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Motores Eléctricos VS Motores de combustión interna

INTRODUCCIÓN 
A pesar de que en el último tiempo la situación de los vehículos eléctricos se ha
hecho mucho más conocida, aún existe mucha desinformación respecto a su
funcionamiento y a los múltiples beneficios que estos conllevan. Desde hace ya
unos años hay una realidad bien evidente en el parque automovilístico, los
vehículos eléctricos. De hecho, la mayoría de entraron de lleno en la
electromovilidad, una alternativa sostenible que cada vez va recortando
terreno a los automóviles tradicionales. Sin embargo, no mucha gente conoce
que el futuro es eléctrico está fuera de toda duda. Han llegado para quedarse.
Así, las grandes marcas publicitan este tipo de vehículos e implementan grandes
avances técnicos que contribuyen a que tengan un mayor protagonismo en el
mercado automovilístico. Así las cosas, veamos si vale la pena un coche eléctrico
en lugar de uno tradicional de diésel o gasolina.

La información es de suma importancia en el contexto actual, ya que difundirla puede ser


clave para que cada vez más personas se decidan a utilizar un vehículo eléctrico, y es por
esto que el presente documento tiene por objetivo analizar una de las piezas claves de los
vehículos:

Funcionamiento
Los vehículos eléctricos con batería, o vehículos totalmente eléctricos, dependen
completamente de la electricidad almacenada en la batería para conducir las ruedas, a
diferencia de los automóviles con motor de combustión interna que funcionan con
combustibles fósiles. Cuando un vehículo con motor convencional se queda sin
combustible, el propietario debe pasar por una estación de servicio para llenar el tanque.
En contraste, los conductores de automóviles eléctricos pueden cargar la batería usando
una fuente de electricidad externa. Los vehículos eléctricos híbridos enchufables albergan
un motor de gasolina o diesel, así como un motor eléctrico, pero los propietarios cargan la
batería mediante el mismo método.
 
Dado que un motor eléctrico puede entregar su par máximo a velocidades
extremadamente bajas, los autos eléctricos emplean una transmisión de una velocidad,
en contraste con los autos convencionales que necesitan múltiples velocidades. Un motor
tradicional produce su potencia en una banda estrecha de velocidad del motor, por lo que
se requieren muchos engranajes para mantener la velocidad del motor en el rango de su
mejor eficiencia.
Los motores
Los motores son los mecanismos que permiten finalmente el movimiento de los
vehículos, transformando la energía del combustible en energía mecánica, y he
ahí su importancia. En este documento se compararán los dos tipos de motores
más relevantes en la actualidad, el motor eléctrico y el motor a combustión.
Partiendo de esta premisa, En primer lugar, es importante mencionar que las
curvas características de todos los motores eléctricos poseen la misma forma,
variando principalmente sus límites, y en menor medida sus rangos, lo mismo
ocurre para los motores a combustión.
Dicho esto, para realizar una comparación es necesario observar únicamente un
motor eléctrico y uno a combustión que posean el mismo par motor máximo, sin
perder generalidad. A continuación, se presentan las curvas características de dos
motores Nissan con igual par máximo:

La curva roja corresponde a la curva del motor del Nissan Leaf, vehículo eléctrico,
mientras que la azul corresponde a la curva del motor del Nissan 1.6, vehículo a
combustión.
La primera diferencia que se observa es que el  motor a combustión es incapaz de
funcionar a revoluciones menores a 700 rmp (lo que se conoce como el límite de
ralenti), dado que su giro se vuelve inestable y se detiene, mientras que el motor
eléctrico funciona desde 0 rmp hasta más de 10.000 rmp de manera
ininterrumpida.
Otra gran diferencia que es evidente de la figura es la magnitud del par motor, el
cual es mayor para el motor eléctrico que para el motor a combustión, para todo
régimen de giro. Junto con esto, el hecho de que el motor eléctrico parta desde 0
con su par máximo permite que el vehículo no necesite de un embrague para
iniciar su marcha, con lo cual tampoco se necesita una caja de cambios, la cual,
en caso de existir, solo ayudaría a que la partida del vehículo se realizara con
mayor suavidad

COMPARACIONES

Potencia
Al igual que en el caso anterior, las curvas características de ambos tipos de
motores poseen la misma forma, variando en cuanto a sus límites, y en menor
medida, en cuanto a algunos rangos. De esta manera, para el análisis se
escogieron los mismos motores de la sección anterior, los cuales poseen una
potencia de 109 HP. Así, a continuación, se presentan las curvas características
de potencia de estos motores:

Del anterior gráfico se puede apreciar que, aunque la potencia máxima en ambos
casos sea efectivamente la misma, el motor eléctrico es más potente para
cualquier revolución. Junto con esto, se destaca de la figura que el motor eléctrico
ofrece su máxima potencia en un largo rango, desde antes de las 3.000 rpm hasta
cercano a las 9.800 rpm, funcionando incluso hasta las 10.400 rpm, lo cual marca
una gran diferencia a la hora de la conducción.
Transmisión
Una vez observadas las dos secciones anteriores se hace evidente que el sistema
de transmisión necesario para implementar ambos motores es distinto. Mientras
que para un motor a combustión se hace completamente necesario un sistema de
transmisión de varias marchas, para el funcionamiento de un motor eléctrico esto
es opcional. Últimamente se han desarrollado vehículos con cajas de cambios,
con
el objetivo de suavizar la partida de los vehículos, pero afectando el rendimiento
en marchas largas.

Frenos
Existe una gran diferencia entre el sistema de frenado de un vehículo eléctrico,
con el sistema de un vehículo convencional, que va más allá del freno
regenerativo presente en los primeros, sino que más bien tiene que ver con la
naturaleza de ambos motores. Esta diferencia se encuentra en la cantidad de calor
que reciben los frenos.
Un motor eléctrico produce mucho menos calor, lo cual, sumado al hecho de que
se frena menos en un vehículo eléctrico, produce que estos se sobrecalienten
mucho menos con respecto a los frenos de un vehículo a combustión. Esto se
traduce en menor masa giratoria, y por lo tanto, en la posibilidad de utilizar frenos
más pequeños, reduciendo la masa del vehículo.
Junto con esto, se debe mencionar que los sistemas de frenado relacionados con
los motores eléctricos requieren de menor mantención, dado que se utilizan y
sobrecalientan menos.

Eficiencia
Es importante aclarar que el concepto de eficiencia (también llamada rendimiento
energético) varía de acuerdo al tipo de motor. Para un motor eléctrico la eficiencia
se define como la relación entre energía eléctrica que absorbe de las baterías, y la
energía mecánica obtenida, mientras que para un motor a combustión se define
como la relación entre la energía química contenida en el combustible, y la energía
mecánica obtenida.
Considerando lo anterior, se tiene que el rendimiento energético de los motores
eléctricos es sumamente superior al existente en los motores a combustión.
Mientras en los motores eléctricos la eficiencia tiene una media de 90 %,
alcanzando incluso el 95 % según algunos fabricantes, para los motores a
combustión la cifra no supera el 25 % para motores de gasolina, ni el 30 % para
motores diesel.
La explicación a esta gran diferencia es simple. Mientras en los motores eléctricos
las pérdidas se dan principalmente el efecto Joule presente en sus distintas
piezas, en un motor a combustión las pérdidas son múltiples, por un lado se tiene
que el calor producido por la misma combustión no se aprovecha de buena
manera, y eso hay que sumarle que en este tipo de motor existen muchas más
piezas móviles,
cuyo roce produce una pérdida extra. Así, las pérdidas en el motor de combustión
son mucho mayores, lo cual lo vuelve menos eficiente.
Es importante considerar también lo que posee poca eficiencia es el motor a
combustión, lo cual no tiene relación con el combustible utilizado, ya que, tanto la
gasolina como el diesel poseen una gran cantidad de energía química acumulada.
A continuación, y para profundizar aún más en la eficiencia de ambos motores, se
presenta la curva característica del motor del Nissan Leaf, con la eficiencia que
presenta en cada punto:

Observando la figura anterior, se puede observar la alta eficiencia que posee un


motor eléctrico sea cual sea el par motor y las revoluciones a las que este se
encuentre, presentando en todo momento una eficiencia igual o superior al 85 %.
Junto con esto se puede observar que la zona de máxima eficiencia se encuentra
en zonas con cargas parciales o medias y a altas revoluciones, lo cual se cumple
para prácticamente todo motor eléctrico utilizado en vehículos.
Por el contrario, para motores a combustión interna, la figura es bastante distinta,
observando variaciones mucho mayores de eficiencia de acuerdo a la carga y a
las revoluciones, obteniendo su máxima eficiencia a cargas altas y bajas
revoluciones. Es por esto que generalmente se recomienda conducir en marchas
largas (generalmente quinta) y al menor número de revoluciones posibles para
realizar una conducción eficiente en vehículos a combustión.
Dado lo presentado respecto al rendimiento energético de ambos motores, es
evidente que el motor eléctrico es ampliamente superior, obteniendo una eficiencia
mucho mayor al motor a combustión, y además manteniendo este rendimiento
para casi todas las condiciones de par y revoluciones, algo en lo que el motor a
combustión queda muy al debe, al poseer zonas en que su rendimiento decae
considerablemente.

Consumo 
En la presente sección se comparará la eficiencia de ambos motores, visto desde
el punto de vista de su consumo. Para esto, se considerará que un motor es más
eficiente cuanta menos energía consuma para realizar el mismo trabajo, el cual
será para este caso, realizar un desplazamiento de 100 km. Así, se compararán
los litros/100 km que consume un motor a combustión, con los kWh/100 km que
consume uno eléctrico.

Ventajas sobre los vehículos de combustión interna

Cero emisiones
Los vehículos eléctricos, al contrario que los de combustión, no generan ninguna
emisión de gases contaminantes mientras funcionan, por lo que son la mejor
opción para respetar al medioambiente sin restar ningún ápice a la movilidad.
Coste de carga
El coste de cargar un automóvil eléctrico es muy inferior al de uno tradicional. Por
ejemplo , Recargar un auto eléctrico tiene un costo de $8 y permite circular unos
200 kilómetros. Con $8 un vehículo a gasolina transitaría cerca de 80 kilómetros.
Menos averías mecánicas
Los coches eléctricos, al no tener ni motor convencional ni cambio de marchas con
embrague, tienen una tasa de averías cercana al 0%, ya que cuentan con pocos
elementos en movimiento expuestos al desgaste.
Mantenimiento casi inexistente
Uno de los beneficios de los vehículos eléctricos es que tienen muy pocos costes
de mantenimiento, ya que no necesitan cambios de aceite, filtros, lubricantes…
Solamente hay que realizar revisiones periódicas, comprobar los neumáticos y los
filtros de polvo y polen por motivos de higiene.
Comodidad y confort
Una de las grandes ventajas de los coches eléctricos frente a los de combustión
es que son muy silenciosos en su desplazamiento, debido a la ausencia de piezas
móviles, sin explosiones en el proceso de combustión y sin sistema de escape.
Asimismo, son muy suaves y agradables de conducir al no tener ni embrague ni
caja de cambios.
Facilidades en las ciudades
Los vehículos eléctricos se benefician cada vez más en las ciudades, ya que en
muchas de ellas se bonifican las tarifas de aparcamiento y el uso de cargadores
en lugares públicos.
Sea como fuere, y a pesar de las evidentes ventajas del coche eléctrico, antes de dar
el salto es recomendable calcular bien los costes reales en escenarios lo más específicos
posibles según tus verdaderas necesidades.

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