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EL POSITIVISMO LOGICO

Es el Movimiento filosófico que resalta la importancia de la comprobación científica de los


conceptos filosóficos y cuyo principal tema de preocupación es el análisis de la significación
por medio de un análisis lógico del lenguaje. es el conjunto de corrientes filosóficas, con
características comunes, que utilizan el método Inductivo, establecen como son las cosas no
como deberían ser, es decir, evita introducir juicios de valor, su objetivo es la descripción de
las prácticas contables.

La investigación científica comienza con la observación parcial o experiencia personal. Las


observaciones son formuladas mediante hipótesis primarias o enunciados singulares,
totalmente libres de prejuicios mentales, describiendo un determinado acontecimiento
o estado de las cosas en un lugar y un momento prefijados.
Los enunciados singulares (particulares) derivan en enunciados universales (generales).
Mediante el procedimiento se llega a la elaboración de teorías generales que se someten a
contrastación por medio de un método adecuado de observación o experimentación para
verificar sus implicaciones. Si la contrastación tiene éxito se acepta la teoría; de otro modo
se rechaza. El empirismo o positivismo lógico construyó una doctrina sobre
la estructura lógica del conocimiento científico. De esta manera, se distinguió, o al menos se
propuso distinguir, la ciencia de la metafísica, basándose en un criterio epistemológico de
significatividad cognoscitiva.

Principios del positivismo lógico


● El principio del Empirismo; según el cual todo conocimiento (no analítico) depende de la
experiencia, y
● El principio del significado cognoscitivo; de acuerdo con el cual la significación cognitiva
de un enunciado es tal, solo si es (a) analítico o auto contradictorio (como en el caso de
las ciencias formales como la lógica y las matemáticas) o (b) puede ser verificado
experimentalmente.

El positivismo lógico estableció como meta alcanzar los siguientes objetivos


Fundamentales:
(1) Dar a la ciencia una base positiva y
(2) adoptar el análisis lógico del lenguaje, de los conceptos de la ciencia empírica (y mediante
estos recursos demostrar la inutilidad de la metafísica).
El positivismo lógico pretendía alcanzar sus objetivos mediante su particular método
científico que constaba de dos factores: la verificación empírica y el análisis lógico del
lenguaje.

Las corrientes de la filosofía analítica tienen como fundador a Ludwig Wittgenstein. La


filosofía analítica sostiene que la filosofía no es una doctrina sino una actividad,
esencialmente de aclaraciones. El esclarecimiento del lenguaje se convierte en la tarea previa
y finalmente exclusiva de la filosofía. Una de estas corrientes es el positivismo lógico
(también conocida como neopositivismo). El neopositivismo ha hecho centro de sus análisis
el método de verificación de una proposición científica. Una proposición es verdadera
cuando tiene una base empírica y está formada con corrección sintáctica y semántica. La base
empírica está dada por los datos sensibles. Una frase formada de modo contrario a la sintaxis
es, por ejemplo: “César es un número primo” las proposiciones que no cumplen con éste
método de verificación son absurdas, metafísicas o mezcla de arte y religión. El racionalismo
crítico critica al neopositivismo. Sostiene que en el método de verificación habría que
considerar absurdos no sólo los principios metafísicos sino muchos de los principios de las
ciencias naturales que no son verificables.
GOTTLOB FREGE
Matemático y filósofo alemán. (1848-1925). Estudió en Jena y fue profesor de matemáticas
en esta universidad. Su primera obra sobre lógica matemática le hace merecedor del nombre
de fundador de esta disciplina, uno de cuyos temas centrales es la fundamentación de la
matemática. El sistema simbólico diseñado por Frege pone fin a más de veinte siglos de
tradición aristotélica, e inaugura la lógica contemporánea. Con su primera obra,
conceptografía (1879) se da inicio a una nueva era de la lógica, se inicia el programa logicista,
o fundamentación lógica de la matemática.
En esta obra Frege presenta una teoría de la deducción expuesta por vez primera como un
sistema formal de lógica de enunciados, o como un cálculo proposicional; en ella desarrolla
los conceptos y métodos fundamentales de la lógica de enunciados y predicados. Aparte de
ello, su contribución más importante en lógica es la introducción de los cuantificadores. La
obra que pública en 1884, Fundamentos de la aritmética representa el paso definitivo en la
fundamentación lógica de la aritmética.

Frege completó sus estudios lógicos con estudios sobre semántica, o filosofía del lenguaje.
Sus principales aportaciones en este terreno son la distinción que establece entre sentido y
referencia y entre objeto y función, y el tratamiento de los conceptos y predicados como
funciones. Las cosas son objetos o bien funciones. Un objeto es, por ejemplo, una oveja o
una flor, pero también lo verdadero, lo falso y el número 4. Pero “raíz cuadrada de”, “más
alto que” y la “implicación” son ejemplos de funciones. A los objetos les corresponde
lingüísticamente un nombre (o expresión de objeto, o expresión saturada) y a las funciones,
una expresión de función (o expresión no saturada). “París” es nombre, mientras que “la
capital de…” es una expresión de función, no saturada. Este recurso permite definir un
concepto como “una función cuyo valor es lo verdadero o lo falso”.

Los conceptos son, pues, una clase de funciones. Al objeto a que se refiere, lo llama su
referencia, mientras que al modo de referirse lo denomina sentido. Los nombres poseen
sentido y referencia, y dos expresiones nominales distintas, “el lucero del alba” y “el lucero
de la tarde” (dos maneras de referirse a lo mismo), tienen la misma referencia (el planeta
Venus), aunque distinto sentido. Toda expresión nominal ha de tener, por lo menos, sentido.
Lo mismo sucede con los enunciados: su referencia es su valor de verdad; su sentido, la idea
que encierra. Frege no tiene problema alguno en dar objetividad al sentido de los nombres sin
referente, puesto que mantiene que también los entes matemáticos y lógicos son objetivos,
aunque no sean reales.

Estando a punto de publicar el segundo volumen de Leyes básicas de la aritmética, Russell le


hizo observar que de sus axiomas sobre conjuntos se derivaba una contradicción: la antinomia
del conjunto de conjuntos que no son miembros de sí mismos (¿es este conjunto miembro de
sí mismo?). Esta circunstancia hizo que los trabajos de Frege quedaran paralizados durante
algunos años y supuso el fracaso de su programa logicista, pero sus investigaciones han sido
el punto de arranque de la lógica moderna.

BERTRAND RUSSELL

Russell nació en 1872-1970. Escribió sobre muchos temas, como los fundamentos de las
matemáticas, teoría de la relatividad, el matrimonio, el derecho de las mujeres, el pacifismo,
etc. La vida de Russell fue apasionada, intensa y larga. Se fraguó un nombre tanto en los
círculos de especialistas como entre las multitudes que o lo seguían con fervor o lo odiaban
con intensidad.

En matemáticas su gran contribución es la Principia Mathematica. Allí sostiene que a partir


de ciertas nociones básicas de la lógica y la teoría de conjuntos se puede deducir la totalidad
de las matemáticas. Es un libro profundamente influyente e importante que contribuyó al
desarrollo de la lógica, la teoría de conjuntos, la inteligencia artificial y la computación así
como la formación de pensadores de la talla de David Hilbert, Ludwid Wittgenstein, Alan
Turing, Willard Van Orman Quine y kart Gödel.

En filosofía contribuyó prácticamente en todas las áreas, desde la misma metodología


abogando siempre por el análisis y alertando a los filósofos de las trampas del lenguaje,
sentando así el método y las motivaciones de la filosofía analítica.

Russell fue un conocido pacifista durante la Primera Guerra Mundial. Aunque se manifestó a
favor de tomar acciones bélicas durante la Segunda Guerra Mundial, alegando que un mundo
en donde el fascismo fuera la ideología reinante sería un mundo en donde lo mejor de la
civilización habría muerto y no valdría la pena vivir. Estuvo en prisión dos veces, la primera
por sus actividades pacifistas durante la primera guerra y la segunda por participar en una
manifestación contra la proliferación de armas nucleares. Contrajo matrimonio cuatro veces.

Como polemicista que se convirtió en el ícono del racionalismo para toda una generación.
Polemizó sobre el control de la natalidad, los derechos de las mujeres, la inmoralidad de las
armas nucleares, y sobre las deficiencias en los argumentos y razones esgrimidos a favor de
la existencia de Dios. Siempre en sus escritos hizo gala no sólo de un magnífico estilo literario
sino también de un excelente sentido del humor. Sin duda alguna Russell fue uno de los
pensadores más interesantes, profundos, mordaces y activos del siglo XX y dejó un enorme
legado de escritos.

En1962 a los 90 años medió en la crisis de los misiles en Cuba para evitar que se desatara un
ataque militar, escribiendo cartas tanto a Jrushchov como al presidente Kennedy y siendo
intermediario en sus respuestas mutuas. Organizó con Albert Einstein un manifiesto ante la
amenaza de una guerra nuclear y pasó los últimos quince años de su vida haciendo campaña
en contra de la fabricación de armas nucleares. En esto seguía el consejo que había dado a un
entrevistador, diciéndole que el deber del filósofo en esos tiempos era evitar a toda costa un
nuevo holocausto, la destrucción de la humanidad. Murió pacíficamente a los 98 años, en
compañía de su última esposa.

Russell sostiene que el concepto de clase está inextricablemente ligado a la definición de


número. Este es el error que Russell encontró en Frege. El hallazgo de una paradoja. Hoy es
conocido como la Paradoja de Russell. Russell analiza las clases. La paradoja de la clase de
todas las clases que no son miembros de sí mismas. Si esta clase es un miembro de sí misma,
entonces no es un miembro de sí misma; y si no lo es, entonces lo es. Esta llamada clase de
todas las clases. Contiene dos tipos de clases: aquellas clases que se contienen a sí mismas, y
aquellas que no. La consideración de esta clase lo llevó a encontrar una falta grave en el
llamado principio de comprensión, el cual ya había sido asumido por los lógicos de la época.
Demostró que resultaba en una contradicción, donde Y es un miembro de Y, sí y sólo sí, Y
no es un miembro de Y.

Un concepto-clase puede ser o no ser un término de la propia extensión (por ejemplo, la clase
de los conceptos, siendo a su vez un concepto, es un término de la propia extensión; la clase
de los hombres, no siendo un hombre, no es un término de la propia extensión). La expresión
“concepto-clase que no es un término de su propia extensión” es abiertamente un concepto-
clase. Pero si ella es un término de la propia extensión, ella es un concepto-clase que no es
un término de la propia extensión y viceversa.

Este trabajo de Russell condujo directamente a la creación de la teoría axiomática de


conjuntos. Esto paralizó el proyecto de Frege de reducir la aritmética a lógica. La Teoría de
los Tipos y mucho del trabajo subsecuente de Russell han encontrado aplicaciones prácticas
en las ciencias de la computación y la tecnología de la información.

Russell expresaba su dificultad sobre si llamarse a sí mismo un ateo o un agnóstico. “Como


filósofo, si estuviera dirigiéndome a una audiencia puramente filosófica, debería decir que
tendría la obligación de describirme a mí mismo como un Agnóstico, porque no creo que hay
un argumento concluyente por el cual uno demuestre que no hay un Dios. Por otra parte, si
voy a expresar la idea correcta al hombre común en la calle, pienso que tendría que decir que
soy un Ateo, porque, cuando digo que no puedo probar que no existe un Dios, debería
igualmente agregar que no puedo probar que no existen los dioses Homéricos”
Su esquema conceptual se puede resumir en lo siguiente
En primer término, el llamado "atomismo lógico": "llamo atomismo lógico a mi doctrina
porque los átomos, a los que deseo llegar como elemento último del análisis, son átomos
lógicos y no átomos físicos". En esa concepción la proposición atómica viene a constituirse
en la descripción de un hecho, la afirmación de que una determinada cosa posee cierta
cualidad, o la observación de que algunas cosas en concreto mantienen entre sí determinadas
relaciones.

En segundo término. El propósito de demostrar que toda la matemática procede de la lógica


simbólica. Trata a la matemática como una rama de la lógica, aduciendo que no existen
conceptos típicos de ella que no puedan reducirse a conceptos lógicos, por lo que tampoco
existen procedimientos de cálculo o de derivación dentro de la misma que no puedan ser
transformados en derivaciones, a su vez, de carácter puramente formal.

En tercer término. Su teoría de las descripciones. Distingue entre las que son definidas y las
que son indefinidas o ambiguas, con el propósito de eliminar las paradojas metafísicas de la
existencia y las paradojas de lo no existente.

GEORGE EDWARD MOORE (1873-1958)


Es uno de los fundadores de la filosofía analítica, junto con Bertrand Russell, que fue su
compañero en el Trinity College de Cambridge, y junto con Ludwig Wittgenstein, quien entró
como estudiante en la misma universidad, pero que con el tiempo ocuparía la cátedra de
Moore. Durante la Segunda Guerra Mundial enseñó en América.

Moore es mejor conocido por defender el sentido común, su ética no naturalista y su estilo al
escribir. Era un filósofo metódico y cuidadoso. Se puede decir que es filósofo de los filósofos
ya que es altamente respetado e influyente entre los filósofos, aunque es poco conocido entre
los no filósofos.

Los principales elementos que conforman la postura de Moore en su libro Principia Éthica,
son tres, la definición de lo bueno en sí, la obtención del bien máximo y la asimetría (falta de
unidad en las verdades éticas).

El objetivo principal de Moore es mostrar que se ha confundido lo extrínseco con lo


intrínseco, los medios con los fines. Se ha confundido lo que es bueno como medio con lo
que es bueno como fin. También es entendida como una confusión entre las preguntas ¿Qué
es bueno en sí? Y ¿Qué cosas son buenas en sí? Tal confusión recibe el nombre de falacia
naturalista. Sobre esta falacia se afirma que no es posible identificar lo bueno con las cosas
o con las propiedades de las cosas. Por ejemplo, afirmar "el placer es bueno", como hacen
los hedonistas o los epicúreos, es un error porque el predicado "bueno" no es algo natural y
existente. Tales asociaciones de lo bueno con lo placentero, o con lo útil, no son sino el reflejo
de una actividad psicológica (si pretendemos analizar, por otra parte, el concepto de "deber",
en último término nos encontramos con el concepto de "bueno" y nos enfrentamos al mismo
problema). De esta forma emprende una demostración a través de la cual comprueba que
tanto las teorías naturalistas como las metafísicas de la ética han confundido a sus objetos de
lo bueno (el placer, lo útil, lo suprasensible), y que en realidad son medios, con el bien en sí.

LUDWID WITTGENSTEIN (1889 - 1951)

Después de leer la Principia Mathematica de Russell sus intereses pasaron de la aeronáutica


y aerodinámica a los problemas de la fundamentación de las matemáticas y, de ahí, a la lógica
y a la filosofía. Siguió estudios en Cambridge bajo la dirección de Bertrand Russell y empezó
a ocuparse intensivamente de la investigación filosófica. Para poder concentrarse mejor en
sus estudios, se fue a vivir en soledad a Noruega. Allí le sorprendió el estallido de la Primera
Guerra Mundial y Wittgenstein se alistó como artillero en el ejército austro-húngaro. Esto no
le impidió seguir con sus reflexiones filosóficas, que fue apuntando en una serie de cuadernos,
de modo que, al final de la guerra, cuando cayó prisionero de los italianos, tenía el manuscrito
de su Tratado lógico filosófico prácticamente terminado. Esta obra fue publicada en 1921 en
alemán y, un año más tarde, en versión bilingüe inglés-alemán con el título latino de Tractatus
lógico-philosóphicus.

En 1929 Wittgenstein decide reanudar sus estudios en Cambridge, donde, a instancias de


Russell, fue nombrado catedrático el año 1937, cargo que ocupó hasta 1947, con excepción
de un breve período en que ejerció como enfermero voluntario durante la Segunda Guerra
Mundial.

Aunque de temperamento irritable, nervioso y depresivo, Wittgenstein fue un hombre de una


personalidad fascinante, que vivió atormentado por su exigencia de autenticidad, por el
trabajo y por la idea de la muerte. Difícil para la convivencia social y con escasa estima por
la bondad y cualidades del ser humano, sintió a menudo la necesidad de aislarse de la gente
y de vivir en completa soledad.
En su pensamiento se distinguen dos etapas. La primera viene marcada por la publicación del
Tractatus logico-philosophicus en el que trata de dar una salida a los problemas no resueltos
del positivismo clásico respecto a las matemáticas, la ciencia y la filosofía. Para él, la filosofía
no es un saber, sino una actividad, y su finalidad es aclarar las proposiciones; así, la filosofía
se circunscribe a un análisis del lenguaje.

La segunda etapa queda definida por su obra Investigaciones filosóficas, publicada


póstumamente en 1953. Este libro da origen a la corriente denominada filosofía analítica, que
centra su reflexión en el estudio del lenguaje como único modo de resolver los problemas
filosóficos.

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