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CODIGO:0190212011.
FACULTAD DE PSICOLOGIA.
AÑO: 2022
EL CICLO DE LA OPRESIÓN.
La gente de poder es quien escribe la historia. Son ellos los que dirigen los países, a pesar
de la farsa que la democracia dice ser, el poder no reside en el pueblo. Porque, aunque es
cierto que el pueblo elige a sus dirigentes, pero el problema es que el sistema está
programado para educar a las personas de tal forma que piensen como a las personas de
poder les gustaría que piensen. Con lo anterior no se quiere caer en la afirmación que las
personas oprimidas son carentes de libre albedrio. Sino que, la educación que reciben, solo
les permite seguir con la misma forma de pensamiento que han traído de generación en
generación, como si fueran computadoras que deben ser programadas con un código para lo
que las personas de poder llamarían “un correcto funcionamiento”. Este es el sistema con el
que se ha dirigido al mundo, y puede ser visto en el contexto nacional. En donde las
personas deciden trabajar en puestos donde muchas veces no se les da un trato digno y las
condiciones son precarias. Mientras que el jefe se hace cada vez más y más rico a costa del
trabajo de la clase obrera, los trabajadores tienen un constante desgaste físico, psicológico y
económico. Ahora bien, pero, ¿Por qué se repite una y otra vez este estado de opresión?
¿Qué es lo que lo convierte en un ciclo continuo que pareciera no tener final? Y más
importante aún, ¿Cómo se puede salir de este bucle para la liberación de la clase oprimida?
Para poder responder las preguntas planteadas con anterioridad, se tomará como base la
dialéctica del amo y el esclavo de Paulo Freire. Existen dos tipos de personas en la
sociedad: los opresores (que vendrían siendo el amo) y los oprimidos (que vendrían siendo
los esclavos). Los opresores buscan que los oprimidos trabajen para ellos, que realicen la
mano de obra que ellos no están dispuestos a realizar mientras ellos se encargan de
prefiere abandonar su libertad y no le importa someterse a alguien más. (Freire, 1993). Pero
si entendemos al ser humano como un ser libre, entonces lo anterior no quiere decir que los
opresores sean más humanos que los oprimidos. Al contrario, el opresor deshumaniza al
Ahora bien, si este ciclo continuo se ha repetido desde los inicios de la humanidad, ¿Por
qué es que nadie ha hecho algo al respecto? ¿Acaso los oprimidos se sienten conformes de
vivir subyugados al poder de alguien más? La razón es simple e irónica de cierta forma. La
razón por la que los oprimidos siguen siendo oprimidos se debe a que el fondo todos desean
ser opresores (Freire, 1993). Todos quieren tener la sensación de poder, de estatus, estar en
la cima de las clases sociales y no les importa a cuantas personas deban pisotear en el
libertad. Por lo tanto, si es capaz de renunciar a algo tan importante como su vida, entonces
Por todo lo anterior es que existe esta clase de bucle sin fin. Mientras exista la
oprimidos y opresores. La única solución viable para poder solucionar este conflicto de
índole social es la de acabar con los opresores. Lo anterior no debe tomarse tan literal,
aunque, sin embargo, si hace referencia a los que mencionaba Paulo Freire, lo cual es que al
humanizar tanto al opresor, como también al opresor que llevamos dentro, se puede romper
humanizar al opresor que llevamos dentro? Para lograr lo anterior, se debe analizar 3
La intencionalidad es la razón de ser de una persona. Es la razón por la cual una persona
encamina sus acciones hacia la realización de sus metas. Sin embargo, dicho deseo no debe
ser un deseo material o egoísta, sino un deseo que trae beneficios a su comunidad. La
intencionalidad es lo que les permite a los opresores comprender que nacieron para ser
libres y buscar dicha libertad a toda costa. Es por ello, que debe encauzarse esta
intencionalidad a toda acción que sea para el beneficio no tan solo personal, sino también
para la comunidad.
Ahora bien, entiéndase la conciencia no como la conciencia misma, sino al estado de ser
consciente de la conciencia. Es decir, que la persona no solo sea consciente de sus acciones,
pensamientos, aprendizaje o entorno, sino que también sea consciente del por qué, el para
que tiene para poder construir no solo nuestra realidad, sino también la del entorno que nos
rodea.
por Freire como la “educación bancaria” (Freire, 1993), el educando y los educadores son
los mismos. El profesor enseña a sus alumnos sobre la temática a estudiar. Sin embargo, lo
que diferencia la una de la otra, no son las partes existentes, sino los roles que asume cada
posee y pasa de uno a otro, sino es un constructo que se ramifica y solidifica con el trabajo
de cada una de las partes implicadas. Se asemeja al modelo IAP de Fals Borda, en donde
los gestores sociales no deben ser vistos como seres omniscientes. Sino debe haber una
conocimiento desde abajo, desde la comunidad. Solo de esta forma se podrá lograr una
comunidad. El conocimiento debe ser visto como un constructo social. Y no estar basado en
un sistema que se limita a lo que Fals Borda llamo como el “mimetismo intelectual”, el cual
se basa en imitar todo aquello que es considerado como socialmente y/o científicamente
para dar lugar a una construcción social en donde participen tanto educadores y educandos,
conocimiento adquirido. Permitiéndose así, una liberación del yugo de los opresores
quienes eran acobijados por el poder del proletariado y dicho poder era alimentado por las
bocas hambrientas de los oprimidos que estaban dispuestas a abandonar su libertad con tal
de tener una vida, sin importar que fuera una vida buena o mala. Y es ahí, esa diferencia
que divide a los oprimidos de los opresores referente a la elección de la libertad, es lo que
hace falta para abolir el mismo sistema opresor. No es lo mismo buscar una libertad
individual a toda costa, que buscar una libertad colectiva y que en su esencia este grabado
libertad a toda costa sin respetar cuántas vidas se arruinen en el proceso, sino que ahora se
buscara la libertad a toda costa respetando cada vida porque se entiende que la
intencionalidad de perseguir ese ideal de libertad es para y porque cada vida cuenta, y, por
lo tanto, debe ser respetada. Y en caso de no hacerlo, solo dicha búsqueda de la libertad se
verá distorsionada volviendo a ser lo que un día fue: la libertad de los opresores. Dejando
así a los oprimidos en la sombra del proletariado y dando vida una vez más a este bucle
interminable de opresión.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Vanegas Mahecha, S. (2008). Orlando Fals Borda: el legado del hacer ciencia. Universitas
Siglo xxi.