Está en la página 1de 2

PREVENCION DEL CANCER

El cáncer es uno de los principales problemas de salud de las sociedades modernas. Su incidencia aumenta progresivamente, no sólo por e l hecho de que los
ciudadanos de los países desarrollados cada vez tienen una esperanza de vida más larga, sino también porque la favorecen una s erie de hábitos nocivos que hemos
incorporado a nuestras vidas.
Los detonantes del cáncer son sobre todo externos, un grupo muy div erso de elementos capaces de producir mutaciones en el ADN de nuestras células , una estrategia
más eficaz para controlar el cáncer es la prevención.
Evitar lo que sabemos que da cáncer tiene un impacto mucho más importante en la esperanza de vida de una persona que cualquier tratamiento que podamos aplicar
una vez ha aparecido la enfermedad. Por desgracia, esto no siempre es posible: muchos de estos elementos nocivos están fuera de nuestro control. Pero hay unos
cuantos que no, y la influencia que tienen en la salud global de la población es más importante de lo que pensamos.
Conscientes de esta realidad, los gobiernos están invirtiendo cada vez más recursos y esfuerzos en el campo de la prevención, tan esencial para la salud
planetaria del siglo XXI. Las campañas contra el tabaco de los últimos años son un buen ejemplo: el tabaco es, de largo, la causa evitable más importante que
conocemos (entre un 50 y un 70% de los fumadores acaban desarrollando un cáncer). Nos centraremos en las relacionadas con los estilos de vida, y sobre todo en
el cáncer y nutrición.
Ya en los años ochenta del siglo XX se había propuesto que 35% de los cánceres estaban relacionados con lo que comemos, sobre todo con el exceso de peso
crónico. Con los datos que tenemos actualmente, se cree que uno de cada cuatro cánceres aparece por culpa de los hábitos sedentarios y la epidemia de
obesidad. El porcentaje es aún más elevado si consideramos sólo algunos tipos concretos, como el de endometrio o el de esófago. Se está viendo que los cánceres en
los que la obesidad influye son cada vez más frecuentes en gente joven, precisamente po rque las nuevas generaciones tienen peores hábitos alimentarios. Se cree que
uno de cada tres de los cánceres más importantes (colon, mama y útero), aparte de los de esófago y de riñón, se podría evitar si controláramos el peso.
Inicialmente se creía que este vínculo entre obesidad y cáncer era culpa de los carcinógenos que pueda haber en la comida. Pero la hipótesis de que está ganando
más fuerza actualmente es el hormonal. Las personas obesas fabrican más cantidad de insulina, la hormona que se encarga de ma ntener estables los niveles de
azúcar en la sangre y que regula también el metabolismo de la grasa. Esto ocurre porque las células se vuelven insensibles, y p or tanto el cuerpo responde
produciendo más. Precisamente esto crearía un entorno que favorecería el crecimiento de las células mal ignas. Entre otras cosas, la insulina permitiría que las células
cancerosas consuman más glucosa, que es justo lo que necesitan para sostener su metabolismo peculiar.
Aparte de reducir globalmente la cantidad de calorías que ingerimos para mantener un peso saludable, también es importante limitar el consumo de ciertos alimentos y
potenciar otros. Las recomendaciones actuales son comer frutas y verduras y reducir carnes y grasas, además de huir de los al imentos procesados y comida rápida en
general. Básicamente, lo que hace falta es seguir una dieta variada y sin los excesos habituales que hacemos con los alimentos menos sanos.
Por otra parte, el alcohol es otra sustancia que se ha relacionado directamente con el cáncer. Después de ingerir el cuerpo lo procesa y lo convierte en un tóxico
llamado acetaldehído (el principal responsable de las resacas), que puede afectar al ADN. Así pues, habría que tomarlo con mu cha moderación. La gente que fuma,
además, debe tener presente que el alcohol facilita que las células de la boca y el cuello absorban los tóxicos que lleva el tabaco, lo que incrementa las lesiones que
pueden terminar en cáncer. Es importante recordar que, aunque se ha dicho que el vino tinto en moderación podría ser bueno previniendo otras enfermedades, los
excesos de alcohol siguen siendo un factor de riesgo a tener en cuenta.
La importancia del ejercicio
También se sabe que el ejercicio puede tener un efecto preventivo importante en el cáncer, y no sólo por ser una de las maneras de mantener un peso saludable. Por
ejemplo, caminar tres cuartos de hora cinco o seis días por semana reduce un 25% el riesgo de cáncer de mama, según varios estudios . Esto puede aumentar hasta el
40% si hacemos algún tipo de esfuerzo moderado entre tres y cuatro horas por semana. Parece que son sobre todo el cáncer de c olon, mama, y útero los que más se
podrían reducir con el ejercicio. La recomendación para evitar el sedentarismo y sus consecuencias es hacer unos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico
moderado (cinco sesiones de media hora, por ejemplo), lo que en los países desarrollados sólo uno de cada cinco adultos cumpl e.
Caminar tres cuartos de hora cinco o seis días por semana reduce un 25% el riesgo de cáncer de mama, según varios estudios
Hay varias razones biológicas que podrían explicar los efectos que tiene el ejercicio sobre las células malignas. Para empeza r, es posible que incremente la actividad
del sistema inmunitario y reduzca la inflamación, dos factores muy relacionados con el proceso de formación y evolución del cáncer. Además, h ace bajar los niveles de
insulina, que hemos dicho que contribuye al crecimiento del cáncer.
La dieta como prevención
El campo de la prevención nutricional del cáncer es muy prometedor, pero todavía está en fases iniciales. En el laboratorio se han identificado un montón sustancias
que afectan a las células cancerosas. Relacionado con los efectos beneficiosos del vino tinto que mencionábamos antes, por ejemplo, se ha propuesto que el
responsable es una sustancia llamada resveratrol. El té verde contiene ciertas flavina que también atacan las células malignas. El arroz también tiene un compuesto
con posibilidades, la tricina y algunas especies indias usadas en el curry tienen curcumina, que es otro buen candidato como protector.
Todas estas sustancias naturales, una vez extraídas del alimento que las contiene, se ha visto que matan o detienen el crec imiento de las células cancerosas. Y
experimentos con ratones han demostrado que evitan que los animales desarrollen tumores. Pero es importante recordar que, de momento, no tenemos datos
suficientes para saber si ninguno de ellos funcionará igual en humanos.
Así pues, de momento no se puede recomendar tomar más té verde o más arroz como medida preventiva. Lo que pasa en el entorno cont rolado de un laboratorio o un
animal de investigación no se puede trasladar directamente a la complejidad del cuerpo humano. Ademá s, todavía hay que resolver muchos interrogantes. ¿Qué dosis
de estas sustancias hay que dar para que tengan un efecto medible? ¿Durante cuánto tiempo? Podría ser que hubiera que tomar d iez litros de té al día para conseguir
que llegaran a las células las cantidades adecuadas de las sustancias protectoras, por ejemplo. O quizás no llegarían nunca, porque el cuerpo las eliminaría antes.
Algo similar ocurre con los suplementos de vitaminas que a veces se venden para protegernos del cáncer y otras enfermedades . En principio, dar una vitamina sólo es
útil si tenemos un déficit. Una persona sana, que sigue una dieta variada y sin restricciones en cuanto a verduras y frutas, normalmente tendrá cantidades suficientes
de todas las vitaminas necesarias, así que tomar más no servirá de mucho, porque el exceso normalmente se elimina del cuerpo. En algunos casos, incluso un exceso
de ciertas vitaminas (las que son más difíciles de eliminar) puede darnos problemas de salud.
Es cierto que se ha propuesto que una falta de vitamina D podría aumentar el riesgo de padecer un cáncer. Esto se basa en unos estudios que demuestran una
correlación entre la incidencia de cáncer y la reducción en la exposición al sol (la vitamina D se fabrica en nuestro organis mo gracias a los rayos ultravioletas del sol).
Sería importante, pues, que las poblaciones que tienen déficit tomaran suplementos de vitamina D. Hay que decir que esto no suele ser un problema en nuestras
latitudes, ya que la mayoría de gente mantiene unos niveles de vitamina D saludables simplemente con la exposición normal al sol.
También se ha hablado mucho de los antioxidantes. Se ha dicho que tomar sustancias antioxidantes para contrarrestar el desgaste inevitable que causan los radicales
de oxígeno debería evitar el cáncer. Una de las consecuencias de este desgaste es el daño al ADN, que podía llevar a las mutaciones que promueven el cáncer. Se ha
visto que algunos alimentos son de forma natural muy ricos en antioxidantes, por ejemplo, en el té, el vino tinto, el café, el chocolate y en frutas y verduras.
Los alimentos con más cantidad de antioxidantes son ciertas legumbres y las frutas del bosque. Las vitaminas E y C, de hecho, son antioxidantes potentes, y hay
muchos alimentos que los contienen. Además, los antioxidantes se usan para preservar la comida, así que los encontramos a menudo como aditivos. Aparte, hay
innumerables suplementos dietéticos con propiedades antioxidantes.
En el laboratorio, se ha visto que los antioxidantes pueden frenar las células malignas. Sin embargo, muchos quimioterápicos (e incluso la radioterapia) aumentan
los oxidantes dentro de las células malignas para matarlas, por eso los antioxidantes pueden interferir con los tratamientos.
Es necesario tener presente que el cáncer no se puede prevenir totalmente (ni mucho menos curar) con ningún tipo de di eta. Pero sí es cierto que hay cambios
relacionados con la nutrición que pueden ayudar
Es necesario tener presente que el cáncer no se puede prevenir totalmente (ni mucho menos curar) con ningún tipo de dieta. Pero sí es cierto que hay cambios
relacionados con la nutrición que pueden ayudar
principales factores evitables que influyen en la frecuencia de padecer cáncer siete recomendaciones para mejorar los hábitos actuales,
relacionadas sobre todo con la dieta y el ejercicio
El tabaco. 1. No fumar.
La obesidad (un índice de masa corporal por encima de 25 Kg / m2). 2. Tomar el sol con moderación y con la protección adecuada.
Una dieta pobre en frutas y verduras. 3. Realizar una actividad física moderada de forma rutinaria.
El alcohol. 4. Mantener grasa corporal al mínimo, dentro del rango «normal»
Ciertos trabajos. de peso que corresponde a nuestra complexión.
La radiación, incluyendo la ultravioleta (del sol o las máquinas de rayos UVA). 5. Limitar el consumo de alimentos muy ricos en calorías,
Infecciones (por ejemplo, VPH y hepatitis). comidas procesadas y bebidas azucaradas.
Una dieta rica en carne roja y procesada. 6. Hacer una dieta rica en vegetales y fruta.
Contaminación ambiental. 7. Limitar el consumo de carne roja y carnes procesadas.
Una dieta baja en fibra (menos de 23 gramos al día).
Llevar una vida sedentaria (menos de 150 minutos a la semana de actividad moderada).
Dar el pecho durante menos de seis meses cuando se tiene un hijo.
Una dieta rica en sal (más de seis gramos al día, que se ha visto que aumenta el riesgo de cáncer de
estómago).
Tratamientos hormonales.

Para prevenir el cáncer: Seguir las pautas de una dieta equilibrada con consumo abundante de frutas y verduras; reduciendo la carne roja y las grasas de origen
animal; evitando la sal y los alimentos curados o ahumados, y bebiendo poco alcohol, ayuda a prevenir todos los tipos de cánc er en más del 30%
Es importante que los pacientes de cáncer tengan una buena nutrición. La nutrición es un proceso por el que el cuerpo incorpora alimentos y los usa para crecer,
mantenerse sano y reemplazar los tejidos. La buena nutrición es importante para la buena salud.
Recomendamos que una persona en caso de tener cáncer tiene que comer una dieta rica en nutrientes y a base de vegetales. Dejar de fumar. Mantener un peso
saludable. Minimizar el consumo de alcohol.
La prevención del cáncer es lo que se hace para bajar el riesgo de padecer cáncer. Esto puede inc luir mantener un estilo de vida sano, evitar la exposición a
sustancias que se sabe causan cáncer y vacunarse o tomar los medicamentos que pueden proteger para no padecer cáncer.
Comer una dieta rica en nutrientes y a base de vegetales. Dejar de fumar. Mant ener un peso saludable. Minimizar el consumo de alcohol.
Una alimentación para prevenir el cáncer debe incluir minerales y vitaminas, es decir, los alimentos que contengan mayor cant idad de antioxidantes capaces de
neutralizar la acción de los radicales libres que alteran las células y favorecen el desarrollo de tumores.
El brócoli, la piña, los frutos rojos... Estos y muchos más son los alimentos que te ayudan a prevenir el cáncer. Que una die ta equilibrada reduce el riesgo de
padecer cáncer es ya una evidencia consolidada, y la alimentación se asocia directa o indirectamente con más del 35% de los tumores

Los alimentos más cancerígenos son Las grasas. ... Responde


Exceso calórico. ... 1. ¿Cómo podemos prevenir el cáncer a través de la alimentación?
Café ... 2. ¿Qué rol juega la nutrición y la alimentación en el paciente con cáncer?
Alcohol. ... 3. ¿Qué tipo de alimentación recomendarías a una persona con cáncer?
Edulcorantes artificiales. ... 4. ¿Qué tipo de prevenciones se pueden tomar para el cáncer?
Colesterol y sales biliares. ... 5. ¿Cómo afecta la nutrición en el desarrollo del cáncer?
Conservantes alimentarios. ... 6. ¿Cuáles son los 5 alimentos más cancerígenos?
Nitratos, nitritos y nitrosaminas.

El salvado de arroz es una fuente de tricina compuestos potentes antiinflamatorios y anticancerosos y,


debido a sus costos bajos de producción, es un candidato para el desarrollo de un agente de
quimioprevención dietario mundial.

El té verde incluye más de trescientos compuestos, polifenoles y


flavonoides con flavina, El té verde es considerado por nuestros
contemporáneos como un elixir sabroso que estimula, calma y
vigoriza todo el organismo. Varios estudios científicos han
demostrado la acción antioxidante del té verde, de hecho, se ha
demostrado, todo el beneficio que aporta esta planta en la
prevención de problemas cardiovasculares, trastornos de
hipertensión, en la reducción de la tasa de colesterol y triglicéridos
en sangre. La cualidad más conocida del té verde es su acción
adelgazante y tonificante
Resveratrol en el vino tinto
El resveratrol podría ayudar a prevenir el daño a los vasos sanguíneos, reducir el colesterol de las
lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo) y prevenir los coágulos sanguíneos.
Sin embargo, los estudios sobre el resveratrol son desiguales. Algunas investigaciones muestran que
el resveratrol podría estar relacionado con un menor riesgo de inflamación y coagulación de la sangre,

La vitamina D es un micronutriente liposoluble que se presenta bajo la forma de vitamina D2 – calciferol – o vitamina D2 – colecalciferol. El sol es la fuente de vitamina D por
excelencia. También se puede obtener este micronutriente a través de alimentos de origen animal (Vitamina D3) o de origen vegetal (Vitamina D2). Sin embargo, la absorción
de la Vitamina D por el cuerpo solo es ideal cuando se obtiene directamente del sol.

Relaciona
a Vino tricina
b flavina exposición al sol
c Vitamina D Té verde
d Chocolate resveratrol
e arroz Antioxidante natural

RETO
REALIZA UNA INFOGRAFIA SOBRE EL CANCER Y LA PREVENCION, EJERCICIO Y NUTRICION EN PAPELOGRAFO, EN GRUPO EL CUAL SUSTENTARAN EN CLASE
TIENEN QUE SER INFOGRAFIA PARA LO CUAL PONDRAN IMÁGENES ALUSIVAS, AL TEMA

También podría gustarte