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5 La difusión del regionalismo


Tomas Risse

¿CÓMO podemos explicar el surgimiento y el diseño institucional del regionalismo en


todo el mundo? Existen básicamente dos1explicaciones estilizadas para la cooperación
e integración regionales (ver el Capítulo 1 de Börzel y Risse, este volumen, en estos
términos). Los enfoques dominantes del regionalismo argumentan que la cooperación y
la integración regionales resultan de la toma de decisiones independiente dentro de una
región o parte del mundo (Capítulo 3 de Börzel, este volumen). En consecuencia, el
regionalismo y las instituciones regionales son respuestas particulares a problemas
funcionales, ya sean endógenos a una región (por ejemplo, la interdependencia
económica) o exógenos (por ejemplo, la globalización).

Una segunda cuenta enfatiza las interdependencias entre regiones o subregiones. Las
organizaciones regionales (OR) no existen aisladas unas de otras, pero los modelos de
cooperación e integración regionales se extienden por todo el mundo (Jetschke y Lenz,
2013). El enfoque de este trabajo está en la difusión de modelos y políticas institucionales.
El relato de difusión de mayor alcance proviene del institucionalismo sociológico y afirma
que existen guiones globales de lo que constituye instituciones legítimas y que estos
guiones son emulados en todo el mundo (Meyer, 1987; Powell y DiMaggio, 1991; Boli y
Thomas, 1998). El regionalismo podría ser uno de estos guiones. Este capítulo se centra
en este segundo relato, en la difusión del regionalismo, las OR y la gobernanza regional
pertenecientes a áreas temáticas particulares.
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Cabe señalar desde el principio que los dos relatos no son mutuamente excluyentes
(capítulo 27 de Börzel y Risse, este volumen). Las explicaciones funcionales para la
cooperación e integración regional pueden combinarse con cuentas de difusión
centradas en el diseño institucional. Al final, es una cuestión de énfasis y de la pregunta
de investigación específica que se desea responder, ya sea que uno se centre en la
toma de decisiones independiente o interdependiente.

Este capítulo comienza conceptualizando la difusión en términos de estímulos iniciales,


objetos de difusión, mecanismos y resultados. Luego reviso la literatura existente
enfocándome, primero, en la difusión del regionalismo y los órdenes regionales per se,
segundo, de los diseños institucionales (p. 88) para las RO y, tercero, de la gobernanza
regional relacionada con áreas políticas específicas. Sostengo que la difusión del
regionalismo, los diseños institucionales y la gobernanza regional está determinada
principalmente por mecanismos indirectos de emulación más que por mecanismos de
influencia directos, “impulsados por el remitente”. Sin embargo, observamos pocos
ejemplos de mimetismo que conducen al isomorfismo institucional.
La competencia, la extracción de lecciones y la emulación normativa son los
mecanismos de difusión más importantes a través de los cuales se propaga el
regionalismo. En cuanto a los resultados de la difusión, rara vez vemos una adopción a
gran escala o una convergencia en torno a modelos específicos de cooperación e
integración regional. Los resultados más probables de la difusión con respecto a la
cooperación e integración regional son la adopción, adaptación y transformación selectivas.

Conceptualización de la difusión: estímulos, mecanismos y


Resultados

La difusión es una consecuencia de la toma de decisiones interdependiente (Gilardi,


2013, 454; ver también Jahn, 2006, 2015; Solingen, 2012). Si las RO emergen
completamente aisladas e independientes unas de otras, no hay difusión.
Adopto la definición clásica de difusión de Strang como “cualquier proceso donde antes
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la adopción de un rasgo o práctica en una población altera la probabilidad de adopción para los
no adoptantes restantes” (Strang, 1991, 325; también Strang y Meyer, 1993; Gilardi, 2013; ver
Solingen, 2012; Börzel y Risse, 2012a, para lo siguiente ).

Varias consecuencias se derivan de esta conceptualización de la difusión.


Primero, tiene que haber un estímulo de difusión. Como señalan Klingler-Vidra y Schleifer, hace
una diferencia si uno visualiza una fuente única o múltiples de procesos de difusión (Klingler-Vidra
y Schleifer, 2014). La Unión Europea (UE), sus instituciones y políticas serían una única fuente o
estímulo, mientras que podría haber muchos en el caso de la difusión de acuerdos comerciales
preferenciales (ACP; Capítulo 15 de Kim et al., este volumen).

Segundo, necesitamos identificar el objeto de los procesos de difusión, qué es lo que se está
difundiendo. Como argumentan Duina y Lenz, la difusión puede ocurrir con respecto a la definición
del problema, el encuadre del problema y la articulación de una solución específica (Duina y Lenz,
de próxima publicación). De manera similar, distingo entre tres objetos potenciales de difusión
regional:

• la idea misma del regionalismo, es decir, la cooperación o integración regional;

• características de diseño institucional de RO específicas, en su mayoría formales;

• Gobernanza regional relacionada con áreas políticas específicas.

En tercer lugar, la difusión se relaciona con los procesos, no con los resultados. Esto a menudo
se pasa por alto en la literatura que utiliza la convergencia institucional como indicador de difusión
(sobre la convergencia de políticas, véase Holzinger et al., 2008). Lo opuesto a la difusión no es
la divergencia de modelos institucionales para las OR, sino la toma de decisiones aislada e
independiente sobre cooperación e integración regional (p. 89) . Los procesos de difusión no se
pueden medir.
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concentrándose solo en los resultados, pero se debe tener en cuenta la conexión y la


interacción entre los actores (ver Jahn, 2015, para una discusión detallada).

Si la difusión del regionalismo se refiere a procesos por los cuales el regionalismo, las
soluciones institucionales regionales y las políticas se ven afectadas por elecciones
previas de otras regiones del mundo, los mecanismos de difusión asumen el centro del escenario.
Sobre la base de Gilardi (2013), Simmons et al. (2006), Holzinger y Knill (2008), y
Schimmelfennig (2007), distingo entre dos tipos de mecanismos de difusión y dos lógicas
de acción social (ver Fig. 5.1, modificando a Börzel y Risse, 2012a): para empezar, ideas ,
las políticas y las instituciones pueden difundirse a través de mecanismos de influencia
directos (o "impulsados por el remitente"). Un agente de difusión promueve activamente
ciertas políticas o modelos institucionales en sus interacciones con un actor o grupo de
actores receptores. Además, la difusión también se produce a través de mecanismos
indirectos (o "impulsados por el receptor"). Por ejemplo, los agentes de una RO buscan
diseños institucionales en otras regiones para resolver ciertos problemas o para imitar el
comportamiento de sus pares. Finalmente, distingo entre la lógica de las consecuencias
teorizada por varios modelos de elección racional, por un lado, y la lógica de la adecuación
y de la racionalidad comunicativa, por el otro, tal como la conceptualiza el institucionalismo
sociológico y varias versiones del constructivismo social (ver March y Olsen, 1998).
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Figura 5.1 Mecanismos de difusión.

Lógica de Lógica de
Consecuencias Idoneidad/Argumentación

Influencia Directa • Coerción • Normas Socialización y


• Positivo Persuasión
Incentivos y
Nagativo
Sanciones

Indirecto • Emulación Normativa


• Competición •
Difusión/Emulación
Lección • mimetismo
Dibujo

Fuentes: Börzel y Risse, 2009b; Börzel y Risse, 2012a.

Permítanme repasar brevemente los diversos mecanismos. El primer mecanismo a


menudo es pasado por alto por los estudiosos que definen la difusión como respuestas
voluntarias a estímulos externos y se refiere a la coerción física o legal.
La difusión a través de la imposición y el uso de la fuerza pueden ser extremadamente
raros en el caso del regionalismo, mientras que la aplicación de las normas jurídicas a
través de la cooperación interregional puede ocurrir con más frecuencia. La imposición
por parte de la UE del Pacto de Estabilidad para Europa Sudoriental de 1999 en los
Balcanes Occidentales después de las guerras posteriores a Yugoslavia es un raro
ejemplo de cooperación regional forzada.

Un segundo mecanismo se refiere a la difusión a través de la manipulación de los


cálculos de utilidad proporcionando incentivos negativos y/o positivos. Se diferencia de
la coerción y la imposición en que los actores receptores todavía tienen una opción.
Los promotores de modelos institucionales pueden inducir a otros actores a adoptar
sus ideas tratando de cambiar sus funciones de utilidad. Ofrecen recompensas, por
ejemplo, en forma de asistencia financiera y técnica, imponen (p.
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90) costos a través de sanciones, o empoderar a los actores domésticos que


presionan por la adopción de la solución institucional.

Un tercer mecanismo funciona a través de la lógica de la adecuación e involucra


la socialización y la persuasión. En lugar de maximizar su propio interés egoísta,
los actores buscan cumplir con las expectativas sociales en una situación dada.
Muy relacionada con la socialización, la persuasión se basa en la racionalidad
comunicativa o la lógica de la argumentación (Risse, 2000). Se refiere a situaciones
en las que los actores intentan persuadirse unos a otros sobre las pretensiones de
validez inherentes a cualquier enunciado causal o normativo. Los mecanismos de
persuasión están en funcionamiento en la cooperación interregional cuando las
OR intentan convencer a sus contrapartes de los beneficios de una mayor
cooperación regional (Hänggi et al., 2006; Baert et al., 2014).

Volviendo a los cuatro mecanismos de emulación indirectos o "impulsados por el


destinatario" (Fig. 5.1), la competencia implica ajustes unilaterales de
comportamiento hacia las "mejores prácticas". Los actores compiten entre sí para
cumplir con ciertos criterios de desempeño, por ejemplo, crear empleo o fomentar
el crecimiento económico, al que ajustan unilateralmente su comportamiento en
consecuencia (por ejemplo, Elkins et al., 2006; Busch et al., 2005).

La extracción de lecciones se asemeja a la competencia en la medida en que los


actores buscan en otros políticas y reglas que hayan resuelto de manera efectiva
problemas similares en otros lugares y que sean transferibles a su propio contexto
(Meyer y Rowan, 1977; Dolowitz y Marsh, 2000). La extracción de lecciones
generalmente comienza con actores que se enfrentan a un problema político o
económico particular que requiere un cambio institucional para resolverlo. Luego
buscan soluciones institucionales que sean adecuadas para resolver sus problemas.

Los actores también pueden emular a otros por razones normativas, por ejemplo,
para aumentar su legitimidad (Polillo y Guillén, 2005). La emulación normativa se
basa en la lógica de la adecuación. Por ejemplo, los estados podrían querer ser
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miembros de una comunidad internacional “con buena reputación” y, por lo tanto,


buscan la cooperación regional para luchar contra la corrupción, mejorar sus
estándares de derechos humanos o instituir el estado de derecho. Como resultado,
buscan soluciones institucionales que luego emulan.

Si bien la emulación normativa aún implica un proceso de búsqueda activo por


parte de una OR u otros actores regionales, el mimetismo implica una “descarga”
más bien pasiva de ideas de políticas o modelos institucionales. Los RO pueden
imitar a otros porque se da por sentada la idoneidad (Meyer y Rowan, 1977;
Haveman, 1993).

Con la posible excepción del mimetismo, ninguno de estos mecanismos de


difusión asume que los actores en el extremo receptor de la difusión son
simplemente receptores pasivos de estos procesos. La adopción y adaptación de
normas, reglas y modelos institucionales en las estructuras regionales implica
procesos activos de traducción, interpretación, incorporación de nuevas normas y
reglas en las instituciones existentes, y también resistencia a reglas y regulaciones
particulares (Solingen, 2012, 634 ). ).
El aprendizaje social como un proceso de adquisición e incorporación de nuevas
normas y nuevos entendimientos en los sistemas de creencias de uno, por
ejemplo, implica un compromiso activo, no una "descarga" pasiva de algunas
reglas nuevas y "software" institucional. Acharya llama a esto procesos de
“localización” (2004, 2009; Capítulo 6 por Acharya, este volumen).

Si concebimos la difusión como procesos activos, la adopción de políticas o


normas, así como la convergencia institucional, son resultados menos probables
de los procesos de difusión (Klingler-Vidra (p. 91) y Schleifer, 2014, 9; Jahn,
2015), mientras que la adopción selectiva y la adaptación debería ser mucho más
común. Distingo cuatro tipos de resultados de difusión. En primer lugar, como se
mencionó, la convergencia o la adopción generalizada de modelos y políticas
institucionales en materia de cooperación e integración regional solo es esperable en casos de
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ya sea imposición o mimetismo. En segundo lugar, la adaptación se refiere a la


adopción diferencial y selectiva de instituciones y políticas ajustándolas a contextos
regionales particulares. En tercer lugar, cuanto más “localizan” las normas y
prácticas los actores regionales, más se asemejan los resultados de la difusión a
la transformación. La adaptación y la transformación son más probables cuanto
más encontramos actores que operan como “intermediarios” o “traductores” entre
y dentro de diferentes contextos regionales. Cuarto, puede sonar extraño, pero la
resistencia como el rechazo explícito de políticas o modelos institucionales
particulares también puede tratarse como un resultado de difusión. Admito, sin
embargo, que el rechazo es difícil de medir dentro de la investigación de difusión
particularmente cuantitativa, ya que la no adopción de políticas o modelos
institucionales a menudo es indistinguible de la no difusión.

Como mostraré a continuación, el regionalismo comparativo tiene un largo camino


por recorrer para poder asignar el peso relativo de los factores endógenos frente
a los efectos de difusión. Por lo tanto, informaré principalmente de estudios que
examinan explícitamente los procesos de difusión con respecto a la cooperación
formal y la integración a nivel regional. En otras palabras, hay un inevitable sesgo
de selección en lo siguiente.

La difusión del regionalismo y los órdenes regionales

Se pueden observar dos tendencias después del final de la Guerra Fría con
respecto al regionalismo y los órdenes regionales (sobre este último ver el Capítulo
4 de Solingen y Malnight, este volumen; también el Capítulo 27 de Börzel y Risse,
este volumen): el aumento cuantitativo de el regionalismo consiste en gran medida
en un enorme aumento de los ACP (principalmente bilaterales) (capítulo 15 de
Kim et al., este volumen). En cuanto a las RO, en particular las RO polivalentes
han asumido cada vez más tareas y también han aumentado la agrupación y
delegación de autoridad (capítulo 22 de Lenz y Marks, este volumen). Dos
argumentos relacionados con la difusión se están haciendo en la literatura para dar cuenta de e
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tendencias, una relacionada con los mecanismos de influencia directos o "impulsados por el remitente",

la otra relacionada con los mecanismos "impulsados por el destinatario".

Influencia directa en el mundo de las regiones: Estados Unidos y el


UE

El relato probablemente más importante que se centra en el papel de Estados Unidos en la


difusión del regionalismo desde la Segunda Guerra Mundial es World of Regions de
Katzenstein (2005; también Solingen, 1998). Argumenta que el poder estructural de EE. UU.
moldeó en gran medida los órdenes regionales en Asia (p. 92) y Europa, a través de Japón
y Alemania. Las regiones de hoy son porosas y, por lo tanto, sujetas a la influencia externa.
Sin embargo, la interacción del poder estadounidense con las fuerzas regionales condujo a
dos órdenes regionales distintos: el capitalismo de mercado étnico en Asia y un orden
institucional legal centrado en la UE en Europa. El libro de Katzenstein trata sobre el
regionalismo y los órdenes regionales, no sobre instituciones particulares, y trata sobre la
longue durée. Al mismo tiempo, el resultado de la difusión estadounidense es adaptación y
transformación, ni convergencia ni rechazo. Por último, pero no menos importante, el libro
de Katzenstein trata los cuatro mecanismos de difusión: desde la imposición (ocupación
estadounidense de Japón y Alemania después de 1945) y los incentivos (por ejemplo, el
Plan Marshall de EE. UU. como incentivo para la integración europea) hasta la socialización
(en normas liberales) y la persuasión. .

Si bien este relato puede leerse como una versión constructivista social de

la teoría de la estabilidad hegemónica —no tanto impulsada por el poder material


estadounidense, sino por sus recursos ideacionales—, el trabajo de Mattli también se enfoca
en el suministro de regionalismo por hegemonías (regionales), desde Prusia hasta los EE.
UU. y hoy en día Rusia (Mattli, 1999). Por el contrario, Mansfield y Milner interpretan que el
auge de los ACP se debe, al menos en parte, a la disminución de la hegemonía (material)
estadounidense (Mansfield y Milner, 2012, capítulo 3).
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Una segunda explicación del auge del regionalismo se centra en la UE y sus


intentos explícitos de fomentar la cooperación y la integración regionales. Hettne
y Ponjaert llegan a postular que EE. UU. y la UE promueven dos órdenes
mundiales diferentes a través del interregionalismo, uno basado en la soberanía
y el unilateralismo (EE. UU.), el otro basado en el multilateralismo (Hettne y
Ponjaert, 2014).

La Comisión de la UE tiene programas específicos para fomentar la


regionalización en todo el mundo (Pietrangeli, 2009). Existen Documentos de
Estrategia Regional y Programas Indicativos Regionales para todas las regiones
del Sur Global. Si bien2 la UE no promueve su propio modelo institucional de
integración supranacional (pero ver Bicci, 2006; Hurt, 2003), aboga por la
cooperación regional y la integración más allá de los meros acuerdos de libre
comercio (TLC; eg Farrell, 2007, 2009; De Lombaerde y Schulz, 2009; Haastrup,
2013; Buzdugan, 2013). Lo hace a través de sus diversos acuerdos
interregionales con otras OR (Capítulo 26 de Ribeiro Hoffmann, este volumen;
Hänggi et al., 2006; Baert et al., 2014).

La UE emplea el espectro completo de mecanismos de influencia directa para


promover el regionalismo, en particular incentivos, socialización de normas y
persuasión a través del diálogo político (ver Haastrup, 2013, para las relaciones
entre la UE y la Unión Africana [AU]). En casos excepcionales, la UE incluso
impone la cooperación regional, por ejemplo, el Pacto de Estabilidad de 1999
para los Balcanes Occidentales. Los incentivos incluyen el acceso al mercado de la UE
a través de los Acuerdos de Asociación Europeos (AAE), sino también la ayuda
al desarrollo, y similares. La UE sirve como una importante fuente de financiación
para la UA (Engel, 2015). En el caso de la Comunidad de Desarrollo de
Sudáfrica (SADC) y su dependencia de la asistencia financiera de la UE, una
amenaza de la UE de retirar fondos casi equivalía a una imposición desde el
exterior (Lenz, 2012, 163–164; Buzdugan, 2013). Además, el Parlamento
Europeo (PE) ha sido un promotor bastante activo de la integración regional y de la
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modelo europeo, principalmente empleando la persuasión como principal mecanismo


de influencia directa.

(p. 93) Los resultados de difusión son más difíciles de evaluar en este caso. En particular,
es imposible discernir si el auge y la expansión de las RO en el Sur Global se habrían
producido en ausencia de la UE.
esfuerzos para promover el regionalismo. La UE como ejemplo principal de paz y
prosperidad podría tener un efecto de apoyo en los intentos endógenos de cooperación
e integración regional (Haastrup, 2013 llama a la UE un "mentor" con respecto al África
subsahariana; consulte el Capítulo 13 de Hartmann, este volumen ). Al mismo tiempo,
el regionalismo en el Sur Global no copia simplemente el modelo europeo; muy por el
contrario, las OR de América Latina, África y Asia a menudo rechazan explícitamente el
regionalismo occidental (Capítulo 6 por Acharya, este volumen).

Sin embargo, destaca un hallazgo contrario a la intuición: la cooperación interregional


con la UE tiende a fortalecer la cooperación regional entre los socios más débiles de la
UE, simplemente como una forma de aumentar su poder de negociación frente a los
europeos (Krapohl y Fink, 2013). ). Además, como señalan los trabajos de la Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el Proceso de Reunión Asia-Europa
(ASEM), la cooperación interregional requiere que las dos regiones mismas desarrollen
su propia regionalidad, incluida una identidad regional (Hettne y Söderbaum, 2000).

En este sentido, “ASEM sí crea un espacio 'regional' en torno al cual los estados del
Este de Asia pueden unirse en varias esferas” (Gilson, 2005, 309; Capítulo 26 de Ribeiro
Hoffmann, este volumen). De manera similar, el interregionalismo UE-Mercosur
contribuyó a “mantener vivo el proyecto regional” (Doctor, 2015, 2).

Desafortunadamente, el trabajo académico sobre la difusión del regionalismo de una


parte del mundo a otra se centra principalmente en los EE. UU. y la UE. Además,
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Rusia se ha convertido en un importante constructor de regiones en Eurasia


(Libman y Vinokurov, 2012; Capítulo 10 de Hancock y Libman, este volumen) en
respuesta directa y competencia con la UE. Sin embargo, sabemos
comparativamente poco sobre la difusión del regionalismo de Sur a Sur. Hay aún
menos trabajo sobre las Naciones Unidas (ONU) como fuente principal de
financiamiento, pero también como obstáculo para la cooperación e integración regional.

Emulación del regionalismo: competencia y mimetismo

En cuanto a los mecanismos de emulación, existe fuerte evidencia de que los


ACP y los ALC son contagiosos y que la difusión está en juego aquí. Mansfield
y Milner argumentan que “los PTA a menudo se forman en respuesta unos a
otros en un momento dado y que la decisión de un país de entrar en uno en un
año determinado afecta fuertemente la probabilidad de que otros países hagan
lo mismo en el mismo año” (Mansfield y Milner, 2012, 91; ver también Baldwin y
Jaimovich, 2012; Baccini y Dür, 2011; Capítulo 15 de Kim et al., este volumen).
Jupille et al. también demuestran que la probabilidad de que un estado se una a
un Acuerdo Comercial Regional (ACR) multilateral aumenta con el número de
ACR en el sistema (Jupille et al., 2013). Mansfield y Pevehouse confirman que
el mismo argumento vale para la expansión de los ACP existentes (y en su
mayoría multilaterales) a nuevos miembros, lo que indica que la difusión está en
juego aquí (Mansfield y Pevehouse, 2013, 598).

(pág. 94) El principal mecanismo de difusión de los ACP bilaterales y multilaterales


es la competencia. Cuantos más estados se unan a los ACP, más estados temen
perder competitividad si no se unen también y, por lo tanto, obtienen acceso
preferencial a los mercados. Baccini y Dür afirman que es probable que los
exportadores que se enfrentan a la desviación del comercio porque están
excluidos de un ACP presionen a sus gobiernos para que firmen un ACP con el
país donde sus exportaciones están amenazadas (Baccini y Dür, 2011). Baccini
y Dür también encuentran algún apoyo para la emulación normativa o incluso el
mimetismo que miden a través de la afinidad cultural espacial, como un lenguaje común. Hay
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también la competencia directa entre las propias regiones. Por ejemplo, el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) puede considerarse una
respuesta directa al mercado único de la UE (Duina, 2006; Capítulo 7 de Duina,
este volumen).

También encontramos una emulación Sur-Sur del regionalismo. La Conferencia de


Coordinación del Desarrollo de Sudáfrica, predecesora de la SADC, que fue
fundada en 1980, no solo fue una reacción al apartheid de Sudáfrica, sino que
también se inspiró en el estructuralismo desarrollista de América Latina, en
particular Raúl Prebisch y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL;
véase Capítulo 8 de Bianculli y Capítulo 17 de Bruszt y Palestini, este volumen;
Dosman, 2006). Más recientemente, Brasil y Mercosur desarrollaron un modelo
competitivo contrario a la difusión de acuerdos comerciales preferenciales liderada
por Estados Unidos en América Latina, como resultado del cual ahora encontramos dos modelo
patrones de diseño de PTA en América Latina (Quiliconi, 2014). Por último y no
menos importante, Solís et al. argumentan que la difusión de los acuerdos TLC en
la Cuenca del Pacífico se debe a la competencia, sobre todo a la participación de
Japón en la “mega PTA” de la Asociación Transpacífica (Solis et al., 2009; Solis y
Katada, 2014; sobre “mega PTA” véase el Capítulo 15 de Kim et al., este volumen).

Jupille et al. (2013) avanzan más en la explicación basada en la emulación, a


saber, el institucionalismo sociológico y la teoría de la política mundial. Jupille et
al. argumentan que el “regionalismo” se ha convertido en parte del guión global
que constituye el Estado moderno, es decir, que los miembros legítimos de la
comunidad internacional deberían pertenecer a alguna RO. Los autores afirman
que este guión es promovido por “comunidades epistémicas” (Haas, 1992) y
utilizan “Google n-grams” (el uso del término “regionalismo” en los libros de Google)
como proxy. Jupille et al. muestran que el guión de “regionalismo” se correlaciona
con el aumento de tiempo de los estados que se unen a los acuerdos comerciales
regionales de una manera estadísticamente significativa. También demuestran que esta correlac
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particularmente relevante para los estados del Sur Global que tienen una mayor
necesidad de legitimidad que los estados del Norte Global (Jupille et al., 2013).

En resumen, los enfoques del regionalismo de la Economía Política Internacional


(EIP) en particular enfatizan los mecanismos de difusión indirecta con respecto a
los ACP (ver el Capítulo 15 de Kim et al., en este volumen). Sin embargo, la
mayor parte de este trabajo se centra en el regionalismo “superficial” y los análisis
están impulsados por el auge de los ACP bilaterales. Si bien hay razones sólidas
para creer que los hallazgos también pertenecen a los acuerdos regionales
multilaterales, los mecanismos y efectos de difusión están poco investigados con
respecto al regionalismo per se. Además, el “mundo de las regiones” ya no está
dirigido por los EE. UU. y la UE, sino que existe competencia entre las regiones,
como lo demuestran los ejemplos rusos (y quizás chinos). Por último, pero no
menos importante, como se mencionó anteriormente, hay poco trabajo sobre la
difusión Sur-Sur del regionalismo y aún menos estudios sobre la emulación y el
mimetismo dentro (p. 95) de regiones particulares. Sin embargo, es difícil imaginar
que el “spaghetti bowl” subsahariano (Baldwin, 2006) o las “sopas de letras”
latinoamericanas y asiáticas de las OR (Acharya, 2010) surgieron sin ningún
mecanismo de difusión en juego.

En la siguiente sección, me ocupo de la difusión de diseños institucionales


específicos para las OR.

Difusión de Diseños Institucionales Regionales

Como primer indicio de los efectos de difusión, podemos observar sorprendentes


similitudes en el diseño institucional de las OR en todo el mundo. No todos se
parecen, pero ciertamente forman grupos (ver Baccini et al., 2014 para acuerdos
comerciales; Alter, 2012, 2014 para tribunales; también el Capítulo 15 de Kim et
al. y el Capítulo 23 de Alter y Hooghe, este volumen ). Además, podemos
observar un aumento en el tiempo tanto en el alcance como en la amplitud del regionalismo.
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(refiriéndose a la cantidad de cuestiones de política tratadas a nivel regional) y el nivel o


la profundidad de la integración (relativa al grado de puesta en común y delegación de
autoridad política a las OR; véase Börzel, 2013, 507–512; Capítulo 27 de Börzel y Risse,
este volumen). Esta tendencia no solo afecta a la UE, sino también a otras OR
polivalentes como la Liga de los Estados Árabes, la ASEAN, la Comunidad Económica
de los Estados de África Occidental (CEDEAO), Mercosur e incluso el TLCAN (Capítulo
22 de Lenz y Marks, este volumen). ¿Cómo se explica este desarrollo y qué aporta una
perspectiva de difusión? Por supuesto, las similitudes en el diseño institucional y en los
temas de política asumidos por las OR per se no prueban la difusión, ya que podrían ser
pura coincidencia. Además, la convergencia institucional no es el resultado de difusión
más probable, como se argumentó anteriormente.

No obstante, argumento a continuación que la perspectiva de la difusión ofrece una


poderosa explicación del diseño institucional de varias OR.

Mecanismos de influencia directa

Las OR como la UE, así como potencias globales y regionales como EE. UU., Rusia,
Brasil, Sudáfrica y Japón, han tratado de promover sus modelos institucionales preferidos
en sus propias regiones y otras partes del mundo, particularmente en el Sur Global. En
una versión estilizada, EE. UU. fomenta los TLC basados en reglas sin organizaciones
regionales fuertes (como el TLCAN), mientras que la UE promueve el supranacionalismo
(Börzel y Risse, 2009, 22; Duina, 2006). Baccini et al. (2014) muestran que los PTA con
miembros que tienen relaciones cercanas con los EE. UU. tienden a adoptar el modelo
NAFTA, lo que también podría deberse a algún mecanismo de influencia directa (también
el Capítulo 7 de Duina y el Capítulo 15 de Kim et al., este volumen) .

Sin embargo, no es obvio que la UE en particular intente exportar activamente su modelo


institucional particular de integración supranacional y lo mismo es válido para (p. 96) EE.
UU., que es menos activo en la promoción del regionalismo más allá de los TLC (ver,
por ejemplo , De Lombaerde y Schulz, 2009; Baert et al.
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al., 2014 para detalles sobre la UE; sobre los EE. UU. véase Beeson, 2006). Como
argumentaré a continuación, en la mayoría de los casos la UE reacciona —positivamente,
por supuesto— a los intentos de emulación por parte de las OR en el Sur Global.
Además, los pocos estudios que analizan el interregionalismo Sur-Sur no documentan
muchos mecanismos de influencia directa en funcionamiento, por ejemplo, entre
Mercosur y la SADC (Mattheis, 2014, capítulo 5; Capítulo 26 de Ribeiro Hoffmann, este
volumen).

Por último y no menos importante, los intentos de difusión directa por parte de la UE y
los EE. UU. a menudo encuentran resistencia en el Sur Global, dada la historia de
colonialismo y dependencia económica. Como señala Acharya, la “forma ASEAN” de no
intervención en los asuntos internos y de institucionalismo informal—“blando”—
se originó en gran medida en la oposición directa a los esfuerzos de la UE y los EE. UU.
por impulsar la integración regional (Acharya, 2009; Capítulo 11 de Jetschke y Katada,
este volumen). Lo mismo es válido para el África subsahariana (véanse los orígenes de
la SADC como una comunidad de desarrollo anti-sudafricana y anti-occidental basada
en la identidad colectiva de las luchas contra el colonialismo y el apartheid), así como
para el Medio Oriente (Fawcett y Gandois, 2010; Fawcett y Hurrell, 1995). Esta
resistencia contra el regionalismo occidental, particularmente europeo, resulta en parte
de la lógica del regionalismo del Sur como un supranacionalismo que busca la autonomía
y preserva la soberanía en lugar de abrazarlo (Capítulo 6 por Acharya, este volumen).

Una cuenta de difusión más poderosa con respecto a los modelos institucionales y el
diseño se refiere a la emulación, como muestra la siguiente discusión.

Emulación de Diseños Institucionales Regionales

Con respecto a los mecanismos de difusión indirecta, como la competencia, la extracción


de lecciones, así como la emulación y el mimetismo normativo, los estudios cuantitativos
y cualitativos permiten al menos conclusiones tentativas.
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En general, estos estudios enfatizan la extracción de lecciones, así como la emulación


normativa, pero también la mímica. Con respecto a los resultados de difusión, estos
mecanismos resultan principalmente en adaptación y transformación, pero también en
la adopción generalizada de modelos institucionales en algunos casos.

Desafortunadamente, la mayor parte del trabajo disponible sobre la difusión de diseños


institucionales se centra en la difusión desde el Norte Global hacia el Sur Global.
Los estudios sobre la difusión horizontal entre las regiones del Sur Global son raros, a
excepción de las RO asiáticas. Acharya argumenta, por ejemplo, que la ASEAN inspiró
en gran medida el establecimiento de la Asociación del Sur de Asia para la Cooperación
Regional (SAARC) en 1986 (Acharya, 2009, 108–109; véase también Ahmed, 2013,
capítulo 8). El marco ASEAN+3 también ha difundido el diseño institucional de ASEAN
al noreste de Asia. Por último y no menos importante, el diseño institucional de la
Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) ha emulado hasta cierto punto a la
ASEAN. En este sentido, ASEAN se ha convertido en un modelo de cooperación
regional, si no de integración, en la región de Asia Pacífico (Capítulo 11 de Jetschke y
Katada, este volumen). También ha habido cierta difusión del Mercosur a la recién
formada Alianza del Pacífico (Tvevad, (p. 97) 2014), pero poca imitación o isomorfismo
a través del Atlántico Sur entre el Mercosur y la SADC (Mattheis, 2014, 244–245)

Con respecto a los PTA, Baccini et al. (2014) muestran el surgimiento de tres grupos
distintos de diseños institucionales similares. Un grupo de PTA consiste en acuerdos
bastante estrechos en los que los miembros acuerdan la reducción de aranceles con
respecto a algunos bienes. El segundo grupo contiene acuerdos basados en reglas sin
instituciones regionales sólidas modeladas según el TLCAN (también Duina, 2006;
Capítulo 7 de Duina, este volumen), mientras que el tercer grupo de PTA emula a la
UE. Baccini et al. (2014) encuentran que los acuerdos comerciales preferenciales más
recientes se asemejan en su mayoría al modelo del TLCAN, mientras que las OR tipo
UE son más comunes entre los acuerdos comerciales preferenciales con muchos miembros.
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estados Curiosamente, los acuerdos al estilo de la UE no parecen depender de fuertes


interacciones entre los respectivos ACP y la propia UE.

Avanzando hacia la investigación cualitativa sobre la difusión del diseño institucional


de RO, ASEAN representa un ejemplo fascinante de extracción de lecciones y
emulación normativa que conduce a la adopción y adaptación selectivas de diseños
institucionales, que se originaron en otros lugares, particularmente en Europa.
Por supuesto, la ASEAN aún no ha adoptado la toma de decisiones supranacional de
manera sustancial y, por lo tanto, sigue comprometida con la soberanía nacional.
Sin embargo, investigaciones más recientes muestran que los estados miembros de
la ASEAN han emulado selectivamente modelos institucionales de la UE, incluso en
casos en los que los miembros de la ASEAN argumentaron explícitamente que no era
así (Jetschke, 2009, 2010; Jetschke y Murray, 2012; véase también el Capítulo 11 de
Jetschke y Katada, este volumen). Los ejemplos destacados incluyen el Comité de
Representantes Permanentes de la ASEAN (inspirado en el Comité de Representantes
Permanentes de la UE [COREPER]; Murray y Moxon-Browne, 2013) y la Carta de la
ASEAN (Wong, 2012).

En cada uno de estos casos, la iniciativa a emular surgió de algún problema de


cooperación en la misma Asia, por ejemplo, la crisis financiera asiática.
Sin embargo, la adaptación selectiva de las características del diseño institucional de
la UE siguió una emulación normativa en lugar de un camino racionalista de extracción
de lecciones, ya que la UE era considerada un actor legítimo entre los estados
miembros de la ASEAN. Impulsados por este intento de emulación normativa, los
miembros de la ASEAN se vincularon directamente con sus contrapartes en la UE,
quienes luego los asesoraron sobre cuestiones particulares de diseño institucional
(Jetschke y Murray, 2012, 177). ASEM también se convirtió en parte de este proceso
de difusión (Gilson, 2002, 2005).
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Mecanismos de emulación normativa similares han estado en juego en América Latina,


el África subsahariana e incluso en el Medio Oriente (capítulo 8 de Bianculli, capítulo 12
de Valbjørn y capítulo 13 de Hartmann, este volumen). Como en el caso de la ASEAN,
la difusión de los modelos de diseño institucional de la UE al Sur Global comenzó con
problemas de cooperación en las propias regiones. En el África subsahariana, no se
trataba tanto de cuestiones de acción colectiva que emanaban de la interdependencia
económica, sino principalmente de cuestiones de seguridad o, en el caso de la SADC,
la necesidad de cooperar entre los estados del frente que enfrentaban el apartheid en
Sudáfrica. Por el contrario, los procesos de construcción de regiones en América Latina
fueron impulsados principalmente por gobiernos liberales orientados al mercado en
Argentina y Brasil que llegaron al poder a fines de la década de 1980.

(p. 98) Como argumenta Lenz, tanto los gobiernos de Sudáfrica como los de América
del Sur se enfrentaron a dos opciones con respecto al diseño institucional, el modelo del
TLCAN respaldado por los EE. UU. y el modelo de la UE (Lenz, 2012). Tanto la SADC
como el Mercosur emularon el diseño del mercado común de la UE, no por un largo
proceso de aprendizaje racional, sino por razones de legitimidad (y en contra de la
presión estadounidense en el caso sudamericano; sobre el Mercosur, véase también
Duina, 2006; sobre la SADC, véase Weiland, 2006). Se pueden observar procesos de
emulación similares con respecto a la Comunidad de África Oriental (EAC), la Unión
Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) y la Comunidad Andina (CAN;
sobre la EAC, ver Van Hoestenberghe et al., 2009; Capítulo 13 por Hartmann, este
volumen; sobre la UEMOA, véase Claeys y Sindzingre, 2003; sobre la CAN, véase
Bustamante y Giacalone, 2009; Capítulo 8 de Bianculli, este volumen). Con respecto a
esto último, se produjo un mimetismo casi total y los Estados miembros de la CAN
“bajaron” el diseño de la UE con respecto a varias instituciones (ver la siguiente
discusión).
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Como en el caso de la ASEAN, la emulación normativa fue facilitada en gran


medida por varias comunidades epistémicas europeas-latinoamericanas y
europeas-africanas de expertos en integración regional, abogados y
parlamentarios (Botto, 2009; Lenz, 2012, 164; Costa y Dri , 2014; Smis y Kingah,
2014; sobre comunidades epistémicas ver Haas, 1992). Estas agrupaciones
transnacionales sirvieron como agentes de difusión asesorando a las RO en el
Sur Global y sus estados miembros.

Eurasia es un caso particularmente contrario a la intuición de imitar a la UE


(capítulo 10 de Hancock y Libman, este volumen): las RO euroasiáticas, como
la Unión Económica Euroasiática (UEE) recientemente fundada, se han formado
explícitamente como un contrapeso a la UE, pero han emuló en gran medida el
diseño institucional de la UE, a pesar de los pocos contactos institucionales
entre Bruselas y las OR de Eurasia.

Finalmente, los tribunales regionales y los sistemas de solución de controversias,


así como las asambleas parlamentarias, son otros ejemplos de la difusión de
diseños institucionales (capítulo 23 de Alter y Hooghe y capítulo 25 de Rittberger
y Schroeder, este volumen). En cuanto a los tribunales, la cooperación e
integración económicas regionales sin duda crean una demanda funcional de
mecanismos de solución de controversias. Pero el diseño institucional de dicho
arbitraje se debe principalmente a la emulación, tanto a la extracción de
lecciones como a la emulación normativa. Alter ha identificado en total 24
tribunales internacionales (incluidos los regionales), de los cuales 22 son
tribunales de “nuevo estilo” con jurisdicción obligatoria y/o acceso para actores
supranacionales o privados (Alter, 2014, capítulo 3; también el Capítulo 23 de
Alter y Hooghe, este volumen). La mitad de esos tribunales de “nuevo estilo”
representan copias institucionales del Tribunal de Justicia Europeo (TJCE), 11
en total (Alter, 2012). Ejemplos destacados de la difusión del TJUE incluyen el Tribunal Andin
tribunales africanos (Lenz, 2012; Alter y Helfer, 2010; Saldias, 2010). Si bien la
adopción generalizada del TJCE ha sido rara (por ejemplo, el tribunal andino),
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muchos RO emularon sus características centrales. En la mayoría de los casos, el


impulso inicial para establecer tribunales supranacionales al estilo del TJUE se debió
a algunos problemas funcionales, por ejemplo, el intento de señalar un compromiso
con la integración del mercado (Alter, 2012, 145). Sin embargo, las redes
transnacionales de jueces, abogados y otras comunidades epistémicas intervinieron
para asesorar a la RO sobre el diseño de los tribunales. En algunos casos, la propia
UE y el TJUE asesoraron el diseño de los tribunales (Saldias, 2010).

(p. 99) También vemos la creciente difusión de órganos parlamentarios relacionados


con las RO, incluso en contextos autoritarios (capítulo 25 de Rittberger y Schroeder,
este volumen). Como señala Lenz, este desarrollo es difícil de explicar por cualquier
cuenta funcional, pero parece representar la emulación normativa "hasta el final" (Lenz,
2013; también Rüland y Bechle, 2014; para una cuenta diferente ver Dri, 2010). Sin
embargo, la adopción generalizada de modelos institucionales conduce principalmente
a órganos parlamentarios mayormente simbólicos sin ningún papel serio en la toma de
decisiones. en otras palabras, intergubernamentalismo de “parlamentarización” al final
En 2014).
(Rüland y Bechle, refuerza

En resumen, la emulación parece ser el mecanismo principal en la difusión de diseños


institucionales de RO que luego desencadena una influencia directa a través de la
persuasión y la socialización de normas a través de comunidades epistémicas y otros
agentes. Además, los resultados de la difusión son en su mayoría una adaptación y
transformación selectivas de los modelos institucionales, menos una adopción generalizada.
Por lo tanto, la localización es muy importante (Rüland, 2014; Acharya, 2004), al igual
que la política interna. Este último está muy poco teorizado en la literatura sobre la
difusión de las instituciones regionales (pero ver Solingen, 1998; Capítulo 4 por
Solingen y Malnight, este volumen).

Se puede observar una dinámica similar con respecto a la difusión de la gobernanza


regional en áreas temáticas particulares.
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Difusión de la Gobernanza Regional

Mecanismos de influencia directa

Con respecto a los mecanismos “impulsados por el remitente” pertenecientes a los


acuerdos de gobernanza regional en diversas áreas temáticas, la ONU, sus agencias
especializadas y otras organizaciones internacionales (OI) globales como la Organización
Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial, el Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE), y otros asumen el centro del escenario en la difusión
de modelos institucionales. En particular, la ONU y otras OI globales han moldeado
fuertemente la gobernanza regional en el Sur Global. Esto es válido para la gobernanza
de la seguridad regional (Capítulo 14 de Kacowicz y Press-Barnathan, este volumen), la
gobernanza del desarrollo (Capítulo 17 de Bruszt y Palestini, este volumen), la política
social y las cuestiones de género (Capítulo 18 de van der Vleuten, este volumen ), la
gobernanza ambiental regional (Capítulo 19 de Haas, este volumen), la gobernanza de
la migración (Capítulo 20 de Lavenex et al., este volumen), así como para las instituciones
regionales que promueven los derechos humanos y la democracia (Capítulo 21 de
Pevehouse, este volumen) .

Con respecto a las OR y los mecanismos de influencia directa, la UE está una vez más
difundiendo activamente regímenes de gobernanza particulares directamente en sus
tratos con otras OR, principalmente a través de la cooperación interregional (Capítulo
26 por Ribeiro Hoffmann, este volumen; reseñas en De Lombaerde y Schulz, 2009;
Baert et al., 2014; Rigner (p. 100) y Söderbaum, 2010; Telò et al., 2015). Por ejemplo,
los Acuerdos de Asociación Económica (AAE) de la UE con las diversas OR de África,
el Caribe y el Pacífico (ACP) en el marco del Acuerdo de Coutenou que se han concluido
o aún se están negociando, incluyen disposiciones para la promoción de los derechos
humanos y desarrollo sostenible. Además, la UE trata de promover la buena gobernanza
3
y la seguridad y estabilidad regionales en sus relaciones con otros
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RO (Börzel y Van Hüllen, 2015). Y ha instituido cláusulas migratorias en sus


acuerdos comerciales con socios regionales (Capítulo 20 de Lavenex et al., este
volumen; Jurje y Lavenex, 2014).

Emulación

Ya me he ocupado de la difusión de los diseños institucionales de los ACP en los


que compiten dos guiones globales que emanan del Norte Global, a saber, los
diseños del TLCAN y de la UE. Además, la promoción de la democracia, los
derechos humanos y la buena gobernanza se ha convertido en un guión global
que las OR intentan fomentar cada vez más con respecto a sus estados miembros
y en sus relaciones exteriores (capítulo 21 de Pevehouse, este volumen; Börzel y
Van Hüllen, 2015; Pevehouse, 2005; McMahon y Baker, 2006; van der Vleuten y
Ribeiro Hoffmann, 2010). Lo mismo se aplica a los derechos de género (Capítulo
18 por van der Vleuten, este volumen).
La emulación es el principal mecanismo por el cual se difunden los derechos
humanos y la gobernabilidad democrática. Si bien el guión se originó en Occidente,
se ha vuelto global. Incluso las RO que abarcan estados autoritarios como la
Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) ahora adoptan su propio
monitoreo electoral (Capítulo 10 por Hancock y Libman, este volumen).

Los mecanismos de emulación incluyen la competencia (democracia, derechos


humanos y cláusulas de buen gobierno como medios para invitar al comercio y la
inversión extranjera directa), la extracción de lecciones (para asegurar el gobierno
democrático entre los estados miembros de RO, ver Moravcsik, 2000; Pevehouse,
2005), y la emulación normativa como una búsqueda para ganar legitimidad
global (ver McMahon y Baker, 2006). Stapel (2014) ha demostrado a través de un
estudio cuantitativo que no solo existe isomorfismo a nivel global, sino que
también importa la contigüidad geográfica de las RO. También demuestra que las
necesidades funcionales (aprendizaje) explican la difusión de la democracia y los
estándares de buen gobierno entre las OR, mientras que las asimetrías de poder parecen
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obstaculizar la adopción. El suyo es uno de los primeros estudios que no adopta una visión
centrada en la UE de la difusión de políticas entre las RO.

Una vez más, ASEAN constituye un ejemplo fascinante de emulación normativa, adaptación
selectiva y localización como resultado de la resistencia a las presiones occidentales para
incorporar normas de derechos humanos. Como argumenta Manea, la ASEAN transformó su
identidad colectiva al adaptarse selectivamente a las normas de derechos humanos (Manea,
2008, 2009; también Katsumata, 2009).

La difusión de políticas entre las OR no se limita a la difusión de los derechos humanos, la


democracia y los estándares de buen gobierno. Un ejemplo muy interesante en el ámbito de
(p. 101) la cooperación en materia de seguridad se refiere a la difusión de las medidas militares
de fomento de la confianza (CBM) que se originaron en la Conferencia (ahora Organización)
para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) durante el Frío. Guerra. Las medidas
de fomento de la confianza han sido adoptadas por la ASEAN y el Foro Regional de la ASEAN
(ARF), así como por la OCS, siendo el mecanismo principal el mimetismo (Capítulo 14 de
Kacowicz y Press Barnathan, este volumen; véase Katsumata, 2011; Acharya y Johnston,
2007, 20; Acharya, 2009, capítulo 5). Desde la ASEAN, estas políticas de gestión de conflictos
se han extendido al sur de Asia (Jetly, 2003). Un caso de difusión Sur-Sur se refiere a la
expansión de las Zonas Libres de Armas Nucleares, a partir del Tratado Latinoamericano de
Tlatelolco en 1967 (Lacovsky, 2014). Como argumentan Bruszt y Palestini, los bancos
regionales de desarrollo también se difundieron dentro del Sur Global (Capítulo 17 de Bruszt y
Palestini, este volumen). De manera similar, los Procesos de Consulta Regional como redes
transgubernamentales vinculadas a los aspectos de seguridad de la gobernanza migratoria se
extendieron por todo el mundo (Capítulo 20 por Lavenex et al., este volumen).
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ASEAN adoptó selectivamente las políticas de regulación del mercado de la UE, y la


variación en los resultados puede explicarse por la política interna (Pente, 2013).
También emuló el mecanismo de gestión de desastres de la UE en respuesta al tsunami
del Océano Índico de 2004 (Pennisi di Floristella, 2014), mientras que la adopción de
normas sobre el VIH/SIDA por parte de la ASEAN se difundió desde el nivel mundial, a
saber, ONUSIDA (Collins, 2013).

Estos ejemplos confirman, una vez más, la necesidad de combinar explicaciones


endógenas centradas en problemas de acción colectiva en una región particular con
explicaciones que asumen una toma de decisiones interdependiente. La identificación
del problema por lo general se origina dentro de la propia región, mientras que tanto el
marco como las soluciones institucionales solo pueden explicarse desde una perspectiva
de difusión (Duina y Lenz, de próxima publicación). Incluso entonces, el resultado no es
la adopción total de regímenes de política, sino su adaptación y transformación selectivas
para ajustarlos a las circunstancias regionales.

Conclusión

Este capítulo proporcionó una descripción general del estado del arte sobre la difusión
del regionalismo, el diseño institucional de OR específicas y de regímenes de gobernanza
regionales particulares. El capítulo arroja algunas conclusiones tentativas.

En primer lugar, la difusión del regionalismo, los diseños institucionales y la gobernanza


regional está determinada principalmente por mecanismos de emulación indirectos o
“impulsados por el destinatario” más que por mecanismos de influencia directos e
“impulsados por el remitente” (ver Fig. 5.1). Si bien la UE trata particularmente de
promover el regionalismo, los diseños institucionales y las políticas regionales, los
efectos parecen ser limitados. La UE como modelo institucional de integración es más
atractiva cuando no promueve ningún
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solución regional, pero está siendo emulada por otras RO que lo consideran un modelo
legítimo de resolución de problemas.

En segundo lugar, en lo que respecta a la emulación, observamos pocos ejemplos de


mimetismo que conducen al isomorfismo institucional. La competencia, la extracción de
lecciones y la emulación normativa (p. 102) son los mecanismos de difusión más
importantes mediante los cuales se difunden modelos institucionales y regímenes
políticos particulares. En este contexto, las OR se involucran en un proceso de búsqueda
de la mejor solución institucional o política disponible (lección de lecciones) y también
emulan a las OR que consideran normativamente legítimas. Aquí es donde juega un
papel el “poder de atracción” de la UE y de las OR contiguas.

En tercer lugar, en cuanto a los resultados de la difusión, rara vez observamos una
adopción a gran escala o una convergencia en torno a modelos específicos de
cooperación e integración regional. Si la convergencia ocurre con el mimetismo como el
mecanismo de difusión pertinente, el resultado más probable es el desacoplamiento
entre las reglas institucionales y las prácticas de comportamiento. Esto explica por qué
muchas OR en el África subsahariana y en América Latina tienen tan pocos comportamientos
consecuencias (Capítulo 8 de Bianculli y Capítulo 13 de Hartmann, este volumen). El
resultado más probable de la difusión con respecto a la cooperación e integración
regional es la adaptación y la transformación. En otras palabras, los mecanismos de
difusión “impulsados por el receptor” de competencia, extracción de lecciones y emulación
normativa conducen a la adopción selectiva, ajustes y “localización” (Acharya, 2004) de
modelos institucionales particulares en los contextos regionales particulares. La difusión
es un proceso activo de traducción y transformación, no una “descarga” pasiva de algún
software institucional para RO.

Cuarto, ¿cómo se relacionan entre sí las explicaciones funcionales y las explicaciones


de difusión? Concluyo de la literatura que la demanda de cooperación e integración
regional por lo general se origina en la región particular en
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respuesta a algún problema interno o externo (“problematización” en Duina y Lenz,


de próxima publicación; Börzel y Risse, 2012b; también el Capítulo 27 de Börzel y
Risse, este volumen). Los efectos de difusión ocurren cuando los actores buscan
soluciones institucionales apropiadas. La difusión se da por el lado de la oferta de
construcción de sentido y de identificación de soluciones específicas en cuanto a
diseños institucionales y regímenes de gobernanza.

Finalmente, permítanme delinear algunas áreas de investigación futura. Si, como


he argumentado en este capítulo, las explicaciones funcional y de difusión del
regionalismo tienen que combinarse, la estrategia de investigación apropiada sería
determinar el peso relativo de la toma de decisiones independiente en comparación
con la interdependiente y explorar con más detalle cómo funcional y Las
explicaciones de difusión se relacionan entre sí. Además, la investigación futura
sobre la difusión del regionalismo y las instituciones regionales debería centrarse
en los procesos de traducción y localización. Por el momento, la investigación
sobre difusión descuida la política interna del regionalismo, un tema central de las
teorías convencionales de cooperación e integración. Si bien los últimos enfoques
suelen ignorar la difusión, la política interna de localización sigue siendo
probablemente la brecha más grande en la literatura emergente sobre la difusión
del regionalismo (Capítulo 4 de Solingen y Malnight, este volumen).
Finalmente, mientras que el trabajo cualitativo sobre la difusión en el regionalismo
comparado se concentra acertadamente en los mecanismos más que en los
resultados, la mayor parte del trabajo empírico sigue siendo eurocéntrico y
occidental, a pesar de todas las promesas en sentido contrario (capítulo 6 de
Acharya, este volumen). Sabemos mucho más sobre la difusión del regionalismo
occidental (particularmente de la UE) en todo el mundo que sobre la difusión Sur-
Sur, intraasiática, intraafricana o intralatinoamericana.

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Notas:

(1.) Agradezco a los colaboradores de este Manual por su aporte crítico y ayuda con este capítulo, en particular
Andrea Bianculli, Tanja Börzel, Jeffrey Checkel, Liesbet Hooghe, Anja Jetschke, Arie Kacowicz, Galia Press-
Barnathan, Fredrik Söderbaum, Etel Solingen, Sören Stapel y Vera Van Hüllen.

(2.) Véase, por ejemplo , <http://ec.europa.eu/europeaid/where/acp/overview/rsp/rsp_10th_edf_en.htm>


(consultado el 1 de mayo de 2014).

(3.) Sobre el estado actual,


véase <http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2009/september/tradoc_144912.pdf> (consultado el 30 de mayo de
2014).

Tomas Risse
Thomas Risse es profesor de Relaciones Internacionales en el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales,
Director del Centro de Estudios Transnacionales, Política Exterior y de Seguridad (ATASP) y Director del Centro
de Investigación Colaborativa “Gobernanza en Áreas de Estado Limitado” (2005– 2017), todos en la Universidad
Libre de Berlín.

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