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UNIVERSIDAD CATOLICA DEL TACHIRA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURIA PÚBLICA
SEDE SABANA LARGA
Contaduría Pública 4to” A”

DEL IMPUESTO SOBRE LAS GANACIAS DEL CAPITAL

INTEGRANTES:

• Andreina Ruiz V.24.744.158


• Andrea Duran V. 28.131.447
• María Osorio V. 27.815.010
• Marianela Villamizar V.27.422.154
• Rosmery Torres V.28.457.086
• Rubén Calderón V.28.285.345

San Cristóbal, abril del 2022


El tributo es una herramienta impositiva con la que cuenta el Estado en su
carácter de imperio para obtener los recursos monetarios o de carácter
pecuniario. Este se obtiene a partir de los ciudadanos que se tiene bajo su
tutela, bien sea por domicilio, residencia, transito o el beneficio que se adquiere
dentro del territorio, es decir, es exigible a todos aquellos que se encuentren
dentro de las fronteras del mismo. El objeto del mismo es sostener el
funcionamiento de la Nación y proporcionarle los recursos necesarios para
poder atender la búsqueda del Bien mayor, el bien de todos. Este bien como
contra parte requiere de la distribución de las cargas y la riqueza según las
capacidades de cada sujeto.
Debido a la diversidad de actividades que generan lucro ideada por los seres
humanos, han sido un verdadero reto para las legislaciones el poder estipular
como, cuanto y a quien exhibir el pago del tributo de acuerdo a la naturaleza y
la renta que genera dicha actividad; para ella hay que tomar en cuenta la
proporción que aporta tanto al engrosamiento del patrimonio personal o
individual como a la cuota parte que regresa al sistema o ciclo económico –
financiero. Tomando este en consideración los legisladores ha decisión
establecer impuestos que se adecuen a las especificidades y las
características de las fuentes de ingreso más comunes o frecuentes en el
ámbito social, dentro de las cuales tenemos: Las remuneraciones de tipo
salariales y no salariales.
Según el sujeto y la fuente a partir de la cual obtiene renta, entonces, se tipifica
un tipo de impuesto con particularidades que van desde distintas bases
imponibles, diferentes tarifas o alícuotas tributarias como el supuesto o hecho
imponible a partir del cual se genera el tributo y la obligación de pagar. En el
presente trabajo nos daremos a la tarea de desarrollar un breve y puntual
resumen que sirva de mapa o bosquejo general respecto a las ganancias de
capital , las cuales en los últimos años con el crecimiento de las grandes
empresas , multinacionales , globales y del funcionamiento basado en el
capital y no la personalidad , se constituyen como una fuente muy frecuente
de ingresos por parte de la ciudadanía
La ganancia de capital es el resultado que se genera mediante la
venta, permuta u otro acto de disposición o transmisión entre vivos a título
gratuito u oneroso de un activo de capital. En la Ley (referida así a la
competente en la materia, Ley del Impuesto Sobre la Renta) el concepto de
ésta no figura, mas la doctrina la señala así: García Añoveros como el
“aumento de valor de los elementos patrimoniales poseídos por una persona
física o jurídica”; García Mullín la define como “la ganancia que se produce
cuando existe un incremento en la valorización de los bienes de capital”. En
palabras simples, son utilidades que se obtienen al mantener o vender activos
tales como acciones de sociedades anónimas, una casa, un bosque o una
participación en una sociedad.
Una vez definido el concepto doctrinario se debe especificar su
tratamiento fiscal, el cual en nuestro país corresponde al impuesto global y no
cedular, en términos generales, a la gravabilidad dentro de los
enriquecimientos netos del contribuyente. Un ejemplo de ello, por
interpretación en contrario, es el artículo 17 de la antes citada Ley, donde se
señala la excepción en el pago del tributo cuando se efectúe una venta de la
vivienda que haya servido de vivienda principal, concurriendo ciertos
requisitos, ergo, aquella vivienda “secundaria” enajenada y la ganancia que
por ella se perciba es gravable.
En nuestra legislación, se dedica el Título V de la Ley del Impuesto
Sobre la Renta a la regulación respecto a estas Ganancias de Capital, en
específico su Capítulo II; allí encontraremos todo lo concerniente a definiciones
legales, quiénes están sujetos al tributo, cuál es la base y las alícuotas y
explicación del cálculo, excepciones, montos no deducibles, e incluso
tratamiento para aquellas entidades con carácter extraterritorial.
Dentro de los activos de capital se pueden encontrar los llamados
dividendos, cuyo origen etimológico se encuentra en el vocablo latino
dividendus, gerundio del verbo dividiere que significa dividir. Este término ha
sido adoptado por ciencias como: las matemáticas, que lo utilizan para
distinguir la cantidad que ha de dividirse por otra y el derecho, que lo refiere a
la división y reparto de utilidades netas obtenidas por una sociedad entre sus
socios. Esto coincide con lo definido por la legislación vigente competente
como “[…] la cuota parte que corresponda a cada acción en las utilidades de
las compañías anónimas y demás contribuyentes asimilados, incluidas las que
resulten de cuotas de participación en sociedades de responsabilidad
limitada.” (Parágrafo único, artículo 65, Ley del Impuesto Sobre la Renta).
De igual modo, los doctos entienden así al dividendo en términos
financieros-tributarios: Vivante le define como el beneficio neto pagadero
periódicamente a cada acción; y para Rodríguez Rodríguez es el derecho que
tiene el titular de cada acción de participar en el beneficio neto periódicamente
distribuido. Ya teniendo a disposición la definición de dividendo bien podemos
ahora precisar cuál es la alícuota a la que dicha institución está sujeta: según
el artículo 71 de la Ley, “El impuesto proporcional que grava el dividendo en
los términos de este Capítulo, será del treinta y cuatro por ciento (34%) y estará
sujeto a retención total en el momento del pago o del abono en cuenta”. Hasta
el momento ésta es la consideración general, ahora corresponde precisar la
base imponible, es decir, saber a qué monto aplicar la alícuota para obtener el
impuesto exigible.
Cabe destacar la forma taxativa y reiterada con que la Ley señala a
aquellas entidades sujetas al régimen tributario que aquí se trata, señalando
así a: a) Compañías anónimas, b) contribuyentes asimilados a éstas y c)
Sociedades de Responsabilidad Limitada; encontrándolo así expuesto en el
parágrafo único del artículo 65 y reforzando a los segundos (b) en su artículo
73. Se ve con claridad que el concepto de dividendo viene ligado a las
acciones. Como se expuso, las ganancias de capital de por sí ya son gravadas
en el enriquecimiento neto, sin embargo, la Ley es clara al determinar en su
artículo 64 la creación de “ […] un gravamen proporcional a los dividendos
originados en la renta neta del pagador que exceda de su renta neta fiscal
gravada”. Vemos entonces una distinción, puesto que, sí debe pagarse tributo
por la repartición proveniente de un derecho sobre una sociedad, mas ésta no
es llevada a los ingresos brutos, sino emplea un proceso distinto. Para
entenderlo, primero es necesario desentrañar dos definiciones:

• Renta neta del pagador: Aprobada en Asamblea de Accionistas; basada


en los estados financieros debidamente llevados según artículo 88
ejusdem. Terminología aplicada de igual forma a bancos, instituciones
financieras y compañías de seguro.
• Renta neta fiscal gravada, Aquella por la cual la entidad (llámese
sociedad o compañía) ya reconoció la obligación fiscal en sus estados
financieros, es decir, la “sometida a las tarifas y tipos proporcionales
establecidos en esta ley […]” (artículo 88).
Estos dos conceptos se enlazan en el artículo 65 donde se tipifica en
específico a la renta neta por dividendos. Allí se expresa con claridad que
dicha utilidad no se comprende del monto global que se perciba por ese
concepto, sino que sólo se considerará al excedente de la renta fiscal, en otras
palabras, la renta neta por dividendos se compone exclusivamente por aquel
ingreso (pagado o abonado en cuenta), en dinero o especie que no haya sido
gravado ya por el tributo tipificado en la Ley.

En el segundo párrafo del último artículo traído a colación, se menciona


que debe dársele igual tratamiento al Aumento de Capital en acciones. Este
es el conocido régimen de dividendos repartidos en forma de acciones, el
cual, a pesar de no presentar en términos de dinero efectivo la renta, se
somete de igual forma y por mandato de Ley al tratamiento tributario de los
dividendos que en este Capítulo y Título se especifica; más adelante
profundizaremos sobre ello.

Para entender mejor el procedimiento del cálculo del impuesto, se


desarrolla un ejemplo ilustrativo:

Caso 1: La compañía de tres (3) socios con equidad de acciones


obtiene como Utilidad Neta según Estado de Resultados 1.500,00 Bs.D. Por
acuerdo en Asamblea de Accionistas deciden repartir la totalidad de la Utilidad.
Solución: Los accionistas NO deberán pagar el impuesto
correspondiente a los Dividendos puesto que el monto a distribuir entre ellos
renta neta) NO excede de la renta neta fiscal gravada, que es la que ya
reconoció como base para el cálculo de su obligación con el fisco, la cual pagó
de acuerdo a la alícuota correspondiente o está pendiente de pago por parte
de la sociedad.

Caso 2: La compañía de tres (3) socios con equidad de acciones


obtiene como Utilidad Neta según Estado de Resultados Bs.D. 1.500,00. Por
acuerdo en Asamblea de Accionistas deciden repartir Bs.D. 2.000,00 (tomando
parte de las utilidades no distribuidas del año anterior).
Solución:

CONCEPTO MONTO (Bs.D.)


RENTA NETA 2.000,00
RENTA NETA FISCAL GRAVABLE 1.500,00
EXCEDENTE 500,00
NRO. DE SOCIOS 3
BASE IMPONIBLE 166,67

En el cuadro se puede observar cuál es el procedimiento para


determinar el excedente al que está sujeto el pago del impuesto por la
repartición de dividendos; el socio reconocerá como base imponible (aquella a
la que se aplica la alícuota tributaria) la porción del excedente que le
corresponda al efectuar la diferencia entre las utilidades o renta a repartir en
el año contra las declaradas y correspondientes al ejercicio económico
presente de la entidad.
Lo aquí calculado se compagina con lo establecido por la Ley en su
artículo 66, donde reza: “El excedente de renta a considerar a los fines de la
determinación del dividendo gravable, será aquel que resulte de restarla a
ésta, la renta neta fiscal gravada y la renta derivada de los dividendos recibidos
de otras empresas”. Vale señalar que, al referirse a los dividendos recibidos
de otras empresas se presupone que, por ellas, como es razonable, la entidad
pagadora ya reconoció en su ejercicio económico la obligación fiscal por esos
dividendos, por lo tanto, ya estuvieron sujeta al pago del impuesto.

La forma en la que la Ley estipula el supuesto de hecho que da origen


a una renta neta (La reunión y aprobación en asamblea de accionistas de los
estados financieros) da origen a una pregunta: ¿qué sucede con aquellas
entidades poco formales donde los socios de mutuo acuerdo y sin la reunión
deciden y acuerdan distribución de utilidades? La solución a ello se encuentra
en el parágrafo único del artículo 64, donde se le asigna competencia a la
Administración Tributaria respecto a la determinación de la “parte gravable de
los dividendos repartidos”, siguiendo está las normas para imputarlo así
presentes en la Ley misma. Esto forma parte de los conocidos Dividendos
Presuntos, entendidos como los sospechados o presupuesto por la ley como
tales, aunque su forma, naturaleza o fondo simulen ser otros.
Otra forma de encubrirlos se puede encontrar en sociedades que
otorgan a sus socios créditos, depósito o adelantos, siempre y cuando estas
se encuentren dentro de lo que les corresponda de acuerdo a lo que la Ley
cita como “el balance aprobado”, equivalente a los Estados Financieros donde
figuran las utilidades y reservas distribuibles. Esto lo encontramos en el
artículo 70, donde se estipulo la presunción salvo la prueba en contrario:

a) Devolución del socio de la totalidad del monto del crédito, depósito o


adelanto en efectivo antes del cierre del ejercicio.
b) Percepción de la entidad de intereses de acuerdo a la tasa activa
bancaria que no esté por debajo tres puntos porcentuales a la prefijada
por el BCV.
c) Aquellos préstamos encajados en el régimen de las cajas y
cooperativas de ahorro, cumpliendo con las exigencias legales para ser
viable la exención según artículo 14.8 ejusdem.

Le legislación prevé otra presunción de dividendos sobre aquellos


provenientes de sociedades o empresas extranjeras; para dejar el asunto
claro, la Ley tipifica que las sociedades constituidas en el exterior, tanto las
domiciliadas dentro del territorio nacional como las que cuentan con
establecimiento permanente (véase el artículo 7, parágrafo 3° de la Ley) en
éste, “ […] estarán obligadas a pagar, en su carácter de responsables, por
cuenta de sus socios, accionistas o comuneros, un impuesto del treinta y
cuatro por ciento (34%) de su enriquecimiento neto, no exento ni exonerado,
que exceda del enriquecimiento neto gravado del ejercicio.” (artículo 69, Ley
del Impuesto Sobre La Renta). Este artículo debe compaginarse con el
parágrafo primero del artículo 66, el cuál estipula que estos dividendos se
excluyen de la renta neta que hasta el momento era la base para la
distribución de dividendos; a su vez, según el parágrafo dos concatenado con
el artículo 1 (Renta Mundial), las percepciones extrajeras distintas a los
dividendos sí forman parte de la renta neta global gravada.
Para arrojar aún más luz al asunto y terminar comprender a partir de
qué monto hacer los cálculos, debemos remitirnos al artículo 211 del
Reglamento de la Ley del Impuesto la Renta. En él se especifica que el cálculo
del (34%) debe hacerse tomando como base imponible “[…] el monto total
percibido por concepto de dividendos, sin la deducción correspondiente al
impuesto pagado en el extranjero” a partir de cuyo resultado sí se podrá
deducir los pagos hechos en el exterior, según el artículo 2 de la Ley.
Se muestra a continuación un ejemplo para comprender la norma:

Caso 3: Una persona natural obtuvo una renta gravable en Venezuela


de Bs.D. 1.500,00; el mismo año percibió dividendos del exterior que
ascendieron, al cambio, a Bs.D. 2.500,00 por los cuales canceló en el país de
origen el 15% sobre la ganancia neta. ¿Cuánto deberá pagar por concepto de
ISLR?
IMPUESTO ISLR
CONCEPTO MONTO (Bs.D.)
ANÁLOGO VENEZUELA
DIVIDENDOS (EXTERIOR) 2.500,00
ALICUOTA (VENEZUELA) 34%
IMPUESTO (VENEZUELA) 850,00
ALICUOTA (EXTERIOR) 15%
IMPUESTO (EXTERIOR) (375,00)
DIFERENCIA A PAGAR 475,00
RENTA NETA FISCAL GRAVABLE 1.500,00
ALICUOTA (TARIFA 1) 34% 510,00
ISLR A PAGAR 985,00

La Ley señala que los dividendos que se explican se consideran como


gravables a partir de la fecha de cierre del ejercicio económico de la sociedad
o comunidad (artículo 69); por su parte, el Reglamento da un plazo para
enterar dichos dividendos de tres (3) días hábiles desde tal fecha, en la Oficina
Receptor de Fondos Nacionales (artículo 211).
Existe una improcedencia respecto a estos dividendos presuntos
consagrada en párrafo segundo del artículo 69; allí se esboza de forma general
que, mientras la empresa extranjera destine y pruebe suficientemente a la
Administración Tributaria la diferencia entre la renta neta y la neta fiscal
gravable a inversión dentro del territorio que esté así dispuesta por plazo
estimado no menor a cinco (5) años, no estarán obligadas al pago del
dividendo presunto. Las consideraciones pormenorizadas para optar por tal se
encuentran en el Reglamento de la Ley en su artículo 212, donde se reitera el
plazo mínimo, se exige una planificación y fecha de inicio de la inversión que
no se aleje más de seis (6) meses desde la fecha del cierre del ejercicio fiscal
que dio origen a la renta a invertir (dando oportunidad de prórroga). Asimismo,
se hace imperativa la presencia de la Auditoría Externa (contador público en
el libre ejercicio de la profesión) que genere un certificado de acuerdo a las
Providencias vigentes, entre otros requisitos.
Hasta el momento podemos señalar con claridad que no todos los
dividendos son gravables, sino que lo son sólo aquellos que provengan de una
distribución de renta neta que sea mayor a la que en el ejercicio fiscal se
calculó como gravable. A partir de este momento el beneficiario, llámese socio,
accionista, comunero, está en la obligación de tributar; pese a ello, existen tres
casos a partir de los cuales por naturaleza del “dividendo” no podrá imputarse
como tal (artículo 67 de la Ley):
a) Distribución o pago de dividendos a partir de la renta neta fiscal
gravada del ejercicio económico inmediato anterior.
b) Los provenientes del ejercicio inmediato anterior repartidos de un
tercero (otra sociedad), es decir, que ya cumplieron con su obligación
fiscal o se gravó en cabeza de dicha sociedad.
En tercer lugar, la ley estipula el pago del impuesto que atañe
propiamente a los dividendos y compete a la sección, que corresponde a la
diferencia entre lo distribuido en el presente y lo declarado en el ejercicio fiscal
inmediato anterior. Ello se establece así en literal “c” del artículo 67 ejusdem.
Siguiendo el orden de las imputaciones subsiguientes, para aquellos
casos en que se agoten las utilidades del ejercicio inmediato anterior al
momento de efectuar el pago (entendido este término como la superación de
la renta neta respecto a lo disponible para distribuir de acuerdo a la renta neta
fiscal gravable del ejercicio inmediato anterior), siempre y cuando no se hayan
generado utilidades en el ejercicio presente, se presupondrá que la distribución
proviene de las “ […] utilidades del ejercicio más cercano al inmediato anterior
a aquel en que ocurre el pago”, esto así dispuesto por la Ley en su artículo 68.
La gravabilidad de estas utilidades se establece por el orden de imputación del
artículo 67, y serán rastreadas hasta que las utilidades correspondan a un
ejercicio fiscal bajo el cual no regía la Ley aquí citada (Ley derogada de 1994),
lo que automáticamente las deja fuera de gravamen.
Es común que las empresas concedan opciones a los accionistas para
escoger su forma de retribución, como pueden ser: recibir acciones, vender
sus derechos de suscripción a la propia entidad emisora a un precio prefijado
o vender sus derechos en Bolsa al precio o cotización que tengan en este
mercado; estas dos últimas alternativas suponen una dilución de la
participación del accionista en el capital de la sociedad. Entre las razones de
esta modalidad está el menor esfuerzo financiero de la entidad que distribuye
el dividendo, ya que de esta forma no reduce su caja y mejora la capitalización
de la empresa. ¿Cambia algo respecto al régimen tributario al que se someten
los dividendos en acciones respecto de sus pares en dinero? La respuesta de
la Ley la encontraremos en el artículo 71.
Como distinguimos páginas atrás, el artículo 65 les concede el mismo a
tratamiento a los dividendos en acciones, por ende, se le aplica la misma
alícuota del 34% sobre la base imponible que se compone del excedente. Lo
que varía de los dividendos en dinero a los dividendos en acciones es la
responsabilidad del pagador en lo referente a la retención y pago del
impuesto. El Reglamento de Ley, en su artículo 210 pone de manifiesto que,
en los casos de las distribuciones de utilidad en dinero, compete al pagador
(sociedad, compañía) una vez concluido que existe el excedente, retener el
total al impuesto proporcional correspondiente según los procedimientos antes
expuesto, dando un plazo de tres (3) días hábiles, desde el momento en que
se efectúa la liquidación y retención, para enterarlo a la Oficina Receptora de
Fondos Nacionales.
Para los dividendos en acciones debemos consultar, de antemano, el
parágrafo primero del artículo 71 de la Ley, donde se encuentra la diferencia
principal: La retención que corresponde hacer al pagador ya no es de la
totalidad del tributo (calculo sobre la base del excedente por la alícuota del
34%), sino que sólo se efectúa por el uno por ciento (1%) sobre el valor total
del dividendo decretado. Se especifica, además, forma imperativa dentro de la
Ley (en el artículo citado) que corresponde a la empresa pagadora exigir un
comprobante del anticipo estipulado en el parágrafo, requisito indispensable
para asentar en el libro de accionistas la titularidad de la acción.
De igual forma en el artículo 214 del reglamento, podemos encontrar las
disposiciones legales respecto a cuándo declarar y efectuar el pago,
estipulando: “las personas naturales jurídicas o entidades que reciban
dividendos en acciones sujetos al anticipo del uno por ciento (1%) a que hace
referencia […] la Ley deberán declarar y pagar el total del impuesto
proporcional que gravan el dividendo, en el momento de la enajenación de las
referidas acciones”. Esta se constituye como la segunda gran diferencia con
los dividendos pagados en dinero, puesto que ellos de acuerdo al artículo 210,
ejusdem, una vez se precisa el excedente gravable, el pagador retiene la
totalidad del impuesto proporcional cuando se decreta el pago o abono en
cuenta; debe, al mismo tiempo, informar a la Oficina Receptora de Fondos
Nacionales respecto de la misma, contando con un plazo de tres días hábiles.
Hasta el momento hemos hablado del dividendo pagado en acciones, siendo
la acción una representación de la utilidad o renta; de igual modo las ventas
de dichas acciones según la condición o el tipo de mercado que se realice va
a estar sujeto a un procedimiento tributario especifico, bien sea que dicha
enajenación se obtenga una ganancia o pérdida la cual es el punto de interés
para la Administración Tributaria. Dentro de esta sección de la Ley se
encuentra el régimen tributario en la que se encuentra sujetas las rentas de
estos activos de capital que se realicen a través de una Bolsa de Valores
domiciliada en el país; en su artículo 74 la norma regula los ingresos que
obtenga bien sea personas naturales, jurídicas o comunidades por este tipo
de venta, siempre y cuando se cumpla con estos dos requisitos. 1)La oferta
pública haya sido autorizada por la Comisión Nacional de Valores y 2) se haya
hecho de acuerdo a las disposiciones de la Ley de Mercado de Capitales.

Los ingresos percibidos en esta materia están sujetos a una alícuota del 1%
sobre el valor de la venta según regla el articulo mencionado. Por su parte la
ley asigna a la bolsa de valores que realiza la operación, en su artículo 75, la
obligación de retener dicho impuesto (el cual se asemeja más a un impuesto
por venta que por renta) debiendo informar en un plazo de tres días hábiles
desde la liquidación y retención a una Receptoría de Fondos Nacionales. En
aquellos casos donde la venta produzca una perdida, de igual forma deberá
pagarse el 1% sobre el valor de la venta y no se podrá deducir dicha perdida
de cuales quiera otra de sus rentas (parágrafo único, articulo 74).
Observamos pues que la ley otorga a las bolsas de valores el estatus de
responsable en calidad de agentes en retención, obligación secundada por
el artículo 17 del Decreto número 1808, Reglamento Parcial de la Ley de
Impuesto sobre la Renta en materia de retenciones, en específico en su
numeral 5. Ellos lo son en el caso previsto por el articulo 74 de la Ley y, en el
Decreto se agrega la responsabilidad por ingresos producto del mutuo de
acciones, operaciones debe informar de forma mensual a la Administración
Tributaria haciendo exposición de la totalidad en la que haya intervenido, la
identificación de los mutuantes, de los montos de las operaciones, así como
los detalles respecto a los títulos mutuados.
El decreto 1808 señala una serie de obligaciones que son de indispensable
cumplimento como agente de retención, los cuales pueden encontrarse desde
su artículo 21 hasta el artículo 25; entre ellos encontramos agroso modo:
• Artículo 21: la obligación de enterar en las oficinas de Fondos
Nacionales tres días hábiles siguientes al impuesto liquidado y retenido
por la enajenación de acciones.
• Artículo 23: presentar ante la administración tributaria (oficina de su
domicilio) una relación de los impuestos retenidos y enterados durante
el periodo anterior, que identifique a los sujetos y cantidades, dado un
plazo de 2 meses tras el cierre el ejercicio fiscal o la cesación de
negocios o actividades
• Artículo 24: entregar un comprobante que indique el monto pagado o
abonado en cuentas y la cantidad retenida al contribuyente, así como
una relación de estos totales y los propios del ejercicio en caso de
cesación de actividades del agente de retención (exclusivamente para
los pagos referentes al capítulo III del Decreto, cuestión que nos atañe)
• Artículo 25: mantener y resguardar los medios digitales, informáticos,
magnéticos o similares que fueron utilizados para producir la
información para emitir la información al que se refieren los artículos
anteriores; esto hasta la prescripción del tributo.
En este punto ya hemos expuesto lo que la Ley tiene por objeto normal en su
Capítulo 2 Titulo 5, a lo que cabe añadir la estipulación del articulo 76 de la
Ley, donde se deja de manifiesto que todos aquellos ingresos brutos
mencionados en dicho título deben ser considerados como enriquecimiento
neto; esta consideración nos indica dos grandes distinciones: primero,
ninguno de estos ingresos podrá admitir deducciones, por lo que,
contablemente, se considera costos o gastos efectuados por el contribuyente;
y segundo, ellos no pueden ser incorporados a la Renta Neta Global puesto
que, debemos recordar el impuesto imputable a este tipo de ingresos es
pagado en momentos y condiciones distintas, con bases imponibles y
alícuotas variables según la naturaleza y contexto de las transacciones.
Para concluir, la ley de Impuesto Sobre la Renta establece en su contenido
nociones relacionadas con los dividendos en acciones, la Administración
Tributaria establece las reglas de imputación y determina la parte gravable de
los dividendos repartidos. La Ley de Impuesto Sobre la Renta considera como
dividendo la cuota parte que corresponda a cada acción en las utilidades de
las compañías anónimas y demás contribuyentes asimilados, incluidas las que
resulten de cuotas de participación en sociedades de responsabilidad limitada.
Además, es un hecho de que se considera como enriquecimiento neto por
dividendos al ingreso percibido a tal título, pagado o abonado en cuenta, en
dinero o en especie, originado en la renta neta no exenta ni exonerada que
exceda de la fiscal, que no haya sido gravada con el impuesto establecido en
esta Ley.
Durante el desarrollo de las paginas precedentes buscó desglosar a partir de
la legislación tributaria vigente cuales eran los procedimientos y forma de
cálculos de los dividendos que se constituyen en sí mismo con ganancias de
capital ; ellos a diferencia de otro tipo de resta, de forma general no se calcula
en base a la renta neta percibida , entendida esta como el ingreso o utilidad
una vez deducido todos los costos y gastos; por la naturaleza de los mismos
ellos son considerados per sé cómo enriquecimiento neto. Al mismo tiempo la
base imponible se comprende solo de aquellos ingresos considerados como
excedentes tomando en cuenta la liquidación del tributo inmediato anterior.
Aunque esto se constituye como la generalidad en los casos de dividendos
existen otros supuestos donde el cálculo de impuesto se base en el monto total
percibido, así estipulado por la ley y sus reglamentos auxiliares.
Así como existen dividendos que se distribuyen en términos de dinero en
efectivo en el ámbito mercantil es costumbre el presentarle a los asociados,
titulares o comuneros la oportunidad de percibir utilidades a través de
otorgamiento de nuevas acciones. Este título de valor, en el mundo
empresarial tiene gran poder, puesto que a través de la contribución del capital
se les brinda financiamiento a las entidades, así como un beneficio a sus
tenedores, quienes con él tiene la oportunidad de realizar inversiones que
responda con un buen rendimiento y oportunidades de venta con prima en el
futuro.
Como se mencionó al introducir el presente trabajo la forma que adopta el
tributo puede cambiar de acuerdo a cuál sea la naturaleza de la fuente de la
cual emana la renta, este es el caso de los dividendos, es decir, distribución
de utilidades, que se perciben bien sea por actividades de la rama petrolera
como en las regalías propias de industrias mineras en el caso de ir destinadas
a empresas no mineras; para ellos la Ley tiene miramientos singulares
específicamente en los parágrafos segundo y tercero de Articulo 71,
respectivamente, el cual señala:

“Cuando los dividendos provengan de sociedades dedicadas a las


actividades previstas en el encabezamiento del artículo 11 de esta Ley
(dividendos provenientes de petrolera), se gravarán con la alícuota
del cincuenta por ciento (50%), sujeta a retención total en la fuente.
Cuando los dividendos provengan de sociedades que reciban
enriquecimientos netos derivados de las actividades previstas en el
aparte único del artículo 12 de la ley (dividendos de empresas no
mineras que perciben regalías mineras), se gravarán con la alícuota
del sesenta por ciento (60%), sujeta a retención total en la fuente”

Las razones por las cuales las legislaciones prestan especial atención a la
obtención de ganancia a partir de dividendos obedece a la realidad
contemporánea, donde las compañías o sociedades anónimas son
considerada la forma más eficiente de hace negocio puesto que dejan a un
lado la camaradería y la cooperación para centrase en resultados numéricos
y monetarios. Éstas funcionan a partir del dinero puesto por socios que incluso
no se conocen entre sí y que pueden dedicarse a otras actividades que
también les generen renta, por ende, el ingreso que perciban de sus títulos de
valor complementa a su enriquecimiento neto; esto quiere decir que la
obtención de las acciones que generan dividendos se hizo a partir de un capital
por un costo muy bajo o nulo. Por tales razones y la esencial diferencia de
estos enriquecimientos con los percibidos por otras actividades principales o
predominantes (como puede ser la percepción de salarios u honorarios
profesionales), se hizo imperativa la disposición de una normativa que
envuelva esta nueva y muy popularizada forma de generar renta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Ley de Impuesto Sobre la Renta. Gaceta Oficial N° 6.210 de fecha 30


de diciembre 2015. [Consultado el 17/04/2022]

2. Decreto 1.808, Reglamento Parcial de la Ley de Impuesto Sobre la


Renta en Materia de Retenciones. Gaceta Oficial N° 36.203 de fecha
12 de mayo de 1997. [Consultado el 17/04/2022]

3. Morales-Arce R. 2010. Finanzas Empresariales. [Consultado el


11/04/2022]. Editorial Uned.

4. Reglamento de Impuesto Sobre la Renta. Gaceta Oficial N° 5.662


(EXTR) de fecha 24 de septiembre 2013. [Consultado el 19/04/2022]

5. “El impuesto a la renta sobre las ganancias del capital obtenido en la


enajenación de inmuebles”. Del Pino, F.; Jornadas nacionales del
derecho tributario

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