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Actas Dermosifiliogr 2001;92:47-52

LENGUAJE Y DERMATOLOGÍA

Las lesiones elem entales en la derm atología española


actual (II): paradigm as sem ánticos
FRANCISCO VÁZQUEZ LÓPEZ, M ARCOS GONZÁLEZ LÓPEZ, NARCISO PÉREZ OLIVA
Servicio de Derm atología. Hospital Central de Asturias. Universidad de Oviedo. Oviedo.

INTRODUCCIÓN que más puedan inter ferir en la eficacia de los pila-


res de nuestro sistema de comunicación y descripción.
Es sorprendente que no haya en nuestro país revi-
siones críticas que nos planteen una reflexión sobre MATERIAL Y MÉTODOS
la forma en que estamos utilizando nuestro vocabu-
lario más esencial: las lesiones elementales cutáneas,
y sobre los cambios en su concepto y definiciones. La sistemática del presente estudio ya ha sido des-
Pese al aumento del interés por este tema en revistas crita previamente ( 6, 7) . Se revisaron y compararon
especializadas como Archives of Dermatology ( 1-4) , en las definiciones de las lesiones elementales en 13
nuestro país su estudio permanece aún relegado a los libros de texto de dermatología de autores españoles
libros de texto. Dentro del interés de Actas Dermosi- y escritos en castellano como lengua original ( 8-20) .
filiográficas por la precisión terminológica ( 5) , el Por orden alfabético los autores de los textos fueron:
doctor Sánchez Yus nos encargó hace tiempo un estu- Armijo, Camacho, Dulanto, Ferrándiz, García Pérez,
dio sobre la situación actual de la terminología básica Gay Prieto, Gómez Orbaneja, Iglesias, Lázaro, Mas-
en España. En este estudio ( 6, 7) hemos podido caró, Moragas, Peyrí y Soto Melo. El estudio se rea-
demostrar las contradicciones existentes en el tema. lizó inicialmente para establecer las bases de un
Efectivamente, si revisamos el concepto de una lesión debate sobre el tema en el Congreso Nacional de Der-
elemental en un solo texto podremos tener una idea matología de Santander en 1998 ( 6) . Para cada lesión
clara de la misma, pero si revisamos su concepto en elemental se realizó una tabla con las definiciones
varios textos el tema se manifiesta en toda su com- aportadas por cada autor y posteriormente estas defi-
plejidad: la homogeneidad desaparece. Ya hemos niciones se compararon entre sí. Para el presente estu-
comentado los aspectos concretos de este tema, ana- dio se identificaron los aspectos más generales o
lizando las definiciones de términos como pápula, comunes a dichas diferencias.
tubérculo, tumor, habón, placa, quiste, vesícula, pús-
tula, ampolla, mácula, liquenificación, nódulo, goma, RESULTADOS
erosión, úlcera, escoriación, fisura, esclerosis, infil-
tración, atrofia, cicatriz, costra, escama, queratosis,
surco, comedón, vegetación o absceso ( 7) . El análisis comparativo de las definiciones de las
lesiones elementales aportadas por cada uno de los
En este segundo análisis pretendemos ampliar y
autores considerados reveló importantes diferencias
profundizar nuestro anterior estudio, identificando
entre las mismas: 1) diferencias en el número de lesio-
sus aspectos más genéricos. Nuestro objetivo sigue
nes elementales; 2) diferencias cualitativas respecto a
siendo el estudio de los conflictos lingüísticos que sub-
la forma de utilización de los criterios de definición;
yacen en nuestro lenguaje básico y de su repercusión
3) diferencias en el modelo o concepto de la lesión
práctica. No pretendemos sugerir una normativa
elemental; 4) diferencias cuantitativas en la medición
sobre el tema, sino tan sólo plantear una reflexión
de las lesiones elementales, y 5) diferencias en el sig-
sobre el mismo; resaltando aquellas contradicciones
nificado de algunos términos.

Diferencias en el número de lesiones elementales


Correspondencia: FRANCISCO VÁZQUEZ LÓPEZ. Ezcurdia,
192, 3M . 33203 Gijón (Asturias).
En los textos referidos se reconocen y definen como
Aceptado el 28 de septiem bre de 2000. lesiones elementales más de 40 términos, pero el

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grado de aceptación de estos términos es desigual. — «Lesión elevada, sólida, de diámetro men or de
Algunos términos son de inclusión unánime, pero 1 cm capaz de regresión total sin dejar cicatriz»
otros sólo aparecen en una minoría de los textos ana- ( pápula) ( 11) .
lizados. De acuerdo con esto podemos distinguir, de
una forma aproximada, entre lesiones elementales de
aceptación unánime ( 100% de los textos analizados) , TA BLA I: ACEPTACIÓN DE LOS TÉRM INOS
generalizada ( 70-95% de los textos) , media ( 50-65% de CONSIDERADOS COM O LESIONES ELEM ENTALES
los textos) y minoritaria ( menos del 40% de los textos Grupo A. Térm inos de aceptación unánim e
analizados) ( tabla I) . (100% de los textos revisados)
Los términos que constituyen la base de nuestro len - — Am polla.
guaje básico son aproximadamente 20 (con aceptación — Escam a.
generalizada o unánime): ampolla, atrofia, cicatriz, cos- — Gom a.
tra, erosión, escama, esclerosis, escoriación, fisura, — Pápula.
goma, habón, liquenificación, mácula, nódulo, pápula, — Vesícula.
pústula, quiste, tubérculo, tumor, úlcera y vesícula. — Cicatriz.
— Esclerosis.
— M ácula.
Diferencias en los criterios de definición — Pústula.
de las lesiones — Fisura.
— Nódulo.
Toda definición se basa en una serie de caracterís- — Úlcera.
ticas o criterios aceptados como esenciales o defin i- Grupo B. Térm inos de aceptación generalizada
torios de cada lesión. En los textos analizados se dis- (70-95% de los textos)
tinguen cuatro tipos diferentes de criterios de defini-
— Atrofia.
ción: a) criterios mor fológicos o clínicos; b) criterios
— Costra.
temporales o evolutivos; c) criterios histopatológicos, — Erosión.
y d) criterios etiológicos. — Habón.
— Liquenificación.
— Tubérculo.
Criterios morfológicos o clínicos — Tum or.
— Quiste.
Hacen referencia a características físicas reconoci-
bles y objetivables en la exploración física como el Grupo C. Términos de aceptación m edia
relieve, la consistencia, el tamaño o la extensión en (50-65% de los textos revisados)
profundidad de la LE. Como características princi- — Absceso.
pales se suelen considerar el tamaño de la lesión y su — Escara.
consistencia. Ejemplos: — Placa.
— «Lesión elevada, sólida, circunscrita, mayor de 0,5 cm — Vegetación.
de diámetro» (tubérculo) ( 13) . Grupo D. Términos de aceptación m inoritaria
— «Lesiones elevadas sobre la superficie cutánea, de con- (m enos del 40% de los textos)
tenido líquido, de dimensiones inferiores a 0,5 cm de — Aplasia.
diámetro» (vesícula) ( 13) . — Alopecia.
— Com edón.
— Edem a.
Criterios temporales o evolutivos — Estrías.
— Escam ocostra.
Hacen referencia a la duración breve o prolongada — Escleroatrofia.
de la lesión; a su carácter resolutivo o no resolutivo; — Eritem atoescam osa.
a su tendencia a producir o no afectación residual o — Gangrena.
cicatriz; a su permanencia. En suma, hacen referen- — Herida.
cia al carácter agudo o crónico de la lesión elemen- — Hipertricosis.
tal. Ejemplos: — Hiperplasia.
— Hipertrofia.
— «Lesión sólida, de forma y tamaño variables, con — Hipoplasia.
tendencia a crecer o persistir indefinidamente. La evo- — Infiltración.
lución lo diferencia claramente del tubérculo, con el que — Fístula.
se puede confundir al principio» (tumor) (12). — Poiquiloderm ia.
— Queratosis.
— «Elevaciones cutáneas circunscritas, consistentes,
— Surco.
habitualmente de pequeño tamaño y de evolución — Verrucoso.
fugaz» (pápula) (8).

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— «Lesión cutánea sólida, circunscrita, compacta, de definición de las lesiones elementales: a) para-
habitualmente prominente, que invade los planos digma mor fológico, y b) paradigma mor foevolutivo.
profundos de la piel, no espontáneamente resolutiva
y de evolución lenta y cicatricial» ( tubérculo) ( 12) .
Paradigma morfológico

Criterios histopatológicos Utiliza únicamente criterios mor fológicos para la


definición de las lesiones elementales. Rechaza, por
Hacen referencia a la localización de la lesión ele- tanto, la utilización de cualquier otro tipo de criterio
mental en la epidermis, dermis o hipodermis o a otras ( evolutivos, histológicos, etiológicos) . Se basa sólo en
características histológicas, no observables y no obje- la descripción y definición de las características físicas
tivables clínicamente. Ejemplos: esenciales de la lesión: en su apariencia externa, obje-
tivable, en el momento de la exploración física del
— «Lesión circunscrita, de tamaño variable, debida
paciente, sin considerar otras características. Es un
a la exudación de plasma por vasodilatación yaumento
modelo teórico de escasa implantación entre los tex-
de permeabilidad capilar» ( habón) ( 19) .
tos analizados. Ejemplo:
— «Cavidad cerrada, con revestimiento interior epitelial,
endotelial o fibroso, conteniendo materiales líquidos o — «Elevación sólida y circunscrita de la piel de más
semisólidos» ( quiste) ( 15) . de 1 cm de diámetro» ( 13) .

Paradigma morfoevolutivo
Criterios etiológicos
En este segundo modelo de definición se utilizan,
Hacen referencia a la naturaleza de la lesión. además de criterios mor fológicos, otros criterios no
Hemos considerado como criterios etiológicos aque- mor fológicos ( evolutivos, histológicos o etiológicos) .
llos que matizan en la definición el origen inflama- Entre ellos, el criterio evolutivo es el más utilizado y
torio, infeccioso, neoplásico o traumático de la lesión el que puede considerarse, por tanto, como la base de
como un hecho necesario y esencial para la misma o este paradigma de definición. Con este modelo la defi-
que excluyen de su campo semántico alguno de estas nición no se basa únicamente en la descripción de la
naturalezas. Ejemplos: apariencia exterior de la lesión ( de su forma objetiva)
— «Masa neoplásica circunscrita, no inflamatoria y per- en el momento de la exploración física del paciente;
sistente, que progresa con lentitud, con indepen- incluye además la descripción de la transformación de
dencia biológica de las estructuras en que se desarrolla, dicha forma lesional a lo largo del tiempo. Es el
sin utilidad para el organismo» (tumor) (8). modelo teórico de mayor aceptación y difusión en los
— «Lesión circunscrita, mayor de 1 cm de diáme- textos analizados. Ejemplos:
tro, de contenido sólido y de naturaleza infla- — «Nódulo que se reblandece y ulcera, pasando sucesi-
matoria» ( tubérculo) ( 15) . vamente por los estadios de crudeza, reblandeci-
— «Cuando la ulceración esdeterminada por un pro- miento, ulceración y reparación» ( goma) ( 16) .
ceso patológico se denomina úlcera y cuando lo — «Lesión cutánea sólida, circunscrita, compacta,
es por un traumatismo se denomina herida» (16). habitualmente prominente, que invade los planos
profundos de la piel, no espontáneamente resolutiva
Diferencias en el modelo de definición y de evolución lenta y cicatricial» (tubérculo) (12).
de la lesión elemental En algunas definiciones se añaden además otros cri-
terios ( histológico, etiológico) para restringir el sig-
Los criterios mor fológicos o clínicos son la base de nificado de un término, pero a diferencia de la evo-
todas las definiciones de las lesiones elementales. Por lución, no de forma general. Ejemplo:
el contrario, los criterios no morfológicos ( evolutivos,
histológicos y etiológicos) no son aceptados por todos — «Lesión mayor de 1 cm de diámetro, de conte-
los autores, aunque sí son utilizados por una mayoría nido sólido y de naturaleza inflamatoria, localizada
de los estudiados. Su aplicación responde a un intento en dermis alta» ( tubérculo) ( 15) .
de limitar o restringir el significado de los términos
más complejos. Entre ellos, el criterio evolutivo es el Diferencias en la medición de las lesiones elementales
de mayor utilización. Por el contrario, los criterios his-
tológicos y etiológicos sólo se usan por algunos auto- Respecto a la medición de las lesiones elementales
res y sólo para las definiciones de mayor complejidad existen diferencias importantes de dos tipos: a) res-
descriptiva. Por tanto, los criterios fundamentales son pecto al sistema de medición utilizado, y b) respecto
dos: el mor fológico y el evolutivo, y según su uso al tamaño considerado como característico o defini-
hemos distinguido dos paradigmas o modelos básicos torio de la lesión elemental.

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Diferencias respecto al sistema utilizado Otras diferencias

De una forma general, se pueden reconocer dife- Existen, además, otras diferencias que no hemos
rentes formas de expresar el tamaño característico de valorado dado que su análisis excedía nuestras inten-
cada lesión elemental, como se puede apreciar en ciones de limitarnos a los aspectos más generales del
estas definiciones de la vesícula: tema, tales como la aceptación de términos com-
puestos ( maculopapuloso, etc.) o la diferenciación
— En algunas definiciones no se llega a precisar el entre lesiones elementales primitivas y secundarias.
tamaño. Ejemplo:
«Pequeña elevación llena de líquido seroso, situada
en el cuerpo mucoso de Malpighio; tiene evolución DISCUSIÓN
rápida, aguda o subaguda» ( 9) .
— En otras definiciones se utilizan términos ana- Nuestro estudio demuestra la existencia de múlti-
lógicos. Ejemplo: ples diferencias respecto a la conceptualización de las
«Elevación circunscrita de la piel cuyas dimensiones lesiones elementales entre los diferentes autores ana-
varían entre el tamaño de la punta de un alfiler y el lizados ( 8-20) y que complementan los aspectos que
de un guisante llena de líquido seroso» ( 12) . ya hemos referido previamente ( 7, 21) . Respecto al
lenguaje específico de la semiología cutánea podemos
— En un tercer tipo se consigna una cuantificación
decir que actualmente no compartimos de forma sufi-
exacta de la lesión, expresando su tamaño en
ciente el significado de muchos términos básicos. Una
centímetros. Ejemplo:
parte de las diferencias demostradas son diferencias
«Formación elevada, circunscrita, de diámetro menor de estilo, pero otras contradicciones sí pueden reper-
de 0,5 cm, con contenido líquido seroso o hemorrági- cutir de forma importante en la claridad de nuestro
co» ( 11) . lenguaje básico. Estos conflictos lingüísticos, aunque
pasen inadvertidos, debilitan y deterioran el proceso
Diferencias respecto al tamaño considerado de la comunicación dermatológica.
como característico
Términos considerados como lesiones elementales
In depen dien temen te del sistema utilizado, h ay
notorias diferencias en cuanto al tamaño que se con- Como ya hemos referido, el catálogo de las lesiones
sidera como característico o definitorio de algunas elementales no es el mismo entre los diferentes tex-
lesiones elementales como estos ejemplos de vesícula: tos estudiados. Respecto al número de términos defi-
nidos, el rango oscilaba entre 20 y más de 30. El
— «Lesiones elevadas de contenido líquido menores de número de términos definidos por al menos alguno
0,5 cm de diámetro» ( 13) . de los autores fue bastante amplio ( más de 40 térmi-
— «Lesiones sobreelevadas de contenido líquido menores nos) . De todos los términos definidos, 20 aproxima-
de 1 cm» ( 18) . damente eran aceptados de forma general ( más del
70% de los textos analizados) y, por tanto, constitu-
Diferencias en el significado de las yen el n úcleo fun damen tal de n uestro len guaje
lesiones elementales básico. Estos términos eran ampolla, cicatriz, costra,
escama, esclerosis, fisura, goma, mácula, nódulo,
Las contradicciones que hemos expuesto no impli- pápula, pústula, úlcera, vesícula, atrofia, erosión, esco-
can necesariamente que dichas definiciones no pue- riación, habón, liquenificación, tubérculo, tumor y
dan ten er un a base de sign ificado común . Sin quiste.
embargo, algunos términos sí presentan una colisión Los factores que pueden influir en que un término
entre sus diferentes acepciones. Este fenómeno ( poli- se considere o no como lesión elemental de forma
semia) ocurre respecto al término nódulo, como ya generalizada son varios. En primer lugar, el peso de
hemos expuesto previamente ( 7, 21) . la tradición. El número de términos considerados
El término nódulo presenta dos significados dife- como tales ha variado a lo largo de la historia de la
rentes y opuestos: dermatología. Los pioneros del concepto y de la defi-
nición de las lesiones elementales ( Plenck, Willan y
— Concepto restringido: el nódulo como lesión Bateman) definieron 14 y ocho términos, respectiva-
localizada exclusivamente en la profundidad de mente ( 22, 23) . Generalmente, los términos de acep-
la piel. Es la definición predominante. tación más generalizada son los definidos por estos
— Concepto ampliado: el nódulo como lesión de autores y pueden considerarse como las lesiones ele-
localización ubicua, tanto en la super ficie como mentales más «tradicionales» ( como pápula, escama,
en la profundidad del tegumento. vesícula, ampolla, mácula, etc.) ; sin embargo, algunos

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términ os de in troducción más recien te son , asi- de escasa implantación en nuestro país. El profesor
mismo, de aceptación unánime o general (como lique- Gómez Orbaneja ha sido su más firme defensor.
nificación, tumor o quiste) . Otro factor que influye es Recientemente, debido a la cada vez mayor influen-
el incluir o no como lesiones elementales cutáneas a cia de la literatura en lengua inglesa, su difusión se está
términos que no son específicamente dermatológicos incrementando.
y que son compartidos con otras especialidades E1 paradigma morfoevolutivo utiliza, a diferencia del
( como edema, absceso, herida, queratosis o hiper- modelo anterior, diferentes tipos de criterios de defi-
trofia) . Los términos referidos a anejos ( alopecia, nición ( mor fológico, evolutivo, histológicos y etioló-
hipertricosis) sólo tienen actualmente una aceptación gicos) . Entre ellos, las definiciones se basan general-
minoritaria como lesiones elementales. mente en los dos primeros: criterios mor fológicos y
Otro factor muy importante es el tipo y grado de evolutivos; los otros dos criterios se utilizan con escasa
influencia foránea en cada autor. Así, por ejemplo, tér- frecuencia y sólo en las lesiones de mayor compleji-
minos como habón, tumor o tubérculo no se reco- dad descriptiva.
nocen en otros países y en España presentan una acep- En este modelo la definición se basa no sólo en la
tación desigual, según la mayor o menor influencia en apariencia externa de cada lesión en el momento de
cada autor de la literatura en lengua francesa o la exploración física del paciente, sino, además, en los
inglesa. cambios o transformaciones sucesivas, secuenciales, de
Como una interesante alternativa a estas variaciones su forma a lo largo del tiempo; en su evolución tem-
en el catálogo ( o número) de las lesiones elementa- poral. Es una definición basada en dos coordenadas:
les cutáneas, el profesor García Pérez (uno de los auto- espacio y tiempo.
res, junto con el profesor Mascaró, del primer glosa- A estos criterios básicos se añaden ocasionalmente
rio internacional de lesiones básicas cutáneas) ( 24) otros criterios ( histológico y etiológico) que motivan
establece en su texto dos apartados ( 11) : en uno que pueda plantearse su imbricación con la nosolo-
define las «lesiones elementales clásicas»; en el otro, gía dermatológica. Utiliza, por tanto, datos no obser-
«otras lesiones o conceptos básicos». vables clínicamente. El modelo morfoevolutivo ha sido
claramente el predominante en España en los últinos
Modelos de definición de las lesiones elementales años debido probablemente a la gran influencia de la
dermatología francesa en la que ha sido el modelo
Uno de los aspectos más interesantes que pueden prevalente.
extraerse del presente estudio es la demostración de Según estos dos modelos podemos hablar de dos sis-
la existencia en nuestro país de importantes diferen- temas de unidades, de dos dicotomías centrales y
cias respecto a la forma en que son concebidas y defi- opuestas: tamaño frente a evolución. Lesiones defi-
nidas la mayoría de las lesiones elementales. En nues- nidas por su tamaño horizontal ( diámetro) o vertical
tra opinión este hecho permanece aún larvado y desa- ( super ficiales o profundas) frente a lesiones definidas
percibido y por ello repercute en gran medida en la por su evolución ( agudas o crónicas) .
eficacia de nuestro lenguaje. Se pueden distinguir dos
conceptos o códigos lingüísticos opuestos: el código Diferencias en la medición de las lesiones
o paradigma mor fológico y el paradigma mor foevo-
lutivo. Los dos sistemas permanecen vigentes en nues- Otro «conflicto» que consideramos «relevante» es la
tro país y de su coexistencia se derivan conflictos lin- ausencia de unas medidas estándar y fijas para la deli-
güísticos relevantes. Gráficamente podemos decir mitación del tamaño característico de algunas lesiones
incluso que utilizan unidades diferentes y que, por elementales como la pápula, la placa o el tubérculo.
tanto, representan realmente dos «dialectos» dife- El límite de estas lesiones oscila con rapidez de 0,5 a
rentes, con su normativa correspondiente. 1 cm, según el autor que consideremos. Por el con-
En el paradigma morfológico se considera únicamente trario, en otras lesiones (como la ampolla o la vesícula)
como definitorio el criterio morfológico. Las lesiones sí se ha adoptado un criterio general casi único.
elementales se definen: a) por sus características exter- Respecto al sistema de medición, se puede obser-
n as ( aspecto objetivo) , y b) ún icamen te en el var claramente una tendencia general a utilizar un sis-
momen to de la exploración física del pacien te. tema métrico de medición ( expresión en centímetros
Rechaza, por tanto, la valoración del aspecto interno del tamaño) en los textos de edición más reciente.
de la lesión ( histológico) , de su proyección futura
( evolución) y de su etiología, que considera variable Términos básicos con polisemia
en cada caso. Valora únicamente una forma y la valora
únicamente en el momento presente. Es una defini- Finalmente, uno de los conflictos lingüísticos más
ción basada en una sola coordenada: espacio; en un preocupantes es la existencia de términos con signi-
solo tipo de dato: el clínico. Ha sido una tendencia ficados opuestos. La polisemia es, en nuestra opinión,

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una causa importante de pérdida de claridad y preci- I: Las defin icion es son con tradictorias. Actas Dermosifi-
sión en el discurso dermatológico. Esto ocurre con el liogr ( en pren sa) .
término nódulo ( 21) . La inter ferencia de sus dos sig- 8. Armijo M. Exploración en dermatología. Aspectos clínico-
nificados opuestos ( concepto restringido y concepto h istológicos. En : Armijo M, Camach o F, eds. Dermatolo-
ampliado del nódulo) y, por otra parte, la excesiva gía, 2.a ed. Madrid: Edicion es CEA; 1988. p. 55-72.
amplitud y falta de precisión de una de sus acepcio- 9. De Dulan to F. Semiología gen eral. En : De Dulan to F, ed.
Dermatología medicoquirúrgica, 1.a ed. Gran ada: Edicio-
nes ha motivado que su significado ya no dependa de
n es An el, SA; 1981. p. 55-90.
la palabra en sí, sino de su contexto. Si, por ejemplo,
10. Pibern at MR. Bases del diagn óstico dermatológico. En :
leemos «nódulo de 2 cm de diámetro en hemitórax Ferrán diz Foraster C, ed. Dermatología clín ica. Madrid:
izquierdo», no sabremos, si no es por el contexto, Mosby/ Doyma Libros, SA; 1996. p. 9-17.
cómo puede ser la mor fología de dicha lesión. 11. García Pérez A. In troducción a la clín ica dermatológica.
En resumen, hemos demostrado la existencia de En : García Pérez A, ed. Dermatología clín ica, 5.a ed. Sala-
numerosas diferencias respecto al concepto de las man ca: Gráficas Cervan tes, SA; 1997. p. 23-8.
lesiones elementales en los textos dermatológicos ana- 12. Gay Prieto J. Semiología gen eral. En : Gay Prieto J. Der-
lizados. El estudio de estas diferencias presenta inte- matología, 8.a ed. Barcelon a: Editorial Cien tífico-Médica;
rés en varios niveles. Un interés lingüístico, en tanto 1976. p. 81-97.
que estudia la aplicación de un lenguaje especializado; 13. Gómez Orban eja J. Semiología dermatológica. Lesion es
histórico, en tanto que contribuye a la comprensión elemen tales de la piel. En : Gómez Orban eja J, ed. Der-
matología, 2.a ed. Madrid: Aguilar, SA; 1976. p. 31-41.
de la evolución más reciente de nuestro len guaje
14. Ortiz Romero PL, Iglesias Díez L. Prin cipios de diagn ós-
básico; pero principalmente creemos que presenta un
tico en dermatología. En: Iglesias Díez L, Guerra Tapia A,
claro interés práctico, en cuanto que puede contribuir Ortiz Romero PL, eds. Tratado de dermatología, 1.a ed.
a una mejora de la eficacia del subsistema del lenguaje Madrid: Luzán 5, SA, Eds.; 1994. p. 15-29.
de la semiología cutánea. El lenguaje es un hecho 15. Lázaro Ochaíta P. Principios generales del diagnóstico der-
social, y la identificación de los conflictos que subya- matológico. En: Lázaro Ochaita P, ed. Dermatología. Texto
cen en el mismo y de su relevancia es el primer paso y atlas, 2.a ed. Madrid: Gráficas Reunidas, SA; 1993. p. 19-38.
para tratar de promover una situación de consenso 16. Mascaró JM. Claves para el diagn óstico clín ico en der-
que permita un acuerdo general sobre su utilización . matología. Las dermatosis según su lesión elemental, 1.a ed.
Dadas las diferencias observadas, lo sorprendente es Barcelon a: Edicion es Doyma, SA; 1992. p. 1-207.
que esta iniciativa de consenso aún no se haya hech o. 17. Moragas JM. Lesion es elemen tales cután eas. En : Derma-
tología. Atlas práctico para el médico gen eral. Barcelon a:
Salvat Eds.; 1982. p. 1-20.
BIBLIOGRAFÍA 18. Peyrí J. Semiología dermatológica. En : Peyrí J, Bordas X,
Vives P, eds. Licenciatura dermatología, 1.a ed. Barcelona:
1. Lewis EJ, Dahl MW, Lewis CA. On standard defin ition s: Salvat Editores SA, 1988.
33 years hence. Arch Dermatol 1997;133:1169. 19. Soto Melo J. Exploración dermatológica. En: Texto de der-
2. Ashton RE. Standard definitions in dermatology: the need matología, 1.a ed. Madrid: Ed. Marbán ; 1975. p. 19-25.
for further discussion. Arch Dermatol 1998;134:637. 20. Camach o F. Exploración en dermatología. En : Armijo M,
3. Lewis EJ, Lewis CA, Dahl MW. In reply. Arch Dermatol Camach o F, eds. Tratado de dermatología. Madrid:
1998;134:637-8. Grupo Aula Médica, SA; 1998. p. 45-70.
4. Vázquez López F, Álvarez Cuesta C, Gon zález López M, 21. Vázquez F, Pérez Oliva N, Gotor ML. Sobre el sign ificado
Pérez O liva N. Th e 21st cen tury macule is n ot th e actual del término nódulo en lengua española. Actas Der-
Willan but th e Plen ck macule. Arch Dermatol 2000 ( en mosifiliogr 1995;86:404-5.
pren sa) . 22. Plen ck JJ. Tratado de en fermedades cután eas. Madrid:
5. Carta del director. Actas Dermosifiliográficas ocupa el Impren ta Real, 1798 ( traducción de la 2.a edición por
segundo lugar entre las revistas médicas españolas más An ton io Lavedan ) .
interesadas por la terminología médica. Actas Dermosifi- 23. Bateman T. A practical syn opsis of cutan eous diseases
liogr 1999;90:275. accordin g to th e arran gemen t of Dr. Willan , 3.a ed. Lon -
6. Vázquez López F, Pérez Oliva N. Las lesiones elemen tales dres: Lon gman Ed.; 1814.
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lesiones elemen tales en la dermatología española actual. reol ( Stock) 1988( suppl 130) .

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