Prospección y Balance del cumplimiento de los convenios y

acuerdos internacionales para la conservación del

entorno natural del Mediterráneo.
Ideas y estrategias para la preservación de la biodiversidad.

Miquel Ventura Monsó - Biólogo y MBA

Barcelona, enero de 2018
¿La canción del mar, termina en la costa o en el corazón de aquellos que la
escuchan?
Khalil Gibran, poeta libanés (Bsharri 1883 – New York 1931)
 Información del proyecto

Autores. Coordinación y secretaría. Agradecimientos.

Miquel Ventura Monsó.
Licenciado en Biología por la Universidad de Barcelona.
Master Business Administration (MBA) - Universidad Ca-
milo José Cela.
Postgrado en gestión de entidades no lucrativas en ESA-
DE. Postgrado en Gestión del Agua por la Universidad Poli-
técnica de Terrassa.
Técnico en gestión de la eficiencia energética - Ambien-
tum Fomación - UL.
Anaïs Molina Serrano.
Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración
por la Universidad de Barcelona.
Becaria del Centro de Actividad Regional para el Consu-
mo y la Producción.
Sostenibles (SCP/RAC) MAP-UNEP – Barcelona.
Rosa Mª Izquierdo Jiménez.
Grado en Gestión Administrativa . IOC
Colaboración técnica y apoyo logístico.
Centro de Actividad Regional para el Consumo y la
Producción.
Sostenibles (SCP/RAC) MAP-UNEP – Barcelona.
Edición de gráficos y tablas.
Jordi Vilà.
Vila Pals Design, S.L.
Fotografías.
Xavier Salvador, Miquel Ventura, Carles Virgili
(Risck), Natural Advice, S.L. y Fundación Mar.
Revisión técnica del documento.
Nicolas Pascal.
PhD, Ecological economy and conservation finance.
Dr. Ramon Moreno Amich.
Catedrático de Ecología de la Universidad de Girona.
Roger García.
Centro de Actividad Regional para el Consumo y la Producción
Sostenibles (SCP/RAC) MAP-UNEP – Barcelona.
Tatiana Hema.
Deputy Coordinator of the MAP in the CAR of Athens.
United Nations Environment Programme Mediterranean
Action Plan.
Barcelona Convention Secretariat.
Miguel Garcia Herraiz.
-Under-Secretary-General for Water and Environment.
Secretariat of the Union for the Mediterranean (UPM).
Alessandra Sensi.
Union for the Mediterranean (UPM).
Dra. Purificació Canals.
President of the network of Marine Protected Area managers in
the Mediterranean.MedPAN.
Marie Romani.
Executive Secretariat of MedPAN for implementation strategy
decided for General Assembly.
Luisa Rodriguez.
Legal Officer - Governance Unit - UN Environment/MAP.
Coordinating Unit - Barcelona Convention Secretariat.
Arnau Queralt Bassa.
Director del Consell Assessor pel desenvolupament Sostenible de
Catalunya (CADS).
Souha EL ASMI.
-Programme Officer – SPAs. Specially Protected Areas Regional
Activity Centre(SPA/RAC). The Mediterranean Biodiversity Centre
of UN Environment/MAP
 Indice

1 PRÓLOGO. Ignoramos el valor del mar. pag. 1 4.4 Estado ecológico de especies y hábitats de interés 6 NUESTRA COMPLEJA RELACIÓN CON EL
comunitario. pag. 37 MEDITERRÁNEO. pag. 71
2 SUMARIO. pag. 4
4.5 Contribución de la Red Natura 2000 a la conser- 6.1 Los límites del crecimiento en un entorno frágil y
3 EL ESCENARIO SOCIO-ECOLÓGICO MEDITERRÁNEO. pag. 7 vación del Mediterráneo. pag. 41 extenuado. pag. 72
3.1 Pasado, presente y futuro de una realidad medio 4.6 Conclusiones de la acción europea en el Medi- 6.2 Un tímido compromiso para hacer frente al
ambiental. pag. 8 terráneo. pag. 43 crecimiento. pag. 73
3.2 Los retos a los que nos enfrentamos. pag. 9 6.3 Nuevas políticas de conservación con la
5 EL CONVENIO DE BARCELONA Y OTRAS ACCIONES
I Un mar en conflicto. PARA LA PROTECCIÓN DEL MEDITERRÁNEO. pag. 45 participación social. pag. 75
II La distribución del agua dulce en el Mediterráneo.
5.1 Introducción. pag. 46 6.4 Ecologismo y conservación social. pag. 78
III Impacto ecológico del comercio marítimo.
5.2 La evolución del Convenio de Barcelona. pag. 50 6.5 Impacto de la acción social a escala local y
IV Cambio climático. regional. pag. 79
5.3 Tablas de relación para valorar el cumplimiento
V Contaminación y eutrofización marina. 6.6 Acción local para conservar el Mediterráneo. pag. 83
de los objetivos del Convenio de Barcelona. pag. 52
VI Basura marina y micro-plásticos.
VII La pesca mediterránea colapsa.
I Biodiversidad. 7 ESTUDIO Y BALANCE DEL NIVEL DE CUMPLIMIENTO
II Especies foráneas e invasoras. DE LOS ACUERDOS PARA LA CONSERVACIÓN DEL
VIII Otros impactos a considerar.
III Explotación comercial de recursos pesqueros. MEDITERRÁNEO. pag. 85
3.3 Reflexiones desde un punto de vista ambiental y 86
IV Redes trófícas marinas. 7.1 Visión analítica del estudio. pag.
ecológico. pag. 21
V Eutrofízación. 7.2 Objetivos de la entrevista. pag. 87
3.4 Demografía e impacto ecológico. pag. 22
VI Integridad del fondo Marino. 7.3 Resultados esperados. pag. 87
3.5 Turismo, población y medio ambiente. pag. 25 VII Hidrografía.
7.4 Material y método para realizar la entrevista. pag. 87
3.6 Otros factores de impacto. pag. 27 VIII Paisajes y ecosistemas costeros.
7.5 Los entrevistados seleccionados y sus perfiles. pag. 88
4 BALANCE ECOLÓGICO DE UN ENTORNO NATURAL IX Polución.
7.6 Cuestionario principal y respuestas obtenidas. pag. 88
EXTENUADO. pag. 30 X Basura Marina.
CUESTIONARIO PRINCIPAL. 89
31
pag.
4.1 Introducción. pag. XI Energía incluyendo el ruido del mar.
XII Tablas resumen de los instrumentos para la Con- 8 CONCLUSIONES FINALES. pag. 109
4.2 Evaluar el estado ecológico del entorno
33 servación del Mediterráneo.
mediterráneo europeo. pag. 9 VISIÓN Y ACCIÓN DE FUTURO PARA EL
4.3 Efecto de las Directivas de conservación en el 5.4 Otros instrumentos para la conservación del MEDITERRÁNEO. pag. 117
34 Mediterráneo. pag. 65 122
entorno Euro-Mediterráneo. pag. 10 BIBLIOGRAFIA. pag.

5.5 Una visión global del estado del Mediterráneo. pag. 67

1 Prólogo. Ignoramos el valor del mar.
1
Nuestras vidas dependen del mar y como decían los griegos, más
maravilloso que la sabiduría de los ancianos y la sabiduría de los li-
bros es la sabiduría secreta del mar. Los mares son el pasado, el pre-
sente y el futuro de nuestro planeta, de nuestra especie y sin ellos,
jamás habríamos podido evolucionar. Ahora mismo no podríamos vi-
vir, ni alimentarnos y nuestro futuro sin ellos se vuelve por completo
imposible.
Mi principal trabajo se centra en observar y estudiar el medio marino,
y es a través de este conocimiento y experiencia que expondré las fun-
ciones esenciales que el bioma más importante de la Tierra genera y a
partir de los cuales podemos existir. Una realidad que la mayoría de la
sociedad desconoce, ignorando su verdadero valor y fortuna.
Se dice que los pulmones de la Tierra se encuentran en las selvas tro-
picales que existen en la franja del ecuador planetario, espesos bosques
que funcionan como las principales fuentes de oxígeno, de fijación de
dióxido de carbono, de producción de biomasa y de depósitos natura-
les de biodiversidad. Pero esta afirmación es errónea, ya que la mayor
producción de oxígeno del planeta se produce en las bastas masas de
agua del gran océano planetario fruto de la actividad metabólica del
fitoplancton marino. Estos organismos vegetales producen oxígeno y
absorben CO2 mediante la fotosíntesis, lo que genera un flujo de gases
que nutre a las aguas marinas y a la atmósfera y gracias a ello podemos
respirar.
Más del 75 % de la superficie de nuestro planeta está cubierto por
agua salada, un hecho que daría la singularidad necesaria para que
a la Tierra le llamáramos Planeta Océano, y eso quizás significaría que
los humanos han entendido el valor y el significado del medio marino
para nuestras vidas y le rinde su justo tributo dándole el nombre y el
respeto que merece.
El tamaño y la dimensión del océano global empequeñece cualquier
espacio que hay sobre los continentes, el mar es el verdadero ecosis-
tema planetario por excelencia y eso hace que nuestro hogar, dentro
del Sistema Solar, sea tan diferente del resto de los planetas, el nuestro
rebosante de formas de vida la cual más bella e interesante de conocer,
observar y proteger.
Se estima que de los 375 millones de kilómetros cuadrados de super-
ficie terrestre sumergida en el mar sólo hemos explorado un pequeño
porcentaje no superior al 15 %. Hoy sabemos más cosas del univer-
so cercano que del entorno oceánico de la Tierra y de las diversas y
remotas formas de vida que lo habitan. La parte nerítica del mar, la
más cerca al continente que oscila entre los 15 y los 200 metros de
profundidad, es la zona más estudiada, y a partir de aquí comienza la
desconocida zona oceánica.
Hoy, las técnicas e instrumentos existentes hacen más accesibles el
estudio del fondo oceánico, pero aún son limitados porque en gran parte
está a una profundidad media de unos 3.800 metros, donde las altas pre-
siones, las corrientes marinas y la nula visibilidad dificultan en gran medida
su exploración. En pocos años las nuevas tecnologías y los drones subma-
rinos cambiarán radicalmente esta realidad y será en ese momento cuan-
do seremos capaces de percibir la verdadera dimensión de conocimiento
que el mar alberga, de entender mejor su funcionamiento y de aprender
a gestionarlo y preservar este patrimonio de manera eficiente.
El 90% de la biomasa (cantidad de materia viva) del planeta se en-
cuentra en los océanos y eso significa que casi todo lo que está vivo
en la Tierra se encuentra en los mares. De toda esta biomasa marina
la gran mayoría corresponde a organismos microscópicos o muy pe-
queños, pudiendo considerarse que el medio marino es como un caldo
“With every drop of water you drink, every breath you take,
you’re con-nected to the sea. No matter where on Earth you live.
Most of the oxygen in the atmosphere is generated by the sea”.
Dra. Sylvia Earle.
Prólogo. Ignoramos el valor del mar. 2
1
vivo donde un centímetro cúbico de agua alberga aproximadamente tres somos capaces de compartir el conocimiento colectivo, si gestiona-
millones de virus, un millón de bacterias, miles de algas y otras especies mos eficazmente los recursos disponibles e implementamos nuestras
microscópicas, todas ellas inofensivas y necesarias para mantener la salud capacidades con sabiduría podremos recuperar, mantener y conservar la
de los océanos y la de nuestras vidas. El agua de mar no es simplemente calidad de un patrimonio natural sano gracias al cual podremos seguir
“agua salada” contiene los 118 elementos de la tabla periódica en su viviendo y progresar como especie.
forma orgánica y biodisponible, aunque en su gran mayoría (85%) sean
iones de sodio y cloro. De hecho, su composición es similar a la del líquido
extracelular y por ello es un auténtico suero fisiológico natural concentrado Miquel Ventura Monsó
capaz de satisfacer las necesidades minerales de las células de todos los Biólogo y MBA
Director de la Fundación Mar
seres vivos en la escala animal y humana, una realidad científicamente
Barcelona / Begur - Enero de 2018
demostrada que pone de manifiesto nuestro origen marino.
En el contexto particular del mar Mediterráneo es necesario hablar
del entorno natural donde la humanidad se ha desarrollado a lo largo
de miles de años y hoy somos el fruto del hibridismo genético y cul-
tural que nuestros antepasados forjaron en su empeño por la supervi-
vencia y el progreso.
Nuestra historia evolutiva en este lugar del mundo es excelente y ha
sido posible gracias a la capacidad del entorno para acogernos y de
abastecer nuestras necesidades en un escenario de bellos paisajes y
de clima benigno que cautiva a los que lo conocen. Hoy, el Medite-
rráneo sigue siendo generoso con nosotros pero esta magnífica be-
nevolencia se ha vuelto insuficiente para cubrir nuestras ingentes
necesidades de espacio, de recursos naturales y de energía, una
situación que pone en peligro crítico la calidad del entorno natural
y de su capacidad de resiliencia.
Los esfuerzos de personas, organizaciones y gobiernos que desde
los años 70 trabajan para poner solución a la degradación de este
entorno marino común mediante acuerdos, pactos y convenios es
insuficiente para hacer frente al gigantesco reto medio ambiental y
humano al que nos enfrentamos.
El interesante trabajo descrito en esta publicación pone en evidencia
esta realidad y nos plantea, con sólidos argumentos, que es necesario
cambiar nuestra forma de pensar si queremos encontrar nuevas vías
de acción y soluciones para afrontar el futuro con esperanza. Si

Prólogo. Ignoramos el valor del mar. 3

2 Sumario.
2
El objetivo principal del presente trabajo ha sido realizar un estudio
experimental del nivel de compromiso y del grado de cumplimiento que
los diferentes países que forman parte del arco mediterráneo (las Partes)
logran alcanzar a través de los diferentes acuerdos, directivas, convenios
y protocolos los cuales han diseñados como herramientas de acción para
mejorar y conservar de forma perdurable los recursos naturales, el paisaje
y la biodiversidad del medio marino y litoral del entorno Mediterráneo.
Partiendo de la base de que no existen estudios de referencia acepta-
bles y de calidad sobre este tema, en donde se intenta valorar el grado
de cumplimiento por país o región, hemos desarrollado, después de
varios intentos, una metodología de trabajo sencilla pero efectiva que
nos ha conducido, no sin esfuerzo, a adquirir la información necesaria
para alcanzar nuestros objetivos.
Al principio del estudio nos centramos en realizar un profundo análisis
del estado ecológico actual del Mediterráneo, poniendo en relieve los
principales problemas ecológicos y medio ambientales que afectan a
cada uno de sus ámbitos y regiones. Un pronóstico que se ha ido ela-
borando a partir de la información extraída de documentos y trabajos
científicos relevantes que se han elaborado durante los últimos años
15 años hasta hoy. En el proceso analítico sobre el ecosistema marino
y litoral también hemos aportado valiosa información derivada de
nuestra propia experiencia en el estudio permanente del medio ma-
rino en el área del Mediterráneo occidental. Con la voluntad de rea-
lizar un documento sintético y de fácil comprensión hemos centrado
nuestros esfuerzos en evaluar aquellos factores socio-ecológicos que
definen mejor el estado actual de este ecosistema y de sus tendencias
al cambio en ámbitos como la biodiversidad, la calidad y disponibilidad
de los recursos naturales como el agua, el suelo fértil, el paisaje natural,
los recursos pesqueros, la contaminación, el cambio climático y, entre
otros, el impacto del turismo, el cambio climático y de las migraciones
humanas desde el sur al norte del Mediterráneo.
El documento pone especial atención a los principales instrumentos
de acción existentes en el ámbito de la conservación del patrimonio
natural mediterráneo, tanto por parte de los países europeos como
por parte del conjunto de países que integran la cuenca y que trabajan
a través de acuerdos y convenios internacionales con el mismo fin.
También, hemos valorado como estos procesos de cooperación
regional e internacional han ido evolucionando en el tiempo para
adaptarse a las cambiantes realidades geopolíticas y ambientales de
esta región, en un entorno altamente conectado y humanizado donde
el mar es nexo ecológico entre tres continentes y a la vez frontera
sociocultural y política entre las zonas del Norte y el Sur, el Este y el
Oeste del arco mediterráneo.
En un segundo nivel, el trabajo describe las principales alianzas
establecidas entre los diferentes países y actores implicados en la
promoción, el desarrollo estratégico, el control y la gestión de los
acuerdos, valorando sus capacidades para cumplirlos, así como tam-
bién los posibles escenarios de futuro que influirán en gran medida
en el imprescindible y necesario proceso de recuperación ecológica
de este entorno. Un proceso que está íntimamente ligado a la paz
entre los pueblos y a su capacidad de emprender con éxito sus pro-
cesos de desarrollo socioeconómico en equilibrio y protección del
medio ambiente.
En nuestro análisis también hemos estudiado los informes genéricos
de valoración que las propias administraciones públicas realizan del
impacto de sus políticas y programas de conservación a través de sus
múltiples instrumentos de acción, como es el caso de la EEA (Agencia
Europea de Medio Ambiente) y como se valoran las repercusiones
que estas políticas ejercen sobre la calidad del medio ambiente y del
patrimonio natural y marino en la Europa mediterránea. Lo mismo he-
mos hecho con los informes de valoración publicados por el MAP-
UNEP como entidad responsable de gestionar, coordinar y promover
el Convenio de Barcelona entre todos los estados de la cuenca medi-
terránea. El documento enfatiza sobre el actual momento crítico de
la historia humana que vivimos, donde el conflicto bélico y medioam-
biental en el oriente y sur del Mediterráneo persiste y países como
Siria, Libia y el conflicto árabe-israelí son claros ejemplos. Desde una
visión integrada de los hechos gran parte de estos conflictos están
relacionados con el acceso a los recursos naturales, principalmente
Sumario. 5
2
agua, suelos de cultivo, espacio vital e hidrocarburos. Concretamente, El trabajo concluye con una apuesta clara hacia la acción comprome-
en Siria el cambio climático (Peter H. Gleick, Water Program, Pacific tida y defiende que, a pesar de todos los problemas sociales, ecológi-
Institute, Oakland, CA/USA. “Water, Drought, Climate Change, and cos y medioambientales que hoy se manifiestan en la cuenca me-
Conflict in Syria”.2014) y la falta de recursos básicos como el agua co- diterránea, este entorno dispone de un valioso activo social capaz de
lapsaron las zonas rurales originando una importante migración hasta transformar los actuales modelos de desarrollo de nuestra sociedad.
las ciudades en busca de mejores condiciones de vida. Estos primeros Para ello es fundamental que el activo ecológico del que dispone-
refugiados ambientales, al igual que los que genera la África subsa- mos sea preservado en buenas condiciones para garantizar nuestro
hariana para acceder a la idealizada Europa, ponen de manifiesto las progreso y el del conjunto de especies animales y vegetales que
situaciones de estrés ambiental de la cuenca mediterránea que aho- comparten este entorno planetario tan especial, el Mediterráneo.
ra empezamos a ponderar porque nos afecta de una manera directa. Mar entre tierras, cuna de las culturas más influyentes del mundo que
Esta situación que, aún hoy, no nos atrevemos a afrontar de manera hoy se enfrenta a un futuro incierto que debemos gestionar con
responsable desde Europa, plantea un escenario con una realidad habilidad y responsabilidad para descifrar la mejor ruta hacia la
ecológica y social dramática e imprevisible. recuperación de su salud en un entorno de paz y cooperación sin
Para mejorar los resultados del estudio hemos establecido un acuer- fronteras.
do de colaboración estratégico con el Centro de Actividad Regional
para el Consumo y la Producción Sostenible (SCP/RAC), una organiza-
ción de cooperación internacional con los países Mediterráneos con
una larga experiencia en materia de desarrollo e innovación del sector
productivo y de la sociedad civil a partir de modelos de consumo y
producción más sostenibles. Este centro de actividad regional desa-
rrolla su función desde la ciudad de Barcelona y en el marco del Plan
de Acción para la protección y el desarrollo de la cuenca del Medite-
rráneo (PAM), organización perteneciente al Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Como síntesis y conclusión del estudio se ha diseñado un análisis
“dafo” a partir del escenario social y ecológico del mediterráneo detec-
tado las principales debilidades y amenazas de la región, así como las
tendencias y riesgos que pueden contribuir a estresar este hiper-hu-
manizado ecosistema. Caracterizando los puntos fuertes del entorno,
del cual las sociedades son parte, y de las oportunidades que bien
gestionadas nos pueden dar la capacidad de actuación que necesita-
mos, hemos propuesto 4 estrategias que ayudaran a definir un esce-
nario de equilibrio entre las sociedades mediterráneas y el entorno
natural.

Sumario. 6
3 El escenario socio-ecológico Mediterráneo.
3
Pasado, presente y futuro de una realidad
3.1 medio ambiental.
El Mediterráneo integra un patrimonio ecológico diverso en un en-
clave geográfico singular donde se manifiestan procesos climáticos y
oceanográficos característicos que permiten la existencia de una gran
variedad de hábitats litorales y marinos que albergan una excelente
biodiversidad. Este espacio geográfico ha funcionado durante miles
de años como un activo conector ecológico entre Europa, Asia y África,
donde los seres vivos se han distribuido libremente intercambiando con
éxito energía, materia y genes en un proceso evolutivo condicionado en
gran medida por factores ambientales.
Hoy el humanizado y traspuesto Mediterráneo se encuentra fragmen-
tado y su identidad natural se diluye entre tres continentes socialmente
divididos y ecológicamente estresados. Desde hace milenios el factor
humano ha sido un elemento determinante que ha influido sobre el
estado natural del entorno y en la calidad del medio ambiente, un pro-
ceso que se acelera desde la primera mitad del siglo XX. Finalizada la II
Guerra mundial, Europa se reorganiza para mantener una paz durade-
ra que generará un desarrollo social y económico sin precedentes en
la historia, un hecho que pondrá en jaque permanente al entorno eco-
lógico mediterráneo, a sus recursos naturales y a su calidad ambiental.
Otro factor a tener en cuenta es que a principios de los años 60 del
siglo pasado desaparecen la mayor parte de los sistemas coloniales
europeos que existían en el norte de África, manteniéndose ciertas
relaciones comerciales entre algunos países y donde Francia ha des-
empeñado un papel muy destacado. Pero es en este contexto que el
entorno Mediterráneo no europeo queda ciertamente ignorado por
la gran mayoría de las instituciones internacionales durante casi toda
la segunda mitad el siglo XX (Antoine, S. et Al. 2000). No fue hasta
finales de los 70 que se empieza a estructurar una cooperación multi-
lateral entre los estados ribereños más estable y ambiciosa que integra
aspectos medio ambientales y ecológicos. En el contexto europeo, la
eliminación de las fronteras (exceptuando el reciente fenómeno del
“Brexit” que ha tambaleado la solidez y proyección de la U.E.) tan-
to dentro de la Comunidad como en el entorno geoestratégico más
próximo del Mediterráneo, así como la aparición de factores clave
como la moneda única en el año 1999, suavizan la percepción de las
fronteras entre los países miembros, eliminando rigideces y aportan-
do nuevos conceptos ligados a su permeabilidad.
En una Europa más unida y con una tendencia policéntrica del poder,
se establece la necesidad de crear nuevos núcleos de gestión más
dinámicos capaces de integrarse a su vez en redes geopolíticamente
más amplias. De ahí se deriva la necesidad histórica del proceso de
globalización y/o regionalización en el cual el Mediterráneo en gene-
ral representa una gran oportunidad para cubrir las necesidades que
tienen las regiones del sur de Europa en su proceso natural de buscar
puntos en común y sinergias para colaborar en temas tan importantes
como la gestión del medio ambiente marino, de los recursos natura-
les como el agua, del turismo, del comercio, las comunicaciones, la
demografía o la inmigración (Quercy, M. 1995).
A finales de los años 50 del siglo pasado, se trazó un inicio de coo-
peración multilateral en Europa para reconocer la identidad de la
región mediterránea integrando una incipiente preocupación medio
ambiental, manifestada ya desde el Tratado de Roma (1957-1971) y,
de una forma más comprometida desde el proceso de preparación
de la Conferencia de Estocolmo en 1972. Esta cumbre convocada por
Naciones Unidas es considerada hoy la primera gran reunión multi-
nacional donde se debatieron cuestiones ambientales internacionales
y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política interna-
cional sobre medio ambiente propiciando, junto con otras reuniones
posteriores, la creación del programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA o UNEP). Esta conferencia y, en especial las
reuniones científicas que la precedieron, tuvieron un impacto positivo
en las políticas medio ambientales adoptadas inicialmente por la Unió
Europea (UE).
Así, en 1973 la UE creó la primera directriz sobre protección del medio
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 8
3
ambiente y de los consumidores y estableció el primer programa de
acción ambiental. Este proceso de interés científico y social creciente
creó un espacio de colaboración y facilitó el proceso para profundizar
en el conocimiento sobre el estado ecológico del mundo que tuvo su
punto álgido en la Cumbre de Rio de Janeiro de 1992. En la ciudad de
Rio, se puso de manifiesto el impacto planetario global sobre la pérdi-
da de la biodiversidad biológica que derivó en la firma del Convenio
sobre la Diversidad Biológica (CDB) el cual entró en vigor en diciembre
de 1993. En la Cumbre de Rio, también se trató sobre los efectos del
calentamiento global que derivó en multitud de acciones que se han
ido desarrollando en los últimos 20 años y de las que destacamos el
Protocolo de Kioto de 1997, los acuerdos de París en 2015 y la recien-
te conferencia de Marrakech en noviembre de 2016, donde se esta-
bleció la hoja de ruta para la reducción de las emisiones de dióxido de
carbono a nivel mundial durante los próximos 10 años.
En esta situación de preocupación mundial creciente por la pérdida
del calidad medio ambiental y en particular por el estado ecológico
de la cuenca Mediterránea dada su fragilidad y rápido deterioro de-
rivado del desarrollo humano, en el año 1975, dieciséis países medi-
terráneos y la CEE adoptaron el Plan de Acción para la protección y
el desarrollo de la cuenca del Mediterráneo (PAM), el primer acuerdo
regional bajo los auspicios del Programa de Naciones Unidas para el
Medioambiente (PNUMA). Como marco jurídico del PAM, en 1976 se
adopta el Convenio para la protección del mar Mediterráneo contra la
contaminación (Convenio de Barcelona) y de sus dos primeros proto-
colos vinculados al control de la contaminación generada por vertidos
desde buques y aeronaves. Ambos protocolos tienen la voluntad de
cumplir con el programa y la virtud de reconocer la identidad propia
de esta región del mundo, de sus necesidades e intereses a nivel so-
cial, económico y medioambiental. Hoy, 40 años más tarde, esta volun-
tad de cooperación sigue vigente y reforzada cuando desde Barcelona
la secretaría de la Unión por el Mediterráneo (UPM), una organización
inter-gubernamental creada en el año 1995 por 28 países miembros
de la Unión Europea y 15 países del Sur y Este del Mediterráneo,
impulsan un fórum estratégico de gran valor para promover la coope-
ración y el diálogo en la región Euro-mediterránea. La UPM se integró
oficialmente como miembro del Convenio de Barcelona en París en el
año 2008 proceso que, como en otras iniciativas, van en la dirección
de promover el progreso socioeconómico equitativo y sostenible para
la consolidación definitiva del espacio euro-mediterráneo en el mun-
do y en un entorno ecológicamente sano y funcional.
3.2 Los retos a los que nos enfrentamos.
Llegados a este punto es importante conocer los retos ambientales
y ecológicos a los que nos enfrentamos en el entorno Mediterráneo,
un espacio común donde cohabitan 21 países que, a pesar de sus
grandes contrastes y diferencias culturales, necesitan establecer lazos
de relación en un marco de respeto y colaboración para hacer frente
a los retos sociales, medioambientales y ecológicos que los cambios
políticos y geoestratégicos que se manifiestan en esta zona del mun-
do y que prevén un futuro incierto en muchos aspectos.
Los programas y proyectos de investigación necesarios para la ad-
quisición de información sobre el estado y degradación de la costa
mediterránea son escasos y fragmentados y sólo se realizan de una
forma coordinada y efectiva en los países que forman parte de la UE.
Así, iniciativas europeas como el LaCoast, el CORINE (Coordination
of Information on the Environment) o el proyecto EUROSION así lo
demuestran, pudiendo obtener datos tan importantes como que
aproximadamente una cuarta parte de la costa mediterránea de la UE
sufre erosión, con significativas variaciones entre los diferentes países.
Fruto de este estudio y para contrarrestar la erosión se han construido
defensas marinas para reducir el impacto a lo largo del 10% de la línea
costera europea, pero estas defensas a menudo causan otros impac-
tos indirectos incluyendo el traslado del efecto erosivo a otras áreas
marinas adyacentes, la generación de acumulaciones de sedimentos
no deseadas, y/o el traslado de los mismos a otras zonas con efectos
sobre los ecosistemas marinos.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 9
3
Los datos costeros obtenidos del programa CORINE muestran que
durante las últimas dos décadas del siglo pasado unos 1.500 km del
litoral mediterráneo pertenecientes a la UE se habían transformado en
costa artificial. Un proceso que se había concentrado mayoritáriamen-
te en las Islas Baleares, en el Golfo de León, en Cerdeña, en la costa
oeste del mar Adriático, en parte del mar Jónico y del Egeo, y dentro
de ese cómputo los puertos europeos representaban unos 1.240 km
del total modificado.
En general la información dispersa y poco precisa sobre el problema de
la transformación de la costa ha sido un obstáculo para que los estados
de la UE puedan evaluar la situación y las tendencias reales dentro del
fenómeno de la erosión. Esto ha dificultado la toma de decisiones y la
implementación de políticas eficaces para la protección y la gestión
del medio ambiente costero a nivel local, nacional y regional. Entre los
muchos impactos que la erosión tiene en los ecosistemas costeros está
la destrucción de las capas superficiales del suelo y su contaminación,
la reducción de la calidad y cantidad de los recursos hídricos costeros
lo que favorece la desertificación, la disminución de la biodiversidad y,
entre otros fenómenos, la degradación de los sistemas dunares. Tam-
bién se manifiestan efectos adversos sobre la dinámica de las playas
y una reducción importante de la disponibilidad de sedimentos con la
desaparición del litoral arenoso desprotegiendo las tierras agrícolas
costeras y aumentando la intrusión del agua de mar con la consiguien-
te salinización del suelo y de las aguas subterráneas (EEA y PNUMA
2006). Con los datos almacenados por el proyecto CORINE se ha rea-
lizado un preciso inventario de lugares de alto valor ecológico que
están afectados por la erosión costera como es la zona del Golfo de
León y mar de Liguria, la costa del Tirreno y también el Delta del Po en
Italia y el Delta del Ebro en España. Gracias al proyecto CORINE se de-
tectó que con la intención de reducir la erosión costera, se realizaban
malas prácticas utilizando fuentes de sedimento procedentes de áreas
naturales protegidas dentro de la Red Natura 2000, amenazando así
la biodiversidad de esas zonas costeras a largo plazo y reduciendo su
capacidad de resiliencia (Salman, R. et al., 2004). Estas y otras muchas
valoraciones que realizaremos en los capítulos siguientes nos servirán
para establecer una matriz de relación entre los países de la cuenca
y el estado ecológico de su entorno común. El objetivo es esbozar
el escenario actual del Mediterráneo para definir las estrategias de
futuro donde la conservación de la naturaleza, el paisaje autóctono y
la biodiversidad estén en equilibrio con el desarrollo humano sano e
inteligente. En este proceso los espacios naturales costeros deben ser
protegidos y conservados de manera integral e integrada y, en este
contexto, el concepto de reserva de la Biosfera es una figura oportuna
para alcanzar el equilibrio entre el progreso inteligente de la humani-
dad y la conservación del patrimonio natural de la cual dependemos
nosotros y las futuras generaciones.
I Un mar en conflicto.
Cuando hablamos de cooperación en el Mediterráneo pensamos de
forma inevitable en el mar como nexo, y es que en realidad nuestra
historia de relación con otras culturas empezó en este entorno común
cuando los fenicios surcaban el mar (Siglo IX AC) como vía natural
de comercio entre otros pueblos ribereños de la cuenca suroriental y
más allá de sus fronteras, un proceso de desarrollo cultural que poco
a poco fue adoptado por todas las culturas de la cuenca a lo largo de
la historia y que no ha dejado de crecer y expandirse hasta nuestros
días. El resultado de más de 30 siglos de actividad comercial ha per-
mitido a las sociedades mediterráneas crecer y desarrollarse gracias
al uso del territorio, del mar y de la explotación de los recursos de
este entorno que hoy ha llegado al límite de sus capacidades, está
ecológicamente mermado y es muy distinto a lo que algún día fue,
pues los paisajes originales y prístinos ya casi han desaparecido. La
apreciación social de la degradación del entorno Mediterráneo se ma-
nifiesta de una forma clara durante los primeros años de la década de
los 70 cuando los científicos europeos y, de una forma más mediática,
personas como Jacques-Yves Cousteau se movilizan y presentan ante
el Consejo de Europa fotografías de bidones de residuos radioactivos
franceses sumergidos en el Atlántico en un estado de conversación la-
mentable y también denunciando los vertidos radioactivos que a través
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 10
3
del rio Roine llegan al Mediterráneo. Esta incipiente presión social y la
aparición de los primeros estudios científicos de referencia en temas de
contaminación en los medios de comunicación empiezan a advertir del
desastre ecológico que se cernía en la Costa Azul y en otros puntos del
Mediterráneo poniendo en alerta a la sociedad y a los gobiernos. En
este escenario en 1975 se crea el programa Medpol (Mediterranean Po-
llution) que representará la rama científica y técnica del MAP mediante
la creación de acciones amplias y complejas para el estudio de la conta-
minación del medio marino en la región mediterránea.
Figura 1. Niveles de degradación de las costas y
ecosistemas más frágiles.
Blue Plan 2015.
Han pasado más de 40 años desde los primeros actos reivindicativos
para tomar conciencia ecológica de la realidad medioambiental y ac-
tuar. Lo cierto es que algunas cosas han cambiado para bien y otras
para mal, entendiendo que el balance ecológico y medioambiental
que podemos hacer hoy del Mediterráneo es más bien negativo. Des-
de un planteamiento realista el frágil Mediterráneo resiste aún con
dignidad si lo comparamos con la situación más precaria del Adriático
y del Mar Negro, ambos en franca regresión desde hace décadas.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 11
3
Pero para nuestro mar de mares, mantener esta mejor condición eco- principal receptor. (State of the Me-diterranean Marine and Coastal
lógica es difícil y la tendencia en los próximos años es a reducir pau- Environment, UNEP/MAP – Barcelona Convention, Athens, 2012).
latinamente su vigor natural, aumentar su vulnerabilidad y a entrar en
unas disfunciones ecológicas irreversibles a escala humana (Ventura, II La distribución del agua dulce en el Mediterráneo.
M. et al. Mariage Project -2009). La suma de impactos medioambien-
tales a los que el Mediterráneo debe hacer frente son de una dimen- La escasez de agua dulce en la cuenca es un factor limitante mayor
sión colosal y a ello debemos de añadir su condición oligotrófica, su para el desarrollo humano. Las tierras dedicadas a la agricultura utili-
fragilidad ecológica, su condición de mar cerrado con una muy lenta zan el 80% de las disponibilidades hídricas para regar unos 16 millo-
tasa de renovación de sus aguas y los efectos del cambio climático. nes de hectáreas de sedientos suelos. Se calcula que para el año 2035
existirá un incremento de 11 millones de hectáreas, que necesitarán
Será muy instructivo describir brevemente los impactos ambientales
anualmente 100.000 millones de metros cúbicos de agua que, incluso
más importantes a los que se enfrenta el entorno natural mediterráneo,
considerando los posibles sistemas de ahorro y eficiencia, el desarro-
con el objetivo de estructurar nuestro discurso, defender nuestras tesis
llo agrícola se encontrará en una situación de colapso por la no dispo-
de acción más reivindicativas para finalmente plantear propuestas útiles
nibilidad de agua de calidad. En las ciudades, el incremento previsto
de mejora para que este estudio tenga más sentido y utilidad. En este
del consumo será del orden del 400% en el Sur y el Este de la cuenca.
contexto de valoración de los impactos más significativos que afectan
Globalmente, cinco países ya utilizan ahora el agua por encima de sus
al entorno mediterráneo es la transformación del litoral natural original recursos y capacidades, entre ellos España, Francia e Italia y, dentro
lo que nos da una percepción más palpable del cambio. Pueblos, ciuda- de veinte años serán muchos otros países que se encontrarán en esta
des, urbanizaciones e infraestructuras de todo tipo (puertos, espigones, misma situación. (Jean Margat - L’eau dans le bassin Méditerrané, Pa-
carreteras y otros elementos artificiales) han modificado la costa original ris, Economic Press, 1992).
en más de un 60 % de los casi 46.000 km de perímetro que tiene el
Mediterráneo. En este paulatino proceso de artificialización de la costa
han desaparecido paisajes naturales de gran valor ecológico como los
sistemas dunares, las zonas deltaicas, los humedales y los bosques pri-
migenios, estos últimos los más afectados quedando hoy en día tan solo
un 0,3 % de su extensión original.
La humanización del Mediterráneo y el crecimiento exponencial de
los núcleos urbanos desde los años 50 del siglo pasado hasta hoy, de- Otros efectos derivados de la reducción del caudal de los ríos y de la construcción
rivado del aumento de la actividad humana, se manifiesta en la conta- de presas es la pérdida de sedimentos, estimado en unos 300 millones de Tn./
minación general del medioambiente y en la degradación de los eco- año, generando suelos agrícolas menos productivos, una reducción de las zonas
sistemas. Así, la calidad del aire, del agua y del suelo han mermado húmedas litorales y a la regresión de las zonas deltaicas.
considerablemente y en ello ha contribuido la generación crónica de
cantidades ingentes de residuos y a la dependencia de los combusti-
bles fósiles asociada a las emisiones de CO2 y a otros contaminantes
que van a la atmósfera y contaminan el ciclo del agua siendo el mar su

El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 12

3
Otro problema derivado de la acción del hombre es la regresión
de la superficie de tierra útil cultivable en las llanuras litorales. Así, la
reducción del agua disponible, el cambio de usos del suelo y su imper-
meabilización artificial contribuyen a su salinización, empobrecimiento
y desertificación. Otros efectos derivados de la reducción del caudal
de los ríos y de la construcción de presas es la pérdida de sedimentos,
estimado en unos 300 millones de Tn./año, generando suelos agríco-
las menos productivos, una reducción de las zonas húmedas litorales
y a la regresión de las zonas deltaicas. Actualmente, se considera que
una tercera parte de las tierras cultivables de la cuenca mediterránea es-
tán afectadas por un proceso de agravamiento erosivo difícil de frenar.
Figura 2. Las cuencas hidrográficas del mediterráneo con sus
diferentes volúmenes de descarga pone de relieve
la escasez de agua en las zonas más meridionales.
Además, en las costas del Sur y Este del Mediterráneo existe un mal
uso de las técnicas de irrigación en zonas con escasos recursos hí-
dricos donde se cultivan de forma intensiva especies agrícolas poco
sostenibles que favorecen la eutrofización y la salinización de los acuí-
feros. Finalmente, el urbanismo caótico y desordenado del suelo cos-
tero mediterráneo para crear viviendas, zonas industriales, carreteras
e infraestructuras diversas es manifiesto y generalizado, hipotecando
el uso inteligente del territorio reduciendo la calidad de la tierra, del
medio ambiente en general y de la disponibilidad de los recursos tan
importantes como el agua y el paisaje.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 13
3
En este contexto los efectos del cambio climático en la cuenca me-
diterránea se harán notar fundamentalmente con la disponibilidad real
de agua dulce, con una reducción prevista de los recursos de entre
un 15 y un 20% en el año 2050 con respecto a los niveles medios del
siglo pasado. Así lo han manifestado científicos que trabajan sobre los
efectos del clima desde el Centro de Cooperación para el Mediterrá-
neo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN/Med - Málaga) con motivo de la cumbre del clima de Marrakech
(COP22) en noviembre de 2016.
El agua dulce también está muy vinculada al uso del suelo litoral dis-
ponible que ocupamos físicamente y que constituye un recurso tam-
bién limitado. Así, de los 46.000 kilómetros de perímetro que tiene
la cuenca Mediterránea, más de una tercera parte (unos 16.000 km),
están transformados y se prevé que en el año 2035, la promoción de
actividades asociadas al desarrollo mal planificado como el turismo
de masas, la urbanización intensiva y la industria sin ciclo cerrado o
contaminante ocuparán 4.000 kilómetros más de los que ya están sus-
traídos de manera irremediable. El agua dulce es un recurso natural
extremadamente valioso para la supervivencia ecológica del Medite-
rráneo: para la salud de sus habitantes, para el desarrollo de todos
sus sectores económicos (agricultura, turismo, industria, etc.) y para el
funcionamiento de hábitats y ecosistemas costeros como las montañas,
los ríos, los deltas y, entre otros, las zonas húmedas litorales. Hasta ahora
la gestión eficaz del agua ha sido muy pobre, orientada más a cubrir la
demanda y al control de algunos parámetros para determinar calidad
como recurso básico para el desarrollo y la salud. Sin embargo, se está
produciendo un cambio gradual hacia la gestión sostenible del recurso
a nivel ecosistémico, así como de la propia oferta, integrando aspec-
tos más exigentes en la gestión de su calidad en todo el ciclo del agua,
una estrategia que requieren un fortalecimiento del gobierno del agua
y la adopción de una “gestión integrada de los recursos hídricos” tanto
a nivel nacional como transnacional.
Destacar que de acuerdo con el Plan de Implementación adoptado
en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible de Johannesbur-
go en el año 2002 y posteriormente ratificado en el año 2012 en Rio
+20, se promueven y consolidan cada vez más los Planes de Eficiencia
Hídrica (PEH) para todas las cuencas hidrográficas del Mediterráneo y
para las zonas de más necesidad que están experimentando un desa-
rrollo rápido y mal planificado.
III Impacto ecológico del comercio marítimo.
El Mediterráneo ha sido vía de comunicación y transporte por ex-
celencia desde hace siglos y hoy sigue manteniendo esa condición.
Buques, mercantes, petroleros y mega-cruceros de todo el mundo
surcan sus aguas desde oriente a occidente y viceversa para el in-
tercambio de mercancías de todo tipo que mantienen la actividad
comercial de nuestro planta globalizado. Se calcula que un 17% del
tráfico marítimo mundial se genera en el Mediterráneo (IMO, Global
Report 2016) y, en este contexto, el impacto del tráfico marítimo por
la emisión de gases de efecto invernadero con altas concentraciones
de azufre, la generación de residuos, la contaminación acústica y la
introducción de especies foráneas e invasoras debido a las aguas de
lastre nos deja un escenario ambiental y ecológico muy amenazado.
Los últimos estudios de referencia realizados en el 2010 calculaban
que el Mediterráneo albergaba más de 950 especies foráneas de las
cuales unas 135 eran invasoras (Zenetos, A. et al.- Alien species in
the Mediterranean Sea -2015), proceso que con el efecto del cambio
climático puede acelerarse, pues el aumento de temperatura media
anual del agua posibilita que especies foráneas se comporten como
invasoras.
Los últimos estudios de referencia realizados en el 2010 calculaban que el
Mediterráneo albergaba más de 950 especies foráneas de las cuales unas
135 eran invasoras
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 14
3
IV Cambio climático.
El cambio climático está incrementando la temperatura media anual
de las aguas contribuyendo con la evaporación a aumentar la salinidad
del mar y a modificar las propiedades físico-químicas de las masas de
agua marinas alterando su comportamiento oceanográfico. El Institu-
to Español de Oceanografía (IEO), con el apoyo de varios centros de
investigación internacionales, monitorizan los cambios de la temperatu-
ra del agua marina del Mediterráneo occidental en series temporales
largas. Así, del 1948 al 2014 se detectaron oscilaciones de entre 0,12
°C y 0,5 °C a lo largo del litoral a profundidades intermedias de entre
-200 m y - 600 m., observando incrementos de la salinidad entre 0,03
y 0,09 por mil. En las capas profundas entre -1000 m hasta los -2000 m
el aumento de temperatura osciló entre 0,03 °C y 0,1 °C y la salinidad
entre el 0,05 y 0,06 por mil. Este leve aumento de temperatura de las
capas intermedias y profundas del mar puede parecer pequeño, pero
si tenemos en cuenta el elevado calor específico del agua marina y
su enorme masa, los pequeños incrementos de temperatura implican
que el mar absorbe enormes cantidades de calor. (Vargas, M. et al.
IEO 2008 – 2014. Cambio climático en el Mediterráneo Español). El
aumento de salinidad puede reflejar la clara disminución de las preci-
pitaciones medias en la cuenca Mediterránea, un 15 % menos en los
últimos 25 años (AEMET—2016) que se suma al aumento de la eva-
poración y a la disminución del aporte de agua dulce desde los ríos
debido al intensivo aprovechamiento humano y también a las obras
hidráulicas que se realizan en sus cauces, contribuyendo a reducir el
aporte de agua dulce hacia las zonas costeras que drenan al mar.
El aumento del volumen de las masas de agua está directamente
relacionado con la temperatura media del agua marina, a este proceso
también contribuye el incremento del volumen de agua aportado al
mar del deshielo de las masas de hielo provenientes de Groenlandia
y la Antártida. Según el último informe de la National Oceanic and
Atmospheric Administration (NOAA - USA) el nivel del mar a escala
mundial ha estado aumentando durante el último siglo y se ha acele-
rado en las últimas décadas. En 2014, el nivel global del mar estaba
6,6 cm por encima del promedio de 1993, el promedio anual más alto
en el registro por satélite en el periodo 1993 a 2016. Las estimaciones
prevén que el nivel del mar continuará subiendo en el Mediterráneo
a una tasa de aproximadamente 0,3 cm por año durante los próximos
100 años.
V Contaminación y eutrofización marina.
La contaminación del agua de mar afecta a su calidad, un efecto que
se detecta sobre todo en las zonas costeras, en los sedimentos y
también en los organismos vivos que desarrollan toda o parte de su
ciclo de vida en este entorno. La contaminación en general se rela-
ciona con sustancias que reducen o agotan el oxígeno de las masas
de agua, un fenómeno habitual en zonas marinas donde hay una ele-
vada concentración de materia orgánica y también de metales pe-
sados, contaminantes orgánicos persistentes (COP), hidrocarburos,
microorganismos o nutrientes minerales ricos en fósforo y nitrógeno
introducidos a través de las aguas residuales en forma de detergen-
tes o restos de abonos agrícolas. Muchos de los contaminantes que
entran al Mediterráneo lo hacen desde fuentes terrestres ya sea por
vías de descarga o por la escorrentía fluvial superficial. Los contami-
nantes también entran en los ambientes marinos y costeros a través
de la deposición como en el caso de emisarios submarinos que llevan
fangos y restos del tratamiento básico de aguas residuales, o bien se
introducen por actividades como el transporte marítimo, la pesca, la
minería y la extracción de petróleo y gas. Actualmente las investiga-
ciones sobre contaminantes se centran sobre aquellos compuestos
que tienen más efectos nocivos sobre la salud como es el caso de los
metales pesados, los PCB o la radioactividad. Los estudios sobre con-
taminantes marinos y de su distribución geográfica son básicos para
un buen control, gestión y prevención de sus impactos. En general,
estos proyectos no tienen una implantación homogénea a lo largo del
perímetro de la cuenca, ni tampoco continuidad en el tiempo y, ade-
más, se sabe poco de los efectos a largo plazo de algunos de estos
compuestos contaminantes en la cadena trófica y en los ecosistemas
de muchas masas de agua tanto en mar abierto como en las zonas
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 15
3
costeras. La materia orgánica detectada en las aguas marinas tienen su
origen en las aguas residuales urbanas domésticas e industriales que
entran a través de descargas directas por emisarios submarinos o bien
a través de los ríos. El grado de contaminación de la materia orgánica
se mide con la DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno) un parámetro
que mide la cantidad de oxígeno que necesitan los microorganismos
para oxidar la materia orgánica presente en el agua. Así, las ciudades
costeras que carecen de infraestructuras para gestionar las aguas re-
siduales presentan una BDO muy alta en sus aguas costeras y eso nos
sirve para identificar las áreas marinas potencialmente perjudiciales
para la salud y el desarrollo sostenible. Actualmente, existen otros sis-
temas de control interesantes para determinar la calidad de las masas
de agua costeras a partir del control de bioindicadores de calidad y
se están utilizando en las costas mediterráneas europeas a través del
método Carlit y el Medoc (ACA/CEAB - CSIC 2007) que se basan en el
estudio de la presencia y cobertura de determinadas especies marinas
en la zona intermareal o en el sedimento costero.
Otro efecto destacable que contribuye a la contaminación química
del agua marina y de sus sedimentos es el agua de lluvia que cae en
ciudades, zonas urbanizadas, carreteras, zonas industriales y campos
de cultivo. Este fenómeno genera agua de escorrentía cargada de
sustancias tóxicas, sedimentos y de otros contaminantes que drenan
directamente al mar afectando a la biota y a la cadena alimentaria
por bio-acumulación. Si bien es cierto que en los últimos 25 años las
condiciones medioambientales de las industrias y las ciudades han me-
jorado en buena parte en la costa norte del Mediterráneo, en el resto
de la cuenca tanto en el Sur y como en el Este, en su gran mayoría,
siguen en una precaria situación de falta de infraestructuras de depu-
ración de las aguas donde el impacto ambiental de determinadas sus-
tancias y contaminantes sigue siendo un problema grave hoy todavía
no resuelto. En zonas costeras con grandes asentamientos humanos
que no disponen de sistemas de tratamiento de aguas residuales la
alta concentración de materia orgánica concentrada genera fenóme-
nos de eutrofización preocupantes que van asociados a importantes
crecimientos de algas que pueden llegar a ser tóxicas y/o nocivas, y
generar hipoxia en la columna de agua. Dos ejemplos de referencia
de esta realidad los encontramos en la desembocadura del Nilo en
Egipto y en Europa, aunque la situación ha mejorado en los últimos
15 años, en la desembocadura del río Po al norte del mar Adriático
en la zona Este de Italia. Estas situaciones de contaminación generan
importantes impactos socioeconómicos vinculados a la toxicidad y a
la mortalidad de especies marinas, también afectan a la acuicultura
con el riesgo de aparición de enfermedades bacterianas y víricas, ade-
más de la pérdida del valor estético de los ecosistemas y del paisaje,
así como de la reducción de la salubridad ambiental que afecta ne-
gativamente a la calidad de vida, al turismo y a las posibilidades de
desarrollo de estas zonas.
VI Basura marina y micro-plásticos.
En el mismo contexto, la contaminación por basura que se vierte
al mar desde la costa, a través de los ríos y de los emisarios afectan
gravemente a la columna de agua y al fondo marino y también a las
costas. Los últimos estudios realizados en el marco del programa Me-
dpol entre el año 2009 y el 2013, determinaron que la fuente principal
de estos desechos marinos son los hogares, seguido de las instalacio-
nes turísticas, los vertederos municipales, los barcos y las embarca-
ciones de recreo. Los estudios realizados se centraron en observar los
residuos que se encuentran en las playas, los restos flotantes en las
zonas costeras, en mar abierto y sobre los fondos marinos. Una gran
proporción de la basura marina es plástica y el gran impacto sobre el
medio ambiente es su persistencia y los efectos sobre la vida marina
que incluyen el enredo de animales marinos y de su ingestión masiva.
Según un estudio del programa de seguimiento de basuras marinas
en playas – Informe de resultados MAGRAMA 2016, concluye que
casi el 90% de esos residuos tienen naturaleza plástica. Analizando
el posible origen de la basura siguiendo la metodología establecida
por OSPAR (Convention for the protection of the marine environment
of north-East Atlantic -1992), en todas las demarcaciones el origen
conocido más frecuente estuvo relacionado con el turismo, en unos
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 16
3
porcentajes del 30% en la zona levantina del Mediterráneo y en un 20 %
en la zona Atlántica.
Desde un punto de vista global, excluyendo los residuos de proce-
dencia desconocida que alcanza el 52% de los objetos encontrados,
los objetos relacionados con el turismo de playas, que representan
el 26% del total, habría que señalar también los relacionados con el
transporte marítimo y navegación en un 14%, los residuos proceden-
tes de instalaciones sanitarias en un 6% y en menor medida los inhe-
rentes a las actividades pesqueras en un 2%.
Está más que demostrado que la basura plástica causa importan-
tes daños físicos en aves, mamíferos marinos, tortugas, peces e in-
vertebrados y que las muertes por enredo, asfixia y por el bloqueo
de órganos son efectos muy comunes que sufren las especies en el
Mediterráneo. Actualmente, los estudios sobre la contaminación en
el medio marino se centran en conocer el impacto que genera el mi-
cro-plástico en la vida marina y cómo afecta a la cadena alimentaria.
Los micro-plásticos son subproductos derivados del ciclo de vida de
las resinas sintéticas que la industria utiliza para fabricar ropa, calzado,
juguetes, embalajes, material de construcción y de un gran surtido de
cosas y objetos que forman parte de nuestras vidas.
Un estudio del año 2010 del grupo de expertos para la protección
del medio ambiente marino que son asesores de Naciones Unidas

Organic water pollutant from point sources

Slovenia
France
Croatia Bosnia and
Herzegovina

Monaco Montenegro
Italy
Spain Turkey
Albania

Greece
Syria
Malta Cyprus
Morocco Algeria
Lebanon
Tunisia
Israel
Industrial BOD release
Thousand tonnes per year, 2003 Libya Egypt
0.1
1 400
% Textiles 1,1%
Food packing 33% Pulp and paper 0,8%
Figura 3. Puntos de contaminación orgánica del agua marina a Note: Note: BOD is Biochemical Oxygen Demand
Farming of animals 5% Manifacture of fertilizers 0,7%
Sources: UNEP Mediterranean Action Plan (MAP)/MED POL Waste water treatment plants 3% Other 0,8%
través del control DBO.

El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 17

3
desde el año 1969 (GESAMP), evidencia el impacto creciente de los
microplásticos sobre los organismos marinos. Debido a su pequeño
tamaño son engullidos con facilidad integrándose en la cadena trófi-
ca con graves efectos secundarios para la supervivencia de las espe-
cies que dependen de ella incluido el ser humano. Se detectan en el
mar dos fuentes principales de micro partículas plásticas, los pellets
de resina plástica, usados en el proceso de fabricación de abrasivos
para exfoliantes faciales, cosméticos, etc. y los fragmentos del plástico
desechado de infinidad de productos de uso doméstico y de manera
principal de la ropa, los productos de higiene y de alimentación que
utilizan el plástico como envoltorio de protección.
Figura 4. Origen y porcentaje de la basura que se vierte al mar. Fuente UNEP/MAP.
Así, el porexpan de embalajes, las bolsas de plástico y las artes de
pesca afectan directamente al medio marino. También, se pone de
relevancia en el estudio del GESAMP que las pequeñas partículas de
Major types of marine litter in the Mediterranean
Percentage
0 20 40 60 80 100
Plastic Wood Metal Clothing Paper
Source:UNEP/MAP, MEDPOL, Assessment of the Status of Marine Litterin the Mediterranean, 2011.
Figura 5. Tipos principales de material que forman la basura marina y porcentaje. MAP/Medpol.
plástico tienden a acumular contaminantes persistentes como PCB,
DDT y los PBDE que son muy tóxicos para la vida.
Además, debido a que la relación superficie - volumen de los micro-
plásticos es elevada, facilita el potencial de intercambio de contami-
nantes con el entorno que, a su vez, es ingerido por muchos organis-
mos marinos generando el fenómeno de la bio-acumulación, un vector
significativo para la transferencia de contaminantes en la cadena trófi-
ca. Recientes estudios de modelización de las corrientes marinas (Prin-
centon University - Ocean currents push phytoplankton, and pollution,
around the globe faster than thought – 2016) muestran que el flujo
de micro-plásticos en las áreas más remotas del océano es potenciado
por los procesos oceanográficos naturales de distribución y transporte
de las masas de agua marinas. Este hecho es preocupante porque en
biopsias realizadas en diferentes organismos marinos de zonas aisla-
das se han encontrado partículas de micro-plásticos en sus sistemas
circulatorios y sobre todo en los órganos de organismos marinos que
se alimentan por filtración como bivalvos, esponjas y peces pelágicos,
manifestando debido a este tipo de contaminación problemas impor-
tantes de funcionamiento motor y fisiológico (GESAMP – 2015).
El aumento previsto de producción mundial de plásticos que, según
datos del 2016 del World Bank, ascendían a 248 millones de toneladas
anuales, se puede prever que los aportes de basura plástica al mar y por
lo tanto de micro-plásticos seguirá aumentando en el Mediterráneo,
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 18
3
sobre todo en aquellas regiones de rápido desarrollo que carecen de
sistemas adecuados de gestión de residuos, como es el caso de los
países del Sur y del Este del Mediterráneo, una disfunción que a medio
y largo plazo está afectando a toda la cuenca. Los expertos del GES-
AMP promueven la necesaria idea de que en un futuro la solución pasa
por una prevención y una gestión correcta e integral de los residuos
plásticos que no deben llegar al mar y, entre otras ideas innovadoras,
hay que promover e incentivar desde los gobiernos el uso universal de
bioplásticos biodegradables que cumplan como mínimo estándares
tipo ISO 14855 1:2005.
Figura 6. Distribución aproximada de las zonas de pesca
en el Mediterráneo, volumen de extracciones y
disminución de capturas.
VII La pesca mediterránea colapsa.
Según un reciente estudio sobre los recursos pesqueros en el Me-
diterráneo (Historical changes of the Mediterranean Sea ecosystem:
modelling the role and impact of primary productivity and fisheries
changes over time. Chiara Piroddi, Marta Coll et al. Scientific Reports
- 2017) define su estado literalmente “bajo asedio” debido a las in-
tensas presiones provenientes de múltiples actividades humanas. Este
análisis se realiza a partir de la evaluación del comportamiento his-
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 19
3
tórico de diversos grupos de especies de peces desde el año 1950
hasta el 2011, también se ha valorado el estado de sus ecosistemas
y de como ello ha influido en los cambios de la producción primaria
combinados con la presión pesquera. Se estudió todo el Mediterráneo
utilizando un modelo de red alimentaria especialmente diseñado y los
resultados indican que tanto los cambios en la producción primaria
como la presión pesquera tienen un papel fundamental en la dinámica
de las especies y de sus poblaciones. Se constata que la producción
primaria es el motor más importante del ecosistema del mar dando
valor e importancia a los procesos oceanográficos y productivos carac-
terísticos de cada región. En el estudio se observa una clara reducción
de hasta el 34 % en la abundancia de especies de peces importantes,
una disminución de las especies depredadoras en la parte superior
de la cadena trófica de hasta el 41% y, por el contrario, se observa un
aumento del 23 % de organismos que viven en el bentos profundo y
que forman parte de la red alimentaria.
Los indicadores ecológicos como la cantidad de biomasa en los dis-
tintos niveles tróficos y de su biodiversidad, así como los indicadores
de captura reflejan esos cambios y muestran la degradación general
del ecosistema a lo largo del tiempo. Dado que el cambio climático
afectará negativamente a la salud y la productividad del mar, previen-
do que la presión pesquera se intensifique en las zonas marinas con
menos control más allá de las aguas jurisdiccionales de cada estado
y, sumado a que otras presiones de origen antropogénico aumenta-
rán, existe un grave riesgo de que el sistema marino vaya más allá del
“punto de no retorno” con consecuencias graves para la biodiversidad
marina, la calidad del entorno y para las economías que dependen de
ello. En este escenario podemos decir que tenemos un capital natural
hipotecado sin excedentes disponibles para asegurar su recuperación
y garantizar el futuro del propio ecosistema y de las nuevas generacio-
nes que dependerán de ellos. El trabajo realizado por este equipo de
expertos propone herramientas de modelización de los ecosistemas
para el análisis e identificación de posibles opciones para asegurar la
coexistencia entre las actividades humanas sostenibles y la protección
de ecosistemas marinos sanos y ecológicamente funcionales.
Este tipo de estudios e iniciativas similares constituyen excelentes
herramientas de decisión para las organizaciones de referencia como
Naciones Unidas a través del programa MAP - UNEP, la Unión Euro-
pea para la for mulación y cumplimiento de Directivas o también para
promover programas de cooperación entre países mediterráneos,
que impulsados por organizaciones como la UPM, buscan la cohesión
de políticas y estrategias para la sostenibilidad del uso y explotación
de los recursos dando pasos firmes par establecer y consolidar planes
de conservación perdurables y acciones de gestión eficaces que ga-
ranticen la calidad ecológica del Mediterráneo.
VIII Otros impactos a considerar.
Continuando en el ámbito de la pesca, las redes de arrastre generan
una importante destrucción física y ecológica de los frágiles hábitats
del fondo marino que, además de sufrir una devastadora e intensiva
explotación, experimentan cambios en la estructura de las poblacio-
nes generando procesos irreversibles que afectan a toda la cadena
trófica. También, el dragado marino asociado a la minería y a la insta-
lación de grandes estructuras vinculadas a la extracción y distribución
de hidrocarburos en alta mar tiene consecuencias negativas, todavía
hoy poco estudiadas, sobre zonas de gran valor ecológico que afec-
tan a la capacidad de resiliencia del sistema. Así, la contaminación
acústica, la introducción de sustancias químicas o la resuspensión de
sedimentos influyen en la calidad ecológica de la columna de agua y
sobre las comunidades bentónicas submarinas más sensibles. Cabe
considerar también los impactos derivados de la modificación de las
condiciones hidrográficas naturales causadas por la alteración de los
patrones de circulación de las corrientes marinas costeras debido a
las estructuras artificiales como puertos, espigones u obras para la
protección del litoral urbanizado.
Otro factor influyente son los cambios en los flujos de agua dulce ha-
cia el mar por la sobre explotación de acuíferos litorales o por desvia-
ción de los cursos fluviales naturales que favorecen la intrusión salina
costera. También, la mala gestión de la salmuera que va al mar prove-
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 20
3
niente de las plantas de desalinización, puede tener efectos adversos
sobre las debilitadas praderas de fanerógamas marinas que, sumado a
la modificación de la intensidad y frecuencia de los temporales de mar,
uno de los efectos del cambio climático, modifica a la baja el balance
sedimentario de muchas zonas costeras de playa del Mediterráneo
que, a medio y largo plazo reducen la aportación de sedimentos y de
arena a los relictos y debilitados sistemas dunares, espacios de alto
valor ecológico que hoy se encuentran en su mínima expresión en gran
parte del litoral del Mediterráneo occidental.
Reflexiones desde un punto de vista
3.3 ambiental y ecológico.
La fuerte regresión que ha sufrido la biodiversidad mediterránea
durante los últimos 50 años es el resultado de su precaria situación
ecológica y medioambiental consecuencia de los históricos impactos y
presiones que el ser humano ha inducido en este entorno, afectando
a sus hábitats y ecosistemas costeros y a sus aguas más profundas al-
canzando las zonas pelágicas más alejadas y prístinas del mar abierto.
Aunque la diversidad biológica del Mediterráneo se mantiene todavía
elevada, se calcula que existen unas 17.000 especies marinas diferen-
tes (Coll, M. et al. 2015, CSIC), muchas endémicas, de la mayoría de
ellas no sabemos casi nada. Este gran legado biológico exclusivo re-
presenta el 6,4% del total de especies que existen en el planeta Tierra
y hoy sobreviven en un entorno marino que es uno de los más amena-
zados del mundo.
El Mediterráneo representa sólo el 0,82% de la superficie del planeta
y un 0,32% del volumen de los océanos del mundo y en este pequeño
recipiente se encuentran el 6% de las especies marinas de la Tierra.
Corroborar esta realidad en la costa del mediterráneo occidental nos
lleva a valorar los resultados científicos obtenidos en la Red Silmar
(impulsada por la Fundación Mar desde el año 2009) que cuenta con
21 estaciones de control de la calidad ecológica del medio marino en
la costa catalana y balear, llegando a inventariar cerca de 800 especies
marinas distintas en una superficie de muestreo de 8.000 m² (Informe
Global Silmar 2015 – Fundación Mar).
Uno de los graves problemas que sufre la biodiversidad en el Medi-
terráneo es que las poblaciones de muchas especies marinas se en-
cuentran en unos niveles bajos de abundancia y cada vez son más
vulnerables a los efectos ambientales cambiantes como el incremento
de la temperatura media del agua, la aparición de especies foráneas
e invasoras, la contaminación química del agua o la sobreexplotación
de especies clave determinantes para mantener la calidad del ecosis-
tema marino. La pérdida de calidad ecológica del Mediterráneo no
sólo afecta al mar y a las costas, sino también a las zonas geográficas de
transición continente océano muy conectadas y dependientes a nivel
ecológico y medioambiental. La gestión de las partes bajas de los ríos
y de sus cuencas en general, de las zonas deltaicas, de los bosques
litorales, de las marismas y, muy concretamente de las costas, deben
conservarse desde una visión de gestión integrada del territorio in-
cluyendo las zonas más alejadas del océano. Es preciso entender que
para medir y gestionar el impacto real que se manifiesta en el mar y
en las costas hay que valorar la realidad ecológica y medioambiental
del territorio o región desde una visión integrada y holística (Proyecto
MARIAGE - Ventura, M. et al. 2006).
Tal como existen problemas ambientales y ecológicos comunes en
todo el arco mediterráneo, también existen problemas particulares en
cada país o región, muy heterogéneos y diferentes entre los países del
norte y el sur de la cuenca afectando de forma directa en la toma de
decisiones políticas, en la definición de las prioridades y de las accio-
nes. Dos ejemplos que ilustran esta realidad, por un lado la baja dis-
ponibilidad de agua dulce de calidad y potable en los países del sur
mediterráneo pone en evidencia una prioridad que afecta a todo su
capacidad y modelo de desarrollo. Segundo, la precariedad socioe-
conómica de sus poblaciones y, en general, los conflictos derivados
de la pobreza no dejan espacio para establecer políticas de mejora
del medio ambiente y de conservación de la naturaleza y aún menos
para la gestión del entorno marino común, el cual resta en un plano
secundario en las agendas de las políticas internas de estos países.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 21
3
3.4 Demografía e impacto ecológico.
Desde un punto de vista ecológico las zonas litorales, en general,
son espacios altamente productivos que favorecen la proliferación y
desarrollo de la vida en todas sus formas. El litoral del Mediterráneo,
por sus condiciones ecológicas y su clima benigno, a sido siempre un
lugar apacible para vivir y progresar aprovechando sus abundantes re-
cursos naturales. Hecho que ha facilitado la aparición de muchas civili-
zaciones que han poblado con éxito la costa mediterránea desde hace
más 90.000 años, como lo demuestran los restos arqueológicos de los
primeros asentamientos humanos organizados encontrados cerca de
la antigua ciudad costera de Oran en Argelia. La densidad de pobla-
ción existente en un lugar es directamente proporcional a la presión
demográfica que se genera sobre su entorno y su medio ambiente,
esta afirmación en un medio tan humanizado como la cuenca del Me-
diterráneo ha dejado mella en su actual situación ecológica y el futuro
nos depara una mayor presión.
Históricamente, las sociedades mediterráneas se han concentrado
en asentamientos o núcleos urbanos que han originado a las actuales
ciudades costeras más importantes favoreciendo la concentración de
la población, este es un fenómeno que se acentúa en las cuencas hi-
drográficas costeras donde hoy reside más de la mitad de la población
mediterránea. Recientes estudios del Blue Plan (MAP. Observatorio
mediterráneo para el medio ambiente y el desarrollo sostenible. 2015)
corroboran este hecho y estiman que la densidad de la población cos-
tera mediterránea es de unos 150 millones de habitantes y es en las
cuencas hidrográficas donde se concentran las densidades más altas
con un 56% de la población total de los estados ribereños. Este por-
centaje alcanza más del 65% en los países del sur de la cuenca, con al-
rededor de 120 millones de habitantes. (Horizon 2020 Mediterranean
report: Toward shared environmental information systems. EEA-UNEP/
MAP joint report, 2014). La población de los países mediterráneos ha
ido aumentando constantemente durante los últimos 50 años llegan-
do a duplicarse y pasando de 240 millones en 1960 a 480 millones a
finales del 2009, con previsiones de que se alcancen los 529 millones
en el año 2025.
La distribución de la población entre los países mediterráneos de la
Unión Europea y los países del Mediterráneo meridional y oriental, ha
cambiado de manera significativa durante este período de tiempo,
así los países del Sur y del Este representaban el 41% de la población
total y hoy esta cifra es del 60%. Este crecimiento de la población se
asocia a un aumento significativo de la población urbana, que creció
del 48 % en 1960 al 67% a partir del 2013. Estudios recientes prevén
que la población se estanque hacia el año 2100, con una demografía
acumulada de 650 millones de personas. Dicho de otro modo, en 75
años y, teniendo en cuenta que el promedio de vida del ser humano
se incrementa en cada generación, la población habrá crecido en 350
millones de individuos llegando casi a duplicarse.
Las tendencias del desarrollo urbanístico como consecuencia del au-
mento poblacional difieren entre el norte y sur del Mediterráneo, así
y durante los últimos 50 años, entre 1960 y el año 2010, la población
urbana de la región mediterránea aumentó significativamente pasan-
do de representar el 48% de su totalidad al 67 % en el año 2012, con
densidades más altas en las zonas urbanas del este y sur de la cuen-
ca. En general, las densidades de población son un factor esencial
en el análisis del impacto ecológico del “factor demográfico” sobre
un territorio, en este sentido las densidades de las regiones costeras
mediterráneas oscilan entre 0 y 100 personas por km2 en la zona de
los Balcanes occidentales, el sur de Turquía, Grecia y la costa Libia.
Pero las concentraciones más altas de población se encuentran en las
costas orientales mediterráneas con densidades de 250 a 500 perso-
nas por Km2 en la cuenca hidrológica del Nilo que es de las más altas,
junto con las extremadamente altas de hasta 5.000 personas por km2
en Palestina e Israel. Actualmente, el rango medio de densidad de
población de las áreas urbanizadas de la costa mediterránea oscilan
entre 120 habitantes por km2 a densidades de 58 habitantes por km2.
A la atracción histórica que sobre las poblaciones han generado las
ciudades costeras frente a ciudades alejadas del litoral, hay que su-
marle otros factores que hoy siguen siendo calves para mantener su
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 22
3
Figura 7. Evolución de la población mediterránea en los últimos 40 años.
(Blue Plan 2011 - MAP – PNUMA).
efecto imán, estos son las oportunidades económicas y de desarrollo
vinculadas al comercio en general, al turismo y al ocio, a la industria,
además de la comunicación y el transporte derivado de los puertos, la
pesca y a la red de vías de comunicación terrestres y aéreas asociadas
al desarrollo incesante de estos núcleos de población.
La polarización del peso demográfico a favor del sur del Mediterrá-
neo es otro dato significativo que se manifiesta y que se ha ido consoli-
dando durante los últimos 40 años. En 1985 el norte del Mediterráneo
representaba dos tercios de la población, en el año 2015 más de la
mitad, para el año 2025 se prevé una tercera parte, y hacia el 2050
se calcula que representará menos del 25%. El contraste es aún más
acentuado si nos centramos en el análisis de edades: los países del sur
están integrados por 45% de jóvenes menores de 15 años y en el norte
encontramos menos del 23%. Esto conlleva importantes consecuen-
cias sobre las dinámicas de crecimiento positivo de las poblaciones
y a su vez plantea grandes retos respecto al acceso a la educación y
al empleo para crear sociedades competitivas y de progreso (Abul-
hawa, et al.2014. TABE’A II Report: Enhancing Regional Capaci-ties
for World Heritage. IUCN).
Entre 1985 y 2025, el número de personas activas potenciales ha cre-
cido en seis millones en el norte y en unos 135 millones en el sur, este
hecho supone una de los retos más importantes para los gobernantes
de los estados mediterráneos. Sin oportunidades para las poblaciones
jóvenes de esos países el extremismo y la radicalización de la socie-
dad será la espada de Damocles y condicionará en gran medida su fu-
turo y el de sus prioridades, dejando sin atender los temas ecológicos
y medio ambientales más fundamentales. Un claro ejemplo de lo que
sucede en estos países lo podemos ver en Egipto, donde el núme-
ro de nuevas demandas de empleo se incrementa en más de medio
millón de personas al año y la realidad es que no hay ofertas para
empleos de calidad para cubrir ni tan solo un 10 % de esta demanda.
Aquí radica gran parte del problema eco-social del Mediterráneo que
engendra en las poblaciones más jóvenes la necesidad imperiosa de
emigrar hacia el norte en busca de oportunidades dignas y aceptables
para alcanzar su bienestar. Hoy los puentes necesarios para la espe-
ranza en un futuro mejor de paz y cooperación entre los pueblos Me-
diterráneos y Europa son débiles y efímeros. Actualmente, la presión
generada por la pobreza, la escasez ecológica de recursos naturales
y la falta de oportunidades para la población en general es tan fuerte
que la migración desesperada hacia el norte se ha transformado, todo
y el riesgo de perder la vida, en una de las vías más dignas frente a la
desesperación.
Llegados a este punto debemos preguntarnos si en este inhumano
periplo, Europa es el mejor destino. Hemos sido testigos de la dramá-
tica situación del conflicto Sirio que ha puesto en evidencia la verda-
dera realidad de la sociedad europea y de sus políticas de inmigración.
Ya no vivimos en la época en que los turcos accedían a una Alemania
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 23
3
necesitada de mano de obra que les acogía, o de una gloriosa Inglate-
rra llena de oportunidades para gente con valor. Europa, ha cambiado
en los últimos veinte años, se ha vuelto menos permeable y la radica-
lización del terrorismo y de algunos países ha terminado por bloquear
las fronteras que antaño fueron más diáfanas para los que deseaban
integrarse en la idealizada Europa. De ahí que el Norte tenga que pre-
ocuparse cada vez más por favorecer el desarrollo endógeno de los
países del Sur, del Este del Mediterráneo y del África sub-sahariana,
potenciando la cooperación internacional, favoreciendo las acciones
de mejora social y generando oportunidades para el bienestar de sus
poblaciones. Todo ello debería hacerse en el marco de una estrategia
global e integrada de conservación perdurable del entorno natural y
ecológico del Mediterráneo el cual nos acoge y sustenta.
Los responsables de implementar y dinamizar las políticas y estrate-
gias de crecimiento socioeconómico de los países en desarrollo, así
Figura 8. Rutas migratorias del sur hacia el norte, llegadas y miles
de muertes registradas (Migration/EU/2016).
como también los gestores de programas internacionales de coope-
ración e inversión deben entender que, para mantener y mejorar la
calidad de vida de esas sociedades, es imprescindible invertir en la
conservación de los recursos naturales, mantener los ecosistemas fun-
cionales, mejorar el medio ambiente y preservar el paisaje. En este
ámbito, el mundo rural, la agricultura y la pesca son claves para con-
servar el patrimonio natural y las culturas vinculadas a la tierra y al
mar, generar empleo y más oportunidades gracias a las externalida-
des positivas que produce el capital natural, permitiendo establecer
relaciones de equilibrio entre el progreso de la sociedad, la creación
de riqueza y la conservación de la naturaleza.
Para el éxito de estas estrategias de equilibrio entre el medio am-
biente y sociedad rural es necesario tener un buen conocimiento cien-
tífico y técnico de la estructura y función de esos ecosistemas y dispo-
ner de sistemas de coordinación entre las diferentes administraciones
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 24
3
que gestionan la política económica, las acciones sociales en ámbito
agrario y la conservación del medio ambiente. Es también fundamen-
tal potenciar planes de desarrollo rural sostenibles a largo plazo con la
participación activa de los agentes territoriales para implicarlos en la
búsqueda de soluciones a los problemas y, muy especialmente, a las
poblaciones locales poco desarrolladas que tienen menos recursos y
oportunidades para definir el futuro que necesitan. Por el contrario,
hay que evitar las situaciones de conflicto entre las poblaciones y el
entorno natural, procesos que nos conducen al estrés de los ecosiste-
mas y a la pérdida de rendimiento del capital natural que afecta muy
negativamente a la riqueza de la población y a su viabilidad social
(Ventura, M. et al. Girona litoral, proyecto Mariage -2006). Los nuevos
modelos de desarrollo deben de ser capaces de restablecer y poten-
ciar el equilibrio sociedad-entorno y, en este sentido, las reservas de
la Biosfera son un excelente modelo a seguir, siempre que se integre
la realidad ambiental del entorno y la idiosincrasia de la cultura social
de sus territorios.
Las políticas de desarrollo que no protegen la agricultura y al sector
rural en general están condenadas al fracaso, pues se ha demostrado
que son factores clave para establecer las bases de expansión y creci-
miento de las nuevas sociedades tecnológicas del futuro. Bastará re-
cordar, a modo de referencia, que en Francia el 35,7% de la superficie
total del país es cultivable y que tan sólo el 5% de la población activa
trabaja en la agricultura, la silvicultura y la pesca. Según el economista
francés Thomas Piketty, en su libro el Capital en el siglo XXI, si se po-
tencia el sector primario de forma estratégica e inteligente se puede
generar mucho empleo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos
y conservar el medio ambiente. La tendencia hacia el 2040 es que
las cifras totales de la agricultura en el área del Mediterráneo alcance
porcentajes del 10% al 15%. Actualmente, Marruecos y Turquía tienen
tasas del 50%; Grecia y Argelia, de menos del 20% y, concretamente,
en Siria la contribución de la agricultura a su PIB era del 35% antes de
la permanente sequía y de la devastadora guerra.
3.5 Turismo, población y medio ambiente.
Para entender la realidad ambiental del Mediterráneo y afrontar el
futuro conservando sus principales valores ecológicos y paisajísticos,
debemos conocer mejor el impacto derivado del turismo. Este fenó-
meno se inicia de forma tímida a mediados del siglo pasado y, ac-
tualmente se ha convertido en uno de los motores económicos de
la mayoría de países que forman parte de la cuenca. Hoy, el Medite-
rráneo se vende globalmente como un producto turístico al alcance
de todos que invita a descubrir atractivas ciudades, pintorescas mon-
tañas y bellos paisajes de idílicas playas de azul inmaculado, donde
conviven amables culturas tradicionales que ofrecen una gastronomía
excelente.
Esta acción de marketing nos ha llevado a que hoy el Mediterráneo
sea uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, regis-
trando en el 2015 más de 287 millones de visitas, lo que representa
el 29% del turismo internacional mundial. La organización mundial del
turismo (OMT) prevé que la región mediterránea alcance los 500 mi-
llones de visitas a principios del año 2030.
El origen de la mayor parte de estos turistas es en un 82% europeo,
seguido de los que provienen de los países del Este que representan
el 6,4%, superando a los que provienen del continente Americano que
es de un 5,8%. El turismo endógeno Mediterráneo es también impor-
tante, alcanzando los 100 millones, un 22,2% de los 450 millones de
visitantes que cada año recibe esta región del mundo, contribuyen-
do a incrementar la elevadísima presión humana existente (PNUMA/
MAP/Medpol 2005). Dentro del llamado turismo endógeno debemos
incluir a los emigrantes del sur que trabajan en Europa y que, durante
el período vacacional, regresan a sus países de origen generando un
elevado flujo de visitantes en todo el trayecto Norte - Sur y durante
un corto período de tiempo, saturando más las zonas litorales y las
infraestructuras de comunicación.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 25
3
Una característica del turismo mediterráneo es su acusada estacio-
nalidad, alcanzando máximos en julio y agosto en las zonas costeras
e insulares de España, Francia, Italia y Grecia, llegando a acumular
más de dos tercios del turismo internacional. También, hay destinos
turísticos emergentes en el mediterráneo oriental, en África del Norte
y en Medio Oriente con crecimientos del 9% anual desde el año 1995.
Aunque, a partir del 2010 han experimentado descensos importantes
superiores al 33 % que después han remontado a partir del 2013 tri-
plicándose en algunas zonas. Según los últimos informes de previsión
de la OMT del 2015, los pronósticos apuntan a que los nuevos desti-
nos turísticos sigan creciendo más rápido que los destinos maduros,
Figura 9. Distribución del turismo en los países del mediterráneo
y gasto “per capita” (WorldBank, 2016).
hecho que hace necesario que estos últimos se reinventen hacia la
sostenibilidad y la calidad para no morir. Aunque el crecimiento y es-
tabilidad del sector va a depender directamente de factores como la
desaparición de los conflictos bélicos en las zonas del Sur y del Este
del Mediterráneo, del terrorismo, de una mayor estabilidad política y
económica en Europa y del mundo occidental en general.
El turismo es una parte vital de la economía mediterránea, una impor-
tante fuente de empleo y de aportación de moneda extranjera para
todos los estados ribereños. En este escenario debemos ser conscien-
tes de que más del 70 % de los beneficios económicos aportados al
sector turístico dependen directamente del buen funcionamiento de
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 26
3
los ecosistemas marinos y litorales, a través de las externalidades po-
sitivas que los sistemas naturales brindan al entorno. Los rendimientos
del capital natural (externalidades), nuestra riqueza natural por exce-
lencia, por desgracia aún no se contabilizan en los balances de explo-
tación y en las cuentas de resultados de las empresas del sector turís-
tico en general. Es fundamental entender que para mantener activo y
funcional este capital natural es imprescindible invertir en su mejora
y conservación (Proyecto MARIAGE, Ventura, M. et al. 2006 y 2008).
El turismo genera impacto ambiental en todo su ciclo de actividad,
por un lado contribuye a aumentar de forma directa las emisiones de
CO2 en la atmosfera a través del transporte aéreo, del transporte te-
rrestre y del tráfico marítimo de cruceros y náutica de ocio poco efi-
ciente. Otro impacto histórico del turismo es la transformación del pai-
saje costero, como consecuencia de la demanda de suelo litoral para
la creación de las infraestructuras necesarias para ofrecer sus servicios:
hoteles, residencias, urbanizaciones, puertos deportivos, carreteras,
aeropuertos y otros elementos artificiales que modifican las costas,
quitan valor al paisaje original y afectan al funcionamiento natural de
los ecosistemas. Finalmente, la concentración intensa del turismo en
regiones geográficas específicas y en cortos períodos de tiempo au-
mentan la presión sobre los recursos naturales como el agua dulce,
el suelo, el aire, los alimentos, la pesca y generan la producción de
ingentes cantidades de residuos sólidos, a la contaminación del mar,
del agua dulce y del aire.
Históricamente, el turismo costero se ha asentado en lugares de
atractivos paisajes que a su vez integraban hábitats ecológicamente
sensibles como arenales costeros con playas y complejos sistemas du-
nares, deltas y humedales. El resultado de esta presión antropogénica
se refleja en una progresiva desaparición de los principales elementos
naturales, dando lugar a una pérdida del vigor natural de estos hábi-
tats y a un empobrecimiento de la biodiversidad que, sumado a los
impactos de otras muchas actividades humanas, reducen los servicios
ecosistémicos que son la verdadera riqueza de estas zonas costeras
(EEA Y PNUMA 1999, PNUMA / MAP / MED POL 2005).
3.6 Huella ecológica en el Mediterráneo.
Es asombroso que todos los factores que hemos descrito anterior-
mente tienen que ver con nuestro modelo de desarrollo y, en general,
afectan negativamente a la calidad del entorno marino y por ello a
nuestro buen progreso. Todos los impactos negativos descritos y cal-
culados para el año 2025, tomando como referencia el año 1995, se
multiplica por dos, tres, cuatro o incluso cinco. Por desgracia, en lo
que respecta a nuestra calidad de vida esta se reduce progresivamen-
te cada cinco años. (State of the Mediterranean marine and marine
environment- UNEP – MAP. 2012).
Otro factor que nos indica una tendencia al incremento del impacto
ambiental sobre el entorno mediterráneo es la economía vinculada
al carbono. En este aspecto el tráfico aéreo que se mueve en el área
mediterránea se duplicará en el 2025. En este mismo año, se prevé
que el volumen de automóviles pase de los 16 millones que teníamos
en el año 1965 a los 175 millones, de los cuales tan solo un 6% serán
eléctricos o híbridos. El consumo de carne per cápita anual que en
los países europeos mediterráneos es de unos 90 kg, que sumado
a las demandas crecientes de estos alimentos en los países del Ma-
greb significará para el año 2030 multiplicar la producción por veinte.
El sector ganadero es responsable del 9% de las emisiones de CO2
procedentes de las actividades humanas, generando un porcentaje
mucho más elevado de otros gases de efecto invernadero más perju-
diciales, como el oxido nitroso en un 65 %, un gas que es 296 veces
más potencial sobre el calentamiento global que el CO2 (la mayor
parte de este gas (N2O) procede del estiércol). Este sector es también
el responsable del 37% de todo el metano producido por la actividad
humana, 23 veces más perjudicial que el CO2, que se origina en su
mayor parte en el sistema digestivo de los rumiantes, y del 64% del
amoniaco, que contribuye de forma significativa a la lluvia ácida.
Por otro lado, el sector agropecuario es un gran consumidor de agua
alcanzando más de 1/3 del consumo total de los recursos hídricos
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 27
3
disponibles del área mediterránea debido a las enormes cantidades de
agua que se utilizan durante todo el ciclo de vida de la producción de
la carne. Esta se inicia con el uso del agua para el riego de las plantas
que generarán el forraje y para producir las semillas de los piensos que
comerán los animales, el agua para hidratar a los mismos animales, el
agua requerida para procesar la carne, el agua necesaria para limpiar
las instalaciones de producción, etc. Para ser más preciso, se requieren
cerca de 6.000 litros de agua para producir un kilogramo de carne.
El nutricionista tunecino, M. Khallal, defiende que estas tendencias en
Figura 10. Huella ecológica y sus tendencias relacionadas
con el desarrollo de los países mediterráneos.
la modificación de los hábitos alimenticios autóctonos desestabilizan
los equilibrios locales de producción y suministro de alimentos y afec-
tan negativamente a las culturas endógenas que tienen modelos de
alimentación tradicionales más sostenibles y ecológicos. La realidad
alimentaria del arco mediterráneo es aún más asombrosa y descon-
certante: mientras que en el norte debemos hacer frente al problema
de los excesos de alimentación, desperdiciando diariamente miles de
toneladas de comida, en el sur se percibe, desde hace 25 años, una
regresión de las tasas de suficiencia alimentaria.
El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 28
3
En cuanto a la energía, entre 1970 y 2014 el incremento del consu- En esta región del mundo de mar azul y clima sosegado, donde los
mo energético en promedio ha sido del 2,8% al año en los países del procesos destilados de la historia han configurado las múltiples y di-
norte y del 7,2% en los del sur. Las previsiones apuntan que en treinta versas sociedades mediterráneas forjadas en equilibrio con el entorno
años los países mediterráneos europeos puede que hayan conseguido natural hoy ya no existen. Actualmente, los grandes cambios tecno-
estabilizarse, en términos generales de consumo y eficiencia y alcanzar lógicos, los intereses geopolíticos y los problemas ecológicos deriva-
el crecimiento cero de emisiones de CO2; pero en los países del sur dos del modelo de desarrollo a gran escala y citados anteriormente
se espera que el consumo de energía derivada de los combustibles suponen retos colosales que debemos afrontar conjuntamente para
fósiles se multiplique por cinco, y ello en un contexto global donde el bien de todos.
es necesario contrarrestar el efecto invernadero a escala planetaria.
Actualmente, los países del norte consumen el equivalente de 480
millones de toneladas de petróleo, mientras que los del sur consumen
130 millones.
En el año 2030, las cifras habrán llegado respectivamente a 580 y 790
millones de toneladas según los escenarios prospectivos más plausi-
bles. La electrificación continuará creciendo en paralelo a la urbaniza-
ción y la industrialización, así, el consumo eléctrico del Norte pasará
de 740 TWh (1985) a entre 1.380 y 1.880 en 2035; en el Sur, las cifras
pasarán de 130 TWh actuales a los 700 TWh a finales de la próxima dé-
cada. El abanico de escenarios en el ámbito energético es amplio y si
no se toman medidas habrá que construir un gran número de centrales
térmicas para generar electricidad y la mayoría emplazadas en el litoral
cerca de las grandes ciudades.
Si consideramos como ejemplo la línea costera entre Marruecos y
Turquía, este desarrollo podría exigir la construcción, en términos ge-
nerales, de una central o instalación cada 50 kilómetros y por tanto
hay que tomar muy en serio el diseño de la política energética dirigi-
da a la eficiencia y a la sostenibilidad basada en la interconexión de
redes energéticas que funcionan con gas natural y de nuevas instala-
ciones basadas en energías renovables. En general el progreso socioe-
conómico del área mediterránea está directamente relacionada con
los crecimientos de población y con los modelos de desarrollo, hoy
íntimamente vinculados al carbono y de consecuencias ambientales
negativas para el Mediterráneo.

El escenario socio-ecológico Mediterráneo. 29

4 Balance ecológico de un entorno natural
extenuado.
4
4.1 Introducción.
La pérdida del vigor ecológico y de otros atributos naturales del en-
torno Mediterráneo es el resultado de la suma de los impactos antro-
pogénicos que se manifiestan de forma aislada y en distintos lugares
o de manera más global afectando a grandes áreas litorales y marinas.
En realidad muchos de estos impactos se retroalimentan y, la suma de
los mismos a lo largo del tiempo, reducen la capacidad de resiliencia
de los sistemas naturales haciéndolos más vulnerables a los cambios
y reduciendo su capacidad para generar servicios ecosistémicos sufi-
cientes y de calidad. Para ilustrar esta realidad que mejor ejemplo que
el de la eutrofización de las aguas costeras de las grandes ciudades
cuando se tornan verdes y oscuras como consecuencia de la elevada
concentración de nutrientes vertidos, un fenómeno que se acentúa
por efecto del calentamiento global.
Otro impacto derivado de la influencia humana sobre el entorno
mediterráneo es el efecto de las especies invasoras sobre las redes
tróficas, cuando la pesca sobreexplota a las especies autóctonas hasta
el límite, dejando espacios o nichos ecológicos libres que otras espe-
cies foráneas aprovechan para ocupar su lugar. El efecto combinado
de la eutrofización, la sobre explotación de los recursos pesqueros y la
presión que ejercen las especies invasoras para sobrevivir generan la
pérdida de servicios ecosistémicos fundamentales para mantener los
hábitats autóctonos afectando al turismo y a las economías locales que
dependen de la pesca y de la calidad ecológica del entorno.
Los diversos impactos que sufre el mar Mediterráneo son más dañi-
nos si actúan simultáneamente y de forma crónica en el tiempo. Estos
impactos y sus efectos más evidentes son difíciles de detectar, frenar
y, en su caso, revertir, si no hay proyectos de estudio permanentes
que registren, en series temporales largas y con precisión, los cambios
y presiones sobre los bioindicadores seleccionados para conocer las
tendencias de variabilidad ambiental existentes. Así, la Red Silmar de
la Fundación Mar, un programa de monitoreo permanente de la cali-
dad del medio marino litoral, que actualmente se desarrolla en varias
zonas de la costa catalana y balear del Mediterráneo occidental, actúa
en ese sentido y es un buen ejemplo de lo que se debería hacer en los
puntos de interés ecológico y medio ambiental del litoral de la cuenca
para tener el conocimiento necesario para actuar con responsabilidad
en la gestión y conservación del mar a escala local y regional.
El National Center for Ecological Analysis and Synthesis (NCEAS) de
Santa Mónica en California ha elaborado un modelo de análisis y car-
tografiado de las presiones humanas que se manifiestan en la cuenca
del Mediterráneo basándose en los trabajos de evaluación global de
impactos acumulados (Halpern et al., 2008) en los océanos y mares del
mundo. Se interrelacionó un total de 22 grupos de datos espaciales so-
bre actividades humanas, factores de estrés en el medio e información
de 19 ecosistemas para hacer un análisis de impacto y generar mapas
de información (NCEAS 2008). Este interesante estudio concluyó que
las presiones que ejercen mayores impactos sobre los ecosistemas ma-
rinos en el Mediterráneo son el cambio climático y la acidificación del
mar, la pesca demersal, el tráfico de buques y, en las zonas costeras,
la escorrentía de aguas procedentes del continente, así como la acui-
cultura mal gestionada y la elevada presencia de especies foráneas e
invasoras. La menor estimación de impactos se asocia con los derrames
de petróleo y con las actividades de las plataformas petroleras, ello
es debido a una limitada extensión espacial al compararlos con otras
amenazas potenciales más graves. Lo interesante de este modelo de
análisis es que nos muestra en los mapas y los gráficos obtenidos pa-
trones espaciales de distribución de los impactos humanos acumulados
en el mar. Los resultados de esta evaluación integrada realizada con un
enfoque ecosistémico sugiere que el mar Adriático y el de Alborán son
los más afectados por múltiples presiones humanas, mientras que en el
Mediterráneo occidental, la meseta tunecina con el Golfo de Sidra son
los menos afectados. Por el contrario las aguas costeras territoriales de
países como España, Francia, Italia, Túnez y Egipto sufren un mayor im-
pacto acumulativo debido a múltiples presiones con un valor estimado
de hasta diez veces superior que en alta mar.
Señalar que la modelización de los impactos acumulativos sólo
propone áreas de interés para elaborar estudios adicionales más
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 31
4
profundos que son necesarios para verificar la información sobre el
mar. También, para demostrar que los modelos reflejan con precisión
y, en qué medida, las múltiples presiones causan impactos ecológi-
cos y en qué grado se da la prestación de servicios ecosistémicos.
El modelo de estudio permite establecer un régimen sistemático de
seguimiento para obtener la información necesaria y conocer las ten-
dencias al cambio, para que en el futuro se pueda obtener la relación
Figura 11. Modelo de estudio de impactos acumulativos en el Mediterráneo basado
en los trabajos de Benjamin S. Halpern en 2008 y utilizados por la NCEAS.
causa-efecto desde un enfoque ecosistémico. Así, el establecimiento
de objetivos ecológicos y objetivos operativos, junto con los indi-
cadores de calidad medio ambiental, constituyen la base científica
para obtener la información necesaria para prever el futuro y mejorar
las acciones prioritarias en la gestión de estos ecosistemas que son
los pilares del capital natural del cual dependemos.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 32
4
Evaluar el estado ecológico del entorno
4.2 mediterráneo europeo.
El continente europeo es uno de los lugares del mundo donde desde la
antigüedad el ser humano ha transformado más intensamente el entor-
no, siendo actualmente una de las zonas más pobladas del planeta con
una profunda huella ecológica sobre el continente y el mar. La transfor-
mación histórica del medio natural ha co-evolucionado con las culturas
que la han poblado conformando una estructura paisajística heterogé-
nea que alberga una importante e interesante diversidad eco-social.
Figura 12. Actividades antropogénicas que ejercen mayores impactos sobre los ecosistemas marinos
en el Mediterráneo valorado en una puntuación media de impacto. National Center for
Ecological Analysis and Synthesis (NCEAS) de Santa Mónica en California - USA.
Pero durante los últimos 90 años el desarrollo de las sociedades
europeas ha sido exponencial, sobre todo después de la II Guerra
Mundial, generando efectos adversos sobre el medio ambiente y la
naturaleza. Para ilustrar esto desde mediados de los años 30 del siglo
pasado hasta mediados de los 80, el continente europeo perdió dos
terceras partes de sus zonas húmedas y casi tres cuartas partes de sus
sistemas dunares litorales, como consecuencia de la combinación de
factores como el cambio de usos del suelo, la construcción de infraes-
tructuras costeras, el crecimiento urbanístico y la contaminación. La
pérdida de este patrimonio natural muchas veces es irreversible, ade-
más de extremadamente preocupante, pues dependemos del rendi-
miento del capital natural para obtener alimentos, energía, materias
primas, aire y agua limpia que hacen posible nuestras vidas y la de
nuestros hábitats y ecosistemas.
La naturaleza y sus recursos han sido siempre los principales motores
del desarrollo socioeconómico en el mundo, un proceso que hoy tími-
damente empezamos a comprender gracias al estudio de los servicios
ecosistémicos que nos proporciona que nos son fundamentales para
vivir y progresar. Históricamente, en Europa, la Directiva de Aves del
1979, modificada en el 2009, y la Directiva Hábitats de 1992 ha sido
los dos principales instrumentos legislativos para la conservación y el
uso sostenible de la naturaleza en el territorio de Unión y, particular-
mente, a través de la implantación de la Red Natura 2000 que integra
zonas de elevado valor ecológico. Estas Directivas son instrumentos
creados para conseguir frenar en el 2020 la pérdida de biodiversidad
y la degradación de los servicios ecosistémicos en la UE, así como res-
taurarlos en la medida de lo posible. Además, las Directivas son esen-
ciales para el cumplimiento de los muchos compromisos contraídos a
nivel internacional por la UE como por ejemplo la Convención sobre
la Diversidad Biológica, celebrada en Nagoya (Japón) en octubre de
2010.
Pero, la pregunta es: ¿estamos alcanzando nuestros objetivos de
mejora y conservación de este patrimonio en el entorno europeo?.
Para poder responder a esta cuestión es fundamental disponer de
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 33
4
los conocimientos necesarios sobre el estado de los ecosistemas y de
sus tendencias al cambio que afectan a las especies y a los hábitats de
interés comunitario que han sido protegidos por efecto de las Directi-
vas, las leyes y de las acciones derivadas. En este aspecto, la comisión
europea, respondiendo a una de sus funciones básicas, evalúa de for-
ma periódica el nivel de la aplicación y cumplimiento de las Directivas
entre los estados miembros, una acción que a lo largo de los próximos
capítulos iremos estudiando, a partir de los resultados obtenidos de
los últimos informes sobre el cumplimiento de dichas normas para la
protección del entorno ecológico euro-mediterráneo. Estos trabajos
de evaluación exigen de una estrecha colaboración entre los estados
miembros y otras instituciones europeas que trabajan conjuntamente
con el único objetivo de obtener una información veraz. Las evalua-
ciones periódicas del estado del medio ambiente euro-mediterráneo
se realizan a partir de una extensa base de datos que integra más de
17.000 registros de información, integrando 231 tipos de hábitats y
más de 1.200 especies de interés comunitario. Esta información es
un extracto significativo de la biodiversidad que existe en la UE, una
muestra que nos permite conocer de manera justa las amenazas y las
presiones que se ciernen sobre el patrimonio natural y la biodiversidad
de los estados europeos y que también forman parte del arco medi-
terráneo.
Efecto de las Directivas de conservación
4.3 en el entorno Euro-Mediterráneo.
La Directiva Hábitats de 1992 se elaboró con el objetivo de recuperar
y mantener en un estado de conservación favorable los hábitats natu-
rales y las especies silvestres de fauna y flora de interés comunitario.
Esta normativa define el término “estado de conservación” teniendo
en cuenta varios conceptos de suma importancia como son el área
de distribución de la especie, el estado de las poblaciones objetivo,
la superficie del hábitat, los hábitats más adecuados para cada es-
pecie, la estructura y las funciones de los hábitats y las perspectivas
de futuro. Estos parámetros constituyen la base conceptual principal
para la recogida de información en relación con cada uno de los há-
bitats y especies. Cada uno de esos parámetros se clasifican como
favorables, inadecuados, malos y/o desconocidos, con arreglo a una
matriz de evaluación determinada, obteniendo así y en resumen una
clasificación del estado de conservación global en varias categorías.
Para poder establecer una comparación significativa entre los Estados
miembros, se divide a Europa en 9 regiones biogeográficas terrestres
y 5 regiones biogeográficas marinas que tienen condiciones ecológi-
cas muy distintas.
Los Estados miembros que en su territorio integran más de una re-
gión biogeográfica deben presentar una evaluación para cada una
de esas regiones respecto a cada especie y tipo de hábitat de interés
existente. Además de las evaluaciones que realizan algunos Estados
miembros, la agencia europea del medio ambiente (EEA) y su Centro
Temático Europeo sobre la Biodiversidad (ETC-BD) agregan sus datos
y los analizan a nivel de toda la UE. En los proyectos para realizar los
estudios con el objetivo de analizar el estado real del patrimonio na-
tural dentro de nuestras fronteras es importante no circunscribirse úni-
camente a los perímetros fronterizos establecidos entre países, pues
los ecosistemas y más aún los hábitats y las especies no entienden de
límites políticos y sí de límites ecológicos o zonas de transición eco-
lógica. Estas van más allá de nuestras fronteras e integran espacios
mucho más amplios que también es necesario conocer y evaluar para
gestionar de forma correcta nuestro patrimonio y capital natural con
el fin de conservar la biodiversidad de manera efectiva y perdurable
Las evaluaciones periódicas del estado del medio ambiente euro-mediterráneo
se realizan a partir de una extensa base de datos que integra más de 17.000
registros de información, integrando 231 tipos de hábitats y más de 1.200
especies de interés comunitario.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 34
4
integradas en las tierras y mares de la Europa comunitaria. Esta afirma-
ción se ilustra bien expresando que para conservar la biodiversidad y
las poblaciones de las aves migratorias que viven en las costas medi-
terráneas occidentales debemos entender que parte de su ciclo bioló-
gico se realiza fuera de nuestras fronteras en continentes adyacentes
como Asia o África.
Figura 13. Regiones biogeográficas terrestres y marinas de los países europeos
integrando la parte del mediterráneo. (EEA.2015).
Esto es especialmente importante en el Mediterráneo donde la esta-
cionalidad climática modifica las condiciones del medio marino y lo hace
más o menos productivo y/o habitable para determinadas especies que
se han adaptado a esos ciclos como en el caso del atún rojo (Thunnus
thynnus) o la tortuga boba (Caretta caretta) cuyas poblaciones viven en el
atlántico o en el Mediterráneo dependiendo la época del año.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 35
 La Directiva de Aves tiene por objeto proteger los hábitats donde
viven y se desarrollan las diferentes especies de aves y conocer el esta-
do ecológico de sus poblaciones y ello nos permitirá percibir, el grado
de conservación de algunos hábitats mediterráneos, de sus tendencias
al cambio y de su evolución en el tiempo. Para cumplir este objetivo se
utilizan diferentes especies de aves marinas como bioindicadores de la
calidad del medio marino y costero, lo que nos permite obtener índi-
ces de calidad ambiental sin tener que analizar a todas las especies de
aves. En general los países miembros de la Unión Europea proporcio-
nan periódicamente datos de gran valor sobre la estructura, tamaño y
estado de salud de las poblaciones de aves y de sus tendencias dentro
del territorio nacional. Las categorías de estado que se aplican a las
aves se basan en los criterios científicos desarrollados para determinar
sus riesgos, tal como la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN) utiliza para confeccionar y actualizar de forma pe-
riódica la Lista Roja de especies en peligro. En los últimos estudios de
valoración que se establecieron para la Europa mediterránea cuatro
tipo de tendencias poblacionales de aves entraban en la categoría de
no seguros. Los análisis a nivel de la UE se basan en una suma de los
datos presentados por los Estados miembros, por lo que es posible
que muchas evoluciones positivas registradas a nivel local, regional o
incluso nacional no sean observables a una escala tan amplia.
Asimismo, para pasar de una categoría de estado de conservación
a la siguiente debe producirse un cambio significativo en uno o va-
rios de los parámetros/criterios individuales de valoración, algo difícil
de conseguir en períodos de tiempo cortos. Por ello, los cambios a
largo plazo, con mejoras o empeoramientos de las poblaciones o de
los hábitats donde viven, que no sean lo suficientemente claros para
activar el paso de una categoría de estado a otra pueden pasar desa-
percibidos si solo se indican los datos relativos al estado en sí. Por eso,
los estudios deben ofrecer datos sobre las tendencias del estado de
conservación de los hábitats respecto a los parámetros de la Directiva
durante los períodos estudiados, así como las tendencias de las pobla-
ciones de aves durante esos períodos. Esto se observa mejor cuando
analicemos el estado de la red Natura 2000, a partir de la representa-
ción de las tendencias a largo plazo.
Desde el último período de notificación de finales del 2014, se ha
mejorado sustancialmente la disponibilidad, calidad y uniformidad de
la información en el marco de la Directiva de Hábitats. El número de
evaluaciones a nivel de la UE en las que se obtuvo una calificación
de «desconocido» se ha reducido a la mitad, del 18 % al 7 % en el
caso de los hábitats y del 31 % al 17 % en el de especies distintas a
las aves. En la última década, también se logró un conocimiento más
profundo sobre los hábitats costeros mediterráneos donde viven y se
desarrollan las poblaciones de aves de interés comunitario o realizan
parte de su ciclo biológico, lo que permite la adopción de acciones
de conservación más óptimas y mejor orientadas. Pero en realidad el
grado de conformidad y la calidad de los datos de los informes nacio-
nales son muy variables e insuficientes y deben mejorar los programas
de seguimiento específicos mediante protocolos de estudio estanda-
rizados y eficaces. En este contexto, las especies y hábitats marinos
siguen siendo los que peor se conocen, y su seguimiento, requiere
un considerable esfuerzo adicional. La situación debería mejorar si en
este aspecto se aumenta la coherencia en el cumplimiento de la Di-
rectiva Marco sobre la Estrategia Marina (Directiva 2008/56/CE del
Parlamento Europeo de 17 de junio de 2008 por la que se establece
un marco de acción comunitaria para la política del medio marino.
Como ya se ha comentado anteriormente el estado ecológico de las
aves es un excelente indicador de la calidad del entorno terrestre y
marino y también de las presiones antropogénicas que estos espacios
más del 50 % de todas las especies de aves silvestres que viven en los países
de la Unión evaluadas están en la categoría de seguro. Un 15 % de ellas están
clasificadas en las categorías de casi amenazadas, en declive o empobrecidas,
y el de otro 17 %, en la de amenazado.
36
4
reciben. Así, más del 50 % de todas las especies de aves silvestres
que viven en los países de la Unión evaluadas están en la categoría de
seguro. Un 15 % de ellas están clasificadas en las categorías de casi
amenazadas, en declive o empobrecidas, y el otro 17 %, en la de ame-
nazado. Las tendencias poblacionales a corto plazo de las especies de
aves muestran que solo el 4 % entra en la categoría de no seguro pero
mejorando, mientras que el 6 % pertenece a la categoría de no seguro
y estable, y otro 20 %, a la de no seguro y empeorando. Para interpre-
tar correctamente esta información hay que ponerla en un contexto
global y ser capaces de integrar en el análisis factores no ponderados
que tienen mucha importancia como el cambio climático o la conta-
minación del medio marino que afecta en gran medida a la calidad de
los hábitats y en general a la viabilidad biológica de sus poblaciones.
Estado ecológico de especies y hábitats
4.4 de interés comunitario.
La evaluación a nivel de la UE derivado del último informe plan-
tea una situación más bien pesimista sobre el estado biológico de las
especies de interés comunitario con un 23 % de las poblaciones de
especies clasificadas como favorable, frente al del 60 % desfavorable
Figura 14. Número de especies Mediterráneas en
la lista roja de la UICN.
y un 18 %, desfavorable-malo. Por lo que se refiere a las tendencias
de esos estados biológicos, en el 60 % de los casos se clasificó como
desfavorable, un porcentaje que se estructura en un 4 % mejorando,
20 % estable, 22 % empeorando y 14 % sin datos o desconocidos. En
las regiones biogeográficas terrestres-litorales los porcentajes más
elevados de categoría favorable se dieron en el mar Negro con un 32
%, una información que contrasta mucho con la negativa situación de
los sus ecosistemas marinos. En regiones Alpinas un 31 % también fa-
vorable y en la categoría de desfavorable-malo en las regiones Boreal
en un 29 % y Atlántica en un 32 %.
En las regiones marinas se realizan muy pocas evaluaciones del es-
tado de sus hábitats y especies y por ello existe una gran proporción
de calificados como desconocidos llegando hasta el 88 % en la región
Macaronésica. En la región Báltica se registra el peor estado, con un
60 % de casos desfavorables-malos, seguida, como ya hemos comen-
tado, por la región del mar Negro con un 32 % favorable. En el caso
del mar Mediterráneo Europeo que es el que más nos interesa, reflejar
que hay una proporción de más del 35 % de los hábitats de interés
comunitario que son desconocidos o falta información relevante, otro
30 % de estos hábitats están en una situación de desfavorable – in-
adecuada y el restante 35 % se consideran desfavorable – malo, no
clasificando ningún hábitat como en estado favorable según los infor-
mes de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) del año 2015.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 37
4
Otros indicadores de interés para una evaluación ajustada de la si-
tuación son los porcentajes de grupos biológicos como son las plantas
vasculares que están calificadas como favorables en un 29 % y los anfi-
bios en un 28 %. Muchas de las tendencias de mal estado/empeoran-
do se observan en especies asociadas al medio acuático, como ríos,
lagos y humedales.
Esto se corresponde con la constatación de que los hábitats de agua
dulce presentan, en su mayoría, un estado de conservación desfavora-
ble inadecuado, como consecuencia de los cambios inducidos por el
hombre en el funcionamiento hidrológico, la pérdida de la conectiv-
dad, las canalizaciones, la eliminación de sedimentos, la eutrofización
y la contaminación. Las especies que viven en hábitats de agua dulce
de manera permanente o desarrollan alguna fase de su ciclo de vida
en este medio, como es el caso de los peces migratorios como las
anguilas (Anguilla anguilla) o de algunas especies de peces costeros
que se reproducen en aguas salobres, en general, han disminuido sus
poblaciones desde hace décadas y hoy su estado es realmente preo-
Otros invertebrados (14)
Mamíferos (495)
Reptiles (215)
Anfibios (182)
Peces (304)
Artrópodos (415)
Moluscos (99)
Plantas vasculares (842)
Plantas no vasculares (99)
0%
Figura 15. Estado de conservación y tendencias Favorable
de especies por grupos taxonómicos. Desconocido
cupante. Se han realizado algunas acciones positivas a gran escala para la
conservación de algunas especies de peces migratorios trabajando des-
de una visión ecosistémica e invirtiendo en la conservación del hábitat
vinculado al ciclo de vida desarrollado en el rio.
Experiencias con el aspio (Aspius aspius) en Suecia y el sábalo (Alosa
alosa) en Alemania, han logrado fortalecer las poblaciones restauran-
do la calidad de los cursos de agua y eliminando las barreras artificiales
que impedían la migración. En Austria, la supresión de obstáculos a la
migración de los peces en el Alto Danubio ha aumentado las posibili-
dades de migración del salmón del Danubio (Hucho hucho) y de otras
especies de peces en peligro. Los hábitats presentan, en general, un
estado de conservación inferior que el de las especies y las tendencias
van a peor. Posiblemente esto sea debido a que hasta hoy ha existido
de manera generalizada una tendencia a la conservación de las es-
pecies sin tener demasiado en cuenta la importancia fundamental de
conservar el entorno, el hábitat desde una visión ecosistémica don-
de todo está conectado y es interdependiente. Si es cierto que esa
25% 50% 75% 100%
Desfavorable - Mejorando Desfavorable - Tendencia desconocida
Desfavorable - Estable Desfavorable - Empeorando
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 38
4
visión dirigida hacia la conservación de la especie es menos compleja
y tiene unos tiempos de respuesta más cortos para obtener resultados,
después te das cuenta que para que la conservación sea perdurable e
inteligente es necesario trabajar en la conservación del hábitat. Los úl-
timos estudios publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente
de 2015 (EEA) a escala de la UE expone que sólo el 16 % de los hábitats
entran en la categoría de favorable, un 54 % en la de desfavorable y el
30 % restante se asocia a un estado desfavorable-malo.
Las tendencias del estado de los hábitats son en un 77 % de los casos
clasificados como desfavorables y se desglosa así, 4 % mejorando, 33
% estable, 30 % empeorando y 10 % desconocida. Valorando estos
datos de entrada podemos decir que la situación no es nada buena y
que el cumplimiento de las directivas europeas vinculadas a la conser-
vación de hábitats y especies de interés comunitario por parte de los
estados miembros no es alentador y requiere de un cambio de rumbo
para establecer acciones más comprometidas y con mejores resulta-
dos a corto y medio plazo. Por lo que se refiere a los sistemas marinos
mediterráneos, la explotación de recursos naturales vivos centrados
principalmente en la pesca, la recolección de recursos acuáticos, el
impacto de la acuicultura y también la contaminación serían las prin-
cipales presiones y amenazas que han sido notificadas en los últimos
informes de la EEA.
En los informes también se hace referencia a las presiones y amena-
zas más significativas que afectan a la modificación de las condicio-

Calas y aguas de transición (51) EC

A · Agricultura
tendencia
B · Silvicultura Prados (128) EC
C · Indústrias extractivas y producción de energía tendencia
D · Transporte e infraestructuras de servicios Humedales (61) EC
tendencia
E · Urbanización y similar
Plataforma continental y mar abierto (14) EC
F · Explotación de recursos vivos tendencia
G · Perturbaciones producidas por actividades humanas Hábbitats costeros (28) EC
H · Contaminación tendencia
I · Especies invasivas e introducidas Bosques y superficies arboladas (229) EC
tendencia
J · Modificación de las condiciones naturales
Ríos y lagos (99) EC
K · Procesos naturales (salvo catástrofes naturales) tendencia
L · Fenómenos geológicos, catástrofes naturales Brezales y arbustos (106) EC
M · Cambio climático tendencia

XE · Amenazas y presiones fuera de la UE Tierras de vegetación rala (105) EC

tendencia
XO · Amenazas y presiones fuera de los EM
0% 20% 40% 60% 80% 100%
0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35%
Favorable Desfavorable - Mejorando Desfavorable - Tendencia desconocida
Aves Hábitats Especies distintas de las aves Desconocido Desfavorable - Estable Desfavorable - Empeorando
Desfavorable · Inadecuada Desfavorable - Mala

Figura 16. Frecuencia en % de las presiones y amenazas de nivel 1 clasificadas en la Figura 17. Estado de conservación y las tendencias de hábitats y especies por tipos de
categoría «alta» en los sistemas marinos del Mediterráneo Europeo. ecosistemas y comparado con el medio marino. (EEA-2015).

Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 39

4
nes naturales del litoral como dragados, modificación del régimen La complejidad que implica trabajar en el medio marino para ob-
hidrológico, ordenación artificial de la costa, perturbaciones indirec- tener información relevante sobre su estado y evolución, así como
tas producidas por las actividades humanas, así como el impacto del para realizar medidas de protección de especies y hábitats plantea
cambio climático y sus efectos sobre especies y ecosistemas marinos. que el establecimiento de la red Natura 2000, sobre todo en alta mar,
avance muy lentamente y sea poco significativa. Algunas acciones di-
La suma de estas perturbaciones y de otros impactos comentados rigidas a mejorar la gestión de los espacios marinos, así como pro-
anteriormente es colosal y se añaden al complejo escenario sociopo- hibir actividades perjudiciales para el ecosistema pueden traducirse
lítico y económico de los países de la región. Esta realidad requiere en mejoras rápidas y sustanciales. Ejemplo de ello es la tendencia
de una actuación urgente y coordinada entre todos los pueblos con el positiva del estado de conservación del maërl una comunidad de or-
objetivo de proteger, conservar y gestionar mejor el legado ecológico ganismos formado principalmente por algas rojas donde predomina
del Mediterráneo y de su capital natural. la especie Lithothamnium coralloides que obedeciendo al régimen
En la figura anterior se muestran el estado de conservación y las ten- de protección que promueve la Directiva de Hábitats parece que se
dencias de hábitats y especies por tipos de ecosistemas y se puede
comparar con el medio marino. Aunque la situación de la mayoría de
los ecosistemas es desfavorable en todas las regiones biogeográficas,
existen casos concretos que demuestran que es posible conseguir
mejoras si se adoptan medidas adecuadas y bien orientadas.
Los niveles de conservación y las tendencias varían considerable-
mente en el caso de los ecosistemas marinos. No obstante, debido a la
reducida superficie de hábitats marinos regulados por la Directiva de
Hábitats en la zonas Mediterráneas y a la poca cantidad de información
sobre el estado de este tipo de ecosistemas y de sus tendencias al
cambio los resultados son poco concluyentes. Ello debería alertar a los
países euro-mediterráneos a ser mucho más prudentes y a establecer
las acciones y las medidas necesarias para mejorar la información y ac-
tuar en consecuencia. Los informes consultados determinan que el 61
% de las especies de aves asociadas a los ecosistemas marinos está en
una situación estable y segura, frente al 25 % de las especies que están
en peligro debido a varios factores como la pérdida de calidad de los
hábitats, la reducción de sus fuentes de alimentación, las perturbaciones
existentes en las colonias nidificantes, las capturas accidentales por acción
de la pesca y la contaminación marina por plásticos y otros componentes
químicos, todos estos factores van mermando la vitalidad de las pobla- Imagen 3. Comunidad de Maërl en aguas del canal de Menorca.
ciones que entran en regresión y, sin medidas correctoras, lo hacen de Proyecto EQUIPAR (Indemares).
forma irreversible.

Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 40

4
va recuperando. Las especies Lithothamnium coralloides y Phymato-
lithon calcareum se encuentran listadas en el Anexo V de la Directiva
por lo que su recogida y explotación pueden estar sujetas a medidas
de gestión y la comunidad de maërl queda incluida en el Anexo I de
la Directiva como hábitat prioritario a conservar en el territorio de la
Unión Europea (hábitat 1110).
Esta rara y delicada comunidad biológica que es indicadora de cali-
dad de los fondos marinos es propia del Mediterráneo, pero también
se encuentra en zonas de la costa atlántica desde Portugal hasta la
zona de las costas de Noruega. La distribución de las comunidades de
maërl depende de los movimientos del agua, de la incidencia de la luz
y de la concentración de salinidad. Siempre están en la zona fótica en
Imagen 4. El Charran común (Sterna hirundo) ha mejorado modestamente el estado de
sus poblaciones en el Mediterráneo gracias a la protección sus hábitats en
Red Natura 2000. Foto: juzaphoto.
profundidades variables entre los 30 m en las zonas de aguas menos
transparentes y hasta los 120 m de profundidad en zonas de aguas
prístinas y claras del Mediterráneo.
Son comunidades muy frágiles que pueden alcanzar hasta 10 m de
espesor, aunque generalmente son mucho más delgadas y su data-
ción con carbono demuestran que pueden ser antiquísimos y tener
más de 5.500 años de antigüedad.
En otras líneas de actuación algunas especies de aves marinas ame-
nazadas también se han beneficiado de medidas de conservación
aplicadas en la red Natura 2000 como es la población del charrán
común (Sterna hirundo), que ha aumentado tímidamente algunas de
sus poblaciones en la UE y en el Mediterráneo gracias a la protección
y gestión de sus lugares de reproducción, incluyendo el control de sus
depredadores.
Contribución de la Red Natura 2000 a la
4.5 conservación del Mediterráneo.
La Red Natura 2000 Europea está compuesta por las Zonas de Espe-
cial Protección para las Aves, las llamadas ZEPA con arreglo a la Direc-
tiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo relativa a la conservación
de las aves silvestres y de por las Zonas Especiales de Conservación
(ZEC) en el marco de la Directiva de Hábitats 92/43/CEE de conser-
vación de hábitats naturales y de la flora y la fauna salvaje integrando
espacios de gran valor en términos ecológicos y de biodiversidad.
Actualmente, la Red Natura 2000 ocupa aproximadamente un 19 %
de la superficie terrestre de la UE y un 4 % de los mares europeos,
siendo el principal instrumento europeo sobre protección de la natu-
raleza con el objetivo de conseguir que los hábitats y las especies que
en ellos viven alcancen un estado favorable. En el período de 2008
a 2014, el número de espacios ZEC aumentó un 9,3 % y un 12,1 %
en las ZEPA y, la superficie ocupada por la Red Natura lo hizo en un
41,2 % en ZEC’s y en un 28,9 % en ZEPA’s. La mayor parte de estos
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 41
4
incrementos se deben a la adhesión en 2007 de Bulgaria y Rumanía a
la UE y al componente marino de la Red que sí aumentó en los paí-
ses constituyentes. Aunque algunos estados miembros han avanzado
mucho en la designación de las ZEC trabajando intensamente en los
planes de gestión, actualmente aún está lejos de los objetivos y del
potencial de la Red. Según los evaluadores esto ocurre así porque
todavía no se han puesto en marcha todas las medidas de conserva-
ción necesarias para proteger eficazmente esos lugares. Por ejemplo,
según los informes presentados, solo el 50 % de los lugares cuentan
con planes completos de gestión en funcionamiento. En este contexto
el caso de Catalunya es desalentador, de las 90.000 ha. marinas que se
incorporaron en la red Natura 2000 el año 2006 tan sólo existen planes
de gestión en algunas zonas marinas que forman parte de los Parques
Naturales de competencia autonómica. Sin ir más lejos, la inversión en
conservación de los espacios de interés natural de Catalunya se han
reducido (por el efecto de la crisis socioeconómica) desde el año 2007
hasta hoy en un 75 % y, en el ámbito marino la inversión en conserva-
ción siempre ha sido mínima y, hoy por hoy, inexistente.
Esta realidad se puede extrapolar con bastante similitud, excepto
en el caso de Francia y Mónaco, al resto de espacios marinos medi-
terráneos de la península Ibérica, Italia, Grecia y de los países Balcá-
nicos que bañan sus costas en el Adriático. Esta realidad también es
manifiesta en la mayoría de los estados que bordean el Mediterráneo
lo que dificulta alcanzar mejoras en un entorno marino común. Como
veremos más adelante, los países mediterráneos no dan el valor que
se merece este activo natural, por eso no hay estrategias coherentes
y responsables para establecer las inversiones económicas necesarias
para ejecutar los planes de acción básicos para alcanzar los objetivos
definidos entre las Partes y con la UE en materia de conservación y
desarrollo sostenible. En este escenario es necesario integrar las opor-
tunidades que otras políticas y estrategias de la Europa comunitaria
ofrecen para crear sinergia con la política agrícola común, la políti-
ca pesquera y la política sobre medio ambiente a escala regional de
la UE y más allá de nuestras fronteras. Debemos entender de forma
transversal y dentro de la realidad socioeconómica del conjunto de
Europa que, una adecuada gestión de los espacios integrados en la
Red Natura 2000 lleva consigo una valorización del capital natural en
forma de productos y servicios (externalidades positivas) y ello revier-
te en una mejor calidad de vida, una mejora de las oportunidades en
innovación y del empleo, así como de la productividad de los sectores
asociados al medio marino como son entre otros la pesca, los servicios
y el turismo.
En este contexto el proyecto INDEMARES ha permitido establecer
dentro de la Red Natura 2000 amplias zonas marinas, más de 300, que
son científicamente las mejor estudiadas de Europa y cuyos planes de
gestión, todavía en proceso, gozan de gran consenso social y políti-
co, sirviendo así de ejemplo para otros países. El futuro de esta Red
marina debe garantizar el buen estado de conservación de los valores
naturales por los que se han declarado, regulando al mismo tiempo
las actividades humanas compatibles con la conservación; modelos de
gestión de la naturaleza que buscan al igual que el modelo Biosfera
de la Unesco el equilibrio entre el desarrollo del hombre y de su entor-
no natural. Para ello, es imprescindible gestionar la Red Natura 2000
marina mediante el empleo de acciones innovadoras y en sinergia con
toda la sociedad más allá de nuestras fronteras europeas integrando a
todos los agentes vinculados al uso y gestión del medio marino de los
países de la cuenca mediterránea. El estado global de conservación
de los hábitats y especies marinas mediterráneas no podemos, ni de-
bemos atribuirlo al grado de cobertura de la Red Natura 2000, de en-
trada porque su porcentaje es inferior al 3 % del mar que nos ocupa.
Las acciones de conservación y protección que se realizan desde Eu-
ropa en ese pequeño pedazo de mar nos muestra la pobre capacidad
de actuación y el limitado impacto de los resultados respecto al resto
de medio marino mediterráneo. Sin embargo, es muy importante el
modelo demostrativo de proyectos como INDEMARES o el proyecto
ZMB (Zonas Marinas para el Bioconocimiento) de custodia marina y
cuyo objetivo es la protección de zonas marinas en Red Natura 2000
que, la Fundación Mar viene impulsando desde el año 2016 en el lito-
ral de Sant Feliu de Guíxols en la zona norte del litoral catalán.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 42
4
No obstante, en el caso de los hábitats y especies que presentan un
estado de conservación desfavorable, la tendencia positiva de su es-
tado de conservación, no siempre, está relacionado con su grado de
cobertura de la Red Natura 2000, así como de los planes de gestión
implementados. En este sentido el porcentaje de evaluaciones que
han puesto de manifiesto un estado calificado de «empeorando» es
mayor cuando el grado de cobertura es bajo (0 %-35 %) que cuando
es alto (75 %-100 %). Por el contrario, en los casos en los que el grado
de cobertura es relativamente superior, las evaluaciones muestran una
tendencia estable. Esto pone de manifiesto el papel relevante, aunque
poco significativo en el caso del Mediterráneo, de la Red en la estabi-
lización del estado de conservación de su patrimonio natural y de su
biodiversidad.
Conclusiones de la acción europea en el
4.6 Mediterráneo.
La valoración del estado de conservación de los hábitats del Medi-
terráneo europeo en el marco de la acción de la Directiva de Hábitats
nos dice que algunas especies y hábitats protegidos en virtud de la
legislación están mostrando ciertos signos de recuperación en algu-
nos casos pero, por lo general éste es muy modesto y poco relevante
en el medio marino. Un entorno que soporta impactos y presiones de
gran magnitud afectando a grandes superficies marítimas y costeras
donde las fronteras no existen y el libre albedrio de acción también
por la falta de control. Por otro lado, es obvio que la Red Natura 2000
marina puede desempeñar un papel interesante y alentador en la es-
tabilización de algunos hábitats litorales y especies que presentan un
estado desfavorable, especialmente cuando las medidas de conserva-
ción necesarias se han aplicado en la escala adecuada, pero por ahora
son poco significativos. Según el segundo informe de la EEA sobre el
estado global de las especies y los hábitats de Europa, estos no han
cambiado significativamente en el período 2006-2015, en realidad las
tendencias empeoran, pues muchos presentan un estado desfavorable,
y en un porcentaje significativo sigue empeorando, sobre todo en el
ámbito marino. Por ello es fundamental y necesario actuar en favor de
una conservación más intensa para lograr el objetivo 1 de la Estrategia
sobre la Biodiversidad de la UE de cara a 2020: detener antes de 2020
la pérdida de biodiversidad y la degradación de los servicios ecosisté-
micos de la UE, y restaurarlos en la medida de lo posible. El objetivo 1
de la Estrategia establece metas medibles para mejorar el estado de
conservación de las especies y hábitats protegidos por las Directivas
de conservación de la naturaleza.
Algunos grupos de especies de peces y otros organismos de inte-
rés pesquero y los hábitats sensibles como los prados submarinos de
fanerógamas, los fondos de coralígeno, las comunidades de maërl,
los deltas, los sistemas dunares y los humedales costeros suscitan una
preocupación especial por su estado de gravedad. Invertir esas ten-
dencias es complejo pero no imposible, y por ello es preciso controlar
las enormes presiones y amenazas que provocan las malas prácticas
marinas, el cambio climático, restaurar las condiciones hidrológicas
entre el mar y el continente, así como reducir la sobreexplotación
pesquera y la contaminación del medio marino del Mediterráneo. Las
buenas prácticas de gestión en los espacios Natura 2000 son funda-
mentales para alcanzar los objetivos de las Directivas y a pesar de los
avances realizados en el establecimiento de la Red, estas son insufi-
cientes para cubrir los objetivos que persiguen las múltiples medidas
de conservación para que respondan completamente a las necesida-
des de las especies y hábitats marinos protegidos.
El estado de conservación de las especies y los hábitats marinos puede mejorarse
con medidas específicas, tal como han demostrado, por ejemplo, el programa
LIFE Naturaleza y otros programas de promoción del desarrollo sostenible en el
marco de los programas Interreg Europe, entre otros.
Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 43
4
La información consultada señala que solo el 45 % de los espacios las Partes en el ámbito del Mediterráneo constituye una gran aporta-
protegidos disponían a finales del 2012 de planes de gestión globales ción para ese chequeo, sobre todo en lo que se refiere a la efectividad
y, menos del 22 % de presupuesto y de otros recursos para ejecutarlos de la legislación derivada y en vista a los resultados de su aplicación.
correctamente. Además, los instrumentos de financiación que la UE A su vez, también nos será de utilidad para revisar la estrategia sobre
ofrece para impulsar y facilitar la gestión y restauración de los espa- la conservación de la biodiversidad marina en un entorno común en
cios Natura 2000 marinos mediterráneos se ha utilizado, poco y de permanente conflicto.
manera insuficiente. El estado de conservación de las especies y los
hábitats marinos puede mejorarse con medidas específicas, tal como
han demostrado, por ejemplo, el programa LIFE Naturaleza y otros
programas de promoción del desarrollo sostenible en el marco de los
programas Interreg Europe, entre otros. Actualmente, la Comisión
trabaja con los Estados miembros y las partes interesadas a nivel bio-
geográfico de la UE para promover el intercambio de experiencias y
las buenas prácticas en materia de gestión y restauración de espacios
marinos costeros y regiones marinas de interés común. Debemos ser
capaces a medio y largo plazo de mejorar y restaurar la calidad de
nuestro medio ambiente marino, si lo conseguimos, ese capital natural
seguirá ofreciendo externalidades positivas que revertirán en benefi-
cios económicos a la sociedad europea. Estos beneficios estimados de
entre 200 y 300 mil millones de euros anuales (EEA 2014), son calcu-
lados y contabilizados a partir del valor económico derivados de los
servicios ecosistémicos como son el almacenamiento de carbono, la
atenuación de los riesgos naturales, la depuración del agua y el aire, el
mantenimiento de un medio ambiente sano y de calidad para nuestra
salud, la pesca y, entre otros, los beneficios económicos del turismo.
Estos rendimientos, lucros o ganancias deben impulsar nuevas ideas y
a la innovación para favorecer inversiones en la Red y proteger nuestro
capital natural para que se mantenga sano y productivo.
En el marco de REFIT (programa de adecuación y eficacia de la re-
glamentación de la Comisión), la Comisión ha iniciado recientemente
un «chequeo» de las Directivas sobre protección de la naturaleza para
determinar si cumplen su propósito. Como parte de ese «chequeo» se
analizará una amplia gama de aspectos relacionados con la efectividad,
la eficiencia, la coherencia, la pertenencia y el valor añadido de la legis-
lación de la UE. El presente trabajo sobre el nivel de cumplimiento de

Balance ecológico de un entorno natural extenuado. 44

5 El Convenio de Barcelona y otras acciones
para la protección del Mediterráneo.
5
5.1 Introducción.
El principal instrumento normativo destinado a la protección del
medio ambiente marino del Mediterráneo es el “Convenio para la
protección del medio marino y de zonas costeras del Mediterráneo”
(Convenio de Barcelona) que entró en vigor en el 2004 y sustituyó a
la Convención de 1976 de protección del mar Mediterráneo contra
la contaminación. Los principales objetivos de la Convención de Bar-
celona son prevenir, reducir, combatir y en la medida de lo posible
eliminar la contaminación de la zona del Mar Mediterráneo, proteger
y mejorar el medio ambiente marino para contribuir a un desarrollo
sostenible y a las necesidades de las futuras generaciones de manera
equitativa. En la aplicación del Convenio de Barcelona las Partes (los
países miembros) acuerdan 5 puntos clave que son: el principio de
precaución, el concepto de quien contamina-paga, el compromiso de
llevar a cabo una evaluación de las actividades susceptibles de causar
impacto sobre el medio ambiente marino, la obligación de promover
la cooperación entre los estados en la evaluación del impacto ambien-
tal en actividades con posibles efectos negativos y promover la ges-
tión integrada de las zonas costeras.
Hoy los 21 países que rodean el Mar Mediterráneo y la Unión Euro-
pea son las partes contratantes de la Convención de Barcelona que
actualmente cuenta con un total de 7 protocolos asociados:
I El protocolo para la prevención de la contaminación del mar por
vertidos de buques y aeronaves o incineración en el mar. Protocolo de
Dumping, adoptado en 1976, que fue revisado en 1995 y después de
varios intentos todavía no está en vigor.
II El protocolo relativo a la cooperación en la lucha contra la conta-
minación del Mediterráneo por petróleo y otras sustancias nocivas en
caso de emergencia. Protocolo de Emergencia de 1976, que entró
en vigor en 1978 y que fue sustituido por el Protocolo relativo a la
cooperación en la prevención de la contaminación por los buques en
caso de emergencia y de lucha contra la contaminación del mar Medi-
terráneo (Protocolo de prevención y emergencia, adoptado en 2002,
que entró en vigor 2004).
III El Protocolo para la Protección del Mar Mediterráneo contra la
contaminación procedente de fuentes y actividades terrestres (Proto-
colo FTCM, adoptado en 1980, vigente en 1983, modificado en 1996
y que entró vigor en el 2008).
IV El Protocolo relativo al Mediterráneo especialmente protegido
(Protocolo SPA, adoptado en 1982, en vigor en 1986) sustituido por
El Protocolo relativo a las Zonas Especialmente Protegidas y la Diver-
sidad en el Mediterráneo (Protocolo SPA & Biodiversidad, 1995, en
vigor en el 1999).
V Protocolo para la Protección del Mar Mediterráneo contra conta-
minación resultante de la exploración de la plataforma continental y
el fondo marino y su subsuelo (protocolo, adoptado en 1994, vigente
en 2011).
VI Protocolo sobre Prevención de la Contaminación del Mediterráneo
por Movimientos transfronterizos de desechos peligrosos (Protocolo
sobre residuos peligrosos, adoptado en 1996 que entró en vigor en
el 2008).
VII Protocolo sobre gestión integrada de las zonas costeras (Protoco-
lo de GIZC, Adoptado en 2008, vigente desde el 2011).
En el año 2011 se promovieron dos importantes protocolos más so-
bre acciones offshore, además de impulsar el protocolo de gestión in-
tegrada de zonas costeras (GIZC) a través de una mejor coordinación,
integración y gestión holística de las actividades humanas en las zonas
costeras y, teniendo en cuenta los ecosistemas como un requisito pre-
vio y esencial del desarrollo sostenible.
Con la voluntad de seguir avanzando en la aplicación de los princi-
pios y objetivos contenidos en algunos de los protocolos anteriores
del Convenio de Barcelona se han ido creando instrumentos dentro
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 46
5
del programa de acción estratégico para combatir la contaminación el
SAP/MED, el programa de acción estratégica para la conservación de
la biodiversidad en el Mediterráneo (SAP /BIO), un plan de acción para
la implementación del protocolo de GIZC y la estrategia mediterrá-
nea sobre desarrollo (MSSD). La adopción de estos planes de acción
y estrategias entre las Partes contratantes es una indicación clara de
determinación de los países para que tomen medidas concretas frente
a la contaminación terrestre, para contribuir al mantenimiento y a la
restauración de biodiversidad marina y también de promover el desa-
rrollo sostenible de las zonas costeras.
El Programa SAP/MED adoptado en 1997, es un plan orientado a
determinar las categorías de sustancias prioritarias a controlar su ori-
gen desde fuentes terrestres y de como eliminarlas por parte de los
países mediterráneos (UNEP/MAP/MED POL, 1999). Este programa
tiene planes de acción a nivel nacional, los llamados PAN elaborados
entre el 2004 y el 2005 con el objetivo de abordar la contaminación
terrestre desde un enfoque participativo y de sinergia entre las Partes.
En este sentido se consideró que existían cuestiones socio económi-
cas, políticas y legislativas de gestión institucional, así como técnicas y
de infraestructuras disponibles en cada país para formular principios,
enfoques, medidas, acciones prioritarias y plazos para la aplicación
del programa SAP dentro del marco nacional. En el apartado de finan-
ciación del SAP cada país asignó un presupuesto anual a largo plazo
para asegurar su actividad y sostenibilidad en el tiempo. Los Planes
nacionales de acción derivados son revisados periódicamente en con-
vergencia con las prioridades del SAP. También, desde 2009 y en el
marco del artículo 15 del Protocolo, las Partes contratantes han adop-
tado seis Planes con plazos concretos para eliminar sustancias tóxicas,
persistentes y susceptibles de acumularse en la cadena trófica.
Los planes van dirigidos a reducir la DBO5 de las aguas residuales
urbanas y del sector alimentario, del mercurio, del DDT y de los 25
contaminantes orgánicos persistentes más dañinos.
En el ámbito del SAP/BIO adoptado en 2003 se establece un marco
de acciones para la aplicación del Protocolo SPA de 1995. El SAP/ BIO
evalúa el estado de los recursos marinos y costeros y de su biodiversi-
dad, identifica los principales problemas que le afectan y propone me-
didas correctoras concretas a nivel nacional y regional (UNEP/MAP/
RAC/SPA 2003). Algunos países mediterráneos también han adopta-
do planes de acción en el ámbito nacional orientados a la diversidad
biológica y dentro del contexto del programa MAP y de sus objetivos.
Algunos de ellos se refieren directamente a la conservación de las
especies y hábitats más sensibles, amenazados y emblemáticos del
espacio mediterráneo donde se incluyen la foca monje; las tortugas
marinas, especialmente la tortuga verde; todas las especies de cetá-
ceos, en especial el delfín de nariz de botella; el atún rojo, especies de
aves como la gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii), el cormorán
moñudo y también de la gran mayoría de peces cartilaginosos de la
familia de los tiburones que viven en el bentos, así como también el
gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y el tiburón sierra (Pris-
tiophorus sp). El SAP/ BIO también da importancia a las fanerógamas
marinas por su relevante función ecológica en el Mediterráneo ya que
forman hábitats submarinos con más de mil especies asociadas que
desarrollan la totalidad o parte de su ciclo biológico en este ecosiste-
ma costero y que, debido a los múltiples impactos ambientales que
se manifiestan en las zonas litorales, estos hábitats están en regresión
en todo el Mediterráneo y en muchas zonas de forma irreversible. Las
praderas o bosques submarinos de fanerógamas son considerados
auténticos tesoros naturales que generan importantes externalidades
positivas para mantener el vigor natural del mar y su productividad, en
este contexto la Posidonia oceanica, es la fanerógama endémica más
importante del Mediterráneo por su extensión y funciones ecológicas
así como por su capacidad de generar oxígeno y fijar CO2, siendo uno
de los sumideros de carbono más importantes de nuestras costas.
Las praderas o bosques submarinos de fanerógamas son considerados
auténticos tesoros naturales que generan importantes externalidades
positivas para mantener el vigor natural del mar y su productividad
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 47
5
Este programa de acción estratégico también trabaja en la prevención
y control de especies marinas invasoras que se introducen a través de
las aguas de lastre de los buques mercantes o bien a través de las in-
crustaciones de fouling vivo que se desarrolla en las superficies de los
cascos de barcos y que se ponen en contacto con aguas de otros mares
del mundo con una elevada probabilidad de contaminación. El conve-
nio de aguas de lastre (Ballast water convention) que la Organización
Imagen 6. Bentos marino de la costa de Denia (Valencia) con la presencia de alga invaso-
ra originaria del océano Índico de la especie Caulerpa cylindracea. Aunque su
reproducción es sexual y muy prolifera, sus ramificaciones esféricas (ramuli)
también pueden actuar como propágulos. Foto: Miquel Ventura Monsó.
Marítima Internacional ha impulsado desde el año 2004 entró en vigor
a finales del 2015 y plantea una estrategia de gestión integral para
los más de 90 mil buques mercantes que existen en el mundo y que
deben gestionar sus aguas de lastre y sedimentos de manera correcta
para evitar la contaminación del mar por especies foráneas e invasoras
y por organismos patógenos como virus y bacterias.
En este ámbito es prioritario conseguir que las Partes contratantes del
Convenio de Barcelona establezcan las acciones para prevenir y evitar
situaciones de riesgo en ecosistemas y hábitats del Mediterráneo,
así como establecer medidas correctoras para reducir los impactos
derivados. En el presente estudio ya se ha mencionado uno de los
trabajos científicos de referencia sobre especies invasoras elabora-
do por Zenetos, A. en 2015 junto a otros colaboradores científicos,
constatando la gravedad del impacto ecológico que pueden llegar a
generar las más de 900 especies foráneas detectadas en el Medite-
rráneo, de las cuales 135 son invasoras por lo que deja en entredicho
la conservación perdurable de los ecosistemas marinos tal como hoy
los conocemos.
Por otro lado, el Convenio de Barcelona, a través del Protocolo de
áreas especialmente protegidas y de la diversidad biológica del Me-
diterráneo (Protocolo SPA/BD), las Partes contratantes han estableció
una lista de Áreas Protegidas de Importancia Mediterránea (Lista de
ZEPIM) con la voluntad de promover la cooperación en la gestión y
conservación de zonas naturales, así como en la protección de los há-
bitats y de sus especies. Desde la 17ª reunión ordinaria de las Partes
contratantes del Convenio de Barcelona en 2002, la lista de las zonas
especialmente protegidas (ZEPIM) incluye a 32 espacios que integran
también zonas de alta Mar como el Santuario Pelagos para mamíferos
marinos, un área marina de 87.500 Km2 sujeto a un acuerdo entre
Italia, Mónaco y Francia para la protección de los mamíferos marinos
y que seguramente en un futuro próximo, también va a incorporarse
España integrando las zonas marinas al oeste de las Islas Baleares, la
costa catalana y zonas del levante español. El santuario de cetáceos
de Pelagos fue declarado como tal en 1999 mediante un Tratado In-
ternacional suscrito por Francia, Mónaco e Italia y en 2002 fue decla-
rado como ZEPIM por el Convenio de Barcelona.
En este proceso de acción y con la voluntad de garantizar la con-
servación de esta biodiversidad, el WWF y la Alianza Mar Blava pro-
mueven con el apoyo del Gobierno Balear y del Estado Español, una
iniciativa para establecer un corredor de conexión marina que asegure
los procesos de migración de los cetáceos de la demarcación marina
levantino-balear, la cual debía haber sido aprobada por el Convenio
de Barcelona a finales del 2016 como zona especialmente protegida
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 48
5
de importancia para el Mediterráneo (ZEPIM). Esta zona potenciaría
la función del Santuario Pelagos, en el mar de Liguria que también es
ZEPIM, a través de aguas francesas (ver mapa adjunto). Además, esta
zona del Mediterráneo noroccidental alberga más del 20% de las es-
pecies marinas a nivel mundial, entre ellas doce especies de cetáceos
incluidas en diferentes listados y catálogos de protección tanto a nivel
internacional como nacional.
El Plan de acción para la aplicación del protocolo de gestión inte-
grada de zonas costeras (GIZC), fue adoptado en febrero de 2012 y se
basa en la planificación regional entre los países con el objetivo de re-
forzar las capacidades de las Partes contratantes para su aplicación y
utilizar las políticas de GIZC, los instrumentos y los procesos para una
gestión sostenible en un marco regional común y a una escala global.

Propuesta de ampliación del

Santuario de Pélagos.

Figura 18. Santuario Pélagos y propuesta de corredor migratorio

en la zona levantino-balear.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 49

5
5.2 La evolución del Convenio de Barcelona.
Las Partes contratantes en el Convenio de Barcelona en el 2005 adop-
taron la estrategia Mediterránea para el Desarrollo (MSSD), resultado
de un proceso de consulta que movilizó a la mayoría de los actores
mediterráneos como gobiernos, sociedad civil a través de la partici-
pación de ONG’s y expertos clave en diferentes ámbitos. Los objeti-
vos de la estrategia eran contribuir al desarrollo económico estable y
sostenible; reducir las disparidades sociales entre los países, cumplir
los objetivos del milenio y al tiempo reforzar la diversidad social; ga-
rantizar una gestión sostenible de los recursos naturales y cambiar los
patrones de producción y consumo mejorando la gobernanza a nivel
local, nacional y regional. La estrategia MSSD se construye alrededor
de siete programas interdependientes en que los campos de acción
prioritarios, esenciales para el desarrollo sostenible del Mediterráneo
son:
I Gestión integral de los recursos hídricos desde una visión
ecosistémica.
II Uso racional de la energía, potenciando el uso de las energías re-
novables y trabajando en la mitigación y adaptación a los efectos del
cambio climático.
III Promoción de la movilidad sostenible mediante una gestión ade-
cuada del transporte.
IV Potenciar el turismo sostenible como un sector económico líder y
estratégico para la región.
V Promover la agricultura y un desarrollo rural sostenibles.
VI Potenciar un desarrollo urbano sostenible.
VII Promover una gestión sostenible del mar, de las zonas costeras y
de sus recursos.
La Comisión Mediterránea para el Desarrollo Sostenible (CMDD)
tiene la misión de dar apoyo a las Partes contratantes para pro-
mover el desarrollo sostenible y de su aplicación efectiva a nivel
regional y nacional, así como de cumplir las decisiones derivadas
de los acuerdos de la Cumbre de la Tierra y de las adoptadas por
Naciones Unidas en el ámbito del desarrollo sostenible. Esta comi-
sión también establece sinergias entre el sistema de organización
del Mediterranean Action Plan (MAP) y de otras instituciones como
la UPM y la sociedad civil a través de ONG’s que trabajan para el
desarrollo sostenible en la región.
Dos estrategias adicionales ayudan a las Partes contratantes en su
misión de implementar los programas de prevención derivadas de los
protocolos. La primera fue adoptada en 2005 y enumera las cuestio-
nes prioritarias que deben abordarse en la aplicación del Protocolo
de Emergencia e incluir, para cada una de estas cuestiones, compro-
misos precisos y un calendario para alcanzar los diversos objetivos
específicos establecidos. En el ámbito de la estrategia regional para
la prevención y respuesta contra la contaminación marina las compa-
ñías navieras tienen veintiún objetivos que deben alcanzarse a partir
del 2015, un conjunto de planes para su ejecución, un calendario para
su aplicación, una lista de convenios internacionales pertinentes, así
como legislación europea que deben cumplir en el ámbito de emisio-
nes de gases contaminantes, transporte de materias peligrosas, etc.
La segunda estrategia, fue adoptada en 2012 con el objetivo de es-
tablecer el marco de acción para conseguir un enfoque armonizado
regional en el Mediterráneo sobre el control y gestión del agua de
lastre ya comentado anteriormente y que debe ser coherente y de
conformidad con los requisitos y normas del Convenio para el control
y la gestión del lastre de los buques incluyendo agua y sedimentos
(Convenio BWM 2004). Con el fin de utilizar un marco integrado y
global para la mejor gestión de las actividades humanas en el Medi-
terráneo las Partes se comprometieron (Decisión IG 17/6 del Reunión
de Almería de las Partes Contratantes, 2008) a la progresiva aplica-
ción del enfoque ecosistémico integrando la realidad ecológica del
entorno Mediterráneo.
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 50
5
En este aspecto las Partes contratantes han hecho progresos sus-
tanciales en la aplicación de la hoja de ruta y los dos últimos hitos
son el acuerdo para alcanzar los objetivos ecológicos, la protección y
conservación del ecosistema y el establecimiento del Comité de Cum-
plimiento de convenio. Los procedimientos y mecanismos de cumpli-
miento son un conjunto de herramientas destinadas a permitir una
mejor implementación de las disposiciones del Convenio de Barcelona
y sus Protocolos, así como la función del Comité es prestar asesora-
miento y asistencia a las Partes para ayudarles a cumplir sus obliga-
ciones y, en general, facilitar, promover, supervisar y asegurar dichos
cumplimientos.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 51

5
5.3 Tablas de relación para valorar el cumplimiento de los objetivos del Convenio de Barcelona.
A continuación se exponen a modo de resumen las tablas necesarias para entender mejor los objetivos ecológicos, los objetivos operacionales así como los indicadores.

I BIODIVERSIDAD.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

La diversidad biológica se mantiene o Se mantiene la distribución de especies. Rango de distribución.
mejora. La calidad de hábitats costeros1 Área cubierta por la especie (para especies sésiles / bentónicas).
y marinos2 y la distribución y abundancia
de recursos costeros y marinos y de es-
pecies4 están en línea con la prevalencia
fisiográfica, hidrográficas, geográficas y
climáticas.
El tamaño de la población de las espe- Abundancia de población
cies seleccionadas se mantiene. Densidad de población.

Se mantienen las condiciones de Características demográficas de la población (por ejemplo, tamaño del
las poblaciones de las especies cuerpo, estructura de clase, de edad, sexo, tasas de fecundidad, super-
seleccionadas. vivencia / mortalidad).

Los hábitats costeros y marinos clave Rango de distribución observado de ciertos hábitats costeros y ma-
no se están perdiendo. rinos enumerados en el Protocolo SPA.
Patrón distributivo de ciertas especies costeras y marinas de hábitats
enumerados en el protocolo SPA.
Condición de las especies y comunidades que definen el hábitat.

1. A nivel costero, tal como se consideran en el Protocolo SPA / BD, así como en la definición de zona costera de conformidad con el artículo 2º y la zona geográfica de cobertura artículo 3 del Protocolo de GIZC
2. Con respecto a los hábitats bentónicos en la actualidad, existe suficiente información para establecer una prioridad entre los que están en la lista PNUMA / MAP-RAC / ZEP de 27 hábitats bentónicos y los hábitats priorita-
rios en zonas más allá de la Jurisdicción nacional de conformidad con las decisiones VIII / 24 y VIII / 21 del párrafo 1 del CDB. Estos podrían incluir zonas marinas de superficial a profundo: biocenosis de algas infralitorales
(facies con vermétidos o trottoir), zonas duras asociadas con las algas fotófilas, los prados de Posidonia oceanica, los lechos duros asociados con la biocenosis coralígeno y las cuevas semi-oscuras, la biocenosis de los fondos
detríticos con facies con Leptometra phalangium). Biocenosis de corales de aguas profundas y biocenosis de lodos batiales (facies con Isidella elongata). Entre los hábitats pelágicos, las áreas de afloramiento, los frentes de
agua ciclónica requieren especial atención y enfoque.
3. Por zonas costeras se entiende tanto las zonas emergidas como las sumergidas tal como se consideran en el Protocolo SPA /BD, así como en la definición de zona costera de conformidad con el artículo 2º y la zona geográ-
fica que cubre el artículo 3 del Protocolo de GIZC
4. Sobre la base de los anexos II y III del Protocolo SPA y Biodiversidad del Convenio de Barcelona

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 52

5

II ESPECIES FORANEAS E INVASORAS.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

Especies2 no-indígenas1 introducidas por Reducir la introducción de especies Distribución espacial, origen y estado de la población establecida de
acciones antropogénicas. foráneas no autóctonas. especies no autóctonas.
Actividades ecológicas que se realicen Las tendencias en la abundancia de las especies introducidas en áreas
a niveles que no alteren negativamente de riesgo.
al ecosistema.

El impacto de las especies no invasoras Efectos en el ecosistema de especies particularmente invasoras.

en los ecosistemas es limitado. Relación entre especies no indígenas.

1. El término no indígena se refiere a un organismo que puede sobrevivir y posteriormente reproducirse, fuera de su rango de hábitat natural. Los no indígenas pueden caracterizarse además como no estar establecidos en
un hábitat o ser vagabundos. Establecidos, invasivos y nocivos o particularmente invasivos. Occhipinti-Ambrogi y Galil (2004). Marine Pollution Bulletin 49 (2004) 688-694. Doi: 10.1016 / j.marpolbul.2004.08.011.
2. La lista de especies prioritarias (indicadores) introducidas por las actividades humanas se obtendrá por consenso, sobre la base de la información del Atlas de Especies Exóticas del Mediterráneo (CIESM) y del proyecto
DAISIE Invasive Alien Species Gateway una base de datos de seguimiento de especies terrestres y marinas en Europa.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 53

5

III EXPLOTACIÓN COMERCIAL DE RECURSOS PESQUEROS.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

Explotación de poblaciones de determi-
nados peces y mariscos1 dentro de los lí-
mites biológicamente seguros, en edades
y tamaños de poblaciones que definan
stocks saludables.
El nivel de explotación de las pesque-
rías comerciales en límites biológica-
mente seguros.
Total de capturas por unidad operacional2.
Total de esfuerzo por unidad operacional.
Captura por unidad de esfuerzo (CPUE) y por unidad operativa.
Relación entre el índice de captura y el índice de biomasa (en
adelante captura / biomasa).
Mortalidad por pesca.

La capacidad reproductiva de las po- Determinación de la estructura de edad (cuando sea factible).
blaciones se mantiene. Biomasa común de desove (SSB).

1. La elección de las especies indicadoras para la recolección de información para el objetivo ecológico 3 deberá derivarse de las pesquerías dirigidas a las especies enumeradas en el anexo III del Protocolo relativo a las
zonas especialmente protegidas y las especies biológicas Diversidad en el Mediterráneo (especies cuya explotación está regulada) y las especies en la lista de especies prioritarias del CGPM (http://www.gfcm.org/gfcm/
topic/166221/es). La elección de los indicadores debe abarcar los grupos funcionales que utilicen las especies enumeradas en el anexo III de la ZPE y / o, según proceda, las poblaciones cubiertas por el Reglamento (CE) nº
199/2008, de 25 de febrero de 2008, Marco comunitario para la recogida, gestión y utilización de datos en el sector pesquero y apoyo al asesoramiento científico en relación con la política pesquera común.
2. La unidad operativa es “el grupo de buques pesqueros que se dedican al mismo tipo de operaciones de pesca en la misma sub-zona geográfica, dirigidas a la misma especie o grupo de especies y pertenecientes al
mismo segmento económico “.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 54

5
Objetivos ecológicos.
Las alteraciones a los componentes de
las redes alimentarias marinas por la ex-
tracción de recursos o por los cambios
humanos que tienen efectos adversos a
largo plazo en la dinámica de la red trófica
alimentaria y de su viabilidad ecológica.
IV REDES TRÓFICAS MARINAS.
Objetivos operacionales.
La dinámica del ecosistema a través
de todos los niveles tróficos es mante-
nerse en niveles capaces de garantizar
la abundancia de las especies y la reten-
ción de su capacidad reproductiva.
Proporción y abundancia normales de
especies seleccionadas en todos los ni-
veles tróficos de la red alimentaria.
Indicadores.
Estimaciones de producción por unidad de biomasa para grupos
tróficos y especies clave, para uso en modelos de predicción de los
flujos de energía en las redes alimentarias.
Proporción de biomasa depredadores superiores en las redes
alimenticias.
Tendencias en la proporción o abundancia de grupos en su
hábitat.
Tendencias en la proporción o abundancia de especies en base
a la rapidez de las tasas de regeneración.
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 55
5
V EUTROFIZACIÓN.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

Evitar la eutrofización inducida por el Evitar y prevenir la introducción huma- Concentración de nutrientes clave en la columna de agua.
ser humano y de sus efectos adversos na de nutrientes en el medio marino. Las proporciones apropiadas de nutrientes en cada zona (sílice,
como las pérdidas de biodiversidad, la
nitrógeno y fósforo).
degradación de los ecosistemas o la
proliferación de la anoxia en las aguas
del fondo marino.

Prevención de los efectos directos del Concentración de clorofila-a en la columna de agua.

enriquecimiento por nutrientes. Transparencia del agua.
Número y ubicación de los principales eventos adversos como
floraciones de algas tóxicas causadas por actividades humanas1.

Prevención de los efectos indirectos de El oxígeno disuelto cerca del fondo, cambios debidos por
la eutrofización por nutrientes. descomposición de la materia orgánica y área afectada2.

1. La conexión entre la eutrofización y las floraciones de algas tóxicas es claramente establecida ya que no todos los ecosistemas reaccionan de la misma manera. De hecho, encuestas recientes en el Reino Unido / Irlanda en el
marco del OSPAR han permitido concluir sobre la falta de relación entre ellos y por lo tanto es importante el número y la ubicación de los principales acontecimientos para estudiar el fenómeno a fondo y evitar la proliferación
de algas tóxicas. Siempre debe considerarse con cautela como un indicador de un efecto directo del sobre-enriquecimiento de nutrientes.
2. Es necesario realizar un seguimiento cuando proceda.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 56

5

VI INTEGRIDAD DEL FONDO MARINO.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

Mantener la integridad del fondo mari- Minimizar la extensión de la alteración Distribución de las actividades de impacto de fondo2.
no, especialmente los hábitats bentóni- física al sustrato. Área del sustrato afectada por alteración física debido a
cos1 de interés ecológico.
las diferentes actividades2.

Se reduce el impacto de las perturba- Impacto de las actividades de impacto en el fondo en la

ciones en los hábitats de los sistemas prioridad Hábitats bentónicos.
bentónicos prioritarios. Cambio en la distribución y abundancia del bioindicador
de especies en hábitats prioritarios3.

1. En lagunas y pantanos costeros, áreas inter-mareales, praderas de fanerógamas marinas, comunidades del coralígeno, montes marinos, cañones submarinos y pendientes, corales de aguas profundas y fuentes
hidrotermales
2. La pesca de fondo, dragados, eliminación de sedimentos, la extracción de materiales de los fondos marinos, la perforación, las instalaciones marítimas, el vertido y el anclaje, la recuperación de tierras, la extracción de
arena y grava.
3. Las especies indicadoras que se utilizarán para evaluar los efectos ecosistémicos de los daños físicos en el bentos podrían referirse a especies sensibles a las perturbaciones y / o tolerantes a las perturbaciones, según las
circunstancias, de conformidad con las metodologías desarrolladas para evaluar la magnitud y duración de los efectos ecológicos de la perturbación bentónica.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 57

5
Objetivos ecológicos.
Evitar la alteración de las condiciones
hidrográficas para no influir negativa-
mente en los ecosistemas costeros y
marinos.
VII INTEGRIDAD DEL FONDO MARINO.
Objetivos operacionales.
Impactos en el ecosistema marino y
costero inducidos por la variabilidad del
clima y / o el cambio climático se mini-
mizan.
Reducir las alteraciones debidas a
construcciones permanentes en costas y
cuencas hidrográficas, instalaciones ma-
rinas y fondos marinos.
Indicadores.
Cambios a gran escala en los patrones de circulación temperatura, ph
y distribución de la salinidad.
Cambios a largo plazo en el nivel del mar.
Impacto en la circulación causada por la presencia de estructuras.
Ubicación y extensión de los hábitats impactados directamente por las
alteraciones y / o los cambios de circulación inducidos y huellas de las
estructuras impactantes.
Tendencias en la entrega de sedimentos, especialmente en los gran-
des sistemas deltaicos.
Extensión del área afectada por la erosión costera debido a alteracio-
nes del suministro de sedimentos
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 58
5

VIII PAISAJES Y ECOSISTEMAS COSTEROS.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

Mantener la dinámica natural de las zo-
nas costeras, de sus ecosistemas y los
paisajes se preservan.
Se respeta el carácter natural y dinámi-
co de las costas y se mantienen las zonas
costeras en buenas condiciones.
Extensión regional de la erosión costera e inestabilidad de la costa.
Cambios en la dinámica de los sedimentos a lo largo de la costa.
Extensión de áreas arenosas sujetas a alteraciones físicas1.
Longitud del litoral sujeto a perturbaciones físicas debidas a la
influencia de las estructuras artificiales.

Se conserva la integridad y la diversi- Cambio de usos del suelo2.

dad de los ecosistemas costeros, los pai- Cambio de tipos de paisajes.
sajes y su geomorfología.
Porcentaje de hábitats costeros no fragmentados.

1. Las perturbaciones físicas incluyen limpieza de playas por medios mecánicos, extracción de arena de playa y acciones marinas.
2. Clasificación del uso de la tierra según la clasificación de Eurostat-OCDE, 1998: http://unstats.un.org/unsd/environment/q2004land.pdf.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 59

5
IX POLUCIÓN.
Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales.
Que los contaminantes no causen im- La concentración de contaminantes
pactos significativos en los ecosistemas prioritarios1 en los límites aceptables no
marinos y en la salud humana. aumenta.
Minimizar los efectos de los contami-
nantes liberados.
Evitar los eventos de contaminación
aguda y minimizar sus impactos.
Niveles de contaminantes nocivos co-
nocidos en los tipos principales de ma-
riscos no exceden los estándares esta-
blecidos.
La calidad de las aguas de baño y de
otras actividades recreativas no menos-
caba la salud humana.
1. Los contaminantes prioritarios enumerados en el Convenio de Barcelona y en el Protocolo LBS.
2. Se debe garantizar la trazabilidad del origen de los productos pesqueros.
Indicadores.
Concentración de contaminantes nocivos clave en biota,
sedimento y agua.
Nivel de polución de los contaminantes clave y relación
de causa y efecto establecida.
Ocurrencia, origen, extensión de los eventos de contaminación
aguda y su impacto en la biota.
Los niveles reales de contaminantes que se han detectado y el
número de contaminantes que han superado el máximo regula-
do en los pescados y mariscos comúnmente consumidos2.
Frecuencia de los niveles regulatorios de contaminantes que se
superan.
Porcentaje de concentración de enterococos intestinales
dentro de las normas establecidas.
Ocurrencia de floraciones de algas nocivas en los baños y en
áreas recreacionales.
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 60
5

X BASURA MARINA.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

La basura que llega al mar y a las cos- Reducir los impactos relacionados con Tendencias en la cantidad de basura depositada en las costas.
tas no afectan negativamente al medio las propiedades y cantidades de basura Análisis de su composición, distribución espacial, cantidad de
marino1. marina en el medio marino y costero. basura en la columna de agua y micro-plásticos y en el fondo
marino.

Los impactos de la basura en la vida Tendencias en la cantidad de basura ingerida o enredada.

marina son controlados en la medida de Organismos marinos, especialmente mamíferos, aves marinas
lo posible. y tortugas2.

1. El MEDPOL ha preparando un documento de política sobre la estrategia relativa a la basura marina, que tiene en cuenta las actividades previstas para la aplicación de la hoja de ruta de la AE el cual está a punto de ser
aprobado por el MAP. El documento aprobado se utilizará como base para la formulación de un plan de acción para la reducción de la basura marina.
2. Mamíferos marinos, aves marinas y tortugas incluidos en los planes de acción regionales del Protocolo SPA / BD.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 61

5

XI ENERGIA INCLUYENDO EL RUIDO DEL MAR.

Objetivos ecológicos. Objetivos operacionales. Indicadores.

El ruido generado por el hombre en el
mar no genera un impacto significativo
en los ecosistemas marinos.
Se reduce la energía introducida en el
medio marino, especialmente acústico.
Proporción de días y distribución geográfica de sonidos impulsivos
altos, bajos y medianos que puedan implicar un impacto significativo
en los animales marinos.
Tendencias en los sonidos continuos de baja frecuencia con el uso de
modelos según corresponda.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 62

 5
XII TABLAS RESUMEN DE LOS INSTRUMENTOS PARA LA CONSERVACIÓN DEL MEDITERRÁNEO.
Protocolos bajo la convención para la protección del medio ambiente marino y de las regiones
costeras del Mediterraneo (Convención de Barcelona).
Protocolo de Protocolo de Pr o t o c o l o Protocolo de Protocolos le- Protocolo dese- Protocolo Enfoque
vertidos1. prevención y LBS3. Biodiversidad jos de la costa5. chos peligrosos6. ICZM7.
Temas tratados. emergencia2. & SPA4. Ecosistémico.

Ecosistemas costeros y paisaje.

Contaminación.

Eutrofización.

Residuos marinos.

Ruido Marino.

Especies no indigenas.

Explotación comercial de la pesca y el marisco.

Integridad del fondo marino.

Condiciones hidrográficas.

Redes tróficas marinas.

Biodiversidad.

1. Protocolo para la prevención de polución en el Mar Mediterraneo por buques de desembarco y aeronaves o incineración
en el mar.
2. Protocolo relativo a la cooperación en la prevención de la contaminación por los buques y, en casos de emergencia,
la lucha contra la contaminación del mar Mediterráneo.
3. Protocolo sobre la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación procedente de fuentes y actividades
realizadas en tierra.
4. Sobre la base de los anexos II y III del Protocolo SPA y Biodiversidad del Convenio de Barcelona.
5. Protocolo relativo de protección en Áreas especiales y Biodiversidad Biológica en el Meditarráneo.
6. Protocolo sobre la protección del Mar Mediterráneo contra contaminación resultante de la exploración y
explotación de la plataforma continental y el lecho marino y su subsuelo.
7. Protocolo sobre la gestión integrada de las zonas costeras en el Mediterráneo.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 63

 5
Instrumentos políticos relacionados con el Convenio de Barcelona y sus protocolos.

SAP/MED1 Planes regiona- Estrategia regio- SAP/BIO3. Planes de ac- Plan de acción ICZM Plan MSSD7.
les de reducción nal para la pre- ción para espe- para especies in- de acción6.
o eliminación de vención y Res- cies amenaza- vasoras5.
sustancias o sus ponsabilidad de das o en peligro
imputs2. la contaminación y paisajes mari-
Temas tratados. marina debida a nos sensibles4.
los barcos.
Ecosistemas costeros y paisajes.

Contaminación.

Eutrofización.

Residuos marinos.

Ruido Marino.

Especies no indigenas.

Explotación comercial de la pesca y el marisco.

Integridad del fondo marino.

Condiciones hidrográficas.

Redes tróficas marinas.

Biodiversidad.
1. Programa de acción estrategica del MED POL dirigida a la contaminación de las actividades basadas en la tierra. 5. Plan de acción con respecto a la introducción de especies Invasoras en el Mar Mediterráneo.
2. Ver tabla separada: Planes regionales de reducción o eliminación de sustancias o sus entradas en el marco de la 6. Plan de acción para la implementación del protocolo ICZM.
aplicación del Artículo 15 del Protocolo LBS. 7. Estrategia Mediterránea para el desarrollo sostenible.
3. Programa de acción de estrategia para la conservación de la diversidad biológica en las regiones del Mediterráneo.
4. Ver tabla separada: Plan de acción para la conservación y/o gestión de especies en peligro de extinción o amenaza-
das y paisajes sensibles.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 64

5
Otros instrumentos para la conservación del
5.4 Mediterráneo.
Existen otros instrumentos regulatorios adicionales, procesos y co-
misiones complementarias al Convenio de Barcelona, promovidos por
organismos internacionales, sindicatos y otras organizaciones para
abordar cuestiones medio ambientales y sobre la gestión y conserva-
ción de los recursos naturales del Mediterráneo. Un ejemplo es que
desde el año 1949 la Comisión General de Pesca del Mediterráneo
(CGPM) ha estado promoviendo el desarrollo sostenible del sector y la
Imatge 6. Proyecto Garmin Great Tuna Race 2017 es un ejemplo de la implicación de la
sociedad civil y las empresas en el estudio el ciclo biológico del atún rojo, me-
jorar la gestión de sus poblaciones y en pesca sostenible. Los datos obtenidos
en estas campañas son enviados al centro ICCAT en Madrid y a AZTI Tecnalia.
Foto: Asociación Catalana de Pesca Responsable.
mejor utilización de los recursos marinos naturales, así como el desa-
rrollo sostenible de la acuicultura en el Mediterráneo, el Mar Negro y
en las aguas de conexión de ambos mares. De los 21 estados costeros
mediterráneos, 20 son ahora miembros CGPM.
Otro organismo regulador internacional que emite políticas para el
área mediterránea es la comisión internacional para la conservación
de los atunes del atlántico (ICCAT), que da recomendaciones encami-
nadas a garantizar la máxima sostenibilidad en las capturas. También,
la secretaría del Convenio PNUMA/MAP Barcelona y la del CGPM
firmaron un memorando de entendimiento en mayo de 2012 para al-
canzar metas y objetivos en relación a la conservación de los recursos
naturales, los ecosistemas, la calidad del medio ambiente y el uso
sostenible del mar dentro de sus ámbitos de competencia. Existen va-
rios convenios y acuerdos internacionales dirigidos a la conservación
y mejor gestión del medio ambiente marino mediterráneo, el más
importante es la Convención de las Naciones Unidas sobre el dere-
cho del Mar (CONVEMAR) que en 1982, 119 naciones firmaron para
proporcionar un amplio marco para la protección del medio marino,
la investigación oceánica, la resolución de litigios, la delimitación de
las zonas económicas exclusivas (ZEE). Este convenio entró en vigor
el año 1994, un año después de la 60ª ratificación por parte de Guya-
na. Otras convenciones y acuerdos también pertinentes son los que
se refieren específicamente a la contaminación marina vinculados al
MARPOL - 73/78, conocido como el convenio de Londres, o el control
de la contaminación química a través de los convenios de Estocolmo,
Basilea y Rotterdam.
En el ámbito de la contaminación biológica, ya mencionado anterior-
mente, está el Convenio sobre la gestión de aguas de lastre y sedi-
mentos de los buques (BWC 2004). En temas de diversidad biológica
que afectan al Mediterráneo tenemos el Convenio de Berna relativo
a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa
y de su diversidad biológica de 1979 que tiene importantes efectos
sobre la conservación de la costa y que entró en vigor en el 1982. En
este contexto uno de los acuerdos internacionales más antiguos es el
Convenio de Ramsar de importancia Internacional especialmente para
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 65
5
proteger los hábitats de las aves acuáticas, que fue firmado en Ramsar
(Irán) el 18 de enero de 1971 y entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.
A nivel regional, en el marco de la Convención de Bonn sobre espe-
cies migratorias, y con la cooperación de las secretarías del Convenio
de Barcelona y del Convenio de Berna se creó ACCOBAMS (Acuerdo
sobre la conservación de los cetáceos en el Mar Negro, Mar Medite-
rráneo y del espacio atlántico contiguo) una herramienta cooperativa
para reducir las amenazas de los cetáceos en estas aguas y mejorar en
su estudio y conservación. En este ámbito, los estados miembros de
la Unión Europea, que son también partes contratantes del Convenio de
Barcelona, están también vinculados a esta estrategia por diferentes ins-
trumentos políticos y legislativos que han sido emitidos por la Comisión
Europea como son la Política Marítima Integrada, la Directiva Marco de
Estrategia Marina del 2008, ambas herramientas que utilizan el mismo
enfoque de la conservación ecosistémica de la totalidad del entorno marino.
En este sentido también convergen la política pesquera común, la Directiva
marco del agua del año 2000, con implicaciones para las aguas costeras, y
las recomendación del Consejo Europeo de 1992 sobre Gestión Integrada
de Zonas Costeras (GIZC).

Plan de acción para la conservación y/o gestión de especies amenazadas o en peligro y paisajes marinos sensibles1.
Plan de acción para Plan de acción Plan de acción Plan de acción Plan de acción Plan de acción Plan de acción para
la foca monge2. para las tortugas para los cetaceos4. para la vegetación para especies de para los peces Bio-Concreciones
Temas tratados. marinas3. marina5. aves6. cartilaginosos7. Corallígenas y otras
calcáreas8.
Ecosistemas costeros y paisajes.
Contaminación.
Eutrofización.
Residuos marinos.
Ruido Marino.
Especies no indigenas.
Explotación comercial de la pesca y el marisco.
Integridad del fondo marino.
Condiciones hidrográficas.
Redes tróficas marinas.
Biodiversidad.

1. Incluido, pero no limitado para, el listado de especies en peligro de extinción o amenazadas en el Anexo II
del protocolo sobre áreas especialmente protegidas (SPAs) y Diversidad biologica en el Mediterráneo.
2. Plan de acción para la gestión de la foca monge Mediterránea (Monachus monachus).
3. Plan de acción para la conservación de las tortugas Marinas Mediterráneas.
4. Plan de acción para la conservación de Cetacios en el Mar Mediterráneo.
5. Plan de acción para la conservación de la Vegetación Marina en el Mar Mediterráneo.
6. Plan de acción para la conservación de especies de aves en el anexo II del Protocolo en áreas especialmente
protegidas (SPAs) y la biodiversidad Marina en el Mediterráneo.
7. Plan de acción para la conservación de peces Cartilaginosos (Chondrigcthyans) en el Mar Mediterráneo.
8. Plan de acción para la conservación del coralígeno y otras Bio-Concrecciones calcareas en el Mediterráneo.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 66

5
5.5 Una visión global del estado del Mediterráneo.
Para ello necesitamos realizar un esfuerzo de síntesis si queremos
tener una visión global que nos acerque al estado real del ecosistema
mediterráneo, un proceso que haremos basándonos en la información
consultada, en nuestra capacidad de síntesis y desde la posición que
nos proporciona la experiencia real y directa adquirida en el estudio
y conservación del entorno litoral y marino. También, utilizaremos los
informes que el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente) ha realizado durante los últimos 15 años en el marco
del Convenio de Barcelona. Específicamente, desde el programa MAP
en el periodo 2010 - 2016, pasando por el informe PNUMA/MAP del
2012, hasta la 19ª reunión de las Partes Contratantes del Convenio
para la Protección del Medio Marino y de la Costa del Mediterráneo
y de sus Protocolos. Un encuentro realizado en Atenas en febrero de
2016, que dio lugar a la Declaración de Atenas donde las Partes don-
de las partes ratificaron continuar trabajando para la conservación del
mar que nos acoge. Para esta valoración también se ha utilizado infor-
mación actualizada de otras fuentes, publicaciones y revisión de varios
informes aún no publicados.
A grandes rasgos y a modo de preámbulo analítico los impactos que
se ciernen sobre el Mediterráneo son colosales y de difícil solución
existiendo dos factores determinantes que nos llevan a esta situación.
Primero el factor “modelo de desarrollo” que impera en la gran ma-
yoría de los países de la cuenca que es altamente antagónico con una
conservación perdurable y sana del patrimonio natural y de sus siste-
mas ecológicos. El segundo factor, es el bajo porcentaje de cobertura
de los espacios marinos protegidos en la zona Euro-mediterránea, que
abarca tan sólo un 5% de la superficie marina.
En este escenario el Convenio de Barcelona y sus protocolos deriva-
dos, son la principal herramienta de acción para actuar con celeridad,
de manera sinérgica y coordinada con todos los países de la cuenca
para mejorar y conservar la calidad de vida que nos brinda este entorno
marino de forma perdurable.
En las páginas siguientes se sintetizan los principales impactos para
que en el próximo capítulo podamos centrarnos en valorar el nivel de
implicación de las Partes en la aplicación, seguimiento y efectividad
de los convenios, acuerdos y directivas que afectan a la conservación
del Mediterráneo.
I Desarrollo humano en el litoral.
Este proceso ha sido la herencia del modelo de desarrollo urbano
intensivo experimentado históricamente en las grandes ciudades eu-
ropeas, las cuales basan su crecimiento en el uso intensivo y extensivo
del suelo, de la creación de infraestructuras urbanísticas poco eficien-
te y altamente contaminantes. También el modelo de desarrollo del
sector turístico ha alterado en gran medida los espacios de alto valor
ecológico y medio ambiental de los lugares más emblemáticos de la
costa mediterránea (Ventura, M. et al. Informe Global Silmar - 2015).
En general el modelo de desarrollo humano está asociado a un nivel
alto de artificialización de la costa, a una fragmentación física y ecosis-
témica de territorio sin precedentes, con la consiguiente degradación
de hábitats, desestabilización y erosión de las costas y pérdida de
paisajes naturales de alto valor ecológico. Es fundamental para los
gestores territoriales y los “policy makers” dar una atención especial a
los modelos de desarrollo de las zonas litorales que deben proteger el
funcionamiento ecológico y geológico de esta interfaz territorial entre
el mar y evitar su disfunción. También, será positivo para proteger
zonas costeras de transición, incluidos los deltas, los estuarios y las
lagunas costeras, espacios que deben gestionarse desde una visión
ecosistémica promoviendo su mejora y conservación desde un ámbito
territorial más amplio a escala regional o superior.
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 67
5
II Contaminación química del entorno marino.
La contaminación de la columna de agua en el medio marino medi-
terráneo en todas sus latitudes, longitudes y profundidades, en los
sedimentos marinos y en la biota a través de las cadenas tróficas, tie-
ne su origen principal en las actividades antropogénicas generadas
en las ciudades, en la industria, la agricultura, la navegación y de la
contaminación atmosférica derivada del transporte y del uso de los
combustibles fósiles para la energía. En general, aunque las condiciones
ambientales mejoran en relación con determinados contaminantes
gracias a su mejor control y reducción de las emisiones terrestres, la
contaminación asociada a sustancias peligrosas y persistentes están
poco estudiadas y siguen siendo un problema grave en muchas zonas
del Mediterráneo.
III Eutrofización y basura en el mar.
Las masas de agua marina cercanas a las zonas costeras más huma-
nizadas como en las ciudades o en la desembocadura de grandes
ríos, los niveles de BDO son elevados debido a la gran concentra-
ción de nutrientes. Los efectos de la eutrofización preocupan porque
generan baja transparencia del agua por efecto de los altos niveles
de sedimentos y por la elevada producción primaria que genera im-
portantes floraciones de algas (algunas tóxicas) que en muchos casos
producen fenómenos de hipoxia en las capas de agua más profundas
y en el sedimento. Relacionado con este efecto tenemos impactos
socioeconómicos directos como son la toxicidad o mortalidad de los
peces y mariscos en zonas costeras y/o en granjas y piscifactorías
donde las masas de agua se estancan por la poca tasa de renova-
ción. Este fenómeno es especialmente importante en el mar Egeo y
en el Adriático. Otro impacto derivado de la baja transparencia y la
calidad de las aguas es que afecta negativamente a su valor estético
y eso puede influir mucho en el sector turístico.
Desde una valoración más macroscópica la presencia de basura en
el agua y/o en las costas y playas de arena, se relaciona con una baja
calidad del medio marino y genera un importante rechazo cultural
y estético, además de ecológico. La presencia de basura marina se
observa en las costas de casi la totalidad de los mares del mundo,
concentrada principalmente en bahías y áreas poco profundas. Este
elemento se considera una cuestión grave por parte de científicos,
gestores medioambientales y de agentes del sector turístico y de la
sociedad en general, una situación que requiere compromiso y acción
contundente por parte de los gobiernos mediterráneos y otras orga-
nizaciones de ámbito internacional como UN, UE e IUCN, entre otras.
IV El impacto del ruido en el medio marino.
La navegación en general produce gran cantidad de frecuencias só-
nicas (ruido) que afectan a la vida marina y que hasta hace relativa-
mente poco tiempo no se ha empezado a valorar y a estudiar en pro-
fundidad. La mayor densidad del agua hace que la impedancia, que
es el producto entre la densidad (Þ) y la velocidad del sonido (c) en un
elemento determinado, en este caso el agua marina, sea más rápida.
Por ello el sonido emitido por un motor de una nave se dispersa más
rápidamente por un medio acuoso más denso que el aire, llegando
más lejos. Los peces detectan ese sonido como ondas de presión y
lo hacen a través de la línea lateral, unas terminaciones nerviosas muy
sensibles que tienen ubicados de forma longitudinal en el cuerpo y en
otras zonas, dependiendo de sus adaptaciones a vivir en la columna
de agua. La contaminación acústica también afecta a los mamíferos
marinos, los cuales utilizan masas de agua de distintas densidades
para comunicarse entre ellos de una forma muy precisa, rápida y a
cientos de kilómetros de distancia. El ruido de los sónares acústicos
de los grandes barcos de exploración submarina, el ruido de los gran-
des buques mercantes, de los barcos pesqueros y de las embarca-
ciones náuticas contaminan acústicamente el medio marino con unas
consecuencias catastróficas para la supervivencia de los cetáceos.
El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 68
5
La contaminación acústica en el Mediterráneo occidental es de las VII Conservar la integridad de los fondos marinos del
más altas del mundo debido principalmente al tráfico marítimo y al
Mediterráneo.
sector náutico vinculado al turismo.

Este proceso que afecta a la integridad física del fondo marino se

V Las especies alóctonas e invasoras.
deriva principalmente por efecto de la pesca de arrastre, por los pro-
cesos de dragado del fondo y, entre otras, por las instalaciones pe-
Estos organismos tienen una especial incidencia en las zonas más troleras offshore. La presión más elevada de este fenómeno se ha
orientales del Mediterráneo y sus impactos afectan a la biodiversidad observado en la cuenca occidental del Mediterráneo y en el margen
natural a través de la depredación, la alteración de la cadena alimen- occidental del mar Adriático y al oeste del mar Jónico. La pesca de
taria, competencia de nichos ecológicos y en la modificación de los fondo y el dragado conducen a una resuspensión de sedimentos, a
hábitats que repercute en la pérdida de calidad del entorno marino la deslocalización de organismos y a cambios en la estructura de las
natural, en la producción pesquera, en la acuicultura, en el transporte comunidades bentónicas, también existe un impacto drástico sobre
marítimo, en la salud humana y en el turismo. comunidades de interés como los bosques de corales batiales con
poblaciones extremadamente delicadas y únicas. En la costa occiden-
VI Pescar más allá de los límites sostenibles. tal se han observado a profundidades entre -170 – 350 m. corales de
agua fría de las especies Madrepora oculata (coral blanco) y Dendro-
El Mediterráneo es considerado un mar oligotrófico, un factor que phyllia cornigera (coral amarillo) que forman colonias muy ramificadas
no ha impedido que las sociedades litorales alcancen un alto nivel de que integran una elevada biodiversidad marina extremadamente deli-
eficiencia en la explotación de los recursos marinos y desarrollen en cada con ciclos vitales lentos asociados a muchos organismos.
paralelo una cultura de la pesca rica y diversa que se observa en la
gastronomía. En el Mediterráneo se pesca 5 veces más del que se
debería para un uso sostenible de sus recursos marinos. Por otro lado,
el volumen de pesca media total del Mediterráneo durante los últimos
20 años ha representado el 1 % del total de la pesca mundial, pero sin
embargo representa el 5 % del valor económico total. Esto significa
que la pesca tiene mucha importancia económica para las sociedades
mediterráneas y aún y así es un sector poco o nada sostenible ecoló-
gicamente y tampoco económicamente, ya que para que sea rentable
en occidente depende directamente de las subvenciones que recibe
de la UE. Un hecho que demuestra que algo no se está haciendo bien. El ruido de los sónares acústicos de los grandes barcos de exploración subma-
Esta sobre sobreexplotación de los recursos marinos afecta a pobla- rina, el ruido de los grandes buques mercantes, de los barcos pesqueros y de
ciones de peces de interés comercial con resultados drásticos en las las embarcaciones náuticas contaminan acústicamente el medio marino con
cadenas tróficas donde se observan cambios de estructura, reducción unas consecuencias catastróficas para la supervivencia de los cetáceos.
de la productividad, pérdidas en la diversidad de especies, algunas de
ellas en extinción, vulnerables o amenazadas.

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 69

5
VIII Cambios en las condiciones hidrográficas del mar.

Estos fenómenos están causados por la interrupción local o regional

de los patrones de circulación marinos debido a las estructuras artifi-
ciales construidas por el hombre, como puertos, diques y otras infraes-
tructuras, por una modificación de los flujos de agua dulce que van al
mar y también por la liberación de salmuera de plantas de desalini-
zación de agua marina. Otro aspecto muy relevante es el efecto que
tiene el cambio climático sobre las masas de agua marinas que con-
lleva una modificación importante de sus características físicas como
su temperatura, su densidad, su salinidad modificando las condiciones
oceanográficas de la circulación del agua tanto a nivel horizontal como
vertical y también afecta al clima local. Los cambios en los cauces de
agua dulce que drenan en las costas mediterráneas también afectan
al volumen de sedimentos que llegan a la costa y por ende a la con-
formación de la costa y de los sistemas dunares que se han reducido
en las costas del mediterráneo occidental en más de un 90 % en los
últimos 100 años. (Ventura, M. et al. Proyecto Mariage. 2004).

El convenio de Barcelona y otras acciones para la protección del Mediterráneo. 70

6 Nuestra compleja relación con el
Mediterráneo.
6
Los límites del crecimiento en un entorno frágil
6.1 y extenuado.
Los escasos recursos naturales del Mediterráneo propició que esta
región del mundo estuviera al margen de los inicios de la Revolución
Industrial (Courbage, Y. et al. 2009) y, esta condición ha permanecido
también como un fenómeno represivo determinante para el desarrollo
económico del Sur y del Este de la cuenca. En el futuro veremos hasta
qué punto los nuevos modelos de desarrollo socioeconómico basados
en la innovación, las energías renovables y el turismo pueden influir en
positivo para cambiar definitivamente estos escenarios. Las riquezas
con un mayor valor de proyección económica en el mercado mundial
son escasas en la cuenca Mediterránea, exceptuando los fosfatos y el
carbón de baja calidad, entre otros minerales de limitado valor comer-
cial. Por lo que respecta al petróleo las existencias son muy pequeñas
si las comparamos con las de Oriente Próximo y, teniendo en cuenta
un consumo previsto hasta el 2050 de unos 15.000 millones de tone-
ladas, las reservas propias cubrirán un pequeño porcentaje de estas
necesidades. Por el contrario las grandes reservas de gas natural que
albergan Libia y Argelia sí constituyen un valor económico seguro para
los países productores y para Europa, además con el punto a favor que
el consumo de este recurso energético genera menos impacto sobre
el cambio climático que otros tipos de hidrocarburos.
Otro aspecto limitante que también ha afectado el crecimiento eco-
nómico de forma histórica de esta parte del mundo son los limitados
espacios agrícolas, hoy sobre explotados y excesivamente dependien-
tes de la escasa agua de esta región, concentrada en más de un 70%
en la cuenca norte. Por otra parte las exiguas masas forestales medite-
rráneas que todavía quedan son el resultado de una explotación cróni-
ca y milenaria de la madera que ha ido diezmando la productividad de
los bosques, ya de por si poco fértiles, y hoy han reducido al mínimo
sus funciones naturales (externalidades positivas) como son su capaci-
dad para retener y depurar el agua, la protección del suelo, el mante-
nimiento de la biodiversidad, la regulación del clima, la conservación
del paisaje o la producción de biomasa de calidad. La degradación de
las masas forestales va asociada a una pérdida de biodiversidad, un
fenómeno especialmente fuerte e irreversible en las zonas más me-
ridionales de la cuenca incluyendo el sur de España, el Magreb, los
países costeros de la zona oriental y en la gran mayoría de las islas.
En esta situación de confrontación, las opciones de las que disponen
los países del sur y este del Mediterráneo para poner en marcha un
auténtico desarrollo económico de carácter sostenible son escasas y
van a depender en gran parte de la actuación de apoyo de los países
Europeos. Algunas de esas propuestas que son promovidas desde Eu-
ropa con el objetivo de contribuir a cambiar en positivo el curso de las
cosas en las zonas más desfavorecidas del Mediterráneo se centran en
las políticas de inversión desde el Banco Europeo de Inversiones y, en-
tre otros, a través de programas de cooperación internacional como
el ENI (Cooperating across borders in the Mediterranean) priorizando
proyectos de desarrollo económico sostenible, energías renovables,
la gestión integrada de las zonas costeras y también la protección de
los espacios litorales motivado, en gran parte, por las exigencias del
mercado turístico.
Hay que prever el impulso hacia el desarrollo sostenible que las gran-
des ciudades mediterráneas alcanzarán dentro del concepto “Smart
City”, un fenómeno estratégico que promueve la eficiencia energé-
tica, el uso racional del suelo, la reducción de la huella ecológica y,
entre otros, la producción inteligente de alimentos en un entorno de
alta calidad ambiental y territorial. Un proceso necesario atendiendo
a las previsiones de urbanización del litoral mediterráneo que se pre-
vé alcance una tasa media del 70 % de ocupación del suelo antes de
2050 (Plan Bleu, 2014), y no está claro de cómo este formidable cre-
cimiento, que pasará de 200 millones a 240 millones de ciudadanos
suplementarios, se repartirá entre las pequeñas y medianas ciudades
En el futuro veremos hasta qué punto los nuevos modelos de desarrollo so-
cioeconómico basados en la innovación, las energías renovables y el turismo
pueden influir en positivo para cambiar definitivamente estos escenarios.
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 72
6
de menos de 500.000 habitantes y las grandes metrópolis con pobla-
ciones muy superiores.
En este contexto y en función de las políticas que se adopten y de
los esfuerzos que se hagan por cumplirlas, la parte de crecimiento
atribuible a las metrópolis llegará a un 50% o bien se quedará sólo en
un 20%. (RAC - Plan Bleu, Sophia Antipolis / Marseille 2015 - MAP).
La Organización Mundial del Turismo (OMT) en su informe de 2016
predicen que en los próximos 30 años el turismo en el Mediterráneo
necesitará unos 12.000 km2 adicionales de espacio costero si se man-
tiene el modelo de desarrollo tradicional vinculado a la ocupación ma-
siva del suelo. Frente a esta realidad debemos impulsar modelos más
sostenibles de crecimiento del turismo basados en la gestión de la de-
manda a partir de unos límites establecidos en base a la capacidad de
carga ecológica del entorno (Ventura, M. et al. Informe Global Silmar
2015). Es prioritario proteger a las zonas costeras con valor ecológico
de la pura especulación urbanísticas y del uso masivo del turismo, para
que se mantengan como espacios naturales de calidad con sus paisajes
originales, además de asegurar que sean ecológicamente funcionales.
Solo así, podremos conseguir la funcionalidad del capital natural y del
mantenimiento de las externalidades positivas del sistema. Todo ello
dependerá del buen criterio y decisión de las políticas de desarrollo de
los países del Mediterráneo y de la voluntad de cumplirlas.
La urbanización de la costa no sólo conlleva problemas de pérdida
de espacios naturales, también la creación de nuevas infraestructuras
como carreteras, puertos y, entre otras, zonas comerciales que están
asociadas a más actividad humana. Ello implica generación de resi-
duos, consumo de agua, actividades relacionadas con la emisión de
gases de efecto invernadero, contaminación en general y frecuenta-
ción humana que, en definitiva, introducen más estrés a los ecosis-
temas y los hacen más vulnerables. Además, todos los escenarios de
desarrollo a futuro vinculados a una u otra política de desarrollo sea
más o menos sostenible, están relacionados con el consumo de ener-
gía que es su principal indicador de crecimiento y que en el sur del
Mediterráneo se está triplicando desde mediados de los años 90.
Un tímido compromiso para hacer frente al
6.2 crecimiento.
Las políticas dirigidas a hacer frente a los problemas derivados del
crecimiento en el Mediterráneo se implementan tarde y con pocas
garantías de éxito, y hoy sufrimos las consecuencias y esta situación
va a condicionar el futuro de los estados ribereños. Una realidad que
contrasta con sus compromisos en la Cumbre de Río +20 y también
en la reciente Declaración de Malta, donde se reafirmó el sentido de
corresponsabilidad en la gobernanza y conservación del entorno me-
diterráneo común. Es cierto que las políticas europeas, nacionales y
regionales, así como en el marco global del Convenio de Barcelona de
1976, en temas de medio ambiente y biodiversidad, han mejorado en
los últimos 40 años, creando estructuras administrativas o ministeria-
les en la mayoría de países. También, actualmente y, gracias al trabajo
de la Unión por el Mediterráneo (UPM) y de otras organizaciones, se
promueven e impulsan iniciativas con el objetivo de avanzar en pro de
un activismo político y social más ecológico, cooperativo y sostenible
a escala regional.
Una mayoría de países de la cuenca han invertido esfuerzos, recur-
sos humanos y dinero para promover planes y programas dirigidos a
la conservación del medio marino en general, de las costas y de los
espacios insulares. En este ámbito los proyectos de saneamiento y de-
puración de aguas residuales de las grandes ciudades ha concentrado
la mayoría de las inversiones en los últimos 30 años, pero también se
ha invertido recursos para la gestión de residuos urbanos e industria-
les, para la reducción de la contaminación atmosférica, para la refores-
tación, la recuperación de lagunas y humedales y para la protección
de algunas especies marinas en peligro. A modo de preámbulo y ha-
ciendo una valoración de este esfuerzo hemos de considerarlo que,
en general, ha sido insuficiente a la vista del estado actual del entorno
mediterráneo que sigue en regresión debido a la colosal dimensión
del impacto del factor humano y de su elevada huella ecológica (Me-
diterranean ecological footprint trends, Wakernagel, M. Global Foo-
tprint network, 2015).
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 73
6
Todos los países de la región mediterránea se dirigen hacia un claro
déficit ecológico, con una huella ecológica que sobrepasa en mucho
su biocapacidad. Además, el 90 % de la gente que vive en esta región
lo hace en países donde la huella ecológica es más elevada que la me-
dia mundial de biocapacidad disponible por persona. En el histograma
que viene a continuación se muestra la huella ecológica y la biocapaci-
dad para diferentes entornos y para cada país del Mediterráneo en el
año 2015. Los países con mayores ingresos económicos derivados de
su actividad económica ejercen una mayor presión sobre los recursos
naturales en términos de huella ecológica. La huella de carbono varia
en la mayoría de los países pero se observa un claro aumento cuando
hay mayores niveles de ingresos per cápita.
Figura 19. Histograma de la huella ecológica
y de la biocapacidad para los países
del Mediterráneo. Fuente Global
Footprint Network & Plan Bleu - 2013.
Es acertado afirmar que el futuro del Mediterráneo pasa ineludible-
mente por forjar estrechas relaciones de cooperación entre los esta-
dos, un proceso que está condicionado por las políticas nacionales de
las Partes y que, en general, hoy son más bien tímidas o inexistentes.
Los expertos predicen que no habrán grandes cambios al menos has-
ta el horizonte del 2030, pero se espera que este proceso se acelere
dependiendo de la fuerza de los cambios ejercidos sobre el modelo
actual de cooperación al desarrollo sostenible, por su intensidad y
también por la calidad y la naturaleza económica de las ayudas inter-
nacionales desde los países más ricos (UPM y UICB-Med 2015). He-
mos de ser capaces de hacer comprender a los policy makers de cada
Estado y, de forma transversal a sus poblaciones, que la calidad del
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 74
6
medio ambiente y del entorno es una prioridad fundamental e ineludi-
ble si queremos asegurarnos el futuro. Para ello es esencial socializar
el concepto de ecología en la sociedad y entender que invertir en con-
servación y protección del patrimonio natural es sinónimo de mejora
del capital natural del cual dependen nuestra economía, nuestra salud
y nuestro bienestar.
Nuevas políticas de conservación con la participación
6.3 social.
La correspondencia que la sociedad tiene con su entorno natural
tiene mucha relación con la educación y la cultura adquirida a lo largo
de su vida. Así, el valor que le damos a la naturaleza influye de manera
importante en el comportamiento personal y colectivo frente a la for-
ma de utilizarla, cuidarla y de protegerla (Ventura, M. et al. Proyecto
Mariage 2006). ¿Cuál es el rol que la sociedad actual debe desem-
peñar para contribuir activamente a la conservación del patrimonio
natural desde una acción local o regional? y, ¿ Cómo ello influye a nivel
político para la toma de decisiones que impulsen un uso sostenible y
altamente respetuoso de la biosfera y del mar en particular? Expertos
biólogos de todo el mundo han trabajado junto a equipos de la UICN
y de la UNESCO para determinar que más del 75 % de la biodiversi-
dad del planeta se encuentra en zonas humanizadas, esta realidad nos
enseña que es imposible proteger de manera efectiva la biodiversi-
dad que contienen todos esos espacios sin nuestro compromiso. Por
tanto, es evidente que la conservación de la biodiversidad basada en
la comunidad (CBC) es lo que de forma coherente y lógica debemos
plantearnos seriamente como sociedad globalizada, actuando con ce-
leridad y de forma transversal.
Esta visión de la conservación del patrimonio natural basado en la
participación de la sociedad y las empresas ya se refleja en las nuevas
Directivas europeas sobre conservación del patrimonio natural y del
medio marino, así como y en las múltiples transposiciones en forma
de leyes que los países de la Unión elaboran y aplican en sus territo-
rios. En el caso de España y, derivado de la Directiva Marco sobre la
Estrategia Marina 2008/56/CE, se creó la Ley de Protección del Me-
dio Marino, 41/2010 y plenamente va en esa dirección estratégica de
integrar a los agentes litorales y marinos en las tomas de decisiones
sobre gestión y conservación. Por el contrario, la Ley 41/2010 no es-
tablece mecanismos, herramientas e incentivos de tipo fiscal o econó-
micos en los agentes implicados para promover que la conservación
basada en la comunidad sea una acción rentable y de éxito para la
sociedad. En este sentido, la creación en el año 2016 de las Zonas
Marinas para el Bioconocimiento (ZMB) en Sant Feliu de Guíxols de la
Costa Brava, un proyecto innovador impulsado por la Fundación Mar,
se basa en estas premisas y plantea una conservación y gestión del
espacio litoral y marino en donde se implica la sociedad local en su
conservación y toma decisiones sobre el futuro de este bien común. El
modelo estándar de conservación del patrimonio natural donde la ad-
ministración pública desempeña el papel de gestor único, en general,
no ha funcionado bien. Ahora, para afrontar los complejos retos a los
cuales nos enfrentamos es imprescindible incorporar nuevas fórmulas,
métodos y actores sociales para una conservación efectiva de la natu-
raleza y muy especialmente del medio marino.
En las zonas costeras degradadas es necesario recuperar y conservar,
en la medida de lo posible, el patrimonio natural marino original para
garantizar el progreso y el desarrollo socioeconómico en un entorno
ecológico de calidad. Esta es una prioridad que las administraciones
públicas no podrán alcanzar por si solas y menos en un entorno tan
complejo y humanizado como el litoral Mediterráneo. Esta realidad,
necesariamente requiere la acción comprometida de toda la sociedad
civil, de las empresas y de los grupos sociales a gran escala. Para ins-
trumentalizar esta necesidad en la sociedad es imprescindible enten-
der el concepto de Conservación basada en la Comunidad (CBC) o lo
que en el mundo anglosajón se conoce como la custodia del territo-
rio y/o maritorio en el mar y donde la organización inglesa “National
Trust” (nationaltrust.org.uk) es uno de los principales exponentes a
nivel mundial con una importante experiencia digna de aprender. El
término “Custodia” proviene del latín “custodia/custodiae”; guardar,
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 75
6
conservar, respetar o cuidar. Así, la custodia del territorio es un conjun-
to de estrategias e instrumentos que pretenden implicar a los propie-
tarios y usuarios del territorio o maritorio su conservación y en el buen
uso de los valores y de los recursos naturales, culturales y paisajísticos.
Para conseguirlo, la acción de custodia promueve acuerdos y mecanis-
mos de colaboración continua entre propietarios, entidades de cus-
todia y otros agentes públicos y privados (Basora, X.,et. Al.2006). Un
acuerdo de custodia es un procedimiento voluntario entre un propie-
tario y una entidad de custodia con el fin de pactar el modo de con-
servar y gestionar un espacio natural marino o terrestre.Las entidades
de custodia son organizaciones públicas o privadas sin ánimo de lucro
que participan activamente en la conservación del territorio mediante
las técnicas de custodia. Pueden actuar de entidad de custodia orga-
nizaciones tan diversas como una asociación de vecinos, una organiza-
ción conservacionista, una fundación, un ayuntamiento, un consorcio y
otro tipo de ente público (Basora, X.; et al. 2006).
En 2016 las declaraciones del presidente de la UICN, el Sr. Zhang
Xinsheng sobre el escenario medio ambiental y ecológico que tene-
mos a escala mundial es poco alentador: cerca del 40% de las especies
animales y vegetales que se han evaluado hasta ahora están amena-
zadas de extinción, de todos los mamíferos conocidos el 21% corre
el riesgo de desaparecer, lo mismo ocurre con el 30% de todos los
anfibios conocidos, el 12% de todas las aves conocidas y el 70% de las
especies vegetales evaluadas (UICN – Red List & threatened species,
2016).
Estos datos ponen de manifiesto que existe un gran desequilibrio en-
tre el desarrollo de la humanidad y la conservación del entorno natural
donde hay que actuar con celeridad, compromiso y estrategia con la
implicación de toda la sociedad. La biodiversidad desempeña una fun-
ción crucial en la provisión de recursos naturales, en el mantenimiento
de los ecosistemas que generan oxígeno, agua limpia, fijan CO2 y,
entre otras muchas cosas, nos dan protección frente a enfermedades;
sólo en la medicina tradicional y moderna se utilizan más de 70.000
especies vegetales.
En este contexto, frente a los pocos avances conseguidos en la con-
servación efectiva del patrimonio biosfera y viendo la pérdida con-
tinua de biodiversidad se han establecido algunos cambios impor-
tantes durante los últimos 35 años en los modelos de planificación y
ordenación de áreas protegidas. El modelo clásico de conservación se
caracterizaba por un control total del gobierno y de las administracio-
nes públicas competentes, unas políticas proteccionistas, la exclusión
de las comunidades locales y, en muchos casos, la prohibición de los
usos tradicionales de los recursos naturales. Este modelo, en gene-
ral, no ha funcionado. El nuevo modelo que necesitamos poner en
auge se caracteriza por un cambio en la función del gobierno, que ha
pasado de la labor de ejecución a la de reglamentación, además de
la descentralización de la adopción de decisiones involucrando a los
principales agentes locales interesados en la planificación y ordena-
ción del área a proteger.
En este punto las administraciones públicas reconocen la importan-
cia primordial de cambiar sus políticas, adaptar la legislación y trans-
formar las instituciones para establecer un entorno favorable que per-
mita hacer las modificaciones y las mejoras necesarias. En octubre de
1999, la FAO organizó una consulta técnica internacional en Harare
(Zimbabue) sobre la manera de conciliar la ordenación de las áreas
protegidas con el desarrollo sostenible, atendiendo al modelo Bios-
fera que promueve la UNESCO. En la reunión se constató la com-
plejidad de ese objetivo, pero también se puso de manifiesto que se
En las zonas costeras degradadas es necesario recuperar y conservar, en la
medida de lo posible, el patrimonio natural marino original para garantizar
el progreso y el desarrollo socioeconómico en un entorno ecológico de
calidad.
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 76
6
avanza hacia modelos de ordenación cooperativa y participativa de
las áreas protegidas y que es necesario trabajar en las reformas ins-
titucionales y legislativas que favorezcan las condiciones ecosociales
para desarrollar satisfactoriamente la actividad del turismo sostenible
y muy especialmente en áreas costeras. En los proyectos integrados
de conservación del patrimonio natural y de desarrollo humano, la
conservación basada en la comunidad (CBC), son esenciales conse-
guir que la mejora y la conservación perdurable de la biodiversidad
sea compatible con el progreso equilibrado de las poblaciones que
viven en las áreas protegidas o en sus proximidades. En contexto, y
como ya hemos comentado anteriormente, la creación de las 2 áreas
marinas para el bioconocimiento (ZMB) en Sant Feliu de Guíxols va
más allá, para que a largo plazo todo el espacio litoral municipal se
enfoque hacia una conservación integrada de la costa (recomendación
sobre GIZC, UE 1992) con la participación activa de la sociedad local.
Esto adquiere un gran sentido ya que el valor intrínseco del ecosiste-
ma marino mediterráneo “per se” y en su totalidad es incuestionable,
ecológicamente interdependiente (visión ecosistémica) y por tanto es
necesario gestionarlo de forma holística para su permanencia, para
nuestro bienestar y para el bien común.
Durante el último decenio ha habido otro cambio importante en la
planificación y ordenación de las áreas protegidas como parte de pai-
sajes más amplios. El enfoque bioregional (ecoregional) en la planifi-
cación de las áreas protegidas es un concepto elaborado por la comu-
nidad científica y conservacionista para situar las áreas protegidas en
un contexto más amplio desde el punto de vista geográfico, ecológico
y, en general, de los usos de la tierra y el mar. Se basa en algunos de
los principios de la ordenación de los ecosistemas, que ha adquirido
mayor resonancia entre los administradores y gestores de los recursos
naturales durante los últimos 25 años. En tanto, que gran parte de la
educación y la conciencia humana es dirigida hacia una visión de un
mundo globalizado cada vez más abstracto, la visión bioregional busca
enmendar la tela destrozada de la vida para volver a tejer la red de las
relaciones entre la gente y el lugar donde viven y se desarrollan (Gui-
maraes R. P, 2001).
Este enfoque tiene en cuenta la complejidad y dinamismo de los
sistemas ecológicos y sociales con la voluntad de integrar la participa-
ción de las comunidades locales y de los colectivos socioeconómicos
en los procesos de adopción de decisiones para la conservación del
patrimonio natural.
En el marco de la Red Natura 2000 marina en España existen diferen-
tes iniciativas interesantes y un buen ejemplo de ello fue el proyecto
LIFE+ Indemares - “Inventario y designación de la Red Natura 2000
en áreas marinas del Estado español”. Este proyecto nació en enero
de 2009, para solventar el desequilibrio que existía entre el espacio
marino protegido integrado en la Red Natura 2000, respecto a la zo-
nas terrestres mucho más importantes. Además, de la necesidad de
mejorar el conocimiento de los hábitats y especies marinas presentes
en la Red Natura Española. Esta iniciativa también perseguía contri-
buir a la protección y uso sostenible de la biodiversidad en los mares
españoles mediante la identificación de espacios de valor ecológico,
además del propósito de crear un sistema de información geográfico
(SIG) de la Red Natura 2000 marina como herramienta indispensable
para su conocimiento, gestión y conservación.
Los puntos principales que cumplió el proyecto LIFE+ Indemares,
a parte de completar e identificar la Red Natura 2000 marina en Es-
paña, fue la de promover la participación de las partes implicadas
en la investigación, el uso, la conservación y la gestión del mar y sus
recursos y hacerlos partícipes del proyecto. También, de sensibilizar a
la población sobre la importancia de la conservación y uso sostenible
de la biodiversidad marina, así como de contribuir al reforzamiento
de los Convenios internacionales sobre el mar que se aplican en Es-
paña como el OSPAR y el Convenio de Barcelona. El proyecto Life+
Indemares ha conseguido aprobar 3 Órdenes Ministeriales, la última
en febrero de 2015, para poder incluir en la Red Natura 2000 marina
diferentes espacios nacionales de interés ecológico como el Cañón de
Avilés, el Banco de Galicia, las Chimeneas de Cádiz, las Columbretes,
el Sur de Almería y Seco de los Olivos, las Islas de Alborán y los co-
nos volcánicos, el Cañón del Cap de Creus en Catalunya, el canal de
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 77
6
Menorca, el Banco de la Concepción y finalmente el Sur de la isla de
Fuerteventura.
Actualmente está en marcha el proyecto LIFE IP INTEMARES para la
gestión integrada, innovadora y participativa de la Red Natura 2000
en el medio marino español. Este es el mayor proyecto de conserva-
ción del medio marino que hay en Europa y es una iniciativa a nivel
nacional que combina distintos fondos europeos para la gestión de
toda una red de espacios protegidos. Su principal objetivo consiste en
conseguir una red consolidada de espacios marinos de la Red Natura
2000, gestionada de manera eficaz, con la participación activa de los
sectores implicados y con la investigación como herramientas básicas
para la toma de decisiones. Todo ello de acuerdo con lo establecido
en el Marco de Acción Prioritaria para la Red Natura en España, el
documento que define las prioridades y acciones de conservación ne-
cesarias para la Red en el periodo 2014-2020 y las fuentes de financia-
ción. Este proyecto promueve enfoques innovadores en relación con
la Red Natura 2000 marina para convertirse en áreas de referencia, in-
volucrando a los sectores socioeconómicos y a los usuarios del mar en
la gestión de estos espacios. En los próximos ocho años, se pondrán
en marcha cerca de 50 acciones vinculadas a la investigación; el segui-
miento y vigilancia; la conservación; la gobernanza y la participación;
así como la comunicación, sensibilización y educación ambiental. El
proyecto, que se ejecutará hasta el 31 de diciembre de 2024, cuenta
con un presupuesto de 49,8 millones de euros.
6.4 Ecologismo y conservación social.
La implicación de los ciudadanos al “ecologismo” se inicia de una
forma plausible a partir de los años 70, fruto de un cambio cultural
hacia la paz, el respeto por las culturas aborígenes, la ecología, la vida
sana y la conservación del medio ambiente. Un fenómeno que ha ido
creciendo paulatinamente hasta hoy, contabilizando miles de ONG’s
activas en el área Mediterránea cuya misión es defender un territorio
de la especulación, un paisaje, un hábitat, una especie en peligro de
extinción o el mar en general.
En este proceso han jugado un papel relevante factores como la
aparición de internet, las redes sociales y los medios de comunica-
ción que, desde su punto de vista crítico, han publicado artículos y
reportajes sobre ecología, el valor de la naturaleza y del medio am-
biente, dando especial relevancia a temas como el cambio climático,
la radioactividad, la contaminación de los alimentos y el mar y, entre
otros, los mamíferos marinos que han cogido notoria relevancia por su
simpatía, pero también los osos polares, los osos panda y los koalas
(BLOOM, D.E., “International Public Opinion on the Environment”.
Science, vol. 269, Oxford, 1995).
La conservación social del medio marino en el mediterráneo espa-
ñol se impulsa de forma tímida a finales de los años 80 y, concreta-
mente, en Catalunya en 1993, una ONG llamada NEREO promueve,
con la ayuda de la Fundación bancaria “la Caixa”, la creación de la
primera zona marina protegida de gestión privada del Mediterráneo:
la reserva Marina de “Ses Negres”. En su momento, este espacio ma-
rino fue un innovador modelo de conservación de la costa basado
en la custodia marina que se impulsó para dar respuesta a la grave
situación de degradación ecológica que sufre la costa occidental del
Mediterráneo. Actualmente, este espacio marino es gestionado por
el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació de la
Generalitat de Catalunya, y el Ayuntamiento de Begur y son pocas o
prácticamente nulas las actuaciones de gestión, control y vigilancia
que estos organismos ejercen en esta área protegida.
Otro ejemplo interesante de conservación del medio marino fruto
del ecologismo activo en Europa, se dio también en Catalunya en
1994, cuando se puso en marcha la “Xarxa d’Alguers de Catalunya”,
una red de seguimiento del estado ecológico de las fanerógamas
marinas costeras, centrado en el estudio de las praderas de Posido-
nia oceanica. Estas plantas marinas, incluidas en la Directiva Habitat
92/43/CEE por su importancia ecológica, requieren de una protección
prioritaria y deben ser incluidas en la Red Natura 2000 marina. Este
proyecto se diseñó y promovió desde el Departamento de Ecología
de la Facultad de Biología de Barcelona (UB) y su filosofía de acción
se basaba en el concepto de conservación basada en la comunidad
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 78
6
(CBC) o Custodia Marina. Este fue un proyecto colectivo que, en gran
parte, se sostenía por el apoyo de un importante tejido de voluntarios y
estudiantes que participaban en las estaciones de control de la red repar-
tidas por toda la costa catalana. Esta fue una experiencia muy positiva en
el ámbito de la conservación social del medio ambiente marino y puso
de manifiesto la fuerte voluntad social para contribuir en la conservación
activa del medio marino. Esta iniciativa social, impulsó también el proceso
de cumplimiento de la legislación en conservación de la biodiversidad en
hábitats marinos de interés comunitario, una competencia de las adminis-
traciones públicas que actualmente, aún se cumplen tímidamente.
El nivel de participación voluntaria de los ciudadanos en acciones por
el bien común, es un excelente indicador de la madurez de la sociedad
que nos permiten hacer frente con esperanza a los retos de conser-
vación de la biodiversidad. Este proyecto de voluntariado ambiental
funcionó durante casi 6 años hasta que la Dirección General de Pesca
de la Generalitat de Catalunya dejó de invertir en él y contrató a una
empresa privada para hacer el seguimiento de las fanerógamas mari-
nas, momento a partir del cual dejó de tener sentido la participación de
voluntariado ambiental. En este contexto, el proyecto comentado con
anterioridad, de creación de las Zonas Marinas para el Bioconocimiento
(ZMB) en 2016, adquiere mayor relevancia, pues pone en evidencia la
clara necesidad de que la sociedad local participe en la conservación
de su patrimonio más cercano. Un proceso que se articula a través de
la transmisión del conocimiento y la información a la sociedad para co-
nocer y debatir los problemas de las zonas naturales de interés, con el
objetivo de que los agentes sociales participen democráticamente en
la toma de decisiones y se impliquen en las acciones de conservación y
gestión activa del entorno marino.
En un planeta superpoblado la gran mayoría de las áreas protegi-
das de las costas y de sus inmediaciones están habitadas, frente a
esta realidad los conservacionistas, gestores y científicos con visión
han tratado de responder a ese hecho estableciendo un nexo positivo
entre los objetivos de conservación posibles y necesarios y el desarro-
llo sostenible de las poblaciones humanas. El fin es asegurar que las
sociedades locales perciban una parte de los beneficios derivados de
la creación de áreas protegidas y, a su vez, sea posible su coexistencia
en sinergia y progreso equilibrado. En realidad, mejorar y conservar
el espacio donde uno vive y se desarrolla ya repercute directamente
sobre la mejora de nuestra calidad de vida y nos da esperanza de fu-
turo. Es importante que la sociedad tenga una visión más holística de
la conservación; esta debe extenderse no solo a las áreas protegidas
con más valor ecológico, sino también a todo el territorio y, sobre
todo, a las zonas donde el desarrollo humano tiene un mayor impacto
como en las ciudades ubicadas en la costa de mares y grandes ríos.
(Informe Global Silmar, 2015. Ventura, M. et al).
6.5 Impacto de la acción social a escala local y regional.
En este contexto y en el marco del proyecto Silmar (Red de segui-
miento Ibérico del litoral marino que impulsa la Fundación Mar desde
el año 2009) ilustraremos esta realidad con un interesante ejemplo
de mejora del ecosistema litoral promovido por la sociedad local y
el ayuntamiento del Prat del Llobregat. La ciudad de Barcelona ha
experimentado un crecimiento histórico extensivo que ha afectado
especialmente al entorno litoral de su conurbación. Esta realidad ha
sometido a municipios como el Prat del Llobregat y su zona deltaica
a importantes impactos ambientales como son la alteración del curso
del rio, la explotación intensiva de su caudal y acuíferos, los cambios
del uso del suelo para la urbanización, la modificación del paisaje y
de otros procesos de alto impacto ecológico que, en general, han
afectado a todos los hábitats naturales y a la calidad de las aguas que
drenan al mar deteriorado los hábitats costeros adyacentes. El delta
del Llobregat está formado por una extensa llanura de 98 km2 entre
el macizo del Garraf, Montjuïc y el desfiladero de San Andrés de la
Barca, al norte.
Es un lugar importante para la avifauna, por ser un punto estratégico
en la ruta migratoria del Mediterráneo occidental que une Europa y
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 79
6
África. En el Delta se han citado más de 360 especies de pájaros, una
cifra de las más altas vistas en la Península Ibérica, considerándose
área de importancia ecológica por acoger especies de conservación
prioritaria en nuestro continente. En esta zona litoral, la actividad del
puerto y del aeropuerto de Barcelona, con las sucesivas ampliaciones
que ambas infraestructuras han experimentado, han seguido generan-
do cambios en el entorno para permitir el crecimiento y ampliación de
las vías de comunicación que deben cubrir el aumento de la movilidad
derivados de la actividad turística y comercial asociado a la actividad
de la ciudad de Barcelona y de su conurbación.
En este escenario la sociedad pratense, históricamente condicionada
a vivir en un ambiente transformado y artificial, ha anhelado mejorar la
calidad de su entorno naturalizándolo en la medida de lo posible. Con
esta misión, y gracias al histórico compromiso del gobierno municipal,
se ha conseguido restaurar las zonas húmedas, los bosques de ribera
y recuperar parte del tramo final del rio Llobregat. Hoy, después de
más de 30 años de acción social y de una política de inversiones acer-
tadas han dado como resultado, y dentro de las posibilidades que
ofrece el entorno tan humanizado, a la recuperación de parte de las
zonas naturales (ZEC y ZEPA) que antaño poseía esta zona deltaica
y mejorar otras zonas de interés del Parque Natural. La mejora de la
calidad del agua del rio y la recuperación de espacios litorales marinos
con voluntariado ha permitido que en siete años se recuperen hábi-
tats marinos de elevado interés ecológico, lo que demuestra que las
iniciativas de conservación basadas en la comunidad (CBC) son exce-
lentes herramientas para preservar la biodiversidad.
Imatge 7. Espectacular imagen de los fondos marinos superficiales de la
escollera nueva del Puerto de Barcelona en el termino municipal
del Prat de Llobregat. Foto: Xavier Salvador. Fundación Mar
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 80
6
Esta iniciativa de conservación del medio marino litoral basada en la
comunidad (CBC) se ha instrumentalizado a través del proyecto Silmar,
una herramienta diseñada para integrar la conservación activa del me-
dio marino con la participación social y acceder al conocimiento sobre
el estado del mar y trabajar activamente para su conservación.
Volviendo al hecho de cubrir la necesidad de que en la ordenación y
uso de las áreas protegidas se tengan en cuenta los derechos y volun-
tades de la población local ya se debatió con intensidad en el Congre-
so Mundial sobre Parques que tuvo lugar en 1982 en Bali (Indonesia).
Actualmente, las políticas gubernamentales más proteccionistas y ex-
cluyentes que determinan que la población rural o local no participe
en las iniciativas de conservación no tienen sentido, exceptuando las
zonas vírgenes o santuarios que requieren de un tratamiento especial.
Estos nuevos puntos de vista han impulsado las iniciativas “Modelo
Biosfera” encaminadas a vincular la ordenación y gestión de las áreas
protegidas con el desarrollo social y económico local, ofreciendo in-
centivos claros y contraprestaciones a las poblaciones residentes en
parques, zonas protegidas y áreas adyacentes para defender que la
conservación activa y el uso sostenible de los recursos y del territorio
son la única vía posible para mejorar nuestro entorno y nuestra calidad
de vida. Este tipo de iniciativas se conocen como proyectos integra-
dos de conservación y desarrollo y son la base de las nuevas políticas
de los gobiernos, las ONG conservacionistas, los investigadores y los
donantes.
A finales de la década de los 90, la mayor parte de los planes o pro-
puestas de ordenación de las áreas marinas protegidas prestaban una
especial atención a las relaciones con la población local y con los abo-
rígenes. Transcurridos más de 25 años desde que se implantaron los
proyectos integrados, son cada vez más los casos en el Mediterráneo
(MEDPAN, 2014) en los que se han podido conciliar satisfactoriamente
las necesidades y aspiraciones de las poblaciones locales y regionales
con la ordenación y gestión de las áreas marinas protegidas.
Pero, existe un cierto riesgo de que en algunas zonas marinas los
proyectos integrados carezcan de sentido a corto y medio plazo para
las actividades tradicionales que favorecen al desarrollo económico
tradicional por un aspecto “a priori” de incompatibilidad. Por ejem-
plo, el prohibir en épocas de desove la captura de grandes ejemplares
de atún rojo (Thunnus thynnus), es una medida imprescindible para
recuperar sus poblaciones. Aunque las prohibiciones temporales a
medio y largo plazo son poco populares son, en la mayoría de casos,
las pocas vías de éxito de recuperación de especies y más teniendo
en cuenta la compleja realidad biológica y ecológica del atún en el
Mediterráneo (Comisión Internacional para la Conservación del Atún
(CICA), 2016).
Hoy sabemos que la no integración de la sociedad en la gestión
activa del patrimonio natural es, en general, más costosa y merma la
perdurabilidad del proceso que siempre está en entredicho. Por el
contrario, cuando se plantea la conservación y el uso sostenible de los
recursos naturales con la participación de la sociedad y, sobre todo
en áreas degradadas, como es el caso del Prat de Llobregat, donde
prima la mejora de la calidad de vida a través de la mejora de la cali-
dad del entorno natural, los resultados son mucho mejores (Proyecto
Mariage, Ventura, M. et al 2007). En estas zonas de interés, a pesar de
que nunca volverán a las condiciones ambientales y ecológicas origi-
nales, lo que se recupera tiene un gran valor cultural y educativo para
la sociedad que comparte como un bien común del que todos deben
ser consciente y responsable.
La Red para la conservación de la biodiversidad, un experimento a
gran escala iniciado para examinar la vinculación entre las oportuni-
dades de desarrollo y la conservación de la diversidad biológica, ha
documentado algunas experiencias positivas y ofrece enseñanzas que
podrían contribuir al éxito de esas actividades en el futuro (Salasfsky
et al., 1999) y de manera específica para las iniciativas de conservación
del litoral mediterráneo que necesitamos implantar con urgencia.
Salasfsky defiende la idea de que una actividad humana viable vincu-
lada a la conservación de la biodiversidad supone la preservación de
esos recursos y de su capital natural que a su vez permite el turismo
sostenible, la agricultura orgánica, la silvicultura y otras actividades
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 81
6
vinculadas a la economía ecológica y a la sostenibilidad de las nuevas
sociedades. Para ello, es preciso que se den las condiciones adecua-
das resolviendo los impactos de la comercialización, la reglamentación
oficial, la burocracia y que la población local participe plenamente en
los procesos. Las comunidades deben percibir que la actividad socioe-
conómica sostenible depende del mantenimiento de la calidad de la
diversidad biológica. A la luz de esas conclusiones, cabe decir que en
algunos casos el fracaso de los proyectos integrados no es atribuible
tanto a la incompatibilidad entre la conservación y el desarrollo como
a los fallos en el diseño o la ejecución o bien, la ausencia de las condi-
ciones necesarias para el éxito.
No obstante, la contrariedad en relación con las iniciativas integra-
das de conservación y desarrollo han alimentado el debate sobre si la
conservación de la biodiversidad es sinónimo de utilización sostenible.
Ntiamoa-Baidu (2000) y su equipo afirman que la interconexión del
uso de los recursos con la conservación de la biodiversidad tiene una
importancia esencial porque la población rural tiene una gran depen-
dencia de los recursos naturales para su supervivencia. Por su parte,
Terborgh y Van Schaik (1997) señalan que las áreas sujetas a una pro-
tección estricta, como en el mar abierto, deberán ser en un futuro cer-
cano los últimos bastiones de la naturaleza y de la biodiversidad. Por
supuesto, también la protección rigurosa de los parques naturales o
áreas regionales marinas de grandes dimensiones debe ser prioritaria
en las iniciativas de conservación de la naturaleza a escala global y muy
especialmente en el Mediterráneo. Entre ambas opiniones hay que si-
tuar la idea de que la exclusión de la población de las áreas protegidas
no es el procedimiento más adecuado para conseguir los objetivos en
materia de conservación; antes bien, hay que asegurarse de que las
actividades humanas no pongan en peligro los valores que motiva-
ron la creación de las áreas protegidas y, en este contexto, el Parque
Natural Montgrí, Medes i Baix Ter ubicado en la zona litoral central
de la Costa de la provincia de Girona es un claro ejemplo donde los
intereses económicos sobrepasan los objetivos de conservación. Los
expertos en conservación sostienen que en la mayoría la biodiversidad
ha podido coexistir desde hace siglos con una actividad humana más
o menos intensa y mientras las actividades de uso y extracción no han
alcanzado un nivel de intensidad que ponga en peligro la diversidad
biológica. Esta visión está asociada a la idea de que es necesario que
los agentes más importantes que representan a la población participe
en las decisiones relacionadas con la gestión, uso y ordenación de las
áreas protegidas, insistiendo en la necesidad de tener una visión ho-
lística de la conservación del territorio o del mar.
En general todo espacio natural, esté protegido de manera oficial
o no, debe ser respetado y conservado. No es suficiente proteger
aquellos entornos que tienen un elevado nivel de calidad ecológica
o un alto grado de biodiversidad, es más racional, ético e inteligente
integrar la conservación de la naturaleza y la biodiversidad en el en-
torno inmediato, allí donde vivimos y nos desarrollamos. Este es uno
de los grandes mensajes del proyecto SILMAR y con ello nos plan-
teamos el proyecto piloto de creación de las Zonas Marinas para el
Bioconocimiento (ZMB) a escala local en la costa norte del mediterrá-
neo español. (Ventura, M. et al. Informe Global Silmar. IGS 2015). Esta
posición es además coherente con la tendencia más general hacia la
descentralización de la conservación marina y el traspaso de compe-
tencias a escala local y regional en muchos países desarrollados. Su
fundamento es que al asumir una responsabilidad más directa y próxi-
ma de la protección, la población local puede encontrar fórmulas más
apropiadas para conciliar la conservación y el desarrollo con mayor
éxito que aquellas iniciativas en donde no se les involucra.
No es suficiente proteger aquellos entornos que tienen un elevado nivel de
calidad ecológica o un alto grado de biodiversidad, es más racional, ético e
inteligente integrar la conservación de la naturaleza y la biodiversidad en el
entorno inmediato, allí donde vivimos y nos desarrollamos.
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 82
6
6.6 Acción local para conservar el Mediterráneo.
La conservación basada en la comunidad (CBC) promueve iniciativas
que integran plenamente a la población en la política y en las estrate-
gias de conservación. La premisa se centra en la participación de las
comunidades locales en la planificación y la ordenación de los recur-
sos pueden mejorar significativamente la eficacia de las medidas de
conservación y contribuir a que dichas comunidades se beneficien de
ellas. La transferencia controlada de la gestión de los espacios natu-
rales y de sus recursos desde las instancias centrales al nivel local y,
el establecimiento de sistemas de gestión comunitarios basados en
principios técnico-científicos, integrando la información y los conoci-
mientos tradicionales, se están experimentando con éxito en varios
países del mundo.
La creación de las ZMB en el litoral de Sant Feliu de Guíxols siguen
este modelo y se plantea viable para llegar a ser un modelo de re-
ferencia para otras iniciativas paralelas en otros puntos de la costa
del estado español y/o del Mediterráneo donde la sociedad civil y
los entes públicos locales están preparados para asumir estos retos y
llevarlos a buen término. En el marco de la creación de las ZMB y des-
de un punto de vista técnico está muy claro cual es el procedimiento
adecuado para conciliar las necesidades de la población con la conser-
vación de la biodiversidad. Los promotores de las nuevas propuestas
de custodia marina deben invertir esfuerzos en mejorar el diseño y la
ejecución de los programas para conseguir la participación de la po-
blación local y ofrecerles beneficios tangibles vinculados directamente
con la conservación de la biodiversidad y al ecosistema costero. Existe
un claro beneficio para el bien común y el bienestar de la sociedad,
promoviendo la conservación de la biodiversidad y de las necesidades
y aspiraciones de las poblaciones locales. Ellas pueden adoptar las
medidas de conservación si se les ofrece la opción de obtener un ma-
yor beneficio y rentabilidad en el uso de esos recursos si lo hacen de
manera sostenible (Hackel, 1999).
La aplicación satisfactoria de este enfoque para la creación de las
ZMB integra básicamente los siguientes elementos:
I La información adecuada para identificar relaciones y depen-
dencias ecológicas.
II Sensibilización y educación social sobre los beneficios del uso sos-
tenible de los recursos.
III Una comunicación y coordinación eficaz entre todos los agentes
interesados.
IV Integración de todas las entidades competentes en el mosaico
regional.
V Un compromiso a largo plazo respecto del proceso de ordenación
y gestión.
VI La mejora, la restauración y conservación del hábitat cuando sea
necesario.
Para algunos, el mantenimiento o restablecimiento de la integridad
y la salud de los ecosistemas marinos es la finalidad principal de la
intervención, mientras que para otros las necesidades humanas tie-
nen la misma importancia (Yaffee, 1999). Los proyectos de custodia
marina deben de integrar las dos necesidades desde un planteamien-
to sinérgico y perdurable. El proyecto ZMB defiende el concepto de
la conservación basada en la comunidad desde una perspectiva par-
ticular e innovadora para proteger la Red Natura 2000 marina y es
también valido para los nuevos proyectos de custodia marina en otras
muchas zonas de la costa mediterránea. Este concepto parte de la
base de que todo el entorno natural tiene intrínsecamente valor por sí
mismo y por ello es imprescindible recuperarlo y conservarlo a partir
de una planificación y ordenación que integre la realidad ecosocial
de cada zona (Ventura, M. et al. Barcelona Litoral: Medio Ambiente
y Sociedad. 2007). Aplicar este modelo de conservación del entorno
marítimo-terrestre mediterráneo exige tener en cuenta la fragmenta-
ción física creada por el uso humano y también las discontinuidades
ecológicas y medioambientales del propio sistema natural.
Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 83
6
Las fragmentaciones de la costa crean alteraciones ecológicas donde
se pierde información, materia y energía generando aislamientos eco-
sistémicos de disfunción particular que generalmente empobrecen los
hábitats costeros y los hacen más vulnerables. En el litoral mediterrá-
neo la huella humana es patente desde hace miles de años, pero este
entorno tan humanizado todavía tiene capacidad para recuperarse (re-
siliencia ecológica) y mantener un cierto grado de calidad, incluso en
los ambientes más transformados y degradados. Eso es debido a que
existe un elemento clave – el medio acuosos – que desempeña dos
funciones esenciales en el sistema marino: primero su elevada tasa de
renovación y dilución del medio acuoso reduce el impacto de la conta-
minación y, segundo, su capacidad de actuar como transportador (ca-
rrier) y conector de materia y energía (Margalef, R. teoría de sistemas
ecológicos. 2003). El agua y su dinámica actúa como elemento que
homogeniza la distribución de materia, energía e información por toda
la costa y el medio marino.
En este aspecto hay una parte positiva, a diferencia de los ecosis-
temas terrestres, y es que si las condiciones del entorno marino son
favorables, la capacidad de recuperación es posible pues el agua es el
elemento que provee y homogeniza. Por el contrario, si el entorno tie-
ne una elevada calidad ambiental y recibe inputs negativos (contami-
nación, especies invasoras, etc.) por parte del carrier principal, es decir
el agua, las posibilidades de deterioro o de generar una perturbación
son elevadas y de consecuencias imprevisibles para los ecosistemas
litorales más frágiles y de la biodiversidad que contienen. Finalmen-
te, en zonas marinas de buena calidad que reciben inputs negativos
periódicos por las corrientes marinas, pueden perder la capacidad de
auto-organizarse, aumentar su vulnerabilidad ecológica y degradarse
sin posibilidad de regeneración a medio y largo plazo. Es en estos pro-
cesos de cambio del estado ecológico y medio ambiental del entorno
marino que la implicación de las sociedades locales en la gestión y
conservación permite tener un mejor control sobre los procesos y ac-
tuar de manera más rápida, coordinada y precisa en el establecimiento
de medidas correctoras que permitan redefinir las situaciones adver-
sas que afectan al mar a escala regional.

Nuestra compleja relación con el Mediterráneo. 84

7
Estudio y balance del nivel de cumplimiento
de los acuerdos para la conservación del
Mediterráneo.
7
7.1 Visión analítica del estudio.
En la primera parte del presente trabajo hemos descrito en detalle las
principales actuaciones que se promueven y realizan desde la Unión
Europea a través de sus principales instrumentos legislativos como son
las Directivas y leyes de ámbito nacional, los convenios internacionales
y otros acuerdos que tienen incidencia en la gestión y conservación
del patrimonio ecológico del área mediterránea europea. También, se
han descrito las acciones más significativas que las Partes promueven
de forma conjunta a través del Convenio de Barcelona del año 1976,
de sus protocolos derivados y de otros acuerdos indirectos que deben
converger hacia el desarrollo sostenible de la cuenca Mediterránea.
En general, estas estrategias de actuación deben considerarse mul-
tifocales por trabajar en distintos frentes y líneas de acción que, en
muchos casos, pueden ser sinérgicas, antagónicas, convergentes, du-
plicativas o incluso poco coherentes, para alcanzar los retos medio
ambientales y ecológicos por las cuales se han creado y evolucionan.
El objetivo es proteger y conservar el patrimonio natural del Medite-
rráneo de forma perdurable y recuperar la calidad medio ambiental
y ecológica que debe permitirnos seguir progresando en armonía en
esta característica biosfera marina.
El trabajo también describe, desde las dos líneas estratégicas la eu-
ropea y la Mediterránea, los alcances, los hitos y los resultados obteni-
dos desde las propias valoraciones internas las cuales se acercan, por
lo general, a un excesivo optimismo. Una visión que está más cerca
de la necesidad de crear esperanza para un futuro mejor, que no a la
realidad de la situación. La visión optimista es útil para sortear mejor
al colosal reto al que nos enfrentamos y contrasta con la visión más
negativa de la experiencia que tienen los expertos que trabajan en el
medio marino a diario, grupo en el cual personalmente me incluyo. La
cercanía al mar permite tener una percepción más real y ajustada de lo
que ocurre en este medio, como consecuencia de la suma de impactos
derivados de las actividades antropogénicas que se dan en el escena-
rio del Mediterráneo y que, precisamente, no es nada alentador.
Alcanzar los objetivos del estudio sobre el nivel de cumplimiento de
las Partes, así como de su capacidad y voluntad de hacerlo y de las
tendencias de futuro, no ha sido tarea fácil. Para conseguirlo, al prin-
cipio del estudio, nos planteamos la elaboración de un cuestionario
genérico para cada uno de los expertos seleccionados (personas u
organizaciones de referencia) que, desde cada país de la cuenca, son
los responsables de estudiar, gestionar, implementar o controlar las
acciones medio ambientales y ecológicas que afectan al Mediterrá-
neo. Nuestro primer intento para realizar este tipo de encuestas a los
agentes objetivo fue infructuoso, por la falta de respuestas y la baja
predisposición de los candidatos a colaborar.
Con este resultado y, valorando la magnitud del trabajo y del riesgo
de invertir más esfuerzo sin recibir respuestas comparables y significa-
tivas para el estudio, sumado al poco tiempo disponible y al limitado
presupuesto, optamos por obtener la información necesaria de otra
manera. La decisión del equipo fue obtener la información a partir de
la realización de entrevistas dirigidas a personas relevantes conoce-
doras de la realidad del mundo mediterráneo. Gente de referencia
con experiencia que disponen de la información sobre temas medio
ambientales, conocedoras del territorio y, muy importante, de la com-
pleja burocracia administrativa y política que existe en los estamentos
de la UE que se dedican a la gestión y a la legislación medio ambiental
en el contexto del Mediterráneo. Una realidad que también se mani-
fiesta y magnifica en las administraciones públicas de los países de la
cuencas sur y este del Mediterráneo que gestionan el Convenio de
Barcelona y están implicados en el programa MAP y en otras acciones
y planes estratégicos derivados.
El trabajo también describe, desde las dos líneas estratégicas la europea
y la Mediterránea, los alcances, los hitos y los resultados obtenidos desde
las propias valoraciones internas las cuales se acercan, por lo general, a un
excesivo optimismo.
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 86
7
7.2 Objetivos de la entrevista. 7.4 Material y método para realizar la entrevista.

A partir del análisis previo del estado del Mediterráneo obtenido en El primer reto se centra en seleccionar al grupo de entrevistados
el marco del proyecto, ahora con la realización de las entrevistas nos los cuales deben tener un perfil adecuado para cubrir las necesida-
planteamos alcanzar los siguientes objetivos: des del estudio. Esto significa que los candidatos deben tener ex-
I Una aproximación al nivel de cumplimiento de las Partes de periencia profesional en el desempeño de un cargo relacionado con
los acuerdos y directivas en temas de conservación del patrimo- la conservación, la gestión ecológica de sistemas y/o de los recursos
nio natural en el Mediterráneo. naturales, sin despreciar otros ámbitos de experiencia en acciones de
II Determinar las zonas o áreas del Mediterráneo con menos implica- tipo político y/o económico. Esto deberá acercarnos a la información
ción o capacidad para cumplirlas. útil para determinar las capacidades que tienen los países del ámbito
Mediterráneo para actuar en positivo, ya sea desde una proyección
III Determinar y caracterizar las principales causas u obstáculos para europea o más global e integradora de las Partes que forman parte
su cumplimento. de la cuenca.
IV Definir el escenario socioeconómico y político óptimo de un
Seleccionados los expertos, se plantea el diseño del cuestionario que
país Mediterráneo para que sea capaz de cubrir sus necesidades
debe contener todas aquellas preguntas temáticas necesarias para
medioambientales y ecológicas.
adquirir la información que es objeto del estudio. Para poder realizar
V Definir cuáles son los instrumentos, herramientas o procesos exis-
el cuestionario adecuado ha sido imprescindible conocer en profun-
tentes más eficientes para promover su cumplimiento.
didad la realidad del problema mediterráneo y tener los conocimien-
VI Tendencias y previsiones de futuro. tos suficientes para ser asertivo, agudo y directo para la obtención
de las mejores respuestas que darán contenido y sentido al estudio.
7.3 Resultados esperados. También, y para obtener una mejor calidad de la información, al final
del cuestionario se han elaborado algunas preguntas específicas para
cada tipo de experto en función de su cargo, experiencia y ámbito de
Con las entrevista vamos a caracterizar los principales escenarios de
trabajo.
acción regionales mediterráneos con sus países y realidades, cómo se
implican los agentes litorales en el control y gestión de los acuerdos,
valorando sus capacidades para cumplirlos y también cuáles serán los
posibles escenarios de futuro. Ello nos permitirá visualizar y describir
al final del estudio la situación real, las tendencias al cambio, así como
determinar los posibles riesgos asociados para actuar en consecuencia
y responsabilidad con el objetivo de alcanzar los escenarios sociopolí-
ticos de equilibrio entre las sociedades mediterráneas para convivir en
paz, tolerancia y solidaridad en un entorno ecológico sano, funcional
y de calidad.

Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 87
7
7.5 Los entrevistados seleccionados y sus perfiles.
Después de una primera selección de 12 potenciales expertos en el
ámbito Euro-mediterráneo para la entrevista, la selección final es la
siguiente:
Tatiana Hema - Coordinadora adjunta del MAP en el CAR de Athe-
nas. United Nations Environment Programme. Mediterranean Action
Plan - Barcelona Convention Secretariat.
Miguel García Herraiz - Secretario General Adjunto por el Agua
y el Medio Ambiente. Secretariado de la Unión por el Mediterráneo
(UPM).
Alessandra Sensi - Técnica de la Unión por el Mediterráneo (UPM).
Purificació Canals - Presidenta – Red de Zonas Marinas Protegidas–
MEDPAN.
Marie Romani - Secretaria ejecutiva de la secretaría del MedPAN. En-
cargada de la implementación estrategia decidida por la Asamblea Ge-
neral.
Luisa Rodríguez Lucas - Legal Officer - Governance Unit - UN
Environment/MAP Coordinating Unit - Barcelona Convention
Secretariat.
Arnau Queralt Bassa - Director del Consell Assessor pel Desenvolu-
pament Sostenible de Catalunya (CADS).
Souha EL Asmi - Programme Officer – SPAs. Specially Protected Areas
Regional Activity Centre(SPA/RAC)- The Mediterranean Biodiversity
Centre of UN Environment/MAP.
7.6 Cuestionario principal y respuestas obtenidas.
A continuación se expone la relación de preguntas principales a las
que se ha sometido a los expertos durante las entrevistas. Por razones
de sus agendas algunos de los entrevistados no han contestado al
cuestionario del todo, esperamos que lo hagan en las próximas se-
manas y podamos incorporar la información completa en la valoración
final del estudio o en futuras revisiones. Por otra parte, algunos de
los entrevistados han pedido mantener la privacidad de sus personas
para no influir en las actividades profesionales que su cargo implica,
ni tampoco herir la sensibilidad de algunos países del Mediterráneo
que no pueden cumplir mínimamente con el desempeño de los pro-
tocolos, pactos, convenios y acuerdos en el ámbito de la conservación
y en general del medio marino mediterráneo. Esto es justificable por-
que los países menos o nada cumplidores deben hacer frente a otras
prioridades como conflictos bélicos, falta de recursos y/o estructura
organizativa o porque las interferencias políticas de sus gobiernos o
administraciones se lo impiden.
A continuación se exponen las entrevistas realizadas en toda su di-
mensión y se responden de manera anónima transcribiendo todas las
respuestas y reflexiones obtenidas en el conjunto de las entrevistas.
Las entrevistas se han realizado en los idiomas catalán, castellano e
inglés.
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 88
7
A CUESTIONARIO PRINCIPAL.
En esta parte del cuestionario se abre con una pequeña introducción
dirigida al entrevistado tal como sigue:
Su formación académica, su experiencia profesional y la actual po-
sición en el desempeño de su cargo le permiten tener una visión
general bastante buena de la realidad coyuntural y sociopolítica
que existe entre los países de la cuenca Mediterránea y, de cómo
ello influye hoy en el medio ambiente y en la conservación del eco-
sistema Mediterráneo y en un futuro a corto y medio plazo.
En este contexto le pedimos que conteste a las siguientes preguntas:
I. ¿Cómo definiría la estrategia medio ambiental y de conservación
del patrimonio natural que impulsa la UE y que debe influir en la
mejora de la calidad del ecosistema litoral y marino de la Europa
Mediterránea y de la gestión de sus recursos naturales?
Respuestas. La gran mayoría de los entrevistados responden a esta
pregunta entre una escala de - 0 (negativa) a 10 (muy positiva) - con
una valoración de positiva o muy positiva.
Posteriormente explican de manera sucinta los factores que determinan
sus valoraciones y son las siguientes:
En general el contenido de los objetivos de las diferentes directivas
de la UE que inciden en la conservación del medio ambiente y patri-
monio natural es adecuado y ambicioso. Sin embargo los mecanismos
de apoyo para su implementación son muy deficientes y los países
siguen sin actuar adecuadamente.
Por otra parte existen realidades que no podemos obviar como que
la abundancia de importantes especies de peces mediterráneas (co-
merciales y no comerciales) se ha reducido un 34% y la propia UE re-
conoce que un 95% de las especies de interés comercial de las cuales
tenemos datos en el Mediterráneo están en una situación de sobreex-
plotación pesquera. Estos datos globales tienen sus correspondencias
más locales: el cambio sufrido los últimos 50 años en las comunidades
de peces en el Mediterráneo occidental es muy evidente, como se
puede comprobar analizando las variaciones en el volumen de captu-
ras y las especies objetivo.
En paralelo a esta realidad, cabe destacar que una de las políticas
europeas con más arraigo en el imaginario colectivo europeo, como
es la Política Pesquera Común, no ha logrado revertir esta situación
en los últimos decenios. La situación, sin embargo, no es sólo de crisis
generalizada en el entorno pesquero, sino que la gran mayoría de
indicadores ecológicos arrojan datos alarmantes.
La apuesta comunitaria por desarrollar una política marítima integra-
da a nivel europeo y proteger y evaluar el estado del medio marino
europeo son pequeños avances en la buena dirección, aunque no su-
ficientes. El espacio marítimo sigue siendo un espacio muy fragmen-
tado políticamente. Prueba de ello son las dificultades que aparecen
en la transposición y aplicación de la Directiva de Ordenación del Es-
pacio Marítimo (Directiva 2014/89/EU), que establece un marco para
la ordenación del espacio marítimo (maritime spatial planning) e insta
a los Estados Miembros de la UE a desarrollar planes de ordenación
marítima. La implementación de este instrumento pone de manifiesto
la diversidad de intereses, muchas veces contrapuestos, y saca a la luz
la necesidad de una verdadera gestión integrada que tenga el princi-
pio ecosistémico como fundamento y el principio de precaución como
salvaguarda de sus actuaciones.
Otros expertos opinan que la estrategia medio ambiental y de con-
servación del patrimonio natural y los esfuerzos de coordinación de
todos los países mediterráneos son positivos. Sin embargo, todavía
existe una gran brecha entre la estrategia y su implementación tanto
a nivel regional como a escala nacional. Aunque la extensión de la
Red Natura 2000 en el mar es un hecho positivo es insuficiente para
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 89
7
proteger y conservar los ecosistemas sanos y que produzcan capital
natural. En este contexto será necesario la creación y aplicación de
planes especiales de protección de hábitats y especies, así como una
firme voluntad de implementar la Directiva de Estrategia Marina de
2008 (MSFD) y la adopción de una nueva estrategia sobre la biodiver-
sidad y una política pesquera común más eficiente.
II. ¿Hasta qué punto las políticas Europeas (Directivas y acuerdos
de las Partes en la UE), acciones estratégicas y otras políticas influyen
en las estrategias y nuevas políticas medioambientales y ecológicas
de los países Mediterráneos no europeos para impulsar el desarrollo
sostenible y respetuoso con el medio ambiente, la gestión de las zo-
nas costeras y la protección del mar? ¿Podría explicar los elementos
clave que determinan su respuesta y aportar una sucinta reflexión
sobre la cuestión?
Respuestas. La mayoría de los entrevistados responden a esta pre-
gunta entre una escala de - 0 (nada) a 10 (mucho) - con una valoración
de normal a mucho.
Posteriormente explican de manera sucinta los factores que determinan
sus valoraciones y son las siguientes:
Los autores entrevistados más pesimistas expresan su opinión sobre
la teoría de que la Unión Europea podría influir mucho en los países
Mediterráneos fuera de la Unión, pero en la práctica el impacto es
muy bajo. A menudo se pone más interés en acuerdos y negociaciones
asociados a ámbitos económicos de interés para la UE que a la conse-
cución de objetivos ambientales.
Otros defienden que la cuenca mediterránea es extremadamente
compleja, a la diversidad biológica y geográfica de cada una de sus
regiones se suma una variada carpeta de modelos de gestión a dife-
rentes niveles (estatal, regional, local) y de diferentes realidades (por
ejemplo, los problemas pesqueros del archipiélago Balear no serán los
mismos que los de Argelia, porque la estructura y tradición pesquera -
así como el nivel de pesca recreativa - no es el mismo).
A pesar de esta realidad fragmentada, las cuencas comparten los
mismos problemas de fondo (la sobrepesca, por ejemplo, con inde-
pendencia de su foco). Ante esta realidad, los foros de decisión mul-
tilaterales (como los comités de pesca) y los acuerdos que se cierran
con los países europeos de la cuenca mediterránea ayudan a avanzar
hacia una mayor sostenibilidad del litoral, aunque de forma muy tí-
mida. Un ejemplo es el proceso de elaboración de la Estrategia para
el Mediterráneo Occidental (WESTMed), impulsada por la Comisión
Europea. En este marco, países como Marruecos, Argelia o Túnez se
están mostrando muy activos, habiendo identificado y desarrollando
el elevado potencial de crecimiento económico basado en el “creci-
miento azul”. El marco de la Estrategia y el desarrollo de la política
marítima en general de los países del norte, puede ser una buena
palanca para promover el desarrollo sostenible.
Sin embargo, las actuaciones que se desarrollan en el Mediterráneo
están sujetas a 3 factores que limitan su potencial:
1. La información: además de desconocer el estado ambiental de
muchas especies y ecosistemas, la complejidad política, administrati-
va y jurídica en toda la cuenca hacen muy difícil disponer de aquella
información necesaria para hacer planteamientos de gestión ambien-
tal acordes con los desafíos existentes.
2. El control: en las zonas marítimas de los países de la UE, como Es-
paña e Italia, es complejo, en países como Libia, Túnez o Marruecos lo
puede ser aún más, dificultando la ejecución de las medidas acorda-
das y, de esta forma, incrementado el grado de deterioro ambiental.
Uno de los ejemplos es el establecimiento de reservas marinas: sin un
control de los ecosistemas protegidos, sin un seguimiento de su evo-
lución, sin una presencia de gestión visible y coercitiva, se convierten
en lo que denominamos “paper parks”.
3. La realidad jurídica: sin lugar a dudas, es uno de los principales
escollos a los que se enfrenta la gestión ambiental del medio marino
y es la fuente de muchos de sus problemas. Tradicionalmente, la ges-
tión del medio marino ha sido fragmentada, predominando una vi-
sión sectorial y no de conjunto. Así, encontramos espacios de gestión
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 90
7
separados por niveles de gobierno (proto-estructuras e instrumentos
internacionales en alta mar, paraguas normativo en el mar comunitario
para los países de la UE y, un reparto competencial diverso en los ni-
veles estatales, regionales y locales de cada uno de los estados en lo
referente al mar territorial y las aguas interiores). También observamos
distribuciones poco diáfanas de competencias entre departamentos o
unidades dentro de los mismos gobiernos.
El resultado es la confusión y la complejidad jurídica que conduce a la
ineficiencia en la gestión, gran cantidad de conflictos por interferencia
de competencias, zonas de sombra y, sobretodo y más importante, un
alejamiento de una gestión basada en el principio ecosistémico. En un
contexto de cooperación regional y, por lo tanto, de negociación de
políticas comunes, los países europeos parten en sus posiciones de
esa normativa europea. Por tanto, el cumplimiento de la normativa por
parte de los estados europeos tiene consecuencias inevitables en la
negociación con los socios del Sur en un marco de cooperación regio-
nal. Además, las políticas europeas siguen proporcionando un modelo
a seguir y de gran impacto frente a los otros países no europeos del
Mediterráneo.
Otros expertos dan mucha importancia a la influencia de las políticas
europeas en todo el Mediterráneo. Para conseguir resultados soste-
nibles y conservar el mar en su conjunto, las políticas de la UE están
siendo de alguna manera replicadas en otros países mediterráneos
no pertenecientes a la UE, principalmente a través del Convenio de
Barcelona.
Ejemplo de ello es que los contenidos de la MSFD están siendo re-
plicado a través del Convenio de Barcelona con un claro enfoque eco-
sistémico y, la armonización entre los dos instrumentos, se busca en
todos los niveles como lo demuestra la lista de referencia de los há-
bitats de interés para la conservación, los objetivos que definen un
estado ambiental de un ecosistema marino, los indicadores y las metas
e instrumentos.
III. ¿De los siguientes 10 factores clave en qué medida influyen
en los países Mediterráneos no europeos en el desarrollo de sus
estrategias activas para el medio ambiente y de inversión en con-
servación del patrimonio natural y de sus recursos naturales: gestión
del agua, gestión de los recursos pesqueros, del suelo, del cambio
climático y, entre otras de la recuperación y conservación de la costa
y la biodiversidad litoral? ¿Puede argumentar para cada factor el
porqué y de su capacidad para influir en estos procesos?
Respuestas. La mayoría de los entrevistados responden a esta pre-
gunta dando valores a los factores condicionantes en una escala de
1 (nada importante) a 10 (muy importante), con puntuaciones medias
altas de valoración que van de importante a muy importante. Esto
nos lleva a pensar que existen al menos esos 9 factores propuestos
que van a determinar en suma la capacidad de que las Partes, no
europeas, puedan cumplir o no los acuerdos internacionales para la
conservación del medio marino del Mediterráneo.
Posteriormente explican de manera sucinta los factores que determinan
sus valoraciones y son las siguientes:
1. Cultura y educación ambiental del país: la opinión general de
los expertos defiende que la cultura de un país no determina la ca-
pacidad de este para alcanzar el buen estado medio ambiental de
su entorno y de su capacidad de dirigir a sus ciudadanos hacia un
modelo de desarrollo sostenible. Más bien al contrario: la destrucción
de las culturas ribereñas tradicionales y el cambio de hábitos vitales
conllevan cambios de consumo del territorio y de los recursos natura-
les y pueden llegar a generar o exacerbar los problemas ambientales.
Por el contrario, lo que sí resulta capital es el nivel de educación del
país, no sólo ambiental. Cualquier elemento de modernidad que se
incorpore en una sociedad tradicional se descontrolará si no se regula
desde sus inicios, ya que la necesidad de ser sostenible será frenada
por el afán de progreso y desarrollo. Esto pasó en España en los años
80 y 90, y puede pasar en cualquier región del mundo donde exista la
posibilidad de progreso y/o enriquecimiento rápido. Por ello, invertir
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 91
7
en educación es siempre una garantía de éxito, porque los hábitos
se incorporan, los ecosistemas se valoran y los ciudadanos se
corresponsabilizan.
Valor de 1 a 10
Factor Media obtenida
1 La cultura y la educación ambiental del país. 7,75
2 Sistema Político y de gobierno. 9 muy destacado en la protección del entorno y de la sostenibilidad
Intereses económicos vinculados al turismo y
3 al valor del suelo, etc. 8,75
Nivel de desarrollo del país · Renta “per
4 cápita” mínima. 7,25
Explotación de recursos naturales de valor en el
5 mercado, pesca, minerales, hidrocarburos, etc. 8,6
Valor del entorno natural - Reservas Biosfera
6 - Convenio de Ramsar, otros. 7
7 Conflictos bélicos y crisis humanitarias. 8,75
Crisis ambientales - Cambio Climático -
8 Pobreza hídrica, etc. 7,25
Acuerdos internacionales o membresía en la
9 UPM - MAP, etc. 6,75
2. Sistema político y de gobierno: de forma unánime los expertos
han respondido a este factor diciendo que aunque a nivel internacional
existen ejemplos de regímenes políticos no democráticos que han de-
sarrollado iniciativas de protección del patrimonio natural destacables,
la existencia de un régimen político democrático bien estructurado,
con un sistema de separación de poderes bien establecido, un acervo
legal completo, riguroso y respetado, una administración sólida, con
competencias bien definidas y recursos. Además, un buen sistema de
participación en la toma de decisiones y de control del gobierno y la
administración, son absolutamente esenciales. Aunque esta descrip-
ción suene a utopía, es a lo que debemos aspirar en el conjunto del
Mediterráneo.
3. Intereses económicos como el turismo, recursos pesqueros, etc.:
los entrevistados coinciden que los intereses económicos son un po-
tencial catalizador para el progreso y el desarrollo sostenible. En este
aspecto, por ejemplo, el desarrollo turístico puede tener un papel
socioeconómica de las regiones costeras. A partir de la rehabilitación
de zonas y actividades en desuso o de ideas innovadoras como el
turismo científico, la pesca turismo o la potenciación sostenible de
las actividades como la pesca recreativa, la cultura, la gastronomía o
el buceo, pudiendo lograr un desarrollo sostenible de amplias zonas
costeras sin poner en riesgo su idiosincrasia ni sus formas de vida
tradicionales, ambos activos de gran valor para crear un turismo dife-
rente y de calidad.
4. Nivel de desarrollo del país - Renta “per cápita” mínima: los
expertos defienden la idea de que el nivel de desarrollo de cada país
o región es un factor clave, ya que muchas veces se opta por sacrificar
la sostenibilidad ambiental por alcanzar un progreso económico que
permita a los ciudadanos legar más rápidamente a una mejor situación
vital. La ausencia de esta visión sistémica sobre la relación entre el me-
dio ambiente, la sociedad y la economía es un elemento que explica
el actual deterioro de los ecosistemas costeros y marinos. Por ello es
necesario invertir en la educación y la formación de la población para
socializar que el concepto de bien estar y progreso económico están
íntimamente relacionados con la calidad del medio ambiente.
5. Explotación de recursos naturales de valor en el mercado – pesca,
minerales, hidrocarburos: en línea con lo que se ha mencionado an-
teriormente en el punto 4, el afán por el progreso económico de los
países puede ser determinante a la hora de establecer límites a la
explotación y mantener la calidad ambiental de sus costas y el mar.
Esto normalmente no se hace y ello explica en buena parte la situa-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 92
7
ción de sobreexplotación de muchos de los caladeros mediterráneos,
la degradación de los hábitats costeros y los altos niveles de polución
de las aguas marinas litorales. Es prioritario conseguir que los países
con un menor nivel de desarrollo puedan acometer su progreso social
y económico sin hipotecar su capital natural y eso debe ser posible
gracias al apoyo tecnológico, económico, administrativo y de gestión
y del soporte que se les pueda ofrecer desde las plataformas de coo-
peración que ya existen.
6. Valor del entorno natural – Reservas Biosfera – Convenio de
Ramsar, otros: los expertos consultados que están más vinculados a la
gestión y a la conservación del medio marino defienden que más allá
de la importancia ecológica del territorio, estos convenios internacio-
nales son un instrumento esencial para la generación de redes colec-
tivas y de apoyo. Con ellas, además de adquirir compromisos en foros
multilaterales donde se comparten las experiencias y problemáticas
de otras zonas del Mediterráneo, se ponen en valor y se caracteriza el
patrimonio natural de cada territorio y se establecen los criterios de
gestión necesarios. A efectos del turismo, la calidad ecológica de un
entorno es un activo de prestigio que permite colocar un producto en
el mercado (en este caso, el producto de valor natural o paisajístico
de un territorio) a la vez que obliga a invertir en su conservación y
preservarlo.
Para países con economías incipientes en el sector turístico, estas
figuras de protección son especialmente interesantes, aunque en otras
ocasiones existe un riesgo importante y es que el éxito de un territorio
mal gestionado altera las condiciones ambientales y acaban poniendo
en riesgo la riqueza natural que se ofrece. En este contexto las Reser-
vas de la Biosfera son excelentes herramientas para establecer equili-
brios perdurables entre el desarrollo humano, el medio ambiente y la
conservación de la biodiversidad.
7. Conflictos bélicos y crisis humanitarias: todos los expertos afir-
man que este factor es de una importancia determinante para el de-
sarrollo de políticas y acciones de medio ambiente y conservación.
En situaciones de conflicto bélico o crisis humanitarias, todos aquellos
asuntos que no sean en clave bélica, de defensa o de resolución de
crisis quedan fuera de las agendas. En estas situaciones las conse-
cuencias sobre el entorno natural y el medio ambiente son nefastas
hipotecando, en la mayoría de las veces y de forma irreversible, la
utilidad de los recursos naturales para el desarrollo de las poblaciones
afectadas y el de las futuras generaciones.
Algunos expertos han expresado las positivas consecuencias que
se derivaron de las múltiples manifestaciones de la primavera árabe
entre los años 2010 y 2013. Un intento de la sociedad civil para recla-
mar una democracia real y mejorar los derechos sociales, así como de
participar, de forma más directa, en la toma de decisiones que afectan
directamente a sus vidas y al medio ambiente. Estas situaciones mues-
tran lo complejo de la situación en caso de inestabilidad política y los
efectos posteriores que, en casos como el de Túnez, con un poco más
de estabilidad, se produjo un intento social de “revolución verde”.
Una realidad que nos da esperanza en el futuro ya que desde el año
2011 al 2015 en la región del Magreb se habían creado más de 300
organizaciones no gubernamentales en el sector del medio ambiente,
se incrementó la recopilación de datos ecológicos regionales, como
la observación de aves migratorias en Argelia y Marruecos y se realizó
una diagnosis ambiental del estado de las zonas pantanosas litorales
de la región. Sin embargo en otros casos, como en Egipto, la situación
de inestabilidad y el nuevo régimen post Mubarak, los temas de me-
dio ambiente han quedado relegados. Otro ejemplo claro lo obser-
vamos en Libia donde desde el inicio de la crisis bélica y humanitaria
derivada de la caída de Muamar al-Gadaffi, la contaminación del aire,
el suelo y el mar en las zonas de manipulación de gas y crudo se ha
incrementado mucho y no se invierten recursos humanos, ni dinero, ni
tampoco planes de emergencia para reducir los impactos y el mante-
nimiento de la calidad del medio ambiente marino y litoral.
8. Crisis ambientales – Cambio climático – Pobreza hídrica, etc.:
en la opinión de los expertos entrevistados es necesario separar el
impacto que pueda tener una crisis ambiental concreta a corto plazo
como una situación de sequía, una inundación, etc. de aquellos pro-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 93
7
cesos de deterioro ambiental difusos a largo plazo como muchos de
los provocados por la contaminación química del mar y/o el cambio cli-
mático. Fenómenos adversos que después de tiempo de incidir y mo-
dificar las condiciones ambientales de un entorno desencadenan toda
una serie impactos sobre hábitats, especies y ecosistemas. Un claro
ejemplo de ello es la regresión de las praderas de fanerógamas marinas,
la muerte de las colonias de gorgonias blancas (Eunicella singularis), un
fenómeno adverso detectado por los biólogos de la Fundación Mar en
noviembre de 2016 en el Cap de Begur (Girona- España), o la muerte
masiva de la nacra de la especie Pinna nobilis detectado también por
miembros de la Fundación Mar en septiembre de 2016 en el Parque
Nacional de Cabrera (Islas Baleares – España).
La falta de información sobre el estado del medio ambiente y de su
impacto en las sociedades se pone de manifiesto en todos los foros de
debate, evaluación y planificación de acciones y estrategias del Medi-
terráneo. Un claro ejemplo de ello es el Atlas Ambiental de las Migra-
ciones, publicado en marzo de 2016 por SciencePo.
El documento pone de manifiesto la falta de información sobre el
impacto de las migraciones ambientales humanas derivadas de sus
pésimas condiciones de vida, también de las dimensiones del proble-
ma que nos afectan y de las prioridades de gestión y conservación
de los recursos naturales de estas zonas humanizadas a escala local y
regional.
En 2015, 20 millones de personas se desplazaron a causa de diferen-
tes desastres naturales, pero no conocemos, ni tan solo aproximada-
mente, cuál es el goteo de personas desplazadas por el cambio climá-
tico o por otras causas ambientales. Por otra parte, es muy importante
ver cómo este tipo de migración impacta tanto en las comunidades
de origen como en las comunidades de destino. Y no sólo cuál es el
impacto económico, sino también en términos de seguridad, preven-
ción y gestión de conflictos, adaptación al problema y mejora de la
calidad ambiental. Por ejemplo, la migración llevada a cabo por una
comunidad vulnerable puede bajar o subir, el grado de conflictividad
potencial de la región de origen o de destino. Así, en algunos casos,
estas migraciones serían estabilizadoras para la región pero en otros
aumentarían los conflictos. Todo ello tiene un impacto relevante en la
gestión del medio ambiente: las causas que empujan a las personas a
emigrar pueden ser múltiples y estar relacionadas; el hecho de que no
tengamos un conocimiento claro y preciso de todas ellas no significa
que no existan.
Así, el medio ambiente puede afectar a la economía en múltiples as-
pectos como la seguridad alimentaria, el acceso al agua, etc., creando
o complicando los conflictos y el grado de pobreza, estas normal-
mente y por falta de información, son las causas que se invocan para
justificar la migración. No ver todo el marco causal de una migración
humana, es examinar y tratar sólo una parte del problema, que mu-
chas veces tiene en su origen una causa ambiental y ecológica.
9. Acuerdos internacionales o de membresia en la UPM – MAP, etc.:
anteriormente ya respondido en parte en otras preguntas y como se
mencionaba, ad supra, con la inclusión de sitios de interés natural
en listas como RAMSAR o las Reservas de la Biosfera, los diferentes
acuerdos internacionales y la membresia a organismos que propician
los foros de discusión multilateral y colaboración son siempre positi-
vos para el establecimiento de estrategias ambientales en los diferen-
tes países y muy especialmente necesarios e interesantes en el medio
marino. Esto es así por varios motivos:
a. Gestión de cuencas comunes: mientras que en tierra es ecológi-
camente posible gestionar espacios naturales de una forma autónoma
y más aislada, en el medio marino es más complicado. El Mediterrá-
neo es un mar cerrado y pequeño, con una elevada presión demo-
gráfica en su ribera y que presenta una multitud de instrumentos de
gestión y con modelos muy diversos. Territorios cercanos geográfica-
mente, que comparten cuenca (Cataluña, Baleares, Valencia, Córcega,
Argelia o Marruecos) tienen objetivos de protección y prioridades de
gestión no coincidentes. De ahí que la gestión integrada de costas sea
capital no solo a nivel de cada uno de los estados, sino en el marco
de la cuenca al completo. A pesar de las dificultades, muchas veces al
ver resultados concretos y palpables los marcos de acción multilate-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 94
7
rales ayudan a generar inercias y compartir buenas prácticas que van
generando costumbre entre las Partes, terminando en ocasiones en
compromisos internacionales y/o normas nacionales.
b. Gestión sectorial predominante en el medio litoral y marino:
incluso en los países de la UE, la visión que sigue predominando en la
gestión del litoral y el medio marino es, generalmente, sectorial. Dicho
de otra manera, la gestión integrada de costas a partir de políticas ma-
rítimas integradas coherentes, planificadas a medio y largo plazo, con
organismos de gestión propia sobre la base del principio ecosistémico
y el de precaución, sigue siendo una excepción.
Por ello, la participación en estos foros sobre la gestión de cuencas y
la política litoral, obliga a los respectivos gobiernos a superar, aunque
sea de forma incipiente, esta visión sectorial y a establecer un mínimo
de orden interno y visión coherente de su política marítima más allá
de sus fronteras.
c. Competitividad interestatal: en estos foros, los diferentes paí-
ses, al establecer sus prioridades, muestran como desarrollan sus eco-
nomías al resto de los países de cuenca y de sus diferentes modelos de
desarrollo. Así, y a sabiendas que la sostenibilidad de los procesos es
un valor en alza, muchos de ellos intentan emular a sus vecinos para no
perder las oportunidades de inversión que ofrecen algunos proyectos
o, simplemente, para estar en línea con lo que hacen los demás. En
este contexto la Unión por el Mediterráneo (UPM) es una excelente
plataforma desde donde se impulsan los acuerdos ministeriales en el
ámbito del medio ambiente que se generan en el contexto del espacio
Mediterráneo para que influyan en las Partes. Para ello se intenta ase-
gurar la máxima coordinación a nivel interministerial en cada país para
generar una acción directa sobre los representantes del ministerio en
asuntos exteriores.
Los sistemas políticos de gobierno, los conflictos políticos, las crisis
humanitarias y las guerras son sin duda los factores más influyentes
para no ejecutar acciones y estrategias de conservación. Le siguen los
factores económicos y de desarrollo a corto plazo, priorizando el cre-
cimiento económico inmediato que determina la explotación intensiva
de los recursos naturales. En un segundo nivel menos determinante
están los acuerdos internacionales y la conciencia sobre la importan-
cia de los problemas de conservación a nivel nacional y o regional.
El último factor a tener en cuenta son las crisis medio ambientales y
ecológicas y el cambio climático, elementos que aún no influye en las
políticas nacionales tanto como los factores políticos o económicos.
IV. ¿Hasta qué punto tener un sistema político y cultural determi-
nado (*) condiciona a los países Mediterráneos no europeos para
potenciar y consolidar políticas innovadoras sobre desarrollo y apli-
cación de estrategias de conservación del entorno litoral y marino?
(*) Países musulmanes y sus modelos políticos
Respuestas. Los expertos entrevistados han respondido a esta pre-
gunta indicando primero su punto de vista en una tabla con 5 cate-
gorías de apreciación que van desde - nada, poco, moderadamente,
bastante, totalmente - y después nos han argumentado el porqué de
su valoración. En general los expertos han valorado que el sistema
político y cultural de un país condiciona de una forma moderada a
bastante las políticas innovadoras sobre desarrollo y aplicación de es-
trategias de conservación del entorno litoral y marino.
Ahora se describen de forma genérica los argumentos aportados que
determinan sus valoraciones:
Uno de los expertos que conoce bien la cultura de los países que
están en la cuenca sur y este del Mediterráneo defiende que en las
religiones existen elementos favorables a la conservación de los recur-
sos naturales y otros que no. Prestar atención y favorecer unos u otros
no tiene tanto que ver con la religión, sino más bien con los intere-
ses de las clases y sectores dominantes a nivel socioeconómico. Pero,
en general los expertos responden en la línea que el contar con un
sistema político determinado puede tener diferentes consecuencias
dependiendo del contexto concreto del que estemos hablando y la
situación política, económica y social de cada momento.
Ahora, si la pregunta es: ¿el sistema político y cultural de los países
musulmanes y sus modelos políticos condiciona a los países medite-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 95
7
rráneos no europeos para potenciar y consolidar políticas innovadoras
sobre desarrollo y aplicación de estrategias de conservación del en-
torno litoral y marino? la respuesta es no en lo referente a lo cultural y
moderadamente, y con matices, en lo político.
En los países del Magreb y del Mashreq mediterráneo, el impacto
de las primaveras árabes dejó secuelas importantes y de cambio en
la sociedad, y debería analizarse, caso por caso, como afectó a las
políticas ambientales en el medio marino. Desde un punto de vista
estrictamente técnico-científico, la falta de un sistema parlamentario y
una democracia completamente consolidada no es, a priori, un freno
para la innovación y aplicación de estrategias de protección del medio
marino.
No obstante, lo que sí demuestra el caso de Túnez, es la voluntad
de la ciudadanía en participar directamente en la toma de decisiones.
Este fenómeno, que se observa en muchas sociedades diferentes, va
más allá del propio modelo político. Hay modelos políticos que son
muy democráticos y muy poco participativos (en nuestro entorno, sin
ir más lejos, tenemos muchos ejemplos), ya que solo invitan a la po-
blación a participar en los procesos de información pública mientras
que la gestión queda reservada a la administración. Así, más que de un
problema de modelo político (que también puede tener su incidencia)
lo que puede ser verdaderamente relevante y revolucionario en la ges-
tión de los recursos naturales y en nuestro entorno natural en general,
es la cogestión entre los diferentes actores. Cuando a través de dife-
rentes estructuras de gobernanza (como ahora los comités) permites
la participación constante de los diferentes actores, estás permitiendo
aflorar muchas ventajas que seguidamente se enumeran:
1. Subsidiariedad: en nuestros sistemas democráticos, y como uno
de los ejes de funcionamiento de la Unión Europea, rige el principio
de subsidiariedad que, en su definición más amplia, dispone que un
asunto debe ser resuelto por la autoridad (normativa, política o eco-
nómica) más próxima al objeto del problema. Hasta ahora, estábamos
acostumbrados que esta “autoritas” salían de la administración pública
que, tras consultar con los diferentes “steakholders”, decidía como
gestionar un determinado asunto. La cogestión invita a revisar este
principio aproximándose, más aún, al objeto del problema. Al permitir
cogestionar, de forma conjunta, un determinado asunto en el seno de
un comité, te estás acercando a los actores que realmente entran en
contacto con aquel asunto de una manera frecuente y cotidiana.
2. Flexibilidad: las diferentes estructuras de participación en la
co-gestión permiten, además, ser flexibles a la realidad. Muchas ve-
ces es necesario adaptar una realidad cambiante porque el recurso
es cambiante o las condiciones del entorno ya no se ajustan a lo que
se había planteado en un comienzo. En general la determinación del
cuadro de gestión por parte de la administración puede secuestrar
esta capacidad del sistema para evolucionar, generando ineficiencia
en la gestión.
3. Temporalidad: Muy ligado a la flexibilidad aparece la temporali-
dad, casi siempre los tempos administrativos no se ajustan a los tem-
pos ecológicos, que necesitan que las decisiones sean tomadas en
un espacio temporal más corto. Las estructuras de cogestión permi-
ten solucionar este problema, con reuniones muy frecuentes (muchas
veces de carácter mensual) que permiten tomar decisiones en clara
relación a la evolución del sistema.
4. Conocimiento: los diferentes actores que interaccionan con un
entorno o un recurso determinado (administración, mundo científico,
proteccionistas, pescadores, cazadores, agricultores, ganaderos, etc.)
tienen una visión y conocimiento del medio diferente a los demás ac-
tores. Al establecer estructuras de gobernanza y cogestión, se permi-
te que todo este conocimiento aflore, se comparta y que no se quede
estancado en cada uno de los diferentes bloques.
5. Corresponsabilidad: es, sin duda, la ventaja más importante de los
sistemas de gobernanza y, especialmente, de los sistemas de co-ges-
tión. La administración pierde su “monopolio” en gestión, que ahora
se reparte entre todos los actores. El recurso común, siempre difícil de
gestionar, deja de estar en manos de una administración que ordena
las acciones para pasar a un comité que se responsabiliza de su uso
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 96
7
sostenible. Al ser común la gestión, comunes son también los fracasos
y los éxitos de la misma. En este sentido, los comités de co-gestión
pesquera que se han generado en Cataluña (para la gamba, la merluza
y el boquerón) demuestran el éxito de la participación conjunta en la
gestión, que más allá de permitir una participación más directa de los
implicados, demuestra ser uno de los mejores modos de gestionar
recursos naturales.
V. ¿Cree usted que las ayudas económicas que los países Medi-
terráneos del norte de África y de la zona oriental que reciben de
fuentes internacionales (BM, UN) y de Europa (BEI, etc.) son deter-
minantes para realizar acciones de desarrollo sostenible, políticas e
inversiones de conservación directa para la mejora del medio am-
biente y de los recursos naturales del entorno litoral mediterráneo?
Respuestas. Los expertos dan sus respuestas a la cuestión en una
tabla con 5 categorías de percepción que van desde - nada, poco,
normal, bastante y totalmente - valorando que las ayudas económicas
internacionales que reciben los países del norte y este del Mediterrá-
neo son bastante determinantes y en algunos casos totalmente de-
terminantes, para hacer posible las acciones de desarrollo sostenible
y dinamizar las políticas necesarias para hacer realidad las inversiones
en conservación y mejora del medio ambiente en el entorno del Me-
diterráneo.
Ahora se describen de forma genérica los argumentos aportados que
determinan sus valoraciones:
Cuando la cultura de la conservación no está establecida en las políti-
cas de un país, una buena forma de fomentarla es apoyando económi-
camente acciones de este tipo y dando reconocimiento internacional
al país por ponerlas en práctica. El reto está en que estas acciones
impliquen a los ciudadanos y se apropien de la nueva forma de actuar,
para dejar de depender de ese impulso exterior. Pero en general los
proyectos prioritarios y de envergadura la financiación exterior es muy
importante para contribuir al desarrollo sostenible de los países del
Magreb y es esencial para la apertura a occidente de los países del
Mashreq.
En situaciones de conflicto político o en un entorno bélico, las inver-
siones externas destinadas a la conservación del medio ambiente y
sus recursos desaparecen sin que haya grandes repercusiones socia-
les, políticas, ni mediáticas. Por el contrario, la pérdida del patrimonio
artístico y cultural es más mediático y si aparece en la prensa euro-
pea y de forma destacada en televisiones y periódicos. La pérdida
de patrimonio natural se asume, simplemente, como una de las con-
secuencias lógicas de un conflicto bélico o un marco de inestabilidad
política. Como afirma el Dr. Mostafa Fouda, asesor de biodiversidad
del gobierno Egipcio, “en toda sociedad donde reina la inestabilidad
política, se olvida la protección del medio ambiente ”.
La realidad geopolítica, social y económica de los países más ines-
tables del norte de África definen sus prioridades de desarrollo en las
cuáles el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad no
tienen un papel predominante.
Las ayudas económicas externas son importantes pero el concepto
de apropiación – ownership - es crucial y necesario para el desarrollo
sostenible y el buen progreso de los países del sur y del este del Me-
diterráneo. Que un país se crea, se apropie y promueva proyectos o
iniciativas de desarrollo sostenible y pueda contar con ayudas econó-
micas externas con que apoyar sus buenas políticas es fundamental.
Por otra parte los procedimientos para otorgar ayudas económicas
a países en desarrollo probablemente deberían ser redefinidas hacia
una visión ecosistémica y social a largo plazo ya que, hoy por hoy, no
siempre resultan ser la manera más idónea para financiar las priorida-
des de desarrollo y sostenibilidad que necesitan los países.
Los expertos coinciden que ayudas económicas internacionales son
determinantes para avanzar en las acciones de conservación y en las
políticas de desarrollo sostenible en los países del norte de África. Sin
embargo las decisiones y las acciones de cada nación tienen su propia
visión e independencia para invertir sus recursos económicos en sus
prioridades que, a veces, pueden diferir de los objetivos de los do-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 97
7
nantes y/o fondos de financiación internacionales. La falta de recursos
económicos nacionales, sobre todo en los países del este del Medite-
País Percepción1 Valor de 1a10
rráneo, dirigidos a la conservación marina y costera podría ser un fac- 1 España UE Normal 5
tor que haría que estas regiones costeras fuesen más dependientes de
la ayuda internacional para poder aplicar y desarrollar sus estrategias 2 Francia UE Buena 7
y acciones de conservación y desarrollo sostenible.
3 Monaco Buena 7
VI. De los siguientes países que forman parte del arco Mediterráneo, 4 Italia UE Normal 5
evalúe su pro-actividad y liderazgo en la implementación de políticas
medioambientales, así como de su capacidad de inversión económica 5 Malta UE Pasiva 4
para la conservación del entorno litoral y marino y de su biodiversidad. 6 Bosnia · Herzegovina Pasiva 4
Respuestas. Los expertos han contestado a esta cuestión indicando
primero su percepción en una escala de valores con 5 categorías que 7 Eslovenia UE Normal 5
van desde – nula, pasiva, normal, buena, excelente - y después nos 8 Croacia UE Normal 5
argumentan el porqué de su valoración para cada país. En la tabla
9 Montenegro Pasiva 3
De los países que han puntuado anteriormente como excelentes o bue-
nos en pro-actividad y liderazgo describa los puntos fuertes y oportuni- 10 Albania UE Pasiva 3
dades que significan para el entorno Mediterráneo. Si conoce la inversión
11 Grecia UE Pasiva 4
económica en conservación marina o litoral aproximada que alguno de
estos países destina de forma regular o por períodos puede darnos las 12 Turquia Normal 5
cifras aproximadas.
13 Chipre UE Pasiva 4
Los expertos coinciden que en el caso de Francia hay un buen marco
legal y de cumplimiento del mismo, además desde hace más de 40 14 Siria Nula 0
años se creó el - Conservatoire du Littoral - cuya misión es mantener
15 Líbano Pasiva 3
un tercio del litoral francés en su estado natural, es decir sin transfor-
mar. Esta acción se realiza a través de políticas fundiarias de adqui- 16 Israel Pasiva 4
sición de suelo aplicadas por esta agencia gubernamental. Destacar
también la pro-actividad de ciertos países del Magreb en referencia a 17 Egipte Pasiva 3
la protección del medio ambiente en el marco de sus estrategias de 18 Libia Pasiva 1
crecimiento azul. Marruecos dio a conocer una iniciativa llamada “El
Cinturón Azul” el pasado mes de noviembre de 2017, poniendo un es- 19 Túnez Normal 5
pecial énfasis en el hecho de que el océano es una fuente importante
20 Argelia Normal 5
de alimento que contribuye sustancialmente a la seguridad alimenta-
ria. Además, la iniciativa destaca que el mar ofrece una amplia gama 21 Marruecos Normal 6
de servicios, incluido el transporte, la pesca, la acuicultura, la energía
y la biotecnología. 1. Nula, Pasiva, Buena, Normal, Excelente.

Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 98
7
Por otro lado, y en lo que aquí nos concierne, establece que la pri-
mera prioridad es la protección ante la destrucción de los ecosistemas
marinos, la contaminación y la sobreexplotación, que exige un nuevo
enfoque sostenible para la explotación de los recursos naturales y, en
este ámbito Mauritania, Argelia y Túnez están desarrollando iniciativas
similares. Por otro lado, la FAO, en colaboración con el Banco Mundial
y el Banco Africano de Desarrollo, también apuesta por un crecimiento
azul flexible y poderoso. Ambas instituciones financieras han puesto
en marcha un programa de financiación 2017-2020, con un presupues-
to de 3.500 millones de dólares para el uso sostenible de los mares
y océanos que bañan las costas africanas y que se centra, no solo en
pesca y acuicultura, sino también en la promoción del turismo, la me-
jora del transporte y la reducción de la huella de carbono.
También, destacar la implicación del Principado de Mónaco en la de-
fensa del medio ambiente y de su compromiso en mejorar el entorno
mediterráneo. El 2006 se creó la Fundación del Príncipe Alberto II,
cuyo objetivo es proteger el medio ambiente y favorecer el desarrollo
sostenible, centrado sobre todo en cambio climático, la biodiversidad
y el agua. A pesar de que muchos de los proyectos son de carácter
internacional (la promoción de santuarios marinos en el Pacífico o la
protección del Ártico) también se financian proyectos mediterráneos
vinculados a la protección y al uso sostenible de las áreas marinas pro-
tegidas. En este mismo marco de actuación cabe destacar la organi-
zación por parte del Principado de la “Ocean Week”, que refuerza su
compromiso con los océanos.
De los países que han puntuado como normales, en pro-actividad y
liderazgo describa cómo afecta e influye esto para cubrir las necesida-
des urgentes y futuras en temas ambientales (calidad del agua mari-
na, cambio climático, desertización, contaminación, etc.) y ecológicos
(pérdida de biodiversidad, vulnerabilidad de los ecosistemas, etc.) en
el entorno global del Mediterráneo.
En general estos países tienen políticas y normativas interesantes y
acertadas en aspectos puntuales en temas de medio ambiente y bio-
diversidad, pero el problema es que no hay un liderazgo claro para su
cumplimiento, ni tampoco una promoción pública fuerte que llegue
a los ciudadanos. Además, muy a menudo estos países cuando tiene
cambios de gobierno - aún siendo en muchos casos países demo-
cráticos - experimentan retrocesos muy importantes en las políticas
ambientales, que no llegan nunca a consolidarse del todo. Un ejemplo
muy claro y próximo lo tenemos en España y Catalunya con la Red
Natura 2000 marina. En el año 2006 se aprobó la integración a la Red
Natura 2000 de casi 1 millón de ha. marinas, de las cuales 90.000
ha. corresponden a Catalunya. Después de 11 años la valoración que
hacen los expertos del cumplimiento de la Directiva 92/43/CEE en el
medio marino y litoral es más bien pasiva o nula.
A nuestro entender, dentro de los “normales” entrarían aquellos paí-
ses que están haciendo mucho pero no lo suficiente. Algunos de ellos
se encuentran en la UE. Es cierto que la experiencia ambiental jurídica
y administrativa del entorno comunitario ha permitido un avance muy
grande en temas ambientales, animando a los países más atrasados
en este sentido a activarse y alcanzar estándares impensables hace
tan solos 15 años. Sin embargo, si hablamos de política ambiental
marítima en el Mediterráneo, la realidad es bastante gris. Valga como
indicador de la respuesta de los expertos, que como ya se comentó,
en un capítulo anterior, coinciden sobre hechos indiscutibles: las po-
blaciones de peces del Mediterráneo están disminuyendo de forma
alarmante y algunas de ellas están al borde del agotamiento.
En conjunto, el 93 % de las poblaciones de peces que se han eva-
luado están sobreexplotadas y la práctica totalidad de los stocks de
interés pesquero mediterráneos de los que tenemos conocimiento
están colapsando (Karmenu, Vella - Comisario Europeo de Medio Am-
biente, Asuntos Marítimos y Pesca, 2016). Los expertos tienen una vi-
sión compartida sobre el estado ecológico del Mediterráneo: un mar
muy contaminado, con una alta presión humana en sus riberas que
sigue incrementándose, con problemas humanitarios y migratorios,
con graves deficiencias de gobierno y de gestión, con muchos inte-
reses contrapuestos y una falta de voluntad y capacidad política para
solucionar los problemas. En este contexto, y para centrarnos en el
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 99
7
ejemplo pesquero, muchos años de gestión conjunta no han servido
para mejorar el estatus ambiental de nuestras costas, y esto lo pone
de manifiesto la reciente “Declaración de Malta” MedFish4Ever del 30
de marzo del 2017. Un ejemplo práctico del bajo éxito de la política
europea de vecindad, que ahora vuelve a establecer un programa de
trabajo detallado para los próximos diez años, sobre la base de ob-
jetivos ambiciosos pero realistas y aprobado durante la Conferencia
ministerial sobre la sostenibilidad de las pesquerías mediterráneas.
Por ello, a pesar de que los países hayan avanzado en la protección
del medio marino mediterráneo, en muy pocas ocasiones han estable-
cido esta protección como un tema urgente que resolver y abordar. Si
a ello le sumamos la posición secundaria del Mediterráneo en el seno
de la Unión Europea, la complejidad de los sistemas jurídico-admi-
nistrativos de los diferentes países, la inestabilidad política de buena
parte de la cuenca, y la dificultad para promover buenas iniciativas
conjuntas, nos encontramos ante una situación crítica que tiene mucho
margen de mejora en un entorno frágil y cada vez más vulnerable.
En el caso español, la valoración de los resultados indican claramente
que se podría hacer más para la protección del medio marino, aten-
diendo al mal estado de conservación actual observado en las zonas
más frágiles y vulnerables, a las tendencias al empeoramiento y a las
grandes amenazas que se ciernen sobre esta bio-región marina medi-
terránea. Para entenderlo y como resultado de las entrevistas realiza-
das a los expertos vamos a exponer ahora la situación en dos ámbitos
relevantes y significativos:
1. Ámbito jurídico-político: Si observamos las transposiciones de las
Directivas Marco sobre la Estrategia Marina (2008/56/CE) y de la Di-
rectiva Marco sobre la Ordenación del Espacio Marítimo (2014/89/UE)
en España, vemos que se podría haber aprovechado la oportunidad
para avanzar mucho más. Los estados miembro deberán implantar los
programas de medidas de la primera Directiva, como muy tarde este
año, con la vista puesta en alcanzar un buen estado ambiental (GEE)
para el 2020. Sin embargo, si atendemos a los programas de medidas
de algunos estados como el español, se ha optado por adoptar medidas
difícilmente cuantificables y, sobretodo, muy poco ambiciosas. A su vez,
en la transposición de la segunda Directiva, sobre la ordenación del es-
pacio marítimo, el Estado español no dejó mucho margen para la parti-
cipación pública. La Directiva se debía trasponer en los diversos estados
miembros de la UE antes del 18 de septiembre de 2016, y el gobierno
español sometió el borrador del Real Decreto por el que se establece
un marco para la ordenación del espacio marítimo el 2 de agosto de
2016. Por otro lado, si observamos el contenido, se observa una falta de
ambición ante la necesidad de preservar el buen estado ambiental de
los ecosistemas marinos en aplicación del principio ecosistémico (la base
de todas las actividades que la Directiva pretende integrar de forma
coherente y coordinada) y muy poca prudencia ante la falta de conoci-
mientos o información sobre el estado real los ecosistemas en aplicación
del principio de precaución.
2. Ámbito de protección de las aguas exteriores de competencia
estatal: Las aguas interiores que son delimitadas por el Real Decreto
2510/1977, de 5 de agosto, sobre el trazado de líneas de base rectas
en desarrollo de la Ley 20/1967, de 8 de abril, sobre extensión de las
aguas jurisdiccionales españolas a 12 millas, son competencia de las
distintas comunidades autónomas con litoral. La competencia en las
aguas exteriores, que son el resto de aguas jurisdiccionales españolas
son competencia de la Administración del Estado. Valga la pena para
visualizar la falta de coordinación política y estratégica en temas ma-
rinos, poner un ejemplo real de gestión entre el estado y el Govern
Balear. En este contexto, la Ley 12/2016 de Evaluación Ambiental del
Govern de les Illes Balears prohibe, en los espacios naturales marinos
protegidos, “la difusión, comercialización y la realización de fiestas
y eventos multitudinarios en embarcaciones con música que alteren
sensiblemente los niveles sonoros naturales del lugar, por tratarse de
una actividad incompatible con los objetivos de conservación de estos
espacios protegidos y con el descanso de las personas que disfrutan
de las playas y del litoral.” Pero, en diciembre de 2016 , el Ministerio
de Administraciones Públicas advirtió al Govern de les Illes Balears
que no puede prohibir las “party boats” en los espacios naturales
protegidos marinos que no sean de competencia estrictamente auto-
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 100
7
nómica, es decir, aquellos en los que no exista una continuidad eco-
lógica clara entre el ecosistema marino y el espacio natural terrestre
protegido.
Esto dejaría fuera de la prohibición de las fiestas en alta mar a buena
parte de las aguas protegidas de Ses Illes. Y esto obliga a perder el
tiempo y a reclamarse autoridad y razón entre administraciones publi-
cas, ya que la consejería de Medi Ambient del Govern de les Illes Ba-
lears ha encargado un informe técnico que determinará exactamente
qué espacios quedan dentro del ámbito de prohibición y cuáles no.
Entre otros ejemplos, está sobre la mesa el caso del Parque Nacional
de Cabrera, de competencia nacional pero cuya gestión recae ahora
en el Govern Balear.
A este ejemplo de falta de una cooperación ambiental leal entre ad-
ministraciones, se suma la falta de pro-actividad del gobierno central
en la protección de las aguas exteriores. Para seguir con el mismo
ejemplo de Baleares, buena parte de las áreas marinas protegidas del
archipiélago se encuentran en aguas interiores, creadas y mantenida
por el gobierno autonómico. Zonas de un alto interés ecológico y poco
pobladas que el estado central tiene también competencias, como es
el caso de la práctica totalidad del litoral de la Serra de Tramontana de
Mallorca, que no cuentan ni con una sola reserva marina a pesar de las
demandas históricas del Govern Balear, los municipios, la sociedad, el
sector pesquero y el recreativo.
De los países que han puntuado como pasivos o nulos en acciones
y pro-actividad en la políticas medioambientales, así como de su ca-
pacidad de inversión económica para la conservación del entorno
litoral y marino y de su biodiversidad describan los puntos débiles y
los riesgos que significan para la conservación efectiva y perdurable
del entorno Mediterráneo a escala global.
En general los expertos que han respondido a esta pregunta ma-
nifiestan que la pasividad y la no acción son hoy por hoy demasiado
presentes entre el conjunto de países del Mediterráneo. Lo que signi-
fica que la cuenca mediterránea va acumulando retrasos importantes
en la aplicación de las políticas ambientales necesarias para frenar su
degradación y, al mismo tiempo, mantiene un ritmo de crecimiento
humano muy alto e insostenible. Los expertos coinciden en que los
motivos principales de esa pasividad son los conflictos socio-políticos,
las guerras, la falta de recursos económicos y la falta de una estrategia
política conjunta.
VII. De los países que forman parte del arco Mediterráneo evalúe
el nivel de cumplimiento y de implicación en los acuerdos derivados
del Convenio de Barcelona y del Programa MAP en el ámbito de
conservación del medio marino y de protección de su biodiversi-
dad, así como del establecimiento y cumplimiento de esas políticas
en sus estados.
Respuestas. Los expertos responden a esta cuestión indicando pri-
mero su percepción en una escala de valores con 5 categorías que van
desde – nula, pasiva, normal, buena o excelente - y después argumen-
tan de forma extremadamente sucinta, el porqué de sus valoraciones.
En la tabla siguiente los expertos han detallado las puntuaciones en
una escala de valoración de 0 a 10 para cada país que forman parte
de la cuenca, expresando al final sólo la media ponderada de esas
puntuaciones para cada país. Finalmente, la puntuación media obteni-
da entre todos los países evaluados es de 3,95. Una nota insuficiente
para hacer frente a la compleja realidad eco-social de todo el Medite-
rráneo y del todo exigua para cubrir las necesidades de protección y
conservación del patrimonio natural a medio y largo plazo.
En el caso de los países que han puntuado poco o nada en el cumpli-
miento del Convenio de Barcelona, del MAP y de los protocolos deriva-
dos puede darnos un valor de importancia y matizar en el cuadro siguien-
te el motivo principal.
Motivo Valor de 1 a 10
Conflicto Bélico. 9
Falta de coordinación. 4
Falta de recursos económicos. 5
Falta de voluntad y estrategia política. 9
Otros problemas. 4
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 101
7
País Percepción1 Valor de 1a10
Observaciones para los países evaluados.
El conjunto de las respuestas emitidas por los expertos convergen
1 España UE Normal 5 afirmando que, exceptuando los casos de conflictos bélicos que son
2 determinantes a la hora de incumplir con los acuerdos, existen varias
Francia UE Buena 6
causas (ver tabla anterior) que influyen en el nivel de cumplimiento de
3 Monaco Buena 7 los acuerdos. Sobre todo cuando se trata de países en vías de desa-
rrollo social y económico y con poca madurez política, ambos factores
4 Italia UE Normal 5
directamente dependientes que son causa y efecto. Así, la falta de
5 Malta UE Pasiva 4 voluntad y estrategia política, en general, suele ser la principal razón
para la baja implementación del Convenio de Barcelona y de sus pro-
6 Bosnia · Herzegovina Pasiva 2
tocolos derivados, entre otros acuerdos.
7 Eslovenia UE Pasiva 4 En particular para la declaración de zonas especialmente protegidas
8 Croacia UE Pasiva 3 de importancia para el Mediterráneo – ZEPIM (figuras de protección
de carácter internacional declaradas a raíz de la firma del Protocolo
9 Montenegro Pasiva 4 sobre las Zonas Especialmente Protegidas y de la Diversidad Biológi-
10 Albania UE Normal 5 ca del Mediterráneo (1995) en el marco del Convenio de Barcelona),
con la voluntad de integrar como mínimo un 20 % de la superficie del
11 Grecia UE Pasiva 4 Mediterráneo protegida, es un excelente indicador de lo que ocurre
12 Turquia Pasiva 4 en estas situaciones de incumplimiento. En este caso la causa princi-
pal es que existen fuertes intereses para asegurar la explotación de
13 Chipre UE Pasiva 4 los recursos naturales en zonas de alto valor ecológico y biológico,
14 Siria Nula 0 cosa que sucede especialmente en las zonas marinas del Este del Me-
diterráneo.
15 Líbano Pasiva 3
En otro contexto más beligerante, las cruentas guerras en Libia y Si-
16 Israel Pasiva 4 ria y, especialmente la resaca bélica y política en Bosnia- Herzegovina
sumado a la falta de recursos económicos y de estrategia política se
17 Egipte Pasiva 3 suman al bajo nivel de cumplimiento del Convenio de Barcelona y de
18 Libia Pasiva 1 otros acuerdos.
19 Túnez Normal 5
20 Argelia Pasiva 4
21 Marruecos Normal 5

1. Nula, Pasiva, Buena, Normal, Excelente.

Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 102
7
VIII. Su organización está vinculada al entorno mediterráneo des-
de diferentes ámbitos pero es el factor ambiental y ecológico el que
pone de relieve la importancia del patrimonio natural como bien co-
mún compartido por todos los países de la cuenca y del cual todos
dependemos ahora y en el futuro. En este contexto responda a estas
preguntas:
I. ¿Cómo trabaja su organización para alcanzar que el factor ambiental
y ecológico sea entendido por las partes como prioritario e importante
en las agendas políticas y estratégicas de los países mediterráneos?
MEDPAN - Apoyando en la gestión de las áreas marinas protegidas
(AMP), que incluye las buenas prácticas de las zonas de especial pro-
tección y de interés para el Mediterráneo (ZEPIM), a fin de demostrar
el interés en invertir en políticas de conservación del medio marino.
CADS - A través de la elaboración de informes sobre cuestiones es-
tratégicas para responsables políticos y técnicos en la toma de de-
cisiones. Igualmente, a través de reuniones de alto nivel dónde los
científicos exponen su conocimiento a actores gubernamentales y de
la sociedad civil. Finalmente, a través de conferencias públicas dónde
destacados expertos comparten su conocimiento con directivos públi-
cos, técnicos de las administraciones públicas y empresas, represen-
tantes de la comunidad científica y público en general interesado en
la materia. En toda la actividad de nuestra organización se pone en re-
lieve el carácter holístico de la sostenibilidad (a partir de la superación
del tradicional discurso de las tres dimensiones del desarrollo sosteni-
ble), la urgencia de la toma de decisiones y la ambición de las mismas.
A parte de nuestro trabajo interno, también participamos en redes
europeas y mediterráneas, todas con el mismo propósito de avanzar
en la transferencia de conocimiento entre la comunidad científica, los
responsables políticos y administrativos y los “stakeholders”.
UPM - La Unión por el Mediterráneo trabaja a tres niveles y con un
doble enfoque, de abajo a arriba (down-up) y de arriba a abajo (Up-
down). Se establecen reuniones a nivel político con el fin de definir los
compromisos políticos y las prioridades de la organización. Se crean
las plataformas para el diálogo regional, orientadas a la definición de
los programas de trabajo sobre prioridades comunes que permitirán
la implementación de los mandatos políticos. Dichas plataformas para
el diálogo incluyen a gobiernos, expertos internacionales, institucio-
nes financieras internacionales (IFI), sociedad civil, sector privado y
organizaciones regionales y también trabajamos a través de proyectos
específicos de cooperación regional.
RAC- MAP: Los centros de actividad regional vinculados al MAP tra-
bajan en la sensibilización de los países mediterráneos en el ámbito
del medio marino, priorizando la conservación costera mediante la
elaboración de estrategias regionales, planes de acción, programas
de trabajo, directrices y orientación técnica. En este sentido, los RAC
también ayudan a las autoridades nacionales en la elaboración de sus
estrategias nacionales y planes de acción sobre temas específicos de
conservación. Los países también están provistos de asistencia técni-
ca y científica para la implementación de pruebas piloto de acciones
de conservación, el establecimiento de áreas protegidas marinas y
costeras, estudios de campo y seguimiento de los componentes de la
biodiversidad marina, etc.
II. ¿En qué líneas estratégicas o acciones trabajan para alcanzar dicha
misión?
MEDPAN - Poniendo en contacto a los gestores de las AMP de 18
países del Mediterráneo y promoviendo que trabajen conjuntamente
entre sí y con otras instituciones para apoyar la implementación de una
hoja de ruta hacia 2020 para las AMP de la región. También por me-
dio de actividades de capacitación, generación de recursos y apoyo a
pequeños proyectos y representando a las AMP en foros regionales,
europeos e internacionales para difundir su trabajo e influir política-
mente en su favor. (ROADMAP/MEDPAN - Towards a comprehensive,
ecologically representative, effectively connected and efficiently ma-
naged network of Mediterranean Marine Protected Areas by 2020).
CADS - El CADS trabaja en muchas líneas diferentes en el marco de
la sostenibilidad que pueden tener una derivada importante en los
países ribereños. Entre ellas destaca la participación en la Mediterra-
nean Experts on Climate and Environmental Change (MEDECC), una
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 103
7
red de científicos que trabajan para una interfaz regional de ciencia y
política que trabaja sobre los efectos del cambio climático y de otros
cambios ambientales en el Mediterráneo. Abarca todas las principales
subregiones geográficas del área mediterránea, definida como el con-
junto de países que bordean el mar Mediterráneo y su ámbito temá-
tico abarca todos los aspectos del cambio climático y la conservación
de la biodiversidad. Por otro lado, destacar la participación del CADS
en la recién creada Taskforce sobre Clima de la Conferencia de Regio-
nes Periféricas Marítimas (CRPM) y el grupo de Expertos en Cambio
Climático de la Unión para el Mediterráneo.
UPM - A nivel político en los últimos años se han realizado 10 reu-
niones ministeriales y otras reuniones de alto nivel con representantes
políticos y técnicos. Ejemplos de ello podrían ser la Reunión Ministerial
del Agua celebrada en Malta el pasado 27 de abril de 2017, la Reu-
nión Ministerial sobre Economía Azul de Noviembre 2015, la Reunión
Ministerial sobre Medio Ambiente y Cambio Climático de mayo de
2014, o el Foro Regional de la UPM de los Ministros de Asuntos Ex-
teriores de los países UPM que tuvo lugar en la sede del Secretariado
en Barcelona en enero de 2017. Las plataformas de política regional
articuladas en foros de diálogo regional cada vez más estructurados
han implicado una red de cooperación de más de 20.000 actores me-
diterráneos, incluidas organizaciones internacionales, parlamentarios,
ONG’s y otros representantes de la sociedad civil, instituciones finan-
cieras internacionales, agencias de desarrollo, industrias y empresas
privadas, representantes y entidades del sector, universidades y think-
tanks. En cuanto a los proyectos de cooperación regional, hasta la fe-
cha se han etiquetado 47 (UfM labelling) por la UPM por valor de más
de 5.000 millones de euros, 25 de los cuales se están implementando.
III. ¿Cuáles son las 3 principales dificultades a las que se enfrentan
para alcanzar este objetivo?
MEDPAN - Para los expertos de esta organización las principales
dificultades son:
a) Escasez de recursos económicos.
b) La falta de prioridad política para las AMP.
c) La falta de conciencia social sobre el valor de los ecosiste
mas marinos y los servicios que nos prestan.
CADS - De entre las dificultades comunes que se tienen para conse-
guir que el factor ambiental y ecológico sea entendido por las partes
como prioritario o importante en las agendas políticas y estratégicas
de los países mediterráneos, incluyendo el nuestro, destacan las tres
siguientes:
a) El largo plazo: los tempos administrativos, políticos, sociales y eco-
nómicos siguen sin encajar con los tempos ambientales. En unas socie-
dades complejas como las nuestras, sigue siendo difícil hacer entender
a los gobiernos que el factor ambiental no es que sea importante, sino
que es fundamental para la propia supervivencia de nuestras socieda-
des.
b) La complejidad jurídico-administrativa y la distribución compe-
tencial muchas veces, el marco jurídico y competencial no se adapta
a la realidad ecológica de un territorio. Este hecho es especialmente
preocupante en el litoral que, como zona de transición entre sistemas
marinos y terrestres, genera un espacio muy complejo jurídicamente.
Esta complejidad, dada por la dificultad de delimitar las competencias
en un entorno donde hay una gran diversidad de usos, favorece la
aparición de conflictos competenciales a nivel interestatal.
En el Mediterráneo no hay una asignación clara de las zonas econó-
micas exclusivas (ZEE) de cada Estado, lo que genera un solapamiento
entre vecinos y problemas competenciales añadidos, existen conflic-
tos evidentes entre instituciones como entre la Administración cata-
lana y el Estado español por la delimitación de las aguas exteriores o
interiores regionales y locales.
Por otro lado, existen áreas competenciales poco claras que condu-
cen a la confusión y dificultan las iniciativas de gestión y protección
del litoral por parte de las administraciones ante un riesgo de invasión de
competencias de otras administraciones. Es el caso, por ejemplo, de la
definición de áreas marinas protegidas: estas son definidas por el gobier-
no estatal, pero el Govern de la Generalitat puede declararlas siempre y
cuando pueda demostrar que hay una “continuidad ecológica” con el
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 104
7
ecosistema terrestre. Es decir, tanto por la complejidad jurídico-admi-
nistrativa como por la distribución competencial, la necesidad de de-
sarrollar una política marítima integrada incluso en esos países como
el nuestro, que puede y quiere hacerlo, choca con una estructura legal
que no se adapta a una realidad dinámica y compleja como la del sis-
tema costero.
c) La falta de nuevos modelos de gobernanza y cogestión: los grandes
marcos, convenios y foros internacionales con foco en el Mediterráneo
y las instituciones que los sustentan, así como todas las asociaciones,
fundaciones, consejos y demás actores que participan en la definición
de estrategias para una gestión sostenible de nuestro mar son muy im-
portantes; pero la clave del éxito en la gestión litoral y marina del siglo
XXI, radica, en la gobernanza. Solo alcanzaremos la sostenibilidad si
somos capaces de crear nuevos modelos de gobernanza que permitan
cogestionar un recurso por parte de varios actores y corresponsabilizar
a los mismos de su preservación y mantenimiento.
UPM – Para la organización Unión por el Mediterráneo las principales
dificultades serían:
a) Encontrar consensos políticos.
b) Lograr que dichos consensos políticos se apliquen.
c) Conseguir la financiación que permita la ejecución de proyectos o
políticas estratégicas a medio y largo plazo.
d) Ver más allá del interés propio y encontrar el común denominador
con los otros países.
e) La burocracia o la estructura administrativa de los estados que,
en algunos casos, es lenta y complicada. RAC / MAP: Las principales
dificultades son:
a) La falta de capacidad de respuesta de los países.
b) Lentitud administrativa y procesal.
c) La falta de seguimiento y continuidad en las acciones inicia- privacidad de la autoría de las diversas opiniones. Para algunos de los
das y de los proyectos piloto.
IV. ¿De las 4 regiones Mediterráneas cuales son las más complejas de
dinamizar y por qué?
Los expertos determinan que la región oriental y del sur este del Me-
diterráneo es la más compleja de dinamizar y muy especialmente, por
los efectos directos e indirectos de los conflictos bélicos entre países
vecinos y por sus efectos colaterales a medio y largo plazo que dificul-
tan la consolidación de los frágiles sistemas políticos que se originan
en estas zonas y regiones críticas más beligerantes.
Otro factor importante que afecta a estas zonas más complejas de di-
namizar es la falta de sistemas políticos democráticos abiertos, sólidos
y participativos. Por otro lado y con independencia de las dificultades
que cada región presenta, el hecho de que en algunas zonas existan
estructuras o iniciativas consolidadas de cooperación subregional ayu-
da a la promoción de mecanismos para facilitar la concertación que,
a su vez, dan lugar a un hábito de trabajo en común en un entorno
de progreso y cooperación. Ese sería el caso de algunas estrategias
macro-regionales de la UE, como la del Adriático y del Jónico o la
iniciativa del 5+5 (instrumento para garantizar una seguridad común
en el Mediterráneo Occidental) hoy por hoy poco efectivo e incierto.
IX. Desde su punto de vista como experto nos gustaría que hiciera
un esfuerzo de imaginación y visualizara el estado ecológico del Me-
diterráneo en el horizonte del 2030. ¿Qué es a su entender lo más
importante que debería cambiar o suceder para que esa visualiza-
ción sea positiva para alcanzar un entorno ecológico mediterráneo
sano y ecológicamente funcional?
Los expertos han respondido a esta pregunta atendiendo a su expe-
riencia de actividad y en el marco de la organización que representan.
Como en la mayoría de las respuestas anteriores mantendremos la
expertos para alcanzar en el horizonte del 2030 un entorno ecológico
mediterráneo sano y ecológicamente funcional, es imprescindible:
1. Un buen liderazgo por parte de cada una de las Partes y un fuer-
te compromiso político. Hasta hoy en las conferencias de las Partes
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 105
7
(COP) del Convenio de Barcelona, apenas participan los ministros de
los países signatarios, el perfil de los representantes es muy bajo y
también es bajo el nivel de los compromisos que se toman. En las
COP de otros convenios (CBD, UNFCCC) no hay una estrategia polí-
tica mediterránea común por parte de los países de la cuenca y sería
una excelente manera de establecer sinergias y actuar juntos.
2. Es imprescindible una buena movilización de la sociedad civil con
capacidad de influencia social y económica que esté bien organizada
y pueda generar impacto mediático. Sin ésta es improbable que los
políticos reaccionen.
3. El establecimiento de políticas marítimas integradas coherentes y a
diferentes niveles es esencial para lograr la sostenibilidad marina y
costera. Mientras no haya una visión de conjunto que ponga el espa-
cio marítimo en el centro de atención y establezca bien las diferentes
actividades que se puedan realizar en un contexto de sostenibilidad
del espacio común, será muy difícil avanzar en positivo. En este con-
texto es necesaria una mayor integración entre las políticas secto-
riales como medio ambiente, desarrollo, pesca, turismo, industria,
transporte y movilidad, consumo responsable, producción sostenible
y ecológica, etc.
4. Muy en línea con el punto anterior, existe una necesidad de simpli-
ficar jurídica y administrativamente el espacio marítimo y costero. Esto
permitiría evitar situaciones jurídicas ridículas entre administraciones
que se pelean por saber si la protección o no de un espacio es nece-
saria y a quién corresponde. Si las cuestiones ambientales las tienen
que dirimir jueces a partir de líneas imaginarias y no expertos en los
correspondientes ecosistemas que se encuentran en un entorno de-
terminado, continuaremos gestionando el espacio costero y marítimo
de forma ajena a los principios ecosistémicos y de precaución.
5. Abogar por nuevos modelos de gobernanza y cogestión tal como
se ha venido defendiendo a lo largo de todo este estudio, el estable-
cimiento de modelos de cogestión del mar y la costa que permitan la
corresponsabilidad de las partes interesadas es clave para conseguir la
sostenibilidad del medio litoral y marino.
6. Aceptar que tenemos un problema. El punto más importante y, quizá, el
que pasa más desapercibido. Hace tres años, la comisaria de Asuntos
marítimos y pesca de la UE - en aquel entonces Maria Damanaki- dijo
en una conferencia en Bruselas que “el Mediterráneo está al límite.
Sus caladeros sobre-explotados en más del 90%, sus aguas conta-
minadas, sus riberas transformadas, sus deltas en retroceso. Es hora
de actuar, y hay que hacerlo rápido”. En el seno de esa conferencia,
detalló los problemas y se animó a los estados, con sus represen-
tantes presentes, a tomar medidas muy urgentes. Por la pasión, por
las ganas y por el alto grado de detalle que ofreció, podía parecer
que la repercusión mediática, al menos en la cuenca mediterránea,
sería muy grande. Pero no fue así, como tampoco lo fue la publicación
alarmante de la Lista Roja de las especies de peces amenazadas del
Mediterráneo por parte de la UICN en 2016 o la Declaración de Malta
de 2017 para lograr la sostenibilidad de las pesquerías mediterráneas.
Es decir, estos ejemplos, y muchos otros que podríamos encontrar,
ponen de manifiesto que la población y la clase política no son cons-
cientes de los peligros que conlleva gestionar el medio ambiente de
una forma tan insostenible e irresponsable.
7. Es también muy necesario cambiar los patrones de consumo y pro-
ducción hacia modelos más sostenibles.
8. Afrontar los aspectos del cambio climático y de sus procesos de
adaptación incipiente.
9. Abordar los problemas y la presión sobre las costas y trabajar desde
la acción local porque son los actores locales los que tienen mayor
capacidad de actuación en su entorno.
10. Equidad en la distribución de beneficios y una mayor integración
de las dimensiones sociales y económicas en las políticas y planes de
conservación.
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 106
7
X. Los modelos de conservación del territorio y del entorno marino
que promueve la UNESCO a través de las Reservas Biosfera buscan
integrar la realidad social y económica de cada zona objetivo bajo
criterios específicos para proteger el patrimonio natural existente,
ponerlo en valor y mantener los modelos de desarrollo sostenibles
basados en el equilibrio hombre-naturaleza.
¿Cree usted que se podría proponer una estrategia global en este marco
de acción (Modelo Reserva de la Biosfera) a escala regional que integrara
las zonas litorales y una ZEE(*) para cada país o región con el objetivo de
proteger mejor el Mediterráneo por el sentido de pertenencia?
(*)En la ZEE, el estado costero posee derechos soberanos “para explo-
rar y explotar, conservar y gestionar los recursos naturales, indepen-
dientemente de si son biológicos o no, de las aguas superficiales y del
fondo marino y su subsuelo, así como con respecto a otras actividades
para la explotación y exploración económica de la zona, así como la
producción de energía del agua, las corrientes y los vientos.”
Respuestas. Los expertos han respondido a esta cuestión de la
siguiente manera:
Desde sus diferentes puntos de vista los expertos coinciden que el
principal bloqueo al modelo Biosfera para las zonas costeras y marinas
del Mediterráneo son los mecanismos o sistemas de gobernanza. El
modelo de reservas de la biosfera podría ser útil para zonas más litora-
les o costeras, pero se plantean ciertas dudas para las ZEE, ya que las
actividades que en ellas se pueden realizar van mucho más allá de lo
que habitualmente se tienen en cuenta para ser gestionado en las zo-
nas declaradas Reserva de la Biosfera. No obstante puede ser un buen
punto de partida, como su enfoque integrador y ecosistémico. Algu-
nos expertos plantean que esta propuesta se podría investigar más a
fondo y de manera informal plantearla como un proceso piloto para
los países de forman parte de la Unión por el Mediterráneo y también
para los países que integran el Convenio de Barcelona.
Por otra parte la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Impor-
tancia para el Mediterráneo (ZEPIM), establecida en 2001 en virtud
del Protocolo sobre las zonas especialmente protegidas y la diver-
sidad biológica en el Mediterráneo del Convenio de Barcelona, es
una buena herramienta regional que promueve la cooperación en la
gestión y la conservación de áreas marinas sujetas a la soberanía o
jurisdicción de las Partes, y también en zonas de alta mar. Además de
la conservación de los recursos naturales y de las especies y hábitats
amenazados, las ZEPIM promueven los valores culturales, educativos
y estéticos. La etiqueta de ZEPIM podría ser una buena alternativa
regional y también una herramienta complementaria para las reservas
de la biosfera de la UNESCO.
¿Sería necesario un proceso participativo entre las Partes para el Me-
diterráneo como el que promovió las UN en 1982 a través del Conven-
ción de las Naciones Unidas sobre los derechos del Mar (CONVEMAR)?
Respuestas. Los expertos han respondido a esta cuestión de la
siguiente forma:
Algunos expertos creen que este tipo de propuestas, como es el
Convenio de Barcelona, donde la vinculación de los estados pasa a
través de los Ministerios de Medio Ambiente, quedan muy limitadas.
Sin embargo el trabajo conjunto del Convenio de Barcelona, con un
marco político de trabajo y relación entre ministerios de asuntos exte-
riores, como lo promueve la Unión para el Mediterráneo (UPM), pue-
de ofrecer nuevas oportunidades y generar acciones muy positivas.
Otros expertos consideran que este proceso no es imprescindible
para proteger el medio marino y que el Convenio de Barcelona ya
es un foro único que permite a los países del Mediterráneo discutir
cuestiones de interés para la conservación del mar común. Por ello,
no sería necesario añadir un nuevo órgano el cual sería redundante
con lo que persigue la Convención del Mar. Sí sería necesario crear
un protocolo específico relacionado con el derecho del mar Medite-
rráneo en virtud de esta Convención y de los objetivos de gestión y
conservación que persigue.
Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 107
7
¿Puede explicar los factores clave de estas cuestiones atendiendo
a la realidad que hoy se vive en el Mediterráneo?
En general los expertos expresan que los factores clave en el contex-
to del Mediterráneo son los siguientes:
Para este tipo de procesos en el Mediterráneo, será imprescindible la
participación activa de instituciones no gubernamentales que apoyen
las relaciones y compromisos entre las sociedades civiles de los paí-
ses. La comunidad diplomática gubernamental en el Mediterráneo en
estos momentos, es muy débil y está muy desprestigiada y no puede
liderar sola un proceso de este tipo. No obstante, debido a la urgencia
conviene empezar de inmediato y apoyarse en las estructuras existen-
tes y en procesos cooperativos en distintos ámbitos temáticos, incluso
de niveles subregionales, que han sido y están siendo exitosos.
En el año 2013 la comisaria de Asuntos marítimos y pesca –María Da-
manaki- ya propuso a los países del Mediterráneo la creación de zonas
marítimas, incluidas zonas económicas exclusivas (ZEE) o de su amplia-
ción, a la luz de un estudio que reflejaba un potencial de ganancias de
2.700 millones de euros anuales, derivados de actividades económicas
que van desde la pesca, el turismo, las exploraciones petroleras o la
energía marina. Es decir, todas las ampliaciones de las zonas económi-
cas exclusivas también deben ser vistas bajo la óptica del crecimiento
azul y la posibilidad de explotar económicamente la zona de manera
sostenible. Por otro lado, hay que destacar que la demarcación de las
ZEE es una potestad exclusiva del Estado soberano que deberá ser
ratificada por Naciones Unidas.

Estudio y balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos para la conservación del Mediterráneo. 108
8 Conclusiones finales.
8
En síntesis este extenso documento pone de manifiesto el compro-
metido estado ecológico y medio ambiental mediterráneo que sobre
vive desamparado a su suerte. Esta determinante afirmación es el re-
sultado del análisis de la información histórica y actual más relevante
utilizada para realizar el estudio. Así, el trabajo de opinión e inter-
cambio de información con los expertos da más solidez a esta afirma-
ción que sorprende en muchos sentidos, porque el Mediterráneo es
uno de los mares más legislados del mundo y dispone de un extenso
marco jurídico para hacer frente a las necesidades de conservación,
protección y desarrollo sostenible. Este humanizado entorno plane-
tario manifiesta importantes signos de degradación y estrés debido
fundamentalmente a la contaminación, la sobre pesca, la desaparición
de espacios naturales, a la disfunción de los ecosistemas marinos y
litorales que, sumado al cambio climático, a los conflictos bélicos y a
otras crisis medio ambientales generan una fuerte tensión ecológica
y social que se prevé incremente en los próximos años. En general,
afirmamos que el entorno marino estudiado sufre graves deficiencias
de un gobierno plural y heterogéneo que se muestra incapaz de ges-
tionar mínimamente bien el patrimonio natural y garantizar el capital
natural que necesitamos para vivir hoy y en el futuro. Esta realidad
es manifiesta sobre todo al observar la existencia de intereses muy
contrapuestos entre las Partes y de la falta de voluntad política para
solucionar los problemas que de forma prioritaria deben beneficiar al
medio ambiente mediterráneo y al bien común.
Para entender lo que pasa recurriremos al ejemplo de la pesca que,
por su elocuencia, es capaz de escenificar la realidad social y política
en relación a los intereses que existen entre las Partes frente a la ex-
plotación de un recurso en un entorno común y al valor estratégico y
económico que representa. La política pesquera tanto de los países de
la Unión Europea como del resto de países del Mediterráneo suman
más de 40 años de procesos cooperativos para alcanzar modelos de
gestión aceptables con una legislación que ha evolucionado para ser
cada vez más restrictiva enfocada a la conservación de los recursos
naturales desde una visión ecosistémica. Todo este ingente esfuerzo
no ha dado todavía resultados que demuestren una mejora del estatus
medio ambiental y ecológico de los caladeros de pesca y del estado
de sus poblaciones tal como demuestra el informe de Tsagarakis, K.
y de sus colaboradores publicado en 2017 y con el título original Old
Info for a New Fisheries Policy: Discard Ratios and Lengths at Discar-
ding in Europe Union Mediterranean Bottom Trawl Fisheries y publi-
cado en Frontiers in Marine Science.
Así, el manifiesto integrado en la reciente “Declaración de Malta” en
el marco del MedFish4Ever el 30 de marzo del 2017, es un ejemplo de
la política europea de vecindad, capaz de establecer una hoja de ruta
detallada para los próximos diez años. Una declaración suscrita por
representantes ministeriales de los países del norte y sur del Medite-
rráneo. Una firma que supone que un problema que, hasta ahora, se
había gestionado a nivel técnico pase a ser una cuestión política. Este
es el resultado de un proceso dirigido por la Comisión Europea que
comenzó en Catania, Sicilia, en febrero de 2016 y que deberá garan-
tizar la recuperación de la calidad ecológica de los recursos marinos
a medio y largo plazo. Veremos a futuro cuales son los resultados de
este y de otros compromisos políticos que según los expertos serán
muy difíciles de cumplir. A pesar de que los países hayan avanzado
en la protección del medio marino mediterráneo, en muy pocas oca-
siones se ha demostrado una actuación resolutiva e inmediata con
resultados claros.
Si a ello le sumamos la posición un tanto secundaria del área medi-
terránea en el seno de la Unión Europea, la complejidad de los siste-
mas jurídico-administrativos de los diferentes países, la inestabilidad
política de parte de la cuenca, y la dificultad para promover iniciativas
conjuntas, nos encontramos ante una situación crítica que tiene mu-
cho margen de mejora en un entorno ecológico frágil, en regresión
y cada vez más vulnerable. Para conseguir que el factor ambiental y
ecológico sea entendido por las partes como prioritario e importante
en las agendas políticas y estratégicas de acción de los países medite-
rráneos hay que incidir primero en la mejora de 3 procesos esenciales:
Conclusiones finales. 110
8
1. Reducir la complejidad político-administrativa de cada país y en el a todos los medios de comunicación con impacto; sin este elemento
marco de sus relaciones de trabajo entre las Partes para defender el de presión sobre los gobiernos es muy probable que los responsables
interés común más allá de las fronteras políticas. políticos no reaccionen.
2. Solventar la crónica escasez de recursos económicos y de financia- Desde una visión más holística del Mediterráneo es también muy
ción para gestionar, conservar y proteger de manera efectiva y ecosis- importante la creación y el establecimiento de políticas marítimas in-
témica grandes zonas marinas y costeras de interés ecológico y medio tegradas coherentes y a diferentes niveles, un proceso fundamental y
ambiental. Para ello es también imprescindible disponer del conoci- necesario para lograr la sostenibilidad marina y costera que anhela-
miento científico necesario para determinar el estado real del entorno mos. Mientras no haya una visión de conjunto que ponga el espacio
marino, de sus tendencias al cambio mediante el uso de indicadores marítimo en el centro de atención y establezca bien las diferentes
precisos y robustos y de su evolución en el tiempo. actividades que se puedan realizar y cómo, la conservación eficaz de
3. Mejorar e innovar en los modelos de gestión de las zonas de interés este entorno seguirá siendo utopía.
integrando a la sociedad civil y los agentes económicos principales
en la gestión y conservación, priorizando la corresponsabilidad de los
éxitos y de los fracasos. Abogar por nuevos modelos de gobernanza
tal como se ha venido defendiendo a lo largo de todo este estudio,
estableciendo modelos de cogestión del mar y la costa es clave para
conseguir la conservación perdurable del Mediterráneo.
Además de los 3 factores esenciales comentados anteriormente, es
también necesario un buen liderazgo por parte de cada uno de los
países mediterráneos donde el rol político es fundamental. Hasta hoy,
en las conferencias de las Partes (COP) del Convenio de Barcelona,
apenas participan los ministros de los países signatarios, el perfil de
los representantes es muy bajo y también es bajo el nivel de los com-
promisos que se acuerdan. En las COP de otros convenios como el de
Biodiversidad (CBD), o el del cambio climático (UNFCCC) no existen
por ahora estrategias políticas específicas para el área mediterránea
común que integre a todos los países de la cuenca que, por el contra-
rio, sería una excelente oportunidad de establecer sinergias y actuar
de manera conjunta para afrontar mejor los problemas.
En todo este escenario de compleja y burocrática actividad política
entre las Partes en donde se exige el cumplimiento de pactos, acuer-
dos, convenios y protocolos es imprescindible el papel de la sociedad
civil organizada. La cual debe de tener capacidad de influencia tanto a
nivel social, como económico y también tener la habilidad de movilizar

Conclusiones finales. 111

8
PROACTIVIDAD Y LIDERAZGO EN POLÍTICAS MEDIO AMBIENTALES EN LOS PAISES MEDITERRÁNEOS.

Figura 20. Nivel de pro-actividad y liderazgo en políticas medio ambientales en el Mediterráneo.

(Fuente: Natural Advice y Fundación Mar. 2017).

Conclusiones finales. 112

8
En este contexto es necesaria una mayor integración entre las polí- mediterráneo que, sin lugar a dudas, también se verá afectado por el
ticas sectoriales priorizando el desarrollo socioeconómico equilibrado fenómeno del calentamiento global. Para abordar eficazmente y con
con la protección del medio ambiente, la pesca sostenible, el turismo conocimiento los problemas y las presiones sobre las costas, es nece-
verde, la industria limpia, el transporte y la movilidad baja en carbono sario trabajar desde la acción local y regional porque son los actores
y establecer patrones de consumo y de producción más responsables. próximos los que tienen mayor capacidad de actuación en su entorno.
Además, en la línea de lo expuesto, existe una necesidad imperante En este aspecto la acción local y regional también genera una mejor
de simplificar jurídica y administrativamente el espacio marítimo y cos- equidad en la distribución de los beneficios derivados del uso del en-
tero para evitar situaciones jurídicas ridículas entre administraciones torno marino y da una mejor integración de las dimensiones sociales y
que se pelean por saber si la protección o no de un espacio es necesa- económicas en las políticas y planes de conservación.
ria y a quién le corresponde decidirlo. Si las cuestiones ambientales las En el año 2013 la Unión Europea propuso a todos los países del Me-
tienen que dirimir jueces a partir de líneas imaginarias y no expertos diterráneo la consolidación de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE)
en los correspondientes ecosistemas en riesgo, continuaremos gestio- y en su caso de su ampliación, a la luz de un estudio que reflejaba
nando el espacio costero y marítimo de forma ajena a los principios el gran potencial económico que supondría derivado de actividades
ecosistémicos y de precaución. económicas que se pueden desarrollar en estas zonas que van desde
Un punto muy importante y que quizá pasa inadvertido por su du- la pesca y el turismo sostenible hasta la generación de energía marina.
reza y contundencia, es que todos aceptemos que tenemos un gran Aunque, todas las ampliaciones de las zonas económicas exclusivas
problema de difícil solución. Hace tres años, la comisaria de asuntos deben necesariamente ser vistas bajo la óptica del crecimiento azul
marítimos y pesca de la Unión Europea - en aquel entonces María Da- y la posibilidad de explotar de forma sostenible y equilibrada estas
manaki- dijo en una conferencia en Bruselas que “el Mediterráneo está zonas marinas, generarían un interés directo por parte de los países
al límite. Sus caladeros sobre-explotados en más del 90%, sus aguas de la cuenca mediterránea y la protección y conservación del capital
contaminadas, sus riberas vulneradas y sus deltas en retroceso. Es la natural de sus ZEE sería prioritario.
hora de actuar, y hay que hacerlo rápido”. En el seno de esa conferen-
cia, detalló los problemas y animó a los estados, con sus representan-
tes presentes, a tomar medidas urgentes. La pasividad de las Partes
sigue siendo el verdadero problema. Estos ejemplos, y muchos otros
que podríamos encontrar, ponen de manifiesto que la población y la
clase política no son conscientes de los peligros que conlleva gestio-
nar el medio ambiente de una forma tan irresponsable. Por otro lado,
la necesidad de afrontar con urgencia los efectos relacionados con el
cambio climático y de poner en marcha los incipientes procesos de
adaptación, son un arma de doble filo que requiere de conocimiento y
de coherencia en las decisiones políticas.
Será necesario crear instrumentos de acción efectivos para hacer
frente al devenir y, a su vez, no desatender ni por un instante las ne-
cesidades de protección y conservación del entorno ecológico común

Conclusiones finales. 113

8
NIVEL DE CUMPLIMIENTO DEL CONVENIO DE BARCELONA PARA LA PROTECCIÓN DEL MEDITERRANEO.

Figura 21. Nivel de pro-actividad y liderazgo en políticas medio ambientales en el Mediterráneo.

(Fuente: Natural Advice y Fundación Mar. 2017).

Conclusiones finales. 114

8
Para este tipo de procesos en el Mediterráneo, será imprescindible la
participación activa de instituciones no gubernamentales que apoyen
las relaciones y compromisos entre las sociedades civiles de los dife-
rentes países. La comunidad diplomática gubernamental en el Medi-
terráneo en estos momentos, es muy débil y está muy desprestigiada
y no puede liderar sola un proceso de este tipo. No obstante, debido
a la urgencia conviene empezar ahora y apoyarse en las estructuras
existentes consolidando el Convenio de Barcelona e impulsando nue-
vos procesos cooperativos en distintos ámbitos temáticos, incluso a
niveles subregionales, que están funcionando y que en algunos luga-
res con éxito.
Al concluir este trabajo nos damos cuenta de que existe una extensa
y diversa legislación medio ambiental desde todas las instancias gu-
bernamentales europeas y no tan substancial en el resto de países de
la zona sur y este del Mediterráneo pero que por su propio interés y
necesidad tienden a serlo. Es interesante decir que la legislación que
han creado, desarrollado, implementado y actualizado durante años
los gobiernos europeos, finalmente son copiados y utilizados por otros
países mediterráneos y de otros países del mundo. Un ejemplo de ello
es la Ley 22/1988 de Costas española, que fue substituida por la Ley
2/2013 de protección y uso sostenible del litoral y que se rige por el
Real Decreto 876/2014 por el que se aprueba el reglamento general
de Costas, una legislación que hoy es referente de ejemplo en muchos
países del mundo y que es muy interesante por la determinación del
carácter de dominio público marítimo terrestre de la costa y por la
visión impositiva del uso del dominio público en defensa del interés
general. Una visión acertada con matices, que debería extrapolarse a
todo el ámbito marino común del Mediterráneo. La normativa resul-
tante de la acción legislativa de la Unión Europea se estructura a través
de las directivas que los países miembros deben aplicar mediante su
trasposición en normativas y leyes propias, aunque existe un ancho
margen de discreción para su implementación.
Los países de la Unión Europea tienen la obligación de implantar
las directivas, pero en realidad nos encontramos con un panorama de
infracciones por incumplimiento muy alto, aun y teniendo facilidades,
la estructura administrativa, la información necesaria y los recursos
suficientes para efectuarlas.
En el caso del Convenio de Barcelona para promover la aplicación de
sus protocolos es mediante la elaboración de decisiones de cumpli-
miento obligado por las Partes. Es decir las decisiones son vinculantes
para aquellos a los que se dirigen principalmente, un país de la cuen-
ca mediterránea, una empresa o una corporación y son directamente
aplicables, en este contexto el nivel de control de la aplicación real
y efectiva de la decisión por parte de los agentes destinatarios es
prácticamente inexistente y no tiene consecuencias jurídicas ni ad-
ministrativas medibles. Fuera del contexto de las decisiones y las di-
rectivas, es decir, todos los acuerdos, programas, declaraciones, etc.,
que incluye a todos los países mediterráneos, se limitan a la buena fe
para el cumplimiento de lo pactado. Esta situación nos lleva a que el
cumplimiento de estos acuerdos de protección y mejora del medio
ambiente sean imprecisos y laxos en su aplicación.
El problema añadido al que nos enfrentamos es que las medidas co-
rrectoras por incumplimiento de normas o directivas no son suficien-
tes para mejorar el comportamiento de los Estados. Sin ir más lejos,
España e Italia son los de la UE con más sanciones medioambientales
acumuladas desde 2012. En los informes anuales elaborados por la
Comisión Europea se observan datos que muestran el desglose de
los casos de infracción abiertos por sectores, siendo el de medio am-
biente el más importante. Concretamente, entre los años 2014-2015
existían 322 casos de infracción que en 2016 disminuyeron a una cifra
a 276 casos, lo que significa una reducción del 14,3%.
En el informe anual de 2015 la Comisión Europea estableció 1.260
expedientes abiertos en la Europa comunitaria, la mayoría de ellos
correspondían a Italia (111), España (78) y Polonia (74) siendo el medio
ambiente el principal sector afectado, con 298 expedientes abiertos
(Comisión Europea. Informes de la Comisión” Control de la aplicación
del Derecho de la Unión Europea”- Informe Anual de 2015).
Conclusiones finales. 115
8
A pesar de las sanciones impuestas por la Comisión Europea, se lle- forman parte, por ello es necesario ayudarles y conducirlos para que
van muchos años infringiendo directivas y eso significa que algo no puedan adoptar medidas de conservación y de desarrollo equilibrado
funciona. En este sentido, existe un sentimiento de que incumplir la que les permita acercarse a los objetivos y mejorar con el tiempo.
normativa medioambiental no implica consecuencias, y según las pa- Por otro lado, aunque el Mediterráneo ocupe las portadas de los me-
labras del biólogo Dr. Samuel Martín-Sosa del EEB (European Envi- dios de comunicación por todos los conflictos bélicos y las catástrofes
ronmental Bureau) y lo peor es que es verdad, España es el país líder humanitarias que hoy ocurren, hemos de ser capaces de ver otra reali-
en infracciones medioambientales en la Unión Europea. Esta falta de dad que también existe y que son los miles de ejemplos de pequeñas
cumplimiento en los países miembros de la Unión Europea puede de- acciones de cooperación que van más allá de las fronteras. Acciones
berse, según la propia Comisión a que el mecanismo para sancionar positivas que podemos utilizar como inspiración y punto de apoyo
a un miembro es una acción muy lenta y con muchos filtros. Además, social para reforzar las políticas ambientales y trabajar activamente en
en la mayoría de casos la propia Comisión Europea no utiliza todas las los procesos que giran en torno al medio marino y a la protección de
herramientas que tiene como por ejemplo la de crear un cuerpo de sus hábitats y especies. Esta realidad nos dice que el Mediterráneo a
inspectores o de un tribunal específico para temas medio ambientales pesar de ser una frontera cultural no nos separa, sino que esta diver-
y ecológicos. Pero lo que más llama la atención es que el proceso de sidad en realidad nos une y fortalece.
imposición de una infracción se hace en dos vueltas y es en la segunda
vuelta ante el Tribunal de Justicia donde conlleva las sanciones econó-
micas la cual casi nunca se aplica.
Si estas medidas, que deberían de ser contundentes para que los
Estados miembros cumplieran con las normativas, no son efectivas,
como se deduce de la existencia de largas listas de sanciones a di-
ferentes Estados miembros por incumplimiento, qué podemos espe-
rar del resto de países del Mediterráneo no miembros de la Unión
Europea que, simplemente como países participantes en convenios y
acuerdos su cumplimiento depende de la buena fe frente a lo pacta-
do. Existe la necesidad imperante de que todos los Estados medite-
rráneos trabajen juntos para cumplir las directivas y los acuerdos, así
como de los programas de acción derivados, porque han sido pensa-
dos y diseñados para que se cumplan. Poner fin al incumplimiento de
las normativas europeas y a los acuerdos y/o convenios que afectan a
todo el Mediterráneo pasa por endurecer las sanciones, activar y me-
jorar la capacidad de gestión de los Tribunales de Justicia y conseguir
que la información sea visible a los ojos de toda la opinión pública.
Para los países no miembros de la Unión Europea con menos recur-
sos es un verdadero reto el poder establecer medidas e instrumentos
para cumplir los convenios, los protocolos y los programas de los que

Conclusiones finales. 116

9 Visión y acción de futuro para el
Mediterráneo.
9
Continuando con la síntesis del estudio y para dar un mensaje de
esperanza a tenor de los más bien exiguos resultados obtenidos sobre
el nivel de cumplimiento de los acuerdos y convenios entre las Partes
vinculados a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad,
realizaremos un último análisis del escenario mediterráneo con el ob-
jetivo de formular acciones de futuro e ideas que cerrarán el presente
trabajo con un enfoque de confianza en el devenir de la humanidad
que vive y se desarrolla en este entorno marino.
El Mediterráneo es un mar confinado entre las costas de 21 países
distintos que forman parte de 3 continentes diferentes, integra a socie-
dades diversas en cultura e ideología creando lindes entre los países
del norte, el sur el este y el oeste más allá de los límites geográficos y
políticos. El Mediterráneo ha sido siempre un espacio para el desarro-
llo de la humanidad y una fuente casi inagotable de recursos naturales,
pero hoy el modelo de desarrollo establecido con una intensa presión
humana plantea la necesidad de hacerlo de forma más ecológica y
sostenible. Este entorno marino y costero del cual dependemos sigue
ofreciéndonos sus riquezas y activos naturales más allá de lo que me-
recemos, pues quebrantamos su salud desde hace ya tiempo y hoy
requiere de urgente buen trato para recuperar su bienestar y su condi-
ción ecológica por naturaleza.
La visión compartida entre los expertos consultados sobre el estado
ecológico del Mediterráneo es la de un mar contaminado, con una
fuerte presión humana creciente, con conflictos sociopolíticos graves
que generan problemas humanitarios y migratorios, con carencias de
gobierno y liderazgo para solventar los problemas y con muchos in-
tereses contrapuestos. Aunque algunos países hayan mejorado en la
protección del medio marino, en pocas ocasiones han determinado
esta protección como un tema prioritario a resolver. Si a esto le suma-
mos la complejidad de los sistemas jurídico-administrativos de los di-
ferentes países, la inestabilidad política y la lentitud para promover ini-
ciativas conjuntas, nos encontramos ante un escenario complejo que
requiere atención urgente para evitar el colapso. Esta descripción un
tanto pesimista del Mediterráneo es una sucinta diagnosis de nuestro
mar y de la poca atención que le procuramos y que a estas alturas del
trabajo conocemos muy bien.
Ahora, esta imagen sintética nos servirá para realizar una nueva ob-
servación, sencilla, eficaz y necesaria para decidir sobre su futuro.
También, nos ayudará a plantear las acciones que deberíamos poner
en funcionamiento aprovechando las oportunidades detectadas y
a preparar a nuestro entorno común contra las amenazas poniendo
atención a sus debilidades y fortalezas, de las cuales nosotros también
formamos parte.
El principal objetivo de este último análisis es el de ayudar a nuestra
sociedad a encontrar los factores estratégicos críticos, para que una
vez identificados, podamos usar para establecer los cambios necesa-
rios que nos permitan consolidar las fortalezas, minimizar las debilida-
des, aprovechar las oportunidades y eliminar las amenazas. Para rea-
lizar este ensayo partiremos de dos pilares básicos: un análisis interno
del entorno Mediterráneo y otro externo.
A. En el análisis interno del entorno Mediterráneo destacaremos las
principales fortalezas que tenemos:
1. Un entorno natural de gran valor ecológico que mantiene, hoy por
hoy, un nivel de calidad suficiente para recuperar su estado natural
sano y funcional.
2. Un conocimiento científico suficiente para actuar en consecuencia y
con poco margen de error.
3. Una sociedad civil cada vez más comprometida y conectada con
capacidad de actuación sobre el medio ambiente e influir sobre los
poderes políticos.
4. Una estrategia medio ambiental aceptable y estructurada a través
de directivas, convenios y otros acuerdos que integran a todos los
países mediterráneos y también a los de su área de influencia.
5. El reconocimiento generalizado de que tenemos un problema y de
que hay que actuar.
Visión y acción de futuro para el Mediterráneo. 118
9
B. El análisis interno nos lleva también a determinar los factores en
los cuales poseemos una posición desfavorable o débil.
1. La mayoría de los hábitats y ecosistemas de importancia están en
franca regresión desde hace décadas.
2. La contaminación del mar es muy elevada y afecta a toda la cadena
trófica.
3. La aplicación de las directivas, normas y reglamentos es en general
bajo y no hay un sistema óptimo para ponderar su efectividad de ma-
nera actualizada.
4. La falta de compromiso político y liderazgo, así como la falta de
recursos económicos dificulta los procesos encaminados a recuperar
el Mediterráneo.
5. No existen sistemas de información de calidad estandarizados y pe-
riódicos para conocer el estado ecológico del entorno pelágico y litoral
del Mediterráneo, imprescindibles para tomar las decisiones correctas.
C. En el análisis externo vamos a plantear las oportunidades clave
para el cambio pero que necesariamente deben ser consideradas a
tiempo.
1. Potenciar a las organizaciones y/o plataformas multinacionales pú-
blicas y privadas con conocimiento, capacidad de análisis y de gestión
para que puedan ejercer sus funciones con éxito en la misión de recu-
perar y preservar la salud del Mediterráneo.
2. Exigir rigurosidad en el cumplimiento unánime de las normas, leyes,
directivas y protocolos en las cuestiones críticas que afectan a los sis-
temas ecológicos. En este contexto es necesario que las sanciones por
incumplimiento sean inapelables y ejemplarizantes para garantizar el
bien común.
3. Utilizar las nuevas tecnologías para implementar proyectos científi-
cos que integren a todo el Mediterráneo, implicando a la sociedad civil
y a los medios de comunicación.
4. Implementar nuevos modelos de gobernanza del medio litoral y
marino integrando a los agentes más importantes que utilizan el mar
para su provecho y corresponsabilizándolos tanto de los éxitos como
de los fracasos.
5. Promover y facilitar la inversión de recursos económicos y técnicos
en los países en desarrollo para garantizar su bienestar y su desarro-
llo sostenible. Un hecho que repercutirá favorablemente en nuestras
economías y en la calidad del entorno común.
D. En el análisis externo se describen las principales amenazas que
pueden poner en peligro la supervivencia del entorno mediterrá-
neo que, reconocidas a tiempo, pueden evitarse o ser convertidas
en oportunidades.
1. La falta de acciones decisivas, determinantes y efectivas entre las
Partes a corto y medio plazo sería catastrófico para el Mediterráneo.
2. Los efectos del cambio climático se prevén más rápidos de lo espe-
rado e influirán en las prioridades de los estados lo cual puede anular
o retrasar las acciones pactadas entre las Partes para proteger y recu-
perar la calidad ecológica del Mediterráneo.
3. Los conflictos bélicos en el sur y este de la cuenca pueden desesta-
bilizar cualquier estrategia de acción conjunta dirigida a la conservación
del entorno marino.
4. La presencia masiva de especies invasoras en las zonas de mayor
biodiversidad del Mediterráneo pondrá en riesgo la capacidad de re-
siliencia de los hábitats y las especies autóctonas.
5. No tener en cuenta el valor capital natural y de las externalidades
positivas que nos ofrece el Mediterráneo en los modelos de desarrollo
socioeconómico.
Visión y acción de futuro para el Mediterráneo. 119
9
Descritas las amenazas, oportunidades, fortalezas y debilidades del
entorno mediterráneo vamos a construir la matriz SWOT de relación
que nos permite visualizar y resumir a día de hoy su situación actual y
establecer una estrategia.
Análisis DAFO para el Mediterráneo
Análisis Interno
Fortalezas
1. Un entorno de gran valor ecológico que mantiene un nivel de calidad suficiente para recuperar
su estado natural sano y funcional.
2. Tenemos el conocimiento científico suficiente para actuar en consecuencia y con poco margen
de error.
3. Una sociedad civil cada vez más comprometida y conectada con capacidad de actuación sobre el
medio ambiente y los poderes políticos.
4. Una estrategia medio ambiental estructurada a través de directivas, convenios y otros acuerdos
que integra a todos los países del Mediterráneo.
5. El reconocimiento generalizado de que tenemos un problema y que hay que actuar.
Oportunidades
1. Potenciar a las organizaciones y/o plataformas multinacionales públicas o privadas con conocimiento,
capacidad de análisis y de gestión para que puedan ejercer con éxito sus funciones en la misión de recuperar
y preservar la salud del Mediterráneo.
2. Exigir rigurosidad en el cumplimiento unánime de las normas, leyes, directivas y protocolos en las cues-
tiones críticas que afectan al sistema ecológico del Mediterráneo. En este contexto es necesario que las san-
ciones por incumplimiento sean inapelables y ejemplarizantes para garantizar el bien común.
3. Utilizar las nuevas tecnologías para implementar proyectos científicos y divulgativos que integren a todo
el Mediterráneo implicando a la sociedad civil y a los medios de comunicación.
4. Implementar nuevos modelos de gobernanza del medio litoral y marino integrando a los agentes más impor-
tantes que utilizan el mar para su provecho y corresponsabilizándolos tanto de sus éxitos como de sus fracasos.
5. Promover y facilitar la inversión de recursos económicos y técnicos en los países en crecimiento para
garantizar su bienestar y su desarrollo sostenible. Un hecho que repercutiría favorablemente en nuestras
economías, en nuestra seguridad y en la calidad del entorno mediterráneo común.
Análisis Externo
Con los resultados del análisis DAFO deberíamos ser capaces de de-
finir una estrategia inteligente y efectiva para el Mediterráneo, donde
nosotros somos parte y acción, esta táctica puede plantear distintos
escenarios que funcionan por separado o en sinergia con las otras
opciones estratégicas propuestas.
Debilidades
1. La mayoría de hábitats y ecosistemas de interés están en regresión desde hace décadas.
2. La contaminación del medio marino es muy elevada y afecta a toda la cadena alimentaria.
3. La aplicación de las directivas, normas y otros protocolos es en general muy deficiente y no hay
un sistema óptimo para ponderar su nivel de efectividad real de forma permanente.
4. La falta de compromiso político y liderazgo, así como la falta de recursos económicos y humanos
cualificados dificulta los procesos encaminados a proteger y recuperar el Mediterráneo.
5. No existen sistemas de información estandarizados de calidad y periódicos para conocer el estado
ecológico del medio litoral y marino del Mediterráneo que son imprescindibles para tomar las
decisiones correctas.
Amenazas
1. La falta de acciones decisivas, determinantes y efectivas a corto y medio plazo será catastrófico
para el entorno mediterráneo.
2. Los efectos del cambio climático se prevén más rápidos de lo esperado, influyendo en las prio-
ridades de los estados, lo cual puede anular, retrasar o variar los compromisos y acciones pactadas
entre las Partes para proteger y recuperar el Mediterráneo.
3. Los conflictos bélicos en el Sur y el Este del Mediterráneo van a desestabilizar cualquier estrategia
conjunta destinada a la conservación del medio marino y de su biodiversidad.
4. La presencia masiva de especies invasoras en las zonas de mayor biodiversidad del Mediterráneo
pondrá en riesgo la capacidad de resiliencia de esos hábitats de las especies endémicas.
5. No tener en cuenta o no contabilizar, en los modelos económicos de control del crecimiento,
el valor del capital natural, ni tampoco el valor de los servicios ecosistémicos que nos ofrece el
entorno mediterráneo.
Visión y acción de futuro para el Mediterráneo. 120
9
1. Estrategia Defensiva: En este escenario el Mediterráneo estaría
preparado para enfrentarse a las amenazas que le acechan. Una situa-
ción que ya hemos experimentado históricamente gracias a su resilien-
cia, pero en la actualidad el medio marino y su entorno es cada vez
más vulnerable e incapaz de afrontar más impactos.
2. Estrategia Ofensiva: En esta situación el Mediterráneo debe adop-
tar una estrategia de acción contundente, potenciando las fortalezas,
aprovechando las oportunidades y gestionando las amenazas.
3. Estrategia de Supervivencia: El entorno mediterráneo se enfren-
ta a amenazas externas sin las fuerzas internas necesarias para luchar
contra los impactos. Es lo que ocurre. En esta situación es necesario
ser consciente de nuestras debilidades para evitar más riesgos y pre-
pararse para reducir las amenazas, valorando los cambios que se pro-
ducen para potenciar las fortalezas y aprovechar las oportunidades.
4. Estrategia de reorientación: Aparecen oportunidades que hay que
aprovechar, pero el entorno mediterráneo carece de la preparación
adecuada. Será necesario cambiar de política, táctica o de acciones
porque las actuales no están dando los resultados esperados. Es lo
que debería ocurrir.
Con este conciso análisis final debemos de ser capaces de plantear
un escenario para el Mediterráneo que exige necesariamente la com-
binación de las 4 estrategias, con el fin de actuar sin demora frente a
los principales problemas ya descritos en el cuadro de DAFO y que
ahora sintetizamos a modo de conclusión final.
El uso sostenible del capital natural del Mediterráneo es esencial para
evitar la degradación de los ecosistemas marinos y litorales. Evitar más
lesiones no pueden lograrse únicamente con las estrategias políticas,
hay que actuar en el medio. Los retos ambientales del Mediterráneo
son entendibles desde una visión ecosistémica o más bien holística.
Desafíos que están extremadamente arraigados en los sistemas de
funcionamiento de nuestra sociedad globalizada de producción y con-
sumo. Afrontar estos retos requiere de un profundo cambio de cultura
y de manera de actuar. Ese cambio sólo puede suceder si somos capa-
ces de replantear nuestros valores, estilos de vida y en la forma en que
interactuamos con la naturaleza y el uso de sus recursos.
La mayoría de los estados del Mediterráneo han entendido este
gran desafío pues observan un futuro incierto frente a la realidad y
comprenden que nuestra supervivencia depende en gran medida de
la salud del mar. En este proceso es fundamental transformar nues-
tro modelo de desarrollo hacia una economía verde, la cual será el
eje vertebrador del desarrollo azul que nos puede llevar a la deseada
conciliación con el mar y sus ecosistemas, a promover un crecimiento
equilibrado con el bienestar humano y a la conservación de la biodi-
versidad.
El Mediterráneo, del cual somos parte, se enfrenta a importantes
desafíos, pero tenemos el conocimiento suficiente y las herramientas
para enfrentarnos a ellos y reducir la presión humana sobre este pre-
cioso lugar de la Tierra. Somos usufructuarios y responsables del buen
uso del Mar y debemos cambiar la forma en que vivimos y nos rela-
cionamos con Él. Recuperar los ecosistemas marinos para que estén
sanos y sean ecológicamente funcionales es una inversión inteligente
para nosotros y para las futuras generaciones. Anhelamos un mejor
devenir con esperanza, pero ello requiere una acción comprometida
y sinérgica entre los países, las empresas, las instituciones y los ciuda-
danos.
Somos proveedores y gestores de la información y el conocimiento
y hoy, más que nunca, debemos emprender una nueva singladura más
respetuosa y en paz con el Mediterráneo.
Visión y acción de futuro para el Mediterráneo. 121
10 Bibliografia.
10
Aarhus University, 2014. ‘Oxygen depletion in the Baltic Sea is ten
times worse than a century ago’, Science Daily (31 March) (www.scien-
cedaily.com/releases/2014/03/140331153616.htm).
Abdul Malak, D., Livingstone, S. R., Pollard, D., Polidoro,vB. A., Cu-
ttelod, A., Bariche ,Bilecenoglu, M., Carpenter, K. E., Colette, B. B.,
Francour, P., Goren, M., Kara, M. H., Massuti, E., Papaconstantinou, C.
and Tunesi, L., 2011, Overview of the Conservation Status of the Mari-
ne Fishes of the Mediterranean Sea, Gland, Switzerland and Malaga,
Spain: IUCN. vii + 61pp.
Adams, T. P., Miller, R. G. and Aleynik, D., 2014, ‘Offshore renewable
energy sites provide new habitat for marine species’ (http://ec.europa.
eu/environment/integration/ research/newsalert/pdf/370na3.pdf).
A guide to SGD interactions: from science to implementation. Inter-
national Council for Science. 2017.
Aguilar, A. and Lowry, L., 2013, ‘Monachus monachus. In: IUCN 2014.
IUCN. Red List of Threatened Species. Version 2014.1’ (www.iucnred-
list.org) accessed 21 June 2014.
AlixPartners, 2014, Change on the Horizon The 2014 Container
Shipping Outlook (http://www.alixpartners. com/en/Publications/
AllArticles/tabid/635/articleType/ArticleView/articleId/1087/Chan-
ge-on-the-horizon.aspx #sthash. WBj1M22y. 60YeZefD.dpuf).
Allemand, D. et al. Les écosystèmes marins dans la régulation du
climat. Fonds Français pour l’environnement Mondial- Paris-2015.
Andrady, A. L., 2011, ‘Microplastics in the marine environment’, Ma-
rine Pollution Bulletin 62(8), pp. 1 596–1 605.
ARCADIS, 2013, Pilot project ‘4 Seas’ — plastic recycling cycle and
marine environmental impact: Case studies on the plastic cycle and
its loopholes in the four European regional seas areas, Final report for
the European Commission, ARCADIS, Amsterdam, the Netherlands.
Barnes, D. K. A., Galgani, F., Thompson, R. C. and Barlaz, M., 2009,
‘Accumulation and fragmentation of plastic debris in global environ-
ments’, Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological
Sciences 364(1526), pp. 1 985–1 998.
Barnosky, A. D., Hadly, E. A., Bascompte, J., Berlow, E. L., Brown,
J. H., Fortelius, M., Getz, W. M., Harte, J., Hastings,A., Marquet, P.
A., Martinez, N. D., Mooers, A., Roopnarine, P., Vermeij, G., Williams,
J. W., Gillespie, R., Kitzes, J.,Marshall, C., Matzke, N. et al., 2012,
‘Approaching a state shift in Earth/’s biosphere’, Nature 486(7401),
pp. 52–58.
Barnosky, A. D., Matzke, N., Tomiya, S., Wogan, G. O. U., Swartz,
B., Quental, T. B., Marshall, C., McGuire, J. L., Lindsey, E. L., Maguire,
K. C., Mersey, B. and Ferrer, E. A., 2011, ‘Has the Earth’s sixth mass
extinction already arrived?’, Nature 471(7336), pp. 51–57.
Bjorndal, R. and Jackson, J., 2002, ‘Roles of sea turtles in marine
ecosystems: Reconstructing the past’, in: The Biology of Sea Turtles
Volume II, CRC Marine Biology Series, CRC Press, Boca Raton, Florida
(USA), pp. 259–273.
Bo, M., Angiolillo, M., Bava, S., Betti, F., Canese, S., Cattaneo-Vie-
tti, R., Cau, A., Priori, C., Sandulli, R., Santangelo, G., Tunesi, L. and
Bavestrello, G., 2014, ‘Fishing impact on Italian deep coral gardens
and management of these vulnerable marine ecosystems. In: UNEP/
MAP — RAC/SPA, 2014. Proceedings of the 1st Mediterranean Sym-
posium on the conservation of Dark Habitats (Portorož, Slovenia, 31
October 2014). LANGAR H., BOUAFIF C., OUERGHI A., edits., RAC/
SPA publ.,Tunis: 21–26.
BLOOM, D.E., “International Public Opinion on the Environment”.
Science, vol. 269, Oxford, 1995.
Cardinale, B. J., Duffy, J. E., Gonzalez, A., Hooper, D. U., Perrings,
C., Venail, P., Narwani, A., Mace, G. M., Tilman, D., Wardle, D. A.,
Kinzig, A. P., Daily, G. C., Loreau, M., Grace, J. B., Larigauderie, A.,
Srivastava, D. S. and Naeem, S., 2012, ‘Biodiversity loss and its impact
on humanity’, Nature 486(7401), pp. 59–67.
Bibliografia. 123
10
Carubelli, G., Fanelli, R., Mariani, G., Nichetti, S., Crosa, G., Calamari,
D. and Fattore, E., 2007, ‘PCB contamination in farmed and wild sea
bass (Dicentrarchus labrax L.) from a coastal wetland area in central
Italy’, Chemosphere 68(9),pp. 1 630–1 635.
Casale, P., 2011, ‘Sea turtle by-catch in the Mediterranean’, Fish and
Fisheries 12(3), pp. 299–316.
Cavanagh, R. C. and Gibson, C., 2007, Overview of the Conservation
Status of Cartilaginous Fishes (Chondrichthyans) in the Mediterranean
Sea, IUCN, Gland, Switzerland and Malaga, Spain.
CBD, 2000, ‘Global Strategy on Invasive Alien Species-Convention
on Biological Diversity. UNEP/CBD/SBSTTA/6/INF/9’ (https://www.
cbd.int/doc/meetings/sbstta/sbstta-06/information/sbstta-06-inf-09-
en.pdf) accessed 27 October2014.
CBD, 2014, An Updated Synthesis of the Impacts of Ocean Acidi-
fication on Marine Biodiversity. (Eds. S. Hennige, J.M. Roberts & P.
Williamson), Technical Series No. 75, Secretariat to the Convention on
Biological Diversity, Montreal.
Christensen, V., Coll, M., Piroddi, C., Steenbeek, J., Buszowski, J. and
Pauly, D., 2014, ‘A century of fish biomass decline in the ocean’, Marine
Ecology Progress Series 512, pp. 155–166.
Codina-García, M., Militão, T., Moreno, J. and González- Solís, J.,
2013, ‘Plastic debris in Mediterranean seabirds’, Marine Pollution Bu-
lletin 77(1–2), pp. 220–226.
Cole, M., Lindeque, P., Halsband, C. and Galloway, T. S., 2011, ‘Mi-
croplastics as contaminants in the marine environment: A review’, Ma-
rine Pollution Bulletin 62(12), pp. 2 588–2 597.
Collignon, A., Hecq, J.-H., Glagani, F., Voisin, P., Collard, F. and Go-
ffart, A., 2012, ‘Neustonic microplastic and zooplankton in the Nor-
th Western Mediterranean Sea’, Marine Pollution Bulletin 64(4), pp.
861–864.
Costanza, R., de Groot, R., Sutton, P., van der Ploeg, S., Anderson,
S. J., Kubiszewski, I., Farber, S. and Turner, R. K., 2014, ‘Changes in
the global value of ecosystem services’, Global Environmental Chan-
ge 26, pp. 152–158.
Declaración de Atenas de ratificación del Convenio para la Protec-
ción del Medio Marino y de la Región Costera del Mediterráneo -
(40 aniversario del Convenio de Barcelona y sus Protocolos). Grecia
– 2016.
Dictamen del Comité de las Regiones — Gobernanza multinivel en
la promoción de la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta
2020 y la aplicación de las Metas internacionales de Aichi - (2014/C
271/09). La gobernanza multinivel en materia de biodiversidad para
aplicar la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2020 y la
Decisión CDB X/22.
Diaz, R. J. and Rosenberg, R., 2008, ‘Spreading Dead Zones and
Consequences for Marine Ecosystems’, Science 321(5891), pp. 926–
929.
Duarte, C.M., Caraco.N.2005. Major role of marine vegetation on
the oceanic carbon cycle. Biogoeosciences. European Geosciencies
Union (EGU). 2005.
Duarte, C. M., Nixon, S., Fulweiler, R. W., Dennison, W. B., Valiela, I.,
Hughes, T. and Bordalba, N. M., 2009, Global loss of coastal habitats:
Rates, causes and consequences, 1st ed., Fundación BBVA, Bilbao.
Duarte, C.M., Férriz Murillo, I. and Royo Marí, L., 2012, Evaluación
de los ecosistemas del milenio de España, Seccion III, Capitulo 14:
Ecosistemas marinos, IMEDEA (CSIC-UIB), Departamento de Investi-
gación del Cambio Global, 23 de Marzo de 2012.
EC, 2012b, ‘Communication from the Commission to the European
Parliament and the Council- Action Plan for reducing incidental cat-
ches of seabirds in fishing gears (COM(2012) 665 final)’ (http://ec.eu-
ropa.eu/fisheries/cfp/fishingrules/seabirds/seabirds_communica-
tion_en.pdf) accessed 27 October 2014.
Bibliografia. 124
10
EC, 2012c, Commission Staff Working Document, ‘Links between
the Marine Strategy Framework Directive (MSFD 2008/56/EC) and the
Nature Directives (Birds Directive2009/147/EEC (BD) and Habitats Di-
rective 92/43/EEC (HD)), Interactions, overlaps and potential areas for
closer coordination’, 27 July 2012, http://ec.europa.eu/ environment/
nature/natura2000/marine/docs/FAQ20 final%202012-07-27.pdf.
EC, 2014e, Regulation (EU) No 1143/2014 of the European Parlia-
ment and of the Council of 22 October 2014 on the prevention and
management of the introduction and spread of invasive alien species.,
Regulation (EU) No 1143/2014.
EC, 2014f, Report from the Commission to the Council and the Eu-
ropean Parliament. The first phase of implementation of the Marine
Strategy Framework Directive (2008/56/EC) (COM (2014) 97 final).
Edgar, G. J., Stuart-Smith, R. D., Willis, T. J., Kininmonth, S., Baker, S.
C., Banks, S., Barrett, N. S., Becerro, M. A., Bernard, A. T. F., Berkhout,
J., Buxton, C. D., Campbell, S. J., Cooper, A. T., Davey, M., Edgar, S.
C., Försterra, G., Galván, D. E., Irigoyen, A. J., Kushner, D. J. et al.,
2014, ‘Global conservation outcomes depend on marine protected
areas with five key features’, Nature 506(7487), pp. 216–220.
EEA, 2012c, European waters — assessment of status and pressures.
EEA Report No 8/2012, European Environment Agency, Copenhagen,
Denmark.
EEA, 2012d, The impacts of invasive alien species in Europe. EEA
Technical report No 16/2012, European Environment Agency, Copen-
hagen, Denmark.
EEA, 2013c, Towards a green economy in Europe EU environmental
policy targets and objectives 2010–2050.EEA Report No 8/2013, Eu-
ropean Environment Agency, Copenhagen, Denmark.
EEA, 2015e, ‘Nutrients in transitional, coastal and marine waters (CSI
021/MAR 005) — Assessment published Mar 2015’ (http://www.eea.
europa.eu/data-and-maps/indicators/nutrients-in-transitional-coas-
tal-and-3/assessment).
EEA, 2015f, ‘Pathways of introduction of marine non‑indigenous
species (MAR 003) — Assessment published Mar 2015’ (http://www.
eea.europa.eu/dataand-maps/indicators/trends-in-marine-alien-spe-
cies/assessment).
European Commission, 2014b, ‘Communication from the Commis-
sion to the European Parliament, the Council, the European Economic
and Social Committee and the Committee of the Regions. Innovation
in the Blue Economy: realizing the potential of our seas and oceans
for jobs and growth.
Eurostat, 2012a, ‘Energy production and imports — Statistics Exp-
lained’ (http://epp.eurostat.ec.europa.eu/ Statistics explained/index.
php/Energy production and imports) accessed 11 November 2013.
Fabri, M. C., Pedel, L., Beuck, L., Galgani, F., Hebbeln, D.and Frei-
wald, A., 2014, ‘Megafauna of vulnerable marine ecosystems in French
mediterranean submarine canyons: Spatial distribution and anthro-
pogenic impacts’, Submarine Canyons: Complex Deep-Sea Environ-
ments Unravelled byMultidisciplinary Research 104(0), pp. 184–207.
Florensa, S. - L’Union pour la Méditerranée: enjeux et ambitions.
Directeur général Institut européen de la Méditerranée (IEMed), Bar-
celone - 2010.
Forcada, J., Aguilar, A., Hammond, P., Pastor, X. and Aguilar, R.,
1996, ‘Distribution and abundance of fin whales (Balaenoptera physa-
lus) in the western Mediterranean sea during the summer’, Journal of
Zoology 238(1), pp. 23–34.
Fossi, M. C., Coppola, D., Baini, M., Giannetti, M., Guerranti, C.,
Marsili, L., Panti, C., de Sabata, E. and Clò, S., 2014, ‘Large filter fe-
eding marine organisms as indicators of microplastic in the pelagic
environment: The case studies of the Mediterranean basking shark
(Cetorhinus maximus) and fin whale (Balaenoptera physalus)’, Marine
Environmental Research 100, pp. 17–24.
Galil, B. S., 2007, ‘Loss or gain? Invasive aliens and biodiversity in the
Mediterranean Sea’, Marine Pollution Bulletin 55(7-9), pp. 314–322.
Bibliografia. 125
10
Gall, S. C. and Thompson, R. C., 2015, ‘The impact of debris on
marine life’, Marine Pollution Bulletin (http://linkinghub. elsevier.com/
retrieve/pii/S0025326X14008571) accessed 23 February 2015.
Gascuel, D., Coll, M., Fox, C., Guénette, S., Guitton, J.,Kenny, A., Kni-
ttweis, L., Nielsen, J. R., Piet, G., Raid, T., Travers‑Trolet, M. and She-
pard, S., 2014, ‘Fishing impact and environmental status in European
seas: a diagnosis from stock assessments and ecosystem indicators’,
Fish and Fisheries, pp. 93–104.
GEF, 2012, Impacts of Marine Debris on Biodiversity: Current Status
and Potential Solutions, 67, Secretariat of the Convention on Biologi-
cal Diversity and the Scientific and Technical Advisory Panel — GEF.
Halpern, B. S., 2014, ‘Conservation: Making marine protected areas
work’, Nature 506(7487), pp. 167–168.
Halpern, B. S., Walbridge, S., Selkoe, K. A., Kappel, C. V.,Micheli, F.,
D’Agrosa, C., Bruno, J. F., Casey, K. S., Ebert, C., Fox, H. E., Fujita, R.,
Heinemann, D., Lenihan, H. S., Madin,E. M. P., Perry, M. T., Selig, E. R.,
Spalding, M., Steneck, R. and Watson, R., 2008a, ‘A Global Map of Hu-
man Impact onMarine Ecosystems’, Science 319(5865), pp. 948–952.
Halpern, B. S., Walbridge, S., Selkoe, K. A., Kappel, C. V.,Micheli, F.,
D’Agrosa, C., Bruno, J. F., Casey, K. S., Ebert, C., Fox, H. E., Fujita, R.,
Heinemann, D., Lenihan, H. S., Madin,E. M. P., Perry, M. T., Selig, E. R.,
Spalding, M., Steneck, R.and Watson, R., 2008b, ‘A Global Map of Hu-
man Impact on Marine Ecosystems’, Science 319(5865), pp. 948–952.
Hattam, C., Atkins, J. P., Beaumont, N., Bӧrger, T., Bӧhnke- Henrichs,
A., Burdon, D., Groot, R. de, Hoefnagel, E., Nunes, P. A. L. D., Pi-
wowarczyk, J., Sastre, S. and Austen, M. C., 2015, ‘Marine ecosystem
services: Linking indicators to their classification’, Ecological Indica-
tors 49, pp. 61–75.
Hooper, D. U., Adair, E. C., Cardinale, B. J., Byrnes, J. E. K., Hunga-
te, B. A., Matulich, K. L., Gonzalez, A., Duffy, J. E., Gamfeldt, L. and
O’Connor, M. I., 2012, ‘A global synthesis reveals biodiversity loss as
a major driver of ecosystem change’, Nature (http://www.nature.com/
doifinder/10.1038/nature11118) accessed 10 October2014.
Horizon 2020 Mediterranean report. Toward shared environmental
information systems EEA-UNEP/MAP joint report. 2014.
Hoyt, E., 2003, The Best Whale Watching in Europe: A guide to see-
ing whales, dolphins and porpoises in all European waters, WDCS,
Unterhaching, Germany.
Informe sobre la 19ª reunión ordinaria de las Partes Contratantes
del Convenio para la Protección del Medio Marino y de la Región
Costera del Mediterráneo y sus Protocolos. Atenas, Grecia - 2016.
Integrated Monitoring and Assessment Programme of the Medite-
rranean Sea and Coast and Related Assessment Criteria. UN Environ-
ment/MAP Athens, Greece -2017.
IPCC, 2013, Summary for Policymakers. In: Climate Change 2013:
The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the
Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Clima-
te Change, Intergovernmental Panel on Climate Change, Cambrid-
ge University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY,
USA.
IPPC, 2014: Climate Change 2014: Synthesis Report. Contribution
of Working Groups I, II and III to the fifth Assessment Report of the
Intergovernmental Panel on Climate Change. Pauchauri, R.K.; Meyer,
L.A.. IPCC. Geneva, Switzerland.
Isosaari, P., Hallikainen, A., Kiviranta, H., Vuorinen, P. J., Parmanne, R.,
Koistinen, J. and Vartiainen, T., 2006, ‘Polychlorinated dibenzo-p-dio-
xins, dibenzofurans, biphenyls, naphthalenes and polybrominated di-
phenylethers in the edible fish caught from the Baltic Sea and lakes in
Finland’, Environmental Pollution 141(2), pp. 213–225.
IUCN, 2008, The2008 IUCN Red List Update — State of the world’s
species, Fact sheet, IUCN, Gland, Switzerland and Cambridge, Uni-
ted Kingdom.
IUCN, 2012a, IUCN Red List Categories and Criteria: Version 3.1.
Second edition, IUCN, Gland, Switzerland and Cambridge, United
Kingdom: IUCN.
Bibliografia. 126
10
IUCN, 2012b, Marine Mammals and Sea Turtles of the Mediterranean
and Black Seas, IUCN, Gland, Switzerland and Malaga, Spain: IUCN.
Ivar do Sul, J. A. and Costa, M. F., 2014, ‘The present and future of
microplastic pollution in the marine environment’, Environmental Po-
llution 185, pp. 352–364.
Jackson, E. L., Rees, S. E., Wilding, C. and Attrill, M. J., 2015, ‘Use of
a seagrass residency index to apportion commercial fishery landing
values and recreation fisheries expenditure to seagrass habitat servi-
ce’, Conservation Biology: The Journal of the Society for Conservation
Biology.
Jackson, J. B. C., 2008, ‘Ecological extinction and evolution in the
brave new ocean’, Proceedings of the National Academy of Sciences
105(Supplement 1), pp. 11 458–11 465.
Jackson, J. B. C., Alexander, K. and Sala, E., eds., 2011, Shifting ba-
selines: the past and the future of ocean fisheries, Island Press, Was-
hington, DC.
Jackson, J. B. C., Kirby, M. X., Berger, W. H., Bjorndal, K. A., Bots-
ford, L. W., Bourque, B. J., Bradbury, R. H., Cooke, R., Erlandson, J.,
Estes, J. A., Hughes, T. P., Kidwell, S., Lange, C. B., Lenihan, H. S.,
Pandolfi, J. M., Peterson, C. H., Steneck, R. S., Tegner, M. J. and War-
ner, R. R., 2001a, ‘Historical Overfishing and the Recent Collapse of
Coastal Ecosystems’, Science 293(5530), pp. 629–637.
Jordà, G., Marbà, N. and Duarte, C. M., 2012, ‘Mediterranean sea-
grass vulnerable to regional climate warming’, Nature Climate Change
2(11), pp. 821–824.
Katsanevakis, S., Coll, M., Piroddi, C., Steenbeek, J., Ben Rais Las-
ram, F., Zenetos, A. and Cardoso, A. C., 2014, ‘Invading the Mediterra-
nean Sea: biodiversity patterns shaped by human activities’, Frontiers
in Marine Science 1 (http:// journal.frontiersin.org/article/10.3389/
fmars.2014.00032/ abstract) accessed 23 February 2015.
Konstantinos Tsagarakis, Ana Carbonell, Jure Brcic, Jose M. Belli-
do, Pierluigi Carbonara, Loredana Casciaro, Alexius Edridge, Teresa
García, Maria González, Svjetlana Krstulovic Šifner, Athanassios Ma-
chias, Emilio Notti, Georgia Papantoniou, Antonello Sala, Frane Škel-
jo, Sergio Vitale and Vassiliki Vassilopoulou, 2017. Old Info for a New
Fisheries Policy: Discard Ratios and Lengths at Discarding in EU Me-
diterranean Bottom Trawl Fisheries. Frontiers in Marine Science. April
2017. Volume 4. Article 99. https://doi.org/10.3389/fmars.2017.00099.
Lauriano, G., Paniga, S., Fortuna, C., Holcer, D., Filideijr, E., Pieran-
tonio, N. and Donovan, G., 2011, Monitoring density and abundance
of cetaceans in the seas around Italy through aerial surveys: a sum-
mary contribution to conservation and the future ACCOBAMS survey,
Meeting of the IWC Scientific committee, 63.
Lauriano, G., Panigada, S., Canneri, R., Zeichen, M. and Notarbar-
tolo-di-Sciara, G., 2010, ‘Abundance estimate of striped dolphins Ste-
nella coeruleoalba) in the Pelagos Sanctuary (NW Mediterranean Sea)
by means of line transect survey’, Journal of Cetacean Research and
Management 11(3), pp. 279–283.
Lavalle, C. et al Coastal Zones Policy alternatives impacts on Euro-
pean Coastal Zones 2000 – 2050. Institute for environment and sus-
tainability. 2013.
Lazar, B., Graˇcan, R., Katić, J., Zavodnik, D., Jaklin, A. and Tvrtković,
N., 2011, ‘Loggerhead sea turtles (Caretta caretta) as bioturbators in
neritic habitats: an insight through the analysis of benthic molluscs in
the diet’, Marine Ecology 32(1), pp. 65–74.
Lejeusne, C., Chevaldonné, P., Pergent-Martini, C.,Boudouresque,
C. Mediterranean Sea’, Trends in Ecology & Evolution 25(4), pp. 250–
260.
Lotze, H. K., Lenihan, H. S., Bourque, B. J., Bradbury, R. H., Cooke,
R. G., Kay, M. C., Kidwell, S. M., Kirby, M. X., Peterson, C. H. and Jac-
kson, J. B. C., 2006, ‘Depletion, Degradation, and Recovery Potential
of Estuaries and Coastal Seas’, Science 312(5781), pp. 1 806–1 809.
Bibliografia. 127
10
Ludwig, W., Dumont, E., Meybeck, M. and Heussner, S.,2009, ‘Ri-
ver discharges of water and nutrients to the Mediterranean and Black
Sea: Major drivers for ecosystem changes during past and future de-
cades?’, Progress in Oceanography 80(3–4), pp. 199–217.
Maes, J., Teller, A., Erhard, M., Liquete, C., Braat, L., Berry, P., Egoh,
B., Puydarrieux, P., Fiorina, C., Santos, F.,Paracchini, M. L., Keune, H.,
Wittmer, H., Hauck, J., Fiala, I., Verburg, P. H., Condé, S., Schägner,
J. P., San Miguel, J. et al., 2013, Mapping and Assessment of Ecosys-
tems and their Services: An Analytical Framework for Ecosystem As-
sessments under Action 5 of the EU Biodiversity Strategy to 2020,
Publications Office of the European Union, Luxembourg. (http://www.
citeulike.org/group/15400/article/12631986) accessed 28 May 2014.
Maes, J., Teller, A., Erhard, M., Murphy, P., Paracchini, M. L., Barredo,
J. I., Grizzetti, B., Cardoso, A., Somma, F., Petersen, J.-E., Meiner, A.,
Gelabert, E. R., Zal, N., Kristensen, P., Bastrup-Birk, A., Biala, K., Ro-
mao, C., Piroddi, C., Egoh, B. et al., 2014, Mapping and Assessment of
Ecosystems and their Services: Indicators for Ecosystem Assessments
under Action 5 of the EU Biodiversity Strategy to 2020, Publications
Office of the European Union, Luxembourg.
Maes, J., Teller, A., Erhard, M., Murphy, P., Paracchini, M. L., Barredo,
J. I., Grizzetti, B., Cardoso, A., Somma, F., Petersen, J.-E., Meiner, A.,
Gelabert, E. R., Zal, N., Kristensen, P., Bastrup-Birk, A., Biala, K., Ro-
mao, C., Piroddi, C., Egoh, B. et al., 2014, Mapping and Assessment of
Ecosystems and their Services: Indicators for Ecosystem Assessments
under Action 5 of the EU Biodiversity Strategy to 2020, Publications
Office of the European Union, Luxembourg.
Margalef, R. Teoria de los sistemas ecológicos. Univesidad de Bar-
celona, 1993.
Milieu, IEEP and ICF, Evaluation Study to support the Fitness Check
of the Birds and Habitats Directives, March 2016.
Mangos, A., Bassino, J.-P. and Sauzade, D., 2010, The Economic Va-
lue of Sustainable Benefits Rendered by the Mediterranean Marine
Ecosystems, Blue Plan Papers, 8, Plan Bleu, Valbonne.
Martí-Cid, R., Bocio, A., Llobet, J. M. and Domingo, J. L., 2007, ‘In-
take of chemical contaminants through fish and seafood consumption
by children of Catalonia, Spain:health risks’, Food and Chemical To-
xicology: An International Journal Published for the British Industrial
Biological Research Association 45(10), pp. 1968–1974.
Martín, J., Puig, P., Palanques, A. and Ribó, M., 2014, ‘Trawling-in-
duced daily sediment resuspension in the flank of a Mediterranean
submarine canyon’, Deep Sea Research Part II: Topical Studies in
Oceanography 104, pp. 174–183. MCCIP, 2013, Marine Climate Chan-
ge Impacts Report Card 2013, Summary Report, MCCIP, Lowestoft.
Micheli, F., Halpern, B. S., Walbridge, S., Ciriaco, S., Ferretti, F., Fras-
chetti, S., Lewison, R., Nykjaer, L. and Rosenberg, A. A., 2013, ‘Cu-
mulative Human Impacts on Mediterranean and Black Sea Marine
Ecosystems: Assessing Current. Pressures and Opportunities ‘Mea-
dor, J. P. (ed)’, PLoS ONE 8(12), pp. e79889.
Monitoring the application of Union law - 2014 Annual Report.
Narayanaswamy,, B. E., Coll,, M., Danovaro,, R., Davidson,K., Oja-
veer,, H. and Renaud,, P. E., 2013, ‘Synthesis of Knowledge on Marine
Biodiversity in European Seas: From Census to Sustainable Manage-
ment’, PLoS ONE 8(3), pp. e58909.
Norton, D. and Hynes, S., 2014, ‘Valuing the non-market benefits ari-
sing from the implementation of the EU Marine Strategy Framework
Directive’, Ecosystem Services 10, pp. 84–96.
Occhipinti-Ambrogi, A., Marchini, A., Cantone, G., Castelli, A., Chi-
menz, C., Cormaci, M., Froglia, C., Furnari, G., Gambi, M. C., Giac-
cone, G., Giangrande, A., Gravili, C., Mastrototaro, F., Mazziotti, C.,
Orsi-Relini, L. and Piraino, S., 2010, ‘Alien species along the Italian
coasts: an overview’, Biological Invasions 13(1), pp. 215–237.
Bibliografia. 128
10
Ojaveer, H., Galil, B. S., Minchin, D., Olenin, S., Amorim, A., Can-
ning-Clode, J., Chainho, P., Copp, G. H., Gollasch, S., Jelmert, A., Le-
htiniemi, M., McKenzie, C., Mikuš, J., Miossec, L., Occhipinti-Ambrogi,
A., Pećarević, M.,Pederson, J., Quilez-Badia, G., Wijsman, J. W. M. et
al., 2014, ‘Ten recommendations for advancing the assessment and
management of non-indigenous species in marineecosystems’, Mari-
ne Policy 44, pp. 160–165.
Olenin, S., Alemany, F., Cardoso, A. C., Gollasch, S.,Goulletquer, P.,
Lehtiniemi, M., McCollin, T., Minchin, D., Miossec, L., Ambrogi, A. O.,
Ojaveer, H., Jensen, K. R., Stankiewicz, M., Wallentinus, I. and Alek-
sandrov, B., 2010, Marine Strategy Framework Directive- Task Group
2 Report Non-indigenous Species, Office for Official Publications of
the European Communities, Luxembourg.
OSPAR Commission, 2008, Case Reports for the OSPAR List of
threatened and/or declining species and habitats.
OSPAR Commission, 2009, ‘Background Document for Roseate tern
Sterna dougallii’ (http://qsr2010.ospar.org/media/assessments/Spe-
cies/P00415_roseate_tern.pdf) accessed 8 August 2014.
OSPAR, 2009a, Overview of the impacts of anthropogenic underwa-
ter sound in the marine environment, 441/2009.
OSPAR Convention for the Protection of the Marine Environment of
the North- East Atlantic, London, United Kingdom.
Panigada, S., Lauriano, G., Burt, L., Pierantonio, N. and Donovan, G.,
2011, ‘Monitoring Winter and Summer Abundance of Cetaceans in the
Pelagos Sanctuary (Northwestern Mediterranean Sea) Through Aerial
Surveys’, PLoS ONE 6(7), pp. e22878.
Pergent, G., Semroud, R., Djellouli, A., Langar, H. and Duarte, C. M.,
2010, Posidonia oceanica, The IUCN Red List of Threatened Species.
Version 2014.
Perrot, T., Rossi, N., Ménesguen, A. and Dumas, F., 2014, ‘Modelling
green macroalgal blooms on the coasts of Brittany, France to enhance
water quality management’,Journal of Marine Systems 132, pp. 38–53.
Petersen, J.E & Gocheva, K (leads), Russi, D., ten Brink P., Cools, J.,
Mayes, D., Zamparutti, T., Haines-Young, R., & De Nocker, L., 2014
MAES Pilot Study on Natural Capital Accounting- First Complete
Draft for Consultation- January 2014. http://projects.eionet.europa.
eu, Draft reference document on Natural Capital Accounting, acces-
sed 25 September 2014.
Peter H. Gleick, Water Program, Pacific Institute, Oakland, CA/USA.
“Water, Drought, Climate Change, and Conflict in Syria”.2014).
Preventing Paper Parks: How to make the EU Nature Laws work |
WWF/ UE 2017.
Proelss, A. and Houghton, K., 2012, ‘The EU Common Fisheries Po-
licy in light of the precautionary principle’, Ocean & Coastal Manage-
ment 70, pp. 22–30.
Puig, P., Canals, M., Company, J. B., Martín, J., Amblas, D., Lastras,
G., Palanques, A. and Calafat, A. M., 2012, ‘Ploughing the deep sea
floor’, Nature 489(7415), pp. 286–289.
Rice, J., Arvanitidis, C., Borja, A., Frid, C., Hiddink, J., Krause, J., Lo-
rance, P., Ragnarsson, S. Á., Sköld, M. and Trabucco, B., 2010, Marine
Strategy Framework Directive — Task Group 6 Report Seafloor Inte-
grity, Office for Official Publications of the European Communities,
Luxembourg.
Schellnhuber, H. J., Nykvist, B., de Wit, C. A., Hughes, T., van der
Leeuw, S., Rodhe, H., Sörlin, S., Snyder, P. K., Costanza, R., Svedin, U.
et al., 2009, ‘A safe operating space for humanity’, Nature 461(7263),
pp. 472–475.
ROADMAP/MEDPAN - Towards a comprehensive, ecologically re-
presentative, effectively connected and efficiently managed network
of Mediterranean Marine Protected Areas by 2020.
Rogers, A. D., Sumaila, U. R., Hussein, S. and Baulcomb, C., 2014,
The High Seas and Us: Understanding the Value of High‑Seas Ecosys-
tems, Global Ocean Commission, Oxford, United Kingdom.
Bibliografia. 129
10
RPA, 2013, Anti-Littering Instruments: Feasibility study of introdu-
cing instruments to prevent littering — Final report for the European
Commission, ENV.D.2/ETU/2011/0042.
Ruckelshaus, M., Doney, S. C., Galindo, H. M., Barry, J. P.,Chan, F.,
Duffy, J. E., English, C. A., Gaines, S. D., Grebmeier, J. M., Hollowed,
A. B., Knowlton, N., Polovina, J., Rabalais, N. N., Sydeman, W. J. and
Talley, L. D., 2013, ‘Securing ocean benefits for society in the face of
climate change’, Marine Policy 40(0), pp. 154–159.
State of Europe’s seas. European Environment Agency- 2015.
State of nature in the EU Results from reporting under the nature
directives 2007–2012 – EEU - 2015.
Status of implementation of the protocol concerning specially pro-
tected areas and biological diversity in the Mediterranean - SPA/BD
PROTOCOL – UNEP RAC/SPA - Tunis, 2013.
Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries
(STECF), 2013a, ‘Evaluation of Fishing Effort Regimes in European
Waters — Part 2 (STECF-13-21)’ (http://stecf. jrc.ec.europa.eu/docu-
ments/43805/653873/2013-11_STECF+13-21+-+Evaluation+of+Fishin-
g+Effort+Regimes_JRC86088.pdf).
Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries (STECF),
2013b, The 2013 Annual Economic Report on the EU Fishing Fleet
(STECF 13-15).
Steffen, W., Broadgate, W., Deutsch, L., Gaffney, O. and Ludwig, C.,
2015, ‘The trajectory of the Anthropocene: The Great Acceleration’,
The Anthropocene Review 2(1), pp. 81–98.
Steffen, W., Richardson, K., Rockstrom, J., Cornell, S. E.,Fetzer, I.,
Bennett, E. M., Biggs, R., Carpenter, S. R., de Vries, W., de Wit, C. A.,
Folke, C., Gerten, D., Heinke, J.,Mace, G. M., Persson, L. M., Ramana-
than, V., Reyers, B. and Sorlin, S., 2015, ‘Planetary boundaries: Guiding
humandevelopment on a changing planet’, Science 347(6223),pp. 1
259 855–1 259 855.
Streftaris, N., Zenetos, A. and Papathanassiou, E., 2005, ‘Globalisa-
tion in Marine Ecosystems: The Story of Non‑indigenous Marine Spe-
cies Across European Seas’, in: Gibson, R. N., Atkinson, R. J. A., and
Gordon, J. D. M. (eds), Oceanography and Marine Biology: An Annual
Review, CRC Press, Boca Raton, FL, pp. 419–453.
Symes, D., 1997, ‘The European Community’s common fisheries po-
licy’, Ocean & Coastal Management 35(2–3), pp. 137–155.
Tempesta M., Otero M. 2013. Guide for quick evaluation of manage-
ment in Mediterranean MPAs. WWF Italy, IUCN. 68 pp.
Ten Brink, P., Badura, T., Bassi, S., Daly, E., Dickie, I., Ding, H., Gan-
tioler, S., Gerdes, H., Kettunen, M., Lago, M., Lang, S., Markandya,
A., Nunes, P. A. L. D., Pieterse, M., Rayment, M. and Tinch, R., 2011,
Estimating the Overall Economic Value of the Benefits Provided by
the Natura 2000 Network, Final Report to the European Commission,
DG Environment on Contract ENV.B.2/SER/2008/0038, IEEP / GHK /
Ecologic, Brussels.
Ten Brink, P., Mazza, L., Badura, T., Kettunen, M. and Withana, S.,
2012, Nature and its Role In the Transition to a Green Economy, Ins-
titute for European Environmental Policy (IEEP), London, the United
Kingdom, and Brussels,Belgium.
Tinch, R., Mathieu, L., Soutukorva, Å., Interwies, E., Brouwer, R.,
Tinch, D., Görlitz, S. and Raatikainen, N., 2012, Recreational benefits
of reductions of litter in the marine environment- Final report, eftec,
London, United Kingdom.
Travis, J., Coleman, F. C., Auster, P. J., Cury, P. M., Estes, J. A., Oren-
sanz, J., Peterson, C. H., Power, M. E., Steneck, R. S. and Wootton, J.
T., 2014, ‘Integrating the invisible fabric of nature into fisheries ma-
nagement’, Proceedings of the National Academy of Sciences 111(2),
pp. 581–584.
Ubach, R. and Abdulmalak, D. Developing conceptual framework
for ecosystem mapping and ecosystem status indicator. UAB and
UMA. Mapping Marine Ecosystems. 2013.
Bibliografia. 130
10
UN, 2012, ‘The future we want. Resolution adopted by the General
Assembly on 27 July 2012.’ (https://sustainabledevelopment.un.org/
futurewewant.html).
UNEP/MAP (2016). Mediterranean Strategy for Sustainable Develop-
ment 2016-2025. Valbonne. Plan Bleu, Regional Activity Centre.
Worm, B., Barbier, E. B., Beaumont, N., Duffy, J. E., Folke, C., Hal-
pern, B. S., Jackson, J. B. C., Lotze, H. K., Micheli, F., Palumbi, S. R.,
Sala, E., Selkoe, K. A., Stachowicz, J. J. and Watson, R., 2006, ‘Im-
pacts on Biodiversity Loss on Ocean Ecosystem Services’, Science
314(5800), pp. 787–790.

UNEP/MAP: State of the Mediterranean Marine and Coastal Environ- Wurtz, M., 2010, Mediterranean Pelagic Habitat: Oceanographic
ment, UNEP/MAP – Barcelona Convention, Athens, 2012. and Biological Processes, An Overview, Gland, Switzerland and Ma-
laga, Spain: IUCN.
UNEP, 2009, Marine Litter: A Global Challenge, Nairobi.
WWF, 2014, ‘Marine problems: Tourism & coastal development’
UNEP, 2014, ‘Tourism’s Three Main Impact Areas’ (http://www.unep. (http://wwf.panda.org/about_our_earth/blue_planet/problems/tou-
org/resourceefficiency/Business/SectoralActivities/Tourism/Facts rism/) accessed 30 June 2014.
and Figures about Tourism/Impacts of Tourism/Environmental Im-
pacts/ Tourisms Three Main Impact Areas/tabid/78776/Default. aspx)
accessed 30 June 2014.
Van Denderen, P. D., van Kooten, T. and Rijnsdrop, A. D., 2013,
‘When Does Fishing Lead to More Fish? Community Consequences of
Bottom Trawl Fisheries in Demersal Food Webs’, Proceedings of the
Royal Society B: Biological Sciences 280(1769), pp. 20131883.
Van der Graaf, A., Ainslie, M., André, M., Brensing, K., Dalen, J.,
Dekeling, R., Robinson, S., Tasker, M., Thomsen, F. and Werner, S.,
2012, European Marine Strategy Framework Directive — Good Envi-
ronmental Status (MSFD GES): Report of the Technical Subgroup on
Underwater noise and other forms of energy., Milieu Ltd., Lelystad.
Walther, Y. M. and Möllmann, C., 2014, ‘Bringing integrated ecosys-
tem assessments to real life: a scientific framework for ICES’, ICES
Journal of Marine Science: Journal du Conseil 71(5), pp. 1 183–1 186.
Working Group on Economic and Social Assessment, 2010, ‘Eco-
nomic and social analysis for the initial assessment for the Marine
Strategy Framework Directive: A guidance document’ (https://www.
havochvatten.se/download/18.64f 5b3211343cffddb2800021986/Fi-
nal+report+WG+ESA+Guidance+Document+no+1.pdf).

Bibliografia. 131
 Un proyecto realizado por:
Natural Advice, S.L. con la colaboración de la Fundación Mar
y el Centro de Actividad Regional, para el Consumo y la
Producción Sostenibles (SCP/RAC, PAM - PNUMA).

Financiado por: