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En esta encíclica el Papa ha referido tocar un solo tema: el del trabajo humano ya que
dice que es un elemento clave y permanente tanto en la vida social como de las
enseñanzas de la iglesia. Quiere poner de relieve que el trabajo humano es clave de toda
cuestión social. También, el Papa desea que se descubran los nuevos significados del
trabajo humano. La iglesia considera deber suyo el de recordar siempre la dignidad
y los derechos de los hombres del trabajo y contribuir a orientar estos cambios
para que se realice un auténtico progreso del hombre y de la sociedad.
El Trabajo y el Hombre
El sentido subjetivo se refiere al hombre sujeto del trabajo. La persona trabaja, realiza
varias acciones pertenecientes al proceso del trabajo y que ayudan al perfeccionamiento
de esa vocación de la persona. El trabajo tiene un valor ético que está vinculado al
hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona, sujeto pensante. El valor del trabajo
humano no depende del tipo de trabajo que se realiza sino del hecho de que quien lo
realiza es una persona. El primer fundamento del trabajo es el hombre mismo. El
trabajo está en función del hombre, no el hombre en función del trabajo.
La iglesia tenia choque entre los movimientos materialistas y economistas ya que estos
consideraban el trabajo como una mercancía que el trabajador le vendía al empresario.
El Papa explico tres aspectos que definen con mayor aproximación la dignidad del
trabajo humano, dándole su específico valor moral.
Destaca el trabajo como una obligación como un deber del hombre. Por diferentes
razones
El problema de encontrar un empleo adecuado para todos los sujetos capaces de él. El
desempleo se convierte en una calamidad social grande, afectando mayormente a la
juventud ya que son los futuros emprendedores del desarrollo. El problema clave de la
ética social es el de la justa remuneración por el trabajo realizado. El salario justo se
vuelve la verificación autentica de la justicia de todo el sistema socio-económico de su
justo funcionamiento. El principal principio de todo ordenamiento ético-social es el
principio del bien común.
La defensa de los intereses existenciales de los trabajadores en todos los sectores en que
entran en juego sus derechos constituye en cometido de los sindicatos. Las exigencias
sindicales no pueden transformarse en una especie de egoísmo de grupo o clase. Su
cometido especifico es el de asegurar los justos derechos de los hombres del
trabajo. El abuso de las huelgas puede conducir a la paralización de toda la vida socio-
económica. Toca el tema de la agricultura como algo de gran importancia ya que es algo
indispensable. Hace mención a las personas minusválidas ya que siendo personas igual
tienen que tener el derecho de trabajo. La emigración por trabajo se da cuando el
trabajador emigra por irrespeto a sus derechos o una injusta paga para el trabajo que este
realiza. El Papa lo mira como algo correcto ya que todos tienen derecho a una vida
digna y la libertad de poder buscar oportunidad en otro lugar, esto causa un efecto al
país ya que es un trabajador menos.
Elemento para una Espiritualidad del Trabajo
Este capítulo ayuda a los hombres a acercarse a Dios y el Papa mira este acercamiento
alrededor de tres ejes:
Como conclusión, el Papa exhorta a los cristianos para que renueven su conciencia de
que con el trabajo que realizan colaboran no solo con el progreso terrenal sino también
en el desarrollo del reino de Dios al que todos somos llamados.
PREGUNTAS: