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Caso Tía María

Problemática

Uno de los conflictos que permanece activo desde el año 2010 en el sur del Perú, es el que ha
surgido alrededor del proyecto minero Tía María, en la provincia de Islay (Arequipa). Este es
uno de los conflictos socio-ambientales más importantes de los últimos años en Perú. La
firmeza de los pobladores del valle de Tambo ante la negativa de permitir el ingreso proyecto
cuprífero o del Tía María en un área cercana al valle, se ha considerado como uno de los
emblemáticos conflictos de resistencia locales en Perú. El proyecto minero Tía María se ubica
geográficamente en el Valle de Tambo, en los distritos de Cocachacra, Mejía y Deán Valdivia
(provincia de Islay, departamento de Arequipa, Perú). Este valle tiene importancia nacional en
la siembra de arroz, ajo, papa y caña de azúcar; siendo 24 mil habitantes de ese lugar
trabajadores del valle.

Implicados: Entre los actores de este conflicto encontramos primero a los pobladores
campesinos del Valle de Tambo opositores al proyecto minero, y representados por sus líderes
locales, sociales y políticos, agrupados principalmente en el Frente Amplio de Defensa del Valle
de Tambo. este Frente se convirtió en la principal estructura de movilización de recursos con
una capacidad de organización exitosa para sostener la oposición al proyecto minero durante
siete años, entre 2008 y 2015. Organizó y sostuvo cuatro paros indefinidos y su principal éxito
ha sido la postergación del inicio de las operaciones mineras. Los demás actores del conflicto
son: en un segundo lugar la empresa minera Southern Copper Corporation quien es titular del
proyecto minero Tía María. Y, en tercer lugar, el Estado peruano principalmente a través del
gobierno nacional.

Proyecto: Este proyecto está concesionado a la empresa minera Southern Copper Corporation
y consiste en la explotación de dos yacimientos a tajo abierto: La Tapada y Tía María con
reservas totales de 650 760 000 toneladas de mineral de cobre oxidado con una ley promedio
de 0,381%. La construcción de este proyecto se estima en 27 meses y las operaciones durarán
18 años. La inversión estimada asciende a 1 400 millones de dólares. El mineral será producido
empleando el método de lixiviación, extracción por solvente y deposición electrolítica para
elaborar cátodos de cobre.

La lixiviación es un proceso en el cual se aplica agua y ácido sulfúrico en rocas, los cuales
reaccionan con la superficie y disuelven el cobre de estado sólido a líquido, obteniendo una
solución llamada PLS (Pregnant Leach Solution). Este proceso es conocido por ser uno de los
más limpios para la extracción de metales.

Posibles impactos: Hay muchas razones, tales como:

- el agua: El uso del agua era el tema más sensible para el pueblo, ya que la gente
estaba en contra de que el agua que se usa para la agricultura se usaría para las
operaciones de la mina. El río Tambo de por sí ya tiene altas concentraciones de
sólidos suspendidos, cloruros, aluminio, arsénico y plomo en periodos de estiaje, por lo
que deviene en agua de mala calidad para el consumo humano y para la agricultura.
Agravar esta situación sería un gran problema para el valle. Se debe tener en cuenta
que los componentes mineros se ubicarán en varias quebradas.
- la dirección de los vientos: Están los riesgos de dispersión del polvo, que proviene de
un yacimiento con sulfuros, por lo que resulta importante estudiar la dirección de los
vientos. Si bien, los vientos en dicha zona van de manera predominante hacia el Nor-
Este, esa tendencia varía (hacia el Sur-Este) en las diferentes estaciones del año y entre
el día y la noche por la presencia de los vientos locales (brisas marinas). Según se
señalan, esto no se encuentra suficientemente estudiado, por lo que las partículas
PM10 y PM2.5 podrían llegar hasta el valle y depositarse en aguas superficiales, suelos
y cultivos.
- las instalaciones mineras: Preocupación por la ubicación de la planta de chancado
primario de La Tapada, debido a su proximidad al Valle Tambo y de los depósitos de
desmonte de La Tapada y Tía María, ya que se encuentran en una quebrada que incide
en el poblado de Cocachacra y sobre el río Tambo, por lo que expresó su preocupación
por los posibles cambios en la calidad del aire y recomendó reubicar la planta de
chancado primario y el depósito de desmonte del tajo de La Tapada, algo que “solo se
movió ligeramente”. Los pobladores creen que la agricultura que se desarrolla en el
valle se vería afectada por el polvo que produciría la actividad minera, teniendo en
cuenta que esta se desarrollaría a 2km del poblado más cercano.

El 28 de octubre del 2009 se realiza un referéndum organizado por el JNE, apoyado por los
alcaldes y financiado por los pobladores. En dicho referéndum, los pobladores de Cocachacra y
Punta Bombón rechazaron el proyecto con más del 90% de desaprobación, ya que los
yacimientos mineros serían a tajo abierto, esto significa que se realiza con explosiones al aire
libre, generando polvo que puede afectar la actividad agrícola. Además, la extracción del cobre
sería por el proceso de lixiviación que, aunque sea uno de los más limpios, genera relaves
mineros subterráneos y podría dejar infértil las tierras de los pobladores.

Cronología

2009: se presenta el primer Estudio de Impacto Ambiental. Recibió una serie de observaciones.
Por ejemplo, El Frente de Defensa del Pueblo de Islay realizó cerca de 3 mil observaciones y
luego el gobierno declaró la intangibilidad de las aguas superficiales y subterráneas del río
Tambo. En un primer momento la empresa señaló que usaría agua de pozos subterráneos,
pero la gente rechazó esta alternativa.

2011: El E.I.A es revisado por la UNOPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios de
Proyectos) y encontró 138 observaciones y errores por parte de Southern Perú. Estos errores
iniciaron un sentido de desconfianza en el Valle del Tambo y Cocachacra. La más importante
observación fue que ellos harían uso del agua del río Tambo, el cual era el mismo ingreso de
los agricultores de la zona. El proyecto queda en suspenso por el descontento de la población e
inician las protestas por parte de los pobladores. En una encuesta vecinal, se informó que el
95% de los pobladores de Islay no estuvo de acuerdo con la realización de la obra.

2013: se presenta el segundo Estudio de Impacto Ambiental, en el cual se esperaba que la


empresa arreglara las observaciones hechas en el primer E.I.A. En vista a su observación más
grande sobre el uso del agua del río Tambo, la empresa propone que se usará agua del mar.
Esta agua de mar, para ser usada en procesos, necesita pasar por una desalinización, por lo
que la empresa también propuso construir una planta desalinizadora. Este proceso
simplemente haría más costoso el proyecto, pero aun así el E.I.A fue aprobado el año siguiente
por el MINEM. Cabe recalcar que este segundo E.I.A no fue revisado por la UNOPS.

La aprobación del E.I.A generó la protesta más grande por parte de la población. Esta fue tan
grande que se necesitó la intervención de las fuerzas armadas y existía una fuerte tensión
entre ambas partes. El director de Relaciones Institucionales salió a decir a un medio de
manera pública que el proyecto ya no se realizaría, puesto que no sería posible. Poco tiempo
después, el director de la empresa Southern salió a decir que esta afirmación no era cierta y
que el proyecto seguía en pie. Esto generó aún más desconfianza en la población, a quienes ya
se les tildaba, gracias a su rebelión, de revoltosos, anti mineros y “terrucos” anti mineros.

2015: El 9 de mayo se dispuso el ingreso de las Fuerzas Armadas y, 4 días después, se inicia un
paro regional de 72 horas. 2 días después, Southern anuncia una pausa de 60 días en el
proyecto. Pasados estos 60 días, se anunció la extensión de la pausa, siendo esta la última
noticia de Tía María, ya que estuvo suspendido hasta el año 2019.

2019: se dio la licencia para la construcción de la planta de procesamiento del proyecto de Tía
María en el mes de julio. Esto volvió a generar una huelga en los pobladores del Valle del
Tambo y la Junta de Usuarios de este Valle presentó una demanda para que, por medio de una
medida cautelar, se anule la licencia de construcción y el E.I.A, solicitando uno nuevo con
mejores lineamientos para que se haga de manera correcta.

Se propuso una mesa de diálogo con alcaldes, dirigentes y el gobierno para conversar sobre
esta situación, a lo que el gobernador de Arequipa se negó hasta que se deje sin efecto la
licencia de construcción, dándole 72 horas para esto. El entonces presidente Martín Vizcarra
informó que no se podía anular, ya que para declarar viable un proyecto solo es necesario el
cumplimiento de los requisitos técnicos del proyecto y tener aprobado el EIA. Como la
empresa cumplió con los requerimientos solicitados, legamente fue otorgada la licencia; pero
que no buscaba la imposición del proyecto.

El 9 de agosto del mismo año, el MINEM anunció la suspensión de la licencia otorgada al


proyecto, indicando que el Consejo de Minería se encargaría de resolver los recursos
presentados por autoridades y colectivos sociales de Arequipa los días 18, 19 y el 23 de julio
por el Frente de Defensa de la Central Azucarera de Chucarapi de Arequipa, Elmer Cáceres
Llica y la Junta de Usuarios del Valle de Tambo. 3 meses después, este consejo resolvió
declarar infundados los 3 recursos de revisión presentados contra la licencia de construcción
de Tía María. Esto ha generado diversas reacciones en la población, quienes tildaban al
presidente y al gobierno de traidores.

2022: Southern ofrece la construcción de una represa en lugar de la planta de desalinización.


Esta represa requeriría una mayor inversión que los 100 millones de dólares de presupuesto
planeado para la planta inicial. La empresa indicó que el agua de la represa, con una capacidad
de 73 millones de metros cúbicos, se usaría para proveer de agua tanto al proyecto, que usaría
como máximo 10 millones de m3, como a la comunidad con los 63 millones restantes.
Actualmente, la empresa se dio un tiempo para hacer un balance de lo avanzado y lo que viene
para una de las mineras más importantes del país.

Respuesta ciudadana:

Protestas: Se tuvieron 4 protestas y paralizaciones

1. de abril a noviembre de 2010


2. marzo del 2011, que terminó con tres personas muertas y 67 personas heridas (estos
sucesos durante el gobierno de Alan García)
3. desde marzo a junio de 2015, dejando como saldo cinco muertos (esto durante el
gobierno de Ollanta Humala)
4. julio de 2019, luego de que se entregara la licencia de construcción a Southern Perú,
dando lugar a enfrentamientos armados donde resultaron heridos tanto policías como
manifestantes.

Gracias a esto, se vio perjudicado el bloqueo de las vías de acceso a los poblados del valle de
Tambo y debido a esto se afectó también a los comercios, empresas exportadoras, hoteles y
agricultores, que han registrado pérdidas por US$800 millones, según reportó la quincena de
este mes la Cámara de Comercio de Arequipa; también su principal puerto: el de Matarani.

Resistencia: Un caso de resistencia cotidiana es el que ocurre en la feria o mercadillo los fines
de semana en el distrito de Cocachacra, en el valle. Esta feria se realiza los domingos por la
mañana, donde los pobladores acuden para abastecerse de alimentos y pasar un momento de
júbilo con sus familias. Únicamente ese día aquel espacio físico destinado para económico y
recreativo se vuelve un espacio de resistencia. Aquel día se hacen presentes banderolas con el
lema “Agro sí, mina No” en los distintos puntos de ingreso de la feria.

Otro caso de resistencia cotidiana se puede observar en el cementerio del distrito de


Cocachacra. Aquí la resistencia adquiere un espacio simbólico. Aquellos pobladores fallecidos
durante los episodios de conflicto portan sobre sus nichos las mismas banderolas que se
ubican en los puntos de ingreso de la feria dominical, y las cuales también se ven en las
azoteas de muchas casas en el valle.

Una muestra más de la resistencia cotidiana son las eventuales caravanas nocturnas que
tienen lugar en el distrito de Cocachacra. En estas los pobladores toman la calle de a pie y/o en
camionetas realizando arengas en contra de los continuos intentos, también cotidianos, de
SPCC de ingresar al valle, en esta ocasión a través de otras estrategias como campañas
informativas y de apoyo social.

Opiniones finales:

Tía María es un proyecto donde, aunque se pueda hacer usando los procesos y maquinarias
más actualizadas y seguras, existe una resistencia social tan grande que no es viable
socialmente. El rechazo de los agricultores de Islay se debe al temor que la mina contamine sus
fuentes de agua y tierras agrícolas. En los talleres de consulta previa se hizo mención que se
espera que el proyecto genere empleo y se contrate mano de obra local, así como también
que existan programas de capacitación técnica, apoyo a la agricultura, pesca y financiamiento
para la creación de microempresas. Asimismo, se mostró interés en que se de oportunidades
de trabajo a los jóvenes y que las familias de los trabajadores de la mina tengan beneficios.

Una alternativa de solución al conflicto social es el dar a explicar a detalle cómo será la
construcción de la planta desalinizadora, cómo es el proceso de desalinización y qué impactos
potenciales supone en el agua del río Tambo dado que para su construcción se requerirá agua
de dicha fuente. Además, presentar un estudio hidrogeológico más detallado de la zona del
proyecto y realizar estudios más detallados de la dirección del viento, pues solo se consideró la
dirección del viento durante el día, mas no por estaciones.

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