros antes de su
publicación, para su adaptación y empleo en nuestros estudios con niños mexicanos.

Queremos hacer patente nuestro agradecimiento a los creadores del instrumento por su generosidad.

Esta prueba permite explorar con una técnica de muy fácil estandarización yen un ambiente de tipo deportivo con el ni-
ño, habilidades de coordinación gruesa y fina ; fuerza de los tres conjuntos de masas musculares de las extremidades su-
periores, de las inferiores y de las abdominales ; flexibilidad, que estima la elasticidad muscular de la espalda y de las extre-
midades inferiores y de las articulaciones intervertebrales ; agilidad y velocidad ; y, equilibrio tanto estático como cinético.

Quizá vale la pena hacer énfasis en que todos los niños, desnutridos o no, están bajo estudio longitudinal de su creci-
miento y desarrollo y que los profesionales que realizan las evaluaciones no conocen los antecedentes nutricionales de
los niños que examinan.

En primer lugar, se compararon las habilidades de coordinación motora observadas en los sobrevivientes de desnutri-
ción severa con las que presentaron el grupo de niños tomados al azar de la falange de nacimientos, que no padecieron
desnutrición severa y que eran del mismo sexo que los desnutridos (grupo RANDOM). Los promedios de coordinación
fueron 7 .61 para desnutridos y 9.10 para el grupo al azar ; la diferencia entre estos promedios es significativa al nivel de
confianza de 0.01.

Parizkova y colaboradores (2,3) han señalado, que la eficacia en habilidades motoras tales como: carrera corta, salto
l a rg o sin carrera, equili brio dinámico sobre un riel y tiro de pelota, en niños de 76 meses de edad so n influenciados gran-
1 - c—i.lo, J. a,cfl, N.G , W Llurdh, E.A.. 0d 1Ntdktg9Irom drllt to 04 moni
Aowlst , L.. ^M Vega, l"'TM Kdogy ol 940 t0 ^IM dMlopmenl In MBRIGn 9 i SlrlN carrurn nhly. t AINIlod11
ol ege Mano9, Soc No G9d. Dev 34 129, 1989
2 - P.,004. J Nol,I1eIMl S Ielos, Soro un end Fooctlonol Develognl~M M Preectnd C7Nior0 Y RNe191 lo Ecob~lcai Fecio.n end Eeerc~ ' Ocio Fec1Nt Med UM, r 8,440.001. 1577 333. 1978.
3 - Penowove J, onO 9erdyctwve J "TM Inpecl ol Ecologlc.i Pectore On Sometic enJ Mo4Or 0~~ ni
nl 04 Pomo9N00l ClNldren". SynO. Bbl N1ep 201. 235. 1977

106
demente por las características económico-sociales de la familia . !Es interesante que en los niños de Bohemia y Moravia
la relación entre nivel de ingreso por cápita y eficiencia motora no siempre fue en el mismo sentido . Así por ejemplo, en
la carrera corta (20 metros) el tiempo fue significativamente mayor en los niños del grupo de más alto ingreso per cápita,
en tanto que en el salto largo sin carrera los niños de este grupo fueron marcadamente superiores a los de menor nivel
económico.

Tratando de explorar la influencia qué factores de naturaleza económica pudieran tener en la explicación del bajo nivel
de ejecución de los sobrevivientes de desnutrición, los valores de coordinación de este grupo se compararon con los de
un grupo de niños provenientes de familias con igual ingreso per cápita . igual porcentaje del egreso gastado en alimenta-
ción, igual fuente principal de ingreso e igual dotación sanitaria de la vivienda. Además, como ya se mencionó anterior-
mente, los niños fueron apareados caso por caso al nacimiento, en función de sexo, mes de nacimiento, peso, talla total,
perímetro cefálico, perímetro torácico, circunferencia del brazo y grosor de panículo adiposo tricipital (grupo SIMEC o
SIMTAM).

El promedio de habilidades de coordinación obtenido en el grupo SIMEC fue 8.85, cifra que también es significativa-
mente diferente de 7.61 obtenida en los sobrevivientes de desnutrición. Esto se puede interpretar en el sentido de que las
condiciones económicas distintas entre desnutridos y no desnutridos no explican las diferencias observadas en las habili-
dades de coordinación.

Los niños que padecen desnutrición severa tienen entre características de su microambiente deficiente estimulación.
En el cuadro 6.1. puede verse la diferente disponibilidad de estimulación a los 6 meses de edad en niños que nunca
llegaron a padecer desnutrición severa y en los niños que posteriormente cayeron en desnutrición de tercer grado. Resul-
ta aparente que los niños severamente desnutridos padecen junto con la desnutrición privación de estimulación y que és-
ta se presenta desde antes del episodio de desnutrición severa.

Debido a lo anterio se comparó la habilidad en coordinación de los sobrevivientes de desnutrición severa, con la obte-
nida en un grupo de niños con iguales calificaciones en estimulación en el hogar (SIMEST). El promedio de calificación en
este grupo fúe 8.76, valor estadisticamente diferente del de 7.61 encontrado en los niños con antecedentes de desnutri-
ción severa y que por otra parte no es distinto estadísticamente de 8.85 obtenido en los testigos por nivel económico.

No sólo los promedios de los sobrevivientes de desnutrición severa son distintos de los obtenidos en los grupos de
comparación. Las figuras 6.5 a 6.8 y el cuadro 6.2, expresan las proporciones de niños que muestran valores diferentes
de calificación en coordinación. Puede notarse cómo los niños con antecedentes de desnutrición están en marcada des-
ventaja con respecto a los demás. Así por ejemplo, mientras que 8 de cada 10 niños en los grupos RANDOM, SIMEC Y SI-
MEST tienen calificaciones superiores a 7 puntos , solamente 6 de cada 10 sobrevivientes de desnutrición alcanzan esas
calificaciones . De la misma manera , mientras que 1 de cada 10 niños de los grupos de comparación llega más allá de los
11 puntos , ningún sobreviviente de desnutrición pasa de esta marca.
La comparación entre grupos testigo y sobrevivientes de desnutrición severa , en las habilidades motoras de Fuerza,
Agilidad y Equilibrio dieron resultados enteramente semejantes a los obtenidos en Coordinación. Los cuadros 6.3 a 6.5 y
las figuras 6 . 9 a 6.11 que los ilustran , señalan claramente cómo los niños con antecedentes de desnutrición severa califi-
can en franca inferioridad con respecto a los testigos . En el caso de la habilidad motora Agilidad, la mitad de los sobrevi-
vientes de desnutrición no obtiene ni siquiera un punto de calificación y ninguno de ellos llega a más de 7 puntos. Esto
contrasta con el rendimiento de los testigos , en los cuales solamente 1 de cada 10 niños califica abajo de 1 punto, y 1 a 2
de cada 10 niños tienen puntajes superiores a 7.
La diferencia máxima entre sobrevivientes de desnutrición y testigos se observa en la prueba de Equilibrio, en la cual 3
de cada 10 niños con antecedentes de desnutrición califican en la mínima de 6 a 7 puntos y ninguno va más allá de 13. En
cambio, no hay un solo testigo en el rango inferior; en el otro extremo, 3 a 4 testigos están por arriba de 13 puntos.

Los resultados obtenidos en la prueba de Flexibilidad son distintos a los encontrados en las otras cuatro pruebas. En
esta habilidad , los sobrevivientes de desnutrición severa alcanzan puntajes muy semejantes a los de los grupos testigo,
tal como puede verse en el cuadro 6 . 6 y en la figura 6.12, donde la proporción de MALN UT, con mejores calificaciones es
superior a la de los testigos . Sin embargo , cuando se hacen pruebas estadísticas ni los promediosini la,distribución son
significativamente diferentes al nivel de confianza del 5%. Es decir , que la habilidad Flexibilidad en los sobrevivientes de
desnutrición severa no es realmente distinta de la de los grupos testigo.
Finalmente , en el cuadro 6.7, se presentan los valores estadísticos encontrados al efectuar la comparación de las cali-
ficaciones obtenidas en las cinco habilidades motoras, contrastando el grupo de sobrevivientes de desnutrición severa
con el grupo tomado al azar de la falange de nacimientos a la que pertenecen los sobrevivientes y con los;testigos por con-
diciones económicas y por estimulación en el hogar . En cada contraste se mantuvieron como covariantes los otros gru-
pos. Los datos confirman los resultados de las comparaciones bivariadas; los sobrevivientes de desnutrición severa, 2 a
5 años después de haber sido curados clínica y bioquímicamente de desnutrición , muestran valores significativamente
inferiores a los que tienen niños de su mismo grupo étnico, con igualdad de condiciones económicas o con la misma can-
tidad y calidad de estimulación en el hogar , en los aspectos de Coordinación , Fuerza , Agilidad y Equilibrio . En lo referente
a Flexibilidad , los niños con antecedentes de desnutrición severa no difieren de los grupos testigo.

107
Es obvio, que para incriminar a la desnutrición per se como responsable de la inferioridad en habilidades motoras que
exhiben los sobrevivientes de desnutrición severa , deben eliminarse otros de los muchos factores que forman parte
,aracterística del ambiente en que se genera la desnutrición del niño, tales como morbilidad aumentada , pobre relación
padre-hijo y bajo nivel de escolaridad formal de los progenitores.

La cancelación de factores de estimulación y de status económico como principales responsables de la disminución


en habilidades motoras en los niños que fueron desnutridos severos, es un paso más en la búsqueda de las variables res-
uonsables de las diferencias que tienen los niños que en la infancia viven en ambientes de privación nutricional, senso-
rial, afectiva, económica y de oportunidad social.

108
CUADRO 6.1

PROPORCION DE NIÑOS CON DESNUTRICION CLINICA SEVERA, PRESENTE O PASADA Y NIÑOS TESTIGO
QUE TIENEN DIFERENTES CALIFICACIONES TOTALES EN ESTIMULACION EN EL HOGAR A LOS 6 MESES DE
EDAD.

( LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA).

Proporción de niños con


Calificación desnutrición clínica severa
total en
estimulación Presente o pasada Ausente

27 0.06
28 0.06
29 0.12
• 30 0.25
31 0.31
32 0.56 0.12
33 0.62 0.17
34 0.75 0.41
35 0.87 0.65
36 1.00 0.70
37 0.76
38 0.94
39 0.94
40 0.94
41 1.00

CUADRO 6.2

COMPARACION DE LAS PROPORCIONES DE NIÑOS CON DESNUTRICION SEVERA ( MALNUT),TESTIGOS APA-


READOS POR CONDICION ECONOMICA (SIMEC ) Y ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST), Y TESTIGOS TO-
MADOS AL AZAR ( RANDOM), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN COORDINACION A LOS 75
MESES DE EDAD.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Proporciones en el Grupo:
Califi-
cación
MALNUT RANDOM SIMEC SIMEST

Menor
de 5 0 . 125 0.063 0 .000 0.000
5-7 0.375 0.188 0.176 0.118
7-9 0.688 0 .313 0.471 0.588
9-11 1.000 0.813 0.882 0.882
Mayor
de 11 1.000 1 .000 1.000

109
CUADRO 6.3

COMPARACION DE LAS PROPORCIONES DE NIÑOS CON DESNUTRICION SEVERA (MALNUT), TESTIGOS


APAREADOS POR CONDICION ECONOMICA (SIMEC) Y ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST), Y TESTIGOS
TOMADOS AL AZAR (RANDOM), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN FUERZA A LOS 75 ME.
SES DE EDAD.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Proporciones en el Grupo:
Califi-
cación
MALNUT RANDOM SIMEC SIMEST

Menor
de 4 0.188 0.063 0.000 0.000
4- 6 0.563 0.258 0.118 0.118
6- 8 0.938 0.500 0.647 0.171
8- 10 1.000 0.813 1.000 0.824
10 - 12 1.000 0.882
12 - 14 1.000

CUADRO 6.4

COMPARACION DE LAS PROPORCIONES DE NIÑOS CON DESNUTRICION SEVERA ( MALNUT). TESTIGOS


APAREADOS POR CONDICION ECONOMICA (SIMEC) Y ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST), Y TESTIGOS
TOMADOS AL AZAR ( RANDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN AGILIDAD A LOS 75 ME.
SES DE EDAD.

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Proporciones en el Grupo.
Califi
cación
MALNUT RANDOM SIMEC SIMEST

Menor
de 1 0.500 0.133 0.118 0.059
1-3 0.750 0.200 0.235 0.294
3-5 0.875 0.600 0.647 0.706
5-7 1.000 0.867 0. 824 0.941
7-9 1.000 1.000 0.941
Mayor
de 10 1.000

110
CUADRO 6.5

COMPARACION DE LAS PROPORCIONES DE NIÑOS CON DESNUTRICION SEVERA ( MALNUT), TESTIGOS


APAREADOS POR CONDICION ECONOMICA (SIMEC) Y ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST), Y TESTIGOS
TOMADOS AL AZAR (RANDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN EQUILIBRIO A LOS 75
MESES DE EDAD (LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA).

Proporciones en el Grupo:
Califi-
cación
MALNUT RANDOM SIMEC SIMEST

6- 7 0.313 0.000 0.000 0.000


7- 8 0.313 0.188 0.059 0.000
8- 9 0.375 0.250 0.059 0.118
9-10 0.625 0.438 0.176 0.353
10-11 0.938 0.563 0.353 0.412
11-12 0.938 0.625 0.471 0.471
12 - 13 1.000 0.688 0.588 0.706
>- 13 1.000 1.000 1.000

CUADRO 6.6

COMPARACION DE LAS PROPORCIONES DE NIÑOS CON DESNUTRICION SEVERA (MALNUT), TESTIGOS


APAREADOS POR CONDICION ECONOMICA (SIMEC) Y ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST), Y TESTIGOS
TOMADOS AL AZAR (RANDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN FLEXIBILIDAD A LOS 75
MESES DE EDAD (LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA).

Proporciones en el Grupo:
Califi-
cacióni
MALNUT RANDOM SIMEC SIMEST

7- 9 0.063 0.063 0.000 0.059


9-11 0.188 0.250 0.235 0.471
11-13 0.438 0.625 0.588 0.765
13 - 15 0.750 0.938 0.824 0.941
15 - 17 1.000 1.000 1.000 1.000

111
CUAVHO 6.7

ANALISIS DE COVARIANZA DE LAS CALIFICACIONES EN HABILIDADES MOTORAS EN NIÑOS DE 75 MESES


DE EDAD, CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) y TESTIGOS APAREADOS POR
IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC) Y POR ESTIMULACION EN EL HOGAR (SIMEST).

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Contraste (Covariando los otros Grupos)


Habilidad
motora MALNUT-SIMEC MALNUT-SIMEST MALNUT-RAMDOM
T p T P T P

Coordinación 1.94 0.05 1.81 0.07 2.27 0.02


Fuerza 2.39 0.02 3.57 0.0006 2.48 0.01
Agilidad 2.78 0.006 2.67 0.009 2.93 0.004
Flexibilidad 0.65 0.51 1.55 0.12 1.26 0.21
Equilibrio 3.57 0.0006 3.15 0.002 2.31 0.02

112
O

N
+

x
x X
x

x
x
x x

x
O
X X x
x
x

qLo

x x
x
x x O
X
x
X
x x
X

>Q

x x
X X x Q
^Ix x q
x

t0 O

113
Figura 6.2

PROMEDIO DE DESARROLLO PSICOMOTOR IÉN FUNCION DE LA EDAD EN NIÑOS SEVERAMENTE


DESNUTRIDOS Y UN GRUPO DE NIÑOS TOMADOS AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS DEL
"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1440

12001
1 -X, --X
-X-
990-a
X
810
X'
z
690
Q
> Ac i'X
Ó 630 'X
w IX
X'
57 k,
ó
p 510 - X
O
45 X
4
O
390 - _x
0
X'•
¢ 330 o-o--o MALNUT
o X- -i(- -X Al AZAR
270-

210-

150-

1
30 90 150 210 270 330 390 450 510 570 630 690 810 990 1200 1440
EDAD EN DIAS

Fwnt. Cra—lo , J Sawre Malnulrlllon ano Devalopnranl ol Mola Sk1116 N ChÉICren . In. Nulrn1On ana Br.M Devsbpmenl Mna16 Nealla t! i, 19&',%

114
PROMEDIO DE DESARROLLO PSICOMOTOR EN FUNCION DE LA EDAD EN NIÑOS SEVERAMENTE
DESNUTRIDOS Y UN GRUPO CONTROL APAREADO POR TAMAÑO AL NACIMIENTO.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

30 90 150 210 270 330 390 450 510 570 630 690 810 990 1200 1440

EDAD EN DIAS

Fu.MS: Crwlolo, J.: U~ MsksllMion W D.v~OgryM a Motor &Y% In CMIO/sll. In: NOMIOn W Brsin Desfopnsnt Mnsls Nu1N. U; 22, 7990.

115
F*dra . 6.4

PROMEDIO DE DESARROLLO PSICOMOTOR EN FUNCION DE LA EDAD EN NIÑOS SEVERAMENTE


DESNUTRIDOS Y UN GRUPO DE NIÑOS CONTROL APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN
ESTIMULACION EN EL HOGAR.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

r
30 90 150 210 270 330 390 450 510 570 630 690 810 990 1200 1440

EDAD EN DIAS

F-.nl. Cm~, J 8.v ,. M. Nion . n0 D.v .lopny0 d MoW SkNN M o~ . M: Nulo lon YIO &.In D . v l nw . Mn~. N..lM t: 22, 1910.

116
Figura 6.5

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y, UN


GRUPO TOMADO AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS (RANDOM), QUE MUESTRAN DIFERENTES
CALIFICACIONES EN COORDINACION A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

100-

90-

80-I

70-I

60-

50-^

40-^

30-^

20-I

101

3 4 . 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

CALIFICACION TOTAL EN COORDINACION

Fuwr: Crwrblo. J.: ahwr wnWN a1. 1.d 0,.a prlInl co u11m a ft n Crdwnrl . n: N1rtr11on Ud 01.01 Drwbpniww Mvrr ll l l . y: 22. 1010.

117
Figura 6.6

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y


TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC), QUE MUESTRAN
DIFERENTES CALIFICACIONES EN COORDINACION A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

100-1

90-^

80-a

70

60.

50-

40-

30-^

o-o.-o MALNUT
20
J^ --^-^ SIMEC

10-

3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

CALIFICACION TOTAL EN COORDINACION

Fwm.: GsvoIo. J.: Swwo MWMnlbn uW Wv^lOpn1NM ol Mofo, SkNM In O I onn. M: Nutlnbn
YW &^In O.wlopnyn, Mwh NNIM. ^. 22, igeO.

118
Flgura 6.7

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y


TESTIGOS APAREADOS POR: CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION (SIMEST), QUE MUESTRAN
DIFERENTES CALIFICACIONES EN COORDINACION A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

100

90-I

80,1

70.

60.

50-

40-^

y
30-^
o-o--o MALNUT
20- *----*---* SIMEST

1 0•

y
3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

CALIFICACION TOTAL EN COORDINACION

FuNn.: C i J.: Mm. MU dIó1 . M Dew~ rnl al Mola 9ltlft ln a,Wron. In: Nulman . nd &.In 0 .vNOoln.nl Mn.N NMitl . J¡: 22. 1990.

119
F4ºun 63

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA ( MALNUT) Y


TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC ), C/ALIFICACION TOTAL
EN ESTIMULACION (SIMEST ), Y UN GRUPO TOMADO AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS
(RANDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN COORDINACION A ).OS 75 MESES DE
EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

100-1

90-^

80-I

70^

60-^

5r-^

40.

30.
o-.o-o MALNUT

201 X- -X--X RANDOM

^^- -^ SIMEC

10 iE---^E-- ^E SIMEST
/^,
X^-/ á

3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

CALIFICACION TOTAL EN COORDINACION


F.Ms C ovillo . J. S~. M~lm W Dllwloptrm ol Mo o SYIW M CNI4,. In: NWnl on $no 8,.In DwWn$,n.nt AMW~ NMIN 44 22. IYIO.

120
Flgura 6.9

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y


TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC), CALIFICACION TOTAL
EN ESTIMULACION (SIMEST), Y UN GRUPO TOMADO AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS
(RANDOM), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN FUERZA A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

1001

90-^

80.

70-

60•-

50-1

401

30-^ p---O-o MALNUT


X- --X--X RANDOM

20- ^- A---d SIMEC


^(----1E---aE SIMEST
td
10-I

y r
3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

CALFICACION TOTAL EN FUERZA

Fu~ C,sv o o, J.: 8Mro WkMtlnllon Ud D. ,4XmsM 01 Motos BMIU In CMI,un. In: NuIAtlon Vd &.In DMekW,n 1 MMb N 1116 . !d: 22. 1960.

121
Fssori 6.10
COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICIOÑ SEVERA ( MALNUT) Y
TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC), CALIFICACION TOTAL
EN ESTIMULACION (SIMEST), Y UN GRUPO TOMADO AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS
(RAMDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN AGILIDAD A LOS 75 MESES DE EDAD..

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

/ x

/
/
i I X

• ^X/ 0--0-0 MALNUT


)t--X--X RAMDOM
^rsx Lt- dr -D SIMEC
lE--Jlt-- iE SIMEST

T
1 2 3 4 5 6 7, 8 9, 10

CALIFICACION TOTAL EN AGILIDAD

Furrmrr G.~9. J S.v.,@ makmfflbn &m Ds^IOp,mt á Mola $MII, M á.Ildo n In N.Ir8lon And Bnin DsvrrlopnmI Arwb N 0111
b 22 1980

122
Figura 6.11
COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y
TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC), CALIFICACION TOTAL
EN ESTIMULACION (SIMEST), Y UN GRUPO TOMADO AL AZAR DE LA FALANGE DE NACIMIENTOS
(RANDOM), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN EQUILIBRIO A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

oa

sa

70

bu

50

40

30 O---O--o MALNUT
X--X--X RANDOM

20 fr- dr t SIMEC
---- --- *• SIMEST

10

3 4 5 6 7 8 9 10 12 13 14 15 16 17

CALIFICACION TOTAL EN EQUILIBRIO


F~' C,Malo. J.. ~M M~~n W D~~
mi k o1 Mola W» In CMWwn , In: NuI~n Ud 61Nn owe~Mn.n NMr. 44:22. iaBO.

123
Figura 6.12

COMPARACION DE LOS % DE NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DESNUTRICION SEVERA (MALNUT) Y


TESTIGOS APAREADOS POR: IGUALDAD DE CONDICIONES ECONOMICAS (SIMEC), CALIFICACION TOTAL
EN ESTIMULACION (SIMEST), Y UN GRUPO TOMADO AL AZAR EN LA FALANGE DE NACIMIENTOS
( RANDOM ), QUE MUESTRAN DIFERENTES CALIFICACIONES EN FLEXIBILIDAD A LOS 75 MESES DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

100-1

90

80-

60-

40- X--X- -X RANDOM


O-O-o MALNUT
30-I p SIMEC
*---- SIMEST
20-

1 -T-
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

CALIFICACION TOTAL EN FLEXIBILIDAD


Fuente . Gwlolo, J. Severa Mek4V9lon en0
Developtnenl 01 Mola 5141, In Chlyrln. In: Nulnlbn en0 &«,. Oevslopmenl
Al-¡* Nut1e 44 22. 1900.

124
FUNCIONAMIENTO NEUROINTEORATIVO.

Cuando se considera que el desarrollo temprano se caracteriza por la organización y naturaleza cambiante de las habi-
lidades mentales, y que en el mismo sentido la idea de una inteligencia unitaria no parece significante antes dé la edad de
5 años (1-3), podría especularse que entre las habilidades mentales específicas algunas de ellas pudieran ser influen-
ciadas en su desarrollo o en su velocidad de expresión por ciertos factores ambientales específicos, en tanto que otras
habilidades lo fueran por otros factores distintos. Esta especulación se refuerza,&on los hallazgos que sugieren que el ni-
vel de ejecución a temprana edad en pruebas que evalúan habilidades específicas, puede ser de mayor utilidad en la pre-
dicción del cociente intelectual a edades posteriores, que las pruebas que son agregados de varias habilidades
específicas. En esta misma línea de pensamiento, caerían los informes que muestran que los indicadores socioeconómi-
cos son mejores predictores del nivel de ejecución mental en la primera infancia que las pruebas mentales (4), así como
aquellos estudios donde se ha encontrado asociación significativa entre la conducta social temprana y ciertas habilida-
des perceptuales y cognoscitivas (5).

Para iniciar la exploración de los efectos de la desnutrición en el desarrollo neurointegrativo, se decidió llevar a cabo
un estudio transversal del funcionamiento intersensorial en la población total de niños escolares de un poblado, en el que
la información previa detallada indicaba elevada prevalencia de desnutrición aguda o crónica severa, durante la infancia
y los años preescolares. (6).

Para propósitos de la investigación, la desnutrición se definió retrospectivamente sobre la base de talla para la edad de
todos los niños de 6 a 11 años de edad . Cuando el niño tenía disminución significativa de la estatura respecto a la de sus
compañeros de la misma edad, se asumió que tenía aumentada la probabilidad de haber estado a riesgo alto de haber pa-
decido desnutrición en edades tempranas. Sobre esta base, en cada edad se identificó un grupo de niños representando
el 25% inferior de la distribución de talla y se le designó como el grupo a mayor riesgo de haber padecido desnutrición
temprana. El funcionamiento de este grupo se comparó con el de niños del mismo poblado que se encontraba en la cuar-
tila más elevada de la distribución de la talla y por lo tanto, si se presupone que todos los otros factores eran iguales, este
grupo representaría a los niños con la probabilidad más baja de haber padecido desnutrición de segundo o tercer grado.
De esta manera , se identificaron en cada edad 2 grupos de niños con un fondo étnico común, que representaban los
cuartiles alto y bajo para la talla.

Cuando se usa la talla para la edad como indicador del riesgo nutricional previo, tienen que controlarse cuando menos
tres variables importantes. La primera se relaciona con la estatura de los padres y de esta manera con factores familiares
que afectan la talla. Dado que la talla en la edad escolar puede ser el reflejo no solamente del antecedente nutricional del
individuo, sino también de su dotación genética, fue necesario incluir en el diseño del estudio la obtención de información
antropométrica tanto de los padres como de los niños a manera de controlar esta variable.
. En segundo lugar, la estatura baja durante los años estudiados puede representar retardo en la maduración general,
en el curso de la cual tanto la talla como el funcionamiento intersensorial pueden ser subnormales. Para controlar esta
posibilidad, fue necesario estudiar una segunda muestra de niños de las mismas edades que tienen diferencias equiva-
lentes en la talla, pero en los que no haya existido o sea muy pequeña, la probabilidad de haber estado a riesgo nutri-
cional.

Finalmente, dado que la capacidad integrativa se ve afectada por influencias ambientales, se tuvo que obtener infor-
mación comparativa de las condiciones sociales, económicas y educacionales de las familias de los niños a estudiar.

El indicador del desarrollo neurointegrativo seleccionado para el estudio, fue la organización intersensorial por dos ra-
zones: en primer lugar, evidencia considerable tanto en el campo de la psicología comparativa (7,8) como en el de la
fisiología evolutiva (9), sugiere que la emergencia de las capacidades adaptativas complejas tiene como base el incre-
mento de las comunicaciones y la interdependencia entre los distintos sistemas sensoriales. Sherrington (10) al conside-
rar este proceso ha ido más lejos en sus argumentos al decir que "Lo ingenuo hubiera sido esperar que en el curso de la
evolución se nos hubiera proporcionado más órganos sensoriales para ampliar nuestra percepción del mundo..... La
estrategia ha sido más bien hacer que en el sistema nervioso central se junten cada vez más los llamados "cinco senti-
dos" en lo que vendría a ser una central de discriminación.de información..... No nuevos sentidos sino mejor interacción
1.- Bagley , N.: "Value ano L,mitaoona of Inlanl Taallnp ". Ch ldren ,1 129.1958.

2.- Bloom. Stabi11ly and Change In Human Characlerbdca ". Wlley, New York, 1964.

S.- McCell , R.B..Hogarty . P.8_ and Hulbun , N.:" Tranallbna In Inlanl Senaorymolor Development and ¡he Pr.MClbn of Chlldhood LO." Nn, Psychologlal ?J: 728. 1972.

4.- Broman , 8 H., Nichola . PL., and Kenneoy . WA: " Preech9l 1.0.: Prenstu and Earty Devebpnwntal Correlatee " Wlley, New York. 1971

5.- Penderaen , F A., and Wender , PH. "Evly Social Correbles al Cognltive Functloning In Slx.year Ob Boye". Child Devabmp , a9: 185, 1968.

6.- Crevblo , J., DeLbardte , E.R., anO Blren . H.O.'Nulrllion . Growlh and Neurolntegrative Developrrlent . Ni Eop.rlmental and Ecologlc Sludy " Pedlactrba 38 39. 1966

7.- Mawr , N,"., and Schnelrla , T.C.: "Prlnetpba of Animal Behavbr " MCOraw• HIII. New York, 1935

5.- 81reh, H.O.: "Comparaba Paychology ' In: Alen ol Pc chology (F Mucuee , M), pp . 446-477, Herper , Naw York. 1954,
9.- Voronln , 1 0., and Guaeinikov , V 1 "0n the Phybgeneaia of Interne) Mechan,ema of The Malyllcand Syntlllc Acuvity M The Braln ". Pavlov J Higher Nerv . 10 !
193, 1953

fo.- Sherdnglon . C.S.. "Man co Hw Natura " London ' Canbnndgo UnlveruIly Presa , pp. ZOJ 289. 1951.

125
entre los sentidos viejos es lo que el sistema nervioso central desarrollándose ha construido a este respecto". Además,
varios estudios (1,2) indican que la formación de respuestas condicionadas (fenómeno considerado como fundamental
en el aprendizaje primario) está muy probablemente basada en el establecimiento efectivo de los patrones de organiza-
ción intersensorial

La segunda razón para usar la competencia intersensorial como indicador del desarrollo neurointegrativo, surge del
hecho de que Birch y Lefford (3) mostr on que la eficiencia en las interrelaciones intersensoriales es una función de cre-
cimiento, muy claramente definida en niños normales de 6 a los 12 años de edad En niños escolares comparables en
edad con los que planeamos estudiar, esos autores encontraron que la eficiencia de las interretaciones entre tres siste-
mas sensoriales -táctil, visual y cinestésico- tienen mejoria especifica con la edad; la relación eficiencialedad puede
expresarse en curvas de desarrollo que son tan regulares como las que presentan el crecimiento somatico, en atributos
tales como el peso, la talla, la circunferencia cefálica y la maduración esquelética.

El diseño del estudio se fundamentó en que era posible conducir una investigación comparativa del funcionamiento
neurointegrativo en niños escolares, en los cuales los extremos de las diferencias en talla para la edad escolar serian
usados como indice de la adecuación nutricional en los años preescolares

Dado que la talla como tal puede ser un indicador tanto de la constitución o de la maduración como de los anteceden-
tes nutricionales, tuvo que controlarse esta variable por medio de una muestra comparativa de niños que difirieran en es-
tatura pero en los que era improbable que los niños de menor estatura hubieran estado sometidos a un insulto nutricional.
Por lo tanto, se decidió replicar el estudio rural en niños escolares urbanos de clase alta que tenían muy escasa probabili-
dad de haber estado a riesgo nutricional y cuyas variaciones en talla no estarían relacionadas con desnutrición primaria o
secundaria. La investigación de la comunidad rural se organizó de manera ecológica, buscando relacionar los logros en
crecimiento y el desarrollo intersensorial con las caractristicas sociales, económicas, educacionales. y físicas de las fa-
milias a las cuales pertenecían los niños. De esta manera los hallazgos obtenidos a través del estudio del grupo urbano,
podrían ser tratados no solamente respecto al problema de la estatura, sino también como un medio para encontrar las
relaciones entre crecimiento y función en un grupo rural socialmente diferenciado, comparándolo con un grupo urbano
económica y socialmente homogéneo en el cual existan diferencias en estatura que no puedan relacionarse a condi=
ciones previas de nutrición, salud o jerarquía social.

La talla de los niños de seis a once años fue medida por dos pediatras previamente entrenados y estandarizados. To-
das las medidas se arreglaron en orden de magnitud.depreciente, yse calcularon los cuarteles para cada sexo y edad. To-
dos los niños que cayeron en el cuartil más bajo y el más alto se seleccionaron para ser evaluados en su desarrollo inter-
sensorial.

El grupo comparativo de niños escolares estaba constituido por alumnos de una escuela privada, pertenecientes a fa-
milias de las clases media-alta y alta. El ingreso familiar era uniformemente elevado y el nivel educacional de los padres
en todos los casos era mayor de nueve años de estudio.

El método usado para estudiar la integración intersensorial fue el descrito por'Birch y Lefford (4).

El desarrollo intersensorial se investigó explorando las relaciones de equivalencia entre las modalidades sensoriales
visual, háptica y cinestésica por medio del reconocimiento de formas geométricas . Se escogió el método de equivalencia
poi sencillo de aplicar y constituir al mismo tiempo.un examen directo del funcionamiento intersensorial.

Las modalidades sensoriales se definieron de la siguiente manera : el término " háptico " se refiere al influjo sensorial
obtenido mediante la exploración manual activa del objeto,de prueba. Esta, exploración comprende sensaciones táctiles,
cinestésicas y de movimiento de superficie de los dedos y la mano del individuo, provocadas al manipular un objeto.

El sentido cinestésico se refiere a las sensaciones obtenidas a través de la movilización pasiva del brazo. En la explora-
ción efectuada, esta movilización da lugar al influjo sensorial que viene principalmente de las articulaciones de la muñe-
ca, el codo y el hombro, y de la musculatura del brazo y detj*ombro mismo..

La equivalencia,intersensorial de las formas geométricas fue determinada mediante una técnica de comparación-pare-
ada, de modo que una forma presentada a una modalidad sensorial (estímulo patrón o estándar) fue comparada con otras
formas (estímulos variables) presentados a otro sistema sensorial. Así, por ejemplo, un patrón presentado visualmente se
comparó con una serie de formas presentadas háptica o cinestésicamente. De igual modo, un patrón o estándar presen-
tado hápticamente fue comparado con una serie presentada cinestésicamente. Con esta forma de proceder se pudo de-

1 - Bnch H G . aM Bnlarman, M.E Relnlorcemenl ano Learnrnp The Procees o1 Sensory Inlegralan Psycnnl Ror 62 292. 19.9

2 - B,rch , M G, and Bnlarman . M E "6anaory Inlograpon ara Co9mpva Theory " Psychol Ron 56 355. 1951

3 - Bach 9 G ano Lellord. A Two Siraleglea lo, Sludyrng P61ce non m Braln-Damaged ch , aren' m R : am damage n ch,aren R,nlo9 ,cal ala Soci al aspn , i, pc,:ed by M G B,,-.h W,II,ams 6 Wn.
kina Belpmo,e , p .6. 1964

&rch, MG and Lellor9 . A 1wp Slraleg;es lo, Sirdying Pacedbn ln Bra,n-D.maged Ch,Idren• n Dmm demagc.r,, Mldren 8a)aq^ :1arl,l Social AKDncIs al rO nyM^ 9', ,^ W',eamSKW.^-
kins, BBlpmo, e o 46, 196.

126
terminar la existencia de equivalencias y no-equivalencias entre los sistemas sensoriales visual y háptico, visual y cines-
tésico, y háptico y cinestésico.

Se seleccionaron como estímulos 8 piezas del tablero de Seguín (Figura 7.1), a saber: triángulo (TRI), hexágono (HEX),
cuadro (CUA), semicírculo (SEM), cruz (CRU), rombo (ROM), estrella (EST), y circulo (CIR). Las mismas piezas se usaron
como estímulos hápticos y visuales . Como estímulo visual la pieza se colocó sobre una mesa directamente frente al niño.
Para la estimulación háptica , la mano del niño, que previamente había sido colocada detrás de una pantalla opaca, fue
puesta en contacto con una pieza de Segín ; el niño procedió entonces a explorar activamente la pieza tenida en la mano
fuera del alcance de su visión . En cuanto a la información cinéstesica , ésta fue obtenida colocando el brazo del niño
detrás de la pantalla opaca . Conservando el brazo fuera del campo visual, se le dio al niño un estilete para que lo tomara
como si fuera un lápiz . El investigador tomó el estilete encima del punto de agarre del niño , moviendo a continuación esti-
lete y mano , recorriendo un camino que reproduce en bajo relieve la forma geométrica escogida . Las dimensiones de los
caminos son idénticas a las, que las piezas empleadas para las modalidades háptica y visual.

Para todas las modalidades sensoriales , las formas geométricas siempre se presentaron de manera que sus ejes ma-
yores quedaran paralelos al plano frontal del niño. En la exploración cinestésica el movimiento siempre se empezó en el
punto más alejado del sujeto continuándolo en el mismo sentido de las manecillas del reloj; haciendo una pausa de un se-
gundo de duración en cada punto donde hubiera cambio de dirección, hasta completar el regreso al ángulo más alejado,
dando únicamente una vuelta completa.

Tres Interacciones intermodales fueron exploradas para equivalencias:

a. Interacción háptica-visual

b. Interacción cinestésica-visual

c. Interacción háptica -cinestésica

Se presentaron para compara, ,;ón estímulos pareados , el primer miembro del par a una modalidad sensorial y el se-
gundo miembro del par a la otra modalidad . En cada serie un miembro del par se mantuvo constante (forma patrón o; es-
tándar ) y contra é l se compararon sucesivamente todas las otras formas. El procedimiento fue repetido hasta que cada
una de las ocho formas geométricas tuvo su turno de servir como estándar.

El orden de presentación de las formas está anotado en el cuadro 7.1, donde los encabezados de las columnasseñalan
las presentaciones visuales o hápticas ' de los estímulos estándar . Los estímulos listados en las columnas representan las
formas geométricas que sucesivamente se le fueron pidiendo al niño que comparara con el estándar . Cuando la modali-
dad sensorial del encabezado de la columna fue visual, la modalidad usada en las comparaciones fue cinestésica o hápti-
ca; cuando la modalidad encabezando ta columna fue háptica, la modalidad en la comparación fue la cinestésica. De es-
ta manera en la columna l del . cuadr.0 7.1, un triángulo presentado visualmente fue sucesivamente comparado con un
cuadrado , un círculo , un rombo, etc., todos ellos presentados a la modalidad háptica. Cuando se completaron las compa-
raciones anotadas en la columna 1, se procedió a administrar los pares representados en la columna 2 y al terminarlos,
se dieron los de la columna,3 y. así sucesivamente hasta que cada una de , laS.8 formas sirvió de estánda'

Las formas que se presentan como ,estímulos variables están distribuidas en, forma aleatoria de columna a columna,
con la particularidad de que la forma que representa el estándar aparece dos veces como estimulo variable . El orden de
presentación fue el mismo para las tres modalidades.

Todos los niños fueron explorpdos en forma individual , en un cuarto st(encroso y con la sola presencia del examinador.
Con el objeto de familiarizar al,niño con las formas antes de iniciar la petición de los juicios comparativos , selle presentó
'e-tablero tipo Séguín y se le. pidió que colocara los trozos de madera en sus lugares excavados correspondientes.: Esta
"'prueba; que en ' realidad representa una •c'pmpáración . viso-visual; fue realizada . sin ninguna dificultad, en un tiempo
mínimo sin errores , por todos los niños investigados.

Déspuésdé esta prueba pratiminat, se cofocó.une pantalla opaca, sóbre'la MÍesa y, se dio al niño_la,siguiente explica-
ción: "Vamos a practicar ún juego; yo-té eñseño un trozo de madera como este círculo y después te voy a ir moviendo tu
mano así ...". El procedimiento se demostró moviendo el brazo a lo largo del triángulo, el cuadrado y el círculo.,"Tú me
vas a decir si la forma sobré lá que se' mueve tu mano es igual a la que estás.viendo . Para hacer el juego más interesante,
no te voy a dejar ver la forma sobre la que moveré tu manq; no debes mirar detrás de la pantalla; lo haremos así..,". En-
tonces se hizo una demostración,' manteniendo la mano detrás de la pantalla , reproduciendo en esta forma las condi-
ciones reales de la prueba, usando _el círculo_como, el.estándar visual y_el-,cuadrado , triángulo y círculo^,,omo los
'elstimulos &inestéstcos variables Después de cada presentación en el ejemplo,- el.examinador preguntó , al, niño: 1'¿Es el
mismo? No se hicieron correcciones al niño, acerca de lo adecuado o inadecuado de sus respuestas.

' Cúando el examinador se hubo'áségurado d qúé e¡niño había comprendido la naturaleza de la petición de compara-
ción, se principió la exploración de la serle cinestésica visual. Al niño se le pidió que estableciera un juicio de "igual" o

127
diferente" para cada par de estímulos presentado. No se repitió la comparación en ninguna ocasión ni se ofreció corro-
boración o negación de la exactitud del juicio emitido.

Las instrucciones para las series háptica-visual fueron esencialmente las mismas que para las cinestésica-visual,
usando las frases apropiadas. En las series háptica-cinestésica, la visión fue excluida cubriendo cuidadosamente los ojos
del niño mediante anteojos negros.

Para la expresión de los resultados se consideraron dos clases de errores, unos llamados de equivalencia cuando el
sujeto al comparar dos formas diferentes las juzgó como iguales; y otros errores, denominados errores de no-
equivalencia cuando al presentar dos formas idénticas a distintas modalidades sensoriales el niño estableció, equivoca-
damente, el juicio de desigualdad.

La presencia de un error, ya sea de equivalencia o no-equivalencia, debe establecerse como verdadero siempre y
cuando se haya tenido una serie de precauciones sumamente importantes, de entre las cuales merecen mención espe-
cial las siguientes:

1. Falla para entender las instrucciones.

El niño puede no establecer un juicio acertado simplemente por no haber entendido fas palabras con que se le dieron
las instrucciones. La confusión entre factores de lenguaje y factores cognoscitivos es una causa frecuente de error en
estudios en los que al individuo se le pide que establezca un juicio. Para evitar esta fuente de mala interpretación de los
resultados se ha recurrido a diversos procedimientos, particularmente técnicas no-verbales, o a presentar al niño una
prueba preliminar (pre-test) en el cual se pueden corregir los errores que se cometan debido a defectos en la compren-
sión de las palabras, hasta asegurarse que el niño ha entendido de manera completa lo que de él se requiere. Si se puede
asegurar que los elementos que se usan en el pre-test son iguales a los que se emplean en la prueba, puede concluirse
que si las instrucciones también son idénticas a las empleadas en la prueba, el factor de lenguaje ha quedado suficiente-
mente controlado.

El hecho de que el 100% de los niños haya realizado correctamente la comparación viso-visual, más la seguridad de
que se entendieron claramente las instrucciones en la prueba preliminar, permite razonablemente asegurar que los erro-
res encontrados en el presente estudio no son explicables en base de lenguaje mal controlado.

2. Contestaciones de igual o diferente (falso o verdadero) dadas al azar.

Bajo ciertas condiciones, el individuo que no sabe discriminar sobre la base de criterios de conocimientos, pondrá en
práctica varios sistemas de adivinanza.

La influencia del azar puede minimizarse al recordar que se han eliminado durante la prueba los esfuerzos y las suges-
tiones que pueden ayudar a crear en el individuo un sistema de adivinanza, ya que todas las respuestas fueron tratadas
con un "...m...m...m...... de manera que el niño no ha tenido en momento alguno la opinión del examinador respecto a
juicios equivocados o acertados.

Por otro lado, debe considerarse que el diseño experimental permite cometer un máximo de 56 errores al juzgar for-
mas diferentes y 16 errores al juzgar formas idénticas. Por lo tanto, si el azar fuera el único responsable de la distribución
de los errores, los niños deberían haber cometido tres y media veces más errores en la comparación de formas no-
idénticas que en la Je idénticas.

El cuadro 7.2 muestra los errores cometidos expresados como porcentajes del máximo teórico, posible a cometer.
Puede observarse que, en la mayoría de los casos, los porcentajes son casi siempre mayores al juzgar las formas idénti-
cas, lo cual es contrario a lo que se esperaría por puro azar; la excepción está constituida por la modalidad háptica-
cinestésica, donde los porcentajes aun cuando van en la dirección esperada de acuerdo al azar, no alcanzan ni con
mucho la magnitud necesaria para poder atribuir a este solo factor los resultados encontrados.

Si se eliminan por lo tanto el azar y la posibilidad de que el niño hubiera mal entendido las instrucciones que se le
dieron , puede concederse que se trata de errores verdaderos los cometidos por los niños estudiados.

La estatura promedio y sus límites de variación, en cada edad en los niños más pequeños y en los más altos del área
rural estudiada se anotan en el cuadro 7.3, en el que puede notarse que en la comunidad rural para cada año de edad,
los cuartiles alto y bajo representan los extremos del crecimiento longitudinal logrado.

Cuando la ejecución Intersensorlal de los niños del cuartil superior se contrasta con la de los niños del cuartil inferior,
las diferencias en las habilidades Intersensoriales Integratlvas son manifiestas para las tres combinaciones intersenso-
ríales estudiadas. Estas diferencias son particularmente claras a todo lo largo de las edades para los errores de no
equivalencia que tuvieron los niños, al equivocarse en las formas Idénticas presentadas simultáneamente en dos modali-
dades.

128
Las diferencias en el número de errores de equivalencia en los dos grupos de talla para juzgar formas idénticas, tam-
bién tendieron a favorecer al grupo de niños más alto. Estas diferencias fueron más notables en la ejecución de los niños
de menor edad ( seis a ocho años ). Las Figuras 7.2 a 7. 4 presentan los datos del porcentaje acumulado de niños de seis u
ocho años de edad en los dos grupos de estatura , que cometieron errores de equivalencia . Se muestra claramente el retardo
en el desarrollo de la competencia intersensorial en los niños rurales de menor talla,

Puede verse en el cuadro 7.4 que los cuartiles de talla alta y baja de la clase social elevada, también representan
extremos en los logros del crecimiento. El promedio de las diferencias en talla a lo largo de las edades para los niños ur-
banos de talla más alta y baja fue de 15.5 cros., valor que es mucho más grande que el obtenido entre los cuartiles alto y
bajo de la población rural estudiada.

La forma general de las curvas de eficiencia - edad en los niños urbanos recuerda la obtenida en los niños rurales, sien-
do la única diferencia de naturaleza cuantitativa . Los niños urbanos se encontraron significativamente más adelantados
en su habilidad integrativa intersensorial . En las figuras 7.5 y 7. 6 puede verse que el curso del desarrollo de las habilida-
des cinestésica - visual y háptica -cinestésica son idénticas para los dos grupos, y que una modificación simple de las
constantes puede resultar en una sobreimposición de las curvas de errores.

Ni en los errores de equivalencia y no-equivalencia, así como tampoco para cualquier par de modalidades sensoriales,
las diferencias en talla en el estrato social elevado se reflejan en diferencias de la adecuación de la integración intersen-
sorial. Es aparente por lo tanto que las diferencias de la talla como tal, cuando ocurren en niños que no están a riesgo de privación nutri-
cional, no resulta en diferencias en la tasa de desarrollo intersensorial o en el nivel de competencia intersensorial que se ha logrado. Esta
falta de diferencias se ilustra en la figura 7.7 en la que se grafican los errores en la ejecución cinestética-visual por edad,
de los dos extremos de la talla de la clase social alta del grupo hurbano: una imbricación similar se encontró para las
otras integraciones intersensoriales estudiadas.

Se usaron dos tipos de análisis de la información familiar y ambiental. La primera de ellas, se asoció con los factores
que contribuyen al logro del crecimiento. Sobre la base de la información colectada, fue posible analizar la relación de la
talla a una edad dada con la talla de los padres, con la posición económica de la familia, con las condiciones habitaciona-
les y con el nivel de educación de los padres. Cada uno de estos factores será considerado sucesivamente.

Existe tendencia en los padres de los niños de talla alta de la muestra rural, a ser más altos que los padres de los niños
del cuartil más bajo, con una diferencia promedio de 4.3 cros. ert la talla paterna a lo largo de las edades. Sin embargo,
esta diferencia no alcanza un criterio aceptable de significación estadística. La talla promedio de las madres de los niños
rurales en los cuartiles de talla alta y baja difiere también en forma insignificante. De esta manera, la talla de los padres
en el grupo rural parece no estar relacionada significativamente con la talla de los niños.

. La talla de los padres de la clase social elevada de los niños urbanos parece estar significativamente relacionada con
la talla del niño. La diferencia en promedio en la talla de los padres a lo largo de las edades fue de 8.8 cros. cifra
estadísticamente significativa (p menor que 0.05 para una cola). La talla materna sin embargo, no muestra relación siste-
mática con la talla de sus hijos.

En la comunidad rural estudiada, ni el ingreso mensual per cápita ni la proporción del gasto total en alimentos mostró
relación sistemática con la talla de los niños.

Aunque existe tendencia en los niños rurales de menor talla a vivir en familias que tienen condiciones habitacionales
menos buenas , esta diferencia no fue significativa a nivel de confianza estadística de 0.05. En forma similar la relación de
la higiene personal , tanto de los padres como de los niños, con la talla no fue estadísticamente significativa.

La única asociación fuertemente positiva que se encontró fue entre nivel de educación de la madre y la talla del niño.
Cuando el nivel de educación se encontró por debajo de la mediana de la muestra de madres estudiadas, la tendencia fue
a que el niño fuera más bajo. De manera Inversa, si el nivel educacional estaba por arriba de la mediana de la población,
se encontró franca tendencia a que el niño fuera más alto.

Es de interés hacer notar que no se obtuvo asociación, entre la educación del padre y la estatura del niño.

Ya que la talla del padre en el grupo urbano sí había tenido relación con la talla del niño, se decidió examinar si la talla
del padre pudiera tener una contribución significativa a la actuación intersensorial del niño . Para llevara cabo este análi-
sis los padres se agruparon de acuerdo a si sus tallas se encontraban por arriba o por abajo de la mediana de la muestra y
se graficó la relación de esta posición con la actuación intersensorial de los niños.

No se encontró asociación significativa entre la talla de los padres y el nivel de competencia intersensorial logrado por
los niños.

Si se analizan los errores de juicio, en las condiciones de la investigación presente, es claro que éstos pueden ser debi-
dos a la organización inadecuada de la información intersensorial o al insuficiente funcionamiento de uno o los dos com-

129
lrvt"ues cien par sensonai. Ior consecuencia, un error cometido en el curso de un juiciu naplico-visual podra'Ser debido
a la deficiente interrelación entre las dos modalidades sensoriales, o a la ineficiencia de cualquiera de ellas como fuente
de información.

Si se recuerda que todos los niños fueron capaces, sin error alguno, de colocar los trozos de madera del tablero de
Seguin en sus respectivos bajo-relieves , puede concluirse que el funcionamiento intrasensorial del sistema visual está lo
suficientemente desarrollado para permitir la discriminación efectiva de todas y cada una de las formas geométricas des-
de cuando menos la edad de 6 años.

Para juzgar la efectividad del funcionamiento de los sistemas cinestésico y háptico , se requiere un análisis de tipo indi-
recto, usando como elementos los patrones de respuesta obtenidos en estas modalidades intersensoriales.

En cada par de formas geométricas a comparar, se pidió al niño que estableciera sus juicios en tres modalidades inter-
sensoriales. háptica-visual, cinestésica-visual y cinestésica-háptica, y existiendo la posibilidad de acertar o errar en cada
una de ellas , ocho patrones de respuesta pueden ocurrir . Si se arreglaran las modalidades en el siguiente orden de se-
cuencia: cinestésica-visual (C-V), háptica-visual (H-V), y háptica-cinestésica (H-C), los ocho patrones posibles de presen-
tarse son los siguientes:

Patrón C -V H-V H-C

I + + +

II + - +

III + + -

IV - + +

V + - -

VI - + -

VII - - +

VIII - - -

Los tres signos positivos en el patrón 1 indican que él niño hizo juicios correctos en la comparación del par de formas
geométricas que se le presentaron en cada una de las tres modalidades intersensoriales. La obtención de este patrón se
'Arnrptarí ? en, el sentido de que tanto las vías sensoriales en sí, como en su lnterrelación funcionan adecuadamente. El
patrón II establecería que el juicio fue correcto en las modalidades cinestésica - visual y háptica-cinestésica pero incorrec-
to en la comparación háptica-visual. Este tipo de patrón podría interpretarse como indicando que el niño tiene funciona-
miento adecuado a nivel intrasensorial para las vías háptica y binestésica ; la respuesta incorrecta en la comparación
háptica visual seria debida , por lo tanto, a la ineficiencia de la interrelación del par sensorial.

De modo semejante , a partir del patrón número III, podría inferirse que el funcionamiento intersensorial háptico y ci-
nestésico es adecuado ; el juicio equivocado en el par cinestésico -háptico indicaría por consiguiente una deficiente in
tegración intersensorial de esas modalidades.

Por último , el patrón IV se interpretaría como un correcto funcionamiento tanto ínter como intrasensorial , ya que si este
no fuera el caso , los juicios fiáptico-visual y háptico-cinestésico tendrían que haber sido erróneos, deduciéndose de aquí
la falla en la comparación cinestésico-visual tendrá que ser explicada por deficiencia en la integración intersensorial de
las modalidades respectivas . Por lo tanto, es licito concluir que la presencia del patrón IV significa que un factor de índole
intersensorial , o al azar , son responsables del error cometido.

Del análisis de las frecuencias con que ocurrieron los patrones 1 a IV puede aceptarse que el funcionamiento intrasen-
sorial parece ser adecuado pare todas las vías analizadas , y qué como es de esperarse la frecuencia con que se obtiene
el patrón 1 va aumentando con la edad , como una expresión de la integración cada vez más eficiente de la relación Inter-
sensorial. -

Eliminando aun cuando sea por método indirecto, la probabilidad de que los errores de juicio sean causados por inefi-
ciencia en la vía sensorial , queda claro que la integración intersensorial no se realiza a velocidad idéntica para todas las
modalidades en el grupo estudiado ; la modalidad háptica - visual es la que más tempranamente alcanza una eficiencia del
100%, tanto en el cuartil 1 como en el 3, de manera que a partir de los 9 años no se comete nigún error en el juicio de for-
mas idénticas . Esto está de acuerdo con lo encontrado en animales inferiores en los que desde hace mucho tiempo se
había descrito que el desarrollo intersensorial no se realiza de manera armónica en todas las modalidades.

130
Abbot ha señalado que en la rana la respuesta determinada por un estímulo visual no se modifica por la información ot .
tenida a través de una sensación dolorosa. Una rana a la que se permite atacar a una mosca viva sujeta a un post4
central rodeado de una palisada de púas, continúa atacando a la mosca en movimiento, no obstante que su lengua sufr;
repetidamente el impacto doloroso de las púas. Parece claro que no existe en este caso modulación de la respuesta vi
cual como consecuencia de un estímulo doloroso táctil.

En contraste con la situación anterior, en el mismo animal es posible demostrar que la conducta motora provocada poc
la información proveniente de la vía visual, es modificado por información obtenida a través de la vía olfatoria o gustativa;
así es como en experimentos no publicados, Birch ha encontrado que la respuesta determinada visualmente en la rano
por un blanco en movimiento y traducida como salida brusca de la lengua hacia el objetivo, puede rápidamente ser inhibí.
da cuando el blanco es envuelto en una capa de sustancia amarga como la quinina. El ejemplo ilustra cómo en la rana 1q
estimulación gustatoria es capaz de modular y modificar una respuesta visualmente determinada en tanto que la estimu,
¡ación táctil dolorosa aparentemente no lo es.

Tratando de extender nuestra investigación a otro tipo de Integración intermodal cruzada, se llevó acabo un estudio de
equivalencia auditivo-visual en niños escolares de un área rural mexicana en la que la desnutrición en etapas tempranas
de la vida es altamente prevalente (1).

Todos los niños con edades comprendidas entre los siete a los doce años fueron medidos por un pediatra especialmen-
te entrenado en somatometrla. Se Identificaron dos grupos tomando en cuenta la talla, uno de ellos conformado por el 25
porciento más-alto del grupo de la tafia para cada sexo y edad y el otro por e( 25 porciento más bajo. Esto dio como resul-
tado un total de 296 niños de los cuales 141 eran del sexo masculino y 155 del sexo femenino.

La habilidad de los niños* para, integrar estimulos auditivos yvisuales se estudió individualmente por un método de
equivalencia (2). Se les solicitó a los niños que identificaran'patrones de estímulos visuales correspondiente a patrones
auditivos rítmicos. La tarea explora ta habilidad para igualar un conjunto*de estímulos auditivos estructurados temporal-
mente con un conjunto de est'rmutns visuates distribuidos espacialmente. Se-produjeron sonidos por medio de,pequeños
golpes con una pausa de 0.5 segundos entre ellos para los intervalos pequeños y pausa de un segundo para los intervalos
grandes. Los patrones visuales correspondientes de donde se tenía que hacer la selección específica se presentaron in-
mediatamente después de haber completado fa estimulación auditiva. Cada donjunto de estímulos visuales se presentó
en tarjetas separadas de 12.5'por 20 cros.ypara cada exposición se presentó solamente el conjunto específico de patro-
nes visuales apropiados ' aIbs-patrones áudltiv s.

La figura 7 . 8 muestra que para los niños como un todo , la habilidad para integrar la información auditiva y visual a tra-
vés del gradiente de edadescónsiderado , presenta el incremento mayor entre las edades de 9 a 11 años . La habilidad re-
lativa de los niños bajos y altos para integrar la información auditivayvfsuaf á'través de las edades , puede verse en la
misma figura . Ambos grupos muestran incremento con la edad ocurriendo la mayor tasa de ganancia entre las edades de
9 a 11 años . Sin embargo , para -cada nivel de edad el promedio de ejecución del grupo de niños altos es mayor que el de
los niños pequeños . Esta diferencia es más notoria a la edad de 12 años cuando el grupo de niños de talla más baja tuvo
un puntaje promedio de 6.1 de respuestas correctas , en contraste con 7. 5 respuestas correctas de los niños altos.
Las diferencias de ejecución entre los dos grupos en forma más detallada puede obtenerse de las curvas de porcenta-
je acumulado que se presentan en las figuras 7.9 y 7. 10. Estos datos sugieren que no sólo son diferentes los valores pro-
medio para losdos-grupos , sirio que ésto no refleja un pequeño número de casos extremos. A la edad de 12 años, 58 por-
ciento de loe niños ' altos, hicieron : 7 .o más ' juicios correctos y 30 porciento lograron calificación perfecta de 10 En
contraste , solamente 30 por ciento del grupo de niños de baja estatura en esta edad lograron, puntajes de 7 o más. 9%
tienen más de 8 puntos y ninguno de ellos llega al puntaje perfecto.
Dos hechos ctaramenta , erriergen de los resultados presentados . Para estos niños rurales la diferencia en la talla se acompaña
de diferencia en la habilidad integrativa intersensorial . Para los niños de la clase alta urbana las diferencias en talla no se asocian con dife-
rencias en competencia en la integración intersensorial. Por lo tanto, la talla como tal no puede ser considerada como un deter-
minante de la organización . integrativa • irltersensorial , a menos que tales diferencias en la talla ocurran bajo circunstan-
cias en las cuales,(as difere ncias de • falla.se deriven de.causas que afecten de por sí la organización integrativa intersen-
sorial.

` Las diferencias 'en el crecimient¿en los ñíños ruiales están más probablemente rtrat ir,nadas con el hecho de no haber
recibido alimentación en cantidad y calidad apropiada (desnutrición primaria ) o como producto de enfermedades infec-
ciosas o parasitarias que. iritervienep secundariamente en el estado nutricional individual , ya sea directamente a través
de incr$mentár el cátabolisrrió tisurar; con incrementó compensatorio de la ingesta , o, indirectamente a través de la anore-
xia o de ' las`tradiciopes cul}órales erróness .de acuerdo con las cuales , la reducción en el consumo de alimento tiene pro-
piedades terapéuticas durante la enfermedad o la convalescencia (3,4). ,
1.- Crrrviólo . J., Gióda - Eaonow . C., Yi,d Blich , H.G ''Eariy molrilnidár , ano auouory - visual niegralion in s~ c6dran " J. Spec . Educ . 3 75, 1967.
2 - BocO . H.G, .no Balmonl . L "Adi10,5- Visual Inlagration in Normal ano Relarded Raadera Am J OrlhopaycVelry 34. 952. 1964
CIInlcal N.lliton 9 154,
3.- Waaon , 0. BreManl, R . .nd Sc~ . NB' "Infecllon - and Nutrltionel Stalus 1 T,e Ellecl of Chlcken Pca on Nitrogen Melabol- In Chndren " Amarlcan Journal oi
1961
4 - Crawoto . J "ConhWNaclonea Epldamlólóg"aa Y asas para la Formulación de un Programa de Prevención de la Desnulnclón" Bol MAd Hoso Inlant (Mea ) 15 925, 1$59

131
t,udnuu Id5 QlrelenClaa en I d l l d no ne uenvarl de o serle
se de riesgos, id es:3luld .orld rel leja Iras les dile renc las fami-
liares en estatura y por lo tanto no se encuentra asociada con trastornos en el crecimiento derivados de la desnutrición.
Este punto de vista encuentra apoyo en la fuerte relación de la estatura del padre con la estatura del hijo en el grupo urba-
no de la clase social elevada y la presencia de asociación débil no estadísticamente significativa en la población rural.

Hasta que punto la falta de adecuación de la integración intersensorial en los niños rurales es un reflejo de la desnutri-
ción o si ambas , la pobre integración y la deficiencia en el crecimiento están asociadas con diferencias culturales más
generales , las cuales pueden contribuir independientemente a las diferencias en crecimiento y a las diferencias en el fun-
cionamiento intersensorial , es una cuestión que no puede ser contestada con el diseño empleado en esta investigación.
Sin embargo , se puede especular que si el empobrecimiento social , incluyendo las oportunidades inadecuadas para el
aprendizaje , es la interferencia que en forma primaria e independiente contribuye a la baja estatura y al pobre desarrollo
intersensorial , se hubiera encontrado asociación significativa entre la baja estatura y varios de los factores sociales que
se han implicado como contribuyentes al retardo del desarrollo intelectual, tales como ingreso familiar, la proporción del
ingreso gastado en la alimentación , las condiciones habitacionales y la higiene personal. Es contra esta hipótesis que nin-
guna de estas variables se encontró significativamente asociada con el tamaño corporal en los niños rurales. La única
asociación significativa con un factor sociocultural , fue la correlación con el nivel educacional de la madre.

Esta relación de la educación materna con la adecuación intersensorial , debe ser considerada en asociación con la
distribución de responsabilidades dentro del hogar y particularmente con la actividad de la madre con el cuidado y la sa-
lud del niño. Es importante recordar a este respecto que tanto en ésta como en muchas otras sociedades rurales de Lati-
noamérica , la cercanía del niño a su madre durante los primeros años de la vida no está confinada al contacto físico, sino
que las reglas y prácticas del cuidado y la salud en el hogar pertenecen al mundo de la mujer. Por lo tanto existe gran po-
sibilidad de que las mujeres mejor educadas utilicen menos los métodos tradicionales de alimentación y cuidado del niño
que son una causa directa de la reducción de la ingesta de nutrientes en la salud y en la enfermedad, particularmente en
edades tempranas de la vida . Por otra parte , es posible también que una madre mejor educada pueda funcionar como un
agente socializante más eficiente y de esta manera pueda ejercer una influencia fuerte y positiva en el desarrollo mental
de su niño . Da fundamento a esta idea el reporte de fuerte asociación entre cociente intelectual de las madres y el de sus
hijos (1). Kagan y Moss ( 2) han presentado también datos similares.

Como parte del estudio longitudinal de crecimiento y desarrollo en el "Lugar Sobre la Tierra Blanca " hemos informado
acerca de la relación entre el cambio educacional de la madre respecto a la abuela materna y la salud del niño rural du-
rante el primer año de vida (3 ). Tomando como indicador de salud el incremento de la talla durante el primer año de vida,
se encontró asociación significativa entre cambio educativo materno y salud del niño , únicamente en.el sexo femenino.

La asociación entre cambio educativo e incremento de talla fue independiente de otras características maternas que
incluyeron la edad , paridad , peso y la higiene personal.

La influencia del cambio educativo sobre la salud fue interdependiente con la escolaridad materna. A mejores condi-
ciones de estos dos últimos factores la influencia del cambio educativo fue aún mayor.

La asociación encontrada entre cambio educativo e incremento de talla sólo en el sexo femenino y no en el masculino,
se sugiere sea debida al diferente valor cultural que en el medio estudiado tienen las niñas y los niños.

El hallazgo de influencia benéfica del cambio educativo de la madre sobre el crecimiento de la niña , permite asegurar
que de conservarse hasta la edad adulta se obtenga una repercusión favorable para la siguiente generación , la cual mani-
fcctará en ambos sexos mejor crecimiento intrauterino y mejor crecimiento por lo menos durante el primer año de vida.

La asociación significativa entre cambio educativo materno y mejor salud del niño en el primer año de vida , es una de-
mostración del valor benéfico , al menos en términos de salud , de los programas de mejoramiento de la escolaridad for-
mal en el medio rural.

Considerando que independientemente de los mecanismos involucrados , los niños de clase baja que tienen déficit del
crecimiento , muestran también retardo en el desarrollo del funcionamiento intersensorial , parece importante discutir la
posible significación de la deceleración en el desarrollo de conductas funcionales más complejas . Se considerarán dos
hechos significantes en el aprendizaje : la formación de reflejos condicionados y la adquisición de algunas habilidades
académicas. -

En la mayoría de las situaciones de condicionamiento, lo que se demanda es la integración de dos estímulos , cada uno
de los cuales pertenece a una diferente modalidad sensorial . Por ejemplo , en el condiciona miento clásico de salivación o
en el condicioamiento para retirar la pierna , se asocia un estimulo táctil o de sabor con otro de tipo auditivo o visual, Por
lo tanto , se requiere el establecimiento de una equivalencia entre ellos . Si las interrelaciones entre las modalidades sen-
1 - yapes , N Sonm Increas,n9 ParenlCmW S,mnamres Dunng me Growlh ol Chedren Journal 01 Educelional Psychology a5 1, 195a
2 - Kagan . J , ano Mola , H A Parenlal Correlalea ot Ch , ld 5 10 ario Heiyhl A Croe9 Val,daI'o. r 01 Baraeley Growlh Sludy Resulta Ch1U Developnlenl 30 325 1959

.1 - Cran,olo J DeL,carde E R y ?dl S Cambio Educatwo lntergeneracronal y Crecimiento Fisco en el Primer Año de la Vida" Bol Med Hosp Intanl IMes 1 M 575 1972

132
soriales son inadecuadas , el condicionamiento puede retardarse o ser inefectivo y si no ocurre la integración intersenso-
rial a edades normales , se puede crear el riesgo de un aprendizaje primario inadecuado.

Alekseeva y Kaplanskaya-Raiskaya (1) encontrarori que la deficiencia proteica altera frecuentemente las respuestas
condicionadas : la capacidad para elaborar nuevos reflejos condicionados se afecta primero y las respuestas dé reflejos
previamente bien establecidos pueden deprimirse o aun llegar a abolirse.

Birch y Lefford ( no publicado) reportaron que el control visomotor para copiar figuras depende de la adecuación inter-
sensorial cinestésica-visual y por lo tanto , si se reconoce con Baldwin (2) que el control visomotor es esencial para apren-
der a escribir, se hace aparente que la organización cinestésica-visual inadecuada puede interferir con las habilidades
educacionales primarias para el aprendizaje de la escritura.

El menor desarrollo de la integración auditivo-visual en niños expuestos a riasyo nutricional serio, tiene dos implica-
ciones. En primer lugar proporciona un argumento más a la sugerenica de que los hallazgos de los cambios neurológicos
presentes en animales experimentales alimentados con dietas muy deficientes , puede tener su contraparte en las pobla-
ciones humanas socialmente sujetas a grados significativos de desnutrición.

La segunda implicación está relacionada directamente al significado funcional del retardo neurointegrativo. Aprender
a leer como una tarea educacional requiere la habilidad para transformar patrones auditivos distribuidos temporalmente
en patrones visuales distribuidos espacialmente . De acuerdo con ésto , si se acepta que para comenzar a aprender a leer,
la actividad está grandemente relacionada con el aprendizaje y reconocimiento de los símbolos que representan las pa-
labras habladas (3) un trastorno primario en la habilidad para integrar estímulos en las modalidades sensoriales críticas
-audición y visión - puede incrementar el riesgo de ser un lector deficiente.

La evidencia disponible indica que la inadecuación del desarrollo intersensorial coloca al niño a riesgo de fallar en sus
años preescolares para establecer una estructura normal de condicionamiento y para no aprovechar en sus años escola-
res, los beneficios de la educación.

Interpretados los datos de esta manera , darían lugar a la predicción que los niños cuya baja estatura es un reflejo de la
desnutrición surgida tempranamer..t y a veces en forma continua, son niños que están a riesgo de falla escolar, que sur-
ge de una incapacidad para dominar las materias de la escuela primaria. Si se sostiene esta predicción como sugieren
las observaciones de campo , la desnutrición temprana , ya sea primaria o secundaria , puede ser el punto de partida para
un patrón de desarrollo caracterizado por inadecuación neurointegrativa , falla escolar , y funcionamiento adaptativo sub-
secuente por abajo de lo normal.

Se ha argüido correctamente , que las diferencias en talla para la edad como indicador de antecedente de desnutrición
severa es una inferencia no totalmente justificada, dado que un gran número de variables no nutricionales pueden dife-
renciar a las familias con niños altos de aquellas que tienen niños de baja estatura (4). Por lo tanto, se debería tener una
evidencia más directa de que efectivamente tos niños tuvieron como antecedente la desnutrición en etapas tempranas
de !:.; vida.

Tomando en cuenta estas consideraciones , se evaluó la actuación de niños escolares que habían experimentado des-
nutrición severa en etapas tempranas de la vida . Para tal efecto, llevamos a cabo una serie de investigaciones comparan-
do la ejecución de los sobrevivientes de desnutrición 'severa sufrida antes de la edad de 30 meses, con la ejecución obte-
nida por un grupo constituido por hermanos que nunca experimentaron un brote de desnutrición.

Se asumió que seleccionar un grupo comparable entre los hermanos a los que pertenecían los sobrevivientes de des-
nutrición , podría ser una buena estrategia en un estudio transversal, para cancelar muchas de las circunstancias fami-
liares y sociales que por sí mismas pueden producir deceleración del desarrollo . Seleccionando al hermano más cercano
en edad como control , podrían ser minimizadas las diferencias en muchas variables tales como circunstancias fami-
liares , estatus económico y otras características biológicas de los progenitores . Por supuesto que las variables del micro-
ambiente , particularmente aquellas relacionadas con la interacción padres-niño, así como la interacción con el hermano
índice , ,io pueden ser controladas por medio de esta metodología.

La ejecución mental en una variedad de pruebas relacionadas con mecanismos básicos de aprendizaje , se evaluó en
los casos índices yen sus hermanos en una serie de sesiones, durante las cuales se mantuvo la motivación de los niños,
creando una situación agradable de juego.
En un primer paso, se Investigó el desarrollo de la equivalencia auditiva -visual en 39 casos índice y en 39 hermanos.
Loa resultados obtenidos en los hermanos se presentan en la figura 7.11, correspondiendo al grupo denominado clase so-
1- Abba~Y~, IA, u10 Naplmakaya. Re~kaya $. I.: 'Efheh of MNMOnina on 11ipMr Narvow Ac1M1y In PMC~Defic~l Rol¡' Voprwy Pf.n,Y. (Ouaatklna ol Nu110100) 19 44. 1960.

2.- Baklwkl , J.M.: "Manlal D00.4.0 rlanl In IM Chad arld 7fu Rau.". MIcnWIM. NOV York. 1697.

3.- WrrN. AJ.: "Hew lo Incra~M Readnp ADII11y". 9nd. ad. Naw York: Lonpmano Gloan, 1946.

4.- POak1 . E.. ano RiccW11, M.N.: "Blobplcal and Social ConWla$ ol Status Amorlp CI111dran LMN in 1M $tlxnna CO Una. Perü' ArMrlun JOUrMI ol Onfgp00chlollY 39: 735, 1969.

133
cial baja urbana. Se puede notar que sus puntajes son Interiores a los de niños de la miel,>a edad pertenecientes a condi-
ciones socioeconómicas mejores. La mejoría en la competencia auditivo-visual con la edad es obvia para todas las cla-
ses sociales y para los ambientes urbano y rural. La diferencia en ejecución está dada por la pendiente de las lineas para
cada puntaje y edad (1).

Cuando se contrasta la ejecución edad por edad de los casos índices y sus hermanos (figura 7.12), se hace aparente
que los niños recuperados de la desnutrición severa están muy por abajo de sus hermanos en la competencia auditivo-
visual . Es evidente por tanto, que los niños que sufrieron desnutrición severa puntean muy por abajo de los valores espe-
rados para su clase social . Para ilustrar que estas diferencias en habilidad no se deben a un número pequeño de casos
extremos que puedan afectar el promedio del grupo, en la figura 7.13 se compara el porcentaje acumulado de,los niños
de 7 años de edad que presentaron diferente número de respuestas correctas. La falla en el desarrollo de la competencia
auditivo-visual de los casos índices vuelve a hacerse muy evidente.

En un segundo estudio se investigó la integración cinestésico-visual, que como ya se anotó es una habilidad
íntimamente relacionada con el aprendizaje de escritura, explorándose por un método de equivalencia en la percepción
de formas geométricas.

Fue evidente que edad por edad los niños recuperados de la desnutrición severa y temprana, presentaron niveles de
ejecución significativamente más bajos que sus hermanos. Las figuras 7.14 a 7.16 ilustran la proporción de los casos
indice y de sus hermanos que tuvieron diferente número de errores en la identificación de formas geométricas, tanto
idénticas como no-idénticas, a las edades de 5 a 7 años. Puede verse que existen diferencias muy significativas en la
exactitud de los juicios, siempre a favor de los hermanos.

Procesamiento de la Información Temporal e Integración Auditivo-Visual.

En los estudios intersensoriales se explora básicamente la habilidad del niño para integrar información que llega a las
áreas corticales del cerebro, de manera simultánea a través de distintos sistemas sensoriales. La tarea consiste en tratar
objetivamente señales idénticas presentadas en diferentes modalidades sensoriales y considerarlas corno equivalentes.

La habilidad para hacer juicios intersensoriales de equivalencia y no equivalencia depende, por lo menos parcialmen-
te, de la diferenciación que se haga dentro de cada uno de los sistemas sensoriales a través de los cuales los estímulos
van a ser comparados . En las investigaciones sobre integración auditivo-visual, la tarea a realizar consistió en la presen-
tación de un patrón de estímulos auditivos temporalmente distribuidos el cual debla ser relacionado con un patrón visual
distribuido espacialmente. La competencia para realizar la integración, depende necesariamente de la habilidad para
procesar la información distribuida temporalmente y manejar tal distribución temporal como equivalente de la distribu-
ción espacial. - I

Por consiguiente, es posible que la incompetencia en la integración intersensorial entre las modalidades visual y auditi-
va tenga como base un defecto intrasensorial, es decir, falta de habilidad para el procesamiento de secuencias
distribuidas temporalmente.

Como un primer paso .para examinar esta posibilidad, se planteó el estudio del desarrollo de la habilidad para procesar
información distribuida temporalmente en diversas modalidades . sensoriales,. y explorar la relación que pueda haber
entre este aspecto del desarrollo y la aparición de la habilidad "pera realizar la integración Intersensorial (2).

Los niños estudiados fueron escolares sanos de 7 a 11 años de edad, procedentes de una comunidad rural del centro
de México. Ninguno de los niños habla estado expuesto a desnutrición grave yen general todos procedían de las familias
de mejor situación socioeconómica dentro de la comunidad. El crecimiento somático alcanzado por estos niños era supe-
rior al de los otros niños de su misma edad, con estatura que en promedio a los 8 y 11 años de ejad, era 5 centímetros
mayor en la muestra seleccionada para el estudio. Estas diferencias de promedios en la talla , son significativas al nivel de
confianza del 0.01.

El número de niños incluidos en la muestra fue de 20 para cae una de las edades entre 8 y 11 años; en la edad de 7
años sólo se incluyeron 16 niños.

La habilidad para juzgar patrones temporales de estímulos auditivos, visuales y táctiles, se estudió en todos los niños
por el método de comparaciones pareadas sucesivas. El patrón estándar siempre se presentó primero y al niño se le pidió
que juzgara si el segundo patrón era igual o diferente del estándar. Todas las comparaciones fueron unimodales. con el
estándar visual cortiparado con variables visuales, táctil con táctil y auditivo con auditivo.

Los estímulos visuales fueron ráfagas de luz de igual duración, proyectadas sobre un mismo lugar en el espacio. Los
t -Crarnolo . J. OehceldM . EA, PIAMO . C . ano Alcalde . E "Neuromlapratlw Dewbpnem and lmeslgance M Scnaa Cnad , en Recdwd 1rom McHMrlllon In InurKy Seminar on Elledls oI M91nu,nbor,
,n G,owrh and Danai n,enl " Me~rs Golden Jub,lee Nutdlgn Research Laboralo , ies ol India , Hyderabed . Inda. 1969

2 - C,aeoio J . and D,L'ca „ de. E R Tne Dewbpmenl of Temporal Inlormal , or, P,ocess,ng ano Aud , iOry.Viaual lnleg,al-on P,oceed.ngs ol ¡he Hin Meeting ol len Mer', an So , , ely tu, Ped a,.„,
Resea,ch , San MlgoN Regla. Mea,co . Juro 7.6 197.

134
estímulos auditivos fueron sonidos provenientes de una fuente espacial constante , colocada fuera del campo visual del
niño. Los estímulos visuales fueron generados por medio de una lámpara silenciosa de baterías y los auditivos por un pe-
queño instrumento que produce, a la presión entre los dedos indice y pulgar, un ruido metálico de corta duración . Con el
objeto de asegurarse que la duración ríe la presentación del estímulo así como el intervalo entre los estímulos era el ade-
cuado, las secuencias se realizaron apareándolas al movimiento del instantero de un reloj analógico.

ta discriminación intrasensorial táctil fue explorada empleando los mismos patrones de estímulos. Al niño se le venda-
ron los ojos y se le puso su mano preferente encima de una placa donde se habían colocado monedas de igual tamaño,
colocadas de acuerdo a los patrones de distribución espacial. El examinador fue moviendo la mano del niño a lo largo de
la placa a una velocidad uniforme, de izquierda a derecha. La distribución espacial de las monedas se hizo de tal manera
que el tiempo transcurrido entre estimulaciones sucesivas, bajo condiciones de movimiento uniforme, fuera igual al obte-
nido cuando se emplearon estímulos auditivos o visuales.

Con el objeto de asegurarse que las diferencias que pudieran presentarse en el nivel de competencia en las distintas
modalidades, no fueran debidas al patrón especifico empleado, se escogieron tres series de diez para cada una; cada se-
rie es diferente en el patrón de estimulación que debe ser juzgado. En cada serie , la mitad de las presentaciones pare-
adas correspondió a identidades y la otra mitad a desigualdades; en las presentaciones de cada serie, identidades y no
identidades entraron al azar.

- Los juicios realizados por el niño se clasificaron en correctos o incorrectos para cada par; respuestas evasivas o res-
puestas del tipo "no sé", se calificaron como incorrectas. La calificación máxima favorable fue igual a 10.

El. procedimiento para realizar la prueba , fue el siguiente : El examinador le dijo al niño que iban a jugar a " mirar", a
"escuchar" y a "tocar". Se le mostró una caja llena de recompensas (dulces) y un ábaco con cuatro hileras.de cuentas,
indicándole que una hilera se emplearía para calificar el juego de " mirar", la segunda hilera para calificar el juego
"ciego", la tercera hilera para calificar el juego de ''oír". Se le dijo también, que al terminar cada juego podría tomar un
dulce de la caja y llevárselo o comérselo.

Enseñándote al niño un par de estímulos idénticos y un par de estímulos no idénticos de la misma modalidad , se le dijo:
En este juego yo voy a mostrarte dos conjuntos de luces . (sonidos , objetos ) que a veces serán iguales (el examinador le
señala los iguales ) y a veces serán diferentes ( el examinador le indica los diferentes); lo que a ti te toca hacer, es mirar (es-
cuchar, tocar) con mucho cuidado y decirme si son iguales o si son diferentes. Mira (oye , toca) ésto (el examinador presenta el
estándar) y ahora (el examinador presenta la comparación) dimesi son iguales o diferentes; después de la demostración refe-
rente a la última modalidad , al niño se le recordó que iba a ver o a escuchar , o a tocar, dos ráfagas de luces o dos grupos de
sonidos , o dos grupos de monedas y que oiría al examinador decir " mira (escucha , toca) esto " antes del primer par " y ahora",
antes del segundo par. Al niño se le instruyó para que respondiera con "igual o diferente " después de la presentación de la se-
gunda secuencia . La aplicación de las pruebas se hizo de manera Individual y las tres modalidades fueron exploradas por el
misrno observador en una sola sesión.

El nivel de competencia en la integración auditivo-visual, fue estudiado también de manera individual en los mismos ni-
ños, siguiendo el método de equivalencia ya citado. A los niños se les pidió que idetificaran visualmente un patrón de pun-
tos que correspondiera a un patrón auditivo rítmico. La tarea consiguiente, exploró la habilidad del niño para igualar un
conjunto de estímulos auditivos estructurado en el tiempo, con un conjunto de estímulos visuales distribuido de manera
espacial.

El orden de presentación de las pruebas fue siempre el mismo para todos los niños . Primero , se exploró la integración
auditiva-visual y después de un descanso se realizaron los exámenes visual, táctil y auditivo. Con el objeto de controlar el
efecto que pudiera tener la, práctica , a un grupo distinto de niños de edad semejante se le administraron las mismas
pruebas con diferente orden de presentación. Los resultados obtenidos en este grupo, demostraron.que el orden de pre-
sentación no Influye significativamente en el número de respuestas correctas.

A medida que la edad cronológica de los niños es mayor, se observó una clara mejoría en el nivel de competencia para
realizar juicios intrasensoriales de patrones secuenciales . Como puede verse en -la Figura 7.17, a los 7 años de edad la
ejecución se encuentra a nivel, no significativamente diferente del que se obtendría por azar. La mejoría más rápida se
presenta en general de los 8 a los 10 años de edad, a partir de los cuales el número de juicios tiende a un valor asintótico.
El desarrollo más temprano . y más rápido en el nivel . de: competencia, se presenta en la modalidad auditiva en la cual el
promedio de juicios correctos alcanza un valor asintótico a los 9 años deedad. Un nivel semejante se logra en los juicios
iintrasensoriales visuales a los 10 años de edad . En lo que se refiere a la competencia táctil, ésta se encuentra retrasada
en relación a las otras de modalidades exploradas, alcanzando su máximo a los 10 años de edad y quedando sin mejoría
a partir de esta edad . En los niveles de competencia máxima, las ejecuciones auditiva y visual son significativamente su-
periores a la táctil. Un análisis de varianza por edad y por modalidad (Cuadro 7.5), indica tendencia altamente significati-
va en relación a la edad , así como una diferencia significativa entre las modalidades en el curso del desarrollo específico
para .la edad. Esta última diferencia está dada fundamentalmente por la diferencia entre la modalidad táctil y las otras dos
modalidades.

135
El desarrollo de la competencia en las modalidades visual y audnlva, se realiza básicamente enue las edades de 8 y 11
años. Como se hizo notar con anterioridad, tanto la modalidad visual como la auditiva alcanzan valores promedio máxi-
mos, entre los 9 y 10 años de edad . Para ilustrar la distribución que tiene la muestra de niños estudiados en los niveles de
competencia auditivos y visuales , así como la diferencia en la edad de alcance de la máxima competencia , en la figura
7.18, se anota el porcentaje acumulado de niños que muestran distintas calificaciones en las edades de 9 y 10 años. Co-
mo puede verse en la figura , la competencia auditiva a los 9 años de edad es prácticamente igual a la de los 10 años. Por
el contrario , la competencia visual que es significativamente inferior a la auditiva a los 9 años , continúa mejorando hasta
alcanzar el mismo nivel de la auditiva a los 10 años de edad . No se obtuvo diferencia en cuanto al sexo.

El desarrollo de la habilidad para integrar estímulos auditivos con visuales, se expresa gráficamente en la figura 7.19.
En ella puede notarse que el promedio de juicios correctos obtenido entre los 7 y los 8 años de edad no difiere del nivel
que daría el azar . La competencia en la integración auditiva-visual mejora rápidamente entre los 8 y los 9 años de edad,
en que alcanza un valor asintótico.

El análisis de los datos señala claramente, que el desarrollo de las competencias intrasensorial e intersensorial es tan
semejante como para dar curvas paralelas de desarrollo. Ambos tipos de competencia exhiben su más rápido desarrollo
entre los 8 y los 10 años de edad, a partir de los cuales tienden a valores asintóticos. Esta semejanza pudiera representar
interdependencia en el desarrollo de las funciones, o bien simple paralelismo en el curso específico para la edad, de dos
procesos de desarrollo independientes uno del otro. Para explorar estas alternativas, se hizo el cálculo de la correlación
entre los niveles de competencia intrasensoriales, visual y auditivo por una parte y el correspondiente nivel de integra-
ción intersensorial auditivo-visual. Se consideraron las edades de 8 y 9 años como las más adecuadas para este análisis
de correlación. En el cuadro 7.6 se puede observar que las intercorrelaciones entre las competencias infra e intersenso-
ríal en los niños de 8 y en los de 9 años de edad, son de pequeña magnitud y estadísticamente no significativas. Estos
hallazgos sugieren que el nivel de competencia para establecer correctamente juicios intrasensoriales, es un mal predic-
tor del nivel de competencia en el establecimiento de juicios de integración de información que llega a la corteza cerebral
de manera simultánea, a través de las dos modalidades sensoriales.

Teniendo en cuenta que el grupo de curvas que expresan el desarrollo de la competencia en el procesamiento intra-
sensorial son muy semejantes y considerando también la semejanza en la edad de la vida en que dicho procesamiento
mejora , se estaría tentado a especular que un mismo proceso sirve de base a la mejoría en el establecimiento de juicios
en los sistemas sensoriales estudiados. Los datos sin embargo, no apoyan esta especulación ya que claramente indican
la falta de correlación significativa entre los sistemas sensoriales estudiados . Por consiguiente , debe aceptarse la exis-
tencia de diferentes procesos como base del desarrollo de la competencia entre las diferentes modalidades y aceptar
también, que el nivel de competencia en una modalidad no predice el nivel de competencia en las otras.

Consideraciones semejantes pueden hacerse respecto a la relación de la habilidad para procesar información distri-
buida temporalmente dentro y entre las modalidades visual y auditiva . En este caso , también existe semejanza en las cur-
vas de desarrollo y también hay coincidencia en las edades específicas en que maduran estas habilidades. Sin embargo,
no existe asociación sistemática entre las habilidades para procesar información intersensorial e intrasensorial.

.".•'n cue^r+n AI nrocesamiento de la información intrasensorial es un prerrequisito para el procesamiento intersenso-


rial, el nivel de competencia en el procesamiento intrasensorial carece de valor predictor para los niveles de competen-
cia en la integración intersensorial. La manera más simple de hacer congruencia entre los resultados obtenidos y el con-
siderando del procesamiento de información intrasensorial como prerrequisito, es la aceptación de que debe existir un
umbral en la competencia intrasensorial para que pueda efectuarse la integración intersensorial, la cual a su vez es el
reflejo de un proceso de desarrollo diferente.

Los hallazgos de la presente investigación , señalan que una falla para alcanzar el valor umbral en el procesamiento
intrasensorial , puede ser la base de la incompetencia en la integración intersensorial. Por consiguiente , cualquier estudio
de relación entre un antecedente, tal como la privación y el desarrollo de la capacidad neurointegrativa, debe acompa-
ñarse de una evaluación concomitante de la organización intrasensorial en los mismos sujetos.

Como ya se hizo notar en un capitulo anterior, uno de los principales obstáculos en la interpretación de los anteceden-
tes y consecuentes de la desnutrición en el niño , resulta de la escasez de datos pertinentes relacionados con el ambiente
del niño y con el niño mismo antes de que se presente el episodio de desnutrición, ya que es difícil dejar de aceptar a
priori, que la presencia de un niño en tales condiciones cambia algunas de las actividades, actitudes y prácticas de su o
sus agentes socializantes , al igual que cambian otras características de su ambiente . Por consiguiente, los datos de ca-
rácter transversal o el estudio de sobrevivientes de desnutrición no es suficiente y se requiere el estudio longitudinal de
los individuos a riesgo y de testigos apropiados, a modo de disponer de información contemporánea para cada evento, en
cada niño.

Una oportunidad excepcional para la realización de un análisis prospectivo del desarrollo intersensorial en relación a
la presencia de desnutrición severa, se presentó cuando en el curso de la investigación longitudinal del "Lugar Sobre la
Tierra Blanca", iniciada en la etapa intrauterina, y descrita en páginas anteriores, del total de la falange de nacimientos,
22 presentaron desnutrición clínica grave, a la cual sobrevivieron 19 niños.

136
La presencia de desnutrición clínica avanzada en estas circunstancias , nos ha permitido comparar el desarrollo
neuroinlegrativo de niños recuperados años antes de marasmo o kwashiorkor , y el desarrollo de niños de edad semejan-
te, pertenecientes a la misma falange de nacimientos , que no desarrollaron desnutrición avanzada.

El análisis se enfocó en la comparación de los niveles de ejecución alcanzados en edades sucesivas, por el grupo de
sobrevivientes de desnutrición y por un grupo testigo apareado por sexo, edad gestacional, tamaño al nacimiento (peso,
talla, perímetro cefálico, perímetro torácico, circunferencia dei brazo y grosor del panículo adiposo de la cara posterior
del brazo), así como en organización del sistema nervioso, estimada, también al nacimiento, por medio de examen neuro-
lógico y por la técnica de Gesell. Un segundo grupo de comparación estuvo constituido por niños nacidos a término sin
patología detectable, quienes fueron apareados con los desnutridos en términos de sexo y calificación total en estimula-
ción disponible en el hogar. Ninguna de las otras características del macroambiente incluyendo ingreso per cápita, fuen-
te principal de ingreso, porcentaje del egreso total gastado en alimentación y tamaño de la familia, al igual que las
características biológicas, educativas y de salud de los progenitores, mostraron diferencias significativas entre los tres
grupos rte niños. Tampoco hubo diferencia en las características biológicas de los progenitores.
Esta estrategia permitió cancelar algunas de las variables, que no habían podido ser controladas en los estudios pre-
vios, como la influencia de la educación formal de la madre y de ciertos factores del microambiente del niño, en especial
la cantidad y calidad de la estimulación de que dispone en su hogar.
Las tasas de adquisición, en función de la edad, de competencia intersensorial cinestésico-visual y auditivo-visual
fueron obtenidas en cada niño, empleando las técnicas descritas en páginas anteriores de este capítulo.

El instrumento que se empleó para evaluar la estimulación en el hogar, fue el inventario diseñado por Beatye Caldwell,
que permite conocer ciertos aspectos de la cantidad y calidad de la estimulación disponible para el niño en su hogar. En
el estudio se emplearon dos formatos, uno diseñado para niños de 0 a 3 años de edad y el otro para niños entre 3 y 6 años
de edad.

Un psicólogo especialmente adiestrado recolectó los datos de la estimulación, por medio de visitas domiciliarias, a in-
tervalos no mayores de 6 meses durante los primeros tres años de vida y posteriormente a intervalos no mayores de un
año. El psicólogo nunca estuvo familiarizado con la historia nutricional de los niños.

Desnutrición e integración cinestésica -visual.

Como puede observarse en el cuadro 7.7 y en la figura 7.20, el promedio de errores al juzgar formas no idénticas, pre-
sentadas en forma simultánea a las modalidades sensoriales visual y cinestésica, muestra franca disminución en función
de la edad , tanto en los sobrevivientes de desnutrición de tercer grado como en los testigos para tamaño al nacimiento. El
patrón de mejoramiento en la ejecución exhibida por ambos grupos , se aproxima a la forma de una función de crecimien-
to con una marcada diferencia en el valor del intercepto y en la edad a la cual los valores asintóticos son alcanzados; así,
mientras que el grupo testigo alcanza la asintota a los 78 meses , los sobrevivientes de desnutrición no la han alcanzado
aún a los 86 meses de edad . No únicamente existen marcadas diferencias en el promedio de errores cometidos, la va-
riabilidad que presentaron los sobrevivientes de desnutrición es también mayor que la observada en el grupo testigo por
tamaño al nacer.

Las proporciones de niños, con y sin antecedentes de desnutrición severa, que cometieron diferente número de erro-
res de equivalencia (j uzgar como iguales formas diferentes) en cada una de las edades exploradas , se anotan en los
cuadros 7 . 8 a 7.11 y en las figuras 7 . 21 a 7 . 24. Puede observarse que en todas las edades los sobrevivientes de desnutri-
ción tienen niveles de competencia significativamente inferiores . Estos datos indican claramente el retardo en la organi-
zación intersensorial presente en estos niños , desde la primera edad estudiada . Así, a los 66 meses de vida , mientras que
7 de cada 10 niños testigo no cometieron más de 28 errores de equivalencia , el límite correspondiente para los sobrevi-
vientes de desnutrición fue de 44 errores. A los 73 meses de vida, 75 porciento de los sobrevivientes bajaron a no más de
48 errores . En contraste , 75 porciento de los téstigos por tamaño del nacimiento , alcanzaron cifra de no más de 18 erro
res. El limite de errores para el 75 porciento de los niños a los 78 meses de edad es de 20 y 10 respectivamente, para
sobrevivientes y testigos. Finalmente, cuando los niños llegaron a la edad de 86 meses, 75 porciento de los testigos tu-
vieron no más de 9 errores , mientras que el 75 porciento de los sobrevivientes cometieron hasta 15 errores.

Desnutrición e Integración auditivo-visual.

El desarrollo de la Integración Intersensorlal auditivo-visual se presenta en los cuadros 7.12 a 7. 14 e Ilustra en las figu-
ras 7 .25 y 7. 26. Como se puede ver, en todas las edades estudiadas el nivel de competencia fue marcadamente inferior
en los sobrevivientes de desnutrición de tei cer grado. Iniciando a la edad de 73 meses, es Impresionante que ninguno de
los niños que sobrevivió a la desnutrición tuvo siquiera un juicio correcto. Por otro lado, la proporción de niños testigo con
calificaciones mayores de cero fue de 3 de cada 10 niños , con uno de cada 10 alcanzando calificación de 5 puntos. A 78
meses de edad , mientras que 6 de cada 10 sobrevivientes de la desnutrición todavía mantenían calificaciones entre cero
y una respuesta correcta , la proporción de niños con ejecuciones tan pobres en el grupo testigo era 3 de 10. Este mismo
patrón fue obtenido cuando los niños llegaron a los 86 meses de vida . La proporción de niños con muy baja ejecución -
calificaciones 0 o 1- entre los testigos era alrededor de la mitad de la proporción encontrada en los sobrevivientes de des-

137
nu?ñción . En el otro extremo de la distribución, mientras que ningún sobreviviente dio más de 4 juicios correctos, 1 de ca-
da 10 niños testigo alcanzó el nivel de 6 a 7 aciertos.

Los datos de este estudio longitudinal, son evidencia del retardo en el desarrollo de la integración intersensorial en
sobrevientes de desnutrición clínica de tercer grado.

Como fue mencionado anteriormente, los sobrevivientes de desnutrición y los testigos por tamaño al nacer no sola-
mente diferian en los antecedentes nutricionales sino también en la cantidad y calidad de la estimulación disponible en el
hogar. Por tanto, ya que por un lado el antecedente de desnutrición estaba asociado en forma significativa con estimula-
ción en el hogar disminuida y por otro lado, los sobrevivientes de la desnutrición severa mostraron retardo significativo en
sus ejecuciones cinestésico-visuales y auditivo-visuales, pareció lógico tratar de separar los posibles efectos de va-
riables nutricionales y no nutricionales. Nuestro intento para llevar esto a cabo se hizo mediante la decisión de incluir en
el análisis comparativo, los datos obtenidos en un segundo grupo testigo formado por niños que no habían presentado
desnutrición severa y cuyas calificaciones totales en estimulación en el hogar eran iguales a las calificaciones de los
sobrevivientes de desnutrición, tanto antes como después del episodio de desnutrición clínica de tercer grado.

Desnutrición , estimulación e integración cinestésica- visual.

En tratándose de funciones de crecimiento y tomando como criterio el número de errores, el análisis de diferencias
entre grupos puede ser mejor realizado una vez que esos grupos han alcanzado niveles de ejecución francamente supe-
riores a los que pudieran obtenerse por azar e inferiores a los niveles máximos, representados por la asíntota de la fun-
ción de crecimiento.

De acuerdo con este razonamiento, los niveles de competencia obtenidos a las edades de 73 y 78 meses fueron selec-
cionados para el análisis comparativo de ejecución cinestésica-visual entre niños con y sin antecedentes de desnutrición
de tercer grado, apareados por calificación total en estimulación en el hogar.

El cuadro 7.15 y la figura 7.27 muestran como a los 73 meses de edad , aún apareados por estimulación en el hogar, los
sobrevivientes de desnutrición severa tuvieron niveles de ejecución muy inferiores a los de niños sin antecedentes de
desnutrición . Por ejemplo , la proporción de niños testigo con 10 errores o menos en el juicio de formas no idénticas, es el
doble de la proporción encontrada en el grupo de sobrevivientes . En forma similar, mientras que sólo 2 de cada 10 testi-
gos cometieron más de 20 errores , la proporción en los sobrevivientes que exhibieron este bajo nivel de ejecución ascen-
dió a 5 niños de cada 10.

Si se considera ta cifra de 25 errores de equivalencia como un punto de corte , en el cuadro 7.16 puede notarse la exis-
tencia de un gradiente en el nivel de ejecución de los tres•grupos de niños analizados . Los testigos por tamaño al nacer
(SIMTAM) están colocados en el mejor nivel de ejecución , los sobrevivientes de desnutrición de tercer grado (MALNUT)
ocupan el lugar inferior , y los niños sin antecedentes de desnutrición severa pero con calificaciones en estimulación tan
bajos como los de los rehabilitados de desnutrición ( SIMEST ), colocándose en una posición intermedia . Una prueba de Ji
cuadrada de- proporciones señaló que estas diferencias entre grupos son significativas el nivel de confianza estadística
de 0.05.

Las proporciones . de niños de 78 meses de edad con y sin antecedentes de desnutrición de tercer grado , apareados
por calificación total en estimulación en el hogar , que tuvieron diferente número de errores en integración cinestésica-
visual, se presentan en el cuadro 7.17 y se ilustran en la figura 7 . 28. Una vez más , se hace aparente que los sobrevivien-
tes de desnutrición se encuentran significativamente más retrasados en su competencia cinestésica-visual que los niños
con calificaciones iguales en estimulación pero sin el antecedente de desnutrición severa . Por ejemplo, en el nivel alto de
ejecución , (no más de 5 errores) hay el doble de testigos que de sobrevivientes de desnutrición . En forma semejante,
mientras que el 25 porcierdo de los testigos cometieron más de 10 errores , la cifra correspondiente para los sobrevivien-
les fue 44 porcientct..

Si se hace un corten 16 errores , el cuadro 7 . 18 muestra que los sobrevivientes de desnutrición , los testigos por estimu-
ación en el hogar y !los testigos por tamaño al nacimiento exhiben un gradiente de competencia en la habilidad
-inestésico-visual . Los niños sin antecedentes de desnutrición clínica severa y mejores calificaciones en estimulación se
sitúan en primer lugar , seguidos por los niños sin antecedentes de desnutrición con calificaciones pobres en, estimula-
ción'y finalmente , los sobrevivientes de la desnutrición que tienen los peores niveles de competencia . Las diferencias
entre estos tres grupos son estadísticamente significativas al nivel de confianza de 0.05.

Desnutrición , estimulación e integración auditiva -visual.

El patrón para el desarrollo Intersensorial auditivo-visual es marcadamente diferente del obtenido para la integración
cinestésica - visual, cuando los sobrevivientes de desnutrición de tercer grado se comparan con niños sin antecedentes
de desnutrición severa que tengan las mismas calificaciones bajas en estimulación en el hogar.

Las proporciones de niños testigo por estimulación y niños con antecedentes de desnutrición severa que hicieron dile-

138
rente número de aciertos en integración auditivo-visual, se presentan en los cuadros 7.19 a 7.21. Puede verse que con ex-
cepción de la edad de 73 meses donde hay una aparente diferencia en proporciones, la cual no es significativa al nivel
estadístico de confianza de 5 porcianto, en, las otras : do& edades. las proporciones de puntajes bajos y altos en la ejecu-
ción son similares en ambos grupos. En todas las edades la prueba Ji cuadrada de proporciones hace evidente la ausen-
cia de diferencia entre los niños con y sin antecedentes de desnutrición severa, apareados por calificación total en esti-
mulación en el hogar.

Gopalan y su grupo en India (1,2) Wray en Tailandia (3) y Cravioto y asociados en Guatemala yen México han publicado
estudios de desarrollo intersensorial de niños en edad escolar con diversos riesgos de haber tenido desnutrición durante
la edad preescolar (4-6).

La aparente igualdad entre los grupos debe ser tomada con cautela. Cuando se aplica una prueba que sigue una clara
función de crecimiento, el tiempo que se tárde en alcanzarse la ejecución asiptótica puede ser la única diferencia entre
un grupo con desarrollo normal y un grupo con retraso en el desarrollo. Si un niño ha completado ya su máximo nivel de
ejecución y otro niño alcanza el mismo nivel más tarde, aunque ambos tienen ahora el mismo puntaje no se puede pro-
piamente decir que el segundo niño haya alcanzado al primero. Más aún, en sociedades en las que las demandas intelec-
tuales son especificas para la edad cronológica, la importancia de retardo en el desarrollo puede ser fundamental para el
futuro role y estatus de aquellos sujetos afectados, a pesar del hecho de que más tarde en la vida, los niveles de ejecu-
ción intelectual o de funcionamiento del sistema nervioso de-a-cros-individuos puedan no diferir de los que tienen sus com-
pañeros más afortunados.

-Los datos de estos estudios transversales de integración intersensorial cinestésica-visual son acordes con los datos
de nuestro estudio longitudinal, en el sentido de que el antecedente de desnutrición clínica de tercer grado, independien-
temente de la cantidad y calidad de la estimulación disponible para el niño en su hogar, está fuertemente asociado a los
niveles de competencia cinestésica-visual. Considerando que la calificación en estimulación en el hogar también se aso-
cio significativamente con la competencia cinestésica-visual, el retraso del desarrollo de esta función observado en los
niños con antecedentes de desnutrición de tercer grado viene a ser el resultado de los efectos de la desnutrición y de la
acción negativa de ciertos factores microambientales relacionados con el cuidado del niño.

Los hallazgos con respecto a la integración auditiva-vist af'Mrecen un cuadro distinto. Cuando las diferencias en esti-
mulación en el hogar entre sobrevivientes de desnutrición severa y testigos por tamaño al nacimiento se cancelan, los ni-
veles de ejecúél$n eh látáree audittbo-visual sori de fnád ifud semejante én los sobrevivientes de desnu-trloib'rvy en niños,
sin aftecedentes de desnutrición pérdcontguales pdnfáfés bájde;de'estlmulaoión. El borrámiento dé lá`dife*renciéseñala
la magnitud de la asociación entre estimulación en el hogar y desarrollo neurointegrativo en el área áuditi3ó disuá1. Esté'
dato indica la necesidad de buscar asociaciones semejantes entre este aspecto de la organización neurointegrativa y
oteas características del microambiente del niño, talescorTto calidad de la interacción madre-niño y tipo y cantidad de co-
municación verbal.

Tanto desde,et punto de vista teórico como el pracrtoo, es obvia la importancia que tienen las' investigaciones que
pueden-llegar a permitir la clasificación de, las habilidades mentales específicas en función de su grado de modulación
por tactórestambién específicos del microy del macroambientedel niño. Los hallazgos presentados y los que provengan
de los estudios lorigitudin8ies que actualmente se realizan en varias culturas, seguramente podrán contribuir a este res-
pectó. Es afortunado que la investigación sobre los efectos que :en las funciones mentales pueda causar Ta desnutrición,
ha pasado de la etapa simplísta de-modeló unicausál:a una etapa más productiva de multicausalidad y especificidad. El
sistema nervioso central no es uniforme ni anatómica ni funcionalmente; teóricamente al menos los factores que influen-
cien una de sus expresiones pueden ser totalmente -distintos de los que influencien otras expresiones.

,.-• : s: E7lkarl8a ; S.O.: aM 00pa1an: C-XVnlnWrfAl lnd iminier rx/yeRlpRlanl ' Atn7.' GTn NUIr . a? Ene, t9^. '--
2 - 54*961la . SG. 8tatry , C.Y..ano Na~OO , AN' •'M$autrelon en ~la¡ Iunciprl '• ProceMlnQ$ X Ih lnternhl,O lal ConQresa 01 NuTINion , Kyoto Japan . Auguel 3-9. 1975

3.- Wrey J ' Inlor$anaory dsnlapmanl n schooFage chedren al a h,9h riel, 01 severa malnulrlhgl du"n9 Ihe preSCrg i yeare. unpudlahed manuscnpl 1975

4.- Cravldo J .. DeLiew le . E R Ud Brch . H 0.. "NUrreKK1 . 9rowtll an neUrdnte9ranve developmenl An eaperv0nlel and 00010910 ehoy" Pedialvvs 38 119. 1968

5.- C~ 10 . J. 9lrch , H.O. and Det¢arda . ER '•mlluan,N de la dysnulnclón noble la Opa.-dad de aprandüte del rolo socolarkbo Med Hoap Inlanl (Mea .) 217. 1967

a - Cn1-id4/. J. l.nd Dalwardia E R Mantel Parlamente m Seno0l Age ChiNren Findcgs Allei Rocovery From Early Severo Malnu,úllon '• Am J Ola CMId 120 440. 197n

139'
CUADRO 7.1

ORDEN DE PRESENTACION DE LOS ESTIMULOS ESTANDAR Y VARIABLES PARA CADA CONDICION EXPERI.
MENTAL

ESTIMULOS ESTANDAR

TRIANGULO HEXAGONO CUADRADO SEMICIRCULO CRUZ ROMBO ESTRELLA CIRCULO

CUA EST EST CRU HEX ROM TRI CRU


CIR HEX TRI SEM ROM CRU ROM CIR
ROM CRU CUA TRI CRU SEM SEM SEM
EST HEX ROM CIR TRI CIR CUA HEX
TRI CIR HEX SEM CUA HEX EST EST
SEM CUA SEM EST CIR ROM HEX CIR
HEX ROM CUA ROM CRU TRI CRU CUA
TRI SEM CIR CUA EST CUA EST TRI
CRU TRI CRU HEX SEM EST CIR ROM

CUADRO 7.2
RELACION PORCENTUAL ENTRE EL NUMERO DE ERRORES OBSERVADOS Y EL NUMERO TEORICO MAXIMO
POSIBLE EN JUICIOS DE EQUIVALENCIA Y NO-EQUIVALENCIA , EN NIÑOS ESCOLARES RURALES , AGRUPA.
DOS DE ACUERDO A LA TALLA.

ERRORES DE NO-EQUIVALENCIA ERRORES DE EQUIVALENCIA


MODALIDADES INTERSENSORIALES MODALIDADES INTERSENSORIALES
edad
CINESTESICA-VISUAL HAPTICA-VISUAL CINESTESICA- CINESTESICA-
CINESTESICAVISUAL HAPTICA-VISUAL
en HAPTICA HAPTICA
Niños con tallas comprendidas en: Niños con tallas comprendidas en:
niños
Cuartil 1 Cuartil 3 Cuartil 1 Cuartil 3 Cuartil 1 Cuartil 3 Cuartil 1 Cuartil 3 Cuartil 1 Cuartil 3 Cuartil 1 Cuartil 3
6 31.2 23 . 1 7.0 6.2 29 . 7 19.2 41 . 9 27.8 35 .4 11.4 34.4 21.6
7 22.1 14 . 7 1.8 1.8 15 . 8 10.2 8.7 12.5 4.6 4.2 5.3 10.8
8 13.1 7.5 2.5 0.6 11.9 6.9 21 . 7 4.3 4.1 3.4 10.7 2.5
9 12.1 3.9 0 0 9.1 3.4 3.6 3.1 3.0 1.4 2.2 0.5
10 11.9 5.8 0 0 10.2 8.0 3.2 2.7 2.3 1.3 2.6 1.9
11 7.5 1.1 0 0 7.5 2.2 2.3 2.4 2. 1 1.9 2.3 0.8
12 1.8 0 0 0 2.6 3.1 1.3 1 .1 0.7 1.1 2.1 1.3

140
CUADRO 7.3

PROMEDIO Y RANGO DE LA TALLA EN CENTIMETROS DE NIÑOS RURALES DE EDAD ESCOLAR EN LOS


EXTREMOS DE DIFERENCIAS EN ESTATURA.

Edad (años) 6 7 8 9 10 11

Cuartil Inferior 98 106 108 113 114 119


para talla

Rango 96-99.5 101-108 99-110 107-116.5 109-116.5 113-123

Cuartil Superior 107 113 119 124 127 134


para talla

Rango 105-113 111.5-118 116-122 122-126 124-133 131-138

CUADRO 7.4

PROMEDIO Y RANGO DE LA TALLA EN CENTIMETROS DE LOS GRUPOS DE NIÑOS ESCOLARES DE LA CLASE


SOCIAL ALTA URBANA EVALUADOS EN ORGANIZACION INTERSENSORIAL.

Edad (años) 6- 7 a 9, . 10 11

Cuartil Inferior 111 115 , .121- 130 130 135


para talla

Rango 106-115.5 110=118 119-123 125.5-133 127-132 132.5-137.5

Cuartil Superior 126 130 137 141 147 156


para talla

Rango 124 . 5-129 128 .5-135 132. 5-141 137-147 145-150 155-157

. CUADRO 7.5

ANALISIS DE VARIANZA POR EDAD Y MODALIDAD SENSORIAL

Grados de Suma de Promedio


Fuente libertad cuadrados cuadrático F

Entre Modalidades 2 93.97 46.98 5.25'


Entre Edades 4 325.37 81.34 9.09•
Interacción 8 71.55 8.94 3.74"'
Entre Duplicados 273 653.73 2.39
Total 287 1144.62

•p 0.05
•p 0.01
•••p0.001

141
CUADRO 7.6

INTERCORRELACIONES DE COMPETENCIA INTRA E INTERSENSORIAL EN NIÑOS DE OCHO Y NUEVE AÑOS


DE EDAD.

Variables r (8 años) r (9 años)

Auditiva-Visual vs.
Visual N = 20 0.16 0.28

Auditiva-Visual vs.
Auditiva N = 20 -0.27 0.06

Auditiva-Visual vs.
Auditiva y Visual -0.09 0.20
Combinadas N = 20

CUADRO 7.7

PROMEDIO DE ERRORES DE EQUIVALENCIA EN LA INTEGRACION CINESTESICA •VISUAL EN FUNCION DE


EDAD Y ANTECEDENTES DE DESNUTRICION CLINICA SEVERA

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Antecedentes de Desnutrición severa


Edad
Presente Ausente

66 25.±22 15±14
73 23±21 10± 8
78 14±13 7± 4
86 10± 9 7± 3

142
CUADRO 7.8

INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL A LOS 66 MESES DE EDAD DE-NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LÁ TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Clínica Severa


errores de
equivalencia Presente Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

o- 10 0.470 0.476
11 - 20 0.529 0.618
21 - 30 0.647 0.808
31 - 40 0.706 0.855
41 - 50 0. 824 0.855
> 51 1.000 1.000

CUADRO 7.9

INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL OBTENIDA A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECE.
DENTES DE DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Clínica Severa


errores de
equivalencia Presente Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0-10 0.294 0.523


11 - 20 0.471 0.856
21 - 30 0.648 1.000
31 - 40 0.706
41 - 60 0.764
i 51 1.000

143
CUADRO 7.10

INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Clínica Severa


errores de
Presente Ausente
equivalencia
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0-5 0.166 0.380

6-10 0.554 0.760

11 -15 0.600 0.855

16 - 20 0.775 0.855

21 - 25 0.775 0.855

26 - 30 0.886 0.855

31 1.000 1.000

CUADRO 7.11

INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL A LOS 86 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Clínica Severa


errores de
Presente Ausente
equivalencia
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0-5 0.294 0.25

6-10 0.647 0.85


11 -15 0.764 0.95

16 - 20 0.941 0.95

> 21 1.000 1.00

144
CUADRO 7.12

INTEGRACION AUDITIVA-VISUAL A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES-
NUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Severa


juicios Presente
correctos Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0 1.000 0.714

1 0.714

2 0.809

3 0.809

4 0.904

5 1.000

CUADRO 7.13

INTEGRACION AUDITIVA-VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES.
NUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Severa


juicios Presente Ausente
correctos Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0-1 0.611 0.285

2-3 0.722 0.332

4-5 1.000 0.855

6-7 1.000

145
CUADRO 7.14

1 NTEGRACION AUGITIVA-VISUAL A LOS 86 MESES DE EDAD EN NIÑOS-CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES.


14UTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Antecedentes de Desnutrición Severa


Número de
juicios Ausente
Presente
correc[os Proporción acumulada de niños
Proporción acumulada de niños

0-1 0.443 0.200

2-3 0.609 0 600

4-5 1.000 0.900

6-7 1.000

CUADRO 7,15

INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL OBTENIDA A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECE.
DENTES DE DESNUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION
EN EL HOGAR.

(FORMAS NO•IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Antecedentes de Desnutrición Severa


Número de
errores Presente Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0 - 10 0.294 0.588

11 - 20 0.471 0.823

21 - 30 0.648 0.823

31 - 40 0306 0.823

41 - 50 0.764 0.823

51 1.000 1.000

146
CUADRO 7.16

INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL EN FORMAS NO IDENTICAS A LOS 73 MESES DE EDAD.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

GRUPOS PROPORCION DE NIÑOS CON 25 ERRORES O MENOS

MALNUT 0.529 5 de 10

SIMTAM 1.000 10 de 10

SIMEST 0.823 8 de 10

x2 P10pac6M = 29.87: DI - 2. D rtwtol 0w 0.05


(MALNUT . SIMEST) VS. SIMTMA = 9.51. 01 = 1. p n s, aw 0.05
MALNUT VS. SIMEST = 20.39. DI = 1: p 1010 Ow 0.05

CUADRO 7.17

INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL OBTENIDA A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECE.
DENTES DE DESNUTRICION SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HO-
GAR.

(FORMAS NO-IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Antecedentes de Desnutrición Severa


Número de
errores Presente Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0- 5 0.166 0.375

5-10 0554 0.750

11-15 0.609 0.875

16 - 20 0.775 0.875

21 - 25 0 .775 0.875

26 - 30 0.886 1.000

31 1.000

147
CUADRO 7.19
INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL EN FORMAS NO-IDENTICAS A LOS 78 MESES DE EDAD.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

GRUPOS PROPORCION DE NIÑOS CON 16 ERRORES O MENOS

MALNUT 0.611 6 de 10

SIMTAM 1.000 10 de 10

SIMEST 0.875 9 de 10

52 Prppprc.6r1 = 10 9 DI = 2 p merar Que 0 05


(MALNUT ♦ SIMESTI VS SIMTAM = 662 p mero- Que 005
MALNUT VS SIMEST = 5 28 DI = I p me001 Que 0 05

CUADRO 7.19

INTEGRACION AUDITIVA - VISUAL A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES-
NUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HOGAR.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Severa


juicios
Presente Ausente
correctos
Proporción acumulada.de niños Proporción acumulada de niños

0 1.000 0.764

1 0.764

2 0.822

3 0.822

4 0.939

5 1.000

148
CUADRO 7.20

INTEGRACION AUDITIVA -VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES.
NUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HOGAR.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Severa


juicios
correctos Presente Ausente
Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0 0.611 0.529

1 -ú-w 0.529

2 0.611 0.646

3 0.722 0.822

4 0.944 0.822

5 1.000 1.000

CUADRO 7.21

INTEGRACION AUDITIVA •VtSUAL A LOS 86 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES-
NUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HOGAR.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

Número de Antecedentes de Desnutrición Severa


juicios Presente Ausente
correctos Proporción acumulada de niños Proporción acumulada de niños

0 0.277 0.166

1 0.443 0.166

2 0.554 0.221

3 0.609 0.554

4 0.886 0.665

5 1.000 0.831

6 0.942

7 1.000

149
F9um 7.1

Fuwll. G..IOIO. J. DOLIG,OM . E R. •n0 Bllcf , H G 'Null nlOn , GIMA -nd NNNO ,I. IltH N.slopmenl M Ellp.Ofl .I vld ECOb~K SluOy P*d tIKS 39. 3I 1~

150
Figura 7.2

ERRORES DE EQUIVALENCIA MODALIDAD HAPTICA-VISUAL EN NIÑOS DE 6 AÑOS DE EDAD.

100-1

80-

60-I

40.

20-

1 2 3 4 5 6 7 8

NUMERO DE ERRORES
Ft t QaMab, J.. DeUcar~ . E.R., aM B ic N.Q. "NWrltlon, W~ CM NaurdnlagratNs O..1 1mm1t. M Eapararrnlal ana Ecoagk &«". PW ialna 2: 310. 190-

151
rtgura /.3

ERRORES DE EQUIVALENCIA HAPTICA - CINESTESIC*

100

.11
/
80

60

40
8 AÑOS

QL -------

20 QU

1 1 1 1 1 1 1 1 1
0 1 2 3 4 5 6 7 8

NUMERO DE ERRORES

FUENTE Cnvato , J . WUc.rdy , ER . —d Bircn . H O "NNrlibn , OrovAh .nd N. o ntepratÑe Oevelcprrnnt An EnEO ,rsnte& —d Ecobpic Swdv PsdAtrtc. 90 319. 1966

152

t
1
Figura 7.4

ERRORES DE EQUIVALENCIA CINESTESICA-VISUAL

6 AÑOS 8 AÑOS
QL ---- QL I----0
QU 0U0 09

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

1 1 1
0 1 2 3 4 5 6 7 8

NUMERO DE ERRORES

FUENR : C~ J.. D~s . E.R., Ud @naR NA: " N.MIi , O'o U Ns n Udg aLM Dr4~. M EspwYMna4 Ud Eaa^apa SIu ' PWwnu ]E: $10. 1900

153
F1 J r, 7.,,

RELACIONES INTERSENSORIALES DE GRUPOS DE NIÑOS DE LA CLASE RURAL Y DE LA CLASE ALTA


URBANA DE GUATEMALA . ERRORES DE NO EQUIVALENCIA CINESTESICA - VISUAL ESTABLECIDOS
MEDIANTE PRUEBAS CON FORMAS GEOMETRICAS IDENTICAS.

7-I

- -- - GRUPO RURAL

GRUPO URBANO

5-

4-

3-a

2.

H
6 7 8 9 10 11

EDAD EN AÑOS

FUENTE Gwrotq J. DeL"rd». E.R.., &rcn, N.O "NUI IUOn, Gmwth trn0 N^ ntegrNM Dsvstaprrrnt A. E.PSnrnsnbt ., Eceb~k Study' P.E4lrke 31 319, 196E

154
Figura 7.6

RELACIONES INTERSENSORIALES DE GRUPOS DE NIÑOS DE LA CLASE RURAL Y DE LA CLASE ALTA


URBANA DE GUATEMALA. ERRORES DE NO EQUIVALENCIA HAPTICO - CINESTESICA ESTABLECIDOS
MEDIANTE PRUEBAS CON FORMAS GEOMETRICAS IDENTICAS.

6-

5- ------ GRUPO RURAL

GRUPO URBANO

4.

4\

3.

L-1f T T T -1-
6 7 8 9 10

EDAD EN AÑOS

NENi: CrMI9q j.. DsLcw , E.e.. W4 ~ N.R " P MIS n , Q. wN Uno NwnolnNp ~ DsIOpr s . M E>W«Mrwrur $i Eooln~lo 8km PsA stdc$»: 319. 1999.

155
Fígura7.7

COMPARACION DE LOS PROMEDIOS DE ERRORES OBTENIDOS EN DOS GRUPOS


DE NIÑOS URBANOS CON GRANDES DIFERENCIAS EN TALLA.
MODALIDAD CINESTESICA -VISUAL.

EDAD EN AÑOS

FUENTE CrAV oIo. J C~~y A nM o1 SUs .s . 1. 57, 1107.

156
Figura 7.8'

INTEGRACION AUDITIVO- VISUAL EN NIÑOS RURALES

104-

9+

Ix

Cuartil Inferior
--- X Cuartil Superior

4+

7 8 9 10 11 12

EDAD EN AÑOS

PI* TE: ~ J.: Ci.J~ M~.*


d $c4 .. 1: 57. IQ7.

157
Fiqur 7.9

INTEGRACION AUDITIVO-VISUAL EN NIÑOS RURALES.

10 AÑOS

100-4-

80-4-

60+

40+

20+

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

NUMERO DE RESPUESTAS CORRECTAS.

FUENTE C~0. J C.Ch0s .E ACWwn7 a BCMIOw, t: 57, /~.

158
Figura 7.10

INTEORACION AUDITIVO-VISUAL EN NIÑOS RURALES

12 AÑOS

100-1-

80+

W<

60-4-

404-
•••-• Cuartll Inferior

)(--X--X-)( Cuartil Superior

204-

4
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

NUMERO DE RESPUESTAS CORRECTAS

P^ Owbr. J.: OOC~ A~ O M~ 1: A. 1W.

159
u,

T
° rn co m e c^

50103!800 SOIOInf 30 0103W08d


160
co

uc

Á co

T T
00 u, v

S3l8OkiI3 3a Okl3Y4f1N

161
N
O
c
co

E
m

Lo

¿ ¿ O
o O
O O) co r.. (o Yf , tn cm

oavlnW(10V 3rvIN30!!Od

162
Figura 7.14

ERRORES DE INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL EN NIÑOS . REHABILITADOS DE DESNUTRICION


SEVERA Y SUS HERMANOS A LOS 5 AÑOS DE EDAD.
(FORMAS NO-IDENTICAS)

100-1

90-i

80.

70.

60"
O
o
J
o-

w 401

2
W
U 300
á
CL

20-I

10-I

1 T-
0 20 30 40 50 60

NUMERO DE ERRORES

FNWJE : GrrNpp J Dra. E P PNN O. C.. WW MCaIdS. E: "NI ~*?N* Dw.lo~ wW NMManp M ichoel GNarwlROcOMno From A aMtIMlon in wtu". SiaM.r on EMrret$ W M1i
rMMWM n Oto~Ah aW DeMeprruuM ,. WnWln a W ~ Nuiflhl t Mrloor,reh Labo,*%mwe ot IMW. NydsM.sd, indio, Im.

163
Figura 7.15

ERRORES DE INTEGRACION CINESTESICA - VISUAL EN NIÑOS REHABILITADOS DE DESNUTRICION


SEVERA Y SUS HERMANOS A LOS 6 AÑOS DE EDAD.

(FORMAS IDENTICAS)

X------X rehabilitados

¡-¡ hermanos

30.

20-

10-

2 4 6 8 10 12 14 16

NUMERO DE ERRORES

FUENTE Cravwlo, J DeEKarda . ER..PA.I,o , C.. ano 111Caloa , E.."NDlrrowtpnlwa Dawwprnanl ano mlalli garKa KSF1 CIUIWan Racowra0 irom a4MYlrllbrl Ml InlanOy , 9amkur on E11aCIaW aY4
nvrnlwn ^n Growln arlo DIveI nt " M.~,. GOMan JupW Nulrltlpl R.$MIOT laporalal t d India, HyoaroO.. mola. lOSO

164
III

O
CD
f0

o
o
w

CO

O CO tD CV

NOIOVOI d l 1VO
Figura 7.18

COMPARACION DE LOS NIVELES DE DISCRIMINACION VISUAL


Y AUDITIVA A LOS 9 Y 10 AÑOS DE EDAD.

10-

8-

z 6-y
O

X----X visual 9 años


LL
----^ auditivo 9 años
4 visual 10 años
o-----o auditivo 10 años

2-a

20 40 60 80 100

PORCENTAJE ACUMULADO DE NIÑOS

PUENTE: Cws 4o o J.. ano DsUearda, E.R.: " Ttla Dw.abnrnanl ot T.r,oral Intam&clon Procaaa1n8 and Au011ory-VNwI Intpntlon". Praowdrp8 M ~ 381E WNMq M IM Wxlwn 8o1:Mry fm PO-
Oabll: RaaMICE8San MIpuI Ra84. M6 co. Juna 7 • 8, 1874.

167
Figura /.1N

INTEGRACION AUDITIVO-VISUAL EN FUNCION DE LA EDAD

(NIÑOS URBANOS)

10-1

8H

6-H

4-

2H

7 8 9 10 11 12

EDAD (años)

FUENTE C oIO. J, W Del dW. E R. "TM D. ,,,M a T^,Iponl 1,110 ,,, I^CIO,I P ,acwl,p ^n0 Auübry - Nallrl InNp , ^lbn" RocMOMpa M Vu xm MMMIp W Ou Wa1un SocMry NM
Orine 900 o,cn. Son UW.l Mpla, MMIco. Juro 7 - S. 1974

1f>8
Figura 7.20

DESARROLLO INTERSENSORIAL

PROMEDIO DE ERRORES DE EQUIVALENCIA EN LA INTEGRACION CINESTESICA - VISUAL EN FUNCION DE


EDAD Y ANTECEDENTES DE DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

25-1

20-

15-1

10-1

8 7 8

EDAD EN AÑOS

n »W 0 III . a^o.n M N$0 . 70 CSQ.00 a r UM U ~YY 45 rMOapUQ.du0 . wa^a E SO .S%dO IM.


ruorte Owirs, l: -hYwln Arww1S b ! " « ^ M H0 Y OSIS T

169
Figura 7.21

DESARROLLO INTERSENSORIAL
INTEGRACION CINESTESICA - VISUAL A LOS 66 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA.
(FORMAS NO-IDÉNTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA

PRESENTE x
AUSENTE 4

NUMERO DE ERRORES
í yanta Gav41o. J "AMCgn ~toda . E.tk .ct n an m Hr y DaYr ~ Naurdnla91alt- an M N~' 7' Congraao a• 4 Unió, Eurcl~ a ftld u4traa . M.MW. ENNa14. ^ 1979.

1170
Figura 7.22

DESARROLLO INTERSENSORIAL
INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA.

(FORMAS NO-IDENTICAS)
"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA
PRESENTE x X X
AUSENTE •---•---•

1.00 •
/

0.80

0.80-

a.40

18 1 1 48
10 20 30 4
50

.NUMERO DE ERRORES

Fnnn: 7 O.ssu b NS,J n0 I,,o rn N Nft—. 7• porpnno M 0 UrNEn E001S. Pi01 Ygirrura M~ E01U Juro lllf.
dbb. J.: "p~ AbnwAMY. [MYI cIOn ^n U $b

171
Figura 7.23
DESARROLLO INTERSENSORIAL
INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA.
(FORMAS NO-IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1.001
51

%/

0.80-

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA
0.60-J
PRESENTE X
AUSENTE •---•--•

0.40

0.20

19
5 10 15 20 25 30 35

NUMERO DE ERRORES

FUENTE: G.Ndo, J.. "PrN9c10n AIYIIN119h , E,u. 4CIM M N 11op9r y Dw"Nlo Nwrrdnlp,NNo 9n el Niño '. 7o Ccrgrww a M UN4 Eur~ a P.WOp4go4VY . 1JWrW, E~ra, J^ 1979

172
Figura 7.24

DESARROLLO INTERSENSORIAL

PROPORCIÓN DE NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DESNUTRICION CLINICA SEVERA QUE


MUESTRAN DIFERENTE NUMERO DE ERRORES EN LA INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL A LOS 88
MESES DE EDAD.

(FORMAS NO-IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1.00.

0.80-i

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA
0.60-
PRESENTE X -- X
AUSENTE .---^--.

0.40-I

0.20-
t

5 10 15 20 25

NUMERO DE ERRORES

JL~ 1979.
FUENTE ; G.NO10. J: 'Fria cIM ~Iar& . Exl~clEn ur el Hogar y Orrwrrda Nr urdnlpnnvo w N Niño ". 70 Cagrwo b 4 Un300 Ewo3w b P,~lrw . M~ . EW 3t

173
Figure v 2S
DESARROLLO INTERSENSORIAL

INTEGRACION AUDITIVO - VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES.
NUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1.00-

0. 80 -

0.60- ANTECEDENTES DE DESNUTRICION


CLINICA SEVERA

PRESENTE

0.40- AUSENTE •-----

0.20-
1
1
8

NUMERO DE JUICIOS CORRECTOS

FUENTE Creroto. J Pnveclón Mimsn4ri. . Esterw4c 9n en al koper y Deurrdlo Neurdnteprenvo en •1 N19o' 70 Con0rn0 de ot Unión Eurdpee de P.. oal9ul&r.s Medrad . Eep.A. Junio 1979

174
Figura 7.26

DESARROLLO INTERSENSORIAL
INTEGRACION AUDITIVO-VISUAL A LOS 86 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE DES
NUTRICION CLINICA SEVERA.

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1.00-1

0.90-!

0.80-

0.704

0.60^

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA
0.50-

PRESENTE
0.40.1
AUSENTE ♦ - - .-- -.

0.30-1

0.20j •

2 4 6 8

NUMERO DE JUICIOS CORRECTOS

sUPIi1 : C.@~. J.: • Pm.ca, m w a,la. E..má.c 6n . n el Nopv y D..a,ono Nauroun . pn0w .n m Nuw". 7. Conp,. w49 r u,uen Eu, ss b PNOIq . Ip1YM.t IAül4 u^ j~ IIM
Fisola ;_li

DESARROLLO INTERSENSORIAL

INTEGRACION CINESTESICA -VISUAL A LOS 73 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDEWrES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN El HO-
GAR.

(FORMAS NO-IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA

PRESENTE

AUSENTE

1.00

0.80

0.60

0.40

r 18 43 1 1
10 20 30 40 50 60
NUMERO DE ERRORES

FUENT E Crerblo, i " PMrecNn AMMen4rle , Eel~,On en el Noper Y Deurrdq Neurdnlg,NIW en 1 N90 " 70 Gorpreeo de V UnIM Eu'Opu oe Pe4ape90.Iree Meory . Eep.A. JUMO 1979

176
Figura 7.28

DESARROLLO INTERSENSORIAL
INTEGRACION CINESTESICA-VISUAL A LOS 78 MESES DE EDAD EN NIÑOS CON Y SIN ANTECEDENTES DE
DESNUTRICION CLINICA SEVERA APAREADOS POR CALIFICACION TOTAL EN ESTIMULACION EN EL HO-
GAR.

(FORMAS NO- IDENTICAS)

"LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA"

1.00-9

0.80 .

ANTECEDENTES DE DESNUTRICION
CLINICA SEVERA
0.60-
PRESENTE X X 1
AUSENTE ♦ --e- -•

0.40-

0.2O

10 15 19 20 25 30 35

NUMERO DE ERRORES

Pi tn M Nopu y D~,~* N%rWmprn~NO 1n el -ft -. 7- Conp W d. y Unen Ew~ o* P, '!r aütflw M~ ESn . JW O ti71 .
.. Crerblo. J.: 'Tlwc* a& ~Y. F*h~CI

177
ESTILOS DE RESPUESTAS ANTE DEMANDAS COGNOSCITIVAS

Como ya ha sido descrito en un capítulo anterior , el estilo de la conducta que parece caracterizar a los niños preesco-
lares de la clase baja puede tener graves consecuencias para la educación posterior , a menos que las condiciones de
aprendizaje y formas de instrucción tomen en cuenta que estos patrones difieren de los que se obtienen en los niños de la
clase media o alta.

Ya que la desnutrición se da dentro de la trama compleja de factores que conjuntamente se llaman clase social, se de-
cidió explorar la modificación que un episodio de desnutrición severa pueda provocar en el estilo de conducta de los ni-
ños de la clase baja , a manera de evaluar si el riesgo de la inhabilidad para aprender de los sobrevivientes de la desnutri-
ción sería Igual al riesgo de sus compañeros del estrato socioeconómico bajo. Este estudio puede extender el conoci-
miento de los factores que contribuyen a las diferencias encontradas en los niveles de ejecución mental de sobrevivien-
tes de desnutrición severa , comparando la respuesta a las demandas cognoscitivas de niños de cinco años de edad,
sobrevivientes de la desnutrición con la respuesta a demandas idénticas en niños de la misma edad , pertenecientes a la
misma falange de nacimientos del 'Lugar Sobre la Tierra Blanca ' que no sufrieron desnutrición severa y que tenían nive-
les de ejecución intelectual iguales o superiores (1).

En resumen , la investigación no trata de conocer qué tan bien ejecuta el niño una demanda sino cómo enfoca su solu-
ción.

La estrategia para el análisis de los estudios de conducta se enfocó en la comparación del estilo de respuesta ante de-
mandas cognoscitivas observado en catorce niños que sufrieron desnutrición calórico-proteica antes de los treinta y
ocho meses de edad y en dos grupos seleccionados de la misma cohorte de nacimientos , en los que nunca se diagnosti-
có desnutrición severa . De estos últimos , un grupo se apareó al nacimiento por sexo , edad gestacional, estación del año,
peso , talla y organización del sistema nervioso central determinado por examen neurológico y por el método de Gesell. El
segundo grupo comparativo , incluyó 14 niños nacidos a término que se aparearon por sexo y cociente intelectual deriva-
do del Wechsler (WPPSI ), a los cinco años de edad , con los sobrevivientes de la desnutrición severa (cuadros 8 . 1 a 8.3).

El estudio de grupos contrastc.."es como estrategia para la identificación de determinantes de la conducta , está basa-
do en las ideas de Moss y Jones quienes han señalado que para el científico social este procedimiento es el mejor análo-
go naturalístico del método experimental de uso habitual en las ciencias físicas. Las Investigaciones de Kagan y Moss (2),
las de Kohn sobre clase social (3) y las de Caudill y Weinstein sobre comparaciones Interculturales (4) son ejemplos cono-
cidos de estudios en los cuales la Información obtenida en grupos contrastantes , ha sido base para derivar conceptuali-
zaciones en el área de la conducta.

A la edad de cinco años se estimaron la inteligencia y las respuestas de comportamiento de los niños y se registraron
independientemente , como parte del estudio longitudinal del ' Lugar Sobre la Tierra Blanca '. Todos los niños fueron exa-
minados individualmente usando una versión adaptada de la Escala de Inteligencia de Wechsler para Preescolares (WP-
PSI). Las tareas de esta prueba fueron usadas para obtener información sobre los estilos de respuesta ante un grupo de
demandas cognoscitivas presentadas estandarizadamente. Durante la administración de la prueba se registró un proto-
colo detallado del comportamiento y las verbalizaciones del niño por medio de un observador Independiente (una psicólo-
ga entrenada) que estaba sentada en un rincón del cuarto de examen antes de que el examinador y el niño entraran; la ob-
servadora no participó de ningún modo en el procedimiento de la prueba. Ya que los niños estaban perfectamente fami-
liarizados con todos los miembros del equipo , quienes ya los habían examinado en una variedad de pruebas durante por
le, menos sus dos últimos años de vida, ninguno de ellos prestó gran atención a la observadora.

El examinador siguió los procedimientos estándar para la administración del WPPSI . La observadora llevó un registro
escrito consecutivo del comportamiento del niño durante la sesión del examen . Este registro se llevó en términos de las
respuestas explícitas hechas a cada demanda específica, presentadas por el examinador para conocer por medio del
WPPSI el funcionamiento cognoscitivo del niño . El observador simplemente se confinó a describir el comportamiento es-
pontáneo del niño al enfrentarlo el examinador a cada tarea ; en ningún momento se preocupó de si la respuesta del niño
era correcta o no. De este modo se llevó una cuenta completa de todo el comportamiento observable y del lenguaje. Se
hizo esfuerzo especial para obtener un registro palabra por palabra de las verbalizaciones del niño.

El análisis de estilo de respuesta siguió el árbol lógico desarrollado por Hertzig y coas . (5) como se expresa en la figura
8.1 tomada de su monografía . Cuando se le enfrenta a una demanda , el niño puede responder ya sea trabajando o no tra-
bajando; esta selección Inicial puede expresarse verbalmente o por acción motora. Si la selección fue trabajar, verbal-
1.- DeUu,<%. E.R., arel Crevloto, J.: "eenevlonl Reponen~ ol SuMVOre os C1lnlcal Severo Mafnulnibn to Co9nIlIv. Demande". In: Earty Malnulrlllon 0114 Mental DevelOpnrwtt . Twefln Sympo•
W- of tM Swedah Nutrlllon Fewdallon . Gwbto, J., HumWeaw, H., aM Valtpulal, 9. (ede ). StocMgtm. Sweden . ~21211,22,1973.

2 - 1egen . .1.. oml.MOea , H.A.: ' enlr to Meturlty" New York , Wty, 1982.

3.- XOIn, M.L.: "Social CWe and Puenf.hl14 Relatienehlpe : M Inlefpr. lalfon". Am . J. 01. $=$O . 8^: 471, 1993.

4.- Ged11 , W. end WOMleleln , H.: "Maternal Cele aM Infenl BMavlor In Japan and Amor"' Feychlelry 2 12, 1969.

S.- Hen : fp, M.. Blrch , H.O., T1lortau , A, ano MM.Menoe ; OA: " Clase ano Elhnlc Dlfle,.ncee lo tM Respon0Nenee9 of PreeClgW 011141 .4, to CoQnltly. Den4Me". Mon. Soc . Rae. Callo Dev . laprrl.
Serial Wp . 117, 1969.

179
mente o no verbalmente, la respuesta puede implicar una expresión de extensión espontánea de ideas o podría estar deli-
mitada a los requerimientos definidos de la tarea . En relación a las respuestas de no trabajo cuando el punto de partida es
verbal , los diferentes estilos pueden expresarse como negación simple, comportamiento substitutivo, petición de ayuda o
como racionalización de competencia . Si la respuesta de no trabajo es no verbal, las subdivisiones son: negación simple,
comportamiento substitutivo , petición de ayuda o respuesta pasiva. Todas las categorías en términos de las cuales se
han clasificado los estilos de respuesta a demandas cognoscitivas, son generalizaciones objetivas acerca del comporta-
miento observado . Como han enfatizado Hertzig y cols., las categorías no son, ni intentan ser inferencias acerca de las razones b2-
slcas para la expresión de los patrones de comportamiento observados.

Cuando el niño Intentaba hacer lo que se le pedía , la respuesta se registraba como respuesta de trabajo, ignorando el
éxito o la falla en la ejecución . Era suficiente que el niño empezara a realizarla para que la respuesta pudiera ser clasifica-
da en la categoría de trabajo . Por ejemplo, si se le pedía al niño que dibujara un cuadro, era suficiente con que él tomara
el lápiz y empezara dibujando una línea para tener una respuesta inicial de trabajo. No importaba si el niño podía o no di-
bujar el cuadrado . Si respondía a la demanda diciendo 'dibujaré uno pequeño , la respuesta sería clasificada como res-
puesta de trabajo de tipo verbal.

Cuando una respuesta de trabajo, ya fuera verbal o no verbal, se acompañaba además de elaboración no solicitada, el
estilo se consideraba como de extensión espontánea. Por ejemplo, cuando al niño se le preguntaba:"¿ Por qué es mejor
alumbrar una casa con luz eléctrica que con una vela?", y él contestó: "porque da más luz, la vela puede incendiar la ca-
sa, eso fue lo que le pasó a la casa de María", la respuesta se categorizó como de extensión espontánea.

Cuando, por otro lado, el niño no intentaba hacer lo que se le pedía, la respuesta se registraba como respuesta de no
trabajo . La expresión de no trabajo podría ser verbal o no verbal. Como ya se mencionó, las respuestas verbales de no
trabajo podían ser de cuatro clases:

a) Negación : cuando el niño dice "No", "No lo hago","Así no", o cualquier otra expresión parecida.

b) Substitución: a esta categoría pertenecen las verbalizaciones no relacionadas a la tarea. Por ejemplo, cuando se le
pregunta a un niño: "¿Cuántas orejas tienes?", él contesta: "Yo quiero un pedazo de dulce", o cuando se le pregunta:
—¿Quiénes viven en el agua? ", él dice: "Tengo que ir a casa con mi mamá".

c) Petición de ayuda : Cuando el niño solicita ayuda del examinador. Ejemplo: cuando el examinador preguntó al niño:
"¿Por qué no debes jugar con cerillos?", el niño dijo: "Tú dime", o cuando se le pidió que resolviera un laberinto dijo:
"Por favor hazlo tú por mi".

d) Competencia : Se registraron las respuestas bajo esta categoría cuando la propia razón del niño para no trabajar se
expresó como limitación de habilidad. Por ejemplo, en la tarea de resolver un laberinto, el niño dijo: "Estoy muy chiquito
para hacerlo" o "Tú no me has enseñado cómo".

En el caso de respuestas de no trabajo no verbales , negación , substitución y petición de ayuda se definen de la misma
manera como en los estilos verbales correspondientes , nada más que en lugar de expresión verbal , la respuesta es por
medio de una acción motora . Por ejemplo , moviendo la cabeza o el dedo para negar, presentando los trozos de madera
con un gesto de solicitud de ayuda , jugando con las manos , o los juguetes en lugar de ocuparse de la prueba , etc. Ob-
viamente no hay forma de expresar racionalización por competencia sin usar palabras.

Pasividad o apatía : Esta nueva categoría o estilo aparece como respuesta de no trabajo no verbal; a este estilo corres-
pondieron los comportamientos en los que el niño ni verbalizaba ni hacía ninguna acción motora, sólo estaba sentado co-
mo una estatua sin ni siquiera mover los ojos.

Para los propósitos del estudio , sólo se clasificaron las respuestas iniciales. La confiabilidad en el puntaje se determinó
por el método de calificación- recalificación . Las correlaciones de rango de Spearman fueron calculadas calificando y re-
calificando la misma persona y también calificando y recalificando dos personas independientemente. Los coeficientes
correspondientes para dos series de 15 protocolos fueron 0.95 y 0.97 para la misma psicóloga, y 0.93 y 0.97 cuando dos
psicólogas calificaron independientemente los mismos protocolos. Sólo existieron divergencias al juzgar extensiones
espontáneas y respuestas de competencia al inicio del proceso de estandarización de los observadores.

El análisis de los datos se hizo de dos maneras. La primera compara los estilos de respuesta de los sobrevivientes de
desnutrición clínica severa y de los niños controles, determinando la proporción de respuestas hechas por cada grupo
con respecto a cada estilo particular, considerando al grupo como una entidad cuyas características de respuesta se de-
finen sumando las respuestas hechas por cada miembro del grupo. Las diferencias en estilo en los grupos se identifican
determinando el nivel de significación de la diferencias entre proporciones de respuestas. Los métodos y la nomenclatu-
ra usados fueron los propuestos por Fleiss (1).

I - FW15. . t $ Ial,sncal Me,n005 101 Males and P,opp,nons Jonn WIley and S ons New Y,,,k 1911

180
Como ya se indicó, cuando se enfrentó a los niños ante una demanda podían escoger entre respuestas de trabajo o de
no trabajo . En el cuadro 8.4 se anota que el número de respuestas totales varia de un mínimo de 802 correspondiente al
grupo de sobrevivientes a un máximo de 1037 obtenido en los controles apareados al nacimiento. El grupo de niños que
sirvieron como controles para Cociente Intelectual y•sexo, exhibió un valor intermedio. La proporción de respuestas de
trabajo fue notablemente diferente entre los grupos, teniendo los sobrevivientes el valor más bajo, los controles apare-
ados al nacimiento el más alto, y los controles por Cociente Intelectual y sexo la posición intermedia. Las diferencias
entre los tres grupos son significativas a un nivel menor de 0.001 y la diferencia entre sobrevivientes y controles por sexo
y Cociente Intelectual a nivel de 0.01.

Siguiendo el árbol lógico propuesto, tanto las respuestas de trabajo como las de no trabajo pueden expresarse verbal-
mente o no verbalmente. El cuadro 8.5 presenta las proporciones de respuestas verbales encontradas en los tres grupos.
Puede notarse que todos los grupos responden predominantemente en forma verbal. Una vez más, la progresión de la
más baja a la más alta proporción en sobrevivientes, controles apareados por Cociente Intelectual y sexo y controles apa-
reados al nacimiento. La prueba de significación de proporciones muestra que el grupo de sobrevivientes y los controles
por Cociente Intelectual y sexo no difieren, mientras que los controles apareados al nacimiento tienen una proporción de
respuestas verbales significativamente más alta que la de los otros dos grupos (X2 igual a 51.84; df igual a 1 ; p menor de
0.001).

Cuándo se consideran sólo las respuestas de trabajo, la proporción con expresión verbal es prácticamente la misma
en los tres grupos (Cuadro 8.6). Naturalmente la proporción de respuestas verbales de no trabajo es significativamente di-
ferente entre los grupos (Cuadro 8.7), con la circunstancia de que esta diferencia se explica sobre la base de diferencia
entre los controles apareados al nacimiento y los otros dos grupos. La proporción ligeramente más alta encontrada en los
controles apareados por Cociente Intelectual y sexo con respecto al grupo de sobrevivientes de desnutrición severa no
alcanza el nivel de confianza estadística de 0.05.

Las respuestas verbales y no verbales de trabajo podían ser delimitadas o podían extenderse espontáneamente me-
diante elaboración adicional no solicitada de la tarea. Los cuadros 8.8 y 8.9 presentan las proporciones extremadamente
bajas de respuestas extendidas observadas en todos los grupos . De hecho los sobrevivientes no hicieron ninguna res-
puesta de trabajo no verbal con extensión espontánea. Su proporción de extensiones verbales espontáneas fue 0.09. Los
otros dos grupos de niños tuvieron valores similarmente bajos.

Las proporciones de respuestas de no trabajo verbales encontradas en cada una de las cuatro categorías Incluidas en
esta clase de comportamiento se muestran en el cuadro 8 10. Puede verse que el grupo de niños controles apareados al
nacimiento expresa su respuesta verbal de no trabajo principalmente en términos de competencia, mientras que los
otros dos grupos, sobrevivientes y controles por Cociente Intelectual y sexo, recurren fundamentalmente a peticiones de
ayuda; la frecuencia de substitución y de respuestas de competencia en los sobrevivientes y los controles por Cociente
Intelectual y sexo es aproximadamente la cuarta parte del total de respuestas. No se obtiene diferencia estadísticamente
significativa entre los controles por Cociente Intelectual y sexo y los sobrevivientes. Las diferencias en proporciones de
competencia, substitución y ayuda entre estos dos grupos y los controles apareados al nacimiento todas son significati-
vas al nivel de confianza estadística de 0.001.

Si volvemos ahora a las respuestas de no trabajo no verbales, en el cuadro 8.11 se hace aparente que los tres grupos
de niños tienen como estilo predominante de respuesta la pasividad, sin diferencia significativa entre los grupos.

En resumen , considerados como entidades de grupo a los niños que sobrevivieron la desnutrición clínica severa, a los
controles apareados por Cociente Intelectual y sexo a los cinco años de edad y a los niños apareados al nacimiento por
tamaño y respuesta a la prueba de Gesell, cuando se enfrentaron a demandas cognoscitivas escogieron respuestas de
trabajo en preferencia a respuestas de no trabajo. Las proporciones de respuestas de trabajo mostraron gradiente que de
alto a bajo correspondió a controles apareados al nacimiento, controles apareados por sexo y Cociente Intelectual y
sobrevivientes. No hubo diferencia en las proporciones de respuestas de trabajo verbalmente expresadas. En los tres
grupos, las respuestas de trabajo verbales y no verbales fueron predominantemente delimitadas.

En el caso de respuestas de no trabajo los sobrevivientes y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo, es-
cogieron la forma no verbal en proporción significativamente más alta que el grupo de controles apareados al nacimien-
to. Las respuestas de no trabajo no verbales se expresaron casi todas pasivamente en los tres grupos de niños. Finalmen-
te, cuando la respuesta fue de no trabajo, estuvo expresada como de ayuda verbal y éste fue el estilo principalmente
mostrado por los sobrevivientes y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo, mientras que la competencia
fue el estilo predominante de respuesta de los controles apareados al nacimiento.

Es aparente que las diferencias de grupo para cada estilo de respuesta pueden ser útiles en la predicción del compor-
tamiento de grupo. Sin embargo, este tipo de análisis no descarta la posibilidad de que el valor de grupo puede no repre-
sentar el estilo general de actuación de sus miembros, ya que los estilos extremos de respuesta mostrados por sólo unos
pocos miembros atípicos pueden desbalancear el puntaje total del grupo. Para explorar esta posibilidad se caracterizó el
estilo de comportamiento de cada niño, se calculó la proporción de respuestas en cada categoría y se realizó un análisis
de varianza con los valores individuales y las medias de cada grupo.

181
Las proporciones medias de trabajo como un estilo de respuesta fueron 0.73, 0.78, y 0.86 respectivamente para sobre-
vivientes de desnutrición severa , controles apareados por Cociente Intelectual y sexo y controles apareados al nacimien-
to. Las diferencias entre estas proporciones no fueron estadísticamente significativas ( F igual a 1.86; p mayor de 0.05).

Cuando se juzgó a los niños por sus proporciones de respuestas verbales ( respuestas de trabajo más respuestas de no
trabajo ), los sobrevivientes y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo dieron valores medios muy simila-
res, 0 . 63 para sobrevivientes y 0.67 para controles . Estos valores medios son estadísticamente más bajos que el valor
medio de 0.81 encontrado en los niños que sirvieron como controles al nacimiento (F igual a 5.03, p menor de 0.05). Tanto
los sobrevivientes de desnutrición severa como sus controles por Cociente Intelectual y sexo tuvieron proporciones signi-
ficativamente más bajas de respuestas totales expresadas verbalmente como respuestas de trabajo , que las propor-
ciones exhibidas por los niños en el grupo de controles al nacimiento ( F igual a 4.51; p menor de 0 . 05). Las proporciones
de respuestas de trabajo no verbales fueron similares entre los niños de los tres grupos . Los sobrevivientes mostraron
proporciones significativamente más altas que los niños controles apareados al nacimiento cuando se clasificaron las
respuestas como de no trabajo no verbales.

No se obtuvo diferencia entre los sobrevivientes y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo . Finalmente,
aunque la gran mayoría de niños en los tres grupos expresaron sus respuestas de no trabajo no verbales en forma pasiva,
los sobrevivientes y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo exhibieron una proporción significativamente
más alta de apatía que los controles apareados al nacimiento ( F igual a 6 . 26; p menor que 0 . 05). Ninguno de los otros esti-
los de respuesta de no trabajo verbales o no verbales dieron diferencias significativas entre los niños de los tres grupos.

Ya que la clasificación lógica de estilos se hace principalmente mediante una serie de dicotomías , otra manera de
explorar el problema de identificación de las diferencias individuales en las respuestas a demandas cognoscitivas consis-
tió en adscribir a un niño en un estilo particular cuando su proporción de respuestas de ese estilo era igual o mayor que
0.75.

El cuadro 8 . 12 presenta los resultados obtenidos al aplicarse ese criterio en los niños de los tres grupos . Es aparente
que mientras que los sobrevivientes de desnutrición clínica severa y los controles apareados por Cociente Intelectual y
sexo tienen estilos semejantes de respuesta , los niños en el grupo de controles apareados al nacimiento muestran un es-
tilo diferente . En este último grupo predomina el comportamiento de trabajo verbal y los dos niños que fueron clasificados
como del tipo de no trabajo, tienen racionalizaciones de competencia verbal como su principal estilo de respuesta. Por el
contrario , casi la mitad de los niños del grupo de sobrevivientes y la tercera parte del de controles apareados por Cocien-
te Intelectual y sexo , pertenecen al tipo de no trabajo no verbal , en todos estos la apatía es el comportamiento típico.

Los principales hallazgos del estudio parecen indicar que los sobrevivientes de desnutrición clínica severa respon-
dieron a las demandas cognocitivas de manera significativamente diferente de los niños de la misma cohorte de naci-
mientos , que no habían sufrido de desnutrición y quienes fueron apareados con los sobrevivientes por tamaño y respues-
tas a la prueba de Gesell al nacimiento. -

El patrón de comportamiento de los sobrevivientes no difirió del patrón observado en niños sin antecedentes de des-
nutrición severa , apareados con los sobrevivientes por sexo y nivel de ejecución intelectual a los cinco años de edad.

En presencia de estos hallazgos , se podría considerar que la diferencia en patrones de respuesta entre los controles
apareados al nacimiento y los sobrevivientes de desnutrición severa podría explicarse sobre la base de diferencias en ni-
vel intelectual . La observación de patrones similares de comportamiento en niños con y sin antecedentes de desnutrición
severa pero con igual nivel intelectual bajo podría estar a favor de esta explicación . Por otro lado como ya se hizo notar,
en el estudio de niños norteamericanos de clase media y niños portorriqueños de clase trabajadora se encontró que las
diferencias en Cociente Intelectual afectaban la proporción de demandas que se presentaba por una respuesta de traba-
jo, la proporción de respuestas totales que se expresaban verbalmente y el estilo de no trabajo verbal . Sin embargo, la di-
ferencia en estilos observada entre la clase media y los niños portorriqueños persistió en todos los niveles de Cociente In-
telectual . En el estudio hecho en niños urbanos mexicanos de tres diferentes clases sociales , también se encontró dife-
rencia cuantitativa en las formas de respuesta como una función del nivel de Cociente Intelectual, pero las diferencias en
estilo de respuesta persistieron a través de los niveles socioeconómicos en presencia de un rango común de Cociente In-
telectual. Por lo tanto , no puede aceptarse diferencias en Cociente Intelectual como la causa de las diferencias en patro-
nes de respuesta de comportamiento.

Como se recordará , no hubo diferencias en los factores principales del macroambiente entre los sobrevivientes y los
controles, pero los puntajes de estimulación en el hogar sí fueron significativamente más altos en los controles apar-
eadosal nacimiento ymás bajos tanto en el grupo de sobrevivientes como en el grupo de controles apareados por Cocien-
te Intelectual y sexo . Esta diferencia en estimulación disponible puede contribuir de manera importante al desarrollo de
patrones diferentes de respuestas , particularmente en relación a la cantidad y tipo de verbalización. Los datos del pre-
sente estudio muestran que los controles al nacimiento no son solamente más verbales sino que cuando dan respuestas
verbales de no trabajo , éstas son expresadas principalmente en términos de racionalizaciones de competencia. Los
sobrevivientes y los controles apareados por sexo y Cociente Intelectual, es decir , niños con persistentes puntajes bajos
en estimulación en el hogar , tienen menos expresiones verbales y sus respuestas verbales de no trabajo están clasifica-

182
das principalmente como peticiones de ayuda . Un análisis más detallado de la relación entre estimulación y estilo de res-
puesta en un mayor número de casos podría ayudarnos a tener mejor conocimiento de los factores causales asociados
con diferentes estilos de aprendizaje.

Como se señaló en el Cuadro 8.12, la apatía tomó forma de respuesta fue el estilo de todos los sobrevivientes y los
controles apareados por Cociente Intelectual y sexo que fueron clasificados como del tipo de no trabajo . Parece de inte-
rés que desde las primeras descripciones de la desnutrición calórico-proteica en infantes y niños , la apatía constituyó el
hallazgo más común y corriente en el comportamiento . Los individuos desnutridos parecían haber perdido toda la curiosi-
dad normal y el deseo de exploración que es lo habitual y natural en niños pequeños.

Tratando de separar los efectos que pudieran ser debidos a la desnutrición per se, de los efectos de la privación de
estímulos se identificaron los sobrevivientes y los controles con puntajes iguales en estimulación total en el hogar para
poder comparar sus estilos de respuesta . Diez controles por Cociente Intelectual y sexo , siete sobrevivientes y seis
controles apareados al nacimiento cubrieron este requisito.

No hubo diferencia entre los tres grupos de niños en el número de respuestas totales , en la proporción de respuestas
de trabajo y en la proporción de respuestas totales verbalmente expresadas . Por otro lado, la proporción de respuestas
verbales de no trabajo observadas en los controles apareados al nacimiento ( 0.870) fue de casi tres veces la proporción
encontrada tanto en sobrevivientes ( 0.300 ) como en controles apareados por Cociente Intelectual y sexo ( 0.260 ). La dife-
rencia entre controles apareados al nacimiento y los otros dos grupos es significativa al nivel de confianza de 0.001

Cuando se compararon los estilos de respuestas verbales de no trabajo se observó que los tres grupos fueron notable-
mente distintos . Los controles apareados al nacimiento expresaron prioritariamente sus respuestas verbales de no traba-
jo en términos de racionalizaciones de competencia ; los sobrevivientes las expresaron en su mayor parte con peticiones
de ayuda y los controles apareados por Cociente Intelectual y sexo tuvieron proporciones casi iguales de estilos de com-
petencia , peticiones de ayuda y de substitución ( Figura 8.2).

No se encontró diferencia entre los grupos en los estilos de respuestas de no trabajo no verbales . Sin embargo, la pro-
porción de respuestas totales clasificadas como respuestas no verbales de no trabajo , es muy baja en los controles apa-
reados al nacimiento ( 0.01) al corra morarse tanto con los sobrevivientes (0.18) como con los controles apareados por Co-
ciente Intelectual y sexo (0.14), no obstante el hecho de que el número de respuestas totales no difiere entre los tres gru-
pos.

Las diferencias observadas en los estilos de respuesta entre los sobrevivientes de desnutrición severa y los niños
controles con puntajes iguales de estimulación en el hogar , parecen indicar que además del efecto de la carencia de
estímulo en el estilo de respuesta, el antecedente de la desnutrición severa representa otro factor influyente.

El hallazgo de la pasividad como un estilo característico en niños con o sin antecedentes de desnutrición severa tiene
como antecedente común un bajo nivel de estimulación en el hogar , que lleva a considerar que a pesar del componente
fisiológico que pudo estar presente cuando los niños estaban desnutridos, el comportamiento pasivo de los sobrevivien-
tes de desnutrición severa se encuentra unido probablemente con la carencia de estímulos.

Canosa, Solomon y Klein (1) han sugerido que las diferencias en nivel de ejecución entre los niños bien nutridos y los
desnutridos , pueden deberse a menor habilidad en los sujetos desnutridos para atender o concentrarse en la tarea de-
mandada . Sin embargo , una alternativa a esta explicación se derivaría de la observac ión que muestra que estos
sor, más frecuentemente de tipo pasivo ; la falla en la ejecución eficiente podría ser una consecuencia de este estilo de
com,;crtamiento. Por ejemplo, cualquier tarea que requiera de una exploración sistemática o de elaboración de informa-
ción mediante pasos progresivamente más complicados , requiere que el niño se entregue activamente en la consecu-
ci0n de una respuesta. La pasividad como un estilo de comportamiento, puede llevar a una respuesta rápida sin importar
su exactitud . En forma similar, los niños con patrones pasivos de comportamiento pueden obtener bajos puntajes en tare-
as que requieren velocidad en la respuesta . E+ estudio de cadenas de respuesta en individuos cuyo estilo de comporta-
miento Inicial es predominante pasivo, podría ayudar a entender el rrrcanismo de la pobre ejecución en sujetos desnutri-
,:os y en general, en niños privados de estímulos.

1 - Cense , C A, S, c r.n R L ..,.J KIO n R E ine ^nurvembr Aoproeen Tne Gueicmala Slu4y In Nu1,11W. G~ h ene Devobornonl d Nwm Amencan Ind,an CMldren M~Cre , W M. Suver.
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183
CUADRO 8.1

COCIENTES INTELECTUALES TOTALES (WPPSI ) OBTENIDOS EN SOBREVIVIENTES DE DESNUTRICION


CLINICA SEVERA Y NIÑOS CONTROLES A LOS 5 AÑOS DE EDAD

(LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA)

Número de Niños
C.I. TOTAL Sobrevivientes Controles por Controles Apa-
de Desnutrición Sexo y C.1. reados al Nacer

60-64 1 2

65-69 2 2

70 - 74 5 4

75 - 79 2 2 1

80-84 3 3 2

85-89 1 1 5

90-94 2

95-99 3

100-104 0

105 - 109 0

110-114 1

184
CUADRO 8.2

COCIENTE INTELECTUAL VERBAL (WPPSI) OBTENIDO EN SOBREVIEVIENTES DE DESNUTRICION CLINICA


SEVERA Y NIÑOS CONTROLES A LOS 5 AÑOS DE EDAD

"LUGAR SOBRE LA TIÉRRA BLANCA"

Número de Niños
C.I. VERBAL Sobrevivientes Controles por Controles Apa-
de Desnutrición Sexo y C . l. reados al Nacer

60 - 64 1.

65-69 5 4

70 - 74 2 3 1

75 - 79 4 2 1

80 - 84 1 2 1

85 - Wa 1 1 3

90-94 1 1 5

95-99 1

100 - 104 1

105 - 109 1

185
CUADRO 8.3

COCIENTE INTELECTUAL DE EJECUCION (WPPSI) OBTENIDO EN SOBREVIVIENTES DE DESNUTRICION


CLINICA SEVERA Y NIÑOS CONTROLES A LOS 5 AÑOS DE EDAD.

("LUGAR SOBRE LA T IERRA BLANCA")

Numero de Niños
C. l, en
Sobrevivientes Controles por Cor roles Apa-
Ejecución
de Desnutrición Sexo y C 1 reacas al Nacer

65 - 69 1 1

70 - 74 4 5

75.79 2 1 1

80-84 3 3 3

85-89 3 4 3

90-94 1 3

95 - 99 3

100- 104 0

105 - 109 0

110-119 0

120- 124 0

125- 129 1

186
CUADRO 8.4

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Proporción de respuestas de trabajo

Número Total Número de Proporción de


Niños de Respuestas Respuestas Respuestas
de Trabajo de Trabajo

Sobrevivientes (S) 802 613 0.7643

Controles Apareados 878 720 0.8200


por Sexo y C.I.
(CCIS)

Controles Apareados 1037 900 0.8678


al nacimiento (CN)

Total 2717 2233 0.8218

X2(S vs CCIS v9 CN) = 32 97, dl = 2 040.001

X2(S CCIS vs CNI = 2408. dl = 1. 040.001

X2(S vs CCIS) = 8. 58: dl = 1 , 8.0.01

CUADRO 8.5

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Proporción del Total de Respuestas Verbalmente Expresadas

Número Total Número de Proporción


Niños de Respuestas Respuestas de Verbales
Verbales

Sobrevivientes (S) 802 549 0.684

Controles Apareados 878 630 0.717


por C. I. y Sexo
(CCIS)

Controles Apareados 1037 856 0.825


11 Nacimiento (CN)

Total 2717 2035 - 0.748

112 (;vs Ix15K.CN) e 53 .80: d1 = 2 : p.0001

X2 i5 + CCIS a. CN) = 51. 84: dl = 1 . 840.001

X2 (S vs CCIS) N o sIpM1108IW0

187
CUADRO 8.1i

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Proporción de Respuestas de Trabajo


Verbalmente Expresadas

Número Total Número de Proporción


N,nos de Respuestas Respuestas de Verbales
Verbales

Sobrevivientes (S) 613 496 0.809

Controles Apareados
po• C.I. y Sexo 720 582 0.808
(0,11S)

( ontroles Apareados
a, Na( miento (CN) 900 752 0 . 835

' o l a 1 2233 1830 0.819


l9i . . 01 : ; 1.1005

CUADRO 8.7

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Proporción de Respuestas de No Trabajo


Verbalmente Expresadas

Número Total Número de Proporción


de Respuestas Respuestas de Verbales
NIñoS de No Trabajo Verbales

Sobrevivientes ( S) 189 53 0.280


Controles Apareados
por C. I. y Sexo 158 48 0.303
(CCIS)

Controles Apareados
al Nacimiento (CN) 137 104 0.759

T o t a l 484 205 0.423


CCIS 1N, - M45 0 v 7 ~001

5 0115 . 1'.1... 1Y 15 11 _ 1 0 0001

• 1 4.'S1 No Sr¡ml. 11o?

188
CUADRO 8.8

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Proporción de Respuestas de Trabajo Verbal


Con Extensión Espontánea

Proporción de
Número de Respuestas Extensión
Niños Verbales de Trabajo Espontánea

Sobrevivientes 496 0.09

Controles Apareados 582 0.04


por C.I. y Sexo

Controles Apareados 752 0.08


al Nacimiento

CUADRO 8.9

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Proporción de Respuestas No Verbales de Trabajo


Con Extensión Espontánea

Número de Proporción con


Respuestas de Extensión Espontánea
Niños No Trabajo Verbales

Sobrevivientes 117 0.000

Controles Apareados 138 0.007


por C.I. y Sexo

Controles Apareados 148 0.007


al Nacimiento

189
CUADRO 8.10

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Principales Estilos de Respuesta de No Trabajo Verbal

Proporción expresada como


Número de Respuestas
Niños de No Trabajo Verbal Competencia Negación Substitución Ayuda

Sobrevivientes 53 0.26 0.06 0.26 0 42

Controles Aparea-
dos por C.I. y 48 0.29 0.00 0.23 0 48
Sexo (CCIS)

Controles Aparea-
dos al Nacimiento 104 0.77 0.00 0.03 0.20
(CN)

Cnnl0eIantla IS + CCISI K CN = 49 69 01 = . Ps0 001

x2Pa1a S ub9lnucMn (S . CCIS) .s CN = 2091 01 = O<0001

a2Pala Ay~ (S + CCIS) y$ CN = 1392 01 = Oa0001

CUADRO 8.11

ESTILOS DE RESPUESTA INICIAL A UNA DEMANDA COGNOSCITIVA OBSERVADOS EN SOBREVIVIENTES DE


DESNUTRICION CLINICA SEVERA Y EN DOS TIPOS DE NIÑOS CONTROLES.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA")

Principales Estilos de Respuesta de No Trabajo No Verbal

Número de Respuestas Proporción Expresada como.


Niñ os d e N o T ra b ajo N o
Verbal Negación Substitución Ayuda Pas1 as

Sobrevivientes 136 0.00 0.04 0.00 n (ati

Controles Aparea- 110 0.00 0.10 0.02 0 88


dos por C. I. y
Sexo

Controles Apareo - 33 0.03 0.00 0.03 0 90


dos al Nacimiento

190
CUADRO 8.12
DISTRIBUCION DE NIÑOS DE ACUERDO A PRINCIPALES ESTILOS DE RESPUESTA A UNA DEMANDA
COGNOSCITIVA.

("LUGAR SOBRE LA TIERRA BLANCA')

Estilos de Controles Apa- Controles


Respuesta Sobrevivientes reados por Apareados
C. l. y Sexo . al Nacimiento
Trabajo 8/ 14 10/ 14 12/14

No Trabajo 6/14 4/14 2/14

Trabajo Verbal 5/8 8/10 9/12


Trabajo No Verbal 3/8 2/10 3/12
No Trabajo Verbal 0/6 0/4 212
Competencia 2/2
No Trabajo 6/6 4/4
No Verbal

Pasivas 6/6 414

191
192
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193
EFECTOS SOBRE EL NIVEL DE EJECUCION EN LA EDAD ESCOLAR.

1.- Desnutrición y Cociente Intelectual.

Se han usado dos estrategias para explorar las consecuencias de la desnutrición grave sufrida a temprana edad sobre
el desarrollo intelectual en edad escolar. La primera compara los cocientes intelectuales de los niños que tienen historias
documentadas de desnutrición grave con el cociente intelectual de niños pertenecientes a la misma comunidad pero sin
antecedentes de desnutrición. Ya que todos los investigadores han estado conciertes de que los niños severamente des-
nutridos viven en ambientes que facilitan de muchas maneras bajo nivel intelectual, han tratado de aparear los casos
índice con niños controles para aquellas variables consideradas como de primera importancia. La otra estrategia
comprende el uso de hermanos como controles. En este modelo se asume que los hermanos minimizan la mayoría de los
factores demográficos o del macroambiente, dejando aquellos relacionados con los microambientes específicos de cada
niño para ser tomados en cuenta junto con su familia de otra manera, o en otro estudio.

Se ha hecho una revisión de 6 estudios que han empleado la primera estrategia y 2 que han usado a los hermanos co-
mo controles (1). En forma global estos reportes se han hecho en niños viviendo en ambientes culturales muy diferentes,
con representaciones geográficas en Europa (Yugoslavia), Asia (India, Indonesia y Filipinas), Africa (Uganda), El Caribe
(Jamaica) y América Latina (El Salvador j7 México).

El primer estudio conducido por Cabak y Najdavic (2), es un reporte del seguimiento de treinta y nueve niños serbios
que habían sido tratados de desnutrición severa cuando tenían edad comprendida entre cuatro a treinta y cuatro meses
de edad.

El cociente intelectual se evaluó cuando los niños tenían edad entre siete a catorce años, usando la adaptación de Ste-
panovic a la Escala de Binet-Simon. El promedio del cociente intelectual en los sobrevivientes de desnutrición fue de
88, que es significativamente más bajo que el promedio de 93 encontrado en un grupo de niños normales de la misma
edad, hijos de trabajadores no calificados. Esta diferencia es más notable cuando se considera que un tercio de los niños
rehabilitados de desnutrición pertenecen a condición socioeconómica mejor que la de los controles. Tomándo la ocupa-
ción como indicador de clase suk,;al, los padres de una tercera parte de los niños que previamente habían padecido de
desnutrición eran profesionales u oficiales del ejército. El resto de los padres eran trabajadores especializados y no espe-
cializados.

No solamente el promedio del cociente Intelectual se encontró más bajo en los sobrevivientes de la desnutrición, sino
que la distribución de los cocientes mostró que ningún niño de los que habían padecido desnutrición tenía un cociente in-
telectual mayor de 110; la mitad de estos niños tenían cociente intelectual menor de 90 y seis de ellos estaban por abajo
de 70 puntos . Estas frecuencias contrastan con la de la población general de niños serbios en los que el 32 porciento
tenían un cociente intelectual por encima de 110 y sólo 2.5 porciento quedaban abajo de 70 puntos.

La deficiencia del peso en el momento de la admisión al hospital y el cociente intelectual en la edad escolar mostró
asociación significativa. Entre más grande era la diferencia del peso real para el peso esperado por edad y sexo, menor el
cociente intelectual . En otras palabras , la intensidad y la duración de la desnutrición en la temprana infancia parecían es-
tar relacionadas con la magnitud de la ejecución intelectual después de la rehabilitación.

El segundo estudio fue hecho en Indonesia por Liang y cols. (3), en un grupo de sesenta y cuatro niños con edades
comprendidas entre los cinco y los doce años, cuyo estado nutricional era conocido a la edad de dos a cuatro años. Trein-
ta y un niños habían sufrido desnutrición severa en la edad preescolar y 12 de ellos mostraban signos típicos de deficien-
cia de vitamina A.
Después de 3 a 10 años de la rehabilitación, cuando el nivel intelectual de los niños fue evaluado por medio de las téc-
nicas de Wechsler y Goodenough, los que previamente habían sido desnutridos y que habían mostrado deficiencia de vi-
tamina A en los años preescolares, presentaron puntajes de inteligencia significativos más bajos que aquellos niños re-
gistrados como no desnutridos durante el período de dos a cuatro años de edad . El cociente intelectual derivado de la ca-
lificación de la Escala de Wechsier fue de 77 .f 2.3 y 68 .f 2.7 respectivamente para los 33 niños bien nutridos en el
período preescolar y para los doce niños con antecedentes de desnutrición avanzada y signos de deficiencia dé vitamina A.
El grupo de diecinueve escolares cuyo diagnóstico en la edad preescolar había sido de desnutrición sin signos de defi-
ciencia de vitamina A tuvieron cociente intelectual de 73 3.3. La diferencia entre los niños normales y los desnutridos
con y sin deficiencia de vitamina A es significativa a nivel de confianza de 0.01 . De acuerdo con los autores , tanto el de-
sarrollo Intelectual como la estatura de los niños escolares pudo ser predicho con alto grado de certeza sobre la base de
su estado nutricional durante los años preescolares.
El tercer estudio fue realizado en el área de Andhra Pradesh , India, por el grupo de Gopalan (4). Los investigadores In-
Cravlolo, J.. ano Deacardl. , EA.: " NoIrllion , Mental Development , and Leaminp ". HWnan Growlh , Vol 3, Editad by Frank Falknar aM J.M . Tanner ( Plenum Pulishing Corporation . 1979), 481511
1-
2.- Caoak , V, end Na) davlc , R.: 'EHecl ot Undemutiloon in Eary Lile on Physbal and Mental Deveklpnant ". Archive. 01 Diseases In Chlldhood 9: 532, 1965.
3.- Uarq , P.M., Hia , T.T, Jan, O.H_ and 0106, L.T.: " Ewluallon of Mental Davebpment in Relativo lo Nutrltlon ". Am. J. Clin Nutr.2„Q : 1290, 1967
4.- Cnamp . kam, S ,, Srlkanlla , S.G., and Gopalan , C.: "Kwaehlorkor and Mental Development". Amedcan Journal ot Ginlcal Nutrltlon . 21: 844. 1968.

195
ulua ueclaieron construir su propia piueoa de inteligencia en vista ue la gran vaneuad de dlrerer cías culturales, va-
riaciones lingüísticas regionales y niveles de educación y altabetismo.

La batería de pruebas de inteligencia desarrollada , se basa en una escala diseñada para niños en edades comprendi-
das entre ocho y once años . Los items de la prueba se escogieron para explorar diferentes funciones, tales como organi-
zación del conocimiento , razonamiento , memoria y varios procesos perceptuales . La mayoría de las tareas fueron la ma-
nipulación real de una variedad de materiales concretos por los sujetos . Algunos incluyeron ensamblar objetos , diseño de
bloques , memoria de objetos y dibujos y comprensión y arreglo de dibujos. La población que se escogió para estandarizar
la batería perteneció a la misma clase socioeconómica y cultural de la que derivan los casos de desnutrición estudiados.

Diecinueve niños que habían sido tratados de desnutrición grave tipo kwashiorkor cuando tenían entre dieciocho y
treinta y seis meses de edad , se evaluaron individualmente en su ejecución intelectual cuando tenían edades comprendi-
das entre los ocho y los once años de edad . Cada uno de los niños rehabilitados se apareó pór edad , sexo , religión, casta,
estado socioeconómico , tamaño de la familia , orden de nacimiento y nivel intelectual de los padres con tres niños de la
misma localidad y de la misma escuela de donde provenían los casos indice. Se aseguró también que los niños controles
correspondientes a un caso indice dado estuvieron en el mismo grado en la misma escuela . Se consideró que aparearlos
por el mismo grado escolar pudiera ser un factor que cancelara las diferencias reales entre los niños bien nutridos y los
rehabilitados y por otra parte , si se encontraban diferencias en estas condiciones su significación aumentaría automáti-
camente.

Los resultados mostraron diferencia significativa entre la ejecución intelectual de los niños controles y sus casos
índice . Las diferencias más marcadas en el grupo de niños de menor edad presentaron tendencia a disminuir en el grupo
de mayor edad . El promedio de ejecución de los casos indice , expresado como porcentaje de los niños controles fue
31.3: 54.45, y 52. 44 respectivamente para los grupos de edades de ocho a nueve, de nueve a diez, y de diez a once años
respectivamente . Cuando la escala total de inteligencia se dividió en sus cuatro cpmponentes fundamentales
-memoria , habilidad perceptual , habilidad abstracta y habilidad verbal- las diferencias entre los grupos se sostuvieron
para todas las habilidades evaluadas . Muy rara vez se encontraron imbricaciones entre los puntajes bajos de los niños
previamente desnutridos y los relativamente mucho más elevados de los controles.
En este mismo grupo de niños , Srikantia y cols . ( 1), once años después de que fueron dados de alta del hospital, en-
contraron que los promedios en la prueba de Wechsler fueron de 49 . 9 para el grupo experimental y 60.5 para el grupo
control. Los puntajes encontrados en las niñas fueron de 35 . 7 y 50 respectivamente . En los dos años subsecuentes, los
niños controles mostraron mejoría en su puntaje de 17 . 5 .f. 4.05 puntos , mientras que en el grupo índice la mejoría fue de
22.0 f 2. 94 puntos . En forma semejante , las niñas controles ganaron en ejecución 14 .2 1.4 puntos mientras que los
valores en el grupo índice fueron de 18 .1 f 4.39 puntos. Las diferencias en el promedio de incremento entre los grupos
no fueron estadísticamente significativas , aunque , tanto al principio como al final del período de observación los puntajes
absolutos fueran mayores en el grupo control, circunstancia que fue más marcada en los niños que en las niñas . En otras
palabras , las diferencias en el cociente intelectual inicial que presentaron los sobrevivientes del kwashiorkor y los niños
controles persistieron a lo largo del lapso de trece años ; el episodio temprano de desnutrición clínica severa no alteró sig-
nificativamente el incremento subsecuente en la ejecución intelectual.
Guthrie , Guthrie y Tayag (2), enfocaron el estudio de la nutrición y el desarrollo Intelectual de manera un poco diferen-
te, escogiendo una muestra de niños escolares con antecedentes socioeconómicos y ambientales homogéneos, con la
idea de minimizar las diferencias en nivel de ejecución que pudieran ser atribuidas a otros factores tales como , pobre am-
biente intelectual , privación social y motivación mínima . Estos factores variaban muy poco de familia a familia en la
muestra seleccionada.
Se utilizó una prueba de inteligencia no verbal estandarizada en 413 niños filipinos que concurrían a la escuela prima-
ria de un poblado rural de las Filipinas.

Las correlaciones entre la talla y los puntajes de Inteligencia revelaron que los niños más altos de cualquier edad, cali-
ficaban mejor en la prueba de inteligencia que los niños más bajos. Ya que Guthrie y cols. habían mostrado que la correla-
ción entre la talla y el desarrollo intelectual en la población urbana de las Filipinas era esencialmente cero, la correlación
oositiva encontrada en la muestra de niños que exhibían marcadas diferencias de talla en comparación con los niños de
las escuelas públicas urbanas, se aceptó como sugestión que la desnutrición previa podría ser, al menos en parte, res-
ponsable de los bajos niveles de ejecución Intelectual, característicos de los niños de talla baja del área rural.
De un total de diecinueve casos de marasmo tratados en el Hospital Rosales de El Salvador, Centroamérica, durante
los años de 1958-1960, Guillén-Alvarez (3), fue capaz de localizar catorce que habían sufrido el padecimiento en edades
comprendidas entre los tres y diecinueve meses de edad. La ejecución intelectual de estos niños se comparó con la de
un grupo de 25 niños rurales, de condición socioeconómica y edad similar que no tenían antecedentes de desnutrición
severa. Se obtuvieron los cocientes intelectuales de una batería de pruebas que incluyeron la Prueba de Matrices
Progresivas de Raven, La Prueba de Koch y la Prueba de Goodenough.
1 - $r91amia, 8 G . Saatry , C Y, and Naldu, AN "MalnulriIlon and Mental Funcllon ", Proce droga Xth Inle,netlonel cagreu ol Nulrltlan
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Proceednlpa of lile Twelllh Inlerrullonal Con9reae ol Ped,alricó, Vierv
na, Aw1r4. AoQue1 29Sepben be, 4. 1971 Wlener MedioInlacllen Akademlc.

196
Los resultados de la evaluación psicométrica mostraron diferencias significativas en la ejecución intelectual entre los
sobrevivientes del marasmo y los niños testigo. Mientras que tres de los veinticinco niños testigo tuvieron cocientes inte-
lectuales debajo de 70 , doce de los catorce niños rehabilitados de la desnutrición puntearon por abajo de este valor. Ha-
cia el otro extremo de la escala , mientras que catorce de los veinticinco niños testigo tenían coeficientes intelectuales
arriba de 91 , solamente un niño con antecedentes de marasmo alcanzó ese nivel.

El sexto estudio fue conducido en Uganda, Africa, por Hoorweg y Stanfield (1) en un grupo de ochenta niños en edades
comprendidas entre los once y los diecisiete años. Sesenta de ¡os ochenta sujetos eran sobrevivientes de una combina-
ción de kwashiorkor y marasmo sufrida antes de los 27 meses de edad. Los otros veinte niños no tenían antecedentes
clínicos y antropométricos de desnutrición severa. (Véase Desarrollo Sensorimotor.)

Se trató de evaluar la hipótesis de que los efectos de la desnutrición tienen relación directa con la severidad del padeci-
miento e inversa con la edad del niño afectado.

La severidad de la desnutrición se calificó de acuerdo con los siguientes puntos: 1) La impresión clínica general en el
momento del alta hospitalaria; 2) El peso en el momento de la admisión, como porcentaje del promedio esperado para la
edad en el mismo grupo étnico (Baganda); 3) Cantidad de edema; 4) Lesiones.de la piel y, 5) El nivel de proteínas séricas
totales.

Los testigos fueron niños con un control de salud de cuando menos dos años desde el inicio de su primer año de vida y
con curva de peso que durante el período de control no cayera por abajo de la percentila 10 de los estándares de Boston.
Para los dos grupos de niños , se excluyeron aquellos que habían tenido la posibilidad de un insulto agudo al sistema ner-
vioso central , tal como crisis convulsivas o infección respiratoria severa con anoxia ; también se eliminaron niños que pre-
sentaron infecciones crónicas, como tuberculosis.

Los niños desnutridos se dividieron en tres grupos de veinte cada uno según que hubieran sido admitidos para trata-
miento antes de los dieciseis meses de edad (grupo 1 ), entre dieciseis a veintiún meses (grupo 2) y entre veintidos a vein-
tisiete meses (grupo 3).
Los 4 grupos de niños Bagando se aparearon tan cercanamente como fue posible en edad , sexo (once niños y nueve
niñas en cada grupo), nivel educacional del niño , educación del tutor , ocupación del tutor, calidad de la vivienda, presen-
cia de mesa para comer , radio y bicicleta.
La ejecución en las pruebas de inteligencia se analizó en términos de inteligencia general por medio de las Matrices
Coloreadas de Raven, habilidades verbales a través de la prueba de aritmética del Wechsler y una prueba de vocabulario
con palabras del idioma Baganda . Las ha i edades especiales y perceptuales se calificaron por medio del subtest del en-
samble de bloques de la escala de Wechsler para adultos y de los laberintos de Porteus; la memoria visual con la prueba
para memoria de figuras de Graham y Kendall ; la memoria a corto plazo con los Cubos de Knox . Se examinaron el apren-
dizaje y el aprendizaje incidental , instruyendo a los sujetos para que memorizaran la asociación entre seis animales y
seis colores, cada color presentado de dos formas diferentes . El desarrollo motor se evaluó por medio de la escala de
Lincoln-Oseretsky.
Cinco de las diez pruebas psicológicas revelaron mejor ejecución en el grupo control comparado con los tres grupos
de niños tomados juntos . Estas pruebas fueron las matrices de Raven , la prueba de bloques, memoria de figuras , aprendi-
zaje incidental y la parte de destresa de la escala de Lincoln-Oseretsky . No se encontraron diferencias en habilidades ver-
bales , en la prueba de los laberintos y en la de memoria inmediata.
Como ya se describió en el capítulo de Desarrollo Sensorimotor , cuando se comparó la ejecución de los sobrevivientes
de la desnutrición sufrida a distintas edades , se encontraron diferencias significativas en la memoria de dibujos , ya que el
grupo 3 tuvo mejor calificación que los grupos 1 a 2 y en la tarea de aprendizaje (primer intento) en el que el grupo 2 lo hi-
zo mejor que el grupo 1 , en otras dos pruebas , los cubos de Knox y el aprendizaje incidental, las diferencias en función de
la edad en la que ocurrió la desnutrición alcanzaron nivel de confianza de 0.10. Parece importante mencionar que estas
cuatro pruebas están relacionadas con aspectos diferentes de la memoria y el aprendizaje . De manera general puede de-
cirse que se comprobó la hipótesis de que los efectos de la desnutrición son mayores entre menor sea la edad del niño.
Desafortunadamente no se pudo evaluar la hipótesis de la severidad , dado que los sobrevivientes de la desnutrición no
difirieron en sus puntajes de severidad , no presentaron diferencias en la antropometría en la edad de la evaluación y se
desconoció la duración de la desnutrición antes de la admisión al hospital para su tratamiento.
Se revisaron dos estudios del efecto de la desnutrición temprana en la ejecución intelectual ulterior , utilizando la estra-
tegia de los hermanos . La primera Investigación llevada a cabo en México (2) comparó la medida de la Inteligencia en la
edad escolar en treinta y siete sobrevivientes de desnutrición severa y en treinta y siete de sus hermanos de edades más.
cercanas-
9Uentlik Publlcatlbn
1.- Hoorwag, J., arat Stenllald, P.: 'TM InfWertce of MNnoIrllbrl an Payctologlc en Neurologtc t)eveIdgmInt : Prellminey Commnlcatlon". In, Panantarlcan Heallh Orgamzllon,
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2.- SIrc4 H.O.. PMelro. C.. Akalda, E.. Toca. T., Ud Crwbto, J.: "M4tlon d Kwaahbrkor in Eary CMIMgod and Intelllganca at Scrrod Age' Pedlalnc Reesarch g: 579. 1971.

197
Los niños desnutridos habian estado hospitalizados por desnutrición cronica grave tipo kwasniorkor, cuando tenían
entre seis y treinta meses de edad. No hubo casos de marasmo y el grupo fue relativamente homogéneo en la severidad
del padecimiento. Todos los niños volvieron con sus familias después de la rehabilitación nutricional. El promedio de hos-
pitalización fue de seis semanas con rango de uno a dos meses. Durante la estancia hospitalaria, los niños fueron visita-
dos por sus madres durante tres a cuatro horas cada tercer día. La proporción de enfermeras a niños fue elevada ya que
hubo una enfermera para cada 3 niños. El cuidado en el hospital considerado en términos generales fue bueno, pero no
se aplicó ningún procedimiento especial de estimulación.

No se dispuso de información detallada respecto a la calidad de las dietas que los niños recibieron después de haber
sido dados de alta dei hospital, aunque podría ser apropiado asumir del conocimiento de las circunstancias sociales en
las que viven estos niños, que tales dietas fueron subóptimas. Ninguno de los niños fue readmitido a hospital alguno por
un nuevo episodio de desnutrición severa.

La evaluación intelectual se llevó a cabo cuando menos tres años después del alta hospitalaria. A manera de hacer
practicable el estudio, los casos se restringieron a los niños que vivían en la vecindad de la ciudad de México.

Para obtener la muestra, se investigó en los archivos del Departamento de Pediatría una serie de casos consecutivos
de desnutrición severa con edades apropiadas al momento de la admisión y lugar de residencia. Se identificaron cincuen-
ta y un casos que fueron buscados en la comunidad, localizando cuarenta y dos niños, treinta y siete de los cuales tenían
un hermano cuya edad no difería en más de tres años del caso índice y perteneciente a una familia que deseaba formar
parte del estudio . El niño escogido como testigo fue el que tenía la edad más cercana al caso índice e historia previa en la
que no se registraba incidente de desnutrición severa.

La distribución por edad de los casos índice y los hermanos controles fue muy similar, como consecuencia de que el
hermano de edad más cercana presentó tendencia al azar a ser mayor o menor que el caso indice.

La distribución por sexo fue un poco divergente encontrándose relativamente más niñas en los casos testigo; la dife-
rencia por sexo no fue significativa (X2 igual a 1.95; p mayor que 0.10).

Cada niño fue examinado individualmente para determinar su nivel intelectual. Se aplicó la escala de inteligencia de
Wechsler para niños (WISC) adaptada al español. Aunque se reconoció que la prueba podría tener baja sensibilidad para
los niños más pequeños, se juzgó deseable usarla en todos en vez de sustituirla por otra diferente y probablemente no
comparable.

El cociente intelectual total derivado del WISC en los casos índice para sexos combinados fue 68 . 5 y en los testigos
81.5. las diferencias en las escalas verbal y de ejecución fueron de igual magnitud y en la misma dirección . Las diferen-
cias fueron significativas cuando menos al 5 porciento del nivel de confianza.

Si se considera como es costumbre hacerlo , que un cociente intelectual por debajo de 70 es la línea crítica para la defi-
nición del rango de normalidad, entonces el doble de los niños previamente desnutridos en relación con sus hermanos es-
taban funcionando a este nivel; 18 desnutridos y 9 testigos tenían cociente intelectual por debajo de 70 . Más aún, de
aquellos que tenían cociente intelectual bajo, diez de los casos índice se encontraron por debajo de 60 en contraste-con
solamente dos de los hermanos. En el otro extremo de la distribución, en el rango de la normalidad convencional se en-
cuentra una imagen inversa; diez de los niños testigo y cuatro de los casos índice obtuvieron cociente intelectual de 90 o
más. Las diferencias en edad entre los sobrevivientes de la desnutrición y sus hermanos no afectaron los niveles alcanza-
dos en las pruebas de inteligencia.

En los hermanos hubo notoria diferencia entre los sexos , ya que los niños tuvieron calificación mayor que las niñas en
cociente intelectual total y en la escala verbal . Cuando se hicieron comparaciones en los casos indice y los hermanos se-
parándolos por sexo , se encontró que los niños previamente desnutridos diferían de los niños control significativamente,
ya que éstos tuvieron cociente intelectual aproximadamente 12 puntos más elevado que los sobrevivientes de la desnutri-
ción severa. Aunque las niñas control tuvieron también cociente intelectual poco más elevado que las niñas previamente
desnutridas , el tamaño de la diferencia fue insuficiente para dar como resultado significación estadística. Este patrón de
hallazgos se debió completamente a la depresión del cociente intelectual en las niñas del grupo control . No se encontra-
ron razones para esta depresión en la experiencia educacional , dado que no había diferencias por sexos en la escolari-
dad. Sin embargo , el menor nivel de cociente intelectual en las niñas en relación a los niños ha sido encontrado repetida-
mente en escolares de diversos grupos sociales y probablemente deriva del menor valor social que se le asigna a la mu-
jer en estas subculturas particulares (1, 2).

Existe dificultad para interpretar los hallazgos de diferencias por sexo en el grado en el que se encontró en los casos
indices y los controles . Puede argumentarse que un brote de desnutrición severa tiene mayor magnitud en los niños que
en las niñas por las diferencias genéticas entre los sexos , en la capacidad para adaptarse a los efectos negativos del

1 - C,e,iolo J Un00,O, M . eno 8,,ch. H G Se. D 11e, enCe -n 10 Pellern 01 07114,40 Wlih Conp.Mtel Meen Detecte ' Science 174 . 1042. 1971
2 - Leese ,. G S fne , G ro Cu, w. D M Menbl Manas ot Dh11G,en ironl Dinerehl Social Coa eno CullurH G,o, pe Morg9,.phe o11M SocIWy lo, Reasemn le DmW Develppnenl 70 4, 1965

198
stress. Sin embargo, es dificil defender esta interpretación en vista del cociente intelectual significativamente más 1214U
de las niñas testigo comparadas con los niños testigo. Estos datos, junto con el hecho de que los casos índice del sexo
masculino y femenino tenían niveles comparables de cociente intelectual sugieren que las niñas habían estado en condi-
r•.iones de mayor desventaja en el seno de sus familias, durante un período prolongado. Tal inferencia está de acuerdo
con el sistema de valores del grupo social al que pertenecen las familias y de acuerdo con los hallazgos en niños portorri-
queños de Nueva York (1).

El uso de los hermanos como sujetos controles tiene ciertas implicaciones para la interpretación de los datos. Dichos
controles tienen por supuesto la ventaja de que el niño comparado procede de la misma familia y ha estado sometido a
una experiencia ambiental común. Los datos demográficos sugieren poderosamente que el tener un niño hospitalizado
por desnutrición grave, identifica de hecho una familia en la cual todos lo niños se encuentran a riesgo de una nutrición
subóptima en forma crónica. Por lo tanto, los casos y los testigos son similares en cuanto a que tienen una exposición
prolongada y común a la subnutrición y solamente difieren en que uno de los niños tiene un episodio sobreimpuesto de
exacerbación aguda. Como resultado, los logros de crecimiento pueden ser similares en los pacientes y sus hermanos y
mínimas las diferencias en el desarrollo. Por consecuencia, la comparación de los pacientes con sus hermanos no da
una imagen completa de todos los efectos de la inadecuación nutricional en el desarrollo, sino que parece indicar el efec-
to adicional para un mal desarrollo que puede ser atribuido a un episodio agudo de desnutrición severa. Puede esperarse
por lo tanto, que el nivel intelectual estará deprimido en todos los sujetos, punto de vista que encuentra fundamento en
nuestros hallazgos.

De lo anterior se desprende que una diferencia significativa en los cocientes intelectuales entre niños hospitalizados
en la temprana infancia por un brote de desnutrición grave y en sus hermanos, es evidencia especialmente convincente
de la contribución negativa para el desarrollo mental que tiene el episodio de kwashiorkor con hospitalización. El uso de
hermanos como controles significa también que los niños comparados han compartido un ambiente desventajoso tanto
desde el punto de vista social como familiar, que por sí mismo puede contribuir a la disminución del nivel intelectual. Este
factor también puede resultar en la minimización de diferencias entre los grupos controles y los pacientes y proveer de
fundamento ulterior a la significación de la influencia del episodio agudo en la competencia cognoscitiva.

Hertzig y cols. (2) al examinar nuestro estudio utilizando la estrategia de sobrevivientes de la desnutrición aguda y sus
hermanos , consideraron que nuestras conclusiones estaban limitadas porque la muestra estudiada fue relativamente pe-
queña, los hermanos no siempre eran del mismo sexo y no se examinó concomitantemente un grupo comparativo de la
población general. También hicieron notar que al conducir un estudio de este tipo, deben ser consideradas las diferen-
cias en ciertas características de los hermanos . Entre estas diferencias , la edad y el orden de nacimiento deberían haber
sido tomados en cuenta, ya que ambos pueden afectar las prácticas del cuidado del niño, así como su desarrollo intelec-
tual. Estos autores también han cuestionado correctamente nuestra sugestión de que los niños que han sufrido de des-
nutrición crónica severa en el primer año de vida pueden tener consecuencias más serias que aquellos que experimen-
tan el desorden en edades posteriores . El argumento principal en favor de su opinión procede de la falta de seguimiento
de nuestros pacientes después de haber sido dados de alta del hospital. Indican además que si la interferencia con el de-
sarrollo cerebral pudiera reflejarse en la alteración del cociente intelectual, un primer paso para explicar esta asociación
seria la determinación del grado en funcionamiento intelectual en edad escolar , se deprime diferencialmente en niños
que han experimentado desnutrición clínica severa, a diferentes edades en el primer año de la vida.

En vista de estas consideraciones, los autores citados decidieron conducir un estudio en 2 cuestionamientos. 1) El gra-
do en el que los niños desnutridos antes de los dos años de edad difieren de sus hermanos y compañeros en la competen-
cia Intelectual en la edad escolar. 2) El grado en el que la desnutrición en tiempos diferentes durante los primeros dos
años de la vida se asocia diferencialmente con el nivel intelectual en la edad escolar.

El funcionamiento intelectual (WISC) se estudió en setenta y cuatro niños escolares de Jamaica que habían sufrido de
desnutrición severa antes de la edad de dos años. En todos los casos se tenia registro de los eventos clínicos y metabóli-
cos, estando representados los tres tipos de desnutrición severa: kwashiorkor, marasmo y kwashiorkor marasmático. Co-
mo promedio, los niños fueron hospitalizados durante un período de 8 semanas y al ser dados de alta fueron seguidos me-
diante visitas a sus casas durante dos años. En el momento del estudio, los niños tenían edades entre cinco años once
meses y diez años. El espaciamiento entre las edades se seleccionó a manera de que fuera suficiente para que estu-
vieran completamente curados del episodio agudo y para que la evaluación de la inteligencia se hiciera en una edad en
que tuviera valor predictivo para edades posteriores.

Se incluyeron dos grupos controles en el estudio, el primero de ellos compuesto por hermanos de los niños que pre-
viamente habían estado desnutridos, con edad comprendida entre seis y doce años, lo más cercanamente posible en
edad a su hermano desnutrido y sin historia de desnutrición clínica grave. En vista de los patrones de composición fami-
liar en Jamaica , un hermano se definió como aquel niño que tuviera la misma madre biológica del caso índice y que hu-

t - 11.4119 . M.. BIrc11 , H.O.. Thbn a. A, end MhMez, OA: "0eee snd Elhnlc DI1lerences In 1141 Reeponelven~ d P100090ol Cl4Idren lo Corpolllw Denxnds". Mon Soc . Res. 0.110 Dewlopment
Serbl No. 117, 1988.

2.- Her1719 , M.E., Bheh , H.O., Rklurboo . SA, Tlzerd, J.: "Inlelbclwl Levsb ol Schod ABe 01110,00 Sewrely MonOwln d Dering ihe Flret Two Teers ol Lit.". Pedetrbe s9 : 814. 1972.

199
t ra res urdo en el mismo hogar que el niño desnutrido durante ¡a mayor parte oe su vioa j-uidnrr' ti ese uenuncaron y
tudiaron 38 hermanos de este tipo, porque con el criterio de selección usado los hermanos eran algo mayores que los
brevivientes de la desnutrición.

El segundo grupo control se formó con compañeros o vecinos de los casos índice. Para cada caso índice , se selec-
c i onaron dos niños compañeros de escuela , de edad cercana al caso indice . Si no se encontraba disponible para examen
e primer niño, se examinó el segundo . Algunos de los niños índice en edad escolar no concurrieron a la escuela . En estos
casos se escogió entre los vecinos un niño que no era familiar del caso índice y con menos de seis meses de diferencia
e, edad . En algunos casos de niños escolares pequeños no se encontró un compañero que tuviera cercanía de seis me-
s s en edad ; también para estos casos se escogió al vecino. De los setenta y cuatro niños del grupo comparativo sesenta
y res eran compañeros de escuela y once vecinos que llenaban todos los criterios de selección. Como podía esperarse
d 1 método para seleccionar , tanto los niños índice como los del grupo de comparación vivían en las mismas condiciones
( ^ 3cindario ) generales de donde procedían los niños escolares . No pudieron estudiarse tres años del grupo comparativo.
E resultado final fueron 71 pares de casos índice y niños para comparación.

El nivel intelectual de cada niño fue evaluado individualmente por medio del WISC . Todos los niños se examinaron sin
q e el examinador conociera el grupo al cual pertenecía el niño.

La comparación de la calificación total del cociente intelectual, la escala verbal y la escala de ejecución en los tres
g ipos , mostró que todos los sobrevivientes de la desnutrición severa tenían niveles significativamente inferiores que los
gi upos controles ; los hermanos se situaron en una posición intermedia y los compañeros de clase y vecinos obtuvieron
lo puntajes más altos. Cuando se compararon los cocientes intelectuales de los sobrevivientes y sus hermanos, sola-
m ente difirieron en la calificación global del cociente intelectual yen la escala verbal . Aunque se encontró un valor mode-
radamente más elevado en la escala de ejecución en el grupo de hermanos , éste no difirió estadísticamente del promedio
ot tenido en los sobrevivientes . Por el contrario , la única medida significativamente diferenté entre los hermanos y él gru-
pc control de compañeros fue en la escala de ejecución del WISC.

Al interpretar los datos es de importancia que no se encontró tendencia por edad en el cociente intelectual en los gru-
po s estudiados, ni la posición ordinal de los hermanos fue responsable de las diferencias obtenidas.

Dado que la prueba de WISC tiene un valor bajo tope ( o de piso) de 46 puntos para la escala global y la escala verbal, y
de 44 puntos para la escala de ejecución , es aparente que aún cuando un niño estuviera siempre equivocado el cociente
¡ni electual mínimo serían estos valores basales . Con ésto en mente Hertzig y cols . compararon el número de sobrevivien-
te:: de la desnutrición grave con los niños controles que puntearon en estos niveles . Veintitres por ciento de los sobrevi-
vir -ntes contra 7 por ciento de los controles se encontraron a nivel del piso en el cociente intelectual total. Esta diferencia
es significativa a nivel estadístico de confianza de 0.01, resultados similares se obtuvieron para la escala de ejecución.
Nc hubo diferencia significativa en la escala verbal.

Este análisis muestra claramente los niveles tan bajos del cociente intelectual que presentan los niños sobrevivientes
de la desnutrición grave y hace resaltar la falta de representatividad de los valores promedio.

En relación a la cuestión de la edad en la que ocurre la desnutrición grave y su relación con la severidad del daño inte-
lectual , Hertzig y colaboradores decidieron enfocar este aspecto correlacionando la edad de hospitalización del niño pa-
ra su tratamiento y el cociente intelectual en la edad escolar . De acuerdo con este supuesto dividieron su grupo de sobre-
viv i entes de la desnutrición en tres subgrupos cuyas edades en el momento de la admisión se encontraban por debajo de
los ocho meses para el subgrupo 1; entre ocho y doce meses para el subgrupo 2; y entre trece y veinticuatro meses para
el tercer subgrupo.

A modo de recordatorio se puede repetir que los autores calculando correlaciones producto-momento entre edad de
admisión al hospital y cociente intelectual, y efectuando análisis de varianza , llegaron a la conclusión de que no hay dife-
rencias sistemáticas en las consecuencias intelectuales en la edad escolar que pudieran ser atribuidas a la desnutrición
grave sufrida a distintas edades durante los primeros 2 años de vida.

-s infortunado que estos investigadores cayeran en la trampa de considerar el momento en que se presenta un niño
desnutrido para su tratamiento como equivalente al momento en que se experimenta la desnutrición . En casi todas las so-
ciedades donde la desnutrición es altamente prevalente no se lleva a los niños al hospital por la desnutrición en sí misma
sino por la presencia de infección agregada que produce una situación de emergencia superimpuesta en una condición
crónica , generalmente no reconocida por la persona encargada de cuidar al niño. El desequilibrio electrolítico agudo de-
bido a un problema especialmente severo de diarrea y la bronconeumonía son las causas más comunes de problemas in-
tercurrentes que forzan a los padres a llevar al niño al hospital . De tal manera, que la edad de admisión al hospital no es
una medida del tiempo en que ocurre la desnutrición sino más bien el momento en que "algo " llama la atención hacia el
niño. Más aún , en el caso particular de la desnutrición tipo kwashiorkor debe recordarse que el edema característico ra-
ramente se hace notorio para los padres hasta que aparece en forma súbita . Puede ser visto claramente , que después de
que el edema desaparece durante el período de recuperación el peso y la talla corporal dan indicación muy clara de la

200
cronicidad de la privación nutricional. Probablemente una mejor medida del momento de aparición de la desnutrición gra-
ve puede ser la diferencia entre la estatura de los niños . Puede formularse la hipótesis que entre mayor sea la diferencia
entre la talla real y la talla esperada para la edad en* el momento de la admisión , podrán encontrarse diferencias tanto en
la talla como en la ejecución en la edad escolar . Podría evaluarse entonces una combinación del tiempo de presentación
de la desnutrición y de su severidad.

Dado que los datos de Hertzig y cols. muestran muy claramente que las principales diferencias, de los cocientes inte-
lectuales entre los sobrevivientes de la desnutrición y los grupos comparativos se ven obscurecidas por el número tan
significante de sobrevivientes que puntean a nivel del piso en el WISC, puede ser conveniente evaluar las diferencias en
resultados en relación al tiempo, la duración y la severidad de ta desnutrición crónica con técnicas no paramétricas, dado
que de hecho los valores del cociente intelectual de los sobrevivientes no se conforma a una escala de intervalo, ni tienen
distribución normal.

Los resultados de los estudios reportados muestran que los ambientes en los que viven los niños a riesgo de desnutri-
ción son altamente negativos para el desarrollo mental. Independientemente de la presencia o ausencia de admisión pre-
via al hospital por causa de desnutrición grave, los niños que se desarrollan en este medio tienen elevada probabilidad de
mostrar pobre ejecución intelectual. La presencia de un episodio sobreimpuesto de desnutrición que ocurre en etapas
tempránas de la vida y de suficiente severidad como para forzar el ingreso del niño a un hospital, incrementa la oportuni-
dad de calificaciones aún más bajas que los que caracterizan los ambientes depauperados.

Debe hacerse énfasis en que los hallazgos de asociación entre desnutrición temprana y bajo desarrollo mental no
constituyen evidencia de que la ingesta insuficiente de nutrientes y calorías por sí misma afecta la competencia intelec-
tual y el aprendizaje en el ser humano.

Percepción Visual.

Existe la tendencia a considerar al organismo humano como un agente procesador de información. Los seres humanos
vivimos en un mundo primariame^!e visual y lógicamente esperamos mayor elaboración y más variedad en los usos de la
Información visual que la que hacemos para la información que procede de otras modalidades sensoriales . En este as-
pecto aprender a escribir y a leer se han convertido en herramientas de primera importancia en nuestra sociedad.

Aprender a leer tiene un prerrequisito inicial: la habilidad para distinguir figuras simples presentadas visualmente. Sin
embargo, la habilidad para hacer discriminaciones gruesas entre las figuras percibidas visualmente (reconocimiento de
formas ) aunque es un componente necesario de la habilidad , no constituye un refinamiento suficiente de la habilidad per-
ceptual para una tarea como la lectura. _

Además de hacer discriminaciones gruesas, si un niño está aprendiendo a leer tiene también que responder a aspec-
tos más diferenciados de la percepción figurativa , como son las propiedades angulares y la orientación espacial (análisis
de formas). La falla del niño para responder a la orientación espacial de una forma visual , puede resultar en la confusión
de varias letras que en el alfabeto romano son Idénticas en la forma pero distinguibles solamente por su posición espa-
cial; letras tales como b , p, d y q , ó N y Z; W y M tienen todas figuras equivalentes y la distinción entre ellas depende de la
habilidad del niño para responder simultáneamente a la figura y a la orientación en el campo visual.

Las consideraciones anteriores nos llevaron a examinar el nivel de competencia en la percepción visual de formas en
nuestros niños recuperados de desnutrición severa sufrida a temprana edad , como un medio para evaluar parcialmente,
su aptitud para aprender a leer. Una tarea de discriminación visual desarrollada por Brich y Lefford ( 1) se administró a
los niños rehabilitados y a sus hermanos. La tarea genera información en la habilidad de discriminación gruesa ( reconoci-
miento de formas), a la respuesta hacia la posición espacial y a las diferencias en la simetría angular (análisis de formas).

La ejecución de ambos grupos en el reconocimiento de formas geométricas bidimensionales mostró que a medida que
la edad se Incrementa de los cinco a los diez años , el número promedio de errores cometidos disminuye progresivamen-
te. No obstante que el nivel de ejecución fue bajo para los dos grupos de niños , en los que hablan sufrido desnutrición fue
significativamente más bajo hasta la edad de 9 años , época en que tanto los hermanos como los niños recuperados logra-
ron niveles similares de ejecución (Figura 9.1).

Cuando se evaluaron los niños en su habilidad para analizar formas geométricas , el número promedio de errores pre-
sentó también decremento a medida que avanzaba la edad ( Figura 9.2), encontrándose de nuevo diferencia marcada en
favor de los hermanos.

En este contexto parece de Interés señalar que los niños con subnormalidad mental no son capaces de hacer discrimi-
nación que requiera : Responder selectivamente a aspectos de la figura total y tomar en cuenta la orientación espacial
respecto a un sistema de coordenadas . Es evidente que los niños sobrevivientes de desnutrición avanzada , se comportan
en estos aspectos de manera semejante a los niños con subnormalidad mental.
1.- WI l^rlor0, A:'TNO Swst. M la 81Wy1r10 iNGp110r1 N1'&drWnnlpn' c7,IWli ,' In: &^MI DYIMQ^ M O,lICwr1: o o ogleal ar $oci& Apneb. WIMA Ey H.Q &roll B^MNwn: Wnl4rr^
YN Wlklr^, 1g64.

201
La implicación principal de las alteraciones en percepción visual es que los niños que han sobrevivido a un episodio se-
vero de desnutrición en etapas tempranas de la vida , se encuentran en desventaja para desarrollar habilidades en la lec-
tura y son menos capaces para beneficiarse del cúmulo de conocimientos disponibles para la especie humana en gene-
ral o para su grupo socioeconómico en particular . Su aptitud es inferior a la que caracteriza a su baja clase social.

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204
A MANERA DE POSTFACIO

Independientemente de si la ingestión insuficiente de nutrientes por sí misma puede causar subnormalidad mental o no,
es evidente que los niños que han sobrevivido a la desnutrición severa muestran alteraciones en su conducta, en sus ha-
bilidades para aprender yen su ejecución intelectual, que claramente los colocan a riesgo alto de fracaso cuando son ex-
puestos al medio escolar . El niño que se retarda en la ejecución de los mecanismos básicos relacionados con herramien.
tas fundamentales tales como la lectura y escritura , estará mal preparado para las tareas requeridas por la escuela. Si el
individuo aun antes de su ingreso ya presenta deficiencias , puede ser que nunca tenga la oportunidad de alcanzar el mis-
mo nivel de ejecución de sus compañeros . Más aún , si la impresión inicial que da es la de un niño que no puede benefi-
ciarse fácilmente de las experiencias dei aprendizaje que la escuela provee , entonces la actitud de lo maestros hacia él
reflejará su predición de que la ejecución dei niño estará por debajo de lo aceptable . Esta actitud del maestro servirá para
reforzar la probabilidad de una actuación inadecuada.

En una sociedad preindustrial donde la estancia en la escuela requiere un sacrificio real de los padres y otros miembros
de la familia , la demanda para dejar la escuela a fin de contribuir a aumentar el poder de compra familiar , puede ser un
mecanismo social que impida que el niño sea considerado como fracasado , dándole el papel de víctima cuyo sacrificio es
necesario, casi indispensable , para la supervivencia del grupo familiar . Es concebible que através de este mecanismo
pueda ser sostenido el sentimiento de autoestima , ya que el concepto de sí mismo ( como el individuo se ve o se conoce a
sí mismo ) es el resultante de las reacciones que otras personas tienen según su conducta , y de la predicción que esas
mismas personas tienen acerca de su manera de comportarse . Permanecer en la escuela puede dar lugar a una serie de
fallas que pueden crear una imagen negativa de sí mismo , esto a su vez producirá un autoconcepto en el que el individuo
se define como incompetente . Abandonar la escuela es conformarse a los patrones esperados de conducta y tomar el ro-
ley status de víctima , evitando así una serie continua de fracasos . La motivación para complementar un buen número de
años escolares , por ejemplo , siguiendo la norma nacional , puede en estas circunstancias estar marcadamente reducida.

Se ha observado que los niños que han sido desnutridos en la infancia o pertenecen a familas donde la comida no es
abundante , tienden a desarrollar ansiedad acerca del alimento . Se entiende que si un niño está preocupado acerca de
cuándo o dónde será su próxima comida , su atención y su motivación estarán disminuidas limitando sus posibilidades pa-
ra beneficiarse de la experiencia escolar . Aun en presencia de buena dotación mental si la motivación es baja , el niño no
aprenderá tan tempranamente cofa;. !a escuela espera de é l y estará siempre obstaculizado , o será otro miembro que no
progresará porque su sacrificio fue una necesidad para la sociedad.

De todo lo anterior , puede decirse que los niños que han sobrevivido a la desnutrición crónica severa , tienen riesgo alto
de no beneficiarse totalmente del conocimiento acumulado disponible para su grupo socioeconómico . Ser sobreviviente
puede constituir el evento inicial de un patrón de desarrollo caracterizado por funcionamiento psicológico defectuoso,
fracaso escolar y posteriormente funcionamiento adaptativo subnormal . A nivel familiar y social el resultado último de es-
ta cadena de eventos es lo que en un sentido ecológico puede llamarse un " efecto espiral "; un nivel bajo de funciona-
miento adaptativo, carencia de información adecuada y de hábitos sociales , infecciones repetidas o las insuficiente dis-
ponibilidad de alimentos dan lugar a un conjunto de sobrevivientes que funcionan en forma subóptima . Tales sobrevivien-
tes son los más propensos a ser víctimas de su ambiente socioecnómico pobre , siendo menos efectivos en sus adapta-
ciones sociales de los que pudieran ser en otras circunstancias . Estos adultos a su vez , escogerán consortes con
características similares y crearán niños en condiciones que, en las circunstancias actuales , fatalmente producirán una
nueva generación de individuos desnutridos.

si se acepta que la función última del investigador es contribuir al acervo total de conocimiento que protege y mejora la
vida humana , haciéndola más independiente de las fuerzas de la naturaleza , dándole al Hombre una mejor oportunidad
para consolidar su existencia en un universo en el que la ignorancia de sus leyes pueden producir daños irreparables, se
está aceptando implícitamente que el conocimiento debe ser transformado en tecnología socialmente relevante y que
además esta tecnología debe llegar a todos los individuos que puedan beneficiarse de ella.

Algunas de las aplicaciones prácticas de las investigaciones descritas se ilustran en los diagramas 1 y 2.

En el diagrama 1, puede verse como en familias a alto riesgo de desnutrición debido a factores básicamente de natura-
leza socioeconómica , el ambiente poco estimulante en el hogar desencadena la desnutrición de tercer grado ; la va+ida-
ción en modelos animales , de la protección que la estimulación confiere al sistema nervioso central, minimizando la pér-
dida de células cuando la desnutrición grave es crónica y se instala a temprana edad ( 1). Simultáneamente , se puede ob-
servar que en lactantes menores de 6 meses de edad con desnutrición de tercer grado , la estimulación sistematizada
añadida al tratamiento médico-dietético , es capaz de hacer que se recuperen del déficit mental 7 de cada 10 niños (2). Es-
tos hallazgos implican por una parte , la modificación que debe hacerse a las normas de tratamiento de los niños desnutri-
dos y por otra parte , que si la estimulación minimiza los efectos de la desnutrición y protege el equipo Intelectual de los ni-
ños, así como que la cuantía de la estimulación disponible en el hogar sea un instrumento predictivo para identificar fami-

1 - Casulla . L., Cravbto , k, Cravblo, J.: "Erecta a Corto Plazo de la InteraccIdn EstlmulacldnDamwbklbn Prolelco Calórico Sobre el Desarrollo BbWlmico del Sial~ Nerv,oao CM,val. "G.C.
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2 - Crs, olo. J. Angla. R °Si^latlon and Mental 0~10~1 01 Malnoodened Inhntt'. 7he Cancel. PP. 899. 1979.

205
lías a riesgo de tener desnutridos de tercer grado, sea posible un programa de intervención a nivel comunitario con traba-
jadores primarios de salud , con bajo costo y alto beneficio.

El diagrama 2, señala la necesidad de incluir la estimulación en programas comunitarios de nutrición y la necesidad de


incluir nutrición en programas comunitarios de estimulación , ya que los datos obtenidos muestran que los prerequisitos
de aprendizaje de escritura y de lectura están primariamenté asociados respectivamente a la desnutrición y a la priva-
ción de estímulos en la infancia temprana ( 1). De la misma manera , el hecho de haber validado que la desnutrición se
asocia a la disminución de habilidades motoras en el escolar , implica la necesidad de establecer normas adecuadas de
juegos , deportes , danza y otras habilidades artísticas para estos grupos de población (2).

La presencia de niños desnutridos en una sociedad donde un sector creciente no está sufriendo la enfermedad, viola
normas morales fundamentales. En cuanto exista un segmento afluente de suficiente magnitud , la persistencia de niños
desnutridos puede crear actitudes que hagan considerar que los valores realmente operantes difieren marcadamente de
aquellos que eran aceptados como base de la igualdad . El efecto de la desnutrición en estas circunstancias no se mani-
festará sobre los individuos que sufren la enfermedad sino en los adultos y adolecentes bien nutridos. ¿Puede esa so-
ciedad sobrevivir este stress? ¿Cuáles son los mecanismos empleados para reducir el impacto causado por la continua
violación de las normas morales? . Estas otras preguntas semejantes , por su importancia , merecen ser investigadas.

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