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ACERCA DE LA TRANSMISIÓN DEL CALOR

El proceso de transferencia de energía por calor se representa a escala atómica como un


intercambio de energía cinética entre partículas microscópicas (moléculas, átomos y
electrones libres) en el que las partículas menos energéticas ganan energía en colisiones
con partículas más energéticas.
La rapidez de transferencia de energía por calor depende de las propiedades de la
sustancia a calentar. Por ejemplo, es posible sostener un trozo de asbesto en una flama
de manera indefinida, pues este no experimenta un aumento considerable de
temperatura, lo que implica que muy poca energía se conduce a través del asbesto.
En general, los metales son buenos conductores térmicos y los materiales como asbesto,
corcho, papel y fibra de vidrio son malos conductores del calor.
Los metales son buenos conductores térmicos porque contienen gran cantidad de
electrones que son comparativamente libres para moverse a través del metal y, por
tanto, logran transportar energía a través de grandes distancias. En consecuencia, en un
buen conductor del calor como el cobre la transferencia de energía calórica tiene lugar
mediante la vibración de los átomos y el movimiento de electrones libres.
El proceso de transferencia de energía por calor entre dos puntos se presenta solo si existe una
diferencia de temperatura entre dichos puntos.
La conductividad térmica es una propiedad de cada material. Relaciona la rapidez (por unidad de
área) con la que fluye el calor a través de un material y la rapidez con la que varía la temperatura
de este.

Dependiendo de la constitución atómica de una sustancia, la agitación térmica podrá


transmitirse de uno a otro átomo con mayor o menor facilidad, haciendo que tal sustancia sea
buena o mala conductora del calor. En general, los fluidos son buenos aislantes térmicos. El aire,
por ejemplo, es un buen aislante debido a su baja conductividad térmica. El calor es energía que
se transfiere en un determinado tiempo, por lo cual es una magnitud física, a diferencia del frío
que sencillamente corresponde a la ausencia de calor. Estrictamente hablando, los materiales
que son buenos conductores térmicos no transfieren el frío, sino que transfieren (o aíslan, en el
caso de los aislantes térmicos) el calor.
Conductividad Térmica
Cambios de estado (fase)
Estados de la materia
En la naturaleza, las sustancias se presentan en tres fases (o estados físicos) diferentes,
denominadas “fase sólida, fase líquida y fase gaseosa”. La presión y la temperatura a las que una
sustancia es sometida determinarán la fase en la cual pueda presentarse. Así pues, el fierro, que
en las condiciones ambientales se halla en estado sólido, se podrá volver líquido cuando su
temperatura se eleve lo suficiente; el agua, que normalmente es líquida, podrá convertirse en
gas por elevación de su temperatura o por reducción de la presión a la que está sometida. Los
diversos cambios de estado que pueden experimentar los cuerpos se sintetizan en el cuadro
siguiente:

Sabemos que la velocidad de agitación molecular aumenta cuando sube la temperatura y


disminuye cuando ésta baja. Estas variaciones de velocidad implican también variaciones de
aumento de la temperatura de un cuerpo, aumenta también gradualmente la fuerza de
expansión, disminuyendo la de cohesión.
La energía cinética de las moléculas, a su vez, origina variaciones de las fuerzas moleculares. Si

medimos la temperatura a la cual se produce un determinado cambio de estado, para diversas


sustancias, observamos que ésta es característica para cada sustancia y que permanece
invariable durante el proceso de cambio, siempre que no cambie la presión. Esta temperatura se
denomina “punto de transformación” o “punto crítico”.

Calor latente de cambio de fase


Se denomina calor latente de cambio de fase (L) a la cantidad de calor (Q) por unidad de masa
(m) que debe ceder o extraer a una sustancia en su punto crítico para que cambie
completamente de fase.
Q
L=±
m

El signo (+) se utiliza cuando ha sido necesario suministrar calor a la sustancia para cambiar su
fase, en cambio, cuando se ha debido extraer calor se usa el signo (-). En el S.I. su unidad de
medida es [J/kg], pero suele expresarse también en [cal/g].

Leyes del cambio de fase


- A una determinada presión, la temperatura a la que se produce el cambio de fase (punto
crítico) tiene un valor bien determinado para cada sustancia.
- Si un sólido se encuentra en su punto crítico, es necesario proporcionarle calor para que se
produzca su cambio de estado.
La cantidad de calor que debe suministrársele por unidad de masa corresponde al calor latente
de cambio de fase, característico de cada sustancia.
- El calor aplicado a un elemento en el punto crítico para cambiar su estado es el mismo que para
revertirlo.
- Durante el cambio de fase la temperatura del elemento permanece constante. Esto significa
que si un bloque de plomo está a 327 °C, después de la fusión el líquido que resulta también
estará a 327 °C.

• Fusión: Es el proceso de transformación de la mayoría de los sólidos en líquido, por absorción


de calor.
Todos los sólidos se dilatan al fundirse, excepto el hielo, el hierro y el bismuto, que se contraen
en lugar de dilatarse. Esto explica que el hielo, el hierro y el bismuto sólidos floten en sus
respectivos líquidos, ya que al contraerse con la fusión el líquido resulta más denso que su
respectivo sólido. Así 1.000 [cm3] de hielo, al fundirse, dan sólo 910 [cm3] de agua.
La siguiente tabla presenta los calores latentes de fusión de algunas sustancias. Por ejemplo,
vemos que para el caso del plomo es de 5,8 [cal/g]. Esto significa que para fundir un bloque de
plomo que se encuentra en su punto de fusión (327,3 °C), debemos suministrarle 5,8 [cal] por
cada gramo de masa del bloque.

• Solidificación: Es el proceso de transformación de un líquido en sólido por desprendimiento


de calor.
De esta manera, si retiramos calor de un líquido su temperatura disminuye y se inicia la
solidificación. La experiencia indica que esta temperatura es la misma a la cual se produjo la
fusión. Durante la solidificación la temperatura permanece constante y el calor latente de
solidificación es igual al calor latente de fusión.
• Vaporización: Es un proceso lento de transformación, sin turbulencia visible, de un líquido en
vapor, por absorción de calor. Cuando este proceso se produce rápida y turbulentamente en
forma de burbujas que agitan toda la masa del líquido, se habla de “ebullición”. Durante la
ebullición, a pesar de que se suministra calor al líquido, su temperatura permanece constante, y
el vapor que se va formando está a la misma temperatura del líquido.

La figura siguiente es un esquema de un refrigerador moderno, en el cual un motor eléctrico


acciona el compresor. El aire circula
libremente alrededor de los serpentines para
absorber el calor producido en la compresión
del gas o vapor utilizado para condensarlo.
El refrigerante líquido pasa luego por las tuberías del compartimento del refrigerante
propiamente tal, donde se evapora aumentando el enfriamiento. Enseguida retorna como vapor
al compresor para que se renueve el ciclo.

Al variar la presión ejercida sobre una sustancia, la temperatura a la cual cambia de fase sufre
alteraciones. Así, cuando decimos que el hielo se funde a 0°C y el agua entra en ebullición a
100°C, advertimos siempre que ello se verifica a la presión de 1 [atm] (presión atmosférica a
nivel del mar).
Cuando una sustancia sólida se derrite, generalmente aumenta de volumen. En las sustancias
que presentan este comportamiento se puede ver que un incremento en la presión ejercida
sobre ellas
ocasiona un aumento en su temperatura de fusión y, por ende, en su temperatura de
solidificación.
Así el plomo, que aumenta de volumen al fundirse, tiene su punto de fusión en 327 °C a 1 [atm]
de presión. Al someterlo a una presión más elevada, se fundirá a una temperatura más alta.
Son muy pocas las sustancias, entre ellas el agua, que no siguen el comportamiento general y
que disminuyen de volumen al fundirse.
Por tanto, el volumen de determinada masa de agua aumenta cuando se transforma en hielo. A
ello se debe que una botella llena de agua y colocada en un congelador, se rompa cuando el
agua se solidifica.
El hielo se funde a 0 °C únicamente si la presión ejercida sobre él es de 1 [atm]. Si aumentamos
esta presión se derretirá a una temperatura inferior a 0 °C y, recíprocamente, a una presión
inferior a 1 [atm] su punto de fusión será superior a 0 °C.

El hielo que está directamente bajo los cuchillos de los patines de un patinador (a presión muy
grande) se funde instantáneamente, a pesar de que su temperatura es inferior a 0 °C,
permitiendo que se deslice fácilmente sobre la pista. Una vez que el patinador se aleja, la presión
regresa al valor de 1 [atm] y el agua vuelve al estado sólido, pues su temperatura es inferior a 0
°C.
Cualquier sustancia al vaporizarse aumenta de volumen. Por este motivo, un incremento en la
presión ocasiona un aumento en la temperatura de ebullición, pues una presión más elevada
tiende a dificultar la vaporización.

Este hecho se emplea en las ollas a presión. En una olla abierta, como la presión es de 1 [atm] el
agua entra en ebullición a 100 °C y su temperatura no sobrepasa este valor. En una olla a presión
los vapores formados que no pueden escapar oprimen la superficie del agua y la presión total
puede llegar a casi 2 [atm]. Por ello, el agua sólo entrará en ebullición alrededor de los 120 °C,
haciendo que los alimentos se cuezan más rápido.
Naturalmente, una disminución en la presión produce un descenso en la temperatura de
ebullición. Es un hecho bien sabido que, en lugares situados sobre el nivel del mar, donde la
presión atmosférica es menor que 76 [cmHg], el agua entra en ebullición a una temperatura
inferior a 100°C.
En lo alto del Monte Everest, por ejemplo, cuya altitud es de 8.800 [m] y la presión atmosférica
es de sólo 26 [cmHg], el agua entra en ebullición a 72 °C. Entonces, el tratar de cocinar al modo
usual en lo alto del monte Everest, sin contar con una olla de presión, se convierte en una tarea
muy difícil o casi imposible con algunos alimentos. Al reducir gradualmente la presión sobre la
superficie del agua, su temperatura de ebullición se vuelve cada vez menor y puede obtenerse
que ésta hierva incluso a temperaturas muy bajas. Por ejemplo, si con una bomba de vacío
redujésemos la presión a 17 [cmHg], podríamos hacer hervir el agua a 20 °C.

• Licuefacción o Condensación: Es el proceso de transformación de un gas o vapor no saturante


en líquido.
Para lograr la licuación de un gas es necesario convertirlo primero en un vapor saturado, lo cual
se consigue comprimiéndolo, enfriándolo o combinando ambos procedimientos.
La licuefacción o condensación es un proceso inverso al de la vaporización, en que el vapor
deberá liberar calor para liquidificarse.
A temperaturas extremadamente bajas los cuerpos adquieren propiedades extrañas. Por
ejemplo, el caucho y la carne se tornan quebradizos al endurecerse sumergido en aire líquido; el
plomo se
vuelve elástico; el mercurio se solidifica, etc.
• Sublimación: En condiciones apropiadas de temperatura y presión, una sustancia puede pasar
directamente del estado sólido al estado de vapor, sin pasar por el líquido. Esta transformación
directa de sólido a vapor se llama Sublimación.
Si colocamos una bola de naftalina en el interior de un armario, observamos que pasa al estado
de vapor sin antes pasar por el líquido. Este hecho también se produce con el anhídrido
carbónico
sólido (CO2) y, por ello, se denomina comúnmente “hielo seco”.
Aunque sean pocas las sustancias que se subliman en condiciones ambientales, podemos
observar que este fenómeno puede producirse con cualquier sustancia. Ello depende de la
temperatura
y de la presión a la que esté sometido.
El proceso inverso también se llama sublimación, y para hacer la diferencia se le llama
sublimación inversa.
Nota: La sublimación es un caso particular de vaporización.

Ejemplos
1) Si se tiene un trozo de 2,73kg hielo a -14°C, ¿cuánta energía calórica se le debe suministrar
para que el trozo completo alcance los 72°C?

2) ¿Qué cantidad de calor se debe transferir a 50 [g] de mercurio a 52°C bajo cero, para que
alcance los 20°C? (mantenga el mismo calor especifico del mercurio en sus tres estados)

3) ¿Cuánto calor se debe suministrar a 100 [g] de hielo a –10°C para convertirlos en vapor de
agua a 110°C en condiciones normales?

2) Calcular la presión de un gas ideal a 56°C, a 600 ml de volumen y 2,7 mol.


3) En un contenedor hermético tenemos un gas a 297 K una presión de 16,5 atmósferas. Si la
presión máxima que aguanta el contenedor es el triple de lo señalado, calcular cuál es la
temperatura máxima a la que se puede calentar el gas de su interior.

4) La altura máxima del Everest es de 8.848 metros, en la cual la presión atmosférica es la tercera
parte de la presión a nivel del mar.
Un equipo de personas llega a la cumbre. En este lugar uno de ellos, luego de tener abierto un
termo vació y a temperatura ambiente a esa altitud (-36°C), lo cierra herméticamente. ¿Qué
diferencia de presión tendrá si bajamos al nivel del mar, en donde hay una temperatura de
22°C?.

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