NOMBRE DE LA ESCUELA: Escuela de nivel medio

superior de la universidad de Guanajuato

NOMBRE DE LA MATERIA: introducción a la
psicología
NUMERO DE CONSIGNA: 9
NOMBRE DE LA ALUMNA: Perla Ximena Sánchez
Alvarado
INTRODUCCIÓN
En este ensayo hablare acerca de los dos capítulos que vienen en esta consigna del libro
“Psicología del mexicano; Actitudes, valores y estereotipos” de Octavio Paz, dando mi punto de
vista acerca de cómo el expone las actitudes, valores y estereotipos del mexicano, todo esto
basándome en los conocimientos que he adquirido a lo largo de este semestre.

DESARROLLO
En el texto de Octavio Paz sobre “Psicología del mexicano; Actitudes, valores y estereotipos”, Paz
habla del rajarse como algo negativo y es cierto que por desgracia los mexicanos tenemos una
cultura machista que hace ver el abrirse o como él lo menciona “rajarse” como símbolo de
debilidad, pero no porque en nuestra cultura las personas en un pasado lo hayan concebido de
esta manera quiere decir que sea correcto. La cultura es importante ya que la cultura nos ayuda a
mejorar la calidad de vida y a su vez nos ayuda a aumentar el bienestar general tanto de las
personas como de las comunidades, debido a que esta es parte de nuestra identidad, es parte de
lo que somos, es nuestra historia, de alguna forma se podría decir que la cultura son nuestras
raíces por lo menos a mí me gusta verlo así, las personas somos como un árbol, un árbol hermoso
que constantemente está en crecimiento y en un árbol evidentemente son importantes las raíces
ya que aunque estas están debajo de la tierra y no se pueden ver a simple vista estas son
esenciales porque es de donde surge el árbol, pero hay que tener una cosa muy clara y es que el
tener cultura no significa dejar de tener criterio y creo que eso le falto a Octavio.

La cultura tiene una importancia vital como ya lo mencione pero el punto no es seguir los pasos de
nuestros antepasados y menos continuar con actitudes y tradiciones dañinas como lo es en este
caso el machismo con su idea absurda de abrirse, hay culturas que tienen historias llenas de
racismo, discriminación, homofobia, entre otras terribles y ridículas actitudes que lo único que han
hecho es resaltar el miedo y la debilidad del hombre, esto porque el hombre con este tipo de
conductas solo ha intentado engrandecerse haciendo menos a otros y esto sucede cuando la
persona se menosprecia a sí misma, considera que tiene un valor tan insignificante que necesita
hacer que alguien más se sienta así para sentirse aunque sea un poco mejor con sigo misma.

Los arboles necesitan de sus raíces así como las personas necesitamos de nuestra cultura pero no
para seguir los mismos patrones si no para mejorarlos, para mejorar nuestra historia, para crear
una mejor historia, una de la cual estar orgullosos. No importa que tan bonito sea el árbol hay que
entender que cuando una raíz se pudre, pudre a todas las demás y además de pudrir las raíces
termina pudriendo al árbol, no permitan que ideas así los pudran, corten esas raíces machistas,
misóginas, racistas, homofóbicas, clasistas, que tanto nos han dañado. El abrirse es sano, no es
símbolo de debilidad al contrario es símbolo de fortaleza y de seguridad, no es fácil mostrar tus
sentimientos, no es fácil mostrar tus ideas, no es fácil mostrar lo que eres y las personas que lo
logran son personas fuertes, valientes y seguras porque saben lo que valen, saben la calidad de
personas que son y por eso no temen mostrar al mundo lo que son y de lo que están hechos, llegar
a este punto requiere un nivel de madurez que no todas las personas poseen.

El mexicano no se raja porque tiene miedo, el mexicano no se raja porque lo han hecho sentir
débil, el mexicano no se raja porque lo han juzgado tanto al punto de que él solo se juzga, el
mexicano no se raja porque lo han hecho débil.

CONCLUSION
Solo puedo concluir una cosa y es que las personas más débiles son las que no se abren y se
sienten amenazadas por las que si lo hacen, se sienten tan pero tan amenazadas que deciden
someterlas. Basta que cultivar raíces dañadas, es hora de cultivar valores que hagan crecer nuevas
raíces, es hora de abrirnos con el mundo, con las personas y sobretodo con nosotros mismos, es
hora de aceptarnos y valorarnos.