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Fundamentos jurídicos

de actuación de los
cuerpos de seguridad

ASIGNACIÓN A CARGO DEL DOCENTE EN LÍNEA


Seguridad pública: evolución
constitucional y valores tutelados
como función a cargo del Estado.
Marco teórico y conceptual de la seguridad pública

ES1410920620 Jonathan Omar Pineda Jiménez


Docente: Ariana Marlen Escamilla Pedraza

29 de julio de 2022
Índice
El centro del debate que la comunidad sostiene desde hace tiempo ha sido el tema
de la seguridad pública, pues la ser una exigencia y una demanda urgente de la sociedad
se ha convertido en blanco de críticas constantes pues necesita ser atendida y oportuna
no solo por el Gobierno

Introducción
La constitución ha sido protagonista de infinidad de reformas y modificaciones que
presumen aportar una mejoría en la vida política y pública del país, entre tantas
modificaciones existen aquellas encaminadas a procurar la paz y la seguridad de los
ciudadanos. A pesar de los esfuerzos constitucionales y las legislaciones secundarias, la
violencia y el crimen siguen creciendo y de manera preocupante, han superado las
capacidades (materiales, humanas y tecnológicas) de los cuerpos de seguridad todo el
territorio mexicano.
El país exige no solo fortalecer el estado de fuerza o infraestructura de las
instituciones de seguridad pública, sino que precisa impulsar de forma permanente
acciones que contribuyan a la reparación del tejido social afectado por la acción de la
delincuencia, la recuperación de la confianza ciudadana en sus autoridades y el
desarrollo de alternativas de empleo, educación, salud y el ejercicio pleno de las
libertades. Lo que implica fortalecer la coordinación institucional para con la sociedad.
Cada vez más personas y con mayor frecuencia se ven afectadas por la violencia
que crece día a día en México, lo que exige una profunda evaluación de la infinidad de
proyectos y programas sociales que el Estado ha centrado en la reducción de las
violencias institucionales, como la pobreza, la desigualdad y la discriminación. El
crecimiento del crimen y la delincuencia está obligando a revisar la restitución y la
construcción de las capacidades y habilidades personales y sociales, que permiten
enfrentar con mayor control las amenazas para conseguir vivir de forma pacífica y libre
de violencia. La ruptura del tejido social coloca en mayor riesgo a aquellos grupos de
población que se encuentran en proceso de crecimiento y desarrollo y que requieren del
cuidado y de la protección de otras personas como son los y las niñas, los y las
adolescentes y jóvenes. Las mujeres, que muchas veces se ven limitadas en su
crecimiento, se vuelven también un grupo en riesgo. Es importante revisar los medios de
socialización y sus procesos, porque de ellos depende integrar una reestructuración del
tejido social eficaz y una participación de y en los aparatos del Estado.
La seguridad pública en México: evolución
constitucional y valores tutelados como función del
Estado mexicano

Panorama de la evolución constitucional de la Seguridad Pública

Se han hecho cambios trascendentales en materia de seguridad pública,


especialmente los enfocados en mejorar su formación y su fuerza, sucedió también la
creación de nuevas corporaciones y el incremento de sus facultades en función de la
evolución y las normativas aplicables. El gasto del gobierno federal destinado a la
seguridad pública aumentó sostenidamente de 2010 a 2015, destacando un incremento
importante en 2013 pero una reducción igual de importante en 2016 (Gráfica 1).

Gasto total ejercido


$5,030,108
$4,617,618
$3,732,787

$4,798,618
$2,766,818

$3,473,868
$2,940,637
$2,871,117

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

(Gráfica 1). Fuente: Elaboración propia con datos de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal para los años
2010 – 2017. Disponible en: https://transparenciapresupuestaria.gob.mx/es/PTP/Datos_Abiertos.

Sin embargo, lejos de solucionar el problema se ha acrecentado la criminalidad y


ha abarcado más territorio, debido a que a finales de enero de 2013 se registraban (El
País Colombia) en México a seis cárteles y 89 bandas delictivas (CJNG, Los Beltran-
Leyva, Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, Los caballeros Templarios y los Zetas),
organizaciones conocidas por sus crímenes contra la salud, la humanidad y las finanzas
de la nación, Sin embargo, estas organizaciones no están solas, se les fueron agregando
con el paso de los años (Diario Cambio, 2014) la Familia Michoacana, el Cártel del
Pacífico Sur, Los Carrillo-Fuentes, los Guerreros Unidos, los Rojos, Cártel Independiente
de Acapulco, los Ardillos, los Granados, Cártel Tijuana, etc., sin lograr reducir
absolutamente en nada la evolución criminal, pues pese a que en 2012 comenzaba a
notarse una disminución en los homicidios dolosos (por citar un ejemplo) comparado con
el año anterior (de 21,459 y 22,409, respectivamente), tendencia que continuó así hasta
el 2014, donde se registraron 15,520, es decir, una reducción del 69%. En 2015 el registro
sube a 17,889 homicidios dolosos, arriba de dos mil más con respecto del año anterior;
para 2016 el registro asciende a 22,563 delitos cometidos, o bien, un incremento de mas
de cuatro mil quinientos comparado con el año anterior (197% más). En 2017 la cifra es
alarmante, con un registro de 28,869 homicidios dolosos, un incremento de 6,305 con el
año anterior (casi un 135% más), 266% más que en 2015 (Gráfica 2).

Incidencia delictiva

28,868
22,409 22,563
21,459
Homicidios dolosos

20,143
18,105 17,889
15,520

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

Gráfica 2. Fuente: De elaboración propia con información de TResearch Better Understand, López-Dóriga Digital y el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Disponible en:
https://lopezdoriga.com/nacional/la-incidencia-delictiva-en-mexico-en-los-ultimos-anos/

En otras palabras, ha sido una inversión enorme y una transformación constante,


pero los resultados han sido pigmeos. Es claro que no basta con dotar de fuerza, recursos
humanos y tecnológicos, ni siquiera con una formación o desarrollo policial vanguardista
por parte del Estado para lograr disminuir la violencia y la delincuencia que se modela
desde la sociedad civil, esa sociedad de donde salen los policías, los servidores públicos,
los maestros, los políticos, o en su defecto, los líderes sociales. La sociedad nos está
entregando policías, profesores, políticos y sacerdotes corruptos, violentos, mal
educados; las familias parecieran ser incubadoras (conscientes o inconscientes) por los
hábitos de convivencia, las competencias sociales y el desconocimiento de la legalidad
(que se perpetúa en las corporaciones policiacas), que corroen y merma las buenas
prácticas de formación, educación y dotación de valores morales, la sociedad ya no busca
ejemplos dónde mirarse, pues cuenta con malos ejemplos que los justifiquen.
El panorama de los valores tutelados en la vida social.

Sin duda, como valor supremo, la vida es (o debería ser) objeto de una buena
protección por parte del Estado, pues de ese modo el ciudadano puede desarrollar su
potencial dentro y fuera de su entorno social inmediato. Como sujetos sociales, las
conductas violentas o que atenten contra la vida y la integridad de las personas está
prohibida incluso por parte de las mismas autoridades policiales: la tortura, la detención
arbitraria, tratos o sanciones crueles, inhumanos o degradantes, mutilación, infamia,
marcas, azotes, palazos, tormento y cualquier otra pena inusitada y trascendental. En la
actualidad, ocurren actos peores a esos, crímenes que destruyen la confianza de la
sociedad en la misma gente, incluso aquella que funge como policía: homicidios, tortura,
discriminación, extorsión, etc.
La sociedad debe encontrar protección de sus derechos y libertades en contra
de cualquier abuso de un miembro de la comunidad, ajeno a la comunidad o en su
defecto, de la misma autoridad, sin molestar a los ciudadanos ni privarlos de sus
derechos, con o sin investigación penal en tu contra. La realidad de las policías y los
ciudadanos es que pasan por alto la obligación de respetar a plenitud las garantías y
derechos del ser humano, y solo el Estado a través de los policías con una orden legal.
La paz y el orden son de los valores tutelados más lastimados y reclamados por la
sociedad. En una sociedad en la que no hay un papel fundamental del orden y la paz
públicos no puede disfrutar de la protección de sus derechos y libertades, mucho menos
de la integridad de los ciudadanos. La existencia del Estado es motivada sin duda por
una correcta cohesión entre los miembros de la sociedad sustentada por el orden público.
Las instituciones encargadas de la Seguridad Pública deben lograr un equilibrio entre la
coerción y el respeto de los valores éticos tutelados por el derecho. Así, la protección de
los valores fundamentales del hombre legitimará el ejercicio de la fuerza.
Las actividades encaminadas a brindar seguridad pública y procuración de
justicia son valores tutelados en los que, generalmente ha fallado el Estado y la sociedad
desde diversos factores. La coordinación de recursos, esfuerzos y acciones no han sido
de utilidad para mejorar el panorama de inseguridad que se incrementa en México. El
actuar de los cuerpos de seguridad, en la situación en la que se encuentra México, es
inútil sin la participación y la voluntad de la sociedad, en virtud de reconocer que el
fenómeno de la delincuencia es un fenómeno social que requiere de la misma sociedad
para generar soluciones. Aunque la prevención y la vigilancia es una labor importante
de la seguridad que no ha atacado las causas que generan la comisión de los delitos,
pues no se han generado las políticas adecuadas que con acciones (no solo en la letra)
que encaminen a la sociedad a adquirir y fomentar en la sociedad valores cívicos ni
culturales. La atención de las instituciones de Seguridad debe estar encaminada no solo
a atender los efectos, sino colaborar con otras instituciones para darle interés a la
educación, empleo, vivienda, etc. Sin embargo, esta acción no es exclusiva de los
cuerpos policiacos, es indispensable la integración de la ciudadanía.
El ciudadano es hoy factor fundamental de nuestra sociedad, es importante
percatarnos que estamos ante una ciudadanía más fuerte, más participativa, más crítica,
más preparada y politizada, que exige seguridad pública, pero también exige participar
en esta función del gobierno, mediante la estimulación a la ciudadanía en diversas líneas
concretas, como la denuncia, la participación y la propuesta, así como fomentar medidas
de prevención y de sana convivencia.
Debido a la fragmentación del tejido social, la procuración de justicia no ha
servido para su función principal: representar a la sociedad. Esto en función de que los
servidores públicos encargados de procurar que nuestra vida sea justa y equitativa fueron
educados por esa sociedad fracturada, esa sociedad violenta e insegura. Los policías, en
sus malas prácticas, provienen de una sociedad que no permite que de ningún lado exista
legalidad y consciencia de daño social que causan.
Conclusiones

“Sin importar el incremento de la violencia en el país, en 2022 el presupuesto


destinado a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) tuvo un retraso
de 31% en los primeros cinco meses de 2022, cuando debió haber gastado $21,652
millones, solo gastó $14,926 millones…” (Mendoza, 2022 con información de México
Evalúa). Para el actual sexenio se contemplaron recortes presupuestales enormes para
la Seguridad (33%) pero se incrementaron recursos para programas sociales destinados
a atender problemas sociales, como la erradicación de la pobreza, del desempleo y de la
educación (aunque el incremento presupuestal debió estar en ambos problemas).
El problema está, principalmente, en la educación del mexicano, pues la
corrupción avanza cuando se adquieren artículos “pirata” (música, películas, videojuegos,
libros, ropa, zapatos, perfumes, relojes, cigarros, etc.), porque describe los hábitos de
consumo, así como la decisión de la autoridad para que su venta continue. Bonificar a un
servidor (público o privado) con la intención de agilizar algún trámite; otorgar una
“mordida” al oficial de tránsito para evitar sanciones por infracciones cometidas; el
aprovecharse de algún cargo público para adquirir recursos que no le corresponden pero
que puede adquirir por su poder (Martí, 2019).
El individuo suele ser protagonista (involuntaria e inconscientemente) en la
construcción social de la corrupción; puede reproducir y adquirir sus propias
características y patrones en diversos momentos como la convivencia familiar,
comunitaria, y en espacios tan específicos como la escuela. Con una educación, una
formación completa y humanista se tendrán en el futuro policías que llevarán a cabo sus
tareas de forma profesional, basada en su ética y sus valores.
Fuentes de consulta
Diario Cambio. (2014). El nuevo mapa del crimen organizado en México. Disponible en:
https://www.diariocambio.com.mx/2014/nacional/item/173334-el-nuevo-mapa-del-crimen-
organizado-en-mexico

El País. (2013). Tentáculos de los cárteles mexicanos se extienden a Cali y el Valle del Cauca.
Colombia. Disponible en: https://www.elpais.com.co/judicial/tentaculos-de-los-carteles-
mexicanos-se-extienden-a-cali-y-el-valle-del-cauca.html

Martí, L. (2019). Inicios y desarrollo de la corrupción en México. Transparencia sostenida.


Disponible en:
http://transparenciasostenida.org/images/libros/INICIOS_Y_DESARROLLO_DE_LA_CO
RRUPCION_EN_MEXICO_Marti_Iturbide_Luis_Felipe.pdf

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