Pe amie c l a

Si ha re e i n ha esperan a

La ca trata de todo lo que es bueno recto o de las

normas morales que rigen la conducta humana. Tambi n
se le llama losof a moral.

La palabra griega ethika procede de la e presi n ,

que signi ca comportamiento , costumbre. Los romanos la
tradujeron como , de ah viene nuestra palabra
moral . Como seres humanos constitutivamente morales,
vamos constru endo nuestro car cter moral, nuestro éthos, a lo largo de toda nuestra vida. De
nosotros depende que el resultado nal est m s relacionado con la virtud que con lo que es
defectuoso en sentido moral. Valores ticos fundamentales son la justicia, la verdad, la libertad la
responsabilidad.

Aunque pueden encontrarse diferentes sistemas de ideas morales en otras culturas, como en China o
la India, ha sido solo en Occidente donde la tica se ha considerado desde una perspectiva los ca.

Entre los l sofos presocr ticos a encontramos, por ejemplo, un esfuer o por sentar las ra ones por
las cuales los hombres deber an comportarse de una cierta manera. La obra de S crates centra toda su
re e i n los ca en la tica. Pero fue Arist teles el que estableci la tica como disciplina los ca,
mostrando por ejemplo la relaci n entra la normas los bienes, entre la tica individual la social, la
clasi caci n de las virtudes o la relaci n entre la vida te rica la vida pr ctica. Y los estoicos, al igual
que muchas escuelas de la poca, intentaron descubrir un fundamento de la tica en la naturale a.
Por otro lado, el cristianismo fundament los principios de la moral en Dios, con el tiempo, al igual
que los estoicos, equipar lo bueno con lo verdadero.

Sin embargo, a partir del siglo XVII aparecen otros esfuer os por fundamentar la tica, lo que condujo
a algunas reformulaciones radicales. Por ejemplo las teor as ticas basadas en el ego smo (Hobbes), en
el radicalismo pol tico (Maquiavelo), en el sentimiento moral (Hutcheson), en el utilitarismo, en el
evolucionismo, etc. El evolucionismo tico condujo a cambios revolucionarios que, como fue el caso
de Niet sche, llevaron a una inversi n completa de los referentes ticos conocidos hasta entonces.

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La llamada tica e istencialista niega que pueda haber una tica basada en normas morales
objetivas fundamentadas en Dios, la sociedad, la Naturale a o un supuesto reino objetivo de valores, etc,
a rma que el nico imperativo tico posible es el que cada cual tiene que decidir por s mismo lo
que har o ser dependiendo de sus circunstancias concretas. Sin embargo, Jos Luis L pe
Aranguren escribe sobre esto:

Todos los personajes ateos de nuestro tiempo, desde los personajes ateos de Dostoiewski y desde Nietzsche hasta
Sartre, son lo contrario de unos escépticos: son enemigos de Dios. El ateísmo ético ha sido una tremenda lucha
contra Dios desencadenada en nombre y en defensa de una moral separada de la religión Pero si Dios ha
muerto, si no existe ya, entonces la moral carece de fundamento y todo está permitido Pero si desaparece
Dios, todo se torna relativo y puramente histórico Ya en la Edad Media, Gregorio de Rímini había admitido
que la obligación moral continuaría vigente aún cuando no existiese Dios. Ahora bien, eso es imposible. Ningún
contenido puede contener validez universal si no está sustentado en Dios y por Dios .

Jos Luis L pe Aranguren, Ética , Alian a Universidad Te tos, 2001, p gs. 118, 119.

Por otro lado, Immanuel Kant (1724-1804) procur , con sus imperativos categ ricos , fundamentar
una tica aut noma, es decir, que la le moral no es ajena en modo alguno a la persona misma que la
ejecuta: la ley moral dentro de mí . Seg n Kant, es determinante para la tica no considerar el ser
humano como un simple medio, sino c en s mismo. Adem s, e horta, Obra solo según una
máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal .

Por tanto se podr a decir que lo tico es todo aquello que logra el ma or bien respetando la dignidad
humana. A la hora de decidir o actuar ser a como sopesar el bien el mal sobre una balan a ver
hacia d nde se inclina m s. En el cristianismo no se trata s lo de mi bien , sino del bien absoluto que
procede de Dios que podr a mu bien signi car el bien del otro m s que el m o propio. Eso quiere
decir tambi n que la aserci n no es ético mentir , no podr a tener la misma aplicaci n en todas las
circunstancias. Y si no, que se lo pregunten por ejemplo a las familias que durante el r gimen na i,
ten an jud os escondidos en sus casas la Gestapo les preguntaba por ellos. En mi opini n, el ma or
bien aqu no ser a decir toda la verdad como simple precepto legalista , sino salvar por todos los medios
la vida de aquellas personas.

Por otro lado, no es cierto que la tica importe poco a la gente. Ante injusticias o corrupci n
agrantes, muchas veces la conciencia individual o colectiva responde con energ a. Por ejemplo, en
1971 el polic a de la ciudad de Nueva York, Frank Serpico (1936), interpretado en el cine por el actor
Al Pacino, se convert a en el primer polic a que declaraba como testigo en un juicio por la corrupci n
e istente en la ma or parte del cuerpo de polic a de la ciudad de Nueva York. Fue todo un esc ndalo
 en su d a, pero tambi n motivo de re e i n para la sociedad de
entonces, adem s de un ejercicio de pro la is para el sistema. A
veces en cuesti n de tica, tambi n es verdad que las
revoluciones tienen lugar en los callejones sin salida .

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R b ca

A la pregunta de ¿Qué puedo hacer yo para hacer este mundo un poco mejor? , la respuesta qui ser a
que para eso no se necesitar an grandes ha a as, ni ser un Premio Nobel o una gran estrella
medi tica. Es solo procurar el bien (persistir en ello cada d a) en nuestro entorno m s cercano, incluso
en lo m s peque o seg n nuestras propias circunstancias. Porque el mundo no se hace solo. Es ni
m s ni menos el que hacemos entre todos.

Las siguientes re e iones de autores que han dedicado mucho de su tiempo a re e ionar sobre lo
bueno recto, qui a uden a tener una ma or perspectiva del sentido real de la tica.

La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de
justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de
valentía La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término
medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto .

El hombre bueno, en efecto, juzga bien todas las cosas, y en todas ellas se le muestra la
verdad. Pues para cada modo de ser hay cosas bellas y agradables, y, sin duda, en lo que más
se distingue el hombre (o mujer) bueno es en ver la verdad en todas las cosas, siendo como el
canon y la medida de ellas. La mayoría en cambio se engaña, según parece, a causa del
placer, pues parece ser un bien sin serlo. Y, por ello eligen lo agradable como un bien y huyen del dolor como un
mal .

A (384 a. C.-322 a.C.), Ética a Nicómaco .

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos .

Ma c T Cc (106-43 a.C).

La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos: por lo tanto mantén la guardia y cuida de
que se entretengan en nociones adecuadas a la virtud y el carácter razonable .
 Ma c A (121-180), emperador romano l sofo, mu amado por su pueblo. Conocido por
una gran humanidad, adherencia a la justicia esp ritu pac co.

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Obra de tal modo que tomes a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier
otro, siempre como al mismo tiempo y nunca meramente como un medio.

Cada cual debe tratarse a sí mismo y a los demás, nunca simplemente como medio, sino
siempre como en sí mismo Sin embargo, lo que constituye la única condición bajo
la cual puede algo ser n en sí mismo, no posee simplemente un valor relativo, o sea, un
precio, sino un valor intrínseco: a d g dad«.

I a Ka (1724-1804), Fundamentación para una metafísica de las costumbres, Alian a

Editorial, Madrid, 2002.

Los principios éticos elevados producen métodos comerciales e caces .

Ja Wa (1736-1819), ingeniero escoc s e inventor de la m quina de

vapor, determinante en el desarrollo de la primera Revoluci n Industrial
en todo el mundo.

Una virtud es una cualidad humana adquirida su

obtención se logra por hábitos, costumbres repetitivas, imitaciones del carácter de los
virtuosos y el consecuente entrenamiento y educación Lo característico de la
virtud es que para ser e caz y producir los bienes internos que son su recompensa,
debe ejercitarse sin reparar en consecuencias .

A a da MacI (1929), Tras la virtud, (Cr tica 1987), l sofo

dedicado a la losof a moral a la pol tica los ca, e perto tambi n en
historia de la losof a teolog a profesor de la universidad de Notre Dame.

Sé que algunos dicen que la idea de la ley de la naturaleza o del

comportamiento decente por todos los hombres no se sostiene, dado que las
diferentes civilizaciones y épocas han tenido pautas morales diferentes. Pero
esto no es verdad Si alguien se toma el trabajo de comparar las enseñanzas
morales de, digamos, los antiguos egipcios, babilonios, hindúes, chinos,
griegos o romanos, lo que realmente le llamará la atención es lo parecidas que
son entre sí y a las nuestras Por ejemplo, el egoísmo nunca ha sido
admirado .

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C e S a e Le , «Mero cristianismo .

Hay moral porque en el universo existe un tipo de seres que tiene un valor
absoluto, y por ello no deben ser tratados como instrumentos; hay moral porque
todo ser racional es n en sí mismo, y no medio para otra cosa. Hay moral
porque las personas son seres absolutamente valiosos De estos seres no
diremos que tienen precio, sino dignidad, y que, por tanto, merecen un respeto
del que se siguen obligaciones morales .

Ad a C a, Ética , Ediciones Akal, tercera edici n 2001.

Todo hombre tiene conciencia moral y se siente observado, amenazado y sometido a respeto -respeto unido al
temor- por un juez interior. Y esa autoridad que vela en él por las leyes no es algo producido arbitrariamente por
él mismo, sino inherente a su ser. Cuando pretende huir de ella, le sigue como su sombra. Puede, sin duda,
aturdirse y adormecerse con placeres y distracciones, mas no puede evitar volver en sí y despertar de cuando en
cuando tan pronto como percibe su terrible voz. Puede incluso, en su extrema depravación, llegar a no prestarle
atención, pero lo que no puede en ningún caso es dejar de oírla .

Dos cosas colman el ánimo con una admiración y una veneración siempre renovadas y crecientes, cuanto más
frecuente y continuadamente re exionamos sobre ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí .

I a e Ka (1724-1804), citado por Javier Muguer a Carlos G me en La aventura de la

moralidad, p gs.90, 105, 281, Alian a Editorial, Madrid, 2007.

En materia de buen gobierno de las empresas caben dos técnicas. Una, que los
abogados llamamos vía legix, es decir, por vías de disposiciones legales: lo que hay que
hacer y lo que no. Y la otra, es la de generar en las compañías un convencimiento de
que gobernar bien es hacerlo con ética y honestidad. Gobernar sin ética y sin
honestidad conduce al fracaso. Las rmas que sobreviven son las que combinan
honestidad y rentabilidad Además, comportándose de una manera ética se puede
tener éxito. Las empresas que operan con principios responsables son las que
prevalecen, las que desaparecen son las otras .

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A Ga Wa , Madrid 1934. Pol tico jurista espa ol.

«La ética, en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo
absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en
ningún sentido, a nuestro conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo
personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo ridiculizaría .

Conferencia sobre ca le da por L d W en enero de 1930, Ediciones Paid s, 1989,

pp.33-43.

Me sigo considerando intelectualmente religioso y religiosamente intelectual, pues

para mí, personalmente, la ética sigue abierta a la religión, es decir, la religión me sigue
pareciendo relevante para la ética .

«Estoy al cabo de la calle de que la nietzscheana muerte de Dios es hoy una realidad
irreversible para mucha gente, que no por ello está dispuesta a renunciar a la ética, pero
para mí personalmente, en tanto que creyente, Dios no ha muerto o, si usted quiere,
creo no haber perdido totalmente la sensibilidad para el misterio, y hay capítulos de la
ética que no sabría como abordar si de algún modo no lo hago desde la religión . Por
ejemplo no tendría nada que objetar al tratamiento contractual del problema de la
justicia pero no veo claro en cambio, cómo cabría abordar desde esos planteamientos un problema como el de la
solidaridad que para mí es heredera de la fraternidad cristiana y, por ende, remite a la religión .

J L L Aa (1909-1996).

La ética no se limita a procurar la mejor y más justa con guración del presente, sino que
pregunta insistentemente por los ya-no-presentes. Vuelve su mirada, con inevitable
desasosiego, hacia los que nos precedieron, intentando introducir sentido donde no lo
hubo. Es una ética que, además de actuar sobre el presente, medita sobre el pasado de los
injustamente tratados por la historia. Se acuerda de las vidas dañadas y maltrechas. Es
aquí donde la ética puede sellar alianzas con la religión. La ética siente anhelo por una
especie de nitud sanada, evocada por la tradición cristiana, por un posible escenario
futuro sin víctimas ni verdugos. La sombría perspectiva de que todo pudiese quedar como ha ocurrido a lo largo
de la historia de la humanidad movió incluso a pensadores no creyentes a postular futuros escenarios de
liberación. Unamuno ha tenido muchos seguidores en su deseo de que nuestro trabajado linaje humano sea algo
más que una fatídica procesión de fantasmas que van de la nada a la nada .

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Ma F a , catedr tico de Filosof a de la Religi n en la UNED. Vivir sin ética? ¿Vivir sin
religión? El pa s, 8 de febrero 2014.

La exclusiva temporalidad que desliga al hombre de sus fuentes

metafísicas, el positivismo total que sólo se ocupa de la super cies
de las cosas, mientras relega al olvido la dimensión profunda, no
pueden ofrecer al hombre un sentido duradero, por lo que
conducen a la frustración En nuestro mundo actual con sus
múltiples tentaciones y estímulos es muy grande la exigencia de
una orientación fundamental, de normas y de un sistema
vinculante de valores. Si no estamos a la altura de todo ello, esta
sociedad no podrá mantenerse .

Ma D (1909-2002), periodista escritora alemana coeditora de Die Zeit que hab a

participado en la resistencia contra el na ismo. Citada por Hans K ng (1928), Una ética mundial para
la economía y la política , Trotta 1999, p gs. 145, 152.

Esteban L pe

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21, 2016
ca
Ad a C a, A a da MacI ,A , ca, ca a N c a ,C Sa L ,
I a Ka , J L L Aa , Ma c T Cc

1. Pingback: Lud ig Wittgenstein Pensamiento cultura

2. P
dice:
enero 24, 2021 a las 6:03 pm
E celente bien trabajado post sobre la tica. Le felicito.

1. E ba L
dice:
enero 24, 2021 a las 8:16 pm
Muchas gracias

3. E R S c -C c a
dice:
noviembre 10, 2022 a las 3:20 pm
La doctora Festini fue la ltima catedr tica de Etica en la Facultad de Letras Humanidades de la
Universidad Nacional Na or de San Marcos, all por los a os de 1960. Por que a no se ense a
esta important sima materia?

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