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Las punt as de obsidiana "at igrada" como bien de prest igio en las poblaciones del "Complejo El…
Charles St ern, Robert o Campbell, angela peñaloza
Cazadores Recolect ores Marít imos en el Lit oral Araucano durant e el Holoceno Medio Tardío
Daniel Quiroz
Ent re la Pampa y el Pacífico Sur. Evaluando la dispersión más aust ral de cult ígenos en el Cono Sur am…
Horacio Ramirez Funes, Robert o Campbell, Const anza Roa Solís
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Roberto Campbell1
Metodología de terreno
Figura 1. Isla Mocha y la zona de trabajo en gris. En punteado negro el perímetro de los sitios
investigados y de la plataforma artiicial (y dentro de esta, los montículos); se indica para referencia los
sitios P28-1 y P4-1. Las curvas de nivel son cada 50 m.
34 | Roberto Campbell
Figura 3. Gráico
de escalamiento
multidimendional del eje
de status planteado. Cada
círculo corresponde a uno
o más niveles de excavación.
La línea roja conectando
círculos corresponde al
pozo de mayor status del
sitio P31-1, la línea azul
al pozo de mayor status
de P29-1, la línea verde
a un pozo de bajo status
de P29-1. Para cada pozo
el círculo de color sólido
corresponde al nivel más
profundo y la lecha al nivel
más supericial.
Organización y diferenciación social a través de tres comunidades de Isla Mocha... | 37
Implementación
peril del montículo concluyó en una unidad de 0.6 por 0.6 m. Del paleosuelo
enterrado bajo el montículo fueron recuperados 18 artefactos entre cerámica,
líticos y restos faunísticos.
Por último, debido al terremoto del 27 de febrero de 2010 la campaña de
esa temporada se vio interrumpida y no fue posible realizar pozos de sondeo
en P5-1 ni los barrenos en el sector de los montículos. La etapa de pozos de
sondeo se concluyó en 14 días con un equipo de 7 personas.
Resultados
Reconocimiento de cobertura total
Como se indicó el reconocimiento llevó a la identiicación de tres grandes
concentraciones, homologables a los sitios P29-1, P31-1 y P5-1. Estas tres
concentraciones o sitios se presentaron separadas por aproximadamente 1 km
de distancia, cuya extensión corresponde a un área virtualmente “vacía” y
que representarían una ocupación de muchísima menor intensidad. El área
asignada a P29-1 es de 8 hectáreas, a P31-1 de 10 hectáreas y a P5-1 de 17
hectáreas aproximadamente. Es importante notar que los sitios P28-1 y P4-1,
mencionados por Quiroz (2003), no lograron ser individualizados como tales
ni tampoco su ubicación ser integrada a P29-1 y P5-1, respectivamente. Esto
Organización y diferenciación social a través de tres comunidades de Isla Mocha... | 39
puede indicar que estos sitios eran muy efímeros o extremadamente pequeños.
Nuestros resultados muestran así una ocupación formada por asentamientos
bastante acotados y nucleados, los que a su vez se hayan distribuidos
dispersamente; una situación que viene a reinar lo que ya plantease Quiroz
(2003).
Respecto al material recolectado en esta etapa, la cantidad recuperada hizo
difícil su manejo. Por ello, si bien fue posible analizar la totalidad del material
lítico (n=618), en relación al material cerámico se optó por un muestreo de
uno cada tres transectos. Esto equivalió al 29% del material (n=1144). Pero el
desarrollo de la investigación fue mostrando que era mejor priorizar recursos
en pro del material de excavación, como se detallará más adelante.
El análisis lítico indicó para los tres sitios una predominancia de las rocas
ígneas locales de grano medio y grueso (con valores entre 39% y 66%), siendo
P5-1 el que presentó la mayor y más signiicativa proporción de ígneas de
grano ino (un 38%, con más de un 99% de conianza). Por su parte, las materias
primas exóticas fueron reportadas en todos los sitios, aunque totalizando
sólo dos piezas en P29-1, cinco en P31-1 y una en P5-1. La variable morfo-
funcional no fue considerada en este análisis debido a que la recolección no
fue exhaustiva.
La cerámica, a través del “índice de inversión cerámica”, mostró la presencia
de los tres tipos cerámicos en los tres sitios, excepto por el tipo de alta inversión
en P31-1 (aunque en números absolutos P29-1 y P5-1 presentaron sólo uno y
cinco fragmentos de alta inversión, respectivamente). Así, para los tres sitios, el
tipo de baja inversión indicó valores entre 79% y 88%, el de media entre 12%
y 19%, y el de alta entre 2% y 0%. Ninguna de estas proporciones diirió de las
otras con más de un 80% de conianza.
Estos resultados indicaban que estos tres sitios eran bastante similares. El
más discrepante era P5-1 con una mayor proporción de ígneas de grano ino.
están presentes en las seis unidades, con valores entre el 2.2% y el 0.3% (que
en valores absolutos signiican entre 22 y 1 piezas). Morfo-funcionalmente
las seis unidades mostraron una cadena operativa completa. La cantidad de
herramientas fue muy baja, entre las talladas (n=123) primaron las multi-
funcionales; las herramientas pulidas y piquetedas no pasaron de seis en total.
Los restos faunísticos estuvieron muy fragmentados; un 90% fue
clasiicado como “mamífero indeterminado”. En cuatro unidades el taxón
más representado fueron los camélidos, en una los peces (8.5%), y en otra
sólo iguraron “mamífero indeterminado”. Prácticamente las seis unidades
presentaron huesos con huellas de modiicación cultural, las que estuvieron
presentes casi exclusivamente en huesos de mamíferos indeterminados y
camélidos. Tres herramientas fueron encontradas: una tortera en P31-1, una
cuña en P29-1 y un artefacto pulido en P5-1.
Una escoria metalúrgica de cobre fue recuperada en una de las unidades
de P5-1.
En cuanto a la cerámica, sólo se cuenta con información para una unidad
de P29-1 y una de P5-1. El índice de inversión cerámica mostró que las
proporciones de cerámica de inversión baja y media diirieron con una
conianza de menos del 80% (con valores de 75% y 73%, y de 25% y 24%,
respectivamente en la unidad de P29-1 y de P5-1). En cambio la unidad de
P5-1 presentó una proporción de cerámica de alta inversión (3%) que diirió
de la de P29-1 (1%) con una conianza de más de 99%.
Los resultados de las recolecciones intensivas, si bien aun incompletos,
tendieron a mostrar la particularidad de P5-1, ya que por un lado hubo dos
unidades que presentaron una alta proporción de rocas ígneas de grano ino
y, por otra parte, la tercera unidad presentó una alta proporción de cerámica
de alta inversión y una escoria metalúrgica. Fuera de estas diferencias las seis
unidades (y con ello, los tres sitios) fueron bastante similares (o bien, poco
diferenciables) en su representación de categorías líticas, de restos faunísticos y
de tipos de inversión cerámica.
Pozos de sondeo
Los pozos de sondeo fueron llevados a cabo sólo en P29-1 y P31-1. En
P29-1 los fechados radiocarbónicos lo ubicaron entre el 900 y el 1400 d.C.
aproximadamente. Sin embargo, la diicultad de obtener muestras de los niveles
superiores, disturbados por el arado, permite suponer que el sitio continuó
siendo ocupado muy posiblemente hasta el despoblamiento de Isla Mocha a
ines del siglo XVII.
En cuanto al material lítico, un pozo entregó tanto una signiicativamente
alta proporción (con una conianza de más del 80%) de rocas ígneas de grano
Organización y diferenciación social a través de tres comunidades de Isla Mocha... | 41
ino (61%) como también las únicas piezas en obsidiana y sílice para este sitio
(n=6). Todos los pozos presentaron desechos de talla y piezas modiicadas.
Sólo 23 herramientas fueron recuperadas, siendo las preponderantes las talladas
multifuncionales (n=7).
Los restos faunísticos provinieron en un 87% del pozo ampliado, por
tanto, los resultados hacen más relación al sitio que a los pozos mismos. Como
porcentaje del NISP, las clases más representadas fueron los peces (52%), los
mamíferos (45%), y luego las aves (3%). Al nivel de taxa las más representadas
fueron los camélidos (4.6%) y el pez Aphos porosus (bagre) (4.3%); fueron
identiicadas 13 especies de peces. Ninguna herramienta ósea fue recuperada.
El análisis arqueobotánico de los macrorestos carbonizados identiicó 19
taxa. Se observó que la proporción de éstos aumentaba drásticamente bajo los
15 cm de profundidad, mientras que el arado había intervenido hasta los 25
cm. Por ello se estimó que los niveles sub-15 cm representaban la ocupación
indígena, y por tanto para la evaluación con el índice de ubicuidad se consideró
sólo los niveles bajo dicha profundidad. Entre los restos identiicados de uso
alimenticio más ubicuos iguraron especies cultivadas como Chenopodium
quinoa (73%) y otras silvestres como Rubus sp. (100%), Fragaria chiloensis (54%)
y Typha angustifolia (54%), entre otras.
El registro cerámico, a través del índice de inversión cerámica, mostró para
un pozo una signiicativa proporción, por debajo del promedio del sitio, para la
cerámica de baja inversión durante casi toda su ocupación. Lo contrario ocurre
con la cerámica de alta inversión, que presenta una proporción por sobre el
promedio del sitio, durante casi toda su ocupación. Esta situación desaparece
en los niveles superiores, en los cuales este pozo se asimila a los demás del sitio.
Estos resultados indican para P29-1 la existencia de un sector que presenta
una mayor proporción de cerámica de alta inversión, de ígneas de grano ino y
las únicas piezas en obsidiana y sílice. Es decir, un sector que destaca claramente
entre los circundantes, y que a la luz de nuestros referentes teóricos puede ser
identiicado como de mayor status.
Para el sitio P31-1 los fechados radiocarbónicos obtenidos en este proyecto
y por Quiroz y Sánchez lo ubican entre el 1050 y el 1650 d.C. En este caso,
dado que el sitio se ubica en el piedemonte, la tasa de depositación es mayor y
el material indígena más reciente ha sido menos removido.
En cuanto al material lítico, tres pozos entregaron altas (entre 61% y 71%)
y signiicativas (con más de un 95% de conianza) proporciones de ígneas de
grano ino. A su vez, una de estas unidades fue también la que presentó la
única pieza en obsidiana. Prácticamente todos los pozos presentaron desechos
de talla, mientras sólo cinco entregaron piezas modiicadas. Herramientas sólo
fueron recuperadas ocho.
42 | Roberto Campbell
Las sutiles pero claras diferencias sociales planteadas dan un mejor contexto a
los montículos. La excavación de la trinchera en el Montículo Norte demostró
la naturaleza antrópica de estos, ijando su altura en unos 2.8 a 3 m. por sobre
el nivel del suelo circundante. A su vez, los montículos se ubican sobre una
plataforma artiicial de unas 4.5 ha aproximadamente. El relleno depositado
y que constituye al Montículo Norte alcanzó una profundidad de 4.74 m.
medidos desde la cúspide del montículo. Dicho relleno estuvo totalmente libre
de material arqueológico y bajo este se encontró un paleosuelo enterrado.
Este paleosuelo fue datado entre el 900 y 1100 d.C. y entregó en sus nueve
cm superiores los únicos restos culturales encontrados en toda la excavación
del montículo. Estos consistieron en 18 artefactos entre cerámica, líticos y
restos faunísticos. Los montículos no se encuentran asociados a ningún sitio
doméstico (de hecho, no hay inter-visibilidad entre ellos), sin embargo, son
contemporáneos con el inicio de la ocupación de P29-1 y P31-1. Por el
contrario, los montículos pareciesen conigurar un espacio ritual colectivo por
si mismos, afín a los complejos de montículos o kuel investigados por Dillehay
(2007) en la zona de Purén-Lumaco. Estos han sido interpretados como
representando un esfuerzo colectivo en el marco de una sociedad estructurada
en torno al prestigio (y no la riqueza) de los caciques, constituyendo los
montículos un área de importancia tanto política como ritual.
Por tanto, el registro de nuestra zona de trabajo se vuelve compatible con
las estrategias basadas en el prestigio y la autoridad. En este caso, tendríamos
dos comunidades bastante similares, en las que coexisten individuos de distintos
status, pero donde estas diferencias parecen no ser dramáticas ni tampoco
acentuarse a través del tiempo. Sin embargo, a partir del 1400 d.C. se observan
cambios aún no del todo claros, que parecieran indicar una re-estructuración
de la organización social previa. A su vez, todo esto llegará a un drástico in con
el despoblamiento forzado de la isla entre 1685 y 1687 d.C.
Evaluación metodológica
Conclusión
Referencias citadas