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REYNOSO, Candela

El abandono de persona, desde la imputación objetiva.

Hipótesis: En el delito de abandono de persona se crea un riesgo jurídicamente


desaprobado (que es el abandono propiamente dicho), a raíz del cual se produce un
resultado atribuible a dicha conducta (el abandono de la persona que se debe mantener o
cuidar), produciendo de esta manera una elevación del riesgo permitido.

Introducción

El presente trabajo de investigación versa sobre la imputación objetiva, acerca del delito
titulado bajo el nombre de “abandono de personas”, que se encuentra previsto en nuestro
Código Penal en los artículos 106 y 107. Examinaré al supuesto típico presentado en el
mentado Código, que establece “abandonando a su suerte a una persona incapaz de
valerse y a la que el autor deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya
incapacitado”.

Desarrollo

La teoría de la imputación objetiva

En primer lugar, resulta necesario introducirnos en el surgimiento de la teoría de la


imputación objetiva, la cual nace con el fundamento de intentar dar respuestas y soluciones
adecuadas, para aquellos casos en los cuales no podían ser resueltos, a través de las
teorías de equivalencias, o de la teoría de la adecuación. 1

La imputación objetiva es la atribución de una acción a un resultado, cuando esa acción


crea un peligro no permitido o jurídicamente desaprobado, siendo dicho resultado correlato
lógico del riesgo creado, es decir, de la concreción de dicho peligro.

Es decir que se trata de: a) imputar objetivamente a una persona la realización de una
conducta y; b) en caso exista dicho el resultado típico, que este pueda serle atribuido a esta
conducta.

En la doctrina se ha establecido dos grandes principios que constituyen la columna vertebral


de la imputación que son:

a) Un resultado causado por el agente sólo se puede imputar al tipo objetivo si la conducta
del autor ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto por un riesgo permitido y ese
peligro también se ha realizado en el resultado concreto.

1 Righi Esteban, Derecho Penal Parte General, Albedoperrot, Buenos Aires, Edición 2019,
b) Si el resultado se presenta como realización de un peligro creado por el autor, por regla
general es imputable, de modo que se cumple el tipo objetivo.

Se puede decir que la imputación al tipo objetivo presupone la realización de un peligro


creado por el autor y no cubierto por un riesgo permitido dentro del alcance del tipo. 2

Una vez dada dicha definición, procederemos a desarrollar el tema que nos compete en el
presente trabajo: “El abandono de personas“.

El tipo penal: “Abandono de Personas”

El tipo penal a analizar en el presente trabajo, se encuentra descrito en el capítulo VI de


nuestro Código Penal de la Nacion, más precisamente en los artículos 106 y 107. El mismo
se encuentra reglado el delito de abandono de personas, bajo el título “Delitos contra las
personas”.

Nuestro código dispone: “El que pusiere en peligro la vida o salud de otro, sea colocándolo
en situación de desamparo, sea abandono a su suerte a una persona incapaz de valerse y
a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado, será
reprimido con prisión de 2 a 6 años” 3

La configuración del riesgo no permitido en este tipo especial.

La creación de un riesgo no permitido equivale a infracción de deber, por lo que en el tipo


analizado en el presente trabajo, para la conformación del delito es indispensable la “puesta
en peligro de la vida o la salud de otro”, ya sea colocándolo en situación de desamparo, o
sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que el sujeto activo
deba mantener o cuidar, o a la que el mismo autor haya incapacitado.

Al colocar en situación de desamparo o abandonar a una persona incapaz de valerse por sí


misma, cuando el sujeto activo es quien debe mantener o cuidar de la misma, deja en
evidencia la configuración de un riesgo no permitido, puesto que se produce una omisión de
conducta de cuidado para con esa persona .

Como bien sabemos, se excluye la imputación objetiva cuando la acción que causalmente
ha producido el resultado no supera los límites del riesgo permitido. Son riesgos que una
sociedad tolera porque los considera necesarios para su desarrollo social.

2 Roxin, C (2002) La imputación al tipo objetivo. En Imputación objetiva y antijuridicidad. Estudios de


Derecho Penal. Primera edición. Editorial Jurídica Bolivariana.
3 Código Penal de la Nacion (art. 106,) ley 11179
En el tipo analizado no hay un riesgo permitido, sino que hay una configuración de un riesgo
NO permitido.

Para Jakobs “deja de estar permitido aquel comportamiento que el propio Derecho define
como no permitido, prohibiéndolo ya por su peligrosidad concreta o abstracta, incluso bajo
amenaza de pena o de multa administrativa. A través del establecimiento de la prohibición
de la puesta en peligro –que cuando menos es de carácter abstracto- el comportamiento
queda excluido del ámbito de lo socialmente adecuado, y se define como perturbación de la
vida social; esto acontece por la simple realización de un comportamiento así configurado
sin tener en cuenta el resultado que produce”

Es así que podemos decir que este delito requiere una puesta en peligro efectiva de la
vida o la salud de la víctima, por lo que constituye un delito de peligro concreto, o dicho
de otro modo, de resultado de peligro.

Un delito de peligro concreto, es aquel que se da en caso de que la ley exija que el objeto
de bien jurídico efectivamente entre en peligro. Los delitos de peligro concreto son delitos
de resultado, pero no exigen un daño o una lesión, sino un peligro cierto, que debe ser
analizado y probado en cada caso.

En esta especie de delitos no alcanza con la acción u omisión peligrosa, sino que es
indispensable que la acción haya generado un resultado específico de peligro, es decir, una
situación real de peligro sobre el objeto de bien jurídico. En el caso del abandono de
personas, los bienes jurídicos puestos en peligro son la vida y la salud.

En el delito de abandono de persona, el legislador ha protegido esos bienes jurídicos contra


acciones y omisiones que implican generar situaciones de peligro. Entonces, lo que se
castiga no es un accionar que provoque un resultado mortal o una lesión dolosa o
imprudente– sino el que causa una situación real de peligro. Este delito no se basa
únicamente en el desvalor de la acción (es decir, en la acción u omisión contraria a la
norma), sino que el abandono requiere también el desvalor del resultado que sería el peligro
que corre la vida o la salud de la víctima.

Cabe agregar que para que el tipo se configure plenamente, el abandono o el desamparo,
previstos como modalidades típicas, tienen que haber puesto en peligro la vida o la salud de
la víctima, ya que sin este resultado, la conducta del sujeto activo podría constituir una
tentativa siempre que haya obrado con dolo, de lo contrario, se produciría hecho atípico.

Por otra parte, se debe demostrar la relación de causalidad entre la acción u omisión y
el peligro real producido –causalidad física–, así como también que, dicho peligro debe
ser consecuencia del riesgo jurídicamente desaprobado creado por la acción u omisión –
imputación objetiva–.

Es así, que podemos decir que las acciones típicas consisten en “desamparar” o
“abandonar”y con ello queda configurado el “desvalor de la acción”.

Por otro lado, resulta un elemento indispensable el peligro para que el tipo se configure,
dado que el mismo establece que en todo supuesto de abandono debe existir una situación
de peligro para la víctima.

Conclusión

En conclusión, como bien dijimos a lo largo del presente trabajo, aunque vale la pena
resaltar nuevamente, el delito de abandono de persona puede configurarse, conforme los
artículos 106 a 108 del Código Penal de formas distintas: por un lado poniendo en peligro la
vida y/o la salud de un tercero, a través del desamparo, y por el otro abandonando a su
suerte a una persona incapaz de valerse, y a la que el autor deba mantener o cuidar (figura
del garante).

El primer supuesto consiste en una acción, y el otro supuesto puede tratarse de una acción
o una omisión: omitir la prestación de la ayuda, el auxilio o la asistencia a quien se tiene,
jurídicamente, el deber de cuidar, sin que resulte imprescindible que haya una separación o
alejamiento espacial del autor.

Es así que, podemos decir que estamos frente a un tipo penal que tiene por objetivo
resguardar la vida y la salud de las personas.

Por otro lado, como lo mencionamos a lo largo de trabajo, también se encuentra


estructurado como delito de peligro concreto, y es por eso que para que el mismo se
configure, no es suficiente con la acción u omisión previstas en la ley, sino que se debe
generar un peligro cierto para la vida o la salud de la víctima, debiendo demostrarse que
este resultado de peligro, es consecuencia del riesgo jurídicamente desaprobado, que ha
generado el autor, a través de su acción u omisión.

Desde lo subjetivo, podemos decir que se trata de un delito doloso, pero no es necesario
una finalidad o intención especial, sino que resulta perfectamente compatible con el dolo
eventual.

Asimismo, mientras que en el desamparo cualquier persona puede ser sujeto activo del
delito, en el caso del abandono, se exige que el autor tenga posición de garante respecto
del sujeto pasivo cuya vida o salud se pone en riesgo.
En el delito de abandono de persona, sólo puede reputarse como fuente de la posición de
garante a la ley, aunque en el concepto de ley, no se incluye sola la ley formal emanada del
Congreso de la Nación, sino cualquier norma jurídica que establezca un deber de protección
o vigilancia.

La aceptación voluntaria y la conducta precedente, constituyen fuentes de la posición de


garante, sólo porque tienen base legal. Por el contrario, la comunidad de vida y la
comunidad de peligro, no constituyen fuentes de la posición de garante, excepto que en el
caso concreto surja que en realidad haya existido una aceptación voluntaria del nombrado
deber.
Bibliografía

-Jakobs, G., La imputación objetiva en derecho penal, Buenos Aires, Ad Hoc, 1996.

-Zaffaroni, E. R., Alagia, A., y Slokar, A, Derecho Penal, Parte General, Buenos Aires, Ediar,
2010.

-Righi, Derecho Penal Parte General, 2008

-Código Penal De la Nacion, ley 11179

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