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Flevista de Psicopatología y Psicología Clínica © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología (AEPCP)
1998, Volumen 3. Número 2, pp. 81-93 ISSN 1136-5420/98

LA INTERFERENCIA DE LA UTILIZACIÓN CONCURRENTE DE


ALPRAZOLAM EN EL TRATAMIENTO COGNITIVO-COMPORTAMENTAL
DEL TRASTORNO DE PÁNICO
AZUCENA GARCÍA-PALACIOS y CRISTINA BOTELLA
Universidad Jaime I
(Recibido el 6 de junio de 1997)

El presente estudio analiza el papel de la utilización concurrente del alprazolam en la


eficacia de la terapia cognitivo-comportamental para el trastorno de pánico. El trabajo
se engloba dentro de un estudio previo más amplio. El objetivo de dicho estudio fue
estudiar la eficacia diferencial de dos tratamientos, uno estándar y otro abreviado apo-
yado por manuales de autoayuda. Los resultados indicaron que ambos tratamientos
eran igualmente eficaces. El objetivo del presente estudio es analizar la eficacia dife-
rencial en función de si los pacientes tomaban o no alprazolam. Los resultados indi-
can que, en prácticamente la totalidad de las variables analizadas, los sujetos mejoran
por igual en el postest y en el seguimiento (a los doce meses de finalizada la terapia),
independientemente de si empezaron el programa cognitivo-comportamental toman-
do o no un tratamiento farmacológico (alprazolam).
Palabras clave: Trastorno de pánico, terapia cognitivo-comportamental, alprazolam.
Interference ofthe use of alprazolam in the cognitive-behavioral treatment for panic
disorder
This study analyzes the role of alprazolam in the therapeutic effectiveness of cogniti-
ve-behavioral treatments for panic disorder. This work belongs to a wider study virhich
aim was to study the differential effectiveness of two programs, a standard one and a
brief one supported by self-help manuals. We demonstrated the effectiveness of both
interventions. The aim of the present study is to analyzed the differential effectiveness
according to the use of alprazolam. The results shows that the patients who used alpra-
zolam improve as well as patients that didn't use it in mostly of the analyzed variables
at postest and foUow-up assessment (12-month foUow-up)
Key words: Panic disorder, cognitive-behavioral therapy, alprazolam.

INTRODUCCIÓN Gould, Otto y Pollack, 1995; Margraf,


Barlowr, Clark y Telch, 1993; Michelson y
Desde hace varios años se viene estu- Marchione, 1991).
diando el diseño y puesta a prueba de En la práctica clínica habitual resulta
tratamientos cognitivo-comportamenta- bastante común combinar el uso de trata-
les para el trastorno de pánico. Estas mientos farmacológicos con tratamientos
alternativas de terapia han mostrado una cognitivo-comportamentales para el tras-
eficacia superior a la condición de lista torno de pánico. Lo usual es que, cuando
de espera, terapia de apoyo y placebo far- un paciente acude a recibir un tratamien-
macológico (Clum, Clum y Suris, 1993, to psicológico para este trastorno, esté ya

Agradecimientos: Este trabajo se ha realizado gracias Correspondencia: Azucena García-Palacios/ Cristina


al proyecto número PB94-1093, financiado por la Botella. Unidad Predepartamental de Psicología Bási-
DGICYT (MEC). Queremos agradecer la inestimable ca, Clínica y Psicobiología. Universidad Jaime L Cam-
colaboración de todos los miembros de la Unidad de pus Borriol. Ctra. Borriol s/n. 12080 Castellón. Tftio:
Salud Mental de Vila-real, sin cuya ayuda no habrfa 96 4345700, ext. 3556. Fax: 96 4345751. Correo-e:
sido posible realizar esta investigación. azucena@psb.uji.es / botella@psb.uji.es.
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82 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

recibiendo fármacos. Los fármacos más Valins (1969) afirmaban que los pacien-
utilizados han sido los antidepresivos tri- tes que atribuyen el cambio terapéutico
cíclicos, en concreto, la imipramina; los a los fármacos, no se sienten responsa-
inhibidores de la mono-amino-oxidasa bles de los cambios que se p r o d u c e n ,
(IMAOs), como la fenelcina, y las benzo- consideran que el cambio no es «suyo»
diacepinas, como el alprazolam. En los en u n sentido psicológico y de esta for-
últimos años, también se h a n utilizado ma, no es probable que mantengan los
los inhibidores selectivos de la recapta- cambios u n a vez que concluye la medi-
ción de serotonina (ISRSs), como la fluo- cación. En u n a línea similar, desde la
xetina (McNally, 1996), y a u n q u e hasta perspectiva de la teoría de la autoefica-
hace relativamente poco tiempo se con- cia de Bandura (1977), también se afirma
sideraba a la imipramina como fármaco que es más probable que los éxitos incre-
de elección (Barloar, 1988), últimamente menten la autoeficacia si las ejecuciones
algunos autores señalan que este lugar se perciben como resultado de la habili-
está siendo reemplazado por los ISRSs dad más que como resultado de ayudas
(p.ej., Klein, 1995). externas, en este caso, la medicación.
Barlow (1988), d e s p u é s de hacer u n Basoglu, Marks, Kilic, Brewin y Swinson
análisis acerca de este tema, concluyó (1994) realizaron u n estudio empírico
que los fármacos más útiles son los anti- sobre la atribución de mejoría en u n tra-
depresivos, concretamente la imiprami- tamiento combinado de alprazolam y
na, y en especial si se quiere combinar exposición. Cuando los pacientes atri-
con tratamientos psicológicos en los que b u í a n la mejoría a la medicación, este
se utilice la exposición, afirmación que hecho se convertía en predictor de reca-
comparten otros autores, como Marks y ídas posteriores.
O'SuUivan (1992). Este autor también Existen algunos trabajos que tenían
apela al «aprendizaje d e p e n d i e n t e del como objetivo el estudio de la eficacia de
estado», esto es: aquello que se ha apren- programas cognitivo-comportamentales
dido bajo los efectos de una droga, no se para el trastorno de pánico, al encontrar
generaliza a otros momentos o situacio- que u n a parte de la muestra tomaba ya
nes en los que ya no se está bajo esos fármacos al iniciar el programa cognitivo-
efectos. Según esta afirmación, los fár- comportamental, analizaron si este uso
macos causarían u n efecto adverso en la concurrente de medicación tenía alguna
consecución de los objetivos terapéuticos influencia en la eficacia del tratamiento
de u n tratamiento psicológico. Esta idea, psicológico (Cote Gauthier, Laberge, Cor-
también denominada «la disociación far- mier y Plamondon, 1994; Hecker, Losee,
macológica», está ampliamente extendi- Fritzler y Fink, 1996; Oei, Llamas y
da en Psicología clínica como una de las Evans, 1997).
posibles limitaciones de la combinación Cote et al., en u n estudio sobre la efi-
de fármacos y tratamientos psicológicos cacia diferencial de u n tratamiento psi-
(Echeburúa, 1997). cológico para el pánico frente a otro tra-
Por otro lado, también se ha afirmado tamiento de iguales características, pero
que al combinar u n tratamiento farmaco- con una reducción significativa del tiem-
lógico con u n o psicológico, el paciente po de contacto con el terapeuta, encon-
puede atribuir la mejoría a los fármacos, traron que, al comparar el grupo de
lo que puede aumentar notablemente las pacientes que estaban tomando medica-
probabilidades de que se produzca u n a ción (principalmente alprazolam) frente
recaída cuando finaliza el tratamiento. En al grupo que no tomaba fármacos, no
este sentido, hace ya años, Davison y existían diferencias significativas en efi-
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Alprazolam y tratamiento cognitivo-comportamental del pánico 83

cacia terapéutica en el postest, es decir, concluyen que ambos tratamientos son


que la medicación no interfería en la con- eficaces y que la combinación de ambos
secución de los objetivos terapéuticos del parece ser más eficaz que los dos trata-
tratamiento psicológico. Ambos grupos mientos por separado. Sin embargo,
de sujetos mejoraban significativamente. Marks et al. (1993) llevaron a cabo u n
Estos resultados se mantenían en el estudio en el que analizaron la eficacia
seguimiento a los 6 meses que estos auto- de un tratamiento combinado utilizando
res realizaron. como fármaco el alprazolam. Estos auto-
Otro estudio más reciente (Hecker eí res encontraron que tanto el alprazolam
al., 1996), en el que también se puso a como la exposición eran eficaces, pero,
prueba la eficacia diferencial de dos tra- al acabar el tratamiento y en el segui-
tamientos cognitivo-comportamentales miento, los logros conseguidos con
para el trastorno de pánico, analizó tam- alprazolam se perdían y con la exposi-
bién el papel de la medicación en la efi- ción se m a n t e n í a n . Además, el trata-
cacia terapéutica. En el pretest, los miento combinado no era más eficaz que
pacientes que tomaban medicación pun- los c o m p o n e n t e s por separado, sin
tuaban de forma significativamente más embargo, los pacientes empeoraban al
elevada que los pacientes que no toma- terminar el programa, al compararlos
ban medicación en la medida global que con los que recibieron exposición sin fár-
ofrecía el cuestionario de miedos de macos.
Marks y Mathews (1979). Sin embargo, El trabajo que p r e s e n t a m o s a conti-
estas diferencias desaparecieron en el nuación forma parte de u n estudio más
postratamiento y en el seguimiento. Ade- amplio cuyo objetivo era someter a
más, tanto los pacientes que tomaban prueba la eficacia diferencial de dos tra-
medicación como los que no lo hacían, tamientos cognitivo-comportamentales,
obtenían mejorías significativas compa- un tratamiento de 10 sesiones de proba-
rables en las demás medidas terapéuticas da eficacia (Botella y Ballester, 1991)
en el postest y en el seguimiento a los 6 adaptado del programa cognitivo-com-
meses. p o r t a m e n t a l de Clark y Salkovskis
Por último, Oei et al. (1997) realizaron (1989) y de Barlow y Cerny (1988), y u n
un trabajo para analizar el efecto del uso programa de tratamiento abreviado (de
de fármacos en u n tratamiento cognitivo- 5 sesiones) apoyado por materiales de
comportamental intensivo. Tampoco a u t o a y u d a , desarrollado por nosotros.
encontraron diferencias en la respuesta al Ambos tratamientos d e m o s t r a r o n u n a
tratamiento de los pacientes que recibie- eficacia similar (Botella y García-Pala-
ron sólo el programa cognitivo-compor- cios, en revisión; García-Palacios, 1997).
tamental y los que lo recibieron cuando Una vez c o m p r o b a d o lo anterior, nos
ya estaban siguiendo u n tratamiento far- planteamos la conveniencia de estudiar
macológico. si existen diferencias en cuanto a efica-
Por otra parte, existen otro tipo de cia entre los pacientes que no tomaban
estudios que h a n investigado empírica- m e d i c a c i ó n y los que sí lo hacían,
mente cuáles son los efectos de combi- t o m a n d o la m u e s t r a c o m p l e t a de
nar ambos tratamientos como objetivo pacientes (tanto del tratamiento están-
principal (Beurs, Balkom, Lange, Koele y dar como del abreviado). Es decir, nos
van Dyke, 1995; Marks eí al., 1993; interesa delimitar el papel que desem-
Sharp et al, 1996). Beurs et al. (1995) y peña el uso concurrente de alprazolam
Sharp et al. (1996), utilizando como tra- en la eficacia terapéutica del tratamien-
tamiento farmacológico la fluvoxamina. to psicológico.
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84 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

MÉTODO La duración media del trastorno era de


3 años y 5 meses y el rango oscilaba entre
Participantes 1 mes y 14 años.
De los 23 pacientes que comenzaron el
La muestra utilizada para este estudio tratamiento abandonaron 3 (uno en la 2*
se recogió entre las personas que acuden sesión, otro en la 4* y el último en la 5*
al Servicio de Asistencia Psicológica de sesión).
la Universidad Jaime I y a la Unidad de
Salud Mental de Vila-real. Procedimiento
Se compuso de 23 pacientes ambulato-
rios. El rango de edad oscilaba entre 18 y
En este trabajo tomamos la muestra
52 años, siendo la media de 29 años. Res-
completa de pacientes que habían parti-
pecto al sexo, 18 eran mujeres (78%) y 5
cipado en el estudio previo (Botella y
varones (22%).
García-Palacios, en revisión; García-Pala-
Para llevar a cabo el diagnóstico se uti-
cios, 1997) y la dividimos en función del
lizó la entrevista estructurada de Spitzer y
uso de alprazolam. Los que tomaban la
Williams (1987) en la que aparecen los cri-
medicación siguieron la instrucción dada
terios del DSM-III-R para el trastorno por
en la evaluación antes de empezar la
angustia. Todos los pacientes cumplían el
terapia de mantener la misma dosis y el
diagnóstico de trastorno por angustia
mismo fármaco, o bien, si el paciente lo
según el DSM-III-R (1987), 17 con agora-
demandaba, de reducirla o de eliminarla,
fobia (74%) y 6 sin agorafobia (26%). En
ajustándose a las directrices de su psi-
el momento en que se inició el estudio no
quiatra. Si alguno de los pacientes
se había publicado la 4^ versión del DSM
aumentaba la dosis o cambiaba a otro fár-
(DSM-rV, APA, 1994) Sin embargo, se rea-
maco, era excluido del estudio.
lizó una valoración retrospectiva de los
Los grupos fueron los siguientes:
pacientes, una vez se dispuso del citado
manual diagnóstico, y se encontró que, en 1. Grupo sin medicación (N=8): Suje-
ninguno de los casos, el diagnóstico varia- tos que no tomaron medicación en nin-
ba. 14 pacientes (61%) estaban tomando gún momento del período que abarcó
medicación psicotrópica cuando se empe- esta investigación.
zó el estudio. La medicación utilizada en 2. Grupo con medicación (N=12):
todos los casos fue una benzodiacepina, Sujetos que, al inicio de la investigación
en concreto alprazolam. Las dosis oscila- ya seguían un tratamiento farmacológico.
ban desde 0.75 mg./día hasta 3 mg./día, Se establecieron tres momentos de eva-
siendo la media de consumo de 1.4 mg. luación, en los cuales se recogía informa-
ción sobre las variables clínicas objeto de
Se excluyó del estudio a las personas
estudio. Estos momentos eran:
que no reunían los criterios de trastorno
de pánico o que padecían alcoholismo, 1. Antes del tratamiento.
adicción a drogas, enfermedad orgánica 2. Después del tratamiento.
severa, depresión o psicosis. 3. Seguimiento a los doce meses de
La media de la frecuencia semanal de haber finalizado el tratamiento.
ataques de pánico de la muestra total era
de 2 ataques/semana, siendo el rango de Instrumentos utilizados
1 a 8 crisis semanales.
La media de la intensidad de las crisis Los instrumentos que utilizamos en
era de 8 en una escala de O a 10, oscilan- nuestro estudio se exponen a continua-
do el rango de 6 a 10. ción:
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Alprazolam y tratamiento cognitivo-comportamental del pánico 85

— Instrumentos semanales de que comenzó el tratamiento en una


escala igual a la EMT2, que va de 1 a 7,
Diario de pánico (forma simple y donde 1 sería «Muchísimo mejor» y 7
ampliada): El paciente registra diaria- «Muchísimo peor».
mente el número de ataques de pánico
(tanto totales como de síntomas limita-
dos), en qué situación se han dado, la — Medidas evaluadas en el pretest,
duración, los síntomas que han apareci- postest y seguimientos
do y la intensidad de los ataques en una
escala de O a 10. En la forma ampliada, se Inventario de depresión de Beck (BDI)
incluyen las interpretaciones negativas (Beck, Ward, Mendelson, Mock y
que se hacen de las principales sensacio- Erbaugh, 1961), versión de 21 ítems,
nes corporales que ha experimentado en adaptado para la población española por
cada ataque de pánico y el grado de cre- Conde y Franch (1984).
encia de las mismas, y la interpretación Inventario de ansiedad Estado-Rasgo
alternativa a las sensaciones corporales y de Spielberger (STAI) (Spielberger, Gor-
en qué grado reevalúa la interpretación such y Lushene, 1970), adaptado para la
negativa. población española por TEA (1988).
Escala de Temor y Evitación Agorafó- Inventario de ansiedad de Beck (BAI)
bicos (TEA), adaptada de Marks y Mat- (Riskind, Beck, Brown y Steer, 1987), tra-
hews (1979): Se establecen una serie de ducido por Ballester (1992). Este instru-
conductas objetivo que el paciente evita mento de 21 ítems mide el grado en que
y se valora el grado de evitación en una el paciente ha sufrido una serie de sínto-
escala de O a 10, donde el O sería «Nunca mas (21), durante la última semana. El
lo evito» y el 10 «Siempre lo evito», y el paciente debe señalar la intensidad de
grado de temor que le produce enfrentar- cada uno de los síntomas de nada a
se a cada una de las conductas objetivo mucho, pasando por poco y bastante.
en una escala de O a 10, donde el O sería Cuestionario de pensamientos distor-
«Nada de miedo» y el 10 «Miedo extre- sionados (CDI), traducido del cuestionario
mo». de Beck (Beck y Sokol-Kessler, 1986) por
Medidas de mejoría clínica valoradas Ballester (1992). El paciente valora la pre-
por el paciente y el terapeuta, adaptadas sencia e intensidad en una escala de 4
de Guy (1976): puntos (nada, poco, bastante y mucho) de
Escalas de estado y mejoría del pacien- una serie de cogniciones relacionadas con
te valoradas por el terapeuta (EMT): el pánico en el momento de las crisis. El
Consta de dos escalas. En la primera de instrumento consta de 16 ítems.
ellas (EMTl), el terapeuta valora, desde Escala de adaptación (EAD) (Echebu-
un punto de vista clínico, el estado glo- rúa y De Corral, 1987. En Borda y Eche-
bal del paciente en una escala de 1 a 6, burúa, 1991). El paciente evalúa en esca-
desde «Normal», a «Muy gravemente las de O a 5 (nada, casi nada, poco,
perturbado». En la segunda escala bastante, mucho y muchísimo) el grado
(EMT2), el terapeuta valora la mejoría del en que el problema interfiere en distintas
paciente desde el comienzo del trata- áreas de vida (trabajo, vida social, tiem-
miento en una escala de 1 a 7 desde po libre, relación de pareja, y vida fami-
«Mejoradísimo» a «Muchísimo peor». liar). Por último, el paciente puntúa el
Escala de mejoría valorada por el grado de interferencia global del proble-
paciente (EMP): El paciente evalúa el gra- ma en su vida en una escala de las mis-
do de mejoría subjetiva que percibe des- mas características.
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86 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

RESULTADOS STAI-E y STAI-R). Los contrastes indica-


ron que no se daban diferencias entre los
En primer lugar se analizaron las posi- grupos en ninguna de estas variables por
bles diferencias en las puntuaciones obte- separado. Para las otras variables se utili-
nidas en las variables estudiadas en la eva- zaron pruebas paramétricas [t de Student)
luación pretratamiento entre el grupo que o no paramétricas (Í7de Mann-Whitney),
tomaba medicación con el grupo que no según el tipo de variable a analizar. No se
tomaba medicación en la evaluación pre- obtuvieron diferencias estadísticamente
tratamiento. Dada la probabilidad de que significativas entre los grupos en ninguna
las medidas de ansiedad y depresión estu- de las medidas estudiadas.
vieran altamente correlacionadas, se llevó Las medias y desviaciones típicas de
a cabo un MANOVA, utilizando la Lamb- los dos grupos en cada variable a lo largo
da de Wilks. Los resultados indicaron que de los tres momentos de evaluación (pre-
no existían diferencias significativas entre test, postest y seguimiento) pueden
los grupos en estas medidas (BDI, BAL observarse en la Tabla 1. Vemos que la

Tabla 1. Media y Desviación Típica de las variables en los grupos sin y con medicación (alprazolam)
en los distintos momentos de evaluación
Pretest Postest Seguimiento
Variable Grupos M DT M DT M DT
Crisis/mes sin med. 4,62 2,92 2,00 1,85 0,87 0,64
con med. 5,25 2,56 0,58 1,00 0,16 0,39
Intensidad crisis sin med. 8,37 1,41 4,25 3,01 2,87 2,29
con med. 7,50 1,38 2,00 3,16 0,67 1,30
N" Síntomas sin med. 9,25 3,10 6,12 4,32 5,25 2,91
con med. 7,75 2,67 1,75 3,33 1,58 1,56
Cogniciones (CDI) sin med. 29,50 3,70 18,62 3,20 15,00 4,57
con med. 26,92 6,99 16,75 7,22 12,25 4,90
Evitación sin med. 8,50 1,38 2,67 2,50 2,83 2,64
con med. 8,10 1,76 2,33 2,55 1,67 2,60
Temor sin med. 6,67 1,37 3,17 2,23 2,83 2,99
con med. 7,22 2,17 2,33 1,50 1,67 1,12
STAI-E sin med. 28,75 10,65 19,37 8,28 20,37 8,28
con med. 22,42 11,32 15,75 5,59 17,25 11,07
STAI-R sin med. 37,50 6,70 30,12 6,57 30,87 5,94
con med. 32,08 8,15 22,67 6,05 24,25 9,35
BAI sin med. 24,37 7,73 21,12 6,81 17,00 7,27
con med. 22,83 9,01 8,75 4,97 10,25 4,67
BDI sin med. 16,37 6,95 11,62 5,75 13,12 4,12
con med. 15,64 9,38 6,36 3,50 10,27 6,84
Estado del paciente sin med. 3,25 0,70 2,25 0,46 1,87 0,64
con med. 3,42 0,67 2,08 0,51 1,67 0,65
Mejoría terapeuta sin med. 4,25 0,46 2,12 0,35 2,00 0,53
con med. 4,08 0,29 2,25 0,45 1,58 0,67
Mejoría paciente sin med. 3,87 0,35 1,62 0,52 1,37 0,74
con med. 3,92 0,29 1,33 0,49 1,25 0,45
Interferencia global sin med. 3,12 0,83 2,5 0,75 1,37 0,74
con med. 3,50 0,67 1,67 0,65 1,25 0,62
Nota: STAI-E = Inventario de ansiedad-estado de Spielberger. STAI-R = Inventario de ansiedad-rasgo de Spiel-
berger. BAI = Inventario de ansiedad de Beck. BDI = Inventario de depresión de Beck.
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Alprazolam y tratamiento cognitivo-comportamental del pánico 87

evolución en los dos grupos (sin medica- seguimiento (ver Figuras 1 y 2, en el que
ción y con medicación) sigue el mismo se ofrece la evolución de los sujetos en
patrón, se produce un descenso signifi- dos variables: Mejoría percibida por el
cativo de las puntuaciones medias en el paciente y Mejoría percibida por el tera-
postest y este cambio se mantiene en el peuta).

Sin medicación Con medicación

4 --

2 --

PRE- POST- SEGUIMIENTO

Figura 1. Evolución de los grupos a lo largo del proceso terapéutico en la medida de mejoría valorada
por el paciente

Sin medicación Con medicación

2 --

PRE- POST- SEGUIMIENTO

Figura 2. Evolución de los grupos a lo largo del proceso terapéutico en la medida de mejoría del paciente
valorada por el terapeuta
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88 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

Se realizaron distintos análisis (para- Medidas de ansiedad y depresión:


métricos y no paramétricos) para analizar También se realizó u n MANOVA para
las posibles diferencias en la eficacia estas variables. No se produjo efecto Gru-
terapéutica según si existía u n uso con- po (TE=0,477; P=0,717). Sí existe un efec-
currente de medicación o no. Veamos los to significativo para el tiempo, F(8,ll) =
resultados: 9,22, p<0,001, (TE=0,870; P=0,998). Los
contrastes indicaron que se producía u n
Medidas de estatus clínico: Agrupamos cambio significativo en el postest, que se
algunas variables que consideramos muy mantenía en el seguimiento en todas
relevantes para valorar el estatus clínico estas variables. Por último, el MANOVA
del paciente, tres medidas objetivas: el tampoco encuentra un efecto interacción
número de crisis al mes, variable conside- significativo (TE=0,568; P=0,477). Estos
rada central como medida de cambio en el resultados indican que no aparecen dife-
trastorno de pánico, el número de sínto- rencias entre los grupos en estas variables
mas, muy relacionada con la anterior, y de ansiedad general, y no aparece in-
las cogniciones catastróficas medidas por fluencia de la medicación en la eficacia
el CDI, variable con gran importancia teó- terapéutica.
rica desde una perspectiva cognitiva del
El resto de las medidas se analizaron
trastorno de pánico. Incluimos también
mediante pruebas no paramétricas. Se uti-
una medida subjetiva, ya que entendía-
lizó la prueba de Friedman para estudiar
mos era importante para la valoración del
los cambios desde el pretest al segui-
estatus clínico del paciente, el estado del
miento. Utilizamos la prueba de los ran-
paciente valorado por el terapeuta. Se lle-
gos con signo de Wilcoxon para las dife-
vó a cabo u n MANOVA de medidas repe-
rencias entre los distintas evaluaciones.
tidas, utilizando la lambda de Wilks. No
Finalmente, se realizaron U de Mann-
se encontraron efectos significativos para
Whitney para analizar las diferencias
el grupo (Tamaño efecto (TE)=0,471;
entre las condiciones experimentales.
potencia (P)=0,706). Sin embargo, los con-
trastes univariados indicaron que el efec- Medidas directamente relacionadas
to grupo (medicación) resultó significati- con el pánico: Respecto a la intensidad de
vo en una de las variables, número de las crisis, la prueba de Friedman reveló
síntomas, F(l,18)=12,51, p<0,002, diferencias estadísticamente significativas
(TE=0,410; P=0,917). En esta medida las (X (2, n =20) = 34,51, p=0,000). Los análi-
puntuaciones eran más bajas en el grupo sis de Wilcoxon señalaron diferencias
con uso concurrente de medicación, entre el pretest y el postest, (z = -3,93,
durante todo el proceso terapéutico. Res- p = 0,000), pero no existían diferencias
pecto al efecto tiempo, éste fue significa- entre el postest y el seguimiento. Con res-
tivo, F(8,ll)=24,08, p<0,000, (TE=0,946; pecto a las diferencias entre los grupos,
P=1,00). Los contrastes revelaron diferen- las pruebas U de Mann-Whitney no seña-
cias significativas entre el pretest y el pos- laron diferencias significativas, ni en el
test en todas las variables y el cambio se pretest ni en el postratamiento, aunque sí
mantenía en el seguimiento. Por último, en el seguimiento, (z = -2,37, p = 0,031).
no se produjo u n efecto interacción Gru- En esta última evaluación, la intensidad
po X Tiempo estadísticamente significati- de las crisis era valorada como significa-
vo (TE=0,438; P=0,286). Como vemos, en tivamente menor en el grupo con uso
estas variables el uso concurrente de concurrente de medicación. Los análisis
medicación no afectó a la respuesta al tra- realizados con la evitación agorafóbica
tamiento psicológico de los pacientes. revelaron diferencias desde el pretest al
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Alprazolam y tratamiento cognitivo-comportamental del pánico 89

seguimiento [% (2, ÍÍ = 15) = 24,10, pre y el postest (z = -3,58, p = 0,000) y


p = 0,000). La prueba de Wilcoxon halló también entre el postest y el seguimien-
diferencias entre el pretest y el postest, to, (z = -2,49, p = 0,013), siendo menores
(z = -3,41, p = 0,001), y no las encontró las puntuaciones en el seguimiento. Por
entre el postest y el seguimiento. Los aná- último, respecto a las diferencias entre
lisis U de Mann-Whitney no encontraron los grupos en la interferencia global, éstas
diferencias entre las dos condiciones no se produjeron en el pretest, aunque sí
experimentales en ninguna de las evalua- en el postratamiento (z = -2,29, p = 0,031),
ciones. Los resultados respecto al temor siendo menores las puntuaciones en el
agorafóbico fueron muy similares. En pri- grupo con alprazolam. Sin embargo, estas
mer lugar, se produjo un cambio signifi- diferencias se diluyen en el seguimiento.
cativo desde el pretest al seguimiento,
(5í (2, n = 15) = 24,94, p = 0,000). La re-
ducción significativa en esta variable se DISCUSIÓN
produjo desde el pretest al postest (z =
-3,42, p = 0,001) y se mantuvo en el segui- En primer lugar, consideramos impor-
miento. Por otro lado, no se produjeron tante señalar el hecho de que en la eva-
diferencias significativas entre los grupos luación pretest no aparezcan diferencias
en ningún momento del proceso. significativas en ninguna de las variables
entre los pacientes que tomaban medica-
Medidas relacionadas con la mejoría y ción y los que no lo hacían antes de apli-
la interferencia del problema en la vida car los tratamientos.
del paciente: Los análisis revelan un En segundo lugar, los análisis nos
cambio significativo desde el pretest al dicen, como ya comprobamos en un estu-
seguimiento en la mejoría del paciente dio anterior (García-Palacios, 1997), que
valorada por el terapeuta, (x (2, n = 20) = se ha producido un cambio significativo
36,11, p = 0,000). Existen diferencias sig- en todas las variables comparando el pre-
nificativas entre el pretest y el postest, (z = test con el postest, y ese cambio se man-
-4,05, p = 0,000) y se observa que los tiene en los seguimientos, por lo que
pacientes siguen mejorando por las dife- podemos concluir que los tratamientos
rencias encontradas entre el postest y el utilizados han sido eficaces a la hora de
seguimiento (z = -2,49, p = 0,013). Las tratar el trastorno de pánico, lo que va en
pruebas U de Mann-Whitney señalan que la línea de las investigaciones que afir-
no se observan diferencias entre los gru- man que los tratamientos cognitivo-com-
pos. En cuanto a la mejoría valorada por portamentales son eficaces para tratar
el propio paciente, encontramos dife- este trastorno (Acierno, Hersen y van
rencias desde el pretest al seguimiento, Hasselt, 1993; Clum, 1989; Clum eí al,
(X (2, n = 20) = 35,04, p = 0,000). Estas 1993; Gould eí al., 1995; Michelson y
diferencias se observan entre el pre y el Marchione, 1991).
postratamiento, (z = -4,04, p = 0,000), y Los análisis nos indican que los
ya no se producen entre el postest y el pacientes que tomaban medicación obte-
seguimiento. Por otro lado, no se produ- nían puntuaciones significativamente
cen diferencias entre las condiciones menores en una de las variables, el
experimentales. Por último, también se número de síntomas, durante todo el
observa un cambio significativo desde el proceso terapéutico. Una explicación
pretest al seguimiento en la interferencia plausible sería que la ingesta de medica-
global, (x (2, ii = 20) = 32,09, p = 0,000). ción hace disminuir la intensidad y los
Los análisis revelaron diferencias entre el síntomas específicos de los ataques de
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90 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

pánico de estos pacientes. Algo, por otra alprazolam en otras variables muy rele-
parte, totalmente esperable. vantes en este campo, como son la fre-
Por lo que respecta al objetivo funda- cuencia y el número de síntomas, el nivel
mental del presente trabajo, los resultados de depresión y la mejoría valorada por el
nos ofrecen evidencia de que no existen paciente y por el terapeuta.
diferencias estadísticamente significativas En general, podemos concluir, que no
en la respuesta al tratamiento entre el gru- existen diferencias importantes en la res-
po que tomaba alprazolam concurrente- puesta al tratamiento entre los pacientes
mente con el tratamiento cognitivo-com- que tomaron de forma concurrente medi-
portamental y el que no lo hacía en casi cación (alprazolam) o no la tomaron al
todas las variables objeto de estudio, que seguir un tratamiento cognitivo-compor-
engloban, tanto variables clínicas genera- tamental para el pánico. El alprazolam no
les de ansiedad y depresión, como varia- perturbó la eficacia del programa cogni-
bles más directamente relacionadas con tivo-comportamental, y si tuvo algún
el estatus clínico del paciente y el tras- efecto en el mismo éste fue beneficioso
torno en sí: la frecuencia, número de sín- para los pacientes. Estos datos van en
tomas, cogniciones propias del pánico, el contra de la idea de Barlow (1988) y de
estado global del paciente, la intensidad los resultados de Marks et al. (1993) que
de las crisis y la evitación y el temor ago- señalan que el uso de medicación, en
rafóbicos; y, por último, como variables concreto benzodiacepinas, puede interfe-
de mejoría valorada tanto por el paciente rir negativamente en los resultados de la
como por el terapeuta y de interferencia. terapia cognitivo-comportamental, y apo-
Las únicas medidas en que sí se encuen- yan los resultados de Cóté et al. (1994),
tran diferencias entre los sujetos que Hecker et al. (1996) y Oei eí al. (1997)
tomaban medicación y los que no, son: la que tampoco encuentran diferencias.
intensidad de las crisis y el nivel de inter- Es decir, nuestros datos van en contra
ferencia global. En ambos casos encontra- de la idea del aprendizaje dependiente
mos una mayor reducción después del del estado o de la disociación farmacoló-
fratamiento en el grupo que tomaba alpra- gica y de las atribuciones del paciente res-
zolam. pecto a la eficacia terapéutica. Respecto a
Por lo que respecta al nivel de interfe- este último punto también queremos aña-
rencia global, parece que ésta es menor dir que, aunque resulte sugerente desde
en el grupo que usaba fármacos después una perspectiva psicológica afirmar que
de finalizada la terapia. Sin embargo, al el uso concurrente de medicación pueda
igual que en el BAI, estas diferencias perturbar una atribución adecuada, nues-
desaparecen en los seguimientos. tros datos no lo apoyan. Quizás la expli-
Por último, en la intensidad de las cri- cación esté en las instrucciones que se les
sis no aparecen diferencias hasta el segui- daban a los pacientes durante todo el pro-
miento. En ese momento los pacientes ceso de terapia y, más detalladamente, en
que utilizaban alprazolam valoran sus el módulo de prevención de recaídas
crisis como menos intensas. Es posible sobre el papel activo que desempeñaban
que el efecto de la medicación haya en su propio tratamiento. Creemos que
influido en que los pacientes experimen- este énfasis ha podido ayudar a que los
ten sus ataques de pánico como menos pacientes atribuyeran la mejoría a su tra-
intensos. bajo y su esfuerzo en la práctica de las
También nos gustaría señalar el hecho técnicas cognitivo-comportamentales,
de que no se observe influencia en la efi- más que a ofros elementos externos como
cacia terapéutica del uso concurrente de la medicación. Por último, nos gustaría
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Alprazolam y tratamiento cognitivo-comportamental del pánico 91

señalar que nosotros hemos obtenido Bandura, A. (1977). Social learning theory.
estos datos en un estudio en que el trata- Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall.
miento de base era el psicológico y se Barlow, D.H. (1988). Anxiety and its disor-
aconsejaba a los pacientes que fueran dis- ders: The natura and treatment of anxiety
minuyendo el tratamiento farmacológico, and panic. New York: Guilford Press.
Basoglu, M., Marks, I.M., Cengiz, K., Brewin,
en la medida en que lo consideraran posi-
C.R. y Swinson, R.P. (1994). Alprazolam
ble y de acuerdo con su psiquiatra. Es
and exposure for panic disorder víith ago-
decir, no se trata de u n tratamiento que raphobia. Attribution of Improvement to
desde el principio se haya pautado com- medication predicts subsequent relapse.
binando fármacos y terapia cognitivo- British Journal of Psychiatry, 164, 652-659.
comportamental, sino de la aplicación de Barlow, D.H. y Cerny, J.A. (1988): Psycholo-
un programa psicológico a pacientes que gical Treatment of Panic. New York: Guil-
podían o no estar tomando medicación. ford Press.
Lo mismo ocurre en los estudios de Cóté Beck, A.T. y Sokol-Kessler, L. (1986). A test of
et al, (1994), Hecker et al. (1996) y Oei et cognitive dysfunction in panic attacks.
al., (1997). Existen otros estudios que sí Paper presented at the research conferen-
estudian la influencia de benzodiacepi- ce, University of Pennsylvania, Philadelp-
nas, por ejemplo el de Marks et al. (1993), hia.
Beck, A.T., Ward, C.H., Mendelsohn, M.,
que encontró que el alprazolam sí inter-
Mock, J. y Erbaugh, J. (1961). An inventory
fería en el mantenimiento de los logros for measuring depression. Archives of
conseguidos con exposición. Sin embar- General Psychiatry, 4, 561-571.
go, se deberían realizar más estudios en Beurs, E., Balkom, A., Lange, A., Koele, P. y
esta línea que analizaran el efecto del van Dyke, R. (1995). Treatment of panic
alprazolam en tratamientos que combina- disorder with agoraphobia: Comparisons of
ran un tratamiento farmacológico y un fluvoxamine, placebo, and psychological
programa psicológico, sobre todo trata- panic management combined with expo-
mientos cognitivo-comportamentales, sure and of exposure in vivo alone. Ameri-
siendo esta combinación la base de la can Journal of Psychiatry, 15, 683-691.
terapia, para poder ser más concluyentes Borda, M. y Echeburúa, E. (1991). La autoex-
en el papel que desempeña la utilización posición como tratamiento psicológico en
un caso de agorafobia. Análisis y Modifi-
de este fármaco en los tratamientos psi-
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92 Azucena García-Palacios y Cristina Botella

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