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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE ENFERMERÍA Y OBSTETRICIA

UNIDAD SANTO TÓMAS

FISIOLOGIA

SISTEMA DE REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA


CORPORAL.

Profesor: Loo Almaguer Víctor Hugo

Equipo: 7 Grupo: 2EV2

Integrantes:
Hernández López Daniela

Karina Tapia Flores

Rivera Espinoza Yair Daniel

Nadia Lizbeth Arias Coronel

Karla Shalom Alejem Buenrostro Rouan


SISTEMA DE REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL.
El ser humano es un
organismo homeotermo y
endotermo, lo cual implica
que, a pesar de grandes
variaciones en la
temperatura ambiental, la
producción de calor interna
equilibra la pérdida de calor
dando como resultado una
temperatura corporal
estable. Este equilibrio se
conoce como balance
calórico o flujo calórico. Su
control es efectuado
eficazmente a través de la
modulación del comportamiento (como, por ejemplo, cambio de ropa) y de
mecanismos fisiológicos (como, por ejemplo, sudoración, tiritación).
La temperatura considerada regular de organismo humano varía dependiendo de su
sexo, su actividad reciente, el consumo de alimentos y líquidos, la hora del día y, en
las mujeres, de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentren. Tradicionalmente
la Medicina considera que la temperatura corporal normal tomada oralmente oscila
entre 36.5 y 37.5 °C en el adulto saludable; el valor promedio viene a ser 37 °C.
Tres estudios diferentes recientes sugieren que la temperatura promedio en adultos
saludables es de 36,7 °C.
El modelo termorregulador humano más simple divide al cuerpo en dos
compartimentos: la zona central o núcleo que produce calor y la zona superficial o
periférica que regula la pérdida de calor. En condiciones de reposo, la producción de
calor depende especialmente de la actividad metabólica de los órganos internos como
el cerebro y los órganos de las cavidades abdominal y torácica como, por ejemplo, el
hígado, los intestinos, el riñón y el corazón. La sangre, impulsada y distribuida por el
sistema cardiovascular, es el principal medio que transporta el calor (por convección)
del núcleo a la región cutánea. La temperatura del núcleo, especialmente la del
cerebro, está regulada.
El cuerpo humano tiene una temperatura interna de 37 °C, mientras que la
temperatura cutánea es de 33,5 °C. El calor ganado y perdido por el cuerpo depende
de múltiples factores. La temperatura con que la sangre llega al hipotálamo será el
principal determinante de la respuesta corporal a los cambios climáticos. Ya que el
hipotálamo es el centro integrador que funciona como termostato y mantiene el
equilibrio entre la producción y la pérdida de calor. Si la temperatura disminuye,
aumenta la termogénesis y los mecanismos conservadores del calor: El mantenimiento
de la temperatura corporal, además depende del calor producido por la actividad
metabólica y el perdido por los mecanismos corporales, así como de las condiciones
ambientales.
La termogénesis, o generación de la temperatura se realiza por dos vías:

• Rápida: termogénesis física, producida en gran parte por el temblor y el


descenso del flujo sanguíneo periférico
• Lenta: termogénesis química, de origen hormonal y movilización de sustratos
procedentes del metabolismo celular.

Procesos de transferencia de calor


Hay dos mecanismos de intercambio
de calor entre el cuerpo de un
animal, incluido el humano, y el
ambiente: pérdida evaporativa de
calor e intercambio de calor no
evaporativo. El intercambio de calor
no evaporativo representa la suma de
los flujos de calor debidos a
radiación, convección y conducción.
Como el calor fluye a favor del
gradiente de temperatura, el calor
del cuerpo se disipa al ambiente
siempre que el ambiente este más frío que el cuerpo. La temperatura corporal de los
endotermos, como el humano, es generalmente superior a la temperatura ambiental,
por lo cual la mayor parte del calor que producen estos organismos se pierde por
radiación, conducción o convección. Cuando la temperatura ambiental es superior a
la corporal, la evaporación es la única forma de pérdida de calor, constituyéndose en
un mecanismo esencial para el mantenimiento de la homeotermia. Es importante
tener en cuenta que la efectividad relativa de estas rutas de intercambio de calor
depende de las condiciones ambientales.

• Radiación
Como todo cuerpo con temperatura mayor que 0 K, los seres vivos también
irradian calor al ambiente por medio de ondas electromagnéticas. Es el proceso
en que más se pierde calor: el 68%.
La radiación es la propagación de energía a través del espacio vacío, sin requerir
presencia de materia. equilibrio es la homeostasis

• Conducción
La conducción es la transferencia de calor por contacto con el aire, la ropa, el agua, u
otros objetos (una silla, por ejemplo). Este proceso de transferencia se produce debido
a la interacción entre las moléculas que conforman los cuerpos, así aquellas moléculas
que están a mayor temperatura vibran con mayor rapidez chocando con aquellas
menos energéticas (con temperaturas más bajas) transfiriendo parte de su energía. Si
la temperatura del medio circundante es inferior a la del cuerpo, la transferencia
ocurre del cuerpo al ambiente (pérdida), sino, la transferencia se invierte (ganancia).
En este proceso se pierde el 3% del calor, si el medio circundante es aire a temperatura
normal. Si el medio circundante es agua, la transferencia aumenta considerablemente
porque el coeficiente de transmisión térmica del agua es mayor que el del aire.
Es el flujo de calor por gradiente. El fundamento físico es la transferencia de energía
calorífica entre moléculas.

• Convección
Este proceso, que ocurre en todo fluido, hace que el aire caliente ascienda y sea
reemplazado por aire más frío. Así se pierde el 12% del calor. La ropa disminuye la
pérdida. Si existe una corriente de aire (viento o ventilador mecánico) se produce una
convección forzada y la transferencia es mayor. Si no hay aire más fresco para hacer el
reemplazo el proceso se detiene. Esto sucede, por ejemplo, en una habitación pequeña
con muchas personas.

• Evaporación
Para pasar de la fase líquida a la gaseosa del agua es necesaria energía. Cuando eso se
produce en la superficie del cuerpo se pierde energía en forma de calor.3 La
evaporación se produce por dos mecanismos: por evaporación insensible y por
transpiración perceptible o sudoración. En cierta medida, la evaporación insensible se
produce continuamente en las superficies cutánea y respiratoria. La pérdida de calor
respiratoria se produce a través de convección y evaporación. La pérdida de calor
convectiva se origina cuando el aire frío inhalado se calienta a la temperatura corporal
en los pulmones y en el tracto respiratorio superior, y posteriormente es exhalado al
ambiente. El componente evaporativo se origina cuando el aire inhalado, calentado y
saturado con agua, es liberado al ambiente durante la espiración. Por lo tanto, la
pérdida de calor respiratoria depende de las propiedades físicas del aire inspirado
(temperatura, presión de vapor) y de la frecuencia respiratoria del individuo.4 La
evaporación del sudor, producido por las glándulas sudoríparas, puede ser una
contribución importante para la pérdida de calor. Mediante la evaporación del sudor
se pierde el 27% del calor corporal, debido a que el agua tiene un elevado calor
específico, y para evaporarse necesita absorber calor, y lo toma del cuerpo, el cual se
enfría. Una corriente de aire que reemplace el aire húmedo por el aire seco, aumenta
la evaporación.
Para que se evapore 1 g de sudor de la superficie de la piel se requieren
aproximadamente 0,58 kcal las cuales se obtienen del tejido cutáneo, con lo que la piel
se enfría y consecuentemente el organismo.
Cuando la temperatura del termostato hipotalámico desciende por debajo de la
temperatura corporal normal se suprime totalmente la sudoración. Esta respuesta
elimina el enfriamiento evaporativo excepto por la evaporación insensible.

Mecanismos de regulación de la temperatura corporal


La temperatura del cuerpo está regulada casi exclusivamente por mecanismos
nerviosos de retroalimentación negativa que operan, en su mayoría, a través de
centros termorreguladores situados en el hipotálamo. En adición al control neural, las
hormonas afectan la termorregulación, pero en general están asociadas con la
aclimatación a largo plazo. Se han propuesto tres modelos que explican el mecanismo
de la homeostasis térmica en el ser humano. Los dos primeros proponen que la
temperatura es la variable regulada. Estos modelos consideran que los mecanismos
termorreguladores tratan, en todo momento, de llevar la temperatura corporal al
punto de ajuste. El tercer modelo es fundamentalmente diferente a los dos primeros,
ya que propone que la variable regulada es el contenido de calor en lugar de la
temperatura per se, en este modelo se considera que la temperatura del cuerpo es un
subproducto de la regulación.
Los modelos más recientes y aparentemente más aceptados son la teoría del "punto
balanceado"8 y la teoría de "control proporcional".9 Ambas teorías postulan que la
temperatura corporal es controlada por un sistema proporcional de control de
retroalimentación "multi-sensor", "multi-procesador", "multiefector".
Dos fuentes de calor alteran la temperatura corporal: la generación de calor interno y
el calentamiento o enfriamiento ambiental. Debido a las reacciones químicas
exotérmicas todos los órganos producen calor metabólico, inclusive cuando el cuerpo
está en reposo. Durante el ejercicio los músculos producen varias veces más calor que
el producido en reposo. El calor se disipa desde la piel al ambiente si la temperatura
de la superficie cutánea es mayor que la temperatura ambiental, de lo contrario el
calor es absorbido por la piel. Para mantener la homeostasis de la temperatura el ser
humano utiliza dos mecanismos: termorregulación comportamental y
termorregulación autónoma. La termorregulación comportamental consiste en el
ajuste consciente del ambiente térmico a fin de mantener el confort. Se logra alterando
el grado de aislamiento del cuerpo (ropa) o la temperatura ambiental. La
termorregulación autónoma es el proceso mediante el cual, a través del sistema
nervioso autónomo, mecanismos internos controlan la temperatura corporal de
manera subconsciente y precisa. Este control involucra dos mecanismos, uno asociado
con la disipación de calor, y el otro, con su producción y conservación. La temperatura
ambiente elevada produce pérdida de calor por vasodilatación cutánea, sudoración y
menor producción de calor. Cuando desciende la temperatura ambiental, se produce
calor adicional por termogénesis tiritante y termogénesis no tiritante, y se disminuye
la pérdida de calor por constricción de los vasos sanguíneos cutáneos. La exposición a
largo plazo al frío aumenta la liberación de tiroxina, que aumenta el calor corporal al
estimular el metabolismo de los tejidos.10 La termorregulación técnica constituye un
tercer mecanismo, que puede ser considerado parte de la termorregulación
comportamental. Se trata del uso de un sistema que mantiene constante la
temperatura ambiental. Un ejemplo es el aire acondicionado que monitorea la
temperatura de una habitación y ajusta el flujo de calor manteniendo constante la
temperatura. Es de destacar que tanto la termorregulación autónoma, como la
comportamental y la técnica constituyen sistemas de control por retroalimentación
negativa.
La zona termoneutral o, referida al ser humano, zona de confort térmico, es el rango
de temperatura ambiental en el cual el gasto metabólico se mantiene en el mínimo, y
la regulación de la temperatura se efectúa por mecanismos físicos no evaporativos,
manteniéndose la temperatura corporal del núcleo en rangos normales.11 Esto
significa que la termorregulación en la zona termoneutral se produce solo por control
vasomotor. Los límites inferior y superior de la zona termoneutral se denominan
temperatura crítica inferior y temperatura crítica superior, respectivamente. Debido a
las diferencias en las propiedades térmicas, la zona termoneutral en el agua está
desviada hacia arriba comparada con la del aire (33 a 35.5o C en el agua vs. 28.5 a 32o
C en el aire).
Las funciones termorreguladoras se dividen de acuerdo con su finalidad y mecanismo
fisiológico en dos categorías La primera comprende la termorregulación que
contrarresta los cambios en la temperatura que producirían serias perturbaciones en
la homeostasis térmica imponiendo un peligro para la vida. La segunda comprende un
tipo especial de termorregulación, su función consiste en nivelar fluctuaciones
térmicas comparativamente pequeñas pero que se originan continuamente. Estas
fluctuaciones de la temperatura que se producen aun en la zona termoneutral son una
parte inherente en la vida normal de los animales y del ser humano. En ausencia de
cambios abruptos de la temperatura, esta última es la principal función del sistema de
termorregulación.
Mecanismos de pérdida de calor
El sobrecalentamiento del área termostática del hipotálamo aumenta la tasa de
pérdida de calor por dos procesos esenciales:

• Sudoración
Cuando el cuerpo se calienta de manera excesiva, se envía información al área
preóptica, ubicada en el cerebro, por delante del hipotálamo. Este desencadena la
producción de sudor. El humano puede perder hasta 1,5 l de sudor por hora. Mediante
ella se produce la pérdida de agua la cual lleva a que se disminuya la temperatura de
nuestro cuerpo.

• Vasodilatación
Cuando la temperatura corporal aumenta, los vasos periféricos se dilatan y la sangre
fluye en mayor cantidad cerca de la piel favoreciendo la transferencia de calor al
ambiente. Por eso, después de un ejercicio la piel se enrojece, ya que está más irrigada.
Mecanismos de conservación del calor
Cuando se enfría el cuerpo por debajo de la temperatura normal, los siguientes
mecanismos reducen la pérdida de calor:

• Vasoconstricción
La vasoconstricción de los vasos epidérmicos es uno de los primeros procesos que
mejoran la conservación de calor. Cuando disminuye la temperatura se activa el
hipotálamo posterior y a través del sistema nervioso simpático se produce la
disminución del diámetro de los vasos sanguíneos cutáneos; esta es la razón por la
cual la gente palidece con el frío. Este efecto disminuye la conducción de calor desde
el núcleo interno a la piel. En consecuencia, la temperatura cutánea disminuye y se
acerca a la temperatura ambiental, de esta manera se reduce el gradiente que favorece
la pérdida de calor. La vasoconstricción puede disminuir la pérdida de calor unas ocho
veces.

• Intercambio de calor por contracorriente


Muchos animales, incluyendo al ser humano, poseen un mecanismo denominado
intercambiador por contracorriente para conservar calor. Las arterias de los brazos y
piernas corren paralelas a un conjunto de venas profundas pero su flujo es opuesto.
De manera que el calor de la sangre arterial (que circula del núcleo a la periferia)
difunde hacia la sangre venosa (que fluye de la periferia al núcleo). De esta forma el
calor es regresado a la región central del cuerpo.

• Piloerección
La estimulación del sistema nervioso simpático provoca la contracción de los
músculos erectores, ubicados en la base de los folículos pilosos, lo que ocasiona que
se levante el pelo. La erección del pelo amplía la capa de aire en contacto con la piel,
disminuyendo los movimientos de convección del aire y, por lo tanto reduciendo la
pérdida de calor. En el humano, al carecer de pelaje, este mecanismo no es importante
y produce lo que comúnmente se denomina piel de gallina.
Mecanismos de producción de calor
En términos generales, el gasto energético
puede ser subdividido en dos categorías de
termogénesis: termogénesis obligatoria y
termogénesis facultativa. Los procesos
termogénicos obligatorios son esenciales para
la vida de todas las células del cuerpo e
incluyen los procesos que mantienen la
temperatura del cuerpo constante y normal. El
mayor componente de la termogénesis
obligatoria es provisto por la tasa metabólica
basal. También se considera un proceso
termogénico obligatorio a la termogénesis
inducida por el alimento y que deriva de la
digestión, absorción y metabolismo de los
nutrientes dietarios. A diferencia de la
termogénesis obligatoria que ocurre continuamente en todos los órganos del cuerpo,
la termogénesis facultativa puede ser rápidamente activada o desactivada y tiene lugar
sobre todo en dos tejidos, el músculo esquelético y la grasa parda. La temperatura
corporal, que en animales homeotermos, como en el humano, es generalmente varios
grados superior a la del medio ambiente, requiere para su mantenimiento la activación
de mecanismos de producción y conservación del calor que compensen su perdida
constante por disipación al medio externo. A temperatura termoneutral la tiroides es
el principal regulador del gasto energético a través de mecanismos que modulan el
consumo de oxígeno en las mitocondrias de diversos tejidos, en particular del músculo
esquelético y el hígado. La tiroides participa además en la regulación de la
termogénesis adaptativa o facultativa, actuando en forma sinérgica con la
norepinefrina (noradrenalina) en situaciones en las que el organismo requiere calor
adicional para mantener la normotermia durante la exposición al frío.
Cuando la temperatura ambiente se encuentra por debajo de la temperatura crítica
inferior, los organismos endotérmicos producen calor en el músculo esquelético y en
la grasa parda por dos mecanismos:

• Termogénesis tiritante
El centro motor primario de la termogénesis tiritante está localizado en el hipotálamo
posterior. El estrés por frío estimula y el calor inhibe a este centro nervioso. Cuando,
en respuesta al estrés por frío, aumenta el tono muscular hasta 5 veces sobre la
producción normal. La termogénesis tiritante consiste en la contracción involuntaria,
sincrónica y rítmica de las unidades motoras de los músculos opuestos y, en
consecuencia se evitan grandes movimientos y no se realiza trabajo externo. Al no
realizarse trabajo externo, toda la energía liberada al tiritar aparece como calor.

• Termogénesis no tiritante
En los pequeños mamíferos y en los humanos neonatos la termogénesis no tiritante
se produce principalmente por el desacoplamiento mitocondrial en el tejido adiposo
marrón o grasa parda y es regulada por el sistema nervioso simpático.
Luego de pocas horas de exposición al frío, la producción de calor en la grasa parda
tiene un rol dominante en el reemplazo de la termogénesis tiritante por la
termogénesis no tiritante como la principal fuente de calor adicional para evitar la
hipotermia.
La capacidad de la grasa parda para generar calor se debe a la existencia de una
proteína única en las mitocondrias de las células adiposas de este tejido: la proteína
desacoplante UCP1. Esta proteína tiene la capacidad de permeabilizar la membrana
mitocondrial a los protones. De esta forma, la oxidación de metabolitos en la
respiración mitocondrial y el bombeo de protones que ello genera no se invierten en
la generación de ATP, como en las mitocondrias normales, sino que se disipa en forma
de calor. La termogénesis no tiritante es facultativa, solo se activa cuando el organismo
necesita calor adicional, y es adaptativa, en el sentido que se requieren semanas para
reclutar al tejido termogénico. El proceso de adaptación al frío está bajo el control del
hipotálamo, que activa al sistema nervioso simpático y la secreción de norepinefrina
y promueve la expresión de UCP1. El desacople no se produce sin estimulación
simpática, pero tampoco ocurre en ausencia de la hormona tiroidea. Otras hormonas,
como la leptina y la insulina, son potentes estimuladores de la expresión de UCP1 y la
termogénesis en grasa parda. Es importante la distinción entre termogénesis
adrenérgica y termogénesis no tiritante. Aunque todos los mamíferos responden a la
norepinefrina incrementando el metabolismo, en animales no adaptados al frío este
aumento representa, principalmente, la respuesta de los órganos que no están
involucrados en la termogénesis no tiritante. Únicamente el incremento del
metabolismo luego de la adaptación al frío representa termogénesis no tiritante
termorreguladora.
Como la termogénesis tiritante está pobremente desarrollada en los neonatos, el
principal mecanismo de producción de calor en estos niños es la termogénesis no
tiritante. En los neonatos, la grasa parda se localiza en el tejido subcutáneo, adyacente
a los principales vasos del cuello, abdomen y tórax, alrededor de la escápula, y en
grandes cantidades en las áreas suprarrenales.
Tradicionalmente, se pensaba que en humanos la grasa parda se hallaba solo en la
etapa neonatal. Se consideraba que la grasa parda involuciona con la edad y que el
humano adulto prácticamente carece de ella. No obstante, a partir de los años 70
varios trabajos independientes han demostrado la presencia de grasa parda activa en
humanos adultos, su actividad es regulable por estímulos termogénicos, y se
encuentra en cantidades que podrían tener un considerable efecto sobre la
termogénesis. La actividad del tejido graso pardo disminuye con la edad, de 50% de
actividad en sujetos de 20 años a 10% en sujetos de 50-60 años. En este sentido,
también se encontró que la grasa parda es más prevalente en niños que en adultos, y
que su actividad aumenta en la adolescencia donde podría tener una función
metabólica específica. Por otra parte, trabajos recientes sugieren que el
desacoplamiento mitocondrial no solo se produce en la grasa parda, sino también en
el tejido del músculo esquelético. Ambos tejidos estarían involucrados en la
termogénesis no tiritante inducida por frío y regulada por el sistema nervioso
simpático.
Aunque la activación de las reacciones de la termogénesis tiritante y no tiritante no
requiere la expresión de genes termogénicos, la exposición crónica al frío activa la
expresión de varios genes importantes en el proceso termorregulatorio.
Fiebre
Los animales homeotermos han
desarrollado mecanismos fisiológicos que
les permiten tener una temperatura
corporal constante. Sin embargo, el
equilibrio calórico de un organismo se
puede perder con gran facilidad y
ocasionar alteraciones como la fiebre.
La fiebre es una alteración del
«termostato» corporal, ubicado en el
hipotálamo, que conduce a un aumento
de la temperatura corporal sobre el valor
normal.
Estos pueden ser causados por:

• Enfermedades infecciosas bacterianas


Es el caso de las bacterias que generan toxinas que afectan al hipotálamo, aumentando
el termostato. Esto afecta a los mecanismos de ganancia de calor, los cuales se activan
mediante compuestos químicos llamados pirógenos.

• Lesiones cerebrales
Al practicar cirugías cerebrales se puede causar daño involuntariamente en el
hipotálamo, el cual controla la temperatura corporal. En ocasiones el hipotálamo
durante la gestación puede no desarrollarse completamente lo cual contribuye a una
pérdida total o parcial de la sensibilidad a los cambios de temperatura en la piel, estos
casos suelen darse en 1 de cada 16 000 personas y puede ser de manera moderada a
notoria.
Esta alteración ocurre también por tumores que crecen en el cerebro, específicamente
en el hipotálamo, de manera que el termostato corporal se daña, desencadenando
estados febriles graves. Cualquier lesión a esta importante estructura puede alterar el
control de la temperatura corporal ocasionando fiebre permanente.

• Golpes de calor
El límite de calor que puede tolerar el ser humano está relacionado con la humedad
ambiental. Así, si el ambiente es seco y con viento, se pueden generar corrientes de
convección que enfrían el cuerpo.
Por el contrario, si la humedad ambiental es alta, no se producen corrientes de
convección y la sudoración disminuye, el cuerpo comienza a absorber calor y se genera
un estado de hipertermia. Esta situación se agudiza aún más si el cuerpo está
sumergido en agua caliente. En el ser humano se produce una aclimatación a las
temperaturas altas, así nuestra temperatura corporal puede llegar a igualar la del
ambiente sin peligro de muerte. Los cambios físicos que conducen a esta aclimatación
son: el aumento de la sudoración, el incremento del volumen plasmático y la
disminución de la pérdida de sal a través del sudor.
Reacciones en el ser humano a las diferentes temperaturas corporales

• Calor
37 °C: temperatura normal del cuerpo (tomada en cavidad oral). Puede oscilar entre
36,5 y 37,5 °C
38 °C: se produce un ligero sudor con sensación desagradable y un mareo leve.
39 °C (pirexia): existe abundante sudor acompañado de rubor, con taquicardias y
disnea. Puede surgir agotamiento. Los epilépticos y los niños pueden sufrir
convulsiones llegados a este punto.
40 °C: mareos, vértigos, deshidratación, debilidad, náuseas, vómitos, cefalea y sudor
profundo.
41 °C (urgencia médica): todo lo anterior más acentuado, también puede existir
confusión, alucinaciones, delirios y somnolencia.
42 °C: además de lo anterior, el sujeto puede tener palidez o rubor. Puede llegar al
coma, con hiper o hipotensión y una gran taquicardia.
43 °C: normalmente aquí se sucede la muerte o deja como secuelas diversos daños
cerebrales, se acompaña de continuas convulsiones y shock. Puede existir el paro
cardiorrespiratorio.
44 °C: la muerte es casi segura; no obstante, existen personas que han llegado a
soportar 46 °C.
47 °C o superior: no se tienen datos de personas que hayan experimentado esta
temperatura.

• Frío
35 °C: se llama hipotermia cuando es inferior a 35 °C. Hay temblor intenso,
entumecimiento y coloración azulada/gris de la piel.
34 °C: temblor grave, pérdida de capacidad de movimiento en los dedos, cianosis y
confusión. Puede haber cambios en el comportamiento.
33 °C: confusión moderada, adormecimiento, arreflexia, progresiva pérdida de
temblor, bradicardia, disnea. El sujeto no reacciona a ciertos estímulos.
32 °C (emergencia médica): alucinaciones, delirio, gran confusión, muy adormilado
pudiendo llegar incluso al coma. El temblor desaparece, el sujeto incluso puede creer
que su temperatura es normal. Hay arreflexia, o los reflejos son muy débiles.
31 °C: existe coma, es muy raro que esté consciente. Ausencia de reflejos, bradicardia
grave. Hay posibilidad de que surjan graves problemas de corazón.
28 °C: alteraciones graves de corazón, pueden acompañarse de apnea e incluso de
aparentar estar muerto.
26-24 °C o inferior: aquí la muerte normalmente ocurre por alteraciones
cardiorrespiratorias, no obstante, algunos pacientes han sobrevivido a bajas
temperaturas aparentando estar muertos a temperaturas inferiores a 14 °C.
13°C o inferior: No existen datos de personas que hayan soportado estas temperaturas.
Este proceso de pérdida de calor es normal en algunas personas a tal punto de parecer
muertas, la piel fría, cuerpo frío, y piel pálida es normal y es conocido como fríos
invernales; las mismas características pero con la piel más morena es conocido como
fríos de verano o la piel más blanca es conocida como fríos de invierno.
Los valores normales de la temperatura:

Edad Grados Celsius


Recién nacido 36,1-37,7
Lactante 37,2
Niños de 2-8 años 37
Adulto 36-37

HIPOTÁLAMO
El hipotálamo1 es una región del encéfalo que se encuentra situada debajo del tálamo.2
Produce diferentes hormonas, entre ellas hormona antidiuretica y hormona oxitocina,
también secreta varios neuropéptidos llamados factores hipotalámicos que actúan
sobre la hipófisis y regulan su producción hormonal. Otras funciones del hipotálamo
son mantener la temperatura corporal, e influir en diferentes conductas, entre ellas
las relacionadas con la alimentación, ingesta de líquidos, apareamiento y agresión. Es
el regulador central de varias funciones viscerales autónomas y endocrinas y además
actúa como punto de relevo en la información que partiendo del cerebro alcanza la
médula espinal.
El hipotálamo humano es el
sector del encéfalo que
ocupa un volumen de cuatro
centímetros cúbicos, el
0.3 % del volumen
encefálico normal de un
adulto, y pesa entre 5-8
gramos. Ocupa la porción
más ventral del diencéfalo y
forma la parte anterior de
las paredes laterales y del
piso del tercer ventrículo. Se
localiza por debajo
del tálamo y es una parte importante del sistema límbico. Sus puntos de referencia
externos son el quiasma óptico, el tuber cinereum y los cuerpos mamilares. Está unido
al lóbulo posterior de hipófisis por el tallo hipofisario o infundíbulo.
En la morfogénesis, el suelo del hipotálamo forma el infundíbulo, una evaginación
digitiforme y hueca, a partir de la que se desarrollan dos estructuras:
la neurohipófisis y la eminencia media. Esta última es una zona de contacto
neurohemático, que forma una interfaz funcional entre el hipotálamo y el lóbulo
anterior de la hipófisis.
Por otro lado, el hipotálamo está dividido en una porción con fibras nerviosas ricas
en mielina que incluye a los cuerpos mamilares y otra con fibras pobres en mielina,
ubicada en el área próxima a la hipófisis, especialmente competente al momento de
regular las funciones vegetativas.
Las conexiones vasculares entre hipotálamo e hipófisis se conocen como el sistema
porta hipotálamo-hipófisis que comunica los lechos capilares del hipotálamo con los
del lóbulo anterior de la hipófisis. La irrigación de las estructuras llega de las arterias
hipofisarias superior, media e inferior, ramas de la arteria carótida interna.10
El hipotálamo tiene vías de comunicación de doble sentido con el sistema límbico y
también envía señales eferentes en tres direcciones: posterior e inferior hacia el tronco
encefálico, superior hacia zonas altas de diencéfalo y telencéfalo y hacia el
infundíbulo.
Funciones
El hipotálamo a pesar de su pequeño tamaño realiza numerosas funciones, sintetiza
diferentes hormonas, entre ellas la hormona antidiurética y la oxitocina, también
produce "factores hipotalámicos" que son hormonas que actúan sobre la hipófisis
anterior y estimulan o inhiben la secreción de las hormonas de la adenohipófisis, actúa
por tanto como un centro de control del sistema endocrino mediante el Eje
hipotálamo-hipofisario.
Interviene en la regulación de la temperatura corporal, en el control del ritmo
circadiano, regula la ingesta de agua a través del centro de la sed e interviene en el
control de la ingesta de alimentos mediante el centro del hambre y la saciedad.
Asociado a otras estructuras del sistema límbico afecta a la conducta emocional, a la
reacción de miedo, al impulso sexual, a la sensación de placer, cólera e ira.
Influye también a través de conexiones con el sistema nervioso autónomo en
la frecuencia cardíaca, presión arterial y contracción de la vejiga urinaria. Muchas de
estas funciones se realizan mediante conexiones nerviosas con otras áreas cerebrales,
siendo de gran importancia el fascículo prosencefálico medial que desciende desde
la corteza cerebral atraviesa el hipotálamo y alcanza el tronco cerebral.
El hipotálamo está conectado con diferentes secciones del sistema nervioso, impulsos
procedentes del nervio olfatorio recibe y parte de las señales dolorosas de todo el
cuerpo procedentes de la médula espinal; está conectado con el sistema límbico por
lo que le influyen los procesos emocionales, tanto los estados depresivos como los
relacionados con ansiedad o angustia. Por otra parte dispone de sensores que
informan sobre la concentración de agua y electrolitos en la sangre. Debido a estas
características y su conexión con el sistema endocrino a través de la hipófisis, actúa
como una pequeña centralita que captura información y la utiliza para diferentes
actividades automáticas, entre ellas el control de la secreción de numerosas hormonas
que actúan en su conjunto sobre la mayor parte de los tejidos del organismo.
• Emociones
Junto con el sistema límbico es responsable
del control de la expresión fisiológica de la
emoción. Para ejercer este control, regula la
actividad del sistema nervioso autónomo a
través de su influencia sobre el tronco del
encéfalo. Esta comunicación se realiza
mediante el fascículo prosencefálico medial,
que une bidireccionalmente el hipotálamo
con el tronco cerebral, la región septal y zonas
de la corteza prefrontal. Se considera que en
el hipotálamo interviene en emociones como
rabia, tristeza, sensación a morosa y
satisfacción sexual, entre otras.

• Regulación del agua corporal y la sed


En el hipotálamo lateral se encuentra el centro de la sed que se estimula
automáticamente cuando la concentración de electrolitos en la sangre es demasiado
alta. La estimulación del centro de la sed provoca el comportamiento de búsqueda de
agua y por otra parte estimula al núcleo supraóptico y núcleo paraventricular que
sintetizan hormona antidiuretica que actúa sobre los riñones para minimizar la
pérdida de agua a través de la orina. La sensación de sed, de importancia vital para
mantener la homeostasis, es por lo tanto generada por el hipótalamo y constituye una
de sus funciones primordiales.
• Regulación de la temperatura corporal
El hipotálamo juega un papel
muy importante en la regulación
de la temperatura de los
organismos vivos. Cuando tiene
lugar un aumento excesivo de la
temperatura corporal, un grupo
de neuronas situadas en la región
anterior del hipotálamo activan
mecanismos que favorecen la
disipación del calor,
promoviendo la dilatación de
los vasos sanguíneos de la piel y la sudoración. Por otra parte cuando se produce un
descenso de la temperatura corporal, ciertas neuronas del hipotálamo posterior
responden enviando estímulos a otras regiones del organismo que favorecen la
producción de calor, provocando temblores por contracción de los músculos,
disminuyendo el diámetro de los vasos sanguíneos de la piel para impedir la pérdida
de calor e inhibiendo la producción de sudor. Debido a la existencia de estos
mecanismos de control, cuando se producen lesiones que afectan al funcionamiento
del hipotálamo anterior suele producirse una elevación significativa de la temperatura
corporal (hipertermia), sin embargo las lesiones del hipotálamo posterior tienden a
provocar disminución de la temperatura corporal (hipotermia) cuando la temperatura
ambiental es baja.

• Regulación del ritmo circadiano


En los mamíferos, los núcleos supraquiasmáticos (SCN) del hipotálamo, son un sitio
del marcapasos principal, que impulsa los ritmos conductuales, fisiológicos,
hormonales, bioquímicos y moleculares.
La porción anterior y posterior del hipotálamo regula el ciclo del sueño y de
la vigilia (ritmo circadiano).
Producción de hormonas

El hipotálamo produce diferentes neurohormonas:


Dos de ellas la hormona antidiurética y la oxitocina son producidas por las neuronas
magnocelulares de los núcleos supraópticos y paraventriculares del hipotálamo, pero
se liberan a la sangre cuando llegan a la hipófisis posterior o neurohipófisis.
• Hormona antidiurética. El hipotálamo produce en el núcleo
supraóptico y núcleo paraventricular la hormona antidiurética (ADH), la cual
se acumula en la neurohipófisis, desde donde es secretada. La vasopresina
regula el balance de agua en el cuerpo actuando sobre los riñones.19La
disfunción del hipotálamo en la producción de ADH causa diabetes insípida.
• Oxitocina. La oxitocina es producida por el núcleo paraventricular del
hipotálamo y almacenada y liberada por la neurohipófisis. Está relacionada con
los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal. En las mujeres, la
oxitocina se libera en grandes cantidades tras la distensión del cérvix uterino y
la vagina durante el parto, así como en respuesta a la estimulación del pezón
por la succión del bebé, facilitando por tanto el parto y la lactancia. También
se piensa que su función está asociada con el orgasmo, tanto en hombres como
en mujeres.
Otras 6 hormonas diferentes, las hormonas liberadoras, antes llamadas "factores
hipotalámicos" "factores liberadores" o "factores hipofisotrópicos" son secretados por
las neuronas parvocelulares del hipotálamo y actúan sobre la hipófisis anterior
(adenohipófisis), estimulando o inhibiendo su producción de hormonas hipofisarias.
• Hormona liberadora de gonadotropina (GnRH, LHRH o LHRF). Es
un decapéptido (una cadena de 10 aminoácidos) que actúa sobre la hipófisis,
estimulando la producción y la liberación de la hormona luteinizante (LH) y
la hormona foliculoestimulante (FSH). El balance de estas hormonas coordina
el ciclo menstrual femenino y la espermatogénesis en los hombres.
• Hormona liberadora de tirotropina (TRH). Es un tripéptido (molécula
compuesta por tres aminoácidos). Estimula la secreción de prolactina (PRL) y
de tirotropina (TSH) por parte de la adenohipófisis.
• Hormona liberadora de hormona adrenocorticotropina (CRH o CRF). La CRH,
un péptido de 41 aminoácidos, estimula la secreción de ACTH. La CRH se
sintetiza a partir de un precursor de 196 aminoácidos. Las neuronas secretoras
de CRH se encuentran en la porción anterior de los núcleos paraventriculares
en posición justo lateral a las neuronas secretoras de TRH; sus terminaciones
nerviosas se encuentran en todas las partes de la capa externa de la eminencia
media.
• Hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH), o factor liberador
de hormona del crecimiento (GRF). Las neuronas productoras de este factor se
encuentran en el núcleo arcuato del hipotálamo. Se sintetiza a partir de un
precursor de 107 o 108 aminoácidos. Estimula la liberación de la hormona del
crecimiento hipofisaria (GH).
• Somatostatina. Es la hormona inhibidora de la secreción de hormona del
crecimiento por la hipófisis. Inhibe también la producción de TSH. En el
aparato digestivo disminuye la producción
de gastrina, secretina, insulina y glucagón.
• Dopamina (factor inhibidor de la liberación de prolactina o PIF). Inhibe la
secreción de prolactina hipofisaria. Las neuronas secretoras de dopamina se
encuentran en el núcleo arcuato hipotalámico.
Núcleos neuronales
Los cuerpos de las neuronas hipotalámicas están agrupados en núcleos, que tienen
proyecciones axonales con las que alcanzan otras regiones del encéfalo y otros núcleos
hipotalámicos. Tal disposición permite la continua comunicación entre las neuronas
del hipotálamo y otras áreas del cerebro.
Desde el punto de vista anatómico el hipotálamo se divide en tres zonas principales:
medial, lateral y periventricular. Los núcleos se concentran en las zonas medial y
periventricular, las más relacionadas con la regulación central endocrina. A la zona
lateral se le considera un «relevo» donde están establecidas conexiones del
hipotálamo con los elementos encefálicos más rostrales.
Son once los núcleos principales del hipotálamo y sus funciones permiten la
integración de las funciones del cuerpo para el mantenimiento de la homeostasis.

Núcleo hipotalámico posterior: Hipotálamo posterior se encarga de la


Termorregulación.
Núcleo hipotalámico anterior: Hipotálamo anterior se encarga de la
Termorregulación.
Hipótesis lipostática
Según la hipótesis lipostática los niveles circulantes de ácidos grasos libres y de
triglicéridos regulan el apetito. Esta hipótesis postula además que el hipotálamo es
capaz de «medir» la cantidad de grasa corporal a través de dos hormonas, la leptina y
la insulina. Esto es así porque se cumple que tanto la concentración plasmática de
leptina, como la de insulina son directamente proporcionales a la adiposidad. La
leptina es un péptido sintetizado por el tejido adiposo cuyas funciones son inhibir el
apetito a nivel del núcleo arqueado hipotalámico, estimular el metabolismo y en
menor medida, inhibir la liberación de insulina. La insulina es una hormona producida
por el páncreas que tiene entre sus acciones inhibir el apetito. El hipotálamo se
encarga de mantener la masa corporal en niveles relativamente constantes basándose
en la información que obtiene de la leptina y la insulina. Hay otras hipótesis
alternativas o complementarias a la lipostática, entre ellas la hipótesis glucostática y
la hipótesis termostática.
EL BULBO RAQUÍDEO O MÉDULA OBLONGADA
Es una estructura subcortical que se encuentra situada en la parte baja del tronco
encefálico. En él se pueden encontrar conexiones nerviosas que llevan a cabo
funciones sensoriales y motoras.

Estructura del bulbo raquídeo


El bulbo raquídeo es la estructura más caudal del tronco del encéfalo. Su forma es
parecida a la de un cono y conecta el encéfalo con la médula espinal. Ahora bien, tanto
a nivel de composición como de función no es homogéneo. Además, está formado por
diferentes núcleos, en los que existente estructuras muy relevantes como las
siguientes:
• Pirámides bulbares. Se encuentran en el suelo del bulbo y en ellas destacan los
haces de fibras nerviosas que conectan el bulbo con la corteza y la espina dorsal.
Es aquí donde se da la decusación piramidal -especialmente las vías motoras-,
es decir, se produce un cruce de las fibras nerviosas de un lado a otro. Esto
explica por qué la corteza cerebral se encarga del control de los movimientos
del lado opuesto del cuerpo.
• Pedúnculos cerebelosos inferiores. Se ubican en la zona posterolateral.
Conectan el cerebelo con la parte superior del bulbo raquídeo. Por ellos pasan
fibras nerviosas.
• Lemniscos. Se trata de haces de fibras nerviosas que transmiten la información
entre el encéfalo y la médula espinal. Los haces de fibras lemniscales también
se decusan, pero transportando información sensorial.
o Lemnisco Medial: se trata de una estructura alargada, fina y altamente
mielinizada, que se encuentra a cada lado de la línea media del bulbo
raquídeo. Transporta información originada en los núcleos grácil y
cuneiforme. Se sitúa detrás de las fibras cerebroespinales y entre las olivas.
o Fascículo longitudinal medial: se trata de una región que se ubica al lado de
cada lemnisco medial. Cuenta con numerosas fibras ascendentes y
descendentes. Su función es vital para los cambios de posición de la cabeza y
para la coordinación de movimientos oculares.
• Complejo olivar. Se sitúa en el tronco del encéfalo, una parte en la
protuberancia y otra en el bulbo raquídeo. Se trata de un conjunto de núcleos
de forma ovalada, parecida a una oliva. Regulan movimientos musculares
voluntarios.

Núcleos del bulbo raquídeo


Los núcleos consisten en masas de neuronas claramente diferenciadas. Veamos
algunos de ellos:

• Núcleo del trigémino. Se encarga de transmitir la información relativa al


dolor, la temperatura y el tacto.
• Núcleo dorsal del vago. Pasa por el nervio vago, de ahí su nombre. Se trata de
redes neuronales que controlan el sistema nervioso entérico.
• Núcleo ambiguo. Pertenecen e inician en este núcleo los nervios: vago,
accesorio y glosofaríngeo, que se encargan de los músculos de la faringe y la
laringe.
• Núcleo del tracto solitario. Se encarga del control de la sensibilidad visceral.
Además, participa en la percepción gustativa.
Funciones del bulbo raquídeo
El bulbo raquídeo se ve involucrado en diversas funciones, las cuales son vitales para
el organismo. De hecho, la destrucción de esta estructura o el cese de su
funcionamiento deriva en la muerte. Veamos:

• Sistema cardiovascular. Se encarga de mantener la tensión arterial y además


de regular el ritmo cardíaco y mantener la vasoconstricción.
• Respiración. El bulbo raquídeo se encarga de regularla, es decir, gestiona la
función respiratoria.
• Digestión. Gestiona los músculos involuntarios que se involucran en este
proceso. También regula la secreción de los jugos digestivos y participa en
procesos de deglución.
• Además, el bulbo raquídeo gestiona otras acciones involuntarias:
Tos.
Vómito.
Estornudo

• Glosofaríngeo o par craneal IX. Recoge la información gustativa y la


información sensitiva de la faringe. Facilita la deglución al coordinar diversos
músculos del cuello. Además, transmite señales a la glándula salival.
• Nervio vago o par craneal X. También se le conoce como neumogástrico.
Inerva la faringe, el esófago, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago
y el hígado. Es decir, Regula nuestro sistema autónomo.
• Nervio accesorio o par craneal XI. También es conocido como espinal. Se
encarga del movimiento cefalogiro. Por lo tanto, interviene en movimientos
de la cabeza, cuello y hombros.
• Nervio hipogloso o par craneal XII. Interviene en los músculos de la lengua y
en la acción de tragar.
Como vemos, el bulbo raquídeo es tan importante que sin él nos estaríamos jugando
nuestra supervivencia. Aunque mida aproximadamente 3 centímetros de largo y dos
de ancho, no podemos subestimarlo.
Vía espinotalámica o termoalgésica
Esta es la vía encargada de transmitir los estímulos de origen algésico, térmico, de pr
La información viaja desde los receptores hasta la médula, pasando por el ganglio
raquídeo y llegando al hasta dorsal de esta (sustancia gris).

Una vez que ha entrado en la médula, hace sinapsis pasando la información a una
segunda neurona, que se decusa y se une a uno de los dos haces, el espinotalámico
medial, que lleva la información táctil y presoria, o el espinotalámico lateral, que se
encarga de conducir la información dolorosa y térmica.
Estos haces ascienden mediante la segunda neurona hasta el tálamo, donde se hace
sinapsis y se pasa a una tercera neurona. A este nivel, la información de las vías
espinotalámicas confluye con la vía lemniscal, ascendiendo de manera conjunta a la
corteza somatosensorial.
TERMORRECEPTORES
Los termorreceptores superficiales son un grupo de terminaciones nerviosas que se
encuentran en la piel con la finalidad de captar y responder ante los cambios de
temperatura. Estos se clasifican en corpúsculo de Ruffini y en corpúsculo de Krause.

La piel es un órgano extenso que se encuentra rodeando todas las estructuras


internas del cuerpo humano, en esta área podemos encontrar diferentes tipos de
receptores sensitivos, estos son los mecanorreceptores, los quimiorreceptores, los
fotorreceptores y los termorreceptores.
Son células especializadas de la piel, adaptadas para responder exclusivamente a las
modificaciones que presenta la temperatura, es decir estos se activan cuando la piel
se expone a un aumento de la temperatura, como ocurre en el calor o al contrario
cuando la temperatura disminuye, como pasa con el frío. Esos cambios no solo se
activan de manera superficial, sino también actúan ante cambios corporales
internos.
Existen dos tipos de receptores corporales, tenemos a los corpúsculo de Ruffini que
responden ante el calor y los estiramientos, y los corpúsculo de Krause que actúan
ante la presencia del frío. Además de la dermis, se pueden encontrar en el interior
de la nariz, la vejiga y la lengua, es por eso que podemos sentir cuando una comida
está caliente o cuando está fría.
Este grupo de células especializadas que actúan ante la sensación de calor y en lo
momentos donde la temperatura ha disminuido, pueden verse alterados ante la
presencia de enfermedades como los trastornos de la temperatura.
Esos trastornos incluyen hipertermia maligna, fiebre, hipertiroidismo, golpe de calor
o por enfermedades como el Parkinson.
Otra cosa a tener en cuenta de la fisiología de la temperatura, es que está regulada
por el hipotálamo al nivel del sistema nervioso central, y cuando este se ve afectado
pueden ocurrir alteraciones a nivel de los termorreceptores, ya que el lugar donde se
regulan no responde adecuadamente.
Los pacientes que tienen alteraciones en el hipotálamo no responden igual ante los
cambios de temperatura, es por eso que pueden lesionarse con mayor frecuencia.

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