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Dynamics tiene como objetivo capturar una parte de la energía que de otro modo
sería transformada en calor, y almacenarla en forma de energía eléctrica. Esta
energía eléctrica puede devolverse al vehículo cuando este necesita acelerar.
El freno regenerativo es bastante común en los vehículos eléctricos e híbridos. Este
sistema permite transformar la energía cinética del frenado en energía eléctrica que se
almacena en la batería del coche.
Por fin el tan esperado post sobre el KERS, siglas para denominar al Kinetic Energy Recovery
System, o lo que es lo mismo, el sistema de recuperación de energía cinética. La idea es tan
sencilla como imaginarnos un dispositivo capaz de recuperar la energía cinética que se pierde
en forma de calor en las frenadas, para acumularla de algún modo y transformarla cuando nos
convenga (mediante un botón, por ejemplo) en energía mecánica que ayude en la aceleración
del monoplaza.
En principio, la idea generalizada que asocia el KERS a una Fórmula 1 más verde no es del todo
correcta, pues si bien es cierto que se recuperará energía de las frenadas, la misma no se
utilizará para reducir los consumos de combustible, sino para inyectar un extra de potencia
puntual cuando se necesite. Será una potencia “gratuita” medioambientalmente, eso sí, pero
mientras no haya cambios de motorización, con KERS o sin KERS, los consumos y las emisiones
será idénticos a los actuales.
Centrándonos un poco más en el dispositivo en cuestión, las alternativas que deben barajar
todas las escuderías son tres: un sistema mecánico, un sistema eléctrico, o un sistema
neumático. Parece que la tendencia generalizada será la opción mecánica, aunque pudiera ser
que algún equipo se descolgara en 2009 con una solución basada en un motor eléctrico que
almacenaría la energía en una batería o un volante de inercia.
La opción mecánica tiene la ventaja de ser un sistema mucho más compacto, ligero (20-25 kg)
y eficiente, aunque cuenta con el inconveniente de tener que estar obligatoriamente ubicado
cercano a la transmisión. Sin embargo, aunque el sistema eléctrico es menos eficiente
energéticamente, pues la energía debe transformarse en eléctrica y posteriormente en
mecánica, con las consiguientes pérdidas, su gran ventaja radica en poder colocar el volante de
inercia o la batería en el lugar deseado del monoplaza, y eso a nivel de diseño integral puede
ser una gran ventaja. Además, la eficiencia energética no es fundamental mientras el límite de
energía por vuelta sea de 400 kJ, muy inferior a la energía recuperable en frenada en la
mayoría de circuitos.
Los frenos regenerativos son los que suelen incluir los coches eléctricos e híbridos. Este tipo de
mecanismo es una forma eficiente de conseguir energía para el vehículo sin gastar
combustible, en el caso de los híbridos y de recargar las baterías en los coches eléctricos.
El freno regenerativo es respetuoso con el medio ambiente ya que permite que el coche
híbrido pueda circular durante más tiempo en modo cero emisiones.
Freno regenerativo
Al pisar el freno de tu coche, el disco de freno y la pastilla son sometidos a fricción para evitar
que las ruedas sigan girando. Este es el comportamiento del freno de cualquier coche de
combustible. La fricción producida durante el frenado es energía cinética que se convierte en
calor y se pierde, se calcula que la pérdida de energía en cada frenada de un coche
convencional ronda el 80%.
Imagina que circulas a 100 kilómetros por hora, y debido a un obstáculo en la carretera debes
reducir la velocidad a 80 kilómetros por hora. Lógicamente deberás frenar para alcanzar esa
velocidad y se producirá una energía de fricción que se desperdiciará convirtiéndose en calor.
Para poder volver a alcanzar la velocidad que llevaba tu coche (100 kilómetros por hora)
deberás pisar de nuevo el acelerador e invertir energía para que alcance de nuevo la
velocidad anterior, lo que supone la necesidad de utilizar combustible.
Gracias al freno regenerativo, los coches eléctricos e híbridos pueden mejorar su autonomía y
reducir el consumo de combustible. Este mecanismo es tan eficaz que permite recuperar
alrededor del 70% de la energía que se ha producido durante la frenada.
A pesar de que es una tecnología muy eficaz que ayuda a cuidar el medio ambiente y permite
un ahorro importante para los propietarios de vehículos que cuentan con este sistema,
los frenos regenerativos también tienen una serie de desventajas.
Menos fuerza que los tradicionales: aunque se trata de sistemas de frenado seguros,
este tipo de frenos tienen menos fuerza que los de disco. Esto hace que al querer
detener el coche por completo, el tiempo que tarde sea superior al de un coche
convencional. Para solventar esta carencia, en ocasiones cuentan con sistemas de
freno de apoyo.