Está en la página 1de 10

SEMINARIO ARQUIDIOCESANO

DE CATEQUESIS
Sede Don Bosco

MATERIA: INICIACIÓN A LA FE II
TRABAJO FINAL
Prof. Alejandra Toledo
"LOS LLAMADOS A LA VIDA” DE JACQUES
PHILIPPE
REFLEJADOS EN LA VIDA DE TRES SANTOS
CONTEMPORÁNEOS

Alfredo E. Ortiz

3 de septiembre de 2022
1.- Narrar la vida de tres santos actuales.
Voy a resaltar en rojo la parte del relato biográfico que corresponda a cada una de los
procesos “llamado-respuesta-misión” al mismo tiempo que en azul pueda hacer un
comentario.
María Francisca Teresa Martin Guérin, vivió en el corto
período 1873-1897, sólo 24 años. La menor de 7
hermanos.
Sus dos padres fueron santos. Su madre, María Celia
DE LISIEUX
Guérin, falleció a los cinco años. Y se trasladaron a
Lisieux,donde estaban unos parientes maternos. Desde
“Siempre he deseado entonces, pesaría sobre ella una continua sombra de
ser una santa.” tristeza, a pesar de que la vida familiar siguió
transcurriendo con mucho amor. Es educada por sus hermanas, especialmente por la segunda,
Paulina; y por su gran padre Luis Martin, quien supo inculcar una ternura materna y paterna a la
vez. Con él aprendió a amar la naturaleza, a rezar y a amar y socorrer a los pobres. Cuando tenía
nueve años, su hermana, que era para ella «su segunda mamá», entró como carmelita en el
monasterio de la ciudad.
Nuevamente Teresa sufrió mucho, pero, en su sufrimiento, adquirió la certeza de que ella también
estaba llamada al Carmelo de Lisieux.
Después escribió: "Sentí que el Carmelo era el desierto donde Dios quería que yo me fuera a
ocultar... me sentía tan fuertemente llamada que no había ninguna duda en mi corazón, no era un
sueño de la infancia que viaja lejos, sino la certeza de una llamada divina; yo quería ir al Carmelo no
por Paulina, sino solamente por Jesús...” ESTE ES EL LLAMADO DE TERESITA
En diciembre de 1882, la salud de Teresa empieza a empeorar de manera extraña, una
enfermedad psiquiátrica con rasgos patológicos también. Todos piensan que se volverá loca,
incluso que moriría. Ocurrió un milagro: Más adelante, Teresa contaría: "Al no encontrar ayuda
en la tierra, la pobre Teresa también se vuelca hacia su Madre del cielo, orando con todo su
corazón para que finalmente tenga misericordia de ella...". En ese momento Teresa se siente
abrumada por la belleza de la Virgen, y especialmente por su sonrisa: “La Santísima Virgen me
ha sonreído. ¡Qué feliz soy!". En ese momento, la paciente se estabiliza delante de sus
hermanas y su padre que están atónitos. Al día siguiente, todos los rastros de la enfermedad
desaparecen, excepto dos pequeñas alertas en los siguientes meses. Teresa aún esta frágil, pero
no va a sufrir en el futuro de ninguna nueva manifestación de estos trastornos.
El 8 de mayo de 1884, Teresa hizo su primera comunión en la iglesia del colegio de las Benedictinas
en Lisieux.
Durante la misa, Teresa llora profusamente de alegría y no de tristeza. Describiría a la perfección la
intensidad de este primer encuentro místico: "¡Ah! Ese fue el primer beso de Jesús en mi alma
... Fue un beso de amor, me sentí amada, y le dije también: "Te amo, me entrego a ti para
siempre. No hubo demandas, no hay luchas, sacrificios; hace mucho tiempo, Jesús y
Teresita se habían mirado pobres y se habían entendido.” La profundidad espiritual de este día
no impide que sea una oportunidad para disfrutar de la celebración con la familia y de los muchos
regalos
Uno de los episodios más recordados en su vida fue la gran conversión de la Navidad de 1886.
"Esa noche fue cuando Él se hizo débil y sufriente por mi amor, y me hizo fuerte y valiente."
Luego descubre la alegría de olvidarse de sí misma y añade: “Sentí, en una palabra, que la
caridad entraba en mi corazón, la necesidad de que me olvide de buscar agradar, y desde
entonces yo fui feliz."
Muchas cosas van a cambiar después de esta Nochebuena de 1886, que marca el comienzo de la
tercera parte de su vida, "la más bella". A la que ella llama la "noche de mi conversión" y
escribió: "Desde esa noche bendita, ya no fui derrotada en ningún combate, en lugar de eso
fui de victoria en victoria y comencé, por así decirlo, una carrera de gigantes.”
Sus deseos de ingresar al Carmelo se profundizaron a partir de sus 14 años. y le fue denegado por
temprana edad, se exigía de 16 a 21 años. Ni aún con Paulina que era muy reconocida, fue posible
ingresar. Aprovechando una peregrinación a Roma , ve al Papa, Leon XIII que tampoco le da
muchas esperanzas.
Pero en 1888 un día antes de cumplir 15 años recibe una carta del convento informando que sería
admitida. Esto ocurrió el 9 de abril de 1988 con quince años.
El 10 de enero de 1989 toma los hábitos de novicia y adopta el nombre de Teresa del Niño Jesús y
la Santa Faz. ES UN PASO MUY CONCRETO, SU RESPUESTA.
El 24 de septiembre de 1890 se celebró la ceremonia, pública, donde toma el velo negro de
profesa. La joven carmelita recuerda por qué responde a esta vocación: "Yo he venido para
salvar almas y, especialmente, para orar por los sacerdotes”
Su hermana Paulina (Inés de Jesús) es elegida priora del monasterio de Lisieux el 20 de febrero de
1893 y ella designa a Teresa el difícil cargo de ser vicemaestra de novicias, tratando de imprimir con
gran dedicación la regla carmelitana a sus pupilas, para esto se ayudaba contando historias y hasta
inventado parábolas.
El 9 de junio de 1895, en la fiesta de la Santísima Trinidad, Teresa tiene una inspiración repentina
sobre ofrecerse a sí misma como víctima de holocausto al "amor misericordioso."
De esta manera, 11 de junio, se ofrece al amor misericordioso de Dios para recibir de Dios ese amor
que le falta para completar todo lo que quiere hacer: "¡Oh, Dios mío! Santísima Trinidad, deseo
amarte y hacerte amar, trabajar para la glorificación de la Santa Iglesia salvando las almas
[...] Deseo cumplir perfectamente tu voluntad y alcanzar el grado de gloria que me has
preparado en tu reino celestial. En resumen: deseo ser santa, pero conozco mi impotencia y
mi debilidad, y te pido Dios mío, que tú mismo seas mi santidad”. ESTA ES LA MISIÓN DE
TERESITA.
La “noche de la fe” y enfermedad: Es un período de abandono en su enfermedad pulmonar,
también llamado la "noche de la fe". Durante la Semana Santa de 1896, entró, de repente, en una
oscuridad interior. El sentido de la fe que la animó tantos años, que la hacía feliz hasta el punto de
querer "morir de amor" por Jesús, desapareció de su alma. En su oscuridad, oyó una voz interior
que parecía burlarse de ella, y la felicidad, que ella esperaba en la muerte, a medida que avanza
hacia la "noche de la nada". Sus luchas no son acerca de la existencia de Dios, sino en la creencia
en la vida eterna, y si ella la merecería.
Ahora solo tiene una impresión: va a morir joven, para nada. No podía continuar su vida de
carmelita. Solo las canciones y poemas, que ella sigue componiendo, a petición de las hermanas,
la ayudan en su lucha interior: "Mi cielo es sonreír al Dios que adoro cuando él trata de
ocultarse a mi fe". La oscuridad sigue envolviéndola y persistirá hasta su muerte un año después.
Sin embargo, vio esa noche como la batalla final, la oportunidad de demostrar su confianza
inquebrantable en Dios. Negándose a ceder a este miedo a la nada, multiplica los actos de
sacrificio. Quiere decirse con esto que sigue creyendo, aunque su mente ha sido invadida por las
objeciones y dudas. Y aunque esta lucha es aún más dolorosa, aprovecha para compartir con sus
hermanas su deseo de ser activa y hacer mucho bien después de su muerte.
"Por fin he encontrado mi vocación, mi vocación es el amor..." De hecho, la vocación al amor
incluye a todas las demás. Así se cumplen todos los deseos de Teresa. "Comprendí que el
amor encierra todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que el amor abarca todos los
tiempos y todos los lugares, en una palabra, que el amor es eterno”.ES TAMBIÉN UNA
BUENA DESCRIPCIÓN DEL SENTIR DE SU MISIÓN, DE SU VOCACIÓN. Teresa se esfuerza,
cada vez más, para vivir enteramente por el amor, y se esfuerza por vivir este amor en la compañía
de todas sus hermanas de comunidad, especialmente con las que tienen temperamentos difíciles.
En enero de 1897, cuando Teresa acababa de cumplir veinticuatro años, escribe: "Yo creo que mi
carrera no durará mucho tiempo". Sin embargo, a pesar del empeoramiento de la enfermedad
durante el invierno, se las arregla para engañar a las Carmelitas y tomar su lugar de nuevo en la
comunidad. En la primavera los vómitos, dolor severo en el pecho, y el toser sangre se convierten
en algo diario y así, muy lentamente, se va apagando.
En junio 1897, la madre María de Gonzaga le pide continuar escribiendo sus memorias (que le
habían sido mandadas escribir en 1894 por su hermana Paulina cuando era priora a petición de
varias de las hermanas de la comunidad.) Después de su muerte estos manuscritos, tres en total,
se unirían para publicar la primera edición de la Historia de un alma.
Aun cuando ya sabía que esta era su última enfermedad, y todavía estando viviendo esa noche de
la fe, ya nada la priva de una certeza interior sobre la vida después de la muerte, Teresa se aferra a
esta esperanza. El 17 de julio, se le escucha decir: "Siento que pronto va a empezar mi misión
de hacer amar a Dios como yo le amo, y de enseñar a muchos el camino espiritual de la
sencillez y de la infancia espiritual. El deseo que le he expresado al buen Dios es el de pasar
mi cielo haciendo el bien en la tierra, hasta el fin del mundo. Sí, quiero pasar mi cielo
haciendo el bien sobre la tierra". TERESITA LO SABE, SU DESEO DE SER SANTA. UN
TRABAJO QUE NO SE EXTINGUE EN LO TEMPORAL DE SU EXISTENCIA TERRENA, SI NO
QUE SE PROYECTA EN LA DEVOCIÓN DE TANTOS FIELES QUE LLEGARÍAN A
CONOCERLA Y SOLICITAR SU INTERSECIÓN
Le preguntan cómo deberían llamarla cuando la invoquen en la oración; ella responde que quiere
ser llamada "Teresita".
Sobre las 7:20 de la noche del 30 de septiembre de 1897, y mientras apretaba fuertemente un
crucifijo entre sus manos, dijo sus últimas palabras: "¡Oh!, ¡le amo! ... Dios mío... te amo...".
Inmediatamente cae levemente sobre su almohada, y luego vuelve a abrir sus ojos por última vez.
De acuerdo con las Carmelitas que estuvieron allí presentes, entró en un éxtasis que duró el
espacio de un credo, antes de exhalar su último aliento. Permaneció con los ojos fijos cerca de la
imagen de la Virgen María que le había sonreído de pequeña y que sus hermanas habían instalado
en la enfermería desde que fue trasladada allí. Al instante de fallecer su rostro recuperó el suave
color que le era natural. "Yo no muero, yo entro en la Vida", escribió en una de sus últimas cartas.
Son requeridos dos milagros para la Beatificación. El primero se da en un joven seminarista, de
nombre Charles Anne, en 1906. Charles sufría de tuberculosis pulmonar y su estado era
considerado desesperanzador por su médico. Después de dos novenas dirigidas a Sor Teresa del
Niño Jesús, recupera pronto la salud. Un estudio radiográfico en 1921 muestra la estabilidad de la
curación y que había desaparecido el agujero en el pulmón. El segundo milagro aparece en una
religiosa, Luisa de San Germán, que sufría de una afección del estómago, ya muy avanzada para
una cirugía. Pide a Sor Teresa durante dos novenas, después su condición mejora. Dos médicos
confirman la curación.
Presentadas y aceptadas estas curaciones milagrosas, Teresa es Beatificada el 29 de abril de
1923 por el papa Pío XI. Teresa del Niño Jesús es canonizada el 17 de mayo de 1925 por el mismo
pontífice. En 1927, es proclamada patrona de las misiones pese a no haber abandonado nunca el
convento, pero siempre rezaba por los misioneros y siempre fue su deseo ardiente el serlo hasta en
los últimos confines de la tierra.
Edificada en su honor, la Basílica de Santa Teresa, en Lisieux, es uno de los edificios religiosos
más grandes de Francia y el segundo lugar de peregrinación más importante del país, después del
Santuario de Lourdes.
El papa San Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia Universal, siendo la tercera mujer en
recibir ese título —anteriormente, habían sido declaradas doctoras Santa Teresa de Jesús,
también carmelita, y Santa Catalina de Siena.

Agnes Ganxhe Bojaxhiu,1910-1997, fue una monja


católica de origen albanés naturalizada india, que fundó la
congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta
en 1950.
La vida de Ganxhe Bojaxhiu comenzó en el seno de una
familia católica albanesa. Fue dentro de la familia, y sobre
todo gracias a la intensa religiosidad de su madre, Drana,
que en ella se despertó, a sus sólo 12 años, la vocación a la
vida religiosa.
Tuvo dos hermanos mayores Age y Lázaro con quienes se llevó siempre muy bien. Como relata
Lázaro que murió en 1981, "a nuestra familia no le faltaba nada porque mi padre tenía un negocio
de materiales de construcción, en sociedad con un italiano, y poseía dos casas con jardín".
En 1919, Nikoll Bojaxhiu su padre, falleció.
Mientras que la madre de Ganxhe, Drana, afrontaba con dignidad el intenso trabajo para
sobrevivir, su religiosidad se intensificó. En efecto, Drana asistía con sus hijos al santuario mariano
de la Virgen de Letnice. Ahí notó que a la más pequeña -Teresa- le gustaba quedarse sola durante
los oficios religiosos. Como vivían al lado de la parroquia del Sagrado Corazón, participaban
diariamente de la actividad de la iglesia. También se dio cuenta que Ganxhe prefería permanecer
durante horas, en silencio.
El párroco era el padre Frnajo Jambrekovic, quien descubrió que a Ganxhe le gustaba mucho leer
las historias de los misioneros, un género literario-religioso entonces cultivado. Además era asidua
lectora de las crónicas que dos entusiasmados jesuitas de Skopje enviaban para contar acerca de
su trabajo misionero en la India.
"No había cumplido aún 12 años cuando sentí el deseo de ser misionera", contó más tarde la
Madre Teresa. ESTO ES UN BUEN INDICIO DE SU LLAMADO.
En efecto, aún niña, Ganxhe entró a la Congregación Mariana de las Hijas de María, que tenía una
filial en su parroquia. Los más pobres acudían a la iglesia y también a la casa de Drana donde
curiosamente "nuestra madre nunca los mandaba de vuelta con las manos vacías", contó Lázaro.
Ganxhe sentía que su vocación crecía junto con la actividad de asistencia.
"A los pies de la Virgen de Letnice, escuché un día la llamada Divina que me convencía de
servir a Dios", dijo muchos años después la Madre Teresa quien confesó descubrir la intensidad
del llamado gracias "a una gran alegría interior”. EL LLAMADO A LOS 18 AÑOS FUE
DETERMINANTE PARA INICIAR SUS ESTUDIOS COMO RELIGIOSA.
Cuando cumplió 18 años, el llamado a la vocación religiosa se hizo irresistible para Ganxhe y el 25
de setiembre de 1928 partió para siempre de Skopie rumbo a Rathfarnham, en Irlanda, donde se
encontraba la casa general del Instituto de la Beata Virgen María.
Ganxhe quería ser misionera en la India y el jesuita le había informado que en el Estado de Bengala
las monjas de esa congregación hacían una labor excelente. Tras un largo viaje la futura religiosa
llegó a la casa de las Damas Irlandesas o Hermanas de Nuestra Señora de Loreto. La acogida fue
afectuosa y la estadía en Rathfarnham fue sólo momentánea ya que embarcó rumbo a Bengala.
Luego de 37 días en alta mar llegó el 6 de enero 1929. Durante la primera semana estuvo en
Calcuta y de ahí viajó 51 días hasta Dajeerling, al seminario de la Orden. Comenzó a estudiar y
cuando llegó la hora de profesar, el 24 de mayo de 1931, eligió el nombre de Teresa en referencia a
la santa patrona de los misioneros, Teresa de Lisieux.
"Querida mamá, me gustaría mucho estar contigo, Age y Lázaro, pero debo decirte que tu
pequeña Ganxhe es feliz... Esta es una vida nueva. Soy profesora y el trabajo me gusta.
Todos aquí nos queremos mucho", escribió a su madre Drana, a quien nunca más volvió a ver
desde que se fue de Skopje, en 1928.
Si bien dedicó los siguientes 20 años a enseñar en el convento irlandés de Loreto, comenzó a
preocuparse por los enfermos y por los pobres de la ciudad de Calcuta. Esto la llevó a fundar una
congregación con el objetivo de ayudar a los marginados de la sociedad, primordialmente
enfermos, pobres y personas que no tenían hogar.
En la década de 1970 era conocida internacionalmente y había adquirido reputación de persona
humanitaria y defensora de los pobres e indefensos, en parte por el documental y libro Something
Beautiful for God, de Malcolm Muggeridge. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979 y el más alto
galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su labor humanitaria. A ellos se sumaron
una decena de premios y reconocimientos de primer nivel, tanto nacionales como internacionales.
Si bien disfrutaba enseñar en el colegio, cada vez se perturbaba más en razón de la pobreza
existente en Calcuta.
El momento crucial para su vida que la convertiría en la Madre Teresa de Calcuta, se produjo de
improviso. Ella misma nos lo cuenta: "Ocurrió el 10 de setiembre de 1946, durante el viaje en
tren que me llevaba al convento de Darjeeling para hacer los ejercicios espirituales.
Mientras rezaba en silencio a nuestro Señor, advertí una llamada dentro de la llamada. El
mensaje era muy claro: debía dejar el convento de Loreto (en Calcuta) y entregarme al
servicio de los pobres, viviendo entre el. Fallar habría significado quebrantar la fe".
Aquella visión, que Teresa consideró de inspiración sobrenatural, fue una iluminación interior que
presentó de inmediato una enorme complicación: cómo llevarla a cabo. Faltaban aún dos años,
pero se iniciaba ya para la hermana Teresa el tránsito final hacia su nueva, definitiva, vida: la de
Madre Teresa de Calcuta.
Recibió el permiso desde la Santa sede y empezó por llevar a los moribundos de las calles a
un hogar donde ellos pudieron morir en paz y dignidad. También abrió un orfanato.
LA RESPUESTA EN ACCIÓN SE INICIA PARA CUMPLIR SU TAREA: SER MISIONERA.
Gradualmente, otras mujeres se le unieron de modo que, en 1950 recibió la aprobación oficial para
fundar una congregación de religiosas, las Misioneras de la Caridad, que se dedicarían a servir a
los más pobres entre los pobres.
La religiosa encontró inmediatamente multitud de seguidores y cuando el 7 de octubre de 1950 el
Papa Pío XII reconoció a la congregación, la institución de la Madre Teresa contaba con cientos de
miembros en todo el mundo.
Había recibido capacitación médica básica en París. Tras adoptar la ciudadanía india en 1950,
recibió formación como enfermera durante tres meses en Patna con las Hermanas Misioneras
Médicas de Norteamérica y finalmente se asentó en los barrios más pobres. Al principio, inauguró
una escuela en Motijhil (Calcuta) y pronto empezó a enfocarse en las necesidades de los
indigentes y de los hambrientos.
Las Misioneras de la Caridad. Según Teresa, su misión desde entonces fue cuidar a «los
hambrientos, los desnudos, los que no tienen hogar, los lisiados, los ciegos, los leprosos,
toda esa gente que se siente inútil, no amada, o desprotegida por la sociedad, gente que se
ha convertido en una carga para la sociedad y que son rechazados por todos». ESTÁ MUY
CLARO EL ENFOQUE DE SU MISIÓN.
Aunque inicialmente la congregación tenía solo trece miembros en Calcuta, con el tiempo llegó a
poseer más de cuatro mil integrantes presentes en orfanatos, hospicios y centros de sida de todo el
mundo. La congregación ofreció caridad y cuidado a los refugiados, entre los que se contaban
ciegos, discapacitados, alcohólicos, ancianos, pobres, personas sin hogar y víctimas de
inundaciones, epidemias o hambrunas.
En 1952, inauguró el primer hogar para moribundos en Calcuta. Según Teresa, «para personas
que vivieron como animales, una muerte hermosa es morir como ángeles, amados y
queridos»
En 1955, abrió la institución «Hogar del Niño del Inmaculado Corazón» para los huérfanos y los
jóvenes sin hogar. Posteriormente, fundó el centro «Shanti Nagar» para aquellos individuos que
padecían la enfermedad de Hansen, comúnmente conocida como lepra.
Para la década de 1960, ya había establecido una gran cantidad de hospicios, orfanatos y casas
de leprosos en toda la India.
Su orden comenzó a propagarse por el mundo a partir de 1965, cuando su congregación se
estableció en Venezuela. Hacia 1968, la Madre Teresa había inaugurado establecimientos en
Roma, Tanzania y Austria e incluso se extendió por gran parte de Asia, África, Europa y Estados
Unidos. En el momento de su fallecimiento, la orden operaba 610 misiones en 123 países,
incluidas tareas en hospicios y hogares para personas con sida, lepra y tuberculosis, comedores
populares, programas de asesoramiento para niños y familias, orfanatos y escuelas.
La rama masculina de su congregación fue fundada en 1963, los Hermanos Misioneros de la
Caridad. En 2007, la orden contaba con un número aproximado de 450 hermanos y 5000 monjas.
La primera casa de los Misioneros de la Caridad en Estados Unidos se estableció en el sur del
distrito del Bronx, Nueva York, en 1984.
En marzo de 1997, renunció como jefa de las Misioneras de la Caridad debido a sus enfermedades
y padecimientos. Teresa de Calcuta falleció el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años.
Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II. Su canonización fue aprobada por el
papa Francisco en diciembre de 2015, después de que la Congregación para las Causas de los
Santos reconociera como extraordinaria la curación de un brasileño enfermo en estado terminal. El
acto oficial de canonización tuvo lugar en Roma en la mañana del domingo 4 de septiembre de
2016.

Karol Józef Wojtyła1920-2005. Fue el papa 264 de la


Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde
el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.Fue
canonizado en 2014, durante el pontificado de Francisco, lo
que lo convierte en santo de la Iglesia católica.
Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la
historia de la Iglesia católica, después del de San Pedro (se
cree que entre 34 y 37 años) y el de Pío IX (31 años).
Karol Wojtyla nació el 18 de Mayo de 1920 en Wadowice, sur de Polonia. A los 9 años de edad
recibió un duro golpe: el fallecimiento de su madre al dar a luz a una niña que murió antes de nacer.
Años más tarde falleció su único hermano y en 1941 murió su padre.
Uno de sus profesores, el Padre Zacher, recuerda a Karol como un niño muy inteligente, en algunos
momentos de mirada triste, muy emotivo y amante de la libertad. Se le daban de maravilla las
lenguas antiguas y modernas, un poco peor la física y la química, y muy bien la literatura, la historia,
el deporte (todo tipo de deporte: el esquí, el remo, la natación, el montañismo), la música, la poesía.
Pero lo que más le gustaba era el teatro, llegando a fundar el grupo de teatro Estudio 39. Al tiempo
que se ganaba el pan de cada día picando piedra, a veces a treinta grados bajo cero, Karol y sus
amigos se servían del teatro en esos años durísimos del nazismo para llenar de contenido su vida y
la de los demás, entre arrestos de la Gestapo y bombardeos de la Luftwaffe.
Dada su gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas, cuando aún estaba en el colegio
Karol Wojtyla pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística
polaca, pero un encuentro con el Cardenal Sapieha durante una visita pastoral, le hizo
considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa -entonces aún
sin develarse plenamente- en el corazón: el sacerdocio. UN ANTICIPO DE SU LLAMADO
Al desatarse la segunda guerra mundial los alemanes cerraron todas las Universidades de Polonia
con el objetivo de invadir no sólo el territorio sino también la cultura polaca. Frente a esta situación
Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una Universidad clandestina en donde estudió
filosofía, idiomas y literatura. Poco antes de decidir su ingreso al seminario, el joven Karol tuvo que
trabajar arduamente como obrero en una cantera. Según relata el hoy Pontífice, esta experiencia le
ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor religioso de
los trabajadores y los pobres.
En 1942 ingresó al Departamento teológico de la Universidad Jaguelloniana. UNA
RESPUESTA SIN VACILACIONES. Durante estos años tuvo que vivir oculto, junto con otros
seminaristas, quienes fueron acogidos por el Cardenal de Cracovia. El 1 de Noviembre de 1946, a
la edad de 26 años, Karol Wojtyla fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia
y celebró su primera Misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel. SU MISIÓN
EN ACCIÓN.
Al poco tiempo de su ordenación obtuvo la licenciatura de Teología en la Universidad Pontificia de
Roma Angelicum y más adelante se doctoró en Filosofía. Durante algún tiempo se desempeñó
como profesor de ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Universidad Estatal de Cracovia.
Junto a la docencia ejerció una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con
quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura
al aire libre.
Con 38 años fue consagrado Obispo Auxiliar del Administrador Apostólico de Cracovia, Monseñor
Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del Episcopado Polaco. Participó activamente en
el Concilio Vaticano II, especialmente en las comisiones responsables de elaborar las
constituciones Lumen Gentium y Gaudium et Spes. Con el fallecimiento, en 1964, de Monseñor
Baziak, Wojtyla ocupó la sede de Cracovia como titular. Dos años después, el Papa Pablo VI
convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Durante su labor como Arzobispo, el futuro Papa se
caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado
juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen
comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y
las publicaciones católicas.
En mayo de 1967, a los 47 años de edad, el Arzobispo Wojtyla fue nombrado Cardenal por el Papa
Pablo VI. En 1974 el nuevo Cardenal ordenó a 43 nuevos sacerdotes, en la ordenación sacerdotal
más numerosa desde que terminó la Segunda Guerra Mundial.
En 1978 muere el Papa Pablo VI y es elegido nuevo Papa el Cardenal Albino Luciani de 65 años
quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El “Papa de la Sonrisa”, sin embargo, fallece a los 33 días de
su nombramiento. El 15 de octubre de 1978, luego de un nuevo cónclave, el Cardenal polaco Karol
Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años
de elegir Papas de origen italiano. El 22 de Octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice
asumiendo el nombre de Juan Pablo II.
Dice el Padre Joaquín Alliende, uno de los hombres de confianza del Papa para las catequesis de
las Jornadas Mundiales de la Juventud, que si todos los papas son providenciales, algunos, como
Juan Pablo II, además son excepcionales.
“He visto que un Papa no es bastante para abrazar a cada uno. Sin embargo, no puede haber
más que un Papa y no sé como multiplicarlo” ESTÁ CLARAMENTE EXPRESADA SU
FUERZA CENTRADA EN SU MISIÓN DE LLEVAR LA IGLESIA A TODAS LAS DIRECCIONES,
dijo en su primera audiencia el Papa Wojtyla. Lo cierto es que este Papa, que será recordado por
muchas cosas, lo será también por haber sabido como solucionar este problema. El ha llevado el
barco de la Iglesia como un Padre que bendice a cada uno de sus hijos antes de acostarlos cada
noche. Casi un centenar de viajes fuera de Italia, muchos de ellos a más de cinco países a la vez,
trece encíclicas; más de ochenta exhortaciones y cartas apostólicas, miles de alocuciones y
mensajes, la personal atención a numerosos movimientos y comunidades eclesiales, que sigue
personalmente; las novedosas jornadas mundiales de la juventud -año tras año desde 1985- con
las que se ha convertido en la persona que más gente ha congregado en la historia, llegando a
reunir varios millones de jóvenes.
Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo xx, recordado
especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo, y por su lucha contra la
expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde combatió al movimiento conocido
como la teología de la liberación, con la ayuda de su mano derecha y a la postre sucesor, Joseph
Ratzinger.
Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en
toda Europa, así como para la mejora significativa de las relaciones de la Iglesia católica con el
judaísmo, el islam, la Iglesia ortodoxa oriental, y la Comunión anglicana.
Fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países durante su
pontificado. Hablaba los siguientes idiomas: italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués,
ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su idioma materno, el polaco.
Como parte de su especial énfasis en la llamada universal a la santidad, beatificó a 1340 personas
y canonizó a 483 santos, más que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos.
El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, Benedicto XVI,
quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011 (el Domingo
de la Divina Misericordia), y fue canonizado junto con el papa Juan XXIII el 27 de abril de 2014 (otra
vez el Domingo de la Divina Misericordia) por el papa Francisco.
El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 25 de enero de 1979 emprendió el primero de sus 104 viajes fuera de Italia: República
Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en
Francia. En total visitó 129 países diferentes, algunos de ellos varias veces.
Juan Pablo II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del mundo
contemporáneo, en cinco direcciones:
Nueva evangelización: en especial hacia los marginados y desfavorecidos.
Ecumenismo: mediante el diálogo y el encuentro con las demás Iglesias cristianas y todas y cada
una de las confesiones religiosas.
Compromiso ético y social: asumiendo la defensa de la dignidad de la persona y los derechos
humanos, así como la promoción de la diversidad cultural de los pueblos.
Lucha por la paz: a través de la mediación en múltiples conflicto.
Rigor doctrinal: Juan Pablo II condenó las posiciones más extremas de la Teología de la
Liberación. Juan Pablo II dio reconocimiento a teólogos sancionados o cuestionados por sus
posiciones aperturistas, creándolos cardenales.
Juan Pablo II se mostró desfavorable a dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar, al
matrimonio de los sacerdotes y a la ordenación de las mujeres.
Falleció el 2 de abril de 2005 las últimas palabras fueron en polaco: “Déjenme ir a la casa de mi
Padre”

2.-Mencionar que datos de Jacques Philippe se asocian a los santos elegidos. Esto surge
de la lectura del capítulo primero de ese libro "EL HOMBRE UN SER ESENCIALMENTE
LLAMADO", pags. 9 a 21. Cuáles son lo datos exxplicados por Jacques Philippe en su libro
que pegan o encuadran en la vida del santo.

* “ Importancia bíblica y antropológica de la noción de llamada”

Nos podríamos preguntar porqué estos tres Santos elegids y el hombre, todos los seres humanos
podemos escuchar el llamado de Dios.

Jacques Philippe dice: “Desde un punto de vista antropológico, el hecho de que el hombre sea
llamado no es una realidad periférica, algo que sucedería únicamente de vez en cuando o que
estaría reservado a ciertos individuos privilegiados, gratificados con una vocación especial... ...
sino una dimensión estructurante, constitutiva de nuestra identidad de hombre o de mujer. El
hombre no puede existir plenamente por sí mismo, sirviéndose únicamente de sus recursos físicos,
intelectuales,psíquicos y afectivos: no puede realizarse como hombre más que respondiendo a las
llamadas que Dios le dirige —discretas y misteriosas, por supuesto— pero de una manera real y
constante a lo largo de su existencia.”

Esta realidad antropológica del hombre de poder escuchar surge de su esencia de creatura a
imagen y semejanza de un Dios que habla y se entiende con el hombre, un diálogo recíproco de
escuchar y hablar.
Esta capacidad de receptar el llamado está fuertemente enraizada en las vidas de los tres santos.
Es una sintonía perfecta, en un diálogo claro, sin vacilaciones ni interferencias. Que además nace
desde temprana edad revelando la esencia misma de la vocación.

* “Las mediaciones y las formas de llamada”

J:P: dice: “Pero con mucha frecuencia, las llamadas que nos dirige Dios se refieren a las pequeñas
cosas de cada día... ...Es también importante llegar a «detectar» esas llamadas y aceptarlas,
incluso si su objeto parece nimio, pues el camino que nos trazan permite el despliegue de una vida
extraordinariamente rica y abundante, mucho más de lo que creemos”.

La visión de la llamada que estos Santos reciben, podríamos decir es un proceso acumulativo, que
va orientando el verdadero sentido de la misíón. Es evidente que la Madre Teresa de Calcuta
desarrolló por muchos años su tarea docente, evangelizadora en un entorno conventual, que
finalmente lo enterró para girar al llamado de su verdadera vocación, la misión de servir a los
pobres, enfermos y necesitados de Calcuta. Una obra que nació de ella y se extiende hoy en día en
un grado internacional.

* “La llamada, camino de libertad”


J.P. dice: “En su carta a los Gálatas, san Pablo afirma: «Pues vosotros, hermanos, habéis sido
llamados a la libertad» (Ga 5, 13). Dios nos llama a la libertad. No obtenemos esta libertad
instantáneamente y de manera plena; se construye progresivamente y con paciencia, día tras día,
y se adquiere precisamente mediante la fidelidad en la respuesta a las llamadas que Dios nos hace
percibir.”

El lado opuesto radica en la capacidad del hombre a la sumisión al pecado, la pérdida de su


libertad. En el sentido literal de esta afirmación se advierte en Teresita de Lisiaux un llamado a la
Santidad, a la exclusión del pecado. Su confesor el Padre Pichón, en una confesión general que
Teresita hizo, le expresó:”Declaro que nunca has cometido ni un sólo pecado mortal’. Y luego
añadió: ‘Da gracias a Dios por todo lo que hace por ti, pues, si te abandonase, en vez de ser
un pequeño ángel, serías un pequeño demonio”
San Pablo II también encontró un camino de libertad en un sentido civil, porque por las etapas que
pasó bajo el régimen nazi hubiera sido difícil creer, la continuidad de su existencia humana, si no
hubiera acatado ese llamado a su vocación de sacerdote que le permitió sobrevivir.

* “Apertura al futuro”
J.P. dice: “es preciso comprender que el futuro que nos trazan las llamadas de Dios no siempre es
un futuro a largo plazo, ni es obligatoriamente un fogonazo que ilumina nuestra vida y nos da una
amplia orientación futura. En ocasiones no es más que un corto paso lo que nos propone:
«solamente para hoy» (como dice Teresa de Lisieux), un comportamiento para el día de hoy, pero
que basta para vivir y avanzar día tras día para dar un sentido a la existencia y para perseverar
hasta que se nos conceda la gracia de más amplias perspectivas. Y aún diré algo más: es preferible
desconocer el futuro, e irlo descubriendo a medida que se convierte en presente. Creemos con
frecuencia que el dominio del futuro nos proporcionaría seguridad; al contrario: se está más seguro
y más sereno viviendo paso a paso en medio de la confianza en Dios y poniendo el futuro en sus
manos, sin tratar de conocerlo ni de dominarlo”
Es muy sabio lo que escribe J.P., incluso haciendo referencia a Santa Teresita, por ahí habré leído
algo que me permito recordar: “... El pasado ya no existe, ha muerto; el futuro todavía no
existe, no ha nacido. Sólo existe el presente. Sólo el presente está vivo. Cuando estás aquí
ahora, la vida fluye en ti. Cuando estás aquí ahora, estás en tono con la existencia. Y eso
alimenta, ese es el verdadero alimento... Osho.”

* “Toda llamada es creadora”


Es interesante lo que escribe J.P.: “La primera llamada que Dios nos dirige, que es como la raíz y el
fundamento de las demás, es la llamada a la vida... ... Una llamada que nos precede, a la que en
cierto modo ya hemos respondido, pues existimos. Llamada completamente especial, pues no
presupone el interlocutor, sino lo crea. Nuestra simple existencia ya ha dado la respuesta, pero
estamos invitados a asumir dicha respuesta a lo largo de nuestra vida”
Esto es real, no sólo mirando el mismo hecho de la existencia, el hombre creado, si no también el
proyecto que el hombre elabora, la misión que busca. La capacidad creativa del hombre iluminada
por el Espíritu Santo, hacia un camino, el que fuere, pero que es una oferta, una posibilidad de
santidad.

* “Llamada y Don”
J.P. dice: “Abrirse a una llamada, significa siempre recibir un suplemento de fuerza, pues Dios es
fiel: da lo que manda, en palabras de san Agustín... ...Abrirse a la llamada es abrirse a la vida en
todas sus dimensiones: vida natural, vida del cuerpo, del corazón, de las emociones, de la
inteligencia, pero vida que se desenvuelve también en relación, en amor, en comunión, y, a fin de
cuentas, en participación en la riqueza misma de toda la vida divina: en la vida sobrenatural. Toda
llamada es una llamada a amar más, y encuentra su cumplimiento en la participación en la pureza y
en el fervor del amor divino mismo.”
La felicidad que logran estos santos, aún en condiciones de sufrimientos, es una muestra del gran
amor de Dios que nos llama y nos sostiene...

* “Perderse para encontrarse”


Finalmente Jacque Philippe cierra su primer capítulo de su libro diciendo: “En el mundo de hoy
existe una gran aspiración a la propia realización, al desarrollo personal, al despliegue de todas las
potencialidades, y se proponen una infinidad de técnicas para lograrlo. Los estantes de las librerías
rebosan de obras sobre este tema, con lo mejor y lo peor.
Hay algo legítimo en esta tendencia, pero no siempre es fácil conciliarla con el lenguaje del
Evangelio cuyo discurso parece ser otro: de renuncia y de abnegación. Los que somos creyentes
no podemos ignorar pura y simplemente las palabras de Jesús cuando dice:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Pues quien
quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará» (Mc
8, 35-36).
No podemos dejar a un lado una frase como la de Teresa de Lisieux: “¡Si supiéramos lo que
ganamos renunciando a todo!”.

4.-CONCLUSIÓN PERSONAL
Antes de dar un comentario personal sobre la vida de estos tres Santos me gustaría explicar el
motivo de elegirlos.
La consigna era buscar Santos nuevos, contemporáneos de los siglos XX y XXI.
Había leído que Teresita de Lisieux era la Santa preferida del Papa Francisco, y como no tenía
ningún conocimiento de ella, me entró la curiosidad. Lecturas de internet la ponían como la Santa
más grande de los tiempos modernos y con esto ya me cerró la elección.
Con respecto a la madre Teresa de Calcuta, fue una elección a full mía, me encanta su vocación de
servicio. Diría que es lo que me gusta ver de un Santo. Como el caso de Don Bosco que nos toca de
cerca, con mucho acento en el trabajo.

Finalmente si había dos mujeres sería justo elegir un hombre. Un papa que he conocido en toda su
extensión y también he valorado su proyecto evangélico global, San Juan Pablo II.

Lo cierto y entrando en mi conclusión, me ha gustado leer los aspectos de sus biografías a través de
Wikipedia y Aci Prensa que las cito como referencia de este trabajo. Para leer hay más, pero bueno,
se podrá después.
Voy a decir, que me ha gustado encontrar el gran contraste entre la vida de Teresita de Lisieux y
Teresa de Calcuta.

En mi opinión son diametralmente opuestas y graciosamente interconectadas.


Teresa de Calcuta, mi preferida por lejos, lejos, ha puesto en evidencia su desición de haber
tomado su nombre del de Teresita de Lisieux, una simpatía muy fuerte por ella.

Me reconozco un poco extremista en mis gustos, y esto de la vida contemplativa “no me lleva a
ninguna parte” Esta es una frase mía que resulta simpática cuando expreso honestamente la
cualidad de algo que se me pregunte, sobre el tema que sea. Muchas vece a nivel culinario.
Podría decir que la potencia de la oración que está tan presente en la vida de Teresita y es
admiración de multitudes yo todavía no la he aprendido. Y sí me gusta esa actitud de servicio,
colaborar, ser útil generosamente, algo que Teresa de Calcuta rebosa a desmanes.
Este feliz encuentro de dos Santas sublimes chocan contra mi personalidad y constituyen una
experiencia personal enriquecedora, la vida contemplativa a la que estuvo destinada en su corta
existencia Teresita y la potencia del servicio al prójimo llevado a cabo en las condiciones más
abnegadas y extremas de la pobreza, e indignidad a las que se dedicó mi Santa Preferida.
Pero digo que es gracioso que este choque ocurra, porque definitivamente la vocación de Teresita
se centraba en la misma acción de Teresa de Calcuta. Ambas con una dedicación misionera al
mundo cotidiano. Al punto que Teresita de Lisieux es Patrona de las Misiones.
Qué buena lección que Teresita nos deja, sabiendo asumir su realidad, una condición de salud
frágil para una vida misionera que si bien en la tierra no se pudo desarrollar lo viene haciendo de
manera constante y magistral desde su actual posición: “Voy a pasar mi cielo haciendo el bien
en la tierra” de historia de un alma, su autobiografía.

Finalmente de San Juan Pablo II, se advierte que ha tenido una vida lineal, dedicada al sacerdocio.
Un hombre que para nada se debe haber aburrido, ni en su temprana juventud haciendo de actor ni
en su admirable y extenso papado viajando a tantos países, visitándonos aquí en Córdoba, el 7 de
abril de 1987. Fueron famosas algunas expresiones populares “Milanesa, Milanesa, es el papa el
que bendice a la Iglesia Cordobesa”. Aclamado por la gente en su lugar de hospedaje, el
Arzobispado de Córdoba, desde donde salió a saludar avanzada las horas sin que la multitud
cesara su aclamación y dijera honestamente: “Queridos jóvenes de Córdoba, el Papa también
duerme”.

P:D: pido disculpas si la extensión sobrepasó de 7 carillas. Relatar la vida de tremendos


Santos, ocupa espacio...

También podría gustarte