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• El escaldado
Es un proceso térmico de uso generalizado en las industrias alimentarias que procesan verduras y
algunas frutas. Este tratamiento forma parte de una etapa previa a otros procesos, cuyo principal
objetivo es inactivar enzimas, aumentar la fijación de la clorofila y ablandar el producto para
favorecer su posterior envasado. El escaldada busca la destrucción de enzimas que afectan al
color, sabor y contenido vitamínico. A diferencia de otros procesos, el escaldado no destruye los
microorganismos ni alarga la vida útil de los alimentos. Es una técnica previa a un segundo
tratamiento, como puede ser la congelación, el enlatado, la liofilización o el secado, y produce un
ablandamiento en el alimento que facilita el pelado, en el caso de los tomates, la limpieza y su
posterior envasado.
La temperatura y el tiempo son cruciales para este proceso consiste en una primera fase de
calentamiento del producto a una temperatura que oscila entre 90ºC y 110ºC. A esta etapa le
sigue otra, que consiste en mantener el alimento durante un periodo de tiempo, que varía entre 30
segundos y tres o cinco minutos, a la temperatura deseada. El último paso es realizar un
enfriamiento rápido. De lo contrario, se contribuye a la proliferación de microorganismos
termófilos, resistentes a la temperatura.
Los equipos de escaldado pueden trabajar de dos maneras distintas: con vapor o con agua
caliente. El tiempo de calentamiento dependerá del método utilizado, de la temperatura y de las
propiedades físicas del producto, como el tamaño, la forma, textura o madurez. El inconveniente
de utilizar agua caliente es una mayor pérdida de nutrientes por lixiviación, con lo que se reduce
el valor nutritivo del alimento. Además, de lo ya mencionado del riesgo de contaminación por
bacterias termófilas.
Hay dos enzimas muy distribuidas en las verduras que son resistentes al calor: la peroxidasa y la
catalasa. Verificar la ausencia de su actividad es un claro indicador de la efectividad del
escaldado. Se han determinado unos valores que sirven de guía para el tiempo de escaldado:
Para comprobar si el escaldado se ha realizado de forma correcta, se analiza la presencia de
catalasas y peroxidasas, enzimas que, a pesar de no provocar el deterioro de los alimentos, son
las más resistentes. Si no están activas, quiere decir que el resto de las enzimas, entre las que se
incluyen las que pueden provocar efectos indeseables, también se han inactivado.
No obstante, y pese a que es un tratamiento para mejorar la calidad final del producto, el
escaldado no está exento de inconvenientes. Durante este proceso se destruyen las
lipooxigenasas, responsables del enranciamiento de lípidos. También se destruyen las
polifenoloxidasas, que provocan pardeamiento enzimático y clorofilasas, todas ellas reacciones
indicadoras de degradación de los alimentos.
También supone un incremento del gasto económico a causa del consumo de agua, que genera a
la vez un gran volumen de efluentes que precisan tratamientos especiales para reutilizarlos. Por
el contrario, se necesitan menos inversiones en los equipos y hay una mayor eficiencia
energética, con lo que la transformación de calor es mucho más rápida y el tratamiento térmico
más corto. Este modo de escaldado sirve para todo tipo de alimentos.
Los escaladores de vapor provocan menores pérdidas de componentes hidrosolubles, ya que no
trabajan con agua, con lo que también se genera menor volumen de efluentes y menor gasto
económico. Son equipos de fácil limpieza y esterilización en los que la proliferación de
microorganismos es casi nula. Sin embargo, al no trabajarse con agua, no se realiza una limpieza
del producto, de ahí que sea necesario realizarla antes.
• El despulpado
El proceso de despulpado consiste en separar la pulpa de las frutas de las semillas y otros
elementos que no sean parte de la pulpa. Esto se realiza mediante movimientos rotativos de un
conjunto de rascadores unidos a un eje, cuya potencia es dada por un sistema de poleas sistema
de transmisión, que a su vez regulan y reducen las revoluciones que vienen del motor. Existen
diferentes equipos para el despulpado de frutas, entre los más populares están las despulpadoras
de tambor, ya sean horizontales o verticales, y despulpadoras de discos, las cuales resultan ser
más eficientes cuando están nuevas que una de tambor. Las despulpadoras de tambor
horizontales consisten en un cilindro metálico horizontal de 20 a 30 centímetros en diámetro con
hoyuelos, una placa despulpadora con o sin canales, y una placa separadora. La fruta se alimenta
a la despulpadora uniformemente a lo largo del cilindro desde arriba. El tambor rotador mueve la
fruta a través de los canales de la placa, ejerciéndoles presión hasta que se remueve la pulpa.
Para la obtención de pulpa comúnmente se utiliza una despulpadora de paletas, la cual puede
desintegrar la pulpa por completo sin necesidad de un proceso preliminar de pelado. Las
semillas, cáscaras, y una parte de fibra pueden separarse de la pulpa por medio de fuerzas de
presión a través de mallas, con poros de diferentes diámetros.
Discusión de Resultados
En la práctica realizada en clase hicimos cuatro de estos tratamientos previos, los cuales fueron:
lavado, selección, escaldado y despulpado. Esto lo aplicamos a un tomate y un brócoli y el
despulpado lo aplicamos a papaya.
El proceso consistió en primero lavar las verduras y aplicamos un escaldado físico y otro
químico, escogimos dos tomates uno fue sumergido en agua y otro en ácido acético luego de que
ambos llegaran a 90°C los dejamos reposar durante 3 minutos lo extrajimos y aplicamos un
choque térmico en agua con hielo. Las ventajas de este método son su eficiencia, el control sobre
el proceso y la uniformidad que se logra. Mientras que las ventajas que ofrece el método de
escalado químico se encuentran minimizan la oxidación de los alimentos y prolonga su
conservación al impedir el desarrollo microbiano.
Esto lo pude comprobar porque las diferencias del brócoli y tomate en los dos métodos eran muy
evidente, el brócoli al que aplicamos el escaldado físico, que solo fue con agua, se veía sin vida,
sin nutrientes, muy oscuro, blando y muy poco apetecible. Mientras que el brócoli y tomate
aplicados en el escaldado químico era todo lo contrario pareciera como si los colores en ambos
aumentaran, se veía muy bonito y apetecible, en su consistencia se notaba era un poco blanda,
pero en su punto perfecto. El tomate luego del escaldado resultó mucho más fácil de manejar y
pelar lo que aporta otra ventaja al proceso para mediante esto seguir con la cadena de producción
de este.
Luego procedimos a lavar y clasificar la papaya, posterior a esto extrajimos las semillas de la
fruta y picamos en trozos. Para finalizar utilizamos la despulpadora en donde colocamos los
trozos picados de la papaya y el equipo se encargo de extraer la pula y desechar la cascara de la
misma. Al finalizar obtuvimos como resultados 64.10lb de pulpa en total y 85.20lb de cascara o
desperdicio. Luego con estos valores calculamos su rendimiento total para de esta manera
comprobar la importancia de su aplicación.