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“El amor todo lo puede”

Edge Night sobre Santa Teresita de Lisieux

Objetivo: El objetivo de esta sesión es que los jóvenes conozcan la vida de Santa
Teresita de Lisieux y deseen que su vida esté abandonada en las manos de Dios.

La Sesión en un vistazo: La sesión comienza con una dinámica en la que los jóvenes
podrán expresar qué es para ellos el amor y cómo se sienten amados. En la catequesis
se hablará de la figura de Santa Teresita de Lisieux y su camino de abandono en el amor
de Dios. En la reunión por grupos los jóvenes podrán comentar la vida de Santa Teresita
y ver en qué pueden imitarle. Por último, en la oración se invita a los jóvenes a
encomendarse a la Santa.

Ideas principales:
• Conocer la vida de Santa Teresa de Lisieux.
• Comprender cómo Jesús nos ama con nuestra debilidad y nuestra pobreza y puede
ser este el camino para unirnos más a Él.
• Poner amor en cada acción que hacemos.

Decoración: Colocar imágenes del santo de esta sesión, bien colgadas por las paredes,
o bien en una proyección con el ordenador. También se puede colocar el emoji de santo.

Sugerencias de Audiovisuales:
- Sobre la santidad (I): https://www.youtube.com/watch?v=ZRAWRTvaGbw
- Sobre la santidad (II): https://www.youtube.com/watch?v=8QHZGnaVjpQ&t=261s
- Sobre la santidad (III): https://www.youtube.com/watch?v=_SL-RybzLtQ

Escritura:
Lc 11, 1 -4; Jn 3,16; Jn 15,13; 1 Cor 13, 1 -13.

Catecismo:
2558 - 2561; 2759-2760; 2013; 2014; 2015

ACOGIDA (GATHER)

Bienvenida e Introducción (5 min): Se da la bienvenida a los jóvenes, se hace una


pequeña oración, se presenta a alguien nuevo que haya y se hace un breve resumen de
lo que se va a hacer ese día.

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Dinámica – Pósits con respuestas (15 min)

Dar a cada joven 3 pósits y un bolígrafo. Preparar una pizarra o un cartel en


blanco grande en el frontal de la sala (o incluso en una pared) donde los jóvenes puedan
ir pegando sus pósits.
Se les lanzará la siguiente pregunta: - Para ti ¿qué es el amor? Y cada joven tendrá
que poner en su pósit la respuesta utilizando el menor número de palabras posibles.
Una vez que hayan escrito todos, pasarán de uno en uno a pegarlo en la pizarra y
explicarán por qué escribieron eso.
Después se les preguntará: - ¿Cómo demuestras que quieres a alguien? Y se repite
el mismo procedimiento.
De nuevo se les pregunta: - ¿Cómo percibes que alguien te quiere? Y de nuevo los
jóvenes contestan, lo pegan en la pizarra, y luego lo explican.

Por último se lee el texto de San Pablo de 1 Cor 13, 1 -13 y podemos ver si sus
respuestas coinciden en cómo San Pablo describe el amor.

TEMA – (PROCLAIM)
15 min

¿Quién es Santa Teresita de Lisieux?


Teresa nació el 2 de enero de 1873 en Alençon, una ciudad de Normandía, en
Francia. Era la última de los 9 hijos de Luis y Celia Martín, esposos y padres ejemplares,
de una profunda fe cristiana. Cuatro de los hermanos de Teresa murieron en edad
temprana. Quedaron las cinco hijas: María, Paulina, Leonia, Celina y Teresa. Cuando
Teresa tenía cuatro años, su madre murió de cáncer. Esto afectó mucho a la niña,
cambiando su carácter. Teresa, que hasta entonces había sido muy jovial y alegre, pasó
a mostrarse tímida, hipersensible y replegada sobre sí misma. Teresa elige como madre
a su hermana Paulina.
Después de la muerte de la madre, la familia se trasladó a Les Buissonnets, una
villa a las afueras de la ciudad de Lisieux. En 1882, su hermana Paulina ingresa en el
Carmelo. Este hecho fue muy desgarrador para Teresa, pues Paulina había hecho las
veces de madre con ella desde la muerte de la señora Martín. Al año siguiente, Teresa
contrajo una rara enfermedad de tipo nervioso que hizo temer por su vida. Se curó el 13
de mayo de 1883 gracias a una intervención de la Virgen Santísima, cuya sonrisa le hizo
sentirse curada. Un año más tarde, el 8 de mayo de 1884, repuesta ya de la enfermedad,
Teresa recibe su primera comunión, un momento muy esperado para ella, que deseaba
enormemente recibir a Jesús en la Eucaristía.
El siguiente acontecimiento que marca la vida de Teresa es lo que ella llama “la
gracia de Navidad” o de su “conversión total”. En la Nochebuena de 1886 consigue
vencer su hipersensibilidad por una gracia de Dios: «Aquella noche en la que Jesús se
hizo débil y sufrió por amor a mí, me hizo fuerte y valerosa, me vistió con sus armas...
El manantial de mis lágrimas se secó y no volvió a abrirse más que raramente... Teresita
había vuelto a encontrar el ánimo que había perdido a los cuatro años y, desde
entonces, lo conservaría para siempre... Sentí que la caridad me entraba en el corazón,

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con la necesidad de olvidarme de mí misma y favorecer a los demás y, desde entonces,
fui feliz».

A partir de su “conversión”, el corazón de Teresa se transforma y está más


pendiente de la salvación de las almas. En junio de 1887, escucha la noticia de un asesino
que ha sido condenado a muerte y se empeña en rezar intensamente por su conversión.
Unos días más tarde, leyó en el periódico que el asesino había pedido que le acercaran
un crucifijo para besarlo unos momentos antes de su ejecución. Después de esta
experiencia, decidirá ofrecer definitivamente su vida por la conversión de los
pecadores.
Su deseo es entrar en el Carmelo, pero su edad no se lo permite. En noviembre
de 1887, Teresa peregrinó a Roma con su padre y con su hermana, decidida a pedir
permiso al Santo Padre para entrar como religiosa. En la audiencia con el papa León
XIII, Teresa se acerca a él y le pide que interceda para que los superiores le permitan
entrar en el Carmelo. El pontífice, mirándola fijamente, le dijo: «Si Dios lo quiere,
entrarás». Ella se sintió un poco decepcionada por la respuesta. Sin embargo, antes de
lo que ella esperaba, en 1888, recibió el esperado permiso para entrar en el Carmelo de
Lisieux. El día de su entrada, el 9 de abril de 1888, le preguntaron para qué iba al
convento, a lo que ella contestó: «Para salvar almas y rezar por los sacerdotes». No eran
solo palabras, sino un serio proyecto de ofrecimiento de sí misma por las almas que
cumplirá hasta el último instante de su vida.
Teresa va descubriendo su camino, el itinerario espiritual que el Señor le va
marcando. Las fuentes de las que bebe son la Sagrada Escritura, sobre todo los
Evangelios, y las obras de San Juan de la Cruz. Sus primeros años de profesión están
marcados por profundas experiencias de Dios. El conocimiento del amor de Dios la lleva
a querer entregarse del todo a Él para corresponder a ese amor. Se siente en manos de
Dios como un niño en brazos de su padre. Por eso se abandona a Él con absoluta
docilidad y confianza. Es el camino de la infancia espiritual. Destaca también su talante
misionero, a pesar de ser una religiosa de clausura. Las miras de Teresa son siempre de
las dimensiones del corazón de Dios. Ella desea la salvación de todas las almas y su vida
cobra un carácter apostólico, ofreciendo sus sufrimientos y sus obras para que todos
conozcan a Dios y lo amen.
El último periodo de la corta vida de Santa Teresa está marcado por la
enfermedad, que empieza a manifestarse en 1896. Durante el triduo pascual aparecen
los síntomas de la tuberculosis y comienza para ella un calvario físico y espiritual. La
joven carmelita se identifica más que nunca con Jesús en su Pasión. En junio de 1897, la
santa fue trasladada a la enfermería del convento, de la que ya no volvió a salir. A partir
del 16 de agosto ya no pudo recibir la comunión, pues tenía constantes náuseas. En
medio de sus sufrimientos, el corazón de Teresa permanece fijo en Dios y en las almas.
Sintiendo que se acercaba el momento de su entrada en la vida eterna, expresó su
deseo de seguir entregándose a los demás incluso después de la muerte: «Quiero pasar
mi cielo haciendo bien a la tierra». Murió el 30 de septiembre, a los 23 años,
contemplando el crucifijo que apretaba entre sus manos, después de exclamar: «¡Dios
mío, os amo!».

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“El amor todo lo puede”
«Quiero ser santa», este es el lema de Teresa desde que es adolescente; ha
decidido ser santa. En el Carmelo, cuando era postulante, escribió a su padre: « Labraré
tu gloria haciéndome una gran santa ».

Pero, muy pronto, va a comprobar su debilidad y su impotencia cuando se


compara con los santos. Le parecen una montaña mientras ella no es más que un
granito de arena. « Mi crecimiento es imposible» piensa, pero no se desanima. Si Dios
ha puesto en ella esos deseos de santidad, es porque debe tener un caminito para
escalar «la dura escalera de la perfección». La palabra de Dios le descubre el camino: «
Si alguno es pequeño que venga a Mí » (Proverbios 9,4). «Entonces yo fui»- escribe
Teresita- preguntándose qué haría Dios con el pequeño que fuese a Èl. Leyendo Isaías
66, comprendió que no podía subir sola la escalera de la perfección, pero que Jesús la
cogería en sus brazos y la subiría como en un ascensor rápido. Desde entonces, Teresita
no encuentra ningún obstáculo, al contrario, será pequeña y ligera en los brazos de
Jesús y será santa por un camino rápido.
Dios es esencialmente Amor Misericordioso. En adelante verá todas las
perfecciones divinas, incluida la justicia, partiendo de la Misericordia. Esto conlleva una
confianza audaz: « Quiero ser santa, pero siento mi impotencia y te pido, Dios mío, que
seas Tú mismo mi santidad ». Dejar hacer a Dios no implica ningún infantilismo fácil.
Teresa hará todo lo posible para mostrar, cada día y cada minuto, su amor a Dios y a sus
hermanas en una total gratuidad: la del amor.
En todas las situaciones y en todos los actos de su vida Teresa aplica esta regla:
Si Dios le pide algo y ella se siente incapaz de hacerlo, Él lo hará por ella. Un ejemplo:
amar a todas sus hermanas como Jesús las ama le es imposible. Entonces, uniéndose a
Él, será Él quien las amará en Teresa: « Sí, lo sé, cuando soy caritativa, es únicamente
Jesús quien actúa en mí. Cuanto más unida estoy a Él, más amo a todas mis hermanas
». He aquí un camino de santidad que se abre a todos, a los pequeños, los pobres, los
que sufren: aceptar la realidad de las propias debilidades y ofrecerse a Dios tal como
uno es para que Él intervenga en nosotros.

REUNIÓN POR GRUPOS (BREAK)


20 min

Se distribuye a los chicos en los pequeños grupos y se puede comentar con ellos las
siguientes preguntas:

 ¿Qué es lo que más te ha impresionado de la vida de Santa Teresa de Lisieux?


¿Qué cosas crees que puedes imitar de ellal para ser mejor cristiano?
 ¿Trato a todos con igual caridad o soy “menos amigo” de aquellos que me caen
peor e incluso les trato mal?
 ¿Piensas que se puede llegar a amar a todos como lo hizo Teresita de Lisieux?
 ¿A veces caigo en la desesperanza o el desánimo cuando veo que no puedo
cambiar cosas de mí que no me gustan? ¿Qué me enseña Teresita acerca de
esto?

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 Teresita vivía una intensa vida de oración, ¿yo rezo? ¿cuándo? ¿me gustaría
pasar más tiempo junto a Jesús?

ORACIÓN (SEND)
20 min

Se puede leer en la Capilla alguno de los textos propuesto en la página 1.


También al finalizar la oración se puede rezar todos juntos una oración que pide la
intercesión de Santa Teresita de Lisieux:

Dios mío, te ofrezco todas las acciones que hoy realice por las
intenciones del Sagrado Corazón y para su gloria. Quiero
santificar los latidos de mi corazón, mis pensamientos y mis
obras más sencillas uniéndolo todo a sus méritos infinitos, y
reparar mis faltas arrojándolas al horno ardiente de su amor
misericordioso.

Dios mío, te pido para mí y para todos mis seres queridos la


gracia de cumplir con toda perfección tu voluntad y aceptar
por tu amor las alegrías y lo sufrimientos de esta vida pasajera,
para que un día podamos reunirnos en el cielo por toda la
eternidad. Amén.

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