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DE ALTAMIRA (2012-2014)
VOLUMEN I
INFORME FINAL
Dirección Científica: Gaël de Guichen
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
Gracias a todos los que han apoyado y nos han animado para sacar a la luz este
proyecto. Un agradecimiento muy especial a los ciudadanos que han participado en
las visitas experimentales.
En esta imagen no están todos los miembros del Programa de Investigación sino únicamente los que
asistieron a la 10ª reunión
A MODO DE PRÓLOGO
Durante este tiempo, los 26 profesionales que han formado el núcleo principal del equipo
pluridisciplinar, han trabajado bajo una presión intensa por la resonancia mundial de la
cueva de Altamira, la importancia de la tarea y las repercusiones que en el ámbito regional,
nacional e internacional probablemente tendría el resultado del estudio. El informe que
sigue a este prólogo no es más que un resumen de los resultados de sus investigaciones,
medidas y observaciones y se complementa con los informes temáticos de los 6 grupos de
trabajo.
Sí, desgraciadamente. Pero esto es normal si se piensa que estas pinturas fueron
ejecutadas aplicando directamente sobre el techo los pigmentos rojo, negro y ocre natural
mezclados con agua. Es cierto que al entrar a la Sala de Polícromos el visitante se siente
atraído y maravillado por lo que ve en la mitad del techo. Pero si comienza a mirar la otra
mitad se dará cuenta, sin ser un especialista, que en esa zona quedan restos de trazas de
color. Un especialista reconocerá allí rápidamente bisontes, jabalíes, caballos y otras
representaciones cuyo estado de conservación es extremadamente frágil. Las pinturas que
ahora se ven cubren alrededor del 47 % de la superficie del techo. En el 53% restante hubo
más pinturas, algunas de las cuales se han ido perdiendo a lo largo de los siglos.
De hecho, en Altamira como en todas las cuevas conocidas, las pinturas que han llegado
hasta nosotros son el fruto de un verdadero milagro de la naturaleza.
El cierre que duró 5 años permitió realizar por primera vez mediciones continuas de los
parámetros ambientales, y proporcionó al profesor Villar los datos para establecer un
modelo. Basándose en ello, pudo hacer una propuesta teórica de acceso de
aproximadamente 11.000 visitantes por año, es decir 200 a la semana, repartidos de una
manera irregular a lo largo del año.
Este régimen se puso en práctica. Duró 20 años sin que se documentara u observara un
daño en las pinturas, aunque no se realizaron observaciones o medidas sistemáticas
durante todo este periodo.
Este cierre temporal (que debía durar 6 meses), se decidió a partir de la observación de
varias manchas verdes de microorganismos de tamaño variable, de milímetros a pocos
centímetros, en línea perpendicular con una fuente de iluminación. Hay que recordar que la
fuente de luz se suprimió y que la mancha desapareció. En la misma época, después de
realizar importantes trabajos en el interior en la cueva de Lascaux, se produjo un desarrollo
de microorganismos que afectaba al suelo y a la parte baja de las paredes, con una
extensión de más de 100m2 y fueron necesarios más de 1000 K de cal viva para
erradicarlos.
Este cierre fue también la ocasión para evaluar si las hipótesis hechas 20 años antes
seguían siendo válidas. A partir de ese momento el CSIC reinició los estudios que se
prolongaron durante hasta 2012, cuando comienza este programa de investigación bajo la
coordinación del IPCE.
6. ¿El método de trabajo que han aplicado ha sido muy diferente al aplicado por el
equipo del profesor Villar (1978-81) y por el equipo del CSIC (2000-2011)?
Los estudios hechos por el equipo de Villar y por el CSIC han permitido conocer cómo
evolucionaban las condiciones climáticas de la Sala de Polícromos a lo largo de un año, sin
perturbaciones originadas por la presencia de visitantes. Hemos confirmado estas medidas y
además hemos tomado las medidas de las perturbaciones creadas por los investigadores y
por los visitantes. Estos estudios han sido esenciales para conocer mejor el funcionamiento
de la Sala de Polícromos. No obstante, hemos debido retomar otros, en particular los
referidos a aspectos biológicos, ámbito en el que se pueden producir muchos cambios como
consecuencia de la instalación de nuevas puertas en el año 2008 y de las excavaciones
arqueológicas realizadas en la entrada de la cueva en 2008 y en 2011.
Como los dos equipos de investigación precedentes, establecimos dos grupos básicos: uno
de ellos ha estudiado las condiciones climáticas y el otro las condiciones biológicas. Estos
dos equipos están compuestos en su mayor parte por científicos. Nosotros hemos añadido
otros cuatro: uno que observa el soporte y la policromía, otro encargado de estudiar el
impacto humano, otro que se ocupa de la repercusión que Altamira suscita en la población y
el sexto encargado específicamente de la comunicación. Es decir, entre los objetivos del
Programa de Investigación se han considerado todos los aspectos que, de una manera u
otra, inciden en la conservación y contribuyen a la puesta en valor de este bien cultural.
Quiero insistir particularmente en el papel que ha jugado el equipo que observa el soporte y
las pinturas. Este equipo está formado por científicos y por restauradores, esto es
importante porque no olvidemos que son pinturas y es necesario conocer, observar y medir
su estado de conservación, los posibles procesos de deterioro y su relación con la dinámica
de la cueva. No porque un científico compruebe con un termómetro que la temperatura del
aire aumenta una décima de grado eso se traduce en un daño para la pintura. Si ese fuera
el caso habría que cerrar inmediatamente la Capilla Sixtina en Roma y también todos los
museos.
Cada equipo ha estado en contacto permanente con los otros equipos. Además nos hemos
reunido dos días cada dos meses, bien en el Museo de Altamira, bien en la sede del IPCE
en Madrid. En esas reuniones hemos puesto en común todos los datos obtenidos para
establecer un diagnóstico del estado de conservación de la cueva desde una perspectiva
integral. En total, 26 investigadores han formado el núcleo central del programa a los que
hay que sumar más 30 profesionales que han participado dentro del ámbito de sus
competencias para la consecución de los objetivos de los 6 grupos de trabajo.
Hemos tenido 24 meses para elaborar el informe. En un primer momento fue necesario
coordinarnos, hay que tener en cuenta que somos profesionales de distinta formación y
procedencia El núcleo de 26 colegas ha asistido siempre a las reuniones bimensuales. El
hecho de que la mitad pertenecieran al IPCE ha supuesto una enorme ventaja porque ha
reducido el tiempo que se necesita para constituir un verdadero equipo, pero ha sido
necesario fijar objetivos comunes para no trabajar en diferentes direcciones. Tuvimos que
ponernos de acuerdo para establecer una terminología común, una forma común de
trabajar, para determinar qué observar y en qué zonas, las consideradas como zonas de
control. Después hubo que instalar los instrumentos de medida que debían registrar de
manera continua. Por razones técnicas y administrativas no fue hasta junio de 2013, es
decir, 10 meses después del inicio del programa, cuando fue posible comenzar con las
mediciones. Así que prácticamente hemos tenido solo para registrar datos un periodo de 12
meses.
El 47% de las pinturas han llegado hasta nosotros en bastante buen estado porque las
“condiciones geológicas” han sido favorables y las condiciones climáticas se han
mantenido estables o han evolucionado lentamente. Las pinturas sufren un deterioro natural
muy lento, cuya velocidad está ligada a la estabilidad de las “condiciones” generales.
Evidentemente hemos utilizado todos los estudios hechos con anterioridad y nos hemos
basado en gran medida en los estudios realizados por el profesor Villar, cuyas propuestas
teóricas se aplicaron desde 1982 hasta 2002.
10. El patronato les encargó en septiembre de 2012 continuar los estudios hechos con
anterioridad y dar una respuesta en un plazo de dos años. ¿Ha sido suficiente ?
11. ¿En la conclusión del informe del CSIC de 2009 se hacía mención a riesgos para la
salud de las personas que entraran en la cueva. ¿Qué hay de esto ?
Evidentemente este fue el primer punto que se acometió en el estudio. Se había planteado
un problema con la presencia de bacterias patógenas. Hemos consultado a un especialista
en medicina que ha concluido que en el plano biológico no hay un problema superior al que
originan otras actividades humanas habituales. Pero además, el Programa de Investigación
ha estudiado la incidencia del radón -un gas radioactivo que está presente de manera
natural en numerosos lugares subterráneos-. De acuerdo con la concentración existente en
la cueva de Altamira, la normativa europea fija en 50 horas el tiempo máximo de presencia
en el interior. Esto es aplicable solo a las personas que “trabajan” en la cueva y no a los
visitantes eventuales que nunca superarían ese tiempo.
12. ¿El cambio climático, medido a escala mundial, ¿tiene un impacto en las
condiciones de la cueva ?
El gas carbónico siempre ha existido en la cueva con una concentración superior a la que
existe en el exterior. En la Sala de Polícromos es 2 veces mayor en el mes de agosto y
hasta 7’5 veces más en el mes de mayo. Esto forma parte de las condiciones naturales, las
que ha habido y a pesar de las cuales las pinturas han llegado hasta nosotros
14. ¿Todo esto es muy tranquilizador, pero entonces, ¿cuáles son los principales
riesgos para la pintura actualmente?
Son dos: el primero es un posible desarrollo de microorganismos sobre las pinturas (lo que
parece estar bajo control actualmente) y el segundo es el lavado del pigmento provocado
por el agua proveniente del agua de infiltración y, posiblemente, por el aporte de agua de
condensación Por esto es necesario observar regularmente las pinturas del techo,
documentar, fotografiar y medir. Así gracias al trabajo del grupo de “conservación del
soporte y la policromía” en mayo de 2012 se observó, se documentó y se fotografió por
primera vez un punto de goteo en el techo que tenía pigmento rojo en suspensión,
procedente de un signo bajo un bisonte. Este punto se ha controlado con gran detalle. Se ha
medido una pérdida de 1,8 mm2 de pintura. Es lamentable pero es parte de la evolución
natural de la cueva.
15. Para reducir las infiltraciones ¿no se podría impermeabilizar la capa exterior de la
cueva?
A primera vista esta solución puede ser tentadora. Pero rápidamente se revela muy
peligrosa para las pinturas porque el agua es a la vez un factor de deterioro y un factor de
conservación. En efecto, si la cueva se secara los pigmentos también lo harían y
probablemente caerían lentamente en forma de polvo.
Teniendo en cuenta que fueron pintadas hace 18.000 años, las modificaciones significativas
que la cueva ha sufrido desde su descubrimiento, los cientos de miles de visitantes que han
pasado por la cueva y después de constatar que en la actualidad no hay un desarrollo
significativo de colonias de microorganismos visibles sobre las pinturas y la pérdida de
pigmentos ya mencionada, se puede decir que las pinturas están en buen estado. Pero es
evidente que son frágiles y continuarán siendo frágiles.
Si el régimen de entrada fuera incontrolado como antes de 1977, con 3500 personas por
semana, es probable que las modificaciones climáticas provocadas por la presencia humana
no favorecieran la conservación de las pinturas, pero en aquella época no se hacían
mediciones continuas ni observaciones del estado de conservación del soporte. Por el
contrario, durante los 20 años de visitas limitadas y controladas bajo el “modelo” de Villar,
recordemos que entraba una media 200 personas por semana, no se documentó ningún
deterioro. Por esta razón nos hemos apoyado en esa propuesta para autorizar a los
Fue el resultado lógico de las observaciones y mediciones realizadas durante 12 meses. Por
otro lado desde finales de 2013 habíamos reducido progresivamente la “carga” de
investigadores en la Sala de Polícromos ya que se habían instalado aparatos de medida
continua y se habían puesto a punto protocolos de observación, reduciendo así el tiempo de
presencia de los investigadores. Como habíamos observado que después de la entrada de
investigadores la sala recuperaba su dinámica natural en un tiempo reducido, parecía
normal que también lo hiciera después de la entrada de visitantes. Es cierto, además, que
un visitante es mucho menos perjudicial para la cueva que un investigador que se mueve y
que utiliza dispositivos que elevan la temperatura.
21. ¿Están condenadas todas las cuevas prehistóricas a estar totalmente cerradas
al público?
No. Ciertamente no y afortunadamente no. Pero poner en contacto directo una obra de arte
con el público presenta siempre ciertos riesgos. Para contrarrestarlo, hoy en día la mayoría
de los sitios turísticos más importantes, particularmente aquellos cuyo volumen es limitado,
reducen el número de visitantes e incluso el tiempo de visita. Así, tal y como se controlan los
recursos naturales, nosotros llegamos a controlar los recursos culturales. En lo que
concierne a las cuevas prehistóricas, Altamira no es la única que recibe un número limitado
y controlado de visitantes. Pech-Merle ha tenido que limitar el número de visitantes por día a
700, Rouffignac a 550, Gargas a 240, Niaux que es gigantesca a 220, Font de Gaume, que
es minúscula, a 78. Estas visitas limitadas y controladas aseguran por una parte la
conservación de estos testimonios prehistóricos y, por otra, que un máximo de personas
descubran directamente el mensaje que la obra transmite y que es irremplazable, por mucha
calidad que tenga una reproducción.
Pero un riesgo existe y existirá siempre. Si nos negamos a asumir este riesgo, la alternativa,
la única alternativa, será cerrar todo bajo llave. Si esa fuera la opción para Altamira no
podríamos asegurar en ningún caso la estabilización del estado de las pinturas y esa
alternativa no se corresponde con el encargo de conservación preventiva que era el punto
de partida de este estudio.
A partir del conocimiento adquirido a lo largo del programa de investigación hemos podido
definir cuáles son los riesgos que amenazan la conservación de la cueva, evaluar la
probabilidad y gravedad de los daños que se pudieran producir en el futuro y programar las
actuaciones a través de protocolos de seguimiento y control. El plan de conservación
preventiva tiene distintos apartados:
Para conseguir cada uno de estos fines se han elaborado protocolos y calendarios de
actuación y será necesario establecer claramente el modelo de gestión administrativa, el
seguimiento científico y el seguimiento técnico de este plan. Estos tres aspectos no han
estado muy claros en el pasado.
Esperemos a febrero de 2015, cuando finalice el ciclo anual de visitas experimentales que
hemos propuesto. En ese momento se evaluará la incidencia y se recomendará tomar la
decisión de interrumpir, mantener o modificar el número de visitas.
Gaël de Guichen
22 de Agosto 2014
3. Es necesario aplicar los protocolos referidos a las normas de acceso, las medidas de
seguridad y los procedimientos recogidos en el PCP, que deberán ponerse en
marcha en caso de que se produzcan incidencias en el entorno de la cueva o en su
interior. (ref. pág.228)
1. Las pinturas que han llegado hasta nosotros lo han hecho a pesar de su antigüedad,
fragilidad, condiciones del medio natural y de la actividad antrópica que ha
10. Las poblaciones microbianas encontradas en las colonias visibles son más parecidas
a las que se encuentran en suelo y roca. Las poblaciones microbianas en el aire son
diferentes. Esto sugiere que su diseminación se produce más probablemente a
través de la película de agua que recubre la roca que a través del aire. Para
confirmarlo es necesario realizar análisis microbiológicos del agua. (ref. pág.106)
13. El estudio del 13C indica que la principal fuente de CO2 en la cueva de Altamira es
la actividad biológica en el suelo, presentando valores isotópicamente enriquecidos
en verano y más ligeros en invierno y primavera. (ref. pág.205). A partir de este
estudio, y vinculándolo con los datos de aerobiología, no se ha detectado una
entrada de aire en la Sala del Pozo.
16. Teniendo en cuenta el considerable aumento del CO2 en determinadas épocas del
ciclo anual, y las imperceptibles tasas de ventilación en la Sala de Polícromos, es
necesario estudiar la posibilidad de establecer una ventilación a través de la segunda
puerta, evaluando su incidencia en la conservación del soporte, de la pintura, en la
microbiología y en el intercambio de materia. (ref. pág. 142)
otros y de unos agentes a otros. Todo esto gira en torno a la competencia en la tutela
y gestión del sitio. (ref. pág.)
INTRODUCCIÓN
La Cueva de Altamira se encuentra cerrada al público desde 2002. Los investigadores que
en ese momento llevaban a cabo estudios de biodeterioro, estimaron que se había
producido un incremento de la actividad microbiana que suponía un riesgo para la
conservación de las pinturas rupestres.
Con anterioridad, en 1979, se produjo el primer cierre de la Cueva para estudiar qué
parámetros afectaban a su conservación. En 1982 se reabrió de nuevo a visitas reducidas,
en función de un modelo medioambiental deducido por la Universidad de Cantabria del que
se hablará más adelante.
La cueva se cierra de nuevo al público en el año 2002 al detectarse unas manchas verdes
de microorganismos en el techo de Policromos. Poco antes, se había inaugurado la sede
actual del Museo, en julio de 2001, en un edificio que acoge su réplica, denominada
neocueva de Altamira.
Desde este segundo cierre se han desarrollado diversos estudios de las condiciones de
conservación de la Cueva a través de dos convenios de colaboración con el CSIC (2003-
2005/ 2007-2009) que se plasmaron en un exhaustivo informe final que concluía que lo más
recomendable para garantizar la conservación de la Cueva era mantenerla cerrada al
público. En ese periodo solamente se realizó una visita experimental con cinco personas
acompañados de una guía. Desde 2010 hasta finales de septiembre de 2012, el Museo
Nacional de Ciencias Naturales del CSIC se ocupó de mantener una monitorización
microambiental de la Cueva.
Este grupo emitió un informe que fue elevado al Patronato en 2010 en el que concluía que
no existía una base de conocimiento suficiente del impacto de las personas sobre las
variables microambientales y sobre la conservación de las pinturas rupestres y, por tanto, no
se aconsejaba modificar las condiciones de accesibilidad a la cueva ni proponer un sistema
de visita pública.
Establecer las medidas preventivas para la seguridad y salud de las personas que
accedan al interior de la cueva.
Como respuesta a esta propuesta, la reunión del Patronato del Museo Nacional y Centro de
Investigación de Altamira, celebrada el 3 de agosto en Santander, presidida por el Secretario
de Estado de Cultura, José María Lasalle, aprobó la ejecución de un Programa de
investigación para la conservación preventiva y régimen de acceso a la Cueva de Altamira
que debía realizarse en un plazo de dos años.
- Giulia Canneva, profesora del Dipartimento di Biologia Ambientale della Facolta di Scienze
Matematiche, Fisiche e Naturali, Universita degli Studi "Roma Tre".
4. Proyecto de Accesibilidad
Realizar una historia crítica de las condiciones en las que la cueva ha sido visitada
desde su descubrimiento (espacios visitados, número de personas, duración de las
visitas, razones para el cierre, para la reapertura).
Identificar, teniendo en cuenta los estudios científicos realizados en los últimos 35 años
y en colaboración con los grupos 1, 2 y 3, las zonas piloto sobre la roca y en el aire -
situación y dimensiones- en las que se realizará el seguimiento durante todo el estudio.
Definir, considerando los trabajos previos, con carácter provisional un régimen de
acceso a la cueva de los investigadores vinculados al presente Programa durante la
primera fase, sin y controlada limitada regular, y la segunda fase, con visita limitada y
controlada regular.
Controlar durante un año la validez de los estudios precedentes sin programa de visita
limitada y controlada regular, del interior y exterior de la cueva, a partir del estudio de
distintas variables que permitan establecer un modelo de intercambio de materia y
energía de la cueva necesario para la puesta en práctica de un programa experimental
de acceso a la cueva.
En función de las medidas realizadas durante la primera fase del programa, y de los
resultados de los estudios de impacto de los visitantes precedentes, definir un modelo
de visita limitada y controlada regular durante la segunda fase del programa.
En función de los datos obtenidos y de las experiencias realizadas con visitantes en
1984 por Villar y en 1997 por el CSIC, proponer un protocolo de visita limitada regular
(número de visitantes, duración, secuencia, tiempo entre visitas, descansos, …)
Caracterizar, seguir y valorar y aplicar el protocolo definido midiendo el impacto de la
visita regular limitada a lo largo de un ciclo semestral y bajo un programa experimental
de acceso al interior de la Sala de Polícromos.
Contribuir a la propuesta global del Plan de conservación preventiva de la cueva, sin y
con un programa de visita limitada y controlada regular.
Identificar las diferentes dimensiones del valor de uso de Altamira como bien
patrimonial.
Estudiar el impacto social de Altamira en clave, fundamentalmente, cuantitativa y
contemporánea; se partirá de datos disponibles y de un estudio de opinión diseñado ex
profeso.
Dimensionar el impacto económico directo o inducido en el entorno y prever el impacto
económico de la apertura de la cueva y su efecto en los diferentes ámbitos de
relevancia, empezando por el propio museo.
Informar sobre la dedicación del equipo de trabajo, presentando la relación entre los
objetivos y la metodología de cada proyecto, asociándolo a conceptos relacionados con
la planificación en conservación preventiva - de espacios naturales prehistóricos.
Justificar la realización de visitas experimentales en periodo de investigación y la
participación ciudadana en ellas.
En la 9ª reunión, celebrada en el mes de mayo de 2014, se decidió que la historia de la
conservación de la cueva la coordinara a partir de entonces el Grupo 6, que pasó a
denominarse “Comunicación y Memoria”
Imagen 2. Volumen 3D. IPCE, 2014, sobre base de datos IGN, 1998. Vista desde la cola de caballo
Imagen 3. Planta de la cueva y sección longitudinal de la Sala de Polícromos, realizada por GINGEOMATICS
Visitas experimentales
Más tarde, entre febrero de 1997 y enero de 1998, un equipo del CSIC estudió las
variaciones en la temperatura del aire y la concentración de CO2 en la sala con grupos
variables de visitantes. Este sistema se mantuvo hasta el año 2002, momento en el que se
decidió suspender temporalmente las visitas turísticas a la cueva. Como ya se ha
comentado, con motivo de uno de los trabajos de investigación del CSIC, se realizó una
única visita experimental, el 22 de junio de 2005, con un grupo de cinco personas
acompañadas de una guía.
Las visitas se han realizado los viernes, con el fin de ajustar la “carga” de investigadores y
visitantes, asegurando así entre cada entrada la recuperación total de los parámetros
estimados como estables dentro de la dinámica de la cueva.
Capa Tableada (Unidad 5), formada por 0,5 m de calizas y calcarenitas, seguidas por un
nivel de 1,8 de calizas dolomitizadas de color ocre. En la base presentan un nivel
arcilloso de 10 cm.
Capa de Polícromos, constituida por 0,8 m de calizas de color blanquecino, a la que
sucede la Capa Marrón, constituida por 0,25 m de caliza muy dolomitizada. Ambas capas
constituyen la Unidad 6. La base de la Capa de Polícromos constituye el techo de la Sala
de Polícromos sobre el que aparecen las pinturas.
Capa de las Cuñas, constituida por un paquete de 1,3 m de calizas fisuradas y
karstificadas, seguida por la Capa Naranja, constituida por 0,8 m de calizas micríticas de
color anaranjado. Ambas constituyen la Unidad 7.
Capa superior, constituida por el muro o base de la Unidad 8, donde se reconocen 2 m
de calizas y calcarenitas de color amarillento con una intercalación margosa de 0,2 m.
Realizando un recorrido desde la zona más interna hasta la entrada de la cueva, nos
encontramos la siguiente relación entre espacios (imagen 1) y materiales:
Zona interna
Cola de Caballo: se trata de una galería de unos dos metros y medio de altura y un metro y
medio de anchura en la entrada que se va estrechando progresivamente hacia su interior.
La Capa de las Cuñas aflora en ambas paredes (Unidad 7); en algunos tramos, en la parte
inferior de las paredes aflora la Capa Marrón y la zona superior de la Capa de Polícromos
(Unidad 6). El techo de la galería es la base de la Capa Naranja (Unidad 7).
Sala del Pozo: la secuencia estratigráfica en la sala comienza en su parte inferior con el
afloramiento de los niveles superiores de la Capa Tableada (Unidad 5). Sobre ella se sitúa,
bordeando la sala por sus paredes, la Capa de Polícromos y la Capa Marrón, (Unidad 6). La
Capa de Las Cuñas, suprayacente, tiene una excelente representación en esta zona de la
cueva. Finalmente, perfectamente diferenciados, aparecen la Capa Naranja y los niveles
inferiores de la Capa Superior, que conforman el techo de esta sala.
Gran Sala: Se trata de la sala más grande de la zona interna de la cueva, tanto por su
amplitud como por su altura, que alcanza un máximo de 11 m al pie de la escalera que baja
a La Hoya, con una montera hasta la superficie del terreno de no más de diez metros. Aquí
se encuentra la secuencia estratigráfica más completa, desde los niveles superiores de la
Unidad 5 hasta las calizas y calcarenitas de la Unidad 8.
La Hoya: es la más profunda de la cueva. En sus paredes están representados los niveles
inferiores de la Capa Tableada (Unidad 5) y los niveles más superiores de la Unidad 4.
Pasillo de la Gran Sala: en sus paredes afloran los niveles superiores de la Capa Tableada
(Unidad 5), sobre los que aparecen la Capa de Polícromos y la Capa Marrón (Unidad 6), la
Capa de las Cuñas y la Capa Naranja (unidad 7), que constituye el techo del mismo en su
parte más interna. En esta zona alta y conforme se va ascendiendo por la galería, van
apareciendo los niveles inferiores de la Capa Superior (Unidad 8).
Sala de los Muros: Debe su nombre a los muros artificiales de hormigón destinados a su
estabilización. Según la zona considerada la Capa Naranja y la Capa de Las Cuñas (Unidad
7) o la Capa de Polícromos (zona más exterior) hacen de techo. La Capa Tableada (Unidad
5), la de Polícromos y la Marrón (Unidad 6) también están presentes en las paredes.
Zona externa
Cruce: En el techo aflora la Capa de las Cuñas y en las paredes la Capa de Polícromos
(Unidad 6) y la infrayacente Capa Tableada (Unidad 5). Conecta a través de la denominada
segunda puerta (puerta metálica con lamas) con el vestíbulo de entrada a la cueva.
Pasillo de Polícromos: Las paredes son artificiales, en el techo aflora la Capa de las Cuñas
(Unidad 7), afectada por la misma fractura que atraviesa la Sala de Polícromos.
Vestíbulo y Cocina: En el techo aparece la Capa de las Cuñas (Unidad 7) y en las paredes
la Capa de Polícromos y Capa Tableada (Unidad 6). En la Cocina se ubica el yacimiento
arqueológico testigo de la ocupación humana. Su característica principal son los desplomes
que se produjeron durante las primeras excavaciones.
La montera
Toda esta sucesión de estratos carbonatados está compuesta fundamentalmente por calizas
(99% calcita, 1% cuarzo), salvo el tramo dolomítico situado sobre la Capa de Policromos
(capa Marrón), que tiene composición dolomítica (99% dolomita, 1% cuarzo). Los niveles
margo-arcillosos presentan composiciones más variables: 30-40% de filosilicatos (illita
fundamentalmente y caolinita en menor proporción), 25-35% de cuarzo, 15-35% de calcita,
0-20% de dolomita y 2-5% de feldespato potásico
El techo de la sala está constituido por una caliza de color amarillo en superficie y gris en
corte fresco (caliza bioclástica, biomicrita-bioesparita; packstone-grainstone). Los bioclastos
(fósiles) más abundantes corresponden a diversos tipos de foraminíferos, fragmentos de
braquiópodos, equinodermos, gasterópodos, algas, briozoos, etc. Además de los minerales
carbonatados, se encuentran granos de cuarzo detrítico finos (< 60 µm), arcillas y óxidos de
hierro. El residuo insoluble oscila entre 3,3-11,1% de los cuales un 45% lo constituyen
arcillas (esmectitas, illita, caolinita).
La porosidad abierta en la Capa de Policromos es inferior 1,5%, con un radio medio de poro
de 32 µm. La porosidad es mayor en su zona superficial, presentando una superficie muy
rugosa, sin que se pueda negar una cierta importancia en los procesos de alteración de la
roca.
El muro del estrato de Polícromos (techo de la sala) muestra una serie de protuberancias
correspondientes a estructuras sinsedimentarias de deformación por carga que han sido
aprovechadas para dotar de volumen a algunas de las figuras. La superficie sobre la que se
encuentran las pinturas está afectada por procesos de micro corrosión (corrosión
puntiforme) que dan lugar a pequeñas oquedades milimétricas, anteriores a las pinturas.
Los espeleotemas que afectan al techo son de escasa entidad y de dos tipos diferentes, por
una parte estalactitas incipientes, con escaso desarrollo superficial, y un importante
desarrollo de veladuras carbonatadas que se distribuyen de forma asimétrica con especial
presencia en la mitad sur, donde recubren en numerosos puntos las pinturas de esta zona.
Datos extraídos de Valle et al (1978), Hoyos et al (1981), Foyo et al (2001, 2004), Cuezva
(2008), Sánchez-Moral et al (2005, 2009) e Iriarte et al (2014).
La pintura está hecha con pigmentos minerales y carbones a excepción de ciertos tonos
violetas de naturaleza orgánica desconocida, humedecidos con agua o en seco
aprovechando la humedad del techo, si bien algunos autores pensaron/piensan que pudo
haberse utilizado algún aglutinante orgánico. La aplicación pudo ser con los dedos
directamente, con algún utensilio a modo de pincel y en ocasiones soplando la pintura.
Precisamente es esta falta de carbonatación uno de los factores que influyen en la pérdida
de la policromía por arrastre de pigmento debido al agua de infiltración.
Si bien todos los datos que se conocen sobre la trayectoria de la cueva están recogidos en
el anexo correspondiente1, se ha creído oportuno citar al inicio de los informes de cada uno
de los grupos de trabajo los datos históricos relacionados directamente con su ámbito de
estudio. Así mismo se han reunido en este apartado aquellas actuaciones que transformaron
de manera sustancial el interior y el entorno y que nos ayudan a entender cómo se han ido
modificando los espacios, por tanto, las condiciones ambientales de la cueva.
Uno de los primeros sucesos de los que tenemos constancia es el desprendimiento de rocas
que se produjo en la zona del Vestíbulo entre 1875 y 1879, espacio de tiempo transcurrido
entre dos incursiones de Marcelino Sanz de Sautuola a la cueva.
En 1879 se cierra el acceso a la cueva con una puerta de madera, sustituida en 1880 por
una verja. Dos años más tarde se coloca una puerta maciza de metal que se mantuvo hasta
enero de 2007 cuando se sustituyó siguiendo las recomendaciones del CSIC y cuando
también se colocó una segunda puerta entre el Vestíbulo y el Pasillo.
Pero los cambios sustanciales se producen a partir de 1924. Entre este año y el siguiente se
realizaron excavaciones en el Vestíbulo para extraer parte de los grandes bloques caídos
del techo entre los años 1875 y 1879. Durante estos trabajos hubo nuevos desprendimientos
por lo que se procedió a colocar postes de sustentación y se construyó un muro que
rodeaba los bloques desprendidos. Según Obermaier y Breuil en este muro se apoyaba la
parte posterior del techo de la Sala de Polícromos cortando el antiguo acceso directo a la
sala por lo que, de acuerdo con su testimonio, su entrada actual ha sufrido una desviación.
1
Historia de la conservación de la cueva de altamira (1868-2012)
En 1921 Alberto Corral eliminó la puerta instalada en el Vestíbulo en 1902 y, para facilitar las
visitas, proyectó habilitar un camino hasta el fondo con varias desviaciones y rebajar el
suelo hasta conseguir una altura de 2,20 m., aunque no se puede afirmar rotundamente que
esta última actuación llegara a hacerse en ese momento.
Imagen 8. Plano de Gonzalo Bringas 1941. Se puede ver cómo se transformó la planta de la Sala de
Polícromos con la construcción de muros artificiales que a su vez ocultan parcialmente algunas fracturas del
techo.
Gonzalo Bringas, en 1942, proyecta rebajar el nivel del suelo metro y medio en parte de la
Sala de Polícromos y acorta su longitud construyendo al fondo un murete de mampostería
relleno de hormigón de cemento, tras el que aparece un derrumbe que cierra una hipotética
conexión de la sala con la dolina exterior.
muros de hormigón. En la Sala de los Muros las obras se realizarían entre los años 1924 y
1935, mientras que los del Pasillo de la Gran Sala se realizarían en 1957 y 1970.
En el año 1924, Corral proyecta cubrir con cemento portland la superficie exterior de la
cueva para evitar las filtraciones que a su juicio provocaba trastornos, hundimientos y
desprendimientos de roca e invasiones de tierras y fangos. Investigaciones posteriores
demostraron que solo se había aplicado parcialmente y que en la Sala de Polícromos se
inyectó en las fisuras más importantes y en la gran grieta central.
Si los cambios en el interior han sido notables, no menos lo han sido en el entorno. Entre
1924 y 1928 se removería la capa exterior de tierra que cubría la roca para verter el mortero
de cemento que antes se ha comentado y se cambió la cobertera, colocando una capa de
abundante vegetación herbácea, compuesta fundamentalmente por gramíneas, de espesor
reducido (30 a 70 cm).
De 1997 a 2002 se lleva a cabo el Plan Museológico y el proyecto de nueva sede para el
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira lo que supuso la ampliación de la
zona de protección absoluta y la construcción de la nueva sede e instalaciones. Se
suprimieron antiguas edificaciones de servicios como uno de los antiguos pabellones del
museo; se trasladaron algunas de las infraestructuras como el aparcamiento próximo a la
cueva, el depósito general de agua en la vertical de la cueva y el transformador de la red
eléctrica; se eliminó la estabulación agrícola y se suprimió el camino intermunicipal que
pasaba por encima de la cueva, construyéndose un trazado alternativo fuera de su área
impluvial.
Imagen 13. Fotografía aérea sin datar, entre 1960 y 2002. En rojo la zona en la que recientemente se ha
realizado una poda, la orientación de la flecha marca el ángulo de visión de la imagen 15
Imagen 14. Vista aérea tomada de Iberpix. En rojo la zona en la que recientemente se ha realizado una poda, la
orientación de la flecha marca el ángulo de visión de la imagen 15
Imagen 15. Aspecto reciente de la dolina, esta zona se corresponde con el final de las Sala de Polícromos
PROYECTO 1
COORDINADORA
EQUIPO DE INVESTIGADORES
1. ANTECEDENTES
En 1976 se crea una comisión investigadora presidida por Eduardo Ripoll y se hizo un
estudio previo orientativo de la población microbiana y sus efectos sobre el color y la
degradación de las pinturas, encontrándose una diferencia cuantitativa de población
microbiana, entre una zona decolorada del cuello de la cierva y otra no decolorada de igual
superficie del dorso de un bisonte.
Después del primer cierre de la cueva en 1977, se publica un estudio comparativo entre los
microorganismos presentes en el suelo, el agua y el aire de la cueva de Altamira y la
Pasiega (J.J Somavilla et al. 1978, p.p. 103 a 109). Estos estudios fueron repetidos en 1980.
En él se concluye que no se encuentran microorganismos productores de ácidos orgánicos,
pero la incidencia en las pinturas no se puede asegurar, por lo que se recomienda realizar
estudios más completos. No se hace, sin embargo, ningún estudio de colonias verdes en el
techo de la sala de las pinturas de Altamira.
En 1982 la Universidad de Cantabria hace una propuesta para la gestión de las visitas. La
cueva se reabre en ese año con un cupo de 8.800 personas/año, de acuerdo con un modelo
climático elaborado por esta universidad que relaciona el exterior de la cueva con el
microclima interior y las visitas.
El informe que Hardisson et a presentaron en 1984 tuvo como objeto el estudio del posible
papel de los microorganismos en el deterioro de las pinturas rupestres, así como las
variaciones de la microflora con relación al número de visitantes. Hicieron muestreos en el
periodo comprendido entre noviembre de 1981 y febrero de 1983, teniendo en cuenta el
calendario de visitas que había elaborado la comisión científico-técnica encargada de la
conservación de la cueva. Los puntos de toma de muestras fueron los mismos que en
anteriores estudios (Somavilla et al. 1978 y Uruburu et al. 1981). Igualmente, analizaron
muestras de agua, suelo y aire. De los resultados obtenidos resaltan que la contaminación
microbiana y las variaciones experimentadas como consecuencia del régimen de visitas (15
a 20 personas diarias), no puede considerarse como causa principal del deterioro sufrido
por las pinturas. Esta variación ya había sido señalada en estudios previos (Somavilla et al
1978), pero observan que el incremento de microorganismos desciende con relativa rapidez,
siendo el número encontrado por Hardisson et al., notablemente inferior al detectado por
otros autores, por lo que concluyen que la contaminación del aire no parece ser excesiva ni
alarmante, ya que los hongos y bacterias identificados no son típicos de contaminación
humana. Destacan que, aunque estas variaciones no suponen un peligro directo inmediato,
sí podrían unirse a otras causas de tipo físico, químico o geológico, que pudieran contribuir
al deterioro.
Hay que tener en cuenta que los análisis realizados por estos autores no son completados
con estudios de biología molecular, una técnica más desarrollada actualmente y que nos
aporta una amplia información de microorganismos que no se desarrollan en ningún medio
de cultivo y sin embargo estarían presentes en la cueva.
En 2002 hay un nuevo cierre de la cueva. El personal del museo detecta indicios de
actividad microbiológica (algas y bacterias) en el techo de la Sala de Polícromos. Se trata de
puntos verdes en un área cercana a la cierva.
En 2006, en otro informe sobre microbiología emitido por el IPCE, se señala un aumento
considerable de la contaminación microbiana y la aparición de colonias visibles junto a los
pigmentos de los bisontes. Tras finalizar el proyecto de la neocueva y el proyecto del CSIC,
se inicia un proceso de recuperación de las colonias verdes del techo de la sala
policromada, pero no del resto de las colonias, que siguen creciendo. El informe del IPCE
estima que las condiciones actuales de la cueva son peores que las encontradas por los
técnicos del IPHE a principios de los noventa.
2. OBJETIVOS GENERALES
El objetivo principal del proyecto del control del biodeterioro es establecer medidas de
evaluación de la microbiota en el soporte, el suelo y el aire, de la cueva de Altamira en un
equilibrio compatible con su conservación. A la vez, se ha procedido a identificar los
componentes microbianos de las colonias visibles observadas (amarillas, blancas y grises)
en la entrada y el Pasillo de la cueva, y a determinar si son los habituales en zonas hipogeas
de origen cárstico.
Asimismo se hizo necesario, por la preocupación manifestada en estudios previos del CSIC,
identificar la existencia de agentes patógenos y establecer criterios de patogenicidad.
También se propuso como objetivo el estudio de la posible flora vascular, ya que había
indicios de su presencia permanente o accidental en algunos momentos de la historia de la
Cueva.
4. METODOLOGÍA
Aerobiología
La selección de puntos de muestreo se hizo teniendo en cuenta dos factores, por una parte
que su ubicación se correspondiera con zonas por las que debería transitar la visita guiada:
Vestíbulo (rojo), Cruce (azul), Polícromos-1(verde oscuro) y Polícromos-2 (verde claro) ,
Hoya Bisonte (morado) y Hoya Cabra (lila) y por otra el que fueran áreas con más influencia
del ambiente externo, como es el caso de la Sala de la Hoya (naranja) en la que se suponía
que podría haber una entrada de aire. (Imagen 16)
1- Aspiración de 500L de aire para su recuento en placa utilizando medios sólidos, con el fin
de determinar microorganismos mesófilos aerobios viables a 30ºC (Triptona-Soja-Agar),
hongos a 28ºC (Sabouraud+cloranfenicol), mesófilos a 37ºC y mesófilos a 37ºC en
atmósfera de CO2 (BA-Brucella –agar), de modo que se obtengan unidades formadoras de
colonias entre 30-300 UFC/placa para bacterias y 15-300 UFC/placa para hongos.
Se emplean dos muestreadores tipo SAS (Surface Air System) para disminuir el tiempo de
permanencia en la cueva.
Imagen 17. Tipos de muestreadores empleados para la toma de muestras de aerobiología. De izquierda a
derecha el muestreador Coriolis, y los dos muestreadores para medios sólidos (SAS y Merck).
El procedimiento seguido para la secuenciación del ADN en todas las muestras ha sido el
siguiente:
1- Extracción de ADN.
Las muestras de las colonias amarillas, blancas, grises, moonmilk y muestras del suelo y
paredes, se extraen con el kit Powersoil-DNA-isolation (MoBio) de acuerdo con las
instrucciones del fabricante.
De las muestras de aire, se toman unos 10ml de fluido conteniendo los microorganismos de
2m3 de aire y se filtran a vacío en filtros Milipore de poro 0,22µm (24mm de diámetro). El
filtro se guarda congelado a -80ºC hasta su procesado. Para extraer el ADN del filtro se trata
como las otras muestras anteriores utilizando el mismo kit.
2
El estudio de la metagenómica se encuentra pendiente de realización al momento de la entrega de este
informe.
3 Las muestras recogidas para su análisis proceden exclusivamente del suelo y paredes. No se ha tomada
ninguna muestra del techo de la Sala de Polícromos
Con objeto de abarcar la mayor biodiversidad posible se han seleccionado primers (cadena
de ácido nucleico que contiene pares de bases complementarios a una hebra molde,
necesaria para iniciar la replicación del ADN en todo el proceso) para amplificar los
siguientes grupos taxonómicos: Cianobacterias, Arqueas, Bacterias+Arqueas y Hongos.
La técnica comienza con la adaptación del ADN para obtener una librería de pequeños
fragmentos monocatenarios.
Para ello se utilizaron bisturís estériles y tubos de 12ml también estériles. Una vez recogidas
son trasportadas al laboratorio para su análisis.
El cultivo se hizo para cinco grupos diferentes: Triptona-agar-Soja (TSA) para mesófilos
aerobios viables, Sabouraud-glucosa-agar (SAB) para hongos y levaduras, Agar para
aislar actinomicetos (ACT), medio Cetrimida-agar (CET) para aislar Pseudomonas, y Agar
para recuento de algas (ALG).
La toma de muestras se realiza con una cadencia de tres meses, lo que supone realizar
visitas cuatrimestrales que coincidan con cada estación del año. En cada una de ellas se
hace 1º) una búsqueda de fauna por rastreo y 2º) instalación de “trampas pitfall”, que
necesitaron del siguiente material: frascos de vidrio, malla de acero galvanizado, hisopos,
cebo sólido (sobrasada4), cloruro sódico, agua, propilenglicol (1,2-propanodiol).
Se trata de una fase constructiva, y sintética, de las ideas derivadas de las observaciones
realizadas en la cueva y de los resultados obtenidos con el estudio de los especímenes en
el laboratorio.
5. RESULTADOS DE AEROBIOLOGIA
Los resultados obtenidos en aerobiología se han analizado por meses y conjuntamente con
los datos registrados por el Museo de Altamira (MdA) sobre el número de personas en
tránsito en el interior de la cueva y el tiempo de estancia.
4
El empleo de esta sustancia frente a otros cebos orgánicos se debe a contener en su composición pimentón
como agente limitante del crecimiento de hongos.
600
500
400
300
200
100
0
VERANO OTOÑO INVIERNO PRIMAVERA
3
Gráfica 1. Representación de las UFC/m de mesófilos en el exterior de la cueva durante el año de muestreo
600
500
400
300
200
100
0
VERANO OTOÑO INVIERNO PRIMAVERA
Hongos
3
Gráfica 2. Representación de las UFC/m de hongos en el exterior de la cueva durante el año de muestreo
600
500
400
300
200
100
0
ENERO
JUNIO
FEBRERO
MARZO
ABRIL
MAYO
JULIO
AGOSTO
OCTUBRE
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
SEPTIEMBRE
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2
3
Gráfica 3. Representación de las UFC/m de mesófilos incubados durante 48 horas a 30ºC en la Sala de
Polícromos, durante el año de muestreo.
600
500
400
300
200
100
0
ENERO
JUNIO
FEBRERO
ABRIL
MARZO
JULIO
OCTUBRE
NOVIEMBRE
MAYO
AGOSTO
DICIEMBRE
SEPTIEMBRE
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2
3
Gráfica 4. Representación de las UFC/m de hongos incubados durante 72 horas a 28ºC en la Sala de
Polícromos, durante el año de muestreo.
600
500
400
300
200
100
0
ENERO
FEBRERO
ABRIL
MAYO
MARZO
JULIO
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
AGOSTO
SEPTIEMBRE
JUNIO
OCTUBRE
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2
3
Gráfica 5. Representación de las UFC/m de mesófilos incubados durante 48 horas a 37ºC en la Sala de
Polícromos, durante el año de muestreo.
600
500
400
300
200
100
0
ENERO
JUNIO
FEBRERO
OCTUBRE
NOVIEMBRE
MARZO
ABRIL
MAYO
JULIO
DICIEMBRE
SEPTIEMBRE
AGOSTO
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2
3
Gráfica 6. Representación de las UFC/m de mesófilos incubados durante 48 horas a 37ºC en atmósfera de
CO2 en la Sala de Polícromos, durante el año de muestreo.
Nota: Resultados en las otras zonas de la cueva donde se realizó el muestreo, ver Anexo I
E 348 40 21 10
OCTUBRE 646 216 14 5
NOVIEMBR
E 1487 880 90 9
DICIEMBRE 1967 326 10 6
ENERO 838 81 281 14
FEBRERO 558 89 4 4
2014
Nota: Los datos que aparecen en gris en las tablas hacen referencia a los meses en los que se
iniciaron las visitas experimentales. Para más información sobre los datos correspondientes al
resto de cueva, ver Anexo I
Teniendo en cuenta los valores más elevados de UFC/m3 se puede decir que en el exterior
los incrementos se observan para bacterias (tomando como referencia mesófilos a 30ºC) los
meses de julio, septiembre, enero y marzo. Para hongos, los meses de julio, septiembre,
abril y mayo han sido los de mayor registro (ver gráfica 18 Anexo I).
1200
1000
800
600
400
200
0
ENERO
FEBRERO
ABRIL
NOVIEMBRE
MARZO
MAYO
DICIEMBRE
JUNIO
JULIO
SEPTIEMBRE
AGOSTO
OCTUBRE
2013 2014
Exterior TSA Polícromos 1 Polícromos 2
3
Gráfica 7. Representaciones de las UFC/m en medio de cultivo para mesófilos 30ºC (TSA) en la Sala de
3
Polícromos y las UFC/m detectadas en el exterior de la cueva.
1200
1000
800
600
400
200
0
ENERO
FEBRERO
MARZO
NOVIEMBRE
ABRIL
DICIEMBRE
MAYO
JULIO
SEPTIEMBRE
AGOSTO
JUNIO
OCTUBRE
2013 2014
Exterior SB+CF 72h Polícromos 1 Polícromos 2
3 3
Gráfica 8. Representaciones de las UFC/m en medio de cultivo para hongos 28ºC (SAB+CF) y las UFC/m
detectadas en el exterior de la cueva.
Se ha de tener en cuenta que una vez que los microorganismos se han asentado en un
sustrato, el suelo o soporte pétreo (reservorio), e iniciado su desarrollo en forma de colonias
(amplificación), su paso al aire estará condicionado por varios factores como pueden ser su
arrastre provocado por el movimiento del aire o de personas o por la alteración del
reservorio, ya sea debido a movimientos de tierra, obras, etc., es por ello que la presencia
de personas y el tiempo de estancia en la cueva han de tenerse en cuenta para la
interpretación de los datos.
En criterios de valoración biológica como el NTP 409, se cifra en 4500 UFC/m3 el límite
superior de bacterias en espacios interiores. Mediante la técnica empleada de recuento en
placa, en ningún caso se han alcanzado esos valores para bacterias, siendo muy similares
en el exterior y el interior de la cueva, e incluso inferiores en el interior.
Para el caso de los hongos (cuyo origen se considera que proviene del exterior) se cifra en
valores normales de hongos saprofitos, 100 UFC/m3. En los recuentos en placa realizados,
sí que se ha superado ese número en varios momentos de julio, agosto, septiembre o enero
sobre todo en el Vestíbulo y Cruce y en la Sala de Polícromos en el mes de julio y en el
otoño (ver tabla 13 Anexo I).
Los recuentos muestran que existe influencia del tiempo de estancia en la cueva y el tránsito
de personas en el interior de la cueva, especialmente con grupos que superan las 6
personas y los 50 minutos dentro de la cueva.
Si los datos se analizan para los tiempos pasados en el interior de la Sala de Polícromos y el
tránsito de personas el día previo a los recuentos de aerobiología, se observa que hay una
influencia clara, especialmente en el caso de tránsito de personas en la Sala de Polícromos
el día previo.
700 350
600 300
500 250
400 200
300 150
200 100
100 50
0 0
ENERO
FEBRERO
NOVIEMBRE
MARZO
ABRIL
MAYO
JULIO
DICIEMBRE
SEPTIEMBRE
AGOSTO
JUNIO
OCTUBRE
2013 2014
3
Gráfica 9. El eje de la izquierda representa la UFC/m de mesófilos cultivados a 30ºC (TSA) durante 48h, el eje
de la derecha representa el número de minutos de estancia en la Sala de Polícromos el día previo a la toma
de aerobiología.
300 350
250 300
200 250
200
150
150
100 100
50 50
0 0
ENERO
JUNIO
FEBRERO
MARZO
OCTUBRE
ABRIL
MAYO
JULIO
SEPTIEMBRE
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
AGOSTO
2013 2014
Polícromos 1 SAB+CF Polícromos 2 SAB+CF Estancia en cueva dia previo
3
Gráfica 10. El eje de la izquierda representa la UFC/m de hongos cultivados a 28ºC (SAB+CF) durante 72h, el
eje de la derecha representa el número de minutos de estancia en la Sala de Polícromos el día previo a la
toma de aerobiología
700 14
600 12
500 10
400 8
300 6
200 4
100 2
0 0
ENERO
FEBRERO
MARZO
NOVIEMBRE
ABRIL
DICIEMBRE
MAYO
JULIO
SEPTIEMBRE
AGOSTO
JUNIO
OCTUBRE
2013 2014
Polícromos 1 TSA Polícromos 2 TSA Tránsito de personas día previo
3
Gráfica 11. El eje de la izquierda representa la UFC/m de mesófilos cultivados a 30ºC (TSA) durante 48h, el
eje de la derecha representa el tránsito de personas en la Sala de Polícromos el día previo a la toma de
aerobiología.
300 14
250 12
200 10
8
150
6
100 4
50 2
0 0
ENERO
FEBRERO
MARZO
ABRIL
MAYO
JULIO
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
AGOSTO
SEPTIEMBRE
JUNIO
OCTUBRE
2013 2014
3
Gráfica 12. El eje de la izquierda representa la UFC/m de hongos cultivados a 28ºC (SAB+CF) durante 72h, el
eje de la derecha representa el tránsito de personas en la Sala de Polícromos el día previo a la toma de
aerobiología.
Los recuentos de número de hongos demuestran que existe una influencia del efecto de la
estancia de personas en la cueva detectándose especialmente a partir de grupos de 8
personas. Teniendo en cuenta la combinación del número de personas y de tiempos de
estancia, en lo que se refiere al incremento de hongos, 6 personas sería el límite aceptable.
Nota: Para ver los datos correspondientes del resto de microorganismos en otras zonas de la cueva,
consultar Anexo I.
Los resultados de enfrentar el número de veces que se abre la puerta y las UFC/m 3 de
mesófilos y hongos, muestra una relación que debe ser valorada conjuntamente con el
número de personas en tránsito y tiempos de estancia para determinar la importancia de
cada uno de estos factores ya que en otras partes de la cueva no parece ser clara.
700 14
600 12
500 10
400 8
300 6
200 4
100 2
0 0
ENERO
JUNIO
OCTUBRE
FEBRERO
MARZO
NOVIEMBRE
ABRIL
DICIEMBRE
MAYO
JULIO
SEPTIEMBRE
AGOSTO
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2 Apertura de puerta día de muestreo
Gráfica 13. Representación del número de veces que se abrió la puerta de la cueva de Altamira y el número de
3
UFC/m de mesófilos en el aire de la Sala de Polícromos.
300 14
250 12
200 10
8
150
6
100 4
50 2
0 0
ENERO
FEBRERO
NOVIEMBRE
MARZO
ABRIL
MAYO
JULIO
DICIEMBRE
SEPTIEMBRE
JUNIO
AGOSTO
OCTUBRE
2013 2014
Polícromos 1 Polícromos 2 Apertura de puerta día de muestreo
Gráfica 14. Representación del número de veces que se abrió la puerta de la cueva de Altamira y el número de
3
UFC/m de hongos en el aire de la Sala de Polícromos.
Exterior UFC/m3
Interior microorganismos/m3
Figura 1. Representación comparativa de las medidas estacionales de UFC/ m3 en el exterior de la cueva con
los microorganismos/m3 en el interior
Los datos obtenidos en el exterior y lo que ocurre en el interior de la cueva, muestran que
en primavera se observan los valores más elevados. No se tomaron muestras para el
Vestíbulo y Cruce, ni para Hoya ni Pozo en la estación de verano. En este caso hay que
tener en cuenta que se están comparando datos del exterior (UFC/m3) y del interior
realizados por citometría (microorganismos/m3). En ambos casos los máximos se detectan
en primavera.
Los resultados obtenidos indican que la técnica de cultivo tan sólo permite el crecimiento de
menos del 1% de los microorganismos que se detectan por citometría de flujo, lo que
muestra que la mayoría de los microorganismos son viables pero no cultivable, de lo que se
deduce, que para evaluar la población obtenida habría que mejorar la técnica de citometría
empleada, para poder distinguir entre población viable y no viable.
3 3
Condensación techos UFC/M Microorganismos/M Riesgo
PRIMAVERA
Elevada Máximo (exterior) Máximo (cueva) Alto
VERANO
Elevada Máximo (cueva) Alto
OTOÑO
Baja Máximo en hongos (cueva) Bajo (*)
INVIERNO
Baja Máximo (cueva) Medio-Bajo
Tabla 2. Valoración del riesgo de desarrollo de colonias visibles en el techo de la Sala de Polícromos con
respecto a la condensación del agua
En la carrera del 454 Sequencing system GS Junior se obtuvieron 46.230 secuencias útiles
La presencia de arqueas en las colonias que tapizan la cueva no ha sido estudiada con
detalle, pero llama la atención la abundancia de la clase Taumarcheota. Los organismos de
este grupo destacan por su capacidad de obtener nitrato a partir del amonio y fijar CO 2 por
una vía muy eficiente desde el punto de vista energético (Könneke et al., 2014).
p__WS3
p__SBR1093
p__Proteobacteria
p__Nitrospirae
p__Gemmatimonadetes
p__Firmicutes
p__Fibrobacteres
p__Elusimicrobia
p__Chloroflexi
p__Chlorobi
p__Bacteroidetes
p__Actinobacteria
p__Acidobacteria
Other
Mientras la solución de estos problemas técnicos llega, se ha hecho una predicción de las
capacidades funcionales de las colonias a partir de su composición taxonómica mediante
programas de bioinformática.
Cuando se analizan por grupos funcionales se observa que no existen grandes diferencias
entre los diferentes tipos de colonias, así, se encuentra que las funciones más
representadas corresponden a biosíntesis de metabolitos secundarios, transportadores, y
biosíntesis de aminoácidos.
Se representa en una tabla, la frecuencia relativa de los grupos de ortología más frecuentes
identificados en cada grupo de colonias.
mm wh ye gr
ko01110 Biosynthesis of secondary metabolites 20 23 21 22
ko02000 Transporters 29 27 28 30
Otros análisis efectuados sobre las diferencias de componentes entre pares de muestras,
nos ponen de manifiesto que hay mayor diferencia entre colonias amarillas y blancas que
entre blancas y grises; las primeras son del orden del 0,1% y las segundas del 0,01%.
El phylum más abundante, el de las Proteobacteria, que llega a representar hasta un total
del 50% de la biodiversidad total de bacterias y arqueas en algunas muestras de verano, en
concreto la pared de la Sala de Polícromos II y la Hoya (cabra), se ha representado hasta el
nivel de clases en donde se refleja la composición de las muestras en alfa, beta, delta y
gamma proteobacterias.
VERANO
OTOÑO
INVIERNO
La composición de los taxones para las muestras de aire fue netamente distinta de la
observada para el suelo y las paredes, con una preponderancia absoluta de
Proteobacterias, que oscilaron entre un 82% y un 96% del total de las lecturas obtenidas. El
grupo más abundante fue el de las α-proteobacteria, y entre estas las Sphingomonadales.
En menor proporción aparecen las β-proteobacteria, y de ellas las Burkhoderiales. Otros
órdenes menos abundantes, pero significativamente presentes fueron Rhizobiales,
Sphingobacteriales y Actinomicetales.
VERANO
Imagen 18. Cartografía esquemática de las colonias visibles en el techo de la Sala de Polícromos y pasillo de
acceso
Los puntos verdes se corresponden con colonias verdes que en la actualidad no son
visibles, si bien se conservan algunos restos que pueden ser observados mediante
fotografía de alta definición.
La cartografía realizada solo refleja la ubicación de las colonias y la densidad del punteado
se refiere a una mayor o menor concentración de la contaminación biológica, sin pretender
cuantificarla.
El análisis realizado muestra una gran diversidad microbiológica en los diferentes ambientes
de la cueva y con unas composiciones relativamente estables. Encontramos arqueas en
suelo y paredes, pero prácticamente ninguna en aire. Las poblaciones bacterianas son
similares en suelo y paredes con predominio de actinobacterias y proteobacterias, mientras
que en aire las proteobacterias son preponderantes.
Se concluye que las poblaciones son estables sin encontrar diferencias muy marcadas entre
diferentes localizaciones en la cueva ni en diferentes periodos estacionales.
Consideramos que la mayor amenaza para las pinturas proviene de las colonias visibles que
aparecen en las paredes y techos de la cueva. Si comparamos la distribución en taxones
encontradas para las colonias visibles, el suelo, los muros y el aire, se observa una relación
bastante estrecha entre colonias y suelo/pared; no ocurriendo lo mismo con los
microorganismos encontrados en el aire, cuya composición taxonómica es diferente a la de
las colonias visibles.
Aunque por ahora no se dispone de series temporales, los resultados que se han obtenido
hasta el momento, comparados con otros estudios efectuados con anterioridad, son
uniformes en concluir que las poblaciones de microorganismos presentan una alta
estabilidad y deberían permanecen de esta manera, si no son alteradas las condiciones de
equilibrio de la cueva, y seguramente, si no hay disponibilidad de nutrientes que favorezcan
el desarrollo biológico. Sin una información completa, lo más probable es que haya un
aporte limitado de materia orgánica a través del lixiviado de la capa edáfica superior, y en
menor proporción, debida a las entradas en la cueva, en las que no habría que descartar lo
que aporten artrópodos, moluscos, etc.
Considerando los recuentos obtenidos en las cuatro estaciones anuales (entre el verano de
2013 a la primavera de 2014) para los grupos de microorganismos: mesófilos aerobios
viables, hongos y levaduras, y actinomicetos en el suelo y paredes de la cueva, se muestran
las siguientes representaciones gráficas para la Sala de Polícromos.
Mesófilos . Polícromos
1,00E+06
1,00E+05
1,00E+04
log[UFC/g]
1,00E+03
1,00E+02
1,00E+01
1,00E+00
Verano-13 Otoño-13 Invierno-14 Primavera-14
Pol-1 suelo Pol-1 pared Pol-2 suelo Pol-2 pared
1,00E+03
1,00E+02
1,00E+01
1,00E+00
Verano-13 Otoño-13 Invierno-14 Primavera-14
Pol-1 suelo Pol-1 pared Pol-2 suelo Pol-2 pared
Actinomicetos. Polícromos
1,00E+06
1,00E+05
1,00E+04
log[UFC/g]
1,00E+03
1,00E+02
1,00E+01
1,00E+00
Verano-13 Otoño-13 Invierno-14 Primavera-14
Pol-1 suelo Pol-1 pared Pol-2 suelo Pol-2 pared
Nota: Para ver los resultados en las otras zonas muestreadas, consultar el Anexo IV
Para ello se calcula el logaritmo decimal entre las UFC/g del suelo y muros como se
representa en las tablas siguientes
Otoño-13 - - -
Invierno-14 - - -
Primavera-14 -0,0071785 - -
Tabla 5: Resultado del cálculo de la función logarítmica decimal de las UFC/g entre el suelo y el soporte
para mesófilos aerobios viables y hongos y levaduras en la cueva
Log[su/so] Actinomicetos
Tabla 6: Resultado del cálculo de la función logarítmica decimal de las UFC/g entre el suelo
y la pared para Actinomicetos en la cueva.
3 Pol-2H 0,943884
Tabla 7: Resultado del cálculo de la función logarítmica decimal de las UFC/g entre el suelo
y la pared de los diferentes grupos de microorganismos en la Sala de Polícromos
2
1,5
1
0,5
0
-0,5 0 1 2 3 4 5 6
-1
-1,5
-2
Verano-13 Otoño-13 Invierno-14 Primavera-14
Gráfica 18. Representación de la dispersión entre el suelo y la pared de los diferentes grupos de
microorganismos, estacionalmente, en la Sala de Polícromos. Cada número en el eje de abscisas representa un
grupo de microorganismos: M: Mesófilos aerobios viables, H: Hongos y levaduras, A: Actinomicetos. Los valores
negativos indican un mayor recuento las paredes que en el suelo.
Podemos concluir, por tanto, que son los mesófilos aerobios viables y los actinomicetos los
grupos de microorganismos cuyos recuentos han sido más elevados en el suelo y en las
paredes, tanto de la cueva en su totalidad como en la Sala de Polícromos, siendo el verano
la estación del año en la que los encontramos en mayor número. Esto podría indicar que
forman parte de la microbiota natural de la cueva, pero los cambios estacionales que inciden
sobre el ambiente interno de la cueva, puede favorecer en mayor o menor grado su
actividad metabólica.
Atendiendo a los gráficos de dispersión podemos observar, de forma general, que hay
mayor número de microorganismos en el suelo que en la pared, a excepción de los
siguientes casos:
Fauna vestibular
Imagen 19: Fauna vestibular: A) Elona quimperiana (Gastropoda: Xanthonychidae); B) Stenophylax fissus
(Hexapoda: Trichoptera: Limnephilidae).
Imagen 20. Fauna vestibular: A) Eratigena inermis (Arachnida: Araneae: Agelenidae); B) Meta bourneti
(Arachnida: Araneae: Tetragnathidae); C) Pholcus phalangioides (Arachnida: Araneae: Pholcidae); D)
Ischyropsalis nodifera (Arachnida: Opiliones: Ischyropsalididae).
Mediante inspección ocular en estas zonas más profundas de la cueva, solo pudimos
observar un ejemplar de Laemostenus (Antisphodrus) peleus peleus (Schaufuss, 1861)
deambulando por el suelo del sector 3 de trampeo, un ejemplar de Nemastoma
sexmucronatum Simon, 1911 fijado a la pared rocosa en el sector 5 de trampeo y una serie
de pequeños crustáceo del género Pseudoniphargus que se observaron en un charco sobre
sustrato arcilloso en el sector 3 de trampeo. Toda la demás fauna estudiada se observó
mediante la colecta con trampas pitfall.
Imagen 21. Fauna de sectores profundos de la cueva: A) Quaestus arcanus (Hexapoda: Coleoptera: Leiodidae);
B) Laemostenus peleus (Hexapoda: Coleoptera: Carabidae); C) Bryaxis sp. (Hexapoda: Coleoptera:
Staphylinidae); D) Rhizophagus parallelocollis (Hexapoda: Coleoptera: Monotomidae
Figura 6. Topografía de la cueva de Altamira y las áreas de muestreo seleccionadas (con la ubicación de las
trampas pitfall).
A la luz de los datos de muestreo, y a falta de completar el estudio con el último trimestre de
colecta, todo indica que la cueva cuenta con dos tipos de fauna muy bien segregada
espacialmente. Por un lado, fauna troglófila y trogloxena que se muestra especialmente
conspicua en el sector vestibular y, por otro lado, fauna troglobia en los sectores medio y
profundo de la cueva. Esta separación espacial no sólo se debe a las características
fisiológicas propias de estos roles ecológicos (ORTUÑO, 2011), sino también a la instalación
de barreras físicas (segunda puerta) en el interior de la cueva, lo que dificulta la penetración
de ciertas especies que son abundantes en el área vestibular. Los troglobios nunca
colonizarían el área vestibular por impedimentos de naturaleza fisiológica, sin embargo los
trogloxenos y troglófilos sí que podrían adentrarse en sectores más profundos de la cueva,
como sucede en otras cuevas. Los resultados del muestreo con pitfall y de visu, muestran
muy baja diversidad de Arthropoda en el sector medio y profundo y, en su mayoría, las
especies dominantes que aparecen son claramente troglobias (con excepción del carácter
troglófilo de Megaselia sp. y Nemastoma sexmucronatum, o trogloxeno edáfico de Bryaxis
sp. o Rhizophagus parallelocollis) y, por tanto, integradas desde hace milenios en estos
hábitats hipogeos.
Más variable y azarosa es la fauna vestibular, integrada por especies no troglobias pero que,
sin embargo, cuenta con la presencia de tres especies que se muestran constantes en el
tiempo aunque varíe su abundancia como son el tricóptero Stenophylax fissus y las arañas
Eratigena inermis y Meta bourneti. Junto a ellos aparecen otras especies que se muestran
de forma puntual e irregular a lo largo del año.
Los troglobios están asentados en los sectores más profundos de la cueva, y destacan por
el número de especímenes observados y/o por su aparición regular en el tiempo, dos
especies de colémbolos Pseudosinella sp. y Arrhopalites cf. furcatus, y dos especies de
coleópteros Quaestus (Quaestus) arcanus y Laemostenus (Antisphodrus) peleus peleus.
Entre las especies más conspicuas destacan Eratigena inermis y Meta bourneti. Eratigena
inermis. Ambas especies son depredadoras y desarrollan su papel de insecticidas naturales
junto a la entrada de la cueva, siendo especialmente eficaces a la hora de frenar el
asentamiento de insectos voladores como ciertos Diptera y Stenophylax fissus (Trichoptera)
que pueden observarse en este sector de la cueva.
El colémbolo Pseudosinella sp. que, como otros colémbolos, se encuentra ligado desde el
punto de vista trófico a los depósitos de materia orgánica, más o menos descompuesta con
desarrollo de hongos y mohos. Su presencia regular en el tiempo, y en las cinco trampas,
demuestra su óptima implantación a lo largo de los sectores 1 al 5 en el tramo afótico de la
cueva (figura 6). Sin embargo, Arrhopalites cf. furcatus, especie con elevados
requerimientos de humedad, aunque se muestra constante a lo largo del tiempo, su
presencia parece restringida al sector 4 (figura 6).
Tanto Bryaxis sp. como Rhizophagus parallelocollis se han mostrado de forma puntual tanto
a nivel espacial como temporal. Aunque ambos se hallaron en el sector 4 (figura 6), por
tanto una de las áreas más profundas de la cueva, no forman parte del elenco troglobio y sí,
muy probablemente, de fauna edáfica/endogea (propia de los horizontes del suelo). Este
tipo de especies suelen alcanzar la cueva mediante el efecto de la hidrocoria dado el
fenómeno de percolación en determinadas áreas de la cueva. En este mismo sentido, cabe
destacar la captura de un Symplyla (en estudio), miriápodo típico de hábitats edáficos y
endógenos, especialmente si son húmedos Y ricos en materia orgánica.
Objetivo y metodología
El objetivo que se pretende alcanzar con este estudio es determinar el impacto de las visitas
experimentales sobre la carga microbiana de la cueva y su efecto en los recuentos de
UFC/m3. Para ello, se hace una toma de muestras de aire antes y después de que haya
tenido lugar la entrada.
Las visitas experimentales se han llevado a cabo los días 27 de febrero, los días 7, 14 y 21
de marzo, el 4, 11 y 16 de abril, el 2, 9, 16 y 23 de mayo del año 2014 y han supuesto
estancias en la cueva de entre 30-45 minutos, siendo los grupos de 7 personas (2 guías y 5
visitantes) con unos tiempos de estancia en la Sala de Polícromos de 7-10 minutos. Los días
previos a la realización de esas visitas no se produce la entrada en la cueva, excepto el 22
de mayo.
Figura 7. Mapa de la cueva de Altamira con indicación de los puntos de muestreo de aerobiología con visitas
experimentales con el código de color empleado para cada punto.
nº en la
MUESTREOS Mesófilos 30ºC (48 horas)
gráfica
Vestíbulo Polícromos Hoya bisonte
1 4 de marzo 0,24303805 0,41753556 0,04575749
2 18 de marzo 0,35538766 0,17609126 -0,05115252
3 21 de marzo -0,37819595 -0,71120446 -0,94200805
4 4 de abril 0,0854302 -0,11650557 0
5 9 de mayo 0,02632894 -0,15490196 -0,39794001
21 de marzo
Gráfica 19. Representación de la dispersión para mesófilos de los datos obtenidos de las tablas anteriores. Se
3
observa que el 21 de marzo hay en todos los casos un menor número de UFC/m tras las visitas que antes de
las visitas.
09 de mayo
04 de abril
Gráfica 20. Representación de la dispersión para hongos de los datos obtenidos de la tabla anterior. Se observa
3
que el 04 de abril hay un menor número de UFC/m tras las visitas que antes de las visitas en Polícromos.
Tabla 9. Resultados del cálculo de la función logarítmica en base 10 de los datos obtenidos de
3
microorganismos/m de bacterias antes y después de las visitas.
0,8
0,6
0,4
0,2
0
0 1 2 3 4
-0,2
-0,4
-0,6
Gráfica 21. Representación de la dispersión para los datos obtenidos por citometría de la tabla anterior.
Con los datos obtenidos cabe indicar que con los grupos diseñados para las visitas
experimentales, el tránsito de visitantes no incrementa el número de UFC/m3 de forma
considerable ni para bacterias ni para hongos.
Con la técnica de citometría se observa que los recuentos totales en la Hoya, son por lo
general iguales o menores que los que se tenían al inicio de la visita experimental, mientras
que en el caso del Vestíbulo se detecta un aumento en el número de partículas (ver anexo
VI), que podría estar relacionado con la apertura y cierre de la puerta de la cueva. Sin
embargo, con los datos que se tienen no se puede llegar a conclusiones determinantes. En
el caso de la Sala de Polícromos se observa un aumento en tres de los casos tras las
visitas. Los de mayor variabilidad son los puntos de la Hoya y Vestíbulo.
Durante la visita del 29 de abril observamos y muestreamos una formación con aspecto de
raíz negra, de consistencia coriácea y muy ramificada cubriendo el muro artificial en la zona
de los muros. El material se recoge en un tubo Eppendorf y se traslada al laboratorio.
La raíz se lava con solución salina para eliminar posibles contaminantes externos y se
somete a extracción de ADN con el Kit de suelo. El ADN se amplifica con los primers
específicos de la región espaciadora ITS1.
Es quizás más inesperada esta identificación con respecto al material de partida con
aspecto de raíz y consistencia coriácea no esperable para un micelio fúngico salvo que se
asociara con raíces en forma de micorrizas.
No hemos obtenido evidencia de ADN vegetal, aunque no se puede descartar con certeza
su presencia en la muestra.
Imagen 22. Formación con aspecto de raíz encontrada en los muros artificiales
Durante la entrada para control de visitas del 9 de mayo de 2014 se observa lo que parece
ser una plántula enraizada en el suelo de la Sala de Polícromos. Se recoge con una
pequeña porción de suelo en una placa de Petri estéril y se traslada al laboratorio.
El ADN extraído con el kit de suelo de una pequeña muestra de la plántula fue amplificado
como se ha descrito en el apartado anterior.
Esta secuencia mostró dos partes: la región 1-540 más abundante, corresponde con el
amplicón esperado a partir de un hongo. A pesar de mostrar contaminación con otras
secuencias puede ser determinada sin muchas dudas debido a su abundancia. La segunda
parte, comprendida entre 550- 700 es menos abundante como se deduce de la intensidad
de fluorescencia del electroferograma, pero afortunadamente por su tamaño, debería estar
libre de contaminación fúngica y podría ser resultado de la amplificación de ADN vegetal.
En relación con la preocupación puesta de manifiesto por el informe del CSIC del 2009,
sobre la existencia de patógenos humanos en la cueva, se pide la elaboración de un estudio
al Dr. Luis Martínez Martínez, Jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario
Marqués de Valdecilla de Santander.
En cuevas en diversos lugares del mundo se han aislado bacterias, hongos y virus capaces
de causar infecciones (en ocasiones graves) en personas que las han visitado. La
epidemiología de estos microorganismos se conoce con bastante detalle. Esos agentes
concretos no guardan relación con la microbiota que diversos estudios han identificado en la
cueva de Altamira.
Algunos de los microorganismos identificados en Altamira se han aislado también en
muestras clínicas. Dado que estos agentes se consideran globalmente patógenos
oportunistas, el riesgo absoluto para la población general de adquirir una infección por los
mismos tras una visita a Altamira debe considerarse mínimo y no hay elementos para
pensar que sea superior al de otras actividades humanas habituales.
Pueden esgrimirse múltiples razones para no permitir la apertura al público de la cueva de
Altamira, pero la información actualmente disponible no apoya, de un modo razonable (y
asumiendo que ninguna actividad humana tiene riesgo cero para la salud), que una de ellas
sea el riesgo de infección para la población general. A lo sumo, la visita a Altamira podría
suponer un riesgo relativo, por el momento imposible de definir en términos cuantitativos,
para pacientes inmunodeprimidos o con enfermedades crónicas graves.
En el caso de que en los análisis de aerobiología que se plantean para el PCP se obtuvieran
resultados diferentes a los actuales, sería necesario reconsiderar la situación y planificar un
estudio (de seguimiento) clínico de las personas que acceden a la cueva. Ello contribuiría a
apoyar con una base científica sólida las conclusiones de este informe y generaría nuevos
conocimientos sobre un tema en el que las publicaciones de calidad disponibles son, por el
momento, muy escasas.
Nota: Para más información, consultar el informe completo. Anexo VII
16. CONCLUSIONES
14. Atendiendo a los gráficos de dispersión podemos observar, de forma general, que hay
mayor número de microorganismos en el suelo que en las paredes, exceptuando
algunos casos.
15. Las conclusiones que podemos sacar de estas observaciones casuales son al menos,
por un lado, que la cueva de Altamira es un ecosistema abierto en el que es posible
encontrar una gran diversidad de organismos de todo tipo. En las condiciones naturales
de la cueva estos generalmente no son capaces de desarrollarse en exceso y no
representan una amenaza real para la conservación de las pinturas.
16. Con el fin de mantener las condiciones naturales de la cueva y por tanto su ecosistema,
es conveniente favorecer una mayor ventilación y evitar cualquier intervención en la
cobertera y por ende en el interior de la cueva, permitiendo así mantener el equilibrio
ecológico de la misma.
17. La cueva de Altamira es un ecosistema abierto con una microbiota natural, estable en
las condiciones ambientales actuales. Para mantener este equilibrio se debe evitar
cualquier modificación tanto en el interior como en el entorno
PROYECTO 2
SEGUIMIENTO AMBIENTAL
COORDINADOR
EQUIPO DE INVESTIGADORES:
EMPRESA COLABORADORA
Los objetivos a alcanzar por el Proyecto de Seguimiento Ambiental (Grupo 2) del Programa
de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de
Altamira, se definieron en las diferentes reuniones de trabajo del Programa y son los que se
relacionan a continuación:
Haciendo un recorrido por la historia de la cueva se observa que las decisiones que se
tomaron para garantizar la conservación de las pinturas se basaron, en muchas ocasiones,
en "impresiones", en decisiones "institucionales" y en situaciones de "emergencia" que no
estaban corroboradas con datos objetivos basados en la detección de alteraciones en las
condiciones ambientales. Por otra parte no se ha realizado un seguimiento sistemático y
documentado, sino que a lo largo de los años se han llevado a cabo diferentes estudios con
escasa o nula interrelación.
Imagen 24. Hitos relevantes de acciones en la cueva que han influido en la modificación de las condiciones
ambientales.
Hay que tener en cuenta dos aspectos en la trayectoria histórica de la cueva. En primer
lugar todas las actuaciones realizadas en la cueva que han podido provocar un cambio de
las condiciones ambientales internas (imagen 24) y en segundo lugar, los estudios
realizados sobre las condiciones ambientales de la cueva de Altamira.
En una dilatada fase inicial, la actual Sala de Polícromos se situaría próxima a una amplia
boca de la cueva donde se desarrollarían las actividades propias de la ocupación humana y
las pinturas rupestres tendrían una mayor interconexión con el exterior. El análisis de los
datos del registro fósil en esta fase, indican que las condiciones ambientales en la zona
experimentaron cambios extremos que van de épocas glaciales a periodos tropicales.
En 1924, el ingeniero Alberto Corral proyecta una serie de actuaciones relacionadas con las
condiciones termohigrométricas y con la adecuación de la cueva para facilitar las visitas.
Como se detalla en los antecedentes históricos, para evitar la humedad por infiltración se
plantea la impermeabilización de la Sala de Polícromos, sin valorar adecuadamente la
posible disminución de la humedad, su influencia en los procesos de condensación y su
relación con la conservación de las pinturas. Además se propuso un sistema de ventilación
mecánica con unas grandes chimeneas, actuación que afortunadamente no se ejecutó.
Las primeras mediciones de temperatura y humedad las realizaron Breuil y Obermaier entre
1931-32. Fueron mediciones puntuales, tomadas cada 15 días o cada mes y no se tienen
más detalles del método de trabajo y del equipamiento utilizado.
El primer informe con base científica fue el realizado en diciembre de 1958 por García
Lorenzo, González Echegaray y el meteorólogo Enderiz García. Para su estudio utilizan
datos medidos de humedad relativa, temperatura y CO2 y una metodología de trabajo de
acuerdo con la experimentación científica.
También señalan que "por tanto, utilizando un régimen racional de visitas, la temperatura de
la cueva puede mantenerse dentro de los límites de variación que se presentaban en el
régimen natural".
Este informe (1958) es la base de un estudio continuado sobre las condiciones ambientales,
la conservación de las pinturas y el régimen de acceso a la cueva, que genera a lo largo de
los años diferentes informes, el primero en septiembre de 1966 y el siguiente en abril de
1967. En 1968 se instalan equipos de medición en continuo y se redacta otro informe en
1970.
En 1976 se crea una comisión investigadora con el encargo de definir las condiciones
ambientales adecuadas para la conservación de las pinturas.
En esta época no se producen nuevas modificaciones del espacio pero la cueva mantiene
un régimen de visitas muy elevado, llegando a ser el monumento más visitado de España
con 175.000 visitantes anuales en 1973, circunstancia que es denunciada por los
investigadores en diferentes ocasiones.
Entre 1977-79 se realiza un estudio para establecer el régimen de visitas analizándose los
factores ambientales y asumiendo que las condiciones adecuadas para evitar un deterioro
de las pinturas es una estancia máxima en la cueva de 10 minutos, con variaciones de
temperatura inferiores a 0,1ºC, y de humedad relativa inferior a 1%. Esto seguramente
guarda relación con la precisión de los equipos utilizados y no con un estudio real sobre el
impacto en las pinturas. No obstante, en octubre de 1977 se cierra la cueva a la vista pública
para facilitar las investigaciones de cara a su conservación.
cambios, pues nada es más contrario a la estabilidad de las pinturas que la repetición de
estos desequilibrios”.
1. Las temperaturas medias más elevadas de los techos de las diferentes salas oscilan
entre los 16,6ºC en octubre en el Vestíbulo y los 14.0ºC en diciembre en la Gran Sala, y las
más bajas entre los 12,6ºC en marzo en el Vestíbulo y los 13,1ºC en los meses de verano
en la Gran Sala, con fluctuaciones anuales que oscilan entre los 2,2ºC en el techo del
Vestíbulo, que es la zona más afectada por las variaciones de la temperatura del exterior,
hasta fluctuaciones de solamente 0,6ºC que tienen lugar en la Pre-Gran Sala y en la Gran
Sala.
2. En la Sala de Polícromos, el techo tiene una temperatura media anual de 14,1ºC con
fluctuaciones de ±1,0ºC, presentando un máximo de 15,1ºC en el mes de diciembre y una
temperatura mínima de 13,3ºC en el mes de junio.
De manera general, se apunta que la temperatura de la cueva presenta una gran estabilidad
en régimen natural, por la mínima diferencia entre la temperatura del aire y de la roca, por
las pequeñas y lentas fluctuaciones y por la falta de ventilación.
Sobre el origen del agua en la cueva, el equipo de Villar concluye que ésta tiene su origen
en las infiltraciones sobre el techo de la Sala de Polícromos y en los intercambios de masas
de aire con distinto contenido en humedad.
Con este análisis, se propone un régimen de visitas con un cupo fijo de 8.800 personas al
año distribuidas mensualmente de forma variable según las condiciones en el exterior, que
se implanta en 1982 para reabrir la cueva a las visitas públicas.
Sin culminar el proyecto del ICRBC, la Subdirección General de Museos Estatales del
Ministerio de Cultura inicia una etapa de estudios encargados a un equipo del CSIC dirigido
inicialmente por Manuel Hoyos y posteriormente, hasta 2012, por Sergio Sánchez. Este
equipo analiza el impacto de las visitas en Policromos y su incidencia en la conservación de
las pinturas, con el régimen de visitas propuesto por Villar, concluyendo que algunos valores
no se recuperaban a lo largo del ciclo anual. Esto provocaba un efecto
acumulativo/reservorio que iba alterando continuadamente las condiciones ambientales en
la cueva.
En 1998 se inician los trabajos para la construcción de la réplica del techo de la Sala de
Polícromos en el nuevo museo, que según el informe del CSIC, de 18 de noviembre de
2005, provocó una fuerte perturbación del ciclo microclimático de la cueva.
En las conclusiones de dicho informe, se propone el cierre de la cueva en verano para evitar
la alta tasa de condensación natural provocada por la entrada de aire cálido y húmedo, y "en
este sentido, podría pensarse en la instalación de un doble cierre, aprovechando la segunda
puerta que permite el acceso desde el Vestíbulo de entrada al corredor principal".
La propuesta del CSIC pretendía mejorar el cierre de la cueva para limitar el intercambio de
materia con el exterior (partículas, esporas y nutrientes), impedir el acceso de roedores,
De acuerdo con estas premisas, se diseñó una puerta metálica para la entrada a la cueva
provista de ranuras de ventilación en una superficie aproximada del 4 al 5% del total de la
superficie, con espuma de poliuretano como aislamiento térmico en el interior recubierta con
una plancha metálica en la parte posterior. Esta puerta, según las indicaciones detalladas
en el informe del CSIC de 2005, se instala el 16 de octubre de 2008. En un primer momento
la puerta no cumplía estos requisitos y no fue hasta abril de 2009 cuando se subsanaron las
deficiencias.
En octubre de 2009 se instala una segunda puerta que separa el Vestíbulo del resto de la
cueva. Esta sí que se ajusta desde el principio a las pautas señaladas por el CSIC en el
2005, pues lleva lamas que podrían abrirse o cerrarse en función de las estaciones. En abril
de 2009 se completa el aislamiento cerrando un orificio existente en el muro contiguo a la
puerta y que había sido realizado en su día para introducir un cableado.
Imagen 26. Vista anterior y posterior a las intervenciones arqueológicas que alteran la zona de entrada
a la cueva.
La Imagen 27 presenta un gráfico comparativo de los históricos de datos, que se han podido
recuperar durante el Proyecto, de la evolución del ciclo anual de la temperatura del aire, a
nivel medio, en la Sala de Polícromos. A partir del análisis estadístico de todos estos datos
Imagen 27. Curvas de evolución de la temperatura en la Sala de Polícromos, a lo largo del ciclo anual, obtenidas
en diferentes estudios desde 1980 hasta la actualidad. La curva en trazo rojo continuo y la tabla de datos
mensuales y anuales adjuntos reflejan los datos promediados de todos los datos disponibles.
3. METODOLOGÍA DE TRABAJO.
4. MEDIOS TÉCNICOS
Como viene reflejado en los objetivos para la caracterización de las condiciones ambientales
se ha realizado el diseño e instalación de un equipo de seguimiento en continuo con acceso
remoto y que permite obtener los datos para su análisis exhaustivo.
Los sensores se han calibrado por un laboratorio con certificación ENAC, en el caso de los
sensores de temperatura, o con certificado de calibración del fabricante, en el caso del CO 2,
humedad relativa y temperatura y temperatura por infrarrojos. Para la comprobación de la
medición de cada sensor se ha realizado una comprobación en el laboratorio y otra doble
comprobación in situ utilizando, para la temperatura, un equipo electrónico y un termómetro
de mercurio de alta precisión en cada caso. Las desviaciones observadas para cada equipo
respecto a los patrones utilizados se han corregido mediante la introducción de un offset
calculado después de un periodo significativo (al menos 24 horas) de comprobación. Este
método ha sustituido la utilización de equipos portátiles de referencia puntual que en el caso
de la cueva de Altamira entraña gran dificultad y no resulta operativo.
Los dataloggers están dotados de baterías auto-recargables internas que garantizan una
autonomía de 24 horas en caso de fallo del suministro eléctrico, aunque las condiciones de
la cueva exigen una comprobación regular del nivel de carga y sustitución periódica.
Además de ello, todo el sistema tiene un sistema de alimentación ininterrumpida que
estabiliza la tensión y mantiene la alimentación durante unos minutos.
1. Exterior: Tª del aire, Tª del suelo (2 niveles), HR Aire, CO2 aire, Presión atmosférica
y CO2 en el suelo.
2. Vestíbulo: Tª aire (superior, media e inferior), Tª roca (suelo), HR aire (altura media),
CO2 aire (altura media).
3. Post- 2ª puerta: Tª aire (superior, media e inferior), HR aire (altura media), CO 2 aire
(altura media).
4. Cruce: Tª aire (superior, media e inferior), Tª roca (suelo), HR aire (altura media),
CO2 aire (altura media).
5. Pasillo de la Sala de Polícromos: Tª aire (superior, media e inferior), HR aire (altura
media), CO2 aire (altura media).
6. Sala de Polícromos: Tª aire (superior, media e inferior), HR aire (altura media), CO 2
aire (altura media), Tª roca (suelo y 2 puntos del techo).
7. Hoya: Tª aire (superior, media e inferior), Tª roca (suelo), HR aire (altura media), CO 2
aire (altura media).
8. Pozo: Tª aire (superior, media e inferior), Tª roca (suelo), HR aire (altura media), CO2
aire (altura media).
Dependiendo de los puntos de medición los equipos instalados difieren uno de otros pero de
manera general el esquema general queda descrito en la Imagen 28.
Los dataloggers utilizados son Squirrel 2020 2f8 con 8 entradas dobles con licencia de
software SQUIRRELVIEW 2 PLUS, protegidos con cajas estancas con protección IP67, y
monitorización interna de temperatura y humedad relativa para analizar la eficacia de la
protección y la estabilidad de la electrónica.
Revisión mensual de los equipos de medición dentro y fuera de la cueva, con limpieza
de los equipos y revisión general de la instalación.
Revisión semanal remota del funcionamiento de los equipos de medición.
Descarga y revisión diaria de datos de los equipos de medición.
Actualización de archivos de datos y distribución semanal de éstos a los grupos de
trabajo que corresponda.
Control de los cambios de configuración de los equipos de medición.
Verificación in situ de los equipos de medición cada 6 meses mediante patrón
calibrado atendiendo a las especificaciones de cada equipo.
Comprobación puntual de sensores ante incidencias.
Tiempo de respuesta ante incidencia in situ de un máximo de 48h.
El acceso remoto que permite el seguimiento y la verificación on-line se basa en una red de
datos con cable de fibra óptica que conecta todos los dataloggers con el ordenador PC
situado en la caseta exterior, en la proximidad de la cueva. El ordenador está conectado, a
través de una línea ADSL del museo, específica para el sistema de seguimiento ambiental,
que permite el acceso a través de internet.
5. ANÁLISIS Y RESULTADOS
En primer lugar se han analizado las características representativas del clima local que
tienen relación con los factores ambientales determinantes para la conservación de la cueva
y su arte rupestre:
Temperatura.
Humedad relativa.
CO2.
Precipitación.
Presión atmosférica.
En cuanto al sistema interno de la cueva, los parámetros analizados que se han considerado
como determinantes para la conservación del arte rupestre han sido:
La temperatura.
La humedad relativa y la humedad específica.
El CO2.
La condensación.
Es decir, además de los parámetros medidos se han considerado otros calculados que
permiten un mejor análisis de los riesgos para la conservación de las pinturas. Los
parámetros calculados -condensación y humedad específica- se han obtenido a partir de los
datos registrados.
En el presente informe sólo se adjuntan los gráficos de evolución a lo largo del ciclo anual y
los parámetros estadísticos más significativos. El resto de información analizada, se
presentará en el informe final. Así, se adjunta:
Análisis comparativo de la evolución a lo largo del ciclo anual de los parámetros más
representativos (Temperatura del aire a altura media, humedad específica y CO 2) en
los cinco puntos de observación del interior de la cueva: Vestíbulo, Cruce, Sala de
Polícromos, Hoya y Pozo.
Análisis de los umbrales y rangos de oscilación de los parámetros más representativos
(temperatura del aire a altura media, humedad específica y CO 2) en la Sala de
Polícromos.
Esta supervisión, junto con los datos del registro de actividad en la cueva, ha permitido
obtener datos detallados del impacto antrópico con el régimen de ocupación definido
durante el proyecto.
Imagen 30. Temperatura del aire. Evolución a lo largo del ciclo anual de la temperatura del aire, a nivel
intermedio, en los cinco puntos de observación de la cueva, y tabla de parámetros estadísticos asociados a cada
punto.
Imagen 31. CO2. Evolución a lo largo del ciclo anual del CO2 del aire, a nivel intermedio, en los cinco puntos de
observación de la cueva, y tabla de parámetros estadísticos asociados a cada punto.
La evolución del CO2 en los diferentes puntos de observación refleja valores máximos en
primavera y otoño coincidiendo con los máximos de precipitación y la mayor actividad
biológica en el suelo. Por otro lado, al margen de estos máximos, en el periodo comprendido
entre las estaciones de otoño y primavera se registran los niveles sostenidos más altos de
concentración de CO2. Esta situación parece relacionarse con la humedad del suelo debida
a la precipitación y el “sellado” del sistema poroso del suelo que disminuye la capacidad de
liberación o difusión de CO2 desde la cueva. La difusión del CO2 a través del sustrato tiene
una importancia de primer orden en las condiciones actuales de muy escasa ventilación.
En verano, por el contrario, los niveles de CO2 se mantienen más bajos en todos los puntos.
Al igual que ocurre con la temperatura, parece existir cierta diferencia en la evolución anual
de los niveles de CO2, de forma que el punto de observación de la Hoya muestra una
oscilación anual más pequeña con niveles superiores durante el verano e inferiores a los
demás puntos durante el periodo de diciembre a abril. Los registros insuficientes del Pozo
no permiten corroborar esta tendencia ligada a zonas alejadas de la entrada de la cueva.
Una irregularidad en estas tendencias observadas es la subida del CO2 en el Vestíbulo en el
mes de diciembre. Al margen de esta irregularidad, los niveles mínimos de CO2 se registran
en el Vestíbulo, debido sin duda a una mayor ventilación del espacio.
Imagen 32. Humedad. Evolución a lo largo del ciclo anual del contenido en humedad del aire expresado en
gramos de vapor de agua por Kg de aire (g/Kg) que corresponde a la humedad específica del aire. Evolución
en los diferentes puntos de observación de la cueva, y tabla de parámetros estadísticos asociados a cada
punto.
Como ya se ha comentado, el parámetro que mejor permite analizar la humedad del aire en
el interior de la cueva es la humedad específica. Debido a la filtración del agua y a la
existencia de masas de agua líquida en diversos puntos de la cueva, las condiciones
termohigrómétricas del aire se sitúan permanentemente próximas a la saturación (100% de
humedad relativa). Para analizar la cantidad de agua disponible para la condensación en
cada punto se ha calculado la evolución de los valores de humedad específica cuya
oscilación tiene una correlación directa con la temperatura.
En relación a la temperatura, los valores medios más altos son, en primer lugar, los medidos
en el suelo exterior, y en segundo lugar, los del aire exterior. En el interior de la cueva la
En relación al CO2, los valores medios más altos son, en primer lugar, los medidos en el
suelo exterior, y en segundo lugar, los de la Hoya y la Sala de Polícromos. La concentración
de CO2 en el aire exterior es un orden de magnitud inferior a los anteriores y está dentro de
los límites considerados normales. Respecto de las oscilaciones, se puede observar cómo
en la Hoya son inferiores a la Sala de Polícromos a pesar de tener un valor medio anual
semejante, lo que indica un comportamiento más estable en las concentraciones de CO2 a lo
largo del año. Por otro lado, la oscilación del CO2 más alta se produce en el suelo exterior, y
está relacionada con la actividad biológica, mientras que la observada en el aire exterior se
puede considerar despreciable.
Imagen 33. Datos termométricos en el ecosistema de la cueva de Altamira. Valores estadísticos descriptivos del
gradiente de temperaturas en el período de estudio julio 2013 – junio 2014.
Imagen 34. Datos termométricos en el ecosistema de la cueva de Altamira. Valores estadísticos descriptivos del
gradiente de CO2 en el período de estudio julio 2013 – junio 2014.
En primer lugar, para la elaboración de este objetivo, se han definido unos niveles y rangos
de oscilaciones para la temperatura, el CO2 y la humedad específica en la Sala de
Polícromos. Para ello se han considerado los datos promediados de la integración de todos
los históricos de datos de temperatura y CO2. En segundo lugar se han definido un rango de
oscilación tolerable, un rango de alerta y un nivel de emergencia para cada factor, en
función de diferentes parámetros estadísticos extraídos del análisis de las condiciones
ambientales observadas durante el período de estudio comprendido entre julio 2013 y junio
2014, en el que se ha estimado, por todos los grupos de trabajo, que la carga de ocupación
de la cueva (investigadores y visitas experimentales) no ha causado una alteración de la
dinámica natural de la cueva.
Con estos criterios, la evolución anual de la temperatura queda definida por una media anual
de 13,79°C, y una oscilación anual de 1,48°C entre los valores extremos de la máxima y la
mínima mensuales. El valor máximo se da en diciembre, 14,58°C, mientras que el mínimo
se da en julio, 13,10°C.
Por último, el comportamiento del CO2 queda definido por una media anual de 2.668ppm y
una oscilación anual de 5.558ppm entre los valores extremos de la máxima y la mínima
mensuales. El valor máximo, 6.183ppm, se produce en noviembre, mientras que el mínimo
se produce en julio, 625ppm (redondeados a la centena en la tabla inferior).
En relación a este análisis se definen los niveles y oscilaciones que se presentan como
referencias de la evolución de los parámetros ambientales a lo largo del ciclo anual
analizado, con cierto grado de estabilidad frente a la influencia antrópica, pero no
consideradas como condiciones óptimas.
Imagen 35. Temperatura. Gráfico de evolución de la temperatura media, máxima y mínima obtenido a partir de
los datos promediados integrando todos los históricos de datos. Tabla de valores con medias mensuales y
rangos de referencias obtenidas a partir del gráfico anterior además de rangos de tolerancia, de alerta y nivel de
emergencia obtenidos a partir del ciclo anual julio 2013-junio 2014.
Imagen 36. Humedad específica. Gráfico de evolución de la humedad específica media, máxima y mínima y
tabla de valores con medias mensuales, rangos de referencias, de tolerancia, de alerta y nivel de emergencia
obtenidos a partir del ciclo anual julio 2013-junio 2014.
Imagen 37. CO2. Gráfico de evolución del CO2 medio, máximo y mínimo obtenidas a partir de los datos
promediados integrando todos los históricos de datos. Tabla de valores con medias mensuales y rangos de
referencias obtenidas a partir del gráfico anterior además de rangos de tolerancia, de alerta y nivel de
emergencia obtenidos a partir del ciclo anual julio 2013-junio 2014.
Del análisis de los datos y los valores de referencia en las tablas adjuntas se puede
deducir que los periodos más críticos en el ciclo anual son de mayo a junio para la
temperatura y la humedad del aire y el periodo de febrero a abril para el CO 2. Son
estos momentos los que requieren un seguimiento más pormenorizado, y en caso
necesario limitar las actuaciones en el interior de la cueva que puedan causar
perturbaciones que sitúen las condiciones fuera de los rangos de tolerancia
establecidos.
Para detectar las perturbaciones ocasionadas por la ocupación de la cueva (ya sea por visita
pública, trabajo de investigadores o labores de mantenimiento), es necesaria una
supervisión en tiempo real de cada una de las entradas. Previamente, y al menos con el
análisis de media hora antes a la ocupación, se determinará un valor estable que permita
analizar el impacto que puede suponer la ocupación. Los niveles definidos para este impacto
en la Sala de Polícromos son tres para cada uno de los factores (temperatura, CO 2 y
humedad específica) y cada uno de los meses del año, relacionándose cada nivel con las
acciones a llevar a cabo.
Para estimar si los niveles establecidos son adecuados hay que contrastar continuamente el
seguimiento de las condiciones ambientales con el estado de conservación de las pinturas
de manera que pueda plantearse la modificación de dichos valores límite si fuese necesario.
Configuración: Dicho equipamiento debe constar de los sensores básicos, que ya están
sobradamente identificados y dispuestos en el menor número de puntos de observación
posibles. Por la experiencia acumulada los parámetros esenciales están relacionados con la
temperatura y humedad del aire, el CO2 y la temperatura de la roca. En cuanto a los puntos
de observación, las zonas de la Vestíbulo, Cruce y Sala de Polícromos son las que
acumulan mayor información. En el presente Programa de Investigación se han
monitorizado otros puntos añadidos con el fin de poder realizar una caracterización más
completa de las condiciones ambientales en la cueva ya que aunque la parte más
importante del arte rupestre de Altamira se concentra en la Sala de Polícromos, existen
pinturas y grabados por toda la cueva. Así, se han incluido otros puntos de observación en
la zona interior de la segunda puerta, el Pasillo de entrada a la Sala de Polícromos, que en
la versión definitiva del sistema se pueden eliminar con el fin de simplificar el equipamiento y
disminuir el volumen de datos a analizar. En otros dos puntos añadidos, la Hoya y Sala del
Pozo, se recomienda su mantenimiento hasta la primera revisión del PCP ya que
constituyen dos puntos de observación que responden a dos características concretas como
son la zona de menor cota y mayor potencia de suelo sobre la vertical (en el caso de la
Hoya) y punto más alejado de la puerta de acceso (caso de la Sala del Pozo). En el caso de
la Hoya se están recogiendo datos muy interesantes respecto a la evolución de la
concentración de CO2 a lo largo del ciclo anual, que difiere de la evolución en otros puntos.
En el caso de la Sala del Pozo, en el momento de la redacción del presente informe, todavía
no se tiene un ciclo anual completo que permita sacar conclusiones sobre su
representatividad.
Nota: el análisis de otros parámetros ambientales como las infiltraciones, las partículas en el aire y la
concentración de radón han sido estudiados por el grupo 4. Los resultados se encuentran recogidos
en el apartado correspondiente a los resultados de dicho grupo de investigación.
6. CONCLUSIONES
No se puede deducir, desde el análisis del histórico de datos así como desde el
seguimiento actual realizado, que las condiciones ambientales son, o han sido en algún
momento, óptimas para la conservación de las pinturas. Es decir, no se puede por ahora
obtener un estándar de conservación de las pinturas y sí una referencia relacionada con
la estabilidad y perturbaciones tolerables de la dinámica natural de la cueva.
Los datos registrados durante la ocupación de la cueva, tanto en la visita pública como en
el trabajo de los investigadores, indican que en ningún momento se han superado los
límites propuestos, y que por tanto el impacto ha sido mínimo y las perturbaciones se han
mantenido dentro de los límites de tolerancia y de la dinámica natural de la cueva. Esta
conclusión afecta solo a las condiciones de ocupación que se han dado y respetado
durante el Programa, en el caso de que se quiera establecer otro régimen de visita
pública habría que reconsiderar el impacto que causa.
En cuanto a la tasa de ventilación actual, por los datos obtenidos, y como se ha referido
en este informe, los niveles de ventilación son mínimos, y difícilmente cuantificables,
debido especialmente a la segunda puerta instalada en 2008/2009, y también al cambio
de configuración de la puerta de entrada, sustituida en 2007. Aunque el balance entre
ventajas e inconvenientes de estos cambios debe sopesarse de forma amplia por todos
los investigadores, las conclusiones obtenidas sobre su escasa operatividad en el control
de la expansión del biodeterioro, podrían llevar a plantearse las desventajas que
ocasiona respecto a las posibilidades de cierta ventilación del aire interior, especialmente
durante el periodo invernal en el que los niveles CO2 son muy elevados. En cualquier
caso, toda modificación que se proponga ha de ser gradual y haciendo un seguimiento de
la evolución de las condiciones ambientales, evaluando el impacto sobre las pinturas.
PROYECTO 3
EQUIPO: IPCE: Manuel Blanco, José Luis Municio, José Manuel Lodeiro, Javier
Laguna. SGME: Beatriz Gonzalo Alconada, UCM: Antonio Álvarez, Daniel
Vázquez. UPV: José Luis Lerma, Miriam Cabrelles. MdA: Alfredo Prada y
Carmen de las Heras.
COORDINADORES
EQUIPO DE INVESTIGADORES:
COLABORADORES
1. OBJETIVOS GENERALES
A lo largo de las primeras reuniones de los investigadores se fueron perfilando los objetivos
específicos que se concretaron en los siguientes puntos:
A partir de la reunión celebrada en Madrid los días 6 y 7 de mayo de 2014, los resultados
del estudio histórico se integraron en el nuevo grupo que entonces se creó, denominado
Comunicación y Memoria, encargado a partir de entonces de la coordinación del
documento anexo Historia de la conservación de la cueva de Altamira (1868-2014).
2. METODOLOGÍA DE TRABAJO
De acuerdo con los objetivos definidos para el grupo 3, el primer paso fue recopilar todos los
datos que ayudaran a profundizar en el conocimiento de la cueva y más concretamente de
la Sala de Polícromos. Se consideró fundamental estudiar las modificaciones físicas que se
han operado en la cueva y en su entorno a lo largo de la historia; consultar todos los
estudios realizados por distintas instituciones, recogiendo todos aquellos datos relevantes y
A partir de ello, y en colaboración con el resto del equipo de investigación, se decidieron las
zonas de control (ZC) sobre las que se centraría el estudio, seleccionadas por ser
representativas de los indicadores de deterioro que se observan en la cueva y porque se
disponía de documentación gráfica de periodos anteriores.
Sobre estas zonas de control se ha llevado a cabo el estudio detallado del estado de
conservación, mediante técnicas de observación y técnicas analíticas: análisis químicos,
difracción de rayos X, microscopía electrónica (SEM) y reflectografía espectral, tratando de
establecer la relación causa/efecto y evaluar la gravedad y velocidad de los procesos de
deterioro.
La mayor parte de los estudios realizados en la cueva de Altamira prestan especial atención
a la Sala de Polícromos, con particular énfasis en los aspectos relativos a la incidencia de la
visita pública en las condiciones ambientales de la sala y su relación con los potenciales
procesos de deterioro. También desde su descubrimiento hay continuas menciones al
deterioro de las pinturas aunque se carece de apoyo documental que nos permita evaluar la
evolución temporal.
Más tarde, en 1935, Breuil y Obermaier expresan su preocupación por el proceso de pérdida
de policromía en varias figuras. De ese mismo año es la carta enviada por Nicolás de Stäel
a Georges de Vlaminck en la que dice “Asombra la humedad, porque al infiltrarse el agua a
través de la roca, atraviesa los dibujos y cae gota a gota sobre la frente y los dibujos
permanecen intactos, parece que fueron realizados ayer……. Así que pasé mi pañuelo
sobre mi dibujo preferido, pero creo que el que haya quedado negro, rojo u ocre no significa
nada”. Podría tratarse de una licencia literaria, pero la descripción está en la misma línea
que la de Harlé y de los testimonios de Breuil y Obermaier.
Pierre Vidal registra entre 1973 y 1977 la evolución del deterioro de cuatro zonas en el techo
de la Sala de Polícromos mediante macrofotografía estereoscópica. Una de esas zonas se
corresponde con la Zona de Control 10 de este Programa y, al igual que ahora, él observa
“la lenta migración de partículas de calcita en la lámina de agua”. Esta zona fue estudiada
con fotografías por el CSIC en el periodo 2007-2009 para conocer la evolución de lo que
identificaron como colonias blancas y que suponemos se corresponden con la calcita que
menciona Vidal.
En 1976 se crea una comisión investigadora, presidida por Eduardo Ripoll, para realizar un
programa de investigación con un enfoque integral que contemplaba desde la revisión
histórica de las modificaciones que habían sucedido hasta entonces en la cueva, el estudio
Imagen 38. Diferente estado de conservación El estado de conservación del techo de la Sala
entre los sectores Norte y Sur del techo, a
ambos lados de la fractura longitudinal. de Polícromos presenta dos sectores bien
diferenciados, separados por la fractura
longitudinal que recorre la sala, existiendo un
aceptable grado de conservación en el sector Norte (grupo de los bisontes), mientras que en
el Sur existe una situación generalizada de pérdidas y deterioro (imagen 38). Se puede
deducir que Altamira ha estado sometida a los ritmos naturales de deterioro propios de la
cueva durante la etapa de aislamiento, entre ellos la desestabilización de bóvedas y la
pérdida de policromía, con importante repercusión en la Sala de Polícromos, y que a esto
hay que añadir los derivados de las modificaciones ambientales inducidas por las visitas.
Los primeros datos específicos sobre el estado de la policromía son los aportados por Plaza
Montero quien realiza medidas de color en el techo de la Sala de Polícromos en 1976 y
1977, corroborando la existencia de cambios de color. Posteriormente, en 1983, el equipo
de Villar realiza la caracterización cromática de las figuras más significativas del techo de la
Sala de Polícromos tomando medidas en más de 150 puntos (imagen 39) y repitiendo sobre
la cierva las medidas realizadas en 1976-77 (Villar et al, 1983). Se constató una tendencia a
la recuperación del color en esta figura durante este período de 1976-83, que podría
deberse a una disolución de la concreción o bien a saturación del color debido a un aumento
de la humedad.
Cebrecos (1978), constituida por un mosaico continuo de imágenes que abarca sólo la
mitad Norte de la sala -grupo de los bisontes- (imagen 40). Permite definir el estado de
conservación tras el primer cierre de 1978, después del período de visita masiva.
La ortoimagen general de la sala realizada por el IGN en el año 2000 se ha utilizado como
base de referencia para la situación de la información y para los distintos mapas del estado
de conservación incluidos en este informe. El Museo de Altamira ha facilitado un conjunto de
fotografías, realizadas en su mayor parte después del último cierre, que registran puntos de
especial vulnerabilidad que han servido como punto de partida para la posterior definición de
las Zonas de Control.
Imagen 42. Proyección ortogonal de la topografía y sección longitudinal del techo de la Sala de Polícromos
IPCE, 2014, sobre base de datos IGN, 1998 (equidistancia de curvas de nivel: 10 cm).
Imagen 44. Fracturas abiertas (F), fisuras (f) y red de planos estilolíticos (e) en la cierva
Imagen 45. Proyección ortogonal de la red principal de fracturas y fisuras en la Sala de Polícromos
Imagen 46. Proyección ortogonal de la red de fracturas, fisuras y planos estilolíticos en el techo de la
Sala de Polícromos
Imagen 47. Sectores diferenciados en el techo de la Sala de Polícromos, delimitados por la red de
fracturas y por el distinto grado de dirección de buzamiento de la ‘Capa de Polícromos’
En términos de tiempos geológicos, Altamira es una cueva en fase senil con colapsos
gravitacionales que se suceden, al menos desde el Paleolítico. Este proceso se encuentra
fuertemente condicionado por una serie de factores entre los que hay que señalar la red de
fisuras y fracturas citadas, el escaso espesor de cobertera rocosa, su individualización en
estratos delgados y la amplitud de los espacios originales. Además de los derrumbes
históricos, que cierran la boca de entrada, hay constancia de hundimientos ‘recientes’ en
distintos zonas de la cueva en los años 1875-1879, 1903, 1925, y 1933. La sucesión de
intervenciones realizadas (apuntalamientos, muros) permiten considerar que los
movimientos en la Sala de Polícromos se encuentran aparentemente estabilizados. Debe
señalarse la existencia de una fractura de largo recorrido oculta por la construcción del muro
Sur (imagen 8).
No hay datos precisos sobre si la actividad de la cantera histórica fue intensa y tampoco hay
datos precisos sobre el papel que pudieron jugar las voladuras con pólvora que se realizaron
para extraer piedra. Por tanto, es difícil discernir si estas labores pudieron potenciar la
fisuración y algunos de los desplomes.
Las referencias a las “sequedad” o la “excesiva humedad” de la sala han sido constantes a
lo largo de toda la historia reciente de Altamira. Es interesante el comentario que hace en
1881 Harlé sobre a la frescura de los pigmentos: “Presque partout la peinture peut s’enlever
facilement avec le doigt”. Ya en 1932. Breuil y Obermaier recogen el mal estado de
conservación de las pinturas y la achacan a la acción de la excesiva humedad que existe en
la Sala de Polícromos: “la humedad del aire en esta sala es debida tanto a las filtraciones de
las grietas del techo como a la entrada de aire extremadamente saturado de humedad que
se condensa en el interior de la cueva”.
Los mismos autores vuelven a señalar problemas de similar índole en 1935: “A pesar de los
primeros trabajos de protección realizados bajo los auspicios de S.A.S. el Príncipe de
Mónaco, los dos dibujos de jabalíes y otro de bisonte han sufrido fuertes alteraciones en
estos últimos treinta años. […] Es de esperar que gracias a los importantes trabajos
ejecutados por la Junta de Altamira, esté asegurada por milenios la conservación de estos
frescos magníficos, puesto que la especie de papilla caliza, semilíquida, superficial, sobre la
cual flotaba materialmente el color ha sido sujetada y desecada, tanto como es posible en la
atmósfera de la cueva.”
Dentro del contexto marcado por las características estructurales antes señaladas, se han
identificado un conjunto de indicadores de deterioro, algunos de los cuales pueden
encontrarse inactivos, presentar actividad intermitente o discontinuada en el tiempo o
responder a situaciones que han sido modificadas por las intervenciones realizadas en el
techo, en particular el relleno de fracturas con cemento. En la selección de las Zonas de
Control sujetas a protocolos de seguimiento periódico, objetivo principal del Grupo de
Conservación del Soporte y la Policromía, se ha tenido en cuenta la tipología de formas de
deterioro existentes.
Imagen 48. Esquema de distribución de las zonas húmedas, zonas con lámina de agua y puntos de percolación
de agua, en relación con las fisuras y fracturas. Se ha señalado también el flujo de agua en los muros
Bajo la denominación genérica de ‘grietas’ se incluyen todos aquellos planos que marcan
una solución de continuidad del soporte rocoso y, en consecuencia, de sus propiedades
mecánicas. Pueden establecerse los siguientes tipos, descritos anteriormente:
Pérdidas de roca
Imagen 50. Situación sobre la red principal de fracturas y fisuras de las principales zonas de pérdidas de roca
descritas en el texto
Imagen 51. Detalle de pérdidas de roca y policromía, Imagen 52. Pérdidas de roca situadas sobre el acceso
asociadas a daños mecánicos en el techo, en la Zona a la Sala de Polícromos en la Zona de Control 05.
de Control 02.
Se incluyen bajo este concepto las decoloraciones y pérdidas de color, total o parcial,
producidas por arrastre de pigmentos como consecuencia del movimiento del agua y/o
corrosión del sustrato calizo sobre el que se asientan. Se establecen dos tipos básicos, que
pueden aparecer asociados: pérdidas por lavado superficial y pérdidas por goteo.
Imagen 53. Esquema de las principales zonas afectadas por lavado superficial de color y pérdidas
puntuales por goteo (remarcadas con círculos) en el ‘bisonte policromado” (a)
Puntos de goteo agrupados en zonas de escaso relieve en los que los puntos
de descarga pueden variar de posición y grado de actividad, en función de las
variaciones de los caudales de los flujos de agua. Su número es escaso pero
adquieren especial protagonismo al haberse podido comprobar pérdidas activas
de pigmento en alguno de ellos, en la ZC14 y ZC17 durante este Programa de
Investigación y en la ZC10 al realizar el estudio comparativo de fotografías
históricas.
Imagen 54. Ubicación sobre la ortoimagen de la Sala de Polícromos de los puntos de pérdida de
color por goteo que afectan al grupo principal de figuras.
Imagen 55. Agrupaciones de puntos de pérdida de color por goteo en las Zonas de Control 10 (a) y 14 (b). En
(b) se ha señalado con una flecha el único punto activo existente
De las observaciones realizadas en estas dos zonas de control pueden extraerse las
siguientes conclusiones:
▫ Algunos de los puntos de pérdida de color por goteo son anteriores al cierre de 1977.
▫ Las dos zonas no tienen variaciones constatables en el período 1978 a 1998. La cueva
se encuentra durante la mayor parte de este período sujeta al régimen al régimen de
visita de Villar.
▫ La composición del agua de goteo se ajusta a los análisis realizados sobre otros
puntos de la sala.
▫ En ambas zonas son visibles las colonias bacterianas, con un desarrollo muy
importante en ZC10 y mucho menor en ZC14. En esta última se ubican en una zona
de confluencia de fisuras. En ambos casos no es posible establecer relaciones entre la
presencia de las colonias y el desarrollo de los puntos de pérdida de color.
Concreciones
Imagen 57. Detalles de los límites impuestos por la red de fisuras en el desarrollo lateral de las concreciones
(a) y de veladuras carbonatadas que ocultan policromía (b).
Imagen 58. Detalles de las daños producidos por el desarrollo de concreciones en las ancas de la cierva (a) y
en el lomo del caballo (b). Este último se localiza en un entorno con flujo de agua desde el muro y desarrollo de
concreciones.
Imagen 59. Detalle de la concreción formada bajo las patas del gran bisonte, a la derecha otro tipo de
concreciones que velan ligeramente los trazos de color negro.
Formas de corrosión
Microalveolización
Imagen 60. Desarrollo masivo de microalveolos en el Imagen 61. Desarrollo de microalveolos en una
sector centro sur del techo. estructura de carga en el sector noroeste del
techo.
Corrosión puntiforme
Forma de corrosión, que afecta a la práctica totalidad de la superficie del techo. Está
caracterizada por el desarrollo de pequeñas depresiones, coalescentes entre sí, de
escasa profundidad y de tamaño milimétrico. Su origen puede guardar relación con la
disolución producida por flujos laminares de agua infiltración y/o condensación y da
lugar a la acumulación de pigmento en las depresiones del relieve.
Descamaciones
Imagen 63. Desarrollo de descamaciones producidas por procesos de corrosión en zonas policromadas
y en zonas desprovistas de policromía.
Imagen 64. Esquema de situación de las superficies afectadas por descamación asociada a procesos de
corrosión y micoralveolizaciones
Imagen 65. Esquema de situación de las principales aureolas de difusión que, en su mayor parte, se desarrollan
sobre el sistema conjugado de fracturas
Forma de alteración cromática que afecta tanto a la roca como a la policromía y que se
presenta como bandeados de color amarillento, de 10 y 20 cm de ancho, a ambos lados y a
lo largo de algunas de las fracturas y fisuras de mayor rango. Su origen puede guardar
relación con un proceso de difusión de material lixiviado de la propia roca, del cemento o del
suelo exterior. Se observan sobre fracturas, nunca sobre juntas estilolíticas, siendo más
importantes en ausencia de cemento (imagen 65)
Biodeterioro
Este indicador de deterioro ha sido objeto de estudio por parte del Grupo 1 y los resultados
se encuentran recogidos en su informe.
5. ZONAS DE CONTROL
Uno de los objetivos específicos del proyecto era definir unas zonas representativas (Zonas
de Control) sobre las que estudiar de manera más detallada el estado de conservación y la
distribución de los indicadores de deterioro que afectan al soporte y a la policromía,
analizando su impacto y extensión, aspecto que no había sido totalmente desarrollado en
los estudios precedentes. La falta de datos sistemáticos sobre el estado de conservación del
techo y su evolución, nos ha impedido establecer una variable determinante: la velocidad
con la que se producen los deterioros y su posible relación con los parámetros
higrométricos.
Zona de control 01
Zona de control 02
Zona con desplacación delimitada por planos de estilolitos y líneas de fractura que dejan al
descubierto un área de roca fresca sin depósitos carbonatados ni corrosión. Ligera corrosión
y veladuras superficiales en áreas no afectadas por las desplacaciones.
Zona de control 05
estilolitos y en el vértice inferior izquierdo hay una grieta parcialmente cementada por
depósitos de carbonatos. En un área cercana a estos depósitos se observan puntos de
dimensión variable de tonalidad negruzca y otras zonas con ligera tonalidad rojiza.
Zona de control 06
Zona de control 08
Zona de control 10
Zona con representaciones pictóricas en las que se observan varios puntos de goteo bien
definidos con procesos de arrastre y lavado de pigmento. El soporte rocoso presenta
diferentes formas y grados de corrosión -microalveolización y corrosión puntiforme-. En
algunas de estas microcavidades y en otras áreas de la superficie, policromadas o sin
policromar, crecen colonias de microorganismos (bacterias blanco-grisáceas).
Zona de control 12
Zona de control 13
Zona de control 14
Situada en el signo claviforme a los pies del “gran bisonte”. Existen varios puntos de goteo
con pérdida activa de policromía. Huellas de corrosión en el soporte rocoso, presencia de
colonias blancas en las fisuras y pigmento con textura disgregada.
Zona de control 15
Situada en el techo del pasillo de acceso a la Sala de Polícromos. Superficie de roca con
pátina arcillosa con desarrollo de colonias blanco-grisáceas y amarillas.
Zona de control 16
Presencia de depósitos y veladuras carbonatadas, junto con zonas con diferentes formas de
corrosión (microalveolizaciones o corrosión puntiforme). El soporte presenta zonas de
desprendimiento en láminas de espesor milimétrico (descamación) con la consiguiente
pérdida de policromía. En zonas concrecionadas y áreas con veladuras aparecen, de forma
diseminada, manchas con tonalidad pardo-grisácea no identificadas. Los planos estilolíticos
y las fisuras tienen manchas de tono oscuro en su interior.
Zona de control 17
Zona seleccionada por haberse detectado en el mes de abril de 2014 un punto de goteo con
pérdida de policromía. La superficie del soporte pétreo se caracteriza por tener distintas
formas de corrosión (microalveolizaciones y corrosión puntiforme) que, en el caso de afectar
a áreas con policromía, reducen su presencia a texturas moteadas de color rojizo. En los
planos estilolíticos o fisuras se observa la presencia de microalveolizaciones internas que se
podría relacionar con procesos de disolución por flujos capilares.
ZC 01 ZC 02 ZC 05
ZC 06 ZC 08 ZC 10
ZC13 ZC14
ZC12
Imagen 69. Izquierda, detalle de la fotografía de Cebrecos 1978, en la que se ha dibujado una zona que ya
aparece perdida en la fotografía central (Saura 1998). Derecha fotografía realizada en julio de 2013
Imagen 70. Imágenes de detalle de la evolución del punto activo de pérdida de color de ZC 14 durante el
período mayo-noviembre de 2013. Se remarcan las zonas más significativas.
Como ya se ha mencionado, uno de los objetivos era desarrollar técnicas que nos
permitieran registrar el estado de conservación de las zonas de control en el momento
actual y que por su definición y fiabilidad permitieran realizar un estudio comparativo a lo
largo del tiempo. Todo ello con el fin de evaluar la incidencia y velocidad de los procesos de
deterioro.
Microfotogrametría
El objetivo era establecer la viabilidad y fiabilidad de este sistema para registrar las zonas de
control en 3D, con resoluciones de 30 micras, de manera que en el futuro se pudieran medir
las posibles variaciones.
Metodología de trabajo
Se han utilizado soluciones fotogramétricas que permiten la generación de modelos
tridimensionales, mediante el uso de cámaras digitales con objetivos calibrados, patrón de
calibrado y softwares fotogramétricos. Los datos del equipo utilizado se encuentran
recogidos en el informe (G3_4a)
Todas las zonas seleccionadas para ser registradas con microfotogrametría presentaban
indicadores de deterioro tridimensionales que en caso de evolucionar podrían no ser
detectados con la fotografía de alta definición.
ZC 02: acusada fracturación y desplacación con pérdida de soporte y pigmento.
ZC 06: grieta central, distintas texturas del soporte, veladuras y concreciones
carbonatadas. Presencia de gotas de agua.
ZC 13: Crecimiento de moonmilk y de otras concreciones sin identificar
En cada una de estas zonas de control se han hecho tomas fotográficas en caso normal5,
con un solape longitudinal y transversal del 70% y 40% respectivamente, así como una serie
de tomas convergentes y otra serie con el patrón calibrado. A partir de ello se generan
nubes de puntos 3D mediante procesos de correspondencia multi-imagen.
Las Zonas de Control 02 y 06 se han documentado con un macro de 50mm, mientras que
en la Zona de Control 13 fue necesario utilizar un teleobjetivo de 200mm debido a que la
distancia de la cámara al suelo era mayor que la que podía salvarse con el trípode.
Resultados
Las precisiones alcanzadas son las siguientes:
ZC 02: 11µ, con paso de malla de 100µ
ZC 06: 34µ, con paso de malla de 100µ
5
Barrido fotográfico ortogonal en sentido longitudinal y transversal
Imagen 71. Toma de datos in situ y procesado de datos para elaboración de relieve en 3D
Con los resultados obtenidos se puede afirmar que el uso de esta técnica permite generar
modelos 3D con precisiones de 30µm (0’030mm) cuando la toma fotográfica se realiza con
un objetivo macro de 50 mm.
Los resultados no son tan satisfactorios cuando se emplea para la toma fotográfica un
teleobjetivo, como ha ocurrido con el registro de la ZC13, ya que en este caso solo se
podrían apreciar cambios a partir de 0’640mm. Con respecto a los resultados en la ZC02, se
aprecian zonas ocultas con ausencia de información, debido al fuerte relieve.
La repetición de esta documentación a lo largo del tiempo permitirá hacer una comparación
analítica de los diferentes modelos 3D y por tanto detectar variaciones tridimensionales en
las zonas de control siempre que no existan las limitaciones de distancia y fuerte relieve. En
esos casos habría que analizar si conviene plantearse la utilización de otro sistema de
registro de los existentes en la actualidad (escáner de mano) y evaluar aquellos que puedan
ir surgiendo en un futuro inmediato.
Reflectancia espectral
Metodología de trabajo
Se ha diseñado el robot SPECTRAROBOSCAN que de manera automática es capaz de
realizar un posicionamiento XYZ con la adecuada precisión y que, junto con un sistema de
iluminación, asegura la repetibilidad de las medidas. El robot está equipado con distintos
sensores e instrumentos capaces de medir punto a punto la reflectancia espectral en las
zonas previamente seleccionadas y el software de control facilita su manejo. Los datos de
equipo utilizado se encuentran recogidos en el informe (G3_4c)
Se han llevado a cabo dos campañas, realizado la medida espectral en cuatro zonas de
control, una de ellas es la ZC12 que se corresponde con la figura de la cierva, ya estudiada
en los años 70 y 80, por los equipos Lorenzo Plaza y de Eugenio Villar.
Resultados
La diferencia espectral entre las dos campañas es en general bastante baja -en una amplia
mayoría de las medidas es menos de 2 unidades-. La desviación de la media en alguna de
las medidas puede deberse bien a reflejos producidos por la lámina superficial de agua o
bien a incertidumbres inherentes al proceso de medición experimental.
Los resultados actuales son difícilmente comparables con las medidas de estudios
precedentes (L. Plaza et al., 1976-1977 y E. Villar et al., 1981), por la dificultad de
repetibilidad de la metodología utilizada anteriormente y por la imposibilidad de repetir las
medidas en los mismos puntos, ya que las referencias de aquellos estudios son muy
imprecisas.
Con solo dos campañas de medida por punto no es posible estadísticamente determinar
estos parámetros, pero las medidas posteriores que se realicen, en periodos previamente
establecidos, aportarán mucha información y permitirán constatar modificaciones de color en
caso de que se produjese cualquier alteración en los pigmentos.
3
40
30
2
20
1
10
0 0
400 450 500 550 600 650 700 750 400 450 500 550 600 650 700 750
longitud de onda (nm) longitud de onda (nm)
V01 V02
V01C V02C
Imagen 72. Equipo de reflectancia espectral, cuadrícula de puntos de medida en la zona de control 08 y
resultados
Imagen 73. Equipo de fotografía y Zona de Control 13 en las campañas de enero y marzo de 2014
Metodología de trabajo
El equipo fotográfico consta de un cámara de óptica intercambiable con filtro polarizador;
iluminador led con polarizador; inclinómetro y trípode. Las referencias técnicas están
recogidas en el informe (G3_4b)
Esta técnica se ha utilizado para el seguimiento en 8 zonas de control. Cinco de ellas se han
fotografiado en 5 campañas con un intervalo de 3 meses. Una de ellas, la ZC14, se ha
fotografiado en 9 campañas, las tres primeras con intervalo de 3 meses y desde noviembre
de 2013 hasta mayo de 2014 con periodicidad mensual. Otras dos zonas de control se
incorporaron al final del programa por lo que una se ha fotografiado solo dos veces (ZC16) y
la última solo una (ZC17), coincidiendo con la última campaña.
Resultados
A lo largo de las diferentes campañas se ha ido perfeccionando el proceso de trabajo para
conseguir reducir las diferencias entre los registros de una misma zona.
Los registros fotográficos, archivos RAW, se han procesado a partir de unos valores de
referencia y un perfil de color único. Se ha elaborado un procedimiento para el tratamiento
de las imágenes con el fin de poder realizar el estudio comparativo.
Todos los pasos del proceso están recogidos en un protocolo de trabajo que se incluye en el
Plan de Conservación Preventiva y que lo describe de manera pormenorizada, de manera
que pueda ser repetido por cualquier operador.
El estudio de las zonas de control con fotografía de alta definición permite detectar no solo
cualquier variación de orden milimétrico mediante su comparación con la imagen de
referencia, sino que es posible detectar aspectos y características visuales de la superficie
de la roca que mediante observación directa no sería posible.
Comparando las fotografías realizadas en las zonas de control en las distintas campañas
llevadas a cabo en el Programa de Investigación se han observado cambios en las ZC10 y
ZC14. En la ZC10 se ha podido comprobar un movimiento de partículas a través de la
lámina de agua. En las imágenes 74 a 77 se puede ver la secuencia periódica de fotografías
realizadas en la ZC10.
8. CONCLUSIONES
Desde el colapso que cierra la entrada al final del paleolítico, hasta su descubrimiento, la
cueva se encontraba aislada aunque sometida a los ritmos naturales de deterioro inherentes
a un medio kárstico que, en este caso, corresponden a una fase senil de desmantelamiento
por colapsos gravitacionales, acompañados por la acción del agua de infiltración.
La cueva estuvo abierta al exterior durante la fase de ocupación prehistórica y tuvo un uso
intermitente durante milenios. No existe información relativa a las condiciones
medioambientales y a la tasa de percolación de agua durante el periodo de ocupación ni
desde su abandono hasta su descubrimiento, etapas en las que los procesos de deterioro
se manifestarían con distinta intensidad en el techo de la Sala de Polícromos, lo que
conllevó la pérdida de representaciones pictóricas en una gran parte de él.
Por tanto, se debe desterrar el mito que sostiene que la cueva se conservó en unas
condiciones excelentes hasta su descubrimiento.
Desde mediados del siglo XIX hasta ahora, la cueva de Altamira y su entorno han sido
objeto de importantes intervenciones con la finalidad de explotar los recursos naturales
(cantera), propiciar su conservación y hacerlo visitable. Todo ello ha dado como resultado un
espacio antropizado.
Las transformaciones afectaron al conjunto de la cueva y las más notorias de las que se han
realizado en el interior se concentran en el sector de la entrada. La planta de lo que ahora
conocemos como el Vestíbulo, el Pasillo y la Sala de Polícromos era en origen un espacio
abierto con conexión directa con el exterior. La Sala de Polícromos tendría unas condiciones
ambientales similares al resto de la entrada mientras que ahora es un espacio más aislado
y, como se deduce de los estudios realizados, con un ambiente muy estable.
Por ello, si bien en el momento del descubrimiento las condiciones de la cueva no eran las
originales, las actuaciones posteriores han modificado irreversiblemente las condiciones
materiales, ambientales y ecológicas de la cueva y su área de influencia.
Los múltiples estudios realizados hasta ahora, a excepción de la propuesta dirigida por
Eduardo Ripoll en el año 1976 que no llegó a completarse, se han centrado en aspectos
parciales, sin un hilo conductor coherente que cubriera las carencias existentes acerca de la
evolución del estado de conservación de los grabados y las pinturas.
Las referencias a los procesos de disolución se limitan a constatar su existencia sin entrar a
estudiar su extensión y gravedad.
En los escasos puntos donde ha podido evaluarse la evolución del techo de la Sala de
Polícromos basándose en el estudio de la documentación gráfica histórica de la que se
dispone, se ha constatado que las pérdidas de color han sido más importantes en situación
de cierre de la cueva que en régimen de visitas controladas y limitadas (régimen de Villar).
El sector Norte del techo de la Sala de Polícromos se conserva razonablemente bien, sobre
todo teniendo en cuenta su antigüedad, su fragilidad, las condiciones del medio natural y la
actividad antrópica que se ha desarrollado en la cueva y su entorno durante los últimos 150
años, especialmente durante el periodo de visita masificada. Ello no implica que no haya
deterioros y problemas (deterioros activos), que a día de hoy, con el nivel de conocimiento
existente, podemos calificar como puntuales y episódicos porque están restringidos a zonas
muy concretas y asociadas a infiltraciones de agua, posiblemente apoyadas por procesos de
condensación. También existen riesgos potenciales y crónicos -naturales o antrópicos- que
las amenazan (estabilidad estructural, biodeterioro, etc.).
En relación con lo anterior, creemos que no están justificados los discursos alarmistas que
alertan sobre la existencia de una situación de riesgo grave para la conservación de la
cueva y sus pinturas rupestres. En contrapartida, consideramos fundamental desarrollar y
aplicar estrategias de seguimiento y control para detectar posibles variaciones y para
ampliar el conocimiento de estos procesos y de su evolución.
Los procesos de pérdida de policromía que se han observado, con disolución del soporte
rocoso y arrastre de pigmento, están relacionados con varios factores: estacionalidad en
relación al caudal y geoquímica de las aguas, geometría del soporte y situación en el techo
en relación con la red de fracturas.
El análisis de los datos obtenidos durante el Programa de Investigación confirma que las
pérdidas de color observadas en los últimos 20 años son sucesos independientes de la
visita en régimen controlado y de la presencia de investigadores, por lo que el cierre de la
cueva no detendría los procesos de deterioro de las pinturas.
Es conveniente mantener los controles sobre las zonas definidas en este Programa de
Investigación, sin embargo, no se debe descartar la inclusión de zonas nuevas si durante los
trabajos de control y seguimiento propuestos en el Plan de Conservación Preventiva se
detectan otras áreas vulnerables. Se recomienda utilizar las técnicas que se mencionan a
continuación, si bien en caso de que se desarrollen técnicas más fiables y repetibles se
debería contemplar su utilización alternativa.
Microfotogrametría: se propone utilizar esta técnica cada cinco años. Solo en el caso de
que de visu se observaran cambios relevantes debería acortarse este plazo. No se debe
descartar la utilización de otras técnicas de registro en 3D.
Medida espectral: Se considera necesario continuar con las mediciones de reflectancia
espectral en las zonas de control seleccionadas. Para reducir la incertidumbre se propone
repetir siempre las campañas en la misma época, preferiblemente en invierno, con una
periodicidad bianual.
Fotografía de alta definición: es conveniente y necesario realizar campañas periódicas en
las zonas de control ya que se ha demostrado su altísima eficacia para hacer el
seguimiento del estado de conservación y para poder evaluar la velocidad de los
procesos de deterioro. Se recomienda realizar las fotografías 4 veces al año, coincidiendo
con el inicio de los cambios estacionales, y de acuerdo con el protocolo diseñado.
Con respecto al proceso de pérdida de pigmento, es necesario hacer el seguimiento de las
zonas de control en las que se ha detectado este proceso, de acuerdo con el protocolo
incluido en el PCP.
Dadas las carencias de información gráfica del periodo anterior al primer cierre, se considera
imprescindible continuar con la labor de investigación documental.
PROYECTO 4
ACCESIBILIDAD
COORDINADORES
EQUIPO DE INVESTIGADORES:
GRUPO RADÓN
1. OBJETIVOS
Objetivo 2. Definir, considerando los trabajos previos, con carácter provisional un régimen de
acceso a la cueva de los investigadores vinculados al presente Programa. La consecución
del objetivo parte de: a) definir los principios básicos de actuación; b) definir un protocolo en
relación a la vestimenta; c) definir un protocolo en relación a la iluminación portátil; y d)
definir un protocolo en relación a la definición de permanencias máximas en la Sala de los
Polícromos y en la cueva.
Objetivo 3. Evaluar las condiciones ambientales naturales del interior y exterior de la cueva,
a partir del estudio de distintas variables. Unas son analizadas a partir de recopilación de
datos del propio Grupo: aguas de infiltración y goteo, número de partículas, concentración
de gas radón y análisis de 13C. Otras son analizadas a partir de recopilación de datos
aportados por el Grupo 2. En el primer documento de trabajo propuesto de trabajo se
señalaba que era necesario conocer las distintas variables durante un ciclo anual y bajo un
régimen de no perturbación de la cueva. Debido a las condiciones inherentes de desarrollo
del Programa, esta valoración previa de la cueva en condiciones “naturales” sin incidencia
no ha podido realizarse en su totalidad, ya que ha sido necesario que los distintos Grupos
de trabajo llevaran a cabo sus actividades.
Objetivo 4. Valorar el índice de riesgo geológico. La consecución del objetivo parte de: a)
definir las zonas de acceso exterior a la cueva; b) definir el modelo de visita cultural; c)
caracterizar los índices de riesgo geológico; y d) delimitar las zonas de tránsito y
permanencia en el interior. Se adjunta en relación a este objetivo un informe detallado como
anexo.
Los objetivos hacen referencia a dos grandes conjuntos de información, el relativo al estudio
de determinadas variables ambientales y el del impacto de las personas (investigadores y/o
público) en el interior de la cueva.
Bajo este epígrafe se incluyen las variables analizadas por el Grupo conducentes a
caracterizar el estado de la cueva a partir de las aguas de infiltración y goteo, los isótopos
estables de CO2 en el aire, la concentración de radón, la concentración de partículas y la
estabilidad (y riesgo) geológica.
Esta información complementa la caracterización del medio kárstico llevada a cabo por los
Grupos de Biodeterioro, Soporte y Policromía, y Seguimiento ambiental.
Estos estudios fueron iniciados por el profesor Eugenio Villar dentro del primer Proyecto
Científico-Técnico elaborado para la Conservación de la cueva de Altamira en los años
1981-1982. Posteriormente a partir del año 1996 y sobre todo en el período 2003-2005 fue
el CSIC el encargado de la realización del seguimiento de las aguas y asimismo el CSIC ha
llevado a cabo un control geoquímico de las aguas de infiltración durante los años 2006-
2009.
Por otra parte, otros autores han hecho hincapié en procesos que pueden provocar
alteraciones superficiales como resultado de las oscilaciones de la temperatura del techo y
de los consiguientes procesos de evaporación y condensación que de forma natural se
puedan producir. Por ello se diferencian las aguas de infiltración de las aguas de
condensación, siendo estas últimas más sensibles a las variaciones de acidez por la
presencia de visitantes debido a las emisiones de vapor de agua y CO2 procedentes del
metabolismo humano y por lo tanto las que pueden intensificar procesos naturales de micro
corrosión en las paredes y techos de la sala.
2.1.1. Objetivos
Los objetivos principales de esta primera fase han sido los siguientes:
Otro aspecto recogido en esta fase del proyecto se relaciona con la posibilidad de que se
desarrollen procesos naturales de micro-corrosión debidos a la posible condensación de
vapor de agua sobre el techo de la Sala de Polícromos, a la vista de las condiciones
extremas de humedad relativa del aire y las fluctuaciones de la temperatura. Por esta razón
y de forma preliminar se ha llevado a cabo un estudio teórico sobre la capacidad de
corrosión de esta agua; para ello se ha determinado analíticamente su acidez a partir los
datos de las concentraciones de CO2 y de las temperaturas medidas en el interior de la sala
tomados en las fechas de recogida de las muestras.
2.1.2. Metodología
En una primera fase del proyecto se recogieron entre febrero y marzo de 2013 en otros tres
puntos de la cueva denominados Cruce, Pasillo y Pozo, comparándose con los datos
derivados de los estudios del grupo de E. Villar y del CSIC en 1982 y 2009. Dados los
resultados obtenidos de los parámetros y su similitud con los datos previos se decidió
continuar el seguimiento exclusivamente con las aguas de goteo de la Sala de Polícromos.
Entrada actual
2.1.3. Resultados
Los datos obtenidos en los análisis químicos realizados entre febrero de 2013 y junio de
2014 muestran que las aguas de infiltración son de carácter cálcico-magnésicas, su grado
La composición química de las aguas, tanto en el caso de los cationes como de los aniones,
también experimenta pocas variaciones a lo largo del período de medidas. La proporción
media de HCO3 representa el 86.7 ± 1.8 % del total de aniones y las proporciones de Ca y
Mg medidas son del 34.3 ± 2.9 % y del 51.5 ± 2.3 % respectivamente.
En el caso del HCO3 se puede apreciar que la concentración es superior y más constante
en 2013, y que no presenta la disminución estacional que se observa en las medidas en
1982. Este aumento de la concentración de HCO3 podría explicar el ligero aumento del pH
que también se observa (ver Tabla 10), por procesos de hidrólisis del agua que la convierte
en una base moderadamente fuerte.
Los valores promedio y los rangos de todos los parámetros analizados en los 3 períodos de
recogida de muestras de los que se tienen datos (1982, 2009 y 2013) se presentan en las
Tablas 10 y 11. En la Tabla 1 se recogen los valores del pH y de las concentraciones de los
elementos principales y en la Tabla 2 se presentan las relaciones y proporciones entre
cationes y aniones en las 3 épocas mencionadas. Se constata la clara disminución de los
contenidos en el ión nitrato en estos 30 años que se relaciona con la desaparición de las
labores agropecuarias en el exterior de la cueva. Las diferencias más significativas se
observan en el aumento de las concentraciones de bicarbonatos, sulfatos y sodio y más
suave pero constante en el caso del pH, probablemente relacionado, como ya se ha
indicado, con el aumento de la concentración de HCO3 disuelto. En el resto de elementos y
las relaciones entre cationes y aniones no presentan diferencias significativas y los índices
de saturación son en todos los casos positivos.
Variación Ca
Variación Mg
Concentración (mg/l)
Concentración (mg/l)
Ene Mar May Jun Ago Oct Nov Ene
Ene Mar May Jun Ago Oct Nov Ene
Variación HCO3
Concentración (mg/l)
Ene Mar May Jun Ago Oct Nov Ene Ene Mar May Jun Ago Oct Nov Ene
Figura 9. Comparación (1982 y 2013) de las variaciones mensuales de Ca, Mg, HCO3, Ca/Mg y HCO3/Cl+SO4
CSIC 2006- medias 7,98 31,6 40,5 19,3 32,8 8,5 250 8,8
2009
max. 8,06 37,3 45 23,3 40,1 10 290 10
min. 7,92 25,0 37,0 15,2 27,1 5,6 207,3 7,4
UCN 2013- medias 8,07 32,4 48,1 16,4 43,4 3,9 359,5 13,2
2014
max. 8,37 38,3 54,7 20,0 48,9 5,2 397,0 14,8
min. 7,38 22,6 40,0 8,6 22,2 3,3 305,0 12,0
Tabla 10. Resumen de los resultados de los diferentes parámetros analizados en las 3 períodos de recogida de
muestras
Por último, y a modo de ilustración, se presentan en la Tabla 12 los valores de las medidas
promedio de las concentraciones de los diferentes elementos, la relación Ca/Mg, el pH y el
índice de saturación (IS) obtenidos en el mes de septiembre de 1982, 2002 y 2013. Parece
evidente que las aguas de infiltración mantienen a lo largo del tiempo similares
características hidrogeoquímicas y también aparecen los ya mencionados aumentos de las
concentraciones de los iones bicarbonato y sulfato en disolución y la disminución de la
concentración de Mg.
Ca/Mg pH Ca Mg Cl SO4 HCO3 IS IS
mg/l mg/l mg/l mg/l mg/l calcita Aragonito
Septiembre 0,5 8,20 27,0 51,0 13,9 36,0 236,0 0,4
1982
Septiembre 0,5 8,18 31,0 57,4 30,5 34,1 320,0 0,7 0,5
2002
Septiembre 0,6 8,29 25,4 41,3 17,5 48,8 366,0 0,6 0,4
2013
Tabla 12.- Resultados referidos al mes de septiembre en los 3 períodos de recogida de muestras
2.1.4. Diagnóstico
Los resultados obtenidos en esta campaña indican que las aguas de infiltración en la Sala
de Polícromos de la cueva de Altamira presentan pocas variaciones temporales en el grado
y tipo de mineralización en comparación con los valores encontrados en los estudios
realizados previamente. Las diferencias más significativas se refieren a la importante
disminución de los nitratos, los aumentos de sulfatos, bicarbonatos y sodio disueltos en las
aguas y la más ligera disminución de Mg, alteraciones que no modifican las características
hidro-geoquímicas de las mismas y su carácter incrustante.
2.1.5. Conclusiones
Considerar el estudio de la drástica reduccción del caudal de agua en todos los puntos de
recogida de la Sala de Polícromos a fin de encontrar una justificación satisfactoria y su
influencia en la conservación de las pinturas.
Durante la última década han proliferado estudios de la composición isotópica del dióxido de
carbono en el aire de cuevas. La monitorización de este parámetro (13C) ha permitido
identificar oscilaciones periódicas, y junto a otras variables como la temperatura, la
concentración de Rn o la humedad relativa del aire, se ha utilizado para caracterizar las
fuentes de carbono que influyen sobre la concentración de CO2 en ambientes subterráneos.
En la Cueva de Altamira el grupo del CSIC realizó una prospección preliminar sobre 13C en
gases trazas entre 2005 y 2012. Estos estudios fueron acompañados de otros relacionados
con la composición isotópica del carbono inorgánico disuelto (13CDIC) en el agua de goteo
y análisis de la composición isotópica de la roca de caja de la cueva y diversos minerales.
Los resultados publicados hasta la fecha derivados de esta investigación son los
relacionados con el 13C en el aire de la cueva. Estos autores, en base a datos de
temperatura, humedad, UFC (unidades formadoras de colonias) y 13C en CO2 y CH4 del
aire de la cueva, dijeron haber encontrado una entrada de aire “oculta”, que estaría situada
en la parte más profunda de la cueva, en torno a la zona conocida como “El Pozo”. Este
estudio concluye que esta supuesta entrada de aire detectada podría tener una enorme
influencia en la dinámica natural del aire de la cueva y que se debería tener en cuenta a la
hora de emprender cualquier actuación.
2.2.1. Objetivos
En el desarrollo del presente proyecto, se han contrastado los datos y las interpretaciones
derivadas de los trabajos previos. Los muestreos de 13C en la cueva ha estado destinado a:
a) identificar las fuentes de CO2 al aire de la cueva (superficial vs profundo) así como de las
variaciones en los aportes de aire atmosférico externo y de las contribuciones procedentes
del suelo sobre la cueva; b) determinar la variabilidad espacio-temporal de 13C a lo largo del
ciclo anual en el aire y su relación con otras variables (temperatura, humedad, Rn…) y c)
detectar la hipotética presencia de entradas de aire “ocultas” en la cueva que pudieran tener
un papel importante sobre la dinámica microclimática.
2.2.2. Metodología
Se tomaron muestras gaseosas procedentes del suelo sobre la cueva en las que se analizó
la concentración de CO2 y su 13C. Para ellos se colocaron tres cámaras edáficas que
captan el dióxido de carbono producido por las raíces y los microorganismos del suelo. El
muestreo de estas cámaras se realizó cada 2 meses entre Mayo de 2013 y Mayo de 2014,
con un total de 8 recogidas de muestras. Una de las cámaras fue sustituida en Septiembre
de 2013.
2.2.3. Resultados
La concentración de CO2 en el suelo sobre la cueva osciló en torno a 1896 ± 1360 ppm
(n=20), con valores máximos de más de 6000 ppm en marzo de 2013 y concentraciones
mínimas de menos de 700 ppm registrados en julio-septiembre del mismo año. El valor
medio de 13C fue de -19,9 ± 1.9 ‰ (n=20) durante el periodo monitorizado, con valores
más bajos en marzo de 2013 (-22.7 ‰) y más elevados en julio-septiembre (-17,0 ‰).
La concentración de CO2 en el aire exterior osciló en torno a 473 ± 74 ppm (n= 16), mientras
que el valor medio de 13C fue -10,4 ± 0,9 ‰ (n=16).
6000
5000
marzo
4000 mayo
CO2 (ppm)
julio
3000
septiembre
2000 noviembre
enero
1000
marzo
0 mayo
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
muestreos
-10
-12 marzo
-14 mayo
-16
δ13C ‰
julio
-18
septiembre
-20
-22 noviembre
-24 enero
-26 marzo
0 2 4 6 8 10 mayo
muestreos
Figura 11. Evolución temporal de la composición isotópica del CO2 y concentración de CO2 en el aire de la cueva
durante el periodo 2013-2014. Se realizaron 8 muestreos en los que se recogieron un total de 160 muestras de
aire.
La tendencia observada en el 13C del aire de la cueva coincide con la del 13C del DIC del
agua de goteo, que presentó valores máximos de -10 ‰ en septiembre de 2013 y mínimos
de -14,8 ‰ en mayo del mismo año, así como con la concentración del DIC, máxima en
invierno (50 mg/l) y mínima en verano (16 mg/l).
Figura 12. Evolución espacio temporal de concentración de CO2 y su composición isotópica en el aire de la
Cueva entre mayo de 2013 y mayo de 2014 en un transepto desde la entrada hasta la parte más profunda de la
cueva.
Finalmente, los valores del DIC en agua de condensación tomada de la puerta que separa el
Vestíbulo del resto de la cueva son extremadamente bajos (menos de 7 mg/l) y con el 13C
osciló entre -11,6 ‰ y -18,2 ‰.
2.2.4. Diagnóstico
Los resultados obtenidos indican claramente que la principal fuente de CO2 en la Cueva de
Altamira es el la actividad biológica en el suelo sobre la cueva, que presenta valores 13C
similares a los de la cueva y una evolución anual muy parecida, con valores enriquecidos
isotópicamente en verano y más ligero en invierno y primavera. Esta tendencia también
coincide con la observada en el DIC del agua de goteo, tanto en su concentración como en
su valor de 13C. La gran dispersión de los valores de 13C del aire y menor concentración
de CO2 en verano indica una importante contribución de aire externo (con valores de 13C
más elevados) y circulación de aire más intensa. Por el contrario en invierno y primavera los
valores del aire de la cueva son mucho más homogéneos, indicando que se trata de un
periodo de acumulación de CO2 en la cueva y de escasa movilidad de las masas de aire.
Los resultados obtenidos no sugieren la existencia una entrada de aire localizada en la zona
más profunda de la cueva, en especial en la zona del “Pozo”, como indicaban los estudios
previos del CSIC. De otro modo, en el periodo en el que se produce más intercambio de aire
con el exterior (julio-septiembre) de debería observar valores ligeramente más elevados de
13C en estas hipotéticas zonas de entrada de aire, al igual que ocurre con la entrada
principal. Por consiguiente, se descarta esta hipótesis, aunque esto no quiere decir que no
pudieran existir entradas preferenciales de aire en distintos puntos de la cueva que controlen
su dinámica microclimática. De hecho, esta heterogeneidad es una de las características
principales de cualquier medio kárstico.
2.2.5. Conclusiones
En el caso particular de la cueva de Altamira, el radón posee una ventaja notable frente a
trazadores como la concentración de partículas o de CO2. Estos últimos se ven afectados
por la presencia de personas o animales. Sin embargo, ni las personas ni los animales
producen o eliminan radón. La medida continua de este gas en diferentes salas de la Cueva
de Altamira se ha llevado a cabo desde los estudios del equipo de Villar, y fueron
continuados parcialmente en los estudios del CSIC. A partir de tales medidas, Villar et al. por
medio de modelos de intercambio estimaron la tasa de ventilación de la Sala de Polícromos.
2.3.1. Objetivo
Desde septiembre del año 2012 se dispone de datos en continuo de la concentración de gas
radón en la Sala de Entrada y la Sala de Polícromos. En octubre de 2013 se introdujo otro
monitor de radón en la zona del Pozo. En paralelo, desde agosto del mismo año se miden
las exposiciones integradas utilizando detectores plásticos en Entrada, Policromos, 2º
Ramal, Hoya y Pozo.
Los principales objetivos que se han perseguido con estas medidas son los siguientes:
2.3.2. Metodología
- Para las medidas integradas se han usado detectores de trazas CR39 (Radosys).
Están basados en el efecto que producen las partículas α en diferentes materiales
plásticos. El radón y sus descendientes emiten partículas α que producen una huella
o traza en el detector. El material plástico va ubicado en un contenedor. El aire se
difunde a través de un filtro que permite que entre el radón pero no sus
descendientes. Tras finalizar el período de medida, la cámara se sella y se traslada
al laboratorio, donde se analiza.
Las series temporales obtenidas de monitores en continuo se han utilizado para los estudios
de dinámica atmosférica y para la comparativa con valores anteriores. Por otro lado, las
medidas obtenidas con los detectores integrados han sido enfocadas a la protección
radiológica de las personas que entran en la Cueva.
Para la estimación del tiempo máximo de permanencia en la Cueva para no superar los
límites de exposición a radiaciones legalmente establecidos, se ha seguido la metodología
de la publicación ICRP 65 (Ref). Dicha metodología se basa en estimar la dosis anual (mSv
a-1) a partir de la concentración de radón, el tiempo de permanencia y el grado de equilibrio
entre el gas radón y sus descendientes de periodo corto. Se ha tomado como valor típico en
cuevas de este último parámetro 0.6 según la literatura al respecto. La obtención del tiempo
máximo de permanencia anual para las personas expuestas en la cueva surge de imponer
la restricción de no superar el límite de 1 mSv a-1.
2.3.3. Resultados
fenómeno ha resultado más acusado durante el año 2014 que en el mismo periodo del año
2013.
Estas variaciones están relacionadas con episodios de intercambio gaseoso entre la cueva y
el exterior, fundamentalmente debidos a gradientes de temperatura y, en definitiva,
diferencias de densidad entre el aire exterior y el aire de la cueva.
RADÓN 2013-2014
Vestíbulo
Polícromos
750 per.media móvil (Vestíbulo)
720 per.media móvil (Polícromos)
Bq / m3
7-12-2013
12-1-2013
05-2-2013
01-3-2013
06-4-2013
12-5-2013
05-6-2013
11-7-2013
04-8-2013
09-9-2013
03-10-2013
08-11-2013
02-12-2013
07-1-2014
12-2-2014
08-3-2014
01-4-2014
07-5-2014
12-6-2014
06-7-2014
Figura 13. Suavizado mensual de la evolución de la concentración de radón en el aire de la zona de Entrada y
en la Sala de Polícromos durante el periodo completo de observación
CO2 y Rn VESTÍBULO
CO2 Vestíbulo
Rn Vestíbulo
96 per.media móvil (CO2 vest.)
24 per.media móvil (Rn Hall)
Bq/ m3
18-2-2014
26-2-2014
06-3-2014
14-1-2014
22-3-2014
30-3-2014
07-4-2014
15-4-2014
23-4-2014
01-5-2014
09-5-2014
14-5-2014
25-5-2014
02-6-2014
10-6-2014
Figura 14. Comparativa en la evolución suavizada diariamente de las concentraciones de Rn y CO 2 entre marzo
y mayo de 2014.
ago- sep- oct- nov- dic- ene- feb- mar- abr- may-
13 13 13 13 13 14 14 14 14 14
VESTÍBULO 620 1309 2218 4775 4942 5667 4394 3810 4697 4681
PASILLO 874 1491 2440 4250 4934 5534 4405 3925 4265 4867
POLICROMO 902 1928 2564 4379 4959 5443 4393 3873 4923
S 4483
2º RAMAL 975 1822 2707 4415 4842 5588 4644 3994 4806 4873
168 2449 3413 4580 4692 5431 4844 4219 4402
HOYA
7 5303
161 2818 3442 5360 5638 6394 4973 4292 5244
POZO
6 5493
-3
Tabla 13. Concentraciones medias de radón (Bq.m ) mensuales medidas con detectores de trazas
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
2.3.4. Diagnóstico
Los resultados obtenidos hasta junio de 2014 proporcionan un primer punto de comparación
con estudios anteriores en cuando a la dinámica de radón como gas trazador dentro de la
Cueva de Altamira. La tendencia estacional observada indica a grandes rasgos que, como
era de esperar, los principales mecanismos de intercambio entre la Cueva y el exterior
operan análogamente a lo observado en los últimos 30 años.
Las condiciones de exposición al radón de las personas que entran en la Cueva, aconsejan,
por motivos de protección radiológica, no superar un número de horas determinado al año.
Solamente con mayores tiempos de observación y por lo tanto, mayor fortaleza estadística
de las observaciones, se podrá llegar a predicciones más precisas acerca de cambios
bruscos en las dinámicas de intercambio que afecten al impacto de las personas sobre la
conservación, así como acerca de las diferentes cargas dosimétricas que reciben las
personas en función del periodo del año en el que se realice la entrada.
2.3.5. Conclusiones
El radón es un gas radiactivo de origen natural presente en todos los lugares que según la
OMS, 2009, es responsable entre el 3% y el 14% de los canceres de pulmón actuando
igualmente como factor multiplicativo cuando se asocia al consumo de tabaco. La situación
de referencia viene marcada por el cumplimiento de la normativa (BOE 22 de 26 de Enero
de 2012, Instrucción IS33) que define los niveles máximos de radiación a los que puede ser
sometido una persona en su puesto de trabajo. Esta legislación nos marca la necesidad de
llevar a cabo dichas medidas para la protección de los trabajadores, así como del público en
general.
Por otro lado, el radón es un trazador aéreo que nos indica el comportamiento de los gases
presentes en el interior de la Cueva por lo que su medida nos informa del comportamiento
de la misma desde el punto de vista de intercambio de materia y energía. Su medida se
lleva a cabo de manera continua con un equipo denominado SCOUT, (SARAD GmbH),
periódicamente calibrado con respecto a patrones internacionalmente trazables, cuando de
trazador es empleado, y CR39 cuando la evaluación de la dosis recibida por los trabajadores
es el objetivo. Con la primera obtenemos valores horarios mientras que con la segunda los
mismos tienen una referencia mensual.
2.4.1. Objetivos
Desde agosto de 2013, en todas las visitas realizadas por miembros del grupo de
Accesibilidad los lunes, se han tomado medidas de la concentración de partículas en todas
las salas de la Cueva de Altamira. El seguimiento temporal de la concentración de partículas
busca los siguientes objetivos:
2.4.2. Metodología
En cada visita a la Cueva, el equipo se prepara con un filtro de referencia para establecer la
línea base antes de iniciar las medidas. Posteriormente, se empiezan a anotar las lecturas
en el aire exterior, así como en cada una de las estancias interiores de la cueva.
2.4.3. Resultados
Los promedios mensuales en las diferentes zonas estudiadas se muestran en la Tabla 14.
Cabe destacar que las concentraciones medidas en el exterior son sistemáticamente un
orden de magnitud superior a las medidas en las zonas interiores, a excepción de los meses
de máximo intercambio exterior-cueva, durante los cuales ambos valores se aproximan.
mínimo de 550 cm-3 durante el mes de marzo de 2014. No obstante es necesario tener en
cuenta que los valores medidos en el exterior tiene una componente meteorológica
importante que es necesario en los análisis de resultados.
Agosto NO NO
3050 2625 1703 1814 1400 1363 1429 1343 858 913 713
2013 MEDIDO MEDIDO
Septiembre NO NO
3550 5888 1117 996 807 817 1011 760 288 433 336
2013 MEDIDO MEDIDO
Octubre NO NO
690 3070 725 910 758 730 787 725 330 360 286
2013 MEDIDO MEDIDO
Noviembre NO
2007 1985 143 168 148 140 118 129 210 99 134 121
2013 MEDIDO
Diciembre 8495 7577 134 65 79 85 61 82 92 178 86 70 77
2013
Enero 3708 3410 389 274 100 88 55 96 158 120 229 226 239
2014
Febrero 1781 2963 80 49 60 63 43 55 77 74 189 189 126
2014
Marzo 9045 4645 69 73 86 87 78 94 130 165 139 147 137
2014
Abril 3874 3692 88 81 79 95 141 90 53 58 48 46 46
2014
Mayo 1395 3473 346 328 171 183 297 213 119 66 72 61 58
2014
Junio 8872 4403 921 1011 635 608 678 680 494 553 476 366 335
2014
Julio 5201 10377 1014 1676 898 814 648 635 631 588 593 515 480
2014
-3
Tabla 14. Concentración de partículas (cm )
Figura 16. Mapa de concentraciones medias mensuales durante el mes de diciembre de 2013.
Figura 17. Mapa de concentraciones medias mensuales durante el mes de agosto de 2013.
-3
Figura 18. Concentración de partículas por mes y sala (cm )
-3
Figura 19. Concentración de partículas por mes y sala (cm )
-3
Figura 20. Concentración de partículas por mes y sala (cm )
2.4.4. Diagnóstico
Los resultados obtenidos hasta la fecha muestran una acusada tendencia estacional en la
concentración de partículas en las diferentes estancias dentro de la Cueva. Esta tendencia
es mucho más apreciable en las zonas más próximas a la puerta de entrada como son el
Vestíbulo, el Cruce y la Sala de Polícromos. Por el contrario, en las zonas más profundas,
Hoya, Pozo y Cola de Caballo, los valores son más estables durante todo el año.
2.4.5. Conclusiones
la Cueva con el fin de controlar la posible existencia de fuentes de entrada del aire exterior
que pudieran tener una influencia negativa en la misma, especialmente desde el punto de
vista de transporte de nutrientes y/o microorganismos desde el exterior. La importancia de la
puerta de entrada a la Cueva en la entrada de partículas desde el exterior queda claramente
puesta de manifiesto y muestra la importancia de establecer un protocolo específico de
apertura y cierre de la misma.
Respecto a la prospección geofísica del entorno de la cueva, en el año 2007 se realizó una
primera intervención de prospección geofísica en zonas adyacentes al acceso a la Cueva de
Altamira con el objetivo de caracterizar la geología superficial de este entorno. No aporta por
tanto datos de interés para el presente estudio dado que no abarca la montera de la cueva.
En dicha campaña de prospección participaron conjuntamente los equipos de SOT
Prospección Arqueológica y la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, que
asumieron los trabajos de prospección mediante georradar y tomografía eléctrica (ERT),
respectivamente.
2.5.1. Objetivo
El objetivo principal del proyecto es la caracterización del índice de riesgo geológico a fin de
determinar las zonas de tránsito y permanencia más seguras para la visita de la cueva, en
relación a la estabilidad geológica de la cueva. El riesgo geológico se define en base a la
metodología desarrollada en Sánchez et al. e Iriarte et al., con las necesarias adaptaciones
al caso de estudio.
2.5.2. Metodología
2.5.3. Resultados/diagnóstico
En la práctica totalidad de los casos en los que se aborden estudios en la cueva, de muy
diversa índole, será necesario conocer las características del macizo rocoso calcáreo que
engloba la Cueva de Altamira y que, a su vez, constituye sus alrededores. Para conocer la
estratigrafía y las características geológicas (sedimentológicas, petrofísicas, geoquímicas,
etc.) de las rocas que constituyen las distintas unidades estratigráficas que engloban la
Cueva de Altamira, es decir, que afloran en los techos y paredes de la cueva, se ha
procedido a realizar una cartografía geológica de detalle del entorno exterior (ver Anexo II:
Cartografía Geológica del entorno de la Cueva de Altamira E. 1:1000). Posteriormente se
han identificado y correlacionado las unidades estratigráficas observadas en el techo y
paredes de la cueva a las unidades definidos en el exterior. Estas tareas se han basado, en
parte, en datos obtenidos y ya publicados en nuestro trabajo Sánchez et al.
Sobre esta capa, aparece un paquete calizo de 0,80 m de espesor que corresponde a la
Capa de Polícromos, seguido de un pequeño estrato de caliza fuertemente dolomitizado de
0,25 m de espesor que corresponde a la dolomita de la Capa Marrón. La Capa de
Polícromos y la Capa Marrón forman la Unidad 6.
Se han reconocido distintas familias de diaclasado con características propias en cada una
de las unidades estratigráficas diferenciada en el interior de la cueva. Y ello permite el
En general se observa que el grado de riesgo geológico viene controlado, en gran medida,
por la unidad estratigráfica aflorante en el techo de la cueva en las distintas salas y galerías.
A falta del cálculo final de riesgo, actualmente en desarrollo, éste se prevé relativamente
bajo, salvo en las salas con mayor desarrollo lateral, y moderadamente alto en 2
localizaciones puntuales en los sectores de “La Cocina” y la entrada a la “Hoya”. Las tareas
de adecuación para hacer visitable la cueva realizada en el pasado, contribuyeron sin duda
a la disminución del riesgo geológico debido a la sistemática retirada de bloques inestables y
a la construcción de paredes de sostenimiento en las paredes y techos de la cueva.
Figura 21. Proyecciones estereográficas de las discontinuidades estructurales (diaclasas) medidas en la roca
encajante de la Cueva de Altamira. Se incluyen los círculos mayores, rosa de distribución y densidades de
distribución de las fracturas medidas. A: Representación del total de las discontinuidades medidas. B:
Discontinuidades medidas en la unidad estratigráfica 5. C: Discontinuidades medidas en la unidad estratigráfica 6
o Capa de Polícromos. D: Discontinuidades medidas en la Capa de las Cuñas de la unidad estratigráfica 7. E:
Discontinuidades medidas en la Capa Naranja de la unidad estratigráfica 7. F: Discontinuidades medidas en la
unidad estratigráfica 8.
Para una completa caracterización del macizo rocoso que constituye el techo de la cueva,
se ha desarrollado una prospección geofísica mediante georradar (GPR) de la cobertera del
área potencialmente visitable por las visitas. La adquisición de datos de dicha campaña se
realizó durante las jornadas del 18, 19 y 20 de Diciembre de 2013. El objetivo principal de la
investigación geofísica consiste en la identificación y caracterización de los materiales
propios del perfil edáfico, posibles formas exokársticas y de posibles discontinuidades de
distintas escalas, así como de su relación espacial en el macizo rocoso. Para ello, se han
aplicado sobre los datos obtenidos, técnicas de análisis geoestadístico para la generación
de mapas de discontinuidad de respuesta y estimaciones de profundidad del coronamiento
de los niveles rocosos. Todo ello ayuda, además, a detectar y caracterizar distintos procesos
edáficos y kársticos que afectan a la dinámica ambiental de la cueva.
Los resultados (figura 22) de la prospección realizada con antena de 80MHz se han
expresado en una secuencia cortes horizontales correspondientes a profundidades
crecientes para la cobertera rocosa de la cueva y sus discontinuidades horizontales y
verticales. Esta secuencia ha permitido la identificación de 3 grandes zonas con
características de respuesta diferenciadas.
Figura 22. Derecha: Mapa de respuesta de amplitud de los datos obtenidos en la prospección georradar en la
frecuencia de 80MHz (profundidad 0.41-0.87m bajo superficie). Se aprecian las alternancias de fase (blanco-
negro) provocadas por fisuras y los contactos entre distintas unidades estratigráficas. Izquierda: Esquema
interpretativo general con indicación de las principales anomalías lineales y extensivas detectadas, expresadas
en distintos colores según su profundidad.
Una tercera zona de interés se ubica al noreste del área explorada, coincidiendo con la
vertical de la Sala de Polícromos y su perímetro hacia el este. En esta zona se ha descrito
un cambio de respuesta importante respecto al resto de áreas exploradas. El elemento P,
identificado con el estrato que cubre la Sala de Polícromos (Capa de Polícromos), presenta
una respuesta de baja amplitud, que interpretamos como producto de un alto contenido en
agua. Al contrario, el elemento K presenta una respuesta de alta amplitud y discontinuidades
que interpretamos como producto de un estrato fracturado y de mayor porosidad y la
presencia de cavidades.
Entre ambos elementos se ubican los elementos L (que indicaría el límite más superficial
entre K y P), y N, que podría corresponder con una prolongación de la cueva cegada por un
falso muro.
Por otra parte, a partir de los datos obtenidos se han ensayado procesos de análisis
centrados en delimitar las áreas con una respuesta más discontinua, para así generar
mapas de los ámbitos susceptibles de contener litologías fracturadas o heterogéneas.
Adicionalmente, se han generado mapas de espesor del sedimento superficial para definir
las profundidades de los estratos rocosos bajo la superficie.
2.5.4. Conclusiones
Los estudios de riesgo geológico mediante análisis de la calidad del macizo rocoso
pretenden un doble objetivo: constatar el nivel de deterioro y afección a la estabilidad de un
objeto de estudio en función de parámetros geológicos, y determinar las áreas con un riesgo
elevado de desprendimiento de rocas que potencialmente afectarían a visitantes de la
cueva.
En este estudio se ha valorado la calidad del macizo rocoso en las diferentes salas y
galerías (estaciones) de la Cueva de Altamira, y basándose en variables críticas en la
estabilidad de la cueva se han definido distintos niveles de riesgo. En el caso de la Cueva de
Altamira se han señalado, además, zonas de máximo riesgo, donde se dan condiciones de
muy alto riesgo de desprendimiento de bloques decimétricos que afectan el posible tránsito
de visitantes. Afortunadamente estas zonas son puntuales, en el acceso a La Hoya, la unión
entre el Pasillo y la Gran Sala, la zona W del Cruce y el pasillo de acceso a la Sala de
Polícromos. Estas zonas requieren una inmediata intervención. Finalmente se han
identificado zonas de riesgo alto donde, dentro de un macizo con calidad aceptable, las
variables de medida han sufrido/están sufriendo una modificación que acentúan su riesgo.
Esta situación se da, por ejemplo, a lo largo de la discontinuidad que recorre
longitudinalmente el Pasillo que comunica la Gran Sala con la Sala de los Muros. En
conjunto la sala tiene una calidad Media pero la apertura de esta discontinuidad y el efecto
causado por las pequeñas fisuras que la rodean, ha provocado la formación de diedros de
roca potencialmente inestables.
3.1 Antecedentes
Desde mediados de los años 50 del siglo pasado se es consciente de que el elevado
número de personas perjudica la conservación de las pinturas, y en este contexto Martínez
Santaolalla promueve, sin éxito, que la entrada a la Sala de Polícromos se reserve a una
“minoría”; se sabe que en 1952 el número de visitantes anuales era de unas 30.000
personas y en 1957 de 60.000. A partir de 1957/1958, algunos miembros del Patronato de la
cueva son conscientes de la incidencia y efecto de las personas sobre el microclima interior.
No se implantaron medidas y las visitas siguieron siendo numerosas, hasta alcanzar en
torno a 175.000 en 1973. A título informativo, destaca la medida promovida y no implantada
en 1966 por García Lorenzo: grupos de 23 personas cada diez minutos, teniendo en cuenta
que la cueva podía estar abierta 8, 11 o 12 horas; además se debería introducir un margen
de variabilidad mensual y un día de descanso semanal.
En este contexto, y desde finales de los 60 y sobre todo inicios de los 70, los problemas son
patentes y se identifica la “decoloración” de las pinturas. A pesar de que se refiere a la
decoloración, la problemática se centraba no tanto en la pérdida de color sino en la
formación de velos de calcita sobre partes de figuras. A raíz de ello y en torno a 1976 y
1977, se inician trabajos científicos que se interrumpieron. En un contexto de preocupación
científica y social se decreta el cierre de la cueva en 1977.
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Nº grupos al día 5 5 5 5 2 8 7 7 7 8 6 6
Nº personas (incluido guía) 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
Tabla 15. Modelo de visita anual, Prof. Villar, 1982. A partir de estos valores se elabora la “carga”
representada por la línea roja de la gráfica de la figura 23
La filosofía de este trabajo partió de considerar que los impactos de los visitantes no podían
aumentar los procesos de deterioro, es decir, no superar umbrales limitantes establecidos a
partir de la dinámica natural, evitando procesos de incremento inducido por el efecto
reservorio. En relación a ello cabe incidir que tras la apertura de la cueva, el equipo dirigido
por Villar propuso la necesidad de continuar con las mediciones y controles a fin de prevenir
potenciales problemáticas que pudieran aparecer. Por la información conocida, desde el
Ministerio no se continuó con un control exhaustivo de parámetros y la propuesta de Villar
quedó olvidada, a la vez que el instrumental de medición dejó de funcionar de modo
continuo por falta de mantenimiento. Este modelo estuvo en teoría en práctica hasta 2002.
A inicios de los años 90, Hoyos (CSIC) y equipo documentaron de nuevo los parámetros
debido al deterioro de las manifestaciones y la presencia, aparentemente destacada, de
colonias de microorganismos (en concreto bacterias y hongos). Desde finales de los 90 se
toman medidas en continuo de variables microambientales. Es a partir de este momento, y
en base a la información de trabajos previos (proyecto de Villar y trabajos desde el IPHE),
que las variables de crecimiento microbiano tienen un papel destacado en la consideración
de las problemáticas de conservación (potencial biodeterioro) de la cueva de Altamira. Entre
1997 y 1998, el grupo de Hoyos (posteriormente dirigido por Sánchez del Moral) emprende
una caracterización de los impactos de las visitas en la Sala de Polícromos y su incidencia
en la conservación de la cueva y pinturas. Se partió de caracterizar el régimen establecido
por Villar y equipo. Se analizó de nuevo la temperatura del aire, el CO2 y la humedad (y los
procesos de condensación vinculados), considerando impactos, tiempos de recuperación y
efectos acumulativos. A partir de ello, el nuevo equipo de trabajo revisó el modelo de los
años 80 de Villar y equipo, proponiendo considerar con más detalle el efecto reservorio
(factor acumulativo) y, en consecuencia, revisar y replantear el modelo de visita de los años
80. Ello fue posible gracias a la medición en continuo de largas series y a la disponibilidad
de un equipamiento de mayor precisión. La conclusión fue que los valores de algunas
variables no llegaban a recuperarse entre ciclo y ciclo, produciéndose de este modo una
acumulación (efecto acumulativo/reservorio) que “quedaría integrada” de esta manera en el
sistema subterráneo.
Por último, cabe señalar que en el ámbito de la preocupación por la dispersión de los
microorganismos, los últimos trabajos llevados a cabo por Sánchez del Moral y equipo han
prestado atención específica al estudio de las partículas existentes en el aire, estudiando el
impacto que el tránsito produce en la removilización de las partículas (agentes potenciales
de dispersión de microorganismos).
Desde al menos los años 20 del siglo pasado se es consciente de que las visitas
generan efectos negativos para la conservación de las pinturas.
Desde finales de los años 50 hasta finales de los años 70 del siglo pasado se es
consciente de los efectos de los visitantes, y se emprenden estudios, más o menos
detallados y con cierto carácter de continuidad, de los parámetros de temperatura,
humedad y CO2. Incluso a partir de ello, y con el conocimiento de las acciones
emprendidas en Lascaux, se plantean, y se hacen, puntuales acciones para
disminuir los impactos de las visitas.
Ante la situación de deterioro de la cueva, cuyo punto más significativo fue la
decoloración/precipitación de carbonatos, se determina el cierre de la cueva al
público en 1977.
A finales de los años 70 y hasta 1983-1984 (Villar y equipo) se desarrolla el primer
proyecto científico que partió de caracterizar dinámicas microambientales naturales,
controlar experimentaciones y proponer regímenes de acceso. Para ello los factores
limitantes fueron la temperatura, humedad (vinculada a procesos de saturación) y
CO2.
Desde 1983 hasta 2002 la cueva se mantuvo abierta al público en teoría bajo el
modelo propuesto por Villar, si bien diferente información apunta a que la cueva se
gestionó desde el inicio sin haberse implantado el modelo. Durante esta etapa la
cueva no tuvo siempre un equipamiento de control sistemático y continuo, si bien
cabría imaginar que las decisiones de modificación debieran haberse realizado en
base a datos reales y continuos.
Desde finales de los 90 se emprenden nuevos estudios microclimáticos que
proponen la necesidad de revisar el modelo previamente planteado y valoran el
papel potencialmente negativo que la presencia humana pudiera tener (y generar) en
el nicho ecológico. Además se valora la necesidad de obtener registros continuos de
las variables.
En 2002, a raíz de la observación de una mancha verde que crece en el bisonte
perpendicular a una fuente de luz, se decidió suspender temporalmente las visitas
para comprobar si las hipótesis de Villar seguían siendo válidas. Se retiró la fuente
de luz y el punto verde desaparece sin necesidad de tratamiento.
Los datos obtenidos por el CSIC hasta 2010 permiten cuantificar el impacto de las
visitas sobre el medioambiente subterráneo, pero no se definen los umbrales de
riesgo que permitan asumir una apertura pública con plenas garantías para la
conservación del arte rupestre.
Recientemente se ha empezado a valorar el factor de dispersión de las partículas por
el tránsito de las personas como efecto potencialmente dispersor de
microorganismos.
Tras la retirada del instrumentación de medición de las condiciones ambientales por parte
del CSIC se procedió a implantar un nuevo equipamiento (véase informe del Grupo de
Seguimiento Ambiental). Esto implicó que cualquier acceso al interior de la cueva ha sido
sometido a registro y limitación al máximo, para esta manera poder precisar el impacto y
tiempos de recuperación que asocian a una carga, por ello el número de personas durante
un tiempo definido en un área concreta.
Es importante señalar que desde septiembre 2012 hasta Julio 2013 la presencia de
investigadores fue importante, relacionada la misma con la instalación de equipos (el CSIC
retiro todos los equipos existentes el 27 de Septiembre de 2012), y el establecimientos de
protocolos de medidas de las distintas variables incluidas en el Programa de Investigación.
Con el objetivo de minimizar impactos y controlar los mismos, desde el ámbito del Proyecto
de Accesibilidad, y a petición de la Dirección y Coordinación, se establecieron protocolos
vinculados al acceso de investigadores en el interior de la cueva. Estos hacen referencia a:
El museo dotará junto a la caseta una manguera para limpiar las suelas antes de entrar a la
cueva, y desde ese punto de lavado hasta la cueva colocará un pasillo de trames; junto a la
puerta de la cueva dispondrá una bandeja de zinc para H2O2 o formol.
Indicar que el presente punto es objeto de un informe particular donde se recogen en detalle
la totalidad de las visitas analizadas que aparece recogido como Anexo en el Informe
General del Grupo de Accesibilidad.
Años Visitantes/mes
1970-1975 14.583
1982-2002 733
2013-2014 24
Cabe señalar como elementos comunes de ambos estudios la falta de continuidad en los
mismos. Las variaciones estacionales observadas en muchos parámetros interiores de la
cueva conducen a pensar que los impactos provocados por visitas no serán iguales en
diferentes meses del año, e incluso podrían diferir de un año a otro. Por otro lado, en
ninguno de los estudios se hizo un enfoque progresivo del impacto en función del número de
personas y tiempo de permanencia en la Sala. Aunque se analizaron grupos de tamaño
variable, el control de los parámetros ambientales se realizó siempre con entradas seguidas
de varios grupos. Esta modalidad de entrada da lugar a efectos acumulativos, inadvertidos
en los años 80, identificados en 1998, pero en cualquier caso difícilmente extrapolables al
impacto que provoca un solo grupo, o varios grupos con entradas suficientemente
espaciadas en el tiempo.
Los medios técnicos actuales, junto con el control riguroso de las entradas en la cueva
(número de personas y tiempos de estancia en cada sala) permiten monitorizar con gran
detalle los efectos que incluso una sola persona provoca en varios parámetros de la Sala de
Polícromos. En la actualidad, la carga total de trabajo de investigadores (número de
personas x minutos) durante el Proyecto es conocida e inferior a la reportada en los estudios
de Villar et al. La ausencia de esta información entre 1984 y 2012 impide realizar la misma
comparación. En cualquier caso, la carga de trabajo resulta una información útil para
abordar de manera global la afluencia de personas a la cueva, pero no suficiente para
explicar de manera sistemática los efectos en el interior de la misma. La capacidad técnica
actual nos ha llevado durante el desarrollo del presente proyecto, a adoptar un enfoque
progresivo monitorizando diversas variables en visitas de investigación sin pautas de
comportamiento predefinidas, en visitas de investigación con pautas definidas y, finalmente
en visitas experimentales repetidas de 5 personas ajenas al Proyecto junto con un guía del
Museo de Altamira.
3.3.1. Objetivo
Conocer las variaciones en parámetros ambientales (temperatura del aire, concentración de
CO2, humedad relativa, etc.) provocadas por visitas de 6 personas durante 10-12 minutos en
la Sala de Polícromos.
3.3.2. Metodología
Desde el comienzo del Proyecto de Investigación, y en estrecha colaboración con el Grupo
de Seguimiento Ambiental, se han ido recopilando datos de las diferentes variables
ambientales continuamente monitorizadas desde diferentes estaciones de sensores
colocadas dentro y fuera de la cueva de Altamira. Especialmente en la Sala de Polícromos
se dispone de 2 formas de obtención de datos:
Este segundo modo de registro ha sido utilizado para monitorizar todas las entradas de los
lunes de miembros del Grupo de Accesibilidad, algunas visitas puntuales de otros Grupos, y
todas las Visitas Experimentales realizadas hasta la fecha.
Tanto con los datos obtenidos cada 5 segundos como con las series temporales de
frecuencia 15 min se ha realizado un doble análisis de los datos obtenidos durante las
visitas.
Con los datos obtenidos cada 5 segundos se han observado los impactos inmediatos
de la visita en diferentes variables, pudiendo en alguna de ellas como la temperatura
del aire, estimar los tiempos de recuperación de dicha modificación.
Con las series mensuales de datos cada 15 min se ha estudiado, para las Visitas
Experimentales, el estado de las variables de control 24 horas antes de la visita, 8
horas en el día de la misma, y 24 horas posteriores a ella.
3.3.3. Resultados
En la Figura 23 puede apreciarse la evolución de la carga de trabajo mensual producida por
investigadores, así como la producida por visitantes desde que se iniciaron las Visitas
Experimentales en febrero de 2014. La carga de trabajo producida por investigadores, aun
siendo un buen indicador de la ocupación de la cueva durante todo este periodo, tiene una
utilidad analítica limitado. Ello es debido a que las visitas de investigadores no son
reproducibles desde el punto de vista de recorridos dentro de la cueva ni periodos de
estancia en las diferentes salas de la misma.
VISITAS
CIENTÍFICOS
VILLAR
JUL AGO SEP OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO
2013 2014
Figura 23. Resumen de la carga de trabajo provocada por investigadores y visitas experimentales
13,55
13,5
13,45
13,4
7
13,35
Día 16-5-2014
13,3
7
10:04
10:33
11:02
11:31
12:00
12:28
12:57
13:26
13:55
14:24
14:52
8:09
8:38
9:07
9:36
Figura 24. Variación de la temperatura del aire en la Sala de Polícromos durante la visita del 16 de mayo.
100,1
99,9
99,7
99,5
99,3
99,1
98,9
Día 23-5-2014
98,7
10:04
10:33
11:02
11:31
12:00
12:28
12:57
13:26
13:55
14:24
14:52
15:21
15:50
16:19
16:48
17:16
9:07
9:36
Figura 25. Variación de la humedad relativa del aire en la Sala de Polícromos durante la visita del 23 de mayo
3020
3000
2960
2940
2920
Día 27-2-2014
2900
10:04
10:33
11:02
11:31
12:00
12:28
12:57
13:26
13:55
14:24
14:52
9:07
9:36
Figura 26. Variación de la concentración de CO2 en la Sala de Polícromos durante la visita del 27 de febrero.
FECHA Δ[CO2]
ΔT (ºC) ΔH (%)
VISITA (ppm)
27-feb 0,12 84 0
07-mar 0,2 98 0
21-mar 0,19 71 0
04-abr 0,16 62 -2
4-jul 0,17 82 0
11-jul 0,13 90 0
Tabla 17. Variaciones de cada parámetro durante las visitas experimentales. Se muestra el valor medio (en H
considerando los valores en negativo) de cada variación, así como la desviación estándar (calcula en base a
datos hasta mes de mayo) asociada al mismo
Figura 27. Variación durante 3 días de la temperatura del aire de la Sala de Polícromos alrededor del día de la
visita del 14 de marzo
Figura 28. Variación durante 3 días de la concentración de CO2 de la Sala de Polícromos alrededor del día de la
visita del 7 de marzo
Figura 29. Variación durante 3 días de la humedad relativa del aire de la Sala de Polícromos alrededor del día de
la visita del 7 de marzo
Δ[CO2]
FECHA VISITA ΔT (ºC) ΔH (%)
(ppm)
07-mar 0 150 0
14-mar 0,01 45 0
04-abr 0 72 -0,01
11-abr 0 172 0
09-may -0,01 48 0
16-may 0 -154 0
Tabla 18: Variaciones de cada parámetro desde un día antes de la visita hasta el día siguiente. A modo de
resumen se muestra el valor medio de cada variación, así como la desviación estándar asociada al mismo.
3.3.4. Diagnóstico
Se han caracterizado las variaciones inmediatas y las producidas un día después de las
Visitas experimentales en la temperatura, humedad relativa y concentración de CO2 en la
Sala de Polícromos. Los cambios en la humedad relativa se producen en un lapso de tiempo
muy corto y se recuperan rápidamente (una hora). Los cambios observados en la
temperatura necesitan al menos 2 horas para revertirse por lo que su impacto al día
siguiente de la visita resulta indetectable. En cambio, las variaciones en la concentración de
CO2 tardan más tiempo en recuperarse (más de 8 horas) y pueden ser medidos en la
monitorización de la jornada posterior a la visita. No obstante, la gran variabilidad de los
valores observados en el día posterior a la visita con referencia al día anterior a la misma,
indican que las variaciones naturales diarias que se producen en determinadas épocas son
dominantes.
De cara a obtener conclusiones reproducibles se hace necesario que las visitas analizadas
sigan un patrón de comportamiento, indumentaria y tiempos de estancia iguales. Por esta
razón, se han podido observar cambios en parámetros ambientales en visitas ordinarias de
investigación, pero las conclusiones principales solo son de aplicación para los resultados
obtenidos con Visitas Experimentales. Desde esta perspectiva, las cargas de trabajo nos
proporcionan una visión general del impacto de la presencia humana en la cueva, pero no
información precisa y reproducible acerca de la influencia en función del número de
personas, tiempos de estancia, etc.
Finalmente, los impactos de corto plazo estudiados corresponden a variaciones absolutas
de los parámetros medidos, es decir, su importancia relativa puede variar sustancialmente
de una época del año a otra. Por ello, las importantes variaciones estacionales observadas
en parámetros como el CO2 o la temperatura de roca y aire, dentro de la Cueva y en la Sala
de Polícromos en particular, hacen absolutamente necesario el análisis de los impactos
producidos por la Visita Experimental durante un ciclo anual completo.
3.3.5. Conclusiones
Con el fin de completar un ciclo completo que permita obtener conclusiones sólidas sobre el
impacto de las Visitas Experimentales de 5 personas junto con un Guía es totalmente
necesario continuar con los análisis al menos hasta febrero de 2015
Cualquier nueva propuesta de acceso, ya sea variando el tamaño del grupo o su frecuencia
de entrada deberá ser estudiado a lo largo de un ciclo anual completo
Es necesario reducir la carga de trabajo producida por investigadores al mínimo necesario.
De esta manera se podrá disponer de carga de trabajo enfocada al análisis de impacto de
visitas en una variedad más amplia de situaciones.
Relacionado con lo anterior, en el plan de conservación preventiva se deberá contemplar,
únicamente para el primer año, la reserva de un período de entre 15 días y un mes de
cierre, coincidiendo con los periodos de mayor intercambio de materia, con el fin de obtener
referencias fiables del estado de la Cueva lo más próximo posible a lo que podríamos
considerar su estado natural.
4. CONCLUSIONES
8. El acceso de los Grupos del Programa estuvo condicionado por unos protocolos de
acceso conducentes a reducir su impacto. La carga generada se ha encontrado en la
mayor parte de los meses por debajo de la carga que determinó Villar en los años 80.
Progresivamente la carga de los investigadores se ha reducido según se han ido
instalado el equipamiento de medición e implantando protocolos sistemáticos de trabajo.
A pesar de ello se deberán tender a reducir la carga.
5. ACCIONES A REALIZAR
El sistema kárstico de la cueva de Altamira es activo, por lo que exige una continua
caracterización y control. Además, el presente estudio ha abierto nuevas vías de estudio así
como ha identificado variables que se han modificado respecto a periodos anteriores. En
base a ello se propone la necesidad de atender a las siguientes acciones:
Estudiar la drástica reducción del caudal de agua en todos los puntos de recogida de la
Sala de Polícromos, a fin de encontrar una justificación satisfactoria y su influencia en la
conservación de las pinturas.
Completar un ciclo completo que permita obtener conclusiones sólidas sobre el impacto
de las Visitas Experimentales de 5 personas junto con un Guía es necesario. Por ello es
necesario continuar con los análisis al menos hasta febrero de 2015.
PROYECTO 5
COORDINADORES
EQUIPO DE INVESTIGADORES
ASESORES
COLABORADORES
Sergio Gómez. Sociólogo. EDESGA
Raimundo Otero. Sociólogo. EDESGA
Raquel Rodríguez. Socióloga. EDESGA
Raquel Albela. Socióloga. EDESGA
Ana Touriño. Socióloga. EDESGA
Paula Rama. Socióloga. EDESGA
María de la Cerca González. Departamento de documentación. MNCIA
Silvia Villaescusa. Departamento de comunicación. MNCIA
Bruno Barreiro. Traductor. Autónomo
Sofía Quiroga. Administrativa. Incipit-CSIC
Anxo Rodríguez-Paz. Delineante. Incipit-CSIC
Y todos los que de una manera u otra nos han ayudado respondiendo a
nuestras preguntas...
1. INTRODUCCIÓN
La finalidad general del Proyecto Valor Social de Altamira (VSA) es, en primer lugar,
profundizar en la caracterización de Altamira como enclave patrimonial, y en las múltiples
dimensiones de la experiencia humana en torno a él. Nos proponemos analizar cómo una
entidad dada es apropiada por los diversos agentes sociales y, por lo tanto, convertida en
patrimonio (patrimonializada), y experimentada como fenómeno (en todas sus dimensiones)
desde la subjetividad individual y colectiva, al mismo tiempo que es manipulada y
gestionada (como objeto) por una o varias instancias sociales dadas. Para ello, partimos de
dos premisas: 1) En puridad, no existe un ‘valor social’, ya que todo valor es social por
antonomasia, ‘Valor’ ya implica ‘Valor Social’; y 2) ampoco existe un ‘valor del patrimonio’,
porque si algo se considera patrimonio es, precisamente, porque es valorado como tal.
‘ atrimonio’ ya implica ‘Valor’. Por lo tanto, desde nuestro punto de vista, el concepto
‘ atrimonio’ ya implica el de ‘Valor Social del atrimonio’. Estas premisas son, ante todo,
conceptuales, más que nominales, por lo que en ningún momento constituyen un problema
para mantener la denominación del proyecto como ‘Valor Social de Altamira’, etiqueta bajo
lo cual es perfectamente comprensible el tipo de trabajo que hemos desarrollado.
Además, en segundo lugar, nos proponemos la plena imbricación del Proyecto VSA en el
Plan de Conservación Preventiva que emanará del Programa de Investigación que ahora
finaliza, lo cual tiene una implicación evidente para los objetivos de la investigación (que se
concreta en los objetivos 6 y 7 del Proyecto): los resultados de éste deben servir para
optimizar las condiciones de gestión de Altamira. Y por ‘optimizar la gestión’ entendemos
diseñar y poner en práctica (como un proceso dinámico y constantemente actualizable) un
modelo de gestión del bien que combine de la forma más equilibrada posible las dos
variables principales: su acceso y su conservación.
Pensar en un modelo teórico para analizar Altamira como enclave patrimonial nos fuerza a
repensar las coordenadas teóricas a través de las cuales desarrollar nuestra investigación
de este tema. Esto es, nos fuerza a pensar en qué es Altamira (ontología) y en cómo
podemos acceder a ello (epistemología). Como bien patrimonial, Altamira es una entidad
compleja y multidimensional, a la que sólo podemos acceder a través de una estrategia
interdisciplinar, intentando obtener resultados, hasta donde sea posible, integrados,
equiparables (ya que no, en muchos casos, conmensurables) y utilizables en un contexto
práctico de gestión como será el Plan de Conservación Preventiva.
Como especialistas que compartimos la noción de que el patrimonio existe porque se valora
socialmente, enfrentarnos a un caso como Altamira, un bien extraordinario que está cerrado
al público, nos retrotrae a una visión del patrimonio centrada en la excepcionalidad de éste,
pero ajeno a su función social, y nos sitúa frente al imperativo práctico-teórico de abrir de
nuevo la cueva al público como consecuencia de su carácter social; es decir, nos aboca
inicialmente a posibilitar por todos los medios que Altamira juegue y viva socialmente. Pero,
como las cosas nunca son tan simples, el estudio del valor social de Altamira se convierte
Página 247
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
en un caso soberbio y afortunado de análisis para profundizar en cuál debe ser hoy en día el
régimen de existencia de los bienes patrimoniales, superando los discursos oficiales y
oficializados, y construyendo nuevas fórmulas de gestión patrimonial que respondan a las
demandas de un público del siglo XXI. Nuestro estudio no puede sólo él aportar datos y
conclusiones de peso para saber si Altamira se debe mantener cerrada, abrir a la visita
generalizada o habilitar una visita restringida. Nuestro estudio, en cambio, aporta
conclusiones y datos para saber en qué condiciones cualquiera de estas soluciones es una
mala o buena solución, porque muestra bajo qué circunstancias se mantendría un régimen
patrimonial excluyente y opaco o se podría construir un régimen patrimonial transparente e
integrador (del público, los vecinos, agentes diversos, intereses disputados, etc).
2. OBJETIVOS
Como objetivo general, podemos decir que el Proyecto VSA tiene por finalidad profundizar
en la caracterización de Altamira como enclave patrimonial, y en las múltiples dimensiones
de la experiencia humana en torno a él. Esta caracterización concierne exclusivamente a la
existencia moderna de Altamira; esto es, a las múltiples circunstancias que han rodeado la
existencia de Altamira como espacio singular desde su descubrimiento, en 1868 (o en 1879,
dependiendo de a quién le queramos ceder la autoría intelectual del mismo), hasta la
actualidad. No es nuestro objetivo, por lo tanto, generar conocimiento histórico a partir de
Altamira como paisaje arqueológico ni como obra de arte, sino generar conocimiento sobre
lo que Altamira ha significado y generado, en términos sociales, desde su descubrimiento
moderno hasta hoy.
1. Identificar las diferentes dimensiones del valor de uso de Altamira como bien
patrimonial.
2. Estudiar el impacto social de Altamira en clave, fundamentalmente cuantitativa y
contemporánea, a partir de datos disponibles y de un estudio de opinión diseñado ex
profeso.
3. Dimensionar el impacto económico directo o inducido en el entorno y prever el
impacto económico de la apertura de la cueva y su efecto en los diferentes ámbitos
de relevancia, empezando por el propio museo.
4. Estudiar la percepción social de Altamira en clave simbólica, a varios niveles:
aproximación micro o etnográfica; análisis de discursos; y procesos de identificación
Los informes parciales, que dan cuenta de cada uno de los estudios realizados, se
corresponden con los objetivos 2 a 5. El objetivo 1 se corresponde con el documento El
Valor Social de Altamira: Marco Estratégico, incorporado al volumen I de la Memoria del
Programa (aunque una parte de la argumentación se recoge en el presente resumen
ejecutivo). El objetivo 6 se corresponde con la contribución del Proyecto VSA al Plan de
Conservación Preventiva, incorporado en un volumen independiente dentro de la Memoria
del Programa de Investigación.
3. METODOLOGÍA
Hemos organizado el Proyecto conforme a un criterio disciplinar (son las distintas disciplinas
participantes las que permiten hablar de diferentes estudios dentro del Proyecto). Ha sido
necesario organizar el trabajo en un sentido interdisciplinar: diferentes disciplinas, cada una
con sus propias técnicas (que, en muchos casos, son compartidas), sus propios equipos, y
colaborando en la consecución de un mismo resultado: conocer el valor social de Altamira.
Además, los datos que se iban obteniendo por los diferentes equipos servían de base y/o se
contrastaban con el resto.
Disciplinas implicadas
Estudio sociológico
Estudio económico
Estudio antropológico
Estudio Altamira en la red
Estudio Altamira en los medios
Estudio Altamira en el arte
En el caso de los tres primeros, el papel principal de cada una de las disciplinas implicadas
ha hecho que el mismo estudio se caracterice desde ese punto de vista (sociológico,
económico, antropológico). Son los estudios principales del Proyecto VSA, dado que su
objeto de estudio son los propios agentes sociales que valoran Altamira, aunque enfocados
desde técnicas muy diferentes, lo que no ha impedido una estrecha colaboración entre los y
las especialistas implicados en los tres, así como la generación de sinergias que han
contribuido a un enriquecimiento de los resultados respectivos.
A partir de esta primera aproximación fue posible diseñar una aproximación cuantitativa
(desde la sociología y la economía) al objeto de estudio, a través de la recopilación de datos
mediante la técnica de la encuesta. Se diseñaron diferentes cuestionarios dirigidos a
realizar, por un lado, un estudio del público del Museo de Altamira (dividido en dos, uno
orientado a la valoración de la visita en términos de satisfacción con la misma, y otro
orientado a la obtención de los datos necesarios para el estudio de impacto económico) y,
por otro, un estudio de la opinión pública en general (trabajando separadamente con la
escala autonómica y la escala estatal, e integrando preguntas orientadas a la obtención de
datos útiles para los diferentes estudios que componen el proyecto).
Todo esto permitió abarcar, desde técnicas sociológicas y antropológicas diversas, una
variedad significativa de actores a diferentes escalas (Figura 1) y elaborar un guion de
trabajo articulado con base en tres ámbitos territoriales (local, autonómico y central; figuras 2
a 4).
Por lo que respecta a los restantes estudios, sus resultados son el producto de la acción e
interacción de disciplinas diversas: ciencias de la comunicación (análisis de discursos y de
contenidos), semiótica (análisis iconográfico), arqueología, historia, historia del arte,
cienciometría, con la colaboración, igualmente, de las disciplinas principales del Proyecto
(sociología, economía, antropología).
Tabla 19: Tabla de identificación de valores patrimoniales comprendidos por los diferentes estudios que articulan
el Proyecto VSA.
Equipo de trabajo
La coordinación del Proyecto VSA ha sido labor de David Barreiro (Incipit, CSIC) y Felipe
Criado (Incipit, CSIC), sumándose, para las labores de Dirección técnica, Cristina Sánchez-
Carretero (Incipit, CSIC), Eva Parga-Dans (Investigadora autónoma) y Virtudes Téllez
Delgado (Investigadora autónoma).
6
Para una explicación más detallada sobre el proceso de producción de valor patrimonial, ver Documento El
Valor Social de Altamira: Marco Estratégico, en el volumen I de la Memoria del Programa de Investigación.
Para el desarrollo de los trabajos a realizar el equipo de dirección contó con la colaboración
constante del personal científico y técnico del Museo Nacional y Centro de Investigación de
Altamira (MNCIA), algunos de cuyos miembros forman parte de diversos equipos del
Proyecto.
Además, algunos trabajos han sido desarrollados por personal adscrito a otras instituciones
que también forman parte del Programa de Investigación (como Alicia Herrero, de la
Subdirección General de Museos Estatales).
Cada estudio ha sido acometido por un equipo de especialistas, y cada equipo ha sido
dirigido por una persona.
Estudio sociológico
Estudio económico
Líder: Fidel Martínez Roget y Xosé Antón Pereira (Departamento de Economía Aplicada,
Universidade de Santiago de Compostela)
Estudio antropológico
Altamira en el arte
Altamira en la ciencia
Altamira en la escuela
Se incluyen aquí dos contribuciones que, por sus características específicas (no han sido
realizadas en el marco de la estrategia de investigación diseñada dentro de cada
subproyecto), se consideran anexos al conjunto del Proyecto, más que a un subproyecto
concreto:
Anexo I: Homo libris. Xurxo Ayán (Grupo de Investigación en Patrimonio Construido, EHU-
UPV).
Anexo II: La imagen de Altamira en la crítica de arte a mediados del siglo XX y su influencia
en la creación contemporánea. Alicia Herrero (Subdirección General de Museos Estatales,
MECD).
4. RESULTADOS
Estudio sociológico
Una vez diseñada la metodología de trabajo, definidos los públicos y elaborados los
cuestionarios (que integraron preguntas de interés para otros estudios comprendidos en el
Proyecto), el trabajo sociológico se realizó sobre dos poblaciones distintas: los visitantes al
museo y la población a escala estatal. Para el primero se realizó un cuestionario específico,
ejecutado a pie de museo, en tres oleadas (para obtener datos significativos respecto a la
estacionalidad), cubriendo un total de 1.028 cuestionarios. Para el segundo se elaboró
igualmente un cuestionario, y se realizó un sondeo telefónico, abarcando también una
muestra aproximada de 1.000 cuestionarios8.
Estudio económico
Los datos obtenidos sitúan el gasto medio por visitante en Cantabria en 470,3 euros,
resultado de un gasto diario medio de 104,5 euros y una estancia media de 4,5 días. A partir
de la información suministrada por la encuesta, en relación con las distintas compras
efectuadas por los visitantes en la región, se elaboró el vector de gasto. Una vez estimada la
influencia del Museo en la decisión de realizar el viaje, se descontaron las fugas vía
importaciones y se hizo la transformación de las cifras a precios básicos. A partir de ahí, se
estimaron los impactos totales (directos e indirectos) a partir del marco input-output de
Cantabria para el año 2007.
El impacto total generado sobre la producción en la región por los visitantes del MNCIA se
estima en 36,2 millones de euros (precios básicos), de los cuales 28 millones serían el
impacto directo y el resto los impactos indirectos. El valor del multiplicador se sitúa, por lo
tanto, en 1,29. En el ámbito del turismo y la cultura, suele ser habitual, como se ha hecho en
este trabajo, utilizar multiplicadores de transacciones, o de ventas, que relacionan el gasto
turístico inicial con el output total generado en una economía. Las estimaciones realizadas
siguiendo esta metodología, basada en la estimación de los efectos indirectos a través del
Modelo de Demanda de Leontief, suelen situar el valor del multiplicador entre 1 y 1,5.
Los puestos de trabajo asociados a este impacto se estiman en 558 y esta cifra de negocio
se acerca al 0,2% del Producto Interior Bruto regional.
Altamira en su conjunto ha conseguido, con el paso de los años, generar valor económico al
margen de la cueva original. No existen evidencias de que la apertura de la cueva original
amplificase, por sí sola, de forma importante estos efectos económicos. Salvo una entrada
masiva de visitantes en la cueva no se produciría un efecto relevante sobre las cifras de
turistas de la región ni tendría por qué incrementarse el gasto diario medio. De hecho, los
datos disponibles para el período 1982-2002, cuando se admitía un cupo de visitas anuales
a la cueva original, no reflejan una incidencia diferencial en el turismo de Cantabria. Las
pernoctaciones hoteleras se mantuvieron por debajo del millón hasta 1989, con un
crecimiento medio anual del 2,5%. En los años 1998 y 1999 registraron un salto cuantitativo
muy importante hasta superar los dos millones. A partir del cierre de la cueva original las
pernoctaciones han seguido creciendo; eso sí, condicionadas por el contexto económico. En
la actualidad las pernoctaciones hoteleras se sitúan en los 2,3 millones.
Por otro lado, los datos proporcionados por el MNCIA para los días coincidentes con las
visitas experimentales incluidas en el Programa de Investigación tampoco son concluyentes
en cuanto a su impacto en las cifras de visitantes del museo. Comparando las cifras de
visitantes registradas en el museo en los días de visita experimental con fechas equivalentes
del año 2013 y 2012, se observa un incremento del 10% en relación con el año 2013 pero
una reducción del 5% en relación con el año 2012. Sería preciso observar la evolución de
las visitas a lo largo de cierto tiempo para extraer conclusiones más robustas en relación con
la influencia de la apertura de la cueva original en las cifras de visitantes. En cualquier caso,
dicha apertura debería enmarcarse en un proceso de optimización del “efecto llamada” de
carácter global y permanente. Para ello es muy posible que se requiera de la
implementación de nuevas iniciativas turísticas y de la adaptación de las actuales.
Estudio antropológico
9
El cómputo total de estas personas no incluye el número de aquellas que han realizado las visitas
experimentales a la cueva original y que han rellenado cuestionarios al salir de la cueva original.
En primer lugar, las evoluciones experimentadas por los diversos significados de Altamira,
cuya polisemia es una de sus principales riquezas y atractivos. Se detecta un
desplazamiento generacional en el concepto ‘Altamira’, asociándolo a la cueva la gente de
entre 40 y 50 años, y asociándolo los más jóvenes al conjunto actual (en el que el Museo
juega un papel primordial). Este desplazamiento condiciona los sentimientos de pertenencia
y, en última instancia, la posición individual respecto al debate sobre el régimen de acceso a
la cueva original. Otro cambio concierne a la posición ocupada por los agentes en cuanto a
los roles de responsabilidad de cuidado: la cueva de Altamira ha pasado de ser un bien
patrimonial a mostrar a ser un bien patrimonial a conservar (casi siempre en relación al
debate sobre apertura o cierre), siendo los más tajantes en sus opiniones la mayoría de
arqueólogos y/o prehistoriadores.
Relacionado con el último punto, hay que señalar la relación entre Altamira y el turismo en el
imaginario de los agentes sociales. Los folletos que circulan por la oficina de información y
turismo del ayuntamiento de Santillana del Mar muestran esta asociación de forma directa,
aunque Altamira siempre en segundo plano, como un atractivo más de Santillana. Las guías
de ocio de Cantabria, en cambio, crean una distancia simbólica entre ambas. Las consultas
digitales que pueden realizar los turistas para organizar su viaje a Cantabria invisibilizan a
Altamira si desean visitar cuevas y lo hacen a través de la web de Cuevas Prehistóricas de
Cantabria, como consecuencia de la división administrativa del patrimonio de la comunidad
autónoma.
Lo que la investigación antropológica nos revela es, por lo tanto, una pugna entre
significados y valores socialmente heterogéneos. Como resultado, algunos actores sociales
optarían por potenciar la neocueva y el discurso sobre la conservación en el museo. Muchos
agentes locales parecen primar el interés económico, pero esto se debería a que el único
vínculo que el modelo de gestión adoptado les ha permitido es el acceso a una parte de los
beneficios que el canon les proporciona. Esta mercantilización de Altamira (que también se
corresponde con una demanda mediática por mantener o incrementar las cifras de
visitantes) se agudiza con su inclusión en paquetes turísticos exprés y la homogeneización
del discurso expositivo en la neocueva, que dificultan una visita satisfactoria en términos
experienciales, culturales y didácticos.
En paralelo a los demás estudios fue realizado un análisis del contenido del libro de visitas
de Altamira, un documento valioso que nos permite identificar una serie de patrones de
regularidad en las quejas y sugerencias de los visitantes. No obstante, conviene tener en
cuenta que los “libros de visita” constituyen, en Altamira y en cualquier sitio, un género
específico de discurso que es utilizado por una parte del público que no es representativa
del público total. Tampoco es literalmente un buzón de quejas o sugerencias, aunque
muchas de éstas aparezcan en ellos, como las relacionadas con el idioma de las visitas
A su vez, la revisión del libro de visitas nos permite conocer de primera mano la cultura
museística del público. En este sentido, se constató que numerosos ciudadanos
comprenden y entienden las cautelas tomadas por los especialistas y el Gobierno para
preservar la cueva de cara al futuro. Este grado de madurez patrimonial es importante a la
hora de plantear el nuevo programa preventivo, y se relaciona con un sentimiento
generalizado a favor de una gestión más democrática de este bien cultural. Muchos
visitantes ya no sólo se conforman con su papel de sujetos pasivos, receptores de
información, sino que también quieren formar parte de los procesos de generación social del
conocimiento sobre el pasado.
Para los primeros años, los medios de comunicación que prestan mayor atención a Altamira
son los locales o regionales (el 74%, destacando El Diario Montañés). Para el año 2013 se
reduce al 58%, aunque esto se debería a que la muestra ya integra las ediciones digitales
de los diarios estatales.
En cuanto a los temas, priman los relacionados con eventos concretos, como los
relacionados con la apertura de la cueva y/o con su estado de conservación. Entre 2001 y
2004 las informaciones versaban sobre la primera apertura de la cueva, los daños que ésta
supuso en su estado de conservación, en su cierre al público y en las especulaciones sobre
su reapertura, mientras que en 2013 los temas más mencionados son los de las visitas al
museo (32,29%) y las exposiciones puntuales (19,79%), seguidos por el estado de
conservación de la cueva (un 12,50%).
Además del análisis específico de los medios, se introdujo, en el cuestionario base del
sondeo telefónico (ver estudio sociológico), una pregunta relativa al impacto en prensa. En
10
Respecto al primero, se contemplaba además un análisis diacrónico de contenidos en la prensa histórica, que
no pudo ser realizado por falta de recursos, aunque la labor de recopilación previa sí que ha sido realizada
(hemeroteca histórica).
este sentido, la mitad de las personas encuestadas afirmaron haber visto recientemente
alguna noticia en los medios de comunicación acerca de Altamira (45,3%, aunque la
mayoría no cambió su opinión al respecto), mientras que un 37,5% dijo no haber visto
noticias sobre esta temática.
Por otro lado, se realizaron sondeos en diferentes redes sociales, entre febrero y mayo/junio
de 2014. Debido a las grandes diferencias entre las redes no es posible aplicar una única
metodología ni tratamiento de los datos a todas ellas. Por ello, se optó por seleccionar
aquellos contextos que pudiesen aportar datos más significativos a partir de los recursos
disponibles: la red Twitter y los comentarios a medios digitales.
La noticia más difundida en Twitter (90.000 lectores potenciales) fue la del procedimiento de
entrada a la cueva en el arranque de las visitas experimentales, con un porcentaje
notablemente superior a cualquiera de las otras noticias, posiblemente debido a la voluntad
de propagación y uso personal de la información asociada a la celebración del sorteo. Otros
tweets muy difundidos se relacionan con el anuncio de las visitas experimentales (18 de
enero de 2014), el inicio de las mismas (27 de febrero) y la entrevista concedida a ABC por
Gaël de Guichen (6 de mayo de 2014).
El otro elemento analizado han sido las conversaciones “en contexto”, realizadas al pie de
las noticias en los propios medios de comunicación. Éstas aportan información cualitativa y
cuantitativa notablemente distinta a redes sociales como Twitter, ya que las valoraciones
crecen, al disponer el usuario del contexto previo para ello. En este caso, seleccionamos
dos momentos: el 18 de enero y el 27 de febrero, fechas en las que se realizan el anuncio
de las visitas experimentales y la primera visita, respectivamente. Respecto al primero,
destaca la carga negativa asociada a la noticia, especialmente en el área de proximidad a la
cueva, contemplada como una decisión ‘política’, no técnica. En el segundo, el número de
comentarios se reduce considerablemente y, en general, en los medios estatales se
transforman las opiniones negativas en opiniones neutras (lo que significa, esencialmente,
conversaciones más heterogéneas). Sin embargo, en El Diario Montañés la negatividad
continúa prevaleciendo. Del mismo modo, se detecta una diferencia entre ambas noticias en
el plano de las temáticas y los actores mencionados, ya que, en el anuncio, primaban los
argumentos relativos al favoritismo de los políticos, produciéndose en la segunda noticia una
total dispersión y heterogeneidad en las conversaciones en cuanto al tema y los actores.
Altamira en el arte
Se pueden definir tres ejes de análisis para deconstruir la influencia de Altamira en el arte
contemporáneo: la experiencia, lo formal y lo conceptual.
Por otro lado, algunos artistas aprecian especialmente los valores plásticos y se inspiran
formalmente en ellos, copiando e imitando temas o trasladando las soluciones formales a
sus propias creaciones. Dentro de estos valores han tenido señalada importancia el uso de
los volúmenes, el aprovechamiento de las protuberancias de la roca como recurso
expresivo, las texturas que se obtienen y el propio concepto de incorporar el soporte a la
obra. Wolfgang Paalen visitó Altamira en 1933, buscando la esencia de la expresión
artística, y la influencia que las pinturas tuvieron en él se reprodujo en otros expresionistas
abstractos, como Robert Motherwell (Altamira Elegy) y Hellen Frankenthaler (Before the
Caves). Más tarde, Elaine de Kooning ve en las pinturas una conexión con procesos propios
del expresionismo abstracto (procesos, acciones, impulsos...) y reinterpreta los motivos
paleolíticos. Otros ejemplos, ya en Europa, serían Andrea Benetti y su Manifesto dell’Arte
Neorupestre, así como, en España, el Equipo Crónica (Crónicas de la Transición).
Por último, otros artistas habrían tomado de Altamira, sobre todo, el concepto. Aquí destaca,
entre 1948 y 1950, la Escuela de Altamira (con la participación fundamental de Mathias
Goeritz), que jugó un importante papel en la regeneración de la creación artística
contemporánea tras la guerra civil, al plantear un foro de debate sobre el papel del arte de
vanguardia, su significado y su apertura a las tendencias internacionales. Pero la Escuela, a
la vez que era una plataforma para la renovación, también lo era para la institucionalización,
y para la legitimación del régimen a través de la cultura, pues contaba con el apoyo de las
autoridades franquistas.
Para llevar a cabo un análisis del uso de la imagen e imágenes de Altamira como reclamo
comercial, símbolo identitario, emblema o decoración en objetos diversos de uso cotidiano,
fueron catalogados un total de 53 objetos, en cuyo diseño hubiese sido utilizada alguna
imagen de Altamira. Un total de 33 de ellos son suvenires: llaveros, pegatinas, lápices,
relojes, etc. Un total de 9 son conmemorativos tales como medallas, sellos y sobres
azucarillos. Un total de 6 objetos podemos incluirlos dentro del grupo de intencionalidad
identitaria: equipo de rugby, peña de fútbol, zapaterías o ADIC. Finalmente 3 han utilizado la
imagen de Altamira con un contenido no identitario, como son la bicicleta Altamira, la
máscara de un peliqueiro o máscara tradicional de carnaval orensano, o un club de
aficionados al ciclocrós catalán.
Del análisis de los objetos de la cultura material se pueden confirmar algunas observaciones
intuidas en el momento del planteamiento del proyecto. La fuente de información a través de
la cual se accede a las figuras utilizadas en la decoración de los productos son indirectas,
muy posiblemente postales, publicaciones de divulgación u otros objetos comerciales ya
existentes.
Podemos afirmar también que la fuente principal del que se han nutrido los diseñadores son
los dibujos de Henri Breuil. Por tratarse de dibujos y no de fotografías las imágenes de Breuil
son más nítidas, más fácilmente trasladables a cualquier soporte, sin embargo, la fotografía,
aunque son retratos más fieles, carecen de la nitidez de los dibujos y su impresión en
objetos diversos es técnicamente más complicada.
Altamira en la ciencia
Para la realización de este estudio se trabajó con dos tipos de indicios de calidad: el número
de citas recibidas y la presencia en repertorios bibliográficos, catálogos y repositorios. Para
los primeros se trabajó con la producción científica que se encuentra indexada en aquellos
11
Para profundizar en este tema, consúltese tanto el informe parcial “Altamira en el arte” como el Anexo de
investigación “La imagen de Altamira en la crítica de arte a mediados del siglo XX y su influencia en la creación
contemporánea”.
Por un lado, en las consultas hechas en WOS y PoP/Google Académico se puede percibir
una presencia muy leve de publicaciones con el tema de Altamira durante los primeros años,
hasta 1999, cuando Saiz-Jiménez y su equipo empiezan a publicar sus trabajos sobre
conservación, en que se incrementan y se vuelven constantes hasta hoy en día.
Por otro lado, también en MaS y Open WorldCat las publicaciones mantienen una constante
muy tímida al principio y principalmente con un enfoque histórico-artístico de las
investigaciones, hasta 1980/81. Estos son los años en los que se llevan a cabo las
excavaciones de Joaquín González Echegaray y Leslie Gordon Freeman, las últimas que se
realizan en la cueva, y un año antes el Ministerio de Cultura asume la gestión de Altamira.
También es una época en la que se establece un debate público sobre el cierre definitivo de
la cueva por problemas de mantenimiento y la necesidad de estudios que evalúen el estado
de conservación del monumento12. Luego, en 1997 y 1999, volvemos a observar un
incremento de resultados que ya se mantiene hasta el presente, predominando los trabajos
de conservación y mantenimiento sobre otros, como el tradicional histórico-artístico o el
museográfico.
Las citas recogidas por PoP y WOS fueron comparadas con las recibidas en las
publicaciones sobre Lascaux y Chauvet para determinar el grado de importancia relativa con
conjuntos análogos al de Altamira. WOS recoge 2.311 hasta la fecha, el triple de las
recabadas sobre las cuevas francesas, a pesar de que el número de resultados de los que
se obtienen estas citas son parejos (188, 204 y 173 publicaciones, para Altamira, Lascaux y
Chauvet, respectivamente). En la consulta en PoP/Google Académico se encuentran 9.628
citas sobre Altamira, seis veces más que las contabilizadas sobre Lascaux y Chauvet, de un
total de 162 resultados, tres veces más que los encontrados sobre las cuevas francesas.
Desde 1995, el incremento de citas se mantiene, haciendo referencia a obras generales
sobre museografía y a obras específicas sobre el monumento.
Los tipos de documentos archivados por las bases de datos consultadas fueron
fundamentalmente artículos (41%) y libros (42%). El 17% restante se corresponde con otras
manifestaciones que engloban ponencias, imágenes, informes, tesis, audiovisuales, etc,
predominando el inglés (58%) sobre los restantes idiomas (el español alcanza un 18%).
Altamira en la escuela
12
Fraga Iribarne, Manuel Fraga (2 de mayo de 1981). “ regunta: Cierre al público de las Cuevas de Altamira.
resentada por don Manuel Fraga Iribarne”. Boletín oficial de la Cortes Generales. Congreso de los Diputados.
Cabanillas Gailas, ío (23 de septiembre de 1981). “Contestación: Cierre al público de las Cuevas de Altamira.
resentada por don Manuel Fraga Iribarne”. Boletín oficial de la Cortes Generales. Congreso de los Diputados.
(entre 1900 y 2007) de los fondos bibliográficos del proyecto de investigación MANES
(Manuales Escolares Españoles), ubicado en la Biblioteca Central de la UNED13.
Otras asociaciones se refieren a los elementos patrimoniales más destacados dentro del
imaginario identitario español, independientemente del período concreto y de la zona
geográfica. En este caso, destacan, por encima de los demás, elementos como los bifaces
de San Isidro y Torralba, dólmenes (cueva de Menga), las taulas y talaiots, o los poblados
de la prehistoria reciente del sudeste, como Los Millares.
En otro orden del discurso, no es hasta momentos muy recientes (y no en todos los
volúmenes) cuando se distinguen definitivamente el arte rupestre franco-cantábrico del arte
rupestre levantino como pertenecientes a momentos históricos y contextos culturales bien
diferenciados. Esta confusión llegó en algunos casos a acentuarse por el uso ambiguo de
referencias textuales y gráficas a uno y otro.
13
Queremos agradecer a Ignacio Martín Trillo y sus compañeros/as la ayuda prestada a la hora de consultar y
seleccionar los materiales que integran el dossier.
Respecto al uso de las imágenes (obviando las evoluciones de formato y de los desarrollos
tecnológicos aparejados, aunque no pueden dejar de ser tenidos en cuenta en el análisis),
se puede distinguir la imagen del “objeto Altamira”, constituido por ilustraciones del
contenido o esencia del elemento en cuestión, de las recreaciones o escenas, en las que
Altamira pasa a ser una excusa o disculpa para recrear el modo de vida prehistórico y, en
concreto, el acto artístico en sí. Todo ello obviando cuestiones que están más allá del tema
central de Altamira y que tendrían que ver con el uso reiterado de estereotipos a la hora de
representar a los hombres y mujeres del Paleolítico.
Por otro lado, aunque, como ya se ha dicho, no se puede desestimar la tecnología como
condicionante, es de destacar el uso reiterado de las reproducciones de H. Breuil, que van
disminuyendo a medida que otras formas de ilustración (la fotografía) y otros modos (vistas
de detalle) adquieren protagonismo.
Hipótesis específicas
Hasta aquí se han tratado de sintetizar los resultados más significativos obtenidos a través
de cada uno de los estudios realizados. Como ya se ha señalado, el objetivo global del
Proyecto Valor Social de Altamira es obtener una visión holística del fenómeno patrimonial
de Altamira, una visión que integre todos esos resultados y los analice a partir de una
concepción de Altamira como entidad compleja: multidimensional, multivocal y polisémica.
Este análisis, ahora efectuado desde la propia concepción de Altamira proyectada por los
múltiples agentes y entidades con los que se ha trabajado, se articula a partir de las diversas
hipótesis específicas (más una de carácter general) que fueron formuladas de forma previa
a la ejecución de los trabajos. Cada una de estas hipótesis (que se exponen a continuación)
ha sido contrastada a través de los principales resultados obtenidos en los diferentes
estudios (que se reflejan en la columna correspondiente de la tabla 20). Será de esta
contrastación de donde se puedan extraer las conclusiones pertinentes, que expondremos
en el último apartado de este resumen ejecutivo.
El valor educativo de la cueva original está muy limitado por los condicionantes físicos y de
conservación. Esta evidencia ha conducido a una inflación del componente educativo del
museo, como medio de compensación de la ausencia de la experiencia “auténtica”, en
detrimento de los otros valores que también posee (de existencia, estético, político-
asociativo).
22 agosto 2014
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA DE ALTAMIRA (2012-2014)
22 agosto 2014
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
Hipótesis general
La hipótesis general planteada al inicio del Proyecto, transversal a las distintas hipótesis
específicas que acabamos de mostrar, era la siguiente:
Valor documental: pese a que en la primera mitad del siglo XX, al margen de los paradigmas
imperantes, Altamira era un espacio único para la comprensión histórica, y desde entonces
han aparecido numerosas evidencias del mismo contexto y de otros, ha mantenido su valor
documental gracias a la labor mediadora del MNCIA, a pesar de la imposibilidad práctica de
llevar a cabo investigaciones en la cueva al margen de las aplicadas a su conservación.
Valor político: la dimensión política de Altamira debe ser analizada desde dos ejes. Uno es
el asociativo, importante a escala local, que ha ido decreciendo desde que aparecieron los
primeros problemas de conservación. Otro es el simbólico-institucional, en el que se
manifiestan fracturas y tensiones ocasionadas por la disputa identitaria en torno al sitio. La
reivindicación reciente de la identidad cántabra generó una negociación identitaria que no se
ha cerrado. Esta disputa simbólica se materializa, en la práctica, en una disputa en torno a la
competencia por la tutela y la gestión del sitio. Así, en su conjunto, el valor político de
Altamira se ha incrementado, pese a que la identidad tradicionalmente vinculada al lugar (la
española, en cuya fragua Altamira, además, jugó un papel importante) se ha ido diluyendo
entre su deslizamiento hacia otros fenómenos patrimoniales (como Atapuerca, o las
manifestaciones de patrimonio inmaterial) y la propia evolución de la identidad española en
Valor económico: pese al estado actual del acceso a la cueva original, es innegable que la
infraestructura construida en Altamira ha absorbido y superado a la misma en su capacidad
de acogida (al menos en el período posterior a la reapertura de 1982). Los datos aportados
por el estudio económico no ofrecen dudas. Pese a ello, o más bien como causa de ello,
existen percepciones dicotómicas entre los agentes estudiados: por un lado, la de los que
sostienen que Altamira abierta generaría más beneficios, y, por otro lado, la de los que
creen, al margen del régimen de acceso a la cueva original, Altamira es, de por sí, un lugar
masificado y sobreexplotado, lo que revierte en una merma en la calidad de la visita al
Museo.
Valor educativo: en mayor medida de lo que ocurre con el valor documental, la creación de
un museo moderno en Altamira ha maximizado el potencial didáctico del sitio,
independientemente de que la cueva original se pueda visitar o no. En todo caso, esta visita
nunca se podría hacer en las condiciones de observación que proporciona la neocueva, al
margen del restante dispositivo museográfico, que no hace sino incrementar su valor
educativo. Un matiz a esta afirmación categórica sería el componente sensorial de la
didáctica, muy importante y que en la neocueva es menor respecto a la original, como
atestiguan los cuestionarios realizados durante las visitas experimentales efectuadas en el
marco de este Programa de Investigación. Otro matiz viene dado por las carencias
detectadas en los contenidos docentes analizados, en materia de actualización de lo que
Altamira puede aportar como parte de dichos contenidos. El último matiz vendría dado por la
propia evolución del nivel cultural general en España, de lo que es una muestra la tasa de
respuesta a la encuesta telefónica.
Valor estético: Los responsables del estudio Altamira en el arte consideran que tanto el valor
de la contemplación, como el de la influencia en los procesos de creación, se han mantenido
en los últimos cuarenta años. En todo caso se trata de una verificación cuyos datos para
este estudio son difícilmente cuantificables. Para esta afirmación han tenido en cuenta
diversas circunstancias: el número de referencias de artistas “históricos” frente a los
actuales; las referencias conocidas de arte rupestre en la primera mitad del siglo XX frente al
panorama actual; la dificultad / facilidad de acceso a la cueva o la facilidad / dificultad de
acceso a imágenes que reproducen Altamira.
Valor de existencia: Salvo en el caso de los medios estudiados, para los que sigue siendo
una referencia temática, Altamira ha perdido relevancia en medios y agentes, lo cual es
achacable tanto a la restricción del acceso (para el imaginario de la población local) como a
la normalización del valor del sitio (vide infra), en relación directa con el incremento
constante y progresivo de nuevos lugares y enclaves patrimoniales; Altamira pierde
relevancia porque cada vez hay más sitios relevantes.
Valoración final
Si nos atenemos, entonces, a una valoración global, tendríamos que sólo en dos
dimensiones del Valor Social de Altamira (la estética y la existencial) se habría producido la
pérdida de relevancia de Altamira que manifestábamos en nuestra hipótesis de partida.
Especialmente importante es la que concierne al valor de existencia, dado que es nuclear a
todo bien patrimonial. Cualquier medida que se pueda adoptar en el futuro, como parte del
Plan de Conservación Preventiva, del programa museográfico del MNCIA o del modelo de
gestión que se adopte, deberá tener en cuenta los problemas en este sentido detectados
aquí. La participación de la población local en la gestión de cualquier bien patrimonial es
clave para la socialización del mismo. Y para que esta participación no genere efectos
perversos, es preciso que se asiente sobre el fomento del aprecio al sitio: sólo se protege lo
que se valora. Cualquier estrategia de conservación preventiva que se adopte tiene que
partir de este principio.
5. CONCLUSIONES
En segundo lugar, queremos sintetizar las principales conclusiones del Proyecto de cara a
las futuras estrategias de conservación preventiva que se adopten.
Comprender Altamira
Como se planteaba al principio de este resumen ejecutivo, este Proyecto tenía dos
finalidades principales. La primera con un carácter analítico y descriptivo: profundizar en la
caracterización de Altamira como enclave patrimonial, y en las múltiples dimensiones de la
experiencia humana en torno a él, en clave social e histórica. La segunda, con un carácter
performativo: optimizar las condiciones de gestión de Altamira, combinando de la forma más
equilibrada posible las dos variables principales (su acceso y su conservación).
Utilizar el término “vida” para referirnos a un sitio o lugar concreto no es una elección
gratuita. No es necesario pensar que los lugares y las cosas tienen el mismo rango de
entidad que los seres humanos para admitir que en torno a un sitio concreto como Altamira
se han desarrollado y desarrollan procesos sociales que se articulan a partir de su
existencia; esto es, del reconocimiento social de su identidad. Un sitio o lugar adquiere así
una ‘identidad para’. arafraseando a Castilla del ino: ser es ser algo o alguien, y ser algo
o alguien es ser algo o alguien para alguien. Son los seres humanos los que se confieren
identidad unos a otros, y los que le dan una identidad a las cosas. Igual que un ser humano
es un organismo o cuerpo, y este cuerpo se convierte en persona en el momento en que
interactúa socialmente, un objeto o un lugar dejan de ser parte indeterminada del mundo
(una pre-existencia) cuando se les otorga una identidad social. Ahí es donde la materia se
convierte en cultura. En todo caso, ni siquiera habría que estar de acuerdo con lo anterior
para aceptar que Altamira tiene algún tipo de vida, pues los especialistas en la conservación
de Altamira saben que la cueva respira, transpira, suda, filtra..., y lo hace de un modo (difícil
de prever y objetivar) que no se puede reducir a la linealidad de un proceso natural simple.
Altamira es un sistema no lineal, en el que confluyen procesos naturales y sociales tanto
como valoraciones, por parte de diferentes actores, sobre esos procesos y sus efectos.
Altamira fue el primer lugar en el que se documentaron evidencias de arte rupestre de época
paleolítica en Europa. Este hecho ha condicionado enormemente la historia del sitio. En
primer lugar, porque, como es bien sabido, el reconocimiento científico de su autenticidad
llegó cuando aparecieron otras evidencias en la región franco-cantábrica. Desde el principio,
por lo tanto, el destino de Altamira estuvo muy condicionado por el hecho de hallarse en
territorio de España. No nos importa tanto si esto fue un factor importante en el tardío
reconocimiento; lo que sí es importante es que, por esta razón, adquirió desde el principio
Los inicios de la ‘tercera vida de Altamira’ coinciden con los intentos de expandir y
consolidar este concepto identitario, utilizando para ello, entre otros instrumentos (como la
generalización de una educación pública, con todas sus deficiencias: en 1900 un 60% de la
población en edad escolar estaba sin escolarizar) la construcción de símbolos ‘nacionales’
con raíces en la supuesta ‘historia de la nación’, al modo en que se había hecho en otros
países del entorno. La propia evolución en la actitud de Alfonso XIII hacia la cueva de
Altamira durante su reinado efectivo (1902-1931) refleja estos intentos por fomentar la
dimensión simbólico-identitaria del lugar. En los años ’20 empieza a visitar anualmente la
cueva, aprovechando su retiro estival en Santander.
Aquí hay dos datos relevantes: la asociación Altamira-España, y la asunción de las labores
de gestión de los monumentos de importancia (Altamira será declarado Monumento
Arquitectónico-Artístico ese mismo año) por la oligarquía gobernante y residente en Madrid.
14
Para completar la visión del conflicto entre creacionismo y evolucionismo en el marco de la supuesta polémica
entre Francia y España por Altamira, véase Moro (2009).
15
Carballo, J. (1950). “Marcelino S. de Sautuola”, Antología de escritores y Artistas Montañeses, 14: LXXXVII
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PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
1) Comienzan a aparecer nuevos lugares con arte (la otra gran obra del arte
prehistórico franco-cantábrico, Lascaux, se descubre en 1940), al tiempo que la
creación artística contemporánea evoluciona por nuevos caminos, para los que esa
anterior búsqueda de referentes en el pasado se hace menos necesaria. Aun así, la
especial situación de España en la posguerra hace que en un primer momento, a
través de la Escuela de Altamira, se den intentos de reconstruir, pese a todo, un arte
de vanguardia en España. Al revés que en la época anterior, estos intentos no
provienen de la generación de un contexto cultural propicio a la innovación, sino del
intento del régimen franquista de conducir institucionalmente cualquier iniciativa en
este sentido. Altamira es así utilizada, de nuevo, como emblema nacional.
2) Se va asentando en España la prehistoria como disciplina académica: el carácter
elitista anterior (los grandes maestros y sus discípulos) va cediendo paso a una
formación especializada cada vez más diversificada y plural, a pesar de todas las
carencias y perversiones de las instituciones franquistas, incluidas las universitarias
(que harán que este proceso sea lento y con múltiples anomalías respecto a otros
países del entorno). Al mismo tiempo, esta ampliación y diversificación va en paralelo
a un crecimiento constante del número de yacimientos arqueológicos. Altamira está
empezando a dejar de ser excepcional desde este punto de vista (aun teniendo en
cuenta que su valor arqueológico nunca llegó a ser tan relevante como el de otros
sitios de la cornisa cantábrica), pese a lo cual los manuales escolares, por ejemplo,
mantienen discursos caducos de exaltación de la pasada grandeza de la nación
española.
En segundo lugar, Altamira adquiere una nueva dimensión por las nuevas connotaciones del
discurso nacionalista construido y mantenido por el régimen franquista. Los medios y
tecnologías sociales experimentan un gran avance (a pesar del subdesarrollo y la
desigualdad, acentuados tras la guerra): mediante la progresiva implantación de los medios
de comunicación de masas y de una escolarización generalizada pero profundamente
pautada por las directrices ideológicas del régimen, que convierten a Altamira en un símbolo
nacional popularizado. Generaciones de españoles son educadas en historia a partir de la
lista de los reyes godos, el sol que nunca se pone y la imagen (generalmente utilizando una
reproducción indirecta de los originales realizada por el Abate Breuil, un hombre de iglesia)
de los bisontes de Altamira.
En tercer lugar, porque, con la creación del Patronato de la Cueva de Altamira, en 1940 (en
1944 se amplía a todas las cuevas de Santander), que dependerá de la Dirección General
de Bellas Artes, y que tendrá competencias también sobre el Museo Prehistórico de
Santander, el centro de decisiones se escora decididamente hacia la capital del Estado (en
1944 la alcaldía de Santillana queda excluida del Patronato). Se institucionaliza así la
relevancia simbólica de Altamira y su papel central dentro del conjunto del arte rupestre
cántabro. Las decisiones de calado recaen en Madrid. En la década de los ’50 se proponen
una serie de medidas estructurales para asegurar la estabilidad de la cueva, y se propone
un régimen de visitas, que se revisará posteriormente a medida que se van haciendo
estudios ambientales y estructurales. Mientras, el modelo de gestión de la cueva se
mantiene y afianza con base en relaciones clientelares en las que juegan un papel
fundamental determinados agentes locales, siempre bajo las directrices del Patronato,
asesorado por los técnicos16.
En 1969 se reaviva el conflicto en torno a la tutela del sitio: el Ayuntamiento interpone una
demanda judicial basada en el incumplimiento del acuerdo de 1925, mientras se empiezan a
generalizar las llamadas de atención, por parte de numerosos científicos y expertos, ante el
proceso de degradación que están sufriendo las pinturas. En 1975, la recién creada
Dirección General de Patrimonio Artístico y Cultural (que fundía las de Bellas Artes y las de
Archivos y Bibliotecas) emite una nota minusvalorando el riesgo al que están expuestas las
pinturas. En 1976 se crea una Comisión Investigadora que recomienda restringir las visitas;
adquiere fuerza la idea de construir una réplica en el sitio17. Posteriormente (1977), se
recomienda el cierre de la cueva para el estudio detenido de su estado de conservación. En
1977, el Ayuntamiento y la Administración llegan a un acuerdo por el que se establece un
canon que será anualmente aportado al primero. En 1978 el Ayuntamiento cede el pleno
16
Sobre las relaciones clientelares se podría decir que son relaciones establecidas entre distintas personas
basadas en prestaciones y contraprestaciones derivadas de la relación de desigualdad que el dador establece
con su beneficiario. En ellas, quien da obtiene el beneficio de la devolución de lo dado. Las personas que
establecen este tipo de relaciones no ocupan siempre el mismo lugar, unas veces dan, y otras devuelven. En
este proceso van estableciendo relaciones de reconocimiento, compromiso y deuda con el dador. La no
devolución implica sentirse en constante deuda con quien prestó. Por ello se intenta devolver cuanto sea posible,
como muestra de agradecimiento. La alternancia de posición en el préstamo conduce a una alternancia en el
prestigio de quien realiza la prestación.
17
La primera idea de hacer una réplica fue de J. Carballo, quien se lo sugirió al Marqués de Comillas en 1924 y a
Alfredo García Lorenzo en 1931. En 1954 se inicia la reproducción del techo de la Sala de Polícromos por
técnicos alemanes, dirigidos por Erich Pietsch, que culminará con la inauguración de dos réplicas, la del Museo
de la Técnica, en Munich (1962) y la del Museo Arqueológico Nacional, en Madrid (1964). Existe otra réplica en
el parque temático Spain Village, en Ise-Shima, Japón (1994).
22 de agosto 2014 Página 279
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
Antes, en 1976, se crea la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC),
que dará lugar a la formación del Partido Regionalista Cántabro. Es un núcleo políticamente
activo que reclama desde sus inicios la competencia sobre Altamira, y que manifiesta su
disconformidad con el cierre provisional de la cueva. Ésta se reabre en 1982, con un
régimen más estricto de visitas, recomendado por el equipo de la Universidad de Cantabria
que había realizado los estudios.
1) Por un lado, que se asentó sobre unas estructuras económicas, políticas y sociales
preexistentes (en Altamira seguían vigentes las prácticas de gestión de la cueva
anteriores a las decisiones del periodo 1977-1985) que condicionaron en gran
medida los desarrollos posteriores.
2) Por otro lado, que se hizo tarde y de forma poco sistemática: cuando llegó al Museo
un nuevo equipo de dirección (1992), se inició un periodo de profesionalización en la
gestión de la cueva y se empezaron a tomar medidas de conservación más allá de la
caverna (adquisición de terrenos) y en la propia caverna, aunque de forma
discontinua y por parte de equipos diferentes (y de instituciones y lugares diferentes),
un tipo de cosas que en los países de nuestro entorno habían ocurrido, o bien antes
de la 2ª Guerra Mundial, o como parte del proceso de modernización y construcción
del estado del bienestar de la postguerra.
3) Por último, que no resolvió el problema del modelo territorial. En un caso como el de
la Comunidad de Cantabria, creada a finales de 1981, esto se manifiesta
intensamente por el hecho de que no sólo no se trataba de una nacionalidad
histórica, sino que había sido una provincia de Castilla desde hacía siglo y medio.
Esta dicotomía identitaria sigue presente en Cantabria y los conflictos en torno a la
tutela y gestión de Altamira no están al margen de ella.
Además de todo esto, los años ’80 fueron un periodo de agitación y crisis marcado por la
reconversión industrial que afectó a la minería y la industria de la región. Esto motivó que
cualquier recurso económico alternativo (como los turísticos) fuese visto como una tabla de
salvación. En ese contexto se produce la restricción de las visitas a Altamira, y la
profesionalización de su gestión (ya en los años ’90), lo que propicia un alejamiento
existencial de la población local respecto al sitio.
Por otro lado, en los ’90 emerge con fuerza el turismo cultural como recurso importante, con
lo que aparecen una serie creciente de elementos competidores, y también se consolidan
las políticas patrimoniales. En ambos casos, son competencias transferidas a las
22 de agosto 2014 Página 280
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA Y RÉGIMEN DE ACCESO DE LA CUEVA
DE ALTAMIRA (2012-2014)
comunidades, lo que permite (con mayor o menor fortuna) articular políticas patrimoniales
integradas y orientadas a la protección y fomento del patrimonio cultural. Altamira se queda
aislada del conjunto de bienes patrimoniales de Cantabria.
Las dificultades para investigar en la cueva también hacen que pierda peso en la literatura
científica, aunque el problema de la conservación haga que mantenga su presencia y
relevancia en las publicaciones. Es significativo que no abunden las investigaciones
realizadas a partir de los fondos con que cuenta la institución.
En todo caso, ni los resultados de los estudios, ni los estudios en sí mismos, trascendieron
el ámbito académico. No había ningún conocimiento, por parte de los agentes sociales, de lo
que se estaba haciendo en el interior de la cueva. La población más próxima, o más
vinculada al sitio, no tiene elementos para juzgar y valorar la situación actual de la cueva,
con lo que su percepción está doblemente marcada por el recuerdo de la edad dorada y por
la suspicacia respecto a la actuación de los gestores. Para algunos agentes sociales, los
expertos están al margen de la gestión, en la Universidad o en el CSIC, mientras que quien
gestiona el sitio y la situación son vistos más como técnicos o políticos que como expertos, o
se juzga que su actuación se debe más a criterios más políticos que científicos. Esta
percepción se agrava porque, en muchos casos, quienes la tienen no son capaces de
diferenciar entre el Museo y Madrid, y otros, que serían capaces de hacerlo,
conscientemente no lo hacen. A pesar de su buen funcionamiento y aceptación, el Museo
tiene dificultades para transmitir una idea de asociación con la cueva, y un mensaje centrado
en la conservación, ya que su proyecto museográfico es anterior al cierre de la cueva, en
2002. La neocueva se había proyectado como una alternativa y complemento a la cueva
original, no como un sustituto.
Respecto a su valor económico, el número de visitantes con que cuenta el Museo supera a
los que tuvo en sus momentos álgidos la cueva original. Es significativo que, pese a esto, la
percepción de muchos agentes locales no haya cambiado. En buena medida, esto se debe
a la utilización partidista de Altamira por parte de los políticos. En otra buena medida, esto
se debe a la ausencia de transparencia en la toma de decisiones y a la falta de participación
pública. En esto, nuevamente, Altamira es un ejemplo más de las deficiencias del modelo
político heredado de la Transición.
Mientras tanto, nuestros estudios han mostrado que el valor económico producido por
Altamira es notablemente alto, que ejerce un notable efecto llamada hacia la región y, lo que
más importante, que su apertura no tendría por qué incrementar este valor; más bien lo
podría llegar disminuir, en caso de que propiciase un incremento de visitantes que,
superando ya, a día de hoy, la capacidad de carga del museo en la temporada alta,
generaría insatisfacción y frustración. Y esto cuando hemos detectado que uno de los
principales valores entre los visitantes de Altamira es el elevado nivel de satisfacción con el
que terminan la visita, que favorece la fidelización de los visitantes. Esto hace difícil
comprender la insistencia en el argumento económico por parte de algunos actores sociales
privilegiados (fundamentalmente políticos autonómicos) y exige que, quien lo arguya,
explique públicamente con qué modelo de gestión se podría maximizar el valor económico
mediante una apertura de la cueva.
Nuestra contextualización histórica concluye con la necesidad de acometer, como parte del
Plan de Conservación Preventiva que se pretende implantar (y en el propio concepto de
‘conservación preventiva’ está incluida esta necesidad), las medidas necesarias para
propiciar un acercamiento de la gente –de la población local y no local, de los expertos y los
no expertos- a la problemática del sitio y su fragilidad, y a una participación activa en sus
cuidados: el problema no es tanto que la cueva esté cerrada, sino que la gente no sepa por
qué lo está, y que no espere que nadie le consulte al respecto.
Por lo tanto, el dilema cierre-apertura, es un falso dilema: hay condiciones concretas en las
que tanto mantenerla cerrada como abrirla es malo para Altamira desde el punto de vista de
su valor social. Se haga una cosa u otra, se debe hacer implementando las medidas que
derivan de nuestros estudios, y que sitúan a los tomadores de cualquier decisión ante la
tesitura de adoptar ésta de forma argumentada, razonable, transparente y discutible.
Conclusiones generales
1. Altamira ha tenido en el pasado una relevancia social mayor que en la actualidad. Esta
aparente pérdida de relevancia debe ser entendida como una normalización del valor de
Altamira, antes que como una pérdida del mismo.
PROYECTO 6
COMUNICACIÓN Y MEMORIA
COMUNICACIÓN
CORDINADORA
Grupo de Memoria
1. INTRODUCCIÓN
Por otro lado, ha sido preciso ordenar la documentación referida a la gestión de la cueva y
su conservación a lo largo de las etapas anteriores. Esta acción, denominada Memoria, ha
consistido en presentar de modo cronológico la información obtenida en la recopilación
documental elaborada en el marco del Programa, con la intención de ofrecer un recorrido
histórico sobre los diferentes planteamientos y situaciones a las que se ha sometido la
cueva, manteniendo la perspectiva de su transmisión en cada momento.
Este informe recoge una presentación de la acción realizada, considerando las aportaciones
de todos los agentes implicados en la comunicación de la investigación.
2. OBJETIVOS
3. METODOLOGÍA
ámbito local, regional, nacional e internacional, así como la repercusión de las declaraciones
y de las publicaciones, tanto en el marco científico, social, político, cultural y económico. En
este contexto, ante la situación de fragilidad de la cueva de Altamira y la expectativa de
respuesta sobre las actuaciones de conservación, se consideró necesaria la gestión
coordinada de la información desde el equipo científico y la aclaración de las cuestiones que
pudieran resultar de interés a los ciudadanos sobre los avances de la investigación.
Los datos que ofrece dicho informe han permitido obtener una visión de conjunto de las
etapas de gestión de la cueva de Altamira, desde el periodo de su descubrimiento hasta su
gestión en la actualidad, aportando referencias para su interpretación desde los diversos
proyectos.
4. RESULTADOS
La cueva de Altamira fue objeto de noticia en medios informativos del ámbito internacional,
nacional y regional.
Imagen 79
En otro orden de términos, y en relación con las acciones de este proyecto, el hecho de que
se haya realizado una presentación cronológica de las actuaciones realizadas desde el
descubrimiento hasta la actualidad, permite que un estudio contextualizado advierta la
progresión que ha ido adquiriendo el valor otorgado a las acciones de conservación.
bien, como de las fuentes indirectas, entre las cuales se encuentra aquella documentación
escrita que ayude a comprender la situación actual del patrimonio cultural, en este caso, de
la cueva de Altamira, mediante el conocimiento de las principales acciones o proyectos que
han podido influir en su conservación y sobre el mensaje y significado concedido a ese bien
cultural.
5. CONCLUSIÓN
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