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ESPAÑA - LOS CAMINOS DEL SABER - LENGUA DEBATE 4 ESO VOL 2 - ISBN 9788468007687

literatura • LEER

Leopoldo Alas, «Clarín»


Leopoldo Alas, que escribió con el seudónimo de «Clarín», nació en Zamora en 1852
y se trasladó a Oviedo con su familia en 1863. Estudió Derecho y ejerció como pro-
fesor en la Universidad de Oviedo desde 1883 hasta su muerte en 1901. También fue
un reputado periodista y crítico literario.

Obra narrativa
Clarín es autor de dos novelas, La Regenta y Su único hijo, así como de numerosos
cuentos y relatos breves. Entre estos destacan títulos como Pipá, Doña Berta o ¡Adiós,
Cordera! Su obra más importante es La Regenta, una de las mejores novelas del siglo xix.

La Regenta
La Regenta es una extensa novela ambientada en Vetusta, capital de provincia que re-
presenta la ciudad de Oviedo. En la obra se narra el proceso de degeneración moral de
su protagonista, Ana Ozores, que, casada con un hombre mayor, es pretendida a la vez
por el seductor oficial de Vetusta, Álvaro Mesía, y por su confesor, don Fermín de Pas.
La novela contiene numerosos elementos naturalistas, como la presión determinista
del entorno o la importancia del físico de los personajes para explicar su conducta.
En cuanto al estilo, Clarín emplea con brillantez procedimientos como el monólogo
interior, mediante el cual se reproducen los pensamientos de los personajes, y el estilo in-
directo libre, que permite insertar en tercera persona sus palabras o sentimientos sin
necesidad de emplear un verbo de habla.
En los textos que se ofrecen a continuación se presentan los tres personajes en torno a
los cuales se teje la trama de la novela: don Fermín, la Regenta y Álvaro Mesía.

Don Fermín de Pas, el Magistral


La novela se inicia con una descripción de Vetusta, observada desde el campanario
de la catedral por don Fermín de Pas.
Uno de los recreos solitarios de res de su espíritu altanero, que De
don Fermín de Pas consistía en Pas se procuraba siempre que po-
subir a las alturas. Era monta- día. Entonces sí que en sus meji-
ñés, y por instinto buscaba las llas había fuego y en sus ojos dar-
cumbres de los montes y los dos. En Vetusta no podía saciar esa
campanarios de las iglesias. … pasión; tenía que contentarse con
Cuanto más subía, más ansia- subir algunas veces a la torre de la
ba subir; en vez de fatiga sen- catedral. …
tía fiebre que les daba vigor de Vetusta era su pasión y su presa.
acero a las piernas y aliento de Mientras los demás le tenían por
fragua a los pulmones. Llegar a sabio teólogo, filósofo y juriscon-
lo más alto era un triunfo vo- sulto, él estimaba sobre todas su
luptuoso para De Pas. Ver mu- ciencia de Vetusta. La conocía pal-
chas leguas de tierra, colum- mo a palmo, por dentro y por fue-
brar 1 el mar lejano, contemplar ra, por el alma y por el cuerpo, ha-
a sus pies los pueblos como si bía escudriñado los rincones de
fueran juguetes, imaginarse a las conciencias y los rin­cones de las
los hombres como infusorios 2, casas.
ver pasar un águila o un milano, según los parajes, de-
bajo de sus ojos, enseñándole el dorso dorado por el 1 columbrar: divisar.
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sol, mirar las nubes desde arriba, eran intensos place- infusorios: microorganismos.

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La soledad de Ana Ozores


Ana Ozores, la Regenta, está casada con Víctor Quintanar, a quien no ama.

Estaba Ana sola en el comedor. Sobre la mesa que- aquellos objetos que contemplaba le partía el alma;
daban la cafetera de estaño, la taza y la copa en que se le figuraba que eran símbolo del universo, que era
había tomado café y anís don Víctor, que ya estaba así, ceniza, frialdad, un cigarro abandonado a la mi-
en el casino jugando al ajedrez. Sobre el platillo de la tad por el hastío del fumador. Además, pensaba en el
taza yacía medio puro apagado, cuya ceniza formaba marido incapaz de fumar un puro entero y de querer
repugnante amasijo impregnado del café frío derra- por entero a una mujer. Ella era también como aquel
mado. Todo esto miraba la Regenta con pena, como cigarro, una cosa que no había servido para uno y
si fuesen ruinas de un mundo. La insignificancia de que ya no podía servir para otro.

Don Álvaro Mesía


Don Álvaro Mesía es el galán de Vetusta. Ana acaba siendo seducida por don Álvaro y
la sociedad vetustense, envidiosa y cruel, la rechaza y condena por ello.

Ana vio aparecer debajo del arco de la calle del Pan,


que une la plaza de este nombre con la Nueva, la
arrogante figura de don Álvaro Mesía, jinete en so-
berbio caballo blanco, de reluciente piel, crin abun-
dante y ondeada, cuello grueso, poderosa cerviz, cola
larga y espesa. …
El estrépito de los cascos del animal sobre las piedras,
sus graciosos movimientos, la hermosa figura del ji-
nete llenaron la plaza de repente de vida y alegría,
y la Regenta sintió un soplo de frescura en el alma.
¡Qué a tiempo aparecía el galán! Algo sospechó él de
tal oportunidad al ver en los ojos y en los labios de gro, y desde luego una imprudencia en hablar así con
Ana dulce, franca y persistente sonrisa. don Álvaro, en mirarle con deleite que no se oculta-
… Ana se sentía caer en un pozo, según ahondaba, ba, en alabarle y abrirle el arca secreta de los deseos y
ahondaba en los ojos de aquel hombre que tenía allí los gustos, no se arrepentía de nada de esto y se deja-
debajo; le parecía que toda la sangre se le subía a la ba resbalar, gozándose en caer, como si aquel placer
cabeza, que las ideas se mezclaban y confundían, que fuese una venganza de antiguas injusticias sociales, de
las nociones morales se deslucían, que los resortes de bromas pesadas de la suerte, y sobre todo de la estupi-
la voluntad se aflojaban; y viendo como veía un peli- dez vetustense.

ACTIVIDADES
COMPRENSIÓN ESTILO
1. Caracteriza a los tres protagonistas de la novela. 4. Identifica dos símiles en el texto La soledad de Ana
Ozores y explica su significado.
ESTRUCTURA
5. Analiza qué recursos se emplean para presentar
2. Explica cómo es el narrador y qué técnicas a don Álvaro y qué rasgos suyos se destacan.
emplea para reflejar el pensamiento
de los personajes. INTERPRETACIÓN Y VALORACIÓN
3. Explica qué valor simbólico tiene la mirada de don 6. ¿Consigue el autor retratar a los personajes de forma
Fermín de Pas sobre Vetusta. creíble? Justifica tu respuesta.

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